EL CARNAVAL Revista
Puertorriqueña Entered
Satirico December
second-class
Literaria
19, 1902, at
matter,
under
March,
Año
VIII.
San
Juan,
Puerto
Politico
San Juan, Act,
of
- Independiente
P. R. as
Congress
of
3, 1879.
Rico
26
de
Mayo
de
1907. ——-
HOMENAJE
DE
"EL
CARNAVAL”
262.
EL CARNAVAL
Mayo 26 de 1907
Oriunfante.
ponilencia, los dos Órganos más caracterizados del partido unionista, hasta El Tiempo, que defiende vigorosamente los principios del credo republicano,
ha
dedicado
á la fiesta del Ateneo,en
honor de D. Manuel Fernández Juncos, frases de verdadero encomio. Esta circunstancia nos releva de hacer de aquella fiesta, la primera
que se registra en los anales de la historia puertorriqueña,
siquiera
fuera
una
pequeña
revista.
Los cronistas de los grandes diarios, verdaderos maestros en el arte de describir fiestas de esta índole, lo han dicho todo tan admirablemente, que no nos resta nada que añadir á sus brillantísimas reseñas.
Hubiéramos, no obstante, de muy buena gana reproducido los magistrales discursos de D. Jacinto Texidor, D. Antonio Alvarez Nava, D. Emilio del Toro y D.
Juan Hernández
López, á
no ser tan reducidas las dimensiones de nuestra revista. Nuestro propósito, al publicar este número especial, ha sido
demostrar á los que lo ignoraban, en qué concepto tiene el país á D. Manuel Ferdández Juncos. Y aquí se verá cómo el país . ha respondido á nuestro llamamiento. - Y los que se dignen pasar por esta redacción,
. verán
más:
verán como no hemos podido dar cabida á todos los originales recibidos, por no demorar un día siquiera la salida del periódico. Exijíamos en nuestra circular del día 21, que los originales fueran cortos y que estuvieran en nuestro poder antes del 23. Y por nuestras manos pasaron las cuartillas de republica. nos, de unionistas, de extanjeros, de independientes, de católi-
cos, de indiferentes, de racionalistas;
que en todos los campos
tiene grandes admiradores el héroe de esta fiesta.
E no originales cortos, apesar de nuestra despótica condición. Es que para hablar del ex-Director de El Buscapié se necesitan muchas cuartillas. Y para juzgar su gran obra en Puerto Rico, dentro de la co-
lonización española y dentro de la dominación
americana,
se
necesitan muchas, muchísimas ediciones de nuestra revista.
¿Tiene detractores Fernández Juncos? Sí los tiene. También los tuvo Cristo, el más grande de todos los justos. Los han tenido, á través de la historia, todos los grandes hombres. Es el coro de los envidiosos que sigue de lejos á la virtud y á los méritos del genio,
Mayo 26 de 1907. 263
EL CARNAVAL
Manuel Fernández Jlioos Los originales serán cortos, y deberán estar en nuestro poder antes del día 23, etc. Joaquin E. BARREIRO.
El dia 21 de los corrientes, y álas tres y media de su tarde, me ví altamente favorecido por la invitación del buen amigo Barreiro para colaborar en el número extraordinario de su simpática revista EL CARMAVAL, dedicado “al español que más se ha interesado por la cultura puertorriqueña”: Manuel Fernández Juncos. Los originales serán cortos y de-
ben estar en poder de la empresa,—
dice aquel amigo—antes del dia 23.” Las dos imperativas condiciones apuntadas hubieran sido más que suficientes -para verme privado de tomar parte activa en ese hermoso festival, inspirado por la justicia más acendrada, en el templo de la gratitud, en el que ineludiblemente
oficiará como sacerdote el deber de
todo buen puertorriqueño, si no se
tratara de honrar justicieramente
al maestro querido, al español ilustre y magnánimo, al educacionista insigne, al literato eminentísimo, al preceptor benévolo y sábio, al grande y síncero amigo de los borincanos: don Manuel Fernández Juncos. Las aludidas condiciones, no obs-
tante, me cohiben de ser todo lo extenso que el asunto requiere y mi alma ordena, y por lo tanto, me concretaré á trazar algunos rasgos biográficos del benemérito apóstol de la educación, del afortunado sér
que,
como
simiente,
fecundante
y celestial
ha vertido el diamantino
pólen del bien en el corazón de los puertorriqueños.
Don
Manuel
Fernández
Juncos
nació en la provincia de Asturias, o: y desde catorce años de edad vino á esta isla. Sus excepcionales disposiciones literarias fueron reconocidas por el más correcto de nuestros poetas, don José . Gualberto Padilla (el Caribe), quien
alentó y estimuló
á nuestro. bio-
grafiado para que se dedicara al
estudio de los grandes maestros del arte. Aceptó Fernández Juncos tan sabias indicaciones, y deello son pruebas fehacientes sus espléndidos, innumerables y merecidos triunfos. Desde
que
se dió
á
conocer
como
escritor al público, hízolo eomo un verdadero genio: empezó por donde otros acaban. : Identificado Fernández. Juncos con
la tierra
borincana,
á la cual.
adora como ásu tierra, dedicó gran número de sus trabajos literarios á dar á conocer y poner de relieve las costumbres, tipos y caracteres de
esta isla del cordero.
La bibliografía puertorriquena se ha enriquecido notablemente con este esforzado adalid de la inteli-
gencia; aparte de las
que ha dedi-
cado á casos y cosas de este país, se leen con sumo agrado sus impresiones de viaje “De
New
Puerta
Rico
á
York” y otras muchas cuyos
títulos no recordamos en los actua-
les momentos, y que, como todas las de su cosecha, son de indiscuti-
ble mérito literario. La
asídua
labor
de
|
Fernández
Juncos ha sido fructuosa en el sentido de
que ha dado á conocer en el
exterior
la naciente literatura
puer-
torriqueña, servicio que, sin duda alguna, hemos de agradecerle con intensidad cuantos por ella 1108 interesamos.
Sus sacrificios pecunarios en pro
de esa misma vulgarización, deno-
tan su afecto tan desinteresado como profundo á este país, en el que Fernández Juncos ha hallado honra,
cariño y provecho,
y que es la
cuna de sus amantísimos hijos, Dí-
galo si no el período de siete años en que publicó “La Revista Puerto-rriqueña,”” sostenida por él á fuerza
de sacrificios materiales,
y en la
cual se ostentan las firmas delos literatos más reputados del terruño.
Fernández
Juncos
fué director
A de “El Buscapié,” el periódico más popular que, tuvo el país, y en cuyas columnas, como alentadoras alas, se recogieron cariñosa y paternalmente los prime-
ros balbuceos literarios de muchos
264
Mayo 26 de 1907
EL CARNAVAL
de nuestros intelectuales que hoy ocupan sitió de honor en el concierto de las letras patrias. Fernández
“Juneos,
además
de
concienzudo escritor, es poeta castizo y expontáneo y maneja la satira con una facilidad tan asom- brosa
que bien podríamos
llamar-
le, sin incurrir en exageración, el moderno Juvenal. El Casino de Mayagiiez, en los primeros Juegos Florales que celebró en esta ciudad, acordó
adjudicar
uno
de los
pre-
mios á la magnífica sátira de Fernández Juncos, sobre la publicación de versos,
siendo
de
advertir
ue esa composición estaba fuera de concurso por nú caber en las condiciones del programa, en el cual se interesaban poesías líricas para el torneo; más era tal el mérito de aquella sátira, estaba escrita con tanta
naturalidad, inten-
ción, atildamiento y corrección de fondo y forma, que el jurado acordó por unanimidad el otorgamiento de dicho premio. Posteriormente lauros á su
ha ceñido
inmarcesible
otros
corona de
San Juan el año 1901, creó el Instituto de Educación Popular, y,
como
dice el notable crítico Dal-
mau Canet, fué el profesor gratuito de las Cátedras de Moral y Psicología donde han ido á beber sus inspiraciones la juventud de aquende y allende; él es enia actualidad el campeón de la eriseñanza pública, el protagonista del ornato y la higienización de los pueblos, de las reformas penales y de la cultura en general; él fué el primer Secretario
de Hacienda del Gobierno
Autóno-
mico; es él el cooperador eficáz de la Sociedad Protectora de Mendigos, que ha logrado enjugar muchas lágrimas, siendo presidente actual de esa filantrópica sociedad;
él reforma y educa para la vida del trabajo á los niños huérfanos y desamparados; él es el autor de libros de costumbres populares, didácticas, de viajes; él ha escrito miles de artículos enalteciendo el nombre de Puerto Rico,-en los cuatro puntos del planeta, etc., etc. ¡Manuel Fernández Juncos! ¿Quién,
al oir pronunciar
este ve-
los redentores, como Jesucrito.
nerable nombre no se estremece de júbilo? ¿Quién, que haya tratado de cerca á ese honorable ciudadano no se ha visto envuelto en úna atmóstera de simpatía, bondad y cariño, sublime trinidad que ostenta su trono en el nobilísimo corazón de nuestro biografiodo ? Oh! quisiéramos poseer en este solemne instante la hermosa traseología del insigne Castelar y la profundidad de pensamiento del inmortal Victor Edo para traducir al papel lo que en nuestra alma es-
Además, Fernández Juncos ha prestado su valiosísimo concurso á todas las grandes empresas, á todos los grandes actos, á todas las re ideas; él inició y fomentó a Biblioteca Municipal deSan Juan
con respecto al hombre ext aordinario cuya breve biografía acabamos de hacer; pero ya que sólo nos es dable disponer de nuestra humilde pluma, modelada, no obstan-
gloria artística con el premio ganao en el Ateneo
en
uno
llantísimos certámenes,
de sus bri-
dándose la
rara coincidencia de que el mismo dia en que se le premiaba, era requerido por el fallo de la justicia : humana para ser reducido á prisión - en la capital de la isla, su residencia, para cumplir condena por delito de imprenta; al laurel de la gloria aunó la palma del martirio, sublime consorcio que solamente alcanzan los genios, como Galileo, 6
de Puerto Rico, fundó la
noble ins-
titución de la Cruz Roja en esta Isla, contribuyó-al restablecimiento del Instituto de de Segunda: Enseñanza, fué dos veces
Presidente del
Ateneo Puertorriqueño, levantándolo á envidiable altura, presidió los Juegos Florales celebrados en
tá escrito con caracteres indelebles
te,
en
los
talleres del amor,
de la
gratitud y de la ingenuidad, nos limitaremos á proclamar en alta voz y á la faz del mundo: “Ahí tenéis en Manuel Fernández Juncos un modelo de ciudadanos: admirádle, glorificádle, imitádle.” MARIANO RIERA
PALMER.
Mayo 26 de"1907
EL CARNAVAL
La
265
EÓstatua del VMHaestro A Para
la fiesta
el Ateneo
literaria
Puertorriqueño
organizada por en
honor de
D.
IPanuol Fernández SFuncos.
De Va En Su
Y... ¿quién no le conoce y no le quiere? noble corazón y alma sencilla, sus bondades repartiendo, envueltas los pliegues de amor de su sonrisa. sonrisa, la norma de sus labios ;
La encarnación
de su
moral
Y la amonestación
para
Se agigantó su talla en el palenque ; «Buscó á los ignorantes su doctrina ; Marchó tras los vejados su defensa, + Y en él hallaron, los talentos, guía. e.
tranquila :
¿ Hay quien la crea sonrosado pórtico Por donde coquetea la ironía ? Pues es la centinela campechana, Que, sin arreos de combate, indica La devovión leal, para el amigo; Para el contrario, la tenaz vigilia ; La solidaridad para el de abajo,
*
j
Hundíase la aguja de su sátira, Sin molestar, en la gangrena misma ; Retozaba en el músculo infestado, Y, al hincar los tejidos de la yíctima, Si no sanarlas, conseguía al menos
Desinfectar las contagiadas fibras Yen”
el de arriba.
Sin duda esa sonrisa imperturbable
.
típicas
¡Oh, Sertorio del viejo coloniaje! ¡Oh, noble corazón! ¡Oh, alma sencilla!
La sal de las cantábricas espumas,
¡ Quién, que no te conozca y no tequiera!
El hidromel
¡ Quien, que no te venere y te bendiga!
Dieron
sazón
y consistencia de la andaluza
viña,
El zumo de las cañas tropicales Y la flor del clavero de las Indias.
$
Maestro! Las lecciones que nos diste, En cantera de afectos convertidas,
k*A
Para
los antillanos,
fué un Sertorio :
En la parcela de regar intrigas, El, ciudadano libre entre los suyos, El, hortelano de mejores climas, Pudo sembrar para su propia troje, Y recoger, en perennal vendimia, Los
fáciles honores,
Ganados
sin pudor y
La holgura que premiaba
sin fatiga,
*
Y... sembró en las conciencias antillanas :
A
. Sociólogo, mentor y periodista, Observó, doctrinó, luchó: su mano Quemó
para
tu gloria;
Pero la estatua sigue:
á los que entonces
Sin miedo á filoxeras ni á ventiscas, Su convicción opuso á la inclemencia ; Creyó, como en su Dios, en la justicia, Y, entre los oprimidos, fué un opreso ; Y fué un maldito, entre la grey maldita; Y el ajenjo libó de nuestras copas ; Y amenizó nuestras agapas íntimas, Y con nosotros dividió su capa. Y
el material
Y cada bloque, en la gigante¡mina, . . Fuera una hermosa estatua, $1 mi pluma Se convirtiese en el cincel de Fidias. No puede ser. | |
los proventos
Supieron cultivar nuestras desdichas. Y»
Brindan
la llaga ó aplicó
la bizma
;
En el taller de tus vírtudes ínclitas, Eres el estatuario y el modelo. ¡ Venga á su sitio la escultura eximia ! Tendrá, por basa espléndida, el polígono Que forma esta esmeralda de las islas; La ceñirá, en abrazo, el mar Caribe; Guardia de honor le harán nuestras colinas ;
El cielo tropical será su abrigo; Incienso le dará nuestra campiña ; La gratitud afiaanzará su zótalo, . Y no habrá una mujer en esta antilla,
Que no ofrezca la pulpa de sus labios, Para dar, en la estatua, á tu sonrisa, El zumo de la caña de los trópicos, El hidromel de la andaluza viña, La sal de las cantábricas espumas Y la fior del clavero de las Indias. JOSÉ A. NEGRON
SANJURJO.
266
Mayo 26 de 1907
EL CARNAVAL
¡SALVE Conquistarse
MAESTRO!
dias serenos de un cielo azul, cuya diafanidad invita á penetrar con la
un
mirada
nombre
en las
ciencias, en las letras, en las artes
desde Puerto Rico, y que ese nombre sea conocido fuera, es tarea que sólo pueden realizar hombres superiores; porque
es algo que
una
fama
mundial
ha detener como el Sol,
grandeza y brillo para vencer distancias é iluminar de lejos. " Y Fernández Juncos ha logrado eso; ha logrado que su nombre traspase el estrecho recinto de esta tierrecita, á la que por bella otulta egoista el mar con estrecho abrazo
de celoso amante.
Asturias y Puerto Rico comparten la gloria de llamar á Fernández Juncos
su
hijo.
La
tierra
donde
nació, y la tierra donde su inteligencia desarrolló las alas poderosas que le han permitido volar en distintas direcciones y manifestarse
político, sociólogo,
economista,
edagogo, filósofo, escritor notale,—ya humorista, ya pintor de costumbres,—novelista de gran imaginación, poeta; que de todas estas cosas hadado gallardas pruebas el ingenio del maestro, Á quien el templo del arte reserva lugar de distinción en el altar de las letras puertorriqueñas. Vino la materia prima tierra pródiga de ingenios;
de una pero en
Puerto Rico se elaboró el gran pro-
ceso de hacerla brillar en sus múlti-
ples manifestaciones. Bien que Fernández Juncos ha pagado esa deu-
da contribuyendo al progreso de su segunda patria ; de esa patria donde tan pocos supieron, como él, substraerse al medio,
prescindir de
las ideas reinantes de su tiempo y raid de un modo franco al lado el país en sus aspiraciones á ser un pueblo libre, Y es que su sensibilidad de artista no podía dejar de sentirse influída con la poesía embriagadora de una tierra, esmeralda entre espumas, que tiene auroras que parecen hechas para todolo noble, para todo lo puro; atardeceres con ora de colores, que despiertan toas las efusiones por lo bello; y
en el infinito, incitando
.
al
alma con ansias nunca satisfechas para todo lo sublime, para todo majestuoso; ansias de acercarse todo lo invisible y descubrir Gran Incógnita, que oculta allá
lejanías
sin
límites,
lo á la en
pobladas de
miriadas de mundos, premia con inefables goces el esfuerzo del hombre y parece decirle : investiga, piensa, ama, canta.
Y así las auroras de color de rosa, y las tardes irisadas, y los dias esplendorosos de Borinquen, revelaron en toda su extensión y variedad el talento del preclaro varón á quien el sufragio puertorriqueño esigna asiento de honor entre sus queridos maestros. F. DEL VALLE ATILES. Manuel Fernández Juncos El ilustre asturiáno que representa entre nosotros la España de la República, del progreso y de la tolerancia, única bandera que lleva á permanentes triunfos, merece el amor y tributo de admiración del pueblo puertorriqueño. Como periodista batallador, con sus argumentos
sátira
causa.
defendió
poderosos
siempre
Sus campaña
la primera
biblioteca
y
fina
la buena
en favor de
pública,
del
Instituto de segunda enseñanza, y
otras instituciones no menos importantes, bastarían para acreditarle como noble luchador. Cómo cultivador de la literatura, además de escribir obras muy aceptables, sembró semillas de sabias enseñanzas aprovechadas por toda una generación. Como político, fué siempre modelo de corrección y de consecuencia, siempre fiel 4 la Patria, siempre fiel á Puerto Rico.
Como Diputado Provincial, dejó
recuerdos memorables. Como Secretario de Hacienda demostró grandes conocimientos fi-
nancieros, salvó al país de grandes * apuros
y administró
con
compe-
Mayo 26 de 1907.
EL CARNAVAL
tencia y honradez verdaderamente ejemplares. Como educador, las Instituciones
por él creadas, y sus obras, demuestran sus conocimientos pedagógicos; pero más que sus obras, sus hijos por él dirigidos con tanto acierto que son hoy. dignos miembros de nuestra sociedad. Estas afirmaciones desprovistas de todo valor literario tienen sólo el valor de haber sido el suscribiente colaborador y traductor de la Revista Puertorriqueña y El Buscapié, correligionario siempre de D. Manuel, su secretario particular en
la
Secretaría
de
Hacienda,
su
ayudadte en la Institución Popular, y el profesor de sus hijos varones durante varios años. Y con la autoridad del conocimiento de este modo adquirido, no sólo afirmo sino que DOY FE. PEDRO C. TIMOTHEE.
Manuel Fernández Juncos El homenage celebrado en el Ateneo puertorriqueño en honor de Don
Manuel
Fernández
Juncos ex-
terioriza la gran fuerza de acción y fuente
de
cultura
del
primero
de
nuestros centros literarios.
Ese Ateneo en representación del
país honrando al ilustre español ha
realizado un acto de suprema jus-
ticia para el que merece todos los honores de los puertorriqueños. La forma gallarda del homenage
es altamente simpatica. Puerto Rico no ha querido ofrendarle á Fernández Juncos un homenage póstumo, ha querido que el ilustre asturiano en toda la hermosa plenitud -de su vida, y de su talento
recojá el fruto de su labor,
de su ingenio para Puerto Rico han sido.
267
glorificar
á
Él, vigilante siempre por la cul-
tura y el engrandecimiento de nuestra literatura, á la Puerta del Par-
naso ha incitado á los poetas á cer-
támenes
y
á concursos del gay
saber. El ha :abierto sendero
á
. la infancia
un
fácil de recorrer con sus li-
bros frescos y sencillos en la forma, substanciosos en el fondo. En esos mismos libros pone *de relieve la cultura de los puertorri-
queños llevando á sus páginas sus prasporiodos.
;
l ha llorado, ha sufrido con este
país, su segunda patria, y cuando la ironía de la suerte nos arrebató una patria y una bandera, él siemre dolo: siempre grande, siempre bueno, supo salvar con delicadeza de alma superior sus ideales rompiendo sus armas en favor de la patria perdida para nosotros, pero conservando incólume su presti. gio y su personalidad. Conocedor profundo de nuestros tipos y costumbres, posee todos los secretos de nuestra historia literaria, es el que puede hablar con más conocimiento de causa de nuestros vicios y virtudes. Los
años le han dado á semejan-
za del Caribe una
suprema indul-
gencia en materias literarias, no
obstante,
tiene
el perfeccionamiento
como
del
pero
símbolo
lenguaje
sonoro de Cervantes y finalmente es el que demuestra con hechos, no con palabras, que hay aquíel gérmen del arte en todas sus manifestaciones, dando á comprender que si otras naciones nos vencen por el poderío de la industria, de la fuerza, y del oro, Puerto Rico vence
por el poderío del arte, del talento
de una labor infatigable de treinta - años, de una vida llena de abnegación, de sacrificios en aras de este país. . Las difíciles situaciones porque
y de los buenos sentimientos. ¡Loor eterno al defensor de Puerto Rico!
ben ser por todos los que le hemos seguido paso á paso, marchando siempre por la recta senda del bien. Todo su talento, todos los frutos
Don Manuel Fernández Juncos
ha atravesado bien conocidas de-
A
"LA HIJA DEL CARIBE.
Jamás ha negado su concurso á la realización de toda obra noble;
:
268 su
los
Mayo
EL CARNAVAL. pluma,
es voz
que intentan
grada
iglesia
del
de aliento
para
penetrar en la sa-
arte;
los
niños
vagabundos, estiercol infantil de las calles, tienen en el generoso anciano, un sacerdote que les priva de la orfandad y del crimen; la pobre Puerto Rico sabe que el ilustre pensador es su fiel amigo, y en medio de las envidias, odios y maldiciones, cosas míseras que empequeñecen
á los grandes
hombres,
la; bondadosa sonrisa del MAESTRO parece
blanca
luz
corazón honrado.
que
irradia
un
Bien merece un día de paz y amor
quien debe contar en su existencia, muchos días de pesares y desengaños.
J. ELÍAS LEVIS.
ARTICULO
DE DESPEDIDA
de Fernández Juncos en “El Buscapié,” último número día 25 de |Juúnio de 18399.
AL PUBLICO
Después
Y A LA PRENSA
de treinta
y cinco años
de vida activa en el periodismo mi.litante de este país, no estaría bien ue yo dejara mi puesto sin despedirme de los que han sido en todo ese tiempo mis asíduos y bondadosos lectores. A ellos y á mis compañeros de profesión van dirigidas principalmente estas líneas. Esperaba haber tenido la dicha de morir, como había vivido, ejerciendo este sacerdocio de la vida poros
moderna;
pero la suerte no
a correspondido Áá mis esperanzas. Mi obra de periodista político ha terminado aquí el día que la bandera española cedió su puesto á la de la Unión Americana. Vine al periodismo sin miras ambiciosas, y nada más que por cumplir un deber de conciencia. Desde que pude pensar y juzgar llegué á persuadirme de que la política española llevaba aquí una dirección equivocada y peligrosa, “me creí obligado á trabajar por su rectificación, y aproveché todos los mepios que la prensa local me ofrecía
26 de 1907
ara proclamar aquel error y señaar el derrotero que me parecía más conveniente. No quiero recordar lo que padecí entonces y después por oponerme á la opinión general de mis paisanos residentes en las antillas. Fuí colaborador de pe- . riódicos ajenos hasta que adquirí público, y en cuanto lo tuve fundé El Buscapié, que ahora cumple 24 años: Cuanto más arreciaba la lucha, másse arraigaba en mi la con-
vicción de que era honrado y patriótico trabajar por la reforma de un régimen que íba restando simpatías á España, á la buena y ge-
nerosa España, que no tenía la cul-
pa de la obstinación de sus polfticos, de la ceguedad y desaciertos de sus gobernantes. Es justo declarar que no estuve nunca solo en esta campaña.
De
la
Península me
venían auxilios de defensa y colaboración, y á mi lado estuvieron desde el primer instante los hombres
más
del país.
inteligentes
y generosos
La lucha fué recia y sin
descanso, y por fin vino la victoria; pero tan desgraciada, por lo tar-
día, que sólo tuvo tiempo para abrir la puerta á la catástrofe. Llegada ésta, terminó ya el objeto que me había traído al periodismo político, Hasta entonces había seguidolos dictados dela razón, abogando por un régimen que conservara esta preciosa isla para España; después pagué tributo al sentimiento siguiendo á mi patria en las angustias de la caída. Como español, no puedo ya intervenir en la lucha «política de los puertorriqueños. No sería esta por sí sóla, razón bastante para suprimir un periódico, sino para dejarle en manos de otros redactores; pero concurren
en
El Buscapié circuns-
tancias y condiciones tan singulares de compenetración individual, que 10 hay menera de que existan separados. En vano he: tratado de aminorar gradualmente en sus páginas el elemento festivo que le caracterizó en sus primeros tiempos, sustituyéndole con trabajos de tono distinto y de índole variadísima;
en
vano
me
asosié á nuevos
Mayo 26 de 1907 269
EL CARNAVAL
redactords para prepararle á una transformación que permitiera conservar en nuevas manos un periódico que, por su antiguedad y por su historia, había llegado
á ser ya
una especie de institución. Todo fué inutil. Por sobre todos aquellos trabajos de imaginación, de sentimiento, de anális, de dotrina, de ciencia, unos graves, otros tristes, y llenos de amargura los más, veía Ó quería ver el público, con
pues,
sus
problemas
sociales, así en el aspecto moral como en el económico, desde la región serena de la ciencia, y daré expansión á mis aficiones literarias, apenas ejercitadas alguna que otra
vez en los brevísimos entreactos de mi vida política. Trabajaré indistintamente para las publicaciones
del país y del interior, segun
lo soli-
citen sus editores; mi pluma y mi
admirable persistencia, la fisonomía
regocijada y el gesto
bomdadosa-
palabra quedarán siempre al servicio desinteresado de la cultura del país y cuando vengan tiempos más
mente
Buscapié
propicios para la amena literatura,
satírico
otra edad. ta cruel
de
El
de
Es, pues, inútil, y has-
en
cierto
modo,
el forzar
un instrumento queno quiere adaptarse buenamente á la nueva labor á que se le aplica. Era especial y típico de un tiempo dado, y cumplió. No se le debe pedir más. Por
otra
parte y én lo que á mi
puede ser que reanude ción de la Revista
Entre
lectores
tanto de
El
me
lá publica-
Puertórriqueña.
despido
Buscapié,
forma de lucha apasionada de los puertorriqueños entre sí. Pasé mi juventud trabajando con ellos uni-
sideración y fraternidad.
ahora
sus di-
sidencias, tal como pudieran entristecer á.un padre las disenciones y querellas entre sus hijos. Mi nueva situación de neutral me permitirá vivir en paz y amistad con todos ellos, y esta satisfacción me compensará
en cierto modo de las tris-
tezas recientes. Porque después de haber vivido más de cuarenta años en un país, de haber nacido en él á la vida del pensamiento,
de haber creado una
familia y haber enseñado ásus hijos á conocer
y amar
lo bueno y lo be-
llo de su tierra, y de haber compar-
tido por tan largo tiempo las penas y las alegrías de sus naturales; después de tan larga compenetración de afectos y de tan continuada solidaridad, no es cosa fácil para personas afectivas el desligarse de él moral y materialmente. Lo más probable es que pase aquí los dias que me restan de vida, y—sean ellos muchos ó pocos—no podrá serme nunca indiferente la suerte de Puerto Rico.
*
nio y confraternidad, y de mis com-
pañeros en el periodismo!
dos, y me entristecen
de los
siempre
tan constantes y bondadosos conmigo; de mis ilustrados colaboradores, modelos de abnegación, inge-
particularmente respecta, se me hacía ya muy cuesta arriba la po-
lítica local, desde que ella tomó la
$
- Estudiaré,
>
te, de quienes
recibí
militan-
siempre
prue-
bas de hidalguía, de respeto, de con-
“CANDENCIAS.” Para Manuel Fernández Jun-
5
cos, en su velada de honor.
Por qué detenerme?
Borínque me llama:
á través
de sendero
de flores,
me lleva hacia tí! se inunda el espacio de luz y colores... ya la voz que un arpegio reclama + vibró junto á mi! Guirnaldas exornen el plectro armonio080; y abrazadas por rayo naciente de fuego inmortal, Conviértanse en ritmos, vertiendo en tu frente del aplauso que brota orgulloso, la Huvia ideal.
Tu pálio soberbio las gemas exhibe de los lirios fragantes que imploran
los besos del sol, : y en haces radiosos, sus pétalos doran, con luz que á tu influjo recibe brillante arrebol.
270
Mayo 26 de 1997.
EL CARNAVAL
Tal impresión hizo en mi alma aquella lectura, que de haber nacido con el derecho de llamarme algo, me hubiera llamado español. Más tarde, abandoné mi hogar patrio. Fuí, por circunstancias especiales, á la República americana á seguir una carrera. Me extasié ante la grandeza y poderío de
¡Escucho los ecos, dilátase el alma! la distancia no existe: ya siento mis manos
temblar,
cual olas que empuja
magnánimo
el
viento,
á la orilla do luce la palma que anhelan tocar. Desciende mi númen
con estro inflamado:
aquel pueblo vigoroso y jóven; ad-
eligiendo la perla escondida
miré sus instituciones sabias y de-
tras regio pavés, ¡desgarre los mares! y en flor convertida,
.
como emblema de afecto sagrado la dejo 4 tus pies!
Un mágico hechizo tus ojos revelan ; en el dulce arrebato,
se inclinen
la flor á encontrar. ¡Recógela presto! tu rostro iluminen sus perfumes ardientes que vuelan tu gloria á incensar! Y luego, que vibre mi ¡y que crucen el aire del himno y lleven las áuras á las cadencias que el modula en EMILIA
voz exaltada! las notas mejor! tierras ignotas, ave admirada tu honor. V. ARMSTRONG,
yA homenaje á Manuel Fernández
Juncos
Muy joven aún, leí la historia de España. Cada una de sus páginas encerraba una emocionante epopeya, un hecho glorioso, un esfuerzO supremo, realizados en bien de la humanidad, para alcanzar la hegemonia de la civilización cristiana en todos los paises del mundo conocido. Grabé en mi alma admiración profunda por un pueblo siempre grande, siempre hidalgo, siempre heróico. En todas las ocasiones estuvo presto á ofrendar hacienda, sangre y vida ante el altar augusto de la Patria. Luchador incansable por su Dios, sú Patria y su Libertad. .Pueblo 'creyente, caballeresco y noble. La lectura de aquellas páginas conmovedoras regó en mi corazón la simiente robusta
del amor
libertad, del odio á la tiranía.
á la"
mocráticas; pero estaba tan fresca en mi alma de niño la impresión de España y su historia, que al cumplirlos veintiún años, me negué á hacerme ciudadano americano. Seguía enamorado de España y de su historia. Hombre ya,
regresé
á mi
país,
para encontrarme en el período político más álgido de la colonia. A un lado el pueblo puertorriqueño, fiel á la historia de sus progenitores, luchando
por sus libertades,
yrande, heróico y noble, revolviénose impotente contra la tiranía y la reacción. A otro lado, el peQuind pueblo español; aquel pueblo, viejo, que yo admiraba por sus inenarrables sacrificios en prá de sus libertades y que había derrochado sangre por
conservar su independencia,
escla-
vizando á otro pueblo, niño, sin otra razón que la fuerza, cometiendo toda clase de injusticias en beneficio de unos pocos soñadores, visionarios, equivocados, escudándose con el nombre augusto de la patria. l Grande fué mi decepción, No sé lo que sentí, si :oraje, rabia ú odio.
No contra España, á la que no conecía sino por su historia; pero sí contra los que de España venían á, oscurecer el brillo de su preclaro nombre. Una docena de españoles y no más, en toda la isla, fueron consecuentes con la historia generosay tradiciones legendarias de su Patria.
-Entre esos hombres destacá-
base la figura de Manuel Fernandez Juncos. El se separó de sus
compatriotas, y vino al lado de los premkiaiio. pes á
iosa ayuda, en la
prestarles su va-
defensa de sus li.
e”
EL
Mayo 26 de 1907
CAANAVAL
bertades desconocidas.
Fernández Juncos -
El se jugó
orvenir financiero; no se preocup6
de la protección del gobierno. local?
ni de go ué
de la amistad, cariño y apoyo sus paisanos. El sufrió el amartilde de traidor á su patria, él reducido á: prisión injusta y ve-
jaminosa;
se le calumnió;
se le ul-
trajó; pero, alma templada al fuego de la convicción profunda, como a de abolengo, se mantuvo fiel al lema de sus antepasados; amor á
la libertad;
odio á
la tira-
nía. Manuel
Fernandez
Juncos,
en la
prensa, y en el libro; en las logias y enlos meetings, en verso y en prosa; en sério y en broma; en la conversación familiar,
en la calle, en los
círculos, en todas partes, iba sembrando en la tierra—pueblo puertorriqueño—la generadora simiente del amor á la libertad, y del amor á la patria, marcandole el camino de su redención, por el proceso evolutivo, apartandole, sagaz, del revolucionario. A nuestro lado combatió, sin descanso, contra la reacción. El fué mi maestro, mi guía y consejero en
aquellas luchas del pasado; ví en él reflejadas sintética y fielmente las virtudes de la España que yo tenía en el fondo
de mi alma
de niño; él
me renconcilió con la España histórica; por eso, en la espléndida fiesta celebrada por el Ateneo puertorriqueño y el Casino Español para tributar al Astur
ilustre, al maes-
- tropborinqueño, singular homenaje de:admiración, la alegria de la justicia bajó al fondo de mi ser y aplaudí, aplaudí con calor, con vehemencia, nó al literato, nó al periodista, nó
al poeta, nó al educa-
dor, sino á todo eso junto, que se condensa en el político de corazón y
pensamiento,
o beenala
que fué, durante la
española,
que
fué y és
Mucho podía escribir, como tributo de admiración y de cariño, acerca
de Fernández
Juncos,
si el
Director de EL CARNAVAL na me pidiera que “los originales sean cortos y que deben estar en su poder antes del día 23,” y recibo la carta el 21 por la tarde. A toda prisa, busco, entre mis apeles, una carta de Fernández uncos, que conservo, y que debe publicarse en la edición especial dedicada á honrar al español que más beneficios ha hecho á Puerto Rico. ' : En ella habla Fernández Juncos, de Hostos, de la enseñanza en Puer-
to Rico y de El Buscapié. El periodista que más laboró por nuestra cultura y el español que más pruebas de cariño dió á esta tierra,
se quejaba,
el año 1899, en
el seno de la amistad, de los periódicos que le “negaban el derecho de escribir y de alguno que le señaló, como español, á las 'iras populares.” Hoy, ocho años después, españoles y puertorriqueños se congregan á demostrarle su cariño y admiración. na Ya puede estar satisfecho el maestro de la juventud puertorriqueña,
que tantos
servicios
prestó,
cáh
sus publicaciones y sus libros, á la causa de la cultura regional. ; Vaya mi aplauso á la Directiva del Ateneo y á la Dirección de EL CARNAVAL, quehonrando á Fernández Juncos, como ayer honraron á Hostos y á Betances, prosiguen la obra de nuestros Educadores y de nuestros Patriotas, enseñando, con
buenos ejemplos, 4 la generación que se levanta. * MANUEL GUZMAN
en Puerto Rico, el símbolo de la Es-
paña democrática, de"la España grande, heroica, noble y generosa que yo aprendí á admirar en su historia. JOSÉ C. BARBOSA,
271
RODRIGUEZ.
SINTESIS. Una
sano
mente clara,
un
corazón
y una voluntad robusta, ac-
tuando armónicamente durante to-
da una vida : Tal es, en mi opinión, don Manuel Fernández Juncos. EMILIO DEL TORO. da
e
y
A
272.
o.
Mayo 26 de
EL CARNAVAL
MI
*
AL
DEFENSOR DE
OFRE]
MI
TIERRA
Don LEMA: $
Do
rodillas,
Patría
mia! ..
INVOCACIÓN. | Musa gentil de primorosas galas Que acaricias mi pobre fantasía ! Tiende atrevida tus gigantes alas, Penétra
enel Edén
de la Poesía,
Y cruzando de un polo, al otro polo, Bajo el prisma de mágicos colores Del cóncavo palacio, Róbale sus perfumes á las flores; ] Traspasa Mar y Espacio, Y alegre y retozona Dame la luz de tu inspirado Estro, Mientras tejes ¡oh Musa! la corona Que ha de ceñir las sienes del
Maestro!
Sol que en el alto cielo Como foco de luz resplandeciente, Rasgas de la tiniebla el denso velo, Al mostrarnos
tu diseo incandescente,
Préstame tu calor, que es luz y vida; Mtándeme tu aliento Soberano, Y así como á las plantas y á las flores Fecundas con tus lampos, Al brindarte
su amor
los, ruiseñores,
Sublimes concertistas de los campos, Haz que-la inspiración, Musa secreta, Que
vive-en
los Alcázares
del Arte,
Bese: hidalga la frente del poeta, Y
de su lado aparte La pena amarga, que provoca el llanto, Para que el Arpa vibre Hasta hacerse pedazos, Y vuele audaz el pensamiento, libre, De la patria bendita en los regazos!... Aurora que embelleces la Natura Con tu manto de púrpura. y topacio, Cuanto Febo, Monarca del Espacio,
En destelló convierte la negrura, Dáme tu luz, 6 tu esplendor divino, Precursora
gentil del nuevo
día,
Y haz que el verse, viajero peregrino,
1907
Manuel
Por el campo inmortal de la poesía, Prosiga con pujanza su canino De Sur á Septentrión: de Oriente á Oca: Sin que nada detenga su carrera, Ni pretenda á la par cortarte el pas Hasta escalar la celestial esfera, Donde moran las musas del Parnaso! ¡Quiero cantar!... y que mi canto s Onda sonora que en el Eter vibre, Perdiéndose en los mundas. de la Ide .En que se pierde el pensamiento libre (Que en cada nota de mi pobre lira, Y en cada yerso que del arpa brote, El corazón, ageno á la mentira, Haga que el néctar del amor borbutg Yá que entonar.un himno es necesari En nuestro idioma, cadeneioso y rico A- quien
como
Jesús
tuvo
un Calvaric
Por defender valiente á Puerto Rico!.. Cantemos,
sí, eantemos
e
Y elevemos á Dios el pensamiento, Porque bullir en mi cerebro siento La inspiración, sublime y sacrosanta Y el corazón henchido de contento -Me.dice á gritos placentero, ¡Canta! Cantemos,
sí, cantemos
Al Grán Titán del arte borincano: Nuevo Colón que atrevesó el Oceano Que á nuestra playa circundando vemos, Y que al pisar la tierra pura
y santa
De los Hostos, Betances y Padillas, En lugar de postrarse de rodillas, Ee dijo al Pueblo: “;¡ Lázaro, levanta! ' ...
.........
.
+...
.
.
+...
......
En los tiempos aciagos En que á tí, ¡ Desgraciada patria mía Al recibir del César los halagos, Te azotó sin piedad la tiranía; Cuando la Libertad avergonzada Huyó de tús florestas, Por turba sanguinaria perseguida; Alta la frente y con la cruz á cuestas Antes de que llegases al Calvario Y consumar pudieran tu suplicio, ¿l, con valor estóico y temerarioA tu defensa se mostró propicig;
—
HAT
EL CARNAVAL e
__ Mayo 26 de 1907
NDA SANTA EL
INSIGNE
io Fernández a,
0
MAESTRO
»
480,
aso,
Queasícomoel volcán queestá inactivo Inunda
verter hizo
el Universo
DEL
Zo
273
ARTE
Yuncos
Su protesta viril cruzó los mares Cual Aguila Caudal queemprendeel vuelo, Y llegando á otro clima y á otro suelo, Lágrimas
A
á centenares!
con
su llama,
Cuando “Muerto” la Ciencia le proclama Y él quiere dar señales de estar “vivo,” Así tambien ... España, Al conocer tu historia lastimera,
Amemos, pues, á entrambas, aquí unidas
En dulce, fuerte y. fraternal abrazo, Yáquelasdos se encuentran confundidas De la Ciencia y del Arte en el Regazo!
Erguida, y con rugido de pantera Apostrofó del déspota la saña !... Y esqueel puebloespañol, siempre valiente Si reclama
Jamás
un derecho,
justiciero,
doblega ante el Poder la frente
Ni le teme
á las balas
ni al acero.
España no es culpable De los grandes errores del pasado; Porque de ser así... queda hoy probado GQue América también es responsable;
Pues si ayer maldijeron nuestros labios
Al opresor despótico inhumano ¿Que ébrio de rabia, y con furor insano Nos llenó de improperios y de agravios, Tambien ayer aquí se rindió culto Al Español
hidalgo
que,
sin miedo,
Atacando á la “Fuerza” con denuedo Nos libró del ultraje y del insulto!... ¡Siel Todoesla Nación y ésta no aplaude La cínica ambición ni el negro crimen, De los que sin conciencia la deprimen Con el baldón,
el látigo y el fraude,
Entonces al Gobierno, que es la: Parte, Le toca responder de los errores, De los grandes Magnates y Señores Con quien el Trono, 6el Poder,comparte!.. Idénticos efectos Producen ¡Sí! las Causas semejantes: Que no todos los hgmbres son perfectos, Ni en la patria de Bincoln ó Cervantes Todos los Regidores son abyectos !... América, Que la noble,
lo mismo
leal y heróica
España,
Atraido tal vez por el abismo, Ha tenido sus épocas de saña Y gusmoches de horrible Despotismo!... .
Borinquen,
Patria mía!
Soñado Edén de mi ambición constante, Odalisca gentil de la Poesía .Que recibes los besos del Atlante !...
Sultana bienhechora Queen brazos del dolor siempre has vivido Mas que nunca ideal y encantadora, Esperando con fé, llegue la hora " De que recobres tu vigor perdido... ¡Cubre tu cuerpo de brillantes galas! Corónate de lauros y de flores, Y cual Angel de luz que abre sus alas En el Cielo sin par de los amores, Acude á este santuario, Revestida de encantos celestiales,
Y vén Con el Que le Y puso
á celebrar tus esponsales divino y colosal Maestro, dió vida á tu inspirado Estro fin á tus horribles males !.... Y tú, Genio
fecundo,
Discípulos de Horacio y de Quintana,
d
Que tienescomo ** Madre” al viejo Mundo,
Y por “Hija,” la Patria Soberana, Toma la humilde ofrenda Que al dulce són, de borinqueña lira, Un corazón que á bendecirte aspira, Te ofrece alegre, de su amor en prenda, Mientras el Pueblo del Genial Caribe,
De dicha henchido, y de la Patria á coro,
Pronuncia
el “Yo te adoro;”)
Y en sus robustos brazos te recibe!!!...
prego RODRIGUEZ NATER.
274
Mayo 26 de 1907.
EL CARNAVAL w
Loor al español insigne Don Fernández Juncos
Manuel
Nunca, jamás en nuestra patria hermosa ha sido enaltecido y premiado el mérito de un hombre de corazón y de talento, con tanta justicia como hoy, que Puerto Rico
intelectual,
obedeciendo
á
un
dulce llamamiento, se levanta lleno de entusiasmo como un solo hombre, para tejer una corona de bellos pensamientos y ornar con ella
la
frente
del
eminente
astur,
expresándole en ese rasgo espontáneo, todo el amor, estimación y simpatía que él ha sabido conquistarse en este país, que es suyo, porque en él existe su cuerpo, irradia su alma y vierte raudales de luz su pensamiento. El, sintió siempre sus dolores probados gravitar sobre su pecho; loró con sus acerbos duelos y can-
tó en sus efímeras alegrías. Él ama nuestro progreso y nuestro bien; él, animoso trabajó y trabaja infatigable por la educación del pueblo;
él ha procurado encauzar por firmes derroteros nuestra fecunda y galana literatura. . Puerto
Rico
debe
mucho,
contraida,
tributándole
un
público é imperecedero testimonio de su gratitud y admiración profunda á su inteligencia elevada, á su fecunda labor y á sus relevantes virtudes. Yo también desde mi poético retiro le ofrendo mi homenaje de respeto sincero y nacido del iondo de mi alma entusiasta por todo lo grande y digno de aplauso, veneración y loa. LOLA BALDONI.
Lo que yo puedo decir Las almas
de cualquier modo y por cualquier lado que quiera mirarse, para sácar ála superficie humanas miserias. Si és, Don Manuel Fernandez Juncos, la primera figura intelectual de la Colonia Española en. Puerto Rico; si sus literarios trabajos son solicitados por propios y extraños, sirviendo
muchos
escuelas públicas despreocupada
de
texto en las
de la isla; si su figura,
con
todo
el
desaliño que le es característico, se destaca gigantesca por encima de cuantas miserias y envidias que' pugnan
por hacerle
sombra;
¿que
otra cosa puede hacerse con este hombre, que todo cuanto es y vale, se lo debe á su gran fuerza de voluntad, á su envidiable consta:cia,
y á un amor sin límites al estudio, sinó descubrirse respetuosamente á su paso, rindiendo así justo tributo y merecido culto, á quien posee tan extraordinarias facultades ? Es, para mí, Don Manuel
Fernan-
dez Juncos, uno de los primeros intelectuales espanoles, que dan prestigio á la Madre histórica, entre los
pocos que aún quedan, por aquestas latitudes. PEPE BLOMA.
mu-
chísimo, lo que no le podrá pagar nunca á ese valioso español, honra y prez de su patria, y hoy salda una parte de la deuda. que con él tiene
*
grandes y generosas;
los pensamientos elevados y libres
de todo apasionamiento, no pueden descender á rastrear un pasado, lleno de sinsabores y fatigas,
DE
JUSTICIA,
El homenaje Manuel
tributado
Fernández
á
Juncos,
don es
la
expresión de un alto sentido de justicia. Además de lo que don Manuel vale, procedía demostrar la estimación que se le debe por lo que significa. Porque ese hombre meritísimo representa una idea valiosisíma. La de queen la labor humana,
el
poder
de
unir
es
más
a que el anhelo de separar. Jnió á los puertorriqueños con sus padres mostrándoles con el ejemplo de su vida las cualidades más nobles del alma española; unió á los puertorriqueños con los ericanos predicando las grandezas desarrolladas en Norte America á la sombra de instituciones políticas
sabias; y á nuestros hermanos del continente con su bendito ejemplo los está aproximando á nosotros,
q
'
Mayo 26 de 1907 275
EL CARNAVAL
-
enseñándoles á comprender como pueden trasmitirse «en un medio de lleza exquisita,
virtudes de una
tradicioual caballerodidad, como perduran las gloriosas tradiciones de sus rail en la bellísima tierra de sus hijos. Que Dios le bendiga.
FEDERICO DEGETAT.
tiene el pedantismo de la cien”
llamar frailuna, esa ciencia de ra-
tón, mal mascada y peor digerida. El método instructivo del señor
Fernández Juncos es experimental, basado sobre los hechos reales que no se dan de cachetes condos pro-.
gresos del siglo. Fernández Juncos
——eA———
Fernández
No
cia antigua, ni la lógica trasnochada de la ciencia, que podríamos
es un Mesias que no ha tenido ningún San Juan Bautista.
Juncos EL
s. DALMAU.CANET.
PEDAGOGO. —
Fernández
Juncos,
indudablemente,
pedagogo, es
un
elemento
de
valer. Su libro “Antología Puertorriqueña”, destinado para la ensenanza en las escuelas,
tiene sus mé-
ritos; como que en él estudia de paso, al par que expone conceptos acerca de la literatura regional, la labor
de
escritores
y
poetas
que
han brillado en lo que va de treinta años.
* Desde Baldorioty de Castro hasta Ferrer y Hernández, su pluma expone con verdadera atención todo un movimiento literario, que hace honor á la cultura no solamente propia sino también general. El estilo de Fernández Juncos se resta para la exposición : sencillo, lano,
sin
esos
adornos
retóricos
que tanto sirven para abultar los =Jibros, es el mejor medio para sinftetizar por grados y por series el pensamiento ageno, la labor científica de nuestros pensadores y artistas. así de la palabra, que es la elocuencia, como de la pluma, que es el libro. Fernández Juncos, como pedagogo, reune también una cualidad principal: la calma, la serena calma de su espíritu que hace que todas las cosas, como
todos
los he-
chos que cuenta, aparezcan fáciles y de
En-su
naturalidad encantadora.
libro “Antología Puerto-
rriqueña”, que dedica á los niños, el observador imparcial ha de admirar un filósofo que hace cuarenta años, más de cuarenta años, habla
con el público.
DIGNO EJEMPLO La inauguración en Juana
Díaz
de la escuela que lleva el nombre de Manuel Fernández : Juncos, y la fiesta de San Juan para; coronarle, - son manifestaciones espléndidas del progreso de los tiempos y del .
cariño á que un alma noble se hace acreedora.
Mucho hay que aprenderestudian- do á Fernandez Juncos y analizando
el significado de esas dos
fiestas.
Representan el triunfo de la virtud, de da laboriosidad y dela modestia, que con la buena voluntad y la sencillez propia de los grandes caracteres, forman la base de la personalidad del gran hombre que ensalzamos.
Tengamos fé en cuantonos rodea
y en nosotros mismos. No nos dejemos sugestionar por la idea tan frecuente de queaquí no hay medios para desarrollar nada. Ya que para nuestro mal admitimos como un hecho que es preciso salir de Puerto Rico para educarse, sírvanos de ejemplo el de Fernández
Juncos que nos ha demostrado que
aquí hay medios para todo lo bue-
no siempre
que nos
pongamos
en
el candno del bien ara hallaidó: Noble ejemplo el suyo. Recojamos el fruto que siembran pródigos los obreros del bien, para que
andando el tiempo también noso-
tros tengamos algunas de esas se-
millas que poder sembrar para generaciones
venideras.
$
BONCIFACIO SANCHEZ.
EL CARNAVAL
Mayo 26 de 1907
Homenaje. Hl aostro IV
Fornándoz
Noble adalid de la guerra la más
Juncos.
más santa,
santa guerra
que el redentor altriiismo levanta contra
los males
que
afligen
la tierra;
* Titánico brazo que el soplo divino en sí lleva impreso para allanar el difícil camino á la carroza triunfal del Progreso; * . A El místico
vaso,
el ánfora
hermosa
que guarda la ciencia como guarda en su seno la rosa el rico tesoso de mágica esencia; * > El sol que á la aurora derrama en oriente su luz viva y pura... ¡Es todo eso en el siglo presente el paladión de la humana cultura! *
+
Más fecundo en bienes queel campo guerrero el campo del arte, es glorioso el estilo de Homero más que la espada sangrienta de Marte. * > ¡Oh, tú, que has formado legión aguerrida de ilustres campeones
que van combatiendo con la frente erguida por la más hermosa
;
*
¡Oh, tú, á cuyo noble lós vates y á quien, en justicia, su mentor insigne, su
]
*
de las redenciones ! consejo tomaron el estro, los vates llamaron sabio maestro! £
>
.
¡ Tú eres grande! Borinquen se ufana al rendirte aplauso merecido y justo... ¡ Tú eres más que en la Roma pagana el césar Angusto! virGiLIo
DÁVILA.
EL CARNAVAL
Mayo 26 de 1907
¿ UNA
EXCUSA
San Juan,
Mayo
*
22, 1907.
Sr. D. Joaquin E. Barreiro, Director de EL CARNAVAL, Ciudad.
Amigo Barreiro: Con profundo y pesaroso sentimiento me veo obligado á contestar con una excusa su honrosa invitación á colaborar en el número de EL CARNAVAL dedicado al Sr. Fernández Juncos. La vida de esta gran personalidad puertorriqueña ofrece tantos aspectos dignos de estudio, y su labor es tan extensa, que no puedo intentar siquiera un esbozo, cuando lo que desearía es poder presentar su noble y ejemplar vida, para ozar del mágico efecto de suscamDianiós y destellos luminosos. Crea que lamento muy deveras la imposibilidad en que estoy, pues hubiera querido darle esa prueba de mi cordial aprecio. Afímo. amigo, E. C. DE HOSTOS.
sublime de Sainte-Beuve de que “los
hombres de alma grande se buscan y se aman.” Yo, por mi parte, al par que admiro la fecundidad asombrosa del privilegiado talento de mi muy querido amigo Don Manuel Fernández Juncos, y siento un' alborozo estético ante las gallardas manifesta-
ciones de su envidiable cultura literaria, me descubro con tado respeto y humildad ante las virtudes públicas y privadas del generoso asturiano, que ha hecho de Puerto Rico la Patria chica de sus mas proínndas afecciones. rables,
Dice Sainte-Beuve: decidme á quien admirais y Os diré lo que sois, por lo menos en aquello que á vuestro
talento,
¿Admirais
á los hombres
cres?
Es
za
mediocre.
es
íritues
vuesmedio-
porque vuestra naturale-
hombres ricos?
¿Admirais
á
los
Es que vuestros es-
mundano.
consecuencia,
honradez
de principios, convicciones inalte-
DIOS LE GUARDE
tro gusto y vuestro carácter.
*
Ahora bien, los hombres que han realizado la festividad artística del Ateneo en honor del insigne literato Don Manuel Fernández Juncos, y los hombres de [EL CARNAVAL, dedicando un número especial de dicha revista tambien en honor á la personalidad del literato, del político, del sociólogo, del filósofo y del pedagogo, realizan el apotegma
Lealtad,
concierne
277
¿Admirais á los
ombres con títulos? Es que sois un adulador ó un parásito. ¿Ad-
mirais á los hombres honrados y
virtuosos? Es que soy de natural honrado y virtuoso. Los espíritus estrechos y sin generosidad, nada pueden admirar de corazón. No saben reconocer y menos aún venerar las grandes COSAS. Para un zapo la mayor belleza es la de un zapo hembra. Los hombres mediocres pueden estar envidiosos de sus semejantes; pero los hombres grandes se buscan y se aman.”
equidad
en sus juicios, lon-
ganimidad en sus afectos, templanza, en sus actos, beneyolencia en sus
más ámplias manifestaciones sociólogica, he ahí—con muchas más que silencio—el cuadro de virtudes que ennoblecen la > E respetabilísima de ese español, de vivísimo ingenio y de irrepochable modestia, á quien mas idolatra Puerto Rico y que responde al nombre de Fernández Juncos. Manuel ¡Dios le guarde! Luis A. TORREGROSA.
ASI
ES
Puerto Rico, Junio 19, 1899. Sr. Dr. Don Manuel, Guzmán Rodríguez.—Coamo. . s Mi distinguido amigo: Recibí sus cartas y los 60 centa-.
vos oro, que entregué á mi hijo y
los abonó á Vd. por saldo de suscriciones hasta fin de Junio. Me enteré de lo que Vd. me dice
278
Mayo 26 de 1907
EL CARNAVAL
respecto de Hostos. Creo con Vd. que se le debe tener en cuenta, tratándose de la organización de la enseñanza. Por desgracia no intervengo en nada, desde que soy extranjero. Todavía no se había resuelto nada conla conferencia de París y ya había periódicos puerto.rriqueños que me negaban el derecho de escribir, y alguno llegó á señalarme como español á. las iras
Grita el conde turulato,
Y los belicosos ecos Se repiten en los huecos Del valle y de la alta sierra... ¡ Es que ha empezado la guerra De mojados y de secos! Cada jíbaro en su chongo
Es un sargento Escudero, Que grita con tono fiero:
“¡Si te mojas te compongo !” La lucha por el mofongo Ya huele Á pimienta y ajo; El capital y el trabajo Riñen y se infunden miedo, Señalando con el dedo Para arriba y para abajo.
populares.
¿ún el seno de la amistad he hecho ya y haré lo que pueda en el sentido que Vd. me indica, porque aprecio mucho la obra de Hostos. En esto de la enseñanza hay algo que el público no ha acabado de comprender, y me admira de que no sea en esta ocasión tan perspicaz como otras veces. Se va á la americanización por orden terminante de Washington. Allí se hacen las leyes sobre enseñanza y no hay
manera
miento.
de evitar
Como es cosa ya evidente
Que habrá la de Dios es Cristo, Y no hay
Se anticipa á la tarea, Y, para dar una idea
su plantea-
Del gran conflicto en cuestión, Describe en este padrón Los héroes de la pelea.
Lo más que se puede ha-
cer es modificarlas algo en suadaptación y perfeccionarlas en algún detalle, por más que—en honor de la verdad—se
ajustan
bastante
necesidad
de vivir,
escribiré
sobre
asuntos literarios y científicos. Por ahora tengo dos contratos: uno en la Argentina y otro en Barcelona. Si hay quien compre aquí trabajos de esa índole, los escribiré también.
Ni mi salud ni mi calidad de extranjero me permiten continuar en
el pao
militante.
be Vd. que le estima siempre y
le distingue su amigo afmo.
mM. FERNANDEZ JUNCOS. —_ e —
COSAS VIEJAS
pa El peligro es inminente.
Canta el múcaro á lo lejos, Y el esqt de jos " - Suena tocandoá rebato.
TI
á los
rogresos escolares de mayor créito. A fines de este mes termina El Buscapié su vida. Es un instrumento que sirvió en otro tiempo bien; pero que ya no se adapta á la nueva situación. Como tengoy
censo ni registro
Para conocer la gente, EL BuscaPIÉ diligente
Hombre inquieto, codicioso,
.
Cerril y duro en el trato, Que cobra siempre el barato Y al que manda le hace el oso; Que sin tregua ni reposo Va llenando su granero A costa del pueblo entero Que le tira del arado:
Mojado.
Pobre jíbaro indigente Con la explotación en guerra, A quien nunca da la tierra Lo que pide el Intendente; . : Del trabajo énda pendiente A la usuta vil atado,
Y más limpio y arrancado Que las mangas de un chaleco:
Seco.
Funcionario tiburón
- Que hizo su agosto en un día Profanaundo en la alcaldía
El municipal sillón, Qu pre
ley ni >
razón
j
ue el propio gusto y provecho, Pues 4'todo da deceo
El ser del cacique ahijado: .
Mojado.
Mayo 26 de 1907
EL CARNAVAL
Cesante sin compostura O industrial sin protección, A quien la administración Matar de anemia procura, Triste y pálida figura
279
Todo el que pega es mojado,
Y todo el que paga es sero:
MANUEL FERNÁNDEZ JUNCOS.
1888.
Oe
Que va muriendo á tirones,
Como emisión de cupones Y armadura de muñeco: Seco.
Rematista colmilludo Que con la salud trafica
Y sin piedad sacrifica Al pueblo paciente y mudo; Con la patria por escudo Pone al inocente en Cruz,
Y disfraza de virtud Su repugnante pecado: Mojado.
El profesor de enseñanza Flaco, débil y afanoso, Miembro pasivo y forzoso Del grupo de la Templanza ; Siempre á merced de algún tuno, Sin que le valga en su ayuno”
¡Ay! ni la bula de Meco: Seco, El prestamista usurero, El que al infeliz engaña, El que en el agio se ensaña
Con perjuicio de tercero; El fanfarrón, el fullero,
Todo el que medrando oprime, Quien huella al pueblo que gima Y escarnece al desgraciado : Mojado. Todo aquel á quien maltrata El mandarín que domina, El que tiene hambre canina De justicia y de... batata ; El que en la labor se mata Sin justa compensación ; Todo el que sufre la acción De criminal embeleco: Seco. 11I
Con señas tan terminantes, . Ya podrá la gente extraña Distinguir en la campaña Las fuerzas beligerantes ; Más sino fueren bastantes Para evitar algún trueco, Aquí en este recoveco
Pondré un axioma probado:
EL CAMINO
DEL DEBER
Quienes quieran aprender el camino del deber y el apostolado del verdadero patriotismo, no busquen en los Decálogos escritos, no busuen enseñanzas, no, en los libros e la humana fantasía. La razón nos dice á todos que en la plácida fuente de la realidad encontraremos inspiración y consejo, y si volvemos los ojos á esa realidad con» templaremos á un mentor insigne, á un maestro del deber: D. Manuel Fernández Juncos. . En él está escrito con palabra ardiente todo un apostolado de luchas dignificadoras por el Arte, la justicia y el derecho, trilogía da, que se resume en una finalidad más sagrada todavía, el triunfo de la Belleza. En su mente vive y fulgura
al amor al ideal, más querido cuan-
to más lejario; en su corazón, el sentimiento y.el arrebato de los grandes luchadores, artistas del ensamiento; en su voluntad, en fin a energía poderosa que excita á
recorrer el camino, el dorado derrotero de la cumbre.
Sí, este hombre
es todo un apostolado expuesto bella y solemnemente ante nuestros ojos, cual las grandezas de un paisaje. Contemplémosle con afecto, leamos ese apostolado y de la luz re-
dentora que proyecta, extraigamos enseñanza generosa para vencer en el hoy y ganar el poryenir.
En la vida de ese luchador todo es
sentimiento,
humana:
en
necesidad,
aspiración
lo político, ideal del
tiempo, sutíl clarividencia, en
obediencia á la sinceridad del credo
sustentado;
en
el- Arte,
justa:
deseo
arrobar los corazones con uh poco de espiritualismo,
copo
suavizando
las
de la realid etilo el plá-
cido sol de la Bellaza;en la peda-
gogia, predominio del espiritu moderno en la emancipación de la con-
* de.
cl
dis
a
+.
ll
e
3
280
Mayo 26 de 1907
EL CARNAVAL
ciencia,
ante
impresión grata de la vida, fortaleciera su cuerpo incitándolo á jugar bajo los robledales frondosos y
del niño;
nos, y lo enseñara á reir con esa risa franca, inofensiva y contagiosa ue su pluma humorística ha llevao en centenares de ocasiones al papel y desde el papel ha provocado la risa de tres generaciones de lec-
necesaria neutralidad
todos los choques de todas las creencias, ser inmutableantelas pasiones externas, y ser luminaria deslumbrante
para
la mente
en la sociología aliviar tristezas y alentar aquellos ejemplos de redención humana que dignifican á los pueblos; en todo, por último, manifestación triunfante y espontá.nea de tender hacia el progreso y de mirar hacia la luz de oriente la luz de la verdad, la luz del porvenir. ROMUALDO
REAL.
BIOGRAFIA Manuel
asturia-
tores. A los nueve ó diez años
de edad,
por el 1858, dejó de escuchar los tambores y las panderetas de su tierruca; dijo adios á los mirlos y su pueblo; subió--lleno de esperanzas
PREMIO.)
Fernández
inmensos
las calandrias de sus campos; salió —buscando nuevos horizontes—de
———— O A AA
(PRIMER
los. castañares
—á un buque; eruzó--lleno
de sueños
—el
en Puer-
oceano, y desembarcó
to Rico, donde iba á ser, en vueltas provechosas del destino, comer-
Juncos
-ciante, literato; Jamás se debe escribir sino de lo que se ama. Ernesto
RENAN.:
No recordamos en qué lugar exacto
de la cordillera
cantábrica,
ni
en qué año afortunado.—omisiones
que en nada afectan la índole hu-
mildísima
de nuestro
estudio,—na-
ciera el ilustre español cuyo nombre cimera gallardamente esta páina; astur-puertorriqueño que pudora sacar á relucir una vez más la
debatida cuestión de
qué es la pa-
tria, si el pedazo de tierra en que vimos la primera luz, ó aquelen que nuestro corazón probara el fruto de las más intensas emociones, nuestra 'alma el dulzor de las más hermosas esperanzas y nuestra inteligencia el placer de los más caros y grandes ideales de la vida. No
otro,
suelo,
sino el suelo his-
pano'enriquecido maravillosamente con las rimas brillantes de Becquer la elocuencia de oro de Castelar, lué la cuna quele deparara la suerte ara traer al mundo ese manojo e dones que un español de buena cepa tiene prendido al corazón desde que nace; no otro sol, sino el sol
hispano que saludara Quintana en
versos inmortales. fué la lumbre ar-
dorosa que dilatara cuidadosamente sus pupilas, le diera la primera
periodista,
crítico,
poeta, jefe de partido, miembro de gobierno,
pedagogo,
conferencista,
modelo de hombres y héroe indiscutido en gloriosísima fiesta de Ateneo. Cambió un pueblo por otro sin erder en el lance, como quien camdla una onza por otra. No echó
aquí de menos
las playas rocosas
del Cantábrico, los rumorosos maizales y añosos encinares dela tierra
de Don Pelayo. Aprendió á amar las palmas y las ceibas, le encantó el gorjeo de -los ruiseñores, gustó de las “voluptuosas noches ameri-
canas, que dijera el poeta, y se ena-
moró del cielo eternamente primaveral de nuestra patria. Muy pronto el niño asturiano cambió el son dulce que en el habla traía, caraeterístico de sus conterráneos, por el dejo triste y melancólico del habla borinqueña. Y aquí se rindió su voluntad de hombre al influjo poderosísimo del eterno femenino. El sol del trópico se encargó de desarrollar el germen que el sol español infiltrara en su sangre de artista; avivó su espíritu de observación; tiñó su fantasía de los colores
del iris; aguzó la perspicacia de su ingenio; encendió su corazón para la virtud, y dió alas muy grandes
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y muy poderosas á su condición expansiva y sentimental.
No pretendemos, conocedores de nuestras negativas aptitudes, hacer la biografía completa de un hombre cuya influencia social en este país ha sido tan extensa; solo trazamos
rencia
sinceras líneas con
y-.con
orgullo
acerca
reve-
del
amado maestro, laureado vencedor
en la vida por la singular ecuanimidad de su carácter que nunca parece dominado más que por la razón.
_Para recorrer el vasto cam-
po de uno biogrfía, trazar los ras-
gos característicos
de una existen-
cia de impasible belleza consagrada durante medio siglo al adelanto intelectúal de nuestra patria, reflejar la esencia de su carácter, hacer un
estudio detenido y completo de su obra,
se
requeriría
benedictino,
un
trabajo
necesitaríamos
de
cuali-
dades de que carecemos, estilo que no dominamos, inteligencia que no poseemos, esfuerzos que no alcanzamos; sería precíso acudir á Don Manuel Fernández Juncos y decirle: Bondadoso maestro, enséñanos á
escribir. De Fernández
Juncos
decir,
á una frase
acudiendo
reotipada muy
por
joven
el
uso,
mostró
podemos que
este-
desde
grande disposi-
ciones para el cultivo de las letras. En 1865 estudiaba literatura en una tienda de Vega Baja. Y añaden las crónicas que no transcurrieron muchos años sin que abandonase las ocupaciones comerciales á que se dedicara á su llegada al Nuevo Mundo y entrase de lleno á mercar con las hijas de Apolo, menos informales y engañosas en sus tratos que los hijos de los hombres. Constante
agitador
de
las ideus
estéticas, dueño desde muy joven de un estilo lleno de lógica, muy rico en contrates, de alma hidalga y carácter acogedor, se propuso estudiar la obra de nuestros literatos y dedicarse con todas sus aptitudes al amoroso cultivo de las bellas letras. De escogidas condiciones críticas, nutrido con sólidos estudios científicos, ahondó con escru-
pulosa
atención
en
nuestros
pro-
281
blemas sociales, fué observador perspicaz de la psicología de nuestro pueblo, y, lleno de-generosa imtención moral y didáctica, dió á las primicias de su pluma tintas
admirables que los millares de lectores recogían con marcadísimo deleite. Desde temprano se destacó su personalidad literaria con relieae poderosísimo. El Ateneo de Puerto Rico, del cual fué uno de los más entusiastas fundadores, le nombró
miembro de sus jurados. Vigoroso espíritu caballeresco; conocido de renombre en toda la América latina al poco tiempo de su iniciación en la vida pública, hizo aplaudir en todas partes la gracía natural de su talento, la continua agudeza de su pluma, la euritmia de su prosa castiza, y la fuerza poderosa de su sonda sociólogo. Dueño de buen sentido, no vino á
hacer papel de espanta-pájaros en campo de nuestra literatura. Su sátira culta y «ulegre no convirtió su pluma en hoz de segador afilada y cortante, y al ejercer la poda, como buen jardinero, cuidó de que sus resultados fueran tónicos en vez de ser enervadores., “En materias
literarias,
nos
dice,
como
en
las agrícolas (y perdonen ustedes lo terrestre dela comparación) hay temporadas de siembra, de deshier- * bo y de poda, operaciones muy distintas que no deben confundirsey ue todas ellas requieren oportuniad y sazón.” : Mientras otros explotan exclusivamente el aspecto negativo de la crítica y hacen cuenta de los yerros con más malicia que piedad, él libre de prejuicios, con anchura de criterio, sin exaltaciones
morbosas
camina proveyendo deentusiasmos á todo el mundo, repartiendo el
pan del elogio á manos llenas. esti- * mulando á los principiantes, siemre indulgente con los esfuerzos bien
intencionados
de los jóvenes,
exprimiendo la esponja de la. bondad para mojar muchos labios sedientos, esforzándose en descubrir bellezas, y dando el buen consejo y la advertencia propicia cuando
282
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EL CARNAVAL y
otros no saben ofrecer más que la
día hablar á menos que no fuera “para elogiar el talento práctico de Cánovas del Castillo, el chaleco del Sr. Osorio y la pera rala del general Martínez Campos.” Fueron famosas sus campañas olíticas en “El Agente” y en “El uscapié.” De temperamento radical y algo volteriano en sus juicios, en las altas esferas del poder provocaron á menudo tempestades los aires pon 4% su pluma. Confirmarían lo dicho, si milagro-
burla mordicante y la censura improductiva, Los que se gozan en ovultar morder la gloria agena,
iorman
legión.
Fernández Juncos,
ese gran hospitalario intelectual, floricultor amoroso, no sabe manejar, para causar daño, las armas de la crítica, hace gala entodas oca-
siones de una bella elevación de
conceptos, de una noble alteza de miras; no escatima su a plauso alentador, su palabra dignificadora, su gesto paternal, allí donde quiera que hace falta para señalar una orientación moral, no dejar marchitar un ensueño ó morir, por falta de calor, una esperanza. Siempre aconsejando como un buen hermano mayor, filtrando nuevos impulsos, nuevas direcciones, sabiendo corregir y enmendar, dadivoso en el elogio, llenísimo de tolerancia, sin querer hacer daño nunca, hasta el punto de haber sido tachado—nó-por nosotros—demasiado complaciente,
samente existieran, los censores de imprenta. : El partido liberal de la colonia lo eligió Delegado á la Diputación Provincial, y recordamos entre sus espléndidas campañas las que libró en 1879 por la creación del Instituto de Segunda Enseñanza y el establecimientos de Escuelas Ñormales para profesores de ambos sexos. En “El Buscapié” hubo diaria-
mente derroches de ingenio y habi-
lidad. Sus chistosos y sazonadísimos artículos, propios todos de un pensador de enjundia, donde abundan las agudezas, las alusiones festivas, la oportunísima vis cómica, encuentran todavía fácilmente asíduos lectores en salas de Ateneo y en redacciones de periódicos. Nunca se notó falta de esmero en aque-
cortesísimo
en todas ocasiones, no pertenece á la inútil clase de críticos puntillosos de ocasión, Gargantuas que se comen á todo el mundo, ni fué nun-
ea su pluma pinza inclemente unta* da de curare envenenador. Con mayor grandeza que el héroe del cuento
de Daudet, no
vende,
sino
lla fina hoja periodistica en
que regala las maravilas de su cráneo de oro. En 1877 se funda “El Buscapié.” Siempre ayudando á la obra de la estructura social, propagador incesante de las ideas buenas, doma-
dor del verbo, espíritu filosófico, ámplio y sereno, hablando de todo con seguro
conocimiento de causa,
el temible polemista de ““El Buscapié” fué uno de los periodista favoritos del pueblo, esforzado heraldo de ideas liberales, gallardo paladín -de principios republicanos, soste-
nedor valientes
patrióticas colectividades.
e
Hizo política, pertafació áladi- '
rectiva de los part idos -más avan-
zados de la colonia y predicó amor
de Patria y Libertad, en aquellos tiempos peligrosos en que no se po-
dicción,
sin
extranjerizas
figuras,
vantan
siempre altas y ardientes -
táneas,
de
sin adjetivación recargada, arrancan donde quiera el aplauso y. le-
de ideales redento-
res, caudillo denodado de fuertes y
que do-
minaba la reflexión tranquila del Director, la prudencia de su po bra, la claridad de su juicio, el concepto definido, claro y seguro. No encontramos en las producciones de Fernández Juncos pensamientos alambicados, amaneramiento del lenguaje ó ampulosidades de estilo. La transparencia de su frase, el gracejo de-sus decires, los alardes de su ingenio, la flexibilidad de su
llamas de admiración. Descolló yo hizo admirar el Director de “El Buscapié” como excelente pintor de costumbres coetipos
y caracteres,
de
tradiciones y leyendas, Ingenioso “siempre, la ironía sutilísima, de
.
EL
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CARNAVAL
saber variado y chistes picantes, nos ha descrito larga serie de tipos uertorriqueños en artículos mode-
ados con tal. donaire, soltura y amenidad, que han tenido el privilegio de hacer reir á un país entero
durante muchos años con demo-
ladora risa cervantesca. El “Adivino”, el “Meópata” (llamado así para distinguirlo del homeópata (Continuará
en el
número próximo.)
»
NOTA
FINAL Discurso del Maestro.
283
lo debo todo entero; lo aprendí de vosotros mísmos. No había pasado aún
los
linderos de la
infancia
cuando vine á Puerto Rico; no tenía entónces ideas ni apenas sentimientos própios, y entre vosotros nací á la vida del pensamiento. Vuestros padres me enseñaron á sentir; vuestros intelectuales de ayer me enseñaron á pensar. De nadie más
que de éllos y de vosotros
recibi
lecciones y ejemplos. Cuando alguna vez—y siempre por breves días— me ausenté deeste suelo hospitalario, no cesé de pensar en él, de sentir nostálgia, de anhelar el instante de mi regreso.
Aquí, siempre en fraternal unión
Señor Presidente del
con vosotros, sentí vuestras penas,
Ateneo Puertorriqueño.
participé de vuestras alegrías, y mi
corazón
latió
siempre
al unísono
Señoras y Señores:
con el vuestro. Si algún rasgo de belleza habéis hallado en mis mo-
Cuando tuve noticia de que iba tomando forma real el acto que es-
destos escritos, dad por
táis celebrando esta noche,
me sen-
tí como desconcertado bajo la acción de dos sentimientos distintos: el uno de gratitud ante la expontánea manifestación del cariño de un pueblo, expresado por lo que él tiene de más espiritual y excelso, sus
poetas, sus
tribunos, sus
pen-
sadores y sus artístas; el otro de pena por no haber hecho yó, por no haber podido hacer algo verdaderamente digno de este pueblo nobilísimo, que sabe sentir de
tenso
modo
exquisita
tan in-
y exteriorizar en tan
forma
sus
sentimientos.
ro que
lo copié imperfectamente del alma pue iqueña ó de la naturaleza física de este admirable país..... Ved, señoras y señores, cómo Os debo cuánto soy, y como es originalmente vuestro cuanto de plausible os parece ver en mí, por un esejísmo própio de: vuestra misma bondad. ¡ Yó sí que me encuentro en deuda con vosotros! ¡Yó sí que tengo en el alma recuerdos indelebles de vuestra hidalguía y de vuestro buen corazón! Y ahora, cuando en la decadencia .
natural de la vejez me atormentaba la idea de no poder. pagar á los
ieno de alta cultura es en los ueblos el honrar á sus hijos más tustres, llegando en su exaltación sublime hasta el punto de fran—
puertorriqueños su franco y generoso hospedaje, viene el acto mag-
tes de quela muerte los haya. hecho inmortales; pero esto ha .podido hacerse con los genios, con las águilas del pensamiento, con los hijos predilectos de Apolo. Yo no soy más que un obrero jubilado del periodísmo, un insolvente de la poesía, un pobre soñador de ideales. un enamorado platónico de la belleza y de la verdad. Lo poco que hice en mi vida, y
me de esta deuda; ante
quearles el templo de la gloña
an-
que vosotros estimáis en tanto, 08
nífico de esta noche, para el cual no hay solvencia posible. Pero ante la desproporción enorel evidente
desequilibrio entre honor tañh alto y méritos tan pobres, un pensamienta consolador viene á fortale-
cer mi ánimo,
dejándome
colum-
brar el alto sentido, la causa determinante de esta apoteosis espléndida. ¿Qué puede haber en mí individualmente que sirva de motivo á éste gran honor? Si se trata de remiar la obra de un periodísta,
a mía no fué más que el reflejo de
-
> ESTI la
TATI
RIERA
.
. *
284
Mayo 26 de 1907
EL CARNAVAL .
publicistas y patriotas puertorriqueños eminentes, que me precedie-
ron en la lucha.
lardonar
Si se trata de ga-
méritos
literarios,
hubo
y hay aquí verdaderos poetas, literatos insignes, historiadores y maestros del bien decir, en cuyas obras me he inspirado con frecuencia y ante los cuales me descubro con respeto y admiración. Por muy altos que se quieran poner mis trabajos de otra índole, nunca alcanzarán tal grado que deje de haber en Puerto Rico muchas personas meritísimas que los superen. ¿A qué debo atribuir entónces la suer¡te de que sea yó el primero en recibir en yida el homenaje que tantos puertorriqueños merecen con preferencia?
Es evidentemente que hay mucho de simbólico en este acto, y que. yó represento aquí, por un efecto de vuestra delicadeza exquisita, la confraternidad de puertorriqueños y españoles, el vínculo in able entre este pueblo y la raza due le dió vida en la historia con elf legado de su sangre, de su cultura y de su lengua, y me regocija el pensar que" habeis personificado en mí un “sentimiento
noble
que al enaltecerme
como
vuestro;
esta noche ha-
béis puesto la mira en el genio español, en aquel genio español noble y auténtico que dejó huella perdurable en las Leyes de Indias; que habló en el Nuevo Mundo por boca del padre Las Casas; que inspiró en las Córtes de Cádiz da palabra del divino Argiilles, y que ha resonado aquí esta noche en las estrofas -y en los discursos de ilustres puertorriquenos, y en
el de mí
elo-
cuentísimo compatriota don Antonio Alvarez Nava. En este concepto sí que me llena de legítima satisfacción el acto que estáis realizando, y considero este instante como el más dichoso de mi vida. ¡Ah. vosotros todos, señoras y señores, que poseéis la facultad de sentir con el alma entera,
juzgad con quéssuprema emoción estoy recibiendo *el homenaje de amor que envía por mi conducto á la gloriosa patria de mis padres, la
dulce y bella patria de mis hijos!
¡Puerto Rico, región bendita en donde aprendí á amar, pueblo que ardas los recuerdos más gratos
de miexistencia y que guardarás
probablemente mis cenizas; á las muchas y grandes alegrías que he recibido bajo tu cielo incomparable, no era posible añadir otra mayor que la que ahora me proporcionas, concediéndome la dicha de ser mensajero de tu amor á la.madre Es ¡ Y madre in-. hortal de genios y de héroes, recibe todo entero el honor de este saludo de una hija epi y amorosa, que no por hallarse fuera de tu regazo deja de estimar su orígen, de recordarte con amor y de reconocer tu gloria excelsa y tus admirables virtudes! Yó. os agradezco, señores del Ateneo, la iniciativa deesta/admira-
ble fiesta, que me hace experimentar el goce más intenso de mi vida; ,yó estoy muy agradecido de vosotros,
oradores, literatos y artistas que habéis dado prestigio y brillantez con vuestra inspiración á esta inolvidable solemnidad; yó agradezco á los directos del Casino Español su manera generosa y delicada de cooperar á esta manifestación inolvidable, con el presente de una. corona de oro español, labrada y tegida en España por artífices espanoles, no para halagar el orgullo de una pobre cabeza, sino como símbolo glorioso para coronar la exaltación de un sentimiento noble, grande y profundamente humano: el sentimiento de la fraternidad. Y para queresaltara más la gracia de esta magnífica ofrenda, viene por mano de un > rad ilustre, de un hijo predilecto de mi misma tierra asturiana, á quien
profeso gran
ración y amistad.
Yó os agradezco, damas
admi.-
y caba-
lleros, pueblo entusiasta y culto, la parte que tomáis en este acto, aumentando sú esplendor y grandiosidad. Hace ya muchos años que os profeso cariño y amistad entusiasta; pero desde esta noche tenéis
mayor derechó estimación.
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