_EL
CARNAVAL
SUSCRIPCION.
REVISTA, PUERTORRIQUEÑA
O
SATIRICO-LITERARIA, POLITICO-INDEPENDIENTE DIRECTOR: |
>
Entered ANTICIPADO.
December
second-class
19, 1902,
matter,
VIII.
San
Juan,
Puerto
at
or
San Act.
3,
Juan, of
P.
s
Francisco
Apartado
Francisco X. Arache.
March,
Año
San
ADMINISTRADOR :
Joaquín E. Barreiro.
PAGO
OFICINAS:
Teléfeno 299.
R. as
Congress
62,
434.
Circulación
of
en
toda
1879.
Rico
21 de Julio
de
1907.
Núm.
a.
> io Yo te debo la vida de mi alma . Ya vencida por la pena, se había envuelto en el tul de sus pesares, para vivir tan solo en la suprema voluptuosidad de sus tristezas... Ya los esfuerzos titánicos de mi voluntad no eran
suficientes á ocultar, bajo mi eterna risa los estertores de un alma que agoniza, y se revuelve contra su destino... Ya el hastío exhumaba los restos de mis ilusiones, muertas al nacer, para arroparmeen un mar de desen
%
>
canto...
]
Y tú me conociste.
Con
una
intuición
rara
en
tus pocos
años des-
> )
cubriste mis decepciones, mis dolores te impresionaron,yá ¡impulsos de tu generosidad sublime. quisiste
>
hacer mias, tus
>
se me antojaban
) >
grandes ambiciones,
tus bellas espe-
TAnzas. ¡Las mismas ambiciones, las mismas esperanzas, que abrigó mi pecho, cuando los tristes desengaños
>
2 > >
sueños
.!
¡Y fuiste creador, porque al soplo de tu aliento mi
> >
alma surgió á una nueva vida, vió abrirse ante sus ojos horizontes de felicidad extensos, como nunca los soñara y subyugada por tu mágica palabra se fundió en tu alma, y vivió tu vida, y se abismó en tu ser! ¡Qué dicha supremala de sentirse anonadada en ti! ¡Qué esclavitud deliciosa, la de estar bajo tu voluntad dominadora, que todo lo avasalla ! ¡Qué hermosos díaslos que pasamosjuntos! Aquellos días únicos, quehan dejadoen mialma huella imborrable, un recuerdo vivificador, infinitamente dulce! Siempre que en mis horas de angustía, el exceso .de dolor me agobie, he de hacer vivir esos recuerdos.
>
Superior á tantas penas .
E
era tan odiosa, he llegado á amarla.
> > > > >
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K
AA
j j ] j j ] 3 j j j j j
HA: H Ko.
> > > > Y > > > >
Deellos ha de emanar toda mi fuerza, paa hacerme
Y por ellos, te perdono que me olvides: Yo te debo la vida de mi alma, y esavida que me
AZÚREA,
19.
o o e ;
|
L
————
|
p
A
Ai
la
isla.
492
EL
Julio 21 de 1907
CARNAVAL.
A PLUMA Y A PELO “También
to
sé que
Rico en una
20 6 30 familias,
en Puer-
finca
viven
las que
nun-
Y
con
la
obligación
de
pagarle
todos los meses al casero. Que hasta
suele permitirse
venir
de
con malas crianzas y á horas intem-
propiepad sobre la finca que
pestivas. Yo creo que Vd. no ha pagado casa nunca. Pero hay caseros, sim-
ca logran tantos que
años ha vivido,
viven
el dueño
Es
tener derecho
mi
pobres
sino
en ella hasta
que
pático
de la finca quiere.
opinión tienen
que
derecho
Gobernador,
que
respe-
tan
á
giendo las pulgas. / Ya Rosita ni se ocupa. Pero á una señora que sea aprensiva le puede dar hasta un ataque.
ser
propietarios de la finca en el día de mañana.—PosT”.
Bendita sea su madre, que en la gloria esté su abuela y que á sus hijos vea tan sanos y robustos como si tomaran á pasto la Emulsión de Scott. Usted si que ha dado con el clavo, simpático Gobernador. Dios le dé arroz y habichuelas para mientras beba, digo viva, y que la tierra le sea ligera después de la muerte. (Qué de agradecidos, que le quedamos los pobres. Porque aquí donde usted me vé, yo soy uno delos treinta. Es verdad que mi familia es reducida; más apesar de eso pasamos unas estrecheces.
Figúrese su señora que las otras noches me se ocurrió levantarme para...para...ver la hora que era y por ponerme un zapato, me estaba
calzando una dita que usa Rosita, mi. señora, para lavarse los piés. Por la mañana, señor, amaneció el zapato todo mojado. Vivimos como los comprimidos
de Vichi, que el cielo permita nunca Vd. tenga que usar. Cuatro en un catre, ¡figúrese como viviremos!
ni que la señora
no
estos
se esté co-/
Es decir que Vd. es de opinión que los pobres tenemos derecho á ser propietarios en el dia de mañana. * | ¡Demonio, Demonio! _Es decir, que si el casero
viene,
se resiste uno. Si el casero
insiste,
vuelve, uno á
resistirse. | Hasta que la casa pase á ser propiedad del inquilino. Choque, amigo Don Regis, y para cuando yo tenga casa, lo invito á pasar una temporada con su apreciable familia. Y mientras adquiero mi propie. dad, ¿no podría su señoría ilustrí-
sima
facilitarme
un
pabellón
de
esos que quedan al lado de la Mansión Ejecutiva? Y que le vendrían de perillas esas habitaciones frescas y ventiladas á quien pasa tantos sofocones como
CELSO DE LOS RIOS,
Julio 21 de 1907 493
EL CARNAVAL
Pero don Pío, si esto da ganas de reir á cualquiera. Y créame que si yo formara parte de la ilustre corporación municipal, ya habría presentado una mo-
-
ción proponiendo el arrendamiento del coliseo á ““La Colectiva”.
Muchas veces hemos censurado á
los artistas.
Pero con
públicos como el nues-
tro, no se puede exigir nada. .*..
Anoche fué el
beneficio
del maes. *
tro Mayoqui, que tiene en San Juan
y en toda la isla, muchas y muy merecidas simpatías. Programa espléndido. Representación admirable. -——
que habría acomodo para mí en eso de la Guardia Nacional? —Me parece que faltan plazas en la caballería de marina.
De
la temporada
Si en toda la temporada no hubiera la compañía de zarzuela obsequiado al público más que con “La última copla”, ya tendría derecho á nuestros aplausos. Porque ni “Boricua”, que todo lo encuentra malo, de poco tiempo á esta parte, dejó de reconocer el triunio de los artistas. Pero hoy le toca al público y del público diré yo que no merece que aquí venga nada bueno. é que el público es muy resetable: Pero así, respetable y too hay que decirle que no merece más que cinematógrafos malos y caballitos de manigueta. “El tío vivo”,
“El tío vivo” es la
delicia de nuestro público, un público que ni el demonio lo entiende. ¿Qué da la compañía género chico? Entonces no vá al teatro porque le gusta el género grande. ¿Qué dan género grande? Entonces, quiere género chico. on combipan o Aneros? ntonces esperan la repetición. Y asf quiere este público respetable que vengan buenas compañías.
Y así pretende “Boricua” que las
coristas no se rían.
A
A A
VIVE Nosotros sabíamos que la “Gaceta Ilustrada” no moría. : Se enfermó,—de una enfermedad nadie está libre, —pero le atendieron á tiempo y la enfermedad desapareció. Y cuando menos la esperaba el público vino y... “Pabst'” encajó otra vez como si nada hubiera pasado. á Y apareció Evaristo Velez, un puertorriqueño que vale mucho y... ““Pabst” encajó en la administración. Y así como la “Pabst,'”” subirá la
“Gaceta
Ilustrada,”
que llena
una necesidad en la literatura puertorriqueña. Felicitamos al amigo Marín y al amigo Velez. _Los dos amigos y correligionarios distinguidos. :
SE VA
Ya saben ustedes que el amigo *
Raldiris vino al país con sentación del Balsamo de Pero ignoran sin duda, tro de pocos días regresa
la. reprehijos. [*] que denotra vez
á su residencia de Baltimore,
de le va perfectamente. No sabemos todavía
cuando
embarcará el amigo Raldiris.
[*]
En
anuncio.
otra
don-
página :
verán
se -
el
EL CARNAVAL
Julio 21 de 1907
El Gobernador y los Alcaldes.
—Pero
dígame,
Sr.
Alcalde,
¿ésta
pueblo ? —Como
la ve Su Señoría.
tienen mejor ustedes?
Y dígame,
es
la
leche” de
su
Sr. Gobernador,
¿la
»
Julio 21 de 1907.
EL UARNAVAL
LIBRO DE LIBROS
Usted
prueba
Señor Don Rafael Abreu Licairac, Donde se encuentre.
Distinguido escritor: Leí atenta-mente sus amables “Recuerdos y notas de viaje”.
La nueva realiza
impide voz
escapatoria que
hácia
el viejo
expresar
mis
á usted
imipresiones
usted
mundo,
de
me
de
su
da
pensando
en
libro.
ella,
se decidió á
sus
anoran-
Nombre sugestivo, de ensue-
ño, de pasión y de vértigo, alguna vez de pena y de tortura también,
como el nombre de la primera ama-
da cuando es esquiva,
aunque an-
sía darse entera; ó infiel,
tras
una
posesión incompleta. Inolvidable á despecho de los años que todo lo envejecen y tornan por modo lamentable. Porque Ella, Europa, aún vieja y decrépita, cuando se viste con el oro y la seda de sus galas históricas, é hirguiéndose con la gracia triunfal de sus gestos heróicos enorme
sobre uno que tiene de
pedrería
lolgente,
lo que fué
como dosel mármoles y
para
hablarnos
en el sublime
léxico
del alma de sus leyendas, parece siempre á nuestra contemplación artística una joven Diosa de belleza,
de amor
y
de
alegría,
flor de
sortilegio que exhala todos los perfumes ra.
tidos.
No nos preocu-. de las arrugas de su ca-
inmortales.
pemos
Elentusiasmo atrofia los
sen-
Nuestra vista de estetas no
advierte ni las patas
de gallina
ni
los costurones de las fístulas bajo las medias tintas aurorales
de sus
falsos renacimientos. Bien
coqueta
es
verdad
sabia
que
Ella,
como
al fin, cada día
mira al espejo
de su pasado
com poner
rostro
su
Buena
amor con que escribió .ese libro, que no tiene á mi juicio más defecto—si lo es—que el haber ¡sido escrito con la natural prisa que se hace en los trenes rápidos y en los grandes largos del Océano. Del libro de usted no me gusta lo largo y pleonástico.
zas por la. borda del barco que hoy le conduce otra vez á Europa. Eu-
de
verla.
el título, por
Ya que usted
lo hubiera llamado Recuerdos, sim-
plemente 6 cuando más: Notas de Viaje á secas. Tampoco hubiese colocado mi retrato en la ¡primera pájina. Usted pensará con razón,
á pasarse la vi- : como pienso yo, que á mi con segu-
arrojar valientemente ropa!
á
de la expontaniedad y el
que no es de su libro:
viva
Por eso le mando esta carta, que hago pública, en testimonio de la sinceridad con que la he escrito. Usted, sin duda, prefiriendo vivir en la realidad que le ha inspirado sus “Recuerdos...”
vuelve
495
mellón del porvenir.
con
el
se
para
ber-
ridad me habrían cerradoel paso de haber incurrido en la lóca osadía de querer penetrar—como, espectador—en el templo de Antinoe, para asistir á las fiestas de la rosa que se celebraban en su honor. Es que, ni aún teniendo yo el agradable
aunque
continente
de usted,
ni
yo fuera un Andrés Dalio
por el tipo, estamparía
mi retrato
en un libro mío. Todo eso es pecata minuta.
La culpa no es de usted. Cabe por completo á sus antecesores que incurrieron en esa fea debilidad. Sinembargo, tan gratá impresión, tan honda,
me
has
causado
sus “Recuerdos...” que leyéndolos sentí los míos ajitarse en ¡mi cerebro como una bandada de pájaros
prisioneros que quisieran violentar con sus débiles
aleteos
las
fuertes
rejas de su cárcel. Eran mis buenos recuerdos que han querido escaparse. Pero, cuando! Esto me acontecía leyendo “En
el Canal de la Mancha,” “Rumbo á Italia,” “En los alrededores de Pa-
rís,” en “París,” “Roma,” “Venecia,” “España” y “Waterloo.” Este último, es el más hermoso delos capítulos que forman.su libro, el más admirable; página digna por su vibrante grandil i del elocuente asunto, de magnifica, del símbolo t
entraña la palabra Waterloo,
co que et
armonía al pronunciarla, reperedte en nuestro interior, poniendo pen-
sativas las frentes y en profundo
496
Julio 21 de 1907
ELCARNAVAL
reposo las almas. Es como el eco de una voz de ultratumba. oído en el hondón de un sepulcro. Ese capítulo de usted vale por un buen libro. No tiene nada que envidiar al que escribió Rubén. No diré que sus “Recuerdos...” puedan hombrearse con los de Damicis, ni con los de Díaz Rodríguez. Ambos escribieron de un modo pro. lijo y con una calma convenienteUsted no ha tratado de hacer un volúmen como los de ellos. Usted no ha querido acordarse,
hizo bien,
del sistema del Dr. Topsius en tales casos, á quien fustiga el inmortal (Queirós.
Usted
ha hecho
un libro
comprimido, sintético, impregnado de la fluidéz maravillosa de su estilo, que tantos triunfos le ha proporcionado. Eselibro no dice cual es el.camino de Monte Carlo ni del “* Molino Rojo;”” pero sí indica todos los senderos
que conducen
á las puras fuen-
, tes de los mejores goces del espíritn. Por eso tan solo merece la-consideración general. El contiene una estimable enseñanza para todos aquellos que no han visto con sus ojos otro mundo que el mundo americano. Yo le felicito cordialmente por él y le envío el testimonio de mi agradecimiento por el soláz que me proporcionó su lactura. POST
DATA.
Si alguna vez pasa usted por Sevilla, llegue hasta la Alameda de Hércules y una vez allí, acérquese á una de las casetas ó kioscos, donde
indispensablemente servirá una bonita muchacha
macarena con blan-
co mandil, alto moño con rodete y en el rodete claveles Ó suspiros. Pídale una copa de manzanilla de Sanlúcar y viétala como un chorro de oro sobre el suelo andalúz por los ausentes;
y si le cuinple el vino,
bébase otra en mi nombre por sus “Recuerdos...”
B. $. M. su afímo. admirador RAFAEL
O. GALVAN. 0
CRONICA Filosofando
—Ríase usted y largos sitios por Sebastopol, y piense usted namente
de los más célebres históricos, sufridos Puerto Arturo, ete, en el sitio que eter-
sufrimos los necesitados;
y cónstele, que al decir los necesitados, no me refiero á los pordioseros, sino á los que como
nosotros,
modus
sea
con
nuestro
trabajo
vivendi,
tenemos
aunque
un
estre-
cho; por que los pordioseros, aunque gasten algunas veces las energías de su imaginación formando fatásticos castillos, ,tan falsos como los que podemos formar nosotros, siquiera tienen la dicha no tener que cansar su cerebro sacando cálculos... Ay!
los
cálculos.
Dios
mío!,
los
números. Siempre que mi imaginación cae en estas preocupaciones, que por desgracia es con harta tfrecuencia, y las que vienen á terminar en pensar en los ingleses, me recuerdo'de Cuvier. Cuvier,
Cuvier.
Ustedes no saben
quien es Cuvier?, pues voy á tener el gusto de presentárselo, “El Sr. Federico Cuvier, célebre naturalista francés, autor de varias obras,
etc”.
Me
contestar.
parece
“Tanto
etc,
estarlos
oyendo
honor
en cono-
cerle”... Pero sigamos, por que esto no viene al caso. Federico Cuvier opina que. “la inteligencia y el instinto están en razón inversa”. Es decir. que á mayor inteligencia menos instinto, Ó que á mayor instinto menos inteligencia, Verdad de Perogrullo. Pero, qué tiene que ver esto con .sus ingleses, preguntarán ustedes:
pues sí tiene mucho
que ver, me
apresuro á responderles. 'Porque á mayor inteligencia, mayor convencimiento de la exactitud númerica y por lo tanto menos instinto para salvar el peligro de los ingleses... ¡Que filosofía!. Si señor, yo quisiera no estarcon-
vencido dela exactitud de las matemáticas.
temáticas
La exactitud de las ma-
es la desgracia
mayor
que ha podido pesar sobre los
des-
EL
Julio 21 de 1907
CARNAVAL
heredados de la suerte. La verdad númerica es pa los pobres la más amarga verdad que darse puede. La diferencia aritmética es un abismo abierto al través de la angosta vereda de los necesitados. Abismo
grande,
497
tropieza, surge siempre ante nuestra imaginación la diferencia, in-
flexible,
cruel,
amenazadora,
ctra oidos á las. súplicas, lanto, sin conmoverse ante lor y la desesperación... . En fin, consolémosnos, con diferencia es justa en muchos
sin
ni al el do-
que la abismo inconmensurable, que mira con impasibilidad inaudicasos, ta, sin nunca dar paso, los esfuerpor que de vez en cuando, asalta zos titánicos hechos por los que también á los engreidos, r la pretenden salvarlo... DIFERENCIA, suerte, le canta sus verdades, les oh! desgracia humana. hace fruncir el ceño, y cuantas ve¡Bienaventurados los ricos, que ces los hemos contemplado rodar jamás llegan á conocer á fondo las desde la altura, despojados de tociencias exactas!. dos sus engreimientos por la dife¡Bienaventurados los protegidos rencia aritmética... de la suerte, que no tienen que serFilosofen acerca de éste particuvir de tribunal de paz, entre las lar y estarán conmigo... manos y el bolsillo!. Y así diciéndonos, calóse el som¡Bienaventurados los perseguidos . brero, metióse la mano en el bolsipor el vil metal, porque de ellos es llo vacío, dió madia vuelta y marel reino de la tierra!. chó con paso lento, como apostol ¡Quién fuera uno de esos!
Pensando en todas estas cosas he venido en conclusión á calificar los números de crueles asesinos de la fantasía, de jueces inflexibles, de bandidos de levita, que no saben más que llevar el desasosiego y la intranqnilidad al espíritu de los necesitados. La
de:rota
de
estos
es
(fantástica) un lenitivo...pero,
¡ay!
cruenta realidad, como aquel que despierta de un sueño y con ella se
PIDA RON Y
LA
nidad de dar una buena prédica á sus discípulos, y todos los de la tertulia quedamos en silencio, como pensativos y preocupados con sus palabras. El reloj público daba. la una de la mañana. C. ASENJO.
eterna,
mientras el triunfo de los números es tua. Perdido en estas filoAofor he llegado á confundir el número con Dios, por lo de infinito... Pero, después de todo esto, tenemos que convenir en que la meditación es un refugio para nosotros, que el cálculo es un consuelo, que la suma es una esperanza, la división
EXIJA
satisfecho de haber tenido oportu-
——A
Grata visita Hemos tenido el gusto de saludar en esta redacción al señor José García Navarro, representante de los señores Coyeau, y C* cosecheros de vinos de Jerez de la Frontera.
García Navarro es muchacho. Pero las representa son más davía. Buenos negocios le
SAN
MARCA
FIJESE
EN
——
ESTA
un excelente bebidas que excelentes todeseamos.
LUIS LEGITIMA FIRMA
Alvarez
Hermanos.
.
498 EL CARNAVAL
Julio 21 de 1907
La reunión de los alcaldes. EN EL BOARDING.
—Yo'no tengo nada que ver con eso, y Vd. me tiene que pa-
gar los días queha estado en casa. —¿Pero no há leído Vd. la carta en los periódizos?
Yo he sis
do invitado por Mr. Post, y me parece lo más natural que Mr. Post pague estos gastos. —Págueme
Vd. y cóbrele á él después.
—¡Después...!
7
_ Julio 21 de 1907 499
EL CARNAVAL
CUENTO
DE
LA
LA MODELO AJO
los matrimonios absurdos y que algunos de ellos acaban por casarse COn Sus modelos.
el sol de un hermoso día del Meg
de pequeña
julio, descansaba perezosa la población de Etretat, con sus
acantilados
blancos
y
su
extenso
SEMANA
mar
Con respecto
á la.
pareja
terrible.
azul. La multitud, sentada en la playa, contemplaba
pérfida
En la terraza del Casino, mujeres
semejaban
un
infinidad de
bellísimo
jardín
de trajes, en el que brillaban á la luz del cielo las sombrillas rojas y azules con grandes flores bordadas en seda. Por el paseo inmediato á la terraza circulaban con paso lento otras personas alejadas del bullicio general. Un jóven muy conocido y célebre, el pintor
aire
Juan
triste, al
enferma,
en el
Summer,
caminaba
lado de
un cochecillo
que
descansaba
con
de
una
mu-
ado impulsaba aquella especie de ruedas y la inválida con1 con ojos lánguidos la alegría del cielo¿la dulzura del día y el contento de la multitud. Los dos marchaban silenciosos; ni se miraban siquiera. —Detengámonos un instante—dijo lá mujer. La
pareja
se
detuvo,
y
Y
el
pintor
sentó en una silla. de tijera sentó el criado. Los que pasaban grupo; le miraban
se
que le pre-
por detrás de aquel con
ojos
de tristeza,
sabedores de que se trataba de una curiosa leyenda de amor y de abnegación. No
lejos de allí
conversaban
dos jóve-
nes, sentados en un cabrestante y con la mirada perdida en el horizonte. —No, no es cierto; te aseguro que coi nozco demasiado á Juan Summer.
—Pues entonces
¿por qué se casó?
—No
.
hay pero
que
valga.
que los pintores son muy “
E
Ya
S
,
sabes
aficionados á $
repre-
un espantoso dra-
¿Arriesgó el todo por el todo? ¿Fué Ó
sincera?
¿Amaba
á
Juan?
¿Quién puede determinar lo que hay de real ó de ficticio en los actos de las mujeres? Sea como quiera, he aquí la historia de Summer. La
su
mujer
del
modelo.
cochecito¡de
Juan
mano
se enamoró
era
de ella,
como se enamora uno de toda mujer hermosa y elegante á quien se vé con frecuencia. Creyó que la amaba con toda su alma y que no podría prescindir de ella ni un : instante. Hízole mil promesas de fidelidad y vivió en su compañía, Por espacio de tres meses, no conoció Juan que aquella mujer se parecía á todas las demás. Summer alquiló para el verano una
casita en Andressy.
,
Allí estaba yo en cierta
do
surgieron
en el ánimo
ocasión, cuan-
las primeras
inquietudes
de mi amigo.
La nóche era deliciosa y, fuimos á dar
un paseo por la márgen del río. La luna vertía en el agua una lluvia de luz y lanzaba sus amarillos reflejos sobre la lenta y fugitiva corriente.
Habríamos querido realizar
cosas so-
á seres desconoci'" brehumanas, amar dos y deliciosamente poéticos, y sentía-
mos en nuestro éxtasis deseos y aspira-
ciones extrañas. Y guardábamos silencio, penetrados por la majestad de la
luna,
¿No estaba ya imposibilitada antes del matrimonio? —SÍ y se casó con ella, como se casa uno muchas veces, por hacer una tontería.
—Pero...
ma.
especial y
No se sabe si la mujer
sentó una comedia 6
á los bañistas.
que ves ahí,
el hecho ocurrió de un modo
que
parecía
atravesar
los cuer-
pos, bañar el espfritu, perfumarle é inundarle de inefable dicha. De pronto Josefina (se llamaba Jose-
fina) lanzó un grito. —¿Has
visto saltar allí un pez?
Juan le contestó sin mirarla: —SÍ. Josefina se incomodó y dijo;
500
EL
—No,
Julio 21 de 1907
CARNAVAL no
le
ha
visto,
pues
estabas
vuelto de espaldas. Juan se sonrió y repuso: —Sí,
es
verdad.
Estaba
distraido
y
no pensaba en nada. Josefina se calló pero al cabo de un minuto sintió una extraordinaria comezÓn
de hablar,
—No
y dijo:
—¿Irás mañana á París; —No lo sé. —¡Vaya una diversión! ¡Pasearse sin decir una palabra! Cuando uno no es un imbécil, habla. Summer no contestó, y ella comprendiendo sin duda en su perverso instinto de mujer que iba á exasperarle, se puso á tararear una canción en moda. Juan murmuró; —Hazme el favor de callarte. Y Josefina contestó indignada:
—¿Por qué quieres que me calle? —Porque nos molestas. Entonces ocurrió una escena nante,
odiosa,
brutal,
llena
de
intem-
reproches y de abundantes lágrimas. Serenóse al fin la tormenta y volvi" mos á la quinta. A los tres meses vivía Juan aprisiona-
do y nervioso en uno
de esos lazos in”
destruectibles, al parecer, que ligan siempre nuestra existencia.
para
Josefina le oprimía, la martirizaba,: y y-otro
se disputaban
desde
por la
mañana hasta la noche, se injuriaban y y se pegaban, Al
fin
y
al cabo,
Juan
Semmer
resol-
vió acabar para siempre con, aquella mujer. Vendió todos sus lienzos, pidió dinero prestado á los amigos, realizó veinte mil francos (no era todavía muy conocido) y los dejó cierta mañana sobre
la
chimenea
con
una
carta
verme
de
des-
pedida. Juan se refugió en mi casa. A las tres de la tarde llamaron á la puerta y yo mismo fuí á abrir. Sin decirme una palabra, presentóse ante mis ojos una mujer, que entró pre-
tratada
como
una
mujer-
zuela. Yo he cedido á sus ruegos y á sus promesas sin haberle pedido jamás cosa alguna.
¡Mireme
usted!
—¡Esto ya es demausiado!—exclamó Juan.—Si crees que vas... Le detuve el brazo y le dije: — ¡Silencio Juan! Déjame hacer á mí. Me dirigí hacía Josefina y trate de calmarla con la serie de argumentos que se emplean en tales casos. No sabiendo ya que decir, y viendo que la escena iba á terminar de un modo deplorable, acudí al recurso supremo —Juan
repug”
pestivas recriminaciones, de inesperados
uno
dispuesta á cometer todo género de loCuras. En cuanto á mi amigo, le ví palidecer de colera, y pronto á cometer cualquier violento desmán. —¿Qué quiere usted de mí?—le preguntó.
te
ama,
hija
mía—exclamé
pero su familia quiere casarle y ya comprenderás... Josefina se estremeció, y volviéndose hácia Summer, le dijo llorosa y convulsa. —¿Con que vas á casarte” —Si—contestó Juan. “La antigua modelo dió un paso y añadió en tono solemne: —¡Site casas...me mato! Juan
se
encogió
de
hombros
y
dijo:
—;¡Pues bien...mátate! —;¡Repite esas palabras, repitelas!... —SÍ
mátate,
—¡No jarme
me por
Summer ventana,
si quieres.
vuelvo
atrás
y voy
á arro-
la ventana!
se echó á la
abrió,
reir, corrió hacia la y,
saludando
quien hace un cumplimiento para el paso murmuró:
como
ceder
—¡Ahí tienes libre el camino! Josefina le miró de un modo terrible y retirándose para saltar con mayor seguridad; pasó por delante de mí, por
delante de él como una exhalación ganó
Summer se había levantado y estaba en el taller. Al verle, Josefina le arrojó á los piés
la ventana y desapareció en el espacio. No olvidaré jamás el efecto de aquella escena. Retrocedí aterrado, sin valor para asomarme mientras Juan permanecía fuera de sí € inmovil en la habi-
el sobre que contenía los billetes de ban-
tación.
co, y le dijo en tono de indignación. —Ahí tiene usted el dinero. No lo necesito.
A los pocos momentos subieron á Josefina con las dos piernas rotas. La infeliz no volverá andar en su vida. Su amante, loco, herido por el remor-
cipitadamente en mi estudio.
Era ella.
Josefina. estaba pálida, temblorosa y
/
Julio 21 de 1907
EL CARNAVAL
501
dimiento, y quizas conmovido y lleno de gratitud, la acogió en sus brazos y se casó con ella 4 los pocos dias. Avanzaba la noche, y como la invalida mostrase deseos de retirarse, el criado, dirigió hacia la población el coehe-
res se paraban para oirle, mirándole con los ojos húmedos de ternura. Los niños acudían sonrientes á besar las orlas de su manto. Desde los sembrados proximos, los labradores .le saludaban, agitando los
cito en que
brazos.
iba
Josefina.
El pintor iba al lado de su mujer, sin que ni uno ni otro hubiesen pronunciado una sola palabra durante más de hora y media. GUY
|
DE
MAUPASSANT.
| cosas seLEcTAS | LA
PARÁBOLA
AS
DEL
zÓn y parte
montañas
envueltas en la polvareda de oro del sol de Nizam. Largas caravanas de camellos
se perfilaban
arenales. fora
lentemente
en los
Grupos de mujeres, con:el án-
al hombro,
de
las cisternas.
de
esas
voraces
regresaban,
cantando,
Un águila
negra, una
águilas
los altos promontorios niéndose
mejestuosa
que
anidan
en
de la Judea, cer-
en
el
azul,
proyec-
taba sombras movibles sobre la tierra. Jesús, en compañía de tres de sus discípulos, iba 4 Bethlehen, llamado por una
pobre
zaba
viuda,
invocando
de aquel
dulce
cuyo
fimico
hijo agoni-
febrilmente
el nombre
Rabí
de
Galiea,
tan
ami-
go de los niños, á quien viera una tarde junto al brocal del pozo de Jacob, curar con el solo bálsamo de sus palabras, á un viejo pastor de las Idumeas, mordido por una serpiente venenosa. Hablaba de la caridad. Sus ojos ardían como soles entre
la
sombra
oscura
de las pes-
tañas. Sobre
su túnica
blanca
nicientas,
flotaban,
cabellos.
El viento
con
franjas ee-
desmelenados, de
la
tarde
con ellos
tu
pan.y
tu
yino.
Si ves á tu hermano llorar, no intentes consolarlé con prudentes palabras...
LEPROSO
las lejanas
>
—¡Se están cumpliendo las profecías ! ¡ Hossannaa al hijo de David, al enviado del Señor! ¡Hossanna! - ¡Hossanna! Jesús continuaba: —NÓ seas como esos ricos licenciosos y avaros que alimentan á sus siervos con las sobras de sus festines. Sienta los deeheredados á la mesa de tu cora-
los
hacía
estremecer y ondular sobre el pecho su larga barba de Nazareno, puntiaguda y acaracolada. —S€ generoso—decía,—pero no humilles al desvalido con tu generosidad. Cuando des limosna, no mandes tocar delante de ti trompetas de plata, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las plazas. Socorre en secreto. Aquél que oye y ve en secreto, te recompensará. Las mujeSu voz era lenta y suave.
Llora con €l. Esta es la verdadera caridad.
Caminaba
lentamente.
cigiieñas chispeaban
de
oro.
Los
sombra
rebaños
de los olivos
Un pastor de una
Bandadas de
al sol como
flechas
sesteaban
á la
polvorientos.
tañía un rabel, 4compás
monótona
canción patriarcal,
en
la que se hablaba de tiendás plantadas en mitad del desierto, noches de luna
maná del cielo, leche de camellas y vírgenes prudentes que encienden sus lámparas para esperar la llegada del esposo prometido.
Atravesaron ñedos
en
flor,
campos donde
sembrados. las
ttórtolas
vige,
mían,- jardines cubiertos de lirios. De pronto se detuvieron á orillas de una fuente que brotaba, en un hilo trémulo y quejumbroso, entre la hendedura de dos roGhAs.
|
En el recodo del camino, choza, cubiertade hojas
al pié de una
secas de palma
un leproso, desgarradas las vestiduras, inmóvil
y de
.rodillas,
aullaba lastimo-
samente con las manos y los ojos elevadas al cielo. Su rostro relucía al sol como aun bronce antiguo carcomido por lá herrumbre.
La frente era una sola llaga. Los labios secaían lentos.
á
pedazos,
lívidos ]
y
puru-
Mateo el Publicano, uno de los primeros discípulos, que era rico en viñas y en ganados,
y
tenía,
además
una tien-
da de perfumes en el atrio: del templo, sacó de entre los pliegues de la túnica -
una moneda y, desde lejos, volteándola en el aire, se la arrojó,al
leproso.
-502
Julio 21 de 1907
EL CARNAVAL
Pedro, el más rudo y hábil de los pescadores
de
Capharnaum,
quitóse
brazo el cesto de provisiones ba para el camino,
que
y andando
del
lleya-
cuidado-
samente, le colocójunto al umbral de la cabaña. Juan, elmás joven y bello de los discípulos, el predilecto, aquel cuya cabezadeniño había sido tantas veces acariciada por manos divinas, desprendióse
del manto
de
lino que
sus hombros. * Todo
flotaba sobre
pálido
y trémulo
goteramente, se han posado sus manos en mis
hombros.
Arrumba al Occidente el sol. Bajo las arcadas
de los viejos
queñuelos cantan
almendros
á la
los pe-
risueña sombra
que llega.
—Rara
misantropía
nes,—he
rezongado
la tuya,
taciturno,
Ximépresa
el
alma, á la hora del crepúsculo,en grande amor álos tristes,—nostalgia del empíreo rara es esa, poeta del sol, del clamoroso
batallar
del
,mundo.
A tu
andando con la punta de las sandaiias alma place más el esplendor de las cumy extendiendo temerosamente los brabres soleadas, donde baten las águilas zos le dejó caer sobre la espalda del el vuelo, que la somnolencia de las alaleproso. medas umbrías. Sólo faltaba el óbolo de Jesús. El sol He callado. Léjos, la ciudad negruzca empezaba á trasponer, coronando de ' bulle. En la estación cercana, en llanurosas sanguíneas, las montañas vecira escueta, resoplan, jadean las máquinas. Unos mercaderes se detuvieron á nas de trenes que maniobran. En la pedar agua á sus camellos. numbra remota prenden sus Juces rojas, El Rabí avanzó serenamente. Su peramarillengas, violáceas, los barcos del fil aguileño se destacaba majestuoso, puerto. nimbado por un rayo de sol. De la oscura ciudad revuelan tañidos Cogió entre sus manos sagradas, la de campanas; silban las locomotoras; cabeza monstruosa del leproso, inclinó pasan por el camino los eternos camila frente y le besó en los labios. nantes... Los discípulos quedaron inmóviles. El ha dicho con dejos de amarga iroLos mercaderes, espantados, cayeron nía, dolientemente, mirando'al sol que de rodillas con las manos tendidas al se hunde. cielo .. .y hasta los camellos alargaron —Escucha, ¿sabes qué dijeron del hacia Jesús sus melancólicas cabezas pensativas,
en
cuyos
belfos
temblaba
un hilo de agua... VILLAESPESA
PESADUMBRES A Ernesto Marín Declina el sol... Deambulan por la tierra días poéticos
de Julio. -
Po mundo
bajo el palio
azul del cielo. Y entre la lluvia de ópalo del sol, la primavera dijérase
que se en-
galla aún y que aún fulmina sonora.
sucántiga ]
Medita y sueña Xímenes de Mendoza bajo las frondas umbrías de lejano retiro. Al abocarle ruidoso, se ha detenido, descruzando los brazos; ha mirado al
confin lejano arrebolado por
los celajes
pe Occidente
lacias, la-
y,
todos des,
FRANCISCO
Refulge el ancho
amor los encielopedistas? Pues ello, con
eucarísticas,
sus con
resquemores sus
y
encumbradas
sus
vagueda-
soñaciones,
se hirvana y se teje ahora en las penumbras del alma, vertiginosa, desoladamente. ¡Ah, y si te dijera que ayer, como hoy, prendido en el alma siempre estuvo el incendio de ese mismo amor, nunca apagado, en eternal rescoldo!... —Pero, ¿y ella?-he gritado. —ELLA, es la luna. No te asombres; qué muéveme el ánimo á decirte que la luna, porque ELLA es la más gentil de todas las quimeras de este mundo; ELLA
es el recuerdo ineluctable
de toda
una
vida; ELLA es y fué siempre el pensamiento; ELLA es y siempre fué la inspiración y el mundo, el rozagante mundo de mis sueños color rosa, amorosos y galanos, ¡cómo míos! ¿No quisiste nunca así, de la infancia una quimera? Tal es mi desventura, tales son las secretas pesadumbres del alma. De eso, de esas grandes heroicidades del corazón, de esas augustias del
vivir, de tales inconfesas ánsias, que fue-
,
Julio 21 de 1907
EL CARNAVAL ron
colmadas
nunca,
brotan,
ahora,
corrompidas,
de
las
negras
508
ciudades
estas divagaciones sentimentales.
malditas, de allá donde las multitudes
¿Ella?..Ese es mi dicho ya; ella para
parecen rebaños;.de
secreto. Y te lo he tí será como un va-
do estalla
allá, donde el mun-
y ruge bajo la luminaria del
go claror de luna; para mí es un eterno, Mameante sol, claro sol de estío, que
dorado
prende en el alma diáfanas auroras, rui-
rampa del paseo, discutiendo convulsionado, soñando en la quimera de la infancia, con su claror de luna imbuido en
dosas alboradas en los repliegues del corazón, en lo insondable. —Xíménez, he dicho ante
heróico.—Ximénez,
hay
que
en
tu
alma
esfuerzo
la frente;
vendabal
magistral,
el alma,
con
su claro
adelante
sol de
siempre,
en
que vivir la vida del viejo combate; vamos á la lucha del mundo y vuelve á ser el mozo aquel de los días turbulentos;
pero ya, bajo la lluvia de ópalo del sol. Y entramos en la ciudad ruidosa.
inconfesas
días;
en
pos de las cumbres serenas de la gloria,
heroicidades
estos
estío
Es
ahora subía la
hay
esas
arrasa
el
un
sol que fecunda..:
Y batallador y brioso,
sámalas
pueblo sin ven-
gadores,
esclavos.
tu
tierra
de
ella,
gloria!...—ha
fulminado
Cojido
del brazo
arrastro
mi amigo á la ciudad que se ilumina. Unos automóviles cruzan el camino en torbellinesco trajín; en los coches de punto los automodontes vocean, rien: sopla la brisa de la tarde, las hojas al viento revuelvan por los senderos, ruedan por la carretera. Yo me parece que vibro un extraño verbo; que mis frases suntuosas de enantes brotan ahora entré espumarajos de cólera, como si fue-
ran símbolos de un credo anárquico; que hablo de los pueblos parias y de las muchedumbres
abrutadas;
relampagueo,
que
que
estalló en
resonantes, porque, súbito, ha revuelto, nervioso ha
vibro,
gritos
Xinénez se estrechado
mis manos, y confundiéndonos en fraternal abrazo á insinuado: —Si, si, hermano: cuando por sobre el agua mansa de esa bahía alárguese y revuele un vago claror de luna, háblame de pueblos que son ciervos, bajo el flotar de libres banderas, de razas que
son parias,
de hombres que son débiles,
para pensar que soy hombre y sentirme con glóbulos rojos en la sangre, en marcha al glorioso combate de las ideas. —Arriba,
soñador,—he
A
ella,
alborotado
contento,—arriba, tú, hijo magnífico del pueblo; alza esa frente, que tu eres de allá, de la lucha de las viejas ciudades
A
AAA
Comentando
estóíco,
á
que
para
Vuel-
la gloria es mi claror de luna en las noches estrelladas. Y ha sonreido, idiotizado, estápidamente. Anochece...
siempre
arTuRO CÓRDOVA.
ve á ser hombre, segrande, reivíndicate. ama el sol de mañana que es el porvenir y que será la gloria... —La
siempre,
á
la cauña maltrecha detu de
para
Firmada por “un nacional”, recibimos de Ponce una tarjeta, afirmando que lo dela guardia “será un éxito seguro”. Está bueno, señor nacional, está bueno.
En Ponce será un éxito; pero en San Juan, el entusiasmo ha
aquí de-
caido de una manera alarmante.
Hasta los más exaltados convienen en que eso no puede pasar de la categocía de relajito. ¿Que usted, por ejemplo, tiene novia, admitiendo que haya una desgraciada capaz de quererlo, que la novía
enojo
le arma
un
chisme;
sigue, y que para
se mete usted
No está mal.
que
el
distraerse
á Guardia Nacional? *
*
+
Pero la verdad es que la patriótica institución debe sentirse orgullosa, de tenerlo á usted en su seno.
A usted, que es el Sumo Pontífice de los imbéciles. Dice su señoría que este periódico
no disimula
su odio á todo lo que
huela á americano. No me ha dado por ahí. Pero si usted los ha olido y le gustan... que le aproveche, señor. ¡Distinguido guardia nacional!
504
EL CARNAVAL
Julio 21 de 1907
COMO TERMINO UN BAILE DE LA CORTE DE NAPOLEON 11
Jesús
E.
Blanco
PRPRRAPBSAARARCS
IRNOS
AR
Me ha dicho quien lo sabe que una noche, última de Junio Ó primera de Julio
de 1867, irradiaban como ascuas
de oro
los salones de lu residencia de Napoleón UL Napoleón era por entonces el árbitro de la política de Europa. abía
vietoriosollón
en
de
su
algunas
triunfado
el
pabe-
imperio
campa-
ñas de renombre, y creía sentir en su orgullo que soplaba
en su derredor el mismo aire de gloria que respiró. el gran
Bonaparte
en
las Pirámides.
La Emperatriz Ku-
genia, aquella española encantadora
que hemos visto cruzar vestida de negro, de corteen corte, sin
ser reconocida ni saludada
Socrotario
acaso, daba
dol
Uribunal
Supromo
de
DPFanila.
en esa noche un gran baile, al que asistie-
ron todos los miembros del cuerpo diplomático, incluso. su presidente, Monseñor Chigy, Nuncio
del
Papa,
para conocer al gran Sultán AbdulAzis,
que estaba
de visita en la ca-
pital de Francia. Todas las avenidas y calles que conducían á la residencia imperial eran verdaderos
rios
de
brillantes+
encajes, de condecoraciones, de uniformes, de libreas, de cuanto deslumbra y enloquece al vulgo curio-
so, que formaba compactas
vallas
á los numerosos invitados. +
*
+
La Emperatriz era la que empuñaba el cetro de la hermosura, de la moda, de la delicadeza y ¿por «qué no decirlo? del mundo monár-
quico europeo, puesto que nadie era superior á ella en lo que llamamos siempre la Atenas del universo. Cerca de las once llegó el Sultán, luciendo en torno de su fez más de cien solitarios y una
esmeralda, in-
mensa en el broche de su alqfficel blanco.El Nuncio, fiel á su palabra, estaba de pie en el salón imperial, y miró de hito en hito á aquel Soberano de Oriente, que guardaba en un harem cien mujeres hermosas, y que había decapitado á muchos enemigos de su trono.
La pas presentó al Embajadorde Pio IX con el hijo predilecto de Mahoma, y éste miró al primero con el desdén con que había
EL CARNAVAL
_ Julio 21 de 1907
visto las esculturas de NotreDame.
A las once y minutos comenzó el baile. . ; El gran Sultán hablaba con la Emperatriz, mientras las más bellas damas de la corte, regiamente ataviadas, danzaban con lo selecto
de la diplomacia,
del ejército, de la
política y de la banca.., ** >
Después de media noche se anunció con tres golpes de alabarda en la puerta
del salón, que
llegaba un
ministerio plenipotenciario, el único que faltaba y á quien Napoleón había extrañado al empezar el baile.
Todas las miradas se volvieron hacia la puerta principal, por dónde entró un hombre sencillamente vestido de frac, con un papel en la mano y un ceño duro y triste como si le aguijoneara unaíáidea funesta. Era el General Dix, Ministro de los Estados Unidos de América. . Sin hacer caso de nadie, ni del Sultán, objeto de tan agradable fiesta, se inclinó cortésmente delante de la Emperatriz, llezó al lado del Emperador, le habló y le mos-
tró el papel que llevaba; llamó enseguida el Soberano al Núncio, Juego al Ministro de Austria, y los cuatro se retiraron juntos á las ha-
bitaciones interiores. Pocos momentos después llamaron á la Emperatriz y al gran Sultán, causando con esto inquietud y curiosidad en los invitados. *
No
habían
minutos
*
transcurrido
cuando
un edacán
veinte de ser-
Pronto corrió por París una noticia extraña, misteriosa, indesci. frable.
Las luces se apagaron en la mansión de los Soberanos, cesó el ruido, y allá en el fondo, en una pequeña pieza, tapizada de “moiré” color de púrpura, la Emperatriz lloraba, y Napoleón, después de haber exclamado: “¡Pobre jóven, este Morny|!.. este Morny!” mireda de hito en. hito al Nuncio.
El Ministro de Austria había hundido
su cabeza
lios,
El General Dix, calándose sus gafas de
oro,
pueslos carruajes
habían sido
leía en alta
blegrama anunció
voz
un
ca-
siniestro, el primero que
á Francia
el fusilamiento
de Maximiliano de Hapsburgo, Emperador
de
México,
las Campanas. :
en
el cerro de j A
AA
Aquella cafástrote inconcebible para el orguñoso César francés le hizo quizás presentir de un gólpe la ruina de su imperio. Nunca se había interrumpido un. baile en la corte de manera tan brusca, ni nunca había visto un soberano llegar á él, terrible y amenazante, el remordimiento bajo la forma de un cablegrama. Desde aquella noche, pocas veces se vió sonreir á Napoleón HI, y dicen que la expresión de su semblan- . te al escuchar la funesta noticia fué la misma que mostró en Sedán, ya vencido y humillado para siempre. JUAN
DE DIOS
PEZA.
Nos alegramos
que la corte vista de
citados para las tres de la mañana, y muy pocos estaban en la puerta e la residencia imperial.
y
ción de tigre herido.
Majestades á suspender esta fiesta
luto riguroso, por lo que se explicará debidamente á su tiempo”. No es posible pintarel desconeierto de aquellas gentes, que volvieron muchas de ellas á pié á sus domici-
entre lasómanos,
el gran Sultán, jugando con el broche de esmeralda de su alquicel blanco, mostraba una estupefac-
vicio dijo en el salón y en voz muy alta lo siguiente: “Una gran desgracia obliga á Sus y á ordenar
505
Nos participa el amigo Rosendo Montes, que pronto llegará, procedente de Europa, - un excelente cortador, el cual acreditará una vez más el buen crédito de su estable-
cimiento. numerosa
Está de enhorabuena su clientela y la juventud
de bnen tono.
:
506
EL CARNAVAL
Julio 21 de 1907
La muerte de Krysis. Drovo
fantasía sobro
“Alrodita”',
El Olimpo oraba.
de Pierro L. ouys.
.
El templo de Afrodita estaba invadido por las fieles,
| hermosas é ideales.
Las diosas entonaban himnos al amor y la carne. En aquellos pechos desnudos palpitaba la ponzoña de la serpientente bíblica. Intocadas eran las vírjenes; pero serían moradoras del vientre insaciable del abismo... Penetró en el templo Demetrio, el poeta de rostro angélico y melena blonda. Era el glorioso cazador de las vírjenes de Alejandría : Cupido, hecho un Centáuro,
matando corazones inocentes
con su flecha venenosa. Sus rimas tenían vibraciones sirenescas y las diosas volaban hácia él, enamoradas y ébrias, como
una
banda-
da de mariposas, á buscar la muerte en los besos asesinos del bardo encantador. Las vírgenes del templo no habían sentido en el mármol de sus pomposas curvas cinceladas, los dedos mancillantes del pecado. Aquellas ondas palpitantes eran como témpanos modelados de nieve virjen, coronando el cráter de un volcán. El poeta paseó su mirada sobre aquellas cabezas de oro, y vió á Krysis que, soberbia y hermosa, había caido al rayo sugestivo de sus ojos. A.
A
Una noche de luna sonaban en las puertas de la diosa las trovas del poeta... La vibración de un beso fué la última nota de aquella linda serenata, y entonces empezó el llanto de los azahares al sentir el desgarramiento de sus ramas. Un perfume anacreóntico ensanchó el seno robusto de la venus caida, y el vino y el amor cantaron á duo la canción del placer. La diosa vulnerada fué condenada á tomar la cicuta, por no evadir la picadura de aquel beso, trágicamente decisivo... Desdeñoso, inhumano, cruel, el poeta que se
había hartado
como
una hiena de aquella hermosura,
se alejó riendo cuando Krysis le dijo, mostrándole la copa
homicida: —“* Muero por tí: ¿vamos á compartir las angustias de la muerte según compartimos los placeres de la vida ?” LUIS
FELIPE
DESSÚS.
EL CARNAVAL
Julio 21 de 1907
507
De regreso.--El Alcalde y la Alcaldesa | —
E
a
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NE 2
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A
XN N
—Qué simpática me estuvo la Gobernadora. La verdad es que no parece la, señora del Gobernador ¿y cuándo crees, Liborio, que nos pagará la visita ? oia —Ay mujer, dejame tranquilo que YOy pensando en qué lío se traerá Mister Post con esto de los alcaldes. Para mi que nos ha cogido de mingo. —De mingo. —Sí, para jugar carambolas con los españoles.
508)EL CARNAVAL ssl
¿ls ¿A
Julio 21 de 1907 lA
YE
tt tl lt ll LINEASGALANTES OOOO 2
Al hogar
Y feliz delos '
esp
OSOS
Adznar, É
llegó
'
ciudadado puer-
É
torriqueño,
DAA
dis-
puesto á hacer las amigos. y segu-
delicias de tan queridos
listas
un voto en las
ramente á sumar
un
del partido unionista. Esto con
no
carino
saludemos felici-
adversario,
nuevo
al
que
para
obsta
tando á Enrique y á Rosario. k
+
*
Pepita Gatell, la encantadora chiqniMá de la, angelical sonrisa que va por esas calles derramando á manos llenas puñados de simpatía, ha sido nombrada “tipewraiter” del Tribunal Supremo Y éste, eréanlo ustedes, ha sido el más justo y el más simpático de toCorte de dos los fallos de la Suprema Justicia.
embarcado
para
los Estados Unidos en
vfaje de recreo. Permanecerán en New York dos sema-
nas, regresando á su pintoresca residencia de Santurce.
Les
deseamos
las
*
estimada
amiga
+
Providencia
Ro-
Aquí hizo sus estudios, aquí empezó á y aquí
se
la
aprecia
én cuanto vale.
La felicitamos por su triunfo. He
Convaleciente aún, después de muehos
días de molestosa enfermeddd, ha regresado á Salinas, acompañado de su distinguida esposa, nuestro querido ami-
go don
Rafael García,
prestigioso
ele-
mento de aquella localidad.
Deseamos
su
completo
restableci-
miento. ,
YH
¡RA
Los esposos Trigo,
+A
Después de una larga temporada en el seno de la patria—Cuba—ha regresado al país, nuestro muy distinguido amigo el ilustrado doctor Alvarez Valdés, encargándose nuevamente de su acreditada oficina y gran laboratorio dental. Saludamos cariñosamente al ilustrado doctor, que hace en Puerto Rico verdadero honor á la República cubana. *..
Para dar ejercicios al clero parroquial, han llegado al país dos padres jesuitas, que tienen fama de ser muy ilustrados. Si es verdad lo de la ilustración, los saludamos respetuosamente, deseándole grata permanencia entre nosotros. *
mán. La señorita Román ha vivido mucho tiempo en esta capital y no necesita de nuestras recomendaciones. ejercer su carrera
satistac-
E
+
Entre los profesores contratados por la Junta local de San Juan, figura nuestra
mayores
ciones.
Pepita Gatell merece todo eso. L
ké
á
quienes
se pro-
fesa en esta casa verdadero cariño, han
Por fin se va á poner obra de nuestro querido
á la venta la amigo Sebas-
tián Dalmau Cánet, titulada y la República en España”,
los talleres del “Boletín de
la
cual
hemos
oido
en
Mercantil”, hacer
grandes elogios. No dudamos
“Castelar editada los
y
más
: qué el público
apreciará
el esfuerzo del joven escritor y sabrá recompensarlo, Escribir un libro eu Puerto Rico, es una empresa de héroes. Escribirlo y editarlo: editarlo y venderlo, es realizar un verdadero milagro.
Esperamos con interés el libro del amigo Dalmau.
*.“«*
Y hablando de libros
adelantamos
á4
nuefsros lectores que ya está en prensa “La Patulea” del compañero Perez Losada, la mejor obra que se ha editado, en Puerto Rico.
ROREIBAR.
EL CARNAVAL
Julio 21 de 1907 4509
—¿Qué hora es esta de dar serenatas? —No es serenata, señora. Aquí donde Vd. me ve, soy músico de la banda de la Guardia Nacional, y aunque Vd. no lo crea, voy para Ponce
á la gran parada. —¿Y 4 mi qué?
,
—Que como el Sr. Alcalde es tan entusiasta.
"Tendrá
que esperar que venga de la Capital.
510
EL CARNAVAL
Julio 21 de 1907
O
.
LA PALMITA BLAN
ra
(Cuento para niños) Una cabecita rubia como un angel de Murilo, con un cuerpecito de
mariposa era la linda Teresita, que
empezaba á parlotar con ese gracioso dejo y viciosa pronunciación de los primeros años. Una bandada de palomas revoloteando á su alrededor intentaban arrebatarle los granos de m:xiz que ella en compañía de su mamá le arrojaban, arrancándole un nervioso chillido, cada. vez que «lguna de las más audaces picoteabu los puñitos preñados de maiz. —Mamá, las palomas volan? preuntaba ella con infantil curiosiad. —Si, hija. . —Pues yo creiba que no voliban. ¿Si yo siera palomita tanibién volaba?
—También volarías, hija, también volarías. —Pues, mamita yo quisiera tener una palomita banca, banquita y yo ser también palomita. —Pues
pídeselo
á los
reyes
que
dan lodo lo que le piden las niñitas buenas.
Y juntando las 'manecitas
“titud de orar, exclama:
yo quisiera ser palomita! *
en ue-
¡Oh reyitos
Era día de Navidad. A las ocho de la noche, ya dormía Teresita, soñando con su paloma blanca.
A
O
iaa
En tanto, allá en apartada habi-
tación, manos amorosas se Oocupaban en adórnar un hermoso nacimiento. Ya tenía puesto su sombrerito de paja, el San José de luenga barba, la mulita amenazanora contra la -.diforme cabeza del panzudo buey, para no permitirle la rumia de las fobias en que se acostara el Niño ios, los pastores á buen paso diritres magníficos Reyes
y
Casas,
por último,
Magos, caba-
lleros en sus camellos, conduciendo”
oro, incienso y mirra para el Hijo y de Dios y una palomita blanca pa-
pastores,
la-
liz de la redención; que el armóniun
en el preludio de prístinas notas anunciaban al corazón cristinno lleno de santo regocijo, un año más en el reloj de los tiempos de que data la felicidad: humana; abriéronse las puertas del nacimiento ante los ojos de la admirada niña, que palmoteo con alegría, trató de huir, se acercó á la puerta. retrocedió de nuevo y dando vueltas en sí misma
llamando
á todos
para
que
con-
templasen aquella maravilla, que el bondadoso corazón nunca, goza
solo, y pasadas las primeras emociones cayó de rodillas, las munos en actitud del bendito;,los rasgados ojos vueltos hácia el cielo, entonando con los demás niños el añejo estribillo Venid pastorcitos Venid y adorad ¡Mi
tias.
Al rey de los cie... palomita! gritó con
—,
Y escapándose
*%
giéndose al portal
Teresita.
gos, montañas y ríos, profusión de farolillos y bujías, de flores y canastillas, presentaban un cuadro sorprendente, débil remedo de la gloria conque sueña un alma inocente. Dieron las diez. Al tiempo que en el templo el perfume del incienso y el perfume de la oración alzábanse juntos con el ca-
de
los
angus-
brazos
de
la madre, que trataba de detenerla, corrió ligera hácia el nacimiento á salvar su palomita que el incendio de unos farolillos la amenazaba. Llegó primera que ninguno, salvó su palomita; pero sus amplios* encajes se incendiaron y aquellas carnecitas de azucenas y rosas hechas para ser comidas á besos, fueron cruelmente martirizadas por las lenguas dé fuego, que más velo-
ces que la solícita madre, lamieron
su sonrosado cutis, haciendo exten-
sas vesicaciones, antes que consiguiesen apagarlas. Acudió el doctor presuroso, curó las quemaduras quedando junto al lecho velando su fatigoso sueño. A las tres de la mañana una convulsión terrible agitó su cuerpecito,
crujían los dientecitos y fué imposi-
Julio 21 de 1907 511
EL CARNAVAL ble
hacerle
tomar
alimento.
Las
convulsiones se repitieron con frecuencia. La fisonomía del doctor se contrajo, una lágrima temblorosa pendió de sus pestañas, que fué á romperse al suelo y con voz segura exclamó: Ladme pluma y tinta. Extendió una receta: ¡Clorar!
—Dotolsito, ya tá no me curas! La madre sollozaba amarga-
tud estudiosa, nuevos y más vastos horizontes. Aquí hizo tuanto pudo. Reformó la iglesia de Santa Ana, difandió el espiritu religioso y preparó á la juventud para más altos destinos. Aunque hemos vivido siempre un poco alejados del padre Franck Colón, sabemos que era un cura muy ilustrado.
Y sobre todo; muy
mente:
ur
¡Adios mamita, la palomita va á volar! —¡Mi palomita! ¡Mi palomita! Y en forma de palomita, se escaaba
el alma
de
Teresita,
cuando
a campana tocaba el Ave-María. PABLO
No
MORALES CABRERA.
lo sabemos
El padre Colón se fué. Y nuestros estimados colegas le dedican cariñosas frases de despedida. Nosotros quisiéramos despedir
también al ilustrado sacerdote. Pe-
ro antes desearíamos averiguar por qué se haido el padre Franck Colón. Es posible que se haya marchado por su gusto, tal vez mejorando de situación, y en este
caso, más bien
que sentirlo debemos alegrarnos de su partida. Quizá lejos de aqui, donde haya más ancho campo, pueda el padre ¿Colón, desarrollar mejor sus grandes iniciativas, y abrir á la juven-
diplomático. —
¿Y ahora? A bordo de un buque de la escuadra americana, hizo explosión no sé qué cosa. Y á poco pasa, lo que pasó con el “Maine”. Pero como no había españoles por todos aquellos contornos, ni España tiene ya posesiones en América, parece que la cosa ha sido casual. Annque no falta quien le quiera colgar el sambenito á los japoneses. Como si los japoneses se parecieran á los españoles. HA
Afortunadamente
na nacional, parece
*
para
la
mari-
que la epsa no
tuvo importancia.
¿
Once muertos y algunás
«averias
en las torres.
Eso no es nada.
En
“El Gallo de Oro”
es donde
puede conseguir todos los figurines y patrones que necesite. Be” Allen
No. 25.
+ CHOCOLATES: SUPERIORES. Los mejores que se elaboran. E. FRANCO, Mayaguez, Puertto Rico. Pídanse en todas partes. .L Agentes en San Juan:-Aboy, Vidal « Co.
512
EL CARNAVAL
l
Julio 21 de 1907
La reunión de los Alcaldes LA
A
O
a
EN
A
—¿ Tu has podido oler para que será esto de la reunión ? —Absolutamente: —¿No será una tomadura de pelo ? —No tendría nada de particular.
LA FLOR DE MAYO MERCANCIAS, QUINCALLA ,
MUEBLES
Y FERRETERIA EN GENERAL. A
PLAZOS.
CALLE.
Julio.21 de 1907
EL CARNAVAL
Para
Me acerqué y era ara decirme que no hablara mas de la incorporación. —Pero ¿en qué quedamos? ¿Estamos ó no estamos?
la" “Guardia”
—Estamos, me
contestó;
más no
conviene decirlo. Estamos, agregó Sifre, ventados que nunca.
HASTA
Un distinguido ciudadano que as” pira al puesto de cantinera.
octor
en la
Encontramos
botica de don
Fidel.
hace política, se acuerda siempre de quien
Yal vuelo, como
dice, celebramos
view.
_ —¿Qué jardo?
OO
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hay y
de
poa
este
buen O
inter-
por
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igual.
ué le Pp parece de es ta reunión de ¡
V
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llamaba el ato. P dh?Quién
resiste
,
de
Venezuela
tourista,
creer lo del casamiento. tonces el hombre
quiso
no
Pero en-
Dios se adelantó
Y Tomás metió el dedo, RR **
Es lo que digo yo señores, aquí
en Puerto Rico, se casa hasta Dios.
Al por mayor Seis confinados se han ido de paseo en la tarde del viernes y hasta
la fecha no han regresado.
Ya se van al por mayor. Por eso deciamos nosotros que no todo palo servía para trompos. $
—Váyase, amigo Barreiro. Y cuando ya había, 11 O cerca del Banco Popular, donde todo el ho: mo economizaralgo deposita Os, Oigo que itan: a, ara. e O
Hasta el hombre Dios, aquel distinguido ciudadano que tanta candela ha dado por Ponce, ha entrado en el gremio de los casados. Una samaritana lo trastornó y no hnbo medio de hacerlo desistir. Todas las observaciones de los apostoles fueron inútiles. Aun hay quien no lo cree. Tomás, que andaba por Santo
al
hablando con Sifre, que, aunque no sus malas mañas.
DIOS
tas la pata.
á nuestro querido amigo y distinguido jefe don Santiago Vero, que vino á San Juan con motivo del capricho ese de Mr. Post. porque eso del Gobernador no ha si o más
antojo.
re-
do nm. que en lo sucesivo no me-
Hemos tenido el gusto de saludar
un
más
y le dijo: Ven Tomás...y mete el de-
Salud, Doctor
que
513 |
V
717900,
Me
¿ o del el llamamient
,
AR
Ya sabemos que el amigo Patrón no tiene en ello ninguna responsa-
bilidad.
.
Pero la verdad es que antes no , sucedía esto. . * ciulos que ia grac te Y es una tris
dadanos de los
pacíficos esten á me
presidiarios, cada vez que es-
tos quieran abandonar la residencia del paseo de la-Princesa. Si la cosa es así vale más que de
una vez los despachen á todos. ¿
514
EL CARNAVAL
Julio 21 de 1907
Es justicia “La Semana” importante periódico de New York, dice, hablando de nuestro querido amigo Nicolás
Hernández. “Vía
á
Nueva
Orleans
ha
de Puerto Rico, en donde tablecido como
tro
muy
está
es-
comisionista, nues-
apreciado
compatriota,
llegado
señor
y laborioso Nicolás
Her-
nández, á quien deseamos en su rápida gira de negocios todo el éxito debido á su probidad é inteligencia.” Esto se llama justicia á secas. No importa que Hernández sea enemigo de Castro. No importa que Castro se enemigo de Hernández para reconocer que Nicolás es una inteligencia, nu gran comerciante, y sobre todo un excelente amigo.
tallaron. quedando destruido el automóvil. El príncipe, el chauffeur, la marquesa de Ruffo, el duque de Cape Cegalete y el
marqués de Motola, que iban en el vehí-
culo, perecieron horriblemente abrasados y aplastados. , Las víctimas pertenecían á la más alta aristoeracia de Nápoles, Roma y Florencia. Esta espantosa catástrofe ha producido gran sensación.””
Todo esto por querer regar la varilla. : A' mí no me pasa nada dé esto.
= | PUNTOS LITERARIOS] + |
a
o
-
Ambrosío.—Ponce.
¿No será usted el de la histórica
carabina?
:
A juzgar por los versos, deben ser parientes muy cercanos. X. X,—San Juan.
,
Cristiano, aféitese.
—— A
¡Vaya un soneto para tener.cola! Un aficionado.—Mayagúez. ¿Imitación, dice usted? No amigo
Bienvenidos
En solicitud de canje han llegado - mío, eso es plagio, con todas las mesa de redacción “El circunstancias agravantes. Cubano Libre,” importante diario Juan Sincero.—Arecibo. de Santiago de Cuba y “Blanco y EQué los ha revisado una persona Gris” revista literaria que dirije competente? Bien. ] en la Habana nuestro estimado ¿Y qué le dfjo, que estaban bueamigo Don Juan Canales Carazo. í nos? +: , Dejámos con gusto establecido Muy bien. md el canje. Pero yo le digo que están malos. Á nuestra
—————
¡Malísimos!
AAA
Y crea que no lo engaño.
A mí... plín Sigo
aferrado
tener dinero es niente.
á la idea á veces un
de que inconve-
SiS Dr.
A.
Y vean ustedes,
Marqués Davolos:
lo que le pasó al
“Entre Nápoles y Roma, el automóvil del Marqnés Davalos, príncipe de Passare y grande de España, sufrió una
ría, cuyas
consecuencias fueron fu-
? i gnofa por qué causa el coche se uésvió bruscamente, yendo á. chocar contra unos peñascos que se hallaban en la cuneta del camino. * * . El depósito de gasolina ;y el motor es-
Alvarez
Valdés
DENTISTA
:. El Marqués Davolos, era un hom-
bre riquísimo.
:
DE
UNIVERSIDAD
LA
DE PENSILVANIA
VEINTICINCO AÑOS DE PRACTICA. Plaza
Baldorioty
San
Juan,
EXTRACCIONES
HORAS
de
Castro
Puerto
Rico.
SIN
!!DOLOR
DE OFICINA:
(
De8á411M 'Desás
!!