El modus operandi de las artes electorales en Puerto Rico [1940]

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EL MODUS OPERANDI DE LAS

ARTES ELECTORALES En PUERTO RICO POR

DOMINGO TARGA

Informdndo el resultado del Concurso Electoral celebrado

según anuncios publicados en "El Imparcial" y "La Corres pondencia" de Puerto Rico,


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PROLOGO I

Nos sería imposible dentro de los límites de este trabajo tratar extensamente sobre trampas

electorales y de las mil y ima medidas empleadas en el pasado por los políticos de im partido para tomarse ventaja sobre los del otro. La literatu ra escrita sobre este tema es escasa, costosa y en su mayoría jamás ha sido llevada a la impren ta para ser divulgada al público con todos los de talles aguí enumerados. El acopio dé los datos fué obtenido mediante la celebración de un concurso cuyo anuncio apa reció en el periódico "El linparcial" todos los días por casi dos meses y además en "La Oorre^ndencia", cuyo texto decía: CONCURSO ELECTORAL

PRIMER PREMIO

Segundo premio Tercer premio ■ Cuarto premio

Diez premios de

$50.00

25.00 10.00 5.00

1.00

Dirigido a las personas que tomaron parte


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en la campaña electoral de 1936, especialmente

aquellos que desempeñaron cargos en los parti dos políticos el día de las elecciones. Solo se ne

cesita un relato que revele de que modo sutil, sin violar la ley o al margen de ella, usted pudo tomar ventaja sobre su adversario o de que modo su ad versario la tomó sobre usted.

Los premios se adjudicarán a los autores de los relatos que revelen mayor audacia o sa gacidad. El fin que se persigue es el de prepa

rar Un panfleto para ponerlo a la venta antes de las elecciones. Dirija toda correspondencia al "Concurso" Apartado 3291, Santurce Puerto Rico.

»

Si su relato es digno de aparecer en el pan fleto tendrá derecho a un premio. Tendrá prefe rencia los relatos premiados en el orden de los premios. No se mencionarán nombres ni lugares.

Llámele la atención a sus amigos políticos si usted mismo no ha tenido relación con la polí tica o los partidos.

Envíenos su carta; puede ser agraciada y le vendrá bien el dinero para las Navidades/' A estos concursantes premiados le debemos en su mayor parte el acopio de estos datos, ade más de los que por nuestra cuenta hemos obteni do conversando sobre el tema con elementos polí ticos de todas las clases sociales.


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Si este libro consigue ilustrar al público en. cuanto a la cooperación que éste deba a la cele

bración de elecciones en nuestro pa^ para que cada día sean más difíciles las trampas, habre mos rendido un buen servicio a la pureza del su" fragio y por ende a la genuina democracia en América.

Estos secretos políticos son los que hemos podido recopilar.

Hemos omitido mencionar el

santo y el lugar donde se desaarollaron las hechos, para no comprometer a los concursantes.

Solo

relatamos los milagros a manera de cuento ex

traído de la realidad, pues no hay duda de que

no existe novela verdaderamente buena cuyos per sonajes no hubieran existido alguna vez en la vida

real. Aunque parezca paradógico, la verdad es mucho más rara que la fantasía; a lo menos re sulta mucho más interesante.

Rendimos im elevado servicio a la moral ex

poniendo a la meridiana luz del día cosas que ja más han sido 'divulgadas, detalles interesantes que han de servir a aquellos que velando por el bien general del país o por su propio bien militan en un partido o en otro. En todos hay gente bue na incapaz de ninguna infamia o viceversa. Los» de la viceversa que me tachen de loco, de embus tero, de vividor y de lo que quieran, que la luz jamás ha hecho daño a nadie y sí las tinieblas


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donde se esconden para desacreditar este trabajo. Obtener la aprobación de la gente de bien es todo

a lo que aspiramos; servir a la pureza del sufra gio es todo nuestro empeño, previniendo a los principiantes de las diversísimas formas de ma

las artes electorales, como la mejor manera de

llenar este cometido y como un complemento á las excelentes leyes electorales que disfrutamos en Puerto Rico, que aunque pueden indudablemente

mejorarse, no existe país en el mundo que las su pere. Si trampas se cometen, no son estas por cul pa de la Ley,sino por la ignorancia de unos y la ma licia e ingenio de otros. El darle los custtrdr do

bleces a la papeleta electoral y autorizar al propio elector para introducirla en la urna lia acabado con

la repugnante práctica observada en el pasado cuan do entraban en los colegios electorales electores de repetición con insignias en las solapas iñdicaaído su condición de mercaderes de sufragio que entre gaban el voto al juez de mesa de la mayoría, con un solo doblez, cosa que se viera al dorso la cruz

hecha con un lápiz duro y una señal convenida por este funcionario era vista desde la calle por un aliado y al salir el elector a la calle entregá-

báséle un ticket para ir a cobrar. Tal parecía que lo que iba a las urnas no fueran los electores sino

el dinero, el soborno, la infamia del que compra ba el voto para luego robar en el puesto que así


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escaJaba y recuperándolo multiplicado a costa del contribuyente. .Para comprar electores queda un

solo método que ha sido usado con éxito y podría evitarse poniéndose de acuerdo la Junta de Cole

gio en lo siguiente: al sacar^los votos de la urna uno a uno> .éstos deberán sacudirse para que des

prendan cualquier cosa que se hubiese,incluido en sus dobleces, como pedacitos de tela de distintos

colores y tamaños, o cordones, o pedacitos de car tón e infinidad de chucherías que podrían servir para identificar al elector en un convenio previo con los funcionarios en las mesas de la Junta de

Colegio. Bien sacudidas todas las papeletas sin abrirlas los objetos «que de éstas salgan no pueden determinar la filiación del elector. El que recibiei"a un cordón de determinado color y largo para que aparezca dentro de un voto del partido B, pue-< de echar el objeto y votar por el partido A, y na die podrá en la mesa al hacer el escrutinio deter minar si el elector votó como fué convenido en el

trato clandestino que hiciera con anterioridad; concluido esto se puede proceder a abrirlos y a co locarlos en los respectivos montones de papeletas íntegras de uno y otro partido y las papeletas pro testadas, nulas y mixtas aparte; para la subsi guiente discusión y adjudicación según lo requie ra el caso. Es importante que la urna quede se parada de la mesa cuatro o cinco piés para que a


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ningún juez de mesa u otro funcionario le sea fá

cil mirar dentro de los dobleces de la papeleta, por mucho que el elector trate de que se vea. Cuan do ésta tendencia fuera observada, deberá obje tarse con energía, indicándole al elector que in troduzca el voto con rapidez en la urna porque está dando lugar a que se sospeche de sus inten ciones de destruir la secretividad del voto. Conviene no olvidemos este detalle del voto

puesto en el mercado. Los cuatro dobleces a la pa peleta, y echarla en la urna el mismo elector, so brevino tras justicieros clamores de la opinión que acusaban la vitalidad del sentido de la demo

cracia en nuestro país, a nobles aspiraciones del pueblo y del Ejecutivo, unidos por un sentimien to de justicia que no podía ser desatendido por el poder público. En igual forma que aquel error fué corregido en la Ley, el voto repetido conglo merando todos los electores para comenzar la vo tación en determinada hora, haciendo casi imposi ble el voto de repetición, los errores que aun que dan i>or corregir serán señalados en esté trabajo haciendo más fácil descubrir los remedios en el futuro.

Dice la enciclopedia Americana, Vol. X, pá gina 70; "El más corriente fraude es el soborno

consistiendo en dar dinero o promesa de recom pensa, bien para votar al capricho del que paga


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o para evitar que los electores hambrientos o ne cesitados concurran a las urnas." Esta forma de

soborno no se puede corregir con la Ley. Esta tiene que corregirse mejorando el estado econó mico del pueblo y como en Puerto Rico este mal es una resultante del coloniaje, el efecto es un

círculo vicioso que hace imposible corregir el frau de sin corregir antes su causa; (la colonia). El hombre que no tiene para él ni para los süyos, vende su voto al mismo precio que se dispondría a vender el esfuerzo de sus músculos. Para él no existe problema de la comunidad, porque su

propio problema es tan serio que la suerte de las elecciones o sus convicciones políticas ocupan un

lugar muy remoto en sus sentimientos y en am biente propicio la venta ocurre en la taberna o en el callejón. Nunca se llama a la autoridad para

que'la presencie, ni siquiera existen testigos ni

lugares alumbrados por el sol ni en la vía pública donde podrían descubrirla transeúntes que pudie ran obstaculizarla.

Nuestros nexos comerciales casi exclusivos con Estados Unidos, especialmente con el apren

dizaje del inglés que ha hecho circular por la isla grandes cantidades de revistas y periódicos en este idioma que han hecho de nuestras clases me dianas víctimas de las propagandas inducentes a sostener el alto "standard" de vida nortéame-


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ricana, y siendo este "standard" insostenible con

los sueldos y productos del trabajo de la colonia, una gran proporción de esta clase vive una vida

al borde de la desesperación y es fácil presa del soborno electoral, habiendo en abundancia padres de familia que se ven obligados a militar en los

partidos que le ofrecen oportunidades de librar su subsistencia, cuando sus sentimientos realmen

te no comulgan con las plataformas de éstos. El que suscribe estas líneas presenció en una ocasión a un orador que después de haber pronunciado un (hscurso .de propaganda, bajó de la tribuna y me dijo al oído: "Sé que cuanto he dicho es delibe radamente falso y no creo en esas ideas que pre

dico, pero como necesito el empleo, tengo que se guir la corriente para poder sostener mi "stand-

aráü-dejyida y el de mi familia." ¿EstabaTo^ó este individuo siendo objeto del soborno electoral? Es evidente. Sin embargo, era un hombre ins truido; no se trataba de un labriego. En Estados Unidos una gran mayoría de la

población libra su subsistencia del producto hon rado de su trabajo y hay trabajo para todas las capacidades y aptitudes sin que para conseguir

lo tenga nadie que fingir sus ideas políticas. La diferencia estriba en que los ciudadanos ameri canos continentales son dueños de su propia so

beranía y el Estado se debe a ellos y coopera al


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progreso económico de sus componentes, míen-' tras que en Puerto Rico no contamos con medios

para resolver nuestros propios problemas; tie nen que resolverlos en Washington y allí cierta mente que por mucho interés que desplitegue nuestro Comisionado Residente, sin voz ni voto en el Congreso dueño de nuestra soberanía, los frutos de sus esfueraos no pueden dar otro resul tado que el cuadro de hambre y miseria mate-» rial que se registra en Puerto" Rico, y lo que es todavía peor, la influencia d^moralizadora que tal estado de cosas produce. La hipocrecía de que son capaces algunos hijos del país es cosa fantástica.

Este panfleto está escrito para los que deseén aprender algo más de lo que los partidos les ins truyen y como no hay mejor forma de preve nirse del crimen o del mal; que estudiando en las experiencias del pasado los métodos usados, cum

plimos en la mejor forma posible ese propósito. No hay ninguna razón para que el mas in experto no pueda ponerse en condiciones de lidiar con los mas versados, defendiendo los intereses de su partido, si cuidadosamente estudia las ex periencias aquí narradas.

La política es una lucha entre intereses opues tos en a qúe los sentimientos se hacen extremos y las opiniones a menudo toman el acento de la


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pasión. El que es víctima de la pasión no refleciona y suele cometer gravísimos errores. Por patriotismo debemos conducir las elecciones con ejemplar orden. Es el único camino que tiene nuestra patria para su emancipación y ese amor

a la completa libertad nos lo ganaremos ante el mundo dando la nota de nuestra cultura.. Nues

tras numerosas escuelas públicas que en tantos años han repartido a pobres y ricos el pan de la

instrucción, podrán demostrar que en Puerto Ri co la discrepancia en ideas no puede ser jamás de enojo, porque sabemos tolerar a los que no piem san como nosotros, porque en esta isla reside un pueblo culto.

Cooperando dentro del orden, defendiendo nuestros respectivos partidos, podremos con nues

tra educación democrática zanjar todas nuestras dificultades, labrando el futuro de nuestros hijos sobre los cimientos inconmovibles de la razón y

el derecho y el recíproco respeto.


A MANERA DE INTRODUCCION

OBSERVACIONES SOBRE LOS PARTIDOS Y SU ORGANIZACION.

Bajo la Ley Orgánica o Gonstitución de que disfruta el pueblo de Puerto Rico, queda separa

do por completo el poder legislativo del ejecuti vo; el primero en dos cámaras elegidas por el pue blo, compuestas de 19 senadores y 39 represen tantes; el segundo de un Gobernador enviada a

la isla por órden y nombramiento del Presidente de Estados Unidos, con el consentimi^ta del Congreso de dicha nación, donde Puerto Rico ca rece de voz y voto para elegir al primero, ni ^ el Congreso, donde el llamado Comisionado Re

sidente que elige el pueblo de Puerto Rico care ce de voz y voto hasta en los asuntos que atanen a sus representados. Teniendo este poder el Con

greso de los Estados Unidos y el del Presidente de dicha nación carácter dictatorial, toda vez que no emana del consentimiento de los gobernados. El Presidente nombra al Gobernador, Audi

tor, Fiscal General, Comisionado de Instrucción y jueces de la Corte Suprema. Los demás jefes de departamentos y funcionarios judiciales los designa el Gobernador con el consejo y consentí-


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miento del Senado de Puerto Rico. Las elecciones

generales se celebran cada cuatro años en él mes de Noviembre.

Un año antes de las elecciones el partido que

tiene sus correligionarios o una parte de ellos co locados, los utiliza en horas libres para hacer un censo electoral de cada barrio, ciudad y pueblo, para conocer de antemano como piensa el electo rado. Los partidos que no tienen empleados, usan a personas que aspiran a los empleos en caso de

triunfo. Luego viene el período inscripcionario que este año de 1940, será a Dios gracias, de dos

días, tiempo en que se supone se inscriban las personas que han adquirido la edad legal o resi

dencia. En estas inscrii)ciones, los partidos tra tan de hacer un pujilato, tratando el uno de su perar al otro, para los efectos de la moral en sus

correligionarios. Los partidos anuncian en las oficinas que establecen, números casi siempre ficticios y cada día aparece cada partido en sus respectivas oficinas, triunfante por mayorías fan-

tasticás... Sucece igual que con los partes de gue rra, que siempre están en conflicto. Luego vie ne el período de recusaciones de inscripciones

fraudaJentas y en éstas todos los partidos recu san en conjunto lo que és fraude y lo que no lo es. Se publican listas de los excluidos y los par tidos se ponen a investigar los que han sido rer \


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cusamos de los suyos, les locaUzan y les cogen las firmas para enviarlas a la Junta Insular de Elec

ciones- Este sistema deja casi siempre muchos electores fuera de las listas, sobre todo al electo rado o elemento no-partidista, que por lo general es el más consciente y sano y el del voto desin teresado e inteligente, preocupándose los parti dos del elector de papeleta- íntegra. Es por ello que en Puerto Rico los votos mixtos son raros y nunca han logrado realizar lo que ocurre en al gunos Estados de la Unión, donde estos votos han logrado elegir un Gobernador de un partido y un Alcalde y la Legislatura Estatal y la Asamblea Municipal del otro partido. Avisan a los recusa dos por carta, pero para comi>arecer ante la Jun ta para ser repuestos, tienen que estar respalda dos por un partido político, siendo los electores

de papeleta íntegra los únicos en que los parti dos tiene interés en evitar que sean excluidos, no lográndolo a veces; que vamos a dejar para el elector que carece de este respaldo o que, además del día que perdió inscribiéndose, pierda dos o más probando que existe y que tiene edad o re sidencia legal, o que no es un criminal sin dere chos civiles.

Esto explica el por qué dé tanta gente que,

indignada por haber sido injustamente eliminada como electores se vean impelidos por esa misma


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indignación a votar con cualquier nombre que las

oficinas de su partido les dé para emitir un voto. Lc« partidos durante este período, abren nu merosas oficinas y cuando la Junta Insular de Elecciones le entrega la listas, éstos sacan co pias de ellas y hacen tarjeteros de los diversos colegios; clasifican los electores por filiación po lítica y por condición moral. Dos o tres meses antes de las elecciones, co

mienza el reparto de las tarjetas donde le indi can al elector el número del colegio donde le co rresponde ir a votar, así como la página y línea del registro donde aparece su nombre inscrito. Mientras tanto, cada x>artido lleva a cabo la asamblea del partido donde surgen los candida tos. Estas asambleas se llenan de gente de to

das las clases sociales, se pionimcían discursos

y las delegaciones de los distintos pueblos votan por sus candidatos. Estos delegados obtienen su autoridad de diversas fuentes. Algunos sa len electos de las localidades donde se celebran lo que llaman elecciones primarias, donde se su pone interviene solo el pueblo del partido en la localidad. Otros son nombrados en asambleas ló

cales. donde comparecieron unos cuantos "leaders" de barrio convocando al pueblo a nombre del presidente del Comité Local y aún otros ob

tienen su autoridad del propio presidente del par


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tido en cuestión, ya que siempre los reglamentos les autorizan para nombrar delegados. Por lo general, a cada distrito representativo le corres ponde un número de delegados en proporción al

número de votos emitidos por el partido en la elección anterior.

De la asamblea general surgen los candida tos y luego en los últimos meses de la campaña toda la isla queda prendida de reuniones públi cas llamadas "meetingsi", donde los candidatos

hablan al pueblo y numerosos oradores explican cuánto se pueda uno imaginar que van a hacer

por el pueblo. En esta éi>oca todos los políticos son atentos, se pasan el día saludando a todo el

mundo, compadeciéndose del pobre y estrechán dole la mano a cuantos en su camino encuentran.

A,! día siguiente de las elecciones los victorio sos no conocen a nadie y solo salen en automóvil

a la calle, a gran velocidad, para que no los mo lesten, salvo contadas excepciones... Quince o veinte días antes de las elecciones

los partidos nombran al personal de los colegios en toda la isla. La Junta Insular dé Elecciones asigna unos 4,600 colegios en toda la isla, de

biendo cada partido estar representado en ellos

por un inspector, un vigilante, un secretario y un recusador.

Al seleccionar el personal de colegio tienen


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el cuidado de nombrar personas competentes, dando instrucciones al vigilante de cada colegio

de reportar cualquier deficiencia que hubiera que subsanarse durante el día. Cada partido tiene

un vigilante en cada colegio, con las instruccio nes antes señaladas.

Son nombrados por los partidos 10 electores en cada colegio, los más capacitados y entusias

tas, teniendo cada uno de ellos la décima par te del electorado an dicho colegio a su cargo, ha

biéndose provisto con anticipación de las direc ciones exactas de los electores que hayan de vo tar en el mismo, para irlos a buscar oportuna mente en el automóvil para tal fin asignado con anterioridad. El electorado así seleccionado pa ra tal servicio entra en funciones a las 12:00

P. M., 8 horas antes de empezar la identificación de electores de cada colegio y 12 horas antes de empezar la votación, tiempo suficiente para que antes de empezar la misma, esté todo el electo rado localizado y en sus respectivos colegios. Cada partido trata de enardecer a sus hues tes con propaganda hasta el punto de producir entusiasmos necesarios para urdir esta maqui

naria electoral. Si luego, ademas de esto, se cuenta con suficiente dinero, se proveen corrales para los electores que venden el día al partido

contrario y secretamente convienen, mediante el


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soborno, a no concurrir a las urnas. Estos co

rrales suelen ser, en las zonas rurales, casas de campo en sitios estratégicos, ranchones de guarr dar tabaco, etc., y en las zonas urbanas, aparta mientos altos en casas de mampostería, a prue ba de bala®. El nombre de CORRAL se le dá por el acto denigrante; vender los derechos ciu dadanos por dinero, como se hace con animales irracionales, estribando la diferencia en este ca so en que el propio animal obtiene el dinero. El obrero de pico y pala, que por lo gene ral sus necesidades son superiores a sus ingre

sos y piensa *'gane Juan o gane Pedro, mi traba jo será siempre el del pico o la pala; si veo la oportunidad de conseguir unas pesetas, las co jo", es el que por lo general va a parar a los men cionados corrales, donde Ies tienen abundante ron y comida.

Los partidos hacen también es

tos corrales para sus correligionarios, pudién

dose llamar contra<;orrales, donde se les tiene, esta vez para impedir que el adversario no los

lleve a un secuestro, las más de las veces, tácito. Hay, la noche antes de las elecciones, aje treo sin cuento, y a menudo se registran tiroteos entre adversarios que tratan de atemorizar a la gente donde suponen tienen correligionarios aco rralados. El órden público tiene tantas llama das a la vez que, en las quejas de uno y otros


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partidos, por lo general interviene los menos po sible, a veces temiendo tener que vérselas luego con políticos influyentes que puedan conseguir su destitución.

Es razonable creer que todo este desorden es la mejor prueba de sinceridad electoral, sien

do ello como un sello de rectitud a semejante ac-

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tuación que así la justifica. Donde las eleccio nes son pacíficas, solo hay farsa y engaño, disfrasado con mucho órden, como si el órden solo

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pudiera existir satisfaciendo el egoísmo de los dictadores.

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RESULTADO DEL CONCURSO

. Estos trabajos llegaron después de cerra do el concurso, pero hemos obtenido el consen

timiento de los autores jiara publicarlos, dada la importancia de los mismos.

"Las listas electorales que suministran a los partidos políticos la Junta Tnsul^r de Elec ciones, contienen la edad que tenía el lector cuando se inscribió. Por ejemplo: Juan Pérez aparece con 23 años de edad, pero como se ins

cribió en el 1920 para las elecciones de 1936, ese Juan Pérez no era el jovencito de 23 años, sinó el hombre maduro de 39 años.

De las listas viejas de mi partido, conse guí la fecha de inscripción de cada elector en la lista de votantes que pertenecía al colegio don

de iba yo a trabajar en calidad de inspector, y me hice de una lista privada que contení la edad corriente o actual del elector para la fecha en que se llevaba a cabo las elecciones.

Pude en esa forma impedir que votaran nueve fraudes del partido contrario al mío. En

las oficinas del partido adversario al mío, con la confusión que forman un gentío que casi siem-


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pre a última hora vá a que le indiquen donde le toca ir a votar, para muchos de ellos encontrar se entonces eliminados de las listas; la consiguien te sorpresa e indignación les hace intentar hacer se pasar por cualquier nombre, y como siempre los partidos tienen listas de nombres inscritos en

las mismas que se sabe son fraudalentos, por es tar los interesados fuera del país; recluidos en

cárceles y manicomios; o por haber fallecido, les dan uno dé esos nombres de electores ausentes a

estos así indignados por haber sido eliminados, para ver si se cuelan. Por no coincidir la edad aparente de nueve electores con la edad que te

nía anotada al margen de mi lista, me dió pie para buscar los certificados de inscripción, y al ser por mí interrogados, decidieron no insistir

en tratar de votar en mi colegio.

/

Para mandar a votar, se sitúa en un patio grande a un individuo, o bien en un salóaí, con las listas en la mano y llama los nombres de la lista en la forma siguiente: un 22, negro; un 46,

blanco; una 30, blanca, etc., preocupándose sólo por la edad que aparece en la lista oficial, y el público contesta cuando mencionan su edad y

dos o más empleados están haciendo tarjetas donde indican a esos electores el sitio en donde

les corresponde ir a votar. De mi partido, advertí como una docena que


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no tenían la edad calculada que les correspondía y supuse que no eran electores legales, pero co mo le tocaba a mis adversarios descubrirlos y

ellos no habían hecho este trabajo preparatorio con anterioridad al día de las elecciones, no con

taban con el medio que yo tenía para hacerlo. Si en mi colegio le resta 9 votos al adversa rio y éste no puede identificar 12 fraudes nues tros, la suma de ambos son 21 votos. Si este re

sultado se multiplica por 4,500 colegios, el resul tado es 94,500 votos de ventaja que puede tener un partido con suficientes recursos para hacer este trabajo de oficina escudriñando las listas elec torales y haciendo listas con la edad real de cada elector para ser usadas en el día de las eleccionés.

Supe de unos cuantos correligionarios míos, unos de 25 a 30, que estaban inscritos como elec

tores viejos pero idearon quitarles unos cuantos votos de las listas a los adversarios y lo hicieron en la forma siguiente:

Todos ellos llenaron peticiones de inscripcio nes trasladándose a un pueblo distante en el día

de las inscripciones, con los nombres y señas ge nerales de los adversarios, cada uño escogiendo un adversario que se pareciera a sí mismo, coin cidiendo estatura, edad, color, etc., dentro de los límites que no levantaran sospechas. Una vez

inscritos, no se daban a conocer con sus propios


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nombres en el pueblo que fueron, y escogieron un pueblo donde no les conocían; sabiendo cuando regresaban que iban a trasladar las inscripciones

allí y para cuando llegaron las elecciones, los re feridos adversarios vieron sus nombres elimina

dos de las listas electorales y no pudieron nunca averiguar quiénes le habían hecho la maldad." PRIMER PREMIO

"En la pasada campaña electoral me nom

braron 15 días antes de las elecciones para repre sentar a mi partido en capacidad de director de elegió y fui suministrado con una lista de los elec

tores que irían a votar en ese colegio, unos 300. Recibí el encargo de visitar a todos los electores y conocerlos personalmente y tratar de conocer

l'a forma en que pensaban votar. Me puse a tra bajar con mi lista y a pesar de que le daba tres horas al día a este trabajo, disponiendo de un au tomóvil y todo, la labor resultó mucho más fuer te de lo que yo me había pensado. La numera

ción de las casas resultaba un problema serio; me encontré tres y hasta cuatro casas con el mis

mo número, en la misma calle, después que daba con la casa la persona a quién tenía que ver mu chas veces no estaba. Me decían: "no viene has ta la noche", o me decían los vecinos: "ahí vivió

hace muchos años, ahora vive en otro pueblo", o


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me decían que no sabían de quién se trataba. La verdad es que nuestra población en un 90 por ciento vive en casas alquiladas y rara vez dura tres o cuatro años en el mismo sitio. Hay quien paga un mes de fianza y espera el deshaucio pa ra a los dos meses mudarse, y así consigue pagar el alquiler con un 50 i>or ciento de rebaja. Un mes lo cobra el dueño y otro lo da la Corte con la sentencia». Por diligente que fuera, calculé

que hubiera necesitado seis meses de trabajo pa ra metódicamente, dar con todos los electores y cerciorarme en donde vivían.

A los 5 días de trabajo pude dar con una do cena de ellos y pude averiguar sin Itigar a dudas,

de otra docena que jamás habían existido, las di recciones encontradas en la "lista daba lugar a

presumir que se trataba de personas que se ins cribieron con nombres y direcciones ficticias. Continué mi trabajo, aumentando las horas que

al mismo dedicaba y se me ocurrió una idea que inmediatamente puse en práctica...

Un muchacho que trabajaba en el comité del partido contrario al mío, a quien yo a menudo ayudaba, vino una noche donde mí para que le

prestara $1.00. Me lo llevé a un sitio solo, le di el dólar y le dije, "si en tu comité no te pagan, te pago yo, pero por ello me tienes que servir a mí", y le hice la siguiente proposición: "Esta lis-


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ta es un duplicado de la que tengo para el cole gio donde voy a trabajar como director repre sentando a mi partido. Como tú eres corredor, consigúete las tarjetas de estos electores como si fueras a llevárselas tú mismo, entiendo ese es tu trabajo; me las traes a naá, yo te las pago bien, y me traes el mismo número en blanco, para des orientar a los electores del partido contrario, co sa que muchos de ellos no sepan el día de las elecciones a qué colegio les toca votar". Para de cidirlo le dije: "Ustedes de todos modos van a perder, ese Comité no tiene ni con qué pagarle a ustedes que están custodiando los intereses del partido; así es que sé listo y maneja tus reales cuando todavía puedes hacerlo, que ya otros es tán haciéndolo, según mis informes..." El muchacho se echó a reir y al siguiente

día se me presentó con todo lo que le pedía y hasta me dijo: "soy capaz de traerle lo que usted me pida, pues esa gente se cree que el pobre vive del aire; todos los jefes que entran y salen tie nen el dinero a montones para gastárselos en au tomóviles, gasolina, parrandas y, según ellos, yo. si no es por usted no comería ... Pues es usted mi jefe, mándeme lo que usted diga." Le expli qué a este muchacho que su utilidad dependía de la habilidad que tuviera él para fingir sus senti mientos por las actuaciones de los encargados del


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comité donde,trabajaba, Le dije: "tienes que mostrarles a ellos todo lo contrario de lo que me has dicho. Esta misma noche vas a ser denun

ciado por un delito de acometimiento y agresión, para que tus- jefes sigan creyendo en tu lealtad. Tú te declararás culpable y ellos te pagarán la multa o te fiarán, y mientras tanto tú harás lo

que te dije y acá la paga no solo es el doble sino que puntual."

Busqué un sitio adecuado y mi partido se

encargó de pagarle el sueldo. Luego, me enteré, hizo igual en más de veinte colegios. Cuando llegó d día de las elecciones había visitado como 125 electores de la lista y había descubierto que eran fraudes unos 25; mas con

ese trabajo logré arrestaran una electora fraudu lenta dando un espectáculo para atemorizar a los demás que del partido contrario estuvieran en el local y el escrutinio nos dió una mayoría de 30

votos. Según el censo que había, ese colegio era un empate o sea de resultado dudoso." SEGUNDO PREMIO

"Paso a referirle un medio utilizado por mí

que aventajó a mi partido en más de 200 votos. En la propaganda política hay muchas esposas señoras casadas que llevan a inscribir sus ami gas. Estas señoras no tienen inconveniente en hacer fila para inscribirse pero si son recusadas


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aunque viciosamente por el partido contrario al que se sabe que van a votar, no son capaces de ir a la Corte y Henar las formalidadesi liegales para ser repuestas en las listas a no sar que va yan acompañadas de sus esposos, lo que es muy natural, pues a ninguna mujer casada le es grato

ir a un tribunal de justicia sin la comi)añía del marido y menos para juicios políticos llenos de gentes del bronce.

El marido recibe la correspondencia de la mujer y por lo general cuando recibe la carta (del Board) la retiene hasta que transcurra el tiem po de presentar contra-recusación.

Mi trabajo basado en esta verdad psicológica del carácter o timidez de la mujer, fué averiguar los correligionarios varones cuyas esposas fueran del partido contrario. Averigüé unos 225 casos. Hice que mi partido las recusara a sabiendas de que eran electoras légala. Como los esposos, con el fin de reponerlas en la lista no iban a co operar llevándolas a la Corte, por tratarse de ser

contrarios en polít^a entre sí, quedaban fuera de las listas. En las pasadas elecciones, con este trabajo, le eliminé naás de 200 votos al partido contrario en esta forma.

Hay algunos casos en que esta regla es apli cable a la inversa, pues el caso de Pancho y Ra

mona abunda. También hay mujeres listas que


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saben evitar esto sin que sus matrimonios sean como el de Pancho y Ramona." TERCER PREMIO

"En las elecciones pasadas del 1936, fui nom brada para trabajar en la dirección general de Elecciones y yo me combiné con una de las que vigilaban, que era de mi partido, para que de vez en cuando y con mucho disimulo, se parara delan te de mí con un ejemplar de la revista "Alma La

tina" como a leer, mientras yo me metía dentro del seno unos cuantos certificados de inscripción del partido contrario, que ya yo había preparado omitiéndolos en las listas para privarlos del voto-

Otras veces me prendía las papeletas del ruedo del vestido y cuando llegaba a mi casa las rompía y así fué como le quité al i>artido contra rio como ciento y pico de votos. Imagínese, tra bajando todo un año y cada vez que tenía una

oportunidad la aprovechaba, y bien. Me enteré de otras que usaban otro medio con los "records" de los electores del partido contra rio. Le variaban el sexo para cuando fuera a

votar Juan, por ejemplo añadiéndole una a, apa recía mujer: Juana; a Isabel lo cambiaban por Isabelo; María por Marip; José por Josefa y así

por el estilo, quedando el nombre del elector cam biado. Esto era igual que si se eliminara de la


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DOMINGO TARGA

lista. Yo misma jamás hice eso pero sui)e luego que lo habían hecho muchos. CUARTO PREMIO

"En el día de las elecciones de 1936 me man

daron a un colegio electoral representando a mi partido; colegio ubicado en un campo y como el vecindario carecía de un lugar adecuado para re unir todos los electores en un local, fué un colegio descrito en la Ley con el nombre de "Fila Cerra

da." En estas filas sólo podían colocarse en las colas de las mismas los electores que llegaran an tes de la una. A esa hora la policía tenía instruc ciones de cerrarlas al comenzar las votaciones.

El imrtido adversario, según nuestro censo, tenía una mayoría de 20 votos sobre nosotros. El plan

que puse en práctica para tomarme ventaja, fué el siguiente;

1— Atrasé el reloj del colegio media hora, cosa a que el adversario no mostró oposición,, alegándole yo que lo estaba poniendo en la hora de acuerdo con la estación de radio.

2— En otro colegio del vecindario, radicado a unos 15 minutos en automóvil, otro represen tante de mi partido estaba adelantando el reloj

media hora, alegando lo mismo que yo, y en ese colegio habían 20 hombres para votar en primer término a la cabeza de la fila y 2 automóviles los


ARTES ELECTORALES

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esperaban para al terminar de votar allí se tras ladaran rápidamente a mi colegio para entrar en la fila del mismo, donde llegaron a la cola con tiempo suficiente para votar de nuevo utilizando nombres de personas que no estaban en la fila o que se habían quedado en sus casas o que eran meros nombres fraudulentos, no eliminados de las listas. Había llevado al colegio un pequeño tarjetero y según iban colocándose los electores en la fila, iba sacando las tarjetitas de los elec tores recién llegados y me las colocaba en el bolsillo. Cuando era la una menos cinco minutos, según nuestro reloj, quedaron 25 electores sin llegar al sitio de la elección y a cada uno de los 20 recién llegados le suministré una tarjeta con tentiva del nombre y señales de los ausentes. Con esta maniobra me igualé al partido adver

sario en votos, pero aún pude realizar otra ma niobra para sacar mayoría: valiéndome del hecho que muchos electores no sabían leer. De acuerdo con la Ley, cada elector al en trar en fila tenía que ser suministrado con una tarjeta contentiva del número que hacía en la fila. El partido contrario le había suministrado a los electores una tarjeta indicando nombre, colegio, página y línea del registro donde apare cía el elector. Al llegar estos electores con sus

tarjetas, las entregaban y se les daba, la tarjeta


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DOMINGO TARGA

oñcial contentiva del número. A 18 electores con

traríos a mí les suministré, en vez del número, tarjetas de las mismas que trajeron cuando en

el curso áe la votación llegaban estos electores, les pedía la tarjeta contentiva del número a sa-

bienda que no las tenían y me opuse a que sin

ellas votaran. Se paralizaron las votaciones i)ero cuando Uegó la Junta a eso de las tres de la tar

de, hice la alegación de que ellos hubieran podi do haber vendido las tarjetas contentivas del número, que según la Ley, eran necesarias para votai'. La Junta resolvió a mi favor. El escru

tinio, a eso de las 7 de la noche, reveló en vez de una derrota nuestra con mayoría de 20 votos pa ra el adversario, una mayoría nuestra de 25 vo tos. Realicé un plan que aventajaba 38 votos y resultó aventajarme 45. Habían 5 votos dañados

nulos por aparecer las cruces bajo las dos insig-^ nias de partidos adversarios. Los otros 2 votos se los he atribuido a un error nuestro de nues

tros cálculos o quizás a alguno que otro elector al votar en forma conlxaria a la que esperába mos.

QUINTO PREMIO

(Este trabajo es de la misma índole del Se gundo Premio, pero en otra modalidad, también ingeniosa.)

^'En las elecciones pasadas mi esposo perte-


ARTES ELECTORALES

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necia al partido Liberal y yo a la Unidn Republip cana. Por ese motivo mi esposo se opuso tenastmente a que yo votara y me prohibió terminan temente poner un pie afuera el día de las elec

ciones. Como yo sabía que las llevaba perdidas, me puse a idear un plan que puse en práctica. A las señoras que yo sabía que eran del Partido Liberal me fui de visitas días antes de las elec

ciones y les decía que mi esposo no me dejaba n: a votar porque era muy peligroso y a él le daba

mucho miedo que me sucediera algo. Gomo yo

velaba que estuvieran sus esposos en la casa, ellos decían que mi esposo tenía mucha razón, que para las señoras era muy peligroso y las que el esposo no lo decía, ellas mismas decían que sus esposos también se oiwnían, para hacer me ver que sus esposos también las cuidaban a ellas.

Así fué que el día de las elecciones muchas de ellas dejaron de ir por tal de demostrar qué sus esposos las cuidaban tanto comof el mío a mi.

Mi esposo quiso quitarle a mi partido un vo to pero yo a sus espaldas les quité a ellos mu chos más votos." SEXTO PREMIO

"El día de las elecciones me encontraba yo

desempeñando el cargo de secretario por el Par^tido Liberal en las mesas.


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DOMINGO TARGA

Aunque los que componían los cargos de los

otros partidos, o sea, por el Partido Socialista y

por el la Unión Republicana, eran y son, amigos míos, desde el primer instante entraron las dis

cordias entre nosotros, aunque sí en formas pa cíficas.

Llegó el primer elector, el deber de nosotros los secretarios era buscarlo en nuestras listas e identificarlo a ver si pertenecía a nuestro cole

gio; mas los demás secretarios al verme a mí buscando en mi lista se opusieron a que yo hirciera ninguna marca en mi lista, ya que ellos no lo hacían. Yo no les discutí, pero entonces llamé al vigilante de mi partido y le di instruc

ciones para que todo el elector, que él supiera que era coalicionista y no supiera al colegio don de tenía que ir a votar, lo encaminara al coleu gio de nosotros.

Así lo hizo, todo aquel que no sabía donde era que tenía que ir a votar porque no sabía leer el número que tenía en la tarjeta, fué a parar a mi colegio.

Así, cuando se terminó la votación, nos en contramos que en el salón teníamos cinco electo res que no aparecían en nuestras listas, les pe dímos las tarjetas y vimos que algunos tenían

que ir a votar al colegio número 16, 13, 17, 11 o 18.

Y así fué que cinco electores perdieron sus


ARTES ELECTORALES

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votos miserablemente el día de las elecciones, y todo por culpa de su misma gente." SETIMO PREMIO

"Allá para el día 6 de noviembre de 1936, fui nombrado inspector del Colegio No. 7, situa do en la escuela F... del pueblo X, en repre sentación del Partido Unión Republicana. Los electores autorizados a votar en el referido cole

gio tenían que ser de los barrios B... y D... pertenecientes a la antes dicha municipa lidad. Cuando todo estaba dispuesto para el comiienzo de la votación, recuerdo que se presen taron en mi colegio cinco individuos del pueblo que no estaban autorizados a votar en aquel colegio. De los cinco conocía a tres personalmente y a dos i)or referencia. Portaban en sus chaquetas insignias de la Unión Republicafia. Cuando me

acerqué a ellos y les pregunté si deseaban votar me contestaron afirmativamente. Entonces les in

vité a entrar para que dieran sus nombres a los secretarios que también representaban a sus par tidos políticos. Siendo mi secretario el primero en preguntarles por sus nombres diciendo cada uno el suyo, los cuales concordaban con los de la lista de electores que tenían los secretarios. Sa brán ustedes que cada partido nombra un recusador por cada colegio y allí estaban todos los recusadores, el del Partido Liberal, Socialista, y


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DOMINGO TARGA

el del Partido Unión Republicana. El recusador

es la persona que nombran los partidos i)olíticos

para evitar que se cometan fraudes por electo res que no son los verdaderos con derecho a vo tar en el colegio que ellos representan. (Estas

personas están muy relacionadas con los electo res de la comunidad, porque en su mayor parte residen en la misma, y difícilmente puede come terse un fraude sin ellos advertirlo.)

Cuando se disponían a votar los referidos electores, se levantó de su asiento el recusador que representaba al Partido Liberal, oi)oniéndose tenazmente a que votaran por no ser ellos los verdaderos electores autorizados que figuraban en lá lista, haciendo alegación de que el referido

^to constituía fraude, haciendo ciertas reseñas de los verdaderos electores autorizados para vo

tar en aquel colegio. No me sorprendió la actitud decidida del re cusador Liberal, no obstante, al llamarle la aten ción de que estaba infringiendo uno de los regla mentos del panfleto electoral de instrucción que se nos entregó por la Hon. Junta Insular de Elec

ciones, por el cual teníamos que regimos. Loca licé, en el mismo reglamento a que hago referen cia, leyéndolo en alta voz, refutando las alega ciones del recusador Liberal. Entre otras cosas decía lo siguiente:


ARTES ELECTORALES

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"No puede prohibírsele a ningún elec tor el derecho al voto, aunque el mismo esté cometiendo el delito de fraude, pues no puede haber oposición en su

propósito de votar porque se presume que el mismo es mayor de edad, con capacidad suficiente para comprender que está cometiendo una infracción a la Ley que apareja severas sentencias judiciales."

Amparándome en la antes dicha cláusula del

reglamento autoricé a los electores a que vota ran o no votaran a; discreción de ellos, decidién dose a votar, sin poder ser recusado, por haber abandonado el colegio inmediatamente.

El resultado fué que ganamos al pueblo X I)or mayoría de 258 votos."

(Observaciones sobre el anterior trába^jo del'concursante del Sétimo Premio.) La sección 10 de la Ley Electoral dice: "En

ningún caso, excepción hecha de los casos de trai ción, delito grave (felony) y perturbación del orden público, y salvo también lo dispuesto espe cíficamente por los términos de la Ley Electoral y de Inscripciones, iwdrá"arrestarse al elector mientras vaya a inscribirse y a votar^ estuviere votando o regresare de votar." Esta sección de


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DOMINGO TARGA

Ley es inmoral, porque para impedir la comisión de un delito procediendo al arresto de los que intentan votar fraudulentamente, tienen los fufir clonarlos del partido que se perjudicara con el fraude a realizarse, que cometer una i)erturbación del orden público. Por ello la sección i>odría decirse que es un elemento engendrador del deaorden en las elecciones.

En cambio, si los funcionarios Liberales que menciona el concursante hubieran traído a relu

cir el Artículo 164 del Código, que dice: "Toda persona que sin derecho a votar intentare hacer lo fraudulentamente, o con derecho a ello inteft'tare votar más de una vez en cualesquiera elec ciones, será reo de "misdemeanor", (palabra in glesa que significa delito leve,) Si! hubieran ale

gado lo dispuesto en el segundo párrafo de la

sección 70a., que dice: "Los inspectores de cole gio quedan por la presente facultados para tomar juramentos sobre denuncias hechas por cualquier persona que recuse a un elector que intente votar fraudulentamente y hubieran los liberales en es te caso actuado según lo autoriza la sección 71, según lee enmendada en 12 de Mayo de 1920,

que dice: "Si algún recusador tuviera razón para suponer que alguna persona que se presenta a votar no es la persona bajo cuyo nombre e ins cripción dicha i)ersona trata de votar, los ins"


ARTE3S ELECTORALES

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pectores de colegio del colegió électoml al cual corresponde el asunto, a petición de dicho recusador, presentarán la copia que tienen en su po der del certificado d^ inscripción de la persona que pretende ser elector y permitirá, a dicho recusador que inspeccione dicho certificado en pre sencia de dicho elector antes que se deposite en la urna la papeleta del susodicho elector." El certificado de inscripción contiene una descrip^ ción detallada del elector, un interrogatorio pór el recusador con el certificado de inscripción en la mano puede,poner a éste en condiciones de te ner seguridad suficiente para actuar procediendo a la denuncia sin que fuera necesario permitir la emisión del voto. Lo que es una leyenda es lo de los votos recusados. Estos se adjudican a los candidatos hasta tanto un tribunal vea el caso

y estos pleitos políticos son completamente acar-

démicos, cuando vienen a verse en su fondo y fin, ha pasado un período electoral. Nuevas eleccio

nes por lo general emiten el falo y no nuestra conocida maquinaria judicial que por su lentitud es inadecuada e inútü para estos casos. Con estas alegaciones se hubieran allanado los electores fraudulentos o se hubiera propiovido el desorden que pudo tener grav^ consecuen

cias o se hubiera reducido a paraltear el trabajo hasta la llegada de la Junta local.


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DOMINGO TARGA

La Junta Insular de Elecciones debiera in

terpretar estos dos preceptos legales que por es tar en pugna, podríase reglamentar lo más mo

ral, que sería lo tendente a castigar a quien solo intentare votar fraudulentamtente, facilitando su arresto. Lo contrario es darle oportunidad ^ delito a afectar hasta el resultado de una elec ción.

La Ley debe de tener el alcance de prevenir la comisión del delito no hasta el punto de darle la inmunidad de policía de orden público al recusador, pero sí darle la ventaja de permanecer bajo la custodia del guardia especial del colegio, junto con los acusados; éstos obligados a firmar un pliego para ver si sus firmas coinciden con la

del certificado de inscripción en poder de la junta de colegio. Los recusadores con los electores arrestados después de los escrutinios, deberán in grasar en la cárcel, para ser vistos estos casos a

la primera oportunidad por los jueces de paz y mu nicipales. La ocurrencia del fraude dependerádel respeto que se le tenga a la autoridad encar

gada de impartir justicia para dio. Una sola par te puede ser castigada: la culpable. De aparecer recusadores culpables de recusacióm viciosa, el

juez podrá luego de aplicarles la pena correspon diente al recusador, ordenar la adjudicación de

los votos injustamente recusados a los respecti-


ARTES ELECTORALES

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vos candidatos, según la voluntad de los electores absueltos.

Tanto el recusador como los recusados deben ser acusados de recusación viciosa, e intento de

votar fraudulentamente, o ponerlos bajo fianza de $500.00 y aplicarle la sanción a quien la merezca, Sin arreglos entre los partidos de canj^ de prision^os.

Lo anteriormente expuesto es lo que debiera ser la Ley; sin«rnbargo, como está no hace ne cesario la emisión del voto para poder proceder

al arresto del que pretenda votar fraudulentamen te. La Ley define que intentar votair fraudu lentamente constituye un deilito y esta inten ción es manifiesta al ponerse el acusado en la fila

o penetrar dentro del local- del colegio. A lo que no debiera prestarse la Ley, y mucho menos lu Junta Insular de Elecciones, es a favorecer la per

sona letrada que cuando quiera dejar meter el fraude por que le convenga saque a relucir la sección 10 de la Ifoy o él reglamento de la Junta y cuando no las secciones que hemos mencionado. OCTAVO PREMIO

"Estaba yo trabajando como secretario en el colegio número 4 y tenía de mi- parte un recusa

dor que me había mandado mi partido, a i>etición

pues se trataba de uno de los hombres más listos que he visto en políti^


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DOMINGO TARGA

Como a eso de las 12^/^ del día, el secretario

contrario o sea, el Liberal, llamó a un señor por la ventana y le dijo que fuera a las oficinas de su partido y le dijera al que estuviera allí representan do al partido, que qué-pasaba con los electores del barrio C... que no habían llegado, recibiendo por repuesta que habían salido a buscarlos.Por ser

este uno de los barrios más grandes y donde más gente tenía el partido Liberal, empecé yo a pen sar de qué manera podía dejar en la calle y que no votaran tales electores. Tan rápido como te nía que suceder, sucedió, pues inmediatamente

llegó a mí mente el plan que llevé a cabo. Cuando era la una menos cuarto llamé a mi

camarada el recusador y le dije que yo iba a lla mar al secretario Liberal para decirle algo y que tan pronto el y yo nos pusiéramos a hablar en la ventana, que él adelantara el reloj diez minutos y

así sucedió. Entonces, cuando él y yo dejamos de hablar me fijé en el reloj y sólo faltaban dos mi nutos para la una y no habían llegado los electo res que esperaba mi compañero de colegio y ad versario. Cuando el reloj de nuestro colegio mar caba la una de la tarde recibió un mensaje don

de le decían que habían llegado al Club Liberal los electores y que ya venían para el colegio. En tonces le avisé que ya era la una y no podíamos esperar más y por lo tanto teníamos que cerrar el col^o. Aquí la desesperación de mi compa-


ARTES ELEC?rORALES

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ñero fué más grande y después de ponerse fu rioso, reclamar y discutir conmigo y el secreta

rio de la Unión Republicana, cerramos. Apenas habíamos cerrado las puertas empezaron a llegar electores, pero ya era tarde. De esta manera se quedaron sin votar 37 elec tores de dicho barrio los cuales eran de filiación Liberal.

NOVENO PREMIO

"En las elecciones p,asadas fui nombrado juez de mesa y como era natural, me entregaron

una lista de los que iban a votar en mi colegio. Yo cogí la lista y me fui a averiguar como era que ellos iban a votar y según pasaban los días iba viendo que mi partido tenía menos votos y se me ocurrió un plan que enseguida puse en práctica. Primero averigüé cuales era.los más necesi tados porque son los que siempre se venden y les

ofrecí comprarle el voto en $2.00, y para que ellos tuvieran fé en mi, yo les daba un cheque por $2.00 firmado por mí pero sin fondos yo en el Banco. Para yo saber que ellos habían votado a nuestro partido les enseñé a cada uno una marca y de la manera que tenían que hacerlo. El día de las elecciones yo me llevé en un pa

pel escrito los nombres de los hombres a quienes


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-

DOIVONGO TARGA

les había comprado el voto y la marca que les ha bía dado.

Después de las elecciones que nos pusimos a contar los votos yo dejé que mi otro compañero fuera el que contara y yo únicamente observaba y cuando leían un voto para mi partido yo lo ob servaba bien y si en una parte tenía un doblez en. seguida yo averiguaba de quien era y si tenía partido a la puntita un pedacito, y así sucesiva mente les averiguaba las contraseñas. Fueron unos 35 votos que les quité al otro partido y no sé

si fué x>or eso, la cosa es que ganamos y al otro día de las elecciones yo les fui "chequeando" y todos me devolvieron el cheque sin fondo y yo les entregaba sus dos i)esos. DECIMO PREMIO

"Yo había sido nombrado inspector por mi

partido para trabajar en un colegio situado en un garage propiedad de mi candidato a alcalde. A

las siete de la miañana, reunidos ya todos los ofi ciales que habríamos de trabajar allí, fui informa do poif un oficial de mi partido que un recusador contrario estaba allí sin el correspondiente nom

bramiento, y que procedía no dejarlo entrar al colegio. Entonces yo sugerí que le dejásemos en trar para poder poner en práctica un plan que ha bía pensado.

Abierto el colegio entramos todos y al abrir-


ARTES ELECTORALES

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se el paquete electoral, busqué inmediatamente la Ley leyendo al oficial sin nombramiento los re

quisitos que tenía que llenar, por lo tanto tendría que salir del colegio y procurarse su nombramien to. Asi mismo le dije que sus correligionarios les guardarían sus listas y sobres mientras tanto él regresaba. Convencido el hombre, salió del co legio entregando al inspector sus listas hasta su vuelta, i)ero una vez fuera yo entregué a dicho inspector el paquete de papeletas para que las contara y firmara, lo cual le impidió ver como yo le sustraía los sobres del recusador, saliendo

a mi vez del colegio, y dirigiéndome rápidamen te a un club de mi partido donde entregué las preciosas listas. De vuelta el recusador, al no encontrar su pertenencia, quiso pelear con todos pero la po licía de servicio lo hizo entrar en razón.

Resultado: El partido contrario no pudo re cusamos ni Un solo voto en el colegio a la vez

que esas listas, que son un censo completo de un barrio, será de gran utilidad a mi partido en las próximas elecciones del año cuarenta. UNDECIMO PREMIO

"La forma más sutil que pude usar para to

mar ventaja sobre mi adversario político, la es tablecí poniéndome en contacto con los componen tes que parecían a su manera realizar una forma


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DOMINGO TARGA

sagaz de averiguar mis operaciones: a ellos les daba informaciones falsas de nuestros movimien

tos apareciéndome disgustado con mi partido. Les brindaba sincera amistad relacionándo me hasta en lo más íntimo, bebiendo y fiestan-

do en aparente camaradería, de suerte que iba hilvanando los más sencillos deítalles para formar un concepto completo de los hechos que me pa recían más significativos al realizar tal o cual procedimiento.

Desde luego, muchas veces hubo indetermi nación de principios básico para analíTiar sus ideas, pero al confrontar algunos que otros docu mentos, conseguía mis propósitos, particularmen te en los expedientes de contra^recusaciones en

el período de Inscripciones; primera etapa de la

campafia. Luego, para el momento de elecciones, frecuentaba amistad y hasta muchas veces amo

ríos con algunos elementos del ala femenil, fuen te de las mejores informaciones, haciendo uso de familiaridad extrema para atacar los sectores más débiles de las filas opuestas. Con dinero no me permití comprar volun tades abiertamente, pero sí las conseguía reme diando oportunamente necesidades justificadas

de adversarios pobres, consiguiéndo su valiosa aunque humilde cooperación. Por no tener temperamento belicoso, en mu chas ocasiones el adversario tomó ventajas sobre


ARTES ELECTORALES

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mí, valiéndose de sistemas drásticos, usando las fuellas brutas de elementos viciados, operando en pandillas de "perdonavidas"; que al cometer actos notables de criminalidad atemorizaron e

hicieron retraer parte de nuestras huestes más sensibles, que por el temor de ser maltratados se abstuvieron de ejercer libremente sus dere chos." DUODECIMO PREMIO

"En mi carácter de Jefe de Campaña Elec toral de las Elecciones del 1936, voy a relatar de qué modo sutil pudimos los Coalicionistas tomar ventaja sobre nuestros adversarios los Liberales en esta localidad de pueblo X.

Para la época electoral todos los trabajos de la Reabilitación en este pueblo estában en manos de los líderes liberales, y esto hacía que

el electorado Republicano y Socialista que de seare trabajar, tenía que de antemano hacer pú

blica su adhesión al partido LiberaL Ésto dió por resultado una mayoría enorme a los Liberales en

las inscripcionés de ese año.

Como los Liberales contaban con todo el

personal de los trabajos de la PRRA y la PRERA, veían una derrota segura para

nosotros

los

Coalicionistas; tan es así, que el mismo presi

dente de la Unión Republicana, Hon. Rafael


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DOMINGO TARCA

Martínez Nadal, nos clasificó como pueblo Li beral.

Esto hizo damos ánimo para demostrarle

a nuestro Jefe y a nuestros adversarios que no sotros seríamos los triunfantes. En una forma

SEICRETA y que nunca llegó a oídos de nuestros líderes y conociendo de que nuestro electorado que trabajaba en la PRRA y la PRRERA

le sería fiel a nuestra causa, conseguí im primir una cantidad enorme de ESTRELLAS LIBERALES en un papel más fino que el de nues tro adversario y con una marca especial al dor so de las mismas, para distinguirlas de las libe rales.

La noche antes del día de las elecciones fue

ron repartidas estas estrellas a nuestro electo

rado que trabajaba en los trabajos de la PRRA y la PRERA, cosa que al día siguiente entraran al pueblo a tomar sus respectivos colegios con

ellas puestas, para que así no fueran sorprendi dos. Demás está decir que el pueblo se inundó de estrellas, y esto trajo una alegría enorme en las caras de los liberales, y una tristeza en las nuestras. Los liberales, de la alegría y seguros

de su triunfo, prepararon una manifestación y se trasladaron al cercano pueblo de Z a llevar el mensaje.

Pero ^o, que había sido el autor de esta

obra, me sentía tranquilo, dando ánimo a mis


ARTES ELECTORALES

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compañeros y a todos nuestros coaligados. Cuando se cerró la votación y fuimos recorrieuf do los distintos triunfos en los Colegios Electo

rales, no quieran ver ustedes el cambio repenti no que hubo.

En el momento del escrutinio, como había

llovido todo el día, se cubrió el pueblo de una nube tremenda de neblina y cuando yo comuni

qué al pueblo que estaba congregado en la plaza pública el triunfo de nosoiros los Coalicionistas

sobre los Liberales, id toque de una cometa y al compás de los gritos de nuestros correligiona

rios y coaligados, desapareció aquella neblina, y con la alegría en nuestras caras y la tristeza en la de nuestros adversarios, se terminó aquel día tan luchado, y que por suerte al medio estable cido, pudimos tomar ventaja sobre los Liberales. DEdMOTERCER PREMIO

''Trabajaba yo, como secretario del Parti

do Liberal en el Colegio No. 18, perteneciente a mi barrio. Llevaba la ventaja sobre,mis adver sarios porque ellos vivían en el pueblo y yo co nocía la mayor parte del electorado de ese ba

rrio. Y había estado trabajando en el censo po

lítico, llegando de esta manera a conocer bien, todos los lectores legales que habrían de votar en dicho colegio, evitando de esta manera el fraude.


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DOMINGO TARGA Y cuando dentro del colegio durante las vo

taciones, tuve la precaución de usar gafas obscu ras que impedían que mis adversarios notaran los movimientos de mi vista.

Atendiendo las listas, pude notar que uno de mis adversarios, o sea el inspector, tenía un

pedazo de crayola entre los dedos con intención de dañar las papeletas de los votantes que él sa bía que eran Liberales, y gracias a mis gafas pude evitar la derrota de mi partido en ese co legio. DECIMOCUARTO PREMIO

"Cuando llega a votar un analfabeta, eií la calle él esta al tanto de como debe votar. Sin em^-

bargo, cuando entra al colegio, entra con miedo, tembloroso y no sabe ni qué hacer y como den tro del colegio los que están pueden darle una idea de cómo es que puede hacerlo, ahí es cuan do uno se aprovecha y si se sabe que es de los contrarios, lo hace que vote como los de uno, (un poco de astucia y nada más.) Como se sabe, en política es donde más dis cusiones hay. A veces dentro de un colegio se forma una discusión pues se trata con los de

uno y hace que estas discusiones sean dando la espalda a las urnas y.se aprovecha la ocasión; con un poco de ligereza de mano puédese meter en la urna dos o tres votos, es violando la Ley,


ARTES ELECTORALES

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I>ero como quiera que quien hizo la Ley hizo la treimpa y mientras no vean haciendo la trampa, uno es honrado.

Muchas veces llega alguien a votar con ^ nombre de un pariente muerto y si no es reco nocido por nadie nada más que por uno y se sa

be que es de nuestro partido, lo hace votar di ciendo que es ese su nombre. En las elecciones pasadas pasó una cosa co mo la anterior. Una señora llegó a votar, yo sa

bía que era de los nuestros, y hubo el recusador contrario, que dijo, '"ese no es su nombre", y yo le dije; "Sí, ese es su nombre, porque esa seño ra vivió conmigo como un año y la conozco bien." Pues la señora votó y dijo a la vez que era ver

dad, que había vivido conmigo sin ni siquiera conocemos."

DECIMOQUINTO PREMIO

A pocos días de la celebración de elecciones en noviembre de 1936, él Comité Local del Par tido Liberíd surtió una casa de ropa y zapatos

con el propósito de regalarle a los electores que en estos tiempos siempre se quejan de que no tienen una camisa, ni un pantalón y níucho me

nos un par de zapatos, para venir a votar. Fue ron tantos los correligionarios necesitados qu®

no tenían con qué venir a votar, que el surtido

de ropa y zapatos de mi partido se terminó sin,


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DOMINGO TARGA

que se pudiera satisfacer los pedidos de más de trescientos votantes.

Aprovechando esta oportunidad y teniendo en cuenta el corto tiempo que quedaba para me

dir las fuerzas en las urnas electorales, la Coali

ción inmediatamente emprendió una campaña comparando la "pequeña prera" (como ellos bau tizaron el surtido liberal) con la PRRA. Y de

cían los propagandistas coalicionistas que lo nusmo que los liberales habíamos hecho con la

PRRA lo hicimos con la ^'pequeña prera"; es de cir, con la PRRA los liberales dieron trabajo y socorro únicamente a los ahijados y protegidos, dejando huérfanos de todo a los verdaderos ^ecesitados. Esta propaganda la llevaron a cabo

ofreciendo al mismo tiempo a cada una de las personas que ellos estaban seguros que no ha

bían cogido nada de lo que dieron en el Comité

Liberal un regalo de cierta cantidad de dinero, siempre que esos electores no fueran a las filas de los colegios donde les tocaba votar. De esta manera la coalición eliminó en mi

pueblo a más de trescientos votos liberales, los que con toda seguridad hubieran contribuido al

triunfo sobre los partidos coaligados, de haber se logrado que todos llegaran a depositarse en las urnas."

BEdMOSEXTO PREMIO

(Relato pintoresco.)


ARTES ELECTORALES

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"Corría el año de 1936 y en. su epflogo llegó el día 8 de noviembre, día de ajetreo sin cuento, ya que él determinaría el triunfo o la derrota

electoral de nuestro pueblo. Una pobre y humil de campesina, vecina mía, déliraba por deposi tar su voto a favor del Partido Liberal, pero ese mismo día estaba fijado por la Divina Providen cia para que de la urna sagrada de su matriz sa

liese al mundo una niña, un voto más para las futuras elecciones. La pobrecita mujer, al llegar a las filas no podía, por más que lo quisiera,

ocultar a las miradas insistentes del púbUcp cu rioso, las incomodidades que le producían los primeros síntomas del alumbramiento. Todos nos compadecíamos de ella debido a la situación •

embarazosa por la que pasaba la pobre mujer y mártir, que deseaba con vehemencia cumplir un deber ciudadano, antes de ir a cumplir su sagra do deber de maternidad. Sus piopios correligio narios vieron en ello una gran cojnmtura para asegurar su primer voto y no dejar que una criatura se malograse. Pmra conseguir esto nos pidieron encarecidamente que la dejáramos vo tar para que pudiera retirarse a dar a luz feliz

mente, a pesar de que la hora que la Ley electo ral fijaba oficialmente para empezar a votar los electores, tardaba en llegar. Nosotros nos opusi mos tenazmente y alegamos que la Ley no nos

estipulaba en casos de esa índole y como la Ley


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DOMINGO TAEGA

electoral no nos autorizaba a establecer privile gios, entonces ellos prescindieran del voto de aquélla, ya que ella en su situación ^barazosa no podía esi)erar a la conveniencia de la ley que era nuestra conveniencia. Nosotros sentimos hon

da pena por ella, pero estábamos alegres, ya que habíamos eliminado un voto que en una elección, podría determinar un triunfo.

El colegio estaba de bote en bote, lleno de electores de ambos sexos, ansiosos y alertas. Otra campesina octogenaria que venía del dis trito residencial, al llegarle su tumo entró ner viosa y muy corta de vista. Esta circunstancia

hizo que al coger la papeleta empezara a titubear y como el reservado a donde tenía que entrar

quedaba al alcance del secretario liberal, éste, muy sagaz, dióse cuenta de la situactón, se le vantó y sin previa petición de ella para que le

ayudara, le dijo así, casi gritando, como si ella hubiera sido sorda: '*Vote ahí debajo de la es trella", y simultáneamente le señalaba. Así lo

hizo y fué la papeleta a la urna doblada cuidado*

sámente por él, pero ese buen señor no sabía que la Ley electoral daba amparo y nos facultaba para que protestásemos todas aquellas papeletas

que creyéramos necesario por ser legal para la solidez de nuestro partido.

Terminó pues la votación y llegó la hora de cotejar. Aquélla papeleta y otras más fueron


ARTES electorales

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protestadas con el debido consentimien/to de nuestros sagaces adversarios, pues teníamos la,

Ley electoral en nuestras manos y esa era el mejor árbitro a nuestro favor. DECIMOSETIMO mEMIO

"Meses antes de las elecciones del 1936, los jefes de mi partido me nombraron secretaria en un colegio. Claro está, pues conocía la mayor

parte de los jovencitos del barrio y sabía más ó menos quiénes tenían derecho o no al voto. Un mes antes, con miles sacrificios y malos ratos, me dediqué a sacar partidas de nacimiento de muchos que ya se habían inscrito y que yo du daba. Obtuve la partida de nacimiento de 15 electores y entre ellos uno solamente tenía edad para votar. Por lo tanto, por no hacerle pasar un mal rato el día de las elecciones, les llamé per

sonalmente y les advertí lo que les podía ocurrir

y de esa manera pude conseguir que 12 de ellos no fueran a votar.

El día de las elecciones dos de los electores

que antes menciono, dejáronse guiar de otros líderes y trataban de votar con nombre supues

to, Al entrar al colegio se dieron de frente coiv

migo, me miraron, los miré, comprendieron mi intención; uno primero y otro después, volaron como cohetes por una ventana. No se atrevie ron exponerse, pues sabían yo tenía pruebas pa^


DOMINGO TARGA

ra 3cusarlos. De esta manera conseguí que el partido contrario llevara catorce votos menos a

la urna. Creo haber sido algo astuta, con el migo.

Había oído decir de la manera que el parti do opuesto enseñaba a doblar papeletas y de eso quise estar muy pendiente.

En momentos de echar la papeleta a la ur na cuatro señoras campesinas de avanzada edad,

pude notar que habían hecho una cruz debajo

de la estrella, tan marcada, que la i>epeleta es taba rota. Recité las cuatro papeletas. En otra ocasión, tres señoras doblaron la papeleta de modo que al echarla quedara una es quina abiertaj, de esa manera ponían el dedo

meñique dentro de la papeleta y el jefe de ellos sabia si habían votado en contra o a favor, e in dicaba a otro que le pagara un ticket. Todas las papeletas fueron recusadas.

Lo que mas me llmnó la atención y que de searía que esto se evitara, fueron ciertas señas que dejaron dentro de la papeleta. Al abrir las

papeletas encontraron una con un pedazo de cor dón como de 1 pié de largo, con dos nudos den

tro de la papeleta. En otras encontramos un pedacito de hoja de guineo o plátano, alfileres pren didos en la esquina, cordones de zapatos ama rados a tiras de tela de distintos colores. To-


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das estas recusé y expuse las razones que tenia para ello, al dorso de la papeleta. DECIMOOCTAVO PREMIO

"En el año 1936, fui nombrado Inspector en el colegio Número 9, del barrio X. Entré en mi colegio algo nervioso pues los ánimos estaban al terados, ya que se iba a decidir un nuevo cambio de gobierno. Inspectores, secretarios, observa

dores, recusadores, todos ocupamos nuestros pues tos. La Coalición con mayor representación que

la nuestra, pues eran dos partidos en uno, nos llevaban la mayor ventaja, peiío por otra parte en el colegio en el cual yo ocupaba, llevábamos

parte favorable y era la siguiente: De los hombres que ocupaban los diferen

te puestos en la Coalición, uno sólo era repre sentante del barrio X y los demás eran del ba

rrio C y los otros electores de este, colegio per tenecían al barrio X y los de otros barrios que no eran el die. C, es decir, que todas las recusa ciones y protestas venían del representante del barrio X, que era coalicionista, y era el único que conocía a los electores. Esté representante es un joven inteligente y algo agusao, como vul garmente decimos. Viendo él que tenían la ma yoría de la representación en las mesas, creyó tenerla en el colegio y estaba tan gozoso que en

traba y salía y no se daba cuenta que el reloj estaba caminando.


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DOMINGO TARGA

Yo estaba aparentemente tranquilo, velán dole los movimientos al único hombre que me

podía hacer daño y hacerme perder la mayoría en mi colegio. La sección 61, según fué enmen dada por la Ley No. 3, aprobada el 29 de junio de 1936, dice como sigue: "Las juntas de cole

gio declararán abiertos los colegios a las ocho de la mañana del día de las elecciones y permi tirán a los electores pasar en órden en que fue ran llegando para ser identificados. Que los co legios permanecerán abiertos hasta la una pasa do meridiano para recibir electores y a esa hora se cerrarán. Entonces comenzará la votación y

continuará sin interrupción hasta que hubiesen votado todos los electores que hubiesen sido de bidamente identificados y permanecido dentro

de los colegios. Ningún elector que haya sido debidajtíentJe identificado podrá ausentase del colegio hasta tanto haya votado, así como tam poco los inspectores, secretarios, observadores y recusadores del colegio durante las horas de vo tación y si por cualquier razón, algún inspector,

secretario, observador o recusador tuviera la necesidad de salir, lo notificará a la Junta Local de Elecciones la cual nombrará una persona del mismo partido político a que peirtenezca para que

la sustituya dentro del Colegio; disponiéndose,

que luego de cerrado un colegio a la una de la tarde, no podrá entrar en él ningún elector, ins pector, secretario, observador o recusador."


ARTES ELECTORALES

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De esta cláusula fué que yo me aproveché, no tan sólo de la ventaja de mi adversario po lítico sino que nos dió el triunfo en ini colero y en la municipalidad del barrio X. El inciden

te pasó como sigue: a la una y un minuto, basán dose en esta cláusula se han perdido los dere

chos de entrar a un colegio y esto fué lo que le pasó al representante coalicionista al cual le doy yo el término de "agusao"; salió sin darse cuen

ta como antes dije. Lo' que faltaba era un mi

nuto para cerrar el colegio, se detuvo fuera y cuando quiso entrar ya era tarde, pues había pa sado ya un minuto de' estar cerrado el colegio; el guardia el cual tenía la Junta de Elecciones destacado en la puerta se le dieron instrucciones de cerrarlas. Se hizo una corta investigación para ver si el representante ausente había llena^

do los requisitos para abandonar el Colegio, pe ro no los había cumplido. Se llamó a la Junta de' Elecciones; yo, como Inspector, defendí mis derechos, poniéndole presente la cláusula arriba mencionada. La decisión fué dada a mi favor.

Aquí terminó el incidente, cerciorándome de que las tres cuartas partes del electorado que ocupa ba el colegio eran liberales, hice compromiso en aprobación de mi secretario con los coalicionis tas, de votar tranquilamente sin necesidad de recusar a nángán elector del colegio, lo cual como

ellos no conocían el elector como yo, aceptaron.


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DOMINGO TARGA

llevando yo gran ventaja, no habiendo recusa ciones, todos mis electores votaron.

Esto dió lugar a un gran triunfo para mi partido. DECIMONOVENO PREMIO

"Al 8&r apelados varios casos que habían si

do resueltos en primera instancia por la Junta Insular de Elecciones y en los cuales las razones alegadas eran de minoría de edad, cierto sec tor político consiguió, no sé por qué medios, y mientras los autos de dichos casos se encontra

ban bajo la custodia de dicha Junta, retirar de dichos autos los certificados de nacimientos que habían sido enviados en apoyo de dichas recusaeiones; y al ser remitidos dichos autos para la Corte Municipal, tuve la ocurrencia dé ir a ins peccionar los autos y me encontré con una si tuación difícil, ya que de nuestros casos se ha

bían eliminado la única parueba admisibléj para sostener nuestros derechos y así mismo se ha

bía eliminado nuestra prueba en los casos en que nosotros eramos los recusadores. Ante es

ta situación, nuestra posición hubiera sido com pletamente difícil e incómoda, ya que los casos estaban señalados para vistos al sigujiente día y no hubieira habido tiempo razonable para suplir dicha evidencia, a no ser por la circunstan cia de que el suscribiente, actuando como conse-


DOMINGO TARGA

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jero legal y abogado de nuestra colectividad po lítica, había tenido la providencial idea de haber ordenado que se sacaran dos copias de las certiñcaciones de nacimientos en cada uno de los ca sos en discusión, por lo que estuvimos en con

diciones de ofrecer las copias adicional^ en evi dencia y sostener nuestros derechos. DUODEaMO PREMIO

"Faltando solamente algunos días para las inscripciones, en la pasada lucha electoral, y de seando cierto grupo político conseguir que le fue

ran entregados los certificados de inscripción del mayor número de personas, se valieron del si guiente ardid: propagaron que se empezaría la construcción de varias obras y que en las mismas solamente se le dairía trabajo a aquéllas perso nas que fueron adictas a dicho grupo político; y, por razón del desempleo reinante en aquél entón-oes, los campesinos estaban pendientes de que se empezaran dichas obras, caminos municipales en su mayor parte, según la propaganda. Así las cosas, tí propulsor de la idea consiguió va rios trucks y los llenó de herramientas, las cua les fué depositando en ciertos sitios previamente seleccionados como favorables; esto, hecho en

presencia de varios campesinos, confirmó ante la mente dei eUos que la noticia propagada era cierta y empezaron a solicitar empleo ante va-


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DOMINGO TARCA

rias personas, previamente preparadas y que simulando ser los inspectores de dichas obras, vestidos de Kaki y con botas, con libreta en ma no apuntaron los nombres de los solicitantes y obtenían de éstos la formal promesa de que en

trabarían sus certifícados de inscripción a los representantes del cierto partido político y ase gurándoles además que las obras empezarían dos o tres días después de terminadas las referidas

inscripciones y que de ellos dependía ej ser nom brados o no, según la entrega que hicieran de sus respectivos certificados de inscripción." DUODECIMO-PRIMER PREMIO

"Cierto supervisor de granjas estaba hacien do propaganda política en favor de determinado

partido y visitaba las granjas frecuentemente, propagando entre los granjeros que si ellos no eran afines a su política serían lanzados de dichas granjas, pues según dicho supervisor, la direción u organismo central de dicha agencia era de su ideología política y no toleraba granjeros de otra ideología distintas. Esto, naturalmente, estaba surtiendo efecto y hasta granjeros públicamente conocidos como mieimbros de las otras agrupacio nes políticas empezaron a Saquear ante tal pro paganda. Alguien dió la voz de alarma y hubo que buscar la forma de contrarrestar dicha pro paganda. El supervisor en cuestión, cuando venía


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de San Juan a visitar las granjas, se instalaba en

casa de un prominente líder político de su parti do y algunas veces convocaba reuniones de Gran jeros allí y entonces la propaganda era más fuer te y eficiente, pero esta circunstancia fué lo que dió motivo a contrarrestar eficazmente dicha pro

paganda, la cual se contrarrestó en la siguiente fonna: teniéndose conocimiento de que en cierto día dicho supervisor celebraba una de sus reunio nes en la referida casa del líder de su partido, a la que deberían concurrir todos los granjeros, se apostaron ci^as personas por los alrededores, haciendo circular la noticia de^ue el referido su

pervisor sería retirado de su puesto, pues su po lítica estaba en pugna con la dirección central de las granjas. Previamente y a la hora en que debía empezarse la reunión, se había instruido a una persona para que desde San Juan, llamara a

dicho supervisor por teléfono y pretextando ser un amigo que no deseaba dar su nombre, le in formara que para el sitio en que se encontraba dicho supervisor se dirigía una Comisión para investigar sus actividades políticas, por haber si do enviada una queja. Toda vez que . en- la casa donde se celebraba la reunión no había teléfono,

el inspector tuvo que ir al público y retirarse de la reunión, qüe, aunque no había empezado for malmente, ya estaba de hecho abierta, pues es taban todos los granjeros que habían dé asistir


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DOMINGO TARGA

a ella. Al regresar el supervisor, del teléfono, na turalmente se mostró nervioso y ante la incerti-

dumbre de si era cierto lo de la Comisión, optó, como era lógico suponer, por dar por terminada la reunión y retirarse precipitadamente de la ca sa del referido líder político. Esta circunstancia

se aprovechó para difundir entre los granjeros, cuando se retiraban, por las personas previamen te preparadas, que el supervisor había sido lla

mado para dejarlo cesante por pertenecer a un. grupo político en favor del que hacía propaganda y que igualmente serían deshauciados de sus gran

jas los que siguieran su política. Lo extraño de este caso es que el supervisor no volvió a visitar las granjas durante todo el peiríodo eleccionario, ni la casa del líder y se aprovechó esta oportu nidad para enviar cierta persona que parecía un

americano, vestido de Kaki, a hacer propaganda contraría ante los granjeros y ello parece haber sido tan eficaz que uno de dichos granjeros, qui zás el más prominente y de ascendencia entre ellos, hizo su pública adhesión a la agrupación política, en favor de la cual "el americano" ha cía propaganda/^ UNDECIMO-SEGUNDO PREMIO

"CSerto sector político había ordenado y conseguido la impresión de un buen número de papeletas "modelos" y el día de las elecciones


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había habilitado un local en forma de colegio al cual eran enviadas personas incautas (campesi nos cw su totalidad), por muchachos que en la

calle les decían que era allí donde tem'an que vo tar.

Un buen número de dichos campesinos fué en cerrado en dicho "colegio" y se fué para el campo en la creencia de que había ayudado con su voto a sacar a "fulano" Alcalde, pero, ¡sarcasmo de lo

increíble...! ni siquiera había ayudado a sacar ni un asambleísta municipal... Lo que precede, ha sido dictado por mí a im mal mecanógrafo, que ni siquiera se incomoda

porque le dé tal apodo y no he tenido tiempo db corregirle, por lo que ruego al señor encargado de este concurso, se sirva hacer las correcciones que estime convenientes, ya que es la idea y no la literatura lo que habrá de contar" en el mismo.

Esperando que me envíen todos los premios

a mi dirección, y a la mayor brevedad posible, me es grato suscribirme, con ustedes en el concurso. Señor X...

DÜODECIMO-TERCIER PREMIO

"Desde las Elecciones Generales de 1920, vengo desempeñando cargos políticos en colegios electorales, de Secretario y Juez de mesa, alter nativamente. Además, durante el fragor de las

campañas políticas, he tomado parte activa y


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DOMINGO TARGA

militante, tanto en los onganismos directivos (cbmit&), como en la tribuna pública y la pren sa del país. (Esto, omitiendo inmodestias). El hecho de haber pertenecido a los princi

pales partidos históricos; Republicano, Unión de Puerto Rico, Alianza Puertorriqueña, Liberal y Socialista, sucesivamente me ha autorizado a no tener la necesidad imperativa de poseer conoci mientos, ni elementales ni profundos, en tomo a la psicoloigría humana, para percatarme de las fá ciles o complicadas situaciones de nuestra políti ca regional. Las Elecciones de 1936, me sorprendieron siendo Inspector en un colegio, representando al Partido Liberal, en un pueblo Oeste de la Isla. La Coalición Repúblico-Socialista, había triün fado en las elecciones de 1982, y no sólo contaba

con los "poderes" gubernamentales y políticos, si que también con dinero abundante y con parte de los hombres de los partidos Unión de Puerto Rico y Republicano, cerebros directores y colabo radores de todos los acontecimientos ocurridos du ranté el último tercio de siglo.

Es decir, la Coalición, había hecho una imi tación mejorada, por represalia, del sistema an tiguo dd los unionistas y republicanos, de ganar elecciones por medio del TERROR.

Así pues, en el Colegio que yo trabajé des tacaron cuatro "guapetones de oficio", vulgo "per


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donavidas", como Inspectores y Secretarios coa licionistas, entre ellos uno que tenía en el haber

de su hoja de servicios distinguidos, un ^esinato con la consiguiente absolución en la Corte de

Justicia correspondiente.

Habiendo obtenido información previa del destino que me esperaba, solicité de mi Partido que designara una Secretaria, y escogimos una

hembra de belleza imponente y genuina, así co mo muy respetada y querida por el pueblo. Bien temprano en la mañana» ya estábamos

frente al ediñcio donde radicaba el Colegio asignádonos. Minutos después llegaron los socialis tas y luego los uniorrepublicanos., Pasamos in mediatamente al salón, logrando yo evadir el re

gistro policíaco "sobre el asunto de portar ar

mas". Esto lo hice, guando la primera, apareán dome a un representante uniorrepublicano, con fundiendo así el reconocimiento del Agente, que era uno de esos policías especiales que vienen de otros pueblos. Como la elección comenzaría a la una de la

tarde, aproveché a mi Secretaria para que marea ra Un poco a las cuatro ñeras que esperaban el momento para imponerse. A medida que transcu

rría la mañana, yo estudiaba el problema, que, desde luego, presentaba perspectivas trágicas, se-

■ gún mis alarmantes cálculos. Mientras tanto, se iba llenando el salón de


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DOMINGO TAEGA

"lazos" liberales. Yo pensaba que el triunfo de mi Colegio estaba asegurado, y que era natural

mente imposible que mis adversarios lo echaran

a perder. Antes de empezar la votación, recurrí a toda mi serenidad, y llamando a todos los ofi ciales de Colegio, en voz alta, que me oyera tam bién el electorado reunido, les disparé, más o me nos, el siguiente repentino discurso:

"Compañeros: La .secretaria y yo esta mos dispuestos, fraternalmente, a cooperar con ustedes. Nstamos en disposición de cum

plir con lo que, con un alto espíritu de jus ticia, ha dicho el Hon. Bolívar Págán, "estas 'elecciones serán limpias y honradas, para que los electores voten libremente y sin obs táculo alguno que impida el ejercicio de su derecho." Ustedes son cuatro amigos inte ligentes y responsables. En este colegio es tán presentes damas y caballeros que espe ran ser atendidos y respetados. Aquí tam bién hay una dama. Secretaria del Partido Liberal, que todos distinguimos y defende mos. Vamos a demostrar nuestra hidalguía en este instante trascendental para todos.

Dejemos que Socialistas, Republicanos y Li berales eímitan sus sufragios, y nosotros sin preferencias ni privilegios partidistas, ayu démosles, que así nuestra labor tendrá más éxito y nuestra misión será más significati-


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va. ¿Están ustedes dispuestos a aceptar es ta actitud fraterna y conciliadora...?

Nos estrechamos las manos entre aplausos ^sordecedores de la concurrencia.

La votación transcurrió sin incidencias que lamentar. Mis adversarios ayudaban presurosos a los electores que ostentaban "lazos" liberales y que constituían el 90 por ciento en el Colegio. Y nosotros, muy contentos, como si estuviéramos celebrando unas elecciones en el Paraíso Terrenal.

Cuando hicimos eil escrutinio, recibimos una de las sorpresas más enormes de nuestra vida. Parece que las matemáticas universales habían sufrido un colapso. Los socialistas obtuvieron una

abrumadora mayoría, y sólo aparecieron 9 votos liberales, inclusive los votos nuestros. Casi sin desearlo, tuve que demostrar mi es tupor. Entonceis el Inspector Socialista me dijo: "Camarada, no te maraville este milagro similar al de los panes y los peces. Lo que ocurre es que el electorado de este Colegio está compuesto de trabajadores de la PRRA, que son liberales para que les den trabajo, pero cuando votan, votan con el JACHO. Eso es todo." Y era la realidad.

Mientras yo trataba de bloquear un mal pe ligroso, cerca de nví tomaba forma una estrata gema imprevista, de más avanzadas normas, don-


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DOMINGO TAKGA

de triunfaba la astucia suplantando la fuerza del TERROR."

DUODEdMO-CUARTO PREMIO

"En la campaña electoral dé 1936, tuve a mi cargo en esta ciudad de X,iwr el Partido Liberal, la organización de los Colegios Electorales y la selección de los Inspectores y Secretarios de Co legiéis.

Pensando en que sino todos los hombres,

una gran parte de ellos tiene su precio, seleccio né 204 Inspectores y 204 Secretarios, envié sus nombramientos a la Junta Insular de Elecciones,

les hice prestar juramento y los envié al Juez Municipal, quien era un político adversario apa sionado, para que les diera instrucciones de Ley (acomodadas a su criterio político.) Pero preparé en secreto otra lista de 204 Ins

pectores y 204 Secretarios, los instruí debida mente y los distribuí por Colegios, les hice pres tar juramento y los puse en condiciones de em pezar a actuar en la misma mafiiana del día de las elecciones.

Los adversarios creían que los Inspectores y

Secretarios que iban a actuar eran los que habían ido ante el Juez Municipal y se habían organiza do seleccionando el hombre de ellos que mejor pudiera luchar con el nuestro, ¡y se llevaron la gran sorpresa cuando se encontraron que ningu-


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no de los que ellos creían, estaba en ningún co legio!" DUODECIMO-QUINTa PREMIO

"En las elecciones de 1936 fui inspector de colegio y en las horas de preparar nuestro traba jo, antes de empezar la votación, en conversación íntima con el recusador adversario, tuve conoci miento de que tenía en lista para recusar, ocho electores, mientras el recusador de mi partido solamente tenía en lista un elector para ser re¿usado. Dándole vueltas al asunto, entablamos esta conversación:

"Oye, chico, nosotros no vamos a ganar na da con llevar a la corte a éstos infelices, fíjate, son veintinueve, tú tienes para recusar ocho y nosotros veintiuno. Verás.que te llevo doce, y, si quieres, puedo enseñarte la lista, pero me agra daría y simpatizo con que ni ustedes ni nosotros recusemos a nadie."

Consultamos los demás miembros de la jun ta de colegio. Se dieron por conformes, y de este modo salí triunfante."


EPILOGO

Este interés que hasta los más humildes de muestran en las elecciones en Puerto Rico, es

más bien hijo de la codicia, el deseo de la coloca ción en el Municipio o en el Departamento Insülar, que por nobles ideas patrióticas. Aunque, no dudamos la existencia de electorado desinteresa

do en todos los partidos, aunque creemos que sU interés en cooperar se circunscribe a dar el voto solamente.

Una parte prohija la idea de que la Isla sea incorporada como un Estado de la Unión de Es

tados Unidos de Norte América. Y la otra aboga por que sea constituida como república soberana e independiente.

Desde el 1904 hasta el 1920, un partido, dán dolé preferencia a la independencia como solución al problema de nuestra conquista por Estados Unidos, ganó las elecciones consecutivamente. Del 1924 al 1928, una conjunción de fuerzas de mino rías y mayorías llamada Alianza Puertorriquefia, ganó las elecciones con un programa confuso en cuanto a la solución política de nuestra forma de

gobierno; la segunda y última vez con tan escaso margen, que dos o tres líderes hicieron un cam bio, poniendo a las minorías en el poder subalter-


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no al gobernador que disfruta la legislatura in sular. Desde entonces, un partido defensor de las instituciones estadunidenses y'otro puramen

te obrero, han controlado la Legislatura.

No se sabe, sin embargo^ cuál serla el resul tado de un plebiscito para determinar la forma de gobierno que los habitantes desean. Ninguno de Tos partidos existentes sanciona el presente

régimen, pero todos aspitan al disfrute de las abundantes concesiones en empleos y diversísi mas formas de beneficios que sus afiliados obtie nen con el triunfo electoral.

El único partido que deja de cooperar con el régimen, es el NACIONALISTA. Sus adeptos son gente idealista, por lo general no niegan a nadie ni a las mismas autoridades, su filiación.

Cuando se lo permiten, dan reuniones públicas donde pronvmcian sus líderes discursos de propa

ganda que son, por lo general, tomados en ta

quigrafía por miembros del orden público con el evidente fin de poder, judicialmente, acusar sus oradores de incitación a motín o en el Tribunal Federal de Estados Unidos en Puerto Rico, de

conspirar para derrocar el régimen por la fuer za... Al menor desorden en el pueblo de cariz Nacionalista pagan la culpa los oradores. Dos

presidéntes y un número considerable de líderes de este partido, están extinguiendo condena en Estados Unidos.


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DOMINGO TARGA

El régimen dé concesiones, aleja, las oportu nidades de emancipación que tiene la Isla. Ha biendo pan y trabajo, el pueblo se siente relati vamente satisfecho y mira hacia los nacionalistas como idealistas que tienen en muchos extremos

evidente razón, pero como a un elemento de abne

gación y sacrifiéio, digno de admirar por muchos, pero de compartir por pocos.

Es indudable que la posición central que ocu pa la isla en un punto equidistante de la América

Sajona y ¡a América Híspana, con una poblacióñ que cada día que pasa se vuelve más bilingüe, es una promesa para el futuro, cuando Hispano Amé-

ri^ alcance un grado mayor de desarrollo econó mico. La isla tiene, por su posición estratégica, que pertenecer a la potencia que ejeraa él predo minio naval por estas latitudes. Los Estados Uni

dos tienen la tendencia de sostener los regimien tos y unidades militares para la defensa de la isla con tropas del país. Las nuevas unidades de artillería anti-aérea y de defensa de costa que últimamente han llegado a la isla, se dice que se rán reemplazadas por hijos del país, y según los puertorriqueños se vayan entrenando en el uso de

estas nuevas armas, los continentales serán repa triados al continente. Entre los oficiales retienen algunos del país para facilitar la convivencia de militares y civiles, y otros puertorriqueños sirven en unidades del continente eií calidad de oficia-


AETES ELECTORALES

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les. Como el ejército de Estados Unidos tiene que ser lo más homogéneo posible, su oficialidad tie ne que estar repartida por toda la nación. La

guardia nacional, sin embargo, está compuesta exclusivamente casi por hijos del país. Jamás me he expresado con un hijo del país intelectual, que esté conforme con ser ciudadano de una colonia de Estados Unidos, mientras re sida en ella, porque fuera de aquí en el continen te tenemos un hijo de esta isla sentado en la le

gislatura de Albany, capital del Estado de Nueva

York, y cuando vemos la suerte de otros países del mundo que han sucumbido ante la agresión de los grandes imperios de la tierra y la opresión ejercida por tiranos contra sus propios pueblos, creemos que nuestra suerte no es de lo peor. An

dando el tiempo, esperamos arrancarle al Yanki nuestros derechos a ser libres, bien como un Es tado o como república soberana e independiente. Cualquiera de las dos soluciones sería bien recibi da por nuestro pueblo, siendo ambas soluciones elevadas en los principios, si se procediera con honradez y sinceridad. Por otro lado, la divi

sión de los partidos es solo para los fines del dis frute de las concesiones que el impuesto régimen, afrece. Los Estados Unidos no pretenderán in definidamente tenemos bajo el aspecto de un

pueblo latinoamericano sometido a su conquista con la diplomacia del dóllar, además de ser esto


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DOMINGO TARCA

injusto, se dá de cachetes con la arrogante posi ción que -Estados Unidos se arroga de principal país, defensor de la democracia en el mundo... El punto de vista más sincero y racional en que yo veo el problema que encarna el Status fu turo del pueblo de Puerto Rico, que si basaran en él sus actuaciones los hombres investidos con la

representación popular, eliminarían el 90 por cien to de las disputas sobre el tema que tanto se ha traído y llevado explotando estérilmente el sen

timentalismo para perversos fines utilitarios de uno y de otro bando a que nuestro coloniaje se

ha prestado, siendo este punto de vista el que en síntesis paso a explicar:

Los pueblos por largo tiempo acostumbrados a formar parte de una nación que ha brindado garantías sin más opresión que la económica y, és ta subsanada, a lo menos en buena parte con con cesiones de rehabilitación evitando así nuestro to

tal colapso en lo económico, estos pueblos no se aventuran tan fácilmente a cambiar de gobierno.

Los cambios de gobierno ocurren después de una guerra donde la parte perdidosa hace entrega de la región conquistad^' a la parte victoriosa, como le sucedió a España, en nuestro caso. Por ello es que los que preñeren el Estado Federal son los más y su posición sería arrolladora si nuestra le gislatura obtuviera del Congreso de los Estados Unidos la aprobación de un proyecto declarando


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la, ausencia de objeeciones específicas y si las hu biese, declararan en qué consisten tales objeciones a que Puerto Rico se convertido en Estado Federa do de los EE. UU. de A.; una vez conocida la acti tud del Congreso, muchos puertorriqueños que no son estadistas, se harían tales porque su único es

crúpulo es que se tiren la plancha de pretender una cosa y luego le nieguen la misma, fundándose o nó en razones. Por otro lado, si el Congreso de clara que no entra en sus intenciones el hacer a

Puerto Rico Estado de la Unión, muchos esta distas, convertiríanse en independentistas auto

máticamente toda vez que quienes tienen que re solver la Estadidad, son ellos exclusivamente, en el Congreso de Estados Unidos, Mientras ésto no

se haga, nuestras discusiones sobre el tema, son académicas e innecesarias. Mientras tanto, el pue-. blo aclama ima u otra cosa, pero todos condena mos la colonia. Llevamos cuarenta y dos años de colonia, con el nombre de Territorio organi zado de Estados Unidos; dentro de poco Filipi nas ganará su independencia, y nosotros rompe remos los r®cords de resistencia en el camino de

una Estadidad que no llega...

Un pueblo que le tema a su propia indepen dencia, para alcanzar la estadidad el Congreso de Estados Unidos tiene en ello el mejor argumento

para negarla, pues si se tiene a sí mismo miedo, cómo no le va a temer la nación que en parte


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DOMINGO TARGA

tendría que al admitirlo como Estado, dejarse go bemar por él. El analfabetismo no es un argu mento en contra del Estado; éste es motivado por la pobreza que es el patrimonio de la colonia. Mien tras tengamos colonia tendremos analfabetismo.

Los cientos de miles de niños que hoy se quedan sin escuela por carecer nuestro gobierno de me dios para atenderlos serán los analfabetas de la

colonia del futuro que seguirán indefinidamente produciendo analfabetas y colonia en intermina ble círculo vicioso e incurable.

La solución de nuestros problemas económi cos vendrá cuando podamos prestarle garantías

a nuestros productores industriales. Esta protec

ción se la pueden dar a sí mismos los pueblos so beranos, pero las colonias, jamás... Dice Bernar Macfadden, eminente escritor esta dunidense:

"¿Qué le pasa a este país? Porque se reconoce que somos la última nación en recuperarse des^ pues de la depresión mundial

Como la más ri

ca de todas las naciones del mundo debimos ser

la primera. Solo requieren pocas palabras para dar con una de las contestaciones a este impor tante interrogatorio y es mi creencia que todo lector de estas lineas estará conforme conmigo.Se supone nos gobierne una constitución. Qué conoci miento del contenido de eSte documento tiene el


ARTES ELECTORALES

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ciudadano promedio, probablemente menos del

uno por ciento la han leído alígruña vez, conse cuentemente nuestros altos oficiales pueden im punemente ignorar los principios gubernamenta

les sin temer a la crítica. Ahí está la expKca-> ción de muchas de nuestras desgracias". Conti núa diciendo: '%e destaca con sacrilega afrenta la LEY WA6NER. Cuatro Jueces del Supremo Nacional estaban aparentemente de acuerdo con este punto de vista. Oficiales egoístas adquieren

poder y después tratan de perpetuarse en &i ti rando hacia una dictadura tiránica."

El articulista continúa su catalinaria contra el

régimen que impera en los Estados Unidos y ter mina diciendo:

'^o olviden que según la Constitución, ningún Estado puede limitar, disminuir o reducir los pri vilegios e inmunidades de ciudadanos de Estados Unidos."

Qué diríamos los Puertorriqueños que siendo ciudadanos de los Estados Unidos no tocamos pi

to ni flauta en Washington y mientras residimos en Puerto Rico lo tenemos que aceptar todo co

mo bueno, por lo menos al pueblo residente en el territorio. Bernar Macfadden le puede decir a los ciudadanos continentales:

"Si ha ayudado a elegir a un representativo en Washington, escríbale pidiéndole una explicación


82

DOMINGO TARGA

por qué violó su juramento (juramento clásico que presta todo funcionario al efecto de respetar lo dispuésto por la Constitución). Aquí, esa Constitución, rige y no rige; asi es

que el juramento tendría la misma peculiaridad, no podemos siquiera preguntarle a nuestros man datarios por qué violaron la Constitución. Tene

mos una Constitución colonial que nos da la li bertad personal pero colectivamente no tenemos

nada substancial que nos haga pueblo responsa

ble. Pero en el Norte, en nuestra nación, pasa casi igual allí es porque el pueblo está demasia

do interesado en su propio negocio para intere sarle el bien de la patria. La misma cuidadania

que disfruta el Puertorriqueño fué extendida por el Congreso sin considerar que la sección 8, que es la que delega los poderes constitucionales que tiene el Congreso, dice:

'*...que éste tiene poderes paira extender la ciu

dadanía a extraños, estableciendo una regla uni forme de naturalización.'*

Para casos individuales los extranjeros pueden naturalizarse siguiendo los requisitos conocidos sacando los primeros papeles, los segundos, y fi nalmente se le concede, la ciudadanía por el tri bunal Federal, que entiende eñ el caso. Hawai tiene una ciudadanía otorgada dentro

de la regla uniforme de territorio incorporado.


ARTES ELECTORALES

83

Al incorporarse el territorio a la Unión, son to dos los naturales del mismo ciudadanos de EE.

UU. esa es la regla constitucional uniforme para

extender al pueblo de un territorio la ciudadanía. A. nosotros se nos ha dado la ciudadanía en

una forma irregular, luego es hasta revocable su

concesión, poi'que la forma uniforme para otor

gárnosla, no fué utilizada incorporando la isla a la Nación. Es preciso ver como hay pro-america nos en Puerto Rico, que si van a comprar una

propiedad se gastan lo necesario en subsanar to dos los defectos que pueda tener el título. Muje res católicas que se ocupan antes de casarse por

la iglesia, de bautizar al marido, porque el sacra

mento que entraña el matrimonio eclesiástico es nulo si uno de los cónyuges no ha recibido el sa cramento bautismal primero. Todo eso hacen, y

no se ocupan de leer la Constitución de Estados

Unidos, para discernir por cuenta propia si se nos ha otorgado o nó la ciudadanía de Elstádos Unidos dentro de los poderes constitucionales que

tiene el Congreso Nacional de dicha nación; Sec ción Sva., 8va. línea.

^

^

«•To establish AN uniform rule of naturalization "an** subrallado por mí, quiere decir que ^ un»

regla, si esta es incorporando el territorio y a nosotros nos han extendido la ciudadanía sin lle nar ese requisito. Somos pues, ciudadanos ame-


84

DOMINGO TAEGA

rícanos inconstitucionales. Se nos dirá que esto se hiw para favorecer a la isla eximiéndola de contribuciones (contribución sobre consumo de

tabaco y alcoholes o sea rentas internas, aduana y sobre ingresos) estas gravitarían principalmen te sobre los ricos que no son más que el 1% de los habitantes, y extranjeros y corporaciones. El 99% de los habitantes no tendrían que pagar nada, di rectamente, o muy poco y se beneficiarían de las garantías de la extensión de la constitución en todas sus partes. Para tener derechos y poder exigir, es necesario tener obligaciones que cum

plir. El criterio que han hecho ver al país, es que EE. UU. es un."Santa Claus" que regala las co

sas y el dinero, cuando en realidad los que contro

lan el gobierno Federal a través del poder de re gular el comercio, nos sacan el doble. Así paga mos esas contribuciones, y no tenemos en cam

bio derechos ni garantías constitucionales que hu bieran evitado muchos abusos.

En Inglaterra, el Parlamento es omnipo tente. En América, EE. UU., el Congreso está doblemente restringido, puede aprobar leyes pa

ra ciertos propósitos solamente, y éstos están especificados en la Constitución y, legislando para estos propósitos, no puede violar ningún precep to establecido en la misma. Como la Constitu ción es un documento magistralmente escrito.


ARTES ELECTORALES

85

contiene pocas ambigüedades; es conciso, claro y terminante. Ciertos poderes del Congreso de Es

tados Unidos hay que ha usado y, aunque no es tán otorgados específica y claramente por la Constitución, implícitamente lo están, por ejem plo: las únicas ofensas o delitos que el Congreso está expresamente autorizado para imponer cas tigos reprimiendo las mismas, son: traición, fal sificación de moneda y documentos o valores, pi ratería y otras ofensas contra las Leyes de las naciones. Desde muy temprano en la historia nacional se vió claramente que el poder del Con greso para imponer castigos por la comisión de otros delitos, era un apéndice indispensable a otros poderes' generales. El poder de regular el comercio lo autorizaba para imponer castigos a quienes intentaban obstruirlo. El poder de regla mentar el correo, lo autoriza a establecer sancio

nes contra los que se roben la correspondencia o quieran hacer uso de él para fines inmorales. El poder de administrar posesiones, como a Puerto Rico, lo tiene implícitamente del poder de decla rar la guerra y tomar por la fuerza posesiones a un enemigo. El poder específicamente concedido por la Constitución de hacer la guerra y el implí cito de tomar posesiones al enemigo, son claros: el uno es una consecuencia natural del otro. Po

dría el Congreso no tener razón en una guerra, pero como en guerras lo que triunfa no es pre^


86

DOMINGO TARGA

cisamente la razón, sino la fuerza, nosotros nos

preguntamos: ¿Y el poder de someter al colonia je y explotación a los conquistados, de donde lo tiene el Congreso? Los hombres ilustres que hi cieron e idearon la Constitución de Estados Uni

dos, que en su totalidad idearon un documento con todas las trabas para impedir la tiranía de

que fueron víctimas ellos mismos, ¿podría ima ginarse alguien, que semejante documento auto rizara al Congreso, no ya específicamente, sino en forma implícita alguna o en cualquiera otra

forma, para reglamentar el coloniaje en Améri ca?

Sobre laís constituciones y las leyes de las na

ciones están las leyes de humanidad, están los principios cristianos, y no hay nada que desmo ralice tanto á una nación, como el desprecio de

aquéllos principios fundados en las más elemen tales reglas de humanidad. Todo está en que les convenga en el futuro a los poderes que se han adueñado de, a su gusto y conveniencia, interpre tar la Constitución para que nos quedemos los Puertorriqueños como los judíos, sin patria y sin

ciudadanía más que la que nos quieran dar las naciones que de nosotros se conduelan... Muchos abogados dirán: el caso ha sido resuel to, y el Tribunal Supremo ha sostenido la constitucionalidad de la Ley.


ARTES ELECTORALES

87

Veamos lo que dice Bryee, Vol. 1, página 274: "—El Tribunal Supremo siente el pulso de la opi nión pública. Esa opinión pública es más fuer

te en América, EE. UU., que en cualquier sitio del mimdo, y los jueces solo son hombres... Do blar un poco puede ser prudente pues el árbol que no tiene flexibilidad, llega al pimto que rom

pe. Tenemos motivos para presumir que la opi nión pública está en lo cierto, a través de ella el juicio y discernimiento del mundo se expresa.

Desde luego, que cuando la Eey es clara y los ca

sos a interpretarse decisivos en fe. cuestión, la Corte mira solamente a las palabras y el caso, y

no puede permitir otra consideración para afec tar su criterio. Pero cuando los términos de la Constitución admiten más de una interpretación y las decisiones previas han dejado abierto el ca

mino, se puede culpar al tribunal si éste prefie re la interpretación que la masa del pueblo con sidera necesaria a las eventualidades del momen to.

Un tribunal unas veces conscientemente y las más inconscientemente, se abanderiza a la perver sa influencia de los números, cosa que es irre sistible hasta en los abogados de edad madura y reflexiva..."

Los ejemplos del nuevo trato de Roosevelt, que

al principio encontraron en el Supremo Nacionál


88

DOMINGO TARGA

su mayor escollo¿ para luego desaparecer el obs táculo casi en su totalidad, ilustran esta teoría, relatada por Bryce. Si no hacemos algo para de tener la propaganda en contra nuestra, se podría producir un estado de opinión peligroso para Puerto- Rico en Estados Unidos.

En los artículos de confederación de los Esta

dos Unidos, dice el artículo XI: "-.El Cañada, accediendo a esta Confederación,

y uniéndose a la medida de Estados Unidos, se rá admitida en la misma, con todas las ventajas de esta unión pero ninguna otra colonia será ad mitida a no ser que la admisión sea convenida por nueve Estados..."

La Legislatura coalicionista de Puerto Rico de

biera apropiar fondos para atraer turistas de una docena de estados, donde nos demos a conocer

como pueblo digno de mejor suerte, para intere sarlos en nuestra admisión a la Unión. Si Puerto

Rico sinceramente desea dejar de ser una colonia, puede conseguirlo por medio de propaganda ade cuada en el Norte.

Nevada fué admitida con 20,(KM)habitantes por razones puramente políticas, para conseguir sus votos por la enmienda trece de la Constitución.

A Utah le negaron por muchos años la admi

sión, por el prejuicio contra la iglesia Mormon. En 1890 tenía 207,000 habitantes y mucho antes


ARTES ELECTORALES

89

del 1894 hubiera sido admitida si no hubiera si do por el deseo del Congreso de retener el con

trol legislativo para acabar con la poligamia. El objetivo fué conquistado debido a que en las úl timas elecciones del territorio, los gentiles cris tianos probaron tener mayoría. En Puerto Rico, en las últimas dos elecciones territoriales, los pro-americanos probaron tener mayoría, ¿Qué prejuicio se tiene contra nosotros? ¿Qué tendre mos los Puertorriqueños que constituya una in moralidad como fué la poligamia en Utah? So mos cristianos; el 70% blancos. Hay varios es

tados del Sur con im por ciento de color más ele vado que el nuestro. Porque somos de origen Es pañol, no lo creemos. Nuevo México fué admiti do a la Estadidad con 327,301 habitantes, en su gran mayoría de origen Indo-Español, en 1911.

Igual sucedié a Arizona, y ello jamás constituyó un obstáculo. ¿Que somos una isla separada de la nación por más de mil millas de mar? ¿Eso no fué obstáculo para incorporar a Hawai. El mun do entero pregunta: ¿Por qué la nación más de-r mócrata del mundo, con una Constitución hecha por hombres que odiaban profundamente el co

loniaje, ha de permitir que persistan territorios sin voz ni voto en el gobierno de la Nación? ¿Por qué no darles a los habitantes de los territorios el derecho al sufragio en las elecciones Congre-


90

DOMINGO TARGA

sionales y Presidenciales? Sólo así podría llamar se la nación democrática.Es sumamente elemen

tal que las colonias son solo poseídas por Impe rios. Sobre todo, cuando a primera vista, cual quier observador se dá cuenta de que el ciudada no promedio en Puerto Rico, no es intelectualmente inferior al del Continente. Puerto Rico ha

rendido buena cuenta de la capacidad de nuestra juventud estudiosa, en repetidas ocasiones, en ca si todas las Universidades de los Estados Unidos. En Puerto Rico se le han dado las contestaciones más absurdas a esta pregunta.

Veamos como la contesta una autoridad eii ismateria, el autor de la obra clásica "THE AMERICAN COMMONWEALTH",James Bryce: (Ca pítulo "Los Territorios", primer Vol., página 594).

"...La pregunta es justa. Si fuera posible dentro de ia Constitución Federal admitir a los

residentes de los territorios a la activa ciudada

nía Federal o sufragio Federal, serían admitidos. Pero la Unión, es una Unión de Estados. No au toriza representantes al (Congreso ni electores pa

ra elegir el presidente, exx:eptuando aquéllos ele gidos por los Estados por los votantes de los mis mos. El único medio de darle sufragio Federal

a los ciudadanos de un territorio es por lo tanto, haciendo el territorio un Estado. Para hacer es-


ARTES ELECTORALES

91

to, para conferir el poder de gobierno propio, ga rantizado por la Constitución Federal, cosa pará

la cual puede que el territorio este todavía impre-

parado y por lo tanto, cabe la posibilidad de que una comunidad pequeña y sin importancia, man de dos senadores al Senado Federal con tanto pe so como los dos del Estado de Nueva York, con

sus nueve millones de habitantes. Una ilustra

ción práctica me ha sido suministrada con el ca so de Nevada, un Estado cuyos habitantes llegan sólo a 81,000 y que consisten de un grupo de cam pos mineros, algunos de ellos abandonados.--Su población no fué merecedora del privilegio otor gado de mandar dos hombres al Senado Federal y en realidad se le permitió descender a lo más bajo y surgió un grupo podrido que se permitía ser controlado y vendido por los jefes del círculo platero. Hubiera sido mejor que Nevada perma neciera en la condición de un territorio hasta que

ima comunidad grande y ordenada se hubiera es tablecido en aquéllos contomos, que aún siguen siendo en su mayoría un desiwto donde los ria chuelos que descienden del lado este de Sierra Nevada, pronto se pierden en las ciénegas y en los lagos."

En cuanto a pequenez. Puerto Rico es mayor

que dos Estados, ambos de los trece originales Elstados que se independizaron de Inglaterra. Te-


92

DOMINGO TARGA

nemos 1385 millas cuadradas más en Puerto Rico

que en el Estado de Delaware y a Puerto Rico le falta muy poco para ser tres veces el tamaño de Rhode Island. En cuanto a número de habitan

tes, superamos a: Delaware, Connectitut, MaryJand, New Hampshire, Rhode Island, Vermont, Florida, Oregon, Nevada, Colorado, North Dakota, South Dakota, Montana, Wyoming, Idaho;

Utah, Arizona y a New México. En cuanto a ci vilización, las primeras campanas que sonaron en

New York, fueron las que los Holandeses se lle varon de la catedral de San Juan de Puerto Ri

co, cuando New York se llamaba New Amster-

dam y pertenecía a Holanda, después de salir de rrotados en su ataque para tomar la isla. Estados Unidos no tiene dentro de sus vas

tos doimnios un pueblo más amigo de la Ley y el orden que el pueblo de Puerto Rico. La moral es aquí tan arraigada que los efectos del colonia je no han podido quebrarla; ni con los 400 años del coloniaje Español, ni con los 40 y pico del Tío Sam. Nuestras mujeres siguen siendo orgu

llo de nuestra raza y nuestra estirpe. Pueblo

más trabajador y luchador que éste, hay pocos sobre la faz de la tierra. Ninguna institución de mocrática ha fracasado en Puerto Rico; lo que

ha fracasado estrepitosamente en Puerto Rico, es la colonia, lo que no siendo americano, sino eui'o-


ARTES ELECTORALES

93

peo, hay americanos que se prestan a implantar y perpetrar. Hay colmo de los colmos, hay puer torriqueños, afortunadamente el pueblo los cono ce...

(Capítulo sobre los Nuevos Dominios Trans marinos, en la obra clásica "AMERICAN COM-

MONWEALTH", primer tomo, página 685, de Bryce:

'^..Entre los hombres de Estado que deben es

tudiar la posición bajo el punto de vista de su ac

tualidad y posibilidades, hay diferencia de opi nión en cuanto a la mejor forma de tratar con las colonias o posesiones ya adquiridas. Aunque nadie se propone a abandonar a Hawai o a Puer

to Rico, la Convención Demócrata de 1912 reco mendó el abandono de las Filipinas mientras que

otros, incluyendo las administraciones en d po der de 1898 al 1913, bán sostenido que las islas deben retenerse por lo menos basta que sean és tas pronunciadas capacitadas para gobernarse a

sí mismas.--En cuanto a la política del futuro, to dos están conformes en cuanto a que Estados

Unidos no baga más conquistas y si es posible evitar las anexiones de otros territorios. Tales te rritorios, ellos ban observado estarán incluidos en el trópico, ya que no bay más para obtener en otro sitio, por lo tanto la población no sería de

origen europeo del Norte.- Tendrá que ser gober-


94

DOMINGO TARGA

nada como una colonia, o admitida a la Unión co mo un Estado.

La objeción a la primera alternativa es que no solo la Constitución y el gobierno en sí, sino

que hasta los hábitos políticos del pueblo ameri cano, no están preparados para gobernar a sub ditos distantes de otra raza.

...La cosa se ha hecho, y se puede hacer. En

Filipinas se ha hecho con un espíritu valeroso. Pero no es labor agradable. La declarad^ de

la independencia es una planta mal acondiciona da para transplantarla a tierrjtó tropicales, habi tadas por razas atrasadas."

Todos los años, en el 4 de julio, toda la ma

ñana y a veces parte de la tarde, desde hace 40 años, oímos con espiritual recogimiento al Hon. Emilio del Toro Cuebas, Juez de nuestro Tribunal ^Supremo de Pued» Rico, letra por letra y en nuestro idioma vernáculo, repetir la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de Nor te América. No consideramos, como Bryce, que la declaración de la independencia sea una planta poco apropiada para ser transplantada a tierras tropicales, habitadas por razas atrasadas. Lo de

atrasadas se lo perdonamos, porque él nunca vi no a visitamos y demuestra que en ese extremo estaba mal informado. A juzgar por esa teoría,

entre Filipinas, Cuba y Puerto Rico, resultamos


ARTES ELEC5T0RALES

95

nosotros los más atrasados. Güba fué oioancipa-

da rápidamente. A Filipinas su ematuápación ocurrirá dentro de breves años con la concesión

de su independencia. En la época en que Bryce escribía su libro, los gobernantes de Estados Uni dos trataron de presentamos ante el mundo co mo atrasados, para justificar la conquista en

igual forma que recientemente Musolini en Italia, también exageraba el atraso de los Etíopes. Es un milagi'o si Hitler no dijera que Polonia,

Austria y Checoeslovaquia estában atrasadas. Las conquistas siempre es fácil justificarlas con el atraso de los conquistados. El Puertorriqueño de raza blanca que se dá a conocer en Estados Unidos como tal, por lo general causa asombro, sobre todo cuando comprueba que procede de una civilización adelantada y que su talento es supe rior al del ciudadano promedio en el Norte. Mu chos hemos observado esto. El pueblo de Esta

dos Unidos, ni siquiera sabe donde queda Puerto Rico, ni les interesa. En la mente de algunos continentales, somos una isla de negros; de otros, hasta profesores de Universidad, nos dirigen car tas a Puerto Rico, en el Canal de Panamá... Has

ta nos preguntan qué tren se toma para llegar a Puerto Rico. Y esto lo hacen las clases más cul

tas, influenciadas, no hay duda, por propaganda pagada por unas pocas corporaciones que se en-


96

DOMINGO TARGA

riquecen con la colonia, a costa nuestra y del prestido nacional.

El gobierno de los Estados Unidos no ha he cho otra cosa que investigar las condiciones de Puerto Rico desde que conquistó la isla a los es pañoles en 1898. Empezando por la investigación del comisionado especial para Puerto Rico, Dr. Henry K. Carrol, nombrado por el presidente McKinley para informar sobre el estado de los

conquistados en 1899. El informe que rindió el Dr. Carrol es un voluminoso libro de 813 páginas que dá todos los pormenores de la isla de Puerto Rico estando ésta invadida por 20,000 hombres del ejército de Estados Unidos. En su informe, todo el país pedía se llevaran la tropa, alegando que el mismo estaba en paz y sus habitantes eran

ordenados y dispuestos a aceptar un gobierno civil para el cual era evidente su preparación. He aquí una relación de todos los Estados de la Unión que fueron sometidos al sistema territo rial, y el período de años que lo padecieron: Fecha de

Número

gobierno civil or ganizado bajo los

inaugura

de afios

ción como

bajo el

auspicios del Con greso, primer go

Estado.

sistema

Fecha

ESTADO:

del 1er.

territo rial.

bierno territorial.

1. Alabama

1817

1819

2 Años

2. S. CaroUna

1787

1789

2


ARTES ELECTORALES

97

3. Nevada 4. California

1861

1864

8

1845

1850 ,

5

5. lowa

1838

1846

8

n

6. Kentucky

1784

1792^

8

fr

7. Illinois

1809

1818'

9

ff

1803

1812

9

ff

ff

8. Louisiana 9. Oregon 10. Wisconsin 11. Tennessee 12. Nebraska

1849

1859

10

1836

1848

12

tf

9f

_ 1784

1796

12

1854

1867

13

13. Mississippi

1804

1817

13

14. Ohio

1787

1802

15

15. Okiahoma

1890

1906

16. Minesota

1841

1858

16 17

17. Missouri

1803

1820

17

18. Colorado

1859

1876

17

19. Wyomihg

1868 , 1890

22

19

99

99

99

99

99

99

99

99

20. Florida

1822

1845

23

21. Texas

1821

1845

.24

99

22. Kansas

1830

1854

24

99

23. Montana 24. Idaho

1864

1889

25

99

1863

1890

27

99

25. N. Dakota

1861

1889

28

99

99

1861

1889

28

27. Indiana

1787

1816

29

28. Arkansas

1836

32

99

29. Washington

1853

1868 1889

36

99

1851

1896

45

99

30. Utah

26. S. Dakota

99


98

DOMINGO TARCA

31. Michigan

1787

1835

48 "

32. Arizona 33. New México

1863 1850

1912 1910

49 " 60 "

Miütar Civil r

34. PTO.RICÓ 1898 1900

Llevamos 42 "

?

?

En la época de la revolución, cuando las tre ce colonias inglesas se independizaron de Ingla

terra, todos estos territorios eran vastos domi nios en poder de los indígenas indios de Norte América y colonias pequeñas de varios de los paí

ses europeos, cada cual hablando y siguiendo las costumbres de sus respectivos pueblos europeos de que procedían.

Las trece colonias independizadas, incluían un

área relativamente pequeña desde Georgia, al Norte de Florida, hasta Maine, al Norte de Massachussets. Según se multiplicaba la especie hu mana, se trasladaban al interior del país. Primero penetraban en lo que estaba en po der de otros; luego lo tomaban... El pronunciar el territorio capacitado para el Estado, significa el haber asimilado el idioma y las costumbres políticas de la nación que prime ro hacía su aparición en el territorio de referen cia con una ocupación militar; luego los Estados organizaban expediciones y suplantaban en nú-

liiero él primer poblador Europeo, quiénes por lo general aceptaban el orden de cosas como un ca-


ARTES ELECTORALES

99

mino hacia el progreso. El anglo-Americano, el

Inglés, el Irlandés, respetaba-al Francés; al Sue co; al Alemán y al Escandinavo. Le reconocía sus

derechos de propiedad y éste prefería la organi zación a la usanza de Estados Unidos. La pre

ponderancia del idioma inglés nacía de la instruc ción pública en este idioma en las escuelas, a la cual cooperaba un plan de colonización inclinado a eliminar los centros de población que ofrecían resistencia a producir una nación homogénea en idioma y costumbres. Los hijos del Sueco se ca saban con las hijas del Polaco; en el choque de las dos civilizaciones encontraban tanto la ten dencia Sueca como la Polaca el punto neutral en el idioma y las costumbres preponderantes, y se fundían produciendo el tipo estadunidense que usa el inglés, pero a lo mejor en sus venas no co rre ni gota de sangre de ingleses. Todo esto hicieron las trece colonias, una vez

emancipadas, les envalentonó su triunfo sobre In glaterra, y se hicieron los amos de América del Norte, Usaron la política de compartir con los

conquistados el poder de la administración nacio nal, dándole a cada territorio organizado la opor tunidad de la Estadidad casi siempre, para no

someter a la explotación de territorio a muchos

que eran parientes y hermanos de los habitan tes de los Estados.


100

DOMINGO TARGA

En Puerto Rico, el fenómeno es a la inversa;

la población del territorio emigra para los Esta dos, agobiada en la colonia de Puerto Rico, sin trabajo muchos, muchos ya acostumbrados a de jar la cuchara enganchada en la cárcel... para vol ver a cogerla cuando lo sorprendiesen cometien do de nuevo un delito... Van a New York a tra

tar de ganar el pan como puedan, trabajando o sin trabajar... la cosa es vivir.

Allí participan del sufragio americano que lo aprendieron en Puwto Rico, y son elementos que saben dar y tomar lecciones de todo en su nuevo ambiente.

Desde 1898, la isla ha ganado en instrucción pública, reduciendo considerablemente el analfa

betismo, pero ha perdido en muchas otras cosas. El por ciento de delincuentes en proporción a los

habitantes, ha aumentado. La población se ha

duplicado. El espacio dedicado a cárceles, se ha quintuplicado. El Jornalero gana más cuando trabaja, pero su condición de peón es peor que an

tes, porque los precios de los artículos de prime ra necesidad se han multiplicado por cinco y el jornal solo se ha multiplicado por dos. Luego, ga na menos de la mitad. Está peor alimentado y la falta de trabajo en la isla es la más aguda que se conoce en la historia. Como las naciones del

mundo, hoy en día solo compran a quiénes les


ARTES ELECTORALES

v

101

compran, y habiendo Estados Unidos absorbido la personalidad internacional del pueblo de Puer

to Rico, los productos de Puerto Rico, salvo el azúcar con cuota restringida en Estados Unidos, no tienen mercado. Se dá el caso de Estados Uni

dos comprar a Cuba y a otros países del trópico pepinillos y otros artículos que con facilidad po dríamos producir, porque dichas repúblicas están en condiciones de hacer tratados bilaterales con

Estados Unidos, absorbiendo el ciudadano conti nental el beneficio del tratado, vendiendo otros

productos a quiénes compran mientras que nues tro agricultor se arruina y pierde sus bienes al

no poder salir de la producción, por la sencilla razón de que somos una colonia que cuando sale la mercancía de Estados Unidos para Puerto Ri

co, sale para un mercado doméstico, en barcos americanos, pagando los más altos fletes y la pa

gamos cara. Cuando sale la mercancía de Puerto Rico para Estados Unidos (que es un mer

cado obligado), y en barcos americanos, el flete es tan alto que en Nueva York hasta Europa pue de competir con'nosotros y no podenaos vender. El mismo presidente de Estados Unidos, Franklin Delano Roosevelt, ha dicho que 'Puerto Ri

co padece un sistema colonial Europeo de explo tación", se dá el caso que en Estados Unidos, los intereses financieros tienen más poder que el propio gobierno.


102

DOMINGO TARCA

Unos pocos miles de marinos y empleados de compañías Navieras estadosunienses viven el al io standard de vida americano ganando el que menos varios dollars diarios a costa del infeliz

trabajador puertorriqueño que muere de hambre, anemia y tuberculosis porque con lo poco que ga na no le alcanza para las necesidades más apre

miantes. 10,000 empleados son beneficiados a costa de 2,000,000, de Puertorriqueños.

Las mayorías parlamentarias de Puerto Rico, todas las Asociaciones Cívicas y Culturales del país, hán pedido se resuelva el Status Colonial de Puerto Rico; por ser éste incompatible, no ya con el sistema democrático de que tanto se honran Estados Unidos de ser el país a la vanguardia del mismo en el mundo, sino que hasta con los más elementales principios de humanidad. El presiden

te ha nombrado una'Junta Interdepartamental, donde están representados todos los departamen tos Federales o secretarios de gobierno de Esta dos Unidos, para estudiar e informar el caso. El Congreso ha apropiado $10,000.00 dólares para los gastos de una comisión que viene a estudiar las condiciones de la isla.

La comisión que venga, por mucho que bus

que, no encontrará la pobreza de los tiempos del 1898, cuándo vino el Dr. Carrol; aquélla exagera ba la verdad, porque envolvía una crítica a Es-


ARTES ELECTORALES

103

paña; la que viene ahora, esperémosla y no pre juzguemos sus actuaciones... Lo que más nos ex

traña, es lo poco que se sabe del resultado oficial de las investigaciones, a ésta hora se estaría ven diendo a buen precio el volúmen informando el resultado de las gestiones oficiales, pero existe, aparentemente, una fuerza oculta tras bastidores, que trata de alejar de la luz pública asunto de tan extraordinaria importancia y de tanto inte rés...

Todos nuestros problemas económicos tienen su causa principal en el STATUS de Puerto Ri co; en la COLONIA; y eso, es preciso no admi

tirlo... El techado de la colonia está podrido, des de la P. R. E. R. A., la F. E. R. A. y la P. R. R. A. y la W. P. A.. Nuevas instituciones traídas a

la colonia, solo sirven para tapar goteras y lo que tendrán que hacer es ponerle a la casa un techo nuevo.

Grande es la fuerza de las naciones modernas.

Sus cañones, al disparar, estremecen la tierra, de sus bocas salen relámpagos. Su fuerza es bru

tal, destructora. Pueden sembrar la desolación, arrasar ciudades, sepultar en vida en los escom bros a seres humanos... Por grande que sea esa

fuerza, por omnipotente que parezca, las débiles puntas de la pluma, modelando ide£», llenando


104

'

DOMINGO TARGA

cuartillas, inspirando corazones humanos en los

principios en que se funde el cristianismo, en el dolor y la miseria que sufre Puerto Rico, ¿logra rán hacer brillar la JUSTICIA? Solo nos falta decir a nuestros conciudadanos de Norte Amé

rica; en nombre de ese cristianismo, "NO HA GAIS A NADIE LO QUE NO QUISISTEIS QUE OS HICIERAN A VOSOTROS".

Puerto Rico, desparramando su juventud pre parada y estudiosa por el mundo, se siente con fortado en dar a conocer el hecho innegable que a cambio de nuestra lealtad hacia EE. UU. y de ostentar nosotros su ciudadanía, de aquí se emi gra; porque no se encuentra honradamente de

qué vivir. Trabajando, carecemos de mercados, carecemos hasta de responsabilidad propia; so mos mayores de edad, obligados a la tutela del

Tío Sam. Desde niños nos enseñan en las escue las que la gran república de la cual formamos parte, garantiza libertad, democracia y justicia a su pueblo.

¡Libertad! ¡Democracia! ¡Justicia!... Las tres cosas las cambiaríamos porque fueran todos los

ciudadanos iguales y no hubiéramos de existir nosotros bajo el glorioso pabellón de Estados Uni

dos de Norte América, como meros colonos, como sacrilega afrenta a los principios de libertad, de mocracia y justicia, que no pueden existir en un


ARTES ELECTORALES

IOS

triste principado como éste, cuasi monárquico y democrático a la vez, con todos los vicios y nin guna virtud de esos sistemas. Si nuestro víacrucis es la escuela hacia la Estadidad, ¡a los cua renta años estamos más lejos de la graduación que cuando empezamos.

Creo valen más las cualidades perdidas, que

la instrucción ganada. Tanta instrucción pública como tenemos en Puerto Rico, equivale a darle una alimentación fuerte y estimulante a un- con

finado; para hacerle más insoportable la vida en la reclusión. Y esto, encama una grandísima cruel dad.

El pueblo americano carece de culpa; allí la prensa modela la opinión pública; y a la prensa la modelan los intereses.

El columnista americano es un asalariado que satisface a las mil maravillas a quiénes les pagan

para escribir. Pone en el lenguaje más convin cente las ideas más absurdas, urdidle por la gen te de arriba, que manejan y controlan los ci^itos y el dinero. Fuerzas invisibles, que sólo se perciben en lo irrazonable que suelen ser. Y por los cambios de frente... que suelen producir has ta en las ideas de los Representantes del pueblo. Son temibles, porque actúan en la sombra... Abundando en todo cuanto hemos expuesto,

pero con una prudencia rayana en el temor de


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ser considerado desafecto al régimen America no; temor fundadísimo de la intelectualidad Puer

torriqueña que le impide exponer las cosas con

claridad. En un periódico de marzo 10 de 1940, en página interior, contribuyendo al obscureci miento de nuestro principal problema hasta la misma prensa del país, leemos en el informe de

Don Filipo L. de Hostos, Presidente de la Delega ción que compareció ante el Presidente Roosevelt:

"...Las recomendaciones, sin embargo, son un tanto débiles y vagas y estamos de acuerdo con

la propia Junta, recomendando cambios que le den más fuerza y mayor valor práctico. Como hemos apuntado anteriormente, a nues tra llegada a Washington, nos encontramos.con que el trabajo estaba muy atrasado. Falta aún

mucho por hacer y pc(r consiguiente no nos ha

sido posible dar término a la honrosa pero difí cil nusión que se nos confiara.

Haciéndosenos imposible permanecer en Wash

ington durante todo el tiempo que haya de to mar la redacción y discusión del informe, se ha convenido que nos envíen copia de los capítidos restantes para que vuestra Delegación tenga la oportunidad de conocerlos y estudiarlos y propo ner los cambios y sugerencias que se estimen ne cesarios.

En lo que respecta al "status" poütico, se nos


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/

ha pedido someter un memorándum "expmiiendo nuestros puntos de vista y proponiendo las reco mendaciones que a nuestro juicio sean necesarias para llegar a una pronta solución del problema.

Considerada a la luz de lo apremiante de nues tra situación y medida por nuestro ardiente de seo de que se dé término al informe a la mayor birevedad posible, hasta ahora, la labor de la Jun ta nos ha producido una sensación de desaliento y pesimismo. Sin embargo, un análisis posterior de la situación, más frío y reflexivo que la im presión del primer momento, nos hace veif que dadas las circunstandas, las dificultada que han surgido y la impresión desfavorable que hemos recibido, tienen su láíz en un factor cuyo adverso influjo no podemos menos de reconocer: LA PRO FUNDA IGNORANCIA QUE IMPERA EN LA METROPOLI ACERCA DE NUESTRA ISLA Y

SUS PROBLEMAS; EL DESCONjOaMIENTO DE LA IMPORTANCIA Y DIGNIFICACION

NACIONAL DE LAS RELACIONES QUE UNEN A AMBOS PUEBLOS. Por más de tres décadas Puerto Rico ha vivi

do menos que olvidado e ignorado por la admi

nistración nacional y el pueblo americano, olvido al que, forzoso es reconocerlo, hemos sido los pri meros en contribuir, porque nada hicimos para damos a conocer y estimar. Ha sido la actual


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adnunistracioii la primera en dar pruebas de preocuparse de nuestra suerte pero sensiblemen

te su interés se ha visto impedido de acción efl-

caz, cuando no defraudado por entero, precisa mente por esa crasa ignorancia.

Para hacerse sentir en la conciencia y en la voluntad individual o colectiva, el interés tiene que ser profundamente humano. Pero este sólo

nace del cabal conocimiento de las cosas a tra-

v& de estrechas relaciones materiales, espiritua les y sociales que hasta ahora no hemos sabido

cultivar como debiéramos. Reconociendo que no existe todavía ningón pueblo que haya alcanza do ese grado de civilización capaz de hacer sentir

al hombre el imperio de la justicia y el sentido de la ¡respoi^abilidad por sobre toda otra consi

deración, no debe sorprendemos que aún las me

jores intenciones se vean obstaculi^das por el influjo de intereses encontrados.

Nos resistimos a pensar que la Junta Inter-

Departamental vaya a defraudar totalmente nues

tras le^timas esperanzas a poner en tela de jui cio la sinceridad del levantado gesto del presiden te Roosevelt, pero es evidente que la circunstan cia apuntada milita en contra nuestra y que te nemos que redoblar nuestros esfuerzos para con trarrestar su adverso efecto.

Nuestra gestión dista mucho de haber finali-


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zado, pero toca a ustedes considerar esta tarde cuál seria el medio más efícaz de Uevatla a tér mino con el ézáto que para bien de la isla anhe lamos todos.

Cada día se hace sentir con mayor fuerza la necesidad de establecer y mantener en Washing ton una representación genuina, no partidista, de los intereses de la isla, que tome a su cargo la tuición y defensa de esos intereses en la forma que demiuidan las circunstancias. Sólo esa ofi cina seria capaz de realizar la gestión de acerca

miento, divulgación y defensa que esporádica^ mente hemos estado tratando de realizar en los

últimos años y que se hace indispei^ble para el logro de nuestras legitimas aspiraciones. No nos corresponde a nosotros juzgar del mé rito de la labor realizada, pero es motivo de pro funda satisfacción para nosotros aseverar que

hemos defendido los intereses del país con tesón, energía y entereza y sin dejar lugar a dudas en cuanto a la firmeza de nuestra posición.^* (El subrayado es mío). Los Puertorriqueños necesitamos escribir li bros, y necesitamos traducirlos a todos los idio mas; necesitamos exponer con claridad nuestro caso, bajo el punto de vista Americano, para que el mundo conozca la verdad. Casi todos los li

bros sobre Puerto Rico escritos en inglés, son


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lujosísimas ediciones, demostrando que contando con los financieros y Reyes de la producción ame ricana, el escritor nada en la abundancia, a cos ta de falsear la verdad. Casi todos esos libros

tienen la única tendencia de pintar al Puertorri queño como un sujeto atrasado, donde la civiliza ción lo hace un inadaptado al modernismo impe rante hoy en el mundo. Nos pintan como una ra za en un plano de degeneración progresiva. Y co mo se han dicho tantas mentiras con hilos de

verdades, cada autor a su manera; el pueblo Ame ricano está aturdido en cuanto a Puerto Rico, porque no sabe a quién creer, ni a qué atenerse.

Todo lo anteriormente expuesto, es mi humil de contribución a la solución de nuestros proble mas. Reconozco que soy el último en Puerto Ri

co que debió de ocuparse de hacer un libro, pero como aquí el talento crece silvestre, el que se le reconozca a este trabajo no es m una sombra de

lo que son capaces de hacer nuestras plumas. Lo que pasa hoy es, que el que escribe dentro

de nuestra libertad de imprenta, tiene que medir tanto lo que dice y como lo dice... para librarse de dificultades, que éstos temas son escabrosos y hasta martirizantes...

El pensamiento no delinque; pero sí sus in terpretaciones, existiendo mala fé y un poderoso y poco escrupuloso enemigo de la verdad...


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Tiene uno que prepararse para lo peor cuan do usa ese lenguaje, aunque sea en le defensa de

todo un pueblo empobrecido y agobiado nuestra gestiรณn.

FIN


INDICE

Páginas Analfabetas Votando

33-52-57

Anuncio del concurso

5-6

Aprovechando de la ignorancia de jueces de mesa

36

Asamblea de Partido Astucia triunfa sobre fuerza

bruta

18

67 68 69 70 71

Atrasando y adelantando el reloj

33-44-45

Cangeando recusaciones Censo político

73 16

Compra con cheques sin fondos

46

Corrales

20

Contracorrales

21

Como es fácil dar con el elector fraudulento Como eliminar de las listas a ad versarios

23 25-26

Como evitar la identificación del elector con la filiación de su voto por soborno

9

Como cooperan los comités para mandar votantes a los colegios Como tratan de colocarse los fraudes

24 24-

Colegio a la hora que comienzan las votaciones

Colegio electoral fantástico

60-61

66-67


Colegio de fila cerrada ^ Desórden es prueba de sinceridad electoral

22

Dañando papeletas con disimulo

51-52

Delegados a las asambleas ^

18

Denuncia por intentar votar ilegalmente SS-dd 4142 43 Dictadura en Puerto Rico, hasta

que punto Designación de candidatos

15 19

El delito reprimido por medios extra oficiales

65-66

El precio de los hombres

72-73

Enardecimiento de las masas electo

rales por medio de propaganda Epílogo Esperaba violencia y resultó un

20 74

desconcierto Filosofía del jornalero ignorante que es víctima del soborno

68-69

Fingiendo para conseguir trabajo

50-51

21

Indignación de los excluidos de las listas

18

Incripciones

16

Junta de Colegio La llamada a la maternidad y al

19

sufragio

^

,

55-56

Morosos en llegar al colegio a tiem

po llegan tarde

^

44 45

Muchedumbres pobres exigen ropas

a los partidos Objetos echados dentro de los votos para identificar la manera de votar del elector

53-54 58


Pasando por disgustado con su par

tido servía de fspía Ofreciendo trabajo para conseguir adeptos

47-48-49 63-64

Perdía el derecho de actuar por no '->>estar dentro dél colegio a la htnra jque comenzaban las vota ciones ■

60-61

Prueba desaparecida

62

Reacción contraproducente del es

poso gue impide a su mujer vote Robo de listas

35 .

46-47

Señoras casadas eliminadas de las

listas con la cooperación de es posos contrarios, en política a las esposas Soborno al personal de oficiuas de los partidos

29-30

27

Supresión de nombre de las listas haciendo desaparecer los

certificados

31-32



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