NET ANT
Esta portada
es obsequio del notable pintor espaĂąol Fernando Mackenna, residente en Puerto Rico.
HOMENAJE
A
DE
MUÑOZ
BOBO”
RIVERA
Nació este semanario, salió a la publicidad, el primer sábado de diciembis
del
año. pasado.
Nació
en
fundarlo aquel patriota máximo
Y:
“JUAN
los talleres de la “Democracia”.
Nos
alentó a
cuya muerte ocañins aquel NUESTRO
HER-
MANO MAYOR, como sentidamente le llama una bella estrofa de Pérez, pre, Es
Y ¡dolorosa coincidéncia!, hoy, primer sábabo de diciembre, al cumplitsé el primer
AO
16|
Número Extraordinario
Yo
año de núostra, Jabor, en vez de presentarnos con galas a celebrar nuestro primer
aniversario, nos reee thnios de luto ofrendando a la memoria, del patriota, del
amigo, del HERMANO
MAYOR,
este primer número extraordinario.
La premura con que lo hemos hecho, la necesidad de satisfacer cuanto. +antes los requerimientos del púhlico, no nos han permitido darle mayor plitdd,
y hasta tanto
del libro, ha de ser este número de
“Juan Bobo” la mejor síntesis de la vida del
A su niorócadera memoria, “Juan
de nuestra patria.
Bobo” ofrenda esta corona de aríe,
»
A
A
a, %
literatura y amor.
ns
en la política y la rats
y A
actuación
meditada
La
Redacción. q
AN ENE
prócer y de su enorme
que venga la labor
7
¿sad
—
Pero creemos que, por. el momento
Sábado 2 de Diciembre de 1916.
REDACTORES: LU!:Ss
LLORENS
NEMESIO
T
CANALES
CARLOS
LOPEZ
RRES
DE
SEMANARIO
POWINISTRADOR: v. sasveora EDITORES
:
y,
SAAVEDRA
Diredcranás.
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L£ CO.
OFICIMAS: CRUZ IA,
paid Toda
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EI
Fundado
0.
en
1872.
DE
SUSCRIPCEION
Un
a
trimestre
pago
anlic pado
Ñ
Unión Postal.
$0.50 oro am. 150
Un :emnestre Ml Un año o Número suelto atrasado... r
San
Juan
P.R.,
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En el extranjero, fuera de la
Unión Postal,
Un mes vencido...
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da correspondencia dniia Liministrado: Las tad e E "Y
PRECIOS
En Puerto Rico y paises de la
el
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INDEPENDIENTE.
TOROD
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2.75 5.00 0.15 0.20
Dicbre.
Lienzos
PAGO
ANTICIPADO
trimestre...
$ 2.50 oro am.
Un semestre... Un a, pe Número suelto .......... 0965 atrasado...
2,1916.
400 7.00 0.20 0.25
2a. Serie.
“
No. 48.
del Solar. =
€l jibaro de Barranquitas. cariñosamente
noche,
pren-
bajo
la
luna, sentados en la plaZa,
tratando
dación
de
de
la
este
semana-
todo,
que sea netamente puernetamente
Jibaro” 11 E Asi Así
con
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alentaba lenta]
ayuda
BOBO,
en
“La
los
talleres
Democracia”
y
que hoy,
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alta y sencilla lec-
ción.
Sea
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vada
el
uno
16
comerciante,
merciante tor,
dos
sería
este
nuestro
número
extra-
:
ordinario ? En adelante, más4 aque ñ
nunca, recordando siem-
pre aquél patriótico con-
agricul-
poeta.
y sobre
co-
el
pe-
periodista;
seamos,
el
Pero
ante
to-
todo
todo, netamente
puertorriqueños, mente
,
pe
agricultor;
pceta,
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Jíbaros.
Es decir: Scamos ] todos de nues-
un
de
existencia,
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netamente
baro,
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a
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de
e
JUAN
¡¿ Quién
año
Y
moral
intelectual, nació de
queño,
viodista,
nos
BOBO — puertorri.
Jue sea: el obrero, obre-
sobre.
torriqueño,
será JUAN
“netamente
fun-
rio, nos decía: --“Pero,
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patria,
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Como ] lo era_ él.
Más
¿puertorriqueño
na-
die.
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que 5 Más jíbaro que
die. |
Más
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que
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Luis de Puertorrico.
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llamábamos
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Así
4
JUAN
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A LUIS ULTRA
BOBO
MUÑOZ
TUMBA
ra,
RIVERA como
trinos
Mi
querido
Muñoz:
Así
empezaba
yo
mis
samiento y mi espíritu vivían contigo donde tú estabas.
Y ahora que te marchaste
espíritu vivirá conmigo
donde
Mi pen-
quiera que
a la eternidad,
tu
quiera que yo esté,
Aun no se ha esfumado de mi imaginación la sombría tarde del 15 de Noviembre. Postrado en el lecho, inconsciente y moribundo, estaba tu cálida diestra estre-
chada cariñosamente por las manos de Eduardo Giorgetti, como si te despidieras con inmensa gratitud de tu excelso amigo, concediéndole el amoroso privilegio de que revo-
lara tu espíritu en torno de su frente, y la besara, antes ; de
remontarse
¡Qué
al
infinito.
satisfacción
para
tu alma!
latido de tu corazón quedó impreso angel
custodio,
frimientos,
del que
te rindió,
de tu
de tus su-
los cuidados más exquisitos con ansia pater-
nal, y después de tu muerte,
moria
El último
en las manos
en el lecho
todos
los puros
sigue consagrando
obsequios
de un
alma
a tu me-
generosa,
que
vive enamorada de tu radiante nombre. Iluminaban tu semblante, a las 6 y 35 tarde, resplandores crepusculares. ¡ Y quedaste exánime!
¡Qué
mucho
te hemos *
llorado Xx
desde
de
aquella
entonces!
%
,
q rre pr
y.
ás
Tu cuerpo fué embalsamado para exponerlo en capilla ardiente, porque tu pueblo estaba ansioso de contem-
plar tu faz y de retenerte para su adoración. ¡Qué grandioso homenaje te ha rendido tu patria, amigo querido! El sentimiento del dolor tuvo una hermosa explosión en todo el país. El tránsito de tu cuerpo inanimado, por todas partes, parecía la procesión de un santo, seguido -por.inmensas multitudes de creyentes. Si hubieras visto a las vírgenes puertorriqueñas arrojándote flores y tributándote bendiciones...! Si hubieras mirado a las niñas y niños, vestidos con albos trajes y con lazos negros,
esperándote en todos los pueblos de tu ruta para venerar
tus restos, asociando la congoja al candor de sus rostros
inocentes...! Si hubieras observado el signo de respeto que representaban lag banderas, flotando a media asta
en los castillos, en los buques del puerto, en los consulados extrangeros, en todas las instituciones, centros y edi-
ficios públicos del país...! Si hubieras oído las campanas de todos los templos, saludándote con sus lúgubre s dobles, al cruzar tu cadáver ciudades y pueblos...! Si hubieras presenciado
a mujeres
y
hombres,
diciéndote
adios, como si fueras vivo, y sollozando al balbuce ar tu
nombre...!
Tal parecía que el vapor de las lágrimas que por tí
se derramaron,
condensó
en la atmósfera
tristeza que asfixiaba todos los corazones.
celestiales,
se
escuchaban
sus-
¿Te
acuerdas
una neblina de
Y por doquie-
cuando
en tus propagandas
políticas
por los pueblos de la isla, fuerte como un hércules, te recibían las muchedumbres al acorde de las bandas de música, agitando banderas y estandartes, y atronando el
espacio con sus vítores...?
Pues ahora,
¡si lo hubieras
visto, querido Muñoz...! las mismas muchedumbres se agolpaban silenciosas para recibirte, a los tristes sones de fúnebres marchas, con religiosa reverencia, recogiendo las flores que caían de tu carro mortuorio, para besarlas y guardarlas como santas reliquias. Y los mismos-
retratos tuyos que antes se ostentaban en los parajes públicos, en aquellas fiestas cívicas, adornados
lores, ahora
intensa
aves
cartas
cuando te encontrabas ausente de tu tierra, y así la empiezo hoy cuando te hallas fuera de tu mundo.
de
y suspiros...!
piros...
crespones
se presentaron
de
luto.
Y
a nuestra
aquellas
con vivos co-
vista orladog
mismas
casas,
con
cuyas
fa-
chadas fueron vestidas de blanco y rojo, para celebrar tu
llegada
con
con
patriótica
negros
alegría,
cortinages,
ahora
para
estaban
simbolizar
un
exornadas
profundo
dolor...! Ante tu cadáver desfilaron millares de personas, con solemne recogimiento, rindiéndote el testimonio de su veneración, y los jardines de tu tierra te ofrendaron sus más delicadas rosas, azucenas, jazmines y siemprevivas, que envolvieron constantemente tu cuerpo en atmósfera de fragancias, y perfumaron los contornos de tu fos: y siguieron exhalando sus aromas, hasta marchitarse, en el seno de tu tumba. XX
¡Qué triste me has dejado, amigo mío! La primera noche que te hallabas de cuerpo presente, te contemplé en tu alcoba largo rato. ¡Qué natural y tranquilo estaba tu rostro, durmiendo el profundo sueño de la muerte! ¡Si supieras cuántos recuerdos acudieron a mi memoria! tu
Recordé cuando en tus confidencias íntimas vaciabas corazón
en
el mío,
contándome
tus
amarguras
y tus
penas; tus ansias patrióticas de más amplias libertades;
tus anhelos fervientes por la felicidad de tu tierra. ¡Ah! tú nunca presentiste que el intenso amor que en vida pro-
fesaste a tu patria, te lo pagaría tu patria, con igual intensidad,
Me
en
el momento
de
tu
muerte!
acordé de los versos que me leías en nuestra ju-
ventud, en los que fulminaba el rayo de tu anatema contra los tiranos de nuestra tierra. Me acordé de tu fulgurante
cordé
campaña
tus
contra las dragonadas
acendrados
esfuerzos
partido autonomista en 1889.
por
del año 87.
salvar
Pensé“en-cómo
la vida
Re-
del
derrocaste,
en 1897, el poder omnímodo del partido incondicional es-
pañol, altivo
al constituir
gesto,
tu gran
renunciando
partido
liberal.
la presidencia
del
Reviví
tu
Gobierno,
en
enero de 1899, cuando el general Henry despojó de ciertas
facultades a tu Gabinete. Me acordé de tus trabajos para constituir el partido federal; de tu vía-erucis en el
Los
Sres.
Georgetty,
Abril,
Vangas,
Amadeo,
Sant
ini y Martínez, quienes acompañaron constantemente a Muñoz durante su enfermedad, contemplan ahor a religiosamente la sagrada lápida de su tumba. Al a derecha, vestido de blanco, vese también al Sr. Coll y Cuchí .
año 1900; de tu ostracismo del 901 al 904; de tu poderosa iniciativa para la creación del part ido unionista. Resal-
taron en mi mente tus últimas cruentas luchas, tus patrióticos empeños, tus denodados esfuerzos, en Washing-
ton, por lograr para tu patria may or suma de gobierno propio, y pensé en otras fechas y momentos en que me reve labas siempre el noble patriotismo de tus ideas. ¡Ah, querido amigo! tu amado nomb re, en estos mo-
mentos
a todos
de
dolor,
sentimientos.
deza! al
¿Verdad
saber
ha
sido
un
los puertorriqueños
este
talismán
que
en hermosa
nos
unido
conjunción
de
¡Qué espectáculo de tan magestuosa gran-
que tu espíritu se estremecerá de júbi lo
hecho,
que
fué
en tu vida? X
una
constante
renovar
ahora
aspiración
X
¿Te acuerdas de tus últimos propósitos?
“quiero
ha
mi hogar
Me decías:
en Barranquitas,
para
descansar descansar
de mis luchas.''—Y el destino fatal te llevó a para siempre en el camposanto de tu puebl o,
bajo la fresca tierra de sus montañas.
De ellas saliste
en 1887, para ser apóstol de altas ideas, héroe de grandes campañas, Maestro de cívicas doctrinas. Y a ellas has vuelto, vencido por la muerte y triunfante ante la
historia, dejando la savia de tu patriotismo infil trada en las arterias de tu pueblo que te adora. , Por un movimiento general de voluntades, has sido consagrado
el
primero
entre
torriqueños. Y seguirás
conviviendo
todos siempre
los
patriotas
puer-
con nosotros,
en tu
tierra queridísima, y reinando en nuestros COrazones, porque vives en la inmortalidad. Adios...! Tuyo efectísimo, con el alma, Manuel
Camuñas.
EPIELOGO
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-EROLDAN "love!
Dibujo alegórico original de F. Roldán,
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JUAN BOBO
7
El caballode la vida y de la muerte Un bravo mozo, el más recio de la montaña, madruMonta a caballo. Y echa a anda r
ga.
| Pacatás—pacatás—pacatás
..o.o.
Atrás ¡queda la aldea, en lo hondo
del abra,
medio dormida aun bajo la neblina llorosa del amanecer pe Pacatás—pacatás—pacatás -Resopla y pide bridas la jaca, ávida de calor.
los primeros cantos de las ave: al dejar sus nidos; Y de la hondonada sube el fresco aliento del respirar del río que
hunde entre los peñascos su murmullo fragoroso como un clamor de multitudes. El ginete siente en sus
venas la alegría vital con que se desperez a la montaña.
Y la jaca hierve en fogoso sudor que borda en sus hijares
ramilletes de espuma
Cam.
Ppanean sus cascos en las piedras y resbalan en el barro, repechan do la angosta vereda hacia la cumb re Pacatás—pacatás—pacatás.....
:
?
Pacatás—pacatás—pacatás
Al fin, el último picacho, el más alto .
la ciudad,
el bullicio, la lucha,
sancha su pecho para asomarse.
el pueblo.
Al otro lado, El ginete en-
La jaca relampaguea al
chocar de sus cascos en las desnudas lajas de la cima
Es una jaca resonante, ....
Pacatás——paeatás—pacatás.....
Las barrancas de la orilla abajo hasta el río, tienden
sus frondosas
melenas aristocráticamente
empolvadas
en
la plata vieja del serrano madrugar.... . Pacatás—pacatás—pacatás. ....
La jaca se abre paso con la proa de su pecho
por entre las yerbas y bejucos que se cruz an y entrelazan
> E
Entonces fué cuando el pueblo miró ; acia
móntalla y vió en la cumbre la dorada silueta del ginete laébvh elta en un
chorro de luz. Salía el sol Y se oyó el resol lar del potro de la selva y el resonar de sus -caséos rutilano A
Pacatás—pacatás—pacatás. ... e
de uno a otro lado del camino..... z 4
] Pacatás—pacatás—pacatás leo
*
Las espuelas del ginete se estrujan y enredan en los agrestes matorrales, empapados de niebla, que le lamen
di Una su salta y se hunde en la-maleza. Un becerro se entisca asustado. Un jíbaro se aparta del ca-
mino con su carga de yaguas y saluda con humi lde
E
ca.
¡Pacatás—pacatás—pacatás..... Pára las orejas ante el
humo de un bohío. La asusta el aleteo de un gallo al tirarse de dsma. dele : 5
si,
2
É - Bs ¡Poertáo—pecapis pucatás os E
-»
Luego, el combate, el rudo batallar.
rrotas.
: 1 ]
Alegrías y dolores.
Triunfos y de-
Ilusiones y desengaños,
La vida, en fin. Y el ginete agitando las brida s, elavando las espuelas. Y la brava jaca arreciando, resoplando, volando, envuelta en polvo, chorreando sudor , a escape ten. dido..... Pacatás—pacatás—pacatás..... >»
E Arrecia,la jaca, subiendo y bejandlas o cuestas. Se ladea frente a un ventorri llo.
*
A
El ginete está herido, Es un héroe, El pueblo le La jaca piafa y relin
rodea.
rededor
cha en la puerta y gopre al.
de la casa.,,..
A
;
8 he el eje d le pegar ana... ¡Pacatás—pacatás—pacatás.....
De cuándo en cuando hay una explanada que perm i.
-dichosamenteel humo de un cigarro
-altdel ivpaisa ezje, mientras la jaca
Como orquesta de loo0sy alegres violin se es oyen
a El héroe ha muerto.
cubierto de flores.
Su cadáver es embalsamado
y
Miles de patriotas lo velan y lo lloran
y le rinden pomposos funerales.
Todos, hasta sus enemi-
gos, vienen a verle y a ofrendarle. Solo se ha ido la jaca, la brava y noble jaca. Voló con el espíritu del héroe a rendir la jornada, a repechar la última cuesta, hacia la. cumbre final del mo ser.,,.. po O
a
Luis Llorens Torres,
AS AAA BA
Rivera en el año 1900,
AAA
Muñoz
A AA
Le seguí durante treinta años, poc o más o menos, en todas:sus campañas.
laciones al grupo de las caducas mon arquías y de las
E
jóvenes repúblicas ibéricas.
Le defendí en todos los proces os que por delitos políticos se le formaron, menos en el último, menos aquel
en que,
al
¡preguntarle Don
Juan
Ramón
este
Ramos, Presidente entonces de la Audiencia del Distrito de San Juan, si había sido alguna vez proces ado, contéstó: “'Sí, señor, cuarenta y dos veces, y todas por def ender la liber. .
tad de mi
patria.”
Cuando
en el año 1900 sostuve yo en las columnas
de ““La Democracia”,
mediata
que era necesaria la disolución in-
del inolvidable
Partido
Federal,
se irguió
el MAESTRO anté mí para com batirme, para cerrarme el paso, y él, que alguna vez fué inj ustamente sospechado de no dome
permitir que se discutiesen
“amigo
sus Opiniones,
de las épocas felices y compañero
llamán-
de las épocas infaustas””, me envió, cuando la discusión más arreciaba, el retrato que, con la expresiva dedicatoria
que lleva a su pié, precede a esta página.
Que sigue:
fraternidad que le ofrecí en cien casos
distintos, como |no soy ingrato yó a las que en otros cien caso
s recibí de usted, * Entre nosotrosno hubo jamás el
menor choque, la más leve sombra de desvío.
No siem.
pre coincidieron nuestrás ideas o nues tras actitudes, pero siempre se taron nuestras manos en una correspo ndencia leal de estimación que viene desde la Asamblea de Ponce, que ha durado cerca de trei nta años, que no
debe quebrañtarse y que no se quebranta rá jamás. “Desde luego que si estamos juntos Y pensam os con iento, ,estaré yo más alegre.
Y, como
sé, por la experiencia de. su trato, medi r el alcance de su visión política, abrigo la cértidumbre de que usted verá pronto el problema insular, en rela ción al interés
nacional, desde el mismo punto de vista en que contribuir a resolverlo. *
dl
“
ito que nadie ame' más que yo la libertad
de mi patria.- “Fuí separatista ¡en el pri..
mer albor de! mi
ventud.
Continúo siendo separatista
al penetrar en log dinteles de mi vejez.
No renuncio a
_blo soberano, | lo constituiremos por una ley, votada en. el Capitolio de Washington. Esa ley no se alcan zará con discursos el
Se alcanzará convenciendo a
la práctica
somos
dignos
de
y ““Ahora bien: ni creo que se nos conceda la inde_pendencia, ni que se nos eleve a la estadidad. Nuestro destino es cumplir, al cabo de cuatro lustros, el programa que trazamos al noble Partido ¿Fe deral en 1899: “TE. RRITORIO
CON TODOS
TADO,
EXCEPTO EL
LOS DERECHOS
DE
MANDAR
DE UN Es.
AQUI
SENADOKES Y REPRESENTANTES.” O, en distintas palabras: “GOBERNADOR ELECTIVO, LE GISLATURA ELECTIVA, MUNICIPIOS AUTONOMIC OS.” Es decir, el home rule, más com pleto que
el de Australia y Canadá
. “Ni en un siglo se decidirán estos caba ller os a des. prenderse de noso
En cuanto
tros o a admitirnos en la Federa ción. a estadidad, recuerde que New Mexico con-
tiguo, continental, aguardó sesenta y un años a que le reconociesen. má protegidos,
“Mi querido amigo:—Yo no *“puedo duda r de usted nunca. -Le|demostré tantas veces mi confianza y mi afecto, que no me resolveré a creerle ingr ato a las pruebas de con
me sitúo
ser libres.
que en
Y en cuanto a nacionalidad, no olvi de a
En 18 de Agosto de 1916, me escribió desd e Washington la
' insular y
de
Cuba, a Santo Domingo,
PETRA
el mismo
Congreso
entes, ni con himnos a la raza, ni con ape-
y a San
a Haití, a Nicaragua, a Pana-
Thomas
si cae o si no cae.
- “Hablaremos largo cuando yo esté ahí a principios de Setiembre.—Suyo cariñosament e con un abrazo.—L, Muñoz.”
Esa carta, que contiene todo un programa, sintetiza la totalidad del pensamiento polí tico de aquel gran cerebro que de.un modo práctico iba a la cristalización en este país, dentro de las circunstanci as de lugar y tiempo, de un gobierno que, si no en el nombre, en su esencia
y en su funcionamiento, nos hiciese dueñ os de nuestros prop ios- destinos.
El mismo día que llegó de Barranqu itas, fuí a verle; nuestras manos estrecháronse fuerteme nte. E * Dos lágrimas rodaron por ¿us meji llas, -
—¡Herido de muerte!, me dijo.
- -
do
—i¡No, por Dios! le- contesté: eso no es más.que
la . fatiga de la lucha titánica que le reti ene en ese lecho. —Todo
el país está con usted en estos instan tessin , dis-
tinción de clases, sin distinción de matices po.
.
o para irme? | : Salí de allí ratificándole mi adhesión.
¿
—Todo el país a mi lado, todo el país..... ¿No cree usted, amigo Herminio, que -este es el mejor 'moment Pocos días después, se marchó para siempre “el amigo de las épocas felices, el compañer o de las épocas in. faustas””. + is a wa
A
nl
:
E
Más tarde, sobre su cadáver, juré sin reservas mentales, ser uno de sus más fieles apóstoles.
o
Nov. 25, 1916,
Herminio Díaz Navarro.
a
JO
JUAN
MUÑOZ Nada
más
interesante
y
sugestivo
que
los
BOBO
INTIMO
siguientes
párrafos
que transcribimos
de uma
carta
testación a otra nuestra, nos dirige bondadosamente nuestra
que,
en con-
respetable amiga doña Car men, hermana mayor de Versa la carta sobre cosas íntimas de la vida del gran compatrio ta y tiene el encanto de' mostr arnos al idiesnudo, mejor que mingún otro documento, el noble corazón del inolvidab le amigo. Muñoz
Rivera.
Muñoz
a los 18 años.
No complazco a Uds. porque sean mis amigos, sino porque lo eran-Uds. de El. Por la sinceridad y nobleza con que le trataron en vida, y porque, últimamente, se hicieron Uds. acreedores al afecto y a la gratitud suya y
de todos nosotros.
Para probarles que él sabía estimarlo
así, voy a mostrarles un párrafo de una carta suya, fecha
14 de Mayo del año presente: “......-En cambio, no me faltan pruebas, pocas y magníficas, de consideración y afecto personal. Los compañeros del JUAN BOBO se conducen noblemente. No saben ellos cómo les agradezco y hasta qué punto estimo su actitud hidalga.””
Mi hermano fué el primogénito en una familia de diez hijos, de los cuales sólo restan cuatro ya. Nació a las doce del día 17 de Julio de 1859, mientras las campanas repicaban y una alborada recorría las calles al son de una orquesta. El pueblo celebraba en esos instantes
Muñoz
Rivera
a la edad
de 23 años.
la festividad de su patrona la Virgen del Carmen. Barranquitas festejaba el 17 y Barros el 16, por patrocinar dicha virgen Jos dos pueblos vecinos.
A la edad de cuatro años, ingresó en la escuela de. Don Francisco Becerra, llevando aprendidas las letras que le enseñó nuestra madre. Mas tarde, por traslado del profesor, prosiguió sus estudios elementales con el nuevo maestro del pueblo Don Felipe Negrón, recibiendo en los años siguientes clases de francés y de música del profesor
Don Jorge Colombani,
nosotros muy
No obstante mediar entre todos
pocos años de diferencia, mi hermano a los
17 años de edad era el maestro de sus más jóvenes herimanas y hermano. Mi padre era un tanto austero. de modo
de Luis estuvo un poco cohibida.
que la niñez
El gustaba a veces de
montar a hurtadillas de mi padre los caballos que dej «ban
junto a la casa nuestra, los amigos que, desde pueblos limítrofes, venían a visitarnos. Mucha: veces sorprendieron
JUAN BOBO
0%
o
|
1]
““Incognitus””, mi padre lo llamó, y most rándole el perió-
co, le dijo: “¿Ves Luisito?, esto es escribir.
¡Si tu escri-
bieras así.”
“Eso.....
es mío””, replicó mi hermano.
Mi padre era conservador. Era, hijo del capitán esPao, nus Munoz Iglesias, que se refugió en esta isla desterrado cuando la invasión de Bonapart e en España. Mi herm era liberal,
demócrata,
defensor
padre
era tan liberal como
parte
Yo tengo para mi que mi
mi hermano.
vaba fiel a gus tradiciones. a tomar
de los esclavos,
Pero
se conser-
Cuando mi hermano comenzó
activ
pr
ano
del pueblo, antigubernamental.
a en la política liberal, mi padre se retrajo para siempre de toda, manifest ación contraria. ..
e.
e.
..
..
..
..
e.
li! nombre de bautizo úe mi hermano es Luis J OSé...
paares y todos sus contemporaneos
le llamaban ““Luisito.””
ps
us
e.
de Barranquitas
hi apodo **£b1'* que ha sorpren-
dido a Uds. varias veces, se lo dí yo de niña y ese apodo ha peraurado con veneración en mis herm anos, en mis hijos y 1.evo y en los hijos de mis hermanos. ..
..
e.
..
ce.
e.
us Queria estar asi en ba: ranquutas, Mire
uu,
«40.
vivo
O muerto.
Iatigado,
no llegó a libertarla; pero la verdad es que murió por ella...
Mi hermano publicaba ntonces sus primeros trabajos
Dulgus ”; aquena
augre
pro:unda,
frescura de juventud y aquel calor de
Y, Sobre todo, aquel anciano de mirada
nueva!
de alma
serena,
de corazón
inmenso,
que
nos
queria y que nos dejó, según nosotros dejaremos a nueg-
tros
hijos!
Yo
salu de
““mi pueblo”
hace
veinticuatro
anos. Y no hay en el mundo pedazo de tierra que me inspire un cariño y un respeto tan grandes, como los que me
inspiran los sitios en que fuí menos desdichado. Háblame
de tí, de tus ideas, de tus proyectos.
Por.
que, aun después de los cincuenta, seguimos fabricando
del País”.
castillos
de Barranquitas,
él
monumentales, cien veces más altos que esos edificios de
blicó, en colaboración con Pepe Negrón Sanjurjo, un libro de versos titulado ““Retamas'””, que fué su primer libro. Creo que Uds. no tienen conocimiento de ésto. No osten-
rían de cinco mil pisos; torres de Babel, que me alejaran
.....En
aquel pequeño
medio
llegó a formar su círculo literario y su grupo político. Pu-
ta los nombres
de
sus
autores,
sino
los
seudónimos
de
'**Heráclito”* y ““Demócrito.”' . - También en su temprana juventud, publicó la poesía “Vox Populi”” que no figura en el libro *““Tropicales'* y que mereció del grupo de escritores que reuníanse en la
casa de Doña Lola Tió, en Mayagiiez, una reproducción
en hojas sueltas que circularon por toda la isla. Los primeros versos no agradaron a mi padre. .Cuando publicó Luis su poesía “Varsovia”? con el seudónimo
en
el aire.
¡No
me
lo niegues.
cincuenta pisos que “te dan jaqueca.”
Yo
logs fabrico
A mi me gusta-
de abajo, de lo bajo, de lo sucio, de la tierra, en la que
me aguarda ¡al fin! el sueño de que nadie despierta.** Y en Mayo 31 de 1916, mientras luchaba titánicamente por la ley Jones, Luis Muñoz
Rivera daba íntima.
mente a su hermana esta nota de sus ambiciones : “Mi ambición única consiste en vivir allá arriba, en Barranquitas, solitario y tranquilo. Créeme: estoy cansado de tantas miserias, de tantas ruindades y envidias. Si puedo aislarme en nuestra montaña y morir en paz, me sentiré casi contento. ¿Para qué más!” Sí: ¿para qué más?...
age
Quizás
las Lu Ciucuenta y tres. Vuelve la vista atras. ¡Que leJus aquel auvurcar ae Barrauquivas; aquelas misas de eg Udado; aquena cenas en el cumeaor de don José AntoHuv; GQqUeLoS LaLecitus COn *'los suro”” en la sala de “don
rencias
bertar”” su Patfia y '““morir” por “su Patria,”
El 17 cumplí
ianuana, O el 1U, cumpai-
deca
no se decidió a ello. Mi padre habría querido entregarle la regencia de sus tierras, el manejo de aus negocios. Pero Luis tenía otras ambiciones, otros ideales. El quería ““li.
cansa-
(rr
hubiera sido ir a estudiar leyes en Madrid, pero mi padre
YO, € vuuu, CUUCUENDA Y Cualiy.
.
ID
Mi hermano con-
taba entonces ocho o nueve años. Pero sus ““juegos”” duraron poco. Alos 1501 6 años, ya era lector pertinaz y se amanecía leyendo. Su deseo
y en “El Clamor
¡Como nó!
Etáda
.o
der
a mi padre, al avisarle que “Luisito” galopaba a todo co-
en “El Buscapié”*
Cartas.
'"1u y yo seremos viejísimos entonces.
a los 25 años.
rrer pa el pueblo en un caballo brioso.
WILLUIAS
..
ariS
Muñoz
EobáS
e.
e MA
Me
A
AR
JUAN BOBO
A A
A,
A
a
Duerme ahora ea el quieto retiro de la Aldea, bajo una cruz florida, nuestro hermano mayor,
SN
|
e
ONSO A
que se siente cansado de la dura tarea
A
10
y necesita un hondo sueño reparador.
:
Que nadie lo conturbe y que nadie lo vea! Ni tó, sauce inclinado; ni tú, pálida flor; y para que el reposo eternamente sea de una dulce armonía, canta tú, ruiseñor.
0
| | |
|
| | |
| |
|
|
Dile llorosamente tu triste letanía, y di
el corazón del bosque nos dará su latido
|
tan tierno y tan enorme como lo diera el dél.
e
e
r
N
>
MUÑOZ
Y
Es siempre interesante el saber la predilección de un
poeta por otro poeta, tan conocidos
Y cuando
ambos poetas nos son
como nos son Muñoz
y Chocano,
y uno de
cuos ha muerto y significa para nosotros su recuerdo lo
que
siguuiica el 1ecuerdo
¿.«
de Muñoz,
el interés tiene
que
turzosamente extraordinario. £n este álbum, donde hemos procurado con tanto empeño recoger, para perpetuarlo, todo cuanto tienda a descubrirnos los rasgos más salientes de la personalidad de Muñoz, no era posible dejar en silencio el dato del
acercamiento espiritual entre dos tan ilustres ', tantes de la cultura hispano-americana.
a Chocano el hombre.
.A menudo
en el mundo
ma!—en fermo,
New
no
E
York,
“Bueno,
preguntó
que
Llorens
acababa de
Negar
de
a éste, a poco de habernos visto:
¿y Chocano?...”
Y pocos son ya los que ignoran que la última fragancia de estrofa de gran poeta que visitó el corazón de
' nuestro llorado amigo,
salió de un libro de Chocano,
del
libro “*“Puerto Rico Lírico”. Precisamente por este libro, por el gran bien que su publicación envuelve para el nombre de Puert o Rico
¡
0
y
fué que empezó
importante magazine
a nacer
que
le
'“El Gráfico”, que acab
a de fundar Chocano en New York, dedi cará cuatro páginas a la memoria de nuestro insigne caudi llo. La redacción
de “Juan Bobo” ha sido encargada de preparar dichas
cuatro páginas, que habrán de lleva r el nombre
de Muñoz y el culto que por él sentía su pueblo, por toda la Amér ica.
e
“Santa Aun
Y ahora,
que Llorens y yo fuimos a vsrle, el querido enolvidando
hisparo-americano,
represen-
en los últimos días de Muñoz, en una ocasión —;¡la últi-
2ó
en Muñoz para Chocano aquella gran simpatía consagró siempre hasta sus últimos instantes.
se veían en los
Estados Unidos y paseaban y comían juntos.
/
A /
CHOCaNno
Muñoz admiraba mucho a Chocano el poeta y querí a
mucho
NI
Antonio Pérez Pierret,
.
alma
Ana:
yo quiero volver a ser niño...
quedanen mi alma blancuras de armiño...”*
¿Qué pasaría en el alma de Muñoz, en aquella noble tan
comprensiva,
tan
sensitiva,
cuando,
ya
en el lecho de muerte, una voz conmovid a y amiga le susurraba esta canción,
poeta?
tan: evocadora
y
tan triste,
del
ótro
¿Qué lejanías remotas y dolientes, de travesuras de niñez y entusiasmos de juventud, en esta hora postrera
del drama
¿7
Ez
A
al intenso conjuro de tu canto dolido,
ur,
Y,
eL
- + SEA RI
reza el'trino divino de la melancolia desde el gajo desnudo del caído laurel.
de su vida, no vendrían a flotar por la vez'úl-
tima en la luz expirante de su espíritu ? Santa Ana: yo quiero volver a ser niño...
César Borgia,
Z
Retrato
de Muñoz
Rivera,
a log treinta años, al principiar sus campañas
patrióticas en “La Democracia”.
7
14
JUAN
BOBO
AAA *.
$
"q
El hijo ante la tumba del padre.
Ante Ñ
Se
2
A ds
da tumba
de
mi padre... Y
del poeta,
]
Si Diogenes
surgiese hoy en Puerto Rico y, con su linterna, se pusiera en busca, no de un hombre honrado, sino de un escritor inexperto, crgo que al ver los trazos de mi humilde pluma exclamaría,: Eureka,
Mi humilde pluma se lanza hoy a estampar en el papel un mensaje de gratitud; un mensaje de condolencia;
un mensaje que llegará hasta los rincones más recónditos de la Isla.
Un mensaje que dirá, a las gra ndes almas que residen en esos rincones, que sus lágrimas no se han derramado inadvertidamente; que sus flores no han llovido en vano. : El que yace ante mí en estos momentos, profunda. mente dormido en el regazo de la madre tierra, no es go. lamente el cadáver del que fué mi padre; es el glorioso despojo del que
fué, y eun después de muerto sigu e siendo,
el constante defensor de los derechos patri os.
de Puerto Rico
El padre
Mi condición de hijo no me despoja de
mis privilegios como puertorriqueño,
Puerto Rico es mi hermano porque ha vertido amargas lágrimas; porque ha eleyado fervientes plegarias al Todo Poderoso; primero por Su vida, de:la cual ya El había dispuesto; y, después, porisa alma que segu ramente ya El ha salvado.
ES
:
Y su alma desde el amplio sitio que ella llena cielo, piensa en Puerto Rico; piensa en su hijo. Y mándose como un fulgurante lucero, contempla su en la tierra, y su vaporosa faz sonríe la sonri sa de un complacido. Y vela por Borinquen; e ilumina a su
para que así lo consigne ante el pueblo.
en el asoobra, niño hijo
Puerto Rico pue-
JUAN BOBO
O
El AS
de dormir tranquilamente. El Padre esta velando. Maestro está guiando desde su etérea morada. ¡Qué mucho quería él a Puerto Rico!
15
"A
¡ Y qué mucho lo quería. Puerto Rico a él!
Quisiera ser gigante para abrazar las montañas que él contempló en su niñez; las montañas por las que luchó desde paisano
su juvéntud;
las montañas
que dan albergue el jíbaro, y sepultura hoy a su cuerpo.
a su
Quisiera ser gigante para estrechar contra mi pecho a todos los puertorriqueños, que en su noble corazón guar-
darán para siempre la sagrada memoria de mi padre.
Y
quisiera ser gigante para completar la obra de Luis Muñoz Rivera, el gigante de Borinquen.
Solo me falta rendir un tributo, que es para mi un deber
sagrado:
is
ti
Si Diogenes surgiese hoy en Puerto Rico, y, con su linterna, se pusiera en busca, no ya del escritor inexperto, sino del hombre honrado, del hombre generoso, del hombre de alma colcsal, del símbolo de la amistad suprema,
RA
de seguro que apagaría su linterna al estrechar entre sus brazos a Eduardo Georgetty.
La respetable
Luis Muñoz Marín.
Doña
dama
puertorriqueña
Amalia
Marín,
viuda del patriota Muñoz Rivera.
LAPIDARIA A
Bien hace La misma que
Muñoz
Rivera.
en recogerte, piadosa, tu montaña, es tu gestó, tu voz, tus pensamientos...
Así la Muerte mira frustrados los intentos Que tuvo al silenciarte su trágica guadaña. Así, también, tu ausencia será menos extraña. La selva hará tus rimas, tu apóstrofe los vientos, Y el lirio de tu fosa dará los sentimientos Que
hasta
morir
latieran
en
tu
amorosa
entraña.
- Al maternal regazo retorna ¡oh visionario Patriota,
que te llevas el beso de la gloria
En el supremo instante de hundirte en el osario! ¡Que
la palmera
fuerte,
serenamente
erguida,
Símbolo de la Patria é imagen de tu historia, Se nutra en los fecundos ensueños de tu vida! Don
Luis
Muñoz
Barrios,
padre
del prócer.
J. M. LAGO.
16
JUAN
— a——— _ _—_
VMuñoz
Rivera
-íÍ_
Su primer discurso.
En la vida de los hombres que como Luis Muñoz Rivera, forman época gloriosa en la histo ria de los pueblos, existen hechos de tal singularidad que deben ser conocidos por los que en estos momentos de real idad tan sombría, desean guardar como santa reliquila, cuanto contribuyó al inmenso prestigio del hombre que en la verd adera cima de su gloria, se ausenta para siempre sumi éndonos en la más honda y cruel de las desdichas.
Fuimos
íntimos
de
Luis
desde
que
tuvimos
uso
de
razón; desde el momento mismo en que en nuestras almas se despertaron los afectos, y desde ento nces, ni la sombra de un disgusto ni un gesto descompuesto quebrantó mues-
tra amistad.
:
Sus alegrías, eran mis alegrías., y en los momentos en que el destino lo sometió a duras prue bas, confundíamos, con íntima sinceridad, pesares y decepcio nes. dl Voy a relatar un hecho que ocurrió allá por el 1888. Lola Fernández, hija de la Carolina , cuyas infinitas bondades todos conocemos, recorría las poblaciones más importantes de la Isla con la carit ativa misión de reunir fondos para fines benéficos. Al efectos, .organizaba weladas y conciertos. Contaba
en cada pueblo con la ayuda
intelectual
y ecotiómica de las personas más sign ificadas por su prestigio, las que secundaban tan honrosa y noble labor. Llegó a Coamo, y gracias a la afable hospitalidad de la familia Rodríguez Braschi, inició un festival en el que debían tomar parte las personas de más cultura literaria y científica que podian encontrarse en los pueblos del distrito. Claro está que Luiz Muñoz Rivera, conocido ya eo-. mo poeta y escritor, no podía faltar a un acto de tal índole. Se le encargó del discurso de apertura. Nuestro amigo, que como hemos dicho, era conocido como literato y felicitado como poeta. no habí a tenido oportunidad de presentarse al público «omo orad or.
Confiando
diseurso
A
que
en
sus
aprendió
facultades de
escribió
memoria.
la Juventud
Día
por
un
día,
cualidades especiales de-
tismo y sentirse apóstol de una idea. E | Muñoz Rivera reunía estas cualidades. En sus versos _ hay una escala cromática que va desde la ternura hasta nota
mas
viril; sus discursos
electrizaban
La' necesidad
del
momento
lo hizo
orador
aquella
no-
che, y cuando después escalaba la tribuna pública, con sus
arengas
patrióticas
y ardientes,
eleetrizó
siempre
al audi-
torio que se alejaba pensando en las palabras del MAES.
TRO:
a sus
N, Santini.
darios.
bemos agregar ciérto poder sugestivo, acometividad en los momentos oportunos, valor físico y mora l, gran patrio-
la
Desde entonces aquel hombre de inteligencia superior, de extraordinaria fuerza intelectual, de imagi nación sorprendente y vigorosa, jamás volvió a escribir discur sos. El pronunciado en la velada de Coamo fué uno «de los más elocuentes y espontáneos que le oí en toda su vida de campañas políticas, en las que las muchedumbres lo aplaudieron con entusiasmo y con la fe con que se escuch a a los apóstoles.
tomaba
puertorriqueña
Como
yo las cuartillas en mis manos, y palabra por palabra, párrafo por párrafo, los repetía todas las tardes, hasta el momento en que partimos para Coamo anhelosos de concurrir a la velada en proyecto. El “CENTRO DE INSTRUCCI ON Y RECREO” de la antigua Villa estaba lleno de luz y presentaba un aspeclo sugestivo y elegante. Las damas que formaban la mayoría de aquel inmenso público vest idas con gentileza, hacian un conjunto impresionante y bello, ante el que Luis debía salir airoso. 1 Cuando aquel auditoriotan , selecto y escogido, se presentó a nuestra vista, Muñoz, nerv ioso e inquieto, me dijo estas palabras: “Temo un fracaso””. Cinco minutos después el telón se alzab a lentamente, y nuestro amigo, con aquella calma aparente, que era su genial característica, se adelantó hácia el proscenio y por tres veces repitió: “Señoras y Señores”? Entre bastidores me encontraba yo sudando y temblando, con las cuartillas en la mano, sirviendo de apun tador. Breve: silencio..... Muñoz da unos pasos hacia la derecha, y sotte voce me dice: “Se me olvidó el disc urso””. Inmediatamente le repliqué: “Tenga valor: improvis e*. Y efec. tivamente, improvisó un discurso elocuent ísimo, que en nada se parecía 'al que, con todo su pensamie nto, había escrito. Us) Aquella noche se reveló el orador.
magistral
Em estos tiempos en que todos, ya por el estudio, por experiencia o por. intuición, tenemos concepto mas claro de lo que es la verdadera superior idad, sabemos que un leader debe reunir cualidades esenc iales, a saber: buena presencia, inteligencia sana y cultivada honradez, patrio-
tismo. y amor a lo bello.
BOBO
parti-
Convencía,
bilidosamente
persuadía
a hombres
o
de ideas
deleitaba
y
heterogéneas
reunía
ha-
en
or-
una
ganización política que obedecía a un plan deter minado. Jóvenes que os asomáis a las puertas del gran salón de la vida, imitad la voluntad firme y la perseveranci a del llorado leader. No hagáis del dollar y de los placeres vuestro único objetivo en la vida. Pensad en la Patria, en los altos idea. les, y aunque no llegueis a ser leaders en el ejército de la
libertad,
sentiréis
la satisfaceión
de
ser soldados
que
tribuís con vuestro denodado esfuerzo a la conquista vellocino de oro, que es la felicidad de nuestro país. 0
Pedro
C.
Timothée
con.
del
E
18:
:
|
E
JUAN BOBO
DESDE MADRID.
| '
Agosto 28 de 1895. Después de ocho días de lúg ubre inacción, vengo cumplir mi-deber con los lectores de “La Democracia”.
Mi padre, descendiente de españoles que pelearon con. tra Bonaparte y contra
Bolívar por la dignidad y por la integridad de la patria; edu cado en los Principios más severos de las escuelas histór icas; enamorado de las trad icio
á
No hablo, no quiero hablar de mis angustia
s. ¿Para qué? Póngase en mi lugar cada uno ide mis amigos y comprenderán todos el dolor que me abruma, Los correos de Puerto Rico me traen siempre noticias terribles: los obstáculos que —á pesar del apoyo del paí s— rodean á este periódico, asedia do por injustas y arbitrarias persecuciones; el duro carc elaje ide Mariano Abril; el incendio de ae Negrón
nes legendarias que en su propio hogar recibían cul to; fanático de una doctrina para la cual era inconcebi ble la ley sin el ejérerto y el est ado sin el Tey, puso su inf lue nci a 3 SU prestigio al
servicio de los que á la saz
ón se llamaron liberales-conseryadores. : Así aparecía en pugna con los intereses de su Pro pia tierra, contribuyendo á que en su villorrio y en su distrito
mi aldea nativa ; el luto y la tris teza en el hogar Sanjurjo;
la muerte de mi padre....
. Es el bárbaro crescendo de una fatalidad sin medi la. Y yo acá,
Y así le halló el hedho bru tal de Pavía.
lejo
s de la patria, recibiendo golp e tras golpe; sintiendo que me anonad a el martilleo de la desdicha sobre mi frente;
el golpe de Sagunto.
temblando antes de abrir las
LX +
cartas y los «despachos que llegan; ansi oso de volar á la orilla 1gno ta en en
que poco á poco se derrumba en la nada le que más amé el mundo. Lo que sufro no encontraría
fórmula
de expresión
pótico en que lo absurdo res ultaba probable y en que no existía más norma que el capricho del tirano. De un único mandoble, rod aron, heridos de muerte, la diputación y los ayunta
en
el idioma. * Las lágrimas no curan heridas tan hondas; si las eurasen: yo sólo conservaría la indeleble cicatriz, Como
en
las crisis de mi
espíritu
mientos populares. La Gaceta insertó un úkase en que se des ignaban delegados del César en todos los pueblo
fué
el trabajo mi eterno refugio, acudo al pupi tre, dejo que corra la pluma, y sigo dando
miento. ““La
á mis compatriotas
la esencia
.
Democracia”,
de mi
hoy más que munca, ha men ester 1.is pobres páginas negras: yo sé sobreponerme á mi duel o para que, en las horas del tem poral que el diario desafía, no falte el cont ingente
ros de
vía
crucis.
que
ofrecí
á mis nobles
s,
pensa-
o
compañe-
Y así también
A mi padre correspondió
Barran.
El mamidato imperativo no admitía excusas,
Yo no olvido aquella triste efeméride. Mi padre iba á llenar funciones que repugnaban á su índole general. Pero sin
medios de negarse al enc argo, tomó posesión de la Alcaldía, dejó en sus pue rtas á los servidores del régi men
republicano, y presentó al instante su renuncia, Apr emiábanle
los suyos para
que limpiase el comedero á sus adversarios, para que vengase las supuestas injuri as; para que humill
Ahora, choque ó no-con los con vencionalismos humanos y con las costumbres sociales, satisfago un anhelo de mi alma, rindiendo tributo á la santa memoria del hombre que me dió el sér; que me guió siempre por la senda de la virtud y del honor y que escu lpió en mi cerebro de niño ideas de abnegación y honradez. No intentaré una biografía. Ni es fácil intentarla.
Una existencia sencilla y clara; una vida pública sin com. bates y sin estr
épitos, pueden sintetizarse en cuatro rasgos. Quien desdeñó á su paso por la tierra, los vertiginosos elamores de la notoriedad, no nece sita, en su asilo de la tum. ba, ni aun las vamas retóricas del epitafio.
ase la arrogancia reformist a. La situación no toleraba vacilación ninguna, Y él, sin embargo, mantuvo a outrance su actitud, y mie ntras el gobierno le designó su sucesor, los radicales de Pri mo de Rivera continuaron en sus destinos.
compromisos de sectario, para ofrecer homenaje práctico á la honradez y á la just icia. , ¡ Ay, si de todos los con servadores fuese dable decir
tanto!
Recuerdo
á mi padre desde que contab a yo siete años, La revolución de Septiembre sac
udía en España y en sus colonias á las muchedumbres ; sentíase él advenimiento de una radical metamó
rfosis y comenzaba el génesis de log dos partidos políticos en que más tarde se dividió la ínsula.
+.»
de
En aquel punto comenzó á debilitarse la fé monárquic a
mi progenitor. Fué consecuente.
Su
voto cayó
urna en pro de los cunero s
7
una
integristas.
y otra
vez á la.
Pero no aceptó
*
JUAN BOBO ningún
o público : no quiso ser conenisi. ni alcalde, ni
diputado provincial,
no se prestó á presidir el Comité
Sal de los Baños inmediatamente hacia Barranquitas. He aquí sus frases: | : —**Conozco tu situación. Juzgándote por mí, com-
ni
é extremar la propaganda, ni á buscar prosélitos. -Seguía fiel á las ideas conservadoras. Pero no las veía en la realidad como! ¡las Fforjara en el sueño. Y se retiró con sus desencantos al fondo
del hogar,
sin que
le manchasen
prendo á lo que vienes. No necesitabas venir, Tu deber es apoyar á Rossy' contra mí. Cúmplelo. ¿Para cumplirlo has de publicar un manifiesto? Publícalo. Yo mo ad-
el
fango de concupiscencias, de que jamás quiso convertirse en cómplice, Pero
hay un
signo
más añejo
de su devoción
- mito esa candidatura. Yo
hacia
'bía
aboli
de: jralz, sin
Uno de
sús amigos que votasen á.idon ¡Manuel Rossy Calderón con-
tra don Luis Muñoz
Mi padre afirmó que de-
indemnización
á los dueños
de
á quien debo la desventura de haber nacido.
Díaz, | |
con saña, ni siquiera en la época en que un alcalde podía
hacerlo todo impunemente. * Notario luego, en su despadho no asomaron ni una vez sola el negocio leonino, el cohecho inmoral, su faz aleve y
sinos: - Los cablegramas inuridaron á Madrid, y los seides
del general ¡Palacio, anhelando justificar tan viles desafue- ' j ban una serie de: acens integristas en fa- | ros, O; vor del au crata.
| contra el
firmo eso.
Tráiganme ustedes una pntenta
general Palacio y la suscribiré.
ñas, antes mi coneurso, mi Son palabras textuales.
Para tales haza-
reprobación
absoluta. ””
E * se. Iba á renovarse en 1889 la Diputación provincial,
Los eel
en asambl
Pp
según
de
Barros,
prescribe
Coamo
en
le, ¡que hoy
es
la. carta constitucional
directór ¿JEXEeO,
- victoria,
|
alcanzó. la
.
imboddlciomes.
su círculo.
trazábale
Amasó centavo á centavo su modesta fríins, y nadie ge atrevió á proponerle venalidades nas. > noo eqog naco copo ..»
...
.
.
...o
...
|
...b
.o.o»o
code
ta años.
E
a
Y aquel caudal me sirvió para braliar e |
la
[De Isabel Padró vda. de Vélez.
”
a
admiten abonados.
1 ed
Oe Box: 15.
Palmer. —Teléfono 9. - CIALES, P. R.. 9%
t
h
me confortó en los trances amargos; y aquella sencillez -q
necerme con el triunfo...
e:
ro y Notaría en « Aguadila ANGEL
Baños de Ducha.
Precios módicos.
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$
alma me enseñó á mo abatirme en la derrota y á o
Habitaci nes cómodas y ventiladas, esmerado servicio,
cocina alla española y americana.
-4
por la iblertad de Puerto Rico; y aquel recuerdo
AP
2 - HOTEL - -BORINQUEN
a
bl
ganosos de dividir nuestras fuerHoy la venerable cabeza cae en el sepulero, y no zas, me ofrecieron sus votos. allí para estampar sobre la gélida frente el beso último; No los| acepté. | para pronunciar el supremo adios. 4 . El rdo colectivo me obligaba, y yo mismo o deposi- ¿ ¡Padre mío: si hay algo más allá de la muerte; 3 taría mi boleta 'por don * Manuel Rossy. «existencia se prolonga 'á través de lo infinito;-si existe un . Pero, hábiles ellos, arrojaron al patenque el nombro | cielo que te abra susPe Padre mío, bendíceme! de mi. padbs, , intentando cohibir mi esfuerzo y ganar la | batalla por la confusión y porla sorpresa. Losib Muñoz " Rivera. --
OCTALES
;
Escalada sus consejos, srreiiidadó sus máximas, admirando sus Jocs, cumplí en. NA treig-.
del.
'n ami-
é
Los
py |
y Barranquitas, : il
traté de ay riguarlo—mi nombre salió derrotado.
go
- Si lo primero, la ley servíale de norma; si lo segundo, ¿ el arancel
|
1
partido, me eligieron candidato por 1221 sufragios. Juana Díaz se opuso. , Y no sé por qué cábalas—ni Fr
Tepugnante.
solicitud respondió mi -ld:
—“*Yo|no
No tuvo eul-
pa. Quizá, al engendrarme, creyó que me lanzaba á un Planeta más bello y, más feliz. Alcalde durante quince años, no ejerció su autoridad
en Yauco, en San Germán, en Mayagiiez á infelices campe-
A tal
Barrios.
- Tal era el hombre, extraordinario en muestros tiempos,
esos dueños-era él
Y hay ¡también un signo más reciente. Allá, en 1887,.se flagelaba en Ponce, en Juana
Si saliese vencedor, dimitiría, ””
abracé llorando á mi padre.
Y á la mañana siguiente se repartía en el distrito á - millares el manifiesto en que Luis Muñoz Rivera rogaba á
lo justo. Alá, en 1871, se abrió en Puerto Rico una ¡ifotraal ción para que las personas «de cierto valer emitiesen suíx'
juicios acerca de la esclavitud.
19
pi , suele
oran
de
TORREGROSA
Ahogado y Notaro.
PA
aca
M.
A:
Canales n an Jue, Puerio Rio,
0
AS
Abril 6 de 1916.
Sr. Director de JUAN
BOBO
San Tuan, Puerto Rico Mi estimado compañero: —
tuítamente.
de perdurar.
Quise
conservarlos y Encuader narlos, Porque son: di gnos No pude, porque los co
mpatriotas nuestros y, ad latino-americanos que vien emás, los en a mi oficina, los buscan , los leen de cabo a rabo, vuelven a leerlos y, como es natural, los deja n inservibles y, con frecuencia, se los apropian. Lo cual no censuro, pues bien valen la pena ser de escamotead os.
por los dos.
|
E Y otra súplica, no para mi provecho sino para prov país; mande un tercer ejem echo del plar a la Librería del Co ng reso“ Congretional Library” donde los en cuadernarány los CONSErva rán ad ferbetuan En estos días me pidió Sergio Cuev
E
as, désde la Habana, copia de al-
zine, que se editaba en N ew York. Desconfiando de que existi volúmenes de la vieja rev esen los ista, fuí ala librerfa. Lo s encontré y despaché las copias. -. Esta es una demostracién de que allí no se pierde nad Juan Bobo debe estar allí por a. - y que
no debe perderse, la longitud de esta carta y ordene y mande a su paisano y amigo que le dist ingue, Perdóneme
LUIS MUÑOZ RIVERA.
: el
a
An RES l
)
Ain a Muñoz Lrtra para “La Bortuqueñs,” Hermanos
de la patria,
*Cantad.en 'alta voz, Recordando
a
.-
"|
las bravas
arengas de Muñoz.
Que aunque
el patriota intrépido
duerme en la tierra ya, en nuestro amor fanático Gritemos todos en alta voz: ¡Muñoz no ha muerto.
¡Viva Muñoz!
Porque en la patria somos
Ab
hermanos ya. Ay, la cruz de su tumba nos une como - como
un altar,
como un altar.
un altar, DS
- JUAN BOBO.
A
por siempre vivirá.
|
la luminosa harmonía de aquel noble semblante humano. La impresión macabra desaparece rápidamente y evoco en mig recuerdos la figura de aquel noble epicúreo que
nunca
temió
la muerte,
pero
que
la odiaba
porque
es acabamiento de la vida, que él tanto amaba. Esto era principalmente Muñoz Rivera, un enamora_ do de la vida que vivió la suya propia espléndidamente, opulentamente,
intensamente,
derrochando
las
energías
de una juventud que prolongó hasta su muerte.
Jamás
le- oí profesar teorías más o menos hondas sobre la vida, pero tenía un maravilloso instinto que lo guiaba muy certeramente
tencia
por
los intrincados
de hombre
moderno.
La
derroteros
de su exis-
seducción
que
ejerció
Muñoz sobre cuantos tuvimos la dicha de tratarlo más o menos íntimamente, tenía su origen en su potente indivi-
dualidad.
“El”
fué “él”
en todos los instantes
de su
existencia, y ni la vanidad, ni los prejuicios sociales go-
bernaron jamás los actos de su vida gallardamente vivida. Quizás hemos conocido algún político de más sólida
cultura, o algún poeta de más alto vuelo, o algún perio-
dista más conocedor del oficio y más saturado de actua-
lidad, quizás algún orador nos ha conmovido más hondamente; pero no creo que otro hombre nos haya dejado una impresión tan viva de su potente personalidad. Por ésto sus amigos lo admiraban y lo querían. El pueblo lo admiraba también y lo quería, seducido principalmente
por aquellas
posiciones
gallardas y arro-
gantes que adoptaba con frecuencia en los actos trascendentales de su vida política, instintivamente,
te, porque teatrales.
sinceramen-
rebeldías
hice y a poco
de llegar
a Ponce,
morales
del maestro
Muñoz
pectros”” y ''La Casa de Muñeca”. y me lo confesó
con una
ingenuidad
o
de mi vida
noruego le interesaron vivamente y me suplicó llegar a tierra le facilitara algunas de sus obras. leyó
No
que al Así lo
““Los
le gustó
Es-
Ibsen
encantadora.
El Tbsen que saboreó a bordo del trasatlántico es-
pañol era un Ibsen latinizado visto como lo vió al través de mi temperamento,
pero
al enfrentarse
con
aquel
wi.
kingo brumoso e hiperbóreo, el Muñoz americano y tropical tuvo que sentir ciertas repugnancias. Relato este hecho al parecer insignificante porque retrata al hombre :
de cuerpo entero.
Los grandes prestigios de Tbsen, en-
tonces indiscutible entre los intelectuales, nada pesaron en elgánimo de este hombre independiente hasta la exageración. Reyela además que hombres del temperamento fuerte de Muñoz son poco católicos en sus gustos y aficiones, y difícilmente pueden descentrarge para poder comprender otros temprramentos distintos. La Humanidad produce
admirable
con poca frecuencia hombres
que posean la,
cualidad de desdoblarse y vivir otras vidas.
Aquellos hombres que se precian de conocerlo y saborearlo todo frecuentemente acaban en meros diletantes. Hombres del temperamento de Muñoz no se desdoblan, pero
lo
que
viven
lo .viven
tan
realmente,
tan
gallarda-
mente, y con intensidad tal, que esta limitación los hace más
interesantes,
En el trato que más tarde tuve con Muñoz Rivera pude apreciar que en él se hallaban reunidas dos cualidades al parecer contradictorias: un alto idealismo y un fuerte sentido de la realidad. Fué en política un opor-
tunista en el fiel sentido de la palabra, runca
de sus ideales,
no olvidó
nunca
y sin claudicar las exigencias
de
de sentadas las
viejo no solamente no desentonaba allí sino que parecía el más joven de todos.
Juan, en la redacción
Puerto Rico por primera vez, y él regresaba de su primer
bases de aquel pacto que debía cambiar la faz de la Isla
Durante el largo viaje en el trasatlántico
español él la evocó para mí en exhuberantes descripciones,
la Isla seductora, a donde yo me dirigía, apenas abandonadas las aulas, con todas las ilusiones de mi primera juventud, ilusiones que bien pronto las exigencias de la.
lucha por la vida debían tronchar una a una. Entonces, feliz entonces, yo sentía todas las inquietudes de la vida moderna, y me acostaba con Bjornson y Maeterlinck y despertaba con Ibsen y Nietzche, novísi-
mos, flamantes, todavía no vulgarizados,
Las
con
años
tulias nocturnas gustaba de rodearse de la gente joven
como divisa de su vida,
Yo lo conocí hace más de veinte años.
de sus amores.
daría algunos
Venía yo a
del Cyrano de Bergerac de Rostand, y como éste aceptó
después
él desconocía,
algo
no conoció la “'pose”” ni gustaba de efectos
viaje a la antigua Metrópoli,
por volver a sentir.
que
la realidad y del medio ambiente social y político, y aspiró a implantar el mejor régimen posible dentro de las exi. gencias de cada momento histórico. En los últimos años ví a Muñoz algunas veces en San
Había en su espíritu de hombre moderno
“le pañache”
de Ibsen,
Recuerdo que le A
A
RN
y una ligera mueca que me' hizo recordar aquellos muertos en algunas obras de Goya, había hecho desaparecer
Rivera,
que hoy
O
El color era de un amarillo verdoso,
a Muñoz
CU
la, obra del gusano.
hablé
un entusiasmo
E
la caja fúnebre, medio opaco por los gases interiores. Fué solo un momento. Y me pareció que la obra de la descomposición había ya empezado y empezaría pronto
Y.
O o A
Lo ví a última hora en Ponce, al través del cristal de
E
A
RIVERA
MUÑOZ
e intelectual.
de ““La Democracia”.
En las ter-
Y el hombre que ya había empezado a ser
No envejegió de espíritu Muñoz Rivera, y si bien al regresar la última vez del Norte venía moralmente derrumbado y hundido, según me cuentan algunos amigos,
ae
E
JUAN BOBO
es de presumir que la neurastenia había ido minando lentamente aquella existencia de luchador vigoroso. Si en
este momento trágico de su existencia se espontaneó con aleún amigo,
esas confidencias
deben ser dolorosamente
RITA
992
en los últimos momentos de su vidaal fundidor de meta-
¡
interesantes. Peer Gynt, el héroe ivseniano, ve aparecer a su lado
?
:
]
'
JUAN
CRUZ
BOBO
EN
FLOR A Barranquitas—Cabe la fosa del poeta y del patriota.
Vengo,... de aMá... de un palmar Entre montes escondido; Solitario... como un nido
Sobre um picacho del mar. Vengo... a solas... tras el rastro Del Sol. que radiante expira ,» Como el bólido que gira Bajo ia atracción de un Astro. Vengo... los ojos vidriados
Por el llanto y el dolor, A
humedecer
Estas
sierras
con
mi
amor
y sembrados.
Vengo... errabundo... al azar... Como el infeliz beduino; Y al fin hallo en mi camino ¡El ídolo y el altar! Al pisar tan dulces lares ¡Qué atmósfera de cariño! ¡Es
que
Jugando
siento
al Muñoz
niño
en
estos lugares! Que esta muchedumbre inquieta Y esta luz y esta fragamcia Tienen algo de la infancia Del patriota y del poeta. Barranquitas, mi alma herida Se solaza en tu regazo; ¡Me pareces un pedazo De su gloria y de su vida! ¿Quién no escucha en los cristales De tus aguas tembladoras, Reminiscencias sonoras De sus bellas “ —Tropicales'*1 Que del preclaro varón, A quién infundiste aliento, Era, tuyo, el pensamiento... Pero,
¡nuestro,
el
Los rencores... Y,
sonetos,
se hacen notas!
las
espadas !
Bajo
En
el dominio
español,
el que luchó arrogante,
Diste a la patria un diamante, Y ella te devuelve un sol. Dios proteja consu gracia Al pueblo que, altivo y fiel, De su pena hace laurel Para cubrir su desgracia.
a
Yo también, junto a la fosa Que espera al prócer en calma, Vengo a deshojar mi alma Como
Quiera
si
fuera
una
rosa.
el cielo que, a la luz
Que su espíritu déstella, La flor se torne en estrella, Y la estrella se haga cruz. Cruz
En
que
:
diga
su augusto
al extranjero,
simbolismo:
“Fué el primero, Y, en el peligro, Paladín
que
noble
en patriotismo; ¡el primero!””
y bravo,
Con brazo firme y nervudo Escribió sobre su escudo: Héroe o mártir... ¡nunca
esclavo!
Barranquitas, mi clamor Uno al tuyo, enternecido;
Porque Puerto
en Muñoz Rico
un
ha
perdido
Redentor!
corazón!
Por eso, con Viene el pueblo A entregarte tu Y a llevarse su
les.
Pues cuando'en las emboscadas Caen luchando los patriotas,
fé sincera, eonsternado, soldado bandera.
*““Vengo—le dice—por tu alma.
La voy a fundir,”
- Y le explica que así como las monedas que han perdido la impresión deben ser acuñadas de nuevo, igualmente hay que acuñar de nuevo las almas que han perdido su individualidad. **¿Mi alma no merece perdurar?—le dice el héroe ip- e“ No, no lo merece, contesta el fundidor de me-. seniano.** tales, carece. de valor. ““Tu'” no fuiste nunca “tu mis- .
Clemente Ramírez
Barranquitas,
20 de Noviembre
de Arellano.
de 1915.
mo”, viviste siempre fuera de tí y tu individualidad se ha desvanecido.
Hay que fundir tu alma de nuevo.”
Muñoz Rivera. no tuvo a su lado al fundidor de metales en los últimos momentos
de su preciosa existencia.
“El” fué siempre “'él'”* y su potente individualidad perdura aún después A
de su muerte en el recuerdo de sus A e. 4. López de Tord
JUAN BOBO.
24
Luís Muñoz Rivera El
presente diario
fué
“The
: queriendo
el artículo World”,
atacar
en que
de New
a Muñoz
" de Puerto Rico, miró con atención to.da la cuestión y quedó pasmado al enel
York,
Rivera, lo
perfecta y un cacique político tan capaz. El senador Depew, presidente
del Comité
de Asuntos
no y pueblo de los Estados
da, se refirió al señor Muñoz Rivera,
Los neoyorkinos se inclinan á veces enorgullecerse,
aunque
con
cierta
vergúenza, de la perfección de las maquinarias políticas que gobiernan la ciudad, pero Tammany y la organización republicana no “esultan más que meras bandas desorganizadas, compa-
radas Puerto
con
el
partido
unionista
de
Rico.
“les ha llamado caciques políticos. Politícians han sido todos ellos en el jueo. Péro el gran maestro de la política, el más científico de los caciques, el
hombre que tiene ensu mano cada una de las cartas de triunfo es un indivi-
duo, allá, en Puerto Rico, que maneja las cosas políticas de un modo hasta ahora desconocido en esta parte de los
Estados Unidos. Su nombre es Luis Muñoz Rivera. El único puesto público que ocupa es un asiento en la Cámara de Dele-
gados 6 Comereso insular.
Cada uno
de los miembros de esa Cámara es uno
de sus parciales; cada puesto público electivo de la isla se cubre por su se-
El es el dictador absoluto del
partido unionista, y ese partido cuenta con una mayoría abrumadora. El trató de revisar la Ley Foraker.
Cuando
el Senado
de los Estados
Unidos estaba discutiendo los asuntos
de Puerto Rico precisamente antes de la clausura, el señor Rivera y una comisión de sus partidarios aparecieron - en Washington demandando una revi-
sión del Acta Foraker, que provee la actual forma
de gobierno
de la isla.
El amo quería disminuir las faculta. * des del Consejo del Gobernador, que 3 el obstáculo que le impide obtener el control absoluto de todo asunto gubernativo
de Puerto
Rico
y particu-
larmente de la judicatura, nombrada
ahora por el gobernador. El Comité de Asuntos Insulares del
Congreso,
modo
encargado
de los asuntos
al Sena-
siguiente:
“* Habiendo
estado
familiarizado
de Albany.
El señor Rivera es de estirpe espa-
ñola y ha sido una figura prominente por ún número
de años en la polí-
tica de Puerto Rico. Antes de la guerra con España, él era el leader del partido que abogaba por la autonomía
por toda mi vida con leaders de par-
para la isla bajo la soberanía españo-
tido y con caciques de partido, yo me
- la, y fué encarcelado varias veces por sus campañas políticas. Cuando los Estados Unidos dieron.
descubro amte el caballero que ejerce un dominio absoluto del partido unio-
nista, por haber demostrado tal habilidad en asegurar su influencia y man-tenerla,
que
hoy
le coloca
4 la van-
guardia de los leaders políticos. *“El domina
A Croker, á Murphy y á Platt se
lección
del
enmiendas
al
informar
Unidos.
ciertas
Insulares,
elevó ante la consideración. del gobier-
—
á
contrar una maquinaria política tan
- que si el Comité Ejecutivo de .Tammany Hall tomase parte abiertamente en las deliberaciones de la legislatura
la Cáma'a
de Delega-
dos y ha nominado todos sus miembros. Estos no deciden la menor medida legislativa, sin llamarle y consultarle públicamente á él y 4 su Junta Central, para deliberar. “En su intención de acaparar el dominio sobre la judicatura «insular, bajo la forma de un proyecto de-ley que obligue al Gobernador á nombrar á aquellas personas por él propuestas en cada localidad, él quería tener ba-jo su dominio no solamente la legisla-
á Puerto Rico un gobierno civil, se le ofreció á Rivera un nombramiento en el Consejo
Herald.
cionándolo hasta convertirlo em una máquina política, de la que €l es el amo
absoluto.
El podría tener el empleo que quisiera, pero. prefiere permanecer solamente como simple miembro de la ¿Cámara Todos
sino también la administración de justicia y las decisiones
por
Ningún
pequeña isla es para tal genio
,
demasiado ejecutivo.
politician de Utica,
(un vi-
Morio del Estado de New. York) de autoridad constitucional, supera á las actividades de un talento tan superisr cx manejos políticos. Con vara alta en una república suramericana, él hubiera llegado á ser una figura de im-
portancia internacional.” AT Senado no le agradó la idea de
que el señor Rivera llegara á conver_tirse en el Pantata de Puerto Rico y adoptó varias enmiendas á la ley fun-
damental de la isla, pata refrenar su
poder autocrático.
notado con asombro
Los senadores han
el plan que se
adoptaba, de que siempre que la Cá.mara de Delegados. se constituía en
comisión total, la Junta Central del partido
unionista
las deliberaciones. Y A
tomaba
parte
en
Eso es lo mismo
de Delegados.
Prefiere manejar los asuntos. Cámara
El necesita campo más amplio.
Rico
Después regresó á su país y
organizó el partido unionista, perfec-
y de gastos, los empleos y los sueldos,
- “Esta vequeña
que es una Cá.-
un periódico llamado el Puerto
ción de la isla, la ley de presupuestos
de las cortes.?”
Ejecutivo,
mara alta, de seis miembros, nombrados por el Gohernador. El declinó. Por 3 años desde 1901 á 1904, Rivera vivió en Nueva York, donde dirigió
los sesenta
son
delegados
unionistas,
el cacique.
No
hay
de la
designados minoría
en
oposición. Su partido quería hacerlo Comisionado á Washington, pero él se megó porque prefiere quedarse en la isla, donde su influencia.
están sus intereses y Los delegados quisie-
ron hacerle Speaker de la Cámara, pero también rehusó, porque parece que le agrada más “ser el poder detrás del trono.”* El señor Muñoz
Rivera tiene cerca
de 50 años de edad.
En la vida pro-
fesional, él es el director de La Democracia, uno de los más importantes diarios de San Juan. El es un hombre de gran fuerza creadora, de gran
influencia y capacidades ejecutivas. Cualquier maquimaria política que necesite un amo ó cacique, que le guíe al éxito, no debe
dejar
consideración
este
Puerto Rico.
á
de tomar
autócrata
en
de
+
(Del World! New York, agosto 15 de 1909).
O
A
ae
ER
h*
JUAN BOBO
A LOS
Del libro
su política ante
Pro-patria,
de
Coll y'Cuchy,
los radicales
de la Cámara
Sr. Luis Llorens Torres, Delegado
Amigo y compañero:
reproducimos
Popular.
to.
Respondo a ella
|
que
el Acta
que un partido
como
Pero
la segunda fór-
tiempo,
inevitables
dignidad del pueblo.
4,
opino
Central
que
COoronar
A
a vida
asestase
a la patria
puertorriqueña
el golpe
un despotismo,
estilo moscovita,
al cual no se
A la
nuestros
magnos
sacrificios.
ello
iremos,
señor
Llorens.
Iremos
al hundirse
Iremos, resulte lo que resul.
be, a muerte o a vida, resueltos al dolor y no al vilipendio,
prontos a plantear el problema que Rusia liquidó con un ““finis Poloniae”
y que
no sabemos
cómo
liquidaría el
Congreso de¡los Estados Unidos. Y, pies “usted afirma que en recientes campañas po-
Y en
la triste eventualidad-—que acaso anda próxima—de que una perenne injusticia nos condujese a una estóica re-. a la Junta
seguro—cumplirían,
medidas para nosotros gratas o o la instalación inmediata del
nuestra postrer esperanza,
tar préviamente, en amplio plebiscito, a los cien mil elec-
aconsejaría
bien
a su madre esclava y moribunda.
e. Puerto Rico hacia una protesta tan grave, sin consul-
yo
estoy
denas, la dulzura de los yugos y la nobleza de los látigos que ciñesen, oprimiesen y flajelasen a su tierra mártir,
|
líticas se predicó a las muchedumbres la independencia,
yo reproduzco aquí el período final de mi discurso en la
a. los
cien mil electores acudiese, por. virtud de un “'referen-
ello
- Ayuntamientos, las 66 juntas escolares, los jueces, los marshals, etc., etc., y proclamarían la benignidad de las ca-
A tal fin se dirige la fórmula que venció por 26 votos contra 9 en la Asamblea. . Más aún, señor Llorens: yo digo que la Junta Central y la Cámara procederían muy de ligero si lanzasen
sistencia,
y la res-
¡Ah! señor Llorens, Usted olvida a los cincuenta mil republicanos, que se dejarían regalar—recuerde el ejemplo de 1900 y 1902—log 35 representantes, los 66
caminos para el interés y la
tores unionistas que nos otorgaron sus sufragios.
autoridad
elección de otra Cámara responderíamos con el silencio del país y el abandono de las urnas. Y el éxito vendría
esfuerzos demostrativos de que esas soluciones llegan a en
sí Aa
resolverán nunca los Estados Unidos de América.
que un partido como el nuestro no debe arriesgarse a las últimas, supremas soluciones del patriotismo, sin preparar la opinión a recibirlas y secundarlas por una serie de convertirse
y
inminente
el nuestro, debe
al propio
trás
contestaríamos con la renuncia de los alcaldes, de los jueces, de los ayuntamientos, de las juntas escolares. Y sería
trando su existencia por una acción contínua que demueseficacia.
los
fácil que imponer el derecho natural, el legítimo derecho que nos asiste. - Al régimen de fuerza, sin legislatura,
afirmarse sin cesar en la defeñsa de sus ideales, demos-
tre su poderosa
que
Si los hijos de la patria estuvieran uniaos espaldas con espaldas—frase del Presidente Roosevelt—nada más
Así lo declaré sin distingos ni perífrasis en
sostengo
llevando
postrero.
mula, no por diferencias de 'fondo, sino por «razones de oportunidad. , Yo
Y entonces,
raker
Foraker
nes y que ninguna de las dos podía sorprenderme ni disal explicar mi voto adverso a
para
cería un régimen de fuerza o se intentaría elegir otra Cámara, de fuerza también, que sancionase el Acta Fo-
Ya usted vé como yo había previsto ambas solucio-
el debate,
clarísimos,
-
““hosanna”” resonaría de un extremo a otro de la Isla en fiesta; en segundo caso, disuelta la Cámara, o se establ e-
es un yugo tiránico impuesto a Puerto Rico y que la Cámara es un cuerpo decorativo, cuyas leyes ni siquiera se cumplen sino que en la práctica resultan baldías e inútiles.” l
gustarme.
términos
delineó
“self government” o la reprensión inmediata de nuestras actitudes patrióticas. En el primer caso, un inmenso
—“ Segunda fórmula: abstenerse la Cámara de presentar proyectos de ley y posponer indefinidamente los pro- yectos de ley del Consejo, declarando, si es preciso, que considerar
en
bierno de Washington, ingratas. Es a saber:
la triunfante, que el público conoce, y esta otra
por
Rivera
Y ahora añado ideas a las ideas. Una abstención parlamentaria traería, como resultante, por parte del Go-
ber, de la marcha política del país, le anunciaba dos fór-
esa actitud
Muñoz
directamente, pronunciasen su libre veredi c-
Central—de
le consta—cuando al escribir al señor Larrínaga, ocho - días antes de la Asamblea, iníormándole, según es mi de-
adopta
que
o muerte, el mandatode la conciencia colectiva, | He aquí las causas en que me fundé al calificar de prematura la proposición de usted que era, por un anti. cipo epistolar auténtico, tan mía como de usted,
necesario, porque mis conferencias particulares y “tete a vete” con usted, le dieron en conjunto y en detalle, todo el volumen de mis opiniones acerca de- su proposición sobre un total retraimiento legislativo. A esta proposición suya me anticipé yo—y a usted
que copio “ad peden literae”.
en
ponsabilidad de la UNION en masa, la Cámara y la Junta
4
Leí su carta.
planteado
ciudadanos,
Juan.
artículo
en 1909.
con gusto, aunque en puridad no lo estimo absolutament e
mulas:
el siguiente
dum””,
en la Cámara San
CUATRO VIENTOS
'
Cámara el 30 de Enero de 1908. “Nuestro
deber
consiste,
Es éste:
en pedir,
en reclamar,
en
o
A
JUAN
BOBO
EL SERMONDE LA MONTAÑA
O%
Porque donde estuviere vuestro tesoro,
allí estará vuestro corazón. Sermón
6:21.
¿Quién ignora: en Puerto Rico sus homéricas hazañas?
|
La]
de la montaña.
San Mateo,
A ¿Quién no sabe que el coloso como el cóndor de los Andes
Pda
se engendró en las tempestades de las épicas montañas yen ¡las Pimpres de Borinquen más enhiestas y más grandes? |
De los picos de la sierra ascendió a más altas cimas y en la noche del pasado, como un astro entre la bruma,
.
combatió a los opresores con el plomo de sus rimas, la facundia de su verba y el acero d> su pluma.
¡Ahora vuelve a sus picachos a dormir su último sueño
con la gloria de sus hechos, como un prócer en campaña que
aún párece que nos manda a insistir en nuestro empeño,
'y al conjuro de su ¡nombre que en la lid nos acompaña,
allá van las multitudes tras el Cristo borinqueño a
ri
e AQ
|
7 ) a escuchar ante su tumba el Sermón de la Montaña.
Felix Cordova Dávila. + Gi
”* de Puerto Rico, bien exigir que se resuelva el “Sta conla modalidad de un “'estado”” en el conjunto de los
este período hice paráfrasis infinitas en mis excursiones
a través de las planicies y las montañas. palabra salió de mis labios que significase no mía, en el conjunto de las demás colonias americanas. * tinto. Yo, si mis días se prolongan, y si El empeño será rudo; la reclamación será vibrante y conperanza'” se pierde, iniciaré y organizaré otros estados, bien con la modalidad de una franca auto-
—tínua. Y “'si al fin perdemos la última esperanza”, si al fin ““agotamos el último recurso”” sin que se nos oiga y
la independencia. En tanto que un destello de esperanza luzca en el horizonte, seguiré bajo la bandera tricolor
- se reconozca
americana pugnando por agrupar a los puertorriqueños en la UNION, y pidiendo, exigiendo, demandando justi-
nuestro
derecho,
entonces
se alzará sobre
nuestras conciencias '“la base quinta de la Unión de Puer-
-.
Y ni una sola un rumbo dis“la última esel partido de
to Rico” y pediremos ““la independencia'' de Puerto Rico. " Y se escuchará resonando en el yunque el marrón de nuestras perpetuas energías, golpeando, golpeando hasta
romper en pedazos las cadenas de nuestra esclavit
¡En este período se condensa mi pensamiento.
- cia, justicia y justicia,
Señor Llorens: así pensaba, así piensa y así pensará
su amigo leal, E
De '
Enero, 25 de 1909.
i Luis
Muñoz
Rivera.
Exterior de las habitaciones que ocupó el enfermo
LOS
FUNERALES
DE
UN
en casa de Giorgetti.
POETA-HEROE.
He aquí un momento sagrado de la historia. He aquí el paréntesis trágico de una vida de heroicidad y predestina-
nueva.
ción.
zo y gallardo novio que, en hora de terribles desastres, supo defender los de-
En
el frontispicio
del
templo
de
los dioses populares, se alza un canto. Es que ha caido el atleta y las diosas levantan sobre; las ruinas del pasado el recuerdo honroso de este hombre notable, para ejemplo de las generaciones venideras. Pudo levantar su tienda en el retiro de los Montes Tesálicos y prefirió el épico fragor de los campos encendidos de la lucha. Fué un domador que persiguió las fieras bosque adentro. Herido fué por la flecha tremenda del arquero. ¡Larga paz a sus huesos! El 20 de Septiembre, cuando las hojas empezaban a caer, llegó a Puerto Rico Muñoz Rivera. Venía del Norte y traía la promesa de un régimen liberal y justo para su islita, oro de sus
amargas luchas y sus contínuos afanes. Había
en
la
ciudad
una
vibración
Sol ardoroso.
Palpitaciones
de
alas
Alegría
sonora.
juveniles.
Llegaba el novio de la tierra, el bra-
rechos
de su pueblo,
contra
los
fuertes,
con el látigo de sus cóleras, exponiendo vida-__
su
Nosotros más
siempre, mado
le
robusto
vimos que
ebrio
de
llegar
nunca,
esta
brioso
esperanza,
vez, como
entusias-
como un niño, con el ardor
de un
general que está seguro de su victoria. El
pueblo,
dueño,
fué
siempre a
amoroso con su recibirlo con los brazos
abiertos. ¡Los redimidos, llenos de gratitud, llevaron sobre sus hombros a los redentores | La
multitud
Pero entre del pueblo
ovacionó
al
triunfador.
los hombres rudos y tanos iba ella disfrazada..-
Temible es hablar de tí, muerte silen-
ciosa, que, ávida del fin, acechas al que más hace en la vida para que sea más
valioso tu rapto_-Muñoz Rivera fué herido por la ponzoña de una enfermedad incurable. Pronto lo trasladaron a la casa de Giorgetti y lo cuidaron con fervorosas complacencias. Las campanas de las iglesias de San Juan, las campanas de la isla, con notas arrancadas a la música dormida de sus metales viejos, llamaron al pueblo para unir pensamientos de bondad, y pedir por la salud de Muñoz Rivera, en el crepúsculo de un dolor sin fin___ El pedía fuerzas para concluir la obra que había soñado terminar, camino para una nueva era de claridad y reposo...
Muñoz se agravó.
Las corrientes po-
líticas y comerciales quedaron estancadas ante la noticia de que el árbol de la patria vacilaba a los embates de los vientos huracanados del destino. Nuevamente plañen las campanas con notas lastimeras. Muñoz será operado. La viejuca en el rincón de su
28
JUAN BOBO
casa, la niña en el oratorio, el hombre en
su
corazón,
el sacerdote
en
su
igle-
sia, todos unidos en un sólo pensamien-
to, oraban por él, por el noble, por el justo, por el que supo defender a su patria de las tormentas de la vida. Por los telégramas que se publicaban y por las diversas impresiones que aparecían en la prensa, se podía apreciar la intensidad del sentimiento público en todo el país. En casa del señor Giorgetti funcionaba el teléfono noche y día. Y todas las preguntas expresaban siempre la misma ansiedad, el mismo anhelo de saber una nueva consoladora respecto el estado del enfermo. No se exteriorizaba ese cariño por parciales demostraciones de grupos sino que ponían en perenne vibración 'nuestro ambiente social y todos unían sus votos por la salud del amigo. En muchos hogares se lloraba y rezaba. En los templos católicos, en las iglesias protestantes,
en las logias masónicas,
en
los centro teosóficos, la meditación y la plegaria volaban, con alas de oro, entre las nubes de un amor muy alto_.._
Grupo de las enfermeras que, con una gran devoción, prestaron al patriota.
sus cuidados
Sus nombres son: Guadalupe Ruiz, Amelia Mariana Munera y Amparo Rocafort.
El de,
Mock,
15 de Noviembre, al caer la tarentregó su alma al creador nuestro amigo.
nuestro
compañero,
La isla entera se desplomó, cuando la noticia de sú muerte circuló como un presagio fatal para todos los portorriqueños. Tras una labor de treintiseis años perseverante y ruda, caía para siempre, pobre, completamente pobre___ Perc cala con el tesoro de sus prestigios, con e: tesoro de sus triunfos, con el tesoro de
con
su popularidad,
en una
envuelto
todos,
Ge
da por su pueblo de
lágrimas
el tesoro del amor hila-
mortaja
y humedecida
por las
las mujeres.
La casa del señor Giorgetti fué invadida--- La nasa popular era nible. Aquella muchedumbre de,
lor.
que
nunca
dejaba
«nfantiles >
El cuarto y la cama
en que murió
Se pedía a Dios por el combatiente, por el maestro, por el guía, por el que escribió el libro más emocionante de la Bi-
blia de su pueblo...
Al fin Ella. Impía, tenebrosa, más
el insigne patricio.
cruel que nunca,
pide
correr por
sus
nada,
llena
libremente caras
incontehumilde
do-
l%grimas
rugosas
y aja-
das por el trabajo. + Allí,
junto
al
lecho
mortuoric,
esta-
cortó el hilo de aquella noble existencia consagrada a salvar su pueblo del naufragio político y moral que lo amenazé en los instantes más peligrosos de su
ban su hijo Luis y su esposa doña Amalia Marín de Muñoz. De vez en vez un sollozo hería el silencio de la estancia o el murmullo de un rezo pasaba, rozándonos el corazón apesadumbrado y
historia,
quieto...
con su afilada cuchilla,
JUAN
A Inmóvil, en esa inmovilidad que aterra, yacía el cuerpo del heroe. Nacido en Barranquitas, riñón de la isla,
su
corazón
era
sano,
sencillo
e intrépi-
do, como todo lo que da la montaña. Sin más instrucción que la que se alcanzaba en el menguado círcul o de una
oscura
aldea,
en
aquellos
tiempos.
bajó
de los montes hacia el pueblo, en el instante de una crisis política. La cabe llera al viento, la mirada sombría e hinchadas las gargantas por un grito de libertad, entró en el corazón del pueblo Traía en sus manos una lira, y, con ella, despertó a sus compatriotas y abo-
29
A las 12 del 16 fué trasladado el ca dáver del gran portorriqueño, desde la morada del señor Giorgetti, al salón de sesiones del Ayuntamiento de San Juan. Los balcones de la ciudad estaban llenos de damas, que lloraban a] paso de la comitiva y arrojaban flores al féretro.
Los cigarreros pálidos, los cargadores
eibosos, los niños del Asilo, los niños de
las Escuelas, todos, como una sinfo nía de complicadas inspiraciones. iban allí, con su alma a flor de labio___ Banderas
panas
que
izadas
a media
doblaban,
ojos
hasta,
azules
cam
y ne-
dos, corazones amarillos, bocas parti das, dedos de fría blancura, ensue ños deshechos, esperanzas truncadas, todo
se mezclaba en aquel aluvión de prima vera
rota---
La
isla
había
cortado
todas sus flores para ofrendarlas al hé-
roé. Aquello era un símbolo. Cada flor tenía "ma "ágrima. Cada for traía, en sus pístilos vencidos, la voz de un ruiseñor que había cantado en la noche___ Cincuenta mil personas desfilan ante el féretro. Seis jíbaros macilentos y enfangados vinieron a pie, desde Arecibo, sólo para ver a su dios un minuto siquiera. Damas, caballeros, niños, la
TN
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BOBO
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A
Ne
Al
Sil
e
Mn
PA e
3
Do
El pueblo de San Juan ante el edificio del Ayuntamiento constituido en capilla ardie nte. feteó a los opresores. ¡Sus versos tenían el acre olor de las selvas! - Entre las fé-
rreas máquinas
de la imprenta, en las
cárceles humedosas o en las tribunas revolucionarias, defendió a su país y de-
testó
de
los
tiranuelos
de
a
peseta--_-
¡Y fué heroe! Los pueblos no son pueblos hasta que no tienen un hombre que encarne sus sentimientos. Muñoz Rivera fué ese hombre y Puerto Rico ha tenido su dios___ Esa vida miste-
riosa pasó por entre nosotros. en esa vida estaba el ídolo... A
Oculto
gros que vertían lágrimas, vaga y bella melancolía sobre las cosas. El Municipio aparecía adornado de
colgaduras
moradas
Fué aquéllo un dolor y de piedad.
y negras.
desbordamiento
de
——_
La capilla ardiente naufragaba en flores. Seis candelabros encresponados vigilaban el catafalco. Más de cuatrocientas coronas se
amontonaban como almas anhelantes de llegar a una cumbre. Rostros arruga-
masa
popular,
todos mostraban
sus ojos
humedecidos de lágrimas. Era un pueblo vencido por el que supo guiarlo, por el que supo defenderlo, por el que supo recriminarlo en hoTas de turbación, por el que supo dur su Sangre_-._ para redimirlo_.._ A las siete de la mañana del día 17, entre dobles de campana, salió el cortejo fúnebre para Ponce. Todos los establecimientos públicos estaban cerrados; la compañía de los carros eléctricos suspendió la circulación; los balcones
aparecían enlutados,
36
JUAN
BOBO
La comitiva fúnebre al pasar por las calles de Río Piedras lban
en
la
acompañado
comitiva
presentaciones
Casino
de
Español,
Bancos,
el
Gobernador,
del Secretario, nutridas
Academia
la
Casa
Cámaras de
de
re-
España,
de Comercio,
Medicina,
Caba-
lieros de Colón, Logias, Universidad de Puerto Rico, Colegio de Abogados, Liga Ce Republicanos Españoles, Federación Regional,
Asociación
Asociación
de Dependientes
cio,
Centro
Obrero, taciones,
de
de
de
Detallistas, Asociación
Al llegar a la plaza de Colón se unie1cn a la manifestación más de trescientas representaciones de la Isla.
La sitio,
Banda una
Municipal marcha
expresamente
por
tocó, en aquel
fúnebre
compuesta
el Maestro
Tizol
ti-
Periodistas,
ComerInstituto
Colonia Siria en pleno, Ateneo,
alfombradas de flores.
de
Corpo-
sica
Escri-
el
féretro
claveles,
la
Los
lirios,
un
ensueño
triste,
de
de la Gran
Logia
Sobe-
La mano
de Muñoz
Rivera, hecha en
yeso por Albrizio, momentos
pués de su muerte.
des-
Una plegaria salía de todos
labios.
. gris, vimos
Isla,
humedecidos de lágrimas comprinfidas...
edificios
crespones.
los
A uno y otro lado del coche marchaba una guardia de honor compuesta «le miembros de todos los partidos. Despues el Regimiento de Puerto Rico. a media gala, al mando del Mayor Griff. Estos jóvenes militares tienen dignidad de cadetes. Algunos llevaban los ojos
como
rana, el Casino de Puerto Rico, la Estación del Ferrocarril y la Asociación ce- Jóvenes Cristianos ostentaban largos
azucenas, jazmines, violetas. siemprevivas, flores arrancadas de los campos de toda
pasó
a1as negras.
tcres y Artistas, Federación Libre, otros organismos locales, comisiones consulares, cuerpos colegisladores, y el pueblo desbordado. Rodeaban
tulada “Llorando”. Notas profundas, que expresában el dolor de la multitud. Entre tanto caían flores de los balcones sobre el sarcófago. Murió la marcha de Tizol en un temblor de lágrimas y la Banda del Regimiento rompió también a llorar. Era la música de Campos convertida por Miranda en marcha fúnebre. Un sollozo ahogó los corazones. La sangre caía gota a gota de las heridas. Aquella mú-
Sobre una
caja de
forrada
de
flores.
Empezó a caminar el cortejo fúnebre hacia la montaña. Las fábricas de Puerta Tierra y Santurce habían detenido sus maquinarias y los obreros salían a ver el entierro... Una ola inmensa de automóviles negros y rojos,
:
la
cruz
lleaba
al sol.
atestados
La
de gentes,
muchedumbre
cente-
cule-
JUAN breaba en la carretera, silenciosa y apesadumbrada. En medio de aquel cuadro suntuosa * mente fúnebre, de tonos graves, volaba, con vuelos místicos y arrobadores, el «moroso adios de los pañuelos. Y esa nota de dolor y piedad, esa nota de adoración e idolatría, se fué “e-
pitiendo
desde
San
Juan.
la ciudad
que
oy% el grito de sus combates más d>sesperados, hasta Ponce, sitio en que empezó sus bravías campañas_-_ En Caguas, el pueblo esperaba. Cam-
ptsinos
taña
cenceños.
y, ebrios
dvlándose
al
de paso
llegaban
pena, del
de
la
mon-
lloraban,
arro-
féretro.
Tuvo
que detenerse el convoy fúnebre. Ellos querían verlo. querían palpar el cristal que lo cubría. besar las fores que lo acompañaban. En todas partes, en las casas más apulentas como en los más míseros bo-
Eíos, había un ramo de flore s. una plegaria, un lazo negro y una lágrima para
“Muñoz___ En Cavev. en Aibonito, en Coamo, en Juana Díaz. en toda la ruta que sisuió la comitiva. pudimos obse rvar cómo este hombre ha nenetrado en lo más recóndito del corazón acreste de la isla... El murmurio capesino. unido al rezo que se desprendía de los labio s amari-
BOBO
31
llos de los ásperos y grises homb res
la
campiña,
formaban
una
música
de ce-
lestial y triste___ A ambos lados de la carretera se arrodillaban los humildes, los que viven por milagro de Dios, sostenidos por la
madre naturaleza, desnudos, frescos, potentes, con el alma libre de mise rias___
Las salmodias desgarrantes que hahiamos oido durante el trayecto, en los rucblos llenos de paz, de luto, y pesadumbre, las lágrimas que habíamos visto derramar a hombres y a mujeres, el
perfume oblativo de todas las ofrendas fiorales de la Isla, el resonar fúnebre
de los metales de las bandas, las pompas enlutadas, las palabras oídas aquí y allá, palabras dolorosas. pala bras de
verdadera
angustia,
nacidas
del
corazón
de un pueblo desgraciado, todo eso revuelto, en el corto paréntesis de un día, rozó nuestra
sensibilidad
con sus manos -
delicadas y nos hiperestesió en un divi-
no y atormentador ensueño... -—Cae la tarde. El cortejo fúnebre lle-
£2 a Ponce.
Las
aguas
del río reflejan
los borrones grises del cielo crepuscu lar.
El susurro del agua pone en nues tro ánimo la humedad de lo que se pudr e. La-
dridos lejanos. Cachazudos bueves arrastran el féretro al pasar el río. Casuchas pobres, de las que salen caras
El enorme gentío de Caguas acompañando
lMorosas, flores, pañuelos que dicen adios,
Un pedazo de muro.
El cielo se enlu-
la y expira el día. Las campanas empiezan a derramar sus melancólicas quelas en el aire vago del crepúsculo de noviensbre___ El cortejo fúnebre entra en Ponce, bajo el llanto de las primeras estrellas ___ Ponce todo aparece enlutado___ Ponce reza, Ponce llora, Ponce se arrodilla, Ponce gime... Es una fuente de dolor y lágrimas.__ Damas y caballeros velan el cadáver. El Municipio de Ponce, se abrumáz bajo el luto fastuoso de sus crespones. El salón de sesiones, convertido en Capilla ardiente, aparece todo repleto de adornos fúnebres. coronas de laurel, y flores, muchas flores___ Entre las coronas de flores naturales vimos una bandera de Puerto Rico hecha
de
lindo
siemprevivas,
corazón
de
una
violetas
estrella,
y
un
Otras
y
CciTáS
Más
de
7,000
alumnos
de las
escue-
las, vestidos de blanco y negro, desfilan, ante el cadáver con sus profesoras a la
cabeza.
Ponce entero desfila también y. hunde sus pupilas en aquel rostro ya verde, en otro tiempo encendido de' ardores guerreros.
el féretro.
AS
0
AS
EN
ROS
y
A
y Y PAN
SOS SSA SOS S
y
SSA! AR CLA PV Eo YA
A
Sn
SA
RAI 2
LES EN W DS IOS RIN SS
e
JUAN
Caen
flores.
La
banda
toca la
Borinqueña.
bosques
ple obligado a contener sus gritos o sus 4 do
cercanos.
La
lluvia
lamentos_--
Aparece
la primera
estrella.
sos del clero parroquial. y húmedos ¡Las
seis
de
la
Los hijos de los campos están allí. una
niebla
gris y opaca,
nebre”,
La
de
Frente
a
la
escalera
Paga
de
con
las nubes
oro espiritual
ciibir tal momento.
El ca.
féretro
desciende
a la fosa
Fs
cementerio
pequeño
un
Barranquitas--guamá
Respon-
Grandes
lo custodian.
Un
Junto
en el senla
de
árboles ' de muro
Muñoz
a la tumba su
sitio.
de
negruz-
de su padre reposo---
iglesia,
ucel
padre
se
estremecerán
La
tiene qlo-
Los restos
ria del hijo cobija al padre. de
blanel
co lo abraza por un lado.
fú-
timiento de la muerte---
descien-
Veló, lloró en
el :hálito
los sacrificios del “heroe. Un «millón de hombres cae sobre su cadáver. La pluma no es suficiente para des-
Violines vagos
inspirada
bajo
y los astros.
los
que ejecutan la “Marcha
de Chopín,
sombra,
en
su
polvo
Do ci
s
niclla,
tarde.
la
indecisa
cae sobre las copas florecientes cafetos, Un ave vuela lejos.
Es la queja del país, del corazón siem-
Barranquitas!
che en la oscura aldea.
con su caserío arrodillado, con su iglesia desteñida y pobre. La cascada campana que quizás repicó, de niño, Muñoz, plañe desconsoladora, en el solemne crepúsculo pardo--Los campos lloran. Ráfagas vitales de plantas desconocidas llegan de los
Camino de la montaña. Las campanas de Ponce doblan. Tañidos lugubres, isócronos, aterradores. Viejos .metales que gimen. La gente obrera contempla ávida el féretro. Manos que se alzan para enjugar láerimas.
35
BOBO
. de
de
los montes
nublado.
vecinos.
Todo parece
El pueblo
Crepúsculo
flotar bajo el ve-
lo de nas. to de pueblo
una lluvia menuda. Suaves coliUna vereda estrecha, un caminicuentos de hada nos conduce al natal del bravo amigo. Las mon-
tañas
se
alzan
firmes,
sombrías,
y relucientes.
de distancia,
surge
A un
kilómetro
el pueblecito
Menseñor ción
pronuncia
al amanecer. una
oOri-
fúnebre.
Estrellas, campanas. roces
Berrios
visto
lágrimas, rezos, tañidos. Al fin la noche llena
misteriosos,
la, mojada
olorosa
a
café,
de de
níveo,
y fria___
Aquí y allá llamean hachones y cirios cuyos resplandores dan a la noche un aspecto macabro y fantasmagórico -..-
El blancor de un día aciago blanquea los alcores.
inerte. El corazón del hijo, aún intacdo, habrá dejado escapar un latido que se durmió y quedó preso en la fina urdimbre de aquella jova sagrada---
tími-
como
cabezas de titanes. En un silencio casi divino, avanzan más de mil quinientos automóviles ven-
trudos
de Barranquitas,
El pueblo ha pasado la no-
Barceló dice unas cuantas amorosas palabras, pero no puede ser--- Una «tda de pena ahoga su voz. La muchedumbre estalla en sollozos. -En aquellos instantes, próxima a la fosa de Muñoz, un sepulturero cava la
36
JUAN
BUBO
sepultura de una rnuíjer que ha muer - . to en la noche pasada.
Desciende el cadáver a la fosa. El pueblo gime una vez más desesper ado. Las campanas doblan. El féretro se
agobia en el fondo blanco de la bóveda,
bajo una tempestad de flores. Son fAores de todos los pueblos de la isla. Olores de flores chamuscadas, rotas , deshechas. AMí se pudrirán, con aquel bravo pecho... Puerto Rico llora al hijo en la lid
- perdido... La muerte le arre bata el ca. tro y lo acompaña al sitio donde nació ¡8£C0
y
potente,
como
un
tronco
bicta de inmortal y fec unda cepa._.
Muchos
aquella
recuerdan
montañas
cuando
que
bajó
de
marchita
en
y se unió al pueblo,
¡Fué el despertar de un dios! Toda
la
isla
aquella tumba___
ha
caido
Que +uelvan a na-
cer para él y que no se borre en la: bruma del olvido su mem oria___. Que nazCan €sas flores para él, pero que nazcan bajo el aliento de un nuevo héroe___ Pongamos sobre su tumba este sencillo epitafio: Aquí yace, extranjero__ . El verde insecto viene a posarse sobre su losa maciza--- Ya no canta su lira natural___ Se ha convertido en silencio la musa que, en momentos trá gicos, cantaba canciones de sangre y rebelión___ Pisa le ve Si
en
su
tumba
Pones
el pie,
ten miedo a que su sue ño sea roto___. En. tre la hierba gris y salvaje vése la blanca fu neraria piedra,
¡Cuántos
hombres tuvieron destino má s triste! Con lágrimas inf antiles está rega da su tumba, y en ell a, cada día, la au rora
derrama sus gotas de rocío
La
mascarilla
escultor
de
Albrizio,
Muñoz
antes
Riv era,
de
hecha en yeso por el ser embalsamado el cad áver.
o
>
El estudio puede formar hombres
cwtog; pero solo el carácter los hace
grandes.
Esta es la lección que nos
dá la vida de Muñoz Rivera , Fué hombre de carácter antes que
todo: sincero,
generoso,
fuerte en la
Jucha por la justicia y por la verdad.
Si los caminos por donde llevar on Su
cuerpo muerto florecieron para ir a hacer de su tumba entre mon tañas,
otra montaña más de rosas y siem-
Y
CAB
EZA.
previvas, fué porque su corazón de patriota era más grande que su in3piración de poeta y su cere bro de
pensador,
con
haber
sido
él cantor
excelso y periodista de ideas prop ias
y singular estilo, Aprendan
los niños puertorrique-
ños en el libro, las cosas que los li. bros enseían. Pero vayan a formar
su carácter, a ese gran libro, cuyas páginas son los días de una vida de
sacrificio y de combate por el ideal, Y los que no lleguen a la cum bre que él pisó con la serenidad de los
dioses, no olviden que si las siempre_ vivas a veces no se ent relazan con
los laureles, brotan siempr e sobre la tumba de los buenos, Luis
Sánchez
Morales.
San Juan, P. R., Noviembre 22, 1916,
A
CORAZON
caminando tras el féretro del más grande de los pu
O
m]
(x)
>)
a
A
£x]
L,
Q
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Z,
2
Lx]
E
Z,
Ex] Z,
Ó A,
S
El pueblo de la capital de Puerto Ri
que
ños.
38
JUAN 80B0
REMINISCENCIAS De
hombre
tan conocido
como
Muñoz
Rivera, todos
podemos contar algo, pues vivía a la luz meridiana de una
popularidad enorme y única. Estos apuntes relatan in. Cuaentes de poca importancia, que pueden ser interesantes por rezerise a él, y que se escriben por la satisfacción de uecur, y que se sepa, que uno estuvo con él en alguna
parte, que fué.su amigo, que le vió en sus comienzos y vislumbró los primeros destellos de su gloria. Quiere uno colarse por sa puerta trasera del palacio de la Fama, y que o tomen como de la casa los que no conocen bien a la familia. Este es natural y humano, tributo que los pequenos pagamos a los grandes. o Y
;
Cuando
Muñoz
caba sus poesías,
e
kivera, allá por el año 1884, publi-
en ei 'Buscapié”,
bajo
el pseudónimo
de ““Incognitus'”, casi nadie sabía en Puerto Rico quién
era el poeta
que
así ocultaba
su nombre.
El que
estas
líneas escribe, ''cálamo currente””, era entonces un mu-
chacho aficionado a las letras, que se sentía orgulloso cuando podia meter su cucharada en una conversación de
literatos más o menos consagrados por la fácil crítica de aquellos tiempos. Don Manuel Fernández Juncos pu-
blicaba el '*buscapié””, y era el que daba el espaldarazo para armar poetas a todos log que entraban a la venta
de nuestra escasa literatura. volvieron
Sanchos,
pero
Poetas diputó que luego se
hizo
caballeros
del
Parnaso
a
muchos de buena cepa, y como él era y es un príncipe de las letras, se le perdonó
lo uno por lo otro, excepto
que
nunca
por
algunos de sus ahijados que se le subieron a las barbas, es hazaña,
porque
las gastó
el gran
borincano.
astur-
Bueno, pues un día me encontré con Don Manuel en la calle de la Fortaleza, y animado por su proverbial be-
nevolencia,
atrevime
a pedirle me
descubriera
dónde
es-
taba y quién era el poeta de marca que empezaba con tan grandes arrestos. Don Manuel no me lo dijo, mas poniendo una mano sobre mi hombro, habló en éstos o parecidos términos: '*Chico, ese poeta es un muchacho de un pueblo del interior de la Isla, que va a dar mucho que hablar. No sólo hará versos, sino otras cosas, pues es de los que repican y andan en la procesión. Creo que vamos
a tener un Núñez de Arce y un Kociusko, todo en una,
pieza, y salido de un pueblecito de la montaña.
Si yo
te dijera en secreto quién es, mañana lo sabría toda la capital, y él no quiere que se le descubra por ahora,”” Y añado yo, que éste fué uno de aquellos a quienes Don Manuel puso las espuelas, que luego arremetieron con los molinos de viento, y fueron a la conquista de más
de una Insula Barataria, que al convertirse de sueño en
realidad, cayó en manos de los Sanchos. XX
Andando
los días,
A
cuando
%
ya Muñoz
Rivera
había
““hecho”” cosas, a más de cantarlas, y estaba metido hasta
el cuello en la política, que nunoa le manchó, porque $
y espada eran del mismo templado acero), tuvo un duelo n pan yuan, y como el fanfarrón arte de la esgrima no se Guntaba entre sus adeptos, sus amigos le llevaron el día antes del lance al mirador de una casa de la calle del Usasto, AUna€ varios politicos y otros que no lo eran, recibian lecciones de hurtar el cuerpo, de un francés, de cuyo nombre me he olvidado, a quien, por cierto, más tarde,
otro espadachín propinó soberbio tajo, por mor de quien manejaba mejor el pincho, y lo manejaba mejor el que
sanó descalabrado, ba
Alí acudieron, además del franchute que juraba no
a queaar
(que pluma
reliquia
del
adversario
de
Don
Luis,
des-
pues que el se enseñara cierto golpe secreto, y de su invenc.0on,
Bartolo
Llovet,
que
se
comía
los
niños
crudos,
Barbosa qúe se los comía de todos modos, creo que Rossy,
que ya echaba p'alante, y el autor de este artículo, a quien el galo predijo siempre que moriría en su cama.
¡Así sea!
Fuesto Don Luis en guardia, con el florete embotado
en /a pesada auestra, el francés se empeñaba
en demos-
trarie ae que modo, con cierta torcedura de cuerpo en el preciso momento, no había estoque incondicional que
puwera tocarie, y cómo tirándose nada más que a medio tondo, también en el momento oportuno, y ésto era lo difícu, Eusartaría con la tizona al contrario en un periquete. Don Luis, por algo más de media hora, se esforzó en torcerse a tiempo, en ensartar a tiempo, pero cada vez nuestras dudas respecto a quien iba a ser el ensartado eran más inquietantes, hasta que nuestro amigo, que es-
taba tranquilo como si no hubiera espadas en el mundo, la sostó diciendo, con una sonrisa, y agitando su mano derecha de arriba abajo en frente del rostro (que era su gesto característico): ''A mí me podrán matar en el auelo, pero lo cierto es que ustedes me están moliendo los huesos, y mañana no voy a estar para saltitos.”” Yo estaba pálido, y le dí por muerto, pero salió bien librado del encuentro. Sólo pudo matarlo la vida misma, con
los tósigos
que
elabora
en
el profundo
laboratorio
del organismo, y con las tristezas que también elabora ¡ay! en las profundísimas alquimias del espíritu. La bilis se produce en el hígado, pero se forma con las lágrimas que no pudieron verter los ojos. o
Rx x
Se celebraban elecciones, y un hombre que le amaba sin saberlo (el odio en ocasiones es un amor vuelto del revés) gritaba, en una esquina, refiriéndose a Muñoz Rivera: “el león, ahí va el león””. Tanto lo repitió que alguien que le oía, dirigiéndose al energúmeno, le dijo: *““Si tu intención
es molestar
a Muñoz
Rivera,
no le lla-
mes ““león'”. ¿No sabes que el león es el tipo de la valentía y de la nobleza? El hombre calló, y las gentes comprendieron, Hasta cuando su pueblo quiso denostarle, lo ensalzó: era. sí, un león, pero apartando
su melena, se sen-
tía palpitar bajo el arqueado pecho un corazón de niño.
túnica era el honor, y lanzaba y aceptaba retos, lo mismo
a combatir con la pluma que con la espada
pues así son las cosas de este mundo.
Luis San Juan,
Sánchez
P. R., Nov. 22, 1916.
Morales.
JUAN
———
Era la tarde brillante y tranquila; el sol sodavia ojeadas ardientes; el cielo, elaro; muy . El grupo sé escapaba de la monotonia; per el molde férreo de los convencionalismos; placia, gritar o llorar o saltar
conservaba claro, queria romcantar sl 1e
¡Imposible!... Hay quien vea; la sociedad
la seriedad
reirse;
bueno
las
es cubrir
|
apa-
exigentes
riencias de la estupudez, con la mascarilla vergonzante; no se pueden reir los hombres como nosotros; para los demas hemos debido amputarmños de la cara los musculos, hombres;
la alegría.
reproducen
que, en sus contracciones,
hombres viejos, hombres
res de clases, de multitudes;
Somos
pepresentativos ¡ directo-
profesionales, en fin, y nos Hemos de vivir la Mil la melancolía.
está prohibido reir y saltar y gozar. vida de la seriedad, y del dolor y de
vjos nos observan; mil oidos nos escuchan; mil imbéciles nos critican o nos envidian, o nos imitan ¿Cómo se rompe el molde triste y ¿Qué hacer? oprimente de la monotonía; el cansancio de esta rutina
de la sociedad de yeso y artificio?..... Eran
las
ideas
que
asaltaban,
como
monstruos
INTIMOS PARADA?
De pronto, ví que Don Luis fijaba su mirada en las murallas de la fortaleza que se levanta a la siniestra del
vé y eritica; ceusura sin piedad, descuartiza; no es propio de
Ya
RECUERDOS “PEÑA
¡No!...
BOBO
de
pesadilla, nuestros cerebros.
sitió que ocupábamos en **Peña Parada”, y que en forma de confuso laberinto de troneras y tosos, rematan en las almenas del Castillo de San Cristóbal. Su mirada ahora
se hizo mas penetrante; su rostro mas sereno; el entrecejo algo
rugoso,
indicaba
la
marcha
violeta
de
su
imagina-
cion; algo desagradable se desenvolvía en su interior; sus ojos se vidrearon y como que
los apagaba
un gesto de tris-
teza y amargura que se dibujaba en su semblarjte ¿Cuantos pen ientos surcaron aquel cerébro genial, y cuantos latidos oleñaron aquel corazón gigantesco, en ¡Solo Dios lo sabe! un minuto?...
Cuando
advirtió que lo ui Pábamios y lo clon prenda.
mos, cambió de gesto y en su bondadosa forma ¡de costumbre dijo: '“No ereen Uds. que esto invita a edrrer, a sal-
tar; recuerda la niñez, y hace olvidar las luchas, y las pequeñeces y las falsedades y el ruido monó todo e intranquilo de la ciudad ?”” Y el silencio de todos hizo -presumir que nadie discurría de otra manera. **Yo
correría
hasta
allá
abajo
y me
tirarla
en
aque-.
lla poza, y saltaría de placer y viviría esta vida. * ¡Quién
pudiera vivir esta yida!”* | a
vá el grupo; los tristes; los soñadores; los poe-
A pasos lentos, llegam inconscientes a la Plaza de Colón. Es ahora que todos nos damos cuenta de lo lejos que íbamos unos de los otros, apesar de logeerca que estaban
nuestras individualidades. ¿Qué hacer?
zado.
¿A dónde ir?
riñosa, que aceptamos todos, y el pegutño grupo se deslizó tranquilamente al sitio designado. ¡Espléndido, amigos!... ¡Que bella es nuestra Isla!..
Las miradas todas se dirigían hacia el profundo mar contínuo el cielo, y se perdian en lo de divagaciones mudas, pero elocuenelocuencia de las cosas que se piensan se dicen, pero que se reflejan o se
E
Las miradas eran plácidas, alegres; y los rostros sonrientes mostraban las alegrías inexpresadas del hallazgo.
Nadie lo decía pero:todos lo pensaban : *“¡ Este es el sitio!”” ¡“Aquí no hay ojos que vean, ni oidos que oigan; mi imbéciles que roan y eritiquen lo que no pueden comprender. Nos sentimos inmergidos en una contemplación salu-
dable, íntima, cándida, infantil.
:
Luis, corran Uds. primero.””
el mas autori-
hasta allá E verá qué paisaje; qué. ambiente; qué tranquilidad.. Un de de aceptación; una Inirada de comando ca-
adivinan.
después con Llorems, apuntó Astol. ““Eso es, dijo Don
Pregunta
| : Dom Luis; ¿Ud. no ha ido a Peña Parada !—Vamos
azul que retrata de infinito, en un mundo tes; con la suprema y se-sienten y no
“Vamos a ver; Astol, Llorens, Canales, se atreverían ir corriendo hasta la roca aquella ?”” . “Yo me fatigo pronto, pero corran das véamos quien corre mas; yo haré de Juez, corran U. | —Que corran Benítez Flores y Guerra; yo correré
Y allá, frente
al mar,
bajo el elo
espléndido, y >
brisa pura y agradable, corrieron y saltaron toldos a porfiá, siendo Don Luis el Juez, quitados los gabanes, descubiertas las testas, llenos de júbilo, como niños revoltosos y alegres, los corazones de aquellos escapados de la lucha y
del batallar incesante «de la vida; lejos del ruído ensordecedor de la ciudad y de las pasiones e imbecilidades de los hombres, que el mundo llama serios y cuerdos, pero que no entienden estas cosas, ni a estos hombres-niños o niños-
Después, volvimos a la ciudad; al ruido; a las luchas; - al batallar; a colocarnos la mascarilla falsa de la seriedad impuesta; 'a seguir siendo víctimas de las mordeduras
venenosas del crótalo sombrío, de las pequeñeces humanas... Y dejamos atrás, allá atrás, en “Peña Parada”” un recuerdo imperecedero;un volcán de pensamientos entre la soledad; un gesto de placer y de alegría; tal vez una lágrima, una gota de amargo, entre el juego de la brisa, y del mar y del cielo y del sol / San Juan
.
Noviembre
25, 1916.
Manuel Benítez Flores.
; ”.
NS
A
40
JUAN
¡O
A
7
ACI A
e
A
AS
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UQUISES +
en
Aia
BOBO.
Médicos y practicantes que asistieron a Muñoz en su última enfermedad.
A
Dr. Díaz García, joven cirujano que
Dr. López Antorgiorgi, cirujano que
Pr. Velez López, que intervino también en la difícil Operación,
practicó la operación.
.
e
1
a di. e
cd
O
AN
A
ayudó eficazmente a la operación.
ll
o,
a
Practicante Sr. Del Valle, de la elf. rica del Dr. López Antongiorgi, que turnó con Feijóo al lado del paciente
Dr. Muñoz Díaz, eminente facultati-
Sr.
vo que actuó como médico de cabeceTa y no Se separó un momento del enfermo,
Feijóo,
del enfermo
practicante durante
al
toda
cuidado su enfer.
medad,
COINCIDENCIAS El 20 de Septiembre, ubi.
gran
manifestación
en medio
de
pública,
de-
sembarcaba en San Juan Luis Muñoz Rivera. Y el 20 de Noviembre, en medio de una grandiosa manifestación de
duelo, se enterraba su cadáver en el cementerio de Barranquitas,
El 19 de Octubre salía enfermo de
gaba
a
Barranquitas para San Juan Luis Muñoz Rivera. Y al mes justo, el 19 de Noviem-
Washington Muñoz Rivera tomar posesión del puesto de Comisionado Residente,
dáver.
piraba en San Juan en la morada
bre, entraba
El
15 de
Pera
Y el 15 de Noviembre
en Barranquitas su ca-
su
Noviembre
de
1910
lle.
íntimo
getty,
amigo
de 1916 ex-
Eduardo
de
Geor-
E E
EE
EZ
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JUAN BOBO
o
| CONSUMATUM RIVERA
puertorriqueño,
o
_ MUÑOZ
di MUÑOZ RIVERA ha intoctd E ha muerto cuando todos esperábamos, con ansia su sanidad; amigós—adversarios políticos —deudos y parientes; hasta sus propios enemigos personales. Por primera vez en la historia de un
sus pasos vacilantes
se ha llevado consigo la
aquellos arúspices de
la antigiiedad pagana que guardaban en los templos. la llave de los misterios de la: Religión—y de la interpretación
frente¡'a
de
las leyes.
La
muerte
de
MUÑOZ
RIVERA
es
el derrumbamiento de todas las ideas, de todos los principios, de todos los sentimientos, y de los procedimientos
los umbrales de la muerte.” Un inmenso silencio—profundo y solemne, ha rodeado la tumba recién abierta de este gran | Puertorriqueño; * un silencio de estupor y de muerte cayó como una oleada de sombras densas y comPoo al rededor del lecho mortuorio—donde yacía iner-
que nació, que desapárece y muere; un sol que se apaga
da
como un astro muerto.
por él predicados durante el transcurso de más de treinta
años, es una voluntad de hierro que se aplasta al caer en
el abismo
y rígido el gran batallador, el ilustre y abnegado de-
una
Para
de las cartas pueblas, de los- fueros y de las liber-
-tades de su pueblo. queja,
sin
Ha muerto en silencio, sin exhalar
formular
una
protesta;
sereno,
su
reserva
mental,
su
estóica
resignación
ante
lidad del destino contra el cual era impotente
discípulos
genuinamente
de
rotación
el férreo
el centro de gravedad
realidad
los pensamientos
gustia y de erisis colectiva; de
acción en
la dinamica
La cireunferencia o radio
política,
está
hoy, sin
centro
políticos,
el sordo
aplanamiento
ha
muerto
es la idea;
las
con-
insigne pronto política, de esta vive en
esta tierra; lo que en
el principio,
el procedi-
consoladora, de la futura y definitiva redención de nuestra patria cuyos destellos iluminaron las sombras de la
tumba del gran patriota, en los fltimos momentos de sn vida. : No eniltró en la tierra de promisión:; pero como Moisés
guiando al pueblo de Israel. ha dejado al pueblo de Puerto. Rico a la vista ide ella, después de una larga peregri-
nación política a través del desierto de las pasiones -enconadas, de los odios encarnizados. de las miserias y las injusticias de los gobiernos y los hombres. . ¡ Cumpli4 su misión ! Falta, ahora, el hombre que ha de llenar el hueco in-
visible; no hay centro político. La muerte ¡del hombr e público que lo constituía lo ha borrado; el centro se ha menso, el vacío profundo ane la = hecho invisible para el ojo humano. Ahora sólo lo per- seno de un gran- partido. Este cibe el ojo intelectual—el ojo de los . que se reconocen * presente; pública y notoria es su como herederos euigoa. del gran patriota y del gran cha alma y de gran prestigio, de E
de
y obra suya: y esa idea, ese principio, y ese procedimiento, la muerte acaba de enterrarlos junto con su cuerpo «sellándolos para siempre. ¡Eterno contraste de ds cosas de la vida! cuando el sol que fecundó la conciencia política del pueblo puertorriqueño se obseurece. se apaga y muere, otro sol se levanta sobre el herizonte : el sol de nna nueva esperanza
en el
en las horas de an-
política
miento político envo secreto él solo moseía como creación
las ideas y los sentimientos. puertorriqueños; el blanco hacia donde las
. iban a congregarse
en
El duelo general que se extiendo
el corazón de todos los que aman
de
miradas de la multitud política se dirigían y a, donde
en el espacio! de nuestra
tan complicado. como si con la muerte de este varón puertorriqueño se hubiesen: paralizado de los resortes de la nueva y compleja maquinaria constituye uma prueba palmaria, plena y rigurosa triste y dolorosa verdad. No... No ha muerto MUÑOZ RIVERA, él
la bruta-
batalla, de vocatión apostólica, fué la imatrasparente ¡del espíritu de nuestra patria regional, febril y+apasionado, nervioso e lleva diluído eh sus tomos y gradaciones palpitante*de | la tierruca, con su blando dejo tromical. El fué el centro de la polí-
antillana:
a la tierra
blicos y la vida de todo un sistema político de engranaje
s
movimiento
girando
inmenso
ciencias en la hora solemne de la muertey el sentimiento, e estupor general que invade el espíritu popular en estos. momentos de suprema gravedad para los intereses pú-
tradicionales y de valer inmerjso come político, literato y
- tica: hondamente
seguir
amor
vela claramente esta verdad; el laínto interior de los que le amaban con la fé del creyente, la muda tristeza de sus
tranquilo,
poder de su voluntad inquebrantable. No es un hombre' “el que ha muerto; es algo más que un hombre. Lios hombres por grandes que. seam, al fin y al cabo, pasan para no volver. Es una idea, un principio, un procedimiento, una orientación, un símbolo de las ideas y de los sentimientos de un pueblo lo que ha muerto; es un sol que se apaga, un centro que se borra en el espacio de la polític a puertorriqueña: el: sol de nuestro sistema planetario político, el punto central de la cireunferencia política verdaderamente regional. Más que im hombre de prestig ios
periodista de geñ pulida y con su verbo inquieto, que el sentimiento y cadencioso
del sepulero—un
por los ámbitos de muestro diminuto mundo político, re-
estóico, sin que: el fantasma de la muerte tu bara un momento la serenidad de su pensamiento ni debilitara las energías y potencias formidables de su alma templada para la lucha, como las armas de acero bien templadas. Tuvo el presentimiento de su muerte; la triste intuición de su próximo fim: la siniestra visión de su eterna desaparición como el Cristo de la Biblia, y de ahi su silencio,
-.
que al morir
miento de las cosas políticas, como
grande hombre, la hiena del odio atáwico y “de la enyiha detenido
Ed
clave de los misterios de nuestra agitada e inconsistente vida pública, y de la interpretación del verdadero senti-
*
:; Gia rastrera,
EST.
tt
ES
A
|
muerte ha abierto en el hombre existe. está aquí historia; hombrede mu-
grandes y elevados sen-
A
sa
JUAN
LA MUERTE DE MUÑOZ. ]
He ahí un acontecimiento que por su magnitud com-
muerte, de d
historia, si fuese posible contem¡Tal el estremecimiento, la con-
un
transcurrieron
largos
años
en
una esperanza.
Mortificado,
no que le marcaba - sereno.
calumniado,
siguió
el cami-
sh deber con alta frente y corazón
Cuando ya creía alcanzar alguna felicidad para
su patria,
nuestro
tae
rendido
pensamiento
para
mo
levantar
en la caída del
que Jesús de Nazaret,
su muerte
jamás.
Fijemos
apóstol.
Al
ha redimido
igual
a Puerto
Rico. Como
una varita mágica
ha tocado
en todos los co-
razones y lograldo el milagro del despertar de conciencias
y adormecidos sentimientos. Igual que Jesucristo fué revolucionario; él racionalista, humano. No' profesó religión todas las religiones elevaron sus preces al Ser
pidiendo su salud.
+ igual que alguna y Supremo,
Fué un: carácter; no se «toblegó ante
convencionalismos. Tgual, que Téslicriato fué humanista. Ser humanista, he ahí la verdadera religión. Jesucristo
fué sencillamente humano; el error consistió en divinizar
su obra La
al que Hugo Rico.
tan lógica
y sencilla!
historia “registra
pasa hcy
:
sólo
en Puertó
dos
Rico:
la muerte
igual
de Victor
se han
expuesto
en' capilla ardiente;
allí
se les ha rendido y tributado ceremonias; pero la hermosa
conmoción
de corazones,
el desbordamiento
de dolor, el
; grito unánime y apasionado de un pueblo, se ha oído tres veces en la historia de nuestro planeta: en París, en Puerto Rico y en la Tierra Santa de Jesucristo. ¡Puerto Rico!
¡Dios, en la naturaleza !
gas a nadie lo que no quisieras pensaron Jesucristo, Victor Hugo
:
ron los más
amados
La
de
muerte
Partido
me
Código moral:!'*no haque te hiciesen”? Así y Muñoz Riv era, y fue-
por las multitudes. Muñoz
Republicano ;
ha
redimido
¡qué
de
sus
comportamiento!
culpas
al
Aquí
en
Vega-Baja ha hecho impresión el discurso del Hon. Dr. Barbosa:
en
él se revela
pios y civismo. Doctor;
y
los
su
honradez,
sus
buenos
prinei-
Ha vindicado el mismo Muñoz al buen unionistas
se
han
entregado
a
profundas
meditaciones, ¡La experiencia nos ha hablado. siempre de e injusticias y equivocaciones de la Historia !
En ¿isos momentos en que yo sentíame inundado mi sér de dulcísima impresión de bondad; que al rededo r
había un silencio de tumba y un e iacia me hacía entrever la armonía del ser y'no ser; qué sacudimiento me ha
vuelto ala realidad de la da ¿Por qué yo leería en este momento el número 9,519 de “La Corresponden cia de Puerto Rico””? ¡Ay! esas “Rápidas””, de Paco Colón, qué mal efecto me ran hecho. Por Dios. Señor mío, si
- Usted no se daba cuenta de lo que significa el acto de ese entierro para el país no ha debido ocupar usted ese sitio. ¡Ay!
acontecimientos
en Francia y la muerte de Muñoz Rivera en Puerto Ha habido. muchas muertes de personas de valor;
sus cadáveres
lismos.
vía-crueis
recorrido en que la fe perdíase y apenas si vislumbraba
de sentir,
¡qué
momento
supremo
y
qué
intempestivo
para
sembrar cizañas! ¡No le perdono este desahogo! Por Dios, señores periodistas, deténganse a revisar un poco más lo que publican; no den esas notas discordantes, que para las almas altas, y los corazones sensibles, esas notas, estas cizañas, estas ponzoñas hacen el efecto de la picada de un alacrán. Señor Colón, medite, modérese y agrándese. No tiene más que seguir el ejemplo del que acaba-de ascender entre lágrimas, flores y
amor.
Inés
patria querida, pasas por dolor inmenso, pero estás redimido!
Vega-Baja,
P.
R., Noviembre
19
N. de
de
García.
1916.
+
* timientos que forman al rededor de su persona una verdadéra aureola de popularidad y ¡simpatía general; de
temperamento abierta, noble y generoso; hombre de arrai-
go
material
y
espiritual,
y
el
único
que
ostenta
su
ca-
rácter y condición de verdadero heredero forzoso en esta herencia política, hoy por hoy, en estado yacente. No he de pronunciar su nombre, porque en estos momentos
«luctuosos está de relieve en la conciencia pública; que el pueblo lo pronuncie, porque está en los labios de: todos. Y el que vive ahora én lo alto de los Cielos, en un nuevo
plano de vida espiritual, bendecirá, sin duda, al pueblo que él guió en la tierra por el camino que conduce a la conquista del derecho, de la libertad y de la justicia. Que la memoria de los grandes patriotas se honra. de este modo: noribrando un sucesor que lo honre y lo
recuerde hechos
en la vida y: com
sus
pública
ideas;
com
con' sus virtudes, el
pensamiento .y
con sus con
voluntad.
SL
- Isidor Soto Nussa. o
q O
sin tregua ni
. Así
Después de la
con el desbordamiento
A
Muñoz Rivera exclamó un día, de esos en que el corazón desfallece; en que la copa se llena de amargura y el corazón rebosa, sí rebosa: “¡No hay redención!'? Lue-:
go llenóse de esperanza y siguió luchando
impresiones.
gustaría. que permaneciéramos así siendo buenos, ds que el egoismo no ensombreciera la tierra, que éramos hermanos racionalistas. ¡Oh! qué bueno sería desligar esta pobre humanidad ¡de dogmas, ritos y eo enciona”
moción de una patria! Pero nó, no es posible considerarlo - hajo este punto. Tenemos que tratarlo sólo moralmente.
reposo.
exteriorizando
Muñoz,
la
es
que registra la materialmente.
Sigamos
a -las granides catás-
E
trofes plarlo
a
e
parárase a las grandes hecatombes,
20
”
Da
43
O
os
BOBO
JUAN: BOBO
4
Lo que he de ser "siempre.
Lo que soy.
Lo. que a
E 27 de Mayo, ausente yO en Washington, apareció en el Heraldo Es-
-—Unos pocos hijos de la tierra, cora-
pañol,
hermanos,
de
Puerto Rico,
batiendo
esta alusión
20 para
Ri-
conmemorar el onomástizo
se Rey de España—una vez en el Parque y otra en el Hotel Inglaterra
En
efecto:
arraigada ., 2pénas
una
por
| una
convicción :
quince
años, y
constante» afirmación
ideas
en
el
estudio
del
por
de
mis
progreso
No
concebía
yo
que
un
sin otro título que el de nacer en un
yo
que
ta aristocracia, ni la teocracia, ni la
No había esperanza. Cuando dJefendían la causa insular, se les acnsaba de rebeldes, de anti-españolez; a las cárceles
oligarquías,
era
dignidad humana.
compatible
con
De ahí mis pre-
moeracia y a la república. Pero, sobre eso, y antes que había llegado yo al mundo en
se formaba
un
senti-
hijor de la tierra, en masas poco me-
mistas en 1867, asimilistas “utonomistas
los
en
1887..
Los
dantes-
en
una
fuerza:
en la le
establecer la autonomía, entonces in-
refor-
en 1877,
señores, los que traían su fé de
desesperación
—-por la república, o en los que podían, desde el reducto monárquico,
por su
dueños,
Maestros;
Jos partidos de la metrópoli. ¿En cuáles? ¿En los que también, como yo, pugnaban—inútil empeño
amargo destino. Quebrantar' aque Ma coyunda no se pudo'jamás: los
llamándose
de una
2yOyarme
cha en el campo de las armas, sumisa.2 la nación madre por leyes de su
decoro colectivo,
caer a mis
los seculares privilegios, necesitaba
isla diminuta, sin medios para la la-
nos que unánimes, peleaban
visto
senti-
“eon eficacia, y librar a la colonia del coloniaje, y sacudir el viejo árbol de la tiranía, y romper el bloque de
eso, una
verosímil? -
¡No
dudé
un
minuto.
Y
_en primero!de Julio de 1890 funds este periódico y en él levanté la ban-
bautismo refrendada en la España -: derá de una conjunci ón con el parde Europa, sostenían—<osa natural “tido liberal: "Trabajé y vencí. La -—su monopolio de los asuntos púautonomía dejó de ser abstracción
blicos,
Ad les ayudabah—cosa. triste
turco,
todo;
porque
no
era
liano;
porque
así era
lo
único
que
soy, lo único que satisface mis ansias nativas y reflexivas; porque así era ¡ puertorriqueño! ¡Entre
la república
redentora
y la
“redentora monarquía ¿cómo vacilar? Yo
habría
optado
por
la república.
mis idealidades, a mis teorías. En . mi corazón, en mi voluntad, Puerto
En-mí
ca. Seguía siendo republicano; más por encima de todo debía y quería ser puertorriqueño. Y, para serlo
ferencias, mis inclinaciones a la de-
inglés,
tas.
ansias
la
hubieran garantizado para mi pobre roca tropical el SELFGOVER" MENT, yo había sido italiano, ruso,
No había esperanza, Cc Y yo asistía al espectáculo sinies-
blo de Puerto Rico, debatirse en lag,
gobierno por clases, por castas, por
plades-
“Seto que la'república en España no
había visto agonizar a mis hermanos; había visto a mi pueblo, al pue-
hdades del. ¡gobierno personal o del
dis-
así ni turco, ni inglés, ni ruso,ni ita-
Había
autocracia, ni ninguna de las moda-
me
quicas, con sus reyes, sus emperadores, sus Césares, sus Sultanes, me
miento superior a las filosofías esco-
ni
los que
na desigual gastaron su existencia lus más íntegros patriotas: Padial, Trejire, Goico, Acosta, Baldorioty.
der político; se formaba el miento de-la patria. :
entendía
bien
cubridora y civilizadora—si cualquier nación del planeta, Italia, In-
tad de intervenir con nuestro voto en. las funciones del poder supremo. palabra;
oíganme
de
lásticas; superior a los sistemas jurídicos; superior a las formas del po-
una
a
la
voniéndoles su. voluntad soberana. Freía yo que todos, por el hecho de venir a la vida, poseemos la: potes-
Fu
gobernaba
cuten: si cualquier nación del neta—no ya España, la nación
tro desde mi atalaya de Barranqui-
palacio y heredar un cetro y un tro-
no, rigiese a los, demás hombibs im-
Rico
es-
inicuas, se les colocaba fuera de la ley, se les castigaba como a repróbos. ]
hombre,
Y
Puerto Rico!!
glaterra, Rusia, Turquía, las monár-
de allá, y de acá!
los caminos. solitarios
republicanas.
Puerto
la
se les llevaba con la guardia civil por
a
traves de la historia, mis ideas fueron profundamente
a
país.
en mi espíritu desde que
contaba
ayudando
Celis, Corchado, Brau, Marín, Córdova, Alonso, Morales, Quiñones: .. Los más altos entendimientos del
—que sus ideas habían sido siempre republicanas, ”” :
'vráctica,
En la pug-
nales
en dos
celebrados ¡en Puerto
sus
combatir.con éxito a los incondicio-
- prolongación de un partido monárde la Península, dijo
y
de
““incondicio-
:elavitud de Puerto Rico. ¡Qué empresa tan difícil
“Jamás hemos dicho que el señor Muñoz Rivera, después de haber sido en Puerto Rico el leader de la
banquetes
ímpetus
llamándose
les-españoles”?
cariñosa:
quico
los nobles
filosófica
y [pasó |
a ser (
“y
concreción
surgió, no surge.
Y yo no sacrifica-
bá Puerto Rico a mis preferencias, a Rico que
pasa los
antes que
Estados
España,
Unidos,
antes
antes
que
Europa y antes que América. Y cuando Puerto Rico necesitó o necesite salvarse,
yo
fuí
a España,
yo
iré
a
ler Estados Unidos; yo no me paro en los consejos
de
mi
amor
propio.
Arriba.el interés de mi isla y abajo
ins bellezas que aprendí en mis libros, las ilusiones de que se nutrió mi alma; abajo, si fuera preciso, la
Popularidad,
trabajosamente
da er seis lustros sacrificios,
logra-
de esfuerzos
y de
Ahora no hay peligro en ser repuLo soy. Me complace esta compatibilidad entre mis ensueños políticos y mis deberes patrióticos; nero si otra monarquía llegase triunfal a las puertas de Washington, sehlicano.
gún Catilina a las puertas de Roma;
si un Teodoro Roosevelt crease el imperio americano. según una Isabel el imperio español; si se seprodujeran las circunstancias en que NO
. SERVI YO A LA MONARQUIA SI. NO QUE LOGRE LA MONARQUIA AL SERVICIO DE MI PATRIA, yo aceptaría de Téodoro Roosevelt, co-
mo acepté de Cristina de Apsburgo, la salvación, la redención de P. R. 4
JUAN BOBO Esto fuí; esto soy y testo seré hasia que
caiga
en
el silencio
reposo de la tumba.
y en
el
Esto entiendo
que han de ser los buenos y perspicacées compatriotas míos. Y por es-
to abogo. por la Unión, y QUITO OBSTACULOS A LA' UNION, así
tenga que abrazar a mis rudos ad-
versarios, y perdonar a mis rudos enemigos, y olvidar que un día la piqueta rompió mis talleres, y la demagogía amenazó mi hogar, y la
'sacción me condujo al banquillode
l vs reos. Eso es nada;!leso es que uada, porque eso €s mi tia, mi dolor; porque eso, si t'ese de modo distinto, podría
venganza o mi Y lo otro... Lo
menos angusyo sinser mi
orgullo.
|
El Niño Alegre goza de salud. Y todo
niño
que
“aerme
bien,
que
respira aire puro,. y que
alimenta propiamente, debe estar alegre.
:
la causa en su sueño, en
E
se
Y si no lo está búsquese
el aire que respira, o en su alimentación.
¡otro es mi patria.
Luis Muñoz
Lecit V3orolem | LECHE CONRENSADA
Rivera.
ÁGUILA
es el alimento ideal para niños.
Solamente leche de vaca esco-
gida y azúcar entran en su composición. la hace
altamente
asimilable.
Cientos
Y un proceso especial
de miles
de niños
en el
mundo entero han sido ayudados a un desarrollo sano con el uso
de la leche Aguila.
Pregúntele
a su médico.
La leche Aguila es inmejorable para hacer refrescos, dulces
y postres.
Su
sabor
exquisito
y su riqueza
en crema
mejoran
el gusto de cualquier plato donde se requiere el uso de la leche.
de
; Quemaduras, ¡Almorra-
Le partidas, Pies canjos enfermos, Oídos enfer-
Erupelones, Nouraleles, * Virdalas y dvds peculiares. de los países Fogata,
afecciones
INDISPENSABLE
ARES porque
a todos
EN EL HOGAR
beneficia,
-
IS
lo mismo
al ancia-
P. O. Box
JUAN,
21,
PUERTO
uE
Recorte este cupón y remítalo al apartado 215 San Juan P. R. BORDEN'8S CONDENSED MILK SALES Apartado 215. — Ban Juan, P. R.
BENITO GONZALEZ, SAN
2
PS
Dolor
nas, a sados, Catarros,
A LITE E REY
pe 5
RICO. | —Sírvase enviar “Mi
SAN
JUAN
SANITARY LAUNDRY,
STEAM
Unico tren de levado al vapor en Puerto Rico. calidad, para
Co.
Trabajo| de primera señoras y caballeros.”
Teléfonos 96 y (194. . San Francisco 61. San Juan, P. R.
“ Alimentación de los Niños””.
Biografía” y ““El Cuidado y
* >
hados. Estaba: saturado de arucaliatio: Nana, la impúdica Nana de Zola, y
Siáonia, la pérfida Sidonia. de Dau-
le det, eran su encanto, Su, ideal, y hagatrafan ccn fuerza poderosa y E
nética.
con Goethe y
A veces solía soñar
Lamartine : entonces divisaba vagamonte, como a través de las brumas
del tiempo, y circundadas por suavísima aureola, la: delicada silueta - de Margaritay la espiritual tengen de Graziela. Pasaba horas y horas. devorando “ las estrofas palpitantes de Musset;
admiraba a Víctor Hugo, el semi. dioS, y consagraba a V ictorien Sarácu un culto rayano de la idolatría. - Tirabaal florete con pasmosa des-
treza, bien probada, en infinitas ocasiones. junto a las tapias du pere Lachaise, 0 en Jas desiertas aveni-
das du bois Boulogne.
Montaba con.
Gesenvolturayy
gallardía sus potros que año tras año dis-
cordobeses,
putaban
el primer premio en las ca-
rreras
del gran
prix.
Era francos ecnde salones
un elegante. ¡Sus cien mil de renta y su título de Nizle daban libre ¡acceso en los del Faubourg Saint Germain,
teatro de:sus triunfos más ruidosos, y su fama de opulento aseguraba un sitio en de la ópera, junto a bulliciosá y gallarda BAS,
|
, - Travieso, como
IAN
:
dde
y de poeta le los bastidores la más fresca, de las bailari-
SE
Boecacio, enamo-
valiente, discreto
y seductor,
1'sa, en señal de cumplido
fos los lábios la enviaban
una
honde
con
a “su hechicera pro-
preciosa eara
y
dote
demoiselle de
no
sé
cuantas decenas de millones.
una
'
Ella buscaba con afán el busto vare nil, armonioso y correcto de Gustrvo;
él se
e* brazo gentil
adelantaba
con
ofreciéndola
exquisita
pareja,
finura,
envidiable
y la
y envidia-
da, dejándose arrastrar por el torbelino
del
baile,
recorría: los salones,
a los eléctricos compases de Strauss, crtre las vueltas rrimer vals,
vertiginosas
de
un
Esther resistía sin ceder el pertinas asalto de un ejército de conquistadores:
príncipes italianos,
grandes
Esther de Lenormand tenía también sus aficiones artístico-literarias.
de España, lores de Albion, potenta-
Leía con absoluta perfección la poe-
rían para sí aquella perla, tan sober- -
eía vibrante
y rítmica de Francois
hiamente
Coppée; bordaba al piano las inimi-
millones.
tables melodías de Verdi y los apa-
ta a la joven! Mr. Voulavieff, inteligente banquero de Moscou, recien «cnvertido al catolicismo, que había
sionados andantes de Chopín, y rendía vasallaje a dos pasiones profundas: su pasión por el arte y su pa-
- sión por el lujo. aecirlo; mente
era
Porque,
es preciso
positivista,
eminente-
positivista,
y vanidosa,
faná-
ticamente :vanidosa.
Veía en Gustavo al lion de la high-
Yf6, al calavera afortunado y rico, el trovador
moderno,
vehemente
co-
mo un hijo del trópico, y le ofrecía con su mano y con su amor la posesión y el usufructo de inmensos cau- *
dales,
|
Ser la esposa del soñador, y visitar a su lado Venecia, la ciudad de lo3 amores; Roma, la ciudad de los recuerdos; Constantinopla, la ciudad d:
las sorpresas;
Sevilla,
Goes de la aristocracia montada
Más
edquirido
dad de la industria, y Londres, la
en pocos años una fortu-
crejble
desprendimiento.
—¡ Ah !|—pensaba Esther.—Si Gustavo Girard no fuera tan rico, y tan
guapo, y tan ardiente, un
instante
cse ereso
en
llamarme.
brillaba
siempre,
vacilaría esposa
de
Debe
ser muy bello, juntar dos capitales enormes, formar el primer caudal del mundo, humillar a Rodsehildt, empequeñecer a Steward, erigirse, reina de las bolsas europeas, y ¡quién sabe! hasta ceñir a las sienes una corona de princesa. Las deudas de Gustavo crecían, crecían y crecían. Los acreedores,
hizo insostenible.
de
dulce
arrobamiento. Esther
no
de la estepa rusa.
tasía
trella de primera
de
va fabulosa, y que gozaba universal celebridad por sus arranques de in-
cansados
horas
en su engaste
que los otros «asedia-
ciudad del spleen, era un proyecto Y ellísimo, elaborado por aquella fanen
que-
la ciudad”
de los alcázares; Nueva York, la ciu-
vigorosa,
francesa,
cómo
es-
magnitud, en los
de
esperar,
apremiaban.
Llegó un día en que la situación se El fabricante
de
carruajes presentósu cuenta, y exigic el pago, concediendo un plazo
fatal, excesivamente alguna.
Sobre
fatal sin duda
la cabeza
del. jóven
estrenos de la ópera, en los saraos de la embajada británica, en las
resaban amenazas mortales para 1n
grandes soirées de la duquesa C,, en
, hombre de honor: la prisión por deu-
los espléndidos bailes de la residen
cia.
A su llegada el suave murmu-
lic de la lisonja, proclamándola
dio-
s: de la belleza, la envolvía en nubesde flores y perfumes: todas las
das
aparecía
en
el
horizonte,
eu-
triendo de negros vapores el cielo le aquella
existencia,
tan feliz y risue-
ña hasta entorices. Girard suplicó; " widió prórrogas nuevas, habló, como
E a
O
son-
homenaje.
A
E
to-
A
a impacienórdenes con, 'agotaba el era más de-
placer. * .. . —Esther me salv ará, pensaba Gus-
metida:
su frente;
3
gozaba mucho, gozaba demasiado. Vestía a la derniere, ¡imponiendo el dictámen de su buen gusto a los capor y MEE dni de la e
ya las once fortuna, los
y más insaciable la sed de
tavo, recordando
acariciaban
a
A S >
+=
voradora
miradas
NA
de la tie-
la creme del:
RE
guapas
Porque, eso sí, sentía irresistirra. hacia las antítesis bie inelinación es acaa completas y haci los contrast
+
GIRA RD
aclamación imánime, a .Era alto, delgado, esbelto y herGran Club. . de vioso. Escribía versos henchidos En 188... consumida entusiasmo, llenos de ternura, rebodécimas partes de su santes de vida, a todo lo bello y a acreedores empezaban todo lo adorable: a lás fiores blan-> tarse, y acogían sus cas y a los ojos negros; a los labios marcada frialdad. Se A zafiro; Je coral y a las ondas de ñureo manantial cuando y tas rugientes del cielo las tormen a las muchachas
y
NN
GUSTAVO
por
AS AAA
-
rre
o
BUBO
NENA
JUAN
JUAN BOBO de un hecho consumado,
de su'ma-
trimonio con Mdmlle Lenormand, estuvo elocuente, expresivo, patético,
y la trégua fué otorgada. No puede
E
evitarse que algun
mez-
quino envidioso del dandy se entera-
se.
La noticia, dada en tono de mis-
teriosa
confidencia entre
«un
grupo
de gomosos en la plaza Vendome, «o-
rrió por los cafés primero, se exten-
dió luego a las redacciones y a los Clubs, y subiendo, subiendo, llegó, insinuante y diabólica, la los salon es
Jel
gran
mundo.
La
maledicencia,
alegre y bullicioso a Musset y de Goncour.
47 la
patria
de
—
Gustavo recibió todos estos golpes con la sonrisa en los labios, con la
serenidad en la frente y econ las muerte en el alma. Intentó «conterer la ola del escándalo que le-arrollaba y le envolvía. ¡ Imposible! Lució con arrogancia indomabl e sus soberbios tiros de caballos ingleses
Pursang en los Campos suntuosos
banquetes
Elíseos: dió
ro. que
su
amargura
corazón
y sus
se
llenaba
ojos de
le
lágrimas;
tuvo después una inspiración gene rcsa,: y juró arrancar a Gustavo de
la deshonra; meditó luego, y aquel
carácter eminentemente positivista y locamente vanidoso se impuso. Era Preciso, aunque
lcrosas
bre que
sufriera
torturas,
caía.
el alma
alejarse
del
Los millones
do-
hom-
deben
unirse a los millones, y 'Gustavo, po-
bre, valía, poco más, poco ménos, lo que
cualquier
redactor
anónimo
de
Le Fígaro. Entre Girard y Voulavieff la elección quedaba hecha - el moscovita triunfaba sobre el parisien que se hundía. —Nada de vacilaciones. Ahora la boda, quía,
y enseguida a Italia, a Tura España; a ver cómo luce y
como fulgura una luna de miel en las orillas del Arno, en las aguas serenas del Bósforo o sobr e las torres de un alcázar morisco. Mr. Voulavieff, más que. nunca
€namorado,
y. más
ambicioso, insistía.
resistencia
lar
de pura
capitulaciones
que
enamorado,
Esther, tras uma fórmula,
cedió:
matrimoniales
se firmaron: el arzobispo de París bendijo la unión, y Pocos ¡días después
los esposos pisaban la ¡cubie rta del yacht Moravía y hacían rum bo a las costas de
Nápoles,
dando
un
adios
“JUANBOBO”. es
vinieron á turbarle los recuerdos de
su
existencia
febril,
sus
amores
de
un día, sus noches del club, sus versos, sus éxitos teatrales, su populari -
dad
creciente,
aparecieron
vagas
y
resbalaron, y aquel cuerpo de form as irreprochables se.sumergió pesa damente en las aguas del río. Entre tanto París, entregado al reposo, iba tomando ese aspecto grave y sombrío que comunican el silen cio “y la quietud á las grandes selvas solitarias, y á las grandes ciudades dormidas. Dos días después L” Evenement insertaba, juntas, por extr año capricho del redactor ó de la suert e, estas noticias: — “Con extraordinaria pompa se ce-
ostentación
Esther oyó de lábios.de su padre, la nueva desdichada. Sintió prim e-
muerte: el abismo, más negro aún, de la deshonra. En aquel momento
en las tertulias del Gran Club ; jugó
misión. ¡Gustavo y perdido!
arruinado |
Estaba solo entre dos abismos insondables: el abismo negro de la
confusas, como las figuras de un cuadro disolvente. No vaciló. . Ineli-
su
Ca morada de lá rue Vivienne; apa. reció risueño, expansivo -y decidor
estaba
con paso firme de un salto la
magnífi-
en
e“sgrimiendo sin piedad sus mil lengvas cortantes, se eucargó de termi-
Dar la obra, y cumplió a merveille su
ojos: emtró en él y resuetlo: escaló férrea baranda.
fuerte; derrochó públicamente y con fastuosa,
cantidades
res-
petables: todo inútil. París, su cuna, la cuna de sus sueños, el escenario de sus triunfos, de sus victorias , de sus goc es, le abru-
maba, le escarnecía y le mat aba robán
dole á Esther, sú última esperanZa, su último refugio, su tabla sa].
vadora en el naufragio de la banca-
rrota.
|
Vió sin extrañeza la traici ón de su prometida, y esperó. La hora suprema llegó al fin. Gustavo, oculto tras una columna de Notre Dame, contempló la ceremonia religiosa :
miró enlazada con la mano del ban. quero ruso, la mano blanca y trémula
de Esther;
oyó las últimas
pa-
labras del prelado; sintió en las en.
irañas un dolor agudo, sus labi os se crisparon, dejando paso á una sonri-
sa sarcástica, y partió. Era
de moche.
París
nado sobre el oscuro canal, sus tpiés
lebró
Nuestra
fortunas pa. Los dirección rigirán á Moravía, lavieff.
dó poco á poco sus ruidos y sus mú-
Gustavo atravesó rápida-
paso á paso, con la mirada perdida
en las profundidades del espacio, lle-
gó á la margen del río. . Allí se detuvo, meditó un instante y siguió
avanzando. Uno dde los puentes que * cortan -el Sena apareció ante sus
el
enlace
encantadora heredera de una de las más considerables de Eurocónyuges han partido con á Cette, y ¡desde allí se diNápoles, á bordo del yackt propiedad de Mdme VouSe proponen visitar las más
del continente.” AE
iba apagan-
mente la zona concurrida y ale gre: tomó una vía solitaria y silenc iosa :
Señora
del opulento banquero moscovita -Mr. Voulavieff con Mdmlle Lenorman d,
bellas ciudades
sicas: en el cielo azul brillaba la luna con melancólica luz: el movimi ento de la gran capital se reducí a y se concentraba en las calles más im-
portantes.
en
e:
'*Se halla expuesto en la Morgue cadáver dde Mr. Gustavo Girard,
uno de los jóvenes más distinguidos
en la alta sociedad parisien. Poseía un capital inmenso, agotado ya, se-
gún versiones exactas, por sus exce-
sos de loca prodigalidad. Había escrito para el teatro algunas obras muy estimables, y su muerte, que
causó en todos los círeulos profunda
: Sensación, priva á las letras, franc esas de una bellísima esperanza .””
Luis Muñoz Rivera, 1886:
e
7
hoy
el mejor
periódico
de
Puerto
Rico.
E Xx T
mo
a
-
]
¿JUAN
BOBO.
p | Í
- DESDE
WASHINGTON
0d OVENES
Agosto 24 de 1915. : 103 ] Leí en '“La De.nocracia””? dos editoriales que se ti-
tulan
“Hombres Viejos”? y “Hombres Nuevos”.
En am-
otros en la vida pública. ] Unas líneas para decir mi impresión. Es esta: En un país como el nuestro es necesario que luche todo el que pueda luchar. Algún día nos constituiremos, al fin, sobre la base de un régimen ide gobierno - propio,
ampliamente liberal, que permita a los ciudadanos puertorriqueños diri igir, ellos solos, los asuntos ide Puerto Rico. día
será lítito
el reposo:
ahora
no
por
edades.
Cabe
hacer
pero únicamente por aptitudes.
clasificaciones; Si vale mucho
treinta y ocho.
Y to-
y de su genio tantas cosas; tantas cosas! arrecian,
si los
problemas
Y aún hoy, si son
difíciles,
Bien.
Estimulemos su entusiasmo para que sirpueblo; nó al poder—confiémosle
toridad, impongámosle Af.
Por
mi
obedezco cuando
parte,
a esa me
desde
norma.
agitaba
la au-
la responsabilidad. veinte
A
años
atrás,
los “combates
sin descanso
obedecí. y
periodísticos,
en Ponce—1890-1896—
llamé para que compartieran cónmigo la tarea y la gloria, a Mariano
Abril,
.a Evaristo Izcoa. Rosendo
Rivera,
a Rodríguez
Cabrero,
Y cuando pasé a Rafael
Matos:
a Eugenio
a San Juan exceptuando
Astol,
llamé
a
- -2 Izcoa»
los ¡demás han sido directores de este diario que fundé para mantener ideales y no para acometer negocios. En los combates políticos me rodeó una legión de muchachos brillantísimos como Cayetano. Coll, Miguel Guerra, Santiago Vivaldi, Juan Huyke, Rafael Cuevas,
Frank Martínez y cien y. cien que no enumero para no ser profuso. El día en que nombré
secretario de de siglo.
gobernación
contaría
a Pepe Diego subél apenas
un
cuarto:
Pero, al mismo tiempo, me acercaba en Barranquitas, en Ponce, en San Juan, a los veteranos de alta ciencia y
de profunda
experiencia. - Don
Román
Baldorioty,
don
Porque
Acuña y le pido, y él me dá, sus
quiero atreverme a plantear ni a resolver, sin un dictamen
va al pueblo—al
j
a los cincuenta y cuatro, hace dos no más, iba a
sabios consejos.
leader?
4
un gabinete había cumplido
un joven, debe subir cuanto antes y mantenerse firme en
Es obvio que a las masas, que necesitan defensa contra,los abusos de que son víctimas, donviene no disminuir . el. número de sus defensores. ¿Hay mil? Bien. Conservémoslos, estimulémoslos y procuremos aumentarlos. Mejor sería que hubiera dos mil o diez mil. ¿Aparece un
1
sus
la altura.
“da en una farsa, vence todos los obstáculos y triunfa,
|
aprovechar
davía
que trabaja don Pancho
- sería imbécil e inútil, porque la popularidad no es un rótulo, sino el producto de una acción continua y. fecunda; estorbar al otro por la razón de sus pocos años, sería estupido y necio, porque el mérito, si existe, si no se fun-
EN
propuse
subo los cincuenta peldaños que conducen al mirador en
Prescindir del uno por la razón de sus muchos años,
-
me
sidir
las dificultades
Si un viejo vale mucho
debe ocupar el sitio que le señala su valer.
o, a lo menos,
enseñanzas. Siempre, siempre, les reconocí— y al único que aún vive continúo reconociéndole—una capacidad inlinitamente superior a mi pobre capacidad de jíbaro de la montaña. Y-_ ; Se dirá que yo entonces era un miño. Nó. Al iniciarme periodista había cumplido treinta años. Al pre-
la casa de Brau para oirle, para aprender de su honradez
lo es.
Me parecen insensatas y hasta un poco pueriles las
clasificaciones
Pepe Acosta, don Pepe. Celis,' -Salfador Brau, lil Caribe, Fernández Juncos, fueron mis maestros, en las artes literarias o en los empeños. cívicos. Les consulté a menudo y aproveché,
bos se define el papel que correspoade a los unos y a los
Ese
VIEJOS.
todavía,
siendo
tan viejo, no
de ese prestigio, asuntos que afecten al presente o al porvenir de mi patria.
Y yo pido a Dios, a la naturaleza, al destino, a las luerzas dominadoras de los acontecimientos, que nos conserven la existencia de ese prócer ilustre, a quien mo hé visto equivocarse nunca y en cuyo criterio, y en suya exacta -visión a largas o a cortas distancias, tengo mayor
Té que en la visión y en el criterio míos,
entre sus libros, sereno, ecuánime,
Allí, en su bufete,
aquel anciano, sin es-
eribir un artículo, sin pronunciar un discurso, prestó y “presta y prestará a su isla más servicios que todos noso-
tros en las ardientes polémicas que tienen por campo la publicidad de la prensa o la semi-publicidad de la tribuna. Y no porque me incline ante el juicio del patriarca y del patricio, dejo de acudir al palenque donde libra sus
batallas la juventud que se abre camino hacia el futuro. Ahí, en la redacción, se reunía en Marzo, Abril
y Mayo un
poderoso grupo de intelectos clarísimos. No los menciono. ¿Acaso es posible olvidarles: o desconocerles? Una véintena. Pero una veintena de cerebros que harían honor. a Buénos Aires, a Montevideo, a Valparaíso. El enorme productor de ideas y de formas que propaga una confederación de ensueño; el vibrante cronista progermano que acopia una erúdición de maravilla ; el hardo genial que canta en metros rotos y magníficos la canción
de las antillas; el desenfadado iconoclasta que labora una revolución moral y social con sus paliques de tremenda
originalidad; el audaz mancebo, todo él una llamarada, que llevó a Cádiz la repercusión sonora del alma de su tie-
rra; el prosista de las filigranas, que esculpe su estilo, como si manejase, en vez de una pluma, el' cincel de Benvenuto Cellini; el poeta ide los bronces heráldicos, que, sin ES a Heredia, le hereda y sin leer a Richepin, le con-
c0
e
|
Y
iscesincuiod
|
on
|
A
E
- JUAN BOBO.
cer arilPor
E
E
Montes
húmedos
47
al
Aguas caliadas del río, Palmas
j
del palmar sombrío,
de lloro,
Orad por él.
Y vírgenes del bohío, Orad
por él.
Hierba silente del prado,
Buey humilde y fatigado,
Boca pálida de amores,
NET
EEE
ho
Viejo árbol inclinado,
Alma de las nuevas flores,
Orad por él.
Pico de los ruiseñores,
Orad por él. Melancólica
-
Blanco y fragante sendero,
Blando y sutil jazminero, Tenue y cándido lucero, Orad por él.
montaña,
Mar que nuestra tierra baña, Oro de la fresca entraña,
Nube
Orad por él.
-
Crad nor él. Luna de la noche fría,
Viento lejano y dormido,
Niebla copiosa y tardía,
por él.
Y tú, pobre ánima mía,
Orad por él
Amplias estrellas de oro, Lirio del campo sonoro,
E. Ribera
tinúa; el humorista sutil que, al traducir, convierte las joyas inglesas en joyas castellanas. y que, al producir— poco, por desgracia—pone en sus cláusulas una suavidad sedante tras la cual se disimula una fuerza ““foudrovan-
No
importa
sin
contorsiones,
aver. mañana
simultaneidad
vular.
tor, gran pensador, se recata
gran poeta, gran
escritor, gran
ac-
gran oraldor y que. siendo todo eso,
en las penumbras
indecisas
antes
que buscar
mo
no
quererles
si se les trata?
Los
jóvenes:
la falanje
de jóvenes que ha subido ya a la cúspide. Tras sus hnellas vienen los que eanan laureles en los conenrsos «de arte: los que dan “el primer filo a sus armas”? en las escaramuzas periodísticas: los que ejercen el ministerio de la propaganda en el comité y en el meeting; los que se preparan a escalar el repecho en euya cima se extienden las ondas de la fama. , A Pienso que la edad no es un título ni tampoco un «stiema. Pienso que a esta hora se dibujan las siluetas de los
que
van
a constituir
pronto
un
centro
de
acción
tan
lo que
importa
es la capacidad,
que
sin
inconsecnencias:
hoy
en
ou el sitio de hoy. a fin de aue el instinto po-
es infalible.
no
pierda
la
confianza
en el tesón
Antes delos treinta años, antes de los veinte se revelan
en
ocasiones
vilegiada. jmperator
Desvués
típicos de una
un
cónsul
de
Cicerón
Vietor
Hueo la
precocidad
quince:
César
fué dueño
pri-
fué
del mun-
v dos; Alejandro “no cabía en Európa”” cnatro; Menéndez Pelayo penetró en la veintiúno : Cavestany escribió “El Esclavo los diez y seis.
de los sésenta
Pronunciaba
nía
tuvo
a los veintiocho: Bonaparte
do a los treinta a los treinta y Academia a los de su Culpa?” a
Bismarck
los rasgos
Roma
sus
sus
años,
arengas
más
confederación
después más
célebres
de los setenta
vibrantes;
poemas:
germámica;
herlain el imverio británico; sorprendía de la eravitación universal: vroclamaba
compo-
creaba
planeaba
Newton
von
Cham.-
las leyes
Gladstone la auto-
nomía de Trlanda : liberaba Thiers el territorio de Francia. La nioso
edad enbe
no es un título ni un estigma.
ni
se baja.
Se
sube
nor
Por la edad
los servicios,
vor
los
sacrificios: se baia por las abdicaciones. por las traiciones.
noble y alto como el que, en 1880, constituían Baldoriotv. Acosta, Celis. Blanco. Padial, Corehado. Brau. Córdova.
Fn
Alonso. Ferrer. Elzaburu. Vizcarrondo. pienso que no lle-
ol espacio y en-el tiempo, la rebta final queda
varán los que mayor estrépito levanten o con mayor auda-
la muerte.
cia empujen, sino los que demuestren al pueblo que pueden y saben servirle con desinterés patriótico.
el sitio de
v el carácter de sus leaders.
los
focos que bajo su intensa claridad, le destaquen y le presenten al aplauso. Esa gente, ““nuestra gente?”, me rodeaba en las noches de activo esfuerzo. Esos jóvenes lanzaban sus teorías, a menudo sus paradojas, a la disección tenaz y al análisis anatómico. ¡Cómo no admirarles si se les escucha? ¡¿Có-
la edad:
Chevremont.
la energía; la discreción. y, más aún. la lealtad por encima Te todo y la consecuencia con los principios, sin cambios,
te”; y, enbre el resto del ernpo.el publicista que es, en extraña.
hermosa,
— Fugitiva mariposa, Ave que en el mar se posa,
Sol caliente y encendido, Cielo azul y traslucido, Orad
de la, tarde
el
proceso
de
Dejad
perpetua que
renovación
que
se
cumple
en
a cargo
de
la muerte “escoja..
Luis
Muñoz
Rivera.
50
JUAN BOBO
os
DON
EDUARDO
No podía faltar en nuestro álbum, sin que pecara éste de deficiencia notoria, el nombre y la silueta de este noble puertorriqueño cuya actuación cerca del ilustre fenecido,
los arrestos
ha
de tal modo
despertado
simpatías.
en
En
nuestro
la casa
país cálidas,
de Don
efusivas
Eduardo
y generales
Georgetty,
como
es de todos sabido, fué que ingresó enfermo Muñoz Rivera, pocó la
después
mano
leal
de su llegada y siempre
de Washington,
adicta
de
Georgetty
y fué también la
última
en
recoger la despedida suprema del héroe moribundo Creemos haber probado suficientemente que en este nuestro huerto de JUAN BOBO no eultivamos flores de Usonja, pero como tampoco somos sordos y ciegos al mérito ajeno, nos descubrimos con respeto ante el cúmulo de vasgos generosos con que el señor Georgetty acaba de tra. zar las líneas de un verdadero poema de amistad y adhesión hacia el hombre que encarnaba todo lo que de grande, hidalgo y bello había en nuestro solar puertorriqueño.
ze
GEORGETTY en
El señor Georgetty nació Manatí. En 1889 conoció y campañas
que
de
el 11 de a Muñoz
este
le acompañó
gran
Octubre de 1866, y desde entonces
espiritu
siempre
en todo
le cautivaron
el largo
cur-
so de su agitada carrera política. Primero autonomista, después liberal, luego federal y hoy unionista, Don Eduardo, a pesar de sus grandes empresas financieras, no dejó
nunca
que
concurso
su
fe
amenguara
de su inteligencia
nuestro país. Don Eduardo
es
y
en
todo
y de su
hombre
de
tiempo
fortuna
erandes
aportó
el
a la causa
de
recursos
excmó-
micos, pero hace de su riqueza un uso tan poco acostumbrado, en obras de bondad inagotable. que creemos el más alto deber de patriotismo hacer que su lección moral de desprendimiento
cireule
por
todas
partes,
a
despierta a otros favorecidos de la suerte solo crece la ortiga del egoismo.
ver
si
en
cuyas
sacude
y
almas
ce
EL PATRIOTA
PUERTORIQUEÑO DON EDUARDO GEORGETT Y Y SU DISTINGUIDA ESPOSA DOÑA AUREA BALSEIRO DE GEORGETTY
DOÑA
YULLA
¿Conocen Uds. a Doña Yulla? Es un alma dulce, olorosa a piedad y ternura. Fuente que baña las flores
un corazón que los alienta, una esperanza que los conforta. Todos los años abre su caja de caudales y, como una noble primavera, riega su oro para los necesitados,
en
za.
sedientas, Hada que, con su varita mágica, hace milagros. Los pobres, los humildes, tienen ella
una
mano
que
los sostiene,
para los hijos del dolor y la pobre-
Sus manos son generosas. TIOS no saben amarrar al
Sus malobo del
dinero. Son manos santas, hechas para curar heridas y suavizar asperezas... Doña Yulla ama las flores. Es ar-
tista...
Por eso es generosa...
El
E
JUAN
BOBO
arte es blando y caricioso, es desintcresado y divino... Esta dama alta, de porte distinguido, no tiene en su espíritu la dura gravedad ni la seca avidez de las señoras burguesas... Los socialistas, siempre ariscos e inconformes, la proclamarían Vircer de sus ideales. Por lo mansa, por lo noble, por lo espiritual, por lo santa, por lo razonable, por lo
cristiana,
por
¡Cuántas
mar
de
lo sencilla...
veces,
en
zozobra,
medio
surgió
de
como
un
una
estrella
de plata, su figura, y los náu-
fragos
amenazados
tas de la vida, muerte!
Cojamos lios
y
los
por
se vieron
todos
tormen-
libres
los jazmines
nardos,
bancura y aroma. mino de glorias v elía llenó de paz, sombra. el camino los desamparados! ¡Bendición para
las
todo
lo
que
de
la
y los sea
y llenemos 8u eacanciones. ¡Que en largos días de de los afligidos y ella!
La capilla ardiente
Angustia. “Un
A
Muñoz
Livera.
Y ast le Dije a mi armada: el fué todo corazón, y ella toda atribulada
puso el alma eu la nrarión.
en Ponce.
en | | |
a gu fierra supo amar,
y entonces ella fue un río de lágrimas al llorar. Y fué tan hondo su llanto, tan Dolorogo y fan santo que iunoblez celos sentí; Y así le rogue de hiuojos: Deja una gota eu lua ojos
De ese Dolor para mí. A.
Nicolás
Blanco.
Gl
0
El fué bueno, fué bravia,
$2
DESPUES
¿A qué seguir la lucha? La tristeza que nos hacía llorar nos llevaba al desaliento. ¡Qué vacio inmenso! ¿Cómo es posible continuar en la brega ? Y el pensamiento, mirando al pasado, viendoal patricta «dle pie frente a las tiranías, altivo ante los poderoso; de su tierra, firme en la ruta al ideal. sembrando con su
Barceló, Santini, Camuñas, Martinez, yo. Todos lloramos como miños. Tras largos días de espéranza y de martirio, la realidad dolorosa deta muerte ... Acabábamos
de
ey nuestras almas que volaba eloriosas
verle.
Y
hermanas,
la
luchador,
caído
ascensiones,
por
traía
impresión
la ausencia
al Infinito, resignada
del fuerte
a
sg luchar
por
la libertad
de
que
producía
primera nuestros
nuestra
pluma y con su verbo la semilla del amór a la patria, en-
der aquella alma
en el sufrir, el cuerpo
chas lágrimas..... Llorábamos en silencio. | Y nuestro Uliwito sincero, ingenuo, todo ternura, de ton en el dolor, el placer de mostrar sus ¿A quien vamos a contar la historia
vez en su ojos
contraba
frío
vida
lágrimas,
de mu-
llanto era como el los niños que sienlágrimas. de nuestro afane-
tierra ?
¿Qué
voz
de
eran
las
mismas.
Nos
los ojos al adquirir forma mental. temerosas,
sin
duda,
de ahogarse
explica
el inntenso
-vacío
que
la, muerte de Muñoz Rivera ha deJago en el ambientede nuestro país, ¿porque la vida múltiple, noblemente activa, extraordinariamente laboriose, de este varón singulár,; partici19 durante treinta años de la vida
de Puerto Rico, siendo en ella y para ella
la
voz
más
vibrante
y más
alta.
Muñoz dió a nuestra lírica quejumbrosa: el relieve de su canto rebelde y bravío, que nunca había resoñado aquí de modo tan pleno, antes de que él se revelase como un pobta,
Renovó
el periodismo
fundiéndole el complejo las ideas modernas.
in-
hálito
de
hijas
del
cará
ter.
Encanzó. Pelican los vagos seitimentalismos de nuestro pueblo hacia orientaciones| prácticas, que les diesen algún día formas conere-
horrible
reélidad
veamos
como
él, por todos lados,
traición, de la envidia llenando ños el camino al Ideal.
amplitudes s Y mayor
brillo.
las sombras
de amarguras
conductor
fué tan de
de
reducido
grande,
acción,
como
dentro
como
su
lo
el nuestro,
v
de su campo
fueron
W ashing-
nombre
sería
escul-
pido entre los más lexcelsos de los contemporáneos. ¿Por qué nó? El ácuila vuela siempre en las alturas, quiera
que
de
la
lanza,
sobre
su
escu-
pueblo
le ha llorado.
Pe-
basta.
Es preciso
hombres.
ton y Bolívar en el suyo. Si en vez de haber nacido en una pequeña isla el destino lo hubiese colocado en uno ae Jos pueblos de Europa o América qU+ marchan a la vanguardia de la
donde
de la
y desenga-
do de bronce.
Mizo todo lo que pudo hacer 11 hombre de genio, como él, en un metan
muerte
pero el combatiente se imponía sobre los demás, y les llamaba al orden y a la acción, dando recios golpes 25n el cuento
Fué un forjador de caracteres; un educador de multitudes;
- tio
la
J. B. Huyke.
tas en la realidad, sin menoscabo de nuestro derecho nuestro decoro; anteg bien, imprimiéndoles mayores
un
de
Unámonos en el y pensemos que
la garganta.
civilización,
insular,
Su verbo expresó en las tribunas Pepulares, con más elocuencia que Mineún otro, la nota de la sinceri Cad, hermana de . verdad, siendo ambas
que
con:
Y no surgían a la vida en
MUÑOZ RIVERA Se.
las trasmitíamos
la
es forzoso realizarlo. * Aún hay que luchar..... Y todos nos levantamos rapidamente y todos secames nuestros ojos y todos pensamos que hemos de seguir la lucha larga dolorosa, terrible, por el derecho del pueblo, aun.
Todo esto pensábamos. Y en el silencio de la noche; la confusión de los primeros angustiosds momentos ideas
descender,
otros nuestro amor y nuestra adhesión. pensamiento de nnestro hermano muerto
adelante?
nuestras
al
como una pesadilla trágica que se empeñara en perseguirnos en la vigilia..... Llorábamos todos y nuestro llanto ingénuo, sincero, todo ternura como el llanto de los niños nos hacía sentir en el dolor, el placer de mostrar nuestras lágrimas. Fué Santini el que rompió el silencio doloroso. Le. vantóse bruscamente, secó sus ojos con violencia y habló: Amigos, no hay que llorar. Nuestras mujeres y nuestros hijos ofrendarán sus lágrimas. Ofrendémosle nos-
estímulo nos alentará? ¿Qué símbolo viviente de la herniosa idealidad soñada acogerá nuestros entusiasmos con cl prestigio de toda una vida dedicada a la ruda tarea de “grmar una patria? ¿Qué ejemplo a seguir de ahora en
tras
y
JUAN: BOBO:
agite
sus
alas.
Su mundo interior mostraba todos ls matices que pueden brindar una sensibilidad exquisita y una intel igencia penetrante, aquilatadas y acendradas por la cultura. Allí se hermanaban el poeta y el
artista, el combatiente
y el filósofo,
Nuestro ro eso.no lo,
seguir
su
completar
su
camino,
obra,
imitar-
conservar
pensar
como
y
él
pensó, amar como él lamó, luchar como él luchó; demostrar, en suma, que su «ejemplo no es perdido. Esto, por él. También por nosotros. Porque los vivos sólo pueden engrandecerse con el culto y el estadio de los muertos que supieron ser fuertes y ser grandes. Después de todo, un pueblo se forma así: su alma se amasa, al través de los siglos, con las cenizas de sus sabios y sus apóstoles, de sus mártires y sus héroes. Y degenera o se degrada, cuando esparce esas ceni7as a los cuatro vientos.
Eugenio Noviembre
28.
Astol.
«JUAN BOBO
Luis Muñoz
53
Rivera
(Para Llorens Torres, amigo del alma de Muñoz)
felicidad.
Dios quisu llevárselo al cielo en la agonía de una tarle
A
Llevárselo a la Gloria... Dejar su alma nobilísima en la divina mansión de los justos, de los santos, de los
ce:
un Yo
Su corazón era infinitamente
Me
una Le
a quien
Ud.
ha
visto
toda
esa
generación
días
mejo-
País,
que les preparemos.
absoluta
confianza
sea
fuere
cuál
obligados
a tener
patria sólida y digna
la
el porvenir solución
de
que
le
. juicio y a edificar
para las nuevas gene-
me
sus
frases «le afecto, cuya
sin-
consta.
Salude a Monse y crea que le estima de veras, Luis Muñoz Rivera. Lic. Angel M. Torregrosa Aguadilla, P. R.
Me lo imYo no puedo comentarla. Esa es la carta. pide la honda amargura «que ha enfermado a mi alma; el dolor inmenso que ha lacerado a mi corazón; la pena que me
ahoga;
el llanto
vios, y tortura su
mi
que
nubla
cerebro,
ojos,
mis
mis
y erispa
ner-
desgracia
de
nunca,
se
ante
la inmensa no
lo olvidará
en
los cielos.....
muerte.
Mi alma, el alma arrodilla y reza:
mía
que :
nuestro
que
estás
Padre
El
E
Angel M. Torregrosa. ia
alegría.
y usted tienen ahí el complemento de su
agradezco
ceridad
Con motivo de la muerte patriota y del MAESTRO.
del
' saca.
e
El léxico de nuestra lengua no tiene palabra alguna que pueda medir la intensidad del dolor que embarga alma «del pueblo puertorriqueño.
al
No parece sino que súbitamente el corazón de Puerto “Rico “ha dejado de latir, o que una mole gigantesca se ha despeñado sobre el alma de la patria..... Y es que: Luis Muñoz Rivera, el más grande y más patriota de todos los puertorriqueños, ¡ha muerto!..... Y las ideas se perturban y el espíritu se anonada, E Y en la turbación y el idesconsuelo.
““La mente duda, el pulso no palpita, el labio
calla,
el corazón
no
late.”
A
¿MIE HOMENAJE Y las almas inquietas y tristes ven más sombrío el porvenir de la patria. Y más negro el horizonte de nuestras esperanzas..... Y en el recogimiento interior de las almas y en el repentino despertar del pensamiento, un MILLON de patriotas buscan anhelantes al LEADER..... y buscan al MAESTRO. .... Y el pensamiento se esfuma..... sim encontrar MAESTRO..... sin aparecer el LEADER..... Y, como dice Fernández Vanga:
al
“Nos quedamos definitivamente solos; definitivamente tristes; definitivamente huérfanos”...... M. Méndez
San Sebastián.
Litiaga.
IIS:
gran
mucho
raciones.
Contemplándole muerto la otra mañana, repetí a mis amigos de la Guardia de Honor: '*Yo me averguenzo de pensar que vivo, mientras este idolatrado Padre de la Patria, ha muerto; mientras tan valiente paladín de las libertades puertorriqueñas duerme así, eternamente, .-... Luego, cuando ví desfilar ante el cadáver de este inmenso Hombre, a los niños de nuestras escuelas públicas, recordé con tristeza infinita la carta que me escribiera desde Washington, el día anteriorde su viaje a Puerto Rico. .. Quizá la última carta que escribiera desde la Capitolina Ciudad..... Decía esa carta: Washington sep., 15, 1916. Mi querido Torregrosa : ] trajo una
á
inspira
aguarda. Estamos
que reina allá, en la dulce morada de la Gloria.....
25 me
muechachote
auguro
nuestro
Cumplió como bueno; y la Omnipotencia de Dios tecía que premiar tanta bondad, con la hermosa paz divina
carta agosto
guapo
sobre el campo
se había realizado.....
Su
dure
res que los nuestros. Nacimos en época de transición y de lucha. Ellos atrontarán su destino a épocas de francos progresos. Pisarán en firme
grande para un mundo tan demasiado pequeño como este!... Quiso Dios “apagar la luz del Astro... Y el astro se apagó. Su Destino se había cumplido. Su noble misión en la vida, luchando bravamente por la Patria irredenta, ya se
Ya Monse
es que
sin duda.
é
Muñoz tenía que morir.
deseo
a
buenos. ....
mayor
AZ
infinitamente triste.....
Mi
y muy completa; para los tres. José Luis es también el nombre de mi hijo, y el de otro pequeño pariente: Vivas de Pon-
54
JUAN BOBO El
ANCIANO
medios de fortuna que haya alcanzado, o con log consejos
de su larga experiencia.
Vedle en la vía pública; camina inclinado por los años, como distraído, y apenas fija su atención en los que con él se cruzan. Observa al niño que con extrañeza
advierte su cara enjuta y mirada apagada en medio de la animación y movimiento general. Cambia su mirar con la joven, a cuya imaginación podrán aparecer como en lejana historia las pasiones de aquel hombre residuo de un remoto pasado Sus amigos le ven transitar pesarosos,
pensando en el próximo fin de aquella existencia, cuyas actividades han alcanzado, y los extraños contemplan al re-
presentante del pasado, que con semblante apacible les señala el porvenir.. Si ese anciano tiene la dicha de poseer la fe religiosa, ve resuelto el problema de su vida. Sabe de donde viene; sabe a donde va y tiene fuerzas para dominar el apego a
la vida, integrante de su condición humana, en espera resignada del fin de su existencia.
Entre tanto, si tiene hijos, les dedica un afecto que endulza su existencia,
y les prepara
su porvenir
con los
Si no los tiene, el anciano al lado de sus familiares se
absorbe en si mismo, y vive en el pasado, a la vez que se mueve en el presente, experimentando contrastes, de algunos de los cuales no puede darse cuenta. El mundo es para él un inmenso escenario, del que es actor sensible e
interesado, y al mismo tiempo lo observa, como en lejanía, con apariencia de extrañas figuras las que allí se agitan.
Como sus pasiones están apagadas, observa con rela. tiva indiferencia como se desarrollan todas en el gran
palenque de la vida general: las empresas amorosas en la
juventud: las luchas en la edad madura movidas por la ambición, el lucro o la posición social: las grandes caídas
de la moral y de la conciencia, y el mérito de los paladin es
de la virtud y del heroismo moral. He
aquí al anciano;
el pasado
incrustado
en el pre-
sente; la visión ideal de la vida futura en el torbelli no de las pasiones humanas; el espíritu que se prepara a ir a
Dios,
caminando
al
Bien
Supremo,
arrepentido
flaquezas, en aspiración a una vida mejor.
de
sus
Francisco de Paula Acuña.
La
caida de Sisifo En
Era
un
árbol...
y una
. Cuando
la muerte
isla...
de
Muñoz
y un millón
Rivera.
de corazones
donde el árbol arraigaba. el
árbol
forecía,
florecían
ilusiones.....
y a ia isla perfumaba.
Y cra fuerte..... En sus frondas
y fué inútil que soplaran
aquilones,
su ramaje le bastaba. había pájaros ¿escuchasteis sus canciones ?
A la isla despertaba.
¡Cayóel árbol! ¡Cayó el árbol!... y fué el rayo del destino quien determinó su ruina. Ya no hay flores en el árbol, ne se escucha un solo trino,
76 años, y don José B. López, de 83, quienes die-
la tormenta se avecina, y aún sollozan en el troneo los que ignoran el camino.....
ron, como viejos vecinos de Barranquitas, todo los datos sobre la casa en que nació Muñoz Ri.vera. Don José fué el comerciante que le vendió al padre de Muñoz, el catón en que aprendió
aquel sus primeras letras.
José
Yumet
Méndez.
Aguadilla, Noviembre 20 1916.
a
De derecha a izquierda, don Nicolás Santini, de
JUAN
BOBO
55
mmm
QUEJAS DEL MAR. Estas
fueron
las primeras
estrofas
econ que cantó la lira de Muñoz Rivera. Sus hermanas las guardan, desde niñas, como el más dulce recuerdo del poeta. Cabe la playa del mar Atlante, Allá en la noche, con emoción, Al par modulan Luis y Violante Triste canción. Si cruza un ave rápida y sóla Notas
siniestras
al
aire
dá,
Y si callada viene la ola Gime y se vá. Vago suspiro de cuando en cuando Sube a los cielos buscando a Dios, Y
los
amantes
siguen
cantando
Juntos los dos:
La habitación y cama en que cayó enfermo Muñoz en Barranquitas.
“Cuando nacía nuestro cariño, Aquí, en la orilla, junto a la mar, Era tan puro como de un niño El despertar. Hoy... descorrido con torpe empeño D: la inocencia diáfano el tul, En vez de campo verde, risueño, Y cielo azul,
AA
Vemos
en torno nubes sombrías,
Negros presagios del huracán, Y no se calma de nuestros días El hondo afán.
Fs la pureza flor perfumada De los jardines de la virtud :
Ah! si la pierde ¡ cuán desdichada La
juventud!
¡Dios, que diriges desde la altura, De De
cuanto existe la evolución, nuestra horrible lenta amargura Ten compasión ! Paz que se calmen nuestros pesares, O dénos tumba, Dios de bondad, De esos serenos tranquilos mares. La inmensidad !”” Una oleada viene rugiendo, Cubre la costa, cesa el cantar,
Y, a los amantes ráuda envolviendo, Torna a la mar.
E
Interior de la iglesia de Barranaitas, donde fué velado el cadáver.
Desde aquel día dicen las gentes Que al pasar oyen con emoción, Log ecos débiles, tristes, dolientes
A El
gran
LUIS
amor
que
MUÑOZ profesé
De una
RIVERA. al
patriota
se
entristeció
un día ofuscadó en Miramar; mas la muerte que lo borra todo, me hace sentir hoy toda la pena de mi rebeldía. E, Ramirez
de Arellano
Brau.
canción.
Y de las olas con los rugidos, Un día, cerca de aquel lugar,
Tal vez llegaron a mis oidos Ecos perdidos, ¡Quejas del mar! L. Muñoz
2)
Rivera.
JUAN
ANTE LA TUMBA DEL POETA
CABLES DE DUELO,
Muñoz y Doña María Barrios y ma-
|
, ternos Don Esteban Rivera y Doña 2 :stefanía Vázquez, fueron padrinu. Don Manuel Muñoz y por Doña María Barrios, Doña Petronila Escale-
De Santo Domingo, de la Habana, | -:2 de; los Estados Unidos y de otros “Nada se altera en el rincón puntos del continente americano, se querido. ””
recibieron
Rivera.
y
por
cables
Dones
de
duelo
PARTIDA 3
doy
DE
“En
llanura, el vago rumor de la triste caravana...
cientos del
¿Por qué dobla la campana? e
la triste
caravana? a
trova
a
el profundo dolor
.
que
rusticana
món
(lice por qué el clamor
dela
mes
Para
la
al fragor
sobrehumana ;
Se pierde allá, en la lejana la
murmurando
y
de
abuelos
Doña
lgl+-
paternos
Don
vduertorriqueño
Luis
J. de Larra.
DISCURSO
SOBRE
+
Edgar Poe. J. Quintana. Bousset.
Montaigne.
qe CARTAS,
22
LA
COMICA,
>
V. Marcial. Eimdaro. Santa Teresa
|
E
Scearon.
LA CELESTINA, EMILIO,
Me haño cargo en buenas leondicio-
nza de alquileres. í a Para informes apartado 128.
“cobr
]
8. Bermúdez.
sa
»
Príncipe de Bulow. Ludovico Ariosto. F. Monlau. Dr. P. Garnier. a 2 . '
Gabriel
Hanotaux.
DE VENTA EN EL BAZAR OTERO
| AS
265 rojo.
a
en
|
:
Jesús.
:
J. J. Rousseau.
POLITICA ALEMANA. ORLANDO EL FURIOSO, HIGIENE DEL MATRIMONIO, ESTERILIDAD HUMANA, AGOTAMIENTO NERVIOSO, HISTORIA "ILUSTRADA DE LA GUERRA EUROPEA,
nes po la administración de casas y
de
:
: Calisto y Melibea.
JULIA,
URBANAS.
|
HISTORIA
Ya el más grande corazón duprme la paz aldeana: pazde canción que desgrana
FINCAS
nuestro.—
Espinosa. Homero.
COMPLETAS,
NOVELA
Muñoz
Duelo pueblo
Director Listín.””
OBRAS COMPLETAS, Y CUENTOS,
Luis
hacémoslo
INTERESANTES
NOVELAS OBRAS,
señor
muerte ilustre Muñoz.
LIBROS
OBRAS
DE
del
país
Rivera. El Director de ““El Listín Diario", que es el periódico más importante de la isla hermana, envió el siguiente cable: ““Entérome hoy'
ENSAYOS,
L. Amadeo.
de la República de
E _media señal de
fallecimiento
Monserrate
Ya no dobla la campana, ...
Francisco
DOMINGO
asta durante duelo, por el
an días en
¡'UNIVERSAL,
en su fino surtidor la fontana.....
”
en dicho
caravana
una oración...
SANTO
pa tres
ETICA, LA ILIADA,
leyó en su escudo una flor, .y en los ojos el fulgor de, una espada toledana. Es
Gistaneia,
Cuevas.
cionales y extranjeras
Poeta y Luchador:
de| una: lucha
de que
Santo Domingo promulgó un decretv ordenando que las banderas na-
y nueve, a primero de Septiembre: Yo el infras-
paz aldeana
lanzarse
parentesco
cincuenta
Muñoz
Rivera,
doliente campana:
—Fué dejó.
Antonio
El Presidente
«Julio, hijo legítimo de Don Luis Ra-.
afiige a la caravana,
y
A DESDE
sia Parroquial «de, San Antonio «le Padua de Barranquitas, Dioeesis de Puerto Rico, bauticé solemnemenie y puse óleo y crisma a Luis José Manuel que nació el día diez y siete de
rumor
Jna
el
el año del Señor de mil ocho-
erito eura Rector de esta Santa
ese vago
advertí
y sus obligaciones
fe: Juan
NACIMIENTO
Al folio 16 del Libro 5 del Registro Parroquial de Barranquitas, %gira la partida de nacimiento de. Luis Muñoz Rivera, en estos térmion : :
sube, de la lejana
qué
quienes
espiritual
=
LÓyest,' -. Suena* la campana, la! que llama a la cristiana fel como voz del Señor...
¿Por
Ta a
eminentes
de dichos países.
¿Sientes la paz aldeana... Paz de canción que desgrana en su fino surtidor la, fontana?
Ya
sentidos
pesitos
AA
L. M
PONCE,
P.
R.
E
A
E
li A
an PAZ.....
BOBO
Ae Pi
]
AAA
lo
¿one
tensa
EL REGRESO era allá abajo,
en la oscura
hondonada,
dulcemente
bañada
.
en la paz
de
a
loz montes,
A a o
Y
cándida visión de la aldea blanca en que nació el ungido.
A
Moría el sol. Y era un paisaje agreste y un camino largo y tortuoso que huía entre breñales. Y era solemne y triste el momento, pero de una tristeza delicada, quimérica y bella, como la de un claror de luna en un nido vacío. : : la
un fulgor,
6 como
un soplo,
o como
un
O
NE
oo
Y era, en las nubes grises y lejanas, y en”la actitud contemplativa y mística de las. montañas, y enla gasa sombría de la noche inminente, y en el lívido adiós de la tarde en las cumbres, . como aleteo de una súbita y trágica supraconsciencia de lo
ao
7
ínfimo y lo inmenso, de lo fugaz y lo eterno, de lo triste y lo alegre de la vida.. . a
de aquel féretro,
aldea.
en
|
o
un féretro.
Y era, en el hueco
el cuerpo yerto y tétrico del hijo y novio de la blanca
A
iS
ras, persiguiendo
AP CIPNCIA
Le ae
Y era, entre la aldea y nosotros, la fantasmagoría milenaria de la serpiente alucinante de los carros negros, trémulos de luces, que, cuesta abajo, resbalaban, resbalaban, como aves agore-
El carro va crugiendo y avanzando, en una lenta, contenida, religios a marcha de procesión. Y ya llegó la noche y nos arropó y nos sahumó a todos con su gran vaho de eternidad. Y hay parpadeo de estrellas en lo alto y un crispamiento de suprema emoción en los nervios. Y esta emoción se va volviendo evocación y llanto a medida que vamos pasando silenciosamente junto a
OA ls
la casa en que nació, y unos violines, desde ella, van derramando en el silencio enorme, una tenue,
pausada, convulsa melodía. después.....
Después
el sol, el día
otra: vez, y con el día el latido,
el fragor, el jadeo -- -
Y un cementerio diminuto, vecino de la aldea, se va llenando de enlutado e inquie-
Pto
Y
de la vida.
rústico y humilde.
supremos..... Pero y anegando
La tumba está desier-
jíbaro que bordó con su vida la rara leyenda tan bella y tan
se ha quedado solo, solo con la muerte. Y era otra vez la visión de un camino, de.una
el cementerio
El gentíose disipa.
ETT
triste,
Va pasando la vida.
ya el:milagroso
Sopla
aldea y unos montes
una brisa fría,
a
Hay 'un pavor
en la tarde.
de
Allí está
silencio y de olvido
A
Ya el ungido,
una sombra de montaña va avanzando. Pero “úna sombra de montaña va avanzando la tumba del ungido de una penumbra vaga, suave, dulce. Tan suave y tan dulce,
STErO
ta.
NS
Transcurren los minutos.
e
to e inmenso gentío. . Y un ataud que llega..... y muchas flores..... y Una voz de angustia que pronunci a un nombre y grita un adios desolado..... y una explosión ronca de un dolor profundo que sigue a esta voz..... y una arruga en la tierra, y una cruz, y una lápida. ¡
que parece que mima y que canta y que llora, com> un luto de hermana, o de novia, o de madre Padre nuestro que estás en los cielos...
PARTS
DE
no nos ha permitido in-
eluír otros nctables artículos y grabados interesantísimos;
pero los iremos publicando en nuestros cuatro números sucesivos de este mes de Diciembre, que tendrá cada uno 20 páginas, o sea, en total, 80 páginas que, sumadas a las 64 del presente número, formarán un volumen de 144 páginas que juzgamos digno de ser encuadernado y con-
servado.
)
;
a
Además, como obsequio a nuestros súseritores, «esde el primer número de-Enero principiaremos a publi-
ear, a modo de folletín (4 páginas en cada número),
“¡ libro
en preparación. titulado. El
- quitas, que será un estudio completo
el
jíbaro de. Barran. del gran patriota
y de las diferentes épocas en que se verificó su actuación
BARRANQUITAS”. política, así como de su vida y labor literaria.
Dicha obra
GETS
PARA
"EL JIBARO La limitación de este Album
CANALES.
AAA
NEMESIO
AAN
3 A 5
se está escribiendo por nuestro compañero Luis Llorens Torres; saldrá ilustrada debidamente; cuatro páginas semanalmente, hasta un total de más de 200 páginas; toldo ello. en obsequio a nuestros suscritores y sin alterar en
|
nada el precio de la suscripción. Las personas que deseen recibir los siguientes nú: meros de este mes ide Diciembre, a fin de completar el Album. deben dirigirse oportunamente a nuestra Administración. E lo e
.
Por
-un arreglo
especial. con el Boletín Mercantil,
(easa impresora de JUAN BOBO), se prepararán cubier-
' tas lujosas y se les encuadernará
"cglección completa a los suseritores.
a mitad ” le ' precio la
«=á
| LA ULTIMA
¡Ha sido necesario quel viéramos dormido sobre su lecho de amargura, sin luz ya en la mirada y marchita la frente, para resignarnos a dr que haya muerto. Por-
qué siempre, en todo momento, a pesar de la gravedad anunciada por los médicos,
n fondo de fe inquebrantable
nos hacía concebir esperanzas.
¿Extinguirse así de pron-
to *quella vida que habíg sido como una llamarada?
¿Cuándo el laurel de sus viejos triunfos se cubría de nue-
vas Hores?
¿Cuándo el pueblo, que había hecho de su
maestro un ídolo, lo. saludapa en la exaltación de su últi-
ma victoria? No.
No podía ser. . J
“La inquietud ante el
"
peligro crecía,
'Los, partes fa-
cultativos negándose a señalar para aliviarnos el más leve
* rayo de consuelo, reproducían día tras día su negro pesimismo. El pueblo, movido, por su instinto de conservación comenzaba a pensar en'su horfandad ante el infortu-
nio. Yo, sin embargo, esperaba...
Un millón doscien-
tas mil almas, de rodillas, pedían a Dios por la vida del
apóstol. ¡Qué digo! * Cuanjo hay de noble y de puro en el espíritu humano, clamabj por la salvación del ilustre enfermo. La sociedad entetja, sin distinción de credos ni de matices, elevaba sus plegájrias por la preciosa vida. El día trcce, salvada una crísig que pudo ser la última, una
esperanza que voló del jardín, pasó al rededor de la lám. para. ¿Pór qué no ha de serí—me preguntaba yo. Mas he aquí que de pronto, al caer la tarde, su alcoba, abierta en
medio de un bosquecillo de cerezos a donde para endulzar
sus tristezas llegan a cantar ¡os pajarillos, se llena de mis-
teriosa frialdad. Y, como n el cuénto de Maeterlinck, burlando la vigilancia, algitien entra... La cama de
Muñoz, apesar de la fiebre, sp ha helado cual una nevera.
El enfermo, en un esfuerzo gue todos notan, lleva las ma-
nos hacia las almohadas para ahuyentar algo..que se ha, colocado
a su cabecera y que'sólo él vé... El pulso sata
de repente.- El corazón anuncia que se vá. El alma vá -2 partir... A las seis y treinta y cinco, la. mirada se in-
moviliza definitivamente. . A.
o.
qee
po
Su vida, como la de los Héroes del Yamato, es de una
grandeza épica.
-Utamaro o Toyo-Kuny habrían visto en
él la estampa viva de uno de ¡aquellos samurayes qué des.
JORNADa inflamar su espíritu, y se presenta entonces el poeta. * Su, estro lleno de rebeldías hace que sus versos sean escucha-
dos con agradable indignación.
El fuego extraordinario
en que arden sus rimas, conquista desde el primer instante la atención de las muchedumbres. Y vistiendo con toda gallardía sus arreos de combatiente, un buen día entre los días, se despide de su nido de la montaña y llega
a Ponce, donde la pluma veterana de Don Ramón Marín
publica ““La Crónica”? sobre un reguero de pólvora.
momento
es terrible.
El despotismo
El
colonial español en-
saña su crueldad en el manso cordero del Caribe, ahogan-
do en el exilio y en las cárceles todo noble gesto de pro-
testa. Por lo mismo, y para que los esbirros de la guardia ensayen mejor sus bayonetas, el pastor montañez, lleno
ya el carcaj, ardiendo en ira, curva en su arco meras flechas. ¡Sus caritos, como los de -Tirteo,
las prise apo-
deran de la conciencia ¡popular que adivina en el intré-
pido rapsoda
al príncipe de sus caudillos.
Año
de 1885.
Desde catonces, su odisea y su gloria... ¡Ah, mi amado maestro! Tú has sido artista hasta para morirte. Para los que te conocimos bien, tu despedida es sin duda, tu mejor apoteósis. La vejez que te hubiera querido para sí, has podido y sabido despreciarla . La encina, que fué tu símbolo, antes que desnudarse con el otoño, prefirió desgajarse con el aquilón, Y, en tu ausencia temprana capaz aún de savia renovadora y de copiosos frutos, hay algo de los elegidos de los dioses. Porque tú, que amabas los bellos gestos y que legast e a la posteridad ejemplos de varonil belleza en las páginas de tu devocionario, como el poeta griego convertido al
parnasianismo has podido decir, que nada a pesar de la
lucha, nada en tu vida embravecida de complejida des, ni
el grito de tus legiones ni el brillo de tus estrellas, logró
nunca
cambiar el fondo
de tu alma.
Para mí, mi
dulce
maestro, a pesar de lo que el mundo piense, más que un pastor de pueblos, seguirás siendo siempre un gran esteta, - ante todo. Y si fuera necesario e inevitable asocia r tu nombre a las contiendas cívicas. de la patria, diría que
fuiste en ella el único entre sus hijos, que justamente por
sus ternuras de poeta supo ennoblecer e idealizar pués de ofrecer su espada por la patria, suben su poal Fusi- lítica. Es verdad que tu obra de redención es inmen yama sagrado a recibir el besí) del sol. Porque sa, en Muñoz, y que la tierra que hoy te llora reconoce en tí a su prócer _ no.se interrumpe nunca la leyenda. Cantando vino a lá más augusto, pero tus cantos saturados de sed de lo inlucha y cantando ha “muerto: -Su-niñez se desliza dulce- finito, tu amor a tu valle y a tu río, tus nostalgias incuramente en el regazo de sus montañas de Barranquitas. En bles, tus campañas mismas ¿qué son sino el dolor la escuela no es ni de lós m ¡traviesos ni de los contramás apli- riado de un gran artista? _ cados. Más que viveza, lo que se nota en él, es cierta Horas antes de morir, hecho ya su testamento . inclinación contemplativa—nie dice uno políde sus condis- tico, lo que pide a sus amigos es que cs le lean los versos de Cuando se escapa de. casa de sus padr es, se le su poeta favorito para confortar su espíritu. Y yo evoencuentra siempre en los sotqs floridos corriendo tras laz co lleno de emoción la tarde ¿quelo “en que después de mariposas, o bien, pescando grejos en el río de la aldea. la cena, el viejo
paladín envuélto en las nubes de su taA los quince años, su naturálega cambia; su cuerpo se abre baco, con un vago prese ntimiento recitaba: vigorosamentcon e elasticid es pugilistas.. A los | veint e, *. Dicho so el árbol que es apenas sensitivo, su padre, el único notario de la comar ca, le coloca: ante . y más la piedra dura, porque ésa ya no siente el porvenir con un escritorio!de come , rcio, Péro, los ne. puesno hay dolor más grande que el dolor de gocios no van bien; el po ser vivo, merceroen vez de
cuidar surtir su tienda, se dedica h la inútil tarea de comp rar libros, Por las. noches, con, cuencia se
de
balances de caja para conversar Luis
, Las lecturas y el tem
5 . A k
p
|
p
AE
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o
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gis
4
op]
E
con
olvida de sus
ni mayor
pesadumbre
que la vida consciente:
Ser y no saber nada, y ser sin rumbo cierto, y el temor de; haber sido y un futuro terror. ..
. Y el espanto seguro de estar mañana muert o, ': y sufrir por-la viyda por. la sombra y DO
CORAZON Claro cielo matinal.
Trae la brisa
el aliento de los húmedos herbales y cl aroma de las flores silvestres, «Bri-
illan en los árboles lágrimas de rocío, y deja en el campo dulzura y pureza la mano
rubia del sol.
” Con la aurora, bajado
a la
dos labriegos han
senda:
Son
marido
y
mujer que salieron del bohío colgado como un nido en el fondo de la sierra, al saludar el gallo al alba con su agudo clarín; Anda la mujer delante,
guiando
al marido
perdido
la vista
de
mal:
ciego
El
no
la sigue,
que
saben
ha
qué
y es torpe,
yv es tardío su caminar. Cabizbajos y mustios, cual imágeres de tristeza, van en silencio los e, pesinos. En el rostro solemne
dr" ciego hay grabada una pena. Y él sabe que todo está triste: Se lo ha dicho el llorar de una fuente, y abcra lo dice doliente un largo balido que de lejos viene. Y así van los lahriegos, lentos y mudos, en la quietud santa del amanecer, hacia el lu-
ear distante donde ha muerto el Pastor bien amado. .
«y fué un arduo
caminar
de n-
DE
LA
ARCADIA
do.un día, por el polvo de las sendas. Y bajo el palio de las estrellas, la pareja de labriegos descansó. —Dame, anda, tiempo—pidió el Y otra vez, el mano firme en el
na mujer; los
pasos
está triste: Se lo ha dicho el grave E silencio que reina. Ya llegaron al peldaño más alto las labriegos. Las flores, y el ol»r de la cera, y un sollozo que ha oido, llenan el alma del ciego inmóvil Le
que no llegamos a ciego, despertando. brazo tendido y la hombro de la bue-
vngz
y otra vez el resonar de lentos
y -torpes
del
ciego
Al otro día, entraron-los labriegos,
se
abre
por
mirar
la
faz querida. Y suben despacio homLwes y mujeres y niños an ordenada
fila.
Ya
los labriegos hallaron sitio en
la fila. Suben tristes y mudos. En e” rostro inmóvil del ciego hay gra-
bada.una pena.
al
Fué colmado el sublime deseo. Y tocar el labriego miserando el
eristal de la caja, cayó de hinojos y rompió en un llanto plañidero pie se clavaba en las almas. E Se oyó entonces leve rumor de
alas en el aire: Eran las alas de un
angel
que
la mano
piadosa,
del
cielo
la mano
a besar
humilde.
tor bien amado bendijo y sonreía al
"iego desde la gloria...
Y él sabe que teda
Miguel
Guerra-Mondragón.
" Y ahora que lo contemplo inmóvil entre los cuatr o cirios que le sirven de guardianes: ahora qué sus ojos
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos, y no saber a dónde
bajaba
2 mano pura, la mano trágica, que temblaba sobre el ataud; y el Paz3-
.—
lo que no conocemos y apenas sospechamos, y la carne que tienta con sus frescos racimos,
mujer
opone una voz queda. —Deje, señor, que me acerquen.— Tlevo un día caminando para traerle estas flores.—Déjenme, siquiera, to-car su ataud...
bien amado: Sus hacia tierras fecantarán la liborla calle, la gente
paso
La
—¿Para qué, si no has de verle ?--
esquivos y miedrosos, en la ciudal dolorosa. Frente a una casa de wieja historia, se agrupa la multitua. Arriba, entre cirios y blandones, .
ansiosa
inmensa.
—+¿Dónde está él?—clama el pobre labriego en la sala mortuoria.
en el silencio de la senda.
guardan al Pastor cioz ya no guiarán !ices, ni sus labios tad del pueblo. En
congoja
siente que la mano del ciego tiembla.
cerrados
vamos,
por
las flores
se hunden
para
siempre
en
la
nada; ahora que el silencio ya ha sellado sus labios , 21
¡ni de dónde venimos!... Pero donde mejor se ve el triunfo de su vocación poética, es en el reposo de sus pláticas íntimas. —Dejemos
inclinarme sobre su ataud para adorar sus mano s y besar su frente, noto que una sonrisa pontificia se escapa
el lobo de la política en manos de los señores comitentes —parecía decirnos. Y ya lo sabíamos; sus discursos de-.
con que la muerte lo coronó, lloro en un pobre pétalo, una lágrima blanca para él... E
liciosos de retórica vagabunda,
terminaban
siempre
en
un paseo literario a los propíleos griegos. Su palabra, acostumbrada al verdor de Ja selva vifgen, adquiría entonces la frescura de los mirtos del Himeto. Pero como
su musa,
además
baiar las piedras
de exquisita era también mundana, del Erecteón,
Olimpo parisiense. nuevas
se instalaba
al'
en su lindo
Discutía entonces el caracter de las
escuelas dentro
del impulso modernista,
para de-
cidirse siempre por la que sin trabas ni estrecheces odiosas representa mejor el vuelo del pensamiento libre hacia la belleza. | : En las tertulias
de ““La Democracia”,
donde
la ju-.
ventud se reunía para escucharlo y para admirarle, muchas veces nos dijo;
—Aguarden
a qué regrese de
pronto termine allí mis compromisos
taremos nuestro cenáculo literario. ..
Washington.
Tan
legislativos, levan-
El dolor es inmenso...
Y al ver los pálidos asfodelos
Por delante del poeta muer-
to, los ancianos desfilan .graves, sin pronunciar palabr a. Las mujeres, oran y gimen. Los niños, al pasar, arrojan palmas y rosas sobre su lira... En Y yo pienso que nó, que ésto no puede perderse, que no está todo perdido. Porque un pueblo que llora con el más hondo y tierno de los sentimientos al más dulce y amado de sus maestros, debe tener todavía fuerzas para
la libertad...
|
La luna está ya alta.
En
el cielo sereno
la noche
deshoja sus luceros. Y Clío, sosteniendo sobre gu trípode de oro el libro de las edades, al volver la página para escribir su nombre, la habrá visto iluminarse con un vivo y divino resplandor...
o
Sus promesas de mejores días, acaban ¡ay! de dez-
vanecerse...
de sus ojos entreabiertos.
Rafael FERRER, *
Lo
Fatal, Rubén
Darío,
E
Era
una mañana alegre. ¡Las lluvias torren ciales de at satura ron la campiña de humedad; pe-
los días anteriores,
tala,, un
buey
hosco arrastrando: el arado
¿ Recordáis las casas sencillas y humildes de anchas ma-
deras, montadas
sobre largas canillas: de izocos,
en
tierr
a que ocultó la botijuela; casas primitivas, casas hospitala-
e
rias, de balcones siempre, ante los cuales lás parrandas de reyes rasguearon el tiple y la guitarra y la copla monorrit-
mica y sentimental
era un grito de nuestras campiñas, y
¿en cuyo barandal se soleaban
albahacas y los claveles?
los geranios y las tunas.
las
¿ Y recordáis las otras: una, dos,
tres a lo sumo, de mampostería, que eran como un alarde de
ET
riqueza y de arquitectura, vivienida de log caciques, y en cuyas plantas bajas había las mejores tiendasde merce-
ría y provisiones del pueblo? He aquí “una villa de antaño! Una plaza, una iglesia y una paz infinita en el ambiente. e : An | ad
do [A
E
Look ek
Junto al vestíbulo varios. hombres
viejos
amigos
mano robusta.
Y desde
la escalera
grité: Don Luis, estos ami' !
misma
de Don
Luis,
|
hablaban.
querían verle,
sencillos. —. + .—Como
:
su
ellos ingenuos
y
|
alto en el triste camiño de sus jornadas
para implorar. misericordia.
Un recuerdo pasó por mi men-
te, -Era una escena de sabor clásico y amargo, que la prosa melancólica de Ramón del Valle Inclán ha descrito; nosé si en Gerifaltes de Antaño o en el noble Marqués de Bradomín; pero sé cierto, que un montón de mendigos ro-
dea, la verja vetusta de un antiguo palac io y solo estas voces se levantan entre tanta miseria : Alabado sea el Se-
ñor.
¡La'paz sea contigo; caminante!
Entrad, les die:
Lal
UN HOMBRE SIMBOLICO
Con la pluma y la espada hizo la histo ria,
Besemos, pues, el puño de su espada.
Se llevó los amores y la gloria
- Y nos dejó el alma desgarrada. Dejó en el monte la bandera izada
'__Para que no se olvide su memoria. Jamás la patulea esclavizada
Olvide la canción de su victoria. fi
AER
por
el rostro
mil veces, llenó toda la estancia.
últimas en retenerla.
Su
duro
—¿Cómo —Mal;
mí repuso:
de
y aun
se agiganta> las mías fueron las
ojeada pasó de rostro en rostro.
A todos conocía; todos les eran familiares.
preguntaba.
y firme
¡Oh el gesto impulsivo
de Don Luis! Don Luis era enorme ba con él. e Su mano pasó de mano en mano;
¿Y Fulano?,
¿Y Zutano?
está Don Luis ?, a coro inquirieron ellos,
de salud
muy
pobre—replicó, y volviéndose a
!
—Nunca he llegado con tal tristeza a mi país; gero al ver mis montañas, mi cielo, mi río, créalo, me siento otro. Quisiera construir aquí una casa para pasar el resto de mi vida; no un palacio, una choza cual quiera, y abandonarlo todo. Estoy cansado. Y un dejo de amar gura envolvió esa
frase.
!
a
:
i
E
Para completar la noble figura de Don Luis , faltaba
Y con cierta nerviosidad bus-
có esto último para completarla, un tanto más.
Y después
de eneenderlo, lo acercó tanto a su rostro, que a buen se-
guro debió sentir en su robusta nariz y en sus ojos el calor del fuego. No 'obstante, permaneció dándole vueltas. —Ve usted. amigo Pérez Pierret, este hombre?, dijo
posándole en su homíbro su mano de atlet a.
—Fué reformista, autonomista, liberal, feder al, unionista; y yo creo que si formase una nuev a agrupación po-
lítica, me seguiría
también.
No es verdad?
Dos lágrimas cayeron y una voz tart amudeó: pre, Don Luis. ¿Siempre, Don Luis.
- Ahora
que recuerdo, balbuceó Muñoz
siendo muchacho
debí hacerte
día me lanzaste una piedra,
Siem-
con ironía-—
alguna travesura,
pues un
Entonces el viejo ocultó su rostro bajo su antebrazo y lloró amargamente. : —Nunca, Don Lnis. Nunca, repetía. Y fué tal la tristeza que se esparció en el ambiente , que todos lloramos en silencio con él.
E
+
pasó
algo: su bastón y su tabaco.
Era verdad, parecía úha de esas casas :en dond e los
peregrinos hacen
de vida
Eran
estrecharle
hay otros arriba, balbuceó el más viejo.
oleaje
|
En tiempos lejanos, bajo otra dominación ,
-—4Por qué no suben?, les dije. —Le molestará tal vez, replicaron
Un
Se quedó pensativo un momento y añadi ó con profunda melancolía : —Pero es tarde amigo; esto ha echa do hondas raíces.
fueron autonomistas y hasta tachados de separatistas por seguir a Dón Luis. A partir de entonces, fueron los que nuncale abandonaron; ni aun en la adversidad.
pl
aleqre.
antigua, eran como una salutación de un florecer prima-
n y pizpireto se pavoneaba como un pavo real. Tras Curvas y más curvas destacóse un caserío: Barranquitas.
PS O
a
:
Don Luis. Su mirada estrábica se acentuó más. Y el tí. pico y gallardo gesto, con que le he visto ante la multitud
veral. | En: una
ER
A
ro el verdor de los
surcaba la tierra y en el batey de un bohío unas flores de un rojo majenta temblaban al viento, mientras el gallo bra- . vucó
.
AS
gos quieren saludarle.
prados, los renuevos de los árboles, la, brisa fresca y juguetona, y en fin, el cielo azul de porcelana
Els>
a
¡Era una mañana
/
E>
e
Agustin Perez Pierret.
De ojos de acero y de cabeza fuerte,
El nos libró de aquella mala muerte Que siguen los diabólicos mastines .
Toda la isla se quedó sin flores -
| Por el divino sembrador de amor es,
Mientras lívidos rabian los Caines.
Fernando Torregrosa,
Aguadilla, Noviembre 24, 1916,
|
+
JUAN
BOBO
61
EN
Estoy desconsolado. sar mi
dolor,
Un
dolor
LA MUERTE
DE
intenso,
un
gran
dolor que durará toda la vida.
“En carta íntima y penosa, me decía un mes antes de su regreso: Juan,
sino
ahí
RIVERA.
Dios, que me dió el pensamiento, no da frases a mi pluma para expremudo,
como el fuego. Y hoy me siento más puro y más bueno. Otros hablen del luchador, de lo que pierde el país. Yo hablaré de lo que pierdo yo. San
MUÑOZ
arriba,
a la sombra
de
un
árbol,
en la paz
de una
El dolor purifica
del poeta,
del político,
''Ya hablaremos: tarde
fresca,
no en
y en la in-
timidad de un afecto que duró un tercip de siglo y que no morirá sino con nosotros, que todavía
SOMOS DOS”.
Y días antes de morir, sentados a la cábecera de su lecho Antonio Barceló y yo, extendió la mano y oprimiendo suavemente.la mía, exclamó: ''¡Eramos dos!'* “Y lloró, lloró mucho. Y nuestras lágrimas se mezclaron como hace treinta años se fundieron en uno nuestros dogs corazones. Aqueila mañana comprendí que se moría. ''¡Eramos tres!”” exclamamos los dos hace un año,
nada más que un año, ante la tumba de aquel vtro poeta. que era. una ¡interrogación. —¿Cuál de los dos?—El esta
hora
larga
de mi
vida.
a
Y nos miramos
triste privilegio me
Eramos tres los de la vieja DEMOCRACIA. del
desierto
bajo
la sombra
Una muchedumbre sía de un paisaje
más
abrupto
de
Y
queda
¡uno!
en
Mas ese
uno
¡cuán
al cementerio de la aldea, una aldea con toda la poe-
el corazón
de la montaña.
Nunca
la vuelta a la aldea fué
dolorosa.
l
Hace treinta años descendió de la cumbre al llano, mano
y en la otra la espada.
he hoy vuelve,
cadaver,
Bajó a formar la patria que no existía. pluma,
solo está!
Hoy mi soledad es un pinar en
la noche.
inmensa marchaba perdido
reservó el destino en
.
Vivir la triste soledad de una vida infecunda, ha sido mi asno. medio
con tristeza; mirada
lo
la conciencia
patriotas y la realizó corazones. 4
de un pueblo
csclavo.
con su muerte.
Ante
robusto
mancebo,
a la cumbre,
E hizo la patria.
“Y el pueblo fué libre.
su cadáver
llevando la lira en una
en los brazos
Modeló,
de la gloria.
con su lira y con su
Soñó la unión de todos sus com-
se arrodillaron
lag almas y lloraron los ea
E
El, cómo Cristo, cruzó la calle de la Amargura y sufrió y murió por el amor de su pueblo. Sintió en la frente el beso de Pudas y la mano temblorosa de la envidia le arrojó piedras. Y fué
Y
ayer
Pero el pueblo lo bajó dela cruz con más amof y piedad que José de Arima. *
lo enterramos
junto
a aquel riachuelo y en a
montañas
que“amó tanto.
Una
ei
también crucificado. tea bajó al Oristo.
lluvia de flores y de lágrimas cayó sobre el féretro en el esplendor de una mañana divina y en la augusta ¡majestad de una infinita melancolía. Sentí como si una mano misteriosa estrujara mi corazón para extraer, gota a gota, la savia de la vida. Giré la vista a mi alrededor y me hallé solo en medio del gentío. Y salí del cementerio silencioso, con los labios unidos como el pico.de las aves, pensando que solo me
queda
como único compañero
Dios;
y como única esperanza, que la ausencia será corta y mi
pequeño hilo de agua desaparecerá sin ruido, filtrándose en lá misma tierra donde reposa el más grande corazón que encontré en la vida. MARIANO Noviembre 21 de 19186.
ABRIL. :
31
69
|
JUAN
BOBO
LL
o
GUAYANILLA
Nuestra distinguida amiga la Srta.
María
Vázquez,
quien hace
tiempo
viene haciéndonos el señalado honor (le representar nuestro semanario en Guayanilla, nos da cuenta en carta reciente
de
aonde
más
golpe
cruel
que uno de los pueblos fuertemente se sintió el de
la
muerte
Rivera, fué Guayanilla.
de
Muñoz
Bien puede
escgurarse
que este pequeño pueblo dejó sin flores sus jardines y sus campos para ofrendarlas a Muñoz. “Ahora
celebramos,
nos dice la Srta.
Vázquez, en la iglesia parroquial,
un
novenario,
en
un túmulo
y allí se turnan todas las
poches
donde
los niños
—
de
se
ha
erigido
las escuelas
pú-
blicas, ofreciendo Coronas, ramos y versos al recuerdo del buen eaballe -
ro noble y altivo, generoso y bravo «auc=quisimos
AN
tanto.””
La habitación en que nació el patriota. -Erieron
de florés todas
Las damas
las paredes
de Barranquitas
del histórico recinto.
cu-
1
Lea,
Lea te
|
Suscríbase al Semanario
|
. que eshoy el mejor periódico de Puerto Rico. COLABORAN
LAS
MEJORES
PLUMAS
“PUERTORRIQUEÑAS.
Anúnciese en “JUANBOBO”*
El periódico más puertorriqueño y el más leido por el público. Especialidad en dibujos, caricaturas, crítica y artículos de combate.
o
Se desea
una señorita cuya fisonomía sea “idéntica” a la del fo tograbado. A la aspirante que liene
los requisitos, se le ofrecerá una película muy portancia.
importante
que
será
Color Edad Altura
Peso Cualidades
oportunidad
para interpretar una
producida en los Estados Unidos.
Rubia o trigueña, pero se preferirá No más de 25 años. 5 piés 2 pulgadas.
«de las partes principales de una El
salario
será
de
alguna
im-
requiere
una
rubia.
No más de 120 libras. Además de ser su parecido “exactamente mediana educación.
Si su físico corresponde ul fotograbado y estipulaciones , envíe
igual,”?
su fotografía
| P. O. Box
se
y detalles
a
F. M. C. 211, San Juan, P. R.