Juan Bobo / Edición especial por muerte Luis Muñoz Rivera (2 dic. 1916)

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NET ANT

Esta portada

es obsequio del notable pintor espaĂąol Fernando Mackenna, residente en Puerto Rico.


HOMENAJE

A

DE

MUÑOZ

BOBO”

RIVERA

Nació este semanario, salió a la publicidad, el primer sábado de diciembis

del

año. pasado.

Nació

en

fundarlo aquel patriota máximo

Y:

“JUAN

los talleres de la “Democracia”.

Nos

alentó a

cuya muerte ocañins aquel NUESTRO

HER-

MANO MAYOR, como sentidamente le llama una bella estrofa de Pérez, pre, Es

Y ¡dolorosa coincidéncia!, hoy, primer sábabo de diciembre, al cumplitsé el primer

AO

16|

Número Extraordinario

Yo

año de núostra, Jabor, en vez de presentarnos con galas a celebrar nuestro primer

aniversario, nos reee thnios de luto ofrendando a la memoria, del patriota, del

amigo, del HERMANO

MAYOR,

este primer número extraordinario.

La premura con que lo hemos hecho, la necesidad de satisfacer cuanto. +antes los requerimientos del púhlico, no nos han permitido darle mayor plitdd,

y hasta tanto

del libro, ha de ser este número de

“Juan Bobo” la mejor síntesis de la vida del

A su niorócadera memoria, “Juan

de nuestra patria.

Bobo” ofrenda esta corona de aríe,

»

A

A

a, %

literatura y amor.

ns

en la política y la rats

y A

actuación

meditada

La

Redacción. q

AN ENE

prócer y de su enorme

que venga la labor

7

¿sad

Pero creemos que, por. el momento

Sábado 2 de Diciembre de 1916.


REDACTORES: LU!:Ss

LLORENS

NEMESIO

T

CANALES

CARLOS

LOPEZ

RRES

DE

SEMANARIO

POWINISTRADOR: v. sasveora EDITORES

:

y,

SAAVEDRA

Diredcranás.

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L£ CO.

OFICIMAS: CRUZ IA,

paid Toda

IIA

a

EI

Fundado

0.

en

1872.

DE

SUSCRIPCEION

Un

a

trimestre

pago

anlic pado

Ñ

Unión Postal.

$0.50 oro am. 150

Un :emnestre Ml Un año o Número suelto atrasado... r

San

Juan

P.R.,

OS

_——os>

En el extranjero, fuera de la

Unión Postal,

Un mes vencido...

ies.

da correspondencia dniia Liministrado: Las tad e E "Y

PRECIOS

En Puerto Rico y paises de la

el

E

INDEPENDIENTE.

TOROD

+“

Un

2.75 5.00 0.15 0.20

Dicbre.

Lienzos

PAGO

ANTICIPADO

trimestre...

$ 2.50 oro am.

Un semestre... Un a, pe Número suelto .......... 0965 atrasado...

2,1916.

400 7.00 0.20 0.25

2a. Serie.

No. 48.

del Solar. =

€l jibaro de Barranquitas. cariñosamente

noche,

pren-

bajo

la

luna, sentados en la plaZa,

tratando

dación

de

de

la

este

semana-

todo,

que sea netamente puernetamente

Jibaro” 11 E Asi Así

con

su

alentaba lenta]

ayuda

BOBO,

en

“La

los

talleres

Democracia”

y

que hoy,

después

para

:

Oh

él,

jh

alta y sencilla lec-

ción.

Sea

ro;

vada

el

uno

16

comerciante,

merciante tor,

dos

sería

este

nuestro

número

extra-

:

ordinario ? En adelante, más4 aque ñ

nunca, recordando siem-

pre aquél patriótico con-

agricul-

poeta.

y sobre

co-

el

pe-

periodista;

seamos,

el

Pero

ante

to-

todo

todo, netamente

puertorriqueños, mente

,

pe

agricultor;

pceta,

neta-

Jíbaros.

Es decir: Scamos ] todos de nues-

un

de

existencia,

rimer E

netamente

baro,

pensar

a

iba

de

e

JUAN

¡¿ Quién

año

Y

moral

intelectual, nació de

queño,

viodista,

nos

BOBO — puertorri.

Jue sea: el obrero, obre-

sobre.

torriqueño,

será JUAN

“netamente

fun-

rio, nos decía: --“Pero,

seJo,

|

tra

patria,

|

l

Como ] lo era_ él.

Más

¿puertorriqueño

na-

die.

na-

que 5 Más jíbaro que

die. |

Más

grande

que

nadie,

Luis de Puertorrico.

rato

Una

la

bc

sa.

en

Did

llamábamos

le

ibi

Así


4

JUAN

e

A LUIS ULTRA

BOBO

MUÑOZ

TUMBA

ra,

RIVERA como

trinos

Mi

querido

Muñoz:

Así

empezaba

yo

mis

samiento y mi espíritu vivían contigo donde tú estabas.

Y ahora que te marchaste

espíritu vivirá conmigo

donde

Mi pen-

quiera que

a la eternidad,

tu

quiera que yo esté,

Aun no se ha esfumado de mi imaginación la sombría tarde del 15 de Noviembre. Postrado en el lecho, inconsciente y moribundo, estaba tu cálida diestra estre-

chada cariñosamente por las manos de Eduardo Giorgetti, como si te despidieras con inmensa gratitud de tu excelso amigo, concediéndole el amoroso privilegio de que revo-

lara tu espíritu en torno de su frente, y la besara, antes ; de

remontarse

¡Qué

al

infinito.

satisfacción

para

tu alma!

latido de tu corazón quedó impreso angel

custodio,

frimientos,

del que

te rindió,

de tu

de tus su-

los cuidados más exquisitos con ansia pater-

nal, y después de tu muerte,

moria

El último

en las manos

en el lecho

todos

los puros

sigue consagrando

obsequios

de un

alma

a tu me-

generosa,

que

vive enamorada de tu radiante nombre. Iluminaban tu semblante, a las 6 y 35 tarde, resplandores crepusculares. ¡ Y quedaste exánime!

¡Qué

mucho

te hemos *

llorado Xx

desde

de

aquella

entonces!

%

,

q rre pr

y.

ás

Tu cuerpo fué embalsamado para exponerlo en capilla ardiente, porque tu pueblo estaba ansioso de contem-

plar tu faz y de retenerte para su adoración. ¡Qué grandioso homenaje te ha rendido tu patria, amigo querido! El sentimiento del dolor tuvo una hermosa explosión en todo el país. El tránsito de tu cuerpo inanimado, por todas partes, parecía la procesión de un santo, seguido -por.inmensas multitudes de creyentes. Si hubieras visto a las vírgenes puertorriqueñas arrojándote flores y tributándote bendiciones...! Si hubieras mirado a las niñas y niños, vestidos con albos trajes y con lazos negros,

esperándote en todos los pueblos de tu ruta para venerar

tus restos, asociando la congoja al candor de sus rostros

inocentes...! Si hubieras observado el signo de respeto que representaban lag banderas, flotando a media asta

en los castillos, en los buques del puerto, en los consulados extrangeros, en todas las instituciones, centros y edi-

ficios públicos del país...! Si hubieras oído las campanas de todos los templos, saludándote con sus lúgubre s dobles, al cruzar tu cadáver ciudades y pueblos...! Si hubieras presenciado

a mujeres

y

hombres,

diciéndote

adios, como si fueras vivo, y sollozando al balbuce ar tu

nombre...!

Tal parecía que el vapor de las lágrimas que por tí

se derramaron,

condensó

en la atmósfera

tristeza que asfixiaba todos los corazones.

celestiales,

se

escuchaban

sus-

¿Te

acuerdas

una neblina de

Y por doquie-

cuando

en tus propagandas

políticas

por los pueblos de la isla, fuerte como un hércules, te recibían las muchedumbres al acorde de las bandas de música, agitando banderas y estandartes, y atronando el

espacio con sus vítores...?

Pues ahora,

¡si lo hubieras

visto, querido Muñoz...! las mismas muchedumbres se agolpaban silenciosas para recibirte, a los tristes sones de fúnebres marchas, con religiosa reverencia, recogiendo las flores que caían de tu carro mortuorio, para besarlas y guardarlas como santas reliquias. Y los mismos-

retratos tuyos que antes se ostentaban en los parajes públicos, en aquellas fiestas cívicas, adornados

lores, ahora

intensa

aves

cartas

cuando te encontrabas ausente de tu tierra, y así la empiezo hoy cuando te hallas fuera de tu mundo.

de

y suspiros...!

piros...

crespones

se presentaron

de

luto.

Y

a nuestra

aquellas

con vivos co-

vista orladog

mismas

casas,

con

cuyas

fa-

chadas fueron vestidas de blanco y rojo, para celebrar tu

llegada

con

con

patriótica

negros

alegría,

cortinages,

ahora

para

estaban

simbolizar

un

exornadas

profundo

dolor...! Ante tu cadáver desfilaron millares de personas, con solemne recogimiento, rindiéndote el testimonio de su veneración, y los jardines de tu tierra te ofrendaron sus más delicadas rosas, azucenas, jazmines y siemprevivas, que envolvieron constantemente tu cuerpo en atmósfera de fragancias, y perfumaron los contornos de tu fos: y siguieron exhalando sus aromas, hasta marchitarse, en el seno de tu tumba. XX

¡Qué triste me has dejado, amigo mío! La primera noche que te hallabas de cuerpo presente, te contemplé en tu alcoba largo rato. ¡Qué natural y tranquilo estaba tu rostro, durmiendo el profundo sueño de la muerte! ¡Si supieras cuántos recuerdos acudieron a mi memoria! tu

Recordé cuando en tus confidencias íntimas vaciabas corazón

en

el mío,

contándome

tus

amarguras

y tus

penas; tus ansias patrióticas de más amplias libertades;

tus anhelos fervientes por la felicidad de tu tierra. ¡Ah! tú nunca presentiste que el intenso amor que en vida pro-

fesaste a tu patria, te lo pagaría tu patria, con igual intensidad,

Me

en

el momento

de

tu

muerte!

acordé de los versos que me leías en nuestra ju-

ventud, en los que fulminaba el rayo de tu anatema contra los tiranos de nuestra tierra. Me acordé de tu fulgurante

cordé

campaña

tus

contra las dragonadas

acendrados

esfuerzos

partido autonomista en 1889.

por

del año 87.

salvar

Pensé“en-cómo

la vida

Re-

del

derrocaste,

en 1897, el poder omnímodo del partido incondicional es-

pañol, altivo

al constituir

gesto,

tu gran

renunciando

partido

liberal.

la presidencia

del

Reviví

tu

Gobierno,

en

enero de 1899, cuando el general Henry despojó de ciertas

facultades a tu Gabinete. Me acordé de tus trabajos para constituir el partido federal; de tu vía-erucis en el


Los

Sres.

Georgetty,

Abril,

Vangas,

Amadeo,

Sant

ini y Martínez, quienes acompañaron constantemente a Muñoz durante su enfermedad, contemplan ahor a religiosamente la sagrada lápida de su tumba. Al a derecha, vestido de blanco, vese también al Sr. Coll y Cuchí .

año 1900; de tu ostracismo del 901 al 904; de tu poderosa iniciativa para la creación del part ido unionista. Resal-

taron en mi mente tus últimas cruentas luchas, tus patrióticos empeños, tus denodados esfuerzos, en Washing-

ton, por lograr para tu patria may or suma de gobierno propio, y pensé en otras fechas y momentos en que me reve labas siempre el noble patriotismo de tus ideas. ¡Ah, querido amigo! tu amado nomb re, en estos mo-

mentos

a todos

de

dolor,

sentimientos.

deza! al

¿Verdad

saber

ha

sido

un

los puertorriqueños

este

talismán

que

en hermosa

nos

unido

conjunción

de

¡Qué espectáculo de tan magestuosa gran-

que tu espíritu se estremecerá de júbi lo

hecho,

que

fué

en tu vida? X

una

constante

renovar

ahora

aspiración

X

¿Te acuerdas de tus últimos propósitos?

“quiero

ha

mi hogar

Me decías:

en Barranquitas,

para

descansar descansar

de mis luchas.''—Y el destino fatal te llevó a para siempre en el camposanto de tu puebl o,

bajo la fresca tierra de sus montañas.

De ellas saliste

en 1887, para ser apóstol de altas ideas, héroe de grandes campañas, Maestro de cívicas doctrinas. Y a ellas has vuelto, vencido por la muerte y triunfante ante la

historia, dejando la savia de tu patriotismo infil trada en las arterias de tu pueblo que te adora. , Por un movimiento general de voluntades, has sido consagrado

el

primero

entre

torriqueños. Y seguirás

conviviendo

todos siempre

los

patriotas

puer-

con nosotros,

en tu

tierra queridísima, y reinando en nuestros COrazones, porque vives en la inmortalidad. Adios...! Tuyo efectísimo, con el alma, Manuel

Camuñas.


EPIELOGO

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-EROLDAN "love!

Dibujo alegórico original de F. Roldán,

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A


A

A

JUAN BOBO

7

El caballode la vida y de la muerte Un bravo mozo, el más recio de la montaña, madruMonta a caballo. Y echa a anda r

ga.

| Pacatás—pacatás—pacatás

..o.o.

Atrás ¡queda la aldea, en lo hondo

del abra,

medio dormida aun bajo la neblina llorosa del amanecer pe Pacatás—pacatás—pacatás -Resopla y pide bridas la jaca, ávida de calor.

los primeros cantos de las ave: al dejar sus nidos; Y de la hondonada sube el fresco aliento del respirar del río que

hunde entre los peñascos su murmullo fragoroso como un clamor de multitudes. El ginete siente en sus

venas la alegría vital con que se desperez a la montaña.

Y la jaca hierve en fogoso sudor que borda en sus hijares

ramilletes de espuma

Cam.

Ppanean sus cascos en las piedras y resbalan en el barro, repechan do la angosta vereda hacia la cumb re Pacatás—pacatás—pacatás.....

:

?

Pacatás—pacatás—pacatás

Al fin, el último picacho, el más alto .

la ciudad,

el bullicio, la lucha,

sancha su pecho para asomarse.

el pueblo.

Al otro lado, El ginete en-

La jaca relampaguea al

chocar de sus cascos en las desnudas lajas de la cima

Es una jaca resonante, ....

Pacatás——paeatás—pacatás.....

Las barrancas de la orilla abajo hasta el río, tienden

sus frondosas

melenas aristocráticamente

empolvadas

en

la plata vieja del serrano madrugar.... . Pacatás—pacatás—pacatás. ....

La jaca se abre paso con la proa de su pecho

por entre las yerbas y bejucos que se cruz an y entrelazan

> E

Entonces fué cuando el pueblo miró ; acia

móntalla y vió en la cumbre la dorada silueta del ginete laébvh elta en un

chorro de luz. Salía el sol Y se oyó el resol lar del potro de la selva y el resonar de sus -caséos rutilano A

Pacatás—pacatás—pacatás. ... e

de uno a otro lado del camino..... z 4

] Pacatás—pacatás—pacatás leo

*

Las espuelas del ginete se estrujan y enredan en los agrestes matorrales, empapados de niebla, que le lamen

di Una su salta y se hunde en la-maleza. Un becerro se entisca asustado. Un jíbaro se aparta del ca-

mino con su carga de yaguas y saluda con humi lde

E

ca.

¡Pacatás—pacatás—pacatás..... Pára las orejas ante el

humo de un bohío. La asusta el aleteo de un gallo al tirarse de dsma. dele : 5

si,

2

É - Bs ¡Poertáo—pecapis pucatás os E

Luego, el combate, el rudo batallar.

rrotas.

: 1 ]

Alegrías y dolores.

Triunfos y de-

Ilusiones y desengaños,

La vida, en fin. Y el ginete agitando las brida s, elavando las espuelas. Y la brava jaca arreciando, resoplando, volando, envuelta en polvo, chorreando sudor , a escape ten. dido..... Pacatás—pacatás—pacatás..... >»

E Arrecia,la jaca, subiendo y bejandlas o cuestas. Se ladea frente a un ventorri llo.

*

A

El ginete está herido, Es un héroe, El pueblo le La jaca piafa y relin

rodea.

rededor

cha en la puerta y gopre al.

de la casa.,,..

A

;

8 he el eje d le pegar ana... ¡Pacatás—pacatás—pacatás.....

De cuándo en cuando hay una explanada que perm i.

-dichosamenteel humo de un cigarro

-altdel ivpaisa ezje, mientras la jaca

Como orquesta de loo0sy alegres violin se es oyen

a El héroe ha muerto.

cubierto de flores.

Su cadáver es embalsamado

y

Miles de patriotas lo velan y lo lloran

y le rinden pomposos funerales.

Todos, hasta sus enemi-

gos, vienen a verle y a ofrendarle. Solo se ha ido la jaca, la brava y noble jaca. Voló con el espíritu del héroe a rendir la jornada, a repechar la última cuesta, hacia la. cumbre final del mo ser.,,.. po O

a

Luis Llorens Torres,


AS AAA BA

Rivera en el año 1900,

AAA

Muñoz

A AA


Le seguí durante treinta años, poc o más o menos, en todas:sus campañas.

laciones al grupo de las caducas mon arquías y de las

E

jóvenes repúblicas ibéricas.

Le defendí en todos los proces os que por delitos políticos se le formaron, menos en el último, menos aquel

en que,

al

¡preguntarle Don

Juan

Ramón

este

Ramos, Presidente entonces de la Audiencia del Distrito de San Juan, si había sido alguna vez proces ado, contéstó: “'Sí, señor, cuarenta y dos veces, y todas por def ender la liber. .

tad de mi

patria.”

Cuando

en el año 1900 sostuve yo en las columnas

de ““La Democracia”,

mediata

que era necesaria la disolución in-

del inolvidable

Partido

Federal,

se irguió

el MAESTRO anté mí para com batirme, para cerrarme el paso, y él, que alguna vez fué inj ustamente sospechado de no dome

permitir que se discutiesen

“amigo

sus Opiniones,

de las épocas felices y compañero

llamán-

de las épocas infaustas””, me envió, cuando la discusión más arreciaba, el retrato que, con la expresiva dedicatoria

que lleva a su pié, precede a esta página.

Que sigue:

fraternidad que le ofrecí en cien casos

distintos, como |no soy ingrato yó a las que en otros cien caso

s recibí de usted, * Entre nosotrosno hubo jamás el

menor choque, la más leve sombra de desvío.

No siem.

pre coincidieron nuestrás ideas o nues tras actitudes, pero siempre se taron nuestras manos en una correspo ndencia leal de estimación que viene desde la Asamblea de Ponce, que ha durado cerca de trei nta años, que no

debe quebrañtarse y que no se quebranta rá jamás. “Desde luego que si estamos juntos Y pensam os con iento, ,estaré yo más alegre.

Y, como

sé, por la experiencia de. su trato, medi r el alcance de su visión política, abrigo la cértidumbre de que usted verá pronto el problema insular, en rela ción al interés

nacional, desde el mismo punto de vista en que contribuir a resolverlo. *

dl

ito que nadie ame' más que yo la libertad

de mi patria.- “Fuí separatista ¡en el pri..

mer albor de! mi

ventud.

Continúo siendo separatista

al penetrar en log dinteles de mi vejez.

No renuncio a

_blo soberano, | lo constituiremos por una ley, votada en. el Capitolio de Washington. Esa ley no se alcan zará con discursos el

Se alcanzará convenciendo a

la práctica

somos

dignos

de

y ““Ahora bien: ni creo que se nos conceda la inde_pendencia, ni que se nos eleve a la estadidad. Nuestro destino es cumplir, al cabo de cuatro lustros, el programa que trazamos al noble Partido ¿Fe deral en 1899: “TE. RRITORIO

CON TODOS

TADO,

EXCEPTO EL

LOS DERECHOS

DE

MANDAR

DE UN Es.

AQUI

SENADOKES Y REPRESENTANTES.” O, en distintas palabras: “GOBERNADOR ELECTIVO, LE GISLATURA ELECTIVA, MUNICIPIOS AUTONOMIC OS.” Es decir, el home rule, más com pleto que

el de Australia y Canadá

. “Ni en un siglo se decidirán estos caba ller os a des. prenderse de noso

En cuanto

tros o a admitirnos en la Federa ción. a estadidad, recuerde que New Mexico con-

tiguo, continental, aguardó sesenta y un años a que le reconociesen. má protegidos,

“Mi querido amigo:—Yo no *“puedo duda r de usted nunca. -Le|demostré tantas veces mi confianza y mi afecto, que no me resolveré a creerle ingr ato a las pruebas de con

me sitúo

ser libres.

que en

Y en cuanto a nacionalidad, no olvi de a

En 18 de Agosto de 1916, me escribió desd e Washington la

' insular y

de

Cuba, a Santo Domingo,

PETRA

el mismo

Congreso

entes, ni con himnos a la raza, ni con ape-

y a San

a Haití, a Nicaragua, a Pana-

Thomas

si cae o si no cae.

- “Hablaremos largo cuando yo esté ahí a principios de Setiembre.—Suyo cariñosament e con un abrazo.—L, Muñoz.”

Esa carta, que contiene todo un programa, sintetiza la totalidad del pensamiento polí tico de aquel gran cerebro que de.un modo práctico iba a la cristalización en este país, dentro de las circunstanci as de lugar y tiempo, de un gobierno que, si no en el nombre, en su esencia

y en su funcionamiento, nos hiciese dueñ os de nuestros prop ios- destinos.

El mismo día que llegó de Barranqu itas, fuí a verle; nuestras manos estrecháronse fuerteme nte. E * Dos lágrimas rodaron por ¿us meji llas, -

—¡Herido de muerte!, me dijo.

- -

do

—i¡No, por Dios! le- contesté: eso no es más.que

la . fatiga de la lucha titánica que le reti ene en ese lecho. —Todo

el país está con usted en estos instan tessin , dis-

tinción de clases, sin distinción de matices po.

.

o para irme? | : Salí de allí ratificándole mi adhesión.

¿

—Todo el país a mi lado, todo el país..... ¿No cree usted, amigo Herminio, que -este es el mejor 'moment Pocos días después, se marchó para siempre “el amigo de las épocas felices, el compañer o de las épocas in. faustas””. + is a wa

A

nl

:

E

Más tarde, sobre su cadáver, juré sin reservas mentales, ser uno de sus más fieles apóstoles.

o

Nov. 25, 1916,

Herminio Díaz Navarro.

a


JO

JUAN

MUÑOZ Nada

más

interesante

y

sugestivo

que

los

BOBO

INTIMO

siguientes

párrafos

que transcribimos

de uma

carta

testación a otra nuestra, nos dirige bondadosamente nuestra

que,

en con-

respetable amiga doña Car men, hermana mayor de Versa la carta sobre cosas íntimas de la vida del gran compatrio ta y tiene el encanto de' mostr arnos al idiesnudo, mejor que mingún otro documento, el noble corazón del inolvidab le amigo. Muñoz

Rivera.

Muñoz

a los 18 años.

No complazco a Uds. porque sean mis amigos, sino porque lo eran-Uds. de El. Por la sinceridad y nobleza con que le trataron en vida, y porque, últimamente, se hicieron Uds. acreedores al afecto y a la gratitud suya y

de todos nosotros.

Para probarles que él sabía estimarlo

así, voy a mostrarles un párrafo de una carta suya, fecha

14 de Mayo del año presente: “......-En cambio, no me faltan pruebas, pocas y magníficas, de consideración y afecto personal. Los compañeros del JUAN BOBO se conducen noblemente. No saben ellos cómo les agradezco y hasta qué punto estimo su actitud hidalga.””

Mi hermano fué el primogénito en una familia de diez hijos, de los cuales sólo restan cuatro ya. Nació a las doce del día 17 de Julio de 1859, mientras las campanas repicaban y una alborada recorría las calles al son de una orquesta. El pueblo celebraba en esos instantes

Muñoz

Rivera

a la edad

de 23 años.

la festividad de su patrona la Virgen del Carmen. Barranquitas festejaba el 17 y Barros el 16, por patrocinar dicha virgen Jos dos pueblos vecinos.

A la edad de cuatro años, ingresó en la escuela de. Don Francisco Becerra, llevando aprendidas las letras que le enseñó nuestra madre. Mas tarde, por traslado del profesor, prosiguió sus estudios elementales con el nuevo maestro del pueblo Don Felipe Negrón, recibiendo en los años siguientes clases de francés y de música del profesor

Don Jorge Colombani,

nosotros muy

No obstante mediar entre todos

pocos años de diferencia, mi hermano a los

17 años de edad era el maestro de sus más jóvenes herimanas y hermano. Mi padre era un tanto austero. de modo

de Luis estuvo un poco cohibida.

que la niñez

El gustaba a veces de

montar a hurtadillas de mi padre los caballos que dej «ban

junto a la casa nuestra, los amigos que, desde pueblos limítrofes, venían a visitarnos. Mucha: veces sorprendieron


JUAN BOBO

0%

o

|

1]

““Incognitus””, mi padre lo llamó, y most rándole el perió-

co, le dijo: “¿Ves Luisito?, esto es escribir.

¡Si tu escri-

bieras así.”

“Eso.....

es mío””, replicó mi hermano.

Mi padre era conservador. Era, hijo del capitán esPao, nus Munoz Iglesias, que se refugió en esta isla desterrado cuando la invasión de Bonapart e en España. Mi herm era liberal,

demócrata,

defensor

padre

era tan liberal como

parte

Yo tengo para mi que mi

mi hermano.

vaba fiel a gus tradiciones. a tomar

de los esclavos,

Pero

se conser-

Cuando mi hermano comenzó

activ

pr

ano

del pueblo, antigubernamental.

a en la política liberal, mi padre se retrajo para siempre de toda, manifest ación contraria. ..

e.

e.

..

..

..

..

e.

li! nombre de bautizo úe mi hermano es Luis J OSé...

paares y todos sus contemporaneos

le llamaban ““Luisito.””

ps

us

e.

de Barranquitas

hi apodo **£b1'* que ha sorpren-

dido a Uds. varias veces, se lo dí yo de niña y ese apodo ha peraurado con veneración en mis herm anos, en mis hijos y 1.evo y en los hijos de mis hermanos. ..

..

e.

..

ce.

e.

us Queria estar asi en ba: ranquutas, Mire

uu,

«40.

vivo

O muerto.

Iatigado,

no llegó a libertarla; pero la verdad es que murió por ella...

Mi hermano publicaba ntonces sus primeros trabajos

Dulgus ”; aquena

augre

pro:unda,

frescura de juventud y aquel calor de

Y, Sobre todo, aquel anciano de mirada

nueva!

de alma

serena,

de corazón

inmenso,

que

nos

queria y que nos dejó, según nosotros dejaremos a nueg-

tros

hijos!

Yo

salu de

““mi pueblo”

hace

veinticuatro

anos. Y no hay en el mundo pedazo de tierra que me inspire un cariño y un respeto tan grandes, como los que me

inspiran los sitios en que fuí menos desdichado. Háblame

de tí, de tus ideas, de tus proyectos.

Por.

que, aun después de los cincuenta, seguimos fabricando

del País”.

castillos

de Barranquitas,

él

monumentales, cien veces más altos que esos edificios de

blicó, en colaboración con Pepe Negrón Sanjurjo, un libro de versos titulado ““Retamas'””, que fué su primer libro. Creo que Uds. no tienen conocimiento de ésto. No osten-

rían de cinco mil pisos; torres de Babel, que me alejaran

.....En

aquel pequeño

medio

llegó a formar su círculo literario y su grupo político. Pu-

ta los nombres

de

sus

autores,

sino

los

seudónimos

de

'**Heráclito”* y ““Demócrito.”' . - También en su temprana juventud, publicó la poesía “Vox Populi”” que no figura en el libro *““Tropicales'* y que mereció del grupo de escritores que reuníanse en la

casa de Doña Lola Tió, en Mayagiiez, una reproducción

en hojas sueltas que circularon por toda la isla. Los primeros versos no agradaron a mi padre. .Cuando publicó Luis su poesía “Varsovia”? con el seudónimo

en

el aire.

¡No

me

lo niegues.

cincuenta pisos que “te dan jaqueca.”

Yo

logs fabrico

A mi me gusta-

de abajo, de lo bajo, de lo sucio, de la tierra, en la que

me aguarda ¡al fin! el sueño de que nadie despierta.** Y en Mayo 31 de 1916, mientras luchaba titánicamente por la ley Jones, Luis Muñoz

Rivera daba íntima.

mente a su hermana esta nota de sus ambiciones : “Mi ambición única consiste en vivir allá arriba, en Barranquitas, solitario y tranquilo. Créeme: estoy cansado de tantas miserias, de tantas ruindades y envidias. Si puedo aislarme en nuestra montaña y morir en paz, me sentiré casi contento. ¿Para qué más!” Sí: ¿para qué más?...

age

Quizás

las Lu Ciucuenta y tres. Vuelve la vista atras. ¡Que leJus aquel auvurcar ae Barrauquivas; aquelas misas de eg Udado; aquena cenas en el cumeaor de don José AntoHuv; GQqUeLoS LaLecitus COn *'los suro”” en la sala de “don

rencias

bertar”” su Patfia y '““morir” por “su Patria,”

El 17 cumplí

ianuana, O el 1U, cumpai-

deca

no se decidió a ello. Mi padre habría querido entregarle la regencia de sus tierras, el manejo de aus negocios. Pero Luis tenía otras ambiciones, otros ideales. El quería ““li.

cansa-

(rr

hubiera sido ir a estudiar leyes en Madrid, pero mi padre

YO, € vuuu, CUUCUENDA Y Cualiy.

.

ID

Mi hermano con-

taba entonces ocho o nueve años. Pero sus ““juegos”” duraron poco. Alos 1501 6 años, ya era lector pertinaz y se amanecía leyendo. Su deseo

y en “El Clamor

¡Como nó!

Etáda

.o

der

a mi padre, al avisarle que “Luisito” galopaba a todo co-

en “El Buscapié”*

Cartas.

'"1u y yo seremos viejísimos entonces.

a los 25 años.

rrer pa el pueblo en un caballo brioso.

WILLUIAS

..

ariS

Muñoz

EobáS

e.


e MA

Me

A

AR

JUAN BOBO

A A

A,

A

a

Duerme ahora ea el quieto retiro de la Aldea, bajo una cruz florida, nuestro hermano mayor,

SN

|

e

ONSO A

que se siente cansado de la dura tarea

A

10

y necesita un hondo sueño reparador.

:

Que nadie lo conturbe y que nadie lo vea! Ni tó, sauce inclinado; ni tú, pálida flor; y para que el reposo eternamente sea de una dulce armonía, canta tú, ruiseñor.

0

| | |

|

| | |

| |

|

|

Dile llorosamente tu triste letanía, y di

el corazón del bosque nos dará su latido

|

tan tierno y tan enorme como lo diera el dél.

e

e

r

N

>

MUÑOZ

Y

Es siempre interesante el saber la predilección de un

poeta por otro poeta, tan conocidos

Y cuando

ambos poetas nos son

como nos son Muñoz

y Chocano,

y uno de

cuos ha muerto y significa para nosotros su recuerdo lo

que

siguuiica el 1ecuerdo

¿.«

de Muñoz,

el interés tiene

que

turzosamente extraordinario. £n este álbum, donde hemos procurado con tanto empeño recoger, para perpetuarlo, todo cuanto tienda a descubrirnos los rasgos más salientes de la personalidad de Muñoz, no era posible dejar en silencio el dato del

acercamiento espiritual entre dos tan ilustres ', tantes de la cultura hispano-americana.

a Chocano el hombre.

.A menudo

en el mundo

ma!—en fermo,

New

no

E

York,

“Bueno,

preguntó

que

Llorens

acababa de

Negar

de

a éste, a poco de habernos visto:

¿y Chocano?...”

Y pocos son ya los que ignoran que la última fragancia de estrofa de gran poeta que visitó el corazón de

' nuestro llorado amigo,

salió de un libro de Chocano,

del

libro “*“Puerto Rico Lírico”. Precisamente por este libro, por el gran bien que su publicación envuelve para el nombre de Puert o Rico

¡

0

y

fué que empezó

importante magazine

a nacer

que

le

'“El Gráfico”, que acab

a de fundar Chocano en New York, dedi cará cuatro páginas a la memoria de nuestro insigne caudi llo. La redacción

de “Juan Bobo” ha sido encargada de preparar dichas

cuatro páginas, que habrán de lleva r el nombre

de Muñoz y el culto que por él sentía su pueblo, por toda la Amér ica.

e

“Santa Aun

Y ahora,

que Llorens y yo fuimos a vsrle, el querido enolvidando

hisparo-americano,

represen-

en los últimos días de Muñoz, en una ocasión —;¡la últi-

en Muñoz para Chocano aquella gran simpatía consagró siempre hasta sus últimos instantes.

se veían en los

Estados Unidos y paseaban y comían juntos.

/

A /

CHOCaNno

Muñoz admiraba mucho a Chocano el poeta y querí a

mucho

NI

Antonio Pérez Pierret,

.

alma

Ana:

yo quiero volver a ser niño...

quedanen mi alma blancuras de armiño...”*

¿Qué pasaría en el alma de Muñoz, en aquella noble tan

comprensiva,

tan

sensitiva,

cuando,

ya

en el lecho de muerte, una voz conmovid a y amiga le susurraba esta canción,

poeta?

tan: evocadora

y

tan triste,

del

ótro

¿Qué lejanías remotas y dolientes, de travesuras de niñez y entusiasmos de juventud, en esta hora postrera

del drama

¿7

Ez

A

al intenso conjuro de tu canto dolido,

ur,

Y,

eL

- + SEA RI

reza el'trino divino de la melancolia desde el gajo desnudo del caído laurel.

de su vida, no vendrían a flotar por la vez'úl-

tima en la luz expirante de su espíritu ? Santa Ana: yo quiero volver a ser niño...

César Borgia,


Z

Retrato

de Muñoz

Rivera,

a log treinta años, al principiar sus campañas

patrióticas en “La Democracia”.

7


14

JUAN

BOBO

AAA *.

$

"q

El hijo ante la tumba del padre.

Ante Ñ

Se

2

A ds

da tumba

de

mi padre... Y

del poeta,

]

Si Diogenes

surgiese hoy en Puerto Rico y, con su linterna, se pusiera en busca, no de un hombre honrado, sino de un escritor inexperto, crgo que al ver los trazos de mi humilde pluma exclamaría,: Eureka,

Mi humilde pluma se lanza hoy a estampar en el papel un mensaje de gratitud; un mensaje de condolencia;

un mensaje que llegará hasta los rincones más recónditos de la Isla.

Un mensaje que dirá, a las gra ndes almas que residen en esos rincones, que sus lágrimas no se han derramado inadvertidamente; que sus flores no han llovido en vano. : El que yace ante mí en estos momentos, profunda. mente dormido en el regazo de la madre tierra, no es go. lamente el cadáver del que fué mi padre; es el glorioso despojo del que

fué, y eun después de muerto sigu e siendo,

el constante defensor de los derechos patri os.

de Puerto Rico

El padre

Mi condición de hijo no me despoja de

mis privilegios como puertorriqueño,

Puerto Rico es mi hermano porque ha vertido amargas lágrimas; porque ha eleyado fervientes plegarias al Todo Poderoso; primero por Su vida, de:la cual ya El había dispuesto; y, después, porisa alma que segu ramente ya El ha salvado.

ES

:

Y su alma desde el amplio sitio que ella llena cielo, piensa en Puerto Rico; piensa en su hijo. Y mándose como un fulgurante lucero, contempla su en la tierra, y su vaporosa faz sonríe la sonri sa de un complacido. Y vela por Borinquen; e ilumina a su

para que así lo consigne ante el pueblo.

en el asoobra, niño hijo

Puerto Rico pue-


JUAN BOBO

O

El AS

de dormir tranquilamente. El Padre esta velando. Maestro está guiando desde su etérea morada. ¡Qué mucho quería él a Puerto Rico!

15

"A

¡ Y qué mucho lo quería. Puerto Rico a él!

Quisiera ser gigante para abrazar las montañas que él contempló en su niñez; las montañas por las que luchó desde paisano

su juvéntud;

las montañas

que dan albergue el jíbaro, y sepultura hoy a su cuerpo.

a su

Quisiera ser gigante para estrechar contra mi pecho a todos los puertorriqueños, que en su noble corazón guar-

darán para siempre la sagrada memoria de mi padre.

Y

quisiera ser gigante para completar la obra de Luis Muñoz Rivera, el gigante de Borinquen.

Solo me falta rendir un tributo, que es para mi un deber

sagrado:

is

ti

Si Diogenes surgiese hoy en Puerto Rico, y, con su linterna, se pusiera en busca, no ya del escritor inexperto, sino del hombre honrado, del hombre generoso, del hombre de alma colcsal, del símbolo de la amistad suprema,

RA

de seguro que apagaría su linterna al estrechar entre sus brazos a Eduardo Georgetty.

La respetable

Luis Muñoz Marín.

Doña

dama

puertorriqueña

Amalia

Marín,

viuda del patriota Muñoz Rivera.

LAPIDARIA A

Bien hace La misma que

Muñoz

Rivera.

en recogerte, piadosa, tu montaña, es tu gestó, tu voz, tus pensamientos...

Así la Muerte mira frustrados los intentos Que tuvo al silenciarte su trágica guadaña. Así, también, tu ausencia será menos extraña. La selva hará tus rimas, tu apóstrofe los vientos, Y el lirio de tu fosa dará los sentimientos Que

hasta

morir

latieran

en

tu

amorosa

entraña.

- Al maternal regazo retorna ¡oh visionario Patriota,

que te llevas el beso de la gloria

En el supremo instante de hundirte en el osario! ¡Que

la palmera

fuerte,

serenamente

erguida,

Símbolo de la Patria é imagen de tu historia, Se nutra en los fecundos ensueños de tu vida! Don

Luis

Muñoz

Barrios,

padre

del prócer.

J. M. LAGO.


16

JUAN

— a——— _ _—_

VMuñoz

Rivera

-íÍ_

Su primer discurso.

En la vida de los hombres que como Luis Muñoz Rivera, forman época gloriosa en la histo ria de los pueblos, existen hechos de tal singularidad que deben ser conocidos por los que en estos momentos de real idad tan sombría, desean guardar como santa reliquila, cuanto contribuyó al inmenso prestigio del hombre que en la verd adera cima de su gloria, se ausenta para siempre sumi éndonos en la más honda y cruel de las desdichas.

Fuimos

íntimos

de

Luis

desde

que

tuvimos

uso

de

razón; desde el momento mismo en que en nuestras almas se despertaron los afectos, y desde ento nces, ni la sombra de un disgusto ni un gesto descompuesto quebrantó mues-

tra amistad.

:

Sus alegrías, eran mis alegrías., y en los momentos en que el destino lo sometió a duras prue bas, confundíamos, con íntima sinceridad, pesares y decepcio nes. dl Voy a relatar un hecho que ocurrió allá por el 1888. Lola Fernández, hija de la Carolina , cuyas infinitas bondades todos conocemos, recorría las poblaciones más importantes de la Isla con la carit ativa misión de reunir fondos para fines benéficos. Al efectos, .organizaba weladas y conciertos. Contaba

en cada pueblo con la ayuda

intelectual

y ecotiómica de las personas más sign ificadas por su prestigio, las que secundaban tan honrosa y noble labor. Llegó a Coamo, y gracias a la afable hospitalidad de la familia Rodríguez Braschi, inició un festival en el que debían tomar parte las personas de más cultura literaria y científica que podian encontrarse en los pueblos del distrito. Claro está que Luiz Muñoz Rivera, conocido ya eo-. mo poeta y escritor, no podía faltar a un acto de tal índole. Se le encargó del discurso de apertura. Nuestro amigo, que como hemos dicho, era conocido como literato y felicitado como poeta. no habí a tenido oportunidad de presentarse al público «omo orad or.

Confiando

diseurso

A

que

en

sus

aprendió

facultades de

escribió

memoria.

la Juventud

Día

por

un

día,

cualidades especiales de-

tismo y sentirse apóstol de una idea. E | Muñoz Rivera reunía estas cualidades. En sus versos _ hay una escala cromática que va desde la ternura hasta nota

mas

viril; sus discursos

electrizaban

La' necesidad

del

momento

lo hizo

orador

aquella

no-

che, y cuando después escalaba la tribuna pública, con sus

arengas

patrióticas

y ardientes,

eleetrizó

siempre

al audi-

torio que se alejaba pensando en las palabras del MAES.

TRO:

a sus

N, Santini.

darios.

bemos agregar ciérto poder sugestivo, acometividad en los momentos oportunos, valor físico y mora l, gran patrio-

la

Desde entonces aquel hombre de inteligencia superior, de extraordinaria fuerza intelectual, de imagi nación sorprendente y vigorosa, jamás volvió a escribir discur sos. El pronunciado en la velada de Coamo fué uno «de los más elocuentes y espontáneos que le oí en toda su vida de campañas políticas, en las que las muchedumbres lo aplaudieron con entusiasmo y con la fe con que se escuch a a los apóstoles.

tomaba

puertorriqueña

Como

yo las cuartillas en mis manos, y palabra por palabra, párrafo por párrafo, los repetía todas las tardes, hasta el momento en que partimos para Coamo anhelosos de concurrir a la velada en proyecto. El “CENTRO DE INSTRUCCI ON Y RECREO” de la antigua Villa estaba lleno de luz y presentaba un aspeclo sugestivo y elegante. Las damas que formaban la mayoría de aquel inmenso público vest idas con gentileza, hacian un conjunto impresionante y bello, ante el que Luis debía salir airoso. 1 Cuando aquel auditoriotan , selecto y escogido, se presentó a nuestra vista, Muñoz, nerv ioso e inquieto, me dijo estas palabras: “Temo un fracaso””. Cinco minutos después el telón se alzab a lentamente, y nuestro amigo, con aquella calma aparente, que era su genial característica, se adelantó hácia el proscenio y por tres veces repitió: “Señoras y Señores”? Entre bastidores me encontraba yo sudando y temblando, con las cuartillas en la mano, sirviendo de apun tador. Breve: silencio..... Muñoz da unos pasos hacia la derecha, y sotte voce me dice: “Se me olvidó el disc urso””. Inmediatamente le repliqué: “Tenga valor: improvis e*. Y efec. tivamente, improvisó un discurso elocuent ísimo, que en nada se parecía 'al que, con todo su pensamie nto, había escrito. Us) Aquella noche se reveló el orador.

magistral

Em estos tiempos en que todos, ya por el estudio, por experiencia o por. intuición, tenemos concepto mas claro de lo que es la verdadera superior idad, sabemos que un leader debe reunir cualidades esenc iales, a saber: buena presencia, inteligencia sana y cultivada honradez, patrio-

tismo. y amor a lo bello.

BOBO

parti-

Convencía,

bilidosamente

persuadía

a hombres

o

de ideas

deleitaba

y

heterogéneas

reunía

ha-

en

or-

una

ganización política que obedecía a un plan deter minado. Jóvenes que os asomáis a las puertas del gran salón de la vida, imitad la voluntad firme y la perseveranci a del llorado leader. No hagáis del dollar y de los placeres vuestro único objetivo en la vida. Pensad en la Patria, en los altos idea. les, y aunque no llegueis a ser leaders en el ejército de la

libertad,

sentiréis

la satisfaceión

de

ser soldados

que

tribuís con vuestro denodado esfuerzo a la conquista vellocino de oro, que es la felicidad de nuestro país. 0

Pedro

C.

Timothée

con.

del



E

18:

:

|

E

JUAN BOBO

DESDE MADRID.

| '

Agosto 28 de 1895. Después de ocho días de lúg ubre inacción, vengo cumplir mi-deber con los lectores de “La Democracia”.

Mi padre, descendiente de españoles que pelearon con. tra Bonaparte y contra

Bolívar por la dignidad y por la integridad de la patria; edu cado en los Principios más severos de las escuelas histór icas; enamorado de las trad icio

á

No hablo, no quiero hablar de mis angustia

s. ¿Para qué? Póngase en mi lugar cada uno ide mis amigos y comprenderán todos el dolor que me abruma, Los correos de Puerto Rico me traen siempre noticias terribles: los obstáculos que —á pesar del apoyo del paí s— rodean á este periódico, asedia do por injustas y arbitrarias persecuciones; el duro carc elaje ide Mariano Abril; el incendio de ae Negrón

nes legendarias que en su propio hogar recibían cul to; fanático de una doctrina para la cual era inconcebi ble la ley sin el ejérerto y el est ado sin el Tey, puso su inf lue nci a 3 SU prestigio al

servicio de los que á la saz

ón se llamaron liberales-conseryadores. : Así aparecía en pugna con los intereses de su Pro pia tierra, contribuyendo á que en su villorrio y en su distrito

mi aldea nativa ; el luto y la tris teza en el hogar Sanjurjo;

la muerte de mi padre....

. Es el bárbaro crescendo de una fatalidad sin medi la. Y yo acá,

Y así le halló el hedho bru tal de Pavía.

lejo

s de la patria, recibiendo golp e tras golpe; sintiendo que me anonad a el martilleo de la desdicha sobre mi frente;

el golpe de Sagunto.

temblando antes de abrir las

LX +

cartas y los «despachos que llegan; ansi oso de volar á la orilla 1gno ta en en

que poco á poco se derrumba en la nada le que más amé el mundo. Lo que sufro no encontraría

fórmula

de expresión

pótico en que lo absurdo res ultaba probable y en que no existía más norma que el capricho del tirano. De un único mandoble, rod aron, heridos de muerte, la diputación y los ayunta

en

el idioma. * Las lágrimas no curan heridas tan hondas; si las eurasen: yo sólo conservaría la indeleble cicatriz, Como

en

las crisis de mi

espíritu

mientos populares. La Gaceta insertó un úkase en que se des ignaban delegados del César en todos los pueblo

fué

el trabajo mi eterno refugio, acudo al pupi tre, dejo que corra la pluma, y sigo dando

miento. ““La

á mis compatriotas

la esencia

.

Democracia”,

de mi

hoy más que munca, ha men ester 1.is pobres páginas negras: yo sé sobreponerme á mi duel o para que, en las horas del tem poral que el diario desafía, no falte el cont ingente

ros de

vía

crucis.

que

ofrecí

á mis nobles

s,

pensa-

o

compañe-

Y así también

A mi padre correspondió

Barran.

El mamidato imperativo no admitía excusas,

Yo no olvido aquella triste efeméride. Mi padre iba á llenar funciones que repugnaban á su índole general. Pero sin

medios de negarse al enc argo, tomó posesión de la Alcaldía, dejó en sus pue rtas á los servidores del régi men

republicano, y presentó al instante su renuncia, Apr emiábanle

los suyos para

que limpiase el comedero á sus adversarios, para que vengase las supuestas injuri as; para que humill

Ahora, choque ó no-con los con vencionalismos humanos y con las costumbres sociales, satisfago un anhelo de mi alma, rindiendo tributo á la santa memoria del hombre que me dió el sér; que me guió siempre por la senda de la virtud y del honor y que escu lpió en mi cerebro de niño ideas de abnegación y honradez. No intentaré una biografía. Ni es fácil intentarla.

Una existencia sencilla y clara; una vida pública sin com. bates y sin estr

épitos, pueden sintetizarse en cuatro rasgos. Quien desdeñó á su paso por la tierra, los vertiginosos elamores de la notoriedad, no nece sita, en su asilo de la tum. ba, ni aun las vamas retóricas del epitafio.

ase la arrogancia reformist a. La situación no toleraba vacilación ninguna, Y él, sin embargo, mantuvo a outrance su actitud, y mie ntras el gobierno le designó su sucesor, los radicales de Pri mo de Rivera continuaron en sus destinos.

compromisos de sectario, para ofrecer homenaje práctico á la honradez y á la just icia. , ¡ Ay, si de todos los con servadores fuese dable decir

tanto!

Recuerdo

á mi padre desde que contab a yo siete años, La revolución de Septiembre sac

udía en España y en sus colonias á las muchedumbres ; sentíase él advenimiento de una radical metamó

rfosis y comenzaba el génesis de log dos partidos políticos en que más tarde se dividió la ínsula.

+.»

de

En aquel punto comenzó á debilitarse la fé monárquic a

mi progenitor. Fué consecuente.

Su

voto cayó

urna en pro de los cunero s

7

una

integristas.

y otra

vez á la.

Pero no aceptó

*


JUAN BOBO ningún

o público : no quiso ser conenisi. ni alcalde, ni

diputado provincial,

no se prestó á presidir el Comité

Sal de los Baños inmediatamente hacia Barranquitas. He aquí sus frases: | : —**Conozco tu situación. Juzgándote por mí, com-

ni

é extremar la propaganda, ni á buscar prosélitos. -Seguía fiel á las ideas conservadoras. Pero no las veía en la realidad como! ¡las Fforjara en el sueño. Y se retiró con sus desencantos al fondo

del hogar,

sin que

le manchasen

prendo á lo que vienes. No necesitabas venir, Tu deber es apoyar á Rossy' contra mí. Cúmplelo. ¿Para cumplirlo has de publicar un manifiesto? Publícalo. Yo mo ad-

el

fango de concupiscencias, de que jamás quiso convertirse en cómplice, Pero

hay un

signo

más añejo

de su devoción

- mito esa candidatura. Yo

hacia

'bía

aboli

de: jralz, sin

Uno de

sús amigos que votasen á.idon ¡Manuel Rossy Calderón con-

tra don Luis Muñoz

Mi padre afirmó que de-

indemnización

á los dueños

de

á quien debo la desventura de haber nacido.

Díaz, | |

con saña, ni siquiera en la época en que un alcalde podía

hacerlo todo impunemente. * Notario luego, en su despadho no asomaron ni una vez sola el negocio leonino, el cohecho inmoral, su faz aleve y

sinos: - Los cablegramas inuridaron á Madrid, y los seides

del general ¡Palacio, anhelando justificar tan viles desafue- ' j ban una serie de: acens integristas en fa- | ros, O; vor del au crata.

| contra el

firmo eso.

Tráiganme ustedes una pntenta

general Palacio y la suscribiré.

ñas, antes mi coneurso, mi Son palabras textuales.

Para tales haza-

reprobación

absoluta. ””

E * se. Iba á renovarse en 1889 la Diputación provincial,

Los eel

en asambl

Pp

según

de

Barros,

prescribe

Coamo

en

le, ¡que hoy

es

la. carta constitucional

directór ¿JEXEeO,

- victoria,

|

alcanzó. la

.

imboddlciomes.

su círculo.

trazábale

Amasó centavo á centavo su modesta fríins, y nadie ge atrevió á proponerle venalidades nas. > noo eqog naco copo ..»

...

.

.

...o

...

|

...b

.o.o»o

code

ta años.

E

a

Y aquel caudal me sirvió para braliar e |

la

[De Isabel Padró vda. de Vélez.

a

admiten abonados.

1 ed

Oe Box: 15.

Palmer. —Teléfono 9. - CIALES, P. R.. 9%

t

h

me confortó en los trances amargos; y aquella sencillez -q

necerme con el triunfo...

e:

ro y Notaría en « Aguadila ANGEL

Baños de Ducha.

Precios módicos.

:

$

alma me enseñó á mo abatirme en la derrota y á o

Habitaci nes cómodas y ventiladas, esmerado servicio,

cocina alla española y americana.

-4

por la iblertad de Puerto Rico; y aquel recuerdo

AP

2 - HOTEL - -BORINQUEN

a

bl

ganosos de dividir nuestras fuerHoy la venerable cabeza cae en el sepulero, y no zas, me ofrecieron sus votos. allí para estampar sobre la gélida frente el beso último; No los| acepté. | para pronunciar el supremo adios. 4 . El rdo colectivo me obligaba, y yo mismo o deposi- ¿ ¡Padre mío: si hay algo más allá de la muerte; 3 taría mi boleta 'por don * Manuel Rossy. «existencia se prolonga 'á través de lo infinito;-si existe un . Pero, hábiles ellos, arrojaron al patenque el nombro | cielo que te abra susPe Padre mío, bendíceme! de mi. padbs, , intentando cohibir mi esfuerzo y ganar la | batalla por la confusión y porla sorpresa. Losib Muñoz " Rivera. --

OCTALES

;

Escalada sus consejos, srreiiidadó sus máximas, admirando sus Jocs, cumplí en. NA treig-.

del.

'n ami-

é

Los

py |

y Barranquitas, : il

traté de ay riguarlo—mi nombre salió derrotado.

go

- Si lo primero, la ley servíale de norma; si lo segundo, ¿ el arancel

|

1

partido, me eligieron candidato por 1221 sufragios. Juana Díaz se opuso. , Y no sé por qué cábalas—ni Fr

Tepugnante.

solicitud respondió mi -ld:

—“*Yo|no

No tuvo eul-

pa. Quizá, al engendrarme, creyó que me lanzaba á un Planeta más bello y, más feliz. Alcalde durante quince años, no ejerció su autoridad

en Yauco, en San Germán, en Mayagiiez á infelices campe-

A tal

Barrios.

- Tal era el hombre, extraordinario en muestros tiempos,

esos dueños-era él

Y hay ¡también un signo más reciente. Allá, en 1887,.se flagelaba en Ponce, en Juana

Si saliese vencedor, dimitiría, ””

abracé llorando á mi padre.

Y á la mañana siguiente se repartía en el distrito á - millares el manifiesto en que Luis Muñoz Rivera rogaba á

lo justo. Alá, en 1871, se abrió en Puerto Rico una ¡ifotraal ción para que las personas «de cierto valer emitiesen suíx'

juicios acerca de la esclavitud.

19

pi , suele

oran

de

TORREGROSA

Ahogado y Notaro.

PA

aca

M.

A:

Canales n an Jue, Puerio Rio,

0

AS


Abril 6 de 1916.

Sr. Director de JUAN

BOBO

San Tuan, Puerto Rico Mi estimado compañero: —

tuítamente.

de perdurar.

Quise

conservarlos y Encuader narlos, Porque son: di gnos No pude, porque los co

mpatriotas nuestros y, ad latino-americanos que vien emás, los en a mi oficina, los buscan , los leen de cabo a rabo, vuelven a leerlos y, como es natural, los deja n inservibles y, con frecuencia, se los apropian. Lo cual no censuro, pues bien valen la pena ser de escamotead os.

por los dos.

|

E Y otra súplica, no para mi provecho sino para prov país; mande un tercer ejem echo del plar a la Librería del Co ng reso“ Congretional Library” donde los en cuadernarány los CONSErva rán ad ferbetuan En estos días me pidió Sergio Cuev

E

as, désde la Habana, copia de al-

zine, que se editaba en N ew York. Desconfiando de que existi volúmenes de la vieja rev esen los ista, fuí ala librerfa. Lo s encontré y despaché las copias. -. Esta es una demostracién de que allí no se pierde nad Juan Bobo debe estar allí por a. - y que

no debe perderse, la longitud de esta carta y ordene y mande a su paisano y amigo que le dist ingue, Perdóneme

LUIS MUÑOZ RIVERA.

: el

a

An RES l

)


Ain a Muñoz Lrtra para “La Bortuqueñs,” Hermanos

de la patria,

*Cantad.en 'alta voz, Recordando

a

.-

"|

las bravas

arengas de Muñoz.

Que aunque

el patriota intrépido

duerme en la tierra ya, en nuestro amor fanático Gritemos todos en alta voz: ¡Muñoz no ha muerto.

¡Viva Muñoz!

Porque en la patria somos

Ab

hermanos ya. Ay, la cruz de su tumba nos une como - como

un altar,

como un altar.

un altar, DS

- JUAN BOBO.

A

por siempre vivirá.


|

la luminosa harmonía de aquel noble semblante humano. La impresión macabra desaparece rápidamente y evoco en mig recuerdos la figura de aquel noble epicúreo que

nunca

temió

la muerte,

pero

que

la odiaba

porque

es acabamiento de la vida, que él tanto amaba. Esto era principalmente Muñoz Rivera, un enamora_ do de la vida que vivió la suya propia espléndidamente, opulentamente,

intensamente,

derrochando

las

energías

de una juventud que prolongó hasta su muerte.

Jamás

le- oí profesar teorías más o menos hondas sobre la vida, pero tenía un maravilloso instinto que lo guiaba muy certeramente

tencia

por

los intrincados

de hombre

moderno.

La

derroteros

de su exis-

seducción

que

ejerció

Muñoz sobre cuantos tuvimos la dicha de tratarlo más o menos íntimamente, tenía su origen en su potente indivi-

dualidad.

“El”

fué “él”

en todos los instantes

de su

existencia, y ni la vanidad, ni los prejuicios sociales go-

bernaron jamás los actos de su vida gallardamente vivida. Quizás hemos conocido algún político de más sólida

cultura, o algún poeta de más alto vuelo, o algún perio-

dista más conocedor del oficio y más saturado de actua-

lidad, quizás algún orador nos ha conmovido más hondamente; pero no creo que otro hombre nos haya dejado una impresión tan viva de su potente personalidad. Por ésto sus amigos lo admiraban y lo querían. El pueblo lo admiraba también y lo quería, seducido principalmente

por aquellas

posiciones

gallardas y arro-

gantes que adoptaba con frecuencia en los actos trascendentales de su vida política, instintivamente,

te, porque teatrales.

sinceramen-

rebeldías

hice y a poco

de llegar

a Ponce,

morales

del maestro

Muñoz

pectros”” y ''La Casa de Muñeca”. y me lo confesó

con una

ingenuidad

o

de mi vida

noruego le interesaron vivamente y me suplicó llegar a tierra le facilitara algunas de sus obras. leyó

No

que al Así lo

““Los

le gustó

Es-

Ibsen

encantadora.

El Tbsen que saboreó a bordo del trasatlántico es-

pañol era un Ibsen latinizado visto como lo vió al través de mi temperamento,

pero

al enfrentarse

con

aquel

wi.

kingo brumoso e hiperbóreo, el Muñoz americano y tropical tuvo que sentir ciertas repugnancias. Relato este hecho al parecer insignificante porque retrata al hombre :

de cuerpo entero.

Los grandes prestigios de Tbsen, en-

tonces indiscutible entre los intelectuales, nada pesaron en elgánimo de este hombre independiente hasta la exageración. Reyela además que hombres del temperamento fuerte de Muñoz son poco católicos en sus gustos y aficiones, y difícilmente pueden descentrarge para poder comprender otros temprramentos distintos. La Humanidad produce

admirable

con poca frecuencia hombres

que posean la,

cualidad de desdoblarse y vivir otras vidas.

Aquellos hombres que se precian de conocerlo y saborearlo todo frecuentemente acaban en meros diletantes. Hombres del temperamento de Muñoz no se desdoblan, pero

lo

que

viven

lo .viven

tan

realmente,

tan

gallarda-

mente, y con intensidad tal, que esta limitación los hace más

interesantes,

En el trato que más tarde tuve con Muñoz Rivera pude apreciar que en él se hallaban reunidas dos cualidades al parecer contradictorias: un alto idealismo y un fuerte sentido de la realidad. Fué en política un opor-

tunista en el fiel sentido de la palabra, runca

de sus ideales,

no olvidó

nunca

y sin claudicar las exigencias

de

de sentadas las

viejo no solamente no desentonaba allí sino que parecía el más joven de todos.

Juan, en la redacción

Puerto Rico por primera vez, y él regresaba de su primer

bases de aquel pacto que debía cambiar la faz de la Isla

Durante el largo viaje en el trasatlántico

español él la evocó para mí en exhuberantes descripciones,

la Isla seductora, a donde yo me dirigía, apenas abandonadas las aulas, con todas las ilusiones de mi primera juventud, ilusiones que bien pronto las exigencias de la.

lucha por la vida debían tronchar una a una. Entonces, feliz entonces, yo sentía todas las inquietudes de la vida moderna, y me acostaba con Bjornson y Maeterlinck y despertaba con Ibsen y Nietzche, novísi-

mos, flamantes, todavía no vulgarizados,

Las

con

años

tulias nocturnas gustaba de rodearse de la gente joven

como divisa de su vida,

Yo lo conocí hace más de veinte años.

de sus amores.

daría algunos

Venía yo a

del Cyrano de Bergerac de Rostand, y como éste aceptó

después

él desconocía,

algo

no conoció la “'pose”” ni gustaba de efectos

viaje a la antigua Metrópoli,

por volver a sentir.

que

la realidad y del medio ambiente social y político, y aspiró a implantar el mejor régimen posible dentro de las exi. gencias de cada momento histórico. En los últimos años ví a Muñoz algunas veces en San

Había en su espíritu de hombre moderno

“le pañache”

de Ibsen,

Recuerdo que le A

A

RN

y una ligera mueca que me' hizo recordar aquellos muertos en algunas obras de Goya, había hecho desaparecer

Rivera,

que hoy

O

El color era de un amarillo verdoso,

a Muñoz

CU

la, obra del gusano.

hablé

un entusiasmo

E

la caja fúnebre, medio opaco por los gases interiores. Fué solo un momento. Y me pareció que la obra de la descomposición había ya empezado y empezaría pronto

Y.

O o A

Lo ví a última hora en Ponce, al través del cristal de

E

A

RIVERA

MUÑOZ

e intelectual.

de ““La Democracia”.

En las ter-

Y el hombre que ya había empezado a ser

No envejegió de espíritu Muñoz Rivera, y si bien al regresar la última vez del Norte venía moralmente derrumbado y hundido, según me cuentan algunos amigos,

ae

E

JUAN BOBO

es de presumir que la neurastenia había ido minando lentamente aquella existencia de luchador vigoroso. Si en

este momento trágico de su existencia se espontaneó con aleún amigo,

esas confidencias

deben ser dolorosamente

RITA

992

en los últimos momentos de su vidaal fundidor de meta-

¡

interesantes. Peer Gynt, el héroe ivseniano, ve aparecer a su lado

?

:

]

'


JUAN

CRUZ

BOBO

EN

FLOR A Barranquitas—Cabe la fosa del poeta y del patriota.

Vengo,... de aMá... de un palmar Entre montes escondido; Solitario... como un nido

Sobre um picacho del mar. Vengo... a solas... tras el rastro Del Sol. que radiante expira ,» Como el bólido que gira Bajo ia atracción de un Astro. Vengo... los ojos vidriados

Por el llanto y el dolor, A

humedecer

Estas

sierras

con

mi

amor

y sembrados.

Vengo... errabundo... al azar... Como el infeliz beduino; Y al fin hallo en mi camino ¡El ídolo y el altar! Al pisar tan dulces lares ¡Qué atmósfera de cariño! ¡Es

que

Jugando

siento

al Muñoz

niño

en

estos lugares! Que esta muchedumbre inquieta Y esta luz y esta fragamcia Tienen algo de la infancia Del patriota y del poeta. Barranquitas, mi alma herida Se solaza en tu regazo; ¡Me pareces un pedazo De su gloria y de su vida! ¿Quién no escucha en los cristales De tus aguas tembladoras, Reminiscencias sonoras De sus bellas “ —Tropicales'*1 Que del preclaro varón, A quién infundiste aliento, Era, tuyo, el pensamiento... Pero,

¡nuestro,

el

Los rencores... Y,

sonetos,

se hacen notas!

las

espadas !

Bajo

En

el dominio

español,

el que luchó arrogante,

Diste a la patria un diamante, Y ella te devuelve un sol. Dios proteja consu gracia Al pueblo que, altivo y fiel, De su pena hace laurel Para cubrir su desgracia.

a

Yo también, junto a la fosa Que espera al prócer en calma, Vengo a deshojar mi alma Como

Quiera

si

fuera

una

rosa.

el cielo que, a la luz

Que su espíritu déstella, La flor se torne en estrella, Y la estrella se haga cruz. Cruz

En

que

:

diga

su augusto

al extranjero,

simbolismo:

“Fué el primero, Y, en el peligro, Paladín

que

noble

en patriotismo; ¡el primero!””

y bravo,

Con brazo firme y nervudo Escribió sobre su escudo: Héroe o mártir... ¡nunca

esclavo!

Barranquitas, mi clamor Uno al tuyo, enternecido;

Porque Puerto

en Muñoz Rico

un

ha

perdido

Redentor!

corazón!

Por eso, con Viene el pueblo A entregarte tu Y a llevarse su

les.

Pues cuando'en las emboscadas Caen luchando los patriotas,

fé sincera, eonsternado, soldado bandera.

*““Vengo—le dice—por tu alma.

La voy a fundir,”

- Y le explica que así como las monedas que han perdido la impresión deben ser acuñadas de nuevo, igualmente hay que acuñar de nuevo las almas que han perdido su individualidad. **¿Mi alma no merece perdurar?—le dice el héroe ip- e“ No, no lo merece, contesta el fundidor de me-. seniano.** tales, carece. de valor. ““Tu'” no fuiste nunca “tu mis- .

Clemente Ramírez

Barranquitas,

20 de Noviembre

de Arellano.

de 1915.

mo”, viviste siempre fuera de tí y tu individualidad se ha desvanecido.

Hay que fundir tu alma de nuevo.”

Muñoz Rivera. no tuvo a su lado al fundidor de metales en los últimos momentos

de su preciosa existencia.

“El” fué siempre “'él'”* y su potente individualidad perdura aún después A

de su muerte en el recuerdo de sus A e. 4. López de Tord


JUAN BOBO.

24

Luís Muñoz Rivera El

presente diario

fué

“The

: queriendo

el artículo World”,

atacar

en que

de New

a Muñoz

" de Puerto Rico, miró con atención to.da la cuestión y quedó pasmado al enel

York,

Rivera, lo

perfecta y un cacique político tan capaz. El senador Depew, presidente

del Comité

de Asuntos

no y pueblo de los Estados

da, se refirió al señor Muñoz Rivera,

Los neoyorkinos se inclinan á veces enorgullecerse,

aunque

con

cierta

vergúenza, de la perfección de las maquinarias políticas que gobiernan la ciudad, pero Tammany y la organización republicana no “esultan más que meras bandas desorganizadas, compa-

radas Puerto

con

el

partido

unionista

de

Rico.

“les ha llamado caciques políticos. Politícians han sido todos ellos en el jueo. Péro el gran maestro de la política, el más científico de los caciques, el

hombre que tiene ensu mano cada una de las cartas de triunfo es un indivi-

duo, allá, en Puerto Rico, que maneja las cosas políticas de un modo hasta ahora desconocido en esta parte de los

Estados Unidos. Su nombre es Luis Muñoz Rivera. El único puesto público que ocupa es un asiento en la Cámara de Dele-

gados 6 Comereso insular.

Cada uno

de los miembros de esa Cámara es uno

de sus parciales; cada puesto público electivo de la isla se cubre por su se-

El es el dictador absoluto del

partido unionista, y ese partido cuenta con una mayoría abrumadora. El trató de revisar la Ley Foraker.

Cuando

el Senado

de los Estados

Unidos estaba discutiendo los asuntos

de Puerto Rico precisamente antes de la clausura, el señor Rivera y una comisión de sus partidarios aparecieron - en Washington demandando una revi-

sión del Acta Foraker, que provee la actual forma

de gobierno

de la isla.

El amo quería disminuir las faculta. * des del Consejo del Gobernador, que 3 el obstáculo que le impide obtener el control absoluto de todo asunto gubernativo

de Puerto

Rico

y particu-

larmente de la judicatura, nombrada

ahora por el gobernador. El Comité de Asuntos Insulares del

Congreso,

modo

encargado

de los asuntos

al Sena-

siguiente:

“* Habiendo

estado

familiarizado

de Albany.

El señor Rivera es de estirpe espa-

ñola y ha sido una figura prominente por ún número

de años en la polí-

tica de Puerto Rico. Antes de la guerra con España, él era el leader del partido que abogaba por la autonomía

por toda mi vida con leaders de par-

para la isla bajo la soberanía españo-

tido y con caciques de partido, yo me

- la, y fué encarcelado varias veces por sus campañas políticas. Cuando los Estados Unidos dieron.

descubro amte el caballero que ejerce un dominio absoluto del partido unio-

nista, por haber demostrado tal habilidad en asegurar su influencia y man-tenerla,

que

hoy

le coloca

4 la van-

guardia de los leaders políticos. *“El domina

A Croker, á Murphy y á Platt se

lección

del

enmiendas

al

informar

Unidos.

ciertas

Insulares,

elevó ante la consideración. del gobier-

á

contrar una maquinaria política tan

- que si el Comité Ejecutivo de .Tammany Hall tomase parte abiertamente en las deliberaciones de la legislatura

la Cáma'a

de Delega-

dos y ha nominado todos sus miembros. Estos no deciden la menor medida legislativa, sin llamarle y consultarle públicamente á él y 4 su Junta Central, para deliberar. “En su intención de acaparar el dominio sobre la judicatura «insular, bajo la forma de un proyecto de-ley que obligue al Gobernador á nombrar á aquellas personas por él propuestas en cada localidad, él quería tener ba-jo su dominio no solamente la legisla-

á Puerto Rico un gobierno civil, se le ofreció á Rivera un nombramiento en el Consejo

Herald.

cionándolo hasta convertirlo em una máquina política, de la que €l es el amo

absoluto.

El podría tener el empleo que quisiera, pero. prefiere permanecer solamente como simple miembro de la ¿Cámara Todos

sino también la administración de justicia y las decisiones

por

Ningún

pequeña isla es para tal genio

,

demasiado ejecutivo.

politician de Utica,

(un vi-

Morio del Estado de New. York) de autoridad constitucional, supera á las actividades de un talento tan superisr cx manejos políticos. Con vara alta en una república suramericana, él hubiera llegado á ser una figura de im-

portancia internacional.” AT Senado no le agradó la idea de

que el señor Rivera llegara á conver_tirse en el Pantata de Puerto Rico y adoptó varias enmiendas á la ley fun-

damental de la isla, pata refrenar su

poder autocrático.

notado con asombro

Los senadores han

el plan que se

adoptaba, de que siempre que la Cá.mara de Delegados. se constituía en

comisión total, la Junta Central del partido

unionista

las deliberaciones. Y A

tomaba

parte

en

Eso es lo mismo

de Delegados.

Prefiere manejar los asuntos. Cámara

El necesita campo más amplio.

Rico

Después regresó á su país y

organizó el partido unionista, perfec-

y de gastos, los empleos y los sueldos,

- “Esta vequeña

que es una Cá.-

un periódico llamado el Puerto

ción de la isla, la ley de presupuestos

de las cortes.?”

Ejecutivo,

mara alta, de seis miembros, nombrados por el Gohernador. El declinó. Por 3 años desde 1901 á 1904, Rivera vivió en Nueva York, donde dirigió

los sesenta

son

delegados

unionistas,

el cacique.

No

hay

de la

designados minoría

en

oposición. Su partido quería hacerlo Comisionado á Washington, pero él se megó porque prefiere quedarse en la isla, donde su influencia.

están sus intereses y Los delegados quisie-

ron hacerle Speaker de la Cámara, pero también rehusó, porque parece que le agrada más “ser el poder detrás del trono.”* El señor Muñoz

Rivera tiene cerca

de 50 años de edad.

En la vida pro-

fesional, él es el director de La Democracia, uno de los más importantes diarios de San Juan. El es un hombre de gran fuerza creadora, de gran

influencia y capacidades ejecutivas. Cualquier maquimaria política que necesite un amo ó cacique, que le guíe al éxito, no debe

dejar

consideración

este

Puerto Rico.

á

de tomar

autócrata

en

de

+

(Del World! New York, agosto 15 de 1909).


O

A

ae

ER

h*

JUAN BOBO

A LOS

Del libro

su política ante

Pro-patria,

de

Coll y'Cuchy,

los radicales

de la Cámara

Sr. Luis Llorens Torres, Delegado

Amigo y compañero:

reproducimos

Popular.

to.

Respondo a ella

|

que

el Acta

que un partido

como

Pero

la segunda fór-

tiempo,

inevitables

dignidad del pueblo.

4,

opino

Central

que

COoronar

A

a vida

asestase

a la patria

puertorriqueña

el golpe

un despotismo,

estilo moscovita,

al cual no se

A la

nuestros

magnos

sacrificios.

ello

iremos,

señor

Llorens.

Iremos

al hundirse

Iremos, resulte lo que resul.

be, a muerte o a vida, resueltos al dolor y no al vilipendio,

prontos a plantear el problema que Rusia liquidó con un ““finis Poloniae”

y que

no sabemos

cómo

liquidaría el

Congreso de¡los Estados Unidos. Y, pies “usted afirma que en recientes campañas po-

Y en

la triste eventualidad-—que acaso anda próxima—de que una perenne injusticia nos condujese a una estóica re-. a la Junta

seguro—cumplirían,

medidas para nosotros gratas o o la instalación inmediata del

nuestra postrer esperanza,

tar préviamente, en amplio plebiscito, a los cien mil elec-

aconsejaría

bien

a su madre esclava y moribunda.

e. Puerto Rico hacia una protesta tan grave, sin consul-

yo

estoy

denas, la dulzura de los yugos y la nobleza de los látigos que ciñesen, oprimiesen y flajelasen a su tierra mártir,

|

líticas se predicó a las muchedumbres la independencia,

yo reproduzco aquí el período final de mi discurso en la

a. los

cien mil electores acudiese, por. virtud de un “'referen-

ello

- Ayuntamientos, las 66 juntas escolares, los jueces, los marshals, etc., etc., y proclamarían la benignidad de las ca-

A tal fin se dirige la fórmula que venció por 26 votos contra 9 en la Asamblea. . Más aún, señor Llorens: yo digo que la Junta Central y la Cámara procederían muy de ligero si lanzasen

sistencia,

y la res-

¡Ah! señor Llorens, Usted olvida a los cincuenta mil republicanos, que se dejarían regalar—recuerde el ejemplo de 1900 y 1902—log 35 representantes, los 66

caminos para el interés y la

tores unionistas que nos otorgaron sus sufragios.

autoridad

elección de otra Cámara responderíamos con el silencio del país y el abandono de las urnas. Y el éxito vendría

esfuerzos demostrativos de que esas soluciones llegan a en

sí Aa

resolverán nunca los Estados Unidos de América.

que un partido como el nuestro no debe arriesgarse a las últimas, supremas soluciones del patriotismo, sin preparar la opinión a recibirlas y secundarlas por una serie de convertirse

y

inminente

el nuestro, debe

al propio

trás

contestaríamos con la renuncia de los alcaldes, de los jueces, de los ayuntamientos, de las juntas escolares. Y sería

trando su existencia por una acción contínua que demueseficacia.

los

fácil que imponer el derecho natural, el legítimo derecho que nos asiste. - Al régimen de fuerza, sin legislatura,

afirmarse sin cesar en la defeñsa de sus ideales, demos-

tre su poderosa

que

Si los hijos de la patria estuvieran uniaos espaldas con espaldas—frase del Presidente Roosevelt—nada más

Así lo declaré sin distingos ni perífrasis en

sostengo

llevando

postrero.

mula, no por diferencias de 'fondo, sino por «razones de oportunidad. , Yo

Y entonces,

raker

Foraker

nes y que ninguna de las dos podía sorprenderme ni disal explicar mi voto adverso a

para

cería un régimen de fuerza o se intentaría elegir otra Cámara, de fuerza también, que sancionase el Acta Fo-

Ya usted vé como yo había previsto ambas solucio-

el debate,

clarísimos,

-

““hosanna”” resonaría de un extremo a otro de la Isla en fiesta; en segundo caso, disuelta la Cámara, o se establ e-

es un yugo tiránico impuesto a Puerto Rico y que la Cámara es un cuerpo decorativo, cuyas leyes ni siquiera se cumplen sino que en la práctica resultan baldías e inútiles.” l

gustarme.

términos

delineó

“self government” o la reprensión inmediata de nuestras actitudes patrióticas. En el primer caso, un inmenso

—“ Segunda fórmula: abstenerse la Cámara de presentar proyectos de ley y posponer indefinidamente los pro- yectos de ley del Consejo, declarando, si es preciso, que considerar

en

bierno de Washington, ingratas. Es a saber:

la triunfante, que el público conoce, y esta otra

por

Rivera

Y ahora añado ideas a las ideas. Una abstención parlamentaria traería, como resultante, por parte del Go-

ber, de la marcha política del país, le anunciaba dos fór-

esa actitud

Muñoz

directamente, pronunciasen su libre veredi c-

Central—de

le consta—cuando al escribir al señor Larrínaga, ocho - días antes de la Asamblea, iníormándole, según es mi de-

adopta

que

o muerte, el mandatode la conciencia colectiva, | He aquí las causas en que me fundé al calificar de prematura la proposición de usted que era, por un anti. cipo epistolar auténtico, tan mía como de usted,

necesario, porque mis conferencias particulares y “tete a vete” con usted, le dieron en conjunto y en detalle, todo el volumen de mis opiniones acerca de- su proposición sobre un total retraimiento legislativo. A esta proposición suya me anticipé yo—y a usted

que copio “ad peden literae”.

en

ponsabilidad de la UNION en masa, la Cámara y la Junta

4

Leí su carta.

planteado

ciudadanos,

Juan.

artículo

en 1909.

con gusto, aunque en puridad no lo estimo absolutament e

mulas:

el siguiente

dum””,

en la Cámara San

CUATRO VIENTOS

'

Cámara el 30 de Enero de 1908. “Nuestro

deber

consiste,

Es éste:

en pedir,

en reclamar,

en

o

A


JUAN

BOBO

EL SERMONDE LA MONTAÑA

O%

Porque donde estuviere vuestro tesoro,

allí estará vuestro corazón. Sermón

6:21.

¿Quién ignora: en Puerto Rico sus homéricas hazañas?

|

La]

de la montaña.

San Mateo,

A ¿Quién no sabe que el coloso como el cóndor de los Andes

Pda

se engendró en las tempestades de las épicas montañas yen ¡las Pimpres de Borinquen más enhiestas y más grandes? |

De los picos de la sierra ascendió a más altas cimas y en la noche del pasado, como un astro entre la bruma,

.

combatió a los opresores con el plomo de sus rimas, la facundia de su verba y el acero d> su pluma.

¡Ahora vuelve a sus picachos a dormir su último sueño

con la gloria de sus hechos, como un prócer en campaña que

aún párece que nos manda a insistir en nuestro empeño,

'y al conjuro de su ¡nombre que en la lid nos acompaña,

allá van las multitudes tras el Cristo borinqueño a

ri

e AQ

|

7 ) a escuchar ante su tumba el Sermón de la Montaña.

Felix Cordova Dávila. + Gi

”* de Puerto Rico, bien exigir que se resuelva el “Sta conla modalidad de un “'estado”” en el conjunto de los

este período hice paráfrasis infinitas en mis excursiones

a través de las planicies y las montañas. palabra salió de mis labios que significase no mía, en el conjunto de las demás colonias americanas. * tinto. Yo, si mis días se prolongan, y si El empeño será rudo; la reclamación será vibrante y conperanza'” se pierde, iniciaré y organizaré otros estados, bien con la modalidad de una franca auto-

—tínua. Y “'si al fin perdemos la última esperanza”, si al fin ““agotamos el último recurso”” sin que se nos oiga y

la independencia. En tanto que un destello de esperanza luzca en el horizonte, seguiré bajo la bandera tricolor

- se reconozca

americana pugnando por agrupar a los puertorriqueños en la UNION, y pidiendo, exigiendo, demandando justi-

nuestro

derecho,

entonces

se alzará sobre

nuestras conciencias '“la base quinta de la Unión de Puer-

-.

Y ni una sola un rumbo dis“la última esel partido de

to Rico” y pediremos ““la independencia'' de Puerto Rico. " Y se escuchará resonando en el yunque el marrón de nuestras perpetuas energías, golpeando, golpeando hasta

romper en pedazos las cadenas de nuestra esclavit

¡En este período se condensa mi pensamiento.

- cia, justicia y justicia,

Señor Llorens: así pensaba, así piensa y así pensará

su amigo leal, E

De '

Enero, 25 de 1909.

i Luis

Muñoz

Rivera.


Exterior de las habitaciones que ocupó el enfermo

LOS

FUNERALES

DE

UN

en casa de Giorgetti.

POETA-HEROE.

He aquí un momento sagrado de la historia. He aquí el paréntesis trágico de una vida de heroicidad y predestina-

nueva.

ción.

zo y gallardo novio que, en hora de terribles desastres, supo defender los de-

En

el frontispicio

del

templo

de

los dioses populares, se alza un canto. Es que ha caido el atleta y las diosas levantan sobre; las ruinas del pasado el recuerdo honroso de este hombre notable, para ejemplo de las generaciones venideras. Pudo levantar su tienda en el retiro de los Montes Tesálicos y prefirió el épico fragor de los campos encendidos de la lucha. Fué un domador que persiguió las fieras bosque adentro. Herido fué por la flecha tremenda del arquero. ¡Larga paz a sus huesos! El 20 de Septiembre, cuando las hojas empezaban a caer, llegó a Puerto Rico Muñoz Rivera. Venía del Norte y traía la promesa de un régimen liberal y justo para su islita, oro de sus

amargas luchas y sus contínuos afanes. Había

en

la

ciudad

una

vibración

Sol ardoroso.

Palpitaciones

de

alas

Alegría

sonora.

juveniles.

Llegaba el novio de la tierra, el bra-

rechos

de su pueblo,

contra

los

fuertes,

con el látigo de sus cóleras, exponiendo vida-__

su

Nosotros más

siempre, mado

le

robusto

vimos que

ebrio

de

llegar

nunca,

esta

brioso

esperanza,

vez, como

entusias-

como un niño, con el ardor

de un

general que está seguro de su victoria. El

pueblo,

dueño,

fué

siempre a

amoroso con su recibirlo con los brazos

abiertos. ¡Los redimidos, llenos de gratitud, llevaron sobre sus hombros a los redentores | La

multitud

Pero entre del pueblo

ovacionó

al

triunfador.

los hombres rudos y tanos iba ella disfrazada..-

Temible es hablar de tí, muerte silen-

ciosa, que, ávida del fin, acechas al que más hace en la vida para que sea más

valioso tu rapto_-Muñoz Rivera fué herido por la ponzoña de una enfermedad incurable. Pronto lo trasladaron a la casa de Giorgetti y lo cuidaron con fervorosas complacencias. Las campanas de las iglesias de San Juan, las campanas de la isla, con notas arrancadas a la música dormida de sus metales viejos, llamaron al pueblo para unir pensamientos de bondad, y pedir por la salud de Muñoz Rivera, en el crepúsculo de un dolor sin fin___ El pedía fuerzas para concluir la obra que había soñado terminar, camino para una nueva era de claridad y reposo...

Muñoz se agravó.

Las corrientes po-

líticas y comerciales quedaron estancadas ante la noticia de que el árbol de la patria vacilaba a los embates de los vientos huracanados del destino. Nuevamente plañen las campanas con notas lastimeras. Muñoz será operado. La viejuca en el rincón de su


28

JUAN BOBO

casa, la niña en el oratorio, el hombre en

su

corazón,

el sacerdote

en

su

igle-

sia, todos unidos en un sólo pensamien-

to, oraban por él, por el noble, por el justo, por el que supo defender a su patria de las tormentas de la vida. Por los telégramas que se publicaban y por las diversas impresiones que aparecían en la prensa, se podía apreciar la intensidad del sentimiento público en todo el país. En casa del señor Giorgetti funcionaba el teléfono noche y día. Y todas las preguntas expresaban siempre la misma ansiedad, el mismo anhelo de saber una nueva consoladora respecto el estado del enfermo. No se exteriorizaba ese cariño por parciales demostraciones de grupos sino que ponían en perenne vibración 'nuestro ambiente social y todos unían sus votos por la salud del amigo. En muchos hogares se lloraba y rezaba. En los templos católicos, en las iglesias protestantes,

en las logias masónicas,

en

los centro teosóficos, la meditación y la plegaria volaban, con alas de oro, entre las nubes de un amor muy alto_.._

Grupo de las enfermeras que, con una gran devoción, prestaron al patriota.

sus cuidados

Sus nombres son: Guadalupe Ruiz, Amelia Mariana Munera y Amparo Rocafort.

El de,

Mock,

15 de Noviembre, al caer la tarentregó su alma al creador nuestro amigo.

nuestro

compañero,

La isla entera se desplomó, cuando la noticia de sú muerte circuló como un presagio fatal para todos los portorriqueños. Tras una labor de treintiseis años perseverante y ruda, caía para siempre, pobre, completamente pobre___ Perc cala con el tesoro de sus prestigios, con e: tesoro de sus triunfos, con el tesoro de

con

su popularidad,

en una

envuelto

todos,

Ge

da por su pueblo de

lágrimas

el tesoro del amor hila-

mortaja

y humedecida

por las

las mujeres.

La casa del señor Giorgetti fué invadida--- La nasa popular era nible. Aquella muchedumbre de,

lor.

que

nunca

dejaba

«nfantiles >

El cuarto y la cama

en que murió

Se pedía a Dios por el combatiente, por el maestro, por el guía, por el que escribió el libro más emocionante de la Bi-

blia de su pueblo...

Al fin Ella. Impía, tenebrosa, más

el insigne patricio.

cruel que nunca,

pide

correr por

sus

nada,

llena

libremente caras

incontehumilde

do-

l%grimas

rugosas

y aja-

das por el trabajo. + Allí,

junto

al

lecho

mortuoric,

esta-

cortó el hilo de aquella noble existencia consagrada a salvar su pueblo del naufragio político y moral que lo amenazé en los instantes más peligrosos de su

ban su hijo Luis y su esposa doña Amalia Marín de Muñoz. De vez en vez un sollozo hería el silencio de la estancia o el murmullo de un rezo pasaba, rozándonos el corazón apesadumbrado y

historia,

quieto...

con su afilada cuchilla,


JUAN

A Inmóvil, en esa inmovilidad que aterra, yacía el cuerpo del heroe. Nacido en Barranquitas, riñón de la isla,

su

corazón

era

sano,

sencillo

e intrépi-

do, como todo lo que da la montaña. Sin más instrucción que la que se alcanzaba en el menguado círcul o de una

oscura

aldea,

en

aquellos

tiempos.

bajó

de los montes hacia el pueblo, en el instante de una crisis política. La cabe llera al viento, la mirada sombría e hinchadas las gargantas por un grito de libertad, entró en el corazón del pueblo Traía en sus manos una lira, y, con ella, despertó a sus compatriotas y abo-

29

A las 12 del 16 fué trasladado el ca dáver del gran portorriqueño, desde la morada del señor Giorgetti, al salón de sesiones del Ayuntamiento de San Juan. Los balcones de la ciudad estaban llenos de damas, que lloraban a] paso de la comitiva y arrojaban flores al féretro.

Los cigarreros pálidos, los cargadores

eibosos, los niños del Asilo, los niños de

las Escuelas, todos, como una sinfo nía de complicadas inspiraciones. iban allí, con su alma a flor de labio___ Banderas

panas

que

izadas

a media

doblaban,

ojos

hasta,

azules

cam

y ne-

dos, corazones amarillos, bocas parti das, dedos de fría blancura, ensue ños deshechos, esperanzas truncadas, todo

se mezclaba en aquel aluvión de prima vera

rota---

La

isla

había

cortado

todas sus flores para ofrendarlas al hé-

roé. Aquello era un símbolo. Cada flor tenía "ma "ágrima. Cada for traía, en sus pístilos vencidos, la voz de un ruiseñor que había cantado en la noche___ Cincuenta mil personas desfilan ante el féretro. Seis jíbaros macilentos y enfangados vinieron a pie, desde Arecibo, sólo para ver a su dios un minuto siquiera. Damas, caballeros, niños, la

TN

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BOBO

LS

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ea

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Ne

Al

Sil

e

Mn

PA e

3

Do

El pueblo de San Juan ante el edificio del Ayuntamiento constituido en capilla ardie nte. feteó a los opresores. ¡Sus versos tenían el acre olor de las selvas! - Entre las fé-

rreas máquinas

de la imprenta, en las

cárceles humedosas o en las tribunas revolucionarias, defendió a su país y de-

testó

de

los

tiranuelos

de

a

peseta--_-

¡Y fué heroe! Los pueblos no son pueblos hasta que no tienen un hombre que encarne sus sentimientos. Muñoz Rivera fué ese hombre y Puerto Rico ha tenido su dios___ Esa vida miste-

riosa pasó por entre nosotros. en esa vida estaba el ídolo... A

Oculto

gros que vertían lágrimas, vaga y bella melancolía sobre las cosas. El Municipio aparecía adornado de

colgaduras

moradas

Fué aquéllo un dolor y de piedad.

y negras.

desbordamiento

de

——_

La capilla ardiente naufragaba en flores. Seis candelabros encresponados vigilaban el catafalco. Más de cuatrocientas coronas se

amontonaban como almas anhelantes de llegar a una cumbre. Rostros arruga-

masa

popular,

todos mostraban

sus ojos

humedecidos de lágrimas. Era un pueblo vencido por el que supo guiarlo, por el que supo defenderlo, por el que supo recriminarlo en hoTas de turbación, por el que supo dur su Sangre_-._ para redimirlo_.._ A las siete de la mañana del día 17, entre dobles de campana, salió el cortejo fúnebre para Ponce. Todos los establecimientos públicos estaban cerrados; la compañía de los carros eléctricos suspendió la circulación; los balcones

aparecían enlutados,


36

JUAN

BOBO

La comitiva fúnebre al pasar por las calles de Río Piedras lban

en

la

acompañado

comitiva

presentaciones

Casino

de

Español,

Bancos,

el

Gobernador,

del Secretario, nutridas

Academia

la

Casa

Cámaras de

de

re-

España,

de Comercio,

Medicina,

Caba-

lieros de Colón, Logias, Universidad de Puerto Rico, Colegio de Abogados, Liga Ce Republicanos Españoles, Federación Regional,

Asociación

Asociación

de Dependientes

cio,

Centro

Obrero, taciones,

de

de

de

Detallistas, Asociación

Al llegar a la plaza de Colón se unie1cn a la manifestación más de trescientas representaciones de la Isla.

La sitio,

Banda una

Municipal marcha

expresamente

por

tocó, en aquel

fúnebre

compuesta

el Maestro

Tizol

ti-

Periodistas,

ComerInstituto

Colonia Siria en pleno, Ateneo,

alfombradas de flores.

de

Corpo-

sica

Escri-

el

féretro

claveles,

la

Los

lirios,

un

ensueño

triste,

de

de la Gran

Logia

Sobe-

La mano

de Muñoz

Rivera, hecha en

yeso por Albrizio, momentos

pués de su muerte.

des-

Una plegaria salía de todos

labios.

. gris, vimos

Isla,

humedecidos de lágrimas comprinfidas...

edificios

crespones.

los

A uno y otro lado del coche marchaba una guardia de honor compuesta «le miembros de todos los partidos. Despues el Regimiento de Puerto Rico. a media gala, al mando del Mayor Griff. Estos jóvenes militares tienen dignidad de cadetes. Algunos llevaban los ojos

como

rana, el Casino de Puerto Rico, la Estación del Ferrocarril y la Asociación ce- Jóvenes Cristianos ostentaban largos

azucenas, jazmines, violetas. siemprevivas, flores arrancadas de los campos de toda

pasó

a1as negras.

tcres y Artistas, Federación Libre, otros organismos locales, comisiones consulares, cuerpos colegisladores, y el pueblo desbordado. Rodeaban

tulada “Llorando”. Notas profundas, que expresában el dolor de la multitud. Entre tanto caían flores de los balcones sobre el sarcófago. Murió la marcha de Tizol en un temblor de lágrimas y la Banda del Regimiento rompió también a llorar. Era la música de Campos convertida por Miranda en marcha fúnebre. Un sollozo ahogó los corazones. La sangre caía gota a gota de las heridas. Aquella mú-

Sobre una

caja de

forrada

de

flores.

Empezó a caminar el cortejo fúnebre hacia la montaña. Las fábricas de Puerta Tierra y Santurce habían detenido sus maquinarias y los obreros salían a ver el entierro... Una ola inmensa de automóviles negros y rojos,

:

la

cruz

lleaba

al sol.

atestados

La

de gentes,

muchedumbre

cente-

cule-


JUAN breaba en la carretera, silenciosa y apesadumbrada. En medio de aquel cuadro suntuosa * mente fúnebre, de tonos graves, volaba, con vuelos místicos y arrobadores, el «moroso adios de los pañuelos. Y esa nota de dolor y piedad, esa nota de adoración e idolatría, se fué “e-

pitiendo

desde

San

Juan.

la ciudad

que

oy% el grito de sus combates más d>sesperados, hasta Ponce, sitio en que empezó sus bravías campañas_-_ En Caguas, el pueblo esperaba. Cam-

ptsinos

taña

cenceños.

y, ebrios

dvlándose

al

de paso

llegaban

pena, del

de

la

mon-

lloraban,

arro-

féretro.

Tuvo

que detenerse el convoy fúnebre. Ellos querían verlo. querían palpar el cristal que lo cubría. besar las fores que lo acompañaban. En todas partes, en las casas más apulentas como en los más míseros bo-

Eíos, había un ramo de flore s. una plegaria, un lazo negro y una lágrima para

“Muñoz___ En Cavev. en Aibonito, en Coamo, en Juana Díaz. en toda la ruta que sisuió la comitiva. pudimos obse rvar cómo este hombre ha nenetrado en lo más recóndito del corazón acreste de la isla... El murmurio capesino. unido al rezo que se desprendía de los labio s amari-

BOBO

31

llos de los ásperos y grises homb res

la

campiña,

formaban

una

música

de ce-

lestial y triste___ A ambos lados de la carretera se arrodillaban los humildes, los que viven por milagro de Dios, sostenidos por la

madre naturaleza, desnudos, frescos, potentes, con el alma libre de mise rias___

Las salmodias desgarrantes que hahiamos oido durante el trayecto, en los rucblos llenos de paz, de luto, y pesadumbre, las lágrimas que habíamos visto derramar a hombres y a mujeres, el

perfume oblativo de todas las ofrendas fiorales de la Isla, el resonar fúnebre

de los metales de las bandas, las pompas enlutadas, las palabras oídas aquí y allá, palabras dolorosas. pala bras de

verdadera

angustia,

nacidas

del

corazón

de un pueblo desgraciado, todo eso revuelto, en el corto paréntesis de un día, rozó nuestra

sensibilidad

con sus manos -

delicadas y nos hiperestesió en un divi-

no y atormentador ensueño... -—Cae la tarde. El cortejo fúnebre lle-

£2 a Ponce.

Las

aguas

del río reflejan

los borrones grises del cielo crepuscu lar.

El susurro del agua pone en nues tro ánimo la humedad de lo que se pudr e. La-

dridos lejanos. Cachazudos bueves arrastran el féretro al pasar el río. Casuchas pobres, de las que salen caras

El enorme gentío de Caguas acompañando

lMorosas, flores, pañuelos que dicen adios,

Un pedazo de muro.

El cielo se enlu-

la y expira el día. Las campanas empiezan a derramar sus melancólicas quelas en el aire vago del crepúsculo de noviensbre___ El cortejo fúnebre entra en Ponce, bajo el llanto de las primeras estrellas ___ Ponce todo aparece enlutado___ Ponce reza, Ponce llora, Ponce se arrodilla, Ponce gime... Es una fuente de dolor y lágrimas.__ Damas y caballeros velan el cadáver. El Municipio de Ponce, se abrumáz bajo el luto fastuoso de sus crespones. El salón de sesiones, convertido en Capilla ardiente, aparece todo repleto de adornos fúnebres. coronas de laurel, y flores, muchas flores___ Entre las coronas de flores naturales vimos una bandera de Puerto Rico hecha

de

lindo

siemprevivas,

corazón

de

una

violetas

estrella,

y

un

Otras

y

CciTáS

Más

de

7,000

alumnos

de las

escue-

las, vestidos de blanco y negro, desfilan, ante el cadáver con sus profesoras a la

cabeza.

Ponce entero desfila también y. hunde sus pupilas en aquel rostro ya verde, en otro tiempo encendido de' ardores guerreros.

el féretro.


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y

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SSA! AR CLA PV Eo YA

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SA

RAI 2

LES EN W DS IOS RIN SS

e



JUAN

Caen

flores.

La

banda

toca la

Borinqueña.

bosques

ple obligado a contener sus gritos o sus 4 do

cercanos.

La

lluvia

lamentos_--

Aparece

la primera

estrella.

sos del clero parroquial. y húmedos ¡Las

seis

de

la

Los hijos de los campos están allí. una

niebla

gris y opaca,

nebre”,

La

de

Frente

a

la

escalera

Paga

de

con

las nubes

oro espiritual

ciibir tal momento.

El ca.

féretro

desciende

a la fosa

Fs

cementerio

pequeño

un

Barranquitas--guamá

Respon-

Grandes

lo custodian.

Un

Junto

en el senla

de

árboles ' de muro

Muñoz

a la tumba su

sitio.

de

negruz-

de su padre reposo---

iglesia,

ucel

padre

se

estremecerán

La

tiene qlo-

Los restos

ria del hijo cobija al padre. de

blanel

co lo abraza por un lado.

fú-

timiento de la muerte---

descien-

Veló, lloró en

el :hálito

los sacrificios del “heroe. Un «millón de hombres cae sobre su cadáver. La pluma no es suficiente para des-

Violines vagos

inspirada

bajo

y los astros.

los

que ejecutan la “Marcha

de Chopín,

sombra,

en

su

polvo

Do ci

s

niclla,

tarde.

la

indecisa

cae sobre las copas florecientes cafetos, Un ave vuela lejos.

Es la queja del país, del corazón siem-

Barranquitas!

che en la oscura aldea.

con su caserío arrodillado, con su iglesia desteñida y pobre. La cascada campana que quizás repicó, de niño, Muñoz, plañe desconsoladora, en el solemne crepúsculo pardo--Los campos lloran. Ráfagas vitales de plantas desconocidas llegan de los

Camino de la montaña. Las campanas de Ponce doblan. Tañidos lugubres, isócronos, aterradores. Viejos .metales que gimen. La gente obrera contempla ávida el féretro. Manos que se alzan para enjugar láerimas.

35

BOBO

. de

de

los montes

nublado.

vecinos.

Todo parece

El pueblo

Crepúsculo

flotar bajo el ve-

lo de nas. to de pueblo

una lluvia menuda. Suaves coliUna vereda estrecha, un caminicuentos de hada nos conduce al natal del bravo amigo. Las mon-

tañas

se

alzan

firmes,

sombrías,

y relucientes.

de distancia,

surge

A un

kilómetro

el pueblecito

Menseñor ción

pronuncia

al amanecer. una

oOri-

fúnebre.

Estrellas, campanas. roces

Berrios

visto

lágrimas, rezos, tañidos. Al fin la noche llena

misteriosos,

la, mojada

olorosa

a

café,

de de

níveo,

y fria___

Aquí y allá llamean hachones y cirios cuyos resplandores dan a la noche un aspecto macabro y fantasmagórico -..-

El blancor de un día aciago blanquea los alcores.

inerte. El corazón del hijo, aún intacdo, habrá dejado escapar un latido que se durmió y quedó preso en la fina urdimbre de aquella jova sagrada---

tími-

como

cabezas de titanes. En un silencio casi divino, avanzan más de mil quinientos automóviles ven-

trudos

de Barranquitas,

El pueblo ha pasado la no-

Barceló dice unas cuantas amorosas palabras, pero no puede ser--- Una «tda de pena ahoga su voz. La muchedumbre estalla en sollozos. -En aquellos instantes, próxima a la fosa de Muñoz, un sepulturero cava la


36

JUAN

BUBO

sepultura de una rnuíjer que ha muer - . to en la noche pasada.

Desciende el cadáver a la fosa. El pueblo gime una vez más desesper ado. Las campanas doblan. El féretro se

agobia en el fondo blanco de la bóveda,

bajo una tempestad de flores. Son fAores de todos los pueblos de la isla. Olores de flores chamuscadas, rotas , deshechas. AMí se pudrirán, con aquel bravo pecho... Puerto Rico llora al hijo en la lid

- perdido... La muerte le arre bata el ca. tro y lo acompaña al sitio donde nació ¡8£C0

y

potente,

como

un

tronco

bicta de inmortal y fec unda cepa._.

Muchos

aquella

recuerdan

montañas

cuando

que

bajó

de

marchita

en

y se unió al pueblo,

¡Fué el despertar de un dios! Toda

la

isla

aquella tumba___

ha

caido

Que +uelvan a na-

cer para él y que no se borre en la: bruma del olvido su mem oria___. Que nazCan €sas flores para él, pero que nazcan bajo el aliento de un nuevo héroe___ Pongamos sobre su tumba este sencillo epitafio: Aquí yace, extranjero__ . El verde insecto viene a posarse sobre su losa maciza--- Ya no canta su lira natural___ Se ha convertido en silencio la musa que, en momentos trá gicos, cantaba canciones de sangre y rebelión___ Pisa le ve Si

en

su

tumba

Pones

el pie,

ten miedo a que su sue ño sea roto___. En. tre la hierba gris y salvaje vése la blanca fu neraria piedra,

¡Cuántos

hombres tuvieron destino má s triste! Con lágrimas inf antiles está rega da su tumba, y en ell a, cada día, la au rora

derrama sus gotas de rocío

La

mascarilla

escultor

de

Albrizio,

Muñoz

antes

Riv era,

de

hecha en yeso por el ser embalsamado el cad áver.

o

>

El estudio puede formar hombres

cwtog; pero solo el carácter los hace

grandes.

Esta es la lección que nos

dá la vida de Muñoz Rivera , Fué hombre de carácter antes que

todo: sincero,

generoso,

fuerte en la

Jucha por la justicia y por la verdad.

Si los caminos por donde llevar on Su

cuerpo muerto florecieron para ir a hacer de su tumba entre mon tañas,

otra montaña más de rosas y siem-

Y

CAB

EZA.

previvas, fué porque su corazón de patriota era más grande que su in3piración de poeta y su cere bro de

pensador,

con

haber

sido

él cantor

excelso y periodista de ideas prop ias

y singular estilo, Aprendan

los niños puertorrique-

ños en el libro, las cosas que los li. bros enseían. Pero vayan a formar

su carácter, a ese gran libro, cuyas páginas son los días de una vida de

sacrificio y de combate por el ideal, Y los que no lleguen a la cum bre que él pisó con la serenidad de los

dioses, no olviden que si las siempre_ vivas a veces no se ent relazan con

los laureles, brotan siempr e sobre la tumba de los buenos, Luis

Sánchez

Morales.

San Juan, P. R., Noviembre 22, 1916,

A

CORAZON


caminando tras el féretro del más grande de los pu

O

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Ó A,

S

El pueblo de la capital de Puerto Ri

que

ños.


38

JUAN 80B0

REMINISCENCIAS De

hombre

tan conocido

como

Muñoz

Rivera, todos

podemos contar algo, pues vivía a la luz meridiana de una

popularidad enorme y única. Estos apuntes relatan in. Cuaentes de poca importancia, que pueden ser interesantes por rezerise a él, y que se escriben por la satisfacción de uecur, y que se sepa, que uno estuvo con él en alguna

parte, que fué.su amigo, que le vió en sus comienzos y vislumbró los primeros destellos de su gloria. Quiere uno colarse por sa puerta trasera del palacio de la Fama, y que o tomen como de la casa los que no conocen bien a la familia. Este es natural y humano, tributo que los pequenos pagamos a los grandes. o Y

;

Cuando

Muñoz

caba sus poesías,

e

kivera, allá por el año 1884, publi-

en ei 'Buscapié”,

bajo

el pseudónimo

de ““Incognitus'”, casi nadie sabía en Puerto Rico quién

era el poeta

que

así ocultaba

su nombre.

El que

estas

líneas escribe, ''cálamo currente””, era entonces un mu-

chacho aficionado a las letras, que se sentía orgulloso cuando podia meter su cucharada en una conversación de

literatos más o menos consagrados por la fácil crítica de aquellos tiempos. Don Manuel Fernández Juncos pu-

blicaba el '*buscapié””, y era el que daba el espaldarazo para armar poetas a todos log que entraban a la venta

de nuestra escasa literatura. volvieron

Sanchos,

pero

Poetas diputó que luego se

hizo

caballeros

del

Parnaso

a

muchos de buena cepa, y como él era y es un príncipe de las letras, se le perdonó

lo uno por lo otro, excepto

que

nunca

por

algunos de sus ahijados que se le subieron a las barbas, es hazaña,

porque

las gastó

el gran

borincano.

astur-

Bueno, pues un día me encontré con Don Manuel en la calle de la Fortaleza, y animado por su proverbial be-

nevolencia,

atrevime

a pedirle me

descubriera

dónde

es-

taba y quién era el poeta de marca que empezaba con tan grandes arrestos. Don Manuel no me lo dijo, mas poniendo una mano sobre mi hombro, habló en éstos o parecidos términos: '*Chico, ese poeta es un muchacho de un pueblo del interior de la Isla, que va a dar mucho que hablar. No sólo hará versos, sino otras cosas, pues es de los que repican y andan en la procesión. Creo que vamos

a tener un Núñez de Arce y un Kociusko, todo en una,

pieza, y salido de un pueblecito de la montaña.

Si yo

te dijera en secreto quién es, mañana lo sabría toda la capital, y él no quiere que se le descubra por ahora,”” Y añado yo, que éste fué uno de aquellos a quienes Don Manuel puso las espuelas, que luego arremetieron con los molinos de viento, y fueron a la conquista de más

de una Insula Barataria, que al convertirse de sueño en

realidad, cayó en manos de los Sanchos. XX

Andando

los días,

A

cuando

%

ya Muñoz

Rivera

había

““hecho”” cosas, a más de cantarlas, y estaba metido hasta

el cuello en la política, que nunoa le manchó, porque $

y espada eran del mismo templado acero), tuvo un duelo n pan yuan, y como el fanfarrón arte de la esgrima no se Guntaba entre sus adeptos, sus amigos le llevaron el día antes del lance al mirador de una casa de la calle del Usasto, AUna€ varios politicos y otros que no lo eran, recibian lecciones de hurtar el cuerpo, de un francés, de cuyo nombre me he olvidado, a quien, por cierto, más tarde,

otro espadachín propinó soberbio tajo, por mor de quien manejaba mejor el pincho, y lo manejaba mejor el que

sanó descalabrado, ba

Alí acudieron, además del franchute que juraba no

a queaar

(que pluma

reliquia

del

adversario

de

Don

Luis,

des-

pues que el se enseñara cierto golpe secreto, y de su invenc.0on,

Bartolo

Llovet,

que

se

comía

los

niños

crudos,

Barbosa qúe se los comía de todos modos, creo que Rossy,

que ya echaba p'alante, y el autor de este artículo, a quien el galo predijo siempre que moriría en su cama.

¡Así sea!

Fuesto Don Luis en guardia, con el florete embotado

en /a pesada auestra, el francés se empeñaba

en demos-

trarie ae que modo, con cierta torcedura de cuerpo en el preciso momento, no había estoque incondicional que

puwera tocarie, y cómo tirándose nada más que a medio tondo, también en el momento oportuno, y ésto era lo difícu, Eusartaría con la tizona al contrario en un periquete. Don Luis, por algo más de media hora, se esforzó en torcerse a tiempo, en ensartar a tiempo, pero cada vez nuestras dudas respecto a quien iba a ser el ensartado eran más inquietantes, hasta que nuestro amigo, que es-

taba tranquilo como si no hubiera espadas en el mundo, la sostó diciendo, con una sonrisa, y agitando su mano derecha de arriba abajo en frente del rostro (que era su gesto característico): ''A mí me podrán matar en el auelo, pero lo cierto es que ustedes me están moliendo los huesos, y mañana no voy a estar para saltitos.”” Yo estaba pálido, y le dí por muerto, pero salió bien librado del encuentro. Sólo pudo matarlo la vida misma, con

los tósigos

que

elabora

en

el profundo

laboratorio

del organismo, y con las tristezas que también elabora ¡ay! en las profundísimas alquimias del espíritu. La bilis se produce en el hígado, pero se forma con las lágrimas que no pudieron verter los ojos. o

Rx x

Se celebraban elecciones, y un hombre que le amaba sin saberlo (el odio en ocasiones es un amor vuelto del revés) gritaba, en una esquina, refiriéndose a Muñoz Rivera: “el león, ahí va el león””. Tanto lo repitió que alguien que le oía, dirigiéndose al energúmeno, le dijo: *““Si tu intención

es molestar

a Muñoz

Rivera,

no le lla-

mes ““león'”. ¿No sabes que el león es el tipo de la valentía y de la nobleza? El hombre calló, y las gentes comprendieron, Hasta cuando su pueblo quiso denostarle, lo ensalzó: era. sí, un león, pero apartando

su melena, se sen-

tía palpitar bajo el arqueado pecho un corazón de niño.

túnica era el honor, y lanzaba y aceptaba retos, lo mismo

a combatir con la pluma que con la espada

pues así son las cosas de este mundo.

Luis San Juan,

Sánchez

P. R., Nov. 22, 1916.

Morales.


JUAN

———

Era la tarde brillante y tranquila; el sol sodavia ojeadas ardientes; el cielo, elaro; muy . El grupo sé escapaba de la monotonia; per el molde férreo de los convencionalismos; placia, gritar o llorar o saltar

conservaba claro, queria romcantar sl 1e

¡Imposible!... Hay quien vea; la sociedad

la seriedad

reirse;

bueno

las

es cubrir

|

apa-

exigentes

riencias de la estupudez, con la mascarilla vergonzante; no se pueden reir los hombres como nosotros; para los demas hemos debido amputarmños de la cara los musculos, hombres;

la alegría.

reproducen

que, en sus contracciones,

hombres viejos, hombres

res de clases, de multitudes;

Somos

pepresentativos ¡ directo-

profesionales, en fin, y nos Hemos de vivir la Mil la melancolía.

está prohibido reir y saltar y gozar. vida de la seriedad, y del dolor y de

vjos nos observan; mil oidos nos escuchan; mil imbéciles nos critican o nos envidian, o nos imitan ¿Cómo se rompe el molde triste y ¿Qué hacer? oprimente de la monotonía; el cansancio de esta rutina

de la sociedad de yeso y artificio?..... Eran

las

ideas

que

asaltaban,

como

monstruos

INTIMOS PARADA?

De pronto, ví que Don Luis fijaba su mirada en las murallas de la fortaleza que se levanta a la siniestra del

vé y eritica; ceusura sin piedad, descuartiza; no es propio de

Ya

RECUERDOS “PEÑA

¡No!...

BOBO

de

pesadilla, nuestros cerebros.

sitió que ocupábamos en **Peña Parada”, y que en forma de confuso laberinto de troneras y tosos, rematan en las almenas del Castillo de San Cristóbal. Su mirada ahora

se hizo mas penetrante; su rostro mas sereno; el entrecejo algo

rugoso,

indicaba

la

marcha

violeta

de

su

imagina-

cion; algo desagradable se desenvolvía en su interior; sus ojos se vidrearon y como que

los apagaba

un gesto de tris-

teza y amargura que se dibujaba en su semblarjte ¿Cuantos pen ientos surcaron aquel cerébro genial, y cuantos latidos oleñaron aquel corazón gigantesco, en ¡Solo Dios lo sabe! un minuto?...

Cuando

advirtió que lo ui Pábamios y lo clon prenda.

mos, cambió de gesto y en su bondadosa forma ¡de costumbre dijo: '“No ereen Uds. que esto invita a edrrer, a sal-

tar; recuerda la niñez, y hace olvidar las luchas, y las pequeñeces y las falsedades y el ruido monó todo e intranquilo de la ciudad ?”” Y el silencio de todos hizo -presumir que nadie discurría de otra manera. **Yo

correría

hasta

allá

abajo

y me

tirarla

en

aque-.

lla poza, y saltaría de placer y viviría esta vida. * ¡Quién

pudiera vivir esta yida!”* | a

vá el grupo; los tristes; los soñadores; los poe-

A pasos lentos, llegam inconscientes a la Plaza de Colón. Es ahora que todos nos damos cuenta de lo lejos que íbamos unos de los otros, apesar de logeerca que estaban

nuestras individualidades. ¿Qué hacer?

zado.

¿A dónde ir?

riñosa, que aceptamos todos, y el pegutño grupo se deslizó tranquilamente al sitio designado. ¡Espléndido, amigos!... ¡Que bella es nuestra Isla!..

Las miradas todas se dirigían hacia el profundo mar contínuo el cielo, y se perdian en lo de divagaciones mudas, pero elocuenelocuencia de las cosas que se piensan se dicen, pero que se reflejan o se

E

Las miradas eran plácidas, alegres; y los rostros sonrientes mostraban las alegrías inexpresadas del hallazgo.

Nadie lo decía pero:todos lo pensaban : *“¡ Este es el sitio!”” ¡“Aquí no hay ojos que vean, ni oidos que oigan; mi imbéciles que roan y eritiquen lo que no pueden comprender. Nos sentimos inmergidos en una contemplación salu-

dable, íntima, cándida, infantil.

:

Luis, corran Uds. primero.””

el mas autori-

hasta allá E verá qué paisaje; qué. ambiente; qué tranquilidad.. Un de de aceptación; una Inirada de comando ca-

adivinan.

después con Llorems, apuntó Astol. ““Eso es, dijo Don

Pregunta

| : Dom Luis; ¿Ud. no ha ido a Peña Parada !—Vamos

azul que retrata de infinito, en un mundo tes; con la suprema y se-sienten y no

“Vamos a ver; Astol, Llorens, Canales, se atreverían ir corriendo hasta la roca aquella ?”” . “Yo me fatigo pronto, pero corran das véamos quien corre mas; yo haré de Juez, corran U. | —Que corran Benítez Flores y Guerra; yo correré

Y allá, frente

al mar,

bajo el elo

espléndido, y >

brisa pura y agradable, corrieron y saltaron toldos a porfiá, siendo Don Luis el Juez, quitados los gabanes, descubiertas las testas, llenos de júbilo, como niños revoltosos y alegres, los corazones de aquellos escapados de la lucha y

del batallar incesante «de la vida; lejos del ruído ensordecedor de la ciudad y de las pasiones e imbecilidades de los hombres, que el mundo llama serios y cuerdos, pero que no entienden estas cosas, ni a estos hombres-niños o niños-

Después, volvimos a la ciudad; al ruido; a las luchas; - al batallar; a colocarnos la mascarilla falsa de la seriedad impuesta; 'a seguir siendo víctimas de las mordeduras

venenosas del crótalo sombrío, de las pequeñeces humanas... Y dejamos atrás, allá atrás, en “Peña Parada”” un recuerdo imperecedero;un volcán de pensamientos entre la soledad; un gesto de placer y de alegría; tal vez una lágrima, una gota de amargo, entre el juego de la brisa, y del mar y del cielo y del sol / San Juan

.

Noviembre

25, 1916.

Manuel Benítez Flores.

; ”.


NS

A

40

JUAN

¡O

A

7

ACI A

e

A

AS

e

UQUISES +

en

Aia

BOBO.

Médicos y practicantes que asistieron a Muñoz en su última enfermedad.

A

Dr. Díaz García, joven cirujano que

Dr. López Antorgiorgi, cirujano que

Pr. Velez López, que intervino también en la difícil Operación,

practicó la operación.

.

e

1

a di. e

cd

O

AN

A

ayudó eficazmente a la operación.

ll

o,

a

Practicante Sr. Del Valle, de la elf. rica del Dr. López Antongiorgi, que turnó con Feijóo al lado del paciente

Dr. Muñoz Díaz, eminente facultati-

Sr.

vo que actuó como médico de cabeceTa y no Se separó un momento del enfermo,

Feijóo,

del enfermo

practicante durante

al

toda

cuidado su enfer.

medad,

COINCIDENCIAS El 20 de Septiembre, ubi.

gran

manifestación

en medio

de

pública,

de-

sembarcaba en San Juan Luis Muñoz Rivera. Y el 20 de Noviembre, en medio de una grandiosa manifestación de

duelo, se enterraba su cadáver en el cementerio de Barranquitas,

El 19 de Octubre salía enfermo de

gaba

a

Barranquitas para San Juan Luis Muñoz Rivera. Y al mes justo, el 19 de Noviem-

Washington Muñoz Rivera tomar posesión del puesto de Comisionado Residente,

dáver.

piraba en San Juan en la morada

bre, entraba

El

15 de

Pera

Y el 15 de Noviembre

en Barranquitas su ca-

su

Noviembre

de

1910

lle.

íntimo

getty,

amigo

de 1916 ex-

Eduardo

de

Geor-

E E

EE

EZ

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JUAN BOBO

o

| CONSUMATUM RIVERA

puertorriqueño,

o

_ MUÑOZ

di MUÑOZ RIVERA ha intoctd E ha muerto cuando todos esperábamos, con ansia su sanidad; amigós—adversarios políticos —deudos y parientes; hasta sus propios enemigos personales. Por primera vez en la historia de un

sus pasos vacilantes

se ha llevado consigo la

aquellos arúspices de

la antigiiedad pagana que guardaban en los templos. la llave de los misterios de la: Religión—y de la interpretación

frente¡'a

de

las leyes.

La

muerte

de

MUÑOZ

RIVERA

es

el derrumbamiento de todas las ideas, de todos los principios, de todos los sentimientos, y de los procedimientos

los umbrales de la muerte.” Un inmenso silencio—profundo y solemne, ha rodeado la tumba recién abierta de este gran | Puertorriqueño; * un silencio de estupor y de muerte cayó como una oleada de sombras densas y comPoo al rededor del lecho mortuorio—donde yacía iner-

que nació, que desapárece y muere; un sol que se apaga

da

como un astro muerto.

por él predicados durante el transcurso de más de treinta

años, es una voluntad de hierro que se aplasta al caer en

el abismo

y rígido el gran batallador, el ilustre y abnegado de-

una

Para

de las cartas pueblas, de los- fueros y de las liber-

-tades de su pueblo. queja,

sin

Ha muerto en silencio, sin exhalar

formular

una

protesta;

sereno,

su

reserva

mental,

su

estóica

resignación

ante

lidad del destino contra el cual era impotente

discípulos

genuinamente

de

rotación

el férreo

el centro de gravedad

realidad

los pensamientos

gustia y de erisis colectiva; de

acción en

la dinamica

La cireunferencia o radio

política,

está

hoy, sin

centro

políticos,

el sordo

aplanamiento

ha

muerto

es la idea;

las

con-

insigne pronto política, de esta vive en

esta tierra; lo que en

el principio,

el procedi-

consoladora, de la futura y definitiva redención de nuestra patria cuyos destellos iluminaron las sombras de la

tumba del gran patriota, en los fltimos momentos de sn vida. : No eniltró en la tierra de promisión:; pero como Moisés

guiando al pueblo de Israel. ha dejado al pueblo de Puerto. Rico a la vista ide ella, después de una larga peregri-

nación política a través del desierto de las pasiones -enconadas, de los odios encarnizados. de las miserias y las injusticias de los gobiernos y los hombres. . ¡ Cumpli4 su misión ! Falta, ahora, el hombre que ha de llenar el hueco in-

visible; no hay centro político. La muerte ¡del hombr e público que lo constituía lo ha borrado; el centro se ha menso, el vacío profundo ane la = hecho invisible para el ojo humano. Ahora sólo lo per- seno de un gran- partido. Este cibe el ojo intelectual—el ojo de los . que se reconocen * presente; pública y notoria es su como herederos euigoa. del gran patriota y del gran cha alma y de gran prestigio, de E

de

y obra suya: y esa idea, ese principio, y ese procedimiento, la muerte acaba de enterrarlos junto con su cuerpo «sellándolos para siempre. ¡Eterno contraste de ds cosas de la vida! cuando el sol que fecundó la conciencia política del pueblo puertorriqueño se obseurece. se apaga y muere, otro sol se levanta sobre el herizonte : el sol de nna nueva esperanza

en el

en las horas de an-

política

miento político envo secreto él solo moseía como creación

las ideas y los sentimientos. puertorriqueños; el blanco hacia donde las

. iban a congregarse

en

El duelo general que se extiendo

el corazón de todos los que aman

de

miradas de la multitud política se dirigían y a, donde

en el espacio! de nuestra

tan complicado. como si con la muerte de este varón puertorriqueño se hubiesen: paralizado de los resortes de la nueva y compleja maquinaria constituye uma prueba palmaria, plena y rigurosa triste y dolorosa verdad. No... No ha muerto MUÑOZ RIVERA, él

la bruta-

batalla, de vocatión apostólica, fué la imatrasparente ¡del espíritu de nuestra patria regional, febril y+apasionado, nervioso e lleva diluído eh sus tomos y gradaciones palpitante*de | la tierruca, con su blando dejo tromical. El fué el centro de la polí-

antillana:

a la tierra

blicos y la vida de todo un sistema político de engranaje

s

movimiento

girando

inmenso

ciencias en la hora solemne de la muertey el sentimiento, e estupor general que invade el espíritu popular en estos. momentos de suprema gravedad para los intereses pú-

tradicionales y de valer inmerjso come político, literato y

- tica: hondamente

seguir

amor

vela claramente esta verdad; el laínto interior de los que le amaban con la fé del creyente, la muda tristeza de sus

tranquilo,

poder de su voluntad inquebrantable. No es un hombre' “el que ha muerto; es algo más que un hombre. Lios hombres por grandes que. seam, al fin y al cabo, pasan para no volver. Es una idea, un principio, un procedimiento, una orientación, un símbolo de las ideas y de los sentimientos de un pueblo lo que ha muerto; es un sol que se apaga, un centro que se borra en el espacio de la polític a puertorriqueña: el: sol de nuestro sistema planetario político, el punto central de la cireunferencia política verdaderamente regional. Más que im hombre de prestig ios

periodista de geñ pulida y con su verbo inquieto, que el sentimiento y cadencioso

del sepulero—un

por los ámbitos de muestro diminuto mundo político, re-

estóico, sin que: el fantasma de la muerte tu bara un momento la serenidad de su pensamiento ni debilitara las energías y potencias formidables de su alma templada para la lucha, como las armas de acero bien templadas. Tuvo el presentimiento de su muerte; la triste intuición de su próximo fim: la siniestra visión de su eterna desaparición como el Cristo de la Biblia, y de ahi su silencio,

-.

que al morir

miento de las cosas políticas, como

grande hombre, la hiena del odio atáwico y “de la enyiha detenido

Ed

clave de los misterios de nuestra agitada e inconsistente vida pública, y de la interpretación del verdadero senti-

*

:; Gia rastrera,

EST.

tt

ES

A

|

muerte ha abierto en el hombre existe. está aquí historia; hombrede mu-

grandes y elevados sen-

A

sa


JUAN

LA MUERTE DE MUÑOZ. ]

He ahí un acontecimiento que por su magnitud com-

muerte, de d

historia, si fuese posible contem¡Tal el estremecimiento, la con-

un

transcurrieron

largos

años

en

una esperanza.

Mortificado,

no que le marcaba - sereno.

calumniado,

siguió

el cami-

sh deber con alta frente y corazón

Cuando ya creía alcanzar alguna felicidad para

su patria,

nuestro

tae

rendido

pensamiento

para

mo

levantar

en la caída del

que Jesús de Nazaret,

su muerte

jamás.

Fijemos

apóstol.

Al

ha redimido

igual

a Puerto

Rico. Como

una varita mágica

ha tocado

en todos los co-

razones y lograldo el milagro del despertar de conciencias

y adormecidos sentimientos. Igual que Jesucristo fué revolucionario; él racionalista, humano. No' profesó religión todas las religiones elevaron sus preces al Ser

pidiendo su salud.

+ igual que alguna y Supremo,

Fué un: carácter; no se «toblegó ante

convencionalismos. Tgual, que Téslicriato fué humanista. Ser humanista, he ahí la verdadera religión. Jesucristo

fué sencillamente humano; el error consistió en divinizar

su obra La

al que Hugo Rico.

tan lógica

y sencilla!

historia “registra

pasa hcy

:

sólo

en Puertó

dos

Rico:

la muerte

igual

de Victor

se han

expuesto

en' capilla ardiente;

allí

se les ha rendido y tributado ceremonias; pero la hermosa

conmoción

de corazones,

el desbordamiento

de dolor, el

; grito unánime y apasionado de un pueblo, se ha oído tres veces en la historia de nuestro planeta: en París, en Puerto Rico y en la Tierra Santa de Jesucristo. ¡Puerto Rico!

¡Dios, en la naturaleza !

gas a nadie lo que no quisieras pensaron Jesucristo, Victor Hugo

:

ron los más

amados

La

de

muerte

Partido

me

Código moral:!'*no haque te hiciesen”? Así y Muñoz Riv era, y fue-

por las multitudes. Muñoz

Republicano ;

ha

redimido

¡qué

de

sus

comportamiento!

culpas

al

Aquí

en

Vega-Baja ha hecho impresión el discurso del Hon. Dr. Barbosa:

en

él se revela

pios y civismo. Doctor;

y

los

su

honradez,

sus

buenos

prinei-

Ha vindicado el mismo Muñoz al buen unionistas

se

han

entregado

a

profundas

meditaciones, ¡La experiencia nos ha hablado. siempre de e injusticias y equivocaciones de la Historia !

En ¿isos momentos en que yo sentíame inundado mi sér de dulcísima impresión de bondad; que al rededo r

había un silencio de tumba y un e iacia me hacía entrever la armonía del ser y'no ser; qué sacudimiento me ha

vuelto ala realidad de la da ¿Por qué yo leería en este momento el número 9,519 de “La Corresponden cia de Puerto Rico””? ¡Ay! esas “Rápidas””, de Paco Colón, qué mal efecto me ran hecho. Por Dios. Señor mío, si

- Usted no se daba cuenta de lo que significa el acto de ese entierro para el país no ha debido ocupar usted ese sitio. ¡Ay!

acontecimientos

en Francia y la muerte de Muñoz Rivera en Puerto Ha habido. muchas muertes de personas de valor;

sus cadáveres

lismos.

vía-crueis

recorrido en que la fe perdíase y apenas si vislumbraba

de sentir,

¡qué

momento

supremo

y

qué

intempestivo

para

sembrar cizañas! ¡No le perdono este desahogo! Por Dios, señores periodistas, deténganse a revisar un poco más lo que publican; no den esas notas discordantes, que para las almas altas, y los corazones sensibles, esas notas, estas cizañas, estas ponzoñas hacen el efecto de la picada de un alacrán. Señor Colón, medite, modérese y agrándese. No tiene más que seguir el ejemplo del que acaba-de ascender entre lágrimas, flores y

amor.

Inés

patria querida, pasas por dolor inmenso, pero estás redimido!

Vega-Baja,

P.

R., Noviembre

19

N. de

de

García.

1916.

+

* timientos que forman al rededor de su persona una verdadéra aureola de popularidad y ¡simpatía general; de

temperamento abierta, noble y generoso; hombre de arrai-

go

material

y

espiritual,

y

el

único

que

ostenta

su

ca-

rácter y condición de verdadero heredero forzoso en esta herencia política, hoy por hoy, en estado yacente. No he de pronunciar su nombre, porque en estos momentos

«luctuosos está de relieve en la conciencia pública; que el pueblo lo pronuncie, porque está en los labios de: todos. Y el que vive ahora én lo alto de los Cielos, en un nuevo

plano de vida espiritual, bendecirá, sin duda, al pueblo que él guió en la tierra por el camino que conduce a la conquista del derecho, de la libertad y de la justicia. Que la memoria de los grandes patriotas se honra. de este modo: noribrando un sucesor que lo honre y lo

recuerde hechos

en la vida y: com

sus

pública

ideas;

com

con' sus virtudes, el

pensamiento .y

con sus con

voluntad.

SL

- Isidor Soto Nussa. o

q O

sin tregua ni

. Así

Después de la

con el desbordamiento

A

Muñoz Rivera exclamó un día, de esos en que el corazón desfallece; en que la copa se llena de amargura y el corazón rebosa, sí rebosa: “¡No hay redención!'? Lue-:

go llenóse de esperanza y siguió luchando

impresiones.

gustaría. que permaneciéramos así siendo buenos, ds que el egoismo no ensombreciera la tierra, que éramos hermanos racionalistas. ¡Oh! qué bueno sería desligar esta pobre humanidad ¡de dogmas, ritos y eo enciona”

moción de una patria! Pero nó, no es posible considerarlo - hajo este punto. Tenemos que tratarlo sólo moralmente.

reposo.

exteriorizando

Muñoz,

la

es

que registra la materialmente.

Sigamos

a -las granides catás-

E

trofes plarlo

a

e

parárase a las grandes hecatombes,

20

Da

43

O

os

BOBO


JUAN: BOBO

4

Lo que he de ser "siempre.

Lo que soy.

Lo. que a

E 27 de Mayo, ausente yO en Washington, apareció en el Heraldo Es-

-—Unos pocos hijos de la tierra, cora-

pañol,

hermanos,

de

Puerto Rico,

batiendo

esta alusión

20 para

Ri-

conmemorar el onomástizo

se Rey de España—una vez en el Parque y otra en el Hotel Inglaterra

En

efecto:

arraigada ., 2pénas

una

por

| una

convicción :

quince

años, y

constante» afirmación

ideas

en

el

estudio

del

por

de

mis

progreso

No

concebía

yo

que

un

sin otro título que el de nacer en un

yo

que

ta aristocracia, ni la teocracia, ni la

No había esperanza. Cuando dJefendían la causa insular, se les acnsaba de rebeldes, de anti-españolez; a las cárceles

oligarquías,

era

dignidad humana.

compatible

con

De ahí mis pre-

moeracia y a la república. Pero, sobre eso, y antes que había llegado yo al mundo en

se formaba

un

senti-

hijor de la tierra, en masas poco me-

mistas en 1867, asimilistas “utonomistas

los

en

1887..

Los

dantes-

en

una

fuerza:

en la le

establecer la autonomía, entonces in-

refor-

en 1877,

señores, los que traían su fé de

desesperación

—-por la república, o en los que podían, desde el reducto monárquico,

por su

dueños,

Maestros;

Jos partidos de la metrópoli. ¿En cuáles? ¿En los que también, como yo, pugnaban—inútil empeño

amargo destino. Quebrantar' aque Ma coyunda no se pudo'jamás: los

llamándose

de una

2yOyarme

cha en el campo de las armas, sumisa.2 la nación madre por leyes de su

decoro colectivo,

caer a mis

los seculares privilegios, necesitaba

isla diminuta, sin medios para la la-

nos que unánimes, peleaban

visto

senti-

“eon eficacia, y librar a la colonia del coloniaje, y sacudir el viejo árbol de la tiranía, y romper el bloque de

eso, una

verosímil? -

¡No

dudé

un

minuto.

Y

_en primero!de Julio de 1890 funds este periódico y en él levanté la ban-

bautismo refrendada en la España -: derá de una conjunci ón con el parde Europa, sostenían—<osa natural “tido liberal: "Trabajé y vencí. La -—su monopolio de los asuntos púautonomía dejó de ser abstracción

blicos,

Ad les ayudabah—cosa. triste

turco,

todo;

porque

no

era

liano;

porque

así era

lo

único

que

soy, lo único que satisface mis ansias nativas y reflexivas; porque así era ¡ puertorriqueño! ¡Entre

la república

redentora

y la

“redentora monarquía ¿cómo vacilar? Yo

habría

optado

por

la república.

mis idealidades, a mis teorías. En . mi corazón, en mi voluntad, Puerto

En-mí

ca. Seguía siendo republicano; más por encima de todo debía y quería ser puertorriqueño. Y, para serlo

ferencias, mis inclinaciones a la de-

inglés,

tas.

ansias

la

hubieran garantizado para mi pobre roca tropical el SELFGOVER" MENT, yo había sido italiano, ruso,

No había esperanza, Cc Y yo asistía al espectáculo sinies-

blo de Puerto Rico, debatirse en lag,

gobierno por clases, por castas, por

plades-

“Seto que la'república en España no

había visto agonizar a mis hermanos; había visto a mi pueblo, al pue-

hdades del. ¡gobierno personal o del

dis-

así ni turco, ni inglés, ni ruso,ni ita-

Había

autocracia, ni ninguna de las moda-

me

quicas, con sus reyes, sus emperadores, sus Césares, sus Sultanes, me

miento superior a las filosofías esco-

ni

los que

na desigual gastaron su existencia lus más íntegros patriotas: Padial, Trejire, Goico, Acosta, Baldorioty.

der político; se formaba el miento de-la patria. :

entendía

bien

cubridora y civilizadora—si cualquier nación del planeta, Italia, In-

tad de intervenir con nuestro voto en. las funciones del poder supremo. palabra;

oíganme

de

lásticas; superior a los sistemas jurídicos; superior a las formas del po-

una

a

la

voniéndoles su. voluntad soberana. Freía yo que todos, por el hecho de venir a la vida, poseemos la: potes-

Fu

gobernaba

cuten: si cualquier nación del neta—no ya España, la nación

tro desde mi atalaya de Barranqui-

palacio y heredar un cetro y un tro-

no, rigiese a los, demás hombibs im-

Rico

es-

inicuas, se les colocaba fuera de la ley, se les castigaba como a repróbos. ]

hombre,

Y

Puerto Rico!!

glaterra, Rusia, Turquía, las monár-

de allá, y de acá!

los caminos. solitarios

republicanas.

Puerto

la

se les llevaba con la guardia civil por

a

traves de la historia, mis ideas fueron profundamente

a

país.

en mi espíritu desde que

contaba

ayudando

Celis, Corchado, Brau, Marín, Córdova, Alonso, Morales, Quiñones: .. Los más altos entendimientos del

—que sus ideas habían sido siempre republicanas, ”” :

'vráctica,

En la pug-

nales

en dos

celebrados ¡en Puerto

sus

combatir.con éxito a los incondicio-

- prolongación de un partido monárde la Península, dijo

y

de

““incondicio-

:elavitud de Puerto Rico. ¡Qué empresa tan difícil

“Jamás hemos dicho que el señor Muñoz Rivera, después de haber sido en Puerto Rico el leader de la

banquetes

ímpetus

llamándose

les-españoles”?

cariñosa:

quico

los nobles

filosófica

y [pasó |

a ser (

“y

concreción

surgió, no surge.

Y yo no sacrifica-

bá Puerto Rico a mis preferencias, a Rico que

pasa los

antes que

Estados

España,

Unidos,

antes

antes

que

Europa y antes que América. Y cuando Puerto Rico necesitó o necesite salvarse,

yo

fuí

a España,

yo

iré

a

ler Estados Unidos; yo no me paro en los consejos

de

mi

amor

propio.

Arriba.el interés de mi isla y abajo

ins bellezas que aprendí en mis libros, las ilusiones de que se nutrió mi alma; abajo, si fuera preciso, la

Popularidad,

trabajosamente

da er seis lustros sacrificios,

logra-

de esfuerzos

y de

Ahora no hay peligro en ser repuLo soy. Me complace esta compatibilidad entre mis ensueños políticos y mis deberes patrióticos; nero si otra monarquía llegase triunfal a las puertas de Washington, sehlicano.

gún Catilina a las puertas de Roma;

si un Teodoro Roosevelt crease el imperio americano. según una Isabel el imperio español; si se seprodujeran las circunstancias en que NO

. SERVI YO A LA MONARQUIA SI. NO QUE LOGRE LA MONARQUIA AL SERVICIO DE MI PATRIA, yo aceptaría de Téodoro Roosevelt, co-

mo acepté de Cristina de Apsburgo, la salvación, la redención de P. R. 4


JUAN BOBO Esto fuí; esto soy y testo seré hasia que

caiga

en

el silencio

reposo de la tumba.

y en

el

Esto entiendo

que han de ser los buenos y perspicacées compatriotas míos. Y por es-

to abogo. por la Unión, y QUITO OBSTACULOS A LA' UNION, así

tenga que abrazar a mis rudos ad-

versarios, y perdonar a mis rudos enemigos, y olvidar que un día la piqueta rompió mis talleres, y la demagogía amenazó mi hogar, y la

'sacción me condujo al banquillode

l vs reos. Eso es nada;!leso es que uada, porque eso €s mi tia, mi dolor; porque eso, si t'ese de modo distinto, podría

venganza o mi Y lo otro... Lo

menos angusyo sinser mi

orgullo.

|

El Niño Alegre goza de salud. Y todo

niño

que

“aerme

bien,

que

respira aire puro,. y que

alimenta propiamente, debe estar alegre.

:

la causa en su sueño, en

E

se

Y si no lo está búsquese

el aire que respira, o en su alimentación.

¡otro es mi patria.

Luis Muñoz

Lecit V3orolem | LECHE CONRENSADA

Rivera.

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gida y azúcar entran en su composición. la hace

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de niños

en el

mundo entero han sido ayudados a un desarrollo sano con el uso

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Le partidas, Pies canjos enfermos, Oídos enfer-

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Co.

Trabajo| de primera señoras y caballeros.”

Teléfonos 96 y (194. . San Francisco 61. San Juan, P. R.

“ Alimentación de los Niños””.

Biografía” y ““El Cuidado y

* >


hados. Estaba: saturado de arucaliatio: Nana, la impúdica Nana de Zola, y

Siáonia, la pérfida Sidonia. de Dau-

le det, eran su encanto, Su, ideal, y hagatrafan ccn fuerza poderosa y E

nética.

con Goethe y

A veces solía soñar

Lamartine : entonces divisaba vagamonte, como a través de las brumas

del tiempo, y circundadas por suavísima aureola, la: delicada silueta - de Margaritay la espiritual tengen de Graziela. Pasaba horas y horas. devorando “ las estrofas palpitantes de Musset;

admiraba a Víctor Hugo, el semi. dioS, y consagraba a V ictorien Sarácu un culto rayano de la idolatría. - Tirabaal florete con pasmosa des-

treza, bien probada, en infinitas ocasiones. junto a las tapias du pere Lachaise, 0 en Jas desiertas aveni-

das du bois Boulogne.

Montaba con.

Gesenvolturayy

gallardía sus potros que año tras año dis-

cordobeses,

putaban

el primer premio en las ca-

rreras

del gran

prix.

Era francos ecnde salones

un elegante. ¡Sus cien mil de renta y su título de Nizle daban libre ¡acceso en los del Faubourg Saint Germain,

teatro de:sus triunfos más ruidosos, y su fama de opulento aseguraba un sitio en de la ópera, junto a bulliciosá y gallarda BAS,

|

, - Travieso, como

IAN

:

dde

y de poeta le los bastidores la más fresca, de las bailari-

SE

Boecacio, enamo-

valiente, discreto

y seductor,

1'sa, en señal de cumplido

fos los lábios la enviaban

una

honde

con

a “su hechicera pro-

preciosa eara

y

dote

demoiselle de

no

cuantas decenas de millones.

una

'

Ella buscaba con afán el busto vare nil, armonioso y correcto de Gustrvo;

él se

e* brazo gentil

adelantaba

con

ofreciéndola

exquisita

pareja,

finura,

envidiable

y la

y envidia-

da, dejándose arrastrar por el torbelino

del

baile,

recorría: los salones,

a los eléctricos compases de Strauss, crtre las vueltas rrimer vals,

vertiginosas

de

un

Esther resistía sin ceder el pertinas asalto de un ejército de conquistadores:

príncipes italianos,

grandes

Esther de Lenormand tenía también sus aficiones artístico-literarias.

de España, lores de Albion, potenta-

Leía con absoluta perfección la poe-

rían para sí aquella perla, tan sober- -

eía vibrante

y rítmica de Francois

hiamente

Coppée; bordaba al piano las inimi-

millones.

tables melodías de Verdi y los apa-

ta a la joven! Mr. Voulavieff, inteligente banquero de Moscou, recien «cnvertido al catolicismo, que había

sionados andantes de Chopín, y rendía vasallaje a dos pasiones profundas: su pasión por el arte y su pa-

- sión por el lujo. aecirlo; mente

era

Porque,

es preciso

positivista,

eminente-

positivista,

y vanidosa,

faná-

ticamente :vanidosa.

Veía en Gustavo al lion de la high-

Yf6, al calavera afortunado y rico, el trovador

moderno,

vehemente

co-

mo un hijo del trópico, y le ofrecía con su mano y con su amor la posesión y el usufructo de inmensos cau- *

dales,

|

Ser la esposa del soñador, y visitar a su lado Venecia, la ciudad de lo3 amores; Roma, la ciudad de los recuerdos; Constantinopla, la ciudad d:

las sorpresas;

Sevilla,

Goes de la aristocracia montada

Más

edquirido

dad de la industria, y Londres, la

en pocos años una fortu-

crejble

desprendimiento.

—¡ Ah !|—pensaba Esther.—Si Gustavo Girard no fuera tan rico, y tan

guapo, y tan ardiente, un

instante

cse ereso

en

llamarme.

brillaba

siempre,

vacilaría esposa

de

Debe

ser muy bello, juntar dos capitales enormes, formar el primer caudal del mundo, humillar a Rodsehildt, empequeñecer a Steward, erigirse, reina de las bolsas europeas, y ¡quién sabe! hasta ceñir a las sienes una corona de princesa. Las deudas de Gustavo crecían, crecían y crecían. Los acreedores,

hizo insostenible.

de

dulce

arrobamiento. Esther

no

de la estepa rusa.

tasía

trella de primera

de

va fabulosa, y que gozaba universal celebridad por sus arranques de in-

cansados

horas

en su engaste

que los otros «asedia-

ciudad del spleen, era un proyecto Y ellísimo, elaborado por aquella fanen

que-

la ciudad”

de los alcázares; Nueva York, la ciu-

vigorosa,

francesa,

cómo

es-

magnitud, en los

de

esperar,

apremiaban.

Llegó un día en que la situación se El fabricante

de

carruajes presentósu cuenta, y exigic el pago, concediendo un plazo

fatal, excesivamente alguna.

Sobre

fatal sin duda

la cabeza

del. jóven

estrenos de la ópera, en los saraos de la embajada británica, en las

resaban amenazas mortales para 1n

grandes soirées de la duquesa C,, en

, hombre de honor: la prisión por deu-

los espléndidos bailes de la residen

cia.

A su llegada el suave murmu-

lic de la lisonja, proclamándola

dio-

s: de la belleza, la envolvía en nubesde flores y perfumes: todas las

das

aparecía

en

el

horizonte,

eu-

triendo de negros vapores el cielo le aquella

existencia,

tan feliz y risue-

ña hasta entorices. Girard suplicó; " widió prórrogas nuevas, habló, como

E a

O

son-

homenaje.

A

E

to-

A

a impacienórdenes con, 'agotaba el era más de-

placer. * .. . —Esther me salv ará, pensaba Gus-

metida:

su frente;

3

gozaba mucho, gozaba demasiado. Vestía a la derniere, ¡imponiendo el dictámen de su buen gusto a los capor y MEE dni de la e

ya las once fortuna, los

y más insaciable la sed de

tavo, recordando

acariciaban

a

A S >

+=

voradora

miradas

NA

de la tie-

la creme del:

RE

guapas

Porque, eso sí, sentía irresistirra. hacia las antítesis bie inelinación es acaa completas y haci los contrast

+

GIRA RD

aclamación imánime, a .Era alto, delgado, esbelto y herGran Club. . de vioso. Escribía versos henchidos En 188... consumida entusiasmo, llenos de ternura, rebodécimas partes de su santes de vida, a todo lo bello y a acreedores empezaban todo lo adorable: a lás fiores blan-> tarse, y acogían sus cas y a los ojos negros; a los labios marcada frialdad. Se A zafiro; Je coral y a las ondas de ñureo manantial cuando y tas rugientes del cielo las tormen a las muchachas

y

NN

GUSTAVO

por

AS AAA

-

rre

o

BUBO

NENA

JUAN


JUAN BOBO de un hecho consumado,

de su'ma-

trimonio con Mdmlle Lenormand, estuvo elocuente, expresivo, patético,

y la trégua fué otorgada. No puede

E

evitarse que algun

mez-

quino envidioso del dandy se entera-

se.

La noticia, dada en tono de mis-

teriosa

confidencia entre

«un

grupo

de gomosos en la plaza Vendome, «o-

rrió por los cafés primero, se exten-

dió luego a las redacciones y a los Clubs, y subiendo, subiendo, llegó, insinuante y diabólica, la los salon es

Jel

gran

mundo.

La

maledicencia,

alegre y bullicioso a Musset y de Goncour.

47 la

patria

de

Gustavo recibió todos estos golpes con la sonrisa en los labios, con la

serenidad en la frente y econ las muerte en el alma. Intentó «conterer la ola del escándalo que le-arrollaba y le envolvía. ¡ Imposible! Lució con arrogancia indomabl e sus soberbios tiros de caballos ingleses

Pursang en los Campos suntuosos

banquetes

Elíseos: dió

ro. que

su

amargura

corazón

y sus

se

llenaba

ojos de

le

lágrimas;

tuvo después una inspiración gene rcsa,: y juró arrancar a Gustavo de

la deshonra; meditó luego, y aquel

carácter eminentemente positivista y locamente vanidoso se impuso. Era Preciso, aunque

lcrosas

bre que

sufriera

torturas,

caía.

el alma

alejarse

del

Los millones

do-

hom-

deben

unirse a los millones, y 'Gustavo, po-

bre, valía, poco más, poco ménos, lo que

cualquier

redactor

anónimo

de

Le Fígaro. Entre Girard y Voulavieff la elección quedaba hecha - el moscovita triunfaba sobre el parisien que se hundía. —Nada de vacilaciones. Ahora la boda, quía,

y enseguida a Italia, a Tura España; a ver cómo luce y

como fulgura una luna de miel en las orillas del Arno, en las aguas serenas del Bósforo o sobr e las torres de un alcázar morisco. Mr. Voulavieff, más que. nunca

€namorado,

y. más

ambicioso, insistía.

resistencia

lar

de pura

capitulaciones

que

enamorado,

Esther, tras uma fórmula,

cedió:

matrimoniales

se firmaron: el arzobispo de París bendijo la unión, y Pocos ¡días después

los esposos pisaban la ¡cubie rta del yacht Moravía y hacían rum bo a las costas de

Nápoles,

dando

un

adios

“JUANBOBO”. es

vinieron á turbarle los recuerdos de

su

existencia

febril,

sus

amores

de

un día, sus noches del club, sus versos, sus éxitos teatrales, su populari -

dad

creciente,

aparecieron

vagas

y

resbalaron, y aquel cuerpo de form as irreprochables se.sumergió pesa damente en las aguas del río. Entre tanto París, entregado al reposo, iba tomando ese aspecto grave y sombrío que comunican el silen cio “y la quietud á las grandes selvas solitarias, y á las grandes ciudades dormidas. Dos días después L” Evenement insertaba, juntas, por extr año capricho del redactor ó de la suert e, estas noticias: — “Con extraordinaria pompa se ce-

ostentación

Esther oyó de lábios.de su padre, la nueva desdichada. Sintió prim e-

muerte: el abismo, más negro aún, de la deshonra. En aquel momento

en las tertulias del Gran Club ; jugó

misión. ¡Gustavo y perdido!

arruinado |

Estaba solo entre dos abismos insondables: el abismo negro de la

confusas, como las figuras de un cuadro disolvente. No vaciló. . Ineli-

su

Ca morada de lá rue Vivienne; apa. reció risueño, expansivo -y decidor

estaba

con paso firme de un salto la

magnífi-

en

e“sgrimiendo sin piedad sus mil lengvas cortantes, se eucargó de termi-

Dar la obra, y cumplió a merveille su

ojos: emtró en él y resuetlo: escaló férrea baranda.

fuerte; derrochó públicamente y con fastuosa,

cantidades

res-

petables: todo inútil. París, su cuna, la cuna de sus sueños, el escenario de sus triunfos, de sus victorias , de sus goc es, le abru-

maba, le escarnecía y le mat aba robán

dole á Esther, sú última esperanZa, su último refugio, su tabla sa].

vadora en el naufragio de la banca-

rrota.

|

Vió sin extrañeza la traici ón de su prometida, y esperó. La hora suprema llegó al fin. Gustavo, oculto tras una columna de Notre Dame, contempló la ceremonia religiosa :

miró enlazada con la mano del ban. quero ruso, la mano blanca y trémula

de Esther;

oyó las últimas

pa-

labras del prelado; sintió en las en.

irañas un dolor agudo, sus labi os se crisparon, dejando paso á una sonri-

sa sarcástica, y partió. Era

de moche.

París

nado sobre el oscuro canal, sus tpiés

lebró

Nuestra

fortunas pa. Los dirección rigirán á Moravía, lavieff.

dó poco á poco sus ruidos y sus mú-

Gustavo atravesó rápida-

paso á paso, con la mirada perdida

en las profundidades del espacio, lle-

gó á la margen del río. . Allí se detuvo, meditó un instante y siguió

avanzando. Uno dde los puentes que * cortan -el Sena apareció ante sus

el

enlace

encantadora heredera de una de las más considerables de Eurocónyuges han partido con á Cette, y ¡desde allí se diNápoles, á bordo del yackt propiedad de Mdme VouSe proponen visitar las más

del continente.” AE

iba apagan-

mente la zona concurrida y ale gre: tomó una vía solitaria y silenc iosa :

Señora

del opulento banquero moscovita -Mr. Voulavieff con Mdmlle Lenorman d,

bellas ciudades

sicas: en el cielo azul brillaba la luna con melancólica luz: el movimi ento de la gran capital se reducí a y se concentraba en las calles más im-

portantes.

en

e:

'*Se halla expuesto en la Morgue cadáver dde Mr. Gustavo Girard,

uno de los jóvenes más distinguidos

en la alta sociedad parisien. Poseía un capital inmenso, agotado ya, se-

gún versiones exactas, por sus exce-

sos de loca prodigalidad. Había escrito para el teatro algunas obras muy estimables, y su muerte, que

causó en todos los círeulos profunda

: Sensación, priva á las letras, franc esas de una bellísima esperanza .””

Luis Muñoz Rivera, 1886:

e

7

hoy

el mejor

periódico

de

Puerto

Rico.

E Xx T


mo

a

-

]

¿JUAN

BOBO.

p | Í

- DESDE

WASHINGTON

0d OVENES

Agosto 24 de 1915. : 103 ] Leí en '“La De.nocracia””? dos editoriales que se ti-

tulan

“Hombres Viejos”? y “Hombres Nuevos”.

En am-

otros en la vida pública. ] Unas líneas para decir mi impresión. Es esta: En un país como el nuestro es necesario que luche todo el que pueda luchar. Algún día nos constituiremos, al fin, sobre la base de un régimen ide gobierno - propio,

ampliamente liberal, que permita a los ciudadanos puertorriqueños diri igir, ellos solos, los asuntos ide Puerto Rico. día

será lítito

el reposo:

ahora

no

por

edades.

Cabe

hacer

pero únicamente por aptitudes.

clasificaciones; Si vale mucho

treinta y ocho.

Y to-

y de su genio tantas cosas; tantas cosas! arrecian,

si los

problemas

Y aún hoy, si son

difíciles,

Bien.

Estimulemos su entusiasmo para que sirpueblo; nó al poder—confiémosle

toridad, impongámosle Af.

Por

mi

obedezco cuando

parte,

a esa me

desde

norma.

agitaba

la au-

la responsabilidad. veinte

A

años

atrás,

los “combates

sin descanso

obedecí. y

periodísticos,

en Ponce—1890-1896—

llamé para que compartieran cónmigo la tarea y la gloria, a Mariano

Abril,

.a Evaristo Izcoa. Rosendo

Rivera,

a Rodríguez

Cabrero,

Y cuando pasé a Rafael

Matos:

a Eugenio

a San Juan exceptuando

Astol,

llamé

a

- -2 Izcoa»

los ¡demás han sido directores de este diario que fundé para mantener ideales y no para acometer negocios. En los combates políticos me rodeó una legión de muchachos brillantísimos como Cayetano. Coll, Miguel Guerra, Santiago Vivaldi, Juan Huyke, Rafael Cuevas,

Frank Martínez y cien y. cien que no enumero para no ser profuso. El día en que nombré

secretario de de siglo.

gobernación

contaría

a Pepe Diego subél apenas

un

cuarto:

Pero, al mismo tiempo, me acercaba en Barranquitas, en Ponce, en San Juan, a los veteranos de alta ciencia y

de profunda

experiencia. - Don

Román

Baldorioty,

don

Porque

Acuña y le pido, y él me dá, sus

quiero atreverme a plantear ni a resolver, sin un dictamen

va al pueblo—al

j

a los cincuenta y cuatro, hace dos no más, iba a

sabios consejos.

leader?

4

un gabinete había cumplido

un joven, debe subir cuanto antes y mantenerse firme en

Es obvio que a las masas, que necesitan defensa contra,los abusos de que son víctimas, donviene no disminuir . el. número de sus defensores. ¿Hay mil? Bien. Conservémoslos, estimulémoslos y procuremos aumentarlos. Mejor sería que hubiera dos mil o diez mil. ¿Aparece un

1

sus

la altura.

“da en una farsa, vence todos los obstáculos y triunfa,

|

aprovechar

davía

que trabaja don Pancho

- sería imbécil e inútil, porque la popularidad no es un rótulo, sino el producto de una acción continua y. fecunda; estorbar al otro por la razón de sus pocos años, sería estupido y necio, porque el mérito, si existe, si no se fun-

EN

propuse

subo los cincuenta peldaños que conducen al mirador en

Prescindir del uno por la razón de sus muchos años,

-

me

sidir

las dificultades

Si un viejo vale mucho

debe ocupar el sitio que le señala su valer.

o, a lo menos,

enseñanzas. Siempre, siempre, les reconocí— y al único que aún vive continúo reconociéndole—una capacidad inlinitamente superior a mi pobre capacidad de jíbaro de la montaña. Y-_ ; Se dirá que yo entonces era un miño. Nó. Al iniciarme periodista había cumplido treinta años. Al pre-

la casa de Brau para oirle, para aprender de su honradez

lo es.

Me parecen insensatas y hasta un poco pueriles las

clasificaciones

Pepe Acosta, don Pepe. Celis,' -Salfador Brau, lil Caribe, Fernández Juncos, fueron mis maestros, en las artes literarias o en los empeños. cívicos. Les consulté a menudo y aproveché,

bos se define el papel que correspoade a los unos y a los

Ese

VIEJOS.

todavía,

siendo

tan viejo, no

de ese prestigio, asuntos que afecten al presente o al porvenir de mi patria.

Y yo pido a Dios, a la naturaleza, al destino, a las luerzas dominadoras de los acontecimientos, que nos conserven la existencia de ese prócer ilustre, a quien mo hé visto equivocarse nunca y en cuyo criterio, y en suya exacta -visión a largas o a cortas distancias, tengo mayor

Té que en la visión y en el criterio míos,

entre sus libros, sereno, ecuánime,

Allí, en su bufete,

aquel anciano, sin es-

eribir un artículo, sin pronunciar un discurso, prestó y “presta y prestará a su isla más servicios que todos noso-

tros en las ardientes polémicas que tienen por campo la publicidad de la prensa o la semi-publicidad de la tribuna. Y no porque me incline ante el juicio del patriarca y del patricio, dejo de acudir al palenque donde libra sus

batallas la juventud que se abre camino hacia el futuro. Ahí, en la redacción, se reunía en Marzo, Abril

y Mayo un

poderoso grupo de intelectos clarísimos. No los menciono. ¿Acaso es posible olvidarles: o desconocerles? Una véintena. Pero una veintena de cerebros que harían honor. a Buénos Aires, a Montevideo, a Valparaíso. El enorme productor de ideas y de formas que propaga una confederación de ensueño; el vibrante cronista progermano que acopia una erúdición de maravilla ; el hardo genial que canta en metros rotos y magníficos la canción

de las antillas; el desenfadado iconoclasta que labora una revolución moral y social con sus paliques de tremenda

originalidad; el audaz mancebo, todo él una llamarada, que llevó a Cádiz la repercusión sonora del alma de su tie-

rra; el prosista de las filigranas, que esculpe su estilo, como si manejase, en vez de una pluma, el' cincel de Benvenuto Cellini; el poeta ide los bronces heráldicos, que, sin ES a Heredia, le hereda y sin leer a Richepin, le con-

c0

e

|

Y

iscesincuiod

|

on

|


A

E

- JUAN BOBO.

cer arilPor

E

E

Montes

húmedos

47

al

Aguas caliadas del río, Palmas

j

del palmar sombrío,

de lloro,

Orad por él.

Y vírgenes del bohío, Orad

por él.

Hierba silente del prado,

Buey humilde y fatigado,

Boca pálida de amores,

NET

EEE

ho

Viejo árbol inclinado,

Alma de las nuevas flores,

Orad por él.

Pico de los ruiseñores,

Orad por él. Melancólica

-

Blanco y fragante sendero,

Blando y sutil jazminero, Tenue y cándido lucero, Orad por él.

montaña,

Mar que nuestra tierra baña, Oro de la fresca entraña,

Nube

Orad por él.

-

Crad nor él. Luna de la noche fría,

Viento lejano y dormido,

Niebla copiosa y tardía,

por él.

Y tú, pobre ánima mía,

Orad por él

Amplias estrellas de oro, Lirio del campo sonoro,

E. Ribera

tinúa; el humorista sutil que, al traducir, convierte las joyas inglesas en joyas castellanas. y que, al producir— poco, por desgracia—pone en sus cláusulas una suavidad sedante tras la cual se disimula una fuerza ““foudrovan-

No

importa

sin

contorsiones,

aver. mañana

simultaneidad

vular.

tor, gran pensador, se recata

gran poeta, gran

escritor, gran

ac-

gran oraldor y que. siendo todo eso,

en las penumbras

indecisas

antes

que buscar

mo

no

quererles

si se les trata?

Los

jóvenes:

la falanje

de jóvenes que ha subido ya a la cúspide. Tras sus hnellas vienen los que eanan laureles en los conenrsos «de arte: los que dan “el primer filo a sus armas”? en las escaramuzas periodísticas: los que ejercen el ministerio de la propaganda en el comité y en el meeting; los que se preparan a escalar el repecho en euya cima se extienden las ondas de la fama. , A Pienso que la edad no es un título ni tampoco un «stiema. Pienso que a esta hora se dibujan las siluetas de los

que

van

a constituir

pronto

un

centro

de

acción

tan

lo que

importa

es la capacidad,

que

sin

inconsecnencias:

hoy

en

ou el sitio de hoy. a fin de aue el instinto po-

es infalible.

no

pierda

la

confianza

en el tesón

Antes delos treinta años, antes de los veinte se revelan

en

ocasiones

vilegiada. jmperator

Desvués

típicos de una

un

cónsul

de

Cicerón

Vietor

Hueo la

precocidad

quince:

César

fué dueño

pri-

fué

del mun-

v dos; Alejandro “no cabía en Európa”” cnatro; Menéndez Pelayo penetró en la veintiúno : Cavestany escribió “El Esclavo los diez y seis.

de los sésenta

Pronunciaba

nía

tuvo

a los veintiocho: Bonaparte

do a los treinta a los treinta y Academia a los de su Culpa?” a

Bismarck

los rasgos

Roma

sus

sus

años,

arengas

más

confederación

después más

célebres

de los setenta

vibrantes;

poemas:

germámica;

herlain el imverio británico; sorprendía de la eravitación universal: vroclamaba

compo-

creaba

planeaba

Newton

von

Cham.-

las leyes

Gladstone la auto-

nomía de Trlanda : liberaba Thiers el territorio de Francia. La nioso

edad enbe

no es un título ni un estigma.

ni

se baja.

Se

sube

nor

Por la edad

los servicios,

vor

los

sacrificios: se baia por las abdicaciones. por las traiciones.

noble y alto como el que, en 1880, constituían Baldoriotv. Acosta, Celis. Blanco. Padial, Corehado. Brau. Córdova.

Fn

Alonso. Ferrer. Elzaburu. Vizcarrondo. pienso que no lle-

ol espacio y en-el tiempo, la rebta final queda

varán los que mayor estrépito levanten o con mayor auda-

la muerte.

cia empujen, sino los que demuestren al pueblo que pueden y saben servirle con desinterés patriótico.

el sitio de

v el carácter de sus leaders.

los

focos que bajo su intensa claridad, le destaquen y le presenten al aplauso. Esa gente, ““nuestra gente?”, me rodeaba en las noches de activo esfuerzo. Esos jóvenes lanzaban sus teorías, a menudo sus paradojas, a la disección tenaz y al análisis anatómico. ¡Cómo no admirarles si se les escucha? ¡¿Có-

la edad:

Chevremont.

la energía; la discreción. y, más aún. la lealtad por encima Te todo y la consecuencia con los principios, sin cambios,

te”; y, enbre el resto del ernpo.el publicista que es, en extraña.

hermosa,

— Fugitiva mariposa, Ave que en el mar se posa,

Sol caliente y encendido, Cielo azul y traslucido, Orad

de la, tarde

el

proceso

de

Dejad

perpetua que

renovación

que

se

cumple

en

a cargo

de

la muerte “escoja..

Luis

Muñoz

Rivera.


50

JUAN BOBO

os

DON

EDUARDO

No podía faltar en nuestro álbum, sin que pecara éste de deficiencia notoria, el nombre y la silueta de este noble puertorriqueño cuya actuación cerca del ilustre fenecido,

los arrestos

ha

de tal modo

despertado

simpatías.

en

En

nuestro

la casa

país cálidas,

de Don

efusivas

Eduardo

y generales

Georgetty,

como

es de todos sabido, fué que ingresó enfermo Muñoz Rivera, pocó la

después

mano

leal

de su llegada y siempre

de Washington,

adicta

de

Georgetty

y fué también la

última

en

recoger la despedida suprema del héroe moribundo Creemos haber probado suficientemente que en este nuestro huerto de JUAN BOBO no eultivamos flores de Usonja, pero como tampoco somos sordos y ciegos al mérito ajeno, nos descubrimos con respeto ante el cúmulo de vasgos generosos con que el señor Georgetty acaba de tra. zar las líneas de un verdadero poema de amistad y adhesión hacia el hombre que encarnaba todo lo que de grande, hidalgo y bello había en nuestro solar puertorriqueño.

ze

GEORGETTY en

El señor Georgetty nació Manatí. En 1889 conoció y campañas

que

de

el 11 de a Muñoz

este

le acompañó

gran

Octubre de 1866, y desde entonces

espiritu

siempre

en todo

le cautivaron

el largo

cur-

so de su agitada carrera política. Primero autonomista, después liberal, luego federal y hoy unionista, Don Eduardo, a pesar de sus grandes empresas financieras, no dejó

nunca

que

concurso

su

fe

amenguara

de su inteligencia

nuestro país. Don Eduardo

es

y

en

todo

y de su

hombre

de

tiempo

fortuna

erandes

aportó

el

a la causa

de

recursos

excmó-

micos, pero hace de su riqueza un uso tan poco acostumbrado, en obras de bondad inagotable. que creemos el más alto deber de patriotismo hacer que su lección moral de desprendimiento

cireule

por

todas

partes,

a

despierta a otros favorecidos de la suerte solo crece la ortiga del egoismo.

ver

si

en

cuyas

sacude

y

almas

ce

EL PATRIOTA

PUERTORIQUEÑO DON EDUARDO GEORGETT Y Y SU DISTINGUIDA ESPOSA DOÑA AUREA BALSEIRO DE GEORGETTY

DOÑA

YULLA

¿Conocen Uds. a Doña Yulla? Es un alma dulce, olorosa a piedad y ternura. Fuente que baña las flores

un corazón que los alienta, una esperanza que los conforta. Todos los años abre su caja de caudales y, como una noble primavera, riega su oro para los necesitados,

en

za.

sedientas, Hada que, con su varita mágica, hace milagros. Los pobres, los humildes, tienen ella

una

mano

que

los sostiene,

para los hijos del dolor y la pobre-

Sus manos son generosas. TIOS no saben amarrar al

Sus malobo del

dinero. Son manos santas, hechas para curar heridas y suavizar asperezas... Doña Yulla ama las flores. Es ar-

tista...

Por eso es generosa...

El


E

JUAN

BOBO

arte es blando y caricioso, es desintcresado y divino... Esta dama alta, de porte distinguido, no tiene en su espíritu la dura gravedad ni la seca avidez de las señoras burguesas... Los socialistas, siempre ariscos e inconformes, la proclamarían Vircer de sus ideales. Por lo mansa, por lo noble, por lo espiritual, por lo santa, por lo razonable, por lo

cristiana,

por

¡Cuántas

mar

de

lo sencilla...

veces,

en

zozobra,

medio

surgió

de

como

un

una

estrella

de plata, su figura, y los náu-

fragos

amenazados

tas de la vida, muerte!

Cojamos lios

y

los

por

se vieron

todos

tormen-

libres

los jazmines

nardos,

bancura y aroma. mino de glorias v elía llenó de paz, sombra. el camino los desamparados! ¡Bendición para

las

todo

lo

que

de

la

y los sea

y llenemos 8u eacanciones. ¡Que en largos días de de los afligidos y ella!

La capilla ardiente

Angustia. “Un

A

Muñoz

Livera.

Y ast le Dije a mi armada: el fué todo corazón, y ella toda atribulada

puso el alma eu la nrarión.

en Ponce.

en | | |

a gu fierra supo amar,

y entonces ella fue un río de lágrimas al llorar. Y fué tan hondo su llanto, tan Dolorogo y fan santo que iunoblez celos sentí; Y así le rogue de hiuojos: Deja una gota eu lua ojos

De ese Dolor para mí. A.

Nicolás

Blanco.

Gl

0

El fué bueno, fué bravia,


$2

DESPUES

¿A qué seguir la lucha? La tristeza que nos hacía llorar nos llevaba al desaliento. ¡Qué vacio inmenso! ¿Cómo es posible continuar en la brega ? Y el pensamiento, mirando al pasado, viendoal patricta «dle pie frente a las tiranías, altivo ante los poderoso; de su tierra, firme en la ruta al ideal. sembrando con su

Barceló, Santini, Camuñas, Martinez, yo. Todos lloramos como miños. Tras largos días de espéranza y de martirio, la realidad dolorosa deta muerte ... Acabábamos

de

ey nuestras almas que volaba eloriosas

verle.

Y

hermanas,

la

luchador,

caído

ascensiones,

por

traía

impresión

la ausencia

al Infinito, resignada

del fuerte

a

sg luchar

por

la libertad

de

que

producía

primera nuestros

nuestra

pluma y con su verbo la semilla del amór a la patria, en-

der aquella alma

en el sufrir, el cuerpo

chas lágrimas..... Llorábamos en silencio. | Y nuestro Uliwito sincero, ingenuo, todo ternura, de ton en el dolor, el placer de mostrar sus ¿A quien vamos a contar la historia

vez en su ojos

contraba

frío

vida

lágrimas,

de mu-

llanto era como el los niños que sienlágrimas. de nuestro afane-

tierra ?

¿Qué

voz

de

eran

las

mismas.

Nos

los ojos al adquirir forma mental. temerosas,

sin

duda,

de ahogarse

explica

el inntenso

-vacío

que

la, muerte de Muñoz Rivera ha deJago en el ambientede nuestro país, ¿porque la vida múltiple, noblemente activa, extraordinariamente laboriose, de este varón singulár,; partici19 durante treinta años de la vida

de Puerto Rico, siendo en ella y para ella

la

voz

más

vibrante

y más

alta.

Muñoz dió a nuestra lírica quejumbrosa: el relieve de su canto rebelde y bravío, que nunca había resoñado aquí de modo tan pleno, antes de que él se revelase como un pobta,

Renovó

el periodismo

fundiéndole el complejo las ideas modernas.

in-

hálito

de

hijas

del

cará

ter.

Encanzó. Pelican los vagos seitimentalismos de nuestro pueblo hacia orientaciones| prácticas, que les diesen algún día formas conere-

horrible

reélidad

veamos

como

él, por todos lados,

traición, de la envidia llenando ños el camino al Ideal.

amplitudes s Y mayor

brillo.

las sombras

de amarguras

conductor

fué tan de

de

reducido

grande,

acción,

como

dentro

como

su

lo

el nuestro,

v

de su campo

fueron

W ashing-

nombre

sería

escul-

pido entre los más lexcelsos de los contemporáneos. ¿Por qué nó? El ácuila vuela siempre en las alturas, quiera

que

de

la

lanza,

sobre

su

escu-

pueblo

le ha llorado.

Pe-

basta.

Es preciso

hombres.

ton y Bolívar en el suyo. Si en vez de haber nacido en una pequeña isla el destino lo hubiese colocado en uno ae Jos pueblos de Europa o América qU+ marchan a la vanguardia de la

donde

de la

y desenga-

do de bronce.

Mizo todo lo que pudo hacer 11 hombre de genio, como él, en un metan

muerte

pero el combatiente se imponía sobre los demás, y les llamaba al orden y a la acción, dando recios golpes 25n el cuento

Fué un forjador de caracteres; un educador de multitudes;

- tio

la

J. B. Huyke.

tas en la realidad, sin menoscabo de nuestro derecho nuestro decoro; anteg bien, imprimiéndoles mayores

un

de

Unámonos en el y pensemos que

la garganta.

civilización,

insular,

Su verbo expresó en las tribunas Pepulares, con más elocuencia que Mineún otro, la nota de la sinceri Cad, hermana de . verdad, siendo ambas

que

con:

Y no surgían a la vida en

MUÑOZ RIVERA Se.

las trasmitíamos

la

es forzoso realizarlo. * Aún hay que luchar..... Y todos nos levantamos rapidamente y todos secames nuestros ojos y todos pensamos que hemos de seguir la lucha larga dolorosa, terrible, por el derecho del pueblo, aun.

Todo esto pensábamos. Y en el silencio de la noche; la confusión de los primeros angustiosds momentos ideas

descender,

otros nuestro amor y nuestra adhesión. pensamiento de nnestro hermano muerto

adelante?

nuestras

al

como una pesadilla trágica que se empeñara en perseguirnos en la vigilia..... Llorábamos todos y nuestro llanto ingénuo, sincero, todo ternura como el llanto de los niños nos hacía sentir en el dolor, el placer de mostrar nuestras lágrimas. Fué Santini el que rompió el silencio doloroso. Le. vantóse bruscamente, secó sus ojos con violencia y habló: Amigos, no hay que llorar. Nuestras mujeres y nuestros hijos ofrendarán sus lágrimas. Ofrendémosle nos-

estímulo nos alentará? ¿Qué símbolo viviente de la herniosa idealidad soñada acogerá nuestros entusiasmos con cl prestigio de toda una vida dedicada a la ruda tarea de “grmar una patria? ¿Qué ejemplo a seguir de ahora en

tras

y

JUAN: BOBO:

agite

sus

alas.

Su mundo interior mostraba todos ls matices que pueden brindar una sensibilidad exquisita y una intel igencia penetrante, aquilatadas y acendradas por la cultura. Allí se hermanaban el poeta y el

artista, el combatiente

y el filósofo,

Nuestro ro eso.no lo,

seguir

su

completar

su

camino,

obra,

imitar-

conservar

pensar

como

y

él

pensó, amar como él lamó, luchar como él luchó; demostrar, en suma, que su «ejemplo no es perdido. Esto, por él. También por nosotros. Porque los vivos sólo pueden engrandecerse con el culto y el estadio de los muertos que supieron ser fuertes y ser grandes. Después de todo, un pueblo se forma así: su alma se amasa, al través de los siglos, con las cenizas de sus sabios y sus apóstoles, de sus mártires y sus héroes. Y degenera o se degrada, cuando esparce esas ceni7as a los cuatro vientos.

Eugenio Noviembre

28.

Astol.


«JUAN BOBO

Luis Muñoz

53

Rivera

(Para Llorens Torres, amigo del alma de Muñoz)

felicidad.

Dios quisu llevárselo al cielo en la agonía de una tarle

A

Llevárselo a la Gloria... Dejar su alma nobilísima en la divina mansión de los justos, de los santos, de los

ce:

un Yo

Su corazón era infinitamente

Me

una Le

a quien

Ud.

ha

visto

toda

esa

generación

días

mejo-

País,

que les preparemos.

absoluta

confianza

sea

fuere

cuál

obligados

a tener

patria sólida y digna

la

el porvenir solución

de

que

le

. juicio y a edificar

para las nuevas gene-

me

sus

frases «le afecto, cuya

sin-

consta.

Salude a Monse y crea que le estima de veras, Luis Muñoz Rivera. Lic. Angel M. Torregrosa Aguadilla, P. R.

Me lo imYo no puedo comentarla. Esa es la carta. pide la honda amargura «que ha enfermado a mi alma; el dolor inmenso que ha lacerado a mi corazón; la pena que me

ahoga;

el llanto

vios, y tortura su

mi

que

nubla

cerebro,

ojos,

mis

mis

y erispa

ner-

desgracia

de

nunca,

se

ante

la inmensa no

lo olvidará

en

los cielos.....

muerte.

Mi alma, el alma arrodilla y reza:

mía

que :

nuestro

que

estás

Padre

El

E

Angel M. Torregrosa. ia

alegría.

y usted tienen ahí el complemento de su

agradezco

ceridad

Con motivo de la muerte patriota y del MAESTRO.

del

' saca.

e

El léxico de nuestra lengua no tiene palabra alguna que pueda medir la intensidad del dolor que embarga alma «del pueblo puertorriqueño.

al

No parece sino que súbitamente el corazón de Puerto “Rico “ha dejado de latir, o que una mole gigantesca se ha despeñado sobre el alma de la patria..... Y es que: Luis Muñoz Rivera, el más grande y más patriota de todos los puertorriqueños, ¡ha muerto!..... Y las ideas se perturban y el espíritu se anonada, E Y en la turbación y el idesconsuelo.

““La mente duda, el pulso no palpita, el labio

calla,

el corazón

no

late.”

A

¿MIE HOMENAJE Y las almas inquietas y tristes ven más sombrío el porvenir de la patria. Y más negro el horizonte de nuestras esperanzas..... Y en el recogimiento interior de las almas y en el repentino despertar del pensamiento, un MILLON de patriotas buscan anhelantes al LEADER..... y buscan al MAESTRO. .... Y el pensamiento se esfuma..... sim encontrar MAESTRO..... sin aparecer el LEADER..... Y, como dice Fernández Vanga:

al

“Nos quedamos definitivamente solos; definitivamente tristes; definitivamente huérfanos”...... M. Méndez

San Sebastián.

Litiaga.

IIS:

gran

mucho

raciones.

Contemplándole muerto la otra mañana, repetí a mis amigos de la Guardia de Honor: '*Yo me averguenzo de pensar que vivo, mientras este idolatrado Padre de la Patria, ha muerto; mientras tan valiente paladín de las libertades puertorriqueñas duerme así, eternamente, .-... Luego, cuando ví desfilar ante el cadáver de este inmenso Hombre, a los niños de nuestras escuelas públicas, recordé con tristeza infinita la carta que me escribiera desde Washington, el día anteriorde su viaje a Puerto Rico. .. Quizá la última carta que escribiera desde la Capitolina Ciudad..... Decía esa carta: Washington sep., 15, 1916. Mi querido Torregrosa : ] trajo una

á

inspira

aguarda. Estamos

que reina allá, en la dulce morada de la Gloria.....

25 me

muechachote

auguro

nuestro

Cumplió como bueno; y la Omnipotencia de Dios tecía que premiar tanta bondad, con la hermosa paz divina

carta agosto

guapo

sobre el campo

se había realizado.....

Su

dure

res que los nuestros. Nacimos en época de transición y de lucha. Ellos atrontarán su destino a épocas de francos progresos. Pisarán en firme

grande para un mundo tan demasiado pequeño como este!... Quiso Dios “apagar la luz del Astro... Y el astro se apagó. Su Destino se había cumplido. Su noble misión en la vida, luchando bravamente por la Patria irredenta, ya se

Ya Monse

es que

sin duda.

é

Muñoz tenía que morir.

deseo

a

buenos. ....

mayor

AZ

infinitamente triste.....

Mi

y muy completa; para los tres. José Luis es también el nombre de mi hijo, y el de otro pequeño pariente: Vivas de Pon-


54

JUAN BOBO El

ANCIANO

medios de fortuna que haya alcanzado, o con log consejos

de su larga experiencia.

Vedle en la vía pública; camina inclinado por los años, como distraído, y apenas fija su atención en los que con él se cruzan. Observa al niño que con extrañeza

advierte su cara enjuta y mirada apagada en medio de la animación y movimiento general. Cambia su mirar con la joven, a cuya imaginación podrán aparecer como en lejana historia las pasiones de aquel hombre residuo de un remoto pasado Sus amigos le ven transitar pesarosos,

pensando en el próximo fin de aquella existencia, cuyas actividades han alcanzado, y los extraños contemplan al re-

presentante del pasado, que con semblante apacible les señala el porvenir.. Si ese anciano tiene la dicha de poseer la fe religiosa, ve resuelto el problema de su vida. Sabe de donde viene; sabe a donde va y tiene fuerzas para dominar el apego a

la vida, integrante de su condición humana, en espera resignada del fin de su existencia.

Entre tanto, si tiene hijos, les dedica un afecto que endulza su existencia,

y les prepara

su porvenir

con los

Si no los tiene, el anciano al lado de sus familiares se

absorbe en si mismo, y vive en el pasado, a la vez que se mueve en el presente, experimentando contrastes, de algunos de los cuales no puede darse cuenta. El mundo es para él un inmenso escenario, del que es actor sensible e

interesado, y al mismo tiempo lo observa, como en lejanía, con apariencia de extrañas figuras las que allí se agitan.

Como sus pasiones están apagadas, observa con rela. tiva indiferencia como se desarrollan todas en el gran

palenque de la vida general: las empresas amorosas en la

juventud: las luchas en la edad madura movidas por la ambición, el lucro o la posición social: las grandes caídas

de la moral y de la conciencia, y el mérito de los paladin es

de la virtud y del heroismo moral. He

aquí al anciano;

el pasado

incrustado

en el pre-

sente; la visión ideal de la vida futura en el torbelli no de las pasiones humanas; el espíritu que se prepara a ir a

Dios,

caminando

al

Bien

Supremo,

arrepentido

flaquezas, en aspiración a una vida mejor.

de

sus

Francisco de Paula Acuña.

La

caida de Sisifo En

Era

un

árbol...

y una

. Cuando

la muerte

isla...

de

Muñoz

y un millón

Rivera.

de corazones

donde el árbol arraigaba. el

árbol

forecía,

florecían

ilusiones.....

y a ia isla perfumaba.

Y cra fuerte..... En sus frondas

y fué inútil que soplaran

aquilones,

su ramaje le bastaba. había pájaros ¿escuchasteis sus canciones ?

A la isla despertaba.

¡Cayóel árbol! ¡Cayó el árbol!... y fué el rayo del destino quien determinó su ruina. Ya no hay flores en el árbol, ne se escucha un solo trino,

76 años, y don José B. López, de 83, quienes die-

la tormenta se avecina, y aún sollozan en el troneo los que ignoran el camino.....

ron, como viejos vecinos de Barranquitas, todo los datos sobre la casa en que nació Muñoz Ri.vera. Don José fué el comerciante que le vendió al padre de Muñoz, el catón en que aprendió

aquel sus primeras letras.

José

Yumet

Méndez.

Aguadilla, Noviembre 20 1916.

a

De derecha a izquierda, don Nicolás Santini, de


JUAN

BOBO

55

mmm

QUEJAS DEL MAR. Estas

fueron

las primeras

estrofas

econ que cantó la lira de Muñoz Rivera. Sus hermanas las guardan, desde niñas, como el más dulce recuerdo del poeta. Cabe la playa del mar Atlante, Allá en la noche, con emoción, Al par modulan Luis y Violante Triste canción. Si cruza un ave rápida y sóla Notas

siniestras

al

aire

dá,

Y si callada viene la ola Gime y se vá. Vago suspiro de cuando en cuando Sube a los cielos buscando a Dios, Y

los

amantes

siguen

cantando

Juntos los dos:

La habitación y cama en que cayó enfermo Muñoz en Barranquitas.

“Cuando nacía nuestro cariño, Aquí, en la orilla, junto a la mar, Era tan puro como de un niño El despertar. Hoy... descorrido con torpe empeño D: la inocencia diáfano el tul, En vez de campo verde, risueño, Y cielo azul,

AA

Vemos

en torno nubes sombrías,

Negros presagios del huracán, Y no se calma de nuestros días El hondo afán.

Fs la pureza flor perfumada De los jardines de la virtud :

Ah! si la pierde ¡ cuán desdichada La

juventud!

¡Dios, que diriges desde la altura, De De

cuanto existe la evolución, nuestra horrible lenta amargura Ten compasión ! Paz que se calmen nuestros pesares, O dénos tumba, Dios de bondad, De esos serenos tranquilos mares. La inmensidad !”” Una oleada viene rugiendo, Cubre la costa, cesa el cantar,

Y, a los amantes ráuda envolviendo, Torna a la mar.

E

Interior de la iglesia de Barranaitas, donde fué velado el cadáver.

Desde aquel día dicen las gentes Que al pasar oyen con emoción, Log ecos débiles, tristes, dolientes

A El

gran

LUIS

amor

que

MUÑOZ profesé

De una

RIVERA. al

patriota

se

entristeció

un día ofuscadó en Miramar; mas la muerte que lo borra todo, me hace sentir hoy toda la pena de mi rebeldía. E, Ramirez

de Arellano

Brau.

canción.

Y de las olas con los rugidos, Un día, cerca de aquel lugar,

Tal vez llegaron a mis oidos Ecos perdidos, ¡Quejas del mar! L. Muñoz

2)

Rivera.


JUAN

ANTE LA TUMBA DEL POETA

CABLES DE DUELO,

Muñoz y Doña María Barrios y ma-

|

, ternos Don Esteban Rivera y Doña 2 :stefanía Vázquez, fueron padrinu. Don Manuel Muñoz y por Doña María Barrios, Doña Petronila Escale-

De Santo Domingo, de la Habana, | -:2 de; los Estados Unidos y de otros “Nada se altera en el rincón puntos del continente americano, se querido. ””

recibieron

Rivera.

y

por

cables

Dones

de

duelo

PARTIDA 3

doy

DE

“En

llanura, el vago rumor de la triste caravana...

cientos del

¿Por qué dobla la campana? e

la triste

caravana? a

trova

a

el profundo dolor

.

que

rusticana

món

(lice por qué el clamor

dela

mes

Para

la

al fragor

sobrehumana ;

Se pierde allá, en la lejana la

murmurando

y

de

abuelos

Doña

lgl+-

paternos

Don

vduertorriqueño

Luis

J. de Larra.

DISCURSO

SOBRE

+

Edgar Poe. J. Quintana. Bousset.

Montaigne.

qe CARTAS,

22

LA

COMICA,

>

V. Marcial. Eimdaro. Santa Teresa

|

E

Scearon.

LA CELESTINA, EMILIO,

Me haño cargo en buenas leondicio-

nza de alquileres. í a Para informes apartado 128.

“cobr

]

8. Bermúdez.

sa

»

Príncipe de Bulow. Ludovico Ariosto. F. Monlau. Dr. P. Garnier. a 2 . '

Gabriel

Hanotaux.

DE VENTA EN EL BAZAR OTERO

| AS

265 rojo.

a

en

|

:

Jesús.

:

J. J. Rousseau.

POLITICA ALEMANA. ORLANDO EL FURIOSO, HIGIENE DEL MATRIMONIO, ESTERILIDAD HUMANA, AGOTAMIENTO NERVIOSO, HISTORIA "ILUSTRADA DE LA GUERRA EUROPEA,

nes po la administración de casas y

de

:

: Calisto y Melibea.

JULIA,

URBANAS.

|

HISTORIA

Ya el más grande corazón duprme la paz aldeana: pazde canción que desgrana

FINCAS

nuestro.—

Espinosa. Homero.

COMPLETAS,

NOVELA

Muñoz

Duelo pueblo

Director Listín.””

OBRAS COMPLETAS, Y CUENTOS,

Luis

hacémoslo

INTERESANTES

NOVELAS OBRAS,

señor

muerte ilustre Muñoz.

LIBROS

OBRAS

DE

del

país

Rivera. El Director de ““El Listín Diario", que es el periódico más importante de la isla hermana, envió el siguiente cable: ““Entérome hoy'

ENSAYOS,

L. Amadeo.

de la República de

E _media señal de

fallecimiento

Monserrate

Ya no dobla la campana, ...

Francisco

DOMINGO

asta durante duelo, por el

an días en

¡'UNIVERSAL,

en su fino surtidor la fontana.....

en dicho

caravana

una oración...

SANTO

pa tres

ETICA, LA ILIADA,

leyó en su escudo una flor, .y en los ojos el fulgor de, una espada toledana. Es

Gistaneia,

Cuevas.

cionales y extranjeras

Poeta y Luchador:

de| una: lucha

de que

Santo Domingo promulgó un decretv ordenando que las banderas na-

y nueve, a primero de Septiembre: Yo el infras-

paz aldeana

lanzarse

parentesco

cincuenta

Muñoz

Rivera,

doliente campana:

—Fué dejó.

Antonio

El Presidente

«Julio, hijo legítimo de Don Luis Ra-.

afiige a la caravana,

y

A DESDE

sia Parroquial «de, San Antonio «le Padua de Barranquitas, Dioeesis de Puerto Rico, bauticé solemnemenie y puse óleo y crisma a Luis José Manuel que nació el día diez y siete de

rumor

Jna

el

el año del Señor de mil ocho-

erito eura Rector de esta Santa

ese vago

advertí

y sus obligaciones

fe: Juan

NACIMIENTO

Al folio 16 del Libro 5 del Registro Parroquial de Barranquitas, %gira la partida de nacimiento de. Luis Muñoz Rivera, en estos térmion : :

sube, de la lejana

qué

quienes

espiritual

=

LÓyest,' -. Suena* la campana, la! que llama a la cristiana fel como voz del Señor...

¿Por

Ta a

eminentes

de dichos países.

¿Sientes la paz aldeana... Paz de canción que desgrana en su fino surtidor la, fontana?

Ya

sentidos

pesitos

AA

L. M

PONCE,

P.

R.

E

A

E

li A

an PAZ.....

BOBO

Ae Pi

]

AAA

lo

¿one

tensa


EL REGRESO era allá abajo,

en la oscura

hondonada,

dulcemente

bañada

.

en la paz

de

a

loz montes,

A a o

Y

cándida visión de la aldea blanca en que nació el ungido.

A

Moría el sol. Y era un paisaje agreste y un camino largo y tortuoso que huía entre breñales. Y era solemne y triste el momento, pero de una tristeza delicada, quimérica y bella, como la de un claror de luna en un nido vacío. : : la

un fulgor,

6 como

un soplo,

o como

un

O

NE

oo

Y era, en las nubes grises y lejanas, y en”la actitud contemplativa y mística de las. montañas, y enla gasa sombría de la noche inminente, y en el lívido adiós de la tarde en las cumbres, . como aleteo de una súbita y trágica supraconsciencia de lo

ao

7

ínfimo y lo inmenso, de lo fugaz y lo eterno, de lo triste y lo alegre de la vida.. . a

de aquel féretro,

aldea.

en

|

o

un féretro.

Y era, en el hueco

el cuerpo yerto y tétrico del hijo y novio de la blanca

A

iS

ras, persiguiendo

AP CIPNCIA

Le ae

Y era, entre la aldea y nosotros, la fantasmagoría milenaria de la serpiente alucinante de los carros negros, trémulos de luces, que, cuesta abajo, resbalaban, resbalaban, como aves agore-

El carro va crugiendo y avanzando, en una lenta, contenida, religios a marcha de procesión. Y ya llegó la noche y nos arropó y nos sahumó a todos con su gran vaho de eternidad. Y hay parpadeo de estrellas en lo alto y un crispamiento de suprema emoción en los nervios. Y esta emoción se va volviendo evocación y llanto a medida que vamos pasando silenciosamente junto a

OA ls

la casa en que nació, y unos violines, desde ella, van derramando en el silencio enorme, una tenue,

pausada, convulsa melodía. después.....

Después

el sol, el día

otra: vez, y con el día el latido,

el fragor, el jadeo -- -

Y un cementerio diminuto, vecino de la aldea, se va llenando de enlutado e inquie-

Pto

Y

de la vida.

rústico y humilde.

supremos..... Pero y anegando

La tumba está desier-

jíbaro que bordó con su vida la rara leyenda tan bella y tan

se ha quedado solo, solo con la muerte. Y era otra vez la visión de un camino, de.una

el cementerio

El gentíose disipa.

ETT

triste,

Va pasando la vida.

ya el:milagroso

Sopla

aldea y unos montes

una brisa fría,

a

Hay 'un pavor

en la tarde.

de

Allí está

silencio y de olvido

A

Ya el ungido,

una sombra de montaña va avanzando. Pero “úna sombra de montaña va avanzando la tumba del ungido de una penumbra vaga, suave, dulce. Tan suave y tan dulce,

STErO

ta.

NS

Transcurren los minutos.

e

to e inmenso gentío. . Y un ataud que llega..... y muchas flores..... y Una voz de angustia que pronunci a un nombre y grita un adios desolado..... y una explosión ronca de un dolor profundo que sigue a esta voz..... y una arruga en la tierra, y una cruz, y una lápida. ¡

que parece que mima y que canta y que llora, com> un luto de hermana, o de novia, o de madre Padre nuestro que estás en los cielos...

PARTS

DE

no nos ha permitido in-

eluír otros nctables artículos y grabados interesantísimos;

pero los iremos publicando en nuestros cuatro números sucesivos de este mes de Diciembre, que tendrá cada uno 20 páginas, o sea, en total, 80 páginas que, sumadas a las 64 del presente número, formarán un volumen de 144 páginas que juzgamos digno de ser encuadernado y con-

servado.

)

;

a

Además, como obsequio a nuestros súseritores, «esde el primer número de-Enero principiaremos a publi-

ear, a modo de folletín (4 páginas en cada número),

“¡ libro

en preparación. titulado. El

- quitas, que será un estudio completo

el

jíbaro de. Barran. del gran patriota

y de las diferentes épocas en que se verificó su actuación

BARRANQUITAS”. política, así como de su vida y labor literaria.

Dicha obra

GETS

PARA

"EL JIBARO La limitación de este Album

CANALES.

AAA

NEMESIO

AAN

3 A 5

se está escribiendo por nuestro compañero Luis Llorens Torres; saldrá ilustrada debidamente; cuatro páginas semanalmente, hasta un total de más de 200 páginas; toldo ello. en obsequio a nuestros suscritores y sin alterar en

|

nada el precio de la suscripción. Las personas que deseen recibir los siguientes nú: meros de este mes ide Diciembre, a fin de completar el Album. deben dirigirse oportunamente a nuestra Administración. E lo e

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Por

-un arreglo

especial. con el Boletín Mercantil,

(easa impresora de JUAN BOBO), se prepararán cubier-

' tas lujosas y se les encuadernará

"cglección completa a los suseritores.

a mitad ” le ' precio la

«=á


| LA ULTIMA

¡Ha sido necesario quel viéramos dormido sobre su lecho de amargura, sin luz ya en la mirada y marchita la frente, para resignarnos a dr que haya muerto. Por-

qué siempre, en todo momento, a pesar de la gravedad anunciada por los médicos,

n fondo de fe inquebrantable

nos hacía concebir esperanzas.

¿Extinguirse así de pron-

to *quella vida que habíg sido como una llamarada?

¿Cuándo el laurel de sus viejos triunfos se cubría de nue-

vas Hores?

¿Cuándo el pueblo, que había hecho de su

maestro un ídolo, lo. saludapa en la exaltación de su últi-

ma victoria? No.

No podía ser. . J

“La inquietud ante el

"

peligro crecía,

'Los, partes fa-

cultativos negándose a señalar para aliviarnos el más leve

* rayo de consuelo, reproducían día tras día su negro pesimismo. El pueblo, movido, por su instinto de conservación comenzaba a pensar en'su horfandad ante el infortu-

nio. Yo, sin embargo, esperaba...

Un millón doscien-

tas mil almas, de rodillas, pedían a Dios por la vida del

apóstol. ¡Qué digo! * Cuanjo hay de noble y de puro en el espíritu humano, clamabj por la salvación del ilustre enfermo. La sociedad entetja, sin distinción de credos ni de matices, elevaba sus plegájrias por la preciosa vida. El día trcce, salvada una crísig que pudo ser la última, una

esperanza que voló del jardín, pasó al rededor de la lám. para. ¿Pór qué no ha de serí—me preguntaba yo. Mas he aquí que de pronto, al caer la tarde, su alcoba, abierta en

medio de un bosquecillo de cerezos a donde para endulzar

sus tristezas llegan a cantar ¡os pajarillos, se llena de mis-

teriosa frialdad. Y, como n el cuénto de Maeterlinck, burlando la vigilancia, algitien entra... La cama de

Muñoz, apesar de la fiebre, sp ha helado cual una nevera.

El enfermo, en un esfuerzo gue todos notan, lleva las ma-

nos hacia las almohadas para ahuyentar algo..que se ha, colocado

a su cabecera y que'sólo él vé... El pulso sata

de repente.- El corazón anuncia que se vá. El alma vá -2 partir... A las seis y treinta y cinco, la. mirada se in-

moviliza definitivamente. . A.

o.

qee

po

Su vida, como la de los Héroes del Yamato, es de una

grandeza épica.

-Utamaro o Toyo-Kuny habrían visto en

él la estampa viva de uno de ¡aquellos samurayes qué des.

JORNADa inflamar su espíritu, y se presenta entonces el poeta. * Su, estro lleno de rebeldías hace que sus versos sean escucha-

dos con agradable indignación.

El fuego extraordinario

en que arden sus rimas, conquista desde el primer instante la atención de las muchedumbres. Y vistiendo con toda gallardía sus arreos de combatiente, un buen día entre los días, se despide de su nido de la montaña y llega

a Ponce, donde la pluma veterana de Don Ramón Marín

publica ““La Crónica”? sobre un reguero de pólvora.

momento

es terrible.

El despotismo

El

colonial español en-

saña su crueldad en el manso cordero del Caribe, ahogan-

do en el exilio y en las cárceles todo noble gesto de pro-

testa. Por lo mismo, y para que los esbirros de la guardia ensayen mejor sus bayonetas, el pastor montañez, lleno

ya el carcaj, ardiendo en ira, curva en su arco meras flechas. ¡Sus caritos, como los de -Tirteo,

las prise apo-

deran de la conciencia ¡popular que adivina en el intré-

pido rapsoda

al príncipe de sus caudillos.

Año

de 1885.

Desde catonces, su odisea y su gloria... ¡Ah, mi amado maestro! Tú has sido artista hasta para morirte. Para los que te conocimos bien, tu despedida es sin duda, tu mejor apoteósis. La vejez que te hubiera querido para sí, has podido y sabido despreciarla . La encina, que fué tu símbolo, antes que desnudarse con el otoño, prefirió desgajarse con el aquilón, Y, en tu ausencia temprana capaz aún de savia renovadora y de copiosos frutos, hay algo de los elegidos de los dioses. Porque tú, que amabas los bellos gestos y que legast e a la posteridad ejemplos de varonil belleza en las páginas de tu devocionario, como el poeta griego convertido al

parnasianismo has podido decir, que nada a pesar de la

lucha, nada en tu vida embravecida de complejida des, ni

el grito de tus legiones ni el brillo de tus estrellas, logró

nunca

cambiar el fondo

de tu alma.

Para mí, mi

dulce

maestro, a pesar de lo que el mundo piense, más que un pastor de pueblos, seguirás siendo siempre un gran esteta, - ante todo. Y si fuera necesario e inevitable asocia r tu nombre a las contiendas cívicas. de la patria, diría que

fuiste en ella el único entre sus hijos, que justamente por

sus ternuras de poeta supo ennoblecer e idealizar pués de ofrecer su espada por la patria, suben su poal Fusi- lítica. Es verdad que tu obra de redención es inmen yama sagrado a recibir el besí) del sol. Porque sa, en Muñoz, y que la tierra que hoy te llora reconoce en tí a su prócer _ no.se interrumpe nunca la leyenda. Cantando vino a lá más augusto, pero tus cantos saturados de sed de lo inlucha y cantando ha “muerto: -Su-niñez se desliza dulce- finito, tu amor a tu valle y a tu río, tus nostalgias incuramente en el regazo de sus montañas de Barranquitas. En bles, tus campañas mismas ¿qué son sino el dolor la escuela no es ni de lós m ¡traviesos ni de los contramás apli- riado de un gran artista? _ cados. Más que viveza, lo que se nota en él, es cierta Horas antes de morir, hecho ya su testamento . inclinación contemplativa—nie dice uno políde sus condis- tico, lo que pide a sus amigos es que cs le lean los versos de Cuando se escapa de. casa de sus padr es, se le su poeta favorito para confortar su espíritu. Y yo evoencuentra siempre en los sotqs floridos corriendo tras laz co lleno de emoción la tarde ¿quelo “en que después de mariposas, o bien, pescando grejos en el río de la aldea. la cena, el viejo

paladín envuélto en las nubes de su taA los quince años, su naturálega cambia; su cuerpo se abre baco, con un vago prese ntimiento recitaba: vigorosamentcon e elasticid es pugilistas.. A los | veint e, *. Dicho so el árbol que es apenas sensitivo, su padre, el único notario de la comar ca, le coloca: ante . y más la piedra dura, porque ésa ya no siente el porvenir con un escritorio!de come , rcio, Péro, los ne. puesno hay dolor más grande que el dolor de gocios no van bien; el po ser vivo, merceroen vez de

cuidar surtir su tienda, se dedica h la inútil tarea de comp rar libros, Por las. noches, con, cuencia se

de

balances de caja para conversar Luis

, Las lecturas y el tem

5 . A k

p

|

p

AE

e

o

i

di

|

gis

4

op]

E

con

olvida de sus

ni mayor

pesadumbre

que la vida consciente:

Ser y no saber nada, y ser sin rumbo cierto, y el temor de; haber sido y un futuro terror. ..

. Y el espanto seguro de estar mañana muert o, ': y sufrir por-la viyda por. la sombra y DO


CORAZON Claro cielo matinal.

Trae la brisa

el aliento de los húmedos herbales y cl aroma de las flores silvestres, «Bri-

illan en los árboles lágrimas de rocío, y deja en el campo dulzura y pureza la mano

rubia del sol.

” Con la aurora, bajado

a la

dos labriegos han

senda:

Son

marido

y

mujer que salieron del bohío colgado como un nido en el fondo de la sierra, al saludar el gallo al alba con su agudo clarín; Anda la mujer delante,

guiando

al marido

perdido

la vista

de

mal:

ciego

El

no

la sigue,

que

saben

ha

qué

y es torpe,

yv es tardío su caminar. Cabizbajos y mustios, cual imágeres de tristeza, van en silencio los e, pesinos. En el rostro solemne

dr" ciego hay grabada una pena. Y él sabe que todo está triste: Se lo ha dicho el llorar de una fuente, y abcra lo dice doliente un largo balido que de lejos viene. Y así van los lahriegos, lentos y mudos, en la quietud santa del amanecer, hacia el lu-

ear distante donde ha muerto el Pastor bien amado. .

«y fué un arduo

caminar

de n-

DE

LA

ARCADIA

do.un día, por el polvo de las sendas. Y bajo el palio de las estrellas, la pareja de labriegos descansó. —Dame, anda, tiempo—pidió el Y otra vez, el mano firme en el

na mujer; los

pasos

está triste: Se lo ha dicho el grave E silencio que reina. Ya llegaron al peldaño más alto las labriegos. Las flores, y el ol»r de la cera, y un sollozo que ha oido, llenan el alma del ciego inmóvil Le

que no llegamos a ciego, despertando. brazo tendido y la hombro de la bue-

vngz

y otra vez el resonar de lentos

y -torpes

del

ciego

Al otro día, entraron-los labriegos,

se

abre

por

mirar

la

faz querida. Y suben despacio homLwes y mujeres y niños an ordenada

fila.

Ya

los labriegos hallaron sitio en

la fila. Suben tristes y mudos. En e” rostro inmóvil del ciego hay gra-

bada.una pena.

al

Fué colmado el sublime deseo. Y tocar el labriego miserando el

eristal de la caja, cayó de hinojos y rompió en un llanto plañidero pie se clavaba en las almas. E Se oyó entonces leve rumor de

alas en el aire: Eran las alas de un

angel

que

la mano

piadosa,

del

cielo

la mano

a besar

humilde.

tor bien amado bendijo y sonreía al

"iego desde la gloria...

Y él sabe que teda

Miguel

Guerra-Mondragón.

" Y ahora que lo contemplo inmóvil entre los cuatr o cirios que le sirven de guardianes: ahora qué sus ojos

y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos, y no saber a dónde

bajaba

2 mano pura, la mano trágica, que temblaba sobre el ataud; y el Paz3-

.—

lo que no conocemos y apenas sospechamos, y la carne que tienta con sus frescos racimos,

mujer

opone una voz queda. —Deje, señor, que me acerquen.— Tlevo un día caminando para traerle estas flores.—Déjenme, siquiera, to-car su ataud...

bien amado: Sus hacia tierras fecantarán la liborla calle, la gente

paso

La

—¿Para qué, si no has de verle ?--

esquivos y miedrosos, en la ciudal dolorosa. Frente a una casa de wieja historia, se agrupa la multitua. Arriba, entre cirios y blandones, .

ansiosa

inmensa.

—+¿Dónde está él?—clama el pobre labriego en la sala mortuoria.

en el silencio de la senda.

guardan al Pastor cioz ya no guiarán !ices, ni sus labios tad del pueblo. En

congoja

siente que la mano del ciego tiembla.

cerrados

vamos,

por

las flores

se hunden

para

siempre

en

la

nada; ahora que el silencio ya ha sellado sus labios , 21

¡ni de dónde venimos!... Pero donde mejor se ve el triunfo de su vocación poética, es en el reposo de sus pláticas íntimas. —Dejemos

inclinarme sobre su ataud para adorar sus mano s y besar su frente, noto que una sonrisa pontificia se escapa

el lobo de la política en manos de los señores comitentes —parecía decirnos. Y ya lo sabíamos; sus discursos de-.

con que la muerte lo coronó, lloro en un pobre pétalo, una lágrima blanca para él... E

liciosos de retórica vagabunda,

terminaban

siempre

en

un paseo literario a los propíleos griegos. Su palabra, acostumbrada al verdor de Ja selva vifgen, adquiría entonces la frescura de los mirtos del Himeto. Pero como

su musa,

además

baiar las piedras

de exquisita era también mundana, del Erecteón,

Olimpo parisiense. nuevas

se instalaba

al'

en su lindo

Discutía entonces el caracter de las

escuelas dentro

del impulso modernista,

para de-

cidirse siempre por la que sin trabas ni estrecheces odiosas representa mejor el vuelo del pensamiento libre hacia la belleza. | : En las tertulias

de ““La Democracia”,

donde

la ju-.

ventud se reunía para escucharlo y para admirarle, muchas veces nos dijo;

—Aguarden

a qué regrese de

pronto termine allí mis compromisos

taremos nuestro cenáculo literario. ..

Washington.

Tan

legislativos, levan-

El dolor es inmenso...

Y al ver los pálidos asfodelos

Por delante del poeta muer-

to, los ancianos desfilan .graves, sin pronunciar palabr a. Las mujeres, oran y gimen. Los niños, al pasar, arrojan palmas y rosas sobre su lira... En Y yo pienso que nó, que ésto no puede perderse, que no está todo perdido. Porque un pueblo que llora con el más hondo y tierno de los sentimientos al más dulce y amado de sus maestros, debe tener todavía fuerzas para

la libertad...

|

La luna está ya alta.

En

el cielo sereno

la noche

deshoja sus luceros. Y Clío, sosteniendo sobre gu trípode de oro el libro de las edades, al volver la página para escribir su nombre, la habrá visto iluminarse con un vivo y divino resplandor...

o

Sus promesas de mejores días, acaban ¡ay! de dez-

vanecerse...

de sus ojos entreabiertos.

Rafael FERRER, *

Lo

Fatal, Rubén

Darío,


E

Era

una mañana alegre. ¡Las lluvias torren ciales de at satura ron la campiña de humedad; pe-

los días anteriores,

tala,, un

buey

hosco arrastrando: el arado

¿ Recordáis las casas sencillas y humildes de anchas ma-

deras, montadas

sobre largas canillas: de izocos,

en

tierr

a que ocultó la botijuela; casas primitivas, casas hospitala-

e

rias, de balcones siempre, ante los cuales lás parrandas de reyes rasguearon el tiple y la guitarra y la copla monorrit-

mica y sentimental

era un grito de nuestras campiñas, y

¿en cuyo barandal se soleaban

albahacas y los claveles?

los geranios y las tunas.

las

¿ Y recordáis las otras: una, dos,

tres a lo sumo, de mampostería, que eran como un alarde de

ET

riqueza y de arquitectura, vivienida de log caciques, y en cuyas plantas bajas había las mejores tiendasde merce-

ría y provisiones del pueblo? He aquí “una villa de antaño! Una plaza, una iglesia y una paz infinita en el ambiente. e : An | ad

do [A

E

Look ek

Junto al vestíbulo varios. hombres

viejos

amigos

mano robusta.

Y desde

la escalera

grité: Don Luis, estos ami' !

misma

de Don

Luis,

|

hablaban.

querían verle,

sencillos. —. + .—Como

:

su

ellos ingenuos

y

|

alto en el triste camiño de sus jornadas

para implorar. misericordia.

Un recuerdo pasó por mi men-

te, -Era una escena de sabor clásico y amargo, que la prosa melancólica de Ramón del Valle Inclán ha descrito; nosé si en Gerifaltes de Antaño o en el noble Marqués de Bradomín; pero sé cierto, que un montón de mendigos ro-

dea, la verja vetusta de un antiguo palac io y solo estas voces se levantan entre tanta miseria : Alabado sea el Se-

ñor.

¡La'paz sea contigo; caminante!

Entrad, les die:

Lal

UN HOMBRE SIMBOLICO

Con la pluma y la espada hizo la histo ria,

Besemos, pues, el puño de su espada.

Se llevó los amores y la gloria

- Y nos dejó el alma desgarrada. Dejó en el monte la bandera izada

'__Para que no se olvide su memoria. Jamás la patulea esclavizada

Olvide la canción de su victoria. fi

AER

por

el rostro

mil veces, llenó toda la estancia.

últimas en retenerla.

Su

duro

—¿Cómo —Mal;

mí repuso:

de

y aun

se agiganta> las mías fueron las

ojeada pasó de rostro en rostro.

A todos conocía; todos les eran familiares.

preguntaba.

y firme

¡Oh el gesto impulsivo

de Don Luis! Don Luis era enorme ba con él. e Su mano pasó de mano en mano;

¿Y Fulano?,

¿Y Zutano?

está Don Luis ?, a coro inquirieron ellos,

de salud

muy

pobre—replicó, y volviéndose a

!

—Nunca he llegado con tal tristeza a mi país; gero al ver mis montañas, mi cielo, mi río, créalo, me siento otro. Quisiera construir aquí una casa para pasar el resto de mi vida; no un palacio, una choza cual quiera, y abandonarlo todo. Estoy cansado. Y un dejo de amar gura envolvió esa

frase.

!

a

:

i

E

Para completar la noble figura de Don Luis , faltaba

Y con cierta nerviosidad bus-

có esto último para completarla, un tanto más.

Y después

de eneenderlo, lo acercó tanto a su rostro, que a buen se-

guro debió sentir en su robusta nariz y en sus ojos el calor del fuego. No 'obstante, permaneció dándole vueltas. —Ve usted. amigo Pérez Pierret, este hombre?, dijo

posándole en su homíbro su mano de atlet a.

—Fué reformista, autonomista, liberal, feder al, unionista; y yo creo que si formase una nuev a agrupación po-

lítica, me seguiría

también.

No es verdad?

Dos lágrimas cayeron y una voz tart amudeó: pre, Don Luis. ¿Siempre, Don Luis.

- Ahora

que recuerdo, balbuceó Muñoz

siendo muchacho

debí hacerte

día me lanzaste una piedra,

Siem-

con ironía-—

alguna travesura,

pues un

Entonces el viejo ocultó su rostro bajo su antebrazo y lloró amargamente. : —Nunca, Don Lnis. Nunca, repetía. Y fué tal la tristeza que se esparció en el ambiente , que todos lloramos en silencio con él.

E

+

pasó

algo: su bastón y su tabaco.

Era verdad, parecía úha de esas casas :en dond e los

peregrinos hacen

de vida

Eran

estrecharle

hay otros arriba, balbuceó el más viejo.

oleaje

|

En tiempos lejanos, bajo otra dominación ,

-—4Por qué no suben?, les dije. —Le molestará tal vez, replicaron

Un

Se quedó pensativo un momento y añadi ó con profunda melancolía : —Pero es tarde amigo; esto ha echa do hondas raíces.

fueron autonomistas y hasta tachados de separatistas por seguir a Dón Luis. A partir de entonces, fueron los que nuncale abandonaron; ni aun en la adversidad.

pl

aleqre.

antigua, eran como una salutación de un florecer prima-

n y pizpireto se pavoneaba como un pavo real. Tras Curvas y más curvas destacóse un caserío: Barranquitas.

PS O

a

:

Don Luis. Su mirada estrábica se acentuó más. Y el tí. pico y gallardo gesto, con que le he visto ante la multitud

veral. | En: una

ER

A

ro el verdor de los

surcaba la tierra y en el batey de un bohío unas flores de un rojo majenta temblaban al viento, mientras el gallo bra- . vucó

.

AS

gos quieren saludarle.

prados, los renuevos de los árboles, la, brisa fresca y juguetona, y en fin, el cielo azul de porcelana

Els>

a

¡Era una mañana

/

E>

e

Agustin Perez Pierret.

De ojos de acero y de cabeza fuerte,

El nos libró de aquella mala muerte Que siguen los diabólicos mastines .

Toda la isla se quedó sin flores -

| Por el divino sembrador de amor es,

Mientras lívidos rabian los Caines.

Fernando Torregrosa,

Aguadilla, Noviembre 24, 1916,

|


+

JUAN

BOBO

61

EN

Estoy desconsolado. sar mi

dolor,

Un

dolor

LA MUERTE

DE

intenso,

un

gran

dolor que durará toda la vida.

“En carta íntima y penosa, me decía un mes antes de su regreso: Juan,

sino

ahí

RIVERA.

Dios, que me dió el pensamiento, no da frases a mi pluma para expremudo,

como el fuego. Y hoy me siento más puro y más bueno. Otros hablen del luchador, de lo que pierde el país. Yo hablaré de lo que pierdo yo. San

MUÑOZ

arriba,

a la sombra

de

un

árbol,

en la paz

de una

El dolor purifica

del poeta,

del político,

''Ya hablaremos: tarde

fresca,

no en

y en la in-

timidad de un afecto que duró un tercip de siglo y que no morirá sino con nosotros, que todavía

SOMOS DOS”.

Y días antes de morir, sentados a la cábecera de su lecho Antonio Barceló y yo, extendió la mano y oprimiendo suavemente.la mía, exclamó: ''¡Eramos dos!'* “Y lloró, lloró mucho. Y nuestras lágrimas se mezclaron como hace treinta años se fundieron en uno nuestros dogs corazones. Aqueila mañana comprendí que se moría. ''¡Eramos tres!”” exclamamos los dos hace un año,

nada más que un año, ante la tumba de aquel vtro poeta. que era. una ¡interrogación. —¿Cuál de los dos?—El esta

hora

larga

de mi

vida.

a

Y nos miramos

triste privilegio me

Eramos tres los de la vieja DEMOCRACIA. del

desierto

bajo

la sombra

Una muchedumbre sía de un paisaje

más

abrupto

de

Y

queda

¡uno!

en

Mas ese

uno

¡cuán

al cementerio de la aldea, una aldea con toda la poe-

el corazón

de la montaña.

Nunca

la vuelta a la aldea fué

dolorosa.

l

Hace treinta años descendió de la cumbre al llano, mano

y en la otra la espada.

he hoy vuelve,

cadaver,

Bajó a formar la patria que no existía. pluma,

solo está!

Hoy mi soledad es un pinar en

la noche.

inmensa marchaba perdido

reservó el destino en

.

Vivir la triste soledad de una vida infecunda, ha sido mi asno. medio

con tristeza; mirada

lo

la conciencia

patriotas y la realizó corazones. 4

de un pueblo

csclavo.

con su muerte.

Ante

robusto

mancebo,

a la cumbre,

E hizo la patria.

“Y el pueblo fué libre.

su cadáver

llevando la lira en una

en los brazos

Modeló,

de la gloria.

con su lira y con su

Soñó la unión de todos sus com-

se arrodillaron

lag almas y lloraron los ea

E

El, cómo Cristo, cruzó la calle de la Amargura y sufrió y murió por el amor de su pueblo. Sintió en la frente el beso de Pudas y la mano temblorosa de la envidia le arrojó piedras. Y fué

Y

ayer

Pero el pueblo lo bajó dela cruz con más amof y piedad que José de Arima. *

lo enterramos

junto

a aquel riachuelo y en a

montañas

que“amó tanto.

Una

ei

también crucificado. tea bajó al Oristo.

lluvia de flores y de lágrimas cayó sobre el féretro en el esplendor de una mañana divina y en la augusta ¡majestad de una infinita melancolía. Sentí como si una mano misteriosa estrujara mi corazón para extraer, gota a gota, la savia de la vida. Giré la vista a mi alrededor y me hallé solo en medio del gentío. Y salí del cementerio silencioso, con los labios unidos como el pico.de las aves, pensando que solo me

queda

como único compañero

Dios;

y como única esperanza, que la ausencia será corta y mi

pequeño hilo de agua desaparecerá sin ruido, filtrándose en lá misma tierra donde reposa el más grande corazón que encontré en la vida. MARIANO Noviembre 21 de 19186.

ABRIL. :

31


69

|

JUAN

BOBO

LL

o

GUAYANILLA

Nuestra distinguida amiga la Srta.

María

Vázquez,

quien hace

tiempo

viene haciéndonos el señalado honor (le representar nuestro semanario en Guayanilla, nos da cuenta en carta reciente

de

aonde

más

golpe

cruel

que uno de los pueblos fuertemente se sintió el de

la

muerte

Rivera, fué Guayanilla.

de

Muñoz

Bien puede

escgurarse

que este pequeño pueblo dejó sin flores sus jardines y sus campos para ofrendarlas a Muñoz. “Ahora

celebramos,

nos dice la Srta.

Vázquez, en la iglesia parroquial,

un

novenario,

en

un túmulo

y allí se turnan todas las

poches

donde

los niños

de

se

ha

erigido

las escuelas

pú-

blicas, ofreciendo Coronas, ramos y versos al recuerdo del buen eaballe -

ro noble y altivo, generoso y bravo «auc=quisimos

AN

tanto.””

La habitación en que nació el patriota. -Erieron

de florés todas

Las damas

las paredes

de Barranquitas

del histórico recinto.

cu-

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