Nacionalismo enarbola la Bandera de la Raza en Lares (1971)

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NACIONALISMO

EN ARBOLA

LA BANDERA DE LA RAZA EN LARES

Capltln Angel Camblor, del ejército uruguayo, crea dor de la Bandera de la Raza, hazaña que le costó la vida perseguido por el imperialismo que vio con temor la Unidad Latino-Americana.


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NACIONALISMO ENARBOLA

LA BANDERA DE LA RAZA

EN LARES

La Bandera de la Raza fue enarbolada por primera vez en Puerto Rico por el Partido Nacionalista de Puerto Rico

durante la conmemoración del Grito de Lares, 23 de sep tiembre de 1934. Cupo el honor de confeccionarla a la

señora Doña Julia Huertas de Aponte, tía de la poetisa puertorriqueña Nimia Vicéns, por encomienda del veterano luchador nacionalista puertorriqueño, profesor Manuel Ne-

grón Nogueras, entonces profesor en la Escuela Superior José Gautier Benítez, de Caguas. Cupo el honor de enarbolarla en aquel sexagésimo quinto año de la Proclamación de la República y sesquicentenario del nacimiento del Li

bertador, Simón Bolívar, a la gran poetisa nacionalista puertorriqueña Doña Trina Padilla de Sanz, conocida en el

mundo de las letras con el pseudónimo de La Hija del Caribe.

La reseña del acto en Lares fue escrita por el compa triota Juan Antonio Corretjer, entonces Delegado por Arecibo a la Junta Nacional del Partido Nacionalista de Puerto Rico, y publicada en el periódico El Mundo, edición del 28 de septiembre de 1934.


A continuación reproducimos el documento del señor Corretjer: "LARES , PUERTO RICO, 23 DE SEPTIEMBRE Por Juan Antonio Corretjer "De Frente. ¡Marchen! " Son los Cadetes entrando en Lares a las nueve de la mañana del 23 de setiembre, para rendir homenaje a los mártires de la Independencia en la cuna misma de la República. Los infantes, de a cuatro en fondo, desplegados los pabellones, clarín al aire y batiente el t ambor, marchan, en la gloria de la mañana. Abre la columna el batallón "Suárez Díaz," de Utuado, y la cierra, rifle al hombro , el poderoso batallón de Caguas. Niñas preci osas, en cuya mirada brilla el sol de una intacta inocencia, portan, desplegada, una hermosa bandera nacional. Ríndele honores militares ei batallón "Bracetti." Y detrás, la multitud peregrina, que desde las islas menores hasta la virginal serranía vino a Lares a ratificar ante l a tumba de los inm ortales su lealtad a la Patria y su devoción a la Libertad. Cruza la marcha el pueblo, y, en el camposanto, l a J unt a Nacional en pleno, los capitanes del cuerpo, l os ab a nderados y un grupo de damas, rinden la ofrenda fl oral. Afuera, las bandas ejecutan el himno de Lares y L a Borinqueña. Los b atallones cuadran. La multitud se descub re. La peregrinación regresa al pueblo. En la Igle s ia donde h ace 66 años el cura Verga consagró la República oye la m i sa , de rodillas. Al condluirse, se rinde el home naje ante e l obelisco en la Plaza de la Revolución. · AC TOS DE LA TARDE: 1- Conc urso Militar. A l a s 3:00 P. M. clarines y tambores anuncian el comienzo de los ejercicios. Cinco pueblos concurren al concurso de ejercicios en columna cerrada. El trofeo cor responde al "Suárez Díaz ", de Utuado. El fallo fue unánime. 2- Presentación de la Bandera de la Raza. Los batallones forman un rectángul o alrededor del cual se apiña una multitud, mayor cuanto más avanza ·el día. Se toca silencio. Dentro del rectángulo, doña Trina Padilla Vda. de Sanz, doña Amparo Díaz de Suárez, doña Josefina Cuebas, doña Herminia Méndez y el señor Presidente. Tres astas desnudas apuntan al cielo. En el silencio de la tarde, l a voz del sei'ior Presidente anuncia que, en esos momentos 2

se efectuará la ceremonia para izar la Bandera de la Raza, representativa de la civilización en el mundo, ideada y diseñada por el ilustre capitán don Angel Camblor, del Ejército del Uruguay, Delegado Plenipotenciario del N~cio­ nalismo Portorriqueño ante el Uruguay. Las instrucciones para el diseño fueron enviadas al nacionalismo por la Comisión de la Bandera de la Raza, adscrita al Ministerio de Relaciones Exteriores del gobierno uruguayo. Va a izarse, a la izquierda, la bandera de Lares. Sostiene el asta la seftora dofta Herminia Méndez, nieta de don Aurelio Méndez, héroe de la jornada de Lares y miembro del gobierno provisional del 68. Iza la bandera doQa Josefina Cuebas, sobrina de la heroína patria, Mariana Bracett¡, -brazo de oro que bordó la enseña en la aurora de nuestra libertad y espíritu de acero que resistió todas las pruebas en el cenit de nuestro heroísmo. Le hace guardia de honor el teniente don Francisco Sabat Alvarez, del "Suárez Díaz ". Sube la bandera. Va a izarse la bandera monoestrellada, el Pabellón Nacional -el sudario de Pachín Marín- el pabellón que, según Pagán Rodríguez, "empuñó Suárez Díaz para entra·r en los cielos. "Sostiene el asta el teniente don Adrián Cortés, del "Suárez Díaz ", e iza la bandera la señora madre del héroe doña Ampar o Díaz de Suárez. En el centro, doña Trina Padilla Vda. de Sanz, la hija ilustre de El Caribe. Sostiene el asta el capitán don Efraím Pérez, del "Suárez Díaz." La Hija del Caribe iza la bandera de la Raza . Inmediatamente, lee unos bellos versos alusivos. 3- Ejercicios de Gue rra. Ante los pabellones que la brisa del sur bate en alegría el batallón de Caguas se despliega. Comanda el Ayudante General don Antonio Rodríguez. La exhibición consta de tres movimientos: un ataque, uri contra-ataque a la bayoneta y un cambio de posiciones bajo fuego. Ante la destreza, exactitud y disciplina casi inesperadas rompe en vivas y aplausos el pueblo. 4- Asamblea Nacional. En la Asamblea Nacional abre c on las palabras . de ritual el señor presidente Albizu Campos; lee la Proclama del día el señor Secretario General, don José Lameiro, y actúa de introductor el Delegado por Arecibo a la Junta Nacional que suscribe esta reseña. Rinden verbal homenaje a los héroes, la juventud, representada por el señor Presidente de la Federación Nacional de Estudiantes Portorri queí'ios, numeraria de la Federación Iberoamericana de Estudiantes, don Francisco Pagán ROdr íguez , la procer idad, 3


A continuación reproducimos el documento del señor Corretjer: "LARES , PUERTO RICO, 23 DE SEPTIEMBRE Por Juan Antonio Corretjer "De Frente. ¡Marchen! " Son los Cadetes entrando en Lares a las nueve de la mañana del 23 de setiembre, para rendir homenaje a los mártires de la Independencia en la cuna misma de la República. Los infantes, de a cuatro en fondo, desplegados los pabellones, clarín al aire y batiente el t ambor, marchan, en la gloria de la mañana. Abre la columna el batallón "Suárez Díaz," de Utuado, y la cierra, rifle al hombro , el poderoso batallón de Caguas. Niñas preci osas, en cuya mirada brilla el sol de una intacta inocencia, portan, desplegada, una hermosa bandera nacional. Ríndele honores militares ei batallón "Bracetti." Y detrás, la multitud peregrina, que desde las islas menores hasta la virginal serranía vino a Lares a ratificar ante l a tumba de los inm ortales su lealtad a la Patria y su devoción a la Libertad. Cruza la marcha el pueblo, y, en el camposanto, l a J unt a Nacional en pleno, los capitanes del cuerpo, l os ab a nderados y un grupo de damas, rinden la ofrenda fl oral. Afuera, las bandas ejecutan el himno de Lares y L a Borinqueña. Los b atallones cuadran. La multitud se descub re. La peregrinación regresa al pueblo. En la Igle s ia donde h ace 66 años el cura Verga consagró la República oye la m i sa , de rodillas. Al condluirse, se rinde el home naje ante e l obelisco en la Plaza de la Revolución. · AC TOS DE LA TARDE: 1- Conc urso Militar. A l a s 3:00 P. M. clarines y tambores anuncian el comienzo de los ejercicios. Cinco pueblos concurren al concurso de ejercicios en columna cerrada. El trofeo cor responde al "Suárez Díaz ", de Utuado. El fallo fue unánime. 2- Presentación de la Bandera de la Raza. Los batallones forman un rectángul o alrededor del cual se apiña una multitud, mayor cuanto más avanza ·el día. Se toca silencio. Dentro del rectángulo, doña Trina Padilla Vda. de Sanz, doña Amparo Díaz de Suárez, doña Josefina Cuebas, doña Herminia Méndez y el señor Presidente. Tres astas desnudas apuntan al cielo. En el silencio de la tarde, l a voz del sei'ior Presidente anuncia que, en esos momentos 2

se efectuará la ceremonia para izar la Bandera de la Raza, representativa de la civilización en el mundo, ideada y diseñada por el ilustre capitán don Angel Camblor, del Ejército del Uruguay, Delegado Plenipotenciario del N~cio­ nalismo Portorriqueño ante el Uruguay. Las instrucciones para el diseño fueron enviadas al nacionalismo por la Comisión de la Bandera de la Raza, adscrita al Ministerio de Relaciones Exteriores del gobierno uruguayo. Va a izarse, a la izquierda, la bandera de Lares. Sostiene el asta la seftora dofta Herminia Méndez, nieta de don Aurelio Méndez, héroe de la jornada de Lares y miembro del gobierno provisional del 68. Iza la bandera doQa Josefina Cuebas, sobrina de la heroína patria, Mariana Bracett¡, -brazo de oro que bordó la enseña en la aurora de nuestra libertad y espíritu de acero que resistió todas las pruebas en el cenit de nuestro heroísmo. Le hace guardia de honor el teniente don Francisco Sabat Alvarez, del "Suárez Díaz ". Sube la bandera. Va a izarse la bandera monoestrellada, el Pabellón Nacional -el sudario de Pachín Marín- el pabellón que, según Pagán Rodríguez, "empuñó Suárez Díaz para entra·r en los cielos. "Sostiene el asta el teniente don Adrián Cortés, del "Suárez Díaz ", e iza la bandera la señora madre del héroe doña Ampar o Díaz de Suárez. En el centro, doña Trina Padilla Vda. de Sanz, la hija ilustre de El Caribe. Sostiene el asta el capitán don Efraím Pérez, del "Suárez Díaz." La Hija del Caribe iza la bandera de la Raza . Inmediatamente, lee unos bellos versos alusivos. 3- Ejercicios de Gue rra. Ante los pabellones que la brisa del sur bate en alegría el batallón de Caguas se despliega. Comanda el Ayudante General don Antonio Rodríguez. La exhibición consta de tres movimientos: un ataque, uri contra-ataque a la bayoneta y un cambio de posiciones bajo fuego. Ante la destreza, exactitud y disciplina casi inesperadas rompe en vivas y aplausos el pueblo. 4- Asamblea Nacional. En la Asamblea Nacional abre c on las palabras . de ritual el señor presidente Albizu Campos; lee la Proclama del día el señor Secretario General, don José Lameiro, y actúa de introductor el Delegado por Arecibo a la Junta Nacional que suscribe esta reseña. Rinden verbal homenaje a los héroes, la juventud, representada por el señor Presidente de la Federación Nacional de Estudiantes Portorri queí'ios, numeraria de la Federación Iberoamericana de Estudiantes, don Francisco Pagán ROdr íguez , la procer idad, 3


representada por el venerable don Julio Medina González;

la mujer, representada por la poetisa doña Trina Padilla Vda. de Sanz; y la Presidencia del Partido Nacionalista en persona. Discurso Presidencial.

Trataremos de informar el ideario vertido en el dis curso presidencial que cerró la asamblea.

Los EXPERIENCIAS Y UN DOLOR: "Habéis escuchado los discursos de don Jxüio Medina González y de doña Trina Padilla. Habéis en ellos consta

tado la presencia de dos experiencias grandes y distintas al calor de un grande, único dolor. Grande,inmenso el dolor

con que hiere la plena consciencia intelectiva la presencia de la esclavitud, agravada en su natural angustioso por ser la de nuestros hermanos. Y grande el tesón, grande la voluntad que ha de informar esaconcienciaparamantenerse en una recta inquebrantable. Patriotismo es voluntad inque brantable. Patriotismo es voluntad y esfuerzo. Sacrificio no. Para el patriota el deber no es sacrificio. El deber es la vida."

TODO O NADA:

"El patriotismo requiere la ofrenda. Y en ésta no hay parcialidad. O todo o nada. Podemos, en la alucinación del amor propio creernos haber hecho mucho. No hemos hecho

nada. Porque el patriotismo no es el amor propio sino el amor patrio."

"La vida hay que coronarla con un acto supremo. Ante toda flaqueza hay que empezar de nuevo. Nadie adelanta con un cargo de conciencia. La conciencia es timón y es

vela y exige la pureza por mano y por viento." MODO Y FORMA:

"No llega a puerto seguro una vida al azar. Para llegar hay que enclaustarse en una recta disciplina. Disciplina es

libertad. La disciplina es la iluminación interna de nuestra conciencia para que la voluntad guíe claramente por rectos senderos todas nuestras fuerzas espirituales." DEBER Y FRATERNIDAD;

"La fraternidad es grande y puede mucho. Pero el deber está en nosotros mismos. Empezar es realizar.

"En lo personal estamos ligados a nuestra familia, pero es indigno delegar en manos de nuestros familiares nuestros deberes de familia. En lo nacional estamos ligados


a todos los pueblos de la Raza. Pero es indigno pretender que ellos nos hagan la libertad. No tenemos autoridad moral alguna para tocar a las puertas del hogar iberoamericano si el esfuerzo inicial no parte de nosotros. Ellos vendrán

en nuestra ayuda como viene nuestro hermano cuando a la puerta del hogar de nuestros padres se presenta la deshon-^ ra, y nuestro brazo la está combatiendo. A las puertas de i América está la barbarie y nos toca ponerle la bayoneta al 1 pecho. Ante la resolución del hermano que está a la puerta^; no ha de negarse la sangre." ES LA HORA:

"Es la hora de la Revolución. Pero la Revolución no es el tumvilto. El tumulto es lo que anhela el Imperio para

destruirnos. LA ORGANIZACION ES LA REVOLUCION Y LA REVOLUCION LA INDEPENDENCIA." TEMPORALIDAD Y PERMANENCIA.

"Para obtenerla precisa la cooperación íntima. No es la cooperación con lo temporal: la Junta Nacional, la Pre sidencia del partido, sino con lo permanente. Con lo que la Junta Nacional o la Presidencia del partido representan: la Independencia de la Patria."

"La jerarquía es la forma humana del valor eterno." ALMA Y CUERPO.

"El Nacionalismo es espiritualísimo. El Nacionalismo es materialísimo. Tiene, como el hombre, alma y cuerpo.

Y en su dual unidad tiene urgencias de ambas índoles. Sólo es un patriota íntegro quien 24 horas al día coopera en la vigorización de su organización en las más altas disciplinas

espirituales y atiende, a un mismo tiempo, sus más ele mentales necesidades físicas."

LO QUE NECESITA EL NACIONALISMO. "El Nacionalismo necesita armas. Y se las tienen que

dar los nacionalistas. Los Cadetes de la República son hoy,

quizás, el ejército más glorioso del mundo. Son, por lo menos, la única organización militar legítima en Puerto Rico, porque su autoridad no dimana de una usurpación sino de un derecho. Han marchado desarmados frente a los

cañones del enemigo y marcharán armados por toda la línea fortificada del enemigo.")Todos los nacionalistas tienen que cumplir, con el mismo entusiasmado regocijo con que concurren a las disciplinas espirituales que celebramos en Lares, el deber sagrado de poner su óbolo -diez millones


de pesos o diez humildes centavos- para armar los cadetes El Nacionalismo necesita pistolas,fusiles, ametralladoras

•1

NO OLVIDAR

"Idos hermanos a vuestros hogares. Estaeslahora de

la Oración, la hora del perdón. Quien tenga una mancha en

la conciencia que se la borre la bondad de Dios y el perdón de los hombres. Idos, y no olvidar, no olvidar un instante. El olvido de un momento puede borrar una vida. La vida es

una armonía. Una continuidad. La vida hay que coronarla con un acto supremo. ¡Que el recuerdo de la Patria, que os espera, os haga fuertes en voluntad y en cuerpo!" Jacinto Rivera Pérez, Presidente Partido Nacionalista de Puerto Rico

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LA BANDERA DE LA RAZA Reproducido de "Alma Latina", revista mensual de Arte Ilustrado, Núm. 47, junio de 1934.

Correspondencia cruzada entre la Secretaría de Rela ciones Exteriores del Partido Nacionalista y el Excelentí

simo señor Don Angel Camblor, autor de la Bandera de la Raza.

San Juan, Puerto Rico a 22 de noviembre de 1933. Hon, Angel Camblor, Capitán del Ejército Uruguayo, Montevideo, Uruguay. Hon. Señor:

Tengo el honor de remitirle con ésta, en cumplimiento de una resolución de la Junta Nacional del Partido Nacio nalista de Puerto Rico,los documentos que paso a enumerar:

1- Resolución y exposición de motivos, aprobada por la Junta Nacional el 26 de agosto de 1933, remitida a su

gobierno por conducto del señor Cónsul de Uruguay en esta plaza, Hon. Manuel Gómez.

2- Carta autógrafa del señor Presidente del Partido Nacionalista para usted.

Con toda consideración y respeto, s. s. s.

JOSE LAMEIRO,

Secretario de Relaciones Exteriores RESOLUCION

Exposición de Motivos El señor Presidente recibió con fecha de 12 de julio de

1933 del ilustre Cónsul de la República Oriental del Uruguay en San Juan de Puerto Rico una comtmicación de tal impor

tancia que precisa reproducirla textualmente: 7


CONSULADO DE LA REPUBLICA ORIENTAL DEL URUGUAY EN SAN JUAN DE PUERTO RICO

Núm. 198

12 de jiüio de 1933

Hon. Pedro Albizu Campos, San Juan, Puerto Rico.

Distinguido señor:

El ilustre Capitán del Ejército del Uruguay, Ayudante del Ministerio de Relaciones Exteriores de dicha República y Secretario General de la "Comisión de la Bandera de la

Raza", ha tenido la complacencia(muy merecida por parte de usted) de dedicarle el adjunto diseño oficial de esa enseña, símbolo de unión fraternal entre las varias naciones

latinoamericanas y de éstas, el lazo filial, con la Península Ibérica, Madre común de las repúblicas de la América Hispana.

Al dorso del citado diseño se reproduce un brillante artículo del creador de dicha bandera, explicando los fun damentos históricos que le sirvieran de base para diseñar este afortunado emblema de nuestra gloriosa estirpe. La Comisión de la Bandera de la Raza está presidida por el prestigioso General Don Roberto H. Riverós, inte

grada con las personalidades más connotadas del Uruguay, y patrocinada por el gobierno de esa República, que anhela la difusión más extensa posible de dicho emblema racial, acuciados todos por la noble ambición de estrechar, cada

vez más, los lazos espirituales entre los países de igual origen. Y siendo S. S., personalidad de alto relieve, social,

cultural y político, que hace honor a las gloriosas tradi ciones de nuestra raza, crea, señor Albizu Campos, que

siento verdadero placer y me considero por demás honrado al ctimplir la misión que me encarga por conducto del Gobierno del Uruguay la citada "Comisión de la Bandera de la Raza", haciendo llegar a vuestras manos el ameritado diseño.

Cordial y respetuosamente, MANUEL GOMEZ

Cónsul del Uruguay". Hemos examinado el diseño oficial que acompaña dicha comunicación y para comprensión del mismo, agregamos a esta exposición de motivos, el artículo que aparece al dorso del citado diseño titulado Fundamentos y Exaltación de la Bandera de la Raza, fechado en Montevideo, octubre 8


12 de 1932, y que lleva la firma del Capitán Don Angel Camblor, el hombre que tuvo el privilegio de concebir dicho diseño.

Debajo del diseño aparece esta poesía: SALUDO

A

LA

BANDERA

Al Capitán Camblor, autor de la Bandera de la Raza, respetuosamente.

¡Bandera de la Raza, simbólica bandera izada por dos manos aladas de mujer, revives el milagro de las tres carabelas y anuncias hoy la aurora de un nuevo amanecer!

Yo inculcaré a mis hijos amor a ti, bandera que evocas con tus cruces la hazaña de Colón.

Yo inculcaré a mis hijos que el Sol que en ti figura es símbolo radiante de paz y abnegación. Por ellos, por mis hijos, yo te saludo, insignia

simbólica, bandera que aciniro con amor. ¡Salve, Símbolo augusto de paz y de concordia! ¡Salve, Bandera excelsa del Capitán Camblor! LOLA NOBLIA DE PLAZA

Al pie, en la esquina izquierda, leemos estas palabras manuscritas:

Al Hon. Pedro Albizu Campos, gallardo campeón de la cultura hispano-americana. Respetuosamente,

Cap. ANGEL CAMBLOR.

Hay un mapa representando a Ibero-América. El asta de la bandera aparece enclavada en el Uruguay. Impreso con sello de goma circular, con el diseño de la bandera en el centro se lee lo siguiente: Bandera de la Raza, Montevideo, 12 de octubre de 1932, Justicia, Frater nidad, Unión, Paz.

El sello de goma consiste de dos círculos concéntricos. En la faja que forman en la parte superior aparecen las palabras Bandera de la Raza; y debajo, Montevideo, 12 de octubre de 1932. En el centro, con asta perpendicular cuyos


extremos terminan en el círculo interior se extiende hori-

zontalmente la Bandera. A lo largo del asta aparece la palabra Unión, y al lado opuesto la palabra Paz; sobre la bandera, la palabra Justicia y debajo de la misma, la palabra Fraternidad. * ♦ « « «

Los fines del Nacionalismo Puertorriqueño son: 1- La restauración inmediata de la República de Puerto Rico.

2- La Confederación Antillana, incluyendo en ella a la República de Haití. 3- La Unión Ibero-americana.

4- La Hegemonía en el Nuevo Mundo de las Naciones Ibero-Americanas.

Para el Nacionalismo de Puerto Rico, es indiscutible la necesidad de una Bandera de la Raza que sintetice la unidad de las Naciones Ibero-americanas, su patrimonio territorial y su civilización.

Con la separación de la Madre Patria España, recon

quistó nuestra América la Independencia pre colombina, pero perdió su unidad política a pesar de constituir una unidad racial depositarla de una misma civilización.

El Libertador previó las consecuencias de la división

política y dio las luces de su genio para restaurar la unidad política de nuestras naciones. La grandeza de su visión ha de ser conquistada por la presente generación ibero-americana.

La necesidad de esa unidad no es discutible. En el

siglo y medio de independencia de nuestras nacionalidades, poderes enemigos de su existencia han conseguido arreba tarnos parte preciada del patrimonio territorial racial, debido a la desumón de nuestras naciones que, unidas, siempre han tenido y tienen el poder suficiente para imponerse a todos los imperialismos.

Después de siglo y medio de guerra contra nosotros sin oponer una resistencia colectiva creada por la unidad de organización política, en lugar de ejercer una influencia decisiva en los asuntos del mundo, tenemos a Puerto Rico, Haití y Cuba bajo la intervención militar de Estados Unidos

que ocupa preciados territorios con posiciones estratégicas en San Juan de Puerto Rico, Puerto Príncipe y Guantánamo 10

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y pretende dominar la vida comercial del nuevo mundo por medio de sus cañones emplazados en el mismo centro de nuestro poder, o sea, Panamá. Ante nuestra desunión son demasiado notorias e inso

lentes las pretensiones del imperio de Estados Unidos de Norte América de querer fijar el destino de nuestras

nacionalidades, ya sea por la fuerza bruta o por la fuerza indirecta de la intervención económica que ha servido para convulsionar a las naciones del Caribe.

El ataque contra nuestras nacionalidades se ha concen trado sobre las naciones del Mar de Colón, el Caribe, pero las naciones del Sur han sentido también la punzada del

imperialismo extranjero. Basta recordar el caso de las islas Malvinas, posición estratégica, que en manos enemi

gas puede amenazar en cualquier momento la independencia de las grandes naciones australes.

Esta falta de unidad política nos ha privado de ejercer influencia decisiva en los asuntos del mundo; influencia que

hay que ejercer por instinto de propia conservación de lo nuestro en todos los órdenes. En lugar de eso contempla

mos la pérdida de territorios y de riquezas fab^osas. Es más, hasta se ha pretendido establecer el imperialismo de la cultura para así moldear a nuestra posteridad de acuerdo con las conveniencias de nuestros enemigos extranjeros.

Afortunadamente el imperialismo que con más violencia nos ataca por más de un siglo, o sea, el de Estados Unidos de Norte América, es huérfano de cultura. Por ese motivo se vuelve despreciable al establecer él las primeras relaciones.

La raza necesita una bandera que simbolice la restau

ración de un prestigio decisivo en los asuntos del planeta. E^o. hará la restauración de la paz en América, hoy conti

nuamente perturbada en perjuicio nuestro, especialmente por el imperio norteamericano.

Era un anhelo de los antillanos brindar esa bandera de la unidad racial a sus hermanos.

Durante el virreinato, las Antillas llevaron el peso de la defensa de la civilización ibero-americana en el Nuevo

Mundo y lo llevan todavía. No renunciarán a ese privilegio porque no puede permitirse que el imperio de la barbarie derrumbe nuestra civilización.

Mucha es ya la sangre derramada en aras de ese ideal, del cual es hoy consciente todo el continente. 11


No nos extraña que este inmenso honor le haya tocado 3- la ilustre tierra de Rodó, donde pensadores preclaros han mantenido viva la visión de la grandeza de la unión ibero americana.

Hay que izar la Bandera de la Raza y marchar a la reconquista de nuestro patrimonio; a la eliminación de influencias imperialistas desorientadoras; a la consolida ción de un prestigio internacional decisivo.

Mientras nuestros espíritus más nobles dedican su

vida a los principios que simboliza esa bandera, el impe rialismo enemigo, muy especialmente el norteamericano, labora incesantemente para destruirnos, para anularnos ante la historia.

La responsabilidad que impone izar una Bandera de la Raza nos obliga a justipreciar todos nuestros intereses vitales amenazados y a revivir las glorias de nuestra civilización, de la que tanto necesita el mundo en este momento histórico.

No podemos continuar indiferentes ante ataque alguno contra cualquiera de nuestras nacionalidades, y estamos obligados a conocer todos los métodos de penetración de que se vale el imperialismo para deshacernos. Son tan sutiles, que hemos visto a gobiernos de naciones víctimas

del imperialismo convertirse en portavoces de la política enemiga para abrir paso a la invasión contra naciones hermanas.

El imperialismo norteamericano, ante el aislamiento

internacional en que se encuentra, enfunda la bayoneta y afila el dólar, que es su espada, para atraer a sus presun tas víctimas con una supuesta reciprocidad comercial. Basta recordar el caso de Puerto Rico bajo la égida aran celaria norteamericana que nos obliga a comprar a Estados Unidos al precio y condiciones que el yanqui nos imponga y a venderle nuestros productos al precio y condiciones que también ellos nos impongan.

Este monopolio comercial que ejerce Estados Unidos en Puerto Rico ha convertido a la patria en un enorme latifundio azucarero yanqui en virtud de la desaparición de más de sesenta mil terratenientes nativos, creando un

desempleo crónico de un setenta y cinco por ciento de la población. La experiencia de Puerto Rico dará a conocer la

significación de esta nueva fórmula imperialista denomi12


nada reciprocidad arancelaria. Bajo el régimen arancela rio norteamericano, nuestro balance comercial siempre fue favorable a nosotros, y durante los treinta y cinco años

de la intervención yanqui asciende en números a la impor tante suma de unos cuatrocientos millones de dólares. A

juzgar por ese resultado numérico. Puerto Rico sería hoy lo que fue antes de la intervención, un emporio de riqueza. Empero, veamos los resultados.

La banca norteamericana ha dirigido al industrial y al comerciante de su país para privarnos de todos los bene ficios posibles derivados de nuestro comercio con Estados Unidos

de Norte América. Ni un dólar de esa enorme

riqueza que representa el balance comercial nacional ha entrado a Puerto Rico. La heredad nacional en manos de

nacionales está hipotecada a lafinanza norteamericana.

Cuba ha sufrido una experiencia muy parecida a la nuestra, con el tratado de reciprocidad norteamericano.

Aguijoneado por una angustiosa adversidad, el imperio norteamericano se torna amistoso hacia Ibero-América. A

sus ofertas de amistad preguntadle qué significa contra nuestra civilización y cultura el pretender imponer en Puerto Rico como único vehículo de enseñanza el idioma

inglés: qué significa el haber arruinado la agricultura, el comercio y la industria del país; por qué no respetó la

Autonomía de Puerto Rico bajo cuyo estatuto encontró a la nación en el año luctuoso de 1898; y finalmente ¿por qué mantiene su intervención armada durante treinta y cinco

años sin pretexto que pueda justificarla?

Inmenso como es lo que aspira a representar el diseño de la Bandera oficial de la Raza que tuvo el privilegio de

concebir el Capitán Don Angel Camblor y aceptado oficial mente por el Gobierno de la República Oriental del Uruguay, no es una pretensión. Sintetiza las tradiciones trascenden

tales y las aspiraciones de nuestras nacionalidades que se resumen en las palabras Unión, Justicia, Fraternidad y

Paz, principios en cuya defensa se mantiene incólume el Nacionalismo de Puerto Rico en cumplimiento de su deber

racial frente al imperialismo que más daño le ha hecho a nuestras nacionalidades, o sea, el imperio norteamericano.

Un símbolo común significa acción común. Decisiva. En la lucha por la conservación d© nuestra civilización. Puerto Rico ha revelado la fortaleza de la Raza. La inter

vención norteamericana no ha podido hacer mella en nuestra personalidad hispanoamericana y marcha resuelto contra 13


la imposición extranjera. Nuestra patria es baluarte emu lador contra la ingerencia extranjera. No se iza una bandera para arriarla. Si Puerto Rico solo ha derrotado en sus dominios los designios siniestros del enemigo contra la grandeza ibero-americana en lucha

cruenta de treinta y cinco años de intervención yanqui, ¿qué fuerza podrá detener la hegemonía ibero-americana en el Nuevo Mundo, cuando todas nuestras naciones mar

chen a la reconquista de su gloria bajo una sola bandera?

Nuestro inmenso patrimonio racial es objeto de la codicia de todos los poderes imperialistas y es bajo la égida de nuestra unión que puede defenderse. Por esos motivos la Junta Nacional Resuelve:Primero;

Aceptar dicho diseño como Bandera de la Raza; Segundo: Solicitar del Gobierno de Uruguay el texto de la ley que ñja las dimensiones para el paño, y la proporción que rige el conjunto; Tercero: Solicitar que se mantenga informada a esta Junta Nacional sobre la adopción general de dicho símbolo para que tan pronto reciba la aceptación de nues tras naciones, se ordene izarla conjuntamente con la Bandera Nacional.

Dado en San Juan de Puerto Rico, a los 26 días de

agosto de 1933, año sexagésimo quinto de la Proclamación de la República. La Junta Nacional, P. ALBIZU CAMPOS Presidente

JOSE LAMEIRO, Secretario de Relaciones Exteriores. 41

UNION

>•<

hispanoamericana

Justicia - Unión - Paz - Fraternidad Montevideo

Vázquez 1072

Montevideo (Uruguay), Abril 14 de 1934

Señor Don Pedro Albizu Campos, Presidente del Partido Nacionalista de Puerto Rico, San Juan de Puerto Rico.

Rustre compatriota de Hispanoamérica; 14


Es con muy profunda emoción que he leído su atenta

y conceptuosa resolución, por la cual se resuelve enarbolar, conjuntamente con el Pabellón de Puerto Rico,la BANDERA DE LA RAZA, que en hora de feliz inspiración he concebido

para simbolizar la gran confederación Hispanoamericana que tarde o temprano ha de unirnos a todos. Yo me siento

henchido de fervor patriótico y se inflama mi corazón de amor a Puerto Rico, libre y soberano como los demás pueblos de la tierra, dignos de ser gobernados y dirigidos por sus propios hijos. Puerto Rico es nuestro hermano; Puerto Rico vive en

nuestro corazón, como un Estado Soberano, pues es de suponer tanto como de desear que la tutela exterior que hoy ejerce sobre esa tierra hermosa, no tiene razón de existir ya más y pronto ha de desaparecer en absoluto, ya que no deben faltar en la linda Isla hombres capaces de redimir

a su patria y cerebros criollos capaces de asumir el Gobierno de sus destinos. Puerto Rico tiene sagrado y

santísimo derecho ya a regirse por sí mismo y a incorpo rarse cuanto antes a nuestra familia Hispanoamericana.

Yo estoy orgulloso de saber que la Banderado la Raza, será también desde ahora Bandera Libertadora de Puerto Rico. Alcenla como Pendón de redención, que este nuestro

lábaro común sea levantado en ese cielo por manos libres y por corazones de patriotas!

¡Que donde flamee la Bandera de la Raza se sepa que

hay un alma hermana que exige su Libertad y la de su

Patria! Ese es mi sueño y esa por obra de ustedes será desde ahora tangible realidad. Una nueva era debe iniciarse para Puerto Rico a la sombra de la Bandera que nos hermana!

Desde ahora cuénteme como Delegado de las aspira

ciones libertadoras de los patriotas de Puerto Rico. Mi casa es la "LEGACION DE PUERTO RICO" en Uruguay y

donde quiera del mundo que pudiera ir. Yo me siento el representante oficial de esa República ya gestada y en tal sentido recibiré las órdenes de quien me quiera considerar digno de ese Honor.

En ésta, mi casa. Legación de Puerto Rico, flameará desde hoy la Bandera de Puerto Rico Libre, besándose en el mismo mástil con la Bandera de la Raza...

¡Viva Puerto Rico Libre! ¡Viva América! CAPITAN ANGEL CAMBLOR 15



COMO CONCEBI Y CUANDO CREE i-A

BANDERA DE LA RAZA (Por el Capitán Angel Camblor) "Plzarro levantó una bandera blanca e Ininediatamente se hizo oír un tiro de cañón.. - Año 1532. (La Conquista del Perü. Historia de América Barros

Arana, pág. 174. Edición 1199. Buenos Aires).

Era yo un niño, cuando por vez primera vino a mi mente la idea de una Bandera para todos los pueblos de la

Estirpe hispánica. Fue ya intuición espontánea por aquel entonces, ajena en absoluto a toda influencia ex^rior. Pa saron los años. Acrecentada mi cultura y embebido en las

ideas de fraternidad, sembradas por los grandes maestros de la Paz, aquella idea fue haciéndose carne de mi. Bolívar, con su grande obra y su Congreso de Panamá, San Martín, tan argentino en Buenos Aires como en Chile o en el Perú, Martí con su apostolado.Rodó, Montalvo con sus doctrinas, con sus credos; Cecilio del Valle,con sus videntes anhelos...

En 1923, el Uruguay presentó en la Conferencia Pana mericana habida en Santiago de Chile, un proyecto de Sociedad de las Naciones Americanas.

El doctor Juan Antonio Buero me obsequió por aquellos días con una memoria detallada de todo. Aquella lectura

reafirmó mi idea y ya entonces pensé, que qmzas fuera interesante dar Bandera a esa sociedad de pueblos en

proyecto, antes que formar aquella: es decir, empezar por

algo objetivo y fácil, que precisamente por ser calificado de "lírico", podría tener realización y simple andamiento. Lo demás vendría solo con el tiempo.

,

En 1927, fui enviado a España y la idea que bullía ya en todo mi ser culminó en Madrid. Cordialmente recibido

y tratado en la Villa y Corte, comprendí, como Baltasar Brum, que España era un girón del Continente Americano, y como nación de América debería ser considerada. Basta recorrer Europa para darse cuenta enseguida que E^spaña vive más en América que en el viejo continente. Sabía que era preciso, que era indispensable ya, esa Bandera, que no sabía aún cómo iba a ser ésta. Quedaba a resolver la forma gráfica del nuevo símbolo. 17


Desde luego, fui siempre amante del color blanco. Su fondo, pues, estaba definido: sería blanco. Pero no sabía

más. Cierto día presencié un desfile militar en Madrid, en el paseo de la Castellana. Pasaron ante mis ojos los gallar dos abanderados del Ejército, con sus banderas. Me acom pañaba el Capitán de Caballería don Luis Fernández Cavada.

De pronto pasa un regimiento que en vez de bandera espa ñola llevaba un pendón morado, todo completamente violeta.

Pregunté a mi enmarada la razón de aquel hecho. El Capitán Cavada me dijo entonces que era un regimiento de ingenie ros, arma ésta que en la península llevaba la tradición, en vez de bandera española, el pendón morado de Castilla.

"No sabes tú -me dijo- que nuestra bandera roja y oro sólo desde ayer representa a España. Antes, en los tiempos de Isabel, cuando Colón descubrió el Nuevo Mundo, nuestro color era morado -agregó. He ahí la razón del pendón que acaba de pasar."

Aquellas palabras a las que yo no agregué nada para no pasar por indocumentado, me quedaron grabadas en el alma. Desde aquel día ya estaba definido un nuevo color

para el pabellón de las veinte patrias. Blanca y morada debía ser la Bandera de la Raza, desde aquellas horas.

Dejé España y recorrí el mundo, y en 1930 regresé al Uruguay. Fui destinado al interior, y entonces pensé que la

hora de desplegar al viento mi ideal de siempre, estaba ya cercano. ¿Pero qué hacer en mi modesta guarnición? Dos años después vine destinado al Ministerio de Guerra de la

Capital. Era el momento anhelado y oportuno. Allá por junio resolví conmigo mismo desplegarla el 12 de Octubre. Era pues, preciso objetivarla, darle forma, combinar aquel blanco de América con el morado de Castilla. Los

días pasaban para mí como relámpagos. El 12 de Octubre se venía ya. Permanecía sin salir de mi casa; todas las

noches acostábame de 3 a 4 de la madrugada pensando en mi mesa. Regla y compás en mano tracé un infinito número

de diseños distintos, sobre la base de colores elegidos. Yo sabía que el éxito dependía en su grandiosa parte del sim bolismo que la bandera encarnara. El triunfo era eso.

¿Hubiese triunfado una bandera negra, azul o verde, ama rilla o gris, o una bandera cualquiera...? No;era realmente

imposible. Necesario la hacía para triunfar que el nuevo paño constituyera un símbolo, una alegoría, la síntesis histórica de una gesta, latente ante nuestros ojos. Una bandera por más nombre de "América" que se le diese o por más buena intención que tuviese quien quisiese impo nerla, estaba destinada a morir antes de nacer, sin esta 18


condición básica fundamental del simbolismo. Esto lo sabía

yo muy bien. Y he ahí la razón de que haya pasado semanas de vigilia antes de hallar ese simbolismo que -como es natural- ahora todo parece fácil y simple. Dibujé muchas banderas. Pensé en poner una franja por cada país: veinte franjas todas distintas. Aquello era en verdad muy compli cado. Pero vino además el problema de la ubicación de las

franjas. ¿Cuál arriba, cuál abajo,dónde la franja de España? Temía con razón la susceptibilidad. Los pueblos eran para

mí todos hermanos e iguales. El orden alfabético no resol vía la cuestión, porque la falta de orden en los colores no se prestaba a ello, además, era aquello como un muestrario de tintorería. Deseché definitivamente aquel proyecto,

después de dibujarlo en colores distintos y en formas va riadas unas cincuenta veces.

Después pensé en agrupar los países por el color característico de sus banderas y dar así una bandera de

menos franjas. Así por ejemplo: Argentina, Cuba, El Sal vador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Uruguay(7 países) estarían representados por una franja celeste: Brasil, Bolivia y Méjico por una franja verde; Colombia, Ecuador y Venezuela por una amarilla: Perú, Paraguay, Chile, Panamá, etc., por una roja; España por una morada. Al constituir el símbolo sobre el fondo blanco de aquellas

cinco franjas no guardaban armonía. Eran aún muchos colores. No había forma de simetría y en verdad me con

vencí que el simbolismo no iba a ser aceptado fácilmente. Deseché también este otro proyecto, cien veces dibu

jado de una y otra forma ¿y además, cuál sería el orden a

dar a sus franjas? Aquí sí que todo orden alfabético era imposible porque el celeste comprendía a la Argentina que

empieza con A, y al Uruguay con U... Más tarde pensé en veinte estrellas, pero la similitud con la bandera de Estados Unidos me apartó de la idea. Yo quería una originalidad absoluta también: que mi bandera no tuviese semejan^ con

ninguna otra habida ni por haber, de ser posible. Quise para resolver el problema de la ubicación de las franjas colocarlas en círculo imitando los rayos del Sol; es decir,

que cada rayo sería una franja. Entonces pasó por mi recuerdo el pabellón japonés y deseché también el sol de los cinco rayos de distinto color. Además, aquello parecía más bien un remiendo, y seguí buscando. Así pasaron muchas noches en procura del símbolo,tan fácil ahora y que tanto tardó en llegar a mi mente. Una noche, fatigado y alucinado con mi sueño, no podía dormir. Poco después, sin poderme despojar del anhelo que me 19


obsesionaba, vino súbito a mi mente el recuerdo de las

cruces de las carabelas que traían en sus velas pintadas la Niña, la Pinta y la Santa María y acto seguido recordé el Sol de América que ya empezaba a iluminar mi ventana. Me levanté enseguida. Esa noche fue casualmente el 3 de

agosto, día en que Colón había partido de Palos, 440 años antes, como por inspiración divina quedó definitivamente

resuelta en mí la incógnita. La nueva bandera blanca, llevaría las tres cruces moradas, por las tres carabelas de Colón, y el Sol de América por las razas nativas. Yo

creo que mi exclamación interior fue tan grande como el grito de ¡tierra! de Rodrigo de Triana. Desde aquel instante, sabía yo que la bandera estaba

destinada a vivir por lo eterno. Previ mi triunfo. ¿Quién se atrevería a discutir el simbolismo de la cruz que repre senta la epopeya colombiana? ¿Quién negaría al Sol, ídolo de todas las razas de América? ¿Qué hombre de la nueva

tierra rechazaría el blanco de la paz y de la pureza? Viví aquella noche en que no pegué los ojos, todo el triunfo de la obra que iba a realizar.

La bandera no se desplegaría en Montevideo el día 3 de

agosto, pero había realmente salido de mi alma ese día. Quizás haya sido el único que recordó y conmemoró por vez primera esa partida gloriosa y legendaria del puerto de Palos. En realidad, en la misma hora en que otrora partían las naves, yo sin cerrar los ojos en toda la noche vi ante

mis retinas la majestad de las frágiles carabelas, y después sobre el papel trazara para siempre el pabellón de las veinte naciones: la Bandera de la Raza.

La razón del Sol en forma naciente está en su simbo

lismo. No cabe duda que un sol pleno encierra más belleza gráfica, pero yo buscaba, sin desdeñar ésta, ante todo la

belleza simbólica; quería representarlo dándonos siempre luz nueva: juventud. Además, influyó también en mi espí ritu, repito, la aspiración de que nuestro lábaro fuese

enteramente original en esto y pensé que ninguna bandera del universo llevaba el sol naciente. Así salió de mi alma

esta hija de todos mis ensueños que los pueblos y los hombres acogieron con sorprendente y jamás vista unani midad de cariño.

Si alguien hubiese que no alcanzara a comprender aún las razones de tanta gloria, yo deseo recordarle quefue

Isabel de Castilla y Colón mismo, desde sus sitiales in mortales, quienes a los 440 años de la partida legendaria, al sonar el instante en que se elevaron las anclas en el

puerto de Palos, en virtud de ser yo quizás el único que con 20


reverente unción recordaba la epopeya en aquel minuto de

emoción, sentado en mi escritorio, sostenida mi cabeza soñolienta con ambas manos, cuyos codos apoyaba en la

tabla, me premiaron trayéndome su divina y clarividente inspiración.

Como la epopeya, quiso la suerte o la casualidad, que la Bandera de la Raza se delineara un 3 de agosto, para

desplegarse al cielo setenta días después: el 12 de Octubre de 1932.

Reproducido de "Alma Latina", revista mensual de Arte Ilustrado, Núm. 44, marzo de 1934.

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r-


UMBRAL LA BANDERA

DE LA RAZA Reproducido de "Alma Latina", revista mensual de Arte Ilustrado, Nám. 47, jimio de 1934.

Crisis. Sin duda es esa la palabra más pronunciada en el mundo entero. Crisis. Y todos estamos de acuerdo en

que la parálisis de los brazos y la multiplicación del maquinismo densan el horizonte humano. El hambre retuer ce su látigo por sobre los hemisferios. Crisis. Los gobier nos bambolean, las arcas se enmohecen de puro vacías y las espuelas de la muerte chillan en la sombra. Crisis. ¿Y quién argüirá que no sofoca la cabalgata de la necesidad? Pero la crisis es otra. Nuestra debilidad

milenaria enriquece el glosario de las vidas. Tomemos el pulso a las naciones. Arden las velas délas nacionalidades,

se inflan los estómagos y el honor, con su mochila debajo del brazo, emprende veloz carrera, mordido, vejado, casi estrangulado por la codicia de las democracias imperiales. La crisis espiritual del mundo devana las conciencias de los hombres, que inculpan más de la cuenta a las pobres máquinas. Crisis como ninguna en la historia déla humani dad, ésta, casi insustituible, nos torna bestias. El primiti vismo se enrosca en los corazones y en la máxima demencia como que intentamos escupir la sombra de Dios que en ciende las estrellas.

Esta sed de posesión, celebrada por las puntas de las bayonetas, fue engendrada en la América de la Estatua. Allí los buitres anidaron en los rascacielos y empollaron en las

nubes. De ahí que las cuarenta y ocho estrellas del cielo norteamericano graznaran en la noche del mundo su fatídico credo tumultuario, provocando antagonismos en la América de los Leones. Sin duda estas rivalidades son el mejor indicio de que la América Latina halla en la visión de su historia pasada la savia omnipotente de su existencia futura. El bramido de la tempestad cimbreó las instituciones nórdicas y el dólar rodó, como una pildora maléfica, con fundiéndose con el polvo. Al mismo tiempo los heraldos del 23


continente español anunciaron el nacimiento de un mundo. Romanos al fin, los pueblos hispánicos celebraron nominalias y surgió el símbolo detrás de un grito. La Bandera de

la Raza flameó en el cielo latino,como un cóndor empollado por Dios sobre los carbones musicales de la aurora.

Ha nacido otra bandera en el Nuevo Mundo. ¿Qué comentario de la fosilización acreditaremos en el haber de

sus cuentas pendientes? Es una novedad y los viejos casi

nunca perdonan el avance de la juventud. ¿No representan las canas la dignidad de los hombres? No recuerdan los infelices patriarcas que ellos empeñaron las banderas de

sus patrias al invasor de ojos azules; los muy dinerosos a fuer de muy cobardes han olvidado que en las catagogonias de los mercaóhifles se arrodillaron para inciensar a los antropófagos de las nacionalidades americanas...

La Bandera de la Raza es la bandera de las juventudes rebeldes que postulan la paz. ¿Y cómo han de postular la paz si la rebeldía solivia el sentimiento de las armas? Tersamos presente que los hombres ungidos por la gracia rechazan las intromisiones extranjeras; que los libertado res, al izar el zurriago, establecen la armonía de los pue blos. ¿No es la guerra la negación de la paz, la violación del derecho ajeno? Las juventudes rebeldes se deciden por la paz; enarbolan la bandera de la raza sobre los cuerpos ennegrecidos por la traición.

¿Qué será del panamericanismo que solapadamente invade las repúblicas de la América Latina? ¿Qué de los viajes de buena voluntad y qué de la política del buen veci no, el día en que sobre todas las almenas del sur flote la bandera de las juventudes romanas de América?

La Bandera de la Raza, primer eslabón de la confra ternidad latinoamericana, no empañará con sus colores

vivificantes los matices sagrados de las banderas de Amé rica. Antes al contrario, orgullosa de su fuego amoroso, arropará los horizontes con la trilogía de sus cruces, im

pidiendo la entrada del demonio en la casa de la sabiduría. A su alredor, y como dijera don Manuel Ugarte, las otras "banderas seguirán flotando gloriosamente en las cúspides, a lo largo de la cordillera de los Andes, como grandes pájaros libres bajo la gloria del Sol." Luis de Regazo

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•l

CONCEPTO DE LA RAZA Por Pedro Albizu Campos

Cuando el Presldénte de la República del Plata, Don

Hipólito Yrigoyen, instituyó el Día de la Raza, ¿a qué raza se refería el alto magistrado argentino? ¿Esquinaba su

concepto, con una rancia predilección, el resto del gran mosaico étnico de América? Referíase el presidente argén tino a la raza iberoamericana.

^

Para nosotros la raza nada tiene que ver con la biología.

Ni tez lunada, ni cabello hervido, ni oblicuidad de ojo. Raza

es una perpetuidad de virtudes y de instituciones caracte rísticas. Nos distinguimos por nuestra cultura, por nuestro valor, por nuestra hidalguía, por nuestro sentido católico de la civilización. Al realizarse la unidad española en la

unión de los reinos aragonés y castellano y conquistada^la independencia con la expulsión de los sarracenos, España, plena de sí misma se lanzó a la epopeya de la contempo raneidad. El Descubrimiento es el descubrimiento de la

humanidad por sí misma, el descubrimiento del hombre por el hombre. Sabe Dios qué cataclismo moral hizo posible la separación de la humanidad hasta el grado de desconocerse a sí misma! Con el descubrimiento España conquistó la

unidad humana, dio al mundo su unidad geogrffica, hizo de la tierra una esfera. El hombre no sabía dónde vivía. Su

plano de residencia era una conjetura. España le dio la seguridad de estabilidad y al sentirse en firme el hombre comenzó de nuevo a andar. El descubrimiento abrió la senda

para toda la investigación contemporánea en el terreno de las ciencias filosóficas y naturales. No sólo plasmó en sistema la ciencia de la navegación oceánica sino que trajo al hombre la conciencia del cosmos, puso al hombre a

navegar en una inmensa flota de constelaciones por el

espacio infinito. ¿Será el infinito el cosmos en la eterna perspectiva de ese infinito espacio o será su destino un perpetuo hacimiento y deshacimiento en el milagro de la creación?

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La primacía de la raza española en Europa probó el beneficio que un equilibrio de valor y de santidad puede dar al mundo. Hay una experiencia histórica que nos destina a

buscarnos a nosotros mismos para devolver el equilibrio al mundo. Hoy el sentido racial resurge victorioso. Los ama rillos se agrupan en Oriente para salvarse a sí mismos. Japón se siente providencialmente destinado a rehacer en

Asia la unidad amarilla. Las razas etíopes reaccionan igualmente en Africa. Los anglosajones se reúnen rápida mente frente a la latinidad. Es ley secreta de la política norteamericana seguir la inercia de la política de su madre patria la Gran Bretaña. Todos tienen de nosotros sus

armas espirituales porque nosotros fuimos los que, a sangre y fuego, con la cruz de la espada y con la espada de la cruz, dimos a la vieja Europa y a la virgen América la

tradición de virtud, de valentía, de pundonor, de sacrificio,

de desprecio a la muerte y a los bienes materiales, qué hacen de nuestra raza hoy la única esperanza del mundo.

En estos momentos en que la Europa tiembla ante la perspectiva de una catástrofe bélica, en las manos de los hombres de nuestra raza reposa la paz del Universo. Fe plena en los valores de nuestra raza el mundo ha puesto su suerte en manos de dos hombres nuestros. Don Salvador de

Madariaga y Linazo, de España y de la Argentina, respec tivamente, se enfrentan, fríos, serenos, rectos de respon sabilidad, con el problema de la paz, el ideal de nuestra

raza izado en la bandera del Cristianismo con que nuestros frailes trajeron la civilización a medio planeta y nuestros héroes dieron la vuelta al mundo.

¿Que hay peligros? Para nuestra raza el peligro nunca ha existido.

(Reproducido de "La Palabra", 19 de octubre de 1935)

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LA BANDERA DE LA RAZA

DIA DE LA RAZA

Nuestra Bandera se izó por primera vez bajo la égida

de esta frase, y ello por ser una verdad de que tales pala bras tienen un sentido profundo de hermandad y de amor en

nuestros pueblos: un significado humano. Decir Día de la Raza es como decir día de la familia. Pero bien sabido es

que jamás nadie ha podido ver en esa denominación afinidad alguna antropológica, o étnica, es decir, cuestión física. Nosotros no consideramos más que la moral: una raza

compuesta por levadura de indios y de españoles; de hom bres y mujeres venidos más tarde de todas las regiones de la tierra. Es la raza espiritual, sociológica: más del alma que de los huesos. Es la levadura histórica en amalgama continua, dándose forma de crisol de nuestras regiones. Es la frase de Sáenz Peña en efervescencia: "América para la

Humanidad". A la República Argentina correspondió tam

bién la gloria de haber despertado la conciencia de un ideal dormido, al impulso de esa frase, corta, simple, sencilla y de amplia expresión. BREVE HISTORIA

Fue enarbolada solemnemente el día 12 de Octubre de

1932, en la Plaza Independencia, de Montevideo, izándola la poetisa uruguaya Juana de Ibarbourou, con asistencia délos escolares de las escuelas oficiales y de las tropas del

Ejército. El 3 de Agosto subsiguiente se izó en forma aná loga en todos los pueblos de América, levantándose en Buenos Aires el día 12 de Octubre del mismo año 1933 en la Rural de Palermo, con asistencia de 60,000 personas. Fue

consagrada en una edición de sellos postales de curso obligatorio por Brasil, Paraguay, Nicaragua, Honduras, República Dominicana, Uruguay (tres millones de ejempla res), etc., y jurada por la niñez americana. Recientemente (1934), el Gobierno de México dispuso que se jurara en sus escuelas públicas, previo un plebiscito de la niñez, prome tiendo honrarla dos millones de escolares.

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OFICIALIZACION

Aceptada clamorosamente por los pueblos hermanos, como un ideal superior y sublime; izada en todas las capi tales de República al unísono al igual que en Buenos Aires, bajo la simpatía de las autoridades; habiéndosele rendido

honores militares, y jurada por los escolares como pro mesa de paz, los gobiernos acogieron ese histórico plebis cito popular decretando oficialmenté su uso, y disponiendo que en los días que nos son comunes a todos, por el común origen, el 3 de Agosto y el 12 de Octubre, flameara todos los años sobre los edificios de cada Nación. Honduras,

pueblo de romántica espiritualidad, fue la primera Repú blica en adelantarse a emitir un histórico decreto, con fecha 15 de Junio de 1933. Siguieron a su vez las demás

naciones, y al efecto, ya no restan sino pocas, y de las cuales existe la misma promesa.

Ultimamente Honduras de nuevo, amplió su decreto primero, dando ahora virtualidad y alcance definitivo al ideal. Por esta segunda disposición se manda izar la Enseña

además del día 3 de Agosto y 12 de Octubre, en cada ani versario patrio de todas las Naciones de América,rindiendo así un homenaje a cada República de nuestro Continente en

el que corresponde el 25 de Mayo a la República Argentina. Por resolución unánime de la Vil Conferencia Inter

nacional Americana, con fecha 23 de Diciembre de 1933, en sesión plenaria en Montevideo, la Bandera común quedó adoptada en general por todas nuestras Naciones. UN EPILOGO TRISTE

El triste fin del Coronel Angel Camblor señala ante el mundo la táctica criminal del imperialismo.

Como a la explotación imperialista le hacía daño la

unión y cooperación de nuestros países, la enseña propuesta por Camblor les era muy perjudicial. Y para suprimirla comenzaron por desacreditar a Camblor, tildándolo de loco, para lo cual -ayudados por traidores uruguayos- un día amaneció Camblor en las calles de Montevideo desnudo y dando señales de haber sido tratado con drogas.Fue llevado a un manicomio, del que no salió vivo jamás. Falto ya de su entusiasmo y amor ala idea, la Bandera de la Raza quedó en el olvido, quizás porque nadie más se atreva a desafiar al imperio, visto el fatal resultado y la triste suerte del Capitán Angel Camblor.

Reproducido de "El Intransigente", 12 de Octubre 1966. Calle Barbosa, 36, Cataño, Puerto Rico 28


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DISCURSO POR EL DR. PEDRO ALBIZU CAMPOS . PRONUNCIADO EN PONCE CON MOTA^'O DE LA CELEBRACION DEL "DIA DE LA RAZA" EN LA NOCHE DEL 12 DE OCTUBRE DE 1933.

Voy a rogaros silencio. Todos los que están atrás, que se arrimen. Mis queridos hermanos de Ponce:

Hace seis meses que no vengo a mi lar nativo y he

escogido esta significativa efemérides para conmemorar, en forma solemne, la fecha que con el 23 de septiembre define ante la historia y ante la posteridad, la personalidad

de nuestra patria. El 23 de septiembre es la fecha de la proclamación de la República en Puerto Rico por las armas, la proclamación de la República, la constitución de nuestra nacionalidad en sociedad libre, soberana e indepen diente. Es eso de vital interés y asunto de vida misma para cada uno de vosotros.

Los hombres y las mujeres que mueren ^ pie de la boca de un cañón o que son víctimas de un puñal asesino

por constituir una patria libre para sus conciudadanos, por constituir una patria libre para los hermanos que sean

traidores tienen que venerar su memoria porque fueron

esos patricios los que le dieron el donde la libertad, el don de la dignidad y el don del honor, que es el rasgo superior del hombre.

Los hombres y las mujeres que se levantan con la bandera de la independencia en un pueblo, son venerados por todos porque no piden nada para sí que al mismo tiempo no lo pidan para sus hermanos, hasta para sus hermanos que sean traidores, porque no hay derecho a sentenciar, ni al traidor siquiera, a vivir en la ignominia de la esclavitud política.

Los hombres y las mujeres podrán ser movidos por intereses materiales, podrán estar movidos por la cobardía

moral, podrán estar movidos por egoísmos bastardos, pero nadie puede enfrentarse con la causa de su propia libertad. Todos, cuando allá en su conciencia examinan su propia

vida y se encuentren ser conspiradores voluntarios o invo luntarios contra la independencia de la patria, todos se

sentirán muy humillados, todos mirarán a sus hijos domi nados, denigrados, y pensarán si sus hijos han de vivir también la vida de la adulación. Porque el esclavo no tiene 29

• 1:1 II


derecho a otra vida que a la de la ignominia de la adulación

Y el padre y la madre que ven al recién nacido, tienen qué pensar en que no pueden sentenciar a su propia carne y a su propio espíritu a vivir en la ignominia de la esclavitud. Por eso, señores, todos levantamos en Lares unmonumento* todos levantamos un monumento a la libertad de la escla

vitud. El monumento es pequeño, pero llegará el día en que se levantará un monumento grandioso a la libertad en cada

plaza de Puerto Rico, levantado por manos limpias, por manos puras, porque serán las manos que lleva la Diosa de la Libertad.

La otra efemérides que define nuestra personalidad es el 12 de octubre, el Descubrimiento del Nuevo Mundo. Esta

fecha, señores, para que comprendáis algo de la historia, para que sepáis qué ha hecho la celebración de esa fecha

para todas las naciones del Nuevo Mundo, voy a señalar solamente varios datos.

Gobernaba a la gran nación Argentina el Presidente Irigoyen y éste concibió que toda la América latina cele brase el 12 de octubre como el Día de la Raza. Muchos se

rieron y dijeron: "¿Día de la Raza?, ¿de los negros?, ¿de los indios?, ¿de los italianos en América?, ¿de los portu

gueses en América?, ¿de los franceses en América?, ¿de los españoles en América?, ¿o de los yanquis en América?, ¿o de los alemanes en América?, ¿o de los ingleses en América?, ¿o de los chinos en América?, ¿o de los japo neses en América? ¿A qué raza se refiere? Y eso nos trae a resolver qué se entiende por la raza.

En el Parlamento francés se levantó un hombre negro de pura sangre, mejor dicho dos, uno martiniqueño y otro senegalés, negros de pura sangre. Estaba Francia envuelta en la guerra más temible de la historia, en la guerra que acaba de pasar. Y se levantaron los diputados de Martinica

y de Senegal -la colonia más infeliz de Francia tiene un diputado con voz y voto en el Parlamento de Francia y ese diputado, sea negro, sea blanco, sea malayo, o sea lo que sea, puede ser el Premier de Francia y puede ser el Pre sidente de Francia y, señores, Francia, a pesar de eso, no

impone su servicio obligatorio a ninguna de esas colonias, ni a ninguna de sus colonias. ¡Qué distinto, señores, a los

yanquis! ¡Qué distinto! ¡Qué distinta es la barbarie de la civilización! Nosotros somos muy hermanos de los yanqms

cuando las balas les zumban en las orejas, ¡muy hermanos! pero cuando se sienten tranquilos, nosotros somos extran jeros para ellos -pues Francia, que no permite que ninguna

de sus colonias tenga menos de un diputado con derecho a 30


ser Premier y hasta Presidente de la República, no extiende el servicio obligatorio a ninguna de sus colonias. Y estos

dos diputados de Martinica y de Senegal se levantaron en el Parlamento francés y presentaron un proyecto, durante la

Guerra Mundial, ¡oíd bien!, pidiendo que se extendiera el servicio obligatorio de Francia al Senegal, a la Martinica y a las colonias de Francia, y,entonces,MonsieurPainlevé se levantó a oponerse a ese proyecto. ¿Por qué el Ministro de la Guerra de Francia se oponía? Decía él que se oponía a

ese proyecto porque hería en lo más íntimo la Constitución de Francia, porque no habría igualdad de derechos y no

podría existir tampoco igualdad de deberes. Ese proyecto, señores, decía Monsieur Painlevé, destruía la libertad, no solamente de Senegal, no solamente de Martinica, sino que destruía la libertad de cada ciudadano de Francia. ¿Y cuál

fue, señores, la réplica de estos dos diputados negros de pura sangre? Dijeron: "Lo único que pedimos nosotros, los hijos de Francia, los latinos de Senegal y de la Martinica, es compartir, en la hora del sacrificio, todos los dolores del pueblo francés."

¿Cómo aquellos dos negros dijeron ser que eran latinos? Es el punto que quiero clavar en vuestras cabezas. En efecto, señores, la estructura nacional no es la estructura de la epidermis; no es la estructura de la piel porque por la piel se juzga al gato, se juzga al cabro, se

juzga hasta a las fieras para ver de cuál de ellas es que se saca la mejor calidad de piel que se necesita para el zapato,

para el abrigo o para el sombrero. Y,señores, es de brutos levantar la división entre los hombres por la epidermis.

Eso solamente se le puede ocurrir a los brutos norteame ricanos. A un pueblo salvaje, sí que se le ocurre eso! Pero los pueblos de la civilización, los pueblos madres, ésos están viviendo siempre de la unidad emanante de los hom bres, de la unidad indestructible de los hombres. Están

viendo que la piel es un accidente y que el hombre más rubio, de los ojos más azules, de la faz más hermosa, y el negro más atrayente, de los ojos más vibrantes y de la musculatura más poderosa, pueden ser o un sanguinario o

un santo, pero depende de lo que lleven en su espíritu, de lo que lleven en el alma, que es lo que distingue al hombre de la bestia.

La raza, señores, sigue la transformación de un pueblo bajo un ideario del espíritu -la transmútación de la piel, del sentimiento, del pensamiento, a través de un ideario fundamental que informa la vida en todo detalle y en todo acto trascendental. Por eso existe la raza iberoamericana. 31


¿Que hay sangre africana? Verdad. En el Brasil hay ocho millones de descendientes africanos que son senadores, que son diputados, que son banqueros, que son presidentes de gobiernos, que son los grandes juristas de la edad con temporánea, como lo fue un Ruiz Barbosa. ¿Que existe sangre africana? Yo también la llevo en las venas y la llevo con el supremo orgullo de la dignidad humana.

Aquí tenemos sangre india, aquí hay los arquetipos puros de sangre india. Yo también tengo sangre india y por eso me siento perfectamente americano, americano autóc tono, en la verdadera acepción de la palabra.

¿Que hay sangre blanca en nosotros? Yo también la llevo en las venas. Mi padre era vizcaíno y viene de la raza más pura de toda Europa. Y ese tipo que se viene formando, o sea, de la unidad del sentimiento, de la homogeneidad de la acción cotidiana, viene formando también la unidad racial en el sentido

biológico y viene restaurando al hombre a su prístina originidad porque el hombre no empezó amarillo, blanco ni negro, sino hombre solamente, como el Divino Creador. Y aquí venimos, en esta noche sagrada, a vivir todo lo

que está en nuestras venas, todo lo que está en nosotros, a vivir la ceniza venerada de todos nuestros antepasados, a vivir toda la piedra milenaria de los pueblos iberos y a vivir la piedra milenaria de los pueblos africanos. Es en la edad contemporánea que se viene desenterrando del Congo

las grandezas de la civilización india. Nosotros somos un pueblo predestinado en la historia,

porque Puerto Rico es la primera nación del mundo donde

/Pse forma la unidad

del espíritu con la unidad biológica del

cuerpo.

Por eso, señores, celebramos el Día de la Raza. Por raza entendemos lo que acabamos de definir.

¿Y cuáles son los pueblos iberoamericanos,los pueblos iberos? Aquí están sus banderas. Aquí tenéis el símbolo de la Nación madre de España.

En el único acto, señores, que nosotros ponemos esta

bandera, una bandera que no sea exclusivamente la bandera

de nuestra patria, es en el Día de la Raza. Pero esas banderas son nuestras. La bandera española es nuestra. La bandera de Colombia es nuestra. La bandera de Haití es nuestra. La bandera dominicana es nuestra. La bandera cubana es nuestra.

Y ese concepto fundamental de la raza está yendo a todas las constituciones y ya ha ido a la Constitución de 32


lU y *

España. Un puertorriqueño puede ser Presidente de España

por el hecho solo de ser de raza iberoamericana. Esos constitucionalistas yanquis de baratijas que andan por ahí,

¿qué puertorriqueño puede ser Presidente de la orgía bár bara de los Estados Unidos?

Por ley que aprobó el Congreso de Méjico existe -¡oíd bien!, que son estas cuestiones vitales para nosotros- en el

Congreso de Méjico se aprobó una ley, en virtud de la que se establece la ciudadanía automática hispanoamericana, con la cual se quiere decir que un dominicano llega a

Méjico y con pisar tierra mejicana, es mejicano; y un mejicano llega a Santo Domingo y con pisar tierra de esa gran nación heroica, es dominicano. Y ese principio debe mos llevarlo a todas las constituciones de América para

que la unidad del espíritu se transforme con la unidad política de Iberoamérica y se imponga a todos los pueblos. Nosotros, señores, recordamos al hombre que fue el instrumento de esta inmensa obra, recordamos a la madre

patria España y España, señores, es una de las pocas

naciones que siempre ha sido civilizada. ¡Oídlo bien:^La barbarie nunca dominó a España. La barbarie dominó a Italia. La barbarie nunca domino a Grecia. Nuestra civili

zación grecolatina viene de Grecia, Italia y España, de las tres penínsulas madres que tienen la civilización de Occi dente. La barbarie nunca pudo establecerse en esas penín

sulas -les voy a rogar a los que están detrás que no fasran ruido, les voy a rogar un poquito de silencio.- En esas tres penínsulas nunca hubo barbarie. Hubo sí, señores, ocupa

ción transitoria de parte de sus territorios por pueblos bárbaros.

A España la invadieron los cartagineses y España destruyó a los cartagineses. España no dejó de ser España porque la invadieran los cartagineses. El despotismo mili tar de Cartagena no pudo arrancar la civilización ibera. Lo que hizo fue hacer inmensa la personalidad del pueblo español

La ocupación romana tampoco destruyo a España.Roma tenía una civilización y los españoles interpolaron a su

alma y a su cuerpo lo que convenía y de la civilización romana hicieron su propio imperio. Como los romanos eran civilizados, los romanos no destruían pueblos. Los romanos, aunque por el derecho pagano de aquellos tiempos, la conquista les daba el derecho de posesión de la riqueza

de los dominados, el de arrebatar a los niños y el de matar

también a los viejos por inútiles. Roma nunca se valió de ese derecho. Roma era un pueblo civilizado y los romanos 33

■ I!


nunca permitieron que más de una tercera parte del terreno de un pueblo conquistado pasase a manos romanas e insistía en que por lo menos dos terceras partes de la tierra de la

Galia, que es hoy Francia, de la Iberia,que es hoy Marrue cos y Argelia, de la Numidia, que es hoy Trípoli, fuesen bienes de los naturales de esos países. ¡Qué contraste, señores! Han pasado dos mil años de la civilización romana y estamos todavía frente a la bar

barie. Estamos frente a los Estados Unidos que lo primero que hace es desposeernos de nuestras tierras. El avance

de la barbarie, señores, es el siguiente: de propietarios a proletarios, de proletarios a mendigos y de mendigos a una tumba ignominiosa porque no merecen una tumba gloriosa los que no supieron defender con su sangre la independencia de su tierra. Esa es la actualidad de nosotros contrastada

con los tiempos de la civilización romana. Pues en España, señores, Roma trató de hacer de cada uno de sus colonos un civil romano, un ciudadano romano.

Trató de hacer del español, un romano; del galo, que es hoy francés, un romano; del alemán, un romano; del británico, un romano; de todos los pueblos africanos, pueblos roma nos. Y decir romano, señores, quería decir tener igualdad de derechos e igualdad de deberes con el más privilegiado que hubiese nacido en Roma.

Por eso es, señores, que los hombres más ilustres del Imperio Romano no eran nacidos en Roma, fueron nacidos en España y fueron tan grandes que se Ies dio el título de

divinos. Así fue cómo se consagró Adriano y así fue cómo se consagraron todas esas grandes figuras de la historia. El emperador Justiniano salvó todas las ciencias jurídicas del mundo -un hombre que era de sangre bárbara, pero los romanos no se fijaban en eso. Ser ciudadano romano era tener igualdad de derechos e igualdad de deberes.

¿Vosotros sois ciudadanos de dónde? ¿Cuántos yanquis hay en esta gloriosa demostración pública? ¿Quién se siente yanqui aquí esta noche? Me alegro de que esa conciencia llegue a fundarse en nuestro país. Y España, a pesar de la grandeza de Roma, se mantuvo española.

Después, España pasó por otra invasión bárbara, por la invasión de los pueblos del norte, délos godos, visigodos y vándalos: progenitores de los yanquis. Pero España siguió siendo española e hizo de los visigodos, ciudadanos espa ñoles, horo.bres civilizados españoles.

Más tarde, España tuvo la invasión de los sarracenos y España conservó su personalidad. Los sarracenos, con34


trario a todo lo que se ha dicho en la historia, contrario a la historia falsa empeñada en desacreditar la grandeza

histórica de España, no trajeron a España ninguna civili zación. ¿Qué civilización encontramos en Marruecos, en Trípoli, en Arabia? Muy poca, muy elemental, muy espe cializada. En cambio, España fue siempre íoco de la cm"lización del mundo aun bajo el imperio de la Media Luna. Y es que los pueblos privilegiados por la Humamdad, no hay poder en la tierra que pueda destruir su personalidad. Luego de pasar por otras invasiones y de destrmr la civilización árabe es que España viene a realizar su magna

obra bajo el estímulo de una mujer que se acaba de men cionar en uno de los discursos más hermosos que he oído

del Sr. Corretjer, bajo el estímulo de una mujer: Isabel la Católica. Y es que el sentido de la unidad de un pueblo tiene que darlo la mujer.

Donde las mujeres estén divididas, estará la nación

despedazada. Donde la mujer rubia no es hermana déla mujer negra, no hay nacionalidad, no hay civilización; hay barbarie, hay oposición, hay ruinas, hay asesinato. La mujer es la que fragua la unidad de una raza, la umdad de una civilización, la unidad de un pueblo, y esa unidad rebo sante, inspirada -yo le voy a rogar a aquellos señores que tengan la bondad de guardar silencio, a esos dos caballeros que están discutiendo allí, vamos a esperar que ellos terminen, tengan la bondad,señores,¡se lo voy a agradecer., es muy difícil hablar en una plaza pública cuando todo e mundo quiere hablar: los que deseen contertuliar sobre los problemas trascendentales que les preocupan, que se

al otro lado de la plaza- pues bien, señores, en Isabel la Católica cristalizaron esos principios de la unidad de España. El motor moral de esa unidad fue una mujer, como el motor de la unidad de Puerto Rico tiene que ser una mujer puertorriqueña.

Puerto Rico será libre. Puerto Rico será soberano e

independiente, cuando la mujer puertorriqueña se sienta libre, se sienta soberana, se sienta independiente. Y para

que la mujer puertorriqueña pueda llegar a esa umdad tiene que sentir en sus entrañas -señores, todavía estamos en la barbarie (se refiere el orador a una parada con música que le interrumpe su discurso.)

Señores, decía yo que donde la mujer no sienta en sus entrañas la hermandad con otra mujer sin distinción de

creencias, sin distinción de razas y sin distinción de

aspiraciones materiales, no se ha plasmado la nacionalidad. No se ha plasmado porque es ella el motor íntimo del 35


illllfri-

hombre. Y el hombre se creerá muy fuerte y el hombre se creerá el Todopoderoso de la tierra y le exigirá obediencia y ella siempre le dirá que sí... cuando le convenga. Todo esto me hace recordar, señores, aquella diferen cia que se formó entre una mujer y un diplomático. Pre

guntaba un filósofo cuál era la diferencia entre una rriujer y un diplomático. Y le contestaron: cuando una mujer dice "no", quiere decir "quizás"; cuando una mujer dice "qui

zás", quiere decir "sí"; y si dice "sí" de primera intención, tened cuidado: ¡no es mujer!

A converso, señores, cuando un diplomático dice

"sí", quiere decir "quizás"; cuando dice "quizás", quiere decir "no"; y cuando dice "no", no es diplomático. Es decir, que se fabricó aquel cuento de que el hombre

es el sexo fuerte y se fabricó aquel otro de que la mujer es el sexo débil.

Y a cuenta del sexo débil, las mujeres han gobernado el mundo desde que se fundó. Las mujeres son las grandes estadistas; la mujer es la dictadora por excelencia-rige en los momentos más críticos de la vida. Al hombre lo deja gobernar cuando le conviene y asume la dictadura cuando

le conviene, pero siempre con mucha diplomacia. Yo he dicho que la mujer resume no solamente el talento femenino

sino el talento de todos los diplomáticos habidos y por haber.

Se necesita en Puerto Rico que las mujeres se pongan a pensar seriamente en la enorme dignidad representativa que tienen en su patria y no se dejen guiar por movimientos

que las degeneran y las reducen a la categoría de cualquier bestia de carga y las llevan a ser objeto de las pasiones más vulgares del hombre. Vamos a esperar que los letrados pasen. Esa es la gran manifestación de la inconsciencia

-ahí van los que no saben dónde han nacido (refiérese el orador a una manifestación que pasaba interrumpiéndole su discurso). Los otros días, en San Juan, a unos muchachos de la

Universidad que se consideraban muy orondos, muy sabios, les preguntaba un vendedor de bacalao dónde quedaba Cerro de Guilarte; y los doctores de la Universidad -porque ellos se creen doctores- no sabían dónde quedaba Cerro de

Guilarte. Sabían sí dónde quedaba el Monte McKinley,dónde quedaba Washington, New York, Montana e Idaho -que yo le llamo el ajo de Estados Unidos- pero no sabían dónde quedaba Guilarte. Y eso, señores, es el resultado de la

ignorancia en que está viviendo este pueblo y en la que ha vivido durante treinta y cinco años. 36


Este pueblo todavía no sabe dónde ha naoido; si no,todo él estaría aquí. Ahí está esa bandera, la bandera de sus

orígenes, ahí está la bandera de sus hermanos, y vendría aquí ese pueblo a meditar frente a cada uno de esós pabe llones que han costado, para izarse en nuestro cielo, el sacrificio de la sangre más noble que ha cor rido por nues tro suelo.

Isabel la Católica cuajó el sentido de la unidad al Nueva

Mundo. España trajo a América, no ya el ideario de los romanos de la época pagana, sino el sentido jurídico

romano, el sentido filosófico griego, el misticismo del Oriente y trajo a América el espíritu sublime del Cris tianismo.

^

Donde el español llegó, formó familia. Encontró a la india y la hizo su esposa y sus hijos fueron españoles. Por las leyes de Indias, los caciques se elevaron a ser príncipes de la Corona española. ¿Dónde están aquí o en esa farándula que pasa (refiriéndose a una manifestación) los príncipes de los yanquis? ¿Dónde está esa nobleza?

España no negó sus más altos blasones a ningún hom bre, ni a ninguna mujer, fuese negro, fuese indio o fuese blanco. Todavía aquí existen familias ilustres, de pura

sangre africana, que son nobles de la Corona española, caballeros cruzados de la Corona española. España nunca les negó sus más altos blasones. Cuando se celebró el cuatricentenario del descubri

miento de Puerto Rico, en el 1893, vino aquí una Infanta

española. A la entrada del Palacio de Santa Catalina encontró a un negro de pura sangre, de levita, chistera y cubierto. Hubo un bruto que le preguntó por qué no se descubrió, El le informó, mostrando una hermosa condecoración: "Yo soy caballero cubierto de su Majestad, de la Corona española y no tengo por qué descubrirme."

Hoy los negros no pueden asomarse por la Fortaleza. A los negros les tiran un hueso por encima de la cocina de la Fortaleza para que lo recojan, si quieren, a la salida del Morro o se lo disputen con los tiburones. Y la República de España tampoco ha sido menos que

la Corona española, porque consignó taxativamente en su constitución que todo ciudadano hispanoamericano podía adquirir todos los más altos blasones de la República,

incluyendo la Presidencia de la República. Esa es la civili zación de los grandes pueblos de la historia. El instrumento de esa obra fue Don Cristóbal Colón.

Hoy, señores, las naciones se disputan el sitio del nacimiento de Cristóbal Colón. Los gallegos dicen que era 37


gallego; los catalanes dicen que era catalán; los genoveses dicen que era genovés. El gobierno de Mussolini acaba de publicar una magna obra para desmentir del modo más

formal y terminante, con toda la autoridad histórica y arqueológica, que Don Cristóbal Colón era genovés. Esa obra, no ha podido ser refutada. Responde a la tradición histórica. Nosotros no podemos disputarle a Roma los derechos de progenitura porque de ella hemos mamado muchas de las fuentes más esenciales de nuestra vida incluyendo nuestro monumento jurídico que manos bárbaras y patas bárbaras están empeñadas en destruir.

Nosotros, los nacionalistas de Puerto Rico, veneramos con orgullo, con beneplácito, con fervor, con la reverencia

que impone la grandeza de su nombre, la gran figura, la excelsa figura del Navegante por excelencia dentro de la historia del mundo.

Hoy que se habla de tanta ciencia, que están los cien

tíficos en cada esquina -allá hay un grupo de científicos, resolviendo problemas muy serios que supongo ni Justiniano

podría resolver, allí, interrumpiendo este acto- pues bien, señores ¡oídlo bien!. Colón era un hombre de ciencias.

Colón no descubrió a la América por una "chiripa" sino por frío cálculo.

En su primer viaje, trazó un curso que ha fijado la navegación para toda la historia. Todo barco que viene de Europa para América, sigue esa ruta. En su segundo viaje, hizo la ruta de las Antillas. Todo barco que viene de Europa

hoy, sigue esa misma ruta. En su tercer viaje, porque sospecho en su segundo viaje que al sur de Puerto Rico

había una gran corriente -supuso que por ahí entraba un gran río- descubrió la desembocadura del Orinoco.

Pues bien, señores, el gran Navegante puso proa hacia la desembocadura del Orinoco y descubrió que cierto era que había una poderosa corriente que entraba por ahí. Pero no sospechó que se trataba de una de las corrientes que

definen la vida de todos los pueblos del mundo. No sospechó que esa era la corriente del Golfo de Méjico, que nace en el estrecho de la Florida, sigue hacia el norte paralela a

la costa dé los Estados Unidos y entonces corre hacia el nordeste hasta llegar y bañar todas las costas de los países

escandinavos, de Inglaterra, de Francia y de España, cruza y llega hasta Africa y lleva el calor de nuestra sangre a todos los países civilizados de la tierra. Hoy, señores, no solamente se disputa su nacimiento, sino que también se disputan sus cenizas. Los pueblos

grandes se disputan las cenizas de sus ascendentes. Los 38


pueblos esclavos, los pueblos denigrados, no saben dónde están sepultos sus abuelos. ¿Cuántos de vosotros sabéis dónde están los restos queridos, venerados, sagrados de vuestros abuelos, de vuestros bisabuelos? ¿Cuántos lo sa

ben? Muy pocos. Eso quiere decir que Puerto Rico es

un país esclavo, porque Puerto Rico todavía ao sabe dónde

ha nacido. Puerto Rico no sabe dónde están las cenizas de los que procrearon su civilización.

Hay que reclamar la posesión de esas cenizas, de esas cenizas sagradas que son hoy el abono de la Central Guánica. Los que no aman a sus antepasados no pueden amarse a sí mismos. Traficarán con su inteligencia, si la tienen,

traficarán con su cuerpo indecente y morirán y serán el estiércol de la humanidad.

Las cenizas del Descubridor se las disputan los pue blos. Los dominicanos dicen que están en Santo Domingo.

Los españoles dicen que están en Sevilla. La disputa histórica sigue. Nosotros desearíamos que la mitad deesas cenizas veneradas estuviese bajo el seno sagrado de la

Madre Nación y la mitad en la catedral de Santo Domingo, ¡nación Heroica!

Y aquí están, señores, las banderas, las banderas símbolo de nuestra grandeza. Está la bandera argentina, la bandera cubana, la bandera haitiana, la bandera brasileña. Son las naciones iberas, las naciones que forman el con junto de la civilización en América. Son las naciones que

fonnan el conjunto de la civilización en América. Son las naciones cuyos territorios el mundo ansia,el mundo codicia.

Todos los imperios se han batido en sus aguas. ¡Grande es la grandeza de estos pueblos porque grande es la civili zación de estos pueblos!

Los pueblos bárbaros nada pueden aportar a esos pueblos, ni siquiera las riquezas materiales. Los imperios

que se lanzan sobre pueblos bárbaros terminan con embru tecerse. Los romanos huían del contacto con la barbarie y

avanzaban solamente para contener la barbarie. Atravesa ron el Rhin para civilizar a los teutones,pero cuando vieron que los teutones no estaban preparados para adquirir su civilización, se inhibieron de seguir más allá del Danubio y se inhibieron en Africa de seguir más allá del desierto de

Sahara porque temían que la barbarie los destruiría a ellos definitivamente. No se equivocaron. La destrucción romana la trajeron los pueblos bárbaros. Pero avanzar sobre un pueblo civilizado, ese es un

bien definitivo. Ese es el porqué el yanqui está en Puerto Rico. 39


Puerto Rico es el quinto mercado en el mundo de la gran patria de Mister Jorge Washington, el quinto mercado que tiene en el planeta es Puerto Rico. Y nosotros somos

solamente un millón seiscientas mil almas. ¡Figúrense lo que valemos en dinero! El balance comercial de nuestra

nación, o sea, el exceso del valor de lo que exporta Puerto Rico sobre lo que importa Puerto Rico, el valor de lo que se vende comparado con el valor de lo que compra, el balance comercial que ha tenido Puerto Rico a su favor durante treinta y cinco años, asciende a un mil doscientos cincuenta millones en oro.

Esos que dicen por ahí que Puerto Rico no puede ser independiente porque es muy pobre, yo les digo que no sean

tan brutos, que lean su propia historia, que sepan esas materias y quiénes fueron sus padres y sus madres, para que puedan hablar sobre la independencia de su patria. ¿Dónde está, señores, ese inmenso capital en oro de Puerto Rico? ¿Dónde está? Cada uno de ustedes debe de

tener ahí como cien libras esterlinas en oro, ¿no?(Risas). El paquete de billetes que ustedes llevan en el pecho, muy grande, ¿verdad? (Risas). Muy ricos todo el mundo aquí, ¿verdad? Bien, pues los yanquis le han robado todo eso al pueblo de Puerto Rico. Lo tienen allá.

Esos son números que dan los mismos yanquis. ¡Oíd bien!, no son números que da Albizu Campos. Son números que dan los atrevidos gobernadores estúpidos que vienen aquí. Así mismo.

Para que tengáis una idea de lo que es eso, la reserva en oro que tiene Estados Unidos -si hay algún sabio que quiera discutir, que pase acá, a la tribuna (el orador se refiere a alguien que desordena)- la reserva de oro que tiene Estados Unidos no pasa hoy de tres mil cuatrocientos

millones. La reserva en oro que tiene Francia hoy, no pasa de tres mil cien millones en oro. Puerto Rico, si lo que hubiera ganado en treinta y cinco años estuviera aquí, tendría la tercera reserva en oro del mundo.

Y pensar que nuestros padres, señores, fueron los dueños de este pueblo.

Nuestros abuelos fundaron este grandioso pueblo de Ponce. Ponce fue el gran centro comercial y económico de Puerto Rico y el gran centro cultural de Puerto Rico también.

Ahí está una estatua, la de Morell Campos, que es el santuario del arte musical en Puerto Rico. No son dignos de entrar a Ponce los que vienen a profanar ese santuario

con sus gritos y chillerías. Un pueblo que tenga una estatua 40


de Morell Campos, del más grande genio musical que ha nacido en toda América, todos al entrar enese pueblo deben

entrar en profundo silencio. Y es la ignorancia Je no saber dónde se ha nacido la que lleva a este pueblo a profanar

todo, hasta profanar su propia libertad; y tiene que levan

tarse un grupo de hombres y mujeres pt^a decirle que debe ser libre.

Ponce ha descendido, cruelmente ha descendido. Ponce

es hoy una masa amorfa en Puerto Rico.Ponce no responde a nada. No hay unidad. Un grupito por aquí, otro grupito por allá, insultándose e injuriándose unos a los otros: eso es

Ponce. Da un espectáculo dolorosísimo, vergonzoso. Toda la inteligencia se hunde. Todo es dolorosísimo,vergonzoso.

Toda la inteligencia se hunde. Todo el mundo en Ponce está cavando la tumba de su vecino, está sepultando el honor de la patria.

Aquí, en esta plaza, se oyó la voz de imo de los hom

bres más puros como Baldorioty. Aquí se oyó la voz de un genio, como la de de Diego. Aquí se oyó la inspiración de Morell Campos. Y aquí no puede levantarse una tumba que no sepa lo que es el don de la palabra, el don divino del hombre, que no se inventó para degradar al hombre, sino para enaltecerlo.

Ponce fue el primer puerto de Puerto Rico. El puerto de Ponce está hoy cerrado. Los hombres de dos pesetas en Ponce, son tan brutos como los alpargateros.

Yo me pasé cinco años levantando tribuna en ese sitio, analizando todas las semanas los problemas de Puerto Rico

y de Ponce. No soy de los que dice: "No soy nacionalista porque soy internacionalista, porque quiero a la humanidad". Y ese hombre que dice que quiere a la humanidad, está matando a su hermano puertorriqueño. La caridad empieza por casa. El que quiere a los suyos, quiere al vecino. El

que no quiera a los suyos no quiere al vecino. Es un hipó crita.

¿Queréis ser dignos de una fiesta como ésta? Haced respetar los símbolos de vuestros orígenes. Debíais casti gar, de modo fuerte, a los que vengan a violentar un acto como éste, que es el único que nos da a respetar del mismo

enemigo, porque el enemigo entonces sabe que no estáis perdidos.

¿Queréis respeto de vuestros propios hermanos?Estad aquí en este cuadrangular, rodeado por los manes sagrados de la raza, por Isabel la Católica, por Fernando, por los próceros como Bolívar, cerno Sucre, como Rius Rivera, como Betances. Ccmiprenderéis entonces lo que significan 41


esas banderas. Aprenderéis a entender lo que es una ban dera y lo que es un día de vuestra raza. Y no permitiríais que una manada de insolentes interrumpa un acto como éste. ¿Queréis ser dignos hijos de Ponce? Ahí tenéis un puerto. Sois un puerto, pero lo único que se exporta es azúcar y lo único que entra por Ponce son ratones de los Estados Unidos.

Ponce tiene que desinflarse la cabeza. No ha heredado

el orgullo de nuestros antepasados. Mi padre, por ejemplo, decía: "Yo soy ponceño," porque era un orgullo ser de Ponce. Ponce fue el centro de la Libertad de Puerto Rico.

No se puede ser centro de la libertad de ningún pueblo, sino se está dispuesto a morir al pie de una bandera. Nosotros no hemos heredado aquel orgullo porque no tenemos razón para ser orgullosos: tenemos el deber de estar avergonzados porque hemos recibido una gran heredad y hoy somos mendigos, porque eso de la rehabilitación es reducirnos a todos a la mendicidad. Habéis perdido la vergüenza cuando hacéis filas para recibir de manos de una muchacha un bollo de pan. ¡Grande es la obra a realizar en la patria! ¡Grande e inmensa! Pero tenéis que volver por los fueros de vuestros

propios orígenes. Aquel que no es orgulloso de su origen, no valdrá nada nunca porque empieza por despreciarse a sí mismo.

Nosotros veneramos el nombre de España porque para nosotros significa la ciencia del derecho, las ciencias positivas, la ciencia de la moral y la tradición cristiana de nuestro pueblo. A nosotros no nos confunde que sarracenos hayan entrado en el Templo del Cristianismo en Puerto Rico. Restauraremos el Templo, la Iglesia Cristiana, que está violado también en Puerto Rico. Y a este sitio vamos

a traer la tribuna una noche de éstas para tratar a fondo ese problema. Se decía por ahí, me decía uno que por qué venerábamos a España cuando la Colonia Española de Puerto Rico es enemiga de la independencia de Puerto Rico. Esa pregunta se me ha lanzado de frente y la voy a contestar. Es cierto, señores, que en Puerto Rico haymuchos que han nacido en España, pero no saben lo que es España. Se

creen que es un pueblo donde sólo se vende tocino, manteca y chorizos. Nosotros no vamos a juzgar de la grandeza de la raza

ibérica por los patanes de origen español que hay en Puerto Rico, como no vamos a juzgar la grandeza de Puerto Rico por la manada de traidores degenerados que está padeciendo Puerto Rico. 42


Yo oreo que está contestada la pregunta y, para justi ficación del español que viene a Puerto Rico, del verdadero

español, voy a aclarar conceptos. Hubouna discusión-hace

poco que me la citaron y la voy a citar- en que unos joyencitos aspirantes a ser juecesitos municipalec^, abogaditos, verdecitos, aladitos con los títulos de la ignorancia^ pero hijos de españoles, discutían con su papá que España era una nación muy atrasada -eso lo aprenden en la Universidad. Y este español, que era un pobre trabajador, honrado, contestó: Un español vino a Puerto Rico, soltero-no engañó a ninguna mujer puertorriqueña.- Encontró una negra que le gustó y se casó con ella y tuvieron un hijo mulato. El mulato después dijo a su padre que él era un patisucio y el padre se lo aguantó. El mulato dijo a su madre que ella era una negra y la madre se lo aguantó. Pero ni la negra madre de ese mulato, ni el padre español patisucio, negaron nunca a

su hijo mulato. Un español vino a Puerto Rico soltero, ¡oíd bien!, pero no a casarse dos veces ni a ser polígamo de nuestra raza, encontró una india, se casaron y tuvieron un hijo mestizo. A éste se le subió la sangre a la cabeza y negó a la india y al español, pero ni el padre que era un ignorante blanco, ni la madre que era una india ignorante, negaron a su hijo que era un sabio letrado. Esa es la grandeza del pueblo español. Y nosotros rendimos honores al pueblo que sentó la piedra milenaria de la civilización en Puerto Rico.

La conciencia pura de esos pueblos superiores, hará de cada uno de vosotros de un esclavo un hombre libre, que

quiere decir volver a ser hombre porque el esclavo no es hombre. Los que aceptan una bandera extranjera, no son

hombres. Son muías para cargar sacos de trescientas cin cuenta libras para la Guánica Central.Son peones de cuello blanco en el National City Bank o en cualquier otra empresa yanqui donde reciben, reciben puntapiés, desprecios y ter minan en la ignominia.

Señores, esos son los fundamentos milenarios de nues

tra raza. ¿Qué significa para el mundo entero una civili zación fraguada en esos principios? Pues, señores, ese es el anhelo del mundo entero. Ese es el anhelo mismo de la

barbarie. Por eso, el yanqui está todo el día hablando de igualdad, de fraternidad, de libertad.

¿Por qué? Porque no tiene igualdad, ni libertad, ni fraternidad, entre los suyos. Los yanquis tienen, por inves tigación de su mismo Congreso, solamente veinticuatro hombres que dominan el setenta y seis por ciento de toda la riqueza de una nación de ciento veinticinco millones de 43


hombres. El pueblo yanqui es un pueblo esclavo. Hay ahí diez millones de yanqms haciendo las cosas descaradas que se están haciendo en Puerto Rico: parados ahí para que una nenita-bien venga y le dé un bollito de pan, en lugar de coger un puñal, un cartucho de dinamita, unabomba o cañón para volar las centrales azucareras de Puerto Rico.

¡Ah! Pero aquí se paran los apologistas de la invasión y dicen: "No, esto le pertenece a los yanquis." ¡Que esto le pertenece a los yanquis! Un hombre que dice que su mujer su hija, los restos sepultos de su madre, pertenecen a los yanquis, este hombre que habla así, no se ha puesto a pensar en la indignidad que está cometiendo.

Pues bien, señores, aquellos principios fundamentales

de que habla constituyen el cristiano anhelo del pueblo. En

los Estados Unidos nohay cristianismo.Por eso los yanquis, cuando un negro se sienta en un asiento que no le corres

ponde en un tranvía, sencillamente lo cuelgan déla parte de atrás y lo arrastran para que los demás negros lo miren, vean lo que a ellos también les espera!(Risas y aplausos). No se rían. ¡Silencio! Eso es lo que echa a perder a este

pueblo. A este pueblo lo están arrastrando por las patas y no se defiende.

Si en los Estados Unidos existiera el catolicismo, no existiera el "Lynching". Porque si existiese allí un sacer dote católico se aprestaría a defender al negro. Ellos admiran eso, los más notables de ellos le sorprenden estas cosas en Puerto Rico (señalando a la Iglesia), admiran nuestra paz interior -dicen paz interior- pero nosotros le decimos que es la renovación del alma y de la sangre nuestra y nosotros hacemos la afirmación de ser los depositarios de la salvación de ellos. Y aquí empieza nuestra hora. No abandonemos nuestro

pueblo a los que no saben de la grandeza de la civilización que informa nuestra propia sangre; rescatemos, como

rescataron los españoles en la península ibérica, sus

^terrenos de manos profanas. Puerto Rico tiene que empezar ;por arrancar de cuajo la invasión económica, la invasión

'política, la invasión de la cultura: el nacionalismo envuelve todos los aspectos de la nacionalidad. Cada uno de vosotros tenéis que ser un propietario, cada uno de vosotros tenéis que poseer aunque sea un

cuadro de tierra para que sepáis lo que vale la tierra. No defendéis vuestra libertad porque no sabéis lo que vale la

tierra, porque no sabéis lo que es verse en un pedazo de tierra donde no puede llegar la ley del desahucio que arroja 44


a vuestras mujeres, a vuestros hijos y a vuestras madres al medio del camino con el lío de ropa.

Tropezáis con hermanos que tienen intereses y son aliados del enemigo yanqui; y esos hermanos nuestros en

ningún sitio están mejor representados que enPonce.Ponce es una zona azucarera y todo azucarero en tuerto Rico es

enemigo de Puerto Rico, es enemigo de la independencia de Puerto Rico. Todo azucarero de Puerto Rico es enemigo

de la libertad de su hijo, es enemigo de la libertad de su

hija. Todo azucarero en Puerto Rico profana la memoria de sus antepasados. ¿Por qué? Por dos pesos en cada saco de azúcar, yo le diría a los azucareros que si eso es lo que valen y lo que buscan, la República les dará cuatro pesos en cada saco de azúcar y los fusilará después por haber

estado unidos por el dinero ignominiosamente, por^ la ambición del becerro de oro, trayendo miseria y esclavitud al hogar puertorriqueño.

Hoy, señores, se dice que la industria azucarera nos

conviene y se hacen cálculos de riqueza a base de $2.50. El azúcar se está vendiendo a $3.50. Los azucareros, ¡muy

contentos!; pero vuestros hogares, vuestras madres, vues tras esposas, os estáis muriendo todos de miserias y no sabéis todavía si vuestros hijos han de tener el vasito de leche por la mañana.

¿Se puede permitir la alianza con el enemigo en esa forma? No se puede permitir.

Ellos dicen que la industria azucarera es puertorri queña. Vamos a analizarlo. El sesenta por ciento déla

industria azucarera es de intereses yanquis de la Guánica, de la Aguirre y de la Fajardo, más de la mitad. ¿Es eso ser puertorriqueño? Del resto, un veinte por ciento es de

intereses extranjeros, de los cuales, quizás la mitad, están irremisiblemente hipotecados y un diez por ciento están solventes. Ese diez por ciento está representado en Ponce por todos esos azucareros que son enemigos de Ponce. Unos

están en la Coalición y otros están en el Partido Liberal, para llevar y sembrar sus cañas hasta el pie sagrado de la estatua del inmortal Morell Campos.

¿Y dónde está la dignidad de Ponce? Yo estuve aquí

cuando las elecciones. ¡Una inmoralidad! Todos aquí ven diendo su voto a peso el día de las elecciones; por la tarde, a cinco pesos. Vergonzoso pugilato entre los azucareros de Ponce.

Yo creo que es ilegítimo si un hombre se levanta aquí a cometer un acto impudoroso, cualquiera tiene derecho hasta a matarlo, si es necesario. Pues no hay un acto más 45


impudoroso que poner la independencia de Puerto Rico en

pública subasta. El hombre que vendió su voto es indigno de estar en este acto.

Se dice que hubo elecciones. ¿Qué elecciones? Son /

elecciones de los carneros, de los cerdos. Aquellas elec- / cienes parecían una manada de cerdos que iban a echar / cada uno su porquería en las urnas. Por allá, al terminar,/

le estaban ofreciendo un pedazo de chorizo e iban guiados por el olfato.

¿Ciudadanos? ¡Ciudadanos del infierno! La esclavitud no tiene ciudadanía, tiene la muerte para todo el hombre que se abraza a la Diosa de la ignominia. Queréis tener

libertad, queréis ser dueños de vuestras tierras, levantaos algún día, levantad la cabeza, para que tengáis derecho a hablar español siquiera. No tenéis derecho a hablar ningún lenguaje humano para defender la esclavitud de un pueblo. Y voy a terminar, señores, porque la hora avanza. Voy a decirle a mi pueblo querido, al pedazo de tierra más querido por mí de la patria del que les habla, a la cual ha consagrado desde pequeño todas las luces de su pensamien to, siempre, porque desde que estaba en la escuela contri

buía al levantamiento del espíritu de mi pueblo, voy a decirles que sois poseedores de un tesoro.

Me recordáis aquella frase de un estadista peruano que

al ver al Perú entregado a la orgía política y trayendo la influencia extranjera, decían algunos peruanos que el Perú

era pobre, ¡peruanos que decían que el Perú era pobre! cuando todos los extranjeros decían que no había tierra más rica que el Perú. ¡Perú estaba sentado en un banco de oro! Como en Puerto Rico, que puertorriqueños hay que dicen que Puerto Rico es pobre cuando los bárbaros ex

tranjeros dicen que es rico. Y hubo peruanos también que dijeron que el Perú era chiquito, como hay puertorriqueños que dicen que Puerto Rico es chiquito. Para el esclavo no hay dimensiones porque el esclavo es un ser amorfo, es

como la gelatina que si cae se vuelve una plasta. El esclavo no tiene dimensiones ni en el alma ni en el cuerpo. Y yo

repito, parodiando esta frase peruana, que entonces Puerto Rico es un mendigo sentado en un banco de oro. Aquí, señores, veneramos la memoria de todo lo gran

de. Hay un deber en todo hombre que posee un bien, que es el de compartirlo con su enemigo porque su enemigo es su hermano. El nacionalismo es cátedra de hermandad mundial

y es afirmación de propia dignidad. El nacionalismo siente el principio de que nosotros estamos vinculados a nuestros enemigos por el derecho siempre, aunque estemos en la 46


lucha y aunque estemos cruzando espadas en duelo a muer te. Nosotros no vamos a asesinar a ningún enemigo caído; no vamos a atacar a ningún enemigo a mansalva porque nuestro movimiento está inspirado en la civilización cris

tiana de nuestro pueblo. No conocemos del ascjsínato. Tenemos un bien que infundir en América. Empecemos por asegurar a nuestra posteridad en Puerto Rico nuestra propia civilización: y por llevar, en conjunción con los pueblos de las Antillas, nuestra civilización a Norte Amé rica, que cubre al mundo de polo a polo y que se afirme en el planeta para siempre. Por' eso el nacionalismo postula cuatro hermosos principios: la independencia de Puerto Rico, la confedera

ción antillana, la unión panamericana y la hegemonía de los pueblos hispanoamericanos para honra de nosotros todos ante la posteridad. En el tribunal de la Haya se acaba de rendir honores al más grande jurista de la edad moderna, al padre del derecho internacional moderno, al Padre Vittoria, al Fraile 'Vittoria.

El arte español, la ciencia toda de nuestra raza, sobre todo los valores anímicos, los valores del alma de nuestra raza, son los anhelos, los supremos anhelos de una orgía

de ambiciones materiales, la orgía del becerro de oro, que está llevando a la humanidad al caos, a la destrucción. Yo

digo que la llevará a una guerra mundial tan desastrosa y fatal como la pasada.

Puerto Rico tiene que jugar su papel en la historia y tiene que ser libre para poder mirar de frente a la poste ridad.

H H nuestros historia, ahí está la la bandera bandera de nuestra, la bandera de progenitores, nuestros errnanos, la bandera de nuestras hermanas y ahí está nuestra bandera que es también la de la posteridad de ^ i^nipuñadla y morid de hombros por ella! Señores, he dicho.

47


SUMARIO Nacionalismo enarbola la Bandera de la Raza en Lares

1

Lares, Puerto Rico, 23 de Septiembre, por Juan Antonio Corretjer

2

La Bandera de la Raza (de "Alma Latina").. 7 Cómo concebí y cuándo creé la Bandera de la Raza, por el Capitán Angel Camblor ... 17

Umbral: La Bandera de la Raza (de "Alma Latina")

23

Concepto de la Raza, por Pedro AlbizuCampos 25 La Bandera de la Raza (de "Elingransigente") 27 Discurso por el Dr. Pedro Albizu Campos, pronunciado en Ponce con motivo de la

celebración del "Día de la Raza" en la noche del 12 de Octubre de 1933 29

partido NACIONALISTA DE PUERTO RICO San Juan de Puerto Rico, 12 de Octubre de 1971

LTTOLIBROS

De Enrique Clavell Tel. 736-5130

Sánchez LópeZt 153 San Lorenzo

Puerto Rico 00754


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