Las fiestas populares de Ponce: crónica sucinta de las que han tenido lugar en el año de 1875 ...

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! . LAS F1ESTAS POPULARES DE P ON CE • --k•!-9":<"-CRÓN ICA SUCI NTA DE LAS QUE HAN TENIDO LUGAR F.N EL Af'iO DE \875, EN OELEDRACION DF. SU SMITA PATRONA ron P. R . EsTA.nt.F.CllftEsro T1roon!F1co ·EL VAPOR. • 1875. .J ,J

r •' ES ;11 1 1 (·\ ÍNDICE. A Ponce. Un casi prólogo . . . La s férias.-Coosideraciones geoeralas. Lo que han sido las fiestas de Ponce . Preparativos . . Io auguracion de las ' fleslas.---Del 2 al 7 . . . . . . . . . . : Eo plena flesta.--Dia 8.--El tinglado dela Playa . . . . . • . . La cabalg•ta . . . . Las Delicias.--Iluminaciones . Dos bailes . . . . . . . Dia 10.--ltegata.-Carreras-de caballos. Varios ent relenimie ntos .--B aile de artesanos . . . . . . . Dia 11 . --Coa curso de trovadores y de tocadores . . El sa loq flotante . . . . Dia 12.--F"unciones religiosas l.a Perla . --Baile de etiq ueta Epilogo . . j 5 7 11 17 20 .. 28 33 37 39 41 4549 51 55 58 64 69

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•1'1 f'.',Í1'I .?oÍf d, 1; 1 1, i.u;. n (\ '•p · / 4. PONC:E.·.. .

Si algun méf.ito hallas en .estas pú.gi nas, es el qtni le da tu nombre simpático y amado por todo el que logra la • ventura Be respirar bajo el purísimo azul de tu cielo sin nubes, y gozar de lo s amb ientes de los flamboyanes y con que le embelleces: Acaso tropezarás con a lguna franqueza. rúd.a; pero trado, y la sabrás ap reciar. ¡ Plugiera al cielo que no fuese cual gota de rocio perdida en· tre las brumas del mar 1 Acepta, pues, villa querida, estas pági nas escritas por ti y para LI; y al lee rlas, p_icnsn en que este es un tributo modesto, pe ro leal, del cariño que te profesa uno de tus mejores amigos y mas. en iu1 iastas admiradore s. nomon MorJo. DcclDIBRE DE 1875 .! . ·-

/ UN C A S I PR ÓLOGO. Se ha dicho c¡u e in te nló. bnmos esc ribir un libro; Y no se ba dicho bien . . Esc ribir un libro serla empresa muy superior á nuest ras fuerzas. ·

No;; proponemos simplemen te ll ena r algunas páginas con la r eseña de los pr i mo ros días ue l lti ciem br e próximo á esp irar. • . Páginas y dia s exc l usivamente de la Villa de Ponce . Si por libro se e nti endo un . vo lúm e n escrito, estas foj as seru n un libro; pel'O d ouom os declarar que para no so tros no so n m ás qu e lo que d euiero n se r: una s columnas del pe ri ódico LA CnúN tCA, compagi nadas y" r ed ucidas á cuarto menor. · Asi s u ex is ten cia será ménos e fímera. . La virla ele un l? e ri ódi cit es , por lo ge ne ral, vicia del una;; h oras, d e un d1a , de una semáaa c uando mas . Es una i nfancia r á pida ; es un sop lo tle vida .

El libr o traspasa esa celad, ll ega á la adolescencia, tiene juventud, virilidad, vejez.

Cuando es un libro e n la acepcion tra scend e ntal de esa pa lab ra , el libro es un sér vi vie nte: es un alma; y como olla, inmortal. Esto, rep e timos , no es un libro ; y por tanto , no aspira ni puede aspirar á ese mits allá.

Fortuna , y no poca se rá, que venza los pe ligr os de la infancia y toque los a l bores de la juv e ntud.

Tal es el tlestinp d e es tas páginas, tan tij eras como e l asunto que las forma. . Los que piensen hallar en e'.Js una acriminar.ion se1 !1 ! 1 ,.

Tal vez no encuentres nada nuevo, y no será culpa de l narrador.

\ 1 -8- 1 vera á las costumbres, una dura al pasado r¡u%. nos las legara. una recoovenc10n amarga al presente que' las amamanta, ó una leccion provechosa para el porvenir , )lao pensado bien y mal. , Bten, porque á lodo eso se presta la naturaleza del asunto. Mal, porque n i lacto ni muchÓ menos entra en n uestro propósito. 1 , . Y no será porque no eslemes acaso, y sin acaso , en buen acu "rdo con los que piensan, que, e ntre ¡ia róntesis, no es seguramente la mayoría de los lectores de este pequeño opúsculo. ) Lo que nada porque las ma yoría s tienen tambien sus errores. El primern y mus grande ér ror de esla Era , fu e e l error de una mayoría. EtTor consumado en e l Calvario. Mas, continuemos. Vamos áse r narradores, parcoseó come ni.atio s y pru dentes e n la critica . La prudencia es uua g ran virtud. Inestimable virtud, cuando la verdad no ha alcanza do aun su sobevano privileg io ; el primero de sus derechos: El de ser oída. Narrar hechos consentidos , aceptados y aplaudid os d e por las muchedumbres altas y bajas, tien e la ven la¡ a inapreciable de contar á prior.i con la s simp at1as de lo que se llama público. ¡Público! Entidad susceptible, muy susceptible a las criticas y comentarios de lo :¡ue é l llama bueno, porque • alhaga seotidos, ·porque es peculiar suyo desdo sus más antiguos y ql vidados predecesores : Aquello s de sus antepasados á los cuales éste es quizas e l único tribu lo de co nsideracion y gratitud que l' inde 3 su memoria. Y es porque tal vez sea éste el mus cat·iñoso legado qu e le hiciel'on las vene randas tradiciones. ¡O h, la lradicion .. .. ! ¿Y qué es la tradicion 1 Alll!r á vec es bajo cuyas aras se amparan los mas glo -9riosos episodios de la historia. . Vieja decr é pitil'otras, que, como la Caja de Pandora, ec ha a ¡os vientos de In credulidad pagana las consejas r id iculas, pcllocupnciones y flac¡u ezas de goneraciones adormecidas por el h á lito soporoso de la y do la ignorancia de su ti e'mpo. La tradicion es un r ecu rso , un preleslo para hacer lo bue no y lo qu e D1J lo P.s. . La copiamos diciendo: "es uno costumbre; " y qnetao satisfechos , como el Hipócrates que ha acertado á poner el dedo e n la llaga, pero que no da con ' el bálsa mo Boricua qu e ha de para siempre: Satisfaccion á medias. • Olvidamos que no tod as las costumbres ' sún bu enas, y que si lo s que lo son merecen· conservarse por el solo h echo de que lo son, y no por ser tradicionales, deb emo s dec larar la guerra, hasta modiflcárlas ó concluir con ellas ,· á las que acusa o al.raso 6 inaccioli en las sociedades, mal q ue pese á todas la s tradiciones. Pero basta de prólogo . Punto final; y si te parece lector , síguenos, que la jornada es corla y el cammo suave y dislraido.

¿Qué cosa nueva puede haber entre nosotros, donde todo es caduco 1 En esto dé 11.ealaa populares, tú lo sabes , nos cop iamos en el mismo lienzo, con los mismos pinceles y con idénticos colores. El cuadro tendrá paisajes masó menos risueños y su· bidos, mas 6 menos dimensiones; pero en el fondo es un cU11t1ro como los demás. Un pueblo esel (ac 1imili del olro en lo que a lañe •la vida festiva. Todos sallan, se divierten y gou¡n, movidos por un solo programa. Y son Mices todos en una dlicena ó veintena de dias. \ ,, .. .

Veo con nosotros, que al fin y á la postre, ltallar ás en . el tránsito un recuerdo siquiera, si 'fuisle especladdll'>de Jo . que vamos a reseñar; y si no lo fuiste, conocerás ala gran Villa d e l Sud en sus dias de a lborozo tradicional.

Pero las férias propiam ente dic ha•. tales como se ver ill ca u en muchas ciudades y aldeas del aolig uo y ouevo mundo , puede decir5e que oo son conocidas e n Puei·to-Ri co; pues solo la celebre y deca id a ya, fiesta del Espinal , ermita situada eotre las Villas de Aguada y Aguadilla, ha r evestido alguna " ª'cierto carácter de ferias. En la Capila l de la Isla han leo ido lu gar alguoas Exposiciooes y co ncursos con motivo del memorable San Juan, si bie o el exilo nunca fué el qu e debla esperarse de un pais como el nuéstro, esencialmente a¡;ricola y con no escasas materias primas para la industria y la manufac..J ·I'l !, ¡ 1

No ·tenemos noticias seguras de cuá l ha sido el or igen de las fiestas públicas qu e todas las pobla ciones de la Isla cele bran en determinados dias de l a.üo, con motivo de las di versas advocaciones tutelares á cu yo nombre erige n sus templo s y Llibutan un c ul to 1·eiigioso masó menos fer · viente. Lo qu e si es uotorio , es que pa rr oquias hay que vene ran mas de un Patron ó Pat rona, entregándose los felig reses por alguoos dias, mas de los necesarios y lí citos, á toda clase de re$ocijos, siguiendo las tradi cio nes santas ue ·nueotros patnarcalcs antepasa dos.

CONS!DERAO!ONES GENERALES

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. . -10- ;p11 1!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!11 Consignar esa felicidad en alg un os folios. es nm>strci' 1 obj eto_; y hacerle parUcipe una vez más de ella. nuestro acariciado anhelo, lector !u dirás, ú la la rga·. si lo hemús conseguidÓ. :Siguen os. : · j LAS FERIAS . ·

Bien es verdbd que aquellas fi es tas han id b perdien. do en el trascurso do Jos años y al iollu jo de las moder- · oas s ivilizaciones, su· peculiar carácter cristiano, con virl.ié ados e en uua exposicion rlel luj o y en verdaderos toroéos de la sensualidad; pues son los sentidos Jos que . mas entran e n e¡ e rcicio en ostos dias de expansiones popula res en que cada cual hucha uoa cana al aire.

• -12lura. De todJ,s modos, sensible es que no se haya\11 ' persistido en la idea hasta haber creado el estimulo y hacer una necesidad de lo que solo se vió como una exigencia del patriotismo provincid!. Empero hoy mismo en Ponce se vé reflejo de dichas férias en algunos que otros aml.mlantes que, con el nombre de Pfoas ó Bazares, atraen á los curiosos con el sebo do una segura ganancia, por aquello de que toda moneda que entra en el insaciable saco representa indefectiblemente un objeto de un valor mas que dudoso.

Consecuencia : que el dinero entra en circulacion ; y aunque prójimos hay que van por lana y sale n trasquilados, los afortunados bendicen la fiesta, y los desdichados, si reniegan de ella. no por eso dejarán de dar so por invitados al menor augul'io de Ja primera que se pr ese nte, aunque para ello hayan de caminar algunas leguas en trotonas cabalgaduras y por caminos que Dio s bendiga. Las opiniones en esto de fiestas, como mente en todo, está n divididas. Unos las creen coov enienlisimas, necesarias á la viila civil y Je las soci edades, y otros por el contrario, opinan que deb en su p rimirse por nocivas. . Nosotros estamos con los primeros y con los segundos. Con estos estareJllos inlerin no se purguen las tales fiestas úe todos sus vicios; y estamos con aquello s, porque amigos cn mo somos de la comunic•cion y del roce de unos hombres y de unos pu eblos con otros, son la s férias populares un incenti vo poderoso que los acerca, lo s uo e, los intima y les proporcfooa á la vez ocasion para expo ner lo s frutos de su trabajG ó de su ioteligeaeia, dándoles fácil y bien remunurJda salida que ea s1¡ propio mercado no e aconlrarfaa , fuera de esos dias de rnusilada concurrencia. · Creemos , pues, que son mayor es las ventajas que hay ·. -13en que las que de su absoluta resultarian , aun ea la imposibilidad de desarraigar los males adolecen, porque eMos oo reconocen por causa las fiestas ó férias ; ellas no son sino uno de los tantos medios que l¡ay para exhibirse aquellos ó aparecer en Ja superficie. Queremos d.ecir, que las fiestas seron. un pávulo para el desarrollo de ciertos vicios como el ¡uego, la embriaguez, la. vagancia, ele:,. pero no su ca usa, porque con ó sin fiestas, aquellos y lo que es . peor, p5ogresan, ·no obllante la persecuc100 de que suelen objeto . · A propósito de lasférias, nos oportuno trasladar aqui unos apuntes que nos vi.enea á la y que por tener cierto carácter de actualidad, no carecen de interés. bli . d Oigamos lo que nos dice la pu cac100 e donde los tomamos: 11 A todas luces parece qqe el de 18.s debe encontrarse en las antiguas fiestas de la Eurepa. Cnst1ana, c hando a.si la ocasion de la mayor concu rrenc1a para mejor en .. cont1·ar salida á los diferente s urUculos de venta. . En América las que existen, no tienen desde luego la anligüaJad de lns, europea s; pero existen, y célobres, eu eslt parte del del las de de Res urreccion y de la 'pedico.cion de San Migue l, el) la de Leipzic. Luego debemos cit.a.r la de Francfort como la más nnportan te de Alemania. En Suiza de Suraeh¡ e.a las de Pesth; las de en ! taha, las. de Beauca1re Y yon en F.rancia, y la Nishni1-Novgoror.l en Rusia, quo desp u6s de las de Leipzic, es la féria mas grande de l . Las do Tanta en el alto EF(ipto, de Kiatcha. el Sur bcria la cé leb re de la Meca en Arabia y la Hurd1,var en. la India Occ itÍontaJ , . son t.ambien de importo.ocia y lo.s má s considerables fueLa:e afamadas ferias de Bretai'ia, han ca.ido en com pleta en su mayor parte¡ las de en muchos caso1:1 han desaparecido. Fueron en su d1a reuniones al de aquell as sociedades, cuando lua almacenes de género s provinciales eran y defectuosos tus medios de comunicaci on. BaJO fa rnfluenc1n de ros modernos, dilatada la del com.crc10 y hechas seRuras las viils de comumcac1on, las dejado ser mP.rcados, para convertirse simplemenLe en reuni ones ó pa.rti· das de placer, donde ea alegre companJa se pae110 ó ma s d1as, y el pueblo olvida negocios y quebrjl.DÍOS y gasta mdiferentemen1 ·¡,

Sea de ello lo que fuere, es evidente que en estos ¡ aleg res dias no hay lieoda de ropas. oi de comestibles, ( oi Café, ni joyerla, oi establecimiento alguno de comercio, que no baga su agosto, desembarazandose á la par de cuunto mwwto apolillado tenian relegudo 11 la cuenta de Ganancias y Pérdidas.

1'H Mr. Bottin , autor de un cuadro estadlstico de las .. Férias Je .. Fri\n ciu ... llama la atencion sobre el hecho de que Luvieran lugar las más de ellas sobro las fronter¡i.s del reino ó en las marcas do hu; anliJ?UB§ pro\'incias, ó al pié Je elevadas montanas al pri ncipio O111 Un de la estacion de las nieves , que por mr1es á los habitantes en sus \•alles; ó en las cercanlas de catedra.les fumosas á. donde ácudian regularmente multitud de pcrcgrin u1:1; ó en e l centro·do ricas dehesas . , Hace algunos anos, todavía se coltsbraba. una féria en ol nortb de íi;st'.Dcia durante el mes de Junio, en que las noches son muy cortas, que comonzalla con la puesta del sol y terminaLa uno. hora ante s del alba: se le conocia con el nombre do Slt1 ·11v . 1 En puede Jocirse 2-nc oo queda advocacion que 110 I i:, 1s_GT lus co lonias que lo s conquistadores de bnbel la tamhi en fúriat1, que comienzan y conc luyon con bailes púLlinut1 Un mudos llor vrst fi·stiunh·. üundc mejor pued e estudiarse el fl-rllo de ostus 11ntrctcnimiuntos es e11 las pequcnas ¡ioLlu ciuncs1l1..1l campo. Anúncitrn so con grande anticipucion en carte lon es te CU ll el nomhre tic Hoteles. En esos cnas tl e hulg;rnza quotl un las uldqa.s vecinas donde llen o lu Kar la féria, y hnce·c:hla labriPgo ll U mayor C!lfucrzo para la noche de la tin sta lu mús cncovetadG que le sea posible . • r\ pei;ar do la monotonía de las diversiones norte-americana s. CJU í' Lanto cunt ru s tan con nuestro cnníclcr, · hohrcmos de reconocer que esos ll arvts t 1'i!slitals tienen Lada la anunaciun do uurslras fic stm;. l-'rét1 tul cs mayor atractivo Ja escepcional lí'm¡1l11mm dl.ll clima: bu ll o la sangrt!, se va á celehrnr ef ud,·euimicnto do la s pri111 icitt11 de Ja mad1·e tierra . ¿ Quó Clitrallu puas que lll íl>ria /ocios los requisitos necesarios para parecernos ine\'it-abl1•mantc si111pática1 .:· _ En olros pai!¡ps que Lienen liisloria, si no son conocidas las ferias prlJpiamenle dichas, ni los feslejos lribu tudos al aniversario tle algunos de los San los de la Igl esia, se conmemora r;oo uno ó dos dias cuando más, de solemnidades púfilicas, alguu hecho culminunle de su vida: solemnidadel; en las qu e loman parle todas las clases >ocial cs librn y espoaliioeameate, por su propia iaiciali\ a, y con uo alborozo, coa un entusiasmo que no se prepa ra. qu o no se fabrica, que no se impone; porque lo crea el amo1· patrio, lo enciende el orgu llo nacional y lo sant1U'!' -15ca una idea. Por eso se ve con frecuencia que, ouandu no prccetle el asenlimienlo tácito. la ilisposiciou natural de un pueblo para entregarse á los placeres. nada valen los progra-· mas pomposos ni los tesoros in'v ertidos en llevarlos á efecto. , Se cornpreó<le, ¡¡.digno es y será de adm ira cba y de aplauso, el enloqucC!m1ento cívico ele Ja·Madre España, lan lujosa en efemérides sublimes, ea su famoso é inmort;,l 2 de Mayo: .e l fausto de la Fran cia del último Imperio en su.15 de Agosto. y la locura tle la On ion-Arn eri cana , desplegando actualmente todos los elomealos poderosos dn su grandeza. para celebrar su ' primer glorioso centenario· nacional. Pero esas fiestas interminalies , puc sá veces se prolongan un mes, a quo se entregan anualmente nu estras pd>lacioaes. ¡qué .fin moral. quo objeto util, qué enseIia nza saludable l' fecumlli nos dejan , escepc ion hecha de las feslivirlarl es bajo cuya sombra se "ºªpromuey rea lizan? ¿ 6ué hacemos en esos· dias sino cubrir co n el recamado maulo de una Virge n ó la purpúrea capa de un Santo nuestras deb ilidade s, dar· vuelo il nuestras pastones y ocµ llar con a1iarat os de bienestar pro spe rida• I nueMras más intimas miscr(as?

-14te su dinero.

Bien esta, ya lo li emos dicho, qu e nue stras venerandas creencias consagren un cli .1 de júbilo, un dia de deYocioa fi nu es tros tute lares y sa ntos Patrones; pcrn ha ·· g!J moslo con la ·mirnd11 Uja en el progreso moral cien el ade lanto material de pueblos, y esa sera la mas bella ll'adidonque a aue s ll'Os hijos. Hni'lo sabemqs que no hu du ser esta opio ion, fran ca y leal, del agrado áo un a gran parte ele los que pasen la vista por co las p:igioas; mits a esos los diremo•. qu e lo snnlimos por ell os y por el ¡mis, u quien sin duda creen amRr con más veliemencia que nosotros, halagándolo con el canto de la sirena, mientras su le lleva por un sendero que no es el de su prosperidad, pm·que por él se le al ej u del trabajo, sumol'giéurlolll en las bacanales de la ociocidad. cuyo lé r'1Jino es la ruina de sus fuentes de ri<¡ ueza y la degradacion tlel espíritu. La bislona au otros puebl'.'.J' do la aoligUetlad , Grecia, -;

La advocacioo de la (JuADALUPE, que es la qu e da nomb re á esta Parroquia. DO debe dala r de :l:l ucb os años, por lo que se deduce <lo lo s Aptmtes históricos que co nsultamos , y que publicó LA CnóNICA ha pocos meses, debidos á las investigaciones de nu est ro amigo D. Aurelio · Agua yo. Segun aquello s, en los primeros días .de la fuodacioo de Pooce, año de 1740, eo que uo ter re moto arruin ó la Ig lesia parroquial . su único templo e ra la Erm ita de San Antonio Aba•J. y ea su honor se cc leLraba aaualmeolo, basla el 1800---gracias á la reli_gio sidad y ciesprendi. mi ento del fundador del Santuario , U. Jo se Rodríguez- · la festividad que hoy se dedi ca á la GuADALUPE : que fu é, por d istintas causas y en épocas diferentes, Ja parroquial de esta felig resla, hasta el año 1839 que se reconstruyó dellnitivarnente el herm oso templo co n que b ov se adorna esta cristiana poh lacion.

-16- . Ro ma , etc., Dos dan lecc1ooes .'eve ras utilique zar en provecho nuestro. Pero tiempo es ya de abrir pasoá la oarracioo . • ) o ·.

L O QUE HAN SI DO LAS FIESTAS .DE PONCB . /

"No podemos preéisar la fecha ea qu e comenzaron á teuer lugar las fiestas pop ula1• es qu e sirve n de as un to á esta crón ica; pero por la. que hemos oído á algunas per· · sanas de este _vecindario, y por lo que nos dice n ueslra memo ri a; en su principio parece que las tales fiestas solo se reduci&n, á las ce remonias y ritos religiosos, sia mezcla el e feste j os profanos de ninguna especie. Lo que si 1 es eviden te es, que si se verificaron alguna vez con pompa y preparacion f,uidosa. ao te nían eco en el r esto de la Isla, como sucedía con las cé lebres de San Juan de Ja Capi tal , San Felipe de Are ci bo y otras muy afamadas, y que parten de un tiempo inme[IlÓrial. Tanto es asl , q uu 3 . .

Aaquel gó 11 ero de fiestas son á las que deb en poblaciones comó Ponce dotlicar sus recu rsoa. si nb lodos los años, cada bienio 6 cuando sus medios acumulados se lo permitan. Honor, provecho y solaz así asociados. e agrandeceu á lo s pueb los, y dan á las sociedades un puesto merecedor en los anales de la historia. .) .

-18los ponceños citan como las más espléndidas ·de la Gu.1.DALUP E, las se verificaron en el a1io 1863, debidas á la influycnle inicialiva y al oficacisimo impulso que les tl1 6 e l que era ento nces su Corre"iclor <:r. Don Luis de Quijano y Font. 0 . Sin tHmor !le de s virlunr la historia. puede decirse, qu e desde esa fechd e mpezuron i1 tener brillo y reoombr e la s de. la GuADALUJ>.,, repiti éndose algun año que otro alternativamente con mavor ó menor entusiasmo y esplendor. ' • _

Enlre estas n.1erecen muy especia l man cion las del J. \ ano 1873 , las cua les se distinguen , por anloaomasia. con' el nombre de las de l fnslituta; pur.s al proye•to que de un esla.blcc1m 1ento para eslll Villa y to <la la ba.nda .S ud de la .rst.a, s urgió 1ior la ilustrada y calurosa m1ciac1on del d1s trnguitlo ·pu e rlo·riqucño Don Reman Baldo ri oty. Cast1:0, y :'t la cooperacion que le preslaron otras rndtntluahtla r.les amantes del pa1s. ilebi<ise el ex traordmario entu siasmo popular. el verdade ro jubil o, en que lomaron ¡iurte las principales poblaciones de la Isla. ccrn que se leva ron ú cabo ·aqu ell oB feslejos cultos Y escoi11los, aquulla explos ion simultanea del se nCimi enlo publico; dignos los unos v la olra clul buea nomLre de la \1 ill a, qu e no en rnuo ha ll evado siemp1·0 el honor de ser la primera cuando <le impla,ntar una idea gran de se trata. Hornos qu e las más importantes poblaciones ele la Isla se u,01 .-ron á su hermana la progresiva l' once para la CJecucwn de aquel 111alograrlo pensamienlo, l' no pod emos res 1st1r al deseo de en un solo ra ;go la ve rdad <le uuestro aserto. ' Con la ide t ele las fieslas nació en aqu el año la d.ecrea r un Baoa1· arlistico-inrlustrial, cuyos prmluctos hab1an de dedicarse al la s liLulo do Poncc. Y·como no siempre aspi raci ones allas y generosas van ú morir en.lro los hielos ele nu es tro inrlife re nli smo tenaz. el pensa a;i1 ento enconlró lan decidido u¡ioyo, lan efica z protec. CIOD en pueblo;, l]U e U a siurple invilacion que les d1r1giera, concurrieron los más con su óbolo, bajo 1a form,1 de preciosas labores de seriorils, rica s man ufacturu s, muebles einfinidad de objetos do lujo y !'anta-19oia, destinados todos al suntuoso Bazar ahie1 ·,J y realizado , en sn eu los pocos dias que d aró aquella verrladern exposicion del trabajo, de la intelig encia, del arle, d el patriotismo puro. espontáneo. desnudo de ese esp,iritu mal quisto de localidad que tan fatal nos ha siclo siempre. ' La gratlsima memoria que dejaro n g ravados aquellos dias en el corazoa de lanl.as mwres, esposas é nobl es y primeras O:¡uras de aquel concurso cil'ilizador, vivirá en ellas 'y vtviráen lod os los que las coadj uvaroo; con Ja dolorosa satisfaccion que imprim e en el alma el habe 1· eoop erado :i. la reali zacion de uaa esperan za, de-u n deseo ·mue.rlo al &ca rir.i arlo. Y he ah! e l meca nism'o misterio so y pota nte qu e arrastra á los pueblos, como jJOr una sola mano, para ent rega rs e áe30s regocijos y 1·cc!'reos eúblicos . .. Sin esa rlisposicion de su espfritu. estim ul ado por e l illcenlivo del bien; en balde se les llamará á las plazas y lca.tros. bail es y'feslin es, ni se les escitará a adornarse co n. ilumina cion es y y ú co rr er tras lo s espectacu los efime ro s que se los ofrezca en ol ma s rumboso de los programas.

I ' 1 11 l.. 1 ................

La poblaciou de la Marina, 6 sea el caserfo de la Playa, que anhela tambien por su parte solemnizar los dias de su Santa Patronh, tiene en la Junta su digna representacion; y como se verá mas adelante, contribuyó, y no poco, á la varieñad de los Pero no anticipemos los sucesos. • La Corporacion municipal abre su ca¡· a, y pone li disposicion de la Comision de festejos de a Villa. la suma consigoada en su presupuesto para esta obligacion. Ma.s aquella era insuficiente , y íu é preciso que los ponceños se cotizaran. Al efecto proceqe una sub-comision á hacer la colecta sin tregua ni descanso; y como era de esperar, si bien ninguno se significó por su largueza , pues no había para qué, por aquello de que á escote Qada es caro, todos aprestaron bolsillo con lu buena voluntad que para estas exigencias de la tradicion no falta nunca. Pero como esos recursos no badtaban recurrióse 11 orlos a r hflrios. y pronto Stl atesoró, con esceso, la cantidad que demandaba el programa. El pueblo eippezó á en ebullicion. Por donde quiera se veian aéreos grupos de damas, que corrian alborozadas con la inluicion de los dias que su deseo les

Corrian los primeros d ias del mes de y yj empezaba á ser el tema obligado de todos los círculos públicos y los privados de familia, las fiestas con que la simpática Villa del Sud, habia'de conmemorar. una vez más el aniversario de su Virgen Patrona la Guadalupe . Los deseos de darles un lucimiento superior á todas las d e más que las han precedido, se estr e llaban ante las consideraciones múltiples y nada lisonjeras de la situacion. no muy despejada, áque. multitutf de causas, económicas unas, dolorosas otras y fatales todas, han traído á la de ayer risueña y boyante Pon ce. El ánimo al parecer no se sen tia bien dispuesto á disfrutar de sus diversiones lradicionales; pero era preciso levontarlo de su postrar.ion, y no se escasearon los esfuerzos: la prensa local no le los suyos. llevando hasta el más recóndito lugarejo de 1a fsla, su activa propaganda, si no con mucha fé , con complacencia suma . . Empero los pronósLicos·de ua éxito poco congratulatorio se sucediaa, y eran motivo de discusiones y controversias entre los partidarios acérrimos, por conveniencia propi los mas, de las fiestas populares, tal cual se verifican, y sus pocos sinceros y desinteresados adversarios. Alguno que otro , intrunsigente en demas la, se manifestbba enemigo ea absoluto de ellas; pero la verdad es, que la generalidad de los últimos no quieren su supresion; piden únicamente ciertas modificaciones en homenaje á la civilizacion qui: alcanzamos y ea honor de las buenas costumbres. Nosotro;. dicho lo tenemos, estamos con estos. -21, Pero no eran aquellos perorado res .de. eafés los que había n de resolver el importantisimo y debatido punto de si se harían 6 fiestas con 6 sin su voluntad; que en estos casos--hablando en estilo parlamentario--hace poco peso la oposicion de una minoría dospojada de toda representacion ropular. En tanto e Ilustre Ayuntamiento se congrega y acuerda--consecuente con la tradicion--que . ten¡¡an lugar las fiestas que la costumbre vien'e sancionanao; y como la costumbre, se dice en tono de es ley, por viciosa que sea, procedióse en seguida á poner eh práct ica la ley. En gu consecuencia, elige de su sen-o cuatro conseja les activos y entusiasta.s, para que en un ion de otros señores par.ticulares, formaran la Junta de feslejos. Esta 1\ su vez nombró comisiones y sub-comisiones, y entran todas, con un celo que las honra, en el. ejercicio ele sus respectivos cometidos . . ' • ·

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-22prom ella, Iras las sedas y baregs, ci ntas , encajes , prendidos que el tondero previsor a,·aJ.J11ba de importar de los centros de la moda y1 e l buen gusto, visti e ndo sus apa r ado res y vidrieras con tal profusion de objetos, qu e, más que tienJas, semejaban elegan tes y suntuosos bazares . La bolsa del papá cruj¡a pr óxiinu ya á dar un es tallido; á cuya am enaza aterradora correspondian unos ojos s u1 Aica nle s , negros r,omo perlas de aza ba che, mezclada lan elocuente mirado con una so nr isa, dulce como el ruego, qu e delin eaba al des lizars d por aqu ellas ¡ megillas qu e tiño la rosa, de acuerdo r.ou los albores ( tra spa rentes de la casta azucena, do s labios sutiles que maurlan cua ndo' ruegan, con 'tln porl e r irresislible. No parec ia sino .qu e las Lij as de la moda habf anse cu11fubuln rio en una sec reta co ns piraci o n con 109 me rceroe. para dejar agolada la ya apesadumbrada bolsa del dCR \'en furarJo papá, vict im a inoceáte y ao ll orada de las ulc;ncs lratlkiones pop ulares. • I::so no quila pura que mus larde sq le viera embelesado. apo)'arlo ol anlebra?.O eii una de las ba1·andil1<1s tic " La Perla", co ntem plando su obra en su hija. y sus dineros e n la riqueza de sus vuldotes, poli zones, moitus l' bra zal etes. He ahí la cornpeosac ioo á su ma1· tir10 de ayer. El Muni cip io , llamado á dar ul ·ejemp lo en lo que á ornato y policfa co mp ele, r esta ura su rasa capitu lar, es tablece ea su frontis ca1ierias pa ra e l gas y repara provisionalme nte el poseo de la s Delicias , cuya reedificacio u com pleta lo baria mas di g no de su nombre: empi eza á embaldosn1'co n pi edra plástica el álrio del templo católico: l.ilvao ta un elega nte kiosko en uno de Jos imgulos de la plaza: las calles y carrnteras, y, en una palabra, se prepara el primero , para qu e la perspectiva de la villa no Jesdiga de su cultura y J e su nombre.

En el teatro "L a Perla", su mas monumental ornato, se inLroduceo por la vez primera los \•istososa paralos de l gas hidr óge no, y se limpia ea su exterio r de las manchas qu e la intemperie arroja sobre s us sobe rbi as columnas y eJegautes Y lástima es que solo se hayan co-23Jocado provisionalmente ea el edi Ociq el e qu,e tant o envanece esla villo, las LL>berias qu e ho y llevan tan lmllan te lu z por todo s lo s ám bitos tle Poace . . La Combioo el e festejos de la no . de•cu1rl.a tampoco. Pone en juego toda su actnitdad, a hn de pruse alar su pa1 ·Le de l co n la brillantez posible á sus medios. ' ' ªen el Tingl ado, nucleo de los ospectacul os que han de tener lt1gn1· aUf, ya uo el S\l lon deha1l e que h a de dar en la babia . Por dundo quiera se vé el anhelo de deja r bien pu l'R lo el pabellon. · L(ís holelus, c.ifos l' restaurants, se co n su s mas primorosas ga lanuras, y !oda la 1pciblac10n qu e se dispon e t\ recibi r .cordial,. dccorosa;n ente a l?s iaum erabl es hué spe des que S'e anu_nc 1an. El hot el rina sobre lodo, se convierte i'elut! Yamenl e e n un M n . icolus 'ileoyorquino : tal es el lujo y c.omo d1 dadcs cu n qu e hace su rein ouguracion. ' • En una pa labra; Po)1 ce en sus preparati\'OS do fi es tas, hacia presonlir, aun a lo" mas incr ód u)os, que serw eo esos días la rg nnsio n enca ntada del plac er de q ue nos hablan los cue nt os de las had as . . Llega e l 16 ele Novi e mbre, l'. apa rece co n ¡H·ofu stu n el ansiado programa luJOSume nLe impreso, " poto circulaba ¡•a por toda lo Is la, de ca1 las d.e iuvilacion dirijidas á familias am iga s (1 ro.o los indiv idu os ele la Juola de feslOJO S: no se quiso om1fir medio alguno que aLraer pudiera la más lu cida Y numerosa concurrencia . Pro<>l'lma y carla que , par" que el loclor pu eda e l de_ la Wlrruciou, creemos occes.a 1·10 reproduci r á conl rnua c1on : PllOGllAJllA tic lrn (rslrj.11r ro11 queccltbrorá lfl_ V1LLA Dl> dur<mlc l(}s (fiasB nl 12de 1Jicit'll1bre de l 8W, rl onwtrsartiJdesu-Smt· /1si111a Palr om1 flESOn.1. 1. \ f.1t Co111i.sio11 nombrada por1•l llud1·t Ay1111l<1mm1 to drntrocfe los 5 dius 01·ordodo1, lfJs feslrjos 'f"" la rull 1u·a de rsl1• t"r m· tl·irio demmula r11 su des eo di' romervar .m.s tradit'w11olt!S oo.sliw1ln•es , /Qs ha dis1mrsto tn furma: \ OIA 8 Al amanC'cor, inau gura cion do IJ lim1La, .tanto en In Villa cu.mu en el caso rio de la Playu , por el. Lol¡ue de durna y por ln s orque!!1taa

1 1 24 que recorrerán las· calles cjecut.ando alegres danzas. Desde momento 8" enarbolarán banderas en los edificios públicos y en las casas de los vecinos que KUBten hacerlo, cont1ibuyendo asl á ta o;aayor animacion, y serán permitidas toda clase de diversiones lfc1ta.s ea armonia con l,p. cultura de este pueblo. A las oclm y media de la ma11ana, bajo el Tinglado de Ja Pin va y prévio permiso del Prelado, se celebrtirii una Misa re;i;ada, cantfodose además con toda solemniJad una Snlve á la Vir¡.ton de Espai'ia. En seguida se dislribuirán al.h mismo entrec1en pobres, limosnas do carne , arroz y pan "un real en pllllta á cada uno. ' · A las cuatro v media de la tardo, una lucida cabalgata orgaen la Pln)1a y compuesta de Srtas. y cahalleros . LraJes ¿ y recorrerá principaleo calles dela. Villa, 110.11 u1da o.com1•anam1entu decarruujes, asi particularcR com.o de nlqmler, que estos coacspondo.n :í la decencia del acto , que amemzaran rlos orque!'ltas y la Banda Miiitar de l :fa'!"r;Baesta Villa, prévia autorizacion del Sr. Coman. Por lo. nuche, despues de oraciones, Jo. Novena, que habrá \'0celebrándose desde el dia 2, solemnizada por ht orquesta que dmgr el proíc!:lor D. Eduardo ÜUP\'88, )'con vocea tic varios caballeros á. ello se han prestado. . la Novena, se elevarán "arios globos en la Plaza prmc1pal, quoan\ndose \•istosos fuegos artificiales. .. A la s ocho rle el:ita misma nacho, retsota en el poseo do las Dchctas por la Banda MiliUlr. A l.as diez, bail e público en Ja Plaza del Mercado; y á In. misma hora, otro do confianza en la Playa en una casa particular. DIA 9. Por Ja noche, Novena, g lobos y fuegos de artificio· yá las ocho serenata por la orquesta en el pa¡.ieo de las Delicius .. ' ' A las nueve )'.media, baile de artesanos en una casa departicular la Playa. . DIA 10. A las. dos la torao tendrá efecto en el Puerto una regata. al remo, d1sput.:md1i5e un premio de Sl6 asignado al bote que primero llegue al punto CfUB se ,Jet.crmine y otro dC 8 al 11egunrlo De cuatro y media ii cinco y tendr;in en °el camino la lat1 carrcrus de caballos conforme 1\ un programa ea¡iec1al, adJud1c1índusa u11 premio de Sf>O al caballo de andadura cua· drada del pala QUf' <'n la carrera sobresalga por su se1turirlad f'll el paso Y y .otro premio de i¡.i:ual suma al de más <'8ca1 pe Yresisten cm. La adjudicacion 110 dichos vrPmios se hani pt>r e Jur adoq_ue hade )Jresi1lir el acto, quien además condecorará con una borla a lu s cabnllup; sobrcsa licnt.cs . la .. No\'.ona. globos y fuog11a; y á las ocho, retreta por -25A J;:;.s nne\·c, b:ule de 3rtcsanus en el salunflC I;,, 11lanla altailel 'foatro. / IJlA 11. E11 la tnrtlo do cslo dia sr celebra ni. e11 la Pl ,y a u1,1 concurso do trunulures tocudorl's lh• inslrumcntui; "n el cual se ndjuclic:u.i. un promio 1!0 slG do 8 :i. los qur so dii:;Lin.;1rn por sut1 r n lu 1•j roucion aire-: fiel pais. \ ·urios ,·pcinos do uc¡ul•lla puMnciou, de esta costumb re Jirov in c ia l. ofrrcc n alujamicnto ¡\ laH pcrsonai:; de puc'lllcS e:;trn1ios que ai;istu n u este cu:iru ri-u. • J'ur la uoch('. tiukc ll!Jll'mnc en lu h:l<' sia Parroquial: cle¡.pucsi a;:C<'ll!'ion df' dil'tiñ!u:; en la Plaza )layor profui:ion U\.' cnpri c h,6Sos fu 1•·.;u artilici:des; cuvoi; los arncmizar1 i lu orriuesra, pu fufndoústaluc¡.:.o :\. liur 1H:: rem1t;\ e11 las DBlici1¡1::;. A las nuo\'r, µrnn lmll1• :i la Ycnrcianaen la. Ha)1i a, i;ubrc un rs pnch1¡.:o salon llutanto pro¡u1rndo al nfecto y lujusnmrnte dí'corat.lo ó 1lum !11ado Q y;orno . I IHA 12. A li1 hor a cl O I nl!Ja, clt>f¡>ues dcl 1oq uc do diana por la Banda Mili tar. rrcorrer:in In.; lns callrs · deoflla Villa ydo la In ;°1 la M1i;a Eolrmn e con por e l Prri:1l111oro Gurn , .icurlo. A esta funr.ion atiit-tir;i lolin la o rqur,.la del 'r 11c:om 1•ui'lada do lns vocP!-t do \'Ul'ios cahallorus 'lur li.tn querido cunlri. huir a l mayor lu cimiento 1)0 r!'IC' acl•l rcliµio!lO . Concluitin la íuncion se distrihuir>in limuimus lt ks <le In \"illu, frcnt u ú In Ca¡:a Con¡.:istoiial. · A lnscinco medi11 de In t.arclt., ¡.¡olemne procr¡.iun dr la de la Pat.rona JIM ht carrrrndr co¡.tl U!llbrr. a 1 ri;tofi neto !' por tu or<¡ucsla. J\ las dinz. lmilo de N iqu ela en los ¡;nJ011í'i; principalrs del 'l'rat ro, rn los in tC11'111í'1Uui:. Clj1•cu1urá ph·zns la Hunda Milirnr. La comii:ioc1 i11\ itar.i por esquelas persouiiles 1mr:t rsw acW. Durante 1118 ;, din¡.¡ do In lic !-tl :i .. adcm:i.s díl laRclh·rrsionc!i qu e el \'ecindn rio (¡uiern on ' 'Írlud del permiso concc: did o liur la Autoritlatl, ml.ml pur lus ldrdc!i, tanto c•n In Yill n cumo en n ¡1nlos cncrhadus y y 011 ll<Juel otros juc· KOs popu arrH. •·umo el tic\ )13\0. el <lela :-1u1cn, r1c . En uno dP lo s rlr la ¡ilaza <le ht!:I Oelicin!'. i:e el cloµtlllll' c\1rncivl!u kiosko, mu miado coni;Ln1ir por l'I Muni c ipio , y Urs tin ndoa :;a lon de rrcreo y dc sc a11 No.. Toll as nochr s rst nrlrn profusa mente íluminadm:;po r mecho de l ..J ,

-26gas hidrógeno, la fachada de la Casa Consistorial, Jos paseo de las Delicias y los de la Lápida situada en el centro do la Plaza principal, distribuidas las luces de manera que presentarán en cada uno de dichos puntos, la agradable perspectiva, debida de las setlores direc res de la Empresa del atumbralas tardes do dichos dias el profesor Williodará en la Pla:mde las Delicins, íun'Cioncs públicas de preslidigitacion, contorsiones, tienen al honor de invitará los pueblos de la ]sin. Ponce, Noviembre t6 de 1875 . Rafael NauojaJ, Juan Arroyo, Miguel Ilamis. He aquí la fina carta á que hemos aludido. Ponee , No,•iembre 20 de 18iS.-Sr. 0.-:Muy distinguido Sr. mio:-A nombre de la Comision de festejos, que tengo la honra de presidir, me compla;i:co en invitar R U y á flu digna familia, to me permito acompai'larlc un programa de ellas, no rogarle se sir\'a hacer eSLensiva esta invitncion j sus amigos y relacionados. -Grato serii. para la Comision el que U. se digne contribuir con su asistencia al mayor lucimiento de las liest.as -Con laS protetitas mas sinceras do consideracion. me su scribo de U. muy atent.o S. S. Q. B. S. M.-Vicente Alvarado. Para terminar este capitulo debemos añadir, que al acercarse el dia 2 en que debiera darse principio al Novenario, y habiendo entrado ya en la poblacioo infinidad de personas y familias de la Isla, que veniao á favorecernos con su presencia y que daban al pueblo una aoimacioo anticipada, la Autoridad local, en su propósito de satisfacer ei deseo público, expidió la siguiente cortés circular que raemos muy de esle lugar:

AL PÚBLICO -Siguiendo la• prácticas que la religiosidad do esta Villa ,·iene observando tradicionalmente con motivo do la festividad de su SA.NTA Ja virgen do la UUADAtUPt:, desdo mafiana , 2 del corriont.o, dará principio el No,1cnario, y por consiguienLO la poblacion· podrá entregarse á las esoansiones licitas y decorosas que á s u buen nombre corresponden ; esperando esta Alcaldla que durante los dias consagrados á Ja celebracion de la Patrona, esto \'ccindario no desdirá de sus buonaR costumbres y de sus o.nteccdentes.-Al mismo tiempo recomiendo y -27eipero que todos los vecinos procurarán conserva! el mejor estado de limpie?.a Jos patios y fronles de sus casas, a fin de que lapoblaciun presente, ante propios y estrallos, el de &Heo y cultura que su importancia demantla .-Ponce, D1c1embro 1° de 1875. -El Alcalde,-Seraün Donderis. . . Ni al sordo ni al Este anuncio inesperado fué recibido con aplauso, y claro está que no se echó en saco roto, como lo vas á ver, lector curioso, si tienes la complacencia de seguirnos como baslll aqul. I

La orquesta que dirijo el inlclijcnlc maeolro Eduardo Cu e \'as, padre, tenia u su eargu ol d•lse mp eno rlc eslosaclos religiosos, de lacnal, po1·c¡ue mc1·ece toda.nuestra otcnrion, nos vamositocupar co n algun Si á ia parte musical nos concrclasernos, mos 011esl1·0 comet ido con estas sn las frasos: "Nad.a ha dejado que d1'sca1'. Los Sres. D. Eduardo Cuevas, h1¡0: y D. Juan Campos, autores de un gran número _de las piezas ejeculatlas, han gusl? esqu1.s1to en sus comµosicioo cs : so han escechdo a si mismos.

Dr.L 2 >11. 7. I Una mañana invernal. sin dcusas ncLlinus , sin hic11 Uo esus 111ufia11as del pocla que sc111ejan la 1uiratla, de iJios "" !/.el. susph·o tle coui·el'lnlo t'Jl. cantos y bnsvs 111e(ablrs: do esas mJ.11aoas que Natura gcuorosa puso en lo:, prinnlvc1·alcs cliurns c.1.e los lrupicos; eu lu prislio.1 cu que la Vénns riel cielo domina solitaria l>n l.oda inmcnsidurl lanzando . sus myos pos11·eros. como temerosa de quo el sol tlel nue\"O diu n::nuu ft robarle Jos homenugus que Ja uaturoleza, atlol'mecida aun. lributa á su f'ué la mañana 1lel La \'illa de la GUAD .llXPF: despitirlase alborozada a los alenres sones con que l'adcuciosu tJUtbla los aipresland6 sus armonías {L Jas diversas b11n<las de músi1·a que recorren las calles cutre el clamor·eo do las campanas del lcmpl? 11uu. llama iL la . º!'ación, el eslam.l'ido do h1 pólvora y los gr1los 1n armorncos de la mulL1Lud, qu" no hallu 0L r11 forma de csp rusar su COlllen L¡¡.

El Café las Dolici,us. situado en uno de los úngulos de la plaza de su nombre, invila á lodu la concurruucia de a<¡oella alborarla, y sirve ad honorn111 e.l cuotidiuno u . in· dispensable desayuno que nos lmnda la bebida rnsp1radora de \ 'olla irc, Dolillu y otros grandes poo las, en su mezcla deliciosa con el blanco y espumo o neclar de " la esposa dcícil del celoso loro. " Desde .i&to nlomenlo la poblacion cmpel.ú á lomar .. - 29-aspecto animador, ) en lodlJS los sem!Jlanlcs veiasu pronunciado el jí\)lilo inle.rior. co1110 pró,11110 a es lallar en esas manifoslaciones ex1Jonli11was do los lanza_ dos on e l camino cscilaute del bnrco y Uú la ,org1J: . Mas nos unga1ió nues tro duséo: nuestro prescnlnmenlo se cum plia. • ' ..

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Pasó oslo din v lodos \1asa»ou , sio r1uc nur!ic l11c1Cra nada para aurn uuiar k1 a cgría. fu"ra ,¡.'. lo _r1uc c_l pro · grama oficial, llarnémo s lo as1, prescrliuu. i'i1 una !1111111 nacion en los Qdificios particulares, "'una colgad<J_ra c11 pu1'lo ninguna: solo los colores nacionales ll oluiJa n on sus asla's rlesdc algunos balcones y azoleas <lo la Yillu y tle la Marina. . La Iglesia en os la n.ochc dió ¡irin cip io a sus fuuc10ncs con el Novenario rnmcmQrrn . Vistiérouse sus naves con sus 1-11as ri ca s galas , y sobro un trono de lu z, rle perlas, y de floi·es'. deslac[d1asJJ como Sirio onl re las mil 1·atliosas wnslelac10n es, la hermosa efigío. o!ij oto \"enoramlo del culto que una concurrencia numerosa rendialc allí, doblada la rnd11la )" con el pensamiento en ,e ldelo; en _osa de las creencias del cr 1strnno y tlc s lmo rncfable ele '\'antas y tan fer\'orosas Jll e <>ar ias cilernd•s á él cuvuullas en las místicas melodías que de sdo el cQ ro .se difun rlian po r aquell as bó\'edas. saturadas con el 1ucienso c¡ue quemaba en el altar de la divina Patrona el \'Cnerublc sacerdote.

l'n cl'oclv. eslosjú\'enes artistas, hijos de este suelo, fecundo para el arle que coronadoº? º lus flores do. la inmorlalidud 1\ No7.a1·L. flu11Ja, llossrn1. y ú toda la gian pió yudo el" ce •"!bros Y. ca razones ª''.ª'únicos, sus acordes y melodlas l1enen _ on\'ldiablc prmleg10 de ..

Las Salves, ya de Eslava, ya de Vidaurre, ya de Campos, y las lelao!as , ora de Zingar111li, ora de Calahorra, cerraban e l delicado bouquet musical que e n cada novena se nos ofre cía. ' No terminaremos esta reseña, una de las mús simp áticas para nuestra alma. sin un consejo al Sr. Direc tor de la orquesta . Él. que mas que otro ninguno la! vez. lam en ta la falla ·de buenos músicos, sobre todo en ocasiones criticas y solemnes como las que hoy son motivo de estas lineas. debe poner todo sú empeño en formar aquellos, á fin de que esta Villa. art ista por excelencia, pu eda envanecerse de tenerle al frente de una orquesta que en consonancia coa sus gustos arUsticos y sus pro$resos generales. Obstáculos bailará el Sr Cuevas, bien lo sabemos ; y por eso su satisfaccioa será mayor si los vence l' llega Ponce á deberle ese otro signo de su cultura. Pongamos ya punto flou.I á este capitulo.

Los. cantarites, luchando á cada paso coa graves iade lucido sus facultades; y un exílo bnlla_nte sus esfuerzos y los de la -01recc1on, s1 la parte instrumental los hubiese secundado; pero desgraciadamente no fué as!. . Los violines, alma de la orquesta, olvidándosedesU; papel .Y prescindiendo del matio, tan nece'. sar:o, aua en las piezas mas triviales, solo poeian su empeoo en hacerse 01r de una manera, por cierto, nada agradable.

-31El presbrtero, Señor lJ. Jos é Riera,, capellan del llalallon <)e Madrid que guarnece esta villa, can\ó con limpieza su linda estrofa-de tenor. Nuestro particular amigo, el Sr . D. Francisco Gil de Taboada, interpretó dulcemente Ja suyá, que cantó con su voz privilegiada, v que el jóven Cuevas su autor, bordaba coa su j ugu eloh a ílaula. La estrofa de tiple y e l duo de esta l' le n.,r , por la Señorita 'l'avarez y el Sr. Riera, salieron á satisfaccion en varias de las noch es que los oimos, lo mismo qu e la estrofa del bafo á cargo de D. Ramon Teran. · El terceto y el cuarteto. composicio ne s de Campos y Cuevas respectivamente , fu eron las p i'BWS culminantos del Novenario, e n las cuales nos demostraron hasta d ó nde son capaces de alcanzar, consagcánclose al estudio de buenos autores, s us felices disposiciones. Lindísimas melodías, armon!as d e mérito, y un co njunto uniforme , con una buena nos hacian escuchar · c?n interes, creciente cada vez más, dos preciosas piezas. .

1 . 1 I¡ /· -30conm_over hasta al bruto de las selvas; esos jóve\ji!s repetimos, hao presentado uaa música religiosa, puede dewse, de ua género auevo. Esquivando la rutina y la trivialidad de marchas y soclsouetes, aos baa hecho oír partituras de mérito ao escaso y de ua efecto sorprea deate.

Volviendo á l os cantantes, diremos: que sin ejecutar censurable, y haciendo Dosotros caso omiso de los lapsus á causa de orquesta, cumplieron á sa!Jsfacc1Jn; s1 bien no lan felizmente como en otras infinitas veces que hemos• tenido ocasion de oirlo11.

Terminuda Ja nove na , la a ni macion todas las nocru\s basta la hüra en que. ce;aban las tocatas con que la banda militar v una orquesta ameuizaf

Las trompas, tan indispensables para sostener la armonía, eran cusi nulas; y basta el mismo bombardino, · que con laala destreza y gusto maneja el citado jóveo Campos, más de una vez se dejó escuchar con dempsiada fuerza. ¿ Serra acaso por que deseaba llenar los 'vacíos que con frecuencia se nolaba1I 1 Bien puede ser . El regulador, el metrómoao, por decirlo asf, de toda orquesta; el contrabajo, en fla , estuvo 1i punto de comprometer, en mas de una ocasion, el éx ito de las piezas entrando fuera de tiempo. ' Las flautas llenaron bien su cometido sobre todo en sus partes obligadas con loscaolaotes, y que en otra alguna, en la estrofa del barrtono. El c larinete tuvo frases de güsto, y con dulzura y maestrra. Sensible nos es, á la verdad, no tener los mismos coocept?s para el conjunto de la orquesta; pero cronistas, s 1 º? lao aptos como quisiéramos, imparciales y ¡ustos, nuestras apreciaciones á conciencia, ante un público que ya se ha anticipado á nuestro juicio.

,. - 32Lat!, el paseo de las Dclkia s, y los s6ncillos arl1h.c10 quu so 901•maban en la plaza al mis mo l1cmpo que rnfimtlail de ;.;lqbos alcgúr1cos asccnt.11a u il los nuli es con una felitic latl •¡oc lrnLieran coniciatlo los ;>;ad al, Gudard. y otros célebre y desgraciados acrconaul.t=--. 111111<.·11:-:o 'pu chlo, en masa compal'la, agilúbasc durante ac¡11.,llas huras. oldd.1110 del aye1 · ,. en · el 1rn.lurn a . que hubia de cmb!'iag 1rlo con nuevus St ' OSUl'IOllC.3. " t (.lne felices son las much1'ut11Tibrrs ! "; no s decia qo füt'isoru cu t1rnto quu de::;ülaLa11 por <lblantP de nosoll'os l!l.1{1·1mas y 11iiia .... auciaoos ·y jó\·cnds, que i1J 1w dcpu 1·1icndo nlcJrCH1 cntu sol.irc las qucucabal.1:111 de recibir; miu11lras •fU C iilllUos nos seu1iu1110:-; awli¡' 01wado:-; del r:; co1.ur de la env idi ..t . uulc aq uella fl'licida• poi· la cual Lrocana el amigv toda su lilosufia, y este naLTador ::;u bosca pluma. .' EN PLENA FIESTA. / DlA 8. EL DEL"- PL'"'-'YA.Por fin aman ec ió· el a ob clatlo dia r¡uo. el pr ogrnma babia ofrecido, y lodos esperaban qu e con s us dianas, músicas , repiques y liroteos, nuncios risue ños y de rigor de su a.paricioo , la Villa y la Marina lomarían el aspecto qu e las fiestas promel iaa.

Mus no sucedió asi : las jeoles convmé il (aut prefiri eron el engurriamiento del pe1·ezoso lec ho matinal, al placer de conLe1J1plar la sa lida de un so l sa ludado .por las armonias de la naLurnleza que despie rta , de los ru idos voluptuosos rle la danza y de los atronadores y estemporao eo s de un alcabuz ó de una gruesa de tríquilraques, enemigos d.e los nervios y del sosiego púb li co.

Cualquiera creerá que ao quedó ua liron' baj.o las sábanas qu e ao se desligase de elfas y se tira ra á las calles y plazas, Iras el bu lli cio y la frescura de aq uella primera aurora de l festival que Lan brillante programa aounciaw.

Nosotro s leo iamos un algo que curupli r, y hubimos de vencer en la lucha que enlab iamos coa el saboreo de la cama y el de ber que nos impelfa á dejarla, bien A nuestro pesar.

Hicimos resolucioo ¡zas 1Ctenos yn en camino de la Plava, metidos no laalo acurrucados. en uno da esos seséota vehiculos de J'quiler que en Ponrc nos . 5

Una orquesta ouupaba uno de los angulos del sulon1 y a sus sones empezó iL de fieles v curiosos aquo.I. recinto mercan rtesl.inado por unos mlnutos al lu orac1on como p.1ra recordar al cris l1uao que a Dios $e adora y se lo rinde culto en todas parles desde el. fondo del alma, que es el centro de todas las adúrac1ones, hasta en !as i;oledades salvajes don· de la luz radiosa del Cristianismo no ha logrado aun penetrar . ·

34- ' proporcionan vida arrastrada, Lan confortab le cól\10 carilla en los drns de lo comovil esfervecencia y de gangas para los empresarios y cocheros; que unos y otros sacan sn ta¡uda. ' .

Al hablar del Tinglado, hemos aludido á sus trasparentes, y lógico es que le consagremo s unas lineas merecidas. 1

Y en efecto: Lodo aUI respiraba quÍelud, majestad, conce 11tr a?1on del desde el momento que el Mimslro oflc1antü subui las gradas del trono en que, tras un de nubes, se la Virgen Patrona, de Es paua; 1m;'i¡¡ n á In que Lr1bulnba el morador de la Marina aquel hornennje do su dcvocion. Las oraciones del Sacerdote, los acordes de la música, el murmurio de la plegaria, las detonaciones de fuego, el toque J1·l esquilon en el acto de la elevacion de las sagradas fonnils, el suspiro apacible d•i las olas al besar 1.a JJluya, y silencio respetuoso de la multitud, apenas rnterrum!Jiclo por el terral imperceptible que balia las banderas )' gallardetes que coronaban lo s edificios de -35 la poblacion, á media asta todos con de la en aquella mañana del aatiguo comerciante de a!pllel centro, D. Augústo Lión ; lodos esos rulrtos confusos y daban ti aquel sitio cierta sonoridaJ, uoa metancolfa tan un encanto n1islerioso tal, qu e el alma mas escéptica se sen tia dulcemente emocionada. 'Desde lo íntimo de la nuestra uo pudimos menos que felicitar á la Comision de fesLejos ·que con tanto lucimiento daba principio á su programa. Concluida.Ja misa, el pueblo eatonó su sencilla salye en el instante en que, corrirto el velo, aparecfa' la Concepcion <!e Maria bajo elegante dosel de azul y grana recamado de estrellas y flores, y de un grupo de :ingeles, que talos eran aquellas preciosas niñas vestidas con los mismos co lores de lu ll evando en sus manos blancos cirios encendidos y con los ojos de la inocencia fijos en el semblante de ia Purisima Señora que coronaba el altar. En ta11to, 1¡na medrtacion de Gciunod y el clamor de la campana, lle'l!aban por. los espa-. cios aquellas oleadas unisonas de vooes, músicas y dir tona cio nes oportunas y graves dé la pólvora . Así terminó aquel acto, que por su edificacion fué uno de los más lucidos de la fiesta, y feliz augurio de que ésta colmaría las esperanzas de sus iniciador es. A la piedacl 'cristiana suced1ó 'su gemela la gran virtud: la caridad. Un gran número de pobres fueron socorridos dadivosamente con el alimento necesario para aquellos dias; y esto es uno bs rasgos que mejor caracteriza á los en sus espans1ones populares, y el que merece por consiguiente la saocion y el aµlauso de los más severos ad vorsarios de fiestas pú blicas; porque santo y justo es, que mientras el venturoso rie y se alboroza, el desgraciado tenga siquiera pan para sí y para sus hijos, ulurgado por la mano do aquel á quien todo le sobra 6 nada le falla de lo preciso para la vida ó para su placer.

Ocupaban éstos los espacios que median entre columna y co lumna del edificio )n sus chapiteles. Cada uno

Pouos inst.antes despues nos ballúbamos bajo el Tinglado medio de_un flu¡o ¡·reflujo de humanidades S?que 111ov1an d1sl1.ntas direcciones. Allf nuestro espí. r1tu, conta;pado hast.a al¡uel por la molicie gc_ncul, . coJJru sus br1os. y cartera en niaoo, dimos comienzo a los dpuntes que vamos á trasmil'r al curiosfsrn"' lector. El Tinglado, obra Y. prop.iedad del Municipio, situado A poco.s metros de distancia del mar. se levanta en espacioso p ralelógramo sobre varias coiumnalas de hierro que sostienen su techo del mismo metal gaivn nizado, y con su sólido y limpio pavimento do bultfosas, estaba con bandArolas, arañas y t1·asparenles alus ivos, nénrtose en uno do sus testeros el bonito a lLar imprnvisndo para el Oficio divino que iba ácelebrarso . .

Uno de los espectáculos que era .esperado con mayo.r ansiedad, fu é este, del que vamos á trazar muy pocas 1!neas: y se espera La asi, porquo sin duda debia contri·buir al esplendor y c ullura de las fi estas, como otro ninguno de los anun ciados en el programa, en lo que á su parte profana se refiere. Todoscreiamos que la juventud ponceña de uno y ot ro sexo, se apresurarfa á alistarse e n las filas de damas y caballeros qu e , en gallardos corceles ó ea elegantes carretelas , habian de formar la comitiva, aprovechando la o casioo que se les ofrecia de lucir sus trages y donaire en una escojida y de novedad ea los anales de las fiestas de Ponce .

4. • .Las ciencias, las arles y la industria. 5. • Grao Agricultura. 6. • Agricwtura menor . . Lo repetimos; todo este ornamento prestaba á aquello s'Í ugar es un aspecto alegre y animador, de buen pr esagio los dias y espec táculos que debian suce derse, y poa1an de r e liev e el gusto. y arte d esp le,grulos por los comisionados de la Marma, a fip d e no queda rse atras en el propósito un á nime d e dar brillo á los fest ejos.

-36simbolizaba mitológica mente una idea, un sallliento mt hoc. · . prim.er lugar con bastante propiedad . pmtadas, Minerva ¡• ten el centro esta espresiva cuarteta: · Palas, diosa del saber, Sé á nuestra patria propicia, Y asf, Témis, tu justicia Nadie podrá oscurecer. Seguían á este r,uadro el de Euterpe y Talla, ea el que se le1an estos versos, oo m éoos apropiados á las circunltanc1as: Euterpe sus notas lanza, Terpsfcore se extasia: ¡ Gozad pueblo 1 Este es e l dia De. la música r la 9upido y Vénus no podian faltar en el bureo; pues ¿qmén no sabe que estas deidades hacen un primer papel e_n todas las zambras, l'ª fost1vas,Ja burle$cas 1 La estética y el .•mor son y fecundos en las más rle Ja vida mortal; y be abf por qué , al verse sus esfig1es contempladas en símbolo por tanta hermo sa, risueñas y galantes: Vuestras gracias osteutad, que el mun•Jo admirn, Siempre, cual Véous, inspira Tierno Amor vuestra beldad. Aunq ue no mtLy edificante, quo digamos, el cuadro de Baco y Morfeo, el uno emprnaudo la copa y el otro dormido en uo s1L u.1. no por ajustarnos en todo á los hechos, deJar de trascr1b1r esta redon'dilla con que r emataba: J Baco, dios de Ja rasqueta, Junto á Morfeo . .. ! es decir Que se retire á dormir ' El prim e ro que se meta. Los espacios altos entrecolumnados, los llena-37ban diversas alegorias, en este Orden: . '

t.• La Marina. Est.e cuadro representaba la tempestad á punto de estallar, viéndose á Neptuno alzado sobre las olas, el que, con su tridente levantado, logra contenerla.

2 .' Europa, Asia y África ilustrada.

3. • El Comercio y la Agrieultura .

Desgraciadamente no correspondió el acto, ni con mucho, á las esperanzas de sus promovedores ni á las exigencias de sociedades como esta, cuyo niv e l con las más adelantadas provincia , es incuestionable. La gran villa del Sud no estuvo á la altura en esa tarde, de lo que á su importancia y se dehe. Olv_idóse de ...

. . .J . .

'I 1 ¡I 1 1 . 1 ,.1 -38que uay puehlos á lo s cuales oo los es pcrmiLido separarle un úpice de F<US mJl P.ccdcnlcs y dól aura que se han con· quisLaclo eu la viudo los hcqhos qu e acu san civilidad y uusLo eo sus diversas ma111f'eslaciono s. Olviclóse lan1fücn do que la ind ulgnncia ll e la crilita 1.icnc sus limites, cuarn lu se lra ln do poblacionos do s u cuLcgoria, y que por consiguiente esa intlulg c ncia no la s alcanza. 'fo be or .W'I to bt·: O hac er las cosas como corresponde ;'t un osla tlo wc ial dado, ó no ha cer las ; y meao s en lo que á rc"or ij os públicos atañe, que ni so n necesarios. ni nadie ú puede' obligará una soci •Jtla d. Dos olvi1los son estos· que no le d1sp onsar á cualquiera r¡ue b&ya sido es1icct atlor de la que debió ser 1rnn Cabalgata. de la villa du Pon ce. · Tal es son las ideas r¡uo se Yienen ú nu os Lra pluma al ll <gar it es te punlo del programa , y qu e creeriarnos al si lenciarlas. no solo faltar 1\ ou osLro cl cbtJr de cronistas, si qu e tambieo dar margen ú los'esLraño s qu e pres enciaron dicho es pect.ic ulo, para que piensen que tod o lo11allamos bueno. porqu e es nu est ro, ó por ignorancia compl e la de nuestra pa r le. Y¡'¡ la vordad, no nos saLisface ninguna de esas dos rcconvencton os c¡ue pudieran hacúrsenos; l' como ademas , la verdad es siempre sa l udable y provechosa, confiamos en que ésta c¡.ie esr.ribimos no se1·á del lodo perdida para un adelanle. !Je justicia es consignar Lambien qu e la cabalgata, no obs ta nte su programa especial y el inler ns que por ella mostró la co nlision, iuvit..indo parlicularm enLe á varias per onas, tropezó con diferentes obslaculos materia les y con más de una conlrariedad qu o no es del caso señalar, pero que · debieron prevee1·oe iintes de intentar ofrecer semejanle es pe cL•\c ulo. Mas nosotros, hu sido uno de los aclos para cuyo luc1m1 ento ba debido co n.lars e co n la disp os icion á div er lir5 e Y. la espontaneidad de las personas que pod1an conc urrir á él; y disposicion no In babia , como pud o e ntreve rlo la Com1sion de fcs lejos ll e la Plai·a, que tan acertada esLuYo en la elec cion de casi torios los es¡icc tú cu los que ·combinó . En r esúmen : no hubo cabalgata propiamente dicha. Solo se vió un reducido núme ro de scoorilas y caba ll e1·os que eo -tragos , aque ll as, v istosos y de cap r ic ho, y 39cslos, co11 otros mas 6 meno s aclec[\ados, reco rrieron it todo nwlnr do lvs caballos las ca llo s de la villa, 111i ontras que las músicas es laban aposlatlu s, ejecutando dan-za. y oLras pi ezas lij e ras. en la pinza Princi[l!Jl. Sensibl e fui> cs t1J rcs ulludo , y c a h<Hwr de nu es trn hermo sa y 1>ulla villa. désea 111 os qu e 110 se repita. . l\n esla mi s ma Lartl e pa scr'1 las ca ll es do la pobl11c1on un pequeño liolu montado so lir e ruetlas ,co n arbolad ura dr. berganlin y tripularlo por una gr·Jci osa ..:o mpar sa. d.e n,iños vestidos it la jn gucltJ pre w.irado y jid o,po r el pr:\clico do es te pt:erto , íl. Darlo Lagu na. LA.8 DltLIC I A8 . -1 .. IJ1'11 N'AC l 01'' E8. Va c a e l cap itu lo ln.a ugaravfon ele las /ieslas no s hemos ocupoclo del :'l'ovcnario. E¡·" éo111u es na tural, conlinuci bO Slo l Sil l. cr mina cion. e· igual ux ilO. De propi1si lo no r¡11 cromos d u nomos en la desc 1·ipci oo de lo s J'u o¡¡os ,rrliO cia les qu e su qu ema ron duranlo las once no ches , porqu e nada hub o e n e llos rtue llamara la alencion. En la s 1·elrelas, dadas allcrnativam cnlc por la IJnn. da milit ar y por la orq uesta que dirijo el Sr. Cuevas, hubi eron, si se quiere. dos novedrid1 !s. Fu éro olo si n tluch1. en estos clias. la inm ensa ,, lncida co ncurrencia qne so pasea lia en la plaza el e las IJolicias, y la ilumionci o n d gionw de :1qu el sit io , modeslo y enea atad or ,¡ la vuz. Cualquiera dil'ia r¡ue so hahian dado cita la s do nosas ponceilas para ir ,¡ ha ce r la mbien la delicia, eo union •lo sus huésperlas. de la ol ra mitad del gé nero hum 1l no. <¡ue por un a adi\'inacion de la Astrologiu, no falta nun ca all1·cua nclo la mitad preciosa no se hace desea r , comn , 11C·cde las más de las Yeccs para aiJ11 1·rimi e nlo de olios y para m'Ileilar y ted io de ellas, t'n lumec idas por el encic rl'O a11Li-hi ¡i ié 11i co a que por su propia volualad se loncl1·na la mui er e n cs la ti e r 1·a de nal umlezq.. c;-ilida , du por cxco lcnciu, ·y donrlc, s in 1•111bargp, nadie se puseu

-40La salud, si no ya el puro placer, á que lanlo culto rinde la mujer, dice á la sana razon , que ese vivir casi perennem e nte, lo mismo en las veladas del ardoraso estlo qu e en las de nuestro primaveral , encerradas dentro las paredes faltas d e aire y de.luz. por lo gen e ral, del hogar dem ésl ico, no es ni puede s e r un sistema racional de ·vida, ni una costumbre sana, ni un hábito que ten ga juslificacion alguba discreta . · lo repelimos, en las retretas y snrenalas que reseñamos, el iman de las fiestas se introdujo hasta en el más gabinete de las bellas , las arrancó de su inercia, y transformadas &o sílfides, hadas, ninfas y ne-¡ reidas, las condujo á aquel palenque noctumal de sus encantos y ga la s; á aqual oásis. refrescado por la fragancia de las acacias y los aires suaves del flamboyan qu e lo sombrea.

Parte muy importante del embellecimiento de .a qu e l recinto, éralo á no dudar, la esplóndida iluminacion que lo exornaba con sus llenares de me cheros de gas . que en forma de arcos d e¡¡o y d e radiantes soles, esparcian por todo el cont o de las De licias y sus ca ll es de árbole s, una diafanidad sem ej ante ó· la de uno de esos hermosos dias del sere no Mayo. · co lumna .monumental que festoneada el e bruñidas verjas y de flores, levantó el entusiasmo nacional en el centro de la plaza Principal , y que r ecu e rda á los ponceños , para su consuelo, la fugaz Constitucioa d e l año 20, celebrada con carros triunfales, lápida s y otros fest ejo s verdaderamente populares; lambi e n lanzaba torre ntes d e claridad, al par que el hermoseado fróatis d el Consistori o. Tantos respiraderos luci e ntes del gas, parec1an co l ocados ali! como la de una de las aspiraciones m ás veb mentes del pais, é ideal cíe la humanidad, jamás saciada por muchos y grandes que sean los focos de luz en que se lo bañe . · • Contemplando aquel pedes t-0\ bistórico, se echa de menos sobre su porte superior la estálua de un Colou ó de un Poace d e Leon , que justificaria la ex ist e ncia hoy alli de un monu1nenlo sin ins cripciones, que nada dice, y qu e tanto tliria entonces ea honor de esta Villa . 'l'am bien _los balcones del Café las De licias irrad iaban 41 sobre la p laza , poniendo á prueba la pod t; r osa presion de au estroGasómot r o, bajo la acti ·;a e intelil¡lento d ir ec cion d e l Sr. D. J'uli o S téina chor, que tan alto ba colo cado la emp r esa á que dc !10 Ponco el benAficio du su · herm oso alumbrado. y el no vivir ob r ecojido a nte lo s peli gros coastun les d e l petróleo amenazador: pe li gros qu e desaparetieráo por completo, tan pronto como desd eñando pueriles prcocnpaciones, no quedo una sola habilnci0n q"e uo lo lt.1 0·u sustituido por ·ta m oderna luz d el bica 1·buro (fe hidrógeno; .uno do los grand os pasos qu e en ll se nd a clol progreso hoce d os años ba d uelo nsla Vill a; la qu e. con un impulso protector ap licado iL tiompo :i s us ya clobihtarJos veneros do riqueza ¿qu illa rl uclará qu e ser ia bo y¡ u ua de las ciudades más fl orecientes d e l a Am é rica lali na. cuando,., do todos l os in ceuvo ni entcs co a que ha luchado e l país on su modo d o ser, h a ll egado á colocarse Pon ce áJa a l lurade la s poblacionrs 1le la Isl a? --DOS En la uoch e del din que e sta mos doscribien rl o, el movim iento conlinuo do ca r ruajes qÍio iban, ven iu 11 0· revolvían en lorno rl e los boulevarcs que c ier ran e l cslnnso cuadrilátero do la s plazas Principa l y !ns Delicia s . dccia o al viandante que en la IJariaa les os¡leraba una de las di versiones mús favoritas d e la juve n t ud pu e rto r iquciia; esta hija pr edilecla de la danza, d e esa molicie embriaga d o ra del cue r po y del esplr ilu, y ado rmid e ra Ccb1'icilaute d e l pensamiento juvenil, á cuyoséx la sisc l sopa· rali za, la sang r e tropical h ierve ¡•se enc ie nd e, y e l cora zon no ti ene wa s que un fuerte y prolongado latido: de esa danza, en llo , "poesía en movimiento, " corno la llamó el poeta de las Med ita ciones , y que saborear so lo sabe qui e n tiene tórrida e l a lma, \Y vió el sol on esta tierra lJOr e l amor fecundada. En una palabra, la danza 'Jº sus aires a legres unas . 6

-42veces y otras con sus melancólicos compases, ha sidg' en Ptb.-!lico la espresioo viva de su estado moral. En efecto: los qud no los que no bao libado el néctar aletargador de una de esas músicas tentadoras de Saotaella, Tavarez, llamos y otros tantos de. sus felices intérpretes, en .sus brazos el dulcísimo peso de una ondina del Caribe, Sl,D .duda sera Pa!9ue no bao tenido juventud en Puerto-Rico: pues ¡qmeo es aquel que en sus mocedades baya dejado de pagar ese tributo á un placer tao grato como sencillo é ! . Bien es verdad que ciertas clases s".ciales determ1 - 1. nada s poblaciones, que no queremos s10gular1zar , báose f esforzado, sin darse cuenta de ello, en degenerar ouesLro baile hasta convertirlo en repugnan le c r ápula, a la faz de la civílizaciou y de los celadores de las buenas tumbre5· pero no esménos cierto que en la generalidad de nuestros centros de poblacion, lodo eo los más pequeños , el baile puerlo-riqueño t.oda supureza pr imitiva , su verdadero tono ar1s.LocraLico; Y. es, las más de las veces, un molí vo para asociarse ó !ª1!01rse la.s familias con ol objeto de cclebraruo acoolecumeoto loll y · Los que censuran csla manera de espresarel con.lento, dulcificando las amargas horas de la.vida, se olvidan de que somos, en este concepto, más felices que otras sociedades que se llaman mas adelantadas, y que hacen alard e, sin embargo, de su Can-can, de sus ho.le!os y .de otros bailes y que condenan .las civ1hzac10n es modernas, ó mejor dicho, la moral que no es la civilizacioo muy escrupulosa con estas Estamos muy lejos de creer que una socwdad perfecta; no, mucho tenemos que desarraigar de ella; pero eso no obsta para que nos por no haber presenciado nunca espectáculos como el ci.rco de los ao l1gnos romanos, el pugilato de la sesuda Inglaterra, el Buey Gordo de la culta Francia, ni los loros de la ilu•trada España. Por otra parle, nuestro baile, nuestro, el merengue ó la danza , es y, sera siemp r e la Leucos1a encantadora qu e Amor artero pone al paso.al sulll Hu?eoeo: la red milagrosa que en su forma pnmera de s1m-43palla, tiende a dos corazones, que. creados para uno solo, sJ ale¡an, sin sentir·que seale¡an, se buscan, sm percib i r <fl0 se buscan y no se encuentran., que se aman y no se enti enden" basta que por el magoetisoio de la danza cor.c luy co por uoif,lcarse para siempre. Díg,nlo sinó nuestras lectoras: á su fallo ap elamos, si hay algun escéptico que de nuestra opioion no sea; que 11<' fallará por cierto, y seráJo sin duda, algo• no á quien la Jieve de 1os años ha enfriado su eocaU eci·· qo corazon. _, Mas basta de exórdio qu e, como lo ve rá el lector, ha de ser mlis largo que el discurso, pues no anda muy abundante, que digamos, la materia que uos han dado los dos bailes en cuyos salones nos • hemos colado ya, previa fina invitacioo en cartulina para el uno, y por nuestro derecho de ccooistas el otrCJ: • A la elegante casa del Sr. D. Cárlos Oppenbeimer, una de las más pintorescas de la Marina , nos .llevó un vehíc ulo con cuatro ruedas, trepidador · como casi todos los de su especie, y sin novedad d e é l, que parece estaba bien alomillado ó cncabitllado, ni de los rocines que no di ero n muestras de tener hambre ni sed d¡¡ descanso: fenómeno raro , sobre todo, en y noches de traj,in como los qu e nos ocupan . Hemos de confesar, qu e al encararnos con el vistoso pórtico que da entrada á la h ermosa casa citada, y á cuyas volantes esca le ras se ll ega por en medio de árboles, arbustos y flores, lamentamos el que con algunos me cheros de luces, no se diera á aquella plazoleta una perspectiva más risueña , haci endo lu cir la belleza, el i¡uslo y el confortable que en si revela la maosion dest10ada aquella noche á los placeres de la saltadora diosa. Empero los salones estaban asaz embellecidos con otras diosas más espirituales y palpables , en su mal'or parte moradoras de las orillas del mar, y que, ondinas al fin, como las olas se columpiaban al mágico y lánguido son de una Violeta, una Nena, un Recuerdo, una Bori nqtt c11a , y todo ese catálogo inagotable del precioso repertorio de danzas puertori-queñas, e levadas ya . por el genio de Tavarez y de plros maestros, á la categor!a de verdaderas obras cle-úrmonla, con un sabor de

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Esoa medios los tiene la pública en su c11erpo J e po!icfa, auxiliándola con la presencia en tales sitios, de una comision del !Junici¡jio ó de la Junta de Festejos q.ue vaya á presidir esos ados. ' No se ueccsitnria mús para salvar el derecho , siempre iespetable, de una colectividad, los sagrados fueros de In moral y la cultura de un puebl o. Empero no deb emos s il oueiar , qu e sin embargo de lod o, el bailo público del Mercado terminó, sin que la policía tuviera que aplicar ca s tigo alguno. Esa es la índ ole del pu obl o pu erlo-riqueiio: en n1cdio de sus ha-. canales, rara vez p.e rturba ol órdeu púlJlico ni se mancha con un crím en. El uia n ueve, aparte 1l e ln Novena. fu eg os y globo s de ord e non zu, co1'l'ió seriam o11 lc, s in un tlisparo sicUJiera, y de olio se feli cit aron nu osl l'O s tím\1anos. Mien lrus en la l'ln :.a se :i egrcmonte las altas horas do usas dos en .In .\'illn no so perdia el · li em\10 en los m1 fós , rl staurants . ¡Jicas l' ho teles, atestado s< e ge ntes do bu en huniur <jUC so so laza ban mirand o las bolas de billa res y r ule ta s ó vi<' 11do /as .: mir al r ed edor de un a mesa y no de JJi n tad o pi n o . Otros, -más p<>Silivi s ta s da ba n p! Jcer iLsu s us lúm a¡:o s y paladares devora1: ·l o se nd os Wcs tph J lk1, pi cantes hee l'steoks ó ro aslbe ef, sazonatlos con la copa Lill' CarlsiJc rg . el ardionlo Hcnness y, los r iq uís imo< Jrniz y 13m•deos ú la refrescante soda wa ter, do nocus iduLI cuotidiana ya para los ponceños. .D!A 10. REGATA.- CARREUAS DE CADALLOl!I. 1 Verdad eramente la Marina ¡mede decirse que fué el r núcleo de las novedades r¡u_oJlre cln el programa de las 1 / · I

-44clasisismo-romántico tal, que il veces cree uno o.r cvm- (ll paces ó reminiscencias felices de una pi ez a de óJera. Hespi rando alegremente ung a'Lmósl'era de e5encias y perfumes humanos , estabamos entregados á aquellos val\·enes dulces y acompasados , cuando uno de :a al parecer reposada li enn. nos Yin o á sacar de nuestro emhargam1cato encantador, recqrd¡\nddnos más quo ostr'epitosamentc la gran afirmacion del sabio de Pisa: é plir si ;nuouc. • A tal a viso , de más eslil decir quu el movimiento oscilatorio do nue st ro fue la pica-pica r¡uo allá en los tiempos do Mat·f-Cus laiio co ucluia con esta clase de di\·crsio nes, y que para bonrn de nuestrn civilizacion, no vol\'cran jamás. Uu !unto cal'iacontecidos los apuradores del mercnyue, d0 jnroa ar¡ucllo salnuos, dando tan gratas como bre\·cs horas habían saboreado. l>n tanto que ea la Mariua eslúbamos comp lacido s por dcmús con la cultura que en todo alli se revelaba, en rl edilicio del hlcrcudo de la villa so daba un bailo púulicu: lo que parece quiere decir, para todas !aselases sociales , ó como vul g•rrneulc so <licc. l•ara lodo el mundo. Pero no es así on la práctico . A semejantes bailes solo concurre lu parto m:is obyecta de la sociedad : an van ti ellos como algunos creen, ni los honrados artesanos. ni las mugores que en algo se estiman : esta clase, lle locla consirlcrncion y respeto. ti.,n c sus círculo s hune s lo s, decentés y cultos. Se n . pues, los llamarlos Loiles públicos. ccotl'Os nada c<lillcantes que la rnorul repele, y ante los que las buenns coslu1nb rcs se sonl'Ojnn. No qu crcmus ni debemos en t ra r en su pir,lura, porque e l Yigor tlo sn co lorido lnsli111 arí .1 los ojos del pudor y del buen scnl ido. Tampoco lia de creer el que estos lineJ > lea, que somos enemigos do quo á esa porciun úesgraciarla de la soci edad se le niegue ó se le prive de sus á qu e derecho tienen siempre, y con más razonen los dias <l e las fiestas populares en que el Ayunta111icnlo toma la iniciali\'a; porque s iendo, como son aquellos sores, parlo do osa municipalidad, y r.omo tales, eonlrilmyonles á sus cargas, no deben olvidarse ca lo s programas de ¡ ! . - 45los :estejos públicos. Pero si esto es jtistó, si esto es una verdad, es la.Jllbien (\ecesario y db alta conveniencia moral , que se pongan los medios indispensabl es á fin de que dichos bailes no degenereO, como hemos dicbn en otro lugar, e n centros de crápula y de un desbordamiento que nos ha de llevar al cáos do la disdlucion.

-46fiestas , no tan solo por el número, sino por la elecciron < do sus festejos. Y en todos hubiera descollado por su lucirni_cnlo si, como lo indi<¡ado en otra parte. f.IO hubiese tropezado _con merlos obstáculos que no se prov1eron y que sorv1ran de experiencia para lo venidero. . . A las de la wrde dió prindpio la á remo, umca anunciada, pues se prcsc1od1ó de la más divertida aun. ¡I lorla vela. Pocos botes conlendienles y nint;;una p_reparacion para dar al _espectáculo la amenidad y au1mac1on que tuvimos ocas1on de ver en la Capital en el fanwso San Juan del 68, fueron causa a que no corresponu1ese á las e•peranzas que se coacibieran.

La concurrencia, que es siempre en estos actos la que contnbuye en gran parte á darles ·esplendnr, escaseó un tanto; y no lo atribuimos á otra cosa; que á la poca afici o n que tenemos á esta clase de dive1·sioaes que estiel adelaatu del trabajo y de la industria, como ha dicho muy bien un cronista de las' fiestas del citado San Juan.

Poco, muy poco podemos decir tic esta parte dol programa, cnyo pobre . éxito era esperado por todo-el que conozr,a la propens100 que hay en Ponce, partioularmeale, a1 eslfm ulo del mejorarnienlo de lu raza caballar. Y se comnrende que asi sea aquí, donde no es el caoallo una n ecesidad absoluta; pues por fortuna hemos alcan1.ado ya otros medios locomotore s do cotnuoicacion que nos proporciúnan las dif¿renles lineas de coches de alquiler, representadas por diversas empresas, oiendo la mas important e la de La Rofo.-nia que se est iende y marcha con bastante regularidad, entre las Villas de Mayagü oz y Ponoe, y ésta y la de Coamo. 1'"1n poco es hoy el caballo un articulo de lujo ó de recreo como lo fué en años atrás, que algunas personas de las que podian sosle·. -47nerlo, se los hacian traer de Yahucoa, Cágua5 y otros dis tri tos criadores que conservaban sus potreros. Lo que decimos áe Ponce, puede por desgracia asegurarse de toda la Isla; pues el cuidado que por el perfeccionamiento del caballo se' empezó á desarrollar con muy buenos resultados, ha venido á uaa decadencia tal , que ya ni se babia siquiera de los potreros de Aponte---el primero en Puerto-Rico quo iaipió este géne ro de industria--de Roig en Huma cao y las Piedras, de Cialron en Yabucoa , de llussó Nagnabo. de Collazo, Feroandez, etc.

Y si bien no negaremos que no fallan aun e n Puerto. I Rico maguifi cos co rc e les que merezcan el.honor de un concurso, necesa rio es conveni1', que n i ha-y ya el en tusiasmo de otros tiempos para eatra 1· en esos torn eos, ni los premios señalados en nuestro programa eran bastantes á escitar e l de sus poseedores, hasta el puulo ele traerá Pon ce caballos de estimaajou y valor, expooiéndolo s e n una jornada, más ó ruénos larga , por caminos que distan mucho de garantizar un viaj e .feliz. Esas circunstancias apuntadas fueron una rémora para que las carreras de en estas fiestas estuv ie1:an muy lejo s de ser lo que fuerori e n los varios copcursos habidos en la Capital, y en dond e brillaron por sus bellas formas, su andadura, escape . .paso de camino, u es ·tampa, el Afanchao, padre y abuelo sucesivamente de los Romp e- losas, Li ebre, Nube-Volante, Céfiro, Adónis, Fama, Perla , Almirante il innumerables más con qu e se honra la geneulo¡¡ia esclarec!d<1 de aqu_el, c ruzado por su rnteligenle du eno y eq n1tad o r cl1st10gu1do. D. RamonAponle; quien mer eció que la antigua Junta de Fomento premias e sus desv e los con un magnifico caballo de raza andaluza. Poco tuvo, por consigui en te, que hacer e l Jurado que ocupaba en la carrera el puesto gne se le babia designauo; porque pocos fueron los competidores e n la lucha, y estos mismos eran .de dudosa aceptucion en un concurso de este género . El programa, empero, se cumplió. y en sucousecueni:ia, se engalanaron con tres ricas y elegantes borlas de seda , y llevaron lus premios de 50 pesos asignados li. cada uno, los caballos siguientes: Coquito, por andadura, de J folio RiYas . ..

Ll egó la larde, y la hora de las carreras de caballos qu e bobian de verificarse en el principio de la calle Real el e la Marina, en el trayecto· indicado en el reo lamento especia l que c1portnnamente se hizo circ ular. 0

Los boles Josefina, Elisa y Mariana fu ero n los regaleauor es qu e obtuvieron los premios señalados, en medio do los vflores del espectador y de los vivos compases do las danzas que una orquesta ejecutaba.

¡Será porq ue los tal es e nsebados no tienen oc/Jo bastante qu e a nin¡ e á los trepadores á pon e r en ri esgo sus costillas 1 ¿O será porque otros juego», si no tan ino ce nte s, sf peligro sos y no civos, me r ece n hoy s u preferencia 1 Si es esto ult imo , di gno es de la men tar se, y ra zo u pQd e rosa por la cual conveo dria que se fuera discurriendo algo qu e sus l.ituy e ra á aqu ellos con ventajas mas recreativas, y á es tos illlirnos con utilidad moral, siendo así que es justo y necesari o dar al p roletario su par le sirnpúLica d o fieslas; y a lgo se hizo e n ese sentido en las 1que r ese ñamos. En efecto; hub o la coi ncidencia de e ncon trarse aq uí el pres tidigitador y acr óbnla( Mr, Willio, llamado por sí 1 .. 1

I• - 48 - ' Flecha, por e scap e y r esiste nci a, de D. Da rlo La g una .j!I No creemos qu e porq ue se h ayan olvidado ya e n los p r og ramas de nu es tras ficslas populares es ta cluse de conc.u: s?s, d ebe por oso. por \'arle de los !Ju nic1p10s el acrcccntamwnlo y' mc¡ora do a raza caball a r, dest inada . a l tiro de lo:; carruajes y ¡¡la cabalgadura. Por el contrario; do ac qcr\lo con lo qucoscribió nu esLro am igo D. Manuel Alonso eu e l C1111cia11tra de /Jarinqum, pu blicado en llarcclona el alio de 18"6, cr eemo s qu o so dchieran en los pr esup uestos locale s asig nar pre 1 mios . · { I ." A la uiejo r yt•gua 1lc vientre. 'l.º .\ l caballo m.1s lijcl'ú. 3.º Al dot>indo 1· e n señado. 4 ,• Al más COL'Jlllleulo y Je más fucrr.a 5. 0 .\l de mtl!o t' cslanipa. Nada h ariamos de nuC\'O ni tic mús nosotros obrando asf: cuand o subido es qne España. Frandn, In gl ate rra y o tr os pueblos rtondc la s Yhs de comunicac iun han lle"ad o .m b asta al vapor, tied on c"la hlc¡ci los pod ero sos mulos para osle importanlí si mo ramo del trubujo. y de la iuclnslria: yEensiblc¡- tic lamentar esquo los Apo nle n o tengan imil·1rlorcs sucesirns en e l puls, donde pare ce sentenciado [: rnuertc e l mojoram1c nl o caba llar , o n tanl o qu e .en afros, com,o la y Jo s lisiados Uni dos so esliendc cs lc cmdaclo a1 vacuno; pues ;;o ha visto vende r vac.is t!c 70 arrobas ele ca r ne, que da tmo hasla 1,0 c uartill os de lcche ,á 3;; ,. 10 mil rosos una, y un !a r ele de 3 años de edad , en t 'l mil. Por una rnrlidu 110 111 r eses paglirnose º" l os Eslados-Unitlos 380.860 ¡1 eso s; y po r olra de se dt ero n en !nglnl c rra mas de 00 mil duros. As! lo consignan El Tim es de Londres y El Scicnii{io American dcNueva-Yo rk ;a l ocuparse ambo s d el cruza 1mcnlo y mejoramie nt o alcanzado e n e l ganado vucuno e n aqu e llos g raudes mercados de la incfu sl ria. No hay para qué decir, que tao fabulosas sumas so lo sabe dcsembolsarlas la esccntricidad d o un lord ó d e un acaudalad o banquero. Heab í un med ió poderoso do acr ece ntar la fortuna publica, y de enr iqu ecerse las cajas municipales sin gra. ,/ ·. -49vámen ni vejámen de tos pueblos, prepardndrose as1 para dar á sus fiestas tradicional es Ull' útil y civilizador encanto , con soro deslinar unos pesos de s us presupnestos al esllmulo de la ganadería: pesos qu e s ie mpre es' tarian m ejor invert idos on esta alencio n tráscenrlenlal. que en coheles, glolios , salvas v otros esceso s de last radiciones, • VARI08 OA.ILE DE A.HTE9AN08 . Así como se di ce qu e no . h ay Re rmon si n su San Agustín , ni co rn eta s s in co las, tamhieo pne de asegurnr:I se qu e no bay e n P uerto Ri co· fiestas sin 011is liles ensebados , cucaña s y los j ueg os de l pavo, d e·la sarlen y otros . . Particularm e nte los primeros, ' so o d e jttri lo mismo é't1 Ponce, poblacion de tono e nc ope tad o, .qu e e n la mas rnodesta de nuestras al deas. Entre aquello s vimos en uno de los casi mue ll es de la Mari na , un ensebado eu forma de baupr és. que dió ocas ion it mucho s para da rs e algunos baños d e mar, contra s u voluntad. Estos r ecreos inv e ntado s y pueslos e n 'plan ta para solaz del pueblo ó de la chi ll ona Lú.rba d e chi quill o; que no falta jam ás eo los jal eos d e piar.as y ca lles, van s i n em bargo siendo un tant o desde ña do s por los mism as para quienes se establecen.

Ea la .Plazol eta del tea tro vimos un a• enramada de arrayanes que ostentaba va ri os trasparenles con alegarlas é in scripciones nacionales bien iluminados, v lle un sencillo, pero ag radabl e golpe' de visla.La funcion conservó hasla su termino el mismo tono , la misma armon!a con que dió principio, y que---no nos de repetirlo---son y hao sido siempre las cond1c1ones que resplandecen en la s reuniones de este gl'Upo numeroso y digno d e la sociedad ponceña;. al que nunca escasearemos loa elogios, cuall¡iera sea el pa· knque e n. que nuestra pluma se ponga al se rvi cio del publico, siempr e que como hasla aquí, se haaa acreedor á ellos en todas las circunstancias de la vida en quo se coloque á prueba la dignidad y decoro de una cla· se res peltl d a y respetable donde quiera que se estimo e l • trabajo y la bonrad ez. Reciban lo s a1'tésanos todos de Ponce , las felicitacion es. que por nu estra interpreltlcion le s dirije toda es l.a sociedad. DIA 11.

BI labiado ú plataforma quo se hubo de levantar en la plaza Principal para r¡ue tuviesen lu gar lo s ejercicios de Mi-. Willio, inespendamenle desplomó, hiriendo sus gruesos maderos, iL siete njños que se e ncontraban li su a lrre dedo r. Por fortuna, en el acto fueron auxiliarlo s por lodos los cuidados iodispensables, eooduci é ndoselcs a sus casas respectivas, donde por fin, segun he111os oirlo. haa onco nlrad o una completa coracion, despues de haberse visto tres do ellos muy cerca d el sepulcro.

• ·

Así terminaron las payasadas del "hombre misterieso" co n dive1'timiooto de los cbiquillos, la desazon l' el susto ele otros, l' co n poco provecho y nin g una gloria del protagonista. El dia 11 una comision de la Junta de festejos con orquesla y acompañamiento, Sil' trasladó al cuartel, conduciendo para e l balalloo de Madrid un hermoso novillo y una pipa de vino con que se le obsequiaba por los generosos servicios que prestó su Banda de música durante las fiestas. Por la larde hubo una parodia de corrida -51-" dé loros por los soldados , en la que el infeliz novillo no salió muy bien librado; asi un especli1culo comlenado ,-ya por · la civil izacion y por todos los hombres pensadores que aman en España el brillo de su cultura y de su nombre.

Vamos á cerrar esle capítulo con el baile de artesanos que en la planta al(a riel teatro.se ce lebró e n la noche de este dia. . Gusto en el decorado del salan, ' tono en las formas v cultura en el trage de lo s asistentes de ambos sexos, moderacion y 6rdeo en lodo, l' una agradable armenia en pi conjunto, reflejaban en aquel sitio una alla idea d ef estado de la boa rada clase qITTl lo llenaba, y del general de la villa donde tan risueño cuadro se ex hibía.

-50mis mo "e l hombre mislerioso ", especie de Como-Plutóni.co , por lo familiarizado quP. está con el fuego y con el aceile hirviendo , que mastica y traga con la serenidad y dede quien saborea el mejor y más esquisito bocarlo; a lal coincidencia, repetimos, se debió el que, laolo e n la plaza de la Villa como en el Tinglado de la Marina , se reuniera: alternalivameote la multitud y se llenasen los balcones rle curiosas, pam ver l' aplaudir los escamoleos, preslidigiltlciones, suerles, contorsiones y rnros aplltilos de Mr . Willio; quien ll evan do en sus manos una arquilla, ponía á rootribucioo a todos sus 1·spec- ) · lado r os; salvoá aquellos que al llega r este momeuto desfilaban dejando al hombre mis lcri oso con diez palmos de narices, si!l qu e le valiesen todos s us 'iuistcrios y habilidades escamotilrs para sacar lu moneda 1lel bolsillo del que creia que ali! se le llamaba ú "ª"•guy no il ,·erbo poco menos que ioconjugable, l'm1ndo de cot1xaciones de es ta especie se lrala. !.lo uoa de esas Lardes la poblacioo 1e conmovió hontlamenlo con motivo de un acc id ente desgraciado, que pudo ser f'uneslo .

CONCURSO DE TROV,,.DOREl!I Y DE TOCA.DOREl!l. El acto que vamos Ii perlenece aquellos .J. •I 1

-'52que .no tienen trascendencia social de ninguna especie. 1' Es un acto que, s i envuelve alguo ioteres, es esclusivamcnte provincial bajo su irnica faz de recrear el Animo con cantares y sonatas que el estado de las arles musicales en el país en su infancia, y en los cfrculos hoy del sencillo y. siempre alegr.ccampesino, quien todavía ameniza sus fiestas intimas y queridas, con seguidi llas y déci inas, á los rústicos del requintado tiple, del' sonorv cttat1·0, la grave bordonua y el giiil'o alegrador.

Precisamente en estos dias en que eslas líneas escribimos, dias de Jos aguina ld os , es cuando nuestro buen ) 'jilmro trastea coo m:'ts entusiasmo su bandurria, manuJ'nclura propiamente suya, ya de yagrumo, r.apá ú otra materiu d úclil. v va de casa ea casa del vecino en son de pedil'le su aguinaldo, endilgAndole por via de prefacio Ja eonsnbidn coplita: Tengan buenas noches. buenas noches tengan, y despues de dadas la mesa prevengan. Y il la verdad, j uslo es confesar,,que sin embargo ele lo agreste de Ja po esia, hay en su; sonatas y cánticos u.o no sé qué, un linte de civilidad borioqueña sui generi.s tal, que á veces solemos oír con tanto gusto y esparcimiento esas eh1cubraciones, como un trozo de los mejores cantar e• de .Deraoger ó de Trueba. . Y es que el canto ha sido para algunas sociedades del pasado, el reflejo de su historia y de sus tradiciones, así tomo e n las actuales es un medio de represen lar los episodios lrdgicos ó melodramlilicos de un pueblo, de una raza, de un personaje notable cualquiera; y esa es la ópera italiana . Tambieo se aplica el canlo ú ridiculizar los usos y cosl mbres contemporáneos ó á asuntos de pura fántasta, constituyendo la zarzuela española; y la historia de Puerto-Rico nos dice, que el canto era la única forma que leoian nuestros indios de trasmiLir sus hechl>s y hazañas de generacion en generaciuo. Y si lodos Jos pueblos, lo mismo el de las ciudades c¡µe el de las selvas, tienen sus cantos que les son peculiares, y algunos conservan con resp e to y veneracion los primeros que resonaron en sus monlalias, ¿qué mucho -53que nosotros en nuestras fiestas públicas convoquemos á concurso y acordemos premios á los trovadores y tocadores campestres que se di'slingan de alguna manera , ora en el canto y letra de las trovas, ora en la ejecucion, en sus primitivos instrumento s, d e los aires del pafs ! Con el objeto, pues, de disfrutar de esa espectáculo provincial, nos constituimos á la hora prefijada en el Tinglado de la Marina. · Más afortunado que la regata, el co ncurso de trovadores y atrajo á aquellos sitios una concurre ocia !lada escasa y con acopio de bu en humor. La dive rsion, si no era nueva carecia rle novedad para una gran porcion de Íos as1sleules, eltt.r.angeros unos . y otros, que puerlo-riqueños y lodo, no la conociao de cerca ni en sus gráficos pormenores . En el fondo del edificio, cjue ya conoce el lector. se habiaimprovisado un palco pa¡a el Jurado, ouyos jueces. lo ocuparon, invitando á que subiel'an áé l á los opositores del concurso, empezando por los trovadores, que acomp.añados de una vihuela, dieron principio ú aquel pujilato de garganta. Cuatro fueron los presentados il disputarse la gloria del vencedor. Pronto quedaron dos fuera ¡le comba le : sus armas, d é bil es en demasfa, qo estaban templadas para cruzarlas muchos minutos con las de la olra pareja que quedó sola en la palestra, dueña del campo. Des pues d e más de una hora de lucha, ya á lo divino, ya á lo hutllamo, ya de amumettto , GOmO ellos llaman á su trovar, sin ventajas notables de una ni otra parle, el Jurado, para ver el modo de dirimir la pacífica contienda , propuso una redondilla para que aquellos campeones invencibles la glosaran . Pidióselesnada ménos que un in prontu, contando, por supuesto, con la imaginacion versáLil de los coolrincdn Le s; de los cuales no siempre se pudo decir aquello de"' si no es verso, es verdad;" pues pocas veces se e ncontraron asociados esos dos elementos de la Re tórica y Poética: y bario senlin'1os el atraso en que nos encontramos, respecto á Taqu igrafla , puesto que se!l'ejanle ignorancia nos priva del gusto de dará nuestros lectores un modelo acabado y S11blimede la· poética jibaresca. Baste que la hilaridad y los •t 1

El salan flotan le estaba colocado en 1inea r ec ta al citado edificio. Esto con sus vistosos trasparentes iluminados por diversas luces convenienlemenle sus banderolas qu e ondulaban al tenue soplo de las h eladas brisas de Diciem br e. y la multilurl de admira<lores que se paseaba en aqu e l anfiteatro, dispuesto allí como ¡¡ara servir de autcsala al salan que sobre las aguas balauoeaba, per{nilia ver por entre sus sencillas y e legantes columnatas , el asilo destinado en la babia it las cspansiones puras del ·• '

-54aplausos estruendosos d e los concurrentes, llegó aquí á su apogeo; e inlerin la orquesta saludaba á los vates, el Jurado dnha su fallo. acordando unánimemente y por equidad, que en vista de que ambos merecían lo mismo, se premio d e los diez y seis duros entre los dos. Ocurrió al llegar á este punto. muy inleresanle del concurso. nn incidenle que --por lo que valga-- no quer emos pasar en si lencio, uo obstante l a poca 1mportilocia y trascendencia que parece tiene &o si. Uno de los agraciados, ú insligacion, --segun se nos dijo a lli -- de otro individuo, r¡ue siu duda creyó darle un ) Lnen consejo, se o cgó iL acatar la decision del Jurado, é · interpe ló a l pueblo (así llamó it los circ unstantes) para 11 º" dijese si era él ó oó el so lo "' erecetlo1· de todo e l premio. El pueblo vacil ó al principio; mas concluyó al fin f1ur cs lar de acuerdo con el tribunal, iuiico allí y sin apeaci0n. reveslido de los mas podel'Cs. El consrjero se olv id ó d e l o que significa un Jurado; y bueno e:i •1u c >C lo liuvumos recordado, por si acaso algun dia alcanza ese puesto en un acto más sério y LrascendenLal. Llegó su turno ú los tocadores der,Lradicional cuatro: subi e ron ú la lribuaa, y acompaiiados tambien de la obli. ,g¡i cla vihuela y del güiro por acólito. qu e por cierlo 11Hmejaba coa gracia y pr ec isioo un niiío de 6 a 7 años, ejecutaron alternativamente varias bailables, de dili cu lwd e n aquel dicho instrumento, con gran div e rlimi en lo de los espectadores. El.Tura do que vió la sobrcsalien¡e habilidad ue uno uc lo s comp.,tidores, le asiguú e l premio que señalaba el prog rama, aclornandQ el pecho de ambos, como lo hizo 'con l os trovadores, co a lazos de cinta. Fallaba uno á 4uien premiar: 1 efecto el tribunal se puso á contribucio n, y ú su vez premió al artista en ciernes que rascaba e l giu'ro tan graCJosamenle. Y en medio Je los plácemes y palmadas de los cQncurr e nles y d e los acordes de la danza, se disolvió aquella animada reunion admiradora, de las arles agrestes del país natal.

Todos los deseos , todas las espe raa,.as r¡ue e l pr ograma de las fi estas habia h ec ho conceb1r, e> laban peu rlieates, á no dudar, de la cabalgala l' del o rigrnal cspe• taculo do la babia. que cada c ua l se fingía ó a1livinah,1 a su. maaera; pero todos confiaban c a que seria el de mas novedad , e l mas risuciio l poelico rlc cuantos la imaginacioo exaltarla d e los t r óp ico s , lnn dada it lo mn:ravi]J.oso, podía prom ctc rs é. Por donde t¡uiera se habla.tia. comenlitndose ya, del baile il la ve,ncciatta, como no muy propiamenle se le llamó; l' no liubia doncella ni mancebo que no aguardase la nocbe del 11 cou la avida curiosidad d el que sueña impre s ion es y t1·asporles extraños, ante la contemplaciiln de un aconleci111ie11lo nu evo y deleilo s o. . Los des eos se cump li e ron ' al l'u: las espernnzas so co lm arou, con muy poca pérdida del encan to co n se las babia engalanado. ·

Sonaban las ocho de la noc he o n e l reloj d e la Villa, y era de ve r el cruzart!e coches, asr dealquile1· co mo particular es, en direccion á la s miir¡:¡e nes del Cai;ibe cine sosegadam e nte se rompia e n d eb¡ les olas en la playa. ·

Los veh icu lo$ no cesab an de co nduci1· danzantes y curiosos.

La impresion quo se rec ibía al bajar d e los estribos d el coche, frent e al Tin g lado , e ra ua feliz augurio cl ii las que babian d e suceder le durante las horas de noche tan anhelada.

I' -55EL 8ALON 1

Pero tiémpo es ya de entrar en el salan. él por bajo arqueri.as de ramajes de palmeras simétricamente entrelazadas . .

No hay hra que no baya entonado . cánticos de admirac1on á esa soberbia hechura del Creador donde lodo es grande y ' bello, as! ante los horrores de la lem: pesle:.d que muge, como del abismo que á sus pies se ensenorea. H.e ahí porqué la que en el salon . fJotante se ofrecia, llegó .á ser la ilusion más acariciada, el ardiente auhelo de la ¡uventud, siempre avara de sorpresas que pasman y de emoc.iones que aturden.

Su era la de un rectángulo inscrito en un octógono 11·egular, cerrado por una barandilla que servia de antemural, cubierta con colgaduras do bluoco, azul Y. rosa . En e l centro se levantaba un'a columna revestida de fina .lela, de cuyo est1·emo superior parlia un cobertizo de lienzo , que corlado y unido en franjas · de colore_s, daban al salon el aspecto de una de campana . Sus cuatro áng11los salientes se dost1:iaron á locador de señoras el primero, y los otros a la gabinete de caballeros y i• sala de refrescos. Sus lados principalesocuplibanlo las Jiero i nas la fiesta vesL1das ole¡¡antes trages cerrados. propios. del lugar y con el precioso adorno de sus gracias y gentileza naturales. Rompió fa orquesta con un vals. y lanzáronse como .al de una bugia, ó ya en el movimiento oscilatorio de la danza, como siguiendo el blando vaiven. que las olas imprimían al salan. No faltó almarip.osa r¡ue en su revoloteo y á las ondubciones de la nave, se rindiera al mareo, y la 1mpus1era el duro sacrificio de abandonar aquel nido j 8 .. 1

•I

-56Erguiase aquella mansion consagrada á las nliyades ponceñas y li sus amables huéspedas, á corta distancia de tierra. Las olas. por el arrullo apacible de la noche, apenas rizábanse en ondas suaves, que al rozarse con la quilla de las embarcaciones que servian de base al salan, le comunicaban un ligero vaiven; á cuyos mágicos efectos dibuj;1baqse caprichosos calados y mm;aicos formados por el cortinaje de verdes ramas que lo adornaba y los fosforAscentes resplandores de las bujias, que por intérvalos, en sus tumbos acompasados, mirábanse en el azul espejo que tenian á sus pies, seme- 1·jando brilladoras constelaciones en el fondo del mar. ( J.legábase á tan mágico recinto por un puentecilla ó muelle, por cierto no correspondiente á In fantástico d'el salon. y teniendo á la vista las lineas lejanas y confusas ele un horizonte .do no llegaban los fulgores de Diana macilenta, que se mecia en sus alcázares de estrellas en tod;\ la plenitud do su grandeza. ·En segundo término do! cuadro columbrlibanse los mastiles y vergas de los audaces conductores rlc la civilizacion, vestidos cgn los matizados colores que simbolizan la patria querida del hombre, destacados en el espacio por la trasparen eia de los farnhllos venecianos, que en confusion fantástica con las plé)'arles y las osas del firmamento, reverberaban en el onduloso cristal, sobre cuya diáfana suporJlcie tenia lugar aquella fiesta; remedo de las mil y una noches. Preciosa como pocas de Diciembre era esta. Todo convidabn en ella il saltar en una barquilla, é ir i• contemplar aquellos cuadrés sonrientes, colocado el espectador en el centro de ellos, al unisono rumor del remo sobre sus tqletes y el mar, y al compás de la música festiva que en aquel retrete enr,antador de la danzarina diosa, lanzaba sus aires dulcísimos al viento, repercutitindose en el silencio de la hora , como los ecos misteriosos de una a1·monia no terrenal. ¡ Oh 1los encantos del oceano tienen para el alma del poeta las dulces tristezas do la soledad á la par que las lP,tricas alegrías de sus ruidos magesluosos y severos ! El inspiró la egregia musa del gran bardo castellano que vió ceñida su frente con la laureada corona del genio, po-57en ;u .!lrpa eólica, con la mis¡nll' pujante voz del p1elago ru¡1enta, aquellos versos . sublimes: "Héme al 1ln ¡·unto á ti: tu hirvi e nte espuma " El alto osco lo sin cesar blanquea "Donde entre temor y admiracion to miro. " Inquieto centellqa " En tu cristal el sol, que al occidente "De magestad vestido .b.uye y se esconde. " .

FUNCIONES RELIGI08Al8 . Bajo este rubro debieran contenerse todos los actos que con la solemnidad de nuestra Religion se han celebrado en el hermoso templo que decora á la villa de Punce; pero como ya ea otro lugar nos hemos ocupado del Novenario y la Salve, réstaaos trazar algunas pinceladas en justo honor de las que en éste, grao dia de las fiestas, Luvieron lugar. Las espaciosas naves de la casa de Dios eran estrechas ti las 9 de fa mañana para contener el genlio inmenso, que en su ferviente anhelo iba ali!, ea su mavorla, á refrescar su espíritu con las auras balsámicas de fa oracion; y Jos ea'la con templacion de los cuadros que la belleza y el adunaron, para har,er en aquel recinto una ostentacioa de las vanidades y pretensiones humanas. Para este dia 11uardó la Iglesia sus mas valiosas preseas, joyas y vestiduras. Celebróse el augusto Sacrificio de la Misa con lodo el solemne aparato con que el Catolicismo sublima sus misterios divinos, El venerable Vicario ocupó la sagrada tribuna, y con fácil acento, esti!o adecuado y el aplomo del que lleva en -59la conciencia la. verdad que predica, sé ganó Jaatencton .s u aud1Lor10 que Je escuchaba con el edificante reco¡1mrnnto del cree lo que escucha, y desea nutrir . su a ma con las sáv1as regeneradoras de la fé. Pero .Wandonemos con respeto una descripcion en cuya santidad no penetra la critica, y pasemos á decir a lgo .del Coro al lector, ósea de la parte de esta festividad rehg1osa.

( 1 ) No-hace muchos años --con pena' lo recordamos-el d1a de fa Guadalupe era un verdadero aconlecimienta musical; s1 no para la generalidad de los habitantes de esta Villa, sí, al ménos, para cierto númorii , y no escaso, de de uno y olro sexo, que, aman les del arte, solemmzaban con su expoalá nea cooperaciqn la gran Misa con que el ·pueblo obsequiaba á su exe lsa Patrona · La memoria de este dia y de las veladas artisticas á que daban lugar los ensayos, tan. llenos de dulces recuerdos Y.ta n fecundqs quizas y sin qúizas, e n sucesos feliaun está e n nuestra mente y con dificultad se Por eso cada vez que la mañana ele! t 2 de Diciembre n?s reune en el templo, al comparar la solemnidad del d!a de con _la de olros du no lejana época, a l notar Ja diferencia sensible de ésta á aquellos, contristados, no ·.podemos ménps que exclamar :¡ quanlum mutatusab illo ! Las no1enas, Salve y Misa de la Patrona eran entón. otros tantos en donde una juventud entus!asla y cuila, lema ocaswn de lucir sus felices . disposic10nes en el sublime arte de la música. Amante de Jo bell?, el se eng randecía á sí misma; la cultivaba su espíritu, y por su influe°:c1a alegre y bulliciJsa , atraia hácia sf la cons1derac1on y aprecio de un pueblo que con tal juventud se enorgullecia, que de hacia gala. Mas paSó aquel liempo, pasó aquella juventud, y co n uno Y otra pasó tamb1en el gusto, ol amor al arte musi[l] 9ueremo1 co111tar que á 111 aruable cooperaclon del inteU· gente anugo nu e11tro, D. Aq11ilc1 Colon , debto moe Ju reteii&I mualcale. leen en estaa p1¡1or11 , y por cuya fiu caa Je dawoe Ja.i más cumplidu gn>ciaa .J ·t 1

-58marino de la poesia y del amor. Las más de ellas pronto se familiarizaron con los tumbos del ba¡·el. y sin ¡il tregua ni reposo apuraron los goces de a danza , basta que la señora de la noche qmpezó á declinar del céoit; desde cuyo alto asiento rielaba con sus rayos los contornos de aquella morada transitoria del placer, donde revivieran tal vez tantas halagadoras esperanzas, y acaso quedó sepultada más . de t¡na ilusioa hermosa, ll e gada . a1lf en el capullo de su vida. para perecer veloz como el ens ueño. Pocos instantes despues solo se percibia el choque las olas, y la sombra del que fué escenario de tantus ilusiones como un éspectro en las soledados del mar.• " As! pasan las glo1·ias de .este mundo." ' DIA 12.

•I

-60cal. Hoy l qué nos queda? El recuerdo mudo de aquella ópoca querida. l Quién que amante de la musita se llame, no recordará con placer y tristeza á la vez. aquollos dias en que bajo Ja direccion de un Sabattis en la casa del amigo reunidos , goziibamos deliciosamente de las dulces armooiaR de lleethoven y Mozart, al escuchar sus sonatas, sus trios y tantas otns inspiraciones qun componiau el esteoso repertorio de aque circulo de aficiomÍrlos artistas ¡Quién no r e cuerda sus misas, tao brillantomcntc ejecutadas, y trozos mas de.una vez regalarou el oido do un nümcrosisimo auditorio, en las no pocas soirccs musicales que con tanta frecuencia se celebraban? Disimule el lector tanta dwresion, en gracia al ruereciilo tributo de justicia áaquelYajuvcntud que tan gratos mumei1tos nos hizo gustar. · Algunos de sJs individuos existeu que acreditar pueden nuestro oscrto: ellos dirán si nos equivocamos. Entremos, pues. en nuestro propósito. . La Mi a do Uordese, ejecutada el dia de la Guada lupe, Rin que pr e tendamos despojarla de sn mérito intrínseco como composicion, y juzgada solo en conjunlo, puede de cirse que no está á la altura de su nombre. si la comparamos con las en otros años con motivo de la festividad de l mismo dia. Música franc e sa, con su originalidaa y lijereza caractc rfsticas. poco 6 n.ada ti e ne de la.dulzura ituiiana, ni de la filosofla y profundidad alemana. Sabido es que la música francesa ·debe sus progresos 1i la iluliana. Lulli, célebre floMntino del tiempo de Luis XIV, confundi e ndo coi1 aquella la melodfa de esta, obtuvo de tan afort1"!lado enlace, el buen gusto que tanto hala ga ú los franceses con respecto 11 su música, y que de bu e n g rado le reconocemos; poro con torla s sus beHezas profanas, dista ne. poco. en la sagrada, do la de Cherubini , All cgl'i y tantos otros. . . En el templo estamos, ó por la molodfa italiana, que nos ol e va, que nos trasporta, ó por la armonfa alemana, que nos reconc e ntra, que nos sobre c11ju. llaliano fue (de Stradella) el famoso Oratorio, cuyas dulces notas desarmaron el fur.or de los tres sicarios quo debibn asesi61ocultos en e l mismo templo; y al.eaiaii'a (de Mozart) la ,e lebre misa ..de Requiem que fué para él canto de cisne: "No lo dudes, Constancia, decia á su muger; ese . Requiem lo escr1bo para mi: es el que servirá para mi entierro. 11

Palestrina creó la mósica religiosa, y despues de 200 años, sus obras se escuchan con entusiasmo en los templos de Italia. · Pero la qué buscar en grandes y rémotos paises lo que no escasea- en nuestrajóven Borinquen rLá pródiga naturaleza, que ceo esplendidez derramó i solrre este suelo sus preciados favores , ·dotó tambien á sus hijos de una imHginacion vasta y ardiente como su zona . Las ciencias y artes se cultivan en .ella con honra y prez, y no es l a música por la que menos in clinacion y aplltud han demostrado. . Reducido este arte eu un principio A ·sus aires primi• mitivos; mezclados lu ego á las insustanciales tonadillas de sus colonizadores; sin ·cosen·atorios ni ni simples escuelas , propiainemte dich;s, y debido al estudio pr1vado, sin estimulo de mnguna esper.ie, y á la fecunda imaginacion de sus hijos han llegado estosá dignos de figurar entre los ma: estros de nata. Los Wemer, Ramos, Andino, Defilló, Tavarez, e l inolvidable D. Domingo Delgado y algunos otros, asf lo proclaman. No hay género de .música , desdé l,a coqueta y encantadora danza, hoy á una altura suP.erior, al est r e. mo de verse sohcitada y recibida con júbilo en los grandes centros musicales de Europa, basta la seria ópera en lo profano ; desde sencilla y delicada meditacion, basta la .magestuosa Mirn en. lo rehgioso. no hay ninguno, repetnnos, que no Laya .slflo tratado con éxito lisonjero por esos y ot1·os compositore¡; de nuestra antilla. Y localizando, y vinie'bdo á nuestros dias, señala r eII!ºs como música religiosa. digna de las arandes solemmdades, la Grao Misa del maestro catalan 'f:i. Gabriel Ca rr eras, con cuya amistad nos honramos, ejecutada por pr.1mera yez (y \acaso para no repetirse jamás) en este mismo d1a del año pasado. •

Quisiéramos disponer de suficiente para ocu1 ' '

Nos hemos estendido más de lo que deb1eramos; · pero nos ha parecirlo oportuno las páginas de este libro para sembrar algunas id eas que pued e n ser fecundas para el arte que con tanto brillo ha empezado a c ullivarse en Puerto Rico . tierra de nu estro amor desd e qu e en él vin\mos á la vida. . Que nuestros deseos se c umplan , y sea nuestra rnte ncion bien acojida por aquellos de nuestr os compatr 1ot:•s que, como nosotros, e l progresoarUsl1codel.pa1s ., Dio termin o á la s funcion es de la Ja lesia la Ju c1cla y brillanle proce sion de la lm áge n cl e la q.ue recorrió )a pla za Prin cip a l y de las Dehc1.as ba¡o atmosferas db llores y armonias en la hora apa cibl e en que el sol se escondia ante la belleza y magestad de la que e n efigie representa á la Rei na de los Cielos.

Pero en las cuestiones de arte preferiremos siempre el titulo de severos al de acomodaticios. Lá justa critica es el crisol en donde , se depuran los vicios de la s sociedades, mejorando sus cos tumbres; al paso que el 10cienso y la adulaci on son letal es venenos que favorecen la indolenciu y !!llnliflcan los vicios; y esto es lo que d ebe evitar el critico.

Tenemos juve ntud suficiente amante de la música, pr<®sores intelijectes y no escasas obras doncle .3J.>render; ¡por qué pues, no hemos de tener !'.me nos n;ius1cos ! ¡No es bochornoso veamos con fr ecue ncia , cad.a vez que una co';Dpaiiia de zarzuela, )lOr nos visita, venir músicos de otros pub tos mfer1ore &en recursos á esta Villa, traidos con el fin de compon er una pe- . queiia orquesta, qu e Ponce con tas auyas no puede proporcionar! . No terminaremos, pues, sin volverá al estudio del arte; no olvidant!o qu e la más sen alada prueba que pueden dar d e que ve rdad eramente lo es honrándolo y contribuyendo á eleva rlo en el , pa1s a su mayor grandoza. . ..

Como compleihento de eslos actos de piedad crist.iana, la filantropia ejerció uno no mecos gralo á los OJOS J

-62pnrnos, cual se merece, de dicha Misa, en cuyo exámen nos veriamos asaz perplejos, abrumados con el caudal, con el lujo. coa la plétora de digamos asi, con que Carreras nos dió á conocer su obra. Grandiosa ea su principio, no desmereció en ninguna ele sus diferentes partes. Solemnes kiries, brillante Gloria sublime Credo: es en suma digna de figurar al lado de Ías de Bertini. Necesario es bir esta Misa para poder comprender su mérito. Es lard e, se dirá, para el elogio; mas no lo creemos ns i: siempre es tiempo oportuno, cuando se de hacer justicia ni verdadero talento, y poner de relieve los progresos del arte en el pais. . . . La orquesta, bajo su misma no tlió desgraciadamente con su al mérito ?e la parlilura. Esta razon y no otra sm duda, habrá sido y sor1\ causa de qu e nunca más podamos volverá escuchar ta n excele nte obra. · Ya qu e á nu est ra orquesta !.legado otra vez, terminaremos esta ya larga r evista, d101endo algo sobre su desempeño e n la citada Misa de asl como de Jos ca ntantes en su cometido . . El mageatuso Kirie salió por unos y otros bastante bien. El Gloria, brillante e n su e ntrada , decayó algo on sus diferentes partes. Si el L auáamus, duo de tiple y bajo, no dejó que desear, el brillante a/legro ( uga to del Quitol/is se retrasó el BaJO fundamental ; y en el Quoniam, poco falto para hacer. un completo fiasco : la orquesta vacilante no daba seguridad á los cantantes que dudaban. La introduccion del Credo á voces solas, de gran to,efecy bien co mo el terceto Deum de De.o. El so.lo de ba¡·o, Eti nspfritum, gusr;;), á pesar de la poca seguridad de as trompas. En e l Confiteor ( terceto) se notó desafinac10n en las voces; pero la Tlatita y bombard100 acudieron a tiempo de rem ed iar la falla. El Agm•s y Sanct1<s, le r cetos de gusto, alcanzaron una buena ejecuc ion . Una vez más lo repelimos. . • Nos duele siempre que tenemos que mo¡ar nuestra pluma dar de alguna musical, no poderlo hacer en t1pta color de rosa, s100 n eg ra y muy irl -B3negra: no poder dar cumplidos plácemes, sino á cie1tas individualidades, y ser tal VP.Z duros con la generahdad de n'uestros mú sicos, en verdad que nos ªJ.>ena. .

DE ETIQUET& . A osc uras, con luz, con i:;enie b sin gente, sjempre eres bonito. VA.Ltmo. Con esas palabras del eminente actor espoñol, vertidas una noche de pobre concurrencia en nuestro teatro, al coolemplarlo por tras el cristal del [elo.o de la cadura, hemos querido este ultimo capilulo consagrado al baile que, por Lerm rno de las fiestas, se dió co e l edilicio más bello y mooumcotalcoo que ge exor ua la Villa, y que arranca este twdo el que lo visita: "es verdadera meo te una perla La r.omisioo de festejos declinó su encargo en una sub•comision para que se entendiera en Lodo l o concerniente á la preparacion y adorno. de aquellos CQD e l objeto rle que en nada de su ai·t!stica Y natural belieza, de la seriedad y brillo de la func10n que allí babia de tener lugar, y del gusto y de.lapoblaci o o que la olrecia ú propios y á estranos : cuahdades todas que se pOllen de reliev e en esta clase de.reumo_nes, y dicen poco 6 mucho en favor de una sociedad ilustrada. h' Segunból' nuestro modo de ver, aunque 1per icam e ote, Valero lo dijo, l' el nombre muy adecuado.que llc\'a nuestro teatro lo confirma: la Perla no nece sita de atav!os para brillar co,mo una perla.

Comprendemos el uso de las colgaduras en los salones, en dos casos: 6 para lu cirlas ele rico damasco ó terciopelo, ó para cubrir las fealdades de un lugar dado. · La s que se co lo caron en los antepechos de los palcos, no p odia n t ener nio g uáa de esas dos aplicaciones; porque ni e ran por su tela las que aquel sitio reclamaba, ni necesidad hay en la Perla de vestir sus balcooaduras, dil por sf elcgan les y lucidas. · · En donde si creemos necesaria una vestidura, es en e l pavimento de su salon principal, poi lo ménos . Si, La Perla pide una alfombra para huir del contraste que forma su conjunto ll e n9 de luz y de belleza, con el piso manchado ya, y ¡¡on otros desperfectos que resaltan más cuanto más lujo de alumbrado se desplega.

Pero no fué és te el solo · lunar que se destacaba en aquel recinto del placer, de la e l ega ncia y d e l arte. A nu est r o pesar resaltaron otros que pueden y deben escusarse e n lo sucesivo, y por eso no' debemos pasarlos por allo.

1Lástima que no se hici era Otro Uioto con los pisos al: to s, donde e l kerosioe no correspoodia . al esplendor quo el conju nto debia tener! Eso habrémos apren dido para otra ocasioo. ·

l -65-

Sus hermosos salones y galerías, su megnillco esce · nario con sus vauiadas y ópticas decoraciones, sus vistosos palcos, s u graciosa embocad ura, sus esbeltas col u m-· natas, su e l egante cornisamento, su blanco y dorado plafoo y su exhuberancia de luz y ele aire, hacen de é l un verdadero coliseo tropicál, digno de figurar entre los primeros de ciertas capitales de Europ,a y América. Como está dicho ya e n otra página de esta crónica, la comisioo d e festejos hizo llevar por su cuenta á la primo: ragal eria del s11lon principal, la hermosa luz del gas con qu e so embellecen las noches de Ponce, y que preciosas arañas de cristal esparc ian profusamente por lodo ac¡ucl contorno , engalanado con ricos y de las olorosas hijas de Flora, que saturan ¡¡e remnem enle la atmósfera de la villa delos jardJoes, de los fiambo)•an es y de las acacias . .

De un alfombrado para su grao salon de baile y de otro para su bien decorado pafuo escénico, no se puede 9 . -

,. -ti4' de Dios. El mendigo, la famiha n;it;nesterosa Y:vergonzante recibió de manos rle la Com1S1on de feste¡os de la Villa 'et socor.ro á sus .necesitlades quoli.dia?as, como lo hahian ya recib1ao .los rnfehces la'Marrna. otros al saciar en este dia las necesidades del hambre 1 no bendecirian el nombre d e sus hermanos en Jesucristo, que en sus alegrias no los habian olvidado t ¡ !lien aventurados los que llbrao, porque ellos serán consolad(.s 1 L PERLA.

Las targetas, h echa s por c ier to e n caracté res dorados sobr e blanc• cartulina , invitaba n para un bail e de etiqueta ; y es por demás sabido, que las rigidas prescripcion es de ésta, no se armonizan ya ,con nuestra familiaridad y fran:¡ueza socia l. ¡ Por qu é , pue5, no bu scar otra deuominaciou para los bailes ne ese coturno 1

!i -66prescindir sin lastimar el justo orgullo tau. soberbio e9ificio, orgullo tambien de Pon ce, y testimo mo honroso de la inteligencia y gusto de su lll"qmlecto Don Juan Bertoli. ºd bº 1 Tampocod satisfizo tono y espl.endi ez .ia e la Vill a y a las exigencias de la etiqueta, e servimo de las confituras y rerrescos. 1 • Sen!irfamO'l que se creyera que es mania 6 flu¡o de rebuscar faltas, que por desgracia fueron generalmente notadas , lo que nos impele a ponerlas al lado de bellezas ; faltas que solo acusan olvidos 6 imprevisiones ué apuntamos, aun á riesgo de y herir e l exaq erado y mal entendido am?r de .de merlas masaz susceptibles y qmsquillosas. Muy lejos de eso: s imples nar radore.s y celosos como e l .que mtls de los ponceños, d e la gloria y. honor de esta villa, querémosqu e e n todos sus actos este sie\Ilpre á la ciou de miras d e su buen nombre; que conserve su mvel para que otros pueblos méuos ilustrados h allen algo aprender en olla, y sea su modelo en todas la s made la vida pública ; que ose es, Y no otro. el fin benéfico de la critica. . · Mas abandonemos su campo más árido , para penetrar en sus cármenes de flores y poesia. . _ ¡Qué otra cosa son, sino los centros y sed u ctores e n donde las garbosas puerlo-riqueuas, con toda su corte de apuestos gala nes y sus mágicos atavius, aparecen, como Citereas e n el cielo, de lu z y de hermosura! d ¡Ah! qu ién nos dier(l arpa afortunada del e clutia 6 Ja fá ci l y at.revida pluma de un By1 on, eusaizar las delicia inefabl es que en esa norb e se raban en las blondas trenzas de una criolla rubia 6 tri ueíia e n su acento arrullador de paloma, e n sus braque 1riuguidameute posábanse sobre unos hombros varoniles, que a tau dulce carga se doblaban; en las ondulaciones apadbles de su talle impalpable, Yen aquellas miradas fler.badoras que son un canto de amores 6 una querella de celos! . . . En efecto· nuestras donosas pa1sauitas que hab1an escojido sus y galas para esa noche , -67trocaron La Perla e n un espléndido rosatde nácares y brillantes, que daban á aquel anfiteatro el esmalte de un panorama iudesé"riptibl e: La trasparente gasa, el lfmpido raso y el lino fluísi: mo delineaban la gallardfa de cien tall es que , con un señorfo imperial, pas eába ps e magestuosos á los acordes de una s infouia severa que la Dauda militar ejec utaba e n los iutérva los de la danza, hasta que á lml sones e léct ricos de ésta pasaban aquellas diosas del me rengue blando y se reno, á los prazos codiciosos del galante mancebo que tanta dicha se babia preparado , y que en su tierna lazada dejaba de seguir los compases de la música por contar las pulsaciones del corazon que con el suyo se secreteaba. Cerraba el magnlf1co cuadro que se exhíbía en La Perla en las deliciosas horas de la noche del i 2 de Diciembre, la apiñada y escojida concurrencia que ·llenaba el escE¡- · nario , los palcos, totnavoces y galerias. La orq uesta rué digna tambieu de aquel sarao. lléstanos una observacion que hacer.

Nos parece que te ni endo que darles un uombreá estos bailes, y no. hallando la que propiamente pueda denomi narlos, debiera distinguírseles con el nombre de "bailes de sociedad" 6 "bai les de tono." Tal clasificacion, como que es menos pretenciosa y se aj usla más á las formas variadas con que los vestimos, sin que por eso pierdan uar,l¡l de su encanto y severidad. y

La clasificacion de "bailes de con Bauza " nos parece de6cieute , y la de "bailes de etiq ueta " no es la castiza; puosto que no ll e namo s sus rigurosos preceptos caracterizados e n el graye frac, que en la sociedad ponceña es el distintivo solamente de los co n cejales de la Corporacion municipal en un din de ta bla .

La hora de las 3 de la mañana fu é la agonía de éste, el último espectáculo do las fl.c;as. populares, y por consi· -

Para el papá, un saca-muelas . . Para el afortunado en albures, Jauja. .

-68gniente, el adios á los once dias que el lecto r ha recorrido con n oso tros, si oyendo nuestra iavitacioa del Casi ¡1 rólo90, ha tenido la humorada de seguirnos.

Punto es este que para concroJllrlo, necesita otra interrogacion. . ,.) · • --

EPÍLOGO.

Poro¡ cual es, en suma, tu opinion? ¡Deben ó nó mq_diflcarse en s u fondo y en su forma las fiestas populares ? ·

Para el desgraciado en idcni . . .. antro de lágrimas de plata ; ó dicb9 ea otra metáfora , campos de /lanten. Es decir ¡que no estás úe aéuerdo con el narrador? Eso, lo sé; dependerá de tus aficiones, de tus gustos, de tn criterio.

¿ Te he dado lo que te olrecl ? , ·· Preguntas son esas que es á ti á quién toca resolver.

¿He llenado mis propósitos de cronista ?

Para el vetusto indiferente, un limbo. Para e l negociante en los multiples ramos de la i udustria que en las fiestas se úesa1·rollan, un fllon 'de oro.

¿Qué te han parecido las fiestas de Ponce 1 A ésta me parece oir que murmuras entre dientes un asi ... asi . . . que me dice que no te fué muy bien en las férias; y sabido es que cada cual babia de ellas . ... Todo consiste en eljuego que se bayadndo ¡:uira ti. Es cuestion de albures . Para el amante feliz, en Poace ha estado el Paraiso duran te esos benditos once dias. Para el pollo desdeñado habr á n sido un purgatorio.

Lector benévolo, si tu curiosidad ha hecho que no me abandones basta aqui , vamos, sé franco : /

Dirémos para concluir, qu e el baile de La Perla, con t0il os sus sensibles vacios, fu é empero uno de los actos que más realce dió á los festejos que Ponce tributa li su Patrona en sus y oj(\lá que ¡iroato llegue el dia para Puerto-Rico en que esos regoc1¡os lleven en todo el sello de uoa civilizacion adelantada que los desca rte de sus puerilidades, de sus vicios y de esos alardes vanos de un contento y bienestar mentidos; cl dia eo fin, qu n e l anuncio de· una fi esta no sea lo 9u_e es hoy: una trompeta que llama al placer ef!me1·0 unicameote. sino la seña l de que han logrado asociarse estas dos sunpúticas ideas : · Lo ú til y lo agradable. . . ).

. 1,\ -70¡ Eres tú tradicionalista neto 6 reformista redondo en la cuestion 1 Si eres lo primero, no te enoj es si te llaman conser· vatlor de lo viejo, solo porque así ?o encontraste al venir al muo do, y el statu quo te h ace feliz á tu manera de ente nder la felicidad egoista. Es d ec ir, la tuya sola, impor'*ndote uri bl edo la del medio social en que vives. Si eres lo <>eg undo, algo ti enes adelaotado para llegar al su111111um de las r efo rmas en todas las manifes taciones d e l progreso humano. . Y ¡sa bes porgué? · Porque la primera de todas las reformas debe ser la reforma de las costumbres. Cuando és tas son buenas, levantan e l esplritu, la dignidad de los pueblos. , Los hacen honrados, activos, laboriosos é inteligon. Y so n buenas las costumbres, cuando las d esa rrollan y fomenta o las nobles aspiraciones del hombre. As piraciones de progreso creciente .. ne pe rffi ctibilidad, si no absoluta, que es la utopía; ra cionul, relativa, que es la fac ti ble. Y oo son buenas , cuando prop eode o á ador mece r á los pueblos con lo que solo puede bala ga r sus senti dos; á marearlos, poslrarlos, y hasta e nc e nagarlos e n.e l vicio. Y e n la senda del vicio hay una vereda que con duce al crime n. No so n buenas. cuando cortan el . vuelo del pensamiento y son una r é mora para el progreso. · • • Y todo pueblo , todo hombre civilizado, es progresista por instintq. · El prog reso no es solamente una ley humana ineludibl e: Es un !dolo al cual rind e n adoracion todos los siglos.

No quiero. sentar con és lo qu e éste sea un pueblo de graodes v1rludes; pe r o sostengo qu e tampo co lo es de grandes vicios.

Po_rque unas y y tradiciones-ya lo leido en ot ro capít ul o; no llenen el ca rácte r ele inveteradas y hasta feroz con qu e so r evisle n en otros paises qu e blasonan de más civ ili zados. . 1: á e se fin, á modificarlas, de bemos a yuda r á la civihzaci on que l as los ciue nos decimos amantes tlo e.ste pedazo de. tierra en que todo es cultivable, así e n l o f1sico como e n lo moral.

Y all á se _va lo 1uno por lo otro. Aqul todo es pequeño, pero todo es susceptibl e de lo· mar cuerpo. Asl, pues, estimulemos el. dé sarrollo d,e los bueno a ·-

No te alarmes, que ºsolo te hablo de tradicion es sacr16cabl es. · t:is hay !JUe están d estinada s a la perp etuida d . 81 le he dicho no es lo mas , es porque en aras de l la humanuiad ba ll egado á sacrificar ex ist e ncias ulll!ls, grandes, ir re parabl es quizás. · . Y cuidado, mu cho cuidado con la s consecuen- . cias quJl vayas á sacar de mis prem isas. ( 're.recomie nd o no busques interpretaciones violentas y torcidas á mis r e fl exiones. Son. ge n eral. !'!o 10di v1du ahzo , por mas que éstas sean el fruto iu mediato de las fiestas de Ponce ," como han podido se rl o de l as de otra parte. , ·· Ho.b lo de trad1c1ones y cost umbres universales. 81 a las nu estras so lo me refiriera, empezado por que, respecto a e lla s. somos acaso e l pueblo más morigerado de la Lierra. Eso es Lan proverbial, qu e b ie n se n os puede citar co mo m.ode lo e n cuanto e n fo humano cabe. Diré más: • • . algu no hay donde sea factible e l moüílicarla s o de las manchas que empaña n e l encanto Y hon estidad d e e llas , es e l pueblo de Puerto-Rico.

Y le queman inci enso . y lo buscan con afan; y por bail arl o, la humanidad se impone sacrificios costosos, crueles aveces : Sacrifica costumbres; · Sacrifica legados mu y qu e ridos de sus proge nitores; Sac rifica 1basta sus tradiciones 1 • -71y eso es lo ·ménos que siente sacrillcaT, aunque á ti tal vez te parezca ro mas. · · .

-7 2 gérmenes, y de ese modo evitarémos el . crecimiento de loquedaiia. . . Y aquí, lector, concluye mi €pilogo. . No es un epílogo como los peto ·es· un epilogo, porque como lodos, para alivio tuyo y descanso mio, es la última parte de este folle tilo. '. ' ¡Y ojalá alcance fa fortuna del poso fuerto.f Es dec ir, que guste a todos. 1 Me. bolgllJ:'a de ello, porque así estas p:'tgi nas se co nvertirían en U'nos cuanlos de aquallos para guslo lambien del folletista. Sea dicho e n buena hora. Abur. l . 1 /,1

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