Revista Blanca (21 ago. 1897)

Page 1

MAYAGUEZ,

Año IL.

BLA 2

| VISTA

]

Núw: 6.

DE 1897. A

A

A

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AG osto 21

LO

Ootíatico

Y

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eélntonio

Cánovas

Mel

Castillo

FOTOGRABADO

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GAUTHIER.

tede

oA


volver los | la nave del

Estado,h

digna

por todos conceptos de suerte ce Un

diable,

Conocedor probindo

de nuestra rica

lengua, sus artículos de crítica literaria: son - un:modelo de perfección y de bue Quizás lé tachen algunos de de vero, pero

preciso es

mo,

conve

críticas no las 1inspira bun

que se-amoldan a las exigencias. del an y á las prescripciones Je, dos

pareceptista

Sus artículos maba siempre con el sell Derecho,” -dizaos 50n, simdue

che de exagerados, de Hg

los que: brotaron de la fécuid: Curioso Parlantey “del ¡aint ¡ Y esos trabada que!

lento y el ingeniode -nuestrailla tor, puedeñ;

considerarse

perdillos,

de muchos de ellos, quizás de- 168: u

aplausos le conquistaron, , ño nt Jos borr si

imperdonable que namente ! + n47 |

escribió para el' Casino

“todos ne de Maya

pieza 'en un acto llena de. vis cómica : y

chistes delicadísimos, ás ci desgracia, permanece

- poesías y'como

“t

:tnéd ta,

E

como

por

dos: ES


Nun. $. 33

1897.

o 21 MAYAGUEZ, ,AGosTO

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Custilfo

FOTOGRABADO

GAUTHIER.

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y

ANNA E

E

+


ENGHO Z. E

Mu

Al volver al barrio, garrido, gallardo y hecho un hombre,

fué de

nuevo

acomo-

déndose lá¿la vida de gañán, sin perder por ello los hábitos que había adquirido E E SS la pálida y suave

IN

tes estrellas, se veía En

recto y el,

de

y RA E

hombre que avanzaba entre En la inalterable serenidad

solo turbaba el silencio,

de los perros,

á

pié, cruzado por recuas cargadas de productos varios, no se cía ahora sino

el paso firme, cadencioso.

?

tan

gentes.

que

se

uniforme de:

un

las sombras. de la noche

lejos; «el. ladrido

quebraba

distintos en las estribaciones nas montañas.

en .ecos

de las y

la tierra.

El dueño de uno de los predios

más ricos

sumo conténto

suyo.

Las letras le habían exentado del rudo afanar, de las duras y uniformes faenas

prolongado.

por

tiempo

lo hizo viajero, con

el ca-

ordinario

concurrida

á Ko

claridad

que caía de las centellean-

Al

AD

O

de

pueblo. No trabajó mucho

en el

cerca-

De cuando en vez, el hombre aguzaba el oido, deseoso de percibir | la música la algazara del baile ¡ que se dirigía. Ni un solo bosquecillo, ni un solo matorral le era desconocido, y sabía por lo tanto, qué distancia le separaba del término y fin” de

agrícolas.

Iba al pueblo con

su nota

es-

crita, y nunca hubo el caso de que se equi.vocara en una comisión,ni confundiera una cosa con otra.

El era quien leía los pocos periódicos y los partes oficiales que llegaban á la Comisaría dlel barrio, él quien

componía

las

coplas, él quien escribía las licencias” para las ventórros que se establecían; y era, en suma, ell amanuense del barrio entero. Chencho, no obstante, no era feliz. Había puesto el pensamiento y el corazón

en una: muchacha del barrio,

y había

ha-

Nado la mayor indiferencia, el más absoluto,desamor. Vanas fueron las tentativas que hizo para ser querido; inútil que can-

tara.en versos, que todos los

labios

repe-

tían, su fina pasión; tiempo perdido el que su excursión, No obstante esto, se dete“nía no pocas veces, esperando que la at- - empleó agasajándola rendido, galanteandomósfera vibrára con los ecos de la fiesta á la blanda y amorosamente que

concurría.

Iba,

en

Inútil todo, porque aquella muchacha

:

efecto,

¡í una

fiesta.

Lo

anunciaba el que con todo y ser día .de trabajo, se había puesto sus vestidos más cuidados y propios; iba calzado, cuando

era una verdadera coqueta, bastante ignorante ¡para no poder apreciar las buenas cualidades de Chencho, «usaz necia para no premiar tan perfecto cariño.

Cayó nuestro heroe en súbita,

de ordinario llevaba los piés desnudos, y adornaba su cabeza un sombrero de fieltro negro, cuando por lo general, no cubría . su rostro de los ardores del sol sino un empleita tegido en el pais.

Chencho—así

se

llamaba

nuestro

hombre—era jóven y no mal parecido. De la humilde clase proletaria,se había levan-

tado entre sus iguales por las circunstancias que lo adornaban. De muchacho había sido enviado al pueblo cercano; y allí había

aprendido á leer y

escribir, lo que

asignaba cierta superioridad.

cible melancolía; los desdenes de

invenque era

objeto constante le conmovían más de lo creible. y ni siquiera el trabajo, al que se entregaba ¡con ardor febril, lograba distraerlo de los pensamientos que lo obsesaban.

Alas veces subían de su corazón su

á

cerebro olas hirvientes de sangre, y en

la violencia

todo rojo.

de su temperamento

lo

En aquellos instantes, fu

e

y rápidos, concibió más de una ocasión. bh : funesta idea de obtencl or fuerza lo que de grado no había podido


y

6 3

podía

No

descabellados

realizar sus

sus más

caras ilusiones,

propósitos de. venganza, porque las coqueterías de su tormento adoradó no se cor-

fragaba aquella avasalladora

que no lo quería, por esas misteriosas y recónditas razones que alejan á una mujer de un hombre, sin que aquella se dé cuenDesoía sus ta de su instintiva repulsión. amorosas razones, sin que pudiera decirse que daba oidos á ninguno.

zo la primera

No lo quería, por-

porizaban en un rival.

mismo

Lo

ello: - cimas

para

de

el objeto

deñoso € indiferente.

una visión sangrienta.

se fijaba

en

venido al

amor,

des-

era

ido «tando el odio haista alma. por último 'en el esce-

Las coqueterías de aque-

y valiente—según

al barrio, amigo de

contaban, —se

había captado la voluntad y el' corazón de aquella mujer, que hasta entonces había mirado á.todos con indiferencia. Con el pensamiento más lleno dey tinieblas que la noche,

con

el

el corazón

* sicerebro asombrados por los celos, iba guiendo el camino que se perdia A lo lejos En un recodo,

clara,

torrentes

arrojando

de luz por las puertas, se veía la casa baile.

del

La alegria reinaba en ella como diosa

Trascendía sin apóstatas. exaltados por frecuentes hombres, especialmente,

por doquiera; libaciones, los se entregaban

desenfrenados al placer.

Cuando Chencho $e asomó dla puer-

_ta fué recibido con aclamaciones de júbilo: había llegado el cantor, y él solo representaba una faz no despreciable de aquella

tendió una mir

¿con> el coraz; ón oprimido, , ansiosa á su alrededor,

y allí, departi odiada pareja; al

ariñosamente en que

vió

¡permaneciera

pronto

de

suelo

mudo ante la catástrofe, sin más pensa: miento que para aquella obsesión que parecía provocarlo. Poco á poco, como cuan-

No hallaba concep=

y cifra: un mozo recién llegadó bromista, tocador de” guitarra,

.

En tanto él, Todos gozaban y reían. como un idiota, no seguía con la vista más

lá muchacha habías hallado, por fin, norte zambras,

A es-

que á aquella pareja, única que poseía el fascinarlo. Si todo hubiera don y el podergde

tos sino para elía, y aquella dura roca

nario de su vida.

como

le se

su

la que trataba de ablandar. Mas la melancolía había lugar á la cólera en Ckhencho; bía sustituido “al amor en su transformación se debía ú que el rival deseado había surgido

alcohol,

-el

ta siguieron otras muchas; y aquella pareja, enamorada y sonriente, tomó, entre los vahos de su embriaguez, los icontornos de

tenía coplas y dé-

su inspiración no sino

ni

él

libación,

mujer pocas

laban hacían que más de una mirara con buenos ojos, que no Mas

de su ?

una tenaza, le oprimió la garganta.

seña-

y

pasión

obligado por sus amigos, hi-

Cuando,

á Chencho.

le acontecía

Las cualidades que lo distinguían pirraran por él.

vida.

nau-

que

en

mar

á la

sé hundían

sobre los valles, la ola de

do cae la noche

acabó por :

sangre que subia de su corazón

'

;

enloquecerlo,

la terrible

" Nadiessabe como ocurrió

Parece que

colisión, el funesto encuentro.

solicitó

bailar; que

mujer para

4 aquella.

le fué negada con altanería y desprecio; que se oyó el chasquido de una bofetada y. un agudo grito de angustia y de muérte. Cuando tras esta rápida" escena, 'apénas entrevista,

dos, Chencho

€ impongente

blandía, feroz

er su loco furor, su y

horrorizados | to-

se separaron

puñal ensangrentado,

su rival yacía por tierra,

con el corazón

|

partido de un solo golpe.

Carlos CASANOVA Abril,

E

E

1896

LIRA PUERTORRIQUEÑA | ANHELO

NOBLE

Hoy qué los'ideales han caido dei siglo al golpe formidable y hero;

que vale para el mundo un caballero! | si se ha (bien ¿ mal) enriquecido.

hoy que es Virtud un árbol carcomido y es un estorbo Ciencia si dinero, | y un ente sin valor el pobre obrero porque en dorada cuna no ha nacido,

bos Y

|


64

6, dejando estos pueblos degradados: volar hácia fantásticas regiones - en que vivir oscuros pero honrados. '

Ricardo

TORO

ar

RDA ETRE mr Fo

retrato de su blanco

“Aquí te llevo en

seno,

mi memoria fijo:

Pa

road

o

EePINOS dl

“Aguileña nariz, negro el cabello,

AS a A

" “¡Es el mismo retrato de mi hijo!”.. ,

Po

Mas inclinando su semblante bello, Tiró el retrato y añadió: “¡maldito!” *

nl

*

Xx xx

¡Tal es la triste: condición humana! ¡Pal es, en fin, el dráma de'la vidal El ídolo de ayer rueda mañana,

¡ Y todo, todo, hasta el amor se olvida! Ramón

Sebastián,

María

TORRES

1897.

AA

y sus ojos .con-

criada entreabrió poco despues del cuarto, Se ha levantado Angélica ?—preenfermo.

ran cuando despertase usted. -—Déjala que duerma; es

trabajar

y la sentí

llama-

la

¡señor ; encargó que

—No,

temprano

hasta

mny

tarde.

y

Quiso escaparse doloroso grito,

4

Una la puerta —(¡ guntó el

todavía,

De pié se puso: de su hermosc cuello

j y

siguieron,

del enfermo

bello torrente de luz.

Miróle aterito, y temblorosa dijo : “¡Y yo hubiera jurado que eras bueno:

6f

y los tapices.

armarios

Era evidente servaron una fijeza extraña. que permanecían insensibles ante aquel

——

EPISODIO DR UN BRAMA

San

que fueron fí guarecerse, como avergonza-

sin embargo, inalterables

——

an. el

galuz y entró-la claridad por lo alto de la las sombras, habitación, desconcertando Las facciones

Cabo-Rojo.

Sacó el

un cordón que bajaba del techo por junto á uno de los pilares de la cama, se oyó un ligero roce al descorrerse la tapa del tra-

das, tras delos

SOLER

tientas

á

entonces

Buscó

casi vertical.

y libres.de maldad los cotázones, quisiéramos caer pronto en la fosa;

E

posición

molestia' la mitad del cuerpo en

los que tenemos alma geñerósa *'

Traéme café y un cigarro. Despues del breve desayuno quedó el

enfermo

por largo rato con la frente apo-

y ada en la diestra, y como sumido en honda meditación. o a..0.

Tenía,

en y verdad,

de tristeza

Su vida

muchos

motivos

había sido un

sacri-

ficio Constante para él y para su familia, y ya próximo á la muerte le preocupaba la idea de que tanta abnegación y tanto sufrimiento fueran tambien inútiles para la humanidad.

:

Desde muy joven se había dedicado al periodismo con férvorosa vocación, Le

la idea

entusiasmaba

imválido

de

llegar

á ser el

heraldo y el verbo de la sociedad

vivía, compendiar su

(FRAGMENTO?

saber,

en

compartir

que

y

expresar fielmente sus creencias, sus aspiraciones, sus entusiasmos, sus desalien-

tos, sus tristezas y* sus esperanzas;

sentir

bajo los puntos de su pluma las palpitacioQUELLA

mañana el viejo periodis-

nes de una idea, darla impulso y dirección;

ta se había sentido con ánimo y con fuerzas

ver cómo $e condeasa, se adapta, se modi-

para sentarse en el lecho, donde

fermedad cruel le incorporó un poco, muy segura todavía cimientos; despues

una

en-

retenía. Primero se levantó la cabeza, no de dolores y desvaneenderezó lentamente

el pecho, y á fuerza de almohadas por uno y otro lado

consiguió mantener,

sin

gran

fica; de qué modo encarna en la conciencia general, y porqué sertejde evoluciones llega á convertirse de una aspiración vaga

en una necesidad impériosa; cillísima

operación

un hombre,

en

esa

de una sen-

del entendimiento de incantrastable

fuerza.

social á que llamamos opinión pública.

x

Ñ

,


65

; faba Abrigaba tambien altos. propósitos de educación y regeneración del pueblo empeñó en hacer mucho en la propaganda periodística auxiliada por el ejemplo, y se un oficio de un apostolado de lo que hacían otros una profesión lucrativa ó tal vez dudosa moralidad. Se engolfó en el estudio de las ciencias morales y políticas, fatigó sin cesar tratadistas estudiar con

tiempo,

cerebro con

y su

su vista

más

famosos;

la lectura,

mucho

ideas

propias

y claras

generosa

lid

¡ Qué

adquirió

ardor,

la

á

y se lanzó

más preciosos tesoros de su cerebro poder

y del

error

no

propagó

entronizado;

los

de

volvió á de

su

labor aquella en la que derrochó

los

dió tregua á la lucha contra los abusos

del

sobre

fundió

reputaciones,

creó

alientos,

in-

enseñanzas,

fomentó

generosas,

ideas.

problemas

todos los

energías de su juventud ! Comba-

y las mayores

formidables;

tió vicios é instituciones

que había estudiado,

acerca de lo

meditó

mental

y comentario

confrontación

y se cuidó del

distribuyó beneficios

suyo

del

bien de godos menos

del

y

de los séres que le rodeaban en el hovar y le auxiliaban en sus tareas.

|

el entusiasmo de la

|

Exaltado su espíritu con el

lucha

la

¿

con

fragor de

propaganda, no volvió Siquiera la vis:

había :

parte

ta atrás para ver en qué

caído la semilla Ó á quienes había proporcionado algún lnen. Olvidaba las

iujurias,

aplausos

no

y seguía

le

los

desvanecían

su

resueltamente

obra de abnegación y caridad. Una cosa le preocupaba y entriste. había advertido cía frecuentemente:

litera-

que las obras de mayor empeño

rio y moral, -aqueilas que producían mayor satisfacción en Su conciencia de artista y de filántropo, eran precisamente las que pasabañ más inadparte

vertidas para Ja mayor.

sus

de

lectores, que aplaudían, en cambio, ruidosamente lo trivial y baladí que se le escapaba, de vez en cuando, en el azaloramiento

polémica ó E

de la

una

las inadvertencias de

los aplausos,

y

rápida improvisación.

.

Ricardo

forzosa

La econ

Fastor

de este fenómeno ha-

bía legado hasta hacerle aborrecibles

que los producían, que le hagian recapacitar acerca de las caysas

|

pregun-

-

" le aplandían : tándose á sí mismo severamente cada vez que ES —¿ En qué pequé 1. ón, la alteza de sus provocaci la de La fuerza Por lo demás, no se desalentaba. docente. renovaban pósitos y la fé que las energías de su

seguía teniendo

voluntad,

rivarle del

luz' artificial,

la eficacia del periodismo

estimulando

sin reparo sus potencias físicas y Cuando

en

la vista.

.Y estudió

una

enfermedad

lucha-de cíclope,

Los esfuerzos del estudio incesante,

la carrección de pruebas y quizás

también

el exceso

vino

el trabajo

á

con

y perseverancia

trastorno que no había de las funciones cerebrales, fueron causa de este

le causó profunda tristeza.

forzó

y

Sus facultades intelectuales en la generosa labor.

empeñado estaba en esta

Séhtido de

sus generosos anhelos.

previsto y que

E


66

==

Buscó,

sin embargo,

medio de

conti-

nuar su profesión dictando los artículos para el periódico. Al principio tuvo que hacer esfuerzos mentales para poner en relación el trabajo del pensamiento propio con el de la mano ajena que lo exteriorizale servían d me-

ro peligro en paralizar de repente y en absoluto las funciones de un cerebro extraordinariamente laborioso por naturaleza y por hábito, el resultado fué una gran per-

sobre todo esta últi-

turbación mental, una melancolía profunda

ma, niña todavía, heredera de los entusiasmos de su padre, gran admiradora de él y

acompañada de graves desórdenes nervio-

dotada de asombrosas disposiciones para servirle, en su noble tarea de auxiliar y de complemento. Pocos meses le bastaron

cienté en los linderos de la muerte

ba; pero no tardó en irse adaptando esta nueva forma de redacción. A Be EA:

Su esposa y su hija

papa

nudo de amanuenses,

para conocer al dedillo la biblioteca de

á

su

padre, y encontrar en ella el libro, la aco-

tación, el

legajo ó documento que necesi-

taba, buscarle dato preciso, leer los perió”

ÓN o? e ES

dicos,

escribir

dando

en

cierto

modo

unidad

y enlace

4

sos que tuvieron

y el afecto,

entusiasmo en

e

al

traste

Empezó á sentir

languidez

«general

contra

con

en

todo

extraña, el que

tilmente

sus hábitos

trabajo.

A

veces

todas

PRELUDIO

un

su

cuerpo

abatimiento

se rebelaban.

inú-

actividad

y de

de

padecía

temores.

por

impropias

de su carácter

y y

vacilaciones por otros

fe-

nómenos sorprendentes, de no muy larga duración, pero que solían manifestarse de un modo irregular, imprevisto y depronto

En medio de las mejores de salud, : soprendíanle de

dolores

repentimos,

calambres,

entorpecimientos y hasta parílisis de varios músculos ; otras

veces

le dominaba

una

depresión nerviosa repentina d un enerva-

miento mental que le dejaba, por algunas horas, completamente estéril para A traOS

a“

Como reina viuda, su crespón inmenso la enlutada noche por el cielo extiende ; y la Inna, eoferma, tras el velo denso de pluviales nubes de la mar asciende.

Sobre la baranda del balcón marmóreo

insomnios Sin

timideces

GFIS

A Me Gufierpoz Nájeya

sus

motivos aparentes, Ó sentíase dominado por tristezas indefinibles, por negros

sordenado, apariencias

La.

y empeñados con igual

energías. una

y de la

LIBA EXTRANJERA

una laber común.

dió

al pa-

ción había entrado ya el anciano en convalescencia. M. FERNANDEZ JUNCOS

en el periódico la falta de vista de su redactor, cuando sobrevino á éste una enferque

largo tiempo

Fué verdaderamente heróico el esfuerzo de la ciencia médica para salvar aquella vida y aquella razón que peligraban; pero en esta lucha generosa acababa de obtener un señalado triunfo. De una y otra afec-

Todo iba ya bien, y apenas se notaba medad:

por

locura.

personificaciones del porvenir y del pasado, de la luz y de la sombra. unidos por la vo-

cación o

lo que el ciego le dictaba,

consistente al trabajo de los dos. ¡Habia mucho de providencial y de conmovedor en aquellos dos polos de la vida humana,

Bol

Aún así persistió por algún tiempo en sus tareas el infatigable publicista, hasta que intervino el médico y le prohibid todo ejercicio intelectuál. ero fuese porque el remedio llegó tarde, ó porque haya verdade-

|

o.solo el poeta medita ;

mientras sus cabellos el viento hiperbóreo

con sus recias alas sollozando agita.

Su fibtante clámide al. lejos la bruma desenvuelve en vagos, nostálgicos limbos, y fosforescente, vibratil, la espuma

nimba el oleaje con argenteos nimbos. Febril el poeta siente en la cabeza

de insomne neurosis la caricia cálida,

d imprime en su alma la.musa Tristeza el doliente beso de su boca pálida. * Y sombríos versos su cerebro

donde las ideas simulan espectros

;

labra,


67

que bailasen danza trágica, macabra, al compás de extraños y siniestros plectros. " ¡Ah! la alegre musa de las ilusiones que el cerebro enflora con azules

sueños!

ella ya no rima triunfantes canciones!

Yaj¡oh! triste poeta de los versos negros, ante los altares del amor no invocas

+»...

-. .

.

.

.

«<<.

0046060000000.

La enlutada avanza;

....o.

Horribles instantes

..-..o.oo...

y ul balcón

mar-

|[mór20 solitario, insomne, el poeta medita;

mientras sus cabellos el viento hiperbóreo con sus recias alas sollozando agita. (Peruano)

El Director, presa de terrible accidente, con la palidez de la muerte reflejada en su rostro, había reclinado la cabeza sobre el atril.

el bendito beso de dulces alegros que unía dos almas al unir dos bocas! ooo.

algo que al pronto nadie acertaba ú definir, pero que fué como el presentimiento de próxima catástrofe, acababa de suceder en la orquesta. Esta había eamudecido, había cesado de verter sus armónicos acordes.

ya no pinta cuadros de tintes risueños!

.o

cuando algo anormal, algo extraordinario,

Darío HERRERA

para el público.

—¡Ha muerto! aemabisn

aquellos

los 1 amigos

del maestro

—¡KEra de temer, estaba -herido muerte! añadieron unos.

de

— ¡Qué desgracia tan lamentable! ar— giilan otros.

—¡Sólo es un

a

fueron

síncope,

dijeron

algu-

nas señoras. —¡Mirad, ya se lo llevan! respondie-

"QYBALII

ron

¡Juan Morel. Campos!

otras.

Momento fugaz de respetuoso sobrecogimiento invadió á los espectadores, cuando en brazos de humanitarias personas fué sacado de la sala el inanimado cuerpo del maestro.

XTRAORDINARIA animación reinaba en la sala. En la platea y Para: so bullía abigarrada muchedumbre. En los

palcos

lucían

sus encantos

mujeres

hermosas, las más bellas hijas de Borznquen. El ambiente hallábase caldeado de fragantes y aromosos olores, El público mostrábase ¡mpasiente, ansioso de aplaudir á los artistas que por vez postrera ante él iban ú presentarse. La despedida que ¡os ponceños tilbutaban á los afortunados intérpretes de

Chapí, Caballero, Marques,

etc

era asaz

brillante, espléndida, cariñosa.

Espontáneos

y

vutridos

aplausos,

premiaron la delicada labor de la orquesta, al terminar la magnífica sinfonía de il Reloj de Lucerna. Alzóse la cortina. El ltichn con hermosa y bien timbrada voz, con verdadero acento dramático, decía: la patriótica frase;

¡ Oh sé, brillaró"

El sol hermoso De la libertad!

O

A

A

2... po. ..a0.%é ¿sad

En el despacho de billetes y en una siila de extensión que conservó como ciada reliquia, descansaba, vuelto ya del accidente que puso en peligro su vida, el subiime cantor

puertorriqueño.

¡Era el relampaguear e una vida que se apagaba! ¡Los últimos albores de un preclaro genio! ¡Los postrimeros destellos . del cisue ponceño! « -—Estoy visiblemente mejorado, doctor, articuló el pobre Juan con voz apenas inteligible. —Quiero continuar en mi puesto; tengo en ello verdadero empeño. He

ensayado la obra con mucho cuidado. Es-

toy seguro de su éxito y deseo cuanto antes ponerme á diragir.

Atronadores

apiausos.resonaron en

el teatro, acompañados de los acordes

de

la orquesta:

Al barítono se le oyó cantar de nuevo: —¡Ob, si brillara! etc. ¿Qué es eso? ¿Cantan - y cantan

sin mí? ¿Quién dirige

la zarzuelal dijo el

enfermo con letal ca

pa

levan-


o tarse de la silla como impulsado por invi: sible catapulta. —Querido maestro, le respondí [1] tranquilícese usted; por . fortuna para todos, encoutrábase en el teatro cuando sorprendió á usted el accidente, su coléga

M. V. y éste expontáneamente háse ofre-

cido á dirigir-la

obra,

salvando

con

tan

noble proceder la actual situación, muy crítica por cierto. Denso velo de tristeza cubrió el semblante de mi inolvidable amigo, al vir mis palabras. Quiso incorporarse de nuevo, pero su

voluntad domeñábase

desastre físico.

—¡No puedo!

impotente

ante

articuló con

dor acento.—¡ No puedo! Cerráronse sus ojos,

el

desgarra-

Reposaba.

El Galeno ordenó que no se traslada.

ra al paciente á su domicilio, hasta pasada

una hora; mas comprendiendo todos los al'í presentes lo mucho que sufría el aba.

- tido espíritu del galano cantor oyendo los aplausos y aclamaciones del pública, acor-

dambs'omitir lo dispuesto

por

el doctor,

y trasladarle sin pérdida de momento á su

- Casa habitación.

Pocos dias despues

so que he relatado, el que en vidase pos. (3) lodía,

del infansto suce-

[2] dejaba

de

existir

llamó Juan Morel Cam-

Era en Puerto-Rico el rey

de la me-

1 Chopín antillano.

Nadie cual ól, en su patria, supo

ex-

presar eu el cadencioso lenguaje de los sonidos, las tristuras del alma, las hondas conmociones del dolor.

De su lira brotaban destellos,

raciones, sollozos, lágrimas.

fulgu-

Sus danzas son poemas esmaltados de filigranados arabescos. . . Chopín cantaba en sus polacas y mazZurkas, la nostalgia de su desventurada y

amadá patria. La armónica musa del cisne de Polonia era dulce,' tierna, llena de

arrobador deleite.

El bardo ponceño en sus

aires del país cantaba

(

melodías

la lozanía

de

y

los

——

(1) Ei que esto escribe, uno de. loa empresario s de aquella compañía, fué de los primeros que acudie ron á soco-

rreral malogrado maestro, como era su deber, (2) Mayo 12 de 1896. (3) A los 39 años de edad,

57

AS

vírgenes bosques ameritaños, los cadenciosos arpegios de gallardo simsonte, el

apacible murmurio del selvático

arroyue-

lo, el lánguido mirar dela criolla,

el sus-

piro de gnamorado amante.

Como Chopín, era Campos el músico

poeta puertorriqueño.

Su fecundidad causaba

Carlota, una

E

asombro.

de sus bellas

composi-

«ciones, la escribió el mismo dia de la muer-

te de una señorita amiga suya asi llamada. Al Vegar la triste comitiva á: la 'Necrópolis, la orquesta ejecutó la hermosa melodía fúnebre del malogrado compositor. En el teatro '“La Perla” hallíbase funcionando una compañía de ópera. - El

público y la prensa pedia con insistencia á la empresa, pusiera en escena Aida, la

obra maestra de Verdi, La empresa no podía acceder á ello, porque no constaba

en su archivo la mencionada ópera. Campos,

sin dudas

ni

vacilaciones,

como un general avezado á la victoria, se-

guro de su pasmosa inspiración,

empren-

dió el gigantesco trabajo de instrumentar la obra.

|

Pasadosocho días, saboreaban los pon. ceños las múltiples bellezas que atesora la ¡inmortal partitura del maestro de los maestros italidinos.

Lia labor dei

¡lustre

Campos,

según

afirman los inteligentes peritos en la mate-

ria, resultó magistral, digna upadrinado el mismo Verdi.

de

haberla

En atra ocasión, encontrábase

en ún

profesores, que una de las danzas,

(de la

eran baile al frente de la orquesta de la que era director. Antojósele decir á los

que era antor) que iban á interpretar,

sultábale cursi por haberse

re-

popularizado

demasiado. Allí en medio del bullicio y apurando

sendos vasos de aromática cerveza, impro -

visó una le sus

mas

inspiradas

danzas;

siendo aclamado y estrepitosamente aplan-

dido

por la

orquesta

concurrencia,

el último

composición.

acorde

al terminar la

de la genial

Los mencionados rasgos, dan perfecta idea de la idoneidad musical del mara-

villoso artista y dela asombrosa

dad de su bbdd

estro.

fecundi-

Sus obras publicadas pasan de ciento.

- entré sinfonías, danzas, polkas y mazurkas.

O

A


Py , Deja inéditas gran número de composiciones. Algunas de ellas del género

reli gioso.

Sus personales prendas seducían, cau-

tivaban desde el primer

tenía la dicha de tratarle. De

carácter afable,

momento

al que

cariñoso;

su mo-

destia rayaba en la exageración; de ¡lustración nada común; padre amantísimo; tolerante.

consecuente

con

honradez acrisolada ;

la

amistad;

de

69

mente

será de Puerto

Rico,

luminar !

Ricardo PASTOR

Mayagiiez, Agosto de 1897.

MAYO

Reid, reid; apurad el vino “generoso que alegra el corazón y vigoriza los mús-

culos. Cantad un himno al placer que

de acciones

caballeres.-

Galería Artística

cas.

oca | da pena y. abri-

Todo su anhelo, toda

-

su ambición era conocer el viejo mun-

OJOS

tores

peos

euro-

atajara

la grave lencia

doque

vida, polvo

de

júbilo,

Mayo está ahí con A

su sé-

quito-de flores, pájaros, murmullos,

y

A

riposas das. dido

ma-

doraHa tenen los

prados ricas y)Yicenta

García

blos que honran 4 sus hijos, se honran á sí mismos. Ponce debe esculpir en mármoles «esclarecido

alfombras, Ney

.

pue-

bronces el nombre de su

oro

palpitante

llevó al sepulcro cuando la fortuna comenzaba á sonreirle, cuando ¡ban á verse realizados sus au-

“Los

como

de

sobre la tierra

le

reos ensueños

espar-

ciéncola

minaba su vi-

que

que

y engendra la

traidoramente

da y

para

sol que: enardece la sangre

la

de los doc-

-

entre el sol primaveral, el

ATAR

cienciá “sabios

las. las

puertas. y los

diar á los grandes maestros y

que

m

lHanta el cielo de la fantasía. Abrid ventanas,

do para estu-

para

refulgente

y

ha

cubierto

las ta-

pias con

enre-

daderas

y

ha

| prestado los colores del iris á la estalactita que. adorna el techo de la gruta. q

can.

Cantad, reid, bebed el vino espumoso

o y Ma ¡1Descansa en paz, querido é inolvida-

que inspira y fortalece. Esla hera de la felicidad, del ensueño que pasa pronto, dejando la amargura del acíbar en los labios sedientos aún de placer.

tor.

:


7O

Cantad!.... Ya las rosas pálidas yerguen sus corolas y las lilas otrecen sus ramilletes perfumados. .

Henchid de savia el corazón;

llenad

la vistade colores, porque Mayo se alejará

con sus vestidos orientales; tornará el in-

¿ Dónde? Y así

¡Quién

sabe!”

alternando tocan

En

turno incierto,

Unas veces á gloria

Y otras á muerto,

vierno con sus dias nebulosos y sus noches

*

obscuras; y la muerte aparecerá descarnada

*

%

y triste como los árboles sin hojas. Bebed el vino en el caliz de Primave-

Yo sé que por las tardes,

ra, en

¡Siempre !....he de oir las voces De las campanas.

cuyo

del dolor;

fondo

no hierve

la

y pensad que mañana

lágrima

tendreis

que despediros de los campos, del cielo, de

la esposa, de la madre, de los hijos, de todo

lo que constituye el gran tesoro; y que

volvereis á presenciar

Mayo con su séquito de

la llegada

del

no rey

aves canoras, de

. mariposas doradas y de lilas en flor.

Por las mañanas .... Mas;

quién sabe en su turno,

Siendo tan vario, Qué tocarán los bronces

Del campanario ?

Y 9, por más que medito,

Jamás acierto

Cuando ha de ser á gloria al.

Del libro

inédito

LBonzalez

Egurnia.

Ni

cuando á muerto.

“Bosquejos.” *

LIRA ESPAÑOLA Low

Nanparo

Hay en el campanario Cuatro

ventanas

Y en ellas suspendidas

Cuatro campanas. Con voz aguda á veces

Y á veces grave, Cosas háblan que el labio Decir no sabe. Pero si atento escucho Bien pronto advierto Que unas tocan á gloria

Y otras á muerto.

*

*

¡Qué importa!

En los espacios

Desvanecido,

Su clamor siempre es eco De algun gemido.

Recordando en qué para La humana escoria

Siempre al mundo repiten La misma historia, Y ya alegres, ya tristes, Ello es lo cierto

Que aunque toquen á gloria Tocan á muerto !

Federico

BAL ART

OA

Nuw wsoLuwwww ww dur

Luo»

Vida honesta y arreglada, -

usar de pocos remedios

y poner todos los medios de nc alterarse por nada. La comida moderada,

Dicen las dos menores: “*¡ Cantad victoria ! Hoy el alma de un niño

Vuelve á la gloria !”

Dicen las dos mayores : “Hoy, muda y grave, Vuela un alma afligida....

ejercicio y diversión, no tener nunca aprensión, salir al campo algún rato, poco encierro,

mucho

y contínua ocupación,

trato

wm.

José de LETAMENDI

r-

Lu


— Osma sanDO

esa fama quedó bien ratifitada: su magnífica escuela de canto, su extensa y bien timbrada voz y su talento artístico, nos

pusieron de manifesto su indiscutible valer como tenor dramático, siendo,sin duda ringuna, uno de los mejores con que fuen-

Exc mo señor don .Antoniw Canovas del Castillo. —El inesperado 'y trágico asesina-to

del

señor

Presidente

del

Consejo

tan hoy los teatros lírico-español y ameri-

de

Ministros por un anarquista italiano, en los

baños de Santa Agueda, concede á la publicación de su retrato-—que damos

oportuna

primera página—la más

en

la

actuali-

3

dad.

Ni cabe en los estrechos límites de esta sección, mi, además nos sentimos capaces para escribir una biografía del ilustre finado. Dejandg de 'mano al político —cuyos méritos ó deméritos, cuyos «ciertos ó errores, otros son los llamados á puntualizar, ajena como es esta revista á las luchas candentes de la politica—el literato insigne, el historiador sawa7, el profundo pen-

/

sador, el académico. ei miembro

la de Ciencias moralesy políticas, sin enumerar las.no pocas del extranjero en que corresponsal— justifican figuraba como plenamente el que tudos hayan deplorado el fin que cupoá varón tan preclaro y eminente. Podrá la pasión política buscar, y en

la

mas ante vida del ilustre estadista; ha insólita. muerte, tan horrible comu

su de

hasta hallar, motivos

censura

la

á

ante

enmudecer la pasión;

su

sepulcro,

abierto prematuramente todos hemos de descubrirnos, sin abrir el corazón á otro Ya lo sentimiento que al de la piedad. dijo Victor Hugo: *'¿—Qué puede. escribir el odio sobre la piedra de un sepulcro?”

X

o o

o

Ricardo Pastor. —He

ahí un

buen te-

nor, un éxcelente amigo y un elegante escritor.

Como

tenor, bien conocido

nuestro público, quien lo ha

cano. Como amigo, es Pastor sincero, leal y sin amaneramientos; lo queremos mu«ho, porque lo merece; y crea que donde

quiera que vaya,

le acompañará

es

de

aplaudido en

más de una ocasión, siendo la primera vez el año go cuando actuó en nuestro coliseo la excelente compañía de don José Palou. De

' buena y merecida fama venía precedido el artista de quien nos ocupamos, y á fé que

nuestro

cariño y amistad. Ricardo Pastor es un pertecto caballero. en toda la extensión de la frase.

Como escritor, los

tores de esta Revista, ya reado algunas de sus bellas

Era

admirador

dé nuestro

asíduos

lec-

habrán saboproducciones.

compatriota

Juan Morel Campos, y por tal motivo nos honramos reproduciendo el sentido artículo cuyo epígrafe es el nombre y apellido del más fecundo é inspirado de nuestros compositores musicales.

de todas

las sociedades cultas, tales como el Ateneo, la Academia de la Lengua, de la Historia,

N

i

71

o o

¿icono

Garcia

O

Rey.—Como

Pastor,

la García Rey.es ventajosamente conocida de nuestro público. En compañía del pri-

mero ha obtenido sus triunfos en esta ciudad: el año próximo pasado con la empre-

sa Lloret, Pastor y C*. y hace poco en los conciertos que se celebraron en el Teatro . y en el Centro Hispano Ultramarino. Reseñar los triunfos de esa meritosa artista, sería demasiada prolijidad; baste decir, que.

tanto en los teatros de la Península, cómo en los de la Habana y América donde ha

trabajado, ha sido estrepitosamente aplau- .

dida y solicitada, para contratarla, por todos los empresarios, con verdadero empe-

ño. Fs tiple dramática y pocas cantantes de la misma tesitura pueden igualarla en sus facultades. Su repertorio es extensísimo v lo.mismo en el género grande que en el chico está siempre á envidiable altura: siempre es la artista verdadera que satisface las aspiraciones de los más exigentes en el arte que ha inmortalizado 4 Gayarre.


_e

o

Dícennos que en

de

el entrante. mes

el teatrito "Septiembre subirá á escena en drama de Acompañado

hemos

de atento oficio un

r tenido el gusto de recibi

estado

de-

en la actualimostrativo de lo puiante que Humanitario,” dad se encuentra el “Círculo .establecida mútuos

socorros

sociedad de

en esta ciudad.

Sentimos no disponer de

del “Casino de Mayagiez, un dro Monnuestro querido amigo don Lean talvo. noticia, Deseamos que se confirme la ia aplaudir pues nuestro mayor ¡placer ser humilde de la nueva producción del más ional. los aficionados á la literatura reg

lico pudiese mayor espacio para que el púb icide nuestra afirmación. — Fel cerciorarse tamos á la Junta

Directiva tan

don José R, Gomez.

presidida poc

mente

acertada-

TAR

O ¡CO

os reci“ (en cariñosa dedicatoria hem del reputado bido un ejemplar de la obrita egrín Lopez de Victoria, titu-

escritor Pel tada “Conceptos,”

la que

humilde

inVenciendo obstáculos, al parecer en momento superables; sin desmayar un contra las dila titánica lucha emprendida le presenta: ficultades que 4 menudo se triunfado al . han, deseosas de rendirle, ha artista, nuesfin el constante y temerario Gtauthier. tro querido amigo Rodulfo halla

con

tarde, emitiremos

vusto y de la que, más nuestra

leeremos

ex

opinión. o oo

in el patio de la casa donde se

construila redacción de este semanario,ha bonita galería do Gauthier una pequeña y fotográfica y el taller de fotograbados. lo más Cuenta, pues, el artista con tra-

partiDon José Infante Saavedra nos ha tomado cipa en atenta B. L, M. que de la. or posesión de su destino de Direct

jaEscuela Elemental de Toa-ha Oo o 0

Sastre Indudablemente el periódico El

el más simdel Campillo es el mis chuscoe, escrito de los pático y el más correctament

periódicos de este país, de gracia, “Sus artículos están llenos picantes que de frases picarescas y hasta y donosos

s recuerdan las agudas sátira La lectura chistes del insigne Quevedo. atrae, encanta y del Sastre ael Campillo circunspectos y hace sonreír aun á los más De aquí el que cada vez sea magraves. genial

á tan yor el número de suscriptores r

publicación.

indispensable para producir magníticos público; y se bajos y dejar complacido, al los fotograbapromete que en lo adelante dos-que confezcione, alcancen ción

posible

Estín de enhorabuena

criptores. kk

*

s

sus-

rmigueros En el vécino pueblo de Ho les fiestas en se preparan las trascendenta la Monserrate. honor de nuestra señora de que alcan— Sabido es la popularidad estas romerías, ¿aron «en mejores tiempos la crema social 4 donde iban personas de inos, á deposiy nuestros humildes campes la virgen de tar la ofrenda en el altar de ¡Ojalá se reanuden los enlos milagros. en el simpático tusiasmos y Vuleva ú verse la animación poblado de Hormigueros, e pletórica de siempre sonriente; siempr encantos y esparcimiento. o

Oo o.

para el Para el próximo domingo, pre de másca“Circulo de San Juan un baile asi se nos participa en atenta

ras, según invitación.

nuestr

*

o

as

la perfec-

Oo

res y agenSuplicamos ¿los suscripto en en la Advertes de este semanario se fij cuarta página la tencia que estampamos En en dide anuncios

; rogándoles

que

envi

cia al Director: rectamente la corresponden o Riera Palstrador don Marian y Admini

mer.


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