MAYvaGUez,
SEPTIEMBRE - 2).0E 1897.
Xúxm.
19
LA REVISTA BLANCA Loriódico
itezatio
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Guiuthier.
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110
a
Pa |
EL MISACANTANO ——GW
ESDE
el dichoso
ri OA
Ai
ca de alpaca encarnada, y ceñidala cabeza,
que
en
instante
4 manera de granada mística, con el bone-
palpita-
Dolores sintió las primeras
te escarlata. | Y con cuánta majestad hacía columpiar el reluciente incensario,
ciones del sér que llevaba en su seno, formuló el siguiente voto: —$i Dios permite que sea varón, yo haré que cante misa.
después de avivar con su propio aliento el
Y comenzó allí mismo á cortar y co-
ser unas camisitas muy primorosas, de forma ambigua, entre faldellín y alba, con
ardor de las resinas en el braserillo, cuyas juguetonas cadenitas, agitadas en el vaivén, mezclaban su argentino retintín á las armonías del órgano! Nadie como él para
de
poseerse de su elevado ministerio de acóli-
ruchas y encajes, para las cuales preparaba
to.
puños, pechera y ruedos
guarnecidos
¡Con qué reverencia transportaba
de
también unas fajas á manera de cíngulos, completando la canastilla unos gorritos muy chicos; pero tan chicos, que más que
un atril á otro el grueso misal con rebordes
por-
dignidad y finura levantaba, á cada genuflexión del sacerdote, el extremo de su pomposo tisú! ¡Y quéactitud tan estul-
de bronce, llevánldole casi
pasar por delante del ara!
,
gorros parecían solideos.
Y se salió con lassuyas Dolores;
quien
que aquella incógnita persona para
tales preparativos Se hacían, resultó ser un
muchachazo, que metido fresquecito en el peso de las compras, hizo dar tan tremen-
«do bajón al platillo, que la aguja marcadora, escandalizada de lo
queiba
señalar,
á
abrazado, y hu-
millando la frente é hincando la rodilla
¡Con
centes manus meas, cuando, con un pié apo-
yado en la tarima y el otro fijo en las losas
del pavimento, echado el busto con hacia atrás, vertía
brazos, colorada y sudorosa, volvió á sacar
ternura, olvidábase del santo
comadrona,
de la balanza al infante,
arremangados
los
de
pro-
y radiosa
fesional orgullo se lo entregó
á Dolores
| con el siguiente cumplido: —Vaya, mujer, qué tienes más suerte que aquel ¡»rójimo de quien dicen que las galgas le parían lechones; y dispensa la Curita lo querías, manera de comparar. hija, y te ha salido tamaño señor canónigo,
con
cada moflete que está pidiendo su me-
dia ración y su coro.
¡ Y qué monaguillo tan lindo
y sim-
pático era á la edad de los diez y siete el tal Agustín!; porque ha de saberse que firme la madre en sus planes, le hizo dar
en la pila el mismo
nombre del Aguila
la Iglesia, no á humo de pajas, sino
de
con la
seguridad de que así ponía ella una pica Las muchachas devotas se en Flandes. encantaban viendo al mocito revestido con
su sobrepelliz de blanquísimo linón, aplanchada en coquétos plieguecitos
y en cua-
drados historiados ú la uña, por debajo de la cual mostraba sus talares paños la túni-
cuánta
tural sabía tomar para el lavabo inter uno -
estuvo titilando, titilando, entre las diez y las once libras, hasta que al fin se fijó en mitad de ambos signos.
La
al
rítmicamente
gracia
el agua de
la anforita de plata en las manos del sacer-
dote! En tales momentos su madre que le contemplaba con los ojos húmedos de sacrificio de
la misa y sólo pensaba en su Agustín querido, en, cuya cabecita predestinada veía con orgullo lucir aquel pequeño disco blanco, diminuto como una oblea y en el
que se fijaba sonreída, forjándose la ilusión de
que,la
obleita
se
ugrandando,
iba
proporciones
agrandando, hasta tomar las
de hostia, igual en tamaño y en azulina blancura á la reverenda corona del preste.
Mas ¡ay! que en el corazón de Dolores entró un día mortal zozobra. El señor cura se quejaba de que Agustín padecía distracciones irreverentes durante las di-
vinas ceremonias. Una vez trocó el Sscut erat por el Introibo; en otra ocasión se ol-
vidó de reponer el vino en
por más que al sacerdote
la
vinajera,
y
se le salían los
ojos haciéndole señas, y por más que tosía y con el pié golpeaba sobre la tarima pidiéndole al niño con qué consagrar, Agustín se embelesaba mirando hacia * determi.-
nado grupo de los fieles, inmóvil y sordo
como las imágenes del retablo.
Lo de ta-
)
111
tres sacramentales
tiempo
en
golpes de alzar,
los
así co-
mo el no recoger el misal después
del
zte
misa est, eran motivo para diarias amones»
taciones y prolijas reprimendas. Pero lo que más escandalizaba al bueno del señor cura era que en los exámenes doctrinales parecía Agustín á mil leguas de las sagradas materias que se le preguntaban, al extremo de que una vez el venerable ministro, cugiéndole en lo más profundo de su
alelamiento le dijo: —¿Quién hizo el mundo, Agustín?
Y él, sin salir de su éxtasis
res-
pondió sus pirando: ¡Ella! Cuando el buen párroco Dolores
estas
graves
comunicó
noticias,
mujer sintió como si la casa se
la
¿
pobre
le desplo-
figura de tan devotísima joven! Pbrque no hay duda, sidiablo había en la cólada, el diablillo tenia que ser aquella criatura angelical, linda como un lucero, azules y divinos, en los cuales
cont
ba Agustín todas las bellezas del ci rante sus distracciohes irreverentes,
había él de ocuparse en
abrir
misal
letras rojas y negras, si abierto en. ¡aquellos celestes ojos tenía pererínemente un libro tudo azul: el místico libro de los Cantares; ni cómo pensar en de-
jaba de humear el incensario, estaba sintiendola fragancia de ““manojito de
mirra,”
de
«aquella
si él aquel “colum-
mase encima, Y la verdad es que se le desplomaba algo más grande que la casa;
nita de humo formada de toda especie de aromas;” ni cómo acordarse de la cincelada vinagira, cuando delante de si | tenía
la suntuosa fábrica de sus ilusiones
aquella palpitante
y en:
“taza hecha
á torno;”
sueños.
ni á qué, en fin, escanciar
otro
vino
que
—Por Dios, hijito; que me vas 4 matar si pierdes la vocación que hasta ahora
aquel cuyo solo vaho embriagado le ¡tenía, y que se destilaba por aquella boca ¡agra-
te venía abriendo los caminos de la gloria, Tienes que confesarte, tienes que lavar tu
natada y jugosa como una “dulce
alma de la sucieza que en ella ha
Cosa más particular. En bo la cuaresma se vino encima cuando Menos la esperaba la devotisima doncella. | Pero es natural. Así vuela el tiempo para todo aquel que ha de cancelar una obligación en término prefijo. Allí, en su confesbnario
el demonio.
Porque ámi no
me
arrojado
vengan
con distracciones ni majaderías, Yo conozco las jugarretas del espíritu malo. Te
ve ya, como quien dice, en
la
puerta
del
santuario, de donde á él le espantarían co-
mo á perro que es si se atreviese % penetrar, y está echa que echa basuras y porquerías
a
en
tu camino.
bajos
en otra
sem con 1
dría
y el pensamiento
Agustín estas y otras
as, que al fin terminaban de su parte, de que pon-
sa
cuidado en sus santas
obligacio-
Alá, en otra casa de la. ciudad, acontecía E tido con cierta jovencita ue
uva
de
las viñas de Engaddi 1”
sentado, sorbiendo su rapé como desinfec-
tante de los traicioneros ulores del
do,
aguardaba á sus ovejas el anciano
y allí tenía que ir, quiera que derita descarriada,
á humillarse,
del arca de su pecho,
todos
pastor;
no,
la cor¿4 vaciar
los secretos
que guarbaba. ¡Y qué: secretos, Le eterno! ¡Sentirse enamorada de uñ ro Sacerdote ; premeditar el hurto uno
de Jos
probables
florones
de la Iglesia!;
¡deleitar su imaginación en un sa
ilegio.
quince, 44 ¡su madre reprendía, aunsemejante ! ¿Cómo confesar que por contraria causa, pues habíale en- - cado sin caerse muerta á los pies del
trado tam
que ya horas noloyiVOR
ad
hondo
y tan de firme la devoción,
no
se dividía para ella en
Beomo lo establece la crola, sino en misa de siete,
a de
once, velaciones del
peras, éhos que
salves y viacrucis, como lo regula el
Arroquial,
p se iba á imaginar la madre j que el enemigo malo había
fesor?
Y dado caso que tuviese fuerzas
para echar fuera de su corazón
truosidad, ¿cómo seguir aquella
que
con-
monstruosidad
su pensamiento
la mons-
viviendo cuando
era
nada menos
en Agustín, y este
pensamiento era toda su vida? Temblando
como
una
criminal
se *
acercó por fin la joven al confesonario, púsose de hinojos, se envolvió la cabeza en
el espeso manto, y en apagada vozde ago-
apra
ñer la campanilla fuera de
119
» “Yo pecadora Del otro lado del confesonario, aguarturno,
dando su
los
de
cera
la
pálido cual
las
como
tembloroso
cirios,
cerdote. Acúsome, —Si, Padre, yo soy. dre, de que estoy ena .....
otro
arrodillado
Agustín,
Fra
penitente.
estaba
—Morado
metálicas hojas de las macetas del cercano altar, porque por su parte se veía tambien caminosos pensamientos. un poco
la perdición.
dos.
repítame usted
O
Ni
he
E
sabes, hija, que la madre de destina á la Iglesia?
pon
RE:
joven la muy
un hilito
Y una vocecita ténue,
Mi
pe
ese
delgado, así como una hebra de araña que
de ser
debia
hablase, respondía algo que
estupendo y espantoso, pues que el sacerdote, con acento cada vez más recio y agitado exclamaba: —Renúncialo, renúncialo ahora mismo; restituye esa prenda que te has robado, hija, y si no lo naces en el acto te dejo
sin mi absolución. to es más grave
Tu hur-
¿Pues, qué? si
que
torzado
hubieras
coh ganzúa el Sagrario y hubieses cargado Ese niño pertenece
con la custodia. Dios;
suéltalo,
ya á
suéltalo, restitúyelo al altar
ú donde has venido con tus pasos contados á seducirlo y descarriarlo. Agustín
escuchaba
erizo de nervios,
trémulo,
hecho
un
agolpada toda la sangre espantosas
ú la cabeza, dándole
sacudidas
el corazón. El niño había ignorado hasta en La inesperada retonces que era amado. velación que estaba oyendo operaba en él una tumultuosa y rápida transformación. Sentía correr por su cuerpo fluido viril que le ensanchaba las venas,
como si le inyecta-
ran de repente toda la vida de un hombre.
El implacable confesor
seguía entre-
tanto estrechando á la pecadora para
que
acabarade soltar la alhaja. .
—Acabemos,
hija.
no
ha
pensado jamás poner los ujos en tí; y si él Megara á saber que le quieres arrancar ú su vocación, te maldeciría y huiría de tí como del mismo Satanás.
Con que, promé-
teme que no lo volverás á ver -más nunca. ¿ Lo prometes, hija ?
mismo
en
mis
peca-
aque-
Pablo,
cuando dice que
hizo pecar de hurto á San
“al hom-
á la mujer ?”
Agustín. - Por
tu causa hay ya un alma en viaje para el infierno y á la tuya la miro que trota por la misma vereda. Mira, Agustín, yo no puedo confesarte en este mumento. Véteá la sacristia, haz penitencia mientras yo me repongo del sofocón que me has dado. Hincate, reza más Óó menos una docena de credos, despercude tu conciencia de toda esa porquería en que apestas, y que yo te encuentre humillado y puesto en cruz.
—Lo que usted, Padre,
va á encon-
trar en la sacristia dijo el muchacho con atrevimimiento, es el balandrán, que voy á
ahorcar á ahora mismo. De veras que me largo, Padre, y ahí le dejo la monaguia.
El bueno de: cura creyó
que
aquella
rabieta del insubordinado adolescente le pasaría con los doce credos; pero de que no
le pasó pudo convencerse su Reverencia al entrar á la
sacristía y ver
colgado de un
clavo dell ropero el hábito de Agustín, mangas caídas y lacias, los faldones rridos,
semejante
al cadíver de
un
las escu-
ajusti-
ciado en la cuerda,
Agustín, el futuro florón de la Iglesia, el ornato de la parroquia, el místico ensue-
ño de Dolores, se fué á su casa, despegado para siempre de las cosas santas, y se encerró alli sin querer salir durante tres semanasS.
¿Ese niño
sé;
Tu te has dejado robar del corazón los santos frutos de Dios. Has sido como aquel peral tentador, que con su copiosa carga
¿No
eso:
Ay! Agustín de
bre Je sería mejor no llegar
los pacientes del mismo defecto, que suponen la sordera un mal general, hablaba siempre en alta voz. —¡Cómo!;
Yalo
¿No te he repetido mil veces
llo de San
todos
y como
de oído;
pesado
Pa-
Luzbel quete ha sonsacado y hundido
anciano,
El sacerdote era, además de
! ¡endiablado!
me acaba de dar la gran noticia el
pe-
obligado á desenfardelar el lío de sus
>
—Confesión !; dijo una voz del. otro lado del confesonario. —Agastín ! exclamó espantado el sa-
palabras :
primeras
nizante susurró estas
de
|
Este encierro fué una esparanza
para
la afligida Dolores, suponiendo que se lo imponía el arrepentimiento, ó la vergiienza de su¡fea acción.
Después se averiguó que:
lo que
no
quería Agustín era echarse á la calle antes de que le creciese el pelo de la tonsura.
$ EPlLoco.—Cuatro años después el ex-
monago conducía al altar íla bella peni«tente. Como Agustín no había sacado de la sacristía más voz de sochantre,
capital
que
su
entonada
Me
baño en la linfa
Que alegre. murmura, Y tanto deleite Transforma
se echó á la Zarzuela.
Dolores, su madre, que llegó
con un triunfo igual al de
o
á soñar
Santa
o
Mónica,
no le perdonó jamás el chasco que le había
dado sú rebelde Agustín,
y solía decir
á
las personas que por él le preguntaban:
—Por ahi anda.
Noquiso cantar mi-
sa, y está cantando la palinodia. N. Bolet PERAZA.
LERA ANFELLANA
mi sér. o
Las nítidas gotas, Del fresco rocío, e Bsberlas ansío, En la misma
flor;
Y el néctar que liba La hacendosa abeja, Como en tus ventosas, En mis labios deja, — Su grato perfume, Su rico dulzor. “e
Cuando triste gime
6 L NIÑO Y LA MARIPOSA A mi querido hijo Tepito
Linda mariposa, Que en tus alas llevas,
La alondra inocente, Su canto doliente.
Me infunde pesar; Mas si luego trina, Siguiendo á su amada,
Perfume de flores, Y destellos mil, ¿Por qué, dime ingrata,
Me interno en la umbrosa,
Porqué asi te alejas,
Comienzo ¿ cantar.
Tejida enrramada, Y al verlos diehosos,
Y en medio del valle
o oso
Llorando me dejas, Y el espacio cruzas, Huyendo de mi? >
*
Al morir la tarde,
Y el ocaso arde En vívida luz Temiendo á las sombras,
y
No ves que soy niño, Alada inocente,
Que surgen de oriente. Kn lecho de flores,
Que llevo en mi frente,
Reclino mi frente, _Plegando mis alas, Lo mismo que tú.
Aromas y luz ? ¿Por qué, pues, medrosa, No escuchas mis cuitas,
Y cuando te sigo, Las alas agitas, Si soy mariposa, Lo mismo que tú?
o
Ya ves miniatura,
Del sol hija hermosa,
.
Que soy mariposa, Como tú también;
¿Por qué pues, escusas
Cuando nace el día, Y el sol aparece,
Mi fiel compañía ? No sigas volando,
La brisa me encanta,
La luz me enloquece, Y el lecho abandono,
Entonces recorro La estensa llanura,
'
29.0
o oo
Buscando el placer;
|
E
Y en mi amor te fía, Que aquí están mis brazos, Decídete y vén.
ella
*
Cuando el sol trasmonta
,
Gabriél FERRER HERNANDEZ. (Puertorriqueño)
A una adolescente Q mi querido amigo
En
misteriosa
E
A
El divinal desmayo. Allá, donde las nubes ss disfuman, Celajes ví tan varios,
solaremos en íntimas y puras expansiones,
que acaso nos compenetren hasta el amor.
_Alfijarme en tus pupilas húmedas tristes, impregnadas de vespertina claridad,
j
n has debido de pienso, sí, que tú tambie ciado como el mío; tener un amor
que un hombre,
incapaz
de
secreta, íntimo poema de tu alma que aca-
De la arena al contacto,
ente, leido tan claram “9 Y9 no más haya poélas en amor, de antes penetr ojos con
Níveos copos de espuma se extendían
ticas profundidades
Como la dicha, blancos.
Del profundo oceano,
mi sp
Más soberbio espectáculo
gustias.
Pero al hablarte
mo
Instantes más, y la silente noche “o
tú, amar
bras.
y sufrir.
l'oco me importa que haya gente bas-
' -
La cubre con sus lóbregos cendales hó
a
del
E
Puertorriqueño.
y
na,
—
Yo amé 3 una niña como tú, tan tiermi . ideal como túá misma tan ideal suave, tan
Me la forjaba llena
de infantil pureza, im-
pecableen su vestálica y luminosa
casti-
dad; y era para mis ojos de enamorado encarnación
de la
gracia,
la
realidad
la
de
mi sueño más hermoso : una mujer de car-
pcs el
Mariano RIERA
afectación
Si hay quien las cree
estas intimidades ideales tan llenas de encanto y consuelo. . Y ahora óyeme con toda tu alma, óyeme y consuélame.
juzga ;
Que la llena elencanto, L
pala-
tica, allá 6l con su:burla y tú y yo aquí, en
Y orilla y mar y cielo ante mi vista Sus contbruós boliaron. 11
.
de mis
tontería y me tilda irónicamente de román-
I5n dio na negro anto,
el hombre
con
busco y consuelo queque yo saben consuelo, deá esetodos colo seres demando tante imbécil para burlarse
cuando
mfos,
oida simpático á la pena y labio propicio al
abrazo
Amantes desposados.
vida :: lala vida
me
tus clarosyy etéreos ojos En los
En que el cielo y la tierra se confunden,
Así
quiero que
escuches llena de amorosa compasión, fijos
Y ví el sol que el poniente trasponía
.
y la muerte
el nacimiento
as ilusiones,el desgarramiende demás miprimer corazón, mis esperanzas y mis anto
Tendí la vista de encontrar ausi0so
¡
como voy
de tu sér,
en los labios dey el alma simo, 4 contarte,mi con el drama tristi pasado evocando
Más tarde aún, sobre la faz inquieta
AS
comprenderte
¿ba . de tu alcobara que me contaras esa historia Quisie
Aquí, cuando las olas se quebraban,
Y ví el estrecho
desgra
brutal indini de amarte, ha pagado tu con y que tú alma de: ón ferencia la posesi has llorado, solitaria y febril, en el misterio
Ante su aspecto mágico.
,
Si tú
triste, herida de ingratambien eres almapensat iva niña, y nos contitud, ven á mí,
Que por instantes me quedaba absorto
.
recuerdos
mismos
los
y tenemps las mismas .esperanzas.
tarde de verano,
De la espléndida tarde
os hermanos de temperamento y
penas, ¡guardamos
vagoroso éxtasis mi espíritu Contemplaba extasiado
“En
por qué se me figura que so-
dolor; que hemos tenido las mismas
orilla
discurrir por la arenosa
Al
ps
D. Bardo» Basanmova
PALMER.
ñ
ne pálida como fulgor de luna, de talle mórbido y esculturalmente erguido, de cara
PP
o PP
ligeramente-ovalada y rósea y de ojos claros, teñidos de ligera sombra, húmedos, Se llamaba
también
+
a
-
e
que no la amaba ni podía amarla como yo,
pero que era capaz de formular mente una declaración amorosa y lleno del prestigio de su posición, cha gravedad y cortesía, la mano
soñadores y etéreos como esos tuyos; ojos de virgen amorosa, decidores de anhelos
y nostalgias.
:
como
serenade pedir, con mude una
tú y tendría tu misma edad. señorita; llegó un día en que ese hombre La amé con todo mi ser, con tuda la” la conoció, enamorándose de ella, se le fuerza de los diecinueve añ+s acrecentada claró en dos palabras, obtuvo su amor, 5e por mis alientos é ilusiones de soñador, la pidió á sus padres, se la concedieron y pero la amé en silencio, siempre en, silen- se casó con ella. cio, consumida el alma por interno fuego, Nada mís sencillo para el mundo mi amor mudo aunque en monóloga: continuo; más doloroso para mí. Aún me acuerdo, amor sin expresión y sin esperánza! y es casi seguro que me acuerde siempre, Aquella pasión de aquella noche
desolada y fría de
produjo, dessurgió
EALERIA
en
mi alma, no sé qué singular iner-
FEMENINA
su matrimonio. A
ACE A
solas con mi ocul-
y
ta )
Par
as
y A O st
palabralas ardiencongojas
a
:
de
vios,
NA AO
NRO
Maria
CORA
O
US
Sa
Sopez
privado go,
a
a
la amaba; y. cuan-
á distancia la
el
de sosie-
víctima
de
mensa quietud de
la noche,el silbato
de un carro de vapor. Aquello era el viaje de los
GAUTIER
a
veía, comó me. pade
bellamente peinada aquella con su vagasonrisa
viaje,
nio percibi claramente, en la in-
Musa
FOTOGRABADO
vestida
el
congojaso insom-
su=
rece verla ahora,
d
ledad de mi cama,
po, pues, que yo do
la
principio de la luna de miel... Luego, en la so-
nuestro amor.
Ella nunca
fiesta
pedida de los nb-
O
ejemplo, en cuyo fondo-pláceme sumirme ahora, expresa mejor tuda tes
“e
Me0l
por
la
mundana,
er SL
ojos,
A LID
á esos tuyos,
A it
lengua del espíritu; mirar que ases-
tado á otros
giosa,
,
reclamo y clara
en
cida por el dolor, me lo forjé todo: la ceremonia reli-
> 5
“do, mudo de amor
A
de ese mirar ardiente fijo y hon-
laxitud
bullente y esclare-
rt
y hasta mis ojos
echado
una mecedora y con la imaginación
LA Mee
amorosa privó á
pena,
con
cia que paralizó mi lengua para toda ingenuidad
' o Ya
me
de que
color-crema,
cabeza
y su andar
ideal,
aéreo
de
pájaro, se me saltaba el corazón del pecho ara irse tras ella y me escocía
y palpita-
ba en lós temblorosos labios el verbo candente y desordenado del amor. Al cabo podía aquietarme, reponerme de aquellas emociones y perseguir con mi silencioso amor por el mundo. Y llegó un día en que otro hombre,
novios á la tierra nupcial, 4 un retiro campestre lleno
de suave sombra,
de
lugar
pájaros;
amor.
Y yo
través
del
idílico
los imaginé obscuro
de
frescor,
impregnado
camino
de
llevados á por
aquel
carro rechinante, sólos en. el mismo rincón, callados y ansiosos cual amantes fugitivos que al perderseen la sombra le piden su luz á. las estrellasy rebosantes de sabroso egoismo se olvidan del lejano mun-
do.
Pero
ahorá pienso: ¿le amaría ella?
pr -
el alma apagada y fría ?
De entonces á este instante en que te hablo,
adorable. niña,
mi es-
largos años durante cuya sucesión
píritu ha ido levantándose poco á poco de tremenda caida. En todo ese largo tiempo mi alma ha permanecido insensible al amor; y aquella niña, tan viva un día en mi espíritu, ha llegado á parecerse una muerta, un recuerdo muy
mi memoria se derrama
par el ancho panorama de los años que he vivido. Y aparecen ante mí
co-
algo
triste,
fugitivas y lijeras
una sombra venida 4 mí de otro munpara recordame otros dias y traerme á ojos de la memoria las flores marchitas mis primeras ilusiones y esperanzas. Al dolor intenso y sin consuelo de un principio, fué sucediendo gradualmente en
mo do los de
mi alma
las venturosas quimeras
que desvanecerse vÍ :
la inocencia que perdí y aquel vago sentimiento que animó mi pensamiento cuando eran mis alegrías
cierta paz melancólica, convertida
las mágicas armonías
ahora en superior resignación, no precisamente á mis yiejas desgracias amorosas,
del mar, del bosque y del viento.
que recuerdo como un sueño, sino á la vi-
Han sido para mi daño
da, ¿esta vida, niña adorable, en cuyo ca-
en la vida que disfruto, un siglo cada minuto, Sy eternidad vada año.
mino, lleno de abismos vertiginosos y de zarzales hirientes, vamos dejando pedazos del corazón. Si, estoy resignadoá la vida, sea como sea, en su infinita diversidad; pero, inspirado por esa misma vida, yo voy sintiendo ahora en el alma un renacimiento de amof; y al mirarte, paréceme que mi
mi
cotazón resucita ála juventud,
transforma, creo en la dicha, se
El dolor y el desengaño y el torpe materialismo
llena
el alma de esperanzas, me siento fuerte y confío en lo porvenir, ¿Vendrás tú ¿4 borrar por entero mi pasado de angustias y Á ofrecerme, llena de gracia y de pureza, las ¿Serás mía primicias de juvenil amor? y me brindarás la dicha con tu amor? Dímelo, dímelo con
el mirar
consolador
y
amoroso de tus claros y etéreos ojos; dímelo con el alma y con los labios, como yo te digo, en la ingénua expresión de mis afectos hondos, la impresión que me cau— san tus lánguidas miradas, el silencioso y germinante amor que siento por ti! (Santiago de Cuba)
Juan
y, tlesesta edad indiferente,
ubES de sombras mi frente
ya e
mis piés un abismo.
Sacude el mar su melena de crespas olas rugiendo,
y con pavoroso estruendo
los aires asorda y llena. Pero una playa de arena
'su audaz cólera contiene .... ¡Ay ! ¿Quién habrá que refrene el tormentoso oceano
que en el pensamiento humano 'ni forma ni orillas tiene ?
¡ La razón !.... Tanto se encumbra, tan locamente camina, que ya no es luz que ilumina
DUCAZCAL.
sino hoguera que
ESRÁ PENINSULAR ANOS!
Treinta años! ¿Quién me diría que tuviese al cabo de ellos,
si no blangos mis cabellos
deslumbra.
Al horror nos acostumbra,
E
- TJESINTA
a
forman narte de mí mismo;
sér se
me
Mi e
Un dia tras otro dia mi existencia han consumido, y hoy asombrado, aturdido,
años,
han pasado
E
siembra de ruinas el suelo, y ensu inextinguible anhelo
álzase hasta Dios atea
:
- con la sacrílega idea
de derribarle del cielo. —
He visto tromba rolegllos, instituciones esidas,
a que vás, con loco ardimiento
y tras recias sacudidas
nutriendo tu entendimiento á expensas del corazón,
neblos y reyes cansados. ropios y ajenos cuidados
huédvenme continua
díme
guerra,
¿no es cierto que son
y mi espíritu se aterra cuando, perdida la calma,
vivas tus penas y ardientes? ¿No es verdad que te arrepientes,
la tempestad dela tierra,
de los misterios que sabes y de las dudas que sientes?
presa de temores graves,
siento rugir enel alma
Cuando pienso en lo que fuí,
hondas heridas renuevo,
y me pareceque llevo la muerte dentro de mí. No veo lo que antes ví, no siento lo que he sentido, no responde hi un latido
después de mis desengaños, lauzar hacia atrás los años que el destino me depara. Pero ¡ay ! el tiempo no para? ni tuerce su curso el río,
*
]
ni vuelve al nido vacío
del corazón siá dl acudo,
el ave muerta en la selva, ¡vi quiere el cielo que vuelva
llamo al cielo y está mudo, busco mi fé y la he perdido.
la esperanza al pecho
—
o
¡ Yo si ! feliz si lograra.
mio !
Gaspar NUÑEZ DE ARCE.
Infeliz generación
Biografias universales PITAGORAS. — 592-497.— Hijo de un escultor, mn Samos 592 años antes de
cristiana.
recidas,
Fué discípulo
'en la era
de Je-..
filósoto de la isla | de
su Seyros, quien enseñaba en ei aldoctrina que era inmortal
ma y¿que fué unode los primeros
: Hospital
Mali Milita:
Fotograbado Gauthier.
griegos que escribió en prosa. Viajó después para adquirir ¡más la conocimientos, por el Hgipto; Caldea,
do
y
el
Asia
Menor.
A su vuelta á Samos, hallandel la soberanía en manos
usurpador Policrato se estableció juegos que ganó muchos premios en los en Cretona, enla casa de Milón, famoso atleta, toro, lo mataba de un puñetazo y ¡8 lo Ulímpicos, que se echaba sobre los hombros unesparció por todas partes, de tal suerte, se comía en un dia. La fama de su saber que sus discípulos vendiesen sus a Exigí . pulos discí entos quini contó breve que en se matasen los animales y que sirviesen que bía prohi d, nida comu en sen vivie y s biene sícosis, “esto El sistema que creó y siguió fué el -de la Metem de alimento ál hombre. dogma de era este el primer otro; al o cuerp un s:de alma las de ón es, la transmigraci le imbuirían . que probabl era quim esta de o trad pene tan ba Esta su filosofía. tes de ser Pidar lo que había : recor a urab aseg que , India la e d s mane Brac los ese gran | filo— demás, su moral es muy racional y pura, y contribuyó tágoras.* En lo “Nose debe hacer guerra costumbres, “con ella, eh gran manera, á mejorar las del cuerpo, 4la ignorancia de la ades rmed enfe las á decír; solía , a s o c ué á cinco iones de los pueblos, y á las discorsedic las á ón, coraz del nes pasio las á encia,
116 A
- el alma apagada y fría ?
De entonces á este instante en que te hablo, adorable. niña, han pasado años,
largos años durante cuya sucesión píritu ha ido levantándose
tremenda caida.
mi existencia han consumido, y hoy asombrado, aturdido, mi memoria se derrama
mi es-
poco á poca de
En todo ese largo tiemun día
amor; y aquella niña, tan viva
mi espíritu, ha llegado
muerta, un recuerdo muy
por el ancho panorama
al
po mi alma ha permanecido. insensible
en
de los años que he vivido.
co-
Y aparecen ante mí fogitivas y lijeras las venturosas quimeras
á parecerse una triste,
algo
mo una sombra venida 4 mí de otro mundo para recordame otros dias y traerme á los ojos de la memoria las flores. marchitas
que desvanecerse vÍ : la inocencia que perdí
de mis primeras ilusiones y esperanzas.
y aquel vago sentimiento que animó mi pensamiento cuando eran mis alegrías
Al dolor intenso y sin consuelo de un principio, fué sucediendo gradualmente en
mi:alma cierta paz melancólica, convertida
las mágicas armonías
ahora en superior resignación, no precisamente á mis
viejas
del inar, del bosque y del viento.
amorosas,
desgracias
que recuerdo como un sueño, sino á la vida, á esta vida, niña adorable, en cuyo camino, lleno de abismos
vertiginosos
Han sido para mi daño en la vida que disfruto,
de
y
zarzales hirientes, vamos dejando pedazos
un siglo cada minuto,
sea como sea, en su infinita diversidad; pe-
El dolor y el desengaño forman narte de mí mismo, "torpe materiálismo
del corazón.
una
Si, estoy resignado á la vida,
ro, inspirado por esa misma vida, yo voy sintiendo ahora en el alma un renacimiento de'amof; y al mirarte, paréceme que mi cotazón resucita á la juventud, mi sér se transforma, creo en la dicha, se
me
llena
el alma de esperanzas, me siento - fuerte confío en lo porvenir,
y
¿Vendrás tú 4 bo-
rrar por entero mi pasado de angustias y á
ofrecerme, llena de gracia y de pureza, las ¿Serás mía primicias de juvenil amor? y me brindarás la dicha con tu amor? DÍmelo, dímelo con
el mirar
consolador
y
amoroso de tus claros y etéreos ojos; dímelo con el alma y con los labios, como yo te digo, en la ingénua expresión de mis afectos hondos, la impresión que me causan tus lánguidas miradas, el silencioso y germinante amor que siento por ti! Juan
DUCAZCAL.
(Santiago de Cuba)
— RA PESINSULAR "Jreinta Altos: a
Treinta años ! ¿ Quién me diría ue tuviese al cabo de ellos,
si no blancos mis cabellos
A
Un dia tras otro dia
eternidad cada año.
sstu
y
edad indiferente,
de sombras mi frente
abre á mis piés un abismo.
Sacude el mar su melena de trespas olas rugiendo, y con pavoroso estruendo los aires asorda y llena. Pero una playa de arena su audaz cólera contiene .... ¡Ay ! ¿Quién habrá que refrene el tormentoso oceano que en el pensamiento humano ni forma ni orillas tiene ? ¡ La razón!.... Tantose encumbra, tan locamente camina, que ya no es luz que ilumina
sino hoguera que deslumbra. Al horror nos acostumbra,
siembra de ruinas el suelo,
y en su inextinguible anhelo
álzase hasta Dios atea coh la sacrílega idea
de derribarle del cielo. , Ho visto tronos volcados, instituciones caidas,
,
4
117 A/A
que vás, con loco ardimiento
y tras recias sacudidas neblos y reyes cansados. ropios y ajenos cuidados muévenme continua guerra, y mi espíritu se aterra' cuando, perdida la calma,
nutriendo tu entendimiento
á expensas del corazón,
¿no es cierto que són
díme
vivas tus penas y ardientes?
¿No es verdad que te arrepientes, presa de temores graves,
siento rugir enel alma la tempestad de la tierra.
de los misterios que sabes
y de las dudas que sientes ?
Cuando pienso en lo que fuí,
¡ Yo si ! feliz si lograra
hondas heridas renuevo, y me parece que llevo la muerte dentro de mí.
después de mis desengaños,
lauzar hacia atrás los años
que el destino me depara. Pero ¡ay ! el tiempo no pára'
No veo lo que antes ví,
no siento lo que he sentido,
ni tuerce su curso el río,
no responde ti un latido del corazón si á él acudo,
ni vuelve al nido vacto el ave muerta en la selva,
llamo al cielo y está mudo,
¡vi quiere el cielo que vuelva la esperanza al pecho mio !
busco mi fé y la he perdido.
Gaspar NUÑEZ DE ARCE.
.
Infeliz generación E
Biografias universales PITAGORAS.
Hijo
ES
de
un
— 592-497.—
escultor, natió en
Samos 592 años antes de la era Fué discípulo de Jecristiana. recidas, filósoto de la isla de Seyros, quien enseñaba en su doctrina que era inmortal el alma y,que fué unode los primeros griegos que escribió en prosa. Viajó después para adquirir más
conocimientos, por el IHEgipto; la Caldea, y el Asia Menor. H ospita ' Militaz Asu vuelta 4 Samos, hallan Fotograbado Gauthier. do la soberanía en manos del usurpador Policrato se estableció ganó muchos premios en los juegos que ta, atle oso fam n, Miló de casa enla a, en Creton un t oro, lo mataba de un puñetazo y se lo s bro hom los e sobr aba ech se que , cos Ulímpi suerte, r se esparció por todas partes, de tal comía en un dia. La fama de su sabe que Sus discípulos vendiesen sus gía Exi os. ípul disc s nto nie qui ó que en breve cont sen los animales y que sirviesen mata se que ibía proh , dad uni com €n esen bienes y vivi y S iguió fué el de la: Metemsícosis, esto creó que ema sist El . bre hom al to men ali de a de cuerpo al otro; era este el primer dogm un de al las de ón aci igr nsm tra la es, uirían o de esta quimera que provalntesle deimbser Pi- su filosofía. Estaba tan pe recordar lo que había sido los Bracmanes de la India, que aseguraba raci pura, y contribuyó ese gran filó- ' y onal muy es l mora su ás, dem lo tágoras.* En “No se debe hacer guerra res. gran manera, 4 mejorar las cost umb la ermedades del cuerpo, ála ig norancia de ué á cinco cosas, solía decír; ¿ las enf sediciones de los pueblos, y á las discorencia, á las pasiones del corazón, á las <
x
Estas cinitos
dias de las familias,
combatir de 'todós modos
deben
EA
hierro y con el fuego
Sdtér época
+ Nada de cierto se E
-
La LIRA:
acaeció, pero si se
ni donde
de su muerte
tira.
cree que murió tranquilamente en Meta-
ponto, 497 años antes de la venida del Señor. Se le hicieron extraordinarios honores 'su muerte, y su casa fué condesp vertida en templo. Dejó una hija llamada Damo, tan instruida como juiciosa, que nunca se casó y formó una: asociación de jóvenes, que cual ella renunciaron al amor y al matrimonio,
duntad del que nos ha colo-
E $ hombre está muerto en la bovinoy loco en la del amor. lel sobjoriedad y templanza es la ; y Byel imperio sobre las pauErza a Uca
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de la Histo-
Alca aso, en la Paria, 484
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Egipto,
484--406. — Hero-
19.—
Jlantad:
ria, 0 oK tte 35ve!
Altivo corazón,
hoy
Mujanes
te abruma
Rudo el dolor, sú intensidad provoca,
Cual del oleage entre la blanca espuma Desafiando
4 la mar se alza la roca *
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Estas son pagas nas dé las máximas
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y espulsó. de
esto mismo en al tirano. bie amis; y enemiémulos vez de gi id le «useltó
gos, por lo que se vió en
salir de allí.
Quo no incline abatido la cabeza En medio qe! martirio Promete]A ds
del Salvador.
ifésto
S.y
Que el dardo punzador de la tristeza De batallar encienda tu deseo,
la precisión
mpurae Que Jelelerajo la palabra impur
No llegue nunca4 profanar los: Jabio Perdona, como
de
escrito, la que tué tan celebrada
can Dd...
Te o ,
Que tu poético númen no suenmba, m0DE Y que broken autrotas de ta seno
die-
que
Cristo, los
_Anuque te encuentres de «q
había
que
o.
Y enclavado en la orúz de la ar 12 guara
Fuése 4 Grecia, y en los jue-
gos olímpicos leyó la historia
PS
ron el nombre de las nueve musas á los nueve libros en que se divide: Hsta historia contiene además de la relación de las
Cual surggn mariposas de nna tumba.
de Ciro hasta el de Jerjes, desde el reinado la historia de casi todas las demás nacioConcluyóla Herodoto á tiempo de nes.
Batalla y canta, forcejea y rima, Que atlética energía no te falta, Y cuanto más la humanidad te oprima
*—guerras de los Persas
y de. los Griegos,
en
la guerra del Pelopaielo, y la e
e
dialecto jónico. Háse dicho que es Herodoto como historiador, lo que Homero como poeta y
Demóstenes como orador.
los eru-
Dicen
ditos que su estilo es suave, me
ame-
no; pero que los hechos que refiere, ni son siempre ciertos ni acertadamente
refiere cosas, añaden, qué aunque
e: cogí
ma, debería haber omitido por fabulos 8
y :
ta pstralí: pación más alta.
>
7
d Doctor D. Gabriel Ferrer Hemando: —Engalánátns hoy del distinguido médico, el publicación con retrato "otable educaciónista, doctor don Gabriel Ferrer Hernandez. Isla el dí - Nació tan aventajado galeno en la capital de estaconsiguiente, cerca de cu: del año mil'ochocientos cuarenta y nueve. Tiene, por en querernos se estuerce.
y ocho años de edad, por más qne su arrogante figura mostrar otra cosa.
Hizo el Bachillerato con los
mil ochocientos setenta
-)
zde Agosto de día ydie risueñas
Jesuitas en la Capital, y el alma henchida
con unien Santiagó de “Galicia, € ¡cuya residencia su versidad cursó, con notable aprovechamientos
embarcó,
zas, para la península, fijando
AR
¡4e-
1
habiendo
profesionales,
estudios
púmero de pren
oposición
buen
ciencias ri
-quím
tod:
«omoen
de
materias de su carrera médica.
Hoy es doctor en medicina y cicujla
o
ciado en ciencias. 7
nue
Como educacionista figura
dels entre los de mayor empuje de Jos cuando se creó el Instituto provincial de Fisica y Quí
Cátedra
la
años,
do, hace muehos
la
¡el
asigmal
general, unos, la de Física Ol
dos.
y
AS vos, la de Técnica Anátómica. ha El doctor Ferrer Hernandez »-
]|
de do ga
y
AS
das muestras de ser un brillante y Palaño esc premiado, en 40$ OCcasic en prosa, habiendo sido
nes con el primer premio: en el Certámen Cefvántico celebrado en la capital de esta Isla,
su be-
n Ateneo de la propia Capital por su mag
co! lit
Mísimo trabajo “La
y
en
nmiead10Ss
Puerto-Rico; Su
para
preparar
la
]
pasado, :
| anci libro: que por su trascendental import medianame ría” poseer todo puertorriqueño |
|
F
instrucción
presente
GAUMIIER
: FOTOGRABADO
“La mujer en Puerto-Rico,” yen el ,
' r al terruño, amo ún alg esar ralf de” cie pre se ilustrado y que stituyente del jurado ca con ndo sie o cad udi adj fué le mio pre imo últ Este y literario de Madrid. na comisión del Ateneo científico diversas el doctor Ferrer Hernandez, en Como poeta, nos ha
-
aor
ócasic
nía de sus estrofas, semej nes, con la dulzura de sús conceptos suy lacoraarmo zón de artista. . Sus . composicio tas de miel arrancadas, al panal “de
es revela están saturadas de ese sabor filosófico n poesia “ indo. Una “de ellas, su ins irada o calificador en los Ji un primer premio por
bárte,
“de
Jrogresista
E as
y culto “Casinode Mayagiiez.
intitulados: “Herire de As
es na en en este
el
y “El B
en. el teat éxito bli sde laE Manoro Nesle piend
me.
n á la sucesión Cristy. Débese á la ni i “ciativa del que fué Gob| ernador de esta * Esla Nuestro biograñado rripuerto 1 tenéo A l e d el d Vice-presidente provincia Excmo. Sr. D. Luis Dabán; que s año hos muc e hac go , car o Sr. cuy eño, a fué trazado por el obr la de to yec pro es vec dos sido Ha : señando.— ene ante militar d este Departamen- ; - To
Comand
de la Real Sociedad Económi-
ica dió "E to, D. Julio Soto Villanu eva. Ja fábr del ingeniero D.. > principio bajo la di
años 'os del País, y muchos, de de la Sociedad Protector
esidente
de
tante cargo último,
ra cien
siendo, por
* beneplácito de sus electores, conferencista
e, cabidas, É inientos metros de superfsaici grande s la enfermos, cuatro
proviricial con
Diputado
del referido Ateneo de Puerto Rico,á la dulEl doctor Ferrer Hernandez o. trato, une la de . zura de su carácter y fino eser un padre ejemplar y un amigo desint
María Lopez
dijo un poeta.
Excmo. Sr. D. Manuel Egozcue y Cin¿ rón. És un puertorriqueño de valer, Vi-
' ce-presidente de la Diputación
todo
o
de amor,
fulgura
en
uestro
María, la tierna, la casta, la -_Pofiesó María, flota en un mundo de venar de turas, sonriente, con el alma henchida
: S
|
—ensueñoS.
de
esta ciudad.
dulce, una
tiene ella una mirada
0
Ey
quez, hermana de nuestré
frase
huyendo de la luz,
A
Estefanía
en vida fué Srta.
os D. Eá amigenec ientes
E
la tu
á
bajdo
enfermedad, ha
el
bd
de breve,
A consecuenci
Ama cuanto le rodea, y hasta para
insecto que:se arrastra
$-
La vida fuerá
Es cierto,
- un infierno sin amor. el alma está llena Cuando derredor :
provincial,
cuyo cargo ha desempeñado siempre Con singular acierto, y es uno de los prohombres del partido incondicionalmen espa0% (M RÍE ñol de esta Isla.
a —“Amar es vivir”
todo sonríe, todo canta,
=
7 E
o
pez 5egún confesión propia, las sustentara _cula seculorum.
0
mil:
o'/0
Es de ¡ideas liberales y, S€-
resado y fiel.
(08
ndencias necesarias. todas las depemil pesos. veinte y seis
escuchado
asiduo y
tiene dos
minó en Octubre de 1896;
Ha'desempeñado tres veces el impor-
ter=
de 1895 y
Joaquín Gisbert en
la inteligencia.
D, Jorge E se
distinguida fa
pert
o amor. En su espíritu vive la alegria com el perfume en la azucena. tras
Y como:todolo embellece,
deja
sí la admiración muda y una estela de sim-
patia,
|
pe
De este modo se comprende que Ma-
, y ría Lopez, sea el orgullo de sus, padres la Flora que á todo el mundo encanta. tiene Porque, así como la azucena 0 lame, acordes el harpa, luz el sol y esas las noches apacibles, María tiene
Fo de su alma, el perfume de la purera,tel acorde del sentimiento, la luz de la ca-
y las estrellas de sus vi udes, que sas
y radiantes,' se +
*
pa
del
Y
Oo le:
la. Juuta dit
O
0
tiva del Círculo de San
Jhan ha sido constituida del siguiente modo:
.
Presidente, Abraham
presidente, José
tario, José Nieva.
Peña.—Vice- .
Gonzalez Quiara.—Secre-
—Tesorero, Julio
Ay-
bar.—Inspector, Lorenzo Durán.—Vocales:
Inocencio
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DLOT!
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Mar ano.—2?
Maí.—3* Juan Gumbes. —Vi
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