Revista Blanca (7 nov. 1897)

Page 1

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caos Go da is ei

á

ctiao.

E


LBINO

Led

EL

BANDOLE

A mi apreciable amito José Gonzalez Quiara . |

«la terminación de la última

guerra

ba Balbino era la que conseguía

y carlista y como consecuencia lógica e de la misma, continuaron merodean-

23 C%

do

durante algun

montes de

Galicia

Que, con el nombre de

tiempo

defensores

de

cimiento que aquel bandolero terreno teatro de sus hazañas.

don

Entre

dichas

partidas,

“triste celebridad llegó

(4 alcanzar,

que mandaba el cabecilla Era éste

la que

Balbino.

hijo del país, y

: Joven, valiente y buen

un

mozo.

que Balbino entraba disfrazado en blaciones, cuando así le convenía. las -

la

Una tarde y cuando

Procedente

socorriendo

á

señora joven, vestida con elegancia y

por su hermosura, Preguntó por el Jefe, —dijo—deseaba hablar reservada 4 quien mente. Desempeñaba entonces el car Jefe de Policía una persona notablgo de todos conceptos: á unos modales e por distinguidos,

un

uníanse un talento!

la

un valor á toda prueba,

única yunta que tenía para la labranza ; len repartiendo grandes cantidades de

partido. Jamás, segun se decía, sus manos

den

Miración causada por sus actos

se

etc.

ad:

de arrojo

la

introducida en su

que

la examin

—Efectivamente,

señura;

yo vengo

ALA

extraordina- * prestarun servicio ¿la justicia, el albergue de un hombre ha tie indicah. mpo per

e los demás mortales no poseían, lerto era que todas las partidas latinamente desapareciendo;

sus Jefes se e

dió Ór—

le útil, —¡ Caballero !—contestó la cida sin levantar los ojos del pa desconovi yo creo que todos estamos obl mento— ayudará la justicia cuando se igados ¿. castigo de un delincuente, ¿es vertrata del dad ? e. .?

mano

atribuíale

fuese

al propio tiempo

generalmente efectuaba él sólo sin el de la partida, formaban del célebre lla un tipo legendario que como á del vulgo facultades

de la pre-

aba con simulada atentión: —Señora....usted dirá en que puedo ser

los diferentes encuentros sostenidos con

a, José María,

ésta

y

Entró efectivamente, y tomando asien: to á una politica invitación del Jefe, dijole éste,

de cier.

tropas y á los audaces golpes de

de que

despacho.

Wezá

i aureola de simpatía que, unida á la

común

sencia y deseos de aquella Señora,

habían teñido con sangre humana, á no ser

en defensa propia. Vivía, pues, Balbino rodeado

poco

Avisado este funcionario

grano Ó harina entre los más menesterosos

del 2 y

des

que justamente llamaba la atenci ón

E Contábanse sobre él historias suma. mente curiosas, en las cuales aparecía : siempre nuéstro bandolero como magnánibien

más

po-

ban de apoderarse del terrible banesperaSe presentó en las oficinas de la dolero, Policía una

hombre

pobre labrador que acababa de: perder

del

estremára la vigilancia; pues decíase de público

de una familia de acomodados labradores, había recibido una educación superior á su ¡plase, pues sus padres ideaban dedicarlo “al estado sacerdotal.

mo y caritativo;

tenía

se órden á la policía para que

más fué

de

cono-

. * Ofrecióse un premio al que proporcionara su captura ó presentase su cabeza, y dió

ban-

erismo, sosteniendo en completa alarma los pacíficos habitantes de Villas y aldeas.

y

:

las tropas, á causa, quizás, del gra n

partidas

unas |

á indulto,

ras destrozadas por los fusiles de TOS si dados ; tan sólo la que manda-

4

sostener.

se y escapar ¿á la incesante persec ución

por los

varias

Carlos, cometían actos de verdadero

4

RO

seguido por ella, y cuya captura imposible hasta ahora... —4 Y quién es ese hombre, -

—¡ Ese hombre es... es

bandol adiand ó,o per que eni el ero Je, —añdud deo hab ¿volvió

ha.

Ba

si


e Fe +

-

E

AR

¿Quien HA

ha dicho usted, señora?. . bien ....él me ha, engañ

»

—¿Y qué pruebas tiene

caballero! replicó ella con más entereza y

—dijo, é introduciendo

—¿ Y usted —dijo este —puede indicar

cual presentó á su interlocutor—; aquítt

. bre se halla?

ne usted ; la duda es imposible; lea, SiS lo que Balbino misma escribe al de so t dela fotografía : ¡ Mk cariñoso recuerik

en-

¡ Cuanto te amo.

—¿ Y donde vive usted, señora ?

exclamaba en medio de sus sollozos:

Vaciló

«desconocida, más al fin dijo : —;¡Pues bien, garlo?.... Balbino

señor es mi

hace más de un año, y me

cuencia! casa,

Ahora lleva ya

á donde

con calentura,

llegó

la

cual

contestar

en

momento

un

una

maten,

la

enfermo

todavía

nu

le

— ¡ Tranquilícese

gran

que

yo, para obrar en consecuencia, tengo

su-

ficiente con la delación

que usted acaba de

hacerme, la cual el Gobierno y las Autori-

dades apreciarán en lo que vale, me voy á permitir

a

hacerle

la siguiente

pregunta:

ué razones ha tenido ó tiene usted para tar á ese hombre, siendo su amante?

Encendióse el rostro de la desconoci-

ojos, da, y bajando al suelo sus enrojecidos

que EA

pe cía,

no podian sostener la mirada del ocultó la cara entre

sus

manos,

Po-

pro-

ahogados sollozos. ndo -*rrampie ose en aflija usted, señora—conti—N o iendo

el

Jefe—y

contésteme

sonido

un timbre, á cuyo

verdad

es

con

la

nalla , fu

se

apa

tot

ció €

puerta un vigilante—¡ que veng E inspector!....¡ Y Vd. Señora, P a para guiar hasta su casa ....y n3 Enjugóse

y á los pocos instantes

e

desc Mm

las lágrimas

acomf

salía

del Jefe, el cual diera ya diferentes.

3%

á sus subordinados.

Nada

hablaron durante el.

:

traye

y llegados 4 la espresada casa, $ E xi extramuros de la Ciudad y no | de la muralla, fué rodeada aque

cio por varios ajentes de policíi do en su interior la

del Jefe.

Este

ref r da mu

se negó á

acompañara.

EN

Subieron la escalera que

pro la sala, y una vez en ésta, sin niuna palabra y mirandoal Jef ;

estendióla mu “sinceridad y franqueza. —dijo ella por fin cía, ción á una pue —¡Mire usted, señór! ría, y oc amo con ya do la cabeza—¡ yo amab des-

ma á

que

¿do

procu

. ¡A ver I—añadió

de la ley!

con atención el Jefe de Policía, el cual, advirtiendo, sin duda, algo extraordinario .si bien

señora, *

usted,

¿4 la sociedad

servicio

captura de un hombre

ha

Interín hablaba la mujer, observábala

—;¡ Señora!...

1

piense uni“amente en que va Á prestar

en

desaparecido.

en el rostro de aquélla, le dijo:

ot1

de antes que verlo en brazos

gára un momento el intenso dolor que dé e SU mostraba, y al cabo le dijo :

fre-

noche

muera.. que

1

Permitió el Jefe de Policía que desalió

..¿á qué neamante desde

cuatro dias

...¡que

mudie!

para

con

sel

—ya que no es para mí, no exaltación

él

visita

1%

me —;¡ La ama, sí, la. ama ....y á mi com ¿ aborrece! .:.¡ Pyes bien—continu

—En los extremos de la Ciudad .... 4 unos cien metros de la muralla.

en su casa de usted?

|

aquella

Y rompiendo á llorar

—j¡Y por qué razón se encuentra

E

Elisa querida!....

—; En su casa de usted?

—¡ En mi casa, si señor !

mi

at.

exo

lo único que soshiene mi fatigada

cuentra....en mi casa!

(

mano

una

seno, <xtrajo de él un retrato de mujer

* «on toda certéza el punto donde ese hom—Sí, señor ! —¿Donde?....dígalo usted. —;¡ Balbino, en este momento se

ustec

pruebas? ....;¡estas,

-—¿Qué

fijando sus ojos en los del Jefe.

S

ES

mujer!

—¡ Balbiroel bandolero . .he dicho,

|

.j

ña miserablemente!..

-

-—Jesuplico lo repita.


180

ERA ARTELLANA qn

Cuántos iustante s (

LA NOCHE0

gozó

rulfáda e La por el placer dearun sueño lison

y Cuántas ilusione s

despedazó er girone s

Las noches de im i patria

¡ CÓMO esparcen en el mundo sin límites del alma deleite arrobador, suavé perfu ne que embriaga du le emente y que transporta á la región herm osa de “os sueñ os !

Emilio

-Duertre

Eo

a

¡

Pesar artero ! ma, cual la noche, en la fa donde se agita tal clausura esclava

del Toro y Cueb as.

la tierra entre la sombr a Opaca que ténue se

destaca del otro lado de la gran esfera q

ueel vivo rayo de la laz recibe, y solo

se apercibe | la nota lastimera que ensayan, de entre bosques y la noche en el Concierto, selvas y | el viento de! desi palmares, erto

|

9. el rumor cade ncioso de los Ma res, : Ó el

eco fugitivo 4d del raudal que se agita a su lecho de níti das espumas, ¡ 6 el sollozo furt; vo | % Un bajo'un anto mundo que dormita

de estrellas y de brumas. - Todo yace en qu ietud, y solo avau -. Bo za r la región Obsc Soñador de la eS ura peranza

.

q

un mundo que le evoca. ¡Emulación sublim e

ue al corazó ita en el alma den redime l ulle la esóncia va creyente, porosa 8D la

dulce

be

pintada rosa

so de la despliega su at luz. naciente, avío : 2 de perlas de rocí o,

que ilaminara el sol de su alegria. entre

las dos existe un secreto mist erio, que no alcanza ú descifrar acas o

e que.no

Di otros bienes

SUspira en su delirio in ci erto, que el asfixiante círculo en que gira atónito, inex erto,

cual la salvaje fiera del. desierto .

Quien

el crepúsculo h contemple extasiado erm la tarde

¿la caida del sol, y envuelve en s

el es el fértil llano, carpado mon la ribera un a fresca selva hodosa, josa

y el espléndido az] del horizont e, ve rá en su dulce en su voraz tormcalma ento,

el lazo bienhech e or ese mundo que llque estrecha el alma am

an firmamento.

¡ Salve, esplénd; Se Muest

4

|

ES O

' ás


Y sai, ¡aprisa mato

la vasta esfera con su_negro manto, prosigues la jornada,

.

: ds

:

Belo oculilres éstarpadas,

y

rc

pe

sús miradas,

:

-Canope centellea,

vuela Orión en su' marchá triunfadora y brilla Casiopea

y la Virgón se osténta vencedora.

Feliz magnificencia que infiltra al corazón el sentimiento de la purá creencia: la fé se eleva hasta el divino asiento, |

un suspiro de amor, dulce, anhelante, y en tau supremo instante

brinda al orbe sus ¿ones y fortuna, y todo es ps aduración y vida. enguaje que, sin nombre, estréchá' en lazo indisoluble y tierno,. chal dos almas en una, lo finito 4 lo eterno,

lo grande 4 lo pequeño y Dios al hombre.

¡Ah!.--.¡Dios!.. Y ¿quién es Dios? e | Es la ley fuerte qúe al universo ordena y vida imprime á la materia inerte:

que los seres y mundos encadena

lod

,

:

Gas

olas potencia,

empuje al vago viento,

canto y alas al ave; eseucia á Flora,

«hechizos 4 la¡Aurora - ye Jue, ppercimental; al sao 12103

y de tu Habeas ¡oh noche! en el regazo: fundes en un abraso S

E

DD

a

das

que,se€

maleera q

soba YFidl

,

pz!

consuelo.

e

encia

implon p

Cruzó la inmensidad mi pensamiento.

Bajó la inspiración al alma mía En sus lenguas mayuíficas de fuego. —

¿ Quién no siente del mar 6los £rag Henchirse el corazón dentro del Y estallar el volcán de las ideas Inflamando de lávas el cerebro ?

perhe

y sus nu: sil Yo amosu inmensidad

Yo amo todo lo Por eso busco á

de y le venero; Dios al 10 tafiad En SR >

Que dilata en los ámbitos sus

; Puerza al trueno y al rayo que se inflama, 5 al huracán violencia, sordo rugida; atronador aliento,

- las.almas

Que agobiado del mundo y de sus.

Hay . se qué grandeza ó qué u Hayalgo que se queja en u

“Que da impulso á la Hama,

200

Exequiel COMAS PA

* Gabo-Rojo, Octubre29ies de

Y del mar en la márgen solits

cor imiáh soberano, y su invisible maño

benéfica luz al orbe llena.

AS

J.

y

De sus olas salvajes al estruendo,

La tierra, contiovida,

;

de la eterna alborada

de luz, que inunda él AO

Y al contínuo bullir de sus t

vuela cautiva al cielo lá esperanza.

Eo

resplandor fe

Siempre del mar en Tn arenosa « Mis pasos vacilante se imprimieton ;ds

trémulo el labio lanza-

-

huyendo siempre al

SA

pS ad

Yo he visto que had rá Hablan con susSicomididaod

o vinos” MS

Y he escuchado el rumor E

Con que saluda á Dios el: Unive Y díjeme, pensando Delante de ese mar rud

«sepia

Si Dios es el abismo ix

-. Donde brota la vida y, qu


nl

piel, in-.

finidad de pollos, patos, pavos y demás ves de corral, piaban y se movían en alee confusión, esperando su acostumbra-

pitanza de maiz. voces

femeniles

6

me

hicieron

encontré

con

la

a de la casa, una de sus hijas, Leonor,

Isolina, que se apresuraron á saludarme, dandome la bien venida. YO correspondí al saludo cariñosante, y fijé mis ojos en

los

ss

de

le

he

Para

variar

de

El compadre la inferrumpid:

había

,

y

4

lados la felicidad.

Tomamos café, y despues

cada

cual

á almorzar.

me miraba fijamente,

presión.

«con

candorosa

ex-

Después de almuerzo me acosté á. dormir la siesta y á eso de las cuatro, cojí

le escopeta y me dirijí á un bosquecillo cercano con el fin de matar álgunas palo: ' mas. La imágen de ¡Isolina no se apartaba

dicho,

de mi imaginación: la veía con sas TASga-

dos ojos mirarme sunriente y feliz. Serían las cinco'de la tarde y yo había disparado un solo tiro. Las palomaDo s ban y venían sin que les hiciese caso.

brillaron

conversación,

59 E da

Durante el almuerzo, mis ojos tropezaban á cada rato con los de la joven, que

jue, de agora en adclante se quedará quí. y Lino y yo la tendremos como 4 En las mejillas de la joven s lágrimas de gratitud.

pa

concluido de ordeñar | as Vacas, y nos imvitaba á tomar café. Todos subimos al comedor con el eorazón lleno de júbilo. La verdad era que en aquella casa, * se respiraba :por todos

nos sentamos

No muy bien, señor; —respondió E con ador>ble sonrisa—pero, al menos, boy ya completamente tranquila. Y Y que lo puede estar —uñadió la ya

cons

Como á la una regresamos á la casa y

Isolina,

Ñ

Rita-—porque

Ahora voy á ver

Yó monté á caballo, y me fuí con el compadre Lino á voltear la posesión.

—j Qué tal, amiguita... 1 —pregunle ¿ha dormido usted bien? ...

¡comadre

si

dí.

fué í ocuparse de sus quehaceres.

como la noche anterior, los tenía clalados en mí, llenos de indescriptible terura.

él no lo

que aunque le den dos onzas

echar otra vez la gallina.

que tenían pegadas á la

Ús

pueblo. Di-

ce Lino

Hr

volverla cabeza, y me

que por poco sé queda conel

mu

ISOLINA"

las

uvidé á bajar al batey. La comadre se trajo un saqnito de iz. y á los pocos instantes estabamos

Había llegado á una

tapizada de una yerbecilla

pequeña

loma

tan

menuda,

nes y contemplar detenidamente

el bell

ue parecía una alfombra natural. Puse a escopeta en el suelo y me recosté sobre subian hasta por encima de la cabeza, . la yerb a, para entregarme ú mis reflexio.

deados de una multitud de aves,

que se

Yo no quitaba la vista del hermoso ¡blante de Isolina. E lla me miraba á mí de vez en cuan -

lO, Y Se sonreía con

panorama que se extendía á mi alrededor.o

Aún no habian nasado diez minutos, cuando senti á mi espalda un leva ruido,

la inocencia de ún

mujer del compadre Lino no ce. jarlar y referir uva por una la odas sus gallinas... jedes ven aquella búlica?

3

y , al volver la cabeza, no pude ménos. que un gribode sorpresa y de alegría 4

Era Isolina.

pues

Venía

mos;

ne había

a sí, chiquitita; tiene ya cuatro. que nunea, la unos pollos hermosísi

:

inquieta y más hermosa sobre la negrura

cado un: lazo azul,

de su

e

e


que, La un verde pr lloras, perdidos seres, : contemplando la tierra de ROFRCIO ( Harmonía

teligiosa

qué te queda en el 3

|

N

más que su vaga imágen, y la sorda plegaria

)

El alma del malvado,

j

«“uántas veces

en este oscuro valle, “al dólor $ al cansancio

|

(negro abismo insondable), la oración ilumina,

como fugaz relámpago, un instante:

.

rindo, sin fuerza, el cuerpo miserable!.

en los labios del justo

-Y ante mis ojos pasan

como sombras fugaces, junto al'rey, el mendigo,

que de la vida aparte, murmura dulcemente

o

El contento del niño

Y herido llevan todos

que, con sonrisas y ayes,

“el corazón, que late

dice el nombre de Dios y el de su ate?

“y un débil soplo apagará del aire;

Ss su pasión infinita, himnos son, oraciones inefables.

que arriba está la fuente, la fuente de consuelo inagotable.

Y es oración el canto

Y es la oración escala,

E

sencillo de las aves,

e. 3

:

ocid

a

ue 4 Dios ofrece el hombre e amor y gratitud en homenaje;

cuando la rota nave

no halla ;puerto en la tierra,

ni PS

que la salve.

mi

z

el perfume

E

que de las flures sale,

.

tabla de sus naufragios,

IA

el susurro del aura entre el follaje:

vaso lleno de lágrimas,

y dealegrías cáliz,

ES

el rumor de la fuente,

|

en sus tranquilas ondas á saciarse;.

2.

Es

y la mirada en que arde

vida y ánimo dales;

el corazón sediento

e d

y de la madre el beso,

ero si 4 Dios imploran,

por donde sube fácil -

|

confundidos en uno

cual lámpara que muere

!

|

como el postrer suspiro de la tarde:

á la par del anciano, el tierno infante.

k

:

que del dolor te alivia el peso grave S

|

¡ Oh is

q

E armonía del cielo, del irritado mar la voz gigante. E

Y es oración el grito

| -

del pueblo libre y granc que, por su ¡

en immenso tropel vuela a ] >

+

|


ACE

"7 y

A

y

pe apenas (¡ay triste!). da a torpe lengua pronunciar ya sábe ! —¡Tocad, tocad mi labio,

abrasadle,

- para que eternamente

bendiga: hasta el dolor que me anonade! Ventura

RUIZ

DEL OFICIO

FA

Siéntase Vd. poeta si quiere morir reventado y vivir peor : es la

gran ganga.

- Desgraciado del sér que en do desvergonzado consigue—tra este muns

muchas igilias y noches de insomn io 4 sobre sus semejantes : ya tiene —descollar ese diver. sión para rato. Bienaventurados los que tienen más misión en la vida que lle no nar-su esféFica panza, porque ellos serán consolado 4 Juegas papel alguno en las reg s. iones del saber ? e .. ¡Desgraciado! Ya te verás aplastado por la turba inconsciente, por la estulta multitud... E No basta, no, que el escritor, el pe. odista, el poeta sean el punto de

a rabiosa envidia,

mira de

no: era pre Más, era necesario el martirio. ciso alyo Y después de todo: ¿que de sí el Ey la notoriedad? ¿Cualedá s son sus cuencias ? EsCharse encima-el numeroso

Ss necios, ejército temible,

ejército

indisciplir de instintos feroces; est ar Ud, en

e y"tenáz oposición con ese vulgo one la mayoría. 5 11

Ley salvaje con la cu al no

"bre que tenga dignidad estar a MES

...yo os envidio! Vo-.

indicar 4

la

inanó

NUNCA,

SUPO

«

|

y mi ventura hubiera sido et erna si los versos no meten la pat a.

; ¡Dejarme un Juez cesante por el nefándo crimen de ser poeta!

Por que hay jueces—los ha y—que no. conciben que la

misma plum un auto escriba un soneto: a que redacta | ma Yo tuve un juez en la e becchacones! era de mi

distrito (sin ofender) que renegaba de mí por la musa, : Y me declaró guerra, Y me comprimió.

AGUILERA

A

GAJES

a

oficio;

10h, santas oraciones

en amor

e

inapelables sentencias declarar costas

)

“que aprendí de mis padres, did

igo

na per-

Claro! ¿A qué debía saberle la poesía si él escribía la raptada, y se quedaba- lo más satisfecho ? Como

*

*

*

si no fuera

bastan

te casti o para el poeta la cesantía sin formación de : Causa, tiene además sob re sf el escritor otros

inconvenientes

viviendo en este

literarios :

para

planeta de SS

—¿Sabest

poder

jueces

seguir anti.

|

* “

—¿ Quéte ocurre, hombre? — Vers : Rosaura —mi prometida— me ha dado un desengaño. —Bien—repone usted. i —Y quiero, necesito una carta como tú sabes, carta que le toqu e la cuerda sensible.. Y héte al vate llo,

chas y pregonando

las.

ndo ajenas desdibe las prendas de

una chica que tal ve ha visto en toda su vida, todo por habernoz tenido la desventy-

ra de nacer ds ven a. : Esto €s de oro!

¡ Á-cuantas madres de fam ilia he tenido yo | el alto honr de enamorar.

de O; en cuanto las oe


Fresca, sutil y rumorosa el aura; ¿Y enondas impalpables el perfume

Viene al mundo un barrigón enclenque y paliducho? €-

Trasformada en mujer, con níveas alas

hay que decir como el valiente Prim, cuan-

Cubre el hogar en donde alienta y vive * >

do al verle herido su esposa exclamó :

Entre efinvios de dicha, la esperanza.

—-¿Que es eso Juan ?

Ramon MARIA TORRES.

MIA

El inspirado

:

A cuyos piés, radiante de alegría, Vierte la Primavera enamorada Con la luz de una aurora inextinguible De su tesoro las mejores galas. Do á unirse van al mágico concierto

MIGO

poeta

J. y.

Que alados genios en su prez levantan gime Los roncos ecos de la mar que En su carcel de arena aprisionada.

Breca

Do el arroyo fugazen la llanura

El susurro apacible de sus aguas.

Y bajo toldo de apiñadas froudas

mu

Abrigo encuentra mi nativa infancia, Me lia brindado gratísimo deleite Tu voz amiga, que en queridas playas

¡Cuántos recuerdos

De tantos bienes y de Se agolpan á mi mey

Del pasado feliz

Ay! cuántas veces cuando el sol declina hermana,

He vuelto la mirada. con cariño A las riberas que el Catuche baña;

AMí donde radiante de hermosura,

Alza sus torres la gentil Varacas,

; seno, * eu cuyo. Fenerosa ciudad

- Sin sombra alguna que . torture | Han corrido los añosde mi vida sl

$

de

Eojaw Sus

Y “al bullicioso afán da hora: cansadas sigue el sopor de la benigna nuche,

Más llen»s de ventura y esper

a

a

Ha resonado en harmonioso verso Para animar mi soledad callada.

del consuelo

dd

En blancos hilos su cristal desata Y junta á los rumores de la selva

Aquí, donde indolente y perezoso Atrastra el Funja sús tranquilas aguas

Del grato sueño y

resplandor sereno amante y vaga, que al amor incita música lejana.

> Caracas, la mansión de los deleites, De inmensos goces voluptrosa maga,

sE RA

LIRA EXTRANJE A

Do en alta noche, al Del astro nocturnal, La ardiente estrofa, Vibra al compás de

1897.

San Sebastián,

8

Do la virtud, emanación celeste,

'Vantos | que pensando en este asunto,

Y el repuso: —¡ Gajes del oficio !

E

Brote de las probe de esmeralda.

Pues rime usted.

us

E

ES

"o

5 afectos puros de Alí mi cariñosa compañera, Modesta flor de virginal fraganci

t A

Cabe la cunade mis tiernos Con anheloso afán mi vuelta

¡Oh venturoso edén, á cuya .

e

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FA 6

ITA

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Ye

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TO

o

*

ON

hás

A


$

_ acreditadas después de regaar. con sus salutíferas aguas, las fértiles AE

ble cindad, tu nombre llevo escrito

2 imborrables cifras en el alma!

21

llanuras

pintoresco poblado de Tallaboa,

Cómo tu yoz, dulcísima, poeta, Hija de tu bondad ingenua y fra nca,

bre los horizontes del recuerdo Y en ellos; ay! mi corazón se espacia:! . . Porque en tus versos á la vez Del suelo hermoso que mis dol alpitan Olor de aromas y rumor de selvasas guarda ,

el

sol fulgores y murmurio de aguas, 0ces de brisa y resplandor de aurora Trinos de alondra y rayos de esperanza !

Y

en tanto que la nave que dev

¿Ami angustiado corazón la calma uelva: ienda del mar las azulinas ondas 'Y tienda el rumbo á las risueñas playas Donde la estrella que mi noche ahuyenta

¡Su refulgente claridad derrama,

—————

e

;

dt.

*!,

visitantes

AO

:

PEPITA BARTOLI

-

¡Quién no ha de .sentirse em ante los atractivos de tan singul ocionado ar beileza, primorosa flor del jardín am ericano!

de su

inoce A

ex

ese preciado tesoro que custodian licado esmer yo con orgullo, to,” sus montañas, los cafeto y con mayor pr

é inseparables a

do,

4 una culminancia de norectentos y pidecme o

tros sobre el nivel del ma r, . en terr

itorio de :

provinciade la

Peñuelas, Muy n

de

agua y de temperatura deliciosa, reina feliz, risueña y venturosa una deidad:

que vuestra vista se

Y

con

Y allí en ese bellísimo edén, de halagador ambiente, «e selecta y cristalina

Si un día por ve sitar esos lares

e A

saludan

Ricos y pobres viajeros, oid:

/

da

á los

encantador.

imán de sus simpatías!

€$xxr-o————

Sl

ese panorama

fÑna sonrisa, emblema

io Qhiquito y ou tesoro E

consorcio,

sus poéticos cánticos

sólo una frase de sus rojos la biosy

Alirio DIAZ GUERRA

(Bogotano)

amigable

ido. talmente ante los asesinos ojo s de tan gelical criatura, que seduce y cautiva

¡Que mi cariño y gratitud le mandan A la gentil ciudad que .es de mi esp osa mis hijos amorosa patrial

7

tes cafetos y en donde el ruiseñor y la tórtola, en

¡Quién no ha'de sentirse her

“El mensajero sé de los recuerdos

p

- “Rio Chiquito” es un amenísimo Sl rodeado de verdes montañas. entre las que lucen gallardamente sus flores los arrogan-

bre

honrado solo tiene a; el hipócrita tantas ci o rodean.

co

>


lá ivi: es una flor que

visto, leales

abre sus

clara y patente vése por partes la doblez y Soi

con el alba, embellece gon el día y hojas muere con los últimos rayos del sol: la cia es la noche : fortuna. SS

tenebrosa

amigos mios,

Anjou; pero gracias kl astucia y á estos innoblesh daré al traste con las malák d

de la

y artimaña de

_..

ene

mi ruín

Dios existe, y el que lo niega es porque teme confesar su propia pequeñez.

—Con ira reconcentrada—¡El rey Fa quiere que conste su nombre en-'

..

do tio! ¡El papa Martin 1V,miin-'

tre los campeones de su destrona-*

á

cansable enemigo, me ha exco- 4 mulgado y pretende usurpar rs. >

El amof tan pronto es rocío que refresca, como llama que consume, brisa

reinos para darlos á Carlos de Valois hijo del Rey de Puedes

que impulsa el bajel de la esperanza, como ráfaga traidora que le arrebata al abismo.

—(Con exaltación creciente.+ ¡Juro 4DDi y por la memoria de mi gle os

$— o...

Pi

todos aquellos que me ofendan; ya sean reyes, principes Ó sacer+

; Jastos, el silencio de los sabios. Eo o o.

ranza es nube fugitiva

que,

a dicha, se acre"el cielo de nuestr . MA z > E

dotes !

— D. Berelgaar—Oon visible muestrade sobresalto.

* :

dencia , señor, que preden oiros | a puerta, golpes « oyen AA ooo. —Abrid, debe Sd

0

Domingo.

E?

E Eseaniel COMAS PAGAN.

d

padre, tomar justa do

es ade los necios, la critica JLa censur

Este entra y cerca la puerta.

¿ Y bien? Interrogándolé?

do - Domingo. Señor, un grupo de que pretendían matar al ro, por si el vino que les daba. más 6 menos malo,

——AD. Berenguer. ¿Habrán ya á la ciudad mis vali fieles campeones?

Rey.

D. Berengier —Señor, tan sólo

la

muerte

camino. en el rá detend

Rey.

E

—Gracias, mi noble -

d.

me prueba que habeis. culmp

con

fiel exactitud cuante

ordenado.

|

D. Berenguer —Mi vida es de vuestra

tad. Disigióndose 4 su caballeros. —

|

]

:


Prepara grandes fiestas, que tendrán ag

durante el próximo mes de Diciembre, coAl caer de la mo así nos loha anunciado su Presidente .

¡Día de los muertos!

tarde el cielo estaba triste y vertía sobre el camposanto un torrente de agua. Ha_bíanse guarecióo en el porche de ese asilo

de la Paz, las almas piadosas,los deudos y los enriosos de todas edades; y entre la

vocería y el ruido del agua al caer sobre la

E

Gierra, destacábanse las carcajadas de los alegres, de aquellos que no tienen una lá A

grima para los pobres muertos, que tendiia

el fondo de la tumba, gozan del dul-

106 y eterno reposo. 2 Las cruces, allá lejos, habrían sus bra"zos, sobre los que flotaban las cintas de al. gunas. coronas que el viento, silbando,

mecía y trataba de arfójar

sobre

el lodo

de la tierra; y cerca del porche, en el piná.-

culo de vn mausoleo ya ennegrecido por el tiempo, un angel con los ojos fijos en la eternidad, de rodillas y las manecitas juntas, balbuciaba con sus labios de piedra una plegaria al Dios de los bnenos ; plegaria que no «podían interrumpir las voces

el señor Riera

Palmer,

E

¡$

Ha BLANCA lleva por teligente dedicada Bianchi. Callejo,

sido obsequiada La Revista con un ejemplar de la danza que título “Rosarito” escrita porel inprofesor don Fernando Callejo y á la bella y simpática Rosarito Enviamos las gracias al señor —

Nuestro semanario La Revista BLan-

Ca regalará á sus favorecedores

plar de

la

preciosa

danza

que

un

ejem-

se titu

la Ensueño, debida á la inspiración del cono == cido,

y modesto profesor. señor: Ramos y cuya letra/es desnuestro director; Creemo s

que los amantes de -este' humilde, periódico quedarán complacidos...

las risotadaás de aquella multitud que no

dordba á sus muertos queridos. Ni una vela encendida,

ción sincera, 'ní un

poco

aquella hora pensotiva

y

e

ni

de

una

silencio en

lánguida.

lúinos desaparecieron á los

ora-

Los

'amagos: de

la lluvia; las velas apagáronse al sopla del

ento y la oración

juvertía

Solo

Felicitamos cordiáJmente” ústodos

Sres, 4 quienes ha cobija

en un lago

el alre y

la' ciudad de los au-

se veíau al. través de las rayitas

cristal, las tumbas de mármol,

las cra-

y . alguna que otra coronideta papel se balanceaba, * temerosa “de il “en el lodo que amenazaba tragarse rbas...

4

¡Catorce del corriente

mes, ce-

“Círculo de San Juan” una. vee tomarán parte varios aficio.

no de Mayagijez, el literato

ti Palmer, los Profesores

los

eli¡indulto con-

cedido for el Gobierno; de S:.M. ¡Es tan hermos 3

a y dula llib cert ead!

espiróen los labios al

azote del aguácero que rayaba

>

+ _——

Hemos

recibido: en

esta Redacc

los nuevos periódicos “La Idea,'*. “El ión Ramillete”

y “El Filatelista,” á quienes viamos nuestro, amistoso saludo.y ofr en-. ece-

mos establecer el canje. *

> 4,

E:

Se


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