REVISTA del INSTITUTO de CULTURA PUERTORRIQUENA ANTROPOLOGiA HISTORJA LITERATURA ARTES PLASTICAS TEATRO M0SICA ARQUITECTURA
ENERO - MARZO, 1963
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DEL INSTITUTO DE CULTURA PUERTORRIQUENA JUNTA DE DIRECTORES Eugenio Fernandez Mendez, Presidente Enrique Laguerre 路 Arturo Morales Carrion 路 Salvador Ti6 Teodoro Vidal 路 Guillermo Silva 路 Enrique Campos de! Toro
Director Ejecutivo - Ricardo E. Alegria Apartado 4184
SAN JUAN DE PUERTO RICO NUM. 18
1963
ANO VI
ENERO -
MARZO
SUMARIO
Tomas Blanco, Ensayista por Margot Arce de Vazquez El plan para la inclependencia de Puerto Rico del General Antonio Valero de Bernabe por Jorge Quintana
6
Pude acaso decir por Violeta Lopez Suria
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Un episodio en las relaciones entre el Estado y la Iglesia bajo el real patronato por Adam Szaszdi
12
El teatro de Salvador Brau por Ni lda Gonzalez .
16
La naturaleza del espafiol que se habla en P uerto Rico por Man uel Alvarez Nazario
25
Del San Juan Morisco por Jose S. Alegria
33
La Despedida por Jose Luis Gonzalez
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Exposici6n de pintura espafiola en coleccion es particulares
36 42
Pachin Marin por Cayetano Coll y Toste
45
Documentos de nuestra historia
49
Poemas de Pachin Marin
51
Dios me lleve al Peru I por Rafael W. Ramirez
52
Exposici6n de Grafica Puertorriquefia
55
La Sed del Agua por Manuel ]oglar Cacho
58
El duque de Crill6n o la frustraci6n de un regimen agrario feudalista en Puerto Rico Siglo 18 por Aida R. Caro de Delgado
59
SEPARATA DE Mus1cA:
Recuerdos del pasado Danza por Monsita Ferrer SEPARATA DE ARTE:
Le, Lo, Lai, de LORENZO HoMAR Colecci6n del Museo de la Universidad de Puerto Rico.
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COLABORADORES
PUBLICACI6N DEL INSTITUTO DE CULTURA PUERTORRIQUENA Dirrctor: Ricardo E. Alegria
Diseiio c lluslradonc.: Carlos Marichal Folografias: J orgc Diana y Conrad Eiger
Aparcce trimestralmenre · Prccio del cjemplar________________________________________________________________________________ $()_75 Suscripci6n anual_·--------------------------------------------------------------------------------
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IMPRESO EN PUERTO RICO POR WS TAI.LERES DE ARTES GllAFICAS DEL DEPARTAMENTO DE l~STRUC06N P0BUCA e 1962 e Prinkd in hmo Rico
MARGOT ARCE DE VAZQUEZ. Ensayista y critica literaria, naci6 en Caguas, Puerto Rico. Doctora en Filosofia y Letras de la Universidad Central de Madrid (1930) y desde esa fecha profesora de lengua y literatura espaiiola en la Universidad de Puerto Rico, cuyo Departamento de Estudios Hispanicos dirige en la actualidad. Ha colaborado en numerosas revistas y peri6dicos, publicando articulos de analisis y critica literaria, principalmente sobre poesia. Es autora de la obra "Garcilaso de la Vega: una contribuci6n al estudio de la lirica espaiiola del siglo XVI" (estudio publicado en 1931 por la Revista de Filologia Espanola) y del libro "lmpresiones" (1950) , que recoge diversos ensayos sobre literatura puertorriqueiia. JoRGE QUINTANA RonRiGUEZ. Conocido periodista cubano, fue por muchos afios jefe de la secci6n de historia de la revista Bohemia, y desempefi6 los cargos de jefe del departamento de investigaciones hist6ricas del Archivo N acional de Cu ha y director del mismo Archivo, en que fund6 la Escuela de Archiveros. Fue varias veces decano del Colegio Provincial de Periodistas de la Habana. Por sns trabajos sobre la historia de la medicina en Cuba fue condecorado con la Orden de Carlos Finlay. En 1959 la Sociedad Interamericana de Prensa le ¡ confiri6 el Premio Mergenthaler por su defensa de la libertad de Cuba bajo la dictadura de Batista. Ademas de numerosas colaboraciones sobre temas hist6ricos en peri6dicos y revistas ha publicado el volumen titulado Jose Marti en el Archivo Nacional y el primer tomo de la obra Indice de extranjeros en el Ejercito Li bertador de Cuba (1952) . Actualmente es subdirector de la edici6n internacional de Bohemia Libre y reside en Caracas.
VIOLETA L6PEZ SuRIA naci6 en San Juan. Estudi6 en las Universidades de Puerto Rico y Columbia (Nueva York) y en la de Madrid, donde se recibi6 en 1961 de doctora en filosofia y letras. Ha publi路 cado los poemarios Gotas de mayo, Elegia (1953), En un trigal de ausencia (1954), Poema de la yerma virgen (1956), Diluvio, Unas cuantas estrellas en mi cuarto (1957), Amorosamente, Hubo unos pinos claros (1961), La piel pegada al alma (1962), La resurrecci6n de Euridice (1963) y Poemas a la Cdncora, del mismo afio. La piel pegada al alma obtuvo premio del Instituto de Literatura Puertorriquefia. Es ademas autora de las obras en prosa Sentimiento de un viaje (1955) y Riverside, tambien de 1955. Violeta Lopez Suria es profesora auxiliar de la Facultad de Estudios Generales de la U niversidad de Puerto Rico.
El doctor ADAM SdsDr es catedratico asociado de la Facultad de Estudios Generales, de la U niversidad de Puerto Rico. Natural de Budapest, curs6 sus estudios secundarios en Europa y posee titulos de las Universidades Western Reserve, de Tulane y de Madrid. Es autor de un libro y de numerosos articulos de investigacion historica en el campo de su especialidad: la historia hispanoamericana. Sus colaboraciones han aparecido en diversas revistas profesionales, tales como la Revista de Indias, el Journal of Inter-American Studies, The Americas, The Florida Historical Quarterly y The Hispanic American Historical Review.
NILDA GONZALEZ MONCLOVA naci6 en Gurabo. En la Universidad de Puerto Rico obtuvo el grado de Bachiller en Artes con especializacion en artes dramaticas, estudios que perfeccion6 en la Universidad de Yale (1951 -1953). En 1960 la U niversidad de Puerto Rico le confiri6 la Maestria en Estudios Hispa路 nicos, grado al que opt6 con la tesis "El teatro mexicano del siglo XIX". Actriz, directora de teatro y escritora, ha puhli路 cado numerosos articulos sobre su espe路 cialidad, incluyendo cdtica teatral, en los periodicos y revistas del pais. Pertenece a la Comision asesora de Artes Teatrales del Instituto de Cultura Puertorriquefia, y desde 1956 es miembro de la Junta de Gobierno del Ateneo Puerto-
MANUEL ALVAREZ NAZARIO naci6 en Aibonito, Maestro en Artes de la Universidad de Puerto Rico, en 1954 se recibi6 de doctor en filosoffa y letras de la Universidad de Madrid. Desde 1949 profesa una catedra de lengua espafiola en el Colegio de Agricultura y Artes Mecanicas de Mayagiiez, de cuyo Departamento de Espanol es director. Dedicado a los estudios lingiiisticos, ha publicado las obras El arcaismo vulgar en Puerto Rico (su tesis doctoral) y El elemento afronegroide en el espaiiol de Puerto Rico (1961), libro premiado por el Instituto de Literatura Puertorriquefia.
Jos:E S. ALEGRiA, periodista, poeta y cuentista, naci6 en Dorado y curs6 sus estudios de derecho en Estados Unidos. Colaborador en los principales peri6dicos del pais, durante doce afios desempefi6 la direcci6n de la revista Puerto Rico Ilustrado. Cultivador de la cr6nica y del cuento de sabor local, ha dado a la estampa, entre otros, los libros Cronicas frivolas (1938), Retablo de la aldea (1949), obra premiada por el Instituto de Literatura Puertorriquefia; El alma de la aldea (1955), y el poemario Rosas y Flechas (1958). El Iicenciado Jose S. Alegria preside en la actualidad el Insti tu to Puertorriquefio de Cultura Hispanica.
CAYETANO COLLY TosTE naci6 en Arecibo en 1850 y estudi6 la carrera de medicina en la Universidad de Barcelona. Ejerci6 su profesi6n a la vez que se dedicaba al cultivo de la literatura y a la investigaci6n hist6rica. Particip6 activamente en la vida cultural y politica del pais y fue miembro de la Camara de Delegados y presidente del Ateneo Puertorriquefio. Se le debe el inapreciable Boletin Historico de Puerto Rico (1914-1927), que comprende catorce volumenes, y numerosos ensayos y obras del mismo caracter, entre ellas Colon en Puerto Rico: disquisiciones historicofilologicas (1893) , Repertorio historico de Puerto Rico (1896), y Protohistoria de Puerto Rico (1907). Cultiv6 tambien la poesia y la novela hist6rica, yen 192425 public6 su colecci6n de Leyendas y tradiciones puertorriqueiias, que reproducimos en este m'imero de la Revista. Colly Toste falleci6 en Madrid en 1930.
A Jos:E Lms GoNzALEz naci6 en Santo Domingo, de padre puertorriquefio, y se educ6 en Puerto Rico. Estudi6 en nuestra Universidad y tom6 cursos postgraduados en la New School for Social Research de Nueva York. Posteriormente se recibi6 de maestro en letras de la Universidad Nacional de Mexico. Ha desempefiado catedras de literatura en dicha Universidad y en la de Guanajuato. A los diecisiete afios public6 su primer libro de cuentos En la sombra (1943), al que siguieron Cinco cuentos de sangre (1944), obra premiada por el Instituto de Literatura Puertorriquefia; El hombre en la calle (1948), Paisa (1950) y En este lado (1954). Race algunos afios se obtuvo carta de ciudadania mexicana.
FRANCISCO GoNZALO (P ACHIN) MARIN naci6 en Arecibo en 1863. Periodista y poeta combativo, sus actividades abolicionistas y autonomistas le acarrearon en dos ocasiones la clausura de su peri6dico El Postill6n, y el destierro del pais. Fijada su residencia en Nueva York, in¡ gres6 en la Secci6n de Puerto Rico del Partido Revolucionario Cubano y sent6 plaza de soldado, trasladandose a Cuba donde muri6 en 1897 en el teatro de la guerra en circunstancias tragicas. Se le deben los poemarios Flores nacientes, Mi obolo (1887), Romances (publicado en Nueva York) y En la arena, libro p6stumo, publicado en la misma ciudad en 1898.
RAFAEL w . RAMIREZ DE ARELLANO naci6 en San Juan y estudi6 en el lnstituto Provincial, donde obtuvo el titulo de Bachiller en Artes. Maestro y superintendente de escuelas (1900-1912), y profesor de espaiiol en el Colegio de Agricultura y Artes Mecanicas de Mayagilez, fue luego jefe del departamento de espaiiol de la Universidad de Georgia, donde tom6 cursos especializados en historia y sociologia. Durante treinta afios profes6 la catedra de historia de Puerto Rico en la Universidad de Puerto Rico, cuya Secci6n de Historia dirigi6 durante el mismo periodo. En 1950, fue designado profesor emerito de la misma Universidad. Entre las obras que ha publicado, figuran: Folklore puertorriqueno - Cuentos y adivinanzas (1928), Los huracanes de Puerto Rico (1933) , Instrucciones al Diputado Don Ramon Power y Giralt (1936) y Cuentos folkloricos (1955) . En la actualidad desempeiia el cargo de J efe de Protocolo del Ayuntamiento de San Juan.
AmA CARO DE DELGADO n aci6 en Hato Rey. Bachiller en Cien cias Sociales de la Universidad de Puerto Rico (1943), en 1944 obtuvo el grado de Maestra en las mismas disciplinas, de la Universidad de Texas, yen 1954 se recibi6 de doctora en Filosofia y Letras en la Universidad de Madrid. Durante dos aiios fue directora del Archivo Hist6rico d el Ayuntamiento de San Juan y actualmente es catedratica de historia de la U niversidad de Puerto Rico.
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MANUEL JoGLAR CACHO naci6 en M9ruvis, Puerto Rico, el 20 de marzo de 1898. Siempre ha vivido en Manati. Autodidacta. Ha colaborado en diferentes revistas insulares y extranjeras. Ha publicado los siguientes libros: Gondolas de ndcar, 1925; En voz baja, 1944; Faena intima, 1956; Soliloquios de Lazaro, 1956. El Ateneo Puertorriquefio ha publicado sus poemarios Canto a los A ngeles y Por los caminos del dia, obras premiadas en el Certamen de N avidad de 1957 y d e 1958, respectivamente.
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Tomas Blanco, Ensayista Primer Asedio Por
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OMAS BLANCO NACE EN SAN JUAN, EN LOS ULTIMOS
anos del siglo XIX, hacia 1897 o 1898. La ocupacion norteamericana de Puerto Rico preside su nacimiento y marca su destino de escritor. Su hispanismo, su preocupacion por la cultura y la suerte de su pafs derivan directa o indirectamente de aquel grave acontecimiento. Criollo, miembro de una familia asturiana arraigada en la capital desde mediados de siglo, se siente ligado al orbe hispanico por la sangre, la tradicion familiar, la lengua, y religado por su formacion espiritual y moral, sus inclinaciones, sus lecturas. Pasa de nino una larga temporada en . el sur de Espana a donde volvera en otros viajes y residira entre 1931 y 1935, los mismos anos de la breve duracion de la Segunda Republica Espanola. En el ambiente familiar de costumbres senoriales, holgados medios economicos, muy escogidas relaciones, recibe esmerada educacion. Cursa sus estudios primarios en Puerto Rico y la carrera de medicina en los Estados Unidos. No ejerce su profesion; pero la formacion cientffica deja huellas en las estructuras y habitos de su pensamiento, en su lenguaje y estilo y aun en el metodo de SU trabajo literario. Su amplia cultura y gustos le permiten concertar bien el trabajo intelectual con el ocio noble: la lectura, los viajes, la aficion a la pintura y a la musica. Por algunos anos y ad honorem, presta servicios en el Departamento de Sanidad, en la .division de Publicaciones y Educacion Sanitaria. Alli conoce al Dr. Ramon Lavandero y al poeta Luis pales Matos a quienes le unen intereses literarios, camaraderia, largo trato amistoso. Vive Blanco una vida muy suya, muy independiente, un poco bohemia si se quiere, pero con moderacion y elegancia. Gusta de la buena conversacion; asiste con asiduidad a alguna tertulia, a conciertos, teatros, exposiciones de arte y se mantiene bien enterado y al dia de lo que pasa en el mundci de la ciencia, del arte, de la literatura y de la politica, aquf y fuera
MARGOT ARcE DE
V.AzquEz
de aquf. No ha desdenado la relacion con las clases populares autenticas cuyas virtudes elogia en sus escritos y cuyas artesanias y folklore musical y poetico conoce y estima. Es un verdadero "homme des lettres", un intelectual entregado por entero a su menester, a la reflexion y analisis de las cosas, los hechos, las ideas, a la lectura, a la creacion poetica. Pero no se encastilla en su torre de marfil ni se aisla, aunque mantiene cierta distancia.• cierta reserva dificiles de salvar. No seria facil encasillarlo dentro de una linea de pensamiento, una ideologfa, una creencia. Tal vez sea demasiado reflexivo y escrupuloso para entregarse a la accion, aunque tiene mucha pasion intelectual y firmes convicciones. Se le podrfa Hamar con bastante propiedad, liberal y democrata, pero su individualismo, su altivez y retraimiento no le permiten militar en partidos politicos ni participar en acciones colectivas; es posible que sienta por ellos instintiva repugnancia. Sin embargo, cuando se ha tratado de. la defensa del derecho o la justicia pisoteados no ha vacilado en lanzarse a la accion y a la colaboracion con los demas. Asi su denuncia de la Masacre de Ponce y de la agresion fascista a la Republica Espanola. Podemos llamarlo cristiano sin reserva si consideramos SUS principios eticos, SU Concepcion de Dios, del hombre y del mundo. Sabe bastante de teologia y hasta de dogmatica; procede de una familia catolica y conservadora. En Los Aguinaldos del Infante, La Dragontea, Miserere yen los ¡cuentos Naufragio y La hiel de los Caines -es decir, desde 1954 en adelantepercibimos junto a la huella de los textos biblicos un temblor de emocion religiosa, una angustia metafisica estrechaniente ligados a la preocupacion por la situacion moral del hombre en el mundo contemporaneo. Obra literaria. No sabemos en que circunstancias se despierta la vocacion literaria de Tomas Blanco ni cuando empieza a escribir. Las primeras publicaciones I
suyas de que tenemos noticias ¡ datan de 1929. Esta fecha y la de su nacimiento, sus ideas y estilo determinan su inclusion en el grupo de escritores que nuestros criticos Haman generacidn de 1930: generacion postmodernista, heredera del espfritu revisionista, innovador y critico de la generacion espafiola del '98 -de la cual toma sus modelos espirituales y literarios-; escritores preocupados por la definicion y el examen del ser y de la cultura puertorriquefios, nacionalistas e hispanistas en el mejor y mas noble sentido de ambos vocablos. La obra literaria de .Blanco es relativamente amplia sf se la coinpara con el volumen medio que suele alcanzar la produccion de los literatos puertorriquefios. Comprende mas de. un centenar de piezas publicadas en forma de libro o dispersas en las revistas y diarios del pa:ls, mas varias piezas ineditas: conjunto denso de ideas, diverso de forma en cuya elaboracion entran en juego los puntos de vista del cient:lfico, del historiador y del poeta con sus sendos modos de conocer, concebir e interpretar la realidad. Aunque a primera lectura parezca de facil acceso, solo varias relecturas cuidadosas revelar:in su complejidad, s.u , alta calidad estetica. Desde 1929 hasta hoy Blanco ha continuado escribiendo con muy pocas interrupciones y con pausado ritmo porque no es escritor que se impaciente o apresure por salir a la luz publica. Se interesa mucho mas por la perfeccion de su obra y por su esmerada y art:lstica presentacion tipografica. Su mayor actividad literaria en cuanto cantidad y regularidad de trabajo se registra entre 1931 y 1948 (18 afios); en calidad poetica se destacan mas las obras escritas desde 1949 en adelante. El ritmo de produccion es relativamente igual en cada una de estas etapas, aunqtie mas acelerado y frecuente en la primera. En el.l a las obras tienen caracter historico o period:lstico y comentan el suceder objetivo. En la segunda etapa aparecen el intimismo y el verso al propio tiempo que la ficcion y la Hrica se van imponiendo definitivamente. El grueso de la obra se publica como colaboracion en periodicos y revistas tales como: La Democracia, El Imparcial, El Mundo, El Diario de Puerto Rico, The Puerto Rico World Journal, Puerto Rico Ilustrado, Ateneo Puertorriquefio, Hostos, Isla, Verdades, Summer School News, Caribe, Asomante, Instituto de Cultura Puertorriquefia, el periodico estudiantil La Torre ... ; y en algunas revistas extranjeras: The American Mercury, Tierra Firme, Bimestre Cubana, Universidad de La Habana. . . Gran parte de estos art:lculos, pensados y destinados al periodico, tratan sucesos y temas de actualidad. A veces el autor oculta su nombre bajo un seudonimo: el marino Juan Ferndndez, el sabio mandarin Yu Sing Li, el galan de cine John Gilbert, Juan de Puerto Rico . .. Cada seu-
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donimo tiene su intertcion y su significacion; no cs arbitrario, sino adecuado al escrito que suscribe. Aparte, y en forma de libros de vario volumen y formato, se han publicado las obras siguientes que se detallan con la fecha de la primera edicion: Prontuario historico de Puerto Rico, 1935; El prejuicio racial en Puerto Rico, 1942; Los vates (novela), 1949; Sobre Pales Matos (art:lculos de 1937-1938), 1950; Los Aguinaldos del Infante, 1954; Los cinco sentidos (ensayos), 1955; La Dragontea (cuento), 1956; Miserere, 1959. La obra inedita que hemos podido examinar -cua. tro o cinco piezas- tiene interes para esclarecer el sentido de otras obras posteriores y en particular de Los vates cuyo protag01:1ista, Javier A.lgora, se encuentra ya esbozado en el cuento Los motivos; otro de los personajes lleva el nombre de Mateo como uno de los protagonistas de La hiel de los Caines. Blanco cultiva la critica literaria y artistica, el art:lculo de periodico, el ensayo, el cuento, la novela, la poes:la, la traduccion de verso y prosa; no sabemos si ha escrito para el teatro. Su obra mas abundante asume la forma del ensayo. Conviene por ello matizar un poco la clasificacion de las piezas de este genero. Sin excesivo rigor se podrian distinguir dos tipos: ensayos de exposidon de ideas y ensayos liricos. EI primer tipo admite la subclasificacion en articulos periodisticos, articulos y ensayos cientificos, ensayos historicos; ensayos de interpretacion de la cultura puertorriquefia. Los arti'culos periodisticos tienen breve extension; hay editoriales, columnas (Barlovento Sotavento; Aforismos de Yu Sipg Li), cronicas (Del Film Iberico), coment_arios (Monologos en el Batey, En Familia) , resefias y critica de libros y espectaculos, elogios, homenajes, entrevistas. Blanco concibe el periodismo como mision noble dirigida a orientar al publico, a educarlo, a informarlo de la verdad con escrupulosa honradez. Nunca pierde de vista su car:icter eminentemente historico, de historia viva, fragmentada e impresionista de los sucesos diarios. Su periodismo estuvo siempre al servicio de causas justas y eludio siempre el sensacionalismo y la propaganda. Se caracteriza por el tono elevado y culto, por juicios y opiniones sensatos y ponderados. Estos art:lculos aparecen durante la primera etapa de su creacion literaria que esta orientada hacia la politica -dando al termino su mas amplio sentido- mas que hacia la estetica. El escritor sale a la palestra a romper lanzas -y muy buenas lanzas- en la defensa de sus principios y de sus ideales. Esta "comprometido", pero no con un partido pol:ltico ni con una ideolog:la sino consigo mismo, con su condicion humana y lo que estima ser su mision como escritor. Durante esos afios se convierte en ejemplo de una juventud que admira y
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comparte sus ideales.. lnterviene en Ia defensa del derecho de Puerto Rico a su independencia, en el ataque al imperialismo economico norteamericano,, en Ia denuncia de Ios males de Ia colonia y de los derechos humanos, en el .debate sobre Ia Iengua, en Ia defensa de la Republica Espanola. Sus juicios de entonces tendrian hoy tanta o mayor vigencia y oportunidad porque Ios males que denunciaba se han multiplicado y agravado y su solucion parece ser mas difkil cada dfa. Los ensayos cientlficos examinan en su mayor parte problemas puertorriquefios desde un punto de mira a Ia vez social, sicologico y moral: el prejuicio racial, la economia del pais, cuestiones demograficas y de sanidad, temas Iingiiisticos. La actitud, el planteamiento de los problemas, el metodo de exposicion, analisis, desarrollo y comprobacion, el manejo y critica de fuentes, Ia solidez y Iogica .de la argumentaci6n, las abundantes notas al texto denotan el rigor y sistema del metodo cientffico. EI autor se esfuerza por alcanzar la mas escrupulosa objetividad. Los ensayos historicos deben considerarse conjun- . tamente con Ios de interpretacion de la cultura. T ambien estos se refieren en su totalidad a Ia historia y la cultura de Puerto Rico~ EI aparato historiografico satisface a plenitud las exigencias modernas: buena, amplia, solida documentacion; seleccion valorativa y critica de fuentes; exposicion clara, ordenada; juicios bien fundamentados y, sobre todo, interpretacion inteligente, aguda, serena y previsora de los hechos. La historia se concibe como ciencia y a Ia vez como arte; se escribe con esmero literario y se ofrece como leccion y advertencia para el porvenir. Por esta razon la cultura espiritual de la epoca 0 del pueblo historiados cuenta mas que los sucesos exteriores. A este grupo pertenece una de las obras capitales de Blanco, el Prontunario historico de Puert<J Rico. He aqui una interpretacion muy cefiida y honrada de -Ia vida de nuestro pueblo y una reflexion sobre todos Ios aspectos de nuestra cultura, que ha de completarse en un grupo numeroso de ensayos y artkulos posteriores. El autor examina el pa~ado y Ios origenes, Ia tradicion espiritual -costumbres, ideales, creencias, relaciones humanas, estructuras social~s, economicas, administrativas, las circunstancias poHticas del presente, Ia colonia y sus malas consecuencias, el choque de culturas, los problemas de la libertad, el derecho, la justicia. Y aunque la vision sea realista y muchas veces desalentadora, el historiador mailtiene viva su esperanza, su fe en la voluntad del hombre y en las virtudes del pueblo y propone remedios y soluciones路 difkiles, pero factibles. La intencion exhortativa pretende estimar el analisis intelectual y mover a la , acci6n energica y prudente. Las expresiones de la cultura espiritual que le
interesan mas son la lengua, las artes, el folklore. Como estas. expresiones se analizan en relacion con el contexto hist6rico puertorriquefio debemos destacar por su jmportancia todos los artkulos y ensayos que dedica a la lengua de Puerto Rico: cuestiones de etimologia, semantica, dialectalismo, interferencias del ingles, el sistema escolar bilingiie y sus efectos intelectuales y sicologicos; los que dedica a sefialar el choque de culturas y los fenomenos de 路 aculturacion en nuestro suelo, (Cultura, Tres pasos y un encuentro, Por el hilvdn (le un. cuento) y, por ultimo, el numeroso conjunto de artkulos de critica literaria, espedalmente los que comentan la poesfa de Pales Matos, .indispensables para la valoracion definitiva de este gran poeta. Los ensayos Uricos o de creacion pura describen con honda poesfa seres de nuestro mundo puertorriquefio o路 contempl~n Ia situa,cion del hombre contemporaneo con angustia moral y religiosa. En este grupo se encuentra otra de sus obras capitales, Los cinco se1?-tidos, y la breve; hermosa, intensa meditaci6n que titula Miserere. El genero ensayo es el mas adecuado a las dotes intelectuales y literarias de nuestro escritor: reflexion, espiritu analitico, sagacidad, libertad de juicio, cultura, seriedad cientffica, sensibilidad afinada, buen gusto. Sumemos a todo esto cierto "esprit", cierta ir6nica sutileza, cierta travesura y donaire de la ex- 路 presion - y aun del juego conceptual- que contrapesan y atemperan los habitos del pensar y del metodo cientffico. Es Blanco un ensayista completo, de dotes poco comunes, tan importante para nosotros como Pedreira .. ., tal vez mas importante por mas profundo. y. mas culto. Su labor en los otros generos literarios, sobre todo en el cuento y en la novela, merece examen aparte que rebasaria los Hmites que nos hemos impuesto en este artkulo. Pero debemos anotar que sus cuentos -unos nu.eve entre publicados e ineditos- y su novela Los vates vuelven sobre los temas que ha expuesto en sus ensayos y, en algunos - como es frecuente en la literatura contemporanea- las fronteras entre un genero y otro se diluyen 6 se interpenetran. Dentro de Los vates se inserta un breve ensayo de tema estetico que no podrfa separarse del cuerpo organico de la novela sin alterarlo o desvirtuarlo notablemente. Por el hilvdn de un cuento enlaza la fabula del coquf Eleuterio Boricua con la re~efia critica de The green song de Doris T. Plenn y una profesion de fe poHtica y doctrina estetica. La aparicion de la lirica amorosa y del verso en los afios recientes es otro problema que valdria la pena dilucidar. ' Blanco ha cultivado tambien el difkil arte de la traduccion. Se podria decir que es un escritor bilingiie con dominio de la lengua inglesa y bastante co-
nocimiento de las letras angloamericanas. Frecuentes citas de poetas y ensayistas ingleses encabezan como lemas sus escritos; la dedicatoria y las notas de Por el hilvdn de un cuento, redactadas en ingles, se dirigen ironicamente al real o imaginario Agapito de quien hablara en sonado discurso el Sr. Munoz Marin. Tambien ha escrito originalmente en esa lengua algunos de sus primeros articulos y cuentos. De uno de estos, Los motivos, ha hecho la traduccion espafiola. Tambien ha traducido tres poemas de Langston Hughes, el afio de 1949. Entre sus papeles hay un texto de Andre Malraux -Poesia y pintura- vertido del ÂŁranees al espafiol.
Temdtica . Aunque la cantidad de escritos de Tomas Blanco rebase el centenar y trate de temas variadisimos, hay unos pocos que se reiteran y pueden considerarse como fundamentales y representativos de las ideas rectoras de su pensamiento. Se podria afirmar que la totalidad de sus reflexiones gira en torno de la historia, la etica y la poetica pero referidas casi siempre a la vida espiritual y material de Puerto Rico como realidad y coma problema. Todos los escritos de caracter hist6rico se proponen la interpretacion del destino de nuestra patria y de su mundo fisico, moral y espiritual. Algunos articulos se ocupan de politica espafiola o de asuntos antillanos porque cree en la unidad espiritual y en la continuidad hist6rica del orbe hispanico. Los articulos de caracter estetico tratan del poeta, de la poesia, de la creacion literatia; los de caracter etico, de la virtud de la projimidad, para designarla con el mismo nombre que le da el autor, y de otras virtudes como la fidelidad a la propia esencia, la armonia del ser con su medioambiente y el poder de la voluntad humana para superar el destino y las limitaciones de su circunstancia. Esta conjuncion de preocupaciones hist6ricas, eticas y esteticas situa a Blanco dentro de la gran tradicion literaria hispanica para la cual la vida, el pensamiento, la ley moral y la poesia no deben contradecirse, sino integrarse en una armonia superior. Habria que leer con suma atencion el Prontuario hist6rico de Puerto Rico, verdadero punto de arranque y eje de toda la obra literaria de Tomas Blanco, compendia abreviado de su tematica y de su vision del mundo que aclara y da sentido al desarrollo posterior de su obra. No es fortuito que haya empezado por la historia -por lo particular y concreto- y que haya desembocado al fin en la poesia, y en la poesia amorosa que es como la cifra de lo universal y general. La trayectoria de su obra recorre una etapa inicial estrictamente historica, una segunda etapa en que la historia se eleva y transfigura mediante la ficci6n narrativa de cuentos, novelas y fabulas: ficciones que reducen la accion al minimo, que atienden mas 4
al acontecer sicologico, al caracter, a los valores, al drama de la creaci6n poetica, que son, en suma, indagaciones ontol6gicas sobre el hombre como tal; y una etapa final de lirismo amoroso o de meditacion religiosa con cierto aliento c6smico-platonico, en el cual el amor, tras el vencimiento de la lujuria y de las fuerzas del mal, se constituye en supremo valor espiritual y en soluci6n de todas las contradicciones. Al mismo tiempo que se registra esta evolucion, la obra de Blanco va despojandose de las tecnicas propias del metodo cientffico y abandonandose a la libertad imaginativa consciente de que la poesia puede alcanzar intuiciones profundas, verdades absolutas, sin necesidad del aparato ortopedico de las precisiones cientfficas. La interesante cuesti6n de la antitesis y relacion ciencia-poesia es otro de los problemas que plantea el examen de esta obra literaria. En Lo falso y lo inverosimil, inserto en Los vates, se roza el tema aunque sin entrar a discutirlo a fondo. Mas el analisis de ese ensayo sera imprescindible para formarse un juicio justo del pensamiento del autor y de su cosmovision.
Evoluci6n. La lectura en orden cronologico revela un cuadruple proceso evolutivo: Evolucion de la prosa historico-critico-cientifica a la pura creaci6n imaginativa, al lirismo y el verso. (Prontuario hist6rico de Puerto Rico - lirica amorosa). Evoluci6n de una literatura de preocupaciones etico-politicas a una de preocupaciones etico-religiosas. (Prontuario - La Dragontea - Miserere). Evolucion del examen de la realidad exterior al de la realidad interior, sicologica. (Prontuario - Naufragio - La hiel de las Caines - La Dragontea). Evolucion del examen de la realidad nacional puertorriquefia a preocupaciones universales, a lo humano general. (Prontuario - La Dragontea, Miserere).
Los cinco sentidos sefialada el momenta en que la vision analitica del mundo exterior puertorriquefio se transforma en efusion lirica y contemplacion casi religiosa de todos los seres. Pensamiento y estilo. Tal vez convenga aclarar aqui que la atenci6n a lo humano y a la vida sicologica no tiene en la obra que examinamos la intencion de destacar exclusivamente la miseria del hombre ni lo morboso, antinatural o desorbitado. Por medio de fabulas, cuentos y novelas se nos revela el acoritecer sicologico pero nunca el caso clinico o sicopatico, pues lo que interesa es el problema moral. Blanco sabe de la existencia del mal; su concepcion del hombre es metafisica. Sabe de la grave responsabilidad del escritor que disfraza el mal bajo la mascara de la belleza y lo propane como objeto de contemplacion volup-
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tuosa suscitando una suerte de concup iscencia sumamente corruptora tanto en el orden personal como en el colectivo. Por ello tampoco es retorica su preocupacion por el lenguaje. Conoce el poder de la palabra y las fuerzas creadoras o destructoras que puede poner en juego. A si se explica su afcin de precision y de comprobacion de todo lo que dice - ese no querer dejar brecha, ese dar a sus afirmaciones solidez logica, apuntalarlas con garantias de todo genero para que tengan la autoridad irrebatible de la verdad. Lo cual no quiere decir que sea racionalista ni cientificista a outrance. Profesa que a la verdad se llega tambien por otros caminos y admite la posibilidad del misterio y del milagro. En Los cinco sentidos la descripcion poetica, profundamente Hrica de los seres, la atencion minuciosa al detalle, al espacio, a lo que tiene extension -que puede contraponerse o integrarse con la vision de lo historico, de lo que fluye- esta referida siempre al hombre y al cosmos. Esa vision del microcosmos he dicho en otra parte que es semejante a la de Fray Luis de Granada: una interpretacion subjetiva de admiracion religiosa por el misterio de los seres, una purificacion de la sensualidad y de la sensibilidad por el entusiasmo poetico y la intuicion de la armonia total. No vacilariamos en caracterizar el pensamiento de Tomas Blanco como humanismo cristiano. Los aguinaldos del Infante, y mas espedficamente, La Dragontea y Miserere asi lo atestiguan. La D ragontea expresa bajo la intencion ejemplar de la fabula la gran tentacion y disyuntiva del hombre contemporaneo ante el problema del mal, del mal no como pura abstraccion sino como encarnacion peculiar a las circunstancias del presente. Y la solucion que
propane es la unica moral y cristianamente aceptable: el combate heroico, preferir la muerte a "justificar los medios por el fin", conocer y combatir el peligroso contagio. Miserere vocea el grito de contricion del , alma solitaria clamando misericordia desde la noche del pecado y la esperanza vacilante. No sabemos si Blanco se Io habra propuesto ni si habra pensado en ello, pero estas dos obras tan estrechamente relacionadas se asoman al inquietante y consolador misterio de Ia Comunion de los Santos y advierten al lector de! poder contaminador de la culpa personal o colectiva y de la responsabilidad que compartimos en los pecados de los demas. Nos resta por apuntar, aunque suscintamente, que Tomas Blanco tiene habil dominio de todos ¡los recursos expresivos del lenguaje, tanto en el aspecto logico y argumentativo como en el estetico. Maneja por igual la lengua general, el vocabulario culto, los tecnicismos cientificos, el habla del pueblo, las voces regionales y locales y logra fundirlos en una unidad tan apretada que el cultivismo y esmero meticuloso de la forma cobra la apariencia de lo espontaneo y viviente. Posee el don del estilo, de la palabra precisa, el matiz, la imagen plastica, evocadora, la frase armoniosa y agil, cualidades que se manifiestan sobre todo en los ensayos Hricos. En la exposicion de ideas, la preocupacion estetica cede el paso a la pura actividad racional, al afan de exactitud, de distingos y a un juego conceptual dominado por la agudeza y la ironia. En realidad hay. dos estilos -o quizas mas- porque en Blanco cada intencion, cada contexto, cada genero, cada tension espiritual asume su propia forma: la de una unidad siquico-verbal tan necesaria cuanto inquebrantable.
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GENERAL ANTONIO
vALERO DE BERNABE
El "Plan para la independencia de Puerto Rico" del General Antonio Valero de Bernabe Por JoRGE QUINTANA
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'Tuvo ALGUNA VEZ EL GENERAL ANTONIO vALERO DE Bernabe la idea cierta de libertar a su patria, la isla de Puerto Rico? Hasta el presente todo han sido conjeturas, suposiciones, sospechas de las autoridades espafiolas, comentarios de sus contemporaneos, noticias deslizadas en las cartas de alguno que otro pr6cer americano que le conociera en aquella epoca. Y nada mas. Mariano Abril, el unico puertorriquefio que ha dedicado al estudio de la vida del general Valero todo un libro, 1 y que disponfa de la valiosa documentaci6n que puso a su disposici6n Jose Valero Lara, hijo del general Valero, no menciona nada concreto, aun cuando dedica al tema todo un capitulo. Lidio Cruz Monclova, el meritfsimo historiador puertorriquefio que ha dedicado cinco volumenes al estudio del siglo XIX en PuertoRico2 tampoco ofrece mas que noticias inconexas. Y es que hasta el presente no se habfa encontrado ningun documento del general Valero de Bernabe, que, de un modo preciso, demostrase que en
I ABRIL, Mariano, Un heroe de la independencia de Espana y America, San Juan, P. R., 1929, Imp. Real y Hnos.; I vol., 254 paginas. 2 CRUZ MONCLOVA, Lidio, Historia de Puerto Rico (Siglo XIX), Puerto Rico, 1958-1962, Editorial Universitaria, Universidad de Puerto Rico, 5 volumenes publicados y un sexto en ·proceso de publicaci6n. Menciono esta edici6n porque es la que he consultado. El primer tomo ya tuvo una primera edici6n en 1952. Los dos volumenes de! tomo II tambien tuvieron su _primera edici6n en 1956. Esta segunda edici6rt de los dos primeros tomos, completados con la primera edici6n de los tres volumenes de! tomo III, constituyen la obra completa publicada por la Editorial Universitaria de la Universidad de Puerto Rico. Concretamente Cruz Monclova menciona las actividades insurreccionales en las Antillas de! general Valero en el Torno I, Paginas 201, 236, 239, 245 y 246.
efecto el concibi6 la idea de conducir a Puerto Rico una expedici6n libertadora. Ese documento acabamos de encontrarlo en el Archivo General de la N aci6n de Venezuela. Su importancia salta a la vista. II La primera noticia sobre este proyecto del general Valero de encabezar una expedici6n libertadora a las Antillas espafiolas -Cuba y Puerto Rico-, nos la ofrece el cubano Jose Aniceto lznaga, quien arrib6 a Venezuela, en 1823, al frente de una Comisi6n de cubanos que iban en busca del Libertador Sim6n Bolivar, a solicitarle la ayuda indispensable para lograr la emancipaci6n colonial de las Antillas. Algunos afios mas tarde, en 1851, Iznaga escribi6 un relato de los orfgenes, incidentes y resultados de aquel viaje que con.el titulo de "Peregrinaci6n patri6tica a Colombia" hubo de publicar, por primera vez, el historiador cubano Vidal Morales y Morales en su libro "Iniciadores y Primeros Mdrtires de la Revoluci6n Cubana"! en 1901. Quiere decir que no fue hasta los primeros afios de este siglo que los historiadores comenzaron a tener noticias de estos proyectos emancipadores antillanos del general Valero. Y de acuerdo con lo escrito por Iznaga, no ofrecen datos muy concretos al respecto.
3 MORALES Y MORALES, Vidal, lniciadores y Primeros Mdrtires de la Revolucion· Cubana, La Habana, 1901, I vol. (Como no disponemos de un ejemplar de esta edici6n ·ignoramos la imprenta, aunque parecemos recordar que fue "La Modern a Poesla". Tambien el numero de paginas) . Una segunda edici6n fue hecha en 1931 por el ilustre· pollgrafo cubano Dr. Fernando Ortiz, para su magnifica Colecci6n de Libros Cubanos. Esta edici6n fue editada en tres volumenes. A los efectos de este trabajo, esta es la edici6n que consultamos. La "Peregrinaci6n Patri6tica a Colombia" aparece en el Torno I, Paginas· 71 - 100.
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El segundo indicio lo debemos a don Pedro Torres Lanza, Jefe del Archivo General de Indias de Sevilla, quien en 1912, publico, en seis volumenes, la Primera Serie de su obra "Independencia de America", donde nos ofrece todo un fichero de documentos relacionados con la emancipacion de la America Hispana existentes en los Fondos del mas apreciado, por los investigadores hispanoamericanos, de todos los Archivos historicos de Espafia, el Archivo General de Indias de Sevilla. En el Torno V de esta obra encontramos esta noticia: "Numero 7.659. 1822.- Noviembre, 14.- Madrid (Palacio Real) Minuta de Real Orden a los Secretarios del Despacho de la Guerra y Marina, dandoles traslado de una Carta de 29 de julio ultimo del teniente General D. Jose Davila, fechada en San Juan de Ulua, participando que el General Valero ha sido despedido de Mexico y pasa a Puerto Rico donde es natural intente insurreccionar aquella Isla, etc. (Hay una minuta de la misma dirigida a los Jefes Politicos de la Habana, Cuba y Puerto Rico) Estante 91 - Cajon 2 - Legajo 14. (70.) "4 La copia remitida a La Habana, mencionada por Torres Lanza, fue encon trada por mi en el Archivo Nacional de Cuba, a mediados de 1959.5 La misma dice asi: "Gobierno de Ultramar Seccion de Gobierno N egociado Politico Reservado. Num. Exmo Sefior Segun noticias . que ha recibido el Gobierno del estado de Nueva Espafia en el mes de Julio ultimo, el coronel Valero que fue alla con el General Odonoju
4 TORRES LANZA, Pedro, Independenci.a de America, Pri¡ mera Serie, Madrid, 1921 , Establecimiento tipografico de la Sociedad de Publicaciones Hist6ricas, 6 volumenes (Tqmo V, Paginas 475. 476). Es esta noticia, que sirve de informaci6n a Lidio Cruz Monclova para mencionar a Valero como promotor o autor de un proyecto independentista para Puerto Rico. (Vease Nota numero 2). 5 Esta Real Orden fuc publicada por esa fecha -mediados de 1959- en el peri6dico EL MUNDO de San Juan, Puerto Rico. Desgraciadamentc al abandonar, desterrado por tercera vez, a mi patria cuban a, perdl la mayoria -casi la totalidad- de mis notas y ficheros que comprendian cerca de treinta afios <le labor investiga<lora en archivos y bibliotecas de Cuba, Mexico, Espafia y los Estados Unidos. De este documento conservo, por fortuna, una copia de su texto, pero le faltan los datos de su ficha en el Archivo Nacional de Cuba. Solo recuerdo que se halla en un Fondo denominado Asuntos Politicos. Si algun investigador quisiera completarla, en el articulo de EL MUNDO antes mencionado se encuentra ese dato . .
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y fue hecho Brigadier por el titulado Ymperio de Megico, ha sido despedido por resultas de haberse descubierto tomo parte en el plan de sostituir la Republica al gobierno establecido en el pays, asegurandose que iba a pasar a Puerto Rico, de donde es natural, con intento de insurreccionar la Ysla: y S.M. me manda dar a V.E. inmediatamente este aviso, como lo egecuto, para que en su consecuencia proceda a lo que corresponda, si se presentase en esa el mencionado sugeto. Dios guarde a V.E. muchos afios. Madrid 14 de Noviembre de 1822. Vadillo"6 En 1913 la Academia de la Historia de Colombia comenzo a publicai: el Archivo del general Francisco de Paula San tander.7 Es aqui donde vamos a encontrar nuevas referencias de la presencia del general Valero en el ejercito de la Gran Colombia. El General Santander en alguna que otra carta al Libertador Simon Bolivar lo menciona como un posible jefe militar, que por su naturalidad puertorriquefia puede contarse para los proyectos emancipadores de las Antillas.
III La primera nota biografica del general Valero aparece en 1872, cuando los historiadores colombianos Scarpetta y Vergara publican su "Diccionario de las Campeones de la Libertad de Nueva Granada, Venezuela, Ecuador y Peru que comprenden sus servicios, hazaiias y virtudes.s Veinticuatro afios mas tarde -en enero de 1896el periodista puertorriquefio Felix Matos Bernier publico lo que consideramos el segundo esbozo biografico del general Valero. Matos Bernier lo publico en su semanario "La Nueva Idea'', que edito solo unos meses -desde el 15 de diciembre de 1895 hasta el ultimo dia de Marzo de 1896- en Ponce. Por la publicacion de este trabajo el Gobernador General de Puerto Rico, don Emilio March Garcia, le impuso una multa de sesenta pesos. En 1899 Eduardo Neumann Gandia reprodujo este trabajo de Matos Bernier en su libro
6 Se ha respetado la ortografia de! original existente en el Archivo Nacional de Cuba. 7 SANTANDER, Francisco de Paula, Archivo Santander, Bogota, 1913- Aguila Negra, Editorial, 26 tomos. Concretamente sobre el general Valero pueden consultarse los tomos siguientes: XII, Paginas 20, 49, 92 y 258; XIII, Paginas 125 y 144; XIV, Paginas 46, 112, 157, 158, 160, 236, 238, 239, 366 y 367 y el XVI, Pagina 178. 8 SCARPETT A, M. Leonidas y VERGARA, I. Saturnino, Diccionario Biogrdfico de los Campeones de la Libertad de Nueva Granada, Venezuela, Ecuador y Peru que comprenden sus servicios, hazaiias y virtudes, Bogota, 1872, Imp. de Zalamea, I vol., 728 paginas, (Paginas 660 ¡ 661) . Lo mencionan como natural de Mexico.
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Benefactores y H ombres Notables de Puerto Rico9 y el propio Matos Bernier, seis afios mas tarde, Io reprodujo en su Iibro Muertos y Vivos. 10 En 1920 el historiador venezolano Vicente Davila nos ofrece una nueva nota biografica de! general Valero, al incluirlo en su Diccionario Biogrdfico de !lustres Pr6ceres de la Independencia Suramericana.11
En 1922 Eduardo Posada, Secretario de Ia Academia de Ia Historia de Colombia, ofrecio una nueva biografia de! General Valero, trabajo que dedico al ilustre historiador puertorriquefio Dr. Cayetano Coll y Toste, quien lo publico en su magnifico "Boletin Historico de Puerto Rico".12 En 1924 el venezolano Davila publica, en las columnas de! periodico "El Universal", de Caracas, 13 una nueva version biografica del general Valero, Ia misma que reprodujo, en 1927, en su obra "lnvestigaciones H ist6ricas" .14 Dos afios mas tarde - en 1929- Mariano Abril entrego a la imprenta en San Juan, Puerto Rico, su libro "Un heroe de Ia independencia de Espafia y America". 15 Este es el unico gran esfuerzo realizado hasta ahora para ofrecernos una biografia completa de! insigne puertorriqueno. Mariano Abril dispuso de las copias de los documentos que poseia Jose Valero Lara, hijo de! general Valero, cuyos originales fueron entregados al Archivo General de Ia Nacion de Venezuela. Ahora, que he tenido ocasion de revisar estos documentos, me cloy cuenta que Mariano Abril no le saco a Ia documentacion que poseia todo el jugo que la misma le proporcionaba. Se Iimito, mas que nada, a aprovechar las memorias autobiograficas de! general Valero para insistir en darle un relieve especial a su actuacion en Ia Guerra de Independencia de
9 NEUMANN GANDIA, Eduardo, Benefactores y Hombres Notables de Puerto Rico, Ponce, P. R., 1899, Imp. del List!n Comercial, 2 vols., (Vol. II, P:l.ginas 135 - 142). IO MATOS BERNIER, Felix, Muertos y Vivos, San Juan, P. R., 1905, Tip. El Pals, 1 vol. paginas, (Paginas 117 - 127). 11 DAVILA, Vicente, Diccionario Biogrdfico de !lustres Pr6ceres de la lndependencia Suramericana, Caracas, 1920, Tipograf!a Americana, 2 vols. (Torno II, P:l.gina 365) De esta obra Davila hizo un a segunda edici6n en 1924. Ambas est:l.n en la actualidad agotad!simas, habiendose convertido en obras raras. 12 POSADA, Eduardo, Un Pr6cer Puertorriquefio .- El General Antonio Valero "Bolet!n Hist6rico de Puerto Rico", 1922, Vol. 9, Paginas 328 - 337. Este mismo trabajo la Dra. Isabel Cuchi Coll lo incluy6 en la .selecci6n de trabajos de! Dr. Cayetano Coll y Toste que publicara ¡ bajo el tltulo de "Puertorriquefios Ilustres", New York, 1957, Las Americas Publishing Co., 1 vol., 191 paginas (P:l.ginas 101 - 116). 13 "EL UNIVERSAL", Caracas, Domingo 4 de mayo de 1924. 14 DAVILA, Vicente, Investigaciones Hist6ricas, Caracas, 1927, Tipograf!a Americana, 2 vols. (Torno II, Paginas 26-35) . 15 ABRIL, Mariano, Ob. cit.
Espana, a su labor en el sitio del Callao en el Peru y mas tarde en los ejerci tos de Colombia y Venezuela, para justificar mejor el tftulo que le habia asignado a su libro: "Un heroe de la independencia de Espana y A merica" . De esta manera quedaron muchas lagunas que Ia investigacion posterior ha ido salvando, aun cuando no se hayan liquidado totalmente. Por ejemplo, queda el . episodio de la prision y fuga de! general Valero en La Habana, sobre el que no existen mas testimonios que lo escrito por el propio Valero. Tambien es necesario hurgar en las razones por las cuales el general Valero abandono el servicio del emperaclor Agustin de Iturbide en Mexico. 16 Estan tambien, por aclarar las relaciones de! general Valero con el Libertador Simon Bolivar y Ios generales Santander, Paez, Salom, Soublette, Briceno Mendez, Carreno, Ios hermanos Monagas y Juan Crisostomo Falcon de Venezuela y el Presidente Mosquera de Colombia. IV Y quedaba tambien por esclarecer, documentalmente, el proyecto de conducir una expedicion libertadora a Puerto Rico. Como dedamos al principio de este trabajo, es te aspecto importantisimo de la vida del general Valero, habia sido objeto de conjeturas diversas. Se afirmaba su participacion en estos proyectos emancipadores de las Antillas porque se inferia o por el testimonio de segundas personas. Nunca, que nosotros sepamos, hasta la fecha, se habia podido exhibir un documento donde el general Valero expusiera, sin lugar a dudas, sus ideas y proyectos al respecto. Este documento lo acabamos de encontrar -ya tambien lo decimos anteriormente-, en el Archivo General de la Nacion de Venezuela. Ignoramos si entre las copias de documentos que del general Valero su hijo Jose Valero Lara envio a Mariano Abril, figuro este que nosotros hemos encontrado ahora. Creo que si le envio la copia de la memoria autobiografica, es 16gico suponer que tambien le hubiera enviado este otro documento, cuya importancia no necesita ser subrayada. En ese caso, Mariano Abril despreci6 una formidable oportunidad de haber demostrado, fehacientemente, este hecho. Y si no tuvo en su poder este documento, entonces hay que admitir que estamos en presencia de un hallazgo importante , no s6lo para la nueva biograffa del ge-
16 Sobre este asunto puede verse: QUINTANA, Jorge, "La renuncia de don Antonio Valero de Bernabe como brigadier de! ejercito imperial mexicano", "EL MUNDO", San Juan, Puerto Rico, 1961 y QUINTANA, Jorge, "Nuevos documentos sobre el ascenso a brigadier de Mexico de Antonio Valero", I y II, "EL MUNDO", San Juan, Puerto Rico, 1961. Como explicamos en la nota 6, nosotros hemos perdido nuestros ficheros y, en consecuencias, a veces no poseemos ni recortes de los peri6dicos donde nuestros art!culos se J;ian publicado.
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neral Valero, sino tambien para la historia puertorriqueiia del siglo XIX. c!Cuando el general Valero redact6 este "Plan para la independencia de Puerto Rico?" La fecha exacta s6lo se puede precisar en dfa y mes, pero no en el aiio, pues, desdichadamente, esa parte es ta rota . en el original. Mariano Abril asegura que "Al llegar a la Guaira, abriga el prop6sito de organizar y comandar una expedici6n a las Antillas. En ese sentido se dirige al general Santander, Vicepresidente de la Republica, y este aplaza el asunto como mas tarde Io aplaz6 Bolfvar" .17 El general Valero lleg6 a La Guaira en mayo de 1823, aun cuando Vicente Davila asegura, err6neamente, que fue en 1822. Esta fecha de mayo de 1823, esta convenientemente esclarecida por la nota que con el titulo de "Adquisiciones de Caracas'', public6 el peri6dico caraqueiio "El Venezolano'', en su numero correspondiente al 17 de mayo de 1823 donde leemos: "Si algo puede disminuir el dolor conque recuerda la sensible Caracas sus tristes perdidas de hombres ilustrados y i:norigerados por la ilustraci6n y la experiencia, es sin duda alguna la imigraci6n de otros dotados de iguales prendas. El fanatismo y la tiranfa tiemblan y se enlutan cuando los pueblos forman o adquieren hombres que los conocen y detestan. En estos ultimos dfas se han introducido algunos individuos de quienes mucho partido puede sacar nuestro pais, dandoles el lugar que merecen por sus virtudes, luces y patriotismo. Sin que se entienda que deseamos prevenir la opini6n publica en favor de algunos de ellos, pues a la verdad tenemos el honor de conocerlos de vista y de reputaci6n, permitasenos dar una ligera ¡idea de tres de dichos seiiores que segun la nuestra, llaman mas la atenci6n del curioso observador. Procedentes de Mejico y con escalas en diferentes colonias lleg6 a la Guaira el seiior Antonio Valero, natural de la antigua "Borinquen"lS El 13 de noviembre arrib6 a la Guaira la Comisi6n Cubana integrada por Jose Aniceto Iznaga, Gaspar B~tancourt Cisneros, Jose Agustin Arango, Jose Ram6n Betancourt, Fructuoso del Castillo y el argentino Jose Antonio Miralla. Se alojaron en una posada donde vivia el general Valero de quien dice Iznaga en su "Peregrinaci6n Patri6tica a Colombia": "Di6 la rara, afortunada casualidad, se hallase alojado en la misma posada el general Antonio Valero, natural de Puerto Rico, que habfa pertenecido al ejercito de Mejico, y
17 ABRIL, Mariano, Ob. cit., (Pagina 153) . 18 Este artlculo "Adquisiciones de Caracas" publicado originalmente, en "EL VENEZOLANO" de Caracas, fue reproducido, por primera vez, por el historiador colombiano Eduardo Posada en su artlculo antes citado. (Vease Nota N~'mero 12) .
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disgustado con Iturbide, desde que manifest6 sus miras de ambici6n personal, se vino a Colombia con el objeto de ofrecer sus servicios al gobierno, y ademas el de inducirlo a libertar a Cuba y Puerto Rico, atacando alli inmediatamente a los espaiioles. Valero acababa de recibir contestaci6n del general Santander que como se ha dicho, se hallaba al frente del gobierno ejerciendo las funciones de presidente en ausencia de Bolivar. Santander admitfa sus servicios en Colombia con Ia misma graduaci6n de general, y le pedfa pasase a la capital para verse con el, indicandole que, con respecto su proyecto de una expedici6n contra los espaiioles en . Cuba y Puerto Rico, el momento no era adecuado, porque la campaiia del Peru en que el general Bolfvar se hallaba comprometido, empeiiaba el Credi to de las armas del pais Y absorbfa todos SUS recursos asf como la atenci6n entera del gobierno. Valero instruy6 de todo a la comisi6n; de que se preparaba a cumplir el llamamiento de Santander, y les ofreci6 todos los servicios que, en su clase de general de Colombia ya pudiera hacerles viajando juntos, y concluy6 invitandolos a hacerlo".10 El "Plan para la independencia de Puerto Rico" que nosotros hemos encontrado ahora esta fechado el 24 de mayo. c!Sera acaso este el documento a que se refiere Mariano Abril, basandose en el relato de Jose Aniceto Iznaga? Es posible. Aun queda como punto sin esclarecer el hecho de que en el copioso archivo del general Santander no haya aparecido la carta del general Valero remitiendole el Plan, ni entre los documentos del general Valero que se conservan en el Archivo General de la Naci6n de Venezuela, aparece ninguna respuesta del general Santander sobre este asunto. Solamente hemos encontrado este documento, que luce mas bien como una minuta y nunca como el original. El documento en cuesti6n esta escrito en una hoja de papel por las dos caras. La letra es clara y, sin duda alguna, de la propia mano del general Valero, a juzgar por el extraordinario parecido que guarda con las cuartillas manuscritas de su Memoria Autobiografica, aun cuando es facil advertir la diferencia de epocas en que ambas han sido escritas.
v "PLAN PARA LA INDEPENDENCIA DE PUERTO RICO" Parte polftica 1° Base de la libertad. La constitucion de Colombia, perteneciendo a la Republica como estado dependiente de ella. 19 MORALES Y MORALES, Vidal, Ob. cit., (Torno I, Paginas 75 - 76).
20 Se llamara estado de Borinquen su antiguo nombre. Por medio de proclamas e impresos, que son los mejores agentes para inflamar el fuego patri6tico, se hara entender a los habitantes el objeto de la expedici6n; la que no turbara su tranquilidad y reposo, todo lo contrario se les va a garantizar sus libertades, bienes, etc. por lo que mientras no lo ecsijan las imperiosas circunstancias los impuestos seran los mas moderados y no se Ies gravara con otras cargas. 3°
4° El costo de la expedici6n se reintegrara a la Republica por medio de un impuesto que se hara a los comerciantes espafioles de la isla que protegen las espediciones a Colombia.
Parte militar 50 La espedicion tendra su origen en Colombia en los puntos de Caracas y la Guaira y su organizaci6n podra ser a cargo del Sor Gen! Soublette.
6° Se compondra de dos Bat. de infanta. de 750 plazas cada uno total 1,500 hombres.
)
7° Dos cuadros de la misma arma para reclutar hasta 3 6 4 mil hombres de los habitantes de la isla, llevando de aqui el armamento y fornituras. go Un cuerpo de caballeria de 500 hombres con todos los enseres pa 500 caballos en disposicion de operar luego que se hallen montados, lo que se consigue con facilidad pr la abundancia que hayan en la isla.
9° Un cuadro de la misma arma p• dos escuadrones de 200 hombres. Operaciones militares 100 . .. 20 expedicion sera convoyada pr una corbeta y un Bergn de guerra de la Republica, los que despues de verificado el desembarco haran el bloqueo del puerto. 11° El desembarco sera en la cos ta norte en el punto mas combeniente pa un golpe de mano sobre
la Plaza; y los de organizacion sera la base de operaciones y cuerpo de reserva. Los dos mil hombres de ~mbas armas marcharan sobre la capital sin darle lugar a precaberse, como primer objeto; estableciendo la linea en Miraflores, Sn Antonio y Sn Geronimo y demas puntos combenientes para obstruir la comunicacion de la ciudad con el campo. 12°
13° De los dos mil hombres se destacara una fuerza de 300 hombres en columna movil que esplore los demas puntos de la isla.
14° Las fuerzas enemigas que no quieran tomar partido se las dejara en libertad pa marchar donde les acomode juramentandose no tomar las armas contra la causa. Elementos conque se cuenta dentro de la isla. 15° Su poca guarnici6n que consiste en el batn de Granada qe no llega a 300 homb 5• y en las milicias de pardos y morenos, con la de blancos, fuerza insignificante.
16° Una fuerte opinion en favor de la independa dentro de la ciudad y en el campo por lo cual se ha querido desterrar algunas personas; y sobre todo la nulidad del gobierno.
17° El amor de los Gibaros a la libertad, y lo que que es mas lo agobiados que se hallan con la contribucion que le llaman subsidio de la que desean substraerse a cualquier costa. Nota La Espedicion llevara su pequefio E.M. y cuerpo de ingenieros: municionada competentemente y surepuesto; asi como tambien llevara viveres pa los primeros 20 o 30 dias. Caracas 14 de mayo . .. 21 Hay una rubrica.22" Tai es el documento que hemos encontrado en Caracas. Lo reproducimos convencidos de que es un aporte interesante a la biograffa de este insigne puertorriquefio, cuyo primer centenario de fallecimiento conmemoramos, precisamente, en este afio de 1963.
21 El afio, como ya hemos dicho, no se consigna porque el origi-
20 Destruido en el original, pero debe decir: 100 La .. .
nal esta destruido, precisamente, en esa parte, aunque aclaramos tambien anteriormente que creemos se trata de! afio 1823. 22 Archivo General de la Naci6n, Caracas, Venezuela, R evoluci6n y Gran Colombia, Pr6ceres y Servidores, Ilustres Pr6ceres, 1810-1824, Torno XCVI, folio 161 y vuelta.
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Pude acaso decir
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Pude acaso decir de ti u} poema, tantas cosas de ti que yo he callado; tu que nada pedias en la espera frente a mf tu verdad siempre esperando.
Por VIOLETA L6PEZ SuRIA
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III Cielos desde mi voz, cielos hundidos que de tanto llover clavaron dos; cielos altos de cal, adormecidos que encendieron la tarde y que encendieron los astros quietos, suaves, carcomidos.
Me iba llenando de olas que se iban. En pisadas de azufre se hizo el cielo, un opaco deslumbre derramado, vados dias entre fecha y suefio.
cHacia donde va el trueno abriendo ruidos, saltando ascuas hasta herir el agua? De rato en rato el mar. Y el sol escampa.
Era verde el rosal de tu oleaje, blancos los tallos que tu espuma hada; ya cafdo el candor, poco he de darte.
No se como esta el cielo en SU quebranto. Iba a contar la luz, pero la tierra en cenizosa cuenca me ha dejado.
Era verde el rosal mientras la tarde rosas verdes me dio con sentimiento. (Todo esto te digo, todo esto).
Las nubes en la orilla se han juntado en caricia de cal, en duke hastio hacia el mar por Ia tarde anochecido.
II
IV
1Que placido tu azul por la mafiana, si pareces un lienzo de humo suave! Algo debf contarte y me enternecen tantos verdes llovidos al crearte.
Con los dias contados para verte quiero alcanzar tu rostro de entusiasmo. Se que tu azul de fondo sufre tanto eres y no el candor que nos envuelve.
1Que placido tu cuerpo hacia el recuerdo, quiero ser y mi ser se vuelve espejosf Soy espejo de seda hacia tu suefio y ademas soy estrella y soy silencio.
Bafiame mar, trasciendeme de espinas, cristiffcame acaso con tu vida por mareas de escalas en silencio, comprenderte al acecho de la espiga.
Tanto te debo a ti, tanto te debo. El nuboso perfume que me inunda entre los pinos sube y me perfuma.
Hora es que venga el sol, hora es que venga. Vuelveme luz que flote en tus entrafias por escalar de estrellas y entrecielo
Llega el rubor de hojas de tu cielo, el alisio deslumbre de tu paso, tu paso como el rastro del almendro.
algo de tantos seres en tu incienso. Hecho de Dios aguardas ya sin forma, sobrecentrado corazon sin suelo. (Del poemario inedito: Los dias contados), 1963.
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Un episodio en las relaciones entre el Estado y la Iglesia hajo el real patronato* Por
1776 EJERciA EL CARGO DE AUDITOR DE GUERRA y Teniente de Gobernador de la Isla de Puerto Rico el caraquefio Don Francisco Rafael de Monserrate. Por linea paterna su familia era oriunda de Sevilla, donde un tio suyo ejerda el cargo de Veinticuatro. Su padre, Don Jose Antonio de Monserrate y Guerrero, paso a Indias con el empleo de Castellano en el puerto de la Guayra. En Venezuela contrajo matrimonio con Dofia Antonia Josefa de Urbina Hurtado de Mendoza, hija del Marques de Torre Casa y Vizconde del Palmar, Don Andres Manuel de Urbina y Landaeta.1 PARA
Al parecer, Don Francisco Rafael ejerda su cargo en Puerto Rico con entera satisfaccion de los funcionarios del Rey, y probablemente tambien del pueblo. Por lo menos, el Ayuntamiento de San Juan certificaba, que Monserrate "ha manejado los asuntos mas importantes . . . con integridad, eficacia y aprobacion del mismo cuerpo y del publico, esforzandose sus providencias al mayor lustre del Ayuntamiento, fomento de los propios de la ciudad . . . ; para lo que ha asistido a todos los Cabildos desde que se posesiono en sus empleos". Al Cabildo no le constaba queja particular contra el Teniente de Gobernador. Mas bien, los. capitulares oyeron decir, que determinaba "en justicia las causas ya judiciales, ya extrajudiciales, acordando las partes en juicio verbal, que lo lleva diariamente por la tarcle con un infatigable teson y total desinteres . . . " En su vida privada se comportaba con seriedad, y solo se lo veia acompafiado "de los mismos capitulares y sujetos de igual distinci6n, cuando le han permitido sus ocupaciones algun rato, de â&#x20AC;˘ El presente relato se basa en documentos de! Legajo 2359, R eal Audiencia de Santo Domingo, de! Archivo General de lndias. Francisco Rafael de Monserrate al R ey, 16.VI.1777.
ADAM SzAszDI
dia; y de noche . . . hacienda corte en el Palacio de los Sefiores Gobernadores" .2 Igualmente, el ex-Gobernador Don Miguel de Muesas testificaba asi en favor de Monserrate: "Por experiencia de sus manejos en el tiempo que he obtenido en el mando general de esta Isla, expongo a V.S. que siempre note en este Ministro la mayor sinceridad, desinteres, celo y amor al servicio de S.M., amante a dispensar gracias que no perjudicaban la Justicia, de tal modo que aseguro a V.S., daba ejemplo de un recto juez, y me hizo formar de su conducta el mas alto juicio, que le conservo en el dia; y por ello quisiera tenerle a mi !ado, en caso de que S.M. me honrase, dandome otro mando correspondiente, persuadido a mis aciertos por su literatura y cristianos procedimientos" .s Favorables al Auditor de Guerra fueron tambien los testimonios de los Comandantes de Ios Regimientos de Vitoria y de Bruselas, y de los Cuerpos de Ingenieros y de Artilleria. Unicamente este ultimo inform6, que "aunque al vulgo ha oido satirizar su conducta en algunas ocasiones, puede su siniestro modo de discurrir ser preocupacion del encono que todos a la Justicia tienen",4 Resumiendo, Monserrate parece haber sido un recto juez y buen servidor de Su Majestad, y observaba ademas una conducta intachable. Sin embargo, cuan2 El Ayuntamiento de San Juan al Gobernador D. Jose Dufresne, 29.IV.1777: firman el oficio Jose Canales, Antonio C6rdova, Joaquin Power, Miguel Antonio de Arizmendi, Domingo D avila, Tomas Pizarro, J ose Davila, ante el Escribano Ignacio Herranz. 3 Miguel de Muesas a Jose Dufresne, 6.V.1777. 4 Francisco Pertusa a J ose Dufresne, 7.V.1777; Alexandro Lefebvre a J ose Dufresne, 6.V.1777; T h omas O'Daly a Jose Dufresne, 7.V.1777; Jose Pedraza a Jose Dufresne, 6.V.1777.
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do las faldas entran en competencia con la T oga, es menester reconocer - aun suponiendo q ue haya q uien dude de ello - que el cuerpo femenino ofrece atractivos que hasta cierto punto superan los no menos apreciables del Corpus, y que un aristocrata caraquefio sabria estimar debidamente. Y si la Ley 82, titulo XVI, Libro II de la Recopilaci6n de las Leyes de lndias prohibia a los servidores del Rey casarse sin licenda de Su Majestad - prohibicion hecha especialmente extensiva a los Auditores de Guerra por Real Cedula de 16 de agosto de 1773 5 - ninguna Cedula negaba aquel derecho que los redactores de las numerosas Declaraciones de los ¡Derechos del Hombre y del Ciudadano sistematicamente olvidan de incluir en la lista cada vez mas larga: esto es, el derecho de enamorarse. Acaso esta omision se deba a la influencia del principio de la patria potestad del derecho romano. Mas, como los padres. de Monserrate ya no vivian, este podia sentirse legalmente capacitado para enamorarse. Y de alli a enamorar, basta omitir una silaba. Lo que para el caraquefio no debio resultar tan dificil, principalmente si - segun sospechamos - no le caia del todo mal a la autora de los dias de su objeto amado (para utilizar delicadas expresiones romanticas) . ¡ Porque la sefiora se habria acordado que, a proposito, el Teniente de Gobernador y nieto de un marques resultaba a todas luces un buen partido. La joven, a quien correspondio cautivar el aristocratico corazon de Monserrate e introducir, por lo tanto, el desorden en la recta administracion de la Justicia Real, se llamaba Dofia Juana Diaz de Bonilla y Vega, natural del Pueblo de Manatf, hija legitima del difunto Sargento Mayor Don Juan Diaz de Bonilla, natural de la Villa de Olvera en el Reino de Malaga.a El alto rango del padre y .el hecho de que poseia propiedades haria a Juana una esposa aceptable del punto de vista de las exigencias sociales. Sin embargo, no todo el mundo pensaba asi. Si bien en el acta matrimonial figura la madre de la contrayente, Dofia Clara de la Vega, como "oriunda de los mismos Reinos" de Espafia, y que el Gobernador describe a la novia como "persona correspondiente y de notoria no. bleza", existe empero el testimonio del Asesor General del Tribunal Eclesiastico, Dr. Don Pedro Coronado, quien habla de "la gran disparidad que hay entre los conyuges". 7 Una enemiga suya tilda a Juana de "moza 5 Dictamen del Fiscal, 25.Xl.1777 . 6 Monserrate al Rey, 16.Vl.1777; Acta del Matrimonio del Dr. Francisco Rafael de Monserrate y Doii.a Juana Diaz de Bonilla, 6.X.1776. 7 Ibid.; Expediente del Gobernador de Puerto Rico, recomendando la instancia que hace su Theniente, a fin de que se le dispense el defecto de Real Licencia con que contrajo Matrimonio; Testimonio jurado del Dr. D. Pedro Coronado, 28.VII.1777.
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del campo"; y con mayor franqueza y menor caridad cris tianas, Su Ilustrisima Fray Manual X imenez Perez se refiere a la n ieta politica de l Marques de Torre Casa como "Juana Bonilla, Mulata" .8 Loque probablemente no pasa de ser una expectoracion venenosa del buen frail e m itrado, ya que la familia de Dofia Juana estaba ligada a la de los Davila, de las mis distinguidas de la Isla. Sin embargo, es casi seguro que - contrario al acta matrimonial citado- su madre, Dofia Clara de la Vega, era natural de P uerto R ico, corroborado de! resto por el m ismo Monserrate en su peticion al Rey, al describir a su esposa como "persona honrada, limpia, hija de Espafioles por su padfe".9 Dando por nulo el supuesto impedimento de "limpieza de sangre", el Auditor de Guerra pudo haberse casado con Dofia Juana Diaz de Bonilla, con obtencion previa de la correspondiente licencia especial de Su Majestad. En su peticion citada alega haber solicitado ta! licencia con fecha de 2 de septiembre de 1776 por mano de sus apoderados en la Corte, aunque luego la ta! instancia nunca aparecio. Entre tanto, "sobrevinieron urgentemente causas espirituales" que le obligaron a no esperar la licenda solicitada. Por lo menos ese fue el punto de vista del Obispo, quien intervino junto a Monserrate, probablemente por instigacion de Dofia Clara de la Vega. Hay que suponer, que las "causas espirituales" tuvieron otras causas menos espirituales. Lo cierto es, que el Teniente de Gobernador se dejo convencer - a pesar de la expresa prohibicion Real de contraer matrimonio sin licencia cuando Fray Manuel Jimenez Perez le prometio, con las manos pues.tas sobre su sagrado pectoral, que jamas descubriria el secreto del matrimonio.1 0 Conforme a las disposiciones de una Bula de Benedicto XIV del 17 de noviembre de 1741, el dia 6 de octubre de 1776 se celebro el matrimonio, en secreto, entre el Auditor de Guerra y Dofia Juana, con dispensa de las tres proclamas, en casa del Dr. Don Sebastian Josef Conde y N ogueyra, Examinad,or Si nodal R acionero Prebendado de la Catedral de San Juan, quien oficio en la ceremonia, siendo testigos el hermano de este, Don Jacobo Antonio, y el monje benedictino Fray Ifiigo Abad, Confesor del Obispo.11 Los asistentes fueron juramentados de guardar el secreto bajo pena de excomunion mayor latae sententiae; y la partida no se asento por entonces en el Libro de Mati i-
8 Fray Manuel Jimenez Perez al Rey, 20.Xl.1777; Dofia Marla Escol:i.stica Correa al Obispo, Junia de 1777. 9 Monserrate al Rey, 16.VI.1777. IO Idem. 11 Acta del Matrimonio, 6.X.1776.
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monios, sino en pliego cerrado y reservado, depositado en el Archivo Secreto de Su Ilustrisima.12 Sin embargo, tales juramentos no bastaron para guardar el secreto. Los inquilinos de los bajos de la casa de Conde se fijaron en la sospechosa presencia de Monserrate. Pero aun antes de celebrarse el matrimonio, el mismo dia 6 de octubre, entre las seis y siete de la noche, llego a la Catedral el Presbitero Don Pedro Martinez, Cura Teniente de ella, y a su gran sorpresa encontro la puerta abierta, "contra el uso y costumbre". Reprendio por ello al campanero Agustin Ramirez, el cual explico que el Racionero Conde estaba fonfesando al Auditor de Guerra y a una mujer. Martinez entro entonces a la Catedral para cerciorarse de los hechos, y pudo constatar la presencia de Conde en el confesionario que estaba en el portal del Batisterio, "confesando a una mujer que parecio ser la misma Dofia Juana Bonilla, segun su traje y modo". Algo distante de ellos estaba, hincado de rodillas ante el Santfsimo, Don Francisco Rafael de Monserrate, sin que hubiera otras personas en la iglesia. El dia siguiente, el Regidor Don Tomas Pizarro le revel<'> a Martinez, que un criado de Monserrate acababa de contarle, que su amo "habia pasado su cama dorada y compuesta" a la casa de Dofia Juana. Luego varios oficiales del Regimiento de Vitoria se le acercaron a Martinez, para preguntarle, si fue el quien habia casado a los susodichos. El mismo dia, o quizas el siguiente, estando el Cura Teniente en la Aduana, muchos oficiales de Vitoria y de Milicias le aseguraraban la certeza del matrimonio; y, al negarlo Martinez, el Subteniente de Caballeria Don Manuel Malagon le revel<'>, que la misma Dofia Clara de la Vega le habia dado parte del matrimonio, como tambien a la familia del Capitan Don Casimiro Davila, de Bayamon. Aparentemente, nadie habia pensado en tomarle juramento de guardar el secreto a la fla:mante suegra del Teniente de Gobernador, o quizas no querian hacerla caer con premeditacion en el grave pecado del perjurio. Le ayudaba en la divulgacion de la nueva su hijo Cosme Bonilla, quien se la cont6 a Don Manuel de Guzman, Teniente de Bayamon. El cufiado de Juana, Don Juan Davila, pas<'> la noticia a su ¡hermana, Dofia Barbara Davila, y esta la transmitio a SU hijastro, el Presbitero Don Juan de la Encarnacion Andino. Por su lado, Don Casimiro Davila pas<'> el chisme al Sargento de Caballeria Martin Marrero, quien lo hizo publico en Toa Baja. Y como que es to no bastase, Dofia Clara' se encargo de hacer llegar la noticia a Caracas y a Santo Domingo.
12 Expediente de! Gobernador de Puerto Rico Obispo, 13.VI.1777.
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Gracias a esta proclamacion extra oficial del matrimonio de Juana con Monserrate, la gente no se escandalizaba de la conducta de los "secretos" conyuges. ¡ Por ejemplo, se comentaba q ue el Auditor de Guerra p asaba dia y noche en casa de Juana, donde cenaba y dormia. Los dos comu lgaban juntos, en publico. La mulata Juana Bau tista, esclava de Monserrate, servia tambien a la Bonilla. Cuando esta se iba a la estancia de su madre en Bayamon, el Auditor no dejaba de acompafiarla, permaneciendo en la misma casa durante los dias que pasaban en el campo. Ademas, se bafiaban juntos y solos en el Rio de Palo Seco, o Bayamon. No se describe el traje de bafio utilizado; pero la presencia de los bafiistas fue constatada por muchas personas, ya que el mencionado rio se usaba en aquel entonces como un importante medio de comunicacion. Entre los que echaron su ojeadita constan los nombres de Don Casimiro Davila (quien vivia inmediato a la estancia de Clara de la Vega), Don Manuel Malagon y el Presbitero Don Silvestre de Jesus Echeverria.1a Empero, las apariencias a veces engafian. El pun to de vista legal es eminentemente cartesiano y exige una certeza absoluta, la cual la observacion obtenida a traves de los imperfectos sentidos no puede, evidentemente, establecer. De allf que para fines legales y oficiales Monserrate seguia siendo soltero, aunque del punto de vista religioso y practico estuviera casado. Esta coexistencia padfica de ambos estados fue rudamente turbada por Don Francisco Alvarez de Molina, quien en una causa criminal seguida contra el - recuso al juez Monserrate, pretextando que este era enemigo capital de su mujer, Dofia Maria Escolastica Correa. Ademas, afiadia el acusado, el Teniente de Gobernador se habia casado sin licencia del Rey. Acusacion tan grave llego naturalmente al conocimiento del Gohernador Dufresne. Ya que Monserrate negaba los hechos, Dufresne recurrio al Obispo, logicamente la persona mas calificada para aclarar la situacion. Ciertamente, Fray Manuel Jimenez Perez se encontraba metido en un bm:n Ho de conciencia: no debia revelar el secreto del matrimonio, pero tampoco deberia perjudicar a Molina, quien se expondria a una condenacion por calumniador. Tal vez la solucion hubiera sido darle al Gobernador una certificacion, que el sobredicho enlace no constaba en el libro de matrimonio. Mas, el Obispo contest6 a Du.¡ fresne en los siguientes terminos: "Ha faltado a la verdad el reo Don Francisco Molina . . . por lo que es digno de un severo castigo.
13 Testimonio de Autos justificativos de! matrimonio que contraxo el Auditor de Guerra Dn. Francisco Rafael de Monserrate con Da Juana Bonilla, 1777.
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No puedo menos de decir a V. S. que don Francisco Rafael de Monserrate tiene hoy en Puerto Rico muchos enemigos poderosos, sin mas motivo que haber cumplido con SU obligaci6n; y me persuado, que estOS han movido a Don Francisco Molina para que cometa este nuevo atentado, porque es muy diestro en apadrinar picardias. Por este medio ha sabido hacerse temer de los Sefiores Gobernadores, y el Obispo ha necesitado tolerarle muchas insolencias, de manera que en mi dictamen es un hombre muy perjudicial en Puerto Rico" .1 4 Tai diatriba contra Molina en poco se parece a una "anfibologia externa", caracter que luego pretendi6 atribuir a sus manifestaciones el Obispo. Mas, Su Ilustrisima argiiia, que Molina mentia, ya que el matrimonio de Monserrate era secreto, por lo tanto Molina no podia tener constancia de el. 15 Por consiguiente, Don Francisco fue desterrado por cinco afios a Cartagena, por calumniador.16 No se puede negarlo, el Obispo guard6 el "secreto" bien, acaso demasiado bien. Sin embargo, su entusiasmo por el Auditor de Guerra no tard6 en esfumarse. Los motivos de su ruptura con Monserrate fueron multiples. El notario Don Nicolas de Aguayo se neg6 a dar una certificacion al Obispo, por haber renunciado la notaria al tomar posesi6n de su nuevo cargo de Teniente de Escribano Publico y de Cabildo. Fray Manuel atribuy6 esto a amenazas de Monserrate, quien supuestamente queria ayudar a Don Jose de la Torre, ya que este ultimo seguia una causa de divorcio, y la mencionada certificacion al parecer lo hubiera perjudicado. Al mismo tiempo, se seguia causa ante el Teniente de Gobernador contra Antonio Casuela, Notario del Tribunal Eclesiastico, "por perturbador atentante contra la Real jurisdiccion y seductor de testigos contra su oficio". Don Pedro Cabez6n, "mozo de diecisiete afios, aunque de bastante malicia", familiar del Prelado, le convenci6 a este, que Monserrate queria procesar a Su llustrisima. Mas el verdadero resorte de esta intriga parece haber sido Fray Ifiigo Abad, el c;onfesor de Fray Manuel Jimenez Perez. El Monje -como llamaban al benedictino Fray Ifiigo- puso pleito a Miguel Travieso, por deudas. El proceso cle pronto se inclin6 en contra del Monje, cuando el demandaclo aleg6 que intervinieron usuras en el prestamo; y la prueba presentada corrobor6 la alegacion. (La acusacion contra Casuela fue precisamente, que - como amanuense de Fray Ifiigo
14 El Obispo al Gobernador, 24.XI.1776. 15 Auto de! Obispo, 13.Vl.1777. 16 Maria Escolastica Correa al Obispo, junio de 1777.
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- aleccionara los testigos que el Monje pretendia presentar en el Tribunal) .11 El confesor no dej6 de influir en el animo poco estable del Prelado. Este despach6 al Racionero Dr. Don Sebastian Conde a casa de Monserrate, con el mensaje que, de no soltar a Casuela (quien acababa de insultar al Teniente de Gobernador en pleno tribunal) , Su llustrisima haria publico su matrimonio. Monserrate le contest<'> dignamente "que no por eso que le mandaba decir Su Ilustrisima dejaria de hacer justicia, y que ahora mas bien que antes, no dejaria perder nada de las Regalias" .1s Decidido a revelar el secreto, el Obispo calm6 su conciencia con el argumento, que tal secreto era ya del dominio publico. Por lo tanto, el 13 de junio de 1777 hizo asentar la partida del matrimonio de Monserrate en el libro parroquial correspondiente.1 9 Entonces estall6 el escandalo. Hubo intercambio de cartas entre el Obispo y el Gobernador. El primero promovi6 una informaci6n sobre la veracidad del matrimonio del Auditor de Guerra; el segundo, sobre la buena conducta de su subalterno. Monserrate acudi6 al Rey para justificarse y pedir clemencia. Para complicar mas las cosas, los Oficiales Reales Sebastian de Galindez y Gabriel Tinagero pedian, que el Auditor de Guerra reintegrara en las Cajas Reales 848 pesos y 5 reales, por concepto de sueldos cobrados desde su matrimonio y balance de la media annata. El Gobernador Dufresne se opuso a esta pretensi6n, y ademas calificaba al Oficial Real Galindez de "apandillado del Monje", aludiendo al mismo tiempo a los "respetos e intereses privados que han mediado entre el Monje y Galindez" .20 Tras escuchar las versiones del Obispo, del Gobernador y del Auditor de Guerra, al Consejo de Indias le toc6 resolver el lio. Al parecer, el Fiscal y los Consejeros estaban de buen humor. Respecto a Monserrate, el Fiscal advirti6 "unas circunstancias muy exquisitas, mediante las que puede tener cabimiento la indulgencia"; y la pena de privaci6n de empleo, prescrita por la ley, fue conmutada en una severa reprimenda. En cuanto al Obispo, se resolvi6 que su "representacion es hija, o es consecuencia de los reciprocos sentimientos entre este Prelado y el Auditor de Guerra . . . motivo por que debe ponerse todo cuidado en sosegar semejantes inquietudes; y para ello, el medio mas a prop6sito es el de no hacer caso . . . " 21 17 El Obispo al Gobernador, 25.IV.1777; El Gobernador al Obispo, 25.IV.1777; Monserrate al Rey, 16.VI.1777. 18 El Racionero Sebastian Conde al Gobernador, 17.VI.1777. 19 Auto de! Obispo, 13.Vl.1777. 20 Jose Dufresne a Jose de Galvez, 30.VI.1777. 21 Dictamen de! Fiscal, 25.XI.1777; Dictamen de! Fiscal, 9.IX.1778.
El teatro de Salvador Brau Por
SAL;~DOR . BR~1:j
poht1co, ~ del te~... ~ cu :rl'hr :r1 e ~-' escrHo .- r --~~ literari a.s l:l~ :_ del inovi~nto~ , a Am~rica p~ro q-Ue-..S.!.__~ b'arg~ los escrito-f~ d-e.ja epo-c AAUi' ~"" ro ve en el movim16l).~ cff:con su as de libertad, con su exaltacion d~ Jos- sentim~~~Jas pasiones, el campo ideal a travefClel cua:reipre({if sus ideas / politicas, sus ansias de libertad, sus profundos sentimientos patrioticos y amorosos. Va al teatro, pues, impulsado e influenciado por las corrientes literarias · que mueven el mundo artfstico puertorriquefio del momento en que escribe. La situacion literaria de entonces ha sido descrita por la doctora Antonia Saez en su obra El Teatro en Puerto· Rico, cuando dice: '
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"Es innegable que nuestra tradicion artfstica se formo principalmente, al calor de los romanticos franceses y espafioles - Victor Hugo, Lamartine, Zorrilla y Espronceda son los autores favoritos por mas de medio siglo; y las novelas de Chateaubriand, Lamartine, D' Arlincourt, Hugo y Dumas han sido las mas leidas por nuestro publico hasta fecha muy reciente. Todo esto determina los aspectos que habfa de presentar la produccion dramatica, que sigue las lineas trazadas por el teatro espafiol y el £ranees de la primera mitad del siglo diecinueve" .1 Las caracteristicas principales de dicho movimiento han de aparecer en el teatro de Brau. Cuatro obras nos ha dejado que recogen los principales temas del romanticismo: Heroe y Martir (1871), De la Superficie al Fonda (1874), La Vuelta al Hagar (1877) y Los
I . Saez, Antonia, El teatro en Puerto Rico, p. 19 - 20.
NILDA GoNzALEZ
Horro·res del Triunfo (1887) . Va a la historia extranjera, al pasado medioeval para Heroe y Martir, y Los Horrores del Trzunfo, en los que mezcla ademas los temas del honor, la patria, la libertad, el amor; va a la aventura para La vuelta al Hagar y al cuadro de costumbres para De la Superficie al Fonda. En todas ellas late y anima el espfritu romantico en sus diferentes acepciones revelandose el impetu y la emocion que caracterizan este tipo de teatro a pesar del corte realista en la estructura de las obras. Heroe y Martir. Heroe y Martir, ensa¥o~tico en tres actos y en verso, se escribe para la inauguracion del Teatro de Caho Rojo y se presenta por primera vez el 19 de agosto de 1871 por una compafifa de actores aficionados. Dedicada a su padre, tiene coino asunto la muerte del comunero Juan de Padilla en 1522 y refleja a traves de sus lineas una exaltacion de los valores espafioles (castellanos) muy a tono con la trayectoria del pensamiento politico de Brau. Esta basada en un hecho historico: la rebelion de las comunas contra Carlos V y tiene como personaje central a Juan de Padilla, capitan de los comuneros. Brau nos ha dado un Juan de Padilla fiel, valiente, honrado, cristiano, inflamado de fervor patriotico, que rechaza la intervencion ex tranjera en su pais y que expresa su amor a la patria con frases llenas de fuerza y profundo sentir. Asf, le oimos decir:
"Tened la lengua, hareis que ese caracter que OS inviste llegue a olvidar. Tan injuriosa ofensa, c!quien para dirigirme os autoriza? c!Por que abusais asi de mi prudencia? 1Que la sagrada causa de Castilla por indigna merced olvide y vendal · c!Quien oso aconsejar tal villanfa? cCreeis que· tanta ignominia en mi alma quepa? Si la antigua nobleza castellana 0
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renego de su patria y su grandeza, y a los torpes caprichos del rey Carlos ha prestado cobarde su aquiescencia, ni yo, ni esos valientes que me siguen transijiremos nunca con tal mengua. Cobre sus fueros otra vez Castilla; libre quede de plazas extranjeras; aplicada la ley por un rasero entre el magnate y el plebeyo sea; venga el rey a habitar con sus vasallos; no a inicuas exacciones los someta; respete nuestros usos, nuestras !eyes, y encontrara en nosotros obediencia" .2 Junto al hecho hist6rico de las comunas ha puesto Brau una anecdota familiar: la presencia de una hija de Padilla anterior a su matrimonio con dofia Maria de Pacheco, de cuya existencia el no tenfa conocimiento y a quien salva sin saber la relaci6n que les une. El hecho, que podria arrojar una luz desagradable sobre el personaje, contribuye a nuestro juicio a hacer de el Un ser mas humano con SUS fallas y virtudes y no un heroe vado. Dramaticamente ademas, per. mite que no este solo a la hora de su muerte, le acompafia la hija encontrada y perdida en el instante mismo del reconocimiento. La muerte del heroe fuera de ~scena, el desmayo y desesperaci6n de la hija, el dolor ~el criado, las frases del padre inflamadas de amor patrio y amor paternal, son detalles que caen dentro !lel tono romantico de la obra; la fatalidad, el fracaso, Ja exaltaci6n de lo ideal ante este mismo fracaso, la filUerte, contribuyen at'.m mas a crear el ambiente y tlar el tono de la obra. Heroe y Martir se desarrolla en el alojamiento de Padilla en la villa de Torre-lobat6n, en el campa-. mento de los comuneros en las cercanias de Villalar y en la prisi6n de Villalar. Transcurren tres dias entre el primero y el tercer actos, no hay pues unidad de tiempo y lugar, aunque si de acci6n. Comienza con una escena de exposici6n donde a traves de las palabras del criado Sosa y de Lope nos enteramos de la situaci6n en que se encuentran los comuneros y de la existencia de Ines a quien Padilla recogi6 y salv6 despues de una de las escaramuzas. El temple, la caballerosidad, la valentfa de Padilla, se nos ponen de manifiesto desde esta primera escena con la que entramos en la obra. Las facetas del personaje de Padilla - unico que realmente esta trabajado por el autor - se revelan segun se van desarrollando las escenas ~on los diferentes personajes; es tierno y paternal con Ines, valiente y decidido con sus soldados, comprensivo con SU criado, arrogante y digno con SUS enemigos. La historia nos presenta a Padilla como "hombre de unos treinta afios, de gallarda presencia, de limpia sangre, de animo esforzado, de sentimientos patri6ticos, de
amable condici6n y muy querido del pueblo".a Es el capitan de los comuneros que se han alzado en protesta contra los desmanes de Carlos V y sus ministros extranjeros; las circunstancias lo hacen fallar y es hecho prisionero y condenado a muerte en Villalar. El tercer acto de la obra de Brau se desarrolla en la prisi6n de Villalar donde se encuentra Padilla con sus compafieros Bravo y Maldonado, sentenciados a muerte por traidores. La noticia de la muerte, dice Lafuente en su Historia General de Espana, hizo bramar de coraje a Juan Bravo y Francisco Maldonado; "Padilla la recibi6 con la inalterable dignidad de un jefe que va a morir por una causa grande y noble. Pidi6 un confesor letrado para cumplir el ultimo deber religioso y un escribano para hacer testamento, y ni uno ni otro le fue otorgado. Confesaronse todos con el primer fraile franciscano que al acaso se encontr6, y despues de llenar esta sagrada obligaci6n de cristianos, Padilla pidi6 recado de escribir e inflamado de patriotismo y amor conyugal, escribi6 las dos siguientes cartas, que con raz6n han alcanzado una celebridad hist6rica". 4 Brau varfa un tanto la historia; no hay fraile que los confiese y la confesi6n se hace a viva voz y de rodillas en la celda; las cartas a que alude el historiador para dofia Maria de Pacheco y la ciudad de Toledo no se escriben sino que Padilla las dice a su criado delante de todos. Hay gran fuerza dramatica a traves de todo el tercer acto, donde se pone de manifiesto la fortaleza de Padilla al lado de sus compafieros, su religiosidad, su resignaci6n no exenta de orgullo ante la muerte que se avecina. Tecnicamente esta bastante logrado el acto a pesar de la escena en que Padilla habla de stis amores con Brenda, escena que tiene que preceder al reconocimiento de padre e hija, aunque parezca un tanto forzada. El fervor patri6tico de Padilla le hace expresar SUS frases mas sentidas de amor en este acto que tiene como despedida los siguientes versos: "Y tu, patria infeliz, noble Castilla, de nuestra vida acepta el sacrificio: no te abrume el dolor de tu mancilla ¡ Dios tu quebranto calmara propici~. No mas penar el coraz6n desangre, no esteril compasi6n el pecho sienta; cual manantial copioso, nuestra sangre lavara la ignominia de tu afrenta. Si hoy ves en execrable servidumbre tu libertad trocada, vendra un dia en que otro sol tu caro suelo alumbre y humilles a tu vez la tiranfa. Si, me lo dice Dios: cuando esa hora del despota medroso el alma asombre, a la furia del pueblo vengadora opondra cual escudo nuestro nombre. 3. Lafuente, Modesto, Historia General de Espana, p. 73.
2. Brau, Salvador, Heroe y Mdrtir, p. 43.
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4. Ibid, p. 114.
Esa es nuestra venganza y nuestra gloria; los mismos que hoy nos llevan a la muerte deberan evocar nuestra memoria o sucumbir a inexorable suerte. En tanto 1oh patrial adios: sufre y espera: ese dia llegara".5 La obra escrita en verso varia en metrica segun se desarrolla, existiendo una gran preponderancia del verso de 8 silabas (abba) para las escenas de caracter :lntimo, familiar, que dan paso a versos de 11 para la narracion de las desdichas de Ines y las escenas entre los militares. A traves de la obra se alternaran en la secuencia de las escenas los dos metros, permitiendo mejor caracterizacion y mayor variedad y movimiento en el desarrollo de la misma. Abundan adem~s los versos heptasilabicos en escenas informales y familiares y el romance para las narraciones. En cuanto a la caracterizacion se refiere, es Padilla el mas logrado d~ los personajes, los demas son mas bien tipos; Ines es la muchacha ingenua, duke, sencilla, buena; Sosa es el criado fie!, lea!, servicial, capaz del sacrificio por su sefior; Bravo y Maldonado son dos valientes soldados, jovenes, impetuosos, leales; el Lie. Cornejo representa la autoridad de la ley y el Marques es el ¡ enemigo que trata de sobornar a las fuerzas que se le oponen. Esta falta de caracterizacion individual es casi caracterfstica de ese tipo de teatro donde todo se mueve a impulso de Ios sentimientos, donde lo que de verdad importa y mueve los hilos es la emocion de cada uno de los personajes. Heroe y Martir, a pesar de fallas dramaticas por interpolacion de escenas y sucesos ajenos a la accion principal, logra una serie de escenas de gran fuerza dramatica y emotiva a traves de la palabra llena de sentimiento patriotico y profundo. De la Superficie al Fondo
Juguete comico en tres actos y en verso, De la Superficie al Fondo, fue estre11ado en el Teatro de Caho Rojo el 28 de junio de 1874, aunque escrito a fines de 1872 a juzgar por la dedicatoria. La accion de la obra se desarrolla en casa de don Froilan, en un pueblo de Puerto Rico a fines de! siglo XIX y presenta una situacion muy corriente, donde en su afan de figurar, una familia vive por sobre sus medios hasta que al final se descubre la verdadera situacion de todos. Escrita conservando las unidades de tiempo, lugar y accion, De la Superficie al fondo, presenta la vida burguesa, pueblerina de fin de siglo. Pone frente a frente dos mÂľndos: el campo y el pueblo, dos tipos de vida y de caracteres: los sencillos y sinceros frente a los altaneros y huecos. Don Venancio y Ramon, simbolos de la verdad sencilla estan frente a Dofia
5. Brau, Salvador, op. cit., p. 59.
Clara y Carlos que representan la vaciedad, la frivolidad de una vida que se va alejando de los valores tradicionales a influjo de ideas huecas y extranjerizantes. Rita, la criada de la casa es la espectadora que comulga con las ideas de don Venancio y censura la vida irresponsable que llevan sus amos. A su lado, Librada, la hija de la casa, victima del afan de figurar de su madre, debil de caracter, oscilando entre sus sentimientos por Ramon y el deslumbramiento ante Carlos; Don Froilan, el padre, completa el cuadro de Ia familia, como un ser debil, irresponsable, victima del juego y de los caprichos de su mujer. En su intento moralizador y a pesar de la figura de la criada Rita, Brau ha dejado pasar una serie de buenas oportunidades para comedia. Las situaciones y los personajes dan pie para momentos de risa que sin embargo se pierden ante el afan moralizador. Rita con sus palabras y sus intervenciones crea mas de una situacion comica, pero esta limitada SU aparicion, haciendo que se defraude el lector que espera su llegada para dar un poco de vida a la escena, lo cual no debe ocurrir pues el peso de la obra no debe caer sobre ella. Los personajes, que caen dentro de la categorfa de tipos, se expresan y mueven dentro del espiritu de la obra, aunque un tanto afectados desde nuestro punto de vista. La situacion en si y la forma en que ha sido tratada nos parece un tanto infantil a pesar de lo universal del tema y de los alcances que pueda tener. Juguete comico ha llamado el autor SU obra y quizas al hacerlo nos indica como hemos de considerarla: sin pretensiones, como un simple ejercicio, una _ pieza que dedica a su ciudad natal diciendo: "sea, pues, tuyo tambien el escaso merito que pueda encerrar este ultimo trabajo de! ultimo de tus hijos".6 Es de lamentar, aunque comprendemos las razones tecnicas, el que Brau no haya aprovechado las oportunidades para ambientar la obra que le brinda el situarla durante las fiestas patronales en un pueblo de la isla. Solo se oye de fondo una danza al final del segundo acto y de las fiestas sabemos a traves de las palabras de los personajes. Nos enteramos asi de la celebracion de las fiestas en honor al Santo Patron, los bailes en el teatro, el contraste de algunos bailes con las medias cadenas, las danzas de figura, las puntas y la existencia del bastonero que dirige el baile. Hay alusiones en cuanto a la moda y usos se refiere: uso de leche cutanea para refrescar la tez, polvo de tiza para empolvarse, referenda a bieses, rulds, paletds, trajes de poplin, alusion a la revista "La Moda Elegante" que traza la pauta en cuanto al vestir se refiere. El desarrollo de la accion, los personajes, las situaciones, revelan no obstante la vida provincial de uno de nuestros pueblos del siglo pasado y resulta en un re-
6 . Brau, Salvador, De la Superficie al fondo, p. 5.
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trato de las costumbres y usos, el habla, las tendencias cambiantes ante la influencia extranjera. La versificacion de la obra es facil; utiliza el autor mayormente el octosflabo, aunque abundan las escenas de 7 y 5 silabas con rima abba. Quizas de la obra, los do~ momentos donde se alcanza mayor vuelo poetico son el parlamento -donde don Venancio canta a la tierra, a su quietud y placeres (acto II, escena 9) y el parlamento donde Ramon cuenta a don Venancio sus amores (acto IIf?escena 4). Ambos son la expresion sincera de dos hondos carifios y trascienden quizas las limitaciones que impone el desarrollo de la accion. No ocurre asi, con el parlamento inicial de la obra donde Rita describe la situacion de la casa y la obra, a la vez que se caracteriza como personaje: "Yo soy aquf mandadero, cocinera, camarista, remendadora, modista, planchadora y peluquero; y en tanto el ama, sujeta al figurfn y "La Moda", su cabeza ocupa toda con el fichu o las aldetas; y en tanto que don Froilan mata el tiempo en el casino, o pone pleito a un vecino, o embrolla a algun pobre Adan; y en tanto que en el balcon la senorita Librada, peripuesta y retocada, da al novio conversacion; yo sudo y me desespero ya en la calle, ya en la alcoba, y asf le doy a la escoba como ¡ remuevo el puchero. Si a pesar del tal tra jfn abundase aqui la plata, entre tanto patarata fuera otra cosa, que al fin . . . cMas de donde he de sisar ni como ese plan se fragua? Si para beber no hay agua cla hallare para lavar?"7 A pesar de ser posterior a B eroe y Martir, De la Superficie al Fonda, tiene a nuestro juicio mas fallas tecnicas desde el punto de vista dramatico, quizas porque la situacion y el pl.anteamiento en sf no permitan al autor tanta licencia ni vuelo poetico como en sus demas obras. No obstante, constituye un cuadro bastante fiel de la epoca, alejado del aire romantico' que impera en sus otras obras.
La Vuelta al Bogar La Vuelta al Bogar, estudio dramatico en tres actos y en verso, se estreno en Mayagiiez el 6 de mayo de 1877 con un reparto en el que intervinieron
dofia Balbina Marin, dofia Ana Busatti, don Jose M. del Prado, don Eugenio Astol, don Eusebio Rasilla y don Ignacio Villaroya. Se desarrolla en las costas de Puerto Rico a principios del s_iglo XIX y tiene como personaje central a un pirata; el "Tigre del Mar", en quien se ha visto al pirata Cofresi a pesar de que el desarrollo de la trama no sigue el de la vida del famoso pirata. Obra de marcado corte romantico en su tematica y desarrollo sigue sin embargo en su estructura, las unidades de tiempo, lugar y accion; la trama se desarrolla en la casa de don Pedro y transcurre en el termino de 24 horas. Gabriel, el pirata, es sfmbolo de la libertad - que puede resultar en desenfreno, - de la fuerza, la lucha del hombre por imponerse a los demas, que se revela en los siguientes versos: "Y c!quien hizo las leyes sino el hombre, imponiendo a los otros sus antojos? Todos iguales a la luz nacemos; si han de erigirse en duefios los mas bravos, al veneer a los de biles, luchemos ... 1no son los hombres de mi temple esclavos1" 8 Es, "sefior de la mar". . . pero, tambien, ante el amor y la vida sencilla de su casa, puede transformarse y decidirse a abandonar todo el pasado para ir como expiacion a Grecia en defensa de su religion. Es tarde ya y ha de pagar sus crfmenes, pero se ha arrepentido de ellos y ha conseguido el perdon paterno. Fogoso, cruel, pendenciero, altivo, tambien puede mostrarse tierno, sumiso, arrepentido, carifioso. A su lado como "angel de luz", como instrumento divino para la salvacion, esta Consuelo, llena de ingenuidad y carifio, apasionada, debil pero decidida; se sacrifica por el hombre que ama y con su amor, al igual que la dofia Ines del Tenorio, logra convertir y salvar al que se ha alejado de la senda del bien. Debil e inocente, desconocedora del mundo, se reunen en ella las cualidades de la mujer ideal. (Arturo Cordova Landron en su ensayo sobre Salvador Brau ha dicho que la inspiracion para el personaje de Consuelo fue Maria del Carmen Brau y Alzina, hermana del autor quien en su vida jugo un papel similar al que juega en esta obra Consuelo en relacion con Pepe) . Consuelo brinda su ternura a todos y mantiene el equilibria y la paz en la familia; poseedora de un gran sentido de religiosidad y del deber, vuelca su ingenuidad en el carifio para los otros y echa a un lado sus penas para conseguir el bienestar y la felicidad de los demas. Junto a ellos, don Pedro, implacable en su furor y en SU defensa del honor. Para el: "mi honra es antes que la ley / mi honra es despues de Dios" 9 y al
8 Brau, Salvador, La vuelta al hogar, p. 53.
7. Ibid, p. 8
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9 . Ibid, p. 52.
defenderla no le importa que en su empefio sea la vida de su hijo la que tiene que destruir. Duro, seco, honrado, ha sufrido enormemente, transformandose su caracter apacible en hos.co y hurafio. La vuelta del hijo ausente es su mascara ambicion, pero el verlo convertido en pirata, en deshonra de la casa, le obligara a actuar de acuerdo con las leyes no escritas del honor. Completan el cuadro, Brigida, la cuarterona fiel que ha sido criada de la casa por afios, Pepe, hijo de esta, fiel y leal a la familia, y Tristan, oficial del Rey que defiende las fro'hteras contra contrabando, siendo a su vez contrabandista. Enamorado de Consuelo, ante nada se detiene cuando decide vengarse de Gabriel. Maria Teresa Babin, en una breve nota sobre esta obra escrita con motivo de su presentacion por el Teatro Universitario en el Cuarto Festival de Teatro Puertorriquefio del Instituto de Cultura Puertorriquefia, ha dicho entre otras cosas: "Los personajes de la pieza compendian la unidad de la familia tradicional: Consuelo, la joven duke, toda ternura y consuelo, como su nombre simbolico, quien vive al amparo de su tfo don Pedro, el viejo tronco de una raza de pescadores humildes, pero cincelados en el molde hispanico de nuestra herencia: recto, honrado, padre amante y austero, orgulloso de su pobreza, trabajador y buen cristiano; Brigida, la cuarterona que cuida de la casa y vela las prendas de la familia con esa fidelidad ejemplar de todas las mujeres de su estirpe en convivencia con los amos; y su hijo Pepe, quien atiende a los pormenores de la pesca y tiene un afecto de hermano para Consuelo, con la humildad sin afeites del servidor que se sabe bien querido por el sefior de la casa. Tristan, el "malo" de la pieza, contrabandista disfrazado de hombre de buena ley, con la fanfarroneria sencilla y las artes del engafio bien aprendidas, ademas del heroe, Gabriel, el pirata cuya vQelta al hogar enciende de amor el pecho de su prima Consuelo y desata el vendaval de pasion en que se debaten los seres de la comedia, completan la unidad humana de este "estudio dramatico en tres actos yen verso". "Las tormentas del amor correspondido cuando acecha la muerte implacable, el castigo y el perdon, el arrepentimiento y la osadia, son las fuerzas que se unen en la trama del ingenuo juego dramatico. Las voces dicen pasion, dolor y esperanza sin posible realizacion, fiel a la consigna romantica, y Salvador Brau escribe en versos de patetico timbre las angustias de estas vidas sombreadas por el halito de la fatalidad, atadas a una fe, una extrafia serenidad en medio de las borrascas, y una sencilla y acendrada manera de vivir y sentir el amor, la muerte y la eternidad."lO
10. Babin, Marla Teresa, La vuelta al hogar.
La Vuelta al Hagar esta en linea directa con el teatro de Zorrilla, el Duque de Rivas, Hartzembusch y los romanticos cuya obra es la que domina en la vida literaria puertorriquefia de ese momenta (1877) . Utiliza el romance y el endecasilabo, con conocimiento, segun lo exige el desarrollo de la trama. Asf, los romances en la exposicion del primer acto dan paso a la decima para la escena de amor del segundo y al endecasilabo en las escenas climaticas del segundo y el tercer acto. Brau se revela como poeta de vuelo Hrico y foerza dramatica, marcando con gran sentido las transiciones entre las distintas emociones que determinan la versificacion y la metrica. Como obra dramatica, La Vuelta al hogar, revela una estructura solida, bien organizada, dentro de las corrientes y canones de la epoca. Juzgada desde nuestros puntos de vista actuales, parece exagerada, un tanto artificial, pero no hay que olvidar el momenta en que se escribe, las tecnicas de entonces, la supremacia de las emociones sabre la razon, que ha de afectar el desarrollo mismo de la obra. Este lirismo que ccirre a traves de la obra y que consideramos como una mera interrupcion en el desarrollo y progreso de la trama, constituye sin embargo, una de las caracteristicas del teatro de ese momento y uno de los mayores logros de don Salvador Brau. Los horrores del triunfo
Basada en las ''vfsperas sicilianas", Los horrores del triunfo, es obra de gran fuerza dramatica con un exaltado canto a la libertad, el honor y el amor. Escrita en 1885 y dedicada a su hermana Carmen, se desarrolla en la ciudad de Palermo y sus alrededores en marzo de 1282. De nuevo va Brau al pasado (Edad Media) en busca de temas y situaciones para su obra, de nuevo se inspira en situaciones heroicas para dar rienda suelta a su sentir patrio. Esta vez se trata del pueblo siciliano en rebelion contra los angevinos con un planteamiento de caracter amoroso que le permite escenas de gran lirismo y fuerza dramatica pues los amantes son enemigos politicos y es de todo punto imposible un matrimonio entre Renato (invasor ÂŁranees) y Stella (hija del Hder de los rebeldes sicilianos) . El fuego del amor y el de la libertad se ponen de manifiesto en esta obra que probablemente es la mas lograda del teatro de Brau. Las pasiones y el caracter impetuoso de los personajes estan al desc4bierto arrollando todo lo que encuentran de por medio. Sabre este drama, ha dicho don Arturo Cordova Landron en su ensayo biografico sabre Brau que mencionamos anteriormente: "Basado Los horrores del triunfo en Las v{speras sicilianas el estro vigoroso de Brau, inflamado de patriotismo, vibra con varonil entonacion en toda la obra. La patria, la li-
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bertad, Ia opresion, el pueblo, prestan suficientes motivos de inspiraci6n al poeta que ha hecho un culto de esa patria y de aquella libertad. De todas SUS obras dramaticas es la mas s6lida de forma y fondo. Sus tipos humanos arrancados a la historia dijeranse vivir la vida real en el drama. Piensan, hablan y sienten como ser~s que han sufrido y luchado .en Ia dura reahdad del mundo. Los caracteres vig~ro~amente delineados en el problema patn6t1co. qu~ pla~tea el drama, son dignos de ~a plast1ca mtens1dad de sus estrofas. Emoci6n mtensa, sentimiento y accion conmovedora es t?da la obra, que, no obstante su fondo polft1c~, se desenvuelve sencillamente, sin complicac1ones absurdas, pero con epica entonacion y fuerte dramatismo. Su estreno constituyo un exito unanime un ruidoso triunfo literario de· Ios que hacei:i epoca en la historia del arte y en la vida de un pueblo. El publico aplaudi6 con cerradas ovaciones los parlamentos magistrales donde palpitaba con tragico acento nuestro propio doloroso destino, llamando su autor al proscenio repetidas veces y premiando su labor con clamorosos vitores. A la salida del teatro Brau fue delirantemente aclamado por la multitud que a pie y entre encendidas antorchas le acompafi6 en dvica manifestacion hasta su morada".11 Al igual que en Heroe y Mdrtir, el lugar de acci6n varfa en esta obra. Comienza en la hosterfa de Giacomo, sigue en una habitaci6n de la hosterfa y termina en el jardfn de una villa que el autor pinta con arboles, tapia, emparrado y que crea la atm6sfera ideal para la tempestad de emociones y pasiones que allf ha de desarrollarse. El trasfondo para la obra esta en la rebeli6n del pueblo siciliano contra Carfos de Anjou quien reina en Sicilia por intervencion papal desde 1263. Casi 20 afios de opresi6n, de tiranfa, de odios, resentimientos y ultrajes vienen operando sobre el pueblo siciliano que trata por fin de librar las amarras francesas con la promesa de la ayuda de Aragon y Bizancio. Tal es la realidad historica; Juan de Pr6cida desde Arag6n lucha por conseguir ayuda para liberar su patria y se alfa con los aragoneses para lograrlo. Considerado como uno de los mas famosos heroes sicilianos, Pr6cida ha sido el centro de numerosas leyendas e historias por su intervenci6n en la lucha contra los angevinos. Nado en Salerno en 1210 y curs6 la carrera de medicina en la Universidad de su ciudad natal donde fue profesor. Fue medico personal del Emperador Federico II, de! Papa Nicolas III y del Rey Conrado. Sus estados fueron confiscados por Carlos, su esposa · maltratada, una hija ultrajada y un hijo asesinado por
11. C6rdova Landr6n, Arturo, Salvador Brau, su vida, p. 96-97.
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el soldado £ranees que fue a echarlos de su casa. Estuvo en Alemania y luego paso a Barcelona al Servicio de Constancia de Arag6n y el Rey Pedro en quienes confiaba para poder salvar a su patria. Fue Canciller de Arag6n y el encargado de realizar los tratados entre Arag6n, Constantinopla y el Papado para conseguir Ia_ l_iber~cion de Sicilia de manos de los de Anjou. ViaJ6 d1sfrazado de ~ranciscano de un sitio a otro, y bajo esa guisa es que nos lo presenta Brau en su obra. Anima a Pr6cida en la obra de Brau un gran amor por su patria que le ha hecho abandonar todo y un odio profundo por el extranjero a quien quiere ver desaparecer del suelo siciliano. Su nobleza y su sentido del honor se ponen de manifiesto en todo momento demostrando gran fuerza y valor en todos sus· actos. Brau ha unido al tema patrio una situaci6n de amor que contribuye a destacar la nobleza y virtud de los personajes envueltos y a saca,r a relucir las caracterfsticas. individuales de cada uno de ellos. Enfrenta a Pr6cida y a Renato: Sicilia y Francia, aunque es una Francia transformada por el amor a Sicilia que no es en modo alguno la representante de su pafs tal y como la conoce Sicilia. Renato, perdidamente enamorado de Stella es un hombre digno de su raza, valiente, con un alto concepto del honor y del deber; no es el . enemigo aborrecible a quien hay que destruir y su muerte por mor de la pasion amorosa nos parece injusta aunque tenga que ser asf. Pr6cida es el rebelde por excelencia, que en aras de su idea lo abandona todo, hasta su hija, a quien serfa capaz de matar si fuera necesario para la salvaci6n de su patria. Noble, duro, cruel, implacable, inconmovible, soberbio, nada puede alzarse para impedir que consiga la liberacion de la patria, esta por momentos fuera de lo humano, intransigente, obsesionado por su odio y sus rencores. Es Stella, quizas, la figura mas trabajada, Stella que brinca por encima de todo por defender su amor, que se alza frente al padre cuya identidad acaba de conocer, que se vira contra los suyos por defender a su amado, Stella que es toda ternura al hablar de su amor, toda inocencia e ingenuidad con Marta y altanera ante Beppo que la ofende y maltrata. Giacomo es el viejo y leal servidor capaz de dar la vida por su sefior, reservado y honrado cuya vigilancia sin embargo ha podido burlar Stella. Beppo y Beltran, en el campo siciliano y £ranees, respectivamente, son los oportunistas, carentes de principios verdaderos y atentos solo a buscar violencia, intrigar, y enredar. Los demas personajes son mas bien tipos que sirven para completar el cortejo. ~omo en Heroe y Mdrtir abundan en la obra los · cantos henchidos de amor patrio y como en La Vuelta al Hagar hay escenas de gran lirismo donde las emociones alcanzan SU maxima expresi6n. De hondo dramatismo es la escena final del segundo acto donde
5C revelan Ios lazos entre los personajes y la escena casi final de Ia obra entre Stella y Pr6cida:
"STELLA 1Renatol ... mi amorl ... mi vidal 1Adios mis dukes quimerasl GIACOMO (Tratando de consolarla) 1Stellal STELLA 1Dejadmel (D irigiendose a Procida y Beppo) 1Fierasl 1Ved la presal ... 1esta rendidal PROCIDA . .. . 1Hijal STELLA 1Mentisl ..... 1Hijal no! No es un tigre el padre mio. PROCIDA... 1Mat6Ie el destino impiol STELLA !Vuestra ambici6n le mat61 ... 1Seguidl 1el triunfo os esperal PROCIDA 1Nunca en la fiera batalla que mi cerebro avasalla, tuve el crimen por sefieral STELLA Azuzasteis al le6n queen la espelunca dormia .... PROCIDAMi patria esclava gemia, y guerra alee a la opresi6n. 1Guerra abierta, en campo igual, brazo a brazo, frente a frentel 1Si el odio estall6 impaciente lo agit6 safia brutal! STELLA Si; Ia gloria para vos; la mancilla al pueblo insano PROCIDANo; la mancilla al tirano. STELLA 1Mios lo fuisteis los dos! Mas del tiempo en los destinos ley de justicia se esconde, que, en eco a mi voz, responde: - 1Asesinosl . . . . . 1Asesinosl I1
PROCIDA 1Insensatal cEn tu arrebato olvidas que te di el ser? ... ..
STELLA Pues, volvedle a recoger. 1Desprecio ese don ingratol cA que vivir sin su amor? . ... . 1S6lo en el halle ternura l .... . (palpando el caddver) 1Cuan yertol ..... PROCIDA1A tu desventura dara la patria favor! STELLA 1Patria I. . . . Itorpe idolatrial (asiendo el caddver por sus ropas con violencia coma si tratase de levantarlo) 1Ved su vktimal . ... 10s espantal 1Contra altares que levanta la infamia y la alevosia, maldici6n eterna doyl BEPPO 10hl PROCIDA1Callal .. . . STELLA1Tomad mi vidal ... 1Quel cmi acento os intimida? ... 1Cobardesl . ... 1vedl .... 1Libre soy! (En un movimiento rapidisimo se apo'dera de la daga que Renato lleva pendiente al cinto, y se hiere, cayendo desplomada al pie del banco). 12 La obra esta escrita en versos de 8 silabas donde alternan rima asonante y consonante, que son de gran fuerza y emoci6n y fluyen facilmente. Hay facilidad y fluidez en la palabra, dulzura, fuerza, ternura, pasi6n, fuego, emoci6n. La rima facil, en cuartetas de 8 silabas las mas de las veces, refleja destreza en el manejo del verso y la palabra que alcanza mayor altura por el hondo sentimiento que la anima. A nuestro juicio, L os H orrores del Triunfo es Ia mas romantica de las obras a pesar de la unidad externa de tiempo y acci6n. Es tambien la que refleja mas madurez, la de mejor caracterizaci6n y la mas redonda de sus obras; a nuestro juicio, la mas lograda de las cuatro. Conclusiones
Salvador Brau (1842 - 1912) ha dejado en el campo de la dramaturgia puertorriquefia cuatro obras teatrales representativas del momento hist6rico-literario en que vive. El estudio de ellas revela como temas principales: la libertad, el honor, el amor, los tres en 12. Brau, Salvador,
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H orrores del triunfo, p. 81 - 82.
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diferentes manifestaciones y unidos a un tema constante: la patria, que puede ser Espafia, Sicilia, Puerto Rico, pero, que siempre oculta tras las frases libertarias a su pais natal, al que ansfa ver libre aunque nunca se desvincula completamente de Espafia. Para dos de sus obras va a la Edad Media, en dos se queda en Puerto Rico, aunque siempre se aleje un poco a traves del desarrollo de las mismas. A pesar de conservar las unidades clasicas de tiempo, lugar y acci6n, las obras son de carte romantico en la presentaci6n de los personajes, los temas y el tono y el desenvolvimiento de los mismos. Escritas en verso, reflejan conocimiento tecnico del lenguaje y la rima ademas del fuerte sentir poetico que las anima. Quizas la versificaci6n nos parece sencilla - lo es - y hasta nos hace sonreir a veces por su ingenuidad y facilidad, pero, hay que pensar no en termino de poeta sino de hacedor de dramas a impulso de una fuerte emoci6n y sentimiento para el cual el unico modelo es el teatro romantico que ya de capa caida llega a nuestras orillas. No estamos ante un dramaturgo terminado ni arite un poeta, sino ante un hombre acuciado por el deseo de hacer patria, envuelto en sus sentimientos profundos y queriendo volcarlos en un medio que le es desconocido pero a traves del cual y con la ayuda de la escenificaci6n podra llegar mas directamente al publico cuya reacci6n le inieresa primo~dialmente. Quizas la critica moderna lo tilde de teatro inge-
nuo, sin complicaciones; lo es: no hay en el profundos complejos sicol6gicos, ni escenas retrospectivas, ni analisis profundos, ni busquedas sin fin, ni deambular por el mundo de lo inconsciente. Hay solamente una gran sencillez de exposici6n, sin complicaciones, dirigida directamente a la materia, una gran facilidad de expresi6n y una gran frescura y espontaneidad a pesar del verso y la rima. Se puede argi.iir lo antinatural del verso, lo melodramatico, lo artificial, pero todo es parte de la escuela del momenta y en ella hemos de situarnos para verlo en su justa proporci6n. No es teatro que pase a la posteridad como obra maestra de la dramaturgia, muy pocas pasan, pero si es teatro donde se han de ir a buscar raices, donde se ha de encontrar el principio de lo que ahora somos, donde hemos de sumergirnos para poder salir mas adelante echando a un lado lo que nos pese e impida progresar. Es teatro e historia que hay qi.ie conocer para poder afincarnos y echar raices. . . . Es la herencia cultural que nos han dejado y ha de ser la base para el futuro, sin que la echemos a un lado como a un hijo indeseable ni la encumbremos coma un idolo de barro. Es la base que debemos apreciar en lo que vale, en lo que fue y en lo que representa en el desarrollo de . la cultura de hoy. Es aquello que nos dan sin derecho a escoger y que hemos de juzgar y apreciar en su justo y preciso valor.
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La naturaleza del espa:fi.ol que se hahla en Puerto Rico
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Por M ANUEL A LVAREZ NAZARIO
AUNQUE LA ISLA DE PUERTO RJCO QUEDA DESCUBIERTA
para el mundo cristiano en las postrimerfas del ano de 1493, no es hasta casi tres lustros despues, iniciado ya el siglo XVI, cuando comienzan las gestiones para trasplantar a nuestro suelo la cultura europeo-occidental. Consumada la conquista militar de Boriquen por el centenar de espanoles que, bajo las 6rdenes del capitan don Juan Ponce, hace efectivo el reclamo de nuestro territorio para la Corona de Castilla y de Le6n, se da principio al lento proceso de colonizaci6n por el que habria de quedar incorporada en definitiva la Isla al mundo de la hispanidad. I La base espafiola
El idioma que la conquista espanola impone en
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La modalidad puertorriquefia del espafiol tiene su analisis mas detenido y completo en la obra de Tomas Navarro, El espaiiol en Puerto Rico; contribuci6n a la geografia lingilistica hispanoamericana, Rio Piedras, 1948. Tambien ha estudiado a nuestro espafiol, en sus llneas de conjunto y en algunos de sus aspectos parciales, el profesor Ru.hen del Rosario, autor de varios trabajos, a saber: "La lengua de Puerto Rico", Asomante, 1946, II, num. 2, pp. 95 - 103; "Tres errores en la interpretaci6n de la lengua en Puerto Rico", Mundo Libre, 1943, I, pp. 21 - 23; "La influencia del ingles en Puerto Rico", Lecturas en lengua espaiiola ( Antologia), Rio Piedras, 1953, pp. 118 - 131; La lengua de Puerto Rico; ensayos, 2da. ed. rev., San Juan, 1956; Consideraciones sabre la lengua en Puerto Rico, San Juan, 1958. Otros investigadores se han ocupado de diversos aspectos de nuestra expresi6n Jingiilstica: Augusto Malaret, Vocabulario de Puerto Rico, San Juan, 1937; reed., New York, 1955; M. Alvarez Nazario, El arcaismo vulgar en el espaiiol de Puerto Rico, Mayagiiez, 1957; del mismo autor, El elemento afronegroide en el espaiiol de Puerto Rico, en prensa. Ineditas permanecen las siguientes monografias presentadas en la Universidad de Puerto Rico como tesis de maestrla: David Cruz L6pez, La lengua del jibaro en la novela costumbrista puertorriqueiia, 1950; Lydia Cruz de Rivera, Modismos puertorriqueiios, 1950; Edwin Figueroa Berrios, Estudio lingilistico de la zona de Cayey, 1955.
nuestro pafs desde fines de la primera decada del XVI - el castellano - hada apenas unas tres o cuatro decadas que habia Iogrado en Espana, por la culminaci6n de la preponderancia cultural, militar y polftica de Castilla en el ambiente de la Peninsula Iberica, condici6n de idioma general y oficial de todos Ios espanoles, quedando arrinconadas en aquel arreglo a la situaci6n de meras hablas regionales otras modalidades expresivas hermanas del castellano por su origen latino, como el gallego, el leones, el aragones, el catalan, o ajenas a la familia romance, como el pri-, mitivisimo vascuence, anterior en Espana al mismo latin. Asf, pues, el patron de lengua que nos impone1:1i la conquista y colonizaci6n de Espana sera uno, el castellano, no empece el hecho de que los aposentadores espanoles del pafs tuvieron diverso origen peninsular, y por ende, procedian frecuentemente de fondos lingiifsticos regionales no siempre castellanos: leoneses, gallegos, asturianos, vascos, ex tremenos, andaluces. Ya tambien desde el siglo XVI y con mayor intensidad y constancia a Io largo de las dos centurias siguientes se suma a las venas poblacionales indicadas la procedente de Canarias, y durante el XVIII y XIX, las que provienen de los confines levantinos de Espana: aragoneses, catalanes, valencianos, mallorquines.2
2 Esta variada procedencia regional y Jingiilstica de los pobladores espafioles que pasaron al Nuevo Mundo sefiala, dicho sea entre parentesis, hacia uno de los logros culturales de mayor conveniencia resultantes de la espafiolizaci6n de las tierras de este !ado de! Atlantico: Espana alcanza en America en medida ma¡s completa y de manera mas eficaz la unidad. idiomatica de que todavla no se disfruta en la misma Peninsula, donde los viejos fondos regionales contimian alimentando diferencias de lengua que al proyectarse en el sentimiento regionalista apasionado culminan en peligrosas actitudes separatistas.
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Con trario a lo que han querido hacer ver algunos estudiosos, el grueso de la poblaci6n espafiola que lleg6 a nuestras playas, y en terminos mas amplios, a las de America en general, perteneda a las clases populares: labradores, artesanos, pescadores, marinerfa, soldadesca, gentes humildes de diversa fndole y ocupaci6n. Jun to a estas, en menor numero, vinieron segundones de familias hidalgas, hombres de iglesia, militares de alta graduaci6n, algunos bachilleres y escribanos y unos pocos ffsicos, como se llamaba antiguamente a los medicos. En el ambiente mas democratico del Nuevo Mundo, sin embargo, donde se disolvfan facilmente las diferencias sociales tradicionales de la Peninsula, entre otras razones, por el frecuente enriquecimiento del hombre del pueblo, la voz desgarrada y francota del abundante numero popular logr6 prevalecer sobre el decir mas cuidadoso y pulido de los arist6cratas y profesionales, cuantitativamente en minorfa. De aquf parte lo que llama Amado Alonso "la ruralizaci6n del habla espafiola en America", resultante de la incorporaci6n en la lengua de mayor aceptaci6n social de infinidad de rasgos que en Espafia no pasan todavfa de ser mirados como vulgarizantes, pueblerinos o rusticos. 8 Ejemplo del antiguo castellano que reson6 por los confines islefios de Puerto Rico en los comienzos del siglo XVI lo tenemos en las cartas, informes y demas papeles que conservamos redactados del pufio de don Juan Ponce de Le6n, en los que la expresi6n escrita se produce siguiendo casi totalmente la Hnea ·de la lengua hablada: sencilla, espont:inea, sin mayores pulimentos, y algo pasada de moda, arcaizante (como todo lenguaje popular) si se le compara con los documentos literarios espafioles de mas alcurnia escritos para la misma epoca. Fiel tambien a otra con~igna del habla del pueblo - la renovaci6n y creaci6n continuas - revela la expresi6n de don Juan Ponce como las nuevas circunstancias de nuestro ambiente antillano le imponen el uso de diversos vocablos de origen indfgena con los cuales el castellano iba ganando en capacidad para nombrar. La lengua menos culta de hoy dfa en Puerto Rico, sobre todo la que se oye por las zonas rurales, coincidiendo con el espafiol vulgar y dialectal de varias partes de Espafia y de otros pafses hermanos de Hispanoamerica, conserva. numerosfsimos arcafsmos que en la centuria primera de nuestra historia estuvieron en fabios de los capitanes y soldados de la conquista y asimismo quedaron impresos en las obras de los grandes escritores de lengua espafiola durante los siglos XVI y XVII. Tal es el caso de pronunciaciones hoy
3 A. Alonso, El problema de la lengua en A merica, Madrid, 1935, pp. 133 - 134.
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refiidas con el lenguaje correcto como afiidir, centura, ascuchar, ruciar, coyontura, anque, Ufemia, endevido; hambre, hartarse, ahogo, halda e infinidad de otras voces en las que aun se mantiene la antigua h aspirada; aguelo, gom itar, gueco, viguela, arresultar, dir, emprestar, manque, tlguere, esato, perfeto, endino, estrumento, naide, cre bd, etc. Formas por el estilo de canso, estdbanos, dihihteh o dijistes (en la primera variante grafica la h pronunciada con aspiraci6n) , habemos, hdceme, quedrd, caber{a, haberd, enantes, endispues, entoav{a o entuav{a, sientensen, demen, mantienen en nuestra habla r ural rasgos morfol6gicos que estuvieron en boga en el espafiol preclasico y clasico. Igualmente tales empleos sintacticos como la calor, la reuma, una poca de agua, mds mejor, yo· y tu, entre yo y ti, haber por hacer (H ab{a tiempo que no venfas) , i que por desgaste del diz que antiguo (El i que se va) , y locuciones viejas como ambos a dos, mds primero, otra vuelta u otra guelta, con la misma, por mor de, de juro, ect. son en nuestra expresi6n campesina resonancias del castellano antiguo. El caudal lexico rural y el vulgar de pueblos y ciudades guardan tambien en Puerto Rico voces de vieja cepa peninsular hoy desterradas del buen decir : aburricidn, aguaitar, alentarse, amaiiarse, arrelde, buraco, cobija, compafia, comparanza, co·n trallamiento, d{ceres, encetar o desencetar, esculcar, fajina, f laquencia, hoy a (con h aspirada), parva, padrejdn, retozar, sinjusticia y muchas mas.4 Otros rasgos de pronunciaci6n manifiestos en el habla familiar promedio de hoy dfa en el pafs, mas alla de los niveles de expresi6n menos cultos, no siempre evidenciados en los textos literarios del espafiol viejo, pero sf presentes paralelamente en nuestros dfas en determinadas hablas dialectales de regiones espafiolas no castellanas, lo son: a saber: como en determinadas zonas del dominio leones actual, la generalizaci6n de n velar en final de grupo (en monte, Joaquin, corazdn, etc.) fuera de los casos en que se da normalmente en Castilla (en final de s:Uaba en contacto con . una consonante velar siguiente) ;5 tambien, como en leones antiguo y moderno, el mantenimiento en lamber y sus derivados varios (lambeofos, lambi(d)o, etc.) del grupo etimol6gico latino - mb- frente a la reducci6n castellana en - m-.6 Como en Extremadura, Andaluda, Murcia, Arag6n, Navarra, confusi6n de .l y r finales de sflaba: · farda, sarto, arguno, pero con mayor fre-
4 Veanse T. Navarro, op. cit., pp. 207 · 212; M. Alvarez Nazario, El arca{smo vulgar en el espa~o·l de Puerto Rico, passim. 5 Veanse T. Navarro, ·op. cit., p. 101; , Manual de pronunciacidn espaiiola, 4ta. ed., New York, 1950, pp. 111 - 112, 141 · 142; L. Rodriguez-Castellano, Contribucidn al vocabulario del bable occidental, Oviedo, 1957, passim. 6 Vease V. Garcia de Diego, Manual de dialectologia espaiiola, Madrid, 1959, p. 179.
cuencia el cambio inverso: puelta, cuelpo, az.ucal.7 La vocalizaci6n de l o r en i ( ei cueipo ), regis trada en regiones de Andaluda y Murcia y asi tambien en Canarias, era todavia corriente en el siglo pasado en la expresi6n cai:npesina de Puerto Rico: peidei, casaise, ei soi 'el sol', etc., tal como aun se da en el espafiol del Caribe en determinadas zonas rurales de la vecina republica de Santo Domingo.a II
El inf lujo indigena
Al momento de llegar los europeos por vez primera a nuestras playas, estaba habitada la Isla (al igual que las otras Antillas mayores), y en numero que no ha sido posible establecer con certeza, pero que segun algunos calculos sobrepasaba las setenta mil almas, 9 por gentes pertenecientes a la familia arahuaca, de origen suramericano, y a las que para distinguirlas de sus primos los pobladores caribes de las Antillas menores se les denomina tainos. A pesar de que los indios borinquefios desaparecen como grupo puro, posiblemente desde antes de terminar el siglo XVI, debido a razones varias (muerte de muchos en las luchas de la conquista, aniquilaci6n de otros por enfermedades nuevas traidas por los espafioles para cuya resistencia no estaba preparado_, el organismo de nuestro indio, imposici6n de duras faenas de mineria y de agricultura antes no acostumbradas, huyendole a las cuales buen numero logr6 emigrar a las islas caribes hacia el sureste, y finalmente, por la disoluci6n de la sangre aborigen, hoy mas o menos cumplida, en el cruce racial con los espafioles y luego con los negros), antes de que en la Isla dejara de resonar la antigua lengua indigena, se produjo un estado de bilingiiismo taino-espafiol que es 16gico pensar hubo de proyectarse a lo largo de varias decadas y quien sabe si lleg6 a alcanzar el medio siglo. Durante esta epoca de convivencia de ambas lenguas, el espafiol aqui llegado con los colonizadores fue saturandose de palabras indias numerosisimas, relativas a diversos aspectos de la vida: vegetaci6n (yuca, maiz., tabaco, man{, leren, jo'bo, gudsima, mamey, anon, caoba, maya, guayaba, guandbana, batata, capa, pitahaya, yagua, tiguero, guiro, etc.), fauna (jaiba, juey, guaraguao, guati7 Vease T. Navarro, op. cit., pp. 76 - 85. 8 Veanse A. Alonso y R. Lida, "Geografia fonetica. - L y R implosivas ·en espaiiol", Revista de Filologia· Hispdnica, 19.45, VIII, mim. 4, p . 339; J. Perez Vidal, "Aportaci6n de Canarias a la poblaci6n de America. Su influencia en la Jengua y en la poesla tradicional", Anuario de Estudios Atldnticos, 1955, num. 1, p. 199; P. Henriquez Ureiia, El espanol en Santo Domingo, Buenos Aires, 1940, p. 149. 9 Vease R . Alegria, Historia de nuestros indios (Versi6n elemental), San Juan, P. R., 1950, p . 2.
biri o guatibere, comejen, nigua, etc.) , tierra y agricultura (sabana, conuco, coa, y en su sentido pri. mero, tambien barbacoa 'entarimado desde donde algun nifio indio espantaba a los pajaros que amenazaban lo sembrado en el conuco') , convivencia domestica y comunal (yacayeque, bohio, batey, caney, guariquiten, buren, casabe, batea, hamaca, areyto, etc.), navegaci6n (cayuco, piragua), terminos aplicables a personas (naboria, caciq·ue, guares), fen6menos atmosfericos (huracdn). Estos vi_ejos vocablos, en su mayoria, han llegado hasta el presente, conservados sobre todo en el habla campesina.10 Agreguense a su numero los muy frecuentes nombres de ciudades, pueblos, barrios, dos y quebradas) Mayaguez., Aibonito, ]agueyes, Turabo, Cayey, etc.), que perpetuan el recuerdo de los desaparecidos habitantes originales del Boriquen. Segun ha sefialado ya Ruben del Rosario, son estas voces y nombres los mas autenticamente puertorriquefios dentro de nuestro espafiol, los que al juntarse con las maneras de decir venidas de Espafia, luego olvidadas o pasadas de moda alla pero conservadas aca, y juntamente con algunas otras palabras de origen afronegroide o de creaci6n criolla, imponen a la expresi6n insular ese distintivo sabor y perfil de habla de aqui, peculiarmente nuestra, que solemos decir lleva consigo "la mancha del platano" .11 ·
III La aportacion afronegroide
Casi desde los mismos comienzos de la colonizaci6n cristiana de Puerto Rico se inicia en el pais la introducci6n del tercer elemento formativo de nuestra composici6n etnica: el negro africano. La entrada a Puerto 'Rico del "brazo de ebano", como eufemisticamente se le llam6 en los viejos tiempos, se extendi6 con mayor o menor intensidad, hasta mediados del siglo pasado. Durante ese largo lapso de mas de tres siglos recibe la Isla la llegada de hombres de tez oscura procedentes de todo el litoral occidental de Africa y de las areas interiores inmediatas a la costa que van desde Senegambia, pasando hacia el sur y sureste por las costas llamadas de los Granos, de las Especias, de la pimienta, de los Esclavos, del Oro, del Marfil, hasta las
10 A traves de! espafiol varias palabras tafnas ban pasado a otras Jenguas, particularmente al ingles (tobacco, maize, guava, cassava, savannah, barbecue, hurricane, etc.). (Vease de E. Narvaez Santos, La influencia ta{na en el vocabulario ingles, Barcelona, 1960) . El nombre de ]urakdn, que daban nuestros aborigenes al esplritu de! ma! asociado a la desastrosa manifestaci6n natural que aun hoy llamamos huracdn, tiene resonancia en varios idiomas europeos aparte de! ingles: fran· ces ouragan, italiano urgano, aleman Orkan, etc. 11 R . de! Rosario, Consideraciones sobre l~ lengua en Puerto Rico, pp. 8, 19.
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regiones del Congo y de Angola, y en el litoral este de! continente negro, del territorio de Mozambique. 12 Fundido en div~rsos grados con las dos razas que le precedieron en nuestro suelo, o en condiciones de pureza, pero siempre elemento omnipresente en la poblaci6n insular, el negro ha dejado tambien su rastro en la manera particular de hablarse el espafiol en Puerto Rico. La estrecha convivencia y acercamiento de las razas dentro de la limitada extensi6n territorial del pafs, el fntimo entretejido de las vidas de blancos y negros y su mutua interdependencia en el orden social y econ6mico del pasado y del presente, han facili tado la impresi6n de esta huella no iberica ni aborigen en nuestra expresi6n. Asf, determinados rasgos del espafiol imperfectamente hablado por los antiguos esclavos, consecuencia de un estado de bilingilismo afrohispano, 13 se trasmiten por la via de los contactos mencionados, hablando en terminos generales, por toda la extensi6n de Puerto Rico. Es probable, por ejemplo, que la pronunciaci6n media del pafs, por influjo de la acusada riasalidad que caracteriza a las lenguas vernaculas sudanesas y bantus de los siervos negros de antafio, · desarrollara durante los siglos que van del XVI al XIX, la particular resonancia nasal que hoy muestra, que sin ser muy marcada, lo es no obstante en grado suficiente para que la noten ofdos hispanicos extranjeros. El mismo fen6meno se ha observado en el £ranees criollo antillano y en el ingles de negros y blancos en el sur de los Estados Unidos. Podrfa tambien deberse al esclavo del pasado en Puerto Rico la difusi6n en nuestro medio, aun entre personas cultas y semicultas, del sonido de rr velar en vez de rr alveolar (en carro, rico, rosa, etc.), rasgo este quizas originado en el habla de los negros bozales y criollos en un intento por superar la dificultad de pronunciaci6n de la rr vibrante castellana, sonido ajeno a la fonetica vernacula negroafricana. Igualmente, hay ancha base para pensar que la conversi6n en l del sonido de r final de sflaba, corriente en muchas lenguas de Africa y en la expresi6n criolla negroeuropea de dicho continente e islas adyacentes, se haya afirmado en la expresi6n hispano-puertorriquefia, en refuerzo de un fen6meno parejo trafdo de Espafia, por intervenci6n de los hijos y nietos de los negros importados de ayer. En el numero de palabras puertorriquefias de origen africano seguro 0 probable, mucho menor que en el caso de los indigenismos, figuran las siguientes : relativas a la tierra: jurutungo, quimbambas o quimbdm-
12 Vease M. Alvarez Nazario, "Procedencias africanas de los bozales trafdos a Puerto Rico por la trata negrera", La Torre, 1960, VIII, num. 31, pp. 107 · 135. 13 Vease M. Alvarez Nazario, "Notas sobre el habla de! negro en Puerto Rico durante el siglo XIX", Revista del Instituto de Cultura Puertorriquefia, 1959, II, num. 2, pp. 43 · 48.
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baras; a la flora, diversos nombres de frutos vegetates : guandu, guandul 0 gandul, malanga, name, quingombo, quimbombo, guingambo o chingambo, marimba, guinea y multiples denominaciones de variedades del platano: conga, chamaluco, chum bo, guim bo, fotoco , mafafo, etc. ; a la fauna: guinea (abreviaci6n de gallina de Guinea o gallina guinea), chango, mozambique, gongoli, gongolon o gungulen, changa; voces relativas al individuo: bembe o bemba (fuentes de algunos derivados en la lengua vulgar: bem bon, bem bu, bembeteo), cocoroco, cogioca, chango, changa, cheche, nangotarse, nenene, sucusumuco, noco; nombres de enfermedades: dengue, monga; de comidas : cal,alu, funche, marifinga, mofongo, bomboto; de bebidas: guarapo, mample; de objetos de uso personal: cachimbo, o cachimba, candungo; vocablos alusivos a costumbres ceremoniales y a supersticiones: baquini, o baquine, fufu, macandd; a musica, canto y baile: bomba 'tambor', bongo, cua, marimba, timba, conga, merengue,, mambo, etc. Determinados modismos del habla criolla se apoyan en varios de estos vocablos negroides a que hemos hecho referenda, y aunque vaciados en frases espafiolas, en algunos casos quizas cabrfa pensar que su concepci6n brota de raices hincadas en las lenguas de origen de los antiguos esclavos africanos : "ser (alguien) la changa", ''venir (alguien) con fiefiefie", "irse (alguien) a lo sucusumuco", "hacer (a alguien) el funche aparte'', "ser (algo) un fiame o un guame", "el que no tiene dinga, tiene mandinga" o su variante menos conocida "el que no tiene de congo, tiene de carabalf'', etc. 14 IV
La creacion y adaptacion criollistas Otra aportaci6n que merece notarse en el analisis de nuestro espafiol es la que surge de la inventiva criolla para crear nuevos terminos y frases o para recoger y refundir fonetica o semanticamente, adaptandolos a prop6sitos y urgencias expresivas del pafs y con ellos diferenciandolos, voces y giros procedentes del espafiol de la Peninsula y del que se habla en otras tierras hermanas de America. Fen6meno parejo se cumple a diario en cada uno de los demas pafses y regiones de la comunidad hispanica y asimismo en las de otras lenguas. Natural es que el habla del pueblo, en todas partes fuente de renovaci6n de los idiomas, invente de continuo nuevas maneras de decir que manth~nen a las lenguas en trance de evoluci6n, evitando asf que se resequen o estanquen. El idioma mismo,
14 Estudiamos a fondo todo lo relativo al influjo negroide en la pronunciaci6n y en el lexico del habla puertorriquefia en el Iibro El elemento afronegroide en el espanol de Puerto Rico, actualmente en prensa.
C'Ualquiera que sea, con un perfecta sentido que conserva el conveniente equilibria que debe existir entre lo culto y lo popular, mantiene a raya las exageraciones y el mal gusto que pueda haber en las invenciones o modificaciones expresivas del pueblo, oponiendo a estas la actitud recelosa y mas conservadora del lenguaje de mayor cuidado, que viene a servir, por lo que decimos, los mismos propositos de un cedazo. Es asi como crecen los idiomas. Mision de las Academias y de los especialistas que preparan los diccionarios es estar atentos a este natural desarrollo de la expresion y tomar debida nota del mismo. El espaiiol de Puerto Rico se ha enriquecido con centenares de palabras aqui surgidas, manifestadoras de particulares actitudes y sentimientos nuestros con mucho mas eficacia y cumplimiento que las voces sinonimas que pertenecen al caudal de la lengua hispanica que alcanza a entenderse en todas partes. Entre estos vocahlos caseros del habla insular, extendidos mayormente en los niveles de las gentes incultas y semicultas pero tambien en ciertos casos en la expresion familiar o informal de las capas cultas, figuran en buen numero los que se refieren a determinadas acciones, sentimientos o estados del individuo: achantarse 'quedarse quieta una persona, estancarse, no progresar', administrar 'derivar provecho de alguien o de algo ajeno', agallarse 'envalentonarse, molestarse', aguaje 'simulacro de accion mas aparente que efectivo', aguajero 'el que hace aguajes', aguza(d)o 'listo, oportunista', pestillo 'novio', apestillarse 'juntarse dos novios', apron ta(d )o 'entrometido', avancino 'confianzudo', brete 'ainorio, enredo amoroso', cuquero 'gracioso, elegante; que hace monadas', embarcar 'engaiiar', garata 'altercado', lambeojos 'adulador', repelillo 'repugnancia', tajureo 'treta, maniobra dudosa, engaiio', tengonear o tongonear 'tolerar, admitir, mimar'. Otras palabras de uso criollo son nombres y adjetivos de diversa aplicacion: bili 'cosa facil', s{nsoras 'lejuras, lejanfas', sobera(d)o 'piso', viejera 'cosa vieja', pastel y tost6n aluden a ciertas preparaciones culinarias. Algunas de las voces citadas en las listas precedentes y otras muchas mas son tambien. conocidas y usadas en diversas partes de America, particularmente en aquellos paises con los que Puerto Rico ha ¡tenido historicamente un contacto .mas inmediato y estrecho: Santo Domingo, Cuba, Venezuela, Mexico. A las p;ilabras antes mencionadas podrfamos aiiadir, ademas, infinidad de modismos 0 decires aqui acuiiados a traves de los siglos al margen del rico caudal de dichos y refranes con que cuenta la lengua espaiiola en Europa y America. Representan estos giros de la expresion, al igual que las voces sueltas ya nombradas, reacciones muy de nuestro pueblo frente a circunstancias y manifestaciones de la actuacion y de la naturaleza humanas. Veamos como ejemplos los
siguientes: "venirle (a alguien) con brincos" y "pararle (a alguien) el caballo" 'reprender o llamar la atencion a alguien', "no ser (alguien) cascara de coco" 'no ser alguien cosa despreciable o facil de engaiiar', "ser (alga) del aiio de las guacaras" 'ser algo muy viejo' "no hacer (algo) o ir (a alguna parte) ni con los guardias" 'obstinarse una persona a no hacer algo o ir a alguna parte', "tener (alguien) jiribilla" 'ser alguien inquieto', "coger (a alguien) de mango bajito" 'aprovecharse de alguien'., "ser (alguien) peor que la maya" 'ser alguien muy malo', "caerle mimes (a alguien)" 'perjudicarse en algo una persona', "pararse (alguien) en las patas de atras" 'negarse alguien a realizar algo', "ser (alguien) como la hoja del yagrumo" 'ser alguien muy variable', "tener (algo o alguien) la mancha del platano" 'tener algo o alguien aspecto campesino o criollo', "irse (alguien) pitando la Borinqueiia'' 'alejarse alguien habilmente de una situacion apretada aparentando no estar complicado en la misma', etc.15
v El espanol de Puerto Rico vis to sob re el f ondo del mundo hispdnico
El antiguo castellano, hoy idioma espaiiol, es en la actualidad la lengua oficial de veinte paises que, aparte de Espana, se hallan ubicados geograficamente en los mas diversos confines y climas del Nuevo Mundo. Lo hablan en suma mas de den millones de personas que pertenecen a casi todas las razas humanas. Desde el punto de vista del numero y <lei que se refiere a la cultura es en el mundo de nuestros dfas uno de los principales instrumentos lingiiisticos. Sus alcances politicos internacionales quedan reconocidos por su inclusion entre las cinco lenguas de trabajo de la Organizacion de las N aciones U nidas. A pesar de tener el espaiiol una extension geografica tan vasta, lo que supondrfa en apariencias el ambiente ideal para la aparicion de variantes o modalidades regionales y nacionales marcadamente diferenciadas unas de otras, nuestro idioma mantiene a traves de todo su amplio dominio una fundamental unidad que prevalece por encima de todas las tendencias a la variedad que han surgido y surgen aqui y alla, y las que solo afectan a los detailes 'marginales del habla y nunca a su centro y corazon que sigue asi siendo uno.
15 Vease A. Malaret, Vocabulario de Puerto Rico, pp. 65 ¡ 68, para una lista de modismos "que tienen la apariencia o presunci6n de ser exclusivamente regionalistas [de Puerto Rico]". En este sentido, ver tambien, de L. Cruz de R ivera, Modismos puertorriquefios, Universidad de Puerto Rico, monografla inedita, 1950.
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Visto dentro del marco del espanol de America, el que se habla en Puerto R ico manifiesta, respecto de las otras modalidades nacionales, el intenso parecido de familia que es logico esperar, pero muy en particular guarda estrecha relacion, en sus rasgos 1ntimos y aparienciales, con el que se da en la zona hispanica del Caribe: en Cuba, Santo Domingo, gran parte de Venezuela y las regiones costaneras de Colombia frente al mar de las Antillas. Ya hemos mencionado antes como nuestro vocabulario tiene puntos de contacto, en sus facetas criollas, con el de esos paises hermanos. Puede observarse tambien que la pronunciacion coincide en toda e~ta region hispanohablante del Caribe en determinados caracteres comunes, cuales son: el seseo (igualacion de los sonidos de z, c y s: cielo, zapato, sabado, rasgo que es general en toda America) , el yeismo (igualacion de los sonidos de ll y y: caballo, yugo, pronunciacion tambien muy difundida por Hispanoamerica excepto en la zona rioplatense, donde ll y y tienen sonido de i francesa, y algunos puntos en los paises andinos al norte de Chile, donde se distingue entre ll y y), conversion de la i castellana en h aspirada: Hose, igualmente general en la America Hispanica toda; conversion de la s final de silaba en h aspirada: dehpueh, lah cohtah, rasgo este ultimo que es particular de esta zona, donde llega hasta la conversacion culta corriente. Los citados detalles de fonetica, por otra parte, emparentan al espanol del Caribe con el que se oye en el sur de Espana (Extremadura meridional, Andaluda, Murcia) asi como en las Islas Canarias.16 Respecto de las otras tierras donde se habla nuestra lengua, el espanol de Puerto Rico, ademas, difiere marcadamente en la entonacion, es decir, la Hnea melodica o altura musical determinada resultante de la combinacion de los sonidos individuales de silabas, palabras, frases y oraciones, lo que en Espana varia de region y en America de pais a pais. Esto, sin embargo, al igual que en el caso de las diferencias de lexico y de pronunciacion, no entorpece en forma alguna la comprension entre unos y otros. Las diferencias que presenta el habla culta puertorriquena por comparacion con la de otros pafses de nuestra comunidad expresiva, a la luz de los datos expuestos en los dos parrafos precedentes, en manera alguna la situan en un piano de inferioridad. Concebimos hoy dia el ideal de lengua en espanol, no como una esencia imperialista obsolescente que emana en exclusiva de un patron castellano peninsular, sino
16 Vease P. Henriquez Urefia, "Observaciones sobre el espafiol en America", Revista de Filologla Espa1iola, 1921, VIII, pp. 357 · 390; 1930, XVII, pp. 277 · 284; 1931, XVIII, pp. 120 - 148; R. Lapesa, "El espafiol de America", Historia de la lengua espanola, ~ta. ed., Madrid, 1959, pp. 341 · 364.
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como una realidad que bajo el haz unitario de una historia y un destino comunes hinca rakes en cada pais en el suelo de la came y el espiritu propios, imprimiendo al habla comun el sello de cada personalidad nacional. Con arreglo a la anterior concepcion no cabe hablar, pues, de planos distintos de superioridad 0 inferioritlad, fundamentados estos en divergencias de lo marginal, sino de modalidades en niveles paralelos, enderezadas, no obstante las variaciones entre si, hacia el mantenimiento de la unidad colectiva que se basa en lo primordial durable. Igual situacion a la aludida en el parrafo anterior respecto del espanol se da tambien en el mundo contemporaneo en · relacion con las modalidades lingiiisticas que presentan en ambas orillas del Atlantico tales otros idiomas europeos como el ingles, el portugues y el £ranees, trasplantados tambien al Nuevo Mundo con las corrientes colonizadoras que siguieron · a su descubrimiento. No puede decirse con validez cientifica, verbigracia, que el habla inglesa de ' los Estados Unidos sea inferior, por distinta, la que se oye en el nivel correspondiente en la propia Inglaterra. Cuando los que han nacido y se han formado lingiiisticamente en America, ya sean hablantes del espanol como del ingles, del £ranees o del portugues, movidos de falsos ideales de correccion idiomatica, pretenden imitar rasgos de la pronunciacion o del Iexico europeos no acostumbrados espontaneamente en sus medios, sin lograr muchas veces la nota de autenticidad en la reproduccion de los modelos que se han fijado, solo consiguen restar en cambio a su expresion la recomendable naturalidad y llaneza que tanto valen siempre en el uso oral de mayor estima. El espanol hablado, como cualquiera de los otros idiomas antes aludidos, alcanza dondequiera el mas alto decoro y la mayor propiedad, cuando, sin perder de vista el espiritu de correccion que impone la lengua general, refleja parejamente, con dignidad y desenvoltura, sin concesiones no debidas pero tambien sin afectacion, el ideal privativo de lengua consagradci en cada medio nacional.
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VI La inf luencia del ingles
El ultimo problema que plantea el examen del espafiol que se habla en Puerto Rico lo constituye la influencia que sobre el mismo ejerce el ingles. Deriva dicha situacion de las circunstancias historico-politicas que colocaron a nuestro pais en 1898 bajo la soberania de los EE. UU. de America. Al movernos los puertorriquefios dentro de esa nueva esfera durante las seis decadas que van del presente siglo, nuestro vernaculo ha estado expuesto particularmente en los niveles culto y semiculto al influjo del habla de los norteameri-
canos, facilitado el mismo por diversos contactos en la vida corriente del individuo, sobre todo en las ciudades de mayor poblaci6ri. Por otra parte, la condici6n d~ lengua oficial de que ha disfrutado entre nosotros el ingles junto al espaiiol, pero preferida aquella como instrumento de gobierno y de escuela, al amparo de unas relaciones polfticas de metr6poli a colonia (por lo menos, hasta hace apenas dos decadas), psicol6gicamente ha tendido a situar en ventaja al ingles. Dicha confusi6n mental, ademas, se ha visto reforzada en consecuencia del enorme prestigio de que ha disfrutado la naci6n norteamericana en los drculos internacionales de la politica y la cultura durante el siglo XX. El hecho de que el espafiol pudiera sobrevivir en Puerto Rico de frente a la intensa campafia de norteamericanizaci6n desplegada durante la pasada media centuria tiene explicaci6n en varias razones: en primer termino, debido a la falla del sistema educativo para abarcar en forma efectiva y completa a toda la poblaci6n de edad escolar a los fines de imprimirle con hondura y permanencia un nuevo uso lingiiistico que pudiera trascender de la escuela al hogar; en segundo termino, debido a la clara y firme voluntad con que el pueblo puertorriquefio, situado ante la interrogante sobre el destino de su personalidad colectiva, ha querido seguir hablando la lengua de sus mayores, apoyada dicha resistencia en valores afectivos de muy dificil asalto. A los ojos de los hablantes de este pais, dicho sea con caracter de generalizaci6n, se ha visto hasta ahora al ingles como un idioma extranjero, que a pesar de servir para prop6sitos de desenvolvimiento dentro de determinados aspectos materiales de la vida y aun para facilitar el adelanto intelectual, no se siente, sin embargo, por su incapacidad para hacerse eco de los impetus emanantes de los mas rec6nditos entresijos animicos, como instrumento d6cil y eficaz para dar cauce afuera a las mas fntimas urgencias expresivas. En_este sentido, podemos decir que al no lograr satisfacer plenamente el ingles las mismas exigencias que hace nuestra gente a su vernaculo (lo cual es muy natural que asf sea) , el supuesto dominio que ejercen sobre aquel idioma los que aquf lo han aprendido y los que aquf tratan de vivirlo artificialmente no logra calar a toda profundidad. Esto, que es cierto aun entre personas de educaci6n superior, cobra mayor validez a medida que se desciende en la escala sociocultural. Se hace salvedad en estas apreciaciones, naturalmente, de las muy honrosas excepciones que es menester tener en cuenta cuando se generaliza sobre la base de las potencialidades humanas. En tercer termino, ha contribuido a la sobrevivencia de nuestro espafiol la circunstancia que se apoya en el principio axiomatico de la ciencia lingiifstica que expone que cuando se enfrentan dos idiomas de
cultura paralela (como es el caso del ingles y del espaiiol) , es altamente improbable que ninguno de ellos !ogre suplantar al otro. Loque sf puede suceder, y eso es lo que ha acontecido en Puerto Rico hasta la fecha, es que uno deje pesar su influencia sobre el otro, en grado mayor o menor dependiendo de ciertas ventajas que puede brindarle el ambiente cultural y politico. 1 7 Los estudios de Ruben del Rosario en torno a la influencia del ingles en nuestro pafs han probado que la misma es mas aparente que real. 18 De acuerdo con el citado escritor, la penetraci6n anglicista en el espaiiol puertorriqueiio se reduce principalmente al aspecto del vocabulario, el mas variable en cualquier lengua aun dentro de condiciones ordinarias, siendo forzoso por otra parte descontar la importancia del referido influjo en lo que respecta a la pronunciaci6n, a la morfologia y a la sintaxis, campos estos en los que, o se desconoce del todo (como en el caso de los dos primeros) o se da con caracteres de mfnimo bulto (en la sintaxis, giros claramente cancados del ingles por el estilo de estar o no estar uno supuesto a hacer algo y otras construcciones en voz pasiva, cdmo compara una cosa con otra, cdmo le gusta a alguien determina路 da cosa, y alguna otra manera de decir, presentes principalmente en los niveles culto y semiculto). En el lexico el uso de anglicismo comprende voces adaptadas a los habitos foneticos del espafiol: brown, switch, dona 'doughnut', leader, base ball, sandwich, free zer, ticket, lunch, magazine, high-ball, etc. y asimismo palabras del espaiiol cargadas con el sentido de una forma inglesa cercana en sus sonidos pero no correspondien te en significado: aplicacidn 'solicitud' y aplicar 'solicitar', copia 'ejemplar (de un libro, folleto,
17 A Ia Iuz de determinadas acciones de gobierno en Puerto Rico, ya en vigor durante casi toda la ultima decada (declaraci6n de! espafiol como medio oficial de ensefianza en las escuelas de! pals, y encomienda a educadores puertorriquefios de Ia mision de dirigir el sistema de instrucci6n publica, respon路 diendo de ta! labor al gobierno insular y no al federal norteamericano como era el caso hasta 1952), desaparece la amenaza inmediata que significaba para el futuro del espafiol en nuestro pals una polltica pedag6gica que le era adversa., De acuerdo con Ia experiencia Iingillstico-educativa del pa-' sado quedan sin comentar Ios efectos que pudiera llegar a 路 ejercer sobre nuestro espafiol Ia evoluci6n ulterior de Puerto Rico, desde el presente estado aut6nomo, hacia un piano de relaciones pollticas aun mas estrechas con los EE. UU., dentro de las cuales s61o pudiera aceptarse, como es 16gico esperar, la oficialidad de una lengua, la inglesa de la Uni6n Norteamericana. 18 Vease R. de! Rosario, "La influencia del ingles en Puerto Rico", Lecturas en lengua espanola (Antologla) , Universidad de Puerto Rico, Rlo Piedras, 1953, pp. 118 - 131. T . Navarro, El espanol en Puerto Rico, pp. 220 路 225, estudia tambien el mismo problema pero con un enfoque pesimista distinto al del trabajo anterior. '
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etc.)¡, planta 'fabrica, establecimiento',, endosar 'apoyar', etc. Las apariencias alarmantes que pudiera tener esta penetraci6n del vocabulario ingles en el nuestro, sin embargo, pierden gran parte de su bulto cuando se averigua que el total de anglicismos de empleo constante entre nosotros no sobrepasa el numero de ciento dncuenta, el que viene a resultar insignificante al verse sobre el fondo de dos a tres mil palabras que maneja corrientemente la persona culta promedio.19 Aminora tambien el sentimiento de culpable responsabilidad que pudieramos sentir los puertorriquenos la consideraci6n de que una gran parte de las palabras inglesas que aqui circulan, y aun muchas otras, se oyen igualmente, bien o mal pronunciadas, en los demas paises de nuestra lengua, particularmente en aquellos mas abiertos a las relaciones cun los Estados Unidos, desde la mismisima Espana, pasando por Cuba, Mexico, Venezuela, etc. hasta la Argentina y Chile. La influencia del ingles viene a ser asf una inyecci6n general de vitalidad que recibe nuestro idioma en los tiempos modernos como ya en los pasados recibi6 tambien el impacto de miles de palabras procedentes en SU mayoria del arabe, el £ranees y de los idiomas indigenas de America. En ultima instancia, dese honrado pensamiento al hecho de que desde el estricto punto de vista de la efectividad que se logra mediante la comunicaci6n, vocablos como zipper, switch, clip, marshmellow, con los que sustituimos a diario en Puerto Rico a los terminos castizos cremallera, conmutador, presilla, malvaviscos, son tan legitimos como aquellos otros pertenecientes a nuestro Iexico criollo, chinas, guineas, guagua, con los que sustituimos en el uso cotidiano a las correspondientes equivalencias oidas en Espana, naranjas, pldtanos, autocar u omnibus. Los anteriores razonamientos, sin embargo, no deben interpretarse como una pretendida justificaci6n del anglicismo cuando este surge de circunstancias de incultura, de pereza mental o de pedanteria que pueden tener correcci6n oportuna. oOo En sintesis: con la conquista y colonizaci6n cristianas se enraiza en Puerto Rico, en sustituci6n de la antigua habla taina de nuestros aborigenes, una nueva lengua, la castellana, ya desde entonces en camino de ser mejor conocida como espanola. En nuestro ambiente, el idioma de Castilla mantiene a traves de
19 R. de! Rosario,
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op. cit., p.
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los siglos de la historia insular las caracteristicas generales y fundamentales que aseguran su identidad con el que se emplea en Espana y en los demas territorios que una vez constituyeron el imperio ultramarino de aquella. A la par, y respondiendo al reclamo de particulares pormenores en nuestro desarrollo de pueblo y en nuestra idiosincracia, la lengua espanola aqui trasplantada, sin descender al plano de la escisi6n dialectal, lleva impreso el sello de una personalidad diferenciada dentro del conjunto de los pafses hispanohablantes, en cada uno de los cuales ocurre tambien otro tanto. Aparte de los rasgos de comunicaci6n exclusivamente nuestros, en otros de los aspectos de pronunciaci6n y de lexico que contribuye al caracter particularizante de la modalidad puertorriquena del espanol coincide esta en mucha cercania con el habla hispanica de las tierras del Caribe; en otros alcanza a hermanarse con la expresi6n corriente en varios de los paises allende las islas y la tierra firme que bana el mar de las Antillas; en otros aun, con amplitud maxima, se identifica con el habla de Hispanoamerica toda, y a traves del Atlantico, con la que se oye en el sur de Espana y en Canarias. El espanol, como habla vernacula de los puertorriquenos y como instrumento de cultura que nos une al mundo magno de la hispanidad, ha hincado raices muy hondas en nuestro ser colectivo durante los cuatro siglos y medio que llevamos de historia. Prueba vigorosa de ello ha sido su capacidad para sobrevivir de frente a las fuerzas de norteamericanizaci6n general que despues de 1898 han estado en acci6n en nuestro suelo, ya como campana oficial organizada, ya como presi6n pasiva pero continua emanante de contactos diversos en lo politico, lo econ6mico, lo social, lo cultural. Apoyado en una conciencia clara de lo que debe a SU lengua vernacula y a la cultura que esta representa, Puerto Rico honra tambien la tarea de pulirla y ennoblecerla en su doble dimensi6n de instrumento de trato oral y de medio de creaci6n literaria, contribuyendo a su natural corriente de evoluci6n sobre el fondo comun de los paises hispanicos. Con esta orientaci6n a la vista nos es preciso lograr siempre el sentido conveniente de equilibrio que rechaza a la par las concesiones exageradas a lo localista y los prejuicios indebidos del purismo.
Del San Juan Morisco Callejones Por Jost. S.
A de estirpe mora, en los que se gusta el marco de
UN QUEDAN EN SAN JUAN SUS CALLEJONES TiPICOS,
sus pasadizos armados de balcones de vieja estampa, sustraidos en mucha parte de las transformaciones modernas del centro de la ciudad y donde cada rinc6n evoca leyenda o rezuma una tradici6n. Lugares representativos de los buenos tiempos; fuerza evocadora con sus restos de estrechos umbrales y antepechos de los que brotan torneados balaustres y celosias pintadas de verde; evocadores y nostalgicos que se replicaron en ultramar con su sensaci6n de cerrada altura sobre la estrechez de la calzada. Remembranzas de muchos callejones de Cadiz, de Sevilla ... Estrechos y sombrios, casi siempre, tienen una atracci6n romantica, extrafia, como si en ellos la imaginaci6n s6lo viera crimenes, duelos, raptos, personajes de aventura y hechos de misterio. Nuestros callejon,es no tuvieron dramaturgos que los utilizaran para su trama ni poetas que cantaran los amores de sus apasionadas y bellas vecinas. De la pasi6n y el dolor que palpita en su honda sensibilidad, no han extraido elementos emocionales para sus versos y su prosa. Los callejones de Paris tuvieron a Victor Hugo, Eugenio Sue y Alejandro Dumas que los inmortalizaron. Charles Dickens situ6 los episodios y pasajes m as inolvidables de sus novelas en las angostos "blind alleys" de Landres, y Dostoevski se pla:da¡ ubicando sus atormentados personajes en los callejones de San Petersburgo y de Moscu, vidas de miseria y de pasi6n. Nuestros callejones estan hechos de luna y de silencios, sin mas vestido y adorno que las galas de SU cielo y de su suelo, y sus azoteas quinterianas como si en ellas se hubiera quedado quieta la vida. Polvo
ALEGRfA
de tradici6n, aromas de conseja, palpitan en su ambiente. Hablemos un poco, de algunos de ellos. De la Capilla - Situado entre la Calle de la Fortaleza y la Calle de San Francisco. Debe su nombre, a la vecina Capilla de San Francisco que todavia seduce el espiri tu con los rasgos atrayentes de su vejez secular. Hasta ayer se estremeda al paso de! tranvia, aquel "Coche de todos", que dijo Edmundo de _Amids. Callej6n donde los verduleros estacionaban sus ca1Titos desde las primeras horas de la mafiana, dando la impresi6n de paseantes de cuernos de la abundancia, haciendo gala con el color y el aroma de sus frutos. Campanas matinales y traginar de beatas y jovencitas que lo tomaban de atrecho para llegar a San Francisco para asistir a misa de siete. En este callej6n se han enterrado millones de pasos, millones de acciones. Del Gdmbaro - Suntuoso, estrecho, siempre en penumbra y tendido coma un reptil entre la calle de la Fortaleza y la de Tetuan. En la noche callada y tibia, la luna vertiendo su lechoza luz sabre las lozas llenas de recuerdos, cuando no dialogando con los gatos sabre las mas altas cornisas. Por aqui fracasa la violencia del tiempo y el mismo sol se queda en las tejados junto con el gato. A este callej6n tan tfpico, en cuyos portales se hunde la mirada1 nada le importa que la Calle de la Fortaleza este ltena de vitrinas fastuosas y de mujeres elegantes que se agitan entre un delirio de luces y de deseos, y que por la Calle de Tetuan se sienta la cargada atm6sfera de los almacenes de provisiones diseminados en la vieja calle y el ajetreo de los vehiculos de carga y la algazara de las cargadores fornidos y sudorosos. 33
zaclo desde Ia azotea de la casa contigua al cafe "La J apo nesa". Ca llejon r isuefio y tragico a la vez, con historia y con a lma gue es recuerdo y evocaci6n de! San Juan de! siglo XIX, cuando un faro! de forja ardia en la pared y horaclaba el silencio de Ia noche con sus campanas el viejo reloj de la Alcald ia en un lento ademan de sus negras m anecillas, sefiala ndo las doce, o volaba sobre los renegridos tejados el grito clel sereno de chuzo y Iinterna, recostado en e l chaflan de la esquina.
A medio dia y a tarde, no ha mucho, las obreritas de la fibrica de sombreros de Angel Suarez, convertian el callej6n en pajarera con su risa y con su charla. Salian para almorzar o regresar a sus hogares. Invadian, por lo general, la Calle de la Fortaleza para deslizarse en el torbellino de las multitudes. Las mas j6venes, tomadas de! brazo, iban tejiendo y destejiendo comentarios en los cuales el amor era casi todo el argumento predomina nte. Solo al pasar junto a los don Juanes de las esquinas enmudedan, mientras los taquitos en la acera y el coraz6n en los pechos golpean sincronizados. Del Tamarindo, bravo y juguet6n, ayer frecuentado por los artilleros espafioles y luego por polidas del cuartel vecino, a donde se traian a diario heridos, borrachos, ladrones e infel.ices mu jeres de los tugurios s6rdidos que explotan las debilidades humanas.
Callej6n que g uarda el eco de aqucllos artilleros espafioles, que lo frecuentaban y que por cl irrumpian en la mafiana del domingo para alinearse en Ia calle para asisti r, a su manera, al servicio de la misa que se oficiaba en Ia Iglesia de San Francisco, siguiendo el ritual con tog ues de corneta. Callej6n gue guarda el eco de! vocerio cle hombres y mujeres en el cafe "L a J aponesa", que hacia esguina a la Calle de la Luna.
Callej6n celebre porque suscit6 la m as apasionada del peri6dico "El Tiempo" cuando a pareci6 en su pavimento el cadaver del infeliz Villanueva, Ia nbata ll~
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La Despedida Por JosE: Luis GONZALEZ
. L A MUCHACHA, DANDOSE VUELTA LENTAMENTE SOBRE un costado en el camastro, observa en la semioscuridad el rostro apacible del nifio, los ojos cerrados y la boca entreabierta, y lo da por dormido. Es temprano: por las rendijas del seto se cuelan apenas las primeras luces indecisas, y todavfa alla afuera no ha cantado el primer gallo. La¡ muchacha se incorpora con cautela. Sentada ya en el horde del camastro, vuelve a mirar al hermanito. cLo ha sorprendido pestafieando o es s6lo imaginaci6n? .Para cerciorarse, lo llama en un susurro: - Andres ... El nifio no se mueve, no altera el ritmo regular y lento de su respiraci6n. Entonces la muchacha se pone de pie. El refajo de percal gastado, que durante el suefio ha cefiido sus caderas, cae nuevamente hasta las rodillas. De un clavo en la pared toma el vestido que se quit6 en la noche, al acostarse, y se lo introduce por la cabeza, t~rando un poco, como de costumbre, . para. veneer la resistencia de los j6venes senos firmes. Despues recoge con ambas manos su larga y undosa cabeHera suelta, que reduce en unos instantes a un mofio apretado sabre la nuca. Mirando una vez mas al hermanito, la muchacha sale de la habitaci6n, caminando en puntillas para que no crujan las tablas del piso (esas tablas que enorgullecen a la familia porque son las 1micas de madera del pais en todo Machucales) . Para llegar a la puerta que da al batey es necesario atravesar la otra pieza, donde duermen los padres y el abuelo. Entre el camastro de los padres y la hamaca del abuelo hay un corto espacio que ella cruza ahora con sigilo. Todos duermen. A esta hora, cualquier dia de trabajo, Ia familia entera esta despierta: la madre y la muchacha colando el cafe del desayuno en la cocina, el padre lavandose con el agua frfa del lat6n en el batey, 36
,.,
el abuelo y Andres todavia acostados, pero tambien despiertos. Mas hoy es domingo, dia de descanso, y la familia duerme hasta las ocho. La muchacha abre la puerta, cuidandose de que los viejos goznes oxidados no rechinen mas de lo inevitable. Afuera, la neblina rastrera del amanecer tropical cifie sus piernas en una caricia fresca. Sopla una brisita mafianera, olorosa a campo lavado, que ella aspira con deleite. Despues da unos pasos hasta la vera del camino y se inclina para arrancar unas briznas de yerbabuena, que deshace entre los dedos y se lleva a la nariz. Es el mas grato perfume que conoce la muchacha. No olian mejor las senoras en la iglesia del pueblo aquel domingo, hace diez afios . ..
2 Es como si el tiempo, en lugar de hacer vagos los recuerdos, los dotara de una inusitada nitidez. Asi reviven ahora, antes que nada, aquellos instantes de subito pavor: iban ellos -el padre, la madre con Andres (de meses) en los brazos, Benito de Jesus y su mujer (que iban a ser los padrinos) y la muchachita de ocho afios que era ella entonces- caminando por el media de la calle principal, hacia la iglesia, cuando el repentino bocinazo a sus espaldas les hizo salir en estampfa. Ella se encontr6 sin saber c6mo sabre la acera, entre las piernas del padre, el coraz6n queriendosele subir a la garganta. El auto sigui6 de largo, no sin que antes el chafer, sacando la cabeza, les gritara: - I Si los ponen en cuatro siguen comiendo yerba, ahl Benito de Jesus salv6 la dignidad de todos, poniendo en entredicho, con otro grlto, la honestidad de la progenitora del chafer, y eso fue todo. Pero a ella el susto le dur6 hasta que entraron en la iglesia. Acababan de oficiar misa de once y todavfa quedaba en el templo alguna gente. Ellos avanzaron despacio por una de las naves penumbrosas, los hombres des-
tocados y las rtmjeres con sendos panuelos en la cabeza, todos un poco sobrecogidos y secretamente preocupados por el rechinar (que resonaba increiblemente en el recinto abovedado) de los zapatos nuevos de Benito. Por fin descubrieron al cura, al fondo de la nave central, junta a los breves escalones que daban al altar, rodeado de un grupo de senoras bien vestidas que conversaban en un animado cuchicheo mientras el, las manos cruzadas sobre el abdomen prominente, pareda escuchar con atenci6n y asenu'.a a ratos con la cabeza. Ellos se detuvieron a unos pasos del grupo, y pasaron unos minutos largos antes de que el sacerdote y las senoras advirtieran su presencia, los miraran apenas un instante y reanudaran en seguida la conversaci6n. Fue entonces ~µando la muchachita percibi6, por sobre los restos del olor a incienso que aun pesaban en la atm6sfera cargada de la iglesia, el inten·so perfume · que emanaba del grupo femenino junto al cura. Lo aspir6 con natural curiosidad infantil, y se dijo sin vacilaci6n que la limpia fragancia de la yerbabuena le gustaba mucho mas. Cuando al fin el sacerdote qtied6 solo, ellos se adelantaron. - Buenos dias, padre- salud6 Benito, que era el mas suelto de lengua. - Buenos dias- contest6 el cura, a tiempo que los media, uno a uno, con la mirada. - <Que se les ofrece? - Quisieramos bautizar al nene. -<Y cuando vinieron ustedes a fijar la fecha, si se puede saber? Ellos se miraron, confundidos, los unos a los otros. Y Benito, inclinandose un poco hacia el sacerdote, murmur6: - <C6mo dice, padre? - Pregunto que cuando vinieron ustedes a fijar la fecha del bautizo. Ustedes comprenderan que no es cuesti6n de presentarse asi con la criatura, como si esto fuera botica. - Pues. . . la verda es que nosotros no . . . no sabiamos . .. Uste perdone, padre, pero cuando uno vive tan lejos del pueblo ... - c!Asi que no tiel}en turno? -Pues. . . no sabiamos, c!Ve? -Bueno. Por suerte hoy son ustedes los unicos. De lo contrario, se hubieran tenido que volver a casa con el inocente sin bautizar, lo que hubiera sido una buena lecci6n. Asi habrian aprendido a hacet las cosas como buenos cristianos, c!no les parece? Volvi6 a mirarlos uno a uno, cefiudo, y repiti6: - <Nos les parece? Benito de Jesus miraba al suelo, dandole vueltas a la pava entre las manos y cambiando el peso del cuerpo de un pie al otro. -Bueno, bueno- dijo el cura finalmente, echando a andar. -Vengan. Ya hemos perdido bastante tiempo.
La muchacha recuerda el llanto desesperado de Andres cuando le mojaron la cabecita y las palabras incomprensibles que el sacerdote pronunci6 entre dientes; y despues, cuando Benito sac6 unas monedas del bolsillo y, tendiendo torpemente la mano, musit6: -Padre, perdone que sea tan poco, pero ... semos cristianos pobres. El cura volvi6 a mirarlo, esta vez con un asomo de sorpresa, abri6 la boca para decir algo, volvi.6 ·a cerrar la, suspir6 y al fin dijo en tono de resigriaci6n: -Esta bien, hijo, esta bien- y recibi6 las monedas en la palma de la mano, que restreg6 disimuladamente en la sotana despues de pasarle el dinero al monaguillo que lo habia asistido durante la cerem:onia. -Vayan con Dios. Y la pr6xima vez acuerdense de fijar la fecha con antidpaci6n, que esto no es botica, ya les dije, 1sino la casa de Diosl
3 El rumor de la corriente llega ahora hasta ella y la devuelve .a la realidad. Todavia no se ve la quebrada: para llegar a dfa hay que repechar esa lomita ahi enfrente y despues descender por la vereda bordeada de cundeamores que muere donde nace una breve playita en uno de los recodos de la corriente. Este es, por acuer do tacito de hace quien sabe cu;intos afios, el lugar donde se bail.an las mujeres. Los jibaros adolescentes rondan por aqui en las tardes bochornosas del eterno verano ·tropical, dejando que las risas y el chapoteo de las hembras en el agua, que no escuchan ·sino a retazos en el viento, les calienten la sangre y la imaginaci6n. Batallal.l u.n mto con el de. monio de la tentaci6n y acaban casi siempre por vencerlo de mala gana, porque a aquel recodo no hay manera de asomarse sin ser visto. Y ser visto equivale sin: remedio a una denunda ante el padre o el hermano mayor. (De ahi que s6lo los mas audaces arrostren la inevitable cueriza por el goce de ver y de hacerse rogar despues para narrar lo visto). La muchacha ahora, descendiendo por la vereda, arranca al descuido uno de los globitos de oro, que abre con los dedos para chuparle las dukes entrafias rojas como sangre. Todavia con las pepitas resbalosas y frescas en la boca, llega a la playita. A esta hora el ·lugar esta desierto. El so.I recien alzado brega aun por deshacer los ultimas flecos de la neblina rastrera, y cuando la muchacha introduce la punta de un pie en el agua la encuentra extraordinariamente fria. Asi y todo se. decide. Se saca el vestido y el refajo, Juchando otra vez un poco, cpmo s~empre, con el busto insumiso. Despues, ya desnuda, entra corriendo en el agua para no prolongar la primera sensaci6n desagradable del frio. Sumergida hasta los hombros, se abandona a la caricia envolvente del agua, gozando la facil contienda 1
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rr
de su cuerpo contra el impetu leve de la corriente. Hasta que el recuerdo la gana una vez mas ...
4 De nifia se bafiaba en cualquier parte de la quebrada, a veces sola, a veces con el hermanito. Por lo general salian a pescar camarones, y al cabo de una o dos horas tratando de pasar los lazos de bejuco por las colas de las victimas escurridizas, el castigo del sol los empujaba al agua. Chapoteaban, resbalando sobre las lajas, riendose, sacando del fondo los chinitos relucien· tes, hasta que el lento crepusculo empezaba a poner el agua oscura y fria. Una de aquellas tardes (ella ten.d ria unos· doce afios), el hermanito, sentado sobre una laja gra,nde en medio de la corriente, revisaba la coleccion de guijarros extraidos del fondo mientras ella, en una poza cercana, se divertia lanzando hacia arriba pufiados de agua que, asperjada por la brisa, descendia sobre ambos como fina llovizna. De repente el muchachito se puso de pie sobre la piedra y, sefialando hacia la poza, empez6 a gritar: - 1Sanguijuelasl 1Sanguijuelasl 1Salte de ahil Ella respondi6 riendose y volvi6 a arrojar agua al aire, para demostra'r que no era tan facil asustarla. Pero el hermanito insistia, sefialando siempre: -1Sanguijuelasl 1Saltel 1Salte de ahil Ella sabia muy bien que no la estaba picando ninguna sanguijuela, pero la insistencia del otro la hizo mirar al agua, y entonces descubri6 que la linfa a su alrededor estaba levemente tefiida de rojo. -No, Andres, no . .. - dijo, un poco confundida, casi asustada. -No son sanguijuelas. Sera que me he cortao un pie. Esperate ... Y se subi6 a la laja. El hermanito grit<'>: -<Lo ves? 1Te pico la sanguijuelal Dos hilillos de sangre se deslizaban por los muslos delgados de la muchachita. -No, Andres, no me pico ninguna sanguijuela. Pero ... pero yo no se. Es mejor que nos vayamos. Todavia al llegar al ranchito seguian corriendo los hilillos de sangre. La madre la acost6 y, mientras buscaba unos pafios limpios, ella la oy6 decir en una voz blanda y carifiosa como cuando la acariciaba de mas nifia: - Ay, Virgen, tan nuevecita ... Tan nuevecita ; ... Y desde esa tarde ya no se baii.6 mas con Andres en cualquier parte de la quebrada, sino con las demas mu jeres en el recodo al pie de la vereda bordeada de cundeamores.
5 Unos pasos a la izquierda del punto donde muere la vereda y nace la playita hay un trecho cubierto de grama menuda, sobre la cual se tiende de espaldas la muchacha para secarse al sol casi caliente. Cierra los
ojos y cae poco a poco en una placida duermevela. Solo el rumor de la brisa y el gorgoteo de la corriente turban la profunda quietud de la mafiana. Pero de repente un ay-le-lo-Ie a todo pulmon· masculino vibra en el aire apacible. La muchacha abre los ojos. y se incorpora sobre los codos. Del cielo vengo bajando escalon por escal6n, sol<l por venirte a ver, prenda de mi coraz6n. Ay le lo le, le lo la, prenda de mi corazon. El canto viene de arriba, desde la loma o desde mas alla, y a partir del momento en .que sobresalta a la muchacha comienza a apagarse en .l a distancia, como si el hombre hubiese empezado a cantar justamente en el punto de su trayecto mas proximo al recodo. Todavia se deja oir una vez mas: Son tus ojos encendidos dos rayos puros de sol, que beberia en la mafiana para calmar mi dolor. Ay le lo le, le lo la, para calmar mi dolor ... Pero la copla siguiente ya no llega hast~ el recodo. La muchacha se vuelve a acostar sobre la grama. Cierra nuevamente los ojos y trata de recobrar el placido abandono de antes. Algo se lo impide, sin embargo: Ulla desazon terrible que dejo en SU animo la VOZ del desconocido: · ... para calmar mi dolor ... La desazon conviertese de subito en estremecimiento doloroso. La muchacha se vuelve sobre un costado, se cubre el rostro con las manos y lucha unos instantes contra el llanto que le sube irresistible hasta los ojos, contra el sollozo que no puede ahogar en su garganta: - 1Manuell ... Y ahora, en el recuerdo que el dolor hace preciso y luminoso como nunca, aquella tarde en que "Mariposa" se perdi6 ... 6 - 1Pero, mama, si la amarre yo misma de la estacal - Pues la pondrias onde no hay pasto y se fue con estaca y to ... - 1No, no, nol 1Si la amarre alli, mire, a,l lao de aquel guayabol 1Mire como esta el pasto alli, fijesel - 1Bueno, pues a buscalal Antes que llegue Cheo, ah, que no quiero un desgusto por mor de la dichosa vaca. -Pero, conde diantre podra estar? Inexplicable, en verdad, porque "Mariposa" jamas .habia arrancado una estaca, aun faltandole pasto. Y ademas, ella habia clavado bien la estac'!- (con aquella
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misma piedra grande que todavia estaba alli) y despues habia atado el cabo de la soga con un buen nudo, como siempre ... - Entonces, <onde diantre ... ? La busqueda fue larga, y tan infructuosa como larga. Aquello era en las tiempos en que todavia habfa monte en la lomita detras de la casa de Evaristo Cuevas, y hasta alla fue la muchacha. Busc6 rastros, dio voces, imploro a la Virgen . .. todo en vano. Y cuando ya estaba convencida de que a la vaca se la habian robado y no habia mas que volver donde la madre con la mala noticia, desde unos arbustos a su espalda alguien llam6 en un susurro vigoroso: - 1Laural La muchacha gir6 sobre si, presa del susto. - 1Ehl <Quien ... - Soy yo, Manuel. N o te asustes. Y el muchacho, apartando con una mano las ramas que disimulaban un claro en medio de la vegetaci6n tupida, sali6 de entre los arbustos. En la otra mano traia, hecha rollo para acortarla, la soga que terminaba alrededor de los cuernos de "Mariposa". Lavaca, indolente y ajena a todo, sali6 tras el muchacho a pasos lentos. - 1Manuell- exclam6 Laura. - !"Mariposa" I Pero, <que ... - 1Shhhl- hizo Manuel. - 1No chilles tantol Y ella entonces, repentinamente furiosa, los brazos en jarra, empezo a barbotar: - 1<Que no chi . . . que no chille?I 1Miral <Que. :. que haces tu con esa vaca ahi, ah? 1Dimel 1Anda, dime! Pero el, en lugar de responder, se dio a contemplarla como embebido, sonriendo y mirandola de lleno en los ojos. Lo que la enardeci6 mas aun a ella: - 1Ajal <Conque le querias echar mano a la vaca, ah? 1Deja que se lo diga a mi pail 1Cuando tu pai lo sepal Y como ella sabia que no era cierto, que Manuel era incapaz de robarse a "Mariposa", pero tampoco podia explicarse por que la habia escondido para despues aparecersela a ella en el monte con el animal, se quedo subitamente sin palabras: - <Bueno ... ? El muchacho bajo la vista entonces, y se puso a darle vueltas a la soga entre las manos. - Laura. . . este . . . yo ... -<Tu, que? -Yo . .. yo escondi la vaca porque : .. porque sabia que tu la dibas a buscar. 1Vergiienza debia dartel 1Tan grande y con esos juegosl -No, si no son juegos- se apresuro a explicar el, para interrumpirse en seguida, como arrepentido de haber dicho demasiado.
-Manuel, <tu te estas poniendo hobo? <Que te ¡ pasa, ah? Al muchacho evidentemente se le hada diHcil decir algo que, no obstante, estaba dispuesto a decir a toda costa. - Laura ... este ... yo escondi la vaca porque sabia que tu la di bas a buscar. Porque yo. . . porque yo te tengo que decir una cosa. -<A mi?- ella casi se gozaba ahora en interrumpirlo y apremiarlo. - <Y pa eso tenias que esconderte con la vaca? - Es que ... yo no queria dedrtelo delante 'e naide. - Bueno, pues mejor que me lo acabes de decir ligero, porque si no . . . - Laura, tu y yo vamos a ser novios, <ah? - 1<Q ue?I -Novios ... tu y yo. Yo no pueo vivir sin ti. - 1Locol 1Tu estas loco! 1Dame ad esa sogal 1Ligerol 1Y deja que se lo diga a mi pai, tu verasl Y le arrebat6 la soga y empez6 a tirar de la vaca, que se habia puesto a pastar entretanto y ahora se resistia a los energicos tirones de la muchacha. - Laura, bendito, no te pongas asi- suplic6 el. -Ya tu ves que yo no quiero abusar. Es de verda. Yo .. . yo te quiero. Mira, 1por estal - y se beso el pulgar y el indice hechos cruz. - 1Callate, loco! 1Vamos, "Mariposa"! 1Vamosl El animal por fin se dejo llevar. Manuel, entonces, sin moverse, dijo : -Mafiana te espero aqui mismo, cuando vayas a buscar agua a la quebra. Ya lo sabes. - 1Deja que se lo diga a mi pai, tu verasl Pero no se lo dijo, y al dia siguiente, cuando fue por agua a la quebrada, entro un rato en el monte. Pero no fue sino la tercera vez que se encontraron cuando le permiti6 besarla en la mejilla. De eso hace ahora dos afios, cuando ella tenia dieciseis y el dieciocho. Dos afios durante los cuales la experiencia reveladora del primer amor la habia llevado a descubrir, con los goces y las penas extrafiamente mezclados de siempre, el inedito mundo de sus sentires. Mas de una vez habia tenido que reprimir el subito deseo despierto, cuando bajo las caricias inexpertas del muchacho sentia que la tierra cedia bajo sus, pies y la sangre impetuosa retumbaba en sus oidos como rio fuera de cauce. Pero el jamas habia intentado obtener por la fuerza lo que ella no estaba dispuesta todavia a concederle de buen grado. Dos afios. Dos afios al cabo de los cuales (hada solo unas semanas) habian decidido formar hogar aparte y para siempre a la primera oportunidad. La primera oportunidad que no era sino trabajo de hombre para el, trabajo permanente hasta donde puede serlo en Machucales el de un cortador de cafia de cualquier edad y experiencia, y no las chiripas de muchacho que 41
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hasta entonces habian bastado para una ocasional muda de ropa y cigarrillos malos. Pero antes que esa oportunidad, se produjo la decision de los padres de ella. Una noche, en el camastro, antes de dormirse, Cheo Morales le dijo a su mujer: -Oye, Blasina ... ctu no crees que Laura ya esta grandecita y puede .ayudarnos ganandose aunque sea unos cuantos pesos? -Volunta pal trabajo no le falta a la muchachadijo la madre, -pero, cd<'>nde va a poder ganarse algo por aquf? - Bueno, por aqui no, pero ... en el pueblo podria colocarse, cno te parece? - c!De sirvienta, Cheo? -Pa empezar. Dispue, quien quita que · consig~ algo mejor. La mujer guard<'> silencio un rato. El hombre comprendi6 y se abstuvo de apremiarla. Al fin ella dijo: -Esta bien, Cheo. Si tu lo dispone. Pero ... resulta que la muchacha esta enamora. -c!Enamora?- el no intent<'> disimular la sorpresa. -c!De quien? -De Manuel el de Feliciano Ojeda. -1Huml cY por que ,no me lo 'bias dicho enantes? -Lo averigile el otro dia. El muchacho es bueno, csabes? Trabajador y sin vicios. Lo mejorcito que podia encontrar Laura por aqui. -No, si yo no digo na. Feliciano y yo nos llevamos bien. Me 'biera gustao saberlo enantes, pero si tu misma lo· averiguaste hace poco. . . De toas maneras, se pueden esperar un tiempo, cno? Y mientras tanto, ella puede trabajar en el pueblo pa que nos ayude siquiera sea con unos pesos tos los meses. Tu sabes ·como se ponen las cosas pal tiempo muerto, Blasina. Por mi, yo no quisiera que la muchacha tuviera que alquilarse, pero ... -Ya te dije: si tu lo dispones... cY en casa de quien se colocaria? Porque tu sabes mejor que yo como esta la perdicion en el pueblo, Cheo. -Hoy me dijeron que la senora de don Celso Monagas, el quimico de la Central, necesita una muchacha pa que la ayude en la casa. Le pagaria diez pesos al mes. . . con cuarto y comida y la ropa que ella deje. La madre volvi6 a .callar un rato; luego dijo: -Bueno ... maiiana se lo digo a Laura- y fingi6 dormirse para no hablar mas. Laura fue enterada de la decision al dia siguiente. Contrariamente a lo que esperaba su madre, la muchacha no opuso resistencia. Hizo constar que ella, de su propia voluntad, no se iria, pero si la mandaban. . . Do ii a Blasina termin6 la breve conversacion diciendo:
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- Es por tu propio bien, mijita. Tu lo comprenderas algun dia. Empieza a preparar tus cosas, que pasao maiiana domingo te vienen a buscar. Andres no pudo comprender por que su hermana se pas6 toda aquella noche llorando en el camastro.
7 -1Maldito caminol- rezonga don Celso Monagas, quimico de la Vega Liana Sugar Company, mientras se aferra al volante del Buick como piloio al timon de su nave en medio de la tempestad. - 1Maldito caminol 1Quiera Dios que nose me parta una sopandal Doiia Miriam, su mujer, sentada a su lado, guarda un silencio incomodo, sujetandose con una mano del horde de la ventanilla cada vez que el auto se estremece en una sacudida provocada por un hoyo o un pedrusco en el camino. 1Puml Eso fue un bache que don Celso no alcanz6 a ver por que lo ocultaba un matojo de la apariencia mas inofensiva. La cabeza del hombre va a golpear el· techo del vehkulo, y su mujer, tratando de recobrar el equilibrio perdido, le hunde un codo en el costado. Don Celso exclama: -1Maldita sea mi estampal -1Jesus, Celso, no es para tantol -c!C<'>mo que no es para tanto? ,cuando has visto tu que yo haya metido el carro por un vericueto como este? 1Va a salir hecho leiial 1Y todo por una dichosa fregonal Como si tu no pudieras esperar unos dias hasta que se presentara una por la casa. -1Sf, clarol- respinga la mujer, airada. -1Se ve que no eres tu el que tiene que fregar los platos y barrer los pisos cuando no hay sirviental A ti como te importa poco que tu mujer haga vida de cocinera ... -Bastante que me recomend6 tu madre tus virtudes caseras cuando eramos novios. -1Jamas trat6 mi madre de venderme como sirvienta a ningun hombre! -Bueno, bueno, vamos a dejarlo ahf. Lo que yo quisiera es saber si todavia nos falta mucho. -Segun las seiias que nos dieron, ya debemos estar llegando. -1Las seiiasl El medio kilometro que nos dijeron se ha quintuplicado cuando · menos. -1Ay, Celso, tu siempre tan desesperadol -1Hml Lo que sf es que esta va a ser la ultima vez que ... -Mira, vamos a preguntarle a aquel hombre. El jfbaro, que viene con los zapatos domingueros al hombro, les dice que sf, como no, esto aquf es Machucales y la casa de Cheo Morales queda: · -Ahf alantito, al cantfo de un gallo. El auto nuevamente en marcha, Celso Monagas dice:
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-Son las diez y media. Ya deben estarnos esperando. Ojala no nos hayamos pasado. -Imposible. c!No oiste lo que nos dijo el hombre? -1Ay, mujer, a saber cuantos Cheos Morales hay en este barrio! -1Tu siempre inventando dificultadesl Y entonces es precisamente cuando, al doblar una curva muy pronunciada, casi le echan el carro encima a Cheo Morales y su mujer, que esperan hace media hora con la hija que entregan ese dfa a la servidumbre. Monagas hunde el pedal del ÂŁreno y casi siente en la planta del pie el roce violento de las llantas con el pedregal. La subita parada hace mecer la pesada carrocerfa del Buick dos o tres veces hacia atras y hacia adelante, con metalicos gemidos de muelles y resortes. Doiia Miriam saca la cabeza por la ventanilla y le pregunta al hombre: -Oiga, c!Usted por casualidad se llama Jose Morales? El jibaro quisiera responder que su nombre de pila y el apellido de su padre no son ninguna casualidad, pero se reduce a decir: -Si, sefiora. Servidor. -1Ay, Celso, fijate que buenol Aqui estan. Oiga, c!Y esa es su hija? -Si, seiiora, pa servirle. -Ah, bueno, pues . . . este. . . c!Ya se lo explicaron todo? Son diez pesos al mes, con cuarto y comida y la ropa que yo deje. -Si, seiiora- dice ahora doiia Blasina. -Ya la nena esta lista pa dirse. -Bueno, pues que se suba. Tenemos un poco de prisa, c!Sabe? Esperamos visitas en casa a mediodia. Y abre desde adentro la puerta del asiento posterior. Laura se vuelve entonces hacia su madre con un movimiento casi torpe, las manos enlazadas a la altura del vientre, los hombros encogidos, y presenta una mejilla que doiia Blasina besa para despues musitar: -Dios te bendiga, mija. La semana que viene vamos a verte, Dios mediante. El padre la abraza y le da tambien la bendici6n, y en seguida la muchacha da un paso hacia la puerta abierta del vehiculo. Pero, antes de entrar, se detiene un instante para echar una ultima mirada sobre su
hombro izquierdo, en direccion contraria a donde estan sus padres. Y es como si emprendiera una vez mas, en el espacio de esa misma mafiana, el regreso al ranchito despues del baiio en la quebrada. Adios. Adios a la neblina rastrera del amanecer campesino, al viviente clarin de cada gallo que saluda el nuevo dia; adios a la yerbabuena humilde y olorosa, adios al pasta humedo que besaba a cada paso las plantas de sus pies descalzos y a las pepitas dulces y color de sangre de las cundeamores, adios a la caricia del agua en el recodo de la corriente y al tibia sol del dia recien alzado. Adios al cielo abierto, al aire limpio, a la noche poblada de cocuyos y de coros incansab les de coquies. Adios. Despues, sin vacilaci6n, entra en el Buick. Cuando trata de cerrar la puerta, agarrandola por el cristal a medio subir de la ventanilla, dofia Miriam estira la mano desde el asiento delantero, a tiempo que exclama: -1No, muchacha, asi no, que se rompel 1Por abajol Asi. Cerrada la puerta, Monagas pone el auto en marcha. Laura devuelve con la mano el ademan de despedida del hombre y la mujer que quedan atras, en medio del camino, envueltos en una espesa nube de polvo rojizo. 8
Mas adelante, despues de la primera curva, Laura fo alcanza a ver, de pie a la vera del camino, con la .camisa blanca y el pantal6n planchado del domingo. Cuando el carro pasa a su lado, el muchacho levanta una mano y abre la boca como para decir algo, pero Laura no llega a escuchar na.da. S6lo las miradas angustiadas logran decirse, en esa fracci6n de instante, lo que hombre y mujer jamas han podido expresar en ¡ palabras. Despues, el Buick desaparece en otra curva. El muchacho permanece un rato con la mano en alto, mirando c6mo la nube de polvo que el autom6vil levant6 sobre el camino se deshace lentamente. Luego pasa sobre sus ojos la misn'.!a mano del adi6s y, en seguida, como si acabara de usarla para un acto reprochable, la esconde en un bolsillo de su pantalon planchado y echa a andar con la cabeza baja.
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Exposicion de pi:n::n.tura espaiiola en colecciones particulares
En su interes por dar a conocer al publico las obras pictoricas de valia en poder de personas particulares de! pals, el Instituto de Cultura Puertorriquefia celebro en octubre de 1960 una exposicion que agrupo una parte considerable de las pinturas de autores extranjeros que se conservan en Puerto Rico. Secuela de dicha muestra de arte ha sido la que, con el titulo de Exposici6n de pintura espanola en colecciones parti-culares, inauguro el Instituto en su domicilio de San Juan el 14 de diciembre de 1962. La seleccion presentada en esta ocasion -un total de 46 obras, doce de ellas pertenecientes al propi9 Instituto- solo incluyo pinturas de autores del pasado o ya fallecidos, procedentes de las colecciones particulares de los sefiores Angel Rodriguez Olleros, Milton F. Rua, Jose E. Alegria, Rafael Lozana, Ricardo Palmerola, Raul A. Roig y Gabriel Calbeto. Estuvieron representados los siglos XV, XVI, XVII, XIX y XX, con mayor reiteracion Ios dos ultimas. El publico que acudio a Ia Exposicion tuvo oportunidad de admirar tablas o telas de Jaume Huguet, Pedro Garcia de Benabarre, Juan de Borgofia, Fernando Yanez de la Almedina, Antonio del Castillo, Jose Antolinez, Federico de Madrazo, Eugenio Lucas, Martin Rico, Mariano Fortuny, Aureliano de Beruete, Luis Jimenez Aranda, Jaima Pahissa, Eliseo Meifren, Joaquin Sorolla, Ramon Casas, Ignacio de Zuloaga, Joaquin Mir, Ricardo Canals, Cristobal Ruiz, Aurelio Arteta, Jose Gutierrez Solana, Domingo Carles y Jose Gausach. Se reproducen en esta pagina algunos detalles de la Exposicion.
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Triptico de Juan de Borgoi'ia. Coleccion del Sr. Jose E. Alegria
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San Pablo por Herna.ndo Yanez de la Almedina Coleccion del Sr. Raul Roig
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Procesion por Jose Gutierrez Solana Coleccion del Dr. Angel Rodriguez Olleros
Picador por Eugenio Lucas. Coleccion del Sr. Jose E. Alegria
Pachin Marin Por
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E CONOcf PERSONALMENTE; SE FORJ6 EN EL YUNQUE
del dolor, el sufrimiento y la pobreza. Era hijo de padres honradisimos y buenos. N aci6 y vivia en una modesta casita frente a la iglesia de San Felipe, en la calle del Rosario, que hoy tiene el honor de llevar el nombre de este insigne arecibefio. En las escuelas de la Villa bebi6 los primeros sor- . hos de la ciencia del saber, y despert6se en el la sed del hidr6pico por adquirir mayores conocimientos. Tuvo que cefiirse a lo que daba de si nuestro pueblo por aquel entonces y cultiv6.la musica y la tipografia. Domin6 el violin y empez6 a hacer versos. Su primer bucaro de £lores fue un tomito de poe. sias titQlado "Flores N acientes". Artista por tempetamento, bullicioso y decidor por el cruzamiento de sangres que lleva en sus venas, no cab.fa en el cercado arecibefio, donde no habia d6nde esparcir el animo, rindiendo culto a la Belleza y a las Bellas Artes, y donde se mataba el tiempo en la timba y .en la gallera, o dando serenatas trasnochadoras a muchachas bonitas. Levant6 el vuelo el arrogante y brondneo joven y se larg6 para la atrayente Ponce, donde ya vivia su tio Ram6n Marin, influyente pr6cer y director de muchedumbres en aquella zona del sur. En Marzo de 1887 nos dio su segundo bucaro de £lores, titulado "Mi Obolo" y dedicando su joya lirica a Roman Baldorioty de Castro, al patriarca criollo. En la ciudad del sur el fogoso joven arecibefio calde6 su mente wn las ideas fulgurantes del verbo sugestivo de los oradores de la Asamblea Autonomista. En seguida se puso en primera fila de los decididos combatientes; y regres6 a su pueblo a predicar las nuevas doctrinas con fervor ardierite de devoto misionero de una idea. Todavia le estoy viendo con motivo del ultimo dialogo que sostuvo con nosotros y Manuel Perez Freites, en la trasbotica de este inolvidable amigo: -Vengo con encargo de Molina de fundar aqui la sociedad secreta "La Torre del Viejo", dijo Pachin.
CAYETANO CoLL Y
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-Vamos aver, explicate, le rnanifest6 Perez Aviles. -Pues se trata de combatir al Partido incondicionalmente espafiol a diestro y siniestro. Hay que acabar con los tiranos. Hay que emplear el "boicoting" y cuantos medios la naturaleza ponga a nuestro alcance. El fin justifica los medios, dicen los Jesuitas: imitemos a los hijos de San Ignacio de Loyola. 1Basta de sufrimientosl 1La conquista de los espafioles en ·America ha sido un presidia sueltol Hay que imitar ·a Bolivar y a San Martin .. . -1Para, hombre, para! ... Le interrumpimos. Basta con lo que has dicho; y 6yeme atento. 1Estas disparando con bala rojal ... -1Usted dira, doctor! Estaba exaltado. Le brillaban los ojos corno si fueran felinos. Su tez, de suyo mate brondneo estaba intensamente palida. Cruz6 una pierna sobre otra y apoy6 en ellas sus manos, mirandome atentamente pendiente de mis palabras. -Oyeme, Pachin, tu eres muy joven e ignoras los innumerables peligros que te rodean. Eres valiente y desprecias las emboscadas. Tu ignoras q_ue Betances quiso la salvaci6n de la Patria por medio de la revoluci6n y fracas6 en Lares, pues la isla no secund6 sus planes; y comiendo esta el vehemente patriota el pan del ostracismo en Paris. Lo violento engendra lo violento; y los espafioles estan preparados para hacer en Puerto Rico una hecatombe tan pronto se levante una paja de rebeli6n. El pais no tiene las llanuras de Carabobo ni el Orinoco, ni siquiera las maniguas de Cuba y Santo Domingo. Nuestro pueblo dej6 de ser guerrero desde el momenta que el gobernador Sanz destruy6 en 1870 las Milicias Disciplinadas. El pobre jibaro cierra los ojos para disparar una escopeta, <que haria si oyera rugir el cafi6n? Nuestro campesino no es cobarde, pero es ignorante del arte de la guerra. <D6nde estan las montafias de Najaza para aleccionar-
I. Bolet!n Hist6rico de Puerto Rico, Tomo -
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nos como ha hecho Maximo G6mez con los cubanos? eNi los bosques impenetrables de Santiago de Cuba como ha hecho Maceo con los orientales? Desengaiiate, Pachin, si quieres pelear, vete a Cuba! Allf esta Rius Rivera, hijo de Mayagiiez y otros muchos puertorriqueiios. Aqui estas expuesto a que te empuiie la Guardia Civil y te fusile por la espalda por pr6fugo. 1Vete a Cubal Aqui no podemos ni movernos siquiera para comer un lech6n asado porque estamos de continuo vigilados y calumniadosl .. . -eDe modo que no puedo contar con ustedes? eQue dice D. Manuel? - Yo siempre he luchado por las libertades patrias y las reformas en los comicios. Ya tu sabes que soy el Vicepresidente del Partido Autonomista; pero mi temperamento y mi educaci6n me hacen refractario a entrar en esa clase de Conjuras . .. El sublime mestizo tenia una triste sonrisa de decepci6n' pintada en el rostro. Nos estrechamos las manos con cariiio y exclam6 de pie: .- 1Tal vez no nos volvamos a verl Tai vez siga el consejo del doctor y me inarche a Cuba al lado de Rius Rivera. Cuando se march6 me dijo Perez Freites, que estaba emocionado e in'tensamente palido: -eQue te parece?. . . lo que nos ha contado Pachfn? 1En que estado va a estar la Isla dentro de po· col. . . Pero, 1que arrogante y viril, cuando le inte· rrumpiste! Tiene genial -1Es un relampago en una noche de tempestadl .. . Pero si no se va pronto de la Isla lo fusilan por la espalda coma dos y dos son cuatro ... En Arecibo habia dos tiendas de mercandas, "El Sol" y "La Luna"; la primera era de Adolfo Bahr, hijo de un sueco y una hija del pais; la segunda de Arturo Diaz, criollo puro por padre y madre, oriundo de Rio Piedras. En la trastienda de entrambos se juramentaban adeptos a la "Torre del Viejo". Bien pronto se impregn6 la isla del "boicodng" y empezaron a sentir sus efectos en muchas localidades. El gobernador Palacio, enterado de lo que pasaba, se estableci6 en Aibonito, y la emprendi6 contra los conspiradores, procurando canallescamente meter en la canasta a todos los autonomistas. Naturalmente, coma para el y su camarilla reaccionaria ser autonomista era ser mambi. Naticioso Marin que la Guardia Civil querfa echarle las garras, por via de Mayagiiez se fue a Santo Domingo. Pachin Marin se di6 a conocer en la patria de Duarte coma escritor, poeta y artista. Los corifeos del gobierno de Lili, enamorados de un artkulo que el escribi6 sobre Instrucci6n ptiblica lo recomendaron en las altas esferas y el Presidente lo comision6 para un asunto de Enseiianza en una regi6n de la Repu· blica. 48
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En el lugar, que no recordamos, donde fue el joven arecibeiio a desempefiar su cometido, habfa un peri6dico, y en aquellos dfas se habfa efectuado un atropello en un adversario del Gobierno. Metiose nuestro inexperto compatriota a desfacedor de agravios pues no podfa sufrir tiranfas en ninguna parte y escribi6 un valiente artkulo. Pronto los sicarios de la localidad lo indispusieron con LiU, y este, que era impulsivo y vengativo, orden6 que lo trajeran a la capital de la Republica a pie y con esposas y grillete. 1Triste peregrinaci6n de algunas leguas del gallardo paladin de la libertad! Pudo nuestro desgraciado amigo exclamar con Juan Jacobo Rousseau: 1Dios hizo al hombre libre yen todas partes gime entre cadenas! Llegando en presencia de Ulises Hereaux, este le dijo iracundo: - J oven, no lo mando a fusilar por no tener cuestiones con los espaiioles. Y menos ahora que estoy esperando la Gran Cruz de Isabel la Cat6lica por influencias del gobernador de Puerto Rico. En el puerto hay una goleta que va para Curazao, con que larguese de aquil ... Y <li6 orden que lo llevaran a bordo del barco y que no le quitaran las esposas y grilletes hasta que el buque levantara el ancla e izara velamen. Esta versi6n la oimos de labios del c6nsul dominicano D. Alejandro Turull, que era muy amigo de Lili, a quien visitaba todos los aiios y regresaba a San Juan satisfecho y contento con un taleguillo de oro. De Curazao se traslad6 el joven Marin a Venezuela, donde public6 su poema "Emilia", en cuyo pr6logo apostrofa a Lili y le dice: "Tirana, entre tu y yo hay una gran diferencia; ambos llevamos sangre africana en las venas; pero, tu te avergiienzas de ella, y yo no!" En cuanto olfate6 Andueza Palacio, presidente de la republica de Venezuela, del pie que cojeaba el ind6mito Pachin Marin, sin andarse con rodeos mas o menos democraticos, sin haber cometido ninguna falta lo expuls6 del pais en union de Felix Matos Bernier, Luis Caballer y Juan Coronel y los deport6 a "Fort de France" (Martinica). En agosto de 1890 regres6 a su patria el rebelde y dolorido bohemio. Las privaciones y los contratiempos no habfan hecho decaer Un apice SU espfritu ba· tallador de paladin de la libertad. Volvi6 a Ponce y ech6 a la calle por segunda vez "El Postill6n". Su acerada pluma fustigaba el regimen colonial y no bastando el lapiz rojo ni la censura oficial vino el secuestro del energico vocero y la clausura de la imprenta. Desesperado abandon6 la Patria nuevamente el 27 de agosto de 1891 con rumbo a Estados Unidos. Fij6 su residencia en Nu eva York. Allf public6 su tercer but0aro de £lores, en 1892 titulado "Romances".
Ingreso en la Junta Revolucionaria de Cuba y Puerto Rico; y donde le vemos figurar al lado de Henna y Sotero Figueroa. Alma inquieta y anhelante de ideales, alzo el vuelo y se traslad6 a Puerto Principe (Haiti) donde coadyuv6 a la fundaci6n del hotel Internacional y a un Club Revolucionario anti-espanol, en uni6n de otros puertorriquenos. Un incendio se llev6 la fonda. Y nuestro infortunado compatriota, a quien la suerte lo sometia a duras pruebas, regres6 a Nueva York, donde supo la triste noticia de que su hermano Wenceslao, teniente del Ejercito libertador de Cuba, habia muerto en el batey del ingenio Triunfo, la cual habia atacado a las 6rdenes del Caudillo Jose Maceo. Esto le hizo sentar plaza de soldado en una expedici6n que iba a salir para Cuba comandada por Calixto Garcia. Era el 24 de marzo de 1896. Resoluci6n impremeditada. Pachin no tenia una ¡ constituci6n muy fuerte para poder vivir en las maniguas de Cuba ni tenia la preparaci6n guerrera necesaria. Era un gran coraz6n y la desgracia de su hermano lo precipit6 al combate. Cuando estudiaba yo medicina en Barcelona (Espana) conoci muchos cubanos que iban al mismo gimnasio y sala de esgrima que yo frecuentaba; alli fortificaban SUS musculos y aprendian el USO de las armas de fuego y blancas; sobre todo la dificil punteria del rev6lver y el combate del cuchillo o punal contra la espada. Determinado Pachin a irse a los campos de Cuba, le escribi6 a su padre: "Hay en mi vida un vendabal deshecho -que no se maldecir, ni lo deploro- y voy con el como el dolor al pecho-la espada al puno al redohdel del toro". A pesar de no estar preparado para la vida militar y desconocer el arte de la balistica, precisi6n del tiro de carabina, manejo de rev6lveres, etc., pronto se dio cuenta de todo con su talento natural y genio. creador; y el mismo ano de 1896 ascendia a Sargento y en lro. de agosto _de 1897 a Teniente. Las brisas malignas de la manigu'!- le fueron daninas y lo invadi6 la malaria perfida. Empez6 a desfallecer y perder fuerzas, en una campana inicua en la que era necesario por su crudeza tener agilidad de la pantera y la piel del cocodrilo para hacer frente al le6n espanol. Al delicado artista y duke poeta no le era posible seguir a pie aquellas terribles marchas y contramarchas, y tuvo que acogerse a una hamaca y al carino de sus soldados. Atravesando la mortifera cienaga de Turiguan6 para burlar la Trocha, (Noviembre de 1897) en una retirada forzosa y precipitada, sus acompanantes le dejaron en una hamaca colgada de dos arboles para regresar al dia siguiente a buscarle. Cuando volvieron s6lo encontraron el fusil y los huesos pelados del desgraciado Pachin. El patriota sucumbi6
vktima de la malaria y de las aves de rapina, en medio de un abandono criminal y rodeado del triste misterio de lo ignorado al recibir el abrazo de la Muerte. (Por que fue abandonado Marin en la cienaga de Turiguan6 por sus cobardes companeros? 1Una nebulosa espesa cubre este actol La guerra manigiiera cubana era de tal genera que no podemos orientarnos bien en este punto. 1Tambien Carlos Manuel de Cespedes cay6 en la fosa abandonado de los suyosl . . . Momentos de indisciplina, de terror, de ruindades . . . Ahora bien, el senor Lim6n de Arce, mi querido paisano, que ha escrito la mejor biografia detallada de Pachin Marin; ha dicho reflexionando sobre tan tragico momento: "Atravesando la cienaga, en plena manigua cubana, abandonado por sus camaradas, agobiado por la soledad, con la nostalgia de la patria adorable en el coraz6n y el recuerdo de su familia, entre las que se hallaba su padre y su hija, en el alma, devorado por el hambre y sed, enloquecido por la fiebre, por unico Jecho la hamaca int6moda, por companero unico el fusil del soldado, cay6 para no levantarse jamas el heroe arecibeno, que un dia, joven aun con la clarividencia del poeta, presintiendo un porvenir lleno de amarguras y dolores, dijo en una estrofa digna de Campoamor: "Morir, decir adi6s a los que quedan-es ganar la mejor de las batallasl" El senor Modesto A. Tirado, distinguido puertorriqueno, public6 en Nueva York un tomo de poesias de Marin titulado "En la Arena", el ano siguiente (1898) de la muerte de su amigo. Es lastima que no se compile en un tomo toda la labor literaria del malogrado joven patriota fenecido en la cienaga de Turiguan6. Los versos de Pachin Marin son robustos y ritmicos. A veces, leyendolos me recuerdan al gran Marti; tiene formidables chispazos de luz. El amor a la patria irredenta sacudia de continuo la cuerda brondnea de su laud. Su poesia "El Ruisenor" es soberbia: hecha de man,o maestral En 1909 Arecibo quiso hacer un homenaje al poeta y patriota martir. La Comisi6n de Festejos Patronales abri6 un Concurso para premiar el mejor trabajo hist6rico respecto a Francisco Gonzalo Marin. Concurrieron al certamen cinco escritores puertorriquenos: Jose Lim6n de Arce, Augusto Malaret, Jose de Jesus Esteves, Carlos Perez Aviles y Juan Braschi. El veredicto del Jurado, de Fernandez Juncos, Gordils y Enrique C. Hernandez adjudic6 el premio a la biografia presentada por Malaret, posteriormente criticada fuertemente por el senor Lim6n de Arce por contener inexactitudes hist6ricas de bulto, que convenia rectificar, y que el -Lim6n de Arce- rectific6 en el vocero Correo del Norte.
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Al Concejo Municipal de Arecibo, siendo alcalde el Lie. Manuel Perez Aviles, presentaron una petici6n los vecinos J. I. L6pez, Luis Caso Soto y Jose Adorno para que la calle en que naci6 Pachin Marin llevara su nombre, como homenaje de su pueblo. Se acept6 ' la solicitud por unanimidad. La Republica Cubana regal6 la lapida de marmol y puso un cable a su c6nsul en Arecibo, Dr. Fernando Aleman diciendole: "Gobierno se asocia a los honores acordados ahi en honor de Francisco Gonzalo Marin, y aceptando su indicaci6n autorizale ofrecer en nombre de la Republica de Cuba, una lapida de marmol.
.:....Julio Garcia Velez, secretario de Estado". Falta que un buen pincel trace en el lienzo el retrato del poeta patriota y martir; y corazones generosos y altruistas lo regalen a los plafones del Ateneo Puertorriquefio. El recuerdo de nuestros hombres que han luchado por la libertad de las Antillas y la adquisici6n de la plenitud de sus derechos debe ser eterno entre nosotros. 1Con la ceniza venerada de nuestros antepasados y nuestros heroes esta constituida la armaz6n de la Patria! I Y ningun pueblo llega a ser grande sino cultiva su propia voluntad e idiosincrasial
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Documentos de .nuestra historia
Como murid Marin.-Carta de Luis Lamarque a ]. M. Rodriguez Arrezdn. Julio 27 de 1909. Mi excelente amigo: Marin, el poeta puertorriquefio que vino a Cuba con la vihuela a la espalda y el fusil al hombro; Marin, el simpatico sonador, el autor in.spiradfsimo de Guarina y El trapo; Marin, el genial poeta bohemio, el amigo bueno y sincero, el revolucionario fanatico como un polaco errante, ~sabefs como murio? Fue un crimenl... Esperadl ... Ya vereisl ... La trocha de Jucaro a Moron era una barrera infranqueable, erizada de fortines y cercas de alambre de puas, fosos, zanjas, atolladeros, guardias, rondas, etc. La Isla estaba pr:icticamente cortada medio a medio con la Trocha que se extendfa de Jucaro a Moron. Este Moron queda en la co.s ta norte de la Isla, en el fondo de un Iago o bahia llamada de La Leche. Y esta bahia tiene en la boca un gran tayo, el de Turiguand, que viene a ocupar en la bahfa de La Leche una posicion semejante a la que ocupa Cuba en el Golfo de Mexico. Es la llave de la bahia, como Cuba es la llave del Golfo. Espana gasto millonadas en hacer la Trocha; pero nose ocupo de Turiguand. Gasto un dineral en construir una puerta de acero templado; pero no se le ocurrio gastar un centavo en la cerradura. Sucedia que por la isla de Turiguand pasaban, pues, los insurrectos de Oriente a Occidente con gran maravilla de Espana, que tenia cuarenta mil soldados consagrados a impedir que eso se realizara. Para pasar por la isla de Turiguand, habfa, no obstante, que realizar verdaderas proezas. Antes de llegar a la isla y despues de pasarla, hay que cruzar dos brazos de mar, con el agua al cuello algunas veces; a nado otras. La isla de Turiguand tiene como cuatro leguas de ancho y catorce o diez y seis de largo. Esta isla es toda o casi toda de m anglares. No tiene verdadero suelo, sino un inmenso dedalo de raices aereas, entrecruzadas, curvas, diabolicas; y por
sobre ellas, o por debajo de ellas, es como unicamente se podia franquear la Trocha y atravesar la isla. De modo que haciendo equilibrios sobre aquellas raices enmaranadas, hay que caminar lo menos cuatro leguas, despues de haber pasado nadando un brazo de mar. Entre los arrojados adalides que franqueaban una vez la Trocha infranqueable, iba Marin, con unos cuantos patriotas mas. Pasaron el brazo de mar; pero cuando llegaron a Ia isla de Turiguand, Marin tiritaba a Ios accesos de la fiebre mortal, que habia hecho presa de el. Empezo a caminar, temblando de frio, por sobre el enmaranado dedalo de raices de Ios manglares de Turiguand; pero cuando con toda la suma de su esfuerzo habia adelantado penosamente un cuarto de legua, realizando el perenne gimnasio de subir, bajar, deslizarse, arrastrarse ... ya no pudo mas . . . Sus companeros, saltando de rafz en raiz, como gorilas en un bosque africano, se acercaron a el, lo colocaron en una hamaca y cargaronlo a cuestas; pero era imposible; los movimientos irregulares a que daba lugar la irregularidad de aquel suelo infranqueable, produdan . tales sacudimientos en el extenuado cuerpo del pobre Marin que los que querian salvarlo lo estaban rnatando. Era preciso unas veces subir un arbol con el cargado; otras era necesario penetrar en el mar, cruzarlo por entre las raices, arrastrarlo por entre las rarnas angulosas y punzantes corno zarzas. Aquello era un suplicio horrible. Marin suplico que colgaran su hamaca de dos arboles y que lo dejaran alli. Nadie quiso acceder a ello; pero el insistio, rogo, lloro. . . "I Me estais rnatando!", dijo angustiosamente. Dejadme ahora y volved manana por rnfl .. . Llovia, los mosquitos y los jejenes tenian ya rabiosos a los hombres, en fuerza de infiltrarles veneno con sus picaduras; tenian hambre; tenian prisa.. . Al fin dej aron a Marin en su hamaca, colgada en dos mangles, y prometieron volver por el con gente fresca y auxilios. M arin se quedo solo en medio de la Isla d e Turiguand. Los accesos de la fiebre que lo rninaba, hadan temblar los mangles de que su harnaca pendia, y por
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debajo de el se extendia la red inmensa e impenetrable de las extrafias rakes que paredan indescifrables geroglificos dantescos, negros como la pagina espantosa de un infierno, grabada por Dore. Los enjambres de mosquitos rodeaban la hamaca; los jejenes pasaban al traves de! tejido de ella y prendian en la came del poeta, que rechinaba los dientes, temblaba y sostenia la emision de un suspiro tanto como era larga su calentura. Pero al dia siguiente vendrian sus compafieros con alimentos y medicinas, frazada y agua . .. agua limpia, duke, transparente. Solo queria ahora, el poeta, agua, que se le antojaba nectar; la medicina no le hada falta; agua, agua, porque su garganta era un vokan;
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y en el semidelirio de su fiebre recordaba que el agua era duke, fresca, brillante como diamante Hquido, como cristal, pura, suave, argentada, vivificadora; tenia el agua transparencias, refracciones irisadas, relampagueos deslumbradores; pero sobre todo era pura, limpida, duke, fresca ... A los compafieros de Marin les reclam6 el serv~cio en otra parte. Y cuanto volvieron a pasar por Turiguan6, en la hamaca encontraron su esqueleto, abrazado a su fusil.
Arturo Morales. Habana, mayo 16, 1916.
Poemas de Pachin Marin
En el dlbum de una desconocida No por por por
te conozco; pero se que eres el nexo patri6tico, mi hermana; la belleza plastica, Citeres; tu desden al opresor, cubana.
Concha es tu nombre, y con tu nombre basta para que sienta yo tu alma sin verla: Concha es el nacar que la mar engasta y el alma de la concha es una perla.
El Trapo A Puerto Rico Cuando un pueblo no tiene una bandera, bandera libre que enarbole ufano, y el patriotismo, la gentil quimera; si al timbre faltan de su gloria entera brfos de combate en contra del tirano, Ia altiva dignidad del ciudadano, o el valor instintivo de la fiera;
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con fe gigante y singular arrojo lancese al campo del honor fecundo, tome un Iienzo, al azar, palido o rojo, y, al tefiirlo con sangre el iracundo, vera cambiarse el misero despojo en un trapo que asombre a todo el mundo.
Yo tambien para ti no tengo nombre, ni este tampoco al Universo inquieta; soy Io que sobra, lo vulgar: un hombre; soy lo que gime en el mont6n: poeta. Mi verso rudo en el papel estampo como huella de fierro en una alfombra. 1Pobre pagina esta que era un Iampo bafiada por mi verso que es la sombral Conf6rmate; yo soy un peregrino llegado al hemiciclo de la guerra para inquirir de todos el camino del honor, que conduzca hasta mi tierra. Y hasta que libre Puerto Rico sea, o al fuego hirviente mi heredad consuma, por un fusil detestare la idea, por un machete olvidare la pluma.
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Dios me lleve al Peru! Por
1528. EscENARIO: LA VILLA DE SAN German en las riberas del Guaorabo. En el puerto, un navio listo para partir hacia Espana. Los vecinos de la villa ausentes de ella dedicados a sus labores en las minas y en los campos de cultivo. Con aquellos hombres que arrancaban a la tierra sus tesoros, andaban sus familiares colaborando con su esfuerzo y entusiasmo. En los campos de labranza sonaban los ecos de viejas canciones aprendidas en la fofancia alla en el solar de la Madre Patria. De pronto, aquella escena de paz, se convierte en campo de dolor. Una carabela apresada por dos barcos franceses en el puerto de Caho Rojo, llega a la desembocadura de! Guaorabo, asa.Jta, saquea e incendia el navio espanol que iba a conducir a Espana los frutos de la tierra, el oro de las minas y la correspondencia de aquellos nobles colonos que rodeados de serios peligros, perseveraban en la empresa de establecer en aquellas playas occidentales la fe cristiana y la civilizacion espanola. El eco de la campana del templo que tantas veces habia llamado a los sangermenos a la oracion, fue entonces el primer indicio de que algo anorma.l ocurria en la villa. Cayeron las azadas, los picos y rastrillos; salieron de las cavernas mineras los que arrancaban el oro a las entranas de la tierra y dirigiendo la vista hacia la desembocadura de! rio contemplaron como las llamas destruian su humilde caserio de madera y de palma. Sin armas, imposibilitados de correr a la defensa de sus hogares, vieron como la carabela se alejaba de la playa, dejando convertido en monton de cenizas lo que antes habia sido germen prometedor de futura ciudad.
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ERANO DE
Apenas habia terminado este incidente, y cuando con motivo de! mismo pensose en trasladar la villa a las cercanias de! convento de los Franciscanos en la Aguada, los indios de la Dominica y de la Guadalupe, en combinacion con los boriquenses rebeldes escon-
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RAFAEL
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RAMIREZ
<lidos en la selva insular, asaltaron de noche el monasterio y el caserio, destruyendolos por el fuego y martirizando cruelmente a cinco de los humildes religiosos. 1529 - San German reedificado. Carencia de fortificaciones en la villa y en la ciudad. Corsarios franceses que infestaban el mar Caribe. lndios barloventenos que continuaban sus desembarcos y ataques en las costas orientales, meridionales y occidentales. Revuelta de negros jelofes prontamente sofocada por el gobernador Lando. Rompimiento de relaciones mercantiles con Espana por el temor de los capitanes de los buques de registro de caer prisioneros en manos de franceses y de otros enemigos de Espana. 1530 - Santa Ana, San Hipolito, San Ramon. Tres venerables santos cuyos nombres habian de recordar los colonos de la lsla al hablar de tres tormentas de julio y agosto de aquel ano, tormenta de "agua y viento" -dice Lando- "que han destruido todas las labranzas, ahogado muchos ganados, y puesto en gran necesidad y hambre de pan. En esta ciudad -continua eJ gobernador- derribo Ja mitad de las Casas por el suelo, de las otras, la mejor librada quedo sin una teja. En campos y minas no dejo casa que no derrib6. Todos han quedado pobres y con pensamiento de se ir."
Muerte de Cristobal de Guzman, vecino enamorado de la naciente ciudad, constructor de la mejor y mas notable casa de piedra en la Capital. Agricultor progresista en las riberas de Luquillo. Gran ganadero y hombre amahte de! fomento de la isla. Victima de los indios en el ataque, que con once piraguas concluctoras de centenares de salvajes, comenzara en las riberas de! rio Daguao, descle donde se internaron quemando, salteando, desolando los humildes establecimientos de los vecinos que atraidos por la riqueza mineral de aquella region y por la fertilidad de aquell<is tierras, habian levantado alli sus hogares y sus gran jas. Fuego para los bohios, flechas envenenadas
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para los colonos, para los indios fieles, aprehensi6n de veinte esclavos africanos y de diez y seis indios que trabajaban con el hombre enamorado de aquella quijotesca empresa del siglo XVI. Panico, desesperaci6n creciente ante las fuerzas enemigas del hombre y de la naturaleza. Lentitud en las decisiones de la Corona acerca de la erecci6n de fortificaciones. Atractivos ofrecidos por Mejico, tierra que se presentaba como una nueva de promisi6n. Deseo de salir del antiguo Boriquen; de abandonar la empresa que mas consumfa al hombre en luchas guerreras contra indios y enemigos de Espana que en la rudeza de las labores; deseo de abandonar el antiguo Boriquen, en cuyo suelo ya habfa aparecido el usurero con sus prestamos sobre cosechas en flor, el vendedor de tiempo, mas bien que el prestamista; el usurero que desafi6 la ira del Tribunal de la Inquisici6n; el usurero que con sus influencias hizo apartar de la Isla al defensor del agricultor, del naciente comerciante, del industrial en formaci6n en la colonia; al primer moralista que aparece en nuestra historia, quien en valientes sermones y discursos combati6 la codicia de los que para cobro de sus prestamos iban rapidamente convirtiendose en capitalistas y latifundistas. Epidemia inesperada de sarampi6n y de viruelas que repentinamente aparece entre indios libres e inclios esclavos. Quinientas personas servidoras que caen vktimas de las enfermedades. Quinientos pares de brazos menos para el trabajo de las minas, para las labranzas. Quinientas personas que s6lo podfan ser substituidas por esclavos que costaban dinero. Dinero que no se tenfa. Dinero que s6lo podfa conseguirse mediante los prestamos ya mencionados. Prestamos que ya empezaban a dificultarse por la aplicaci6n de dos cedulas que aunque expedidas como medidas de emergencia necesariamente paralizaban el desarrollo de todas las actividades comerciales e industriales. La 'u na, que venfa de bien atras, no peri:nitfa ejecutar por deudas. La otra, dada por el Emperador, no permitfa ejecuciones mientras estuvieran sentados los fuelles en las fundiciones. Queriendo corregir los monarcas ayudaron a crear nuevos males, y los vecinos honrados, los fieles servidores de la Corona vefan al hombre robar sin poder hacer nada. San German nuevamente. Otro barco que se acerca a las playas del Guaorabo, a las playas del rio en cuyas aguas cayera la primera vktima espanola: Salcedo. En esta ocasi6n, sin embargo, no es la bandera de Francia la que ondea en el mastil de la nave. Es la insignia de la Patria lejana. Ya la¡playa corren aquellos colonos ansiosos de recibir rioticias de. Espana. Tal vez la embarcaci6n es portadora de instrucciones para la defensa de la Isla. Tal vez trae abundante cantidad de provisiones, de tejidos, de panos, de herramientas, de nuevos colonos que vienen a com-
partir con los que establecidos en Ia Villa y en la Ciudad perseveran en Ia empresa acometida por Ponce de Le6n y sus v.alientes y esforzados compaiieros. Otra vez suena la campana del templo, no con cl sordo y funebre toque del 1528. No. Es en este momento, toque de alegrfa, repicar de nuevas esperanzas, canci6n llena de fe, de nuevos entusiasmos. Es la Hamada al Te Deum que habfa de cantarse en acci6n de gracias por haber llegado dicha nave felizmente, sin ser atacada, al puerto de San German. En acci6n de gracias por la conquista de una nueva tierra descubierta por un humilde hijo de Extremadura, Francisco Pizarro -tierra de enormes riquezas; tierra que para ese mismo ano de 1533 enviaba a Espana mas de quinientos mil pesos en oro, plata, piedras preciosas, riquisimos tejidos obtenidos entre los Incas; tierra, en fin, donde muchos en el breve plazo de cuatro anos habfan acumulado caudales que le permitfan regresar al viejo lar y terminar los aiios de su vida gozando de su fortuna. El emisario de Hernando Pizarro, hermano del conquistador del territorio conquistado venfa a comprar caballos y negros para continuar la empresa en la lejana tierra, en el Peru. Terminado el Te Deum, present6 su petici6n a las autoridades sangermenas, y relat6 "nuevas que a los viejos hadan mover, cuando mas a los mancebos." Y los vecinos vieron la prueba convincente. Los caballos y los negros serian pagados en oro, en oro, en ORO. Y observaron las joyas que posefa el emisario: esmeraldas, turquesas, perlas que adornaban sus sortijas y cadenas. Y la noticia cmri6 por todas las casas, lleg6 a las m1nas, traspas6 las montanas de Juan Gonzalez, cruz6 el Otuao, penetr6 en los puertos, en los campos de labranza junto al Toa, salt6 a Caparra, atraves6 el puerto de la Ciudad y fue recibido por los vecinos de la Capital como augurio de nuevas esperanzas y de pronta salvaci6n para los miserables vecinos del Boriquen. tDios me lleve al Peru! empezaron a repetir los que vefan exhaustos sus veneros auriferos. 1Dios me lleve al Perul gritaban los que vktimas de los odios o rencores de antiguos gobernantes habfan perdido sus indios de repartimiento. 1Dios me lleve al Perul vociferaban los perseguidos por los usureros, los arruinados por la mano destructora de los huracanes, los temerosos de futuros ataques de corsarios, los que escaparon milagrosamente de los ataques de indios rebeldes y de indios de las vecinas islas. 1Dios me lleve al Peru! los que todo lo perdieron en las recientes epidemias; los que sufrfan hambre; los que habian visto caer en el campo de la guerra a sus parientes, a sus companeros; los que levantaron pueblos para verlos destruidos por las llamas; los que
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criaron ganados, para verlos arrebatados y llevados .por cailoas enemigas; los que a pesar de todas las catast:rofes ocunidas habian sabido perseverar. 1Dios me -lleve al Peru! 1Dios me Ueve al Peru! Cayeron las azadas, los picos y rastrillos; salieron de las cavernas mineras los que arrancaban el oro a las entranas de la tierra, y dirigieron la vista al puerto de San German y a la nave portadora de aquella grata nueva. Y par6 el trabajo, y se abandonaron las pocas "'inas en explotaci6n, y cesaron las labranzas. y ¡el martilleo no era indicador de nuevas casas que se fabricaban, de nuevos techos que se montaban. No. Los golpes caian sobre las tapas de rusticas cajas dep6sitos de los escasos bienes de aquellos colonos que embalaban sus ropas, sus utensilios, sus humildes muebles, para tomar el barco que habia de llevarles junto a Pizarro; que habfa de trasladarlos al Peru. Crisis. La mas terrible de' todas las crisis del siglo XVI en el viejo Boriquenl Abandono total de la colonia; perdida de t.o.dos los esfuerzos; entrega de ¡la ll;i.ve y entrada de todas las Indias a los enemigos de Espana; establecimiento en la Isla de otra naci6n que hubiera utilizado este suelo para lugar de preparaci6n de futuras expediciones contra otras posesiones espanolas. Sohre todo, falta de cumplimiento a un juramento prestado para defender la colonia cuyo gobiern9 le habia sido encomendado por la Virreina de las Jndias. Y Lando entr6 en combate con el mismo entusiasmo que hubiera sentido en la defensa de la Isla contra caribes, contra franceses, contra ingleses. Dandose cuenta de la situaci6n, observando los preparativos de los colonos, apel6 primero a sus sentimientos
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patri6ticos, a su dignidad como espanoles, como castellanos, como andaluces, como fieles vasallos de Carlos Quinto, y cuando cansado de usar palabras, veia c6mo continuaba el exodo desde la Ciudad a la Villa y de esta al barco que partia para el Peru, lanz6 SU decreto imponienclo pena de muerte a todo el que intentase abandonar la Isla. El deseo de partir fue epidemia mas terrible que Ia deI sarampi6n y Ia de Ia virueia. "Si aqui he de morir de hambre o en . la horca" -dedan muchos"prefiero burlar Ia vigilancia, tomar una canoa que me lleve a Santo Domingo y de alH partir a Ia tierra de promisi6n." Y a San German lleg6 Lando, y reuniendo un punado de fieies servidores y utilizando tres barcos, envi6Ies en busca de otra nave que habia partido del puerto, apresando a Ios vecinos que se habian escapado. Y hubo azotes; y hubo tajos en Ios pies; y hubo arrestos y prisiones con castigos duros para los que en movimiento sedicioso habian desobedecido la voz . del gobernante que fiel a su juramento tenia que salvar la colonia para la Corona de Espana, por ser ella entrada y Have de todas las Indias. Sin que aprobemos del todo los medios empleados por Lando, debemos agradecer su esfuerzo y su energia en salvar la colonia. Fue su fe en el trabajo y en la perseverancia lo que salv6 la situaci6n. Y al unir a todos nuevamente, al infundirles nueva fe en sus esfuerzos, levant6se aquella colonia, que a punto estuvo de perecer bajo la influencia de aquel grito que reson6 por todas las campinas borincanas: 1Dios me lleve al Peru!
Exposicion de grafica puertorriquena
EXPOSICION
Cartel disenado por Lorenzo Homar.
El 22 de febrero se inaugur6 en el Instituto de Cultura la primera exposicion general puertorriquefia de grafica, integrada por unas 300 piezas representativas de la obra de 58 artistas puertorriquefios o residentes en el pafs, e ilustrativa de las diferentes modalidades y tecnicas de esta importante rama de las artes plasticas, asf como de sus diversas aplicaciones en la actividad cultural, social y · comercial. Xilograffas, linoleos, "scratch-boards", serigraffas, dibujos a lapiz, crayon, tinta y pluma de fieltro figuraron en la muestra tanto en su caracter independiente de obras de arte puro como en su £unci6n de elemento estetico ordenado a fines sociales, educativos o publicitarios; £unci6n magnfficamente demostrada en el disefio e impresi6n de libros, revistas, portadas y caratulas, postales de N avidad, timbres y sellos, programas, envases, anuncios y otros tipos de propaganda comercial. Un elemento de especial brillantez y atractivo en la Exposici6n lo constituy6 el despliegue de la obra de los cartelistas puertorriquefios, que ocupaba un gran panel en el extremo oeste de la Sala Grande, y en el que figuraron muchos de los carteles que por su excepcional calidad han merecido renombre y distinciones internacionales. La exposici6n se . mantuvo abierta al publico hasta fines de marzo, y tanto por su prop6sito como por sus resultados, pareci6 cumplir plenamente con las palabras ya expresadas en su catalogo: "La grafica es el medio de comunicaci6n mas importante y de mayor difusi6n. Tiene por tanto un inmenso valor e'ducativo y es responsabilidad de todos el velar por que se cumpla a cabalidad su £unci6n social: los artistas, creando obras que muestren el grado de jerarqufa estetica a que pueden elevarse aun las mas modestas y corrientes funciones de las artes graficas, y d publico, conociendo, apreciando y patrocinancio toda producci6n que tienda e ennoblecer y dignificar este universal instrumento de comunicaci6n humana." Presentaron obras los artistas Jose R . Alicea, Myrna Baez, John F. Bal9ssi, Alfred E. Gumbs, Luis
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DIBUJOS
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Hernandez Cruz, Lorenzo Romar, Rafael L6pez del ·campo, Antonio Martorell, Avilio Ponce, Bonnie Reisman, Carlos Raquel Rivera, Ruben Rivera, Jose· A. Rosa, Luis Santos, Rafael Rivera Garda, J. A. Torres Martin6, Rafael Tufifio, Jose M. Iranzo, Mela Alegria, Luis G . Cajiga, John Dixon, Domingo Garda, Francisco Rod6n, Harvey S. Zucher, Luis Canizares, Ruben Moreira, Tomas Batista, Augusto Marin, Bartolome Mayol, Muriel Glantzman, Jaime Carrero, Carlos Osorio, Carlos Marichal, Irene Delano, Alfonso
Arana, Manuel Hernandez, Andre Darlymple, Arnaldo Maas, Isabel Bernal, Julio Rosado del Valle, Robert Barry, David Goitfa, Myrna Casas, Robert Carpenter, Juan Abril Lamarque, Manuel Chevere, Erick Perez, . Heidi Jung, Neil Roman, John Hawes, Delgado Cas· tro, Ram6n Hernandez Contreras, Jose R. Oliver, Santos Rene Irizarry y Eduardo Vera. Las fotograHas que se reproducen en estas paginas recogen algunos aspectos de la Exposici6n.
GRAB ADOS
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Aspecto de ta Exposici6n.
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La sed del agua (Fragmento) De
Hoy recuerdo palabras tan sencillas y humanamente utiles. Recuerdo las palabras "te amo", que no dije en aquella mafiana sin olvido. Tambien he recordado otras palabras que no debiera haberlas pronunciado. Palabras que troncharon los claveles que huyeron por el rio de la noche. R ecuerdo las palabras que no dije. Recuerdo las palabras que debiera haber callado . . . Y tarde he comprendido que aunque tuve la llave docil, pura, use la llave impura del lenguaje que me cerro la puerta para siempre.
MANUEL
Yo pensaba en mi angustia, y el pensaba quien sabe si en la causa de sus penas. Y buscandonos, dimos en el muro con los cerrados pufios. Nos hallamos. El me saco los ojos, yo a el los ojos. IY eramos, Dios lo sabe, dos -hermanosl Recuerdo. Ame los carmenes malditos donde es ~nredadera la caricia
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CACHO
ante el reclamo de almas pecadoras que no pudieron soportar ayunos. Ame cristales rotos, sin azogue, que en vez de ser espejos son ventanas por donde huye el suefio sin ventura como el agua de un rio desbordado. Recuerdo. Entonces, ando desandando. Tapio paredes rotas y ventanas, cierrc:i heridas y labios entreabiertos. jQuiero rehacer el destrozado dia, atarlo con cadenas a mi casa, cerrar las puertas y quedarme dentrol
Recuerdo. Circunde con alto muro lo que nunca fue mio ni fue ajeno, lo que siempre sofiaba que era mio: la tierra y todo lo que habita en ella. Alli detras habia inquietas manos. Eran iguales a las manos mias. Habia un corazon desesperado, un afan, una lagrima y un grito.
JOGLAR
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El duque de Crillon o la frustracion de un regimen agrario f eudalista en Puerto Rico Siglo 18* Por AiDA R . CARO DE DELGADO
EL 25 DE SEPTIEMBRE DE 1776, CARLOS III HAciA patente su gratitud a un noble £ranees por los meritorios servicios militares que le habia prestado a la corona espafiola, adjudicandole una vasta extensi6n de tierras en la isla . de Puerto Rico. Por real cedula dada en esta fecha, don Luis Balbo Bertone, duque de Crill6n, recibia del monarca una merced sin precedentes en la historia del agro puertorriquefio, esto es, una recompensa consistente en administrar y usufructar para si "cuatro leguas cuadradas" de tierra (debe entenderse lo que comprende un cuadrado de cuatro leguas en cada dimensi6n) de a cinco mil varas cada una, o sea, aproximadamente diecinueve mil cuerdas. Desde la metr6poli, el rey libr6 la orden pertinente al gobernador de la isla para que este hiciera efectiva la referida.concesi6n, prescribiendole que el sefialamiento de las cuatro leguas debia efectuarlo en las tierras realengas, baldfas y en lugar "sin puertos ni entrada por la parte del mar". Tal merced, ratificada por reales cedulas u 6rdenes de los afios 1778, 1779 y 1793, presenta ciertas particularidades que, por el interes que tienen en el orden econ6mico y social islefio, ameritan ser puntualizadas. ·Por de pronto es de notarse que el aludido privilegio constituye la mas significada cesi6n de terrenos al uso que la corona hiciera en la isla en la decimoctava centuria. Al otorgarle al duque el disfrute de las referidas diecinueve mil cuerdas, de hecho el rey estaba
• El presente artfculo form·a parte de un trabajo que tenemos en preparaci6n sobre el regimen agrario en Puerto Rico bajo la egida hispanica, cuya correspondiente labor de investigaci6n fue posible gracias a un destaque autorizado por la Universidad de Puerto Rico durante el primer semestre del afio academico 1961 · 62.
convirtiendo al noble £ranees eri el mas grande usufructuario de tierra islefia y a su vez introduda en Puerto Rico un particular tipo de latifundio absentista a favor de un extranjero. Pero este hecho hist6rico es interesante ademas por cuanto contradice uno de los rasgos sobresalientes de la polftica agraria propulsada por los Borbones en sus dominios indianos, esto es, el evitar las grandes concentraciones de tierra en ma.nos de unos pocos vasallos. Sin embargo, el interes basico que animaba tal otorgamiento era el mismo que presidia la mayor parte de la actividad distributiva de tierras llevada a cabo por aquellos en sus posesiones de ultramar, o sea, promover el desarrollo agricola. Y en efecto, al serle reconocido al noble £ranees SU pleno derecho al dominio util de las CUatro leguas a su vez hubo de requerirsele como obligaci6n ineludible el que en un termino de cuatro afios las pusiera en cultivo. Este extremo de la merced nos lleva a la consideraci6n de un punto de vital importancia en la realizaci6n del cometido agricola que se le imponfa al duque, tal, el referente a los recursos humanos que habrfan de hacer posible el efectivo cultivo de dichas tierras. Con relaci6n a. esto es preciso sefialar que la principal dificultad que sufrfa el agro puertorriquefio por este tiempo era la escasez de brazos diestros para las tareas de labranza, . lo que justificaba en grc;tn medida el decidido empefio del monarca en incrementar la poblaci6n islefia. Claro esta que tal situaci6n y tal empefio posibilitardn el que se autorizara al duque, por real cedula confirmatoria de la merced de 14 de octubre de 1779, a introducir obreros y operarios extranjeros a cuyo cargo habrfa de correr la explotaci6n de las tierras. A tal concesi6n, sin embargo, hubo de sefialarsele 61
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importantes restncc10nes que en una u otra forma contrariaban los planes del duque de Cri116n, como veremos, y que se referian tanto a la cantidad de extranjeros que podia introducir como al status que estos habrian de tene.r en la isla. Se le prescribia que solamente podria introducir "el preciso y limitado numero de operarios y trabajadores necesarios y proporcionados al terreno y no mas", y que dichos extranjeros habrian de asentarse en las tierras concernidas, no en calidad de colonos, status este que para ellos habia reclamado el duque, sino con el exclusivo caracter de pobladores, braceros 0 arrendatarios del noble ÂŁranees. En cuanto tales venian compelidos a prestar el juramento de fidelidad y vasalla je al monarca espafiol asi como a registrarse en la isla, debiendo efectuar esto bien ante el gobernador o ante alguna persona especialmente delegada para ello. De esta manera el nombre y el apellido de cada obrero extran jero, asi como su nacionalidad, edad, religion y miembros integrantes de su familia, quedarian consignados en un libro especialmente destinado a tal efecto. Ya que los aludidos pobladores habrian de asentarse en el ambito territorial concedido al duque y dado el status que les habia sido sefialado, se hacia imperativo el que quedase fijada la jurisdicci6n o poderes que sobre ellos podia ejercitar Monsieur Cri116n. Cuesti6n tan importante no podia escapar a la atenci6n del beneficiado quien, en memoriales dirigidos al rey, se permiti6 abordar el asunto llegando a puntualizar ciertos reclamos sobre el particular. El duque no se qued6 corto recuestando poderes, derechos y privilegios que, segun su criterio, debian asistirle en su relaci6n particular, oficial, con los pobladores de las tierras. Sus reclamos afectaban todos los 6rdenes de la vida ciudadana e incuestionablemente evidenciaban su decidida aspiraci6n de establecer y consolidar un dominio feudal sobre las leguas de tierra concedidales al uso. Como quiera que las peticiones del duque tocaban aspectos fundamentales en el piano econ6mico, social, juridico y militar de la isla, las mismas merecieron la mas cuidadosa atenci6n por parte del rey quien se ocup6 de hacer ulteriores pronunciamientos al respecto. Veamos ligeramente el contenido de las demandas formuladas por Crill6n y lo resuelto por el monarca en torno a las mismas. Ya hemos anticipado que los reclamos que hizo el duque a la corona eran verdaderamente pretensiosos. Tai fue asi, y muy particularmente como era de esperarse, los que concernian al orden econ6mico. No se conformaba con tener a su favor el derecho al dominio t'.itil de las tierras aludidas sino que pretendia lograr para SUS trabajadores importantes privilegios economicos que, de serle reconocidas por la corona ciertas
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exorbitadas atribuciones que reclamaba para si, habrian de producirle pingiles beneficios al cluque. Este deseaba que sus operarios quedaran libres de la carga contributiva a que queclaban sujetos los habitantes de la isla; solicitaba que se Jes eximiese <le pagar <lerechos reales sobre la tierra que cultivasen; sobre frutos que ex!Jortasen o importasen, exencion esla que reclamaba por un termino de veinticinco afios; y que se !es permitiera, por igual tiempo, comerciar con las colonias extranjeras. Pero, a su vez, impetraba Crill6n de! monarca que le reconociera la facultad para imponer un derecho feudal sobre los pobladores y operarios que habrian de labrar sus tierras asi como para exigir de estos el pago de! canon 0 censo anual que el tuviere a bien fijarles. En cuanto a las peticiones que concernfan a los pobladores, ninguna. tuvo curso feliz pues el rey las deneg6 proveyendo que en estas materias los pobladores de las tierras venian compelidos a observar lo preceptuado en el Reglamento del Comercio Libre de 1778. Asimismo, dispuso muy particularmente que en el comercio que efectuasen de los frutos por ellos cultivados se cifieran a lo establecido en las leyes de lndias "con precisa sujecci6n a lo que prescriben, sin otra extension ni variaci6n que las altere" . Sin embargo, una relativamente pequefia pero significativa exenci6n hubo de concedersele a los pobladores, y fue la tocante al pago de almojarifazgo y dcmas dcrechos reales, de los cuales quedaban relevaclos en todos aquellos articulos o mercandas que llevasen para su mantenimiento y sus casas en el primer viaje que efectuasen. Y en punto al derecho feudal solicitado por el ÂŁranees, ma! podia el rey acceder a ello pues no siendo sefi.or del dominio directo de las susodichas leguas, respecto a las que tenia solo un dominio t'.itil o de derecho al uso, no era posible que pudiese disfrutar de tales prerrogativas. Tanto la prescripci6n del derecho feudal como la exigencia del canon o censo eran atribuciones que solo podian ejercitar quienes tuvieran a su haber el dominio directo de la tierra, que en este caso quedaba reservado al rey, por lo que este desestim6 la referida petici6n. Sin embargo, el duque no hubo de quedar desamparado en cuanto a devengar ingresos por concepto de arrendamiento de sus tierras. Se le autoriz6 a fijar la renta que considerase pertinente y asi mismo a que pudiera exigirla doblada en aquellos casos en que el arrendatario dejase de beneficiar sus tierras por el termino de tres afios. Pero las peticiones del duque de Cri116n en materia de derechos y privilegios de naturaleza econ6mica no se circunscribieron a las ya apuntadas. A estas se habian sumado otras de no menor importancia y que concernian a su proyectada distribuci6n de las diecinueve mil cuerdas y a los privilegios relativos a
Ia libre disposici6n o manejo que de las mismas habrfan de disfrutar Ios operarfos y arrendatarios de las tierras. Esta ultima solicitud, que implicaba el que Ios trabajadores pudiesen disponer Iibremente, "a su voluntad", de los predios asignadoles, era sumamente atractiva. Tai libertad de acci6n habria de alcanzar extremos interesantes como Io eran, entre otros, el de poder gravarlos, cederlos, permutarlos -o venderlos en este caso mediando la Iicencia o autorizaci6n del duque. Este consideraba ademas que tales gestiones podrian efectuarlas s6lo aquellos que hubiesen residido en la isla durante no menos de cuatro afios. En Io referente a la distribuci6n de Ia tierra cl ÂŁranees habfa solicitado que se le permitiera hacerla a base de "cuadros franceses", quedando acotada en dicha divisi6n una sexta parte para monte, otra para pasto y cuatro para cultivo. Tenfa en perspectiva adjudicar los referidos cuadros con caracter de perpetuidad, bien al uso directo o por via de arrendamiento, a los trabajadores o pobladores extranjeros que trajese. Con relaci6n a este particular debemos consignar que Monsieur Crill6n se mostr6 muy inclinado a otorgar buena parte de dichos cuadros, por el termino de cien afios, a la Compafifa de la Guayana Francesa, y cuarenta de ellas a sus parientes. Conforme ya se ha sefialado anteriormente, el monarca no le dio paso .a tales peticiones por no asistirle al duque facultad o derecho para reclamar semejantes privilegios en vista de que no era senor del dominio directo de las leguas conced:ldales al uso. Sin embargo, es oportuno afiadir que logr6 un importante reconocimiento de poder sobre la tierra al quedar facultadp por el rey para fundar en ella los mayorazgos que estimase conveniente. Pero el ejercicio de tal facultad le qued6 doblemente condicionado: podria establecerlos tan s6lo despue& que hubiese puesto en cultivo las tierras, y tras haber solicitado y conseguido la licencia real para crear Ios mismos. Con referenda a estos mayorazgos es preciso aclarar que su tenencia o posesi6n tambien fue objeto de Iimitaciones. Quienes fueran beneficiados con ellos no habrfan de disfrutar de otros derechos y privilegios que los expresamente conferidos al noble respecto a sus diecinueve mil cuerdas, quedando, por otra parte, rigurosamente obligados a observar los terminos bajo los cuales la tierra le hab:la sido concedida al duque. A ellos tambien, y como sucesores del duque eQ el dominio util del aludido terreno, Ies alcanzaba Ia expresa prohibici6n real de no poder adquirir mediante compra ninguna porci6n de tierra de la isla. Como indicaramos anteriormente, las demandas del duque respecto a derechos y privilegios no quedaron Iimitadas al orden econ6mico. Pudieramos considerar r un tanto atrevidos, y cabe decir sin precedentes en su naturaleza, los reclamos que se permiti6 formular en
el orden social. Los mismos afectaban aspectos fundamentales del real patronato y poderes que en materia eclesiastica le quedaban reservados a la alta jeraqu:la diocesana de la isla. Tanto as:! que pretendi6 el que se le reconociese plena facultad para disponer respecto al establecimiento de parroquias, erecci6n de iglesias o capillas, y el derecho a Ia presentaci6n de los ministros que habr:lan de tener a su cargo las mismas. As:! mismo, solicit6 que se relevara del pago de diezmos y demas derechos eclesiasticos a Ios aludidos pobladores. En fin, sin ambage alguno lleg6 a confes;ir su deseo. de "arrogarse el gobierno y pasto espiritual" de aquellos que habrian de asentarse en sus tierras. Desde luego, tambien el monarca hubo de rechazar tales pretensiones. No estuvo en el animo del rey el consentir al duque ni un apice de intervenci6n en materias tan celosamente reservadas al obispo y al gobernador, este en SU i:aracter de vice real patrono. Al denegar aquellas, el rey tuvo muy buen cuidado de precisarles los deberes que en materia eclesiastica o religiosa ven:la obligado a cumplimentar rigurosamente, los cuales no eran otros que lbs que tradicionalmente les exigia a todos los duefios de haciendas en Puerto Rico, a saber, fomentar las practicas religiosas; estar en actitud vigilante respecto a la ensefianza de la doctrina cristiana; cuidar muy particularmente de corregir los abusos que se cometieran en su jurisdicci6n territorial, para lo que, de ser preciso, pod:la solicitar el concurso o ayuda del diocesano y del gobernador para proveer el pertinente remedio; y la de atender al decoro de las iglesias o capillas que se establecieran en sus tierras. Con referenda al pago de los diezmos y demas imposiciones eclesiasticas el rey determin6 que deb:la continuarse "sin hacerse sobre este punto Ia mas pequefia novedad". En el orden juridico y espedficamente en el piano de la administraci6n de la justicia, la solicitud del duque para que el conocimiento en primera instancia de todas las causas promovidas por los pobladores de sus tierras fuera privativo del gobernador fue atendida favorablemente. En efecto, el monarca hubo de acceder a ello aunque en forma condicionada pues provey6 que tal jurisdicci6n se ejerciera "con sujeci6n a la Audiencia de ese distrito en los casos y cosas que corresponden conforme derecho". Como cierre a la relaci6n de las pretensiones del duque de Crill6n, tenemos las de naturaleza militar. Estas se orientaban a procurar significativos privilegios que implicaban el establecimiento de precedentes de vasto alcance. Pretendfa el duque que los arrendatarios , as:! como el resto de Ios demas operarios dedicados a cultivar sus diecinueve mil cuerdas, quedaran exentos, por un termino .de veinticinco afios, de prestar servicios en las milicias existentes en Ia isla, tales, 63
las Urbanas y las Disciplinadas, as{ como que fueran relevados de "bagajes y dermis contribuciones del real servicio". Tai reclamo significaba que los asentados en sus tierras no habrian de tener obligacion alguna de indole militar, quedando consiguientemente en una posicion ventajosa respecto a los demas habitantes de la isla, a quienes en determinadas circunstancias se Ies podia urgir sirvieran en los aludidos cuerpos milicianos y cumplieran con las correspondientes obligaciones del real servicio. Habida cuenta de que no convenia a Ios intereses reales en la isla el conceder el aludido privilegio, el monarca desestimo la solicitud, por Io que los arrendatarios y trabajadores agrkolas al servicio del duque
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hubieron de quedar suj~tos, en igualdad de condiciociones que el resto de los habitantes de la isla, a Ia prestacion de los referidos servicios y al exactQ cumplimiento de las demas obligaciones militares que Ies fueran impuestas. As{ pues, tocaron a su fin las pretensiones de don Luis Balbo Bertone, duque de Crillon. Pero en el decursar de los afios y como una proyeccion o consecuencia de las complejidades de que nos hemos ocupado, aun encontramos, bien entrado el siglo diecinueve, que las tierras que dieron ocasion al primer ejemplo de latifundio absentista en Puerto Rico seran objeto de reclamaciones y litigios por parte de la corona, del gobierno insular y de la sucesion del duque de Crillon.
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MoNSITA FERRER
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RECUERDOS DEL P ASADO DANZA
t INSTITUTO DE CULTURA PUERTO_RRIQUE~A San Juan, Puerto Rico 1963
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SEPARATA nE Mus1cA
de la Revista del Instituto de Cultura Puertorriqueiia Num. 18