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y del Valle
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4 de 4 EL al PA
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y
TIOS
¿per
LA CIENCIA DEL LENGUAJE. -
1
Entre los atributos que distinguen
los demás
séres de la
creación,
el lenguaje, sin el cual las
“al hombre
.es el más
facultades
de
infportante
anímicas
serían
infecundas. Mediante él expresa el hombre la ¡vida total del espíritu y revela la unión sustancial de los elementos que constituyen su personalidad. Estudiar,
pues, el lenguaje
es estudiar la
vida
de sus más amplias manifestaciones.
humana en
o
una
- A pesar de su excelencia é importancia, el estudio del lenguaje no llegó á constituir hasta nuestros dias un completo sistema científico, pues las investigaciones que acerca de cada idioma han llevado á cabo los gramáticos antiguos son tan empíricas y rutinarias .que no merecen la consideración de ciencia: Entre el es-
tudio del lenguaje, como
hoy se expone en las princi-
pales obras filológicas, y los conocimientos
de épocas
anteriores,
media *la misma
- existe entre la Alquimia y la Química, la Astronomía.
-
lingiiísticos
diferencia
que
la Astrología. y Pla
En la historia de toda ciencia, especialmente in-
meo.
+
- REVISTA
PUERTORRIQUEÑA.
» Quctiva, se distinguen tres períodos: el del empirismo, el de la clasificación y el de la teoría, Primero es rez coger los hechos, después compararlos y clasificarlos, y, por último investigar sus leyes y naturaleza. Cuando,
como ha sucedido con frecuencia, se altera
este orden,
que es una necesidad del entendimiento : humano,
construyen
hechos
sistemas
antes
de
recoger y
se cae en utópicas doctrinas
y se.
comparar
y en
torpes
los
erro-
res, Cuya corrección es difícil, cuando no imposible. Tal ha sucedido á los gramáticos antiguos, que ni. habían podido recoger suficientes datos para la clasificación ni permitían ensayar ésta las preocupaciones de raza. Los mismos filósofos y gramáticos del Renacimiento y de los siglos posteriores que tantas y tan laudables tentativas hicieron para la comparación de los idiomas, incurrieron en gravísimos errores, por carecer del conocimiento
de la lengua
y literatura de
los brahmanes,
una de las principales bases de la filología contemporánea. Estaba reservado al siglo XIX realizar una obra que, indicada en la famosa apoteósis de los Vedas é iniciada en el siglo XVI por Enrique Stéfano, tuvo sú completo desarrollo en la moderna escuela histórico-comparativa. Narrar, aunque sumariamente los principales trabajos lingiiísticos desde época remotísima hasta
_ huestros dias, demostrando así la exactitud de nuestras
:
precedentes afirmaciones, será el objeto de éste primer artículo. Pero antes debemos llamar la atención de nuestros lectores acerca que vamos á tratar.
del
nombre
de
la ciencia de
Algunos, alterando la verdadera significación: de la palabra griega lógyos, la denominan Filología comparativa
Ó
simplemente
filologín.
Otros,
atendiendo
á
los principios comunes que rigen á los idiomas, y no teniendo en cuenta la historia comparativa! de los mismos, la apellidan . gramática general, “filosófica 6 universal. En Alemania, cuna de la filología contem-
poránea, se conoce con los nombres de glotología, fono.
LA CIENCIA DEL LENGUAJE.
logía, etimología, con
los
cuales
sólo
7
e
se designan
cada
una de las partes de aquella. ciencia. El nombre de lingúrstica, dado por muchos autores franceses, és de | formación esencialmente moderna y puede aplicarse lo ES mismo al estudio comparado de los idiomas como áotro cualquiera que diga relación á la lengua. Nos= otros, siguiendo á Max Miller y Schleicher, le con- +: servamos el nombre que sirve de epígrafe Á estos | artículos. Comenzando
la historia de la lencia del. lenguaje
por la antiquísima India, notaremos que los. brahma-. nes elevaron la palabra á la categoría de una divinidad, aplicando su nombre al Brahman supremo), y conci-. biendo la magnífica apoteósis que leemos en los Vedas. | Los trabajos gramaticales de los brahmanes datan del |
siglo V antes de la era vulgar, en la-cual
- trabajos lingúísticos de los brahmanes,
lugar la gramática de Panini, utilizadas por los más notables Al espíritu griego que en Íntima conexión de la palabra problema del lenguaje debía atrayendo primero las
mae ;
época tuvie-"
ronya la idea de- reducir su lenguaje á un corto número de raíces; «obra que en Europa no fué: intentada hasta el siglo XVI por Enrique Stéfano. Entre los
ocupa el primer :
cuyas doctrinas fueron indianólogos. +. la voz lógos significó la con el pensamiento, el imponerse, y se'impuso,
especulaciones
de
los filósofos
y después las investigaciones de los gramáticos. Pero los filósofos griegós, entre los cuales merecen recordarse principalmente Platón y Aristótoles y los estóicos, estudiaron el lenguaje no en sí y por sí, sino en. sus íntimas relaciones con el pensamiento, por lo que sus trabajos fueron más bien lógicos que lingúísticos.. Desconocedores de los idiomas extranjeros, á los cuales -
por desprecio calificaban
. tenían suficiente número
de
parativo del lenguaje, ni aun
su propio idioma:
porque,
bárbaros,
los griegos no
de datos para el análisis com-.
para
el conocimiento
de
como observa Goéthe, para | ||
V
p
| '
|
|| | E
|
+
158
-
¡REVISTA PUERTORRIQUEÑA.
conocer la lengua
:
propia es necesario aprender ¡uná
extraña. A ellos, sin embargo, se deben los térininos que constituyen la “nomencl- at gtama ur tical a. Á pesar de las profundas investigaciones de varios filólogos contemporáneos, no puede precisarse quién fué el primero que empleó los términos gramaticales y esta-
bleció la distinción entre las diferentes bras;
*
clases de pala-
Es cierto que ya Platon. consideraba
>
|
como
partes
ni
éste ni
distintas el nombre y el verbo, y que Aristóteles añadió
á éstos las
conjunciones
y artículos;
pero
aquél hicieron gran aprecio de las formas del lenguaje, atentos más bien á las del pensamiento. Para asistir al verdadero nacimiento del arte gramatical es hecesario trasladarse del período perícleo 4 la época alejan-
- drina, en la cual Samotracia
Zenodoto
hicieron
- sobre los poemas homéricos. á cabo los primeros
de
estudios
trabajos
Efeso
críticos
y Aristarco. de
y comparativos
En esta época se llevaron gramaticales,
es
decir,
sé
distribuyó el lenguaje en categorías generales, se dis- . tinguieron las diferentes partes" del discurso y se in-
ventaron los términos gramaticales, ' Faltaba sólo fundir y reunír todas
PERO estas doctrinas
en un solo libro; trabajo que llevó á cabo Dionisio el Tracio, discípulo de Aristarco, primer profesor público dé lengua griega en Roma. Antes de él Crates, adversario del crítico alejandrino y embajador de Atalo , rey de Pérgamo,
había
dado
algunas
lecciones
(grie-
go akroúseis) de lengua griega á los principales jóvenes romanos. : E También
y Varrón,
Lucio Elio Stilon,
Servio
Clodio,
Pupilio, maestro de Horacio,
Servio dieron
maestro
Nicanor
de
públicas
Cicerón
y Orbilio lecciones
de gramática, con euyo producto ¡algunos vivían deco-.
rosamente.
>
|
E:
. Con la gramática práctica - y elemental de la lengua griega, publicada por Dionisio, . coincidierón los »
| |
LA CIENCIA DEL LENGUAJE,
E
E
|
| E
trabajos de Lucilio sobre reforma
libro de Cesar
cuatro libros. que
acerca
ciencia gramatical.
de
la
Varron
0
de la ortografía,
analogía
escribió
y los veinte
acerca
de
e
toda la.
Con la obra de Dionisio el Tracio
el cuadro de la gramática quedaba terminado, pues, los escritores.posteriores, sile han mejorado * y perfeccionado, nada nuevo han añadido.* Apolonio Discolo, enel siglo 2% Elio Donato, maestro de S. Jerónimo, en el 42, y Prisciaño, en el 6, en la córte de liada
«han publicado importantes trabajos
gramaticales, pero
nada añadieronal tecnicismo y doctrinas consignadas en el libro de Dionisio. El libro de Prisciano ejerció una ran Influencia en todos los trabajos gramaticales de la Edad Media y en los publicados en nuestros dias, excepción hecha de los:que pertenecen á la: escuela his-
E
tórica-comparátiva. “¡La gramatica latina, diremos con Pezzi, que. se enseña en nuestras escuelas es esencialmente
todavía
ciano!”
la gramática de Donato
y Pris.
|
E
- El cristianismo, rompiendo las barreras que separaban los pueblos, sustituyendo la palabra bárbaros con
-la evangélica
de hermanos,
por todo el orbe,
echó
los
propagando
primeros
la nueva fé
cimientos
de la
ciencia del lenguaje. . “Cuando se ha aprendido, decía' Max Miiller en una de sus conferencias, á mirar todos los hombres como hermanos, entonces y sólo entonces la variedad del lenguaje humano se presentó como
un problema que exigía una solución á la vista de observadores inteligentes, y por esto yo fijo en -el primer.
. día de Pentecostés el punto de partida real de la ciencia
del lenguaje.” | , | Sin embargo, en los primeros siglos del cristianismo y en toda la Edad Media esta ciencia no cuenta con notables progresos. Es cierto que las. invasiones sarracenas y
- eruzadas, él comercio con
mongólicas,
estímulo á investigaciones
los pueblos
las misiones,
lingiiísticas,
las
orientales, eran
pero
no lo es-
7
153
REVISTA PUERTORRIQUEÑA. ci
ménos que los que sé consagraban á. tales estudios eran movidos por fines religiosos, políticos 6 comerciales más bien que por el deseo de penetrar. en la: naturaleza y estudio comparativo del lenguaje humáno. Es notable, no
obstante,
en la historia
de
la filo-
logía el concilio celebrado en Viena el año 1311, en el que Clemente V dispuso la creación de varias cátedras de lengua hebrea, árabe y caldea, de las .cuales sálieron distinguidos profesores como Lauro Quirini, Crestone y otros.
La
y)
toma de Constantinopla por los turcos: otoma-
nos, haciendo huir dé la antigua
Bizancio
griegos, contribuyó poderosamente
á los sabios
al desarrollo y pro-
greso de la filología, porque despertó la afición 4 los estudios clásicos y -por lo tanto «al del idioma griego. Perion, Enrique Stéfano, Roccha, MegisGuichard, Scaligero y tantos otros escri-
tores del siglo XVI y principios del XVII, consagráron
su actividad y genio á la comparación de los idiomas entonces conocido. | dal La Reforma por su parte, poniendo de trepa á Católicos y Protestantes sobre la interpretación de| un
e
Bibliander, ser, Duret,
libro oriental y semítico, la Biblia, dió lugar á importantes que
estudios
resultaron
sobre
las. lenguas
las Políglotas;
- mérecen citarse la
Complutense,
orientales,
de! los
y éstas, entres las. que la Antverpiana
y la
Waltoniana, originaron preciosos léxicos, profundas disertaciones, importantes trabajos hermeneúticos y comparativos. | A pesar de tantas obras y de tan profundas investigaciones, la ciencia del lenguaje no encontraba q
sus, verdaderos fundamentos, y era que. un estraño error viciaba todas las investigaciones, haciéndolas infe-
_Cundas.
Creíase entónces, y aun hoy creen algunos, que
- el hebreo con su pobreza de derivación y casi completa
carencia de composición era la lengua humanidad y por L
lo
tanto
la madre
"primitiva
dela --
de la griegay Q
LA CIENCIA DEL LENGUAJE,
4
-_
| latina, tan ricas en compuestos, tan claras y armoniosas á la vez. Estaba reservado al más cálcbre filóscfi del ile XVIII combatir esta creencia engendrada por el respeto
ála
Biblia.
“Tanta
razón, decía
Leibintz,
hay
para: mirar el hebreo como la lengua primitiva de la humanidad, como para 'adoptar la opinión de Goropio que publicó en Anveres, en 1580, un libro cuyo
demostrar que el paraiso.” No se cesidad de seguir principios que en ' nión se dirigió á
objeto
era
holandés fué la lengua hablada en el contentó con ésto; proclamó la neen el estudio del lenguaje los mismos las ciencias exactas. Fiel á su opi- + los misioneros, viajeros, embajadores,
príncipes y emperadores para recoger el mayor número
de datos relativos á los idiomas más desconocidos. Es notable -la carta que en 26 de Octubre de 1713 dirigió
al emperador de
Rusia,
suplicándole. mandara
traducir. en los idiomas de todos sus súbditos dominical ut omnis lingua laudvt Dominum. fecundo del filósofo alemán, que estudiaba éxito la historia, teología, jurisprudencia, matemáticas, no pudo, sin embargo, realizar tesca obra que había concebido; empresa que distinto éxito llevaron á
cabo
Hervás,
la oración El genio con dual filosofía y la gigancoh muy
Court
de
en
1809,
Ge-
belin, Adelung y Catalina la Grande.español
Hervás,
muerto
es
quizás uno de los que más han contribuido á los progresos de la filología contemporánea. Como misionero en América, recogió importantes Historias de más de trescientas lenguas, compuso la gramática de unas —Cuarenta y fué el primero que atendió en la clasificación de los idiomas á la afinidad gramatical más bien que á las relaciones lexicales. Sus obras,'escritas primero en italiano y traducidas después al español, son muy poco consultadas á pesar de sus* prerlonas inves- ,
tigaciones.
Court de Gebelin, en su Mundo po
sigue, al
e.
El jesuita
- * REVISTA PUERTORRIQUEÑA,
de E. j
! datos
- jesuita español, al cual fué inferior en riqueza de
y en novedad de teorías. =. Et: Mitridates de Adelung,
defectos, un gran trabajo
es,
de “colección, en
lenguas están ya distribuidas
b
á pesar. de
en grupos,
su
el cual
D
160
las
y se hace la
historia y descripción de cada una... 2] Catalina de Rusia, heredera del trono y de las idéas del fundador del imperio moscovita, fué una de las protectoras de los estudios lingiiísticos. Siendo gran du-
quesa, se consagró á la compilación de un diccionarioi
universal, siguiendo el plan que el filósofo alemán hab Í a
trazado á su predecesor Pedro el Grande. La fitunque en los trabajos de los filólogos ente: rados hay valiosas investigaciones, se anotan sorpren-
dentes afinidades
y se abren
nuevos
horizontes 4. la
ciencia del lenguaje, ésta no encontró sus verdadefos fundamentos hasta que se dieron á conocer en Europa los tesoros de la lengua sagrada de los Aryo-Indips. Ántes del descubrimiento del sanscrito, la filología realizaba empresas gigantescas en los trabajos de Bi=
bliander,
Escalígero,
Stéfano, Vosio,
Hervás,
Adelung,
Vater y tantos otros; pero, desprovista de verdadera base, merecía de Voltaire esta desdeñosa definición: “una ciencia en la cual las vocales no hacen: nada y _las consonantes muy poca cosa.” id No cumple á nuestro propósito el narrar la histofia del conocimiento del idioma de los brahmanes en Europa, y basta sólo hacer presente que, si bien las relaciones entre indios y musulmanes fueron frecuentes desde el bjglo X al XVII, y Filipo Sasseti, mercader florentino del
siglo XVI, Roberto de Nobili y Hanxleden, misioneros
jesuitas,
conocieron
sanscrito, no se tuvo
más
ó
ménos
gramática
perfectamente el.
de este
idigma
hasta
que el docto carmelita alemán Paulino de S. Bartolo é| publicó en Roma su Gramática Sanscrdámica. Por. este mismo tiempo Villian Jones, fundador de la So-
ciedad asiática de Calcuta,
—
o
a
—
>
=+
A PA T
empezó
la publicación
de
LA CIENCIA DEL LENGUAJE.
algunos textos
sagrados
e
y filosóficos
36
de la India, y
sentaba quizás el primero las estrechas afinidades del. griego, latin, céltico y slavo con el sanscrito, Los trabajos de los ingleses Wilkins, Colebroke, Wilson, Forster Hamilton y de los alemanes y franceses Fauriel, Langles, Chezy y otros
fueron preciosos
materiales para lá comparación de los idiomas que hoy
conocemos con el nombre de indo-europeos ó aryos, Aunque en mucho tenemos el mérito del libro de Federico Schlegel “sobre la lengua y sabiduría delos
indios,” creemos hiperbólica
poeta
alemán
como
el
la frase que considera -al
Cristóbal
Colón
de
la
Eilo-
logía contemporánea. Tal honra, si cabe, sólo puede concedérsele al inmortal Francisco Bopp, sabio profesor de Berlín, que fué el primero que publicó una compara- |
ción completa y detallada de'los idiomas aryos.
semíticas
han-
tenido
siglo ilustres cultivadores, como Gensenius,
en
Ewald,
este
Or-
chell, García Blanco, Lepsius Ascoli, Simonet, Dozy y
Otros,no han encontrado
aun
el” genio
superior
que,
como Bopp en las aryas, haya logrado rechazar la com-
.paración completa y establecer la unidad
de raza. t
Es
E INDIE ASEN TOR
e
EE, 4
,
ae ANS
% E
AN Ls
q
ah
RE IA
O
Meirinal,
corresponde la gloria de haber notado algunas corres. pondencias gramaticales y léxicas entre el griego yel ' sanscrito. A semíticas
ñ
|
y
Mit
piamente denominadas turanias. Hay no obstante quien opina que al a _rofanti, ilustre prefecto de, la biblioteca del Q
Si bien las lenguas
5
y las impro-. 4
las
,
tivado con no ménos éxito
ER
tantos otros cultivaron cón éxito la nueva: ciencia. Si bien el descubrimiento del sanscrito hizo fijar más la
atención de¿lo los filólogos: en las lenguas denóminadas ¿ l Sd : : indo-germánicas, no, faltaron ingenios que hayan cul-Led
PUN
A s
trabajos filológicos.
Grimm, .Pott, Weber, Benfey, Dietz, Schleicher, Oppert, Curtius, Muller, Lassen, Ascoli, Chavée, Bournouf y
*
los
se multiplicaron
Y
profusión - inconcebible
05
aparición del libro del filólogo alemán,
con
Desdela
162
REVISTA PUERTORRIQUEÑA.
|
cierto que Renan concibió el proyecto de una “Histotia
general y sistema comparado de las lenguas semíticas,”
pero no lo es ménos que sólo ha llegado
á publicar
primera parte y que ésta dista mucho de probar
nidad
lexical entre los citados
idiomas.
parte de los autores referidos más han
La
la
'la
afi-
A
mayor
atendido á esta-
-
blecer las analogías y diferencias entre el hebreo! y el sanscrito que á estudiar la comparación de aquél con :
Como observa
tn
A
el fenicio, árabe, sirio, 'caldeo, etc.
e
distinguido maestro nuestro, no podrá establecerse!la relación entre las lenguas griegas y semíticas, mientras | éstas no tengan su gramática comparativa y no se fe-
co
ptes
A
constituyan los tipos primordiales de ambos grupos. Í Aunque distinguidos filólogos han consagrado [su actividad á los demás idiomas conocidos, los os han sido aun menores que en las lenguas semíticas y rTyas. Desguignes, Sacy, Champollion, Lepsius, Rougée, | Schwartzee y Bunsen estudiaron con fruto la lengua! y, la literatura de los misteriosos egipcios; Kdlaproth,
Remusat, St. Julien fueron profundos conecedores del : chino; Alejandro y Guillermo Humbold, Lassen, Busch-:
mann y Ludwig emprendieron el estudio de los idiomas americanos y uralo-altáicos. Pero todos estos sabios do-
lamente lograron darnos conocimiento más ó ménos perfecto de los diferentes idiomas, sin' realizar la histo ia comparativa de los mismos, objeto primordial de la fil
logía contemporánea. No sucede otro tanto entre cultivadores de las lenguas aryas, pues desde que Bopp publicó el “sistema de la conjugación de la lengha Sanscrita comparada
latina,
persa
con
el
g ermánica,”
de
las lenguas griega! y .
apareci eron pa
obras sobre cada uno de los idiomas
aryos.
famosa “Gramática histórica de la lengua
Grimm, autor de la ley del mismo nombre,
innumerables E
- Desde !la alemana”
de
hasta. Bra-
cheque acaba de publicar la “Gramática histórica de la multitud de
tex-
LI CER
enumeración fuera
PS
cuya
léxicos,
%E
tos y gramáticas particulares,
1
lengua francesa” se registran
DA
2
LA CIENCIA DEL LENGUAJE...
1
163
| ES prolija. - Por citar sólo los más eminentes autores, diremos que en los estudios indianistas, además de Benfef, Bopp y los dos Schlegel, se cuentan hoy Flechia Gorresio, Lassen, Max Miiller, Rossen, Westergard; queen el.
campo
iranio han realizado
trabajos admiralles
nouf, Justi, Rawlison y Spiegel;
que
en la
greco-itálica han sobresalido Aufrecht,
ssen, Curtius, Meyer,
glotología
Biicheler,
Kirchhoff y Mommsen;
las lenguas aryo-germánicas,
Bour-
célticas y slavas
(Cor-
y que en
se han
hecho célebres Grimm, Hildebrand, Lówe, Ebel, Stokes,
Zeuss, Miklosich, Schleicher y Windisch. Antes
de
terminar
esta
breve
me
reseña,
debemos
manifestar que España, patria del ilustre obispo autor de Las Etimologías y del jesuita Hervás, uno de los más notables filólogos, no contó después cultivadores” . . S . ] - de esta ciencia que tantos benefi cios ha report ado á2 la historia primitiva de los imperios y nacionalidades. Es cierto que Orchell y García Blanco, hebraizantes, Simonet y Gayangos,
arabistas,
Bardon y Isoz,
helenistas, son honra y prez de nuestra patria, pero no lo es ménos que sus trabajos adolecen de la falta de comparación y no han ejercido influencia alguna en los progresos de la nueva ciencia.
Felizmente la creación de
la cátedra
de' sanscrito
en la Universidad Central y la introducción de las principales obras filológicas
extranjeras
despertaran entre
nosotros la afición á esta clase de estudios. ?
ALVAREZ PEREZ.
3
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FÍSICAS, INTELECTUALES
Y MORALES, EN
-
e TZ
Entre '|
puede:
PATOLÓGICAS.
las diversas enfermedades
contraer,
El¿hay
algunas
que
IRAN
CONDICIONES
que
sean
el hombre
exclusivas
al
Campesino? No ciertamente; pero es innegablque e el grupo rural se encuentra sometido á influencias dis- . _ tintas de las del grupo urbano, y por lo tanto sus aptitudes morbosas han de
ser
diferentes.
El hombre, en
general, es apto para contraer cualquier dolencia. Por” por lo que tiene de uniforme el organismo humano,d mejor dicho, de idéntico en lo
fundamental, en- toda la.
especie, la morbosidad afecta por
'divíduos; ser
pero por cuanto cada
en lo fundamental idéntica
obstante,
igual
persona, á su
diferenté en lo accidental,
á todos los
sin
dejar de
congénere, es, así
como
in-
en
no cada
AAA
AA
* Esta obra obtuvo el primer premio de la sección de Ciencias Morales en el último Certámen del Ateneo Puertorriqueño, á propuesta del Jurado de la Asociación de Escritores y Artistas, de Madrid. . | pels
AA . 0.
(CONTINUACIÓN).
NA .
a
-
CAUSAS QUE LAS 'DETERMINAN Y MEDIOS PARA MEJORAR
: AA A AAA PA
A
SUS CONDICIONES
y
EL CAMPESINO PUERTORRIQUEÑO.*
EL CAMPESINO PUERTORRIQUEÑO. da familia existen rasgos diferenciales, y en las razas caractéres especiales qu: las distinguen entre sí, las condiciones de morbosidad son variables para el indivíduo, la familia y la raza. E - Todos los, antropologistas convienen en que ciertas razas están más predispuestas que otras á adquirir un estado morboso dado; y que indivíduos de la misma raza adquieren aptitudes que les hacen indemnes para
ciertas enfermedades á que- otros pagan tributo. Sin lr más lejos, todo el mundo sabe que la edad es bastante para
modificar las aptitudes
patológicas; no
se
. padecen en la infancia, las enfermedades que en la edad adulta
y en la vejez;
en cuanto al sexo, las
diferencias
morbosas son aún más notables. * Pero de-todas las causas. capaces de ocasionar aptitudes distintas para adquirir las. enfermedades, ninguna tan digna de atención como el medio, que si. es - acción modificadora importante, también puede constituir un elemento perturbador del organismo.
Sabido es que la ciencia mesológica es de gran importancia en la Sociología; pero no lo es ménos cuando se trata de patología humana; la Geografía médica, por ejemplo, estudiando la influencia morbosa
ejercida
por los agentes meteorológicos sobre ¡el hombre, -la influencia del clima, etc, nos dá la clave de muchos hechos que observamos. El hombre no puede llamarse cosmopolita, en el sentido de
poder
habitar
este ó aquel lugar
del globo;: es sabido
no prospera sacándole
atenernos á las ricanos,
en
si
por
menoscabo
impunemente
de los
observaciones acaso resiste
de
su
trópicos,
para su salud
que
el negro
y si
hemos de
de los higienistas amefísicamente
inteligencia;
en
al
frio, es
el estado
de
Maine parecé que se encuentra 1 loco por cada 14 negros; estadística horrillemente dolorosa, que demuestra
que en las regiones del Norte no puede
prosperar esta
raza. ?y
: rrenanii
186
ete det
REVISTA PUERTORRIQUEÑA.
Las mismas enfermedades tienen sus
hasta sus países;
como, por ejemplo,
observado
algunas
la
más allá
cretinismo
á más
no'
fiebre “amarilla
común
de 1000 metros.
en
estaciones y
de ciertos límites,
que
no
se ha
de, los 928 metros de altura, ni 'el
cen en algunas regiones. * El
tan
salen
nuestra
cabo de Nueva Esperanza.
Isla,
Otras
paludismo,
no
no
se
cono-
por ejemplo,
se encuentra A
en ¡el A
Las mismas relaciones mútuase los entre sí, modifican la patología de una regi hombres ón, y en
este
punto
Conviene
señalar
el hecho
de
la desas: trosa influencia que ejerce la invasión de la raza blanca sobre las razas inferiores. Todo el que se dedicaá estudiar estas cuestiones de patología étni ca, sabe qhe
en las islas Sandwich,
en Nueva
Zelandia,
en
las
Marquesas, en toda la Polinesia, tanto en la orie ntal como en la occidental, la presencia del europeo ha guida de una despoblación notablemente rápi sido seque nos hace recordar la cuestión del núm da, hecho, ero de ha-
bitantes que, segun
los primitivos historiadores,
tenía Puerto Rico en la época del descubrimiento. Posible es que existiese aquí tan crecido número de indígenas, y fundamos nuestra creencia en los ejempl os análogos que nos ofrece la historia contemporánea. | El capi Zelandia
tán Cook en
400.000
sino 56.049;
1778
maorís;
encontró: en
el año
ros en las Marquesas,y en 1858 2.500;
de Taiti, 7.212.
Forster
y en
1858
Porter en 1813 encontró calcula
1857
en
M.
20.000
la estadística
Estas elocuentes
no
19.000
Jouan almas
la Nueva
quedaban
guerré-
sólo halló
la población
oficial sólo arroja
cifras de hechos
ocurrido
s én nuestros dias dan apoyo á dicha opinión. CE Puerto Rico pudo. ser despoblado en: tan A 'poco tiempo, no obstante ser numerosfsima su pobl dígena. Ya antes hemos enumerado rápida ación: inmente multitud de causas que lo explican; pero además de ellas existe esa extraña influencia de que
”
hablamos, - ejercida
EL CAMPESINO PUERTORRIQUEÑO.
|
a
16) .
Ll PE
por la raza blanca, influencia que se traduce por una mayor mortalidad y por el descenso dela natalidad
- que llevan al aniquilamiento la raza inferior. |
Despréndese de todo cuanto
llevamos
la morbosidad en la especie humana
. humerosas causas;
por lo que se refiere
borinqueño nos habremos de ocupar
morbosas que
consagrándole
lo afectan
atención
preferente
tudiamos.
segun
ál campesino
de las entidades
«actualmente
modo general actúan sobre el total
dicho, .que
es: variable
desde
á las
que
del grupo
2d
- . Hay en esta cuestión involucrada
la niñez,
de
un
¡que es-
Moda
otra primordial
z
para el porvenir de este país. ¿Cuál es la raza que puede vivir en mejores condiciones en él? Cuestión ajena á este trabajo, pero á la cual la patología puertorriqueña lleva un contingente de datos preciosos.
:/ X de
Abordémos este análisis de la patología puerto_rriqueña dentro de los límites que á nuestro problema interesa. . > . | PATOLOGÍA DE LA INFANCIA.
»
Existe un cierto número de enfermedades que, por ser de las que invaden al hombre durante los: primeros dias de su existencia, constituyen un grupo patológico especial de la infancia. Acerca de esta parte de la patología general expondremos algunas breves consideraciones
que juzgamos pertinentes al asunto que
nos
ocupa. TS El acto fisiológico más importante de' cuantos - verifica el organismo de la mujer, aquel en que la vida misma
está comprometida, es,
sin duda,
la maternidad.
Entre algunos pueblos salvajes, el solemne momento de dar vida á un nuevo sér no parece que tenga mucha mayor importancia para la mujer que para las hembras
de los animales irracionales; no solamente
carece de
s88
sérios peligros
y-no: exije
hombre,
rodeado.de un
precauciones,
sino
que el, tempus. puerperii en nada se diferencia de las épocas : comunes; pero tratándose de la mujer civi circunstancias varían radicalmente. La civi lizada las ha hecho de la mujer algo más que la lización que hembra del la ha
medio,
artificial
si. se quiere, y criticable bajo otros aspectos, al cual se ha amoldado su organismo, * y por ello, la que madre, debe ser objeto de ciertas atenciones, va á sersinó queremos
comprometer su vida y la de su hijo.
sus
Ahora
hijós
bien,
la campesina
rodeada
de
persona idónea la asiste;
pésimas
puertorriqueña
ignorancia suele
á lo sumo
correr
dá
condiciones.
parejas
á luz
Ninguna
recibe
dos de alguna curiosa, con. pretensiones de
cuya
Ej
los cuidacomadrona,
con su atrevi-miento para propinar brebajes .inconvenien tes, y que és incapaz de servir debidamente á la madre en el dolo roso.
trance, ni al niño-
en los
tos difíciles y delicados
primeros momentos,
á veces,
en que la
momen:
cria
tura que viene al mundo necesita solícito y racional tratamiento sin el cual aquella nueva vida quizá se extinguiría en sus albores. Prescindamos,
:
por
z ahora,
que acarrea esto á las madres;
|
de - los
aaz inconvenientes
en cuanto á atañe, se comprende fácilmente la perniciosa. los niños influencia de semejantes circunstancias; pero si á ellas añadimos la ignorancia de las madres campesinas, mucho mayor ha de ser el riesgo que corran las criáturas que vienen al mundo en nuestros distritos rurales, | La asfixia de los recien nacidos, por ejem plo, esa muerte aparente en que la respiración está. detenida, ó se verifica de un modo imcompleto ó irregular, debe ocasionar bastantes víctimas; sobre todo la asfixia que depende de las enfermedades debilitantes' de la ó es la consecueneia de la debilidad orgánica madre, de los padres, que por cierto son los casos en que el proceso morbos o es más grav e. A :
|
:
as
4
a nn
REVISTA PUERTORRIQUEÑA.
EL CAMPESINO PUERTORRIQUEÑO.
aby
Otra dolencia que exije científica solicitud; es la hemorrágia umbilical, accidente que no debe ser raro entre los hijos de los. campesinos, que por lo general ción
heredan de sus progenitores uná organización pobre.
Entre
-
ellos hemos tenido oportunidad de observar,
si no con más frecuencia que en otras clases sociales con
la misma al ménos, casos de supuración y ulceración del ombligo.
Lo mismo
decimos
de
la hernia
umbilical;
«si bien es preciso anotar que esta enfermedad es mucho más común en la raza de color; casi es general entre los negritos.
Sábese
que
las
criaturas
flatosas,
á causa del dolor que experimentan durante los cólicos ventosos de que sufren, lloran con violencia y á menudo;
á esta causa obedecen
pero otros
son debidos
algunos casos
de hernias;
á la' lentitud con que se des-
arrollan las paredes abdominales,
y tal. vez
tanos, mocesuelo, es la que
mortalidad
4 esto se
deba la predisposición mayor con que las padece la raza negra. Pero de todas las enfermedades que el ¡niño puede adquirir en los primeros dias de su nacimiento, el témayor
en la población infantil: puede
miento
es endémico
en Puerto
decirse
que
ocasiona
el padeci-
Rico.
Hasta ahora se ha venido atribuyendo su produc_ción á cambios atmosféricos, á irritacciones nerviosos,
etc.; hoy comienza á señalarse otra causa, parasitaria, que se ha creido encontrar en el suelo de las cuadras y lugares análogos en donde. habita el caballo. No hemas de discurrir en este momento acerca de la procedencia equina del tétanos en general, limitándonos 4
señalar la nueva
hipótesis;
pues sea de
esto- lo que
quiera, el hecho es que tanto al influjo de los cambios atmosféricos, cuanto á la infección del'suelo por la vecindad de sitios frecuentados por caballos, está más expuesto el recienacido en el pobre bohío del jíbaro, que el que
viene al mundo
rodeado de otras comodidades.
c
Citaremos la ictericia por ser enfermedad frecuente y +
10
REVISTA PUERTORRIQUEÑA.
entre los niños,
y la oftalmia purulenta,
de desastrosas
consecuencias cuando no se cuida; afección esta última propia de los hijos de madres linfáticas y de constitu-
ción débil, y que es, por lo tanto, muy común en la fa-
milia rural puertorriqueña. | Las enfermedades de que hemos hablado hasta ahora no son todas las que puede padecer el niño; por desgracia éste no sólamente tiene su morbosidad propia, sino que dicha morbosidad és considerable. El niño es un tipo fisiológico especialísimo, que tiene
una salud muy quebradiza; las estadísticas lo demues-
tran, enseñándonos que el obituario de la infancia suma
cifras mucho más altas
. €s cierto en de personas social están Hemos
que el de los
adultos.
- Si
esto
general, ¿cuánto más no lo será tratándose que por su-modo de vivir y por su posición más expuestas que otras á enfermarse? ) visto en la enumeración anterior, la aptitud
morbosa del hijo del
campesino
de su vida; continuando este
en
los
breve
primeros dias
análisis,
indicare-
mos los desórdenes patológicos de que es más susceptible durante todo el período infantil. Empezando por
las
enfermedades de
la
La
no
tan
tan
piel,
se
ofrece desde luego á nuestra consideración el grupo de los exantemas agudos y contagiosos, que son: Escarlatina,
frecuente
ni
como en otros climas. Suele, sin embargo, secuela, en muchos casos, la enfermedad de
grave
traer por Bright;. si
bien creemos que se deba más á destuidos en el régimen, que á la malignidad de la afección principal. El Sarampión,
tampoco se presenta,
de
ordinario,
en sus fórmas graves; pero á consecuencia de-las preoCcupaciones y erróneas creencias del vulgo, ocasiona bastantes víctimas. Créese en el campo, que el sarampión no debe tratarse guardando cama el enfermo, y que si el exantema brota estando al aire el niño, es _más peligroso recogerle que dejarle pasar la enfer-
medad á todo viento; así, como
cuando v
empieza el ca-
EL CAMPESINO PUERTORRIQUEÑO.
ty
_ tarro que precede al sarampión, si el niño no está muy abatido no quiere estar en la cama, y por lo general pasa al aire su enfermedad; de aquí las retropulsiones
del
exantema,
y
las pulmonías;
con
este
sis-
tema coincide una alimentación pésima y el uso de remedios que descomponen el vientre, los desórdenes intestinales sobrevienén, el enfermito se demacra,- la fiebre persiste y el niño. sucumbe de consunción. : La Viruela suele presentarse en sus formas graves; pero también mueren más niños víctimas de las preocupaciones paternas, que por la enfermedad en sí. Tiene
el vulgo la creencia, lo mismo en los campos que en las
ciudades, de que
los médicos no
saben curar
la viruela.
De aquí el frecuente uso de remedios caseros internos y externos;
algunos,
por
cierto, de procedencia ne muy
compatible con la limpieza que fuera de desear. Aunque la generalidad crée en el contagio, con una
fé
muy
firme;
vestidos se' carguen
nadie,
de
los
ino es
v. g., concibe. que
miasmas
exantema y que por este medio se
los
productores del
pueda
trasportar
á
- distancia el gérmen de la dolencia; por eso las persohas que se pomen en contacto con los enfermos para asistirlos ó visitarlos, luego van á sus casas y 'á la de los vecinos,
y sin
mudarse
de ropas
toman
en
brazos
los niños y les trasmiten la enfermedad, poniéndoles en comunicación con los gérmenes de que son portadoras.
oo
Sd
e
Por esto, y por la .prevención con que aún se mira la vacuna, es que se propaga con tanta intensidad
la viruela en nyestros campos. Son pocos los que creen en la vacunación como medio profilático y siempre encuentran un pretexto
sólo aceptan
vacunados,
para
forzados ya, no se
y
huir
de
una
práctica
que
Una
vez
á regaña-dientes.
cuidan
más
de
la
revacunación,
entendiendo que la inmunidad que se les ha prometido
no tiene límite; . La enfermedad
quemos
;
ocupa
no sólo diezmaá
|
p |
| 132
REVISTA
PUERTORRIQUEÑA.
.
|
| PE ésta, como á las demás clases pobres de nuestra saciedad, sino que deja 4su paso multitud de ciegos y lisiados. El
:
cuadro
de
ofrece gran número les,
la
fiebre
las
enfermedades
de
nerviosas
nos
padecimientos, entre los 'cua-
cerebral,
las
meningitis,
el
hidrocefa-
lóides y el hidrocéfalo crónico se observan con frecuencia. ' Ñ Casos de espina bífida también los hemos encon- . trado á menudo. — E La eclampsia, convulsiones de los niños, llamada alferecía, es, á no dudarlo, un padecimiento muy común; y se explica con sólo recordar que en su etiología figura con frecuenciala irritabilidad intestinal, y que esta se
produce á causa
de
una
viciosa, que es casi siempre
alimentación el caso en
tran los hijos de gentes pobres y
milias
acomodadas.
mal dirigida
que se encuen-
aun de
“El hijo del pobre,
ó
no pocas fa-
dicen,
debe
acostumbrarse á comer de todo,” y siguiendo esta máxial
estómago
de
las
criaturas
sustancias
E
ma le echan
alimenticias que no puede aquel órgano digerir. La imbecilidad, el
idiotismo y
las anomalías
con-
génitas del cerebro dan también en los campos su contingente á la patología infantil. | o De los afectos propios de los órganos de los sen-
tidos, el
más frecuente es
el catarro del
oido
en
sus
distintos grados. o Los órganos de la respiración se afectan de muy varios modos: el catarro nasal simple, el catarro bronquial;
la neumonia,
misma
se
ferina,
los
halla
bravo,
se
con
observan
á
extraordinaria
reviste
caractéres
menudo;
el
frecuencia;
de
rebeldía
asma la 'tos
muy
acentuados, y el crup no deja de castigar á las pobres famil ias campesinas.
E
Las endocarditis y pericarditis, enfermedades del aparato circulatorio, siendo como es cosa común el
reumatismo, ocasionado por la falta de abrigo conve-
:
RE :
TSE z A
TARO>
el
a
EL CAMPESINO PUERTORRIQUEÑO.
niente, tambien encajan en esta
173
enumeración
á' título
de padecimientos no raros. Las enfermedades del aparato digestivo son las más numerosas: el muguet, sapos, lo padecen casi todos los niños, principalmente durante la dentición, que es difícil, en tésis general, 4 causa de múltiples ebrcuñstancias que se refieren á la pobreza de calidad de la leche de las madr<s, á la debilidad orgánica congénita, á la mala alimentación, etc. Esta última causa, contribuye á que los padecimientos gastro-intestinales, agudos y crónicos, sean tan comunes en los niños de nuestra población rural; la lienteria y la misma tabes, se las encuentra en casi s qa? . a todas las familias haciendo víctimas.
La perversión del apetito, el vicio como le llaman en
el campo, que consiste en alimentarsede tierra, | ceniza, cal, es un estado morboso que los médicos tienen ocasión de comprobar á cada paso.
Lo propio sucede
con
los
entozoarios,
lombrices. '
Este padecimiento es tan general, que las madres atribuyen á las lombrices casi todos los desórdenes mor-
Losos que observan en sus hijos. i Los infartos del hígado y del bazo son de una. notable frecuencia; lo propio que las fiebres intermitentes, que no "respetan edades. Hemos tenido ocasión de observar el paludismo hasta en niños recien -
Las.
parótidas
la angina tonsilar
—paperas —son
y
sobre
todo
bastante:
la
nacidos. comunes;
hipertrofia
de
amigdalas son padecimientos ordinarios. El raquitismo, las discrasias
fulosas, y las manifestaciones
de
las
pe
tuberculosas
esta última
y
escro-
ya en los
ganglios, huesos, ó articulaciones, son casos que hallamos
todos los dias en las criaturas de la clase /
mos ocupándonos.
La nefritis es sucumben
bastantes
una
:
enfermedad
niños.
de
á causa
que
veni-
de la cual
Recordando que es frecuente la fimosis congénita,
a sp
oa
REVISTA PUERTORRIQUEÑA.
| |
y el hidrocele en los varoncitos, y el cosa genital, flores blancas, en las niña catarro de la imus, cerramos steest compendio de las enfermedades 4 que está más expuesto «durante la infancia el habitante de nuestros campos, Ese] 3
_ Francisco
el
DEL VALLE Artes,
A
(Continuará).
|
|]
LA CATÁSTROFE.
Reina unn silencio fúnebre. La noche Tiende tranquila sus brumosos velos. La hacienda está dormida. Los guardianes Tambien FeposO buscan por los huecos. La mano
infame que venganza
Fluctúa en la sombra:
o Ped on E j
ansía,
se decide,y presto,
:
E E
A
Aplicando al bagazo la vil tea, Rápido brota el resplandor siniestro. y ¡Fuego”” —grita la guardia sorprendida, Al ver surgir, en medio del ingenio,
|
O En
Por entre las provistas bagaceras,
De súbito la llama del incendio. Tras ese horrible grito, -la campana, Con su estridente y clamoroso acento,
“Auxilio pide sin cesar, turbando - Del mayordomo el reposado sueño. Cual reguero de pólvora ¡nferiada
Corren las llamas, y de trecho en trecho
:
a
176.
REVISTA PUERTORRIQUEÑA. Se Propaga el incend io,
fo
Con oleadas de color sa rmidable, ngriento, Flamea
n las techumbres encend idas, Salta el endeble comb ustible ardiendo, vu
elan por los aires rojos átomos Dibujando brillantes arab escos, Las refulgentes chispas á raudales, En confuso
tropel cruzan Dorada lluvia que el volc los cielos: an arroja,
Torbellino de luz que lanz a el fuego, Al poder del flamígero coloso - P£ estremece la haci enda
en sus cimientos,
Vacilán del trapiche las En áscuas ruje el roto pilastras, pavimento.
Se desploman los altos ar quitrabes, Se desquician los sólidos made al crujido del seto que se ros, quiebra esponde el infernal chis porroteo.
Creyérase que el fuego Por siempre entre barrot de la hornalla Se subleva colérico, pote es prisionero, . nte,
Y estalla con horribles centelleos.
Al fulgor de la inmensa lu
minaria Vése teñido de escarl ata el cielo,
Y el campo de esmerald a rodeando Aquel terrible y funeral brasero.
Invaden el poblado y la Tenebrosas columnas de llanura Que marchan, empujada humo denso, s Como un enjambre de fa por la brisa, ntasmas negros.
A
|
LA CATÁSTROFE,
o
Y en medio de la hoguera se destaca
La ennegrecida chimenea, quimérico
Atalaya, gigante solitario
Combatido por furias del averno,
|
-
Las llamas se revuelven en su torno
El pedregoso muro carcomiendo:
Se retuercen, se enroscan,
se entrelazan,
Gimen y luchan con feroz denuedo.
Semejan cruel manada de dragones Rojizos, jadeantes y frenéticos, Asaltando de un cíclope las fraguas, Que altivo los contempla con desprecio. La atmósfera candente reverbera,
El estupor penetra por los miembros,
Y en las tinieblas multitud humana
Bulle y gira impotente contra el fuego.
Se
divisan los rostros caldeados
Y los labios plegados y sedientos,
Y las negras siluetas ambulantes Al triste corazón infunden miedo.
Al fragor de la llama que chispea Se une del bronce el repicar inquieto; Y á los gritos de mando de los jefes La ruidosa faena del bombero. Y los pobres ilotas, infelices,
Ayer esclavizados, hoy libertos, En vez de contemplar cuál se derrumba La fábrica amasada
con sus huesos,
É impávidos mirar el foco ardiente _Donde el oro y su sangre van envueltos;
178
REVISTA PUERTORRIQUEÑA.
Olvidando del látigo el ultraje,
Olvidandola saña del negrero, '
Allí están, generosos y valientes,
Luchando con las llamas cuerpo á cuerpo.
¡Sarcasmo horrible,
incomprensible- enigma,
Tal vez de Dios providencial secreto!
Y cuando el fuego, cual cansado mónstruo,
Aplicaba su ardor y sus reflejos, Y escombros y ruinas humeantes
Lanzaban los relámpagos postreros; Rasgandode la noche la negrura,
Entre nimbos de nácares espléndidos,
Apareció la luna por Oriente,
Globo de luz besando el firmamento.
Parecía la pupila centellante De algun sér misterioso y gigantesco,
Mirando compasivo el triste sitio
Cubierto de despojos cenicientos.
Ante el grato reflejo de la luna
Que sentía infiltrarseen mi cerebro, -
Rayo de amor en ondas luminosas e Acariciando'al dolorido pecho,
Las amarillas y rojizas llamas
Furiosas y enroscadas por el suelo,
ve
..':
Mostraban á mi loca fantasía E Turba infernal de espíritus negreros.
Los silfosde la noche, en gran falange, Ante el astro de luz súbito huyeron,
Y el terral con sus alas invisibles
Aventó las cenizas del incendio;
|
E
ada
Ea
Tendió l Muerte el Minebré sudario
Sobre el solar del abrasado ¡ingenio... ¡ Sólo quedan allí tristes decian
Montón informe Ss pedruscos ne;
|
UN ERROR DE TRASCENDENCIA. 4
| |
El olvido ó el desconocimiento
sejos de la higiene, conduce
tristes resultados.
con
de los sanos con-
frecuencia
4 los más
La higiene es ciencia que seduce por imparcialidad: aparte de ciertos problemas su admirable que á borda
y resuelve en el gabinete del del químico 6 en la clínica del
físico, len patólogo,
el laboratorio son sus con-
clusiones tan fáciles y evidentes que pueden con poco . esfuerzo popularizarse y con breve observ aci derse por las inteligéncias ménos estudios ón aprenas. No se impone por tiranífas dogmáticas, ni por amenazas :in-. flexibles: habla sencillamente al convencimiento y hace simpáticos sus fines bienhechores. Es, en una palabra, una transacción entre los abandonos y descuido salud y las exigencias apremiantes de la enfe s de la rmedad, y si se quiere fórmula más práctica, pudiera decirse que
es el “si vis pacem pára
bellum,” discreta
y razonablemente aplicadoal organismo. La vida “diaria está llena de aquellos olvidos y de aquellos descon tos. Esa gestión inteligente confiada á los ocimienpadres lo - mismo para la educación moral que para
los hijos, convengamos en “que
no siempre
la fisica, de
se cumple con la caritativa previsión que debiera. Es 4 los padres á quienes la higiene pide, en el hogar, . el cumplia
UN ERROR DE TRASCENDENCIA. miento de sus
preceptos;
que no
E
siempre
181
el médico
está al cómodo alcance del que lo solicita, y no siempre,
por desgracia, llega
4 tiempo.
práctica de la patología
Muchas
infantil,
veces,
á la que
en la
desde hace
- años nos dedicamos, hemos pensado á cuán poco precio.
podrían evitarse en el hogar algunas pesadumbres producidas por la enfermedad y el achaque. lo Que se abandone á un niño sin ningun género de de cultivo intelectual y moral, entregado exclusivamente al ciego ímpetu de sus instintos, y no tarde se
le verá en el extravío y no
4 muy largo
“plazo se pal-
pará el resultado funesto de aquel abandono. De modo igual que en la educación moral, el abandono
producirá
física.
también
sus
descalabros
en
Es una planta á la que es menester
saneando los medios en que se
encaminar, para
que
de vida á que tiene
Y de algo que coopera á ese
Ñemos de hablar en estas breves líneas. Suele exclamar:
educación
desenvuelve,
desplegue lozana toda la plenitud derecho.
la
feliz resultado
E
servir de satisfacción á los padres el poder “mi hijo come de todo.” Y en éfecto; no es
para contadoel placer que experimentan contemplando á cuerpecillos de dos, dos y medio y tres años, sentados formalmente en torno de
uno de
tantos
la
comensales
mesa
de la familia,
y haciendo
alardes
como de in-
creible gula. Se juzga, pues, que el comer de todo y el - Que nada haga daño, son signos :indudables de salud y fortaleza, y en esto consiste precisamente el error: aquella glotonería prematura va á ser el veneno lento
que agote una existencia que vino á la vida vigorosa y | están
á sus
A anchas.
En esa edad todo es nuevo; se camina de sorpresa en sorpresa, de suerte que no habrá manjar ni golosina en los que ellos no se sientan dispuestos ¡meter la:
cuchara.
Á primera vista, pues, ya se tropieza con un
vicio en la alimentación:
el abusoen calidad.
e
" fuerte.. Los niños en la mésa común
e
182...
— REVISTA PUERTORRIQUEÑA.
El estómago del niño
ganos, una educación
biendo sugetarse en
mentación
SRA ¿ ]
recibe,
como todos los ór-
progresiva los
exclusivamente
y así se vé que de-
primeros
tiempos
líquida
y
de
á una ali- -
composic
ión definida, no puede ésta modificarse lóg icamente hasta la época, no remota, en que comienza á operarse la
evolución dentaria.
Más tarde,
las resisten
nicas, como todas las diversas actividades delcias orgáorganis- mo, son mayores; la inminencia mor bosa ha dismi-
nuido, y por tanto, siendo mayores
las aptitudes y las
- necesidades de la nutrición, es forzoso .
..)
,
4
que el régimen >
alimenticio del niño se modifique y adquiera condiciones
nutritivas,
te, más suculento.
haciéndase,
Así,
de
como
grado
en
es
a
¡E
superiores
-
consiguien-
grado,
llega
la segunda infancia y ya terminada la educación digestiva
y más al abrigo de los afanes
consigo,
puede
más Ó ménos
el' estómago
vigor,
en
que la odontogénia, trae del
niño
aventuras que
lanzarse,
con
algú
n tie np antes hubieran sido insensatas. Como se comprenderá, esta progresión no se realiza á saltos, y la naturale za exige . rigorosamente que haya en todo este trascurso de -nutrición y desarrollo el más severo régimen, la más absoluta escrupulosidad. Es, pues, indudable que una mano inteligente debe elegir para el niño, en susidiversas edades, la calidad y la cantidad de alimentos
más
en
armonía con
la fuerza, edad,
temperame
ntos, etc., etc., de los pequeños organismos. o 1| Mas esto, por regla general, : no se practica . ¡En
aquellas mesas
de
familia
de
que hemos habl
- desplega en toda su caprichosa volubilidad el ado, se pel POS ' apetito de los precoces comensales. Nada escap á su antojo, no hay fruto vedado para su ahinco y más inocente papilla á los más grasientos desde la * mentados potajes, no hay nada que no le y condiestimulado por el ejemplo de los adultos que atraiga, le ro.
|
dean. Con gozo y regocijo de los padres engu todo linaje de sustancias, desde el indigesto coco llen , por
$
4
IE
AS
TO
.-
y
+
dE
cho
>
>
A
UN ERROR DE TRASCENDENCIA.
ejemplo, que tantas víctimas causa en esa edad primera, y las oleosas ensaladas fiambres que tan ruda lábor ha-
Cen necesaria das
y
penes
para ser digeridas, hasta las sobrecarga-
tantes salcochos.
salsas, inmasticables crustáceos
y exci- -
Error, y error tan profundo que nun-
ca tendrá la higiene bastante energía para condenar. . Estos abusos en calidad van necesariamente segui-
dos del exceso, esto es,
actividades
de
los abusos en cantidad.
son distintas segun las edades
|
Las
y segun el
diverso conjunto de condiciones que concurren en cada: niño, y así como la energía respiratoria va progresiva-
mente aumentando
desde ocho años
tando que la cantidad
esa edad por el pulmón,
en adelante,
resul-
de ácido carbónico exhalada
en .
precisando más, los cinco gra-
mos próximamente de ácido carbónico que en una hora quema
un niño
mayor vuelo
en tal época
de
la vida,
va tomando
á. medida que discurren los años y el des-
arrollo se completa,
así tambien, la inminencia -morbosa,
ó sea la susceptibilidad para enfermar, que es inferior en los primeros tiempos, va, tambien con los años, decreciendo en progresión inversa al desarrollo. Es, por lo tanto, proceder á ciegas el exigir al estómago de un niño un trabajo digestivo superior 4 sus fuerzas, _y de ahí que el resultado sea siempre desastroso cuando en tamaño abandono se incurre. e e Hay además otras .consideraciones que “mirar. Como
sino
fuesen bastantes los abusos
en cantidad
los abusos en calidad, excesos de otra índole vienen 4. cooperar al mismo fin. Siendo el método la primera condición de todo régimen, no se concibe que sin aquél
pueda sanamente alimentarse á
un niño,
y
en tal con-
cepto, del olvido de estos rudimentarios principios se deriva otro vicio tan funesto ó más todavía que los anteriores. Aludimos al desórden en las colaciones. - Organo _de la importancia del estómago, en la delicada labor digestiva, no debe por razón ninguna ser perturbado
en el importante momento en que llena sus fines. +
Ter-
,
»
34
“REVISTA
PUERTORRIQUEÑA. :
minar una colación y al poco tiempo, sin espe rar se haya cumplido la digestión, ingerir nuevos alim ento una torpeza que no cabe en criterios reflexivos s, es y que no nos explicamos cómo pueda consentirse no ya á un
niño, sino
á un adulto.
de una comparación, siva, que esto
Podríamos decir, valiéndonos
aunque poco técnica,
fuera igual
á
muy expre-
sorprender súbitamente la
ebullición de un líquido 4 100? arrojando inop inadamente en el mismo embase cierta cantidad del líquido á una temperatura fria. La digestión mismo es sor-
prendida, cuando no terminada; se ingieren nuevos alimentos,
y se detiene: Á veces reaccióna con energía y el trabajo se reanuda sin percances, pero casi siem esa interrupción brusca é inoportuna trae consigo pre trastornos que revisten en los niños séria importancia. tá en nuestras costumbres y es innegable: los | Esniños,
despues
de
la colación matinal
y
antes del
almu
erzo, entretienen el ócio comiendo golosinas que, ó son sólicitadas por ellos 6, para acallarlos, se les facilitan ¿»Personas que los rodean. Entre almuerzo y comi pdr las da, incufren en el mismo desarreglo; frutas, confituras, dulces callejeros de dudosa limpiéza, todo sirve de pasto á su vo-
racidad y, cuando no hallan
4 mano sustancias
género, comen simplemente pan.
de
este
A poco, aun llepo el
estómago, sin esperar la secreción de nuevos jugos, necesarios para los actos sensoriales del apetito, vuelta de nuev
o á la mesa y otra vez á lograr la hartura dél almuerzo. ¿Cabe salud con tal desórdén? ¿Es posible encaminar un vigor que nace, rodeado de tantas causas deprimentes? Creemos no pecar. de exagerados manifestando que ese absurdo sistema es el corriente entre
nosotros.
En nuestra clínica de niños, un crecido
tanto de enfermedades de las vias digestivas pertenec e á leste | pS de desórdenes: los mayores males vienen con recuencia de este punto. Véase, en los primeros tiem-.
Pos, cuántas víctimas ha causado la atrépsia, esto es, la nutrición que se detiene no solamente por defecto, | cq-
UN ERROR DE TRASCENDENCIA.
ZE£ $5el
:
mun entre las clases pobres,
sino por excesos,
por pu-.
nibles excesos, muy-enormes en las clases acomodadas; véase más tarde la susceptibilidad que adquieren algunos niños para enfermar de afecciones gástricas y gas- tro intestinales; esas diarreas lientéricas producidas por la desproporción entre la alimentación y el estado de los órganos digestivos; ese raquitismo reina entre la abundancia, horrible sarcasmo del que muere de hartura; ese raquitismo, repetimos, desenvuelto bajo la influencia de una alimentación excesiva, por la dirección viciosa de la plasticidad, y mucho más que omitimos por ño dar á estas líneas proporciones que no han estado en nuestro intento.
Bola
E
Y téngase en cuenta que vivimos en un país cálido, donde las digestiones son más lentas y difíciles que
en otros; que las sinérgias no responden conla tónica
actividad que en otros clima; que carecemos por desgracia de higiene pública y son muchas veces nuestras
sustancias alimenticias de
carecemos de arte
culinario y
discutible
bondad;
que
no siempre se combi-
nan los alimentos con arreglo á los fáciles preceptos de la higiene; y por fin, que las condiciones que.
por punto general nos rodean, hacen aun más necesario el rigoroso empleo de una higiene sabia y bienhechora. Y si esto ya es importante en el adulto, ¿cuánto más no
lo será en el niño, tanto más
cuanto que
en «esas
primeras edades es el estómago y son las funciones di- ' gestivas el eje de la vida? De todo esto resulta que cuando no está sugeto el niñ6 á un régimen previsor, ya sea ostensible, ya disi.muladamente, la enfermedad le acomete y comienza en
el pequeño sér su obra destructora.
bir detalladamente
Podríamos descri-
lo que entonces sucede,
4 no traer
este relato consigo extursiones demasiado profundas en
la ciencia, que no serían oportunas en este lugar. Pero haremos someramente un ligero bosquejo del lúgubre cuadro: el niño víctima de este error se pone flaco, en-
a
á
:
E
;É
p
: 136
REVISTA
PUERTORRIQUEÑA. |
_ Teco, triste, pierde la viveza de los ojos Ñ
.
.
.
j
El
4
h
que mortetinos apenas brillan, tiene agitado é intranquilo el sueño, vénsele las costillas 4 través de la piel, es atacado de Una diarrea rebelde, llora lastimosa mente. y “acaba por convertir
se
.
en un esqueleto animado.
ó
:
F:
No
siempre la enfermedad aparece con abierta franqueza : nes En que progresa de modo tan disimulad hay ocásioPadres, inhábiles para conocer (en el sem o, qué los blante, eh las actitudes, en el grito, en los; fenómenos irritabl es| del
sistema nervioso) la enfermedad, juz gan sano
ES
á su! hijo cuando ya es presade la afección. Otras veces debuta ésta por un aparato febril alarmante, que acaso á una determinada lesión; y como quie se atribuye . ra que una de las más curiosas particularidades de la patología infantil consiste en la no correspondencia entre la reacción febril y la lesión anatómica, se dá el caso de que se busque en la existencia de una afección aguda laíexlicación de aquel alarmante debut, siendo así que depende del escondido comienzo del triste cua mos descrito... De todos modos el estado dro que hede salud más risueño se interrumpe. y vienen las hora s amargas que á tan poco precio pudieran evitarse. ' Débense, pues, proscribir de la alimenta ción del niño, graduando las cantidades y medoti zando las e
ciones, todas aquellas sustancias
que no sean
de digestión y enimilación fáciles. Así serán aceptables: las carnes frescas poco cocidas, con especiali dad las de al. gunas aves; los caldos de estas mismas carn que no le sean mezcladas sustancias indi es, siempre gestas para convertirols en sopas, en las que siempre deb rida la de pan, pues por la fermentación que e ser prefesufre le hace * más digerible; la leche cuidadosamente eleg preparados; los huevos cuando son poco ida y!sus cocidos; el arroz, que es excelente, sobre todo mez clado con sustan. Cias nitrogenadas, por más que el poder| rep se le asigna es muy mediano: la patata cua arador ¡que ndo ha sufrido prolongada cocción; el maíz, usado prudenteménte :
i
|
UN ERROR DE TRASCENDENCIA. su elección
cuidado,
pues
sin
esta garantía existe el peligro de que se obtenga en- ': fermo y produzca la pelagra, del mismo modo que el
cornezuelo produce el ergotismo.
Este punto ha sido |
objeto, eñ distintas épocas, de ruidosas polémicas: baste saber que la enfermedad.conocidcon a el nombre de verderame es, con bastante fundamento, atribuida al maíz. Prescindid en la alimentación de los niños de esa pro¡digalidad de granos con que se acostumbra regalarlos; _evitad, sobre todo, que coman guisantes, pues su uso
Constituye
á su edad una imprudencia.
En igual caso
se encuentran las ensaladas (con escasas excepciones) frecuentes en nuestras mesas y los rábanos y análogos manjares que son de laboriosa digestión. Para completar estas ideas sería preciso abordar una enumeración prolija que no nos hemos propuesto. Cuando duden los padres, nada más fácil que consultar al médico y trazar, con sus consejos,el discreto-y racional metodismo que los niños requieran. Tal vez en cada caso en particular haya que tener en .cuenta circunstancias especiales, pero puede afirmarse como ley general que el olvido de estos preceptos enferma: y 'mata á los niños.
Por
lo demás,
ya lo hemos dicho;
donando estos importantes cuidados,
aban-
puede verse en la
práctica aquel doloroso sarcasmo: morir en la abundancia por dirección viciosa de la nutrición. |
Dr. M. ZENO
GANDÍA.
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2
especial
Ae RS ULA
teniendo en
e
y
By
DON JOSÉ PABLO MORALES. (CONTINUACIÓN).
- Aquella misma noche,
antes de
que hubiese | ter-
minado el banquete oficial: en el palacio de Sant a Catalina, y á la hora en que había más personas Ireu-
nidas en frente
y complicada
de este edificio
iluminación,
admirando
oyóse de
pronto
su vistosa
el Bulli-
cioso rasgueo de una música brava, compuesta de tiple, cuatro y bordonua, con acompañamiento de maraca giíícharo, y apareció por la calle del Cristo, idirigiéndose á la Fortaleza, una gran comparsa tampestre á estilo
del
país;
una
de
esas
manifestaciones
nocturnas del regocijo popular, tan comunes en el interior de la Isla, á4las' cuales se dá impropiamente
el
nombre
de
alboradas.
Más
ambos sexos, vestidas con los tros jíbaros y representando
de
cien
personas
de
trajes propios de nuesescenas cómicas y |ca-
racterísticas de los campos puertorriqueños, — tales como bodas, bautizos, riñas domésticas, . jugadas de
gallos y trullas aguinalderas, formaban la parte
de la
alborada,
que seguía
inmediatamente
los músicos y cantantes, acompañada
actora
detrás de
de un numeroso
gentío con banderas, hachos de tabonuco y faroles en
forma de frutas del país,
É
t t
[553
e
DON 1 JOSÉ PABLO MORALES.
o
veza
y
propensión
á los retruécanos, se adapta
A
AEA
La presencia de esta comparsa produjo gran entusiasmo y curiosidad. Era un espectáculo imprevisto, que no constaba en el programa de los festejos; una feliz y repentina idea de Don José Concepción Diaz, - puesta en práctica con auxilio de Don Francisco Santaella y otras personas de buen humor. En un instante se vieron coronados de gente los balcones, antepechos y ventanas de la Fortaleza, y un extraordinario gentío invadió luego todas las avenidas de la calle del mismo nombre y de la caleta de San Juan. l Detúvose aquella junto al palacio del gobernador, y, después de algunos vivas á la Reina, se adelantó un indivíduo de la comparsa y prónunció un ocurrente discurso en Jíbaro, habla que por su flexibilidad, vinota-
blemente al género festivo.
El conde de Mirasol, que ejercía entónces el cargo de Capitán General, contestó en breves palabras al ocurrente orador jibaresco.
Al
terminar
el
conde
su
alocución, oyéronse entre las gentes de la alborada varios gritos que decían: —¡Cabayo! ¡Cabayo! Quedó por un instante amoscado y sorprendido Su Excelencia con aquellas voces, que le parecían un: tanto irrespetuosas y no muy conformes con el prin-. cipio de autoridad; pero uno de los personajes que le” acompañaban explicó satisfactoriamente lo que tales gritos querían decir. Era que los jíbaros de la comparsa pedían á la orquesta un Cabayo, especié de danza íntima, un poco acelerada en los compases y OR acompañamiento de canto. La música brava no se hizo repetir la orden, y, -tocó al instante un Caba? yo tan
sivo, que hacía
mover
¡personas que le oían,
repiqueteado
á compás
dulcemente
y expre-*
los cuerpos
estimulados
influencia de aque ritmo copo grano.
de
las
por. la
MA
l
|
y
190
|
REVISTA PUERTORRIQUEÑA.
- Mayor aún fué el efecto producido por las coplas que por Don Eusebio Nuñez, Escribano de Guerra de la Capitanía General, hombre de agudo ingenio y muy conocedor del dialecto y. lás costumbres de los campesinos puertorriqueños. To-davía se cantan y se recuerdan algunas de ellas en país, y me parece oportuno reproducir para mues el tra las siguientes, que son de las que alcanzaron mayor po—pularidad: “Una batea y un catre
_ allí se cantaron, compuestas
testó Juan Rosas,
ejándome hereéro de dambas cosas. Y el albacea se queó con ei catre
.
y la batea.
Empresté un rial á Peiro
en macuquina,
y así que nos topamos
tueise la esquiña. El arrastrao ni jasiendo ei escuento
me lo ha pagao.
Los viejos:en amores son semejantes
|
Á
á un Generai, pues tienen .
sus Ayudantes. Y
Con la iferensia
a
que son más atendios que Su Eselensia. Comparo ei meriñaque con el jicaco, |
que en quitándole ei cuero, toito es casco,
a
E
dr
o
DON JOSÉ PABLO MORALES.
tg!
Y son. traisiones
e
que nos den por jureles los camarones.
Cuando veo á mi esposa
muy salamera, barrunto que hay jarrieros en la cumblera. Entro'cayando, —
“
y al otro dia me jayan desoyinando.
.
Ei dia dei juicio, “«
. dise mi maire,
que cada jija ó jijo busca á su paire. Vea, mi Tiniente,
no se arrimen los niños
|
al asistente.
Á cada copla de estas seguía un murmullo de risas, aplausos y otras demostraciones de aprobación. Cananea,
el intrépido
muchedumbre
de curiosos,
era
miliciano,
de
que
los
más ruidosamente celebraban en medio de las gentes del pueblo aquellas picantes é intencionadas seguidillas. Había logrado atravesar por entre la compacta hasta
colocarse cerca
cantadores, en donde se hallaba un
Toa-alta.
Le
4 la claridad
había
distinguido
de los
de
guardia urbano
desde lejos, gracias
de la iluminación, y se alogró mucho
po hallar allí una persona conocida. —¡ Hola, compai Nepo! ¿No me conoses?
l
de
e | | —;¡ Cananea! ¿Qué vientos te tragieron —El mesmo, hombre. | por la suidá? —Vine con un ofisio ulgente pal corregidol,
—¿Lo diste ya?
(
12
_ REVISTA PUERTORRIQUEÑA;
—.
—Entoavía. | | 1 —Pues, hómbre, si viene urgente .... io — Ahorita lo entrego, si topo al Cor reg idol.. Á gilo dél andaba cuando vino est o, y mientras | y
me voy.
—¿Verdá que está bueno?
no es lo mejor de la fiesta,
dure no Ap
Un rayo mejunda
¡Cómo repica el nro
—¡Talmente paese que jabla.... !
A
—Pues
si
eh! :
la bordonua no es casco. é coco. Por Dios Santo que me baila el cuerpo na más que de oirla. ¡ . —Y el cantio
está de rechupete. ¡Vaya si tienen tuétano las coplas! | —Tóo, hombre, tóo está lo mejor. ¡Si esta arbolá es el acabóse/ -Denpues
valga,
della
|
no
—¡Y dígalo, compae!
—¡Cuando
sirenata....!
pienso
fiesta rial que
hos
;
que Don
—¿Cómo no vino?
;
hay
4
Pablito se perdió la Er,
ol
4
pero en esto se puso á tomar Ao café enscasa é Don Viñals, vió por allí no sé que librote, se pegó áleer, y ya no púe. moverlo ni con palanca. Cuando él coge un libro, se encand —Diva venir;
de, Nepo,
En
ila. . ..
efecto,
empezaban
Per
o atienatiende, que van á cantar un sets chorreao. .
los rústicos
á préludiar
uno
instrumentos de
de cuerda
esos aires característicos del país, que se tocan en los bailes después de la sexta danza. Uno de los cantadores improy isó . varias décimas alusivas á la solemnidad que se cele-_braba; contestóle otro Jíbaro rep ent vos trovadores al palenque, y bie ista; salieron nuen á fuerza de décimas, una especi pronto se armó allí, e de pugilato lírico decimal. Entre estos dimes y diretes á lo adivino, duró la música y la zambra Jibaresca hasta cerca de las diez. Habían ya desfilado en distintas direcciones casi todos los concurrentes al act o de la comparsa, y:todavía estaban en el mismo sitio. Cananea -y su inter-. , |
4
- DON JOSÉ PABLO MORALES... locutor, comentando en animada
og
y sabrosa charla los
mejores detalles de la fiesta. Por fin el miliciano recordó que su compadre Nepo era portador de un oficio urgente, y después de cambiar alguas bromas sobre la brevedad y eficacia del mandado, se despidieron con el propósito de continuar en Toa-alta la interrumpida .
| conversación;
: *
:
e «
Tres
dias
A
¿
de fiesta iban trascurridos ya, y Mo-
rales aun no había mandado hacer la ropa que ne-. ' cesitaba. Varias veces había querido Cananea re-: molcar al joven en dirección á una gran sastrería queél había visto en la calle de la Fortaleza; pero. por diversas ' causas, más ó ménos independientes de la voluntad de aquél, no había logrado su deseo. Empeñábase en que Morales saliese por las calles de la ciudad vestido con elegancia y lujo, no solamente para
evitar
las
burlas
de
los
tontos,
que
tanto exasperaban al miliciano, sino también por esa especie de vanidad refleja que sienten los domésticos
al hacer ostensible la riqueza de sus dueños. | Intentó, pues, un nuevo y gran esfuerzo para conse-.
guir que el jóven compareciese ante el sastre. Pidió bien temprano los paquetes del dinero; recordó á José Pablo
con insistencia el encargo de su señor padre, acerca de la ropa, y hasta le hizo sonreir benévolamente .con una
mal urdida perorata en elogio del bien vestir. Poco déspués
de esta cómica escena salieron
á la
calle amo y criado, y el primero se dejaba guiar “Yócilmente hácia la sastrería.
calles de de
la
Ya
habían
cruzado
por. las .
San Justo y de la Cruz, y seguían porla
Fortaleza.
Hallábanse como á cincuenta pasos
del taller de Mr. Moós. e
—
[Cananea
iba radiantede
sa-
e
07 ej
.
tisfacción,
REVISTA
y
PUERTORRIQUEÑA. a
4
|
apenas hería las losas de la acera
con las
puntas de los piés. Empezaba á saborear el triunfo... De pronto fijó Morales la vista en un gran letrero
que había en la casa de enfrente,
y se dirigió hácia
ella, como impulsado por un resorte misterioso.
-
-
—¡Ahí no, ahí no, don Pablito; es al lao de acá!l—
gritóle Cananea, visiblemente
contrariado por aquella
que para registar volúmenes,
ni
rápida evolución. ' qn Pero el aludido no contestaba. Había penetrado en una tienda de libros, y ya no tenía ojos y manos más oidos
más
atender á las explicaciones del librero.
libros. de
muchos
en aquellos dias
que
para
Habían llegado
*
literatura
religión,
y ciencias, y Morales no quería perder tan buena ocasión de arquirirlos, aunque el precio de ellos era exageradamente caro. Fo Allí empleó resueltamente el dinero que traía: para
baile y del
las carreras de caballos, para-los gastos del
circo, para un reloj de bolsillo
y para
otros objetos
y
diversiones, y aun hubiera gastado hasta la última peseta,
á no haberle advertido el miliciano que no había medio
y que era preciso atenderá
de cargar con tanto libro, otros encargos.
.
Eo
E
- Con esto el jóven Morales logró dominar un'poco' su entusiasmo de bibliófilo incipiente, y despues de haber hecho empaquetar los libros comprados se alejó, aunque con pena, de la librería, para entrar en casa del E
poo
|
sastre.
Consideró que no era bueno desobedecer en Dr luto la órden de su anciano pádre sobrela compra de vestidos, y, aunque
no mandó
mente, compró alguna cuidarse mucho
de
hacer, ninguno
que otra pieza de
pacotilla,
la forma, del tamaño ni de
sin
la ea-
04
lidad, -
exptesa-
Aun
faltaban dos dias para
la termiñación de las
fiestas, cuando los dos viajeros regresaron
á Toa-Alta.:
La madre de nuestro héroe salió gozosa
á recibir-
:
DON JOSÉ PABLO MORALES.
OS
le, y vió con extrañeza que volvía vestido con la misma ropa que había llevado. Acudió luego con curiosidad 'mujeril á recrearse en. los
vestido
¡hechos en la ciudad, y sólo
halló
'banastas de Cánanea:
| cuya estampilla deca:
nuevos
dos
uno muy grande
de
su
hijo,
paquetes en
las
y pesado,
Dalmau y Gimbernat,
en.
LIBREROS,
iy Otro pequeño y ligerísimo, con la marca industrial 1 del Moós, SASTRE DE París. '
=
ManNuEL FERNÁNDEZ: JUNCOS,
A ==
DE ENRIQUE HEINE. Tu mano apoya contra el pecho mío; ¿Oyes de un rudo golpe la inquietud? Es que hay adentro un carpintero impío Que labra mi ataud.
Y no cesa un instante el golpe fiero, Y en vano intento .al sueño recurrir... ¡Acaba, acaba pronto, carpintero,
Y déjame dormir!
ja
'
| J. A. PerEz BoNALDE. a e
.:
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re, A
pa
-
55
Ea
LA CRÍTICA LITERARIAEN ESPAÑA. e
| No
se habían
desvanecido
aun
los ecos
de la
Poética de Luzán, cuando subió al trono Cárlos 1 en. momentos en que habían mejorado la administración,
«la
hacienda
bien
y la instrucción pública,
á señalarse,
aunque incipiente,
empezando tam-
cierta especie
de
progreso en la poesía: castellana. Y cd Aprovechando estas favorables circunstancias, que prometían aumentar durante el reinado del jóven monarca,
Moratín,
señalóse
otro
crítico,
natural de Madrid,
Don Nicolás Fernándezde
educado en Calatayud, y
que tenía tambien en sus venas sangre aragonesa, como
Luzán. escribió
Admirador ferviente de con arreglo á ellas dos
las teorías de éste, obras dramáticas, la
Petímetra y la Lucrecia, la primera perteneciente! al género cómico, y la'segunda al trágico. El poco favora-
ble
éxito obtenidó
con estas muestras
de
las teorías
que profesaba, no fué parte á hacerle desistir de su empeño, antes bien aguijonearon su deseo dé . contribuir al mejoramiento del gusto, y con esta mira escribió tres discursos en 1762 con el título de Desengaños del E
44 o
j
i A* É
E
a
LA CRÍTICA LITERARIA EN ESPAÑA.
Teatro Español, que colocaron su nombre 4 gran altura entre los ingenios españoles. El primero de estos discursos fué principalmente destinado á señalar, con gran claridad de juicio y exceleñte doctrina, los defectos de las antiguas obras, reservándose para los dos últimos el demostrar la inconveniencia de representar los autos sacramentales de Calderón en las solemnidades religio_sas, empresa verdaderamente árdua, dado que Calderón era el poeta idolatrado
de la muchedumbre,
siendo
tambien imitádo con grandísimo aplauso por Julian de Castro, el Marqués de la Olmeda, Rejan, Bazo, Ca-* macho, Montoro, Benegasí, Navarro, Lobera, Vidaurri, Ibañez, Furmento, Cerneda y muchos más. El efecto producido por estos tres discursos fué el que se podía desear. 'Como consecuencia de ellos se prohibieron en 1765 los autos sacramentales y se to-: maron otras medidas sumamente beneficiosas para las letras por el conde de Aranda, que fué desde 1766 un - decidido defensor de las reformas que pudieran. prodducir un adelanto innegable. No sólo se consiguió, por la protección del conde de Aranda, que adquiriera carta de naturaleza la nueva escuela, sino que se mejoró la condición material de los teatros, adquiriendo
gran vuelo el cultivo de la poesía dramátiga.
En ella sobresalió Don Nicolás Fernández ratín notablemente,
escribiendo
su Hermesinda
de Moel año
11770 y Guzman el Bueno el 1778... Siguiendo sus pasos escribió, Cadahalso el Sancho García el año 1771; Jovellanos su Delincuente honrado el año 1773; Ayala en 11775 su Numancia destruida; Huerta la Raquel en 1778, “y
en
ese mismo año dió al Teatro
sus dos
comedias,
El señorito mimado y La señorita malcriada, el célebre don Tomás de Iriarte. No se mostraba sólo el renacimiento de las letras.
con estas manifestaciones en el Teatro; trascendía” á todos los ramos de la literatura por virtud. de las famo'sas*confereñcias que en la fonda de "
San Sebastian
ce- -- a
| ra |
198
— - REVISTA PUERTORRIQUEÑA,
lebraban diariamente los partidari amigos de Moratín, tales como: os de esta escuela y Ayala, Pizzi, - Muñoz, Rios, Cerdá,
Signorelli, Conti y Bernalcone. Estas conferencias dieron márgen-á la publicación de varias obras de reconocido valor. y de gran importancia lite- : raria, como las Cartas marruecas, el tarco rspañol. y las Fábulas litera primer tomo del Phu. rias de don Tomás de bradía, tanto en España comio en el extranjero, y hubieran continuado siendo instit ución donde se* rendía culto al buen gusto, si no hub ieran tenido que.morir por una imprudencia de Hriarte. poa A Véase cómo encontramos hecha la his toria de este suceso en una notable memori a sobre el desarrollo literio en aquella época: | : | Ls “Años había que don Francisco Nifo enarbolaba Pa a estandarte dé la litera tura tradicional en un diario “de modesto nombre , El Cazxón de Sastre, donde altercon escritos de polémica, cur iosos materiales
““naban
“de poesías pertenecientes
á la edad dorada de nues-
¡tras letras y aun al siglo XV.
““ ticulares
aficiones,
““ duros ataques
á
la
Llevado
había dirigido
más
de sus par-
de
una
vez
escuela que acaudillaba Mor atín;
pero éste, cen moderación afe cta “ ciarle constantemente, sin dig da aparentó desprenar “modo sério á sus contínnas pro se responder de un “aquél López Sedano en sus bievocaciones. Imitó á n nacidas aficiones; “pero rehuyendo la acrimonía de las contiendas | pe““riodísticas, al par que gánoso '“mento admirable 4 la memori de erigir un monu“poetas líricos y épicos, .em a de nuestros buenos pre . Obras selectas en una compilacindió el publicar: sus ón titulada E7 “aso español. Desde que apareció el primer Partomo . “de la misma en 1763, don Vicent e de los Rio s, grande “amigo de Moratín, peroen quien parecían herma“ narse el respeto por los iS con la afición á la lite“ratura
habíale fepresentado particularme nte po a
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dis
rf
F
|
4 p j
1
se
patria,
$
i
_ LA CRÍTICA LITERARIA EN ESPAÑA.
199
A la inconveniencia de abandonar el método cronológico “en
la publicación
que emprendía.
“1774 daba á la estampa
Llegado
el mismo Rios su
el: año
edición de
“las obras de don Manuel Villegas, verdadero decha“do de este linage de trabajos, - por lo escogido de las ““ notas biográficas y doctísimas ilustraciones. Causó ““estesuceso
notable desabrimiento
en
Sedano,
dado
““ que disimulase algun tiempo; pero habiendo dado á “luz don Tomás Triarte una traducción suya de la de1 Poética
de
Horacio (1777)
con
impertinentes
cen-
* suras de la de Vicente Espinel, publicada en el "primer E ““tomo de la Colección mencionada, salió aquél á la de-
“* fensa de su publicación
en el tomo IX (1 778),
dando
“* rienda suelta 4/su enojo, no sólo:contra el último : ** provocador del mismo, sino tambien contra el inofen-. “«sivo don Vicente de los Rios, en quien imaginaba el “deseo de poner obstáculos á su empresa. La con«“testación no se hizo aguardar mucho tiempo. Pu“« blicábala el mismo año don Tomás Iriarte 'en un lar“ go folleto titulado: Donde las dan las toman, en el cual,
“ autorizado
de Villegas, sacaba
por el editor
á
plaza:
q los escritos en forma epistolar dirigidos privadamente “«“¿ Sedano por don Vicente de los Rios, Con tales “disgustos hubo de renunciar Sedano á la continua“ ción de su Parnaso;
pero conservando el sentimiento
“en el fondo de-su alma, aguardó
«Vicente
de” los
á
la muerte de: don
Rios para desahogar
“sus impugnadores
en
los célebres
la bilis contra
Coloquios de la es-
E
| Mientras esta cohtidada suscitada por español tendía
Huerta,
de
á
renovarse,
Vicente
García
de
la
instrucción no vulgar y de muy acendrado :
patriotismo, intentó prestar
especialmente
don
El Parnaso
Y
p'“ quina -
á la literatura dramática, y
al antiguo drama nacional, análogo ser-
(1) Son cuatro tomos en 12% impresos en Málaga, año 1785, bajo el pseupo de Juan Maria Chavero y Eslava de Rouda,
-
15174 > (i
GA
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z.
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Gn
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A
REVISTA PUERTORRIQUEÑA.
De
grandísimos servicios
de
los poe. me
vicio que el realizado por Sedano res pecto tas épicos y líricos.
Os
4 E
le hub
ieran sido de doras las letras patrias, si en sus jui «dominado las preocupaciones de cios no hubieran prela época, y no hubiese tratado de escoger, siguiendo ese estrecho criterio, aquellos dramas más ajustados 4 los preceptos de la escuela clásica, por cuya razón fueron excluidas de su compilación las obras de Lope de Vega y de algunos otros, imitadores suy
estas razones,
os.
una empresa
Poco
éxito
tuvo,. por.
todas
que hubiera podido servir '
de pasto al buen gusto, y acaso hub vido obras de no comunes bellezas, iera librado del ol- * entre todas las que constituyeron nuestr
o grap teatro nacional. : Y desde el año 17635 comienza á vis lum bra rse una gran figura á ,la que; el teatro tra
*
dicional es deudor de no poca gloria. Nos referimos á: don Ramón de . la Cruz. Gran conocedor. de las costum bre s pop ula res , con un espíritu de observación ext raordinario y poseyendo en grado sumo aquella sal ática que es la principal base del elemento cómico, pudo co'orido nacional sus principales cua animar con vivo dros, y pintar con una verdad que asombra aquellos tip - Peros y manolas, que caracterizar os inmortales de-chison, por así decirl ' una época. Conociendo en Sus más pequeños o, toda detalles - el teatro de otras nac ensayos de imitación,
iones, consiguió hacer no vulgares traduciendo tambien: algunas pro-
ducciones literarias extranjeras, que no le valieron, ni acompañadas desu. Clementina, ajusta ciones de la poesía clásica, el ren da á las prescripombre que sus populares sainetés, los cuales tuvieron el ver su prestigio al teatro tradicion privilegio de devola] castellano. * La conocida tragedia cómica, crita en el verso suelto. peculiar enttitulada Manolo, esonces á la escuela francesa, presenta un
téres patéticos propios
_€l' desenfado natural
notable
de
contraste entre
de las tragedias
los carac-.-
de Racine,
la clase más humilde de Es5
LA CRÍTICA LITERARIA EN ESPAÑA. +
20r
paña, contraste que revela más que nada el profundo - pensamiento que con sus sainetes llevaba don Ramón
de la Cruz, á la reforma de la poesía dramática. Por esto viven y vivirán siempre como dechado en la his-
toria de la dramática española.
eS
Se advierte en el principio de' la tragedia Manolo, que, para mayor ilusión, se observarán en el mismo
no sólo las tres unidades que exigen los clásicos, sino tres mil unidades. Ocurre en el discurso de la acción una riña entre un tabernero, una castañera, placeros y otros héroes de igual estofa, hasta el punto de que sucuamben los más de ellos. Entonces el Padre Matute
declara que,' pues todos han muerto, debe morirse él tambien, con lo cual se ahorrará los gastos de amortajarlos y enterrarlos, y se muere. La verdulera mani-
fiesta que, puesto que ha muerto Manolo, no quiere ser menos, para lo cual dispone llamar al médico'y meterse en la cama, pues es regla de arte que se ha de morir cón decoro,
y
se muere.
Al fin, como
se
véan
solos Mediodiente y Sebastian, pregunta éste á su compañero si le será lícito vivir; pero Mediodiente: le res'ponde que no hay remedio para los débiles, pues es costumbre trágica que el poeta sólo deje la vida 4 uno de los personajes; generalmente al más duro, “y esto es para decir la moralidad de la obra. . | La superioridad
del Teatro antiguo español
el extranjero, es defendida
por don
sobre
Ramón de la Cruz
en términos menos duros que los anteriores, en el sainete titulado: £l café extranjero. ; A Grande, extraordinario fué el favor que don Ramón
de la Cruz mereció del público, á pesar de las desatinadas críticas de Signorelli, que decía, hablando de él: “No se puede negar que tiene destreza en hacer re““ tratos
“ginación
particularmente bajos;
para inventar
“cuadros históricos.
“cir
pero escasea
y disponer un plan
Por eso
se ha limitado
varias farsas francesas, particularmente
de
imá-
y hacer 4
tradu-
de Ma-
202
REVISTA z
“*liere,
PUERTORRIQUEÑA.
-
EE p
| Es
y
como Jorge Demdin,
El matrimonio por fuerza y
“* Pourceauguac; mas en vez de aprender de tal maestro
“el arte de formar de varias figuras el cuadro de una “acción principal y completa, ha deshecho y truncado
-““á lo mejor las fábulas del cómico francés, 4 semejánza
“de aquel Procusto, ladrón de la Ática, el cual cortaba “los piés y la cabeza á los caminantes cuando su esta“tura no venía bien á su cama.” i !
ALBERTO REGULEZ. | ||.
Ak rt
|
2
ADVERTENCIA.
j
13004
Para preparar convenientemente el número cuarto de esta REVISTA, que será muy variado, selecto y de mayor volúmen que los anteriores, tuvimos que suprimir en el presente la sección de Crítica literaria y el capítulo de Za Pecadora: Todo ello quegará sobradamente compensado en el número de Año Nuevo, con el que empezarán mejoras muy notables en esta publicació E E
Í
' LETRAS Y ARTESEN PARIS. | Los espíritus agriados deben
haber
. gesto de vinagre al tener noticia de la
acentuado
su:
versión que M.
Augusto de'Bors ha hecho, en verso francés, de las Obras DE Horacio. “¡Qué "necesidad había de otra!”
se habrán dicho.
En efecto, son tantas
que, sin la moles-.
tia de contarlas, puede asegurarse pasan aquí de ciento las traducciones del amigo de Mecenas. Em 1810la de Daru, en 1839 la de Duchemín, la de Emilio Bou-
land en 1861, yen 1873,—año fecundo,—dos, la de Leconte de Lisle y la del conde Simeón, todas ellas en
verso también.
Parecería, pues, acertada la pregunta de
los descontentadizos que á todo han de hacer ascos, si no se considerase que el autor es libre de juzgar su traducción superior á las precedentes .y digna de conservarse impresa; que tanto mayor será su esfuerzo cuanto con más competidores sostengala comparación, y más apetecible el triunfo por lo difícil y reñido; que bien mirado,
para todos
aquellos
que
con Horacio
se
deleitan, una traducción es ocasión propicia de saborear de nuevo al escritor querido. «Pocos son, en verdad, y M. de Bors está persuadido de ello cuando reduce la
edición á 500
ejemplares numerados. La
monomanía
aun dominante de enseñar el latín á todo bicho viviente,
aa
is
204
REVISTA PUERTORRIQUEÑA,
lo mismo al que medirá sedas detrás de un mos que al. presunto carnicero que empuñarála trador cuchilla paterna al abandonar el áula, hace. que nadie lo sepa,
y leer á Horacio y «entenderlo es casi un títu lo.
en traducirlo, acometer la
empresa
fué siempré manifestación
Pensar
y darle: cima,
que
de intelizencia distinguida,
se ha de mirar hoy como prueba inequívoca de cerebro excepcional, y lo es en realidad M. de Bors u an yha tenido el buen gusto, el exquisito tacto de no poner notas ni aclaraciones, y la modestia, que aplaudo, de no escribir introducción ni nada que se le parezca. q Existen dos
maneras
de
traducir
en
verso;|
ora siguiendo'al autor lo más cerca posible, no ya en el sentido, sino en la expresión y hasta en las palabras; ora penetrándose de la idea, no aceptando sino las palabras que igualmente pintan en una y otra lengua, creando las restantes. La primera es más de esclavo
sumiso y encaja en el capítulo de las taraceas literarias;
la
segunda
es
más
alada,
revela
fuerza asimiladora, pues el fin que
ductor es que, leyendo la obra
más
se
ingenio,
más
propone «el tra-
traducida,
se
saque
de “ella idéntica impresión que de la obra orig inal. El académico Daru tradujo 4 Horacio por los primeros moldes; M. Augusto de Bors por los segundos , y sería curioso, sino fuese tan especial y cansado, estudiarlos
comparativamente.
Claro que la. traducción.
de
Daru es exactísima, que dice en francés lo que Hor acio en latin, pero es traducción de gramático y rara dijo vez alcanza á su modelo. La de M. de Bors es traducción de poeta, y ha sabido darle la
frescura, la sencillez, sentimiento de dulzura y afabilidad que posee el hijo el de - Venusia. De hablarse el francés actual el año
mado algunas de Bors.
Lutecia,
sus odas
como
tal' vez
lo ha
715 y hubiese ri-
hecho M. de
_ La nota de modernismo que introduce en
sías de Horacio el habla
francesa
las poe-
es picante y. agra-
ASPARRA
haber escrito Horacio en
LETRAS Y ARTES EN PARÍS.
a
dable, pero puede ocasionar deslices como el cometido en este verso
de la oda XVI
del libro
Paccumulais dans trente cofres forts......” la impresión
exacta,
choca
que
á menudo
de
en
exageraciones
suple la riqueza
de
la rima
con
91
Augusto
Por lo
recuerda el
el de
correcto, no cae
La ni
del si-
Fontaine,
es
decadentismos.
sostenida elegancia. x
Pecan algunos consonantes por lo triviales,
tiempo
no se. conocían.
demas el verso de M..de Bors,
glo XVIII y muy
Que
pues si se recibe
que en
nos hablen de cofres forts que
111:
rebuscados,
Ó porque en puridad no riman,
como
ó por lo héros y
Lesbos, —hélas y appas, pues ni en heros ni en appas, se pronuncia la s final que suena en Lesbos y hélas. Pero, no se olvide que aunque el traductor toma la mayor dósis de libertad posible, al fin está sujeto á las ideas de otro, y traduce en una lengua tan hermosa como la latina, no diré que nó, tan rica
ya
es' imposible
soste-
Mírense con indulgencia esas faltas, graves, ya
que nada es ligero en
poesía
para
los
delicados,
mas
tan excusables por lo. raras como dignas son > elogio las bellezas, que abundan. Largo sería enumerarlas y prefiero dar un | ejemplo
para que el lector aprecie la manera de M. de Bors, copiando la oda XXX del Libro 1 “á Ven,” y poniéndole el latín al lado:
E
O Venus, regina Gindi Paphique, Sperne dilectam Cypron, et vocantis
O déese de Paphos,
* Viens aujourd”
hui chez Glycére, -
Oú la myrrhe coule á flots
Transfer in «eden.
Pour la reine de Cythere.
Fervidus tecum Puer, et solutis Gratis zoms, properentque Nymphoe +Et parum comis sine te Juventas, .
-
:
Loin de 1” ile qui t' est chére,
Ture te multo Glycerze de-oram
Mercurinsque.
|
Améne avec toi 1” ¡Amour, Et les Graces sans céinture,
-
Et les nymphes et Mecure. Qu' Hábé se joigue á tá cour Et te doive sa parure.
- Tirado en papel de tina por el uno de los primeros impresores de con lindísimas aguas fuertes de
maestro Motteroz, París y adornado
M. Paul
Avril,
que no
es
a
estuvo nunca mejor inspirado, este libro será una rareza
H/
nerlo.
206
e
o
_REVISTA PUERTORRIQUEÑA. —
dentro de cien años.
No se buscará empero exclusiva-
mente como joya tipográfica; los sobrinos que nos nazcan y se aficionen al inmortal Horacio, leerán . también las traducciones, y entre las más elegantes, sentidas llenas de gracia, de calor, de vida horaciana, se contará . la de M. Augusto de Bors, á quien agradezco las dos
noches de solaz que me ha proporcionado con el regalo de su traducción; doble solaz, para el letrado y para el bibliófilo amante de libros hermosos.
er
o_O O Oo 0
La curiosidad por todo lo que á un
bre se refiere, conduce á husmear en
hombre
su
vida
hasta donde es posible alargar la nariz, eñ los límites de la discreción más
.
sin
céleprivada
detenerse
elemental
Pero en
verdad, Jorge de Heylli no es culpallle de indiscreción, *
como pudiera suponerse viendo anunciado
NARIO DE PSEUDÓNIMOS que por tercera
_la Casa Dentu y Comp.
En primer
su
vez
lugar
Diécio-
publica en
la curiosi-
dad por descubrir la cara que se oculta tras una careta,
no es de hoy y abundan los Diccionarios que se proponen igual fin; además, en Francia no se dá al pseudó-
nimo la importancia que tienen en otros
general, el que escribe adoptando nombre
pueblos.
En
supuesto lo
hace por modestia, por reserva, como incitante déstina-
do á interesar al lector, ó porque le conviene rehuir las consecuencias, —tirar la piedra y esconder la mano. Sea
cual fuere el motivo, cuida el escritor de rodear su nom-
bre de misterio y no desea que se conozca. Pero, en Francia, el principal objeto al tomar nombre nuevo es reemplazar un apellido ridículo ó poco eufónico cón otro más elegante y poético, cómico 6 sonoro, y el que se desea olvidar y olvida el interesado antes que nadie, es el verdadero nombre que recibió de sus mayores.
El conocido novelista Gustavo Aimard se. llamaba Oli-ob
+
A
LETRAS Y ARTESEN PARÍS, |
verio Gloux, nombre onomatopéyico pero feo; la pobre actriz de Variedades que murió poco ha,
Mille. Aimte,
_ (Amada, y lo fué), nació María Torchón, ó sea Rodilla ; Mlle. Agar se llama Charvin, Mlle. Favart, ¡Pingaud, el actor Désiré,
Courtecuisse, Paul Burani,
Esto justifica ya la
Roucouz, etc.
obra emprendida | por
Heylli, pues es documentaria y curiosa.
M. de
Pero, es
más
que todo eso, es necesaria, indispensable, Porque el escritor no se contenta aquí con un pseudónimo, sino que toma varios, sucesiva Ó simultáneamente, y no hay medio de sacar en limpio madeja tan llena de cabos. Eduardo Lockroy, el yerno de Víctor Hugo y ministro en el penúltimo ministerio, pongo por jehddlo. ha firmado con los pseudónimos siguientes: Jules Gambier, - —Jules Quinot—Leonidas Romaguol — Charles Brun— Balthasar Robin, y Un peu tout le monde, sin contar que el mismo nombre de Lockroy con que firmó todos los decretos de su ministerio es otro pseudónimo, pues en realidad se apellida Eduardo món. Vienen luego los diversos escritores que adoptan igual nombre; han firmado con el de A:cceste, Achard
de
Althou
laut, Calonne, d'Avrecour, Laboulaye y contar los ménos
afamados.
Señalemos
bibliográfico los libros que sólo llevan
Ste
Asso-
Belmontel, sin como
interés
el nombre
y la
inicial del apellido; en estos casos la utilidad que presenta la obra de M. de Heylli como libro de consulta es nótcria, y el interés literario lo- mismo, si saben ris oyentes quíen es el autor. Jorge de Heglli se nombra en realidod Edmundo Antonio Poinsot y es, en literatura,
un
curioso,
un re-
buscador que no tiene pelo de tonto, como lo prueba ES contínuamente en su Gaceta anecdótica, una de las publicaciones periódicas más amenas de París y única en el mundo, que yo sepa; como lo ha probado en sus múltiples libros, que no cito por no hacerme pesado, pues pasan de treinta si bien recuerdo. ' La dificultad en esta clase de trabajos estriba en no ser monótono y con-
ha
208
_ REVISTA PUERTORRIQUEÑA.
seguir que no'se caiga el libro de las Heylli venir á
nos. .M. de lo ha logrado recurriendo 4 ¡infinma ito s modos de, decir lo mismo, re veland
o detalles ignorados, datos íntimos, sin que dejen de tener empero : carácter
¿-biográfico, artístico
6
literario.
anécdotas picantes, centenare s
de
Podrían
citarse
mil
secretos impenetra- -
- bles hasta hoy, y más de una lin da página de - historia . contemporánea que pinta las cos tumbres parisienses en artes y letras;
pero sería desflorar
M. de Heylli, sin llegar á
la
satisfacer
obra _notable de .
al
lector. Creo. haber dicho lo bastante para des per tar sudeseo dé saber, señalando el innegable atr activo que rebosan las: páginas de este libro, digno de figurar en toda biblioteca de escritor y de simple homb re de buen gusto. :
0
1
O
¡
o%
Idéntico título merece la edició n del Trarj O DE PEDRO CorNEILLE que M. Fél ix cn cuatro tomos para el excele Hemón ha preparado No quisiera que se me tuvies nte editor Delagrave. e recompensas inmerecidas, por por un distribuidor de un tímido que prefiere dar incienso que palizas.
Estas
ró vendrán-cuando un mal libro vendrán, rara vez, pellegue á mi poder sin haberlo yo solicitado. Mientras fiero hablar sólo de lo que realme puedo escoger, | prente vale y debe re-
comendarse.
En
este mes la cos
echa es abundante y granada. | | | Muy acertadamente dice M. He mó n que la. originalidad de su edición estriba en formar punto interme-
diario entre una edición completa,
tal de Marty-Laveaux, y una edi como la monumenprende las cuatro tragedias y las ción reducida. Comcuatro comedias más
famosas, enteras, y de todas las demás un análisis claro y sucinto con la rep
roducción de las escenas ó pasajes ver-
esta manera se consigué
te-
ña
a
e
E
is
De
A ¡AA
daderamente bellos.
“ LETRAS Y ARTES EN PARÍS,
209
fier idea acabada del teatro de Corneille, sinla molestia.
de una larga
y laboriosa lectura.
No
sólo el público
universitario á quien con especialidad se dedica M. He-
món, como profesor de retórica en el Liceo Carlomagno, sino el público extranjero, sacarán “sumo placer y. provecho de esta edición, preferible:á todas las otras. Era forzoso señalar este lado utilitario del nuevo libro y
conviene
alabar
el
esmero,
la
sostenida
atención
con queel compilador ha cotejado las diversas ediciones príncipesde Corneille, y apuntado las variantes, dando la preferencia, en el texto á la versión más pura, más corneliana. “Tambien merece su premio la erudición que revela
la lista de obras consultadas;
necesario, todo ello es
inferior comparado
pero si -
con la parte
original, y original de veras, de M. Félix Hemón.
=sola:basta
acojan
para que los
la obra
fruto.
|
amigos
con benevolencia
de
las
buenas
Ella
letras
y la consulten con
| Abrese la edición con un estudio biográfico y de conjúnto sobre el teatro corneliano, escrito por una pluma amena
y sagaz;
la
admiración
que
indudable-
mente tiene por Corneille, —y ¿quién no la comparte? —no ciega á Félix Hemón; no perdona belleza, pero. tampoco perdona falta por ligera que sea, y su crítica
. profunda,
severa, sutil sin caer
miedad,
descubre
can
tendencias,
las
mando. Estamos
nuevos
aquí
hemos visto y pisado,
en la ridiculez
puntos
el modo
de
de vista sér: del
ab en tierra conocida, que
de la ni-
que explipoeta
que cien
nos figuramos conocer
bien como los rincones de la casa que habitamos;
héte que un guia se nos presenta, tra, y sin pretensiones,
duce acá y aculiá y nos
nos coge
fácil. y gallardamente,
muestra detalles,
nor-
: veces tan pero,
de la dies“nos
con-
particularida-
des que no habíamos observado nunca; nos presta acla-
"raciones tan lógicas
que
nos sorprende
yan ocurrido antes, .lo que por ?
no se nos
añadidura prueba
ha-
són
Y
l
310
*3
acertadas;
|
Aj
REVISTA PUERTORRIQUEÑA.
%
y nos deja seducidos y con grande :
|
ción por su talento y cortesía.
4j
estima> A
:
Sigue á esta luminosa biografía un “Estudio sobre
- las comedias de Corneille,” y las cincuenta páginas que - lo componen/son el título preferente de Félix Hemón al
aplauso de la crítica y á la gratitud de la literatura fran-
cesa. Este noes ya terreno conocido y en el que hubo exploradores, por lo menos exploradores con ojos que supiesen ver, y sentido crítico que supiese apreciar; aquí todo es nuevo y originalísimo; ni en la edición de los Grandes Escritores, ni en ninguna otra se encontrará página semejante, no sólo por lo bella y profunda, sino por lo completa; es la primera que se escribe sobre las Comedias, y tan llena, nutrida y acabada es, que la materia se ha de considerar como definitivamente agotáda, 'Buscándolo bien y con ayuda del lente, tal vez diésemos enla Biografía con álgunas apreciaciones que, sin ser - aventuradas, no satisfacen y son contestables; pero en este magnífico estudio que digno es de un Sainte-Beu- ve, no se verá nada censurable, ni por fuerte que sea el cristal del microscópio; es una luciente lámina de oro - ¿sin un grano de polvo. En fin, como' complemento, indicaré la “Introducción” al Cid (140 páginas) que para nosotros presenta singular atractivo. , Es tan raro que se co- nozca en Francia la literatura de otro pueblo, - y en es| pecial del nuestro; es tan raro aquí donde se crée, y a
_lo creen hombres
existe hoy
cultos por todos
conceptos,
novela española propiamente dicha,
- Galdós, Emilia Pardo Bazán, Pereda,
Alas, etc.,
tán afirmando con esfuerzo á cada instante;
- que no digan alguna necedad al hablar de tras, que cuandose nos ofrece á la vista un nos ha leido, que sabe lo que se dice, que propias y exactas acerca. del genio español, - la literatura clásica españoles, nos parece
nos halaga
el amor propio de
que
no
cuando lo es--
es tan raro
nuestras leescritor que tiene ¡ideas del arte y imposible,
manera tal que la sim- |
_ LETRASY ARTES-EN PARÍS,
¿patía nos arrastra autor, y
en
irrazonado
esto “sucede leyendo
de Félix Hemón.
la
a
movimiento Introducción
Todo nos .es grato,
Juicios, la mesura. con que
hácia el.
los apunta,
al
Cid,
las ideas, los
y hasta la «co-
rrección con que imprime los nombres
y las citas,
pues
no es posible que un espíritu delicado lleve con paciencia que le echen á perder su lengua con groseros gazapos tipográficos. Razón de más para que el autor sea preferido por los que hablan el idioma castellano Y. deseen cónocer de nuevo el teatro del primer poeta dramático de Francia, haciendo caso omiso de Moliere. o_O O 00
Según nos previene el autor de los Extractos de la canción de Roldán y de la vida de San Luis, .M. Gastón. Paris, del Instituto de Francia, hace años que prepara un Manual del francés antíguo, el cual comprenderá tres siglos (del XI al XIV) y ofrecerá en cuatro tomos: un boceto de la historia de la literatura francesa en ese período; una gramática sumaria del francés antiguo, con elementos de versificación,
nociones de
paleografía,
etc.;
textos
escogidos y un glosario general de los vocablos contenidosen estos textos. Lo único que podemos hacer en este caso, es aguardar la publicación del Manual pa-
ra estudiarlo
poco más
ó
con el respeto que merece
ménos,
tado romancista.
- Sin embargo,
á
un profano,
esta edición
tal, sacada de la que en preparación
se reduce
á
la erudición y el talento del repufragmen-.
se encuentra,
los Extractos buenamente.
no
Elabofada
á
petición de la casa Hachette y Cia y dedicada á los que /comienzan el estudio difícil y gratísimo del francés “en la época de la gran epopeya roldaniana, comó á los que se contentarán con leer trozos sueltos
lleva como pórtico unas
claras, interesantes,
de
Jouiville,
Observaciones. Gramaticales,
suficientes para
el principiante
ida
il
£
y
22
.
REVISTA PUERTORRIQUEÑA.
útiles para los más versados, por el prudente y segúro criterio que las ha dictado. Posee además dos glosarios completos
nuciosidad. el poema y máticales son
y' exactísimos, redactados con
las destinadas á Jouiville,
sirven á exponer las costumbres
feudal;
feliz
mi-
con otras
que
En fin, las notas que explican ó comentan la historia son sobremanera curiosas; gra-
las de Roldán
é ideas de la sociedad
son literarias y señalan á las mi-
radas superficiales Ó no avezadas, las bellezas queno: verían; indican los puntos oscuros para iluminarlos; disipan las dificultades y dudas que pudieran nacer en el ánimo del lector. MN Como quiera que todo ello, observaciones gramaticales,
glosarios, etc.,
no formarán
que verá la luz en breve y del
espacio, y que M. Paris
parte
del
cs
de á más
que me ocuparé con
los ha preparado especialmente
para esta edición, era justo
felicitarlo
por este
trab jo,
independiente del que luego ofrezca á nuestra deferehte ' atención. La juventud estudiosa tiene en estos Extractos conductor hábil para el primer estudio de¡la lengua y la literatura francesas de la edad media, que
tan importantes son y tan dignas de ser conocidas.
o
da
o)
No cabe duda que la novela de M. Armando Dubarry, editada por Perrín y Cia con este título no corto: La Alsacia Lorena en. Australia, y este larguísimo cómplemento: Historia de una familia
tinente austral,
de
emigrantes
sea una novela interesante,
al ee
ds
moral y
triótica, llena de datos científicos á la manera Verne. Publicada hará dos años, vuelve hoy
de Julio al mer-.
cado corregida y aumentada, con láminas y mejor vestimenta que en un principio. Pone el autor en escena á una reunión de alsacianos-lorenos que abandonan; 1 tierra natal,
huyendola dominación
alemana,
y
van
á ]
|
a
(
í
Ñ
er
y
,
a
- LETRAS Y ARTES EN PARÍS. formar una colonia en Victoria.
|
213
Se comprende el .par-
tido que un hombre de imaginación sacará de esta idea,.. nada nueva
pero fecunda en peripecias.
En
efecto,
en
pos de un naufragio, que tampoco es recurso nuevo, la familia cruza la Australia del norte al sur, y con verdadera facilidad
M. Dubarry describe
la
fisonomía del
país, su flora, su fáuna, las costumbres creencias y ce-' remonias de los aborígenes de aquel continente. La, descripción de Melburno es sentida y no carece de impresión personal, aunque se note que el autor ha escrito de memoria. Todo este argumento es interesante, lo repito; pero no censuro la novela, sino el género; no me parece conveniente reeditar á Robinsón que no se volverá á escribir; el trabajo de M. Dubarry es excelente y la venta prodigiosa de su libro prueba que no opina todo. el mundo como yo; pero siento que un escritor de ingenio se entretenga en componer novelas de viajes, por:
buenas que sean, cuando podría ver y reproducir la vida. Hay verdad en algunos personajes,. -no falta “en el diálogo; mas OE invención y,—lo diré, —cuánta convención! .
pa
O
o:
o 0 A última hora llega á esta
su
casa,
407
'
favorita lectora,
un libro tan notable, tan hermoso y por encima de las publicaciones corrientes, que aunque salga mi revista con cola no resisto al placer de citarlo y echarle > rápida .
ojeada. Es el Diccionario del mueblaje y decorado, de M. - Enrique Havard, inspector de Bellas-Artes. Esta-obra de benedictino constará de cuatro tomos Ey
el Pp primero,
que encierra las tres primeras letras del alfabeto, es el - que acaba de poner en venta la célebre casa editorial de Quantin que hoy dirige con éxquisito tacto M. May.
La edición en 4? mayor con papel siquisibad| de márgen
0. t
REVISTA PUERTORRIQUEÑA.
ancha, está impresa con lujo régio, no sólo por la por la abundancia bondad de los grabados intercalados en el ¡tex to las gran
. gancia de los caractéres sino .
.
..
des láminas tiradas á dos tintas
Ea
¡eley la y de
LA
6 con colores. Los que se enamoran de un libro poco meno que de una mujer, los que no consiguen sabesr lo mismio te una obra tipográficamente bella, sin parar que exishasta yerla en la estantería de su casa, tienen ahora una tehtación que les vá á vaciar el bolsillo. El tomo contiene más
de 1,000 columnas anchas, de: letra clara, y más de :
900 grabados.
la Casa
Es, pues, un
monumento
Quantín, pero es también un
que
levanta
monumento
rario y artístico. M. Enrique Havard, que tan mer liteecida fama gozaba en
materias
de arte,
consagra aho
rasu incontestable autoridad con la que he llamado obra de benedictino. i Y con razón; calcúlese que el autor ha leido y anotado, nos dice M. Alberto de la Berge,
co mil volúmenes,
entre ellos muchos
manuscritos é in—
folios enormes, ha compulsado centenares
rios de muebles, miles de libros
más de cin- -
de cuentas
de
inventa.
documentos, ha establetido por séries alfaybétidiversos sinnúmero de legajos y ha clasificado, en fin, metcas lun ódicamente, No
más de ciento
veinte
mil apuntes
estrañará saber, después de esto, que
M. Havard representa diez años de su
y estudios.
el trabajo
de
existencia, |Y : en suma, eso es lo menos importante; el auto r ha nodido tener secretarios, escribientes que lo sec su parte queda siempre notable en tan giga unden y presa. Pero .en lo que no ha tenido: ayuda, ntesca emhay colaboración, y en lo que está su ingenio pues ho probado, palpable, es en la elección, en desc artístico ubrir ¡el - grano entre la cuantiosa paja de tanto libro, en ameni-
zar con digresiones literarias 6 históricas,
de ciertos asuntos.
Lo primero es honra
bajador, lo segundo es honra para
sandoel libro pasma la suma de
la 'aridezde
para
el esctitor.
detalles
el traRepa-
interesantes
Ea bos
13 ES
LETRAS Y ARTES EN PARÍS.
E
las que recibían, al salir del
lecho,
los
monarcas y los
elevados dignatarios; la alcoba ordinaria en que pasaban el dia, pues servíaide comedor, de teatro, de sala
de audiencia. Pasando por las habitaciones de Luis XIV y Luis XV, examina el autor los cuartos de la cla-
se media, describiendo el de Juana de Borgoña' y otros
no menos interesantes;
los de las
ilustres, los. de las viudas.
reinas
La alcoba de
y
princesas
Madama
de
Maintenon está particularmente bien descrita, y sobre el siglo XVIII, por el que siempre tuvo M. Havard pre-
-dilección marcada, hay un capital de
les.
informes
Vienen luego los cuartos de"Luis XVI,
origina-
del Impe-
rio, de la Restauración y en fin, en lo moderno, el de la emperatriz Eugenia en Saint-Cloud. : : En todo el libro, quiero decir en la parte: que he
examinado,
al capricho de los dedos que
hojas sin órden,
existe
un fondo tal
de
volvían
las
erudición,
un
criterio tan sagaz, un gusto tan fino y seguro, una dicción tan galana y correcta, que se lee con deleité además de con provecho. Todos los artistas que trabajan en . la exornación de nuestras viviendas, ebanistas, tapiceros,
plateros, cerrajeros, fabricantes de tegidos, de loza, etc., tienen de hoy más un códice al que podrán recurrir para formarse el gusto y perfeccionarse en su arte industrial.
En cuanto al escritor, al novelista, el historiador y el críti-
Co, no es menos necesaria la obra, pues encuentran reuni-
a E LAA
DA ode Na
A
A AS
-
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Comienza por una nomenclatura de los . diver-
sos lugares que en el siglo XIII recibían el nombre de cuarto-dormitorio; las cámaras suntuosas de aparato en
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pueda.
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recían prestarse á corta monografía, como las palabras Bibitoteca (entiéndase que se trata nada más que del mueble) Billar, Cuarto, Chimenea, Columna, Cuero, Co: cina, etc. | | E La palabra Cuarto ó Habitación, que abraza unas cien columnas adornadas con treinta dibujos ó grandes-' composiciones, es la monografía más acabada que darse
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que ha recogido M. Havard, sobre asuntos que sólo pa-
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!
REVISTA PUERTORRIQUEÑA.
do en ella lo que sólo existía en las coleccio nes o que no siempre hay ocasión de visitar, ni tiem po de co pulsar, amén de descubrimientos artístic os, explicaciomes
de muebles antiguos, cuya etimología era para nosotros letra muerta, y por ende, la aclaración de cier tos usos y cos
tumbres que pasaron. El interés de libro serñe- jante me parece por lo tanto general, y no creo equivocarme vaticinándole fructuosa venta. — EA No me doy por satisfecho con lo dicho, y ocuparme con más detención y á medida que prometo se vayan publicando los tomos restantes, de este Dicc ionario, que
es la más completa historia del arte francés que se, ha escrito hasta hoy en dia. : a: PARIDO
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O oo
La Sociedad
de
este mes al más activo
y
literatos de París ¡ha perdido de
sus miembros,
en
al
novelista. Manuel González. Escritor de imaginación, del género de Dumas padre, pero más literario que él autor de Log ” Tres Mosqueteros, deja algunas novelas que se consér-
varán, como el “Leproso,”
que tal vez
án leidas con entusiasmo si cambia el gusto del públicser o en lo sucesivo, y que se leen hoy sin desagrado.
Si
lista pertenecía González á una época ante como noveescuela enterrada, como hombre éra de rior, 4 una este tiempo ¡y
de todos los tiempos por la afabilidad de su carácter, su caridad, su afic
ión á servir 4 los necesitados de las le= tras, su finura y caballerosidad en todos los actos de la. vida. Yo, que
no
soy ambicioso ni sueño con
mortalidad literariano ,
rustándome
soñar con
bles, me agradaría que uh crítico futuro mismo sobre la tumba de o París, Octubre 31 de 1887.
la in-
imposi- .
pudiese decir lo | ps
Lrzorozbo García-RAMóN. .,
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