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Número 4. d
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PU ER
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OR RI O U EN A. . DIRECTOR,
2.
£ermindez JUNTOS. í j
1? DE ENERO DE 1888...
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SUMARIO:
AUTORES.
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Don Salvador Mala
a se Cárlos Casanova... ....o.. co
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—
AS:
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- a OBRAS.
La Pecadoras
« El Centenario del “Don Giovanni.” E Dr. Don Francisco del Valle Atiles 2...., o El Campesino Puertorriqueño, Dr, Don |. Agustin Sthal. ................. Estudios etnológicos. . Don'Jos8 (. Tortem/. iio io. '. La cadena de amor, (poema). Don Enrique Alvarez Porel ASTON edi La Ciencia del Lenguaj e. Don Manuel Fernández 2 UNCOS........ + Don José Pablo Morales. Dr. Don Gabriel Ferrer... 0... +. Vita brevis, (poesía). Don Jacinto Octavio Picón da Letras y las Artes en Madrid. Don egos darla Román.acala E Letras y Artes en París. Don M E, 3. o a O a PSOE ad
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OFICINAS, CALLE DE LA FORTALEZA NÚMERO 36.
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(PRINCIPAL). ¡
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4
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de
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y
al
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LA PECADORA.
IT.
—““Cocola era hija de una hermana
que murió
de
esa
enfermedá
que
de
llamaban
mi madre el
cólera,
dejando á mi prima muy chiquita. Huérfana y sin más dolientes que nosotros, se recogió en casa: un' ranchito que teníamos en un conuco como el puño de grande, resto de la. finquita que nos dejó mi padre . Eramos pobres y se aumentó la familia, pero no nos pesó la carga. ' . Cocola tenía mi edad, aunque era más fuerte que yo, más alta y sobre todo más alegre. Mi madr e la quiso como á hija y me enseñó á llamarla herm ana.
Juntos crecimos,
teniendo
todo
el
como dos pajaritos; partiendo el cuando mi madre .podía dárnoslo hambre cuando no hallábamos más fruta para desayunarnos. . Aisí pasó el tiempo hasta que
para trabajar, y entónces nos
¿Y trapiche de una hacienda.
campo
fuimos
por
nuestro,
bocado de comida y compartiendo el que agua ó alguna pudimos á
ser
arrear
útiles bueyes
Cantando saliamos de casa ' 1 E
218
REVISTA
PUERTORRIQUEÑA.
al aclarar, cantando nos pasábamos el dia, dando vueltas con la mijarra, y cantando y brincando volvíamos del
trabajo al cerrar la noche, dispuestos
al otro dia,
á seguir
¡Qué buen tiempo aquíl!
durar....!
la taréa
¡Pero no podía A
Un dia vino del pueblo doña Mariquita, la dueña de la hacienda, conoció 4 Cocola, y cómo le gustase
verla tan dispuesta, le propuso llevársela una mujer. Mi madre lo consintió.
Triste
fué
—““¡Adios,
para
mí
el
José María!”
momento
Me dijo
para
hacerla: A
de separarños.
ella,
risueña
siém-
Aquel dia no fuí al trabajo, y tentado estuve
de no
pre.
Yo volví la cara llorando, para no verla
pisar otra vez la hacienda, pero la necesidad
gaba á volver.
Verdad es
|
que
Sentía como si me fuerzas.
palabras
mi
trabajo
hubiesen
los
quitado
mayordomos;
me
obli-
py no
fué
ya. el mismo.
la mitad
No me importabán nada los regaños
de
marchar.
quería
estar
de' las.
y malas
sólo . sin
saber por qué, y para lograrlo dejaba á medio acabar mi tarea, dando motivo á que me amenazasen con des-
pedirme por haragán. | Con el viaje de Cocola parece que nos hicieron * mal de ojo. Mi madre cogió un pasmo lavando en. el rio, y, al volver una noche á casa, la
encontré
sin sen-
tido. Dias después la llevaron á enterrar. El comisario se encargó de pagar los gastos, quedándose icon el conuco y la casita, que, según dijo, no daban ni para
la mitad.
También quiso quedarse conmigo,
pensando
cobrarse el resto, pero yo me fuí á la hacienda, y, cómo la molienda iba á concluirse, me metí á sabanero.. ;
Aquel oficio era bueno para mi tristeza, y coh el me volví más huraño que los animales que tenía ¡encargo de cuidar. * Al amanecer me iba ála sabana con
el ganado á aguantar sol
y
agua
como
Dios
quería;
de noche me acostaba con los perros en una bagasert, y el real diario que me pagaban lo entregaba á una negía Us
A > Ñ É
É
LA PECADORA.
219
vieja, que me compraba y lavaba me daba algo de comer.
las mudas : de coleta y a
Pon
Así llegué á mozo, y es fácil que hubiera llegado
á viejo, pero.... ¡lo que ha de suceder! | Hubo una vez que llevar ganado al pueblo para venderlo por inútil, y, con otro pastor, recibí órden de
conducirlo.
— Obedecí como siempre, sin alegrarme
por.
conocer el pueblo, donde no había estado desde que me llevaroná bautizar, y sin venirme á la memoria mi prima que debía vivir allí. Figúrese
usté,
señor dotor,
nuevo, oir que me gritaban
María!”
cómo
desde
un
me
cogería
de
balcón:—“¡José,
Volví la cabeza y ví una mujerona alta, grue-
sa, hermosota,
que me
llamaba. “¿No
me
conoces?”
—me dijo.—“¿No te acuerdas de Cocola... .?”
Era ella, sí, señor; con su alegría de siempre Me había conocido; pero yo no hubiera podido creer nunca que aquella moza gordiflona, con una color tan suave como la flor del eupey, y tan limpiamente vestida, fuese la muchacha desereñada, sucia y Jipatu que se
pinchaba los piés
con
el moriviví,
en otro tiempogpor el pasto.
corriendo
conmigo
Entónces encontré bueno
que mi madre la hubiese dejado ir al pueblo.
Artean-
do bueyes ó emburrando caña, y resistiendo agua, sol y sereno en la hacienda, no hubiera podido echar aquellas carnes ni gastar aquellos vestidos que tanto la enga-
lanaban.
Al verme al lado de ella con mis calzones llados, las pierñas llenas de lodo, la camisa rota
arro- . y mi
sombrero viejo y deshilachado por el uso, me sentí avergonzado, pareciéndome que ya no éramos iguales,
pero ella me tedad.
trató
como
E
siempre,
animando
mi
cor-
Cuando salí del pueblo era otro hombre; por todo el camino fuí pensando en Cocola, deseando ganar dinero para engalanarme como ella y volver á verla cada vez que quisiese. Al llegar á la hacienda ya tenía
m0
REVISTA
arreglado
mía.
PUERTORRIQUEÑA.
en la cabeza la manera
Y asílo
hice.
con un encabezado, y hombro.
Dejé
álos de
salirme con
de ser” pastor,
trabajos
Como ganaba bastante
tuve con que hacerme
de
y no ropa
me
de tala :
Ajusté |
arrimé el E
tenía vicios, buena,
la
con
pronto
mi
chupa
larga como los mocitos del pueblo; chapodé el matojal de greñas que tenía en la cabeza, compré un chonguito
con sus aperos, embanasté mis piésen unos zapatos bien crujidores, y cuando estuve empaquetado del todo,
volví al pueblo.
Sí, señór;
volví otra vez
viendo cada vez que pude, sobre
fiesta.
|
todo
de
Poco podía hablar con mi
y seguí
en
los dias
vol-
de
Fo?
prima,
pues
doña
Ma-
riquita era muy mirada con sus sirvientas, y como Cocola era su brazo derecho, la tenía tan recogida. ...
Pero yo me conformaba con verla y decirle
pasar por delante de la casa á todo Después
me marchaba
otra vez mi azada,
correr de
mi flbcho.
á la hacienda satisfecho,
dejando
guardados
los
trapitos para el viaje siguiente. Así iban las cosas,
“adios,” al
cuando
á coger
zapatos y los
o un. dia vinieron
ájavi-
sarme á la fala, que Cocola había llegado á la haciénda '
y me aguardaba al pié
noticia dejé el trabajo
del
trapirhe.
y corrí
fatalidad, señor, qué fatalidad!
donde
. Asustado:
ella...
con
la
¡Qué po
Un hijo de doña Mariquita, que andaba puséando, ' allá por unas tierras que llaman el Norte, había llegado
¿meses atrás, resabioso como potro falto de aguaderas. Se encontró, de manos á boca, con mi prima, tan redondita y tan en
sazón....
le hizo
ella era una paloma sin hiel, corazón....
y
la
luego
¡sucedió una diablura!
rueda,
tan
y tomo
blandita
de .
*
Esas cosas ya se sabe que no. pueden tenerse escondidas mucho tiempo; doña Mariquita olió el pescad y o échó por la calle del medio, poniendo á mi ES
prima en la puerta, con lo encapillado, »
lo comido por i
LA PECADORA.
:
221
1
lo servido, sin darle un real por
años,“y sin importársele nada
vaba encima. ... ¡qué, me
como
cuando
contaba
esto,
mire,
muerta
sentía
yo
una
me subía y me bajaba, y se me agarraba tanta fuerza que no me dejaba hablar. En la hacienda,
al
una caña de mano mayor,
ladrón.
que,
era su
|
la muchacha,
todo
de tantos
la pobre lle-
se
E
Señor dotor, gúenza,
de lo que
mírese
misma sangre!
sus jornales
muerto
de
ver-
cosa
que
al cuello con ,
de
sed; cortaba
lo llevaban á la cárcel por
Aquel hombre había robado á una infeliz: lo
único que tenía,
y en
vez
de
mandarlo
4 presidio,
condenaban á ella á morirse de hambre,
cer otra cosa peor.
pl
con él....
por los
cuernos,
No por
acostumbrado
podía
hacer
aquel parejero esvarecío;
á
bailar
t-
de
acabar
miedo,
como
no:
un
mi
el
toro
un juso
yo era un
y:él estaba
con matarlo no recuperaba
|
sujetar
sin embargo,
jornalero, que ni hablar sabía, cuartos;
tentaciones
Pero me contuve.
que como yo estaba
si no quería ha-
.
Crea usté que me vinieron
la
podrido
prima
á
pobre
de
lo ¡pet-
dido; hacerlo casar no podía ser, por que había por medio la limpieza de sangre, y aunque : nosotros
éramos blancos por los cuatro costados, probar en ningun tribunal que un pobre
rico....! | - Sillego á quejarme, de seguro
mí el muerto
y, por
calumniador,
¡vaya usté á es igual, á un
me
5 | cuelganá
Dios
si tengo
que sabe
que irle á trabajar al rey de balde algunos años.
¡Nada! Me callé. Lo que había que hacer era recoger aquella desgraciada y echármela 4 cuestas, lo
hice.
guir;
cría
cuando
Dejé aquella finca
donde no
me fuí á otra, encontré trabajo,
empeñando mi libreta,
un
viniese
ranchito,
en
los
y con
mismos
donde me dieron arrimo.
al mundo.
Así
lo
nos convenía se. pedí
ese: recurso terrenos
de
un
avance
me hice de. la haciénda :
dl
mismo que la
222
REVISTA PUERTORRIQUEÑA.
Meses después tuvo Cocola esa chiquita, la ¡mayor de las dos, y entónces necesité hacer nuevos empeños. Mi deuda crecía porque me cargaban
semanas, para que Ella la habían
premio
todas -las
y yo no podía ahorrar, porque todo lo gastaba mi prima tuviese cuanto le hacía falta. + quería ayudarme, pero ¿cómo? En el pueblo enseñado á hacer primores con la aguja, pero
no sabía lavar, planchar ni cocinar,
y había
de
costarle
trabajo avenirse otra vez á las fatigas del campo. : Lue-
go la carga que llavaba que debió atender,
verla limpia
encima,
y....
y ensapatada
después
en fin, que
como
la criaturita.
á mí me
cuando
vivía
gustaba
len - el
pueblo, o Verdad que ella se lo merecía; siempre tan buena,
aunque
tristona,
comía el alma.
me
hablaba:
con un
chiquita, tan blanca como un copo de linda que parecía una hoja de rosa.
menzó á hablar me llamó pupá.... la cuidaba como si lo fuese. Vivía contento,
21
cariño que
Y lo que ella no pedía se.lo
señor,
me
ganaba la
algodón, |y tan En cuanto co-
y lo cierto és que SN |
pero las malas
lenguas
die-
Ton en decir que Cócola era mi corteza. Yo la ¡quería mucho, eso sí, aunque no se me habia pasado eso por la cabeza; pero ¡vaya usté: á impedir un falso| testi-
monio! Lo mejor era remediarlo casándonos,| y se lo propuse. Ella al pronto se resistió, porque todavía se acordaba del otro, y luego.... ¡si éramos casi hermanos!
Tuve que decirle lo que pasaba: . por más que
nos separáramos,
las malas lenguas
no
se callarían,
y,
además, ¿con qué iba á vivir....? Para casada |no la habia de querer nadie después de lo pasado. . JB fin dijo que sí, después de jurarle por las cenizas de mi “madre, que nunca
le
echaría
en
cara
sú des-
gracia. | a En cuanto se supo por el barrio que nos casábamos, empezaron á burlarse porque yo recogía br: dicios.... Lo decían por detrás de mí, pero no falta |
nunc a quis lleve. y Lib. poniéndole á4. uno neg
sangre.
mundo.
Sinvergiencerías, señor; de ellas está lle
Si uno lás oyera no sabría que hacer. -
usté! : 1
peor. |
1)
si no nos casábamos;. si nos. C sába >
i
>
áY
4
|
es
SALVADOR Bi E
(Continuará).
EL CENTENARIO DEL “DON GIOVANNI.” Á LOLA-R. DE TIÓ, a
:
APASIONADA
Sep
DE
- El 4 de Noviembre de
4É É
Yi
MOZART.
1787 tuvo luga
dad de Praga, un acontecimiento que merr, en la ciuece la honrosa recordación hecha de él en varias ciu Europa, como uno de los que bastan en la dades de historia de la humanidad
mera
para ilustrar una centuria:
representación
Giovanni, de Mozart.
El
abate
tal es la 'pri-
de 1/1 dissoluto punto, o ssia ¡Don
Da Ponte,
peregrinas aventuras
cuya accidentada
>
led
carrera
le habian dado gran aptitud para
apreciar y comprender el legendario tipo de Don Juan, fué el elegido por
Mozart
para : hacer
un
libreto sobre el Festín de pierre, de Moliere, par a el teatro de la ciudad antes citada. No por mero capricho. recayó en Da Ponte la elección
de Mozart: antes bien le indujo 4 ella la habilidad que aquél había revelado al ponerenéon.
diciones da metersí in música 8
la comedia
de
Beaumar-
EL CENTENARIO DEL “ DON GIOVANNI ».
chais, Le Mariage de Figaro, para el teatro de Viena el año tación (según ahora se dice) pañía que dirigía Bondini, fué
125
eserita por el maestro anterior. La interprede esta obra por la comtan del agrado del autor,
que éste la eligió para que estrenase' en Prag maestra. El 28 de Octubre entregó la parta su obra itura, por la que percibió
mil doscientos francos (1) y en siete dias
fué estudiada, ensayada
y Puésta
en
aquel
lapso
escena.
Aunque esto parezca invención fantástica, así lo dice la Historia Para la realización de tal empresa era preciso . ' que
el autor" no
viviera
en
de
tiem
po sino para su obra. Así fué. Mozart se multiplicaba. A éste un repaso, al otro un consejo, al de más allá una indicación, todos los actores aprendieron sus él. No sin gran trabajo logró hacer trasmiti partes con r á aquellos cantantes el verdadero: carácter idea] de sus personajes; no sin graves rozamientos pudo cons egui aquellos italianos interpretaran,. sin comprende r que rla aquella noble y sencilla música, tan lejana de las bien, fiori $ turas y gorgoritos que privaron siempre com o tiranos * de la música vocal en la península itálica. En el pri- mer ensayo general la Bondini no expres aba á gusto del autor su pensamiento «n el final del acto primero, cuando, arrastrada por 1). Juan, pro rrumpe explosión de pudor herido. ” Mozart abando en una nó la orquesta y subió á la escena. Hizo comenzar el final; oculto detrás de un bastidor aguardó el pasa je: gar éste se arrojó súbitamente sobre la actri al lle- . z, que, asustada,
lanzó
un
agudo grito.
“Así,
dsi—exclamó
Mozárt—es que quiero que griteis (2).” Tanta
atención
presencia de Mozart. sentación
discurría
——
y
labor,
exigían de
contínuo
la
La víspera de la primera repre:
alegremente
con
varios
amigos,
(1) ¡Oh'tempora! Cuando se piensa que Gounod ha percibido por componer y dirigir su oratorio Mrs el vita 2 5000 franco s, y Verdi ro0.000 por 1 a opera Aida del editor Kicordi, se depl ora más la miseria de los grandes maestros en el siglo pasado. : 2 (2) Clement et Larrousse.—Dictionnaire Lipigué. z £,
=,
a
REVISTA PUERTORRIQUEÑA.
cuando uno de ellos, -al ver tan avanzada la noche, . 6bservó que aun no había puesto mano en la oberturajde su obra.
El maestro simuló estar inquieto por su falta,
y á media noche se retiró á su cuarto donde tenía tre-cado de escribir. Su esposa le había preparado un ponche, y con sus libaciones y la extremada fa-Se tiga que experimentaba se rendía á pesar suyo. ¡Su esposa, para tenerle despierto, le contaba historias inye- | rosímiles: tres horas despues de haberse puesto al tpabajo terminaba esa página inmortal. Apenas tuviefon
tiempo material los copistas para sacar las partes,| y á las. siete de la noche, momentos antes de levantar el telón, acababan las hojas, que—todavía húmedas—fueron distribuidas. A primera vista ejecutó la. orquesta ' la admirable sinfonía, conducida, por un director tan hábil como Strobach. Los artistas que ejecutaron la inmortal obra fueron (1) Bassi (D. Giovanni), Teresa Saporiti (Donna Anna), Catarina Macelli (Donna Elvira), Catarina Bondini (Zelmira), Antonio Bagltoni (D. Octavio), Felice:
Ponziani (Leporelio), Guiseppe Lolli (D. Pedro y Massetto). Bueno: es que la historia recuerde los que li'braron y ganaron la batalla. Con
tan admirable música
y
tan inteligentes
in-
térpretes, la ejecución de la partitura de Mozart fué; un triunfo. “El éxito de Don Giovanni fué inmenso: itodos los números fueron repetidos á instancias del público, y la ciudad de Praga se hizo digna del genio que le habia proporcionado tal obra maestra. La ópera Don Juan se representó quince años consecutivos por una compañía italiana que actuaba en los teatros: de
Leipzig y de Praga;
fué al cabo
bohemia,
del pueblo, que
al alcance
traducida en
lengua
demostró ser tan
gran apreciador de aquella música como las clases ¡superiores, para las que había sido escrito (2).” E] =— (1)
Loc-cik
(2)
Scudo-Critique et littérature musicale.
)
A
ES
|
Roa
226
EL CENTENARIO DEL «DON GIOVANNL»
227.
Mn Cuando se realizó el estreno
del Don Juan
, Mozart tenía treinta y un años. Lejos ya de aquella prodigiosa infancia, se acercaba al término de su carrera. «Habia vivido mucho en poco tiempo, seg un la expresión de un poeta, y se hallaba en la madure z de su talento. : SN : Ad He dicho prodigiósa infancia, no! sin intento. De todos los grandes hombres se ha dicho que revelaron precocidades infantiles, nuncio seguro de su feliz existencia; bien que en algunos casos la ley end por la admiración ha venido á desfigurar a ayudada la verdadera vida, como en: el bosque ahogan y sécan las parásitas el árbol que las abriga. ek e No así con Mozart. Desde Schlichtegroll hasta Guattani, desde Nissen hasta Holmes, des de Oulibicheff hasta Qorvinski, deslé Otto Sahn. hasta Víctor Wilder; todos cuantos se han ocupado en la biografía del ilustre compositor, “han puesto de relieve, «con verdadero interés, los. rasgos característicos de su infancia, promesa realizada afortunadamente en la edad viril. No aspiro á trazar hoy una biografía comple ta de Mozart; ' los límites de mi artículo
no podrían
los múltiples - incidéntes de la vida del gra contener n por eso no consignaré las cien. anécdotas Maestro: que corren acreditadas por autores, algunos de :los cuales recogieron esos sucedidos enlas intimida des, del propio compositor ó en las de su esposa y hermanas. | Pero he de apuntar, siquiera brevemente, los pales acontecimientos de su vida, sin pref princierir (por: creerlo útil) sus antecedentes : y herencias artí sticas * y morales. | Juan-Crisóstomo-Wolfgang-Amadeo Mozart nació
tr
*
ade
Lo E
se
228
t y
REVISTA PUERTORRIQUEÑA.
¿ j
1
|
el 27 de Enero 1756, en la ciudad de Salzburgo.
Sép-
timo hijo del matrimonio, sólo tenía por compañera á. una hermana, pues todos los hermanos que le habi an precedido murieron sucesivamente, como si (dice sho
de
sus
biógrafos)
para
formar
una
inteligencia
tán
singular y maravillosa, hubiera necesitado la. pad raleza comenzarla muchas veces y romper de despecho
sus moldes incompletos.”
no
a:
Nunca vino criatura al mundo para vivir en La medio tan favorable. Al paternal cariño, patrimonio de todos, y que más que otra alguno necesitaba Mozá rt . Para satisfacer su natural sensible y amante, unía se la inteligencia poco común de su padre en la ciencia de los sonidos. En efecto, Leopoldo Mozart, era, hacía muchos años, músico de la capilla del obispo-príncipe de Salz burgo; y además del conocimiento técnico que de varios instrumentos poseía, era autor de varias comp o-
siciones musicales y de un
regular. estima.
método de
vio'ín,
Amantísimo padre y
esposo,
más horizontes ni ambicionaba más teatro
cirse, que el estrecho
límite de
su
- composiciones musicales,
pequeña
grande
Mariana, mayor
hombre)
y en donde
cinco
hallaban directores
ni tenía
para prodi-
hogar.
acudían los amigos de su corazón en
tenidos en
donde
Á
el,
pués,
ejecutabán
¿sus dos hijos,
años que
el
cariñosos,
(la
futuro desintp-
resados y hábiles para nutrir su inteligencia. | Allí fué donde, bajo la cariñosa mirada de todo s ellos, nutríase $ se revelaba el que había de ser admi ración y encanto del mundo; allí donde, desde los
primeros años,
germinaba
aquella
poderosa
imaginá-
los hallaba
resplan-
ción, aquella delicada sensibilidad que había de palpitar en su música. Á la edad en que los niños golpeán inconscientemente los teclados, el niño aquel buscaba
intérvalos consonantes, y
cuando
decía de gozo su rostro infantil.
que
ejecutaban
varios
Dicen que
amigos, un
empeñára en tocar la parte
cuarteto,
de segundo
un
dia en
como
se
violín, en uno |
| |4
a
:
>
z
>
y
i
7
|
¡ j|
- EL CENTENARIO DEL «DON GIOVANNI.”
pequeñito manos,
que
como
juguete habian
sintió tanto la negativa de su
|
239
puesto padre
en
sus
que temía
disonara en el conjunto, que al fin, para calmar el llanto
del niño, consintieron en que tocara; pero sin herir fuer-
temente »las cuerdas. “¡Cuál no sería el estupor de todos al ver que Schachtner, que llevaba la parte, puso, al empézar el trio,su violin en el suelo, dejándo solo en la ejecución al pequeño Mozart! ¡Aquel niño; de
apenas
cinco años,
habia
estudiado
mento!
él solo el .instru|
En vista de la maravillosa facultad de que su hijo estaba dotado, pudiendo á los seis años eje-
el que
su hermana
Mariana
_ había llegado á ser una notabilidad, Leopol ' Mozart do, ' su padre, decidió emprender un viaje artístico. Muchos biógrafos del gran músico ven en esta resolución el afán de lucro y la pereza de Leopoldo. Más otros,
teniendo
en cuenta
su doble carácter y Su
pondencia con varios amigos, se inclinan la exaltación de un sentimiento digno banza.*.
0
corres-
á ver en ello de toda ala+]
El padre de nuestro Mozart era hombre de un acendrado fervor religioso. Veía-en aquellos hijos tan prodigiosamente dotados, depósitos confiados á su guarda
y cuidado.
Creía, por tanto, defraudar á la Providencia
encerrando'en
la oscuridad
manifestaciones vivas del
de
poder
Salzburgo
y la
á aquellas
bondad
divinos.
De ahí el que se decidiera á mostrar á todas las gentes
la bendición que había caido en su hogar. | Animado por esos deseos, alentado por tan legítimas ambiciones, recorrió con sus dos hijos y Su esposa la Europa. En 1762 salió para Viena, provisto de
un permiso del obispo.
'Allí, fué festejado y ¡aplaudido
por la corte y por la familia imperial en 1763, y em-' prendió después nuevo viaje, cuyo itinerario comprendía á Paris y á Londres. No seguiremos á la familia Mozar t en esa pereg rinac ión artística: ni la índole , |
ld
en
50
en el clave,
RA
A
cutar
-230
La
REVISTA PUERTORRIQUEÑA.
ni la extensión
de este trabajo lo consienten.
decir que por todas partes entusiasmo,
era
recibido
||
1
“Basta
con el mismo
se disputaban el placer de oirle las
familias
reinantes, los personajes más encumbrados, los Varones más eminentes. Que fué admirado por Góethe, teniendo este catorce años, que fué introducido por Grimón
en la corte de Francia, y aplaudido con gran entusiasmo en Paris, donde publicó sus dos primeras obras grabadas, cuatro sonatas para clave. De aquí pasó á Lon-.
dres
donde
aumento;
la acogida
mucho
y
la admiración fueron
_
contribuyó al éxito alcanzado en e S ta
capital la afición á la música de la real familia, y la presencia del sucesor de Handel, muerto cinco años antes, Juan Cristian Bach. En Londres fué donde, durante una corta enfermedad de su padre, que le impedía
sinfonías.
tocarel clave,
compuso
|
A
sus
tres primeras
|
-— En 24 de Julio de 1765, ¡abandonaron á pasando por Holanda, Francia y Suiza hasta á Salzburgo,
á donde
llegaron
en
Noviembre
Londres retornar de
1766.
Estos primeros viajes, con sus triunfos, la admiración provocada, el entusiasmo despierto, no cambiaron en nada el carácter infantil de Mozart; en vano habíanle
dicho, entre las lisonjas de la admiración, que su gerio lo había descubierto todo, que todo lo poseía. Al
llegar á la casa
en
que
ocultaba
habían corrido sus primeros
y la aplicación
Este estudio no
el
desarrollo
fué
óbice
años,
su
cuna,
en
la que
buscó en el O
definitivo
de
á la producción,
su talento.
antes 'al
contrario cofenzaron en él las obras vocales del máestro. La incredulidad del obispo de Salzburgo, sirvió
para que escribiese la primera. No pudiendo creer los milagros que narraban del hijo de su maestro de capilla, resolvió someterlo á una prueba decisiva. Lo encerró en una de las habitaciones de su palacio con _ la letra de un Oratorio, y desde aquella jaula emprendió
su alegre vuelo el ruiseñor, dejando admirado al prelado,
- EL CENTENARIO DEL “DON GIOVANNI.” con obra de
tan
ginación.
eli
El padre
infantil precocidad
231
y portentosa ima-
:
daba
acariciaba
una
idea
qué
.
era el sueño
dorado de todos ¡os músicos: un viaje á Italia. “Fuerza es recordar -—dice un. biógrafo de Mozart (1) —que en esta época Italia era no sólo la tierra “* clásica del bel canto, sino la nodriza de los grandes “* compositores,el alma parens,
de los músicas
jóvenes
“ que venían donde ella á reclinarse eri su fecundo seno ““ á gustar la savia fortificadora. La música en Italia ha-
“* bía penetrado en todas : partes:
parecía encarnada en |
“una lengua que estaba hecha para ella;
discurría por
“* calles y plazas con el vulgo, se asentaba:
“* doméstico de «la clase media,
en el hogar
se apoderaba de
“* palacios y teatros con la nobleza, y dominaba,
“* religión, bajo las anchas bóvedas de las Iglesias.” Aquellos eran los tiempos de oro para
los
con
la:
el arte mu-
sical en Italia. ¡Aquella la: época en que su música servía de modelo á la de todós los pueblos; y st por acaso
se oian algunas protestas tentativas de
reivindicación
lladas y desvanecidas que
timidas
pasaba orgullosa
de libertad,
nacional,
por aquella
de
soberbia,
despótica soberana
pueblos tras su carro triunfal.
arrebatando
l
Guglielmi, Anfossir, Sacctrini, Piccini,
callamos,
eran los sacerdotes
algunas
pronto eran aca-
á los
y otros que
de aquel culto,
los após-
toles que ilustraban lós melodiosos versos de Metastasio, que era lo mismo que unir una música á otra música. . Haydn habia publicado algunas de sus sinfonías en
Alemania;
Heennáel,
molde en que habia vaciado
había
roto
en
Inglaterra el
sus operas para buscar en
sus Oratorios nuevos derroteros;
Lulli y
Rameaus,
en
Francia, no eran más que plagiarios de aquel arte italiano. No había aun rugido el Titán, Beethoven, ni cantado Gluck,
ni arrullado Mozart.
La y
|
ms.
E
A
E
p
ñ ñ
4
Victor Wilder—Mozart—P homme et 1 artiste.
0
(1)
-
Aci
232
A
"REVISTA PUERTORRIQUEÑA.
Despues de una corta permanencia en Viena (1767), acortada por el luto de lla corte que había. perd ido, víctima de la viruela, á la archiduquesa Jose fa (cuyas bodas con el rey Fernando de N ápoles atrajeron á Leopoldo Mozart y sus hijos), se refugiaron en Olmutz (Moravia) donde los alcanzó la epidemia. No debia, sin embargo, realizar todavía si sueño dorado; valescencia fué larga y penosa, ménos penosa la cónpor llos nobles cuidados que le prodigó el conde Podstataki, dean de la catedral de: Olmutz' y canónigo de Salzburgo; pero que les obligó á retornar 4 Viena. j El emperador Francisco 1 habia muerto; su vi ida .no gustaba de música ni de teatros; José II era Mas demás económico para disipar su fortuna en prod igalidad es á los artistas: sin embargo, manifestó el deseo de que se pusiera en esceña una ópera del jóven El signor Affligio, empresario, se doblegó res maestro. . petuosamente á la voluntad del Emperador, ofreciend o cien ducados á Mozart el dia de la primera rep resentación de La Finta semplice, libreto. de Coltellini. Mas cuando
vió que su servil obediencia: no le habría,
saba y esperaba,
compositores
tenian puesta
de en
como el pen-
la caja del Emperador,
Viena,
amotinó á los
heridos por la confianza que
aquel niño,
contrala obra
que
proponia componer. En vano los artistas se entusiasmaban con aquella música; en vano los intelige cían los propagandistas de aquella partitur ntes se háa; en vano Hasse,
despues de leerla,
que las' que se aplaudian
con prepararle
decia que valia
en Viéna.
mucho
más
Affligio amenazó
una silba espantosa;” y,
como el teat
ro era empresa particnlar, y. el Emperador hub ier que pagar para satisfacer su capricho, (acto supe a tenido rior á sus ' fuerzas) la ópera no se representó, á pesa r quejado al Monarca el mismo Leopoldo Moz de haberse art. '
Nuestro hombre, nuestro: niño, mejor dicho, descorazonó por esto; sin aguardar la solución
cábala que lo perseguia, se puso
no se de la
á componer una obra
E ces
!
l: t
E
E
E
EL CENTENARIDELO “DON GIOVANNL > )
cómica en un acto,
|
Bastien et Bastienne, imitación,
|
cuanto-á la letra, del Devin du vilfage de Rousea u.. Conmu. -. esta obra, representada en la e asa de campo de un rico doctor, homónimo del apóstol del magnetismo, en medio de entusiastas aplausos, - y conla ejecució r - de una misa—la' primera—escrita p ara la conA sag - nuevo templo, —y que Moz art mismo dir ración de un igió,—s se vengó noblemente de sus detract ores y émulos. Wes
0
'
- En esto.se recibió u na carta del may ord« obispo, en la que se notific aba á Leopoldo Moza )»mo del . z rt que su sueldo como maestro de. capilla no se: le adelante sino, en el tiem po que residier pag raría en a go. -.Con esto, en vez d e abatirse su ánim en Salzburpían las obligaciones ofi ciales que le: rete o, ' se rom-patria adoptiva, y se abría para él, libr níar l en su e y ar nplio, el. camino de Italia.
q
(Concluirá).
CÁrLos CAsANo' VA,
eN
EL CAMPESINO PUERTORRIQUENÓ.* SUS CONDICIONES
LAS
DETERMINAN
Y
MEDIOS
PARA
MEJORARLA
A
QUE
Ya
CAUSAS
y. MORALES, —
FÍSICAS, INTELECTUALES
|
(CONTINUACIÓN).
PATOLOGÍA DE LA MUJER.
Desde la infancia se distingue masculino por caractéres fisiológicos el tipo femenino del que no escapan Á una observación discreta; pero diferencias no se limitan á esto. La sexualidad, denlas tro' del terreno patológico, se manifiest
gos partic lante han de acentuar los sexos, ulares Estas modalidades
que más ade: ¿
patológicas, notorias
infancia, se marcan más después
blece el poder sexual, continuándose con *
' último
|
Esta obra obtuvo el primer prem io de la sección de Ciencias Certámen del Ateneo Pue
» 1
esta:
la actividad -
rriqueño, á propuesta del Jurado ción de Escritores y Artistas, de rto Madrid, *
ya en la
que la pubertad
]
|
o
pr en e la a.
AP”
a perfectament ersa desde ese período de la vida humana en quee div el individuo sólo tiene señalados los ras
EL CAMPESINO PUERTORRIQUEÑO.
ue
funcional de órganos que han de extinguirse en-la: edad de la menospausia, no sin dar lugar 4 perturbaciones en el organismo femenil. | tia
La aptitud morbosa de la mujer, como la del niño,
ofrece, pues, caractéres de singularidad que nos obligan
á dedicarle algunas fneas. | La campesina puertorriqueña, anhémica por lo general, está sugeta, más que otra alguna, á seras funcionales de los órganos de la generación, sobre todo aquellos que dependen de causas predisponentes gene-
rales y constitucionales debilitantes, tales como alimentos de mala calidad, temperamentos linfático y nervioso,
constitución pobre, etc.
De
aquí
que
la
amenofánia,
(ausencia de la primera evolución catamenial) y la amenorrea (supresión del flujo ya establecido) no sean del tcdo raras. 1 C
La
dismenorrea
nerviosa,
vulgarmente dolor de
hijada, es muy frecuente. La menorragia, ó sea la exajeracion del flujo menstrual, se observa también á menudo. | 1 Como todo lo que es capaz de debilitar el orga. nismo es causa de la clorosis, no es de extrañar que : una afección caracterizada por el aumento de la, parte ... serosa de la sangre y la disminución de los elementos
cruóricos y fibrinosos, sea
grupo á que nos referimos. ' Entre las lesiones de
común
entre personas del a
la
inervación,
el histerismo
nos merece atención especial. Causas bastantes abonan la frecuencia con que se observa esta enfermedad entre las campesinas: las condiciones climatológicas, ¡el ternperamento, el tipo moreno dominante,. la debilidad constitucional, etc. Los médicos tienen ocasión de comprobar á cada paso que la histeria—mal de corazón, mal de pelea—es un padecimiento corriente. | Debemos
señalar,
-4
título
de
enfermedades có-
munes, las vaginitis, la procidencia y otras dislocaciones
uterinas; no lo son ménos las metritis en sus distintas
ASAS
.
,
236
REVISTA PUERTORRIQUEÑA. z
|
L
l
|
A
SE
Ad
|
manifestaciones, las ulceraciones del cuello, los tumores
y el mismo cáncer. La
vulgar;
leucorrea,
las mismas
hemos hecho abrigo
causas
el uso
destinadas
preservar
es
de
usar
7
padecimiento
Á que
antes
vestidos de poto ciertas
á cubrir
de
un
debilitantes
y la costumbre de no
conviene
ap.
blancas,
referencia,
vestido interior,
que
Aores
:
prendas
partes
del
la .humedad,
facilitan
presentación de este padecimiento.
de
cero
la
|
Durante el embarazo la campesina está sugeta á esa multitud de trastornos que caracterizan la patología
de la preñez: vómitos, hemorrágias, varices, núria, neurálgias diversas, eclampsia, etc.
albumiia
La distocia nó es más común entre las campesinas que en otros grupos femeninos; pero á causa de las razones que expusimos al tratar de las enfermedades ¡de la infancia, ofrece mayor gravedad. Casi siempre el médico es llamado después que por la comadre 6. cu-
riosa se han puesto en. práctica multitud de absurdos. procedimientos, ofreciéndosele como es consiguiente al
práctico dificultades)sumas Si se trata
raras, por
de
hemorragias
desgracia,
casi
para
salvar
puerperales, siempre
los casos de posiciones viciosas
á la paciente. que
llega
tarde;
del feto,
es imposible una oportuna rectificación.
no
+,
son y en
de ordinario -
Los cuidados posteriores al alumbramiento. son nulos entre las campesinas; el régimen higiénico no existe; la madre deja el pobre lecho pocas horas des- *
pués del parto,
perjudica en
y si
bien este mal
el acto, casi todas
parece
sufren
más.
que
no las
tarde .las
consecuencias, manifestadas en forma de prolapsus uterino, hemorrágias secundarias, etc. Noson extraños los
casos de fiebre
convalecencia de
puerperal un
En no
alumbramiento
pocas ocasiones no
es
más
la: -
que el
principio de una tísis que lleva rápidamente -al sepulcro". ,
Durante la lactancia,
hemos
observado
Mes.
á una madre.
á menudo
j
EL CAMPESINO PUERTORRIQUEÑO,
3 Y
que las mamas eran asiento de Infitis, tumores.
de grietas y de
A
a
de eE
S
La galorrea, ó sea la secreción excesiva de la leche, se presenta con frecuencia. ES - Por último, los tumores
no malignos
y
el cáncer
de las mamas se encuentran en el cuadro patológico de la mujer de nu-=stros campos. | | ENFERMEDADES
-
EN
GENERAL.
Ninguna otra-afección como
el paludismo
merece .
el primer lugar en este estudio, por la importancia que tiene en la patología puertorriqueña. Puede asegurarse que
se padecen,
todas
las
enfermedades que en Puerto
principalmente
relacionan con el paludismo:
tuye, á lo ménos las complica. Ya
es
franca
y
cuando
los
-
cuarta,
ya
campesinos, se
él no las ¡Constis :
abiertamente
febril cotidiana, tercia Ó-
.
entre
Rico
a
una manifestación una
engañosa
lar-
vada, ya una perniciosa que reviste las más caprichosas formas;
es un v rdadero Proteo de la patología, contra
- el que hay necesidad
de vivir
alerta
en sus más caprichosos y sorprendentes
para: descubrirlo. disfraces.
Siempre fué el paludismo, según todos los médicos que de este' asunto se han ocupado, un padecimiento frecuente en Puerto Rico. Ya Fray Íñigo, en el capítulo EnFermedades que más comunmente se padecen en la Isla, decía:
““Otra especie de calenturas se padecen en esta Isla y son frecuentes en las vecinas y mucho más en los valles de la tierra-firme: dánlas el nombre de calenturas de
- Costa, de tercianas y otras diferentes. Atacan á los criollos, á los europeos y africanos, especialmente 4 los que habitan en los valles, tierras húmedas 6 meramente d-smontadas. La espesura de exhalaciones pútridas - que la fuerza del sol levanta de las tierras nuevas y - lagunas, impregnan el aire, éste inficciona la masade
38
-
REVISTA PUERTORRIQUEÑA.
cuartanas, cuya duración llega á cuatro ó seis
años sin
dificultad y lentitud, muchos
debilidad
que hasta ahora hayan encontrado medios de cortarlas. Los que llegan á limpiarse de ellas convaleten con mucha
mentos sin sustancia y el aire
cuperar la salud
conducen
y
en una
sin
poco
fuerzas.
Los ali-.
favorable para re-
al paciente de
una enfer-
medad á otra; los que se salvan de las calenturas vienen á morir de hidropesía.” ES Admira ver cómo el religioso benedictino aprécia
las causas esencialísimas
del modo
de ser de nuestra
población. Enseñanza grande nos dá este párrafo por lo que demuestra respecto de las condiciones físicas del habitante de Puerto Rico á fines del siglo XVIII. ¡En él vemos que ya entónces era un hecho la extenuación y debilidad habital de muchos; extenuación y debilidad que, como era lógico suponer, siguiendo como han seguido actuando las causas del paludismo en los campos, han venido á influir considerablemente en la patología actual de nuestros campesinos. | 4
. . Nótese
bien
que todavía
en la época
se
dejando
de Fray
Iñigo, allá por los años de 1781, no había medio con qué cortar las calenturas intermitentes. Se curaban porque
sí,
Ó
no
curaban,
en
el
primer
caso una debilidad orgánica que ha redundado' en perjuicio de la generación presente, generación sobre la cual, preciso es confesarlo, aun puede el paludismo actuar grandemente, gracias á la falta de drenajes, etc.,
y ála
lo cual utilidad El notas á decía el
falta de
ilustración
y
escaséz
dé
medios,
hace que todavía el quinino no preste toda la debida entre las gentes del campo. | doctor Don Calixto Romero y Togores, en ¡sus este capítulo de la Historia de Puerto Rico, año de 1866:-
“Las
fiebres
intermitentes! si-
guen siendo uno de los padecimientos más frecuente de ici gia
$
j
| ,
AAN o ca
|
!
||
fl
y
4
PRA
quedan
habitual, el cuerpo extenuado
Dias
la sangre y resultan las calenturas intermitentes que suelen guardar en las accesiones la crísis de tercianas 6
EL CAMPESINO PUERTORRIQUEÑO, la Isla.”
Habla luego de
las
causas,
Ósea
de
lain-
-
. fluencia telúrica y añade: “Por esta razón, los hombres expuestos á su acción, v. gr., los labradores, la padecen con frecuencia,” y concluye diciendo: “Al cabo de cierto tiempo. constituyen á los calenturientos en sugetos raquíticos que sufren infartos del bazo ó de ¿éste y el hígado, que determinan á su vez un série de
padecimientos que abrevian
considerablemente
la du-
. ración de la vida.” En nuestros dias los médicos que han escrito acerca de este particular, están de
acuerdo en
declarar
en-
démicas las fiebres intermitentes en la Isla; así lo creen _ todos los profesores de medicina que practican en la provincia. Hay localidades en las que se extrema la frecuencia del elemento palustre. El doctor Don An_tonio J. Amadeo, de Maunabo, y el doctor Don José de Jesús Dominguez, de Mayagúiez, han escrito en el sentido expuesto luminosos artículos acerca de este particular. El doctor Don Ricardo Rey, con el
mismo
recorrer
motivo,
la
Isla
ha
dicho
de. Norte
hace
á
poco: (1)
Sud
y
o |
a Da a
“Basta
de
Este
á
Oeste, para observar que uno de los efectos morbosos con que el médico práctico ha de luchar de contínuo,
ha
de
ser el miasma
de los pantanos.
continúa el mismo
escritor,
ejerce su poder, no
puede
en
que
ser más
El
suelo,
:
el astro ¿del dia... abonado | ni reunir
mejores condiciones. Por todas partes- se observa una exuberante vejetación. No hay lugar en que el médico lo mismo que el botánico no admiren la rica flora que presenta la Isla; pero también admira y causa al mismo tiempo dolor, contemplar inmensos ¡focos de infección producidos por múltiples pantanos| por ciénegas infinitas, por aguas sin corriente, que cubiertas de flores y verdor, rodeadas de impenetrables bosques,
ofrecen áá sus habitantes un constante (1)
y. deletereo ele-
Estsádios sobre el Paludismo, artículos: Públicados en El sá Médica
Farmacéutico, de Puerto Rico.
|
ES
se
M9
REVISTA PUÉRTORRIQUERA,
a
mento que viene dia tras dia, generación tras genera: ción, ejerciendo su influencia morbífica.”
ad.
Efectivamente, día tras día, generación tras generación
vienen actuando sobreel puertorriqueño y de un. modo especial sobre el 'jíbaro las influencias. reunidas :del calor, la
humedad y
las
sustancias
orgánicas vege-
tales, que son los elementos necesarios para que—veri-
ficada la descomposición de las últimas—se desarrollen
las calenturas
intermitentes
y remitentes que. actúan
todo el año en los campos de la Isla, en donde éncuentran organismos ya predispuestos á padecerlas el hambre y otras causas debilitantes.. eiii
No. somos nosotros los primeros en decirlo: pe escritor que acabamos de citar, en su estudio ya referido, lo ha dicho
en
esta
Isla
antes
una
que nosotros:
población,
_ merosa, vejetando (permítaseme
“Existe,
vive
y no es la ménos
la frase) entre e
nu-
gas y pantanos, sostenida con alimentos vejetale$ y bebiendo agua fangosa.” Expone luego .el. deber 'en
que está la administración de hacer
desaparecer, ésa
causa de paludismo, y de ella “espera que un pueb!o.en-
Sermizo y de poca vida se convierta en sano y. viril”... lertamente,
fermizo;
por
el campesino puertorriqueño
muchos
_.menteá causa del
otros
mismo
la caquexia palúdica,
abofado;
motivos,
paludismo
nos
pero
es en-
indudable-
que, produciendo
le presenta con semblant
le produce infiltración del tejido celular sub-e
cutáneo, le dá 4 la piel color terroso súcio, á su mirada languidez, á las conjuntivas exangies blancuras, á los miembros laxitud
palpitaciones
hígado y bazo,
lesiones suelen
veneno.
general,
irregulares é
cortedad
al. corazón,
hidropesías, en
ser
|
consecuencias
E
$
Tócale á la anémia, en órden
4
la respiración,
hinchazones ¡al
fin, que todas
de
E
tan
estas
poderoso
sE
SS
de importancia, .lu-
gar análogo “al del paludismo. “Enfermedad Prop ia. de
”
-los climas tórridos, amaga á todos los habitantes de la
-——Ísla, agobiando á la mayoría
-
de los campesinos puer»
torriqueños. - la influencia térmica del medio ambiente
basta por sí sólo para producir la anémia. «Aun en los - climas templados se observa, durante-el verano, cuan» do los calores han sido fuertes, que muchas personas pierden el apetito, se sienten incapaces de desarrollar Su actividad ordinaria, palidecen; en una palabra, están bajo el influjo de un ligero grado de anémia. . ¡Con cuánta más razón no ha de ser general este padeci-.
. miento en una zona cuya temperatura constante es
todoel año! .
En
RE
o
tésis general podemos : decir que el
de los trópicos está sugeto á la. anémia
alta
habitante
por el sólo
_ hecho de la temperatura que soporta; pero esto tiene sus limitaciones individuales. Hay razas organizadas para sufrir los calores tropicales sin. menoscabo de la > salud, y otras que, aún no estando tan bien dotadas por * la naturaleza,
proceden
de climas cálidos, han nacido en
la zona ó tórrida, se han aclimatadoy viven bien, aunque _ ligeramente anémicos; porque lá anémia dentro de ciertos. límites, mientras la cantidad y la calidad delos glóbulos sanguíneos no disminuye de un modo considerable, es compatible con la salud, y hasta se há con-: - Siderado como «necesario y saludable acomodamiento - del organismo al clima.
Claro es que si pasa
límites, constituye un estado morboso.
de estos
e
. Para la raza originaria de África, por ejemplo, la acción del clima puertorriqueño, porlo referente á la
temperatura,
no
es
perjudicial;
pará
los .europeos.la
acción morbosa de la temperatura será tanto más sensi-
ble, cuanto mayor sea la discrepancia del clima en donde
nacieron, con el de este país;
y por lo tanto, cuanto de
más hacia el Norte procedan, más en peligro estarán de
ser víctimas de la anémia térmica;
sus condiciones fun-
cionales orgánicas están muy - distantes
de “las que les.
serían necesarias. para resistir el ardiente sol «de los Ak
dei
%
|
S
a
=
REVISTA PUERTORRIQUEÑA. '
242
trópicos. - Por razones opuestas, los europeós nacidos. en las zonas cálidas están mejor dispuestos para acomodarse á las necesidades del clima, y he aquí explicado por qué los españoles han prosperado y dejado descendencia viable en estas regiones, cosa que no; han.
logrado otros pueblos. En efecto;
E
la península Ibérica está colocada. entre
las líneas isotermas de -|- 15% y —— 20% formando. parte
de la zona comprendida entre las líneas isotermas -1- 152. y -|- 25% ó sea la región de los climas cálidos. Pherto
“Rico está comprendido en la zona que desde la líñea isotérmica —|- 25 vá hasta el Ecuador termal; su temperatura media,
según -las observaciones meteorológicas
hechas por la Jefatura de Obras públicas, en San Juan es de 267 en invierno y de 28% en verano; pero en el interior es indudablemente más baja; por lo cualla _ divergencia climatológica no resulta tan extrema ¿omo la latitud geográfica. Así se comprende que los gspañoles, y sobre todo los de la parte del medio-dia, hayan podido fundar sociedades permanentes en estas Islas; están en condiciones +de adapta.ión de que caracen el alemán y el ruso, nacidos en zonas contenidas entre las líneas isotermas —— 15 y=-5. A Si el padre ha triunfado de las condiciones térmicas, por las leyes de la herencia se explica que el hijo vaya ganando en facilidades para habituarse á las «influencias del nuevo clima; y así es: los descendientes de europeos soportan el clima mejor que sus proge,nitores, con sólo ese ligero grado de anémia:de| que ántes hemos hablado. , Esto no quiere decir que el campesino puertprriqueño de orígen europeo,
no
tener en cuenta,
temperatura
pueda
ser víctima
de la
anémia morbosa, dependiente del clima tórrido que habita; de la anémia habitual y compatible con el ejercício normal de las funciones orgánicas á la morbosa grave, el paso se efectúa con facilidad; pero hay que que
la
en los
campos, ]¡
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_EL. CAMPESINO PUERTORRIQUEÑO.
ap
>
5
-sobre todo en las alturas, es notablemente más baja que la arriba citada, y por lo tanto más soportable, por lo. cual
nos
permitimos
anémia tropical pura,
asegurar. que
excluslvamente
los casos de
debidosal calor
excesivo, son escasos. : En cambio la anémia dependiente de
es común;
organismos ya predispuestos,
vuelven anémicos á poco que hayan
EA otras. causas
fácilmente se
sufrido
mdad grave, una pérdida de san gre, etc.
Todas las causas,
pues,
que en
otros
capaces de determinar la anémia, obran con cilíidad en el campesino borincano.
alumbramiento es casi lactancia, con más
siempre motivo
razón.
cuando á las naturales
esos actos, mentación!
hay
que
En
¡Cómo
pérdidas añadir-la ,
una enfer-
paises
mayor
son.
fa-
las mujeres, - el
de anémia;: la
no había
de
ser así
orgánicas propias insufidencia de Ltd
de
la ali-
, * No podemos prescindirde ocuparnos de este particular cada vez que se nos presenta ocasión de hacerlo. Tenemos, según hemos visto, que el país, por sí mismo, basta para que el hombre que lo habita. se vuelva algo anémico yy aun
que sucumba á la anémia
¿¿Oué hay y
que :
esperar que suceda cuando la alimentación es insuficiente y á veces de pésima calidad? Ya antes hemos mencionado las sustancias que componen la mesa del jíbaro;. pero nos falta añadir que
muy
frecuentemente
algunas
de esas sustancias las consume dañadas; hemos visto en no pocas ocasiones expénder, principalmente las
arenques, el bacalao
y
el pan
de
tan
pésima calidad,
que debía haberse prohibido su venta. En este particular es-preciso hacer constar que la avaricia y el poco « escrúpulo de algunos especuladores raya en lo in«creible. Hay quien se enriquece en poco tiempo aca- parando el dinero del infeliz labrador 4. cambio de los desechos de los almacenes
de
las poblaciones,
alimen-
tos_podridos que se 'adquieren-á bajo precio, para venderlos al jíbaro,
een -vez
de
elementos
reparadores $e.
de
24
REVISTA PUERTORRIQUEÑA.
1
0
organismo;
le nutren, «sino. que pueden
dd
su empobrecido
sustancias que no sólo,no
enfermarle.
Por desgracia
. estos delitos, verdaderos agiotajes con pobre labrador. a
la sangre del A
trar bajo un árbol de mangós mesa
puesta mientras -
la falta de una
organización
sanitaria hace
posibles
Cierto que el jíbaro es poco escrupúloso y- se conforma con quele cueste barato el alimento, aunque la inanición le consuma; pero esto no es razón para ¡dejar que se le explote. Bastante hay ya con quede por sí sea sóbrio; admira verle satisfecho con encondura la cosecha, y consumir
madure..
Es
el fruto
JS
de notar que
aun antes de que |
el jíbaro no
rd
usa el maiz con la
frecuencia que debiera; prefiere el arroz, aunque nó es tan nutritivo; este cereal que á menudo consume sin otra preparación que la de cocerle con agua y s lle produce opilaciones. En ciertos casos, antes de estar completamente formado el grano, se sirve de él como alimento; corta las espigas todavía verdes, tuesta el grano y satisface su hambre á cambio siempre de la pobreza nutritiva. A ó E Otra de las causas de anémia consiste en la mala
calidad del agua.
El campesino en muchas localidades
bebe la que tiene más cerca, aunque sea poco potable. Los estímulos que emplea para activar la. digestión, ¡el
uso
del
menticio,
alcohol como compensador de
y el abuso del tabaco
su. régimen ali-
mascado,
son: causas
que contribuyen á la enfermedad de que venimos tando. ta Al paludismo, á las causas
mentación escasa y de mala
calidad
dades producidas por un régimen
debemos
atribuir principalmente El
y álas enferme-
higiénico
detestable,
la anémia del -cam-
pesino puertorriqueño. Sáquesele de se le verá perder ese acentuado color
cuente entre los jíbaros.
tra-
| ad debilitantes de una ali-
ese régimen y pálido, tan fre-
clima debilita
un poco,
e
EL CAMPESINO PUERTORRIQUEÑO.
a
pero el dáño no lo produce solamente el calor, lo hacen» más acaso las transgresiones indicadas. Aunque
no
tan generalizadas
como
la 'anemía,
pueden citarse la clorosis y la leucenia misma, padecimientos del campesino. ce
como
-
La escrofulosis es más común; hiere un considerable número de individuos de este grupo. Y sé:
Ta
explica: en los campos los enlaces entre parientes cér.
canos no
son raros;
no es
extraño
tampoco
viejos empeñados en trasmitir una vida que «se les es=": capa, y personas caquécticas vemos á cada paso llenas de numerosa familia; los hijos que de estos enlaces na-
cen,
están, casi todos, condenados
á ser
8
encontrar
¡O
1 !
|
víctimas de la
escrófula. Si áesto añadimos las causas debilitantes de que antes hemos hecho mención, no nos sorprenderá que el escrofulismo se haya enseñoreado de los campos de Borínquen. | : 5 Las enfermedades más comunes del aparato digestivo son las dispepsias, gastritis, gastrálgia; ésta, lla-mada por el vulgo pasmo y confundida con el tétanos;
no es más que una neurálgia del estómago dependiente
de la anemia,
de la clorosis,
del
abuso del café,
especies ó de un simple enfriamierito. Entre - las afecciones de este aparato;
agudas
y crónicas,
gasto-enteritis,
de las.
09 las diarreas
disentería aguda
y
crónica, són las que juegan un papel más importante en
la patología rural; las impresiones repentinas de la hu=. medad á causa de los inopinados cambios atmosféricos,
la mala
vada
calidad de los
temperatura
de
dE a
alimentos, las caquexias, la ele:
la estación calurosa, las malas
Aguas, todo esto da razón de aquella importancia. : Las aguas impuras y el -uso de las carnes de cerdo -
que contienen gérmenes de ténia—equinococos —expos- nen al campesino á padecer de lombrices. A - La hidropesfía ascitis se encuentra amenudo, ya
_ desarrollada bajo la influencia de obstáculos circulatoW |
0
ES
ss Po LS
rpm
REVISTA
PUERTORRIQUEÑA;
reside
226-
rios de la vena porta-enfermedades
hígado—ó6 de: la cava—enfermedades del corazón —yadel deb ida á la caquéxia palúdica, á la enf ermedad de Brigth, que es más
frecuente de lo-que pudiera
creerse,
á lesiones perito-
neales y á un sencillo enfriamiento, sob la anémia existe como causa predispon re ente. La dispepsia, la malaria, la disenterí a, acción térmica del clima, son causas de que
el bazo sean
todo cuando * aparte de la el hígado y
trecuentemente -asiento de lesionés crónicas —congestiones, infartos é inflam aciones,
sos
del hígado no
se observan
La ictericia catarral es común.
Lós abcesino excepcionalmente:
En hepática, su patogénia nos dice que cuanto-á la cirrósis la hemos de encon“trar á cada pas o.
Paludismo crónico, enfermedades; del
corazón, alcoholismo,
abuso de especias, son otras fan¡tas causas de producción del pad ecimiento. hoc La peritonitis
no
gía del campesino.
es afección extraña á la patolo-
|
- Al ocuparnos
de los venenos
|
morbosos
hades por lo que se refiere á las fiebres eru ptivas, nos remitimos á lo dicho en la patología de la infancia. lo La fiebre tifoidea reviste caractéres esp eci ale s que han dado lugar á que se niegue por inteligentes médiCos su existencia en Puerto-Rico, y que por otros se la llame tifóica para reconocer sus sin declarar que sea la verdadera tif caractéres tíficos el sitio de discutir si son ó no legíti oidea; no es éste mas tifoideas todas las pirexias de larga duración con sín adinámicos que en esta isla se observ tomas atáxicos y an; pero no puede: negarse que la tifoidea, ' aunque
el país.
Ea
sea. rara,
|
Pes
existe
en”
rias La fiebre amarilla castiga también á los cam pes inos; pero más á los blancos que á los negros, los. cuales tampoco están exentos de padecerla. Cuando reina una epidemia de tifus amarillo en alguna población de la son invadidos los campesinos que res iden en la epidem
localidad
iada ó vienen á ella; á yeces, .aú n en
)
Sl: | |
costa,
*
EL CAMPESINO PUERTORRIQUEÑO. los mismos
“app
pueblos del interior se desarrollan
mias mortíferasde vomito negro.
epide- .
a
. *3 Otras pirexias se encuentran en la patología puertorriqueña, tales como las fiebres gástricas, biliosas, remitentes biliosas, etc.
Debemos
23
citar la erisipela como exantema
febril
que complica Á veces los traumatismos y úlceras, ó s presenta espontáneamente; pero es bueno advertir qu
por el vulgo se comprende bajo la misma denominación la linfagitis-inflamación de Tos vasos ganglos linfáticos
desuma frecuencia y que se presenta á causa de simples
picaduras, de la presencia das.
de niguas' Ó de ligeras heriE
Los venenos de origen animal están representados por la rabia, que es una enfermedad rara; por el muermo, que lo es ménos, pues facilita el contagio el poco cuidado y ninguna medida de aislamiento que se toman
|
)
Á título de enfermedad muy general en los campos
tócanos hablar del reumatismo; este padecimiento que tiene preferencias por los organismos pobres y por las personas sujetás á privaciones, necesario es que lo en-
contremos además entre una: clase
que,
por las necesi-
dades de su trabajo, se expone á menudo á las ins fluencias atmosféricas más variadas, y que, sin embar-
go, se viste muy
pobremente, lo necesario para no he=
AN
:
Á otras infecciones menos importantes están expuestos los campesinos; tales son las picaduras de insectos, ¿principalmente del alacrán, escolopendra (cienpiés), arañas, que no suelen por lo general tener .consecuencias funestas. ¡ j |
AS
carbuncosas.
js
la pústula maligna, picada
de la mosca, suele propagarse por las mismas causas, es decir, por el descuido en que se tienen los animales enfermos, la despreocupaciónen utilizar los cueros de reses muertas de la epizootia, y los malos enterramientos de los animales que sucumben Á causa de enfermedades
PR
con los caballos muermosos;
2480
e
REVISTA PUERTORRIQUEÑA.
E
a
OS
4
rir el pudor—y: se aloja en'casas pésimamente” tons= truidas, incapaces de resguardar
de las inclemencias del tiempo.
á los que
-
las habitán
:
La nefritis catarral, la enfermedad de Brigth, la ure-:
mia y la litiasis, proporcionan casos'de observación al mé-
dico. Como queda indicado, el mal de Brigth' es más frecuente de lo que parece. Obedece á la caqhexia:. palúdica, al alcoholismo, á enfriamientos y á ¡otras causas que actúan sobre los campesinos. ¿RS | “No faltan lesiones de la próstata de origen yenereo, dependientes del hábito de montar á caballo; etc. La cistitis es tambien afección corriente. Pericarditís, endocarditis, lesiones valvulares, palpitaciones' nerviosas, angina de pecho y aneurismas, ”
>
.
!
éa
E
representan la patología del aparato circulatorio, | Los órganos de la respiración, «que se afedtan por-: muy distintas causas, tambien son asiento de “enferme- :
dades entre las bronquitis,
asma,
cuales
el
sencillo
pulmonías
gente á la enfermería rural.
coriza, la laringigis,
y pleuresías dan su conti-
La tuberculosis, enfermedad tan común de los or-. ganismos debilitados, se hace cada dia más general entre nuestros campesinos.
;
El aparato de la inervación nos ofrece
,
3%
los menin- .
gitis, lás inflamaciones del encéfalo, la anemia | cerebral, el hidrocéfalo, las lesiones medulares, diversas:
neuroses-epilepsia-corea y las parálisis.
p-
Pero entre las neurosis «son las más frecuentes la. jaquéca, las neuralgias y sobre todos el tétanos. | Esta *
dolencia es sin género de duda bastante frecuente; suele aparecer á causa de un simple enfriamiento -Ó des: pués de haber sufrido un traumatismo; en ocasiones * basta el pinchazo de un alfiler, una ligera rozadura, la extirpación de una nigua. Pretenden los jíbaros pre-
caverse del tétanos usando el tabaco mascado. | Las enfermedades de la piel máscomunes son.el acné, 5E
las eczemas y herpes.
La elefantiasis de los griegos a
A
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Ll
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|
y
|
aquí rara; pero la elefantiasis de los árabes está muy - extendida entre las clases pobres. Favorecen el desarrollo de esta enfermedad las condiciones climatológicas y la
-
influencia de la humedad del suelo—la inmensa mayo_ ría de log campesinos andan descalzos.-—Generalmente e
€l punto de partida.del padecimiento es una leuco-fleg-
masia que aumenta
á cada ataque de linfitis, hasta que
Se manifiesta en toda su horrible deformidad A
|
O
la 'elefan-
'
Al alcoholismo y 4: la locura paga su tributo tam-do
bien el campesino. Resultado de un vicio, el primero, va generalizándose entre hombres y mujeres lo bastan-
te para hacernos temer por la degeneración dela especie, trasmitiéndose, como:se-trasmite, el envenamient ) to alcohólico de padresá hijos. La afición: 4 los aleo. holes es general entre las clases proletarias de todas ey partes,
como que obedece
á las
exigencias del orga:
nismo que pide combustible para «entretener la vida, cuando los alimentos no se toman én la cantidad nece- saria, ni son de calidad nutritiva suficiente. Porlo mis-
_ mo, pues, que se conoce su causa es más sensible su generalización..
!
:
En cuanto-á la locura,
nifestación
A
no son extraños á su ma-
los comunes enlaces entre
parientes cerca-
nos; tampoco faltan las monstruosidades para comple-
.tar esta parte del cuadro
«quejando.
patológico que venimos bos-
E
a
- Llama particularmente la atención
que ejercen
cicatrizan
en Puerto Rico,
las heridas .de
A
de los cirujanos
la facilidad
todas
clases.
con que se
Casi ningun
campesino ocurreal médico cuando sufre una herida, ys aun tratándola del modo peor posible se cicatriza aquella rápidamente. - Más frecuentes son las hemorragias tena- :' ces de pequeños vasos que no deberían
dar un chorro.
. tan abundante, á tener el herido una sangre más rica en elementos plásticos. Las operaciones se ¡practican
con un éxito asombroso en este país, sin que la bre ni f
:
REVISA OERTORIIQUENA
el delirio AS: intensos, ni las supuraciones, ni la absorción purulenta, las compliquen casinunca. - Entre las enfermedades quirúrgicas, suelen ericonrarse con frecuencia casosde úlceras de las pie e rebeldes á todo tratamiento. Entre los
tumores que más combnmente
pa ecen
nuestros campesihos citaremos los fibromas, lipmass, el - sarcoma á veces, frecuentemente los quistes adenomas
y cáncer. ' . He aquí disido.: á vuela pluma la
| patología, del
campesino puertorriqueño; las enfermedades á que están sujetos esos infelices que viven diseminados por los
campos de la isla, en la ignorancia, sin que puedan contar, cuando se enferman, con otra cosa que con la visita del médico, visita
que resulta estéril
á
yeces, porque si el
pobre campesino consigue los medicamentos prescriptos nunca es con la debida oportunidad, y se dan casos de “no conseguirlos.
En ocasiones
hasta el médico les. fal-
ta, porque, aún queriendo cumplir los dignos profesores titulares que casi todas las poblaciones tienen, no-pue-. den hacerlo; carecen del tiempo material para acudir á. llegar, corriendo grosos rios. No sometida á estas riosos, curanderos
á donde se tarda
dos ó tres horas en:
pésimos caminos y; atravesando pelies de extrañar que entre una clase circunstancias prosperen tanto los cuy yerbateros de toda clase. t
FRANCISCO DEL VALLE ÁTILES..
TO Reid adivina
(Continuará).
E
yes
barrios extremos,
1
|
ESTUDIOS ETNOLÓGICOS SOBRE LOS INDIOS BORINQUEÑ hi SU RELIGIÓN.
Al estudiar la historia
en ella datos
precisos
de Puerto
acerca
primitivos moradores de esta
Rico |!
buscando
de la religi ón de los
Isla, apenas si
encontra-
mos otros documentos que las horripilantes na. rraciones de Don Gonzalo Fernández de Oviedo, ante 1 cuales surge naturalmente la duda de si deben acep irse c0-*
mo
verídicas ó considerarse
.fásticas Ó quizás como
-.
como
exageración es fan="*
aquel apasionado cronista pudo' haber observado que -en Otros países. Adviértese des de luego cierta corfusión a reminiscencias
de lo
amalgama
en las relaciones de este autor, acerca del _ Carácter, usos y costumbres de las Indias occide ntales, que
comprendían las Antillas y parte del Contin ente Sudamericano, en donde no sólo había. diferencias notables : - €nla índole de los habitantes respectivos, sino que .- también era distinto el orígen dede sussus razas in:ndígenas. | : borinque indio
7
Las ideas religiosas del pueblo
. a
qe
a Í
REVISTA PUERTORRIQUEÑA. a Eb
,
4
cm
primitivo y salvaje, necesariamente debían corresponder
-á su grado de cultura y limitada inteligencia. Estas ideas, como todas sus manifestaciones. inte-. lectuales,
no
podían. surgir
y desenvolverse
de otro
modo que por impresiones recibidas por medio de los sentidos; pero tales concepciones vagas y oscuras adoptan diversas formas y á veces contrarias entre sf, cuando la imaginación abandonaba la región precisa * de lo perceptible, y se extasía en el intrincado laberinto de la idealidad, extraviándose en un mundo metafísico inaccesible á una inteligencia humana que jamás ha meditado metódica y lógicamente. La existencia de ideas innatas en el hombre es Una mera suposición, as se refieran á la existencia de un Dios, ser supremo y personal, creador, directot y conservador de todo lo creado. Los objetos que rodeaban al indio y al hombre ían,
sin duda,
consideraciones -senci-
las, faltas de conexión y relación entre sí; desconocían
las propiedades ¡articulares - y especiales de aquellos objetos, y eran, or consiguiente, incapaces de combinar aquellos en ideas generales. No alcanzaban en su pobre inteligencia y estrecho criterio á formular. especulaciones de un orden metafísico.
=
Mientras
los fenómenos
naturales se desenvohlfan
con serena regularidad, no prestaban á la aletargada imaginación de aquellos habitantes motivós de admiración, de sorpresa |ó terror. Con impasible indiferencia
:
:
veían, al amanecer, los dorados reflejos de la aurora; igualmente veían después el sol iluminar al mundo, inundándolo todo de vivificante calor y fecunda vida,y . declinar más tarde en el ocaso, envolviendo la naturalo” -za en densas tinieblas,
nes del satélite
nocturno
trellas que centelléaban que ocultaban
via,
Así ve an también las mutacio-
y el curso variado de las es-
en la bóveda celeste, las nubes
el firmamento
y vertían fecundante Hu-
los carabios de temperatura $ de eo: das. slo
a
primitivo les suge
.
dilclas. de la campiña bropical
la pants que
ger
minaba y crecía, brindándoles con sus frutos grato y nutritivo alimento, etc.; nada de “esto despertaba a ES “ aquéllos salvajes más que rápidas y yagas sensaciones de admiración ; pero no les transportaba á la contemplación especulativa. “Sólo se apoderaba de ellos una especie de temor superstitioso,
cuando:
la naturaleza abandonaba súbita-
mente su marcha regular y reposada, y los elementos se desencadenaban rompiendo.con furia las más. formi-dables barreras. sl Tan extraños é inesperados fenómenos les parecía sobrenaturales por lo mismo que carecían de capacidad para conocer las causas verdaderas. ] El huracán embravecido, terrible, que lleva á todas partes el espanto y la desolación ; las encrespadas olas del mar, agitadas y. furiosas, que luchan con terrible es-
truendo, estrellándose contra las rocas formidables de las playas y amenazando sepultarlo todo en su oscuro y. profundo abismo; el fuego exterminador, el rayo ful- -
minante, el fragoroso trueno,
la candente lava
del vol-
cán, todas estas admirabigS fuerzas cósmicas son para el hombre primitivo causas de terror, y le hacen concebir un poder extraordiffario y superior á la materia; pero su prec ria intelygencia mantiene reducida la esfera de sus contemplaciones, y le envuelve y confunde en las más absurdas conjeturas cuando pretende sacar con- '
clusiones razonables sorprendentes.
Oviedo
de aquel
y otros cronistas
conjimto
de fenómenos
cuentan que los iadias!
antillanos tenían la idea de un sér supremo bienhechor, y .
de otro en oposición á éste, maligno; doctrina fundamen= - tal que observamos en todas las religiones y sectas de todos los tiempos, especialmente en los pueblos ya poseedores de cierto grado de civilización.
la que los conquistadores
gis
Esta doctrina era
llevaban en su ánimo precon-
para atribuirla á aquellos indios al prose pres .
254
REVISTA PUERTORRIQUEÑA.
texto que aparentase justificarla;
pero en este caso de:
bemos reconocer que tal principio no tiene aplicación al indio antillano, y ni remotamente al indio borin-
queño.
|
|
Para apreciar debidamente el grado tud que alcanzan las relaciones que nos _los historiadores y cronistas, acerca de los indios antillanos, ¿deben tenerse en
ida
de verosimili-. han trasmitido la religión de cuenta ciertas
d
- Circunstancias, precisándolas y aquilatándolas en el cri-
sol de la crítica histórica. E pe ... La primera de estas circunstancias. consiste en las
ideas
preconcebidas
que llevaban
los conquistadores,
sobre religión, y que se esforzaban en aplicar, sin dete-
nerse debidamente, á: discernir sobre tales aplicaciones. E A La segunda,
más importante aún,
la exactitudde | .
estriba en la fal-
ta de inteligencia entre dos pueblos, el conquistador y el conquistado, que desconocían completamente cada uno el lenguaje del otro, y que apenas podían cambiar sus ideas usando de señas, medio muy ocasinado á errores en la mayoría de los casos. Pueden citarse muchos ejemplos que prueban
los grandes
dado ocasión esta dificultad.
engaños
á que ha
po
Pequeñas figuras de piedra y barro que construían: los indios, constituyeron el púnto de partida y la base . deleznable sobre la cual fundaron los cronistas sus erró-. neas aseveraciones, con relación á las ideas religiosas y metafísicas de nuestros indios borinqueños. Concediendo que éstos hicieran de sus extrañas esculturas, tomadas por fetiches, un aprecio extraordinario que revelase veneración en apariencia religiosa, adaptable á su primitivo estado
de cultura intelectual,
no puede
ni debe
darse al caso una significación superior á ese grado de cultura que habían alcanzado y en el que permanecían estacionados.
po
E
Las causas de los errores de apreciación en que incurrían con frecuencia los conquistadores, y especial4
ESTUDIOS ETNOLÓGICOS. >
mente en punto á'las ideas religiosas de los indios, concretándose siempre á los borinqueños y sus similares de Santo Domingo, no son difíciles de explicar, dada la época en que se realizó el descubrimiento de
- América.
Los
|
:
S
gloriosos
acontecimientos
varon á España en los siglos XV nación
la
Boabdil,
en
Granada,
y XVI
al rango de .
la rendición
al. carácter de
un colorido marcadamente
religioso,
de
de los moros
y la expulsión
imprimían
España,
de
políticos que ele-
orbe;
del
poderosa
más
ca
que
esta nación resaltaba en
todos sus grandes actos políticos, principalmente en los que se referían
religión
á pueblos y naciones de
tinta á la católica
dis-
|
llevar esta religión á todas las naciones
conoci-
das y nuevamente descubiertas, propagarla y hasta imponerla,
si
era preciso, por
medio de la fuerza,
era el
ideal aferrado á las grandes empresas de conquista y descubrimiento, que Portugal y España verificaban en aquella época, con asombro de las demás naciones.
Este ideal lo expresa
soberanos de España;
Colón
en sus
y no conforme
con
cartas á los
este propó-.
sito, sueña con el rescate del Santo Sepulcro, con el oro de los nuevos países descubiertos,
contando para em-
prender una gran cruzada contra los tufcos infieles. Estos piadosos propósitos que un exaltado celo. por la religión de Cristo despertara en la conciencia de de los hombres
honrados
y virtuosos,
eran
la
conse-
cuencia legítima del sentimiento religioso en aquella época, y de su poder avasallador sobre las naciones cristianas; pero bien pronto se desvanecían tales proyectos á la vista de las riquezas materiales que entusiasmaron á los descubridores,
haciéndoles
canto, los sagrados ideales,
olvidar,
como'
por en-
y llevándoles á una desen-
frenada ambición de adquirir fácil y brevemente ¡grandes riquezas. 4
Descubiertas las Antillas y poco después los dos
o
REVISTA PUERTORRIQUEÑA.
Continentes, los indios eran sometidos empleados en lá extracción dél oro y á la servidumbre, Otros trabajos más rudos, en
los cuales : perecían muchos rigor de las fatigas y el hambre, $ herido de aquellos al europeas, cuando aquellos desdichad s por las armas en desigual y bárbaro combate, def os se rebelaban endiendo su libertad, su hogar y su familia, A Pocos y contados eran los indios que recibían alguna instrucción religiosa, y ménos aun los que por medios persua
sivos eran llevados hácia píritu. - Esto mismo ha «sucedido más la vida del.es. tarde respécto de los negros africanos, como aun lo ate stiguan numerosos ejemplos en la época presente, ce E Las preocupaciones que informaran los rel ato s¡-de los primeros cronistas están perfectament e evi den cia das en los errores incomprensibles de esa s narraciones. do Oviedo, historiador “apasionado en su libro XVI, cap. 1% refiriéndose y poco filosófico, las Antillas y Costa Firme, dice que 4 los indios, de “no:ha hallado . entre ellos cosa más antiguamente pin tad sas maneras esculpida ó tallada de reliev a y de divere, ó de búlto con muchas
cabezas
y colas,
diformes
con caninas y feroces dentaduras y gra y espantables, ndes colmillos, desmesuradas orejas, ojos encendido s (?) de dragón y
feroz serpiente y de diferentes
suertes, como la figura abominable y descomunal del diablo,” y añade que “la ménos espantable pone mucho tem or y admiración.” Continúa diciendo que “tienen estas casas, y más aun en los bancos (duho) figuras en sus para significar que donde se sientan los acompaña su adversario. Estas imágenes eran construidas de madera y en otras cosas (se ha olvidado Ovi , barro y pro edo de las abtndantes, perfec
tas y abundantes esc uras de piedra ) esculpidas y talladas ó pintadas regault ñando y feroz, Eomo quien “A
él es, ”
este
Dios le
- plegarias en la paz
llaman
Cemí
y le
Ss
dirijen sus
y en la guerra, conformándose con a
ESTUDIOS ETNOLÓGICOS.
ap
sus designios y recibiendo á veces su visita nocturna en : forma de fantasma.” a | o Los buhatá Ó. sacerdotes que ejercían además las - funcionesde médicos y adivinos,
eran
los
A
intercesores
entre Dios y su pueblo; á quien esos charlatanes explotaban y engañaban con la misma superchería que. han practicado y practican. sus cófrades de todas las religiones, cultos y sectas, desde los más remotos tiem-= pos hasta nuestros dias. Los buhití eran regularmente
.3 7 ; **
La ancianos, hombres
de mayor experiencia, mucha astucia y no poca malicia; sabían sacar gran partido de la credulidad y superstición del pueblo que los respetaba profundamente, los reverenciaba y tenía en gran reputación como á sus sacerdotes y prelados, y, según nos cuenta Oviedo, a eran también los que más se entregaban “en - los areylos. y festejos, á los excesos del tabaco ó ahumadas. Da El impresionable Oviedo
aparenta
ignorar
EN
Ó pa-
-
rece no querer recordar que la abominable y descomunal figura del diablo, es una concepción fantástica venerada por muchos cultos
paganos
en formas
|
diversas,
y admitida por los cristianos de todas las sectas. Los - pueriles temores del cronista hacia esas inocentes figuras; no deberían
ser tan
extremados,
acostumbrado
como estaba á ver tan á menudo en los cuadros de los templo y altares s 4 Satanás sometido á los piés del > Arcangel San Miguel, á no ser que la circunstancia de verle,y'en este caso, impotente y aherrojado entre cademas, le infundiera ménos pavor, no obstante el poder que en aquel tiempo se le concedía al espíritu de las. tinieblas. O O E | Además, la preocupación y el apasionamiento de > este cronista, ofuscaban
niega Ó desconoce
de
tal
suerte
su criterio,
que
.
en los indios el reconocimiento y
culto de un espíritu bienhechor, que otros escritores más
eruditos y ménos apasionados les atribuyen.
dr
Á juzgar por las afirmaciones de los historiadores -
1
cargados de difundir el bien
contínua lucha Y
OPosició
n, t rastornánd ol todoo y llevando las calamidades, las de sg ra ci as y la á todas partes. destrucción | | n resúmen: estas co ncepciones representan Encarnación, ó personif la icación
. vida humana
y una de
de las vicisitudes de la
las manifestaciones
variadas y alternativas exteriores, qu e i mM pr es io na n al hombre, y que éste, trasportad o en alas de su imag inación. y fantasía, les dá aquellas fo rm as má s en ar moní modo de ser, con su cu ltura y civilización, coa cón su n sus há¿
j
.
q.
.»
y
Pp
ESTUDIOS ETNOLÓGICOS. E
|
>
,
A
su proximidad á los Continentes, y viceversa. En'añáloga proporción se demostraban sus hábitos; costum-$ res,
vida social
y política,
y la forma de su culto.
Mientras las tribus salvajes «de uno
y otro continente
nían: sus ídolos, según
adoratorios dentro
erigían suntuosos y soberbios templos 4 sus divinida= des, consagrándolos al culto de éstas, nuestros indios; extraños por completo á todo arte arquitectónico, teHerrera,
en
- de sus bohíos,.Óó alguno mayor fuera de sus pueblos, | dedicado-al culto porla comunidad, y. en el que con» - servaban al Cemí tutelar.
..
j
d
A
Hemos recorrido ligeramenteel origende las re=
ligiones paganas
y expuesto
las impresiones
terminan en el hombre primitivo - un poder sobrenatural,
las primeras
invisible,
insustancial
. poderoso, creador y director de la naturaleza fenómenos
que deideas de y
todo-
y de los
que por lo extraordinario. de su índole pa-
recían incomprensibles;
y
para venir en
conocimiento
de la pretendida religión de nuestros indios borinque- ños nos hemos aproximado á las fuentes de la historia,
ávidos
|
de descubrir la verdad
Oviedo, Herrera y otros;
en
.
A
las narraciones de
pero examinadas éstas
clara luz de la razón, pronto hemos de convenir
á la
en que
sus relatos, lejos de representar el resultado de sabias y
escrupolosas observaciones, tan sólo
consignan ideas y
apreciaciones, fundadas en la impresión que les causaba
la vista de algunos objetos curiosos encontrados en poder de los indios, tales como “figuras talladas, in-
fuyendo poderosamenteen sus juicios las ideas preconcebidas, y creyendo encontrar en los paises nuevamente descubiertos, los mismos pueblos paganos y . salvajesde la antigiiedad ú otros idénticos á los ya
conocidos.
E
s
a
e
ce
ahora qué grado de verosimiltud podemos
Td
Veamos
4
El mismo aborrecimiento que los conquistadores sentían hácia los cultos paganos, les inducía á buscarlos y suponerlos entre los conquistados de estos paises.
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| conceder á las pretendidas ideas religi osas
-. Indios borinqueños, y el culto que rendían turas.
a
a
Consiste
e
á sus escul-
e
oO
El fetichismo es la forma más grosera
_mitivos tiempos religiosos.
ho
de nuestros
de los pri-
en la adoración
de objetos esculpidos en madera, metales, piedra .Ó barro, dándoles las más extrañas figuras, regularmente la | de ciertos animales cuya fuerza, astucia ú otras cuali-
- des extraordinárias
son motivo de adoración
ó temor
para el hombre. Algunos pueblos del Africa finden culto á los animales que les causan daño % beneficio; ciertas tribus del Egipto adoran la vaca 6 el eocodrilo; otras del Congo”
adoran la
serpiente;
las meridipnales
la hiena, y así sucesivamente: Muy común es también la adoración del sol, la luna, algunos astros y constela-
ciones, «un animal ó árbol, los rios y otros objetos/ Nuestros indios nosadoraban el sol, ni-la luba,
ni
los astros, ni tampoco animal ú objeto algung. Su creéncia en dos séres invisibles y superiores nó está en manera alguna comprobada, bien que los historiadores la afirman, creyendo reconocer en las figuras esculpidas la personificación tangible en que los indios
representaban sus deidades. Además; Oviedo éxagera, tratándose de Santo Domingo y Puerto Rico, las
formas de estos fetiches,
Ó mejor dicho, de estay raras
figuras. Poseemos en.nuestras colecciones un regular, número de ellas, de barro y piedra. Las primefas re-
presentan en su mayor parte cabezas de mono ya sencillos ya exageradamente desfigurados algunos | órganos, como las orejas,
obras adornadas caprichosamente
y algunas más imperfectas que parecen imitar la cabeza
de un múcaro.
No tenemos ni hemos visto ningu no de
esos que describe Oviedo, '““con muchas cabezas! y co-las, con caninas y feroces dentaduras y grandes colmillos, ojos encendidos (?) de dragón y Pda dal
como la figura abominable y descomunal
del diablo (á
quien no tengo el honor de conocer), espantable ¡y que »
O pone mucho temor, regáñindo y eS como. quien | 5,"
De paso sea dicho, que esas figuras de Barro pas
recen haber sido traidas por - los caribes, según se ex
plicará en otro capítulo. Las figuras de piedra representan, á excepción: de'
algunas pocas, la cabeza y extremidades posteriores de un reptil batraquio, figuradas
elevándose en
forma
media Ó dorsal.
de cono
Su tamaño
en las
dos
puntas bajas,
y sin adornos la parte
varía de
15
á 50 centí-
_metros, y el material empleado es, regularmente roca dura granítica, pórfido ó diorita, -algunas areniscas y
.calizas. Una sola tiene la fórma de una jutia. Hay. además otras figuras de piedra en forma de placa: representan el sol, un pez 6 una
cabeza humana;
una de
ellasfigura algo así como una cabeza disecada, según lo demuestran las profundas órbitas circulares y la boca - desmesuradamente ancha y deprimida. pe :
Es
evidente que
si los indios hubieran poseido
ideas de un ser superior é individual,
otro inclinado al mal, en nombre
diferente,
del bien, y
lugar' del sólo nombre Cemá,
hubiesen adoptado dos, aplicando un
. autor
á eada
siendo absurdo
uno ó
de elfos
inconcebible
confundir en un sólo nombre á dos entidades de distinta
. índole.
Los historiadores sólo
hablan
del Cemí, dios
de estos indios, y por las relaciones de Oviedo, se viene en conocimiento de que éste es el genio del mal, representado en la abominable figura del diablo. En ninguna parte nos habla este cronista de otra representación que simbolize el genio del bien.
Parece lógico que la idea del Cemá debía represen-
tarse por medio de una figura
agradable,
y la del mal
en otra repulsiva; pero no se concibe 'que se les aplique la de un sapo, un mono ó un murciélago. : | E
|
El culto de los animales en ciertas tribus. salvajes tiene relación alguna con la idea, de un ser todopode- :
roso é invisible, que domina la naturaleza y los hombres y preside el movimiento universal, ¡Más cn demues -
262
REVISTA PUERTORRIQUEÑA. hitl
tra un miedo inconsciente á las fuerzas físicas que pare-
cen sobrenaturales al hombre ignorante;
pero en estas
tado
ó terrorá
islas no existía ningún animal feroz indígena ni imporque
fuese
capaz de infundir miedo
naturales; no había tampoco nramíferos carnívor los os ni reptiles” formidables y venenosos; los únicos anima-
les temibles por sus ponzoñosas
deduras
se reducían
y el cienpiés; nos fieras
por
á algunos
y nunca mortales, mor-
insectos;
la araña peluda
solamente en el mar encontramos talgusu voracidad,
tales como los
pero estas no figuran en las esculturas
dios, y nadie ha reconocido
en parte alguna. indios la idea de
de
que ellos le
tiburones:
nuestrós in-
rindieran ¡culto
Si en realidad hubieran poseido los un sér:supremo personal ó invisible,
autor del bien,
su imaginación les hubiera” dado formas
representando
esa idea más claramente
más en armonía con su índole perfecta
sera,
menos imperfecta
y bienhechora,
y menos gro-
y desnaturalizada
de
lo! que
aparece en los antedichos objetos, que erró neamente se han considerado hasta ahora como ídolo s ó fetiches
adorados por los idios. El animal en su naturaleza es inferior
rior al hombre,
y
un dios
dios, sino una caricatura.
en forma
de
h no gupe-
y
animal ro
es
App”:
A poco que se mediteha de 'convenirse en que la idea de un doble principio divino separado en entidades opuestas, reclamaría distintas repr esentaciones .que correspondiesen de un modo más ó ménos perf ecto con la naturaleza de dichos dioses; pero no pued e en manera alguna concebirse que la esencia de la perversidad y la destrucc ión
recibiera todo.
blo, anteponiéndola
el holocausto
de un ¡pue-
á la otra esencia del bien,
auto
r y principio de todas las cosas, y por su naturaleza también superior á aquél, RS |
Cuan
to más penetramos en esta cuestión de. las supuestas ideas religiosas de los indios, y á medi da| que
las anteriores líneas esclarecen
los grados
de verdad
SE |
ESTUDIOS ETNOLÓGICOS. que:se deben conceder
á dichas ideas nos
tambien ménos dispuestos queño verdaderas
á
encontramos
admitir en el indio borin-
ideas religiosas, fundadas
tencia de un sér supremo,
263
infinito,
en la exis-
todopoderoso,
autor-
y principio de todas las cosas; pero aún concediendo á los indios ideas vagas, ligerísimas, incoherentes y sin la fuerza de unidad que sólo presta un cuerpo de doctrina reflexiva
y
metódicamente
establecida,
es aven-
turado, ilológico y poco filosófico aceptar la idea de una verdadera religión. ".
De
este punto
UU de vista surgen necesariamente
clusiones contrarias al reconocimiento del pueblo primitivo borinqueño; de positiva de un principio eterno y conservador y director del mundo.
con-
de una religión la idea cabal y universal creador,
Las narraciohes de Oviedo y Herrera no merecen, desde el punto de vista que hemos examinado las ideas religiosas de los indios, más crédito que el de aventuradísimas deducciones, resultantes de la supuesta inte-
ligencia que pocas veces en materia de
este género lo-
—graron establecer discurriendo con los indios,
guaje era tan extraño á los españoles, á aquéllos. Creemos oportuno recordar aquí los antropófagos caribes raciones que. aún corren
cuyo len-
como el de éstos que la fábula:
de
es una de tantas falsas asevemuy válidas en la opinión de
los que no han.meditado formalmente sobre
los funda-
mentos naturales de semejante afirmación. | . Hay mu hos sordos-mudos á quienes no se ha po-
dido trasmitir con precisión la idea de Dios; tos paises
y ciertas
que privan de civilizados, la
masas de la urbana
y én cier-
población rural
permanecen
privadas de
toda instrucción, no es raro encontrar en ellas gentes que
carecen en absoluto de ideas religiosas, 6 que sólo conocen el nombre
de
Dios, sin darse cuenta de
su signi-
ficación. Aunque el tema que acabamos de abordar parezca
E
dy
>
REVISTA PUERTORRIQUEÑA.
una Opinión personalísima, no debe olvidarse que multitud de-viajeros dotados de sagaz espíritu de observación y profundos conocimientos etnológicos, que han recorrido comarcas de salvajes y permanecido largo tiempo entre ellos, aseguran que en su mayor part e no
- tienen la menor
idea de un sér supremo, y que otros
hallan privados de todo sentimiento religioso, Ó no se tie-
ne templo ni culto alguno.
|
o
El pueblo que carece de ideas religiosas, como el indio borinqueño, no reconoce el principio de un alma inmaterial, invisible, incorruptible, inmortal y etern a. Debemos, pués, acoger con la misma reserva 'lás palabras de Fray Iñigo cuando afirma que los indios creí an en la resurrección de los difuntos. aME Tanto esta narración,
“nistasde las
funciones,
como la
que
hacen
supersticiones
los gro-
y supercherías
de los sacerdotes, revisten los caractéres de juic ios -pre-
concebidos en la mente de los primeros españole s que pisaron estas playas. Sus conocimientos de la historia y religión de los pueblos paganos antíguos y las extravagantes descripciones de los apartados pueb los del Asia, apenas visitadas por algunos viajeros, surtían imaginación de conceptos más ó ménos modifica su dos; pero siempre enla inteligencia de que habían llegado á aquellas regiones del Asia 6 que se hallaban próx imos á ellas, dando sin reservas por hecho, que los pueb los
de las Indias occidentales, primeras descubie rtas|en América, profesaban la misma religión, los mism os hábitos é idénticas costumbres que los fantás ticos pueblos
de las islas Masculina y Femenina, de Brandan, siete ciudades, etc, eto. Aquellas apreciaciones ceptos erróneos se han trasmitido de generación neración y hasta han llegado á arraigarse en el
de los hombres pensadores.
-
|
e
de'las y conen gpeánimo
EPs
Reasumiendo cuanto hemos expuesto en este capí tulo
de la religión de los indios
borinqueños,
nos creemos
autorizados para establecer las siguientes ee
A
EOS
Ml
|
Ñ
A
'
AA
ARAS
2
ESTUDIOS ETNOLÓGICOS. 1?—Las narraciones cronistas
de
Oviedo
y*algunos
otros
no son el resultado de observaciones auténticas
- y bien comprobadas. | a 22—Sus afirmaciones carecen de crédito, porque no podía existir inteligencia cabal entre dos pueblos incapaces de entenderse
por medio del lenguaje.
3"—Las apreciaciones de estos cronistas son meras conjeturas, deducidas del conocimiento que pretendían poseer de los pueblos del Asia, poco conocidos O aun en aquella época. 4”—No hay pruebas evidentes en los monumentos arqueológicos, ni de otra clase, que justifiquen la existencia de culto alguno religioso entre nuestros indios. 5“—Todo inclina á creer que los indios borinque-
ños carecían en absoluto de. ideas religiosas,
Dr. S. STHAL.
LA CADENA DE AMOR, | DEDICADO
+
PEQUEÑO POEMA.
5 £
Á MI3 QUERIDOS AMIGOS Y HERMANOS EN LETRAS,
QUINTÍN Y JOSE A, NEGRON SANJURJO, CANTO
| |
12
nz,
o ___
Amor,
cual sombra se aleja
De quien sincero le sigue; Deja á aquél que le persigue, Y persigue á quien le deja. SHAKESPEARE,
*
Ventura Ruiz, amaba Á la bella Consuelo con locura; Consuelo, en Salvador sólo pensaba; Salvador, á Victoria idolatraba,
Y se moría Victoria por Ventura. ¡TL
Era Ventura Ruiz jóven gallardo,
E
-
LA CADEDENA AMOR. De altivo Continente, Con más fuego que el sol dentro del. pecho, de
Y un huracán deshecho -
|
: a
De ilusiones confusasen la mente. Soñador de extraviada fantasía,
Qué soñaba despierto
|
“Y soñaba también cuando dormía;
Y aun creo que soñaría,
llos
|
Si lo pudiese hacer, después de muerto.
de
e
111. 4
Salvador Aguilar era, al contrario,
La antítesis perfecta
E
*
a
De Ventura Rúiiiz el visionario.
Nada turbó jamás su eterna calma
É indiferencia fría,
Y, más que un ser humano, parecía La estatua del desdén;
cuerpo sin alma. |
IV. De la gentil Victoria Y de su hermana angelical, Consuelo, Sólo podré decir que ésta era un cielo, Y aquella, más que cielo, era la gloria. - Y en verdad que Consuelo merecía: Cielo llamarse sin reserva alguna;
Pues su cándida faz era la luna, Sus ojos dos luceros, do se vía
Del fulgor estelar el fiel destello,
Y era sol su cabello.
Por las hebras de luz que en él había.
.
2
REVISTA PUERTORRIQUEÑA. Y Victoriá...... Victoria. cil | Ya dije ¿no es verdad? que era la gloria. Sí; porque yo presumo Que es la gloria un fanal de blanca. lumbre Situado allá del cielo en la alta cumbre,
Donde acuden los genios creadores A abrasarse en sus rayos seductores. '
Y Victoria era así; de esas hermosas ' Que son fuego voraz, y á cuyoslados -Vuelan, como incansables mariposas, Séres mil que perecen abrasados. |V
|
e
V. |
'Hácia el templo sus pasos dirigía Victoria, en compañía De su hechicera y candorosa hermana. Salvador Aguilar que, indiferente Siguió tras ellas, y que nunca el alma
using cabos: A Ls
Es lo cierto que un dia O, por mejor decir, una mañana,
Presa sintió del amoroso fuego,
'Un nuevo sueño acarició en su mente,
Del volcán que en su pecho había nacido,
e ett
Y en sus ojos brilló la chispa ardiente
A
—.
AS
Sintió su corazón de amor herido,
PL
Mientras, tal vez pensando en Dios, rezaba—
E
A Victoria miró, perdió la calma, Y al instante quedó de amores ciego. El soñador Ventura, En el templo también acertó á verlas Cuando su vista inquieta paséaba; Y al fijarse en Consuelo, —que mostraba Hilera blanca de menudas perlas
TREO
Hallóse de las bellas frente á frente,
LA CADENA DE AMOR,
Mas.. ¡rara coincidencia! La imágen al buscar del Dios del 3 14 angelical Consuelo Que seguía sus preces murmurando, Vió á Salvador; al punto con violencia -Latió su corazón, y despertando $ Del sueño encantador de la inocencia, Bajó los ojos...... y siguió rezando. Casi en el propio instante.
Victoria alzó su divinal semblante,
Y (al ver cómo los ojos de Ventura
Buscaban á Consuelo) en su egoismo Sin poder evitar torpes recelos, Sintió en el corazón, á un tiempo mismo, La chispa del amor y de los celos. Vi.
Aunque ambas eran bellas, existía Entre una y otra hermana, La misma distinción que haber podría Entre una inglesa fría Y una ardorosa y linda sevillana. Era Victoria apasionada, ardiente;
Consuelo. melancólica, apacible;
Victoria el mar rugiente, Desbordado torrente : Atronador,
Y
voraz, irresistible.
la rubia Consuelo,
Manantial puro, tersoy cristalino,
Tranquilo riachuachuelo
ue se desliza entre flotante lino. quella, la cascada estrepitosa gue rueda en ondas de brillante plata; ésta, el lago dormido que retrata
REVISTA PUER TORRIQUEÑA., La imagen de la Luna silenciosa, Consuelo era la cándida doncella En cuya linda faz la dura huella Nunca se vió que el desengaño imprime; Mas ¡ah! que si Consuelo era muy bella,
Victoria, más que bella, era sublime,
A
-VIL
A
“Por esa ley que ordena Que se atraigan los polos divergentes, Aquellos cuatro genios diferentes Formaron con su amor una cadena. Y así, mientras Consuelo deliraba. Pensando en Salvador, Victoria sólo
Salvador Aguilar,
o
- En su Ventura sin cesar pensaba; Y en tanto que Ventura se moría De amor por su Consuelo, |
con loco anhelo,
A la hermosa Victoria perseguía. ¡ Contraste singular!” De amores ciego, Su volcánico fuezo ) Procuraba apagar en la fría calma
De Consuelo, Ventura; Y en tanto Salvador, cuerpo sín alma,
Al fuego del amor de su Victoria Destruir pretendía
La nieve que en su pecho se escondía.
VIIL. Parece natural que así, lo mismo
, Que aquellos dos amantes,
pe
.
O
LACADENADE AMOR,
La
Por los polos opuestos y distantes Dejábanse arrastrar.... hasta el abismo; | ! También de igual manera Sintieran la atracción del polo opuesto Consuelo y su graciosa compañera.
10 O O | a «EN
e
Mas no fué así, que presto En todo ha de poner su mano el diablo,
Y más cuando se trata de mujeres;
Por eso á aquellos séres
_ /
La dicha les mostró, de tal manera
al quererla tocar, de ellos huyera
Que
Cual huye de la noche el sol radioso,
Y á su vez cada cual triste sufriera El suplicio de Tántalo horroroso.
- Así fué que Victoria, al verse amada
8
a |
|
5
EX
L
:
:
Por Salvador, le prodigaba en pago Dósis mortal de indifencia helada; Y de Ventura al amoroso halago Daba en premio Consuelo Otra dósis mortal de puro hielo.
¡Mas ¿en qué la cadena consistía
Que á la vez los ligaba y desligaba? ¿Por qué si un puro amor les enlazaba, También el mismo amor les desunía?
.
Es que la mujer adora sólo
| ¡Ay!
a.
y aquél que se le muestra indiferente; su amor es más puro y más ardiente
Hacia aquel que le brinda engaño y dolo. 1
¡Yes que el hombre á su vez también procura
Despreciar lo que encuentra ante su paso,
Y escalar lo que se halla á gran altura; Y en esta lucha eterna, la existencia || Í
4
»
.
O
:
E
|
| 72
|
REVISTA PUERTORRIQUEÑA. paar
sá
Y
ci
Ll
el
Y
E
Del hombre y la mujer llega á:su ocaso Persiguiendo no más que
lo imposible,
Por esa loca y natural tendencia
De querer conseguir lo inconseguible.
José G. Torres. | Yauco, 18387,
ge
A
NO
ti
(Terminará en el canto 1).
| 1
| |4
.- LA CIENCIA DEL LENGUAJE. +
1D
El
primer problema que se presenta á la conside--
ración del filólogo es el número considerable de idiomas con sus dialectos, y la necesidad de establecer entre ellos analogías y diferencias. Agrupar los idiomás en familias y formar clases de creciente extensión hasta llegar á una
es el trabajo
capital de -
lengua madre
ó fundamental
sedad del terra
autem erat uniius labíi de la Sagrada Es-
la lingiiística moderna.
critura ha sido
«Determinar la exactitud ó fal-
el principal
objeto de los filólogos de
: fines del siglo pasado y principios del actual. Á distintos criterios se ha atendido en la clasificación de los idiomas, porque muy distintas son también
las partes de que
consta
Pero todas las elasificaciones
ticulares, y por tanto
el organismo
del lenguaje.
fundadas en criterios par-
incompletas, no responden á las
verdaderas exigencias de la ciencia, sino se armonizan y funden eri uno solo capital, cual es la estructura mor-
fológica y la genealogía de los idiomas.
Así carecede
importancia la distribución de éstos por regiones, por- : que puede suceder que un mismo lenguaje se hable'én
e
mm
REVISTA PURRTORMIQUENA.
distintos países ó que un país posea distintas lenguas. De igual modo las clasificaciones fundadas -en la eye grafía, como aparece en el Atlas etnográfico de q el Catálogo de Hervás y en el Mitridutes Adelung y |p ter son inexactas, pues se da. el caso de que una ma raza tenga idiomas de estructura muy distinta. por eso asentimos á la opinión de Schleicher y e formulada por Revilla en estos términos: “* La, Filología no contribuye en nada á esclarecer los problemas de la unidad ó variedad de la especie
humana,
de las relacio- .
nes de las razas entre sí, etc. Ni la Etnografía auxilia á la Filología ni ésta á aquélla, y por' lo tanto, es vano todo empeño en hacer una clasificación etnográfica de
las lenguas.”
A
Olvidó el malogrado crítico que las razas tuvidron en los comienzos. de la humanidad su lenguaje propio y que, á pesar de las vicisitudes por que atravesaron, no es difícil establecer la clasificación de los pueblos por, los idiomas hablados. Dígalo sino el inmortal Pictet que, guiado sólo por, la Filología, pudo determinaf con exactitud casi matemática las cer iones de los pueblos aryos. Díganlo los que por la sola compáración de los idiomas han probado que la mayoría de los pueblos que habitan desde el Neva al Guadalquivir, desde el Irán á la Islandia pertenecen á una sola familía de la raza blanca. - Díganlo, por último, los que|demostraron el origen semítico de los misteriosos Etruscps y de los Y apigios. Si bien creemos con el citado autor que no puede existir una clasificación etnográfica de idiorhas, creemos que la clasificación de los pueblos se funda enfsus idiomas. Varían según las condiciones climatológicas las diferencias etnológicas de las razos, porque son fneramente locales y por ende accidentales; pero no vatían
tan fácilmente
las que emanan
ritu ó son expresión de la unión
de la esencia
del espí-
sustancial del hombre.
La historia ¡nos prueba que razas esencialmente: ¿dlistintas que por. algún tiempo habitaron en un mi$mo $
'
LA CIENCIA DEL LENGUAJE,
E
ES --
suelo presentan iguales
variaciones craneoscópicas, co-
mo sucede en los diferentes pueblos ¡que habitaron las . regiones del Eufrates y del Tigris. Para nosotros el lenguaje y las creencias religiosas,
la Filología y Mito-
logía comparadas, son el fundamento de la clasificación : de los pueblos; pero de ningún modo la de éstos puede servir de fundamento á la agrupación de los idiomas. La
fundarse mismos. nocen un * y clase, y
verdadera
clasificación
de
los
idiomas
debe.
en la estructura y en las afinidades de los Idiomas que tienen igual forma óÓ que'recoorigen común pertenecen á la misma familia por eso sucede invariablemente que lenguas.
que reconocen
un mismo
origen presentan igual pro-
cedimiento de formación y vice-versa. Por lo tanto, la verdadera clasificación de los idiomas debe ser necesariamente genealógica y morfológica. Ésta es completa; aquella sólo comprende algunos grupos y deja fuera de sí lenguas cuyas afinidades con otras no están de-. terminadas. . Por eso los grupos de la clasificación-
morfológica son constantes perimentan
continuas
y los de la
variaciones.
Así
genealógica ex-. sucede con.
la
clasificación en lenguas aryas, semíticas y turanias, que fué adoptada por la mayoría de los filólogos y que hoy ya nadie admite; - clasificación que obedece.al error vulgar de considerar como sinónimas las palabras arya y
blanca, semítica y amarilla, etiópica y turania. Cuando se han establecido con claridad los tres tipos blanco, amarillo y negro; se fijaron las tres familias conocidas, jafétida (arya y turania) semítica y chamítica, fué cuan-
do quedó probado que la denominación
de turanienses
aplicada á muchos.idiomas era inexacta...
La clasificación hoy más seguida es la que tiene por fundamento la agrupación de raíces, es decir, la propuesta por Federico Schlegel y desarrollada por _Schleicher. En opinión de este sabio naturalista y filólogo, los idiomas se denominan monosilábicos, aglutinantes y flexivos. Partidario del darvinismo, cree que '
o
REVISTA PUÉRTORRIQUEÑA. más bien que lengua s distintas son etapas- del lenguaje .
que comienzan por el monosilabismo, continúan por la aglutinación y terminan por la flexión. Respetamos en
mucho la autoridad del filólogo alemán,
pero: creéemos-
con Ernesto Renán “que las lenguas que fueron en un, principio monosilábicas han conservado siempe su forma.” Lejos de notar la transformación indicada | que supone un paso de análisis á la síntesis, se observa. por
él contrario la tendencia
de
la síntesis
al análisis.
en todos los idiomas al paso
Una
lengua
es tanto
¡más
sintética cuanto -más antigua. Llámanse lenguas monosilábicas
Ap aquéllas en ¡que
y la otra sólo indica determinaciones.
La primera raíz
las palabras se constituyen por raíces independientes. En éllas no existe distinción entre raíz y palabra. . Toda palabra es una raíz y toda raíz una palabra. Los filólogos representan estas lenguas porla fórmula Rolor, en la cual R denota una raíz: inalterable, r otra ¡raíz igualmente inalterable referida á la primera. q Las lenguas aglutinantes forman las palabras por la agrupación de dos ó más raíces, de las cuales tuna significa un concepto y tiene significación por sí misma
combinagjones
í un infijo y s un sufijo. Una variedad de aglutinantes son las llamadas polisintéticas
radas, llamadas así porque en
todas las palabras frase.
un solo
independieñtes
El polisintetismo no
es otra
de
n prefijo,
las lenguas ó incofipo-
vocablo
reunen:
que constituyen cosa que
tinación en mayor escala.
la
la agluo
Por último, denomínanse lenguas flexivas aqulléas
to
en las cuales las palabras son constituidas por dos ó más raíces que se han fundido íntimamente. La agrupación
a,
de
e e
siete
las letras R que indica una raiz cualquiera, p
A
representan estas lenguas por
OR
es la parte sustancial de la palabra y la segunda la forma. — Las palabras, rigorosamente hablando, son un. compuesto no reducido á unidad, son un mal mosáico que permite ver la sutura de las piezas. Los filóldgos
E
|
E
:
an
LA CIENCIA DEL LENGUAE]. “dde
las mismas
compararse á una. combinación
puede
química, que no permite distinguir,
los elementos
componentes.
sino por el análisis,
En estas lenguas
la raíz
principal, la indicativa Ó ideal expresa, el concepto fundamental y la predicativa ó formal, sufriendo alteración ' Los fi-. 6 flexión en su estructura, expresa la relación. lólogos representan estos idiomas por las fórmulas R*%s |
|
BR” y (p) EF” etc,
Las lenguas flexivas se dividen en sintéticas y analíticas, división impropia, porque la tendencia al aná. lisis hace que una lengua pierda su carácter
de
flexiva.
|
Propiamente hablando, toda lengua flexiva es sintética, sólo se llaman analíticas cuando sustituyen los casos _de la declinación por las preposiciones, y las formas | verbales por los tiempos auxiliares. Hé aquí ahora las principales lenguas que com| prende cada uno de los grupos indicados. Idiomas monost'ábicos.—Chino,
siamés y birmano. Idiomas aglutinantes.—Esta familias:
|
tibetano, marahua,
cn tres
¡ clase comprende
atómicas, turanienses y holofrásticas.
La pri-
mera comprende multitud de idiomas africanos que tiene una estructura muy parecida á las lenguas semíticas.
La segunda trae su nombre
del
Turán,
re-
Y la tercera, denominada gión del Asia Central. también de idiomas polisintéticos, comprende la mayor parte de los hablados en América además del georgiano
En la primera sólo mencionaremos y euskaro ó vasco. los idiomas mandingas, los de la alta Guinea, los del
Congo y los conocidos con el nombre de nilóticos.
la familia hungro-tártara,
la segunda se citan
! a SE
: E ....
En
uralo-
altáica, la mongola, turca, samoyeda, hungro-finesa, malayo-polínesia. En la tercera, además de las ya. citadas, se comprenden las familias quichú, othomí y ) : azteca. Idiomas flexivos.—Dos grupos importantes com-
prende esta clase de idiomas: semítico y aryo ó indg=
. Eo EEN O
Ñpo
Ñ
E
Ñ
É
2
z hh
8
REVISTA
europeo. . Las hebreo,
PUERTORRIQUEÑA.
principales
árabe,
caldeo,
lenguas
ed
semíticas son: el
etiópico, syrio, fenicio, 'púnico.
; ilias aryas ó. indo-europeas com Las fam prenden seis familias principales: aryo-indias, aryo-i ranias, ¡aryo— slavas, aryo-celtas, aryo germanas y aryo-pelásgicas.
:
z
7!
La familia arya es la que hoy presenta más ancho campo á la investigación de los “filélo gos contempor neos. Reconstituida la lengua madre por los esf| á- : herzos . de Bopp y Schleicher, siendo sus idiomas por los pueblos más civilizados del glo los hablados bo y constituyendo naciones las aryas la raza más elevada, más venerable, (aryo significa venerable) no es de extrañar que ocupe de un modo preferente la atenci ón de les filólogos y sean más rápidos los progresos d o su estudio. Esta misma consideración nos obliga 4 enumerar detalladamente los idiomas que comprende cada una de sus fami
Ala
no Ó
lias.
'
1 a
aryo-india pertenecen:
lengua
de
los
vedas;
2% el
1% el antiguo indiasanscr
perfecta; 3? el pracrit ó lengua natura ito 6 lengua l y vulgar¡ 49 el pali 6 lengua del Budhismo; y 57 la de los zíngaros del Indostan. ipos A la aryo-irania corresponden: 1% las inscripciones cuneiformes de los Ach el idioma de emenidas; 22 el antiguo bactrizno ó zendo; 4? el huzv arezch 6 pehlvi, idiomade la dinastía sasanida; 52 el parsi; 6% el ¡nuevo persas y 7? el armenio.
la aryo
A
:
pelásgica corresponde:
2% el albanés; 3” el umbro;
40 el osco;
Sus tres grupos valaco-rúmano,
- pano-itálico,
y 5” el latín con
'rancó-provencalll his-
La aryo-celta comprende dos secciones,
ó irlandesa y la llamada cimrica ó británica. La
aryo-slava comprende:
p
1? el griego gs : |
1% el ruso
la gaélica
- pp
3
con sus dialectos; 2% el neobulgaro y. el ilírico; - 32 los idiomas de Polonia y Boemia; 4* el antiguo pru siano, el lituano
A
e
LA CIENCIA
DEL LENGUAJE.
y el lettico. De estos tres últimos filólogos la familia aryo-lituana. i
a aryo-germana
a
e
-
forman po
algunos .
comprende: . 1? el antiguo gó-
tico usado por el obispo arriano Ufilas- para la. traducción de la Biblia; 2? el bajo alemán con sus derivados. anglo+sajón, holandés,
frisio, antiguo
alemán hablado por los pueblos escandinavo
32 el alto
de la Germania;
con sus derivados sueco,
islándico.
sajón;
42 el
dano noruego
é
|
Stheinthal,
|
atendiendo también á la estructura mor-
fológica, divide las lenguas en dos grandes clases: lenguas privadas de forma y lenguas adornadas de ésta. Unas y otras se subdividen en aponentes y en declinantes ó conjugantes. He aquí el cuadro de clasifica-
- ción que tomamos de una de las obras de Pezzi.
A.
LENGUAS
1. Lenguas aponentes. 2. Lenguas declinantes: a. que
indican
las determinaciones
del contenido por medio de la redupos y de prefijos; . que indican la citada determinación por elementos unidos después de la raíz; c. que la indican por medio de la incorporación.
PRIVADAS
DE FORMA.
II Las lenguas polinesiacas.
TIT Lenguas uralo-altáicas. DUES IV Lenguas americanas.
Lenguas aponentes. Y El chino. Lenguas declinantes: a mediante la simple anexión de elementoe gramaticales. VI El egipcio. mediante alteraciones internas +E la raíz, VI El semítico..
Cc. por medio de sufijos propios. ,
E
I Las lenguas de la India Trangangética. >
B. LENGUAS CYN FORMA. 1. 2. a. los b. de
|
VI El aryo.:
0%
Mo
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A l
REVISTA PUERTORRIQUEÑA. grupos señalados
varias familias,
mites de estos artículos. morfológicas
por Stheinthal compr
cuya enumeración
no permiten hos:
Otras muchas clasibcdi
han establecido los
más distinguido
Jogos, pero.las dos expuestas son las que más ac ción han tenido, especialmente la primera. ÁLVAREZ
l
|
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PEREZ
.-0os 7 á
OS
A
A
DON JOSÉ PABLO MORALES. se
,
P
f
SEMBLANZA.
Aunque el episodio anterior no se relaciona directamente con el estudio de la vida literaria y política de don José Pablo Morales, no me parece fuera de propósito
darle á conocer á mis lectores como introducción semblanza que voy á escribir. Aparte del sabor á4 la y Propio de la época en que empezaba á despertalocal | rse aquella poderosa inteligencia que más tarde habí a de
honrar al periodismo antillano, servirá para dar á los lectores de estos apuntes una idea prévia del medio socia * - y religioso en que nació y vivió, de la sencillez de l sus. hábitos,
de la bondad ingénita de su carátter y del ve-
hementísimo afán de saber que le dominaba desd e niño,
como
si aquel cerebro
maravillosamente
organizado
para forjar y difundir ideas, reclamase con imperioso poder los elementos auxiliares que necesitaba para
realizar sus funciones de cíclope intelectual.
la
La entidad periodística de don José Pablo Mora les, qué es la que más principalmente me propongo
bosquejar en este trabajo, no apareció hasta veinte años
después del suceso referido.
No había en la isla más
5
ds
SEPA
PUERTORRIQUEÑA.
que alguno que otro periódico destinado los gobernadores
y á celebrar con
al elogio
de
versos convenciona-
les y ramplones el cumpleaños de la Reina y el natalicio de los régios bástagos, como decía la Gaceta, y Mono
sentía
inclinación
hácia
estas -puerilidades.
Otra idea más alta y más noble tenía formada él acerca del verdadero periodismo, y en ella se afirmaba. cada dia más con la lectura: de algunos periódicos de Madrid que adquiría de tiempo en nep á fuerza de diligencias y privaciones. El canónigo
Baez
le
prestó
una
vez
El Pensa-
miento Español, ilustre Balmes.
periódico dirigido á la sazón por el Leyó Morales con avidez y júbilo este
periódico,
él admiraba
y en
trina, lo razonado
y
la profundidad de la doc-
firme de
la dialéctica y la. urba-
nidad exquisita de la forma. —Así deben ser los periódicos
deja en sus
con-
versaciones familiares.—Diera yo todas las .riquezas del mundo por escribir de este modo, y por tener un periódico de estas condiciones en Puerto Rico. Pero si bien aplaudía Morales el talento, la ciencia y la rectitud de intenciones que se revelaban en tan excelente publicación, no le. satisfacían por completo algunas
de las
teorías polticas
por
ella
sustentadas.
Sentíase á veces como abrumado por el poder' de la argumentación del periodista filósofo, y no encontraba la forma.
precisa
para
contradecir
lo
que
leía;
pero
no por eso aceptaba la tiranía del racionio, sino que encontraba en ella nuevo y 'poderoso acicate que le obligaba
á
estudiar
sin
descanso,
razón y cultivar su entendimiento. Por las frecuentes polémicas
para
users
su
que El Pensdmisido
Español tenía con La Iberia y por las opiniones que las motivaban, creyó Morales descubrir muchos puntos de afinidad entre sus ideas políticas y Ns que sustentaba el célebre
diario de
Calvo
Asensio.
Gestionó desde
entonces: con ahinco 0 para adquirir La SiS fberia, empresa,
ad
rales
DON JOSÉ PABLO MORALES.
de
Poco
ménos
apenas
que imposible
existían
relaciones
en
aFat
aquel tiempo
en
comerciales, literarias
que. ni.
políticas entre Puerto-Rico y la Península, y en que la rigurosa censura á quese 'sometían las publicaciones hacía
inútil
toda
tentativa de
introduc-
ción de periódicos liberales en-el país, ni de libros cuya
circulación
no estuviese
amparada
expresamente por
la licencia del Ordinario. Leyó por fin algunos números de La Iberia, cuyos trabajos le entusiasmaban principalmente por la ampli«tud del criterio, por la intención y valentía de la frase, por el calor de la propaganda y la fé en el porvenir, De tiempo en tiempo llegaba de la Península al-
queño en uno de los períodos más agitados de la historia política de este país.
Entre tanto,
ia
y sin dejar de mano las provechosas
lecturas, en las que hallaba
singular
ejerció las profesiones de Maestro bano y Notario, respectivamente,
deleite, obtuvo y
de escuela,
Escria
A A eli e A
en las Antillas. ¡Se leían á puerta cerrada, en petit: comité, y eran conducidos de casa á casa y de pueblo á pueblo, con precauciones muy justificadas en aquel tiempo, aunque hoy nos parecerían ridículas ó inverosímiles. Pudo adquirir Morales algunos de estos .periódicos, que leía y conservaba cuidadosamente, alternando y relacionando su estudio con el de algunos libros:de literatura, filosofíay ciencia social, y de esta manera se iba cultivando en las soledades del Naranjito y de Toa-Alta aquel talento vigoroso y fecundo, que había de dar vida y carácter al periodismo puertorri-
MA
de La América, de Asquerino; de la Revista HispanoAmericana, de Angulo Heredia; de La Discusión, de:| Rivero, ó de algunos otros periódicos muy estimados
A
habían ido á
cursar allí una carrera científica, y traía cosidos en el interior de la ropa ó encubiertos entre los pliegues del paraguas óen la caja de la chistera varios ejemplares
a e
guno de los jóvenes puertorriqueños que
A
SON
del exterior,
2
REVISTA PUERTORRIQUEÑA.
Sus ideas progresistas, que no podían publicarse en aquel tiempo, y la independencia de su carácter que -no se avenía con las ridículas exigencias de la prévia censura, le mantenían alejado, muy á su pesar, del pa-
lenque del periodismo, que aún en el año 1862 carecía
de verdadera importancia, habiendo muerto á:manos del poder civil £l Mercurio, El Fénix y otros periódicos que habían querido dar'algunos pasos de avance en la
exposición de ideas políticas” ó en la crítica del Bob
no local. . [Empezó á publicarse en aquella época una. revista de Moral? Economía y Administración, titulada E! Pomento de Puerto- Rico, dirigida por el inteligente y laborioso escritor D. Federico Asenjo, “y en ella dió 4 la estampa Morales sus primeros ensayos sobre enseñanza pública, administración de Justicia, etc. El tiempo
que le dejaban libre estos trabajos y los de su profesión, empleábalo en desarrollar ideas, esbozar asuntos y hacer acopio de materiales de carácter político, esperando que un cambio radical de gobierno, que parecía: indicado en la madre
Patria,
trajese
á Puerto-Rico
cierta
expansión política y algunas garantías de libertad para el escritor público; pero una circunstancia imprevista le obligó á lanzarse á la palestra antes de la evolución ó revolución que esperaba. E Con
motivo de
cierta reforma
reglamento de jornaleros,
proyectada en el
surgió una ruidosa discusión
sobre si debía Ó no abolirse la libreta,
minoso que
afectaba al jornal,
documento
veja-
al crédito y aún á la li-
bertad misma del*proletario, haciéndolos depender de informes arbitrarios y parciales. Publicáronse varios
artículos en pró y en contra del proyecto, y no tardaron en trasparentarse en esta cuestión los dos eternos matices de la política, el que se funda en los derechos del hombre
y el que tiene por
base los intereses crea-
- dos, los privilegios de la tradición.
Morales
puso resueltamente su pluma al servicio
Ñ
*
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4
A
Pr
-
ose
PABLO MORALES.
de los primeros, y el país leyó con entusiasmo y admiración aquellos vigorosos . artículos corítra la libreta, . que sirvieron de base á la reputación periodística de su autor. : El Fomento habla cambiado de forma, adoptando la más
4 propósito
para la lucha
viva y constante de
las ideas: la revista quincenal se hizo diario. - nueva publicación fué donde Morales
FEnesta
.
empezó á revelar
brillantemente sus grandes aptitudes de polemista. El periódico de lucha incesante y agitada era su centro natural.
Necesitaba
el estímulo
de
la contra- .
dicción, el calor de la polémica, las energías del amor propio contrariado. Su pluma se mostraba perezosa y poco segura en la exposición serena y premeditada, en los asuntos tratados en frio, como él solía decir gráfica-
mente;
pero una vez empeñada
la discusión
despertá-
banse en él de modo extraordinario las cualidades prin-
cipales del periodista. Abundancia de ideas, flexibilidad de dicción, claridad de juicio, variedad, elocuencia, fuerza persuasiva, ingenio agudo y pasmosa fecundidad, todas
estas
dotes
concurrían
en
realzar la obra del inolvidable
Era
“armonioso
notable la desigualdad
artículos
de
mera
exposición,
conjunto
á
polemista.
que existía entre generalmente
sus
lángui-
dos y frios, y sus réplicas vivas, intencionadas, cóntundentes, ricas de ideas propias y de admirables rasgos de ¡ ingenio, y escritas con gran soltura y espontaneidad. Esta particularidad de su eiipeñaciecato y la costumbre que tenía de no firmar sus artículos, daba ocasión á chascos muy frecuentes por parte de algunos periodistas novatos, que alentados por la flojedad de
tal ó cual artículo de aquella índole y sin sospechar que fuese de un tan esforzado polemista, solían salirle al encuentro en busca de una victoria fácil, y bien
reconocían y lamentaban
su error
pronto
al verse envueltos,
estrechados, confundidos por la dialéctica y la fecun1%)
%
. Se |
A
¿REVISTA PUERTORRIQUEÑA.
«
"idad abrumadorás de aquel formidable gladia dor del Periodismo puertorriqueño. — :
|
ó
Eos
- ManuzL FErNÁNDEZ Juncos. e
(Continuará).
¿2
$
e
VITA
BREVIS.
'.
Despierta, despierta, levántate obrero Que ya el sol trasmonta los altos pic, achos,
Py
Y esparce su luz,
a
Al taller acude, trabaja én la estatua,
a
habrá de ceñirte, en tiempo cercano, A — |. Corona eternal. o 3 Prosigue, prosigue, sacude él hastío;
Que
-Dá fuerza á tu brazo, trabaja con fé;
El tiempo se agota, la tarde está enc ima,
- Concluye la estátua, termina, termina, Que va á oscurecer.
Gasrren Ferrer HervaNnDez. Diciembre, 1887.
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DRID. MA EN S TE AR S LA Y AS TR LE AS “L *
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Sr. Director de la Revista PUERTORRIQUEÑA. No tocaré á las cosas de la política, ni aún con las puntas de los dedos; pero al dar comienzo á mis car-.:
tas para Puerto Rico quiero enviar á esa hermosa y maltratada tierra un saludo entusiasta. Comparta Puer
>
to Rico con la madre Patria los infortunios nacionales cuando llegue el caso; mas no sea hija de peor condición
que las demás provincias españolas.
¡Ojalá pronto res-
plandezca y domine la justicia, tan poderosa y bienhechora como el radiante sol que fertiliza,esos campos! Deje-
mos á unos afirmar que debe robustecerse
.
exagerada-
A
iremos
es
mente el principio de autoridad, discutan otrosel eterno... prestigio de
la libertad:
nosotros,
entre
tanto,
constantemente dando cuenta de los progresos literarios y artísticos que aquí se
realizan, y acaso de este modo
contribuyamos á la fraternidad firmísima que existe y. | A ha de existir por siempre entre Puerto Rico y las deO En la lenta pero segura lamás regiones españolas. bor del tiempo, con el andar calmoso pero infatigable de los años, un buen libro une á los pueblos con mayor
fuerza que una ley, y una obra de arte, inspirada en. ideal de paz y de justicia, puede más que el articulado
|
os .
.....
——_——
REVISTA PUERTORRIQUEÑA.
A
.
de un decreto...... En Madrid existe hoy una colonia de gente jóven puertorri queña que bulle poco - en los ceñtros políticos pero que acude siempre á los lugares donde se rinde culto al estudio de las: artes las ciéncias. Imitando la conducta de los que obran tan cuerdamente, pronto co nseguiremos acusar en las páginas de la RevisTa PU tado del arte y de las letras y, ERTORRIQUEÑA el :espia, estas cuartillas contendrán. si no enseñanza prola vida artística y literaria de al ménos el reflejo de parece desquitarse de sus des España; nación -que dichas políticas obteniendo victorias en los dominios de soy de los que piensan que est la inteligencia, No. dencia: antes al contrario, abrigoamos en plena décala convicción “de que España—especialmente en lo que á la literatura se refiere—ha entrado en un períod o de florecimiento. Por cima de nue stras discordias, casi bizantina s, brillan los. nombres de nuestros artistas y escritores; la palabrería
de un
una obra dramática,
estreno ansiosamente
y de
seguro va más gente
'esperado de
la que acude
á
á oir un discurso hecho en solicitud de una cartera. a «Nuestro renacimiento artíst ico de un gran defecto: no tiene tenden y literário adolece definido; es realmente muy vig cia fija ni carácter oro ¿Puesto de elementos heterogeneos so, pero está com. En todo conservamos, sin embargo, cierto sello nacional que “parece ser indeleble de las cosas españolas , pero ni el teatro, ni la novela, ni la pintura, nila poesía lírica siguen idéntico rumbo. No hay escuela triunfante, sino in- Aividualidades poderosas. No existen grupos forma_dos por identidad de Opiniones; cada artista, cada poeta trabaja buscando
la
realización
modo que mejor la entiende, y dic de la belleza, del los más, de casi todos, son poquís ho sea en honor de imos los que sacrifican al becerro de oro
.
Aquí, donde las letras y las artes
LAS LETRAS Y LAS ARTES EN MADRID.
289
no mantienen Lien á los que las profesan, es raro encontrar quien adule al vulgo para ganar dinero. Al. gunos librejos se venden en las puertas de los cafés, algunos editores hacen negocio con lo que en Francia. se llama pornografía, mas no cuentan con ningún es-.
critor verdaderamente notable.
_ tros donde
bién en
Cierto
que hiy
tea-
domina lo verde: y*lo licencioso, - pero tam-
ellos son
más frecuentes
cándalos mayúsculos.
0
las silbas
|
Si, cual sucedía en el siglo XVII,
español el idioma
más extendido
yy los es-
ES
:
de hoy el:
por el mundo,
nues-:
tros escritores gozarían fama universal como: acontece
á los franceses. Echegaray, Tamayo, Galdós, Juan Valera, Campoamor, Nuñez de Arce y Manuel del Pa-- |
lacio merecen tener frutan Dumas,
en
Europa el renombre
Sardou, Zola, Daudet,
Copée
que
dis-.
y Bau-
ville. En París, por ejemplo, donde las obras dramá-. ticas duran muchos meses en los carteles, están surti-'
dos los reducido
teatros por un número relativamente muy de escritores: en Madrid, donde el público:
devora con mayor rapidez
las obras literarias
y donde
una comedia se representa como máximo veinte ó' treinta noches seguidas, los poetas tienen que ser, y'
son en general, más fecundos. Por otra parte en Francia, exceptuados los maestros, los que tienen reputación indiscutible,
que marcha
fuera de la plana mayor,
detrás es ménos
que mediano.
todo lo
Aquí aún'
descontados los hombres verdaderamente notables nos queda buen número de escritores que si no conquistan
el dictado de ilustres merecen al ménos ser trata. dos con respeto. Todavía no hemos visto en Madrid que un poeta de la talla de Sardou escriba obras
como Theodora averiado
bolaje.
y La Toson, en que se suple lo viejo y
del género con el lujo y la novedad del emi.
En
Madridno se aplaudirían
tales errores
aunque pintara las decoraciones la misma Verdad; . unique un nabab indio gastara sus tesoros en guardál
>
|
- 390
_ REVISTA PUERTORRIQUEÑA,
1 rropía y atrezo. Y cuenta que quien esto escribe: es de los españoles más entusiastas partidarios y acaso: de los que mejor conocen las cosas de la Francia moderna, pueblo que rescata todas sus deficiencias con! la hermosa virtud del patriotismo. 3 Pero, dejándonos de digresiones, vamos ás emprender la tarea de ir dibujando rápidamente el cuadro de 0
nuestra literatura
contémporánea,
las figuras del ajedréz
como
en el tablero
;
quien coloca
para moverlas
luego: vamos á citar los nombres de los más ilustres escritores, tratando de bosquejar la personalidad de cada uno. Comencemos por los autores dr.máticos. Prescindiendo de Zorrilla que á pesar de Don “Juan Tenorio y de El Zapatero y el Rey tiene su puesto de
honor al frente
de
nuestros poetas líricos,
las
dos
)
figuras principales son Tamayo y Echegaray. Tamayo es reaccionario, católico, amante de todo lo tradicional,
opuesto en todo al espíritu
moderno,
pero está
dotado de un talento poderoso, y es poseedor :en tal grado de los secretos de la belleza. y tan buen conocedor del idioma
que hasta
niones que profesa
_ como el primero máticos,
los más opuestos
le consideramos,
y el mejor de
Tamayo
piensa,
á
las opi-
indis scutiblemente,
nuestros autores
discurre,
sus obras de una manera admirable:
planea
y
dra-
dispdne
una vez admitidas
sus ideas, lo que constituye el desarrollo de sus dramas y comedias está siempre sujeto á la razón más clara y enérgica. Como estilista es de una corrección. intachable, algo enamorado de lo arcaico, pero será siem-. pre modelo de los que escriben para el teatro. Ha traducido muchas obras francesas que andan por esos mundos y teatros
de provincia
con el pseudónimo | de.
- Juan García, ha escrito obras notabilísimas
firmándose
Joaquín Estebanez: en las ménos ha dado su verdadero. nombre. Está retirado hace tiempo de la escena, con
maestro.
Cuando en los salonci
como
A RNA a
le consideran
sus compañeros que
Ps
gran sentimiento del público y de
.
i
LAS LETRAS Y LAS ARTES RN
:
MADRID. |
||
E
mt
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)
|
|
cillos de los teatros se habla de él, todo el mundo dice Don Manuel Tamayo: los demás son con más
$ ménos respeto Echegaray ó Sellés 6 Campoamor: á Tamayo nadie le apea el don, como sucedía: cón Hartzenbusch y García: Gutierrez. Es jefe superior del
cuerpo de
archiveros,
director
de
la
Biblio-
teca Nacional y secretario perpétuo de la Academia Española. Muchos créen que Tamayo no escribe por suponer enteramente torcido y viciado el gus-
to
del
público:
otros
imaginan
que
su
alejamiento
está fundado en que á la altura en que se encuentra no tiene ya nada que ganar y por tanto: un fracaso sería para él' cosa terrible. Es tal la admiración que el público le profesa,
sobre todo el respeto
que le. tienen
sus compañeros, que.el estreno de una obra suya sería _ un acontecimiento extraordinario y un éxito: seguro.
Es imposible
que planée ni escriba mal una obra, pero
se le quiere y considera tanto que, aún siendo así, probablemente
se
le haría
una demostración
solemne de
simpatía, y respeto. El partido: carlista y neocatólico pretende acaparar como gloria exclusivamente suya el
nombre de Tamayo: el empeño es inútil porque El drama nuevo, Lo positivo,” Lances de honor y Locura de amor, son joyas de la literatura castellana y no patrimonio de sacristías ni hermandades. Dia vendrá en que hablemos más despacio de Don Manuel Tamayo
4 los lectores de la Revisra PUERTORRIQUEÑA. Echegaray une la galanura Martos, profesa en todo hijo de
es de en su
para el teatro fué
:
ingeniero de caminos, como orador Moret á la poderosa intención de política ideas muy avanzadas y es tiempo. Lo primero que escribió El
libro lolonario
drama que
firmó
con el pseudónimo de Jorge Hayaseca. Sus obras posteriores han sido casi otros tantos triunfos, las na lores
están traducidas á todos los idiomas de Europa, y cada
estreno : suyo que se anuncia ¡ ocasióna una sul idaA ide precios én las localidades del teatro en que ha de“we-* E e =
:
58
sa
REVISTA PUERTORRIQUEÑA.
rificarse,
Echegaray
que Tamayo, en cuanto
es personalidad escritor,
pero
duda que no puede establecerse
Tamayoes escritor garay es todo lo
que
pone y en cualquier
y nada
más
quiere
esfera de
5 más discutida
nadie
pone en -
paralelo entre ambos. que escritor:
ser, hace
Eche-
cuanto se pro-
actividad á que se de-
dique obtendrá resultados maravillosos. Los estrenos de sus dramas son verdaderas batallas: pocos van á presenciarlos con imparcialidad. Para unos es.un prosista y versificador incorrecto, un cerebro en que lo extraordinario vencé á lo natural, un pensador volteriano y un moralista dudoso: otros, en cambio dicen
que es más poeta que Zorrilla, que todo lo que imagina
lleva admirable sello de grandeza y que nadié sabe como él conmover é impresionar cuando quiere y por los
medios que se le antojan. Quien esto escribe” ha combatido varias de sus obras, pero siempre se ha com-
placido en contribuir
á afirmar
la idea de que Éche-.
garay-es una gloria nacional, mal que pese á los que mellan'con las rodillas las gradas de los altares. Su trato afable y
bondadoso está
hay enél sombrade
lleno
de
encantos; no
soberbia ni amago de envaneti-
miento. Es un narrador admirable. Recuerdo qhe una tarde en.un salón del Círculo Literario, nos refirió
á unos cuantos amigos el asunto de una novela francesa que acababa de leer y que le había encantado. Su manera de explicar lo que en la novela pasaba, la claridad, el color, la poesía, y el vigor qu: desplegó me: hicieron ccmprar el libro.... La novela era no más' que mediana: Echegaray la había vestido á su gusto, ' y el ropaje resultó tan espléndido y maravilloso, que de buena gana el novelista francés hubiera cambiado lo que él imaginó por lo que el poeta español le atribuía. Hombres hay que al llegar 4 la altura de Echegaray se endiosan haciéndose insoportables á sus semejantes. Echegaray rara vez habla de sí' mismo;
el yo, el aborrecible yo sale pocas veces |
4
$
P
|
7
Ñ
de
:
Sk!
Er
de sus labios.
| LAS LETRAS Y LAS ARTES EN. MADRID...
.893.
4
Echegaray sirve de profesor á su hijo y con frecuencia
horas. de
se les vé juntos en los teatros en las primeras la noche.
El hombre que
la
escena
es-
es
todo
dul-
zura y afabilidad. En cartas sucesivas tendremos sión de hablar largamente de él. |
oca-
añola de muertes,
ha sembrado
crímenes
y espantos
- Digamos algo de Eugenio Sellés,
de Ramos
Ca-
.rrión, Leopoldo Cano y Enrique. Gaspar, si hay tiempo para ello.
O
Cuando el autor de estas
líneas
comenzó
su
ca-
rrera literaria Po articulitos—por cierto muy flojos—para El Qlobo, hácia 1873, Sellés era colaborador del mismo periódico, donde publicaba una série de estudios históricos
titulada
La política de capa y espada,
trabajos que hoy constituyen un libro admirable. tarde se estrenóen el teatro Español un drama en un acto, titulado triunfo
obtenido
La torre de Talavera;
con
El nudo
entonces Sellés comenzó
luego vino el
qgordiano,
á luchar
y á partir de
don el público.
rasgo distintivo, la cualidad predominante en
el vigor,
un vigor
audaz,
descarnado,
afán es decir la verdad, envuelta en una
” impecable, llena de encantos
pero
Mas suyo
casi
El
Sellés
es
brutal:
su
forma literaria
preñada
de aquella
amargúra que constituye el alma de los grandes mora«listas. Las obras sérias de Quevedo están llenas de
razonamientos é ideas del enio Sellés.
corte de
lo que escribe Eu-
Y el vicio, el defecto principal de nuestro
público es la hipocresfa: de aquíel choque. El público - madrileño tolera los mayores escándalos contados en voz baja, en los salones del Casino, en los rincones de cualquier tertulia; pero en el teatro no quiere presen=" ciar sino homenajes al pudor. Que hay en palcosy butacas mujeres adúlteras y maridos pacientes, santo y muy bueno: que la crónica escandalosa se enriquece diariamente con
que
los hombres
vendiéndose,
una
inmoralidad «nueva,
políticos
¿qué más dá?
prevarican
Pero
no
no
importa:
y se envilecen
presenteis todo XL
E E <> pS
294 esto
pr
á
REVISTA PUERTORRIQUEÑA. en
la escena con noble crudeza,
+
1
con desenfadada
hombría de bien, porque entonces os dirán: que la obra es inmoral, que el fango no debe sacarse á flor del agua, que el mundo no es tan malo y..... . que Madrid no quiere verse retratado sino como las mujeres, con los defectos atenuados y la belleza realzada. Tal fué la causa de que Las esculturas de carne, «La vida pública y Las vengadoras no alcanzaen más larga vida, No eran obras dramáticas perfectas, péro sus méritos pesaban mucho
más que sus errores,
y
el público ha to-
lerado y aplaude continuamente muchas comedias cuyos autorés 'no sirven para escribientes de Sellés. En cartas posteriores seguiremos hablando de los autores dramáticos:
ahora, por dar variedad
á
la pre-
sente, vamos á citar un' par de autores cómicos; Ramos
Carrión y Eusebio Blasco. ads El primero ha escrito en todos los géneros que abarca la escena ménos el drama y la tragedia. Ha hecho comedias de intriga, comedias de caractéres, juguetes
cómicos,
obras
de grande espectáculo,
saínetes,
y es el primer libretista de zarzuela que tenemos. cantables y sus. situaciones dramáticas, sobre puestas
en
música por Chapí,
son para las
Sus todo
empresas
lo que el premio gordo para los jugadores - 4 la lotería; Ramos Carrión procede de un grupo de bohemios limpios y decentes que se formó en Madrid por los dias de la Revolución
ingenio
todo
y
de
Setiembre:
trabajo comenzó ya)
lo rico que puede
ser
á
después,
á
gganar dinero
fuerza de y
un escritor español.
fase principal
de
del: público.
Los
estrenos
éxitos claros,
sin
vacilaciones.
su talento es
primer órden á la que va unido
una
hoy.es: y
La
fuerza cómica de
un gran conocimiento
de sus obras Dialoga
son siempre lo
mismo
¡en
prosa que en verso con extraordinaria facilidad y posée _ el arte de preparar los efectos teatrales con tan habilidosa astucia que funda y desarrolla el interés de sus - asuntos seguro del fin que se propone: El noveno MAR:
IN
h +
LAS LETRAS Y LAS ARTES EN MADRID. deiniento,
La
careta
verde,
son - modelos
a del
género.
Sus zarzuelas son la base del repertorio contemporáneo. “Lo mejor que ha escrito,
un gusto
Los Señoritos,
moratiniano modernizado
es
que
comedia
no
hay
de
más
que pedir en cuanto á verdad, ingenio y séncillez.. - Ramos Carrión es hoy quizás el único autor contemporáneo que tiene condiciones
de carácter
para sobre-
ponerse á las empresas. Teatro en que se va á representar algo suyo queda convertido en territorio sujeto á su inteligente tiranía. Cuando comienzan los ensayos murmuran desde el segundo apunte hasta el empr: sario: luego todos le dan la razón. En la actualidad, y con la poderosa colaboración del maestro Chapí, ha emprendido la tarea de procurar el renacimiento de la zarzuela, espectáculo eminentemente español. Si para conseguirlo: bastaren un libretista y un músico la cosa con ellos dos poeta darse por lograda. Pronto se estrenará Li bruja,' obra de ambos que ha de ser notable, á juzgar por el cariño cón que han trabajado en ella, teniéndo en cuenta que si Ramos Ca- *
rrión es el primero en hacer libros musicales, Chapí es un maestro que á nacer en otro pueblo de Europa tendría hoy más nombradía que Saint Saens Ó Mae: net.
Eusebio Blasco, que en política resulta por variar de 'bandera fácilmente,
fácil y espontáneo
res suelén íntimas,
que hay
ir/á la imprenta
sus composiciones
poco sério
es el versificador más
en España.
Sus borrado-
sin un tachón,
sus
cartas
formarían un conjunto agra-
dabilísimo. Ha escrito novelas, correspondencias á los periódicos, artículos de costumbres, poesías bellísimas y muchas obras teatrales. - Estas son la base más fir-. me de su reptitación. Muchas son arreglos Óó traducciones,
pañola. En
pero perfectamente adaptados
4
sus comedias las hay
á la escena es-
de dos clases: ¿unas es-
critas para Se de apuros, endebles, hasta malas, pero
2
296 ?
REVISTA . PUERTORRIQUEÑA. PUE | |
siempre iluminadas por destellos de ingenio y raudales de gracia:otras escritas y pensadas con calma que retratan admirablemente el lado cómico de nuestras costumbres. Blasco es uno de los pocos escritores. espa-
ñoles
que penetran el llamado gran mundo,
de suerte
que las condesas, bangueros y señorones que pinta son de carne y hueso. Nola hagas y no la temas, Elpañuelo blanco, preciosa comedia sacada de Un caprice de Musset,
y otras muchas
tienen tanta fuerza cómica
mo las más escogidas de Bretón y de Serra. Blasco y Ramos Carrión comparten hoy dominio
de la “escena española
en lo que
co-
el pre-
se refiere
á
la gracia culta y de buen gusto, porque Enrique Gás. par es una figura aislada, que no se parece á ningún ' compañero suyo. dl Pero Enrique Gaspar, poeta originalísimo, y Leo.poldo Cano, siempre conmovedor y vigoroso, quédense con Ceferino Palencia, Vital Aza, Estramera, y los saineteros Ricardo de la Vega, Burgos, Sánchez Pastor
“y
Luceño
Todos,
para
pintores,
novelistas
y
dar
realce
á
poetas líricos
mis
cartas
sucesivas.
(aún quedan algunos),
periodistas irán pasando por estas cuarti-
llas siendo en ellas tratados con respeto pero imparcialmente, para que los lectores de la Revista no vean en estos párrafos ni la exagerada indulgencia del amigo ni la hostilidad del adversario. ds
Una noticia desagradable para terminar.
tro Español Nadie sabe
¿proyecto presentado por el Sr. miento
El Tea-
ha sido cerrado porque amenaza ruina. todavía si se reedificará con arreglo. al
hace años,
Novo Colson al Ayunta-
si las Córtes harán
una
ley creando
6
el Teatro Nacional ó si se adoptará el proyecto non"nato que Montero Rios no tuvo tiempo de realizar cuando fué ministro de Fomento. La intervención de las _ Córtes parece lo más, patriótico y lo más lógico: mas también será lo más lento. En-los centros literarios
o
LAS LETRAS Y LAS ARTES EN MADRID. A
ee
la opinión,
A
A
re
a =
E
cop
sin prejuzgar el problema,” se pronuncia á
favor de una solución que reedifique el Teatro Español en el más breve plazo. La nación está sosteniendo indirectamente y favoreciendo á las claras un espectáculo extraño; la ópera. En el Real son extranjeros la mayoría de los coros,
del cuerpo
de baile,
siempre los
directores y los:cantantes: allí no hay español sino la orquesta, precisamente lo mejor. Y este es, sinem- .
bargo,
el teatro protegido por la familia real,
aristocrácia,
la nobleza.
por
y también por los
la
que,
rindiendo culto al guiero y no puedo, tienen que empe-
ñar las alhajas y los cubiertos á principio de temporada para poder abonarse. | | : Confiemos sin embargo en que los poderes pú-
blicos harán que
no muera la nueva
ñola por falta: de casa que habitar. Francia tuvo un Moliere
y
dramática
.espa-
FO
labró un palacio mag-
nífico para representar sus obras. Hoy por hoy Lope, Tirso, Calderón, Moreto y Alarcón están, en medio de la calle. a >
. Jacisto Ocravio Picón, Madrid, Di.iembre 8 de 1887. je $
LETRAS Y ARTES EN PARÍS.
Desde que tengo el gusto de enborronar cuartillas
para los que esta Revista leen,
nohe hablado
de Pa-
go al autor de la Vida inquieta.
- Pablo Bourget
'es un
blo Bourget, poeta y novelista célebre aquí y tal vez entre los literatos del extranjero, pero que no es conocido universalmente como Zola ó Daudet. Aprovecho, _ pues, muy satisfecho, la ocasión que me ofrece su úl- timo libro, para presentarlo á mis lectores y hacer que compartan la admiración y el cariño que inspira y tendelicadísimo organismo de artista, un alma sobremane-
ra sensible que no ha tomado lecciones
de la expe-
riencia sin que su espíritu recibiese los arañazos, los alfi-
lerazos y las más hondas heridas que las torpezas y vilezas sociales producen en tales naturalezas. — Ignorando su existencia,
no sé si es feliz
ó
desgraciado, pero
en su talento de escritor hay numerosos puntos de con- tacto con el lastimero Leopardi;
la amargura profunda .
que todo lo acibara, la desesperanza, el ánsia: más desenfrenada
de ideal,
la terrible duda y
el pesimismo ele-
gante é irremediable... Pero, su desconsoladora filosofía, que tan moderna es y lleva el siglo en sus mismísimas entrañas, que todos padecemos en mayor ó menor gra-
do, va acompañada
de un don que no tuvo el divino
ES
ARTES EN PARÍS.
899
poeta, y es la facultad del análisis. Sin excluir 4 Balzac, á quien sigue Bourget con felicidad rara y propia originalidad, no hay analista más severo, minucioso y
metódico.
Esta facultad,
que desarrolla
el
íntimo
sufrimiento, pues nos hace palpables los móviles de las
acciones agenas y aún de las nuestras,
es la marca es-
pecial y característica del ingenio de este escritor. todas sus novelas Enigma cruel,
—Un crímen
Andrés Corné's, y la última: Mentiras,
En
de amor,—
el argumento es
insignificante hasta el punto de decirse que no ley hay; :
los cuadros,
si exactos y
sentidos, son breves,
ya los
trate con la ligereza y frescura de la acuarela, ya con las acentuadas líneas del agua fuerte; no falta el paisaje del que ningún artista verdadero podrá nunca prescindir por completo,
pues
el aire libre
es
importante.
factor de belleza; pero, lo capital, lo que domina' y se enseñorea de todo es el análisis de las pasiones, de los sentimientos más secretos, de las más fugitivas, sutiles
é indefinibles sensaciones escritor
del corazón.
con tanto tino que
mos la triste verdad
á cada
Lo escruta
de la observación,
y los que nun-
ca han sabido que no hay tema más seductor tivo
que el
estudio del alma,
interés con que saborean completo
las peripecias
drama, —trágico
aventuras,
y violentísimo
lo dicho, el análisis de la pasión,
la vida moral y social. . ras, editada
dente.
che
el que faltan por en que
drama,—se la
todo el
reduce
á
clara exposición de
Una ojeada [4 la novela Menti-
como las otras
|
y atrac-
se quedarán atónitos del.
un libro en y
el
|instante reconoce-
por Lemerre,
0]
lo hará evi-
En la primera página del libro, se apea de un code plaza el conocido autor Claudio Larcher, que
“como
muchos escritores analíticos,
está acostumbrado
““á juzgarse - y estudiarse de contínuo, sin que ni estu“dio ni juicio ejerzan influencia alguna en sus acciones. “Los más nímios detalles le son pretexto para exami--
>
“nar su vida y su persona, pero el solo resultado de -
da
REVISTA PUERTORRIQUEÑA.
-
q
““este: seguido exámen es mantenerse en una dolorosa ““é ineficaz lucidez á todas horas.” Al ver la solitaria
un rincóm calle Coétlogon, por la que anda, y que parece
propone
en la
piensa
de provincia,
e»istencia
hace tiempo.
tomar
Tiene
retirada
que se
prometidos, un
drama, una novela, artículos y en vez de estár conla ¡lina en la mano, se va á casa de la condesa Komof, gran dama rusa. Y noes todo. Viene en busca, ¡para presentarlo á la condesa, de su amigo Reñato
Vincy, tónces
jóven de veinte y cinco años, que hasta enha llevado una vida discreta y severa de poeta
trabajador, y á quien una comedia en un acto, el Sigisbés, obra de fantasía, ha hecho célebre de la noche á la mañana. El éxito se debe en mucho á Claudio, que
ha leido la comedia, la ha presentado á Colette Rigaud,
su querida,
actriz del Teatro Francés
- cado á las tablas.
y esta la ha sa-
Claudio y Renato son, pues, íntimos
amigos. Vive el poéta. con una hermana, Emilia, que lo adora como si fuese su madre, y Emilia, su marido, la criada Francisca,—pues Bourget estudia los más. secundarios personajes, toda aquella casa, que es amor, abnegación y virtud, no es mentira, y respecto de ella miente el título de la novela. Era necesario que así fuese para comprender la grandeza, la pureza y la inocencia de alma de Renato que parece haber sido educado y vivido
en una provincia española,
un
jóven.
pero que
y tengo entre mis amigos
tanto más
se pone
Tal
Es real em-
otro Renato, áunque
esla emoción de Renato,
aquella noche su primer frac, que sale de
su casa sin despedirse de Rosalía, amiga de su hermana, vírgen en toda la significación física y moral, que ama con vehemen.ia al poeta, siendo correspondido. Renato obtiene nuevo
triunfo aquella
noche, —ejecutan
su comedia en el salónde la condesa Komof,—es agasajado, festejado y disputado por las damas que lo.convidan
á sus recepciones.
Una sola, que precisamente se halla
á su ladoen la mesa, á la hora
de la cena,
Madama
Moraines,
no le ha dicho una palabra.
de apariencia aristocrática,
Es una mujér
hija de un ministro del Itm-
perio; todo lo de aquella señora produce la sensación de lo distinguido, casi “demasiado bonito.” Renato la habla, y queda prendado, y siente en su pecho el deseo de jóven y poeta, de ser amado por semejante sér. Comb
las
otras,
sorprendida
Mad.
Moratnés
ofrece: su
de la hermosura del jóven,
y frescura de su alma.
Y aquí comienza el análisis,
seguir, sin hacer un artículo
y
le
debo concretarme
de la sencillez |
E
que no me es posible
tan largo como
la novela,
El vago sentimiento,
indicar.
á
casa, |
vago para Renato, que nose analiza como su amigó Claudio,el sentimiento ligero al parecer que ha expeen su conversación
rimentado
con Mad.
la imágen de la elegante pes
persigue;
Moraines,
le
que se llama
Susana se apodera de él, no le deja punto de reposo y le hace tomar la resolución extraordinaria para un tí-
mido de visitarla aquella misma tarde,
“despues
de su
mente descritas
encuentro.
primer
Como
pedírselas 4 Claudio Esta,
admirable:
¡Qué
están las dudas, las vacilaciones y los
imperiosos deseos de este amor,
aún lo sea!
al siguiente dia
ignora
que el poeta
las señas
y lo encuéntra
no sabe
de Susana,
va á
su querida.
con
Colette, es una cortesana que engaña torpemente
á su amante
con el primero
que lo sabe, á pesar de sus
del odio
que
le inspifa
que se presenta,
celos,
aquella
de
la
mujer,
y Claudio,
repugnancia,
vuelvé á ella
siempre y no vive miéntras con ella está enfadado. es lo peor que se juzga, que sabe que obra como
Y un
miserable, que se rebaja y es indigno, cobarde y vil.... péro no puede renunciar á aquel cuerpo; todo su ser -moral está vencido, esclavizado por aquella carne. La
presencia de Colette impide á Renato pedir las señas, pero las encuentra en un libro, especie de guía de fo»
-
Trasteros del mundo elegante, y va á casa de Susana. é al poeta. bien persuade Qué tacto el de esta dama;'qu
e
-
REVISTA PUERTORRIQUEÑA,
que es una santa digna de todos los respetos! Sale de allí Renato loco y ya enamorado y convencido de que su adoradaes dechado de perfecciones y virtudes! ¿Cuáles la verdad. ...?
se había
casado
cho, Pablo Moraines, y á quien ella estima de
da,
apartarse
acepta
viejo
está
arruinada,
del
las
verde
lujo
y no
á
que
proposiciónes
que
buen
mucha- -
del
mantienesu
es mujer
ca-.
está” acostumbra-
barón
tren de:
Desfi rges,
casa,
¡paga
sus caprichos, y se cobra recibiéndola de' vez en cuando en una casita alquilada á este efecto Tal. es el ángel que ama al poeta. Ella, que se creía curada, lo ama también y calcula que al mismo tiempo que su marido satisface su sed de respetabilidad y el barón
sus necesidades materiales,
y sus sentidos.
talento con que
Hay
que
Mad.
Renato satisfará su
leer
Moraines
en
el libro
corazón :
el infinito
conduce sus amores
enloqueciendo al poeta, dejando sin' contestación. dos cartas, y á la tercera, suponiendo temor de que el jóven se suicide, acudiendo á casa de éste y entregándose á él en aquella estancia virtuosa y pura, en aquel
hogar.
santo
Hay que leer el estudio profundo, que para mí
no peca de extremoso y
sutil,
á
aburre,
como
se: ha
dicho, del
logra
olvidar.
desarrollo de esta pasión en una naturaleza tan joven como la de Renato y en la tan corrompida de Susana. Dos meses viene á durar la felicidad. Por la centésima vez Claudio ha roto para siempre con su querida, y ha puesto'tierra de por medio, yéndose Italia.
- Pero
allí
se
no
á
la ingrata, aunque ha escrito la novela de sus amores, en la que la actriz queda muy mal parada, y escribe 4 Renato que vaya á4 verla, -le pida . perdón en su nombre y prepare la reconciliación. Colette está
irritada,
ansiando
vengarse
de Claudio, y
.como éste anda por Venecia; se venga en su amigo, en
IS
>
AAA
Como
paz
un
sér insignificante que la ama porque le dá la consideración
AAA
social.
con
Í
=
Susana
4 y PA
1 Pu
S ... EN PARÍS LETRAS Y ARTE
3%
L
-
Renato, diciéndole que Mad. Moraines es la querida del viejo Desforges. Se comprende el efecto que la
No lo cree, revelación produce en el sensible jóven. ¿cómoha de creerlo? pero la sospecha ha entrado en su áfimo, y es otra página magistral la consagrada al
y celos y todos los
exámen de esta invasión de duda
causa al autor. del
actos que provoca, y la tortura que
Sigisbés, qué Chichisbes llega á creersé á su vez.
Cuando Claudio regresa de Italia, sabe lo ocurrido
y se va.al
toro
á Renato,
ó sea
astas,
por las
“quien
dispuesto á romper con él, lo recibe sin darle la mano.
:
Y Claudio le dice la:verdad, lo que es Mad. Moraines. “«Sígala usted, —le dice, —y tendrá usted la prueba.”
Y en efecto, Renato llega sana que entra en la casa forges para sus amorosas “moral, Renato va á casa sufrido mucho,
4 hacerlo y sorprende á_Sualquilada por el barón Descitas. Tras mucha dolencia de Susana, que también ha
pues la cortesana lo ama,
real y profundamente.
ahora
lo ama
La escena es bellísima, una
de
las más bellas y poderosas de la novela moderna, y Luego, el poeta se tira un pistermina trágicamente. será
toletazo que felizmente no
mortal,
y
tenemos
el
en
el
consuelo de esperar que no sólo sane física sino moralmente y torne á Rosalía que tan de veras la ama. Esta es la trama; pero, ¿cómo dar idea del borAdemás del inmenso esfuerzo de análisis que dado? hay en el libro, conviene advertir que Pablo Bourget es un estilista
esmerado,
un
maestro
impecable
La frase, castiza manejo de la difícil lengua francesa. sin ser académica, posee el color y el sabor que tanto nos seduce, pero es refinado sin amaneramientoy debe Amargo es colocarse entre los Goncourt y Daudet. de Renato,
por
la suavísima figura de Rosalía y por la magestuosa del abate Taconet que sólo aparece en el último capítulo
de la obra y lo ilumina con la generosidad, la abnega| |
+ |
5
A
familia
NES
por los cuadros íntimos, por la
pero dulce también
PON
en verdad este libro de Mentiras,
E
|
” reas — e
REVISTA PUERTORRIQUEÑA.
ción de una existencia de cura cristiano, ,
.
cumplimiento
apestoso Javier
o
.
del” deber.
.
Déjense
consagradaal E
mL
———
.,
mis lectoras del >
de Montepín, del cansado
y
——
304
antilitera-
el libro sino es para tomar
A
rio Richebourg, y abran: las manos á este favorito: querido autor mio, seguras de que no le han de soltar
otro del mismo excelente X
A
novelador.
o_O
0%
Al fin apareció en las anaquelerías
La Tierra, de Emilio Zola,
que, por
he hecho, he leido con aprensión,
.rrores que de
ye ahora en
de los libreros
más esfuerzos que
por las pestes y ho-
ella me habían contado.
mi ánimo
la opinión agena,
formada y á darla voy con
Pero, no influ-
tengola mia
entera sinceridad, dividién-
dola en cuatro puntos para mayor comodidad, para po:
der expresar mi sentir al correr de la pluma.
1
No me choca, como á muchos, que Zola ' varíe tanto de tema y, con anterioridad diga: “este año me
ocuparé
de las minas,
do datos
con tiempo,
el año
venidero
de la
tierra;el
siguiente de los ferrocarriles,” pues puede haber reuhi- *? asunto, y con pocos
sono
poseer documentos
relativos al
'meses de reflexión ponerseal uní-
con su empresa: y- escribir.
No es Zola
de los
escritores de inspiráción que sólo escriben aquello para lo que, *.en momentos dados, se'sienten dispuestos; es su principal don la fuerza y escribe lo que quiere es: cribir. No obedece más que á una preocupación, por desgracia antiartístici y antiréal: hacer símbolos. + Y el simbolismó que ya he sentido en él, es lo primero que de nuevo siento.
Existe
en toda
la obra,
desde
el'títaló que es exageradó' y falso, pues no es. la tierra,
siño un rincónde ella; exis” ab los 'persónajes,- no
siendo algunos más que eso, un símbolo, como la Grahde, la hermana del aldeano Juan; existe en ¿las accio4
LETRAS Y ARTES EN PARÍS.
ao
nes y el amor furioso del campesino 4 su tierra, 14 sus campos,
pintado con
pasmosa intensidad,
crecer de tal modo que, siendo exacta la visión,
llega á cae en
la convención por lo amplificada y simbólica; existe en el medio, pues tan reducido cuadro viene á ser una al-
dea de doscientos vecinos como Bouille;
la famosa casa de Pot
en fin y hasta cierto punto,
existe en la
des-
cfipción, en el estilo, más conciso que en los otros libros, y en el diálogo que dice mucho, pero no lo dice
EEN
NN
»
NN
a
A
todo, y no es verdad como letra aunque lo sea como espíritu. - Líbreme el buen sentido de criticar á Zola; no lo crítico, digo buenamente lo que en su obra me deja descontento. A | |
El segundo motivo de queja es el argumento.: Zola
parece
despreciarlo, y. le sobra
razón, pero se equivoca
cuando en vez de separase de él por completo, toma uno sencillo y humano, pero que es siempre el mismo.
Una mujer amada por dos hombres; uno de ellos es el héroe, otro el traidor del romanticismo. Los vimos en
el Assommotr,
los hallamos
en La Barriga de París,
en La
Tierra.
Y
en Ferminal y
hay efectos álo
Sue,
a
A
A
A
A
A
hay horrores melodramáticos, que se salvan, como todo lo salva Zola, con. extraordinaria potencia, pero que, en
él fondo, no son más que recursos. Ya lo dije no sé donde y ahora me vuelve á la mente: sin la potencia
“de evocación,
el estilo y la
verdad
estaría al lado de Eugenio Sue. ción, nos da náuseas
cuanto
no sale
repetido,
parece
del
conjunto,
N o queremos conven-
todo lo que trasciende
de la vista,
Zola
y Zola
á
que lo ha
arreglo,
dichay
olvidarlo. : La falta del cura Mouret, esa
es la obra que el autor debería recordar. ¡Se pensará tal vez que en Balzac hay argumento, que lo hay en: las novelas de Galdós; pero el que tal piense confundlas e
especies;
allí hay vida, el argumento de ella, no:el con-
«wencional que "sólo-es lienzo.para la pintura.
:Se dirá
también que en la vida campestre la rivalidad entre dos machos por la misma hembra
es de rigor
y corriente;
FÑ
306
REVISTA PUERTORRIQUEÑA. "*
]
ya apunté que es conelo: y humano, pero no ved la necesidad de repetirlo. En La Tierra, un campesino, | ya viejo y cascado, divide sus tierras entre sus hijos, á condición de que le den una renta. La caida del viejo de casa en casa de sus retoños, hasta verse en la. calle, abandonado, aborrecido* por sus hijos que no ven “*Fel momento
de que se muera,
sin pan que
comer, sin
almohada donde posar la cabeza, eso bastaba, y reniego,
como
melodramático y convencional,
*
de la muerte de
Francisca, del asesinato de Juan, como renegué de-la muerte de la señorita de Germinal á manos del viejo minero. Es indudable que Zola conmueve profundamente y horrorizaráá los sensibles de epidermis, pero, lo repito,
no acepto semejantes recursos que, Ó son sim-
bolismo, como en Germinal el obrero, el emblema del trabajo, extrangulando al capital; ó efecto teatral, como
Lisá matando á su hermana. La parte más difícil de abordar es la brutal, que ha
hecho dar á Zola, por los imbéciles, el dictado de pornográfico. No soy de los que se tapan las narices y declaran que van á. vomitar ó desmayarse leyendo á Zola, el Zola de estos últimos libros, que han de ser forzosamente groseros ya que grosero es el medio y las gentes son groseras. Los que me conocen, saben que soy limpio de costumbr.s y de lenguaje; pero no me tapo las narices cuando ré mente paso por lugares pestíferos, y no porque me agraden, sino porque no les no me desmayo. cuando
oigo maldecir á los
carreteros, cuando hablo con ciertos séres de la clase baja que me importa conocer, pues no reparo en la grosería de la maldición sino en lo pintoresco que pueda. tener, y en suma soy
indulgente y calculo la educación
.
pora
hago caso;
que ha recibido esa pobre gente. Acepto, pues, de Zola toda la parte brutal, sucia, asquerosa y cuanto llamarla quieran los timoratos. Cuando está en su lugar y es pintoresca y graciosa, la aplaudo; cuando resulta sólo
trivial é inútil, no le Hago caso y la perdono, pues mu>
]
| |
LETRAS Y ARTES EN PARÍS,
chísimos de los dones del autor vienen
O
de estos defec-
tos, y es justo perdonárselas. Se hace evidente que Zola. anda cada vez más convencido de que el acto de la generación no debe ocultarse, que no es vergonzoso como se nos figura y lo sentimos| por las lecciones del ofendido pudor, y lo desparrama por sus libros, en particularen La Tierra con lujo excesivo. Sin hacer remilgos
- diré á Zola que considero eso inútil, que todo loque. menudea se hace monótono y cansado, y así como en las novelas no hacemos comer, ni dormir, ni otras menudencias, en cada capítulo, por más que el comer sea
muy necesario, no veo la precisión de que por todas las páginas del libro anden hombres y mujeres como,en los * Cuentos de Boccacio. En Zola, no es ya preocupación, es obsesión, y no le hago caso. A veces acierta, otras no, como en muchas de las escenas entre Buteau y Francisca. En cuanto á los otros capítulos censurados, el sucio pero gracioso, consagrado á Jesucristo, el aldeano-as: llamado por apodo, el parto de Lisa al mismo * tiempo que el de su vaca,
están en su luzar.
Muchos,
ACLARA
y soy de ellos; no los escribirían, por cuestiónde temperamento, y precisamente por cuestión de tempera-
"mento que
¿
los escribe
lo lean,
Zola.
—podrían
No. aconsejo á las señoritas
leerlo si tuviesen
la instrucción
"que llegará á tener la mujer en el siglo que se nos viene encima,—y á los hombres bueno es indicarles que
en
vez de escogitar
lo que
cojan
llaman
y
cochinerías,
reunir las
encambio las bellezas para
conocer.
para
dejen
poner
pudrirse
alabarlas
en
luz
y es-
y darlasá
Son muchas las que pueden señalarse en La Tierra,
pues en este punto, todo es
hermosura, y las
descrip-
ciones del campo superan á la célebre y dificilísima del
Paradou, que al fin tenía también la marca del
Jismo.
El estilo. es en dd
más claro
que
simbonunca,
no peca de las frases abstractas que hay en los aniterio-
res y el color es del admirable colorista de siempre,
ta a i .
ES a |
E |
308
-
REVISTA PUERTORRIQUEÑA.
Reproduce Zola los al alba, durante la:
que tan á fondo posee el adjetivo. campos á todas las horas del dia,
siesta, al caer de la tarde, por la noche; en otoño, en primavera y en invierno; el viento, azotados nieve;
no los
por
expone
en sus
múltiples
la
nos los pinta' ora abrasados sacudidos
por
bajo la
dormidos
el granizo,
la cosecha,
rante la siembra,
lluvia;
la
por el sol, ora inundados por
Sa
aspectos,
du-
siega, las vendimias, y
nunca decae;
los grandes lienzos
tensa verdad,
de exactísimo
de-'in-
son siempre
tono,
grandiosos
eterna fecundidad de la tierra, punto, hermosos y- retehermosos.
admirables ¡Qué me
la
como
j
de todo importan
los saltos de Jacqueline con las naguas por la cabeza, si ¡Qué la grosería! de los. dá en el establo de vacas! Butean si ocurre en la escena de la siega, tan viva que Estees el divino artista, el que:no la estamos viendo!
morirá, digan
y firmen
cuanto
Compañía de chicos traviesos,
blado á propósito
de” quienes
de su manifiesto
cuanto al aldeano, Zola
visto;
ha
visto
y
Bounetain
ya he 'ha-
contra Zola.
En
muy bien lo que ha
la brutalidad, el innato amor á la tierra, la ava-
ricia; la grosería, la materialidad;
aldeano, ese sér múlriple sin llegar á pintarlo para mática parda, el amor al sino tan grande como el .
quieran
pero no
es
todo el
y movedizo que Balzac indicó siempre. La astucia, la graproceso, que es en el campe-” horror que le tiene antes: de
meter los piés en él, el servilismo,
.
.
también
i
da
la arrogan-
—de esto hay algo en Deilfín, cia, la independencia, cuando se amputa el índicede la mano derecha para no ir á servir, —la bondad, que existe en el labriego y es: Ha visto un lado de complicadísima, no lo cita Zola. la medalla, no ha visto.ó ha descuidado el otro. En fin, alabaré también un cuadro sobremanera cómico, y es el de la borrachera del asno Gedeon, que el dia de
la vendimia, zampa el hocico en una 'tiña llena de vino y se la embucha. — Es la primera vez que Zola sale con
bien de un cuadrito de género, él que sólo sirve: de of- .
E
|
:
z
|
:
a
;
z
dinario para los paisajes y los frescos de, grandes dimensiones.
)
oo]
No sé si me he explicado lo bastante para. provo- ear el deseo de leer La Tierra. Por si. acaso declararé que no sólo debe leerse, sino volverse á leer, | ,
sh
0.0 o%
Es monomanía frecuente
la de
dar
por anticipa-
ción dictados á este siglo, que ya se ha llamado ferrocarriles, del vapor, del teléfono, de Víctor
de los Hugo,
los diccionarios,” y como si no hubiera bastantes,
MM,
etc.
Entre tantó apodo se ha contado el de
|
“siglo de
Larive y Fleury publican ahora el Dictionnaire francais
Ulustré des Mots el des Choses, que edita Jorge Charmerot. . La razón de este diccionario, tirado en mag-
_nífico papel,
impreso
á tres columnas con
esmerada
corrección, bien ilustrado y adornado con! ciento treinta cido á dos tomos de fácil manéjo,
de
encomio,
estriba
en
redu-
que
llena
no puede
todo,
un vacío. El famoso Diccionario de Pedro Larousse “es muy extenso, y para los escritores que sólo buscan un dato, para los estudiantes que no necesitan de grandes descripciones y para la gran masa social que quiere saber pronto y salir de duda cuanto antes, es molesto. además
de su elevadísimo
precio,
pues
el mundo desembolsar 800 francos.
|
La obra de Larive y Fleury ofrece todo
cuanto se
ocurra aprender ó consultar, expuesto
con
cación de todas las voces de la lengua
francesa con su
claridad,
ni
corto ni extenso en demasía. Un diccionario de palabras y de cosas que deja satisfecha la curiosidad ilustrándola. La parte lexicográfica comprende la expli-
etimología, las formas sucesivas por las que han pa- sado, con ejemplos familiares al alcance de todos. En:
geograba se encontrará la configuración de cada país,
: oe
mapas á dos tintas que son dignos
quo
REVISTA PUERTORRIQUEÑA.
tomando por base su constitución geológica.
La his-
toria y la geografía, la mitología comparada, la arqueología han sido atendidas y
tratadas
con
esmero,
y en
la última, los “autores han dado reglas sencillísimas para que cualquiera sepa determinar con relativa exactitud, la época de los monumentos antíguos. No han olvidado los autores ninguna de las aplicaciones de las matemáticas; la mensuración de
las su-
perficies, el trazo de los relojes solares, la arquitectura, la mecánica, la perspectiva. La física, la química, las diferentes partes de la historia natural, mineralogía, zoología, botánica, geología, han sido examinadas, sobre todo desde el puntó de vista práctico de la existencia,
de sus aplicaciones
pues amén de su inmenso
áá las ordinarias
valor
necesidades,
filosófico, contribuyen
al bienestar del género humano. higiene, la medicina, la veterinaria,
La agricultura, ófrecen cuanto
la es
deseable saber, y contiene además el libro un compendio de legislación usual, comercial, y
utilísimo adminis-
trativa,
se.
lo que
celebro,
ñase en los colegios un
yo
que
tanto - desearía
ense-
poco de derecho y algo ménos
de latín. - Mucho más habría que
decir,
en
verdad,
de kan
notable obra; pero solicito la venia para saltar á otros . cantares, pues se me vá cansando el brazo, temo le suceda lo mismo á los oyentes, por las muchas palabras que llevan oidas, y no he terminado todavía, como verá quien siguiere. Hay meses fecundos, y este de No-' viembre se contará entre los más prolíficos. "OO O oo
Existe
en
París la costumbre
prensa á los ensayos generales, bre, pues nunca
de
convidar
á
la
y es buena
la costum-
faltan hombres autorizados
y sinceros
que qe la verdad al autor, aconsejen cortes necesa= 7
A
ds3 A> A
s
LETRAS Y ARTES EN PARÍS.* rios y le salven de la censura pública batacazo.
Victoriano Sardou
guir el uso,—á
no ha
la vejez viruelas,
O
y 4 veces de un > creido
deber se-
ya que siempre lo si-
e
guió,—y ha descontentado á todo el periodismo,
se ha
expuesto á caer y habría caido sin Sara Bernhardt, y á la segunda representación ha tenido que' cortar ó suavizar escenas por extremo brutales ó sucias. Esto sólo ha ganado, porque si, como dijo, lo que temía era — las indiscreciones, de nada ha servido la prohibición del convite. En efecto, el mismo dia y en la mañana del estreno, el Gl Blas daba un análisis detallado del drama, acto por acto. Es una bonita venganza, y le está bien aplicada al autor. A mí, personalmente, po-co me importa, en vista de que pago mi butaca y tengo tiempo de ver y hablar del drama á mis anchas. La Tosca,
que así se titula el nuevo drama de
Sardou,
no se representaría ya, sino fuese por Sara Bernhardt, admirable del principio al fin. Esesa Tosca amante
de Mario y. célebre cantatriz italiana.
Ayuda Mario á
fugarse de un calabozo á Angelotti que es perseguido por Scarpia, regente de la policía romana, como repu-
blicano y amigo de los franceses (pasa la escena en
Junio del 1800). Scarpia se apodera de la Tosca y de Mario, tortura á éste, —ya nos había dado una tortura Sardou en Teodora, y convenía no insistir.—Como Scarpia está enamorado de la Tosca, le propone darse á él y salvará Mario. Ella finge acertar, y cuando Scarpia se le acerca lo apuñala. Luego fusilan 4 Mario y la triste amante se tira, de lo alto de la plataforma del castillo San Angel,
á las aguas del aL,
Tal
es el argumento, que, como se ha visto, recuerúa el de Marión Delorme, de Víctor Hugo. 4 Es sabido que Sar-'
dou posée el teatro y sabe emplear los recursos conocidos y complicar las situaciones y desenlazarlas con
pasmosa habilidad.
Pero,
teatro se muere de anemia,
á los que deseamos
-á
los que creemos que
el
que necesita nueva sangre;
ver en él escenas de la vida, sin ;
REVISTA PUERTORKIQUEÑA
qe
complicaciones, ni peripecias, caractéres estudiados, verdad, la hermosa, verdad de la novela moderna,
den tonmovernos
melodramáticos,
mento dramático - quele ponen
y
ni seducirnos esos lios,
“usados como
las piedras
esos efectos
del, monu-
que se desmorona - por más que. espera
no-pue-
puntales
un arquitecto sublime que
lo ráse para levantarlo sobre cimientos más sólidos. “0
¡0.0
En al Gimnasio se ha represéntado tantino,
de Ludovico
el Cura Cons-
Halény, y es la novela tan cono-
cida que desisto de referir el argumento. Linda y azucarada es la novela, y azucarada y linda es la comedia. HElcura es de almíbar, su sobrino de miel, prometida esposa de caramelo,” y su suegra “de arr ohe fino. Todas son almas bellísimas, elevadísimas, bondadosísimas y todos los isimos é isimas - que ustedes quieran... Zola vé el mundo negro, por temperamento; Halévy lo ha visto aquí azul y rosa, por premeditado! desiEmio,
pues
también
cuando se le antoja,
sabe
como -en
verlo
de
las Petites
otros
Cardinal:
de tanta dulzura,
de tanta confitería
se queda
el
y
Si
cuerpo alisto
descompuesto.
colores
|Y
uno con
Halévy
se ha
propuesto imitar el esfuerzo de los pintores que pintan un cuadro con un. solo color, empleando las infinitas tintas y matices, dénle un premió,
aunque no hay som-
bra ninguna en su lienzo. Pero, que nos presenten como modelo acabado,—no lo es ni de lenguaje, —ese dulzón condumio, no lo acepto. Su comedia en un
acto Luz Sónnettes, vale más que el cura y todo su acompañamiento. En el teatro fráocéa;
y este
ratoncillo blanco,
berg, correrá largo
| Paillerón ha dado. La: Soria que es
la graciosa
Reichem-
tiempo por el escenario.
Paillerón
es del género de Sardou, hábil en el manejo de ka pasta Pp 1
|
Lo
LETRAS Y ARTESEN Li dramática, y se salva
siempre por la gracia,
negable vís cómica.
No
por su in-
hay otra cosa en sus come-
dias: gracia; y como no es posible contar sus numerosas
ocurrencias y chistes, no sólo por lo abundantes, sino por ser intraducibles, siendo esencialmente parisienses; tampoco diré nada del argumento que es buena y simple-
meñte un pretexto para que este equilibrista de la'risa
ejecute -sus ejercicios.
Es convencional y detestable en
el fondo, pero á lo ménos nos hace reir y nos desarma. Siempre veré las
Patas de Mosca, de Sardou, y rogaré
á las Musas que no le inspiren más Toscas ni Teodoras.
00.
oo
El decano de la Sociedad
de literartos, Emilio
Marco de Saint-Hilaire, ha muerto en este mes después de haber vivido mil ciento veinte y ocho, pues tenía noventa y cuatro años. Es una bonita suma. Hijo
de una
dama de honor
de la reina
Hortensia,
equivocadamente que fué paje de Napoleón;
del imperio comenzó
á escribir numerosos
una infinidad de pequeñeces:
se dijo
á la caida
libros sobre
el arte de ponerse la cor-
bata,el arte de comer en casa agena, el arte de enamo-
rar con fruto, y otras malas artes, pues no le importaba mucho ni el fondo ni la forma. La revolución de 1830 le permitió escribir algunos tomos más interesantes sobre las aventuras y los hombrés del primer imperio, contribuyendo á desarrollar la idea napoleónica. Sin embargo, el segundo imperio no le recompensó durante mucho tiempo,
y al fin le nombró
bibliotecario del pa-
lacio de Estrasburgo, en el que no había biblioteca. Prisioneró en la guerra de 1870, fué conducido 4 Alema-
nia, crueldad inútil de la Prusia con un viejo de ochenta '
años,
y á su regreso
se vió en
la más
negra miseria.
Dicen que tuvo que:entrar en el asilo de los Petit Mé-
nages, y allí conoció 4 una honorable viuda,
Es cof=
De
a 314
a o
! A REVISTA PUERTORRIQUEÑA. is
movida de verle en tan triste situación ale propuso casarse con ella, lo que hizo á los ochenta y seis.años. Dos hacía que no dejaba el lecho, y se esperaba que ¡se
apagase
como la lámpara tradicional.
Pero,
leo: que
su complexión era tan vigorosa que la agonía fué tenrible y espantó á cuantos la presenciaron. Existencia novelesca, en verdad. .»
o_O 0 oo
l
Y ahora, como despedida, ahí va un ramillete de libros que recomiendo, sin insistir, por falta de tiempo para ocuparme de ellos con detención. Todos son de
la Librería
Académica ¡de Perriu,
más atentos é
uno de los editores
inteligentes de París :
El asesinato del Mariscal Brune, por el comandante Vermeis de Couchard, uno de los más dramáticos episodios del
terror blanco, escrito
con la
animación, so-
briedad y energía de un acta de acusación,
de damasco en el amor de una mujer, y que las señoritas más castas pueden leer sin tropiezo.
Karita, otro estudio psicológico del mismo tono y calidad, por el laureado de la Academúa Francesa, Cár- : los Diguet, autor
de imaginación,
del que no soy muy
partidario, pero es Justo indicar pan del espíritu á todos los gustos. Las Memorias y Correspondencia del conde de NE
llele, trabajo de mayor aliento, del que hablaré con más empeño cuando se hayan publicado los cuatro tomos de que consta la obra, y Paula Sainte- Reine, también. no-. : vela para señoritas. Para los cristianos y para los que sin ser muy de-
votos
gustan del dibujo
elegante y correcto, seaa cual +
y
S
“4
t
A
El Testamento de Berta, por Artu-o Tailaud, novela psicológica, que estudia cómo un médico materialista cae en el más puro espiritualismo, hallando su camino
LETRAS Y ARTES EN PARÍS. fuere el asunto que trate el lápil del artista, senaláré La Biblioteca en Estampas, por Schnorr, que publica la libre- ría Hinrichsen y es trabajo digno de la atención de los inteligentes por el profundo “sentimiento artístico del dibujo, por la: ss de la eBiición y su notable baratura.
| E
GArcÍA-RAMÓN. :
París, Noviembre 15 de 1887. .
Ps
-P. D.—-Abro de nuevo ésta larguísima carta para consignar un acontecimiento artístico, tanto más grato para nosotros los españoles,
cuanto que
el héroe es un
paisano nuestro. El jóven y ya célebre pintor Juan Luna, ha terminado el lienzo que tenía encargo de pin_tar para el Senado de Madrid y representa la Batallade Lepanlo. Expuesto en el estudio del pintor, he tenido ocasión de verlo y admirarlo por la corrección y sobrie-
dad del dibujo, por el dramático instinto de la composición, por la habilidad con que ha sabido respetar. la realidad, poetizándola sin desfigurarla, y sobre todo por-su incomparable sentimiento del color. El momento
hora del triunfo,
escogido
es el fin
en que tocan dos
de
la
batalla,
trompetas
la
vestidos
de grana, á las plantas de la nave que monta D. Juan de Austria, rodeado de varios capitanes bien plantados, que afrontan el peligro con la serena indiferencia de los pechos esforzados. En el primer plano y en un lanchón
se vé entre un grupo
lleno de vida, la melan-
cólica figura del manco ilustre que había de escribir el Quijote. A la derecha se levanta destrozada nave con
+
algunos soldados turcos, de expresión atinada.
6
- REVISTA PUERTORRIQUEÑA. Ha conseguido Luna un tono gris con tintas gra-
nas que trae al ánimo el horror
del combate. el heróico
esfuerzo de vencidos y vencedores,
y
al mismo tiempo
como la idealizada apoteósis de la victoria de España.. Tipos, actitudes, detalles, todo es real. Todo revela la primorosa y enérgica mano,* la factura sólida, concreta, severa é inspirada en los grandes maestrosdel , que pintó el Spoliartum y es uno de los más admirables pintores de la madre Patria. As
*
des
P
b
A A e
ei
y
ome
A
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1
A A
a
GR
BIBLIOGRAFÍA. OBRAS
RECIBIDAS.
EL SEÑOB OBIPO, nóvela contemporánea, por Don José Zahonero.--Madrid, 1887.
Zahonero es un escritor de porvenir. Cada nuera Obra suya representa un avance en la difícil senda. del triunfo literario, bien
que
en todas
talento vigoroso y enérgico,
ellas se revela
un
libre de esa especie de
anemia intelectual que siguió en España á la revolución del romanticismo, anemia de la cual aun se advierten algunos casos en nuestros dias. qe E El Señor Obispo es un notable estudio no sólo del «caráctery circunstancias especiales de una profesion y y de una alta dignidad eclesiástica, sino también, y más . principalmente, de un temperamento. Quien crea,
pinta y analiza un ser humano de tan magistral manera,
tiene condiciones para elevarse 4 gran altura en la novela contemporánea. EE | Los defectos de la última obra de Zahonero se.
derivan principalmente de la misma' exuberancia de su talento y de su fuerza creadora: la cantidad perjudica
á la calidad.
Así
vemos
que al lado de la excelente
- pintura del Padre Haryan aparecen otras
desdibujadas
y faltas de color, aunque en todas ellas hay trazos vigo-rosos.y toques de verdadero artista; pero artista de
más brío que paciencia, no deficiente en la forma, sino descuidado á vecesen la ejecución. Á pesar de esto,
El Señor
ds
Obispo es una de ¡ las
A
Me
218
:
REVISTA. PUERTORRIQUEÑA.
4
mejores novelas publicadas en España durante el “año que acaba de terminar.
| ANTONIA FUERTES y LA VIZCONDESA DE ARMAS, novelas por el Marqués de AnS
| Figueroa,—Madrid, 1885 y 1897,
Al
Entre la nueva generación que contribuye
con su
entusiasmo y con su actividad inteligente al actual fioreRR A
a
cimiento de la novela en España, figura honrosamente y por derecho propio el jóven Marqués de Figuerpa,
narrador ameno, prosador castizo y elegante, buen observador del mundo físico y moral, y valioso propa-
gador del naturálismo limpio en el arte literario. Después de su primer ensayo
El último
en el que ya se revelaban sus buenas A
|
e
|
estudiante, Cif
aptitudes
3
para la
novela experimental, compuso la titulada Antonia Fuer-
tes, precioso estudio de
mujer,
directamente
y escrito con elegancia y corrección. La coincidencia de que Antonia íntimas primeroy rivales
d-spués,
postre en un mismo hospital, donde
observado
e y María,
se encuentren
muere
-
amigas á la
la primera .
asistida por la segunda, podrá parecer un tantillo convencional y melodramático desde el punto de vista del
naturalismo; pero en rigor la tal coincidencia no puede tacharsede inverosímil. o oyo Hay en esta obra descripciones bellas y exactas,
personajes bien delineados y
análisis
hondo y certero.
La Vizcondesa de Armas es obra de
mayor
exten-
sión, y sus personajes se agitan en un medio más frecuentado y conocido por el autor. Los capítulos en. -
loa
<
f
que describe la vida: aristocrática
dros llenos de animación o
y
de
de Madrid
verdad.
son
cua-
El del Teatro
Real es gráfico y primoroso. Ss A La protagonista está estudiada y descrita con maestría. Desde las primeras páginas del libro se yen crecer el cuerpo, las gracias y las coqueterías de aquella 342
deliciosa muchacha que llena la obra con sus encantos, sus -
vacilaciones, sus caprichos y sus debilidades femeniles. 1
*
| |
o
í
E
a
ai ct
+. BIBLIOGRAFÍA. E >>
Todos los personajes de esta obrá son verdaderos, y. están concienzudamente estudiadas las fi guras principales, las pasiones,
actos y sentimientos de la vida admirablemente
hábitos,
los extravíos,
: Ue
todos los *
de Isabel corresponden
con su educación, su temperamento, sus
sus vicios
de herencia y de adaptación
atmósfera social en que se agita
y la
El Marqués de Figueroa tiene un hermoso estilo, estudia bien el asunto y los personajes de sus obras y demuestra en ellas gran ingenuidad é independencia de espíritu y una cultura intelectual nada común. Creemos que está llamado á obtener valiosos triunfos en la novela y aún en la crítica literaria. ESTUDIOS BIOGRÁFICOS, por Don Rafael María de Labra.—Madrid, 1887.
En los dominios del arte literario y de las ciencias _ morales no hay nada que supere 'n importancia -á la biografía, Ella es la base principal de la historia SIA A
verdadera maestra de la humanidad.
“La
biografía,
dice Smiles,
es una
gran lección -
que nos enseña hasta dónde puede ser bueno el hombre y cuánto bien puede hacer. Una vida ejemplar bien narrada ejerce entre nosotros la influencia de una inspiración; nos muestra el provecho que puede sacarse
de la existencia; refresca nuestro espíritu,
alienta nues-
tras esperanzas, nos infunde .nueva fuerza, valor y fé,— fé en nuestros semejantes así como en nosotros mis-
mos—estimula
nuestras aspiraciones, nos incita 4 obrar
y nos invita á hacernos colaboradores
de los grandes
hombres cuya vida pasamos en revista. Vivir con ellos por medio de su biografía, es vivir con lo mejor. que hay en la humanidad, es concurrir 4 la mejor de las sociedades.” E ( Además de estas excelencias propias del género, tienen las biografías que hoy anunciamos el mérito especial de
ser escritas por D. Rafael M* de Labra, uno de los
a
hombres más ilustres del foro y de la tribuna de España,
0
a
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Los afectos,
“e¡e
310
REVISTA PUERTORRIQUEÑA.
a
- y uno de los caractéres más sanos y vigorosos de a política contemporánea. Contiene el libro 4 que nos
referimos la biografía de cinco grandes hombres: ; el - Marqués de Albaida, el Negro Santos (Tusaint L” Ouverture), Abrahan Lincoln, Pombal y Gladstone. Y no se ha limitado Labra á narrar la vida y los hechos culminantes de estas nobles figuras de la historia política moderna,
sino que estudia
y
describe admirablemente
el carácter de sus biografrados, y agrupa y resume: los acontecimientos más notables en que aquellos han influido de una manera decisiva, juzgándolos como ver-. daderas personificaciones de ideas y sucesos trascendentales á cuy+ realización contribuyeron principalmente. >
Contiene,
pues,
su forma, variada primer
'órden.
este libro grandes enseñanzas,
y.elocuente,
abunda en bellezas . de
Los estudios acerca
de Gladstone,
.¡de
Pombal y de Albaida, son admirables. Del primero ya dijo el ilustre Moreno Nieto que era la mejor conferencia biográfica que se había pronunciado en el Ateneo de Madrid. : Sentimos que la obligada concisión de estos apuntes nos impida tratar acerca de la nueva obra del señor Labra, con la extensión que su importancia requiere. NUOVA ANTOLOGIA, revista di scienze, lettere e arti.—Roma, :
Esta interesante y magnífica publicación quincenal, está justamente reputada como una de las mejores
del mundo. Colaboran en
ella los
escritores más ilustres. de:
Italia y registra periódicamente en
sus columnas el
movimiento intelectual de Europa. En los números que figuran las firmas
|
hemos recibido
de Lungo,
Mazzoni,
últimamente
Farina,
Gatta,
Renzis, Nencioni, Cesareo, Boglietti y otros reputados escritores,
MF]
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ps
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PUERTORRIQU EÑA, PUBLICACION
MENSUAL.
PRECIOS Y COND! CIONES. DE LA $USCRICIÓN.: En la Capital, un mes.LE mita
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Un pa
Madrid Capital DP AL
La Lian avs
trimestre en toda la Isla, iriñico de porte...
semestre iiem.
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año idem ideado |
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Don Máximo Heyliger.
Don Eusebio Perez. DonJ. A. Negrón Sanjurjo. Don Manuel aapras. > Don José Aparicio,
Don Manuel Sixto.
Don Martín Luyando.
Don dos Francisco Náter,
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Peñuelasicoini ienko. Don Enrique Rodriguez y Gonzalez, LAO ds Don Aurelio Méndez. Manath. loop, + - Don Pancracio Rodriguez. Juana Diaz....... laa pos J. Mercedes Sanchez.
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