Revista Puertorriqueña (1 ene. 1888)

Page 1

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Número 4. d

R E

PU ER

Y

|

OR RI O U EN A. . DIRECTOR,

2.

£ermindez JUNTOS. í j

1? DE ENERO DE 1888...

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»

|

SUMARIO:

AUTORES.

|

PE

Don Salvador Mala

a se Cárlos Casanova... ....o.. co

a

AS:

"

> j |

- a OBRAS.

La Pecadoras

« El Centenario del “Don Giovanni.” E Dr. Don Francisco del Valle Atiles 2...., o El Campesino Puertorriqueño, Dr, Don |. Agustin Sthal. ................. Estudios etnológicos. . Don'Jos8 (. Tortem/. iio io. '. La cadena de amor, (poema). Don Enrique Alvarez Porel ASTON edi La Ciencia del Lenguaj e. Don Manuel Fernández 2 UNCOS........ + Don José Pablo Morales. Dr. Don Gabriel Ferrer... 0... +. Vita brevis, (poesía). Don Jacinto Octavio Picón da Letras y las Artes en Madrid. Don egos darla Román.acala E Letras y Artes en París. Don M E, 3. o a O a PSOE ad

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OFICINAS, CALLE DE LA FORTALEZA NÚMERO 36.

|

(PRINCIPAL). ¡

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de

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y

al

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LA PECADORA.

IT.

—““Cocola era hija de una hermana

que murió

de

esa

enfermedá

que

de

llamaban

mi madre el

cólera,

dejando á mi prima muy chiquita. Huérfana y sin más dolientes que nosotros, se recogió en casa: un' ranchito que teníamos en un conuco como el puño de grande, resto de la. finquita que nos dejó mi padre . Eramos pobres y se aumentó la familia, pero no nos pesó la carga. ' . Cocola tenía mi edad, aunque era más fuerte que yo, más alta y sobre todo más alegre. Mi madr e la quiso como á hija y me enseñó á llamarla herm ana.

Juntos crecimos,

teniendo

todo

el

como dos pajaritos; partiendo el cuando mi madre .podía dárnoslo hambre cuando no hallábamos más fruta para desayunarnos. . Aisí pasó el tiempo hasta que

para trabajar, y entónces nos

¿Y trapiche de una hacienda.

campo

fuimos

por

nuestro,

bocado de comida y compartiendo el que agua ó alguna pudimos á

ser

arrear

útiles bueyes

Cantando saliamos de casa ' 1 E


218

REVISTA

PUERTORRIQUEÑA.

al aclarar, cantando nos pasábamos el dia, dando vueltas con la mijarra, y cantando y brincando volvíamos del

trabajo al cerrar la noche, dispuestos

al otro dia,

á seguir

¡Qué buen tiempo aquíl!

durar....!

la taréa

¡Pero no podía A

Un dia vino del pueblo doña Mariquita, la dueña de la hacienda, conoció 4 Cocola, y cómo le gustase

verla tan dispuesta, le propuso llevársela una mujer. Mi madre lo consintió.

Triste

fué

—““¡Adios,

para

el

José María!”

momento

Me dijo

para

hacerla: A

de separarños.

ella,

risueña

siém-

Aquel dia no fuí al trabajo, y tentado estuve

de no

pre.

Yo volví la cara llorando, para no verla

pisar otra vez la hacienda, pero la necesidad

gaba á volver.

Verdad es

|

que

Sentía como si me fuerzas.

palabras

mi

trabajo

hubiesen

los

quitado

mayordomos;

me

obli-

py no

fué

ya. el mismo.

la mitad

No me importabán nada los regaños

de

marchar.

quería

estar

de' las.

y malas

sólo . sin

saber por qué, y para lograrlo dejaba á medio acabar mi tarea, dando motivo á que me amenazasen con des-

pedirme por haragán. | Con el viaje de Cocola parece que nos hicieron * mal de ojo. Mi madre cogió un pasmo lavando en. el rio, y, al volver una noche á casa, la

encontré

sin sen-

tido. Dias después la llevaron á enterrar. El comisario se encargó de pagar los gastos, quedándose icon el conuco y la casita, que, según dijo, no daban ni para

la mitad.

También quiso quedarse conmigo,

pensando

cobrarse el resto, pero yo me fuí á la hacienda, y, cómo la molienda iba á concluirse, me metí á sabanero.. ;

Aquel oficio era bueno para mi tristeza, y coh el me volví más huraño que los animales que tenía ¡encargo de cuidar. * Al amanecer me iba ála sabana con

el ganado á aguantar sol

y

agua

como

Dios

quería;

de noche me acostaba con los perros en una bagasert, y el real diario que me pagaban lo entregaba á una negía Us

A > Ñ É

É


LA PECADORA.

219

vieja, que me compraba y lavaba me daba algo de comer.

las mudas : de coleta y a

Pon

Así llegué á mozo, y es fácil que hubiera llegado

á viejo, pero.... ¡lo que ha de suceder! | Hubo una vez que llevar ganado al pueblo para venderlo por inútil, y, con otro pastor, recibí órden de

conducirlo.

— Obedecí como siempre, sin alegrarme

por.

conocer el pueblo, donde no había estado desde que me llevaroná bautizar, y sin venirme á la memoria mi prima que debía vivir allí. Figúrese

usté,

señor dotor,

nuevo, oir que me gritaban

María!”

cómo

desde

un

me

cogería

de

balcón:—“¡José,

Volví la cabeza y ví una mujerona alta, grue-

sa, hermosota,

que me

llamaba. “¿No

me

conoces?”

—me dijo.—“¿No te acuerdas de Cocola... .?”

Era ella, sí, señor; con su alegría de siempre Me había conocido; pero yo no hubiera podido creer nunca que aquella moza gordiflona, con una color tan suave como la flor del eupey, y tan limpiamente vestida, fuese la muchacha desereñada, sucia y Jipatu que se

pinchaba los piés

con

el moriviví,

en otro tiempogpor el pasto.

corriendo

conmigo

Entónces encontré bueno

que mi madre la hubiese dejado ir al pueblo.

Artean-

do bueyes ó emburrando caña, y resistiendo agua, sol y sereno en la hacienda, no hubiera podido echar aquellas carnes ni gastar aquellos vestidos que tanto la enga-

lanaban.

Al verme al lado de ella con mis calzones llados, las pierñas llenas de lodo, la camisa rota

arro- . y mi

sombrero viejo y deshilachado por el uso, me sentí avergonzado, pareciéndome que ya no éramos iguales,

pero ella me tedad.

trató

como

E

siempre,

animando

mi

cor-

Cuando salí del pueblo era otro hombre; por todo el camino fuí pensando en Cocola, deseando ganar dinero para engalanarme como ella y volver á verla cada vez que quisiese. Al llegar á la hacienda ya tenía


m0

REVISTA

arreglado

mía.

PUERTORRIQUEÑA.

en la cabeza la manera

Y asílo

hice.

con un encabezado, y hombro.

Dejé

álos de

salirme con

de ser” pastor,

trabajos

Como ganaba bastante

tuve con que hacerme

de

y no ropa

me

de tala :

Ajusté |

arrimé el E

tenía vicios, buena,

la

con

pronto

mi

chupa

larga como los mocitos del pueblo; chapodé el matojal de greñas que tenía en la cabeza, compré un chonguito

con sus aperos, embanasté mis piésen unos zapatos bien crujidores, y cuando estuve empaquetado del todo,

volví al pueblo.

Sí, señór;

volví otra vez

viendo cada vez que pude, sobre

fiesta.

|

todo

de

Poco podía hablar con mi

y seguí

en

los dias

vol-

de

Fo?

prima,

pues

doña

Ma-

riquita era muy mirada con sus sirvientas, y como Cocola era su brazo derecho, la tenía tan recogida. ...

Pero yo me conformaba con verla y decirle

pasar por delante de la casa á todo Después

me marchaba

otra vez mi azada,

correr de

mi flbcho.

á la hacienda satisfecho,

dejando

guardados

los

trapitos para el viaje siguiente. Así iban las cosas,

“adios,” al

cuando

á coger

zapatos y los

o un. dia vinieron

ájavi-

sarme á la fala, que Cocola había llegado á la haciénda '

y me aguardaba al pié

noticia dejé el trabajo

del

trapirhe.

y corrí

fatalidad, señor, qué fatalidad!

donde

. Asustado:

ella...

con

la

¡Qué po

Un hijo de doña Mariquita, que andaba puséando, ' allá por unas tierras que llaman el Norte, había llegado

¿meses atrás, resabioso como potro falto de aguaderas. Se encontró, de manos á boca, con mi prima, tan redondita y tan en

sazón....

le hizo

ella era una paloma sin hiel, corazón....

y

la

luego

¡sucedió una diablura!

rueda,

tan

y tomo

blandita

de .

*

Esas cosas ya se sabe que no. pueden tenerse escondidas mucho tiempo; doña Mariquita olió el pescad y o échó por la calle del medio, poniendo á mi ES

prima en la puerta, con lo encapillado, »

lo comido por i


LA PECADORA.

:

221

1

lo servido, sin darle un real por

años,“y sin importársele nada

vaba encima. ... ¡qué, me

como

cuando

contaba

esto,

mire,

muerta

sentía

yo

una

me subía y me bajaba, y se me agarraba tanta fuerza que no me dejaba hablar. En la hacienda,

al

una caña de mano mayor,

ladrón.

que,

era su

|

la muchacha,

todo

de tantos

la pobre lle-

se

E

Señor dotor, gúenza,

de lo que

mírese

misma sangre!

sus jornales

muerto

de

ver-

cosa

que

al cuello con ,

de

sed; cortaba

lo llevaban á la cárcel por

Aquel hombre había robado á una infeliz: lo

único que tenía,

y en

vez

de

mandarlo

4 presidio,

condenaban á ella á morirse de hambre,

cer otra cosa peor.

pl

con él....

por los

cuernos,

No por

acostumbrado

podía

hacer

aquel parejero esvarecío;

á

bailar

t-

de

acabar

miedo,

como

no:

un

mi

el

toro

un juso

yo era un

y:él estaba

con matarlo no recuperaba

|

sujetar

sin embargo,

jornalero, que ni hablar sabía, cuartos;

tentaciones

Pero me contuve.

que como yo estaba

si no quería ha-

.

Crea usté que me vinieron

la

podrido

prima

á

pobre

de

lo ¡pet-

dido; hacerlo casar no podía ser, por que había por medio la limpieza de sangre, y aunque : nosotros

éramos blancos por los cuatro costados, probar en ningun tribunal que un pobre

rico....! | - Sillego á quejarme, de seguro

mí el muerto

y, por

calumniador,

¡vaya usté á es igual, á un

me

5 | cuelganá

Dios

si tengo

que sabe

que irle á trabajar al rey de balde algunos años.

¡Nada! Me callé. Lo que había que hacer era recoger aquella desgraciada y echármela 4 cuestas, lo

hice.

guir;

cría

cuando

Dejé aquella finca

donde no

me fuí á otra, encontré trabajo,

empeñando mi libreta,

un

viniese

ranchito,

en

los

y con

mismos

donde me dieron arrimo.

al mundo.

Así

lo

nos convenía se. pedí

ese: recurso terrenos

de

un

avance

me hice de. la haciénda :

dl

mismo que la


222

REVISTA PUERTORRIQUEÑA.

Meses después tuvo Cocola esa chiquita, la ¡mayor de las dos, y entónces necesité hacer nuevos empeños. Mi deuda crecía porque me cargaban

semanas, para que Ella la habían

premio

todas -las

y yo no podía ahorrar, porque todo lo gastaba mi prima tuviese cuanto le hacía falta. + quería ayudarme, pero ¿cómo? En el pueblo enseñado á hacer primores con la aguja, pero

no sabía lavar, planchar ni cocinar,

y había

de

costarle

trabajo avenirse otra vez á las fatigas del campo. : Lue-

go la carga que llavaba que debió atender,

verla limpia

encima,

y....

y ensapatada

después

en fin, que

como

la criaturita.

á mí me

cuando

vivía

gustaba

len - el

pueblo, o Verdad que ella se lo merecía; siempre tan buena,

aunque

tristona,

comía el alma.

me

hablaba:

con un

chiquita, tan blanca como un copo de linda que parecía una hoja de rosa.

menzó á hablar me llamó pupá.... la cuidaba como si lo fuese. Vivía contento,

21

cariño que

Y lo que ella no pedía se.lo

señor,

me

ganaba la

algodón, |y tan En cuanto co-

y lo cierto és que SN |

pero las malas

lenguas

die-

Ton en decir que Cócola era mi corteza. Yo la ¡quería mucho, eso sí, aunque no se me habia pasado eso por la cabeza; pero ¡vaya usté: á impedir un falso| testi-

monio! Lo mejor era remediarlo casándonos,| y se lo propuse. Ella al pronto se resistió, porque todavía se acordaba del otro, y luego.... ¡si éramos casi hermanos!

Tuve que decirle lo que pasaba: . por más que

nos separáramos,

las malas lenguas

no

se callarían,

y,

además, ¿con qué iba á vivir....? Para casada |no la habia de querer nadie después de lo pasado. . JB fin dijo que sí, después de jurarle por las cenizas de mi “madre, que nunca

le

echaría

en

cara

sú des-

gracia. | a En cuanto se supo por el barrio que nos casábamos, empezaron á burlarse porque yo recogía br: dicios.... Lo decían por detrás de mí, pero no falta |


nunc a quis lleve. y Lib. poniéndole á4. uno neg

sangre.

mundo.

Sinvergiencerías, señor; de ellas está lle

Si uno lás oyera no sabría que hacer. -

usté! : 1

peor. |

1)

si no nos casábamos;. si nos. C sába >

i

>

áY

4

|

es

SALVADOR Bi E

(Continuará).


EL CENTENARIO DEL “DON GIOVANNI.” Á LOLA-R. DE TIÓ, a

:

APASIONADA

Sep

DE

- El 4 de Noviembre de

4É É

Yi

MOZART.

1787 tuvo luga

dad de Praga, un acontecimiento que merr, en la ciuece la honrosa recordación hecha de él en varias ciu Europa, como uno de los que bastan en la dades de historia de la humanidad

mera

para ilustrar una centuria:

representación

Giovanni, de Mozart.

El

abate

tal es la 'pri-

de 1/1 dissoluto punto, o ssia ¡Don

Da Ponte,

peregrinas aventuras

cuya accidentada

>

led

carrera

le habian dado gran aptitud para

apreciar y comprender el legendario tipo de Don Juan, fué el elegido por

Mozart

para : hacer

un

libreto sobre el Festín de pierre, de Moliere, par a el teatro de la ciudad antes citada. No por mero capricho. recayó en Da Ponte la elección

de Mozart: antes bien le indujo 4 ella la habilidad que aquél había revelado al ponerenéon.

diciones da metersí in música 8

la comedia

de

Beaumar-


EL CENTENARIO DEL “ DON GIOVANNI ».

chais, Le Mariage de Figaro, para el teatro de Viena el año tación (según ahora se dice) pañía que dirigía Bondini, fué

125

eserita por el maestro anterior. La interprede esta obra por la comtan del agrado del autor,

que éste la eligió para que estrenase' en Prag maestra. El 28 de Octubre entregó la parta su obra itura, por la que percibió

mil doscientos francos (1) y en siete dias

fué estudiada, ensayada

y Puésta

en

aquel

lapso

escena.

Aunque esto parezca invención fantástica, así lo dice la Historia Para la realización de tal empresa era preciso . ' que

el autor" no

viviera

en

de

tiem

po sino para su obra. Así fué. Mozart se multiplicaba. A éste un repaso, al otro un consejo, al de más allá una indicación, todos los actores aprendieron sus él. No sin gran trabajo logró hacer trasmiti partes con r á aquellos cantantes el verdadero: carácter idea] de sus personajes; no sin graves rozamientos pudo cons egui aquellos italianos interpretaran,. sin comprende r que rla aquella noble y sencilla música, tan lejana de las bien, fiori $ turas y gorgoritos que privaron siempre com o tiranos * de la música vocal en la península itálica. En el pri- mer ensayo general la Bondini no expres aba á gusto del autor su pensamiento «n el final del acto primero, cuando, arrastrada por 1). Juan, pro rrumpe explosión de pudor herido. ” Mozart abando en una nó la orquesta y subió á la escena. Hizo comenzar el final; oculto detrás de un bastidor aguardó el pasa je: gar éste se arrojó súbitamente sobre la actri al lle- . z, que, asustada,

lanzó

un

agudo grito.

“Así,

dsi—exclamó

Mozárt—es que quiero que griteis (2).” Tanta

atención

presencia de Mozart. sentación

discurría

——

y

labor,

exigían de

contínuo

la

La víspera de la primera repre:

alegremente

con

varios

amigos,

(1) ¡Oh'tempora! Cuando se piensa que Gounod ha percibido por componer y dirigir su oratorio Mrs el vita 2 5000 franco s, y Verdi ro0.000 por 1 a opera Aida del editor Kicordi, se depl ora más la miseria de los grandes maestros en el siglo pasado. : 2 (2) Clement et Larrousse.—Dictionnaire Lipigué. z £,

=,

a


REVISTA PUERTORRIQUEÑA.

cuando uno de ellos, -al ver tan avanzada la noche, . 6bservó que aun no había puesto mano en la oberturajde su obra.

El maestro simuló estar inquieto por su falta,

y á media noche se retiró á su cuarto donde tenía tre-cado de escribir. Su esposa le había preparado un ponche, y con sus libaciones y la extremada fa-Se tiga que experimentaba se rendía á pesar suyo. ¡Su esposa, para tenerle despierto, le contaba historias inye- | rosímiles: tres horas despues de haberse puesto al tpabajo terminaba esa página inmortal. Apenas tuviefon

tiempo material los copistas para sacar las partes,| y á las. siete de la noche, momentos antes de levantar el telón, acababan las hojas, que—todavía húmedas—fueron distribuidas. A primera vista ejecutó la. orquesta ' la admirable sinfonía, conducida, por un director tan hábil como Strobach. Los artistas que ejecutaron la inmortal obra fueron (1) Bassi (D. Giovanni), Teresa Saporiti (Donna Anna), Catarina Macelli (Donna Elvira), Catarina Bondini (Zelmira), Antonio Bagltoni (D. Octavio), Felice:

Ponziani (Leporelio), Guiseppe Lolli (D. Pedro y Massetto). Bueno: es que la historia recuerde los que li'braron y ganaron la batalla. Con

tan admirable música

y

tan inteligentes

in-

térpretes, la ejecución de la partitura de Mozart fué; un triunfo. “El éxito de Don Giovanni fué inmenso: itodos los números fueron repetidos á instancias del público, y la ciudad de Praga se hizo digna del genio que le habia proporcionado tal obra maestra. La ópera Don Juan se representó quince años consecutivos por una compañía italiana que actuaba en los teatros: de

Leipzig y de Praga;

fué al cabo

bohemia,

del pueblo, que

al alcance

traducida en

lengua

demostró ser tan

gran apreciador de aquella música como las clases ¡superiores, para las que había sido escrito (2).” E] =— (1)

Loc-cik

(2)

Scudo-Critique et littérature musicale.

)

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|

Roa

226


EL CENTENARIO DEL «DON GIOVANNL»

227.

Mn Cuando se realizó el estreno

del Don Juan

, Mozart tenía treinta y un años. Lejos ya de aquella prodigiosa infancia, se acercaba al término de su carrera. «Habia vivido mucho en poco tiempo, seg un la expresión de un poeta, y se hallaba en la madure z de su talento. : SN : Ad He dicho prodigiósa infancia, no! sin intento. De todos los grandes hombres se ha dicho que revelaron precocidades infantiles, nuncio seguro de su feliz existencia; bien que en algunos casos la ley end por la admiración ha venido á desfigurar a ayudada la verdadera vida, como en: el bosque ahogan y sécan las parásitas el árbol que las abriga. ek e No así con Mozart. Desde Schlichtegroll hasta Guattani, desde Nissen hasta Holmes, des de Oulibicheff hasta Qorvinski, deslé Otto Sahn. hasta Víctor Wilder; todos cuantos se han ocupado en la biografía del ilustre compositor, “han puesto de relieve, «con verdadero interés, los. rasgos característicos de su infancia, promesa realizada afortunadamente en la edad viril. No aspiro á trazar hoy una biografía comple ta de Mozart; ' los límites de mi artículo

no podrían

los múltiples - incidéntes de la vida del gra contener n por eso no consignaré las cien. anécdotas Maestro: que corren acreditadas por autores, algunos de :los cuales recogieron esos sucedidos enlas intimida des, del propio compositor ó en las de su esposa y hermanas. | Pero he de apuntar, siquiera brevemente, los pales acontecimientos de su vida, sin pref princierir (por: creerlo útil) sus antecedentes : y herencias artí sticas * y morales. | Juan-Crisóstomo-Wolfgang-Amadeo Mozart nació

tr

*


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228

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REVISTA PUERTORRIQUEÑA.

¿ j

1

|

el 27 de Enero 1756, en la ciudad de Salzburgo.

Sép-

timo hijo del matrimonio, sólo tenía por compañera á. una hermana, pues todos los hermanos que le habi an precedido murieron sucesivamente, como si (dice sho

de

sus

biógrafos)

para

formar

una

inteligencia

tán

singular y maravillosa, hubiera necesitado la. pad raleza comenzarla muchas veces y romper de despecho

sus moldes incompletos.”

no

a:

Nunca vino criatura al mundo para vivir en La medio tan favorable. Al paternal cariño, patrimonio de todos, y que más que otra alguno necesitaba Mozá rt . Para satisfacer su natural sensible y amante, unía se la inteligencia poco común de su padre en la ciencia de los sonidos. En efecto, Leopoldo Mozart, era, hacía muchos años, músico de la capilla del obispo-príncipe de Salz burgo; y además del conocimiento técnico que de varios instrumentos poseía, era autor de varias comp o-

siciones musicales y de un

regular. estima.

método de

vio'ín,

Amantísimo padre y

esposo,

más horizontes ni ambicionaba más teatro

cirse, que el estrecho

límite de

su

- composiciones musicales,

pequeña

grande

Mariana, mayor

hombre)

y en donde

cinco

hallaban directores

ni tenía

para prodi-

hogar.

acudían los amigos de su corazón en

tenidos en

donde

Á

el,

pués,

ejecutabán

¿sus dos hijos,

años que

el

cariñosos,

(la

futuro desintp-

resados y hábiles para nutrir su inteligencia. | Allí fué donde, bajo la cariñosa mirada de todo s ellos, nutríase $ se revelaba el que había de ser admi ración y encanto del mundo; allí donde, desde los

primeros años,

germinaba

aquella

poderosa

imaginá-

los hallaba

resplan-

ción, aquella delicada sensibilidad que había de palpitar en su música. Á la edad en que los niños golpeán inconscientemente los teclados, el niño aquel buscaba

intérvalos consonantes, y

cuando

decía de gozo su rostro infantil.

que

ejecutaban

varios

Dicen que

amigos, un

empeñára en tocar la parte

cuarteto,

de segundo

un

dia en

como

se

violín, en uno |

| |4

a


:

>

z

>

y

i

7

|

¡ j|

- EL CENTENARIO DEL «DON GIOVANNI.”

pequeñito manos,

que

como

juguete habian

sintió tanto la negativa de su

|

239

puesto padre

en

sus

que temía

disonara en el conjunto, que al fin, para calmar el llanto

del niño, consintieron en que tocara; pero sin herir fuer-

temente »las cuerdas. “¡Cuál no sería el estupor de todos al ver que Schachtner, que llevaba la parte, puso, al empézar el trio,su violin en el suelo, dejándo solo en la ejecución al pequeño Mozart! ¡Aquel niño; de

apenas

cinco años,

habia

estudiado

mento!

él solo el .instru|

En vista de la maravillosa facultad de que su hijo estaba dotado, pudiendo á los seis años eje-

el que

su hermana

Mariana

_ había llegado á ser una notabilidad, Leopol ' Mozart do, ' su padre, decidió emprender un viaje artístico. Muchos biógrafos del gran músico ven en esta resolución el afán de lucro y la pereza de Leopoldo. Más otros,

teniendo

en cuenta

su doble carácter y Su

pondencia con varios amigos, se inclinan la exaltación de un sentimiento digno banza.*.

0

corres-

á ver en ello de toda ala+]

El padre de nuestro Mozart era hombre de un acendrado fervor religioso. Veía-en aquellos hijos tan prodigiosamente dotados, depósitos confiados á su guarda

y cuidado.

Creía, por tanto, defraudar á la Providencia

encerrando'en

la oscuridad

manifestaciones vivas del

de

poder

Salzburgo

y la

á aquellas

bondad

divinos.

De ahí el que se decidiera á mostrar á todas las gentes

la bendición que había caido en su hogar. | Animado por esos deseos, alentado por tan legítimas ambiciones, recorrió con sus dos hijos y Su esposa la Europa. En 1762 salió para Viena, provisto de

un permiso del obispo.

'Allí, fué festejado y ¡aplaudido

por la corte y por la familia imperial en 1763, y em-' prendió después nuevo viaje, cuyo itinerario comprendía á Paris y á Londres. No seguiremos á la familia Mozar t en esa pereg rinac ión artística: ni la índole , |

ld

en

50

en el clave,

RA

A

cutar


-230

La

REVISTA PUERTORRIQUEÑA.

ni la extensión

de este trabajo lo consienten.

decir que por todas partes entusiasmo,

era

recibido

||

1

“Basta

con el mismo

se disputaban el placer de oirle las

familias

reinantes, los personajes más encumbrados, los Varones más eminentes. Que fué admirado por Góethe, teniendo este catorce años, que fué introducido por Grimón

en la corte de Francia, y aplaudido con gran entusiasmo en Paris, donde publicó sus dos primeras obras grabadas, cuatro sonatas para clave. De aquí pasó á Lon-.

dres

donde

aumento;

la acogida

mucho

y

la admiración fueron

_

contribuyó al éxito alcanzado en e S ta

capital la afición á la música de la real familia, y la presencia del sucesor de Handel, muerto cinco años antes, Juan Cristian Bach. En Londres fué donde, durante una corta enfermedad de su padre, que le impedía

sinfonías.

tocarel clave,

compuso

|

A

sus

tres primeras

|

-— En 24 de Julio de 1765, ¡abandonaron á pasando por Holanda, Francia y Suiza hasta á Salzburgo,

á donde

llegaron

en

Noviembre

Londres retornar de

1766.

Estos primeros viajes, con sus triunfos, la admiración provocada, el entusiasmo despierto, no cambiaron en nada el carácter infantil de Mozart; en vano habíanle

dicho, entre las lisonjas de la admiración, que su gerio lo había descubierto todo, que todo lo poseía. Al

llegar á la casa

en

que

ocultaba

habían corrido sus primeros

y la aplicación

Este estudio no

el

desarrollo

fué

óbice

años,

su

cuna,

en

la que

buscó en el O

definitivo

de

á la producción,

su talento.

antes 'al

contrario cofenzaron en él las obras vocales del máestro. La incredulidad del obispo de Salzburgo, sirvió

para que escribiese la primera. No pudiendo creer los milagros que narraban del hijo de su maestro de capilla, resolvió someterlo á una prueba decisiva. Lo encerró en una de las habitaciones de su palacio con _ la letra de un Oratorio, y desde aquella jaula emprendió

su alegre vuelo el ruiseñor, dejando admirado al prelado,


- EL CENTENARIO DEL “DON GIOVANNI.” con obra de

tan

ginación.

eli

El padre

infantil precocidad

231

y portentosa ima-

:

daba

acariciaba

una

idea

qué

.

era el sueño

dorado de todos ¡os músicos: un viaje á Italia. “Fuerza es recordar -—dice un. biógrafo de Mozart (1) —que en esta época Italia era no sólo la tierra “* clásica del bel canto, sino la nodriza de los grandes “* compositores,el alma parens,

de los músicas

jóvenes

“ que venían donde ella á reclinarse eri su fecundo seno ““ á gustar la savia fortificadora. La música en Italia ha-

“* bía penetrado en todas : partes:

parecía encarnada en |

“una lengua que estaba hecha para ella;

discurría por

“* calles y plazas con el vulgo, se asentaba:

“* doméstico de «la clase media,

en el hogar

se apoderaba de

“* palacios y teatros con la nobleza, y dominaba,

“* religión, bajo las anchas bóvedas de las Iglesias.” Aquellos eran los tiempos de oro para

los

con

la:

el arte mu-

sical en Italia. ¡Aquella la: época en que su música servía de modelo á la de todós los pueblos; y st por acaso

se oian algunas protestas tentativas de

reivindicación

lladas y desvanecidas que

timidas

pasaba orgullosa

de libertad,

nacional,

por aquella

de

soberbia,

despótica soberana

pueblos tras su carro triunfal.

arrebatando

l

Guglielmi, Anfossir, Sacctrini, Piccini,

callamos,

eran los sacerdotes

algunas

pronto eran aca-

á los

y otros que

de aquel culto,

los após-

toles que ilustraban lós melodiosos versos de Metastasio, que era lo mismo que unir una música á otra música. . Haydn habia publicado algunas de sus sinfonías en

Alemania;

Heennáel,

molde en que habia vaciado

había

roto

en

Inglaterra el

sus operas para buscar en

sus Oratorios nuevos derroteros;

Lulli y

Rameaus,

en

Francia, no eran más que plagiarios de aquel arte italiano. No había aun rugido el Titán, Beethoven, ni cantado Gluck,

ni arrullado Mozart.

La y

|

ms.

E

A

E

p

ñ ñ

4

Victor Wilder—Mozart—P homme et 1 artiste.

0

(1)


-

Aci

232

A

"REVISTA PUERTORRIQUEÑA.

Despues de una corta permanencia en Viena (1767), acortada por el luto de lla corte que había. perd ido, víctima de la viruela, á la archiduquesa Jose fa (cuyas bodas con el rey Fernando de N ápoles atrajeron á Leopoldo Mozart y sus hijos), se refugiaron en Olmutz (Moravia) donde los alcanzó la epidemia. No debia, sin embargo, realizar todavía si sueño dorado; valescencia fué larga y penosa, ménos penosa la cónpor llos nobles cuidados que le prodigó el conde Podstataki, dean de la catedral de: Olmutz' y canónigo de Salzburgo; pero que les obligó á retornar 4 Viena. j El emperador Francisco 1 habia muerto; su vi ida .no gustaba de música ni de teatros; José II era Mas demás económico para disipar su fortuna en prod igalidad es á los artistas: sin embargo, manifestó el deseo de que se pusiera en esceña una ópera del jóven El signor Affligio, empresario, se doblegó res maestro. . petuosamente á la voluntad del Emperador, ofreciend o cien ducados á Mozart el dia de la primera rep resentación de La Finta semplice, libreto. de Coltellini. Mas cuando

vió que su servil obediencia: no le habría,

saba y esperaba,

compositores

tenian puesta

de en

como el pen-

la caja del Emperador,

Viena,

amotinó á los

heridos por la confianza que

aquel niño,

contrala obra

que

proponia componer. En vano los artistas se entusiasmaban con aquella música; en vano los intelige cían los propagandistas de aquella partitur ntes se háa; en vano Hasse,

despues de leerla,

que las' que se aplaudian

con prepararle

decia que valia

en Viéna.

mucho

más

Affligio amenazó

una silba espantosa;” y,

como el teat

ro era empresa particnlar, y. el Emperador hub ier que pagar para satisfacer su capricho, (acto supe a tenido rior á sus ' fuerzas) la ópera no se representó, á pesa r quejado al Monarca el mismo Leopoldo Moz de haberse art. '

Nuestro hombre, nuestro: niño, mejor dicho, descorazonó por esto; sin aguardar la solución

cábala que lo perseguia, se puso

no se de la

á componer una obra


E ces

!

l: t

E

E

E

EL CENTENARIDELO “DON GIOVANNL > )

cómica en un acto,

|

Bastien et Bastienne, imitación,

|

cuanto-á la letra, del Devin du vilfage de Rousea u.. Conmu. -. esta obra, representada en la e asa de campo de un rico doctor, homónimo del apóstol del magnetismo, en medio de entusiastas aplausos, - y conla ejecució r - de una misa—la' primera—escrita p ara la conA sag - nuevo templo, —y que Moz art mismo dir ración de un igió,—s se vengó noblemente de sus detract ores y émulos. Wes

0

'

- En esto.se recibió u na carta del may ord« obispo, en la que se notific aba á Leopoldo Moza )»mo del . z rt que su sueldo como maestro de. capilla no se: le adelante sino, en el tiem po que residier pag raría en a go. -.Con esto, en vez d e abatirse su ánim en Salzburpían las obligaciones ofi ciales que le: rete o, ' se rom-patria adoptiva, y se abría para él, libr níar l en su e y ar nplio, el. camino de Italia.

q

(Concluirá).

CÁrLos CAsANo' VA,

eN


EL CAMPESINO PUERTORRIQUENÓ.* SUS CONDICIONES

LAS

DETERMINAN

Y

MEDIOS

PARA

MEJORARLA

A

QUE

Ya

CAUSAS

y. MORALES, —

FÍSICAS, INTELECTUALES

|

(CONTINUACIÓN).

PATOLOGÍA DE LA MUJER.

Desde la infancia se distingue masculino por caractéres fisiológicos el tipo femenino del que no escapan Á una observación discreta; pero diferencias no se limitan á esto. La sexualidad, denlas tro' del terreno patológico, se manifiest

gos partic lante han de acentuar los sexos, ulares Estas modalidades

que más ade: ¿

patológicas, notorias

infancia, se marcan más después

blece el poder sexual, continuándose con *

' último

|

Esta obra obtuvo el primer prem io de la sección de Ciencias Certámen del Ateneo Pue

» 1

esta:

la actividad -

rriqueño, á propuesta del Jurado ción de Escritores y Artistas, de rto Madrid, *

ya en la

que la pubertad

]

|

o

pr en e la a.

AP”

a perfectament ersa desde ese período de la vida humana en quee div el individuo sólo tiene señalados los ras


EL CAMPESINO PUERTORRIQUEÑO.

ue

funcional de órganos que han de extinguirse en-la: edad de la menospausia, no sin dar lugar 4 perturbaciones en el organismo femenil. | tia

La aptitud morbosa de la mujer, como la del niño,

ofrece, pues, caractéres de singularidad que nos obligan

á dedicarle algunas fneas. | La campesina puertorriqueña, anhémica por lo general, está sugeta, más que otra alguna, á seras funcionales de los órganos de la generación, sobre todo aquellos que dependen de causas predisponentes gene-

rales y constitucionales debilitantes, tales como alimentos de mala calidad, temperamentos linfático y nervioso,

constitución pobre, etc.

De

aquí

que

la

amenofánia,

(ausencia de la primera evolución catamenial) y la amenorrea (supresión del flujo ya establecido) no sean del tcdo raras. 1 C

La

dismenorrea

nerviosa,

vulgarmente dolor de

hijada, es muy frecuente. La menorragia, ó sea la exajeracion del flujo menstrual, se observa también á menudo. | 1 Como todo lo que es capaz de debilitar el orga. nismo es causa de la clorosis, no es de extrañar que : una afección caracterizada por el aumento de la, parte ... serosa de la sangre y la disminución de los elementos

cruóricos y fibrinosos, sea

grupo á que nos referimos. ' Entre las lesiones de

común

entre personas del a

la

inervación,

el histerismo

nos merece atención especial. Causas bastantes abonan la frecuencia con que se observa esta enfermedad entre las campesinas: las condiciones climatológicas, ¡el ternperamento, el tipo moreno dominante,. la debilidad constitucional, etc. Los médicos tienen ocasión de comprobar á cada paso que la histeria—mal de corazón, mal de pelea—es un padecimiento corriente. | Debemos

señalar,

-4

título

de

enfermedades có-

munes, las vaginitis, la procidencia y otras dislocaciones

uterinas; no lo son ménos las metritis en sus distintas

ASAS

.

,


236

REVISTA PUERTORRIQUEÑA. z

|

L

l

|

A

SE

Ad

|

manifestaciones, las ulceraciones del cuello, los tumores

y el mismo cáncer. La

vulgar;

leucorrea,

las mismas

hemos hecho abrigo

causas

el uso

destinadas

preservar

es

de

usar

7

padecimiento

Á que

antes

vestidos de poto ciertas

á cubrir

de

un

debilitantes

y la costumbre de no

conviene

ap.

blancas,

referencia,

vestido interior,

que

Aores

:

prendas

partes

del

la .humedad,

facilitan

presentación de este padecimiento.

de

cero

la

|

Durante el embarazo la campesina está sugeta á esa multitud de trastornos que caracterizan la patología

de la preñez: vómitos, hemorrágias, varices, núria, neurálgias diversas, eclampsia, etc.

albumiia

La distocia nó es más común entre las campesinas que en otros grupos femeninos; pero á causa de las razones que expusimos al tratar de las enfermedades ¡de la infancia, ofrece mayor gravedad. Casi siempre el médico es llamado después que por la comadre 6. cu-

riosa se han puesto en. práctica multitud de absurdos. procedimientos, ofreciéndosele como es consiguiente al

práctico dificultades)sumas Si se trata

raras, por

de

hemorragias

desgracia,

casi

para

salvar

puerperales, siempre

los casos de posiciones viciosas

á la paciente. que

llega

tarde;

del feto,

es imposible una oportuna rectificación.

no

+,

son y en

de ordinario -

Los cuidados posteriores al alumbramiento. son nulos entre las campesinas; el régimen higiénico no existe; la madre deja el pobre lecho pocas horas des- *

pués del parto,

perjudica en

y si

bien este mal

el acto, casi todas

parece

sufren

más.

que

no las

tarde .las

consecuencias, manifestadas en forma de prolapsus uterino, hemorrágias secundarias, etc. Noson extraños los

casos de fiebre

convalecencia de

puerperal un

En no

alumbramiento

pocas ocasiones no

es

más

la: -

que el

principio de una tísis que lleva rápidamente -al sepulcro". ,

Durante la lactancia,

hemos

observado

Mes.

á una madre.

á menudo

j


EL CAMPESINO PUERTORRIQUEÑO,

3 Y

que las mamas eran asiento de Infitis, tumores.

de grietas y de

A

a

de eE

S

La galorrea, ó sea la secreción excesiva de la leche, se presenta con frecuencia. ES - Por último, los tumores

no malignos

y

el cáncer

de las mamas se encuentran en el cuadro patológico de la mujer de nu-=stros campos. | | ENFERMEDADES

-

EN

GENERAL.

Ninguna otra-afección como

el paludismo

merece .

el primer lugar en este estudio, por la importancia que tiene en la patología puertorriqueña. Puede asegurarse que

se padecen,

todas

las

enfermedades que en Puerto

principalmente

relacionan con el paludismo:

tuye, á lo ménos las complica. Ya

es

franca

y

cuando

los

-

cuarta,

ya

campesinos, se

él no las ¡Constis :

abiertamente

febril cotidiana, tercia Ó-

.

entre

Rico

a

una manifestación una

engañosa

lar-

vada, ya una perniciosa que reviste las más caprichosas formas;

es un v rdadero Proteo de la patología, contra

- el que hay necesidad

de vivir

alerta

en sus más caprichosos y sorprendentes

para: descubrirlo. disfraces.

Siempre fué el paludismo, según todos los médicos que de este' asunto se han ocupado, un padecimiento frecuente en Puerto Rico. Ya Fray Íñigo, en el capítulo EnFermedades que más comunmente se padecen en la Isla, decía:

““Otra especie de calenturas se padecen en esta Isla y son frecuentes en las vecinas y mucho más en los valles de la tierra-firme: dánlas el nombre de calenturas de

- Costa, de tercianas y otras diferentes. Atacan á los criollos, á los europeos y africanos, especialmente 4 los que habitan en los valles, tierras húmedas 6 meramente d-smontadas. La espesura de exhalaciones pútridas - que la fuerza del sol levanta de las tierras nuevas y - lagunas, impregnan el aire, éste inficciona la masade


38

-

REVISTA PUERTORRIQUEÑA.

cuartanas, cuya duración llega á cuatro ó seis

años sin

dificultad y lentitud, muchos

debilidad

que hasta ahora hayan encontrado medios de cortarlas. Los que llegan á limpiarse de ellas convaleten con mucha

mentos sin sustancia y el aire

cuperar la salud

conducen

y

en una

sin

poco

fuerzas.

Los ali-.

favorable para re-

al paciente de

una enfer-

medad á otra; los que se salvan de las calenturas vienen á morir de hidropesía.” ES Admira ver cómo el religioso benedictino aprécia

las causas esencialísimas

del modo

de ser de nuestra

población. Enseñanza grande nos dá este párrafo por lo que demuestra respecto de las condiciones físicas del habitante de Puerto Rico á fines del siglo XVIII. ¡En él vemos que ya entónces era un hecho la extenuación y debilidad habital de muchos; extenuación y debilidad que, como era lógico suponer, siguiendo como han seguido actuando las causas del paludismo en los campos, han venido á influir considerablemente en la patología actual de nuestros campesinos. | 4

. . Nótese

bien

que todavía

en la época

se

dejando

de Fray

Iñigo, allá por los años de 1781, no había medio con qué cortar las calenturas intermitentes. Se curaban porque

sí,

Ó

no

curaban,

en

el

primer

caso una debilidad orgánica que ha redundado' en perjuicio de la generación presente, generación sobre la cual, preciso es confesarlo, aun puede el paludismo actuar grandemente, gracias á la falta de drenajes, etc.,

y ála

lo cual utilidad El notas á decía el

falta de

ilustración

y

escaséz

medios,

hace que todavía el quinino no preste toda la debida entre las gentes del campo. | doctor Don Calixto Romero y Togores, en ¡sus este capítulo de la Historia de Puerto Rico, año de 1866:-

“Las

fiebres

intermitentes! si-

guen siendo uno de los padecimientos más frecuente de ici gia

$

j

| ,

AAN o ca

|

!

||

fl

y

4

PRA

quedan

habitual, el cuerpo extenuado

Dias

la sangre y resultan las calenturas intermitentes que suelen guardar en las accesiones la crísis de tercianas 6


EL CAMPESINO PUERTORRIQUEÑO, la Isla.”

Habla luego de

las

causas,

Ósea

de

lain-

-

. fluencia telúrica y añade: “Por esta razón, los hombres expuestos á su acción, v. gr., los labradores, la padecen con frecuencia,” y concluye diciendo: “Al cabo de cierto tiempo. constituyen á los calenturientos en sugetos raquíticos que sufren infartos del bazo ó de ¿éste y el hígado, que determinan á su vez un série de

padecimientos que abrevian

considerablemente

la du-

. ración de la vida.” En nuestros dias los médicos que han escrito acerca de este particular, están de

acuerdo en

declarar

en-

démicas las fiebres intermitentes en la Isla; así lo creen _ todos los profesores de medicina que practican en la provincia. Hay localidades en las que se extrema la frecuencia del elemento palustre. El doctor Don An_tonio J. Amadeo, de Maunabo, y el doctor Don José de Jesús Dominguez, de Mayagúiez, han escrito en el sentido expuesto luminosos artículos acerca de este particular. El doctor Don Ricardo Rey, con el

mismo

recorrer

motivo,

la

Isla

ha

dicho

de. Norte

hace

á

poco: (1)

Sud

y

o |

a Da a

“Basta

de

Este

á

Oeste, para observar que uno de los efectos morbosos con que el médico práctico ha de luchar de contínuo,

ha

de

ser el miasma

de los pantanos.

continúa el mismo

escritor,

ejerce su poder, no

puede

en

que

ser más

El

suelo,

:

el astro ¿del dia... abonado | ni reunir

mejores condiciones. Por todas partes- se observa una exuberante vejetación. No hay lugar en que el médico lo mismo que el botánico no admiren la rica flora que presenta la Isla; pero también admira y causa al mismo tiempo dolor, contemplar inmensos ¡focos de infección producidos por múltiples pantanos| por ciénegas infinitas, por aguas sin corriente, que cubiertas de flores y verdor, rodeadas de impenetrables bosques,

ofrecen áá sus habitantes un constante (1)

y. deletereo ele-

Estsádios sobre el Paludismo, artículos: Públicados en El sá Médica

Farmacéutico, de Puerto Rico.

|

ES


se

M9

REVISTA PUÉRTORRIQUERA,

a

mento que viene dia tras dia, generación tras genera: ción, ejerciendo su influencia morbífica.”

ad.

Efectivamente, día tras día, generación tras generación

vienen actuando sobreel puertorriqueño y de un. modo especial sobre el 'jíbaro las influencias. reunidas :del calor, la

humedad y

las

sustancias

orgánicas vege-

tales, que son los elementos necesarios para que—veri-

ficada la descomposición de las últimas—se desarrollen

las calenturas

intermitentes

y remitentes que. actúan

todo el año en los campos de la Isla, en donde éncuentran organismos ya predispuestos á padecerlas el hambre y otras causas debilitantes.. eiii

No. somos nosotros los primeros en decirlo: pe escritor que acabamos de citar, en su estudio ya referido, lo ha dicho

en

esta

Isla

antes

una

que nosotros:

población,

_ merosa, vejetando (permítaseme

“Existe,

vive

y no es la ménos

la frase) entre e

nu-

gas y pantanos, sostenida con alimentos vejetale$ y bebiendo agua fangosa.” Expone luego .el. deber 'en

que está la administración de hacer

desaparecer, ésa

causa de paludismo, y de ella “espera que un pueb!o.en-

Sermizo y de poca vida se convierta en sano y. viril”... lertamente,

fermizo;

por

el campesino puertorriqueño

muchos

_.menteá causa del

otros

mismo

la caquexia palúdica,

abofado;

motivos,

paludismo

nos

pero

es en-

indudable-

que, produciendo

le presenta con semblant

le produce infiltración del tejido celular sub-e

cutáneo, le dá 4 la piel color terroso súcio, á su mirada languidez, á las conjuntivas exangies blancuras, á los miembros laxitud

palpitaciones

hígado y bazo,

lesiones suelen

veneno.

general,

irregulares é

cortedad

al. corazón,

hidropesías, en

ser

|

consecuencias

E

$

Tócale á la anémia, en órden

4

la respiración,

hinchazones ¡al

fin, que todas

de

E

tan

estas

poderoso

sE

SS

de importancia, .lu-

gar análogo “al del paludismo. “Enfermedad Prop ia. de


-los climas tórridos, amaga á todos los habitantes de la

-——Ísla, agobiando á la mayoría

-

de los campesinos puer»

torriqueños. - la influencia térmica del medio ambiente

basta por sí sólo para producir la anémia. «Aun en los - climas templados se observa, durante-el verano, cuan» do los calores han sido fuertes, que muchas personas pierden el apetito, se sienten incapaces de desarrollar Su actividad ordinaria, palidecen; en una palabra, están bajo el influjo de un ligero grado de anémia. . ¡Con cuánta más razón no ha de ser general este padeci-.

. miento en una zona cuya temperatura constante es

todoel año! .

En

RE

o

tésis general podemos : decir que el

de los trópicos está sugeto á la. anémia

alta

habitante

por el sólo

_ hecho de la temperatura que soporta; pero esto tiene sus limitaciones individuales. Hay razas organizadas para sufrir los calores tropicales sin. menoscabo de la > salud, y otras que, aún no estando tan bien dotadas por * la naturaleza,

proceden

de climas cálidos, han nacido en

la zona ó tórrida, se han aclimatadoy viven bien, aunque _ ligeramente anémicos; porque lá anémia dentro de ciertos. límites, mientras la cantidad y la calidad delos glóbulos sanguíneos no disminuye de un modo considerable, es compatible con la salud, y hasta se há con-: - Siderado como «necesario y saludable acomodamiento - del organismo al clima.

Claro es que si pasa

límites, constituye un estado morboso.

de estos

e

. Para la raza originaria de África, por ejemplo, la acción del clima puertorriqueño, porlo referente á la

temperatura,

no

es

perjudicial;

pará

los .europeos.la

acción morbosa de la temperatura será tanto más sensi-

ble, cuanto mayor sea la discrepancia del clima en donde

nacieron, con el de este país;

y por lo tanto, cuanto de

más hacia el Norte procedan, más en peligro estarán de

ser víctimas de la anémia térmica;

sus condiciones fun-

cionales orgánicas están muy - distantes

de “las que les.

serían necesarias. para resistir el ardiente sol «de los Ak


dei

%

|

S

a

=

REVISTA PUERTORRIQUEÑA. '

242

trópicos. - Por razones opuestas, los europeós nacidos. en las zonas cálidas están mejor dispuestos para acomodarse á las necesidades del clima, y he aquí explicado por qué los españoles han prosperado y dejado descendencia viable en estas regiones, cosa que no; han.

logrado otros pueblos. En efecto;

E

la península Ibérica está colocada. entre

las líneas isotermas de -|- 15% y —— 20% formando. parte

de la zona comprendida entre las líneas isotermas -1- 152. y -|- 25% ó sea la región de los climas cálidos. Pherto

“Rico está comprendido en la zona que desde la líñea isotérmica —|- 25 vá hasta el Ecuador termal; su temperatura media,

según -las observaciones meteorológicas

hechas por la Jefatura de Obras públicas, en San Juan es de 267 en invierno y de 28% en verano; pero en el interior es indudablemente más baja; por lo cualla _ divergencia climatológica no resulta tan extrema ¿omo la latitud geográfica. Así se comprende que los gspañoles, y sobre todo los de la parte del medio-dia, hayan podido fundar sociedades permanentes en estas Islas; están en condiciones +de adapta.ión de que caracen el alemán y el ruso, nacidos en zonas contenidas entre las líneas isotermas —— 15 y=-5. A Si el padre ha triunfado de las condiciones térmicas, por las leyes de la herencia se explica que el hijo vaya ganando en facilidades para habituarse á las «influencias del nuevo clima; y así es: los descendientes de europeos soportan el clima mejor que sus proge,nitores, con sólo ese ligero grado de anémia:de| que ántes hemos hablado. , Esto no quiere decir que el campesino puertprriqueño de orígen europeo,

no

tener en cuenta,

temperatura

pueda

ser víctima

de la

anémia morbosa, dependiente del clima tórrido que habita; de la anémia habitual y compatible con el ejercício normal de las funciones orgánicas á la morbosa grave, el paso se efectúa con facilidad; pero hay que que

la

en los

campos, ]¡

4

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_EL. CAMPESINO PUERTORRIQUEÑO.

ap

>

5

-sobre todo en las alturas, es notablemente más baja que la arriba citada, y por lo tanto más soportable, por lo. cual

nos

permitimos

anémia tropical pura,

asegurar. que

excluslvamente

los casos de

debidosal calor

excesivo, son escasos. : En cambio la anémia dependiente de

es común;

organismos ya predispuestos,

vuelven anémicos á poco que hayan

EA otras. causas

fácilmente se

sufrido

mdad grave, una pérdida de san gre, etc.

Todas las causas,

pues,

que en

otros

capaces de determinar la anémia, obran con cilíidad en el campesino borincano.

alumbramiento es casi lactancia, con más

siempre motivo

razón.

cuando á las naturales

esos actos, mentación!

hay

que

En

¡Cómo

pérdidas añadir-la ,

una enfer-

paises

mayor

son.

fa-

las mujeres, - el

de anémia;: la

no había

de

ser así

orgánicas propias insufidencia de Ltd

de

la ali-

, * No podemos prescindirde ocuparnos de este particular cada vez que se nos presenta ocasión de hacerlo. Tenemos, según hemos visto, que el país, por sí mismo, basta para que el hombre que lo habita. se vuelva algo anémico yy aun

que sucumba á la anémia

¿¿Oué hay y

que :

esperar que suceda cuando la alimentación es insuficiente y á veces de pésima calidad? Ya antes hemos mencionado las sustancias que componen la mesa del jíbaro;. pero nos falta añadir que

muy

frecuentemente

algunas

de esas sustancias las consume dañadas; hemos visto en no pocas ocasiones expénder, principalmente las

arenques, el bacalao

y

el pan

de

tan

pésima calidad,

que debía haberse prohibido su venta. En este particular es-preciso hacer constar que la avaricia y el poco « escrúpulo de algunos especuladores raya en lo in«creible. Hay quien se enriquece en poco tiempo aca- parando el dinero del infeliz labrador 4. cambio de los desechos de los almacenes

de

las poblaciones,

alimen-

tos_podridos que se 'adquieren-á bajo precio, para venderlos al jíbaro,

een -vez

de

elementos

reparadores $e.

de


24

REVISTA PUERTORRIQUEÑA.

1

0

organismo;

le nutren, «sino. que pueden

dd

su empobrecido

sustancias que no sólo,no

enfermarle.

Por desgracia

. estos delitos, verdaderos agiotajes con pobre labrador. a

la sangre del A

trar bajo un árbol de mangós mesa

puesta mientras -

la falta de una

organización

sanitaria hace

posibles

Cierto que el jíbaro es poco escrupúloso y- se conforma con quele cueste barato el alimento, aunque la inanición le consuma; pero esto no es razón para ¡dejar que se le explote. Bastante hay ya con quede por sí sea sóbrio; admira verle satisfecho con encondura la cosecha, y consumir

madure..

Es

el fruto

JS

de notar que

aun antes de que |

el jíbaro no

rd

usa el maiz con la

frecuencia que debiera; prefiere el arroz, aunque nó es tan nutritivo; este cereal que á menudo consume sin otra preparación que la de cocerle con agua y s lle produce opilaciones. En ciertos casos, antes de estar completamente formado el grano, se sirve de él como alimento; corta las espigas todavía verdes, tuesta el grano y satisface su hambre á cambio siempre de la pobreza nutritiva. A ó E Otra de las causas de anémia consiste en la mala

calidad del agua.

El campesino en muchas localidades

bebe la que tiene más cerca, aunque sea poco potable. Los estímulos que emplea para activar la. digestión, ¡el

uso

del

menticio,

alcohol como compensador de

y el abuso del tabaco

su. régimen ali-

mascado,

son: causas

que contribuyen á la enfermedad de que venimos tando. ta Al paludismo, á las causas

mentación escasa y de mala

calidad

dades producidas por un régimen

debemos

atribuir principalmente El

y álas enferme-

higiénico

detestable,

la anémia del -cam-

pesino puertorriqueño. Sáquesele de se le verá perder ese acentuado color

cuente entre los jíbaros.

tra-

| ad debilitantes de una ali-

ese régimen y pálido, tan fre-

clima debilita

un poco,


e

EL CAMPESINO PUERTORRIQUEÑO.

a

pero el dáño no lo produce solamente el calor, lo hacen» más acaso las transgresiones indicadas. Aunque

no

tan generalizadas

como

la 'anemía,

pueden citarse la clorosis y la leucenia misma, padecimientos del campesino. ce

como

-

La escrofulosis es más común; hiere un considerable número de individuos de este grupo. Y sé:

Ta

explica: en los campos los enlaces entre parientes cér.

canos no

son raros;

no es

extraño

tampoco

viejos empeñados en trasmitir una vida que «se les es=": capa, y personas caquécticas vemos á cada paso llenas de numerosa familia; los hijos que de estos enlaces na-

cen,

están, casi todos, condenados

á ser

8

encontrar

¡O

1 !

|

víctimas de la

escrófula. Si áesto añadimos las causas debilitantes de que antes hemos hecho mención, no nos sorprenderá que el escrofulismo se haya enseñoreado de los campos de Borínquen. | : 5 Las enfermedades más comunes del aparato digestivo son las dispepsias, gastritis, gastrálgia; ésta, lla-mada por el vulgo pasmo y confundida con el tétanos;

no es más que una neurálgia del estómago dependiente

de la anemia,

de la clorosis,

del

abuso del café,

especies ó de un simple enfriamierito. Entre - las afecciones de este aparato;

agudas

y crónicas,

gasto-enteritis,

de las.

09 las diarreas

disentería aguda

y

crónica, són las que juegan un papel más importante en

la patología rural; las impresiones repentinas de la hu=. medad á causa de los inopinados cambios atmosféricos,

la mala

vada

calidad de los

temperatura

de

dE a

alimentos, las caquexias, la ele:

la estación calurosa, las malas

Aguas, todo esto da razón de aquella importancia. : Las aguas impuras y el -uso de las carnes de cerdo -

que contienen gérmenes de ténia—equinococos —expos- nen al campesino á padecer de lombrices. A - La hidropesfía ascitis se encuentra amenudo, ya

_ desarrollada bajo la influencia de obstáculos circulatoW |

0

ES

ss Po LS


rpm

REVISTA

PUERTORRIQUEÑA;

reside

226-

rios de la vena porta-enfermedades

hígado—ó6 de: la cava—enfermedades del corazón —yadel deb ida á la caquéxia palúdica, á la enf ermedad de Brigth, que es más

frecuente de lo-que pudiera

creerse,

á lesiones perito-

neales y á un sencillo enfriamiento, sob la anémia existe como causa predispon re ente. La dispepsia, la malaria, la disenterí a, acción térmica del clima, son causas de que

el bazo sean

todo cuando * aparte de la el hígado y

trecuentemente -asiento de lesionés crónicas —congestiones, infartos é inflam aciones,

sos

del hígado no

se observan

La ictericia catarral es común.

Lós abcesino excepcionalmente:

En hepática, su patogénia nos dice que cuanto-á la cirrósis la hemos de encon“trar á cada pas o.

Paludismo crónico, enfermedades; del

corazón, alcoholismo,

abuso de especias, son otras fan¡tas causas de producción del pad ecimiento. hoc La peritonitis

no

gía del campesino.

es afección extraña á la patolo-

|

- Al ocuparnos

de los venenos

|

morbosos

hades por lo que se refiere á las fiebres eru ptivas, nos remitimos á lo dicho en la patología de la infancia. lo La fiebre tifoidea reviste caractéres esp eci ale s que han dado lugar á que se niegue por inteligentes médiCos su existencia en Puerto-Rico, y que por otros se la llame tifóica para reconocer sus sin declarar que sea la verdadera tif caractéres tíficos el sitio de discutir si son ó no legíti oidea; no es éste mas tifoideas todas las pirexias de larga duración con sín adinámicos que en esta isla se observ tomas atáxicos y an; pero no puede: negarse que la tifoidea, ' aunque

el país.

Ea

sea. rara,

|

Pes

existe

en”

rias La fiebre amarilla castiga también á los cam pes inos; pero más á los blancos que á los negros, los. cuales tampoco están exentos de padecerla. Cuando reina una epidemia de tifus amarillo en alguna población de la son invadidos los campesinos que res iden en la epidem

localidad

iada ó vienen á ella; á yeces, .aú n en

)

Sl: | |

costa,

*


EL CAMPESINO PUERTORRIQUEÑO. los mismos

“app

pueblos del interior se desarrollan

mias mortíferasde vomito negro.

epide- .

a

. *3 Otras pirexias se encuentran en la patología puertorriqueña, tales como las fiebres gástricas, biliosas, remitentes biliosas, etc.

Debemos

23

citar la erisipela como exantema

febril

que complica Á veces los traumatismos y úlceras, ó s presenta espontáneamente; pero es bueno advertir qu

por el vulgo se comprende bajo la misma denominación la linfagitis-inflamación de Tos vasos ganglos linfáticos

desuma frecuencia y que se presenta á causa de simples

picaduras, de la presencia das.

de niguas' Ó de ligeras heriE

Los venenos de origen animal están representados por la rabia, que es una enfermedad rara; por el muermo, que lo es ménos, pues facilita el contagio el poco cuidado y ninguna medida de aislamiento que se toman

|

)

Á título de enfermedad muy general en los campos

tócanos hablar del reumatismo; este padecimiento que tiene preferencias por los organismos pobres y por las personas sujetás á privaciones, necesario es que lo en-

contremos además entre una: clase

que,

por las necesi-

dades de su trabajo, se expone á menudo á las ins fluencias atmosféricas más variadas, y que, sin embar-

go, se viste muy

pobremente, lo necesario para no he=

AN

:

Á otras infecciones menos importantes están expuestos los campesinos; tales son las picaduras de insectos, ¿principalmente del alacrán, escolopendra (cienpiés), arañas, que no suelen por lo general tener .consecuencias funestas. ¡ j |

AS

carbuncosas.

js

la pústula maligna, picada

de la mosca, suele propagarse por las mismas causas, es decir, por el descuido en que se tienen los animales enfermos, la despreocupaciónen utilizar los cueros de reses muertas de la epizootia, y los malos enterramientos de los animales que sucumben Á causa de enfermedades

PR

con los caballos muermosos;


2480

e

REVISTA PUERTORRIQUEÑA.

E

a

OS

4

rir el pudor—y: se aloja en'casas pésimamente” tons= truidas, incapaces de resguardar

de las inclemencias del tiempo.

á los que

-

las habitán

:

La nefritis catarral, la enfermedad de Brigth, la ure-:

mia y la litiasis, proporcionan casos'de observación al mé-

dico. Como queda indicado, el mal de Brigth' es más frecuente de lo que parece. Obedece á la caqhexia:. palúdica, al alcoholismo, á enfriamientos y á ¡otras causas que actúan sobre los campesinos. ¿RS | “No faltan lesiones de la próstata de origen yenereo, dependientes del hábito de montar á caballo; etc. La cistitis es tambien afección corriente. Pericarditís, endocarditis, lesiones valvulares, palpitaciones' nerviosas, angina de pecho y aneurismas, ”

>

.

!

éa

E

representan la patología del aparato circulatorio, | Los órganos de la respiración, «que se afedtan por-: muy distintas causas, tambien son asiento de “enferme- :

dades entre las bronquitis,

asma,

cuales

el

sencillo

pulmonías

gente á la enfermería rural.

coriza, la laringigis,

y pleuresías dan su conti-

La tuberculosis, enfermedad tan común de los or-. ganismos debilitados, se hace cada dia más general entre nuestros campesinos.

;

El aparato de la inervación nos ofrece

,

3%

los menin- .

gitis, lás inflamaciones del encéfalo, la anemia | cerebral, el hidrocéfalo, las lesiones medulares, diversas:

neuroses-epilepsia-corea y las parálisis.

p-

Pero entre las neurosis «son las más frecuentes la. jaquéca, las neuralgias y sobre todos el tétanos. | Esta *

dolencia es sin género de duda bastante frecuente; suele aparecer á causa de un simple enfriamiento -Ó des: pués de haber sufrido un traumatismo; en ocasiones * basta el pinchazo de un alfiler, una ligera rozadura, la extirpación de una nigua. Pretenden los jíbaros pre-

caverse del tétanos usando el tabaco mascado. | Las enfermedades de la piel máscomunes son.el acné, 5E

las eczemas y herpes.

La elefantiasis de los griegos a


A

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A —_—_—_—_———- AR —MMMMMMN<+> ES

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j

|

y

|

aquí rara; pero la elefantiasis de los árabes está muy - extendida entre las clases pobres. Favorecen el desarrollo de esta enfermedad las condiciones climatológicas y la

-

influencia de la humedad del suelo—la inmensa mayo_ ría de log campesinos andan descalzos.-—Generalmente e

€l punto de partida.del padecimiento es una leuco-fleg-

masia que aumenta

á cada ataque de linfitis, hasta que

Se manifiesta en toda su horrible deformidad A

|

O

la 'elefan-

'

Al alcoholismo y 4: la locura paga su tributo tam-do

bien el campesino. Resultado de un vicio, el primero, va generalizándose entre hombres y mujeres lo bastan-

te para hacernos temer por la degeneración dela especie, trasmitiéndose, como:se-trasmite, el envenamient ) to alcohólico de padresá hijos. La afición: 4 los aleo. holes es general entre las clases proletarias de todas ey partes,

como que obedece

á las

exigencias del orga:

nismo que pide combustible para «entretener la vida, cuando los alimentos no se toman én la cantidad nece- saria, ni son de calidad nutritiva suficiente. Porlo mis-

_ mo, pues, que se conoce su causa es más sensible su generalización..

!

:

En cuanto-á la locura,

nifestación

A

no son extraños á su ma-

los comunes enlaces entre

parientes cerca-

nos; tampoco faltan las monstruosidades para comple-

.tar esta parte del cuadro

«quejando.

patológico que venimos bos-

E

a

- Llama particularmente la atención

que ejercen

cicatrizan

en Puerto Rico,

las heridas .de

A

de los cirujanos

la facilidad

todas

clases.

con que se

Casi ningun

campesino ocurreal médico cuando sufre una herida, ys aun tratándola del modo peor posible se cicatriza aquella rápidamente. - Más frecuentes son las hemorragias tena- :' ces de pequeños vasos que no deberían

dar un chorro.

. tan abundante, á tener el herido una sangre más rica en elementos plásticos. Las operaciones se ¡practican

con un éxito asombroso en este país, sin que la bre ni f

:


REVISA OERTORIIQUENA

el delirio AS: intensos, ni las supuraciones, ni la absorción purulenta, las compliquen casinunca. - Entre las enfermedades quirúrgicas, suelen ericonrarse con frecuencia casosde úlceras de las pie e rebeldes á todo tratamiento. Entre los

tumores que más combnmente

pa ecen

nuestros campesihos citaremos los fibromas, lipmass, el - sarcoma á veces, frecuentemente los quistes adenomas

y cáncer. ' . He aquí disido.: á vuela pluma la

| patología, del

campesino puertorriqueño; las enfermedades á que están sujetos esos infelices que viven diseminados por los

campos de la isla, en la ignorancia, sin que puedan contar, cuando se enferman, con otra cosa que con la visita del médico, visita

que resulta estéril

á

yeces, porque si el

pobre campesino consigue los medicamentos prescriptos nunca es con la debida oportunidad, y se dan casos de “no conseguirlos.

En ocasiones

hasta el médico les. fal-

ta, porque, aún queriendo cumplir los dignos profesores titulares que casi todas las poblaciones tienen, no-pue-. den hacerlo; carecen del tiempo material para acudir á. llegar, corriendo grosos rios. No sometida á estas riosos, curanderos

á donde se tarda

dos ó tres horas en:

pésimos caminos y; atravesando pelies de extrañar que entre una clase circunstancias prosperen tanto los cuy yerbateros de toda clase. t

FRANCISCO DEL VALLE ÁTILES..

TO Reid adivina

(Continuará).

E

yes

barrios extremos,


1

|

ESTUDIOS ETNOLÓGICOS SOBRE LOS INDIOS BORINQUEÑ hi SU RELIGIÓN.

Al estudiar la historia

en ella datos

precisos

de Puerto

acerca

primitivos moradores de esta

Rico |!

buscando

de la religi ón de los

Isla, apenas si

encontra-

mos otros documentos que las horripilantes na. rraciones de Don Gonzalo Fernández de Oviedo, ante 1 cuales surge naturalmente la duda de si deben acep irse c0-*

mo

verídicas ó considerarse

.fásticas Ó quizás como

-.

como

exageración es fan="*

aquel apasionado cronista pudo' haber observado que -en Otros países. Adviértese des de luego cierta corfusión a reminiscencias

de lo

amalgama

en las relaciones de este autor, acerca del _ Carácter, usos y costumbres de las Indias occide ntales, que

comprendían las Antillas y parte del Contin ente Sudamericano, en donde no sólo había. diferencias notables : - €nla índole de los habitantes respectivos, sino que .- también era distinto el orígen dede sussus razas in:ndígenas. | : borinque indio

7

Las ideas religiosas del pueblo

. a


qe

a Í

REVISTA PUERTORRIQUEÑA. a Eb

,

4

cm

primitivo y salvaje, necesariamente debían corresponder

-á su grado de cultura y limitada inteligencia. Estas ideas, como todas sus manifestaciones. inte-. lectuales,

no

podían. surgir

y desenvolverse

de otro

modo que por impresiones recibidas por medio de los sentidos; pero tales concepciones vagas y oscuras adoptan diversas formas y á veces contrarias entre sf, cuando la imaginación abandonaba la región precisa * de lo perceptible, y se extasía en el intrincado laberinto de la idealidad, extraviándose en un mundo metafísico inaccesible á una inteligencia humana que jamás ha meditado metódica y lógicamente. La existencia de ideas innatas en el hombre es Una mera suposición, as se refieran á la existencia de un Dios, ser supremo y personal, creador, directot y conservador de todo lo creado. Los objetos que rodeaban al indio y al hombre ían,

sin duda,

consideraciones -senci-

las, faltas de conexión y relación entre sí; desconocían

las propiedades ¡articulares - y especiales de aquellos objetos, y eran, or consiguiente, incapaces de combinar aquellos en ideas generales. No alcanzaban en su pobre inteligencia y estrecho criterio á formular. especulaciones de un orden metafísico.

=

Mientras

los fenómenos

naturales se desenvohlfan

con serena regularidad, no prestaban á la aletargada imaginación de aquellos habitantes motivós de admiración, de sorpresa |ó terror. Con impasible indiferencia

:

:

veían, al amanecer, los dorados reflejos de la aurora; igualmente veían después el sol iluminar al mundo, inundándolo todo de vivificante calor y fecunda vida,y . declinar más tarde en el ocaso, envolviendo la naturalo” -za en densas tinieblas,

nes del satélite

nocturno

trellas que centelléaban que ocultaban

via,

Así ve an también las mutacio-

y el curso variado de las es-

en la bóveda celeste, las nubes

el firmamento

y vertían fecundante Hu-

los carabios de temperatura $ de eo: das. slo

a

primitivo les suge

.


dilclas. de la campiña bropical

la pants que

ger

minaba y crecía, brindándoles con sus frutos grato y nutritivo alimento, etc.; nada de “esto despertaba a ES “ aquéllos salvajes más que rápidas y yagas sensaciones de admiración ; pero no les transportaba á la contemplación especulativa. “Sólo se apoderaba de ellos una especie de temor superstitioso,

cuando:

la naturaleza abandonaba súbita-

mente su marcha regular y reposada, y los elementos se desencadenaban rompiendo.con furia las más. formi-dables barreras. sl Tan extraños é inesperados fenómenos les parecía sobrenaturales por lo mismo que carecían de capacidad para conocer las causas verdaderas. ] El huracán embravecido, terrible, que lleva á todas partes el espanto y la desolación ; las encrespadas olas del mar, agitadas y. furiosas, que luchan con terrible es-

truendo, estrellándose contra las rocas formidables de las playas y amenazando sepultarlo todo en su oscuro y. profundo abismo; el fuego exterminador, el rayo ful- -

minante, el fragoroso trueno,

la candente lava

del vol-

cán, todas estas admirabigS fuerzas cósmicas son para el hombre primitivo causas de terror, y le hacen concebir un poder extraordiffario y superior á la materia; pero su prec ria intelygencia mantiene reducida la esfera de sus contemplaciones, y le envuelve y confunde en las más absurdas conjeturas cuando pretende sacar con- '

clusiones razonables sorprendentes.

Oviedo

de aquel

y otros cronistas

conjimto

de fenómenos

cuentan que los iadias!

antillanos tenían la idea de un sér supremo bienhechor, y .

de otro en oposición á éste, maligno; doctrina fundamen= - tal que observamos en todas las religiones y sectas de todos los tiempos, especialmente en los pueblos ya poseedores de cierto grado de civilización.

la que los conquistadores

gis

Esta doctrina era

llevaban en su ánimo precon-

para atribuirla á aquellos indios al prose pres .


254

REVISTA PUERTORRIQUEÑA.

texto que aparentase justificarla;

pero en este caso de:

bemos reconocer que tal principio no tiene aplicación al indio antillano, y ni remotamente al indio borin-

queño.

|

|

Para apreciar debidamente el grado tud que alcanzan las relaciones que nos _los historiadores y cronistas, acerca de los indios antillanos, ¿deben tenerse en

ida

de verosimili-. han trasmitido la religión de cuenta ciertas

d

- Circunstancias, precisándolas y aquilatándolas en el cri-

sol de la crítica histórica. E pe ... La primera de estas circunstancias. consiste en las

ideas

preconcebidas

que llevaban

los conquistadores,

sobre religión, y que se esforzaban en aplicar, sin dete-

nerse debidamente, á: discernir sobre tales aplicaciones. E A La segunda,

más importante aún,

la exactitudde | .

estriba en la fal-

ta de inteligencia entre dos pueblos, el conquistador y el conquistado, que desconocían completamente cada uno el lenguaje del otro, y que apenas podían cambiar sus ideas usando de señas, medio muy ocasinado á errores en la mayoría de los casos. Pueden citarse muchos ejemplos que prueban

los grandes

dado ocasión esta dificultad.

engaños

á que ha

po

Pequeñas figuras de piedra y barro que construían: los indios, constituyeron el púnto de partida y la base . deleznable sobre la cual fundaron los cronistas sus erró-. neas aseveraciones, con relación á las ideas religiosas y metafísicas de nuestros indios borinqueños. Concediendo que éstos hicieran de sus extrañas esculturas, tomadas por fetiches, un aprecio extraordinario que revelase veneración en apariencia religiosa, adaptable á su primitivo estado

de cultura intelectual,

no puede

ni debe

darse al caso una significación superior á ese grado de cultura que habían alcanzado y en el que permanecían estacionados.

po

E

Las causas de los errores de apreciación en que incurrían con frecuencia los conquistadores, y especial4


ESTUDIOS ETNOLÓGICOS. >

mente en punto á'las ideas religiosas de los indios, concretándose siempre á los borinqueños y sus similares de Santo Domingo, no son difíciles de explicar, dada la época en que se realizó el descubrimiento de

- América.

Los

|

:

S

gloriosos

acontecimientos

varon á España en los siglos XV nación

la

Boabdil,

en

Granada,

y XVI

al rango de .

la rendición

al. carácter de

un colorido marcadamente

religioso,

de

de los moros

y la expulsión

imprimían

España,

de

políticos que ele-

orbe;

del

poderosa

más

ca

que

esta nación resaltaba en

todos sus grandes actos políticos, principalmente en los que se referían

religión

á pueblos y naciones de

tinta á la católica

dis-

|

llevar esta religión á todas las naciones

conoci-

das y nuevamente descubiertas, propagarla y hasta imponerla,

si

era preciso, por

medio de la fuerza,

era el

ideal aferrado á las grandes empresas de conquista y descubrimiento, que Portugal y España verificaban en aquella época, con asombro de las demás naciones.

Este ideal lo expresa

soberanos de España;

Colón

en sus

y no conforme

con

cartas á los

este propó-.

sito, sueña con el rescate del Santo Sepulcro, con el oro de los nuevos países descubiertos,

contando para em-

prender una gran cruzada contra los tufcos infieles. Estos piadosos propósitos que un exaltado celo. por la religión de Cristo despertara en la conciencia de de los hombres

honrados

y virtuosos,

eran

la

conse-

cuencia legítima del sentimiento religioso en aquella época, y de su poder avasallador sobre las naciones cristianas; pero bien pronto se desvanecían tales proyectos á la vista de las riquezas materiales que entusiasmaron á los descubridores,

haciéndoles

canto, los sagrados ideales,

olvidar,

como'

por en-

y llevándoles á una desen-

frenada ambición de adquirir fácil y brevemente ¡grandes riquezas. 4

Descubiertas las Antillas y poco después los dos


o

REVISTA PUERTORRIQUEÑA.

Continentes, los indios eran sometidos empleados en lá extracción dél oro y á la servidumbre, Otros trabajos más rudos, en

los cuales : perecían muchos rigor de las fatigas y el hambre, $ herido de aquellos al europeas, cuando aquellos desdichad s por las armas en desigual y bárbaro combate, def os se rebelaban endiendo su libertad, su hogar y su familia, A Pocos y contados eran los indios que recibían alguna instrucción religiosa, y ménos aun los que por medios persua

sivos eran llevados hácia píritu. - Esto mismo ha «sucedido más la vida del.es. tarde respécto de los negros africanos, como aun lo ate stiguan numerosos ejemplos en la época presente, ce E Las preocupaciones que informaran los rel ato s¡-de los primeros cronistas están perfectament e evi den cia das en los errores incomprensibles de esa s narraciones. do Oviedo, historiador “apasionado en su libro XVI, cap. 1% refiriéndose y poco filosófico, las Antillas y Costa Firme, dice que 4 los indios, de “no:ha hallado . entre ellos cosa más antiguamente pin tad sas maneras esculpida ó tallada de reliev a y de divere, ó de búlto con muchas

cabezas

y colas,

diformes

con caninas y feroces dentaduras y gra y espantables, ndes colmillos, desmesuradas orejas, ojos encendido s (?) de dragón y

feroz serpiente y de diferentes

suertes, como la figura abominable y descomunal del diablo,” y añade que “la ménos espantable pone mucho tem or y admiración.” Continúa diciendo que “tienen estas casas, y más aun en los bancos (duho) figuras en sus para significar que donde se sientan los acompaña su adversario. Estas imágenes eran construidas de madera y en otras cosas (se ha olvidado Ovi , barro y pro edo de las abtndantes, perfec

tas y abundantes esc uras de piedra ) esculpidas y talladas ó pintadas regault ñando y feroz, Eomo quien “A

él es, ”

este

Dios le

- plegarias en la paz

llaman

Cemí

y le

Ss

dirijen sus

y en la guerra, conformándose con a


ESTUDIOS ETNOLÓGICOS.

ap

sus designios y recibiendo á veces su visita nocturna en : forma de fantasma.” a | o Los buhatá Ó. sacerdotes que ejercían además las - funcionesde médicos y adivinos,

eran

los

A

intercesores

entre Dios y su pueblo; á quien esos charlatanes explotaban y engañaban con la misma superchería que. han practicado y practican. sus cófrades de todas las religiones, cultos y sectas, desde los más remotos tiem-= pos hasta nuestros dias. Los buhití eran regularmente

.3 7 ; **

La ancianos, hombres

de mayor experiencia, mucha astucia y no poca malicia; sabían sacar gran partido de la credulidad y superstición del pueblo que los respetaba profundamente, los reverenciaba y tenía en gran reputación como á sus sacerdotes y prelados, y, según nos cuenta Oviedo, a eran también los que más se entregaban “en - los areylos. y festejos, á los excesos del tabaco ó ahumadas. Da El impresionable Oviedo

aparenta

ignorar

EN

Ó pa-

-

rece no querer recordar que la abominable y descomunal figura del diablo, es una concepción fantástica venerada por muchos cultos

paganos

en formas

|

diversas,

y admitida por los cristianos de todas las sectas. Los - pueriles temores del cronista hacia esas inocentes figuras; no deberían

ser tan

extremados,

acostumbrado

como estaba á ver tan á menudo en los cuadros de los templo y altares s 4 Satanás sometido á los piés del > Arcangel San Miguel, á no ser que la circunstancia de verle,y'en este caso, impotente y aherrojado entre cademas, le infundiera ménos pavor, no obstante el poder que en aquel tiempo se le concedía al espíritu de las. tinieblas. O O E | Además, la preocupación y el apasionamiento de > este cronista, ofuscaban

niega Ó desconoce

de

tal

suerte

su criterio,

que

.

en los indios el reconocimiento y

culto de un espíritu bienhechor, que otros escritores más

eruditos y ménos apasionados les atribuyen.

dr

Á juzgar por las afirmaciones de los historiadores -

1


cargados de difundir el bien

contínua lucha Y

OPosició

n, t rastornánd ol todoo y llevando las calamidades, las de sg ra ci as y la á todas partes. destrucción | | n resúmen: estas co ncepciones representan Encarnación, ó personif la icación

. vida humana

y una de

de las vicisitudes de la

las manifestaciones

variadas y alternativas exteriores, qu e i mM pr es io na n al hombre, y que éste, trasportad o en alas de su imag inación. y fantasía, les dá aquellas fo rm as má s en ar moní modo de ser, con su cu ltura y civilización, coa cón su n sus há¿

j

.

q.

y

Pp


ESTUDIOS ETNOLÓGICOS. E

|

>

,

A

su proximidad á los Continentes, y viceversa. En'añáloga proporción se demostraban sus hábitos; costum-$ res,

vida social

y política,

y la forma de su culto.

Mientras las tribus salvajes «de uno

y otro continente

nían: sus ídolos, según

adoratorios dentro

erigían suntuosos y soberbios templos 4 sus divinida= des, consagrándolos al culto de éstas, nuestros indios; extraños por completo á todo arte arquitectónico, teHerrera,

en

- de sus bohíos,.Óó alguno mayor fuera de sus pueblos, | dedicado-al culto porla comunidad, y. en el que con» - servaban al Cemí tutelar.

..

j

d

A

Hemos recorrido ligeramenteel origende las re=

ligiones paganas

y expuesto

las impresiones

terminan en el hombre primitivo - un poder sobrenatural,

las primeras

invisible,

insustancial

. poderoso, creador y director de la naturaleza fenómenos

que deideas de y

todo-

y de los

que por lo extraordinario. de su índole pa-

recían incomprensibles;

y

para venir en

conocimiento

de la pretendida religión de nuestros indios borinque- ños nos hemos aproximado á las fuentes de la historia,

ávidos

|

de descubrir la verdad

Oviedo, Herrera y otros;

en

.

A

las narraciones de

pero examinadas éstas

clara luz de la razón, pronto hemos de convenir

á la

en que

sus relatos, lejos de representar el resultado de sabias y

escrupolosas observaciones, tan sólo

consignan ideas y

apreciaciones, fundadas en la impresión que les causaba

la vista de algunos objetos curiosos encontrados en poder de los indios, tales como “figuras talladas, in-

fuyendo poderosamenteen sus juicios las ideas preconcebidas, y creyendo encontrar en los paises nuevamente descubiertos, los mismos pueblos paganos y . salvajesde la antigiiedad ú otros idénticos á los ya

conocidos.

E

s

a

e

ce

ahora qué grado de verosimiltud podemos

Td

Veamos

4

El mismo aborrecimiento que los conquistadores sentían hácia los cultos paganos, les inducía á buscarlos y suponerlos entre los conquistados de estos paises.


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:

A

| conceder á las pretendidas ideas religi osas

-. Indios borinqueños, y el culto que rendían turas.

a

a

Consiste

e

á sus escul-

e

oO

El fetichismo es la forma más grosera

_mitivos tiempos religiosos.

ho

de nuestros

de los pri-

en la adoración

de objetos esculpidos en madera, metales, piedra .Ó barro, dándoles las más extrañas figuras, regularmente la | de ciertos animales cuya fuerza, astucia ú otras cuali-

- des extraordinárias

son motivo de adoración

ó temor

para el hombre. Algunos pueblos del Africa finden culto á los animales que les causan daño % beneficio; ciertas tribus del Egipto adoran la vaca 6 el eocodrilo; otras del Congo”

adoran la

serpiente;

las meridipnales

la hiena, y así sucesivamente: Muy común es también la adoración del sol, la luna, algunos astros y constela-

ciones, «un animal ó árbol, los rios y otros objetos/ Nuestros indios nosadoraban el sol, ni-la luba,

ni

los astros, ni tampoco animal ú objeto algung. Su creéncia en dos séres invisibles y superiores nó está en manera alguna comprobada, bien que los historiadores la afirman, creyendo reconocer en las figuras esculpidas la personificación tangible en que los indios

representaban sus deidades. Además; Oviedo éxagera, tratándose de Santo Domingo y Puerto Rico, las

formas de estos fetiches,

Ó mejor dicho, de estay raras

figuras. Poseemos en.nuestras colecciones un regular, número de ellas, de barro y piedra. Las primefas re-

presentan en su mayor parte cabezas de mono ya sencillos ya exageradamente desfigurados algunos | órganos, como las orejas,

obras adornadas caprichosamente

y algunas más imperfectas que parecen imitar la cabeza

de un múcaro.

No tenemos ni hemos visto ningu no de

esos que describe Oviedo, '““con muchas cabezas! y co-las, con caninas y feroces dentaduras y grandes colmillos, ojos encendidos (?) de dragón y Pda dal

como la figura abominable y descomunal

del diablo (á

quien no tengo el honor de conocer), espantable ¡y que »


O pone mucho temor, regáñindo y eS como. quien | 5,"

De paso sea dicho, que esas figuras de Barro pas

recen haber sido traidas por - los caribes, según se ex

plicará en otro capítulo. Las figuras de piedra representan, á excepción: de'

algunas pocas, la cabeza y extremidades posteriores de un reptil batraquio, figuradas

elevándose en

forma

media Ó dorsal.

de cono

Su tamaño

en las

dos

puntas bajas,

y sin adornos la parte

varía de

15

á 50 centí-

_metros, y el material empleado es, regularmente roca dura granítica, pórfido ó diorita, -algunas areniscas y

.calizas. Una sola tiene la fórma de una jutia. Hay. además otras figuras de piedra en forma de placa: representan el sol, un pez 6 una

cabeza humana;

una de

ellasfigura algo así como una cabeza disecada, según lo demuestran las profundas órbitas circulares y la boca - desmesuradamente ancha y deprimida. pe :

Es

evidente que

si los indios hubieran poseido

ideas de un ser superior é individual,

otro inclinado al mal, en nombre

diferente,

del bien, y

lugar' del sólo nombre Cemá,

hubiesen adoptado dos, aplicando un

. autor

á eada

siendo absurdo

uno ó

de elfos

inconcebible

confundir en un sólo nombre á dos entidades de distinta

. índole.

Los historiadores sólo

hablan

del Cemí, dios

de estos indios, y por las relaciones de Oviedo, se viene en conocimiento de que éste es el genio del mal, representado en la abominable figura del diablo. En ninguna parte nos habla este cronista de otra representación que simbolize el genio del bien.

Parece lógico que la idea del Cemá debía represen-

tarse por medio de una figura

agradable,

y la del mal

en otra repulsiva; pero no se concibe 'que se les aplique la de un sapo, un mono ó un murciélago. : | E

|

El culto de los animales en ciertas tribus. salvajes tiene relación alguna con la idea, de un ser todopode- :

roso é invisible, que domina la naturaleza y los hombres y preside el movimiento universal, ¡Más cn demues -


262

REVISTA PUERTORRIQUEÑA. hitl

tra un miedo inconsciente á las fuerzas físicas que pare-

cen sobrenaturales al hombre ignorante;

pero en estas

tado

ó terrorá

islas no existía ningún animal feroz indígena ni imporque

fuese

capaz de infundir miedo

naturales; no había tampoco nramíferos carnívor los os ni reptiles” formidables y venenosos; los únicos anima-

les temibles por sus ponzoñosas

deduras

se reducían

y el cienpiés; nos fieras

por

á algunos

y nunca mortales, mor-

insectos;

la araña peluda

solamente en el mar encontramos talgusu voracidad,

tales como los

pero estas no figuran en las esculturas

dios, y nadie ha reconocido

en parte alguna. indios la idea de

de

que ellos le

tiburones:

nuestrós in-

rindieran ¡culto

Si en realidad hubieran poseido los un sér:supremo personal ó invisible,

autor del bien,

su imaginación les hubiera” dado formas

representando

esa idea más claramente

más en armonía con su índole perfecta

sera,

menos imperfecta

y bienhechora,

y menos gro-

y desnaturalizada

de

lo! que

aparece en los antedichos objetos, que erró neamente se han considerado hasta ahora como ídolo s ó fetiches

adorados por los idios. El animal en su naturaleza es inferior

rior al hombre,

y

un dios

dios, sino una caricatura.

en forma

de

h no gupe-

y

animal ro

es

App”:

A poco que se mediteha de 'convenirse en que la idea de un doble principio divino separado en entidades opuestas, reclamaría distintas repr esentaciones .que correspondiesen de un modo más ó ménos perf ecto con la naturaleza de dichos dioses; pero no pued e en manera alguna concebirse que la esencia de la perversidad y la destrucc ión

recibiera todo.

blo, anteponiéndola

el holocausto

de un ¡pue-

á la otra esencia del bien,

auto

r y principio de todas las cosas, y por su naturaleza también superior á aquél, RS |

Cuan

to más penetramos en esta cuestión de. las supuestas ideas religiosas de los indios, y á medi da| que

las anteriores líneas esclarecen

los grados

de verdad


SE |

ESTUDIOS ETNOLÓGICOS. que:se deben conceder

á dichas ideas nos

tambien ménos dispuestos queño verdaderas

á

encontramos

admitir en el indio borin-

ideas religiosas, fundadas

tencia de un sér supremo,

263

infinito,

en la exis-

todopoderoso,

autor-

y principio de todas las cosas; pero aún concediendo á los indios ideas vagas, ligerísimas, incoherentes y sin la fuerza de unidad que sólo presta un cuerpo de doctrina reflexiva

y

metódicamente

establecida,

es aven-

turado, ilológico y poco filosófico aceptar la idea de una verdadera religión. ".

De

este punto

UU de vista surgen necesariamente

clusiones contrarias al reconocimiento del pueblo primitivo borinqueño; de positiva de un principio eterno y conservador y director del mundo.

con-

de una religión la idea cabal y universal creador,

Las narraciohes de Oviedo y Herrera no merecen, desde el punto de vista que hemos examinado las ideas religiosas de los indios, más crédito que el de aventuradísimas deducciones, resultantes de la supuesta inte-

ligencia que pocas veces en materia de

este género lo-

—graron establecer discurriendo con los indios,

guaje era tan extraño á los españoles, á aquéllos. Creemos oportuno recordar aquí los antropófagos caribes raciones que. aún corren

cuyo len-

como el de éstos que la fábula:

de

es una de tantas falsas asevemuy válidas en la opinión de

los que no han.meditado formalmente sobre

los funda-

mentos naturales de semejante afirmación. | . Hay mu hos sordos-mudos á quienes no se ha po-

dido trasmitir con precisión la idea de Dios; tos paises

y ciertas

que privan de civilizados, la

masas de la urbana

y én cier-

población rural

permanecen

privadas de

toda instrucción, no es raro encontrar en ellas gentes que

carecen en absoluto de ideas religiosas, 6 que sólo conocen el nombre

de

Dios, sin darse cuenta de

su signi-

ficación. Aunque el tema que acabamos de abordar parezca


E

dy

>

REVISTA PUERTORRIQUEÑA.

una Opinión personalísima, no debe olvidarse que multitud de-viajeros dotados de sagaz espíritu de observación y profundos conocimientos etnológicos, que han recorrido comarcas de salvajes y permanecido largo tiempo entre ellos, aseguran que en su mayor part e no

- tienen la menor

idea de un sér supremo, y que otros

hallan privados de todo sentimiento religioso, Ó no se tie-

ne templo ni culto alguno.

|

o

El pueblo que carece de ideas religiosas, como el indio borinqueño, no reconoce el principio de un alma inmaterial, invisible, incorruptible, inmortal y etern a. Debemos, pués, acoger con la misma reserva 'lás palabras de Fray Iñigo cuando afirma que los indios creí an en la resurrección de los difuntos. aME Tanto esta narración,

“nistasde las

funciones,

como la

que

hacen

supersticiones

los gro-

y supercherías

de los sacerdotes, revisten los caractéres de juic ios -pre-

concebidos en la mente de los primeros españole s que pisaron estas playas. Sus conocimientos de la historia y religión de los pueblos paganos antíguos y las extravagantes descripciones de los apartados pueb los del Asia, apenas visitadas por algunos viajeros, surtían imaginación de conceptos más ó ménos modifica su dos; pero siempre enla inteligencia de que habían llegado á aquellas regiones del Asia 6 que se hallaban próx imos á ellas, dando sin reservas por hecho, que los pueb los

de las Indias occidentales, primeras descubie rtas|en América, profesaban la misma religión, los mism os hábitos é idénticas costumbres que los fantás ticos pueblos

de las islas Masculina y Femenina, de Brandan, siete ciudades, etc, eto. Aquellas apreciaciones ceptos erróneos se han trasmitido de generación neración y hasta han llegado á arraigarse en el

de los hombres pensadores.

-

|

e

de'las y conen gpeánimo

EPs

Reasumiendo cuanto hemos expuesto en este capí tulo

de la religión de los indios

borinqueños,

nos creemos

autorizados para establecer las siguientes ee

A

EOS

Ml

|

Ñ

A

'

AA

ARAS

2


ESTUDIOS ETNOLÓGICOS. 1?—Las narraciones cronistas

de

Oviedo

y*algunos

otros

no son el resultado de observaciones auténticas

- y bien comprobadas. | a 22—Sus afirmaciones carecen de crédito, porque no podía existir inteligencia cabal entre dos pueblos incapaces de entenderse

por medio del lenguaje.

3"—Las apreciaciones de estos cronistas son meras conjeturas, deducidas del conocimiento que pretendían poseer de los pueblos del Asia, poco conocidos O aun en aquella época. 4”—No hay pruebas evidentes en los monumentos arqueológicos, ni de otra clase, que justifiquen la existencia de culto alguno religioso entre nuestros indios. 5“—Todo inclina á creer que los indios borinque-

ños carecían en absoluto de. ideas religiosas,

Dr. S. STHAL.


LA CADENA DE AMOR, | DEDICADO

+

PEQUEÑO POEMA.

5 £

Á MI3 QUERIDOS AMIGOS Y HERMANOS EN LETRAS,

QUINTÍN Y JOSE A, NEGRON SANJURJO, CANTO

| |

12

nz,

o ___

Amor,

cual sombra se aleja

De quien sincero le sigue; Deja á aquél que le persigue, Y persigue á quien le deja. SHAKESPEARE,

*

Ventura Ruiz, amaba Á la bella Consuelo con locura; Consuelo, en Salvador sólo pensaba; Salvador, á Victoria idolatraba,

Y se moría Victoria por Ventura. ¡TL

Era Ventura Ruiz jóven gallardo,

E

-


LA CADEDENA AMOR. De altivo Continente, Con más fuego que el sol dentro del. pecho, de

Y un huracán deshecho -

|

: a

De ilusiones confusasen la mente. Soñador de extraviada fantasía,

Qué soñaba despierto

|

“Y soñaba también cuando dormía;

Y aun creo que soñaría,

llos

|

Si lo pudiese hacer, después de muerto.

de

e

111. 4

Salvador Aguilar era, al contrario,

La antítesis perfecta

E

*

a

De Ventura Rúiiiz el visionario.

Nada turbó jamás su eterna calma

É indiferencia fría,

Y, más que un ser humano, parecía La estatua del desdén;

cuerpo sin alma. |

IV. De la gentil Victoria Y de su hermana angelical, Consuelo, Sólo podré decir que ésta era un cielo, Y aquella, más que cielo, era la gloria. - Y en verdad que Consuelo merecía: Cielo llamarse sin reserva alguna;

Pues su cándida faz era la luna, Sus ojos dos luceros, do se vía

Del fulgor estelar el fiel destello,

Y era sol su cabello.

Por las hebras de luz que en él había.

.

2


REVISTA PUERTORRIQUEÑA. Y Victoriá...... Victoria. cil | Ya dije ¿no es verdad? que era la gloria. Sí; porque yo presumo Que es la gloria un fanal de blanca. lumbre Situado allá del cielo en la alta cumbre,

Donde acuden los genios creadores A abrasarse en sus rayos seductores. '

Y Victoria era así; de esas hermosas ' Que son fuego voraz, y á cuyoslados -Vuelan, como incansables mariposas, Séres mil que perecen abrasados. |V

|

e

V. |

'Hácia el templo sus pasos dirigía Victoria, en compañía De su hechicera y candorosa hermana. Salvador Aguilar que, indiferente Siguió tras ellas, y que nunca el alma

using cabos: A Ls

Es lo cierto que un dia O, por mejor decir, una mañana,

Presa sintió del amoroso fuego,

'Un nuevo sueño acarició en su mente,

Del volcán que en su pecho había nacido,

e ett

Y en sus ojos brilló la chispa ardiente

A

—.

AS

Sintió su corazón de amor herido,

PL

Mientras, tal vez pensando en Dios, rezaba—

E

A Victoria miró, perdió la calma, Y al instante quedó de amores ciego. El soñador Ventura, En el templo también acertó á verlas Cuando su vista inquieta paséaba; Y al fijarse en Consuelo, —que mostraba Hilera blanca de menudas perlas

TREO

Hallóse de las bellas frente á frente,


LA CADENA DE AMOR,

Mas.. ¡rara coincidencia! La imágen al buscar del Dios del 3 14 angelical Consuelo Que seguía sus preces murmurando, Vió á Salvador; al punto con violencia -Latió su corazón, y despertando $ Del sueño encantador de la inocencia, Bajó los ojos...... y siguió rezando. Casi en el propio instante.

Victoria alzó su divinal semblante,

Y (al ver cómo los ojos de Ventura

Buscaban á Consuelo) en su egoismo Sin poder evitar torpes recelos, Sintió en el corazón, á un tiempo mismo, La chispa del amor y de los celos. Vi.

Aunque ambas eran bellas, existía Entre una y otra hermana, La misma distinción que haber podría Entre una inglesa fría Y una ardorosa y linda sevillana. Era Victoria apasionada, ardiente;

Consuelo. melancólica, apacible;

Victoria el mar rugiente, Desbordado torrente : Atronador,

Y

voraz, irresistible.

la rubia Consuelo,

Manantial puro, tersoy cristalino,

Tranquilo riachuachuelo

ue se desliza entre flotante lino. quella, la cascada estrepitosa gue rueda en ondas de brillante plata; ésta, el lago dormido que retrata


REVISTA PUER TORRIQUEÑA., La imagen de la Luna silenciosa, Consuelo era la cándida doncella En cuya linda faz la dura huella Nunca se vió que el desengaño imprime; Mas ¡ah! que si Consuelo era muy bella,

Victoria, más que bella, era sublime,

A

-VIL

A

“Por esa ley que ordena Que se atraigan los polos divergentes, Aquellos cuatro genios diferentes Formaron con su amor una cadena. Y así, mientras Consuelo deliraba. Pensando en Salvador, Victoria sólo

Salvador Aguilar,

o

- En su Ventura sin cesar pensaba; Y en tanto que Ventura se moría De amor por su Consuelo, |

con loco anhelo,

A la hermosa Victoria perseguía. ¡ Contraste singular!” De amores ciego, Su volcánico fuezo ) Procuraba apagar en la fría calma

De Consuelo, Ventura; Y en tanto Salvador, cuerpo sín alma,

Al fuego del amor de su Victoria Destruir pretendía

La nieve que en su pecho se escondía.

VIIL. Parece natural que así, lo mismo

, Que aquellos dos amantes,

pe

.


O

LACADENADE AMOR,

La

Por los polos opuestos y distantes Dejábanse arrastrar.... hasta el abismo; | ! También de igual manera Sintieran la atracción del polo opuesto Consuelo y su graciosa compañera.

10 O O | a «EN

e

Mas no fué así, que presto En todo ha de poner su mano el diablo,

Y más cuando se trata de mujeres;

Por eso á aquellos séres

_ /

La dicha les mostró, de tal manera

al quererla tocar, de ellos huyera

Que

Cual huye de la noche el sol radioso,

Y á su vez cada cual triste sufriera El suplicio de Tántalo horroroso.

- Así fué que Victoria, al verse amada

8

a |

|

5

EX

L

:

:

Por Salvador, le prodigaba en pago Dósis mortal de indifencia helada; Y de Ventura al amoroso halago Daba en premio Consuelo Otra dósis mortal de puro hielo.

¡Mas ¿en qué la cadena consistía

Que á la vez los ligaba y desligaba? ¿Por qué si un puro amor les enlazaba, También el mismo amor les desunía?

.

Es que la mujer adora sólo

| ¡Ay!

a.

y aquél que se le muestra indiferente; su amor es más puro y más ardiente

Hacia aquel que le brinda engaño y dolo. 1

¡Yes que el hombre á su vez también procura

Despreciar lo que encuentra ante su paso,

Y escalar lo que se halla á gran altura; Y en esta lucha eterna, la existencia || Í

4

»

.

O

:

E

|


| 72

|

REVISTA PUERTORRIQUEÑA. paar

Y

ci

Ll

el

Y

E

Del hombre y la mujer llega á:su ocaso Persiguiendo no más que

lo imposible,

Por esa loca y natural tendencia

De querer conseguir lo inconseguible.

José G. Torres. | Yauco, 18387,

ge

A

NO

ti

(Terminará en el canto 1).

| 1

| |4


.- LA CIENCIA DEL LENGUAJE. +

1D

El

primer problema que se presenta á la conside--

ración del filólogo es el número considerable de idiomas con sus dialectos, y la necesidad de establecer entre ellos analogías y diferencias. Agrupar los idiomás en familias y formar clases de creciente extensión hasta llegar á una

es el trabajo

capital de -

lengua madre

ó fundamental

sedad del terra

autem erat uniius labíi de la Sagrada Es-

la lingiiística moderna.

critura ha sido

«Determinar la exactitud ó fal-

el principal

objeto de los filólogos de

: fines del siglo pasado y principios del actual. Á distintos criterios se ha atendido en la clasificación de los idiomas, porque muy distintas son también

las partes de que

consta

Pero todas las elasificaciones

ticulares, y por tanto

el organismo

del lenguaje.

fundadas en criterios par-

incompletas, no responden á las

verdaderas exigencias de la ciencia, sino se armonizan y funden eri uno solo capital, cual es la estructura mor-

fológica y la genealogía de los idiomas.

Así carecede

importancia la distribución de éstos por regiones, por- : que puede suceder que un mismo lenguaje se hable'én


e

mm

REVISTA PURRTORMIQUENA.

distintos países ó que un país posea distintas lenguas. De igual modo las clasificaciones fundadas -en la eye grafía, como aparece en el Atlas etnográfico de q el Catálogo de Hervás y en el Mitridutes Adelung y |p ter son inexactas, pues se da. el caso de que una ma raza tenga idiomas de estructura muy distinta. por eso asentimos á la opinión de Schleicher y e formulada por Revilla en estos términos: “* La, Filología no contribuye en nada á esclarecer los problemas de la unidad ó variedad de la especie

humana,

de las relacio- .

nes de las razas entre sí, etc. Ni la Etnografía auxilia á la Filología ni ésta á aquélla, y por' lo tanto, es vano todo empeño en hacer una clasificación etnográfica de

las lenguas.”

A

Olvidó el malogrado crítico que las razas tuvidron en los comienzos. de la humanidad su lenguaje propio y que, á pesar de las vicisitudes por que atravesaron, no es difícil establecer la clasificación de los pueblos por, los idiomas hablados. Dígalo sino el inmortal Pictet que, guiado sólo por, la Filología, pudo determinaf con exactitud casi matemática las cer iones de los pueblos aryos. Díganlo los que por la sola compáración de los idiomas han probado que la mayoría de los pueblos que habitan desde el Neva al Guadalquivir, desde el Irán á la Islandia pertenecen á una sola familía de la raza blanca. - Díganlo, por último, los que|demostraron el origen semítico de los misteriosos Etruscps y de los Y apigios. Si bien creemos con el citado autor que no puede existir una clasificación etnográfica de idiorhas, creemos que la clasificación de los pueblos se funda enfsus idiomas. Varían según las condiciones climatológicas las diferencias etnológicas de las razos, porque son fneramente locales y por ende accidentales; pero no vatían

tan fácilmente

las que emanan

ritu ó son expresión de la unión

de la esencia

del espí-

sustancial del hombre.

La historia ¡nos prueba que razas esencialmente: ¿dlistintas que por. algún tiempo habitaron en un mi$mo $

'


LA CIENCIA DEL LENGUAJE,

E

ES --

suelo presentan iguales

variaciones craneoscópicas, co-

mo sucede en los diferentes pueblos ¡que habitaron las . regiones del Eufrates y del Tigris. Para nosotros el lenguaje y las creencias religiosas,

la Filología y Mito-

logía comparadas, son el fundamento de la clasificación : de los pueblos; pero de ningún modo la de éstos puede servir de fundamento á la agrupación de los idiomas. La

fundarse mismos. nocen un * y clase, y

verdadera

clasificación

de

los

idiomas

debe.

en la estructura y en las afinidades de los Idiomas que tienen igual forma óÓ que'recoorigen común pertenecen á la misma familia por eso sucede invariablemente que lenguas.

que reconocen

un mismo

origen presentan igual pro-

cedimiento de formación y vice-versa. Por lo tanto, la verdadera clasificación de los idiomas debe ser necesariamente genealógica y morfológica. Ésta es completa; aquella sólo comprende algunos grupos y deja fuera de sí lenguas cuyas afinidades con otras no están de-. terminadas. . Por eso los grupos de la clasificación-

morfológica son constantes perimentan

continuas

y los de la

variaciones.

Así

genealógica ex-. sucede con.

la

clasificación en lenguas aryas, semíticas y turanias, que fué adoptada por la mayoría de los filólogos y que hoy ya nadie admite; - clasificación que obedece.al error vulgar de considerar como sinónimas las palabras arya y

blanca, semítica y amarilla, etiópica y turania. Cuando se han establecido con claridad los tres tipos blanco, amarillo y negro; se fijaron las tres familias conocidas, jafétida (arya y turania) semítica y chamítica, fué cuan-

do quedó probado que la denominación

de turanienses

aplicada á muchos.idiomas era inexacta...

La clasificación hoy más seguida es la que tiene por fundamento la agrupación de raíces, es decir, la propuesta por Federico Schlegel y desarrollada por _Schleicher. En opinión de este sabio naturalista y filólogo, los idiomas se denominan monosilábicos, aglutinantes y flexivos. Partidario del darvinismo, cree que '


o

REVISTA PUÉRTORRIQUEÑA. más bien que lengua s distintas son etapas- del lenguaje .

que comienzan por el monosilabismo, continúan por la aglutinación y terminan por la flexión. Respetamos en

mucho la autoridad del filólogo alemán,

pero: creéemos-

con Ernesto Renán “que las lenguas que fueron en un, principio monosilábicas han conservado siempe su forma.” Lejos de notar la transformación indicada | que supone un paso de análisis á la síntesis, se observa. por

él contrario la tendencia

de

la síntesis

al análisis.

en todos los idiomas al paso

Una

lengua

es tanto

¡más

sintética cuanto -más antigua. Llámanse lenguas monosilábicas

Ap aquéllas en ¡que

y la otra sólo indica determinaciones.

La primera raíz

las palabras se constituyen por raíces independientes. En éllas no existe distinción entre raíz y palabra. . Toda palabra es una raíz y toda raíz una palabra. Los filólogos representan estas lenguas porla fórmula Rolor, en la cual R denota una raíz: inalterable, r otra ¡raíz igualmente inalterable referida á la primera. q Las lenguas aglutinantes forman las palabras por la agrupación de dos ó más raíces, de las cuales tuna significa un concepto y tiene significación por sí misma

combinagjones

í un infijo y s un sufijo. Una variedad de aglutinantes son las llamadas polisintéticas

radas, llamadas así porque en

todas las palabras frase.

un solo

independieñtes

El polisintetismo no

es otra

de

n prefijo,

las lenguas ó incofipo-

vocablo

reunen:

que constituyen cosa que

tinación en mayor escala.

la

la agluo

Por último, denomínanse lenguas flexivas aqulléas

to

en las cuales las palabras son constituidas por dos ó más raíces que se han fundido íntimamente. La agrupación

a,

de

e e

siete

las letras R que indica una raiz cualquiera, p

A

representan estas lenguas por

OR

es la parte sustancial de la palabra y la segunda la forma. — Las palabras, rigorosamente hablando, son un. compuesto no reducido á unidad, son un mal mosáico que permite ver la sutura de las piezas. Los filóldgos


E

|

E

:

an

LA CIENCIA DEL LENGUAE]. “dde

las mismas

compararse á una. combinación

puede

química, que no permite distinguir,

los elementos

componentes.

sino por el análisis,

En estas lenguas

la raíz

principal, la indicativa Ó ideal expresa, el concepto fundamental y la predicativa ó formal, sufriendo alteración ' Los fi-. 6 flexión en su estructura, expresa la relación. lólogos representan estos idiomas por las fórmulas R*%s |

|

BR” y (p) EF” etc,

Las lenguas flexivas se dividen en sintéticas y analíticas, división impropia, porque la tendencia al aná. lisis hace que una lengua pierda su carácter

de

flexiva.

|

Propiamente hablando, toda lengua flexiva es sintética, sólo se llaman analíticas cuando sustituyen los casos _de la declinación por las preposiciones, y las formas | verbales por los tiempos auxiliares. Hé aquí ahora las principales lenguas que com| prende cada uno de los grupos indicados. Idiomas monost'ábicos.—Chino,

siamés y birmano. Idiomas aglutinantes.—Esta familias:

|

tibetano, marahua,

cn tres

¡ clase comprende

atómicas, turanienses y holofrásticas.

La pri-

mera comprende multitud de idiomas africanos que tiene una estructura muy parecida á las lenguas semíticas.

La segunda trae su nombre

del

Turán,

re-

Y la tercera, denominada gión del Asia Central. también de idiomas polisintéticos, comprende la mayor parte de los hablados en América además del georgiano

En la primera sólo mencionaremos y euskaro ó vasco. los idiomas mandingas, los de la alta Guinea, los del

Congo y los conocidos con el nombre de nilóticos.

la familia hungro-tártara,

la segunda se citan

! a SE

: E ....

En

uralo-

altáica, la mongola, turca, samoyeda, hungro-finesa, malayo-polínesia. En la tercera, además de las ya. citadas, se comprenden las familias quichú, othomí y ) : azteca. Idiomas flexivos.—Dos grupos importantes com-

prende esta clase de idiomas: semítico y aryo ó indg=

. Eo EEN O

Ñpo

Ñ

E

Ñ

É

2

z hh


8

REVISTA

europeo. . Las hebreo,

PUERTORRIQUEÑA.

principales

árabe,

caldeo,

lenguas

ed

semíticas son: el

etiópico, syrio, fenicio, 'púnico.

; ilias aryas ó. indo-europeas com Las fam prenden seis familias principales: aryo-indias, aryo-i ranias, ¡aryo— slavas, aryo-celtas, aryo germanas y aryo-pelásgicas.

:

z

7!

La familia arya es la que hoy presenta más ancho campo á la investigación de los “filélo gos contempor neos. Reconstituida la lengua madre por los esf| á- : herzos . de Bopp y Schleicher, siendo sus idiomas por los pueblos más civilizados del glo los hablados bo y constituyendo naciones las aryas la raza más elevada, más venerable, (aryo significa venerable) no es de extrañar que ocupe de un modo preferente la atenci ón de les filólogos y sean más rápidos los progresos d o su estudio. Esta misma consideración nos obliga 4 enumerar detalladamente los idiomas que comprende cada una de sus fami

Ala

no Ó

lias.

'

1 a

aryo-india pertenecen:

lengua

de

los

vedas;

2% el

1% el antiguo indiasanscr

perfecta; 3? el pracrit ó lengua natura ito 6 lengua l y vulgar¡ 49 el pali 6 lengua del Budhismo; y 57 la de los zíngaros del Indostan. ipos A la aryo-irania corresponden: 1% las inscripciones cuneiformes de los Ach el idioma de emenidas; 22 el antiguo bactrizno ó zendo; 4? el huzv arezch 6 pehlvi, idiomade la dinastía sasanida; 52 el parsi; 6% el ¡nuevo persas y 7? el armenio.

la aryo

A

:

pelásgica corresponde:

2% el albanés; 3” el umbro;

40 el osco;

Sus tres grupos valaco-rúmano,

- pano-itálico,

y 5” el latín con

'rancó-provencalll his-

La aryo-celta comprende dos secciones,

ó irlandesa y la llamada cimrica ó británica. La

aryo-slava comprende:

p

1? el griego gs : |

1% el ruso

la gaélica

- pp

3

con sus dialectos; 2% el neobulgaro y. el ilírico; - 32 los idiomas de Polonia y Boemia; 4* el antiguo pru siano, el lituano


A

e

LA CIENCIA

DEL LENGUAJE.

y el lettico. De estos tres últimos filólogos la familia aryo-lituana. i

a aryo-germana

a

e

-

forman po

algunos .

comprende: . 1? el antiguo gó-

tico usado por el obispo arriano Ufilas- para la. traducción de la Biblia; 2? el bajo alemán con sus derivados. anglo+sajón, holandés,

frisio, antiguo

alemán hablado por los pueblos escandinavo

32 el alto

de la Germania;

con sus derivados sueco,

islándico.

sajón;

42 el

dano noruego

é

|

Stheinthal,

|

atendiendo también á la estructura mor-

fológica, divide las lenguas en dos grandes clases: lenguas privadas de forma y lenguas adornadas de ésta. Unas y otras se subdividen en aponentes y en declinantes ó conjugantes. He aquí el cuadro de clasifica-

- ción que tomamos de una de las obras de Pezzi.

A.

LENGUAS

1. Lenguas aponentes. 2. Lenguas declinantes: a. que

indican

las determinaciones

del contenido por medio de la redupos y de prefijos; . que indican la citada determinación por elementos unidos después de la raíz; c. que la indican por medio de la incorporación.

PRIVADAS

DE FORMA.

II Las lenguas polinesiacas.

TIT Lenguas uralo-altáicas. DUES IV Lenguas americanas.

Lenguas aponentes. Y El chino. Lenguas declinantes: a mediante la simple anexión de elementoe gramaticales. VI El egipcio. mediante alteraciones internas +E la raíz, VI El semítico..

Cc. por medio de sufijos propios. ,

E

I Las lenguas de la India Trangangética. >

B. LENGUAS CYN FORMA. 1. 2. a. los b. de

|

VI El aryo.:


0%

Mo

— Los

:

a

k

:

A l

REVISTA PUERTORRIQUEÑA. grupos señalados

varias familias,

mites de estos artículos. morfológicas

por Stheinthal compr

cuya enumeración

no permiten hos:

Otras muchas clasibcdi

han establecido los

más distinguido

Jogos, pero.las dos expuestas son las que más ac ción han tenido, especialmente la primera. ÁLVAREZ

l

|

A

PEREZ

.-0os 7 á


OS

A

A

DON JOSÉ PABLO MORALES. se

,

P

f

SEMBLANZA.

Aunque el episodio anterior no se relaciona directamente con el estudio de la vida literaria y política de don José Pablo Morales, no me parece fuera de propósito

darle á conocer á mis lectores como introducción semblanza que voy á escribir. Aparte del sabor á4 la y Propio de la época en que empezaba á despertalocal | rse aquella poderosa inteligencia que más tarde habí a de

honrar al periodismo antillano, servirá para dar á los lectores de estos apuntes una idea prévia del medio socia * - y religioso en que nació y vivió, de la sencillez de l sus. hábitos,

de la bondad ingénita de su carátter y del ve-

hementísimo afán de saber que le dominaba desd e niño,

como

si aquel cerebro

maravillosamente

organizado

para forjar y difundir ideas, reclamase con imperioso poder los elementos auxiliares que necesitaba para

realizar sus funciones de cíclope intelectual.

la

La entidad periodística de don José Pablo Mora les, qué es la que más principalmente me propongo

bosquejar en este trabajo, no apareció hasta veinte años

después del suceso referido.

No había en la isla más

5


ds

SEPA

PUERTORRIQUEÑA.

que alguno que otro periódico destinado los gobernadores

y á celebrar con

al elogio

de

versos convenciona-

les y ramplones el cumpleaños de la Reina y el natalicio de los régios bástagos, como decía la Gaceta, y Mono

sentía

inclinación

hácia

estas -puerilidades.

Otra idea más alta y más noble tenía formada él acerca del verdadero periodismo, y en ella se afirmaba. cada dia más con la lectura: de algunos periódicos de Madrid que adquiría de tiempo en nep á fuerza de diligencias y privaciones. El canónigo

Baez

le

prestó

una

vez

El Pensa-

miento Español, ilustre Balmes.

periódico dirigido á la sazón por el Leyó Morales con avidez y júbilo este

periódico,

él admiraba

y en

trina, lo razonado

y

la profundidad de la doc-

firme de

la dialéctica y la. urba-

nidad exquisita de la forma. —Así deben ser los periódicos

deja en sus

con-

versaciones familiares.—Diera yo todas las .riquezas del mundo por escribir de este modo, y por tener un periódico de estas condiciones en Puerto Rico. Pero si bien aplaudía Morales el talento, la ciencia y la rectitud de intenciones que se revelaban en tan excelente publicación, no le. satisfacían por completo algunas

de las

teorías polticas

por

ella

sustentadas.

Sentíase á veces como abrumado por el poder' de la argumentación del periodista filósofo, y no encontraba la forma.

precisa

para

contradecir

lo

que

leía;

pero

no por eso aceptaba la tiranía del racionio, sino que encontraba en ella nuevo y 'poderoso acicate que le obligaba

á

estudiar

sin

descanso,

razón y cultivar su entendimiento. Por las frecuentes polémicas

para

users

su

que El Pensdmisido

Español tenía con La Iberia y por las opiniones que las motivaban, creyó Morales descubrir muchos puntos de afinidad entre sus ideas políticas y Ns que sustentaba el célebre

diario de

Calvo

Asensio.

Gestionó desde

entonces: con ahinco 0 para adquirir La SiS fberia, empresa,

ad

rales


DON JOSÉ PABLO MORALES.

de

Poco

ménos

apenas

que imposible

existían

relaciones

en

aFat

aquel tiempo

en

comerciales, literarias

que. ni.

políticas entre Puerto-Rico y la Península, y en que la rigurosa censura á quese 'sometían las publicaciones hacía

inútil

toda

tentativa de

introduc-

ción de periódicos liberales en-el país, ni de libros cuya

circulación

no estuviese

amparada

expresamente por

la licencia del Ordinario. Leyó por fin algunos números de La Iberia, cuyos trabajos le entusiasmaban principalmente por la ampli«tud del criterio, por la intención y valentía de la frase, por el calor de la propaganda y la fé en el porvenir, De tiempo en tiempo llegaba de la Península al-

queño en uno de los períodos más agitados de la historia política de este país.

Entre tanto,

ia

y sin dejar de mano las provechosas

lecturas, en las que hallaba

singular

ejerció las profesiones de Maestro bano y Notario, respectivamente,

deleite, obtuvo y

de escuela,

Escria

A A eli e A

en las Antillas. ¡Se leían á puerta cerrada, en petit: comité, y eran conducidos de casa á casa y de pueblo á pueblo, con precauciones muy justificadas en aquel tiempo, aunque hoy nos parecerían ridículas ó inverosímiles. Pudo adquirir Morales algunos de estos .periódicos, que leía y conservaba cuidadosamente, alternando y relacionando su estudio con el de algunos libros:de literatura, filosofíay ciencia social, y de esta manera se iba cultivando en las soledades del Naranjito y de Toa-Alta aquel talento vigoroso y fecundo, que había de dar vida y carácter al periodismo puertorri-

MA

de La América, de Asquerino; de la Revista HispanoAmericana, de Angulo Heredia; de La Discusión, de:| Rivero, ó de algunos otros periódicos muy estimados

A

habían ido á

cursar allí una carrera científica, y traía cosidos en el interior de la ropa ó encubiertos entre los pliegues del paraguas óen la caja de la chistera varios ejemplares

a e

guno de los jóvenes puertorriqueños que

A

SON

del exterior,


2

REVISTA PUERTORRIQUEÑA.

Sus ideas progresistas, que no podían publicarse en aquel tiempo, y la independencia de su carácter que -no se avenía con las ridículas exigencias de la prévia censura, le mantenían alejado, muy á su pesar, del pa-

lenque del periodismo, que aún en el año 1862 carecía

de verdadera importancia, habiendo muerto á:manos del poder civil £l Mercurio, El Fénix y otros periódicos que habían querido dar'algunos pasos de avance en la

exposición de ideas políticas” ó en la crítica del Bob

no local. . [Empezó á publicarse en aquella época una. revista de Moral? Economía y Administración, titulada E! Pomento de Puerto- Rico, dirigida por el inteligente y laborioso escritor D. Federico Asenjo, “y en ella dió 4 la estampa Morales sus primeros ensayos sobre enseñanza pública, administración de Justicia, etc. El tiempo

que le dejaban libre estos trabajos y los de su profesión, empleábalo en desarrollar ideas, esbozar asuntos y hacer acopio de materiales de carácter político, esperando que un cambio radical de gobierno, que parecía: indicado en la madre

Patria,

trajese

á Puerto-Rico

cierta

expansión política y algunas garantías de libertad para el escritor público; pero una circunstancia imprevista le obligó á lanzarse á la palestra antes de la evolución ó revolución que esperaba. E Con

motivo de

cierta reforma

reglamento de jornaleros,

proyectada en el

surgió una ruidosa discusión

sobre si debía Ó no abolirse la libreta,

minoso que

afectaba al jornal,

documento

veja-

al crédito y aún á la li-

bertad misma del*proletario, haciéndolos depender de informes arbitrarios y parciales. Publicáronse varios

artículos en pró y en contra del proyecto, y no tardaron en trasparentarse en esta cuestión los dos eternos matices de la política, el que se funda en los derechos del hombre

y el que tiene por

base los intereses crea-

- dos, los privilegios de la tradición.

Morales

puso resueltamente su pluma al servicio

Ñ

*

AE

>

A

A

4

A

Pr

-


ose

PABLO MORALES.

de los primeros, y el país leyó con entusiasmo y admiración aquellos vigorosos . artículos corítra la libreta, . que sirvieron de base á la reputación periodística de su autor. : El Fomento habla cambiado de forma, adoptando la más

4 propósito

para la lucha

viva y constante de

las ideas: la revista quincenal se hizo diario. - nueva publicación fué donde Morales

FEnesta

.

empezó á revelar

brillantemente sus grandes aptitudes de polemista. El periódico de lucha incesante y agitada era su centro natural.

Necesitaba

el estímulo

de

la contra- .

dicción, el calor de la polémica, las energías del amor propio contrariado. Su pluma se mostraba perezosa y poco segura en la exposición serena y premeditada, en los asuntos tratados en frio, como él solía decir gráfica-

mente;

pero una vez empeñada

la discusión

despertá-

banse en él de modo extraordinario las cualidades prin-

cipales del periodista. Abundancia de ideas, flexibilidad de dicción, claridad de juicio, variedad, elocuencia, fuerza persuasiva, ingenio agudo y pasmosa fecundidad, todas

estas

dotes

concurrían

en

realzar la obra del inolvidable

Era

“armonioso

notable la desigualdad

artículos

de

mera

exposición,

conjunto

á

polemista.

que existía entre generalmente

sus

lángui-

dos y frios, y sus réplicas vivas, intencionadas, cóntundentes, ricas de ideas propias y de admirables rasgos de ¡ ingenio, y escritas con gran soltura y espontaneidad. Esta particularidad de su eiipeñaciecato y la costumbre que tenía de no firmar sus artículos, daba ocasión á chascos muy frecuentes por parte de algunos periodistas novatos, que alentados por la flojedad de

tal ó cual artículo de aquella índole y sin sospechar que fuese de un tan esforzado polemista, solían salirle al encuentro en busca de una victoria fácil, y bien

reconocían y lamentaban

su error

pronto

al verse envueltos,

estrechados, confundidos por la dialéctica y la fecun1%)

%

. Se |


A

¿REVISTA PUERTORRIQUEÑA.

«

"idad abrumadorás de aquel formidable gladia dor del Periodismo puertorriqueño. — :

|

ó

Eos

- ManuzL FErNÁNDEZ Juncos. e

(Continuará).

¿2

$

e

VITA

BREVIS.

'.

Despierta, despierta, levántate obrero Que ya el sol trasmonta los altos pic, achos,

Py

Y esparce su luz,

a

Al taller acude, trabaja én la estatua,

a

habrá de ceñirte, en tiempo cercano, A — |. Corona eternal. o 3 Prosigue, prosigue, sacude él hastío;

Que

-Dá fuerza á tu brazo, trabaja con fé;

El tiempo se agota, la tarde está enc ima,

- Concluye la estátua, termina, termina, Que va á oscurecer.

Gasrren Ferrer HervaNnDez. Diciembre, 1887.

and a

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di

3


DRID. MA EN S TE AR S LA Y AS TR LE AS “L *

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ar

+

,

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Eu

AR

Sr. Director de la Revista PUERTORRIQUEÑA. No tocaré á las cosas de la política, ni aún con las puntas de los dedos; pero al dar comienzo á mis car-.:

tas para Puerto Rico quiero enviar á esa hermosa y maltratada tierra un saludo entusiasta. Comparta Puer

>

to Rico con la madre Patria los infortunios nacionales cuando llegue el caso; mas no sea hija de peor condición

que las demás provincias españolas.

¡Ojalá pronto res-

plandezca y domine la justicia, tan poderosa y bienhechora como el radiante sol que fertiliza,esos campos! Deje-

mos á unos afirmar que debe robustecerse

.

exagerada-

A

iremos

es

mente el principio de autoridad, discutan otrosel eterno... prestigio de

la libertad:

nosotros,

entre

tanto,

constantemente dando cuenta de los progresos literarios y artísticos que aquí se

realizan, y acaso de este modo

contribuyamos á la fraternidad firmísima que existe y. | A ha de existir por siempre entre Puerto Rico y las deO En la lenta pero segura lamás regiones españolas. bor del tiempo, con el andar calmoso pero infatigable de los años, un buen libro une á los pueblos con mayor

fuerza que una ley, y una obra de arte, inspirada en. ideal de paz y de justicia, puede más que el articulado

|


os .

.....

——_——

REVISTA PUERTORRIQUEÑA.

A

.

de un decreto...... En Madrid existe hoy una colonia de gente jóven puertorri queña que bulle poco - en los ceñtros políticos pero que acude siempre á los lugares donde se rinde culto al estudio de las: artes las ciéncias. Imitando la conducta de los que obran tan cuerdamente, pronto co nseguiremos acusar en las páginas de la RevisTa PU tado del arte y de las letras y, ERTORRIQUEÑA el :espia, estas cuartillas contendrán. si no enseñanza prola vida artística y literaria de al ménos el reflejo de parece desquitarse de sus des España; nación -que dichas políticas obteniendo victorias en los dominios de soy de los que piensan que est la inteligencia, No. dencia: antes al contrario, abrigoamos en plena décala convicción “de que España—especialmente en lo que á la literatura se refiere—ha entrado en un períod o de florecimiento. Por cima de nue stras discordias, casi bizantina s, brillan los. nombres de nuestros artistas y escritores; la palabrería

de un

una obra dramática,

estreno ansiosamente

y de

seguro va más gente

'esperado de

la que acude

á

á oir un discurso hecho en solicitud de una cartera. a «Nuestro renacimiento artíst ico de un gran defecto: no tiene tenden y literário adolece definido; es realmente muy vig cia fija ni carácter oro ¿Puesto de elementos heterogeneos so, pero está com. En todo conservamos, sin embargo, cierto sello nacional que “parece ser indeleble de las cosas españolas , pero ni el teatro, ni la novela, ni la pintura, nila poesía lírica siguen idéntico rumbo. No hay escuela triunfante, sino in- Aividualidades poderosas. No existen grupos forma_dos por identidad de Opiniones; cada artista, cada poeta trabaja buscando

la

realización

modo que mejor la entiende, y dic de la belleza, del los más, de casi todos, son poquís ho sea en honor de imos los que sacrifican al becerro de oro

.

Aquí, donde las letras y las artes


LAS LETRAS Y LAS ARTES EN MADRID.

289

no mantienen Lien á los que las profesan, es raro encontrar quien adule al vulgo para ganar dinero. Al. gunos librejos se venden en las puertas de los cafés, algunos editores hacen negocio con lo que en Francia. se llama pornografía, mas no cuentan con ningún es-.

critor verdaderamente notable.

_ tros donde

bién en

Cierto

que hiy

tea-

domina lo verde: y*lo licencioso, - pero tam-

ellos son

más frecuentes

cándalos mayúsculos.

0

las silbas

|

Si, cual sucedía en el siglo XVII,

español el idioma

más extendido

yy los es-

ES

:

de hoy el:

por el mundo,

nues-:

tros escritores gozarían fama universal como: acontece

á los franceses. Echegaray, Tamayo, Galdós, Juan Valera, Campoamor, Nuñez de Arce y Manuel del Pa-- |

lacio merecen tener frutan Dumas,

en

Europa el renombre

Sardou, Zola, Daudet,

Copée

que

dis-.

y Bau-

ville. En París, por ejemplo, donde las obras dramá-. ticas duran muchos meses en los carteles, están surti-'

dos los reducido

teatros por un número relativamente muy de escritores: en Madrid, donde el público:

devora con mayor rapidez

las obras literarias

y donde

una comedia se representa como máximo veinte ó' treinta noches seguidas, los poetas tienen que ser, y'

son en general, más fecundos. Por otra parte en Francia, exceptuados los maestros, los que tienen reputación indiscutible,

que marcha

fuera de la plana mayor,

detrás es ménos

que mediano.

todo lo

Aquí aún'

descontados los hombres verdaderamente notables nos queda buen número de escritores que si no conquistan

el dictado de ilustres merecen al ménos ser trata. dos con respeto. Todavía no hemos visto en Madrid que un poeta de la talla de Sardou escriba obras

como Theodora averiado

bolaje.

y La Toson, en que se suple lo viejo y

del género con el lujo y la novedad del emi.

En

Madridno se aplaudirían

tales errores

aunque pintara las decoraciones la misma Verdad; . unique un nabab indio gastara sus tesoros en guardál

>


|

- 390

_ REVISTA PUERTORRIQUEÑA,

1 rropía y atrezo. Y cuenta que quien esto escribe: es de los españoles más entusiastas partidarios y acaso: de los que mejor conocen las cosas de la Francia moderna, pueblo que rescata todas sus deficiencias con! la hermosa virtud del patriotismo. 3 Pero, dejándonos de digresiones, vamos ás emprender la tarea de ir dibujando rápidamente el cuadro de 0

nuestra literatura

contémporánea,

las figuras del ajedréz

como

en el tablero

;

quien coloca

para moverlas

luego: vamos á citar los nombres de los más ilustres escritores, tratando de bosquejar la personalidad de cada uno. Comencemos por los autores dr.máticos. Prescindiendo de Zorrilla que á pesar de Don “Juan Tenorio y de El Zapatero y el Rey tiene su puesto de

honor al frente

de

nuestros poetas líricos,

las

dos

)

figuras principales son Tamayo y Echegaray. Tamayo es reaccionario, católico, amante de todo lo tradicional,

opuesto en todo al espíritu

moderno,

pero está

dotado de un talento poderoso, y es poseedor :en tal grado de los secretos de la belleza. y tan buen conocedor del idioma

que hasta

niones que profesa

_ como el primero máticos,

los más opuestos

le consideramos,

y el mejor de

Tamayo

piensa,

á

las opi-

indis scutiblemente,

nuestros autores

discurre,

sus obras de una manera admirable:

planea

y

dra-

dispdne

una vez admitidas

sus ideas, lo que constituye el desarrollo de sus dramas y comedias está siempre sujeto á la razón más clara y enérgica. Como estilista es de una corrección. intachable, algo enamorado de lo arcaico, pero será siem-. pre modelo de los que escriben para el teatro. Ha traducido muchas obras francesas que andan por esos mundos y teatros

de provincia

con el pseudónimo | de.

- Juan García, ha escrito obras notabilísimas

firmándose

Joaquín Estebanez: en las ménos ha dado su verdadero. nombre. Está retirado hace tiempo de la escena, con

maestro.

Cuando en los salonci

como

A RNA a

le consideran

sus compañeros que

Ps

gran sentimiento del público y de

.

i


LAS LETRAS Y LAS ARTES RN

:

MADRID. |

||

E

mt

|

)

|

|

cillos de los teatros se habla de él, todo el mundo dice Don Manuel Tamayo: los demás son con más

$ ménos respeto Echegaray ó Sellés 6 Campoamor: á Tamayo nadie le apea el don, como sucedía: cón Hartzenbusch y García: Gutierrez. Es jefe superior del

cuerpo de

archiveros,

director

de

la

Biblio-

teca Nacional y secretario perpétuo de la Academia Española. Muchos créen que Tamayo no escribe por suponer enteramente torcido y viciado el gus-

to

del

público:

otros

imaginan

que

su

alejamiento

está fundado en que á la altura en que se encuentra no tiene ya nada que ganar y por tanto: un fracaso sería para él' cosa terrible. Es tal la admiración que el público le profesa,

sobre todo el respeto

que le. tienen

sus compañeros, que.el estreno de una obra suya sería _ un acontecimiento extraordinario y un éxito: seguro.

Es imposible

que planée ni escriba mal una obra, pero

se le quiere y considera tanto que, aún siendo así, probablemente

se

le haría

una demostración

solemne de

simpatía, y respeto. El partido: carlista y neocatólico pretende acaparar como gloria exclusivamente suya el

nombre de Tamayo: el empeño es inútil porque El drama nuevo, Lo positivo,” Lances de honor y Locura de amor, son joyas de la literatura castellana y no patrimonio de sacristías ni hermandades. Dia vendrá en que hablemos más despacio de Don Manuel Tamayo

4 los lectores de la Revisra PUERTORRIQUEÑA. Echegaray une la galanura Martos, profesa en todo hijo de

es de en su

para el teatro fué

:

ingeniero de caminos, como orador Moret á la poderosa intención de política ideas muy avanzadas y es tiempo. Lo primero que escribió El

libro lolonario

drama que

firmó

con el pseudónimo de Jorge Hayaseca. Sus obras posteriores han sido casi otros tantos triunfos, las na lores

están traducidas á todos los idiomas de Europa, y cada

estreno : suyo que se anuncia ¡ ocasióna una sul idaA ide precios én las localidades del teatro en que ha de“we-* E e =

:


58

sa

REVISTA PUERTORRIQUEÑA.

rificarse,

Echegaray

que Tamayo, en cuanto

es personalidad escritor,

pero

duda que no puede establecerse

Tamayoes escritor garay es todo lo

que

pone y en cualquier

y nada

más

quiere

esfera de

5 más discutida

nadie

pone en -

paralelo entre ambos. que escritor:

ser, hace

Eche-

cuanto se pro-

actividad á que se de-

dique obtendrá resultados maravillosos. Los estrenos de sus dramas son verdaderas batallas: pocos van á presenciarlos con imparcialidad. Para unos es.un prosista y versificador incorrecto, un cerebro en que lo extraordinario vencé á lo natural, un pensador volteriano y un moralista dudoso: otros, en cambio dicen

que es más poeta que Zorrilla, que todo lo que imagina

lleva admirable sello de grandeza y que nadié sabe como él conmover é impresionar cuando quiere y por los

medios que se le antojan. Quien esto escribe” ha combatido varias de sus obras, pero siempre se ha com-

placido en contribuir

á afirmar

la idea de que Éche-.

garay-es una gloria nacional, mal que pese á los que mellan'con las rodillas las gradas de los altares. Su trato afable y

bondadoso está

hay enél sombrade

lleno

de

encantos; no

soberbia ni amago de envaneti-

miento. Es un narrador admirable. Recuerdo qhe una tarde en.un salón del Círculo Literario, nos refirió

á unos cuantos amigos el asunto de una novela francesa que acababa de leer y que le había encantado. Su manera de explicar lo que en la novela pasaba, la claridad, el color, la poesía, y el vigor qu: desplegó me: hicieron ccmprar el libro.... La novela era no más' que mediana: Echegaray la había vestido á su gusto, ' y el ropaje resultó tan espléndido y maravilloso, que de buena gana el novelista francés hubiera cambiado lo que él imaginó por lo que el poeta español le atribuía. Hombres hay que al llegar 4 la altura de Echegaray se endiosan haciéndose insoportables á sus semejantes. Echegaray rara vez habla de sí' mismo;

el yo, el aborrecible yo sale pocas veces |

4

$

P

|

7

Ñ

de

:

Sk!

Er

de sus labios.


| LAS LETRAS Y LAS ARTES EN. MADRID...

.893.

4

Echegaray sirve de profesor á su hijo y con frecuencia

horas. de

se les vé juntos en los teatros en las primeras la noche.

El hombre que

la

escena

es-

es

todo

dul-

zura y afabilidad. En cartas sucesivas tendremos sión de hablar largamente de él. |

oca-

añola de muertes,

ha sembrado

crímenes

y espantos

- Digamos algo de Eugenio Sellés,

de Ramos

Ca-

.rrión, Leopoldo Cano y Enrique. Gaspar, si hay tiempo para ello.

O

Cuando el autor de estas

líneas

comenzó

su

ca-

rrera literaria Po articulitos—por cierto muy flojos—para El Qlobo, hácia 1873, Sellés era colaborador del mismo periódico, donde publicaba una série de estudios históricos

titulada

La política de capa y espada,

trabajos que hoy constituyen un libro admirable. tarde se estrenóen el teatro Español un drama en un acto, titulado triunfo

obtenido

La torre de Talavera;

con

El nudo

entonces Sellés comenzó

luego vino el

qgordiano,

á luchar

y á partir de

don el público.

rasgo distintivo, la cualidad predominante en

el vigor,

un vigor

audaz,

descarnado,

afán es decir la verdad, envuelta en una

” impecable, llena de encantos

pero

Mas suyo

casi

El

Sellés

es

brutal:

su

forma literaria

preñada

de aquella

amargúra que constituye el alma de los grandes mora«listas. Las obras sérias de Quevedo están llenas de

razonamientos é ideas del enio Sellés.

corte de

lo que escribe Eu-

Y el vicio, el defecto principal de nuestro

público es la hipocresfa: de aquíel choque. El público - madrileño tolera los mayores escándalos contados en voz baja, en los salones del Casino, en los rincones de cualquier tertulia; pero en el teatro no quiere presen=" ciar sino homenajes al pudor. Que hay en palcosy butacas mujeres adúlteras y maridos pacientes, santo y muy bueno: que la crónica escandalosa se enriquece diariamente con

que

los hombres

vendiéndose,

una

inmoralidad «nueva,

políticos

¿qué más dá?

prevarican

Pero

no

no

importa:

y se envilecen

presenteis todo XL

E E <> pS


294 esto

pr

á

REVISTA PUERTORRIQUEÑA. en

la escena con noble crudeza,

+

1

con desenfadada

hombría de bien, porque entonces os dirán: que la obra es inmoral, que el fango no debe sacarse á flor del agua, que el mundo no es tan malo y..... . que Madrid no quiere verse retratado sino como las mujeres, con los defectos atenuados y la belleza realzada. Tal fué la causa de que Las esculturas de carne, «La vida pública y Las vengadoras no alcanzaen más larga vida, No eran obras dramáticas perfectas, péro sus méritos pesaban mucho

más que sus errores,

y

el público ha to-

lerado y aplaude continuamente muchas comedias cuyos autorés 'no sirven para escribientes de Sellés. En cartas posteriores seguiremos hablando de los autores dramáticos:

ahora, por dar variedad

á

la pre-

sente, vamos á citar un' par de autores cómicos; Ramos

Carrión y Eusebio Blasco. ads El primero ha escrito en todos los géneros que abarca la escena ménos el drama y la tragedia. Ha hecho comedias de intriga, comedias de caractéres, juguetes

cómicos,

obras

de grande espectáculo,

saínetes,

y es el primer libretista de zarzuela que tenemos. cantables y sus. situaciones dramáticas, sobre puestas

en

música por Chapí,

son para las

Sus todo

empresas

lo que el premio gordo para los jugadores - 4 la lotería; Ramos Carrión procede de un grupo de bohemios limpios y decentes que se formó en Madrid por los dias de la Revolución

ingenio

todo

y

de

Setiembre:

trabajo comenzó ya)

lo rico que puede

ser

á

después,

á

gganar dinero

fuerza de y

un escritor español.

fase principal

de

del: público.

Los

estrenos

éxitos claros,

sin

vacilaciones.

su talento es

primer órden á la que va unido

una

hoy.es: y

La

fuerza cómica de

un gran conocimiento

de sus obras Dialoga

son siempre lo

mismo

¡en

prosa que en verso con extraordinaria facilidad y posée _ el arte de preparar los efectos teatrales con tan habilidosa astucia que funda y desarrolla el interés de sus - asuntos seguro del fin que se propone: El noveno MAR:

IN


h +

LAS LETRAS Y LAS ARTES EN MADRID. deiniento,

La

careta

verde,

son - modelos

a del

género.

Sus zarzuelas son la base del repertorio contemporáneo. “Lo mejor que ha escrito,

un gusto

Los Señoritos,

moratiniano modernizado

es

que

comedia

no

hay

de

más

que pedir en cuanto á verdad, ingenio y séncillez.. - Ramos Carrión es hoy quizás el único autor contemporáneo que tiene condiciones

de carácter

para sobre-

ponerse á las empresas. Teatro en que se va á representar algo suyo queda convertido en territorio sujeto á su inteligente tiranía. Cuando comienzan los ensayos murmuran desde el segundo apunte hasta el empr: sario: luego todos le dan la razón. En la actualidad, y con la poderosa colaboración del maestro Chapí, ha emprendido la tarea de procurar el renacimiento de la zarzuela, espectáculo eminentemente español. Si para conseguirlo: bastaren un libretista y un músico la cosa con ellos dos poeta darse por lograda. Pronto se estrenará Li bruja,' obra de ambos que ha de ser notable, á juzgar por el cariño cón que han trabajado en ella, teniéndo en cuenta que si Ramos Ca- *

rrión es el primero en hacer libros musicales, Chapí es un maestro que á nacer en otro pueblo de Europa tendría hoy más nombradía que Saint Saens Ó Mae: net.

Eusebio Blasco, que en política resulta por variar de 'bandera fácilmente,

fácil y espontáneo

res suelén íntimas,

que hay

ir/á la imprenta

sus composiciones

poco sério

es el versificador más

en España.

Sus borrado-

sin un tachón,

sus

cartas

formarían un conjunto agra-

dabilísimo. Ha escrito novelas, correspondencias á los periódicos, artículos de costumbres, poesías bellísimas y muchas obras teatrales. - Estas son la base más fir-. me de su reptitación. Muchas son arreglos Óó traducciones,

pañola. En

pero perfectamente adaptados

4

sus comedias las hay

á la escena es-

de dos clases: ¿unas es-

critas para Se de apuros, endebles, hasta malas, pero


2

296 ?

REVISTA . PUERTORRIQUEÑA. PUE | |

siempre iluminadas por destellos de ingenio y raudales de gracia:otras escritas y pensadas con calma que retratan admirablemente el lado cómico de nuestras costumbres. Blasco es uno de los pocos escritores. espa-

ñoles

que penetran el llamado gran mundo,

de suerte

que las condesas, bangueros y señorones que pinta son de carne y hueso. Nola hagas y no la temas, Elpañuelo blanco, preciosa comedia sacada de Un caprice de Musset,

y otras muchas

tienen tanta fuerza cómica

mo las más escogidas de Bretón y de Serra. Blasco y Ramos Carrión comparten hoy dominio

de la “escena española

en lo que

co-

el pre-

se refiere

á

la gracia culta y de buen gusto, porque Enrique Gás. par es una figura aislada, que no se parece á ningún ' compañero suyo. dl Pero Enrique Gaspar, poeta originalísimo, y Leo.poldo Cano, siempre conmovedor y vigoroso, quédense con Ceferino Palencia, Vital Aza, Estramera, y los saineteros Ricardo de la Vega, Burgos, Sánchez Pastor

“y

Luceño

Todos,

para

pintores,

novelistas

y

dar

realce

á

poetas líricos

mis

cartas

sucesivas.

(aún quedan algunos),

periodistas irán pasando por estas cuarti-

llas siendo en ellas tratados con respeto pero imparcialmente, para que los lectores de la Revista no vean en estos párrafos ni la exagerada indulgencia del amigo ni la hostilidad del adversario. ds

Una noticia desagradable para terminar.

tro Español Nadie sabe

¿proyecto presentado por el Sr. miento

El Tea-

ha sido cerrado porque amenaza ruina. todavía si se reedificará con arreglo. al

hace años,

Novo Colson al Ayunta-

si las Córtes harán

una

ley creando

6

el Teatro Nacional ó si se adoptará el proyecto non"nato que Montero Rios no tuvo tiempo de realizar cuando fué ministro de Fomento. La intervención de las _ Córtes parece lo más, patriótico y lo más lógico: mas también será lo más lento. En-los centros literarios


o

LAS LETRAS Y LAS ARTES EN MADRID. A

ee

la opinión,

A

A

re

a =

E

cop

sin prejuzgar el problema,” se pronuncia á

favor de una solución que reedifique el Teatro Español en el más breve plazo. La nación está sosteniendo indirectamente y favoreciendo á las claras un espectáculo extraño; la ópera. En el Real son extranjeros la mayoría de los coros,

del cuerpo

de baile,

siempre los

directores y los:cantantes: allí no hay español sino la orquesta, precisamente lo mejor. Y este es, sinem- .

bargo,

el teatro protegido por la familia real,

aristocrácia,

la nobleza.

por

y también por los

la

que,

rindiendo culto al guiero y no puedo, tienen que empe-

ñar las alhajas y los cubiertos á principio de temporada para poder abonarse. | | : Confiemos sin embargo en que los poderes pú-

blicos harán que

no muera la nueva

ñola por falta: de casa que habitar. Francia tuvo un Moliere

y

dramática

.espa-

FO

labró un palacio mag-

nífico para representar sus obras. Hoy por hoy Lope, Tirso, Calderón, Moreto y Alarcón están, en medio de la calle. a >

. Jacisto Ocravio Picón, Madrid, Di.iembre 8 de 1887. je $


LETRAS Y ARTES EN PARÍS.

Desde que tengo el gusto de enborronar cuartillas

para los que esta Revista leen,

nohe hablado

de Pa-

go al autor de la Vida inquieta.

- Pablo Bourget

'es un

blo Bourget, poeta y novelista célebre aquí y tal vez entre los literatos del extranjero, pero que no es conocido universalmente como Zola ó Daudet. Aprovecho, _ pues, muy satisfecho, la ocasión que me ofrece su úl- timo libro, para presentarlo á mis lectores y hacer que compartan la admiración y el cariño que inspira y tendelicadísimo organismo de artista, un alma sobremane-

ra sensible que no ha tomado lecciones

de la expe-

riencia sin que su espíritu recibiese los arañazos, los alfi-

lerazos y las más hondas heridas que las torpezas y vilezas sociales producen en tales naturalezas. — Ignorando su existencia,

no sé si es feliz

ó

desgraciado, pero

en su talento de escritor hay numerosos puntos de con- tacto con el lastimero Leopardi;

la amargura profunda .

que todo lo acibara, la desesperanza, el ánsia: más desenfrenada

de ideal,

la terrible duda y

el pesimismo ele-

gante é irremediable... Pero, su desconsoladora filosofía, que tan moderna es y lleva el siglo en sus mismísimas entrañas, que todos padecemos en mayor ó menor gra-

do, va acompañada

de un don que no tuvo el divino


ES

ARTES EN PARÍS.

899

poeta, y es la facultad del análisis. Sin excluir 4 Balzac, á quien sigue Bourget con felicidad rara y propia originalidad, no hay analista más severo, minucioso y

metódico.

Esta facultad,

que desarrolla

el

íntimo

sufrimiento, pues nos hace palpables los móviles de las

acciones agenas y aún de las nuestras,

es la marca es-

pecial y característica del ingenio de este escritor. todas sus novelas Enigma cruel,

—Un crímen

Andrés Corné's, y la última: Mentiras,

En

de amor,—

el argumento es

insignificante hasta el punto de decirse que no ley hay; :

los cuadros,

si exactos y

sentidos, son breves,

ya los

trate con la ligereza y frescura de la acuarela, ya con las acentuadas líneas del agua fuerte; no falta el paisaje del que ningún artista verdadero podrá nunca prescindir por completo,

pues

el aire libre

es

importante.

factor de belleza; pero, lo capital, lo que domina' y se enseñorea de todo es el análisis de las pasiones, de los sentimientos más secretos, de las más fugitivas, sutiles

é indefinibles sensaciones escritor

del corazón.

con tanto tino que

mos la triste verdad

á cada

Lo escruta

de la observación,

y los que nun-

ca han sabido que no hay tema más seductor tivo

que el

estudio del alma,

interés con que saborean completo

las peripecias

drama, —trágico

aventuras,

y violentísimo

lo dicho, el análisis de la pasión,

la vida moral y social. . ras, editada

dente.

che

el que faltan por en que

drama,—se la

todo el

reduce

á

clara exposición de

Una ojeada [4 la novela Menti-

como las otras

|

y atrac-

se quedarán atónitos del.

un libro en y

el

|instante reconoce-

por Lemerre,

0]

lo hará evi-

En la primera página del libro, se apea de un code plaza el conocido autor Claudio Larcher, que

“como

muchos escritores analíticos,

está acostumbrado

““á juzgarse - y estudiarse de contínuo, sin que ni estu“dio ni juicio ejerzan influencia alguna en sus acciones. “Los más nímios detalles le son pretexto para exami--

>

“nar su vida y su persona, pero el solo resultado de -


da

REVISTA PUERTORRIQUEÑA.

-

q

““este: seguido exámen es mantenerse en una dolorosa ““é ineficaz lucidez á todas horas.” Al ver la solitaria

un rincóm calle Coétlogon, por la que anda, y que parece

propone

en la

piensa

de provincia,

e»istencia

hace tiempo.

tomar

Tiene

retirada

que se

prometidos, un

drama, una novela, artículos y en vez de estár conla ¡lina en la mano, se va á casa de la condesa Komof, gran dama rusa. Y noes todo. Viene en busca, ¡para presentarlo á la condesa, de su amigo Reñato

Vincy, tónces

jóven de veinte y cinco años, que hasta enha llevado una vida discreta y severa de poeta

trabajador, y á quien una comedia en un acto, el Sigisbés, obra de fantasía, ha hecho célebre de la noche á la mañana. El éxito se debe en mucho á Claudio, que

ha leido la comedia, la ha presentado á Colette Rigaud,

su querida,

actriz del Teatro Francés

- cado á las tablas.

y esta la ha sa-

Claudio y Renato son, pues, íntimos

amigos. Vive el poéta. con una hermana, Emilia, que lo adora como si fuese su madre, y Emilia, su marido, la criada Francisca,—pues Bourget estudia los más. secundarios personajes, toda aquella casa, que es amor, abnegación y virtud, no es mentira, y respecto de ella miente el título de la novela. Era necesario que así fuese para comprender la grandeza, la pureza y la inocencia de alma de Renato que parece haber sido educado y vivido

en una provincia española,

un

jóven.

pero que

y tengo entre mis amigos

tanto más

se pone

Tal

Es real em-

otro Renato, áunque

esla emoción de Renato,

aquella noche su primer frac, que sale de

su casa sin despedirse de Rosalía, amiga de su hermana, vírgen en toda la significación física y moral, que ama con vehemen.ia al poeta, siendo correspondido. Renato obtiene nuevo

triunfo aquella

noche, —ejecutan

su comedia en el salónde la condesa Komof,—es agasajado, festejado y disputado por las damas que lo.convidan

á sus recepciones.

Una sola, que precisamente se halla

á su ladoen la mesa, á la hora

de la cena,

Madama


Moraines,

no le ha dicho una palabra.

de apariencia aristocrática,

Es una mujér

hija de un ministro del Itm-

perio; todo lo de aquella señora produce la sensación de lo distinguido, casi “demasiado bonito.” Renato la habla, y queda prendado, y siente en su pecho el deseo de jóven y poeta, de ser amado por semejante sér. Comb

las

otras,

sorprendida

Mad.

Moratnés

ofrece: su

de la hermosura del jóven,

y frescura de su alma.

Y aquí comienza el análisis,

seguir, sin hacer un artículo

y

le

debo concretarme

de la sencillez |

E

que no me es posible

tan largo como

la novela,

El vago sentimiento,

indicar.

á

casa, |

vago para Renato, que nose analiza como su amigó Claudio,el sentimiento ligero al parecer que ha expeen su conversación

rimentado

con Mad.

la imágen de la elegante pes

persigue;

Moraines,

le

que se llama

Susana se apodera de él, no le deja punto de reposo y le hace tomar la resolución extraordinaria para un tí-

mido de visitarla aquella misma tarde,

“despues

de su

mente descritas

encuentro.

primer

Como

pedírselas 4 Claudio Esta,

admirable:

¡Qué

están las dudas, las vacilaciones y los

imperiosos deseos de este amor,

aún lo sea!

al siguiente dia

ignora

que el poeta

las señas

y lo encuéntra

no sabe

de Susana,

va á

su querida.

con

Colette, es una cortesana que engaña torpemente

á su amante

con el primero

que lo sabe, á pesar de sus

del odio

que

le inspifa

que se presenta,

celos,

aquella

de

la

mujer,

y Claudio,

repugnancia,

vuelvé á ella

siempre y no vive miéntras con ella está enfadado. es lo peor que se juzga, que sabe que obra como

Y un

miserable, que se rebaja y es indigno, cobarde y vil.... péro no puede renunciar á aquel cuerpo; todo su ser -moral está vencido, esclavizado por aquella carne. La

presencia de Colette impide á Renato pedir las señas, pero las encuentra en un libro, especie de guía de fo»

-

Trasteros del mundo elegante, y va á casa de Susana. é al poeta. bien persuade Qué tacto el de esta dama;'qu


e

-

REVISTA PUERTORRIQUEÑA,

que es una santa digna de todos los respetos! Sale de allí Renato loco y ya enamorado y convencido de que su adoradaes dechado de perfecciones y virtudes! ¿Cuáles la verdad. ...?

se había

casado

cho, Pablo Moraines, y á quien ella estima de

da,

apartarse

acepta

viejo

está

arruinada,

del

las

verde

lujo

y no

á

que

proposiciónes

que

buen

mucha- -

del

mantienesu

es mujer

ca-.

está” acostumbra-

barón

tren de:

Desfi rges,

casa,

¡paga

sus caprichos, y se cobra recibiéndola de' vez en cuando en una casita alquilada á este efecto Tal. es el ángel que ama al poeta. Ella, que se creía curada, lo ama también y calcula que al mismo tiempo que su marido satisface su sed de respetabilidad y el barón

sus necesidades materiales,

y sus sentidos.

talento con que

Hay

que

Mad.

Renato satisfará su

leer

Moraines

en

el libro

corazón :

el infinito

conduce sus amores

enloqueciendo al poeta, dejando sin' contestación. dos cartas, y á la tercera, suponiendo temor de que el jóven se suicide, acudiendo á casa de éste y entregándose á él en aquella estancia virtuosa y pura, en aquel

hogar.

santo

Hay que leer el estudio profundo, que para mí

no peca de extremoso y

sutil,

á

aburre,

como

se: ha

dicho, del

logra

olvidar.

desarrollo de esta pasión en una naturaleza tan joven como la de Renato y en la tan corrompida de Susana. Dos meses viene á durar la felicidad. Por la centésima vez Claudio ha roto para siempre con su querida, y ha puesto'tierra de por medio, yéndose Italia.

- Pero

allí

se

no

á

la ingrata, aunque ha escrito la novela de sus amores, en la que la actriz queda muy mal parada, y escribe 4 Renato que vaya á4 verla, -le pida . perdón en su nombre y prepare la reconciliación. Colette está

irritada,

ansiando

vengarse

de Claudio, y

.como éste anda por Venecia; se venga en su amigo, en

IS

>

AAA

Como

paz

un

sér insignificante que la ama porque le dá la consideración

AAA

social.

con

Í

=

Susana


4 y PA

1 Pu

S ... EN PARÍS LETRAS Y ARTE

3%

L

-

Renato, diciéndole que Mad. Moraines es la querida del viejo Desforges. Se comprende el efecto que la

No lo cree, revelación produce en el sensible jóven. ¿cómoha de creerlo? pero la sospecha ha entrado en su áfimo, y es otra página magistral la consagrada al

y celos y todos los

exámen de esta invasión de duda

causa al autor. del

actos que provoca, y la tortura que

Sigisbés, qué Chichisbes llega á creersé á su vez.

Cuando Claudio regresa de Italia, sabe lo ocurrido

y se va.al

toro

á Renato,

ó sea

astas,

por las

“quien

dispuesto á romper con él, lo recibe sin darle la mano.

:

Y Claudio le dice la:verdad, lo que es Mad. Moraines. “«Sígala usted, —le dice, —y tendrá usted la prueba.”

Y en efecto, Renato llega sana que entra en la casa forges para sus amorosas “moral, Renato va á casa sufrido mucho,

4 hacerlo y sorprende á_Sualquilada por el barón Descitas. Tras mucha dolencia de Susana, que también ha

pues la cortesana lo ama,

real y profundamente.

ahora

lo ama

La escena es bellísima, una

de

las más bellas y poderosas de la novela moderna, y Luego, el poeta se tira un pistermina trágicamente. será

toletazo que felizmente no

mortal,

y

tenemos

el

en

el

consuelo de esperar que no sólo sane física sino moralmente y torne á Rosalía que tan de veras la ama. Esta es la trama; pero, ¿cómo dar idea del borAdemás del inmenso esfuerzo de análisis que dado? hay en el libro, conviene advertir que Pablo Bourget es un estilista

esmerado,

un

maestro

impecable

La frase, castiza manejo de la difícil lengua francesa. sin ser académica, posee el color y el sabor que tanto nos seduce, pero es refinado sin amaneramientoy debe Amargo es colocarse entre los Goncourt y Daudet. de Renato,

por

la suavísima figura de Rosalía y por la magestuosa del abate Taconet que sólo aparece en el último capítulo

de la obra y lo ilumina con la generosidad, la abnega| |

+ |

5

A

familia

NES

por los cuadros íntimos, por la

pero dulce también

PON

en verdad este libro de Mentiras,

E

|


” reas — e

REVISTA PUERTORRIQUEÑA.

ción de una existencia de cura cristiano, ,

.

cumplimiento

apestoso Javier

o

.

del” deber.

.

Déjense

consagradaal E

mL

———

.,

mis lectoras del >

de Montepín, del cansado

y

——

304

antilitera-

el libro sino es para tomar

A

rio Richebourg, y abran: las manos á este favorito: querido autor mio, seguras de que no le han de soltar

otro del mismo excelente X

A

novelador.

o_O

0%

Al fin apareció en las anaquelerías

La Tierra, de Emilio Zola,

que, por

he hecho, he leido con aprensión,

.rrores que de

ye ahora en

de los libreros

más esfuerzos que

por las pestes y ho-

ella me habían contado.

mi ánimo

la opinión agena,

formada y á darla voy con

Pero, no influ-

tengola mia

entera sinceridad, dividién-

dola en cuatro puntos para mayor comodidad, para po:

der expresar mi sentir al correr de la pluma.

1

No me choca, como á muchos, que Zola ' varíe tanto de tema y, con anterioridad diga: “este año me

ocuparé

de las minas,

do datos

con tiempo,

el año

venidero

de la

tierra;el

siguiente de los ferrocarriles,” pues puede haber reuhi- *? asunto, y con pocos

sono

poseer documentos

relativos al

'meses de reflexión ponerseal uní-

con su empresa: y- escribir.

No es Zola

de los

escritores de inspiráción que sólo escriben aquello para lo que, *.en momentos dados, se'sienten dispuestos; es su principal don la fuerza y escribe lo que quiere es: cribir. No obedece más que á una preocupación, por desgracia antiartístici y antiréal: hacer símbolos. + Y el simbolismó que ya he sentido en él, es lo primero que de nuevo siento.

Existe

en toda

la obra,

desde

el'títaló que es exageradó' y falso, pues no es. la tierra,

siño un rincónde ella; exis” ab los 'persónajes,- no

siendo algunos más que eso, un símbolo, como la Grahde, la hermana del aldeano Juan; existe en ¿las accio4


LETRAS Y ARTES EN PARÍS.

ao

nes y el amor furioso del campesino 4 su tierra, 14 sus campos,

pintado con

pasmosa intensidad,

crecer de tal modo que, siendo exacta la visión,

llega á cae en

la convención por lo amplificada y simbólica; existe en el medio, pues tan reducido cuadro viene á ser una al-

dea de doscientos vecinos como Bouille;

la famosa casa de Pot

en fin y hasta cierto punto,

existe en la

des-

cfipción, en el estilo, más conciso que en los otros libros, y en el diálogo que dice mucho, pero no lo dice

EEN

NN

»

NN

a

A

todo, y no es verdad como letra aunque lo sea como espíritu. - Líbreme el buen sentido de criticar á Zola; no lo crítico, digo buenamente lo que en su obra me deja descontento. A | |

El segundo motivo de queja es el argumento.: Zola

parece

despreciarlo, y. le sobra

razón, pero se equivoca

cuando en vez de separase de él por completo, toma uno sencillo y humano, pero que es siempre el mismo.

Una mujer amada por dos hombres; uno de ellos es el héroe, otro el traidor del romanticismo. Los vimos en

el Assommotr,

los hallamos

en La Barriga de París,

en La

Tierra.

Y

en Ferminal y

hay efectos álo

Sue,

a

A

A

A

A

A

hay horrores melodramáticos, que se salvan, como todo lo salva Zola, con. extraordinaria potencia, pero que, en

él fondo, no son más que recursos. Ya lo dije no sé donde y ahora me vuelve á la mente: sin la potencia

“de evocación,

el estilo y la

verdad

estaría al lado de Eugenio Sue. ción, nos da náuseas

cuanto

no sale

repetido,

parece

del

conjunto,

N o queremos conven-

todo lo que trasciende

de la vista,

Zola

y Zola

á

que lo ha

arreglo,

dichay

olvidarlo. : La falta del cura Mouret, esa

es la obra que el autor debería recordar. ¡Se pensará tal vez que en Balzac hay argumento, que lo hay en: las novelas de Galdós; pero el que tal piense confundlas e

especies;

allí hay vida, el argumento de ella, no:el con-

«wencional que "sólo-es lienzo.para la pintura.

:Se dirá

también que en la vida campestre la rivalidad entre dos machos por la misma hembra

es de rigor

y corriente;


306

REVISTA PUERTORRIQUEÑA. "*

]

ya apunté que es conelo: y humano, pero no ved la necesidad de repetirlo. En La Tierra, un campesino, | ya viejo y cascado, divide sus tierras entre sus hijos, á condición de que le den una renta. La caida del viejo de casa en casa de sus retoños, hasta verse en la. calle, abandonado, aborrecido* por sus hijos que no ven “*Fel momento

de que se muera,

sin pan que

comer, sin

almohada donde posar la cabeza, eso bastaba, y reniego,

como

melodramático y convencional,

*

de la muerte de

Francisca, del asesinato de Juan, como renegué de-la muerte de la señorita de Germinal á manos del viejo minero. Es indudable que Zola conmueve profundamente y horrorizaráá los sensibles de epidermis, pero, lo repito,

no acepto semejantes recursos que, Ó son sim-

bolismo, como en Germinal el obrero, el emblema del trabajo, extrangulando al capital; ó efecto teatral, como

Lisá matando á su hermana. La parte más difícil de abordar es la brutal, que ha

hecho dar á Zola, por los imbéciles, el dictado de pornográfico. No soy de los que se tapan las narices y declaran que van á. vomitar ó desmayarse leyendo á Zola, el Zola de estos últimos libros, que han de ser forzosamente groseros ya que grosero es el medio y las gentes son groseras. Los que me conocen, saben que soy limpio de costumbr.s y de lenguaje; pero no me tapo las narices cuando ré mente paso por lugares pestíferos, y no porque me agraden, sino porque no les no me desmayo. cuando

oigo maldecir á los

carreteros, cuando hablo con ciertos séres de la clase baja que me importa conocer, pues no reparo en la grosería de la maldición sino en lo pintoresco que pueda. tener, y en suma soy

indulgente y calculo la educación

.

pora

hago caso;

que ha recibido esa pobre gente. Acepto, pues, de Zola toda la parte brutal, sucia, asquerosa y cuanto llamarla quieran los timoratos. Cuando está en su lugar y es pintoresca y graciosa, la aplaudo; cuando resulta sólo

trivial é inútil, no le Hago caso y la perdono, pues mu>

]

| |


LETRAS Y ARTES EN PARÍS,

chísimos de los dones del autor vienen

O

de estos defec-

tos, y es justo perdonárselas. Se hace evidente que Zola. anda cada vez más convencido de que el acto de la generación no debe ocultarse, que no es vergonzoso como se nos figura y lo sentimos| por las lecciones del ofendido pudor, y lo desparrama por sus libros, en particularen La Tierra con lujo excesivo. Sin hacer remilgos

- diré á Zola que considero eso inútil, que todo loque. menudea se hace monótono y cansado, y así como en las novelas no hacemos comer, ni dormir, ni otras menudencias, en cada capítulo, por más que el comer sea

muy necesario, no veo la precisión de que por todas las páginas del libro anden hombres y mujeres como,en los * Cuentos de Boccacio. En Zola, no es ya preocupación, es obsesión, y no le hago caso. A veces acierta, otras no, como en muchas de las escenas entre Buteau y Francisca. En cuanto á los otros capítulos censurados, el sucio pero gracioso, consagrado á Jesucristo, el aldeano-as: llamado por apodo, el parto de Lisa al mismo * tiempo que el de su vaca,

están en su luzar.

Muchos,

ACLARA

y soy de ellos; no los escribirían, por cuestiónde temperamento, y precisamente por cuestión de tempera-

"mento que

¿

los escribe

lo lean,

Zola.

—podrían

No. aconsejo á las señoritas

leerlo si tuviesen

la instrucción

"que llegará á tener la mujer en el siglo que se nos viene encima,—y á los hombres bueno es indicarles que

en

vez de escogitar

lo que

cojan

llaman

y

cochinerías,

reunir las

encambio las bellezas para

conocer.

para

dejen

poner

pudrirse

alabarlas

en

luz

y es-

y darlasá

Son muchas las que pueden señalarse en La Tierra,

pues en este punto, todo es

hermosura, y las

descrip-

ciones del campo superan á la célebre y dificilísima del

Paradou, que al fin tenía también la marca del

Jismo.

El estilo. es en dd

más claro

que

simbonunca,

no peca de las frases abstractas que hay en los aniterio-

res y el color es del admirable colorista de siempre,

ta a i .

ES a |

E |


308

-

REVISTA PUERTORRIQUEÑA.

Reproduce Zola los al alba, durante la:

que tan á fondo posee el adjetivo. campos á todas las horas del dia,

siesta, al caer de la tarde, por la noche; en otoño, en primavera y en invierno; el viento, azotados nieve;

no los

por

expone

en sus

múltiples

la

nos los pinta' ora abrasados sacudidos

por

bajo la

dormidos

el granizo,

la cosecha,

rante la siembra,

lluvia;

la

por el sol, ora inundados por

Sa

aspectos,

du-

siega, las vendimias, y

nunca decae;

los grandes lienzos

tensa verdad,

de exactísimo

de-'in-

son siempre

tono,

grandiosos

eterna fecundidad de la tierra, punto, hermosos y- retehermosos.

admirables ¡Qué me

la

como

j

de todo importan

los saltos de Jacqueline con las naguas por la cabeza, si ¡Qué la grosería! de los. dá en el establo de vacas! Butean si ocurre en la escena de la siega, tan viva que Estees el divino artista, el que:no la estamos viendo!

morirá, digan

y firmen

cuanto

Compañía de chicos traviesos,

blado á propósito

de” quienes

de su manifiesto

cuanto al aldeano, Zola

visto;

ha

visto

y

Bounetain

ya he 'ha-

contra Zola.

En

muy bien lo que ha

la brutalidad, el innato amor á la tierra, la ava-

ricia; la grosería, la materialidad;

aldeano, ese sér múlriple sin llegar á pintarlo para mática parda, el amor al sino tan grande como el .

quieran

pero no

es

todo el

y movedizo que Balzac indicó siempre. La astucia, la graproceso, que es en el campe-” horror que le tiene antes: de

meter los piés en él, el servilismo,

.

.

también

i

da

la arrogan-

—de esto hay algo en Deilfín, cia, la independencia, cuando se amputa el índicede la mano derecha para no ir á servir, —la bondad, que existe en el labriego y es: Ha visto un lado de complicadísima, no lo cita Zola. la medalla, no ha visto.ó ha descuidado el otro. En fin, alabaré también un cuadro sobremanera cómico, y es el de la borrachera del asno Gedeon, que el dia de

la vendimia, zampa el hocico en una 'tiña llena de vino y se la embucha. — Es la primera vez que Zola sale con

bien de un cuadrito de género, él que sólo sirve: de of- .


E

|

:

z

|

:

a

;

z

dinario para los paisajes y los frescos de, grandes dimensiones.

)

oo]

No sé si me he explicado lo bastante para. provo- ear el deseo de leer La Tierra. Por si. acaso declararé que no sólo debe leerse, sino volverse á leer, | ,

sh

0.0 o%

Es monomanía frecuente

la de

dar

por anticipa-

ción dictados á este siglo, que ya se ha llamado ferrocarriles, del vapor, del teléfono, de Víctor

de los Hugo,

los diccionarios,” y como si no hubiera bastantes,

MM,

etc.

Entre tantó apodo se ha contado el de

|

“siglo de

Larive y Fleury publican ahora el Dictionnaire francais

Ulustré des Mots el des Choses, que edita Jorge Charmerot. . La razón de este diccionario, tirado en mag-

_nífico papel,

impreso

á tres columnas con

esmerada

corrección, bien ilustrado y adornado con! ciento treinta cido á dos tomos de fácil manéjo,

de

encomio,

estriba

en

redu-

que

llena

no puede

todo,

un vacío. El famoso Diccionario de Pedro Larousse “es muy extenso, y para los escritores que sólo buscan un dato, para los estudiantes que no necesitan de grandes descripciones y para la gran masa social que quiere saber pronto y salir de duda cuanto antes, es molesto. además

de su elevadísimo

precio,

pues

el mundo desembolsar 800 francos.

|

La obra de Larive y Fleury ofrece todo

cuanto se

ocurra aprender ó consultar, expuesto

con

cación de todas las voces de la lengua

francesa con su

claridad,

ni

corto ni extenso en demasía. Un diccionario de palabras y de cosas que deja satisfecha la curiosidad ilustrándola. La parte lexicográfica comprende la expli-

etimología, las formas sucesivas por las que han pa- sado, con ejemplos familiares al alcance de todos. En:

geograba se encontrará la configuración de cada país,

: oe

mapas á dos tintas que son dignos


quo

REVISTA PUERTORRIQUEÑA.

tomando por base su constitución geológica.

La his-

toria y la geografía, la mitología comparada, la arqueología han sido atendidas y

tratadas

con

esmero,

y en

la última, los “autores han dado reglas sencillísimas para que cualquiera sepa determinar con relativa exactitud, la época de los monumentos antíguos. No han olvidado los autores ninguna de las aplicaciones de las matemáticas; la mensuración de

las su-

perficies, el trazo de los relojes solares, la arquitectura, la mecánica, la perspectiva. La física, la química, las diferentes partes de la historia natural, mineralogía, zoología, botánica, geología, han sido examinadas, sobre todo desde el puntó de vista práctico de la existencia,

de sus aplicaciones

pues amén de su inmenso

áá las ordinarias

valor

necesidades,

filosófico, contribuyen

al bienestar del género humano. higiene, la medicina, la veterinaria,

La agricultura, ófrecen cuanto

la es

deseable saber, y contiene además el libro un compendio de legislación usual, comercial, y

utilísimo adminis-

trativa,

se.

lo que

celebro,

ñase en los colegios un

yo

que

tanto - desearía

ense-

poco de derecho y algo ménos

de latín. - Mucho más habría que

decir,

en

verdad,

de kan

notable obra; pero solicito la venia para saltar á otros . cantares, pues se me vá cansando el brazo, temo le suceda lo mismo á los oyentes, por las muchas palabras que llevan oidas, y no he terminado todavía, como verá quien siguiere. Hay meses fecundos, y este de No-' viembre se contará entre los más prolíficos. "OO O oo

Existe

en

París la costumbre

prensa á los ensayos generales, bre, pues nunca

de

convidar

á

la

y es buena

la costum-

faltan hombres autorizados

y sinceros

que qe la verdad al autor, aconsejen cortes necesa= 7

A

ds3 A> A

s


LETRAS Y ARTES EN PARÍS.* rios y le salven de la censura pública batacazo.

Victoriano Sardou

guir el uso,—á

no ha

la vejez viruelas,

O

y 4 veces de un > creido

deber se-

ya que siempre lo si-

e

guió,—y ha descontentado á todo el periodismo,

se ha

expuesto á caer y habría caido sin Sara Bernhardt, y á la segunda representación ha tenido que' cortar ó suavizar escenas por extremo brutales ó sucias. Esto sólo ha ganado, porque si, como dijo, lo que temía era — las indiscreciones, de nada ha servido la prohibición del convite. En efecto, el mismo dia y en la mañana del estreno, el Gl Blas daba un análisis detallado del drama, acto por acto. Es una bonita venganza, y le está bien aplicada al autor. A mí, personalmente, po-co me importa, en vista de que pago mi butaca y tengo tiempo de ver y hablar del drama á mis anchas. La Tosca,

que así se titula el nuevo drama de

Sardou,

no se representaría ya, sino fuese por Sara Bernhardt, admirable del principio al fin. Esesa Tosca amante

de Mario y. célebre cantatriz italiana.

Ayuda Mario á

fugarse de un calabozo á Angelotti que es perseguido por Scarpia, regente de la policía romana, como repu-

blicano y amigo de los franceses (pasa la escena en

Junio del 1800). Scarpia se apodera de la Tosca y de Mario, tortura á éste, —ya nos había dado una tortura Sardou en Teodora, y convenía no insistir.—Como Scarpia está enamorado de la Tosca, le propone darse á él y salvará Mario. Ella finge acertar, y cuando Scarpia se le acerca lo apuñala. Luego fusilan 4 Mario y la triste amante se tira, de lo alto de la plataforma del castillo San Angel,

á las aguas del aL,

Tal

es el argumento, que, como se ha visto, recuerúa el de Marión Delorme, de Víctor Hugo. 4 Es sabido que Sar-'

dou posée el teatro y sabe emplear los recursos conocidos y complicar las situaciones y desenlazarlas con

pasmosa habilidad.

Pero,

teatro se muere de anemia,

á los que deseamos

los que creemos que

el

que necesita nueva sangre;

ver en él escenas de la vida, sin ;


REVISTA PUERTORKIQUEÑA

qe

complicaciones, ni peripecias, caractéres estudiados, verdad, la hermosa, verdad de la novela moderna,

den tonmovernos

melodramáticos,

mento dramático - quele ponen

y

ni seducirnos esos lios,

“usados como

las piedras

esos efectos

del, monu-

que se desmorona - por más que. espera

no-pue-

puntales

un arquitecto sublime que

lo ráse para levantarlo sobre cimientos más sólidos. “0

¡0.0

En al Gimnasio se ha represéntado tantino,

de Ludovico

el Cura Cons-

Halény, y es la novela tan cono-

cida que desisto de referir el argumento. Linda y azucarada es la novela, y azucarada y linda es la comedia. HElcura es de almíbar, su sobrino de miel, prometida esposa de caramelo,” y su suegra “de arr ohe fino. Todas son almas bellísimas, elevadísimas, bondadosísimas y todos los isimos é isimas - que ustedes quieran... Zola vé el mundo negro, por temperamento; Halévy lo ha visto aquí azul y rosa, por premeditado! desiEmio,

pues

también

cuando se le antoja,

sabe

como -en

verlo

de

las Petites

otros

Cardinal:

de tanta dulzura,

de tanta confitería

se queda

el

y

Si

cuerpo alisto

descompuesto.

colores

|Y

uno con

Halévy

se ha

propuesto imitar el esfuerzo de los pintores que pintan un cuadro con un. solo color, empleando las infinitas tintas y matices, dénle un premió,

aunque no hay som-

bra ninguna en su lienzo. Pero, que nos presenten como modelo acabado,—no lo es ni de lenguaje, —ese dulzón condumio, no lo acepto. Su comedia en un

acto Luz Sónnettes, vale más que el cura y todo su acompañamiento. En el teatro fráocéa;

y este

ratoncillo blanco,

berg, correrá largo

| Paillerón ha dado. La: Soria que es

la graciosa

Reichem-

tiempo por el escenario.

Paillerón

es del género de Sardou, hábil en el manejo de ka pasta Pp 1


|

Lo

LETRAS Y ARTESEN Li dramática, y se salva

siempre por la gracia,

negable vís cómica.

No

por su in-

hay otra cosa en sus come-

dias: gracia; y como no es posible contar sus numerosas

ocurrencias y chistes, no sólo por lo abundantes, sino por ser intraducibles, siendo esencialmente parisienses; tampoco diré nada del argumento que es buena y simple-

meñte un pretexto para que este equilibrista de la'risa

ejecute -sus ejercicios.

Es convencional y detestable en

el fondo, pero á lo ménos nos hace reir y nos desarma. Siempre veré las

Patas de Mosca, de Sardou, y rogaré

á las Musas que no le inspiren más Toscas ni Teodoras.

00.

oo

El decano de la Sociedad

de literartos, Emilio

Marco de Saint-Hilaire, ha muerto en este mes después de haber vivido mil ciento veinte y ocho, pues tenía noventa y cuatro años. Es una bonita suma. Hijo

de una

dama de honor

de la reina

Hortensia,

equivocadamente que fué paje de Napoleón;

del imperio comenzó

á escribir numerosos

una infinidad de pequeñeces:

se dijo

á la caida

libros sobre

el arte de ponerse la cor-

bata,el arte de comer en casa agena, el arte de enamo-

rar con fruto, y otras malas artes, pues no le importaba mucho ni el fondo ni la forma. La revolución de 1830 le permitió escribir algunos tomos más interesantes sobre las aventuras y los hombrés del primer imperio, contribuyendo á desarrollar la idea napoleónica. Sin embargo, el segundo imperio no le recompensó durante mucho tiempo,

y al fin le nombró

bibliotecario del pa-

lacio de Estrasburgo, en el que no había biblioteca. Prisioneró en la guerra de 1870, fué conducido 4 Alema-

nia, crueldad inútil de la Prusia con un viejo de ochenta '

años,

y á su regreso

se vió en

la más

negra miseria.

Dicen que tuvo que:entrar en el asilo de los Petit Mé-

nages, y allí conoció 4 una honorable viuda,

Es cof=


De

a 314

a o

! A REVISTA PUERTORRIQUEÑA. is

movida de verle en tan triste situación ale propuso casarse con ella, lo que hizo á los ochenta y seis.años. Dos hacía que no dejaba el lecho, y se esperaba que ¡se

apagase

como la lámpara tradicional.

Pero,

leo: que

su complexión era tan vigorosa que la agonía fué tenrible y espantó á cuantos la presenciaron. Existencia novelesca, en verdad. .»

o_O 0 oo

l

Y ahora, como despedida, ahí va un ramillete de libros que recomiendo, sin insistir, por falta de tiempo para ocuparme de ellos con detención. Todos son de

la Librería

Académica ¡de Perriu,

más atentos é

uno de los editores

inteligentes de París :

El asesinato del Mariscal Brune, por el comandante Vermeis de Couchard, uno de los más dramáticos episodios del

terror blanco, escrito

con la

animación, so-

briedad y energía de un acta de acusación,

de damasco en el amor de una mujer, y que las señoritas más castas pueden leer sin tropiezo.

Karita, otro estudio psicológico del mismo tono y calidad, por el laureado de la Academúa Francesa, Cár- : los Diguet, autor

de imaginación,

del que no soy muy

partidario, pero es Justo indicar pan del espíritu á todos los gustos. Las Memorias y Correspondencia del conde de NE

llele, trabajo de mayor aliento, del que hablaré con más empeño cuando se hayan publicado los cuatro tomos de que consta la obra, y Paula Sainte- Reine, también. no-. : vela para señoritas. Para los cristianos y para los que sin ser muy de-

votos

gustan del dibujo

elegante y correcto, seaa cual +

y

S

“4

t

A

El Testamento de Berta, por Artu-o Tailaud, novela psicológica, que estudia cómo un médico materialista cae en el más puro espiritualismo, hallando su camino


LETRAS Y ARTES EN PARÍS. fuere el asunto que trate el lápil del artista, senaláré La Biblioteca en Estampas, por Schnorr, que publica la libre- ría Hinrichsen y es trabajo digno de la atención de los inteligentes por el profundo “sentimiento artístico del dibujo, por la: ss de la eBiición y su notable baratura.

| E

GArcÍA-RAMÓN. :

París, Noviembre 15 de 1887. .

Ps

-P. D.—-Abro de nuevo ésta larguísima carta para consignar un acontecimiento artístico, tanto más grato para nosotros los españoles,

cuanto que

el héroe es un

paisano nuestro. El jóven y ya célebre pintor Juan Luna, ha terminado el lienzo que tenía encargo de pin_tar para el Senado de Madrid y representa la Batallade Lepanlo. Expuesto en el estudio del pintor, he tenido ocasión de verlo y admirarlo por la corrección y sobrie-

dad del dibujo, por el dramático instinto de la composición, por la habilidad con que ha sabido respetar. la realidad, poetizándola sin desfigurarla, y sobre todo por-su incomparable sentimiento del color. El momento

hora del triunfo,

escogido

es el fin

en que tocan dos

de

la

batalla,

trompetas

la

vestidos

de grana, á las plantas de la nave que monta D. Juan de Austria, rodeado de varios capitanes bien plantados, que afrontan el peligro con la serena indiferencia de los pechos esforzados. En el primer plano y en un lanchón

se vé entre un grupo

lleno de vida, la melan-

cólica figura del manco ilustre que había de escribir el Quijote. A la derecha se levanta destrozada nave con

+

algunos soldados turcos, de expresión atinada.


6

- REVISTA PUERTORRIQUEÑA. Ha conseguido Luna un tono gris con tintas gra-

nas que trae al ánimo el horror

del combate. el heróico

esfuerzo de vencidos y vencedores,

y

al mismo tiempo

como la idealizada apoteósis de la victoria de España.. Tipos, actitudes, detalles, todo es real. Todo revela la primorosa y enérgica mano,* la factura sólida, concreta, severa é inspirada en los grandes maestrosdel , que pintó el Spoliartum y es uno de los más admirables pintores de la madre Patria. As

*

des

P

b

A A e

ei

y

ome

A

x

1

A A

a

GR


BIBLIOGRAFÍA. OBRAS

RECIBIDAS.

EL SEÑOB OBIPO, nóvela contemporánea, por Don José Zahonero.--Madrid, 1887.

Zahonero es un escritor de porvenir. Cada nuera Obra suya representa un avance en la difícil senda. del triunfo literario, bien

que

en todas

talento vigoroso y enérgico,

ellas se revela

un

libre de esa especie de

anemia intelectual que siguió en España á la revolución del romanticismo, anemia de la cual aun se advierten algunos casos en nuestros dias. qe E El Señor Obispo es un notable estudio no sólo del «caráctery circunstancias especiales de una profesion y y de una alta dignidad eclesiástica, sino también, y más . principalmente, de un temperamento. Quien crea,

pinta y analiza un ser humano de tan magistral manera,

tiene condiciones para elevarse 4 gran altura en la novela contemporánea. EE | Los defectos de la última obra de Zahonero se.

derivan principalmente de la misma' exuberancia de su talento y de su fuerza creadora: la cantidad perjudica

á la calidad.

Así

vemos

que al lado de la excelente

- pintura del Padre Haryan aparecen otras

desdibujadas

y faltas de color, aunque en todas ellas hay trazos vigo-rosos.y toques de verdadero artista; pero artista de

más brío que paciencia, no deficiente en la forma, sino descuidado á vecesen la ejecución. Á pesar de esto,

El Señor

ds

Obispo es una de ¡ las


A

Me

218

:

REVISTA. PUERTORRIQUEÑA.

4

mejores novelas publicadas en España durante el “año que acaba de terminar.

| ANTONIA FUERTES y LA VIZCONDESA DE ARMAS, novelas por el Marqués de AnS

| Figueroa,—Madrid, 1885 y 1897,

Al

Entre la nueva generación que contribuye

con su

entusiasmo y con su actividad inteligente al actual fioreRR A

a

cimiento de la novela en España, figura honrosamente y por derecho propio el jóven Marqués de Figuerpa,

narrador ameno, prosador castizo y elegante, buen observador del mundo físico y moral, y valioso propa-

gador del naturálismo limpio en el arte literario. Después de su primer ensayo

El último

en el que ya se revelaban sus buenas A

|

e

|

estudiante, Cif

aptitudes

3

para la

novela experimental, compuso la titulada Antonia Fuer-

tes, precioso estudio de

mujer,

directamente

y escrito con elegancia y corrección. La coincidencia de que Antonia íntimas primeroy rivales

d-spués,

postre en un mismo hospital, donde

observado

e y María,

se encuentren

muere

-

amigas á la

la primera .

asistida por la segunda, podrá parecer un tantillo convencional y melodramático desde el punto de vista del

naturalismo; pero en rigor la tal coincidencia no puede tacharsede inverosímil. o oyo Hay en esta obra descripciones bellas y exactas,

personajes bien delineados y

análisis

hondo y certero.

La Vizcondesa de Armas es obra de

mayor

exten-

sión, y sus personajes se agitan en un medio más frecuentado y conocido por el autor. Los capítulos en. -

loa

<

f

que describe la vida: aristocrática

dros llenos de animación o

y

de

de Madrid

verdad.

son

cua-

El del Teatro

Real es gráfico y primoroso. Ss A La protagonista está estudiada y descrita con maestría. Desde las primeras páginas del libro se yen crecer el cuerpo, las gracias y las coqueterías de aquella 342

deliciosa muchacha que llena la obra con sus encantos, sus -

vacilaciones, sus caprichos y sus debilidades femeniles. 1

*

| |

o

í

E

a

ai ct


+. BIBLIOGRAFÍA. E >>

Todos los personajes de esta obrá son verdaderos, y. están concienzudamente estudiadas las fi guras principales, las pasiones,

actos y sentimientos de la vida admirablemente

hábitos,

los extravíos,

: Ue

todos los *

de Isabel corresponden

con su educación, su temperamento, sus

sus vicios

de herencia y de adaptación

atmósfera social en que se agita

y la

El Marqués de Figueroa tiene un hermoso estilo, estudia bien el asunto y los personajes de sus obras y demuestra en ellas gran ingenuidad é independencia de espíritu y una cultura intelectual nada común. Creemos que está llamado á obtener valiosos triunfos en la novela y aún en la crítica literaria. ESTUDIOS BIOGRÁFICOS, por Don Rafael María de Labra.—Madrid, 1887.

En los dominios del arte literario y de las ciencias _ morales no hay nada que supere 'n importancia -á la biografía, Ella es la base principal de la historia SIA A

verdadera maestra de la humanidad.

“La

biografía,

dice Smiles,

es una

gran lección -

que nos enseña hasta dónde puede ser bueno el hombre y cuánto bien puede hacer. Una vida ejemplar bien narrada ejerce entre nosotros la influencia de una inspiración; nos muestra el provecho que puede sacarse

de la existencia; refresca nuestro espíritu,

alienta nues-

tras esperanzas, nos infunde .nueva fuerza, valor y fé,— fé en nuestros semejantes así como en nosotros mis-

mos—estimula

nuestras aspiraciones, nos incita 4 obrar

y nos invita á hacernos colaboradores

de los grandes

hombres cuya vida pasamos en revista. Vivir con ellos por medio de su biografía, es vivir con lo mejor. que hay en la humanidad, es concurrir 4 la mejor de las sociedades.” E ( Además de estas excelencias propias del género, tienen las biografías que hoy anunciamos el mérito especial de

ser escritas por D. Rafael M* de Labra, uno de los

a

hombres más ilustres del foro y de la tribuna de España,

0

a

we

Los afectos,

“e¡e


310

REVISTA PUERTORRIQUEÑA.

a

- y uno de los caractéres más sanos y vigorosos de a política contemporánea. Contiene el libro 4 que nos

referimos la biografía de cinco grandes hombres: ; el - Marqués de Albaida, el Negro Santos (Tusaint L” Ouverture), Abrahan Lincoln, Pombal y Gladstone. Y no se ha limitado Labra á narrar la vida y los hechos culminantes de estas nobles figuras de la historia política moderna,

sino que estudia

y

describe admirablemente

el carácter de sus biografrados, y agrupa y resume: los acontecimientos más notables en que aquellos han influido de una manera decisiva, juzgándolos como ver-. daderas personificaciones de ideas y sucesos trascendentales á cuy+ realización contribuyeron principalmente. >

Contiene,

pues,

su forma, variada primer

'órden.

este libro grandes enseñanzas,

y.elocuente,

abunda en bellezas . de

Los estudios acerca

de Gladstone,

.¡de

Pombal y de Albaida, son admirables. Del primero ya dijo el ilustre Moreno Nieto que era la mejor conferencia biográfica que se había pronunciado en el Ateneo de Madrid. : Sentimos que la obligada concisión de estos apuntes nos impida tratar acerca de la nueva obra del señor Labra, con la extensión que su importancia requiere. NUOVA ANTOLOGIA, revista di scienze, lettere e arti.—Roma, :

Esta interesante y magnífica publicación quincenal, está justamente reputada como una de las mejores

del mundo. Colaboran en

ella los

escritores más ilustres. de:

Italia y registra periódicamente en

sus columnas el

movimiento intelectual de Europa. En los números que figuran las firmas

|

hemos recibido

de Lungo,

Mazzoni,

últimamente

Farina,

Gatta,

Renzis, Nencioni, Cesareo, Boglietti y otros reputados escritores,

MF]



e

ps

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PUERTORRIQU EÑA, PUBLICACION

MENSUAL.

PRECIOS Y COND! CIONES. DE LA $USCRICIÓN.: En la Capital, un mes.LE mita

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Don Máximo Heyliger.

Don Eusebio Perez. DonJ. A. Negrón Sanjurjo. Don Manuel aapras. > Don José Aparicio,

Don Manuel Sixto.

Don Martín Luyando.

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54

52

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