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n.o 22 lUCARDoE ALEGRiA . GALLARDo 192i-20JJ
RevistadJnstitute C U L T U RA P U E R T 0 R R I Q_U E N A
SUMARIO
"'..., DEDICADO A LA VIDA Y OBRA DE DON RICARDO ALEGRIA GALLARDO DOSSIER A Ia memoria de mi amigo inolvidable Eusebio Leal Spengler
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El heroismo cultural del Dr. Ricardo Alegria Manuel Maldonado Denis
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Ricardo E. Alegria: fundador de instituciones y politicas culturales Jaime L. Rodriguez Cancel
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Los Museos: element.o vital en Ia gesta cultural de don Ricardo Alegria Marfa Angela Lopez Vi/ella
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Ricardo Alegria y el patrimonio arqueol6gico puertorriqueno Miguel Rodriguez Lopez
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La biblioteca privada de don Ricardo Alegria Norma Lopez de Victoria
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ARTES PLASTICAS La construcci6n de Ia imagen del negro y su representaci6n en el arte puertorriqueno Lillian Lara Fonseca
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LITERATURA
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POESIA
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Puerto Rico Raquel Salas Rivera
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Juego rayuela Cindy Jimenez Vera
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Poema Postestructuralista Ominoso I Camilo Torres Gomez
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HISTORIA La seguridad en vilo: criminalidad y esclavitud en Puerto Rico 1870- 1873 Nelly Vazquez Sotillo
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TEATRO Un nino azul para esa sombra de Rene Marques Jose R. Venegas
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ARTES POPULARES La Campechada, ensayo visual Editoria/ICP
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Entre agujas: 136 anos de sastreria en Cabo Rojo (1874-201 0) , E. Alvarado
68 RESENAS
"Guerra, banca y desarrollo: el Banco de Fomento y Ia industrializaci6n de Puerto Rico" de Jose L. Bolivar Fresneda
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"Caguana, legado hist6rico" de Jose R. Oliver Teresita E. Prats
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PORTAD AS Portada interior: Don Ricardo Alegria en su biblioteca personal. Libro, Lafiesta de Santiago Apostol en Loiza Aldea de Ricardo Alegria, 1954. Fotografias de Wenceslao Morales.
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LA FIESTA DE SANTIAGO APOSTOL
Contraportada interior: Centro Ceremonial Indigena de Caguana, Utuado. Fotografia de Sebastian Robiou. Portada exterior: Representaci6n grafica inspirada en el valor insuperable de Ia obra de Don Ricardo Alegria y el desarrollo, investigaci6n y rescate de Ia identidad del pueblo de Puerto Rico, diseiiada por Manuel Olmo Rodriguez.
INSTITUTO DE CULTURA PUERTORRIQUENA JUNTA DE DIRECTORES
Rafael Colon Olivieri, Presidente Rodolfo Lugo Ferrer, Jose Alberty Monroig, Manuel Alvarez Lezama, Lucas Mattei, Gonzalo Cordova, Raquel Rosario Rivera, Rafael Angel Torrens y Eduardo Arosamena. Mercedes Gomez Marrero, Directora Ejecutiva JUNTA EDITORA Luis Gonzalez Vales, Amparo Morales, Elidio La Torre Lagares, Lourdes Lugo-Ortiz, Manuel Alvarez Lezama y Ernesto Alonso EQUIPO EDITORIAL Gloria Tapia Rios, Oirectora I Editora Beatriz Santiago-lbarra, Especialista en cultura y Coordinadora editorial Jose M. Estrada-Bolivar, Editor Dorcas Arroyo, Secretaria Manuel Olmo-Rodriguez I Oiseiio y diagramaci6n
P.O. Box 9024184 San Juan; PR 00902-4184 http://ic p. go bie rn o.p r ISSN: 0020-3815 CEE-SA-12-10052 OFICINA DE REVISTAS tels. (787) 721-0901; (787) 724-0700 xt. 1345 fax . (787) 723-0168 correo electronico : revista@icp.gobierno.pr OFICINA DE VENTAS Y MERCADEO tels. (787) 725-7515 Tienda Cultural, (787) 724-4215; (787) 724-4295; (787) 724-3626 fax. (787) 723-0168 correo electronico: ventas@icp.gobierno.pr
La publicaci6n de un artfculo, comentario, poema, cuento o reseiia no significa que ellnstituto de Cultura Puertorriqueiia se solidariza con los puntas de vista expuestos por el au tor. "La Revista dellnstituto de Cultura Puertorriqueria es una publicacion general de cultura que va dirigida a todo tipo de publico".
COLABORADORES Elvin Alvarado (San German, PR.). Estudios en sociologia, Universidad lnteramericana de San German. Desde el 2007 dirige el Museo de los Proceres, en Cabo Rojo. Entre sus trabajos se encuentra Artis manus. Arte con las manos: una mirada subjetiva a/ objetivo arte del mueble. Cindy Jimenez Vera (San Sebastian, P R.) Maestria en Ciencias y Tecnologias de Ia Informacion, UPR, Recinto de Rio Piedras. Participo en el II Festival de Ia Palabra 2011 yen ell II Festival de Jovenes Poetas de Ia Revista Guajana, en Casa Aboy, San Juan, Puerto Rico Ha publicado en las revistas Boreales (2011) de Puerto Rico, Revista Ping Pong de Republica Dominicana y Letralia de Venezuela. Lillian Lara Fonseca (Caguas, PR.). Doctorado en Educacion. Estudiante Distinguida del Programa Doctoral con Especialidad en Curricula, Ensefianza y Ambientes del Aprendizaje. Magna Cum LaudeUniversidad de Puerto Rico, Rio Piedras 2003. Actualmente se desempefia como Directora del programa educativo del Museo y Centro Humanistico Josefina Camacho de Ia Nuez, Universidad del Turabo. Eusebio Leal Spengler (Ciudad de La Habana, Cuba). Doctor en Ciencias Historicas de Ia Universidad de La Habana. Director del Museo e Historiador de Ia Ciudad de La Habana. Presidente de Ia Comision Nacional de Monumentos, Presidente del Comite Cubano del ICOM y Presidente de Honor del Comite Cuba no del ICOMOS; Decano de Ia Facultad del "Colegio Universitario San Jeronimo de La Habana". Ha escrito ensayos. prologos y articulos sabre historia de Cuba y en el extranjero. Maria Angela Lopez Vi lelia (MayagUez, PR.). Posee una Maestria en Artes.Directora Ejecutiva, Museo de Las Americas, en donde desarrolla e implementa Ia programacion de dicha institucion y continua con el legado de creacion y difusion cultural de don Ricardo Alegria. Norma Lopez de Victoria (San Juan, PR.). Maestria en Ciencias Bibliotecologicas. Bibliotecaria Univ. lnteramericana, Facultad de Derecho. Trabajo con el doctor Ricardo Alegria en Ia organizacion de Ia coleccion Documentos hist6ricos de Puerto Rico, que abarca de 1493 a 1599. Manuel Maldonado-Denis (San Juan, PR. 1933Madrid, Espana 1992). Doctor en Filosofia, Univ. de Chicago. Ensayista, historiador y critico literario. Colaborador de las publicaciones La Torrey Asomante. Entre sus Iibras mas sobresalientes: Puerto Rico: mito y realidad (1968); Betances: revo/ucionario anti/lana, y otros ensayos (1978) y Bolfvar: vigencia de su pensamiento en America (1983).
COLABORADORES Teresita E. Prats (La Habana, Cuba) Maestrfa en Historia, U. P. R., Recinto de Rio Piedras. Entre sus publicaciones Ia serie de Estudios Sociales, Nueva Cultural Puertoriqueiia, Inc. Co-fundadora y organizadora del ALS PR Support Group. Jaime L. Rodriguez Cancel. Doctorado en Historia, Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe. Decano de Asuntos Academicos del Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe, del 2001 al 2004, y actualmente ejerce estas responsabilidades. Entre sus trabajos publicados: La Guerra Frfa y el Sexenio de Ia Puertorriquefiidad: Afirmaci6n nacional y polfticas culturales. Miguel Rodriguez Lopez (San Juan, PR.). Doctorado en Arqueologfa y candidato doctoral en Historia del CEAPRC, Rector del CEAPRC. Reconocido arque61ogo, destacado en el estudio y Ia defensa del patrimonio cultural. Ocup6 Ia direcci6n del Programa de Arqueologfa del lnstituto de Cultura Puertorriqueiia. Tiene a su haber mas de 30 ponencias y estudios publicados en aetas de congresos y revistas profesionales Raquel Salas;Rivera (Mayagl.iez, Puerto Rico) . B.A. Literatura Comparada. Recientemente le fue otorgado el Fontaine Fellowship de Ia Universidad de Pennsylvania, donde cursara sus estudios graduados en literatura comparada a partir del mes de agosto del 2012. Camilo Torres Gomez (Mayagl.iez, PR.). Maestrfa en Literatura puertorriqueiia y del Caribe en el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe (CEAPRC). Profesor Espanol UMET Cupey. 2do Iugar y menci6n de honor (poesfa), 18vo Certamen Literario Universidad Politecnica de PR. Nelly Vazquez Sotillo (Cabo Rojo, PR.) Doctorado en Filosoffa e Historia, especialidad en Historia de Puerto Rico y el Caribe de Ia Universidad de Valladolid, Espana. Catedrcitica de Historia, Dpto. de Ciencias Sociales, UPR Recinto de Mayagl.iez. Entre sus publicaciones: Recuento hist6rico y fotogratico de los primeros treinta afios del Colegio de Agricultura y Artes Mecanicas (2002). Jose R. Venegas. Doctorado en Literatura de Puerto Rico, el Caribe e Hispanoamerica, del Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe. Catedratico asociado en Ia Universidad del Sagrado Coraz6n, Santurce, PR. Present6 en ell I Congreso Tapiano del Ateneo Puertorriqueiio, La transici6n del romanticismo a! realismo y el supuesto influjo de Henrik Ibsen en varios personajes femeninos del teatro de Alejandro Tapia y Rivera. Su ponencia, La transformaci6n de Ia familia puertorriquefia en el teatro de Rene Marques, Luis Rafael Sanchez y Myrna Casas, fue expuesta en Ia Biblioteca Nacional de Puerto Rico yen Ia Universidad lnteramericana, Barranquitas. PR.
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en papel tamaiio carta con amplios margenes en ambos lades. Use el mismo tipo de letra tanto para el texto como para las notas al pie de pagina.
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12. Deben ir en cursiva los titulos de Iibras. revistas, publicaciones, grupos musicales, composiciones, peliculas y las palabras escritas en otros idiomas. 13. Revista ICP acepta de buen animo fotografias, ilustraciones. mapas y cuadros que ilustren los manuscritos remitidos. Estas representaciones graticas deben estar impresas de forma separada y adjunto al final del texto. Se requieren Ia identificaci6n clara de los mismos con su respectiva leyenda que contenga una explicaci6n y su fuente. El autor es responsable de obtener permiso escrito del autor o propietario para reproducir los materiales ilustrativos. Revista dellnstituto de Cultura Puertorriqueiia requiere una copia del permiso escrito para el archivo editorial antes de reproducir las ilustraciones. 14. Sirvase incluir citas en idiomas extranjeros sin traducirlas. 15. Revista ICP prefiere el uso de Ia primera persona del singular y del plurall'yo' y 'nosotros') tanto en el texto como en las notas al pie de pagina. La forma reflexiva es un buen sustituto de Ia primera persona.
Ejemplo: Yo le envie una carta . Forma reflexiva: Se le envi6 una carta '
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VISI TA EL PORTAL CULTURAL DE PUERTO RICO www.icp .gobierno.pr
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THE FIESTA OF SANTIAGO APOSTOL (ST. JA¥£S THE APOSTLE) IN LOIZA, PUERTO RICO Bv RtCAJWo E. ALECJUA
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N ;my aucmpt to study the slructurc of prC5cnt Puerto Rican society, problems
~which ;arc alwa}'S present in socic:tiC5 integrated by dHTc:rent cultural traditions arc: encountered. 1l1c basic origin of Puerto Rican society can be: found in the: splanting of sixteenth century Sp:mish culture to the tropics. In the procC5s of '~:~nptation to their new em•ironmc:nt, the colonizers ...bsorbcd, culturally ;md racially, 3 h aboriginal population of the: island, borrowing from this population those traits ' .~·ch were: indispc:ns:~blc to their Antillc:.1n life. But in Puerto Rico, in contrast to '~.h~t h:tppc:ncd in other arc;~s of America, the influence of the: Indian culture was ;iight due to the rapid disintegration of the aboriginal society after contact with the Sp:mi:trcls. A new component in the integration of Puerto Rican society was brought by the \(rican Negroes, who during more than four centuries ha\'e been incorporated into ;he origin:tl societ}'• enriching it with their cultural and racial contributions. In some regions of the isl:md the Negroes, because: of their numerical superiority, were abte to m:tinrain more: fe;1tures of their African culture which was continually renewed with the :trrh·al of new cargoes of African slaves. The influence of the N egroes on Puerto Rican society is evident not only in the ethnic formation of the population, but also in its cultural integration. However, the process of acculturation was not uniform; in some regions Negro influence was slight while in others, especially in the coastal area, African culture got a strong grip. D\· the nineteenth century Puerto Rican culture was a complex mosa.ic where, on 3 Hi~panic base, characteristic features of the aboriginal and African cultures fused in \"Jrying degrees. Before the end of the century these different cultural components were harmoniously :~rticulatcd, forming in Puerto Rico a culture of definite characteristics. This society received the imp:tct of 3 new and str.mge culture when the island was invaded and occup1ed by the North American forces during the Spanish Amerian War. Political domination by the United States during the last fifty ye:1rs is in gre:~t part responsible for the cultural change characteristic of prescm-day Puerto Rican society. Continually we observe the dasappcaraocc of old instttutions whose c:xUtence wa.s incomptttible with the norms of life: which North American cultu~ imposes. In the same way, we sec the ever-increasing incorporation of Nonh American institutions into Puerto Ric.an society. Significantly, this culture ch:mgc has not occurred aimultancous1y, or with the
same force, in all the communities of the island. As might be e."Cpectcd, those which • 123
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ICP I nrim~ro 22
Ricardo E. Alegria Gallardo ()911-1011)
Taqa con el escudo de a ciudad de San Juan, Puer¡ to R1co en honor al Dr R1cardo Alegria, co ocada en el ed.fic10 que alberga Ia Ga erfa Carmen Monulla en La Habana VieJa, Cuba, cerca de Ia Iglesia de San Franc sco. (f otografia de Uba1l Zamora. La Habana, Cuba, 201 2).
A LA MEMORIA DE MI AMIGO
Eusebio Leal Spengler
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uando recibf Ia inquietante noticia del estado de snlud de Don Ricardo, no pense en Ia proximidad de su partida, mas bien Ia memoria reprodujo con nftida claridad, su ultima estancia en La Habana, en ocasi6n de recibir el mas alto reconocimiento otorgado por Ia Fundacion Fer¡ nando Ortiz; y poco mas atras en el tiempo, el acto de develaci6n de una tarja honrandole en vida, frente al Convento de San Francisco de Asfs, en el coraz6n palpitante del Centro Hist6rico, Patrimonio de Ia Humanidad. Nadie recibi6 con anterioridad un reconocimiento similar, en verdad pocos son los acreedores de tan singular privilegio. Sobre una piedra antigun, quebrada y enmohecida que escogl, se labr6 esta dedicatoria:
AI Doctor Ricardo Alegria: Destacado investigador y humanista, que logr6 con Ia restauraci6n del Viejo San Juan, perpetuar los signos de identidad y Ia cultura del pueblo puertorriqueiio. Y en Ia parte superior, como coronaci6n de una vida plena de sacrificios y entrega, el relieve que ilustra el Agnus Dei, completando Ia simbologfa de una inmortalidad que pertenece a su patria y a el. Demore aiios en conocer a Don Ricardo. Estrechar su mano me permiti6 cumplir un voto de devoci6n con alguien a quien consideraba un mentor de mis iniciativas en La Habana. En el admiraba al restaurador, pero mucho mas al hombre cuyo tes6n y voluntad obtuvo el consenso ciudadano. Galvaniz6 Ia determinaci6n polftica en pro del rescate patrimonial que suponfa un precedente en Las Antillas y apuntaba a Ia preservaci6n de Ia identidad borinqueiia. Y fue mas alia a! crear el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el
INOLVIDABLE
Caribe, hogar y meca para talentos del universo de las ciencias sociales. Hombre valiente, trat6 de preparar a las futuras generaciones para alcanzar ideales supremos y crey6 que un destino para su isla debla estar signado invariablemente por Ia cultura y las ideas. Conversamos extensamente sobre el pensamiento antillano y el modo en el cual se entrelazan en un discurso caribeiio y latinoamericanista afln, los postulados de Eugenio Marla de Hostos, Ram6n Emeterio Betances, Juan Pablo Duarte y Jose Marti. Estaba tan arraigado su compromiso con Ia patria que nada pudo perturbar su lealtad a ella. Siendo un ser humano de exquisita sensibilidad, sufri6 y padeci6 dolores familiares intensos, mas nada pudo mellar su altivez. Era sencillo, sin dejar de aspirar a! reconocimiento que toda obra grande y todo hombre bueno requiere y, aun mas, necesita. Enfrent6 olvidos, decepciones, pudo errar en determinados objetivos ... pero todo el tiempo prevaleci6 el hombre cuya figura se agigantara con el tiempo y a quien le ha sido asegurado un espacio en el parnasa propio de los que fundan y perseveran. Me contaron que le caus6 simpatfa mi ultimo mensaje:
Tan querido Maestro y amigo: Formulo mis mejores votos por vuestra salud, en el deseo de que usted -como el celebre Ri¡ cardo "Coraz6n de Le6n"- ponga de su parte para que su Alegria siempre nos acompaiie. Le abraza, Eusebio Leal Spengler. El tenfa fe en el mas alia de Ia posteridad. Yo Ia comparto. Quede mi testimonio como prenda de gratitud infinita a su amistad . DD
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Rtrh141CP I num~ro 22
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EL HEROISMO CULTURAL DEL
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I)R. RICARDO ALEGRIA Manuel Maldonado-Denis
En esta pag1na Don Ricardo Alegria en Casa Blanca. Archivo fotografico, EditonaiiCP
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n su monumental obrn Enciclopedia del idioma, Martfn Alonso nos define el heroismo de Ia siguiente manera: "Esfuerzo eminente de Ia voluntad y de Ia abnegaci6n, que lleva at hombre a realizar servicios extraordinarios en servicio de Dios, del pr6jimo ode Ia patria". Se trnta de una definici6n que, a nuestro juicio. retrata de cuerpo entero a ese gran heroe cultural del pueblo puenorriqueiio que se llama Ricardo Alegria. Porque si alguna persona ha logrado alcanzar, mediante Ia feliz uni6n del pensamiento a Ia accion, Ia realizacion de esos "servicios extrnordinarios" a Ia patria puenorriqueiia ha sido precisamente este. Lo que ha hecho a Jo largo de mas de media siglo dedicado al enaltecimiento y enriquecimiento de nuestro cultura nacionnl, es alga que clarnmente no podemos re¡ seiiar, en toda su profundidnd y extension, en estas breves Hneas escritas a vuelo de pluma a manera de humilde homenaje a su persona. La devoci6n del Dr. Alegria por Ia arqueologfa, Ia antropologfa y Ia historia de Puerto Rico es un hecho que nadie, ni dentro ni fuera de Ia comunidad intelectual puertorriqueiia, se atreverfa a cuestionar y mucho menos intentar escamotear. Heredero por derecho propio de un rico legado cultural, que Je liego de manos de su no menos ilustre padre el Lcdo. Jose A. Alegria, nuestro heroe fue al rescale de toda una trndici6n forjada por nuestro pueblo a to largo de siglos de historia, dando un mentis rotundo, de esta manern, a quienes desde principios de este siglo se dedicaron a Ia improba tarea de empequeiiecer y denigrar todo nuestro pasado con nntelaci6n al 25 de julio de 1898. Para estos apologistas del nuevo proceso de descubrimiento, conquista y colonizaci6n de nuestro isla que se inicia con Ia guerra del 98, Ia historia de Pueno Rico, antes de Ia Proclama del General Miles era, en el mejor de los casos, prehistoria y, en el peor de estos, protohistoria. Hacer tabula rasa de las grandes aponaciones a nuestra cultura nacional hecha por Ia simbiosis renlizada entre los ingredientes tainos, africanos y europeos pas6 a ser Ia orden del dia, en los cfrculos educativos y culturales cuyo none
era el none del continente, mientras que, por otra pane, el sur de este pasaba de ser desde esta 6ptica sin6nimo de atraso, de Ia pequeiiez y de Ia barbaric. El Dr. Alegria, mir6 en sentido contrario, bacia nuestras rafces caribeiias e iberoamericanas. Fue at rescate de nuestro pasado indfgena y africano, contribuyendo asf, como pocos, a Ia dignificaci6n y exaltacion de aquel otro rostro de nuestra historia que permanecfa oculto bajo el manto celoso de los autores y promotores de Ia historia oficial de Pueno Rico. Pero, como toda gran figura intelectual que es capaz deponer en tela de juicio Ia sacralidad de Ia version aceptada como Ia unica correcta por los ide61ogos del sistema establecido, se vio en multiples ocasiones sometido at escamio y at ridiculo por algunos detractores. Un instrumento primordial que se utiliz6 en su contra, cuando se alz6 en defensa de nuestro culturn nacional, fue el de Ia triviliznci6n y de Ia bachata criolla: "Ia cultura del bacalao frito", decfan algunos, "las ditas y los cacharros", dedan otros, mientrns que, en un absurdo reduccionismo que desdecfa mucho de quienes esgrimian el argumento, se trntaba de que el dilema puenorriqueiio era escoger el camino de Giieybami o el camino de Goethe, como si necesariamente hubiese un abismo insalvable entre ambos personajes historicos. Todos estos falsos dilemas, todas estas espureas dicotomias fueron analizadas y criticadas ceneramente par el Dr. Alegria, porque tenia Ia autoridad intelectual y moral para hacerlo: formado intelectualmente en las mejores universidades estadounidenses, conocia perfectamente yen su fonda aquel mundo academico; pero en terminos de igualdad, nunca de servilismo o subordinaci6n. No habia par que permanecer genuflexos ante el ultimo grito de Ia moda intelectual simplemente porque esta train el imprimatur de las universidades de Chi¡ cago o Harvard porque, para nuestro heroe cultural, cuando los demas iban bacia Ia Meca, hacfa tiempo ya que el habfa regresndo de esta con todos los honores correspondientes. Siempre resulta aleccionador, y edificante at mismo tiempo, cuando vemos como Cali ban le inviene los papeles a Pr6spero,
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Ricardo Alegria con Ia clase graduanda del 1985 en el Centro de Estud1os Avanzados de Puerto Rico y el Caribe.
cuando se puede ir allf, a los sancta sanctorum donde se forja Ia crema de Ia crema de Ia elite del poder de los Estados Unidos, para sentar plaza y demos-trar que somos iguales y hasta mejores que ellos en lo que a! ejercicio de Ia inteligencia respecta. El colonizador solo respeta Ia voz de quien intenta colonizar cuando este se yergue frente a el y Je contesta de tu a tu. Por eso Ricardo Alegria ha sido una de las mas altas voces dcscolonizadoras de cstc pafs durante este siglo. Y ello, porIa scncilla razon de que, como diria Hostos refiriendose a Luper6n, "no consinti6 vera amos en su tierra", fuesen estos intelectuales o politicos. Pero, para poder aquilatar, en toda su profundidad y extension, ellegado cultural del Dr. Ricardo Alegria a nuestro sociedad, resulta imprescindible, a mi juicio, ubicar su ingente labor, como corresponde, en su contexto hist6rico. Si fuesemos a guiamos, en el caso presente, por criterios generacionales, podrfamos decir que nuestra distinguida figura intelectual debe ubicarse en Jo que podrfamos Hamar Ia generaci6n del cuarenta, es decir, de aquella promoci6n u homada de mujeres y hombres que hacla su entrada en el escenario publico al filo del ascenso al poder del Partido Popular Democr.itico en 1940. Ha transcurrido ya mas de medio siglo desde aquel momento en que ellider maximo de esa colectividad anunci6 que el sol saldria en noviembre de 1940 "quemando sogas y derritiendo cadenas". Lo cierto es que decenas de miles de puertorriqueiios acudieron a aquel II amado y que el Dr. Alegria se sumaria a ese esfuerzo, una vez concluidos sus estudios pioneros en el campo de Ia arqueologfa y Ia antropologfa en Ia Universidad de Chicago. Pero, eso sf, siempre con ojo critico y con criteria propio. El ascenso del Partido Popular Democratico en 1940, marca el inicio de un profunda realineamiento de fuerzas en nuestro pais tanto como de Ia entrada, en c\ csccnario politico puertorriqueiio, de grupos y clases socialcs previamente marginadas de nucstros procesos politicos: las mujcres, los campesinos,los trabajadores agrfcolas, los pequeiios y mcdianos comcrciantcs, los dcsheredados de Ia fortuna, etc. Se trataba, en suma, de un movimiento de masas sin preccdentes dirigido por un lider que no puede sino designarse como de caracter profundamente carismatico- gustenos o no a quienes no compartimos su vision acerca del futuro de nuestra isla - y que enunciaba como su proyecto hist6rico cardinal, unas refonnas sociales profundus predicadas sobre e l tema de Ia justicia social. Si se me pennite e l dato autobiognifico. Mi recuerdo de niiio (naci en el 1933) de todo este movimiento era
el que provenia de mi padre y mi madre, ambos asiduos populares, escuchando todas las tardes, religiosamenle, Ia palabra de Muiioz Marin por radio en "EI diario hablado de Ia democracia y el batey". Fue en ese ambienle entusiasta, donde se vislumbran grandes transfonnaciones sociales, que el Dr. Alegria, quien es poco mas de dos lustros mayor que el autor de estas linens, se incorpor6 a aquel gran esfuerzo colectivo capitaneado, en aquel entonces, por don Luis Muiioz Marfn. La coyuntura hist6rica que presenciaremos en Puerto Rico desde los inicios en el poder del popularismo, en 1940, hasta que concluye esta decada en 1950 es, sin Iugar a dudas, una de las mas decisivas de nuestro historia como pueblo. Resulta patente, para cualquier estudioso del te.m a, que el periodo 1940- 1945, caracterizado por el principia y fin de Ia Segunda Guerra Mundial, contrastarn notablemente con Ia reorientaci6n del proyecto hist6rico del PPD, que presenciaremos a partir del periodo de Ia post-guerra. El desarrollismo econ6mico, bajo el signo de Ia industrializaci6n y Ia urbanizaci6n de Ia isla, que se iniciaria fonnalmente con Ia Ley de Incentivos Industriales (1947}, darfa un viraje hacia un nuevo orden social que dejaria atrns, de manera irreversible, el populismo y Ia retorica caracteristica de este durante ellustro 1940-1945. Qued6, quizas, el discurso nostalgico de un mundo en vias de desaparicion. Pcro, las realidades concretas tenninaron por imponerse, cual implacables aplanadoras, a toda aque\la madeja de ilusiones urdidas al calor de Ia imagen de un jfbaro montado, feliz o infelizmente, segun fuere el caso, en su rocinantesca yegi.iita. La vitrina de Ia democracia, el escaparate en fonna de cornucopia que deberla servir como modelo para el resto del Caribe, comenz6 a mostrar el reves de aquel tapiz, Ia cara oculta detrns de Ia vitrina. Cuan¡ do en Ia decada del cincuenta, se inaugura el Estado Libre Asociado de Puerto Rico, el 25 de julio de 1952, presenciaremos aquello que denominare "Ia celebraci6n puertorriqueiia". Hecho captado tambien, muy atinadamente, por nuestro gran escritor Rene Marques en su laureado ensayo, titulado muy significativamente, "Optimismo politico y pesimismo literario en el Puerto Rico contemporaneo". Frente a Ia ideologia desarrollista de un capitalismo desenfrenado, ejemplificado, en el Partido Popular de aquel entonces, por quienes habian desechado el ideario populista de sus fundadores por los tecn6cratas y planificadores de nuevo cuiio, dispucstos a sacrificarlo todo en aras de un e lusivo ente II amado "progreso", surgira en el seno de esa colectividad un sector importante que
Revlsra/CP I numtro 22
Ricardo E.Airgrla Gallardo (l!lll-2011)
tendm como su meta primordial,la busqueda de un equilibria capaz de reconciliar el proceso de lo que el profesor Henry Wells llam6 "Ia modemizaci6n de Puerto Rico". con Ia defensa de los valores espirituales caracteristicos de Ia cultura nacional puertorriquena. En este sector, donde figurarfan prominentemente doiia lnes Marfa Mendoza y el Dr. Ricardo Alegria, se fraguarfa Ia idea que culminarla con Ia creaci6n, mediante ley, dellnstituto de Cultura Puertorriquena. A partir de ese momento y luego del nombramiento del Dr. Alegria como su primer director ejecutivo, comenzarfa uno de los periodos mas fecundos de afirmaci6n nacional puertorriqueiia que registra Ia historia. Cuando el Dr. Alegria asume las riendas del recien creado Instituto de Cultum Puertorriqueiia se enfrenta, de inmediato, con un doble reto: el de las fuerzas anexionistas y asimilistas de una parte, quienes combatieron, desde el primer momento, Ia noci6n misma de Ia existencia de una cultum puertorriquena, y el de los autodenominados occidentalistas dentro del propio Partido Popular, para quienes Ia defensa de nuestro patrimonio cultural equivalfa practicamente a un del ito de lesa universalidad. Con limitados recursos, con un ambiente hostil en su contra, el herofsmo cultural de Alegria pudo manifestarse pese a todas esas vicisitudes e incomprensiones fruto de los espfritus prejuiciados y muchas veces ignorantes que pretendieron, por suerte infructuosamente, obstaculizar y entorpecer Ia obra. A partir de aquel momento, hasta el presente. no creo que estamos siendo hiperb6licos cuando afirmamos que, muy pocas veces en nuestra historia como pueblo, nos ha sido dable encontmr, en Ia vida y Ia obra de una sola persona,las cualidades excepcionales que ameritan para este un Iugar muy especial en Ia estimaci6n colectiva de nuestra sociedad; todo ello mucho mas alia de las esteriles divisiones de Ia polftica partidista. Permftaseme enumerar solo algunas de esas aportaciones ejemplares del Dr. Ricardo Alegria a nuestra cultura nacional: 1. La creaci6n del lnstituto de Cultura Puertorriquena, axial como su habil y atinada direcci6n del mismo durante varios lustros contribuyeron, de manera decisiva, a establecer como un hecho cultural irreversible Ia existencia de una cultura nacional puertorriquena, asf, apellidada, como corresponde. Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que este baluarte firme de nuestro nacionalidad caracterizada por sus raices antillanas, caribenas e iberoamericanas, se fue agigantando con el correr del tiempo hasta culminar, en nuestros dlas, con Ia
aprobaci6n de Ia ley que estableda el espaiiol como idioma vemaculo de Puerto Rico. 2. Si Ia ciudad de San Juan es hoy Ia mas bella de todas las ciudades del Caribe, con una unidad arquitectonica que ha logrado hacer, del Viejo San Juan, noun reguerete de condominios y el salvese quien pueda de los especuladores de bienes rafces, ello se ha debido, en gran medida, a Ia previsom legislaci6n oficial aprobada - gracias a las gestiones del Dr. Ricardo Alegria - estableciendo unas normas rfgidas dirigidas a evitar que en unos pocos anos el casco del Viejo San Juan, en vez de ser lo que es actual mente, un remanso de placer estetico pam el visitante, se convirtiese en eso mismo, en un casco de vulgaridad y chabacanerfa. 3. El Dr. Alegria ha contribuido, mediante sus estudios seminales en el campo de Ia arqueologfa y Ia antropologfa, a Ia exaltaci6n y enriquecimiento de Ia historiogmffa puertorriqueiia desde una perspectiva firmemente entroncada en el ambito cultural caribeno. Adelantado en su campo, veedor profundo de las raices culturales que delfnea nuestro caracter como sociedad de cultura nacional, el Dr. Alegria puede,justicieramente, merecer el tftulo de predecesor y maestro de toda una generaci6n de historiadores y cientfficos sociales que han seguido sus pasos en esta encomiable labor de rescale de nuestros valores patrios. Por ultimo, aunque no por ello menos significativo, esta Ia creaci6n del Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe, instituci6n concebidn y dirigida por el, y Ia cual es. hoy en dfa, uno de los centros de educaci6n superior a nivel de post-grado de mayor importancia en nuestro pafs. El herofsmo cultural del Dr. Ricardo Alegria es, por lo tanto, no una vacua palabra pronunciada a Ia ligera por quienes somos sus admiradores desde haec aiios. Porque sus hazaiias en el campo del saber corresponden, perfectamente, a Ia definicion de lo que es el herofsmo que ha servido como introducci6n a este trabajo. Lo escribimos en homenaje a el. Este heroe cultural puertorriqueiio, que tanto nos honra a todos mediante su labor realizada, sin bombos ni platillos, sino con Ia humildad y el decoro de los verdademmente grandes, es lo que nos hace cerrar estas lfneas con el vehemente deseo que tomamos prestado de las despedidas acostumbradas de los funcionarios espaiioles cuando escribfan a sus superiores y conclufan: "Que Dios guarde a vuestra merced muchos aiios" .II
DOSSIER
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RICARDO E. ALEGRiA:
fondqdor DE INSTITUCIONES y POLITICAS CULTURALES Jaime L. Rodriguez Cancel --
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"C'u!tura c_,-, .wbrc todo, conccptoy lilÂŁlil!.'ur de l'ida; c_,. c.\"!ado c'pirilllal que rf~/7,/IC lajisoi/(Jfllia de una J;cntc. dt una nacionalidad" nn. JUC:\tmo r. :\ J.FGRL\ UNA PROPUESTA
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n enero del2005, tuve Ia oportunidad de proponerle al Dr. Ricardo E. Alegria, que ofrecieramos conjuntamente un curso en el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe. En esa ocasi6n, bajo el tftulo de PoJfticw; cu/tllra/es en Puerto Rico: ÂŁ/ lnstituto de Cultura Puertorriquelia, 1955-1973. Como de costumbre, respondi6 con su sabia amabilidad, y accedimos a reunimos posteriormente, con Ia intencion de presentarle Ia propuesta del curso. Una semana despues, nos sentamos comodamente en el patio de Ia fuente del Seminario Conciliar de Puerto Rico, en Ia primera reunion de un conversatorio que tendria un semestre de duraci6n y que hoy, comprendo sera una lecci6n para rememorar durante el resto de mi vida. Despues de escucharme pacientemente, me dijo con su acostumbrada sonrisa, "encargate de las teorfas, que yo hablare sobre lo que hicimos". Asi surgi6 un testimonio que comparti6 con nuestros estudiantes y que por este medio,lo hago con ustedes.
SOBRE LA CULTURA
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I valor de las polfticas y las instituciones establecidas a lo largo de seis decadas, debia contextualizarse, porque Ia americanizaci6n de Ia educaci6n , afect6 gravemente las expresiones cul turales puertorriqueiias durante Ia primera parte del siglo XX. De igual forma, por Ia exclusion de las expresiones del nacionalismo cultural, tan comunes durante Ia Guerra Fria, de Ia cual se habla tan poco en Ia isla. I
(Gonz~lez
1999)
2 (lbfd .. p~g I.S).
Le propuse exponer las principales teorias culturales vi gentes, para que contextualizaran el significado de Ia obra del Institute y de paso, de todas las instituciones fundadas por el. El primer punto considerado, se refiri6 a Ia responsabilidad gubemamental contemporanea, con Ia administraci6n de los bienes culturales. Compartimos las propuestas del Dr. Ignacio Gonzalez Varas, au tor de uno de los principales textos referentes a Ia conservacion de los bienes culturales.1 Su obra se ha convertido en una referenda obligada. Nos advierte Gonzalez Varas, al igual que Alegria, que Ia problematica sobre Ia conservaci6n, gesti6n y difusi6n de bienes culturales, ocupa de manera creciente las preocupaciones profesionales y administrativas de los responsables de los bienes culturales nacionales. En palabras de Gonzalez Varas, suscritas por el Dr. Alegrfa, sostuvo lo siguiente: No cabe duda que uno de los grandes problemas de nuestro tiempo es la salvaguardia de los testimonios historicos de las culwras pasadas y presentes; la conservacion de los bienes cu/turales se compromete igualmente, y de modo complementario, con /a defensa global de Ia natllraleza y del equilibria ecologico y ambienra/, cuestiones que asumen perfiles decisivos, 110 solo en cuanto a Ia preservaci6n de nuestra memoria historica, y por tanto, como garant{a del mantenimiento de nuestra identidad culfllral, sino tambiin como modelo de posibilitar fa propia supervivencia y continuidad del hombre sobre e/ planeta.1
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Rffisto ICI' l mim~m 22
Institute de Cu tura Puenomquena Antiguo ASLO de Benet cenc1a en el Viejo San Juan Fotograf "a de Manuei Oimo Rodriguez A Ia derecha Don R1cardo Alegna y Dona Rafae a Ba 'adares Fotograf a de' Archvo CEA
Ricardo E. Al~grla Gallardo (1921-2011)
Ambos aceptamos, que esta responsabilidad se enlaza con el reconocimiento de los derechos culturales, Ia vigencia de las poHticas culturales y las relaciones culturales intemacionales. Todos estos campos, fueron tratados en conceptos y practicas institucionales por el Dr. Alegria. Durante el semestre, compartimos con nuestros estudiantes, que el derecho a Ia cultura ha sido definido como, (I) el derecho que tiene toda persona humana para emprender las actividades intelectuales y esteticas, que trasciendan Ia educaci6n; (2) comprende el acceso al saber, a Ia literatura y las artes, asf como su disfrute, refiriendose no solo a Ia apreciaci6n pasiva de los logros ajenos, sino que abarca Ia posibilidad de contribuir activamente al progreso del saber y Ia creaci6n de obras de arte; y (3) Ia condici6n de actuar en el seno de una comunidad y el ejercicio de sus derechos fundamentales como respuesta a Ia prosperidad creciente de Ia poblaci6n.1 Responde a las responsabilidades crecientes de estado modemo y debe incorporar Ia cultura etnica, el multiculturalismo y Ia cultura de Ia comunicaci6n social, asf como las culturas educativas, recreativas y sociales. En fin , se reconocen los derechos culturales como derechos humanos fundamentales, al igual que Ia identidad cultural y los derechos culturnles de Ia comunidad nacional, como parte de Ia evoluci6n hist6rica.~ De otra parte, reconocimos que Ia poHtica cultural es una nueva disciplina que se ha orientado al estudio de sus contenidos basicos: el desarrollo cultural; los derechos culturales; el patrimonio cultural; Ia creaci6n artlstica; las industrias culturales y las relaciones culturales intemacionales. En I967, fue definida por los expertos asistentes a Ia Mesa Redonda de M6naco, auspiciada porIa UNESCO, 3 ( Harvey. Oerechos,. 1990.36-37) ~ ({h(d,, ~5~8) . 5 (Harvey. Polhicas... 1990, 15). 6(Hnrvey 1991.19-20),
como, "el conjunto de principios operativos, de pr.icticas y procedimientos de gesti6n administrativa y presupuestaria, que deben de servir de base a Ia acci6n cultural del Estado, estableciendo claramente que cada Estado define su polftica cultural dentro de un contexto social, hist6rico, econ6mico y polfticos propios, en funci6n de valores culturales y objetivos fijados nacionalmente."s Para Ia politica cultural, sus dominios se vinculan aJ patrimonio cultural,la cultura artlstica, las industrias cultumles,las casas de Ia cultura y Ia cultura popular o comunitaria, entre otras . Sus protagonistas resultan ser Ia poblaci6n del pals, escritores, artistas y otros creadores, las instituciones culturnles civiles y las industrias culturales. En estos valores de las polfticas culturales, asf como de Ia antropologia cultural, Alegrfa bas6 sus propuestas y proyectos culturales para el pals. Finalmente, acordamos consignar, que las relaciones culturales intemacionales tienen tres objetivos clammente definidos. En primer Iugar, las relaciones culturales intemacionales modifican cualitativamente Ia sociedad intemacional, promoviendo Ia democratizaci6n de las comunicaciones, promoviendo el desarrollo de Ia educaci6n y el conocimiento, asl como el fomento de Ia conciencia del pasado de Ia comunidad. En segundo Iugar, promueve Ia interdependencia de las culturas nacionales, y en tercer Iugar, Ia exaltaci6n de Ia identidad cultural de las naciones.6 Es importante destacar estos principios fundamentales del derecho a Ia cui tum, pues fueron durante toda Ia vida del Dr. Alegrfa,los pi lares de Ia acci6n de lo que llam6, "el estudio, Ia conservacion y el fomento de Ia cui tum puertorriqueiia" .
DOSSIER
EL CONTEXTO HISTORICO
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tra nipida coincidencia,la represent6 Ia necesidad de establecer los contextos hist6ricos, que retaron Ia aplicaci6n de los valores culturales antes descritos. Antes de entrar en el contenido del curso, nos acercamos al contexto hist6rico prevaleciente en Puerto Rico a mediados de Ia decada del 1950. No podemos entender el valor trascendental de Ia creaci6n y ejecuci6n de las instituciones culturales y educativas creadas por el Dr. Alegria, sin comprender Ia historia de su tiempo, asi como los retos de sus aiios de gesti6n cultural, preocupaciones y propuestas que mantuvo hasta sus ultimos dins. En este ejercicio. no debemos olvidar, como tantas veces ocurre, el proceso de americanizaci6n econ6mica. poHtica, cultural y educativa del pais, de Ia primera parte del pasado siglo XX y Ia afirmaci6n nacional puertorriqueiia, como respuesta de resistencia cultural a su hegemonia. En este contexto, debemos de reconocer Ia importancia de los dos nacionalismos prevalecientes de ese primer medio siglo: el nacionalismo cultural de Luis Muiioz Marin y el nacionalismo revolucionario del Dr. Pedro Albizu Campos. Ambos se encuentran en su fundamento puertorriqueiiista, dentro de su ex presion del nacionalismo cultural.7 No debemos olvidar el proceso de construcci6n de las poHticas culturales puertorriqueiiistas entre el 1900 y el 1940. Durante este periodo, se debe reconocer Ia reconstrucci6n, pieza a pieza, de nuestra memoria hist6rica y del sentido de Ia recu peraci6n de Ia identidad cultural. Destaco durante el periodo, Ia aprobaci6n de 17 piezas legislativas. Entre 1917 y 1940, se aprobaron 37 piezas legislativas de naturaleza cultural. Sin embargo, el tono del reclamo cultural se hizo patente en el foro de I Ateneo Puertorriqueiio de 1940, en el cual se condena Ia americanizaci6n y se reclama el nacio¡ nalismo cultural a traves de Ia puertorriqueiiidad. Final mente, no podemos olvidar que Ia mili tarizaci6n del pais se fortaleci6 durante las crisis econ6micas y pollticas de Ia decada del 1930 y se agrav6 como producto de Ia Segunda Guerra Mundial y el inicio de Ia Guerra Fria en 1945. Tampoco podemos olvidar Ia persecuci6n a las expresiones de afirmaci6n nacional y cultural puertorriqueiia, incluyendo Ia persecuci6n policiaca contra nuestros artistas. politicos y funcionarios.
7 (Rodriguez 2007). 8 (Hcmdndcz 2002. 114¡ 126). 9 ( lhfJ .â&#x20AC;˘ 137).
Entre 1940 y 1952, se produjo un extraordinario movimiento de afirmaci6n puertorriqueiia, en los reclamos de afirmaci6n del vemaculo. frente a Ia imposicion del ingh!s como el idioma de Ia enseiianza,las luchas universitarias democraticas contra Ia concepcion "occidental isla" de La Casa de Estudios, asi como los extraordinarios movimientos desde Ia literatura y las artes plasticas. Por ello, podemos decir que los triunfos electorales del 1940, permitieron un apoderamiento cultural, ejemplificado con el establecimiento del vemnculo como idioma de enseiianza, Ia creaci6n de las escuelas libres de musica, el establecimiento de Ia Division de Educaci6n de Ia Comunidad y Ia reorganizacion del Departamento de lnstrucci6n Publica. Final mente, debemos destacar como logros culturales, Ia aprobaci6n de los simbolos fundamentales del pais: su bandera, escudo e himno en 1952. No podemos entender el significado de Ia obra del Dr. Alegria, sin esta compleja contextualizaci6n hist6rica.
LOS ANTECEDENTES odemos encontrar a Don Ricardo, desde su regreso del periodo de estudio, organizando en 1949 el Museo de Historia. Antropologia y Arte y el Centro de Investigaciones Arqueologicas, de Ia Universidad de Puerto Rico, con el afan de, "demostrar Ia existencia de una tradici6n cultural puertorriqueiia" .~ Asi comenzo su proyecto de desarrollar una institucion, que con eltiempo fueron instituciones, para establecer Ia vision panor.imica de Ia cultura puertorriqueiia, desde Ia epoca precolombina, pasando porIa conquista y Ia colonizaci6n, hasta el siglo XX. como Ia forja de un proyecto cultural para Ia naci6n puertorriqueiia. En esta instituci6n, desarrollo el mapa arqueo16gico de Puerto Rico; promovi6 las excavaciones arqueo16gicas de Luquillo ( 1947), Loiza ( 1948), Utuado ( 1949), Ponce ( 1950), Guadalupe ( 1951) y Mona ( 1951 ); promovi6 los estudios etnogr.ificos. los estudios sobre Ia musica popular de origen africano y su influencia en Ia musica popular puertorriqueiia; estableci6 los proyectos de los laboratorios arqueo16gicos y foment6 el cine documental (La Fiesta de Santiago Ap6stol en Loiza y Excavando las plazas ceremoniales de Utuado).9 Fortalecio sus colecciones artisticas, promoviendo Ia obra de Jose Campeche y Francisco
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Rerist4/CP I numuo 22
Rk:anlo E. Alq;rfa GaUardo (1921·2011)
Oller; asf como las folcl6ricas, con sus tallas de santos y artes populares; promovi6 ellegado del puertorriqueno negro; reorganiz6 Ia Sala de Arqueologla Puertorriquena, incluyendo piezas de sus excavaciones en Lofza y Luquillo; desarrollo las exposiciones rodantes; destac6 su presencia publica en los medios de comunicaci6n e inici6 campanas de recaudaci6n de fondos. Finalmente, con el apoyo del reconocido arquitecto Henry Klumb, inci6 Ia construcci6n del museo en seis etapas, comenzando en 1956 y finalizando en 1959.
EL INSTITUTO DE CULTURA PUERTO· RRIQYEm Y OPERACION SERENIDAD
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principios de 1955, Luis Munoz Marin propuso desarrollar su tercer gran proyecto. En esta ocasi6n,junto a Ia Operaci6n Manos a Ia Obra y Operaci6n Estado Libre Asociado, propuso Ia Operaci6n Serenidad. En palabras de Munoz, "una sociedad en Ia cual haya tenido exito Ia Operaci6n Serenidad usani su fuerza econ6mica creciente para Ia ampliaci6n de Ia libertad, el conocimiento y Ia imaginaci6n comprensiva, mas bien que para Ia vertiginosa mulliplicaci6n de productos, en desenfrenada persecuci6n de una atin mas vertiginosa multiplicaci6n de deseos" .10 EllS de noviembre de 1954.Amold Miles Je present6 un infonne at Gobemador de Puerto Rico, sobre Ia preservaci6n de Ia herencia cultural de Puerto Rico.11 Reconoci6 que el tema de Ia cullura habfa sido subordinado at de Ia economfa y que Operaci6n Manos a Ia Obra requeria de un componente complementario de preservaci6n cultural. Miles destac6, que para adelantar el programa propuesto, el pueblo deberia de desearlo, reconocerlo y apoyarlo, pero que esa voluntad nose encontraba presente. Mufioz comenz6 a destacar, "que Ia economfa debfa servir a Ia cultura", en su proyecto de serenidad. Miles propuso Ia creaci6n del proyecto, The Preservation of the Cultural Heritage of Puerto Rico, creando para ello, el Com·
monwea/th Trust for Historical Preservation. Con este prop6sito de adelantar Ia operaci6n Serenidad, se aprob6 Ia Ley 89, del 21 de junio de 1955, creando el Instituto de Cultura Puertomiquei'ia, estableciendola como Ia principal instituci6n gestora de este proyecto cultural. Para ello, se le defini6 su prop6sito de, "contribuir a conservar, 10 (Ibid .. IS4) II (Miles 1954)
12 (C4mara slf). 13 (Tooker l9SS, 9). 14 (Alearla slf).
promover, enriquecer y divulgar los valores cultura· les del pueblo de Puerto Rico, y para su mas amplio y profundo conocimiento y aprecio ... " ,'1 El reto era enonne y el escepticismo tambien. Acisclo Marxuach, presidente de Ia Comisi6n de Monumentos Hist6ricos de Ia capital, declar6, "que Ia ley 89 • que crea ellnstituto de Cultura Puertorriquefia - es una pieza de Jegislaci6n importante, pero que el teme sera diffcil de administrar porque cubre demasiadas cosas" .1' Don Acisclo tenia raz6n, pues "eran muchas las cosas" que se deberian atender. Verdaderamente no era "poca cosa" a Ia que se enfrentaba el Dr. Alegria: mas de medio siglo de subordinaci6n y menosprecio de los valores culturales puertorriqueiios y el creciente problema de Ia "identidad", como resultado del embate de Ia americanizaci6n de los primeros cincuenta aiios del pasado siglo y su secuela de modemidad dependiente; el abandono de zonas y lugares hist6ricos; el poco aprecio y apoyo a Ia obra de literatos, musicos y artistas populares; Ia ausencia de un proyecto de archivo nacional para Ia preservaci6n de Ia memoria hist6rica; el abandono del patrimonio edificado. arqueo16gico, artistico y Ia ausencia de un proyecto de educaci6n cultural que fortaleciera estos valores y crease otra percepci6n de lo que hemos sido como pueblo, antes y despues de las dos colonizaciones. Me alegro que Don Acisclo haya quedado mal .
LOS PRIMEROS CINCO M'lOS
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on Ricardo insisti6 en dejar claramente establecido que su designaci6n provino de Ia Junta de Directores de Ia nueva instituci6n y no del propio Gobemador. Para dar respuesta a los escepticismos de Miles y Marxuach, entre muchos otros, prepar6 su plan de trabajo para los primeros dieciocho meses de labor de Ia instituci6n.' 4 La respuesta del Dr. Alegria result6 ser una iniciativa multisectorial, para acometer mas de medio siglo de abandono y subordinaci6n cultural. Alegria dividi6 en seis areas de fomento cultuml su plan de trabajo: (1) conservaci6n; (2) restauraci6n; (3) recolecci6n; (4) estudio; (5) divulgaci6n y (6) promoci6n. Su compromiso durante estos primeros dieciocho meses, se orientarfa a velar por Ia conservaci6n de todo nuestro patrimonio hist6rico-cultural.
E Museo de Las Amer cas ubcado en e• Cuanel de Balla~. en e Viejo San Juan Fotografa de Manuel O' mo Rodriguez.
DOSSIER
DIECIOCHO ANOS: UNA EPOCA DE NUESTRA POLiTICA CULTURAL Su primer infonne impreso, result6 ser el de Ia obra dellnstituto, del 1955 al 1960. Con una Junta de Sfndicos que estuvo integrada por Eugenio Fernandez Mendez como su presidente y como miembros, a Arturo Morales Carrion, Enrique Laguerre, Teodoro Vidal, Enrique Campos del Toro, Salvador Ti6, y Guillermo Silva, asf como seis comisiones asesoras en musica, monumentos hist6ricos, artes phisticas, grabaciones musicales, artes teatrales y publicaciones, present6 unos logros que adelantaron Ia agenda de fortalecimiento de Ia puertorriquei'iidad. Segun Alegria, fueron ai'ios arduos para convencer al pals de Ia importancia de las medidas tomadas. Los ataques contra su obra fueron constantes. Entre los logros mas sobresalientes de ese periodo, destacan Ia habilitaci6n del Archivo General de Puerto Rico y Ia restauraci6n del Antiguo Hospital Provincial, como futura sede de esa entidad. El Archivo adelanto sus objetivos de organizar Ia Colecci6n de Manuscritos e Impresos Musicales; el Archivo de Grabados, Mapas y Fotografias y el Archivo de Grabaciones Musicales. Estableci6 Ia Biblioteca General de Puerto Rico, asf como Ia biblioteca en Ia casa natal de Luis Munoz Rivera en Barranquitas, y una biblioteca rodante. Otros programas innovadores, lo fueron el de Conservaci6n y Restauraci6n de Monumentos Hist6ricos, con 12 monumentos publicos; el Programa de Parques y Museos, que estableci6 10 museos pennanentes y uno rod ante. Ademas el Programa de Adquisici6n y Conservaci6n de Objetos y Documentos de Valor Artfstico e Hist6rico y cre6 el Programa de Conmemoraciones Hist6ricas y de Medallas Conmemorativas. El Dr. Alegria no olvid6 las actividades de formaci6n para el publico interesado, con su Programa de Conferencias publicas; el Programa de Exposiciones Artfsticas e Hist6ricas; el Programa de Musica Puertorriqueiia; el Programs de Teatro; los talleres de Arte y Artesanfas; organiz6 el Programs de Publicaciones; el Programa de Peliculas Documentales, asi como los concursos y certlimenes. Finalmente, estableci6 los talleres de arte, los cuales antecedieron Ia fundacion de Ia Escuela de Artes Plasticas, el Programa de Becas y Ayudas Econ6micas a artistas y las ayudas a entidades culturales. En cinco ai'ios, el Dr. Alegria prob6 que no habfa mayores dificultades para cubrir "demasiadas cosas" de Ia agenda cultural. IS (Alcgrfa 1960).
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rece aiios despues, al finalizar en 1973 su mandata como Director Ejecutivo de Ia lnstitucion, el Dr. Alegrfa escribi6 lo siguiente, resumiendo su gesti6n innovadora: Desde e/ principia definimos Ia cu/tura como el producto de Ia integracion que en el curso de cuatro siglos y medio lrabia tenido Iugar en Puerto Rico entre las respectivas culturas de los indios rainos que poblaron Ia isla, de los espaiioles que Ia conquistaron _\' colonizaron y de los africanos que ya desde las primeras decadas del siglo XVI comen:.aron a incorporarse en nuestro poblacion. Tambien dejamos establecido que el concepto de cultura nacional abarca desde las mds populares y senci/Jas e.tpresiones jo/k/Oricas, lrasta las mcis depuradas y sofisticadas rnani· jestaciones cultas. Otros dos principios, esta ve:. de acci6n, presidieron desde su origen Ia actividad del lnstitlllo de Cullllra: el carcicter general o nacional de su obra, que deberia abarcar toda Ia isla, sin circunscribirse a Ia capital ozona metropolitana: y sutotal a111onomia respecto a todo criteria o intervenci6n politico-partidista. Ello en razon de Sllllalllraleza estrictamellle cultllral." Entre sus advenencias, muchas de las cua· les repiti6 basta sus ultimos dfas, advirti6 sobre las consecuencias del desmantelamiento de las instituciones culturales • en vez de fortalecer sus expresiones contempor.ineas - se encuentra el reto constante del estudio y Ia promoci6n de nuestros valores, para el fortalecimiento de nuestras expresiones puertorriqueiias, en un contexto de compleja globalizaci6n transnacional y multicultural. "La cultura puertorriquei'ia, hemos dicho, reviste gran vitalidad y energra, y buenas demostraciones de ello ha dado. Pero es tambien cierto que ha estado y continua expuesta a influencias, poderosas y tenaces, que Ia han afectado en el pasado. Ia afectan en el presente y pueden deteriorarla, e incluso destruirla en el futuro. Estas inftuencias son ademas nocivas, innecesarias y superftuas. No son las influencias naturales y espontaneas que, en vista
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RICJIJ'do E. Alcgrlo Gollordo (1921·2011)
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Centro Ceremonial Indigene de Caguana, Utuado. Fotograffa de Sebastian Robiou, XVII Fotomarat6n 2006. Nuestras ralces indfga· nas - ICP y Walgreens
de Puerto Rico.
de Ia intercomunicacion de los pueblos reportan y difunden beneficios intelectuales, artlsticos y sociales. A esas inHuencia:; podemos y nun debemos abrirles nuestras puertas sin temor... " .'ft En este segundo informe, de sus dieciocho aiios al frente del lCP, dest:~co los siguientes logros: el fortalecimiento del Archivo General de Puerto Rico y sus colecciones de grabados, mapas, fotograflas, miisica, de Ia investigaci6n oral y los documentos de interes historico para investigaci6n y consulta. Destaco el crecimiento de Ia Biblioteca General y las correspondientes, en las casas de Luis Munoz Rivera y Jose Celso Barbosa. El Programa de investigaciones se am plio, a las arqueo16gicas; las folkl6ricas y las conmemoraciones de hombres ilustres y acontecimientos hist6ricos. El Programa de Zonas y Monumentos Hist6ricos, cum plio con Ia restauraci6n de treinta monumentos historicos y del fortalecimiento de las zonas historicas de San Juan y Ponce. El Programa de Museos y Parques establecio dieciseis museos, entre los cuales debemos destacar el museo y parque arqueo16gico del Centro Ceremoniallndigena de Caguana; el museo y parque Hist6rico de Caparra; el museo de Historia Militar en el fuerte de San Jeronimo del Boquer6n; el museo de ane religioso de Ia Ermita de Porta Coeli en San German: Ia Casona del Callejon y su museo de Arquitectura Colonial; el Museo de Ia Familia Puenorriquena del siglo XIX; el Museo-Biblioteca en Ia Casa de Luis Munoz Rivera; el mausoleo de Luis Munoz Rivera; el Museo de Bellas Artes; e] Museo de Ia Farmacia; el Museo del Convento de Santo Domingo; el Museo del Grabado Latinoamericano; el Museo de lmaginerfa Popular; el Museo-Biblioteca Jose Celso Barbosa; el Museo Rodante y los museos regionales. En preparacion, dejo el Museo de CasaBlanca; el Musco lnfantil del Polvorfn de Santa Elena; el Musco de las Industrias de Ia cana de azucar y del cafe; el Museo de Ia Historia de Puerto Rico; el Museo de las Culturas Aborigenes de Puerto Rico; el Museo de Ia-. Americas; el Centro de Exposiciones; el Museo de Ia Historia del Teatro Puenorriquefio; el Museo de Ia Historia de Ia Musica Puertorriqueiia; el Museo de las Artes Populares; el Museo de Ia Historia y Ia Cultura de Ponce; el Museo del Sello Postal; el Museo de Ia Historia de Ia Moneda en Puerto Rico. De manera particular, debemos destacar Ia Casa del Libro, con una colecci6n valiosa de incunables y ediciones de los impresores europeos del siglo XVI, asf como li· bros raros y del arte de Ia encuadernaci6n. Todavia, 16 (Alegria 1973, 121.
a pocos meses de su deceso, se alegraba cada vez que le llegaba una nueva pieza para el Musco de Ia Herencia Africana. con to cual testimoniamos, que en ningiin momento disminuy6 su entusiasmo por Ia obra cultural nacional. Lego de igual forma, una valiosa colecci6n de obras de valor artfstico e historico para disfrute del pafs. Sus exposiciones, los concursos, portafolios, investigaciones y las publicaciones, promovieron Ia rica herencia artfstica del periodo y fueron verdade· ros acontecimientos. La creaci6n de Ia Bienal San Juan del Grabado Latinoamericano y del Caribe, le brindo una renovada dimension internacional a Ia promoci6n de nuestra obra anrstica. Semejantes logros pudo reclamar del programa de musica, de los conciertos de Ia banda oficial de Puerto Rico, Ia revitalizacion del pro· grama de teatro, con los Ballets de San Juan, el Ballet Folkl6rico Areyto y los festivales de teatro puertorriqueno, intemacional e infantil, entre otras iniciativas. Ricardo AlegrCa fue responsable ademas, de los inicios de Ia construcci6n del Centro de las Bellas Artes de Santurce y del proyecto del Centro Cultural del Morro. Especial atencion le brind6 siempre at Programa para el Fomento de las Artes Populares, sus feria-. y el apoyo a los anesanos. Paralclamente, todo este proyecto se traslad6 a los pueblos, a traves del Programa de Promocion Cultural en los Pueblos, mejor conocido como cl de Centros Culturales, di versificando con ello los publicos a los cuales lleg6 Ia obra de promoci6n cultural. Sobre este legado, doila Incs Marfa Mendoza comento:
£1 parrimonio nacional y cu/11/ral eslaba descuidado en el pafs. casi en abandono. Para rratar de recuperarlo y para que roda generacion aportara lo suyo. sc creo ei/CP. La gellle de Puerto Rico se quedll maravillada de lo que con poco dinero Ita logrt~do e/ lnsrirwo. Talve:: el mayor /ogro Ita sido jortalecer el respero y Ia esrima de los puertorrique1ios por sf mismos, por lo que han sido y soli y quieren scguir siendo. Y esto /o Ita lreclw Ricardo Alegria con su genio para Ia sencille;:: y e/ buen gusto, con su modeslia,laboriosidad y S/1 manera mara1•illo· say ejemplar de rendir el escaso dinero del pueblo para devolvernoslo con creces en mo· llllllfCillos que t!l re.mcila de Ia piedra muerta, en las hermosas calles y casas que nos saca de
DOSSIER
Cas1illo El Morro en e Viejo San Juan. Fo1ografla de Manue' 0 mo Rodriguez
Ia ruina, en las plazas, iglesias y parques, que como si lmbieran estado escondidos, elnos Ia va encolltrando. En solo veime mios, Ricardo ha enriquecido, rescatdndola, Ia viejfsima hermosa herencia casi perdido y allle Ia mirada asombrada de los niiios les Ira ida reve/ando el su historia ...Gracias Ricardo. 17
Todavia, en sus ultimos aiios, cuando se despedia advirtiendo que seguiria trabajando, "si me da el tiempo", su genio creador no descanso, proponiendo un Plan para Ia conservacion, defensa, fomento, enriquecimiento y divulgaci6n de Ia cuiturn nacional de Puerto Rico (2005-2006).18 En este proyecto, Don Ricardo recomend6, evaluar el uso de los fondos a las entidades culturales; fortalecer Ia autonomia del ICP y reorganizar sus funciones; fortalecer e\ estudio de Ia prehistoria; Ia historia y los estudios sociales; promover Ia literatura, el folclore, el teatro, Ia musica, artes plasticas, bailey cine. De igual forma, revitalizar los centros culturales y promover las escuelas-hogares para poblaciones con alto riesgo de violencia. Finaliz6 su propuesta, recomendando el Plan para el fomento y divulgaci6n de Ia cultura nacional. Propuso un Plan para futuros museos, adelantando el Museo de Ia Historia de Puerto Rico; el Museo de Historia Natural y el Museo de las Artes Populares. Otras iniciativas propuesta~. fueron el enriquecimiento artistico de los edificios y obras publicus; las biblioteca~¡ centros culturales; creditos contributivos para el sector cultural; promover Ia cultum en los centros urbanos; el programa de artistas e intelectuales de Hispanoamerica, Estados Unidos y Europa y el fortalecimiento de las relaciones culturales con las organizaciones culturales, cfvicas y academicas puertorriquei'ias en Estados Unidos. Muchas de estas iniciativas no fueron consideradas.
LA ESCUELA DE ARTES PWTICAS
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n Iugar muy especialle pertenece a Ia Escuela de Artes Plasticas de Puerto Rico. De acuerdo con Alegria: Desde que iniciamos nuesrrasftmciones comprendimos que para fomentar en Puerto Rico las artes pldsricas se hacfa necesario ofrecer facilidades a los artisras jovenes y relacionar17 (Ibid . 244-24S). 18 (Alegria s/0. 19 (Alegria 19 78, 141 -142).
20 (Escucla de Artes I'Jastkas).
los co11 los que ya se lwbfan destacado en este campo. Con esteji11 estab/ecimos los Tal/eres de Artes Pldsticm, cada 11110 de los cuales ftte puesto bajo Ia direcci(Jfl de 1111 artista de renombre, quie11 ademds de dirigir su respecti1â&#x20AC;˘o taller ofrece asesoramiellfo y ayuda a perso11as dedicadas al arte - projesio11ales o estudiames ademds de ofrecerle el equipo corre.\po11diente.19
Eltaller de Artes Gr.ificas fue dirigido en sus inicios por Lorenzo Homar; el taller de Escultura, por Francisco Vazquez (Compostela); el taller de Vidriems Policromadas (Vitrales) por Arnalda Maas; el taller de Cer.imica, por Amadeo Bennet y el taller de Mosaicos y Murales por Rafael Rfos Rey. Para atender las necesidades producto de Ia ausencia en el pais de una instituci6n en Ia cual sus estudiantes pudieran iniciar su formaci6n artfstica profesional, se estableci6 Ia Escuela de Artes Plastica~ en 1966, bajo Ia direcci6n del Dr. Jose R . Oliver. Posteriormente, en 1976, muda sus operaciones de Ia sede original en Ia parte posterior del antiguo edificio del hospital y carcel provincial, en Puerta de Tierra, a Ia Ca~a de Locos, el anti guo manicomio de San Juan, en los predios del campo del Morro. En esta ocasi6n, le correspondi6 a Felix Rodriguez Baez, pin tor destacado de Ia generacion del cincuenta y expcrto en comunicaciones, quien se encarg6 de los nuevas retos y de ampliar las oportunidades del proyecto cducativo. Entre I 983 y 1987, me correspondi6 el honor como director de Ia Escue] a de Artes Plasticas, de adelantar el proceso de acreditacion pam transformarla en una instituci6n aut6noma. El proceso se complet6 en 1987 y Je correspondi6 a Ia Prof. Margarita Fernandez Zavala y Juego a Ia Dra. Marimar Benitez, completar los procesos correspondientes hasta convertirla en Ia unica instituci6n acreditada porIa National Association of Schools of Art and Design acreditada en el Caribe. Su vision institucional actual relleja estos valores: La Escuela de Artes Pldsticas estci dedicada a Jormar las pr6ximas generaciones de creadores puertorriqueiios. Se origino en los Talleres de Arte del lnstituto de Cultura Puertorriqueiia y ha logrado transformarse en 1111 centro universitario dedicado a las artes, sin perder de vista Ia tradicion de taller de sus orige11es.211
R~•·ist11/CP l
mimtm 22
Ricardo E. A~ria Galludo (11121·2011)
DEL CENTRO DE ESTUDIOS PUERTORRIQ!JENOS, AL CENTRO DE ESTUDIOS AVANZADOS DE PUERTO RICO Y EL CARIBE
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n 1942, el Dr. Alegria publico un articulo en Ia Revista Caribe, el cual titulo "El Centro de Estu· dios Puenorriqueiios". En esta publicacion, adelanto Ia que ser.i su agenda academica, desde el 1973, con Ia creacion del Programa de Estudios Puenorriqueiios, adscrito allnstituto de Cultura Puenorriqueiia. Reconociendo Ia inferioridad cultural producto del colonialismo, rechazando el concepto de Ia casa de estudios y anticipando su concepcion de Jo que podrfamos Hamar La Casa de Ia Cultura del Pueblo de Pueno Rico, Alegria advini6:
Es por esto que se hace imprescindible Ia creacion inmediata de 1111 centro de esllldios que comience a revalori:.ar lo nuestro, que nos muestre que tenemos valores de los cuales estar orgul/osos; que l'eamos que nuestros cuatro siglos de cullllra han dado sus frutos, que nos ayude a crear zma conciencia nacionaJ.11 Durante Ia revoluci6n cultural de Ia decada del60, se generaliz6 el reclamo por los estudios de revalorizaci6n etnica y politica, de sectores marginados y discriminados, tanto en Estados Unidos como en Europa. Esta circunstancia promovi6 el reclamo de los Jlamados Black Studies y posteriormente, de los Pueno Rican Studies, y otros de reclamo etnico y resistencia cultural. De estos, el Dr. Alegria result6 ser uno de sus principales propo· nentes. Colabor6 con el establecimiento del Center for Puerto Rican Studies en Lehman College, enco· mendado a Ia Ora, Marfa Teresa Babin. En 1968, se estableci6 un programa de Estudios Puenorriquenos en el lnstituto de Cultura Puenorriquena, vinculado a Ia State University of New York, recinto de Buffalo. El programa despego bajo Ia direccion del Dr. Alegria, el Dr. Luis Nieves Falcon, el Dr. Jose Ramon de Ia Torrey el Dr. Ar· turo Santana. Posteriormente,la Ley 52, del21 de junio de 1971, permiti6 aiiCP conceder los grados. Finalmente, el Dr. Alegria Je solicit6 al Consejo de Educacion Superior, establecer el Centro de Estudios Avanzados de Pueno Rico y el Caribe, estructurado para seguir el mode to establecido por 21 (El Centro 1942). 22 (Alegria.En proccso de cdici6n.). 23 (Alegria 20!!21.
24 ({bfc/) l5 hnp:llmuscolasamcncas.orgfsobreclmuseo.'ongcnes
hil!ori a·y-vi~on.html
Ia Universidad de Princeton, activando el organizado por el gobemador Luis Munoz Marin, el Lcdo. Jaime Benitez, don Pablo Casals y el Dr. Roberto Buxo. Con ello se origino el Centro de Estudios Avanzados de Pueno Rico y el Caribe. El CEA se organizo en el 1976, en los predios de CasaBlanca y cont6 en su Junta de Sfndicos con el Dr. Anum Morales Carrion. Ia Ora. Concha Melendez, el Gen. Fernando Chardon, don Enrique Laguerre, don Rafael Rfos Rey, el Dr. Luis Torres Oliver, el Dr. Francisco L6pez Cruz, y el Dr. Aurelio Ti6. El Dr. Ricardo Alegria fue designado como su primer director,:u posicion que ocup6 por veinticinco aiios.=3 AI presente ofrece grados de maestrfa en Literatura, Historia, Estudios Puenorriquefios y Arqueologfa, asf como grados doctorales en Literatura e Historia. Pasando juicio sobre su obra en el CEA. luego de un cuano de siglo, expreso lo siguiente:
El Cemro ha sido muy importante en Ia jormaci6n de projesores que hoy dfa esuin desparramados por el pafs, en zmiversidades, colegios y escue/as superiores en donde estcin 1/evando ltll conocimiento mas rico de lllfestra cultura nacional. AI igual que ellnstitllto de Cultura, ha contribuido a este jiorecimiento de Ia puertorriqueiiidad que estamos viendo.2J
EL MUSEO DE LAS AMERICAS
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n 1992, se concibi6 el desarrollo del area del Morro, como fundamentalmente educativa, cultural y recreacional, para beneficia del pueblo de Pueno Rico y nuestros visitantes. El proyecto anticip6 el establecimiento de Ia Galena Nacional de las Anes en el Convento de los Dominicos; el desarrollo del Museo de las Americas, con donativos de obras para las colecciones permanentes, de pane de todos los pueblos hermanos del hemisferio (incluiria ademas de espacio para las Academias y en Ia primera planta de empresas de servicio para los visitantes y de un cine). Desafonunadamente, este proyecto fue descartado y reelaborado en partes, dejando al presente su potencial al descubierto. Alegria fund6 el Museo de las Am~ricas , su ultima instituci6n, en 1992. con el prop6sito de "promover Ia historia y Ia cultura del continente, desde Alaska hasta Ia Patagonia".~ AI presente,
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una de las exposiciones que presenta es "Ricardo Alegria: Una mirada", excelente propuesta fotografica que nos refleja en imagenes, el testimonio de sus ultimas miradas.26 Don Ricardo Alegrfa en el Centro de Estudios Avanzado de Puerto Rico y el Caribe en el VieJo San Juan. ' Fotografra de Arch1vo ' fotografico. Editorial ICP.
LA UNESCO Y SU MIRADA DE FUTURO
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I Dr. Alegria fue tambien un adelantado de Ia descolonizaci6n cultural y polftica del pafs, no solo por Ia obra llevada a cabo y destacada en esta noche, sino por su reclamo de soberanfa cultural ante Ia UNESCO y sus posiciones en tomo a Ia autodeterminaci6n polftica puertorriqueiia. A pesar de sus reiterados reclamos durante Ia decada de 1980, reiter6 su compromiso de, "reconocer el derecho a conservar, defender y fomentar nuestra cultura nacional y por consiguiente a formar parte de Ia UNESCO" .21 Una de sus ultimas propuestas,la dirigi6 primero para Ia atenci6n del Gen. Collin Powell, Secretario de Estado de Estados Unidos y posteriormente a Ia Dra. Condoleezza Rice, reclamando nuevamente el ingreso de Puerto Rico a Ia UNESCO y solicitando Ia consideraci6n del Viejo San Juan, como Patrimonio de Ia Humanidad.:za Nuevamente, los divisionismos partidistas promovieron su fracaso.
1
- - - . s/f. Los prim~ros di~ciocho m~us d~l lnstiruto de Cullura Pumorriquena, diciembre de I9S5-junio d~ 1957. Programa de actividades sometido a Ia consideracion de Ia junta de directores por el director ejeculivo, Ricardo E. Alegria. Fotocopia.
---.En proceso de edici6n. £1 c~nrro de &tudios AI'OII:Oda! de Rico y el Caribe: 2S anOJ conrribuyendo a Ia consen·acitln, im·estigacion, ~studio, enunan:o y di•·ulgacion de Ia cultura puuro. rriquena y del Caribt ( 1976·2001 ). San Juan. Pueno Rico. Pu~rro
_ _ . 2006. El Viejo San Juan, Patrimonio de Ia Humanidad. £1 Dfa, 24 de enero.
Nu~vn
- - - . 2002. Carla del Dr. Ricardo E. Altgrfa, o los mi~mbros de Ia junra d~ sfndicos.jacultad,funcionarios, empl~ados y amigos del Cenrro d~ Esludios Amn:odos de Pueno Rico y el Cori~. Son Juan, PuenoRico. - - - . 1978.£/ ltutirulode Cultura
Puenorriqu~ila,/9.5.5·1973:
18 ailns comribuyendo ajortalecer nuestra conciencianacional. San Juan. Pueno Rico: lnstituto de Cultura Pucnorriquena.
- - - . I 960. £1 lnstiluto de Cultura Puerlorriqudla; los primeros cinco anos, 19SS-1960. Son Juan, Puerto Rico: lnsliluto de Cuhura Puertorriquena. Camara de Representantcs de Pueno Rico, Segunda Asamblea legislativa 1953-1956. s/f. Ezpedienledel P. de Ia C. 1381, de Ernesro
Ramos Alllonini, para ~stablecer ~I lnsrituto de Cultura Pu~rrorriqu~·
UNA MIRADA DE FUTURO
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ara finalizar, permftanme una ultima alusi6n a una experiencia de su juventud. En varias conversaciones, comparti6 sus experiencias en tomo a las vivencias entre el pueblo winnebago. Me relat6, a! igual que hizo con Ia Dra. Carmen D. Hernandez. que una joven indfgena le puso e\ nombre de Kipiesquega, con su significado del "joven de los ojos tristes". En el texto mencionado, tambien nos relata que un anciano sabio Je pregunto: (,Amigo, ha sido tambien tu tribu conquistada? Don Ricardo reconoce que no pudo contestarle en ese momento. Afortunadamente, luego de seis decadas, su vida y obra se erigen como Ia respuesta a Ia pregunta de ese otro sabio. La mirada de sus ultimos tiempos,tenfa algunos vestigios de tristeza, pero al superarlos, se llenaron de luz y de futuro. liD REFERENCIAS El Centro de Estudios Puenorrique~os . 1942. R~vista Carib~ I, no. 4 . Alegria, Ricardo E. stf. Plan para Ia conservacion. d~f~nsa,fommto, mriquuimi~nlo y dil•ulgacion de Ia cultura nacional d~ Pu~rro Rico (2005-2006}. Folocopia, San Juan, Pueno Rico.
26 (C hendo 2012). 27 (Rodriguez 2011 . 14 y 23). 28 (Aiegrio 2006, 6S) .
ila y d~finir sus pmpcJsitos, podens y funciones. Fotocopia.
Escuela de Anes Plasticas, Sabre Ia E.AP. bttp"ilwww cap cd~
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pu~rrorriqu~ilidad: afirmacion
Tooker, Helen V. I 955. Crecn dif!cil labor lnslitulo de Cultura. £1 Mundo, 30 de julio.
Rel'ista ICP l mimem 22
LOS MUSEOS: ELEMENTO VITAL EN LA GESTA CULTURAL DE DON RICARDO ALEGRIA Marfa Angela L6pez Vilella
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I museo es una idea innata y central en el pensamiento y Ia obra de don Ricardo Alegria. Para el padre de Ia arqueologla puertorriqueiia, ferreo propulsor y estratega de nuestra cultura y nacionalidad, el museo es una propuesta dimimica e imperativa, tanto en su aspecto de difusion y ex· posicion, como en su faceta de recinro depositario y custodio del patrimonio historico. El propio don Ricardo traza el origen de su pasion muselstica a su padre don Jose Alegria, quien fuera abogado, cronista, pintor, periodista, literato, politico, colector de objetos de arte y ejemplo definitorio en Ia etapa formativa de su hijo. Don Pepe Alegria fue disdpulo de Francisco Oller y Fernando Dfaz McKenna, y su cuadro El jardfn rosa recibio premio del Ateneo Puertorriqueiio. Era un entendido de las artes pictoricas. Se convirtio en el primer coleccionista de obras de Jose Campeche, asl como de cuadros de Francisco Oller, los cuales compraba mucho antes que se cotizaran en el mer· cado. Don Ricardo rememora como en su infancia, utilizaba gabinetes de Ia estanterfa de cristales, donde su padre guardaba los libros jurldicos, para colocar objetos, insectos, monedas o sellos que de niiio coleccionaba. Durante su vida estudiantil el interes por coleccionar de don Ricardo se convirti6 en avasallador, el mundo encaja como elemento natural de sus derroteros academicos y profesionales: asl lo describe Ia Ora. Carmen Dolores Hernandez en Ia biografra que escribe, y a Ia que recurriremos continua y libremente en este articulo. Don Ricardo colabora con su profesor de historia, don Rafael W. Ramirez, para convertir ellaboratorio que este manejaba en el sotano del edificio Pedreira, en Ia Universidad de Puerto Rico , en un intento formal de museo llama-
1 (Hernandez 2002, 11 4- 11 5).
do Museo Juan Ponce de Leon. En este se exponfan objetos, piezas y fragmentos de interes arqueologico provenientes de las excavaciones realizadas en los aiios treinta por el arqueologo Froelich Raimey, como tambien por regalos y entregas miscehineas. Segun el propio don Ricardo, ese proyecto embrio· nario se convirtio, aiios mas tarde, en el Museo de Ia Universidad de Puerto Rico. Cabe mencionar que don Rafael W. Ramirez innuyo decisivamente e n don Ricardo, en sus estudios de Ia ciudad de San Juan y su interes en el folclore o arte popular puertorriqueiio, ambos convertidos en proyectos de museos mas adelante por el mismo. En los aiios posteriores a su regreso de Chicago, comienza su etapa !aboral como instructor del Departamento de Historia de Ia Universidad de Puerto Rico, don Ricardo asume simultaneamente, el puesto de director auxiliar del Museo de Ia Universidad. Desde esa plataforma y en Ia reorga· nizacion de Ia incipiente coleccion arqueologica de don Rafael W. Ramirez, escribe uno de los capftulos cumbres de Ia museologfa puertorriqueiia: el Museo de Historia, Antropologfa y Arte de Ia Universidad de Puerto Rico. Volvemos a Ia doctora Hernandez, quien en su biografra de don Ricardo acertadamente describio el prop6sito del museo de ofrecer "una vision general de Ia historia y cultura de Puerto Rico , desde Ia epoca prehistorica hasta el siglo XIX, con exhibi· ciones frecuentes de historia, arqueologfa, arte y folclore puertorriqueiio, pero que no fuera s61o depositario de objetos valiosos sino tam bien sede de investigaciones e intercambio." 1 En el aspecto de riqueza de las colecciones del museo, don Ricardo establece las bases de intercambio y reciprocidad con instituciones es-
Tres p1ezas de Ia Colecce6n Alegria Pons. Sala La Herencia Africana, Museo de Las Amencas en el VieJo San Juan Fotograffas cortesla del Archive del Museo de Las Amencas En Ia pagina anterior El Dr R1cardo Alegria y dona Mela Pons en e Centro de Estudios Avanzados Fotografla Archive CEA
pecializadas de Estados Unidos y America Latina. Innumerables prestamos y donaciones de objetos y piezas de enorme valor arqueologico resultaron de dichas gestiones. Por ejemplo, obtuvo poses ion de Ia momia de una princesa egipcia, de tres mil afios, que arrib6 del Peabody Museum. La coleccion de objetos y piezas africanas se enriquecio con donaciones gestionadas por el. Las excavaciones realizadas por Alegria en Lofza y otros puntos, nutrieron tambien las vitrinas del museo; y se acoplaron al mismo, colecciones de arqueologos, aficionados y ciudadanos como las de Jose Limon de Arce, el Dr. Gildo Masso, ellicenciado Benigno Fernandez Garda, J .L. Montalvo Guenard, Adolfo de Hostos y otros. Cabe destacar Ia labor ad lronorem de doiia Meta Pons, novia y Juego esposa de don Ricardo, y quien con su gusto refinado y detallista colabora afanosamente, en cl montaje de las exposiciones. La exposicion de objetos indfgenas de Luquillo, en 1947, conto con pintura.o; de Cristobal Ruiz en los fondos de las vitrinas. Tambien en este afio, se concreta una exposicion de tall as de santos, anteriormente relegados por los conocedores del arte en Puerto Rico. En 1948 se lleva a cabo Ia primera exposicion, a amplia escala, de veinticinco obras de Francisco Oller, asi como una exposicion de Jose Campeche, esta no abrio al publico por razones de seguridad, ya que se desato Ia huelga estudiantil. Hacia 1949 dirige el documental La fiesta de Santiago Apostol en Loiza Aldea, con el auspicio del Centro de Investigaciones Arqueo\6gicas y Etnograficas y Ia ayuda de Roberto Cole y Antonio Atiles. Pelfcula "muy sencilla en su estructura, pero
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dramatica en Ia presentaci6n del ambiente y las costumbres relativas a Ia fiesta"~ . Primera pelfcula documental en colores hecha en Puerto Rico. Dos exposiciones despertaron enorme interes, una sobre arqueologfa puertorriquena y otra sobre Luis Muiioz Rivera, Jose de Diego y Jose Celso Barbosa. En esos aiios, don Ricardo no solo reorganizo Ia sala de Arqueologfa, sino que fue artifice de una original exposici6n rodante de artefactos arqueol6gicos por las escuelas de Puerto Rico. A su vez, el marco institucional y juridico del Musco de Ia Universidad de Puerto Rico se solidi fico con Ia Ley 97 , del 15 de abril de 1951, que Alegrfa apoyo por conducto de su amigo y legislador Ruben Gaztambide Arrillaga, y que institucionaliza oficialmente el Musco de Antropol ogia, Historia y Arte de Ia Universidad de Puerto Rico. A su vez, el Dr. Alegrfa encarga el di seiio de Ia sede al renombmdo arquitccto Henry Klumb , cuya estructum se encuentra en Ia entrada del recinto de Rio Piedras, accesible a todos los puertorriquenos. Por ultimo, como visionario siempre se ocupa del aspecto economico del Musco, activamente escribiendo para solicitar fondos y ayuda. En Ia ciudad de Nueva York, don Ricardo tambien deja su huella museistica; ccrca del aiio 1950, donde organiza Ia primera exposicion sobre Ia cultura puertorriqueiia en el Riw:side Museum. Establcce el Heritage Museum. en el Bronx, donde expuso aspectos cotidianos y religiosos de Ia cultura puerto rriquena. Don Ricardo Alegria es considerado uno de los fundadores del Museo del Barrio. AI mando del recicn creado lnstituto de Cultura Puertorriquena,3 tiene a los museos como parte integral y clave de su amplia gesta cultural. Con los
2 (Hcmlln~cz 2002. 125). 3 El Dr Ricardo Alegrfa ~irigc cllnslilulo ~c Cuhuro Puenorriqucila entn: 1955 y 1973 .
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Centro Ceremonial Indigene de Caguana. Utuado. Fotografia de Sebastian Robiou, Kevin Ruiz y Karidza Dlaz, XVII Fotomarat6n 2006. Nuestras raices indigenes â&#x20AC;˘ ICP y Weigreens de Puerto Rico.
mismos culminaban las restauraciones de edificios y estructuras hist6ricas, y se cumplia Ia doble funci6n de conservacion del patrimonio rescatado y educaci6n de Ia juventud. En efecto, se establecieron dieciscis museos directos y otros mas en virtud de los ccntros cuhurales regionales. A vuclo de pajaro, el Mu~eo del Indio en el complejo arquco16gico Caguana, en Utuado, se completa Ia restauraci6n de parques y calzadas indigcnas, y se complementa con Ia muestra de fragmcntos, utensilios y objetos. El Musco y Parque Hist6rico Ruinas de Caparra, expone objetos del primer poblado espafiol, y el Musco de Ia Historia Militar, muestra al publico las armas y parafemalia militar de Ia epoca de Ia colonizaci6n e spanola, en cl historico Fuerte San Geronimo. El Musco deArquitcctura Colonial, el de Ia Familia Puertorriquena del Siglo XIX y el Musco de Ia Farmacia, extcriorizaron y dc~plegaron una idea de Ia vida urbana pasada, con Ia fie I recreaci6n de aposentos, alcobas, utensilios y herramicntas de Ia cpoca. El Musco de Bellas Artcs cxpuso obras de Jose Campechc , Francisco Oller y otros de nuestros principales pintore~. cscultores y artistas graficos. El Musco del Grabado Latinoamericano de!>pliega obras gnificas de rcnombrados artistas del continente amcricano. El Mu~co de Arte Rcligioso, en Ia ermita de Porta Coe/i, expone mucstras importantcs del estilo rcli¡ gioso misioncro. El Musco del Convento de Santo Domingo desplicga por primera vez al publico, un edificio anti guo e hist6rico junto a una colecci6n de objctos y mobiliario de Ia cpoca. El Musco de Ia lmagineria Popular, evidencia el interes de don Ricardo por las artes populares y, el rescale del trabajo de muchos santeros a quienes tanto admiro. El Museo-Bibliotcca La Casa del Libro alberga ejemplares de importancia hist6rica a nivel mundial. Los Muscos de Luis Muiioz Rivera y Jose Celso Barbosa, en Barranquitas y Bayam6n respectivamente, reflejan el interes del Dr. Alegria por difundir vcrdadcramente Ia informacion sobre las personalidadc!> de nuestra historia contcmpor.inea. El Musco Rodante, mas que ningun otro, evidencia Ia voluntad de propagaci6n cultural al mas amplio espectro de los puertorriquefios. Los museos regionales, fueron auspiciados por los Centros Culturales que, tanto desarrollo cultural, musical, grnfico y teatral escenificaron, con Ia llouvelle vision descentralizada y abarcadora de nuestra cultura. Los museos planeados o en ciemes para 1973, cuando don Ricardo se retir6 dellnstituto de Cultura Puertorriquciia, eran numerosos a saber: el Musco lnfantil, en el Polvorin de Santa Elena; el Musco de Ia Industria de Ia Caiia de Azucar y el
Ricardo E. Ale~;ria Gallardo (1921-lOIJl
Cafe; el Musco de Ia Historia de Puerto Rico; el Musco de Ia Cultura Aborigen de Puerto Rico; el Musco del Lcgado de Ia Cultura Africana; el Musco de Ia Historia de Ia Musica; el Musco de Arte Popular; el Museo de Ia Historia y Cultura de Ponce; el Musco de Las Americas; el Musco del Sello Postal y el Musco de Ia Moneda. En cuanto a estos dos Ultimos proyectos tendriamos que remontamos al pequeno Ricardo y sus colecciones de sellos y moncdas en los gabinetes de libros de Jujo de don Jose Alegria. En fin, los museos constituyeron unos pilares esencialcs en el amplio ambito de actividades conduccntes a utilizar y fortalecer nucstra cuitum nacional por medio del lnstituto de Cultura Puertorriquena dirigido por el Dr. Alegria. Lejos de ser instituciones aisladas y anquilosadas, los museos estaban inmersos en las cxposiciones, recitales, documentales, producciones editoriales y sobrc todo andaban de Ia par del esfuerzo hist6rico programatico para Ia adquisici6n y conservacion de estructuras y objetos de valor hist6rico y artistico. En 1973 luego de rcnunciar allnstituto de Cuitum Puertorriquena, don Ricardo acepta dirigir un nuevo organismo creado a nivcl ejccutivo, Jlamado Oficina de Asuntos Culturales, desde el cual gesta el Musco de Casa Blanca. En esos aiios, don Ricardo instaura una Sala de Exposiciones Permanentcs en Ia Pontificia Univcrsidad Cat6lica de Puerto Rico, donde cl enseiiaba arqueologia ad lwnorem , yen Ia cual se expusieron piezas arqueol6gicas prestadas por el lnstituto de Cultura Puertorriqucna. Ademas, en esa cpoca inicia museos regionales como el Musco de Ia Arquitectura, en Yauco, y un Musco de Arqucologia, en Santa Isabel. En el afio 1992, y por conscjo de conocidos y allegados que me comcntaron del nuevo proyecto cultural de don Ricardo Alegria, me decido a visitarlo y llevarle mi resume. Llego a su oficina, sin una cita previa, simple mente con Ia intenci6n de entregarle mis credenciales. Fue una sorpresa que su secretaria de entonces, Lizzette Carrillo, me indicara que cl sc encontraba en su oficina y, que si lo deseaba, podia verlo, a lo que inmediatamente respondi que sf. AI abrir Ia puerta encontre una habitacion llena de libros, objetos arqueo16gicos, y un escritorio topado de papeles en estivas a traves de las cualcs se vefa su figura. Me invita a sentarme y de inmediato me pregunta sobre mis estudios e intcrcses particulares. Me parecia increible que una persona de Ia cual habra escuchado hablar tanto, durante toda mi vida, me hubicra recibido de esa manera y tan afectuosamentc . yes que asr era el, una persona sencilla, dispuesta a atender y escuchar
El Dr Ricardo Alegria en Casa Blanca. San Juan Fotograffa del Archivo fotografico Editorial ICP.
a todo aquel que se le acercase, desde personas con artefactos que han encontrado en el patio de su casu u otra parte y quieren su opinion, basta altos digna, tarios de otros pafses que visitan nuestra Isla. Me retire de su oficina emocionada por tan bella experiencia, pero sin muchas expectativas. Dos se manas mas tarde, rccibo una llamada de don Ricardo, indicandome que comenzarfa a trabajar con el, catalogando las piezas de arte popular que estaban llegando a Puerto Rico, y que formarfan parte de Ia primera sala de carncter permanente del Musco de Las Americas, nombrada Las artes popularcs en las Americas. El trabajo de catalogaci6n se realiz6 en un cuarto, que don Ricardo habilita en el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe, instituci6n que dirigfa para ese entonces. Bajo su direccion y Ia de dona Mel a, con Ia colaboracion de Marfa de los Angeles Torres, comenzamos a producir una serie de pequeiias exposiciones temporales que presentaban las artesanfas de los pulses que luego serfan parte de Ia coleccion del museo. El Musco de Las Americas fue uno de los Iantos proyectos sin realizar a! retirarse del Instituto. El mismo fue concebido por don Ricardo, como un museo que presentarla Ia historia y cultura del continente americana a traves de una serie de exposiciones de carncter permanente, que comenzarian con las culturas aborfgenes,la epoca colonial. Ia epoca republicana o de los movimientos de independencia, epoca contempornnea, y culminarfa con las artes populares en las Americas. Un proyecto de esta Indole necesita de una gran sede y de un buen capital para su realizacion. En el aiio 1987, se celebr6 en Puerto Rico Ia tercera reunion de las Comisiones Nacionales para Ia Conme moraci6n del Quinto C ente nario del Descubrimiento de America. La Comision Puertorriquena interesaba proponer un proyecto
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en el que participaran las distintas comisiones de los pafses lberoamericanos. Fue entonces cuando don Ricardo, Presidente de Ia Sub-Comisi6n de Antropologfa y Folclore, presenta Ia idea de establecer en Puerto Rico el Musco de Las Americas, un museo que uniera Puerto Rico con todos los pafses de America. El proyecto fue endosado y aprobado de forma unanime por las Comisiones nacionales prcsentes en Ia reunion. El Cuartel de Ballaja fue seleccionado como sede para dicha institucion. El edilicio, bajo Ia administraci6n del Departamento del Interior de los Estados Unidos, se traspasa al Gobiemo de Puerto Rico, para que fuera utilizado para lines cducativos y culturales. Desde esc momento, don Ricardo con su gran vision humanfstica, impuls61a idea que el edificio serfa un gran centro cultural en el cual el Musco de Las Americas ocuparia el segundo pi soy un espacio en e\ primer piso para una tienda de artesanfas, rcpresentativas del hemisferio. En el primer pi so habrfa sal as de exposiciones temporales, sala de conferencias, pelfculas y conciertos de mt1sica de camara, galerfas de arte, librerfa, un restaurante de primera clase, una cafeteria y espacios para usos multiples, como talleres para artistas plasticos. El tercer piso serfa sede para las academia.-; y otras instituciones culturales, tambien se establecerlan cuatro grandes exposicioncs sobre los temas de Ia historia de Ia farmacia en America, Ia industrializacion en Puerto Rico, el turismo en Puerto Rico y sobre las principales industrias del pais: el ron, el cafe y el tabaco. En octubre de 1992, se inaugura el Musco con Ia sala permanente "Las artes popu)ares en las Americas". Este proyecto es el t1nico que perduro luego de finalizadas las festividades para Ia Conmemoracion del Quinto Centenario del Descubrimiento de America y Puerto Rico. Aunque el plan original establece Ia exposicion de artes populares, como Ia culminacion a! proyecto museol6gico, Ia misma fue Ia primera que se realizo debido a Ia viabilidad para su producci6n, ya que se contaba con Ia colaboracion de los consulados, de los diferentes pulses de America en Puerto Rico, para Ia donaci6n de Ia mayorla de las piezas que integran Ia co\ecci6n. A traves de los aiios el Musco ha cumplido con su misi6n de ofrccer una vision sin6ptica de Ia historia y cultura de las Americas, desde Ia era precolombina basta nuestros dfas. El plan original de don Ricardo ha sufrido algunas modificaciones, pe ro su esencia sigue intacta. El programa de e xposiciones permanentes ha continuado con el establecimiento de las siguie ntes exposiciones:
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Ricardo E. AICJ:rill Gollanlo (1921·2011)
Mc\scara de Ia Colecci6n Alegria Pons, Sala La Herencia Africana. Museo de Las Am6ricas en el Viejo San Juan Fotografla cortes a del Archive del Museode Las Americas
"Santos de Pueno Rico.. ; "La herencia africana"; "EI indio en America: veintidos etnins que han sobrevivido Ia conquista y colonizacion europea" y. "Conquista y colonizacion: nacimiento y evolucion de In nacion puenorriqueiia". De igual forma el Musco ha presentado. desde su apenura en 1992, sobre trescientas veinticinco exposiciones de ane, arqueologia, etnografia e historia y de destacados anistas puenorriquenos y del extranjero; entre los que cabe destacar: Oswaldo Guayasamln, Domingo Garda, Nick Quijano,lgnacio lturria, Armando Reveron. Antonio Frasconi, Augusto Marin, Antonio Manorell, Sebastian Salgado. Manuel Mendive y O!.iri!t Delgado. entre otros. lmponantes instituciones fuera del pals han colaborado para presentar exposiciones en nuestra sede entre los que cabe mencionar el Musco de Historia Natural, de Nueva York; el American Folk An Museum, en Nueva York; el Smithsonian Institution; Ia Fundacion Guayasamln en Ecuador; Ia Fundacion Armando Reveron. en Venezuela; Ia UNESCO; cl museo Culturas Populares. de Coyoacan; y el museo Casa estudio Diego Rivera y Frida Khalo, en Mexico; entre otros. El Musco de Las Americas siempre ha col abo· rado con instituciones del pais como ellnstituto de Cultura Puenorriqueiia. siendo sede de imponantes eventos de car.icter intemacional como lao.; Bienales de Grabado; de igual manera ha colaborado con otros museos e instituciones culturales. como In Fundacion Luis Muiioz Marin y Ia Fundaci6n Pucnorriqueiia de las Humanidades. con las cualcs ha establecido estrechao; colaboraciones e intercambios. Se ofrecen un sin numero de actividades. que complementan las exposiciones como: recorridos guiados a las escuelas, talleres de ane para niiios, conferencias sobre temas relacionados a las muestras, y publicaciones de libros entre otros. Don Ricardo concreto un sucilo de un musco abarcador del continente americana; Ia sede, en el Antiguo Cuartel de Ballaja, y su caracter no gubemamental, son producto de Ia sabiduria logistica de decadas de arduo y consecuente trabajo. En el aiio 2007 anuncia su rctiro como director ejecutivo. para el equipo de trabajo del Museo de Las Americas, ha sido un privilegio haber podido colaborar con don Ricardo en este hermosa proyecto. Hemos aprendido, a traves de todos estos aiios, de su filosofia de trabajo, su compromiso por el desarrollo de Ia gestion cultural de Pueno Rico y sobre todo el amor a nuestra cultura puenorriquena. El proximo aiio el Musco celebrara sus veinte nnos 4 (Hernandez 2002, I 19) Trnducci6n de Ia aulorn .
de existencia, y csta fecha marcani, nuevamentc, nuestro compromiso por continuar fonnlecicndo e impulsando Ia obra de su fundador. Resultn claro que Ia gcsta cultural del Dr. Alegria no hubiera sido posible, sin su sentido pragmatico de los proycctos. Los museos no fucron una excepcion. En una curta en Ia cual solicitaba ayuda financiera, para cl incipiente Musco de Ia Univcrsidad, dirigida a un alto ejecutivo de una corporacion. podemos constatar abandon a, con prop6sitos pr.icticos, su habitual timidez, y despliegn su profunda sabiduria en relacion a Ia institucion del musco.
Los museo.1· constifllyenmt micleo en 1•irflld del emil Ia culfllro es ereada y propugada; t!stos son celltros que proml/CI't!/1 e imensijican e/ impu/.1·o y Ia imaginacicin del hombre; sobre todo y por enc:ima cle todo esto, los nmseo.1· son sanfllarios dcmde se clepositan las tradicicmes estt!ticas. histciricas y ltwmmistas de 1111 pueblo para que e/ ime/ecto y Ia sensibilidad lwmana sean e.tpue.l'lo.\· a 1111 cruce de logro.1· pasaclos y se enrique::ca en el jwuro 4 • Don Ricardo Alegria tuvo Ia valentla. Ia perseverancia y In dedicacion para convenir su pensamiento en obra fchacicnte en favor de su naci6n; fue artifice del proyccto cultural mas ambicioso que hnyn expcrimcntado nuestro pals; crcador de una considerable red de muscos que abarca y resalta temas de nuestra historin y cultura, y que marcan el comicnzo de una tradici6n musclstica en Pueno Rico. Estn faceta es clave en su persistcnte y exitoso papcl como gestor y fundador de valiosas instituciones nacionales como: cl Musco de Historia, Antropologia y Ane de Ia Universidad de Puerto Rico, eJ lnstituto de Cultura Pucnorriqueiia. cl Centro de Estudios Avnnzados de Pueno Rico y cl Caribe y el Musco de Las Americas, que han scrvido y sirven a miles de puenorriquenos para rcscatar y enalteccr nucstm historia y tradiciones. lncansable patriota, luchador y visionario que nos deja, a travcs de su obra, el respeto y el amor a nuestro pasado como pueblo, y el orgullo de trabajar por una sociedad digna y enriquecida de fundamentos culturales centrado en sus propias y excelsas tradiciones.liD REFERENCIAS Alegria G~llardo. Ricardo. 2011. Emn:visla por Ia ~ulorn San Juan, I'R. Marzo Hernandez. Carmen Dolores 2(XI2 Riwrrlo AltJir ftr 111111 • lt/11 Bibliolcc~ de aulon:s de l'ucno Rkn. I' cd Son Juan, PR Plaza Mnynr
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RICARDO ALEGRiA Y
EL PATRIMONIO A~UEOLOGICO
PUERTORRIQJJENO Miguel Rodriguel Lopez
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on Ricardo Alegrfa Gallardo fue un puertorriqueno el\cepcional: forjador de nuestra cultura e identidad nacional y sin Iugar a dudas, me atrevo a decir que es una de las diez figuras cimeras del Puerto Rico del siglo XX. Su obra es tan diversa y tan va~ta que para estudiarse tiene que ser abordada por temas, por areas y por periodos crono16gicos. Yes que hasta su fallecimiento el pasado mes de julio, poco despues de cumplir 90 afios, don Ricardo se mantuvo activo y alerta, muy pendiente a sus proyectos y publicaciones, siempre optimista y sofiando con nuevas iniciativas culturales para Puerto Rico: aunque a vcces dolido por el creciente deterioro del pafs y de algunas de las instituciones y programas que el cre6. A mf me ha tocado en este ciclo el tema de las aportacioncs de don Ricardo a Ia arqueologfa puertorriquefia y su importancia como clemento fundacional en nuestm identidad de pueblo. En su memoria y por el gran afecto y eterno agradecimiento que le tuve y que le tengo, tratare de cumplir con esta responsabilidad. Para muchos puertorriquefios Ia palabm arqueologfa evoca imagenes diversas: el Centro Ceremoniallndfgena de Caguana, el famoso petroglifo del Sol de Jayuya- que ya se considera uno de los sfmbolos ic6nicos de Puerto Rico- , los impresionantes cemfes y dujos precolombinos que enriquecen nuestros museos, las el\cavaciones de yacimientos, Ia lucha heroica de Agiieybana y otros caciques tafnos en defensa de su tierra y Ia herencia lingtifstica y racial tafna, entre otras. Gracias a don Ricardo Alegria las presentes generaciones han aprendido a valomr con respeto y admiraci6n, a veces hasta con sagrada reverencia, todos estos vestigios del pasado. Se trata de maravillas del arte y Ia tecnologla creadas por los pueblos originarios que habitaron nuestra isla antes de Ia llegada de los europeos a nuestras playas. De
estas culturas recibimos un significativo legado arqueo16gico, lingiilstico y hasta bio16gico, que ha ido crcciendo con el tiempo. Por ejemplo, en los pasados afios Ia investigaci6n cientlfica ha confirmado que mas de Ia mitad de Ia poblaci6n puertorriquefia actual posee en su c6digo generico un DNA mitocondrial con elementos asociados a las poblaciones amerindias de Ia zona tropical del continente suramericano. El valor de lo que hoy constituye Ia primera rafz, el primer piso,la zapata, el subsuelo de nuestra identidad puertorriquefia, es incalculable. La hercncia indfgena es el ancla donde tenemos que afianzar nuestro ser, no en los lejanos continentes de Europa y Africa, sino en nuestro propio suelo amcricano. No sentirlamos ninguna de estas emociones, que son tambien verdades antropo16gicas y cientfficas, si no hubiese el\istido un Ricardo Alegria en nuestra historia. El nos ensen6 a conocerla, a protegerla y a sentimos orgullosos de esa "Buena Herencia", como Ia llam6 en una importante pellcula del mismo nombre del director Amflcar Tirado de 1967 sobre el tema. Pero no siempre fue asl en nuestro pals. Hubo una epoca, haec muchas decadas, en Ia cual hasta muy distinguidos academicos se burlaban del joven Alegria y ridiculizaban sus descubrimientos. Hasta cuestionaban Ia validez de sus estudios o el costo, aunque fnfimo, para Ia Universidad de sus excavaciones. Decfan algunos profesores de forma ironica que el joven Ricardo Alegria habfa encontrado unas piedras en una cueva en Lofza y que alegaba que habfan sido talladas por los cavemfcolas de Ia edad de piedra. En una ocasi6n, a rafz de su participaci6n en una eltpedici6n a Venezuela se corri6 el rumor en Ia Universidad de que Alegrfa iba a tmerse un indio del Orinoco para ponerlo en una vitrina en el nuevo museo.
Ricardo E. AI~ Gâ&#x20AC;˘Uanlo (1921-2011)
ReristaiCI' mimem 22
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amentablemente todavia hay en plena siglo XXI algunos puertorriqueiios enredados en viejos complejos coloniales de inferioridad para quienes nuestro pasado indigena es una humillaci6n y una deshonra, cuanto me nos algo de muy poca manta. lncluso hay algunas personas que por desconocimiento o ignorancia piensan que si por Jo menos los tainos se parecieran a los mayas o a los aztecas Ia cosa no serfa tan mala. Obviamente falta todavia mucha educaci6n por hacer. El temprano interes de don Ricardo Alegria en estos asuntos de Ia cultura y Ia historia le viene de su padre, uno de los intelectuales mas destacados de Ia epoca, y tambien del ambiente familiar en que se cri6. Pero fue por influencia de dos profesores que en Ia Universidad de Puerto Rico marcaron su vida, que un inquieto y obstinado Ricardo Alegria decidi6 realizar estudios graduados en arqueologfa, una vez complete su bachillerato; algo que nadie en Puerto Rico habfa hecho hasta el momenta. Sus dos mentores en esta disciplina fueron don Sebastian Gonzalez Garcia, recordado humanista gallego, historiador del arte y arque61ogo, y don Rafael W. Ramirez, profesor de historia y gran aficionado a Ia arqueologia. Su naciente pasi6n por Ia arqueologia fue tal que al fundar en 1941 ,junto a un grupo de amigos, Ia fratemidad Alpha Beta Chi, Ia primera fraternidad universitaria que no requeria limpieza de sangre de sus miembros, escogi6 como su simbolo Ia imagen esquematica de un petroglifo taino, originalmente de Cueva Pajita de Lares. en vez del elaborado escudo nobiliario que acostumbraban utilizar estas organizaciones. Para el 1941, apenas con 20 aiios de edad, ya aparecen en el peri6dico universitario La Torre, dos articulos de arqueologia escritos por el sobre sus expediciones y hallazgos: el primero sabre un importante conjunto de petroglifos indfgenas en el rio Espiritu Santo en las faldas del Yunque, y el segundo sabre una visita a Ia Cueva de Punta Maldonado en Pinones. Durante esos afios Alegria tambien estudi6 los escritos de Eugenio Maria de Hostos, Cayetano Coli y Toste, Agustin Stahl, Adolfo de Hostos y Iantos otros puertorriqueiios a quienes el tema indigena apasionaba de diversos modos y con variados enfoques. Estuvo en contacto ademas con conocidos aficionados a Ia arqueologia que poseian importantes colecciones privadas de piezas indfgenas de gran valor artistico y cientffico. No conforme con esto, siendo todavia estudiante se carteaba con arque6logos de destacadas instituciones norteamericanas, entre elias el museo Peabody de Ia Universidad de Yale, quienes desde
las primeras decadas del siglo XX habfan realizado expediciones arqueol6gicas a Puerto Rico. Estos centros academicos habian enriquecido sus museos y depositos con grandes colecciones de piezas de Puerto Rico, algunas adquiridas por media de compra y otras por media de excavaciones en decenas de yacimientos de todos los confines de Ia isla. Fue desde ese momenta que inici6 una estrecha relaci6n con Irving Rouse. arque6logo de Ia Universidad de Yale, quien habia excavado en Ia isla en Ia decada del 1930 y con quien colaboro hasta el fallecimiento de Rouse en aiios recientes. Tuvi. mas Ia oportunidad de honrar Ia contribuci6n de Rouse a Ia arqueologfa y a Ia formaci6n de nuevas arque6Jogos en Puerto Rico y el Caribe al dedicarle el XV Congreso lntemacional de Arqueologfa del Caribe que organizamos en Puerto Rico en el 1993 y al otorgarle Juego un doctorado Honoris Causa de nuestra instituci6n. Con grandes dificultades, incluyendo el idioma y el racismo, se fue Alegria en el 1942 a estudiar arqueologfa a Ia Universidad de Chicago con los mas renombrados arque61ogos del momenta; Robert Redfield, Fay Cooper Cole y Wilton Krogman, entre otros. El famoso arque61ogo Richard MacNeish fue su supervisor de campo en su primera experiencia de excavaci6n en un yacimiento en Illinois. Y aqui comparto una anecdota de aquella e,;periencia educativa, relevadora por demas de Ia personalidad de don Ricardo. En una ocasi6n, el que fuera su profesor y supervisor de campo, Richard MacNeish, le escribi6 a otro colega describiendo Ia experiencia que tuvo en aquel momenta con el joven Alegria. Le canto que al pobre estudiante hasta le salieron llagas en las manos porque nunca habfa utilizado una pala o un palustre en su vida, que mientras com fa se quedaba dormido de cansancio frente a los demas estudiantes y que paso las mas dificiles pruebas e,;cavando en condiciones de mucho calor y humedad, a las cuales obviamente no estaba acostumbrado. Sin embargo, concluye en Ia carta que al cabo de un mes de intenso esfuerzo, el joven estudiante nose quej6. nose rindi6, y dio Ia talla, aprendiendo a excavar, a utilizar las requeridas herramientas, a tomar notas, a fotografiar y a interpretar los hallazgos, mostrando asi las dos caracterfsticas fundamentales que debe tener un buen arque61ogo; temple y perseverancia. Pienso que estas dos caracteristicas siempre acompaiiaron a don Ricardo en todos sus caminos hasta los ultimos momentos de su vida. Aparte de sus estudios en arqueologia en Chicago, el joven estudiante desarrollo su interes par
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Ia museografia y porIa etnohistoria. Esta ultima era en aquel momento una disciplina naciente que combinaba Ia arqueologia, Ia documentacion historica y Ia etnologia, en un esfuerzo por reconstruir sociedades antiguas ya desaparecidas, como en el caso de Puerto Rico seria Ia sociedad tafna. Por eso su tema de tesis de Maestria, "La institucion del cacicazgo entre las sociedades indfgenas del Caribe", mas que arqueologico fue etnohistorico. De hecho, por sus contribuciones a Ia etnohistoria y su extensa bibliografia en este campo, a don Ricardo tambien se le considera como el principal etnohistoriador del Caribe y uno de los mas importantes de toda Ia America. Sus estudios en torno a los mas variados aspectos de Ia cultum y Ia sociedad de los tainos, como lo son sus vestimentas y adornos, estructura social,juegos y ceremonias, mitologia, representaciones graficas, relaciones entre islas y Iantos otros temas, son mas conocidos que su bibliograffa puramente arqueologica. Los arqueologos que tuvimos Ia oportunidad de ser sus discfpulos aprendimos de don Ricardo que no podemos hacer buena arqueologia sin el adecuado conocimiento y manejo de Ia etnohistoria. Regresa Alegria a Ia isla en el 1945, convertido en el primer arqueologo profesional de Puerto Rico y con un solido grado academico en dicha disciplina. Comienza entonces uno de los periodos de mayor actividad arqueologica de don Ricardo, que va a finalizar en el 1952 cuando se dirige a Ia Universidad de Harvard a realizar sus estudios doctorales en antropologia. Fueron siete anos extremadamente intensos que comienzan con su nombramiento como director auxiliar del antiguo musco universitario de don Rafael W. Ramirez, y finalizan con Ia creacion oficial mediante Ia Ley 97 del 15 de abril de 1951 del Musco de Historia, Antropologia y Arte, adscrito a Ia Universidad de Puerto Rico, proyecto del cual Alegria fue su cabildero principal (siempre ad !Jmwrem, como todo lo que hizo), y para el cual el destacado arquitecto Henry Klumb diseii6, luego, el edificio que hoy ocupa. En el 1947 Ricardo Alegria comienza otro proyecto de vida: se casa con Ia joven Carmen Ana Pons, para todos los presentes nuestra querida doiia Mel a, quien se convirti6 desde esc momento en su ayudante, aliada y asesora en todas las iniciativas culturales, particularmente las artisticas, que emprendi6 y desarrollo en su vida, incluyendo Ia arqueologia, de Ia cual doiia Mela siempre fue una gmn estudiosa. En su tesis de estudios gmduados de Ia Universidad de Nueva York, dona Mela utiliz6 los materiales saladoides excavados por don
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Dona Mala Pons y Don R1cardo Alegria Fotografla del Archivo del Centro de Estudios Avanzados de Puerto Reco y el Caribe
Ricardo bajo el Convento de los Dominicos para presentar un anal isis estilfstico de su ceramica. Durante esos aiios Alegria excav6 extensamente en los yacimientos arqueol6gicos de La Monserrate, Luquillo; en las plazas ceremoniales de Caguana, Utuado; en cl yacimiento de Canas, Ponce, yen Ia cueva de Marfa Ia Cruz y Hacienda Grande, estos ultimos localizados a corta distancia uno del otro en cl entonces poblado de Lofza Aldea, en terrenos de una finca conocida con cl nombre de San Jose del Cacique que habia pertenecido antiguamente a su familia materna. La informacion obtenida y publicada por don Ricardo en todos estos yacimientos, asf como los materiales cientificamente excavados en ellos con los mctodos y tccnicas de Ia epoca, los hacen figurar entre los mas importantes sitios precolombinos de Puerto Rico y el Caribe. En Marfa Ia Cruz, Alegria obtuvo las primeras evidencias fehacientes de Ia presencia en Ia isla de sociedades arcaicas, correspondientes en nivel de desarrollo a las sociedades del paleolftico europeo. (Estas eran las piedras de las cuales se burlaban aquellos academicos que mencione anteriormente). Este importante hallazgo se mantuvo como el mas antiguo de Puerto Rico, hasta que casi medio siglo despucs se descubrieron y se excavaron los yacimientos de Maruca en Ponce y Angostura en Barceloneta, cuya antigiiedad por medio de las pruebas mdiomctricas de carbono 14, se remontan a los 3000 ai'ios antes de Cristo, es decir 5000 aiios antes del presente. Asf que para el que nolo sepa
R~•·isla
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todavia, ahora se entera: Puerto Rico tiene 5000 ai'ios de historia, no 500 como a veces nos dicen algunos libros de texto. En los yacimientos de Monserrate y Canas, pero sobre todo en el de Hacienda Grande, Alegria excav6 y confinn6 Ia existencia en Puerto Rico de una antigun cultura agroalfarera caracterizada por Ia extraordinaria calidad de Ia cer.imica pintada que fabricaban sus mujeres, asi como porIa riqueza de sus cuentas y amuletos, algunos tall ados en piedras semipreciosas, cuyas fuentes de origen se remontan al continente surarnericano. La fase mas temprana de Ia cultura que arqueo16gicamente llamamos saladoide o igneri, asl como su estilo cer.imico caracterlstico,lleva desde entonces el nombre de Hacienda Grande, con el cualla bautiz6 don Ricardo. En cuanto a sus excavaciones en Caguana, Utuado, solamente hay que decir que se tratn del sitio arqueo16gico mas importante de In cultura tnina de Puerto Rico y uno de los mas importantes del Caribe. Para los arque61ogos Cagunna es Tierra Santa. Luego, cuando don Ricardo dirigi6 el Instituto de Cultura Puertorriquena se hicieron los tramites para adquirir dichos terrenos, restaurar las plazas y bateyes que alii se encuentran enclavados y abrir este gran monumento nacional al publico como Parque Ceremoniallndlgenn de Caguana, para el disfrute y orgullo del pueblo puertorriquciio y de los miles de turistas que tambien lo visitan. Los variados materialcs excavados en todos estos lugares, incluyendo enterramientos humanos, formaron parte de las primeras colecciones cientlficamente recuperadas del Musco de Ia Universidad de Puerto Rico y de su Centro de Investigaciones Arqueo16gicas, creado tambicn por el para COOTdinar estos esfuerzos noveles en el campo de Ia arqueologla puertorriquena. Desde entonces estos objetos forman parte de las exhibiciones permanentes del Museo,junto con piezas extraordinarias de las colecciones privadas que por reclamo de Alegria el Musco fue recibiendo, por medio de compra o donativo. Anos despues, en ellnstituto de Cultura tam bien hizo lo mismo, recuperando colecciones y piezas arqueo16gicas muy valiosas para el pafs. El joven arque61ogo se ocup6 de que estos objetos no fueran apreciados solo por los universitarios y los sanjuaneros, y preparo una exposici6n rodante que les mostraba a los niiios en sus escuelas, en campos y pueblos, ejemplos de artefactos indigenas, producto de sus excavaciones, desarrollando asl el aprecio y el orgullo por las cosas de nuestras culturas antiguas. Y esa idea Ia continuo y Ia expandio luego con gran exito en el Instituto de Cultura. jQue gran idea senores y que gran
Ricardo E.Aiq:rla Gallardo (1921-2111)
proyecto: museo rodante, teatro rodante, exposiciones rodantes! De estas importantes colecciones privadas rescatadas por Alegria para el disfrute del pueblo se cuentan las de Gildo Masso, Jose Lim6n de Arce y Benigno Fernandez Garda (padre de uno de los mas cercanos amigos y colnbores de don Ricardo, el antrop6logo Eugenio Fernandez Mendez); nsf como las de Montalvo Guenard y Ia de don Adolfo de Hostos. Esta ultima tambien incluy6 piezas precolombinas de Panama obtenidas por don Adolfo durante su estadia como oficial de ejercito de los Estados Unidos en Ia Zona del Canal. Como si no fuera suficiente su labor en estos anos, el joven Alegria sac6 tiempo tambien para visitar las instituciones, universidades y museos de los Estados Unidos que posefan colecciones arqueologicas procedentes de Puerto Rico. Establecio buenas relaciones con sus arqueologos y curadores que luego permitieron prestamos y exhibiciones temporeras de dichas instituciones en Puerto Rico. Ademas el recien graduado arqueologo participo y presento ponencias de temas arqueologicos y etnohist6ricos en el XXIX Congreso de Americanistas celebrado en 1949 en Nueva York yen Ia importante Mesa Arqueologica de La Habana en I 952 de Ia cual fue miembro fundador. Unos aiios despues, en el 1961, fue miembro fundador,junto a otros arque6logos de las Antillas Mayores y Menores y arqueologos norteamericanos que trabajaban en el Caribe, de Ia Asociacion Inter· nacional de Arqueologla del Caribe, organizacion profesional de arqueologos caribenos que recientemente cumplio medio siglo. Don Ricardo siempre nos estimulo a asistir y participar en todos estos eventos que se celebran tanto en el Caribe como en los Estados Unidos, porque crefa que era una forma directa de conocer y entrelazar Ia historia y Ia arqueologia de nuestros pueblos desde una perspec· tiva regional. En el pasado congreso de Ia Asociacion Intemacional de Arqueologla del Caribe (AIAC) celebrado en Martinica a fines de julio, solicite a nombre del Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe (CEAPRC) y de otras instituciones, que Puerto Rico fuera Ia sede del proximo congreso a celebrarse en el ano 2013, peticion que fue avalada por todos los presentes. Con Ia ayuda de todos esperamos convertir el congreso de San Juan en un gran homenaje caribei'io e internacional a Ia obra arqueologica y etnohist6rica de don Ricardo. En el 1952 Alegria, ya junto a su inseparable Mela y sus dos pequei'ios hijos, Ricardo y Jose Francisco, se va a Ia Universidad de Harvard con
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una beca Guggenheim a estudiar su doctorado en antropologfa. En Harvard estudi6 con el famoso antrop6logo ffsico Earnest Hooton, con el arque6Jogo Samuel Lothrop, quien decadas antes habfa realizado excavaciones arqueol6gicas en el sur de Puerto Rico, y con Gordon Willey, quien fue ademas su director de tesis. Don Ricardo escogio nuevamente un tema etnohist6rico que complementaba sus trabajos arqueol6gicos en el yacimiento de Caguana, Utuado. Su tesis doctoral "Ball Courts and Ceremonial Plazas in the West Indies". publicada en el 1983, es todavfa, segun algunos expertos, uno de los trabajos mas completos que se hayan escrito sobre el tema del juego de pelota y los bateyes y plazas de los aborigenes del Nuevo Mundo. A su regreso a Puerto Rico, con su maestrfa de Chicago y su doctorado de Harvard, con una sol ida preparaci6n academica en los campos de Ia arqueologfa y Ia antropologfa, y con un gran prestigio profesionaltanto en Puerto Rico como en el exterior, ya Ricardo Alegria estaba preparado para enfrentar otros retos de mayor envergadura. Y aunque no se cierra su capitulo como arque6Jogo, ciertamente comienza otro mas abarcador y de mayor complejidad: Ia fundaci6n y Ia direcci6n del Instituto de Cuhura Puertorriqueiia (ICP), a partir de 1955. Desde Ia direcci6n del ICP, el ahora tambien antrop6Jogo Alegria, tiene ante sf el diseno de un amplio plan cultural para Puerto Rico donde Ia arqueologfa y el estudio de nuestras rafces indfgenas juegan un nuevo papel. Se trata de crear instituciones que promuevan el rescale de unos valores y unos sfmbolos de afirmaci6n e identidad. Y desde el propio sello oficial de Ia nueva estructura gubernamental Alegria coloca Ia figura del indio tafno, con su cemf protector en mano y rodeado de sus alimentos distintivos, Ia yuca y el mafz. se impone a! mismo nivet y con Ia misma fuerza que el elemento negro y el espafiol, algo impensable para el mundo cultural y academico de esa epoca. Fue a finales de Ia decada del 1980, con Ia aprobaci6n de las !eyes de protecci6n arqueo16gica y el desarrollo de lo que se ha II amado arqueologfa de contrato, cuando el ICP estableci6 forrnalmente una division o programa especffico de Arqueologfa. Pero siempre desde su fundaci6n en 1955 hasta el retiro de don Ricardo en el 1973 el patrimonio arqueo16gico y Ia herencia indfgena tuvieron roles preponderantes en las metas y en los programas de Ia nueva agencia cultural. Bajo Ia direcci6n de Alegria se adquieren los terrenos para que el estado protegiera y restaurara importantes yacimientos arqueol6gicos como e l
Parque Ceremonial lndfgena de Caguana y Ia cueva de Marfa Ia Cruz. Ademas se realizan nuevas excavaciones, tanto en lugares de interes indfgena como hist6rico, incluyendo el Convento de Santo Domingo, en cuyos cimientos se realizaron excavaciones durante su restauraci6n para ser convertido en sede dellnstituto, asf como en las ruinas de Caparra en el sector Pueblo Viejo de Guaynabo, en Ia antigua errnita del Espinal en Aguada y unos aiios despues en Ia iglesia de San Jose en el Viejo San Juan. La apertura de nuevos museos y salas donde Ia arqueologfa tuvo un rol protag6nico tambien caracteriz61a obra del Instituto en esos afios. Luego, ya fuera de Ia direcci6n de Ia agencia diseii6 y mont6, con mucho empeiio y con mucho amor, el Musco del Indio, en Ia Casa de los Dos Zaguanes del Viejo San Juan, pequeiio y especializado, pero acogedor y c6modo para ser recorrido por estudiantes y turistas. Lamentablemente, en tres ocasiones, a Ia llegada de un nuevo director o directora se decfa que el Musco del Indio, ten fa que remodelarse o ampliarse, que lo que hizo Alegria ya estaba obsoleto y anticuado y que no le haec justicia a Ia rica herencia arqueo16gica de nuestro pafs. Quizas con buenas intenciones, en tres ocasiones se desmantelaron las exposiciones para supuestamente hacer una mas gmnde y mas modema. y todo se quedaba en planes. En las dos primeras ocasiones. nuevos directores llamaron a don Ricardo para pedirle de favor que montam nuevamente el museo y asf lo hizo. Pero en Ia tercera ocasi6n se qued6 desmantelado y asf perrnanece desde haec mas de una decada. En estos momentos el JCP no cuenta con una sal a o un museo arqueol6gico, ni grande ni pequeiio, ni tradicional ni modemo, donde nuestro pueblo y los turistas que nos visitan pueda apreciar Ia grandeza de nuestras culturas originarias. Es Ia excepci6n el pequeno museo del Parque Ceremonial de Caguana, pero se trata de una ex posicion especializada para un sitio arqueo16gico en particular y no puede considerarse de ninguna manera como un museo arqueol6gico. Otm espinita en el coraz6n de don Ricardo que le doli6 hasta el final. Mientras dirigi6 el lnstituto de Cultura, don Ricardo no dejo de apoya r las iniciativas de grupos y sociedades locales en el campo de Ia arqueologfa, incluyendo el asesoramiento a museos como el del Centro Ceremonial de Tibes en Ponce y cl del Centro Humanfstico de Ia Universidad del Turabo. Continuo ademas Ia publicaci6n de libros y artfculos de temas arqueo16gicos y etnohist6ricos, y particip6 en incontables congresos y simposios arqueo16gicos en Puerto Rico, las is las de l Caribe y los Estados Unidos. Todavfa su libro Historic1de
R~mla JCP I
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Ricardo E.Aiq:rla GBIIardo (lllll-2011)
Nuestros l11dios (Version Elemental), escrito en el 1952, sigue siendo uno de los "best seller" en las ferias dellibro celebradas en nuestro Centro. Tambien respald6 proyectos de excavaciones en diferentes panes de Ia isla como las realizadas en los yacimientos de Las Flores en Coamo y Collores en Juana Dfaz, donde como estudiante de maestria del Centro y con Ia ayuda de Ia Sociedad Guaynia de Ponce , realice las excavaciones de campo que utilice en mi tesis. Ayud6 con canas de recomendacion y tambien econ6micamente a muchos estudiantes en su interes por estudiar arqueologia en universidades de Mexico y los Estados Unidos. A ml me ayud6 econ6micamente para que fuera a estudiar en el verano de 1983 con Irving Rouse las colecciones arqueologicas de Pueno Rico depositadas en Ia Universidad de Yale. y se que asf tambien lo hizo con mucha generosidad y discreci6n durante toda su vida con muchas personas de diferentes campos de Ia cultura. Desde Ia direcci6n del ICP Alegria promovi6 Ia celebraci6n de festivales tipicos en los cuales se destacaba el tema de Ia herencia indigena. como lo fue por ejemplo el Festival lndigena de Jayuya, todavia uno de los eventos mas imponantes de nuestra cultura popular. Durante casi una semana los jayuyanos y los miles de puenorriqueiios que los visitan, viven el orgullo de Ia herencia taina por rnedio de bailes y dramatizaciones donde se recrean los areitos y los juegos de bola de nuestros indios. En Jayuya se reunen los mejores anesanos que trabajan el tema tafno asf como las comidas confeccionadas con productos aut6ctonos como Ia yuca y el malz. Tambien hay festivales con el tema indfgena en otros lugares de Ia isla, como los que se celebran en las lndieras en Maricao. Y como si fuera poco, los temas indigenas y ar¡ queo16gicos figuran de manera prominente, dirfa yo que de forma mayoritaria, en Ia produccion creativa de nuestros anesanos. Hagan Ia prueba en cualquier festival anesanal de nuestra isla: camisetas con los mas variados petroglifos, pantallas y collares. replicas de vasijas y cemles , basta un herrnoso nacimiento tafno. Y todo esto como resultado de Ia obra iniciada por nuestro recordado don Ricardo. AI retirarse del lnstituto en el 1973 ya don Ricardo tenia en mente, desde Ia decada del 1940, Ia creaci6n de una nueva criatura: el Centro de Estudios Avanzados de Pueno Rico y el Caribe, que abri6 sus puenas en el 1977, inicialmente en un edificio del area de Casa Blanca, y que luego se mud6 a su actual sede, el antiguo Seminario Conciliar de San lldefonso en Ia Calle del Cristo en el Viejo San Juan.
Los estudios en el campo de Ia arqueologfa de Puerto Rico y el Caribe siempre recibieron en el Centro un gran destaque, sirviendo de apoyo a Ia formaci6n de una generaci6n de arque6logos puertorriqueiios. Arque61ogos como Ovidio Davila, Osvaldo Garcia Goyco, Roberto Martinez, Hernan Oniz, Virginia Rivera, Carlos Perez, Herminio Rodriguez (recientemente fallecido) y el que aqul les habla, tuvimos Ia oponunidad unica de educa¡ mos forrnalmente en el Centro con don Ricardo, aprendiendo y disfrutando de su gran conocimiento y de su gran sabiduria. Durante los casi 25 aiios que fungio como su director, Alegria invito a los mas prestigiosos arque6Jogos del Caribe y de los Estados Unidos a ofrecer tanto cursos academicos como seminarios y conferencias. Los que fuimos sus estudiantes en esos aiios tuvimos Ia oponunidad de aprender y companir con arque61ogos de Ia imponancia de Irving Rouse de Ia Universidad de Yale, Peter Roe de Ia Universidad de Delaware, Gordon Willey de Harvard, y de Marcio Veloz Maggiolo de Ia Republica Dominicana y Mario Sanoja de Venezuela, ambos portavoces del movimiento de Ia arqueologia social latinoamericana y tambien de nuestra querida Lourdes Dominguez especialista cubana en arqueologla hist6rica que por decadas ha estado vinculada a nuestro instituci6n. En Ia biblioteca del Centro se encuentran mas de veinte tesis graduadas sobre temas de arqueologla, algunas de elias publicadas, y que constituyen verdadcras aponaciones al estudio de nuestro pasado indfgena. El Centro tambien ha publicado las Aetas del XV Congreso lnternacional de Arqueologfa del Caribe celebrado en San Juan en el 1993 asf como otros libros de etnohistoria de Ia autorfa de don Ricardo. A panir del 2004, cuando asumi Ia direcci6n del Centro, quise forrnalizar y desarrollar aun mas el campo de Ia arqueologia en nuestra instituci6n . En 2008,luego de Ia preparaci6n de una extensa propuesta academica, el Consejo de Educaci6n Superior nos autoriz6 a abrir un nuevo programa de Maestrfa en Arqueologia de Puerto Rico y el Caribe. El mismo tiene alrededor de 50 estudiantes, algunos de los cuales ya casi estan listos para comenzar sus investigaciones de tesis. Es el primer progrnma graduado con esta especialidad en Puerto Rico y el Caribe por lo que pone de manifiesto el in teres y Ia imponancia de los estudios arqueol6gicos para nuestrajuventud y para nuestro pueblo. Siempre les digo a nuestros profesores y estu¡ diantes de arqueologia que tenemos que seguir el ejemplo y las enseiianzas de nuestro fundador, don
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De izquierda a derecha: Taflado en piedra, Centro Ceremonial lndfgena de Caguana, Utuado. Fotograffa de Jorge Melendez, XVII Fotomarat6n 2006. Nuestres rarces indfgenas â&#x20AC;˘ ICP y Museo del Niiio. Fotograrra del taflado de Ia diose de Caguana, Centro Ceremoniallndfgena de Caguana. Utuado.
Ricardo. Por eso nuestro objetivo en el Centro es no solo producir buenos arque61ogos capacitados con todos los conocimientos te6ricos y las destrezas tecnicas que requiere Ia profesi6n, sino tambien arque6\ogos comprometidos con Ia defensa y e\ enriquecimiento de nuestro patrimonio cultural. Recientemente el Centro sirvi6 de sede para una importante ce\ebraci6n que iba a pasar desapercibida para todos; el quinto centenario de Ia rebeli6n taina de I 5 I I , el primer grito de guerra y libertad en Ia larga historia de Puerto Rico como pueblo caribeiio. Contamos en esos dos dias con Ia presencia de miles de puertorriqueiios, tanto en las conferencias que ofrecieron distinguidos academicos, asf como en el festival artesanal y artfstico donde se recrearon escenas de Ia vida indigena por parte de grupos que promueve n y afirman su identidad cultural y racial tafna. En nuestra instituci6n a menudo se ofrecen charlas y foros sobre temas arqueo16gicos por pane de investigadores extranjeros y nacionales. Tambien colaboramos con el Programa de Arqueologfa y Etnohistoria dellnstituto de Cultura Puenorriqueiia y su encuentro anual de investigadores en esos campos, que este aiio se le dedi co a don Ricardo, con motivo de su 90 cumpleaiios. Se pueden seguir mencionando las interminables aponaciones de don Ricardo en el estudio y el fomento de Ia arqueologia y Ia herencia indfgena. Pero como el tiempo apremia voy a mencionar solo una mas. A don Ricardo tambien le debemos el nombre de Ia unica universidad en Puerto Rico que Jleva un nombre tafno: mi querida Universidad del Turabo, a Ia que me unen estrechos lazos desde que haec ya tres decadas fui recomendado, precisamente por don Ricardo, para ofrecer unos talleres de arqueologia en el enlonces recien inaugurado Musco y Centro de Estudios Humanfsticos. Fue el quien le recomend6 esle nombre a doiia Ana G. Mendez para que Ia instituci6n se asociara de manera afirmativa con Ia region en que se encuentra y de Ia que proviene Ia mayoria de sus estudiantes: el valle del Turnbo. En su escudo tambien figura un cemi taino y en el depone s us equipos, casi siempre campeones, se identillcan como los tainos del Turabo.
A manera de resumen. La pasi6n de don Ri¡ cardo Alegria porIa arqueo16gica no fue un mero interes o pasatiempo. Don Ricardo Jo analizaba y lo planillcaba todo. Por eso para poder fundamentar con base s61ida su gran proyecto cultural tenia que comenzar con el principia de Ia historia, con los fundamentos de nuestra sociedad. Esta formaci6n arqueo16gica fuc Ia que le permitio establccer sobre una base concreta y cientlfica Ia idea que desde jovcn se estaba gestando en su mente. El que don Ricardo Alegria haya sido un extraordinario arque61ogo es como una metafora de toda su vida. El buen arque61ogo localiza y excava con paciencia y extremo cuidado, con temple y perseverancia, como en una ocasion dijo de el el arque61ogo Richard MacNeish , los vestigios mas antiguos de Ia sociedad en que vive. El buen arque6Jogo identillca, organiza, clasifica y analiza todos los fragmentos recuperados. El buen arque6Jogo une los pedazos del pasado con dedicaci6n, como un enorme rompecabezas, y reconstruye y escribe Ia gran historia de su pueblo. Eso es exactamente Jo mismo que hizo don Ricardo Alegria durante toda su vida: escudriiiar y desenterrar del pasado y del olvido todo aquello que nos identifica culturalmente y que nos une como pueblo, para entregarlo a las presentes y futuras generaciones de puertorriqueiios como un extraor¡ dinario legado de amor por su pueblo.IHI
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Rlcnnlu E. Ale~:rla Gullonlo (1921·2011)
BIBLIOTECA PRIVADA DE DON "' RICARDO ALEGRIA
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Norma L6pez de Victoria
D1senode monograma en encuademac ones de Ricardo E Alegria
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I estudio de las bibliotecas personales de Puerto Rico es un tema de interes hist6rico y cultural al que se le ha dado poca atenci6n. Las bibliotecas paniculares proveen una oponunidad para conocer las preferencias bibliogr.ilicas de sus propietarios y el uso otorgado a esta; a nivel familiar y de clase social. Su estudio ofrece Ia posibilidad de construir una historia de Ia lectura privada y en gran escala; Ia cultura de un ambiente particular a troves del tiempo. La tradici6n de bibliotecas privadas en Puerto Rico se inicio tan temprano como el siglo XVI durante Ia conquista y colonizaci6n; pero es muy poco lo que conocemos sobre estos acervos. Durante esc siglo, las redes de distribucion y circulaci6n que llevaron libros a Centroamerica y a Santo Domingo debieron extenderse hasta Ia isla de San Juan. Conocemos de Ia existencia de Ia biblioteca del Obispo Alonso Manso, del liccnciado Antonio de Ia Gama y del arribo de barcos con libros en su cargamento. Entonces, ellibro era objeto exclusivo de las clases privilegiadas, de Ia Iglesia o el gobiemo; un objeto preciado que como trasmisor de conocimiento, se prestaba, se vendia. se copiaba y pasaba de una generacion a otra. En el siglo XVII Puerto Rico cont6 con Ia bi· blioteca personal del obispo Bernardo de Balbuena. Este acervo de extraordinaria riqueza sucumbi6 al fuego durante el ataque holandes de 1625 a San Juan. Allf se encontraba una Descripcion de fa Isla en verso sin publicar que desapareci6 junto a Ia biblioteca. Aquella no debio ser Ia unica biblioteca,las referencias a libros europeos y sus autores en Ia DeJ·cripcirill de Ia Isla y Ciudad de Puerto Rico del can6nigo Diego de Torres Vargas en I647; nos permite inferir Ia presencia de otros acervos bibliogl'lificos. Durante el siglo XVIII Ia entrada de libros se incremento, a juzgar por los inventarios de buques
I (G<!igel 2007, 146). 2 (Ferndndez M6ndcz I9SO, 239)
y los inventarios de colecciones privadas. El inventario de Ia biblioteca del Obispo Fray Pedro Miguel de Ia Concepcion Uniaga, fallecido en 1715 revela Ia presencia de libros penenecientes a los ciudadanos Miguel Henriquez, Esteban Cabezon, Juan de Rivafrccha y Francisco Arias. Dichos libros debieron ser pane del caudal bibliognifico de cstos. Lamentablemente nose conocen suficientes inventarios para tener una idea de Ia extension de las bibliotccas panicularcs en Ia Isla.• A mediados del siglo XIX las bibliotecas privadas en el interior de las casas de las familias acomodadas fueron Iugar para Ia instrucci6n primaria; aunque fuera limitadamente. En Ia sociedad agricola pucnorriqueiia, dispcrsa a troves de Ia rural fa. las bibliotccas particulares ofredan Ia posibilidad de provecr enseiianza y conocimiento; ante Ia cscasez de espacios de aprcndizaje. En ocasioncs dicha biblioteca podia servir a varias familias dentro de una comunidad o, a grupos con intcreses afines. A pesar de las limitaciones, los libros siempre llegaron aunquc fuera a un grupo limitado. Si existio alguna carcncia bibliogr&Hica por raz6n de Ia censura, prohibiciones o cargos de venta, el contrabanda de libros a traves deltrafico mercantil debi6 suplir Ia demanda. Ademas de libros, los buques mercantes extranjeros dejaban a su paso rcvistas, periodicos, novelas de entrega, y corrcspondencia; facilitando Ia propagaci6n de material censurado .~ En sus memorias. Alejandro Tapia y Rivem (1826· 1882) recordaba Ia presencia de varias bibliotecas paniculares de relevancia en San Juan a las que tuvo acceso en su juventud. "En lo tocante a bibliotecas paniculares, aunque pocas, las habia algo dignas de mencionarse;" en elias Tapia logr6 acceder a libros que en su tiempo se consideraban pemiciosos; y no estaban disponibles en las li-
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brerias. En alguno de cstos accrvos Tapia Jey6 obras de los enciclopcdistas franccses y "otras de mayor trascendencia" que las que estaban disponibles a Ia venta oficial.-' Una biblioteca privada que debio conocer fue Ia del presbltero Jose Marla Baez; (1815-1879); extensa y amplia en temas literarios que existi6 en Ia isleta de San Juan.4 A juzgar por los libros observados en Ia biblioteca privada de Ia quinta San Isidro en Lolza, hubo diversidad de temas en las colecciones particulares. A finales del siglo XIX el escritor cspaiiol Carlos Penaranda describi6 dicha biblioteca como una numerosa y de cspfritu cosmopolita. Alii era posible apreciar obras de autores como Guillaume Raynal, George Byron, William Cowper, Henry Longfellow, Guillaume Tiberghien, Francois Guizot, Gustavo Adolfo Becquer, y Miguel de Cervantes (Peiiaranda,l967,64).
3 (Tapin 19-16,3 1). 4 (Figucnla, 1973, 204-205).
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: LAGACETA
ct:ilntro de estudios de Ia realidad paertorriquella JL_
La adquisici6n de tomos para las bibliotecas debi6 requerir un esfuerzo adicional para los amantes de los libros ante Ia censura y las limitaciones econ6micas. Establecer una biblioteca privada se convertia asi en un acto de afirmaci6n intelectual. No deberia extraiiamos que muchos de los propietarios de cste patrimonio, fueran de tendencias libcrales; y se preocuparan por el desarrollo de las bibliotccas publicas. Estos bibli6filos donaron de sus libros para formar otras bibliotecas de mayor accesibilidad al publico. La tradici6n de bibliotecas privadas fue instrumental en Ia fundacion de Ia primera biblioteca publica en Puerto Rico en 1849. Esc aiio el peri6dico El buscapie inici6 una campuna de donacion de recursos bibliograficos para Ia creacion de bibliotecas. El padre Rufo Manuel Fernandez, Eduardo Micault, Sotero Figueroa y Manuel Fernandez Juncos fueron algunos de los
Ponadas de revistas Puerto Rico 1/ustrado y La Gaceta. Conesla de Ia Biblioteca Na¡ cional, fotografias de
Manuel Olmo.
Re•·isla ICP lmimem 22
Ricardo E. Alc~o Gallardo (19::!1·2011)
Portada de revista Vida Moderns Cor· tes'a de Ia Biblioteca Nacional, fotograflas de Manuel Olmo.
Di~tor :
J1111c 1:! . ,\lfoxriu T~IHonu 7Ul t:l . J
SIDMARI0:
que donaron Iibras; para el establecimiento de salas de lectura en Ia isla.~ Una biblioteca particular se define inicialmente porIa persona que origina Ia colecci6n y poste• riormente Ia sucesion de los propietarios que Ia desarrollan o Ia concluyen. Cada coleccion guarda sentido en relacion a los intereses de los propietarios. Su contenido reneja facetas de Ia personalidad de estos; aun cuando nose tenga evidencia de que el propietario haya lefdo todo el contenido de Ia misma. Cada lomo nos muestra el interes de su dueiio de que el volumen sea parte de Ia coleccion, por las razones que el crea convenientes. La biblioteca de Ia familia Alegrfa continua Ia tradicion de Ia biblioteca privada en Puerto Rico. Durante su existencia ha servido de Iugar de estudio para jovenes y adultos, estudiantes y profesionales. Durante Ia vida de Ricardo E. Alegria Ia biblioteca se ha mudado siguiendo los destinos de sus propietarios, entre el Viejo San Juan y Santurce. Actual mente Ia biblioteca principal se encuentra en s u residencia en Ia calle Sol #52 e n San Juan d istri ~ 5 (Fernandez Juncos 1914, 110).
buida en varios muebles construidos especial mente para esa func ion. Esta es un legado familiar que ha sobrevivido al me nos tres generaciones. El acervo inicial proviene de su bisabuelo Ricardo Gallardo y Rivera. Este oficial espaiiol fue alcalde de Lofza en 1870 y propietario de Ia hacienda San Jose del Cacique en dicho municipio, donde debio mantener su biblioteca. Gallardo compartfa Jazos familiares con Alejandro Tapia y Rivera, con quien su bisabuelo mantenfa correspondencia. En Ia colecci6n de Gallardo se encontraban obras dedicadas por Tapia y ademas alberg6 publicaciones como Ellibro de las
damas y El pcijaro verde. La biblioteca de su padre; Jose S. Alegrfa ( 1886- 1965), integr6 parte de ese patrimonio; enriquecido con adquisiciones adicionales. Alegria padre fue miembro de los partidos Union y Liberal, y fundador del Partido Nacionalista Puertorriqueiio. Tambien fue miembro del Ateneo Puertorriqueiio, y director de las revistas Puerto Rico llustrado y Vida Modema. Como abogado, magistrado. periodista. escritor y lide r dvico, tuvo acceso a multiples
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autores y sus obras. Su biblioteca tambien incluia una rica colecci6n de Iibras de temas juridicos. Alegria padre tambien fue coleccionista de Iibras y enriqueci6 Ia colecci6n adquiriendo Iibras de otros bibli6filos como Jose Antonio Gutierrez; miembro de Ia directiva del Ateneo Puertorriqueiio. Lagro adquirir parte de los Iibras de Ia colecci6n de Cayetano Coli y Toste, y Jose de Diego por parte de sus herederos; muchos de los cuales contienen dedicatorias. Alegria padre se distingui6 por su vasta cultura, particularmente en el area de las ciencias sociales; las bellas artes y Ia identidad puertorriqueiia. El doctor Ricardo E. Alegria, continuo los pasos de su padre y aument6 el legado bibliografico considerablemente, enriqueciendolo con Iibras afines a su interes en Ia historia, el folklore y Ia historia de Puerto Rico y del Caribe. Tambien enriqueci6 Ia colecci6n con piezas de su hermano Jose Esteban y de otros bibli6filos como Guillermo Esteves. Alegria fue reconocido a nivel intemacional por su extraordinaria labor como antropologo. arque61ogo, historiador, escritor, educador y servidor publico. Estuvo ligado a Ia creacion y direcci6n del Jnstituto de Cultura Puertorriqueiia donde dirigio Ia Revista de dicha institucion, y posteriormente fund6 el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe. La biblioteca Alegria posee especializacion tematica afin a los intereses del doctor Alegria y su padre; y refleja el ambiente cultural y politico que los form6. Am bas figuras orientaron Ia biblioteca bacia aquellos recursos que valorizan el espfritu puertorriqueiio y su cultura. La cantidad y calidad de los Iibras de Ia coleccion evidencian el nivel intelectual de ambas figuras. Jose Alegria enriqueci6 el acervo con recursos de Ia cultura espaiiola y puertorriqueiia, mientras su hijo enfatizo rccursos bibliograficos caribeiios. AI preguntarsele cual era el interes y el criteria que le mot ivan a adquirir Htulos; Alegria estableci6 que adquirfa estos segun Ia necesidad para Ia preparaci6n de obras espedficas. El doctor Alegria era conocido por trabajar mas de un proyecto con tematicas diversas a Ia vez, lo que favoreda Ia adquisicion de recursos de temas variados. Sus multiples intereses cientlficos y culturales tambien lo llevaron a adquirir Iibras como fuente de consulta, enriqueciendo Ia biblioteca con fondos de Puerto Rico y el Caribe. El espacio que guarda una biblioteca revel a Ia importancia que tienen los Iibras para su propietario y el valor que otorga a Ia lectura. La biblioteca de Alegria se organiza en dos niveles principales de tablilleros divididos por un mezanine de madera. El nivel inferior se compone de gabinetes cerrados con
puertas dobles sabre los cuales descansan tablillas equidistantes y abiertas. Sabre estos; el mezanine con tab Iiiias abiertas cercado por una baranda de balaustres. Una pequei'ia escalera con balaustres tambien en madera ofrece acceso al segundo nivel; hacienda innecesaria Ia utilizaci6n de escaleras de mana y taburetes para acceder al nivel superior. El conjunto, construido en madera se integra perfectamente al ambiente colonial del Viejo San Juan. La Biblioteca Palafoxiana de Puebla en Mexico sirvi6 como inspiracion al combinar belleza y utilidad en el arreglo de Ia coleccion. Este modelo de biblioteca en dos niveles fue utilizado inicialmente en su residencia, mas tarde en bibliotecas hist6ricas en Puerto Rico como Ia de La Fortaleza, Ia del Centro de Estudios Avanzados y Ia que actual mente ocupa el Archivo General de Puerto Rico. La biblioteca Alegria se encuentra en compaiiia constante de pinturas, grabados, esculturas, y objetos de Ia cultura popular. Los Iibras adquiren una funci6n estetica dentra de este conjunto. formando parte del diseiio del espacio interior. A difcrencia de bibliotecas cuyos propietarios las guardan del ojo publico celosamente,la biblioteca Alegria se encuentra en un Iugar ccntrico adyaccnte a Ia sal a. a Ia vista de todos. El ambito de este espacio. ademas de biblioteca, funciona como area de exhibicion e intercambio social. Una amplia mesa frente a Ia biblioteca posiblemcnte colocada como area de trabajo cumple otra funcion mas sutil. A diferencia de Ia mesa de trabajo de su oficina en Ia calle Sol; siempre cubicrta por montaiias de papeles y Iibras de consulta, esta se encuentra cubierta de objetos artisticos, hist6ricos y piezas diversas; desviando Ia mirada bibliografica. La funci6n de Ia mesa como una de trabajo es secundaria a Ia funci6n de exhibicion. Sin embargo, Ia importancia otorgada a los Iibras se deja sentir en Ia superficie. Sobresale en Ia mesa como pieza destacada el volumen Ia Summa .mcrae de Tomas de Aquino con fecha de 1558. La cercania de Ia biblioteca a los artfculos sabre Ia mesa y en las paredes; ofrece un vinculo entre los Iibras y el objeto de arte. Ademas del valor de su contenido y Ia informacion que posee; ellibro es percibido como un objeto unico, afin a Ia ex presion artfstica. La biblioteca se convierte en estuche donde apreciar las distintas joyas que son cada libra. El doctor Alegria no creia en Ia destruccion o descarte de Iibras, no importa su condicion fisica o falta de vigencia o interes por este. Cada libra es un objeto especial que debe ser preservado. Es un vinculo directo a otra forma de vida, cuando un libra era un objeto raro, quizas unico en un area geografica.
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Ricardo E. Alegria Gallardo U921·2Dil)
Ex·libris de r.a b blioteca Alegria Pons diseriado por Carmen Ana Pons Pnmera pag na del libra Anrologla de poetas jovenes de Puerto Rico Cortesfa de Ia Biblioteca Nacional, fotografias de Manuel O.mo.
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RICARDO E.ALEGRiA
El desden por el pasado no era comprensible para Alegria. Si bien no todo e sta escrito, hay mucho en los libros que podemos rescatar, para entender y resolver problemas actuales; y para conocer otras forrnas de pensamiento. A diferencia de Ia localizacion accesible de Ia biblioteca, el area de trabajo del doctor Alegria esta en un Iugar separado, alejado, donde trabajaba a su comodidad y en privacidad. Visitaba Ia biblioteca para revisar tomos y de necesitar alguno lo llevaba hasta alia. No es raro que cl afecto hacia los Iibras genere forrnas y maneras para identificar Ia propiedad de los tomos, en gestos que denotan el orgullo del propietario por su biblioteca. Las encuademaciones son una forma de proteger los tomos y en ocasiones darle un sella personal, como es Ia agregacion de Ia abreviatura del nombre del propietario. Como buen bibli6filo Jose Alegria encuademaba sus Iibras; en ocasiones en Espana, como es el caso de Ia Antolog{a de poetas j6venes de Puerto Rico, de 1918 editado por Evaristo Rivera Chevremont y Alegria padre; y prologado por Jose de Diego. La encuadcmacion fue hecha en cuero e incluye Ia firma aut6grafa de Alegrfa repujada en color oro en Ia parte inferior derecha de Ia cubierta. Las tapas interiores estan forradas en tela y las guardas son en papel decorativo. Otros libros de Ia colecci6n tienen una encuadernacion en pasta con lomo de piel. Los
libros de su hijo Ricardo son de encuadernacion sencilla, por lo general encuademados en color rojo o verde. En Ia parte inferior dellomo estan sus iniciales: R.E.A. Las iniciales pueden aparecer solas formando un disei'io de diamante. De los encuadernadores que le han trabajado en libros, el doctor Alegria recordaba particularmcnte a! pacta y declamador nacido en Dorado; Juan Boria Romero (1906-1995). Alegria agreg6 a sus Iibras un elemento muy personal; Ia inclusion de un ex-libris; cuyo disei'io fue ejecutado por su esposa Carmen Ana Pons; reinterpretando los elementos en el emblema del lnstituto de Cultura Puertorriquei'ia disei'iado por Lorenzo Homar. Ella, artista y disei'iadora grnfica, retoma el tema de Ia aportacion de los principales grupos ctnicos a nuestra cultura y destaca el vinculo entre Ia poblaci6n europea, africana e indigena. Es significativa Ia presencia femenina en el ex-libris; donde una indigena representa Ia participaci6n de Ia mujer en Ia configuracion del ser puertorriquei'io. En el centro del conjunto; como figura principal, aparece un hombre africano cantando y locando un lambor. Detras de este se arrodillan un espai'iol y una india; mirandose y posiblemente tocandose las manos en actitud de complicidad. El conjunto anima una actitud dinamica y Ia sensacion de abandono festivo. En el suelo, cercano a las rafces del arbol esta un libro; qui zas Ia gramatica de Nebrija
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TOMO II
Primera pag na del libra El Medico Botanico Cortesla de a 6 blioteca Nac ana~ fotograffas de Manuei Omo Portada de: libra Aguinaldo puertorriquerio Publicaci6n de Editona Terranova IDiversos co aboradores) Fotograffa de Wenceslao Morales IOficina de nformac on y Prensa deiiCPJ l bro. Aguinaldo puertorriqueno 11843) de Jos~ Santos Alegrfa ICortesra de a B1b oteca del Centro de Estudios Avanzados. Ref Franc1s Mojica)
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y un cemf. Detras de las figuras podemos ver entre Ia exuberancia vegetal un petroglifo indlgena y en otro extrema una carabela sobre el mar. Las Ires figuras descansan sobre las rafces de un frondoso arbol en cuya copa aparece en rojo £r-Libris. En Ia parte inferior aparece en tetras mayusculas el nombre de Ricardo E. Alegria. Ricardo Alegria organiz6 su biblioteca en temas distribuidos en aproximadamente 420 pies lineales (128 metros). En ella abundan ejemplares de valor hist6rico, rareza, y calidad editorial. Atisbar en los estantes es entrar a una caja de sorpresas, donde no sabemos que vamos a encontrar. Abundan los libros del siglo XX, pero podemos encontrar entre ellos libros poco conocidos del siglo XIX y XVIII y quien sabe si alguno anterior. Esta coleccion se mantuvo en uso, ofreciendonos Ia oportunidad de estudiarlo en su contexto cotidiano. Cada tematica se agrupa en uno o mas estantes, concentrados en un Iugar especffico asignado dentro del mobiliario. Aparte de las divisiones tematicas; no existe una dimimica clasificatoria que exprese relaciones internas o agrupaciones particulares en los vohlmenes. Los libros no siguen un orden particular; para poder consultar algun tomo especffico se dependia de Ia prodigiosa memoria del doctor Alegria, que admitla que no podia recordar todos los libros, ni su localizaci6n exacta. Quedan fuera de Ia biblioteca otros libros diseminados por
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Ia casa, dejados por miembros de Ia familia que descansan en distintas habitaciones pero que no se consideran parte de Ia biblioteca principal. Los principales temas de Ia biblioteca son: literatura. folklore, historia, cronistas y arqueologla anti IIana. Un breve ex amen por algunos temas nos ofrece una idea de los tesoros que guarda el acervo. En Ia coleccion de arqueologla llama Ia atencion ellibro Lexicogrdjia anti/lana, diccionario de voces usadas por los aborfgenes de las Antillas mayores y de algunos de las menores )' consideraciones acerca de su significado y de suformacion de Alfredo Zayas y Alonso editada en La Habana por Ia imprenta "EI Siglo XX" de A. Miranda en 1914. La encuademacion dellibro tiene en el lomo las iniciales C.C.T. Esta colecci6n fue elogiada por el doctor Irving Rouse ( 1913-2006) como Ia colecci6n de arqueologla antillana en existencia mas completa. En Ia colecci6n de folklore pudimos encontrar un primer tomo de £/medico bottinico criollo de Renato de Grosourdy titulado "Flora medica y uti I de las Antillas" en edici6n francesa de Ia librerla de Francisco Brachet de 1864. De factura mas reciente encontramos Ia primera edici6n de LA fiesta de Santiago Apostol en Lofza A idea de 1954 con pr61ogo de Fernando Ortiz. Es esta una edici6n de tirada reducida, donde el disefio grafico y Ia riqueza de imagenes y fotografias le otorgan al volumen valor artistico unico. Por su riqueza grafica; posiblemente
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Proces16n de los Santiagos en las Carreras La fiesta de
Santiago Apostol en Loiza A/dee, R1cardo Alegria. Cortes Ia de Ia Biblioteca Nac·onal de Puerto Rico.
Rlcurdo E. Alc~:rin Gnllnrdo 0!!21-20 Ill
es el primer libro de esta categorfa en Puerto Rico del siglo XX. La colecci6n de literatura puertorriqueiia posiblemente sea Ia mas extensa pues incluye Ia colecci6n de Jose Alegria; quien como direc tor de Puerto Rico 1/u.wrado recibi6 una cantidad substancial de libros dedicados por sus autores. Entre los libros encontrados sc de~taca el Aguinaldo Puerw-rriquctio: Co/eccicJn de produccione.\· original en prosa y 1•erso; editado en Puerto Rico porIa lmprenta de Gimbemal y Dalmau en 1843. Pudimos examinar Herf en ef cora:.fir1: drama en cua/ro tlctos yen pro.m de 1883 por el doctor Gabriel Ferrer, editado en Ia lmprenta del Boletin Mercantil, Calle de Ia Fortaleza; y Los poetas que fueron: wuologfa completa de poetas portorrique· 1ios (tomo I), editada porIa Biblioteca Puerto Rico Ilustrado en 1922. La colecci6n de cronistas de los siglos XVI y XVII es Ia mas pequefia y una de las mas valiosas. Consiste de los primeros escritos sobre el nuevo mundo. Entre los libros se destaca una edicion del siglo XVI de Decadas delnue••o mwrdo de Pedro Martir de Anglerla. Una biblioteca es una organizacion de recursos en constante cambio, que igual que crece al integrar nuevos miembros; tambien puede reducirse porIa perdida de estos. Cada libro puede ser semilla que 9
6 (Muiloz Sol:l 1995, 50-l-505 )
geste una nueva biblioteca, o puede ser integrado a una biblioteca existente. En Ia biblioteca tambien son visibles las iniciales de otros bibli6filos, como resultado de Ia adquisici6n de libros de otras colecciones privadas. Una nipida mirada nos ofrece algunas pistas sobre esos antiguos propietarios: A.M.A., L.M.R. (Luis Mufioz Rivera?),J.L.M.G., R.LJ., C.C.T. (Cayetano Coli y Toste?), J.S., y J.A.G. (Jose Antonio Gutierrez). Una biblioteca que no crecc ni sufre cambios es una biblioteca estatica que posiblemente no se usa y a Ia cual su propietario ha dejado de interesarle. Las bibliotecas privadas tienen una vida paralela a Ia de sus propietarios. No es raro que al dejar de existir el propietario, esla desaparczca. Su destino puede ser Ia venia fragmentada a manos privadas, Ia dcstrucci6n flsica del acervo bibliografico, o el abandono. En Puerto Rico son muchas las bibliotecas privadas que han desaparecido por falta de atencion, o carencia de recursos para su adquisicion y proteccion. Munoz Sola menciona Ia perdida de bibliotecas privadas durante Ia cmigracion de familias fuera del pafs a consecuencia de Ia invasion americana y el cambio en soberanla; llevandose sus bibliotecas. El disloque economico de hacendados agrfcolas venidos a menos y el consecuente cxodo a areas urbanas durante los primeros afios del siglo XX tambicn propici6 Ia destruccion de colecciones privadas que no tenfan cabida en casas pequefias. Tampoco podemos olvidar el dafio causado por las plagas, el agua y el fuego. En los ultimos aiios otra causa de Ia perdida de cstos rccursos es Ia venta o donacion del acervo a instituciones fuera del pals.b La biblioteca de Ricardo Alegrfa siempre ha estado en constante cambio creciendo por medio de adquisiciones, y tambicn reduciendosc a traves de donaciones. A traves de los ai'ios se han donado a diversas instituciones colecciones de Ia biblioteca. Ejemplares de El/i!Jro de lt~s dumas, revista cditada por Manuel Fermlndez Juncos y £/ pcijaro verde pertenecientes a Ia coleccion de Ricardo Gallardo fueron donadas al Archivo General de Puerto Rico. La colecci6n de revistas Vida modema y Puerto Rico 1/ustrado, periodicos como El Liberal y Ia Gc1ceta de Puerto Rico de Jose Alegria fueron donada~ tambien a esa institucion; mientras su colecci6n jurldica fue donada Ia Biblioteca de Ia Facultad de Leyes, de Ia Universidad de Puerto Rico. Existi6 una coleccion de libros de artc de Mel a Pons de Alegria que fue donada a Ia Escue! a de Artes Phlsticas de Puerto Rico. Tambicn se han donado libros a Ia escuela Saint John, e n San Juan.
DOSSIER
El doctor Alegrfa se encontraba en proceso de disponer de su biblioteca, donando sus colecciones a entidades en Pueno Rico para uso publico. La colecci6n de folklore fue donada a Ia Biblioteca Nacional, aunque aun permanece en Ia residencia y su inventario no ha conclufdo. La coleccion de arqueologfa, al Centro de Estudios Avanzados de Pueno Rico y el Caribe pero no se ha inventariado y aun permanece en Ia residencia. Nose ha logrado identificar repositorios para todas las subcolecciones tematicas; historia, cronistas y literatura min no cuentan con una instituci6n que las albergue. Actual mente el futuro de estas es incieno. Nose ha logrado identificar un organismo o corporaci6n local con Ia capacidad de albergarla; otorgando el mantenimiento y Ia conservaci6n necesarias; para no mencionar digitalizaci6n y acceso a su contenido. La gesti6n de conservaci6n, almacenaje, seguridad y acceso de las piezas representa un reto economico y una responsabilidad social para las entidades que se hagan cargo de cualquiera de estas colecciones. La opcion de un repositorio extranjero con mayores recursos materiales que asegure su conservaci6n no era aceptable para el doctor Alegria; que vefa Ia colecci6n como un legado para Ia poblaci6n del pafs donde se form61a misma.lgnorar el acervo, fragmentarlo o venderlo para Iuera, significarfa una perdida cultural irreparable para el pafs. Debe ser misi6n del Estado asegurar el acopio y Ia conservaci6n de materiales bibliograficos que son parte de Ia memoria colectiva nacional; posibilitando el acceso a Ia informacion y al conocimiento que ofrecen. Lamentablemente en Puerto Rico no hay polfticas nacionales para Ia conservaci6n del patrimonio bibliografico. Tampoco existe una polftica publica sobre bibliotecas paniculares como legado cultural y su conservaci6n. La principal amenaza de Ia biblioteca Alegria resultaba Ia ausencia de un catalogo o inventario que describiera las obras. La documentaci6n,los inventarios y Ia preparaci6n de catalogos son pasos imprescindibles para Ia proteccion de este patrimonio bibliognifico. Mediante un inventario se facilita Ia evaluacion de los recursos; identificando obras desconocidas y posibilitando el desarrollo de estrategias para su administraci6n y conservacion. Tambien facilita Ia identificaci6n de entidades afines a los recursos. El inventario y los catalogos son elemento fundamental para prevenir perdidas, ya que ofrecen una indicaci6n directa de Ia ausencia de un libra y facilita informacion descriptiva para recuperarlo en caso de sustracci6n.
AI analizar aspectos de este acervo; como el origen de los Iibras, quienes han sido sus propietarios,las firmas, sellas, dedicatorias y ex -libris que exhibe, asf como Ia rareza de algunas de las piezas que contiene podemos apreciar su importancia cultural. Nos encontramos ante un proyecto centenario que es patrimonio documental de Pueno Rico. Cada pieza contiene el valor de Ia creacion intelectual expuesta pero ademas contiene el valor material como un objeto ffsico de importancia historica. Son bienes culturales que testimonian el desarrollo de un pafs y forman pane de nuestra historia. No podemos preveer el futuro de este patrimonio. Esperamos que las colecciones puedan ser depositadas en instituciones que garantizen su conservaci6n y acceso como legado cultural de esta familia a Pueno Rico y el Caribe.liD REFERENCI,\S: Cruz Monclov~. lidio. ( 1974). Ellil>m ''m1csrm culwmliremritl. Cuooemos bibliotecol6gicos 9. s~n JuQn, Puerto Rico: Sociedad de Bibliotec~rios de Puerto Rico. Delgado. R. & V~n Huning.J. (1978). Librnries in Puerto Rico. En: Ell<')'<'i"l"''fill 11jUbmry mullllfimllil/imu Selma. (v.25, 16-27). New York, NY: Marco! Dekker. Fernandez Juncos. Manuel . ( 1914) Cmrfe~rrcim dmllillimlc.t dttdcu , .., /rt Bi/1/iorcm fruu/e~r de Rin>. San JuQn. Puerto Rico: Negocia· do de M~teri~les, lmpr. y Tnmsporte.
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La ccmslnKciOn de l.n lnua~:cn dclnq:ro y su rcprese•lac:Hin cn elartc ~M~Crtorrlqucilo I Lillian 1.ar:l Fonseca
LA CONSTRUCCION DE LA IMAGEN DEL NEGRO y su REPRESENTACION EN EL
ARTE PUERTORRIQUENO Lillian Lara Fonseca
A
poco mas de una decada. para Ia conmemoracion de los ciento cincuenta aiios de Ia Abolicion de Ia Esclavitud en Puerto Rico. aun faltan estudios que analicen al negro como una figura rclevante dentro de nuestro cspacio viven· cial. La revision de Ia documentacion bibliografica ha cvidenciado Ia investigacion sobre Ia realidad historica y social del negro en Ia Isla; sin embargo, no se ha hecho visible un amilisis que problematice Ia representaci6n de Ia imagen del negro en el arte puertorriqueiio. En cste sentido se necesita un acercamiento que considere los significados que se han construido para Ia "raza negra" en Puerto Rico. En este articulo sc pretende realizar un amilisis sobre Ia construccion de Ia imagen del negro y su representaci6n en cl contexto sociocultural de Ia Isla. No cabc duda de que Ia'> obras de algunos artistas plasticos han plasmado Ia aportaci6n del negro a Ia conformacion de Ia identidad cultural puertorriqueiia. Sin embargo, si bien es cierto que Ia imagen del negro no tuvo notoriedad durante el proceso esclavista, tam bien lo es que juga un papel protag6nico en Ia representaci6n artfstica, luego de Ia abolici6n de Ia esclavitud. Asimismo, se ha identificado como una figura que at.in lucha por una participaci6n cquitativa en Ia actividad social, polftica y cultural del pafs (Boime, 1985). Es importante seiialar que, Ia primera imagen del negro en un lienzo se identifico en el siglo XVII. en una pintura titulada Adoracidn de los Reyes Mago.1· (s.f.) de Manuel Garcia. Sin embargo. noes hasta finales de siglo XVIII que !>e vuelve a considerar su representaci6n, en las obras: E.n•oto de Ia Sagrada Familia (1778-1780) y El Gobernador Do11 Miguel de Ustariz (1792) de Jose Campeche. Particularmente, Ia primera de estas piezas es importante ya que, en pleno proceso esclavista el artista pinto ados esclavas y un siervo que junto a una religiosa He van ofrendas a Ia Sagrada Familia. Aunque Campeche no excluy6 al negro, 1 (Taylor 1998) :!. ( Boimc 1985 . 35). 3 ( Delgado 1998).
es importante que se analicen las pocas representaciones en las que incorpor6 su imagen; despues de todo, es un aspecto que se presta a debate, al este ser hijo de un esclavo Iiberto y una espanola nacida en las Islas Canarias. Jose Campeche se desempeii6 como artista en un momento hist6rico donde Ia esclavitud era legal en Puerto Rico. Esta estructura socioecon6mica determin6 que el negro tuviera un estatus inferior en Ia escala social. La concepcion sobre Ia inferioridad del negro corresponde al sentido que se construyo en el espacio sociocultural y que determin6 las pocas representaciones del negro en las artes plasticas. Dentro de este contexto Ia obra de Campeche se caracteriz6 por Ia adopcion de temas y elementos iconogrcificos propios del barroco y rococo, que aprendi6 de su maestro, el espaiiol Luis Paret y Alcazar.' Es importante seiialar que, Ia inclusion del negro y de otros grupos etnicos tuvo mayor relevancia en movimienlos artfsticos posteriores como el realismo europeo. Interesantemente, en Puerto Rico, estos enfoques pluralistas se plasmaron 11 finales de siglo XIX en Ia obra de Francisco Oller. En el siglo XIX Ia imagen del negro en Puerto Rico fue representada por artista'i blancos, de clase acomodada, que regularon Ia tension entre el sistema esclavista y su abolici6n.1 Nuestro Francisco Oller era uno de estos y en sus obras considero particular· mente estas coyunturas socio-hist6ricas al construir Ia imagen del negro como: esclavo, educador y pen· sador en un momento de transici6n polftica y social. La representaci6n de Rafael Cordero en La escue/a del maestro Rafael Cordero (1890·92) y de Pablo en Elvelorio (ca. 1893), plantean Ia relevancia social del negro en un contexto donde at.in imperaba un trato desigual, a pesar de Ia abolici6n de Ia esclavitud. "Oller es valedor del negro y no desperdicia oportunidad de seiialar sus virtudes'? De otra parte, en ambas pinturas se definio Ia inclusion del negro junto a otros grupos raciales y sociales. De acuerdo
ARTES I'IASTIC AS
El velorio de Franc sco Oiler, 1893
a Haydee Venegas, "Ia obra de Oller ademas hace alusi6n a una meta especfficamente en Ia educacion, a saber, Ia creacion de una sociedad criolla unificada a traves de Ia integraci6n racial y cultural"~. En estas piezas el negro fungi6 como un modelo a seguir para que el pueblo pudiera veneer el analfabetismo y alcanzar Ia equidad social. Si bien es cierto que los criticos de arte han planteado Ia exaltaci6n de Ia imagen del negro en Ia obra de Francisco Oller, por otro !ado, se ha argumentado su exclusion en Ia pintura de otros artistas de las primerns decadas de siglo XX. Por ejemplo, se ha sostenido Ia poca representaci6n del negro en Ia pintura de las primeras decadas de siglo XX, debido a[ canicter clasista de los artistas en un contexto racista (Jose Torres, 1988). Algunas de estas posturas prejuiciadas se encuentran en un estudio realizado por Jose Colomban & Justina Ca4 (Venegas 1983. 68). 5 (Sngn:ra 1973 , 20路22). 6 (Lugo 2001. 19).
rrion ( 1940), y los escritos de Tomas Blanco (1948) y Antonio Pedreira ( 1969). La argumentaci6n sobre Ia ausencia del negro en Ia pintura se ha relacionado con una aparente exaltacion del jibaro blanqueado en Ia represen路 taci6n del arte puertorriqueiio. Martin Sagrera plan teo el mito del emblanquecimiento del jfbaro como una explicacion a Ia desaparicion de Ia impor路 tancia del negro en nuestro contexto sociocultural' . Este expuso que se intento paliar a! negro, tanto biologicamente por el mestizaje racial y en termi路 nos cultura\es al insistirse en su "civilizacion". El jfbaro represent6 el mestizaje que se dio en Ia Isla y que suaviz6, en cierto modo,la existencia de Ia raza negra.6 De acuerdo a Isabelo Zenon, este cmblan~ quecimiento se refiejo en los retratos de Luis Pales Matos y Julia de Burgos que se encontraban en Ia galerfa de Ia Sa\a Puertorriquei'ia de Ia Biblioteca
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Re•·ista /CP I mimem 22
Ui constru~don de Ia lma~:en del ne~:ro y su n!prt!Sentaclon en el urte puerlorrh1ueilo 1 L~Jian t..:. ra Fonsec11
Vendedor de chines de Juan Rosado, 1939.
General de Ia Universidad de Puerto Rico1 • Zenon seiialo que aunque Luis Pales Matos no era negro, en Ia pieza se represento muy blanco, tambien, se afinaron sus rasgos faciales y el pelo encrespado. De Ia misma manera, Zenon indic6 que Ramon Atiles, emblanquecio Ia imagen del negro en Re· trato de Jose Campeche y Jordan ( 1854· 1855). lsabelo Zenon confirmo Ia existencia del prejuicio al retomar algunos incidentes en los cuales se neg6 Ia exhibicion de retratos de negros en salones de instituciones publicas y privadas.8 Por ejemplo, este autor relato como algunos miembros de Ia So· ciedad Economica de Amigos del Pafs renunciaron a Ia entidad luego de aceptarse un retrato de Rafael Cordero en sus salones. Estos comportamientos prejuiciados evidenciaron, que las propias instituciones sociales le negaron at negro el espacio que le pertenecfa, como figura que aporto al desarrollo cultural de Puerto Rico. Sin embargo, Zenon esboz6 una lista de obras de arte donde el negro fue representado en los siguientes temas: el retrato, el folclore, Ia polftica,la crftica social y otros.9 Se desprende de sus planteamientos que los artistas puertorriqueiios eran parte de una sociedad racista, pero que esto no influyo en Ia minimizacion de Ia representaci6n del negro en Ia phistica como sostuvo Jose Torres.111 7 <Zen6n 1975. 276·281 ). 8 (Ibid, 274-276). 9(/bfd .277- 281 ). 10 (Torres 1988). 11 (Pinene 2006). 12 (Gaya I 994, 79). 13 ( Echenique 2004. VI). 14 (lbfd . 24). 15 (Conccpci6n 2005 . 27). 16 (D£az. 1970, 150-1 52).
A principios del siglo XX,Ias pinturas de Ramon Frade y de Miguel Pou mostraron el protagonismo del jfbaro, pero de Ia misma manera, confirmaron Ia inclusion del negro en algunas de sus producciones artfsticas. AI revisar Ia obra de Frade se identificaron tres piezas donde este representa a! negro: Retrato ecuestre del Presideme de Samo Domingo· Ulises Heureau ( 1896), Retrato Ecuestre de Simon Sam, Presideme de Haiti (1900) y Cabe:.a de Negro (s.t). Es importante sei'ialar que se ha argu· mentado Ia ausencia del negro en Ia obra de Frade debido al poco contacto que tuvo el artista con el hombre de pieI oscura. 11 Sin embargo, este argumento pierde validez al considerarse los pafses que visit6 como parte de sus experiencias formativas. Juan Gaya indic6 que, Frade visito algunas is! as del Caribe, Sur America y Europa como: Santo Domingo, Haitf, Jamaica, Cuba, Venezuela, Uruguay, Espaiia, Francia e ItaliaP Cabe seiialar que los retratos que realizo de los presidentes de Haitf y Republica Dominicana evidencian su estadfa en estos pafses y que el artista tuvo contacto con diversas culturas, donde pudo experimentar con diversos grupos raciales y etnicos. Frade interactuo con negros en Puerto Rico yen los pafses que tuvo Ia oportunidad de visitar. Aunque no excluy6 al negro, es evidente que el artista tuvo una predileccion porIa imagen del blanco. Miguel Pou tambien se ha caracterizado por Ia representaci6n del jfbaro blanco. Marfa Echenique plantea que, "Pou idealizo a los jfbaros para crear imagenes agradables y bonitas" P Argumenta que el artista pinta imagenes que Je dieran gusto a Ia gente de Ia clase alta. En sus obras: Negra e11 el r{o Portll· gru!s ( 1928), Elnegrito Jose ( 1940), La negrita Virgir1ia ( 1949) y Elnegrito ( 1952) se desprende Ia utilizacion del diminutivo racial, al referirse a Ia "negrita" o al "negrito", los mismos reflejan un paternalismo racial, a! colocar a Ia persona en una posicion de inferioridad. 1 ~ Estajerga coincide con el vocabulario peyorativo que se ha utilizado para denominar a las personas negras en el contexto sociocultural de Ia Isla; pero es muy posible que el diminutivo, tambien haya surgido como una muestra de cariiio de los amos a los esclavos que trabajaban en las faenas domesticas de sus casas_.6
ARTES PLASTICIIS
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La escuela del maestro Rafael Cordero de Fraoo:s.eo Oller, 189Q-92 Jfbaro negro de Oscar Col6n De' gaoa. 1941
Pou tambien exalto Ia imagen del negro. En su obra Ra:.c1 Soiiadom; Retrato de Ciquf ( 1938) muestra Ia figura de un pel otero con vestimcnta impecable y que aparenta ser una persona Jetrada. El artista pinta al jugador con un boligrafo en el bolsillo de Ia camisa, haciendo de esta manera, una alusion a un deportista negro que ha vencido el analfabctismo imperante para estos afios. Su mirada fija, pcro pcrdida, muestra a un hombre que sucfia con tener las mismas oportunidadcs dentro de un contcxto sociocultural racista. Otras piczas donde represento Ia figura del negro son: Jose Celso Barbo.w ( 1922), Jose Ce/so Bcrrbo.m (2da versi611) ( 1937}, Vencledor de lwmacc1s ( 1938), A orillas clef rfo Yagiie: ( 1948) y Calle Lof:.c1 (I 950). Evidente路 mente, todas estas representaciones cucstionan las crfticas que ha rccibido este artista sobre Ia ausencia del negro en su produccion artfstica. El negro tambien fue representado en las escenas costumbristas de Juan Rosado y Oscar Colon Delgado. En Ia produccion de Juan Rosado, se identificaron dos obras tituladas, Negro cmciww ( 1924) y Vendedor de clrilws ( 1939). Rosado pinta al vendedor sentado con Ia canasta de chinas al lado, pero en ningun momento parece estar trabajando. En ultima instancia, Ia representacion del negro en csta imagen se podria utilizar para cuestionar Ia inactividad o sumision del vendedor. Tam bien, se podria pensar que esa actitud de aparentc inactividad se debia a Ia depresion economica del capitalismo mundial, renejada doblemente en Ia colonia puertorriqueiia. Por otro lado, Oscar Colon Delgado pinta al negro de Ia zona rural; seglin Juan Gaya "sc concentro sobre Ia came verde de Ia isla y sobre Ia picl oscura de sus hombres." 17 En sus piczas Lawmderas (1916) y Jibaro negro (1941) represento al trabajador negro en espacios abiertos que definen el paisaje puenorriquefio. AI renexionar sobre Ia representacion de Ia imagen del negro en Ia produccion artfstica de: Jose 17 (Gn)路a 199-l,lJ.I)
Campcche, Miguel Pou, Oscar Colon Delgado y Juan Rosado, es clara Ia innuencia de los significa路 dos que se han construido para Ia "raza negra" en Ia cultura puenorriqueiia. Jose Campeche representa al negro como esclavo a finales de siglo XVIII; asimismo, a principios de siglo XX, Miguel Pou, Juan Ro~ado y Oscar Colon Delgado representaron al negro como un trabajador que enfrentaba dificultades para su sobrcvivencia. Es decir, estos artistas trabajaron mayormente representaciones en las que no convirtieron en problema los significados prejui路 ciados que se han construido para Ia "raza negra" en el contexto social de Ia Isla. Por otro lado, se de!>prende una problematizaci6n de Ia construccion de su imagen en obras como: Ra:.a smiadora: retrato de Ciqui (1938) de Miguel Pou. Sin embargo, muchas de las piezas de estos anistas se alejan de las imagenes de Francisco Oller, Jo!>e R. Alicea y Rafael Tufifio, entre otros, que tuvieron un enfoque critico en Ia representaci6n de Ia figura del negro. Rafael Tufifio se convini6 en uno de los artistas que mas exaltola figura del negro a partir de Ia dccada del 50. La revision de su producci6n artistica hasta las postrimerias del siglo XX evidenci6 Ia proJiferaci6n de imagenes que mostraron Ia aportacion de las diversas etnias africanas a Ia cultura puertorriquefia, sobretodo en Ia mlisica y el baile. Tam bien
Rr1¡ista ICP I IUiurtro 11
l.o construffi6n de 1o lmo~cn del negro y su rTp~ntad6n en rl ortc puertorrlquci\o f Ullinn Lara FQasc(<J
Hay que sonar en azul de Arnaldo
Daniel Lind, Pablo Marcano y Carlos Cancio son algunos de los artistas contempor.ineos que tambien han cuestionado Ia construcci6n de Ia imagen del negro en el contexto sociocultural de Ia Isla. En sus piezas han argumentado el concepto del negro como el "otro", en un espacio donde se ha negado Ia existencia del racismo. Es decir, estos han propiciado una discus ion sobre como las detiniciones construidas por el hombre blanco europeo ubicaron al negro en una posicion de inferioridad en terminos politicos, econ6micos y sociales. Asimismo, han orientado una reflexi6n sobre Ia relacion del hombre caribeiio con Ia naturaleza y los constructos que definen su existencia. Bailando con los blancos ( 1984) de Pablo Marcano.LA abue/a de Ia madre de Ia hija (I 999-2000) de Daniel Lind y LA /legada de Ia diosa ajrica11a a las aguas del Caribe (200 I) de Carlos Cancio, problematizan Ia construcci6n de signiticados prejuiciados para el negro en Ia Isla. De Ia misma manera, en Ia actualidad reclaman su africanidad, su origen etnico y su herencia cultural. Finalmente, sus piezas corresponden a su realidad contextual, pero se diferencian, ya que se han convenido en criticos de los significados validados para Ia "raza negra" en las interacciones sociales de los puenorriqueiios.
Roche. 1986
plasmo, en Ia emblematica Goyita (1957), la vaJentia de su madre. una mujer negra que se enfrent6 a los problemas socioecon6micos de mediados de siglo en Ia Isla. Rafael Tufiiio represent6 al negro como una tigura orgullosa de sus rafces africanas a troves de Ia musica y el baile desde Ia decada del 50. Algunas de sus piezas relevantes son: Majestad negra (I 958), Baile de bomba ( 1957), Baile de hom¡ ba (1958), LA plena (1967), Danza negra (1968) y Baile de bomba ( 1969), entre otras. De Ia misma manera, se desprende un enfasis en Ia representaci6n de Ia aportacion cultural del negro en Ia obra, Baile de bomba 1111111. 1 ( 1959) de Epifanio Irizarry. En las postrimerias del siglo XX se destac6 Ia representaci6n del negro en los retratos de Amaldo Roche y Rabell. Algunas de sus piezas, Ca;:ador ordinaria (I 982), Hay que soiiar azul ( 1986), Asabache ( 1986), El actor Santo (I 989) y Estoy presente ( 1991), entre otras, son una muestra de un lenguaje visual que discute e) tema de Ia ''raza negra" en Pueno Rico y e) Caribe. De acuerdo a Francisco Cabanillas, "e) trabajo de Roche y Rabel! emblematizo una dimension explicita de Ia africania al dramatizarse lo racial" .' 1 Con estos tines utiliza Ia mascara como un elemento para cuestionar Ia negacion de las rafces africanas. 18 (CabaniliiiS 2005, 45) 19 (Quiflones 2007, 104)
PERCEPCION RACIAL: IMPLICACIONES PARA LA EDUCACION ARTISTICA EN LA ISLA n Pueno Rico se ciment6 por mas de cuatro siglos un sistema esclavista que innuye en Ia forma como se construye Ia imagen del negro. La esclavitud no solo institucionaliza Ia violencia contra el negro esc) avo, sino que , ademas, degenera su estatus como miembro de In sociedad. Para algunos, esta imagen persiste en nuestros tiempos. Doris Quinones (1999) realizo un estudio titulado
E
Construcci6n social de Ia imagen de persona negra en los medias de comrmicacion visual en Puerto Rico donde se evidencia como el negro ha sido minimizado y ridiculizado en Ia television. De otra pane,los estudios de precepci6n racial realizados por: Mariluz Franco (2003). Sylvia Amaro ( 1987), Maria Santiago de Canagena (I 985), Gloria Dfaz ( 1985) y Astrid Alvarado (I 974) demostraron In existencia de un racismo soslayado en el contexto sociocultural puenorriqueno. De acuerdo a Doris Quinones (2007), "el racismo en Pueno Rico esta institucionalizado de tal forma que funciona natural y normalizado en todos los espacios sociales." 19 Asimismo, establece que, a pesar de esta realidad,
1\RTES PI...\STICAS
La abuela de Ia madre de Ia hija de Daniel L nd, 1999-2000.
se ha negado Ia existencia del racismo. Este no es un planteamiento desconocido, ya que lsabelo Zenon habfa argumentado que, "el dato mas original y omnipresente del racismo puertorriqueiio es Ia negacion absurda y obstinada de su existencia."~ Recientemente,lleve a cabo una investigaci6n en donde se evidencia que treinta y nueve maestros de artes visuales del sistema publico y privado revelaron poseer una percepci6n moderadamenle alta, sobre Ia construcci6n de Ia imagen del negro en el arte puertorriqueiio. En el estudio se consideraron siete temas que recogen algunos acercamientos a Ia representaci6n del negro y para cada uno se seleccion6 una pieza relevante. Los lema.~ bajo estudio con sus respectivas obra.~ de arte fueron: I. El retrato en Ia definicion de Ia imagen del negro. Pieza: Rafael Tufiiio. Goyita, 1957. 2. La representaci6n del negro en el arte religioso. Pieza: Jose Campeche. ÂŁnâ&#x20AC;˘oto de Ia Sagrada Familia, 1778-80. 3. El "otro", mestizaje e integraci6n racial y su representaci6n en e\ arte puertorriqueiio. Pieza: Francisco Oller. Elvelorio, ca. 1883-1893. 4. El Negro como educador. Picza: Francisco Oller. La escuela del maestro Rafael Cordero, ca. 1890- 1892. 5. La )aboriosidad del negro y su entomo de trabajo. Pieza: Osiris Delgado, La 1iltima :.afro, 1977. 6. El desnudo y Ia representaci6n de Ia sensualidad de Ia mujer negra. Pieza: Rafael Tufiiio. Majestad 11egra, 1958. 7. La aportaci6n del negro a Ia cuhura puertorriquefia. Pieza: Epifanio Irizarry. Baile debomba,num.l,ca.l959. Para analizar Ia percepci6n se solicit6 a los maestros que contestaran un instrumento de medici6n (cuestionario) llamado Percepcion racial: el11egro en el arre de Puerto Rico. El diseiio del instrumento se bas6 en los principios de Ia tccnica de diferencial semantico desarrollada por Charles Osgood, George Succi y Perci Tannenbaum (1957) y utilizada en Ia Isla por Roberto Trinidad (2000), con el prop6sito de cuantificar Ia conslrucci6n de significados en Ia actividad social. La interpretacion de los datos estadfsticos se hizo en una escala que nuctuaba entre una percepci6n: muy alta, alta, moderadamente alta, neutral, moderadamen!e baja, baja o muy baja. De
20 CZ.:n6n 1975. 106)
Ia.<> piezas que se evaluaron Ia unica que tuvo una percepci6n alta fue Goyita (1957) de Rafael Tufiiio. La percepci6n moderadamente alta de los maestros de arte demostr6 que no han participado de un dialogo que haya problematizado Ia construcci6n de Ia imagen del negro en el contexto puertorriqueiio. De Ia misma manera, el estudio evidenci6 que esta percepci6n cs generalizada, ya que no hubo difercncias al considerarse Ia relaci6n entre las caracterlsticas sociodemografica~ de los participantes y sus respuestas. La falta de una discus ion de esle tema ha provocado que los significados conslruidos para Ia "raza negra" desde el proceso esclavisla se mantengan pnicticamente estaticos. Es cuestionable que los maestros de arte no hayan tenido una percepcion alta o muy aha en obras como: La esmela del maestro Rafael Cordero ( 1890-92) y El l'elorio (ca. 1893), en estas Oller exahola figura del negro como emblematica para Ia tmnsformacion social. E.o; importantc senalar que, es muy dificil implementar un discurso pluralista en Ia educaci6n artfstica cuando los educadorcs del artc no tienen una percepci6n acertada sobre Ia imagen del negro en algunas piezas relcvantes del arte puertorriquefio. La escuela es una de las instituciones sociales donde el maestro de arte debe fomentar un di scurso
41
Neo·ista IC/' mimcm 2.?
Lu ronstruc:don de Ia lmu.:en del
Goyirade Rafael Tuf no
nc~:m y
su np~entac:lon en cl artc pucrtorrilluciio Lollion Lam FonS«a
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que deconstruya el racismo soslayado que aun persiste en nuestro espacio vivencial. De acuerdo a Pedro Saez (2002),1a interpretacion critica de imagenes se puede emplear como un recurso para suprimir los estereotipos raciales (p. 40). El estudio de Ia representaci6n de Ia imagen del negro en las piezas de artistas como: Francisco Oller, Rafael Tufiiio y Amaldo Roche y Rabel!, entre otros, puede ayudar a erradicar el conocimiento prejuiciado que se ha construido para Ia "raza negra" en el contexto sociocultural puertorriquei'io. Finalmente, el reconocimiento de Ia existencia del prejuicio racial y su discusi6n orientada por un currfculo escolar inclusivo promovera que Ia "raza" como una construcci6n social pierda validez en contextos definidos porIa diversidad etnica y cultural, como se ha cuajado en Puerto Rico. UD REFERENCIAS Alvar:odo, Astrid. 197-1. AultJCCJIIupw del II~II"' m PurrIll Rtw t'll fimcitJn de Ia discrimimrci<i11 radul. Univcrsidad de l'ueno Rico. Recinto de Rfo Piedras. Amaro, SylviD. 1987. £fecws psicoltlllict>.J tlrl rtrdsmo m rl iradil'idua: E.rperimdus dc 1111lwmhre y omumujcr, pucr/lll'ri· qucrlos. Universidad de Pueno Rico, Recinro de Rfo Piedras.
""II"''
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riqllcrlr~
- - - · 1983. Frnncisco Oller: l'erlil de un pincor puenomquei\o. En Frcmdst.'(' Olfer 1111 rec11i.ttll dd imprcsimrismo. E:rpo.tidcill orgcmi:tuld e11 t.·m1meuwrt1cuin dd lf:Jquic~mellclfio clclmllalic:io de 0/h·r. Ponce. Puc no Roco Musco deAne de Ponce. Zcn6n.lsabclo 1975. Narl'i:Jotlc."·"/"e ' " trll.lerrr: El 11<'11"' e11/tt mlwmpuertorriquclltl. Humncoo, Pueno Rico: Furidi.
UTERATURA
J'OEI\L\: her1o Rko â&#x20AC;˘ Raquel Salas Rivera
si es que terminaron elterminar si lo finalizaron con coma como siempre si es que siempre es una serie de nuncas si sabes a caso a d6nde ando hoy en ti y me lo puedes dibujar diciendo "lo sigues directo b1en directo" RAQUEI. SALJ\S RIVERA
sf m1 amor todavia mi an'10r aunque me escupas de nuevo en Ia earn mientras discutimos quienes somos que somos y bacia d6nde vamos claro m1 amor vete pal mismfsimo amor y desde alh1 dime a que saben los peri6dicos sin dfa a que sabe esa merienda a medianoche a que kerosfn en relieve a q~ punta vertigmosa sin v&ento caemos a tumba fresca a que dinamita de tren s61ido y oscuro te pare~ inf6rmame cuando sepas a que bora cue el espray sobre Santurce como bruma en que esquina supo el hombre que ese pase lo curarfa sin seguida no digo que me digas cuanto
a cu:into por cuanto
y cuanto mas aJhi tu alia que lo sepas sin difundir
no me alumbres mlis las regiones de lote de aeropuerto
de anima que en gilira lluvia, vuela y habla ~jame
saber si de un domingo al otro se escucha et sudor frio del elevado que han construido sobre los dfas de semana
sr, mi amor, pa' ti mi amor s1empre hay tiempo aunque me robes los diez que estaban entre las medias en Ia gaveta seguro, amor mfo aprovechadfsima que eres j pero tus momentos! divinfsimante secacentro que eres jpero tus cambios sin cuenta! acostumbradfsimente rajadermis que sabes a sabor espontaneo como una metafora mal paria en Ia esquina del vieJo barrio que vio pusar su cuerpo de esquina a esquina y no tenfa cuerpo para pararla paralizantemente diciendo sueltate menos y sabras miramos juntas asf como una se que no tienes desde donde decirtelo pero por lo menos de!ame saber mi amor a que sabes veridicamente cuando no estas de Jangeo ni en corillo cuando somas tu y yo y quizas un poco detodo nos llena brevemente de esperanza y no digo de anunc10s sprite ni de Ia dicha cocacolesca de enanos empericaos digo de esta esperanza tan esperanza que me da miedo digo vislumbramiento invocarla tan siquiera en tu presencia
II
Ruisla ICI' f
mim~m 22
La sq:urldad en •·llo: crlrnlnalldad y escln•·ltud en l'uerto Rico 1876-1873 1 Nelly Vazquez Sotillo
LA SEGURIDAD EN VILO: CRIMINALIDAD Y ESCLAVITUD EN PUERTO RICO 1870-1873 Nelly Vazquez Sotillo
E
n Pueno Rico,la decada de I 870 fue una de grandes y trascendentales cambios tanto en el aspecto economico y politico como en el judicial. La magnitud de los acontecimientos ocurridos en ambos !ados del Athintico dejo consecuencias a cono y a largo plazo. Uno de estos fue Ia inmediatez de Ia abolicion de Ia esclavitud negro en Ia isla con todos sus agravantes; I. el temor de los hacendados por perder sus cosechas, sus inversiones y su mano de obm, 2. eltemor de los conservadores ante Ia posible union de libenos, abolicionistas y revolucionarios y 3. el temor ante el aumento en los actos delictivos y Ia violencia de los esclavos hacia sus mayordomos, otros esclavos y Ia poblaci6n en general de Ia isla. El presente estudio se concentra en el ultimo punto, aunque sin perder de perspectiva los dos primeros. Se hizo un minucioso examen de varios documentos e informes de los gobernadores y de los miembros de Ia Real Audiencia en 1870 publicados en los dos volumenes de El Proceso
Abolicio11ista en Puerto Rico: Documelltos para su estudio ( 1974 y 1978) para probar que se utilizo el miedo y Ia "maliciosa violencia" de los esclavos parajustificar su dominio y su sometimiento y dar aliento a Ia moribunda institucion de Ia esclavitud negra en el Caribe. El problema del trafico esclavista y de Ia esclavitud en Pueno Rico fue uno del que el negro esclavo siempre estuvo exento. Esto parece una contradiccion, pero es mas bien una cruel ironfa.
En primer Iugar, este no llegaba voluntariamente, es mas no ten fa idea de donde llegaba, segundo, era maltratado y vendido, a veces en publica subasta y tercero,lo privaban de todo lo que conocia ... hasta de sus recuerdos. Las ideas abolicionistas no tuvieron auge en Ia isla hasta mediados del siglo XIX. cuando varios jovenes regresaron a Ia isla despues de completar sus estudios en Europa y se enfrentaron con lo que consideraban entonces una atrocidad. Es curioso que esta atrocidad fue el medio usado por muchos para enriquecerse y conseguir una buena educacion para sus hijos. En Pueno Rico siempre fue un corolario aceptado que e) trabajo esclavo era mas costo-efectivo y seguro que el tmbajo de Ia poblacion libre. De esta forma se justifico el uso de Ia mano de obra esclava y Ia persecuci6n de los criollos acusados y acosados por el "demonio" de Ia vagancia.1 De manera que e\ problema de Ia esclavitud tiene varias aristas: traficantes - hacendados; hacendados • vagos; gobiemo-hacendados - seguridad publica. Los esclavos 'criollos' vivian en Ia hacienda, que era el unico Iugar conocido en sus vidas, nacfan y morfan en Ia hacienda como propiedad de su seiior. Cuando se hacfa Ia relaci6n de bienes de una hacienda, los esclavos eran incluidos como bienes muebles y podian venderse, alquilarse, heredarse y a veces liberarse por sus duenos. AI esclavo se le pegaba porque se le temfa. Era Ia forma de demostrar superioridad. pero se le necesitaba, era casi un mal necesario. Para someterlo se le lastimaba, se le daban latigazos, se corrompfa Ia vinud de sus mujeres, a las que consideraban insaciables y seguramente muchas
I Ver labor Gomez Acevedo. Orguni:.trcicltJ y Rtlllumemacitltl del Trahajo "" el P11crto Rico del si11lo XIX(pmpierariM l'jnmalum),lnsututo de Cullum l'uertorriqueila, 1970, pp 62-63. Se dice que Ia cluse jomalera no ha conocido otra cosa que ellibertinaje y Ia ociosidud. que en general, los obreros son poco adictos allrnb~jo: que Ia indolencia y holgau merfa son naturales en ellos
HISTORIA
mujeres blancas ten fan sus fantasias con los negros musculosos y fuertes. Ademas se separaban las familias, se evitaban los matrimonios, se les acusaba de todo; si habfa sequfas, si habfa problemas de seguridad, de vagancia, poca producci6n de azucar. malas cosechas ... Toda Ia culpa Ia tenia el esclavo y por lo tanto debia ser castigado. Pero muchos nose imaginaban su hacienda sin esta negritud, y los introducfan de forma ilegal, y se crefan sus duenos absolutos, ere fan tencr su vida y su mucrte en sus manos.
lY COMO REACCIONABAN LOS ESCLAVOS ... ?
L
os documentos nos presentan evidencias bien variadas. Tenemos desde intentos de conspiracion, protestas ante el municipio, fugas, sabotaje y dano a las propiedades del dueno, hasta Ia violencia que se rcgistra contra los mayordomos y capataces.~ Muc hos esclavos nunca llegaban a conoccr a los senores de Ia hacienda, pero sf a sus administradores. En muchos casos los mayordomos eran libertos o mulatos que por una tenue
~
HACIENDA
diferencia en Ia tonalidad de Ia pie], se envalentonaban y desquitaban contra los esclavos. De manera que este era el verdadero opresor y hacia este iba dirigida Ia respuesta violenta.3 De hecho, el atacar a los mayordomos se convirtio en Ia manifestaci6n de repudio a Ia esclavitud empleada por gran cantidad de esclavos. No puede argumentarse que fueran planificada a traves de las haciendas o a nivel de isla, pero sf fue Ia alternativa que tuvo el esclavo para saciar su coraje y furia hacia los opresores. Una de las muchas herramientas que tenia el gobiemo era el Reglamento de Esclavos vigenie desde su redaccion en 1826. Constantemente el gobernador de turno remit fa instrucciones a los alcaldes recordando su fie] y exacto cumplimiento para evitar los crfmenes contra los mayordomos y propietarios de las haciendas.J Entre los asesinatos estuvieron el de don Manuel Sampayo, propietario de Ia Hacienda Monserrat en Dorado; don Nicolas Marquez, propietario de una hacienda en Ponce y el mayordomo de una hacienda en Maunabo. Con el fin de demostrar que entre 1868-1873 el numero de estos aumc ntaba considerablcmentc prescntamos Ia tabla 1:
ESCLAVOS
DE LITO
1848
Jose
Amenazas al mayordomo
1848
Juan Montesinos
Maltrato de obra y palabra a su amo
1853
Federico
Muerte al Alcaide de Ia drcel
1868
Vicente, fj!;Jix, Pablo, Primo, Jose
Hamte1dio deJmayordomo
1870
Hilario y Cornelio
Ill
PENA
~
Pena de muerta Pena de muerte
1870
Dorado
Monserrat
Benita, Manuel Diaz Ia) Gurabo, Epifania yJuan Pedro
Homicidio del hacendado
Pane de muerte
1872
Yauco
Florida
Agapito y atra esclavo
Homicidio del mayordomo
Pen a de muerte
El Proceso Abolicionista an Puano Rico, Vo"s I y II, Centro de nvest gac1ones Hist6ncas. e lnstltuto de Cultura Puertorriquena, 1974,1 978
2 Vcr Guillermo A. Barah. Escla•os Rcbcldcs. consp1rncioncs y sublc,ac1oncs de csdavos en l'ucno Rico ( 1795- 1873), Ediciones Hurac~n. -Ita cdici(m, 1996. 3 ll>fd., p. 1-15. -1 Vcr Aida Cam Costas, "Ia Real Cedula de 1789 y dos Rcglamcntos An!illanos sobn: Ia cducaci<in. trnto y ocupaci6n de los csclavos'".en l.t1 Tt~rrc, Rcvista gcncrol de Ia Univcrsidad de Pueno Rico.Ailo XXI. Nums. 81 ·82,julio.dicicmbn: 1973. pp. 103· 13[) La aUlora haec una cnmparnci6n entre los Ires documcnlos Ia co!dula. cl Rcglamcnlo de I 826 public ado e n Ia isla y cl de 1842 publicado en Ia isla de Cuba Vcr adcmas. £/ Pmce.w AhtJiidcmhlll c11 l'll<'flrl Rica: Doc lllllelllm fklr<l slt cJIUdio. \hi. ll.u i1ulllrKui11 tic Ia t•.<clm·iwd y ·" ' emu : I 823· 1873. Ccntm de Investigaciones Hist6ricas e lnstituto de Cuhura l'ucnorriqucila. 197-1 . p 173 y ss.
<17
R~•·ista
Lu SCJlurldod en \'llo: crlndnolldad y
/CP t 111im~m 22
Es necesario aclarar algunos puntos: prime· ro que en 1848 y ante el temor que infundian los esclavos estuvo vigente el Bando Negro del gobernador Juan Prim que impuso penns severas por delitos !eves. Ademas he obviado en este trabajo los casos y penns por varios intentos de conspiracion de e!.clavos en Ponce y Vega Baja en el mismo aiio.3 Las penas de azotes eran propor· cionadas por cantidades para no ' acabar' con el reo. En ocasiones las penns eran conmutadas, ya fuera por festividades religiosas o decision del gobemador. Las penas de muerte eran ejecutadas en Ia plaza publica del pueblo con Ia asistencia de un grupo de cada hacienda del mismo. Los gastos del patfbulo y el pago al verdugo eran cubierto!. por el municipio, aunque en ocasiones se generaba una extensa poh!mica por falta de fondos . Una de las cosas mas interesantes que vemos cuando se describen estas ejecuciones es Ia malicia y sorna con que Ia efectuan. Obviamentc, ademas de castigar al delincuente, sc pretend!a -y conseguiacrear un "saludable terror" en Ia poblacion esclava de Ia region. De mas esta seiialar que a los dueiios no les convenia que ejecutaran a sus esclavos, ya que esto constituia una perdida de sus bienes; sin embargo; en ocasiones resultaba hasta provechoso para "estimular" a los demas a trabajar y evitar actos de rebeldia. Por otro Jado, las autoridades espaiiolas demostraban que estaban trabajando para mantener el orden y Ia seguridad publica, los consules extranjeros hacian gala de su sacrificio al vivir en un pals tan atrasado, tanto en aspectos econ6micos como humanitarios y los propios dueiios de los esclavos justificaban su dominio sobre los salvajes e incapaces negros. De manera que tenemos varias vertientes sobre Ia esclavitud en Ia isla, su efectividad o su atrocidad como instituci6n, sin embargo, Ia mas importante se queda en un vacio, Ia opinion del esclavo tenemos que deducirla de sus acciones, de Ia violencia que muchas veces expone su dolor y su angustia en los caiiaverales, en las calderas, en los barracones, etc.
S Baroh, op .. dt. pp.l27-134 . 6 Pmce.lll A/><J/icimt.llll••. Vol. I, p. 418.
csc:lo~Uud
en Putrto Rko 11170-IK73 ' Nelly V:ilquez Solillo
LA VISION DESDE ESPMlA n decada de los 1870 Espaiia quedo envuelta en una madeja de problemas que Ia dreno por varios lustros. Esta es Ia epoca en que se destron6 el absolutismo de Isabel II ( 1868), se estableci6 un gobierno liberal con una dinastfa italiana con Amadeo I ( 1869) se estableci6 Ia Primera Republica Espanola en 1873 y se restableci6 el absolutismo en I 874. Por esas iron las de Ia vida y de Ia historia Ia revoluci6n del 1868 en PR fue flicilmente aplacada, pero no asf los deseos de derechos y sobre todo los deseos de abolir Ia esclavitud. Por otro Iado los cubanos siguieron pcleando ( 1868-1878), pero eran abolicionistas discretos y en su mayoria los grandes hacendados se scntfan comodos con Ia esclavitud que aumentaban con las remesas que se enviaban desde Puerto Rico. Como en las Antillas sc habfan limitado las libertadcs por los intentos conspirativos, fue en Espana donde se estableci6 toda una propaganda abolicionista: y por iniciativa de un puertorriqueiio - Julio Vizcarrondo- y un cubano-Rafael M. de Labra· Ia Sociedad Abolicionista Espanola. Esta publicaba un peri6dico que era considerado como su arma mas eficaz en su lucha. En £/ Abolicirmista se publicaba todo Jo conccmiente a Ia discus ion en las Cortes sobre el tema. adcmas de editoriales que sc convertian en dardos venenosos para los defensores esclavistas. Como si fuera poco se cont6 con Ia participacion del elcmento femenino que tam bien defendia a los esclavos. El caso mas notorio es el de Concepcion Arena!, que en I 866 gan6 e) primer premio en un certamen auspiciado porIa Sociedad Abolicionista con Ia poesfa titulada La Esclavimd, yen enero de 1873 se publico en£/ Abolicionista su articulo titulado A leiS Mujeres en el que clama a las mujeres para que se pongan del )ado de los desvalidos y maltratados esclavos, las vfctimas de todas las miserias. Senal6:
E
El pobre negro compendia todos los dolores de Ia lwmanidad. Es el hombre sin compmiera, sinlrogar. !iill familia; Ia mujer sin amor legftimo, el anciano sin amparo, eljol'lmsin apoyo, el enfenno sin mt'Cilio, e/nilio sin madre, Ia madre sin hijo,/a ignorancia invencible, el error sin correccion, e/ vicio sin culpa, el crimen sin respon.wbi/idad, e/ su.frimielllo sin compasion, e/ dolor sin esperam.a; es Ia esclavitud, ese monstruo que devora alegrfas y virtudes, que vomita dolores y maldades.6
HISTORIA
LA VISION EXTRANJERA DESDE LA ISLA
C
omo succde muy a menudo en casos cotidianos, los de afuera conocen mejor los problemas intemos, e inclusive tienen hasta mejores soluciones. Este es el caso del vice-consul ingles de Mayagilez Leopoldo Krug. El 6 de febrero de 1866, infonn6 a sus superiores sobre el sentir de Ia poblacion en cuanto al tema de Ia esclavitud.7 Aunque es cuidadoso, no menciona nombres, y senala que ningun espaiiol darla abiertamente su opinion, expuso que el sentimiento general era que Ia esclavitud estaba acabada y que debian prepararse para una abolici6n, ya fuera por presiones morales o por intervenci6n extranjera. Ya en esta fecha en Mayagilez se hablaba de lo que fue mas tarde Ia abolici6n gradual con Ia Ley Moret. Aiiadio que el numero de los esclavos era muy reducido y que si bien su capacidad de trabajo era grande, respondfa a que era abusado tanto en el numero de horns que trabajaba como con el uso del hitigo. Sin embargo, el trabajo de Ia poblaci6n libre era bueno, ya que estaba regulado por Ia libreta. En su informe Krug habl6 sobre los profundos problemas economicos que tendria Ia isla con Ia abolici6n. Sena16 que " ... Ia isla quedaria completamente en ruinas silos esclavos eran liberados de momento, no solo porIa constemaci6n y confusion general, sino principalmente porque los libenos cometen toda clase de atrocidades y depravaciones y acabarian con Ia poblacion blanca, porque Ia gran poblaci6n libre de color siempre tomara su Indo en contra de los blancos." 8 El documento de Krug es valioso porque se convierte en una contra referenda del diario vi vir de Ia epoca que conocemos por los documentos espaiioles. Por ejemplo, haec menci6n de una socie· dad secreta emancipadora compuesta por medicos y abogados que liberaban a los ninos esclavos a Ia horn del bautismo. Y senalo las diferencias en el trato y Ia vida de los esclavos domesticos y los que vivian en las haciendas. Segun el vice-consul los esclavos eran bien tratados en Ia mayorfa de las casas, incluso mejor que muchos sirvientes en el norte de Europa, ademas puntualiz6 las ventajas de tener en las familias un negro bien entrenado, siempre que no les molestara a los blancos su hedor, sucio y sus habitos desordenados.9
7 ProceJr> Abvliclolfisra ... Vol.l. p. 49. 8 ProctJo Abtr/icimrisra ... Vol. 1. pp. 49·50 (Trnduccion de Ia autora) 9 lbfd. (Trnducci6n de Ia au tom) 10 lbfd (Trnducci6n de Ia autora)
En las plantaciones, en las que Krug seiiala que habfa incluso vivido por meses, eltrato tambien era bueno, e inclusive Ia comida y Ia ropa era demasiado buena, eso si tenian que trabajar fuerte.lncluy6 como cierto el hecho de que fueran castigados con e) hitigo y lo justific6 por su caracter irracionnl. Sus comentarios extraordinariamente racistas se comprueban en Ia siguiente aseveraci6n: "Como clase ellos son cobardes,ladrones y mentirosos por naturaleza, y muy falsos y mal agradecidos. Ellos nunca pagan una buena acci6n ni aprecian Ia bondad y el trato considerado. Cualquier perro tiene en Ia mayorfa de los casos mas cerebro y alta moral que el promedio de los esclavos de Puerto Rico." 1°Finalmente expuso que los esclavos no se encontraban aptos para ser totalmente libres; y aunque entendia que su situaci6n debia mejorarse, manifesto que su liberaci6n se convertiria en una desgracia para ellos y para isla. Mientras en el escenario espaiiol, como desde 1866 se habia planteado en las discusiones de Ia Junta lnfonnativa Ia necesidad de abolir Ia esclavitud; se consigui6 que en 1870 el gobierno liberal en Espana aprobara Ia Ley Moret. Esta fue una ley preparatoria para abolir Ia esclavitud, y tambien se conoci6 como Ia ley de libenad de vientre. En el caso de Ia isla de PR Ia ley solo consigui6 beneficiar a los duenos de los esclavos. La ley que obvi61a peticion de abolici6n inmediata, les perrnitfa hacer uso de Ia mano de obra util, mientras liberaba a los nii'ios nacidos despues de 1868 y a los mayores de 60 aiios. Si bien es cieno que Ia ley no entr6 en vi· gencia hasta finales de 1872 asumimos que debieron ser cientos los abusos cometidos en las haciendas. Las razones para retrasar el cumplimiento de Ia ley y Ia abolici6n completa fueron diversas y hasta divenidas silas analizamos con ciena ironia. De particular interes son los comentarios del Consul ingles en PR. El II de febrero de 1866 H.A. Cowper infonno a sus superiores sobre Ia situaci6n de Ia isla. Es necesario tener en mente que su vision era Ia de Ia capital, con los militares y el gobernador para mantener Ia seguridad de Ia isla. Mientras que el vice·consul vivio y escribi6 desde el area oeste,la mas cercana a Santo Domingo, Haiti y Cuba y Ia mas desafecta a Espana, segun las propias autoridades. A diferencia de Krug, sena16 que Ia emancipaci6n de los cerca de 40 mil esclavos no s6lo no iba a causar alteraci6n en Ia situacion general de
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La
!W~tllrldad
en •·llo: crlmlnalldad y escla•·ltud en l'ucrto Rico 1870-1873 / Nelly Vdzquez Sotilto
Ia isla, y menos en los hacendados. Para llegar a esta conclusion se amparo en el sistema de trabajo obligatorio que era Ia Librcta, a Ia que tambien se le debla. segun su parecer, Ia prosperidad de Ia isla. Seiialo: " ha en vigor por quince ailos, y los resultados son que cada persona sin distincion de color ha sido forzado a trabajar, Ia produccion de Ia tierra ha aumentado anualmente y Ia vagancia y los grandes crfmenes son casi desconocidos"." Me parece muy interesante que el consul se diera cuenta de que uno de los problemas grandes que tenia Espana era querer y a Ia vcz no querer resolver los problemas de las dos Antillas. Por eso en su cana hizo claro las diferencias en cuanto al numero de esclavos y de blancos en cada Antilla. y recomendo que Ia abolicion fuera una medida local, sobre todo contando en Puerto Rico con una gran poblacion de trabajadores que no hacfa necesaria Ia inmigracion de mano de obra. Lo que sf le parecio necesario fue que los hacendados hicieran deseable que los trabajadores se dedicaran al trabajo en Ia caiia ofreciendo mejores salarios y condiciones de trabajo. ·~ Sin embargo de todo lo anterior, mostro su sentimiento de superioridad cuando indico lo inadecuado que serfa concederles derechos politicos a unas personas incompetentes y analfabetas. En 1870 Cowper nuevamente informo a su gobierno. esta vez sobre Ia negativa del gobierno local para poner en vigencia Ia Ley Moret. 13 Una de las razone!- era que el gobierno espafiol en Ia isla no estaba de acuerdo en eliminar el uso del hitigo para el castigo de los esclavos. 11 Afiadio que el total de trabajadores libres era suficiente para cubrir todas las necesidades de Ia isla, llegando inclusive a Ia superabundancia. La version del consul es interesante, ya que en estc aspecto nos ofrece una version menos parcializada del problema. Indica que de un total de 800.000 habitantes habfa 35 mil esclavos, de los que 20 mil eran empleados en tareas agricolas y 15 mil a tareas domesticas, esto sin contar los niiios y ancianos. De manera que entendfa que no se iba a afectar en lo absoluto Ia produccion agricola de Ia isla.
LA VISION DE LAS AUTORIDADES ESPANOLAS EN LA ISLA
L
os conservadores en Ia isla, casi todos esclavistas y las autoridades espaiiolas le temfan tanto a Ia inmediatez de Ia libertad de los esclavos que trataban de provocar un estado de intranquilidad y miedo con Ia intencion de retrasar lo que era casi una realidad a Ia altura de los 1870. 15 Se ampara· ban en que los esclavos no estaban preparados para ser librcs y que todo degenerarfa en venganzas, pillajc y desesperacion. El 27 de junio de 1870, el Regente de Ia Audiencia envio una importante comunicacion a los Alcaldes mayores de Ia isla. En esta los compelia a formar un estado comparativo de Ia criminalidad en su area, cubriendo los aiios 1865-1870.' 6 El propos ito era constatar el posible aumento tanto en numeros como en gravedad de delitos efectuados. Ademas debfan seiialar las causas generales o especificas para el aumento, examinar si eran o no transitorias, sumado a presentar posibles mcdidas preventivas para detener el aumento y si posible atacar radicalmente este mal. 17 En Ia tabla 2 se prcsenta Ia informacion que enviaron siete de las nueve Alcaldlas mayores, ya que Aguadilla y Ponce no enviaron Ia informacion. En 1870 el Regente de Ia Audiencia pidio a las Alcaldfas mayores informacion mas actualizada y especifica. Adcmas de pedir informacion sobre el numero de vagos. s u religiosidad y alfabetizacion, pidio tambien informacion sobrc Ia riqueza agricola de Ia isla. Con relaci6n a los esclavos solicit6 informacion sobre las causas seguidas por actos contra sus dueiios y mayordomos y las posibles causas para estas. 18 En Ia tabla 3 se recoge parte de esta informacion. El 14 de julio de 1870 el Fiscal de Ia Audiencia, Vicente G. Verdugo envio un informe al Ministro de Ultramar.'~ Verdugo estaba cumpliendo estrictamente con las instrucciones del Ministerio que le recabo informacion sobre todo lo concerniente a Ia isla y sus habitantes. Todo indicaba que el
II l hfd. p.S3 (Traduccioo de Ia IIUtOr.l) 12 /hfd. 13/l>ft/. Vol.lll'mcesosy efectosde Ia obolici6n: 1866- 1896. p.lll I.$ Luis M. DCnz Soler, Historia de Ia esclavitud negra en Pueno Rico. Editorial Univcrsidad de: l'ucno Rico, 191!1. p. 308 1..:1 Ley Mon:t prohibi6 el castigo de azotes, Ia separaci6n del matrimonio csclavo y Ia scparaci6n de las m:uln:s de sus hijos menon:s de calorce ailos. IS /hfd. p.336: 16. Boralt. op ..cit., p. I 53. En gran mcdidn n:spondCa a Ia pn:ocupaci6n del gobcmador Sanz que desde c14 de mayo pcdla a travc!s de una averiguaci6n sccn:ta que exnminara Ia situaci6 n de Ia csclavitud en Ia isla. 17 El Pmccstl tthtJiicirmi.llll ... Vol. I, p. 182 18 /l>rd. p. 187 19 /M/ . Vol. II. p. 209 20 /hid.
HISTORIA
ALCALDIAS MAYO RES
CRIMINALIDAD
CAUSAS
Aumento, 127 delitos en 1865 180 en 1870
El estado de penuria de Ia regi6n. El aumento de poblacion.
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SOLUCIONES
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La vagancia .•. que arrastra a los proletarios o braceros, haciendolos rehuir Ia fatiga del trabajo, mb penoso aquf qua an otras zonas.
=z;::;;;;:
La vagancia, origen principal de Ia mayorfa de los dalitos y especialmente de los hurtos y raterfes.la feracidad de los campos brinda lo ntcesario sin mayortr~Jbajo .
Adoptar madios coercitivos o violintos para sacarlos de su apatra. Esf&cualidad as inherante a sus-. personas, as pane de su modo de ser... ningun rasultado se obtendrfa CON TAL SlmMA DE VIOLENCIA.
La sevicia Ia provoca Ia indolencia y Ia inmoralidad de algunos amos que los tratan pear que a los irracionales.
lmplementar rigurosamente el Regiamanto de Ia esclavitud. Suprimir el castigo corporal de azotes penando a los criminates con toda Ia severldad que reclama Ia justicia.
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La falta de moraiidad an las costumbres, o sea Ia escasez de matrimonios en Ia clase del pueblo y especialmente en Ia gente de color que viva en concubinato. El abandono de Ia prole f6cilmente desam arada.
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La miseria en los campos, sin ocupaci6n, entregados al.vicio y vagancia y de aquf ratarfas, hunos, robos y hasta violencia en las personas y en las casas, hijos mas bien de Ia dasesperaci6n que de Ia perversi6n.
Protecci6n a Ia agriculture, comercio, industria y dem6s ramor de riqueza para evitar Ia vagancia y que el trabajador tang a en que emplearse para atender sus nacesidades. La difusi6n de Ia instrucci6n en todas las clases.
La vagancia que es un vioio casi general en el pafs entre Ia clase proletaria. La carencia absolute de un regia manto para el trabajo de brazos li•r~ (Sellala Ia inefica~e ll Llirltil El gran numaro de paquellas 1iendas o n ntorrillos quai - - 111 los call~
Que no sa inicien causes criminales por hechas insignificantes como 'ftunos. y reterfas de poco valor que putden • corregirse gubemativamente.
Estos cwapra~.ptados, v• las t_uaridas da lol JOilllleros y dt mucfi~IMII qn venden al i i· product~ tie t ill rattrias, cog~ri"acco, bebenyju~
La ptnbriauu~~o origen las mas de las veces de los dtsacatos, faltas de respato y rasistencia a Ia Autoridad. El Proce•o Abolldonlm etn Puettto Rico, Vols. I v II, Centro de Investigaciones Hist6ricas, e lnstituto de Cultura Puenorr quena, 1974,1978_
R~rista ICI'
1..11 sc:gurld11d en vllo: c:rlmlnalldad y csclavltud en Puerto Rlro 1870¡1873 I Nelly Vuquez Sotillo
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ALCALDiAS MAYORES
CAUSAS DE ESCLAVOS CONTRA SUS DUENOS 0 ENCARGADOS 1868-1870
SOlUCIONES
GUAVAMA
No sa han observe do aumento de delitos por los esclavos contra sus amos, mayordomos y otras personas encargadas de su vigilancia. Golpes causados por el amo que fue reducido a juicio verba l. Caso sabre heridas inferidas por un esclavo de Ia dotac16n de Ia Hacienda Aguirre a un compa~ero suyo que hacla las veces de capataz cuando iba a castJgarle y de cuyas heridas muno.
Porvoz publica t1ene noticlas de que con muy rara axcapci6n los duei\os tratan con mucha severidad a sus esclavos, no solo por el excesivo trabajo y poco descanso que las dan sino, tamblen, por las privaciones a que las suJetan No Ia extrana que esta presion sea Ia causa de qua atanten no s61o contra sus vidas, las de sus duellos y mayorales, sino que se lancen a cometertoda clase de dalitos.
26 de sept. 1870
SAN FRANCISCO 22 sept1870
ARECIBO 3 nov 1870
HUMACAO 27 sept 1870
CATEDRAL 30 sept1870
MAYAGOEZ 27 sept 1870
SAN GERMAN 27 sept 1870
PONCE 19 oct. 1870
AGUADIUA 5 oct. 1870
Un case de sevicia a un esclavo. Ninguna queja contra sus amos, ni mayordomos ni contra mnguna otra persona. Cons1gna aumento en el numero de delitos de los esclavos contra sus amos y mayordomos. Que sa han instrUido dos causes por sevicia, una fue sobreselda yen Ia otra sa impuso seis mesas con reclusion a Ia procesada y absuelto de Ia instancia a su marido que tambian figur6 como reo. No ha habido quejas por abuse a los esclavos.
Due bulle en Ia imaginacion de los asclavos, con mas fuerza que nunca,la idea de su emancipaci6n, y van en sus duaftos y mayordomos a sus opresoras. La idea de qua sa habra ehminado Ia pena de muerte, y de qua en Ia carcel se hbraban de trabajar. La idea de que muchos duallos prefer!an declararlos Iibras porno pager los gastos incurridos y paraqu6 no las die ran mal ejemplo a los otros en las haciendas.
Una causa contra un mayordomo. En Naguabo el esclavo Bias de Ia hacienda de Don Juan Buso por hand as graves al mayordomo Don Celest111o Matos Casas de sevicia contra Don Alejandro Lopez y Don Jose Marin Rios perpetrados por cede uno en uno de los esclavos de sus haciendas. No sa ha observado notable aumento en el numero de delitos de los esclavos contra sus amos y mayordomos. En 1869 sa s1gui0 una causa contra un esclavo de Ia Hacienda Julita por intento de homicidto contra el mayordomo. En 1870 otra contra varios esclavos de Ia Hacienda Monserrate par el homicidio del mayordomo Don Manual Marin Sanjurjo. Ambas fin cas astan situadas en el pueblo de Dorado y pertanacan al mismo duano. No sa registr6 procedimiento alguno por astos delitos. Nota mayor numero de quejas de esclavos contra sus duetlos y mayordomos que an tiempos antenores.
Nose he observe do aumanto en el numero de los delitos de los esclavos contra sus amos y mayordomos. Nose re.D!,str& aumento en las causes por sevicia. No ha habido aumento an el numero de los delitos contra amos y mayordomos. No han ocurrido fracuentas casas de sevicia o que1as de esclavos por maltrato o trabajo excasivo En 1869 el asci avo Mateo Bayamon dio muarte a su due no Don Nicol6s Marquez a hiri6 a su hijo Don Juan.
El descontento que siempre damuestran los siervos, en particular con los mayordomos, qua son los mas inmedtatos a raprimir sus axcasos y faltas en el cumplimiento de sus debe res por su natural indolencia y desaplicacion al traba1o
= ===
Este caso sa catalog{) de especial y motivado porIa aberracion del asclavo en creer que estaba coartado y querer qua su amo Ia reconociera Ia coartacilln,
No sa he observado au manto en el numero de los dalitos de los asci avos contra sus amos y mayordomos. Tam poco se registran muchos casas de sevicia. Se registran quajas por mal trato, pero ninguna por excesivo trabajo. El Proceso Abollclonlsta en Puerto Rlr:o, Vols I y II, Centro de Invest gaciones Hist6ricas e lnstituto de Cultura Puenortiquelia,
1974,1978
HISTORIA
nuevo regimen en Espana queria tener un cuadro claro de Ia colonia que se mantenia sumisa y sujeta a su gobiemo. Llama mucho Ia atenci6n que uno de los primeros argumentos tiene que ver con asuntos politicos. Verdugo indic6: "La situaci6n de Ia Isla, considerada politicamente, no es tan comprometida como se ha querido suponer." Con este planteamiento queda clam que muchos gobemadores abuhaban las noticias de Ia isla con Ia intenci6n de justificar sus acciones. Si bien es cierto que Ia preocupaci6n exislfa por estar Cuba peleando, a Ia poblacion del pafs le preocupaban otros problemas. Segun el Fiscal las clases acomodadas rechazaban toda idea de trastomos, no solo por su fidelidad a Espana, sino porque sus intereses economicos se verian afectados. Sobre Ia otra parte senal6: "La genre del campo, en su generalidad, que es Ia mds numerosa, piensa poco en revue/tas; es docil, indolente, estd poco maleada y su ignorancia es tan crasa como puede esperarse de hombres que pasan su vida en los bosques, casifuera del comercio lwmano, lo cuall!ace que miren con Ia mas completa indiferencia todo lo que no vaya directa y ostensiblememe encaminado a mejorar su situacion material que es lo 1inico que comprenden. " 20
De Ia carta del Fiscal sobresalen otros puntos importantes, por ejemplo, esta de acuerdo con una emancipaci6n meditada y paulatina y entiende que no solo no traeria perturbacion a Ia seguridad publica, sino que se realizarian las aspiraciones de los interesados en el bienestar del pafs.~• Sena16 que los negros libres, lejos de ser un peligro, eran una garantia para los peninsulares por los roces y maltratos constantes de los blancos insulares bacia ellos. En cuanto a Ia criminalidad del pais -que siempre habia sido baja- senalo que se habia visto aherada por los asesinatos de los mayordomos en manos de los esclavos. Le sorprendio que los crimenes fueran cometidos de Ia misma manera y que se alegaran las mismas exculpaciones. Sin embargo, el mal que catalog6 como gravfsimo fue el de Ia vagancia. "Vagos y por consiguiente viciosos· decfa el Fiscal- son instrumentos a proposito para todo lo malo, verdadero cancer de esta sociedad y elementos deletereos de Ia misma, pues con su ejemplo se contaminan los demas:•n 211Md. U IIJfd. p. 211.
23 ll>ld~ p. 214. 24 Ibid .• p. 21S. 251h fd .• Vol. ll, p. 168.
26 lbfd., p. 286. (Tmduccil\n de In nutoral
Practicamente el Regente de Ia Audiencia se expres6 de forma parecida cuando el 5 de septiembre de 1871 le contest6 al gobernador de Ia isla una de sus consuhas. lgual que el Fiscalle achac6 a Ia vagancia toda suerte de males. Argument6: "La causa primordial de los ataques a Ia propiedad es Ia vagancia, nacida en gran parte del estado de abatimiento en que se encuentra Ia gente de los campos. Observase en ella una completa imprevisi6n y una absoluta ignorancia. Hurta tan s6Jo lo que necesita de momento, sin pretender despues ni negar ni atenuar su faha." 23 Uno de los aspectos que mas llam6 su atenci6n, fue el de los casos de homicidio cometidos por esclavos en diferentes haciendas. De inmediato pas6 a senalar algunas de las hip6tesis que a su parecer explicaban este hecho catalogado como fenomenal. La primera tenia que ver con los movimientos abolicionistas y su auge dentro de Ia isla. Sin embargo, este planteamiento no lo convencfa del todo, ya que de ser asi. losesclavos no hubieran sido selectivos en sus victimas, sumado a que muchos se entregaban y senalaban como el motivo para el crimen el rigor o el exceso de trabajo.~ El segundo planteamiento tenia que ver con los posibles abusos de los hacendados ante Ia posibilidad de perder su mano de obra y parte de los bienes de su hacienda. A todas luces, estos documentos demuestran el miedo que genera en las autoridades Ia cercanfa de Ia abolicion y que hubiera un gobierno liberal en Espana. Acostumbrados a gobernar y dominar con el terror, constantemente utilizaban Ia tecnica para justificar sus acciones. Muchas veces se fraguaba un peligro ficticio, pero el panico era real y los castigos tambien eran reales. Uno de los documentos que mejor muestra este sentimiento de terror que sentian las autoridades peninsulares, es un in forme del 27 de julio de 1871 en que el presidente de Ia Audiencia informo al Ministro de Ultramar sobre los atentados contra los soldados.::;:, Se senala que como consecuencia de los ataques a pedradas que varios negros efectuaron contra los soldados, el gobemador emitio un bando poniendo Ia ciudad en estado de sitio del 26 a! 31 de julio. Demas esta decir que para las autoridades los liberales estaban incitando a los negros para entre ambos conseguir Ia independencia de Ia isla. Como sabemos, nada mas alejado de Ia realidad, sin embargo, era Ia excusa perfecta para desacreditar a los abolicionistas y a Ia poblaci6n negra. Por otro !ado, queda claro el sentimiento racista y Ia preocupaci6n por el aume nto del "pode rio negro" en Ia isla. 4
- los comerciantes- constituyen el mas poderoso obstaculo a! desarrollo de Ia riqueza, porque, en su afan de acumular montones de oro y con el egofsmo profunda que a ese deseo les gufa, no miran el porvenir del Pais, no trabajan por el y solo aspiran al estacionamiento de lo existente para continuar medrando a su sombra. De ahi su constante y tenaz oposicion a todo lo que sea innovacion en el regimen poHtico, administrativo y economico. De ahi su empeiio en mantener el sistema colonial con sus abusos y arbitrariedades. De ahi que sean los defensores acerrimos del statu quo, que les asegura los privilegios de que basta ahora han gozado."~ Pero no eran solo los conservadores los que miraban con malos ojos las ejecutorias del gobema~ dor, a estos se sumaban varios consules extranjeros que aunque favorecfan algunas directrices atacaban otras. Por ejemplo, se hace referenda a! trato poco juicioso que daba Primo de Rivera a los libertos, Jo que los alejaba de su "obligaci6n" de trabajar ya que les decfa que ellos eran iguales a sus antiguos amos. Sin embargo, el comentario mas extremo es el que anota el consul ingles cuando seiial6: .. . y hace unas cuantas noches atras en Bayam6n, el abrio un baile con una damn negra, ante Ia inexpre· sable indignacion de las blancas.:!'J No obstante, el gobemador continuo con sus acciones de legalidad y de igualdad con todos los habitantes de Ia isla e informo al Ministro de Ultramar que en Ia isla a diferencia de Ia de Cuba no habfa roces ni tropiezos por problemas raciales. Decfa: "Se tratan entre si, no atendiendo al color, sino a Ia educacion y posicion social, y bien puede decirse que en casi Ia totalidad del territorio hay fusion de razas." 30 A todas luces, Puerto Rico era un caso especial, asi lo vieron las autoridades espaiiolas y los consules extranjeros. La pesadilla de muertes, asesinatos, violaciones. robos y pillaje que muchos dueiios de esclavos y personas de tendencia conservadora habfan temido, no se materializo en Ia isla. Por lo menos, es Jo que podemos deducir de los documentos estudiados. Y aunque estamos conscientes que debi6 existir el abuso "legalizado" con los libertos Ia situaci6n general de Ia isla era de aparente normalidad. Este planteamiento queda confirmado por los informes de las Alcaldfas mayores en los que se presenta Ia situacion en cuanto a delitos y causas seguidas contra los libertos. Segun Ia informacion presentada basta el 8 de julio de I 873: tabla 4. 8
El Prot:HO Aboll· clonl•t• 11n Puerto Rico, Vols. II, 398.
Pero tambien habra otros temores, los conservadores temian que con el nuevo gobiemo ellos perdieran poder, pero no solo poder poHtico, sino tambien economico. En una comunicacion del consul norteamericano en Puerto Rico Edward Conroy al seiior Bancroft Davis, ayudante del Secretario de Estado de los Estados Unidos de America le inform6: "Extraiio es decir, que los enemigos de Ia abolici6n de Ia esclavitud en esta isla no son con pocas excepciones dueiios de esclavos. En general pertenecen a Ia clase del comercio, mayormente dueiios de tiendas (Voluntarios) de Ia peninsula que viven de los nativos, vendiendoles bienes y provisiones al detal. Estan impresionados con Ia idea de que Ia emancipacion de esclavos aqui traera reformas e insisten en que los reformistas son separatistas y que ellos son los unicos verdaderos y leales siervos de Espaiia.:t> De hecho, gran parte de estos temores comen· zaron a disiparse en 1873 no solo con Ia abolicion de Ia esclavitud, sino con el establecimiento de un nuevo regimen que pretendio ponerse en vigor en Puerto Rico. El 13 de mayo de 1873 el nuevo gobemador Rafael Primo de Rivera informo al Ministro de Ultramar que Ia abolici6n se habra efectuado en Ia "paz mas deliciosa" .:1 Pero tambien en su informe del 26 de julio confirm6los plan· teamientos del c6nsul americano. Decfa: "Ellos 27 lbfd.. p. 306. 28/b{d., pp. 308-309.
29 lbfd.. p. 335. 30 /b{d .• p. 392.
ID
s Ill
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CATEDRAL GUAYAMA HUMACAD MAYAGUEZ
Lo que debe Jlamar Ia atenci6n es que en ese momenta Ia poblacion de esclavos ascendfa a un total de 31 ,796 y que Ponce ten fa Ia mayor cantidad con 6,667 y San Francisco Ia menor con 1,766 segun el censo poblacional de 1871 . Los aetas delictivos aumentaron, pues si examinamos Ia informacion que se presenta de las causas que se habfan iniciado contra los libertos hasta finales de octubre de 1873 vemos: tabla 5. De igual importancia que estos numerus, (que no necesariamente recogen todos los delitos) es el in forme que presentan los alcaldes de estos pueblos. Algunos de los comentarios aluden a Ia eficacia de Ia ley de abolici6n mientras otros Ia consideran nefasta. Quisiera presentar parte del in forme de Ia alcaldfa de Mayagiiez: " ... que los libertos de Mayagiiez, a pesar de su r:ipida transici6n de Ia noche oscura de Ia esclavitud a Ia luz radiante de Ia libertad, nose han deslumbrado ni inspiran racional Iemar para que fuese conveniente, por vfa de precauci6n, dictar medidas de rigor que los contengan, bastando las disposiciones actuates para su castigo si faltan o delinquen." )' El de Guayama seiial6: " ... No pueden calificarse como efecto de Ia abolici6n las causas pendientes contra los libertos, puesto que, constituyen delitos puramente comunes y de ninguna gravedad ... par to que respecta a este
31 /bfc/ ., p. 394. 32 1/lfd., p. 395. 33 Dfnz Soler, rrp ., crt .â&#x20AC;˘ p. 349.
Juzgado no existe aumento de delitos comparativamente con los que sucedfan antes de Ia ley ... " x: Lo cierto es que aunque se trat6 de justificar mayor control de las autoridades de los pueblos y en muchos casas se trat6 de implicar a los militares para mantener el orden, no aumentaron los crfmenes efectuados porIa poblacion liberia y negra de Ia isla.11 La idea del peligro inminente fue un ardid producto de los temores de muchos hacendados y de los conservadores que vefan en los "nuevas ciudadanos" el "demonio" de Ia libertad, de Ia igualdad y de los pagos razonados y justos. Argumentando que los libertos no estaban preparados para una libertad completa y para trabajar sin el hitigo y el "juan caliente" trataron de controlarlos y de gestionar nuevas controles y una nueva reglamentacion deltrabajo. Todo indica que los libertos sf se acostumbraron rnpidamente a ser libres ... a los que probable mente les result6 dificil fue a muchos de sus antiguos amos y at ala mas conservadora del pafs que siempre los mirarfa con mucho temor, no porto que los libertos pudieran hacer, sino por to que ellos le habfan hecho cuando permanecian como sus amos. en
El Prot:fiSO Aboll¡ clonlsta 1111 Puflrto Rico, Vols II, 398.
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TEATRO
UN Nlf'TO
AZUL PARA ESA SOMBRA DE RENE MARQ!JES ~
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Jose R. Venegas
Las dificultades al anali:ar tm mmrtaje teatral- y estas surgen del status onto/6gico especial de los montajes - dependen en su mayorfa de Ia imposibilidad de conservar el mollta)e como artefacto.1 Todo lreclw culmral, por ser lumumo, es significante, primero porque se produce en till tiempo y, por taflfo, se inserta en una lristoria: Ia del hombre y sus obra.'l, es decir, se sittia en una corriente cronol6gica con tm ames y wr despues en las jormas yen los colllenidos, y en segundo Iugar, a/ materiali:arse ocupa tm Iugar en el espacio y establece relaciones lrori-;.ontales cmr los objetos culwrales simultcineos en el momeflfo de Ia creaci6n y de Ia iflferpretaci6n .2
E
n contraste con Ia lectura de los generos narrativo y lirico, donde las descripciones de personajes, lugares, sentimientos y situaciones se nos van descubriendo en nuestras distintas imaginaciones, las acotaciones iniciales en un texto de teatro nos ubican en tiempo y Iugar antes de comenzar Ia lectura de los dialogos. Estos tiltimos, que incluyen las didascalias, se suman a las acotaciones y son responsab\es de especificamos quienes y como son esos personajes y cmiles son los lugares, sentimientos y situaciones expuestas. Con Ia descripci6n, en Ia primera pagina del texto, del Iugar de acci6n en Un nino az11l para esa sombra, "Mansi6n en Ia Avenida Ashford" 1 (69), y Ia especificaci6n de que el Acto II de Ia obra interrumpe el tiempo cronol6gico de los Actos I y III, Rene Mar-
ques comienza, su juego con (y podrfamos aiiadir entre) el tiempo y los espacios teatrales de su texto. Es inevitable, como Jectores de teatro, no tomar en cuenta que el Acto II cambia de espacio (de una te路 rraza a una sala) y de tiempo (una analepsis de dos aiios) y que se inserta entre las acciones "supues路 tamente ininterrumpidas" (Ibid.) de los Actos I y Ill. Las acciones en estos actos mencionados, sin embargo, han quedado interrumpidas - tanto para los lectores y las Jectoras como para el publico en Ia sala de teatro. Es imposible no considerar dentro del tiempo de Ia representaci6n, casi amilogo at de Ia lectura, que todo un acto se ha insertado entre Ia primera y Ia ultima parte de Ia obra. Todo ello motiva a una serie de reflexiones. <.Que informacion nos puede dar este segundo acto? (,Como afecta esta informacion a los sucesos y a los personajes dos aiios despues? AI ser el segundo acto parte dellogico principio de las situa路 ciones dramatizadas en Ia obra, (,que espera lograr Marques con Ia ubicaci6n, a manera de punto de equilibrio, entre Ia parte inicial y Ia parte final de su obra de teatro? <.Que motivos hay para mostramos el final de Ia vida de un niiio de alrededor de diez aiios - Actos I y Ill - y el principio, dos aiios antes, de ese final? Podrfamos desecharlo como una mera tecnica dramaturgica, anclada en las innovaciones estilfsticas de Ia generaci6n de escritores puertorriqueiios de mitad del siglo XX, o como resultado de los influjos de otros dramaturgos cuyas tecnicas hayan interesado a Marques en el momento - recordemos a Arthur Miller y sus juegos con el tiempo en Death of a Salesman, como minimo ejemplo. Sospechamos, sin embargo, que Marques enmarca su obra, al igual que Los soles truncos, en un estilo dramatico utilizado por escritores como el irlandes Brian Friel, en Dancing at Lllgllnasa, donde el conocimiento superior de los lectores y las lectoras funciona a manera de agente de empatfa at regresar路
1 (Fischer-Lichte 1992, 172). La naducci<ln es del nu10r, del in&1c!s a1 espaHol. 2 (Bobes 1992, 60). 3 (Marques 1959) De nhora en adclantc, todas 1115 rercrencill5 a cilllS de ln obra ser:ln de csta edici6n.
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R~rist12/CI' 1numem
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Un nli\o axul piI'll csa sombnl de Rm~ Mâ&#x20AC;˘rquis I
nos. mas adelante, al presente de los personajes. Un par de menciones de momentos en las obras citadas bastanin como ejemplos. Cuando en Los soles truncos, Hortensia Burkhart aparece por primera vez, joven y hermosa, ya conocemos su final a manos del cancer. Cuando Michael, el joven "narrador" de Dancing at Lughnasa, nos cuenta- en una prolepsis que es, a su vez, presente del personaje- Ia manera en que dos de sus viejas tias murieron en las calles de Dublfn, es imposible no mirar con otro tipo de temura a las j6venes tias en Ia gran retrospecci6n que es esa obra irlandesa. Por ende, aunque cierto es que el segundo acto de Un nirio a:ul para esa sombra nos da informacion sobre el pasado de todos los personajes, tam bien se inserta en nuestras conclusiones sobre el primero (modificandolas o sosteniendolas). Ademas, nos acerca o aleja, en terminos animicos y de empatia, con los mismos personajes que ya conocemos y que ahora, inevitablemente, vemos bajo una nueva luz. Tanto los distintos tiempos -enmarcados en las retrospecciones y las prospecciones- como los distintos espacios - ya reales, ya virtuales - desempeiian papeles de suma importancia en este texto de Marques. Aunque resulta dificil divorciarlos en Ia obra de marras, comenzaremos analizando el tema del tiempo y como este, a su vez, define el uso de los espacios que se descubren con realismo ante el publico o por medio de Ia palabra de los personajes - los que Michel Corvin llama "coextensivos", "configurados porIa palabra" o "distantes"â&#x20AC;˘ (203-204). En su libro Semiologia de Ia obra dramdtica, Maria del Carmen Bobes Naves (1997) divide el "tiempo escenico" en tres niveles: "tiempo de Ia historia", "tiempo del discurso" y "tiempo de Ia representaci6n" (362-387). De estos, eltiempo de Ia representaci6n es el mas facil de definir; no pasa de ser Ia cantidad de segundos, minutos u horas que se toma un montaje desde que sube elte16n (si hablamos de Ia tradici6n) o desde que suben las luces hasta que estas se apagan 0 baje el tradicional tel6n. El tiempo del discurso es el que se toma un personaje en darnos informacion por medio del signo verbal, sin que consideremos a este personaje como narrador del discurso -recordemos que "La nota caracteristica del genero teatral, frente a Ia narrativa, es Ia ausencia del narrador."s Tambien se incluye aquf toda Ia informaci6n dada por los signos no verbales,jerarquizados por Tadeusz Kow-
4 (Corvin 1997).
5 (Bobes y Segura 2011 ). 6(Kowzan 1997 , 132¡145).
Jo~
R. Vcne~
zan en su ensayo "El signo en elteatro" .6 Asi, el tiempo del discurso corre paralelo con eltiempo de Ia representation:
En el 1iempo de Ia representacion se integra el 1iempo del discurso (did logos emre los personajes, illtercambio de signos verba/es) mds e/ tiempo en el que se producen , sttceden, etc., los signos 110 verba/es (sonidos , mtisica, movimiento, gesrua/idad, etc.) El1iempo de Ia represemacion coincide siempre con el del ptiblico, siendo variable seg1i11 cada tradici611 teatral o culwra/: en/a acll/alidad, el tiempo de fa representaci611 suele oscilar entre tma y dos lroras, pero en los siglos XVI)' XVII en Espana o e11 Ia Antigua Grecia era11 muc/ro mds amplios, por ejemplo (Bobes y Segura) . Es inevitable, entonces, que el tiempo de Ia historia sea, casi siempre, mas amplio que el tiempo del discurso y que el tiempo de Ia representacion. En Unniiio azul para esa sombra, Ia historia detras de los tres actos abarca mas tiempo de lo que vemos representado en escena. No nos toma por sorpresa, entonces, que Marques enmarque su obra, inicialmente, alrededor de un cumpleaiios - inocente, e specffica y tradicional marca deltiempo- para, casi enseguida, poner en boca de un personaje, Michelfn,la primera seiial de que se puede jugar con el tiempo; Ia afirmacion, no Ia posibilidad, de que su padre, desaparecido hace tiempo, puede venir a verlo "Cuando yo lo quiero" (80). Continua Marques insenando el tiempo de Ia historia dentro del discurso de Michelin: "La desgracia vino despues ...." Fue despues que empez6 Ia historia del quenepo" (82). Aqul, sin embargo, se une un conceplo del tiempo con uno de los elementos fundamentales de los espacios ausentes de esta obra - el quenepo macho envenenado y destruido para agrandar el espacio real de Ia terraza y poder tener mas invitados a fiestas y reuniones sociales. Es este un espacio configurado por Ia palabra en Ia mayoria de las veces, pero convenido en otros momentos en un espacio del recuerdo, casi mftico:
"MICHEL- Dime, iSabias to que ese cirbol signijicaba para Michelfn? .. .en su soledad nuestro lrijo habfa lrecho de el "" compaiiero, 1111 corrfidente, un ... protector" ( 132).
TEATRO
(.Serlin los invitados a este ampliado espacio social, Ia prole de los barbaros que se anunciaron en Los soles truncos? El inicio del juego espacial sabre el asesinato del quenepo macho nos lleva, casi sin percatarnos de ella, desde Ia realidad a Ia superrealidad. Mas alia de las simbologlas clasicas del arbol como elemento de Ia naturaleza, aferrado a Ia tierra de Ia cual se nutre y capaz de dar protecci6n con su sombra (todas elias mas que validas en este texto), vemos en Ia destrucci6n del quenepo macho lo futil y, a Ia vez, castrante del acto de Mercedes, madre de Michelin. Ya, de por sl, el quenepo macho no da fruto, solo puede ofrecer protecci6n -y mantener vivo un recuerdo.7 AI recrear el momenta del asesinato del arbol, Michelin tambien recrea al desaparecido arbol. Este momenta no es una analepsis en el sentido puro del termino. Es una recreaci6n pantomlmica ya del recuerdo que tiene Michelin del suceso, ya de su recreaci6n presente y duradera sobre el suceso. Habilmente, por medio de este personaje, Marques nos trae un espacio "configurado por Ia palabra" (Corvin 204) hasta Ia frontera de Ia realidad; Frontera que tambien experimenta Cecilia, otro personaje central: "Una vez que desatas al tiempo, todo vuelve, todo. (Angustiada) Te haces daiio, hijito" (86). Se suscitan entonces las extensas y detalladas acotaciones marquesianas- cuasi impulso narrativo de explicar en el texto escrito lo que po¡ dna pasar inadvertido al lector en el montaje o texto espectacular; posible coyuntura de Ia ideologla del autor vista directa y uniformente en sus ensayos y distribuida entre Ia multiplicidad de didascalias y de voces en los personajes de su teatro. El pasado se nos descubre en el presente de los personajes, de los lectores,lectoras y publico espectador, hasta que una nann cantada por Cecilia y Ia voz de Andres (los dos personajes mas aferrados a Ia realidad) nos devuelven a nuestra realidad y a Ia del libra o del escenario, aunque Michelin se mantenga en su sueiio/trance. Es en este sueiio/trance donde unico Michelin puede recuperar a su padre -no Ia idea de su padre o el recuerdo de este, sino a su padre en un sentido cuasi realista ante los ojos de un publico espectador. Se nos presenta ahara, dentro del juego con el tiempo, lo que habla sido un personaje ausente -ausencia que es real para los demas, pero no para Michelin. AI igual que con Hortensia en Los soles tmncos, a quien s61o vemos en su juventud y
belleza como desean veri a sus hermanas, Marques logra que lo virtual sea real, tanto para el niiio como para el publico espectador en una sala de teatro. Las mlnimas claves que nos permite ver Marques sobre Ia realidad de este trance se encuentran en el dialogo entre padre e hijo:
MICHELIN- jQue bueno verte otra vez! (Alzando el rostro ltacia su padre) ;.Sabes? No has cambiado nada. MICHEL- 011, pero sf, Miche/in,lle cambiado 1111/c/10.
MICHELIN- No, no, te lo aseguro. No cambias. Teves siempre igual. MICHEL- T1i me ves igual. Pero en realidad ... Si me vieras como me ven los olros no me reconocerias. (91-92) Esta hermandad entre el tiempo y el personaje ausente - ahara presente - toma un giro inesperado para nosotros, giro que achacamos a lo desigual del texto de Marques aqur: "MICHEL- Escucha, hijo. Noes buena jugar tanto at pasado. Puede ser... puede resultar peligroso. Podemos perder conciencia del presente. Yes preciso vivir en el presente. Aunque el presente sea Ia mas dolorosa realidad" (95). (.lnserta Marques, aqul, un aspecto de su ideologin? Si es sueiio o trance, (.Como es que el padre atenta contra el deseo de Michelin de mantener vivo y pertinente el pasado? Entendemos que esto es parte de Ia dificultad que presenta este texto at poner en boca de un niiio palabras, pensamientos y actitudes de una persona de mayor edad y cantidad de vivencias. Momentos antes a Ia amonestaci6n del padre, el niiio ha expresado:
"MICHELIN- No soy desgraciado, papd. (Se aparta a medias para mirar a su padre a los ojos) No soy desgraciado en absoluto. Nunca lo sere mientras te /lame y IIi vengas, y Cecilia juegue conmigo y yo pueda ver cosas hermosas, superiores, cosas que no pueden ver los otros" (94). En e\ Acto II nos adentramos en un espacio (Ia sala) que habla sido ausente para nosotros en el Acto I; espacio, este ultimo, que ya conoceremos, como publico lector o espectador, una vez Ia acci6n del Acto III retome Ia "continuidad" dell. Se mantiene Ia opulencia vista desde el principia de Ia obra - menciones del "marmot", Ia "plata"
7 Para un excclcnte ensa)'O crftico en rclaci6n con Ia simbologra de Ia cas1raci6n en varios lextos de Marques, vensc "' La castraci6n en Ia rcprcsentaci6n de Ia identidad nacional puenorriqueila"', de Rodriguez-luis ( 1998)
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Rnista tCP I mimem 22
Un nlilo azul Jlllra esasombra d~ R~nc! Marques I Jo~ R. Venegas
y el adjetivo "lujoso" (71-72)- y se mantiene, ademas, elleitmotif de gran parte de Ia obra teatral del autor: el interior cerrado. Las salidas tapiadas del primer acto dan paso ahora a Ia amplia, pero siempre cerrada sala que mas adelante en este acto se convertira en carcel, gracias al uso de Ia tramoya. La simbologia no puede ser mas obvia.â&#x20AC;˘ En relaci6n con los interiores cerrados o las faltas de salidas (lease, ademas, escape), comenta Bonnie Hildebrand Reynolds:
The stage setting creates the illusion of entrapment and is a physical representation of MicheUn s own feeling of imprisonment. Acts I and ///take place on the terrace, while Act II develops in the living room of the ltLntrious mansion.ln both spaces,there are several supposed exits which, in fact, do not connect directly to the world outside.ln the terrace scenes, a glass door opens upon the terrace from the living room. The terrace itself is surrounded by a railing which has one opening into the yard and another open space where the quenepo once stood, and where the trellis 011 which Miche/{n dies now stands. The author carefully describes this latter opening as follows: "En e/ centro mismo.jondo de Ia terraza,la baranda estd partido dejando 1111 espacio que hubiera podido ser salida del jardfn" (p. 71 ). (39)v Las primeras paginas del Acto II establecen Ia frivolidad y distanciamiento animico de Mercedes y nos enteran de su relaci6n con Philip, personaje ausente, norteamericano. Deseamos, aqur, estimr las definiciones de terminologias ya conocidas espacios y personajes virtuales - y experimentar, sin deseos de crear neologismos, con el termino emociones virfllales. Con excepci6n del abrazo inicial entre Michelin y el recuerdo de su padre en el Acto I, los elementos proxemicos en esta obra definen en gran medida a los personajes que los ejecutan- o que se abstienen de ejecutarlos. No hay, incluso en personajes que expresan cariiio, como Cecilia, abundancia de intentos de acercamientos ffsicos. Las grandes distancias de los espacios en que se desarrolla Ia acci6n de Ia obra parecen haber distanciado gran parte de los elementos afectivos de sus personajes. En uno de los momentos de mas expresi6n de emociones -Ia decisi6n de Michel de
liberar a su familia - llama Ia atenci6n Ia absoluta ausencia de desplazamiento escenico que pide el autor. En un montaje, Ia carga recaeria sobre Ia palabm y los tonos utilizados pam expresarla; defienden su jerarquia los primeros dos signos en Ia teoria de Kowzan. El tiempo vuelve a colocarse en un Iugar protagonico dentro deltexto. Si pam Michel el tiempo es el que aprisiona las palabras: "i Las palabras circulando en el alma, sin salida; prisioneras del tiempo, sin espacio!" ( 115); para Michelin, el juego con el tiempo es lo unico que lo Iibera de un presente oscuro. Se hacen preguntas sobre el tiempo: "t.Cuando comenz61a traici6n. Cecilia?" (118); Michel cuestiona sobre el inicio temporal de Ia traici6n de su esposa, Mercedes. Aqui se cuestiona sobre un tiempo aun mas remoto que Ia analepsis del Acto II - y Marques nos presenta un tiempo ausente, un tiempo de Ia historia que marc6 Ia vida de estos personajes.
El espacio y el tiempo (el cronotopo bajtiniano) son las coordenadas en las que el personaje se desenmelve y establece sus relaciones. El espacio escenico ... La configura¡ cion del espacio, toto/mente imaginario en Ia nove/a, estd referida en Ia obra dramcitica a Ia rea/idadfisica de un escenario, y esto produce un ejecta ]eedback' sobre el texto que no puede prescindir de Ia virwalidad, amrque flexible, de tma espaciali:.acion amropo/Ogica .... (Bobes Naves 1992, II) Luego de este cuestionamiento sobre el tiempo, Michel se obliga a cambiar de espacio para beneficio de otros: "Me marcho. (lgnora el movimiento de sorpresa de las dos mujeres.) Escojo Ia libertad. No Ia m(a propia que importa ya poco, sino Ia de otros. Con to cual incluyo tambien Ia tuya, Mercedes" (124). Cualquiera que sea este espacio, el extranjero en las minas de Santiago o en Ia ciudad de Nueva York (Ia misma ciudad que se "traga" a uno de los personajes marquesianos de La carreta), estamos ante lo que Corvin llama "un espacio distante, espacio del pasado o espacio mitico del sueiio" que "actua como soporte" y "tiene un caracter gratuito, fantasmag6rico. pero importante sin embargo, por todas las resonancias poeticas y psico16gicas que comporta... " (204).
8 Torres (2007) haec un preciso unalisis sobrc el tcma del cncierro en su cnsayo "Ln mculforn dd encierro en t~ cucntos antillanos de Ren~ Jo~ A lean tarn Almanur y Antonio Benitez Rojo." 9 (Hildcbrnnd 1983)
Marq11~.
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o obstante el protagonismo ideologico del personaje de Michel - y Ia extension de este protagonismo en el personaje de Michelin • el tiempo y los espacios afectan a todos los personajes en esta obra. Basten como mlnimos pero importantes ejemplos, tres secciones del texto puestas en boca de Mercedes: "el mundo que dejaste atnis", "Y las puertas cerradas ...", "tambien yo supe del horror de sentirme prisionera" ( 129-130). Interesante por demas es el hecho de que ese mundo que Michel dej6 atras va mas alia del espacio fisico de Ia casa (aunque to incluye) -remite a su ideologla polltica y su lucha por ella en su pals, incluye Ia prisi6n que representaba su hogar, prisi6n creada por medio del uso de Ia tramoya en el teatro y que solo experimentamos parcialmente para remitimos at espacio virtual de Ia carcel que nunca vemos en realidad, pero que ahora nos parece menos terrible que Ia prisi6n del hogar. La carcel es, segun Corvin, "un espacio distante, espacio del pasado", hasta que una variacion de ella se inserta en el presente del tiempo de Ia representaci6n. Pareceria que Marques hermann el tiempo de Ia historia con el del discurso y, por ende, con el de Ia representacion. La reacci6n a Ia accion ideol6gica de Michel, virtualiza todo un mundo para los lectores y Jectoras (incluso para los espectadores de un montaje de Ia obra) del que s6lo Mercedes, Michelin y Cecilia fueron testigos. Si Michel es capaz de virtualizar parte de ese mundo y Michelin es igual de capaz de recrear y de hacer vivos en Ia realidad uno o mas mundos virtuales, Mercedes y Cecilia adolecen total o parcial mente de dicha capacidad. Son estos los personajes que tendemos a llamar los "huesos" en cualquier montaje de una obra de teatro; son minimos los matices en su composici6n, casi nul as sus areas grises. Mercedes y Cecilia son puntos opuestos y, por ende, unidimensionales, entre los que oscilan los mas complejos Michel, Michelfn, e incluso Andres, amigo de Michelin. Esa falta de dimensiones se refleja en Ia incapacidad de Ia una de entender Ia posibilidad de espacios virtuales y de Ia deficiencia de Ia otra de lograrlos para e l niiio: MERCEDES -...Fomentas demasiado en Mike s11 inclinacion por lafantasfa. Le creas 1111 mundo que no es el que debiera .ser. jQue no es el m(o, a/ menos! Y eso no puedo to/erarlo. CECIUA ·jYo no ten(a mundo a/guno que darle! ...Pero ni teniendo 1111 poder muy grande, hubiese podido hacerlo. Porque aque/
m1mdo estti ya muerto. Solo ... solo he tratado de darle a/ nino las casas que no han muerto de aquel mundo. jCosas que no deben morir en ning1in nwndo! MERCEDES - .. .En el mundo de los mfos no cargamos como lastre cosas que pertenecen a mundos muertos. (I 08) Para cerrar los aspectos ideo16gicos que ocupan ciertos espacios para Marques, hacemos referencia at harto simb61ico espacio virtual de Ia estatua. Esta, muy bien podrla representar para Michelin algo mas que un poder extranjero; i., vera Michelin a su madre, Mercedes, en to frio y distante de Ia estatua y lo emblematico de esta con to norteamericano? Preferimos esta teorfa, sencilla por demas, a las voces de los pregoneros vendedores de peri6dicos que anuncian el asesinato de Ia estatua (ridiculo gesto al compararlo con el asesinato del quenepo macho) o a Ia voz del locutor de radio- am bas, estridencias mejor logradas por Marques en otras obras 1" • o al demasiado obvio parlamento de Michelin, expresado con docilidad, relacionado con el idioma ingles: MICHE/JN - (Con docilidad peligrosa) Sf, mamti. (Sube dos escalones mcis y se detiene) No me gusta el inglis, zsabes? Es Ia 1inica asignatura en que tengo mala nota. Yes por eso. Porq11e no me g11sta. (S11be 1111 escalon mcis y se vuelve, .solo a medias, para mirar a su madre) Creo que le tengo odio. Creo que le voy a tener odio a todos los que hablen ing/es. ( 105) Son estos momentos a los que nos hemos querido referir como "Ia frontera del panfleto" en esta obra. Retomamos un punto discutido anteriormente, relacionado con las coyunturas entre las ideologlas expresadas en ensayos de Marques y sus necesarias variantes al expresarse en cualquier otro genero literario. Es, curiosamente, en este parlamento relacionado con Ia escuela y las asignaturas, donde se percibe at genuino niiio que hemos echado de menos a lo largo de toda Ia obra. Sin embargo, este simplista mensaje ideo16gico, puesto en boca del niiio, independientemente de que sea este niiio, se verfa mejor servido y lograria alguna credibilidad en Ia polifonla de voces que permite una obra de teatro. Es en este cierre del segundo acto donde mas estridentemente se escuchan las ideologfas del autor; esas estridencias y las situaciones expuestas marcanin inevitablemente nuestra percepci6n del
10 Lt•s soles rru11cos y La carrera (Actos II y Ill. en c!sta) en el teatro y La mirada en su nnrrativn.
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Un nliio uul para esa sombna ck ReM Mlll'qiiCs J Jose R. Venegas
tercer acto. Por ello, se nos hace diffcil verlo como una continuidad sin interrupci6n del primero. Si el tiempo de Ia representacion incluye las pausas que suponen los intermedios - pausa que solo aplica al tiempo de Jo que se nos cuenta sobre el escenario o tiempo del discurso • puede no aplicar de Ia misma manera al tiempo asignado a Ia Jectura del texto, lema que no se estudia en las teorias utilizadas para este trabajo. Los Jectores y Jectoras tienen Ia opci6n de pausar donde les convenga. No importa si Ia situacion anterior se da, Ia insercion del segundo acto entre Ia Hamada continuidad del primero y el tercero afectara nuestra recepcion del final de Ia obra - ya como Jectores, ya como espectadores. Los espacios a los cuales regresamos, Ia terraza en el ambito real y el quenepo macho en el virtual, tienen por necesidad una carga distinta. Entendemos lo que se ha sacrificado para obtener Ia amplitud de este "nuevo" espacio. Lo que podria no pasar de ser una obsesion infantil con un arbol en el primer acto, se matiza de una simbologla patria!patemal en el segundo para percibirse como genuina ausencia en eltercero. No entenderlamos en este acto Ia totalidad de Jo que representa el quenepo macho - el mismo quenepo del primer acto • basta que su espacio virtual se matiza de significado en eJ segundo. No s6Jo se ha asesinado Jo que se aferra a Ia tierra, sino tambien lo que se yergue hacia el cielo - mltica uni6n padre/ madre ausente en Ia vida de Michelin. Su dramaturgico destino se sel16 aiios antes a su suicidio.11 Su acto de rebeli6n contra Ia estatua tampoco ha dado fruto; el espacio exterior - con toda su connotaci6n • sigue controlando los espacios interiores de Ia mansion en Ia Avenida Ashford. De aquf que Jo mismo suceda con los personajes que ahora vemos bajo una nueva luz. Mas alia del signo del maquillaje de Mercedes, acentuado en este acto mas que en el segundo, podemos entender ahora al personaje verdaderamente ausente del primer acto -Ia breve aparici6n pantomfmica durante el envenenamiento del arbol es mlis una recreaci6n en Ia mente de Michelin; recreacion muy parecida a Ia forma en que el nino hace fisico el recuerdo de su padre. La mujer a Ia que se referia Michelin al empezar Ia obra es esta que vemos en el tercer acto, rezago de Ia que vimos en el segundo. En el parlamento a continuaci6n, percibimos tanto el cambio en ella como el pequeiio guiiio que nos hace el autor en relaci6n con sus juegos con el tiempo:
MERCEDES -2Que hicieron? MICHEUN- Jugar. MERCEDES - i Y a que jugaron? MICHEUN- AI pasado. MERCEDES- (lnterrumpiendo momentdneamente su rarea) iAI pasado? (Se echa a reir y vierre ron en el vaso) Tendrds que explicarme en algtma ocasi6n como sejuega eso. (145) Los conftictos entre Ia realidad y los sueiios (lo virtual) continuan: Ia patina deltiempo, en vez de suavizarlos 0 infundirles camcter y fuerza tanto a los unos como a los otros, ha Jogrado distanciarlos mas. Ya no se juega al pasado. No nos sorprende que Michel no aparezca en este acto -es, de una vez y por todas, un recuerdo, el tradicional personaje ausente que aun afecta Ia vida de otros personajes en el presente -recordamos al padre de Tom y Laura Wingfield en El zoologico de crista/ de Tennesse Williams o a Pepe el Romano en La casa de Bernardo Alba, de Federico Garda Lorca, ambos dramaturgos tienen una gran carga intertextual con Marques. AI igual que con sus parlamentos de las paginas 129 y 130 del texto de Marques, le toea a Mercedes expresar este concepto de Ia realidad:
Hace daiio, ademds, pensar que nose actu6 a tiempo... Ya te dije que necesito enjrenrar mi realidad. Demasiados suenos se half destruido en esta casa. No mds suetios,lfo. ( 151) ...1111 demonio interior que se comp/ace en /ibrarme de Ia fantasia y Ia locura ....que ahara me obliga a enjrentarme a Ia rea/idad.... ... jSin idea/es como Michel! jSin ilusiones como fli! jSill jalltasias como mi hijo! (153)
De los tres restantes espacios ausentes,la Universidad y su relaci6n con Michel rellejan, breve pero intensamente,los conftictos que Marques intentaria resolver en Jua11 Bobo y Ia dama de occidente. No pasa de ser este, un espacio que se ubica como eje de Ia discordia entre el profesor y el Estado, que Marques vela como un conflicto entre el palsy el Estado -dos elementos que, aqui, se diferencian. El confticto es claro y, por ende, no necesita gran desarrollo dentro de Ia trama salvo su exposici6n y sus consecuencias, ambos puntos ex· puestos por Michel en su texto, contexto y subtexto. Por otro lado, esos dos espacios extranjeros que son las minas de Santiago y Nueva York, quedan
II En su ensayo critico, " La volunt.ad n!hc!ldc en Cama••a/ njr1era, cama•·al aden1m dc Rcn~ Marqu~s" . Bam:m ( 197-1) c:~ponc h1s posibilidades de Ia se c:ncucntl'lln en lo ob111 que cstudi~mos aqul
cl~sica tl'llgedia que
TUTRO
en Ia ambigiledad que les proporciona su interlocutora. Aunque no tenemos razones para no creerle a Mercedes el siguiente parlamento -Santiago solo lo ofmos mencionar en boca del recuerdo casi encamado que fue Michel; Nueva York no pasa de remitimos, tardfamente en Ia obra, a Ia ciudad que se trago a Luis en La carreta. Nos llama Ia atenci6n que, ahara, las palabras dirigidas a un nino, las entenderia mejor un adulto, posible intento de Marques de cerrar el circulo que comenzo al poner, inicialmente, vocabulario y sintaxis particulares de adulto en boca de un nino:
MERCEDES- No, Micltelln, esta vez no miemo. (En Ia lejania, apenas audibles, unas campanas doblan a muerte. Mercedes se mueve pausadamente hacia Ia derecha, mientras nwsita su Requiem por Michel) Sf, Michel odio, escupio Ia realidad aquf. Y Ia realidad se vengo de il en Ia ciudad que el escogio como transito para otro sueiio mcis. No, nunca //ego a Santiago ni a ning1in Iugar en Suramerica. Lo devor6 Nueva York. Murio en Ia cal/e, po· bre orador de barricada, .. JIIes(as de los suefios truncos, ...entre ...el silencio estruendoso de una ciudad que solo se da a los duros de espiritll, y a los ricos y a los crue/es. (163) Luego de obtener esta informacion, ya no hay necesidad ni motivos para que el nino/hombre continue jugando al pasado. Los juegos de ninos son ahora los que deben ser y se encuentran,juegos y ninos, en Ia sala que ha pasado a ser un espacio virtual (pero conocido por nosotros) con personajes virtuales que cantan "Happy Birthday". El presente, curiosamente herido por lo que paso hace muy poco en el tiempo de Ia representaci6n, es una realidad insostenible. Se desvanece, al igual que un recuerdo, Ia poca sombra que pudo dar el concepto de un padre. 12 El veneno hace su efecto final y fatal varios anos despues de iniciado su proceso. Lo que fue el espacio para recrear al quenepo macho es ahora espacio para una dilatada crucifixion. Solo quedan los espacios reales y el tiempo real-lo verdadero. Todo lo ausente ya no se puede hacer presente. AI igual que en Los soles truncos, el suicidio intenta veneer al tiempo, at espacio y a todo lo que estos connotanY En el teatro de Marques, estan por verse los resultados tangibles de estas propuestas literarias.IH.I
REFERENCIAS
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12 En Ut~ratura y paternalisma en Puerlo RictJ, Fundnmenlnl lex to sob~ Ia vision patemnlisLD y las meulforus de infnntilizncion en nucstra lilcralura. Gelpi (2005) haec un detnllado anal isis sob~ Las salt's trunws de Ren~ Marques. Dicho nndlisis sirvio de apoyo para gran pane del esiUdio, sob~ Ia lectura dada por nosolros nUn tliilo a:ulpara esa sombra. I 3 En su nbnrcador csludio. "Muertes alcccionndorus o Ia mculfora de In ~dcnci6n en Ia dramaturgin de Rene Mnrquc!s", Cobi4n Figucrou~ (2000) lrabaja cllema del suicidio marquesin no como nnalogo al intenlo de rcdencion en rclacion con Ia pnlrin.
R~â&#x20AC;˘Âˇista ICP I mim~ro
LA
La Camptchodo. cnsayo visual
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CAMPECHADA
EditoriallCP
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n San Juan, capital de Puerto Rico, se honr6 Ia vida y obra de Jose Campeche y Jordan ( 1751 1809) primer pintor puertorriqueno reconocido mundialmente,los dias 18, 19, y 20 de noviembre de 2011. A esta gran actividad cultural, para Ia cual se unieron todas las bellas anes del pais, se le otorg6 el nombre de Campechada o Ln Campechada. Ellnstituto de Cultura Puertorriquena, con el apoyo del Museo de Arte de Puerto Rico y un grupo de 19 entidades, publicas y privadas; trabajaron afanosamente a lo largo de un ai'io para desarrollar esta ambiciosa propuesta cultural. Honrar Ia figura de este importante pintor, en el 260 aniversario de su natalicio, y una conftuencia de sucesos hist6ricos a conmemorarse en esas fechas, resultaron las razones perfectas para celebrar los mas excelsos valores de nuestro pueblo, en una actividad sana y educativa pensada y planificada para que fuera de union familiar tan necesaria en este siglo XXI en que vivimos. Artistas puertorriquenos, de todas las manifestaciones del arte se unieron en un reconocido homenaje al pintor Jose Campeche y Jordan, hijo de antiguo esclavo Iiberto y madre espanola. La mulaterfa implfcita y Ia afici6n del pintor sanjuanero por Ia musica hicieron de este magno evento cultural uno de bailes y toque de tambores, extendidos hasta Ia madrugada y acompasados por Ia Banda de Conciertos del Instituto de Cultura, pareando presentaciones con Ia Orquesta Sinf6nica de Puerto Rico. Debido a Ia gran acogida que nuestros compatriotas dieron a este evento cultural, ellnstituto de Cultura Puertorriquena decidi6 celebrar otra jomada cultural, esta vez dedicada a Ia vida y obra de Francisco Oller y Cestero (1833-1917), otto de los grandes de Ia plastica puertorriquena. jlos invitamos! II
ART..., "'~ POPULARES
El Brtista Carcos Sueno pinta ante los p resentes.
R~•·ista ICP I mirtr~m
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1.11 Compcchodo, cnsnyo visual
ARTES POPULARES
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De izquâ&#x20AC;˘erda a derecha y desde arriba: Artistas en plena producci6n en Ia calle San Sebasti<\n. Ganadores del del 43mo Festival de Trovadores del ICP lntervenci6n artfsttca del disenador gr<\fico Ramdwin Gonzalez a Ia obra 'Retrato de Jose Campeche y Jordan¡ 118551 de Francisco Oller Coral de Conccertos del Conservatorio de Musica de Puerto Rico Presentaci6n de Grupo de baile folkl6rico 'Guateke' en Ia Plaza San Jose. Durante Ia comparsa de apertura de Ia Campechada, los arttstas plasticos que componfan Ia instalaci6n '78 en 1', portaron sus banderas cntervencdas. Orquesta S nf6ncca de Puerto Rico en Ia Campechada L n art sta comparte con dos nirios asistentes. Carola Garcia como una de las 'Campechanas'. Asrstentes disfrutan de Ia majestuosa Casa Campeche
Rei'Uta /CP I m;mem 22
Entre A11ujas: 136 aiios d~ sastrnla ~n Cabo Rojo (1874-201 0) I E Alvarado
ENTRE AGUJAS: 136 ANos DE SASTRERiA EN CABO OJO (1874-2010) E. Alvarado
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a ciudad de Cabo Rojo es bien conocidn, entre otras cosas, porIa excelencia de su sastrerfn; alrededor de medio siglo de logros, aciertos y momentos dificiles son parte de Ia historia de este oficio. Podriamos remontamos a los primeros pobladores de Puerto Rico para hablar de vestimenta, pero comenznremos en el siglo XVI hacienda mendon de los documentos de Ia Real Hacienda (recopilados y transcritos por Aurelio Tanodi),los cuales nos ofrecen Jo que podrfamos considerar, las primeras noticias relacionadas con esta profesi6n en nuestro isla. Los documentos compilados destacan, no s61o los mas mfnimos detalles de las practicas de vestimenta durante las dos primeras decadas de Ia coloniznci6n; sino que al mismo tiempo nos ofrecen una descripci6n detallada de Ins mercancias y artfculos que se importaban y, que anunciaban el intercambio comercial y Ia presencia de los artesanos o sastres. Mercaderfas tales como telas de toda cnlidad, agujas, hilos, botones, tijeras, chalecos de tel as diversas y las archiprohibidas tunicas de oro; en fin. todo lo necesario para que Ia sociedad colonial luciera aquf como en las capitales europeas. Del analisis de los datos recopilados se des¡ prende que, entre los aiios 15 10 a 1545, en San German, antigun capital de Puerto Rico, existfa un puilado de artesanos que desde el inicio de Ia organizaci6n colonial se dedica a Ia costura. Entre los atuendos elaborados por estos primeros artifices, se encontraban sayos y naguas que eran adquiridos porIa Real Hacienda, como vestimenta para los indios. Entre el gran numero que se dedica a este trabajo, en los documentos se mencionan nombres como: Reinoso y Bonilla, Domingo Manso. Marcelo de Sanabria. Pedro Martfn, Francisco de Brijas, Andres Hernandez, Alonso Gomez, Diego Manzano, Francisco de Villaescusn, Pedro Jimenez, Gonzalo Fernandez, Alonso Fernandez de Ojeda, Juan Gonzalez, Cristobal Martfn, y Juan de Alzala; I (Abbad 1966).
sin embargo, despues de haber revisado Ia documentaci6n, se encontraron pocos datos sabre In confeccion de vestimenta en si. En el siglo XVIII, fray Inigo Abbad y La Sierra, al escribir sus memorias, nos dice:
En Ia Isla no e:ciste fdbrica ni manrifactura de ninguna especie. El comercio de Puerto Rico con Espmia, era casi ningwro y el que tenia con las demds provi11cias de Ia corona era limitado. El de Espmia con esta isla, estaba reducido a surtir Ia Capital de vinos, aceites, sombreros, sables, sillas de momar,jab611, ropas y algunas manujacturas de lujo. El resto de Ia Isla poco o nada consumen de Espana, porque los extranjeros les /levan a sus costas todo cuamo apetecen a cambia de su produc¡ cion y de Ia plata que corre en ella'. Abbad y La Sierra hace constar, no solo que en Ia isla no exist fa flibrica ni manufactura de ninguna especie, sino que el comercio de Espana con Ia colonia estaba reducido a surtirla de algunos productos; como ropas y manufacturas de lujo. A este respecto, transmite el dato de que Ia indumentaria o vestido masculino, comienza a introducirse en Ia isla hacia 1750. Un ejemplo de Ia forma de vestir, to observamos en el retrato que del gobernador Miguel Antonio de Ustariz. pintara Jose Campeche para 1792; presenta Ia figura estilizada del Gobernador, en uno de los aposentos de Ia Fortaleza, luciendo un lujoso frac, tfpico de los uniformes de los altos oficiales y brigadieres del Cuerpo de Ingenieros de Ia epoca. Generalmente eran azul oscuro, violeta o negro. Sin embargo a partir del 1850, comienza a utilizarse en color azul o verde, como habito ceremonial. Andre Pierre Ledru, otro de los ilustres visitantes, por su parte refrend6:
ARTES POPULARES
Santos Lebr6n (Challna) Hto. Fllo'I llermlno ' .
Sabese cuanto gustan a los espa1io/es las fiestas y las ceremonias p1iblicas: El gobernador seguido de los miembros del cabildo, de Ia o.ficialidad, de Ia nob/eta, esco/tado por guamicion sa/en ricamente vestidos/
Mientras, en Ia ciudad amurallada Ia aha sociedad y Ia oficialidad comienzan a lucir una muy sofisticada indumentaria; en el Puerto Rico rural los vecinos nada consumian de Espaiia, porque existia un sin mimero de obstaculos que lo impedian. Entre estos, Ia prohibicion a los colonos de transportar sus productos por agua a San Juan, Ia escasez de capital, los malos caminos que dificul taban acarrear sus mercancfas por tierra, el pobre trnfico mercantil, Ia crecida de los rfos y ademas, Ia circunstancia de que las embarcaciones que viajaban desde San Juan a los pueblos del sur eran asaltadas por piratas y corsarios. Esto propicio que Ia vestimenta de los pobladores rurales, fuera muy pobre. De ello apunto Abbad: Elvestido que usan los hombres es nwy sen· cil/o, proporcionado a/ calor del c/ima o mds bien a cubrir Ia desnude::.; 1mos ca/zoncillos de /ienzo pintados largos hasta los tobillos, una camisa de lo mismo, 1111 sombrero de palma o negro con su ga/On de oro, 1111 sable que llel•an siempre celiido o debajo del bra:.o con 1111 pa· iiuelo atado a Ia cabeza, es toda su gala.J 2 (Ledni 19571. 3 (Abbnd 19661.
defdx
Llama Ia atencion que para 1759, Ia poblacion era una muy escasa y Ia isla atravesaba por condiciones econ6micas precarias, por lo que entendemos que el dinero con que contaban los pobladores no era suficiente para Ia adquisicion de mas de una vestimenta, porque era invertido en productos de primera necesidad y alimentos. Estos factores innuyeron en que, con el transcurso del tiempo, el comercio ilicito se generalizara y los fundamentos de Ia existencia del area rural, se basaran en contactos clandestinos con colonos extranjeros. Estos recibian de los isleiios frutos, aguardientes, ganado y madera, los isleiios recibfan a cambio sombreros, harinas, textiles y ropa. Ademas en esos aiios el volumen del intercam· bio economico, legal o no, que se llevaba a cabo por el puerto de San German, La Parguera y Guani· ca, era de tal magnitud que el gobiemo espaiiol se vio obligado a habilitar los puertos de Fajardo, Ponce, Mayagiiez, Aguadilla y el espacio de mar que separa Ia punta de La Mela de Ia punta de El Carenero, conocido como Puerto Real de Cabo Rojo. Se establecieron ordenanzas para tratar de impedir el contrabando. Respecto a estas, en Ia de San Juan de 1768, debe destacarse lo preceptuado en tomo al establecimiento de tiendas y pulperias; Ia reglamentaci6n de los gremios,las actividades comerciales y Ia creacion del oficio, mientras que las ordenanzas de Ia Villa de San German prohibfan a las personas denominadas regatones, tener en sus
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Curso de sastrerla 1937-38, ausp ciado por el Gobierno Federa , PRERA. Fotografia conesla del Archivo H1st6rico de Mun c pio de Cabo Rojo.
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Entre Agujas: 136 ai\os de sastrerfa en Cabo Rojo (11174·20101 I E Alv:tr.Hlo
Hombres y j6venes militares con uniformes confeccionados por Ia sastrerla local. Fotografla cortesla de Archive Histonco del Municipio de Cabo ROJO
casas ventas de ningun genero de ropas, asf como sedas,lanas o Iienzos blancos,listonerfas, medias, sombreros etc.; sin que presentaran ante Ia real jus· ticia, certificaci6n de d6nde lo hubieran comprado y a que precio, para evitar las usuras y, las personas que infligieran dicha regulaci6n eran encarcela· dos , por cuatro aiios, en el presidio de San Juan de Puerto Rico; al mismo tiempo quedaba total mente prohibido que ninguna persona vendiera ropas hechas. ya usadas, para evitar los males y enferme· dudes contagiosas que por elias se introducian. Fernando VII concede a Puerto Rico, el I0 de agosto de 1815, Ia Real Cedula de Gracias. La medida estableci6 las bases de un regimen con mayor libertad en lo economico; con Ia finalidad de fomentar el comercio, Ia agricultura y Ia industria. Esta ley autoriz6 Ia entrada de extranjeros con recursos economicos interesados en desarrollar empresas agrfcolas y facilit6 el comercio libre y directo entre Ia isla y Ia metr6poli. Con las reformas logradas, Puerto Rico ingresa y forma parte legal mente, del comercio mundial, dando fin al contrabando al que habfa sido forzada Ia Isla para mantener su supervivencia. El 21 de febrero de 1821, don Juan Evangelis· ta Ramirez de Arellano alcalde constitucional de Cabo Rojo, hace referenda a Ia oleada migratoria de Haiti, Santo Domingo, Sur America, Francia y otros lugares, que llegaban por el Puerto Real de Cabo Rojo y que eran favorecidos por Ia Cedula de Gracias; y que a partir de Ia aplicaci6n de Ia misma, comenzaron a establecerse en Ia Isla un sinnumero de inmigrantes con oficio o profesi6n. provenientes de C6rcega, Francia y Espaiia.
A partir de entonces, el comercio marftimo por el Puerto Real de Cabo Rojo em muy intenso. La mayorfa de los habitantes compraban a los extranjeros harinas, vinos, aceites, aguardientes, salazones, armas, alhajas, telas de hilo, algod6n y vestidos. No obstante, Ia indumentaria o vestido masculino continuaba siendo uno muy sencillo; como nsf lo afirma Abbad en su historia. Noes, hasta que en Ia isla se establecen las tropas y milicias, que se comienzan a introducir algunas cosas de moda en Espaiia, como son los uniformes y,las personas de clase social alta comienzan a vestirse con mayor recato. El hecho queda evidenciado a traves de una carta circular que recibi6 para aquel entonces, el ministro de Ia Guerra de Puerto Rico, en que Ia reina Isabel Il,le comunicaba que por Real Orden del 22 de abril de I 835 , el calzoncillo y media para el traje de gala de los militares quedaba totalmente suprimido. La medida tuvo como objetivo, no solo darle forma mas propia y militar a los uniforrnes, sino tambien para que los capitanes , tenientes, generales, mariscales de campo y brigadieres comenzaran a lucir vistosos uniforrnes y medullas, como modo de distinci6n. Es importante registrar que para 1848,los vecinos del Puerto Rico rural, que desde el principia habian experimentado una economfa agricola ad versa, recurren al cultivo de Ia caiia de azucar. Este cambio, no solo crea una gran demanda de mano de obra y estimula el tnifico de esclavos, que ayudarian a un verdadero cambio en el modelo econ6mico; sino que le permiti6 a Ia alta sociedad vi vir una e poca de refinamie nto y esple ndor. Es Ia epoca en que el suroeste de Ia isla figura como el centro de las familias mas d istinguidas y poderosas;
tiRTES POPULARES
Yunta de bueves Fotograf'a cortes(a de Carlos Mercado
leales a Ia soberanfa espanola, con profunda respeto a las autoridades y a las virtudes civiles y morales. Vivian rodeadas de lujos y disfrutaban de una vida social activa, vistiendo a Ia usanza del momento; asf se desprende de Ia obra de Jose Marcial Quinones "Un poco de historia colonial", donde se haec referenda a que el alcalde de San German don Pablo Camacho, presidia las secciones del ayuntamiento, vestido de frac y guantes. La acumulacion de grandes capitales por parte de estas familias les permite enviar a sus hijos a las mejores universidades de Estados Unidos, Canada, Francia,Alemania y Espaiia,logrando desarrollar su intelecto en los mejores centros de cultura del extranjero, como fue el caso del Dr. Ramon Emeterio Betances, quien estudia en Parfs su carrera de medicina. Esta epoca marca el inicio de un ciclo importante en Ia historia cultural de Cabo Rojo y del litoral del suroeste de Ia isla. Florecieron Ia literatura, las artes y Ia vida social, y con esto los conciertos de opera, elteatro, los actos protocolarios y los bailes de rigurosa etiqueta que evocaban los grandes salones de las casas europeas. Visitas como Ia de Morel Campos, al teatro Excelsior, es indicativa de que el buen gusto, habfa hecho acto de presencia en Ia sociedad de esta parte de Ia isla. Este cambio economico, social y cultural trajo como consecuencia, no solo que Ia sociedad de Ia progresista colonia catalana Je solicitara al General Prim Ia rehabilitacion del Puerto Real de Cabo Rojo (que el gobemador Santiago Mendez Vigo habfa clausurado para fomentar el resurgimiento de Ia ciudad de Mayagilez, destruida a consecuencia de un voraz incendio en 184 I), sino que dio paso a las importaciones de todo tipo de productos europeos
como lo eran,las telas para confeccionar Ia vesti~ menta de las clases con mejor poder adquisitivo, quienes salfan luciendo, con todo seiiorfo,las mejo~ res galas. De allf que el desarrollo de las actividades intelectuales y espirituales, generara no solo un estilo de educacion que rindiera culto al saber y al buen decir, sino tambien al gusto del buen vestir. Ahora bien, si se parte del supuesto que solo el conglomerado social prominente posefan los recursos economicos para Ia adquisicion de elegantes mercancfas y vestuarios t,De que manera el resto de Ia poblacion cubrio esa necesidad? A traves del comercio no oficial, contrabando o trueque. Si bien es cierto que Ia legislacion municipal puertorriqueiia del siglo XVIII registra capftulos dedicados a regular el establecimiento de tiendas, pulperfas, los gremios,las actividades comerciales,la creacion del oficio, Ia formaci6n de aranceles para Ia venta de comestibles y las actividades de compraventa; tambien lo es el hecho de que el contrabando estaba generalizado en Ia isla y no por vicio, sino por apremiante necesidad, si le agregamos que desde principios de Ia colonizacion, las autoridades civiles y eclesilisticas practicaban el contrabando, Ia vida del Puerto Rico rural era una muy azarosa ya que vivian aislados del principal foco de comercio; era logico que los tenientes a guerra y oficiales de las milicias urbanas que debfan impedir Ia extracci6n, fueran los principales cooperadores, franqueando los puertos y permitieran el comercio ilfcito para que Ia poblacion subsistiera. Pudieramos decir, que Ia sastrerfa caborrojeiia es producto de Ia necesidad que ten fa Ia poblacion de vestimenta, por encontrarse aislada del principal foco de comercio. Los barcos arribaban cada dos o
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Rt~â&#x20AC;˘lsta ICP J mimero
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cinco niios y los vecinos se abastecfan, o mas bien acapnrabnn, y se llennban de telas, esto obliga a Ia poblaci6n a aprender a coser, no s61o para cubrir Ia necesidad de vestimenta, sino tambien como fuente de sustento. A medida que fueron desarrolhindose Ia vida cultural, social y politica, el traje masculino comenz6 a cobrar importancia como indicador social y de poder. Todas estas eventualidades hicieron posible que en Cabo Rojo se establecieran artesanos o sastres por Ia necesidad que existfa de producir una amplia variedad de ropa en gran parte de lujo, para los sectores altos y artistas que venfan a dar sus presentaciones al litoral. Entre los primeros maestros sastres se destaca un primo del Dr. Ram6n Emeterio Betances, Domingo Maitfn Alacan, quien fuera a estudiar sastrerfa a Londres, saliendo por el Puerto Real, en uno de los barcos que llegaban a comerciar. Aunque hay que reconocer que Ia fidelidad de cada recuento hist6rico debe estar enmarcada por un estricto marco de referenda evidenciado, no deja de ser menos cierto que las historias, que han pasado a traves del tiempo de generaci6n en generaci6n, se nutren y se forjan en las mentes y en los corazones mediante Ia tradicion oral, que forma parte del folclor de un Iugar o pueblo. Probablemente portal raz6n no exista evidencia concreta que don Domingo Maitin Alaciin fuera el primer sastre en el pueblo de Cabo Rojo. Sin embargo, el consenso general de sastres entrevistados, apunta al hecho no s61o de que Maitfn Alacan fuera el primer maestro sastre del pueblo, sino que tambien le enseiia el oficio a don Pedro Lugo, quien se convierte en maestro de corte. Posteriormente, ambos transmiten el oficio a quienes fueran sus discfpulos Alfonso Pagan, don Pedro Berenguer y a un maestro sastre llamado don Publio Negr6n Carbonell. Este ultimo se traslada a San Juan y dirige Ia sastrerfa mas farnosa que hubo en Puerto Rico, "EI Corte Ingles". Para Ia fecha de Ia invasi6n de 1898, Estados Unidos despuntaba como una de las grandes potencias industriales del mundo. El control norteamericano del mercado puertorriqueiio signific6 entre otras cosas Ia invasi6n de productos hechos a maquina en grandes cantidades y mas baratos. Contra estos, los productos hechos a mano por los artesanos no pod fan competir. Mas gente comenz6 a comprar productos hechos a maquina. Muchos zapateros, sastres, herreros y otros artesanos tuvieron que abandonar sus oficios y buscar trabajos como asalariados en las diferentes fabricas que comenzaban a establecerse. Sin embargo, mientras los antiguos oficios artesanales iban reduciendose en Ia Isla; Ia industria de Ia sastrerfa
Entre Agujas: 136 ailos de sastreria en Cabo Rojo (1874-2010) I E. Alvarodo
en Cabo Rojo se mantuvo activa durante todos los perfodos; continuaban desarrolhindose en el litoral abundantes tertulias, discusiones de polftica, historia, musica y literatura, y los trajes para caballeros comenzaban a importarse y se vend fan en las tiendas con telas y costura de pobre calidad. Ademas, como los trajes no estaban confeccionados de acuerdo a Ia medida de pecho, cintura, caderas, entrepiemas, y altura de Ia persona, no entallaban al cuerpo, se les llnmaba "ropa de baratija". De allf nace Ia preferencia de los caballeros de utilizar trajes hechos a Ia medida. Hacia el 1910, don Santos Ortiz Montalvo trabaj6 en "EI Corte Ingles"; siendo Ia sastrerfa mas importante de Ia ciudad capital y despues pas6 a Ia sastrerfa de don Miguel Rossell6 en Ponce que se llarn6 "Hermanos Rossell6" y llega a Cabo Rojo ya como maestro de corte y estilo. Habfa sido con anterioridad don Santos operario de don Alfonso Pagan y de don Pedro Lugo. Sin embargo, para Ia primera Guerra Mundial algunas de las sastrerfas habian desaparecido y los operarios que habfan aprendido el oficio con esos primeros maestros, establecieron las suyns propins; entre las que destacaron Ia de don Miguel Angel Vega, quien aprendi6 el oficio de don Ignacio Vidal; Ia de don Angel Aores, don Lucas Alvarez, don Antonio Montalvo, don Emiliano Acosta, don Juan Isaac Carbonell, don Emilio Maitln y don Fernando Olivieri. Los Olivieri, identificados como naturales de Francia, eran comerciantes que tuvieron fuertes vfnculos con el Dr. Ram6n Emeterio Betances. Los sastres caborrojeiios trabajaban por su cuenta, tenfan sus propios talleres y eran dueiios de sus herramientas de trabajo (botones, alfileres, finas telas, dedales, maquinas, escuadras, cintas de medir, etc.). De los nuevos aprendices, algunos optaban por estudiar el oficio mediante correspondencia, como fue el caso de Fernando Laracuente que obtuvo su certificaci6n de snstre de una escuela de La Habana, Cuba. Sin embargo el grueso de los ne6fitos comenzaban a trabajar desde muy ninos, aprendiendo en los talleres de los maestros caborrojeiios a hacer ojales, pegar botones, poner cremalleras, para luego hacer las tareas mas importantes, como afinar el traje en todos sus detalles; porque esa era a su vez, Ia ruta para ingresar en el gremio, hnsta convertirse en sastre o maestro sastre con su propio taller. En los aiios veinte, en las miles de fotos de puertorriqueiios que posaron para Ia posteridad en los estudios fotognificos de entonces, se puede observar Ia moda que se impuso, tanto entre Ia clase media como entre Ia mas acomodada; el vestir pan-
ARTES POPULARES
talones cortos por debajo de Ia rodilla, pero que no llegaban hasta el zapato, dejando ver por completo los calcetines; una espacie de pololos o bombachos, fue Ia moda del momento. Mas adelante, se alarg6 el pantal6n y empez6 a tomar las medidas tal y como las conocemos en Ia actualidad; de igual forma cosran chaquetas largas que eventualmente se fueron acortando para Ia comodidad. Dado su confort, frescura y elegancia tuvieron gran aceptaci6n entre el consumidor puertorriqueiio. El crecimiento de Ia agricultura propici6 cierto desarrollo mercantil y progreso econ6mico; lo que su vez ayud6 a que se establecieran nuevos artesanos, como Jo fueron las mujeres trabajadoras a domicilio de Ia industria del tejido de Ia paja (sombreros). Sin embargo, de Ia manera como estaba organizada Ia economia en esa epoca limit6 el desarrollo de Ia industria de sombreros a gran escala. Para el aiio 1927, dos prominentes sastres don Antonio Montalvo y don Santos Ortiz se unieron en sociedad y establecieron Ia sastreria "Montalvo y Ortiz". Don Santos era un sastre diseiiador y maestro de corte inigualable. Don Antonio, por otro !ado, era un sastre con gran habilidad como vendedor y al igual que don Santos, muy eficaz en el oficio. Esta sociedad duro 20 afios y su sastreria era Ia preferida entre todas; llegaron a emplear 18 operarios y manufacturaban a Ia medida, ademas de etiquetas, trajes de hombres y niiios, uniformes militares y los de Ia policia insular con sus gorras oficiales de Ia misma tela del uniforme. Despues de Ia Segunda Guerra Mundial y los aiios de Ia posguerra, Ia compaiifa para el Fomento Industrial (P.R.E.R.A.), no solo cre6 miles de empleos en las agencias de gobiemo como en Ia red de fabricas, sino que estableci6 en el pueblo de Cabo Rojo el primer curso de sastreria dado en Puerto Rico. Entonces, Ia industria de Ia aguja cobr6 importancia hasta el punto de lograr que a Cabo Rojo se le conociera como "EI pueblo de los sastres" . En entrevista que le hiciera el peri6dico Primera Hora el I de octubre de 200 I, a don Santos Ortiz Rurz coment6:
Una vez /mho aqui en Cabo Rojo 14 sastrerias y esta ha sido Ia inspiracion y Ia madre de todas. Todos los sastres y sastrerfas que esuin en Mayagiiez y Ia zona metropolitana son producto de aqui y en Estados Unidos una vez hubo unafdbrica colt 20 sastres y todos eran Caborrojefios. Se estima que por las sastrerias de Cabo Rojo han pasado sobre 900 a I ,000 sastres; pero
de acuerdo a los Iibras de Industria y Comercio del Municipio Aut6nomo de Cabo Rojo aparecen registradas a partir de los aiios 30, las siguientes sastrerias: Pedro Lugo, Montalvo y Ortiz (sociedad disuelta en diciembre de 1948), Emiliano Acosta, Ignacio Vidal, Jose A. Vargas Seda, Santos Ortiz Padre - (Governor Suits), Felix Arroyo (sastrerfa de niiios), Antonio Montalvo, Laz.aro Rodriguez, Antonio Arroyo, Juan Martinez, Jorge Rosado Divina, Antonio Morales, Adan Rosas Santiago, Sastreria Hnos. Seda, Adan Rosas Acosta, Anibal Lugo, Juan Rodriguez, Jose A Romeu, Ramon Martinez, Sadi Ojeda Arroyo, Martiniano Soto Reyes, Freddy Castillo Velez, Vicente Acosta, Edward Rodriguez Velez, Johnny Rodriguez, Sastreria Astacio, Trajes Gobemador y Wenceslao Lugo. Este ultimo establece, tiempo despues, su sastreria en el pueblo de MayagUez donde tam bien se desempeii6 como maestro en Ia Escuela Vocacional y finalmente se traslado a los Estados Unidos donde trabaj6 desde el I 991-2008 en "Disney World", confeccionando el vestuario de muchas "doncellas" y "princesas" y de los personajes de Beauty and the Beast. Entre las sastrerfas establecidas en el area metropolitana se destaca Ia sastreria de Genaro Rodriguez conocida como Adan Taylor, que ubicaba en Ia Calle Arzuaga en Rio Piedras frente a Ia Iglesia Cat61ica. En el pueblo de Yauco esta establecida en Ia Calle Pacheco, esquina Vivaldi, Ia sastreria "La Caborrojeiia", producto, como indica su nombre, de los maestros caborrojeiios. Por otra parte, los sastres coinciden en que Ia sastrerra fue por muchos aiios Ia principal fuente de empleo; y que dentro de esta, en el pasado como al presente, los cortes que continuan predominando son el ingles y e\ militar. En lo que respecta a los tipos de trajes para hombres, apuntan que ha sido muy poco lo que han cambiado, pe ro eso si, hay que saber reconoce r los cortes de moda y saberlos usar segun Ia temporada. En cuanto a los colores, continuan usandose los oscuros, aunque las nuevas tendencias de Ia moda permiten usar ciertos colores fuertes, pero sobre todo para los caballeros mas j6venes que desean impone r su propio estilo. Independiente de Ia moda, existen tres tipos de cortes clasicos que pueden aparecer con variaciones. Estas variaciones pueden ser en el tamaiio de las solapas, el tamaiio del cuello, Ia cantidad de botones y hasta Ia textura. Por ejemplo, esta el traje recto de dos botones, mas utilizado en Ia vida diaria, Ia chaqueta con las solapas mas largas que se usa abotonado unicamente e n el bot6n superior. El traje recto de tres botones, es e l dise iio mas e legante, es equilibrado y con solapas mas pequei'ias.
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Ret·isto ICP I mimm> 22
Sastrerfa de Ia epoca Fotograffas cortesfa del Archive Hist6rico del Municipio de Cabo Aojo.
Entre ARUjiiS: 136 oiios de so.~trerfu en Coho Rojo IIH7-1-20llll I E.. .-.h·~~
ARTES POPUU.RES
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Sastrerla de Ia epoca. Fotograf'as cortesla de Arch vo H st6rico del Mun c pio de Cabo Ro,o
Entre Aguja$: 13fi ailos de sastRm m Cabo Rojo (1874¡1Gl0) I E AIY<Inldo
Rerista ICP l mim~m 22
De este tipo son los trajes de noche para hombre. Siempre se usa abotonado y puede combinarse con un chaleco. Por ultimo esta el traje cruzado con dos filas de botones, no se utiliza tanto como los otros, pero suele ser muy elegante. Se utiliza abrochado todos los botones. Otro de los detalles importantes del traje es el pantalon. Debe ser del mismo color de Ia chaqueta o hacer parte de una combinaci6n perfecto entre Ia carnisa, chaqueta, pantalon y zapatos. En cuanto a los pantalones, casi no se usan mucho con preces porque agregan Iibras a Ia figura; deben llevarse cubriendo tres cuartas partes del zapata en Ia parte delantera y siempre usando una correa del mismo color de los zapatos. El detalle final es Ia corbata, debe combinar perfectamente con los colores del traje y debe usarse siempre ajustada, nunca dejandola floja o desamarrada. Como ya mencionamos, el comercio puertorriqueiio desde el comienzo de Ia nueva soberanfa norteamericana estaba bajo el control de un pafs que era Ia principal potencia industrial del mundo y buscaba mercados para su producci6n. Asf, que con el desarrollo de Ia industria textil en Estados Unidos y el impacto que tuvo Ia comercializaci6n de ropa a gran escala, se redujo Ia demanda de ropa hecha a Ia medida; con esta nueva realidad econ6mica, el papel del sastre sufre una metamorfosis que lo lleva de productor de piezas hechas a Ia medida a remendador de trajes; incluso muchos cierran sus talleres para unirse a Ia fuerza !aboral industrial. En el 1991, se fund6 en Cabo Rojo Ia Academia de corte y costura Adam's Inc., del sastre Adam Rosas Acosta. El curso de costura tenia una duraci6n de 18 meses. Su matricula contaba de 25 estudiantes y sus maestros fueron don Victor Laureano Rodriguez, don William Marquez Zelaya y don Benito Melendez. Por las sastrerias de Cabo Rojo han pasado todo tipo de clientes de las diferentes estratas sociales, desde ellimpiabotas basta Ia mayoria de los Gobemadores del Estado Libre Asociado de Puerto Rico; figuras relacionadas al campo de las leyes, la enseiianza superior, altos oficiales de los Estados Unidos de Am~rica, el Pentagono; el Maestro Pablo Casals, las principales bandas de musica del pafs, como Ia del lnstituto de Cultura Puertorriqueiia, Ia banda Municipal de Ponce,la Sonora Ponceiia y Ia orquesta del tarnbien sastre don Roberto Ortiz Ruiz. Hoy, los latidos del coraz6n de muchos de los sastres caborrojeiios ya no palpitan y los latidos de muchas de las sastrerias y talleres que se ergu(an
orgullosas con sus llamativos r6tulos de promocion en las principales calles del pueblo se han detenido; pero aun se mantiene viva Ia tradici6n de Ia producci6n de ropa fonnal y continua golpeando con fuerza en Ia memoria de todos aquellos puertorriqueiios que reconocen Ia importancia y elegancia de vestir ropa hecha a Ia medida. Entre las sastrerias que sobreviven podemos destacar: Ia sastreria de Vicente Acosta ubicada en Ia plaza de Mercado dedicada en su mayoria hacer arreglos menores,la de Victor Manuel Laureano establecida en Ia calle Luis Munoz Rivera que ademas de confeccionar trajes y pantalones tambien confecciona vestimenta eclesiastica. Y Trajes Gobemador ubicada en Ia Avenida don Santos Ortiz Montalvo que se distingue porIa calidad de sus telas, costura, entalle perfecto y se ha mantenido en el sitial por mucho tiempo. En Ia actualidad cuenta con 23 empleados que cosen a tiempo completo; Ia toga de Ia actual Jueza Sotomayor,4 de ascendencia puertorriqueila, tam bien es producto de Ia sastrerfa caborrojeila. Hoy dfa esta bella ciudad llama Ia atencion por su ambiente de pueblo costero y Ia confecci6n de ropa hecha a Ia medida para los amantes del refinado buen vestir tradicional. Una persona con oportunidad y tiempo para examinar el acervo documental, podrfa escribir un bonito trabajo relacionado a Ia sastreria caborrojeiia. En ultima instancia, es una historia inconclusa porque, segun Raul Dorra
Toda gran obra surgida entre nosotros tiene que ver con nuestra identidad en Ia medida en que se incorpora profimdamente a Ia cultura y rermina por vo{verse elemento esencial de su evoluci6n. Toda gran obra (como Ia de estos grandes artesanos caborrojeiios y del bue11 vestir) flab/a siempre de nuestro identidad culwral, pues ayuda a constituirla.ID REFERENCIAS FUENTES PRIMARIAS I. An:hivo Ch:~~m~l de Puerto Rico AGP, Fondo: Gobemadores Esp.OOles, Serie: Po~ucos y civiles, Ftestas Reales, Entrada 32¡33. Caja 117. AGP, Fondo: Tribunal Superior de Mayagllez, Scric: Expc:dicntes Civiles juzgado de San Genn4n, Tesamentaria Dona Maria Luisa del Cannen Belbis. J8~.L.cg. 17 ndm.20Caja 178 2. An:hivo Hist6rico de San Genn4n Acta 31 diciembre 1821. 3. Archivo Musco de los Pr6ceres de Cabo Rojo. A. Libras de Industria y Comercio. Alios Econ6micos: 1.1937-1938, F6lios: 9.4S. 99. 2. 1943-1944, Folio: 9
4 Jucza Sonia Sotomayor. Primera magistrada hispana de Ia Cone Suprema estadounidense. elegida en 2009 por el president<: Barack Obama.
ARTES PDPULI\RF.S
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II. 1965·1968, Folios: 4-5, 7. 9, 24,35,38-43,72-79. 12. 1969- 1973, Folios: 4-10,42-46,48.81, 83-84. 119. 121, 123-125. 13. 1973- 1976, Folios: 4, 7. 9,40-41,43.45. 75, 77.79-80. 1!3. 1!5-1!7. ENTREVISTAS Acosta, Vicente (Sastre). Entrevista Personal. 28 de marzo de 2010. Asunto; auscultar datos sobre Ia trayectoria historica de Ia sastn:ria en Cabo Rojo. Guillc Iglesias, Fernando Luis (E~ atleta de Ponce). Enttcvista personal. 13 de Marzo de 2010. Asunto: corrobomr datos sabre Ia snstreria de Miguel Rosscllo. Laureano, VIctor Manuel (Sastre). Enttcvista Personal. 5 de marzo de 2010. Asunto: auscuhar datos sabre Ia traycctoria historica de Ia snstreria caborrojena. Lugo. Anlbal (Sastre). Enttcvista Personal. 18 de Marzo de 2010. Asunto: auscuhar sabre Ia vida y trayectoria de Anlbal Lugo (padre e hijo) como sastn: . Lugo, Wenccslao (Sastre). Entrevista via telefonica. 20 de enero de 2010. As unto: corroborar datos en cuanto a su trnyectoria como sastrc. Marquez, William (Sastre). Entrevista Personal. 25 de marzode 2010. Asunto: auscultar datos sabre Ia trnyectoria hist6rica de Ia sastn:ria en Cabo Rojo. Oniz Ruiz. Santos (Sastre). Entre vista personal. 25 de febrero de 2010. As unto: auscultar datos sabre Ia trnyectoria hist6rica de Ia snstreria en Cabo Rojo. Pc!n:z, Ramon (Sastre. Custotlio del patrimonio del maestro sastre don Antonio Montalvo). Enttcvista Personal. 10 de noviembn: de 2009. Asunto: auscultar datos sabre Ia trnyectoria de don Antonio Montalvo como sastrc.
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AUDIOVISUALES.
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Rtrista/CP f mimem 22
Teresita E. !'ruts
A UTOR: .Jose L. Boll\ ar Fn.·.s neda EDITORIAL: lnstituto de Cultura Puertmriqueiia. Fumlaci{m Luis ;\luiio1 i\l:u·in. I" edid(ln TITU.O: (;ue.-ra. hanea ~ dt•sarrollo: d Bant·o de Fomento ~· Ia industrialiJ::tci(ln de Pm•rto Rico P:\<:INAS: :!H7
Sabemos qua Puerto Rico paso de una economfa agricola a una industrial durante Ia dicada dal1940. Esta obra dal historiador Jose L Bolivar Frena· da, que nos olracen ellnstituto da Cultura Puartarriquafia y Ia fundacicin Luis Muiioz Marin, nos presenta al impacta que tuvo Ia Segunda Guarra Mundialan asta coyuntura ecanomica de Ia Isla. Describa clima Ia inversiOn militar estadounidansa y Ia craacion dal Banco de Fomento diaron basa al desarrollo que dislrutamos a partir del parlodo 1942·1948. Muestra que Estados Unidos, con al proposito de prepararse para un posibla confticto con los podaras del Axis, comanz6 un proceso de inversio· nes m1litares aqui, que tuvieron como consecuencia un desarrollo nunca antes vista en Ia economla de Puerto Rico. Ycomo los cambios que dichas invarsiones trajaron, fueron instrumentales en el proceso de industrializaci6n posterior, que ha durado sabra 60 ai\os vha sido aje de nuestro desarrollo econ6mico. El autor espe cific a que las instalaciones mmtares crearon muchos ampleos, para tam bien tuvieron efectos nagativos. Entre otros, que las expropiaciones de terrenos que requiri6 su construcci6n afectaron adversamente a los trabajadores agrlcoias de dichas zonas. El otro factor que impuls6 en esa decada Ia industrializaci6n de Ia Isla fue el Banco de Fomento. Bolivar Fresneda describe los tropiezos que sufri61a conceptualizaci6n da un ban· co de desarrollo, dabido a las visiones ancontradas qua tenlan al respecto los lrderes politicos de Ia epoca. Mien· tras el gobernador Tugwell sollaba con un ban co que tom ara mas riesgos que Ia bane a privada, at presidents del Banco, Rafael Busca glia, desaaba solvencia, iniciativas viab!es y amisio-
nas de bonos para al desarrollo de Ia infraastructura. Par su parta, don Teodoro Moscoso, qulan presidia Ia Campania de Fomento, enfatizaba los prestamos a industriales, aunque fuesen de alto riesgo para el Banco. Yel presidents del Senedo, don Luis Munoz Marin, an su campaila politic a de 1940, habia postulado Ia creaci6n de un banco para el pueblo, sin data· liar sus consacuencias financieras. Las visronas no compartidas propi· ciaron conflictos a tal grado que Ia Campania de Fomento acab6 par retirar sus depositos del Banco de Fa• manto, ante las negatives de este para respaldar sus iniciativas. Al mlsmo tiempo, Ia construcci6n de las represas Dos Bocas y Caonillas sa dabieron a las emisiones que facilit6 el Banco a Ia Autoridad de Fuentes Fluviales. Sin elias Ia industrializaci6n no hubiara sido posible. Tamblen sa concentraron multiples esfuerzos pre state rios en Ia industria de Ia construccion de urba· nizacionas, industries y hospitalas, todo lo cual transform6 algunas ciudades de Ia Isla en ciudades mas modarnas y acogedoras. AI terminar Ia Segunda Guerra Mun· dial, el Banco de Fomento sa desvi6 de su prop6sito inicial de respaldar Ia manufa ctura y se concentr6 en financier viviendas de bajo costa. Sus fines eran provaer hog ares a los vateranos qua regraseban a Puerto Rico vtratar de elimina r los arrabales que rodeaban las ciudades de Ia Isla. Esto te trajo grand as critic as par parte principalmente de Ia Asociaci6n de Industriales, asr como de otros multiples sectores locales y federales. Sa Ia acusaba de hacer caso omiso de las damandas de los pequenos industriales, quienas pudieron haber sido una fuerza importante en el desarrollo econ6mico de Puerto Rico.
Finalmante, el Banco sirvi6 como instrumento para complements r el proceso de desarrollo econ6mico sagun Ia habra conceptus lizado su presidenta, Rafael Buscaglia, concentrandose en Ia emisi6n de bonos pare las corporaciones publicas. Para atander las na cesid ad as de prestamos de alto riesgo, mas alia de Ia que Ia banes privada estarra dispuasta a asumir, sa cre6 posteriormente, en 1985, al Banco de Desarrollo para Puerto Rico. Bolivar Frasnede basa esta inters· santisimo y minucioso astudio an muchas fuentes fidedignas, inclusive en las minutes de reuniones de Ia Junta Diractiva del Banco de Fomento. Por su canl cter confidancial estas fueron inaccesibles para los investigadores haste qua en 2004, at presidents de Ia Junta de Directores del Banco Gubarnamental de Fomanto, Juan Agosto Alicea, sa las facilit6 al autor. Esta sa concentr6 en los dos tomos que incluyen las minutas del 1944 al 1948, periodo an qua opar6 el Banco de Fomento. La abra Guerra, banes vdesarrollo; a/Banco de Fomento y Ia indus· trializacion de Puerto Rico esta profuse mente ilustrada con lotos y mapas de Ia epoca. Es un an61isis hist6rico profunda, orientado hacia Ia comprensi6n del presents. Es par eso qua aste obra nos deja con inquietud de futuro. Ahara que atravesamos otro periodo econ6mico diflcil, nos lleva a preguntarnos lo que po· driamos hacer para regresar a una situaci6n de crecimiento y desarrollo. Lactura obligada para todos los que queremos a Puerto Ri C.!l_V deseamos su mayor prosperidad.IID
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:\LTOH: .Jose H. OliH•r EI>ITOHL\L: Jnstituto dt• Cultura Pucrtorriqueiia. I" cdki<ln TiTLLO: Caguana: legado hist<'•rico 1'.\(;J~:\S: IIU
Liar el nombra que da titulo a esta obra avoca an nosotros ase pasado talno que craamos conocer de nuastros aiios ascolares. Los que hemos tenido Ia oportunidad de visiter este maravilloso centro ceremonial sentimos el deseo de conocerlo major, asl que tomamos allibro para admirar las fotos, y ya no podamos dejarlo. Este lema ten apraciado, an manos del arqueologo puertorriqueiio Josi R. Oliver, sa convierta en una obra maastra bellisima qua va mas alii de su atractiva prasentacion. Para elautor,los petroglifos de Caguana son un verdadaro tasoro de Ia historia de BoriquiA. El nos da esa parte de nuestra historia y mis en bandeja de plata, an ella informative y bien documantadaediclon dallnstituto de Cultura Puartorriquena. Oliver nos II eva at principia de las excavaciones realized as a partir de 1915, y describe las distintas hipotasis qua los arqueologos fueron generando al respacto de Ia funcion de Caguana en Ia vida de los tainos. Si hubo alii o no asentamientos permanentas fua una de las dudes discutidas por: Mason, Rouse, Alegria, Chanlatte y otros. En 1992 Juan Rivera Fontan sa inclino a pensar que Caguana no era un centro ceremonial·rehgioso vacante, sino que posiblemente tuvo un nucleo pequef\o de habitantes permanentes. Segun Oliver, es Ia costumbre de tirar jalda abajo Ia besura lo que ha impedido haltazgos de restos alimenticios y de artafactos en Caguana. Piensa que durante las actividades importantas de areitos y juegos de palata, seguramente sa unirien a esos pocos habitantas otros grupos procadantas de fincas disperses par Ia zona del Carso. Oliver marca el1955 como un hito en esta trayectoria, al fundarsa entoncas allnstituto de Culture Puertorriqueila, con don Ricardo Alegria como Diractor Ejecutivo. Muy pronto don Ricardo lagro adquirir estos terrenos y convartir elarea an un parque arqueologico. Baja su diraccion sa inicio Ia restau· racion qua astuvo a cargo de Hector
Maya y Walter Murray Chiesa. Fue de altos Ia idea de aliminar Ia vegetaci6n loninea y sembrar pia ntas autoctonas, craendo asi en Caguana un parque de racraacion, edemas de un yacimiento arqueol6gico. Fue inaugurado en 1965 y para 1972 abrio sus puertas el museo de Caguana. Narra Oliver, basado en documentacion de cronistas aspailolas, qua el batay sa jugaba con una palata de hula en can chas llamadas tambian bateyes. Habra juegos deportivos, en los que competian por placer dos equipos que podian ser de hombres o de mujeres. Tambien los habia ritualas, en los qua Ia competencia era de importancia, ya que daterminaba Ia decision qua tomaria al cacique segun dictara al ceml del equipo ganador. Explica que fua an un juago de palata con fines politico-religiosos que sa decidio que el equipo ganador de Agueybana "EI Bravo" emboscara a Cristobal de Sotomayor y comanzara Ia rebeli6n de 1511. Cabe destacar qua los recintos dadicados al juago de palata no tenlan petroglifos, o si acaso, tenian uno. Elautor de mucha importancia a los petroglifos dale Plaza Centra I A de Caguane par ser cemles monumentales. El cemi as alga abstracto. El behlque o chaman, tras inhalar Ia cojoba, decidia en qua artafacto con· erato dabia manifestarse. Para altos, el objeto no reprasentaba un ceml, sino que era un cam! con poder divino. Los 22 patroglifos de Ia Plaza Central A prasentan mezcla de formes humanas y animales. Elias narran una historia con trasfondo mitologico de manera circular. lncluyen Ia lormecion de Ia sociadad, Ia craaci6n de Ia mujar, el funcionamiento polltico-raligioso de los indigenes de Caguana, ensalzando edemas Ia ganealogia del cacique y los logros de sus antepasados. Segun Oliver, esto sa debe a que el cacicazgo era hareditario y los diluntos, ya cemificados, eran venerados como antes podarosos. El arden de petroglilos asi lo demuestra: dell allO son
antepasados del cacique, al petroglifo 11 as el cacique y del12 al22, sus descandientes. Este arden coloca al cacique en una posicion central. indispensable. Tambien denote que an Ia sociadad tolna ideal existlan diferencias de estatus y rango social. Tanto Ia iconografia como los areltos tenian funciones socio-pollticas y raligiosas: propaganda alitista que explica ba el arden del univarso y el establecimianto del arden sociaVhu· mana, centrados en al cacique. Los areitos son caremonias que sa calebraban en dicha Plaza Central A, e incluian danzes y cantos. En alios se narraban los logros del cacique, su ganaalogla y su poderio. Sagun Oliver, los araitos solemnes aran dirigidos por un maestro de ceremonies qua podia ser hombre o mujer. Como dastacaban Ia unidad de Ia sociedad talna, todos: hombres, mujeres, guerreros, casados, solteros, segulan Ia coreografia delllder al unlsono. Utilizaban instrumentos como el tambor mayohabo {de troncol, astudiado exclusivamenta par Ia clase elite, los nitalnos. Los unicos otros instrumantos mancionados an Ia obre son: Ia maraca, qua usa be al bahique en cure clones, y el caracol, pe ro por los tres creian que ha blaban los carnies. Si a los areitos sotemnes asistian dignatarios extra njeros, para altos habia adamas de arelto, obsequios, cena y albergue en al caney o bohio del cacique. Salta a Ia vista Ia sancillaz con que Oliver narra tames tan complicados para nuestras mantes contamporaneas. Todo lo documenta minuciosamenta, sin perder ni por un momenta Ia atencion del lector. Es una obra qua sa disfruta de principia a fin, y sa recibe tanta informacion valiosa que solo despuas delaarla, podramos sentir que conocemos nuestro historia talna. Est& acompa· flada de una profusi6n de belles fotos explicativas que dan vida al texto an cad a pagina. Sin Iugar a dudes, as una importantlsima aportacion ala historiograffa puertorriquelia. DD