Verdades (enero 1937)

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NUMERO

EXTRAORDINAR 10

St' lf' \•ió. caminando t'ntre fu silrs p or una calle larl{a, s:1lir :JI campo frío . aún con est rc/.'.1S, d e /,1 m .1dru r:-:ul .1. M ,a .1ro r; a FPderico cu.1 ndo la luz :Jsom,11Ja. 1~·1 pc•lotón tic Vt'rdu!{os no O \ Ó m i r ,1r/p :1 la l':Jra. T ct.los Ct'rrar on los ojos: re7.aron : ¡ni Dios te salva ! Mul'Tto cayó Fednico - silng re en la frent{' y plomo en l a ~ entrati::Js. . . Que fué en Granada el aimt>n sabec/-¡pobrt' Granada .' -. ¡en s u Gr.:1n.1 da! . . .

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CRIMEN FUE EN GRANADA EL

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(EL POETA Y L A MUERTE)

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(EL CRIMEN)

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Sr• le v1o caminar .~olo con f : lla . sin m iedo a su g uadaña. -Ya el sol en torre y torre : los m artillos en yunque . -yunque y yunqut> de l.1s fr:I{! U:u. 11:.rbi.11>J Ft>deríco, TP1ut·hrando a / ::¡ lWuerte. Ella e sc u c h::~b:J. , "Porque· ay er en mi verso , com p::~ ñera. sonaba el Kolpc de tus s ecas palm:Js, y diste el hiele a mi cantar, y el filo :1 mi tr.1~eclia de tu 1JOz ele plata, te cantaré la carne que no tit>nes , los ojos qu ~· te faltan, tus cabellos que el ,•iento sacudía, Jos roios labios donde te be.<;ab:w ... lloy como .1yn, !{Íiana, munte mL1, q ué b ien contigo ; ! solas, por estos aires de G ranada, ¡mi Gr:waú.1!"

A FE D ERICO GARCIA LOR C A 111.

P ANTONIO r

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MA C H A DO

Se les víó

c::~minar .

.. Labr,1cl . ,, mif!OS , ele pirdr,1 y surño. c·n ('/ Alh:un/¡r:l, un túmulo :~1 poeta , sobre u na f uente donde llore el .1~ 11.1. y t•trrnamcnte dil{a: t'] crimt>11 fué f'll Gwn.'ld:J, ¡en su Gr.1n.:Jcl.1!


San Juan de Puerto Rico,

Enero de 1937.

notas de redacción QCEBEH :-.10 ES PODER Bien 1¡uisicnmws no creer I!Ue F1•l11•rico G:u·cia l.orca ha sido fusilado por lo~ militan•s faccioso.,. P1•ro quert>r nn es poder. ;\luy :; pesar nuestro no~ obliga a creer <•n el asesinato, perpetrado por los se. cuaces de Franco , la contundencia impl:wahle 1le los hechos. Examinémosles. 1' EOHIA DE ELI;\IINACION

;\lilltiples son los relatos d e concsponsalt>s ac-r•' ditados y n~rac<•s que co mo los de Waltcr l>uranh• en el X1•w )'or!; Timt•s, ios dt> Georgt> Beaton en la ~res . tigio~a •·cv i ~ la londinense The 'A"l'w Stafl'IIICIII ami l"atie!n, los de W. 13. Courtney en Collil'T's, cte. com . pmeban la existencia de una ddiberada politica 11<.' at<.'JTori zami<.'nlo. sistemát icam<.'nte llevada a cabo pm· los ejérdtos invasores d e los ¡Ir-nerales alzados. Se trata el" una sanguinal"ia norma d e conducta contra la población civil no combatiente que el Al/ .4mericall 1 rl'ss Ser11ice, ll<.'sde Lisboa, ha definido como " la IPflria dr l' liminacit'ln del General Franco." CONFESI0:-.1 nE PARTE Hojas sueltas lanzadas sobro:! ;\ladrid por avion es al<.'numcs al st>rvicio de los "rd,eldes" amenazabun a la J)Ohlación <"on la pue!>ta en prilc tica de esa teoI'Í a si no S(' rendía e n~· eguida. Cie•·tas palabras atrí. huidas a Jos Generales Mola y F.·anco en relación con hospitales y 11risioneros, al ser cmnprobadas, constituyen otra confesión de parte. La comprobación vino d<.' lm; propios labios del Gen<.'ral Queipo d<.'l 1 lano. Desde la radio sevíllana Queipo del Llan•1 hn con fc~:-tclo los horrores ~· atrocidades de Carmond, no Jlarn cleplorm·Jos sino para justifkarlos como un " ejemJJio" snludahle: para atrrrorizar las Jloblaciones lentes. GEOfiHAFIA TRAGICA El sanguinario sisll•ma de eliminación comenzó a poners<' en pritctica en ;\larruecos. al estallar la rebl•liún de Jos generales traidores. Luego, la invasiún el<' Jos ejcrcitos extranjeros coll!andados por Franco eleja una estela de bárbaras crueldades e n la Península. Carmonu es súlo un punto. Las m:tlanzas de Raja. d oz se hic ieron trágicamente cél<.'bres ~· se ronocen ron lujo de d etalles no porque fueran una excepción, s ino por la preseneia alli, duran!-: los sucesos, de varíos repres<'nlantes de la prensa ex tranjera, que pud ieron salir, luego, y contnrlo. La toma ele Toleclo fué otra pitgina ele inhumani:Jad<.'s sistematízacln~. Pero atenlif:\monos a Granada que es lo que ahora pri¡¡dpaluJ<.'nte importa y m ás a cuento vie ne. TESTIGO OCULAR t;n periodista norteameric:tno, Robert Nevillc, e•;taha el<.' vacaciones en Granada cuando se apoderl!rnn cll' ella lns facci osos fle Fr:u;co. Por fin logra sa.

lir. ('JI comp:uiia tll' otro periodista, n. A. ()a vielsoB. d el .\'t•w.~ (.'lwnidt• de l.ond•·es, ~· hace, ¡·onjuntamellk con l'Ste último. tleclarncíone~: sobre los sucesos. que los cables tras mite n desde (iibraltar. Luego publica en su propio pcriútlico, 1'1!1· .\'e•w \'ork 1/err,/(( Tribruw, un r elato d etallado di' lo que acontec il'. en Granada aquel mes de agosto. AhoJ'J'amos al ledo •· los detalles: pcm la síntesis d e I:Js manife•.ta<·ionc, hechas e n (iibraltar r·s como sigue: "Ouran•.e nuestra 1•stanl'ia en (inlll:ula funcion ó el pelotón de fusila . mientos ininten·mupillamt>nlc. Fuimos' testigos <le i a mane•·a d e hac<·r las ensns los r c:JCldes. Desde nues. Iros bakones n•íanH>s el desfile const:wl e cll' camínne : repletos de prisionl•rns haeia el cementerio. ~linuto' después oíamos las desearj.!as. Cin<:o minutos ndts tarde tornaban vados los e:nnioucs _... "

EL CRntEN F UE EN GHi\NADA Por esos días azarosos estalla Fedt'ríco Gtu·c ia Lorca e n (iran:ula. Había ido a ~~~ ti e rra natal. comn con alguna frceucneia :tl'Ostum b raba. Tenía e n pre . paración una nueva obra dram:'lti1·a y buscaba un ¡·r•. tiro dnntle tra!: ajar. Federico no estaba aliliaclo a ningún partido politico y sus actividades pilblica'i se ce~iian al <·ultivn ele las letra;, 1le la música, ele la esceníflcaeiún. "Por donde pasa - dijo ele él ;\larL• Luz Morales- ¡•s amigo, amigo, amigo de todos, siil cletcnersc en elístingos a cleredJ:J ni a izquít;nJa." Pero su hermana estaba casada eo n el alcalde de Gr:J. nada. Alcalde eleeto lcgahne ntc. Candidn6o tri u ·•fante del Frente Popular. Ese fué su delito. ¡A menos que no lo fu era el hec ho de ser poeta!

LAS PRI;\'IEHAS NOTICIAS 1 a p.-imera notic ia nos llegl) estando en un reci. tal poético la noche del nueve d e septiembre. AlguÍl''J que oyó la noticia radiada <lesde Madrid, se la comu. ni có al recitador Leopoldo Santiago, quien le dedicó a García Lorea la segunda par~c de su programa. Al otro rlía apareció en El Mundo 1:. misma noticia tras. mili da elesele ;\lurcia y Madrid. El comunicado dec ía: "Los fugitivos que llegan de Gmnada confirman las noticias de que un piquete de !>oldados fusiló al co. nocido escritor Federico Garcla Lorca." Cinco dbt> mús tardr llegaba la protesta, pm· inalámbrico, de la Unión de Autores y Composí tor·~s Españoles y de l::t Unión de Profesionales de Bellas Artes, así como tnrnbién unas frases de un rnini~tro del Gobierno oc Mrulrid C'omlenando "el asesin ato <le nuestro po<.'I•J por la horda criminal d e moros y aventureros que han profanado a Granada." Por último, la agencia Prensa Unida trasmitió este cable: "Un mensaje de Murcia informa que un ejemplar del p eriódico ldral de Gra. nada, fe chado el 20 de agosto, que se recibió en aqu<!lla ciudad incluye el nombre del poeta Federico Ga•·· cía l.c:-cn rn la li ~ t:~ de víc timas üe\ d'a l!l de agoste ."

(Pasa a

In última pigina]


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el poeta Federico Garcia Lore a E todos los escritores de la gl)nera. ción llamada hace unos años, (1920. 1930), con imprecisa vaguedad, del vanguardismo o del arte nuevo, nin. guno ha alcanzado un reconocimiento más general que Federico Gnrcia Lor.

en las que no hay concesión alguna al gusto general. mente vulgar de los auditorios teatrales. Un viaje ' Cuba en 1930 produce entre los cubanos efectos aná. logos a los que había producido en medios tan diver. sos como las peñas estudiantile-; y literarias de Gra. nada, la flesidenda ti~> Fd•tdiantes, los grupos de Js, y el gran público de ~e está todavía el triunfo 1 .ir::maturgo y del bom• • 1do ya las posibilidades • las, una norteamericana, uevos horizontes artisti. cer traducir una de sus Damos n rontinuación una lista de las p1·incipales erratas lodas de Sangre-- para obscryadas, algunas ele las cuales aparet:"cn corrcgi<hls e11 e Nueva York, por don. pitiendo en los pocos algunos ejemplares del presente núméro. el grupo necesariament., Donde dice: Debe decir: espai\oles y americanos, tptador de simpatlas. Pú~. 1 Colnm. 1 Línea 42 Bajadoz B~Hlajoz

Fé de Erratas

P:íg. 1 Colum. 1 Línea 48 tengámonos ntengámosnos Pág. G Colmn. 1 Línea 1 pintura primera r Ix XI Pág. 15 Colmn. 2 Línea 25 ~ ~ Pág. 2~ rritulo: Lauclemns Virus Lamlemus Viros Pág. 23 Colmn. 1 Línea 7 .Aitoiiito .Antoñito Páp;. 2:1 Colum. 2 Línea 33 ·saem~ Saez Pág. 24 Colmn. 2 IJíncn 47 Negwinoff Megwinoff • Pág. 26 Colmn. 2 Línea 47 cables sables Pág. 27 Colum. 1 Línea 41 Canciones Romancero Pág. 27 Colum. 2 Línea 20 páparo pá.jaro Pág. 27 Colum. 2 Línea 48 canto cante Pág. 32 Colum. 2 Línea 49 circuntanscias circunstancias Pág. 33 Cohm1. 1 Línea 9 (omitido) Ahora su melodía cu J aaua

versitario. Se ganó alli el afecto de los hombres ma. duros que reglan la nueva España intelectual, la amiStad cordial de sus camaradas. A través de muchas lecturas privadas de sus versos fué conquistando el fervor y la fe del Madrid literario en todas sus capas, generaciones )" grupos. Durante varios años, sin h3bcrse publicado gran parte de su obra, Gnrcia Lorca había ganado sin batalla el puesto de primer poeta de su generación Después, conocidos ya algunos de sus libros, su· fama trascendió ni púhlico, y en una época de poesla aparentemente hermética, hermética en todo caso para la mayoria, sus ,·ersos comenzaron a ser recitados por la gente. Un paso más y triunfa plenamente en el teatro, se aclaman sus obras, obr11:>

.o y tiene ahora (1935) m Fuentevaqueros, pue. de junio de 1899. De y andaluz neto, hered(,, asión; d e su madre, an. 1, que en este caso sig. ~ndaluces como sus pa. asados, y algunos de sus toria no nos es inflel•tcar en su ascendencia árabes de la Granada lo XV. Andaluza esen. na, contenido y espiri. latitudes en materia de la no era ni la vital y rera o M:muel Mach:t. tarinera de Málaga y 1--; ni la clásica, sen. cencJOsa y barrora de CÓrdoba · -S~neca, Mena, Gón. gora, sino la Andalucia d e Granada, encantada y misteriosa, lle-na de- rumores de agua y de aromas sutiles, rumores y aromas que ~e hallan por donde quie-ra en los versos ele Lon·a, purificados, eso si, de la vulgaridad con que la poesía de clkhé a lo Zorri. lla, o, lo que es peor, a lo Villarspesa, los habla des. prestigiado. La poesía de Lorca es o granadina o andaluza en su integridad, pagana y apasionada, a mb de ser poesía simplemente sin patria y sin geografi:t. Estudió de niño en un colegio de Almerla y Juego t'n Granada: Sagrado Corazón, Instituto y Universi. dad. En el Instituto sabia mucho, pero le dieron 'cates• colosales, dice en una entrevista, y añade que se ga. nó "una populnrirl:ui magnifica poni.-ndo motes J

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el poeta Federico García Lorca

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todos los escritores de la genera. ción llamada hace unos años, (1920. 1930), con imprecisa vaguedad, del vanguardismo o del arte nuevo, nin. guno ha alcanzado un reconocimiento más general que Federico Garcia Lor. El es para el publico literario más amplio y también para muchos critico~ al valor menos discutible.

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~~~~~~ Ello depende en gran medida de un

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rasgo digno de hacerse notar al acer. carnos al estudio de su personalidad: -~~~ilil~• algo que podrí:m1os definir como !IU poder de conquista. Otros poetas de esa misma ge. neración han logrado tras una labor cerr¡¡da, frente a la indiferencia de los no iniciados, el respeto de los criticos y el culto de un grupo selecto; a Lorca le ha seguido !>iempre, desde su in!am·ia, la admiración de todos con quienes entraba en contacto. Fué el poeta y el artista cuya genialidad se daba por concedida aún antes de conocer su obra. Influyen en esto, por de pronto, razones de simpatía puramente personal, no ajenas al carácter de su obra misma. En Granada, se ganó, todavía adolescente, la de. voción de condiscípulos, amigo~ y escritores. Fué el niño prodigio -dicho sea sin la menor intención peyorativ~.- de una nueva "cutrda granadina", que en la segunda década del siglo conservaba viva la tra. dición literaria de la ciudad, la de Alarcón, la de Ga. nivel, la mb remota ele un Soto de Rojas y la escuela poética del setecientos. Llegó a Madrid hacia el año 19, poeta infantil e intldito, pre.· edido ya por ese cut. to de sus paisanos, como una nueva revelación poéti. ra: como el joven dt'stinaclo a recoger la herencia de Rubén, de Jos Machado, de Juan Ramón Jiménez. En 1\fadrid fué, desde su llegada a la Residencia de Estudiantes, el animador juvenil de las actividades artísticas y de una sensibilidad refinada y popular a un tiempo que irradiaban de aquel centro docente y un(. versitario. Se ganó allí el afecto de los hombres ma. duros que regían la nueva España intelectual, la amis. tad cordial de sus camaradas. A través de muchas lecturas privadas de sus versos fué conquistando el fervor y la Ce del Madrid literario en todas sus capas, generaciones y grupos. Durante varios años, sin haberse publicado gran parte de su obra, Garcia Lorca babia ganado sin batalla el puesto de primer poeta de su generación Después, conocidos ya algunos de sus libros, su · fama trascendió al público, y en una época de poesía aparentemente hermética, hermética en todo caso para la mayoría, sus ,-ersos comenzaron a ser recitados por la gente. Un paso más y triunfa plenamente en el teatro, se aclaman sus obras, obrns

en las que no hay concesión alguna al gusto general. mente vulgar de los auditorios teatrales. Un viaje • Cuba en 1930 produce entre los cubaAos efectos aná. logos a los que babia producido en medios tan diver. sos como Jns pe1ias estudiantile~ y literarias de Granada, la Res idencia de Estudiantes, los grupos de literatos y críticos madrileños, y el gran público de Madrid o Barcelona. Reciente está todavía el triunfo sin precedentes del poetn, del .-tr::maturgo y del homhl'c en la Argentina. Y cuando ya las posibilidades •ll' conquista parcelan agotadas, una norteamericana, inteligente escrutadora de nuevos horizontes artísticos, se lanza al riesgo de hacer traducir una de sus últimas obras dramáticas -Bodas de Sangre- para dnrla a conocer al público de Nueva York, por don. de también pasó el poeta, repitiendo en los poco~ meses que aquí estuvo, entre el grupo necesariamentd más reducido de sus amigos españoles y americano~. la experiencia de su poder captador de simpatlas.

•* • Garcia Lorca es granadino y tiene ahora (1935) treinta y cinco años -nació en Fuentevaqueros, pue. blo cercano a la capital, el 5 de Junio de 1899. De su padre, hombre de campo y andaluz neto, hered{•, al decir del poeta mismo, la pasión; de su madre, an. claluza . también, la inteligencia, que en este caso slg. niflca sensibilidad refinada. Andaluces como sus p:a. 1lres debieron de ser sus antepasados, y algunos de sus apellidos -Vent>gas, si la memoria no nos es infielindica la posibilidad de encontrar en su ascendencia gotas de sangre de los Iinajt>s árabes de la Granada caballeresca y morisca del siglo XV. Andaluza esen. cialmente es su po!.'sia en forma, contenido y esph·itu, y si fuera factibl!.' aquilatar latitudes t>n materia de arte se \'Cría cómo su An1lalucia no era ni la vital y declamatoria de Sevilla -Herrera o Manuel Macha. do-; ni la fina, dtlicada y · marinera de Málaga y Cádiz -Albt'rti o Moreno Villa-; ni la clásica, sen. tenciosa y barroca de Córdoba ·-Séneca, Mena Gón. gora,- sino la Andalucla de Gra~ada, encant~da y misteriosa, llena de rumores •le agua y de aromas sutiles, rumores y aromas que ~e hallan por donde quiera en los versos de Lorca, purificados, eso si, de la vulgaridad con que la poesía de cliché a lo Zorri. lla, o, lo que es peor, a lo Villa('spesa, los habla des. prestigiado. La poesía ele Lorca es o granadina o andaluza en su integridad, pagana y apasionada, a mis de ser poesía simplemente sin patria y sin geografía. Estudió de niño en un colegio de Almeria y luego Pn Granada: Sagrado Corazón, Instituto y Universi. dad. En el Instituto sabia mucho, pero le dieron 'cates• colosales, dice en una entrevista, y añade que se ga. nó "una popularida<t magnifica poniendo motes J


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1 npodos a la gl'ntl'". En l:t Univer~iuad cursó las cart·t•. <•stlllliantil, nusrortc•r·o JHH" tlt•t-rns agn•sh•s de un e~ . ras tll' ))crl'dl•l y de Filosofía y Lctr:1s. Allí conociú pt•t•t:\culo domlc se muestr-a con <•spiritu y técnica clo! a llos maestros: Domingucz Derrueta, catedrático de hov d lt•atro cspaiwl. Triunfo teatral de sus /Jodas de Arte, y Fernando de los Hios, mentor en disciplinas Sa;l{)rc. Armonización para Argentinita de canciones filosóficas. Con <'1 primero llizo ~u primer viaje hacia populares y colaboraciones en hs representaciones de 1!l17 a Castilla, viaje que le inspiró su primer libro. El amor brujo de Falla. <:en Fernando de los Rios vino doce :uios m:\s tarde 1!)33.1 934: Viaje a la República Argentina Y ni n l':u<'va York. Uruguay. Exito de /Joda.t de Sangre. Conferencias. Paralelamente a sus estudiC's universitarios, cut. AdaptaciÓn de l.a clama boba, de Lopc. Vuelta a Espa. ti ni su formación artística. Ap!·erulia música con un ña. llcpresentación el 29 de dici('mbre de l'erma, últi. maestro modesto de la ciudad. Escribía versos desde ma de sus obras. los dil'cisicte arios. Con sus hermanos y amigos orga. Cerramos ·este esbozo biográfico señalando \IR nizaba en su casa represt•ntaciones teatrales de tonn rasgo más de su car:"tcter. En una generación de poe. infantil, primitivo y popular·. \'ucaciones firmes -nu\. tas, cuya tónica ha sido esencialmente culta y univer. sica, poesía, teatro- de las que luego ha ido saliendo, sitaria, él y Alberti .-el que más se le parece- han siempre como cosa un poco de !uego, su obra de poe. sido los poetas que han vivido la poesia y para 1:t ta, de dramaturgo y de músico. poesía, nlgo a la man('ra irregular·, aventurera y bohe. En 191!! sale de Granada. PN consejo de Fernan. mia de los hombres del modernismo. Hay sin cmhar. do de los Rios fué n i\Iatlritl, a la Residencia de Est11. go un puente C:l!e le une al espíritu de sus contempo. diantes. Sus quince aiios !le l\Iaddd, interrumpidos r:'tneos: su filiución tic "resi1lcnte"', y una cierta te:r. pnr vueltas a la ciullatl natal, sott quince años de prn. dencia crítica, prcsl'nte en todos ellos, que le ha IIc. greso artístico, de consagración definitiva a la poesía. vado a estudiar seriamente la literatura clásica. En Abandona los estudios universitarios. Como en Grana. una generación cuyo lirismo ll~va el sello de la suti. da, organiza representaciones t<"atrales íntimas y lee leza intelectual, cada vez más alejada de las fuente-; sus versos a los amigos. Su vocación musical, Comen. inmediata~ y vitales, lirismo en el que predomina la lada por las relaciones con Falla, se orienta hacia la forma sohre la substancia humana. Larca es, en gran canción popular y se integra al mifsmo tiempo en la parte, vitaliclad y fuerza creadora. No ignora los re. obra potltica y teatral. cursos de las m{¡s sabias retóric:ss, pero la fuente de En 1922 colabora con Falla y con Zuloaga en la donde mana su obra no es el intelecto, sino más bien org:mización de la fiesta del "Cr.nte jondo" en Gra. . la inspiración. nada. De t 926 a 1928 forma con Guillén, Salinas, Dit>1\luy joven todavía dió a la estampa un primer Ji. go, Alberti y Dámaso Alonso un {!'rupo que recoge to. bro en prosa, lmpn!!siones y paisajes (1918). Libm do lo valioso de la poesía nueva y que en esta fecha típico de aquellos años, representa el contacto de un aparece transitoriamente unido en falange bélica. Con alma joven de poeta del medio<lia con Castilla, vista ellos participó en el homenaje a Góngora, colaboró en más a través de las lecturas castellanistas de entonces la revista CARl\IEN. En estos año~ inspiró también b -Unamuno, 1\lachado, Azorín- que a través de u:ta publicación de una revista de pc.esia titularla GALLO, visión propia. hecha en Granada por unos cuantos muchachos jóveLibro de Poemas (1921), publicado a los dos años nes. de estancia en :O.ladrid, da la imagen exacta de sus dia'l. En 1927 tuvo en Darcelona 1'1 primer éxito teatral de adolescencia y juventud. En los años de la embria. con el estreno de MARIANA PINEDA e hizo en la mis- guez ultraista estos poemas di! Lorca presentan 1111 ma ciudad una exposición de cuadros y dibujos su. carácter felizmente anacrónico. El Libro de poemus y os. es rico de oontenido y no esca~ea en trozos de gra;t En 1929 se revela en una modalidad inédita, la de belleza, pero su interés estriba sobre todo en dos he. conferenciante, en el Lyceum Club de Madrid. A e~­ chos: en el entrelazarse, sobre un fondo dt> personalita primera conferencia sobre "Inmaginación, inspi. dad original en formación, de todas las corrientes ración y evasión en la poesía", siguieron otras varias que cruzaban el ambiente literario de España en la sobre diversos temas folklóricos y de la poesia clási- fecha de su publicación. ca española. Este año marca una fecha importante de Larca ha sido el único poeh de estos últimos quin. su vida: la salida de España y el primer contacto con ce años de raíz casi puramente española, el que no ha América. En Nueva York estuvo hasta la primavera roto, ni cosa más esencial, ha pretendido romper con de 1930. Fué para él su estancia en la ciudad, revela. los antecesores inmediatos. ción de un mundo nuevo, de intenso dramatismo, cu. Tras el arranque inicial, Larca emprende el rumyo espíritu inquietante recogerá en poemas de tono y bo consciente hacia los más modernos horizontes Ji_ factura aparentemente opuestos a lo más conocido de ricos, fiel siempre a la raiz de tu inspiración: poesla su obra anterior. En Cuba, a donde pasó más tarde, andaluza de entronque popular, pero de interpreta. siente el vaho caótico del trópico y de un país en conción libre en el Poema del cante }ondo, publicado en vulsión, se asoma a la Améri~ española, oye el ritmo 1931, pero escrito diez años antes;· y lirismo puro e afro-hispano de su poesia Y de su música que incor. infantil en Canciones, publicado en 1927, escrito en. pora también a su arte. tre 1921 y 1924. La forma es en ambos extremada. 1\fás actividades: mente simple -versos cortos de base octosilábica 1931.1933: Vuelta a España. El gobierno repu. su gran mayoría y asonancia libre- y el ritmo, en blicano le encarga la dirección de La Barraca, teatro contraste con el de los poemas anteriores, se ha hecho

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intrrno, musical y d elicad o. El Poema del cante jondo cs la expresión lirir;t de un andalucismo depurado, sutilizado en c¡uinta. cs<>ncia c?t~1o lo está en los tcm:a~ que sirv<>n de pau. ta - segmrtya, soleá, p el<>nera, m eta, guitarra, candil, c humbera-. Los motivos, breves y agudos, se enla. zan en p e rfiles y quiebros exactr.~. Los elementos dra. ~~1:'lticos - muer!<>, pasión, grito, calvar io, puñal, qtH'¡ulo, llanto, doblar d e campana~- apa recen Jimpius d e lodo p atetismo, envu<>ltos por la gt•acia de los estri . billos popular~><¡ : "¡Ay amor que se fué por el aire 1 ¡Ay yayayayay, que v<>stida con mantos negms 1 ¡Ay amor bajo el nar anjo e n flor t" O por <'1 ritm o de la copla : " Que muerto se quedó <'n la calle qne ('011 nn puñal en el pecho y que no le conocía n:ulie." Sin•i<>ndo de fondo a la canción, todo rl paisaj ~ de Andalucía líricamente recrea !lo: ca mpos de olivos, tierra seca y quieta, cielo de luceros fríos, olores p e . nctrantes, ngua y vil'nto, ríos andaluces -Guadalquivir, Darro y Gl'nil-, ciudades de alma milenari a - Córdoba, Gra nada y Sevilla. No faltn t::u npncn E'l elemt!nlo misterioso y alucinante. Véase por ejemplo " ¡Ayl": "El grito deja <'n el vi ento un!l sombra de ciprés. (O!.'jadml' en este campo l)orando.) Todo se ha roto en el r.aundo. No queda más que el silencio. (Oejadme <>n este campo llorando.) El horizonte sin luz está mordido de hogueras." Y sobre todo, "Camino", una de las composieio. nes más b ellas. "Cien jin<>les <>nlutados, ¡,d ónde irán, p or el cielo yacente del naranjal? Ni a Ccírcloba ni a Sevilla llegarán. Ni a Grana da la que suspira p or el ma r. Con siete ayes clavados, ¿dónde ir2n, los cien jinetes andaluces del naranjal?"

• * * Los dieCiocho romances dtll Romancero Gitano 0!128) hicieron un efecto fulminante. Salió la poesía

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nu eva al ni re lillre 1lr J:¡ plaza. Como r a r a V<'Z oc urre, c riti ca y público se uni l'ron r n la alaba nza. Muc hús han hablado d espués de conces;oncs a la musa fácil d el pintor esquismo y d el color local. Juzgad os sin apasionam icntn, lo que se ve en ellos es la fidelidad sin trampa del poeta c·onsigo mi~mo. Ha y e n otras fa ses de su poesía moti vos de m a ~· or :~li e nt o, de maym· universalidad, p ero el Romancero gitano rr pres!.'nlará siempre el c ulminar Jirieo <le la mod alidad pro . pia mente a ndaluza cJUe domina en estos diez prime ros años d e producción. En i•l se i ntegm <>n forma, es)li ritu, plástica, fantasía y r itmo una visión p oética rJIIC en los libros ant eri or es aparece fragmr ntaria. Lo c ul. to, r esultado d e las exploraciones hechas en nuestro ti empo en l'l c:unpo d e la mr tMora p11ra y de la 1les. r ealización imaginati va, aparee'.! incorp or ado a fuen. tes de inspiración popular c u~ o arra nque vie ne de muy lejos. Bajo la superfi cie brillante - sensualidad Y movimiento- se encubren h on•las esencias drarmi licas de pasiones elementales y la intuición puramente Jiriea del misterio de una And Jiueia, donde la p asión, la gracia y ese gesto senequista del h ombre acepta n. do impávido Jo inevitable, se h a n hecho natural eza espiritada y mágica como la Ju:r. irreal 1le sus nochrr. nos y de sus paisajes. En sus últimas producciones Jo mismo que en las estudiarlas, ha seguido, sin renunciar a lo a ut.:ntic·11 de su temperamento, la curva variable d e las escucln-; y evoluciones en toda la p oética r eciente. Al momen. to de orientación neoclásica corresponde su b ella "Soledad" publicada e n Carm ?;; en el homenaje a Fra y Luis de Leó n. En la " Oda a Salvador J>alí" CRt>v. de Occidente, abril ele 1!l:?ll. tomo VIl ) y en los fragmentos publicad os en la ''Oda al S:!ntisi mo S:lc ra m!.'nlo" (RI'I•. rl ~ Ot·ridrnte, t!iei!.'mbre de l !l28, to. mo XXII ) este n11evo clasicismo, en otra d e sus direc. d ones, la presidida pm· \'all'ry, - estruchH·a, ord en. cxal'litud- va rmpm·cjadn co n nudacias de tono y de mcl:i fora qu e d eja n cntr·c\'cr una cierta tendencia 11 utili zar algunos t•lt>menlos de los ensayos superrealis. las. C:ombinadón d e una tt>cnica e n gra n medi da sup!.'rrealista - im:ígrn!.'s in co n C'x a ~ ti c un pretendido fondo subconsciente, ver so Jargn y proféti co- y d el choque d e su sensibilidad con u n mu ndo como el lle la mrtrópoli nortca merÍI'ana en el que por d l'bajo d e un orden aparente - r azón, acl'l'•l y máquina- andan sueltas en cn nfu~i ón de sel\·a p.asionl's primitivas y b:'trharas es su libro ,\'ul'v n l'or.l.", casi enl<>ramen tc inl·dito. Pr<>eisamente el contraste e ntre lo pri mitivo d e las pasiones y el fond o vaci0 d e una civilizacióll perf!.'ela en todo Jo exlemo es Jo que Lon·a vió con magnífi ca intuiei ún en Nueva York. Miseria y c ruel()ad de la naturalc:r.a sometida a la máquina ; el rei:10 ()e Jo !.'conúmiro !lcstruyl'ndo todos los vnlores huma. nos. No aba ndona enteraml'nte la vena d e lo folklóri. co. En el viaje a Cuba vu!.'lve a a parecer el p oeta po. puJar en su son " Iré a Santiago" de · ritmos musicalec; afr ocubanos sobre pautas tratlieionales 1le bailes d<>l teatro clásico, fuente remota d e muc ho de Jo que h oy pasa por genuinamente n cgroid ~. Tres é pocas bien marcadas, como ha p odido ver . se, se delincan predsas en la ev<'lución de l a obra de


García Lon·a ...... La pintura, etapa formativa que lt•rmina en 1!>20, está inscrita en In órbita del moder. nismo y del postmodernismo;· la segunda (1!>20.1!)26) está prendida po1· la abundancia de los elementos po. puJares y andaluces dentro de un marco de poesíil nuev:1; la te1·cera, todavía sin definirse es más diCícil de C:ll':leterizar; llamémosla prO\·isionalmente poesía de proyección hacia planos má:. universales y clásL cos. A las tres épocas del poeta corresponde la evoh•ción drl dramaturgo, campo hacia el que aquél gravi-ta cada día más decididamente. Marina Pineda, estrenada en 1!>27, estampa ro. mántica con fondo popular, La zapatera prodigiosa (1930) y Amor de Don Perlimplin con Relisa en su iardin. ( 1!133), farsas ambas de carácter guiñolesco, responden en parte a la inspiración lírica de Can. ciones. La última etapa, la actual, es la de los poemas trágicos de fondo rural primitivos /Jodas de Sangl'e (1933) y l'erma, estrenada hace ~ólo unos meses. Son dramas poderosos do1111e la sendllez de pura liríc~t clásica acentúa su honda emoción poética. Hacia el tratro parecen derivar por ley interna la inspiración y el arte de García Lorca. El mismo hit dicho repetidamente que siente la necesidad de ex. presarse en la forma dramática. Acaso es también ley constante de la literatura española que sea en el tea. tro donde se logra más plenamente la expresión de su genio poHico en lo que tiene de más nacional. No es muy difícil situar, en mirada de conjunto, la obra 11<.' Garcia I.orca en el cu:Hiro de la lil<.'rahn·a esp:~iiola d<.' los últimos quince mios. P<.'rtenece incon. testahlem<.'nte a la lirica más nu<.'va. ·:+ •

sía espaiiola de todos Jos tiempo~. Es tambii•n rl poe. la en quien pre1lomina el sentido de lo sensual. Si to. do esto es evidente, no es lo único. Si el Uomarrcl'r:J gitano es hasta ¡¡hora el libro donde estas facultades s~ manifiestan en perfección más cumplida Y por él hay que juzgarlo, creemos, sin <mbargo, que en sus obras ya conocidas y en parle 1le la que todavía está inédita se encierran vestigios tic un lirismo de m:is alta jerarquía rspirilual. Hay el Lorca íntimo y tirrn11 de Canciones y hay en germen en su primer libro una vaga i nquidtul metafísica, auscultar emocionado nnle el enigma de las cosas que nos descubren una dimensión no apreciada hasta ahora lo suficiente. mente. Dim<.'nsión de pensamiento no a la maner.t lógica del filósofo sino a la manera aclvinaloria del poeta o del místico. Dos formas toma esa inquirtod a nuestro modo rle ver: intuiciúa dl' lo invisible, ele las fuerzas <.'lenH•ntnles de la naturaleza y un Sl.'ntí. miento implícito d<>l dolor, lrnducido, como él mismo hn nfirmado, en una comprensilin simpática de todo lo humilde, nilins, animales, gitr.nos, o negros como en la "Oda al Rey de Harlem."

"'

Lns últimas muestrns de su poesía y su teatro in. dican que se encamina precisamente hacia la ínter. prl.'lación del misl<•rio de la vid:t y del hombre en su~ fuentes primarias en la 1¡ue ha 1esidido siempre 1.1 substancia de la perenne y verdadera poesía. No só. lo la que canta, sino aquella que acierta a encrrrar en su músicn, por vía milagrosa, l:t luz huidiza de las realidades profundas. Si alcanza en este camino la excelencia lograda en los ya and:Hlos, Lorca tiene con. 11íciones personall.'s para srr, arlt:m:'ts drl primc1· líril'o ele inspit·aciún popular <>nlrr tocios los ele su genera. cic'ln, 11110 de los gr:mclrs poeta~ de nuestro tiempo.

*

Es sin duda <.'l po<.'ta de sn promociún en quien se ¡·enliza mcjm· el maridaje de lo tr:ulicional-popu. lar y de lo culto, rasgo fundamentnl en la m<>Jor poc.

,.

Angel DEL RIO

,

(Fragmento.~

de 1111 articulo de l/El'IST,t 111P:Ili.'IC.·l MOTJERN ..J, ')..'ew l'ork, abril, 1935).

alma ausente No le conoce el lol'O ni la higurra ni cahallos ni homtigas •1•! In casn. ~o Ir conoce <'1 niño ni la tnrdc JlOfCJII<' te hns muerto para siempre.

como todos los muertos que se olviclan en un montón de ¡t<.'rrns apagados. No te conoce nadie. No. Pero yo te canto. Yo canto para lu<.'go tu pel'lil y tu gracia. La madurez insigne de tu conocimi<.'nto. Tn aprtrncia de mu<>rle y ti gusto de su boca. l.a tristeza que tuvo tu Yalicnte alegria.

No te conoce <.'1 lomo de la piedra, ni el raso negro donde te destrozas. No l<.' conoce tu recuerdo nudo porque t<' has muerto para siempre.

1)

Tardará murho tirmpo en ll:lc<.'r, si es que nace, un andaluz tan claro, tan rico de aventura. Yo c:mto su elegancia con palabras que gimen y recuerdo una brisa trisll' por los oliYos.

El otoño venflrá con earaeolns, uva de niebla y montes agrupados, pero nadie querrá mirar tu<; ojos porque te hns mnerto para ~icmprr.

F. GARCIA I.ORCA de Jgnacto Stinchto: .Uejia")

Porque te has muerto parn siempre, como tocios los muertos de lo Tierra, '¡

.. 1

(De "Llanto por la Muerte

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?


un evadido de Granada cuenta el fusilamiento de Garcia Lorca ~~~~~:,. ANDEL Subirá, de Barc.· elona, a don-

r.. e

,_

r

t.l c a.:-aba de r<.'intrgrarse, ha estado prestando sus set·vicios como empleado de la Deleg.•ción de Hacienda de Granada, por espacio de cinco años. ~lanuel Subir:l ha vivido, desde el 20 de julio hasta estos dias de septiembre, las pág! nas más emocionnnt<.'s y de más zozobra que pudo vivir ningun humano. El mismo me confi<.'sa todavía con ese gesto de 1:1 tragedia en los ojos que ésta es la hora en que no ha podido .!>acudir ef mit>do. Ucvando unas veces en la J.olapa la enseña bico. lor y otras la de la P.epublica, levantando el puño o extt'ndiendo el brazo y la mann. cruzó por las filas cnemi¡;as. Su paso por Sevilla, su secuestro en Jerez, su arribada a l.a Línea, su llegada a Gibraltar, su tras. lado, al fin, a l\larsella, pudiera ser base de un artículo informativo para ESTA~IP:\, si Gira cosa no hubiera lkvado nuestros planes por otro camino. Quería yo tener alguna noticia concreta del po<.'ta Garcia l.orca, y Subirá, a tra,·és de su charla, sin darle al caso ninguna importancia, sin preguntárselo yo :;iquiera, me ha dicho todo !0 que apetecía. Nuestro interrogado, en los últimos días de ago>. to, vivía refugiado con su esposa -merced a la pro. lección del gerente- en el hotel más aristocrático d? Granada. En aout>l hotel se hallaban también las familias ()(.' ll(.'rt>dfa Spínola, la de Vega lnelán, Torre de Al. barragena, p,nnán y muchas m:'ls de la rancia aristu. cracia. Esto daba prett>xto para que, a compás de los ti. ros y fusilamientos, pudieran estos prócerl'S r eunirse todas las tardes en l'l hall, para tomar el té y comentar el suceso r eciente, que les traían de la calle, muy detallado, jovenzuelos falangistas, vestidos con los ntributos italianos y luciendo sendos pistolones. Pertenecen estos jóvenes a las familias poderosas de Granada, que vivían de sus negocios o de sus ren. tas, siendo frecuentador es del cabaret, del tiro di! pichón y de las juergas en Sacro.Monte. Un día alguien rlió la noticia en el coro de ha. h(.'r sido fusilrulo en Barcelona l'l escritor Jacinto Be. navente culp6ndose al alcalde de El Escorial de ha. ber h echo lo propio con los hrrmanos Quintero. Y uno de los señoritos insinuó: -Mientras eso hacen los rojos, nosotros hemo! respetado a Garcia Lorca, sabiendo, como sabemos, que es de la cáscara amarga. Vamos a tener que to. mar alguna medida. J.á m edida no se retrasó. Por la misma radio de Granada se supo la tarde siguiente que se habla hecho un registro en el domicilio rle Federico "Garcia I.orca,

encontr6ndosele pruebas fehacientes de que era un agente de enlace entre los r ebr!tl<.s de Granada - alu. dia a los obreros que no aceptab:m el yugo militaris. ta- y el Gobierno de Madrid. "Hay -decía en informe d e la radio- unas cartas de Margarita Xirgu, Fernande de los Rius y Marcelino Domingo, que demuestran claramente q•""' G;... cia l.orca no quiso aceptar la excursión literaria que se le ofreció a ~léji"co, para servir en España a la r e. volución." Después del informe de la r adio, se supo que Garcia La rca fué detenido en su propia casa por vein. te falangistas -en Granada se daban los nombres de todos los r¡ue fueron- y en vez de entregarlo a las autoridades para enjuiciarlo, se lo llevaron al campo, donde se le suprimió en unión de otros infelices sentencinuos d rlia anterior. Los falan gistas se h abían llevado a Garcia Lorca y habían dejado, en cambio, sobre su mesa de traba. jo las cartas acusadoras. La de Fernando de los Ríos ~e reducia a agrade. cer el envio de un libro y a hacer al poeta considera. ciones sobre la nueva orientación del Teatro de la F. U. E., La Barraca, que uirigia Garcia Lorea. La de 1\Jarc(.'IÍito Domingo <:ra llam6nuole al l\li. nisterio de Instr ucción Pública para encargarle de la delegación del T<'alro Nacional, cargo que no aceptó el autor del llonumcero Gitano. La ue l\larg:trita Xirgu est :~ba fechada en Méjico, pidiéndole con encarecimiento s~ trasladara alli para recoger los f(.'rvorosos aplanso'i de aquel pueblo, con motivo del estreno de l"erma. La Xirgu anunciaba a Garcia Lorca <'l envío de un giro para el ' 'iaje, que el po<'ta t·ecibió y devolvió por conducto del mismo Banco. Garcia Lon•a no militaba ·~ n ningún partido d~ l Frente Popular ni l'n nin gú n otro. Cuantas veces fué i nvitado a las propagandas políticas declinó el h onor, diciendo que no tt>nia ninguna condición de orador ni de propagandista;· en el Parl:;mento no se le vió jamás ; al Ateneo iba a la bibliotc·ca; huia de las tet·. tulias donde se hacia la dirección de las contienda~ politicas. . . Pero Garcia Lorca era fervoroso revolucionario. Sus armas estaban en su teatro, en sus ver_ sos, en los jugosos artí culos que daba dt' cuando en cuando a los pl'riú11icos. Subirá admiraba 11 Garcia Lorca. Ast'gura que todo el tiempo r¡ue el ¡1oeta estuvo en Granada -llc. gó en los primeros dias de junio a la casa que poseepermaneció encerrado, para poner punto a la nueva obra teatral que preparaba. Garcia Lorca no era militante en ninguna organi7.ación poli ti ca ni tenia . en Granada un solo enemigo. Conviene t'slc detalle para estudiar 11 fondo las causas de su muerte. Antonio de la VILLA

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(De ESTAMPA,

revi.~ta

madri/e¡ía.)


¿vive el poeta Garcia Lorca? . IPRIANO Rivgs Cherif ha encen. dido de nuevo 1~ ya apagada luz de la esperanza al decir que la tiene de <¡ue no hayan 111:.tado a García I.on·a. Cuesta mucho trabajo creer en la .nuerte de 110 o;er querido; una ft·asc vulgar lllanificsl.l esa resi~tencía d r.l ánimo a admitlr la triste realidad: l""l!!!!;~;t ·'¡l\le parece mentira!" Necesitamos ver el cmláver, sufrir la ausencia, !......-.-¡¡,¡,:;:;:::::=¡ para rendirnos a la evidencia. ¿Qué no ha de pasar cuando sólo por ru. w•:aJa--IDW mores y por testimonios, no de quie. nes no vieron el fusilamiento, sino de quienes oyeron decir <¡ue le habían fusilado, sahemos de la muerte de Fcdt>t•ico G:ucía Lm·ca '! Tan,l>ién se dijo que en León habían matado a Alejandro Casona, y el insigne poeta dramático, peda del teatro contemporáneo, es. tá en el frente, profesor de opti:nismo, como su Lolo, organizando representaciones p0r el estilo de la que dan los estudiantes en el Heformatorio de las Damas Azules. Esta feliz destrucción con su presencia de una notida horrible me hizo e~perar con redoblada fe c¡uc se demostraría era tambi{·n una sangrienta broma la del fusilamiento perpetrado rn Granada. 1\Ias tan abrumadora ha sido la insistencia de 1.1 Pt·ensa, basada en referenci:ls de fugiliYos de Grana. da, que hube de creer en lo que instinlivamnte rech:tzaba. Una de esas referencias me hizo admitir lo qu~ ahincadamente negaba: es la tic! fugitivo que hacia relaeió n de otros crímenes de Jos facciosos; uno d1! esos erimcnes, el fusilamiento del ex alcalde de Gra. nada y ex diputado de las Constituyentes, mí amigo y correligionario Palanco. Una reflexión contribuyó a quitarme esprranzas. l.a reflrxión es ésta: si es mentira como deseamo'l, el fusilmnientu ele García Lorca, ¡.¡wr c¡ué la Junta de Burgos no se apresura a decir ul mundo dolorido y horrorizado que el porta vive? :Sosotros, quiero decir el Gobierno legitimo de la Hl'pública demoerática, h.:. mos desmentido prontamente la~ falsedades divulga. das por el enemigo asegurando que habían sido fusilados por los rojos Jacinto Benav(•nte y los hermanos Alvarcz Quintero y otros cscritm·cs rlc menor nom. bradia. El silencio incomprensible de los fascistas venía, en mi opinión, a confirmar la muerte del poeta granadino. Escribí, ya casi seguro de lo que segula parecién. dome mentira, y al leer mi artículo de EL LIBERAL, vino a verme un amigo que me ilusionó volviéndome a hacer creer que era una siniestra patraña la muerte de Lorca. "Cr~o -me dijo-- que García Lorca vive; asl me lo asegura un escultor granadino." (El escul. tor aduce datos, que la prudenda me aconseja cnllm·, en comprobación de sus gratas nuevas.) ¿Se fundará Rivas Cherif en esta misma refCI'encia? No lo sé. El nombre del excelente director de compañías · teatrales, del buen escritor, del cónsul de España en Gine. brn, me hace recordar la dolorn de Campoamor (CiJ>riano flivas CheriC prologó l:l edición de poesi.ns,

de Don Ramón de Campoamor rn Clásicos Castella. nos) titulada "Glorias póstumas" y escrita con motivo de la falsa muerte de la poetisa Carolina Coronado: Aún el pesar me asr!;ina cuando aqui y por muy cierto se dijo de Carolinu que (¡Dios nos libre 1) había muerto. Ojalá sea también falsa la noticia de la muerte del joven poeta del 'Romancero gitano' y de 'Yerma'. Pero, ¡ayl, que apaga de un soplo Antonio de la Villa, el miliciano periodista, la chispa de esperanza al recoger la versión de ~lanuel Subirá sobre la muer. te de García Lorca. Según esa iuformación, dolorosa. mente evideneiadon1, al porta k mató el pelotón de asesinos en cuadrilla, en represalia de los asesinato! cometidos por Jos rojos de Ja.:into Benavcnte y los hermanos Alvarez Quintero, c¡uc viven para bien de las letras y para honra de la revolución española. La represalia vengativa siempre es una bárbara aplicación, al nn, de la bárbara ley del Talión -{)jo por ojo-; mas a ese crimen unen los forajidos de Granada, escoria del scñoritismo andaluz, las agravantes de precipitación, de ligereza, de no enterarse, de creer que nosotros somos tan malos como ellos.

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Roberto CASTROVJDO. (De EL LIBER1tL

de Madrid, 29 de 1tptiembre de 1936.)

Canción de Jinete Córdoho. Lejana y sola. Jaca negra, luna grande, y aceitunas en mi alforja. Aunque sepa los caminos yo nunca llegaré 'l Córdoba. Por el llano, por el viento, jaca negra, luna roja. La muerte me está mirando desde las torres de Córdoba. ¡Ay qué camino tan largo! 1Ay mi jaca valerosa 1 ¡Ay que In muerte me espera, antes de llegar a Córdoba! Córdoba. Lejana y sola•.

F. GARCIA LORCA (de Canciones) o)


'•

confirmada la ejecución del gran poeta t:'l'1'1'.m""'~"'IMI L corresponsal de guerra de "El I.i.

brrar•, de )!urda, en Guadix ha cele. brado una entrevista con un ciudada. no leal que logró ('Vadirse del infierno d(' Gran:~da, y QUe es amigo intimiJ del alcald e socir!lista de aquella capi. tal andaluza )l::muel Fern:indez )Ion. •esinus. Dicho ciudadano confirmó la noti cia de la ejecución del gran poeta r dramaturgo Federico Garcia Lorca, JJ1--.~ que nosotros recogimos hace bastantes ~~¡~~il dias con la ilu~ionada eperanza de .¡ue el rumor no 1 csultara cierto. Por no ha sido asi. El fugitivo granadino ascYCI'a el hecho cruel con palabra.> firmes y categóricas. Y ante ellas no caLe sino acepta¡· la dolorosa realidad.

l

X X X ;

Crimen bárbaro e inexplicable, la muerte de Gar. cía Lo1·ca pone de manifiesto a los ojos del )fundo t!l horror de esta lucha salvaje que las bandas fascistas han desencadenado sobre España. ¿Por qué han matado al poeta del " Romancero gitano" de "Bodas de sangre'', de "Yerma" y de ")lariana Pineda"·? Xadie habr:i. que pueda explicarlo, ni nadie logrará justificar esa tragedia innecesaria. Garcia Lorca vi. via con,agrutlo a su ol;ra m:1gnifku dll paz y de cultura, lodos de todas las peleus y d e todos los odios de los hombn•s. Su entusiasmo jun•nil, su aliento fecundo ~· vigoroso no tenia otro l·auc r que el de los versos, sus comedias, sus gl•nerosns cxcm·siones al frente de los mozos de l.a Barraca, que lle\·aban al pueblo una noble e~pre~iún dl• arte sano y limpio. Y he aquí que una vida clara y fuerte, honra de España, se trunca airnd:nnl'ihe, estúpidamente, sin razón y sin motivr•. Ilabi:lmos visto :1 Garcia !.orca a fines de junio en Madrid. Lo vimos - ¡cómo uo!- en el saloncillo de un tl'~llro, y tic tl'atro y de arte nos habló con su fe ence:111ida y su ardoroso arrebato de siempre. Esta. ba ya pn~parando su labor para la temporada inmetlia!a. La comedia de ~largarita Xirgu, la comedia de Cnrml'n Diaz ... Evocacione'! de la España castiza y vibrante de otras épocas, en las que se mezclaban dulces episodios familiares, no::;!algias de antiguas lec. turas y recuerdos folklóricos de grato sabor popular. Alegre y optimista, Federico explicaba a una actril aigunos momentos escénicos imaginados por él. Y gozaba, con su excelente humor de buen muchacho, canturreando una vieja habanera: "En Cuba, la isla hermosa del ardiente sol, bajo su cielo azul ... " e interrumpil'ndo la estrofg para decir, como decla la dama que le inspiró la situación dramática: -Niño; estáte quieto y no seas malo ... • "que te \'OY a pegar, que te voy a pegar." Reíamos todos, contagiados por el burlesco espf. ritu del poeta y adivinábamos y:. la gracia zumbona e irt~nic:J de la escena al adquirir plasticidad sobre ua

tablado. Garcla Lorca exponía sus planes; contaba con empeño de remozar la zarzuela española dá ndole un moderno y amplio scnt:do lirÍI:•J, dd que ahora ca. rece, y limpiándola de los tópi r <ls y vulgaridades que la empujaron a la dccauencia; tmnaba contra los que se lanzan a ('Scribir comedias sin conocer ('] castella. no; decía su amor a Galdós. --"¡Y hay autores dra. maticos que no h;~n leido a Galdósl"- y su fervor por el teatro clásico, fuente inagotable de la que ha de nutrirse el teatro nuevo .... Iba a marcharse, a los pocos dias, a su Granada insigne, a su casa familiar, pl'rdida en los laberintos de !a dudad moruna. Allí pasaría d wrano trabajando .... Y alli se fué, y allí le acechaba la muerte traído. ra, 1:ue nun ca como en l'ste caso se nos muestra con mayor vilezn. Nuestra pl'na y nuestra ira no encul'n. lr:m palabras para Sl'r reflejadas en las cuartilla::. :'\os hua matado -le han matarlo a España- a u:tll de ntlc,.tros hombres m:is preclaros, al que era orgu. lln y ejemplo de esta juventud que estaba dando dias de gloria y de l'.;plendor a nuestra patria. Nos lo han matado porque sí, sin que su muerte sea eficaz para ninguna causa, sin que con ella se logre ningún obje. tivo ni se vengue ningún agravio. En la tragedia, ni siquiern cabe rl'petir con el poeta, en la "Reyerta" de su Romanc('ro: "St•ñm·es gaardins civil ~s; ac¡ui pasó lo de siempr~: han muerto ~.:ele romanu~ y cuntro cartagineses." No; no pasó lo de siempre .... Pasó algo má~. <tue no olvidaremos, que no podremos olYidar nunca, que alguna ''ez tendrá venganza y castigo. Y, mientras, nul'stro dolor silencioso y emocionado ante d recuerdo de Garria Lorca.

(Editorial de LA l'OZ, Madrid, 8 de octubre, 1936).

falsete ¡Ay Petenera gitana yayay Petenera! Tu entierro no tuvo niñas buenas, las qu~ dan a Crist•• muerto sus guedeja'i y llevan bl~ncas n~nntillas <'r. las ferias. Tu entierro fué de gente siniestra, gente con el corazón en la cabeza que te siguió llamando por las callejas. ¡Ay Petenera gitana yaya y Petenera 1

F. GARCIA LORCA (de "El Libro del Cante Jondo")

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un gran poeta del pueblo f.l.rtJtr.enJ~~ EUEIHCO Garcí:J l..t1rca ha •idn fu 1i.

l;ulo w•r 10:5 rtl•eltle'l en Ciranada. :\o Jw 11irl() o¡(,J,, el mund<> intelcc. tu:•l d que I>C h :J ct,nrn•Jviclf•. El puc. t.lo, a J.• t~ar 1le !IU a¡.arente in•lifc. r~:uf"ia JH•r 1,,~ <: rta<l<>rc~ de arte, t:Jm. J,ién lw vi!JracJ r,, heri1l<> en su lltn ~i­ t.ilidatl l'''r la muerte del p<H:ta, pr>rfJUe Fttlerico Ci:nda 1...-,rca tra r¡uiút la figura m:t'l 1 eprt\tntativa d e ew artt nutV<J, gentn•~''• apa'li<,nado ) [j~~~~ fuerte, que, tm~canti<J su in~piracií111 en la má'l pura <·:mttr a IJ'>f.JUiar, ti ene 1111r mela alcanzar el co r:~:r.ím )" la inteligencia <lt l fJUe. t. lo. llemo-. padecido en Españ .1 mucho tiempr1 d n wt.ismo del arte por ti arte, d el ":~rte 1leshumaniza. ''""· del arte corno un a CfJO Cefh' ÍÍJ n tg<,J:ótrica, dignd ~;úlo 1le una élile r1 minoría d e ~legi1lo'l. Al milo d el Jineta cn c a~tillado en 11u torre de marfil !IÍgui{) la va. nidosa co ncepcíim del "intelec h ;aJ puro", del ensa. yista ew.t:ttric·o, del flrofesor pellante )" ¡Jr,gm:ttico, 1lel pt1cla :~i s i:Jdo por el culter:•••i.srno flellor!Jitaflo y IJII<', a titulo de ente de vanguardi:~ , fle'> deiiaha a la multitud y !le par:~p etaha tra'l una retúri ca petulante, obscura y enigm:ttica.

l

IJIIe tn ti mumJr,

,.e nt<í r ealíu'lrl''·

FtderÍCIJ Garcí;, I.AJrca se J!en{., d e p a\iiJO rJ~1p!l.. J:.r, 1!1· <lramali•.rnr, ,,,,¡,ula r; vil, en t-1 ~ ue L I<> el r:tá-\ r ¡,.,,y ¡.ur" vt:~ er'• 1lc c rn<11:í /m )" rle arte, ~,n ví vi l, Cfln t i, ~U P'' rle !.U \ awar~ur;.._, tl c.-..g;.P·ra rlá\ , )' <le su' an\ Ía\ in ·.u li \fedw~. y de ~u;; d r,Jr,rt'l !c:gendarí~. ü,nr..df, a '''" h<Hnbrc.11 d e ¡,,ll eamínr,, y c. l;n hemLr;u de lvs :Jrr:~!,¡, l es ; r.intí(, en r.u carne y tn s u al ma e'le pn•• fund r, d<,lvr d el r,ue!.J<, 1¡ue ni el pinft,rf:YJuÍ.Srno ni ti f•,Jld<,r t Jr,~r:.n 1li\fr:~:r.a r, y de na t-!o(:ncia 'f"Í f"a~ c·ru<la, )Ja lt ti ea. Jum inoc.a y y¡:nJ.ria al mismo tiempo, imf.Jregn6 su'l verw 'l y sa tur<Í s u.; drama~. Tiene hoy un \·aJ,,r tfe 'IÍmbr,lr, y augurio trágícr, recordar que la primera fiLra te:.tral de Federico Gar. cía 1...-.rca se tituJ{, Jlaríona d ! ríned u. la herüina 3 !1d al uza fusilada pflr t,r,rdar " la t.andt ra de la Libe¡-. ta1l". fiarcía Lorca cae por la misma cau~.a. Stn ma. nos de poeta halJian !Jordado tamllién una magnífica t.andera t! e arte liberal, popular y t11pañol. El Romancuo {Jílano, Roda• de sangre, Yerma - rojr; de drama, ür(> de arte, morado de pasión-. <'ra una magnifka ens<'ria de sentido liLerat, democráticn y p<>pular.

Todf>!l pretendían paliar por se re-~ 1le excepcifm, augures y vates insuOados de 11oherhia, a ln'l que súl11 IIUS aduladores y exégetas eran dignos d e compren. cler. Escritores, ensayb.tas, poetas )' artistas afecta. d o~ de un orgullo de clase, de un aristocratismo estú. pido, descleiiahan al pueblo y fingían despreciar su aplau~n. cnnsiderándnlo como un premio a la vulga. ridad.

Con Alejandro Ca<~ona, García Lorca traía a nu~ tro teatro, anquilosad r, en co:~flictos domésticos de una L>urgues ia lríw,Ja, airt11 nua\'os, vibraciones mag. niflcas del ambiente de la ca!le, la'l emociones y las in<¡uietudt"' de una E.'lpaña democrática, que -ahor:J se está l'iend()- es capaz de lvrjar todo un mundo nuevn en un gigantesco alarde tie heroísmo ~· sacri.· ficio.

Jla faltado en Es paña durante mucho tiempo h . compenetración espiritual entre lus artistas )' el pue. hlo, porque aquéllos han creído un acto de abdica. ción intelectual el L>uscar al pueblo y crear sus obras )Jara él, él educarlo y hacerlo sentir. Lo popular para esos pensadores y artisas ególa. tras no era más c¡ue signo de challacanería y plebe. yez.

lles<·anse en )Jaz el gran poeta inmolado. Y sí " cíertn, comCJ creían Jos gentile..¡, que el alma de su.<. criaturas acompaña al Olimpo ¡¡ s t.: creador, ¡qué mag.. niflco cortejo, barroco y brillan~e. habrá !levado Gar. cía Lorca en su tránl>ito! Con él irían Anloñilo d Camborío, bronce y sueño gitano, bra\'o y enamorado, y cantándole "alegrías", la Ülpaleríla, arisca y celosa; y l'uma, la hembra por excelenria que brama el do. lor de sus entraña'l estériles, y todo un coro de lava:t. deras l>erranas y de gitanillas pintureras, y de mozos cetrinos caballist¡¡s y cantores .. •• Aglomeración b:t. rroca, carne, sangre y alma del pueblo, veta mago(. fica de la España que hoy se batf' por la Libertad.

Preleri:m espigar en Jos campos de la metafísica inextricable, o aislarse en la<> conceptuosidades del "arte puro", o servir la curiosidad de Jos clientes ri. cos y la burguesía despreocupada, sirviéndoles un arte adulador, dengoso, doméstico y almibarado, que no pertur!Jase con fuerte emoción sus digestiones. Federico Garcia Lorca supo romper ese cerco estúpido de egolatrla e incomprensión. Su cultura no le hi1.o orgulloso ni le permitió la indiferencia olim. pica; su artr, de la má!l fina y aguda sensibilidad, lué al pueblo a buscar inspiración, y volvió al pueblo be. cho emoción. El dió la pauta de lo que habla de ser el nuevo arte en consonancia con el espíritu de su época, con la transformación enorme, preñada de inquietudes,

Y también en ese cortejo, y cerrándolo con su paso rítmico y marcial, "los civiles", la ..pareja" "con alma de charol", que García Lorca viera por lo~ caminos, y que quizá ya llevaran en la recámara de sus máuseres las balas que hablan de destrozar la vid:. del poeta.

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Juan

l·~RRAGUT.

(De Gráfico -

Madrid.)

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mucha España muere con Garcia· Lorca L tiempo de la"> canciones ya tet·mi. na Y los poetas mueren. Qu<'cla paso a los hombres IJU~ toman el fusil ~· ma. tan. Lorca era (hablo en pasad~ aun. que 1111.' duele) Lorca era la poesh1, romance de noche buena, copla de: gitano, juglar lopesco que traduce, de cantaores y mozas del puehlo, lo m:h substancial de su~ cantares y los rein. venta en su lenguaje culto. Flor de Es¡>aña, boca de la canción menuda que se hace poP.ma, sonrisa y tt·en'> llliUUide la raza. Federico García Lorca ha lll\l<'l'to - según dicen los cables- contra un muro, bajo una descarga de fusiles infieles. Mucha Esp:u1a mucre con él. España no tiene ahora tiempo de llo. rar a estr hijo que era su voz más pura del momento, que venia de un pasado antiguo como sus campos r corría hada un porvenir maravilloso. Desde l.ope no habia habido una voz como la suya: los siglos depa. ran a veces estas repetidones del genio. Babia otra. vesado su :utolescencia, rostro de aceituna y azucena en la diestra, bajo las noches granadinas, entre las pa. redt.>s de los callejones, por las ciudades viejas de su tierra. Pero asi como en su iniciada juventud sus ma. lelas corrieron muchos paises del mundo, así en su flamante madurez se abria su corazón a una nuev.1 co n<"ieneia de los hechos y su voz ardía por los cua. tro costados de la esperanza. Cifra y símbolo de la poesía española, sintió la responsabilidad de su des. tino, humanizándose en un total sentido del término. Quisieron matarle ¡·uando su m:.~erte era más angt1s. tiante y temible. Porque la muert.; de l.orca no es só. lo el inn,1.enso luto, sino el miedo. El miedo a las hor. das que enrojecen el mundo. Toda la nueva poesía de España está inundada de l.ope. El es la tierra fértil en la que los nuevos poetao; echaron la semilla de su voz. Nir.guna como Fedel'icu sembró y recogió. Ya en aldeas de España corren su"> canciones como expresión anónima. Durante mucb1.s años el poeta granadino cantó fuera del Ebro. El d•~­ cia sus versos con esa generosidad vital e inteligente de la juvl•ntud. Tenia el día y la noche de Es¡)añ:1, tenia la soledad del pueblo, la lll'acia y el dolor del pul'blo. Versos con algo como p&ra cantar, como las coplas oídas en los atardeceres y que entonan lo'l muchachos en las rondas. Mientras otros poetas con. temporáneos suyos IJUCdaban en el nervio de la poP.. sia, él fué robusteciéndola. vistiéndola con sus legi. timos trajes de español y de ciudadano del mundo. Su Yl'rso ramificó y floreció y dejó de ser romance y co. pla, para ser ejemplo lírico del poema. Salió de España, estuvo en Francia, Inglaterra, Estados Unidos, Canadá, Cuba, Argentina. El mund•> abrió para él sus grandes puertos y se encontró nn. trillo de nuevos elementos. El absorbía por el espíritu todas las corrientes y las devolvía en un ordenado to. nente, 1:011 fuerza de naturaleza y g¡·acia de agua dor. mida. Se le 1·cpudió a veces el elemento popular que coulcnla su verso. A ese elemento debióse, después, la

calidad humann y trascendente de su p oesía y su ll'a. tm. Lorea llegó a 1:1 categoría total ¡J¡oJ arti ~ta: mino. ria Y multitud. En Espaiia y An.l-rica su oh1·a d e (')~. Yación logró el aplauso fervient e de lns masas. Su memm·ia prodigiosa le hacia recordar copla .¡ Y romancillos anónimos, recogifl•¡s de hoea de ancia. nos Y mozos en sus andnnzas por los JHI I'hlos v ftlll.' i·l recitaba de corrido, como un verdadero cru.dito del rel·uento. Asi, Jlalabms anét·dotas y refrane.~. en ¡¡ue el "ángel" y el "duende" tenían 1calidad. J>e toda esa afluencia tamizaba la jugosa materia de su ohra. Edi . ficaha con ella sus pot.>mas lírico:¡ y ¡J¡·am!itic-os, 1l:t. ha vida musical a las frases y c reaba t>ersonajes <·at•! górieos como símbolos, de los que corría un manan. tial de raza. "Romancero gitano· • tenia la forma fi¡•J romance clásico y la imagen visible de la mo.J erni. dad. Lunas, seres, penas y santoral gitanos. ViJ·t~en•·~ con casta1iuclas, arcángeles de chaleco bordado, ea1·. nes de nardo y aceituna, limone~ r:e oro sobre el agua. viento Y soledad que cantan antiguas cosas, en las t.JII<l llora un u{tjado y una guitarra. El. MUNDO DE SU CREACION Elementos reales; absurdos en <tue In Vl'l'tla.t y b belleza muestron un perfil de siglos; i<lioma de mat~ . rias preciosas, a Yeces oro castizo, a veces langui•lez tic nardo. Sus poemas de Nuev'\ York tu\'icron carae. teristicas en que la geomcti'Ía lograba tonalidad dt! angustia. Aqui el gitano pierde m júbilo lírico ant~ los edificios monumentales que lt> alejan el cielo. Ce. mento y ventanas por las que se rsoma para ver el ¡·iu de gentes turbio y anheloso. Americanos turbios y nc. gros de Harlem, esclavos de su color en un mundo contrario. Aléjase de Nueva York hacia las praderas y encuentra a Whitman, el patriarca del verso y la:> barbas fluviales. En su "Oda a Wall Whitman", Lorca alcanza qui. zá el tono más alto d e su poesia. y en "Niña ahogada en el pozo" recoge el recuerdo trágico de su ternura por dos niños ame1·icanos, para los que improvisaba candont.>s y uno de los cuales :;e t>erdió para siempr<' en un pozo. Lorea redtó vario<; de estos t>oemas ea Buenos Aires, en 1933, durante sus conferencias. En "Yerma" y "Bodas <le sangre" tratrali:m- la esencia trágica de su "Romanee¡ o gitano", "La zap:t. lera prodigiosa" y "Rosit:1 o el le nguaje de las flores''. salpicadas de versillos y en las que corre un viento de g1·?~iosa mírsil-a antigua, l.orca vierte un juego pcr. sonahsunu de su espíritu. Así era él también: tr{•gico Y ameno, religioso y pagano. Nada más auténtico " en relación con su personalidad que la expresión ~~~ su ob1·a. Por eso su obra es viva y perdurable. Sus tite. res mal hablados, su don Cristohita de la Cachiporr-.. fueron patéticos de t>uro reales. Si hablamos de Lopt' de Vega al comienzo de estas cuartillas, tenemos nee.e. sidad ahora de volver a recordarle. Y no digamos que le imitara, sino que tenia su aire. Su aire seria aqui su don total de la poesía, su natural gracioso, su genio

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que no pretende serlo. Algunos poetas rspaiiolcs son descendientes p or propia voluntad del clásico, Lorca lo es sin quererlo.

LA HEALIDAD DEL f:"USIL Le conocimos en Buenos Aires en 1!l33 y estuvi. mos con él t>n la charla, nutrida de matices, y en 1.1 juerga despreocupada. Federico Garcia Lorca era ex. huber:mte t>n todo. Era tal su pasión por la palabra que a veces las inventaba. Y gu~taba llamar a las ca sas por su nombre, pues nada es tan maravilloso co. mo el vocablo auténtico, sin disimulo, ya modelado por !'1 uso. Como bue n gitano, gustaba de la m!'ntira hl•nnosa y juraba y lloraba para que fuese creída. Sin embargo era de sinc!'l'idad tan rud:1, que aban1lon•) una casa, un dia !'n IJUC era convidado de honor, por. t)Ue se hizo el elogio de la mona"quia. El no podia es. tar bajo un t!'cho en que se of!'n ~! i!'ra a Espaiia. A V<'ces ac!'ptaha tres r!'uniones a un til'mpo, no asistien. do a ninguna, para salir a caminm· por las calles del brazo de un amigo. Improvisaba su vida con el mis. mo m!'ticuloso cuidado con que otros especulan sobro! ella. Tenia la actitud d<' la adolcsc!'ncia en todo y ~e daba con amor a fos dias, como si cada :unan!'cida fuP. ra un !'namm·amknto. Como "gitano legitimo", t<'nla a tr:tVés de su ji!.. hilo una mirada d e muerte. La mu!'rte t>slá en sus poe. tnas, ya como un sudor de anunc iaciün a una guirnaJ. tl:l. ?.fuchos ren s lo nt>S suyos s:~hcn a sangre y a S•\l funesta. La JlO!'sia es si!'mprc ur: l<'ngnajc de mucrt~ y l'l gitano lirn<' la superstición d<' su destino. La vi. tl:t de los g¡·:~nrlt'S flOE'tas fue siempre oscurecida p o.1· la fatalidml. La tic l.orca no lo uiega. Vno de los pOl'· mas del "no.m:mce·ro" quizás JHlfll::t J"t'lalal' su propio~ muerto.

":'\[u!'rfo S(' (JUCdÓ Cll f:t cat)p con un bala:o <'11 <'1 p!'cho. No Jo cono<'ia nadie. ¡ C:timo sangraba el !~.rol, madre, l'Omo sa ngrab:t el farolito 1le la talle 1 Era madrugad:~ frí:t. Alguien pudo asomarse a su)> ojo!~, abiertos como dos ma1·es",

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Quienes apuntaron <.>ontra (1. matm·on muclw cle mataron In juvenhHl, la justida, la pof'Sia de E spaña. F.~pañn:

. GO!\TZALEZ CARVALLO (De Critica, de Buenos Aires, reproducido en P,lN, de Rucnos A.ius, t>l H de oclcrbrt, 1936.)

Torrijas, el general noble, de la frente limpia, d o nde se estaban mirando las gentes de Andalucía. Caballero entre los duques, corazón de plata fina, ha sido muerto en las playas de :\!:Haga la bravia. Le trajer o n con engaños que él cr eyú, por c;u desdicha, v se acercó, satisfecho ~on sus buques, a la orilla. ¡~lalhaya el corazón noble que tic los malos se fía 1, fJue al poner el pie en la arena lo prendieron los realistas. El vizconde d e La llarthe fJUC mandaba las milicias, d!'hió cortars<' la mano, nntes d e tal villanh, como rs quitar a Torrijos Leila espada que ceñía, con 1'1 puiio de cristal, aclornado con dos cintas. lluy de noche Jo m r.taron con toda su comp'iiiia. .... Caballrro, C'ntre los duques, cora1.ún d e plata fina. Grandrs nubes se lt·vantan sohre la sierra de ~lijas. El vit'nto mueve la mar y los b:~rcos se r!'tiran, con los remos pr!'sHrosos y las \'!'las extendidas. Enll·c <'1 ruido de las ol:ts sonó la rusileria, y muN·to quedó en la arena, sangrando por h·es heridas, d valiente caballero, con toda su compañia. l .a muerte, con ser la muC'rte, no d eshojú su sonrisa . Sobre l os barcos llorabn toda la marinería, y las m:1s bt>llas muj('res, ~ululadas y nnigi•fas " lo van llorando tambien por el limonar arriba•

.,-HORA DE LA REPUBLICA ESPAÑOLA" TODOS LOS VIERNES A LAS 9:30 P. M. POR LA EMISORA W. K. A. Q. (Del Drama -12-

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F. GARCIA I.ORCA ~ ·Maria Pineda:•) .


--'•

la poesía popular de García Lorca S poda « popuur quien, 1¡~25~~ aínl) CWL"l~'' pt!!.-de. ("'P opul3r", en lll'l

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1

CWUJ.d'>

utr:1 id,, entraii a ~Jie, pr•,fund•J; Ol'l e n ~.'"'..(: tsl r!J - ~1lrrnr, y V:i CUI)- d e ",.0c inglt:r'J" 11 t:l r .. ramr''"'"·' !\•¡ se hace; n:.ce. l'ue~ que llega r al pueblo, " ' ' t:.5 menti r :.1 putLi o, ni h.alagar aJ put:LI<J. ( ;t, ml') l!tg.ar al DÍii l') DO l'l imitar el l.talbucer, t:le ~>U tr,rpe media.. lengua. 4 pr¡r el contrarí o, haHar e l pu nt<• e,,¡ n,.¡<J< nte d e sencillez, de pureza, de r.ín c-cridad, de intuició:J ..,._ _.WMIJa._,j• genial. Sada mtnos que el gt:nio c<1 ¡,recíSIJ lJara captar, para expr~r, en arte, esencia<~ genuinamente pt)pubres. En ur1aña ha sid'> t"SCaU la popularidad de lo~ JJOelas. St.Lre todo, modernamente. Fueron, si, Pl'lpularu los portas del Siglo de Oro, en especial a tra . vés del t aLbdo de la farsa -Lope, Cervantes y aún el mismo Góngora, que han dad<J al habla cotidiana versos de r.us lt1ríllas-, p ero en el X\'111 y en el XIX Ja poe11ia lJarece \"olverse d e esp :;lda_, al pueblo. ¡Qr1é ha sahído nunca la gente de Quintana. de Harzen. Lutsch? (!\i falta que le hace, desde luego.) ·-' fina. les del r.iglo, :.lguno" venificad•,re, co rtesanos - ¡Oh, ese gríllo de Grílo!- :1rra ~tran a la pobre poesía por los suelo!i de palacios y ac:ademh. ~ venidas a menos ... t:n rimad or mediocre --este orondo y campechano don H:~món de Campoamor- fabrica una filosofía Laratita que expresa e n ramplo&as lineas cortas, -a la medid.o de la clase medía och ocentísta. . . Sólo e n los pueblo<~ de Iberia que despiman a un renac-er de libertad- Cataluña, Galicia- lo~ ¡.oeta!i -Aribau, Ro. salía- se identifican, y aún enuncian esos anhelo,; rJopulares. Claro que si surge un poeta genuino - E..-. pronceda, Bécquer- el pueblo le reconoce y le hace liUyo. Aunque H no lo pretenda. No Jo pretenden Jos de la llamada generación del 98. Ni los novecentista.s. Ni luego los moderno.,;. La minoría, que sigue a las nuevas esc uelas poética.~. es cada vez más "minoría". La torre de marfil en , 1ue Jos poetas se encierran es cada vez más alta, m'Ís impenetrable. Caso curioso, los poetas popularista; - un Vivente lledína, un Gabriel y Galán- no son po. puJares sino en un estrecho radio provinciano. Y los nuevos, que, social e ideológicamente, se mezclan y funden con el pueblo, se le alej:m cada vez más en su pocsia. Por eso es tan raro y tan señero el caso de este mozo poeta .cuyo nombre pronuncia hoy toda España con amor y dolor: Federico Gat cía Lorca . . . • . A este mozo, que pertenece a las má-. modernas escuelas, que no hace concesiones de facilidad ni de campecha. nia, que p e r m a n e e e en su altura. de poeta puro, de poeta auténtico, ~~ pueblo· enseguida

r,

le conoce, le señala y l e sigue, y hace de él, el único f,t.*l a p iJ¡>ul.ar d e las n uev:~ s ge '!eraciones. S o impo:-la que comience su carrera e\Ct nica co n u na extraña ct.mtdia silbada; no importa qt; P s~ ~·er~s parezc a:J ranA, prJr nue~·r,s, a las gentes d e paso y r esuello cCJrto, que no pueden seguir el ritmo vital de la h ora; ti es porta d e Hras, genuino pr.-eta popular (no p orque quiut, sino ¡>Qrque putdt) y ue~·a en la frente h estrella q ue le p redestina a ) 03( :. ~lariana Pineda, en la h ora de la más gloriosa \"ibración chil; a captar, y a ~imitar, y fundir, y r ezuma r, e::J la voz noví sima de su " Romancero Gitano" la l ieja savia popular de nuestros rac iales, antigu os r omances, a cantar a gita . nos y gua rdi:~ civiles, a santos y emplazados; a devol~er al teatro, junto a la pas ión, d simbolismo, la al~­ gr,ria - a~ i en ''&!das de Sangre"- que constituyer nn un día la gran fuerza espi ritual del "~listerío" y d ..Auto Sacramental"; a sac ar a la luz de escena y de verso, la oscura, h onda )" pura :mgustia de la entrañ;t infecunda, en " Yerma". Porque Garcia Lorca es, an~e el gran público, PI gran poeta trágico de "Yerma". Pero es, sobre todo, el gran poeta popular del más nuevo -novísimo-- de los Romanceros.

UN POETA GE.'\'EROSO Hay una poesía adusta. (Y hasta una poesía ren• corosa.) Hay, cuando menos, t•na poesía hierática, inabordable. La d e Garcia Lorra es, por encima de todo, una poesía c-ordial. Y generosa. En esta genero. sidad esenc-ial de la Iiric:1 lorquiana está, acaso, ese su punto de coincidenc-ia con !as rsencias -por lo tanlo, con las dilecc-iones- populares. Luego, pese a s u definida cl:~sific:lción dentro d~ las escuelas líricas más modernas y más moderniz:1n. tes, la poesía de Lorc:1 ~ aunque é-1, a ratos lo preten. da, quizás por su fidelid ad a J:¡ escuela- jamás se deshumaniza. Y es esto lo que le h:1c-e, en la escuela, distinto. llás grandes, más exquisitos poetas que I.M. ca, son un Juan Ramón Jiméncz, un Pl.'dro Salinas, una Ernestina de Champourcin. Más cercano a la ideo. logia actu al d<'l puPblo est á Rafael ...lberti, apasiona. do comunista. llas, ¡ay!, que ni unos ni otros se hagan ilusiones. Ni la alta poesía de Juan Ramón, ni l:l lírica cerebral de Salinas, ni la poesía soci:1l d e AL berti hall3rán nunca su eco en 1.'1 taller ni en la c:~. lle. Exquisita líricn, pero lírica d eshum:¡niJ:ada, ja. más repetirán sus estrofas, sus \"ersos, sus imáge nes, las mozas enamoradas de hoy, las viejecitas nostálgi. cas de mañana, los marineros en sus soledades aznles, los gitanos bajo el sol del camino, los carpinteros y los (orjadores sobre su sinfonía monótona, las costureritas sobre sus puntadas unánimes. Si c ruzará, e:t cambio, sus mentes, si asomará n sus labios, y angus. tiará sus corazones, la ~fuerte de Antoñilo el Camborio", aquel que

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Tres golpes ele sangre tuvo

Chor•c en Santiago doce amor Camelia brw1ca dn ar brila enterbrecido o sol. Cllolle er1 Sw11iago na noite escura 1/erba.~ de prata e sono cobrn1 a valrira Iría. Olla a choiva pol.a rua c:oio de pedra e cristal. Olla 110 vento esvai<iv soma e dnza do teu mar. Santiago, lonxe do sol; Agoa de mariam anterga trema 110 meu coro:ón.

y se murió de perfil.

1111'11

l'iua moneda que nunca se volverá a repetir. y !:1 c:~rrera anhelante de Preciosa, tocando su luna dt~ ¡uroamino; de Preciosa, huyendo del !Jiento.llombr611 que la persigue cor1 una espada r.allente: de Preciosa, llena el!' miedo, que

entra en la casa que tiene más arriba de los pinos, el cónsul de los inf)leses:

.. .. .. . . . . .. .. . . .. ..

.. , . . ,,

El último libro dt' Federico Garcla Lorca es un libro ele versos gallegos. ¿Y des¡més? Ah, después el brío creador 1h•l poda mozo, busca más anchos h01·i. zontes y más altos mitos par:t ~u dramática. lfaet• menos de un aiio, cuando el estreno en Barcelona ~~~ su "Doña Rosita", nos decía:

f.'/ inglés da a la gitana

va.w di' tilda IC'clle, y una copa de ginC'!Jrn qne Preciosa no se bebe. Y mientras Cl1!'11ta, llorando, su aventura a aquella g't'nte, en las tejas de pi:arra, el 11iento, furioso, muerde. 1111

Sí, recordarán a la monja Ritana, bordando, pa. ciente, sus "alhelít's, sobre una tr;la pajiza"; y a Solc. 1lad 1\lontoya, siguiendo su "pena negra", y a los guanlias del "Romance de la Gu:~rdia Civil Españo. la", y a Santa Olalla, con sus senos cortados en ma;·. tirio, y a aquella "Casada Infiel", tan ,·iva como mitc. popular, que las gentes en Andalucla, se daban con el codo, diciendo, al pasar Federico: -¿Sabes? Ese es aquel "que se fa lle11ó al río" ...

-Yoy a hacer la tragedia d(· los "Soldados CJII<' no quieren ir a la guerra". Quiero también dar al tea. tro español un:1 "Snnta Teresa'', mhliea y humann. Esta fiuura me ntr:H• tle motlo ir•·esistible. Pero antt'o; est:'l la otra obra, 1:1 ele In paz ... En ella, un coro •l·! madrt's d e hombres de todas la<; naciones dirigidn a Jos rcprPsentantes ele las grande-; potencias sus após. trofes y sus gemidos ...

*. *

Con un nuevo temblor, descifrándoles un nuevo sentido, leemos hoy algunos versos de García Lorca. Así, estos que dicen:

Lírica cuajada en humanidaci, de carne y de san. gre, por encima y por dt'hajo de to1los los :ll':thescos y todas las veleidades de tiem¡lo y escuela. Lírica ge. nerosa, ¡1or tanto -como su dramática- en que no hay un grito de odio, una voz de rencor, un vislum. bre de resentimiento. GEOGHAFIA \' MITOI.OGIA Se ha querido localizar la Geografía lorquiana dentro de la~ ciudades matern<'ts andaluzas: Grana. da.Córdoha.Sevilla. A nosotro~ nos parece bastante más amplia. Nada más lejos dPI tipismo al uso - y todo andalucismo habría de caer, por fuerza en lo típi. co- que la geografía y la mitología de · este poeta. "Yerma" y su anhelo no reconocen tiempo ni lugar. Ni aun -cantando, al parecer, tan concretamente, el dolor de las seíioritas decimonC.uicas españolas -la misma "Doña Hosita". El poeta, que es joven, genero. so, ambicioso, no se ciñe ni se limita. Canta a los IH.'gros de Cuba y Norteamérica con el mismo impulso cordial que a sus civiles, a sus santos, y a sus gitanof.. Por donde pasa es amigo, amigo, amigo de todos, sin detent>rse en distingos a derecha ni a izquierda. D:J Cataluña hace su "otro meridiano" amical, y en Galicia se enamora de la lluvia y de la lengua, y canta en ella el agua menuda que lava y J?Ule las piedras de Santiago de Compostela:

Cuando las estrellas clavan rejones ni agua gris. cnamlo lo., erales sueñan l'ertjnicas de allw/í, voces de muerte sonaron cerca dei Guadalquivir.

o

Voces de muerte en Sevilla; voces de muerte en Granada .... ¿Acaso, alguna, la voz del poeta? Hoy, tenemos la esperanza de que asi no sea. Y todavía imaginamos esa voz -popular, jn,·en, generosa- can. tando su ·himno de la paz, a un~ con las madres de lo~ soldados que no quiPren ir a la guerra. Maria J.UZ MORALES

(Folletones /ilerarios de LA VANGUARDIA, Raree/o. na, 22 de septiembre de 1936.' .'

"HORA DE LA REPUBLICA ESPAÑOLA" TODOS LOS VIERNES A LAS 9:30 P. M. POR LA EMISORA W. K. A. Q.

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BREVES JUICIOS De Angt'l l'albuena Pral -"La Poesía Española Contemporánea" C. l. A. P. Madrid, Hl30.

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· Frderico Garcia Lorca fué considerado por algu. nos cl'iticos, al aparecer el Runwncero Gitano colll<l el primer poeta joven. Aquí n<>s interesa an;e todo:.o caracterizar, no medir. Desde su primer libro, Lorca revela la inspiración más fluida, más continua en la lil"ica contemporánea. No olvidemos su cuna: Grana. da; un jardín de aromas y un juego de surtidores. Proximidad de nieve y cristaliJ, a movilidad. La Gra. nada de "los roman ces fronterizos" del XV, de la fina ~odalidad escultórica de José 1lc Mora, del Góngora '{;Jl tono menor", jardinero de lns soldedades, Soto dé Rojas, y del comediógrafo de muiiccas Cubillo de Arngón. Esta tradición es la que encuentra Garcí~ Larca, el alto gr:madino de hoy. Labor de delicado órfebre es hoy, también, la prosa de otro joven grana. di no: Francisco Ayala. El Romano~ ro gitano (compuesto en 1!l24.1 !l26) , publicado en 1!)28, corresponde a otra Granada, lrt Granada turbia y tumultuosa del Alhaicín. Su gitane. ria ruge en la visión dramática y pintoresca de esto.~ romances, llenos de acción, contrastes de personajes; anécdotas y lirismo de creación, unidos insuperable. metl1e. .. El Uomance de la casada infiel, por ejemplo, es un magnífico ejemplo de este supremo "cante hondo": "Y que yo me la llevé al río, creyendo que e17.a mozt;ela, pero tenia marido." En otro aspecto, el de la Guardia civil espariola, es un prodigio de acción, de contrastes, de movimien. to dramáti[o e imágenes cristalinas, de lucha sangran• te de dos colectividades. La muerte de .-lnloiiilo Camborio, es una de las más exquisitas pruebas de l<t fusión del espíritu del poeta con el' inconsciente popul:1r·: "Voces de muerte sonaron cerca del Guadalquivir.'· · Fuerza y movimiento refulgen en Reyerta, con Oamenquismo insuperable: "Angeles negros traían pañuelos y agua de nieve. Angeles con grandes ~as de navajes de Albacete.'' La musa niña de lo infanlii no había dejado de colaborar con la urdimbre del Roml,lnce de la lmw, luna: "La luna vino a la fragua con su polisón de nardos. r:1 niño la mira, mira; el niño la está mirando."

CRITICOS

Ejemplo de este tipo de canl:1r nos había ofrecido en las canciones de los ni1i os de su obra de teatro Mariana Pineda.

•* •

De r;rrarclu /Jirgo !'11 la Rrvista de Occidenlc, Ario V, Xúm. L/, Septlem. bre 1!)27. Ha dicho, reseñando estas Cancion es, Juan 'Cha. bás, que parecen escritas en dos planos, para dos vo. ces. Exacto, en muchas de ella~. O también para ser tocadas por dos hermanitas a cuatro manos -pero en total dos o cuatro dedos lo mar.- , ·como los cuentos 1le Ma m.zre l'oyr, 1le Havel; las Invenciones ...:.tambié:1 a dos voces-, de Juan Sebastián Dach o los Agyer. mcJ.:é/:nek, de Déla Dartok. Sil'. embargo, a veces, una simple melodía - sin reflejo- resbala en su canción como un pájaro raro de Es~e a Oeste. Es decir: lo espontáneo sometido a lo consciente, como quiere Juan Ramón Jiménez. Pero a un consciente de otro, externo, no nacido de la misma necesi. dad de la obra. El niño corregido, no por el nÍiio, sino por una "persona mayor" que no se atreve a com. promcter el rocío que baila sobre la florecilla natural, con sus dedos prudentes de hortelano.

* •* De Gumermo Díaz Plaja en la Revista de Occidente, Atio XI, Núm. XCIX, Septiembre 1!)31. He aquí, sobre este tríptico -grato al Góngora de los sonetos, pero ante el <¡ue Villalón exigía Cádices y Huelvas-, arquitecturada la geografía andaluza de Garcia Larca. Hay alusion~?s -"limonares", "la dormida"- a Málaga; a Ronda, '"la vieja". A Mérida. Pero, en realidad, todo se articula sobre el triángulo antedicho. Petlagógican~ente, cumple ah"ora copiar el poema lorquiano que tiene inscrito -bajo metáforaun .resumen d e su mapa lil'ico. Es el romancillo "Ar. bolé arbolé.seco y .v erdé'' (C.•55) en el que ante la niña del bello rostro <¡ue est:"t c-ogiendo aceituna pn. san las ciudades andaluzas en forma de galanes. E! color y la psicología de los transeuntes éoincide ple~·· namente con el color y la psicología asignadas a cada ciudad a lo largo de estas notas. He aquí a Córdoba: "Pasaron cuatro jinetas sobre jacas andaluzas con trajes de azul y verde con largas capas oscuras." (Sevilla): "Pasaron tres torerillos delgaditos de ciiltura con trajes color n!lranja y espada de plata antigua." (Granada):

El popularismo de versos cortos deja su music.llidad en la Rurla de don Pedro a caballo: "Por una vereda-v<'nla don Pedro ¡Ay cómo lloraba-el caballero!"

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"Cuando la tarde ~e puso morada con luz difusa · pasó un joven· que llevaba rosas y mirlos de luna.''


de

''Mariana Pineda" drama de Garcia Lorca El hombre I'S un cnutivo y no puNii! (li11rnrse. ¡l.i11rrta<l <le lo alto 1 Libertad verdadera, l'nciende para mi tes rstrellas distantes. ¡Adiós! ¡St>ead t'l llanto!

F.S1'.1MPA 1'/::RCERA. Es('cna Ultima

(Entran por 1'1 (oro todas las monjas. Tirnen la tri1. te:a u(lt'jada en los rosiros. Las l\'o11icia.f la. y 2a. t'stdn en primu tümino. Sor Carmen, cerca d~ !tia. riana. Toda la t'SCt'lla irá adquirirndo llasta 1'1 final una gran luz e:rtrariisima de crt>plisculo granadino. Lu: rosa y 1•erdt' entra por los arcos y los ciprnes SI' mati:an ('.rquisitamt'nte, llasta part'Ct'r pirdras pre. ciosas. Del tullo dt'sciende una suar•e tu: naranja, que uguirá intt>nsificando llasta 't>l final.) Mariana.

¡Corazón, no me dt'jcsl ¡Silencio! Con (un al:l, ¿dónde vas? Es pr<'ciso que tú también (descanses. Nos <'Sp<'ra una larga )o('ura d<' )n('c:>ro~ que hay d<'tr:\s de la mnert<'. 1Corazó:t ( a o d<'smaye'i 1 ¡Oividatt' dt'l mundo, preciosa 1\l:~rianita! Carmt'n. ¡Qué lt>jano lo sit>ntol Mariana. ¡Ya vient'n a buscarte! Carml'n. ¡Pt>ro qué bit'n t>ntiendo lo que dice Mm·imrn. (t'sla luz! ¡Amor, amor, amor y t>tt'rn:~s soledad<'sl (Entrtt t'l Jur: por la pul'rta de la i:. quitrda.) No1•iria 13. ¡Es. t'l Juez! ¡Se la llevan t l'\o11irin 2a. Señora, cuando guste; Jur:. hay un coche en la puerta. l\til gracias. Madre Carmen, Mariana. salvo n muchas cri:~turns que llornr:\n (mi mut'rlc:>. No olvid<'n a mis hijos. ¡Que la Virgt>n te nmpnrt>! l:armtn. ¡Os doy mi ('Orazón! Dadme un ramo de Mariana. (flores; en mis itltimas horas yo quit>ro t>ngala. (narme. Quit'ro sentir In dur:t ('Rriria de mi anillo y prendt'rme en el p«>lo mi m:~ntilla de (t-ncaje. Amll!'l la Libertad l)()r endma de todo, pt'ro yo soy In misma Libertad. Doy mi (sangrt', qll<' <'S tu snngre y la sangre de todas la-. (c-riaturas. ¡No se podr:\ comprar rl corazón ~~~ (nadie! (Umr monja 11' ayuda a poneru la man. tilla. Alar•'ana u diri/e al · fondo, gl'i. #ando.) Ahora sé lo que clirrn <'1 ruisrñor y (') (ftrbol.

( :11 Ju~:)

Carmen. Mariana. Carmen.

No11icia la.

¡Vamos pronto! ¡Adiós, hija! Contad mi triste historia a los niños que (pasen. Porque has nmado mucho, Dios te abrir:\ (su puerta. ¡Ay, triste Marianita. Rosa de Jos rosales! (Arrodillándos~)

Ya no verán tus ojns las naranjas de luz qur ¡JOndr:\ en l<Js tejados de Granada {la tardf.'. (f'una ~mpj,~za un lejano campaneo) (.1 rrodilltindou.) Monja la. Ni srnlir:'1s la dulce brisa de primavera pasar de madrugat1a tocando tus cristales No1•iria 2a. (¡lrrodillándosc y besando la orla del llt'Stido de Mariana.) ¡f.lavrllina de mayo! ¡Luna de Andalu. (eiaf rn las nllas bnrandas tu novio está espe. (rándote. Carmen. ¡ ;\l:~rinna, ;\larianita, ele 11ello y tristr (nombre.>, que los niños lnmt'nten tu dolo:r por l.l (calle! Mariana. (Snli~ndo.)

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¡Yo soy In l.ibf.'rta<: porque el amor h (quiso! ¡PI'dro! l.a Libertad por la cual me de. (jnste. 1Yo soy la l.ibt'rta<l, herida por los hom. (bres! ¡.\mor, amor, nmor y rtrrnas soledadt's! (llll cmnpmlt'O 1•ir•o y solemn•e imiQdt la tsccJw, U un coro de nitios tmpie:a, 1('. imw, tl romance. Mariana 11n saliendr> ll'ntam('n/(', apoyada tn Sor Carmen. Todaj las dt'má.f monjas l'stán arrodilla. c/mr. Una lu:: mara¡•illosa y delirantr inoode la 'l'scena. Al ·fondo, los ni1ios rantan.) "¡Oh, qué dia tnn triste en Granada, que a las pitdra-> hacia llorar, al ver que 1\tnrianita se mut>re en c-atlnlso, por no <l<'darar!"

(No cna ti campaneo.) TELON LENTO


La Heroina Mariana Pineda (COPIA

DE

UNA

Mi rv JA T U RA

DE

LA

EPOCA)

Marianita Pineda, romántica heroina de la Jibertad, fué ejecutada en Granada por orden del absolutismo felón de Fernando VII. En el artículo del Dr. lavandero, que aparece en estas páginas, se comenta la muerte de Lorca en relación con la de Marianita, protagonista de la primera obra teatral del poeta.

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(1928)

a oo·ii ero de la escalerilla de a r riua. Se enea1·am ó e11 otra t apia y le t iró Ull na r do a la

111011ja blau('a jmuoua que ca Yaba s u huer to ent r e dos luecs. Cou una grau risa cer rada d e pronto, sa ltó a la comlm que encontr ó a su paso, o pid ió ea ml ela p or l a~ ,cuatr? esquiuas de n iiío a niiía. L u ego baJo ca )l_ntan · do por 0] c:uniuo ,·icjo <l e las lagarh.JaS de Ua uco Lrouee, de las cmupanillas azules salpieatlas d e cal, de los !wrmig ueros incesantes.) ... N o se mat ó. ~ Se (;l}tró v or la casa caída-? ¡No sahemos ya rlówlc saldrá ! P er o, ahora, ~ por qué pasad izo Ya acompa ñando con su farola <le color es al Santísimo ~ ~ Por qué bo<>a de pozo, alcantarilla, ca ñería ha sa lido, Jcyant a udo la losa rle m á rmol r ojo, a la sacr istía donde lo esperaba sonriyendo F alla? ~e sacude fa ntasm:1s, aleluyas y carieias, y como un hospiciano que no h a visto nada en el mund o, ll egh a casa a la h or a total , y compuugido de voz y ojo, ceiío d e lást ima, m ta azucena de tela en la m ano, ca uta con I sabelit a romances de N ochebu ena. Jua n R AMON JIMENEZ. (De EL SOL , d iario m adrileñ o).

(])e viva voz a G. D.)

.R

.."'~~.....,.~"~~ERO ¿qué voy a decir yo de la ~ Poes1a? ¿Qué voy a decir de ~ esas nubes, de ese cielo? M'irar, mirar, mirarlas, mirarle, ~ , , y nada más. Comprenderás T.i l·; '"' eme un poeta no puede decir ñada de la Poesía. Eso déjaselo a los críticos y profesores. Jll'=:"'-.~~.·! Pero ni tú ni yo n:i ningún poeta sabemos lo que es la ~~~~Poesía.

Aquí está: mira. Yo tengo el fuego en mis manos. Yo lo entiendo y trabajo con él perfectamente, pero no pue. do hablar de él sin literatura. Yo comprendo todas las poéticas; podría hablar de ellas si no cambiara de opinión, cada cinco minu-

o

tos. No sé. Puede que algún día me guste la poesía mala muchísimo, como me gusta (nos gusta) hoy la música mala con locura. Quemaré el Partenón por la noche, para empezar a levantarlo por la mañana, y no terminarlo nunca. En mis conferencias he hablado a veces de la Poesía, pero de lo único que no puedo hablar es de mi poesía. Y no por que sea un inconsciente de lo que hago. Al contrari.o, si es verdad qtie soy poeta por la graCia de Dios -o del demonio-, también lo es que lo soy por la gracia de la técnica y del esfuerzo, y de darme cuenta e·n absoluto de lo que es un poema. Federico GARCIA LORCA (De la " Antología de Poesía Contem poránea" publica. da por Gerardo D.i.ego, Madrid 1934.)

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:\mpliadün uc ·' un a f t mada cuand o estu\'o o Go to,on·a ~~~ los F-~lados . U •arda . 1 P~~ando un ·t 1 mdo~. las monta·· <'mporada 1111 nas de e Ne w y urk ' con los atskills . • l'spos us del !lío Agostini 1ueta a parece el · F.n la sido el "mono .. dpo e!a ' ' is tien"La 1larrat·a" e dtrect or de

ras de la Trag;d~on las másc:J. 13 dia bo d d Y la Comer a as so~. re el pecho•

• •

-. . _...,...


la heroína y su poeta r.·.rnplirc ele la fuga . :'lliég-.~:e la Pineda a decla. rar su partidpa<'iún e n la cnts i-l n de su amado y re. <" haza el amor de Pedrosa. Se la reduye en el coave nto de Santa Maria Egipciaca . después que trati1 <ie eseaparse de su casa. Es te es el episodio que glos:1 así l'l romance; lll fl

.\!arianila saliti dr su casa y t'fl /u ¡m~ rlu eii N IIIIrti 1111 mililar t¡11e l e tlij o: " /Jotill Mcrriulliln,

que lwy pelig r o: mtrltJau uslé alrtis"

Del beaterio pasa a la r:'trc·el. Se la sigue proceso se la condena : 1 muerte - y esto ~· a no es leyenda sino historia- fund {llldose en que por encargo de l::t :1rusada unas bortladoras estaban adornando una bandera morada con las palabras Lf.'l', LIJIERTAD. flrl/.4 LIJ:I TJ , q ue ha bría ele utilizarse como enseña tic un movim it·nto revolucionario. El tlia 26 de mayo de 1&31, en la Pl:tza del Triun. fo, en Gr:watla. es ajusti<'iatla l\larianita. Sentencia despropordonada a l:t l'a lid:ul del tlelito, ¡mes según di ce 1'1 l<•gajo del su mario, en ~~~ estilo procesal, hue . co y enreciado, únicamente "ap:.rece comprobado el cuerpo del crimen de la mayor ~' más intensa grave. dad con lu aprehensión del tafetán morado cuyn" trozos y signos <1ue comprenden presentan 1~ forma de una bandera que si rviere de señal o alarma pnra un gobierno revolucio nario." ~·

Hay un vi ejo romance infar•til que compuso la musa J>Opular a la memoria de una heroína de La Libertad, Mariana Pineda, muerta en Granada a mnnos del verdugo. La cancioncilln se canta todavía en todas las regiones de España y hasta en lo alto de las montañas del centro de nuestra isla hay gentes que la recuerdan. Tiene un aire de mllsi<-a antigua, me. Janról ica y dulce:

Como lirio cortaron al lirio, Como rosa cortaron la flor. Como lirio cortaron al lirio, Mas h t?rmosa "' alma quedt) Marianita, St'nlada ~n /1 /1 cuarlo, no paraba de considerar: "Si Pedrosa me viera bordando la bandera de la Libertad." La historia de Mariana Pineda, puede relatarse hreveme nte: Ario 1831. Hatoían raido muertos bajo las garras de la rencción fernandina Riego, Ripoll. Miyans, E! Empecinado, Torrijos ... Vivia po r esa época en la c111dad de Granada una bella viudita de treinta años, Mariana Pineda. Rez.t la leyenda que el Alcaide del Crimen, Don Ramón Pedrosa, estaba prendado de Jos encantos de la viuda. Hay un rival: el capitán Don Fernando Alvarez de Sotomayor, primo de Mariana, que condenado a muerte por su!' ideas liberales, logró evadirse de la cárcel de la Chancilleria donde estaba preso. Un clérigo absolutista denuncia a la Pineda co-

El año 1!127 se estrena en el Teatro Fontalba dt• Madrid el primer drama de Garcia Lorca, Mariann Pineda, co n el subtitulo de "ron.ance populaf en tres estampas". Utilizando Jos elementos legendarios e históricos eme la vida de su ho:roina y el fino ambiente de Granada le brindaban, compone su dram ·1 en verso y echa mano de todos los recursos teatrales ron una pericia de artista que sabe lo que quiere. En el punto culminunte de lu obru hay una escena de amor, entre el galá n y su dama, e ntreverada con un canto a la J.ibertatl :

&rianila, ¡no h! mas! ¡Mujer mía! ¡Vida mía! En ~1 r•u"or ~ ir¡ilo con~fJÍrmno.t. ¡A'n /~m,<! La bandna que b:>rdat lrmM11rtí [Wr /m callt's c11lre /os corazones !' In., flrilns dr/ l"'~blo. Por lí la Libertad suspirada por lodos pisará tr1~rra dura con ancho.t pin de plala.

En esa atmósfera de exaltación romántica, de encendidos acentos libertarios, la escena transcurre <'Omo un folletín por entregas, de los que leian nuestros padres y abuelos. Ignoro el efecto que esta escena junto al sofá, y el desgranarse de !\liS alejandrinos lamarlinianos hin_ chados de pompa elocuente producirlan en el públi . ro que presenció el estreno de la obra, entre Jos ma

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tlril<.'iios d<.'l nfto 192i -dict:ulura !.:li nct<.'s(':¡ de Prilllfl literatums de vanguardia, arte· puro, ele. ' La pieza no era más, al p:~recer, que un diverlis. sem~nt encantador de aquel simpático muchacho granadmo, que se coló por <.'Otre Jos bastidores de la esc<.'na española como jugando a las cuatro esquinas. Oig:~mos que nadie tomó muy rn s<.'rio :¡qud ensayo dr:~mático de G:~rcia J.orca. Ningún cl'itico le niega su apl:~uso, pero ..•. En el homenaje que le rinden a Garda Lorca los amigos ele la Gaceta l.itrraria, llamón Gómez de Laserna, calándose su monúculo sin cristal "d<.' las grand<.'s solemnidad<.'s", brinda diciendo: "Yo, que he sido en este banquete, el único espectador de Mariana Pineda'' •.• , di sparando d<.'spués su gregue. ría: "alli se respira (en Marianu Pi11eda) mucha Ji. hertacl, mucha libertad, mucha libertad.'. Releyendo ahora, a diez años escasos de distancia, la obra t'ntera de García Lorca, con la emoción en <.'arne viva por la tragedia española y por la certi~ dumbre de su mu<.'rte, comprendemos que nadie vió entonces -ni podia verlo, claro está- la asombms:1 penetra<.'ión de la realidad eterna española, d acento inconfundible de n<.'orromanticismo profético con que c:>l poeta anunciaba el futuro, los tiPmpos nuevos, tie tPrrihle parto cru<.'nto, <.'n que la sangre iba a anegar la ufanía clt> una ll!'nerarión out> ironi7.aha y estctizaha mientras bajo la costra del snt>ll'l Pl':nañol el orlin rompromido explotaría en una revolución sin prece. dentes. ¿No se deria on<> Jo nPor que pasnha en F.s. paña era que nunca pnsaba n:ula? Esta obrilla tratral, ele visión románticn, excesi. vamrnte t<.'atralizada si se quitre, tiene dentro de si t'l g<>rmen d<.' muchas anticinariones, vat;rinios de vf'r. dadero vate. Y eso rné Ferl<>rico. un vident<>, un nii'io hipPrsensible <'argado de prt'moniciones. Ha ;ido necesario que cavrra F<>derico ron el rr:ineo horadado por las c!'rriles balas fasc istas para que podamos apreciar toda In IO'rtndeza de su geniall. dad malograda, y por el asesinato de nuestro poeta nercihamos el sentido impr<>vist!l r actunl ele sus rlo. ru<>ntes alejandrinos: ").lo es hora de pen.,ar en quim,.rn.c. fllll' e~ horn dr abrir rl p ~cho a bellmr realidades cercanas de una Espmia cubierta de espigrrs y rebarios, donde la gente coma su pan con af.~grla, en medio de estas anchas eternidades nuestras y es/a aguda pasión de horizonfi! y silencio. España entierra y pisa su corazón antiguo, s11 herido corazón de península andante, y l1ay q11e salvarla pronto con manos u con dientes.

ron moiw nito \' hnn ~lós nhu<.'cados, se dest:~c:m, nr. gras y siniestrns: contrastando con el verde pálido del dibujo, e~las palabras: Sevilla - ¡\'/VA .ESP.4!M! Julio de 1936. ¡,Cabe mayor sarcasmo, ma yor falta de sPntido histórico? Esa es la España que no puede vivir, que ti<.'ne que morir, que ha de morir indefecti. bl<.'menlc y que tocios tenemos que ayutlal' a enterrar. !:1. Ese \'/l'..t impr<.'so en el matasellos tiene el mis111o acento, el mismo tono aguardentoso y cavernario qne el 1>i11an la.t carnas del ti<.'mpo d e Fernando Yll. Con ese grito arrastraron a nirgo, a ~:nrotaron a :Mariana PinNia " fnsilaron a F<.'derico fia rcia torca, su poeta. Qu~ siga la orgín de sangre. Pero no olvidemos que sobre la sangre germina la poesía y la leyenda. El mundo tiene ahora -se la ha regalado al pueblo pspañol la locura y la brutalidad ele unos militares-, una leyenda poética más hechn realidad, con todo el encanto sentimental del más puro romanticismo. Nuestros nietos, qué digo, nurstros hijos cantarán pronto los romances de Federico y su heroína, l~s nuev:ts canciones que ahora mismo se ,..stán f01·jando <>n esta aurora r.angrienta, impulso asrrncicmnl, hacia las altas cimas, del espíritu esoañol. A ver, quié:l mata eso. Ramón LAVANDERO San Juan, Puerto Rico, dicirmbre de 1!136.

suprema lex Por

RURE~'

DARlO

Si: Dio.t lo quiere a vec.~s. La sangre, las matan::ll.t , vienen como una triste u aterradora leu: sería/a lo Infinito momentos de r•~ngan:a.t, rompe la jaula el águila, quebranta el yugo el bur!f. Terrible es la tormenta que t rar las mrrbau~n.~. la rabia del rebmio, las iras dr la grl'fJ, que pone las C'abt>:as sangri,nta.~ e11 las /an::a.~ u arranca con la vida la púrpura d ~ l rry. SI: Dios lo quiere a r•eces, u envía el catacli.mw: hare brotar del fondo siniedro del abismo las llvidas borrascas, la negra tempestad: para que surja en medio de la ardua noche trági<'a, como divina enseña, como corona mágira, tu nimbo constelado de luz, ¡01; Libertad!

* •* COLOFON: Ya escrito lo que antecede, un buen amigo pone rn mis manos el sobre de un:t carta prO<.'Nientc de Sevilla, que trae el sello con la efigie de Mariana Pineda. Es una de las estampillas que imprimió la Re. pública a poco de instaurarse, t'On ocasión del cente. nnrio de la h<.'roina. Sobre 13 efigie de ancho escote,

"HORA DE LA REPUBLICA ESPA:&OLA, TODOS LOS VIERNES A LAS 9:30 P. M. POR LA EMISORA W. K. A. Q.

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1

Ifiauhcmus ftirus gloriosos.... '2!lcdrsiasticus, (!}a p. XLIV, &ers. I

Ln noticin nos ha conmovido profundamente. l.uan<lo menos la esperábamos, pcntlicntcs todos de esa lucha heroica del pueblo espaiiol por sus liberta. tlcs, nos llega la nueva de la mur:rt c de Federico Gar. c:ía I.orca. Así ha dcsaparccid•J el pohrc: traicio ne. ramenlc, rodeado de curas con <tnH•trallatloras y cm·. listas con sotana. Nuevo tributo, como Garcilaso, como Jorge Manriqnc, al dios tic la gu<'rra. Una vic. tima más - pero egregia- de la charanga rcvoluc iu. na ría.

***

1' J

Estos días me he puesto a <'VOC3r su figura, El último, casi el único, recuerdo de Lm·ca me viene a propósito de una de sus obras teatrales : La Za¡¡atem Prodiyioscr. Pr<'cisanwntc para esta i·poc a, hace seis años, se estrenó la obra en el Teatro Espmiol por l:t compaiiía de Margm·ita Xirgu. Gran entusiasmo en. tonccs entre los estudiantes. Sobre todo en la Fun. dución del Amo, donde yo vivía. (Er3n días rcvolu. cionarios: se acababa de fusilar a Galán y a Garch Hern:índez. La juventud conjugaba d fervor litera. río, o académico, con el más houdo fervor patriótico. Alternadamcntc concurría a las lecciones de la Uní. ycrsidarl v al jaleo cotidiano de la Puerta del Sol.) Aquélia tarde de diciembre d teatro estaba bri. lioso de novedad. Pocos monóct;los había. Ninguna calva, exceptuada, tal vez, In calva case iforme y ara. hle de Dámaso Alonso. La pieza estaba escrita c;,n gr:~ n delicadeza. Gustó a todos, como que era un<l Yerd adera gema. Un aplauso unánime y repetido premió la obra del poeta y su ejecución. Lorca salíú a escena varias Yeces, humildemente vestido Y son. riente ante el aura dul ce de la l'opularidatl. Su rostro dejaba leer la satisfacción, la complacencia sin orgullo, que experimenta todo !•oeta al Yerse recono. ciclo por un público propicio. Unos meses más y y:l Lorca seria el poeta nacional.

*** ¿Será en verdad Lorca el poeta nacional de Es. paña? me he dicho muchas veces. ¿Será cierto qt~c representa mejor que nadie el modo de ser, la senst .. bilidad el sesgo mental, lo conciente y lo .. subcon. ciente 'de los españoles? SI. Juan Ramón Jiménl'z y Antonio Machado, más poetas que él, tan españole<; como él, no nos dejan sin emb:ugo una impresión de españolidad popular, de castiza y neta españolirlad. Entre los jóvenes ninguno ha enraizado tan profun. damente como Lorcn en el corazón de la España reptJ?licana. · :

Dos razones, a m1 ¡mcJo, explican el marcado carácter nacional de su produceión: la. su depen. t!encia del ambiente, y, 2a., su conocimiento de la mejor tradición poética. A travé.'i de toda su obra se ve un interés constanle en las cosas españolas: per. sonajes, paisaje, ani·cdota. Cani~ jondo. Guardia ci. vil. Gitanería. Gr:1n:~da. El poeta no puede des''· sirse del hechizo de las ciudaées andaluzas. Según pa~a el tiempo esta neta intensan~f:nte andaluza se va depurando. Lo español deja de :>er elemento decorativo, colorista, para hacerse mú~ica intima y cordial. Si fuéramos a hablar en términos de poesía pura, di. riamos que Lorca es el menos ¡mro de los poetas es. pañoles contemporáneos, puesto que vivió siempre enamonulo de su circunstancia. La otra razón -su conocimiento de la tradición poética- es sin duda más importante para el histo. riador que para el gustador de poesía. Recuerdo la sorpresa que produjo la aparición del Romance-ro Gilww. Hoy el Romancero es el enquiridión de la poesía nueva, pero ¿.hace ocho años? ... Pocos fuero:-t los que lograron comprenderlo. La mayoría vió en el libro una última granada, del tiempo de los ismos, que había quedado sin explotar. Lentamente el pú. hlico se ha ido acercando hast:o convencerse de que no había tal granada. Iloy que conocemos nlejor l:t poesía tradicional vemos cuán inofensivo era el Romancero. La forma y el tonr. espiritual de algunos romances coincide muchas vece:; con los d e una poesi:l. antigua, de los siglos XV o XVI. Un romance a vece<; no es más que una versión nueva de un Yiejo tema. Así el de la casada infiel, que tlt'l1emos entroncar con las abundantes canciones de bella malmaridada. Lo moderno en Lorca es el ímpetu, la gracia metafórica, la urdimbre intelectuaL En cambio, la métrica, la expresión y hasta pequeños rl<·talles estilísticos que parecen lorquíanos son en realidad de origen folkló. rico. En este sentido convendría hacer un estudio mi. nucioso para determinar hasta qué punto es posible conectar a Lorca con la lírica de los siglos XV y XVI. Quizá - y ése es el caso de Lope de Vega- llegarla. mos a la conclusión de que la tradición ha operado en él como un agente catalítico activando los procesos de creación poética. Un agentll catalitico que segu. ramente ha actuado en las más recónditas reac ciones sobre acendrados elementos personales. Rubén del ROSARIO. San

J~an,

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P. R., dic. 26136.


En r ste nr¡>al·tamento de E·.tudio~ Hispllniros de la Uni\'CI'sidad ele Puerto Rico, por donde señoreaban en. el aire Y en las almas los ve1·sos del porta, lo se. gunnos oyendo en el recuerdo, ahora con más triste. za, con aguda nostalgia, con lamento en el pecho y pena honda en los silencios. Nos dicen que se fué, vencido Y roto, como Ailo1iito ,., Camborio, pero con menos suerte que el gitano porque no •le dieron oca. sión de demostrar quién era. Garcia Lorca -más ausente que nunca- seguirá entre nuestro afecto con su rango de gran ooeta, y su nuevo galardón de mártir. Digamos a media voz -tem. blor de rezo- su Martirio de Santa Olalla.

Muel'to para la Vida. Vivo paro In F.tel'nida•l. Federico Garcla Lorca: los poetas de todas las ti erras izaremos tu nombre con voz estremecida de dolor )' protesta para que los demás hombres sepan compren. der algún día que el fascismo destruye al intelectua. lismo porque le reconoce su peor enemigo. Carmen ALICIA CADILLA Rio Piedras, P. R. El homenaje que a Federico Garcia Lorca rinde VERDADES, cuenta con mi fervorosa adhesión. Para el próximo número enviaré un pcema que estoy escribiendo, dedicado a In muerte del poeta granadino.

(Firmado) Antonio S. PEDREIRA. Universidad de P. R., enero de l!l37.

Luis PALES MATOS

He prrguntaclo ansioso a todos los :1migos c¡ur n•. tornan de España. A nadie le rahe la menor dmta. Fe. drrico rstá muerto. Cuando alguno duda o quiere no crrer en ello, ya se sabe, es un rascistn. Slntoma segu. ro de rebeldia: afirmar la muerte de Benavente v dudar o nt>gar que haya muerto Garcia Lon·a. Es qu.e tienen miedo de su crimen. Ya lo pagarán y bien ca. ro. No hay que hacer caso de lus rugidos de "la ca. verna ele ahl... Leopoldo SANTIAGO LAVANDERO (New York City, diciembre, 1936.) La muerte de Federico Garcia Lorca me ha lm. presionado enormemente. Era el poeta más perso. nal de su generación, el más henchido de esencias vitales que, en la frescura de su juventud, genial ya, ha caldo._ vi clima del Fascismo, es decir, de la estupi. dcz humana. Jesé A. ROMEU - Ha muerto el cantor, mas t') canto escn¡>n.lbn por la selva diluyendo ritmos, semhrnndo belleza, prendiendo en lo eterno de las notas diáfanas su flor de temblores hondos, de esperanzas intimas... Cantaba. . . sembraba. . . Regaba la tierra con sus claras aguas. ! Mas, -¿qué sabe el negro Yumpiro de las cosas bellas, de cosas eternas, de las cosas santas? Penetra en la selva, crispadas de furor las garras, abiertas y l'edienta de sangre la horrible boca:m. Penetra, husmc;l y mata. Le enfurece la luz y mata. Le irritnn Jos <"an. tos y mata, mata sin cesar. 1\fatn al cantor, mas su canto, su si<'mhra de luz y de belleza, eso se le escapa. No puede la bocaza horrible tragarse los ritmos, apagar las luces, sofocar los cantos. ¡No puede, no PU<'del Caerá ahlta de sangre, morirá dt' rabia. Ha muerto el cantor, mn.'l el canto escapa, Clara I.IJliO ·DE SF.NOn .\

Si el panorama de la tragedia española hubiera e!.t:ulo bol'l'oso por la distan<'ia para que los pueblos amcric:mos pudiéramos darnos cabal cuenta del pa. voroso l'l'i men de la invasión extranjera en España, bastaría el incalificable asesinato de Garcia Lorca pa. ra drsc<"har toda duda y gritar, gritar para que stl oiga en todos Jos confines del mundo: los asesinos de l.orca son los asesinos de Epaña. Inés M. Mendoza de PALACIOS Labor hermosa la de "LA BARRACA" llevar lu alegria y la belleza por campos y caminos de España. Alma y eje de ella: Federico Garcia Lorca, captador fino de las más nobles esencias de su pueblo. LA BA. RRACA está deshecha. No son la alegría y la belleza las que andan ahora por ca~pos y caminos de esta tierra noble. Pero -segado en flor Federic<r- las flores geniales de su espiritu cuajan en fruto en f!) rorazón de los suyos y su esencia sutil, en la magia de sus versos. "¡va por el aire 1" Antonia SAENZ Enero t!l:\7. Otro crimen más del que serán responsables ante la historia los generales alzados, es la muerte de Federico Garcia Lorca. Con él perdió España uno de sus más finos representantes, Voz de España era Lorca, voz que enmudecieron con su mano brutal los enemi. aos de una Espar.a nueva. A. J. COU>RAOO Oesrlc que trasmitió el cable la noticia del fusi. l:lmiento de Garcia Lorca he estado pendiente de la rectificación. l.o que en un principio crei fantasia se ha confirmado. El cable de Wells inquiriendo por la vida del poeta y la contestación evasiva de un Co. ronel Espinosa parecen no deja1 lugar a dudas. Este crimen imbécil califica una vez más la sublevación española. Odio al espiritu, brutalidad, grosl'ria, egois. mos, apetencias bestinl.-s. ;.Cnmp:-end<'rlin nnn<"n eso<;

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~l'ñoritos falangistas, <'Se "<'j~rcitu nacional" al s<'rvi. cío 1le Italia y Al<'mania, ese cl~ro troglodita y esas mesnadas de soldadesca alquilada todo el mal que han ht•cho al mundo de habla española privándole de su m:h alto poeta, de su dramaturgo más lleno de futuro y de gracia? Ahora si que no tienen salvación ante la Historia. Al pueblo y a los que nos ocupamos 1le cosn,¡ del intl'lecto - no me atrevo a llamarme intelectual para CJUe no me ladrl':t- nos qul'dará para siempre un ren cor, una "pena negra" de romance gitano. y una esperanza de aurora. . . Sociedad puerca, esta en que Yivímos y son posibles estos crímenes. Anatema sea.

~fe dicen que el gran maestro Folla querla a Gat·. cia Lorca como si fuera su hijo y que de resultas de la pena que le produjo la n oticia de su muerte se ha vuelto loco y está ahora recluitlo en un manicomio en París. 1Cuál no seria su d olor y cuánto valdri:l el poeta!

Y lo triste es que su muerte es inútil y contrapro. ducente para los erectos que persiguen los militares sublevados. ¿Qué uisculpa puellcn alegar? Están de luto el arte españoi y el del mundo en. tero . . . Ramón Emilio BALSEIRO San Juan, P. R., diciembre 1936.

J. l. OE DIEGO PADRO. San Juan, P. R., enero de 1927.

Breve Canrión de Muerte Grande

No es sólo la poesía, sino el teatro muy especi:lt. mente, lo <]Ue sufre una irr<'mcdiahle pt•rdida con la muerte de Lorca. En Puerto R1co apenas se conoc<' al pocta como dramaturgo o comediógrafo. .Uariamr Pineda, La Zapatera, Rodas d~ Sungre, Yerma, Dolia Jlosita o El Lenguaje de las Flores, pocos son aqnl los que han podido lecr alguna de esas obras; y nin. guna de ellas se ha llegado a poner cn nuestra escena.

Por d alma de la Alhambra \'aga un pájaro sir. trinos Con un nudo en la garganta ¡Viudez llorarán la:! cuerdas del alma madre gitana/ Federico Garcla Lorca Frío de carne y palabras; R:stiales balas fascistas Le troncharon la garganta.

Fcdl'rico era un admirador de la dramática clási. ca española y un aficionado a 1.1 canción del pueblo. Y además conocía su tierra. Por eso tenía un criterio amplio, gencroso, clásico y a la Yez moderno y popu. lar de lo que debía ser el nuevo teatro español. Sus ac. tividades teatrales no se limitaron a las de autor. Era también animador, escenificador, músico . .. Y todo lo que hizo en el teatro, con ser muy mucho, parecía poco al lado de lo que con justicia se esperaba aun de él en ese campo, donde iba reabriendo un nuevo y vasto cauce españolisimo.

¡Ay dolor Que se fué en pleno abril! Asl sufrieron las aguas Nobles del Guadalquivir.

La mítica luna grande, /.a roja luna gitana. qué dirá. Los pruiales qlte no fueron y la.t fuertrs jacas negras qué dirán!

Pero, ¡.qué podrán comprender de todo esto los espadones facciosos que "ignoro.n lugar hállau don 1-' ederico García y Lorca", ese señor desconocido!

¡Federico Garcla Lorca Frio de carne y palabras/

Tomás BLANCO Como yo sólo soy mus1eo, no conozco suficiente litt>ratura para permitirme dar una apreciación inte. ligente sobre la poesía de Garcla Lorca. Oyendo recl. lar y leyendo sus versos me han conmovido el carác. ter musical, el ritmo, el color y la tonalidad de lo que he conocido. Pero lo que más me ha maravillado fué oir las canciones que cantaba la Argentinita, re. cogidas y pautadas por Garcla Lorca: Los Pertgri. nitos, Los Contrabandistas, El Café de Chinila.t , Los Cuatro Muleros. El que hizo lodo eso era, nde. más de gran J>Oetn, un fino y exquisito músico. Algo semejante había que hacer con las canciones de nuestro país (yo qusiern intentarlo), pues existen aqul muchas melodías muy semejantes a las del folklore andaluz, y quizás sea esto una de las razones que expliquen la voga, el éxito inmenso de los \'t>rsos de este pot>ta -por su ralz popular~ en todos los paises de nuestra lengna.

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Pájaro dile a tus trinos Que si vuelven a Granada, Digan la verdad d:!l crimen Por cielo, luz, tierra y agua. F. Jlanrique CABRERA. San Juan, P. R., Dic. 1936. Por considerar a Federico Garcia Lorca como uno de los valores llricos m6s altos de la España con. temporánea nos adherimos con toda admiración :. este homenaje Nilila Vientos GASTON Sofía Ntgwinort LANZA Leticia LORENZI San Juan, P. R. Enero 1937.

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-J.:irgucnle cuatro tims. -Un poeta menos: Gar. da Lon·a. -Ahi van ocho bombas alemanas, último modc. lo- saltan veinte rorazon<'s de niiws rojos ... ¡(;Jo. riosa gesta, banderas del Tercio, hi·rocs de la FaJan. jc! -Púng:mle dos medallas a Franro. ¡Oh dolor de Esp:uia asaltada en la cnrrurijada! Estilis en tumo, obreros dt>l mundo.

Significación de Qarcía Lorca

Hay una literatura en que sé tocan todos los h.om. br<'s y qu<', muy hundida rn lo nacional, n!lda t1rnc que nr con l:1s limitaciones trrritorialrs de que h:J. hl:m los h•xlos escolares. Es la literatura en 1111e sc 1".:'conorrn v salud:m Fray Luis y J>itlcrot, ))ostnic•wski v :\Iarti. En es:¡ litrratura est:1r:"t maitana, r.~t;Í ya, por ~u hispanid:11l universal, Fetlerico Garda !.oren. n. D. PALACIOS. Pt•ro, la univcr~alidad no se logra sólo con s:JIH•r traclucir el m:"ls intimo latido r•:rcano. Precisa rnrar. A pcs:.r tic mis mejores deseos para eolaborar <'11 narlo en una superior onlenaciún. Carci:1 I.orca cll:l<'Sic hom<'najc con un trabajo lil<'rario, perentorias e jb su hispanidad sin fronteras rn un mundo propio, inelncJihlcs obligaciones me han impdido harcrlo h:.s. en un orhc d<' imparitlatlrs donde el porta fué rrconn. t:. aluwa ;· prro d tributo de :.dmiración que ustetlcs citlo soberano absoluto. l'\o ha~· «lll<' d!'cir qu<' .este quieren rC"ndir al poeta Garcia Lorra cuenta con mi mnn«lo tuvo significado, no sólo ni csenrialmente JHH" m:"ts cntu~iústica simpatia. srr fiel trasmutación dt•l mundo en que el )JO<'ta mo. via su vida dl' hombre de carne y hueso, sino por h:~­ (firmado) Luis LLOnE~S TOnHES ber logrado la exnllada resonancia de las cscndas rlc ese mmHlo. Si hoy una parte consitlcrahlc del pueblo se halla lln po<'la tlr esta~ potrnci'ls no podía !-:ino voL famili:lrizada con el tC"atro 1lc nuestros grandes cl:ísicarsc en Jo popular. En García l.orca to1lo arranca de cos - Gil Vicente, Lope, Calderón, Tirso de l\folina las gentes de la masa porque todo él - quctla dicho--, ·y otros ingenios del pasado--, tiene que agradecerlo es dimensión nacional, <'Spariob. Esta dimensión sólo al exquisito gusto y a la drvoción que por la cultura puede darla lneque tenga ,·ida eterna, romo el pu!'blo. La vela sombría que va de V:~ldt·s Lral a Goya Jl:l!>spmiol:. sentía Lorca. El s!'ntido de lo populm· ('spaiiol lrnia en l.orca sall()o por nibera no se cnli<'ntle sino romo expresión cimera de un modo del ]Hrehlo; de ahí su )l<'rlll:lnen. uno de sus principales cullh·:ulor<'s. Se preocupah:"t te fecundi(lad. mucho de incorporar a la po~tica mo1lrrn:t la lr:tdición Ahora la gran voz ha qucdatlo muda para siem. rom:tncesca <'spañol:t. l.:ts cosas tl<'l pueblo cons<'rvan pre. Su final tiene un hondo significado. Era una vn:~. sirmpre su juventud. El genio del porta, de lodo gran popular, pero no militante. Y sin <'mhargo, los fasds. artista consiste en buscar el entronque de lo pasado las la :•pagaron erut•lmcnle, criP:inalrnl•nle. Par·a los creador de lo porvrnir. Lorca ha siclo un poeta genial \·ertlugos dt' Espaiia, como para los tic Italia ~· ..\lema. precisamrntr porqur ha sabitlo eomprcndrr que In vi- nia, es ¡Jeligrosn cuanto sale tic la masa, p<'ro, atl<'m:"t~. c·unnlo signific-a un real ,·nlor de <·ullura. En ello, at!. t:Jl 1le Espaiia estaba escondido rn <'1 alma tic <'SC nriliunoslo, pt·neetlen los vrrdul!os con excelente lópueblo que. en estos momentos vive la angustia de sa. gica de \"CI'tlugos. El pueblo, y la cullum que vien~ Lcr <'1 destino de uno de sus mejor<'s intér¡H·etes. tlel pueblo, un pueden ser sino sus enemigos jurado'!, Ft•derico Garcin Lorca, pueblo y cultura, era un <.'11!'. Emilio DELGADO. migo porler·oso y unn gran acusación viviente. Est:~ha condenatlo de antemano. Los stti}alter·nos del grolt•srcl (Ma1ll'id - 1!) de septiembre de 1!l3G). Queipo de Llano cumplieron cabalmente, al asrsinar. Jo, su triste rol histórico. ¡. C:ómo asombrarnos de que el fascismo cause 1:1 muerte si es el eamino hacia ella? :'\o puede corH' <'hir. se al fascismo sin estas barrera.-; n·ncor·osas, sin esto:; abismos sangrientos de hombre a hombre v de nadún a nación. El simple aporte cultural, con~o esté birn rcntrado en el torrente andador· de un pu('b)o - ras,) d(' Garcia Lorca-, lleva en la entraría un impulso tll' unidnd, es dedt·, tic verdailera paz, que <'1 f.1scismn no puetle ntlmilir. Quiso romper esa unidad, rontr·a rila fu<\ la bala 1111e d<'strozó la fr·ente tld poeta. En -~U cabeza andaba, sin sabrrlo él mismo, rse ímpetu de amor y de bi('n, de unidad suprema. Ese imprtu cs. taba en su voz, c¡uc fué totlo ~1. Y la voz suya no la pueden destrozar las balas n!'g:idoras del hombr0. Porque aquella voz fuú la de un pueblo. I.a de un pu<·hlo que ahora se dcsnng•·a por la vida futura, por la unidad, por la paz de todos Jos pu<'hlos. JU.-1 N MAR1XELLO. (Fragmentos de una conferencia pronunciada rn México el H de noviembre de 193G.)


romance de la guardia civil española por Federico García Lorca

J.os caballos nt'gro~ son. I.ns herraduras son negras. .sobre las capas relucen manchas de tinta y ele cera. Tienen, por eso no lloran de plomo las calaveras. , Con el alma de charol vienen por la carretera. Jorohados y nocturnos, por do nde animan ordenan silencios de goma oscura y mierlas de fin n arena. Pasan, si quiet·cn pas2r, y ocultan en In cnheza nnn vaga nstronomia de. plstol3s inconcretas.

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La Virgen y S:m José perdieron sus castañuelas, y buscan a Jos gitanos para ver si las encuentran. La Virg<'ll viene w stida con un traje de alraldesa de papel de chocol:~te con los collares de almendra~. San José mueve loe; brazos b.1jo una capa ele ~cda. Detrás va Pedro Domecq con tres sultanes df Persia. La media lunn, soñnba un tlxtasis de cigiieña. Estandartes y farole~ invaden las azotea~ P or los espejos sollozan bailarinas ,sin caderas. Agua y sombra, sombra y agna por Jl.'rez de la Fronter:1.

• ¡Oh ciudad de les gitanos! En las esquinas banderas. Apag:l tus verdes luces ((Ue viene la benemérita. ¡Oh ciudad de los gitanos! ;.Quién te vió y no te recuerda? Dt'jndla ll.'jos del mar sin peines para su!> crenchas.

¡Oh ciudad de los gitanos! En las esquinas banderas. La luna y la ~alabaza con las guindas en conserva. ¡Oh ciudad de los gitanos! ¿ Quién te vió y no te recuerda? Ciudad de dolor y almizcle. con las torres de canela.

Avanzan de dos en fondo a la ciudad de la fiesta. Un rumor de siemprl.'vivas, invade las cartucheras. Avanzan de d os en fondo. Uohlc noeturno de tl.'l:t. El cil.'lo, se les antojJ, una vitdnn de espuelas.

Cuando llegaba la noche noche que noche nodtera, los gitanos en sus Craguos forjaban SO)eS V fieCb:OS.

• I.a ciudad libre de miedo, multiplicaba sus puertas. Cuarenta guardias civiles entran a saco por ellas. l-os relojes se pararon, y el coiinc de las botellas fil.' disfrazó de noviet!Jbre p:Jra no infundir so~pechas. Un vul.'lo de Sl'itos l::rgos se leva ntó en las Vl.'lctas. Los cabll.'s cortan las brisas que los cascos ntro:,>e!lnn.

Un caballo malherido, llamaba a todas la!- puertas. Gallos ele vidrio cantaban ¡wr Jerez de la Frontera. m viento, vuelve <!csnudo la esquina de la sc.rpresn, en la noche plnlinoche noche, que noche nochera.

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f•or las calles de penumbra,

RETRATO CON SOMBRA

huyen las gitanas vi('jas con los caballos dormidos Y las horzas de moneda. Por las calles empinadas suben las capas siniestras dejando detrás fugaces remolí nos de tijeras.

Debussy Mi sombra va silenciosa por el agua de la acequia. Por mi sombr~1 están Jas ranas .privadas de las estrellas. La sombra manda a mi cuerpo reflejos de cosas quietas.

En el Portal de Belén los gitanos se congregan: .San José, lleno de heridas, amortaja a una doncella. Tercos fusiles agudo-; por toda la noche suenan. La Virgen cura a los niños con salivilla de estrella. Pero la Guardia Civil avanza sembrando hogueras, donde joven y de.snuda la imaginación se quema. Rosa la de Jos Camborios, gime sentada en su puerta con sus dos pechos cortados puestos en una bandeja. Y otras muchachas corrían perseguidas por sus trenzas, en un aire donde estallan rosas de pólvora negra. Cuando todos los tej'ldos eran surcos en la tie1 ra, el alba meció sus hombros en largo perfil de piedra.

Mi sombra va como inmenso cínife color violeta. Cien grillos quieren dorar la luz de la cañavera. Una luz nace en mi pecho, reflejado, de la acequia.

Narciso Niño. ¡Que te vas a caer al río! En lo hondo hay una rosa y en Ja rosa hay otro rio. ¡Mira aquél páp&rol ¡1\lira .aquel pájaro amarillo! Se me han caldo los ojos dentro del agua. ¡Dios mio! 1Que se resbala 1 )Muchacho 1 ... y en la rosa estoy yo mismo. Cuando se perdió en el agua, comprendí. Pero no explico• . (De "Canriones")

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¡Oh ciudad de Jos gitanos 1 La Guardia Civil se aleja por un túnel de silencio mientras las llama$ te cercan.

Muerte de la Petenera En la casa blar:ca muere la perdición de los hombres.

¡Oh ciudad de los gitanos! ¿Quién te vió y no te recuerda 1 Que te busquen en mí frente. Juego de Tuña y arena.

Cien jacas caracolean, sus jinetes están muertos. Bajo las estremecidas <'strellas de los velones su falda de moaré tiembla entre .sus muslos de cobre.

(Del "Canciones Gitano".)

Cien jacas caracolean, sus jinetes están muertos. Sombra pura, )'a sin cielo, viene por el horizonte y el bordón de una guitarra se rompe. Cien jacas caracolean, sus jinetes están muertos. F. GARCJA LORCA

(De "El Libro del Canto Jondo"

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tres entrevistas ESTAMPA DE GAHCIA LORCA (IJI'

La r.ac!'lll Utaariu , Alio V, Madrid, 15 di' encr.1 de t!l:H, i\'tim. !18) SI~

cali{11 en /nno menor que se llama r.arcía L orca se lw idn a Nueva l"or/; muy trauquilo, llevando a raslms su suiiolencia penibética. /la sacado l'l alfanje. /Jc 1111 yolp:! ha S«'gado lo~ l'uscacielos de Mmzlwtan. El rcsultud•' traerse a 1\'ueua l'ork cn 1111 bolsillo. ,1sí, tan tranquilo, co. nw quil'll no hace nada . . .. - Tnzigo prepar:ulos c uatro libn:s. !>e teatro. l>e Jloesia. Y !le impre~ioues n :·oyorquinns, r l que puede titul ar se "La ciudad", interpretación impersonal sin lugar ni ti empo aquella ciudad mu z11l o. Un símbolo patético. Sufrimiento. Pero del revés, si n dramatismo. Es una pue~ta en contacto d e mz mundo poético coa el mundo poético de Nueva York. En nwtlio de am. lms t•st:'•n los pueblos !l·istl's dr 1\fl'ica y MIS alrcdedoz·cs )lertliti M en Norteamérica.• Los judios. Los sir ios. Y los n rgros. ¡Sobre tOllo, los negros 1 Con M I tristeza se h a hecho el eje espiritual de aquella América. El negro que está ta n cer ca de la Naturaleza humana pura y de la otra Nuturaleza. ¡Ese ::~egru que se saca la música h asta ele los bolsillos 1 Fuera del arte zn•gz·o no queda en los Estados Unidos má'l que mecá ni ca y automatismo. ¡,No era d e Granada Ganil•et? ¿Era Ganivel r1 mayor cmzi{)o de I'Sa Africa misteriosa, inundada de sombra clrntrn u fu era dr su propia alma, el ,1frica d el pozo, la alcantarilla? Sí. Era r.anivet el que en Plo Cid llamaba a los negros desde el l'ofullwccn. Ganiuet, m oreno, de verde luna, lzombre fa ente que flula ideas seguida.~ u escurridizas. l ' García !.orca, {)ranadíno, puesto bajo el signo d el mismo '' lolcm." - El teatro nuevo, azanvado de form a y teorln, es mi mayor preocupación. Nueva York es el sitio itnico p ara tomarle el pulso al nuevo m·te teatral. Lo¡; mejores adores que h e visto han s irio tambié:t negros. 1\limos insuperables. Lo revista negm va sustituyendo a la revista blanca. El arte blanco se vu queda ndo para las minorías. El p úblico quiere siem. pre teatro negro, delira por él. -El prejuicio contra los negros es sólo social. Nunca artístico. Cuando canta un negro en un teatro s e hace un "s il encio negro", un silencio cóncavo, enorme y especial. Cuando un actor blanco quiere absorber In ntcncit'm del público se pinta de negro - Al Johnson- . La gran carcajada d el norteamericanouna carcajada desgrarrada, violenta, casi ibérica- es arrancada siemp•·e por el actor negro. Andar por Granada, por dentro u por fu era u alrl'(/ed or del espíritu d e Granada, es como pmtearse por una cordillera IJolcánira. Por aqnl, por alll enfrente y a la t'spalda, orcíf.ere., apagados, A lonno., e11-

8rft-.n'm'""'"l!l

lún upw•entemenle dormidos; pero d e pronto van a ecllar picclras, fuego u un remolino de o:nizas. Otros, muer/os del lodo, JI OS amena~an con gesto sombrío. Una.~ veces, el estallido; otras, el apagamiento. Nada tle csfu er::o mctúdico. Cm/a volrán estcí aislado U so. litw·io. Todos hacen lo mümn, u cada IJJIO por ut n:cnta. Un Unbinsún en cada Jll'IÍa, I!'IIIJJe::ando p or d nw.w lnuín c/c A bcn Tafail, r¡ue fu é rl primer Rnbinsún del mundo. Así vamos lw cia el l'olctiJI poético e/(• (iarcía L arca, que a llt•oes ¡mrne d ormir u de proJIto lan::a un libro rn orme, total. Porque el secreto de Gurda L arca rs el de Sl'r 1111 purlsimo ejemplo del urcmadinfsm a m ás yrwwclinamente granadino. - Yo creo que ('( se•· ti c Grm:a<ln me inclina a la comprensión simpáti ca d e Jo perseguido. Del gitano, tlel nrgm, el el judío ... , dl'l mtl''Í!-:Co <¡uc todos lle \•anws tlen tro. Gra nada huele n n:hterio, a cosa que no purtle :wr y, si n embargo, es. Que· no existe, pero influye. O <:uc influ yt> precisamente por no poder existir, que pierde rl cm•r¡Hl y con ~erv a aumentado el m·om:l. Qnc se ve aconalat1a y trata <le i njertarse e:t to<lo lo que rodea ~· amenaza p;•ra ayudar a di solver. lo. Gmnada es lo persryuido, que en vez d e protestar se coJwiel'le 'en pil'u ~ ta, u que disuelve todo en danza con la secrrla esperan:a de que la fuerza hostil se llaga darz:a también y pierda su fu erza. Es .el alma de la zambra morisca que ha ropiado el gitano. l' In gitano es una careta de lo andaluz, un tabú que lapa lo jonclo y r 11ifa que se petrifiqlb'! al contacto con el e:rlerinr hostil. Lo menos gitano es lo gitano. -El "ilmnancero Gitano" no es gitano más que rn al~;·ún trozo, al principio. En su esencia es un r~­ tablo a ndaluz de todo el andalucismo. Al iiienos como ~·o le veo. Es un canto and:-luz en el que lo gitano sirve d e esll'ibillo. Heúno todos los elementos poéticos locales, y les pongo In etiqueta más fácilmente visible. Homanccs de varios personaíes aparentes, t¡ue tienen un solo personaje escucinl: Granada ..... - Pem esto ya pertenece :•1 pasado. Ahora veo la poesía y los temas con un jugo nuevo. 1\lás liri'imo dentro de lo dram:itico. Dar m:ís patetismo a Jos temas. Pero un patetismo fl'io :,. preciso, puramente objetivo. El pot'la de Granada mira SI( propio ser por d en. /ro. 1' ense1ia el alma andaluza, de granos apretado., , como la fruta. d e su país. - Ha dicho "1\ledina Azzahr a" en las páginas de la "Revista d e Occidente" que yo tengo relación con In jota, que mi producción tie ne el ritmo ibérico de jota. Con toda simpatía hacia ":\tedina Azzahra", o pino sobre mi mismo. Desde L~ GACETA LITERARIA, terreno intermedio entre Oriente y Occidente . • . . -De expresar yo algo namenco, seria l a solea¡· o la seguiri ya gitana -o el polo o la caña-. O sea l.o hondo, lü escueto, el rondo primitivo de lo andaluz, In ca nción, que es más grito qu<: gesto. La seguiriy:t y la solear son al¡o exclusivamente r('gional, local, sin irradiaciones ni contractos. En cambio, el ran-

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dnnguillo Y la jota expresan lo romün peninsular, qul! npa•·ece ac¡ui y allá surgiendo dr golpe, en manan. tia!, bajo tli ~tintos nombres. En la meseta, en la cos. la del Mediterráneo pirenaico, r11 el 1'\orte a veces. -Creo que el valor principal de la música an. daluza es la pureza, el instinto ·:ubista tic la linea afil:itla Y sin ncbulositlades. Linea caprichosa, resuelta, pero como un arabesco, ir.~placablemente, totalmente fonnada de rectas. -Sólo el gramófono puede recoger la sutileza de nuestro folklore musical, que se escapa entre las líneas del pentagrama ... • Termina la int,erviri de García Lorca. Diálogo del otro mundo. Bntre las brúmas del sueíio reciente. Enlt'e la niebla granadina qrre envuelve el diálogo <le granadinos. Porque la ciudad de la nieue l'lltre lcu plantas tropicales pone sobre /odas las cosas 1111 reflejo de luz descompuesta en millal'es de espejismos, 11clo neblinoso de agua voladora y sol deshecho. Gra. nada, peqrrcrias dimensiones d,~ lodo. IJescomposi. dón de la ulmósfera en pcqu,~tios e in{iuilos planos, bl'illanles y llríu1edc.s -diamante en arco iris-. }' hay una impresión a cada hora. En cada momento cambia con la luz el cerebro -al mediodía, al anochecer, con nieve, con solano-. Este es el Garcla Lorca de primera mmiana, aún acurrucado en su Y') de hombre niediterráneo, sotiolien/o y guerrillero, el García Lorca africuno, envuel/o en patios como 1111 profeta. Gil DENUMEYA.

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LOS ARTISTAS EN EL AMDIENTE DE NUESTRO TIEMPO. EL POETA FEDERICO GARCIA LORCA ESPERADA PARA E4 TEATRO LA LLEGADA DE LA LUZ, DE ARRillA, DEL PARAISO. (Entrevista publicada en EL SOL de Madt·id, 15 diciembre, 1934.)

,1quella maravillosa época de nuestros padres. _. . . N cuarto de estudiante, claro y limpio. Sobre el tablero de la mesa de trabajo, encerradas en una caja de cristal, hasta media docena de mariposas de difet·entes tamaños y variados colores, ejemplares preciosos de las selvas del Drasil. -Vino a traérmelas al puerto, a mi paso por Hiojanfiro, Alfonso Reyes -me dice Fed?rico Garcla Lorca-. Son de una gran helleza, ¿no es cierto? Federico García Lorca ha inte. ~~!:~~::~ rrumpido su trHbajo matinal para con el regalo de su charla. Aquí sobre le mesa están las cuartillas a medio terminar, con misteriosas claves tic tachaduras y Jlamadas. -Estoy escribiendo una comedia, en la que pon. go toda mi ilusión: "Doña Rosita, la soltera, o El lenguaje di.' las flores". Diana p:.ra familias, dividida

rn cuatro jardines. Será una pieza ele dulces ironías, de piadosos trozos de caricatura ; cometlia burguesa, de tonos su:wes, y en ella, tliluidas las gracias Y las delicadezas de tit•rnpos pasados y de distintas época!'!, Va a sorprender mucho, creo yo, la evocac ión de estos tiempos, en c¡ue los ruiseliores cantaban tic verdad y los jardines y las flores tenían un culto de novela. Aquélla maravillosa época de la juventud de nuestros padres.... Tiempos del polisón; las faldas de campánula y el "cutrovi", 18!JO, 1900, 1910.

Siento la necesidad de la forma dramática. Deciclidamente, usted ha abrazado el teatro -digo al poeta, cantor de los gitanCJ!; y de las tierras del Sur- con un entusiasmo que la grata lisonja del éxito justilica bien cumplidamente. -Yo he abrazado el teatro porque siento la necesidad de la cxpresión en la forma dramalica. Pero por eso no ahantlono el cultivo de la poesía pura, aunque t':~ta igual puede estar eu la pieza teatral que cn t·l mero pocma. Lo que ocurre es que ahora casi no me atrevo a publicar libros tie versos. Me invade una enorme pereza y un gran desali ento para seleccionar para su pulllicac ión los poemas que escribo. Ahora '¡a Univcrsitlad de Granada va a publicar un nuevo libro mio de poesías que se titula "Divan de Tamarit". Calculo que dentro de este mes quedará lista para el estreno mi tragedl:... "Yerma". Los ensayos andan bastante adelantados. Hace falta mucho y muy cuidado ensayo para conseguir el ritmo que debe presidir la representación de una obra dramática. Para mí, esto es de lo más importante. Un actor no se puede retrasar ll·es segundos <letrás de una puerta. Causa un cfccto deplorable un fallo de esta naturaleza. Es como si en la interpretación de una sinfonía surge la meloclía o un efecto musical a destiempo. Que la obra empiece, se dcsarn.llc y acabe con arreglo a ritmo acordado es de lo más dificil de conseguir cn el teatro. Margarita Xirgu que tiene en "Yerma" un papel en el que puelle demostrar todas 1<\S enormes calidades de su excepcional temperamento, pone el mayor inlet·és en que este ritmo sea logrado. Lo mismo hacen los actores y las actrices que la compaiian. Sobre el /entro comercial. Del talento de Margarita Xirgu espera mucho Federico Garcia Lorca para· el triunfo de su tragedia "Yerma", -Es una mujer extraordinaria y de un raro in'>tinto para apreciar e interpretar la belleza dram:'ttica, que sabe encontrarla en donde <·sté. Va a buscarla con una genet·osidad inigualable, haciendo caso omist) de toda consideración que pudiéramos llamar de orden comercial. -Nada más convencional que esta suerte de con_ sideración. Ya ve, "Bodas da sangre", de usted, como obra de arte auténtico que es. seguramente no hu. bicra sido considerada como suficientemente comer. cial en nuestros por lo general estúpidos medios tea. traJes. Sin embargo, su éxito ha dado grandes beneficios y ha llenado teatros en Espa1ia y cn Amérira. ~Sí, lo otro, lo que se hace con una preocupa-

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dc'ln exl'!nsivarn('llle romr•·dnl, mm·hns vN·rs ~lesca.

C'l lrnll·o no drcar. J.n nhstiJ'()n ~ lo dera(lentc <'S su Órganizadún. Eso (l e que un sc iior, por rl mrro h e. cho d e di sponer de unos willoues se erija en censor de obras y definidor del teatro, <'S intolerable y ver. gonzoso. Es una tirani:t, (JUC, f·omo todas, sólo con. duce al dt·sastre. -Ese mismo fenómeno se o!;~erva en casi todas las actividades de nue.stro lirmr;o. ¿No Jo ve usted así? 1\li interlocutor repone en tono vivo: -Eso es lo ,.g rave de esta situación. "Yo sé poco, yo apenas sé" -me acuerdo de estos versos de Pablo Ncruda- ; pero en ese mundo yo siempre soy y seré partidario de los pobres. Yo siempre seré partidario de los <¡ue no tienen nada, y ha\ta la tranquilid:td de la nada se les niega. Nosotros -me refiero a Jos hom. brcs de signifieación intelectual y educados en el am. bientc medio de las clases que podemos llamm· aco. moda<! as- est:unos llamados al sac rificio. Acepté. mo~lo. En el mundo )·a no luchan fuerzas humana~. sino tclllric:As. A mi me ponen er. una balanza el re. sult:ulo de esta lucha: aquí, tu dolor y tu sacrificio, Y aqui, la justicia para todos, alln con la angustia del tr:'111silo hacia un futuro que se presiente, pe1·o se des. conoce, y descargo el puiio con toda mi fuerza en est~ último platillo.

LaJa e l fin Jli'OJlllt'~to.

Una leccitin

d~

Falla "Los que

lt'II:'IIIOS rste oficio de la mrísic:1".

--La~ PI'Cocupaciones de csiJ naturaleza -¡Jrosi. gne Garc b l.orcn- están bastnntc lrjos tic mis afanes. Al terminar cualquirra tic mis tr:..hnjos, yo no siento más que. el orgulln de haber crcatio una e~sa; pero no con~·t•JH'Jdo de que ello es · consl'cuencia dr especial mér1to pe•·sonalísimo, sino como el padre a quien por nzar, le sale un hijo hermoso. Al fin y a la postre, s; tra. la de un don que, por raro azar, a uno le sobreviene. Yo he ;:~prendido del maestro Falla, que además de u_na gran artista es un santo, una ejemplar lección. Ln muchas ocasiones suele decir: "Los que tenemos e.ste oficio de la música." Estas humildes y magni. hcas palabras las oyó un dia d<- labios del maestro la pianista. \\'anda l.andowsk;l, y 1<· sonaron a herejía. Hay arhstas que ercen que por (•1 hecho de serlo nc. cesitan medidas especiales para todas sus cosas. "Al nrtista se le debe permitir todo, etc." Yo cstov con Falla. Ln poesía es como un don. Yo hago mi ·oficio Y cumplo con mi obligación, sin prisa, porque sobre todo cuando se va a terminar una obra, como si di. jéramos cuando se va a poner ~>l tejado, es un placer t>normc trabajar poco a poco.

Las vocacion~s artisliras y nuestro tiempo. -¿Cree usted que los tiem110s actuales son Jm. más propicios para el desarrollo de las vocacioneo; artísticas ~ intelectuales? -pre¡¡nntamos. -El ambiente de nuestro tiempo aparece muy confuso; pero no tanto para que ~e pueda uno conven. ccr de que esta confusión no tenga aurora clara. Sr pe•·cib<' que en todo el mundo n pugna por desatar un nudo que ofrrce grandes r<'si,tcncias. De nhí esta oleada social que todo lo anega. En estas circuns. tancias, el arte ha venido a constituir una preocupa. ción secundaria en ei mejor t·asn, puesto que en otro!; ))O(JllisinHt gente le presta atención. Vea usted lo que ha ocurrido en Francia con Ju pintura. Desde el fi. na! de la guerra se congregaron en Paris pléyades de excelentes pintores de todos los paises. No ha hahi. do i·poca en pintura como aquel!a. Ni el Henacimien. to italiano puede comparárselc. Entre aquellos pin. lores descollaban Jos de la esct:~Ja española, con Pi. casso a la cabeza. Se compraban cuadros, tenían una alta categoría social Jos artistas. De pronto se h a hundido todo. Los pintores gloriosos regresan a sus respectivos paises, otros se mueren de hambre. Ha habido algunos que se han suidriado .... En cuanto v las vocaciones. . . . Depende e~tu de la personalidad de quien sienta la vocac ión. Para pensar y sentir lo;; mlts nobles ideales de la humanidad, el actual es el gran nmbientc. Para crear obra de esa que se ha da. do en la flor de llamar pura y desligada de las preo. cupaciones actuales .... El tipo de artista de inverna. d ero se muere por falta de calof y de atención. Ne. cesita calor, necesita la incubaoora del halago.

No hay tal

decad~nria

del

/~afro.

- Digan Jo que qnil'r:m -'lñarl<' Gnrcfrt J.orrn- ,

Un teatro de nuestro tiempo. ·· Mi trayectoria -en el teatro- dice contestando 11 una pregunta mí a el autor d<! "Mariana Pineda", ) 'O la veo pc¡·fectamentc clara. Quisiera terminar la tri. logi:: de "Bodas de sangre", " Yennu" y 'El drama de las hijas de Loth'. Me falta esta última. Después quiero hacer otro tipo de cosas, incluso comedia co. rriente de los tiempos actuales y llevar al teatro temas Y problemas que la gente tiene miedo de abordar. Aquí, lo grave es <¡ue las gente~ que van al teatro no quicrrn que se les haga pl.'nsar sobre ningím tema moral. Además v:m al teatro como a clisgElsto. Lic. gan tardl.', se van a ntes <le que termine la obra, entran y sall.'n sin rl.'speto alguno. El teatro tiene que ganm·, porque la ha perdido, autoridad. Los autores han d('jado CJUI' el pilhliro se ll.'s suha a las barbas a fuerza de hacerle cosquillas. Nos hace falta recobrar la autoridad perdida y poner dignidad artística en lo,; camerinos. lloy sólo nlgunos :>utores viejos tienen esta autoridad. Hay que desterrar de una ve1. todas t>sas cantinelas ineptas de que el teatro no es litera. tura y otras tantas. No es más ni menos que literatu. ra. Afirmar lo contrario es coMo d ecir que "Doña Francisquita" no es música. Yo espero para el ten. tro la llegada de la luz de arrib:t siempre: del paraíso. En cuanto los d e arriba bajen al patio de butacas, todo estará resuello." J.o de la decadtncia del teatro n mí me parece una €stupidt>z. l.os <~f' arriba son Jos que no han visto "Otelo", ni "llamlet", ni nada los pobres. Hay millones de hombres que no han visto teatro. 1Ah 1 ¡Y cómo saben verlo cuando lo Yen! Yo he presen. ciado en Alicante cómo todo un pueblo se ponía <'11 vilo al presenciar una representación de la cumbre del teatro católico español. "La vida es sueño." No se diga que no lo sentlan. Par.l entenderlo, las luces todas de la teología son necesarias.. Pero para sen. tirio, el teatro es lo mismo para In sl'ñnrn P'll'nnpfnflq como pnra la crirt(la. No se rquivocahn Moli~re al

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"

lrcr !.liS rosas a la rocincm. f.l:u·o r¡uc hay g(•ntr· perdida irremisiblemente para l'l tt' atro. Pero daro, son aquellos "que tienen ojos y no ven, oítlos y no oyen." Y patean pm·que una nudre en escena ven•lc a su hija, como ocurrió con "Casa de naipes" de Ugarte y Lt1pez Rubio, Al:mlo PRATS (Entrevista publicada en El. SOL de Madrid, el 15 de diciembre de 1 934.)

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ENTRE UN GR,1N CATiLAN Y UN GR,\N GIT.U...O

(Del di:'tlogo filosófiro habido <'ntre el caricaturista Bn¡::aría y <'1 poeta Garcla I.orra publicado en "El Sol'', Madrid, Abril, Hl3(i) BAGARIA:- Poeta Garda Lorca, sutil y prorunrlo, pues tu verso tenue y bello, ·Hrso con alas de ace. ro bien templado, horada la entraña de la tierra: ¿crees tú, poeta, en el arte por el arte, o, en caso con. trario, el arte debe ponerse al !'t'rvicio de un puehln para llorar ron él cuando llora y reir ruando este pueblo ríe? GRACIA I.ORCA :- A tu pregunta, grande y tierno Ragaría, tengo que decir que r~te ronccpto del arl" por el arte es una cosa que sería cruel si no fuero, afortunadnmente, cursi. Ningún hombrr verdadero Cl'<'e ya en esta zarandaja del :trie puro, arte por el arte mismo. En este momento dram:Hico del mundo, el artista tlehe llorar y reir con su p!Jeblo. Hay que dejar el ramo de azue<'nas y meterse en el fango hasta la cintura para ayudar a los que huscan las azucenas. Particul:u·mAlte, yo tengo una ansia \'er<ladcra por C•Jmunicarme con los demás. Por eso llamé a las puertas del teatro y al teatro consagro toda mi sensibilidatl. BAGARIA:- ¿. Ccrccs tú qul' al engendrar la poe. sia se produce un acercamiento hn cia un fuhi'ro mí•s allá, o al contrario, hace que se alejen más los sueño~ de la oll·a vida? (1:\P.CIA I.OP.CA : - Esta pregunta insólita y d ificil nace de la aguda preocur•ación metafísica que llt>n:t tu vida y que súlo los que te conocen compren .. tl(·n. La creación poética es un misterio indescifrable, como el misterio del nacimiento del hombre. Se m·en voces no se sabe dónde, y e:; inútil preocuparse d~ dónde vienen. Como no me he preocupado de nacer, no me preocupo de morir. Eucucho a la Naturaleza y al hombre con asombro, y copio lo que me enseñan sin pedantería y sin dar a las cosas un sentido que no sé si lo tienen. Ni el poeta ni nadie tienen la dave y el secreto del mundo. Quiero ser bueno. Sli que la· poesía eleva, y siendo bueno con el asno Y con el filósofo, creo firmemente que si hay un más all:'t tendré la agradable sorpresa de encontrarme en él. Pl!ro el dolor del hombre y la injusticia constante que mana del mundo, y mi propio cuerpo y mi propio pensamiento, me evitan trasladar mi casa a las estre. llas.

DAG.\IHA : - ¡,No erre.~ . portr~, qur sólo l::t felicidad radica en la niebla d e una J;onach(•ra, bol'l'achcra de labios de mujer, d e vino, .le bello paisaje, Y que al ser coleccionista de momentos de intensidad .~e crean momentos de eternidad, aunque la eternidad no existirra y tuviera que aprender de nosotros? GAHCIA LO P. CA:- Yo no sl•, Bagaría, rn qué consiste la frlicidad. Si voy a crl'er al texto que <'='ludié en el Instituto, del inefahle catedrático Orti Y Lara, la felicidact no se puede hallar más que en el ciclo; pero el hombre ha inventado la eternidad, creo que hay en el mundo hcehos y cosas que son dignos de ella, y por su belleza y trascendencia, modelo,. ahsolutos para un ortlen permanente. ¿, Por qué me prl'guntas estas rosas? Tú lo que quieres es que nos cncontrrmos en el otro muntlo y sigamos nuestra con\'Crsación bajo el techo de un prodigioso camé de música ron alas, risa y eterna ('erv:-za inefable. Bagaría: no trmas; trn la srguridad de que nos encontraremo~. El optimismo es propio d e las almas que tient'n una sola dimensión: d e las que no ven el torrente de 1:'1grimas que nos rodea, producido por las cosas qu~ tienen remedio. BAGARIA : - Sensible y humano poeta Larca: seguimos hablando de cosas del más allá. Soy repeti. dor dd mismo tema, porque también el trma se repi. te él mismo. A los creyt'ntes que creen en una futura Yida, ¿les puede alt-grar encontrarse en un pais 1lt• almas que no tengan labios carnales par poder bes:tt·'? ¡.No es m!'jor el silencio de la n:.da? GARCIA LORCA : - Bonísimo y atormentado P.!lgaria: ¿No sabes que la Jglesi:l habla de la resurrcc. ción de la carne como el gr:m ¡1remio a sus fieles '! El profeta Isaías lo dice en un versículo tremendo: "Se regocijarán en el Sciior los huesos abatidos." Y yo vi en el cementerio de San l\lartin una lápida en l!na tumba varia, lápida que colg:;ba como un diente de Yi<'jo del muro destrozado, que decía así: "Aquí espera la resnnccción de la ca!'ne doña l\ficaela Gó. mez." Una idea se expresa y es posible porque tenemos cabeza y mano. Las rriaturas no quieren ser sombras. BAGAP.IA :-¿Tú crees que íné un momento acer. fado devolver las llaves de tu tierra granadina? GAP.CIA LOP.CA:- Fué un momento malísimo, aunque digan lo contral'io en las cscut-las. Se perdie. ron una civilización ndmírable, una poesía, una astronomía, una arquitectura y una delicadeza únieas en el mundo, para dar paso a una ciudad pobre, acabar. dada; a una "tierra del rhavico", donde se agita actunlmente la peor burguesía de España. BAGARJA : - ¿No crees. Federico, que la patria no es nada, que las fronteras estan llamadas a desap:trect-r? ¿Por qué un español mnlo tiene que ser m:is hermano nuestro que un chino bueno? GARCIA LORCA:- Yo soy español integral, y me seria imposible vivir fuera de mi~ límites geográficos: pero odio al que es español por ser español nada m{t::.. Yo soy hermano de todos y execro al hombre que se sacrifica por una idea nacionalista abstracta por el so)(> hecho rte l)lle ama a su patria con una Yenda en los ojos. El chino bueno está más cerca de mi qth~ el español malo. Canto 11 España y la siento hasta la

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LLEGADA A Federico García Lore a. Alamedas de mi sangre. ¡.A lto dolor de olmos negros! ¿Qué nueoos vientos lleváis? lQué murmuran vuestro ~cos? ¿Qué apretáis en mi garganta q11e siento el tallo del hielo aún más frío que la muerte estrangular mi deuo'! ¡Qué agudo clamor de angustia rueda corazón adentro golpe a gol¡J!?, re~umbando como campana de dutlo, ahuecándome la.~ venas, turbando mi pensamiet1to, prendiendo mis libres ojos. segando mi vista al t•iento! ¡,Qué mmor llevan tus hojas que todo mi cuerpo yerto bajo sus dolientes ramas ni d1terme ni está despierto. ni vivo ni muerto atiende a la vo: de ningún dueño, que va como un río sin agua andando en pie por un sueño'!' Con cinco llamas a,gudas clavadas sobre su ¡1ccho, sin pensamiento y .\in sombra. vaga con temblor 1/e espectro por ciudades y jardines, al mar libre y en lflt puertos. triste pájaro sin alas ocribillado a lueteros. Alamedas de, mi sangre, decid, ¡,qué amargo ¡ecreto mordió las sanas raices que os da vida y movimiento? Vine de Málaga roja, de Málaga roja vengo, vine lleno de banderas u toda la sangre ardiendo. Llegué a Madrid perseguido de enemigos pensamientos. aún con rumores do! lucha J con zumbidos de truenos! más de mil brazos ll·aia alrededor de mi cuerpo saludando mi alegria, desatando mi silencio. Amigos, vengo de lllálaga: aún me huele a sal 'ti sueño. me huele a pescado y gloria, 6 espuma y a sol de fuego! mucho que contarte tengo mucho qlie contar, y bueno.

Amigos, o., hallé a todos. alegres, en vuestro~ puedas. ¿En dónde está Federico'! A él sólo de menos echo, u a él tengo más que contarle. mucho que contarle tengo. ¡,En dónde está Federico? Sólo rrsponde el silencio: un temor se va agrandando. temor que 'encoge los pechos. n ~ noche los olivares al:1m los brazos gimiendo. La luna lo anda bucando, rodando, lenta, en el cielo. La .~angre de los gitanos lo llama abierta en 'el suelo: más gritos lle11a la sombra que estnellas el firmamento. Las madrugadas preguntan por él temblando de miedo. ¡Qué gran tumba eJta distancia que calla su hondc. misterio! \'engo de Málaga roja, de Málaga roja vengo: le11ántate, Federico, álzate en pie sobre el viento, mira que llego del mar, mucho qu.e contarte tengo. Málaga tiene otra~ playas u grandes peces de acero • con mil ojos vigiluutes defienden siempre su puerto. ¡,En dónde estás, Federico? l'o este rumor no lo creo. ¡Cómo me duelen las balas que hoy circundan tu recuerdo! Desde Málaga a Granada, rojos p01iuelos al cuello, gitanos y pescadl)res 11an con anillos de hierro: sortijas que envia la muerte a tus negros carceleros. Aguárdame, Federico, mucho que contarte .<espero. Entre Málaga y Granada, una barrera de fuego. Emilio PRADOS (Publicado en la hoja del Romancero de la Guerra Civil dedicada a Garcla Lorca por El Mono Awl, periódico de la Liga de lntelectunles Antifascistas para Defensa de la Cultura, en Madrid, Octubre de 1936.)

Imprenta Puerte IUco, lac.

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notas de redacción l Her.t>

d~

la

página 2)

Dl'OAS Y COHHOllOH.\CIO:-oiES

l.u~·gt.' <'lllt><·zri a ll egar la Jll'<•nsa df.' :\ladr·id. Ha.<

t:J los ullrm os dias el<' sept iemb r,- t":a prensa se rf.'sh. Ita a er·eer <'n h• mu<•rt <' <e 1 1 poeta. No querían c n•f.'r. lo.. P. e ro lns· noti<··· •'IS·' ·l·t·l·t. . • • • • s por 1os re ru grados grana. drnos aL:mentab·m .• • • • · 1.•.1s• ,. erswnes, como t·~ no solo l'omún .v corriento' st·· no n.1· t ura1. ~- de I.'Sp<'nu·se <•n. ta. lt•s caso~. dift•rían en clf.'t ulles. Y <'S!o avivaba la e•Jl<'ram:a. Pt•ro la <'ntn•vista con el l'mpleado dt• la D_<'l~·gaeíúr~ ti c Hacienda <'n Granada, tlon :\li~uel Su. Jura, puJ· Ir cada e n J::stam¡m !lot' Antonia d<• la Villa, e r·a tan verosímil, indicaba tal ,·eracid:ul, que a I)O ros les fu{· posiblt• dudar más. ESPEHANZAS OESVANECJI)AS Hoberto Castrovido, en El Liberal de Madrid, pin. la bien el deseo tle no creer de 'a prensa v de los ami. ~os r co legas de Lor<·a. Asi habla: " U m~ de esas re. ferenrias me hizo admitir lo que ahinc:tdamcnte ne. gaba: es la del fu gitivo que h ada rela<'ión de otro-; rt·imenes d e los facciosos; uno de esos l'rimenes, el fusilami<'nto tlt•l ex.al<'nlde de Granada r ex diputadu tic las Constiluyenh•s, mi amigo y correliginnarw PnI:Hu·n. L'na r e rlc xibn contribuyó a quitnrmc cspcrnu. zas. 1 a renexibn es esta: si es mentit·a, como desea. mos, el fusilamiento d e Garcia Lon·a, ¡,por <1ué 1:~ Jun ta d e Burgos no se npt·esura a decir ni mundn dn. lorido r hnrrnrizadn que el poeta vive? Nosotrns, t•uiero <l¡cir el Gobie rno legitimo de la Repúbli<'a tlcmorr:'tlica, hemos desmentido prontamente las false. dades divulgadas por e l enemigo asegurando <tue ha. bian sido fusilados por los r ojo-; Benavente, los Quinte ros y otros esc ritorC's de menor nomhradía." Luf'. ¡zo relata rómo un rumor 1': hi 7.•1 volver a dudar, a r uerer dudar, y por último termina : "Pero ¡ay ! qu~ npaga de un soplo Antonio d e b Villa la c hispa 1le esperanza al recoger la versión d e Manuel Subirú sobre la muerte d e Garcia Lorra. Según esa infur. mariún, dolorosamente evidendadora, al poeta le matú un )Jelotón de asesinos e n c uadrilla. en repres;l. lia tic los asesinatos de Jacinto Bcnavcnte y Jos h Ci"IIHlllOS Ah•arez Quintero, que viven para bien de !al! )(•tras ~· para h onra d<' la revohrribn <'SJ>añola." l~ EN:\VENTE SE SU:\IA A l.A PROTESTA

No sólo vive don Jacinto sino que tia buenas muestras tic vida. He¡wesentn en Vnlenc ia sus lntere. ses Creados a beneficio de los hut\rfanos de la guern1, dl'sempeJiando l-1 mi smo el pap<·l de Crispin ;· y se su. ma a la protestn general contra e l asesinato de Lorc·a. En carta ni miembro del Consejo de In Sociedad de Autores, don l.eferino H. Avecilla, escribe descle Va. h·ncia : " :\li <111erido am igo:. !luego n usted h aga con~­ tar mi adhesión n la protesta de la Sociedad de Auto. •·es ron tra la muerte d e Garcia Lorca. Aunque la pro. testa es corporativa, como, p or hallarme ausente, J>ll·

tlil'ra pensat·s<• que ~· o no figura La en ella. qui ero ha cerla r·on~tar. (;radas anticipadas ti <· ~ ~~ afedi ~ iruo ~- antiguo anri~o..Jacint o lkn a\'( ••1 <•." EL PE:'oi Cl.l' B DE LO:'oil>HES l="nMiA l.a prensa in~lesa y la c•s pari o la pui.Jiicaro n la no. ticra de un cruee d e tc·lt•grama~ qul' tli cl' usi: " Lo a . tires, 13 de octubre. El escritor 11. (;. Wells h a C' nviadn a las autoridades militares de f.ranada e l si. ~uientt• despac·ho : ·JI. G. We lh. presidente d el Pl·ll l.luh de Londres, d<•sra c·nn an~iedad nuti c ias de s 11 distin gui1to enlt>ga Fed e ri1·o García l.on·a y apr<'<· iarú grandemente la rot·t esia de una respuesta.' La res. pu<•sta rué en m o sigue: 'Ignoro lu~ar h :'d lasc• d o n Ft•d ('ric·o (;arria J.orr a. Firmado, Corunf'i ¡~·-~p itw.w. " ' ¡OJALA !

¡(HALA!

La prensa m:ulril('ria ha sel(uid o ll t·garHio llt•rr:t de artículos necmlbgi t·os e n honor a (;arda J.nrc:1. Las duda s han clt•sap:tr·ecido d<• sus c-oh11nnas. :'oio•;. otros, ¡qué remedio nos CJueda !, ya n o podemos aler: lar es¡H•ranz:ts tam!>ocn. ¡Ojal:·c fu era todo una p:•. traña! Quisiéramos que los h !>chos no acusaran 1:1 ev iden cia de su mu erte para poder seguir tluclando. al me nos. Pero querer no es pod e r·. ¡ Oja lú lo fu ese C'n este c-aso! 110:\IENAJE Y OFRENOA

VEROADES se h onra rinclicndo un ho meuaje :cngustiadn y fervor osn al poeta desaparecido. ro;., ('(on . rebimns nada mús apropiado para el easo qu t: cli vu l. gar d esde nuestras c·olumnas a l¡n:nas manife~t: . cioncs de la cult ura ttue (•1 representaba. en relación e .•n su vida, su obra, su muerte. l.omo un viaje tic aguas P•ll' la sierra soleatl••· quisiéramos nu('~ tras ¡Htlabras p:wa brindar ron c•lla.> la ofrenda de ('slas páginas. Ofr,•ntla ernoc ionarla de quienes sienten la huma na trageclia d (' es(' fusi lami ento y la importancia, parn las lt•tras rastellanas, d e t•sa pi•rdida.

JUNTA ED ITORA Ramón Tomás J . D 1az Rafael

DE VERDADES

Lavandero Blanco Car mena D . Falac •os

L os aratadosen lir.o leum que adornan este núrr.ero fueron ejecutados espe c 1e lmen·

le rara VERDADES por nue scro dire c t o r grUico el artista f\ . D . F alac1os. F'sce nCJrr.ero ex1raord1nario. cuarto en apa. rec~r.

s,.. vende a d•ez c entav os el eJe mplar



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