La Mancha 122

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EDITORIAL

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Índice

27 DE FEBRERO LA UNIVERSIDAD REVOLUCIONARIA

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CONSTITUCIÓN BOLIVARIANA VS REAL ACADEMIA

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EDUCACIÓN REVOLUCIONARIA CONTRA EL DESASTRE

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COREOARTE UN LENGUAJE CORPORAL LATINOCARIBEÑO

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LA BASURA UNA CUESTIÓN DE EDUCACIÓN

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ALGUNOS ARTÍCULOS DE LA LEY DE EDUCACIÓN

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LEE QUE ALGO QUEDA

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SIMÓN RODRÍGUEZ

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LAS CERVEZAS DEL GON SOUS

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POESÍA COLECTIVO LA MANCHA UNE NACIONES A TRAVÉS DE LA POESÍA

12 y 13 14

PEMON PE KAMARAKOTO

14 y 15

¿QUIÉN LE TEME A LA EDUCACIÓN POLÍTICA?

16 y 17

LAS UNIVERSIDADES

18 y 19

27 DE FEBRERO

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DEFINICIÓN DEL CINE VENEZOLANO

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LA ESCUELA DEJA SECUELAS

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SOBRE LA DESERCIÓN EN LA UBV, ZULIA

22 y 23

IDEAS PARA ROMPER EL MOLDE

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EDUCACIÓN Y TRANSDISCIPLINARIEDAD

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ISSN: 1690-2718 Depósito Legal: pp200201cs565 Tlf: (0212) 578 07 30 / 0416 631 72 12 Apartado Postal: 17362 zp. 1015-A Ipostel Parque Central Caracas Venezuela lamanchax@yahoo.com lamanchax@gmail.com http://www.lamanchaweb.blogspot.com

Consejo Editorial Oscar Sotillo Meneses Janette Rodríguez Herrera Francisco Issa Zambrano Gastón Fortis Silva

N

o podemos construir un país socialista con la misma educación con la que nos hicieron esclavos de los imperios, eso lo decía ya Simón Rodríguez en plena lucha por la independencia y su voz fue silenciada por el tiempo. Actualmente cuando nos encontramos luchando nuevamente por ser libres y soberanos volvemos una y otra vez a generar la discusión sobre la educación que necesitamos para accionar el pensamiento creador y libertario que se exprese desde nuestras raíces. En las universidades y escuelas de todo tipo de esta República Bolivariana, se sigue repitiendo en gran parte, el esquema educativo colonial, y claro, si nuestros profesores y maestros son el resultado de esa misma escuela separada de su realidad, donde el objeto del conocimiento no proviene de nosotros, sino que nos viene dado por hombres y mujeres que estudian su mundo para que nosotros desde allí construyamos el nuestro. Cuando Rodríguez dijo: O inventamos o erramos, no se refería a una invención hueca, en nuestro país existe una gran fuente de conocimiento, fuera de las casas de estudio, que estamos obligados a recoger para sabernos y desarrollarnos sin perder la esencia de lo que somos y nos hace venezolan@s y que unido al “conocimiento universal” nos dará la posibilidad de inventar ese futuro ansiado, sin diluirnos, ni continuar alimentando el monstruo imperial que nos devora.

tenemos espacios para las bicicletas en Caracas, por fin!!!! 4

Colaboradores

Oscar Rodríguez Pérez Yldefonso Finol Orietta Caponi Poy Márquez Michelle Todd Uribe Josefa Román Cristina Gil Guevara Alejo Siso José Gregorio González José Javier León Ilustrador@s y muralistas argentin@s

Co-responsables Juan Carlos Sotillo Nicanor Cifuentes Gil Maracaibo-Edo. Zulia Leila Medina Jouseline Rodríguez César Santana

Gran Caracas Solangel Morales Hely Uzcátegui Moisés Mirele Los Teques-Edo. Miranda Roger Altuve Ocumare del Tuy-Edo. Miranda Oscar Fernández La Victoria-Edo. Aragua Marco Aurelio Rodríguez Xoralys Alva López Leonardo Domínguez Catia La Mar Edo. Vargas Dayana López Buenos Aires-Argentina

lamanchax@gmail.com Corrección Colectiva

Agradecimientos

A l @s que nos enseñaron a aprender y a l@s que no nos hicieron mucho daño mientras nos enseñaban LA MANCHA no se hace responsable de los comentarios emitídos por sus colaboradores.


La universidad REVOLUCIONARIA

Orietta Caponi

María

L

a Revolución bolivariana exige que el proceso educativo, en todas sus etapas, forme un individuo vinculado a los procesos de cambio social, que participe en los contextos comunitarios y trabaje para el logro del bienestar colectivo y no sólo para su provecho personal. Por lo que se refiere a la educación superior, lo anterior implica crear una propuesta innovativa, que no sólo resuelva el problema de inclusión sino que revolucione las modalidades tradicionales de estudios universitarios. Para enfrentar exitosamente el inmenso reto que tenemos por delante, que consiste en acceder a la sociedad del conocimiento y enfrentarnos a los efectos negativos de la globalización, defendiendo nuestras especificidades culturales, nuestras idiosincrasias y nuestro acervo histórico, es necesario ante todo que establezcamos una educación emancipadora. Esta educación libertadora y revolucionaria debe ser esencialmente popular y solidaria, propiciar la formación de una mentalidad que permita construir una cultura política que aliente la participación y el protagonismo popular, valorice los espacios públicos y acabe con el clientelismo, la corrupción, la apatía y la sumisión. La nueva universidad debe romper con la visión de la institución enclaustrada dentro de

las cuatro paredes de un aula y permitir que las personas no se desvinculen de sus comunidades, de su cultura, reforzando su sentido de pertenencia e identidad. Debe ir a las comunidades, construyendo con la gente conocimientos, hasta los más apartados lugares de la geografía nacional. Esta institución revolucionaria debe formar profesionales críticos, conocedores de sus deberes y derechos, de ideales democráticos, con sentido ético, sensibilidad humana, con visión colectiva y solidaria, capaces no sólo de asimilar tecnologías, sino de crearlas y de asumir posiciones transformadoras en todos los aspectos, que rescaten nuestra identidad nacional con un patriotismo real, inscrito dentro de una concepción geopolítica de integración de los países latinoamericanos y caribeños, para enfrentar desde una posición de unidad el proyecto globalizador colonialista. En esta universidad revolucionaria la calidad de la educación no debe ser medida con parámetros abstractos ni tecnicistas, sino ligada a la calidad de vida de la población, en cuanto elemento fundamental para el logro del desarrollo endógeno que implica superar la pobreza y profundizar la democracia, permitiendo la participación y el protagonismo de todos los ciudadanos. Todos los conocimientos construidos deben tener como meta esta visión de calidad.

Lo anterior se concreta en: -La universidad revolucionaria debe ser una Universidad de Estado, en el sentido que debe ser el Estado el que determine las necesidades en cuanto a preparación, investigación y extensión, según las exigencias locales, regionales y nacionales. -La dirección de la institución debe estar en mano de organismos plurales de cogobierno, compuestos por profesores, estudiantes, empleados, obreros y miembros de la comunidad. -El sistema de aprendizaje debe ser abierto, flexible e integral, basado en la metodología acción-reflexión-acción, la cual faculta la transformación del contexto social y del proceso personal, al mismo tiempo que estimula el ejercicio del poder local. -La misión de esta nueva universidad debe orientarse hacia la generación de conocimientos desde los contextos de actuación y convivencia de los protagonistas, a través de innovaciones educativas fundamentadas en los conceptos de autogestión, educación permanente y educación comunitaria. -Es imprescindible enseñar a aprender ofreciendo herramientas de aprendizaje que permitan

lo

Abáso

que el participante sea capaz de buscar información, comprenderla y transformarla en saber propio, creando un ambiente que estimule la discusión y el debate, la creatividad, el trabajo, la convivencia y la búsqueda de un saber cada vez más autónomo y personal. -Los participantes deberán realizar durante toda su formación pasantías sociales en las comunidades, no como un requisito más de sus estudios sino como un método para superar el individualismo y adquirir una ética de lo colectivo. -Todos los participantes deberán realizar un ciclo común vinculado a la historia patria, el pensamiento de Bolívar y la cultura nacional. -Esta metodología demanda una relación docente alumno que rompa con el esquema estrictamente técnico-cognitivo y autoritario, por lo tanto, necesita un cuerpo de formadores progresistas, con alto sentido ético y sensibilidad social. Lo que se ahorre en infraestuctura debe dedicarse a la contratación de “calidad humana”. -Todo profesional egresado de esta institución deberá cumplir un período de trabajo social donde lo destine el Estado, según las necesidades nacionales.

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Constitución Bolivariana

Yldefonso Finol

vs real academia

P

or estos días se ha desatado un interesante debate sobre el discurso de género, a propósito de un informe avalado por la Real Academia de la Lengua Española, que señala a nuestra Carta Magna como un mal ejemplo. Lo primero que debemos apuntar, es que nosotros no reconocemos a ninguna “Real Academia”. Hace doscientos años nos liberamos del yugo de las monarquías y somos orgullosamente una República. En segundo lugar, esa “Academia” está tan errada, que se denomina de la “Lengua Española”, cuando en ese reino llamado España existen varios idiomas perfectamente diferenciados. Sólo por citar algunos, nombraremos el euskera y el catalán, los cuales llegaron a ser prohibidos por la dictadura fascista de Francisco Franco, y hubiesen desaparecido si no es por la tenaz resistencia de esos pueblos. Por cierto, nuestra Constitución Bolivariana, no incurrió en ese error en el que reinciden los “académicos”, gracias a la erudición de constituyentes como Roberto Giménez Magiolo y Vinicio Romero, que oportunamente convencieron a la Asamblea de que el idioma oficial de la República es el castellano, más el aporte revolucionario del reconocimiento de los idiomas indígenas en sus respectivas jurisdicciones. La “Real Academia”, como institución al servicio de los intereses de un rey, que por demás es inmune e irresponsable según la Constitución Española, es la misma que convirtió la palabra cacique en un insulto que se usa para referirse a mandatarios locales con prácticas autoritarias. Pero el significado verdadero de cacique -una palabra tahína, por tanto de raíz

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arahuaca- es la persona que lidera a una comunidad, elegida por sus vecinos y cuyas atribuciones no van más allá de ser un sabio consejero en tiempos de paz o un jefe político-militar en tiempos de guerra. Todavía nuestros hermanos barí eligen a sus caciques o cacicas según esta ancestral tradición y sus mandatos son susceptibles de ser revocados en asambleas democráticas. Esta “Real Academia” es la misma que niega las raíces indígenas del castellano actual, aunque palabras como chicle o chocolate, sean de origen náhuatl. El discurso de género, como lenguaje incluyente por excelencia, viene a llenar un vacío milenario en la construcción idiomática; vacío que fue posible, entre otras causas, por el carácter patológicamente machista de las religiones oscurantistas. Caer en la trampa de la “Real Academia” es hacerle una concesión odiosa a lo más atrasado de la ideología conservadora. No es leal con la Constitución Bolivariana, sacar a relucir ejemplos burlescos respecto del lenguaje de género, todo por complacer ciertas poses de lingüista; lo correcto es defender ese logro que es pionero universalmente. Cuando tengamos que revisar nuestra Constitución, seguro podremos mejorar su redacción y perfeccionar todas las exigencias técnicas del lenguaje; pero lo haremos soberanamente, y estoy convencido que el discurso de género será radicalizado. Porque alcanzar una sociedad de iguales, pasa primero por vencer las deleznables taras de las viejas ideologías dominantes, que condenaron a la mujer a ser costilla de un hombre y esclava invisible de la opresión.


Educación revolucionaria contra el desastre. Juan Carlos Sotillo

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emos perdido la cuenta de las veces que hemos leído u oído que la educación es la única manera de que una nación “eche pa’lante”. Esta aseveración, tan simple, tan aparentemente bien intencionada, tan magnánima en su intencionalidad, conlleva una carga de múltiples factores que pueden hacer pasar bajo la mesa gran cantidad de detalles en los que muchas veces ni siquiera reparamos. Oculta en esa manifestación de buena voluntad que está implícita en la frase “echar pa’lante” hay una enorme cúmulo de ideas que no son inocentes. La noción de progreso, de tan humana signatura, subyace –y no muy profundo– en cualquier descripción, en cualquier frase donde las palabras nación y adelante figuren cercanas. Éste par de palabras más la caja negra que lleva el título de educación conformarían entonces una tríada acerca de la cual es menester siempre meditar con calma, pensar e idear las maneras de dilucidar cada uno de los nexos actuantes entre ese trío de palabras: nación o país, progreso y educación. Cualquier adjetivo que suscite una posibilidad de comparación entre los sujetos que califica trae implícito un contexto en el que, de algún modo, hay un tipo ideal respecto al cual se compara. Cuando decimos que un país es más adelantado que otro, que en determinado lugar se nota un progreso mayor que en otro lado, estamos haciendo uso de un ideal respecto al cual hacer las comparaciones. Eso no es nada nuevo ni de extrañar. Lo que sí debería causar cierta suspicacia y ponernos alerta es que el ideal de comparación no sea un objeto o sujeto que habita el mundo de las ideas –vertiente metafísica tampoco muy aceptable–, sino que sea un objeto o sujeto que ha sido erigido en tal ideal por medio de manipulaciones arteras, de diseños de realidad artificiales, creados culturalmente, por quienes pretenden ser hegemón en un determinado contexto histórico cultural. Tal caso es bastante recurrente cuando se pretende comparar los “grados de progreso” (¿acaso el progreso admite gradación? Parece que sí, según vemos en ciertos sistemas de comparación) de países según sus indicadores (macro)económicos, por mencionar una categoría muy cara a los opinadores de oficio. Ahora, ¿qué papel puede jugar la educación en todo este entarimado? Muy buena pregunta, que suscita, a su vez, multiplicidad de interrogantes cuando nos detenemos a mirar en detalle las posibles respuestas primarias. Se dice, ya casi también un lugar común, que es mediante la educación que se reproduce el sistema socioeconómico, político, cultural de la colectividad que la recibe. No hay duda de ello, pero tal aseveración dista mucho de ser un absoluto inscrito en granito, pues de serlo estaría negando cualquier posibilidad de cambio en el estamento sociocultural y, bien sabido es, semejante constructo humano nunca está “en reposo”: el cambio es incesante. Entonces ¿qué tipo de educación debe articularse dentro de un conglomerado social para que la garantía de cambio exista, o al menos que el cambio, cuando se alcance la masa crítica

para tal, sea entendido como una necesidad ineluctable del sistema social y no como una aberración del mismo a la que hay que perseguir y minimizar? Podríamos responder que una “educación revolucionaria” es aquella que, justamente, permite y hasta auspicia los cambios sociales del tipo que hemos mencionado. Y surge otra pregunta ¿cambios en pro de qué, hacia dónde? La respuesta posible a esta nueva duda podría ser algo como: una educación que promueva los cambios necesarios en la dirección que maximice el bienestar de la humanidad y que sean estos cambios, a su vez, cónsonos con el equilibrio del medio ambiente (oikos-logon) en el que ese conglomerado humano se desenvuelve. Dicha propuesta comporta entonces, a su vez, la existencia de una ética que guíe el camino. En todo caso, una así llamada educación revolucionaria necesita, como marcador de ruta, una ética mínima que le permita ir abriendo caminos por paisajes culturales –en el sentido de creados por la humanidad– no necesariamente transitados todavía. Así las cosas, puede uno sentir que es arduo el trabajo necesario para que la práctica de una educación revolucionaria, una educación en permanente accionar constituyente, generadora de una “sociedad buena” (¿educación socioeugénica?) venga, de algún modo, a insuflar aires de esperanza a un mundo globalizado que vemos cada día ir con mayor ímpetu despeñadero abajo. Y esa misma característica de generar esperanzas y actuar en consecuencia, de sabernos protagonistas de tales acciones, constructores de un futurible (futuro posible), es impostergable. Debemos desenmascarar aquello que de dominadora y asesina de ideas tiene la educación que en estos momentos se imparte en nuestras escuelas. Debemos ser capaces de tomar el riesgo de ir contra lo establecido, contra aquellas cosas que presumimos “buenas” sólo porque ya estaban allí cuando llegamos a este mundo; debemos ir contra lo que sabemos se empeña en construir irrealidades en las que los egos y las soledades humanas, en sus vertientes nefastas, van arrastrando cepos de la esclavitud de un trabajo que sólo sirve para sostener los estilos depredadores de los que detentan el poder asolador. Estamos en la obligación moral de establecer criterios de comparación que no se vendan, que no pretendan simplemente mantener el status quo de quienes hacen de la acumulación y la avaricia su forma de apropiarse de (para esos/as: entender) el mundo. La educación revolucionaria debe ser crítica, atrevida, cons-

piradora, creativa, capaz de ver y asir la mayor cantidad de factores de entendimiento y relación entre los seres humanos (complejizadora), que hacen sociedad y cultura, y su condición de posibilidad que es un planeta al que urge rescatar de la ignominia y el desdecir ético en el que lo hemos sumido por tantos y tantos siglos. Una educación realmente revolucionaria no sólo es necesaria: es urgente.

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Coreoarte

Un lenguaje corporal latinocaribeño Poy Márquez

Coreoarte

es una manera de andar como latinos, como caribeños, con un tratamiento particular que se demuestra cuando nos paramos en el escenario. Nos hemos abocado a profundizar en lo que significa moverse como latinoamericano, como venezolano, como caraqueño. Esto implica un trabajo de investigación y confrontaciones con otros bailarines en el mundo, esto nos ha servido para sabernos. Coreoarte nace en los años 80, en respuesta al auge de la danza que llegaba de afuera. De la mano de Carlos Orta (San AgustínCcs), maestro de la danza, bailador y coreógrafo. Noris Ugueto le propuso el proyecto y Carlos creó una técnica de enseñanza y formación con todo conocimiento que había tomado en Europa a lo que se le sumó el trabajo de campo que se venía haciendo aquí, con lo tradicional y con lo urbano. Con estos ingredientes, Carlos hizo su “salsa”. En estos momentos podemos decir que tenemos un lenguaje y un estilo propio, que se desarrolló con la consciencia de ser latinoamericanos y que sabemos decir con el cuerpo. Siempre hemos trabajado con las comunidades, tenemos un núcleo en el Teatro de la Alameda en San Agustín del Sur y en Catia, con niños y jóvenes. Más allá del dinero, tenemos que entender que tenemos que dar, tenemos que globalizar el socialismo, la solidaridad, el amor.

Noris Ugueto

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nuestro amado Carlos Orta


La basura

Una cuestión de educación

C omunidades, municipalidades y gobiernos se preguntan continuamente qué hacer con la basura. Ante las toneladas de desperdicios que se producen diaria-

No sólo hay que disponerla adecuadamente, sino estar dispuestos a no generarla

Michelle Todd Uribe

mente causando problemas sanitarios, todos buscan incesantemente formas más eficientes para su recolección y lugares más apartados para su disposición. Incluso hay quienes se atreven a proponer la clasificación de algunos materiales para su venta, y hay países que prefieren incinerarla. Pero el problema no es qué hacer con la basura, sino cómo dejar de generarla. Ni el reciclaje ni la incineración ponen en tela de juicio el sistema socio-económico que le da origen. Muy por el contrario, justifican la producción y el consumo crecientes para contar con su materia prima: la basura. Al tener una doble intención (obtener beneficios), se desvían del objetivo real (solucionar un problema socio-ambiental), alentando vicios en el proceso de recolecta y originando otras formas de contaminación. Cuando llegamos a acumular un cubo de basura en nuestro hogar, ya se han producido 70 cubos para fabricar y comercializar aquello que hemos consumido. Por lo tanto, es claro que los ciudadanos debemos ejercer un consumo consciente y responsable, pero es desde el Estado que se debe propiciar la transformación del modelo productivo. Parece aceptarse la idea de que basta con transformar las relaciones sociales y la distribución de los ingresos en los sistemas de producción, sin comprender que la forma en que nos relacionamos con la naturaleza cons-

tituye un aspecto fundamental en la diferenciación entre el capitalismo y el socialismo. Es inconcebible que el futuro de un país que pretende superar la lógica del capital, se planifique bajo la certeza de 200 a 300 años de bonanza petrolera, caminando de la mano interesada de grandes depredadores del ambiente, promotores de la energía nuclear y de la obsolescencia programada, entre otras atrocidades. En lugar de trascender los modelos de desarrollo actuales, estamos imitándolos para competir con ellos. Debemos dejar de producir e importar lo que no necesitamos, trascendiendo las directrices de la moda, los avances tecnológicos superfluos, los hábitos alimenticios vigentes, y otras comodidades que hemos asumido como indispensables, procurando además la larga durabilidad de los productos y la alta biodegradabilidad de los embalajes. Nos encontramos entonces con dos retos fundamentales. Uno, la toma de conciencia sobre el alto costo ambiental y social que tiene la vida urbana, para convertirnos en seres humanos responsables, capaces de renunciar a nuestras comodidades en beneficio del ambiente. Y dos, el iniciar la construcción de nuestra propia realidad, transformando los contenidos en lugar de las formas. Porque no basta con cambiar las etiquetas, sean verdes o sean rojas: la presentación no hace al producto.

Algunos artículos de la Ley de Educación Artículo 11 Prohíbe “la difusión de ideas y doctrinas contrarias a la soberanía nacional y a los principios y valores consagrados en la Constitución de la República”.

Artículo 18 Los consejos comunales (órganos de organización vecinal), los pueblos y comunidades indígenas (...) están en la obligación de contribuir con la formación integral de los ciudadanos, (...) ejerciendo un rol pedagógico liberador para la formación de una nueva ciudadanía con responsabilidad social.

Artículo 34 La “libertad intelectual” en la educación superior la disfrutarán las universidades a las que el Estado reconozca su principio de autonomía.

Artículo 14 La educación “se fundamenta en la doctrina de nuestro Libertador Simón Bolívar, en la doctrina de Simón Rodríguez, en el humanismo social y está abierta a todas las corrientes del pensamiento”.

Artículo 20 “La comunidad educativa es un espacio democrático, de carácter social comunitario, organizado, participativo, cooperativo, protagónico y solidario”.

Artículo 50 Prevé sanciones de suspensión a los medios que publiquen informaciones “que produzcan terror en los niños, inciten al odio, atenten contra los sanos valores del pueblo venezolano, la salud mental y física de la población”.

Artículo 5 Establece el concepto del “Estado docente”.

Artículo 47 El año escolar tendrá doscientos días hábiles, veinte más que en la ley anterior.

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La poesía sirve para todo Xoralys Alva López

En La poesía sirve para todo, Víctor Rodríguez Núñez —reconocido poeta él mismo— procura sacar a la luz los criterios de veinte notables poetas hispanos acerca de literatura, política o simple filosofía de vida. Quizás quiera probar la tesis de que la poesía puede provocar cualquier sentimiento o acción humana, y para ello reitera preguntas que demuestran comunión o discrepancia en los juicios de los entrevistados. Al mismo tiempo, utiliza la información a la mano, acerca de los autores, para indagar sobre detalles que los caractericen, desde los más íntimos hasta los más académicos, poniendo en evidencia a poetas esperanzados o tristes, alineados o comprometidos. Este texto muestra a los creadores al margen de su obra literaria, se mete bajo la piel de cada cual como ser humano. Tal vez por eso, La poesía sirve para todo puede reducir la brecha de dudas que siempre existe entre el poeta y el lector.

Por qué leer los clásicos Motivo de celebración continua, Por qué leer los clásicos de Ítalo Calvino, siendo los clásicos para el autor libros “que nunca terminan de decir lo que tienen que decir”, textos que “cuanto más crees conocerlos de oídas, más nuevos, inesperados e inéditos te parecen cuando los lees”. Y ese es el conocimiento que anima a Calvino a comentar los “suyos”, según su criterio de que el clásico de cada uno “es aquel que no puede serte indiferente y que te sirve para definirte a ti mismo en relación y tal vez en contraste con él”. Así, mezclados en el tiempo y en la historia de la literatura universal, el lector descubre las lecturas calvinianas de La odisea, Orlando furioso, Cyrano de Bergerac, Las metamorfosis (las de Ovidio y la de Kafka), Cándido o Doctor Zhivago, libros con los que se codean otros escritores tan queridos por el autor como Gadda y Borges, u otros por los que manifiesta su empatía cómplice con Ponge y Queneau. El resultado de todo ello es una obra típicamente calviniana que es un clásico para la crítica literaria.

Escritura conquistada Conversaciones con poetas de Latinoamérica, leemos entrevistas realizadas por Floriano Martins, quien orgulloso del oficio poético se lanza a conversar en torno al tema con reconocidos escritores involucrados en el ejercicio de la pluralidad para mostrarnos cómo “la duda es un elemento renovador del espíritu y la inquietud es un numeroso salto en busca de la palabra original”. Así, la palabra se inmortaliza en las voces de poetas consagrados como Gustavo Pereira, Eugenio Montejo, Rodolfo Alonso, Fernando Charry, Juan Carlos Mieses, entre otros. Algunos al hablar en torno a la palabra poética expresan que en muchas ocasiones evita la transformación prematura y el deterioro de la lengua; y en otras tantas, instaura un lenguaje nuevo: la voz del poeta que imprime sus experiencias y lecturas en los versos. Responden a interrogantes sobre artículos en los que se vinculan con otros poetas, con grupos literarios, periódicos y revistas regionales o de otras latitudes. De esta manera Escritura conquistada, en esta segunda edición de la Fundación Editorial el perro y la rana, llega a nuestras manos para humanizar y mostrar la visión del poeta.

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Josefa Román «Enseñar es hacer comprender; es emplear el entendimiento; no hacer trabajar la memoria»

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odríguez quería que la educación, en Venezuela y América, se impartiera con calidad, en torno al desarrollo personal de los individuos, su capacidad de comprender y analizar la sociedad en la que viven, su desarrollo humano y personal en el contexto del desarrollo social y comunitario inspirado en principios y valores como la igualdad, la equidad, libertad, emancipación social y humana. Una educación que permita a cada uno desarrollar a plenitud sus talentos y construirse como persona y ciudadano solidario y productivo. Que le enseñe a ser, a convivir, a aprender y a trabajar. En fin, una educación que le enseñe a cada individuo a crecer y desarrollarse como persona y a preocuparse por su entorno social, que le enseñe los valores y principios de su sociedad. Formar individuos que enfrenten al mundo valiéndose de sus destrezas y habilidades. Formar personas pensantes que no se valgan solo de la memoria y por último que se les enseñe a trabajar y a valorar su trabajo. Y con estas bases se construya una genuina Educación de Calidad. Bases para una Educación de Calidad. 1.- Esta primera dimensión está orientada a formar y educar para hacer personas y auténticos ciudadanos, con una educación en los valores de la convivencia, Rodríguez estaba convencido de que era urgente emprender un proyecto educativo diferente que, pues bajo retórica de principios y proclamas, seguía intacta la vieja estructura de servidumbre. La independencia no había desmantelado el viejo orden colonial, para ser eficaz este proyecto educativo tenía que ser propio, original, hecho en la propia entraña americana. El fin primordial de la educación es formar ciudadanos y es por eso que todos deben tener acceso a ella, ya que, como decía Rodríguez “sin educación popular no habrá verdadera sociedad…”. Esta educación debe estar vinculada a la solidaridad que se expresa en las múltiples y pequeñas dimensiones del vivir y convivir diario. Para tener personas y auténticos ciudadanos, debemos superar la pobreza y profundizar la democracia, y esto requiere de un proceso simultáneo. La democracia se puede construir dependiendo de nuestra actitud, de nuestra voluntad, de nuestra voluntad de cooperación, de nuestro respeto, de nuestra responsabilidad, de nuestra solidaridad. Podemos hacer una escuela y una universidad diferente, de docentes, de administrativos, de representantes y comunidad que tengan en su horizonte los intereses de la mayoría y la construcción y vivencia de la genuina democracia. 2.- La segunda dimensión de una educación de calidad es ENSEÑAR A APRENDER. Educar no es transmitir paquetes de información para que los alumnos memoricen, sino provocar las ganas e aprender, hacer que los alumnos sientan interés de aprender y que sean capaces de comprender analizar la información que necesitan. De nada sirve llenarlos de informaciones inútiles que no vayan a se capaces de comprender y que solo les sirva para memorizar, ya que no queremos convertirlos en máquinas memorizadotas de conceptos, términos y palabras que con frecuencia ni siquiera entienden, sino convertirlos en seres que tengan la capacidad y la habilidad de buscar, comprender y analizar la información y la puedan devolver en forma personal y coherente. Esto supone desarrollo de las destrezas básicas: lectura, escritura, expresión oral, escucha, informática, observación, estimación, cálculo, pensamiento, ubicación en el espacio y en el tiempo, es decir destrezas lingüísticas, matemáticas, tecnológicas y científicas, tales destrezas los ayudaran a aprender dentro y fuera del sistema educativo. 3.- La EDUCACIÓN QUE ENSEÑE A TRABAJAR Y A VALORAR EL TRABAJO Y AL TRABAJADOR, era la tercera dimensión que con mayor esfuerzo quería impulsar Rodríguez y quizás la que le trajo más problemas y dificultades, por parte de la sociedad, ya que no estaban dispuestos a enviar a sus hijos a escuelas donde se le ponía a trabajar, de ahí gran parte de los fracasos de Rodríguez, que nunca renunció a su propuesta educativa, de unir la instrucción académica con el aprendizaje de oficios mecánicos y agrícolas, es decir la creación de escuelas-talleres. Toda su vida fue promotor de unir la escuela y el trabajo. Por ello cuando regresa a América en 1823, establece una escuela en Bogotá (Colombia) donde los estudiantes además de formarse intelectualmente y aprender a vivir en sociedad, debían aprender un oficio mecánico, pero la aristocracia de la capital neogranadina no estaba preparada para aceptar las ideas sobre la educación que busca introducir al trabajo. Escandaloso le debió resultar el nombre de “Casa de Industria Pública”, en vez de escuela o colegio. Así el proyecto fracasa, como también el que emprendió en Chquisaca años más tarde. Rodríguez insistió con renovada pasión en la necesidad de una educación práctica, útil, que remedie necesidades concretas, en conclusión una educación de calidad.

...algo de sus palabras «El hombre no es ignorante porque es pobre, sino lo contrario» «Instruir no es educar; ni la instrucción puede ser un equivalente de la educación, aunque instruyendo se eduque» «No hay interés donde no se entrevé el fin de la acción. Lo que no se hace sentir no se entiende, y lo que no se entiende no interesa. Llamar, captar y fijar la atención, son las tres partes del arte de enseñar. Y no todos los maestros sobresalen en las tres» «El título de maestro no debe darse sino al que sabe enseñar, esto es al que enseña a aprender; no al que manda aprender o indica lo que se ha de aprender, ni al que aconseja que se aprenda. El maestro que sabe dar las primeras instrucciones, sigue enseñado virtualmente todo lo que se aprende después, porque enseñó a aprender» «Enseñen los niños a ser preguntones, para que, pidiendo el por qué de lo que se les mande hacer; se acostumbren a obedecer a la razón, no a la autoridad como los limitados, no a la costumbre como los estúpidos» «La ignorancia es la causa de todos los males que el hombre se hace y hace a otros; y esto es inevitable, porque la moniciencia no cabe en un hombre: puede caber, hasta cierto punto, en una sociedad por el más y el menos se distingue una de otra). No es culpable un hombre porque ignora - poco es lo que puede saber -, pero lo será si se encarga de hacer lo que no sabe.» «Acostúmbrese al niño a ser veraz, fiel, servicial, comedido, benéfico, agradecido, consecuente, generoso, amable, diligente, cuidadoso, aseado; a respetar la reputación y a cumplir con lo que promete. Y déjense las habilidades a su cargo; él sabrá buscarse maestros, cuando joven.» «Sólo la educación impone obligaciones a la voluntad. Estas obligaciones son las que llamamos hábitos.» «El maestro de niños debe ser sabio, ilustrado, filósofo y comunicativo, porque su oficio es formar hombres para la sociedad» «Nadie hace bien lo que no sabe; por consiguiente nunca se hará República con gente ignorante, sea cual fuere el plan que se adopte.»

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Las cervezas del Gon Sous

O

Cristina Gil Guevara

rino largo las cervezas del Gon Sous, antro adorado por lo más bajo de la estructura académica. Las veo caer y mezclarse con el agua de esta sucia poceta pública. Detengo la mirada en las costras (¿de plástico?) que luce el artefacto. Siento asco. Por fin, cesa el fluir del licor y puedo enderezarme, subirme los pantalones y mirar el tanque… La única forma de bajar la poceta es metiendo una mano para levantar la tapa que deja correr el agua. El tanque se ve más sucio que la poceta (y recuerdo que hace dos noches una de las criticas de artes descargó su borrachera justo allí dentro y Juan, el eterno dependiente, la sacó a empujones del local), aún así levanto la tapa para que corra el agua. Mientras observo el círculo desenfrenado que grita y bulle, no puedo dejar de pensar en Carmen Medina. La muy estirada había tenido la osadía y el mal tino de acusarme, ante toda la institución, de plagiar aquel inservible trabajo sobre Saramago y la posmodernidad. Que «el trabajo está muy bien hecho para ser de una estudiante de pre grado», dijo a su preparador, un carajito que lastimosamente asumió el puesto y que vio dos o tres materias conmigo sin demostrar mayores dotes intelectuales, un lameculos de oficio y chismoso por afición, un mediocre con promedio, con complejo de escalador, como todo preparador. En fin, que pienso en Carmen Medina mientras veo correr el agua, las cervezas y mi orina. Pienso en Carmen Medina y en todas las historias que se tejen en torno a la razón de su cargo y a su hueco cerebro. Pienso en Carmen Medina y en su preocupación por las dietas, la escasez de leche descremada y el maldito discurso posmoderno de género. La veo rebullir en la poceta del Gon Sous… ¡Adiós, Carmen Medina! -Entonces, como te decía, chama, camarada, acá nada va a cambiar hasta que hagamos implosionar la universidad. Desde donde tú y yo estamos, no podemos hacer más que revolver la vaina de vez en cuando para mantenernos despiertos. Pero tú sabes, ya nos tienen prensados por detrás desde hace décadas. Y el peo con estos carajos es… -¿Qué hora es ya?- interrumpo yo. -Todavía da chance para una más. Déjame terminar de explicarte la vaina. -Hablamos mañana. Me tengo que ir.

hacer figuras de sombras con el proyector. Merecía aplazarla porque no fui tolerante a su discurso cantinflérico. Merecía aplazarla porque me atreví a negar la posmodernidad y a cuestionar su discurso. Me atreví, maldita sea, a escribir un ensayo medianamente bueno, superior, claro está, a sus conferencias dizque latinoamericanistas de tinte pro-yanqui. Bruta yo. Debí acompañarla a sus marchas por la libertad. Bruta yo. Debí regalarle una lata de leche descremada y alabar su forma de levitar, no de caminar. Bruta yo. Al fondo se escucha que no basta rezar y yo me sonrío y pienso que ese loco debería seguir vivo y mirar lo buena que está la cosa ahora para rezar. Y en eso llega el trencito y sus líneas de colores me marean más pero sin esfuerzos me subo. Ya es tarde, pienso, y no me importa en verdad. Carmen Medina una vez me quiso, creo yo. Eso fue antes de enterarse de que yo tomaba cervezas en el Gon Sous, visitaba el Centro de Estudiantes y leía a Galeano. Eso fue antes de la clase sobre el realismo social. Fatídico día ese. Y dos días después cómo es que una niña tan linda como tú va a andar con una gente tan fea, tan violenta. Y yo que no sé qué contestar, que siento ganas de reír y debo aguantar. Y ella que me amenaza dulcemente con expedientes disciplinarios y manchas de historial académico de por vida y yo que pienso en que esta gente sí que es democrática y plural, tengo que retirar la materia. Son estos viajes en metro los que me permiten estar a solas. Últimamente son los únicos momentos conmigo. Cuarenta y cinco minutos de yo con yo, de esta mierda que es pensar en lo que hice o dejé de hacer. Y es esta pasarela la peor parte, porque la carrerita aquí es más empinada y peligrosa y si a una señora violenta y gorda se le ocurre tropezarme, me veré rodar largo como las cervezas del Gon Sous y caer inconsciente a los pies de la escalera. Aquella fue la primera vez que retiré la materia de Carmen Medina. Las tres veces siguientes fueron bajo condiciones menos dramáticas, más espontáneas, digamos. Una vez dijo que Britto García era un ser de escritura inteligente a quien se le había negado la inteligencia. Otra vez se subió, frenética ella, a su escritorio para asomarse a la ventana y mirar pasar una caravana por la libertad. Otra vez dijo que los estudiantes del Centro eran unos charlatanes de la política, unas carcomas roe pupitres. Todas las veces le repliqué y todas las veces me arreché y retiré la materia, aunque hoy pienso que debí callar a la tercera, esa vez sí debí callar. Y esta última vez ha sido terrible porque no la retiré pero tampoco soporté asistir a las clases. Fui, muy lista yo, a todas las pruebas fijadas en el cronograma, presenté todos los trabajos. Y aún así ocho, aún así siete. Siempre siete porque no dije, maldita sea, que los zapatistas eran unos sucios campesinos saqueadores y violadores de mujeres. Porque no dije, coño, amén a Octavio Paz. Y para colmo, un trabajo sobre Saramago y la prensada posmodernidad de Carmen Medina. Un trabajo inservible de citas impecables, con número de página y puntito detrás del paréntesis; unas citas, maldita sea, que levantaron las sospechas de Carmen Medina, la investigadora que no sabe citar. Y luego la acusación, la defensa, la imposibilidad del veredicto y mi siete sin razón. Mi siete y las ganas de matar a Carmen Medina. -Bienvenidos a la estación terminal Alí Primera, bla-bla-bla, conciencia del deber social-, dice esa voz de sifrina en entrenamiento.

ica Ma

Otra vez detrás de la franja amarilla, límite de mi seguridad, y mirando las placas negras de concreto, topo con una rata que se pasea por los rieles, loca ella, sin instinto de conservación, la muy bestia. Veo ahora a la rauda criatura que pasea y recuerdo el almuerzo del día en el comedor de la universidad, pienso en la duda que me generó aquel empanizado. No era pollo ni pescado, mucho menos vaca. ¿Sería rata? Una rata grande y gorda de esas que sobran en la universidad. Una rata de esas que abundan en el comedor y en el depósito de basura. De esas que también se disfrazan de gente y asumen las jefaturas de cátedras. De esas que hay tan gordas y tan grandes como Carmen Medina. De esas sucias ratas académicas, herederas de pilas y pilas de libros viejos, tesis inservibles y trabajos engavetados. Ratas de universidad, tan cultas ellas. La verdad es que merecía aplazar la materia de Carmen Medina. Merecía aplazarla porque sólo entré dos veces este semestre. Entré para evaluar que su CD-Rom siguiera rodando a pesar de las ralladuras, para mirar lo linda, sí, linda que era su laptop nueva donada por el Centro de Investigación y para jugar, cómo no, a

s

Total que salgo del Gon Sous y subo al autobús que me dejará en San Martín. Y mientras veo la chiripa que se pasea de un extremo a otro del cristal de la ventana, amenazando con caer sobre mis piernas, pienso en ella. Sí, en Carmen Medina. Que si el discurso de género, que si la otredad, la posmodernidad y tal o cual paja loca. El cantinfleo de Carmen Medina había recorrido el mundo, había llegado disfrazado de conferencia ante los gringos y nos había ganado, según dicen, el odio, el desprecio y la subestimación de los rubios comechiclet. ¿Quién iba a detener a Carmen Medina en su ascenso a las cumbres académicas del poder? ¿Quién iba a develar la estafa que era su cráneo? Nadie. Nadie sería, porque Carmen Medina era la mujer del rector y Carmen Medina tenía bien agarrados los miembros de todos los cabrones profesores de la universidad. -Estación Mamera. Tren con destino estación Zoológico.

Y de nuevo otra carrerita hasta los torniquetes. Y otra hasta la parada. Y ya es tarde, coño, y no hay autobuses después de las diez y no queda de otra que pagar un taxi y voy, qué peo, mareadita. Veo que viene el taxi, lento, lentico o es que no veo bien, que voy turuleca... Y lo paro, qué más da, y él se para y yo abro la puerta trasera y subo, loca yo, y no he cerrado la puerta ni montado el pie derecho cuando el carro arranca y siento y veo bajo mi pie izquierdo una inmensa bolsa negra y, loca, miro al conductor que va pegadísimo y, mierda, ahora lo sé, la muerte lleva el rostro de Carmen Medina: vomito la bilis sobre la bolsa antes de sentir el círculo frío sobre la frente. Me jodí.

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Del poemario Espirales (2010)

E-pístola Las oportunidades se pierden cuando la crianza es una epístola Cuando los pasados se entrelazan la factura la hace un mensajero ingrato y el peso de la cruz se reverbera Cuando sea viejo quiero tener un abrigo de piel curtida y un bastón de director de teatro para espantar las necedades.

Recuerdos de la Guerra Federal Eres un vendido ofreces tu alma al mejor postor tu lealtad tiene precio tu orgullo es un letrero que dice: SALE tus pantalones Levis caminan hacia el precipicio naces dentro de la pantalla gigante de los ejercicios y paseas tu arrogante melena por las vidrieras del centro La mejor oferta la tienes entre dientes la mejor obra de teatro la mejor comedia Música y panderetas ciego de tantas ofertas pierdes el habito de reflexionar El remordimiento abre las venas mañana ofrecerás la mejor mercancía: un montón de reliquias de la Guerra Federal…

Omawe Tráeme de vuelta princesa Piaroa trae los círculos y los pies de barro Las puertas de esta casa están abiertas y el centro de mesa es un papagayo vagabundo Tu, el rayo portentoso de la noche de la tempestad el destello Tráeme los viejos olores del campo las antiguas flores los libros sagrados Pitonisa de las Salamandras deposita tu tesoro

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Caracas, Venezuela,1966. TSU en Comunicación Social, Actor de teatro, ha realizado innumerables talleres de Poesía, en Mérida y Maracay. Ha publicado narrativa y poesía en diversas revistas y periódicos. Mención de Honor en la “Bienal Ciudad de la Juventud” por el cuento “Ruta a Eleusis”, La Victoria Estado Aragua. Y mención especial en la Bienal Ramón Palomares del Estado Trujillo por el poemario “Nací en la Casa donde todo se olvida”.


Del poemario Buen momento

Manuscrito Escribo con mi mano manuscribo

Marina Bailo Argentina Militante de la vida y de los derechos de las mujeres, militante del placer, del regocijo y de la reflexión sobre su propio cuerpo

este blanco papel esta nada y alba virgen inmensidad sin rayas. Rompo el logotipo mecánico-habitual, y disfruto

Acusación

de esta lluvia que

me ofrece

A la infame década del 90

Palabreros mediáticos,

espacio y tema, como himen que se abre y que acepta, como experiencia de vida que clausura sus clausuras y permite. Escribo, manuscribo abro el cerco que me acerca

palabrediáticos, Impostores, falsos mercaderes. Palahabladores, de palabrerío vacío, impunes simuladores. adictos al pensamiento único. Homicidas hablantes de habladurías, palabricidas. Laxos argumentadores de la sin razón, y amantes sórdidos del poder.

y me acerco a esta lluvia y a esta tarde en que se me antojó escribir

Sobrevivo

manuscribir Me parece que me voy perdonando

algunas cosas.

que restablezco la soberanía de mis pies. Me parece que reacciono, lentamente,

Conspiración en los semáforos

que salgo del coma cultural

y respiro sin ayuda informática.

Para Rodrigo

Sobrevivo, hemipléjica, a Estoy mirando a ese mundo que da vueltas al ritmo y color

la hipertensión social

de un malabarista de fuego.

al empacho de la soja

La esfera suspendida de un hilo de la atmósfera,

y a los espasmos discursivos.

me embriaga con su efecto de cristal,

Pero necesito un trasplante

y tras la danza de las clavas

de esperanza.

me pierdo y se vacían mis ojos de aridez y de tanta realidad. Me subo a la propuesta ilusionista y disfruto, de ese breve lapso entre luces. En los suburbios clandestinos del sur se teje una nueva conspiración,

Vero Segura

en los semáforos.

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Colectivo La Mancha

une naciones a través de la poesía S

in Límites es el nombre de una colección de poesía de La Mancha Ediciones, una rama de un modesto y activo colectivo que anda entre murales, periodismo alternativo y versos, y que decidió establecer lazos, a través de la literatura, entre Venezuela y otros pueblos. En la VIII Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven) presentaron el tercer título de esta colección, que reúne poesía de Venezuela y Cuba, con el nombre Rosa Caribe. “Cuba y Venezuela son dos orillas del mismo mar, son dos pueblos que están floreciendo, porque la revolución es ese florecimiento de los pueblos y estamos emancipándonos. Esto es una flor en el Caribe”, apuntó Oscar Sotillo, de La Mancha Ediciones. El colectivo defiende que la construcción del socialismo, además de los espacios de la gran política, debe hacerse “desde los afectos y la cotidianidad, desde lo intangible y el imaginario”, de allí surge el libro que encuentra en sus páginas a 12 poetas de Cuba y otra docena de Venezuela. “Son poetas menores de 35 años, y en el caso de Venezuela hay poetas incluso de 19, 20 y 21 años”, destacó Sotillo. Entre ellos está varios autores que recibieron galardones antes de la edición y otros que fueron premiados después de publicarse el libro, como el poeta de holguín Luis Yuseff Reyes, quien se alzó con el Premio Nicolás Guillén, de Cuba, y la poetiza Caneo Arguinzones, de Caracas, quien ganó el Premio de Autores Inéditos, de Monte Ávila Editores, en la mención poesía. Los libros de La Mancha surgen de experiencias, encuentros, descubrimientos que viven sus miembros en su paso por ferias del libro que salen del canon tradicional o mercantil. El primer título de la Colección Sin Límites se hizo con poetas criollos y de Colombia. “En 2007 fuimos a la Feria del Libro de Bogotá, y al frente estaba la Feria Popular e Internacional del Libro con un teloncito pintado a brocha y cinco mesitas, hicimos contactos y conseguimos al colectivo Escafandra, que aglutinaba a poetas de la ciudad y salió el libro Tierra común: la reivindicación de que somos una sola nación, una sola historia, en un momento de tensiones diplomáticas”. De manera parecida se materializó el libro Sueño urgente, miembros del Colectivo fueron a México y llegaron a un sitio “donde había una movida alternativa”. Allí conocieron a un poeta que les regaló su libro, también recibieron materiales de Puebla, Guadalajara y Distrito Federal. “Hicimos la selección y dos años después volvimos y llevamos el libro hecho, los poetas nos apoyaron en el viaje, la estadía y bautizamos el libro en 2010”, expresó el representante del colectivo. El principio de La Mancha es sencillo, ellos sostienen que se quiere y se ama lo que se conoce, y que difícilmente las personas pueden apreciar algo que ignoran, así echaron a andar este proyecto editorial para vincular desde las bases a las naciones. “Cuando (Hugo) Chávez se reúne con Raúl Castro son altos niveles de la política, pero debajo de eso debe haber una realidad, un conocimiento entre los pueblos, un compartir. No sólo es que los argentinos traigan carros, vacas o carne, sino que los pueblos se encuentren, se vean, se conozcan”. Por ello, el colectivo La Mancha trabaja en otro libro de la colección Sin Límites, en esta oportunidad con poetas venezolanos y argentinos. “Estamos haciendo los contactos y esperamos empezar a montarlo pronto”.

Caracas, 21 Mar. AVN.-

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Glosario del cuento

Chikirikö: Pequeño Darikú: Flor Kaipün: Grande Piasán: Chamán, a quien se le consulta por enfermedad o consejo. Tarén: Invocación realizada por el piasán, en lengua pemón antigua para curar, cambiar fenómenos naturales o contrarrestar energía negativa. Tukui: Tucusito, picaflor, chupaflor.

De los kamarakoto

Familia lingüística: Caribe. Idioma: Pemón-kamarakoto Pueblo: Pemón. Localización: Parque Nacional Kanaimö (Canaima), estado Bolívar Hábitat: Selvas y sabanas del sector occidental del parque, al oeste del río Karuai. Alimentación: A base de yuca: casabe, kumachí (picante hecho con el yare de la yuca amarga), sakura (casabe disuelto en agua), kachirí, parakari, paiwá (bebidas fermentadas); tumá: caldo de cualquier presa cazada o pescada con ají picante. Actividades: Conuco, recolección, pesca y caza. Fabricación de chinchorros, vasijas de barro, rallos, curiaras; adornos (pulseras, coronas, collares) y tallas en jaspe. Vivienda: Tradicionales, de forma circular u ovoide, hechas con techos tejidos de palma y sin paredes; o rectangulares con paredes fabricadas de piedra de la región o adobes hechos en el lugar. Turismo: Excursiones guiadas a los tepuyes, saltos de agua y otros lugares de interés. Deportes: Fútbol, futbolito y volibol (masculino y femenino). Los Juegos Deportivos Intercomunidades se realizan todos los años.

Del idioma pemón

El pueblo pemón se divide en tres grupos, si utilizamos el Parque Nacional Canaima como referencia, podemos decir en líneas generales que, los taurepán viven en la Gran Sabana, ocupando el sector oriental del parque y al este del río Karuai. Los arekuna viven hacia el norte del río Kama, habitando incluso tierras que se encuentran fuera del área del parque. Los kamarakoto viven en el sector occidental, hacia Kanaimö, es más remoto por no tener acceso por carretera. Los tres hablan el mismo idioma, pero tienen sus variantes y hay palabras que son distintas por completo, como supará en taurepán y körötökö en kamarakoto, gallina o pollo. Entre las características del idioma encontramos que tiene siete sonidos vocales: a, e i, o, u, ö, ü. Desde que ha comenzado a ser escrito, ha sufrido varios cambios, algunos no utilizan la letra c sino la k; y el sonido glotal al final de algunas palabras, hay quien lo anota ‘ y otros lo anotan ‘k, como katurui’ o katurui’k (nube). Otra clave en del idioma pemón es que casi todas las palabras son agudas, por ello en realidad no se acentúan ortográficamente.

“Wakü pe karan iku’kö awaröpe yese numen kanamai apö” (Haz bien a un karan -prójimo- para que él se sienta bien y no piense en perjudicar)

Casilda Berti - Kanaimö

Kamarakotos e influencias occidentales

De los problemas adquiridos en las últimas décadas pelean contra la escasez del combustible y los precios demasiado elevados, en una región apartada y de difícil acceso (aéreo). En donde el turismo se ha convertido en un modo de vida para muchos pemón kamarakoto, con características capitalistasoccidentales en un mundo socialista-originario. El costo del transporte aéreo es excesivamente alto, lo que incrementa a su vez, el precio de los enseres, herramientas, repuestos, materiales, etc., que sean requeridos para la comunidad o el individuo. Por lo general, la venta del combustible está en manos de criollos, al igual que los demás bienes traídos en un avión, también privado. Sumado a esto, se encuentran las minas de oro y los placeres diamantíferos, que se encuentra en los límites del parque, ilegales o no, lo que precisamente hace, que el combustible no esté en control de los pemón sino de otros.


PEMON

PE KAMARAKOTO Textos y fotos: Hannekewa

Al sur del Auyán Tepui, en el valle de Kamarata habitan los kamarakoto. Descendientes del sol, Wei y de jaspe, Kakó. Todas las mañanas al despertar, se cuentan sus sueños, y por las tardes al regresar de sus quehaceres, se cuentan el transcurrir del día. Tukui darikú dakarö (El tucusito y la flor) En el tiempo de nuestros ancestros... Cuando todo respiraba y era humano... Vivían como amigos los pemón de un pueblo grande y de otro más pequeño... Así narró Akurí desde su chinchorro, a su hijo Kiawik.

A

cada lado del río oscuro que baja de los tepuyes silenciosos, lamiendo las selvas impenetrables, están tranquilos ambos pueblos. Viven de la pesca abundante del aimará primitivo. Tukui, un joven hábil y diligente vive en el pueblo chikirikö, y Darikú, nieta de un piasán, vive en el pueblo kaipün; los dos llevan todas sus lunas siendo amigos y compartiendo la alegría de todo lo aprendido en el corto recorrido de sus vidas. Cuentan los abuelos, que un día el pueblo kaipün dejó de pescar, no conseguían peces por más que salían temprano, al despuntar el sol, ni con el barbasco echado en el río, ni con sus flechas, ni con sus tapones o redes; mientras que, el pueblo chikirikö lograba sacar cada vez más peces. Ninguno entendía lo que ocurría hasta que el pueblo kaipün terminó disgustándose, entrando entonces en pelea con sus vecinos chikirikö. Tukui y Darikú entonces, se vieron forzados a no verse más. Les quedó prohibido corretear y andar juntos por la selva, ya no podrían perseguir grandes mariposas azules, ni caminar juntos por la sabana. Los venados y los tucanes ya no serían testigos de su amor creciente, pues es el mandato de los ancianos de cada poblado. Sin embargo, no hicieron caso a aquella orden, que para ellos no tenía sentido. Se escapaban por las tardes con cualquier pretexto escabulléndose y adentrándose a lo más profundo de la selva, enfrentando así, a los concejos de ancianos. El abuelo de Darikú, el piasán, ya venía dudando de las ausencias de su nieta y una tarde mandó a seguirla. Los descubrieron en el recodo secreto de un rabín color ámbar que escurría entre piedras y hojas secas. Los guerreros kaipün apedrearon a Tukui derribándolo de un peñonazo en la cabeza, Darikú trató de ayudarlo pero sus captores la llevaron a rastras ante su abuelo, mientras Tukui quedaba atontado

en el suelo. El abuelo de Darikú se reunió con el concejo de ancianos y llegaron a la terrible decisión del destierro. Él no quería hacerle daño a su nieta y mucho menos mandarla lejos; de modo que, el anciano piasán preparó una pócima dándosela a beber a Darikú. La muchacha bebió obediente y después de de llenar la mirada de su abuelo se convirtió lentamente en una hermosa flor ante el rostro dolido y taciturno de su abuelo. Tukui entre tanto, había llegado adolorido a su pueblo, encaminándose en busca del consejo de su propio piasán; sabía ya que su amada había sido trocada en flor. El anciano le sugirió que buscara otro amor, alguien con quien compartir su vida y que pronto olvidaría a Darikú, pero Tukui no quiso saber nada al respecto. No podía vivir sin ella y así se lo hizo saber al piasán, quedando muy conmovido ante su vehemencia, viendo que Tukui estaba dispuesto a dejarse morir y que sólo compartiría todas sus vidas con Darikú y con nadie más, el viejo piasán estuvo un largo rato pensando... y pensando en cómo podía ayudarlo. Finalmente fabricó un brebaje verde abrillantado, casi amarillo como los ojos del kaikusé. El anciano le fue hablando lentamente y con voz profunda a Tukui, al tiempo que éste se bebía todo el contenido de la camaza ofrecida. Tukui no comprendía bien el significado de aquellas palabras que le sonaban desde lejos, pensaba que su cuerpo se había tornado muy ligero y enseguida supo que se trataba de un tarén, sintiendo inmensas ganas de salir volando, comenzó a sacudir sus brazos como si fueran alas y desprendiéndose hacia el cielo liviano como un pájaro, se elevó. Había sido convertido en un ágil tucusito, destinado a buscar a su adorada flor, con la infinita esperanza de encontrarla algún día. Y cuando Darikú y Tukui se encontrasen serían de nuevo dos jóvenes pemón enamorados. *El cuento del Tucusito y la flor, basado en una leyenda pemón.

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¿Quién le teme a la Educación Política? z

Oscar Rodríguez Pérez

E

n Venezuela y el resto de países del mundo se habla en este siglo XXI,con mucha insistencia, de la baja calidad de la educación. Los últimos tratados y acuerdos regionales y mundiales apuntan a dirigir sus metas y sentidos al desarrollo de una educación de calidad y a elevar este renglón. Cuando estas intenciones se revelan y profundizan es bueno decir que se refieren a la educación con fines académicos. Como ya sabemos, este tipo de educación responde a mallas curriculares diseñadas por expertos de cada país y se imparten desde acciones pedagógicas docentes en instituciones hacia los distintos niveles. Esta educación tan igual que cualquier otra intención educativa social es profundamente política, jamás es neutra porque su concepción e intención curricular responde a intereses de las clases que la promueven. Este tipo de educación encerrada en paredes de escuelas, liceos y universidades ha sufrido un evidente y pronunciado descentramiento de sus fines educativos. Ya no son estas instituciones y sus directivas lo que fueron como centro de la producción de conocimiento (tan igual como el libro) y perdieron esta centralidad porque otras alternativas han surgido para ocupar espacios importantes como mediadores centrales de los procesos de aprendizaje: los medios audiovisuales son un ejemplo de estos nuevos centros del saber. Este debilitamiento de la institución académica como centro de los procesos del conocimiento ha ocasionado en todo el mundo que las reproducciones educativas,para refrendar los procesos de dominación hegemónica en otros espacios de conocimiento, se

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tornen un tanto diferenciadas de los procesos escolares que por lo general han sido marcadamente autoritarios.Sin embargo, aunque los procesos escolásticos continúan permeando los procesos de toda la educación,por el enraizado poder que aún cobran en las sociedades, el descentramiento educativo referido es una de las causas por las cuales se ha presentado la fuerte crisis en las instituciones educativas que inciden en lo que llamamos calidad.Esta crisis siempre la supo armonizar la educación ejercida desde la participación política en la cual hay un decurso que pudiéramos llamar hasta glorioso. La historia de las otras educaciones Por fortuna hay establecidas importantes diferencias entre la educación académica (aun teniendo o generando políticas) y lo que llamamos EDUCACIÓN POLÍTICA que en realidad son otras educaciones por la diversidad intencional que ésta despliega.La central y marcada diferencia que podemos señalar entre estas dos dimensiones educativas estriba en el tipo de incidencia que ambas tienen hacia los sujetos y sujetas que la reciben. La educación académica es un trayecto planificado por el tipo de estado que gobierna y tiende a la reproducción de los intereses de quienes la promueven, diseñan y ejecutan; tiene una fuerte influencia de conocimientos generalizados, masificadores y homogenizantes y produce ascensión y consolidación social porque a través de ésta se busca un título. La educación política (o educaciones) es una dimensión mucho más compleja que se despliega por intereses diversos y muchas veces distanciados de los fines de la educación aca-

démica (así reproduzca algunos de sus métodos) teniendo como fines el fortalecimiento de las ideas y conocimientos de manera más personalizada en torno al ejercicio de la ciudadanía, la asimilación y comprensión de los cambios y transformacionesde de la sociedad, la incidencia en la toma de decisiones sociales a través del ejercicio de los poderes públicos, la militancia o participación militante en organizaciones de diversa índole ideológica y contextual, desde un partido político a un centro cultural. Esta dimensión educativa es intencionada por las ideologías y coloca a los individuos en diferentes aceras de la sociedad. Como un hecho muy significativo podemos señalar que la crisis, extravío y merma de la calidad de la educación académica que hoy se denuncia ha estado presente en un mismo sentido en la educación política y así parece haber sido en el pasado. La época más encantadora de la educación académica que marca el período llamado de la modernidad,en donde pudiéramos tomar como parámetro de su declive al llamado Mayo Francés del año 1968 fue acompañado de esfuerzos tremendamente cualitativos en la Educación Política. Todos los procesos habidos luego de la Revolución Francesa y posteriores movimientos influenciados por su estallido que incluye nuestras luchas independentistas, la insurgencia del pensamiento de Marx y Engels desde la práctica de la Liga de los Justos y todas las revoluciones influenciadas por estos hechos fueron acompañadas de procesos de formación política extraordinarios de una calidad educativa estupenda que en no pocos casos superó las expectativas académicas.Hubo incontables personas que se formaron en el fragor de la educación política marcada por la participación de la

calle en organizaciones alternativas insurgentes que nada tenían que envidiar al obtenido a través del proceso académico, incluso en la mayoría de los casos se complementaban ambas experiencias de conocimiento y aprendizaje. Aunque se produjo por mecanismos discrecionales de los currículos autoritarios la discriminación y exclusión hacia las comunidades populares, sin embargo, sobre todo en las últimas dos décadas del siglo XX, la educación política habida en la calle llegó a superar a la encontrada en las mallas curriculares institucionales. Hubo una dialéctica que creció desde un principio de estos procesos entre la educación encerrada en las instituciones y la educación de la militancia política que se desarrollaba en la práctica ciudadana y aquí el partido político (sobre todo el ideado por el dirigente soviético Lenin) tuvo decidida influencia en esta cualificación. Ser militante de un partido político, sobre todo durante el trayecto del siglo XX que llega hasta finales de la década de los años 60, aunque no se tuviera un grado académico, era de gran prestigio personal y social porque era sinónimo de ser una persona estudiosa, sabia y con sólidos aprendizajes y valores; sobre todo si se era militante del partido comunista o de las organizaciones anarquistas. ¿Por qué hoy la realidad es diferente? ¿Qué les paso a estos tipos?

“Somos comunistas formados a retazos.”

El Viejo Polo

Mientras la bella periodista Isbelia (Ruddy Rodríguez), personaje del filme «Amaneció de Golpe» (Azpúrua, 1998), indagaba acerca


«Y ahora, camaradas de la Revolución Bolivariana, para esperar al comandante Presidente que viene de Rusia, los invito a menear el culito con este reggetón». El Chino Martínez Aylen

del Sacudón del 27 de Febrero 89 mirando un video e nel televisor de su casa,recibió dos terribles sorpresas a un mismo momento: la primera es que su marido Miguel (Daniel Lugo) le confesó que la estaba dejando por otra mujer y la segunda es que estalló la rebelión militar del 4 de Febrero 92 y ellos vivían cerca de un fortín militar. En una breve tregua del tiroteo que los rodeaba, ella le pregunta cuál es el motivo de su decisión y él responde con vaguedad palabras como fastidio, cansancio por el trabajo social que ella realizaba como periodista. Isbelia lo mira sorprendida y le replica con una interrogante sentenciosa: “¿Coño Miguel, qué carajo te pasó?”. Esta interrogante es un buen punto de partida para analizar lo que ha sucedido con ambas dimensiones sobre todo con la educación política. La película de Azpúrua plantea de manera pertinente, desde un hecho concreto, la debacle de la formación política de varias generaciones. Mientras Isbelia rasguña a la realidad algo de formación política en lo sucedido durante el Sacudón para explicarse la realidad, su marido hace largo rato colgó los guantes de lucha social y se entregó a la costumbre y al tedio. En la misma película el adeco Aníbal (Héctor Mayerston) se hallaba en una de sus tantas borracheras cuando escuchó las primeras bombas y así se encontraban en Venezuela muchos militantes de los partidos que chupaban de la cuarta república cuando los sorprenden los cambios y transformaciones que hoy desplegamos como pueblo con fuerza socio política impresionante. Había entonces en la realidad venezolana, una clase política carcomida por el ejercicio demagógico que andaba de pea en pea, criticada con riesgosa terquedad por militantes de un tejido social organizativo inusual, alternativo y diverso en donde se pulsaba por los cambios y transformaciones desde abajo, siendo bases, tratando de ser pueblo (donde la gente se educaba en lo político como vaya viniendo) y por último había gente, mucha de clase media, andando en su cotidianidad alienada por el largo trayecto cuarto republicano que ofrecía, mucho más que hoy, profundas grietas ideológicas. ¿Qué sucesos mediaron entre aquella moderna historia de brillantez política y este tétrico pasado que se hace reciente e inmediato?

Los complejos procesos habidos en las luchas por la democracia a todo lo largo de las décadas de los años 50 y 60, luego de la derrota del fascismo alemán durante la segunda guerra mundial (1945), que trajeron el enfrentamiento de los pueblos y sus organizaciones socialdemócratas y radicales (muchas de tendencia burguesa) contra dictaduras militares y todo tipo de saboteos perversos,trajeron como consecuencia estupendas victorias de sentida y táctica relevancia, pero junto a éstas ocurrieron hondas y devastadoras derrotas en el orden estratégico que golpearon el movimiento popular mundial. A pesar de las derrotas continentales insurgentes de los años 60 del siglo XX, la victoria y mantenimiento de la Revolución Cubana (1959) es de notoria y grata relevancia estratégica que han mantenido (con sus reflujos) un afán por la educación política de muchos grupos y personas, sin embargo, cuatro graves derrotas del movimiento político libertario afectaron decisivamente la educación política del campo radical y el visible fortalecimiento de las luchas sociales con aliento transformador; fueron en orden de aparición: 1º el asesinato del comandante Che Guevara (1967); 2º el derrocamiento del gobierno de la Unidad Popular (UP) en Chile(1973); 3º la derrota electoral del sandinismo en Nicaragua (1989)y 4º la desaparición de la Unión Soviética: URSS (1991). Consagrando la brevedad, el Che significó un paradigma moral de alta factura para las luchas radicales, el gobierno de la UP representó una esperanza por ser una vía electoral hacia el socialismo, la revolución nicaragüensefue el ejemplo político a seguir por generaciones advenedizas; y con el fin de la URSS, luego de más de 74 años, se derrumbaba un importante contrapeso frente al capitalismo en el mundo. Estas graves condiciones, aunadas a la pérdida de prestigio del partido político y al ocaso de la militancia orgánica de los comunistas como referencias únicas de lucha, sumados a la ofensiva de las políticas neoliberales de los agentes del capitalismo en todos los países,afectaron la militancia radical en todo el planeta. La desmoralización, postración, postergación, confusión cundió en militantes de muchas organizaciones tradicionales y grupos que surgían. Quienes defendían las vías políticas formales e institu-

cionales (como los adecos y sus acólitos en Venezuela), a pesar de su inmoralidad, aprovecharon la oportunidad para desalentar, confundir, tarifar y desmoralizar a quienes entonces se hallaron sin asidero político.Muchos cayeron en la trampa, pocos grupos y organizaciones mantuvieron la moral revolucionaria y popular. Entre la vigencia del llamado de Pio Tamayo y la entropía popular Recordemos que en aquellos carnavales de 1928 en Caracas, un tocuyano de nombre Pio Tamayo (mil veces traicionado en estos días), durante la coronación de la reina de los estudiantes llamó —en bella metáfora— a salir a las calles para buscar a su novia perdida llamada Libertad. Hoy pareciera que la Revoluciónes aquella novia de Pio Tamayo que anda suelta por las calles —desatada y maravillada— junto a un pueblo en plena participación y lucha; pero quienes parecen no verla son los “dirigentes del proceso” que andan ciegos y faltos de educación política debido a las incidencias ya descritas.Esta situación queda evidenciada cuando vemos que de las instituciones parece no haber mucho interés en promover un proceso de educación política integral y orgánica que vincule los esfuerzos de las organizaciones autónomas del tejido social con la complejidad política que genera el proceso junto al Presidente Chávez como genuino líder. Un PSUV, como real heredero de Acción Democrática, hundido en un marasmo pragmático que los embrutece políticamente en la subordinación y en la peor interpretación del centralismo democrático, una institución cultural sumida en el efectismo y los espectáculos donde han entrado por la puerta grande los camaleones del reggetón con los cuales la música nuestra junto a todas las manifestaciones populares son traicionadas, un poder ejecutivo donde hay muchas cabezas pensantes y corazones sensibles que se encuentran ocultos y atrapados en la pastosidad de funciones, una política de medios públicos ausente de directrices hondas y analíticas, donde por el contrario se subestima al enemigo histórico haciéndole el juego con ridiculeces, escatologías, galimatías, estupideces, que contribuyen a un muy peligroso proceso de banalización

del acto político que sólo conviene a futuro con los sectores fascistas de la llamada oposición, son éstos centrales escenarios las trabas para el dimensionamiento de un trayecto de educación política que allane los anhelos revolucionarios del pueblo que somos. ¿Cuáles pudieran ser las dimensiones de este despliegue de educación política que fortalezca a la revolución y al pueblo en unidad? Nombraremos sólo tres que como pueblo siempre hemos practicado con mucha dificultad pero con calidad, a saber: 1º Resignificar la categoría pueblo al participar como tal. Con esto se deja de pensar(fragmentadamente y hasta perversamente) que “el pueblo no está preparado para las transformaciones”, sino por el contrario participamos como el sujeto pueblo que está preparado desde ayer porque tenemos historia, no estamos en esto desde el 4-F sino desde la arrechera del indio Guaicaipuro.2ºDesaburguesar toda nuestra práctica que significa el fortalecimiento del criterio político a través de la educación, donde se piensa, contrario al burgués, que la educación es permanente, nunca termina. Así se asume como educación popular, donde somos sujetos del aprendizaje.Desaburguesarnos es también des-adequizarnos. 3º Poetización de la política, tal y como lo proyecta y practica (entre otros) el Presidente Chávez, en el sentido de que incorpora elementos de poiesis en su discurso y en su práctica y allí bullen metáforas que enaltecen lo popular, la creatividad rica en imágenes donde el pueblo se identifica (por eso se le quiere como líder), el autoaprendizaje que siempre se ha practicado desde la militancia, el humor que quiebra las rigideces, la vista entrópica (mirada en desorden)para ver la complejidad del pueblo y así procurar auto-verse en revolución.Es urgentemente dialéctico poetizar la política, porque la poesía se viene politizando desde que Platón la expulso de la República. Estas tres dimensiones, junto a otras, nos harían imbatibles frente a un fascismo y sus amos imperiales, a los cuales estamos esperando en la bajadita, mucho más allá de la victoria electoral que obtendremos el 7 de octubre de 2012. Nadie nos ganará como pueblo si nos educamos con urgencia como dirigentes.

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Las universidades E n los programas universitarios heredados, está claro que los diseños curriculares res-

ponden a lo hasta ahora conocido, es decir a la vieja sociedad de clases, a la República Oligárquica, que es la instrumentalización de las gentes y los pueblos, como mano de obra, para sostener sus empresas y negocios particulares de grandes consorcios y grandes cadenas comerciales, en todos los ámbitos de la organización social: en lo económico, político, educativo, filosófico, deportivo, médico, artístico-cultural, ambiental y territorial. Los pequeños negocios y los pequeños burgueses a quienes se les llama microempresarios, solo son ramificaciones de las pautas que impone el mercado, y a la cual están sujetos como comerciantes de menor incidencia y alcance. Pero es evidente que detrás de todo este entramaje, están las transnacionales y el capital internacional, los centros de poder hegemónicos y financieros, que manejan el movimiento de mercancías a escala global. Esto nos coloca frente a un Sistema Educativo que todavía aún fragmenta el conocimiento en capsulas que llaman “especialidades”, donde

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las gentes pierden de vista totalidades y se atascan en pequeños engranajes que llaman carreras, lo cual configura la actual dificultad social de pensar en el todo, para todos, y no únicamente que en alguna especifidad laboral o ente “profesional”, que acaba por estratificar y de reforzar las Sociedades de Clases, que enmarañados de intereses personales, hacen tortuoso concretar el interés social. Fuimos formados en la escolaridad para ver pedacitos, lo cual luego, llevado a la vida social, hace que actuemos gremialmente o por separado, solo vinculados por circunstancias utilitarias o por las costumbres oportunistas e interesadas. Esto trae por lo tanto graves consecuencias, y sobre todo problemas para visualizar soluciones colectivas, crítica y autocrítica verdadera, trae enormes dificultades a la hora de pensar y planificar, ordenar y redistribuir el espacio, y redireccionar las interrelaciones comunitarias y sociales, porque como en la mayoría de los casos no se ve el todo sino las partes, o únicamente la parte que me afecte o me interesa, entonces se cometen grandes errores de calculo y de gestión, se mal interpreta lo que

Alejo Siso

debe hacerse, y las acciones a menudo se expresan sectorizadas o exclusivas hacia un determinado grupo social. Las Escuelas, institutos y universidades en vez de transversalizar los saberes y los conocimientos para lograr cada vez más soberanía en cada uno de los estudiantes, y de estos en conjunto hacia una comunidad entera, lo que se encarga es de afianzar las muletas de la dependencia, y la linealidad de los programas, haciendo que se pierda mucho tiempo vital, que bien empleado y direccionado serviría para emancipar. Se evaporan semestres y presupuestos enteros, que se los traga vorazmente las instituciones educativas, solamente que para pretender graduar gente en base a cada especialidad, y de allí a la fragmentación y la sectorización del pueblo, que de esta forma se subdivide en clases y profesiones que lo hacen vulnerable a los comerciantes y de los que se aprovechan de sus necesidades. En vano se pretende construir nuevas sociedades con métodos viejos, porque se cree que se va a llegar al Socialismo o al hombre y la mujer nueva con lo ya conocido, con lo ya conocido

solo se reproduce lo mismo con fachada nueva, lo que es cambiar de nombre pero funcionar igual o peor de cómo se hacía antes, o volver por impertinencias, incapacidades, ineptitudes, a lo que quisimos superar cuando estalló un Febrero del 89 o una rebelión militar del 92. Y todo esto además con un claro sabotaje a nivel de Políticas de Estado, la intromisión antisocial de los neoesclavistas de estos tiempos, con empresas, funcionarios y sus “profesionales” que están en el bando de la oposición y la contrarevolución. Para llegar o ir en dirección a una Sociedad Socialista se deben practicar y visualizar nuevas actitudes, nuevos conceptos, replanteamientos y demolición de muchas cosas, ejercer métodos nuevos, es ver en marcha, que vamos en un proceso de “transición” definiendo los pasos que nos lleven y nos acerquen cada vez más hacia el Socialismo. Y no son estos métodos nuevos, estas metodologías nuevas, precisamente lo ya conocido, tampoco es una cartilla, se trata de que hay que crearlas, pensarlas, y esto lógicamente no ocurre de la noche a la mañana, ni tampoco es “soplar y hacer botella”.


Victo

r

se volvió un kulo Hernán Jesús Soto

Un kulo no es cualquier cosa. Es un despelote que tiene una dimensión más

compleja que un culo. En efecto, el 27 de febrero de 1989, la locura colectiva se apoderó de todas y todos. “La fiesta” de Joan Manuel Serrat se apoderó de los supermercados, de los abastos, de las tiendas de electrodomésticos. Cada quien se repartió “lo suyo” según su necesidades. Fue una protesta contra el paquete neoliberal. Luego, suspendieron las garantías constitucionales… tres mil muertos fue la contabilidad macabra de “la democracia con energía”. Blancos indefensos enfrentados a la metralla indiscriminada. Por la tele habló “Policía” Izaguirre, ministro de interiores de aquella funesta “carnicería humana”: ¡La situación está controlada!... sudores y más sudores... y como aquella canción “amarilla se pone” “el poli” estaba asustadito. Nunca olvidaremos ese día cuando la ciudad se volvió un kulo y las bestias cumplieron al pie de la letra con el guión del Fondo Monetario Internacional… a sangre y fuego.

Lo

o cuando la ciudad

Educación,

27 de febrero

Diccionario del Diablo Ambrose Bierce

figuraciones de la vieja sociedad. Si no todo será un maquillaje y un mero trámite de viejas élites por nuevas élites, combinada ahora con una burocracia aplastante llena como dicen de “Tirios y Troyanos”… Si queremos ir hacia el Socialismo, hacia una sociedad nueva, no es precisamente con lo ya conocido que lo lograremos, sino a través de nuestras capacidades creativas en la cual nos reinventemos y nos descubramos como un pueblo capaz de existir sin los mecanismos de coerción, control y dominación establecidos por el sistema de compra-venta. Imaginemos por ejemplo, vivir sin fábricas, automóviles y otras tantas muletas de dominación masiva a través de la comodidad, es emanciparse de verdad, en búsqueda tanto de la dignidad de la persona despojada de su inteligencia y sus potencialidades reales por terceros, como recobrar el sentido colectivo que formó y dio inicio a los pueblos en sí mismos, dio a las diásporas culturales la posibilidad maravillosa de existir como diversidades con abanicos de creencias y colores, dioses y canciones, junturas y rituales.

que revela al sabio y esconde al necio su falta de comprensión.

Pero los métodos nuevos inspirados en lo fundamental que es “Inventamos o erramos” no deben tardarse mucho, y debemos ser capaces intelectualmente de darnos cuenta ya, a través de los golpes que hemos recibido más los errores por inexperticia e inexperiencia, cuáles deben ser los más idóneos para edificar y crear la Nueva Sociedad, que no es este desastre impuesto por el libre mercado y el señor mercancía, con su estela de muerte y destrucción mientras todavía se pretende vender la maravilla del “Capitalismo”. De allí y a partir de todas estas reflexiones, que si tenemos centros de enseñanza y estudios establecidos única y exclusivamente para seguir sectorizadamente: médicos, ingenieros, obreros calificados, músicos, arquitectos y otros, no estamos sino reforzando lo viejo, lo que queríamos inicialmente transformar, pero no para que solo ingresaran a las universidades y los centros de estudio los “excluídos” de siempre, sino para crear a los hombres y mujeres que fueran el comienzo de lo nuevo, por lo tanto totalmente y diametralmente distinto a las viejas relaciones y con-

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Definición del cine venezolano (1974) Jesús Enrique Guédez

D eberíamos comenzar por explicarnos qué se entiende por cine venezolano. En una definición concreta diría que aquel que trata

sobre la realidad nacional, donde ser venezolano es considerarse heredero de la conciencia del indio despojado, del negro esclavo y contemporáneo de los obreros y campesinos explotados. Los peones y campesinos con sangre india y esclava fueron los que formaron el ejército libertador. Si queremos ser justos y entender a Bolívar en la dimensión de su pensamiento, debemos imaginárnoslo como uno de ellos. Desde este punto de vista no podemos confiar en quienes escribieron la “historia”, porque la acomodaron a su manera. Nos narran las batallas como actos de la pasión, presentándonos a Bolívar como un Cristo nacional emparentado con María Lionza y José Gregorio Hernández. Hoy tenemos que soportar diariamente que se nos lean por la radio textos del Libertador convocando al país a un gran rosario en familia; desvirtúan sus ideas visionarias degradándolas a nivel de slogan publicitarios que sirven indistintamente al dictador y al “demócrata”. La decepción de Bolívar moribundo en Santa Marta por una Independencia que se consumió para beneficio de los dueños de las tierras y esclavos, actualiza hasta nuestros días las palabras fulgurantes del Decreto de Guerra a Muerte. La toma de posición frente a este pasado histórico y el presente que nos toca vivir, conforma la conciencia del intelectual venezolano. ¿Cómo ha operado esta realidad en lo que respecta al cine que se ha hecho en Venezuela? Las tentativas de mayor representación en el campo del largometraje saltan de “La Balandra Isabel” a “Cuando quiero llorar no lloro”; ambos exponentes coinciden en la categoría de cine industrial, pero no venezolano. Podrían considerarse productos comercializados de obras literarias venezolanas, con reiterada acentuación en los Films de los contenidos reaccionarios de los textos originales. La preocupación por una pretendida calidad técnica y el acomodo al público que consume películas yanquis, mediatizaron de tal manera aquellos Films, que no representan en nada los hechos ciertos de nuestro país. Con este tipo de películas se ha querido emprender el camino trajinado por las cinematografías argentina y mejicana, cuando allá concluyó en obras mediocres. Las proposiciones para un cine nacional tiene que considerar nuestra situación de país dominado económica e ideológicamente por el imperialismo norteamericano. Cualquier premisa que se adelante desconociendo un hecho que marca con sangre todos los aspectos de nuestra vida social, puede significar una complicidad con intereses antinacionales o una ignorancia que tendrá como resultado la ejecución de tonterías. Las imágenes fílmicas que circulan en los cines y canales de televisión, son elementos complementarios de los balancines que

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extraen el petróleo y de las palas que arrancan el hierro. Ya pasó la hora en los mismos Estados Unidos en que la producción cinematográfica era una industria independiente dentro del sistema capitalista. Hoy las películas son realizadas por empresas integradas a corporaciones monopolistas, las cuales al mismo tiempo extraen nuestras materias primas nos imponen moldes políticos y culturales que facilitan su economía de pillaje. Por lo tanto, hacer un cine nacional es plantearse la necesidad de participar en la lucha por la independencia del país. En el caso del documental el problema fue planteado de otra manera. No nació con el propósito de conseguir la exhibición en las salas comerciales, sino que se propuso su utilización como instrumento político revolucionario. Nuestros cortos buscan sus espectadores en el pueblo de los barrios, de los campos, de las fábricas, y de liceos y universidades. Como nosotros queremos llegar al pueblo y no al “público” conceptualizado como una masa pasiva sin capacidad de opinión, nuestro trabajo tiene que clarificar sobre la marcha los aspectos fundamentales que atañen a la ubicación ideológica de los temas, el lenguaje cinematográfico a emplear y la distribución. La situación predominante en la actualidad de débiles lazos entre el realizador de documentales y las fuerzas sociales con objetivos verdaderos por la defensa de los intereses populares, comprometen seriamente las perspectivas del cine revolucionario venezolano. Tenemos que reflexionar a tiempo, porque entre nosotros no es nada nuevo ni faltan ejemplos para demostrar que muchos movimientos que nacieron inspirados en la nueva cultura del hombre nuevo, de la que nos habla Gramsci, languidecieron en el más pobre esteticismo, porque los intelectuales no acompasaron sus ideas al ritmo de las exigencias sociales, sino que prestaron más oído a las alabanzas de la crítica burguesa que exalta el individualismo del artista.

La manera de esgrimir el cine como arma de vanguardia, tiene como primer deber erradicar de nuestro trabajo las valoraciones estéticas burguesas y establecer un contacto directo con el pueblo, para hacer que este arte “se eleve hasta adquirir conciencia de ser uno de los tipos de violencia” (Einsestein). Nuestras obras podrán tocar temas del pasado o del presente, de la realidad o de la fábula, pero su intención revolucionario dependerá de su capacidad para convertir los conocimientos y el vuelo de las emociones en pensamiento activo. En este proceso se ensamblarán la estética pasada, como experiencia, con la estética presente como hechos que se están sucediendo; este será el camino más corto para desarrollar una cultura crítica, donde la belleza, el más preciado valor de la Estética, no se reciba como una herencia hipotecada sino que se sumerja libremente en el seno de los conflictos sociales que le toca vivir al creador. Se nos dice que las técnicas de la novela, el lenguaje del cine y las formas plásticas y poéticas son universales, y el que sostenga lo contrario es acusado de provinciano o folclorista; pero la verdad completa es que los problemas de nuestro pueblo también están en el universo y nos ha tocado ver el mundo desde un país oprimido. Por lo tanto resulta ridículo trajear de negro al barloventeño como personaje faulkneriano o hacer del oficinista petrolero un actor de Antonioni. Nos cuesta superar la mentalidad de colono que define las obras a la cola de corrientes artísticas que nos vienen de afuera, como de otros países vinieron los conquistadores españoles, los agentes comerciales ingleses y los monopolios norteamericanos. ¿Hasta cuándo vamos a ser esclavos de una manera de ver y de sentir la realidad (porque eso es la estética) elaborada por intelectuales que no ven ni sienten las luchas de nuestro pueblo?


Malas memorias de la educación

La escuela

Oscar Sotillo Meneses

deja secuelas

N

o hay opción, al menos no para los niños urbanos, hay que inscribirlos en la escuela. No hablo de estos días

cuando las cosas han comenzado leeeentamente a cambiar. Hablo de los años 70, hay que inscribir a los niños en el kínder primero, con la braguita verde y el sello en el pecho, todos iguales, uniformados en ropa. Serán progresivamente uniformados en carácter y en aptitudes. ¡Ay! de aquel que sobresalga o sea particular o curiosamente original. Que tenga por seguro que será aplanado y estandarizado. La escuela era y aún sigue siendo en gran medida una fábrica de ciudadanos promedio. Una maquila de fabricar empleados y reproductores del sistema, y no es que no se pueda destacar la diferencia, sino que estos ambientes fueron diseñados desde tiempos pretéritos para hacer muy difícil, casi imposible la originalidad. No se pretende aquí trasmutar los recuerdos y las experiencias propias en dictámenes filosóficos ni mucho menos, pero a lo largo de los compartires las historias se van repitiendo y se puede construir una larga lista de cuentos de terror, de anécdotas escalofriantes. Los galardones siempre fueron para los que seguían sin remilgos las recetas mediocres y momificadas por el tiempo. Se apela a la memoria cuando

hay que apelar al análisis y a la reflexión; se apela a la reflexión cuando hay que echar mano de las emociones y se exaltan las emociones cuando lo que cabe es disciplina y al compromiso colectivo. Un verdadero arroz con mango conceptual y emocional. Los programas educativos primarios eran (y son aún) un espacio filosófico para sacarnos de la historia, un reducto del más puro eurocentrismo que hace que nos veamos a nosotros mismos como “exóticos” “pintorescos” y no como los verdaderos protagonistas de nuestras gestas históricas y cotidianas. El anecdotario de las humillaciones escolares es infinito, hay que recordar que las maestras (que también fueron fabricadas en serie) generaron el gremio profesional más reaccionario que se haya conocido, y es uno de los estamentos sociales más difíciles para asimilar las cosas nuevas. Cuando nos tocó estudiar, hace ya algún tiempo, los libros recomendados y aún usados por el programa habían sido escritos hacía décadas por personas totalmente ajenas a nuestras realidades y que no despertaban en nosotros ninguna curiosidad que hiciera que nos acercáramos a ellos. Las ciencias eran enseñadas como reductos incambiables y difíciles, la matemática aterrorizaba al más guapo y no había manera de enterarse que esa extensión de la racionalidad humana contiene una carga poética maravillosa. La historia era un vetusto cuento donde no aparecíamos nosotros ni apareceríamos nunca. Los héroes eran caricaturas cuasi perfectas y los males la encarnación del diablo. Muy parecido estos métodos a los que usa el cine gringo y sus personajes planos y ridículos. La literatura era, y aún sigue siendo enseñada para que los muchachos se vuelvan alérgicos a la lectura y consideren aburrido y sin adre-

nalina la acción de leer un libro. Las materias fueron separadas en un afán insólito de fragmentación del mundo y nunca logramos conectar la matemática y la física con los shabonos yanomamis, ni la química con la chicha andina, ni la historia con nuestro vecino comunista perseguido. No figuramos en la historia universal, cosa que hizo decir a uno de mis maestros que él había llegado a la conclusión de los venezolanos éramos extraterrestres. El otro instrumento de tortura diseñado para frustrar a generaciones enteras fue el examen. Los nervios borraban sobre la hoja hasta romperla, el fantasma de Kafka hacía presencia entre los estudiantes que se sentían como un insecto miserable en presencia de aquellas hojas multigrafiadas donde nada de lo que sabían tenía cabida. El extremo que algunos no creerán fue la creación del método didáctico de enviar al muchacho castigado ¡a la biblioteca! Nadie se puede imaginar nada peor para crear ciudadanos alejados del libro y la lectura, ni qué decir de la escritura. Qué Guasina ni que Aushwits, ni que campo de concentración. Basta una escuela pintada de gris con las canchas destartaladas, las bibliotecas telarañosas y las maestras más desactualizadas que un cura de pueblo. Nos declaramos milagros vivientes, sobrevivientes de una catástrofe educativa que nos dio, eso sí, la certeza de que por allí no era la cosa. Los que salieron de allí como buenos estudiantes consiguieron un trabajito secaneurona y allí se jubilarán felices, los que salimos expulsados, expelidos y revolcados comenzamos a jorungar bajo tanto escombro y a hacer nuestro castillete y nuestros cohetes para ir a la luna en busca de otro paisaje. Sin embargo, hay que decirlo, hubo tiempo para enamorarse de alguna maestra.

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Sobre la deserción en la UBV, Zulia

José Javier León

N

o voy a hablar de cosas demasiado obvias como el hecho de los cambios de pensum con cada cambio de gestión. Tampoco de las condiciones adversas que los estudiantes pueden experimentar en un espacio a veces no del todo acondicionado para la investigación y la docencia. No sé además, cómo están los verdaderos índices de deserción, y en verdad poco me importan si antes no discutimos un factor que es, según lo creo, el verdadero motor de la deserción: Hablo del grado de comprensión del modelo de educación popular y revolucionaria. Me explico: Se puede afirmar sin escapar un ápice a la verdad que nuestros estudiantes en su gran mayoría pueden oír como quien oye llover los fundamentos de la revolución, del cambio cultural, no por otra razón sino porque sus contextos de vida no han sido impactados por la revolución sino a lo sumo a través de la instrumentación de espacios de solidaridad y cooperación en alimentación y salud, principalmente, mas muy pálidamente o nada en lo que a la producción y la economía social se refieren. La guerra, no sé si lo han pensado, es profundamente desigual, la propaganda del imperio que va desde la promoción de un papel higiénico hasta lo último en música pop, la minuciosa construcción casi automática o inercial de los valores de la individualidad, de la apolítica, la destrucción minuciosa de la democracia, la construcción de la juventud como zona beligerante del consumo y el trabajo a destajo en menosprecio flagrante de niños y viejos, el diseño en fin del hombre y la mujer domesticados, pasivos, obedientes, apenas si será rasguñado por el discurso ubevista cuando éste, claro está, asume la educación como un enfrentar lo viejo para destruirlo en función de lo nuevo. Desmantelar las bases del viejo estado es lo que se ha propuesto nuestro Presidente, y en eso lo acompañamos. Pero el viejo estado se reagrupa a cada golpe, sus piezas funcionan más aceitadamente, sin duda son años y años de manipulación, astucia y miedo. De modo que la discursividad del anciano régimen se cuela incluso en las paredes de la UBV y sus hongos afloran. Sencillamente porque los docentes están implicados en la misma batalla cultural que los estudiantes, es decir, estamos todos en el mismo paquete y no estamos exentos de reproducir lo que nos enseñaron en las viejas universidades. Sólo que tenemos que hacer el esfuerzo, eso sí, de detectar lo viejo, de desmontar los aparatos de la propaganda para poder ayudarlos y ayudarnos. Mas me temo que, obsecadamente, nos afirmamos en lo que nos parece una tabla de salvación porque la ignorancia duele. Nos cuesta renunciar a una vida sin sentido porque nos brinda, pese a todo, y en eso participó la propaganda del Imperio, el espejismo de la seguridad. Nos llenó de ilusiones vanas pero que al menos cuentan en nuestro inventario de nulida-

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des como ilusiones; y con eso nos conformamos. Es fácil, mientras no se nos exija nada y mientras continuemos cultivando la sangre fría necesaria y suficiente para darle la estocada al amigo o simplemente al otro “si no es de mi agrado o no lo conozco mejor- para poder seguir vivos y por encima. Desde hace un tiempo vengo pensando en lo que llamo “el efecto Dolly”: cuando algo del pasado se clona envejece prematuramente. Llamo entonces a profundizar en lo ideológico, a reconocer los signos de la guerra cultural. Se trata del enfrentamiento, más o menos, de dos visiones del mundo. El mundo de la ganancia y el individualismo, contra el mundo de la solidaridad, el trabajo y la cooperación. Vivimos actualmente un capitalismo especulativo que denigra del trabajo creador y productivo, estamos en el discurso y con algunos buenos ejemplos, demostrando que es posible ser solidarios y trabajar por incentivos más humanos que el dinero, pero nos falta mucho y nos alejamos más y más cuando nos distraemos de la guerra y “damos clases” en función de un país que lo mejor que nos puede pasar es que deje de existir, definitivamente. Pero como el caso que me ocupa es el de la deserción, no puedo afirmar ni de cerca que esto haya contribuido a sus índices, digo, en lo que se refiere a la disposición de nuestros estudiantes a echarle bolas a la guerra cultural contra el Imperio. Sería más fácil si el estudiante no estuviera solo, pero de eso ya hablé. De lo que sí estoy seguro es que esta situación casi absoluta de indefensión ante el Imperio y sus medios de difusión, mina la posibilidad de que el número de estudiantes y futuros profesionales ganados para la construcción del país que nuestros hijos y nietos necesitan, crezca y se sostenga sensiblemente, hasta el punto de inclinar la balanza y dar la guerra donde le

dolería al Imperio, por ejemplo, en un enfrentamiento decidido y programático contra el consumo irracional, casi fin último del Imperio en su articulación mercantilista. Impactar la lógica del consumo “salvaje” pasaría antes y después por la modificación sustancial de la producción y las formas del trabajo y en definitiva de la vida. Se trataría ahí sí de una revolución cultural, con todas las de la ley. Pero nosotros y nuestros estudiantes estamos entrampados en la dinámica del consumo capitalista naturalizado y por ende irreflexivo. Creemos


que el capitalismo y las relaciones económicas que funda son inherentes a la condición humana. Creemos que el comercio competitivo es natural y lógico. Mientras ello no sea motivo de reflexión, debate, discusión; mientras ello no impacte los programas de educación, los pensum, los currículo; mientras ello no nos lleve a crear fórmulas de trabajo, docencia e investigación que remonten la cuesta contra las avanzadas implacables del Imperio; compañeros, no habrá nada qué hacer. Los estudiantes desertarán siempre que los ofrecimientos del modelo imperante les hagan mejores mimos, las universidades y tecnológicos privados que proliferaron sobre todo en los gobiernos copeyanos cabalgaron sobre el desencanto de los bachilleres ante las universidades públicas (recuerden que era un ataque contra las universidades públicas cuyo escenario de desidia había sido creado ex profeso con la intención de que la población ansiara la privatización, como lo estaban haciendo con PDVSA y otras empresas públicas)(1) y sobre el eslogan terrible del “tiempo es oro”: no pierdas tiempo, en dos años serás un profesional, venta de ilusiones que condujo más pronto que tarde a la frustración pero eso sí, al enriquecimiento astronómico de las fortunas de unas cuantas familias que, por sus nexos con el Estado arriesgaron dinero que era del Estado al tiempo que se embolsillaban todas las ganancias, y si ocurría demencialmente que estuvieran a punto de quiebra, pues el Estado, tratándose de un supuesto bien de la República, las salvaba. Con esta estrategia de manipulación a gran escala, suerte de, sin exagerar, genocidio cultural, los capitales privados se acrecentaron sobre la visión pragmática de un país demasiado rico pero sólo para mí y sin futuro para los demás, salvo la cárcel, la masacre, la represión. Asistíamos al derrumbamiento del Estado paternalista y del sistema político partidista que lo sostenía. Reeditarlo hoy no puede ser sino un peligroso anacronismo: y peor, porque nadie saldrá beneficiado. Nadie gana, sino que se alimenta la ilusión, el estado del disimulo, como lo describió magistralmente Cabrujas, ille tempore. ¿O sí? Gana el Imperio. Además, ¿no sabemos acaso que el desempleo es estructural y que no estamos haciendo demasiado para acabar con las estructuras del capitalismo, si hasta hablamos impunemente de “mercado laboral” (¡!); las becas pagadas por la CIA (en el estado Zulia hablo de JEL) son más efectivas que nuestros discursos porque están acompañadas de una vastísima y minuciosa industria cultural, en la que nosotros mismos estamos implicados, y de las que nos cuesta ver los límites, su esencia y naturaleza, porque fuimos educados precisamente para que no los viéramos y aceptáramos como propio de la vida y de nuestra humana condición. Fuimos educados para ser dominados, para recibir órdenes, para ser obedientes, y confundimos el acatamiento con la disciplina, el orden y la eficiencia. La libertad, nos dijo el amo, era desorden, descarrilamiento, horror vacui. Nos toca repensar la democracia, pero no veo demasiado interés en ello. De modo que, aunque tengamos en nuestros salones de clases a miles y miles de estudiantes, habrá en términos de lo que la revolución necesita, en términos de lo que la vida y el planeta necesitan, deserción. Habrán desertado sin haber estado incluidos jamás. Nota 1. http://www.uaemex.mx/webvirtual/wwwconver/htdocs/rev29/29pdf/RES_JOSEJLEON.pdf

Ideas para romper el molde Dayana López

IHay una idea que me da vueltas en la cabeza. Un día escuché a alguien hablar de las escuelas anarquistas en Argentina... ¿Escuelas Anarquistas? Si, alguna vez existieron. No sé si pueda hacerse un paralelo con los bachilleratos populares que empezaron a surgir por estos tiempos en cuanto espacio cultural o comunitario nace en el seno de los barrios, generalmente en espacios recuperados por la gente. Algo parecido también a nuestras misiones Robinson I, Robinson II y Ribas, sólo que estas dependen del Estado, figura que es rechazada por los anarquistas. Y entonces me viene la idea de preguntarme si no tuviéramos una educación canónica en Venezuela, qué tipo de sociedad seríamos. Es decir, si los vegetarianos, por ejemplo, tuvieran sus escuelas veganas; los comunistas, escuelas de formación comunista; y así sucesivamente sucediera lo propio con los trotkistas, los hippie, los budistas, los harekrishna... no digamos de los capitalistas porque ya es redundar decir que el sistema educativo canónico responde a sus intereses, haciendo la salvedad, claro, de la irrupción de las Misiones educativas en Venezuela, con el apoyo de compañeros y compañeras cubanas. Entonces, sigo soñando, y me imagino a toda esa gente, con formaciones diversas, incluso, una explosión de escuelas de oficios, donde no condenemos a los carajitos y las carajitas a estudiar un bachillerato en ciencias o en humanidades, sino que, si no les da la gana, porque no les gusta, puedan ir a una escuela donde aprendan algo que les guste: carpintería, guitarra, cuatro, canto, mecánica, jardinería, restauración de libros, agricultura, danza, confección en telar... Creo que no tendríamos a tanta gente frustrada diciendo: “Yo siempre quise aprender a...” Y el trabajo no sería un sacrificio sino tremenda jodienda para todo el mundo.

IILa otra idea que me ronda, después de ver el Documental Dixit, en el marco del Festival de Cine Político de Buenos Aires, un material que muestra cómo en medio de la dictadura militar de los años 70, los medios, bajo el amparo de la iglesia católica, silenciaron las atroces desapariciones, asesinatos y torturas a personas, militantes o no, de la izquierda. Se estima que en esa época al menos hubo 30 mil desaparecidos y desaparecidas, y gracias a la labor de las Madres de Plaza de Mayo, que congregaron a la militancia por la justicia hacia estas víctimas, estas acciones no pudieron ser solapadas. Hoy, todos los argentinos y argentinas tienen conocimiento sobre la represión. Esto me lleva a reflexionar sobre nuestro caso venezolano, donde ni siquiera sabemos cuántas víctimas de la represión hubo desde la década del 60 y durante lo que se denominó el período de la “democracia representativa”. Y, vinculando este hecho histórico al tema de la educación, me pregunto si en los 12 millones de textos escolares que la Revolución Bolivariana distribuyó gratuitamente en las escuelas, habremos aprovechado la ocasión para contar a nuestros niños la historia que nunca nos contaron a nosotras y nosotros, sobre cómo, en plena “democracia”, desaparecieron a nuestros familiares y amigos, durante los gobiernos de Rómulo Betancourt, Raúl Leoni, Rafael Caldera, Carlos Andrés Pérez, Luis Herrera Campins y Jaime Lusinchi, en conchupancia con la iglesia católica y bajo el amparo de la funesta Escuela de las Américas, al igual que ocurrió en Argentina y en toda América Latina. Digo, me surge la duda, porque no he tenido la oportunidad de leerlos. Si a través de este programa hemos visibilizado este capítulo atroz, vaya mis felicitaciones al equipo que pensó el contenido de este material pedagógico. Sino, tenemos una tarea pendiente.

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Educación y transdisciplinariedad Oscar Fernández

Lcuando a transdisciplinariedad no se decreta, mucho menos quienes la nombran la usan como esnobismo y no como recurso epistemológico. El tránsito entre saberes se parece mucho a lo que en biología llamamos tejidos meristemáticos (en las células vegetales) o células madres en los tejidos animales. Se trata de células no diferenciadas que tienen/poseen la potencialidad (totipotencialidad) de producir cualquier tipo de célula. Es decir están en un nivel en el que pueden ser cualquier tipo de célula. Si convertimos esta experiencia en analogía y la llevamos al terreno de las ideas, la transdisciplinariedad tiene/posee la potencialidad de cruzarse entre las disciplinas para producir nuevos saberes que no necesariamente tiendan a producir nuevas disciplinas. Estos cruces en principio tienden a crear lenguajes híbridos que permiten establecer conexiones entre campos de saber anteriormente separados y/o distanciados por la dinámica histórico/cultural que a su vez al ser interpuesta por el método científico han fragmentado aún más el saber en ciencias naturales y sociales, ciencias duras y blandas, ciencias básicas y aplicadas, ciencias sociales y humanidades, etc. Y por otro lado saber académico y no académico. E incluso entre saber colectivo e individual. Por otro lado tenemos a la educación entendida ésta como proceso de saber/ poder en el sentido Focaultiano y entendida por Althusser como aparato ideológico de Estado, ha sido mucho más que un mero instrumento de reproducción de la ideología (entendida ésta en el sentido Marxista, es decir; como falsa conciencia) sino como una doctrina que seculariza el pensamiento, el hacer y la vida. La educación que muchos se esfuerzan por mantener cumple con las siguientes condiciones: a)Trata al cuerpo cual cámara de torturas, obligándolo a permanecer encerrado en pequeños lugares por largos períodos, no en pocos casos sin iluminación, ventilación y condiciones ergonómicas mínimas necesarias para respetar no sólo los cuerpos sino la diversidad de los mismos (altos, bajos, delgados, obesos, zurdos, etc.) b) Ha obligado a docentes y estudiantes a permanecer no sólo en la cárcel que llamamos salón de clases, sino que además dicho claustro depende de un carcelero que llamamos tiempo. Dicho tiempo no sólo mide nuestras actividades y nuestros procesos mentales (si es que los hay) sino que además controla el accionar de los docentes desde una visión capitalista de la educación, bajo el remoquete de profesor y/o profesora por horas. c)Uniforma no sólo los cuerpos sino también las mentes, pretendiendo que los procesos cognitivos de todos se den del mismo modo y al mismo tiempo. Desde esta perspectiva los genios de la academia son aquellos que no se oponen y se adaptan mejor a dicha uniformidad. Pero los periféricos, es decir; aquellos que de alguna forma no encajan en dicho patrón y/o regula-

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ridad, son vistos como anormales. Es esa la educación excluyente en la que nos hemos formado o debería decir: ¿deformado? d)Aquí se privilegia lo constante, lo igual, lo regular, lo jerárquico, lo clasificable, es decir; lo predecible. Por otro lado, lo irregular, y/o lo impredecible no tiene entrada en la escuela. Y no se trata de un desconocimiento del azar, de la probabilidad y del caos. Es simplemente una negación de esta realidad. Pues en última instancia el mayor interés de la educación como ideología es precisamente el no ser útil. e)La comprensión de procesos individuales y la construcción colectiva, no forma parte del currículo. f)En Venezuela no se hace ni pensamiento reductivo ni complejo. En la mayoría de las instituciones educativas que egresan bachilleres en ciencias, no existen los implementos básicos para llevar a cabo trabajos prácticos de laboratorios, de allí que no se puede hacer el trabajo desde la lógica científico reductiva de la ciencia capitalista, pero tampoco hacemos nada para negarla y/o contradecirla. En tal sentido somos incapaces en ambos esquemas. g)Una educación liberadora que niega al individuo y pretende hacer de todo un trabajo colectivo puede ser también una trampa ideológica. Un solo y único camino de saber impide/bloquea posibles caminos emergentes que podrían desde el cruce de experiencias generar grandes construcciones que no son ni serán nunca textos acabados. h)La limitación espacio/temporal del ser humano nos hace por un lado tremendamente limitados y por otro nos obliga a interaccionar dialógica y recursivamente no sólo con otros sino con nosotros mismos en el eterno retorno del que hablaba Nietzsche.

i)La planificación y la evaluación pueden ser vistas como el motor de este sistema educativo perverso. Así como la publicidad lo es del sistema capitalista, transformando todo en mercancía incluso la condición humana, la planificación y la evaluación hacen creer al docente que todo se traduce en un formato y que un problema nuevo se resuelve con un formato nuevo. Si el orden y el control son la razón de ser de esta cárcel burocrática e ideológica, la planificación y la evaluación son la justificación de la alienación. Sólo tiene sentido la planificación cuando se habita en un mundo en el que no pasa nada es decir; en el que todo es estático. Ante esto los planificadores dicen que la planificación debe ser flexible y hay quienes hablan de planificación estratégica con las famosas matrices FODA o DOFA. Al fin y al cabo en inglés o en español son la misma estupidez. Es curioso que tanto la planificación, la evaluación, la administración educativa y la gerencia educativa nos vengan heredadas del imperio norteamericano, es decir; hemos aprendido a ser empresarios. Todo nuestro sistema es eso. En las zonas educativas tenemos por montones profesores que han hecho posgrados en planificación y evaluación. Incluso muchos de ellos enseñan eso en las Universidades pedagógicas. Entonces ¿cómo salir de la trampa? Para comenzar debemos tener claro que todo proceso de transformación comienza con el cambio de unos cuantos. Los cambios no se imponen. Pero por otro lado en revolución no se puede esperar eternamente a que los que se resisten decidan o no cambiar. De hecho es más que sabido, que en estos procesos no todos aceptan el cambio. Es por ello que los procesos deben canalizarse en y desde los más jóvenes, permitiendo por supuesto a los adultos con mente abierta a participar más no a interferir. Ya lo decía Vigotski que los procesos de socialización se dan mejor desde las interacciones con nuestros iguales. No creo que los planificadores y/o evaluadores aporten mucho a este proceso. Sin embargo para no sonar excluyente, pueden estar invitados bajo sospecha.


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