MES DE DICIEMBRE 2013 VALOR: RESPONSABILIDAD
Para comenzar
¿Sabes responder por tus acciones? ¿Mides sus consecuencias antes de llevarlas a cabo? ¿Acostumbras reparar los daños que ocasionalmente puedas causar? Conoce cómo se condujo este señor metido en problemas por su traviesa mascota.
FELISA EN LA CRISTALERÍA Don Renato Conde era un jubilado que vivía en la Ciudad de México. Los fines de semana recibía a sus hijos y sus nietos. Dedicaban los otros días a leer, tomar café con sus amigos, jugar dominó y ver televisión. También empleaba parte de su tiempo para jugar con Felisa, su mascota, una gatita muy consentida. Aunque le habían recomendado que dedicara más tiempo a educarla, don Renato no hacía caso y Felisa hacía lo que le venía en gana: saltaba sobre los muebles, arañaba las paredes y se acostaba en la cama del señor. Cuando salían a pasear, don Renato la sujetaba con una correa. Una tarde que fueron a caminar don Renato se encontró a su amigo don Salvador. Felisa se zafó y corrió tras un ratón. Asustado, el roedor entró a esconderse en Regalos Milton, una cristalería. Tratando de capturarlo, Felisa brincaba entre los anaqueles, se deslizaba en los aparadores, metía las patas en las vitrinas. Iba tirando jarrones, copas, pisapapeles y figuras de cristal para susto de don Elías, el dueño de la tienda. Felisa había ocasionado destrozos por varios miles de pesos. Don Renato alcanzó a escuchar lo que ocurría y vio, a unos metros, que don Elías trataba de atrapar a Felisa. Don Salvador le dijo: “ ¡Mira lo que hizo tu gata! El costo de los daños equivale a todos tus ahorros. Vámonos”. Don Renato lo miró enojado: “¿Cómo me recomiendas eso? No puedo abandonar a mi Felisa, ni puedo dejar así al hombre que perdió todo”. Don Renato caminó hasta Regalos Milton. “Vengo a responder por los daños”, le dijo a don Elías y le entregó sus datos. Días después don Elías le presentó la cuenta. Cuando terminó de revisarla, don Renato notó que sólo le estaba cobrando la mitad y
le preguntó por qué: “No puedo permitir que usted pierda todos sus ahorros”, le dijo don Elías. Los dos ancianos se quedaron platicando sobre sus vidas y Felisa, muy mustia, se escondió bajo el colchón.
¡PIÉNSALO! ¿De quién fue la culpa de los destrozos que hizo Felisa? ¿Qué piensas acerca del hecho de que don Renato la consentía mucho? ¿Qué lo decidió a acercarse a son Elías para tratar el asunto?¿Cuál factor crees que pesó más? ¿Qué hubiera pasado con don Elías y Felisa si don Renato no hubiera respondido por los daños? Si tienes mascota, ¿la manejas con responsabilidad?
PONTE EN ACCIÓN Tus libros, tu uniforme, tus útiles en general están bajo tu cuidado. Como te sirven a ti, son tu responsabilizas. ¿Los manejas adecuadamente? Ponte un reto: llegar a fin de año con todo completo y en buen estado. El cuidado no es ocasional: debes tenerlo a diario. Este puede ser un ensayo para asumir responsabilidades cada vez más importantes.
AHORA YA LO SÉ Ser responsable es medir las consecuencias de tus acciones y dar la cara cuando alguna de ellas tiene consecuencias negativas. Es, en resumen, ser más cuidadoso y reflexivo en cada uno de los pasos que das.
Frases sobre la responsabilidad Si usted quiere que sus hijos tengan los pies sobre la tierra, col贸queles alguna responsabilidad sobre los hombros. Abigail Van Buren
La libertad significa responsabilidad. Es por eso que la mayor铆a de los hombres la ignoran. George Bernard Shaw
Cuidado, responsabilidad, respeto y conocimiento son mutuamente interdependientes. Erich Fromm
Las leyes de la herencia son un fen贸meno maravilloso que nos exime de la responsabilidad de nuestras deficiencias. Doug Larson
Sólo los necios confunden la carga de su estulticia con el peso de la responsabilidad. Pascual Candel Palazón
La responsabilidad es un cumplir las obligaciones y los compromisos adquiridos, dando repuestas adecuadas a lo que se espera de una persona o colectividad, yendo mas allá de la obligación escrita. CyJ
Culpar a los demás es no aceptar la responsabilidad de nuestra vida, es distraerse de ella. Facundo Cabral
A través de la paz interior se puede conseguir la paz mundial. Aquí la responsabilidad individual es bastante clara ya que la atmósfera de paz debe ser creada dentro de uno mismo, entonces se podrá crear en la familia y luego en la comunidad. Dalai Lama
Recuerda que no tienes la responsabilidad de hacer feliz a los demás. Los demás se hacen felices a si mismos. Tu eres el responsable de tus propias emociones y las demás personas de las suyas. Nadie puede controlar tus sentimientos, salvo tú mismo.. Yazbave
Hasta que quienes ocupan puestos de responsabilidad no acepten cuestionarse con valentía su modo de administrar el poder y de procurar el bienestar de sus pueblos, será difícil imaginar que se pueda progresar verdaderamente hacia la paz. Juan Pablo II
Planificar la resurrección en otra época. ¡Que falta de responsabilidad!. Valeriu Butulescu
Todos estos días actuaron con responsabilidad y seriedad sobre la cuestión. Nikos Kazantzakis
No busquemos solemnes definiciones de la libertad. Ella es sólo esto: Responsabilidad. George Bernard Shaw
Si las cosas te sucedieron, es en gran parte tu responsabilidad. Asúmela y tu vida cambiara. Lola
El precio de la grandeza es la responsabilidad. Winston Churchill
Quien es auténtico, asume la responsabilidad por ser lo que es y se reconoce libre de ser lo que es. Jean Paul Sartre
En los sueños comienza la responsabilidad. William Butler Yeats
Es mas complejo que pararse y posar no es mirar y disparar, no es solo responsabilidad del fotógrafo, los humanos son complejos la fotografía también. Andrew Morales
No puedes escaparte de la responsabilidad de mañana al evadirla hoy. Abraham Lincoln
Amar es cargar con todo su peso y responsabilidad infinita. Axel J Burgos Diaz
Tengo otro deber igualmente sagrado (que la responsabilidad): mi deber conmigo mismo. Henrik Johan Ibsen
La libertad supone responsabilidad. Por eso la mayor parte de los hombres la temen tanto. George Bernard Shaw
Las imágenes de Inconsciente ocupan una gran responsabilidad en el Ser Humano. La falla en entenderlas o la evitación de la responsabilidad ética, priva al Ser Humano de su totalidad y le impone penosos fragmentos de su vida. Carl Jung
La mejor forma de rehuir la responsabilidad consiste en decir: "Tengo responsabilidades". Richard Bach
He visto a un gerente empinado en un árbol. Cada rama temblaba bajo la carga de responsabilidad Valeriu Butulescu
CUENTOS Un encargo insignificante
Elementos principales Idea y enseñanza principal Ambientación La responsabilidad se mide en las cosas Una escuela pequeñas moderna
Personajes Una niña, su maestra y una hormiga
El día de los encargos era uno de los más esperados por todos los niños en clase. Se celebraba durante la primera semana del curso, y ese día cada niño y cada niña recibía un encargo del que debía hacerse responsable durante ese año. Como con todas las
cosas, había encargos más o menos interesantes, y los niños se hacían ilusiones con recibir uno de los mejores. A la hora de repartirlos, la maestra tenía muy en cuenta quiénes habían sido los alumnos más responsables del año anterior, y éstos eran los que con más ilusión esperaban aquel día. Y entre ellos destacaba Rita, una niña amable y tranquila, que el año anterior había cumplido a la perfección cuanto la maestra le había encomendado. Todos sabían que era la favorita para recibir el gran encargo: cuidar del perro de la clase. Pero aquel año, la sorpresa fue mayúscula. Cada uno recibió alguno de los encargos habituales, como preparar los libros o la radio para las clases, avisar de la hora, limpiar la pizarra o cuidar alguna de las mascotas. Pero el encargo de Rita fue muy diferente: una cajita con arena y una hormiga. Y aunque la profesora insistió muchísimo en que era una hormiga muy especial, Rita no dejó de sentirse desilusionada. La mayoría de sus compañeros lo sintieron mucho por ella, y le compadecían y comentaban con ella la injusticia de aquella asignación. Incluso su propio padre se enfadó muchísimo con la profesora, y animó a Rita a no hacer caso de la insignificante mascotilla en señal de protesta. Pero Rita, que quería mucho a su profesora, prefería mostrarle su error haciendo algo especial con aquel encargo tan poco interesante: - Convertiré este pequeño encargo en algo grande -decía Rita. Así que Rita investigó sobre su hormiga: aprendió sobre las distintas especies y estudió todo lo referente a su hábitat y costumbres, y adaptó su pequeña cajita para que fuera perfecta. Cuidaba con mimo toda la comida que le daba, y realmente la
hormiga llegó a crecer bastante más de lo que ninguno hubiera esperado... Un día de primavera, mientras estaban en el aula, se abrió la puerta y apareció un señor con aspecto de ser alguien importante. La profesora interrumpió la clase con gran alegría y dijo: - Este es el doctor Martínez. Ha venido a contarnos una noticia estupenda ¿verdad? - Efectivamente. Hoy se han publicado los resultados del concurso, y esta clase ha sido seleccionada para acompañarme este verano a un viaje por la selva tropical, donde investigaremos todo tipo de insectos. De entre todas las escuelas de la región, sin duda es aquí donde mejor habéis sabido cuidar la delicada hormiga gigante que se os encomendó. ¡Felicidades! ¡Seréis unos ayudantes estupendos! Ese día todo fue fiesta y alegría en el colegio: todos felicitaban a la maestra por su idea de apuntarles al concurso, y a Rita por haber sido tan paciente y responsable. Muchos aprendieron que para recibir las tareas más importantes, hay que saber ser responsable con las más pequeñas, pero sin duda la que más disfrutó fue Rita, quien repetía para sus adentros "convertiré ese pequeño encargo en algo grande”. Autor. Pedro Pablo Sacristán
Los ratones poniendo el cascabel al gato Un hábil gato hacía tal matanza de ratones, que apenas veía uno, era cena servida. Los pocos que quedaban, sin valor para salir de su agujero, se conformaban con su hambre. Para ellos, ése no era un gato, era un diablo carnicero. Una noche en que el gato partió a los tejados en busca de su amor, los ratones hicieron una reunión sobre su problema más urgente. Desde el principio, el ratón más anciano, sabio y prudente, sostuvo que de alguna manera, tarde o temprano, había que idear un medio, de modo que siempre avisara la presencia del gato y pudieran ellos esconderse a tiempo. Efectivamente, ese era el remedio y no había otro. Todos fueron de la misma opinión, y nada les pareció más indicado. Uno de los asistentes propuso ponerle un cascabel al cuello del gato, lo que les entusiasmó muchísimo y decían sería una excelente solución. Sólo se presentó una dificultad: quién le ponía el cascabel al gato. - ¡Yo no, no soy tonto, no voy! - ¡Ah, yo no sé cómo hacerlo! En fin, terminó la reunión sin adoptar ningún acuerdo. Nunca busques soluciones imposibles de realizar. “Esopo”