Enero diálogo

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VALOR DEL MES DE ENERO

Con el fin de iniciar cualquier trato, asunto o relación, lo primero que debe hacerse es entablar una charla cordial, a eso se le conoce como Diálogo.

CRECIENDO EN EL DIÁLOGO ¿Has ido alguna vez al teatro? En ese espectáculo los actores representan situaciones que viven las personas, se comunican y usan las palabras de diferentes maneras. En un monólogo un personaje habla por largo rato, dirigiéndose a otro personaje, al público o a sí mismo, como si pensara en voz alta. En un diálogo, las palabras y participaciones se alternan y los personajes intercambian información, comparten sus emociones, narran sus experiencias, revelan sus sentimientos y resuelven sus problemas. Cuando hablas sin escuchar a los demás te alejas de ellos y, en cierta forma, permaneces encerrado en ti mismo. Cuando hablas y escuchas, o escuchas y hablas, tu paisaje se enriquece gracias a las otras personas, tu mundo se vuelve más valioso y amplio y puedes construir acuerdos con ellas para resolver conflictos o actuar en una situación de emergencia.


TU VOZ Y MI VOZ Una de las más sorprendentes facultades de los seres humanos (y de nuestros parientes cercanos, los mamíferos) es la posibilidad de comunicarse y darse a entender. Para ello contamos con distintos recursos como nuestro idioma (lenguaje verbal), pero también con el lenguaje no verbal (gestos y expresiones corporales). Estos recursos nos permiten manifestar nuestras ideas, deseos e intenciones y conocer los de los demás. Sin embargo, no siempre hacemos el mejor uso de ellos. Las conversaciones pueden volverse superficiales y un poco tontas, como si fueran puro ruido. No escuchamos con atención a los demás y a veces tememos decir lo que sentimos. El valor del diálogo consiste en pensar con inteligencia y cuidado lo que vamos a decir, en abordar temas importantes para nuestra vida, escuchar atentamente a los otros y hacernos oír por los demás. Las metas más importantes del diálogo son la paz, la concordia, la comprensión y la solución de conflictos.

EL EXTREMO OPUESTO La actitud contraria al diálogo es la incomunicación. Ésta provoca una sensación de aislamiento en las personas porque no pueden compartir con los demás lo que sienten o necesitan. Por otra parte, impide que la gente se conozca tal y como es, por lo que viven en una permanente soledad. La incomunicación impide realizar proyectos comunes y resolver conflictos. En los casos más graves genera tensiones que, con el tiempo, pueden tener serias consecuencias que van desde el divorcio (cuando los miembros de una pareja no se comprenden), hasta una guerra (cuando una nación no escucha las razones de otra).

Frases de Diálogo


“El amor es para el niño como el sol para las flores; no le basta pan: necesita caricias para ser bueno y fuerte.”

Concepción Arenal (1820-1893) “Se necesita valor para ponerse de pie y hablar. Se necesita valor para sentarse y escuchar.” Winston Churchill (1874-1965) Si bien se mira, todo se encuentra a tu alcance. No hay estrella a la que no puedas llamar tuya. Mueve tu pensamiento con libertad absoluta. Acostúmbralo a los altos vuelos progresivos. Intenta el récord de altura. Déjale ir y venir a través del universo. Amado Nervo “…De todo este vendaval humano sólo quedaron letras que viven, papeles que gritan y este diálogo.” Rosario Castellanos “Juntamos nuestros propósitos y nos pusimos de acuerdo. Entonces decidimos”. Popol Vuh “El diálogo, basado en sólidas leyes morales, facilita la solución de los conflictos y favorece el respeto de la vida, de toda vida humana. Por ello, el recurso a las armas para dirimir las controversias representa siempre una derrota de la razón y de la humanidad”. Juan Pablo II “No somos elegidos por Dios, sino por el electorado, por lo tanto, buscamos el diálogo con todos aquellos que ponen esfuerzo en esta democracia”. Willy Brandt “La lectura de un buen libro es un diálogo incesante en que el libro habla y el alma contesta”. André Maurois “Para dialogar, preguntad primero; después…, escuchad”. Antonio Machado


La historia no es sino un diálogo, bastante dramático, por cierto, entre el hombre y el universo. María Zambrano Una conversación es un diálogo, no un monólogo. Por eso hay tan pocas buenas conversaciones: debido a la escasez de personas inteligentes. Truman Capote Si nunca nos damos la oportunidad de experimentar el silencio, esto crea una turbulencia en nuestro diálogo interno. Deepak Chopra Solamente el diálogo, que implica el pensar crítico, es capaz de generarlo. Sin él no hay comunicación y sin ésta no hay verdadera educación. Paulo Freire Es esencial que ciencia y democracia inventen una nueva forma de diálogo. Para que sea posible un diálogo entre dos prácticas con condicionantes tan diferentes es necesario que se cree un mundo denso y múltiple de intereses compartidos. Pues éste es el interés que a la vez da sentido a los condicionantes, permite reconocerlos como algo distinto de normas arbitrarias y comprender, léase compartir, la pasión por los problemas que determinan estas ligaduras. Ilya Prigogine La historia no es sino un diálogo, bastante dramático, por cierto, entre el hombre y el universo. María Zambrano Una conversación es un diálogo, no un monólogo. Por eso hay tan pocas buenas conversaciones: debido a la escasez de personas inteligentes. Truman Capote Si nunca nos damos la oportunidad de experimentar el silencio, esto crea una turbulencia en nuestro diálogo interno. Deepak Chopra El diálogo no impone, no manipula, no domestica, no esloganiza. Paulo Freire


Solamente el diálogo, que implica el pensar crítico, es capaz de generarlo. Sin él no hay comunicación y sin ésta no hay verdadera educación. Paulo Freire En el anti diálogo se quiebra aquella relación de "simpatía" entre sus polos, que caracteriza al diálogo. Por todo eso, el anti diálogo no comunica. Hace comunicados. Paulo Freire El diálogo implica una mentalidad que no florece en áreas cerradas, autárquicas. Éstas por el contrario constituyen un clima ideal para el anti diálogo. Para la verticalidad de las imposiciones. Paulo Freire Era buena inventando diálogos, pero no conseguía dar con la historia que hubiera podido salvarme. Helene Hanff La noche se acuesta al lado mío y empieza el diálogo al que asistes como una lámpara votiva sin un murmullo parpadeando y abrasándome con una luz tristísima de olvido y de casa vacía bajo la tempestad nocturna. César Moro Es esencial que ciencia y democracia inventen una nueva forma de diálogo. Para que sea posible un diálogo entre dos prácticas con condicionantes tan diferentes es necesario que se cree un mundo denso y múltiple de intereses compartidos. Pues éste es el interés que a la vez da sentido a los condicionantes, permite reconocerlos como algo distinto de normas arbitrarias y comprender, léase compartir, la pasión por los problemas que determinan estas ligaduras. Ilya Prigogine Creo que es muy importante asentar nuestra convivencia en una memoria viva y no en un olvido ficticio. Creo que no es posible olvidar; es posible no limitarse a la memoria de lo trágico y tomar otros gestos y otros posicionamientos. (...) Uno siente la alegría del diálogo sin que sea indispensable borrar la historia, uno puede ir al diálogo mucho más auténticamente sino disimula sus heridas. Santiago Kovadloff Se fuga el animal, se hunde un diálogo en la noche se entibian las razones el horno se enfría quedan manchas, huellas de la cena. Hanni Ossott


El valor del Diálogo Tu voz y mi voz

Una de las más sorprendentes facultades de los seres humanos (y de nuestros parientes cercanos, los mamíferos) es la posibilidad de comunicarse y darse a entender. Para ello contamos con distintos recursos como nuestro idioma (lenguaje verbal), pero también con el lenguaje no verbal (gestos y expresiones corporales). Estos recursos nos permiten manifestar nuestras ideas, deseos e intenciones y conocer los de los demás. Sin embargo, no siempre hacemos el mejor uso de ellos. Las conversaciones pueden volverse superficiales y un poco tontas, como si fueran puro ruido. No escuchamos con atención a los demás y a veces tememos decir lo que sentimos. El valor del diálogo consiste en pensar con inteligencia y cuidado lo que vamos a decir, en abordar temas importantes para nuestra vida, escuchar atentamente a los otros y hacernos oír por los demás. Las metas más importantes del diálogo son la paz, la concordia, la comprensión y la solución de conflictos. El extremo opuesto La actitud contraria al diálogo es la incomunicación. Ésta provoca una sensación de aislamiento en las personas porque no pueden compartir con los demás lo que sienten o necesitan. Por otra parte, impide que las gentes se conozcan tal y como son, por lo que viven en una permanente soledad. La incomunicación impide realizar proyectos comunes y resolver conflictos. En los casos más graves genera tensiones que, con el tiempo, pueden tener serias consecuencias que van desde el divorcio (cuando los miembros de una pareja no se comprenden), hasta una guerra (cuando una nación no escucha las razones de otra). Para la vida diaria 1. Usa el diálogo para solucionar dificultades de todos los tamaños. Cuando tengas un problema o necesites tomar una decisión primero piensa y después


dialoga. Si tu problema es con otra persona invítala a conversar y encuentra una base común sobre la que pueden ponerse de acuerdo. Si tu dificultad es con respecto a una situación o conflicto individual solicita la opinión de un amigo de confianza e intercambia ideas con él. Prefiere siempre a los más inteligentes y mejor informados. 2. Usa el diálogo para elaborar propuestas creativas. No sólo es un recurso para remediar problemas, sino también para iniciar nuevas empresas. Trata de planear actividades en equipo, explícales a las personas participantes tu propia visión y escucha la visión que tienen ellas. Traten de conseguir planes o conclusiones con los que todos se sientan satisfechos y representados. 3. Haz que la gente hable. Promueve el diálogo en los espacios donde se desarrolla tu vida. El principal de ellos es el hogar. Existen “familias silenciosas” en las que todos guardan para sí sus enojos, ilusiones, planes o problemas; ello genera una peligrosa presión. Invita a tus familiares a expresarse libremente como una práctica habitual. Fijen una cita semanal para hacerlo. ¿Ya lo pensaste? Una conversación común es espontánea y no requiere mayores estrategias. Un diálogo formal que busca construir soluciones tiene mayores requisitos. El profesor Pedro de los Ángeles plantea estas reglas: 1) Fíjate en lo que quiere el otro. Distingue su intención y evalúa su interés. 2) Deja hablar al otro. Escúchalo con atención, no lo contradigas, reconoce sus verdades y hazle preguntas. 3) Pídele que te demuestre lo que está diciendo. 4) Hablen del tema preciso. No se distraigan tratando otros asuntos. 5) Comparte estas reglas con la otra persona para que las siga contigo. 6) Si llevan mucho tiempo dialogando y no llegan a un acuerdo, esperen un poco e intenten de nuevo. Recuerda: no se valen groserías, gritos o manotazos. Para entender el diálogo Los especialistas en zoología han descubierto que los animales cuentan con formas especiales de comunicarse. Los prodigiosos delfines emiten sonidos especiales que viajan por el agua y transmiten datos sobre su ubicación y eventuales peligros. Sin embargo, ninguna especie cuenta con un lenguaje tan amplio y desarrollado como el género humano que dispone de miles de palabras y


estructuras gramaticales para intercambiar información, expresar estados de ánimo y crear poemas de sonido musical, entre muchas otras opciones. La más elevada y valiosa de ellas es el diálogo: la conversación para construir acuerdos, resolver conflictos y relatar experiencias. No importa qué problema tengas, la comunicación con las personas adecuadas siempre te ayudará a resolverlos. Nunca te quedes callado, pero recuerda que el diálogo también tiene reglas: usar un tono correcto, respetar a la otra persona y pensar lo que vas a decir. Aprende a escuchar a los demás, considera lo que dicen y admite sus opiniones cuando te parezcan razonables. Si descubres que algo que afirmaste es incorrecto, acéptalo con valor y humildad.

Un mensaje para los padres Que los hijos hablen Los padres de hoy enfrentan diversas preocupaciones en relación con sus hijos. Sin embargo, varios de los problemas que éstos sufren les pasan inadvertidos por falta de comunicación. Entre ellos pueden mencionarse asuntos tan serios como la adicción a drogas, la violencia escolar, el abuso o trastornos de autoestima. La


aproximación común en forma de interrogatorio solemne suele ser improductiva. La mejor manera de detectar y prevenir estos conflictos y fortalecer el vínculo familiar es una conversación abierta y constante: permitir que los chicos hablen como una costumbre cotidiana, oír con paciencia sus experiencias, temores e ilusiones y ofrecer respuestas a sus preguntas. Hay que evitar el tono de juicio que sólo inhibe sus expresiones y rompen la confianza.

Problemas reales, soluciones de valor Alto a los chismes La palabra “chisme” es tan común en nuestra vida diaria que ni siquiera nos fijamos en ella ni reconocemos su poder destructor. Un chisme es una murmuración, la difusión de un rumor o noticia falsos que tienen por objeto perjudicar a una persona y dañar su prestigio. En otro sentido, buscan deteriorar las relaciones humanas provocando enfrentamientos y divisiones que pueden tener consecuencias negativas. De esta manera, los chismes representan el extremo contrario de un diálogo frontal, sincero y abierto entre amigos y familiares. Por los grandes perjuicios que pueden provocar hay que combatirlos de todas las formas posibles. Si una persona te desagrada, simplemente evita hablar de ella. Si alguien se acerca a ti para hablar mal de una tercera persona, no lo escuches. Si sabes que tú eres objeto de un chisme, busca a las personas responsables y conversa con ellas para quejarte de su acción.

Un mensaje para los maestros Impulsar la comunicación Como docente usted es responsable de fomentar una de las habilidades más importantes para el futuro de sus alumnos: la comunicación. Independientemente de la materia o materias que usted imparta, haga del uso del lenguaje un eje transversal del proceso educativo, mediante prácticas como el debate, la oratoria, la conversación y los juegos de palabras. Tenga siempre presente la dimensión escrita, pero enfatice especialmente la dimensión oral pues ésta permitirá a los alumnos cobrar mayor seguridad en sí mismos, expresar sus inquietudes a la familia y abrirse oportunidades profesionales. De ser posible, de vez en vez las tareas y los exámenes deberán presentarse en forma oral. Si en el aula algún chico tartamudea, tiene problemas de dicción o dislexia, hable con su familia y refiéralos con un terapeuta del lenguaje.


CUENTOS DE DIÁLOGO TIGRE NEGRO, VENADO BLANCO Un fabuloso tigre negro que habitaba la selva del Amazonas estaba cansado de dormir a la intemperie. Pensaba casarse muy pronto y, para casarse, hay que tener una casa. Por eso decidió construir una choza con todas las comodidades, a la orilla de un río. Pero no era el único que planeaba construir en ese lugar… Un delicado venado blanco tenía idénticos propósitos, ignorante de que por allí andaba una de sus mayores amenazas. Una mañana, antes de que saliera el sol, el venado comenzó a preparar el terreno para construir y salió de paseo. En ese momento llegó el tigre, quien se sorprendió al ver que la superficie estaba lista y despejada para fincar. “Con seguridad Tulpa, el misterioso dios de la selva, ha venido a ayudarme”, pensó, y comenzó a trabajar con unos troncos que ya estaban cortados. Horas después, ya exhausto, se alejó de allí para descansar. Al amanecer siguiente llegó de nuevo el venado y al hallar tan avanzada la obra también creyó que el enigmático Tulpa le había prestado ayuda. Le puso techo a la choza, la separó en dos habitaciones, y se puso a vivir en una de ellas. Por su parte, el tigre negro llegó más tarde y al ver la choza terminada, se instaló en la habitación situada junto al dormitorio del venado. Así transcurrió la noche. Ambos despertaron con sed y, al dirigirse al río para beber, se encontraron frente a frente y comprendieron lo que había ocurrido. “Bueno”, dijo el venado, “esto ocurrió porque Tulpa quiere que vivamos juntos, ¡qué raro! ¿verdad? Y como todavía somos solteros podemos compartir esta choza ¿qué te parece?”. El tigre respondió: “Está bueno. Podemos dividirnos las tareas. Hoy a mí me toca ir por la comida.” El tigre salió de cacería y regresó cargando ¡el cuerpo de un venado rojo! Al entregárselo al venado blanco éste lo preparó, pero no probó bocado y aquella noche no durmió pensando en que el tigre podría devorarlo. Al día siguiente tocó al venado salir a buscar la comida. Halló un tigre más grande que su compañero y, con la ayuda del oso hormiguero, lo capturó y lo llevó a casa. “Mira”, le dijo al tigre negro, “aquí está la comida”. El tigre negro


cocinó la carne, pero no la probó. Cuando oscureció tanto el tigre como el venado temblaban pensando en el ataque del vecino. Accidentalmente el venado golpeó la pared de su cuarto. El tigre reaccionó con un rugido. Ambos creyeron que la guerra había comenzado y salieron huyendo. La choza quedó abandonada y fue ocupada por un grupo de monos. En la noche, otra vez a la intemperie, el tigre negro pensaba “¡Tan sencillo que hubiera sido conversar y ponernos de acuerdo, ahora que yo estaba pensando volverme vegetariano!” El venado blanco, vagando bajo la lluvia también reflexionaba: “extraño al tigre. Hubiera sido increíble vivir juntos y reunir a nuestras familias… Ahora tendremos que empezar de cero”. —Adaptación de la leyenda guaraní del mismo nombre incluida por Ciro Alegría en el libro Leyendas y fábulas latinoamericanas.

La chispa de María Enriqueta María Enriqueta era una mujer madura y soltera (“solterona”, decían las señoras más criticonas de Puebla). Había trabajado como directora del Colegio Teresiano y se había jubilado hacía varios años. Vivía en una casona del Paseo Bravo decorada con valiosas antigüedades; pasaba el tiempo dedicada a arreglarla, ir a misa y reunirse con sus amigas Ramona y Ana Lilia. Cada semana las convidaba a su casa a tomar el té y a “conversar”, aunque eso de conversar era un decir pues en realidad no las dejaba hablar. Cuando llegaban


las invitaba a sentarse, les preguntaba: “¿Cómo están?”, y sin esperar la respuesta comenzaba a hablar sin control. En su veloz charla (llegaron a medirle cien palabras por minuto) se refería a las bellezas de su casa, a sus rosales, a sus difuntos padres, a los ricos chiles rellenos que había comido ese día, a los malos hábitos de los vecinos y a la pésima calidad de las tortillas. Las tardes más difíciles eran después del regreso de sus viajes a Europa. Con un proyector mostraba las fotografías y pasaba horas narrando las anécdotas que había vivido, episodios tan interesantes como la vez que se encontró una moneda de un centavo en la Vía Apia de Roma. Sus invitadas se mareaban al escuchar tal palabrería y dormitaban sin que ella se diera cuenta. A veces llegaban angustiadas por algún asunto personal y lo comentaban: “Mi marido está muy grave”, dijo Ana Lilia en una ocasión. María Enriqueta respondió con una larga perorata sobre las desventajas del matrimonio y una explicación acerca de las razones por las que no se había casado. Ese invierno era especialmente frío y la anfitriona había encendido la chimenea para calentar el salón. Ramona y Ana Lilia llegaron a la hora de siempre y se sentaron cerca del fuego. María Enriqueta inició un largo discurso sobre el reumatismo, siguió con el relato de la separación de un matrimonio amigo y luego recordó, a lo largo de sesenta minutos, el día en que la homenajearon por ser la mejor directora de su escuela. Las invitadas, para permanecer despiertas, habían pedido café en vez de té y cada una viajaba en sus pensamientos fuera de ese lugar, lejos de esa casa. De repente, Ramona se dio cuenta de que una chispa había salido de la chimenea para ir a dar a una de las pesadas cortinas del salón que tenía ya una pequeña flama. “¡La cortina!”, dijo alarmada, y María Enriqueta contestó: “¿Te gusta? Claro, es de una tela finísima que traje de París el año pasado”. “¡La chispa!”, avisó Ana Lilia que también había notado la flama y María Enriqueta comentó: “¿Tengo chispa? Sí, claro. Una vez, en una fiesta, el embajador de Bélgica…”. “¡Fuego!”, gritaron las dos invitadas pues la cortina ya estaba en llamas. María Enriqueta iba a iniciar su descripción de los fuegos artificiales del 15 de septiembre pero el humo que estaba inhalando le provocó una fuerte tos. Sus amigas la sacaron a jalones. En la banqueta los


vecinos se acercaron a preguntar qué había pasado. María Enriqueta tomó la palabra para explicarles cómo había salvado a sus amigas de morir quemadas.

Genio y figura Fernando de Alva Ixtlixóchitl, el sabio mestizo Descendiente del rey Nezahualcóyotl y de una familia española Fernando de Alva Ixtlixóchitl (1578-1648) aprendió la lengua castellana en el Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco, la primera institución de Educación Superior de América. Dedicó su vida a reconstruir el pasado indígena con el fin de narrarlo a los españoles y preservarlo para generaciones futuras. Sus obras más importantes son la Relación histórica de la nación tolteca y la Historia chichimeca que incluyen fragmentos de antiguos textos prehispánicos. En 1612 fue nombrado gobernador de Texcoco. Hoy se le considera uno de los pioneros del diálogo entre culturas.


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