MES DE MARZO DE 2014 VALOR: HONESTIDAD
PARA COMENZAR ¿Hablas siempre con la verdad? ¿Prefieres que te hablen con la verdad? ¿Es acaso mejor ocultar o callar realidades incómodas? El chiquillo de este cuento pronunció una incómoda verdad. Conócelo. LA ESTOLA DE ZORRO Cuando se casó, en 1920, doña María del Carmen recibió un obsequio de su madre: una antigua estola, una prenda especial que se pone alrededor del cuello y baja por el pecho, hecha de piel de zorro. Incluía, en un extremo, la cabeza del animal con su pequeña dentadura, nariz y ojos artificiales, y en el otro, las patitas. Hasta su esposo, don Valentín, sabía que la estola no era nada bonita, pero se lo callaba. Por otra parte, dada su antigüedad, se le estaba cayendo el pelo. Sin embargo, las comadres de doña María del Carmen elogiaban con hipocresía la prenda: “Que divina estola”, le decía una. “Qué objeto tan fascinante. Ni en París he visto pieza tan exquisita de alta costura”, comentaba otra, pero cuando se reunían aparte, se reían largas horas de la estola. Un domingo por la mañana, doña María del Carmen se preparó para asistir a misa a la imponente catedral de San Luis Potosí. Se puso un sobrio vestido negro y estola. Salió de casa caminando con mucho garbo, viendo a toda la gente por encima del hombro. Al verla pasar, los señores se quitaban el sombrero y las señoras la criticaban por lo bajo, pero le sonreían. Iba dando vuelta por una esquina cuando vio a una sencilla mujer, cubierta con un rebozo, que llevaba de la mano a un niño de unos cinco años. Cuando el pequeño miró a doña María del Carmen se asustó con la estola y le gritó a su mamá: “ ¡Esa señora trae colgado un perro muerto¡”.”Hola –le dijo-, quiero invitarte a la dulcería para comprarte lo que se te antoje. Tú fuiste el único que me dijo la verdad”.
……………………………………………………………………………………………………………… ¡PIÉNSALO! ¿Qué opinas que de las comadres de doña María del Carmen le daban una opinión falsa sobre su estola? ¿Por qué crees que el niño habló de forma sincera? ¿Cómo te pareció la reacción de doña María del Carmen? ¿Qué hubieras hecho en lugar de ella? ¿Por qué piensas que se asegura que “los niños siempre dicen las verdades? PONTE EN ACCIÓN Organicen, con ayuda del maestro, esta dinámica. En una hoja cada alumno debe hacer dos listados. En el primero, “Mis cualidades”, debe anotar aquello de lo que se siente orgulloso; en el segundo, “Mis áreas de oportunidad”, tiene que escribir lo que considera sus defectos. Los resultados se presentan ante el grupo para escuchar la opinión de los compañeros. Las opiniones deben expresarse con sinceridad y respeto. AHORA YA LO SÉ La honestidad propia o ajena nos ayuda a reconocer aquellos problemas que habitualmente nos pasan inadvertidos y a tomar acciones para corregirlos, aunque a veces nos cueste trabajo aceptarlos.
HONESTIDAD
Cualidad de honesto. Honesto (Dellat. honestus) adj. Decente o decoroso. Recatado, pudoroso. Razonable, justo. -Diccionario de la Real Academia Española La honestidad es mi valor Una persona honesta habla con la verdad y vive de acuerdo con la verdad, renuncia a las mentiras o las trampas y afirma en cada momento los valores que son más importantes para ella. Sabe defenderlos más allá de los beneficios y ventajas prácticas que la mayoría de la gente suele poner delante. Es sincera: no dice palabras falsas para quedar bien con los demás ni recibir su aprecio, no se apropia de los valores ajenos para aprovecharse de ellos, no toma los objetos que no le pertenecen y prefiere la paz de su corazón al éxito, la riqueza o el triunfo obtenidos con engaños o acciones prohibidas por las normas de su comunidad. En vez de ocupar su pensamiento en qué le quita o cómo se aprovecha de la gente y las situaciones, trabaja y se esfuerza para obtener logros seguros y disfrutarlos tranquilamente. La tranquilidad es una las mayores conquistas en la vida. La mejor forma de conseguirla es aceptar siempre la verdad y actuar conforme a ella. Es un camino recto que, con gran rapidez, nos conduce a los mayores logros. La mentira es un camino lleno de curvas, piedras y baches. Además, lo que se consigue a través de ella, no dura. Es como un juguete defectuoso que a los pocos días deja de funcionar. El mayor peligro de los deshonestos es que, a fuerza de mentir, llegan a confundirse tanto que ya ni ellos mismos saben cuál es la verdad. Si dijimos algo que no era cierto o nos apropiamos de lo que no nos pertenecía, las otras personas lo sabrán y tendrán mucha precaución al acercarse a nosotros. Ello nos cierra las oportunidades. Pero en cualquier momento podemos hacer que la verdad brille como un reluciente objeto de plata.
Viviendo el valor Todos estamos capacitados para reconocer qué acciones son buenas y distinguirlas de las malas: nos lo dice nuestro pensamiento y nuestro corazón. Esa capacidad se conoce como “conciencia moral”. La honestidad consiste en vivir y expresar esa conciencia en cada momento, no mantener nada oculto, dar importancia a la verdad, ser transparentes para nuestros semejantes, no escondernos nada a nosotros, ni a las demás personas. En otro sentido, la honestidad significa no querer apropiarnos de algo que no hemos conseguido o que le pertenece a otro. Al compartir ese valor estamos creando un ambiente de confianza y progreso. Para la vida diaria, la verdad abre todas las puertas: exprésala con tu familia, con tus compañeros y amigos. Invita a quienes te rodean a que siempre lo hagan. Recuerda las promesas que has hecho últimamente:
Si hay alguna pendiente, cúmplela. No olvides que una promesa es un compromiso.
Si cometiste un error acéptalo ante los demás: “Di una respuesta equivocada”.
No te apropies de nada por medios indebidos.
Si te prestaron algo hace mucho, devuélvelo ahora mismo.
Por el camino de la honestidad
Reconoce lo que sientes. ¿Te molesta algo en la escuela o en la casa? ¿Te trata alguien de manera que no te gusta? Exprésalo ahora mismo. Quien dice la verdad, conquista el respeto de los demás. Todos aprenderán de tu valentía para hacerlo.
FRASES SOBRE LA HONESTIDAD Proceder con honestidad en aras de la dignidad del hombre es el compromiso más trascendente en nuestro corto paso por este mundo. René Gerónimo Favaloro La honestidad es la mejor política. Benjamin Franklin Lo que las leyes no prohiben, puede prohibirlo la honestidad. Lucio Anneo Séneca Honestidad: la mejor de todas las artes perdidas. Mark Twain Las honestas palabras nos dan un claro indicio de la honestidad del que las pronuncia o las escribe. Miguel de Cervantes Saavedra El secreto de la vida es la honestidad y el juego limpio. Si puedes simular eso, lo has conseguido. Groucho Marx Desconfiad de la mujer que habla de su virtud y del hombre que habla de su honestidad. Proverbio Eslavo El beso es la válvula de escape de la honestidad. Paul Géraldy Déjate amar y disfruta amando ama siente y vive con honestidad … Luz Andrea Gamez Siempre di lo que sientes y haz lo que piensas. Gabriel García Márquez
Este es el primer precepto de la amistad: Pedir a los amigos sólo lo honesto, y sólo lo honesto hacer por ellos. Marco Tulio Cicerón Sólo hay una forma de saber si un hombre es honesto: preguntárselo. Y si responde "sí", entonces sabes que está corrupto. Groucho Marx La integridad del hombre se mide por su conducta, no por sus profesiones. Juvenal Llegará un día en que nuestros hijos, llenos de vergüenza, recordarán estos días extraños en los que la honestidad más simple era calificada de coraje. Yevgeny Yevtushenko A quien procede con honradez, nada debe alterarle. He hecho cuanto he podido y jamás he faltado a mi palabra. Manuel Belgrano Ay señor! ser honesto, tal como va el mundo es ser un hombre escogido entre diez mil. William Shakespeare No hay cosa honesta que no sea útil. Séneca Fingimos lo que somos, seamos lo que fingimos. Pedro Calderón De La Barca Nada se parece más a un hombre honesto que un pícaro que conoce su oficio. George Sand
El misterioso ladrón de ladrones Elementos principales Idea y enseñanza principal
Ambientación
Personajes
Muchas veces no tenemos en cuenta a los demás, y provocamos en los demás sentimientos que nunca querríamos para nosotros
Una ciudad moderna
Un ladrón y la policía
Cuento Caco Malako era ladrón de profesión. Robaba casi cualquier cosa, pero era tan habilidoso, que nunca lo habían pillado. Así que hacía una vida completamente normal, y pasaba por ser un respetable comerciante. Robara poco o robara mucho, Caco nunca se había preocupado demasiado por sus víctimas; pero todo eso cambió la noche que robaron en su casa. Era lo último que habría esperado, pero cuando no encontró muchas de sus cosas, y vio todo revuelto, se puso verdaderamente furioso, y corrió todo indignado a contárselo a la policía. Y eso que era tan ladrón, que al
entrar en la comisaría sintió una alergia tremenda, y picores por todo el cuerpo. ¡Ay! ¡Menuda rabia daba sentirse robado siendo él mismo el verdadero ladrón del barrio! Caco comenzó a sospechar de todo y de todos. ¿Sería Don Tomás, el panadero? ¿Cómo podría haberse enterado de que Caco le quitaba dos pasteles todos los domingos? ¿Y si fuera Doña Emilia, que había descubierto que llevaba años robándole las flores de su ventana y ahora había decidido vengarse de Caco? Y así con todo el mundo, hasta tal punto que Caco veía un ladrón detrás de cada sonrisa y cada saludo. Tras unos cuantos días en que apenas pudo dormir de tanta rabia, Caco comenzó a tranquilizarse y olvidar lo sucedido. Pero su calma no duró nada: la noche siguiente, volvieron a robarle mientras dormía. Rojo de ira, volvió a hablar con la policía, y viendo su insistencia en atrapar al culpable, le propusieron instalar una cámara en su casa para pillar al ladrón con las manos en la masa. Era una cámara modernísima que
aún estaba en pruebas, capaz de activarse con los ruidos del ladrón, y seguirlo hasta su guarida. Pasaron unas cuantas noches antes de que el ladrón volviera a actuar. Pero una mañana muy temprano el inspector llamó a Caco entusiasmado: - ¡Venga corriendo a ver la cinta, señor Caco! ¡Hemos pillado al ladrón! Caco saltó de la cama y salió volando hacia la comisaría. Nada más entrar, diez policías se le echaron encima y le pusieron las esposas, mientras el resto no paraba de reír alrededor de un televisor. En la imagen podía verse claramente a Caco Malako sonámbulo, robándose a sí mismo, y ocultando todas sus cosas en el mismo escondite en que había guardado cuanto había robado a sus demás vecinos durante años... casi tantos, como los que le tocaría pasar en la cárcel.
Autor. Pedro Pablo Sacristán
LAS HONRADAS MARIQUITAS
Elementos principales Idea y enseñanza principal La honradez es tan valorada por todos, que su falta nos hace romper la confianza; no merece la pena ponerla en juego
Ambientación Personajes
El campo
Un grupo de mariquitas viajeras
Cuento Cuenta una extraña historia que las mariquitas perdonan, pero no olvidan. Según parece, al principio las mariquitas no tenían sus famosos puntitos negros. Poco antes todas estuvieron a punto de desaparecer cuando guiadas por el famosísimo Cayus Insectus, una tormenta inundó el camino por el que viajaban. Las pocas que sobrevivieron tuvieron que elegir el sustituto de Cayus Insectus, desaparecido entre las aguas, y decidieron que lo sería quien primero llegara al lago de la región sur y regresara para describirlo.
Las mariquitas se lanzaron a la aventura, y poco a poco fueron regresando, contando lo bello que estaba el lago en aquella época del año, con sus aguas cristalinas, lleno de flores y hierba fresca en sus orillas. Pero la última de todas ellas tardaba en llegar. La esperaron hasta 3 días, y cuando regresó, lo hacía cabizbaja y avergonzada, pues no había llegado a encontrar el lago. Todas criticaron la torpeza y lentitud de la joven mariquita, y se prepararon para continuar el viaje al día siguiente. Siguiendo al nuevo guía, caminaron toda la mañana hacia el Norte, hasta que al atravesar unas hierbas espesas y altas, se detuvieron atónitos: ¡frente a ellos estaba el Gran Lago! y no tenía ni flores, ni hierba, ni aguas cristalinas. Las grandes lluvias lo habían convertido en una gran charca verdosa rodeada de barro. Todos comprendieron al momento la situación, pues al ser arrastrados por el río habían dejado atrás el lago sin saberlo, y cuantos salieron a buscarlo lo hicieron en dirección equivocada. Y vieron cómo, salvo aquella tardona mariquita, todos deseaban tanto convertirse en Gran
Guía, que no les había importado mentir para conseguirlo; e incluso llegaron a comprobar que el nefasto Cayus Insectus había llegado a aquel puesto de la misma forma. Así pues la mariquita tardona, la única en quien de verdad confiaban, se convirtió en Gran Guía. Y decidieron además que cada vez que una de ellas fuera descubierta engañando, pintarían un lunar negro en su espalda, para que no pudiera ni borrarlos, ni saber cuántos tenía. Y desde entonces, cuando una mariquita mira a otra por la espalda, ya sabe si es de fiar por el número de lunares. Como las mariquitas, también las personas pintan lunares en la imagen de los demás cuando no muestran su honradez. Y basta con tener un sólo lunar negro para dejar de ser un simple insecto rojo y convertirse en una mariquita. Así que, por grande que sea el premio, no hagamos que nadie pueda pintarnos ese lunar. Autor. Pedro Pablo Sacristán