Noviembre perdón

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VALOR DEL MES

EL PERDÓN PARA COMENZAR ¿Es lo mismo perdonar que olvidar? ¿Crees que se debe perdonar a quien nos hace daño? ¿Qué pasaría si nadie perdonara? ¿Alguien te ha perdonado por algo malo que hayas hecho? ¿Tú has perdonado a alguien?

PERDÓN

EL PERDÓN DE LOS NIÑOS Y LAS NIÑAS Nadie puede obligarte a perdonar a alguien que te ha lastimado o insultado. Estás en tu derecho de sentirte molesto si se portaron mal contigo, si te golpearon, traicionaron o abusaron de ti de cualquier forma. Tampoco pueden hacer que olvides lo sucedido o que finjas que nada ocurrió. Ninguna persona —ni siquiera tus padres o tus maestros— tiene el poder de exigirte que disculpes a quien te ha provocado algún mal si tú no deseas disculparlo. Eres libre de sentir indignación, furia y deseos de venganza. El perdón, para ser auténtico, debe partir del interior de cada quien y depende de la voluntad individual. Sólo tú y nadie más puede decidir ejercer esta virtud.


El perdón es uno de los valores más difíciles de llevar a la realidad. Es una decisión personal que requiere valor y mucho esfuerzo, pues va en contra de los sentimientos de enojo y venganza que experimentamos cuando alguien nos lastima. Si otra persona nos humilla o golpea, nuestra primera reacción es responder de la misma manera, y cuando no podemos hacerlo, nos sentimos frustrados y molestos, llenos de sentimientos negativos hacia el otro. Lo último que queremos en tales circunstancias es perdonar. Pero precisamente porque es uno de valores más difíciles de practicar, el perdón es tan importante. Gracias a él, los seres humanos hemos podido vivir juntos a pesar de nuestras diferencias y hemos logrado superar el odio que enfrenta a las personas. También es gracias al perdón que, en ciertos momentos de nuestra vida, podemos seguir adelante, dejar atrás el pasado y recuperar la alegría de vivir. A nivel personal, el perdón puede hacernos sentir liberados: nos quita de encima la pesada carga del resentimiento que, muchas veces, nos impide ser felices. Esto no significa, por supuesto, que dejemos de exigir justicia. Podemos perdonar a un ladrón si éste muestra arrepentimiento y devuelve lo que se robó; sin embargo, ello no quiere decir que sus acciones carezcan de consecuencias: con nuestro perdón o sin él, cometió un delito. ¿Y tú qué piensas…? • ¿Consideras que es importante perdonar? • ¿Perdonarías a alguien que te ha hecho daño si se disculpa? • ¿Conoces personas que no admiten sus errores y nunca piden perdón? • ¿Qué crees que sea más difícil: perdonar o pedir disculpas?

EL LORO PELADO ía una bandada de loros muy ruidosos y discutidores. Una mañana un campesino de una hacienda cercana le disparó un tiro a uno de ellos porque quería prepararlo en un guiso. Éste cayó herido al suelo y el campesino lo atrapó; le dio pena matarlo y lo llevó a la hacienda como regalo a los hijos del patrón. Los niños se dieron cuenta de que sólo tenía un ala lastimada y lo curaron hasta que sanó. Lo llamaron Pedrito y lo


domesticaron por completo; logró hablar tan bien que podía sostener una breve conversación y todas las tardes tomaba el té con la familia. Entre la densa vegetación vio brillar los ojos de un tigre y se le hizo fácil invitarlo a que tomaran el té. Feroz como era, el tigre pensó que se trataba de una burla y se lanzó sobre él para atraparlo. Sin embargo, sólo logró quitarle algunas plumas del lomo y todas las de la cola. A duras penas Pedrito voló hasta la hacienda. Cuando llegó pensó que todos se reirían y se burlarían de él al verlo desplumado. Por eso se escondió en el tronco de un eucalipto y se quedó allí, quieto y en silencio. Los niños de la casa estaban muy tristes desde que Pedrito se había perdido. Pero pasó el tiempo y las plumas del loro crecieron de nuevo con colores intensos y brillantes. Así que un día hizo su aparición en la casa, justo a la hora del té. en su hombro y comenzó a contarle lo que le había pasado. El hombre se horrorizó al escuchar sobre el ataque del tigre y Pedrito lo convenció de que se vengaran de él. Así pues, salieron de viaje y llegaron al sitio donde había ocurrido el ataque, y de pronto divisaron al tigre. Con su gran habilidad para engañar, Pedrito logró atraerlo; escondido entre las ramas, el dueño de la casa le disparó con la escopeta y logró abatirlo. El loro pegaba gritos de alegría pues se había vengado de su enemigo. debía proceder con los enemigos. Sólo uno de los niños, el más pequeño, permaneció callado en un rincón. “¿Qué te pasa, pequeño?”, preguntó su madre. “Ya no quiero tomar el té con Pedrito. Me da miedo porque no sabe perdonar. ¡PIÉNSALO! 1 ¿Piensas que el tigre actuó correctamente al atacar a Pedrito? 2 ¿Consideras que el padre de familia hizo bien al ayudarlo a vengarse? 3 ¿Qué hubieras hecho tú en su lugar? Si Pedrito fuera tu mascota, ¿seguirías


confiando en él después de lo que hizo? 5 ¿Has perdonado a alguien que te haya ofendido? ¿Cómo te sentiste?

QUÉ ES EL PERDÓN: Perdón es la acción y el resultado de perdonar. Se puede perdonar, entre otras cosas, una ofensa (por ejemplo, un insulto), una pena (cadena perpetua, arresto domiciliario...), una deuda (por ejemplo, económica). También es la indulgencia o la remisión de los pecados. La palabra 'perdón' también tiene otros significados y se utiliza en varios contextos para expresar disculpa en general ('Perdón, no me había dado cuenta'), por ejemplo cuando se interrumpe un discurso ('Perdón, ¿sabéis qué hora es?'). Algunos sinónimos son: indulto, amnistía, condonación, absolución, gracia y clemencia. En ocasiones también se utiliza en plural de esta forma: 'mil perdones', para expresar disculpa.

EL PERDÓN EN LA BIBLIA: Amar a quién nos ama es algo común con los paganos. Todos los hombres lo hacen, más o menos. Pero el seguidor de Cristo debe vivir un amor superior. Debe amar también cuando le ofenden y le persiguen. Debe perdonar. A Pedro le inquieta esta perspectiva, y pregunta por los límites de ese perdón: "Entonces, acercándose Pedro, le preguntó: Señor, ¿cuántas veces he de perdonar a mi hermano, cuando peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le respondió: No te digo que hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete (Mt). Es decir, siempre. Será necesario un cambio interior grande para realizar este perdón. Primero para entenderlo. Luego, para aplicarlo en circunstancias donde es natural que surja el odio y la venganza. Después, hay que pedir fuerza para vivirlo por encima de sentimientos contrarios.


FRASES CÉLEBRES SOBRE PERDÓN El perdón es una decisión, no un sentimiento, porque cuando perdonamos no sentimos más la ofensa, no sentimos más rencor. Perdona, que perdonando tendrás en paz tu alma y la tendrá el que te ofendió. Madre Teresa de Calcuta La espiral de la violencia sólo la frena el milagro del perdón. Juan Pablo II “El que es incapaz de perdonar es incapaz de amar.” Martin Luther King “El perdón es la única venganza aprobada por el Universo.” Silvia Schmidt “Olvida y perdona. No es difícil si se entiende. Significa perdonar inconveniencias, y perdonarte por olvidar. Con mucha práctica y determinación, resultará más sencillo.” Mark Twain “Lo mejor que puedes dar a tu enemigo es el perdón; a un oponente, tolerancia; a un hijo, un buen ejemplo; a tu padre, deferencia; a tu madre, una conducta de la cual se enorgullezca; a ti mismo, respeto; a todos los hombres, caridad.” John Balfour “Perdón es una palabra que no es nada, pero lleva dentro semillas de milagros.”


Alejandro Casona “Perdónaselo todo a quien nada se perdona a sí mismo.” Confucio “A perdonar sólo se aprende en la vida cuando a nuestra vez hemos necesitado que nos perdonen mucho.” Jacinto Benevente “Es más facil perdonar a un enemigo que a un amigo.” William Blake Además de perdonar a tus enemigos, ríete de ellos. La risa es el gran antídoto contra los venenos del espíritu. Angel Osorio «Cada día hemos de pedir perdón, porque cada día hemos ofendido.» San Agustín, Sermón 256 Donde vemos una actitud de perdón sincera, podemos pensar que en ese gesto hay algo de Dios. + Mons. José María Arancedo Enseñemos a perdonar; pero si enseñamos también a no ofender, sería más eficiente. José Ingenieros El Padre Nuestro pone en nuestros labios esta exigente invocación a Dios: "perdona nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos ofenden". + Mons. José María Arancedo El perdón cae como lluvia suave desde el cielo a la tierra. Es dos veces bendito; bendice al que lo da y al que lo recibe. William Shakespeare El perdón es la fragancia que derrama la violeta en el talón que la aplastó. Mark Twain El perdón es la llave de la libertad y la paz interior. P. Evaristo Sada LC El perdón es la única venganza aprobada por el Universo. Silvia Schmidt


El perdón nos habla tanto del pecado como de la dignidad del hombre. + Mons. José María Arancedo El que no perdona a su enemigo, no será perdonado de Dios. Autor desconocido En los juicios humanos, se castiga al que confiesa su culpa; en el divino, se perdona... Bendito sea Dios. Autor desconocido Jesús nunca minimiza el pecado… lo perdona siempre. Autor desconocido La Vida que Dios me comunica en el perdón me compromete a una actitud nueva.+ Mons. José María Arancedo Las lágrimas no piden perdón, lo merecen. San Ambrosio Los hombres que no perdonan a las mujeres sus pequeños defectos jamás disfrutarán de sus grandes virtudes. Khalil Gibran Nada nos asemeja tanto a Dios como estar siempre dispuestos a perdonar. San Juan Crisóstomo No escatimes el perdón: es imposible caminar con tantas heriditas abiertas. Zenaida Bacardí de Argamasilla No hay paz sin justicia, no hay justicia sin perdón. SS. Juan Pablo II “Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen” Lucas 23, 34 Perdona siempre a tu enemigo. No hay nada que le enfurezca más. Oscar Wilde "Perdonad y se os perdonará" (Lc 6,36) “Perdónanos nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos ofenden”. (Mt 6,12)


Perdona todas las viejas heridas y cicatriza con resinas de amor. Zenaida Bacardí de Argamasilla Perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre, que está en los cielos, os perdone vuestras ofensas. Mc 11,25. Perdonamos cuanto amamos. François de La Rochefoucauld. Perdonando demasiado al que yerra se comete una injusticia con el que no falla. Baltasar Castiglione Perdonar no es olvidar, es recordar sin dolor, sin amargura, sin la herida abierta; perdonar es recordar sin andar cargando eso, sin respirar por la herida, entonces te darás cuenta que has perdonado. Autor desconocido Perdónaselo todo a quien nada se perdona a sí mismo. Kung FuTse, Confucio Por eso te digo, sus muchos pecados están perdonados, porque tiene mucho amor: pero al que poco se le perdona poco ama.” Lc 7, 47 Se aprende a perdonar, perdonando; se aprende a amar, amando; se aprende a imitar a Jesús, siguiendo sus pasos. Autor desconocido Se perdona en la medida en que se ama. François de La Rochefoucauld. Si acaso todos los hombres nos reconociéramos como hijos pródigos, podríamos vivir la experiencia fuerte del amor misericordioso del Padre. Alicia Beatriz Angélica Araujo "Si no perdonáis, tampoco el Padre os perdonará" (Mc 11,23) Si no perdonas por amor, perdona al menos por egoísmo, por tu propio bienestar. Dalai Lama Somos como bestias cuando matamos, como hombres cuando odiamos, más como Dios cuando perdonamos. Autor desconocido


Y dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: ‘Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos". Jn 20, 22-23

CUENTOS LA LEY DEL BOSQUE ILUMINADO El bosque iluminado era el mejor bosque en que se podía vivir, donde las fiestas llenaban de luz las noches y todos disfrutaban. En aquel bosque sólo había una ley: "perdonar a todos". Y nunca tuvieron problemas con ella, hasta que un día la abeja picó al conejo por error, y éste sufrió tanto que no quería perdonarla. Pidió al búho que reuniera al consejo y revisaran aquella ley. Todos estuvieron de acuerdo en que no habría problema por relajarla, así que se permitió una única excepción por animal; si alguien se enfadaba de verdad con alguien, no tenía por qué perdonarle si no quería. Y así siguieron hasta la gran fiesta de la primavera, la mejor del año, que resultó un grandísimo fracaso: sólo aparecieron el búho y unos pocos animales más. Entonces el señor búho decidió investigar el asunto, y fue a ver al conejo. Este le dijo que no había ido por si iba la abeja, a la que aún no había perdonado. Luego la abeja dijo que no había ido por si iba la ardilla, a la que no había perdonado por tirar su colmena. La ardilla tampoco fue por si iba el zorro, a


quien no había perdonado que robara su comida... y así sucesivamente todos contaron cómo habían dejado de ir por si se presentaba aquel a quien no habían perdonado. El búho entonces convocó la asamblea, y mostró a todos cómo aquellla pequeña excepción a la ley había acabado con la felicidad del bosque. Unánimemente decidieron recuperar su antigua ley, "perdonar a todos", a la que añadieron: "sin excepciones"

Pedro Pablo Sacristán

El pulgar rencoroso Había una vez una mano cuyos dedos eran muy amigos. Pero ocurrió que el dueño de la mano empezó a hacer un trabajo peligroso y a pesar del cuidado que ponía el resto de dedos, el pulgar siempre salía malparado con cortes y heridas. Al principio los otros dedos pedían disculpas por su torpeza y el pulgar les perdonaba, pero la situación se repitió tanto que un día el pulgar decidió no perdonarles más, así que se apartó del resto de dedos de la mano. Al principio el pulgar iba muy digno todo recto y separado, pero aquella posición de los dedos era tan forzada y ridícula, que el dueño tuvo que llevar su mano constantemente oculta en el bolsillo, donde los dedos sufrían con pena el mayor de los olvidos. Entonces el pulgar comprendió que todo había sido culpa suya, y pidió perdón al resto de dedos, temeroso de que fueran a rechazarle. Pero al contrario, estos le perdonaron sin problemas porque sabían que todos podemos equivocarnos. Una vez amigos de nuevo, todos los dedos trabajaron juntos por demostrar al dueño que estaban perfectamente, y en poco tiempo


consiguieron volver a salir a la luz, sabedores esta vez de que siempre deberían seguir perdonándose para no acabar en un triste y oscuro bolsillo.

Pedro Pablo Sacristán

SIMÓN, PINTOR DE ÁNGELES Ya nadie sabe si todo esto ocurrió en verdad, si alguien lo inventó o si fue una mezcla de sucesos reales con la imaginación. Pero así son las leyendas. Y dice ésta que en 1566, cuando llegó a la capital de la Nueva España, su excelencia el virrey don Gastón de Peralta estaba acompañado de un numeroso séquito personal. A éste pertenecía un pintor llamado Simón, originario de Flandes. Había vivido en Lisboa y Madrid, sorprendiendo con su habilidad como retratista a ricos y nobles. Don Gastón lo había traído consigo para retratar a las figuras más notables del palacio virreinal y así lo hizo: gallardos caballeros armados y ancianas damas con sombrero. Su destreza con el pincel era exquisita; sin embargo, tenía un grave defecto: era muy mal hablado y por cualquier cosa, aunque no estuviera enojado ni quisiera ofender, soltaba un montón de groserías en los idiomas que conocía: español, flamenco y portugués. Su cercanía con el virrey evitaba que recibiera algún tipo de queja o castigo. La situación de don Gastón no era sencilla, pues muchos intrigaban en su contra. Aunque era amable y caritativo, los oidores (los magistrados más importantes del gobierno) le levantaron falsas acusaciones con el rey de España y éste ordenó su regreso inmediato. Simón el pintor se quedó trabajando en México. Sus colegas lo envidiaban pues, a diferencia de ellos, tenía cada vez más encargos. Para poner fin a su carrera lo acusaron falsamente de haberlos insultado. Como ya no tenía la protección del virrey fue encarcelado, algo bastante injusto, pues otras personas sí


decían muchísimas groserías en plena calle y nadie las castigaba. Afligido por el encierro, pensó en un plan. Descosió una moneda de oro que llevaba oculta en el pantalón y se la ofreció al carcelero. “Con la mitad de esto, compra pinceles y pinturas para mí. Guarda el resto para ti”. El carcelero siguió sus instrucciones y le llevó los materiales. Aunque su celda estaba siempre sumida en la mayor oscuridad, conocía tan bien su oficio que con ellos pintó en la puerta sin verla una imagen de la virgen coronada por cuatro graciosos ángeles. Durante una visita de rutina, los jueces admiraron la gracia y la ligereza de una obra perfecta y delicada en todos sus detalles que vieron a la luz de un candelabro. Pensaron que aunque fuera malhablado Simón merecía que lo perdonaran y lo dejaron en libertad. Saliendo de la cárcel trabajó en la Catedral Metropolitana y realizó la imagen principal que ahora se encuentra en el Altar del Perdón. Hay quien cree que es llamado así en recuerdo de su historia.


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