Pre-Textos para Pensar - CCB

Pre-textos Pensar PARA

BoletĂ­n Informativo 01 Febrero de 2019

Boletín Informativo 01

¿QUÉ ES PRE-TEXTOS

PARA PENSAR?

Quizás uno de los elementos de mayor sensibilidad para el sano funcionamiento de una escuela es la relación familia-colegio. La confianza en las decisiones, el lugar de la autoridad, el valor de la palabra entre otras, están en íntima relación con la posibilidad de reconocerse mutuamente como dos escenarios con un papel trascendental y privilegiado en la formación de los niños.

Creer en el otro y en el saber que cada uno transmite desde su lugar en la relación con los chicos, es una condición indispensable para autorizar la función educadora de ambas instancias; para que los niños también crean y acepten ocupar el lugar de quien aprende, ya sea de lo escolar, de la vida o de las experiencias de sus adultos.

Sin embargo, en la sociedad actual esta relación se encuentra en una condición frágil, es un lazo que poco se sostiene. Una cultura que privilegia el bienestar sobre el esfuerzo y la satisfacción inmediata sobre la espera, empuja a resolver con celeridad los impases propios de la educación y de las relaciones, desconociendo la necesidad de una presencia constante, de un proceso continuo, de un acompañamiento que soporte interrogantes aunque el conflicto esté presente. Esta condición además provoca señalamientos mutuos que no favorecen la confianza imprescindible para el acto educativo.

Por lo anterior y conscientes de nuestra responsabilidad de aportar y acompañar a nuestras familias en el proceso formativo, hemos querido generar una nueva apuesta de vínculo con las familias, que intenta reducir esta distancia que la sociedad impone, ofreciendo reflexiones en torno a las necesidades y retos propios de la crianza actual. Para ello queremos presentarles nuestro boletín “Pre-textos para Pensar”, el cual esperamos haga aportes en la comprensión de nuestro papel como adultos de referencia.

En esta ocasión nos hemos centrado en el tema de la sexualidad y los interrogantes que su abordaje puede causar en padres y chicos.

Bienvenidos,

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Que sea un pretexto…

Febrero de 2019

JUEGO SIMBÓLICO

Y SEXUALIDAD Por: Psicólogas Sección Early Childhood

Cuando hablamos de sexualidad, hacemos referencia a un conjunto de manifestaciones fisiológicas, anatómicas, psicológicas, afectivas y sociales del ser humano; incluye la identidad, el erotismo, la vinculación afectiva y la reproducción. En los niños las manifestaciones y deseos sexuales están presentes desde la más temprana infancia. Es necesario reconocer al niño como un ser sexuado, en relación consigo mismo y con otros, para que construya una identidad sexual sana y propia.

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Durante la primera infancia, el desarrollo de la sexualidad se caracteriza por manifestaciones basadas en la curiosidad sobre lo sexual, una progresiva exploración sobre su cuerpo y descubrimiento de sensaciones corporales que apoyan su proceso de autoconocimiento.

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Es habitual que niños y niñas, en algún momento, jueguen a tocarse o a desnudarse y lo suelen hacer por varias razones: por curiosidad, tanto por el cuerpo propio como por el del otro, ya sea ese otro del mismo o de distinto sexo o por imitación de lo que ellos consideran que puede suceder en el mundo adulto y por lo agradable que pueda resultar el juego en sí mismo.

Adicional a las manifestaciones ya mencionadas, también se encuentran las conductas de autoestimulación, los juegos a “el papá y la mamá” y a “el/la doctor/a”, el interés por tener novio y novia, por crecer y enamorarse, el mostrar interés o curiosidad por vestirse o expresarse como el sexo opuesto, sin que esto signifique una definición de su identidad de género, el reafirmar las similitudes y diferencias físicas entre niños y niñas, y la preferencia por interactuar con pares de su mismo género.

Si bien estas manifestaciones son normales dentro del proceso de desarrollo, requieren de la comprensión, el acompañamiento y la participación activa de los adultos, para que de manera tranquila, se brinde una orientación basada en la comunicación, la confianza y el respeto por lo privado.

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La sexualidad infantil es una puerta a través de la cual el niño desarrolla su personalidad con afectividad.

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¿QUÉ DEBEMOS SABER LOS ADULTOS

SOBRE LA SEXUALIDAD INFANTIL? Por: Psicólogas Sección Primaria

A menudo, como adultos, nos encontramos con preguntas e inquietudes de los niños, que nos exigen una respuesta que no siempre conocemos y que nos reta a encontrar la mejor salida. Pensamos que la información científica, objetiva y completa es lo que los niños requieren y los dejará satisfechos en su curiosidad.

Sin embargo, esta idea supone la ilusión que el saber sobre la sexualidad es cuestión de momento e información precisa. También supone la idea que la pregunta de los niños se genera desde lo externo del conocimiento o desde la curiosidad inducida por otros “más adelantados” y no desde un interrogante propio de su subjetividad; que involucra su cuerpo, su historia, un contexto social y un componente de placer que los invita a indagar, a hacer hipótesis y a “tantear” el terreno con los adultos.

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Por ello, cuando nos sorprendemos con sus preguntas, cuando nos divierte su osadía o quedamos perplejos porque no sabemos el alcance de la inquietud, debemos asumir una postura que involucre dos perspectivas.

Una, que precise el origen de la pregunta o comentario, y la segunda, el ser conscientes de qué nos representa a nosotros mismos, dicha inquietud. Es decir, cuál es nuestra posición alrededor del tema, reconociendo que nuestros miedos, prejuicios, saberes, valores y creencias, están a la base de lo que vamos a responder. Así, si el interrogante va sobre diferencias de género, sobre noviazgo, sobre identidad sexual, sobre conflictos en las relaciones, muy seguramente tendremos que reflexionar sobre “qué me significa en lo personal”, para que la respuesta sea la más adecuada y explicite a nuestros niños, el comportamiento que se espera de ellos de acuerdo a su edad, aportándoles una claridad suficiente que no vaya más allá de la verdadera inquietud. Una respuesta de este orden además, ofrece un límite necesario que los niños no pueden, en la mayoría de los casos, establecer por ellos mismos.

Es así que educar, pasa por nuestra función de ser los referentes por excelencia.

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Los niños se representan el mundo a través de nuestros ojos, de nuestras opiniones y de nuestras actitudes y la sexualidad en su compleja dimensión, no es la excepción.

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TIEMPOS DE ADOLESCENCIA

Y SEXUALIDAD Por: Psicólogos Sección Bachillerato

Los tiempos de la adolescencia (como en la infancia) son los tiempos de explorar, curiosear, aburrirse, fantasear, etc. Y la sexualidad se encuentra inmersa en estas formas de relación con el mundo. Ello implica reconocer y dar cabida a estas expresiones, sin perder de vista que las maneras de ser adolescente, se desarrollan en un contexto histórico y social.

Es por todos conocido que hoy los y las adolescentes están expuestos a múltiples mensajes (canciones de alto contenido sexual, youtubers, series de tv), a cúmulos de información de los sitios web, a exigencias y discurso sociales como la satisfacción sin límite, sin esfuerzo e inmediata derivando de ello el consumo de experiencias, la imagen como valor primordial, entre otras; implementando en sus vidas una lógica que acelera el ritmo de vivir cada etapa.

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Los adolescentes no siempre están en capacidad de discernir y decantar todo este embate moderno, no es gratuito que los jóvenes de la época tengan tanta fascinación por experiencias de riesgo vivenciadas por ejemplo, a través de retos o “challenges” viralizados en las redes.

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La tendencia a optar por lo fácil e inmediato también incide en las relaciones que establecen, siendo las pantallas un modo privilegiado para sostener vínculos virtuales donde la rapidez de los mensajes y la distancia que supone estar detrás de una pantalla, generan muchas veces comportamientos desbordados y cada vez mayor dificultad para afrontar el desencuentro propio de las relaciones reales.

Bajo este panorama el papel de la familia y el colegio frente al acompañamiento de los chicos es cada vez más exigente.

Los adultos no debemos dar lugar a estas manifestaciones sin interrogarlas, sin ofrecer un cauce para evitar el desborde. Ellos requieren reconocer un límite a través de la

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presencia y la palabra de un adulto referente, necesitan ser orientados desde la experiencia propia, transmitiendo posturas necesarias para un ejercicio sano de la sexualidad, como lo son el autocuidado, el respeto por lo íntimo, la dignidad como valor a proteger, el respeto por el otro. Hoy más que nunca debemos guiar sus preguntas, sus decires, pero también regular sus expresiones protegiéndolos de los excesos que puedan afectar su normal desarrollo.

Así mismo es importante que los padres proyecten a sus hijos ideales de superación, que transmitan el valor del esfuerzo, de la espera y que es posible establecer relaciones satisfactorias mediadas por la palabra y el consenso con el otro.