Seguir encontrando poesía en el vaivén desesperado de la supuesta evolución.
Rochi Wegman | 5to 2020
Cuando todo tiembla salimos a buscar preguntas como un modo de no quedarnos sin nada.
Todo tembló y las respuestas fueron solo aproximaciones.
En medio de tiempos que se aceleraron para algunxs y se lentificaron para otrxs, esta comunidad no se paralizó. Guardamos casa pero estuvimos juntxs. Nos dimos a probar saberes y sabores que lxs lectores podrán encontrar en cuanto pasen esta página.
Degustamos lo desconocido. Y así nos pusimos a salvo de lo familiar que, a la vez, fue nido. De las puras rutinas que también nos ordenaron.
Soporte Tecnológico y Redes :: Juan Ignacio Martínez
Asesor del Director :: Horacio Ruda
Asesora de Arquitectura Escolar :: Arq. Claudia Perazza
Asesor Letrado :: Julio Ferreiro
Consultora Médica :: Isabel Abramovich
Contador :: Martín Piscitelli
Equipo de Difusión :: Paula Abramovich, Lule Franco
ÁREA INSTITUCIONAL
Articulación con Escuelas Primarias :: Mimí Charlier
Articulación con Instituciones Terciarias y Universitarias :: Micaela Calo
MANTENIMIENTO
Polo Castillo, Néstor Rochi, Hernán Santoro, César Vallejo
COSAS QUE PASAN EN LAS TORMENTAS
por Martín Meschiany
Gente empapada que quiere llegar a su casa. Superficies de paraguas abiertos. Y paraguas que se dieron vuelta. El ruido atemorizante de los truenos. Ventanas empañadas. Gente que dibuja corazones en esas ventanas. Y otra que admira la tormenta. La luz blanca de los relámpagos. Y mucha agua.
Martín Meschiany es estudiante de 5° año 2020. El trabajo fue realizado en el Taller Inventalinguas. Foto: producción realizada en el Taller de Fotografía.
CADA VEZ
por Paula Barrera
Cada vez que veo el cuadro intento transformarme en aquella mujer en la mujer que desaparece cada vez que veo el cuadro. Cada vez que veo el espejo me encuentro con aquella mujer la mujer que se me pone enfrente cada vez que veo el espejo. Cada vez que veo el cuadro intento transformarme en aquella mujer la mujer que me encuentro cada vez que me miro en el espejo.
Paula Barrera es estudiante de 4° año 2020. El trabajo fue realizado en el Taller Inventalinguas. Ilustración: Violeta Muggeri, 1º año 2020, collage realizado en clase de Plástica.
¿Y SI HUBIERA TENIDO CELULAR?
Inspiradxs en una provocadora afirmación de Hernán Casciari (nada quedaría de las tramas clásicas si incluyéramos en ellas un simple celular), lxs chicxs de 1ero reversionaron una historia tradicional.
UN LOBO Y UN WHATSAPP
por Gonzalo Pallero Pedraglio
Había una vez una piba que quería mucho a su madre y a su abuela. Les ayudaba en todo lo que podía, sobre todo durante la cuarentena y, como era tan buena, el día de su cumpleaños la abuela le regaló una caperuza roja y una funda para su celular del mismo color. Como le gustaba tanto y llevaba las dos cosas a todas partes, todos la llamaban Caperucita roja.
Un día, la abuela de Caperucita, que vivía en el bosque, enfermó y la tuvieron que internar porque se infectó de COVID-19. Con esta triste noticia, la madre le pidió a Caperucita que le llevara una bolsa con medicamentos. Caperucita aceptó sin dudar, pero se fue llorando por la noticia.
-Por favor, tené mucho cuidado, Caperucita, no te olvides el celular y no te entretengas en el bosque. Llevá barbijo y mantenete a dos metros de distancia de las personas, incluso de tu abuela.
-Sí, mamá, no te pongas pesada.
La niña caminaba tranquilamente por el bosque con barbijo, alcohol en gel y papel higiénico, y escuchando su playlist preferida. Cuando el lobo la vio, se acercó y le habló medio a los gritos porque ella tenía los auriculares puestos.
-¿A dónde vas, Caperucita?
-A ver a mi abuelita que está enferma y tengo que llevarle esta bolsa con medicamentos.
-Yo también quería ir a verla. Pero lo malo es que me voy a contagiar, así que no te voy a poder acompañar. Yo que vos tampoco iría… Tal vez algún día de estos paso a verla, cuando mejore.
-¡Dale!
Caperucita, que no le creyó nada, le mandó un mensaje a la abuela para advertirle que el lobo se le podía aparecer por su habitación. Como la abuela solo le clavó el visto, decidió avisarle también al guardabosque.
Tal como se imaginó Caperucita, el malvado lobo llegó rápidamente al hospital y se metió por la ventana a la habitación de la pobre abuela.
-¿Quién es? -preguntó la abuelita cuando escuchó un ruido.
-Soy yo, “Caperucita” -dijo el lobo.
-Qué bien, hija mía -le dijo la abuela y escondió el celular en el bolsillo del pijama para que el lobo no se diera cuenta de que Caperucita le había mandado un whatsapp.
El lobo, sin perder tiempo, se abalanzó sobre la abuelita y se la comió de un bocado. Se puso su pijama y se metió en la cama a esperar a que llegara Caperucita.
La pequeña tuvo que convencer a los controles y explicarles que llevaba los remedios, porque le decían que debía volver a su casa por la cuarentena obligatoria.
Cuando al fin logró llegar al hospital, golpeó la puerta de la habitación.
-¿Quién es? -contestó el lobo tratando de afinar su voz.
-Soy yo, Caperucita. ¡Traigo la bolsa con tus medicamentos!
-Qué bien, hija mía. Pasá, pasá.
Antes de entrar, Caperucita pensó: ¡¡Este lobo cree que soy tarada!!
-¡Abuelita, qué ojos más grandes tenés!
-Sí, ¡son para verte mejor!
-Abuelita, ¡qué lindo celular que tenés!
-Sí, ¡para sacarte mejores fotos!
-¡Abuelita, qué orejas tan grandes tenés!
-Claro, son para oírte mejor…
-Pero abuelita, ¡qué dientes más grandes tenés!
-¡¡Son para comerte mejor!!
-¡¡¡Qué raro que tengas hambre si estás con COVID-19!!!
En cuanto el lobo escuchó COVID-19, se lanzó de la cama y salió corriendo espantado por el susto de haberse comido una persona con coronavirus. Y, al poco andar, empezó a las arcadas y devolvió a la pobre abuela envuelta en su asquerosa baba.
Caperucita, que salió corriendo detrás de él, llegó al lugar junto con el guardabosque, que acudió rápidamente porque la piba le había enviado la ubicación.
Por suerte la abuelita estaba bien y la regresaron al hospital para que se recuperara. A Caperucita la llevaron a su casa, le contó a su madre lo ocurrido y comentaron juntas que menos mal que Caperucita había llevado su celular y había tenido el coraje de enfrentarse al lobo.
El asqueroso lobo se quedó solo con sus miedos y nunca más se atrevió a acercarse a Caperucita ni a otra persona.
CAPERUCITA INFLUENCER
por Paula Blanco
En un pueblo regido por las redes sociales, vivía una jovencita de quince años bastante conocida en el lugar. Era un pueblo bastante chico, así que casi todos se conocían entre sí. Pero esa no era la razón por la que conocían a la chica. No, a ella la conocían como Caperucita. Se había puesto ese apodo haciendo referencia a la caperuza roja que siempre llevaba puesta.
En fin, Caperucita era influencer
Hacía videos en su casa de contenido variado; a veces cocinaba, otras veces contaba una anécdota, y así. Su principal público era el pueblo, pero también la seguían personas de otros lugares más alejados.
Un día, su madre le dijo que fuera a llevarle comida a su abuela. La viejita no podía salir. La cuarentena decía que los que estaban en el grupo de riesgo no podían salir de sus casas a menos que pidieran un permiso especial. Caperucita aceptó. Llevaba unas cuantas semanas encerrada y no le iba a venir mal estirar un poco las piernas.
Tomó la canasta que su madre le había preparado, tiró una historia de que iba a salir para darle unas cosas a su abuela, se puso el barbijo y partió. Su mamá le había dicho que fuera por el camino más largo, ya que era el más seguro. Caperucita le había asegurado que tomaría su consejo, pero en realidad lo que dijo su madre se le resbaló por la caperuza y quedó en el olvido. Terminó yendo por el camino largo, eso sí, pero no por decisión propia. Ella planeaba ir por el corto, porque el barbijo solo duraba noventa minutos. Pero por un error del Google Maps, había terminado yendo por la ruta más larga.
Quizá, en otra versión de la historia, el fallo de la aplicación la habría protegido del lobo, pero no en esta. Resulta que en el bosque también había señal, así que el lobo había visto la InstaStory de Caperucita. El lobo, que tenía un Iphone, en vez de usar Google Maps, usó la aplicación de Apple. Para su suerte, esta vez no hubo ningún fallo y pudo llegar a la casa de la abuela antes que Caperucita. Con todo esto del coronavirus, nadie salía de su casa. Él no tenía ningún problema, ya que la enfermedad no afectaba a los animales; pero si no había nadie afuera, no había nadie para comer, así que esta era la oportunidad perfecta.
Cuando llegó a la casa de la abuela, abrió la puerta de una patada y encerró a la abuela de Caperucita en el armario.
Para ese punto, Caperucita ya se había dado cuenta de que había tomado el camino erróneo, pero le faltaba muy poco y no tenía sentido buscar otra ruta. Estaba por llegar, cuando le llegó un mensaje de su abuela.
Por muy abuela que fuera, no era tonta. El lobo no sabía que tenía el modo de emergencia activado. Él la había encerrado sin el celular, pero no se había dado cuenta de que la abuela, al ver que el lobo había entrado en su casa, había apretado tres veces el botón de encendido. Eso le enviaba a los contactos seleccionados por el usuario, Caperucita entre ellos, un mensaje de alerta y un audio de lo que estaba pasando.
Caperucita, al escuchar el audio, supo que se trataba del lobo, así que en vez de entrar a la casa de su abuela, fue a buscar al leñador. El hombre vivía cerca de la casa de su abuela, así que no tardó demasiado en encontrarlo. Le mostró el mensaje de la abuela y ambos fueron hasta la casa para enfrentar al lobo.
Primero entró Caperucita. Pudo ver al lobo acostado en la cama, vestido con la ropa de su abuela. Se veía muy estúpido, ¿quién podía creerse que esa era su abuela?
-Hola, abuela -saludó.
-¿Caperucita? -preguntó el lobo, con una voz forzada.
-Sí, soy yo.
-Pasá, pasá, mi querida nieta.
Caperucita avanzó y dejó la canasta al costado de la cama.
-Abuelita, qué ojos más grandes tienes -dijo ella, fingiendo asombro.
-Son para verte mejor -contestó el lobo.
-Abuelita, qué orejas más grandes que tienes.
-Son para oírte mejor.
-Pero, abuelita, qué boca más grande tienes.
-Es para…
Pero no pudo terminar la frase. El leñador, que había entrado sigilosamente mientras Caperucita distraía al lobo, lo partió en dos con su hacha. Caperucita sacó a su abuela del armario y ella agradeció a su nieta y al leñador por haberla salvado.
Tuvieron bastante suerte de que ningún policía anduviera cerca, ya que los habría detenido por romper la cuarentena.
Caperucita volvió a su casa sana y salva. Y toda la historia, se convirtió en un #StoryTime para sus seguidores.
Gonzalo Pallero Pedraglio y Paula Blanco son estudiantes de 1° año 2020. El trabajo fue realizado en clase de Lengua y Literatura. Ilustración: Morena Borysowski, 4º año 2020, realizada en el Taller de Pintura.
¿Y SI HUBIERA TENIDO CELULAR?
CÁMARA LÚCIDA
por Rox Carini
Cuando era adolescente, debo haber comprado para regalar al menos treinta ejemplares del libro Retratos y autorretratos, de Sara Facio y Alicia D’Amico. Lo más increíble es que no me quedó ninguno…, me fascinaban las fotos y los textos escritos por los mismos fotografiados: Neruda, Cortázar, Mujica Láinez, Bioy Casares, Borges, Silvina Ocampo, Rulfo…, personajes increíbles.
De más grande, estudiando Artes Visuales en el IUNA, nos dieron para leer La Cámara Lúcida de Roland Barthes: ahí me explotó la cabeza, al encontrar que un filósofo podía entender tanto el arte de la fotografía. Y mi trabajo sobre eso se transformó en un libro con cientos de fotos personales, de acuerdo a las definiciones del libro.
Este año en la materia Artes Visuales, al trabajar géneros fotográficos, les pedí a lxs chicxs que además de buscarlos por las redes, sacaran ellxs mismxs imágenes de algunos géneros y, en particular, un autorretrato.
¿Esa imagen nos define?, ¿solo una parte? ¿Elijo objetos, escenografía, vestuario para mostrar mi imagen al mundo? ¿O simplemente es una postura, un instante que define la muerte de ese momento que jamás volverá a repetirse? Acá algunas obras de lxs artistxs.
Rox Carini es docente de Artes Visuales. Los trabajos fueron realizados en clase de Artes Visuales de 4º año 2020.
Lara Furer
Alejo Mortola
Florencia Safdiye
Morena Borysowski
Ián Caterbona Lee
Martino Doñate
Florencia Picón Faena
2+2 ES 4 Y DE DÓNDE SALEN LOS ÑOQUIS
por Valentina Álvarez Rossini
A los trece años escuché por primera vez la palabra dictadura. Había empezado el secundario en una institución muy distinta a la primaria católica a la que había asistido antes. Nunca nadie me había explicado lo que era un desaparecido y la palabra abuela no tenía ninguna connotación extra ni peso alguno. De alguna manera me compré un pasaje de ida a ese terreno insoportable de cuestionar las cosas. Tuve el gran privilegio de acceder a una educación donde las materias relacionadas con las sociales no implicaron un cúmulo de datos, fechas o convenciones sino que estimularon el pensamiento crítico. Creo que en parte ésta es la razón por la cual por un tiempo mi yo de diecisiete años, en ese trajín de decidir qué quería estudiar (nunca decidir si quería estudiar, claro) imaginé que debía dedicarme a la antropología, a letras, o filosofía, pues me había convertido en una persona crítica y sensible; y a eso se dedican las personas críticas y sensibles. Cuando estaba por egresar, me puse a dar clases particulares de matemática a pibes más chicos. Necesitaba
un poco de plata porque quería irme de viaje y se me daban bien los números y explicar procedimientos. Para mí, implicó una responsabilidad un poco más grande que la de simplemente explicar algo bien. Si tenés adelante tuyo un pibe un 16 de febrero que está a punto de repetir y sabés que poner una letra distinta a lo que está acostumbrado a ver puede desencadenar una catarata de frustración, es mejor ir con mucha tranquilidad.
Una changa transitoria me había enseñado una cosa que espero aplicar toda la vida: nunca dar por sentado que la gente sabe algo. “¿Sabés sumar fracciones?”, “¿sabías que si yo en lugar de una X acá ponía una T es lo mismo?”. Enfrentarte a alguien a quien le enseñaron toda su escolaridad que la matemática es difícil y que si no le sale algo es un tarado, no es algo para tratar así nomás. Desde mi lugar no-docente siempre intento explicar que la matemática no es difícil. O mejor dicho, es tan difícil como construir una mesa, cocinar una torta o tejer con dos agujas. Aprender un procedimiento para rendir una
prueba del secundario no es difícil. Es más, si buscás en YouTube “función cuadrática” te aseguro que encontrás al menos cincuenta videos distintos explicándola en menos de quince minutos. En este caso, la labor de un formador (y no lo quiero poner en términos de “bueno” y “malo”, porque uno puede tener ganas de enseñar con todo el amor y dedicación del mundo pero una currícula de dos horas por semana y un programa con el que cumplir no lo permiten) es poder enseñar pensamiento crítico mediante un conocimiento que parece ser lo más cuadrado y estructurado del mundo.
El pensamiento crítico puesto en práctica a través de la ciencia “dura” es recontra posible. Estoy en los primeros años de una carrera de ciencia “dura” y ya siento el cerebro enchufado de otra manera. Estoy empezando a construir una cajita de herramientas que de dura no tiene nada y me ayuda a poder preguntarte “¿por qué?’’ ante todo, y, llamativamente, de una manera muy parecida a la que me enseñaron a cuestionar la historia.
Tengo que admitir que, por más contenta que me ponga entender la ciencia desde esta perspectiva, también me entristece un poco ver la falta de este pensamiento crítico y sensibilidad social en muchas de las personas con las que comparto mi formación. Creo que, en parte, tiene que ver con lo que pensaba yo a mis diecisiete años: se piensa que la gente que dedica la vida a la ciencia (o a la docencia de esta) está encerrada en un laboratorio o en un aula sacando cuentas como una maquinita en piloto automático; y una persona con ese destino no necesita preocuparse de huevadas sensibles.
En el ingreso a la carrera, hablando con compañeros, el tema de discusión era a dónde se querían ir todos cuando se recibieran. “A mí me gustaría quedarme acá…”. De repente era un marciano. Era inentendible que alguien que estudiara seis años decidiera quedarse acá para ganar “dos mangos” (porque también tenemos una visión muy sesgada de una ciencia únicamente para la exportación y para una industria localizada en potencias mundiales). Unas semanas atrás me desperté leyendo a una horda de gente (muchos de la comunidad científica) desprestigiando el trabajo de Adrián Paenza. Adrián Paenza es una de esas personas que enseña que entender y hacer matemática no es fácil, pero como no es fácil aprender a hacer la gran mayoría de las cosas por primera vez. Es una figura que permite popularizar el conocimiento y sacarlo de la academia para hacerlo accesible. Porque recordemos: tener una universidad pública no la hace accesible para todo el mundo y democratizar el conocimiento por fuera de las instituciones nos hace, entre otras cosas, más autónomos.
En fin, a mucha gente no le gusta eso. A mucha gente le gusta que el científico sea un iluminado con delantal blanco y pipeta en la mano y que sea totalmente inalcanzable, “porque yo, que estudié años para esto y me metí en un sistema tan hostil como la academia, no puedo permitir que el populacho sepa cosas que yo estudié con sudor y lágrimas”. Porque parece que sufrir algo lo vuelve más respetable, y un boludo aprendiéndose veinte cifras de Pi (algo que, siento decirle, puedo averiguar en Google en medio segundo) la tiene más grande que alguien que aprendió una demostración en la TV Pública.
En tiempos de pandemia se está poniendo un poco en juego esto. Todo el tiempo se está hablando de que falta gente que estudie ‘’ciencia dura’’ cuando después son esas personas a las que se les da la espalda cuando se necesitan recursos para investigar. Con una ridiculización constante del ‘’ñoqui’’ que investiga en el sector público, con un sistema educativo que te vive diciendo que la ciencia es difícil pero que, a la vez, si no la entendés, sos tonto, y con un prejuicio creciente que predica que dedicarse a la medicina tradicional y a la ‘’ciencia hegemónica’’ es ‘’venderse’’; ¿cómo se espera que un chico que recién sale del secundario tenga deseo alguno por estudiarla?
En este momento tan particular, es urgente pensar cuántos y qué tipo de científicos queremos tener en el futuro para poder ser soberanos y un poco más libres en un país donde podamos acceder todos al conocimiento y a llenar nuestra cajita de herramientas para cuestionarnos y construirnos de la manera que lo deseemos.
Valentina Álvarez Rossini es egresada 2018. El artículo fue publicado en la versión digital de revista Minerva, Nº11, septiembre 2020. https://minervarevista.com/ Foto: Antonia Dávila, 1º año 2020. Realizada en el Taller de Fotografía.
LIST OF THINGS TO DO IN AN ELEVATOR
por Joaquín Miller
Look around, observe carefully the four walls in which you are trapped. Even though there’s not much to look at.
Sigh silently, not loudly. Otherwise you might create an awkward environment, as the other passengers may give you “the look”.
In case of being the only person in the elevator, bounce around like a pinball until symptoms of dizziness appear.
If you can locate a camera inside the cubicle, look straight at it in the remaining time of your trip. In this way, security will get confused/uncomfortable.
Last but not least, if your wish is to puzzle the rest of the individuals inside the elevator, ask the time, and once you have received an answer, look at your watch.
Joaquín Miller es estudiante de 3° año 2020. El trabajo fue realizado en clase de Inglés (Advanced I). lustración: Morena Borysowski, 4º año 2020, realizada en el Taller de Pintura.
SILENCE
En el marco del proyecto “Instapoetry”, en la clase de Inglés se leyeron poetas que publican sus obras en plataformas y redes sociales. Luego, lxs chicxs escribieron sus propias producciones.
por Catalina Costa
Silence is louder than a fork against a porcelain plate. Like a secret you don’t want to hear, silence says it all without speaking. The words I haven’t said yet pacified, rest in silence waiting to create an unknown stage.
Silence can sometimes be so aggressive that even letters run away because they are afraid to be said.
Silence doesn’t wear clothes or make-up it’s more sincere than Simon Cowell. Silence can be the best medicine, and the worst pain at the same time.
Breaking silence takes courage, refraining from talking doesn’t match brave people.
Catalina Costa es estudiante de 3° año 2020. El trabajo fue realizado en clase de Inglés (Advanced I). Foto: Natalia Zabielewicz, 2ºaño 2020. Realizada en el Taller de Técnica y Expresión Fotográfica.
UNA DE SAL Y TRES DE
“Bueno, la cosa comienza así: 250 gramos de harina en la mesada limpia, 150 centímetros cúbicos de agua, una cucharadita de sal y tres de aceite. ¿Preparades? Atentis que hay que darle bastante, eh?”, Meli Cerezo, profe del Taller de Cocina, da sus primeras indicaciones y listos ya para comenzar con el amasado. 17.30 de un jueves de octubre y, para cuando es dada esta largada, ya hace rato que cada cual viene adelantando lo que será el relleno de las fajitas por cocinar: Olivia, de 4to, pica morrón y cebolla y Valentín avanza su mezcla de tomate y zapallitos. A Carola se la ve concentrada en una sartén, en lo que -sabremos después- es una carne con porotos negros y arroz especiado. De fondo, en cada uno de los cuadraditos del Zoom, asoma la cocina de cada casa.
Hoy es día de emular un MasterChef y la idea es que estos tacos-fajitas-rapiditas (como usted guste llamar) sean acompañados por lo que cada chicx decida crear. Al final, más o menos en dos horas, la familia será jueza y cenadora. Teo preparó una pasta de frijoles que piensa combinar con pollo picante, palta y lechuga. Ine, de 4to -en un rapto espectacular de creatividad vegetariana- va por cebolla, choclo dulce y jengibre. Tras todo el proceso, que terminará más allá de las 19.30, quedan listos los manjares para la cena.
No es la primera vez que hay Taller de Cocina en el Cole. Pero sí la primera en que las clases son en casa: en el espacio de cada unx, con las mascotas merodeando y las familias pispeando, ayudando, entrando y saliendo de las cocinas. Pantalla de por medio, hay tarea artesanal, manual, cotidiana. Materialidad y manos en la masa. “Profe, ¿la ves?, ¿no está medio chicle todavía? No se me está armando”, pregunta preocupada Florencia, acercando la masa a la cámara. “Vos la tocás, ¿y qué sentís, Flor? ¿Chicle? ¿Grumos?... Dale más harina, dale. Y levantate, Flor, parate, amasá parada, es fundamental”, insiste Melisa. Valeria, de 3ero -que parece ya cocinera experimentada- aporta consejos desde el recuadro de al lado y le sugiere volver a lavar y secar sus manos, llenarlas de harina y probar otra vez.
“Denle con ganas, ¿eh?, con amor y con ganas… Estiren, estiren y estiren, como cuando hicimos los ñoquis”, arenga la profe. El taller cumple su casi año de vida: y hubo ñoquis, helados, bizcochitos, brownies, tallarines, y otras tantas recetas propuestas cada vez. Acá hubo que aprender a cortar un ajo, a integrar en la cotidianeidad medidas de gramos y tazas, y aprender, también, a esperar los tiempos
de los procesos. Cuenta la leyenda, por ejemplo, que una vez la profe colgó en el aula virtual una receta y escribió 500 kg en lugar de g. Conrado, estudiante de 2do, tras buscar a cuántas tazas equivalía esa cantidad, anunció con respeto a su docente que creía encontrar ahí una equivocación.
En algunas clases hubo incluso quienes se animaron a hacer de profes y crear recetas propias. “Le pusimos nombres nuevos a técnicas para amasar o para cortar -cuenta Melisael cortado juliana de la cebolla ahora se llama, por ejemplo, cortar como arcoíris. Y el amasado, es amasado almohadita, porque es con la parte almohada de la mano”.
Y mientras se amasa almohadita, se charla: que qué tal tal o cual materia, cómo anda tu perro, qué serie venimos mirando, o si te amigaste con tu hermanx que te habías peleado la vez pasada. Este es el Grupo 2, el de los jueves. En el 1, el grupo de los miércoles, lxs chicxs más chicxs –de 1ero y 2dohacen lo propio. En total, son setenta estudiantes lxs que este año se sumaron a la propuesta. Los avances, notables: Lucas preguntó la primera clase cuál de las cuatro hornallas había que prender porque él solo sabía cómo encender una. Hoy cocina tallarines para todxs en su casa. Lxs chicxs buscan y crean recetas, ganan autonomía para combinarlas, reemplazar ingredientes y hacer la comida para sus familias. Tal vez, hay hasta algún regalito para enviar a abuelxs o tíxs; y dicen por ahí que incluso algunxs vecinxs esperan también con ansias el taller cada semana.
“La verdad es que al Taller de Cocina me uní casi de rebote. Porque iba a ir al de Cerámica, pero se me complicaba mucho. Vi en la web que había uno de cocina y pensé: y… ya con quince años, sería momento de ir aprendiendo a cocinar lo básico. Mis viejos también se coparon. Decidí ir y me gustó mucho. Me siento cómodo, las recetas me gustan y, en general, son simples, no llevan mucho mucho tiempo de cocción. Las podemos hacer en la misma clase y comer a la noche. Mi receta favorita fue el chipá. Nunca lo había hecho en mi vida; mi abuela hace un chipá buenísimo y quería ver si lo podía equiparar de alguna manera”.
Teodoro Sajnovsky, 3er año
CÓMO HACER FAJITAS
• Colocar en un bowl: la harina, sal, aceite, agua y mezclar bien todos los ingredientes.
• Amasar levemente hasta lograr una masa pareja.
• Dividir en aproximadamente 15 bollitos.
• Dejarlos descansar unos 15 minutos tapados con un trapo.
• Tomar un bollo, enharinar la superficie y estirar con palo de amasar hasta lograr un espesor fino de aproximadamente 2 mm.
• A medida que vayas estirando, dejar las tortillas sobre una superficie enharinada para luego pasar a cocinarlas una por una.
• Precalentar una sartén del mismo o mayor diámetro que el de las tortillas.
• A fuego fuerte y sin aceite ponerlas de a una a cocinar, 30 segundos aproximadamente de cada lado.
“Para mí el Taller de Cocina fue como un recreo de la escuela más académica y también de los otros proyectos y talleres, sea dentro o fuera del Colegio. Es como un momento de despejarse de todo el resto. Para cocinar algo rico, para comer más tarde o después. A mi abuela y a mí siempre nos gustó mucho cocinar juntas. Pero no pasábamos de hacer una torta o un budín. Me gusta porque puedo aprender a hacer cosas nuevas, que repito seguido. Cuando tengo tiempo y ganas me gusta cocinar para mí y para mi familia. Sé que mi familia siempre está esperando que sea jueves para que yo cocine. Saben que va a haber algo rico para comer”.
Inés Melamud, 3er año
“Me gusta el taller porque me encanta cocinar, sobre todo cuando tengo la cocina vacía y entera para mí: me pongo a batir, a prender el horno, a preparar los ingredientes. Es algo que me fascina. Acá en mi casa casi todos somos de cocinar; como en muchas familias, el momento de comer es un momento de juntarse todos, aunque a veces no se pueda porque alguno está trabajando. Y también el momento de cocinar, el previo a comer, incluye también un montón de amor puesto en la comida. Eso también me encanta: yo quería devolverle algo de eso a mi familia; y como no soy muy buena cocinando, quería aprender algunas técnicas, recetas que pudieran ayudarme.
Mi receta favorita fue el budín de limón, lo hice más de una vez. Acá en casa se bajan los budines de una manera…, nos encanta el limón. Yo le agrego jengibre, ralladura de naranja y todo lo cítrico que le da como un punch”.
Carola Martínez Schwartz, 3er año
VEINTE VEINTE
II
I
Descubrí varias cosas. Una de ellas es algo que creo nos pasó un poco a todos: comenzamos a observar más a nuestros vecinos, a la gente que tenemos más cerca.
En cualquier lugar hay gente haciendo cosas, gente que piensa que nadie los está viendo. Es como que te metés un poco en la intimidad de quien tenés muy cerca, pero a quien nunca en tu vida habías pensado como alguien cercano. Ahora, de a poquito, vas conociendo a tu vecino…
Solitaria se encuentra la ciudad. Creativos, algunos, los que sacan sus cabezas por los balcones, tratando de encontrar algo distinto, algo que les dé esperanza.
Plazas silenciosas, vacías. Su esencia tomó un descanso.
Adrenalina y euforia se toman una pequeña siesta, como los osos en invierno, temporal e inoportuno.
La lluvia no tiene quien la sostenga, no tiene en quién caer.
(Delfina Spaccavento)
III
Esta es una de las listas que nos manda mi abuela cada vez que necesita algo. Antes era ella la que nos compraba cosas ricas y nos invitaba a su casa para que las comiéramos. El otro día me dijo: “si no es por tu papá, yo no comía, le tengo chuchi al bicho”. Así de exagerada. El otro día fue su cumpleaños y se hizo su torta favorita.
(Manuela Gené)
(Kim Johansen)
En las miradas
Desconfiadas del chino
Hacer la cola
En los balcones
Revelando música De mis vecinos
En los mensajes
De “te extraño mucho”
Angustia feliz
En la memoria
Se me pierde el tacto Escudo de piel.
(Miranda Myndlis)
Todos los domingos, sin excepción, la familia del 1ºB sube a la terraza para merendar. Quizás alguna vez habíamos conversado en el ascensor. Ahora ya es rutina. A eso de las 5, charlamos a la distancia. Hasta puedo ver el momento en el que Toto, el hijito de seis, se larga a andar por primera vez en su bici sin rueditas.
(Lola Estrada)
VI La almohada clic del velador el ya se hizo tarde
arrastrar los ojos hasta el baño descoser los párpados con el agua un buen día perdido por el pasillo el mate cocido con miel suspirando humito en la mesada.
(María Paz Riva) VEINTE VEINTE
VII
Desde este pedazo del cielo de mi patio: colores y ruidos de la ciudad. El día a día, en cuarentena. Mis vecinos. Un profesor de música, un padre, una nena. (Helena Bedrossian)
(Valentina Manfredi)
EL PROBLEMA DE LA BALANZA
por Lucía Franke
En el Taller “Ciudad, tenemos un problema”, chicas y chicos resuelven problemas matemáticos de ingenio, de pensamiento lateral. Además, se entrenan para las diversas instancias de certámenes que organiza todos los años la Olimpíada Matemática Argentina. Compartimos acá con ustedes una serie de problemas que comenzamos a pensar desde los primeros encuentros, y que nos llevaron mucho tiempo, discusiones y acuerdos.
“Hay 7 bolas que parecen iguales pero una pesa diferente. Utilizando una balanza de dos platillos, ¿cómo se puede saber cuál es la que pesa diferente usando únicamente tres veces la balanza?”.
Después de haberlo resuelto entre todos y todas, encontramos un problema similar…
“Hay 9 bolas que parecen iguales pero una pesa diferente. Utilizando una balanza de dos platillos, ¿cómo se puede saber cuál es la que pesa diferente usando únicamente tres veces la balanza?”.
En nuestros debates nos encontramos con que hay varias formas de resolver este tipo de problemas. Les presentamos algunas resoluciones posibles e invitamos al lector a pensar si se le ocurre alguna otra:
Primero, enumeramos las bolas: 1; 2; 3; 4; 5; 6; 7; 8; 9. Y luego:
OPCIÓN 1
Pesada 1) 1, 2, 3 = 4, 5, 6. Esto quiere decir que la bola 7, 8 o 9 pesa diferente.
Pesada 2) 7 = 8. Esto quiere decir que la 9 es la diferente.
Pesada 2) 7 < 8. Esto quiere decir que la 7 o la 8 es la que pesa diferente.
Pesada 3) 7 = 1. Significa que la bola 8 es la diferente.
Pesada 3) 7 < 1 o 7 > 1. Significa que la bola 7 es la diferente.
OPCIÓN 2
Pesada 1) 1, 2, 3 < 4, 5, 6. Esto quiere decir que las bolas 7, 8 y 9 pesan lo mismo.
Pesada 2) 1, 4 > 2, 5. Esto significa que las bolas 3 y 6 pesan lo mismo, y la 1 y 5 también. Entonces, la bola que pesa diferente es la 4 o la 2.
Pesada 3) 2 = 1. Significa que es la bola 4.
Pesada 3) 2 < 1 o 2 > 1. Significa que la bola 2 es la diferente.
OPCIÓN 3
Pesada 1) 1, 2, 3 < 4, 5, 6. Esto quiere decir que las bolas 7, 8 y 9 pesan lo mismo.
Pesada 2) 1, 4 = 2, 5. Por lo tanto, la bola diferente es la 3 o la 6.
Pesada 3) 3 = 5. Significa que es la 6.
Pesada 3) 3 ≠ 5. Significa que es la 3.
OPCIÓN 4:
Pesada 1) 1, 2, 3 < 4, 5, 6. Esto quiere decir que las bolas 7, 8 y 9 pesan lo mismo.
Pesada 2) 1, 4 < 2, 5. Esto quiere decir que es la 1 o la 5 la diferente.
Pesada 3) 5 = 7. Significa que la diferente es la 1.
Pesada 3) 5 > 7 o 5 < 7. Significa que la diferente es la 5.
No conformes con resolver el problema para 7 y para 9 bolas, fuimos por uno aún más complejo:
“Hay 13 bolas que parecen iguales pero una pesa diferente. Utilizando una balanza de dos platillos, ¿cómo se puede saber cuál es la que pesa diferente usando únicamente tres veces la balanza?”.
¿Se animan a resolverlo?
Lucía Franke es docente de Matemática y coordinadora del Taller “Ciudad, tenemos un problema”.
ORÁCULOS PROFANOS
A partir de la lectura de Antígona de Sófocles, en 3ero nos preguntamos por el destino, y jugamos a escribir oráculos propios en respuesta a preguntas de otrxs.
EL TIEMPO
por Malena Wilkis
El tiempo tiene un reloj que corre una hora adelante.
El tiempo jamás sueña.
¿Acaso nos ordena, o es que nos hace volver cada vez más locos?
El tiempo nunca llega tarde.
Vive en la casa de al lado.
EL DESTINO Y LOS DESAYUNOS
El destino te dará café. Te dará fetas de queso y las comerás bajo un cielo despejado. Habrá un paréntesis, para que puedas elegir entre una tostada o una manzana. Será tu merienda, será tu cena, o tu desayuno: lo decidirás vos, pero el destino va a estar mirando.
Malena Wilkis es estudiante de 3° año 2020. El trabajo fue realizado en clase de Lengua y Literatura y formó parte de la propuesta multidisciplinaria “Que el destino hable por mí”, en articulación con la asignatura Tecnología de la Información. Foto: Catalina Costa, 3º año 2020. Realizada en el Taller de Técnica y Expresión Fotográfica.
MI ABUELO DEL MAR
por Miranda Myndlis
I.
El cálido encuentro en el beso de las buenas noches. Tenerle miedo a las noches. Al momento en el que las pupilas se vuelven nuestras enemigas y los sacos colgados se transforman en criaturas de lo más tenebrosas. Todo niño sabe que asomar un pie fuera de la sábana puede costarle la vida. Es un miedo que solo se cura con un cuento. Pero no uno cualquiera, uno inventado. Esos son los mejores, los que te dejan pensando en cómo seguirá la historia. Son aquellos la puerta del sueño cuando este no se puede conciliar. Una vez empezado el sueño de los más pequeños, las conexiones no son del todo claras, parecen lianas, un caos natural por donde los niños se van balanceando como Tarzanes, colgándose de deseo en deseo. Lamento asegurar que el miedo no cesa una vez dentro de los sueños. Aparece un segundo miedo, con otro nombre y edad distinta, otro humor, otras mascotas. Este tiene en la entrada de su casa a cuatro perros-pantera negros, gigantes, aterradores. El segundo miedo lamentablemente crece con nosotros. A lo largo de su vida (y la nuestra) va cambiando tanto su casa como sus guardianes. A veces vive en castillos embrujados, en edificios vacíos y hasta en una casa de playa, pero siempre lleva una identidad escalofriante. A estas residencias se las conoce como pesadillas y esta noche, Juan tendrá varias.
II.
Estoy solo en una balsa en el medio del océano. Me rodean cuatro tiburones, cinco anguilas eléctricas y por debajo hay pirañas esperando para devorarme. Se acerca una tormenta que empieza por poner a las olas cada vez más violentas. Lloro, grito, pido socorro (ruidos de llanto y grito). Mi balsa desaparece y me hundo en el agua. Quiero nadar pero mis extremidades no me hacen caso. Me ahogo. ¡ME AHOGO! Abro los ojos debajo del agua y veo a los animales listos para atacarme. Pero cuando el tiburón intenta dar el primer tarascón, se golpea con un vidrio que me protege. Me doy cuenta de que estoy encapsulado. Estoy dentro de una botella. La marea comienza a revolearme de un extremo del envase hacia el otro. Mareado, me revuelco, choco contra el vidrio y una nueva ola me sacude llevándome hasta la orilla.
Arriba, Juan, arriba, Juan, que hay que ir a la escuela, ay no, mamá, ay no, mamá...
III.
-¿Cuál es tu cosa favorita en el mundo, ma?
-¿De todo?
-Sí, de todo.
-Mmm, cuando el abuelo Lito nos llevaba a Marcos y a mí a comer chivitos en Uruguay; después íbamos a caminar a la playa y a la vuelta dormíamos una siesta en el auto.
-¿Qué es un chivito?, y ¿cómo es el abuelo Lito?
-Es como un sanguche, Juan, algún día te llevo, pero primero terminá el desayuno.
-¿Y lo del abuelo Litoooo?
-Ehhh, tu abuelo no habla mucho… Cuando decía algo era para quejarse nada más. No le gustaban mucho los nenes, ¿sabés?
-¿Él nunca fue un nene?
-(Suspiro) Llegó la edad del interrogatorio… Sí, Juan, todos fuimos nenes pero algunos la pasaron mejor que otros, entonces se quedan con eso de grandes.
-¿O sea que el abuelo Lito la pasó mal de chiquito?
-No sé, Juan, pregúntale a él, terminá la leche que así salimos…
IV.
Es domingo. Son las 10, horario en el que le gusta salir a comprar el diario. El día está soleado. Ve con rechazo a las familias que se van acercando a la playa. Esquiva a los niños concentrados en su tonto juego de persecución. Al llegar al local de revistas, saluda al dueño con la cabeza. Luego de tantos años se puede decir que le cae bien. Además, le hace algún que otro descuento. Intercambian pocas palabras, que el viento norte, que el parador cierra… Se sienta en el banco a leer el diario, con el mar en frente. Disfruta mucho ese momento de la semana. Al terminar de leer las noticias, le gusta dar un paseo por la orilla. Luego de pasar las carpas y arrasar un par de castillos de arena, se quita las sandalias para sentir el agua en los pies. La tranquilidad que consiguió mirando el horizonte se interrumpe cuando un objeto choca contra su pie izquierdo. Es una botella de vino. Intrigado, la destapa encontrando en su interior una carta intacta.
V.
Hola, abuelo Lito:
Soy Juan, tu nieto. Ayer cuando desayunaba, mamá me habló de vos y me dijo que no te gustan los nenes. ¿Yo no te gusto? Tengo muchas preguntas en realidad. Acá va una lista.
1. ¿La pasaste mal de nene?
2. ¿Dónde estás?
3. ¿Me llevarías a comer un chivito?
4. ¿Por qué hablás poco?
5. ¿Te gusta jugar a las canicas? Yo soy muy bueno.
6. ¿Qué pasó que no la ves a mamá ni a mí?
Juan.
Para escuchar esta y otras novelas, escanear el siguiente código. Miranda Myndlis es estudiante de 4° año 2020. El trabajo fue realizado en clase de Lengua y Literatura y formó parte de una propuesta multidisciplinaria junto a la asignatura Tecnología de la Información para la producción de novelas para escuchar.
Ilustración: Lola Aráoz Morini, 4º año 2020, realizada en el Taller de Pintura.
FORMAS
por Ciaro Spinettarera
La forma en la que las palabras se saludan
La forma en la que el ajedrez se come a sus fichas
La forma en que los cables se conectan al sudor
La forma en la que el cubo rubik se cansa de esperar
La forma en la que el tenedor juega a ser Poseidón
La forma en la que los dvd se hacen carátulas de palta
La forma en la que las ventanas son indiscretas, materializadas en cal
La forma en la que las agujas del reloj giran en busca de agujeros de tela
La forma en que los origamis remarcan que somos todos papel
La forma en la que los píxeles quieren crear fórmulas a tu vista
La forma en que existimos
Ciaro Spinetta es estudiante de 2° año 2020
El trabajo fue realizado en el Taller Inventalinguas. Foto: Martina Sicorsky, 1º año 2020. Realizada en el Taller de Fotografía.
UNA ESCUELA EN LA NUBE
¿Es un maestrx un domesticador de brutales bestias?
¿Un fuerte fuego de fósforo?
¿Un duro durazno dulce de engañar? Tal vez.
Sin dudas, alguien que acompaña la dignidad de los corazones inseguros con unas pocas miguitas de pan y una flota de flautas a la que no le faltan manzanas.
Por eso, para quienes inauguran historias idas en una degustación del instante infinito, para quienes se convirtieron en intrusxs respetuosxs habitando una escuela hecha en las nubes, para quienes transforman el tiempo (ese invento del humano para sentir la inquietud del paso de las horas), con su dulzura administrada en palabras y exploran toda forma viviente de focalizar al estudiante físico.
Para ellxs va nuestro deseo -hecho de palabras delirantes (pero no por eso menos dulce)de un feliz día.
Producción colectiva realizada en el Taller Inventalinguas. Día del maestrx. Septiembre 2020.
Ilustración: María Belén Lamas Bermúdez, 5º año 2020, realizada en el Taller de Pintura.
SOBERANÍAS
SOBERANÍA
POLÍTICA EN EL MUNDO GLOBALIZADO
LO QUE A LA MANO INVISIBLE SE LE VA DE LAS MANOS
por Rocío Wegman
En un mundo como el actual -conectado, relacionado, dependiente- fue posible la veloz expansión de un virus que desembocó inevitablemente en una pandemia. En definitiva, con lo positivo y lo negativo que sea que implique, vivimos en un mundo globalizado en el que viajan personas, ideas, enfermedades, amenazas, médicos y datos. Velozmente, y de un país a otro.
Hoy, solo con un clic, podemos saber la cantidad exacta de contagios por COVID-19 registrados en Estados Unidos hasta el momento o conocer la cifra oficial de fallecidos en Brasil por este mismo motivo. Vemos videos, números, fotos, discursos, estadísticas. El bombardeo de información sobre los acontecimientos nos hizo entender pronto a lxs argentinxs la gravedad del asunto que se acercaba.
Sin embargo, las diferencias en las realidades y decisiones que han tenido lugar a lo largo del mundo fueron abismales. ¿Cuarentena obligatoria?, ¿cuarentena sugerida? ¿Economía y/o salud? ¿Subsidios estatales? Las muertes por el virus y los problemas financieros fueron y son devastadores. Entramos en un terreno desconocido, que trajo consigo pérdida segura: la idea de salvarnos todxs se volvió casi imposible y está a la orden del día el infinito debate respecto de qué es lo que se debe priorizar.
Personalmente -ante mi desconocimiento sobre el virus y sobre los hechos en toda su profundidad- entiendo mi incapacidad de responder con certeza a esa pregunta. En su lugar, me
surge otra, cuya respuesta tal vez sí podríamos ensayar: ¿se soluciona este problema a través de la libertad individual y el libre juego de la ley de oferta y demanda?
Doy por hecho que hablamos de una situación que sobrepasa absolutamente la normalidad a la que el modelo de un Estado liberal refiere. Comprendo que hay diferentes posturas dentro de la misma corriente, pero creo relevante señalar que el Estado debe actuar y hacerse presente no solo ante contextos críticos como el actual sino también ante muchos otros fenómenos -como, por ejemplo, la crisis climática- que una economía controlada por los mercados no es capaz de resolver. Existen numerosos factores que este paradigma económico no tiene en cuenta, que quedan excluidos por esa lógica, y que son esenciales para el bien estar de cualquier sociedad.
Creo que el Estado tiene que actuar, y tiene que tener la estructura y los recursos necesarios para hacerlo. Podemos sostener que debe brindar aquellos cuidados médicos que permitan que la economía siga funcionando, o declarar la cuarentena obligatoria y auxiliar a quienes no pueden trabajar, sea por la cuarentena o por el virus. En cualquier caso, pienso
que no podemos concebir la economía y la salud por separado. Es necesaria una economía que funcione correctamente para sostener el sistema de salud y, a la vez, es necesaria la salud de las personas, para que puedan trabajar y poner la economía en funcionamiento. La elección respecto del mal menor es difícil e insegura. Lo certero, en esta situación de crisis, es la necesidad de un Estado presente.
Dicho esto, ¿por qué comparar el fenómeno de la pandemia con el del cambio climático? Hay algunos puntos en común. Tanto el COVID-19 como la crisis climática responden al carácter de fenómeno natural, fenómeno que a su vez es producto de la forma en la que como sociedad nos organizamos, alimentamos y relacionamos. Ambos tienen también un efecto directo sobre nuestra sociedad y una gran cantidad de víctimas. En el marco de un sistema que se rige por intereses individuales, aspectos como el calentamiento global y la salud de la población quedan relegados en un segundo plano.
Sin embargo, la analogía no es dada como objetivo en sí mismo sino como recurso que articula una crítica al modelo de Estado liberal. Hablamos así de dos fenómenos que están en relación directa con la economía y que precisan de la acción urgente de un Estado que priorice esas problemáticas por sobre la obtención de ganancias. Es decir: estos son dos ejemplos, y no excepciones, de los muchos y constantes fenómenos para los que el funcionamiento liberal no tiene respuesta. La complejidad de una sociedad y una naturaleza que se le va de las manos a la gran mano invisible.
Sin una institución que venga a cuidar de la salud, del ambiente y de la pobreza extrema, no es posible sostener un sistema funcional. Hoy la pandemia es un ejemplo evidente: pero no es el único ni el primero; tampoco será el último.
GUERRA FRÍA 2.0
UNA PARTIDA EN EL TABLERO TECNOLÓGICO-GEOPOLÍTICO: POTENCIAS EN DISPUTA POR EL CONTROL DEL 5G
por Estefanía Alvarez Milite
Si bien el siglo XXI comenzó lejos de las expectativas que mostraban los filmes de ciencia ficción (como “Volver al Futuro” y sus máquinas del tiempo), el nuevo siglo sí se destacó por innovaciones en lo que hace a la generación y apropiación de la riqueza. En pocos años se constituyeron nuevos grandes monopolios vinculados al universo informático: software, datos y bioingeniería. Empresas como Google, Apple, Facebook, Amazon y Microsoft -apodadas las “cinco gigantes”- dominan el mundo digital y son ejemplo vivo de este fenómeno.
Hoy, tras veinte años desde ese inicio, los cambios tecnológicos que hemos visto superan los alcanzados por cualquier otra civilización moderna. Es una realidad: el big data y la Inteligencia Artificial (IA) son fenómenos presentes en todos los aspectos de la globalización y en nuestras vidas cotidianas. Esta tendencia se incrementó aún más en los últimos años, con la masificación de las aplicaciones de IoT (Internet de las cosas) y de IA, principalmente algoritmos de Machine Learning, como lo son los utilizados en el reconocimiento facial y en los autos de conducción automática.
Sin embargo, lo cierto es que la revolución digital que observamos es solo la punta del iceberg: el verdadero caballo de carreras al que todos están apostando es la red 5G. ¿Qué es lo que hace a esta quinta generación de tecnología móvil distinta a sus antecesoras y por qué hay naciones interesadas en ella? Tal vez sean su altísima velocidad de conexión, su ínfimo nivel de latencia o su exponencial posibilidad de dispositivos conectados algunas de las razones que expliquen que dos magnates globales estén en disputa por la misma. Por añadidura, la red 5G es la primera en su “familia” dirigida hacia sensores, robots, vehículos autónomos y otros dispositivos que se alimentarán directamente de esta fuente. Estas son las expectativas y promesas que la tecnología de élite nos presenta en su aspecto teórico y “políticamente correcto”. Profundicemos.
Como toda mercancía, la red 5G tiene un valor. ¿Monetario?
No, su valor se mide en su capacidad de transmisión y almacenamiento de datos. Aquí entra el trasfondo y el aspecto práctico del asunto, cuya comprensión debe considerar el hemisferio occidental y el oriental: China y Estados Unidos son dos piezas de un rompecabezas que debe unirse para que el ambicioso proyecto se complete.
Las circunstancias actuales se asemejen a una partida de ajedrez donde el objetivo es poner en “jaque” al adversario. Mientras EEUU es líder en software y contenidos digitales, inevitablemente, es dependiente, a su vez, de la artillería tecnológica de China, quien cuenta con la infraestructura necesaria para que la red funcione. Por eso es una lucha pujante, en la que ni Trump ni Xi Jinping quieren dar el brazo a torcer. Quien tenga soberanía sobre esos datos, quien monopolice esa red, controlará el mundo.
Sea quien fuere el “ganador” de esta Guerra Fría 2.0, la globalización nos demostró que ningún país funciona aislado. Es incluso paradójico e interesante observar cómo estos conceptos, que tensionan entre sí, están tan entrelazados: se busca autonomía e independencia en un contexto donde la universalización está en auge. Una era en la que las articulaciones trasnacionales modifican de raíz la política, la economía, la cultura; y en la que los patrones de consumo se sienten simultáneamente en diversas partes del globo.
Es por esto que los Estados han adoptado diversas formas de ejercer control y protección sobre sus datos. Una de estas estrategias es, por ejemplo, la CLOUD Act de los Estados Unidos. Esta ley obliga, por un lado, a los proveedores de servicios estadounidenses a revelar todos los datos en su posesión si estos fueran solicitados por las autoridades. Y, también, obliga a empresas estadounidenses a dar acceso al gobierno a los datos que almacenaran en otros países. China, por su parte, ha implementado la Ley de Seguridad Cibernética (CSL), que busca asegurar la soberanía de sus datos y, para ello, obliga a las empresas a almacenar los datos recogidos exclusivamente en servidores instalados en China. Ambos países, con modelos económicos heterogéneos e
por Nuria Mendizábal
"Caminante no hay camino sino estelas en la mar”. Antonio Machado.
A lo largo de estos meses de pandemia, en los que hubo que crear una escuela nueva, en la distancia, muchos fueron los desafíos. No quedó otra que “surfear la ola”, esa fuerza externa que te impulsa más allá de lo posible. Más de una vez, quedamos enterradxs en la arena. Pero como la marea es cíclica, siempre nos devolvió, generosa, una nueva oportunidad. Y, así, entre golpes y porrazos, terminamos comprendiendo que la clave es soltarse y navegar con la corriente. Como dicen los surfistas, “montar la ola”
2020 fue así, de algún modo, en todos los planos y niveles. Resistimos, añoramos ese año que no fue, el encuentro cara a cara, la vida dentro del aula. Ese sonido único del “todxs juntxs a la vez”. Pero el esfuerzo colectivo por seguir encontrándonos y la convicción de que valía la pena nos sacudieron la arena del cuerpo y nos pusieron de pie. Y la escuela levó anclas y se hizo a la mar.
Contando con las condiciones materiales para hacerlo, nos levantamos y nos reinventamos. Y esto hay que aclararlo, lamentablemente. Las desigualdades en el acceso a la tecnología, existentes en nuestro país y en el mundo, son enormes. Una nueva forma de exclusión, que se suma a tantas otras, derrumba también a su paso la “ilusión” de la meritocracia y diluye la promesa de la globalización como ese mundo feliz en el que “todxs estamos contectadxs”
Decía, nos reinventamos. Supimos escuchar nuevos sonidos, interpretar nuevas formas de habitar la escuela en lo virtual y diseñar estrategias educativas en esa clave. En este camino, iniciamos propuestas multidisciplinarias que reunieron dos o tres materias (incluso de distintas áreas disciplinares), lo que supuso el trabajo articulado entre sus respectivos docentes. Estas propuestas tuvieron como meta -como punto de llegada- el desarrollo y la producción de trabajos finales, grupales o individuales, en diversos formatos.
Si bien no es la primera vez que se realiza este tipo de trabajos en el Colegio, se trató de una experiencia única tanto por su masividad como por su contexto; y, sin dudas, dejó sus marcas a futuro. A lxs docentes nos posibilitó poner en práctica lo que tantas veces pensamos: la potencia del trabajo colectivo con otrxs compañerxs enriquece y entusiasma, tanto a nosotrxs como a lxs pibxs. A la vez, habilitó que lxs estudiantes vivencien que los fenómenos bajo estudio son posibles de ser pensados desde distintas perspectivas, y que todas ellas aportan lo suyo y en conjunto permiten profundizar cualquier análisis. También les posibilitó distinguir las especificidades de cada disciplina al visualizarlas en acción junto a otras. Por último, y no por eso menos importante, el trabajo conjunto (docentes y estudiantes) supone siempre una invitación a repensar y transformar nuestra práctica, a recuperar la dimensión creativa que supone la praxis educativa.
Los artículos acá publicados son botón de muestra de este proceso. Son dos de los muchos trabajos producidos por lxs estudiantes de 5to en el marco de una de estas propuestas multidisciplinarias: “Mundo Globalizado. Discusiones sobre soberanía económica, ambiental y tecnológica en tiempos de COVID-19”, propuesta articulada por las asignaturas Sociedad y Estado, Tecnología de la Información y Geografía.
Nuria Mendizábal es coordinadora del Área de Ciencias Sociales.
Este trabajo fue realizado en conjunto con lxs docentes Lucila Muñecas y Andrés Rabosto.
intereses geopolíticos opuestos, cuentan con ambiciosos proyectos a fin de tener dominio sobre la tecnología de última generación. Es una historia que -en una escena de interdependencia comercial y tecnológica- ha oscilado en las últimas décadas desde tirantes ensayos de alianza estratégica hacia escaladas de vetos, contravetos, sanciones y bloqueos. El futuro de la tecnología está en disputa y en plena efervescencia: una movida crucial podría terminar la partida que se estuvo jugando todo este tiempo.
Rocío Wegman y Estefanía Alvarez Milite son estudiantes de 5° año. Estos trabajos fueron realizados en el marco del proyecto “Mundo Globalizado: discusiones sobre soberanía económica, ambiental y tecnológica en tiempos de COVID-19”, una propuesta multidisciplinaria articulada por las asignaturas Sociedad y Estado, Tecnología de la Información y Geografía. Ilustración: Fotomontaje, creación colectiva realizada en el Taller de Fotografía.
EN QUÉ LUGAR
por Franco Torini Krupnikra
¿En qué lugar desearía estar?
Si tuviera que elegir, elegiría algún lugar en el que reine la naturaleza. Me iría a Júpiter o a Saturno, para que me abracen como un oso con su gas. Haría yoga entre las estrellas. Jugaría a las damas con un chimpancé. Impactaría a una ballena azul. Me tiraría por la trompa de un elefante.
O, simplemente, iría a lavar los platos; que si no mi mamá se va a enojar. De todas formas, estamos en algún punto cualquiera del espacio.
Franco Torini Krupnik es estudiante de 2° año 2020. El trabajo fue realizado en el Taller Inventalinguas. Ilustración: Lola Aráoz Morini, 4º año 2020, realizada en clase de Artes Visuales.
UN PENSAMIENTO TRISTE
QUE SE BAILA
por Felipe Sokol
Tanto se ha disparado sobre el paso de moda del tango…, y la verdad es que yo cada vez entiendo menos a la gente. Y siento que lo que pasó de moda no fue tanto el género musical, sino que se transformó la formación musical y, entonces, cambiaron los gustos de las personas. En lo personal, yo crecí escuchando desde cantos gregorianos hasta música contemporánea. Pero nada me llegó tanto como el tango. Tengo casi quince años y toco el bandoneón. Es cierto que algunos asocian el tango con la “gente mayor”. Sin embargo yo observo, a la vez, como un auge de interés en la juventud que me parece muy bueno. En 2019 acudí a un concierto de la Orquesta Típica de la UNA (Universidad Nacional de las Artes), y el 90% de los espectadores eran jóvenes. No me sentí tan solo en esta atracción por el tango. Y creo que es significativo también a nivel nación, porque significa que tenemos un pueblo cada vez más oyente, que gana cultura abriéndose a otros géneros, aunque esté fuera de su ámbito cronológico.
Una vez, en una de las muestras de fin de año, di un concierto con la Pequeña Orquesta del Colegio de la Ciudad. La gente quedó impresionada y sorprendida porque un chico de mi edad tocara el bandoneón. Para mí, esto resultó a la vez agradable y desalentador. ¿Por qué esa impresión positiva iba acompañada de una extrañeza en relación con el género? Yo creo que parte de la vigencia del tango está en el humanismo de sus letras, que siguen teniendo actualidad porque los hechos y sentimientos que relatan son representativos de la naturaleza humana. Podrían citarse, por ejemplo, algunas letras de Pascual Contursi, Enrique Cadícamo o Santos Discépolo. Obras que relatan el desamor de un hombre abandonado, como en las primeras estrofas de “Mi noche triste” (1917) de Contursi: “Percanta que me amuraste, en lo mejor de mi vida, dejándome el alma herida y espina en el corazón”. Un retrato del sufrimiento por amor: algo que pasó, pasa y pasará mientras exista la humanidad. También están aquellos tangos que relatan las problemáticas sociales, algo también característico de los seres humanos,
explicando así la vigencia de letras como “Que vachaché” (1928) de Enrique Santos Discépolo: “¿Pero no ves, gilito embanderado, que la razón la tiene el de más guita? ¿Que la honradez la venden al contado y a la moral la dan por moneditas? ¿Que no hay ninguna verdad que se resista frente a dos pesos moneda nacional?”. Este tango relata el clima económico que se vivía en la Argentina de aquel entonces y, de alguna manera, anticipa la crisis de 1930. El mensaje que transmite sigue cargado de significación por más que haya sido escrito hace más de noventa años. La tristeza es otro factor indispensable en las letras. Yo tenía una maestra de música que me decía que no le gustaba el tango porque era “triste”. Yo pienso que esa tristeza lo humaniza, lo acerca a la realidad, y uno se encuentra e identifica en las trágicas y, a la vez, románticas situaciones que relata. El mismo Discépolo decía que “el tango es un pensamiento triste que se baila”. Si la tristeza en el arte fuera negativa, no leeríamos a Shakespeare: algunas de sus historias, como Romeo y Julieta, tranquilamente podrían ser representadas en algunos tangos. Hasta podríamos presumir que Shakespeare era tanguero antes del tango: basta escuchar “El día que me quieras” de Carlos Gardel y Alfredo Le Pera, que relata una situación tan romántica como trágica.
En fin, yo creo que el tango nunca pasa de moda. Porque lo que transmite no pierde vigencia y se puede interpretar de múltiples maneras. Parte de esta validez, la construye la tristeza, que lo humaniza y lo romantiza.
Felipe Sokol es estudiante de 2° año 2020. El trabajo fue realizado en Prácticas de la Escritura. Ilustración: Morena Borysowski, 4º año 2020. Realizada en el Taller de Pintura.
por Sofía Mele y Ayelén Daubagna
Si el hábitat natural de un Taller de Murales es sin duda la calle, y las dos claves de todo mural son la gran escala y el trabajo en equipo: en 2020 hubo que imaginar cómo vivenciarlas y pensarlas en casa. Decidimos entonces trabajar un mural mosaico. Un ejercicio que potenciara los desafíos: cada unx podría trabajar desde su casa una parte dimensionando y visualizando necesariamente el todo.
El contexto, sea cual sea, es lo que hace a un mural, y viceversa. La pintura resignificará el contexto que habite y se volverá parte del paisaje. Al realizar el taller desde nuestras casas, tuvimos que reinventar esta capacidad transformadora. Y así empezamos: debíamos tener un espacio común a todxs, que hubiéramos caminado y vivido, que fuera nuestro como la calle. Porque las calles son nuestras, de todxs. Así surgió el plan de que nuestro mural mosaico se materializara en el Cole. Pensamos un diseño específico para el lugar donde proyectamos instalarlo. La idea se construyó en equipos que tuvieron en cuenta qué les gustaría ver allí, en la entrada del hall de estudiantes, una vez que volvieran, y qué es lo que querían transmitir.
Se realizaron cuatro diseños que se pusieron a votación y se eligió uno. Sabiendo que todxs se apropiarían y esta idea original se trasformaría con la mano y acción de cada unx. El ejercicio implicaba que todxs estuviéramos muy conectadxs:
cada unx debía realizar un cuadrado de una gran grilla y, por lo tanto, debíamos avanzar muy juntxs en todo el proceso. Un gran trabajo de observación y de diálogo. Construimos una mesa virtual donde todxs fueron subiendo sus partes y comparándolas con las de lxs otrxs: si el dibujo coincidía, si los colores eran similares… Hubo muchas recetas de colores, anotaciones de códigos, mediciones, negociaciones de espacios, líneas y colores. Se intercambiaron consejos a medida que cada cual iba avanzando en la experiencia.
Fue una sorpresa llegar a este punto: construir un mural sin la experiencia en el gran formato ni la instancia presencial. Poder dimensionar que el pequeño cuadrado de 35x35 se iba a transformar en una pared del Cole y que el aporte de cada unx verdaderamente iba a ser parte de un todo. Cada unx de los integrantes ocupó un lugar único e irremplazable en el ejercicio y, por lo tanto, asumieron una gran responsabilidad como equipo de trabajo.
Sofía Mele y Ayelén Daubagna son docentes del Taller de Murales.
por Nicole Brey, 3er año
“Cuando empezamos a trabajar yo pensé que íbamos a hacer prácticas hasta que finalmente pudiéramos salir a la calle. Pero, cuando ya vimos que iba avanzando la cosa y esto daba para largo, nos preparamos mentalmente y seguimos. Creo que, si bien nuestro trabajo no fue presencial presencial, sí hubo un trabajo colectivo fuerte y mucha interdependencia con los compas. Tenía personas al lado mío con las que necesariamente estaba conectada: dependés del otro para poder hacer tu parte, tenés que ver su idea, en qué está pensando, por dónde quiere ir. Trabajamos mezcla de colores, la línea, la cuadrícula. Trabajamos en grande desde nuestras casas: aprendí a convivir con el Zoom y con la otra persona. Muy gracioso: nos mostrábamos los cuadraditos desde los cuadraditos; y estábamos todos en la misma. Con la palabra -en las opiniones y las colaboraciones que íbamos haciéndonos entre nosotros- estábamos trabajando en todo el mural, en el conjunto, no solo en la parte de cada uno. Trabajar colaborativamente te hace sentir conectado. Yo entré al Colegio este año. Y este tipo de talleres y de trabajos me ayudaron a sentirme cómoda, acompañada, a armar lazos, y sentir que podía dar mi 100% sin que nadie me fuera a juzgar”.
por Mariana Silva Botto, 5to año
“Venía de hacer varios talleres de Artes Visuales estos años. Siempre había querido participar del de Murales, pero recién este año por cosa de horarios me pude sumar. Obviamente todes esperábamos otra cosa; pero la pandemia, la virtualidad... nos llevó por otros lados..., a trabajar todes juntes en común, en un mismo dibujo. Como si fuera una misma foto que está compuesta por distintas partecitas. Hacer que todos los trabajos se unieran en uno mismo. Eso fue.
Este año me di el gusto del taller. Y no me arrepiento. Vino así, de una forma que nunca me hubiera imaginado, pero me llevo un montón de cosas, aprendizajes y mucho disfrute. Ayuda recíproca entre compañeres, sostenida, presente todo el tiempo el trabajo en equipo, que es lo más complicado. El taller no se convirtió en un taller de dibujo individual. Fue otra cosa. Y estuvo buenísimo”.
Si querés pispear algo de lo que fue esta experiencia…. escaneá este código:
¿Quién es quién?
Te proponemos un juego: buscalxs en las páginas 64 a 71.
SER CON OTRXS
No fue solo aislamiento el 2020. Fue reinvención y empatía. Armar trama. Fue encontrarnos de otras maneras, con otras propuestas, en espacios hechos de otra cosa: plenos de compañerismo, intercambio y solidaridad recíproca.
I.
VIVIANA Y SILVINA
CENTRO COMUNITARIO SOL NACIENTE / JOSÉ C. PAZ
“Este año fue un aprendizaje enorme para todos. Como organización, en general, y para cada uno de nosotros como educadores. Al no tener a los chicos en las salas, todo lo que habíamos planificado lo tuvimos que repensar: actividades que pudieran hacer en sus casas, y que a su vez trabajaran en los objetivos que siempre nos importan, que tienen que ver con el aprendizaje a través del juego, los derechos y los valores, y nuestra campaña “Hagamos un trato por el buen trato” (que propone el buen trato desde los vínculos y los abrazos; y también desde el derecho a la alimentación, a la salud, a un ambiente apropiado de vida). Venimos trabajando desde hace tiempo con estas consignas en diferentes espacios, con los niños, adolescentes y jóvenes como protagonistas. Intentamos hacer con ellos, no para ellos. Esos son nuestros principios y la perspectiva desde donde trabajamos.
Tuvimos que trabajar de otra manera, desde acá hacia afuera: las familias vinieron todos los días a buscar las viandas de comida (la cocina siguió funcionando desde las 7am), pero -como decimos siempre- con ese plato hay algo más que se está construyendo. Entonces fue muy importante y un desafío reforzar los vínculos y, justamente, la organización comunitaria. Sin el abrazo, la mirada, el
cuerpo a cuerpo, fue preguntarse todo el tiempo cómo hacer para que no fuera todo tan frío, tan en soledad. Intentamos sostener la propuesta educativa, pero volver a pensarla en función de esta situación de distancia en la que estábamos. Y que fuera de calidad, como los chicos merecen. Fue seguir buscando respuestas, estrategias, ser creativos para algo en lo que nunca hay recetas en realidad. Que cada chico siguiera teniendo su voz y pudiera aprender de una manera diferente. Entonces armamos cuadernillos que las familias venían a buscar cada quince días. Estas actividades tenían que poder realizarse con materiales que se tuvieran en casa, o cosas descartables. Y ahí tuvieron, en general, un rol fundamental las mamás, los papás, los abuelos y los hermanos mayores, que acompañaron a los chicos en la realización de cada una.
A mediados de año, con todos los protocolos, pudimos empezar a trabajar presencialmente también con el grupo de adolescentes y jóvenes; y eso estuvo buenísimo. Regularmente hay talleres de música, plástica y capoeira…, pero este año trabajamos sobre todo en la huerta, aprovechando que es al aire libre, y como actividadexcusa para encontrarse y charlar sobre lo que nos estaba pasando y cómo estaba cada uno.
Es muy duro todo lo que está pasando. La necesidad es mucha. Lo vimos en las casas en nuestras recorridas, en las familias que se acercan. Y fue muy duro también sostener el lugar como podíamos: nos preguntamos todo el tiempo qué hacer, cómo cuidarnos, cómo seguir tomando los recaudos. Nos asesoramos, hablamos también con varias otras organizaciones de barrio. Pero fue esa misma necesidad y todo lo que construimos lo que nos dio las pilas para seguir viniendo todos los días y seguir trabajando”.
Viviana y Silvina, integrantes del Equipo de Educadores de la Casa del Niño, Centro Comunitario Sol Naciente1
1 El Centro Comunitario Sol Naciente es una iniciativa de vecinos del Barrio Sol y Verde, partido de José C. Paz, del que participan unas sesenta familias. Funciona allí un jardín de infantes y un centro de actividades para jóvenes, y realizan distintas actividades. Desde 2015 el Colegio de la Ciudad trabaja en conjunto con ellxs, en distintas iniciativas. En 2020 las familias del Ciudad colaboraron con diversas donaciones y, durante la primera mitad del año, un grupo de estudiantes de 4to trabajó en conjunto con el equipo de educadores populares, en reuniones quincenales, en el aporte de recursos y materiales didácticos para el diseño de las actividades educativas.
II. MIRIAM
RESIDENCIA PARA ADULTOS MAYORES “MANANTIAL”/ CABA
“Ahora estoy enganchadísima estudiando italiano por Zoom. De hecho, recién, justo antes de que llamaras, estaba intentando descular los artículos determinados en plural, porque viste que cada idioma es distinto. Yo fui profesora de Inglés toda mi vida, egresé del Joaquín V. González, entonces esto de los idiomas me encanta. Pero un poco es así…, acá estamos en un aislamiento muy muy estricto, entonces uno se tiene que armar su vida y sus actividades del día, es lo que cada uno va inventando. Yo estoy con esto del italiano y trato de caminar todos los días. Tengo un horario y me pongo acá con el andador en la habitación. Los fines de semana hablo con mi hijo que vive afuera, y también con mis amigas por WhatsApp o por teléfono. Antes leía más, pero hace poco me tuve que operar de las cataratas, así que estoy leyendo menos. Y los días van pasando…, es difícil igual…, no te voy a decir que a los 89 era una luz, pero sí iba y venía, siempre tenía algo para hacer, me acostaba tarde… Y acá en la residencia, en una situación de normalidad, hay muchas actividades también, talleres y vida social. Pero obviamente ahora se paró todo.
Cada uno en su habitación. Es lógico, no vaya a ser que algo ande circulando. Sí vienen los médicos, las enfermeras y los trabajadores de la residencia a cuidarnos y traernos la comida. En una situación normal bajaríamos al comedor. Pero ahora si nos queremos hablar entre nosotros es más por teléfono. Cada uno está solo.
Para serte sincera del encuentro con las chicas no me acuerdo tanto, por esto de mi memoria. Tendría que volver a ver las fotos y eso que grabamos. Sí recuerdo que eran como ocho chicas muy ricas, y nosotros unos cuantos también, y que nos vimos por Zoom. Y nos preguntaron cosas, y nos contaron cosas de ellas. Fue lindo. Fue importante. Un lindo encuentro”.
(Miriam, 90 años. Participó, junto a otrxs residentes, de un encuentro por Zoom con distintas actividades, organizado por estudiantes de 4to año del Colegio)
III. TOMÁS
ESCOLA DA VILA / SAN PABLO, BRASIL
"Eu tenho dezessete anos e estou no segundo ano do Ensino Médio da Escola da Vila, de São Paulo. Falta só mais um ano para terminar a escola para poder começar a faculdade. Meu pai nasceu em Lomas de Zamora e minha mãe é brasileira. Eu me considero metade brasileiro, metade argentino e há quinze anos vou todos os Janeiros para aí para passar umas semanas com a minha família argentina. O mais curioso que posso dizer desse ano é que mesmo tendo viajado todos os anos de minha vida para aí, até agora nunca tinha me relacionado com jovens argentinos de minha idade.
Esse ano no Brasil foi muito estranho, como imagino que foi em todas as partes do mundo. O que me surpreendeu logo de cara foi ver todos usando máscaras… o Brasil, um país tropical, nunca havia acontecido nessas proporções. Quando começou a pandemia, vimos todos os planos se cancelarem, depois tivemos certeza que se cancelaram até os planos do começo do ano que vem. Eu pensei que nada de muito diferente poderia acontecer… e surpreendentemente - apesar ou talvez justo por causa da pandemia - pudemos participar da rádio do Colegio de la Ciudad e conhecer estudantes de Buenos Aires e até de Bariloche.
Na rádio participamos três vezes, entre entrevistas e conversas sobre o que passava em Brasil e na Argentina ao longo da pandemia. Na terceira vez, nos transformamos em correspondentes brasileiros da rádio argentina. Há um tempo atrás, também, convidamos a Manuela e a Cassia para uma entrevista para o nosso podcast.
Este ano não pudemos fazer a viagem de intercâmbio que fazemos todo os anos no curso do Fermin. Quando apareceu o convite para a rádio e as seguintes conversas com os estudantes e professores do Colegio de la Ciudad e do Colegio QMark, entendemos que o intercâmbio desse ano seria assim, virtual. Uma conversa muito legal que tivemos foi quando nos encontramos justamente com os estudantes de Bariloche, em que os alunos do Colegio de la Ciudad nos explicaram como que se organizaram para produzir a rádio. Apesar de ter tido mais dificuldade em entender o que diziam, foi bem daora. lá em Bariloche fazia um baita frio e todos estavam vestidos com casacos em cima de casacos. E a gente de São Paulo passando o maior calor, vestidos com regatas e bermudas.”
(Tomás es estudiante de 2do año de la Escola Da Vila, escuela hermana de San Pablo con la que, desde 2010, realizamos intercambios estudiantiles. En 2020 compartimos diversas actividades. Las que narra Tomás y otras como “meriendas internacionales”, participaciones en festivales de ambas escuelas y articulaciones en asignaturas, entre otras)
EUGENIA
COLEGIO QMARK / BARILOCHE, RÍO NEGRO
“Como en muchos coles, como les debe haber pasado a ustedes también, fue un año de pensar y repensar todo el tiempo qué hacer. Porque lo que sucede en un cole es mucho más que el currículum y el boletín. El nuestro es un cole chiquito, pero con una población diversa: algunos estudiantes viven en el campo por ejemplo, con muy poca conectividad. Entonces fue un año intensísimo en reuniones de equipo: hacer que cada profe pudiera encontrar la forma de crear una experiencia de aprendizaje variando posibles recursos; que clases por Zoom, que clases grabadas, trabajos asincrónicos, y otras tantas estrategias que hubo que pensar de modo creativo. Hubo también un trabajo muy muy valioso del equipo de tutores, en el acompañamiento de las singularidades y situaciones de cada chico. Casi al final del año, estoy contenta porque creo que pudimos sostener y hacer que algo pasara, incluso ahí donde aparecían los desafíos más fuertes.
En el camino aprendimos de todo y encontramos muchas oportunidades: por ejemplo, encontrarnos con ustedes, participando de La Radio del Ciudad, o con el proyecto de compartir lo que vemos desde las ventanas -esas ventanas hacia afuera y también las para adentro- que impulsamos desde acá e invitamos a ustedes también a participar. Paradójicamente este año el mundo se hizo más chico, con la virtualidad se acortaron algunas distancias y la pandemia nos abrió nuevas puertas, a la vez que nos demostró una y otra vez que el encuentro con el otro es irreemplazable. Como todos, tuvimos algunos momentos más difíciles y bajoneados; y otros más eufóricos. Todo fue cambiando a lo largo del año, hubo distintas etapas de crecimiento y adaptación. Incluso acá, en Bariloche, influye mucho el clima. En mayo, por ejemplo, que empezó el frío, llueve mucho y los días se van volviendo más cortos -y justo en un contexto de medidas más estrictas- los ánimos de los chicos bajaron bastante. Con el invierno cambió la cosa: la nieve nos gusta. La gente sale a jugar, hay algo que se reaviva. Y ahora la primavera es una fiesta, con días hermosos y gente afuera haciendo las actividades que van siendo permitidas. No te voy a mentir, nos extrañamos mucho, y no vemos la hora de volver a vernos. El nuestro es un cole muy volcado a las actividades en la naturaleza y, si hay algo que tiene Bariloche, es ser afortunado en esas posibilidades.
Creo que este año aprendimos mucho y nos llevamos tesoritos con nosotros para cuando volvamos a la presencialidad. Pero lo que también creo que cayó es ese mito de la posibilidad de una educación mediatizada por la pantalla. El encuentro cara a cara, el matecito, es irreemplazable y necesario. El aprendizaje es con otros y es estar con otros. Y ya quedamos: la próxima nos encontramos en Bariloche”.
(Eugenia, Directora General del Colegio QMark, San Carlos de Bariloche)
V. FERNANDA
BUFÓN DE CORTE. APOYO ESCOLAR EN BARRIO
CARLOS MUGICA / CABA
“Bufón de Corte es una asociación civil que intenta conectar, hacer de nexo entre distintas necesidades que pueden existir en los barrios y organizaciones e instituciones que quieren y tienen la posibilidad de llevar allí alguna actividad: sea una actividad cultural, deportiva, de salud o educativa. Es la oportunidad de dar una mano, de ayudar a la gente. La mayoría de las cosas que hacemos tienen que ver con salud: deporte, entrenamientos, capacitaciones en educación sexual o campañas de nutrición o vacunación, por ejemplo. Pero también hay iniciativas vinculadas a educación, como lo que están haciendo ustedes ahora desde el Cole.
Lo que nosotros tenemos es conocimiento del territorio en algunos barrios, entonces conocemos algunas necesidades y hacemos estos nexos. Nosotros comenzamos con espacios de juego, creatividad e integración, que impulsamos nosotros mismos. Yo voy allá a jugar con los chicos, y así conozco a las familias y se va armando todo lo demás.
En el caso del Cole, lo que estamos haciendo este año es bien interesante: pudimos conectar distintas familias que están precisando algún apoyo o ayuda con las tareas escolares virtuales de los chicos, con un conjunto de tutores del Colegio de la Ciudad, estudiantes de 4to y 5to año que se sumaron para cumplir esta tarea. Es todo por WhatsApp y está siendo de lo más interesante y rico para todos”.
(Fernanda, Bufón de Corte2, CABA)
2 En septiembre de 2020, a través de Bufón de Corte, cuarenta estudiantes de 4to y 5to año del Cole de la Ciudad comenzaron a dar apoyo escolar en el Barrio Carlos Mugica. Cada estudiante nuestrx trabaja con un estudiante de allí, con quien mantiene sus clases semanalmente vía WhatsApp.
Estos testimonios representan solo algunas de las organizaciones e instituciones con las que trabajamos durante 2020. Estas, solo algunas de las historias de las muchas y tantas que conocimos y que dieron cuerpo a este ser con otrxs, en comunidad.
LECTORA/LECTOR, PARE ACÁ
¿Qué diría usted que es una SERENDIPIA?
No busque. Piense apenas un poquito y anímese:
¿Listo? Ahora sí, dé vuelta la página.
SERENDIPIA… ¿UNA QUÉ?
Un cierto estado de somnolencia.
Palabra que refiere a gente serena pero con otitis.
Conjunto masivo de postres serenitos envasados.
Fruta prima de la sandía, con sabor agridulce y color rojo.
Serendipia: sust. que designa objeto de sonido agudo, de utilidad para atraer serpientes.
Terapia de curación natural china.
Serendipia: Festival de sidra de manzana.
O trastorno del ser sedentario.
Meta de un largo trayecto, acompañado de gente querida
Donde uno se construye, crece y madura.
Serendipia: caso excepcional en el que -dentro de los límites de Singapur- una persona con una abuela coreana y otra protestante y/o mexicana, puede convertirse en rey durante doce años.
Serendipia: enfermedad causada por exceso de dips en las comidas.
Una serendia chiquita
O un ser que vive en la utopía.
Un tipo específico de deformidad en la columna
O un tipo de ardilla
O eso,
que encontraste por el camino.
Hallazgo afortunado
Que no esperabas
Ni buscabas.
Descubrimiento casual Y valioso.
Serendipia.
Adapt. del ingl. serendipity, y este de Serendip, hoy Sri Lanka, por alus. a la fábula oriental The Three Princes of Serendip (“Los tres príncipes de Serendip”).
1. f. Hallazgo valioso que se produce de manera accidental o casual. Ej. El descubrimiento de la penicilina fue una serendipia.
Academia Española dixit
¿Cuál fue tu serendipia a lo largo de estos cinco años?, les preguntamos a lxs chicxs de 5to, días antes de finalizar su escolaridad.
¿Y la suya? ¿Cuál fue?
Producción colectiva, 5° año 2020. Actividad realizada en uno de los encuentros de cierre. Fotografía: Inés Melamud, 3º año 2020. Realizada en el Taller de Técnica y Expresión Fotográfica.
ACTIVIDADES PARA ADUL2020
ESTO ES CABAL
La lectura de Rebelión en la granja de G. Orwell que hicimos en 2do nos llevó a preguntarnos qué era la utopía o cómo se organizan las sociedades. Algunas veces nos dejó pensando y otras con ganas de escribir, porque sí, sin consignas previas, solo con las ideas despiertas y las palabras revoloteando. Aquí va un texto nacido al calor de esa lectura.
por Ciaro Spinettarera
La luminotecnia del ciervo libre
El cerdo sin alimento
La gallina sin aovar
La vaca sin ordeñar
El perro pérfido (que es desleal a alguien que confía en él y muy malo)
La paloma pulcra
El fuego sin avivar
El caballo sin domar.
El humano es disoluto (que se entrega frecuentemente a lo que es contrario a la moral)
se mira al espejo y sonríe agarra el alza del tormento
la termal cara del toro es dios.
Esto es cabal (es exacto y coincidente y no aproximado)
El cerdo guía lo que su sueño atrae
Las añoranzas de la cola peluda de una rata roja
Su prejuicio y su enemistad contra la humanidad fueron eliminadas.
Las hormigas escalan muros soportando kilos de carga
El sujeto mira lujurioso qué caída ha escuchado
El búho hecho de tiza conglomerándoselo así
La unión de las arañas de prisma sus ocho perspectivas
Rosea (araña caracterizada por una mala formación que la hace tener nueve patas) y sus nueve patas
La ardilla busca bellotas en el alféizar del sésamo de alguna flor
Las abejas exterminaron su condena pues allí estaban encandiladas por néctar cerúleo (azul).
¿Y dónde quedaron los pequeños aullidos de los mininos?
Su pelaje atigrado y sus ojos color lila están sobre un techo de nubes tomando sus sorbos de té y protagonizando saltos hacia la chimenea.
Los pájaros cantan risueños en un palacio de porcelana
Los grillos también tiemblan en las jornadas de las alboradas (madrugadas)
El mono trepa un sinfín de lianas de árboles sin escamondar (podar las ramas de un árbol, especialmente frutal, para limpiarlo de ramas inútiles).
La iguana va evolucionando lentamente a dragón y el fuego del escaso río ímpetu es reflejado en él, como un azulejo de color maizal.
Dios ya no es más que el pequeño cerdo alienado y la granja el hogar del pasado.
Ciaro Spinetta es estudiante de 2° año 2020. El trabajo fue realizado en clase de Lengua y Literatura.
SUMMER
por Lucía Vasco Zapata
My mum and her purple sunglasses.
My grandma waiting in the kitchen for me to wake up.
The smell of sunscreen and coconut.
My flip flops and my stained book.
The roar of the sea.
The hard golden sand.
My bright bag full of peaches.
The constant sound of the wind.
My salty hair dancing in the air.
The movement of my body in the sea.
That’s summer.
Lucía Vasco Zapata es estudiante de 2° año 2020. El trabajo fue realizado en clase de Inglés (Upper-Intermediate II).
Ilustración: Morena Borysowski, 4º año 2020, realizada en el Taller de Pintura.
CORREDOR DONADOHOLMBERG: EL TRASFONDO
DE LAS LUCES LLAMATIVAS
La ciudad que pisamos es también una ciudad imaginada. Buenos Aires está hecha de ladrillos y también de discursos y miradas. En este trabajo buscamos indagar los imaginarios geográficos que atraviesan y moldean la ciudad, en clave histórica y presente. ¿Cómo se construye, de qué está hecha una ciudad?, ¿cómo se transforma? Fenómenos socioespaciales como la gentrificación -que aquí se analiza- están también hechos de materialidades y sentidos: ¿qué implicancias tiene instalar la idea de que un barrio está degradado, es inseguro, o es "feo"? ¿Qué sucede cuando un espacio se "recupera"?
por Manuela Piccolo
"Ciudad joven, vida a saltos de mata, muertes sucesivas, cosmopolitismo, ánimo campechano, frontera entre el centro y la periferia, Europa en el sur y cabeza de Goliat. La ciudad que enfermó a Ezequiel Martínez Estrada, que tiene una música indiscutida, la ciudad agrietada entre el norte y el sur, la ciudad plano y territorio, la ciudad planificada y la ciudad vivida. Hay tanto dicho sobre Buenos Aires, y tanto que queda aún por decir. Porque es una ciudad heterodoxa, bicéfala, cartonero y arbolada, Soldati y Palermo, Bajo Flores y Puerto Madero, travestis y Bergoglios”. A. Gorelik , "Miradas sobre Buenos Aires" 1
Quizás el espacio elegido no sea el que más me represente en la ciudad en la que vivo, pero me sucedió lo siguiente: recorriendo Villa Urquiza hace un tiempo, pasé con el auto por algunas cuadras que me llamaron mucho la atención. Cada una era un poquito más “perfecta” que la otra: la construcción armoniosa de restaurantes y departamentos prolijos y nuevos, los balcones vidriados con luces llamativas, césped cortado y árboles altos. No recordaba haber pasado por allí, por lo que decidí averiguar qué es lo que había antes en ese lugar, tan nuevo y perfecto en su arquitectura. No me llamó la atención lo que encontré. Tras haber quedado trunco el proyecto de construcción de la Autopista 3 (AU3) -ideado en 1977 por el entonces intendente de facto Cacciatore, que implicó la expropiación de numerosas propiedades-, la zona quedó "abandonada", desalojada y habitada luego por ciudadanos de bajos recursos, en asentamientos urbanos informales2. Es allí donde, décadas después, se realizarían las construcciones del corredor
Donado-Holmberg. Allí donde había vías de ferrocarril fuera de funcionamiento, barreras de tren rotas y, sobre todo, personas con sus viviendas.
Estos terrenos sufrieron un proceso de gentrificación: la transformación de un espacio urbano a partir de la reconstrucción del mismo, en este caso, con edificios y restaurantes.
Este proceso que tuvo lugar en el corredor de DonadoHolmberg supuso, como consecuencia, el aumento del valor del suelo en el territorio, al convertirse en un lugar más céntrico y con mucho dinero de por medio.
1 Reseña del libro “Miradas sobre Buenos Aires”, de Adrián Gorelik en https://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/libros/10-1352-2004-12-12.html).
2 El barrio “Parque Donado Holmberg” constituye un nuevo emprendimiento inmobiliario impulsado por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en el contexto de un proceso de recuperación de la traza urbana de la ex Autopista 3. Aunque la autopista que planeó el intendente de facto Osvaldo Cacciatore nunca se concretó, dejó una larga "cicatriz" en el tejido urbano tras las expropiaciones, desalojos y demoliciones que comenzaron en 1977.
A mi parecer, lo que se genera es esa ilusión de ciudad rica, turística y con cierta perfección, que invisibiliza lo que fue destruido para convertir un terreno, antes habitado, en eso que es ahora. “Es algo contradictorio: las reformas urbanas no son de carácter negativo. No está mal mejorar la calidad de vida del barrio arreglando una plaza, poniendo un centro cultural o mejorando el transporte. Esto se vuelve negativo cuando el destinatario es una sola clase social y se transforma en un elemento especulativo”3. Comparto mi pensamiento con el arquitecto y pensador Silvio Schachter. Me resulta pertinente su reflexión también en este caso: un terreno que está en malas condiciones se puede mejorar, siempre que no se deje a una persona –o a muchas- sin acceso a la vivienda. Al mismo tiempo, dichas “mejoras” generalmente apuntan hacia un sector social que puede adquirir los nuevos beneficios construidos pagando el multiplicado valor que ya cuesta ese suelo.
Aquí hablamos de especulación inmobiliaria. El Estado muchas veces hace acuerdos con empresas planificando de antemano la degradación y renovación de una zona para luego venderla con mayor precio. En la Ciudad de Buenos Aires la construcción es un negocio muy activo: en este caso, se beneficia a las empresas que apuestan a un terreno (no olvidemos: habitado por personas que, ya sea de forma directa o indirecta, serán desalojadas y/o tendrán que relocalizarse), un terreno en malas condiciones, a reacondicionar para subir radicalmente su valor.
3 N. Piñeiro, J.I. Basso (2019), “Gentrificación en Buenos Aires: Diálogos con Silvio Schachter”.Bs. As.: PeriódicoVAS Buenos Aires. https://www.periodicovas.com/ gentrificacion-en-buenos-aires-dialogo-con-silvio-schachter/
Una de las consecuencias de este proceso es la dificultad para acceder al suelo urbano remodelado; solo algunos sectores de la sociedad podrán hacerlo.
El proceso de gentrificación refleja la desigualdad y la clara brecha que se extiende entre las clases sociales. Los pobres tienen que irse para que aparezcan las pizzerías. Suena brutal pero es real y directo: la especulación inmobiliaria en el corredor de Donado por parte del Estado y de las empresas asociadas es un ejemplo de este proceso. Villa Urquiza es un barrio de la Ciudad rodeado de departamentos para el que se fue construyendo un imaginario de lugar costoso, donde idear obra turística y céntrica y viviendas lujosas constituye, sin duda, una buena inversión.
Me gustaría cerrar este análisis enfatizando que en toda mejora, embellecimiento o transformación de un territorio es sumamente importante considerar también todo aquello que queda oculto: el trasfondo socio-espacial. Es esencial preguntarse a dónde van quienes quedan sin vivienda y quiénes son los que especulan con el valor del suelo post construcción.
Manuela Piccolo es estudiante de 4° año 2020. Este trabajo fue realizado en el marco del proyecto “La reina del Plata: construcción material y simbólica de Buenos Aires como capital federal del país”, una propuesta multidisciplinaria articulada entre Historia y Geografía. Ilustración: Lucía Zala Blanchard, 1º año 2020, realizada en clase de Plástica.
A COMER
Lxs chicxs de 2do escribieron crónicas sobre sus propios hábitos y rituales cotidianos. Extrañadxs observan una cena, como si un día -de pronto- hubieran llegado desde otro planeta. Aquí, algunos fragmentos de esos relatos.
I
“… Me llama mucho la atención este acto: el que se realiza cuando el sol se esconde y el hambre aparece. Es algo muy curioso. Todo comienza con el grito del hombre mayor: ´´a comer´´. Aparece allí lo que podría ser su cría y luego la hembra. Unos discos de color blanco se encuentran llenos de alimentos y se apoyan en una especie de bestia inerte, plana, de cuatro patas. Allí se empieza a desguazar la comida. Los instrumentos que utilizan también son muy curiosos: para cortar usan una especie de lanza pequeña con filo y una especie de tridente pincha la pieza y facilita su llegada a la boca.
En esta zona de reunión ocurren muchas cosas. Los individuos conversan, se ríen, se enojan. Uno dice “buen provecho”. Luego vuelcan los discos blancos a una especie de bloque vacío, donde el agua los rocía para ser guardados y otro día volver a empezar…”.
II“… Aterricé en una especie de cabaña en lo alto, con más de estos llamados departamentos, abajo y a los costados. Hay dos señoras: una más chica, otra mayor. Y también un señor que parece tener la misma edad que la señora grande. Hay además una bestia peluda, que llaman Galileo o gato. Quizás el nombre del animal es gato, y su nombre Galileo. O es al revés, no sé. El señor alto está cocinando algo con queso y lentejas, y en un aparato eléctrico caliente, parecido a una máquina de fuego, hay pollo y calabaza. Se sientan a comer. Y yo desde el balcón veo toda la ciudad, alumbrada como con pequeñas velas en un corte de luz…”.
Candela Martínez Maissonave
Augusto Mendolicchio
“… En un extraño ritual absorben sustancias de dudosa procedencia. Mientras esto sucede, los humanos se hablan uno encima del otro. El menor en tamaño es referido como Totito o Lucas, en un confuso sistema de nombramientos. Otros dos humanos son referidos como Joaco, el macho, y Luna, la hembra. Insólito nombre: la llaman como su satélite natural. Hablan sobre algo llamado facultad, que por lo que entiendo es algún tipo de institución de aprendizaje. Lo más interesante parece ser lo que es conversado por los humanos de mayor tamaño y voz más grave, su diálogo es sobre alguna actividad que les provee dinero. Otro de los temas predominantes es un virus que estaría dando vueltas.
Transcurre el encuentro y el chico menor agarra un adminículo que parece una versión compacta de nuestras tablas de información. Una pantalla le muestra fotos donde posan personas. Aunque por lo que puedo entender este dispositivo le pertenece al humano menor, la hembra mayor eleva sus cuerdas vocales y le arrebata la tabla compacta. Terminan de comer y hablan de dividirse las tareas para hacer algún tipo de limpieza. Entre algunas quejas el designado cumple sus tareas de lavado. Los dos machos menores pelean y luego pasan a ver una video-secuencia de imágenes en un televisor. Luego, todos realizarán una suerte de saludo antes de irse a un tipo de rectángulos, con textura suave y cómoda, para ir a dormir…”.
Lucas Gueilburt
“… La única mujer del grupo agarró unos pedazos de ave que estaban en un cubículo frío y los puso en otro, que abrió con algo parecido a una palanca que daba calor. El sol se fue escondiendo y los machos empezaron a hacer la mesa: pusieron unos objetos redondos, dos palitos de un material que no conozco, y también agua en unos cilindros. Encima de esa tabla de madera a la que llaman mesa se encuentra además una vasija con flores cuya función desconozco.
Comienzan la cena. Llegan el ave y las papas, aunque estas tienen una forma diferente, como más espesa y largan humo. El hombre dice: ‘se me hace agua la boca’ y saca la lengua. ¿Es eso posible? Comienza una técnica detallada: puesta el ave en cada plato, se rompe en pequeños pedazos con los dos palitos, con uno se fija y aplasta, con el otro se hace un movimiento similar al de cortar un árbol. Finalmente, el pedazo enganchado se lleva con éxito a la boca. El proceso me parece sorprendente.
Dialogan sobre diversos temas. Y de vez en cuando dejan de observarse a los ojos, bajan la mirada hacia unos rectangulitos luminosos con los que interactúan y hacen gestos. A veces ríen, a veces quedan serios, fruncen preocupación o se quedan mirando algo a lo lejos, como perdidos…”.
Santiago Ivanier
El trabajo fue realizado en clase de Prácticas de la Escritura, en articulación con Formación Ética y Ciudadana. Foto: Nicolás de la Calle, 1º año 2020. Realizada en el Taller de Fotografía.
FORMACIÓN DE LÍDERES DE CAMPAMENTOS
por Joaquín Velo
El Taller de Formación de Líderes de Campamentos surgió en 2017 de manera natural, como un complemento de la propuesta de viajes del Colegio y como concreción de una idea que hacía años daba vueltas en algunas de las cabezas de quienes acompañamos las salidas. En líneas generales, el taller consta de dos grandes momentos durante el año: una primera etapa de formación y una segunda de práctica concreta. Como parte del primer trayecto proponemos -mediante dinámicas y juegos- el análisis de teoría de la recreación y del uso del tiempo libre: técnicas campamentiles, coordinación de grupos y características de diferentes tipos de conducción; también clasificaciones de juegos, organización y planificación de actividades. En la segunda parte del año, los campamentos y otras actividades del Cole son campo de práctica de lo aprendido previamente.
Para ser justxs, hay que decir que el nombre del taller, la idea de líderes, no refleja del todo el rol buscado. O, más bien, puede ser interesante dar cuenta de lo que entendemos por el mismo. Lo que en verdad sucede es que lxs chicxs que lo atraviesan se preparan para formar parte del cuerpo docente. Nosotrxs guiamos esa metamorfosis y, finalmente, disfrutamos al compartir ese momento: cuando lxs alumnxs se vuelven docentes. Así son presentadxs a lxs acampantes y ese es el rol que ocupan en verdad. El planteo, desde el comienzo de los encuentros, busca generar esa horizontalidad en el equipo de trabajo, donde los roles se entremezclan y cada cual se va sintiendo protagonista y creadorx de cada momento compartido. Como lxs estudiantes mismxs van descubriendo en el trayecto, el desafío es capitalizar su cercanía en edad con el grupo que acompañen en tal o cual viaje; esa cercanía les otorga una ventaja que pueden poner a jugar a su favor, generando confianza desde un lugar genuino sin perder la distancia de saberse paradxs en otro lugar, al menos por esos días.
Si bien en su origen (y aún hoy) el objetivo del taller estuvo centrado en que lxs chicxs pudieran sumarse a experiencias campamentiles, pronto se encontraron integrando los equipos que coordinan actividades recreativas en otros ámbitos que hacen a la vida de nuestro colegio: convivencias, jornadas del Curso de Ingreso, bienvenidas a los primeros años, talleres orientados a lo lúdico, actividades del Festival, entre otras. Al momento de la reflexión, las camadas que se sucedieron hasta ahora coinciden en que uno de sus motores para integrarse al Taller es la necesidad de realizar una suerte de devolución tras las experiencias vividas como estudiantes: un gesto de gratitud en el que todo lo cosechado retorna cual búmeran desde ellxs hacia sus pares de otros años.
El espíritu de equipo se plantea desde el inicio, dejando en claro que todxs deberán buscar un lugar propio a partir de sus personalidades, reconociendo virtudes y asumiendo limitaciones, de manera tal que todo se ponga a jugar en función de encontrar la mejor versión de cada unx (sin forzar algo que no soy) para que eso luego se traduzca en la mejor versión posible del grupo-taller, en primer lugar, y de los grupos docentes a conformar, luego.
La mística y el sentido de pertenencia se apoderaron temprano del espacio, produciendo una especie de efecto dominó de arriba hacia abajo, que genera que -al ver a sus compañerxsdocentes en acción- muchxs pibxs en sus primeros años se proyecten allí al llegar a quinto. A lo largo de estos cuatro años la propuesta se ha ido moldeando por la impronta de quienes pasaron dejando su marca. Y promete siempre ir por más. Esa idea de cuerpo, de unión, se manifiesta con fuerza ante cada instancia postformación y previajes, en la que solemos pedir la escritura de una postulación a través de la cual cada unx expresa por qué quiere y por qué cree que podría ser candidatx a formar parte de algún equipo docente de los campamentos de ese año. Emociona comprobar que -aunque son solo algunxs lxs que pueden ser seleccionadxs cada vez- prima ante todo la felicidad por la chance de lxs compañerxs que representarán al grupo y asumirán el desafío en nombre de todxs.
El ensayo, en definitiva, es mirarse hacia adentro en profundidad y, desde allí, salir al ruedo a desplegar y compartir lo que somos en una experiencia significativa. Todo es ganancia y aprendizaje para lo que lxs chicxs afrontarán al terminar la secundaria. Para mí, en lo personal, no es ni más ni menos que hacer a nuestrxs pibxs sentir y vivir la pasión y los desafíos que dan sentido a nuestro trabajo como docentes. Nuestras herramientas, las que construimos juntxs, son el juego cargado de sentido, la planificación pensada en base a un certero diagnóstico de grupo y situación; también la
LA CONVOCATORIA
Gente linda, ¿cómo están?
actividad reflexiva y de autoevaluación, el arte en todas sus formas, y las variantes que podamos crear para la interacción, para el conocimiento mutuo y la integración, para nutrir el respeto por la naturaleza, el valor de lo comunitario, la exploración de los sentidos y la puesta en práctica de la cooperación, la solidaridad y el compromiso. Nuestras herramientas se tornan poderosas a partir de lo que cada unx es y tiene para dar.
La realidad nos da indicios de que este espacio tiene aún mucho por recorrer y seguir creciendo; en complemento también con otras propuestas del Cole que actúan sobre bases similares: Tutores Pedagógicos, Mediadores Culturales, el Proyecto Sociocomunitario, el Taller El Colectivo y los Viernes Social Club, entre otras. No me cabe duda de que estos espacios seguirán siendo habitados y crecerán aún más. Quiero cerrar agradeciendo a cada unx de los chicxs que pasó por este espacio y dejó su huella: de todas ellas se compone hoy la esencia de este taller.
Joaquín Velo es coordinador del Área de Educación Física.
Les escribo para contarles que existe la posibilidad concreta de que algunxs de ustedes puedan viajar como líderes al campa de segundo. Aquellxs que estén decididxs a postularse deberán mandar un mail a educacionfisica@colegiodelaciudad.org contestando estas cuatro preguntas de la mejor manera posible:
1- ¿Por qué tenés interés en ir al viaje como líder?
2- ¿Desde qué lugar te ves colaborando/aportando?
3- ¿Qué actividad/es te animarías a planificar y coordinar?
4- Si no fueras vos, ¿a quién te gustaría postular y por qué?
Plazo de entrega: hasta el viernes 4/10 inclusive (quien escriba fuera de fecha corre de atrás).
¡A escribir!
Abrazos,
Joaco
por Olivia Nuss
¡Buenas! Aquí van las respuestas para participar de los viajes.
1) Desde chica, incluso en la primaria, desde mi mesa larga llena de compañeros, con algunos sirviendo fideos con salsa, pispeaba de reojo la mesa de “los profes”. Esa mesa era, lógicamente, más chiquita. Siempre un poco alejada de la nuestra, pero no tanto, por las dudas, ¿viste? Generalmente tenía vasos más lindos y ahí sí se podía tomar Coca. Si no estaban riendo, ellos seguro estaban planeando los grupos para la próxima actividad. Qué ganas me daban de poder afinar un poco la oreja y ver si me tocaba con los que quería. Voy a preguntar si puedo ir al baño y de paso me quedo un ratito con ellos…. Mierda. Me dijeron que sí.
Lo que más me interesa de viajar como líder es poder estar en el “backstage”, formar parte de ese otro lado que como alumnos nunca vemos tan de cerca. Creo que empieza primero por una sensación de curiosidad y desde ahí parten otros motivos. Por un lado, querer participar de todo este mundo de los profes que no vemos del todo. Y eso debe ser porque siempre vi mucho disfrute en ellos, más allá de ciertos momentos de estrés o retos. En el esfuerzo que ponen se puede ver también las ganas de que todo salga bien siempre. De a poco fui entendiendo que lo que hacen es más para nosotros que para ellos. De ahí entonces las ganas de poner esa garra pero para un otro. Quizá eso lindo de recibir lo puedo encontrar también generando o dando. Por otro lado, creo también que habiendo sido alumna cuento con una ventaja, que es poder aportar mi mirada de “piba”. Además, a muchos nos pasa que a veces vemos cosas que pasan en los cursos más chicos y nos dan ganas de hablar con ellos y contarles nuestras experiencias, y un poco transmitirles que “no están solos” y que los de quinto no somos tan gigantes como creen. Yendo a los campas como líderes creo que nos da el pie para poder conocerlos mejor. Y además voy a poder tomar Coca.
2) Ir con Agus a la convivencia de tercero me hizo conocerme de otra manera. Me di cuenta de que me gusta “repartir” los trabajos. Creo que tengo facilidad para trabajar en equipo y disfruto de trabajar con otros. Entonces, en este próximo campa me veo quizás ayudando en tareas organizativas, “bajando a tierra”, pero también tareas que incluyan contacto con los chicos, explicando una actividad e intentando que se copen. Me veo coordinando actividades o juegos grupales. Si hay algún conflicto, creo que también podría dar una mano.
3) Me animo a planificar juegos de a grupos como el de las Olimpiadas locas, o los juegos cooperativos. También me gustaría coordinar algún taller de teatro, ayudar a los chicos a que se saquen la vergüenza y se conozcan desde otros lados. Me encantaría planificar juegos nocturnos también. Después de hacer un par de actividades y de conocerlos un poco, me imagino pensando con mis compañeros qué cosas le vendrían bien al grupo e ideando entre todos alguna actividad nueva.
Buenas, acá yo desde el Uber. Pensando mucho. Emocionada también. No sé mucho qué decirles de todo lo que siento, pero acá va un intento. Gracias a todos por permitirme y ayudarme a conocerme a mí misma y dejarme conocerlos todavía un poco más a ustedes. El espacio donde la duda, la búsqueda y el juego son bienvenidos es espacio sagrado para mí. Gracias enormes, los quiero.
Olivia Nuss es egresada 2018. Cursaba 5º año cuando escribió esta postulación.
por Matías Padilla Strier
1) El interés por viajar como líder surge desde un campamento Zumerland cuando tenía diez años y siempre me copó mucho la idea. Tenía pensado hacer los encuentros en el Sholem y finalmente el año pasado probé. Me gustó, pero no llegaba con el tiempo de la semana. A mitad de año, cuando me enteré que se estaba armando esto en el Cole, me volvió loco y ya sabía que quería venir a los encuentros y, si podía, ir a un posible campa.
Me parece una experiencia única y hermosa, que tiene algo del contacto más par a par con lxs pibxs al mismo tiempo que estás en un rol docente o coordinador muy pilas para que disfruten y se desconecten un toque del entorno cotidiano. Siento que es muy valioso lo que voy a aprender en ese lugar, en el que también me interesa incursionar para un futuro no tan lejano. La relación que yo tuve con los líderes que me fueron tocando en distintos campamentos de chico me dieron ganas de entender el laburo del otro lado, la garra y el lugar sensible que podemos ocupar para unx pibx más chicx que está viviendo algo tan lindo y fuerte como un campamento del colegio.
2) Me veo aportando especialmente desde el arengue, incentivando la participación de todos y todas para que se prendan y conecten. Siento que ahí tengo algo piola para laburar. Hay mucha gente que, a veces por timidez, a veces por vergüenza, se queda atrás y no juega, o no crea y se va un poco a su mundo, no conecta del todo. También creo que grupalmente movilizo en ese sentido, desde un fogón con alguna danza o canto, o hasta con un juego o actividad particular. También la música, ahí hay otra veta que me gusta aprovechar entre las cosas propiamente “mías”.
3) La verdad es que me animo con cualquier actividad y con toda la garra, planeando y coordinando, me parece. Estaría recontra predispuesto a armar, por ejemplo, un captura la bandera con objetos por equipos y minijuegos que siempre la pasamos bien; podría ayudar a lxs chicxs a armar el fogón, hacer un torneíto por postas como aquella primera noche en Tilcara o los juegos tipo trivia, como en Bariloche.
4) Yo le diría a Maru, porque siento que tiene mucha pila para esto y muy buen trato con pibxs más chicxs. Siempre le copó todo lo que tenía que ver con coordinar y cuando estamos en alguna actividad en un campamento le pone buena onda, encara siempre con ganas.
Matías Padilla Strier es egresado 2019. Cursaba 5º año cuando escribió esta postulación.
EN FOCO
Azul Casado
Violeta Muggeri
Azul Casado
Vera Wilkis
Nicolás de la Calle
Rocío Acevedo
Nicolás de la Calle
Iván Kacef
Julia Ranni Mosconi
Fotos: estudiantes de 1º y 2º año 2020. Taller de Fotografía.
LEER EN LA ÉPOCA DE LA REVOLUCIÓN DE LAS HIJAS
JÓVENES, LECTURAS Y FEMINISMO
por Luciana Mastromauro
Este texto surge como un intento por reflexionar acerca de cómo el feminismo en tanto entramado ideológico produce nuevas formas de leer en lxs jóvenes de hoy. De un tiempo a esta parte, nuestras clases se fueron poblando cada vez más de exclamaciones como “¡este cuento es re machista!”, “las mujeres la pasan re mal” o “está lleno de estereotipos”. Las lecturas de lxs chicxs de 1ero y 2do comenzaron a identificar nuevas dimensiones en los textos y nuevos detalles de signo “patriarcal”, así como señalando, en un gesto de denuncia, el entramado “machista y discriminatorio” de algunas escenas narradas. Muchas veces en estos últimos años me sentí interpelada o sorprendida ante significados que me parecían, en principio, “forzados” o “sesgados”, y me llevaron a discutir con las estudiantes nuestras respectivas operaciones de lecturas. Yo, docente, inscripta en mi configuración histórica; ellxs, estudiantes, inscriptxs en sus propios horizontes. En esa tensión de lecturas, surgen las preguntas e inquietudes que este artículo busca desplegar.
¿QUÉ FEMINISMO?
La primera pregunta que aparece es: ¿cuál es el feminismo que atraviesa hoy a nuestrxs estudiantes? O, para ser más precisa, ¿cuáles son los componentes que integran su base ideológica y conforman -en última instancia- los patrones, valoraciones y sentidos que se ponen en juego a la hora de leer? Y aún, en un sentido más amplio y radical: ¿cómo impacta en el modo en que construyen sus identidades juveniles y sus formas de vincularse con lxs otrxs?
Si bien el feminismo (o los feminismos) es un movimiento disímil y complejo, podemos intentar nombrar algunas de las cuestiones fundamentales que lo atraviesan y repercuten
“Para un ser finito, comprender es transportarse a otra vida” P. Ricoeur, El confilcto de las interpretaciones
en las aulas: los reclamos por una sexualidad libre, por el derecho a la integración y la seguridad del propio cuerpo, por el derecho a la privacidad y el cuestionamiento de los modelos hegemónicos de belleza, deseo y salud. El movimiento incluye además una serie de demandas contra la violencia y los femicidios, y una serie de luchas como la despenalización del aborto. En el mundo estudiantil además surgieron reclamos por una educación no sexista
y por el fin de los acosos en las instituciones, así como una problematización sobre el propio lenguaje postulando una inscripción sobre la gramática que sea portante de estos cuestionamientos. En este marco, el heteropatriarcado se concibe como un sistema de dominación que se consolida en el ámbito privado y se expande sobre lo público, estrechamente vinculado a otro sistema de explotación: el capitalismo.
El año pasado, leí una crónica de Eleonor Faur para la revista Anfibia en la que a partir de la observación de las marchas del 8M apuntaba: “El joven feminismo arde en los cuerpos. Cuerpos que se saben juntos y que juntos luchan por la libertad de las mujeres, lesbianas, travas y trans, por el derecho a decidir y ser respetadas, por el derecho a una sexualidad plena, gozosa y consentida. Las pibas se alejan de la cosificación, la desafían”1. Las marchas develan la existencia de un potente colectivo que engloba a una multiplicidad de posiciones e identidades que se reconocen como oprimidas por el heterosexismo y el cissexismo. Un sujeto colectivo presente en el escenario político actual que opera -en mayor o menor medida- como núcleo de representación e identificación también para nuestrxs estudiantes; ya que –además- el feminismo actual se caracteriza por la radical juventud de sus integrantes, su juvenilización, o lo que Luciana Peker llamó “la revolución de las hijas”2
Todas estas cuestiones ingresaron en la escuela y rediseñaron las políticas estudiantiles y los modos de participación de lxs adolescentes en este ámbito. Aparecieron nuevos grupos de militancia estudiantil, se abrieron espacios de denuncias en las redes sociales y se inauguraron nuevas formas de escrache. Y, todas estas disputas que lxs estudiantes habitan en la escuela, en la calle, en sus ámbitos privados, solxs y con sus pares, también impactan en su forma de leer literatura. Aquella frase de “lo personal es político”, acuñada por la feminista
Kate Millet en los años setenta, parece también estar funcionando como premisa a la hora de leer.
ALGUNAS OBSERVACIONES EN LOS EFECTOS DE LECTURA
A partir de las experiencias de lecturas compartidas en las aulas podría señalar, en principio, el impacto del feminismo en cuatro direcciones: se evidencia una mayor concientización de las estigmatizaciones sociales; aparece con mayor fuerza la noción de poder para analizar los vínculos entre los personajes; se hace presente la denuncia como forma de lectura; y, finalmente, se observa cierta confusión entre narrador y autor o entre texto y autor (“si el texto es machista, el autor también lo es”) y una relativa
1 Faur E. (2019), “Guerreras” en Anfibia (San Martín) http://revistaanfibia.com/ ensayo/guerreras/, 1 de mayo de 2019.
2 Peker L. (2019), La revolución de las hijas, Buenos Aires, Argentina, Paidós.
falta de conciencia histórica en lo que concierne a los contextos de producción de los textos en relación con los propios marcos de referencia.
La reflexión sobre las estigmatizaciones sociales presente en los activismos feministas permite a lxs estudiantes “leer” rápidamente la construcción de estereotipos en las representaciones literarias de, por ejemplo, los roles familiares: madre, padre, hijo/a. En Estereotipo y clishés, De Amossy y Herschberg señalan el papel central que estos cumplen al hacer interpretaciones; “las teorías de la lectura insisten en el carácter central de los esquemas cristalizados para la lectura del texto literario: no hay actividad de lectura posible sin estereotipo”3. Las teorías y movimientos feministas han resignificado el modo de configurar la estereotipia de los actores sociales en lo que concierne a los roles de género, sexualidades y diversidades. Una estudiante de primero comenta sobre el cuento “El Marica”, de Abelardo Castillo, “qué loco que aunque estemos años intentando encajar en un estereotipo, si no sos ´estereotipadamente correcto´, no sos así y punto, ¿por qué nos cuesta tanto aceptarnos?”. Al preguntarle cuál es para ella la problemática del texto, responde: “De lo que significaba ser hombre, ´macho´ en la adolescencia y de lo que significa aceptarse y aceptar al otre”. Otra estudiante dice: “Se trata de la mayoría de personajes que quieren ´corregir´ a otro por lo que quiere o no hacer, porque es lo que la sociedad les hace creer que es correcto”. Lo novedoso de las lecturas es el registro instantáneo del estereotipo ligado a la lectura del mandato social en clave de performatividad de género, de cómo el cuerpo actúa la normativa social de ser –en este caso- varón.
La inscripción de las relaciones sociales en intercambios desiguales y la detentación desequilibrada del poder entre los personajes también salta a la vista en estos nuevos enfoques de lectura. Hace diez o quince años, al leer el cuento “Conejo”, también de Castillo, -en el que un niño le cuenta lo que le pasa a su conejo de peluche- las lecturas de lxs chicxs versaban en torno a una interpretación maniquea de los personajes (los adultos malos y el niño como víctima inocente), además de una fuerte condena sobre el personaje de la madre que abandona a su hijo para irse a vivir un romance. Actualmente, las estudiantes desentrañan el peso que orbita sobre la madre quien –según sus señalamientosdebe responder a un modelo de familia y a un rol social que en tanto mujer adulta se le ha asignado: el de madre y esposa. Al infligirlo, es condenada por el resto del mundo adulto y también por el propio texto que la representa como “mala madre” -apuntan las chicas de segundo. El modo de leer cambió y es agudo, cuestionador: lxs estudiantes indican que en esta representación de la madre hay cierto “aval” por parte del texto (o, ¿del autor?) a la condena que
3 De Amossy R. y Herschberg Pierrot A. (2001). Estereotipos y clichés, Buenos Aires, Argentina, Eudeba. Colección Enciclopedia Semiológica.
responde a la moral imperante. ¿Desconfiamos del texto, del modo en que el autor representa a sus personajes?, ¿de la autoridad patriarcal del autor?, ¿es eso posible? Además, al pensar en la construcción de la voz del narrador, lxs estudiantes advierten que la madre no tiene voz. En el cuento es hablada por otrxs; entonces…, ¿el texto la condena de antemano?, ¿tiene posibilidad este modelo femenino “alternativo” de salir ileso?
Y así, de la lectura se pasa a la crítica y de la crítica a la denuncia. Se le exige a los textos una posición crítica con respecto a los modelos hegemónicos patriarcales y heteronormativos que instituyen formas de amar y relaciones domesticadas. Que alguien grite en el texto que eso merece condena.
Los términos de la denuncia se repiten al trabajar con cuentos como “La madre de Ernesto” o, el antes mencionado, “El Marica”: se exige que el texto diga algo, o se lo acusa “por su silencio cómplice con el machismo que hay en esa historia”. La exhibición de los efectos del patriarcado no parece ser suficiente, es necesario que sean condenados para no ser avalados. Sin embargo, al hacer un análisis textual más detallado, es posible advertir que ambos textos se organizan en un entramado de voces narrativas que complejiza la atribución de “responsabilidades” ideológicas. “El Marica” es una carta. Quien emite, Abelardo (narrador y autor comparten el mismo nombre), le escribe pidiéndole disculpas a César, su amigo y destinatario de la carta, muchos años después. Todo el cuento no es más que una disculpa, y también una confesión de un secreto entre César y Abelardo, y también -en alguna medida- entre el lector y el autor. Al identificarse el narrador (y entonces, el autor, y entonces, el texto con los valores de la estigmatización “vos eras raro”), las lecturas de las jóvenes -en algunos casos- simplifican las atribuciones de las responsabilidades ideológicas y la cuestión de la correferencialidad entre autor y narrador. Aquí radica seguramente la función del leer en la escuela: aportar aquellos saberes que permitan profundizar en los procedimientos y categorías literarias para desentrañar y complejizar los modos en que la ideología se imbrica en los textos literarios.
El significado es siempre una variable histórica que se construye en la bisagra del sentido del texto y del lector, en esa fricción, en ese diálogo de dos tiempos históricos. Como dice T. Eagleton parafraseando las teorías hermenéuticas, “el hecho de comprender se realiza cuando nuestro horizonte de suposiciones y significados históricos se fusiona con el horizonte dentro del cual se ubica la obra”4 Quien acompaña en la lectura a lxs jóvenes en contexto de feminismo puede también engrosar el significado de los contextos históricos y las tradiciones literarias: historizar para discutir significaciones dentro de sus contextos de producción y en diálogo con el presente. Y esa es, sin
duda, otra de las tareas y desafíos interesantes de leer hoy en la escuela.
Como dice A. Jarkowski: “Un libro es inconcebible sin la historia misma de la literatura; sin embargo, esto es lo que cada vez cuesta más transmitir a los jóvenes, para quienes aquella dimensión histórica se ha desdibujado en una suerte de presente permanente sin relación orgánica con el pasado del tiempo en el que viven”5. Ante la imposición del presente como premisa de lectura, la operación del docente puede ser la de ubicar y problematizar los contextos de producción, sus marcos ideológicos y modos de representación; al tiempo que dar a conocer las tradiciones literarias en las que un texto se inscribe para invitar a leer en esa bisagra entre tiempos, en esa fusión entre nuestro horizonte de significados históricos y el de la obra, para producir lecturas feministas conscientes de la tensión entre tiempos y sus marcos ideológicos y volar -leyendo- hacia el infinito.
5 Jarkowski A. (2009), “Cuando se transforma la lectura”, en Todavía, Argentina, mayo-julio de 2009, núm.21.
Luciana Mastromauro es docente de Lengua y Literatura. lustración: María Paz Riva, 4º año 2020. Realizada en clase de Artes Visuales.
4 Eagleton T. (1998), Una introducción a la teoría literaria, México D.F, Fondo de Cultura.
CON TODO Y A PESAR DE TODO
Porque encontrarnos siempre fue un festejo y llevábamos casi veinte festivales de Arte en la Plaza ininterrumpidos, en 2020 llegó Experiencia Ciudad Mudamos a la nube nuestra fiesta barrial, nuestro encuentro con otrxs, nuestra muestra de mil colores y sentidos en una trama que incluyó a escuelas de todo el país y hasta de Brasil.
Experiencia Ciudad subió a la nube y ahí sigue. La puerta está en este código QR:
SONIDOS
por Carolina Brancara
El barullo de la gente cuando camino por el centro. El humo del mate cocido que me empañaba los lentes. El silencio cuando volvía de la playa y me sentaba en las escaleras a mirar el cielo. El eco que se genera cuando hablás en un escenario casi vacío. Los chapuzones cuando la gente se tira de bomba en el verano ansiosa por escuchar el ruido al caer.
Ese sonido cuando estás sentado en la sombra de un árbol y el viento sopla despacito como un susurro y sentís una paz como si las preocupaciones desaparecieran por un instante…
Carolina Branca es estudiante de 1° año 2020
El trabajo fue realizado en el Taller Inventalinguas. Foto: Valentino Tiscornia, 3ºaño 2020. Realizada en el Taller de Técnica y Expresión Fotográfica.
6 DE ESPADAS
Habito cartas escritas en la ruta Como partidas de truco O confesiones
De la infinidad de un viaje corto Arrastro partidas perdidas Que me gritan que ya está Que deje de jugar Que siempre termino igual Tragando lágrimas
Pero yo sé
Lo que quiero Aunque en el fondo
No lo sepa Así que escribo Atardecer Casi llegamos
El mazo me mira Y me hace No saber Qué hacer Te miro a los ojos
Estoy tensa
Se me nota 6 de espadas Y que pierdo Que tengo miedo Y que pares
Un segundo Que me leas Que te quiero
Rocío Wegman es estudiante de 5° año 2020 llustración: Morena Borysowski, 4º año 2020. Realizada en el Taller de Pintura.
por Rocío Wegman
A POLITICAL SPEECH:
LISTENING, ANALYSING, REFLECTING AND RESPONDING
TO ARGUMENTS
Tras la escucha de un discurso del ex presidente de Estados Unidos, Barack Obama, sobre el asesinato de George Floyd, se propuso a lxs estudiantes de 4to que escribieran un ensayo de opinión sobre sus declaraciones e incluyeran su propio punto de vista sobre el tema.
DESPERATE TIMES AND DESPERATE CALLS: REFLECTIONS ON WHAT SHOULD BE DONE
por Ián Caterbona Lee
In the video, penultimate USA president, Barack Obama, delivers a message for those living in the country, while addressing facts about George Floyd’s murder and the ongoing protests, and what they should do in times like this to have a better future. Obama starts his speech acknowledging the recent events the USA has experienced. He also mentions the pain many Americans have suffered throughout the past weeks, and how the pandemic is still roaming around while other things are happening.
After that brief introduction, Obama mentions how there is an incredible opportunity for people to open their eyes to some of the trends, which he sees as something good, since they can start working together to change what is now the USA. Obama then continues to acknowledge young people, as they have made the most progress for their society.
In the middle of the video, Obama dedicates some words to the young men and women of colour of the country, in which he expresses the violence they are suffering and how unfair it is for them to be worried about being killed while living their lives. He also mentions how most of this violence comes from people who are supposedly there to protect and serve them (the police).
By the end of the video, Obama calls out every mayor in the country to suggest practical solutions so that a real change can happen, mostly by making reports on their police taskforce, so they can make reforms. He claims that
they have all the data needed to carry them out. Finally, Obama ends the speech by claiming that the USA was founded on protests (the American Revolution), and he believes that it can be a turning point for the country in times like today.
I personally agree with most of Obama’s points argued throughout the video. He was president for eight years so he must know what he is saying. Many people criticize him for not making enough changes during those years, but it is a fact that he made many vital reforms which now the Republican party have dismantled.
However, protests are one of the main things discussed in the video and one of the main things happening right now. From his speech, we can confirm that Obama is 100% in favour of them. I believe that protests are a good thing and an important thing to make these days, but not the way some people are making them. Breaking and destroying someone else’s property is not a way of dealing with this problem, and these people are giving a bad image of the protesters who are actually trying to be heard. I also did not see Obama reacting to this, so I believe that is a main flaw. I admit that it is a very controversial topic, as peaceful protests do not work every time and people have to do things to be heard, but they can find another way. We are in desperate times and desperate calls are something bound to happen, but we also have to be careful and think about what we are doing and if it is correct.
“BAD
COP-GOOD COP” THING OR CENTURIES OF OPPRESSION AND RACISM?
por Felipe Colman
In the video, ex president Obama talks about the murder of George Floyd, the protests that are going on right now and the law enforcement as a whole in the USA. He gives a good speech, he supports the protesters based on the argument that the country was founded under protests, he encourages and talks about the young, how they are full of potential and willing to fight for what they believe. He also talks about little reforms to “save lives” and how “not all cops are bad”, and this is where I disagree.
I do not think that saying that there are some cops that are good people is enough for justifying all the things that the police have done worldwide, even if I am in no position to tell how it feels to be treated like that for multiple reasons. I am white and I am a man, and luckily, nothing like this has ever happened to me, but I think it is erratic to say that it is a matter of individual cops or the law enforcement areas. I think the system has to change, and I am talking about the system as a whole. The protests are not a reaction to a black individual’s death, it is a way to make the world, the system, listen to the voices of all the black people that have suffered and perished because of a society and a country that bring with them centuries of oppression and racism, decades of invisibility to the ones that have been silenced in the past, and are being unheard now; years and years of segregation of all kinds.
Unfortunately, capitalism only listens when the elite is hurt, and in a certain way, that is why the police exist: not to serve and protect the ones who need them, but the ones who pay them. Black people cannot even go for a walk without being scared for their own lives. We -white peoplehave to be aware of this, and must support the Black Lives Matter movement without appropriating it, without claiming black people’s space to cry and scream for the ones that cannot do it anymore; because if we do not, we are no better than cops, no better than any racist, and we are most definitely, not good people.
In conclusion, I believe in changing things, in fighting for the right causes, and I agree with Obama in some aspects. Yes, we, the youth, are the future, and the world is going to depend on us one day, but it is important to remember that
all the chaos that is going on right now, is a feature of the system and the society we live in, it is not a “bad cop-good cop” argument, it is much bigger than that, it involves all of us. We must know that it depends on us for that to change, because we know how things are, because we are the people that are going to change things, and it also depends on us not to forget about injustice, racism, oppression and hate. We need to remember this so we might not be as the people we criticize, and we might not let the system remain as it is now.
The time shall come, when the world finally changes, and it is in our hands to make that happen, but till that day, all we can do is protest, help, support and resist with the ones who most need it.
Ián Caterbona y Felipe Colman son estudiantes de 4° año 2020. El trabajo fue realizado en clase de Inglés (Advanced I). Ilustración: creación colectiva. Taller de Murales 2020.