ESPECIAL TRABAJOS DE INVESTIGACIÓN
Carlos Sesma Sánchez
Presidente del Colegio de Enfermería de Navarra Nafarroako Erizaintzen Elkargoko Lehendakaria
Motor para el desarrollo profesional de la Enfermería
La publicación de este tercer número especial de Pulso, dedicado íntegramente a trabajos de investigación, evidencia la buena marcha de la producción científica de nuestras colegiadas y colegiados, actividad imprescindible para el avance de la Enfermería.
El Colegio viene demostrando su compromiso con el desarrollo de la investigación enfermera con distintas acciones, entre las que se encuentra la publicación de estos números especiales de la revista, cuyo fin es reducir el tiempo de espera en la publicación de trabajos y pósteres. Con el mismo objetivo, hace más de dos años que se incrementó en Pulso el número de páginas dedicadas a los estudios de investigación.
De manera paralela, cabe recordar la ampliación en 2015 del número de profesoras que forman parte de la Unidad de Apoyo a la Investigación del Colegio. Además de prestar asesoramiento a las colegiadas/os que lo solicitan y revisar los trabajos recibidos para su publicación en Pulso, esta Unidad se encarga de organizar la Jornada anual de Investigación, otra de las apuestas del Colegio en este área. Iniciada en 2016, la segunda edición de la Jornada celebrada este año ha supuesto la consolidación del evento que reúne a cerca de un centenar de enfermeras/os.
También en 2015 pusimos en marcha la convocatoria de Becas de doctorado, ayudas que han recibido un total de siete colegiadas que han leído tu tesis: cuatro en 2015 y tres en 2016. Y en la misma línea se enmarca las Becas para la presentación de comunicaciones científicas en congresos, que fueron obtenidas por doce colegiadas en 2016, primer año de convocatoria.
Como veis -podéis ampliar información en la sección de “Servicios” de la web-, son varias las acciones ofertadas desde el Colegio para apoyar y potenciar la investigación enfermera. Eso sí, de nada sirven estas propuestas sin vuestra implicación en la actividad investigadora y en la producción científica, verdaderos motores de nuestro desarrollo profesional como enfermeras.
ESPECIAL INVESTIGACIÓN 3
AGOSTO 2017
Erizaintza profesionalki garatzeko motorra
Pulsoren hirugarren zenbaki berezi hau, oso-osorik ikerlanei buruzkoa, argitara ateratzeak gure elkargokideen ekoizpen zientifikoa, Erizaintzaren aurrerapenerako ezinbesteko jarduna, bide onetik doala uzten du agerian.
Elkargoa erizainen ikerkuntzaren garapenarekin duen konpromisoa zenbait ekintzaz erakusten ari da, aldizkariaren zenbaki berezi hauen argitalpenaz besteak beste, zeinen helburua lanen eta horma-irudien argitalpenerako itxaronaldia laburtzea baita. Helburu bera izanik, duela bi urte baino gehiago handitu zen Pulson ikerlanei emaniko orrialde kopurua.
Horrekin batera, Elkargoko Ikerkuntzarako Laguntza Unitateko emakumezko irakasle kopurua 2015ean handitu zela gogora daiteke. Hola eskatzen duten elkargokideei aholkularitza emateaz eta Pulson argitaratzeko jasoriko lanak aztertzeaz gain, Unitate hori Ikerkuntzari buruzko urteko Jardunaldia -Elkargoak eremu honetan egin dituen apustuetako beste bat- antolatzeaz arduratzen da. 2016an hasitako Jardunaldiaren bigarren edizioak, aurten eginikoak, ekitaldia bermatzea ekarri du, zeinek ehun bat erizain biltzen baitu.
2015ean, bestalde, Doktorego bekak erdiesteko deialdia abiatu genuen eta guztira zazpi dira tesia irakurri duten elkargokideak: lau 2015ean eta hiru 2016an. Eta ildo horretan berean kokaturik daude komunikazio zientifikoak biltzarretan aurkezteko Bekak, zein 2016an, deialdiaren lehen urtean, hamabi elkargokideren eskuetara joan baitziren.
Ikusten duzuenez -webguneko “Zerbitzuak” atalean zabal dezakezue informazioa-, batzuk dira Elkargoak erizaintza alorreko ikerkuntza lagundu eta indartzeko eskaintzen dituen ekintzak. Proposamen horiek, baina, ez dute ezertarako balioko zuek ikerkuntza jardunean eta ekoizpen zientifikoan inplikatzen ez bazarete, horiek gu erizain gisa profesionalki garatzeko benetako motorrak baitira.
Edita y dirige: Colegio Oficial de Enfermería de Navarra / Junta de Gobierno Coordinación y Redacción: Javier Irurtia Maquetación: Az2 Comunicación Publicidad: Colegio Oficial de Enfermería
Direcciones: PAMPLONA Pintor Maeztu, 4-1º • 31008 Pamplona Tel. 948 251 243 / Fax. 948 175 358 comunicacion@enfermerianavarra.com www.enfermerianavarra.com
TUDELA Camino Caritat, 4, ent • 31500 Tudela Tel. y Fax.: 948 411 578 sedetudela@enfermerianavarra.com Depósito Legal: NA 2.029/1977 ISSN: 11378913
Pulso está incluida en la base de datos Cuiden® (Fundación Index)
Prevención de lesiones intraoperatorias en el paciente sometido a resección colorrectal por laparoscopia
Autoras
Nerea Cornago Navascués
Maria José Ariño Serrano
Patricia Sanz Martinez
Lucía Arnedo Ladrón
Ana Eraso Fernandez (Diplomadas en Enfermería. Servicio de Quirófano de Hospital Reina Sofía de Tudela)
Dirección de contacto nereacornavas@hotmail.com
Resumen
El cáncer colorrectal es una neoplasia común en el mundo occidental, ocupando el segundo lugar en incidencia, lo que supone aproximadamente el 10-15% de todos los tumores. El único tratamiento curativo disponible es la resección quirúrgica del tumor.
Se ha incrementado el tratamiento quirúrgico de este tumor por laparoscopia, debido al limitado trauma quirúrgico que ocasiona, lo cual se traduce en beneficios. Los pacientes sometidos a cirugía laparoscópica experimentan menos dolor, una recuperación de la función intestinal más rápida, una deambulación precoz y estancias hospitalarias más cortas, lo que reduce el riesgo de complicaciones postoperatorias. Además, tras este tipo de cirugía, los pacientes retoman su vida normal con mayor celeridad. Estas ventajas pueden ser especialmente importantes en el caso de las personas mayores.
El objetivo de este trabajo es revisar los aspectos clave en la prevención de lesiones intraoperatorias en el paciente sometido a resección colorrectal por laparoscopia.
Palabras clave: Cirugía laparoscópica, cirugía colorrectal, posicionamiento del paciente, enfermeras anestesistas, seguridad del paciente.
INTRODUCCIÓN
El cáncer colorrectal (CCR) es un tumor maligno que aparece en el intestino grueso o en el recto a partir de una lesión llamada pólipo. Ocupa el segundo lugar en incidencia, lo que supone aproximadamente el 1015% de todos los tumores[1].
En Navarra, se detectan alrededor de 500 casos anuales y es el causante de unos 200 fallecimientos al año[2].Es más frecuente en hombres (60% de los casos) que en mujeres. Se trata del tipo de cáncer con mayor incidencia en ambos sexos (alrededor del 15% de los cánceres registrados) con una tasa de 48,2/100.000 habitantes en hombres y de 25,1/100.000 en mujeres[2]
También presenta altos índices de mortalidad: es el tumor que más muertes ocasiona entre las mujeres navarras (24,06/100.000), mientras que en el caso de los hombres, ocupa el segundo lugar tras el de pulmón y tráquea (42,09/100.000)[2] .
Según el estudio prospectivo europeo sobre dieta, cáncer y salud (EPIC), una dieta rica en fibra, verduras, frutas, legumbres y pescado y la práctica de ejercicio físico de forma habitual tienen un efecto protector para la aparición de cáncer colorrectal. Por el contrario, el consumo elevado de carne roja y procesada y de alimentos con grasa, así como la ingesta de alcohol, tabaco y la presencia de sobrepeso y obesidad favorecen su aparición[2]
El tratamiento del CCR es quirúrgico. Los principios de la resección curativa del CCR incluye exéresis del tumor primario con adecuados márgenes, proximal, distal y lateral y previniendo la realización de una anastomosis segura, bien vascularizada y sin tensión.
La cirugía laparoscópica es la técnica de elección para su abordaje quirúrgico, ya que es una técnica mínimamente invasiva, mediante la cual se puede observar el interior de la cavidad abdominal a través de un sistema óptico que se inserta por 4 o 5 pequeñas incisiones en la pared
abdominal además del instrumental quirúrgico, previa insuflación de gas (dióxido de carbono). Finalmente se realiza una incisión algo mayor (10 cm aprox.) para exteriorizar la pieza resecada. En caso de poder hacer anastomosis, se hace vía anal con una sutura mecánica circular[3]
Los pacientes sometidos a cirugía laparoscópica experimentan menos dolor, una recuperación de la función intestinal más rápida, una deambulación precoz y estancias hospitalarias más cortas, lo que reduce el riesgo de complicaciones postoperatorias[4]
El equipo quirúrgico es el responsable de garantizar la seguridad del paciente en el acto quirúrgico. El objetivo de este trabajo es revisar los aspectos clave en la prevención de lesiones intraoperatorias en el paciente sometido a resección colorrectal por laparoscopia.
PAPEL DEL PROFESIONAL DE ENFERMERIA EN LA PREVENCIÓN DE LESIONES DURANTE EL ACTO QUIRÚRGICO
Periodo intraoperatorio: Es el tiempo que transcurre desde que un paciente es recibido en la sala de operaciones y es llevado a la sala de recuperación. Este periodo constituye el acto quirúrgico en sí, y en él intervienen diversos miembros del equipo quirúrgico (cirujano, ayudante del cirujano, anestesiólogo, enfermera
instrumentista y enfermera circulante), cada uno de ellos con funciones específicas pero unidas en un objetivo común: proporcionar la máxima seguridad y eficacia al paciente.
En el acto quirúrgico se identifican tres momentos en los que el objetivo general de la asistencia de enfermería está orientada a garantizar el éxito de la intervención quirúrgica, velando en todo momento por la seguridad del paciente. Los tres momentos son:
• PREPARACIÓN Y VERIFICACIÓN DEL QUIROFANO:
Se debe comprobar el perfecto funcionamiento de la tecnología, preparar el material necesario para llevar a cabo la ventilación mecánica invasiva e intubación endotraqueal, como también el instrumental quirúrgico y material fungible específico para la intervención. Así mismo comprobar que la documentación del paciente está completa y la historia preanestésica sea correcta.
• CUMPLIMENTACIÓN DEL CHECKLIST AL PACIENTE QUIRÚRGICO:
El checklist es un listado de verificación de seguridad quirúrgica. Este documento permite a los profesionales registrar la comprobación de unos aspectos directamente relacionados con un proceso de atención seguro (antes, durante y después de la cirugía), que reduce po-
tenciales complicaciones prevenibles y, en última instancia las tasas de morbi-mortalidad.
El checklist es una herramienta sencilla, fácil de completar y su uso se hace extensivo tanto a intervenciones urgentes como programadas con el objetivo de reducir al máximo la posibilidad de error. En el proceso, la enfermera tendrá en cuenta los siguientes aspectos: comprobar la identidad del enfermo, informarle comunicándole las sensaciones que experimentará en las fases pre, intra y postoperatoria (ayudándole a identificar que puede ir sucediendo y lo que cabe esperar), comprobar diagnóstico y la intervención quirúrgica a realizar, confirmar las ayunas, alergias, extracción de prótesis dentales móviles, oculares o auditivas[5,6].
• CUIDADOS INTRAOPERATORIOS AL PACIENTE QUIRÚRGICO:
Monitorización del paciente, inducción de la anestesia y preoxigenación, intubación endotraqueal, conexión del tubo a la ventilación mecánica invasiva y fijación del tubo[6]
Una vez que el paciente ha sido anestesiado empieza el tiempo de la intervención quirúrgica en sí. Para ello el paciente se coloca en posición Lloyds-Davies, también conocida como posición de Trendelemburg-Litotomía[3,7,8]
La posición Lloyds-Davies es la más empleada en la cirugía de colon izquierdo y recto, tanto por vía abierta como por laparoscópica. Habitualmente los cirujanos se colocan a la derecha del paciente y permite el lavado rectal y la introducción de una grapadora para efectuar la anastomosis a través del ano.
El paciente está en decúbito supino, con las caderas casi en extensión, rodillas flexionadas unos 45º y apoyo de la pantorrilla.
El cóccix debe quedar inmediatamente fuera de la mesa operatoria.
La posición Trendelelmburg supone una inclinación del tronco con la cabeza por debajo de este. Cuando se emplea esta posición, y máxime si es forzada (acceso al recto, abordaje laparoscópico), es fundamental evitar el deslizamiento cefálico del paciente y también el lateral, en este caso que es un procedimiento laparoscópico. Para ello empleamos diversos medios, como correas de sujeción y hombreras.
El deslizamiento del paciente puede comprometer una correcta anastomosis mecánica, al dificultar la introducción de la grapadora, producir lesiones esfinterianas, al no poder realizar una adecuada dilatación anal y, desde luego, imposibilitar una anastomosis manual baja o una correcta disección perineal, con lo que incrementa el riesgo de recurrencias[9] Actualmente, está disponible un dispositivo a modo de colchón (bean bag) que
puede moldearse al cuerpo (hombros y brazos) y que, tras ser conectado a aspiración, se endurece y queda firmemente atapado, lo que impide el deslizamiento en cualquier cambio de posición y a la vez protege al paciente. El hecho de que esté la cabeza más baja supone mayor dificultad para la ventilación, particularmente en procedimientos laparoscópicos, aumenta el requerimiento de oxígeno del miocardio, teniendo especial cuidado con el paciente de riesgo[10] Además, aumenta la presión intracraneal, y por tanto, favorece la hipotensión refleja y facilita el reflujo gastroesofágico. Para evitar el reflujo y para la descompresión del estómago, el anestesiólogo colocara una sonda nasogástrica aspirativa. Así mismo, la enfermera circulante, colocará una sonda vesical para la descompresión de la vejiga y control del gasto urinario[7,8] Hay diferentes modos de colocar las extremidades inferiores. El método ideal, que es el que utilizamos en nuestro quirófano, es el empleo de perneras de bota tipo Allen, en las que la pierna apoya en una superficie revestida en un material blando sujeta por bandas ajustables, cuya ventaja es la posibilidad de modificar la posición quirúrgica intraoperatoriamente de forma sencilla. Además del apoyo de la planta del pie más fisiológico, que reduce las posibilidades de compresión nerviosa, particularmente del nervio peroneo.
Así mismo, el apoyo en las pantorrillas es óptimo, ya que no apoyan en el hueco poplíteo, lo que podría comprimir estructuras vasculonerviosas y producir trombosis venosas.
Una vez colocadas las perneras, conviene moverlas simultáneamente para evitar la tracción de los ligamentos lumbosacros. Además de realizar movimientos lentos para evitar hipotensión si se acumula la sangre en las piernas[6,11].
La pantorrilla debe protegerse con un Tubiton para prevenir escoriaciones cutáneas y mantener la temperatura corporal. Como prevención de trombosis venosas se utilizan las medias de compresión neumática intermitente (CNI), que emplea una bomba de aire para inflar y desinflar una bolsa hermética envuelta alrededor de la pierna. La CNI reproduce los efectos fisiológicos naturales de la acción de caminar sobre el sistema venoso, ejerciendo una compresión progresiva de forma automática sobre las extremidades inferiores. Es una secuencia gradual de compresión en el área tobillo-muslo: flujo unidireccional que permite el vaciado óptimo del sistema venoso profundo.
La colocación de las extremidades superiores también es importante. El brazo derecho queda pegado al paciente con un dispositivo llamado abrazadera. El brazo izquierdo, es el lado de la venoclisis, se coloca en un soporte para brazo. Estará perfectamente protegido,
evitando decúbitos lesivos y posibles desplazamientos (para ello se coloca la banda de sujeción a la altura de la muñeca, cuidando de no apretar). El brazo descansará en este soporte almohadillado, situándose a la altura del corazón, con un ángulo inferior a 90º en relación al tronco. Una abducción mayor y prolongada podría ocasionar lesión del plexo braquial y en casos muy graves, luxación de hombro. De este modo tendremos acceso venoso para la administración de anestésicos y fluidoterapia[12].
Es obligado el calentamiento activo intraoperatorio del paciente, medida limitada por la producción de sudor que conduce nuevamente a la pérdida de calor. Deben utilizarse sistemas adecuados para calentar la máxima superficie posible y no provocar el sobrecalentamiento excesivo de ninguna parte corporal. El sistema más eficaz y sencillo para prevenir y tratar la hipotermia es el que emplea aire caliente en el interior de una manta. Considerar material de uso único, para evitar el contagio de enfermedades, y que no puede usarse el chorro de aire caliente directamente sobre el paciente para evitar quemaduras. También debe tenerse precaución con la temperatura del aire que no debe superar los 44°C (no aporta mayor paso de calor y aumenta el riesgo de quemadura).
CONCLUSIONES
La posición del paciente en la mesa quirúrgica es un factor de riesgo que puede acarrear consecuencias negativas cardiológicas, respiratorias y neurológicas. Todo el equipo quirúrgico está obligado a vigilar el adecuado posicionamiento del paciente en la mesa de operaciones.
La elección de la mejor posición es fundamental para evitar traumas, permitir un buen abordaje al cirujano y buen control hemodinámico al anestesista para el éxito de todo procedimiento.
Por ello se deben integrar las intervenciones de enfermería que garantizan el cuidado seguro del paciente y el rol que cumple dentro del quirófano. Así como reforzar las prácticas seguras reconocidas para disminuir la posibilidad de eventos adversos por variabilidad en la práctica clínica, olvido de pasos esenciales, errores en la identificación del paciente o la cirugía, etc.
Bibliografía
1. SEOM: Sociedad Española de Oncología Médica (internet). Madrid: SEOM; actualizado el 25 de mayo de 2015; citado el 26 de enero de 2017. Seom.org; página 3.Disponible en: http://www.seom.org/en/informacion-sobre-el-cancer/info-tipos-cancer/digestivo/colon-recto?start=2#content.
2. Navarra.es (internet). Pamplona: Gobierno de navarra; actualizado el 23 de enero de 2017; citado el 26 de enero de 2017. Disponible en:http://www.navarra.es/ home_es/Gobierno+de+Navarra/Organigrama/Los+departamentos/Salud/Organigrama/Estructura+Organica/Instituto+Navarro+de+Salud+Publica/Publicaciones/Publicaciones+profesionales/Epidemiologia/DeteccionPrecozCCR.htm
3. Ross TM, Stern HA. Patient positioning for colorectal surgery. En: Fielding LP, Goldberg SM, editores. Rob & Smith’s operative surgery. Surgery of the colon, rectum and anus. 5ª ed. Oxford: Butterworth-Heinemann; 1933
4. Euroresidentes (internet). España: Ityls siglo XXI; citado el 26 de enero. Disponible en:https://www.euroresidentes.com/salud/cancer-colon/ventajas-de-la-cirugia-laparoscopica-en.
5. OMS (internet). Ginebra; actualizado el 1/2009; citado el 26 de enero 2017. Disponible en: http://www.who.int/patientsafety/safesurgery/es/
6. Jayashree Sood, Anil kumar Jain. Título: Anestesia en Cirugía Laparoscópica. AMOLCA 2010. Copyright 2007. Prólogo BK Rao.
7. Karulf RE. Anesthesia and intraoperative positioning. en: Hicks TC, Beck DE, Opelka FG, Timmcke AE, editores. Complications of colon & rectal surgery. Baltimore: Williams & Wilkins; 1996
8. O.V. Lloyd-Davies. “Lithotomy-Trendelemburg position for resection of rectum and lower pelvic colon”. Lancet, 237 (1939)
9. E. Balén, J. Suárez, I. Ariceta, B. Oronoz, J. Herrera, J. M. Lera Servicio de Cirugía “Cirugía laparoscópica en las enfermedades colorrectales”. En: “Cirugía mínimamente invasiva”. Anales del sistema sanitario de Navarra. Hospital de Navarra. Pamplona. Vol.28, suplemento 3, 2005.pp.66-81
10. Nakajima K, Milsom JW, Böhm B. “Patient preparation and operation room setup”. En: Milson JW, Böhm B, Nakajima K, editores. “Laparoscopic colorectal surgery. 2ª Ed. New York: Springer; 2006
11. Fortunato Philips N. Preparación preoperatoria del paciente. Técnicas de Quirófano.10º Ed. Madrid: Editorial Elselvier; 2005 .p.366-383
12. José V. Roig- Vila, Juan García-Armengol, Marcos Bruna-Esteban, Carlos Redondo-Cano, Fernando Tornero- Ibáñez, Roberto García-Aguado. Posición operatoria en cirugía colorrectal. La importancia de lo básico. Elsevier. 2017 (citado el 26 de enero de 2017); Volumen 86: pág. 204-212. Disponible en: http://www.elsevier.es/es-revista-cirugía-española-36-articulo-posición-operatoria-cirugia-colorrectal-la-13141778.
G U IA PR ACTICA PA R A LA A RTROSCOPIA DE CA DER A
Sanz Martínez, P.; Cornago Navascués, N. Lacarra Saso, P.; Azcárate Sanz, M.D Enfermeras Bloque Quirúrgico. Hospital Reina Sofía. Tudela (Navarra).
➢ I N TRODUCCION
La artroscopia de cadera es una técnica quirúrgica específica, que cada vez se realiza con mayor frecuencia.
Establecer una guía práctica común de trabajo, es una herramienta útil para el colectivo enfermero quirúrgico
Una guía práctica es util para enfermería ya que recoge recomendaciones para la práctica.
➢ RE SULTADOS
➢ O BJETIVOS
• Crear una guía práctica con el instrumental y material necesario para una artroscopia de cadera.
• Suministrar la información que una enfermera de quirófano de cirugía traumatologica y ortopedia (COT ) debe conocer acerca de la artroscopia de cadera.
A RTR OSCOP IA D E C A D ERA. G UI A PA R A E NF E RMERIA
Enfermería Bloque Quirúrgico. Hospital Reina Sofía. Tudela.
❖ Para la preparación de la artroscopia de cadera necesitaremos :
✓ Colocar la mesa de tracción.
✓ Comprobar el intensificador de imágenes.
✓ Preparar material fungible, instrumental e implantes necesarios.
ARTROSCOPIA DE CADERA
MATERIAL FUNGIBLE
Set de cadera
• Sábana en U Sábana auxiliar con adhesivo
• Bolsa colectora
Gomas de aspiración (3)
• Sistema de irrigación para bomba
• Campo adhesivo transparente con povidona
• Fundas de Rx
Cintas adhesivas
• Bolsa auxiliar Batas
• Guantes
• Gasas y compresas
• Hoja de bisturí nº 11
• Grapadora MATERIAL ESPECIFICO Vaporizador de 50º y 90º
• Terminales de motor de artroscopia
• Implantes necesarios
INSTRUMENTAL
• Caja de artroscopio Ópticas de 30º y 70º
• Caja de artroscopia de hombro
• Caja de artroscopia de cadera
• Motor de artroscopia
• Motor para implantes
PREOPERATORIO
❖ Comprobar la torre de artroscopia:
✓ Monitor.
✓ Fuente de luz fría.
✓ Cámara.
✓ Capturador de imágenes.
✓ Motor de artroscopio.
✓ Vaporizador.
✓ Bomba de irrigación.
INTRAOPERATORIO
❖ Se realiza:
✓ Anestesia general.
✓ Sondaje vesical.
✓ Colocación en la mesa de tracción con almohadillado de prominencias óseas.
✓ Colocación del campo.
✓ Conexión del aparataje.
Elaboración de una guía práctica de Enfermería para la cirugía artroscópica de cadera, la cual proporciona conocimientos bási cos y necesarios para llevar a cabo la intervención.
➢ C O NCLUSIONES
Las enfermeras del bloque quirúrgico de nuestro centro, disponen de una guía para la realización de esta técnica,la cual es una herramienta de apoyo, para la preparación de la cirugía artroscópica de cadera.
➢ B I B ILIOGRAFIA
• Martínez Abril,C.Enfermeria en cirugía ortopedica y traumatologica. 1ª edición.Madrid: Editorial Medica Panamericana.2003
• Fuller, J. Instrumentación quirúrgica. Principios y práctica. 2ª edición. Madrid: Editorial Médica Panamericana.2007
Check list para la transmisión de la información entre unidad de reanimación postanestésica y unidad de hospitalización
Autoras
Ana Ibero Díaz
Nahia Arraiza Gulina (Graduadas en Enfermería. Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea)
Idoia Laparte Campo (Graduada en Enfermería. Fundación Aspace Navarra)
Dirección de contacto anibero@hotmail.com
Resumen
La atención sanitaria abarca todos los bienes y servicios diseñados para la promoción de la salud, a través de intervenciones preventivas, curativas y paliativas. Su objetivo principal es la mejora de salud de la población a partir de actividades basadas en la evidencia científica y principios éticos.
A pesar de que la atención sanitaria busca el beneficio de los pacientes en términos de salud, el resultado clínico obtenido no siempre es el esperado, debido a su gran complejidad, ya que engloba acciones humanas, tecnológicas y procedimientos organizativos.
Es necesario ser conscientes de que la práctica clínica no está exenta de riesgos. Por ello, se ha reforzado una creciente cultura de seguridad clínica en los profesionales sanitarios que tiene como fin la concienciación sobre la prevención del error profesional y, por tanto, la necesidad de adaptar medidas y estrategias que mejoren la seguridad del paciente.
Por consiguiente, y teniendo en cuenta que los eventos adversos más frecuentes se cometen en pacientes quirúrgicos por ser los más vulnerables en el periodo postoperatorio inmediato, se justifica la siguiente propuesta para aumentar la seguridad en la transmisión de la información del paciente a través del cumplimiento de un Check List o Lista de Verificación, como herramienta de trabajo para acreditar la buena praxis y justificar las acciones de los profesionales de enfermería comprometidos en cumplimentarlo.
Palabras clave: lista de verificación, cirugía, seguridad del paciente.
INTRODUCCIÓN
La seguridad del paciente (SP) es la dimensión esencial y pilar fundamental en la calidad asistencial. Según la OMS, la SP consiste en “la reducción del riesgo de daños innecesarios relacionados con la atención sanitaria hasta un mínimo aceptable”[1]. En términos de salud, se podría decir que se trata de una atención sanitaria libre de accidentes, lesiones o complicaciones evitables, producidas como consecuencia de la atención sanitaria recibida. En este sentido, se debe insistir en que la seguridad del paciente debe ser una de las prioridades de los sanitarios y gestores[2,3] No fue hasta 1999, tras la publicación del informe “To err is human: Building a safer health system” (“Errar es humano: construyendo un sistema sanitario más seguro”)[4], publicado por el Instituto de Medicina de los Estados Unidos, cuando se tomó conciencia sobre las graves consecuencias que conllevaba la falta de seguridad en los entornos hospitalarios. El impacto mundial debido a los resultados del informe sobre errores clínicos anuales cometidos en hospitales de Colorado, Utah y Nueva York y las alarmantes cifras en costes económicos y consecuencias personales y profesionales, pusieron en alerta a las instituciones sanitarias de todo el mundo, que situaron la seguridad del paciente entre sus prioridades de política sanitaria al considerar que se trataba de un grave problema que afectaba a todos los países, independientemente de su nivel de desarrollo[5]
Este informe reforzó los resultados del “Estudio Harvard”, realizado en Nueva York en el año 1984, sobre los eventos adversos por prácticas clínicas inseguras, siendo el impulsor para la creación de más estudios sobre seguridad en países de todo el mundo.
En ese contexto sociosanitario, la Organización Mundial de la Salud (OMS) creó en el año 2004 la llamada “Alianza Mundial para la Seguridad del Paciente”, que
tiene como objetivo la promoción de investigaciones a nivel mundial encaminadas a mejorar la atención sanitaria, haciéndola más segura para todos. Para ello, se pusieron en marcha acciones, herramientas y recomendaciones a seguir por parte de todos los Estados Miembros para reconocer los principales eventos adversos que existían en las instituciones sanitarias, y así reducir su impacto[6]
A nivel nacional, el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad (MSSI) decidió en el año 2005 desarrollar una estrategia de calidad asistencial para el Sistema Nacional de Salud (SNS), en colaboración con las Comunidades Autónomas, para fomentar la cultura de seguridad y la gestión del riesgo sanitario[2]
Como se puede comprobar, la importancia sobre la seguridad del paciente en las instituciones y organizaciones ha aumentado en los últimos años, convirtiéndose en uno de los temas relacionados con la asistencia clínica que mayor esfuerzo y atención ha generado por parte de los profesionales e instituciones sanitarias[7]
La atención sanitaria a la que se espera llegar en el siglo XXI es aquella basada en la evidencia y la eficiencia, que garantiza al máximo posible la seguridad del paciente, quien es considerado como el eje central de la asistencia sanitaria. Para conseguirlo, el primer paso es asumir y mentalizarnos de que el error forma parte
de la condición humana por naturaleza. Todo ser humano se equivoca y comete errores de manera no intencionada. Una vez reflexionado y asumido que el fallo humano siempre puede estar presente y, por lo tanto, ocurrir, es preciso desarrollar procesos y aplicar procedimientos encaminados a reducir la probabilidad de aparición de eventos adversos, fomentando la cultura de seguridad del paciente.
En el cuestionario realizado en año 2005 por el Ministerio de Sanidad y Consumo, el 49,9% de los profesionales sanitarios encuestados sobre Seguridad del Paciente en España perciben la coordinación entre las diferentes unidades del hospital como un problema y se valora de forma negativa por los profesionales de la salud la transmisión de la información entre unidades cuando el paciente es transferido[8]
Teniendo lo anterior en cuenta, y sabiendo que la cirugía y la anestesia son las especialidades médicas en la que más eventos adversos acontecen, siendo unas de las prestaciones más complejas, dado al estado de vulnerabilidad en el que se encuentra el paciente, y costosas del sistema sanitario, la cirugía se han convertido en el ámbito médico que más normas de seguridad y calidad asistencial han desarrollado.
Es por ello que la OMS creó una Lista de Verificación para ayudar a los equipos quirúrgicos a reducir errores evitables y
acreditar su buena praxis, basado en los principios de la ingeniería del factor humano. Para ello, las directrices de la OMS para la seguridad de la cirugía, analizaron cuales eran las medidas que podían ser mejoradas a favor de la seguridad quirúrgica. A partir de esos análisis, estimaron una serie de controles que serían determinados como los puntos que formarían la lista de verificación, los cuales habría que ir comprobando a medida que se desarrolla la cirugía.
Según los datos de la OMS, que elaboró un estudio piloto entre 2008 y 2009, la implantación del Check List redujo los errores quirúrgicos entre un 24,2% a un 35, 2%, salvando hasta medio millón de vidas anuales en el mundo. Tras el conocimiento de estos datos, la versión original de Lista de Verificación de la Seguridad de la Cirugía de la OMS se ha adaptado a más de 3.900 hospitales de 122 países, en base a las necesidades de cada entorno, entre los cuales se encuentra España[1,9]
DEFINICIÓN: CHECK LIST DE SEGURIDAD EN LA TRANSMISIÓN DE LA INFORMACIÓN
Consiste en un breve cuestionario simple y gráfico, que permite comprobar todos los datos relevantes ocurridos en la Unidad de Reanimación Postanestésica (URPA) a través de una rápida y eficiente comprobación de una secuencia sistemática de controles.
Descripción
Se trata de una herramienta novedosa de trabajo que ayuda a asegurar la consistencia y exhaustividad de la realización de una tarea, y a su vez, sirve para reducir la posibilidad de errores humanos no intencionados relacionados con los fallos en la transmisión de la información, así como aquellos que son provocados por falta de memoria y atención. Es un instrumento útil, práctico y sencillo que, en este caso, estaría indicado para comprobar que se siguen las pautas establecidas en la práctica clínica relacionada con la trasferencia de información (anexo 1).
1: check list para la transmisión de la información entre unidad de reanimación postanestésica y unidad de hospitalización
Tiene como objetivo facilitar los trabajos que enfermería desarrolla en la unidad de hospitalización y garantizar la realización de todas las actividades necesarias para asegurar el mejor resultado posible en el cuidado postquirúrgico precoz[9, 10] .
Indicaciones y contraindicaciones
Teniendo en cuenta que en la URPA del Complejo Hospitalario de Navarra no se utiliza ningún tipo de sistema informatizado, y que todos los registros de enfermería se anotan únicamente en una gráfica, es importante asegurarse que la información ha sido trasmitida y entendida posteriormente en la planta.
En este sentido, se propone una herramienta que aumente la seguridad de los pacientes provenientes de la Unidad de Reanimación Post Anestésica (URPA) y son transferidos a planta, a través de un Check List de seguridad, que establezca una conexión más fuerte y segura entre am-
bas unidades a la hora de trasladar la información del paciente intervenido (anexo 1).
Procedimientos de aplicación
En este caso concreto, este Check List (anexo 1) se aplicaría al área quirúrgica, más concretamente en la URPA. De ahí pasaría a la planta, junto con la gráfica del paciente, una vez que este ha sido transferido tras ser dado de alta en la unidad de reanimación[5,11].
Cuidados de enfermería
La responsabilidad de rellenar y cumplimentar la lista de verificación caerá en manos de enfermería. Esta lista de control están organizadas en tres columnas: Estancia URPA, alta URPA y acogida en planta. Las dos primeras columnas y la parte de presentación del paciente lo cumplimentará la enfermera de la URPA, mientras que la última columna la chequeará la enfermera de la planta quirúrgica de acogida (anexo 1).
Ventajas e inconvenientes
Ventajas
• En los quirófanos del Complejo Hospitalario de Navarra cuentan con una lista de verificación específica y adaptada al servicio, lo que demuestra la fiabilidad y efectividad de este tipo de herramientas de seguridad.
• Su uso no pretende sobrecargar el trabajo de los profesionales, sino facilitarlo, mejorando y fomentando la comunicación entre el equipo quirúrgico y las distintas unidades.
• Puede ser aplicable en cualquier quirófano del mundo, ya que no supone un incremento importante del gasto hospitalario.
• La sencillez del diseño está encaminado a que el chequeo sea rápido, teniendo que anotar únicamente los datos más relevantes del paciente, y así no se considere como un trabajo extra o una pérdida de tiempo.
• Puede utilizarse como elemento de defensa profesional para acreditar la buena praxis de los equipos quirúrgicos, disminuyendo el riesgo jurídico.
Inconvenientes
A pesar de su alto grado de efi cacia, lo cierto es que existen algunas barreras que pueden limitar su correcta implantación y utilidad: considerarlo como una medida de imposición y no voluntario, posibilidad de retraso en el trabajo y de sobrecarga, falta de convicción sobre su utilidad y eficacia, falta de adaptación de las listas implementada en cada servicio, pudor y sensación de ridículo en el momento de cumplimentarlo los puntos.
CONCLUSIONES
• Las áreas quirúrgicas son una de las tres unidades donde más sucesos adversos ocurren debido al estado de vulnerabilidad en el que se encuentra el paciente. La pobre e insuficiente comunicación entre profesionales sanitarios es una de los factores evitables que más influye en la aparición de eventos adversos.
• El Check List, tal y como afirma la OMS, es una herramienta fácil y sencilla de usar, que además de garantizar la seguridad del paciente, sirve como elemento de defensa profesional para acreditar la buena praxis. De igual manera, la implantación de una lista de chequeo, adaptada a las necesidades y recursos de cada servicio, está directamente asociada a la mejora de la seguridad y calidad quirúrgica.
• Todo aquello que esté encaminado a aumentar la seguridad del paciente, es avanzar y mejorar como profesionales sanitarios, ya que hoy en día es uno de los aspectos que más importancia tiene y más problemas genera en la gestión sanitaria.
Por todas las anteriores evidencias, unidas a que en la URPA del Hospital de Navarra el paciente dado de alta es transferido a la planta quirúrgica con la única compañía de un celador, y por lo tanto, sin la existencia de una comunicación directa entre enfermeras de URPA y de planta, se reafirma la necesidad de impulsar una propuesta de seguridad a través de la elaboración y aplicación Check List de unión entre la URPA y las plantas quirúrgicas (anexo 1), para mejorar la seguridad del paciente en la transmisión de la información entre las diferentes unidades del Complejo Hospitalario de Navarra.
Bibliografía
1. WHO. [Acceso Enero de 2009]. Disponible en: http://www.who.int/patientsafety/implementation/icps/icps_full_report_es.pdf
2. Seguridad del paciente. [Acceso en 2014]. Disponible en: http://www.seguridaddelpaciente.es/es/formacion/tutoriales
3. Andrade Alves KY, Pereira Santos VE, Nunes Dantas C. A análise do conceito segurança do paciente: A visão evolucionãria de rodgers. Aquichan. 2015;15(4):521–8.
4. Konh LT, Corrigan JM, Donaldson MS. To err is human: building a safer health system. Institute of Medicine [revista en internet]. 2000. Washington DC. 312. Disponible en: http://neurosurgery.ucsf.edu/tl_files/NS_Main/QI/IOM_ To%20Err%20is%20Human.pdf
5. Treadwell JR, Lucas S, Tsou AY. Surgical checklists: a systematic review of impacts and implementation. BMJ Qual Saf [revista en Internet]. 2013 Agosto. 23(4): 299–318.Disponible en: http://www.pubmedcentral.nih.gov/articlerender.fcgi?artid=3963558&tool=pmcentre z&rendertype=abstract
6. The Joint Commission. Preámbulo a las soluciones para la seguridad del paciente [revista en Internet]. 2007 mayo. 36. Disponible en: http://www.who. int/patientsafety/solutions/patientsafety/PatientSolutionsSPANISH.pdf
7. Da Silva ZA, Oliveira de Souza AC, Hernández PJS. Cultura de segurança do paciente e fatores associados em uma rede de hos. Cad Saúde Pública [revista en Internet]. 2013 febrero. 29(2):283–93. Disponible en: http://www.scielosp.org/pdf/csp/v29n2/15.pdf
8. MSPS M de S y PS. Análisis de la cultura sobre seguridad del paciente en el ámbito hospitalario del Sistema Nacional de Salud Español. Inf Estud e Investig 2009 [revista en Internet]. 2009. 1–131. Disponible en: http://www.msssi. gob.es/organizacion/sns/planCalidadSNS/docs/Analisis_cultura_SP_ ambito_hospitalario.pdf
9. Organización Mundial de la Salud. La cirugía segura salva vidas: Segundo reto mundial por la Seguridad del paciente. Alianza mundial para la seguridad del paciente. [revista en Internet]. 2008. 32. Disponible en: http://whqlibdoc.who. int/hq/2008/WHO_IER_PSP_2008.07_spa.pdf
10. Solor Muñoz A, Liset L, Bolaños P. El check list como herramienta para el desarrollo de la seguridad al paciente quirúrgico. Rev Cuba Anestesiol y Reanim [revista en Internet]. 2015. 14(1):50–7. Disponible en: http://scielo.sld.cu/ scielo.php?script=sci_arttext&pid=S172667182015000100006&lang=pt
11. Haynes A, Weiser TG, Berry WR, Lipsitz S, Breizat A-H, Dellinger E, et al. A Surgical Safety Checklist to Reduce Morbidity and Mortality in a Global Population. New England Journal of Medicine [revista en Internet]. 2009 enero. 360(5):491–9. Disponible en: http://www.who.int/patientsafety/safesurgery/ Surgical_Safety_Checklist.pdf
Cuidados de Enfermería en dispositivos venosos de inserción periférica
Autora
Paula López Moreno (Graduada en Enfermería. Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea)
Dirección de contacto: elepaumo@hotmail.com
Resumen
Los catéteres venosos de inserción periférica permiten el acceso inmediato al torrente sanguíneo.
Según datos del Estudio de Prevalencia de las Enfermedades Nosocomiales en España (EPINE), el 66% de los pacientes hospitalizados son portadores de un catéter venoso periférico (CVP).
La instauración, el manejo y los cuidados de dichos dispositivos suponen un gran reto para los profesionales de enfermería, siendo estos los máximos responsables.
La variabilidad en los cuidados de cada uno de los dispositivos venosos, hace imprescindible la formación de enfermeros en conocimientos actualizados sobre los cuidados que requieren cada uno de los dispositivos.
Palabras clave: catéter venoso periférico, catéter venoso central de inserción periférica (PICC), cuidados enfermería, guía de práctica clínica.
INTRODUCCIÓN
Como catéter venoso se entiende a “un dispositivo o cánula insertada en la vena, que permite el acceso inmediato al torrente sanguíneo”[1]
La mayoría de pacientes hospitalizados, en algún momento de su estancia hospitalaria o domiciliaria, son portadores de estos dispositivos. Utilizándose localizaciones muy variadas, con tiempos de permanencia cortos o prolongados, en situaciones asistenciales tanto médicas como quirúrgicas y tanto en la prevención, como en el tratamiento de cualquier situación de salud[2].
Enfermería es la profesión más directamente implicada en la inserción de dichos catéteres, siendo la responsable de su mantenimiento, así como de la prevención de las distintas complicaciones[3] Es muy importante la formación de estos profesionales, ya que muchos de los problemas potenciales desaparecerán con la aplicación de los distintos protocolos basados en evidencia científica.
La puesta en marcha de estrategias multifactoriales nacionales ha supuesto un gran impulso para la prevención de infecciones asociadas a la asistencia sanitaria en estos dispositivos. Éstas son: el proyecto “Bacteriemia Zero” en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) españolas [4] y el proyecto “Flebitis Zero”, en el resto de las unidades de hospitalización[1].
El acceso del catéter al torrente sanguíneo puede ser periférico o central. Existen cuatro tipos de dispositivos venosos insertados periféricamente: Palomilla, Angiocatéter, Catéter venoso de línea media, Catéter central de inserción periférica (PICC).
• Aguja tipo palomilla: aguja, corta y rígida con unas alas flexibles y un catéter formado por un tubo con una conexión al final. Se utilizan en terapias a corto plazo, menos de 48 horas[5]
• Artículos publicados a partir del año
• Artículos que evidencien los cuidados -
Con el fin de establecer un documento de apoyo y consulta basado en evidencia
vos venosos de inserción periférica, se ha llevado a cabo la elaboración de una guía
Catéter central de inserción periférica (PICC
• Catéter sobre aguja o angiocateter: catéteres insertados y situados en el mismo trayecto de una vena periférica[6]
• Catéter de línea media (midline): catéteres insertados en una vena periférica situada en el brazo o en el antebrazo, situándose la punta del catéter en el paquete vascular que se encuentra debajo de la axila. También se pueden considerar líneas medias los catéteres situados anteriores a la vena cava superior o inferior. Su longitud es de 8-25 cm[7]
• Catéter central de inserción periférica (PICC): catéteres insertados en una vena periférica situada en el brazo o antebrazo, situándose la punta del catéter en vena cava superior, actuando como catéter central. Longitud de 40 a 60 cm[8-9]
Dada la importancia de que los profesionales de enfermería estén formados en los cuidados que requieren estos dispositivos, se diseña un póster con el objetivo de unificar y simplificar conocimientos, proporcionar evidencia científica actualizada, para acabar facilitando la intervención enfermera en el manejo y cuidado de estos.
METODOLOGÍA
Se efectuó una revisión bibliográfica sobre el tema y su estado actual en las bases de datos: Scielo, MedLine, Dialnet con las palabras clave tanto en inglés como en castellano: “Catéter central de inserción periférica”, “Catéter línea media”, “Angiocatéter”, “Cuidados de enfermería”. Además de realizar una búsqueda específica sobre el tema en la Asociación de Equipos de Terapia Intravenosa, en la Organización: Centers for Disease Control and Prevention (CDC) y en la página web del Ministerio de Sanidad.
Los artículos utilizados, se han seleccionado según los criterios de inclusión
Bibliografía
1. Proyecto piloto multicéntrico estrategia multifactorial ‘Flebitis Zero’. [Internet]. Asturias; Enero-abril 2015. [Acceso 10 de dic de 2016] Disponible en: http:// flebitiszero.com/site/wp-content/uploads/2015/06/FlebitisZero-v2.pdf
2. Bellido Vallejo JC, Carrascosa García MI. Guía de cuidados en accesos venosos periféricos y centrales de inserción periférica. Evidentia 2006; 3(9).
3. Carrero Caballero MC. Accesos vasculares. Implantación y cuidados enfermeros. 1ª ed. Madrid: DAE S.L; 2002.
4. Palomar Martínez M, León Gil C. Protocolo Bacteriemia Zero. Versión 1. Madrid; 2015. [Acceso 10 de dic de 2016] Disponible en: http://www.seguridaddelpaciente.es/resources/documentos/2015/PROTOCOLO_BACTERIEMIA_ZERO.pdf
5. Díaz Mendi AR. Guía para la inserción y mantenimiento de catéteres. Cantabria; 2007. [Acceso el 18 de dic de 2016]. Disponible en: http://cantabria.es/documents/2162705/2163005/Gu%C3%ADa+de+cat%C3%A9teres+intravenosos_SCS.pdf
6. Flebitis zero. Elección del catéter. [Internet]. Asturias; Enero-abril 2015. [Acceso 10 de nov de 2016]. Disponible en: http://flebitiszero.com/app/formacion/ formacionPdf/2%20Elecci%C3%B3n%20del%20cateter.pdf
7. Carrero Caballero M C, Montealegre Sanz M, Cubero Pérez MA. Catéter Venoso Medial o Midline. Revista Rol de Enfermería 2014;37(1): 36-41
8. Vena Fernández C. Catéteres venosos centrales, guía para enfermería. Servicio de Salud del Principado de Asturias; 2010. [Acceso 20 de dic de 2016]. Disponible en: https://www.asturias.es/Astursalud/Ficheros/AS_Calidad%20y%20Sistemas/AS_Calidad/SEGURIDAD%20DEL%20PACIENTE/guia%20cateteres%20 28%20marzo%202011.pdf
9. Osakidetza. PICC Cuidados de enfermería. Donostia; Marzo 2012. [Acceso 20 de dic de 2016]. Disponible en: https://elenfermerodelpendiente.files.wordpress. com/2015/11/1_guia_de_cuidados_de_enfermeria-_revision_marzo_2012_1. pdf
10. Carrero Caballero M C. Actualización enfermera en accesos vasculares y terapia intravenosa. 1ª Ed. Madrid: Difusión Avances de Enfermería; 2008. [Acceso 2 de nov de 2016]. Disponible en: http://www.asociaciondeenfermeriaeti.com/ pdfs/manual_completo.pdf
11. Guía para la prevención de infecciones relacionadas con el catéter intravascular. Traducida por ETI, 2012, de: “Guidelines for the Prevention of Intravascular Catheter-Related Infeccions 2002 C.D.C.”. [Acceso el 26 de nov de 2016] Disponible en: http://www.asociaciondeenfermeriaeti.com/revista/wpcontent/ uploads/2009/02/GU%C3%8DA-PARA-LA-PREVENCI%C3%93N-DEINFECCIONES-RELACIONADAS-CON-EL-CAT%C3%89TER-INTRAVASCULAR-2.pdf
RESULTADOS
Con el fin de establecer un documento de apoyo y consulta basado en evidencia
científi ca en el manejo de los dispositivos venosos de inserción periférica, se ha llevado a cabo la elaboración de una guía de actuación a través de un póster visual.
Enseñanza y apoyo al cuidador de un enfermo de Alzheimer por parte del profesional de enfermería
INTRODUCCIÓN
La enfermedad del Alzheimer se define como una dolencia degenerativa cerebral primaria, de etiología desconocida, que presenta síntomas neuropatológicos y neuroquímicos característicos. Experimenta a nivel cerebral una pérdida progresiva de acetilcolina, neurotransmisor necesario para memorizar y aprender. El trastorno se inicia por lo general de manera insidiosa y lenta y evoluciona progresivamente durante un período de años. Puede comenzar en la edad madura o incluso antes (enfermedad de Alzheimer de inicio presenil), pero la incidencia es mayor hacia el final de la vida. Respecto al tratamiento, todavía no existe ninguno eficaz, de modo que los fármacos actuales solo son capaces de paliar los síntomas y retrasar su evolución. Se intenta que el enfermo mejore con fármacos anticolinesterásicos[1]
La enfermedad de Alzheimer supone entre un 60-80% de los casos de demencia a nivel mundial. Siendo la causa más común de deterioro cognitivo y conductual en personas mayores de 65 años en España. La prevalencia en España se sitúa en un 2% entre los 65-69 años, este valor se duplica cada 5 años, alcanzando un 10-17% de los 80-84 años y llegando al 30% por encima de los 90. La incidencia en mujeres es superior a la de los hombres[2]
Por ello, la EA es un problema de salud pública significativo, por la sobrecarga que comporta para las familias entre otros motivos. No se limita a afectar al paciente que la sufre, sino que tiene un impacto notable en su medio familiar. Así los cuidadores establecen sobre ellos una carga llena de responsabilidades, teniéndose que adaptar constantemente a las necesidades creadas. A menudo esta situación genera problemas físicos y psicológicos como dolores de espalda, depresión y estrés que podrían evitarse con una buena información y orientación por parte del personal de enfermería[3]
Autora
Jara Intxaurrondo Martín (Diplomada en Enfermería. Complejo Hospitalario de Navarra, Unidad de Oncología)
Dirección de contacto jara_89@hotmail.com
Resumen
El aumento de la esperanza de vida y disminución de la tasa de fecundidad ha provocado un importante crecimiento de la población mayor de 65 años, lo que favorece el incremento de patologías relacionadas con la vejez. La enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia en ancianos, ésta se relaciona con una gran dependencia y pérdida de autonomía que ha de suplirse con un cuidado integral. El objetivo de este trabajo es conocer cómo se afrontan dichos cuidados por parte de los familiares y la ayuda que puede ofrecerles el personal de enfermería.
Palabras clave: Demencia, Enfermedad de Alzheimer, Familia, Cuidados, Epidemiología.
DESARROLLO
PERFIL DEL CUIDADOR PRINCIPAL
En la mayoría de los casos surge entre los miembros de la familia una persona que se encarga de la coordinación y de las decisiones: el cuidador principal. La decisión de convertirse en cuidador es impuesta por las circunstancias, sin que medie un proceso deliberado en la toma de decisión. Un 71,4% de las personas dependientes reciben atención de un miembro de su familia. El 88% de los cuidadores son mujeres, de las cuales, un 52% tienen más de 60 años, existiendo un porcentaje de un 10% de cuidadores mayores de 74 años. Con respecto a la situación laboral, la inmensa mayoría (más del 80%) son amas de casa, sin trabajo remunerado. Más de la mitad de los cuidadores invierten un promedio de 4 a 5 horas al día, los 7 días de la semana. La media de dedicación al paciente con demencia alcanza las 60 a 75 horas semanales. Dedican una media de 6 años de su vida a cuidar un ser querido.
Sin embargo, los cambios que se están produciendo en los últimos tiempos en la organización social y sobre todo en la familia están poniendo en peligro las prestaciones de cuidados en el ámbito familiar[4].
La vida del cuidador cambia radicalmente como consecuencia de la demanda de adaptación requerida. Su nueva responsabilidad induce una profunda transformación de su forma y calidad de vida. Con esta dedicación al familiar el cuidador principal se enfrenta a la desaparición de su proyecto vital. Las relaciones sociales y el tiempo de ocio desaparecen. Esta situación generara profundas reacciones afectivas y emocionales: estrés, ira, tristeza y culpabilidad. Este proceso se califica como el del “cuidador descuidado”, en el que se describe el síndrome del Burnout que tan frecuentemente padecen quienes han de realizar tareas asistenciales[5]
Según datos del IMSERSO, un 54 % de los cuidadores abandona las atenciones que ofrecía a otros familiares y amistades, mientras que un 33 % descuida las atenciones que se daba a sí mismo[6]
Por tanto, será necesario enseñarle a pedir ayuda. Apoyarse en los demás proporciona al cuidador un soporte físico y emocional fundamental para prevenir el síndrome de cuidador. Sin embargo, demandar ayuda no resulta fácil para los cuidadores, no desean molestar a nadie con sus problemas. Esto provoca que el cuidador se sobrecargue de trabajo conduciéndole a un estado de desánimo e indefensión que les desmotiva para enfrentarse a las tareas diarias del cuidado.
Para evaluar la carga asociada al cuidado, existe la escala de Zaritque mide el grado en que los cuidadores perciben cómo sus responsabilidades tienen efectos adversos sobre su salud, vida personal y social, finanzas y bienestar emocional[7]
EL APRENDIZAJE DEL CUIDADO FAMILIAR Y EL PAPEL DE ENFERMERÍA
Ante el progresivo deterioro que experimentan los enfermos de Alzheimer y la consecuente necesidad de atención que precisan, los cuidadores necesitan adquirir conocimientos y comprender el proceso de la enfermedad para enfrentarse de forma más adecuada y segura a situaciones cambiantes y desconcertantes.
Así como otras enfermedades son tratadas por profesionales de salud, las demencias son llevadas en los domicilios por los miembros de la familia, sobre todo por su cuidador principal, quien asume la mayor parte de las responsabilidades con entrega pero con ninguna o escasa preparación. En algunos estudios se pone de manifiesto que la percepción de la familia sobre la ayuda que reciben del sistema sanitario y social público es nula, dándose en algunos casos situaciones de enfrentamiento entre la familia y profesionales sanitarios[8]
La mayoría de los cuidadores no tienen un conocimiento de los cuidados que deben ofrecer y como realizarlos a una persona enferma de Alzheimer. Estos cuidados familiares son aprendidos en la práctica del día a día a partir de la acción, de acierto y error. Frente a esta situación tan demandante, no se debe de olvidar la importancia que tiene el “cuidar al cuidador” y enseñarle a cuidarse. Por ello ante toda atención, apoyo, consejo o cuidados que se oferten para la persona mayor con demencia, debe de valorarse la situación del cuidador principal si queremos realmente que los cuidados dados sean de calidad[9] .
Se entiende que el profesional de Enfermería es uno de los pilares básicos del equipo que presta atención asistencial al enfermo de Alzheimer y a sus familiares.
• Desde la Atención Primaria, la figura de la enfermera presta cuidados específicos en función de la fase evolutiva de la enfermedad, tanto en el Centro de Salud como en el propio domicilio del enfermo.
• Desde la Atención Especializada, el profesional de Enfermería se ocupa de poner en marcha programas, en los que los cuidados son el centro de atención y dispensados con la máxima participación del propio enfermo y la familia[10]
ENSEÑANZA Y APOYO A LA FAMILIA EN LAS DIFERENTES FASES DE LA ENFERMEDAD[11, 12, 13,14, 15]
Fase I. Inicio de la enfermedad
Es en esta fase cuando aparecen los primeros síntomas de la enfermedad (olvidos, desorientación temporal, confusión…) y una serie de cambios en la unidad familiar.
La familia sufre desconcierto ante los primeros síntomas, llegando a negar el diagnostico de la enfermedad. Es el momento de aparición del cuidador principal y el momento idóneo para recibir toda la información inicial que la familia precisa.
Las actividades del profesional de enfermería en esta fase irán encaminadas hacia la información y formación acerca de la enfermedad, progresiva, realista y adecuada a las necesidades, ya que comprender desde el principio la enfermedad va a ser la única forma de abordarla. Además se asesorará acerca de las acciones que debe emprender: sociales, sanitarias y jurídicas.
Fase II. Moderada
Esta fase se caracteriza por la aparición de nuevos síntomas cognitivos y la agudización de los ya existentes, se compromete el desarrollo de las Actividades Básicas de la Vida Diaria, en las que empieza a requerir una supervisión importante.
La familia es consciente del deterioro de la persona afectada, lo que facilita la aceptación del rol de persona cuidadora y la necesidad de prestar atención de forma permanente. Esta situación conlleva una sobrecarga intensa. Los factores que determinan la sobrecarga están en relación
con el peso de los cuidados, las renuncias personales y su déficit de autocuidado. Aparecen sentimientos contradictorios, por un lado desean abarcarlo todo y por otro lado son conscientes de sus renuncias.
Los objetivos del profesional de Enfermería irán encaminados a enseñar a la familia como el paciente debe de realizar el mayor número de actividades, con la menor ayuda posible. Los cuidadores tendrán que evaluar las pérdidas reales así como las capacidades residuales (hacer por imitación, completar una acción empezada por el cuidador, etc.), para suplir únicamente las áreas perdidas por el enfermo, fomentando su autonomía y participación activa, estableciendo rutinas secuenciadas siempre de la misma forma (esto facilita la ritualización de las AVD y que en estadios posteriores conserve la independencia el mayor tiempo posible), realizando una discreta vigilancia, no prestando nunca mayor ayuda de la necesaria y potenciando la toma de decisiones por parte del enfermo,
y también deberán potenciar las técnicas de estimulación cognitiva, adaptándolas al estado de deterioro del paciente.
Fase III. Avanzada
La última fase de la enfermedad de Alzheimer se caracteriza por la total dependencia. Se produce un agravamiento de la persona afectada (ámbito cognitivo, funcional y físico).
Es en esta etapa cuando la familia reconoce la incapacidad de cuidar a la persona afectada en su domicilio además se asume que unos cuidados profesionales serán más adecuados. En la mayoría de los casos se produce el ingreso en un centro residencial u hospitalario.
A lo largo de esta etapa suele preverse el fallecimiento del familiar. Después del fallecimiento aparece un gran vacío existencial producto de la dedicación exclusiva durante tantos años. La persona cuidadora principal tiene que hacerse cargo de nuevo de su proyecto de vida y necesita tiempo para retomarlo.
Las actividades de enfermería irán encaminados a informar y formar acerca de los cuidados que el paciente requiere en esta fase de la enfermedad: manejo de absorbentes, movilizaciones del paciente, prevención de los trastornos derivados de la inmovilización, administración de alimentos por sonda, etc.
Con el fallecimiento del paciente no finaliza el programa de cuidados, comienza una nueva etapa en la que se apoya a la familia para que el duelo se afronte en las mejores condiciones.
CONCLUSIÓN
La enfermedad de Alzheimer no solo afecta al propio paciente, sino que tiene un impacto notable en su medio familiar. Los cuidadores informales, la mayoría mujeres con relación de parentesco cercano a la persona enferma de Alzheimer, se ven implicadas de un día para otro en el complejo proceso de cuidar del que no tienen conocimientos. Estos cuidados van aumentando y complicándose a medida que avanza la enfermedad, aprendiéndose día a día a base del acierto y error. Por ello es función de la enfermera trabajar junto al cuidador y el resto del equipo de salud para plantearse los objetivos conjuntamente y poder hacer que su labor se ejecute correctamente y conserve su propia salud.
Bibliografía
1. López Pousa Secundino, Garre Olmo J. Demencia. Concepto. Clasificación. Epidemiología. Aspectos socioeconómicos. Medicine 2007; 77:4921-4927.
2. Toledo Atucha Jon. Epidemiología descriptiva y analítica de la enfermedad de Alzheimer. Real InvestDemenc 2011,47:26-23.
3. Hirono N. Caring for patients with Alzheimer’s disease. BrainNerve 2010 Jul; 62(7):797-802.
4. Fernández P. Martínez S. Ortiz N. Carrasco M. Solabarrieta J. Gómez I. Autopercepción del estado de salud en familiares cuidadores y su relación con el nivel de sobrecarga. Psicothema. 2011;23(3):388-393.
5.Vargas L. Pinto N. Calidad de vida del cuidador familiar y dependencia del paciente con Alzheimer. Avances en Enfermería. 2010; 28(1):116- 128
6. Imserso. Libro blanco. Envejecimiento activo. España; 2011. p 63-224
7. Esandi Larramendi Nuria, Canga Armayor Ana. Familia cuidadora y enfermedad de Alzheimer: una revisión bibliográfica. Gerokomos 2011; 22(2):56-61
8. García Mª, Gómez R, Sáiz Mª, López F. Repercusión de la enfermedad de Alzheimer. Rol enfermero. 2007; 15(8):361-364.
9. Ruiz M. De la Cruz C. Morales R. Martínez C. Villareal M. Cansancio, cuidados y repercusiones en cuidadores informales de adultos mayores con enfermedades crónicas degenerativas. European Journal of Investigation in Health, Psychology and Education. 2014;4(2):151-160
10. Martínez Cepero Félix. Necesidades de aprendizaje del cuidador principal para el tratamiento del anciano con demencia tipo Alzheimer. Revista Cubana de Enfermería 2009; 25(3).
11. Gómez Arqués MA, Martos Martín AJ. Implantación de programas de formación e intervención en las asociaciones de familiares de Alzheimer. Pensamiento psicológico 2005;(5):65-74.
12. Balbás Liaño VM. El profesional de Enfermería y el Alzheimer. Nure Investigación 2005;(13).
13. Ferrer Hernández Mª Elena, Cibanal Juan Luis. El aprendizaje de cuidados familiares a pacientes. Cultura de los cuidados 2008;(23):57-69.
14. Guisset Martínez Marie. Cuidados y apoyo a personas con demencia: nuevo escenario. Guía de Orientación para la práctica profesional. Perfiles y tendencias 2008;(34):22-65.
15. Antonio Peñafiel Olivar. Atención de Enfermería en el Alzheimer. Primera edición. Pamplona. España. 1999.
Detección de la enfermedad de Pompe en la consulta de enfermería neuromuscular
INTRODUCCIÓN
En la consulta específica de Neuromuscular se ven todas las patologías que de una forma u otra afectan a la unión neuromuscular. Son enfermedades que afectan a los nervios que controlan los músculos voluntarios[1]. Una de estas enfermedades es la Enfermedad de Pompe o Glucogenosis tipo II.
Se trata de una enfermedad muscular metabólica hereditaria que afecta a niños y adultos. Se caracteriza por un debilitamiento muscular progresivo y dificultades respiratorias, pero la gravedad de la enfermedad puede variar ampliamente dependiendo de la edad de inicio y de los órganos que se encuentren afectados.
En nuestra consulta nos vamos a referir a la forma adulta, que puede aparecer en cualquier momento y tiene una progresión más lenta que la forma infantil. Es la enfermera de consulta la que realiza la recogida de muestra de sangre en gota seca que es tan importante para el diagnóstico de esta enfermedad.
La finalidad de este artículo es dar a conocer la importancia del diagnóstico precoz y la relevancia del papel de enfermería en la correcta realización de la gota seca como prueba diagnóstica.
DEFINICION Y CAUSAS
La enfermedad de Pompe es una enfermedad metabólica hereditaria que consiste en una deficiencia congénita de la enzima alfa 1,4 glucosidasa, lo que provoca una acumulación de glucógeno en los lisosomas, que afecta, principalmente, al tejido muscular, ya que es en las células musculares donde se acumula gran cantidad de glucógeno residual que es absorbido por los lisosomas para su transformación en glucosa. Se le denomina también Glucogenosis II. El depósito creciente de glucógeno en los lisosomas interfiere con la función celular y causa daños en las cé-
Autoras
Ana I. Peletero Calvo Celia Lusarreta Irurzun (Diplomadas Universitarias en Enfermería. Consulta de Neurología-Neuromuscular. Centro de Consultas Príncipe de Viana)
Dirección de contacto enferac@gmail.com
Resumen
La enfermedad de Pompe es una enfermedad metabólica hereditaria por una deficiencia de la enzima alfa 1,4 glucosidasa. Se trata de una enfermedad rara.
Los principales síntomas son la fatiga muscular, torpeza motora, dificultad respiratoria… que afectan en gran medida a la calidad de vida. Actualmente existe tratamiento de la enfermedad mediante terapia de sustitución enzimática (TSE) con perfusiones de alfa-glucosidasa ácida humana que detiene el avance de la enfermedad. En la consulta de Enfermería Neuromuscular, se realiza la recogida de muestra de sangre en gota seca (DBS) para el diagnóstico de la enfermedad de Pompe de inicio tardío.
Palabras clave: Muestra de sangre en gota seca (DBS), Enfermedad de Pompe, enfermedad rara, terapia de sustitución enzimática (TSE), alfa-glucosidasa ácida humana.
lulas que pueden llegar a ser irreversibles si no se aplica a tiempo el tratamiento de sustitución enzimática con alglucosidasa alfa[2].
Esta forma, generalmente debuta entre la segunda y séptima década de vida.
SINTOMAS
Aunque existen tres formas de presentación: la infantil, la juvenil y la adulta, nos centraremos en esta última.
Los síntomas suelen ser los de una miopatía que progresa lentamente, con gran afectación en la calidad y la esperanza de vida de los afectados.
Los síntomas[3] que podemos encontrarnos son:
• Dificultad para andar o subir escaleras debido a la debilidad muscular progresiva, especialmente en el tronco y las extremidades inferiores.
• Fatiga al realizar esfuerzos.
• Dificultad progresiva para respirar.
• Dificultad para respirar al acostarse que mejora al sentarse o levantarse.
• Apnea del sueño (interrupción respiratoria temporal durante el sueño).
• Dolores de cabeza matutinos.
• Somnolencia y fatiga matutina.
• Lordosis y/o escoliosis (por debilitamiento muscular).
• Tono muscular disminuido.
• Hígado agrandado.
• Lengua agrandada (poco común).
• Dificultad para masticar y tragar.
• Aumento en la frecuencia de infecciones respiratorias.
• Pérdida de reflejos.
• Dolor de espalda.
• El desarrollo intelectual generalmente no está afectado.
Por lo general, cuanto más temprano sea el inicio de la enfermedad, más severo será el curso de la misma. Los pacientes que presentan los síntomas a edad más avanzada, presentan una progresión más lenta.
DIAGNÓSTICO
El análisis de la actividad a-glucosidasa es imprescindible para la confirmación de la enfermedad de Pompe.
Pompe. Es por ello que la enfermedad de inicio tardío ha cambiado su curso clínico.
El tratamiento farmacológico consiste en transfusiones de alglucosidasa alfa, la forma recombinante de alfa-glucosidasa
Este análisis se lleva a cabo en la consulta de enfermería mediante la obtención de una muestra de sangre en gota seca[4]
En caso de dar un resultado dudoso, el diagnóstico de confirmación será mediante una segunda muestra que objetive una deficiencia de la actividad alfa 1,4 glucosidasa o un estudio genético compatible[5]
TRATAMIENTO
En el año 2006 la Agencia Europea del medicamento aprobó el tratamiento de sustitución enzimática para la enfermedad de
ácida humana. Dicho tratamiento puede detener o reducir el avance de la enfermedad[4]
En adultos se han publicado varios estudios [4][6][7], observándose beneficio de las funciones motora y respiratoria y de la fuerza muscular. El beneficio es mayor cuando la terapia de sustitución enzimática se instaura en fase precoz y en pacientes cuya situación clínica basal está mejor conservada.
Entre los tratamientos de soporte son importantes la fisioterapia, para potenciar la función muscular y las ayudas y correcciones ortésicas para evitar el deterioro músculo-esquelético. En ocasiones son necesarias medidas quirúrgicas.
En cuanto a la nutrición, se recomienda optimizarla con una dieta con un contenido elevado de proteínas (25-30% del total de calorías) y reducir la ingesta de hidratos de carbono, añadiendo suplementos de vitaminas y minerales.
Para tratar la disfagia se deben realizar ejercicios y utilizar espesantes para mejorar la deglución[5]
Bibliografía
1. Medline Plus. [Acceso 16 Enero de 2017]. Disponible en: https:// medlineplus.gov/spanish/neuromusculardisorders.html
Equipo y materiales necesarios (Imagen 1):
• Lanceta estéril.
• Celulosa de algodón con alcohol.
• Gasas estériles.
• Contenedor agujas.
• Guantes desechables.
• Tarjeta de test de gota seca en sangre seca (903).
• Bolsa impermeable y desecante.
Técnica de recogida:
Para realizar la prueba, es necesario rellenar cuatro gotas de sangre de la tarjeta de test de gota seca. Se puede realizar a la vez que cualquier otra extracción de sangre, desde consulta siempre se realiza mediante punción de un dedo.
Se selecciona el dedo que se va a pinchar, con más frecuencia el dedo medio o anular.
Se limpia el dedo con celulosa de algodón y alcohol. Es muy importante antes de realizar la punción que el alcohol se haya secado para que no interfiera en los resultados. Por este mismo motivo, no deben utilizarse desinfectantes que contengan yodo. Una vez pinchado el dedo del paciente, se retira la primera gota de sangre con una gasa estéril y luego se deja caer una gota de sangre en suspensión dentro del contorno circular de la zona de recogida. Cuando la gota se haya expandido, se rellena con otra gota en la zona que haya quedado vacía, hasta que el círculo quede completado. Se repite esta acción con los demás
círculos de la misma forma. Es muy importante que el dedo del paciente no toque la tarjeta (Imagen 2, imagen 3, imagen 4).
Secado de las muestras y almacenaje: Para conservar las muestras de sangre primero se dejan secar a temperatura ambiente durante cuatro horas, manteniéndolas alejadas de fuentes de calor o de la luz solar. En caso de recoger varias muestras el mismo día, no se deben colocar las tarjetas una encima de otra hasta que estén completamente secas. Cuando estén secas, se introducen las muestras en las bolsas de plástico junto con el desecante, se cierran herméticamente y se almacenan hasta su envío.
Las muestras pueden conservarse en la nevera (sin congelar) hasta su envío, que se realiza por mensajería (Imagen 5).
CONCLUSION
La Enfermedad de Pompe está incluida dentro de las enfermedades raras. Es hereditaria, y no tiene cura pero sí una terapia de sustitución enzimática (TSE) por lo que es muy importante su diagnóstico.
Desde la consulta de enfermería neuromuscular se realiza la recogida de muestra en sangre seca que será imprescindible para el diagnóstico de la enfermedad. Con ella, se analiza la actividad de la enzima alfa-glucosidasa, que en caso de ser deficiente nos orientará hacia su diagnóstico. Para ello, será imprescindible que la enfermera posea los conocimientos necesarios para la correcta recogida y almacenamiento de la muestra.
2. Fernandez Salido, Javier. Guía Informativa para la glucogenosis tipoII (Enfermedad de Pompe). Asociación española de enfermos de glucogenosis (AEEG). 7ª Edición. Diciembre 2011. [Acceso 16 Enero 2017]. Disponible en: http://www.glucogenosis.org/ wp-content/uploads/2015/10/ POMPE-7%C2%BA-EDICIONtipo_ii.pdf
3. Genzyme España. [Acceso 16 Enero de 2017]. Disponible en: https://www.sanofigenzyme.es/ areas-tratamiento/pompe.aspx
4. Miguel A. Barba-Romero, Emilia Barrot, Juan Bautista-Lorite, Eduardo Gutierrez-Rivas, Isabel Illa, Luis M. Jimenez et al.. Guía clínica de la enfermedad de Pompe de inicio tardío. Rev Neurol 2012; 54 (8): 497507.
5. Hospital Sant Joan de Déu. Barcelona. [Acceso 16 Enero de 2017]. Disponible en: http://www.guiametabolica.org/ecm/enfermedad-pompe/info/diagnostico-tratamiento-enfermedad-pompe
6. I. Baños Álvarez, P.A. Miranda Machado. Enfermedad de Pompe de inicio tardío con compromiso respiratorio severo, influencia de la terapia de reemplazo enzimático. Rev. Patol. Respir. 2014; 17 (1): 23-26.
7. Van den Hout H., Reuser AJ, Vulto AG, Loonen MC, Cromme-Dijkhins A, Van der Ploeg AT. Recombinant human alpha-glucosidase from rabbit milk in Pompe patients. Lancet 2000; 356: 397-8.
Dispositivo atomizador intranasal: utilización en Urgencias
Autoras
Patricia Carrera Martín (DUE. Servicio de Urgencias Rurales. Isaba)
Pilar Maraví Artieda (DUE UVI Móvil Pamplona. Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea).
Dirección de contacto patrizia_martin@hotmail.com
Resumen
En el ámbito de la urgencia, tanto hospitalaria como extrahospitalaria, en muchas ocasiones el acceso por vía endovenosa puede resultar dificultoso, por lo que es necesario el conocimiento de vías alternativas para administrar medicación. La vía intranasal con dispositivo atomizador podría ser la vía de elección en estos casos. Esta vía es de fácil acceso, barata y no requiere técnica estéril ni cruenta, por lo que no conlleva riesgo de pinchazo accidental en situaciones con pacientes agitados o poco colaboradores.
El uso del atomizador nasal optimiza y mejora la absorción del medicamento puesto que pulveriza las partículas para su absorción a través de la mucosa nasal. Por lo tanto, el tiempo que tarda el medicamento en hacer efecto es similar a la vía intramuscular. Por todo ello, la vía intranasal puede ser beneficiosa y la opción más útil y práctica en determinadas situaciones, por eso es importante conocer su manejo e indicaciones. Basándonos en la evidencia científica y en las abundantes publicaciones, actualmente se podría considerar la vía intranasal (a ser posible con dispositivo atomizador para optimizar la absorción) como alternativa a la comúnmente usada vía parenteral periférica en situación de emergencia o con difícil acceso endovenoso.
Palabras clave: Administración intranasal, urgencias médicas, cuidados de enfermería.
INTRODUCCIÓN
La vía intranasal ha sido usada como una ruta alternativa a la vía sistémica para la administración de drogas en urgencias, por su gran interés en la emergencia, ya que no es dolorosa para el paciente, es de fácil acceso y no requiere técnicas estériles o invasivas como una vía endovenosa. Por lo tanto no pone en riesgo al sanitario por contaminación de pinchazo con aguja sobre todo en medios adversos (ambulancia en movimiento, pacientes no colaboradores, etc.).
La medicación se deposita directamente sobre la superficie de la mucosa nasal que está altamente vascularizada lo que permite una rápida distribución sistémica sin necesidad de metabolización hepática[1]. Existe evidencia de que hay sustancias que pasan directamente al líquido cefalorraquídeo a través de la mucosa olfatoria, conocida como “vía nariz-cerebro”, con especial importancia en medicaciones con efecto sedante, antiepiléptica y opiácea[2]. Estudios han demostrado que el atomizador optimiza la distribución de los medicamentos a través de la mucosa nasal, lo cual incrementa la biodisponibilidad de los mismos. Por ejemplo, la biodisponibilidad del midazolam intranasal es de 55%, el cual es significativamente mayor que el 19% y 18% por vía oral y rectal de sus dosis respectivamente.
Definición de vía intranasal
En el ámbito de la urgencia, las medicaciones estudiadas para aplicación intranasal incluyen antiepilépticos, opiáceos, analgésicos, antagonistas de los opiáceos, fármacos sedantes, glucagón, etc. La vía intranasal es una vía fácil y rápida de administración de fármacos tanto para conseguir efecto tópico como sistémico.
Su uso común para administración de fármacos tópicos ha sido generalmente para descongestivos, aerosolterapia o nebulizaciones, incluso para conseguir
efectos sistémicos con la administración de hormonas (como calcitonina y estrógenos). Además de fármacos sedantes y analgésicos, otros fármacos se han estudiado cuando se administran vía nasal, como son drogas con acción cardiovascular, hormona de crecimiento la vacuna de la gripe e insulina[3]
Los fármacos pueden administrarse en forma de spray nasal, gotas nasales, hisopos saturados con el fármaco o con nebulizador. El objetivo es depositar la droga en la mucosa para que alcance las venas capilares submucosas e ingresen a la circulación sistémica. Algunas fracciones del fármaco aplicado por esta vía pasarán al tracto respiratorio superior y pulmones, otras podrán depositarse en la capa de moco y otras podrán ser deglutidas. Para una óptima absorción, la vascularización e integridad de la mucosa nasal son fundamentales, pues alteraciones locales como trauma, cirugía o destrucción de la mucosa nasal inducida por tóxicos (cocaína),
Fuente: https://i.ytimg.com/vi/9Q4Rl4RiIsM/maxresdefault.jpg
presencia de fármacos vasoconstrictores, epistaxis o excesiva producción de mucosidad dificultará la adecuada distribución de la medicación por esta vía.
Descripción del atomizador nasal
El atomizador es un dispositivo barato, accesible y libre de látex de un solo uso (aunque se puede reutilizar en el mismo paciente las veces necesarias), que prepara la medicación en partículas solubles de tamaño óptimo para la absorción a través de la mucosa nasal (entre 30 y 100 micras).
Indicaciones
La vía intranasal estaría indicada en toda aquella situación de urgencia o emergencia en medios adversos, en la que sea difícil el acceso endovenoso y prime la administración de medicación, tanto para sedación del paciente (por agitación, por convulsión, agresividad…) como para administración de analgesia (extricación* del vehículo, fracturas óseas…)
http://prehospitalresearch.eu/wp-content/uploads/2014/10/MAD100-Small.jpg
*Extricación (excarcelación) y extracción son dos términos sinónimos y van más allá de lo que supone un accidente de tráfico. Sería aplicable a toda persona atrapada y/o incapaz de liberarse por sí misma (impedimento físico y no solo del entorno).
Dada la facilidad y los beneficios de la vía intranasal, la cantidad de fármacos y las diversas situaciones donde se podría utilizar, nos parece que esta técnica de administración debiera ser tenida en cuenta en aquellas ocasiones donde se prevea un acceso dificultoso al paciente.
Contraindicaciones
• Pacientes que presenten vómitos.
• Excesiva mucosidad.
• Sangrado nasal.
• Traumatismo facial con compromiso de la nasofaringe.
Procedimientos de aplicación
La correcta administración de la medicación intranasal requiere de una técnica sencilla que consiste en cargar la medicación deseada en una jeringa que se conectará al atomizador con sistema luer-lock, administrando la mitad del volumen deseado en una fosa nasal y posteriormente la otra mitad en la otra. También se puede utilizar con una jeringa normal[4].
Es necesario usar las dosis más concentradas[5] porque el volumen ideal para la administración del fármaco en cada fosa nasal es entre 0’25 ml en niños y 1 ml en adultos. A menor volumen mayor optimización de la absorción[6]
Los fármacos con posibilidad de administración intranasal en urgencias:
• Midazolam[7]
- dosis pediátrica: 0,2 mg/kilo.
- crisis convulsivas adulto menor de 50 Kg 5 mg, mayor de 50 Kg 10 mg.
Las concentraciones plasmáticas de midazolam alcanzan su pico a los 10 minutos después de la administración intranasal de 0.1 mg/kg[12].
• Ketamina
- Analgesia prehospitalaria: 0.451.25mg/kilo[8]
- Sedación 3-9 mg/kilo[9]
- Extricación 50 mg intranasal usando atomizador[10]
• Naloxona
2 mg (recomendación ERC 2015) aprobada por la FDA en Estados Unidos la presentación intranasal para primeros respondedores[11]
• Glucagón 2 mg en 1 ml[12]
• Haloperidol 2.5 mg[13]
Midazolam 5 mg/ml (3 ml)
Ketamina 50 mg/ml (10 ml)
Dosis pediátrica 0.2 mg/kg
Analgesia prehospitalaria
0.45-1.25 mg/kg
Naloxona 0.4mg/ml (1 ml) 2 mg
Glucagón 1mg/ml (2 ml) 2 mg
Haloperidol 5 mg/ml (1 ml) 2.5 mg
Fentanilo 0.05 mg /ml (3 ml)
Flumazenil 0.1 mg/ml (5 ml)
• Fentanilo
2 µg/kilo (en pacientes pediátricos con fractura de huesos largos el efecto analgésico es más rápido que con morfina endovenosa). Si el volumen a administrar es mayor de 1 ml, se puede considerar administrarlo en dos dosis separadas por 5 minutos[14 y 15]
• Flumazenilo
40 µg/kilo (dosis similar a la endovenosa[16] [17]
A pesar de que en la ficha técnica de los fármacos no se contempla su uso mediante la vía intranasal, existe abundante experiencia en la bibliografía internacional que avala su uso inicialmente en pediatría y posteriormente en adultos (indicado en situaciones de riesgo vital como vía alternativa)[18].
CUIDADOS DE ENFERMERÍA
• Explicar el procedimiento de forma clara y concisa al paciente, y si es posible a la familia.
INDICACIONES
Crisis convulsiva adulto<50 kg 5 mg
Sedación: 3-9 mg/kg
Intoxicación por opiáceos
Hipoglucemia
Crisis convulsiva adulto<50 kg 10 mg
Extricación 50 mg
Agitación
2 microgr/kg
Analgesia
40 microgr/kg
Intoxicación por benzodiazepinas
Fuente:http://www.nutrimedica.gr/nutrimedica/images/stories/products/GetMad/mad-nasal-demo.jpg
• Informar del efecto que se pretende conseguir y los posibles efectos secundarios o adversos que puedan producirse.
• Colocar al paciente en la posición adecuada, tumbado o sentado con ligera hiperextensión del cuello, siempre que sea posible[19]
• Comprobar que la mucosa nasal esté intacta y libre de secreciones, animando al paciente a sonarse o si no es posible, realizar previamente unos lavados nasales.
Información para el paciente:
• No es una vía dolorosa ni agresiva.
• Podemos utilizarla en cualquier posición.
• Los efectos secundarios son únicamente los de la medicación.
• Aconsejable sonarse la nariz antes del procedimiento para mejorar la absorción.
Ventajas:
• Fácil acceso
• No cruenta ni dolorosa
• No requiere técnica estéril
• Material barato y accesible
• Paciente en cualquier posición.
• Mínimo riesgo para el profesional y paciente
• Tiempo absorción igual a vía IM
Inconvenientes
• Necesidad de integridad mucosa nasal.
• Excesiva mucosidad difi culta la absorción.
• Sensación de quemazón en la mucosa nasal tras administración de medicación (por ejemplo Midazolam).
Recomendaciones para el personal sanitario
• Animarse a utilizar esta vía de administración en las citadas situaciones, dada su facilidad y utilidad, tomando las precauciones necesarias.
• Tenerla en cuenta cuando no se pueda coger una vía endovenosa en primera instancia.
• Tener a mano un atomizador nasal, sobre todo para personal que trabaje en medios extrahospitalarios.
• Recordar que se debe ajustar la dosis al volumen máximo a instilar por cada coana, pero tener en cuenta que se puede repetir la administración a los 5 minutos.
• No tener miedo a utilizarla puesto que su uso presenta un mínimo riesgo tanto para paciente como para sanitario.
Bibliografía
1. Bitter C, et al. Nasal drug delivery in humans. Curr Probl Dermatol. 2011; 40:20-35
2. Pardeshi CV, et al. Direct nose to brain drug delivery via integrated nerve pathways bypassing the blood-brain barrier: an excellent platform for brain targeting. Expert Opin Drug Deliv. 2013 Jul;10(7):957-72
3. Anestesiología mexicana en internet. http://www.anestesia.com.mx/art-18.html
4. Administración de fármacos por vía inhalatoria Atomizador Nasal (MAD). Manual de Procedimientos SAMUR-Protección Civil · edición 2013 12.0. www.madrid.es/ estaticos/SAMUR/data/602_11.htm<http://www.madrid.es/estaticos/SAMUR/ data/602_11.htm>
5. Intranasal Use of Drugs in the Emergency Room and Pre-Hospital Arena. Sarah Sliva, Erik Barton|Disclosures. AccessMedicine from McGraw-Hill http://www.medscape.com/viewarticle/730093
6. Therapeutic Intranasal Drug Delivery. http://www.intranasal.net
7. Ansorena Iglesias, S. González Cela, E. Merino Verbo, N. Administración de midazolam intranasal con atomizador intranasal en las urgencias pediátricas. Enfermeros de Urgencias del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús de Madrid.
8. Johanson J et.all. Prehospital Analgesia using nasal administration of S-ketamine- a case series. Scant J Trauma Resusc Emerg Med.2013 May 14;21:38
9. Hall D. and Robinson A. Intranasal ketamine for procedural sedation. Emerg Med J 2014;31: 789-790
10. Madhuri S. et all. Ketamine: Current applications in anesthesia, pain, and critical care. Ants Essays Res.2014 Sep-Dec;8(3):283-90
11. Strang J. et all. Drug Alcohol Depend. 2016 Jun 1;163:16-23
12. Antonio E. Ponticoli. Intranasal Glucagón J. Diabetes Sci Technol.2015 Jan; 9(1):38-43
13. García-Corvillo M.P. Polymeric Nanoparticles for Drug Delivery to the Central Nervous System Via Nasal Route. Jan 2016
14. Murphy A, et all. Intranasal fentanyl for the management of acute pain in children (review). Cochrane Database of Systematic Reviews 2014, Issue 10.
15. Schacerer NM, et all. Expedited Delivery of Pain Medication for Long-Bone Fractures Using an Intranasal Fentanyl Clinical Pathway. Pediatr Emerg Care.2015 Aug;31(8):560-3
16. Silvilotti.M Flumazenil, naloxone and the ‘coma cocktail’.10.1111/bcp.12731 Sep 2015
17. Penninga EI, Graudal N, Ladekarl MB, Jurgens G. Adverse events associated with flumazenil treatment for the management of suspected benzodiazepine intoxication: A systematic review with meta-analyses of randomised trials. Basic Clin Pharmacol Toxicol 2015; (early online; doi: 10.1111/bcpt.12434).
18. Intranasal Use of Drugs in the Emergency Room and Pre-Hospital Arenas Sarah Sliva, Erik Barton. AccessMedicine from McGraw-Hill http://www.medscape.com/ viewarticle/730093
19. Habib, A. R., A. Thamboo, et al. (2013). “The effect of head position on the distribution of topical nasal medication using the Mucosal Atomization Device: a cadaver study.” Int Forum Allergy Rhinol 3(12): 958-962.
Manejo del cardiocompresor mecánico LUCAS™2
Autora
Idoia Lazcano Zubeldia (Diplomada en Enfermería. Máster en Urgencias, Emergencias y Críticos en Enfermería. Servicio de Urgencias
Extrahospitalarias del Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea).
Dirección de contacto idoia_lazcano_zubeldia@navarra.es
Resumen
Los cardiocompresores mecánicos son unos dispositivos portátiles diseñados para realizar compresiones cardíacas externas de calidad en personas que han sufrido una parada cardiorrespiratoria (PCR).
Tras una PCR es necesario mantener las compresiones torácicas y la ventilación para preservar una adecuada perfusión de los órganos. Sin embargo, realizar las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) manualmente durante el traslado sin comprometer su calidad resulta dificultoso, y compromete la seguridad del equipo de urgencias extrahospitalarias.
De hecho, la calidad de la RCP manual, incluso cuando es realizada por personal sanitario, es significativamente más baja que la recomendada en las guías de RCP internacionales, en tanto que el flujo sanguíneo que llega a los órganos vitales es menor en general. Los cardiocompresores mecánicos fueron diseñados para solucionar dichos problemas de seguridad y calidad.
El objetivo de este trabajo es describir y enseñar el funcionamiento del cardiocompresor mecánico LUCAS™2; hoy en día el modelo más utilizado en los equipos de urgencias extrahospitalarios de España.
Palabras clave: Parada cardiorrespiratoria, dispositivo, reanimación cardiopulmonar.
INTRODUCCIÓN
En la Unión Europea se estima que hay entre 400.000 y 700.000 muertes súbitas anuales, y por encima de 350450.000 en EE.UU. El 80% sucede en domicilio, y el grado de mortalidad se aproxima al 90%, con grados variables de disfunción cerebral grave en más de la mitad de los supervivientes. Para una incidencia de muerte súbita sobre 53/100.000 habitantes, unos 40-50.000 pacientes sufren una PCR extrahospitalaria en España[1]
Cuando la desfibrilación ha fallado o la PCR no está asociada con la fibrilación ventricular, la supervivencia depende de la cantidad de flujo sanguíneo conseguida durante la RCP. En particular, la perfusión del corazón y la cerebral deben ser adecuadas para el retorno a la circulación espontánea y para la supervivencia con un buen pronóstico neurológico. La circulación espontánea depende directamente de la presión de perfusión coronaria[2]
El gasto cardiaco producido por las compresiones torácicas durante las maniobras de resucitación puede predecir la efectividad y un buen resultado final. Durante las compresiones torácicas manuales el flujo sanguíneo a los órganos vitales está generalmente disminuido porque las compresiones torácicas manuales son significativamente de más baja calidad que las recomendadas por las guías internacionales de reanimación. Además, las compresiones torácicas efectivas durante el transporte son a menudo difíciles[2]. Al realizar compresiones torácicas manuales en la RCP, las interrupciones debidas a la fatiga resultante, así como en las pausas para la desfibrilación, ocasionan compresiones insuficientes en profundidad. Estos podrían ser, entre otros, los principales factores que contribuyen a los malos resultados en lo que a supervivencia se refiere, tras un paro cardiaco extrahospitalario[3]. En consecuencia, para mejorar la RCP, se diseñaron los dispositivos au-
tomáticos, que muestran beneficios hemodinámicos y resultados a corto plazo[2]. Con este trabajo se pretende dar a conocer el dispositivo LUCAS™2(Lund University Cardiac Assist System), un dispositivo portátil diseñado para realizar compresiones torácicas externas de gran calidad[4,5], y enseñar el manejo del mismo al profesional de enfermería. Hoy en día, este modelo es el más utilizado en los servicios de urgencias extrahospitalarias-UVI móviles de España[6,7,8,9]
DESCRIPCIÓN
• Consta de dos partes: un tablero en forma de banana que se coloca bajo la espalda del paciente, y de un arco con un pistón que se ajusta al tablero inferior[4]
• Está basado en un mecanismo de pistón con una ventosa que se sitúa en el centro del pecho, aproximadamente en el punto donde se colocaría el talón de la mano[4]
• Ejerce la fuerza necesaria para comprimir el tórax unos 5,2 cm a un ritmo de 102 compresiones por minuto y 50 Kg de presión[4,8]
• Gracias a su ventosa, descomprime el tórax activamente, generando un mecanismo de bomba torácica[2,4,8]
• El pistón recibe la energía de una batería de ion de litio recargable situada en su parte superior, con una autonomía de unos 45-50 minutos que se refleja mediante un indicador situado junto a la botonera, con tres leds que se apagan a medida que la batería se descarga, iluminándose el último en naranja cuando la batería está próxima a agotarse[4,8] .
• La batería puede cargarse con el dispositivo en funcionamiento mediante un cargador a 220V que viene de serie con el dispositivo[4,8] .
• Si es necesario cambiar la batería, el dispositivo memoriza los parámetros a los que estaba ajustado durante 60 segundos[4]
• No requiere un mantenimiento específico, pero se recomienda una revisión anual[4]
• Dispone de un coeficiente IP 43, según norma IEC 60529[4] .
• Su temperatura de funcionamiento se encuentra entre 0 y 40ºC y su temperatura de almacenamiento entre 0 y 70ºC[4] .
• Tiene un ventilador incorporado que se activa para refrigerar el dispositivo al aumentar la temperatura como consecuencia del funcionamiento continuado, sin que el aparato aumente notablemente su temperatura exterior[4]
INDICACIONES
• En pacientes que han sufrido una PCR en los que estén indicadas las maniobras de RCP, tanto para el tratamiento de la PCR en el lugar en que ha ocurrido como para el traslado del paciente al hospital en situaciones potencialmente reversibles, no tratables en el medio extrahospitalario[4]
• En el traslado al hospital del paciente que no ha sobrevivido a una PCR extrahospitalaria y que puede ser potencial donante en asistolia[4, 5, 6, 7, 8, 9]
Ajuste de la ventosa con dos dedos
PROCEDIMIENTOS DE APLICACIÓN
• Cuando se confirma la PCR en el paciente, se inician maniobras de RCP[4]
• Uno de los tres componentes de la dotación prepara el LUCAS™2 y pulsa el botón de encendido al sacarlo de la bolsa[4]
• Se detienen las maniobras y se coloca el tablero amarillo con forma de banana bajo el paciente, colocándolo hasta que el borde superior quede por debajo de las axilas[4]
• Se continúan las compresiones torácicas mientras se prepara la parte superior del LUCAS™2[4]
• Se tira de las anillas situadas en los brazos laterales para desbloquear los seguros[4]
• Primero se acopla el enganche situado más cerca del reanimador y, si es preciso, detendremos nuevamente las maniobras de reanimación para acabar de acoplar el otro lateral[4]
• Se debe comprobar que ambas partes se encuentran bien fijadas tirando una vez hacia arriba[4]
• El dispositivo, tras encenderse, queda en posición de “AJUSTE”. Se debe situar la ventosa en el punto concreto de compresión utilizando dos dedos[4]
• Una vez verificada la correcta colocación, debe ser pulsado el botón 2, que fija el pistón en la posición deseada, y posteriormente el botón 3, que inicia las compresiones. Este botón tiene dos opciones, según se ventile al paciente con la vía aérea aislada (“continuo”) o no (“30:2”)[4]
• Cuando el paciente esté siendo ventilado con bolsa resucitadora y cánula de Guedel, o con algún dispositivo supraglótico (mascarilla laríngea, Fastrach®, etc.) el LUCAS™2 ha de mantenerse en funcionamiento en el modo 30:2. Cada 30 compresiones el dispositivo se detiene durante 4 segundos para permitir las dos ventilaciones. Si se decide intubar al paciente (maniobra que debería realizarse sin parar las compresiones), una vez intubado, se pulsa el botón de compresiones continuas sin necesidad de detener el dispositivo y se mantiene en funcionamiento mientras dure la resucitación. El botón de pausa hay que pulsarlo únicamente para:
a. los análisis del ritmo mediante un desfi brilador externo automático o un desfibrilador manual, b. la verifi cación de pulso cuando proceda, continuando las compresiones inmediatamente después del análisis, aunque se indique una desfibrilación[4]
• En la medida de lo posible, el LUCAS™2 debe mantenerse en posición horizontal. Dispone de una cinta que se fija al dispositivo y pasa por detrás del cuello del paciente, que evita que el aparato se desplace en dirección al abdomen cuando se inclina al paciente elevando la cabeza. Con todo, en la medida de lo posible, se debe mantener al paciente en posición horizontal o casi horizontal[4]
• Una vez en la ambulancia, el dispositivo no necesita una fijación específica, ya que queda fijado al paciente. Dispone también de dos cintas en los laterales, quedando así las manos del paciente fijadas al dispositivo[4]
VENTAJAS
• Es de fácil colocación y manejo[4,6]
• Se libera un reanimador[4] .
• El valor de CO2 espirado o el flujo sanguíneo cerebral es mejor que con las compresiones manuales, sin que se observen más lesiones asociadas a su uso[4,6,8]
• Es ligero (7,8 kg)[4,6]
• Es apto para pacientes con un diámetro antero-posterior entre 17 y 30,3 cm y una anchura menor de 45 cm, sin restricción de peso, lo que incluye a más del 95 % de la población adulta y a la mayoría de adolescentes[4].
• Se puede utilizar en mujeres embarazadas[4]
• Se puede desfi brilar al paciente sin tener que detener las compresiones torácicas[4]
• Tiene la capacidad para comprimir y descomprimir activamente el tórax a la frecuencia que recomiendan las guías internacionales[6]
• Ha sido probado en un crash test sin desprenderse del paciente[6]
• Aumenta la seguridad de los intervinientes al no tener que realizar las compresiones de forma manual en vehículos en marcha[8]
• La velocidad de trasporte del paciente puede ser más elevada y no es tan im-
Bibliografía
1. Serrano Moraza A, Del Nogal Sáez F, Alfonso Manterola F. Revascularización coronaria durante la resucitación cardiopulmonar. Código puente. Med. Intensiva. 2013 [citado 22 marzo 2017]; 37(1): 33-43. Disponible en: http://www.medintensiva. org/es/content/articulo/S021056911200054X/
2. Carretero Casado MJ, Fontanals J, Arguis MJ, Martínez Ocón J, Ruiz A, Ríos J. Reanimación con cardiocompresores: comparación de los efectos hemodinámicos entre LUCAS y AutoPulse en un modelo porcino. Emergencias. 2014 [citado 23 marzo 2017]; 26(6): 459-463. Disponible en: https://medes.com/publication/95248
3. Avanzas P. LINC: RCP manual vs mecánica con dispositivo LUCAS en la parada cardíaca extrahospitalaria. Rev. Esp. Card. Blog. 2013 [citado 23 marzo 2017]; Disponible en: http://secardiologia.es/multimedia/blog/rec/7471-linc-rcp-manual-vs-mecanica-con-dispositivo-lucas-en-la-parada-cardiaca-extrahospitalaria
4. Guiu Rosa J, Carmona Jimenez F. Manejo del compresor torácico LUCAS. Zona TES. 2012 [citado 12 dic 2016]; 1(1): 15-17. Disponible en: http://media.zonates. com/01-01/PDF/Manejo_del_compresor_toracico-LUCAS.pdf
5. López Messa JB. Prolongar la duración de la resucitación cardiopulmonar más de lo establecido hasta ahora es una actitud recomendable. REMI A226. 2016 [citado 28 nov 2016]; 16(11). Disponible en: www.medicina-intensiva.com/2016/11/ A226.html
6. Carmona Jiménez FJ, Ruiz Arránz A, Palma Padró P, Soto García MA, Alberola Martín M, Saavedra Escobar S. Utilización de un compresor torácico mecánico (LUCAS®) en un programa de donación en asistolia: efecto sobre la perfusión de los órganos y la tasa de trasplante. Emergencias. 2012 [citado 12 dic 2016]; 24(5): 366-371. Disponible en: http://emergencias.portalsemes.org/descargar/utilizacion-de-un-compresor-toracico-mecanico-lucas-en-un-programa-de-donacion-en-asistolia-efecto-sobre-la-perfusion-de-los-organos-y-la-tasa-de-trasplante/
7. Fondevilla C, Hessheimer AJ, Flores E, Ruiz A, Mestres N, Calatayud D, et al.Applicability and results of Maastricht Type 2. Donation after cardiac death. Liver transplantation. Am J Transplant. 2012 [citado 29 dic 2016]; 12: 162-170. Disponible en: http://www.coordinaciontrasplantes.org/images/bibliografia/18-06.pdf
8. Méndez Alonso C. Donante a corazón parado. Zona TES. 2014 [citado 29 dic 2016]; 4:147-151. Disponible en: http://media.zonates.com/03-04/PDF/Donante-corazon-parado.pdf
9. Miñambres E, Suberviola B, Guerra C, Lavid N, Lassalle M, González Castro A, et al. Experiencia de un programa de donación en asistolia Maastricht II en una ciudad de pequeño tamaño: resultados preliminares. Med. Intensiva. 2015 [citado 27 dic 2016]; 39(7): 433-441. Disponible en: http://www.medintensiva.org/es/experiencia-un-programa-donacion-asistolia/articulo/S0210569114002162/
portante el mantenimiento de una velocidad estable[8] .
• Hay posibilidad de utilizar el dispositivo en el helicóptero sanitario, para mantener así las maniobras de RCP, teniendo en cuenta el poco espacio del que se dispone[8]
RECOMENDACIONES
Ante una PCR, si el equipo de urgencias extrahospitalarias dispone de un dispositivo mecánico, en este caso LUCAS™2, teniendo en cuenta sus ventajas, se recomienda utilizarlo tan pronto como sea posible.
Nivel de satisfacción laboral de los profesionales de enfermería en una unidad de neurorradiología vascular intervencionista
Autoras
María Gorosquieta Alfonso
Yolanda Mendaza Bonis
Sandra Baquedano Pérez
Cristina Domínguez Crespo
Juana Sola Azcoiti (Diplomadas en Enfermería. Servicio de Radiología Vascular e Intervencionista. Complejo Hospitalario de Navarra)
Dirección de contacto m.gorosquieta@yahoo.es
Resumen
Introducción
En los últimos años, se constata que los profesionales sanitarios están sometidos a un mayor riesgo de padecer desgaste psicológico debido a que su ejercicio profesional constituye una importante fuente de estrés.
Objetivos
• Identificar los diferentes factores estresantes que influyen en la actividad asistencial de los profesionales de enfermería pertenecientes a una Unidad de Neurorradiología Vascular Intervencionista.
• Evaluar el nivel de satisfacción laboral de los mismos.
Material y método
Estudio descriptivo transversal realizado en el último trimestre del 2016. El muestreo estuvo formado por un total de cinco enfermeras que trabajan actualmente en el Servicio de Neurorradiología Intervencionista del Complejo Hospitalario de Navarra, incorporadas a la atención de urgencias.
Mediante técnica de grupo nominal se identificaron y priorizaron los factores estresantes más relevantes y con mayor incidencia en el servicio.
Se empleó una encuesta de variables demográficas y laborables. Se utilizó también el cuestionario de la escala de satisfacción laboral (Warr, Cook y Wall, 1979).
Resultados
La muestra se compuso de 5 enfermeras, edad media de 44 años. El 100% llevaba busca localizado haciendo un rotatorio de días.
Se identificaron diferentes factores estresantes agrupados en factores: ambientales físicos, organizativos y personales.
En el cuestionario realizado de Wart y Cook, el grado de satisfacción global obtenido fue de una puntuación que fluctuó entre 58 y 71 (media 65,4). El ítem mejor valorado fue “la relación con las compañeras enfermeras de trabajo” y el ítem peor valorado fue “el modo cómo la empresa es gestionada”.
Palabras clave: satisfacción laboral, estrés psicológico, urgencias médicas, enfermería.
INTRODUCCIÓN
El concepto de satisfacción laboral fue descrito por primera vez por Hoppock (1935), quien atribuyó a circunstancias fisiológicas, psicológicas y ambientales el nivel de satisfacción obtenido. La teoría elaborada por Herzberg (1959) se conoce cómo una de más influyentes en el área de satisfacción laboral y es denominada cómo teoría de los dos factores o teoría bifactorial de la satisfacción. En su teoría, Herzberg designó la existencia de dos grupos o clases de aspectos laborables: un grupo de factores extrínsecos y otro de factores intrínsecos. Los factores extrínsecos abordarían aspectos respecto a las condiciones de trabajo, tales como el salario, la organización, el entorno físico, la seguridad en el trabajo, etc. Los segundos están referidos al puesto de trabajo, tales como responsabilidad, logro o contenido de la tarea[1].
En los últimos años, se constata que los profesionales sanitarios están sometidos a un mayor riesgo de padecer desgaste psicológico debido a que su ejercicio profesional constituye una importante fuente de estrés[2,3]. Dentro de este colectivo la profesión de enfermería, por su constante relación con los pacientes, soporta una sobrecarga derivada de la confrontación con el sufrimiento humano, enfermedad y la muerte.
Además, el Servicio de Neurorradiología Vascular Intervencionista al ser una unidad de emergencias, la sobrecarga se ve potenciada por las atenciones que se generan al recibir la llamada “tenemos urgencia”, es decir llevar un “busca”. La rápida evolución de las posibilidades terapéuticas radiológicas neurovasculares ha traído consigo un importante incremento de actividad asistencial urgente que en nuestra unidad se concreta en un promedio de veinticinco urgencias al mes, tanto de patologías de origen vascular periférico cómo neurológicas.
En este sentido, haciendo referencia a la específica formación profesional que se requiere en dicho servicio, la Sociedad Española de Radiología Intervencionista (SERIE) [4] ha descrito cómo debe ser el perfil del enfermero de esta especialidad. En el documento se han establecido cinco niveles en el desarrollo profesional lo que supone una progresión en el desarrollo de competencias. Es en el último nivel en el que el enfermero debe tener las capacidades y aptitudes necesarias para incorporarse al equipo de alertas de urgencias.
OBJETIVOS
• Identificar los diferentes factores estresantes que influyen en la actividad asistencial de los profesionales de enfermería pertenecientes a una Unidad de Neurorradiología Vascular Intervencionista.
• Evaluar el nivel de satisfacción laboral de los mismos.
MATERIAL Y MÉTODO
Diseño
Estudio descriptivo transversal realizado en el último trimestre del 2016. El muestreo estuvo formado por un total de cinco enfermeras que trabajan actualmente en el Servicio de Neurorradiología Vascular Intervencionista del Complejo Hospitalario de Navarra, incorporadas a la atención de urgencias.
Instrumentos de recogida de datos
A/- El instrumento para la recogida de datos fue la técnica del grupo nominal. El grupo de trabajo estaba conformado por las cinco enfermeras que pertenecían al Servicio de Neurradiologia Vascular Intevencionista y era liderado por un miembro del equipo investigador. Se realizó una sesión de dos horas de duración.
La cuestión a debatir trataba sobre los factores estresantes influyentes en la actividad asistencial de los profesionales de enfermería de dicho servicio.
El proceso del trabajo del grupo fue el siguiente:
• Se elaboró en un tablero, un listado con las ideas recopiladas expresadas por los participantes.
• Cada persona votó un orden de prioridades.
• La dinámica tomó la forma de una discusión de grupo, según los resultados de la fase anterior que duró veinte minutos.
• Finalmente, después de las intervenciones se priorizaron los factores estresantes más relevantes y se agruparon en las siguientes categorías: factores ambientales físicos, factores organizativos y factores personales.
Las ideas fueron analizadas por turno, haciendo ciertas aclaraciones por parte del moderador.
B/- Se utilizaron dos cuestionarios:
1. Se empleó una recogida de datos de variables demográficas y laborables. (Anexo 1). 2. Se utilizó el cuestionario de la escala de satisfacción laboral (Warr, Cook y Wall, 1979)[5] (Anexo 2) que cuenta con una estructura de escala tipo Likert en la que 1 significa muy insatisfecho con la afirmación que se proponía, mientras 7 muy satisfecho con la misma. Consta de 15 ítems de respuestas cerradas y se considera una versión abreviada con el propósito de obtener una medida global rápida de la satisfacción laboral. Este cuestionario está validado por Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT).
Procedimiento
A las cinco profesionales de enfermería que trabajaban en el servicio se les invitó a participar en el estudio. Asimismo, fueron informadas verbalmente de la existencia de los cuestionarios y se les entregó junto con la instrucción de realización. De los cinco cuestionarios distribuidos ninguno fue rechazado. La participación fue voluntaria y se utilizó un buzón para la recogida de los mismos asegurando de esta forma el anonimato de los datos.
Análisis de datos
Se realizó análisis estadístico utilizando medidas de tendencia central (media) y medidas de dispersión (porcentajes, frecuencias, valor máximo y mínimo). Los cálculos fueron realizados con el programa Excel.
RESULTADOS
1. Identificación de los posibles factores estresantes[6]
1.2 Factores ambientales físicos:
• Exposición a posturas forzadas mantenidas de brazos, piernas y/o espalda durante la realización de las intervenciones, además de soportar el peso de los equipos plomados.
• La falta de iluminación dentro de la sala.
• El ruido: trabajar con continuas llamadas telefónicas y alarmas del aparataje puede afectar no sólo al oído, sino al desempeño del trabajo cómo satisfacción, productividad…
• La baja temperatura produce disconfort.
• La exposición a radiaciones ionizantes, citostáticos o isótopos radiactivos.
• El espacio físico reducido dentro de la sala debido a que en ciertas intervenciones se requiere la necesidad de la presencia del personal de anestesia, cuidados intensivos…
1.3 Factores organizativos:
• Conflicto y ambigüedad del rol: ocurre cuando hay diferencias entre lo que espera el profesional y la realidad de lo que exige la organización.
• La jornada de trabajo excesiva produce desgaste físico y mental.
• Escasez de personal.
• Falta de apoyo de los cargos superiores.
• Realizar guardias localizadas. Enfermería ha de saber priorizar, actuar con rapidez y seguridad, responder de forma efectiva y oportuna a las órdenes médicas, y controlar diferentes equipos técnicos, así como materiales.
1.4 Factores personales:
La vulnerabilidad, competitividad, perfeccionismo, impaciencia, pesimismo e inflexibilidad entre otros, son rasgos de la personalidad que predisponen al estrés.
2. Análisis del nivel de satisfacción de enfermería
La muestra se compuso de 5 enfermeras, miembros del personal de enfermería del Servicio de Neurorradiología Vascular Intervencionista. El 100% fueron mujeres. Su edad media se situó en 44 años con rango de los 29 hasta los 50 años. Una enfermera tenía contrato laboral, el resto se trataba de personal laboral fijo con una antigüedad en el servicio que va desde siete meses hasta los nueve años. Dos de las enfermeras han ocupado puesto de supervisión en años anteriores. Una enfermera trabajaba con turno de mañana y tarde, el resto con turno de mañana. El 100% llevaba busca localizado haciendo un rotatorio de días.
En el cuestionario realizado de Wart y Cook, el grado de satisfacción global obtenido fue de una puntuación que fluctuó entre 58 y 71 (media 65,4) de una escala de valor mínimo 15 (mínima satisfacción)
ANEXO 1
CUESTIONARIO DE VARIABLES SOCIOLABORALES
EDAD Y SEXO
ESTADO CIVIL: soltero, convivencia, casado-divorciado/separado.
NÚMERO DE HIJOS: 0-1-2-3 o más.
NIVEL DE FORMACIÓN: diplomado-licenciado.
ANTIGÜEDAD EN EL PUESTO DE TRABAJO DEL SERVICIO RADIOLOGÍA (AÑOS)
OCUPACIÓN DE CARGOS DIRECTIVOS: si-no.
TIPO DE CONTRATO: de sustitución-fijo.
TIPO DE TURNO DE TRABAJO: de mañanas, de mañanas y/o tardes.
DISPOSICIÓN DEL BUSCA DE URGENCIAS: si-no
2
CUESTIONARIO DE LA ESCALA DE SATISFACCION LABORAL
(Warr, Cook y Wall, 1979)
Fuente: www.estreslaboral.info/test-de-estres-laboral.html
Señale con un círculo cómo se siente con respecto a cada uno de ellos en una escala del 1 al 7, siendo 1 “muy insatisfecho” y 7 “muy satisfecho”.
Su participación es voluntaria y anónima.
1. Condiciones físicas de su trabajo.
2. Libertad para elegir su propio método de trabajo.
3. Sus compañeros de trabajo.
4. Reconocimiento que obtiene por el trabajo bien hecho.
5. Su superior inmediato.
6. Responsabilidad que usted tiene asignada.
7. Su salario.
8. La posibilidad de utilizar sus capacidades.
9. Relación entre dirección y trabajadores en su empresa.
10. Sus posibilidades de promocionar.
11. El modo en que su empresa está gestionada.
12. La atención que se presta a las sugerencias que usted hace.
13. Su horario de trabajo.
14. La variedad de tareas que realiza en su trabajo.
15. Su estabilidad en el empleo.
y su valor máximo de 105 (máxima satisfacción) (Figura1).
Los ítems mejor valorados y que produjeron mayor satisfacción a las enfermeras participantes del estudio fueron “la relación con las compañeras enfermeras de trabajo”, con una media de 6 sobre los 7 puntos máximos posibles y “su estabilidad en el empleo”, también con 6 puntos. Otras dimensiones consideradas de mayor satisfacción fueron “horario de trabajo”, con un 5,8 y “salario” con 5,6 puntos (Figura 2).
Por otra parte, el ítem “relación entre dirección y trabajadores en su empresa” se observó como uno de los factores más influyente de insatisfacción laboral con un 3,2 sobre 7 puntos. También se encontraron cómo dimensiones peor valoradas las referentes a la “el modo cómo la empresa es gestionada” y “condiciones físicas de su trabajo” con sendos 3,4 puntos (Figura 3).
DISCUSIÓN
En un trabajo de fin de máster de la Universidad Pública de Navarra, se estudió el nivel de satisfacción en diferentes unidades de enfermería. Entre ellas, las unidades quirúrgicas se contemplaron cómo servicios de menor satisfacción, donde existe un ambiente de trabajo negativo, a veces provocado por compañeras/ os que presentan estrés, aunque no siempre sean conscientes de ello[7]. A este respecto cabe indicar, que algunas enfermeras, especialmente las que desarrollan su trabajo en unidades conceptuadas como de riesgo, unidades especializadas como Radiología Vascular Intervencionista, son particularmente vulnerables al estrés laboral y al síndrome Burnout. En nuestro caso, la puntuación del nivel de satisfacción ha sido medio lo que nos hace plantearnos áreas de mejora y la posibilidad de tomar medidas preventivas, antes que la tendencia derive en problemas de bienestar psicológico.
Por otro lado, la valoración realizada en otra tesis de enfermería y que nosotros compartimos es que el personal que no hace guardias presenta mayor bienestar psicológico y presenta menos somnolencia[8]. A este respecto, se sugiere la necesidad de fomentar períodos de descanso después de la asistencia nocturna de urgencias cómo ya existe en otras unidades de radiología de diferentes ciudades españolas.
Asimismo, cabe destacar el resultado del ítem mejor valorado de la relación con las compañeras de la unidad asistencial. Este dato puede ser atribuido a la organización que existe en el trabajo, en la que cada enfermera trabaja de instrumentista o de campo complementándose y formando un equipo al cuidado de los pacientes. Esta valoración es señalada importante en otros estudios[9,10]
El personal de enfermería entrevistado presenta cómo uno de los factores más infl uyente de insatisfacción laboral el ítem de “relación entre dirección y trabajadores en su empresa”. Estos resultados analizados también por otros investigadores [11,12] permiten interpretar que los mandos deben involucrarse en conseguir que los trabajadores tengan el mayor nivel de satisfacción posible y asegurar de este modo la calidad asistencial. Son limitaciones del estudio la muestra reducida y por lo tanto la validez limitada de los resultados. Sería interesante realizar una comparación a nivel nacional entre diferentes servicios de Neurradiología Vascular Intervencionista para ver si existen diferencias significativas.
CONCLUSIONES
• Los profesionales de enfermería se encuentran medianamente satisfechos con el trabajo desempeñado, habiendo una clara coincidencia en el ítem mejor valorado acerca de la relación de apoyo entre las mismas compañeras.
• Se plantea cómo equipo mejoras en la modificación de algunos aspectos a nivel organizativo como delegar tareas de almacén al personal auxiliar y obtener apoyo administrativo para la citación de los pacientes.
• Se considera que un ámbito de trabajo que garantice más satisfacción laboral redundaría en un mejor estado de ánimo general, con mejor salud física y psicológica.
Bibliografía
1. Fonseca Marante Y. Estudio de la satisfacción laboral en los trabajadores de la Empresa Comercializadora y Distribuidora de Medicamentos (Emcomed) de la provincia de Granma. Revista Cubana de Salud y Trabajo [Internet]. 2010 [Acceso 201611-02];11(2):15-9. Disponible en: http://bvs.sld.cu/revistas/rst/vol11_2_10/ rst02210.htm
2. Guedes Fontoura E, Oliveira Santa Rosa D. Vivencia de las enfermeras ante los cuidados en el proceso de muerte. Index Enferm [Internet]. 2013 [Acceso 2016-11-02]; vol.22, n.1-2, pp.25-29. Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo
3. Cañadas De la Fuente GA, Albedín Garcia L, De la Fuente EI, San Luis C, Gómez Urquiza JL et al. Síndrome de burnout en profesionales de enfermería que realizan jornada física complementaria en servicios de cuidados críticos y urgencias. Rev Esp Salud Pública [Internet] 2016, Sep [Acceso 2016-11-02]; 90: e1-e18. Disponible en: http://148.215.2.10/articulo.oa?id=17043728032>
4. S.E.R.I.E. Portal de la Sociedad Española de Radiologia Intervencionista. Perfil del enfermero de Radiología Vascular Intervencionista. Oviedo (Asturias). [Acceso 201611-24]. Disponible en: http://serie.es/
5. Warr, Cook y Wall, 1979. Satisfacción laboral: escala general de satisfacción. Notas Técnicas de Prevención. Instituto de Seguridad e Higiene en el Trabajo. Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. [Acceso 2016-11-02]. Disponible en: http.//www.insht. es/InshtWeb/Contenidos/Documentacion/FichasTecnicas/.../ntp_394.pdf
6. Exposición al estrés: Riesgos ocupacionales en los hospitales (Instituto Nacional de la Seguridad y la Salud Ocupacional). DHHS (NIOSH) [Internet]. 2008, julio [Acceso 201612-10]. Disponible en: https://www.cdc.gov/spanish/niosh/docs/2008-136_sp.
7. Iriarte Cerdán L. Factores que influyen en la Satisfacción Laboral de Enfermería en el Complejo Hospitalario de Navarra. Trabajo Fin de Master. Universidad de Navarra. [Internet]. 2012 [Acceso 2017-01-15]. Disponible en: http://academica-e.unavarra. Es/bistream/handle/2454/6156/TFM. Pdf.
8. López Montesinos MJ. Consecuencias psicosociales del trabajo en personal de enfermería como indicadores subjetivos de rendimiento desde el enfoque de la gestión de los recursos humanos. Tesis Doctoral del Departamento de Enfermería de la Universidad de Murcia. [Internet]. 2009 [Acceso 2017-01-15]. Disponible en: https://www.tdx. cat/bitstream/handle/10803/10782/LopezMontesinos.
9. Lapeña Moñux Y, Cibanal Juan L, Pedraz Marcos A, Macía Soler ML. Las relaciones interpersonales de los enfermeros en asistencia hospitalaria y el uso de habilidades comunicativas. Texto contexto - enferm [Internet]. 2014, Sep [Acceso 2017-05- 02]; 23( 3 ): 555-562. Disponible en: http://dx.doi.org/10.1590/010407072014002010013
10. Següel Palma, F,Valenzuela Süazo S,Sanhueza Alvarado O. El trabajo del profesional de enfermería: revisión de la literatura. Cienc. enferm [Internet]. 2015, Ago [Acceso 2017 Mayo 03] ; 21( 2 ): 11-20. Disponible en: http://www.scielo.cl/scielo. php?script=sci_arttext&pid=S0717-95532015000200002.
11. García Pozo A, Moro Tejedor MN, Medina Torres M. Evaluación y dimensiones que definen el clima y la satisfacción laboral en el personal de enfermería. Rev Calid Asist [Internet]. 2010, Julio-Agosto [Acceso 2017-05- 26]; 25: 207-214. Disponible en: http://dx.doi.org/10.1016/j.cali.2010.02.003
12. Rodriguez Marín J. Calidad de vida laboral en profesionales de la salud. Rev Calid Asist [Internet]. 2010, Noviembre –Diciembre [Acceso 2017-05- 26]; 25: 318-20. Disponible en: http://dx.doi.org/10.1016/j.cali.2010.09.002
Caso clínico. Plan de cuidados en paciente psiquiátrico con contención mecánica
INTRODUCCIÓN[1]
La contención mecánica o física (CM) es una medida restrictiva que consiste en la inmovilización de un paciente en la cama o sillón a través de cinturones homologados de sujeción; existen distintas modalidades en función del número de puntos inmovilizados, las más empleadas son:
• Contención mínima de 3 puntos: cintura, extremidad superior (EES) y extremidad inferior (EEI) contralateral.
• Contención de 5 puntos: cintura, EESS y EEII.
Esta medida está indicada en los siguientes casos:
• Agitación o hiperactividad prolongada.
• Auto o heteroagresividad.
• Solicitado por paciente o familia, siempre que tenga una justificación médica o terapéutica.
• Riesgo de daños hacia el entorno.
• Evitar alteraciones en el programa terapéutico (mantenimiento de vías periféricas, sondas u otros sistemas de soporte vital).
• Excepcionalmente, como medida terapéutica, tras fracaso de otras medidas de manejo.
Las contraindicaciones son:
• Como castigo o amenaza.
• Por falta de medios materiales y/o humanos para un adecuado manejo de los pacientes.
• Si existe otra alternativa mejor para abordar la situación.
• Cuando no exista una justificación médica, y no haya orden facultativa.
A continuación se describe el caso de un paciente ingresado en una unidad de psiquiatría al que se le ha sometido a CM, como medida terapéutica; sin olvidar la continua vigilancia que supone esta situación.
Autoras
Leyre Jarauta Baigorri
Sara Marín Arriazu (Graduadas Universitarias en Enfermería. Hospital Reina Sofía. Tudela)
Dirección de contacto saramaar92@gmail.com
Resumen
Se expone un caso clínico de un varón con esquizofrenia paranoide ingresado en una unidad de agudos de psiquiatría, el cual ha precisado contención mecánica por heteroagresividad.
Para una correcta adherencia terapéutica es fundamental el trabajo con un equipo multidisciplinar.
En este caso nos centramos en la valoración del paciente tras una hora de contención, basándonos en las necesidades de Virginia Henderson. Estas necesidades nos han llevado a la obtención de diagnósticos de enfermería (DxE), complicaciones potenciales y problemas interdependientes, con sus respectivos resultados (NOC) e intervenciones (NIC).
Palabras clave: Esquizofrenia, contención mecánica, reagudización, adherencia terapéutica y plan de cuidados.
La CM requiere la actuación del equipo multidisciplinar para su ejecución. Formado por: médico, enfermera, auxiliar y celador(es).
En este caso destacaremos el tratamiento y cuidados que el paciente recibe a lo largo de esta medida restrictiva llevada a cabo durante su hospitalización; se realizará una valoración biopsicosocial a través de las necesidades de Virginia Henderson, de las que se obtendrán unos diagnósticos enfermeros bajo la taxonomía NANDA, otorgándoles a éstos sus respectivos NOC y NIC.
DESCRIPCIÓN DEL CASO
Varón de 35 años, diagnosticado de esquizofrenia paranoide y consumidor de cocaína y cannabis desde los 17 años, además de consumir 20 cigarrillos diariamente. Posee múltiples ingresos en la unidad de psiquiatría por presentar brotes agudos secundarios a abandono del tratamiento farmacológico, que se presentan como heteroagresividad y desconfianza hacia sus familiares más cercanos. En este caso posee pensamiento de envenenamiento por parte de su madre.
Tras dos semanas de ingreso, con un comportamiento óptimo pero manteniendo dichos pensamientos, le informan de su traslado a una Unidad de Media Estancia (UME), siendo entonces cuando el paciente se torna agresivo e intenta agredir al facultativo, el cual se encuentra solo en el despacho.
El paciente sale del despacho gritando y golpeando el mobiliario, se intenta contener verbalmente, sin surgir efecto; además se le ofrece medicación para rebajar la ansiedad, la cual es desestimada; por todo ello se decide la CM de 5 puntos. Además de ello, se le administra vía intramuscular (IM) clorazepatodipotásico 50 mg y haloperidol 5 mg.
Contención mecánica de una extremidad superior
VALORACION GENERAL REALIZADA TRAS UNA HORA DE CONTENCIÓN MECÁNICA
La recogida de datos se va a realizar a través de las necesidades de Virginia Henderson[2]:
1. Necesidad de oxigenación
A nivel respiratorio hay que tener en cuenta la frecuencia respiratoria (FR) y saturación, ya que al encontrarse en decúbito supino y bajo los efectos de los fármacos, éstos pueden verse alterados. Concretamente, presenta un FR de 16 rpm. y una saturación de 99 %. Además, presenta una T/A de 120/80 y frecuencia cardíaca de 105 lpm.
2. Necesidad de comer y beber
Se valora la posibilidad de retirada de la contención de la ESD, la cual se ve desestimada por su estado de agitación, requi-
riendo entonces la necesidad de alimentarse con ayuda del personal sanitario.
3. Necesidad de eliminar
La imposibilidad de poder levantarse para ir al WC, implica una dependencia para la eliminación urinaria y fecal; respecto a ésta última, la inmovilidad y los efectos secundarios del tratamiento favorece el riesgo de estreñimiento, aunque refiere defecar diariamente.
4. Necesidad de moverse y mantener una buena postura
La CM le propicia una dificultad para el movimiento (impidiendo levantarse, sentarse y caminar) y cambio de postura, pudiendo estar acentuado por la somnolencia producida por la medicación.
5. Necesidad de dormir y descansar
Por su propia patología esta necesidad
se ve alterada, precisándose medicación para conciliar el sueño. Pasada 1 hora de la CM el paciente todavía se encuentra somnoliento debido a la medicación administrada.
6. Necesidad de vestirse y desvestirse
Actualmente, como consecuencia de la contención mecánica la autonomía para realizar esta necesidad se encuentra anulada. Días previos a la contención el paciente daba importancia a su aspecto, mostrándose adecuado al clima y circunstancias.
7. Necesidad de mantener la temperatura corporal
Entre los parámetros que se valoran periódicamente en un paciente contenido se encuentra la temperatura; hasta este momento, la regulación térmica está siendo adecuada, adquiriendo un valor de 36.5 ºC.
8. Necesidad de estar limpio, aseado y proteger sus tegumentos
La contención mecánica elimina la posibilidad de poder realizar de forma independiente el aseo, tanto de piel como de mucosas. Además, la inmovilidad aumenta el riesgo de poder sufrir alteraciones en la piel.
9. Necesidad de evitar los peligros
La contención de 5 puntos lo vuelve vulnerable a amenazas externas, posibilitando la aparición de ansiedad.
10. Necesidad de comunicar
Al estar bajo los efectos de la medicación, la capacidad verbal se encuentra alterada (somnolencia y posibilidad elevada de padecer disartria), siendo difícil valorar por estos motivos la expresión no verbal.
11. Necesidad de actuar según sus creencias y valores
Actualmente no puede valorarse en su totalidad esta necesidad. Los profesionales sanitarios mostramos hacia él una actitud favorable para que nos otorgue su confianza.
PLANIFICACIÓN Y EJECUCIÓN DE LOS CUIDADOS[3]
(00102) Déficit de autocuidado: alimentación r/c obstáculos ambientales (contención mecánica) m/p deterioro de la habilidad para tomar por si solo una comida completa.
(1008) Estado nutricional: Ingestión alimentaria y de líquidos. Indicadores:
• Ingestión alimentaria oral
• Ingestión de líquidos orales
12. Necesidad de ocuparse para realizarse
En este momento no es viable su valoración.
13. Necesidad de recrearse
Necesidad limitada por su actual situación, difícil de valorar tras esta primera hora de contención.
14. Necesidad de aprender
Actualmente no puede valorarse esta necesidad, pero a posterior, esta situación quizás sirva para modificar comportamientos beneficiosos para su salud.
(1803) Ayuda con el autocuidado: alimentación. Actividades:
• Crear un ambiente agradable a la hora de la comida.
• Colocar al paciente en una posición cómoda facilitando una correcta masticación y deglución.
• Suministrar los alimentos a la temperatura más apetitosa.
• Proporcionar ayuda física.
(00015) Riesgo de estreñimiento r/c agentes farmacológicos, restricción de la actividad.
(0501) Eliminación intestinal. Indicadores:
• Patrón de eliminación.
• Estreñimiento.
(0430) Control intestinal. Actividades: •Anotar la fecha de la última defecación.
• Monitorizar las defecaciones.
• Tomar nota de problemas intestinales, rutina intestinal y uso de laxantes previos.
(1804) Ayuda con el autocuidado: defecación.
Actividades:
• Ayudar al paciente en la colocación del orinal a intervalos especificados.
• Disponer intimidad durante la eliminación.
• Facilitar la higiene tras defecar.
• Limpiar el utensilio de la eliminación.
Riesgo (00023) de retención urinaria r/c contención mecánica.
(0503) Eliminación urinaria. Indicadores:
• Patrón de eliminación.
• Cantidad de orina.
(00091) Deterioro de la movilidad en la cama r/c barrera ambiental m/p deterioro de la habilidad para cambiar de posición por sí mismo.
(0206) Movimiento articular.
Indicadores:
• Dedos
• Tobillos
• Hombros
• Cadera
• Rodillas
• Codos
(00198) Trastorno del patrón del sueño r/c enfermedad psiquiátrica e inmovilización m/p dificultad para conciliar el sueño y cambios en el patrón de sueño.
(0004) Sueño. Indicadores:
• Horas de sueño.
• Patrón de sueño.
• Calidad de sueño.
(0590) Manejo de la eliminación urinaria. Actividades:
• Monitorizar la eliminación urinaria.
• Observar si hay signos y síntomas de retención urinaria.
(1804) Ayuda con el autocuidado: micción
Actividades:
• Ayudar al paciente en la colocación del orinal a intervalos especificados.
• Disponer intimidad durante la eliminación.
• Facilitar la higiene tras miccionar.
• Limpiar el utensilio de la eliminación.
(0840) Cambio de posición.
Actividades:
• Colocar sobre un colchón/cama terapéuticos adecuados.
• Girar al paciente inmovilizado según el programa específico.
• Fomentar la realización de ejercicios activos o pasivos de rango de movimiento.
(0740) Cuidados del paciente encamado. Actividades:
• Explicar las razones de reposo en cama.
• Colocar al paciente con una alineación corporal adecuada.
• Mantener la ropa de cama limpia, seca y sin arrugas.
• Ayudar con las actividades de la vida diaria.
(1850) Mejorar el sueño. Actividades:
• Determinar el patrón de sueño / vigilia.
• Ajustar el ambiente para favorecer el sueño.
• Administrar la medicación que proceda.
(00005) Riesgo de desequilibrio de la temperatura corporal r/c inmovilidad y factores farmacológicos.
(0800) Termorregulación. Indicadores:
• Hipertermia
• Hipotermia
(00248) Riesgo de deterioro de la integridad tisular r/c factor mecánico.
(1101) Integridad tisular: piel y membranas mucosas. Indicadores:
• Hidratación
• Integridad de la piel
• Eritema
Riesgo de (0146) ansiedad r/c factores estresantes.
(1211) Nivel de ansiedad. Indicadores:
• Inquietud
• Irritabilidad
(00051) Deterioro de la comunicación verbal r/c régimen terapéutico m/p dificultad para mantener la comunicación.
COMPLICACIÓN POTENCIAL
Aspiración
0902) Comunicación. Indicadores:
• Reconoce los mensajes recibidos.
• Intercambia mensajes con los demás.
(1918) Prevención de la aspiración. Indicadores:
• Se incorpora para comer y beber.
• Seleccionar comidas según su capacidad deglutoria.
(3900) Regulación de la temperatura. Actividades:
• Comprobar la temperatura periódicamente.
(3590) Vigilancia de la piel. Actividades:
• Observar si hay enrojecimiento, calor extremo, edema o drenaje en la piel y las mucosas.
• Vigilar el color y la temperatura de la piel.
• Observar la presencia de pulsos distales.
• Observar si hay zonas de fricción o presión.
(5820) Disminución de la ansiedad. Actividades:
• Utilizar un enfoque sereno que dé seguridad.
• Proporcionar información objetiva sobre el tratamiento.
• Escuchar con atención
(5000) Elaboración de relaciones complejas. Actividades:
• Dar seguridad al paciente del interés en él como persona.
• Ajustar la distancia física entre el paciente y el profesional de enfermería.
• Estar atento a los mensajes no verbales.
• Animar al paciente a tomarse el tiempo necesario para expresarse.
(3200) Precauciones para evitar la aspiración. Actividades:
• Vigilar el nivel de consciencia, capacidad deglutoria, reflejo nauseoso y reflejo tusígeno.
• Mantener la cabecera de la cama elevada 30-45 minutos después de las comidas.
• Proporcionar la alimentación en pequeñas cantidades.
PROBLEMA INTERDEPENDIENTE
Esquizofrenia paranoide.
EVALUACIÓN DE LOS RESULTADOS
Tras sufragarse el estado de agitación y pasadas 24 horas desde el inicio de la contención, se mantiene una entrevista con el facultativo en donde el propio paciente verbaliza arrepentirse de lo ocurrido, comprendiendo la contención realizada. A partir de ese momento y por orden médica, se le va retirando la inmovilización progresivamente hasta quedar libre; como parte del tratamiento los facultativos deciden mantenerlo aislado. Pasada semana y media se le traslada a la UME, previamente solicitada, en donde seguirá con la medicación pautada para conseguir una estabilización de su patología psiquiátrica, además de intentar lograr una adecuada adherencia terapéutica.
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
El resultado de un estudio realizado en una unidad de agudos de psiquiatría de un hospital español reflejó que del total de pacientes ingresados en dicha unidad, 210, un 29% precisaron contención mecánica, estando con dicha medida terapéutica una media de 25 horas.
La edad media de pacientes contenidos fue de 43 años, sin observarse diferencias entre sexos; siendo la causa más frecuente la agitación y agresividad secundaria a una reagudización de su patología y una inadecuada adherencia al tratamiento[4]
(0916) Nivel de delirio. Indicadores:
• Delirio
• Agitación
• Trastorno del patrón sueño-vigilia
En España, la incidencia de esquizofrenia se estima en 0.8 casos por cada diez mil habitantes al año; existe una diferencia en cuanto a la prevalencia en función del sexo, siendo mayor en los hombres. La edad media de inicio de la enfermedad es de 24 años para los hombres y 27 para las mujeres[5].
Las situaciones de agresividad en estas unidades son un gran problema, ya que producen situaciones de riesgo tanto para el paciente que la origina, el resto de usuarios y los profesionales de la unidad.
La adherencia terapéutica es un pilar fundamental para evitar las reagudizaciones, para ello se precisa la participación y trabajo de un equipo multidisciplinar que abarca a los profesionales de enfermería, psiquiatría y trabajo social, entre otros. Además es de suma importancia el apoyo familiar y del entorno que rodea al paciente para poder lograr dicho objetivo. Las actividades que desempeña enfermería pueden estar encaminadas al trabajo individual, grupal o con los familiares de los pacientes, favoreciendo la involucración por parte de todos los implicados.
La realización de un plan de cuidados individualizados favorece una visión holística del individuo favoreciendo una mejor organización, gestión y seguimiento para cada caso.
(6450) Manejo de la ideas delirantes. Actividades:
• Dar oportunidad al paciente de comentar las ilusiones.
• Evitar discutir las creencias falsas; establecer dudas con naturalidad.
• Proporcionar un nivel adecuado de vigilancia/ supervisión para controlar al paciente.
• Mantener un ambiente seguro
• Ayudar al paciente a evitar o eliminar los factores. estresantes que precipiten las ideas delirantes.
• Administrar la medicación correspondiente.
Bibliografía
1. Protocolo de contención mecánica. [Internet]. Andalucía: Servicio Andaluz de Salud. Consejería de Salud; 2010 [citado 6 abr 2016]. Disponible en: http://www.juntadeandalucia. es/servicioandaluzdesalud/contenidos/publicaciones/datos/410/pdf/ ProtocoloCM_Nov_2010.pdf
2. Bellido Vallejo JC, Lendínez Cobo JF. Proceso enfermero desde el modelo de cuidados de Virginia Henderson y los lenguajes NNN. [Internet]. Ilustre Colegio Oficial de Enfermería de Jaén; 2010. Disponible en: http:// www.index-f.com/lascasas/documentos/lc0714.pdf
3. NANDA International. NNN Consult. [Internet]. Elsevier España. Disponible en: http://www.nnnconsult.com
4. Rivera Rodríguez A, Soto Quintas MDE. Estudio de contenciones en una unidad de agudos de Psiquiatría. Psiquiatria.com [Internet]. 2002[citado 6 abr 2016]; Vol 6 nº2. Disponible en: https://www.psiquiatria. com/revistas/index.php/psiquiatriacom/article/view/392/0
5. Guía práctica clínica para el tratamiento de la esquizofrenia en centros de salud mental. [Internet]. Murcia: Servicio Murciano de Salud. Subdirección de salud mental; 2009 [citado 6 abr 2016]. Disponible en : http:// www.guiasalud.es/GPC/GPC_443_ Esquizofrenia_Murcia.pdf