Revista hispanoamericananº35

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Fundación Hispanoamericana Santiago de Cali • No. 35 • Junio de 2012

ISSN 0121-0173

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Editorial

Carlos Fuentes

en palabras de sus amigos

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Luisa Margarita Henao Gutiérrez

Historias de cronopios y de famas

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“Art als Murs”

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Unas líneas sobre Devotion

Indalecio Corugedo

9 Gonçal Sobrer

Gaudí y el Renacimiento Catalán

Vitrales y Mosaicos

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María Eugenia Soldevila

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Homenaje a Mario de Ayala

Catalina Bravo de Roca

César Urrutia Sanjuán

Avui es festa, la mare fará crema catalana

La evolución del B-boying desde sus inicios

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Javier Casado Pulido

Marta Rodríguez

Cómo pasarlo bien con el arte

Ezcaray, la roca alta

William Vega, de Cali a Cannes con La Sirga

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Sandra Lozada

Paula Marcela Trujillo

Bullying o los infortunios de la virtud

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Mario Alejandro Desiderio

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Nuria Roca Cahué

Las artes de la existencia

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Ph. D. Perucho Mejía García

Los que inician

Los de hoy

Naturalismo-formalista Jaime Rosales

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Los de ayer Álbum del Recuerdo Teatro en el Centro Español, una quijotada

Actividades Culturales

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Edición No. 35 Junio de 2012 - ISSN 0121-0173 Editor: Fundación Hispanoamericana Santiago de Cali • Dirección: Comisión Cultural • Catalina Bravo de Roca, Directora Cultural, Loly de Sierra, Beatriz Monedero, Carmen Cela, Antonia Pérez, Nuria Roca, Victoria E. Patiño, Sandra Liliana Lozada, Coordinadora Cultural • Portada: Vitral El Quijote, Autor: Mario de Ayala • Diagramación, preprensa digital e impresión: Impresora Feriva S.A. • Correspondencia: Fundación Hispanoamericana Santiago de Siganos en Cali. Avenida 3CN No. 35N-55, A.A. 4108. Cali-Colombia. Tels.: 661 3399 – 661 3073 Ext. 106. @ fundahispano e-mail: comisioncultural@colegiohispano.edu.co • http://culturalhispano.blogspot.com Las opiniones expresadas en esta publicación son responsabilidad de quien las firma y no comprometen a la fundacion hispanoamericana santiago de cali Fundación Hispanoamericana Santiago de Cali.

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Editorial

Editorial

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Junio. Otro año escolar que termina, otro grupo de jóvenes que con nostalgia e ilusión dejan ésta, su casa durante trece años, su Colegio, el Colegio Hispanoamericano. Para ellos es una meta alcanzada; para sus padres, la alegría de haberlos llevado de la mano hasta allí; para sus profesores, la satisfacción del deber cumplido y para el Colegio, la promoción de bachilleres número 46, conformada por alumnos con recta formación, capaces, honestos y dispuestos a continuar por el camino del éxito. Con orgullo el Hispanoamericano entrega a la sociedad de Cali una promoción destacada, con los mejores resultados en toda su exitosa historia educativa de cincuenta y seis años de labores; una promoción que, como cada año, supera a la anterior en las pruebas del ICFES y corrobora por qué desde hace mucho estamos entre los primeros colegios del Valle y los mejores del país. Felicitaciones, muchachos, y que sigan el camino de la misma manera, con esfuerzo, constancia y honestidad. Estos logros son fruto de un trabajo que comienza desde los cuatro años, en el jardín infantil, donde los niños disfrutan hoy de las mejores instalaciones, con amplias zonas verdes, biblioteca, sala de cómputo, gimnasio, juegos infantiles y un selecto grupo docente que los inicia en su formación académica y humana. A través del juego, el deporte, la lectura, la música, las artes, se preparan para iniciar su educación y adquieren competencias en el idioma inglés,

tan necesarias hoy en cualquier actividad. Asimismo, los alumnos participan del aprendizaje de aspectos de la cultura española, centro vital de la Fundación Hispanoamericana Santiago de Cali, cuya difusión es precepto de los estatutos de la institución. Además de impartir anualmente educación a más de mil jóvenes, la Fundación ofrece a toda la ciudad la posibilidad de acceder a eventos artísticos y culturales de forma gratuita y edita la Revista Hispanoamericana, cuyo número 35 les presentamos hoy. Con artículos sobre diversos temas como teatro, literatura, cine, poesía y arquitectura acompañamos las imágenes de estas actividades. En este número rendimos también homenaje al destacado escritor mexicano Carlos Fuentes, fallecido este año, y recordamos con admiración y tristeza a un gran amigo de la Fundación Hispanoamericana Santiago de Cali y de los españoles en esta ciudad; un artista que con sus obras deja una huella imborrable, Mario de Ayala Moya, quien murió a finales del año pasado. Que el Dios para el que adornó tantos templos con sus hermosos vitrales, lo acoja en su seno, y nosotros sepamos recordarlo a través de la luz que da vida a esos trozos de vidrio de colores.

Catalina Bravo de Roca

Directora Cultural Fundación Hispanoamericana Santiago de Cali


Opinión Literatura

Carlos Fuentes

en palabras de sus amigos Por Luisa Margarita Henao Gutiérrez* El 15 de mayo murió uno de los más grandes escritores latinoamericanos. Un defensor a capa y espada del idioma español cuya obra trascendió las barreras idiomáticas para llegar a todos los rincones del planeta. Fuentes permanecerá vivo a través de sus novelas, cuentos, ensayos, guiones de cine y obras de teatro. Cada vez que un lector abra uno de sus libros, allí lo encontrará. Cuando me pidieron hacer una semblanza de su vida y obra pensé qué podría decir sobre él que no se haya dicho ya. Siempre he creído que una de las

mejores formas de conocer a alguien es a través de sus amigos, y para conocer a un escritor es interesante leer las impresiones de sus amigos escritores. Muchas personas optan por leer las opiniones de los críticos literarios; pero, con todo respeto, en algunos casos son fulanos que creen que conocen mejor la obra de un autor que él mismo. Carlos Fuentes contaba entre sus amigos a varios de los escritores más importantes de la segunda mitad del s. XX: Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Julio

* Directora de la Biblioteca de la Universidad de la Sabana. Junio de 2012.

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Carlos Fuentes con Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez http://www.clubcultura.com/clubliteratura/clubescritores/carlosfuentes/testimonio.htm

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Cortázar y Álvaro Mutis, entre otros. Amistades que perduraron por más de cincuenta años; juntos crecieron como personas al tiempo que en el difícil oficio de escribir. Amigos que se despojaron de egos y vanidades alimentados por la fama para expresar su admiración sincera. Gabriel García Márquez no necesita presentación. Todos hemos leído por gusto o por obligación algo de él. Son estas algunas de sus palabras sobre Carlos Fuentes, con quien entabló una amistad “antigua, cordial, y además muy divertida” desde que se conocieron en 1961: “…Sin embargo, no son estos relámpagos de vida lo que me interesa ahora evocar, sino que quiero celebrar la virtud que más admiro en Carlos Fuentes y que es tal vez la que menos se le conoce: su espíritu de cuerpo. No creo que haya un escritor más pendiente de los que vienen detrás de él, ni ninguno que sea tan generoso con ellos. Lo he visto librar batallas de guerra con los editores para que publiquen el libro de un joven que lleva años con su manuscrito inédito bajo el brazo, como lo tuvimos todos en nuestros primeros tiempos. Julio Cortázar, agobiado por la cantidad de originales inédi-

los únicos en el mundo, él quisiera celebrar todos los días la fiesta de que cada día seamos más y más jóvenes los escritores del mundo. Tengo la impresión de que él sueña con un planeta ideal habitado en su totalidad por escritores, y solo por ellos. A veces he tratado de aguarle el entusiasmo diciéndole que ese lugar ya existe: es el infierno. Pero no lo cree, ni siquiera en broma (como yo se lo digo, desde luego), porque su fe en el destino mesiánico de las letras no reconoce límites. Ni admite broma, por supuesto. Un escritor así, siendo tan buen escritor, es dos veces bueno”. Carlos Fuentes, dos veces bueno Gabriel García Márquez (Texto completo en http://www.clubcultura.com/clubliteratura/ clubescritores/carlosfuentes/pdfs/testim_fuentesxggm.pdf)

Carlos Fuentes con Julio Cortázar

tos que los jóvenes le mandaban, dijo poco antes de morir: ‘Es una lástima que quienes me mandan manuscritos para leer no puedan mandarme también el tiempo para leerlos’. Pues bien, a pesar de sus numerosos trabajos y de su intensa vida pública, Carlos Fuentes lee los que le mandan a él, y además tiene tiempo para alentar y ayudar a sus autores desamparados. Lo que pasa, en realidad, es que él parece entender muy bien la noción católica de la Comunión de los Santos: en cada uno de nuestros actos –por triviales que sean y por insignificantes— cada uno de nosotros es responsable por la humanidad entera. Ésa es la metafísica de la infinita curiosidad literaria de Carlos Fuentes. Al contrario de tantos escritores que desearían ser

Mario Vargas Llosa, ganador del premio Nobel de literatura en 2010, ha sido figura de primer plano tanto en el ámbito literario como político durante mucho tiempo. Estas son algunas de sus palabras de admiración por Carlos Fuentes: “Habla de modo que resulta contagioso. Cuando habla de lo que está describiendo, o de lo que acaba de leer, o de lo que hará mañana, parece que estuviera diciendo me saqué la lotería. Con perversidad le cuento que oí a alguien, no hace mucho, decir que atacar a Carlos Fuentes se había convertido en el deporte nacional mexicano. Él se ríe, feliz: como chiste es excelente, dice. Él no tiene tiempo para atacar a nadie, en todo caso: con escribir, leer y viajar ya tiene de sobra. Pero la verdad es que se da tiempo para hablar de la gente que aprecia o admira: Julio Cortázar, por ejemplo. Piensa que es, tal vez, el creador más alto de la lengua hoy en día, y


también un ejemplo a seguir como hombre comprometido con su vocación, entregado a ella en cuerpo y alma. Me habla también con fervor de Octavio Paz, de su pensamiento penetrante, desmitificador y universal, y de su poesía, cada vez más despojada y esencial. Luego, habla de las últimas películas y piezas de teatro que ha visto. No lleva cuarenta y ocho horas en Londres y ya sabe cuáles son los mejores films de la cartelera, las obras de teatro que es indispensable ver. ¿Cómo hace para estar en todo a la vez, para no ser tragado por la vorágine de la actualidad? Él se las arregla para leer todo lo que importa —libros, revistas y artículos de periódicos—, para ver todos los espectáculos de interés, viaja constantemente y mantiene una correspondencia amazónica, y nada de esto lo aparta de su trabajo de escritor, al que dedica cuatro o cinco horas diarias. ¿Cómo hace? Él, claro, se ríe: es un secreto profesional, dice”. Carlos Fuentes en Londres – Mario Vargas Llosa (Texto completo en http://www. clubcultura.com/clubliteratura/clubescritores/ carlosfuentes/pdfs/testim_vargasllosa.pdf)

Álvaro Mutis es reconocido por su saga de novelas sobre Maqroll el gaviero y quizá su sello principal es haber podido desprenderse del Realismo Mágico a pesar de estar inmerso en él por la época y por sus amistades. Estas son algunas de sus palabras con respecto a la concesión del Premio Príncipe de Asturias a Carlos Fuentes: “He seguido su obra con mucha admiración. Sigo pensando que La región más transparente, que hoy se ve tan lejos de la vasta obra de Carlos, sigue siendo un libro capital en la literatura mexicana e hispanoamericana. Después,

ha venido un trabajo de Carlos incesante y valioso que he seguido con interés no sólo por la amistad que nos une sino también porque le admiro mucho. Admiro esa incesante energía de invención que tiene para buscar cada vez un nuevo camino para decir todo lo que un escritor tiene que decir, que son dos o tres cosas pero que constituyen su razón de existir. No podría decir cuál es la obra que prefiero. Desde luego La muerte de Artemio Cruz, su novela sobre la Revolución Mexicana, la agonía de ese personaje vinculado a la revolución, es una obra maestra. Un aspecto de Carlos que me llama la atención, que me hace disfrutar especialmente, es su proceso como polemista. Carlos polemizando, enfrentado a alguien, es realmente extraordinario. Su prosa adquiere un nervio especial y se convierte en una especie de arma que da siempre en el blanco con una ferocidad que da mucho gusto”. Álvaro Mutis, a propósito de la concesión a Carlos Fuentes del Premio Príncipe de Asturias (Texto completo en http://www. clubcultura.com/clubliteratura/clubescritores/ carlosfuentes/pdfs/testim_mutissobrepremio. pdf)

Para finalizar, presento algunas palabras del escritor checo Milan Kundera, autor de La insoportable levedad del ser y La inmortalidad, entre otros. “Cuando era un joven escritor, en Praga, odiaba la palabra generación, que me repelía por su regusto gregario. La primera vez que tuve la sensación de estar unido a otros fue leyendo más tarde, en Francia, Terra

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Nostra, de Carlos Fuentes. ¿Cómo es posible que alguien de otro continente, alejado de mí por su itinerario y su cultura, esté poseído por la misma obsesión estética de hacer cohabitar distintos tiempos históricos en una novela, obsesión que hasta entonces había ingenuamente considerado sólo mía? Es imposible captar lo que es la terra nostra, terra nostra de México, sin asomarse al pozo del pasado. No como historiador para encontrar en él hechos sino para preguntarse: ¿cuál es para un hombre la esencia concentrada en la terra mexicana? Fuentes captó esa esencia bajo el aspecto de una novela sueño en la que varias épocas históricas se empalman telescópicamente en una especie de metahistoria poética y onírica; creo que es algo difícil de escribir y, en todo caso, jamás visto en literatura”. Milan Kundera sobre Fuentes (Texto completo en http://www.clubcultura.com/ clubliteratura/clubescritores/carlosfuentes/ pdfs/testim_kundera.pdf)

Solo me resta invitarlos a conocer la obra de Carlos Fuentes y a través de esta, conocer mejor a Latinoamérica antes de mirar hacia otras latitudes.

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Literatura

Historias de cronopios y de famas Por Marta Rodríguez*

Ahora pasa que las tortugas son grandes admiradoras de la velocidad, como es natural. Las Esperanzas lo saben, y no se preocupan. Las Famas lo saben, y se burlan. Los Cronopios lo saben, y cada vez que encuentran una tortuga, sacan la caja de tiza de colores y sobre la redonda pizarra de la tortuga dibujan una golondrina. Tortugas y Cronopios Historias de Cronopios y de Famas es un libro escrito por Julio Cortázar en el año 1962 y que en este año 2012 celebra su cincuenta aniversario. Por tal razón, queremos dedicarle un espacio en homenaje a este gran autor argentino que supo ver y narrar con una magistral escritura la biografía de una época llena de convulsiones

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y habitada por personajes que han marcado el curso de nuestra historia. En el libro se distinguen cuatro partes: “Manual de instrucciones”, “Ocupaciones raras”, “Material plástico” e “Historias de Cronopios y de Famas”. En todas estas historias se perciben rasgos surrealistas, ya que parten de una

situación real, reconocible, pero que en el transcurso de la narración se filtra por espacios impalpables, soñadores e imaginarios que llevan al lector a lugares inexplorados y asombrosos. En ellas se narran historias que nos hablan de las pequeñas cosas que nos gustan, de los sentimientos más ridículos pero que para él son lo más hermoso.

* Egresada del Colegio Hispanoamericano. Licenciada en dirección escénica y dramaturgia del Institut del Teatre de Barcelona.


verde, muy cómicos, muy divertidos y muy amigos, que andaban por ahí circulando. Inmediatamente supe que su nombre era ‘cronopios’”.

Cronopios, Famas y Esperanzas son los tres tipos de personajes que habitan en el libro. Estos tres personajes se distinguen por sus actitudes. Empecé a escribir sin saber cómo eran. Luego tomaron un aspecto relativamente humano. Para comenzar están los Cronopios, seres sencillos que se encuentran al margen de la sociedad, son lo no observado, los que se sorprenden y emocionan por los actos más pequeños e insignificantes, los que encuentran en una sonrisa, en una lágrima la importancia de la vida. Julio Cortázar utilizó por primera vez la palabra Cronopio en un artículo publicado en Buenos Aires Literaria en el año 1952:

“En 1952, yo estaba en París y fui a un concierto en Les Champs Elisées de homenaje a Igor Stravinsky. Me sentía muy conmovido viendo a Stravinsky dirigiendo la orquesta y a Jean Cocteau recitando una de las obras. En el entreacto, todo el mundo salió a tomar café. Yo no tuve ganas de salir y me quedé completamente solo en ese inmenso teatro y, de golpe, tuve la sensación de que había en el aire personajes indefinibles, una especie de globos que yo veía de color

Es así como empiezan a tomar forma estas criaturas ingenuas, poco convencionales y sensibles que entran en contraste con los otros personajes de la historia. En segundo lugar están las Famas, seres que representan el orden establecido, lo correcto, el camino a tomar, los que definen lo que está bien y lo que está mal. En esos personajes podemos ver las figuras de grandes gerentes de los bancos, presidentes de las repúblicas, la gente formal que defiende el orden. Finalmente están las Esperanzas, seres sin ambiciones que se dejan llevar por las decisiones de los Cronopios y las Famas; se encuentran en un nivel intermedio; no intervienen pero forman parte de todo cuanto ocurre. El libro no sigue un orden cronológico; simplemente se juntan y mezclan fragmentos de minihistorias en las que no existe un espacio definido, un lugar concreto. En algunos de ellos se puede intuir dónde está localizado, pero en definitiva todo depende de la mirada y de la imaginación de cada lector, ya que es precisamente sobre el lector en quien recae gran parte del imaginario de las narraciones, es él quien termina coloreando cada una de las historias. Lo que Julio Cortázar plantea con esta obra es un juego, un juego que consiste en manifestarse contra lo establecido, contra el pragmatismo y la alienación; es un rechazo contra lo prefabricado, la ideas congeladas por el uso y

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el abuso; es un llamamiento a la sensibilidad, a la inocencia, a la imaginación, a los sueños, a todo aquello que hemos dejado escapar porque hemos crecido. El juego se convierte, de esta manera, en la herramienta que utiliza el escritor para exorcizar los demonios y los conceptos calcinados por el paso de los años. Historias de Cronopios y de Famas es una forma de ver, de comprender y de vivir la vida. Tras de todas estas narraciones se esconde un escritor que sufrió las consecuencias de expresar lo que pensaba y de perseverar en su lucha por expresar esa realidad.

Julio Cortázar

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Nació en Bruselas el 26 de agosto de 1914, en el mismo momento en que el Káiser y sus tropas se lanzaban a conquistar Bélgica y que tomaron el día de su nacimien-

to. A finales de la Primera Guerra Mundial la familia emigra a Suiza y posteriormente a Barcelona, donde viven alrededor de un año y medio. Al cabo de cuatro años la familia se traslada a vivir a Argentina, en donde el escritor pasaría el resto de su infancia. Desde muy temprana edad Cortázar se agarró a las palabras de una manera intensa; escribía sonetos a sus compañeras de la escuela primaria, de las que se enamoraba fatalmente; de esos amores que solo podían acabar en la muerte. Se le recuerda también como un lector compulsivo. En una ocasión el médico le prohibió leer durante un tiempo, para que tomara el aire, pero finalmente, por consentimiento de su madre, Cortázar volvió a sus lecturas. A los nueve años escribió su primera novela. A lo largo de toda su vida ejercería varios y diversos trabajos.

Fue profesor de escuela durante seis años; enseñó en la universidad de Cuyo, en Mendoza, hasta que llegó el primer gobierno de Perón y se marchó voluntariamente de la universidad. En 1951 obtiene una beca del gobierno francés y se traslada a vivir a París, en donde trabaja durante una temporada como boxeador, hasta que consigue un puesto de traductor en la Unesco, lo que le permite conocer a fondo la obra de grandes escritores como Edgar Allan Poe y M. Yourcenar, entre otros. Julio Cortázar es el poeta de las cosas pequeñas, del viento que ondea al otro lado de la ventana, de un abrazo de despedida, de la ausencia, de lo más íntimo. A lo largo de toda su vida escribirá libros de relatos, cuentos que circulan entre la realidad y la fantasía y que lo confirman como el maestro indiscutido del cuento latinoamericano.


Arte

Cómo pasarlo bien con el arte Por Gonçal Sobrer*

Todos los humanos somos más o menos sensibles a la belleza; por ejemplo, nos extasiamos al ver una puesta de sol o bien observando una rosa o una panorámica desde un montículo. Lo miramos y lo sentimos, lo interpretamos; pero el artista ve más que los demás, y de lo que guarda en la memoria, con la ayuda de la inteligencia, produce imaginación y sumándole sensibi-

lidad, sentimientos y pasión surge la creación. ¿Cómo podemos los espectadores captar el mensaje y la propuesta del creador? En primer lugar, con ganas de recibirlo con un cierto interés de querer leerlo y de interpretarlo, y con curiosidad. Todo ello nos ayudará a pasarlo bien con el beneficio que nos puede dar la cultura, que es saber más de filosofía de la vida, dónde esta-

mos, quiénes somos, qué es lo que hacemos; ver el panorámico mapa de la historia narrada entre líneas y poder aceptar la vida con mucho más placer, poder sentir con calma y paciencia y vivir la experiencia de un campo extremadamente más amplio. El arte es la mentira que menos miente, alguien lo dijo; quizás es la mentira que es verdad, ya que es el lenguaje común de todas las

* Nació el 27 de mayo de 1932. Pintor formado en las aulas de Bellas Artes de la década de los sesenta. Ha ejercido de pastelero, actor, pintor y contrapintor, de director de un hotel, de cronista del Poblenou, de artista de acción y organizador de los primeros happenings en la ciudad de Barcelona; seguidor de utopías icarianas y narrador de cuentos. Artista clave del Pop-Art en Cataluña.

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diferentes culturas; por ejemplo, no hace falta ser alemán para disfrutar de la Quinta Sinfonía de Beethoven, no hace falta ser colombiano para apreciar algún cuadro de Fernando Botero. El arte no tiene fronteras. Que es una mentira nos lo dice muy bien René Magritte cuando pinta en un cuadro una pipa y debajo de la pipa escribe “esto no es una pipa”. Otro ejemplo: la tragedia clásica griega Medea, de Eurípides, en la cual la protagonista mata a sus dos hijos pero después salen los actores Medea madre e hijos a saludar vivos y coleando. Tenemos que considerar que el arte es un juego que produce milagros y el espectador debe dejarse sorprender por el artista. Por lo tanto, el espectador también tiene mucho que aportar pues sin espectador no hay arte puesto que el juego es de dos. El milagro del arte nace siempre de una herida que sufre el artista; es como la ostra que produce la perla a partir de una herida. Alguna cosa ha de fallar para que nazca una propuesta de expresión artística; como mínimo debe ser una persona hipersensible o que sufra un problema emocional que la separa del sentir normal de la sociedad, que le hace ver más allá y le crea la necesidad de comunicarse, o de hacerse amar, o quizás de vengarse, o incluso insultar, o hacer sentir su grito, como Edvard Munch. ¿Cómo sé qué es una obra de arte y qué no lo es? Pues sabiendo que todo arte es inútil, como dijo Oscar Wilde. La obra de arte nos debe emocionar, nos debe sorprender, generar misterio, y nosotros

espectadores hemos de acercarnos a ella sin inhibiciones. Toulouse Lautrec, el pintor aristócrata, le respondió a una espectadora, ciertamente conservadora, que criticaba enfáticamente la falta de moral delante de uno de sus cuadros que representaba, según la señora, a una prostituta desnudándose delante de un hombre vestido completamente con frac y sombrero de copa: “¡Madame! En primer lugar, la mujer no es una prostituta desnudándose sino una esposa vistiéndose y el hombre que

Tenemos que considerar que el arte es un juego que produce milagros y el espectador debe dejarse sorprender por el artista.


la contempla es su marido, los dos preparándose para ir la ópera”. Y remató: “¡Madame! El arte es como la mierda: o la sientes o no la sientes”. El arte es libertad. Sin libertad absoluta no hay creación artística. De nuevo Oscar Wilde dice: “Tanto el vicio como la virtud son materiales para el arte”. Por lo tanto, el arte es un misterio que no puede explicarse sino sentir, intuir su parte imponderable,

el misterio, aunque también tiene su parte ponderable, así que pasaremos a analizar estas dos partes. La parte ponderable: El elemento ponderable es la inteligencia, lo que puede ser estudiado, como la geometría, la perspectiva, la anatomía, las técnicas científicas, los conocimientos culturales, la simetría, la proporción, en una palabra, todo lo que se refiere a la construcción, al esqueleto de la obra.

Gaudí decía que la arquitectura más perfecta era el esqueleto humano. La parte imponderable: Lo imponderable es la inteligencia unida a la memoria que resulta en imaginación, creación, idea, invención. Imaginación sin memoria es igual a intuición, sentido primitivo, como el arte “naïf” o los pintores viscerales. Imaginación sin inteligencia es fantasía como el arte de los travestis, los disfraces de carnaval o el arte llamado actualmente “kitch”, y también Ocaña, el pintor de la “Plaça Real” de Barcelona. Lo imponderable es vivacidad, gracia, ritmo, entonación, ideas, configuración, significado, equilibrio, fuerza, expresión, forma sensible, magia, sentido de la abstracción observado en la imaginación. Una vez hayamos tomado nota de todo esto, podemos pasar a hablar de que en arte hay cuatro modalidades: 1. Arte decorativo: Pintura plana usualmente y mucha geometría. Ejemplo: los azulejos del arte musulmán, el arte Decó. 2. Arte imitativo: Es el retrato, los paisajes, los bodegones y todo aquello que el artista copia de un modelo real. Ejemplo: los académicos, los hiperrealistas como Antonio López. En la historia: David, Ingres, Canaletto. 3. Arte informativo: Es el arte ilustrativo o narrativo. Es el más literario y descriptivo. Necesita de la anécdota histórica o bien de algún suceso que dejar relatado. Ejemplo: William Hogarth en su Matrimonio a la moda

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o La carrera de un libertino. Hieronimus Bosch en su famoso El jardín de las delicias, William Blake con sus poesías visuales o Joan Brossa con Objects trouvées. 4. Arte pictográfico: Es la creatividad total y desnuda, es el arte del máximo riesgo, es la invención, construye sus propias reglas, es el genio sin ninguna fantasía ni capricho, son los creadores de su propio mundo, nos dan a conocer un mundo que no existía. Ejemplos: los abstractos, los simbolistas, los “fauves”, dadá, el futurismo, el informalismo, el nihilismo, el cibernético y sobre todo el arte conceptual: instalaciones, happenings, performances… Kirchner, Grosz, Tàpies, Miró… De todas maneras esto no es una regla matemática, ya que de hecho todas las artes tienen, pueden y deben tener, un poco de cada una de estas modalidades.

Y como final de este análisis recordaremos que en la historia del arte se suceden y se van repitiendo tres tendencias: la primitiva o arcaica, la clásica y la decadente o romántica. 1. Los arcaicos están en ascenso y miran el futuro, son luchadores, jóvenes, viriles y usan símbolos, geometrías y arabescos. 2. Los clásicos viven un ambiente de triunfo, viven el presente, son equilibrados, tienen sentido de reposo y son muy realistas. 3. Los decadentes viven del pasado, son sensuales, fatigados, afeminados, apasionados y exagerados. Ahora, unas reflexiones de LinYutang: Realidad menos sueños igual a animal. Realidad más sueños igual a idealismo. Realidad más humor igual a realismo.

Sueños sin humor igual a fanatismo. Sueños más humor igual a fantasía. Realidad, más sueños y más humor igual a sabiduría. He dejado para el final ponderar al artista ejemplar, el que posee todo lo ponderable y lo imponderable, lo imitativo, lo decorativo, lo narrativo y lo pictográfico. Este artista ejemplar es Domenico Theotocopoulos. Me he permitido hacer un mínimo resumen de lo aprendido en mis estudios y en diferentes lecturas de varios teóricos, entre ellos Lin Yutang, Cirici Pellicer y de mi profesor Labarta, esperando que todas aquellas personas que a veces proclaman “es que yo no entiendo de arte”, puedan tener, pues, una idea de que el arte no se entiende: sencillamente se siente. Hay que dejarse engañar por la mentira del arte que es la única que, paradójicamente, no miente.


Arte

GAUDÍ y el Renacimiento Catalán Por María Eugenia Soldevila*

El Parque Güell No es extraño que cuando se produce un desarrollo industrial repentino una ciudad se torne caótica y se pierdan o dejen rezagadas las tradiciones culturales y religiosas, ya que el mundo industrial tiende a fomentar en las personas el gusto por lo nuevo y lo material. Este fue el caso de la Barcelona de 1860. A partir de esa década Barcelona experimentó un gran crecimiento de la industria textil y se transformó en una de las ciudades

* Licenciada y Maestra en Artes Liberales. Universidad de Georgetown, Washington, D.C.

más industrializadas y modernas de Europa. Debido a este auge industrial la ciudad creció de modo casi incontrolable y se expandió en lo que se llamó El Eixample (El Ensanche), en donde se instalaron casi siete mil fábricas y tiendas. La densidad demográfica era inusual y la ciudad se transformó en un lugar ruidoso y complicado para vivir. Pero hacia el año 1900 la industria textil había declinado y muchos industriales decidieron

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incursionar en otras áreas económicas. Este fue el caso de Eusebio Güell, quien compró una cementera y se dedicó a la construcción. El Parque Güell fue uno de sus proyectos inmobiliarios. Estaba diseñado para ser una comunidad cerrada que apartara a los habitantes del caos y del ruido de la ciudad. La idea del “Renacimiento Catalán” surge en este período con base en un grupo de profesionales catalanes que formaron el Círculo de San Lucas. Este grupo consideraba que como consecuencia del rápido y descontrolado crecimiento de la ciudad el ser humano había perdido contacto con la religión, la naturaleza, el pasado histórico y las tradiciones catalanas. La consecuencia era un materialismo opresivo. Eusebio Güell y el arquitecto catalán Antoni Gaudí formaban parte del Círculo de San Lucas. Juntos se propusieron utilizar los nuevos descubrimientos tecnológicos y ponerlos al servicio del rescate de los valores perdidos. La expresión “Renacimiento Catalán” remite, entonces, al resurgir en Cataluña de las artes clásicas griegas, de las tradiciones catalanas y de la espiritualidad o religiosidad perdida debido a la industrialización. Güell y Gaudí trabajaron para plasmar este pensamiento en sus obras. El Parque Güell es, sin duda alguna, uno de los mejores ejemplos de esta ideología. Los tres elementos básicos del Renacimiento Catalán –la religión, la antigüedad clásica y la tradición catalana– se evidencian en el parque a medida que el visitante lo recorre. El programa de la en-

trada hace referencia al templo de Apolo en Delfos, en donde existían tres fuentes: Castalia, Casótide y Delfusa. La leyenda cuenta que Apolo mató a Pitón, lo enterró en el subsuelo y lo hizo el guardián de las aguas subterráneas. En el Parque Güell apenas el visitante entra se topa con las tres fuentes. La primera alude a la naturaleza; la segunda tiene un escudo con las cuatro barras catalanas, como referencia a la bandera o senyera y a la historia y tradición de Cataluña; la tercera representa a Pitón, el guardián de las aguas subterráneas, que larga el agua acumulada en la cisterna; y a Sant Jordi, el santo patrón de Cataluña que –dice la leyenda– mató al dra-

gón. Con estas tres fuentes Gaudí nos indica que estamos entrando en la Delfos catalana. Al avanzar el visitante se encuentra con la sala hipóstila, de columnas dóricas y techo decorado con medallones creados por el artista catalán Josep Jujol, quien incorporó todo tipo de materiales de la provincia en estas magníficas creaciones. En la parte superior del parque se encuentra lo que Gaudí llamó el Teatro Griego, sitio destinado a representar obras tradicionales catalanas y bailar la sardana, una danza regional que había caído en el olvido. Los símbolos religiosos se encuentran a lo largo de todo el


Los tres elementos básicos del Renacimiento Catalán –la religión, la antigüedad clásica y la tradición catalana– se evidencian en el parque a medida que el visitante lo recorre.

parque. En el asiento serpentina cubierto de trozos de cerámica y mayólica rotos (trencadis 1) hay referencias marianas en los bordes del banco, y a las tres virtudes teologales: Fe, Esperanza y Caridad, simbolizadas por sus respectivos colores: amarillo, verde y azul. El camino ascendente del parque recuerda el recorrido de la montaña de Nuestra Señora de Montserrat, Santa Patrona de Cataluña, y rememora los peregrinajes que se realizaban durante el medioevo, época de profunda devoción religiosa. Pero el testimonio religioso por excelencia del Parque Güell es el calvario, ubicado en la cima del monte, en donde se hallan tres cruces y desde donde se ve una majestuosa panorámica de Barcelona, como para indicar al visitante que se ha alejado del mundo material. Es importante destacar que, además de la simbología y como reafirmación del catalanismo, Gaudí utilizó en todo, materiales autóctonos: las piedras que forman los viaductos son de la montaña misma, el decorado de trencadis está realizado con cerámica, mayólica, vidrio y otros materiales regionales recolectados de fábricas y depósitos. En el propósito de utilizar lo último en tecnología, el parque es un ejemplo de modernidad ya que cuenta con sistemas de desagüe que aún hoy son innovadores. Esto muestra la capacidad de Gaudí de jugar con la idea de los materiales reciclables y concebir una arquitectura sostenible ya a principios del siglo XX.

1 La palabra “trencadis” viene del verbo catalán “trencar”, que significa “romper”. Se refiere a pequeños trozos de diversos materiales aplicados como decoración sobre superficies con formas orgánicas.

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Si bien el parque fracasó como conjunto residencial, como espacio público recreacional fue un éxito desde el primer día en que abrió sus puertas. A medida que el visitante recorre el parque el programa simbólico se va haciendo más evidente. Al final del recorrido se tiene la sensación de haber comprendido el

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significado de ese Renacimiento Catalán que buscaba por todos los medios recuperar los estilos antiguos, la espiritualidad y las tradiciones de un pueblo que hoy disfruta de este maravilloso espacio, de una cultura moderna que reconoce sus tradiciones y que todavía baila las sardanas con orgullo.

El testimonio religioso por excelencia del Parque Güell es el calvario, ubicado en la cima del monte, en donde se hallan tres cruces y desde donde se ve una majestuosa panorámica de Barcelona.


Arte

Vitrales y Mosaicos El hermoso legado de Mario de Ayala Catalina Bravo de Roca*

José Ángel

yala y Mario de A

Cuando en 1951 don Pascual de Ayala, gran artista, hombre culto, cantante y hasta poeta, y su hijo Mario, llegaron a Santiago de Cali a ponerse al frente de la instalación de los vitrales que habían elaborado para la iglesia de San Judas Tadeo, probablemente no

* Directora Cultural Fundación Hispanoamericana Santiago de Cali

pensaron que su obra sería tan importante en la historia de nuestra arquitectura religiosa. Excelente retratista, don Pascual de Ayala heredó de su padre, quien fue el primer restaurador del Museo del Prado de Madrid, la capacidad artística y la pasión por la pintura. Creó con Mario la primera casa de vitrales de tipo clásico tradicional en Santiago de Cali, y fue tanta la acogida que tuvo su trabajo que decidieron radicarse en Colombia.

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Así como Cali, ciudades como Manizales, Barranquilla, Bogotá, Quito, Panamá y varias más llenaron de luz sus más importantes templos y convirtieron sus espacios en elementos sublimes que, además de ser preciosas obras de arte, producen sensaciones de elevación, de momentos irreales y simbólicos; esa luz, considerada por los filósofos medievales como identificada con la divinidad, llenó de colores las iglesias y permitió recuperar la maestría del vitral con técnicas utilizadas desde el siglo XII.

Mario había nacido en Madrid un 5 de abril y hubiera cumplido este año los ochenta, pero aún viéndose fuerte y recio como un roble, entró a una cirugía que finalmente se lo llevó de nuestro lado. Amigo de todos los españoles, Mario de Ayala ejerció por muchos años la labor de Cónsul Honorario de España en nuestra ciudad y se empeñó siempre en mantener unida a la colonia. A los dieciocho años había partido de San Sebastián, la ciudad donde había vivido desde los siete, hacia Cali, para ayudar a su padre en el montaje de los

vitrales encargados, sin prever que al año siguiente de su llegada tendría que asumir toda la responsabilidad de la empresa por la repentina muerte de don Pascual. Su gran capacidad de trabajo y su habilidad para el dibujo le permitieron no sólo continuar la gran obra iniciada por su padre, sino destacarse en este campo y dejar para siempre tesoros que, como los de la Catedral de Manizales, la Catedral de Quito, la Iglesia de San Fernando Rey, y muchos templos más, han sido admirados por su estilo y su belleza. Con su hermano José Ángel fundó en 1968 una empresa de fabricación de porcelana eléctrica, para la que José Ángel diseñó un horno continuo automático, empresa que tuvieron hasta 1982. Realizó bellísimos mosaicos venecianos como los que podemos ver en la iglesia de San Judas y en los púlpitos del Templo Votivo del Sagrado Corazón. Se casó en Cali un


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19 de marzo con Clara Inés Bonilla, quien le acompañó hasta el final de sus días y quien hoy conserva también algunas de sus obras en vitral, hechas para la casa de Pance donde vivieron hasta su fallecimiento en noviembre del año pasado. Condecorado con la Orden de las Ciudades Confederadas del Valle del Cauca y la Medalla Sebastián de Belalcázar, además de la Gran Cruz de Isabel la Católica, otorgada por el gobierno de España, Mario ejerció hasta el 2009 el consulado y se retiró para seguir laborando en lo suyo. Con su espíritu colaborador trabajó por la construcción del acueducto de la zona de Pance y fue participante activo de la Fundación Hispanoamericana Santiago de Cali, la Sociedad Española de Beneficencia y el Centro Español. Gracias

Amigo de todos los españoles, Mario De Ayala ejerció por muchos años la labor de Cónsul Honorario de España en nuestra ciudad

a la deliciosa paella española que preparaba para sus amigos y para eventos especiales, de beneficencia casi siempre, logró fama además, de buen cocinero. A Manizales regresó el año pasado invitado por monseñor Gonzalo Restrepo para estudiar la forma de con-

servar el hermoso patrimonio de la Catedral, pero sólo pudo dejar iniciado el proyecto. En la calle de La Escopeta quedaron su taller, sus dibujos, sus bocetos en carboncillo a tamaño natural y los diseños en acuarela que daban vida y color a esos bocetos, que luego se convertirían en pequeños trozos de vidrio unidos entre sí, a través de los cuales la luz natural se convierte en algo sublime, mágico; esa luz que nos seguirá iluminando desde lo alto de los templos para recordarnos su precioso legado a nuestro país, sus vitrales y mosaicos. La Fundación Hispanoamericana dedica este sencillo homenaje a Clarita, su esposa, y a sus hermanos, especialmente a nuestro amigo de tantos años José Ángel de Ayala Moya, a quien agradecemos las notas biográficas de este artículo.


Arte

“Art als Murs” Espacios de ocio alternativo, gratuito, estimulante y con contenido social y educativo Grupo L’Hurbart

L’Hurbart es un proyecto de calle, de arte y de acción social, elementos que confluyen en la realización de talleres de graffiti con jóvenes, la creación de murales comunitarios y de espacios de diálogo intergeneracional e intercultural y en el que trabajamos artistas, educadoras y otras profesionales del ámbito social bajo un mismo principio: el arte como una herramienta de transformación social, la calle como el espacio donde generar nuevas dinámicas y articular acciones comunitarias. A través del graffiti y el arte urbano buscamos fomentar la participación activa de los jóvenes en el espacio público, donde pasan la mayor parte de su tiempo libre. Incidir en ellos para que no sean simples usuarios de los parques y las plazas, para que se conviertan

en agentes transformadores de la realidad social, motores de cambio dentro de su propia comunidad. Así mismo, reivindicamos ante la administración y la opinión pública las formas de expresión juvenil presentes en la calle, que a falta de espacios de ocio alternativo y accesible que promuevan la creación artística de los jóvenes, se ven criminalizadas por las ordenanzas de civismo y perseguidas por la autoridad. En esta línea, desarrollamos nuestro proyecto “Art als Murs” en diferentes barrios de L’Hospitalet y Barcelona. La última experiencia comenzó el pasado mes de julio, cuando realizamos el taller “Art als Murs del Gornal”, un taller de verano en un barrio de la ciudad de L’Hospitalet de Llob , que durante los años setenta se caracterizaba

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L’Hurbart es un proyecto de calle, de arte y de acción social, elementos que confluyen en la realización de talleres de graffiti con jóvenes 22

por ser una ciudad dormitorio donde se construyeron viviendas en bloque para acoger parte de la inmigración de otras regiones de España que llegaban a Cataluña. A través de la lucha vecinal se consiguieron equipamientos e infraestructura en muchos de los barrios de la ciudad, pero en este barrio en particular la lucha continúa, ya que carecen de recursos e instalaciones suficientes para desarrollar actividades de ocio y culturales para la población, entre otras necesidades. El taller en cuestión lo planificamos en colaboración con las educadoras de servicios sociales, el y la mediadora comunitaria y las técnicas de los recursos de inserción socio-laboral del barrio orientados a jóvenes. Se pusieron en común las necesidades detectadas por las educadoras y las técnicas y se recogieron las inquietudes de los jóvenes: espacios de ocio alternativo, gratuito, estimulante y con contenido social y educativo. Durante un mes, trabajamos con nueve jóvenes del barrio, un artista urbano compartió con ellos técnicas relacionadas con el graffiti, prepararon bocetos y dejaron plasmadas sus piezas en un muro cedido por el ayuntamiento; a su vez, los agentes sociales involucrados en el proyecto y la integradora social de L’Hurbart los acompañamos en procesos de reflexión con los vecinos en torno a la utilización del espacio público y las necesidades del barrio. En primer lugar, conseguimos abrir un espacio de diálogo entre adultos y jóvenes que sirvió para acercar posturas y generó propuestas por parte de algunos vecinos, como ceder las persianas de sus locales para pintar un graffiti, o trabajar con la

vocalía de mujeres de la asociación de vecinos y hacer un mural. En segundo lugar, en lo referente a las carencias del barrio, coincidieron adultos y jóvenes en la necesidad de abrir espacios culturales y de ocio y que el ayuntamiento destine más inversión en la mejora de las infraestructuras (soterramiento de las vías del tren, limpieza de los descampados, parques y zonas verdes, etc.). Otra de las características significativas del barrio es que actualmente carece de un instituto de enseñanza pública y los jóvenes han de desplazarse al barrio contiguo para asistir a las clases. A raíz del taller de verano surgió la posibilidad de realizar un proyecto de Aprendizaje Servicio con los alumnos del instituto más cercano. “Art als Murs del Parvulari” fue un proyecto en el que ocho alumnos del Aula Abierta del Instituto Joan Miró recibieron una formación específica en técnicas de arte mural y graffiti para posteriormente realizar un mural en el patio de la única escuela infantil de Gornal. Los jóvenes participaron del taller de graffiti en el cual un artista urbano (ex-alumno del propio instituto) compartió sus conocimientos teóricos y prácticos sobre las técnicas y los conceptos más importantes del arte mural. En una segunda fase, los jóvenes desarrollaron una actividad junto a los niños de entre 3 y 5 años (beneficiarios directos de la acción), y recogieron sus reflexiones acerca del barrio mediante unos dibujos que realizaron conjuntamente en el aula y que después sirvieron de inspiración para desarrollar el boceto y ejecutar el mural.


Participaron también las alumnas de un curso de Formación Profesional de Pintura, que rehabilitaron la pared y la dejaron a punto para la ejecución del mural. En este caso, para la planificación y ejecución del proyecto contamos con la colaboración de la Fundación Jaume Bofill, la participación de algunas de las

técnicas con las que trabajamos en el taller de verano, y el artista urbano Kenor. Al finalizar el taller, al acto de inauguración del mural asistieron los máximos representantes del ayuntamiento y de la comunidad para reconocer el trabajo realizado por los jóvenes y hacerles entrega de un diploma y un vídeo que recoge la experiencia. Actualmente seguimos vinculadas a los barrios y a la ciudad de L’Hospitalet de Llobregat, que nos acogió hace ya una década cuando llegamos Griselda, de Buenos Aires y yo misma, de Santa Rosa de Cabal (Risaralda), y donde hace un par de años trabajamos con L’Hurbart en proyectos de dinamización del espacio público por diferentes ciudades, en los que incorporamos, además de los talleres “Art als Murs”, exhibicio-

nes y jams de graffiti, breakdance, rap, teatro de calle y danza, con la colaboración de otros artistas y profesionales vinculados a la asociación. En el último viaje de Griselda a Buenos Aires las pasadas navidades, se pudo gestionar la realización de un mural comunitario en un barrio de esta ciudad. Esperamos contar con los medios necesarios para viajar, pintar y compartir nuestras experiencias en el ámbito social y educativo con los/as profesionales que trabajan allí. Más adelante nos gustaría llevar nuestra propuesta por diferentes ciudades y conocer el trabajo mural comunitario que se viene desarrollando en Latinoamérica.

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Teatro y Danza

Unas líneas sobre

Devotion Por Indalecio Corugedo*

El 21 de julio de 2010 representó para mí un antes y un después en mi apreciación del mundo del toro. Llegué a Valencia muy temprano. Había quedado a las puertas de la Plaza de Toros, en el centro de la ciudad, con el maestro José Luis Bote, director de la Escuela de Tauromaquia de Madrid. Estaba muy interesado por mi proyecto Devotion, que había conocido un mes antes, y me había invitado a pasar el día con él y algunos alumnos de

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la Escuela, entre los que estaba Alberto, un alumno aventajado muy joven, de dieciocho años, que se presentaba por vez primera en una plaza de las llamadas de primera. Aquel día vi vestirse a un torero un traje azul y oro. Quería hacerlo para observar desde un primer plano la ceremonia que yo quería reflejar en mi libreto teatral Devotion y tomar notas sobre cuarenta y cinco minutos de liturgia sobre la vida y la muerte.

* Director de Enebro Teatro, Compañía de Madrid, fundada en 2002

La idea del libreto surgió ya hace un tiempo en un festival de Edimburgo, al que acudo casi todos los años. Estábamos en un viejo pub de la ciudad. Hablábamos de España bebiendo calmadamente unas Guiness, y hablábamos también de toros. Ya se sabe que en el mundo anglosajón hablar de España es hablar de toros, del flamenco y, con un poco de suerte, de las pinturas de Velázquez. Había allí partidarios y detractores de la Fiesta, como en todas partes, y después de correr algunas pints me sugirieron que podía ser muy interesante para un futuro festival acudir con mi compañía a representar algo sobre España y su fiesta. Algo que en un principio me pareció absurdo, pues yo nunca había sido aficionado a los toros, empezó ya a darme vueltas en la cabeza, pues sí era verdad que acudir a Edimburgo con un espectáculo sobre España me parecía algo muy sugerente. Después de la corrida de Valencia comencé a escribir el libreto. Decidí reflejar de algún modo los momentos previos a una liturgia taurina vivida por dos novilleros reales, Alberto y Yelco, su mozo de espadas, que me ayudaron durante la gestación del libro. No quería


Arte hablar de la Fiesta de los Toros, tema ya muy tratado por notables novelistas; quería solo hacer una radiografía de dos personas y de su relación de amistad como compañeros de la escuela taurina. Quería hablar del miedo, de la soledad del torero cuando vive los momentos previos al enfrentamiento al toro y al público. Por las razones apuntadas anteriormente Devotion, así, con su título británico, tenía que presentarse en un festival de Edimburgo. Sería en agosto de 2011. Había terminado de escribir el libreto, algo que me costó más que nunca, pues ponerme en la piel de dos toreros era algo realmente novedoso para mí. Tenía dos actores que habían comprendido perfectamente su personaje, Rubén y Diego que, como unos buenos profesionales, habían acudido a las clases de toreo que el propio José Luis Bote generosamente les había ofrecido en la Escuela. Apareció un día Fernando Alonso, la persona que buscaba para añadir sus insustituibles notas de guitarra española al texto, y sobre todo tenía una enorme ilusión por presentarme como autor y director en un festival que tantas veces había vivido como espectador. Las críticas de Devotion en el Festival de Edimburgo fueron muy variadas, según el grado de comprensión del crítico hacia un espectáculo muy diferente a los más de dos mil que se ofrecían durante el mes de agosto. Pero lo más incentivador fue el público. No solo por los llenos de cada función sino por los comentarios tan interesantes que recibíamos al final de cada una de ellas y por las críticas recogidas semanalmente por el boletín de la Fringe Society, en donde obtuvimos la máxima puntuación de cinco estrellas. Uno de los entusiastas espectadores era Álvaro Arcos. Se acercó

a mí al final de una función, nos felicitó y nos invitó a Cali Teatro en Colombia. Soy persona que se fía de las primeras impresiones y vi en Álvaro a una auténtica persona de teatro, a las que siempre admiro. Pero tengo que confesar que no comencé a hacerme una idea sobre la invitación hasta que recibí un correo suyo invitándonos oficialmente. Creo que ni los actores ni yo dudamos mucho en aceptar la invitación. Ellos no conocían el país y yo había estado como turista en Bogotá y Cartagena y quería repetir. Quería sobre todo hacerlo ahora como autor de un trabajo muy íntimo que deseaba presentar en un contexto social que desde el primer momento me había atraído enormemente. Y así aparecimos en Cali un 28 de enero, cuando en España el frío hiela hasta los huesos. Tengo que decir que mi experiencia colombiana perdurará el resto de mi vida. Colombia es un país que comprendo y que siento. No se trata aquí de hacer un alarde de cortesía en un artículo que escribo para una institución colombiana. Se trata de una confesión muy íntima y personal. Las funciones de Devotion en Cali fueron espléndidas, por la asistencia y participación del público, sobre todo en la Fundación Hispanoamericana y en el propio Cali Teatro, con llenos totales, pero yo destacaría la hospitalidad que recibimos diariamente por parte de Álvaro y Juliana, nuestros anfitriones de Cali Teatro y concretamente la tarde y noche en la Fundación Hispanoamericana, en donde estos nuevos anfitriones consiguieron conjugar de una forma delicada y elegante una oferta de sensaciones propias del país que visitábamos junto con la sensación de estar en casa. Y un buen día agarramos una buseta camino de Sevilla, Valle.

Curioso el nombre y muy curioso el lugar. ¡Qué experiencia aquella! Éramos los cómicos españoles que desembarcaban en un cierto lugar de una interesante tradición cultural y que a las siete y media de la tarde representarían algo sobre el mundo taurino, tan familiarizado con la Sevilla española. Lleno en el cine del lugar, convertido en un teatro por un solo día por David Ocampo, nuestro querido y admirado técnico de iluminación. Al final de la función un interesante coloquio y, como despedida, cena con unas espléndidas arepas preparadas por las nuevas anfitrionas. Dos momentos inolvidables: tarde apacible en un paseo entre cafetales, riquísimo jugo de mandarinas hecho en el momento y mucho calor humano entre nosotros. Cos, la nueva actriz del espectáculo, incorporada en este viaje, levantaba sus brazos al viento en un intento de apoderarse del entorno. Era ya la madrugada en nuestro regreso a Cali. La buseta sorteaba las numerosas grietas de la carretera abiertas por las lluvias. El Valle dormía ya y nosotros regresábamos en silencio, muy felices por la experiencia. El próximo día 26 Alberto, el joven torero de nuestra ficción, toma la alternativa en la Maestranza, la plaza de toros de la Sevilla española. Le deseamos mucha suerte, igual que él nos la deseó a nosotros.

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Teatro y Danza

La evolución del B-boying desde sus inicios Por Javier Casado Pulido* Todo surgió en Nueva York a finales de los sesenta, cuyos barrios estaban poblados por la multiculturalidad que siempre ha caracterizado a esta ciudad. En las calles se ofrecían un sinfín de expresiones artísticas: música, danza, pintura, etc. También era tiempo de bandas y conflictos, siempre presentes en los suburbios. Los inicios del B-boying son semejantes al de muchas expresiones artísticas: la mezcla de diferentes culturas en un mismo punto hace surgir una nueva manifestación de arte con su propia personalidad y su propia influencia. Por esta época hubo una importante inmigración de familias puertorriqueñas a los barrios del Bronx y Brooklyn, que traían consigo sus propias tradiciones, su cultura y su música. Surgen entonces las fiestas en la calle, la música y el baile y esto se entrevera con lo que ya existía en la ciudad: el jazz, el funk, el resurgimiento del tapdance o claqué, etc. De este coctel nace el B-boying o breakdance.

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Pero sus inicios son previos a esta denominación. Todo parte del uprock. En Bushwick, barrio del noroeste del distrito de Brooklyn, dos chicos apodados Rubberban Man y Apache desarrollan un nuevo concepto de baile. Empiezan a bailar con la música que sonaba entonces en la radio y mezclan diferentes estilos de baile –salsa, charleston– y los pasos que veían

en el cine musical de Fred Astaire o Gene Kelly. Con el tiempo van forjando un nuevo estilo y se empiezan a formar los primeros grupos de uprock. Pero aún este baile solo se hacía de pie. Luego llega James Brown, con su música y sus alocados pasos influencian a algunos bailarines que comienzan a realizar pasos acrobáticos. Con el tiempo esto deviene en lo que

* (Santa Cruz Tenerife, 1983). Sus inicios en el mundo del bboy se remontan al año 2001. Forma parte del grupo Lunaticks Crew de Barcelona desde el año 2007, uno de los grupos de Break más emblemáticos de España.


hoy entendemos por B-boying: el baile complejo y acrobático que conocemos. El primer grupo oficial de Bboying fueron los Mighty Zulu Kings, fundado en 1973, al tiempo que nacía Zulu Nation. En los ochenta se populariza en todo el mundo. Grupos como Rock Steady Crew y New York City Breakers se toman el cine y la televisión. Surgen dos películas básicas para explicar la historia de este baile: Beat Street (1984) y Electric Boogaloo (1984). Unos años después el B-boying muestra un declive en Estados Unidos y Europa toma la batuta. En 1991 surgió el campeonato Battle of the Year en Alemania, evento que mezcla tanto las batallas como la coreografía de grupo. Este evento está vigente y es uno de los más importantes en el mundo. Ese mismo año, un bboy considerado una de las mayores leyendas de la historia del baile, Bboy Storm, viaja a Estados Unidos en busca de los pioneros de la cultura. Cuando llega se da cuenta de que casi no queda nadie activo. Se propone, entonces, reimpulsar el movimiento y crea una nueva oleada que dura hasta la actualidad. A medida que avanza la década de los noventa y entramos en el siglo XXI, el B-boying se va propagando por todo el mundo. Empiezan a surgir en Norteamérica multitud de eventos: Freestyle Session, Bboy Summit, Out for Fame, Who Can Roast The Most, Radiotron y un largo etcétera. Con la llegada de las innovaciones tecnológicas e internet la expansión del baile se acelera. En la década pasada el B-boying se globaliza. Bailarines de todos los rincones del mundo empiezan a viajar entre países y se produce un

intercambio de culturas e información aun mayor que en sus orígenes. Destacan los casos de Francia y de Corea del Sur, este último realmente impactante. Las autoridades surcoreanas tienen necesidad de proyectar turísticamente el país en el exterior para poder competir con la mayor cantidad de turismo que se desplaza a China o Japón. Se dan cuenta, entonces, de que algo en que se destacan mundialmente es el en B-boying, y comienzan a apoyar y a promocionar a los bailarines (series y programas de televisión, grandes eventos, escuelas de baile, etc.) para proyectarlos en el exterior y dar así a conocer el país en el mundo. Los campeonatos nacionales e internacionales empiezan a ser retrasmitidos por televisión, como el caso de su evento más importante, el R-16. Un punto de inflexión y de potenciación para la escena de baile, aparte del internet en sí, es la página de videos online Youtube. La aparición y utilización de esta web generó un gran impacto en innúmeras actividades, incluido, obviamente, el baile. La red se llenó de manera desmesurada de videos de B-boying. Cualquier interesado, desde su casa, “sube” sus entrenamientos, sus últimas batallas y hasta sus propios tutoriales para enseñar pasos o movimientos. Los organizadores de eventos lo usan como plataforma publicitaria para sus proyectos, pues suben trailers o anuncios y posteriormente todo el campeonato para que pueda ser visto en cualquier parte del mundo. Esto tiene aspectos positivos y aspectos negativos. Es positivo que la información llega de un lugar a otro de la Tierra en cuestión de horas, y los bailarines pueden mantenerse informados de lo que está pasando

en otras partes del mundo casi en vivo. Otro punto positivo son las entrevistas o workshops (talleres de baile) hechas a gente importante y reconocida, lo que permite que al ordenador de tu casa lleguen los conocimientos de los mejores bailarines del mundo. El punto negativo es la sobresaturación de contenidos, que hace difícil discernir entre la buena información y la mala. Hay que estar atento para que al final el resultado no sea el contrario al deseado. Otro inconveniente es el exceso de facilidad para acceder a los contenidos, lo cual lleva a los bailarines a ser pasivos, pues esperan simplemente a que los videos lleguen a su ordenador y olvidan que la mejor manera de aprender es asistir a estos campeonatos o workshops en vivo. Es sustancialmente distinto el efecto que produce en el sujeto una imagen electrónica que cuando la ve en vivo. Es increíble la evolución y expansión que en pocas décadas ha tenido el B-boying. De su humilde origen en los barrios más pobres y castigados de Nueva York, se tomó casi todos los rincones del planeta. Eclosionó en la mixtura cultural de inmigrantes y habitantes de una misma ciudad, y el intercambio personal y las vivencias de sus adeptos hicieron evolucionar el baile de una manera lógica y acorde con sus raíces. Todo esto ha desembocado en la presencia de esta danza en multitud de medios (escenarios, películas, publicidad, etc.). Actualmente sigue este proceso evolutivo con algunos matices diferentes, fruto de la evolución cultural y tecnológica de la sociedad en que vivimos. En los años venideros veremos qué forma va adoptando y qué curso sigue.

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Cine Por Sandra Lozada*

William Vega, de Cali a Cannes con La Sirga 28

William Vega, realizador caleño de treinta y un años, fue el ganador de la beca-residencia de la Fundación Carolina-Casa América (España 2009). Egresado del Colegio Hispanoamericano, comunicador social y periodista de la Universidad del Valle (Colombia 2003), realizó una especialización en guión para cine y televisión en la Escuela de Artes y Espectáculo TAI de Madrid. Inquieto por todo lo relacionado con lo audiovisual y el cine, nos habla sobre sus inicios y la participación de su ópera prima La Sirga en Cannes, premiada con el estímulo de escritura (2008) y producción de largometrajes (2010) del Fondo para el Desarrollo Cinematográfico –FDC– de Colombia y del programa Ibermedia en las modalidades de desarrollo (2009) y coproducción (2011) S.L: ¿Por qué escogiste estudiar Comunicación Social? W.V: Para mí fue una elección difícil porque mi interés estaba más encaminado en dirigir y escribir, pero en Cali en ese momento no había muchas carreras que ofrecieran esta temática. Por esta razón tomé la decisión de estudiar comunicación social en la Universidad del Valle porque encontré en ella toda esa tradición audiovisual que fortalecería mi interés por el cine. S.L.: ¿Siempre has estado encaminado hacia la dirección y producción audiovisuales? W.V: Digamos que ese interés tiene origen en el colegio, porque

* Comunicadora social. Coordinadora Cultural de la Fundación Hispanoamericana Santiago de Cali.


dentro de nuestro pénsum académico podíamos escoger unas electivas. En mi caso elegí el teatro y en él descubrí a través de la dramaturgia una manera de narrar y contar realidades. Junto a Oscar Ruiz Navia, Andrés Laguna, Gloria Aragón y otros chicos de otros colegios creamos un grupo de teatro por fuera del colegio. Este grupo hizo un montaje teatral que nos permitió que el director Alexánder Giraldo, quien ahora estrenó su película 180 segundos, nos invitara a hacer parte de un casting para una película que estaba realizando en ese momento. Esa experiencia de actuar ya no para teatro ni para un público de manera directa sino para toda esa reconstrucción del audiovisual, es lo que a mí personalmente me llamó la atención. Otra anécdota que cabe mencionar es el hecho de que en décimo grado de colegio nos tocaba realizar un ejercicio audiovisual para español, historia del arte y humanidades. Recuerdo que mucha gente aprovechó esto e hizo un proyecto para las tres asignaturas, en cambio nosotros hicimos uno para cada materia. Yo creo que eso fue como una epifanía, como estar jugando a contar a través del audiovisual, y siento que eso definió un poco lo que yo iba a hacer de ahí en adelante. S.L: También sabemos que te gusta actuar y que en tus años de colegio participaste en varios montajes. Cuéntanos esa experiencia. W.V: El teatro tuvo, por supuesto, para mí mucha importancia. Además, aquí en el colegio se realizaron dos montajes teatrales: uno basado en El Quijote, donde actué como el Quijote, y otro sobre Cien años de soledad, donde participé como actor invitado ya que en esa época cursaba once y

ya no estaba el teatro entre mis asignaturas. Gracias a eso se había creado la fama de William Vega como “actor”, pero lo que yo realmente deseaba era dirigir; por eso en esta época empecé a crear y montar obras de teatro para otros grupos. S.L: ¿Por qué escogiste la vía independiente para empezar a dirigir? W.V: Mientras voy estudiando y apasionándome por el cine, inicio de alguna manera el consumo de un tipo de cinematografía diferente a la que nos han inculcado por simple oferta. Porque valga decir que el problema que tenemos en la cinematografía nacional es que culturalmente estamos educados con un cine comercial. El cine, más allá de un producto comercial o narrativo, es una manera de explorar las condiciones humanas, las sociedades. Es esto, entonces, lo que me motiva a adentrarme más en el cine independiente. Ese cine que no está comprometido con fórmulas ni esquemas comerciales tiene un recurso para existir en Colombia y en el mundo y es a través de unos fondos o bolsas creados por los gobiernos con base en unas políticas

que fomentan cinematografías que hablen de sus países, que hablen de su identidad, que defiendan la cultura no en el sentido ilustrado sino antropológico; que entiendan que el cine no es solamente una herramienta de entretenimiento sino un producto cultural que comunica socialmente a un país, pues es también un generador de identidad. Afortunadamente, al existir estos fondos propuestas como de Contravía Films tienen un espacio y justamente a través de este espacio hemos logrado hacer ya dos proyectos como El vuelco del cangrejo y La Sirga. S.L: ¿Qué es Contravía Films? W.V: Contextualizo un poco… La creamos Oscar Ruiz Navia, Gerylee Polanco, Marcela Gómez y yo como una plataforma para poder desarrollar proyectos personales. De alguna manera, cada uno se ganaba la vida en otras cosas que tenían que ver con lo audiovisual. Como te decía, yo por ejemplo me dedicaba a hacer comerciales, videos institucionales, televisión, etc., lo cual es, finalmente, el audiovisual al servicio del cliente. Contravía básicamente se crea para hacer del audiovisual un proyecto personal. Nuestra empresa se nutre un poco de fondos nacionales e internacionales. En el caso particular de la película La Sirga tuvimos el Premio de Escritura de Dirección de Cinematografía del Fondo de Desarrollo Cinematográfico y el Premio de Producción. Igual tuvimos estos dos premios del Programa Ibermedia, que es un fondo internacional, y por coproducciones con una productora francesa también tuvimos Fonds du cinéma, fondo

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del gobierno francés y con el que se pudo concretar la financiación de La Sirga. S.L: ¿Qué cuenta La Sirga? W.V: Es la historia de una mujer que busca reconstruirse, levantarse de sus cenizas, y todo ocurre bajo ese techo que se llama La Sirga, donde busca echar raíces. Se sitúa en La Cocha, sus mitos, sus habitantes, sus creencias e idiosincrasia. Por eso su narración va a la velocidad de la neblina del lugar cuando baja, pero también da giros en espiral y se despeja rápidamente por ráfagas de viento que lo descubren todo por momentos. Estar acá es una forma de equilibrar lo que quiero hacer en la puesta en escena, un rodaje muy íntimo, contando con las personas absolutamente necesarias y dejando que la realidad penetre y aporte elementos muy sinceros a la construcción de esa ficción. Acá las cosas cambian de un momento a otro, el clima cambia mucho y esos cambios hacen que te cambie

la mirada, la óptica de las cosas. Lo que tratamos es de no ser una oposición a esa realidad y, por el contrario, que se genere un espacio muy religioso alrededor del rodaje que les permita a los actores ser, existir, más que actuar en las escenas. S.L: ¿Qué te llevó a escoger el argumento para La Sirga? W.V: Entre el 2005 y 2006 trabajé para Señal Colombia en la franja de Agro Medioambiente y Naturaleza. Con ese programa tuve la oportunidad de hacer un recorrido por la Colombia rural durante más de ocho meses a lo largo y ancho del país, conociendo experiencias no solo del campo sino del campesino, y su lucha por sobrevivir. Ese recorrido me permitió tener una lectura directa de lo que ocurre en el país y me enseñó a conocer el país agrario en el que vivo. Vivimos mucho en la burbuja de la urbe y no vemos lo que está ocurriendo en el campo, un campo históricamente saqueado;

es decir, muchos poderes se han instaurado en el campo a lo largo de la historia y, por supuesto, llegamos a los poderes armados que crean toda esta ley del miedo que provoca los desplazamientos forzados. Y en ese recorrido conocí ese lugar que se llama La Cocha, en Nariño, absolutamente hermoso, visualmente increíble y al que llegué para descubrir una serie de huellas de conflicto. Vivir esto de manera personal me inspiró a crear la historia de La Sirga. S.L: ¿Por qué escogiste actores naturales para tu primera película? W.V: Hay un punto de partida para esto: el cine, la televisión, la publicidad son una mentira construida, y un poco lo que hemos estado buscando en Contravía Films es justamente acortar esa brecha entre la mentira y la realidad. Si yo traigo a un actor famoso a mi película, de entrada le estoy diciendo al espectador que lo que estoy contando es una mentira, pues a ese actor no le ha sucedido lo que narra. Por el contrario, si es un actor desconocido empiezo a hacer dudar al espectador de si el personaje en verdad habrá vivido esa historia. Pero, además, es una puesta dramática en la que creemos que el cine es el espacio del director y no el del actor, a diferencia del teatro en que el actor construye el personaje. En ese sentido, aplanamos un poco la dramaturgia y la dejamos en manos del montaje. En esta película yo tuve actores de diferentes orígenes; unos eran totalmente naturales, otros venían de hacer teatro amateur, y la protagonista tenía una formación en arte dramático, pero esto no fue lo que me inspiró a escogerla sino porque su pasado tenía mucho que ver con el personaje que yo había


escrito. Básicamente escogí estos cinco actores porque complementaban lo que yo había dibujado de los personajes. El método que utilicé para el rodaje con la protagonista pretendía en cierto modo anular lo que había aprendido actoralmente, para que se soltara; y con los demás personajes fue el de no darles a conocer ni el guión ni la historia, sino contarles, antes de rodar la escena, lo que íbamos a hacer. Con lo anterior logro que el actor no esté predispuesto con la historia, y que su actuación sea más sincera, no sobreactuada. S.L: Esta es tu primera película y fue seleccionada para Cannes. ¿Qué reflexión te merece? W.V: Cannes es un escenario para observarlo con mucho cuidado… Primero, como lugar de estreno de una película es una vitrina muy importante, si no la más importante. Para hacer una analogía con el deporte, es como el mundial del cine. En este sentido es un logro no solo para mí como director sino también para nuestro equipo de trabajo. Básicamente, el estar seleccionados en este escenario nos dice: sigan por ese camino, no bajen la guardia, no es necesario que se vayan por el cine comercial; continúen en esa búsqueda. Por otro lado, hay que tener cuidado de no creerse del todo el cuento. Para muchos Cannes es una meta, y creo que en este caso es todo lo contrario, es justamente un punto de partida, es empezar, es seguir haciendo proyectos con más responsabilidad, más esfuerzo. Cannes es un lugar de vitrina para la película, un mercado impresionante y muchas personas empiezan a comprar la película, ya sea para festivales, exhibidores, etc. Está bien arrancar por

ahí, pero también hay que pensar que uno no hace una película para llegar a Cannes, sino porque tiene algo que contar y quiere lograr un producto responsable. S.L: ¿Cómo fue el esquema de producción y el equipo de rodaje para esta película? W.V: La primera etapa es la financiación. Como productora, Contravía Films comienza a plantearse cómo obtener los recursos económicos para llegar al producto final, para lo cual consulta los diversos fondos institucionales, los apoyos nacionales e internacionales y las alianzas con otras productoras. Por ejemplo, para llegar al fondo de Ibermedia es necesario que exista una coproducción entre dos países iberoamericanos (en este caso nos aliamos con una productora mexicana, Tiburón Films). Lo mismo ocurre con Francia, por lo que nos aliamos con Ciné-Sud Promotion. Esto es parte de la estrategia. Como alianza nacional hicimos una coproducción con Burning Blue, con la cual ya habíamos tenido la oportunidad de trabajar en la película El vuelco del cangrejo y en Los viajes del viento. Lo importante es identificar cuál es tu película y a qué productoras les pueden interesar tus proyectos y trabajar con ellas en sintonía y armonía. Esto en la parte financiera. En cuanto al equipo, básicamente era continuar con el mismo equipo con que hicimos El Vuelco. Todos nos iniciamos en esa película, y la idea es seguir madurando juntos e ir encontrando nuestras formas de hacer el cine en equipo. S.L: ¿Cuándo es el estreno de La Sirga en nuestra ciudad? W.V: Se estrena el 17 de agosto. S.L: ¿Qué otros proyectos tienes después de La Sirga?

W.V: En este momento estamos en preproducción de un largometraje llamado Los Hongos, de Oscar Ruiz. Lo que queremos en Contravía Films es lograr continuidad en los proyectos: termina El vuelco del cangrejo y arranca La Sirga; termina La Sirga y arranca Los Hongos. En este momento estoy en la escritura de mi segundo largometraje. Precisamente hace quince o veinte días comienzo otra vez este proceso de cero, es decir, enviarlo para proyectos de escritura ante el Ministerio. Pero la idea es crear esta cadena de continuidad y trabajo. Este año va a estar un poco movido con la presencia de La Sirga en otros festivales. S.L: ¿Que les aconsejarías a nuestros estudiantes? W.V: Básicamente descubrirse; descubrir qué es lo queremos y en qué medio queremos movernos. Si se van por la línea del arte, el cine y la cultura, como en mi caso, deben entender que esto requiere más disciplina y más estudio que cualquier otro trabajo. No pensar que porque es arte, entretenimiento e industria cultural va a ser más sencillo, más flexible, sino que hay que tener mucho compromiso. Por esto subrayo que lo ideal es encontrarse, ser muy sinceros y honestos con lo que se propongan hacer, y tener en cuenta que lo que hagan debe ser lo que les guste y los llene.

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Cine

Cine Catalán

Naturalismo-formalista: Jaime Rosales Por Paula Marcela Trujillo*

“No puedo empezar una película sin tener clara su forma. La película no acaba en el último plano”. Jaime Rosales

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Revelación

Jaime Rosales es el director revelación del cine español del último tiempo. Nacido en Barcelona el 2 de enero de 1970, titulado en ciencias empresariales, este realizador catalán formula un exigente cine que obliga al espectador a pensar en el sentido de la película vista, las pretensiones formales de creación y el contexto; es decir, como bien lo dice: la película no acaba cuando aparecen los créditos o la imagen de cierre narrativo. Formado en

* Comunicadora social. Universidad Autónoma de Occidente. Coordinadora de “Cine Cultura” Fundación Hispanoamericana Santiago de Cali.

la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños (Cuba) y en el Australian Film Television and Radio School en Sydney, Rosales es considerado como un realizador experimental e independiente de los circuitos formales de producción de cine en su país, dado que sus películas establecen unas formas narrativas que rompen los modelos clásicos de relato. Obtener con su primer largometraje, Las horas del día, el Premio


de la Crítica Internacional en la Quincena de Realizadores del Festival de Cannes, y posteriormente ser financiado por este festival y por el Festival de Rotterdam para la producción de su siguiente largometraje, La Soledad –ganador de premios Goya a Mejor Película y Mejor Director– y posteriormente ganar también el Premio de la Crítica en el Festival de Cine de San Sebastián con Tiro en la cabeza, permite afirmar que estamos ante un importante creador que reconoce influencias de los maestros Bresson y Ozu. Perteneciente a la siguiente generación de la llamada Escuela de Barcelona, Rosales, junto con Guerin, Lacuesta y Marc Recha apuesta por un cine personal y critico. Inconmovibles y transparentes retratos de vida gracias a un estilo narrativo y visual que desdramatiza la experiencia del espectador y acentúa esa mirada que sugiere que “todo va a depender de la potencia de las obras que hagamos, de que sepamos dar con los temas importantes de nuestro tiempo”. Así, en el camino de la reflexión política y humana, prescindiendo de la ideología radical como rectora de todos los actos humanos, agrega: “Tenemos buenas intenciones los unos sobre los otros, aunque no siempre somos capaces de mostrar lo que pensamos y sentimos realmente”. Con la polémica Tiro en la cabeza, Rosales va a expresar de forma sincera en Cannes: “Siento haber herido su sensibilidad. Mi único deseo es acabar con este sufrimiento. No

soy político, soy artista. No puedo ceder a la presión emocional. Sólo me obsesiona el camino de la solución”.

Formalista-naturalista

Cuando las teorías cinematográficas establecieron hasta los años sesenta, fundamentalmente dos categorías para la clasificación de los directores y las películas, y se referían a la técnica realista y al formalismo, no imaginaron que

pudiera darse no sólo una especie de fusión de técnicas expresivas fílmicas sino una densidad temática que no reñía con el modelo estético de materialización. Es decir, que cuando Eisenstein1 y Arnheim,2 entre otros teóricos, proponían una distancia con lo real en el registro y en el montaje cinematográfico, dispositivos que obligaran a la desfamiliarización y distanciamiento con respecto a lo real representado, no pensaron que se pudiera recrear

1 AUMONT, Jacques. Análisis del film. Ediciones Paidós. Barcelona, 1988. Pág. 26. 2 ANDREW, Dudley. Las principales teorías cinematográficas. Ediciones Rialp. Madrid, 1993. Pág. 56.

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lo real también mediante procedimientos formalistas que posibilitaran, a su vez, la exaltación de lo natural, las relaciones profundas entre los personajes y sobre todo una dilatación temporal. Esta posibilidad de extender el tiempo, de ver microacciones en escena, de valorar el fuera de campo en tanto espacio off con valor para lo real que ocurre dentro del encuadre, se constituye en lo que Andre Bazin 3 denominaba como realismo por oposición a la plástica de la imagen y el montaje. Plástica de lo visual que estilizaba mediante la puesta en escena y el juego con la yuxtaposición los diferentes planos, las diferentes imágenes del filme. Así, con un decidido carácter y un sentido formalista extremo, debemos aprehender esta revelación llamada Jaime Rosales. “Fellini, Bergman, Rosellini, Bresson, Buñuel crean su propia visión del cine, y ésa, modestamente, es justamente mi elección”. Con esta postura en sintonía con la denominada política de auteur, Rosales logra amparar su cine y protegerlo de aquellas miradas ingenuas o industriales que ven en la taquilla y el entretenimiento la gran compensación. Su apuesta fílmica reside en la materialización radical en el sentido estético de la vida cotidiana. Esta estética de la vida con sus dilaciones y pausas posibilita que los personajes se

muestren con matices, densos, ambiguos y, por otro lado, que las acciones sin intensificación ni dramatización cobren un sentido para el conjunto. Incluso cuando dramáticamente en el guión, y gracias a la puesta en escena, se establece una secuencia que posee una fuerza y una jerarquía suprema con respecto a los otros sucesos de la cinta, debe plantearse que para él el acontecimiento se diluye en esa especie de estética de la vida que no exhibe una tragedia tras otra en medio de ese transcurrir imparable del tiempo. Las tragedias, los sucesos intensificados en Rosales no operan en función de una causalidad o una meta que sea lograda por el personaje o mediante el jalonamiento de un conflicto narrativo. No. Rosales busca que el espectador se con-

fronte con la crueldad de la realidad y que, en medio, la vida deba seguir su curso sin que ni siquiera el vecino sepa qué ha pasado en la realidad exterior o en la intimidad de ese ser víctima de la crueldad del mundo y de los humanos que, suficientemente conscientes o no de sus actos, victimizan al sujeto anónimo que deambula por el escenario equivocado. Se expone, de este modo, sólo lo que el otro puede ver. De ahí que la narración omnisciente autorial se mezcle con una mirada testigo distanciada. Es extraño, en esta línea, que los dispositivos formales trabajados por Rosales nos propongan esa estilización formal y al mismo tiempo no podamos acceder plenamente a los sentimientos internos de los sujetos en pantalla. Entendemos su dolor, su fuerza, sus intenciones gracias a las microacciones que nos hablan de la calidez, la amargura o el sufrimiento que acarrea toparse con alguien, tener un hijo de quien se creía el mejor padre, acusar de debilidad al compañero, cuestionar al amigo, a la madre, a los hermanos. Es esta humanidad delicada de los personajes, representada en acciones y diálogos sencillos -gracias a un tempo narrativo que nos hace sentir el leve transcurrir de la vida- lo que se nos propone. Al no cruzarnos directamente en la vida de los personajes con el guión, Rosales


impide y consigue que nosotros como espectadores no nos solidaricemos o nos identifiquemos plenamente con aquellos personajes. No obstante, esta aparente distancia que establecemos vuelve más complejo al sujeto, la vida y, dentro de esa aparente simpleza, los actos y eventos que se recrean. Las solidaridades femeninas, los desencuentros familiares, la violencia política, la amistad, el desequilibrio mental, son algunos de los tópicos que aborda este importante director catalán, revelación, como hemos mencionado, de la cinematografía actual española. Interesante plantear, del mismo modo, que cuando se presenta el conflicto dramático más fuerte no se hace en la primera media hora de película, a diferencia de lo que sucede con las historias de narración clásica que entre el comienzo y el nudo ya han enganchado al espectador. En Rosales no hay enganche posible en función de un conflicto sino que se da en el espectador una especie de fascinación por esa estética de la vida naturalista que gracias al formalismo se potencia dejándonos ser espías del mundo.

No emocionalización

Al impedirnos identificación y emocionalización estamos también impedidos para juzgar a los personajes y sus actos. Reflexionamos sobre las microacciones y eventos en pantalla, pero al no darse un dramatismo de los sucesos y una jerarquización fuerte con respecto a personajes principales y secundarios suponemos que esa relación espectador-cine de Rosales debe, por tanto, darse de otra manera. Una vez aceptado el dispositivo formal propuesto –la partición de la pantalla, o cero diálogos, o teleobjetivo constante, o inicio y cierre con imágenes por fuera de la narración, o finales abiertos, o impresionismo fotográfico en movimiento, o la acción por fuera del cuadro– no debemos esperar nunca dinámicas de causa / efecto - acción / reacción sino que los personajes parecen mostrarse tranquilos por contundentes que puedan ser algunas de las situaciones. Juega un papel vital, por tanto, trabajar el fuera de campo; es decir, lo que no se encuentra dentro del marco de la imagen. Este fuera de campo, este significado que reside por fuera de la

imagen, este denominado espacio off posee muchísima riqueza de sentido tanto como la “pasividad” de la imagen propuesta. Planos largos, suspendidos en el tiempo, permiten así detallarlo todo. Los encuadres perfectos, los encuadres dobles y simultáneos, el uso de lentes para enfoque a distancia, la profundidad de campo, posibilitan un extraño equilibrio visual al servicio de un tempo y tono narrativo particulares. Cualquier cierre podría funcionar para las películas de Rosales y en cualquier punto de la “trama” puede establecerse el desenlace; de ahí que el final sea siempre abierto y casi que inesperado. Inesperada la vida. Por eso Jaime Rosales es maestro de un naturalismo formalista que tendría felices a un Bazin y a un Eisenstein, a un Bergman y a un Kurosawa, porque la vida es más que la tragedia vivida, la vida es ese pasado y ese post que nos hace siempre frágiles. Rosales retrata justamente esta fragilidad y lo incierto e impredecible del comportamiento humano. Filmografía: Las horas del día (2003), La soledad (2007), Tiro en la cabeza (2008).

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Psicología

Bullying o los infortunios de la virtud Por Mario Alejandro Desiderio*

En cada uno de los escenarios que acontece nuestra cotidianidad se establecen relaciones de poder. A nivel inconsciente se asumen posturas que determinan el “tono” de estas relaciones, entendido este como una dinámica conformada a partir del binomio “dominación-sumisión”. La estructura de este discurso se impone desde la más temprana infancia y determina las formas posteriores de intercambio operadas a lo largo del tiempo. Se hace más evidente y menos autocrítica en los primeros años escolares, cuando el “Yo” en permanente afirmación no advierte los paradigmas con base en los cuales filtra su comportamiento. En los últimos años de educación secundaria tiende a mimetizarse y confundirse con actitudes socialmente permitidas y

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a morigerar sus fuentes. A partir de aquí, y según la intensidad, se sumará al repertorio comportamental del sujeto. Según la opción de vida asumida interpondrá su lógica de diferentes maneras. La legalidad o ilegalidad de tal elección está en relación directa con esa estructura discursiva aprehendida en las primeras relaciones objetuales; esas que delinean la interpretación de la realidad en el ser hablante. La

* Psicólogo con estudios en salud ocupacional y Coaching organizacional.

importancia de estas relaciones primordiales es evidente. En ellas está el germen de aquello que será significado de cierta manera. Los aprendizajes posteriores, puestos de manifiesto en el cúmulo de encuentros y de interacciones en cada uno de los posibles escenarios dispuestos en la existencia de este sujeto, aportan otros elementos de refuerzo o mitigación de los moldes primarios. De esta asociación puede surgir un discurso incapaz de asumir la presencia del otro sin vulnerarlo en su acepción trascendente. La invalidación del otro en su ser humano, la invalidación de su palabra, la mutilación del vínculo que lo asegura al lenguaje, constituyen la piedra de toque a partir de la cual se yergue la ilusión del maltratador. Ilusión, porque la represión


y/o negación de estos principios es el reverso de un complejo de relaciones incompletas construidas en ausencia de una mirada y un afecto que pudiera quitarles cuanto de inseguro y movedizo tuvieran. La confianza aparente no es otra cosa que el revés de una inseguridad que atraviesa de principio a fin el discurso del abusador. A través de la repetición del acto, con la humillación del otro, busca tapar los faltantes de su afecto para darle continuidad a un discurso siempre poroso y mal herido que no logra ir más allá de la pobreza de la agresión. A partir de esta minusvalía se erige la figura del matón, invalidada en su origen. En Justine o los infortunios de la virtud, Donatien-Alphonse-Francois de Sade, más conocido como el Marqués de Sade, pone el dedo en la llaga al reconocer en la virtud la fuente de una vida marcada por el despojo, el abuso y la indignidad. En esta lógica, abordada hace más de dos siglos por Sade, la virtud no lleva aparejada una alta com-

pensación económica, social o moral, sino todo lo contrario. Es exacto, entonces, que sólo el vicio deriva en goce, reconocimiento y prosperidad.

Agresión/Digresión

Porque lo que ha pasado aquí es la interrupción de una palabra que no consiguió incorporarse. Sobre ella y como para tapar la falta surgió la agresión. Agresión hacia el otro que tampoco posee aquella palabra y es por tanto el par exacto donde calzar su inquietud, el que compensa su exageración, el receptor de su disgusto, el que absorbe su malestar y lo libera temporalmente de su angustia. El estallido se desplaza al otro, el yo del agresor queda a salvo. Pero una vez expulsada la angustia renace de nuevo y con más bríos. El ejercicio ofensivo habrá de repetirse sin pausa, hasta que la estructura maltratadora se introyecte en la víctima que empezará, a la primera oportunidad, a comportarse de acuerdo con esta nueva lógica interpuesta entre él y su par.

El ciclo recomienza: el otro sólo cabe en el estrecho marco de la dualidad. El tercero en discordia, que es en realidad el tercero de la concordia, no aparece en esta cotidianidad. La relación se establece entre un “Yo” y un “Tú”, en el que triunfa siempre y a costa del otro una de las personas gramaticales. La tercera persona, “Él”, que permitiría la circulación de la palabra en una relación no solamente especular, sino simbólica, en la que cada uno tuviera la oportunidad de ocupar cada uno de los lugares gramaticales, no existe, razón por la cual se produce un juego de rebote sin escapatoria y que condena a los participantes a la reiteración de una conducta irreal, pues es solo en la dimensión triangular donde puede accederse al otro en toda su complejidad, principio sine qua non de la ética.

0 y 1: El lenguaje binario de la agresión

En los tiempos de la virtualidad la agresividad se escribe en ceros y unos. El fenómeno del

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Psicología bullying se ha trasladado al escenario de las redes sociales, espacio privilegiado de la dualidad. La agresión general sobre la exclusión particular. El agresor es un colectivo, reunido bajo la égida de un título: nombre que reúne y que esconde. La fuerza centrípeta del anonimato, acrítica y ciega, reúne en torno de sí las historias de quienes no pueden permitirse la negación, so pena de ser lanzados a la soledad del espacio, planetas desorbitados siempre en peligro de ser engullidos por estrellas gigantes o impactados por rocas extraviadas y a la deriva. Páginas sin seguidores, sufragios que anuncian la próxima extinción. El sistema maltratador hace orbitar a todos a su derredor. La amenaza es concéntrica. En la soledad del espacio busca la víctima un sol que le permita la vida. Paria de esa virtualidad, solo puede huir. El retorno se eterniza en su imposibilidad.

La insoportable levedad del ser

Qué más insoportable que la inconsistencia del sujeto puesto al servicio de la imagen. La tiranía del medio, que se transforma en la tiranía del miedo. Rodeado de fantasmas, agobiado por el peso de lo invisible y destructor, que por no estar aparece en todas partes, obligado a moverse con sigilo, es además confrontado, herido y abusado en el más acá de las

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lógica de la satisfacción y altera las nociones de responsabilidad, respeto y dignidad.1

La transmutación de los valores

realidades temporales, donde la palabra es depredadora; el golpe, encarnación violenta del deseo y el coro que alienta, testigo y óbice del exterminio psíquico infligido al otro. Porque no es el otro u otros maltratadores el mayor problema. Es el terror sembrado en la piel del agredido, la suma de todos los miedos a través de los que el sujeto lee las relaciones. La disfunción cognitiva que tergiversa la realidad e impone sobre el otro la ardua tarea de sobrevivir en un medio hostil y letal da lugar a una corrección de la teoría darwiniana, que pasa a denominarse “La involución de las especies”, donde el menos apto, “el matón” o “el discurso del impotente” es el que sobrevive. Operada en los últimos años sobre todo, pero no únicamente, por el auge del narcotráfico que permeó la relación social y la invistió de una lógica nueva que modifica el tiempo del esfuerzo, el espacio del placer, la

O la reconstrucción del recuerdo. La elaboración paciente y continuada de las sinuosidades del discurso. La vuelta a los escenarios donde no se obturó un cierre, la puesta en palabras de representaciones desprovistas de sentido, el ejercicio colectivo de un relato construido con todas las voces donde no sea excluido ningún elemento, todo con el fin de hacer nuestra la frase de Nietzsche “nada que sea humano me es ajeno”, y realizar entre todos, como una alta aspiración, la transmutación de los valores: el elogio del esfuerzo y la dificultad, el valor supremo de la insatisfacción, la existencia del conflicto como condición previa e inocultable de la condición humana, el deber de pensar por sí mismo, pensar en el lugar del otro y ser congruentes.

1 A la par, esa cultura traqueta que sigue vigente en la capital del Valle se evidencia en la resolución de conflictos a bala, en ese 70% de muertes que según la Policía ocurrieron por actos de intolerancia el año pasado. En Cali asesinan a dos menores de edad el pasado martes, a la salida del colegio, y no pasa nada. ‘Algo debían’, nos justificamos interiormente, mientras la Policía aclara que esos hechos no ocurrieron dentro de las instituciones educativas, como si eso hiciera alguna diferencia. Estamos ante una sociedad enferma, acostumbrada a la violencia, donde la cultura del dinero fácil permeó todas sus estructuras. Gerardo Quintero, El País, 22 de marzo de 2012 “Acorralados”


Por los caminos de España

Ezcaray, la roca alta Por César Urrutia Sanjuán*

Para pisar Ezcaray hay que tener la intención de ir hasta allí. No es que sea un lugar remoto; aunque hoy solo queda la estación, tuvo ferrocarril. Pero tampoco es un lugar de paso, sino más bien un rincón, un fin de trayecto. Sí, el Camino de Santiago transcurre a apenas quince kilómetros de distancia, cuando el río Oja deja atrás sus montañas de nacimiento, se ensancha sin ganar apenas caudal, y sus aguas refrenan el impulso para atravesar Santo Domingo de la Calzada, donde los peregrinos aún recuerdan milagros medievales que hablan de la resurrección de inocentes ejecutados. Porque es de suponer que tan inocente era el rubio Hugonell como la gallina por la que suspiraba a la hora de comer el obispo de la ciudad del patrón de los ingenieros. ¿No conocen el cuento? Es muy corto. Ahí va. Hugonell era un alemán en la flor de la juventud, que allá por los años de la alta Edad Media pasó de visita con sus padres por Santo Domingo, procedente de Colonia. Hay que ponerse en situación: un rubio de ojos azules en La Rioja medieval era un bombón a ojos de las calceatenses. Pero quién sabe si

su fervor por la ruta compostelana o su simple indiferencia por sus admiradoras fueron las causas de su desgracia. El caso es que la mesonera del hospedaje donde se alojaban se sintió despechada. El turista germano no le hacía ni caso. Y ella escondió una copa de plata en su equipaje para denunciarle después. Como buen turista, Hugonell no entendía nada de lo que le estaba sucediendo. Pero el caso es que el Corregidor lo metió en la cárcel y la justicia, que no se andaba con miramientos ni con los alemanes, lo ahorcó con todas las de la Ley, la de Alfonso X el Sabio.

* Licenciado en Ciencias de la Información de la Universidad de Navarra

La cosa podía haber acabado en una tragedia con varias víctimas más. Porque cuando los desolados padres de Hugonell acudieron a velar el cadáver, casi se mueren al ver que su hijo se levanta, les habla y les cuenta que el mismísimo Santo Domingo ha dejado por un momento de atender a ingenieros de caminos y constructores de puentes para salvarle la vida. En ese momento, los padres alemanes acuden a la casa del Obispo, que se dispone a dar cuenta de un gran gallo y una gallina que asa en el horno. Quién sabe si la interrupción en momento tan trascendente,

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el atropellado latín con acento alemán de los visitantes que le cuentan una historia inverosímil o sencillamente el hambre, ofuscan a su Ilustrísima y le hacen perder la fe en los milagros. El caso es que la comida está ya sobre la mesa y les despacha diciéndoles que se marchen en paz siguiendo el camino a Santiago, que tiene cosas más importantes que hacer.

-”Ite in pace, glorificando vita vestra Dominum”, les suelta con un canónico latín mientras les bendice con la mano. Y como los teutones, haciendo honor a su fama de testarudos, no se mueven, evita los rodeos. - “Vuestro hijo está tan muerto como esa gallina que me voy a comer”, les dice. En ese momento Santo Domingo abandona a los ingenieros por segunda vez en un día y obra otro milagro. El gallo y la gallina, sin plumas ni nada, resucitan, se plantan sobre la mesa y cantan un kikirikí atronador que casi acaba con el escéptico Obispo. Tres resucitados y tres sustos de muerte en pocas horas dejaron una profunda huella en el camino, en Santo Domingo y en el Valle del Oja. “Santo Domingo de la Calzada, donde cantó la gallina después de asada”, repiten siglos después los habitantes de Ezcaray. ¿Sucedió? No sin malicia, se encogen de hombros. El camino está lleno de lugares milagrosos y de gente que los cuenta, pero en lo alto del valle la vida ha transcurrido distinta. Para empezar, Ezcaray no es una palabra castellana. A diferencia de Ojacastro (“pueblo del Oja”) que le precede, la raíz del nombre es vasca. Quiere decir peña alta, lo que resulta muy descriptivo del lugar. Llegando desde Santo Domingo, hay un punto en el que el valle se estrecha y, pasado Ojacastro, obliga al camino a transcurrir cercano al río por un paso que domina la peña de San Torcuato en cristiano, la Picota para los locales y aitz garay para los colonos vascos que la bautizaron y pusieron después nombre al pueblo. No es excesivamente alta, pero tampoco se puede

negar que la gran roca desnuda da carácter al paisaje. Es la puerta del valle cerrado que, al fondo, está dominado por el robusto y anciano san Lorenzo. La cumbre más alta de Ezcaray está cubierta de nieve siete meses al año. Y en los días de julio y agosto, cuando por detrás de su cabezota crecen nubarrones hacia el cielo, es señal de tormenta. En su vertiente norte, la que mira a Santo Domingo, la Picota es un paredón vertical de sesenta metros que ofrece rutas de escalada, en los inviernos más fríos sobre hielo. Habitualmente es lugar de anidamiento de águilas reales o, más frecuentemente, buitres leonados que a media mañana remontan el vuelo para tomar altura y buscar comida por el valle. Desde allí contemplan al oeste las granjas de Zorraquín y Valgañón. Repasan los alrededores de la semiabandonada Turza por oriente, hacen una ronda hacia el sur por las aldeas de Azárrulla, Urdanta, Zaldierna y Posadas... Allí se cierra ya el valle, en la Cruz de la Demanda; las cumbres que escoltan al Oja en su nacimiento se encuentran y para cruzar a la provincia de Burgos, hacia la Meseta, hay que sortear alturas de 2.000 metros, lo que a escala americana es un aperitivo pero en la vieja Península Ibérica tiene su importancia. Lo saben las palomas torcaces que con mayor o menor puntualidad vienen desde Francia y las cruzan por la festividad de la Virgen del Pilar en octubre, en su ruta hacia África. En los días de otoño sin niebla, los cazadores las esperan allí, apostados en las cumbres, porque saben que la fatiga las obliga a volar más despacio. Si desde el norte el invierno viene


pisando fuerte, los gansos adelantan también su viaje al sur con su formación en V sobre el cielo y una algarabía de graznidos que se oye a kilómetros de distancia. Por eso, aunque el frío haga más dura la espera, las licencias para cazar en esos puestos de piedra son las más cotizadas de La Rioja: unos 6.000 euros por temporada para cada par de escopetas. No va en el precio, pero el panorama de Ezcaray desde cualquiera de estos puestos es impagable. Otoño es la estación del año más espectacular en el valle del Oja. Ya a finales de octubre en el Ebro, las choperas han cambiado su color a un amarillo de oro y en las laderas que siguen el curso del río las viñas acompañan la muda en sus hojas. Es como si cada cepa incluyera una bombilla de serie en su interior que las ilumina y así, en hileras de cientos de ellas, parecen lámparas de mesilla o farolillos en exposición. Más que melancólico, es un paisaje de fin de fiesta de verano. Pero es noviembre y hasta los peregrinos parecen acelerar su paso por el invierno que llega. En las montañas el cambio de color es igualmente espectacular pero diferente. Los bosques de pinos, en su mayor parte repoblados para abastecer de madera a las fábricas, apenas se inmutan. El cambio es, sin embargo, admirable entre los robles, los nogales y, sobre todo en los castaños y las hayas. Del verde del verano, el color de los bosques pasa a amarillo y después a rojo. Con una tonalidad muy intensa, como un incendio lento y silencioso en las copas de los árboles, el otoño se abre paso. Caminar por el hayedo en estos días es una experiencia singu-

lar. El suelo está cubierto por hojas muertas que forman una alfombra mullida y húmeda color de bronce; los troncos mantienen un brillo metálico de color gris; si miras hacia arriba ves las copas amarillas o rojas cimbrearse al viento, dejando pasar el sol por primera vez en muchos meses. Pero dentro del bosque no se oye nada. Es la sensación extraña que aparece cuando se recorre un ambiente ajeno. No sé por qué los hayedos son tan silenciosos pero el caso es que imponen su ley. Uno se contagia de la atmósfera y más que la necesidad de romper el encanto con un grito, se calla. Y solo entonces capta la magia. Sí, si uno se queda quieto se da cuenta de que ese silencio es engañoso. El aleteo de un ave que vuela de rama en rama, las pisadas furtivas de un corzo que camina como un duende, una ardilla haciendo despensa en el suelo para el invierno, la berrea lejana de un ciervo buscando rivales con los que medir fuerzas para defender su territorio... El bosque está muy vivo. En las montañas el otoño es como la primavera en los valles porque entre el fin del verano y el comienzo del invierno, la naturaleza ofrece muchos de sus mejores frutos. Si en el cercano valle del Ebro la vendimia ha sido una fiesta para celebrar la nueva cosecha de la Rioja, en la montaña avellanas, nueces, castañas, endrinas, moras... llenan los cestos de recolectores. Del manto de hojas muertas brotan setas y hongos que van directos a la mesa como guarnición de una torcaz, un venado, un jabalí o una becada abatida en el crepúsculo. Si la temporada es propicia, el suelo del bosque y los prados es un tratado micológico, un catálogo fascinante

de formas caprichosas que aparecen en los lugares más inesperados, unas discretas y tímidas, otras desafiantes y gritonas. Sus nombres populares despiertan desde el temor al envenenamiento a ser toda una promesa para el paladar. Están la trompeta de los muertos y la angula de monte, que crecen en las paredes de musgo, la seta de los caballeros y el pie azul, más dados a asomar cuando se anuncian las primeras nieves, el níscalo de los pinares que tanto aprecian los catalanes, el pedo de lobo que aparece en las praderas, la omnipresente y despreciada rúsula, la mítica y escasa amanita cesárea con la que Agripina envenenó al emperador Claudio... De todos ellos, el boletus es la pieza más codiciada. Si usted llega a Ezcaray y pregunta a un lugareño

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por un sitio dónde recoger este sabroso y robusto hongo que se come de mil maneras le mirará como a un tarado o un ser tan inocente que merece que le expliquen de nuevo las lecciones más básicas de la vida. “Ite in pace, glorificando vita vestra Dominum”, vendrán a decirle, como si fueran el antiguo obispo de Santo Domingo de la Calzada. Si son amables, le mandarán a dar

un paseo por alguno de los más bellos parajes del valle, con magníficas vistas pero sin posibilidades de éxito. Otros más realistas le sugerirán ir a la tienda más cercana. Normalmente se encogerán de hombros con una sonrisa en los ojos. Un setal es un setal, un secreto que solo se comparte con familiares y amigos muy cercanos, una cuestión casi de sangre. Así son las cosas. Pero es que todo tiene un límite, porque Ezcaray ha aprendido a ser muy hospitalario con los visitantes. De hecho, buena parte del pueblo vive de ellos, de quienes se instalaron como veraneantes desde los años setenta del pasado siglo y de los turistas en general. Hay todo tipo de actividades que hacer en el valle y sus pueblos, pero como casi el 100% de ellos son españoles y muchos de ellos vascos, nadie se pierde la ocasión de celebrar cualquier cosa en torno a la mesa. En el pueblo siempre se ha comido bien. No faltan bares para beber vino y tomar pinchos, desde luego. El que puso Eduardo Masip padre en la Plaza de la Verdura, hace más de treinta años, fue la primera piedra de toda una empresa hostelera en el corazón del pueblo que hoy incluye un elegante hotel. Con el Hostal Echaurren como bandera, la oferta gastronómica ha evolucionado para adaptarse a nuevos gustos. Pero tampoco hay que engañarse: Ezcaray no es Barcelona ni La Rioja el Perigord francés. Cocineros como Francis Paniego han recibido el reconocimiento de la Estrella Michelin por su capacidad para innovar sobre las mejores materias primas. Ofrecer nuevas experiencias que la tradi-

ción, precisamente por basarse en repetir las recetas de siempre, no puede dar. Pero nadie que vaya a Ezcaray y, por extensión La Rioja, puede dejar de probar alguna vez guisos que son el ABC de cualquier hogar como las patatas con chorizo, los caparrones, chuletillas de cordero, bacalao al ajoarriero, cordero al chilindrón, pimientos rellenos, una menestra de verduras de temporada... Toda esta oferta, junto a los numerosos pisos en alquiler y urbanizaciones que hoy rodean con escaso acierto urbanístico el pueblo, hacen que la principal industria de Ezcaray sea hoy la turística. La riqueza del valle y de los montes queda patente al comprobar el escaso terreno cercano al río que queda sin vallar. Es un patrimonio que tradicionalmente sirvió para explotar ganado, madera y alguna mina y hoy sigue ofreciendo con las pistas de esquí instaladas en el altivo San Lorenzo. Pero ya desde el siglo XVIII las fábricas han sido tradición en la economía del pueblo. De hecho, la Real Fábrica de Tapices, cuya construcción impulsó el Marqués de la Ensenada en tiempos de Carlos III, fue en su época un potente foco económico textil que hoy, si no fuera por los telares artesanos de los hijos de Cecilio Valgañón, que aún producen mantas de la mejor calidad, se hubiera extinguido. Dos de los más ilustres hijos de Ezcaray son de aquella época en la que el pueblo comenzaba a buscar su faceta industrial. Fueron muchos más los que salieron de la montaña rumbo a América para encontrar lo que no les daba su tierra. Pero estos dos tenían un carácter singular.


Porque el valle del Oja se quedaba algo pequeño a un sacerdote y obispo como Pedro Antonio Barroeta. Partió hacia Cartagena de Indias en 1750. De allí viajó a Perú, donde fue nombrado arzobispo de Lima y emprendió la reconstrucción de las iglesias y conventos arrasados por un devastador terremoto cinco años atrás, en 1746. El destino quiso que compartiera la tarea con el virrey José Antonio Manso de Velasco, quien fue premiado con el título de Conde de Superunda por su labor en la reconstrucción de la capital peruana, incluyendo su catedral. Barroeta se hizo célebre por su temple a la hora de no dejarse vencer por los desastres naturales ni por el abandono de las buenas costumbres que observó en su diócesis. Puso freno a corrupciones poco cristianas y obligó a los sacerdotes a aprender quechua, examinándoles de este idioma con el fin de que los indígenas les contemplaran desde un punto de vista más cercano y, sobre todo, les entendieran. En cuanto a la corte de Lima, encabezada por el virrey Manso de Velasco, el choque fue frontal y alcanzó su punto culminante solo cinco años después de ocupar su cargo en la capital peruana. Barroeta, celoso defensor de la autoridad eclesiástica y con un amor propio a la altura de las torres de su iglesia, ordenó al organista de la catedral romper la costumbre limeña y permanecer en silencio a la entrada del virrey en el templo. Fue una ofensa pública imperdonable. Manso de Velasco venció el litigio posterior y Barroeta abandonó Lima rumbo a España, al arzobispado de Granada. Al virrey del Perú le tocó tiempo después, ya retirado y en su

viaje de vuelta a España, sufrir en La Habana el asedio de los ingleses y, como máxima autoridad, rendir la ciudad. Al llegar a España fue juzgado y condenado. Cuentan las crónicas que al salir de prisión y en una situación económica que ya nada tenía que ver con la de su posición en Lima, el conde de Superunda se estableció en Granada, donde encontró al terrible Barroeta, que le ofreció ayuda para poner fin a su enemistad. Francisco de Barbadillo y Vitoria tuvo que demostrar un temple similar para pacificar las revueltas indígenas en Monterrey, México. Por poderes otorgados por el virrey, el licenciado Barbadillo abolió las denominadas congregas, por las que los propietarios de tierras españoles incluían en su patrimonio los asentamientos dentro de su territorio y utilizaban como mano de obra a sus pobladores. Más que someter a los indígenas, el licenciado peleaba contra los colonos. Por dos veces en el plazo de diez años, entre 1714 y 1723, Barbadillo tuvo que imponer la ley a los díscolos terratenientes españoles para pacificar el territorio del Nuevo Reino de León. Entretanto, se dedicaba a fundar misiones y ciudades, la más famosa de ellas Guadalupe. A diferencia de Barroeta, no regresó a España y murió en México. ¿Y es así la gente de Ezcaray? Pues, desde luego, son menos conflictivos, pero tampoco le dan la espalda a los problemas. Dicen que hace unos años, cierto político nacionalista vasco acudió a cenar a una sidrería del pueblo. Ya se sabe que, al menos en España, los políticos sienten en general poca estima por la memoria de los ciudadanos y su arrojo para decir lo que pien-

san. Éste en cuestión había pasado de ser el azote nacionalista del terrorismo vasco a hacer poco menos que corresponsable al Gobierno español de los desastres causados por ETA. Al término de la cena, al pedir la cuenta, el espíritu de Barroeta o el del licenciado Barbadillo debieron poseer al dueño del local, que tan firme como diplomático, le dijo: “Está usted invitado señor, pero no vuelva más por aquí”. Solo le faltó soltar otra vez aquello de “Ite in pace glorificando…”.

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Avui es festa, la mare fará crema catalana Hoy es fiesta, mamá hará Crema Catalana Nuria Roca Cahué*

La crema catalana, o crema de Sant Josep, postre eminentemente casero y popular en los hogares catalanes, ha sido quizás el más universalizado por la seducción que su sabor ejerce sobre los paladares. El cremat, esa capa de azúcar quemado que se le añade al final, le da una originalidad que es la impronta de exclusividad de este postre. La receta o fórmula la podemos encontrar en miles de libros o páginas de internet que nos facilitan la información, pero lo que nadie sabe es el significado y la importancia para quienes vivimos durante muchos años la austeridad que nos deparó la postguerra española, esperando ese domingo o festivo en que podíamos saborear ese premio familiar: el postre de crema catalana. Cuando el frío invierno nos encerraba a hacer las tareas en la mesa de la cocina, al calor del ho-

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* Miembro de la Comisión Cultural Fundación Hispanoamericana Santiago de Cali.


gar, donde nuestra madre nos controlaba al mismo tiempo que oficiaba de gastrónoma, era un deleite aspirar los aromas de lo que sería el postre que anunciaba un día de fiesta. Mientras revolvía lentamente la leche con la canela y las cortezas de limón, dejábamos nuestros asientos para oler más de cerca la delicia, calculando cuándo espesaría y sería vertida en la bandeja ovalada de cerámica para nosotros acceder con las cucharas -previa mirada de aprobación de nuestra madrea raspar el fondo de la olla. Con la risa picarona del disfrute por lo sencillo que nos daba la inocencia de aquellos tiempos en que lo material andaba escaso, compartíamos el dulce ritual alrededor de la mesa de ese hogar que nos garantizaba la seguridad después del desastre y la desolación –la guerra civil- que, aunque no tan reciente, podía volver. Sobre el origen de la crema catalana tenemos diferentes versiones; hay quien afirma que en el siglo XVI ya era conocida en Cambridge (los ingleses, siempre los primeros….). También hay una graciosa anécdota que cuenta la visita de un goloso obispo a un convento de monjas no identificado, famosas por el delicioso flan que preparaban. En esta oportunidad el dichoso flan no cuajó como debiera y la hermana cocinera -muy recursiva, por cierto-, ante el azar de tal situación, lo espesó con el consabido almidón, quemándole, con la plancha de hierro de alisar los hábitos, una capa de azúcar por encima y sirviéndolo de inmediato. El obipo, acostumbrado a comer el postre frío, llevó con

avidez una cucharada a su boca y al quemarse la lengua exclamó: ¡Crema! (¡quema!) y parece ser que de ahí salió el nombre. El apelativo de crema de Sant Josep se debe a que se preparaba especialmente para ese día, el 19 de marzo. Ese plato también era y sigue siendo tradicional en la Cataluña francesa y la región de Languedoc, en la cual se presenta una adapatación gala llamada Créme brulée.

Receta de crema catalana a mi manera:

4 yemas de huevo 8 cucharadas soperas rasas de azúcar blanco 4 cucharaditas de almidón (Maizena), colmadas 1 litro de leche 3 ramas de canela 4 cortezas de limón rugoso evitando la parte blanca en lo posible Para el cremat 100 g de azúcar blanco Plancha de hierro

Pongo a calentar en bajo o medio la leche con la piel del limón y la canela, y remuevo con una cuchara de palo hasta que el olfato me avisa que está aromatizada la leche. Si el limón es amarillo puede dejarse que hierva por unos segundos. El verde, si se deja hervir, amarga ligeramente el resultado final. Cuelo ese preparado y lo vuelvo a echar en el mismo recipiente. En la licuadora mezclo las cuatro yemas de huevo, el azúcar, el almidón e integro la mezcla a la leche revolviendo de nuevo con

mucha paciencia para que no se pegue el fondo, hasta que espesa y da la sensación de que ya va a hervir. A continuación le vierto en una bandeja y la dejo reposar hasta que tome temperatura ambiente para pasarla al refrigerador.

Cremat

Pongo a calentar la plancha de hierro a temperatura máxima, y mientras tanto espolvoreo la crema con azúcar blanco hasta formar una capa no muy gruesa que someto a la plancha de hierro caliente y bajo su efecto el azúcar se quema y forma una capa sólida y vidriosa. Algunas personas prefieren que les sirvan ese postre con el azúcar recién quemado y se divierten craquelándolo; otras optan por dejar que el caramelo se derrita y se mezcle con la crema a la que da un bouquet especialísimo. Sabemos que hoy día está muy de moda el soplete para el cremat. No soy reacia a los avances, pero prefiero el sabor del quemado con plancha de hierro. Es sensiblemente diferente.

El apelativo de crema de Sant Josep se debe a que se preparaba especialmente para ese día, el 19 de marzo.

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Reseña

Las artes de la existencia: un asunto de orden pedagógico y político. Lecturas para una filosofía de la educación Por: Perucho Mejía García*

El arte de gobernarse a sí mismo se encuentra asediado hoy por el ejercicio del poder que tiende a ser virtual, tecnológico, suave, de opinión y de dominio cognitivo; ya no es el poder concebido de forma unitaria, monolítica, absoluta y maciza. Mario Germán Gil Claros.

En el cuidado de uno mismo, nos muestra Foucault, “uno es su propio objeto, su propio fin”. Con este pasaje, matizado de miradas socráticas y platónicas, se aborda el libro Las artes de la existencia: un asunto de orden pedagógico y político. Lecturas para una filosofía de la educación, del profesor Mario Germán Gil Claros. En este análisis, que universaliza el objeto de la mirada del sujeto, se manifiesta una actitud filosófica primordial, enfocada hacia una indagación

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autodirigida por medio de unas prácticas en los asuntos de la vida, las cuales permiten la constitución de un hombre liberado de las servidumbres quien, en consecuencia, se fortalece, mejora cada vez más y adquiere sentido. Como el mismo autor señala, este planteamiento se sustenta en unas “prácticas de sí” hacia el sujeto moderno, que tiene en cuenta cuatro acápites primordiales: 1. La mirada hacia el otro: cuestión de psicagogía; 2. Ética y libertad; 3. Conocerse a sí mismo: un ejercicio hermenéutico del sujeto; 4. Conversión filosófica; y 5. El sujeto político. Evidentemente, estos postulados no conciernen solamente al cuidado de

* Ph. D. Profesor del Departamento de Humanidades de la Universidad Santiago de Cali y de Bellas Artes, Institución Universitaria del Valle.


sí mismo, sino que se encuentran mediados por la relación con el Otro, de acuerdo con unas prácticas enmarcadas en un contexto de orden cultural, social y espiritual, los que, asumidos alrededor de la naturaleza de su ejercicio, se expresan por medio de las artes de la existencia. Para llegar a ello es preciso considerar la tesis central propuesta que es, en efecto, la práctica pedagógica y el arte del gobierno de sí, desde los cuales es preciso volver sobre sí a la manera platónica por medio de la épístrofè, en una especie de alejamiento de las apariencias y retornando a la patria ontológica. En virtud de este principio, es fundamental otro aspecto que designa la cualidad moral, la libertad, la decisión y el hablar franco: la epimeleia. Con ella se despliega el desarrollo de una actividad en un estado de conciencia de lo que somos para encarar y buscar nuestro mundo interior. Porque, además, se produce en este ámbito una conexión que nos muestra el camino de la relación con el Otro y la libertad a través de unas prácticas de sí que se han de cultivar con base en una reflexión filosófica a partir de una experiencia de sí. En esta dirección, entonces, retomando a nuestro autor, «filosofar se vuelve un asunto de indagación, un dar consejos para una buena vida práctica y prudente, retomando la sentencia del oráculo délfico». Debemos decir, así mismo, que este juego de posibilidades, con su amplio análisis, permite hacer una interrogación conducente a revisar la propia condición humana, por medio de un reconocerse

En este análisis, que universaliza el objeto de la mirada del sujeto, se manifiesta una actitud filosófica primordial, enfocada hacia una indagación autodirigida por medio de unas prácticas en los asuntos de la vida consigo mismo, pero para ello debe precisar de una base sólida de pensamientos y acciones a la manera cartesiana, puesto que es aquí cuando el autor acude al reconocimiento de la pregunta por el sujeto en la Modernidad, la cual se encuentra ligada a un asunto de orden filosófico: la verdad. Por ello, esta visión resulta ser una determinante esencial, la cual se puede formular entonces en el orden de la siguiente pregunta: ¿Qué hay del conócete a ti mismo? Esta postura del mundo antiguo, considerada como un imperativo categórico, es una invitación a conocerse y cuidarse a sí mismo a través de unas técnicas de orden espiritual, que están gobernadas en la propia actividad que el sujeto ejerce sobre sí.

«Filosofar se vuelve un asunto de indagación, un dar consejos para una buena vida práctica y prudente, retomando la sentencia del oráculo délfico»

La preocupación que se realiza por el sí mismo implica de nuevo plantear otra pregunta: ¿Por qué el cuidado de sí? Sin duda, observa el profesor Gil Claros: «Este cuidado de sí reflejado en una manera de ser, se da en todos los órdenes de la cotidianidad, en el cuidado del cuerpo, de la alimentación, del sexo, del pensar, entre otros. Es el hombre que sabe lo que sabe a través de una toma de conciencia». Ahora bien, decir lo que se piensa a la manera foucaultiana es un asunto de pensar lo que se dice, hacer que el lenguaje se corresponda con la conducta; esta promesa, esta especie de compromiso, está en la base de la parresía. En dicha esfera se plantea una actitud de apertura hacia lo que se quiere decir, ya que por esta vía se puede alcanzar la libertad y la decisión de quien habla. Considerado en su conjunto, este ensayo plantea en el ámbito que nos circunda un nuevo sesgo, cuya mirada permite estar atentos a la actitud filosófica del arte de vivir, en la que es necesario entablar un vínculo de solidaridad. En otras palabras, es asumir la atención hacia los otros por medio de relaciones comunitarias reguladas por un tipo de diálogo sincero, el cual constituye un mejoramiento en la consolidación de nuestro estilo de vida y de nuestra existencia. En resumen, la obra que el profesor Mario Germán nos entrega se funda, entonces, en diferentes riquezas de pensamiento, sobre las cuales el cuidado de sí se constituye en una actividad de salvación que encuentra su recompensa no sólo en nuestra condición natural sino en la espiritual.

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Los que inician

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Alumnos de JardĂ­n Infantil 2011-2012

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Los d

Los de Hoy Cantemos a nuestro Colegio María Camila Cuenca Ortiz*

“El Colegio en que hoy nos formamos es el Gran Hispanoamericano”. Ese verso del himno resonará con orgullo en nuestros corazones por siempre. Nunca olvidaremos el infaltable énfasis en “Gran”, ni el usual murmullo entre los estudiantes cuando alguien se adelanta por equivocación varias estrofas hasta el final del himno: “¡Gracias!… Hispanoamericano” Entonar con fuerza el himno y acentuar aún más el “Gracias” es lo menos que podemos hacer para demostrar nuestro amor por el Colegio. El Hispano es y seguirá siendo nuestro segundo hogar, lugar de reunión de maestros y amigos que son privilegio. Testigo de lágrimas y risas, de peleas y reconciliaciones, de fracasos y éxitos. Es el padre que nos formó, y la madre que nos apoyó incondicionalmente. Muchos nos preguntarán en el futuro: “¿De qué colegio vienes?”, y nosotros no dudaremos en responder con honra marcada en nuestra voz: “Del Hispanoamericano”. Sabemos con certeza que en cuanto dejemos este hogar seremos capaces de surcar un nuevo mundo, de lograr todo lo que nos propongamos. Algunas veces caeremos, sí, pero tendremos el poder y el valor para levantarnos de nuevo, porque esa es la tenacidad que nos ha inculcado nuestro Colegio. La perseverancia, la buena voluntad, la inteligencia, la creatividad, la honestidad, la integridad son unos cuantos de los muchos valores que nos ha legado nuestra Familia Hispanoamericana. Nunca olvidaremos ese sentimiento de compartir día a día momentos agradables con nuestros profesores, que fueron como padres para nosotros; con nuestros amigos, tan cercanos como hermanos; ni con el resto de empleados del plantel, siempre saludando con una sonrisa amable. Recordaremos con satisfacción también los éxitos que conseguimos gracias al empeño que pusimos en cada materia. Recordaremos la presión, las noches en vela, las lágrimas de impotencia y, al final, los gritos de alegría por haber podido salir adelante con nuestros propios méritos y el apoyo de la Familia Hispana. Es imposible pedir que no lloremos, que no sintamos nostalgia, porque cuando hemos recorrido un largo camino y nos hemos encariñado con el paisaje, ya no queremos llegar al final. Pero es igual de imposible no sentirnos felices porque tendremos la oportunidad de mostrarle al mundo lo que somos, y de gritar a los cuatro vientos lo que es el Colegio que nos educó, la Institución que nos formó tanto académica como personalmente, y que ahora nos envía muy preparados a descubrir un nuevo mundo.

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* Estudiante de Colegio Hispanoamericano Santiago de Cali, Promoción 2012.


de hoy

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Los de ayer

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Álbum del Recuerdo Equipo de microfútbol, 1987

Estudiante Juan Manuel Madrid, destacado en el área de Sistemas, 1989.

Primeras Comuniones, 1989

Homenaje a Jaime Urrestta R. 1989

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Álbum del Recuerdo

Teatro en el Centro Español, una quijotada

Cándido Cristóbal Arroyo* En la primera mitad del siglo XVI y bajo la corona de Carlos V, que extendió sus dominios por Italia, Alemania y los Países Bajos, era lógico esperar que tras el apogeo político hubiera un florecimiento intelectual que tendría en la literatura sus más brillantes manifestaciones. Iniciado el llamado Siglo de Oro de la literatura castellana fueron apareciendo los grandes poetas y dramaturgos: Garcilaso de la Vega, Gutiérrez de Cetina, Ginés Pérez de Hita, Juan de la Cueva, Fray Luis de León, Francisco de Quevedo y tantos más que sería larga su enumeración. Y, por supuesto, el Fénix de los Ingenios, Lope de Vega; y el Príncipe de los Ingenios españoles, Miguel de Cervantes. Surgieron posteriormente otros autores de los que emanaron las alegres comedias que en la actualidad aparecen en los carteles de los grandes teatros donde se cultiva este género. Hace años, unos cuarenta, apareció por esta tierra un quijote

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de los muchos que abundan por este mundo de Dios, maletas en ristre, emulando al de Cervantes, y acompañado de su esposa e hija, que desplazaban al bueno de Sancho. Fundó, junto a otros paisanos, el Centro Español. Poca cosa en principio, pero ilusionados en hacer, con el tiempo, algo que mereciera ser digno de su patria. Una vez conseguida su ilusión y luego de desempeñar en sucesivas ocasiones la presidencia, la secretaría y la tesorería del Centro, D. Domingo Manzaneque no se sentía realizado. Algo le faltaba… ¿Qué sería? Gran aficionado a la zarzuela y al teatro en general, en unión de varios contertulios, también aficionados al arte de las tablas, organizó un pequeño grupo que poco a poco se fue agrandando. Se inició la serie de comedias con La Nicotina. Con esta obrita ya empezaron a destacar José Graell, director del grupo; Carmen de Manzaneque, Maribel Manzaneque, Emilio Tarruella, Pedro Corominas, etc.

* Miembro Fundación Hispanoamericana Santiago de Cali.

Siguieron La locura de Don Juan, en la que se incorporó el doctor Chamorro; El refugio; Mañanitas de sol, con gran actuación de Maribel y Pedro; El sexo débil; Divorcio sí, divorcio no; La princesa está triste; Usted puede ser un asesino. Fueron tantos los éxitos alcanzados por el grupo, que sus presentaciones llegaron hasta el teatro Colón de Bogotá. Pero –siempre hay un pero– era mucho el sacrificio y el teatro robaba tiempo a las actividades particulares de sus integrantes. Así, por ausencia de algunos, por fallecimiento de otros y por falta de tiempo de los demás, el fuego teatral se fue apagando. ¿Se apagó…? Siempre queda un rescoldo. ¿No será posible reavivar este don que Dios nos dio a los españoles? Tenemos que intentarlo con las nuevas generaciones, a fin de que un día no muy lejano la actividad teatral vuelva a darnos las alegrías que tiempo atrás nos brindó a los miembros de la colonia.


Mayo de 2011

Concierto Las Dos Orillas Luis Llaneza y Sergei Shikov

Concierto de canto y piano Marta Mateu y Mac McClure

Conversatorio de H’sao

Concierto de Mr. Klaje

A c t i v i d a d e s

Actividades Culturales

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A c t i v i d a d e s

Agosto de 2011


Concierto de Arpa

M贸nica Gallego

A c t i v i d a d e s

Agosto de 2011

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Eventos Aniversario

Gala de Zarzuela

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Cristina Faus - Albert Monserrat - Alejandro Roca


Fiesta Comunidad Vasca

Febrero de 2012

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A c t i v i d a d e s 60

Abril de 2012

Fiesta Comunidad Catalana

DĂ­a de Nuestra SeĂąora de Montserrat


A c t i v i d a d e s

Exposición Sagrada Familia

Conferencia Parque Güell

María Eugenia Soldevila

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A c t i v i d a d e s 62

Músicas del Mundo Tablatronic

Concierto de Subhash Dhunoohchand

Visita del Señor Embajador de España, Don Nicolás Martí Cinto

De izquierda a derecha: Óscar Valero, Presidente Centro Español de Cali; María Eugenia Yugueros, Presidente Sociedad Española de Beneficencia; Nicolás Martí Cinto, Embajador de España en Colombia; Mario Bedoya, Cónsul Honorario de España en Cali y José Antonio Sierra, Presidente Fundación Hispanoamericana Santiago de Cali.

El señor Embajador con el Presidente de la Fundación Hispanoamericana


Jesús Munárriz Poeta, traductor y ensayista español nacido en San Sebastián. Cofundador y director de la editorial Ciencia Nueva; codirector de la colección de poesía Saco roto de la editorial Helios; fundador y director actual de Ediciones Hiperión. Poema Cuando el viento abalanza sus mastines…

Cuando el viento abalanza sus mastines por las encrucijadas del olvido y levanta las hojas del recuerdo que cubrían las huellas del camino, se ve un paisaje desolado y yerto, la sombra de los días que se han ido, borrando con su paso la esperanza de algún inencontrable paraíso, cuando el viento abalanza sus mastines por las encrucijadas del olvido. Cuando la noche trae su misterio y se mira a los ojos al destino, cuando la soledad se precipita por nuestra confusión y sus abismos, de no se sabe dónde, la tristeza aparece de pronto con su frío dejando un esqueleto de verdades olvidado a la puerta del vacío, cuando la noche trae su misterio y se mira a los ojos al destino. Cuando la nada crece en las macetas y se esconde en el fondo del pasillo, cuando nos despertamos con su cuerpo pegado a nuestro nombre y apellido, olas de sal golpean las paredes, se arremolinan ante el precipicio y nos va arrebatando su blancura hasta el último sueño del sentido, cuando la nada crece en las macetas y se esconde en el fondo del pasillo.

Pablo Armando Fernández

Poeta, narrador cubano, fue Consejero Cultural de la Embajada de su país en Gran Bretaña, se desempeñó como secretario de redacción de la Casa de las Américas y participó en la comisión cubana de la Unesco. Poemas de amor En voz baja decir, amor, tu nombre, junto a ti, a tus oídos, a tu boca. Y ser ese animal feliz que junta sus mitades. En voz baja o sin ella, muda la boca revertida a su unidad: silencio inaugural que a verbo y carne otorga nueva vida. Los ojos, ciegos, de regreso al todo: luz revelando mundos como fueron o son, como serán. Vueltos a ser alegría del otro, uno consigo mismo en compañía. Una vida otra: la tuya; tan amada. Volver a ser origen sin tristeza o dolor, sin miedo, sin nostalgia, o con ellos: tú y yo, nuestros recuerdos y cenizas.

A c t i v i d a d e s

INVITADOS FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESÍA DE BOGOTÁ EN CALI

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ORIGAMI

ORI- Plegado KAMI- Papel (doblar papel) Por: María Cristina Cruz M.* Para los occidentales nos resulta llamativo e ingenioso el arte de crear con papel todo tipo de figuras. Es una afición que se ha convertido en una pasión para muchos por las bellas formas que se logran. Lleva siglos de existencia y por ello tiene una historia muy rica, y está arraigado en algunas costumbres japonesas. Por ejemplo, en las ceremonias nupciales fijan mariposas de papel en las botellas de sake con el que se brindará por la felicidad de los desposados, y es un gran honor para los familiares elaborar las figuras. Tuvo en principio un sentido religioso, pero después se fue generalizando su uso profano. Los regalos siempre estaban acompañados con figuras de origami. Se utilizan en objetos de uso doméstico y los niños aprendieron a elaborar en origami algunos juguetes como sombreros, cascos, barriletes, etc. Occidente debió esperar siete siglos para conocer el origami. El hecho se produjo en 1860 cuando un prestidigitador japonés en gira por Europa maravilló a su público exhibiendo una grulla de papel que movía el cuello al ser tirada de la cola. De esta manera el origami comenzó a difundirse tímidamente por el mundo y a ganar más y más adeptos entre los no japoneses. El papel también se fue transformando y se impuso la forma cuadrada como base para realizar las figuras. La aplicación al campo de la educación fue idea del pedagogo alemán Frobel y los matemáticos lo adoptaron como un valioso recurso para el aprendizaje de la geometría. El término papiroflexia fue acuñado por Vicente Solórzano Sagredo a principios del siglo XX para designar la técnica del origami. En la década de los cincuenta se creó un código internacional para unificar la representación de los dobleces de origami. Se exploraron, además del

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cuadrado, el triángulo, el pentágono, el hexágono y el círculo. El origami encanta, atrapa y fascina a niños y adultos. Como recurso para oxigenar el ambiente de clases y romper con la monotonía, en el Colegio Hispanoamericano implementamos el origami en los cursos cuarto y quinto de primaria, pues es una disciplina que centra la atención del estudiante, hace que su disposición sea la mejor y el resultado de su trabajo represente para él un verdadero premio. Más adelante los alumnos de bachillerato se interesaron en este tipo de construcción, con una clara idea del disfrute de lo lúdico al experimentar con nuevas formas y figuras que se pueden lograr con el papel. El año lectivo anterior se hizo un trabajo con los alumnos de grado noveno en una presentación de macetas similares a las tradicionales nuestras, y nos unimos en una labor manual para complementarlas con dulces y chocolates. En los dos primeros períodos de este año el trabajo se hizo con los grupos séptimo, octavo y noveno, teniendo en cuenta el grado de dificultad para aplicarlo. La petición de la enseñanza del origami cada día fue tomando más fuerza entre los estudiantes, y la colaboración del Colegio no se hizo esperar en cuanto al suministro del papel. Las clases de origami se intercalaron con las de dibujo técnico, tiempo que dispusimos para su elaboración. Era una oportunidad que no se podía dejar pasar, puesto que la disposición y entusiasmo de los estudiantes lo ameritaba. Se estableció una fecha para la exposición de los trabajos dentro de la programación institucional, y los mismos estudiantes se involucraron en su instalación. Es de anotar que las figuras elaboradas por cada curso se les entregaron a sus autores al desmontar la exposición.

* Docente del Área de Arte del Colegio Hispanoamericano Santiago de Cali.


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