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Cocinar con leña: un enemigo silencioso para la salud de los colombianos con menos recursos.

Cocinar con leña: un enemigo silencioso para la salud de los colombianos con menos recursos.

Según cálculos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo hay 64 millones de personas que padecen enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y para 2030, este problema de salud pública se constituirá en la tercera causa de mortalidad. En Colombia hay 1’774.000 millones de familias que usan fogones abiertos para cocinar alimentos, hervir agua o calentar el ambiente, alimentados por combustibles sólidos como leña o carbón, según la más reciente Encuesta Nacional de Calidad de Vida del DANE.

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Por Alejandro Martínez Villegas Presidente Asociación Colombiana del GLP – GASNOVA

El 16 de noviembre se conmemora el ‘Día mundial de lucha contra la enfermedad pulmonar obstructiva crónica’, una fecha que busca promover frente a las autoridades sanitarias y gubernamentales de todo el mundo la importancia unas mejores condiciones de vida que eviten enfermedades respiratorias en las que uno de los principales factores de riesgo es la contaminación intramural asociada al uso de la leña para cocinar. El Gas LP (GLP), comúnmente conocido como gas propano, es utilizado por más

El 16 de noviembre se conmemora el ‘Día mundial de lucha contra la enfermedad pulmonar obstructiva crónica’

de 12 millones de colombianos en 95% del territorio nacional (1.050 municipios) y es el combustible más competitivo para reemplazar el uso de la leña. Tiene grandes ventajas, particularmente para la gente más pobre en las ciudades y para quienes viven en zonas rurales apartadas. Este combustible presenta sus mayores consumos en Antioquia, Cundinamarca, Nariño, Bogotá y Valle del Cauca, no solo por la costumbre de usar los cilindros de gas, sino también porque la gente más pobre no tiene para pagar las acometidas ni los cargos mínimos mensuales del gas natural: con el cilindro prepagan y administran su consumo del combustible. Frente al consumo de la leña y la necesidad de reemplazarla por GLP, el país cuenta con una excelente experiencia desde el año 2013, cuando por primera se otorgaron subsidios al consumo del GLP en lo que se denominó el ‘Plan piloto de subsidios

al GLP en cilindros’ actualmente en 7 departamentos: Cauca, Nariño, Putumayo, Caquetá, San Andrés Islas, Amazonas y Guainía, que hoy gozan de un subsidio del 50% y 40% del consumo mensual de subsistencia, para las familias de estratos 1 y 2, respectivamente. Se calcula que son más de 342.464 hogares beneciados; en una auditoría al Plan Piloto, contratada por el Gobierno, se estimó que el 31% de estas familias beneciadas, antes de acceder a este subsidio, utilizaban para cocinar: leña, carbón y gasolina. Este porcentaje bajó del 31% al 1,18%, bene- ciando así la salud y calidad de vida de miles de usuarios y de paso contribuyó a la protección ambiental, pues este subsidio también tiene una gran importancia desde la perspectiva ecológica porque contribuye a la reducción de la deforestación: en 2017, se deforestaron en Colombia un total de 219.973 hectáreas, 23% más que en el 2016.

En Colombia hay 1’774.000 millones de familias que usan fogones abiertos para cocinar alimentos, hervir agua o calentar el ambiente, alimentados por combustibles sólidos como leña o carbón

Un serio problema de salud pública Según cálculos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo hay 64 millones de personas que padecen enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y para 2030, este problema de

salud pública se constituirá en la tercera causa de mortalidad. En Colombia hay 1’774.000 millones de familias que usan fogones abiertos para cocinar alimentos, hervir agua o calentar el ambiente, alimentados por combustibles sólidos como leña o carbón, según la más reciente Encuesta Nacional de Calidad de Vida del DANE.

Cifras del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (2015), sostienen que el uso de leña como fuente energética para cocinar, produce en nuestro país aproximadamente 1.000 muertes anuales; y el Banco Mundial calculó, en 2014, que Colombia destina $1.1 billones (0,22% del PIB de 2009) para atender los impactos en

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