Columbia Noviembre 2020

Columbia CABALLEROS DE COLÓN

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La misión fundadora del Padre McGivney fue proteger el futuro financiero de los miembros y de sus familias.

138 años después, su misión continúa.

SEGURO DE VIDA

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S E G U R O P O R I N C A PA C I D A D

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ÍNDICE

Columbia NOVIEMBRE 2020

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VOLUMEN 100

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NÚMERO 10

Departamentos 3

Construyendo un mundo mejor En el ministerio de nuestro Fundador, vemos el espíritu de caridad y hermandad al que están llamados todos los discípulos misioneros.

Por Carl A. Anderson, Caballero Supremo

4 Aprender sobre la fe, vivir la fe La amorosa y respetuosa labor que el Padre McGivney realizaba con sus feligreses es un ejemplo tanto para sacerdotes como para laicos.

Por el Arzobispo William E. Lori, Capellán Supremo

El mosaico de la capilla de la Sagrada Familia ubicada en la sede de Caballeros de Colón representa la Crucifixión adyacente al sagrario; a la izquierda, el Beato Michael McGivney quien lleva el pan y el cáliz eucarístico y, a la derecha, San Miguel Arcángel. El mosaico fue diseñado por el padre jesuita Marko Ivan Rupnik y fue instalado por artistas del Centro Aletti en 2005.

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Un Milagro Para Mikey

La sanación que abrió las puertas a la beatificación del Padre McGivney abundó en la gracia y las “coincidencias” de C de C.

ADEMÁS: El Hombre Católico del Mes

6 Noticias de los Caballeros de Colón Se invita a los Caballeros universitarios a ser hombres de valentía y virtud heroica • Lanzamiento de nuevo documental sobre Colón • La Orden ayuda a las víctimas de incendios en los estados del Oeste • Los Caballeros rezan una novena por la Causa de la Vida

Por Andy Telli

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Un Sacerdote Para Su Pueblo

Las relaciones personales del Padre McGivney revelan su liderazgo práctico y su corazón compasivo.

ON THE COVER: Photo by David Ottenstein — OTHER: Knights of Columbus Multimedia Archives

Por Kevin Coyne

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Beato Michael McGivney: Un Párroco con Impacto Global

Gracias al gran alcance de las obras caritativas de Caballeros de Colón, la devoción a su fundador ha crecido.

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‘La Unión Hace La Fuerza’

Un amigo del Padre McGivney reflexiona sobre sus virtudes, genio espiritual y visión al fundar Caballeros de Colón.

Por el Padre James H. O’Donnell

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El Arte de La Santidad

Cada vez más instituciones católicas cuentan con representaciones artísticas del Beato Michael McGivney, desde esculturas hasta pinturas y vitrales.

EN LA PORTADA

Una pintura por el artista Chas Fagan, del 2016, representa al fundador de la Orden, el padre Michael J. McGivney quien, debido a su beatificación el 31 de octubre, será el beato más reciente de la Iglesia.

Copyright © 2020 Todos los derechos reservados.

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EDITORIAL

Columbia

Nuestro fundador y amigo

PUBLICADOR Caballeros de Colón FUNCIONARIOS SUPREMOS

RECUERDO HABER ESCUCHADO por pri-

mera vez el nombre de Michael McGivney cuando apliqué para ingresar al Instituto Juan Pablo II de Estudios sobre el Matrimonio y la Familia en Washington, D.C. Si no fuera por la beca que lleva su nombre en su honor, es posible que no hubiera podido asistir a una escuela de posgrado. Mi padre ha sido Caballero de Colón durante mucho tiempo, sin embargo, yo aún no era miembro y desconocía que el Padre McGivney había fundado la Orden. Solamente estaba agradecido por el fondo de becas que, en ese momento, asumí que era de una familia llamada McGivney, quienesquiera que fueran.

En 2006, un año después de graduarme y regresar a Michigan para trabajar en una diócesis de allí, leí acerca de una oferta de trabajo para el puesto de director editorial de la revista Columbia. Aunque no tenía muchas ganas de mudarme a Connecticut, el gran aprecio que había desarrollado por los Caballeros me motivó a postularme. En un par de meses, estaba viviendo en New Haven, la Iglesia de St. Mary se convirtió en mi nueva parroquia; mi primer encargo fue escribir un artículo especial sobre el décimo aniversario de la causa de canonización del Padre McGivney.

Desde entonces he aprendido mucho más sobre la vida del Padre McGivney, he visitado con frecuencia su tumba en St. Mary’s y he recitado la oración por su canonización en innumerables ocasiones. Todo esto me ha llevado a verlo no solo como nuestro fundador, sino también como aquél activo sacerdote que fue en su vida terrenal, quien cuidó incansablemente a sus feligreses y Caballeros; y aún más, como un amigo quien ha intercedido por mí desde antes de que yo supiera quién era. Es tanta la belleza del Cuerpo de Cristo y la comunión de los santos, que los fieles que han muerto permanecen vivos en Dios y pueden orar por nosotros, hasta llegar a verlos como amigos.

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En referencia a los grandes hombres y mujeres de la historia de la salvación, el Libro de Hebreos habla de que estamos “teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos” (Heb 12,1). El Papa Francisco reflexiona sobre lo anterior en su exhortación apostólica sobre el llamado a la santidad, Gaudete et Exsultate, donde señala: “Los santos ahora en la presencia de Dios conservan sus lazos de amor y comunión con nosotros”.

Citando a su predecesor, Benedicto XVI, el Papa además recalca que cada uno de nosotros puede decir: “Todos los santos de Dios están ahí para protegerme, sostenerme y acompañarme” (GE, 4).

Cada año, el primero de noviembre, Día de Todos los Santos, celebramos esta “nube de testigos”, donde no solo están aquellos que han sido beatificados o canonizados, sino todos los que están en el cielo. No obstante, la Iglesia, por supuesto, reconoce formalmente a algunas personas como dignos intercesores y modelos de santidad.

Y este año, Caballeros de Colón y otros católicos de todo el mundo, y de hecho, toda la comunión de los santos, se regocijan de que el Padre McGivney sea nombrado el “Beato” más reciente de la Iglesia.

Su beatificación, celebrada el 31 de octubre en Hartford, Connecticut es, en verdad, un momento histórico para Caballeros de Colón y para la Iglesia en todo el mundo.

Para conmemorar esta ocasión llena de gracia, aquí presentamos esta edición conmemorativa de la revista Columbia. Cuenta con un diseño y marca actualizados y presenta varios artículos sobre la vida y el ministerio del Padre McGivney; sobre el milagro que abrió el camino para su beatificación; y sobre la creciente devoción a este humilde pero extraordinario párroco. Beato Michael McGivney, ¡ruega por nosotros! B Alton J. Pelowski Editor

Carl A. Anderson Caballero Supremo Mons. William E. Lori, S.T.D. Capellán Supremo Patrick E. Kelly Diputado Caballero Supremo Michael J. O’Connor Secretario Supremo Ronald F. Schwarz Tesorero Supremo John A. Marrella Abogado Supremo EDITORIAL Alton J. Pelowski Editor Andrew J. Matt Subdirector Cecilia Hadley Editor Sénior Margaret B. Kelly Editor Adjunto

Beato Michael J. McGivney (1852-90) — Apóstol de los jóvenes, protector de la vida familiar cristiana y fundador de los Caballeros de Colón, intercede por nosotros.

EN CONTACTO CON NOSOTROS COLUMBIA 1 Columbus Plaza New Haven, CT 06510-3326 columbia@kofc.org kofc.org/columbia ¿Cambió su dirección?

203-752-4210, opción #3 addresschange@kofc.org Preguntas a Columbia 203-752-4398 Dpto. de Atención al Cliente: 1-800-380-9995

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CONSTRUYENDO UN MUNDO MEJOR

Un misionero modelo En el ministerio de nuestro Fundador, vemos el espíritu de caridad y hermandad al que están llamados todos los discípulos misioneros Por Carl A. Anderson, Caballero Supremo MIENTRAS ESCRIBO esta columna, estamos a pocos días de la planeada beatificación de nuestro Fundador, el Venerable Siervo de Dios Michael McGivney. Igualmente estamos a solo unas semanas del aniversario número 30 de la gran encíclica de San Juan Pablo II sobre la actividad misionera de la Iglesia, Redemptoris Missio.

Sabemos que una causa de canonización no se emprende por el bien del candidato, sino por el bien de la Iglesia y, en el caso del Padre McGivney, también por el bien de los Caballeros de Colón.

Cuando se fundó la Orden en el siglo XIX, Estados Unidos se consideraba territorio de misión.

Hoy, el aniversario de Redemptoris Missio brinda una oportunidad providencial para comprender mejor el ministerio del Padre McGivney, quien tenía un gran espíritu misionero.

Tendemos a pensar en la actividad misionera como dirigida “afuera”, en las periferias y fuera de la comunidad de creyentes. Pero Juan Pablo II observó que también hay actividad misionera “dentro” de la Iglesia, especialmente en aquellas naciones que alguna vez acogieron la buena nueva del Evangelio pero ahora ya no.

“En nuestro mundo fuertemente secularizado, ha tenido lugar una ‘secularización gradual de la salvación’” (11). E incluso está el escándalo del “contra testimonio de los creyentes” (36), que actualmente es demasiado común.

A esto, Juan Pablo II propuso una respuesta audaz. Dijo que todos los creyentes tienen el deber de emprender la actividad misionera. Todos estamos llamados a ser misioneros por el testimonio de una vida cristiana que refleja la “novedad radical” que Cristo trae a cada creyente.

“La primera forma de testimonio”, explicó, “es la vida misma del misionero, de la familia cristiana y de la comunidad eclesial, que revela una nueva forma de vivir” (42).

Luego, Juan Pablo II escribió algo que llegó al corazón de todo Caballero de Colón: “El misionero es una persona de caridad. Para proclamar a todos sus hermanos que son amados por Dios y capaces de amar, debe mostrar amor a todos, dando la vida por el prójimo. El misionero es el ‘hermano universal’ ” (89).

Finalmente, agregó, “la espiritualidad misionera de la Iglesia es un camino hacia la santidad” (90).

Todo esto nos devuelve a la beatificación del Padre McGivney. El escrito de San Juan Pablo II sobre el mandato misionero de la Iglesia nos ayuda a comprender mejor su genio espiritual y por qué no solo es un párroco, sino también un misionero modelo.

La visión del Padre McGivney de una hermandad práctica de hombres católicos que dan testimonio de la fe al vivir nuestros principios de caridad y unidad ofrece a los hombres la oportunidad de ser misioneros en sus familias, parroquias y comunidades.

Como dije durante nuestra Convención Suprema en agosto, creo que es nuestra fuerza fraterna lo que es el sello verdaderamente distintivo de Caballeros de Colón y nuestro trabajo caritativo.

Asimismo, estoy escribiendo esta columna pocos días después de que el Papa Francisco publicara su encíclica sobre la fraternidad, Fratelli Tutti (“Hermanos todos”). Hay mucho que reflexionar en el nuevo mensaje del Papa sobre la hermandad. Me llamó especialmente la atención lo que dice sobre el buen samaritano: “Cada día tenemos que decidir si ser buenos samaritanos o espectadores indiferentes” (69). Creo que todo hombre que se ha unido a Caballeros de Colón ha tomado la decisión de ser un buen samaritano.

En su mensaje a la Junta Directiva de Caballeros de Colón en febrero pasado, el Papa Francisco dijo lo siguiente: “En nuestro mundo, marcado por divisiones y desigualdades, el compromiso generoso de la Orden de servir a todos los necesitados ofrece... una inspiración importante para superar la globalización de la indiferencia y construir juntos una sociedad más justa e inclusiva”.

Sigamos siendo, de formas diferentes, el testimonio de ese “hermano universal” llamado por nuestros Papas, y mientras lo hacemos, esforcémonos todos por seguir los pasos de nuestro Fundador Beato en el camino hacia la santidad. ¡Vivat Jesus!

“Todos estamos llamados a ser misioneros por el testimonio de una vida cristiana que refleja la ‘novedad radical’ que Cristo trae a cada creyente.”

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APRENDER SOBRE LA FE, VIVIR LA FE

Colaboradores en Cristo La amorosa y respetuosa labor que el Padre McGivney realizaba con sus feligreses es un ejemplo tanto para sacerdotes como para laicos Por el Arzobispo William E. Lori, Capellán Supremo HACE AÑOS, un compañero sacerdote me dijo: “Cuento los días para que el obispo me envíe a otro lugar”. Yo, recién ordenado, me atreví a preguntar: “¿Cuál es el problema?” Él respondió: “Realmente no me gusta la gente de mi parroquia.

Son fastidiosos y testarudos”. Continuó diciendo: “Saben que me quiero ir, supongo que esto empeora la situación”. ¡No precisamente una receta para el éxito!

En contraste, reflexionemos sobre el generoso y amoroso ministerio del Beato Michael McGivney, nuestro querido fundador y párroco ejemplar.

El Padre McGivney estaba contento con sus feligreses, los amaba. Con la dedicación a su vida sacerdotal, demostró que realmente quería ser parte de ellos. El Padre McGivney dejó una gran huella por su poderosa predicación y reverente celebración de los sacramentos, pero también por su empatía y respeto. Es un ejemplo para nosotros los sacerdotes, nos enseña a ser cooperativos y amorosos con los laicos.

El Padre McGivney, al decir de todos, estaba profundamente comprometido con los feligreses de la Iglesia de St. Mary en New Haven y, más tarde, con la Iglesia de St. Thomas en Thomaston.

Llevó a cabo su ministerio sacerdotal con una entrega sincera y una energía notable. Demostró que disfrutaba estar con sus feligreses: organizaba obras de teatro, partidos de béisbol, ferias parroquiales y otras actividades. De hecho, el Padre McGivney no buscó hacer todo por sus feligreses; más bien, trabajó con sus feligreses y, juntos, con la gracia de Dios, crearon una sana y activa comunidad de fe, adoración y servicio.

El Padre McGivney demostró su respeto por sus feligreses al trabajar junto con ellos, así como los dones que Dios les dio. Esto fue evidente no solo con proyectos y eventos, sino también cuando las familias sufrían pérdidas y tragedias.

Me pongo a pensar, por ejemplo, en su cercanía con la familia Downes, quienes se quedaron sin un centavo tras la muerte de su padre. Fue gentil tanto con los ricos como con los pobres por igual.

También mostró respeto por sus feligreses más jóvenes, no solo los defendió cuando hablaban mal de ellos sin razón, sino también les habló directamente sobre los peligros que amenazan la fe y 4

la moral. Humilde, amigable y optimista, el Padre McGivney se afirmaba cuando era necesario y podía ser estricto de manera apropiada cuando el bienestar espiritual de las personas estaba en juego. Era tanto el respeto que le tenía a su gente que no condescendía.

Fue hasta la fundación de Caballeros de Colón que el amor pastoral del Padre McGivney por su gente resplandeció con mayor fuerza. Había sido testigo de la miseria de las viudas y de los hijos cuando los padres morían prematuramente, a menudo debido a accidentes laborales. También vio la necesidad de ayudar a los hombres de su parroquia a fortalecer su fe y a ser mejores esposos y padres. De su preocupación pastoral surgió Caballeros de Colón: una fraternidad de hombres, unidos en la caridad, que viven con firmeza la fe mientras que brindan a sus familias seguridad financiera a largo plazo.

No siempre fue viento en popa. En esos primeros años, el Padre McGivney enfrentó críticas y divisiones entre los mismos Caballeros. Por un tiempo, parecía que su proyecto fracasaría. Pero el Padre McGivney no se derrumbó ni buscó dominar. En cambio, mostró un liderazgo real y perseverancia al insistir en que Caballeros de Colón seguiría siendo una organización dirigida por laicos. Desde este punto de vista, se adelantó a su tiempo, anticipándose al llamado del Concilio Vaticano II de que los laicos tomen un mayor liderazgo en la vida de la Iglesia y en la transformación de la sociedad.

Luego, después de un comienzo lento, Caballeros de Colón comenzó a crecer rápidamente.

El Padre McGivney no consideró esto como un momento de vindicación o una oportunidad para aferrarse al poder y la influencia. De hecho, hizo lo opuesto. Renunció como secretario supremo y solo mantuvo su función de capellán. No buscó controlar a Caballeros de Colón, sino solo asegurarse de que continuara fiel a la misión y los principios del Evangelio sobre los que fundó la Orden: caridad y unidad, así como fraternidad.

Aún hoy, el Beato Michael McGivney se relaciona con nosotros con amor pastoral y respeto mientras intercede por nosotros y nos inspira a de nuevo abrazar nuestra misión. B

“El Padre McGivney trabajó con sus feligreses y, juntos, con la gracia de Dios, crearon una sana y activa comunidad de fe, adoración y servicio.”

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Desafío del Capellán Supremo

El Hombre Católico del Mes

Reflexión mensual y reto práctico del Capellán Supremo Arzobispo William E. Lori

GIORGIO LA PIRA tuvo muchos trabajos — profesor, periodista y político — pero no tardó en identificar que tenía solo una vocación. “Soy, por la gracia del Señor, un testigo del Evangelio”, escribió una vez. “Mi vocación, la única que tengo, está toda aquí”.

La Pira nació en un pequeño pueblo de Sicilia, fue el mayor de seis hermanos. Se formó como contador y luego estudió Derecho, primero en Messina y luego en Florencia. A los 20 años, una experiencia de gracia en la Misa de Pascua lo llevó a consagrar su vida a Dios. Al año siguiente, formó parte de la Tercera orden de Santo Domingo, pero se sentía seguro de que estaba llamado a una vocación laical. “La meta de mi vida está claramente marcada: ser el misionero del Señor en el mundo”, escribió en 1931.

La Pira se convirtió en profesor de derecho y en 1939 comenzó a publicar Principi (Principios), una revista que criticaba al gobierno fascista de Italia. Después de la Segunda Guerra Mundial, fue elegido miembro de la Asamblea Constituyente y participó en la redacción de la nueva constitución de Italia, donde se incluyeron sus artículos sobre la dignidad de la persona.

“Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo”.

(Evangelio para el 22 de noviembre, Mateo 25,40) Santa Teresa de Calcuta afirmó que podemos ver la presencia de Cristo en el penoso disfraz de los pobres.

Honestamente, puede ser difícil ver a Cristo en algunas de las personas que sufren. Sin embargo, nosotros, en virtud de nuestro bautismo, somos cristianos con una misión: somos llamados a no ignorar a aquellos que sufren, sino a atender sus necesidades físicas y espirituales. Hermanos Caballeros, esforcémonos por reconocer el rostro de Cristo, sin importar cuán extraño pueda parecer, en los rostros de los pobres y de aquellos que sufren a nuestro alrededor, y reaccionemos ante ellos con el amor y la compasión de Cristo.

Venerable Giorgio La Pira (1904-1977)

FROM TOP: Photo courtesy of Fondazione La Pira, CNS photo/KNA, CNS photo/Paul Haring

Calendario Litúrgico

Reto: Este mes, lo reto a encontrar una forma de servir directamente a los pobres, los enfermos, los necesitados o los prisioneros de algún modo, por ejemplo, al colaborar en un comedor de beneficencia. En segundo lugar, lo reto a que acompañe a sus Hermanos Caballeros en el programa de Fe en Acción: Alimentos para las Familias, para ayudar a alimentar a las personas hambrientas que lo rodean.

1 de nov. Todos Santos 2 de nov. Fieles Difuntos 4 de nov. San Carlos Borromeo 9 de nov. Dedicación de la Basílica

de Letrán 10 de nov. San León Magno 11 de nov. San Martín de Tours 12 de nov. San Josafat 17 de nov. Santa Isabel de Hungría 21 de nov. La Presentación de la

Santísima Virgen María 22 de nov. La Solemnidad de Nuestro

Señor Jesucristo, Rey del Universo 24 de nov. San Andrés Dũng-Lạc y sus compañeros 30 de nov. San Andrés, apóstol

Se desempeñó como alcalde de Florencia de 1951 a 1957 y nuevamente de 1960 a 1964. Desde su puesto, supervisó la reconstrucción de vecindarios e infraestructura, pero su mayor preocupación era ayudar a los pobres disminuyendo el desempleo y la escasez de viviendas. Su propio hogar consistía en una celda sin muchos muebles del monasterio de San Marco, incluso donó la mayor parte de sus ingresos.

Continuó su labor política en las décadas de 1960 y 1970, realizó varios viajes y promovió la paz internacional hasta su muerte el 5 de noviembre de 1977. La Pira, quien dijo una vez que “la política es un compromiso de humanidad y santidad”, fue declarado venerable por el Papa Francisco en julio de 2018. B

Intenciones del Santo Padre

Recemos para que el progreso de la robótica y de la inteligencia artificial esté siempre al servicio del ser humano.

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NOTICIAS DE LOS CABALLEROS DE COLÓN

Se invita a los Caballeros universitarios a ser hombres de valentía y virtud heroica CIENTOS DE CABALLEROS UNIVERSITARIOS se reunieron de

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Desde la parte superior: Los miembros del Consejo Michigan Technological University 17237 de Houghton, Michigan, en una videollamada con su ex capellán, el padre Dustin Larson, celebran haber sido nombrados el Consejo Universitario Sobresaliente. El Pasado Gran Caballero Jay Czerniak (centro), el Gran Caballero Jack Hoffman (tercero desde la derecha) y otros miembros se reunieron al aire libre para ver la sesión de apertura y la ceremonia de premiación de la Conferencia de Consejos Universitarios. • Harrison Butker, pateador del campeón del Super Bowl Kansas City Chiefs y Caballero desde 2015, da su discurso de apertura.

habitantes necesitados.

En el segundo día de la conferencia, los Caballeros universitarios también escucharon un discurso del Diputado Caballero Supremo Patrick Kelly, quien reflexionó sobre las lecciones de la vida y el testimonio fiel del Padre McGivney.

“La clave de los logros del Padre McGivney fue la valentía”, dijo.

“Escuchó con atención las invitaciones del Espíritu Santo y actuó conforme a su llamado. No esperó. No dudó. Su modelo es uno que ustedes pueden seguir”.

“También están llamados a ser héroes”, concluyó el Diputado Caballero Supremo. “Por la gracia de Dios, podemos llevar vidas de virtud heroica y convertirnos en santos”. B

TOP: Photo by Stefany Berg

manera virtual para la Conferencia de Consejos Universitarios número 55, del 11 al 12 de septiembre, con el tema “Hermanos en la Brecha”. Caballeros de 107 escuelas de todo Estados Unidos y Canadá, en lo que fue una asistencia récord, escucharon discursos y participaron en sesiones sobre liderazgo, evangelización y vida de consejo.

“Enfrentarán retos que ninguna otra generación de consejos ha enfrentado”, dijo el Caballero Supremo en su discurso de apertura. Los problemas que enfrentan Estados Unidos y el mundo, añadió, “se solucionarán gracias a aquellos que tienen la fuerza y la valentía de amar: no solo a través de lo que dicen, sino a través de lo que hacen”.

El Caballero Supremo invitó a los Caballeros universitarios a continuar con su testimonio de caridad en sus campus, a “No Olvidar a su Prójimo” y a invitar a sus compañeros y amigos a convertirse en hermanos Caballeros.

“Un reto aún mayor”, concluyó, “es el que nos puso el mismo Padre McGivney: el reto de vivir una vida de virtud heroica de acuerdo con los principios de la caridad, la unidad y la fraternidad”.

El campeón del Super Bowl Harrison Butker, pateador de los Kansas City Chiefs, también planteó un desafió para los Caballeros universitarios.

“Tal como deja claro el tema de este año, “Caballeros en la Brecha”, se les llama a desempeñar la misión heroica de ayudar a llevar el mensaje de Dios por todas partes”, dijo Butker, quien se unió a la Orden cuando estudiaba en la Universidad Tecnológica de Georgia. “Este es el momento para que se hagan cargo de su tarea como hombres de la Iglesia”.

La fe “no es algo que se haga en privado o los domingos en nuestras iglesias”, dijo Butker, “sino una misión que trasciende todo lo que hacemos”.

“Al final, nuestra vocación puede vivirse plenamente en las pequeñas cosas. El día siguiente a ganar el Super Bowl también tuve que sacar la basura”, agregó. “El mayor impacto que tendré durante esta vida es permanecer dedicado a mi principal vocación: ayudar a mi familia a ir al Cielo”.

A los discursos de apertura de la conferencia siguió una sesión de reconocimientos, en la que se premió a Consejos universitarios con programas y crecimiento ejemplares durante el pasado año académico.

Este año el Premio al Consejo Universitario Destacado se entregó al Consejo Michigan Technological University 17237 de Houghton, Mich. Aunque solo tiene dos años de existencia, el consejo se ha convertido en una gran presencia en el campus.

Entre otras actividades, los Caballeros rezan el rosario una vez a la semana y trabajan con un grupo local para cortar y entregar leña a C O L U M B I A B NOVIEMBRE 2020

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Lanzamiento de nuevo documental sobre Colón CABALLEROS de Colón produjo un nuevo

documental sobre el personaje que les da nombre, el explorador italiano que conectó por primera vez a Europa con el continente americano. Valor y convicción: la verdadera historia de Cristóbal Colón se transmitió por primera vez en televisoras católicas en octubre y ahora está disponible en el canal de YouTube de Caballeros de Colón.

Narrado por el actor Chazz Palminteri, el filme de 28 minutos se apoya en entrevistas a expertos para examinar con precisión

la vida y el legado de Colón, y aborda las acusaciones actuales en su contra.

“Ciertamente se cometieron errores bajo su supervisión como gobernador. Sin embargo, ahora un discurso sesgado sostiene que Colón representa todo lo malo de la experiencia americana”, explicó el Caballero Supremo, Carl Anderson. “Simplemente es una historia falsa. Juzgar a Colón desde la perspectiva de la ideología malinterpreta sus motivaciones y sus logros”.

El filme también explora los orígenes del

La Orden ayuda a las víctimas de incendios en los estados del Oeste EN LA PEOR temporada de incendios fores-

BOTTOM: Photo by Tom Schaller

tales que se haya registrado, los Caballeros del oeste de los Estados Unidos comenzaron en agosto a movilizarse para brindar ayuda a las víctimas. Los incendios han acabado con más de ocho millones de acres por todo el país hasta mediados de octubre.

En California y Oregón, donde los incendios invadieron áreas densamente pobladas, decenas de miles de personas se evacuaron y miles perdieron sus casas. Los Consejos de estado y locales se organizaron para proporcionar alimentos, agua y refugio a los evacuados. También establecieron zonas para distribuir suministros requeridos con urgencia, desde tiendas de campaña, hasta guantes de trabajo, pasando por pañales. El Consejo Supremo apoyó estos esfuerzos con donaciones de

El Gran Caballero Ed Diehl del Consejo St. Anthony 2439 de Sublimity, Oregon, inspecciona los daños causados por un incendio en Santiam Canyon.

$185,000 y $100,000 dólares a los Consejos de Estado de Oregón y California, respectivamente.

El Diputado de Estado de Oregón, Ronald Boyce, describió su encuentro con una mujer que llegó al centro de distribución en Medford después de haber perdido su hogar y todas sus pertenencias.

“Fue una conversación muy emotiva, y me dijo que se alegraba de ver cómo los Caballeros de Colón se preocupaban por ellos y por la comunidad”, recordó. “Lo único que le pude decir fue: ‘Esto es lo que hacemos, y rezaremos por usted y su familia’”.

Todas las donaciones al Fondo de Ayuda ante Desastres de Caballeros de Colón van directamente a las actividades de socorro de la Orden ante los desastres naturales.

Visite kofc.org/desastre. B

Día de Colón, junto con el papel simbólico que Colón ha desempeñado para los católicos que han emigrado al Nuevo Mundo, en especial los italoestadounidenses.

Para verlo, visite youtube.com/ knightsofcolumbus. B

Los Caballeros rezan una novena por la Causa de la Vida

MIEMBROS de Caballeros de Colón y sus familias observaron el Mes de Respeto a la Vida en octubre, rezando la Novena de la Orden por la Causa de la Vida.

Del 4 al 12 de octubre, los participantes reflexionaron sobre un pasaje breve del Papa Francisco sobre la santidad de la vida, rezaron un misterio del rosario, y concluyeron con una oración de la encíclica de San Juan Pablo II, Evanglium Vitae (El Evangelio de la vida).

“La causa de la vida es la prioridad más importante actualmente, indicó el Papa Francisco cuando se encontró con los obispos estadounidenses en enero”, dijo el Caballero Supremo, Carl Anderson, sobre la importancia de la novena. “Los Caballeros desean unirse a todos los católicos en oración con el Papa Francisco por el fin del aborto, la eutanasia y todos los males sociales que derivan en enfermedades, familias rotas, tristeza y muerte prematura, en especial de los más vulnerables”. B NOVIEMBRE 2020 B C O L U M B I A

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Photo by Rick Musacchio, courtesy of the Tennessee Register

Michael “Mikey” McGivney Schachle abraza una estatua de su homónimo. Hace cinco años, Mikey sobrevivió a un letal diagnóstico prenatal después de que su familia y otras personas oraran para que el Padre McGivney intercediera. El pasado mes de mayo, el Papa Francisco aprobó un decreto por el cual lo reconoce formalmente como un milagro.

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UN MILAGRO PARA MIKEY La sanación que abrió las puertas a la beatificación del Padre McGivney abundó en la gracia y las “coincidencias” de C de C por Andy Telli

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ichael “Mikey” Schachle, de 5 años de edad, se sube al tocón de un árbol del patio de la casa de su familia ubicada en Dickson, Tennessee.

Toma impulso para saltar la corta distancia que lo separa del trampolín, se lanza y felizmente cae de un brinco, lo reciben con abrazos varios de sus 12 hermanos.

Es una escena que para sus padres, Daniel y Michelle Schachle, habría sido difícil de imaginar cuando supieron por primera vez que su hijo por nacer tenía un caso mortal de hidropesía fetal — con cero posibilidades de vivir más de unas pocas semanas.

Mike necesitó de un milagro para vivir.

El pasado mayo, el Papa Francisco aprobó de manera formal un decreto en el que reconoció como un milagro la sanación de Mikey que fue atribuida a la intercesión del Padre Michael J. McGivney, fundador de Caballeros de Colón. El decreto promovió la causa de santidad del Padre McGivney, lo que llevó a su beatificación el 31 de octubre.

Para Daniel Schachle, Pasado Gran Caballero del Consejo St. Mary’s Mission 8083 de Savannah, Tennessee, y Agente General de Caballeros de Colón, el milagro que salvó la vida de su hijo es completamente misterioso pero maravillosamente oportuno.

“No sé por qué Dios eligió a Michael”, dijo, también señaló que muchas personas que oran por un milagro no lo reciben. “Estoy agradecido por su misericordia”.

Al mismo tiempo, Daniel se maravilla de cómo el milagro de Mikey refleja la labor de la Orden que fundó el Padre McGivney.

“Miro al Padre McGivney y veo las obras de Caballeros de Colón por los niños con necesidades especiales, por la causa provida”, dijo. “Si hubo alguna vez un bebé al que el Padre McGivney quiso ayudar, fue el nuestro”.

DECIR SÍ A DIOS

A los Schachle les gusta contarle a la gente que se conocieron en prisión. A mediados de la década de 1990, Michelle era una madre soltera con dos hijas gemelas, trabajaba en una oficina del centro penitenciario donde Daniel era guardia.

Su amistad se convirtió en un romance; se casaron en 1997 y Daniel pronto adoptó a las niñas de Michelle quienes tenían 4 años.

Michelle se convirtió al catolicismo y formó parte de la Iglesia el día de su boda.

“Al principio, me costaba un poco de trabajo la relación con María”, dijo Michelle, quien señaló que ahora le parecía gracioso ya que su familia está consagrada a la Santísima Virgen.

Orar a los santos era otro aspecto de la fe católica que inicialmente le resultó difícil de aceptar. “Me parecía que estaba mal recurrir a alguien que no fuera Jesús”, dijo.

Una parte de la enseñanza católica que para Michelle era fácil de aceptar fue el respeto por la vida. “Cuando me convertí al catolicismo, el derecho a la vida era algo a lo que me podía aferrar”, dijo.

Con el tiempo, Michelle hizo suyas todas las enseñanzas y devociones de la Iglesia, las cuales se convirtieron en un salvavidas cuando más lo necesitaba.

Ella y Daniel no planeaban tener una familia tan grande, pero a lo largo de los años, Michelle explicó: “Le dijimos que sí a Dios, uno a la vez”.

A fines de 2014, Michelle quedó embarazada de su decimotercer hijo. En la víspera de Año Nuevo, se realizó un examen de ultrasonido en el cual los médicos encontraron signos que indicaban que el bebé tenía síndrome de Down.

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Por lo anterior, era natural que Daniel buscara la intercesión del Padre McGivney.

“Fue como pedirle a algún amigo que rezara por mí”, dijo.

SIEMPRE HAY ESPERANZA

Daniel y Michelle obtuvieron el diagnóstico justo cuando se preparaban para asistir a una peregrinación de Caballeros de Colón a Fátima, Portugal, en marzo de 2015. Un viaje incentivo especial para agentes de alto rendimiento, que también incluyó visitas al Vaticano y Madrid.

Antes de irse, Daniel y Michelle enviaron mensajes de correo electrónico a tantas personas como pudieron, pidiéndoles que oraran por la intercesión del Padre McGivney en la salvación de su hijo.

“Oré: ‘Por favor, Padre McGivney, que sea él el milagro’”, dijo Michelle. “Pasé de ‘¿cómo voy a cuidar a un niño con síndrome de Down?’ a ‘por favor, Dios, quiero un niño con síndrome de Down’. Tenía esperanza”.

Durante la peregrinación, los Schachle oraron por la intercesión del Padre McGivney, también los sacerdotes de Roma y de su parroquia de origen ofrecieron Misas por ellos. Pero fue en una Misa celebrada en Fátima el 16 de marzo la que dejó un efecto más poderoso.

La lectura del Evangelio del día fue Juan 4,43-54, la historia del oficial que le pidió a Jesús que sanara a su hijo. Dos versículos dicen: “El oficial del rey le dijo: ‘Señor, desciende antes que mi hijo muera’. Jesús le dijo: ‘Ve, tu hijo vive’. Y el hombre creyó lo que Jesús le dijo y se fue”.

“Ambos nos miramos con la boca abierta”, recuerda Daniel. “Fue surrealista”.

Cuatro días después de que los Schachle regresaran de la peregrinación, Michelle regresó al consultorio del médico para hacerse un ultrasonido.

Photos courtesy of the Schachle Family

“Eso no nos importó”, dijo Daniel. “De hecho, es un regalo para nuestra familia”.

Sin embargo, los médicos encontraron otras preocupantes señales por lo que enviaron a Michelle a hacerse más pruebas. El 25 de febrero de 2015, los médicos les dieron la noticia. El bebé tenía un caso grave de hidropesía fetal, una afección potencialmente mortal que involucra una acumulación anormal de líquidos en el tejido alrededor de los pulmones, el corazón o el abdomen, incluso debajo de la piel.

Dan presionó al médico para que le diera un porcentaje de las posibilidades que tenía su hijo para vivir. “La doctora finalmente dijo: ‘Llevo ejerciendo esto durante 30 años y nunca he visto a nadie sobrevivir’”.

Cuando los Schachle recibieron por primera vez la desgarradora noticia, “Daniel se quedó callado por un momento”, recordó Michelle.

“Me miró y dijo: ‘Recé y prometí que si el Padre McGivney lo salvaba, lo llamaría Michael’”.

Daniel había estado orando por la intercesión del Padre McGivney durante muchos años, comenzó cuando estaba buscando un cambio de carrera y llegó la posibilidad de convertirse en un agente de seguros de Caballeros de Colón.

“Lo último que me imaginé fue ser un agente de seguros de vida”, admitió Daniel, quien es Caballero desde 1994.

“Pero fue realmente revelador cuando leí sobre el Padre McGivney. El amor por las viudas y los huérfanos fue la razón por la cual fundó Caballeros de Colón”.

Daniel es ahora Agente General de Tennessee, Kentucky y de la mitad del Este de Arkansas, está a cargo de supervisar el trabajo de 16 agentes de seguros.

“Somos los guardianes de la visión del Padre McGivney”, dijo Daniel, quien ve su trabajo como un ministerio.

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Photo by Spirit Juice Studios

Arriba: Daniel y Michelle Schachle son fotografiados fuera de su casa en Tennessee con siete de sus trece hijos, incluido Mikey. • Página opuesta, de izquierda a derecha: El recién nacido Mikey Schachle duerme junto a una tarjeta de oración del padre Michael McGivney y un rosario. • Michelle Schachle sostiene en sus brazos al bebé Mikey.

“Estaba bastante asustada”, dijo. “La técnica quien me estaba revisando observaba y observaba; estaba tardando mucho tiempo”.

Finalmente, le mostró a Michelle una ecografía de la cara del bebé sin la hinchazón ni la acumulación de líquido que había sido tan evidente en el último ultrasonido.

“Es el bebé más bonito que he visto”, le dijo a Michelle.

La Dra. Mary-Anne Carroll, miembro del consultorio a quien Michelle aún no había conocido, llegó para hablar sobre la ecografía.

“Comenzó a hablar de esto y aquello, de lo que haremos cuando nazca el bebé”, recordó Michelle. “Le dije: ‘¿Qué pasa con el líquido en los pulmones?’ Ella respondió: ‘Muchos bebés tienen un poco de líquido en los pulmones’”.

“Espere un minuto”, le dijo Michelle. “Me dijeron que no había esperanza”.

Hasta ese momento la Dra. Carroll se dio cuenta de que Michelle y su bebé eran los pacientes de los que hablaban sus colegas. La doctora lo consultó con los otros médicos del consultorio quienes confirmaron que el bebé

ya no mostraba ningún signo de hidropesía fetal.

Los médicos realizaron una búsqueda exhaustiva de una causa reversible de la hidropesía que explicara su desaparición, pero no encontraron nada.

“Allí estaba y luego desapareció”, dijo Michelle.

Pero Mikey y Michelle no estaban completamente fuera de peligro. A los médicos les preocupaba que el flujo sanguíneo a través del cordón umbilical estuviera restringido. El 15 de mayo de 2015, semana 31 de su embarazo, le dijeron: “Tenemos que hacer la cesárea hoy”.

Aunque Daniel estaba en San Antonio por una reunión de negocios, Michelle no estaba preocupada.

“Me sentía completamente en paz”, dijo.

Michael McGivney Schachle nació el 15 de mayo de 2015, peso solo 3 libras y 4 onzas.

“Michael era perfecto tal y como era”, dijo Michelle.

Mikey, sin embargo, aún enfrentaba serios problemas de salud. Como muchos bebés que nacen con síndrome de Down, tenía una afección cardíaca que requirió cirugía, la cual se realizó siete semanas después de su nacimiento.

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LA HUELLA QUE DEJÓ NUESTRO FUNDADOR

Daniel le comentó al personal de la sede de Caballeros de Colón ubicada en New Haven, Connecticut, sobre Mikey, lo que eventualmente llevó a una investigación formal del caso. La Diócesis de Nashville convocó a un tribunal para investigar y recopilar hechos mediante entrevistas a los Schachle y a todos los médicos relacionados con el caso.

“Fue como estar declarando”, dijo Daniel sobre el proceso.

La investigación se centró en determinar dos cosas: que lo ocurrido fuera en verdad un milagro, un evento extraordinario que no tiene una explicación científica o médica actual, y que las oraciones para salvar la vida de Mikey se dirigieron específicamente al Padre McGivney.

Por ejemplo, el tribunal le preguntó a los Schachle cómo sabían que la sanación podía atribuirse a la intercesión del Padre McGivney y no a la de Nuestra Señora de Fátima.

Daniel y Michelle relataron cómo oraron específicamente por la intercesión del Padre McGivney y pidieron a muchos otros que hicieran lo mismo. “¿Cómo puede ser que no sepamos que lo que pasó se lo debemos al Padre McGivney? Hay muchas coincidencias”, dijo Daniel, mientras comenzaba a mencionar: Mikey nació el 15 de mayo, la misma fecha en que en 1882 se instituyó el primer consejo de Caballeros de Colón; Michelle y el Padre McGivney comparten cumpleaños, el 12 agosto; el Padre McGivney era el mayor de 13 hermanos y Mikey es el menor de 13.

“Todo lo que representa Caballeros está presente en nuestra historia”, agregó Michelle, quien destacó la labor de la Orden en respetar la vida en todas sus etapas; el apoyo a las personas con discapacidades de desarrollo e

intelectuales; y su apoyo a las familias.

Los miembros del tribunal también preguntaron por qué los Schachle no rezaban para que su hijo se curara del síndrome de Down. “¿Por qué tendríamos que pedir eso?” Daniel preguntó en respuesta. “Dios lo hizo de esa manera. Lo acepto”.

Después de que el tribunal diocesano completó su informe, el postulador de la causa de la santidad del Padre McGivney en Roma se lo entregó a la Congregación para las Causas de los Santos para su revisión. Un panel de médicos examinó el registro médico y un panel de teólogos examinó el registro espiritual del caso antes de hacer una recomendación para la aprobación del Papa.

Los Schachle confiaban en que la sanación de Mikey sería declarada un milagro. “Nunca tuvimos ninguna duda”, dijo Daniel. El 26 de mayo así fue.

“Sabemos que esto no se debe a algo que hayamos hecho”, agregó Daniel. “Nunca podría merecer lo que Dios ha hecho por nosotros”.

Hoy, los problemas de salud de Mikey están bajo control, es un niño activo de 5 años.

“Tenemos a Michael”, dijo Michelle. “La vida de Michael ha cambiado nuestra vida”.

“Ayudó a nuestra familia a no dar por sentada la fe”, explicó Daniel. “Es muy real para nosotros ahora que somos hijos e hijas de un Padre muy amoroso”. B ANDY TELLI es director editorial del Tennessee Register y miembro del Consejo Bishop Alphonse J. Smith 3763 de Madison, Tennessee. Una versión más larga de este artículo fue publicado originalmente en el Tennessee Register, el periódico de la Diócesis de Nashville.

Únase a la causa de Nuestro Fundador PROMUEVA LA CAUSA de canonización del Beato Michael McGivney uniéndose al Grupo en Pro del Padre Michael J. McGivney. Establecido en 1997 después de la apertura formal de la causa, el grupo difunde devoción al fundador de Caballeros de Colón, recibe y publica informes de los favores recibidos por su intercesión, y conserva y distribuye reliquias de este beato siervo de Dios.

La membresía en el grupo es gratuita y está abierta a cualquier persona que se dedique al Padre McGivney. Los miembros reciben un boletín trimestral sobre su vida y espiritualidad y pueden solicitar una tarjeta de oración con una reliquia de tercera clase.

También se les recuerda en una Misa semanal que se 12

ofrece por sus intenciones.

Lo más importante es que el grupo juega un papel activo en la causa al orar por la intercesión del Padre McGivney en tiempos de necesidad, especialmente en casos de enfermedades graves. Dado que se necesita un milagro más confirmado para que el Padre McGivney sea canonizado como santo, el grupo alienta a las personas a rezar regularmente la oración de canonización y a informar sobre los favores recibidos.

Para obtener más información sobre el Grupo en Pro del Padre Michael J. McGivney y cómo puede difundir la devoción a este párroco modelo, visite padremcgivney.org.

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Hechos Importantes de la causa de canonización del padre Michael J. McGivney

1. Apertura de la causa

18 de diciembre de 1997 — El arzobispo Daniel A. Cronin de Hartford abre oficialmente la causa de santidad del Padre McGivney. El Padre McGivney recibe el título de “Siervo de Dios”.

2. Revisión diocesana

completada

6 de marzo de 2000 — Se cierra la investigación diocesana sobre la vida, santidad y virtudes del Padre McGivney.

3. Positio enviado a Roma

Mayo de 2002 — Se presenta ante la Congregación para las Causas de los Santos en el Vaticano un documento de 1,000 páginas (Positio) que expone el caso de la causa del Padre McGivney.

4. San Juan Pablo II

#4 and 9: L’Osservatore Romano — #7: AP Photo/Vincenzo Pinto, Pool

elogia a C de C y Fundador

Octubre de 2003 — En un mensaje a los Caballeros de Colón, San Juan Pablo II elogia a la Orden y a su fundador: “En fidelidad a la visión del Padre McGivney, continúen buscando nuevas formas de ser levadura del Evangelio en el mundo y la fuerza espiritual para la renovación de la Iglesia en santidad, unidad y verdad”.

10. Milagro aprobado para

beatificación

27 de mayo de 2020 — Tras extensas revisiones médicas y teológicas, la Santa Sede anuncia que el Papa Francisco ha autorizado un decreto con relación a un milagro atribuido a la intercesión del Padre McGivney, abriendo el camino para su beatificación.

9. El Papa Francisco

elogia la visión del Padre McGivney

10 de febrero de 2020 — El Papa Francisco le dice a la Junta Directiva de C de C que la Orden ha sido fiel “a la visión de su fundador, el Venerable Michael McGivney, quien se inspiró en los principios de la caridad cristiana y la fraternidad para ayudar a quienes más necesitan.” El Capellán Supremo, el arzobispo William Lori, le entrega al Papa Francisco una copia del libro Párroco en italiano.

8. Investigando el milagro Septiembre de 2017 — Los resultados de una investigación sobre un posible milagro atribuido a la intercesión del Padre McGivney se envían a la Congregación para las Causas de los Santos.

7. El Papa Benedicto XVI

cita al “sacerdote estadounidense ejemplar”

19 de abril de 2008 — Durante su visita a la Catedral de San Patricio en la ciudad de Nueva York, el Papa Benedicto XVI cita el “notable logro de ese sacerdote estadounidense ejemplar, el Venerable Michael McGivney, cuya visión y celo llevaron al establecimiento de Caballeros de Colón.”

6. Declarado Venerable 5. Biografia publicada

Julio de 2006 — Se publica en inglés por William Morrow / Harper Collins, Párroco, El Padre Michael McGivney y el Catolicismo Americano, una biografía de los historiadores Douglas Brinkley y Julie Fenster.

15 de marzo de 2008 — Al confirmar la virtud heroica del Padre McGivney, el Papa Benedicto XVI lo declara “Venerable Siervo de Dios”. En parte, el decreto dice, “En cuanto a las virtudes teologales de la Fe, la Esperanza y el Amor tanto hacia Dios como hacia el prójimo… existieron en un grado heroico en el Siervo de Dios Michael McGivney, Sacerdote Diocesano y Fundador de la Orden Fraternal Caballeros de Colón.”

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UN

SACERDOTE PARA SU PUEBLO Las relaciones personales del Padre McGivney revelan su liderazgo práctico y su corazón compasivo Por Kevin Coyne

Esta fotografía del padre Michael J. McGivney sentado en una rectoría, alrededor de 1880, se le atribuye al estudio de fotografía de New Haven de John J. Tierney, un feligrés de la Iglesia de St. Mary y miembro del Consejo 1 de San Salvador.

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U

n lunes por la mañana de febrero de 1882, el padre Michael McGivney salió de la rectoría de St. Mary y se dirigió al sur.

El sacerdote de 29 años se abrió paso por las calles aún cubiertas por la nieve que cayó en New Haven durante el fin de semana. Tenía la misión de ayudar a una de las familias de la parroquia y debía comparecer ante el tribunal de sucesiones.

El Señor Edward Downes, padre de 14 hijos, había fallecido unas semanas antes a los 52 años, y su viuda debía demostrar que podía mantener a los niños que aún eran menores de edad. El tribunal dictaminó que se necesitaban tutores para los tres chicos adolescentes de Downes, si no, podrían ser enviados a instituciones públicas. Los familiares improvisaron bonos de $2,500 dólares para asumir la tutela de dos de los niños, George y Joseph, pero aún faltaba su hermano Alfred.

El Padre McGivney, cercano a la familia Downes, no tenía dinero que ofrecer, sólo su carácter y su fe. Estos fueron suficientes para convencer a otro hombre, un tendero local, de que firmara una fianza de $1,500 dólares,

y siendo así, el 6 de febrero de 1882, el tribunal designó al sacerdote como tutor de Alfred.

“Su intervención permitió a Alfred Downes permanecer con su familia y un día graduarse de la Facultad de Derecho de Yale”, explicó el Caballero Supremo Carl Anderson en el nuevo documental Padre Michael McGivney: Un Beato Americano. “Este es un momento crucial en la vida del Padre McGivney. Había perdido a su propio padre y visto el costo económico y emocional para su propia familia. Ahora, él puede hacer una gran diferencia en la vida de otra”.

Las grandes ideas en la vida del Padre McGivney surgieron de pequeños encuentros humanos; los planes públicos que imaginó estaban arraigados en las relaciones personales. Caminaba rápido pero hablaba despacio, con una voz tan clara y agradable que un anciano ciego, no católico, venía a Misa todos los domingos solo para escucharla.

En sus tres años en St. Mary’s, el Padre McGivney se convirtió en “el gran favorito de la gente” y era particularmente popular “entre los jóvenes NOVIEMBRE 2020 B C O L U M B I A

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más enérgicos, impulsores y emprendedores” de la ciudad. Así escribieron dos miembros fundadores de Caballeros de Colón, William Geary y Cornelius Driscoll, el sobrino del tendero que respaldó la tutela de Alfred Downes, en unas memorias inéditas.

Las amistades que el Padre McGivney forjó con estos hombres y muchas otras personas, ricas y pobres, católicas y no católicas por igual, fueron un sello distintivo de su ministerio y su legado.

PADRE DE SU PARROQUIA

El Padre McGivney celebró incansablemente los sacramentos con sus feligreses, pero no era el tipo de sacerdote que creía que su ministerio terminaba con la Misa. Organizaba picnics para la parroquia con carreras de caballos y juegos de béisbol. (Él mismo había jugado en el jardín izquierdo en el seminario.) Convirtió a

la olvidada liga de temperancia de St. Mary, en un grupo animado que llenó el Music Hall en New Haven para una producción teatral el Día de San Patricio.

Sin duda, el Padre McGivney vio en las familias parroquiales como en la familia Downes algo personal: un gran clan irlandés con una gran fe y devoción entre ellos. Sus padres, Patrick y Mary McGivney, habían inmigrado a Connecticut desde Irlanda; tuvieron 13 hijos, siete de los cuales sobrevivieron hasta la edad adulta.

Michael era el mayor y cuando su padre, un moldeador de hierro en una fábrica de latón en Waterbury, murió a los 48 años, tuvo que interrumpir sus estudios del seminario en Montreal.

Solo la generosa intervención de su obispo le permitió reanudar sus estudios para el sacerdocio en Baltimore.

Momentos clave en la vida y el ministerio del Beato Michael McGivney 12 de agosto de 1852 — Michael Joseph McGivney nace en Waterbury, Connecticut, el primer hijo de Mary (Lynch) y Patrick McGivney, inmigrantes irlandeses.

19 de agosto de 1852 — Michael es bautizado en la Iglesia de San Pedro en Waterbury.

1857 — Comienza la construcción de la Iglesia de la Inmaculada Concepción, convirtiéndose en la parroquia de la familia McGivney.

1865 — Michael se gradúa a los 13 años. Siente que tiene vocación al sacerdocio, pero no cuenta con la aprobación de su padre. Él acepta un trabajo en una fábrica local de cucharas de bronce para ayudar a mantener a su creciente familia.

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Desde la parte superior: la casa donde Michael McGivney pasó su infancia • Imagen de Holmes, Booth & Haydens Brass Works, Waterbury, Conn. • Fotografía de la graduación de Michael McGivney (abajo a la izquierda) a sus 13 años de edad

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1859 — Michael ingresa a la escuela East Main Street, donde es avanzado dos grados y se destaca por su “excelente comportamiento y competencia en sus estudios”.

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McGIVNEY: Courtesy of Associated Archives at St. Mary’s Seminary & University — OUR LADY OF ANGELS SEMINARY: Niagara University — OTHER: Knights of Columbus Multimedia Archives

Casi una década después, el Padre McGivney pudo abogar por la familia Downes cuando estaba más vulnerable y quería ayudar, en una escala mayor de la que podría lograr, no solo a sus feligreses, sino a todas las familias católicas.

Ya se había reunido con algunos hombres de la parroquia para discutir su idea de un nuevo tipo de organización fraternal católica que les ofreciera solidaridad, tanto espiritual como material, ante un mundo cuya dureza él y su propia familia habían sentido. Un mes después de ese día de febrero en la corte, Caballeros de Colón se incorporó oficialmente.

Entre los primeros miembros de la Orden estaba

Cornelius Driscoll

Cornelius Driscoll, siete años mayor que el sacerdote, quien llegó a ser su amigo íntimo. Driscoll vivió en carne propia la historia en ascenso del inmigrante que, el Padre McGivney, esperaba fuera un modelo a seguir para los nuevos estadounidenses.

Driscoll era un niño de 5 años cuando llegó, con sus padres de Irlanda a Connecticut, se había graduado de la Universidad de Yale de la Facultad de Derecho y se desempeñaba como concejal de New Haven cuando conoció al Padre McGivney. Una de las primeras reuniones que condujeron a la formación de los Caballeros, se llevó a cabo en el despacho de abogados de Driscoll

1868 — El párroco de la Inmaculada Concepción, el Padre Thomas Hendricken, fomenta la vocación de Michael. Ahora, con el consentimiento de su padre, Michael viaja con otros jóvenes de la diócesis al colegio seminario de Saint-Hyacinthe en Québec, donde estudió durante dos años.

1871-72 — Michael continúa preparándose para el sacerdocio con los Padres Vicencianos en el Seminario Nuestra Señora de Ángeles en Niagara Falls, Nueva York.

Recibe mención honorífica en cinco materias, incluyendo griego, latín, traducción, álgebra y composición, y también juega en el equipo de béisbol de la escuela.

1872-73 — Michael estudia en el Colegio Sainte-Marie de Montreal, dirigido por los jesuitas.

6 de junio de 1873 — Patrick McGivney muere y Michael regresa para el funeral a Waterbury sin tomar los exámenes finales.

Como hijo mayor, con ahora 20 años, se espera que mantenga a la familia, que ya no podía pagar la matrícula del seminario.

Septiembre de 1873 — El Obispo Francis McFarland de Hartford obtiene fondos para los estudios teológicos de Michael en el Seminario Santa María en Baltimore, bajo la dirección de los Padres Sulpicianos. En sus últimos cuatro años de formación, Michael se desempeña como sacristán del seminario.

Desde la parte superior: Michael McGivney durante sus estudios en Baltimore, alrededor de 1877 • Seminario Saint-Hyacinthe en Québec • Imagen del Seminario Nuestra Señora de Ángeles en Niagara Falls, Nueva York.

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PASTOR DE LOS PERDIDOS

El Padre McGivney no sólo se comprometió con los profesionales de la ciudad. Hizo regularmente rondas pastorales a la cárcel de New Haven, y en 1882, se acercó especialmente a James “Chip” Smith, un prisionero en espera de ejecución por el asesinato de un jefe de policía. Detrás de las rejas, alejado del alcohol que había alimentado sus peores momentos, Smith se convirtió en una persona diferente: reflexiva, amable y devota. En la cárcel, con la transformación de Smith, el Padre McGivney vio grandes esperanzas en toda una generación de jóvenes de origen inmigrante que se peleaban y bebían. Aquí estaba la prueba de que, con la guía espiritual adecuada, incluso los personajes más duros

22 de diciembre de 1877 — El Arzobispo (después Cardenal) James Gibbons de Baltimore ordena a Michael McGivney en la primera catedral del país.

25 de diciembre de 1877 — El Padre Michael J. McGivney ofrece su primera Misa solemne en su parroquia de la Inmaculada Concepción, en Waterbury, con su madre viuda y otros miembros de la familia presentes.

Enero de 1878 — Comienza su ministerio como vicario de la Iglesia de St. Mary en New Haven. El Padre McGivney, con el párroco enfermo, no se toma ni un día libre durante el primer año de su sacerdocio.

2 de octubre de 1881 — Reúne a unos 80 de los hombres emprendedores católicos de New Haven para discutir los planes para una sociedad fraternal católica que proporcionaría un beneficio por muerte a las familias de los miembros fallecidos.

2 de febrero de 1882 — Preside una reunión de comité que decide formar “una organización puramente original” que se llamará Caballeros de Colón. William Geary, un miembro fundador, señala más tarde que aclamaban al Padre McGivney como su Fundador “con corazones llenos de alegría y agradecimiento, reconociendo que sin su optimismo, su voluntad de triunfar, sus asesoramientos y consejos, habrían fracasado”.

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podrían ablandarse y encontrar el camino de regreso a la Iglesia.

McGivney lo visitó a diario a medida que avanzaba el verano y se acercaba el día final. El último domingo de agosto, cinco días antes de la ejecución, celebró una Misa mayor por Smith en la cárcel.

“El Sr. Smith me pide que le pida perdón por todas las faltas que pudo haber tenido y todas las ofensas que pudo haber cometido, y a petición suya pido las oraciones de todos ustedes, para que cuando llegue el próximo viernes pueda tener una muerte bendecida”, dijo el Padre McGivney al final de la Misa, con la voz quebrada. Luego pidió oraciones por todos los que serían parte de la ejecución, incluyéndose él mismo. “Para mí, este deber viene con un peso casi aplastante. Si por consecuencia de mi trabajo pudiera estar lejos de aquí el próximo viernes, escaparía quizás de la prueba más difícil de mi vida, pero este triste deber me lo puso

A la izquierda: Parroquia de origen del Padre McGivney, Inmaculada Concepción de Waterbury, a finales de la década de 1880 (una nueva iglesia que ahora es una basílica, consagrada más tarde en 1928) Abajo a la izquierda: El cardenal James Gibbons, arzobispo de Baltimore (1834-1921) Parte inferior: Mención de la primera reunión de Caballeros de Colón en la edición del 8 de febrero de 1882 del New Haven Morning Journal and Courier CLOCKWISE, FROM TOP: Courtesy of the Mattatuck Museum — Knights of Columbus Multimedia Archives — Library of Congress

junto al Ayuntamiento, y él se convertiría en el primer Abogado Supremo de la Orden.

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la Providencia y debe ser cumplido”.

En la mañana de la ejecución, un día de cielos plomizos y lluvia neblinosa, el Padre McGivney celebró la Misa por Smith en la cárcel en una capilla temporal, llena de monjas, monaguillos y un coro. Un solista cantó el himno favorito de Smith: “Oh Sagrado Corazón”.

McGivney caminó detrás de Smith cuando fue conducido al patio y subió a la horca.

Después de decir algunas oraciones finales y bendecirlo con agua bendita, el Padre McGivney observó cómo se colocaba la soga sobre la cabeza de Smith. Luego, el sacerdote, que había cuidado el alma de Smith con mucha más devoción que casi cualquier otra persona en su corta vida, se acercó a él, le dijo

algunas palabras de despedida y lo besó en la mejilla.

Minutos después, Chip Smith partió de este mundo sin luchar. Cuando el médico abrió su abrigo y chaleco para comprobar que su corazón se había detenido, encontró prendida en su camisa una insignia del Sagrado Corazón.

AMIGO ESPIRITUAL Y CONSEJERO

James “Chip” Smith boceto de 1882

En los meses posteriores a la muerte de Smith, el Padre McGivney alimentó una semilla de fe en otra alma aparentemente incompatible: Alida Harwood, la hija de un destacado clérigo episcopal.

Atraída por el catolicismo, comenzó a asistir a Misa en St. Mary’s, donde encontró en el Padre McGivney lo que un relato describió como “un firme amigo y

6 de febrero de 1882 — El Padre McGivney se presenta en el tribunal de sucesiones de New Haven para responder, por el apoyo financiero, después de la muerte de su padre, de Alfred Downes, permitiendo que el adolescente se quedara con su familia.

TOP: New Haven Evening Register, Sept. 19, 1882 — RIGHT: Photo by John J. Tierney/Knights of Columbus Multimedia Archives

29 de marzo de 1882 — El estado de Connecticut aprobó los estatutos de Caballeros de Colón, fecha que se celebra cada año como el Día del Fundador.

3 de abril de 1882 — Se lleva a cabo la primera ceremonia de incorporación. El Padre McGivney escribe a los sacerdotes de Connecticut sobre la nueva Orden, que tiene como lema “Unidad y Caridad”, y sus objetivos: evitar que los hombres católicos ingresen a sociedades secretas, unir a los hombres de fe y brindar asistencia financiera a las familias de los miembros fallecidos.

15 de mayo de 1882 — Se forma el primer consejo de Caballeros de Colón; se llama Consejo San Salvador dando mención a la primera isla del Nuevo Mundo descubierta por Cristóbal Colón.

Una foto sin fecha del Padre McGivney (abajo, segundo desde la derecha) y otros 37 sacerdotes NOVIEMBRE 2020 B C O L U M B I A

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consejero espiritual”. Su padre, el Dr. Edwin Harwood, el rector de Trinity Church en New Haven Green, no lo aprobó. Envió a Alida con su madre y su hermana a Europa un verano y a Maine el siguiente. Su plan no funcionó: ella ingresó a la Iglesia Católica, pero antes de que pudiera entrar a un convento, como deseaba, fue abatida por la malaria a los 25 años. Su deseo en el lecho de muerte era que el Padre McGivney viniera a orar por ella y administrar la extremaunción.

Después de la muerte de Alida, sus padres le pidieron al Padre McGivney que regresara a New Haven desde la parroquia en Thomaston, Connecticut, donde él era entonces párroco.

Sensible al dolor y la posición de su familia, no se opuso a sus planes para un servicio episcopal. Pero antes del funeral llegó a la rectoría de la Trinidad, donde, según un relato, “con una voz que

Mayo de 1886 — El Padre McGivney también asume el servicio pastoral de la Iglesia de la Inmaculada Concepción en Terryville, por lo cual necesita viajar en carruaje cuatro millas de ida y cuatro de vuelta para celebrar la Misa dominical en ambas iglesias.

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5 de noviembre de 1884 — El Padre McGivney es reasignado para servir como sacerdote de la Iglesia St. Thomas en Thomaston, a 30 millas al norte de New Haven.

Días posteriores, durante una reunión de despedida, el Padre McGivney da unas emotivas palabras a sus feligreses de Santa María: “He estado con ustedes durante siete largos años, he visitado a los enfermos y guiado los pasos de sus hijos por el buen camino. Dondequiera que vaya, el recuerdo de la gente de St. Mary y la gran amabilidad que me tuvieron siempre estarán presentes en mi corazón”. Un periódico de New Haven informó que la gente lloraba desde los bancos de la iglesia: “Al parecer, una congregación nunca había estado tan conmovida por el discurso de despedida de un clérigo como lo estuvo la gran audiencia que llenó la iglesia de St. Mary’s ayer. Es la primera vez que en New Haven vemos a un joven sacerdote con tanta energía y ganas de trabajar”.

En una escena de la obra teatral He Was Our Father (Él era nuestro padre) del padre dominico, Peter John Cameron, el Padre McGivney se acerca al cadalso donde Chip Smith espera su ejecución. La obra se representó el 1 de agosto de 2005 en la 123a Convención Suprema en Chicago.

Iglesia de St. Mary en New Haven (izquierda) e Iglesia de St. Thomas en Thomaston en la década de 1880

LOWER LEFT: Photo by Da Silva — LOWER RIGHT: Photo by E. J. Kilmer

1 de septiembre de 1882 — Después de meses de visitas pastorales a James “Chip” Smith, encarcelado por matar a un oficial de policía mientras estaba borracho, el Padre McGivney reza con el condenado la mañana de su ejecución.

casi temblaba por el dolor que sentía por los muertos, leyó las tristes oraciones latinas por el reposo del alma de la bella criatura en el ataúd frente a él”.

El mismo Padre McGivney murió solo cinco años después de Alida, pero su influencia continuó mucho después, tanto en la Orden que fundó como en las relaciones personales que había tenido en su vida.

Alfred Downes asistió a la Facultad de Derecho de Yale, escribió para el New York Times y luego se desempeñó como asesor principal del alcalde de la ciudad de Nueva York y secretario del Departamento de Bomberos de la misma ciudad. Cornelius Driscoll se convirtió en el primer alcalde católico de New Haven; cuando murió en 1931, fue el último sobreviviente de los 11 integrantes originales de Caballeros de Colón.

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Los dos hermanos menores del Padre McGivney, Patrick y John, se convirtieron en sacerdotes y sirvieron como Capellanes Supremos. Cuando John murió en 1939, fue sucedido por su sobrino, Mons. Leo Finn, quien sirvió hasta 1960, el año en que otro Caballero fue elegido el primer presidente católico de los Estados Unidos.

Desde entonces, los Caballeros de Colón han crecido a 2 millones de hombres en todo el mundo, y continúan encontrando inspiración en la visión y el testimonio personal de su fundador. B El Padre Patrick J. McGivney (izquierda) y el Padre John J. McGivney siguieron el ejemplo de su hermano mayor, se convirtieron en sacerdotes y sirvieron como Capellanes Supremos de Caballeros de Colón.

KEVIN COYNE es un escritor y profesor galardonado en la Escuela de Periodismo de Columbia. Vive en Freehold, Nueva Jersey, con su familia.

8 de diciembre de 1888 — Su madre, María, muere en la solemnidad de la Inmaculada Concepción.

Diciembre de 1889 — El Padre McGivney se enferma durante la pandemia de la “gripe rusa” y, finalmente, desarrolla neumonía. A pesar de la atención médica y el descanso, permanece débil y enfermo durante la primavera y el verano.

ABOVE RIGHT: Donnelly Studio/Knights of Columbus Multimedia Archives — OTHER: Knights of Columbus Multimedia Archives

Agosto de 1890 — Postrado en cama en la rectoría de St. Thomas, el Padre McGivney ofrece por amor sus oraciones y sacrificios para el bienestar espiritual de sus feligreses; posteriormente, recibe la Unción de los Enfermos.

14 de agosto de 1890 — El Padre McGivney muere en la rectoría, dos días después de cumplir 38 años. La causa de su muerte se registra como tuberculosis pulmonar.

18 de agosto de 1890 — Los dolientes en el funeral del Padre McGivney se desbordan en la Iglesia de St. Thomas.

Su cuerpo es llevado a Waterbury para su entierro, donde se encuentra con la procesión fúnebre más grande que la ciudad haya visto jamás. Entre los reunidos en la parcela familiar, en el cementerio de St. Joseph, se encuentran el obispo de Hartford, sacerdotes de Connecticut y muchos representantes de Caballeros de Colón, que ha crecido a 6,000 miembros. B

Parte superior: Líderes de Caballeros de Colón asisten a la Convención Suprema de 1897 en New Haven. Entre ellos se encuentran cuatro hombres que sirvieron como Caballeros Supremos: John J. Phelan, James E. Hayes, John J. Cone y Edward L. Hearn.

Izquierda: Abogado Supremo Luke E. Hart, Caballero Supremo John E. Swift y Capellán Supremo Mons. Leo Finn (sobrino del Padre McGivney) colocan una ofrenda floral en la tumba de la familia McGivney en Waterbury durante una peregrinación de Caballeros de Colón el 21 de junio de 1947.

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Beato Michael McGivney:

Un Párroco con Impacto Global Gracias al gran alcance de las obras caritativas de Caballeros de Colón, la devoción a su fundador ha crecido

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Página opuesta, de izquierda a derecha: El Padre Jesús Valencia, Capellán del Consejo 16761 Padre Ignacio Orozco en la ciudad de Chavinda, en el oeste de México, se une a sus hermanos Caballeros para bendecir un tapiz que representa al Padre McGivney y Nuestra Señora de Guadalupe.

• Los Caballeros de Radom, Polonia, realizan una procesión con el retrato del Padre McGivney al frente durante un evento del rosario de hombres, organizado mensualmente por el Consejo de Estado.

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Photo by Jaime Amezcua

Izquierda: Los Caballeros llevan en procesión una estatua del Padre McGivney en la Iglesia San Agustín de Manila después de la Misa de apertura de la Novena Convención Nacional de Filipinas en 2012.

UGANDA: Photo courtesy of Apostles of Jesus — MEXICO: Photo by Jaime Amezcua — POLAND: Photo by Marcin Jończyk

n sus 13 años de ministerio, el Padre Michael J. McGivney sirvió en dos parroquias de Connecticut y en una iglesia de misión, ambas dentro de las 25 millas de su lugar de nacimiento. Ahora, 130 años después de su muerte, es conocido y venerado en todo el mundo. Caballeros de Colón, sus familias y católicos de casi todos los continentes reconocen en él un santo ejemplo de fe y los principios universales que él enseñó: caridad, unidad, fraternidad y patriotismo. Honran su memoria, recurren a su intercesión y oran para que pronto el ahora Beato Michael McGivney sea canonizado por lo que es — un santo. B

Photo by Jaime Amezcua

Los estudiantes de la escuela primaria Marengoni en Uganda sostienen tarjetas de oración con la plegaria por la canonización del Padre McGivney. Mediante el patrocinio de Caballeros de Colón, los Apóstoles de Jesús comenzaron la construcción de la escuela en 2012 para atender a niños huérfanos a causa del SIDA.

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BOTTOM, LEFT TO RIGHT: Photo by Jake Wright, Photo by Geoff Reed, Photo by Marcos Valdés

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ABOVE, LEFT TO RIGHT: Photo by Tamino Petelinšek, Photo by Spirit Juice Studios

En el sentido de las manecillas del reloj, desde la página opuesta: Los miembros del primer consejo en Francia, Consejo San Luis Rey de Francia 16501 de Saint-Cyr-sur-Mer, son fotografiados con una imagen del Padre McGivney después de la Misa comunal que se lleva a cabo cada mes. La réplica dorada de la estatua de la Libertad ubicada en la plaza del lugar fue donada por el escultor Frédéric Bartholdi, quien también diseñó la original. • Durante la visita del Caballero Supremo Carl Anderson a Erbil, Irak, en marzo de 2019, el Arzobispo Bashar Warda bendice una imagen del Padre McGivney para la capilla de la nueva Casa McGivney. El edificio de apartamentos, construido por la Arqueparquía Católica Caldea junto con el apoyo de la Orden, proporciona alojamiento a familias que fueron desplazadas por militantes del Estado Islámico. • Jeffrey Rentegrado dirige el Rosario junto con otros miembros del Consejo Davila 14302 de Pasuquin, Luzon, Filipinas.

Rentegrado, quien en 2009 recibió 13 disparos en un ataque, atribuye el que haya sobrevivido a la intercesión del Padre McGivney. • Miembros del Consejo 15570 Sagrada Familia en Querétaro, México, rezan el rosario frente a una estatua del Padre McGivney afuera de la Capilla del Inmaculado Corazón de María. La estatua de piedra se inauguró el día del Fundador, 29 de marzo de 2019, después de una Misa de acción de gracias. • Los miembros del Consejo Our Lady of Lourdes 11809 en Sun City West, Arizona, llevan a cabo una oración alrededor de la estatua del Padre McGivney que se encuentra en el patio de la Iglesia Prince of Peace. El consejo donó la estatua a la parroquia después de varios años de recaudación de fondos. • Una joven familia visita el lugar donde se honra al Venerable Padre Michael J. McGivney en la Basílica de San Patricio en Ottawa, Ontario.

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‘La unión hace la fuerza’ Un amigo del Padre McGivney reflexiona sobre sus virtudes, genio espiritual y visión al fundar Caballeros de Colón por el Padre James H. O’Donnell

Photo by Christopher Beauchamp

Caballeros de Colón erigió esta estatua del Padre McGivney, cerca del centro de su ciudad natal de Waterbury, Connecticut, para conmemorar el 75 aniversario de la Orden.

Durante su inauguración en marzo de 1957, el Caballero Supremo Luke Hart dijo: “Que este monumento permanezca durante mucho tiempo como un testimonio elocuente del eterno respeto, gratitud y afecto que sentimos por el ministerio sacerdotal de nuestro fundador”.

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Nota del editor: El primer peregrinaje importante a la tumba del Padre McGivney tuvo lugar el 10 de junio de 1900. Miles de personas, incluyendo a cientos de Caballeros y sus familias de todo Connecticut y Nueva York, se reunieron en Waterbury, Conn., para un especial “Día de Caballeros de Colón” en honor del Padre McGivney.

La peregrinación comenzó con una solemne Misa Mayor en la Iglesia de la Inmaculada Concepción; sus hermanos, el Padre Patrick J. McGivney y el Padre John J. McGivney, quienes luego servirían como Capellanes Supremos, celebró la Misa y sirvió como subdiácono, respectivamente. Tras la Misa, una larga procesión caminó 1.5 millas, de la iglesia hasta el cementerio de St. Joseph, donde el Padre James H. O’Donnel, quien fue amigo durante muchos años del Padre McGivney y Capellán del Consejo 36 Hendricken en Waterbury, pronunció algunas palabras frente a la tumba de la familia McGivney.

El siguiente texto es una versión corta del discurso del Padre O’Donnell, que se publicó al día siguiente en el Waterbury Democrat.

El Padre McGivney, un exponente práctico, conservador e inteligente de los derechos y obligaciones de los jóvenes, entregó a la sociedad una organización cuyos méritos brillan con resplandor y cuya devoción a la Iglesia es una de sus principales características; una organización pletórica de acciones que evocan las sentidas bendiciones de incontables viudas y huérfanos; una organización leal a sus elevados ideales y al espíritu que le infundió su fundador, exitosa en el pasado, próspera y progresista en el presente, con un futuro glorioso a la vista; en pocas palabras, una organización cuyo lema no escrito es “Excelencia”, y que está destinada, creemos, a hacer conquistas aun mayores en el campo de la filantropía.

EL ESPÍRITU DE NUESTRO FUNDADOR

Todo irá bien con Caballeros de Colón como una Orden si sus miembros tienen el espíritu de su fundador. Genial, accesible, amable, alegre a pesar de los reveses, profundamente empático con los afligidos, un hombre de firme probidad y una admirable integridad en sus transacciones comerciales. Era caritativo en extremo, si se me permite inieron desde sus amados decirlo. Los pobres encontraban en él al hogares para rendir tributo hoy a Buen Samaritano, y con frecuencia eran la memoria de un sacerdote que objeto de su generosidad. Con el tiempo, se ha ido, cuyo nombre está inseparablelos años que pasó el Padre McGivney en mente ligado a la espléndida organización el sagrado ministerio estuvieron llenos de a la cual tenemos el privilegio de perteacciones que honran su nombre y ahora, necer. Vinieron a reunirse alrededor de la sin duda, son las joyas más brillantes en la tumba de su fundador y poner ofrendas corona que ha recibido del Juez justo. en ella, para dar testimonio silencioso Recuerdo muy pocos religiosos que pero elocuente del gran aprecio que le disfrutaran más que él del respeto de sus guardan, como el sacerdote cabal que colegas y la reverencia de la gente. Su vida fue, como el ciudadano leal que siempre era un libro abierto cuyas páginas cualobedeció las leyes, como el amigo devoto quiera podía leer, y las influencias que que honraba a otros con su amistad. Su irradiaba su personalidad activa, enérgica peregrinaje a este punto santificado por y ferviente llevaron a muchos pobres a los restos de este ungido representante acercarse a la casa de Dios, de vuelta a de Cristo presagia un futuro aún más Una edición especial del periódico Waterbury la fe de su infancia y al sagrado tribunal glorioso para la Orden, a la que el genio Democrat, con fecha del 9 de junio de 1900, del arrepentimiento. El Padre McGivney del Padre McGivney dio vida. Es prueba anunció “el Memorial Day de C de C”, al día estaba siempre activo. Su energía no tenía de la inquebrantable adherencia de todos siguiente se realizó una peregrinación a la tregua, siempre buscaba nuevas formas ustedes a los principios que sustentan tumba del padre Michael McGivney. El padre de expresarse, y a esta naturaleza le debenuestra organización.

James H. O’Donnell (arriba a la derecha) fue mos la existencia de Caballeros de Colón.

Estos principios siempre motivaron el “orador del día”, sus comentarios, aquí El Padre McGivney tenía una fe sin al Padre McGivney y orientaron su publicados nuevamente, aparecieron en la límite en las gracias salvadoras otorgadas vida. Creemos que ustedes se llevarán edición del 11 de junio. por la Santa Iglesia. Era consciente de la a sus casas la influencia recogida alreeficacia de los divinos esplendores de la dedor de su tumba, esa influencia vital, Iglesia, los sacramentos, para infundir un espíritu a sus semejanpotente, de largo alcance, ennoblecedora: la influencia que tes de buena fe y acercarlos al conocimiento y el amor de Cristo. sobrevive a una vida dedicada a promover el bienestar del Sin embargo, también reconocía las aspiraciones sociales de los prójimo, una vida plena de acciones encaminadas a lograr la jóvenes de sus tiempos, su tendencia a agruparse en asociaciomejora social, moral, intelectual y religiosa de sus semejannes. Para alimentar sus legítimas aspiraciones y proporcionarles tes. Para él, las necesidades propias siempre estuvieron suun campo en el que pudieran poner en práctica adecuadamente bordinadas a las de los otros, y el espléndido legado que ha sus actividades, se impuso a sí mismo la tarea de organizar una dejado a través de Caballeros de Colón es prueba del amor sociedad en distintos términos de otras asociaciones católicas que le tenía al prójimo, además de evidenciar su profundo existentes. Yo estuve en posición de ver que su intención fue conocimiento de las necesidades particulares del momento.

NOS. 4 AND 9: L’Osservatore Romano — NO. 7: AP Photo/Vincenzo Pinto, Pool

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Un guardia de Cuarto Grado de la escolta a las banderas encabeza una procesión de Caballeros hacia la tumba del Padre McGivney en el Cementerio de St. Joseph el 21 de junio de 1947.

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La semilla plantada en febrero de 1882 ha crecido con asombrosa vitalidad. La Orden se ha desarrollado con asombrosa rapidez, pero esto no ha sucedido a expensas de su solidaridad. Son aconsejables algunas modificaciones a aspectos no esenciales, pero la consigna de Caballeros de Colón debe ser por siempre “Unidad y Caridad”. Son las marcas que la han distinguido.

UNIDAD Y CARIDAD

Ninguna organización, sin importar lo numeroso de sus miembros, puede mantener por mucho tiempo una existencia exitosa sin unidad de propósito; Caballeros de Colón puede regocijarse de tal unidad. Contamos con intereses comunes que nos unen, aunque estemos separados por las fronteras de nuestras ciudades y estados. El principal de estos intereses es el religioso. Es el más alto, el más noble, el más exaltado de todos los intereses. Así como cualquier hijo de la Santa Madre Iglesia está en casa en cualquier parte de este ancho mundo en donde encuentre un altar, así Caballeros de Colón recibe a sus hermanos en la fe dondequiera que exista un consejo. La fe que la Orden pide a sus miembros no es negativa ni pasiva, y mucho menos una fe muerta, sino una fuerza viva y activa, que anima a todo el ser espiritual, una fe que produce y rebosa actos de misericordia, que llama a un Caballero al lecho de un hermano golpeado por la enfermedad, que da palabras de consuelo y alegría, que abre el corazón y la mano, y que ofrece evidencia práctica de su sinceridad y eficacia: una fe que culmina en amor.

Es esta fe lo que lo hará fiel a Dios y fiel al Estado. Si aspira al privilegio de la ciudadanía al Reino de los Cielos, luchará por ser digno de la ciudadanía aquí. Caballeros de Colón inculca firmemente esta doble fidelidad: a Dios y a la nación. No hay ningún antagonismo aquí; más bien, una es

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que esta sociedad auxiliara a la Iglesia en su glorioso trabajo de asignación divina, que funcionaría en su esfera elegida bajo la guía y la bendición de la Iglesia.

Así, como auxiliar de la Iglesia, tuvo el Padre McGivney la intención de instituir Caballeros de Colón, para mantener a los jóvenes de su parroquia dentro del hogar de la fe, para guardarlos de la mácula de la infidelidad, para reunir a las desperdigadas unidades que por sí mismas carecían de impacto, en un todo grande y compacto cuya esfera de utilidad crecería y cuya influencia sería suprema, de la misma medida que sus elevados propósitos. Su objetivo era rodear a sus protegidos con una atmósfera religiosa y profundizar su relación con la Santa Madre Iglesia, para darles un ejemplo práctico de la fuerza que deriva de una organización inteligente; esos fueron los motivos que inspiraron al Padre McGivney para fundar Caballeros de Colón.

Para él, el dicho “La unión hace la fuerza” no era una simple figura retórica. En cambio, era la expresión de una gran verdad a la que dedicó toda su energía; los resultados de su labor en este sentido son visibles hoy en día en este magnífico ensamble de Caballeros. Dicho todo esto, un gran hecho destaca: al organizar Caballeros de Colón, el Padre McGivney actuó principalmente por motivos religiosos. El celo por las almas es la piedra angular de esta gran organización, que hoy rinde tributo a su memoria.

Recuerdo vívidamente los días que precedieron a la fundación de la Orden. Tengo recuerdos personales de la ansiedad que se apoderó del Padre McGivney mientras buscaba, decidido, que se materializara lo que su corazón deseaba. Conocí los obstáculos que encontró y venció antes de que Caballeros se convirtiera en una realidad. Fui testigo de la revisión de los artículos y la sección legal de la Orden, hasta que estuvo seguro de que satisfacían todos los requisitos necesarios.

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Photo by Christopher Beauchamp

complemento de la otra. La unidad de propósito, la unidad de acción y la unidad en la fe forman una trinidad que hace a Caballeros de Colón un poderoso agente del bien, un titular del orden, una fuerza protectora en la sociedad.

La segunda marca distintiva, que en realidad es la primera, de Caballeros de Colón, es la Caridad, la reina de las virtudes; la caridad, “virtud del corazón y no de las manos”. La caridad es el amor a Dios y el amor a los semejantes, en quienes reside la imagen y la semejanza de Dios. Expande el corazón del hombre y amplía su visión. Su práctica fiel y sincera lo eleva de lo mundano y le da una probadita de las alegrías celestiales. Participa en la misión de Cristo, quien iba por ahí haciendo el bien y cuyas bendiciones para el cuerpo y el alma caían sobre todos.

La Caridad, esta es la virtud que ennoblece a Caballeros de Colón y atrae a tantos hacia sí. Invita a cada uno de los Caballeros a extender su mano de ayuda, a desterrar el dolor y traer la luminosidad a vidas sombrías, a levantar a los caídos y fortalecer a los débiles, a animar a los abatidos. Sin embargo, la caridad de Caballeros de Colón no está confinada ni termina con la vida. En medio del dolor que sigue a la partida final de los seres amados, brinda una ayuda que ilumina la existencia de una

madre, una esposa y unos hijos.

Hermanos Caballeros, la rápida expansión de la Orden (y su crecimiento es de hecho una maravilla), con sus correspondientes responsabilidades, nos invita a garantizar celosamente sus intereses. Su carácter católico debe mantenerse: el hombre de dinero y su semejantes menos favorecidos, el trabajador de altos vuelos y el humilde, el profesor y el artesano: todas las clases en igualdad en sus Consejos. La igualdad no debe adquirir un significado distorsionado, ni la fraternidad ser solo algo que se diga.

Entre las brillantes características de la Iglesia Católica ninguna es más conspicua que la igualdad de sus miembros. Frente al altar todos somos iguales. Si acaso hay algún mendigo, este se arrodilla al lado del dueño de riquezas, y el hombre de piel morena ocupa la misma banca que su hermano de piel blanca.

Este espíritu reina en Caballeros de Colón, y así debe ser por siempre. La más perfecta organización sobre este mundo es la Iglesia, a la que alegremente nos aliamos en espíritu. Que Caballeros de Colón aprenda de ella, tanto como pueda, y así la prosperidad de la Orden en el mundo del futuro quedará doblemente garantizada. B

La parcela de la familia McGivney, que se muestra aquí en Old St. Joseph’s Cemetery en Waterbury, Connecticut, fue el lugar donde descansaban los restos del Padre McGivney hasta el 8 de diciembre de 1981. En esa fecha, fueron exhumados y preparados para su entierro en la iglesia de St. Mary en New Haven el 29 de marzo de 1982, en el centenario de Caballeros de Colón.

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El Arte de la Santidad Cada vez más instituciones católicas cuentan con representaciones artísticas del Beato Michael McGivney, desde esculturas hasta pinturas y vitrales

Página opuesta, desde la parte superior: Una pintura del Padre McGivney adorna el interior de la Iglesia de Santa María de las Cataratas ubicada en las Cataratas del Niágara, Nueva York. • Este vitral que representa al Padre McGivney fue dedicado al Seminario St. John Fisher de Stamford, Connecticut, en 2009. • En el vitral de la Iglesia Católica del Sagrado Corazón ubicada en Warner Robins, Georgia, se aprecia al Padre McGivney entre St. Patrick y St. Thérèse de Lisieux. El Consejo Msgr. Felix Donnelly 4371 y sus Damas Auxiliares recaudaron $12,500 dólares para la instalación del vitral en 2011. • Los miembros del Consejo 7689 de San Patricio y los hermanos Caballeros que enseñan en la Academia Católica Padre Michael McGivney en Markham, Ontario, están fuera de la capilla de la escuela. Un miembro del Consejo 7689 jugó el papel decisivo en el nombramiento de la escuela secundaria en honor al Padre McGivney cuando se fundó en 1992, y el consejo encargó una vidriera y paneles de puerta para la capilla.

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FROM TOP: Knights of Columbus Multimedia Archive, Photo by Anthony Wood, Photo by Brion McCarthy, Photo by Todd Yates

Desde la parte superior: Las estatuas del Padre Michael J. McGivney y de una viuda y sus hijos, se encuentran fuera de la sede del Consejo Supremo en New Haven, Connecticut. • En la casa de retiro Discovery House de Hammonton, Nueva Jersey, se observa un jardín de reflexión dedicado al Padre McGivney que fue patrocinado por los Caballeros de Nueva Jersey. • Un busto de bronce que se encuentra en el Seminario y Universidad St. Mary en Baltimore conmemora al Padre McGivney, quien estudió allí de 1873 a 1877. La escultura fue encargada por un grupo de Caballeros seminaristas en 2010. • Una estatua de bronce del Padre McGivney adorna el patio de la Iglesia Católica Romana de Santa María Magdalena en Flint, Texas. El Consejo 14636 St. Mary Magdalene recaudó fondos para instalar la estatua en 2017.

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FROM TOP: Photo by KC Kratt, Knights of Columbus Multimedia Archive, Photo by Robin Newbern, Photo by Light Imaging/Karlo King

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CABALLEROS DE LA CARIDAD

Photo by David Ellis

Caballeros de la Caridad Cada día en el mundo entero, se les da a los Caballeros oportunidades para que ellos hagan la diferencia, ya sea a través de servicios comunitarios, recaudando dinero para sus parroquias o haciendo oración. Elogiamos a todos y cada uno de los Caballeros por su fuerza, su compasión y su dedicación para construir un mundo mejor.

El Gran Caballero Andy Fischer del Consejo St. Joseph the Worker 13359 de Maple Grove, Minnesota, junto con su hijo, Cody, acomodan suministros donados durante una campaña de “baby shower” de la Iglesia Católica St. Joseph the Worker. Los Caballeros realizan colectas con regularidad en beneficio de dos centros de recursos para el embarazo que el consejo ha apoyado durante la última década, incluidos WomenSource en Anoka y Abria Pregnancy Resources en Minneapolis y St. Paul.

Envía las fotos de tu consejo para usarlas en la sección Caballeros de Colón en Acción. Puedes enviar las fotos via email a knightsinaction@kofc.org, o por correo a 1 Columbus Plaza, New Haven, CT 06510-3326.

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POR FAVOR, HAGA TODO LO POSIBLE PARA ALENTAR LAS VOCACIONES SACERDOTALES Y RELIGIOSAS. SUS ORACIONES Y SU APOYO SON MUY IMPORTANTES.

‘Confía menos en ti mismo y más en nuestro Señor’.

Padre Curt Vogel Diócesis de Kansas City-St. Joseph Consejo de San Patricio 6722, Holden, Missouri

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Nací con un grave impedimento del habla, pero después de casi tener un accidente automovilístico a los 6 años, de pronto pude hablar con claridad. Aunque nunca pude pagarle a Dios por este regalo, él me dio mi voz por una razón.

Mi párroco, plantó la semilla de una vocación sacerdotal en mí cuando tenía 12 años, a través de sus homilías dinámicas y veneración por la Misa. Al finalizar la escuela secundaria y durante mi primer año de universidad, percibí que de hecho estaba llamado a ser un sacerdote de Jesucristo, por lo que respondí y entré al seminario.

Mi consejo para cualquier hombre que esté considerando el sacerdocio es abrazar la cruz y a nuestro Señor crucificado como su mejor amigo. La intimidad con Cristo es esencial, y el amor por la Misa fomenta esa relación; ya que está en el corazón del sacerdocio. Confía menos en ti mismo y más en nuestro Señor, y verás su gracia actuando a través de ti como su instrumento de salvación para su Iglesia.

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