Revista Adviento navidad 2016 by Comisión de Liturgia de Hermosillo

Mom, I want to be a Lion

LICEO SAN AGUSTĂ?N Pre escolar, Primaria, Secundaria y Preparatoria

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MENSAJE DE NUESTRO ARZOBISPO A LAS COMUNIDADES PARROQUIALES La fiesta de la Navidad que celebramos cada año es una magnífica ocasión para acrecentar en nosotros las tres virtudes teologales: la fe, la esperanza y la caridad. Cada una de estas virtudes tienen como origen, motivo y objeto a Dios Uno y Trino. El nacimiento del Redentor en el portal de Belén acrecienta, sin duda, nuestra fe en este Dios que por amor nos ha dado a su Hijo Jesucristo como el Salvador de toda la humanidad; así lo expresa el apóstol san Juan: “porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna” (Jn 3,16). Esta salvación Cristo la lleva a cabo por medio de una vida de entrega que culmina con su pasión, muerte y resurrección. Contemplemos en esta Navidad al Dios con nosotros, al Emmanuel; adorémoslo como el Dios hecho hombre que, indefenso como un niño, nos expresa, con ternura e inocencia, su infinito amor por cada uno de nosotros. Las promesas que Dios nos ha dado por medio de Jesucristo, deberán suscitar en nuestros corazones una gran esperanza. Nos afligen, es cierto, situaciones de tristeza y dolor, no vemos con claridad la solución a la maldad que reina en el mundo; la inseguridad y los hechos delictivos rompen constantemente el tejido social. Sin embargo, en cada Navidad vuelve a aparecer un rayo de esperanza a nuestro alrededor, ya que la llegada del Salvador trae consigo la alegría y la paz a los hombres de buena voluntad (cfr. Lc 2,14). Tengamos una firme esperanza que Jesús, el recién nacido, arrancará el velo de lágrimas y oprobio que cubre el rostro de todos los pueblos, el velo que cubre a todas las naciones (cfr. Is 25,6-9). El bien triunfará sobre el mal, tengamos la esperanza de que Jesús reine, tarde o temprano, como el verdadero Príncipe de la paz. La celebración de Navidad, por otra parte, deberá aumentar nuestro amor a Dios y al prójimo. Recordemos que Dios es amor y que el mensaje que Jesús vino a traer al mundo se centra, fundamentalmente, en el mandamiento del amor. Por ello, como un buen compromiso de estas fiestas, hagamos realidad el precepto del amor, pongamos en práctica el resumen del decálogo: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo” (Lc 10,27). Si favorecemos en la familia y en cada espacio de convivencia humana un ambiente de amor, de manera particular entre los más pobres, el deseo de felicidad que expresamos en estas fechas, será una realidad a lo largo de todo el año. Que María, la Virgen Madre, ilumine nuestra fe, aliente nuestra esperanza e inflame nuestra caridad. Así sea. Arzobispo Ruy Rendón Leal Arquidiócesis de Hermosillo, Navidad de 2016

Contenido Tiempo Adviento Navidad /2016

05 LA NAVIDAD: Los pobres, 09 la familia, la paz Editorial

13 El tiempo de adviento 17 22 Pastoral litúrgica

Agenda de pastoral litúrgica 2017

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Corona de Adviento

Horas santas de Adviento

43 46

Novena de Navidad

Velación a virgen de Guadalupe

Recemos y comamos la rosca de reyes

Pautas para reflexión-homilia

Esquema para posada

Hna. Nuria Calduch-Benages Religiosa de la Sagrada Familia Doctora en Sagrada Escritura

Música litúrgica un, ministerio de amor Identidad del ministro extraordinario de la comunión El arte sacro y sus expresiones en la iglesia El maestro de ceremonia

La vivencia de la piedad popular Servicios e la comisión

Nuestros coros parroquiales

Comisión Diocesana para la Pastoral Litúrgica Coordinador: Pbro. Isaac Urías Ibarra Dimensiónes: Pbro. Luis Armando Gónzales Torres Pbro. Marco Antonio Islas Félix Pbro. Pedro Moreno Valenzuela Pbro. Gerardo Ocho Atondo Pbro. Erik Urias Ibarra Enlaces de animación: Ramoncita Serna Rosaura Urquidez Eloisa Fabrett Hugo Félix Socorrito Maya Ramón López Fernando Parada Yolanda Zubiate Jaime Heredia Carmelita Teros Alejandra Sosa Otilia Villarreal Marianela González Guadalupe German

Tel. 2152696 pastoralliturgicahillo@hotmail.com Comisión de Liturgia Hillo

Diseño Editorial: Arely Zagasta

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EDITORIAL

l tiempo de la navidad, siempre es oportuno para renovar nuestras vidas en el misterio del Verbo encarnado. Previo al tiempo de la navidad, la Iglesia se prepara durante el llamado tiempo del Adviento. Se trata de un tiempo cargado de significado: El fin de una etapa, la consecuente preparación humana, para que Dios haga que nazca lo nuevo. Con la llegada del nuevo año litúrgico, es oportuno realizar un esfuerzo de renovación personal y comunitaria en nuestra Iglesia. Nuestro arzobispo de Hermosillo, Don Ruy Rendón Leal, desde su llegada hace unos meses, hizo hincapié en la necesidad de fortalecer todos los niveles e instancias de pastoral, mediante el re-conocimiento de la propia identidad, por parte de todos los que conformamos nuestra Iglesia. Tiempo Adviento Navidad /2016

En este agitado mundo relativista, subjetivista y cargado de confusión existencial, es imperativo saber quienes somos y que es lo que estamos llamados a realizar como Iglesia. En el Documento de Aparecida, nos dicen los obispos que, el don de la tradición católica es un cimiento fundamental de identidad, de originalidad y de unidad en América Latina (D.A. 8). Sin embargo, los cambios culturales han modificado los roles tradicionales de varones y mujeres, quienes buscan desarrollar nuevas actitudes y estilos de sus respectivas identidades, potenciando todas sus dimensiones humanas en la convivencia cotidiana, en la familia y en la sociedad, a veces por vías equivocadas (D.A. 49). Estamos ante el desafío de relativizar nuestro modo de ser católico y nuestras opciones personales por el Señor... esto requiere desde nuestra identidad católica, una evangelización mucho más misionera, en diálogo con todos los cristianos y al servicio de todos los hombres (D.A. 13). En suma, tenemos un alto porcentaje de católicos sin conciencia de

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su misión... con una identidad cristiana débil y vulnerable (D.A. 286). Nos alientan los obispos de América Latina a tener una experiencia de encuentro vital con Jesucristo y, así, recuperar la identidad bautismal y la activa participación en la vida de la Iglesia (D.A. 312).

Veamos un estudio estadístico de la percepción social a cerca de los católicos en México:

De cara a la reciente Asamblea Diocesana de Pastoral, con sus derivados compromisos consecuentes, en esta Comisión Diocesana para la Pastoral Litúrgica, también creemos que, re-descubriendo nuestra identidad, en cada uno de los ministerios litúrgicos, podremos colaborar mejor, para que el resto de los fieles y agentes de pastoral re-conozcan también su propia identidad, en la celebración de los misterios de nuestra fe. Todo ello con miras a renovar “La participación de todos y cada uno” de quienes conformamos esta Iglesia particular. Tiempo Adviento Navidad /2016

La Sacrosanctum Concilium, nos trazó una gran meta a alcanzar: La Participación activa, consciente y fructuosa de los fieles en la Liturgia. Esperamos que celebrando en las comunidades durante este tiempo de adviento-navidad, alcancemos una mayor comprensión de la Identidad del misterio que celebramos, de la identidad de los agentes de pastoral litúrgica y de todos los fieles de nuestras comunidades para dar juntos e individualmente, dentro y fuera de la liturgia, una mejor respuesta, a Aquel que nos ha dado la vida nueva reconciliada en su Amor. Por todo lo anterior queremos poner en tus manos esta revista, que contiene algunos elementos importantes para la pastoral litúrgica, en esta edición abordaremos solamente: El ministerio de música litúrgica, el ministro extraordinario de la sagrada Comunión, el ministerio de arte sacro las devociones y expresiones de piedad popular y la estructura del equipo de pastoral litúrgica. Y por todo lo anterior descrito la formación que proponemos en esta ocasión es acerca de la Identidad cristiana, misma que se conforma decisivamente mediante el encuentro con Cristo en la Iglesia. Pbro. Isaac Urías Ibarra

Coordinador diocesano para la Pastoral Litúrgica

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LA NAVIDAD: Los pobres, la familia, la paz

a escena del nacimiento de nuestro Señor en el portal de Belén que el evangelista San Lucas narra (2,1-14), nos invita a considerar, entre otras cosas, tres importantes aspectos: Los pobres, la familia y la paz. Los pobres: Jesús nace pobre entre los pobres. No nace en la capital Jerusalén, sino en la pequeña aldea de Belén; no nace en una casa pudiente, sino en un sitio donde se resguardaban los animales: su madre lo envolvió en pañales y

lo recostó en un pesebre porque no hubo lugar para ellos en la posada. Los pastores, gente excluida y marginada, con un trabajo que les complicaba la observancia de la Ley judía, son quienes reciben el anuncio del nacimiento del Redentor y son quienes se encaminarán presurosos a su encuentro. Si celebramos la Navidad, necesariamente los pobres deberán ocupar un lugar importante en nuestra vida; no sólo estos días, sino siempre. Tiempo Adviento Navidad /2016

La familia: Una familia sencilla y modesta, pero bien constituida, según los parámetros bíblicos: José, María, y Jesús el recién nacido. Estos tres personajes claves del Evangelio nos recuerdan el valor y la importancia de la familia en la sociedad. Se trata, por una parte, de una pareja de esposos: un hombre y una mujer, ambos elegidos por Dios; y por otra parte, un hijo: el Dios hecho hombre, Jesús de Nazaret. No se le puede llamar matrimonio a otro tipo de uniones; además nuestro Señor, como hombre, “necesitó” del apoyo de un papá y una mamá en su desarrollo y educación familiar.

Las leyes humanas que atentan contra estos principios familiares deben ser rechazadas por todos los cristianos.

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La paz: Los ángeles al anunciar a los pastores el nacimiento del Salvador entonan un maravilloso cántico: “gloria a Dios en las alturas y paz a los hombres de buena voluntad”. Nuestro país, nuestro estado y nuestros pueblos y ciudades están a merced de los agentes de violencia y destrucción. Jesús al nacer nos trae la paz de Dios que supera todo egoísmo y rivalidad.

No desfallezcamos en ser constructores de paz en nuestras familias, en nuestros ambientes, en nuestras comunidades.

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Levantemos la voz ante la violencia y cultura de muerte que impera hoy en día. No es posible que las armas sean la ley, recordemos aquel hermoso texto del profeta Isaías (2,4): “de las espadas forjarán

arados, de las lanzas podaderas; ya no se alzará pueblo contra pueblo, ya no se adiestrarán para la guerra”. Roguemos al

Príncipe de la paz, en su nacimiento, que desaparezca la violencia que impera a nuestro alrededor.

Arzobispo Ruy Rendón Leal

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EL TIEMPO DE ADVIENTO

Esta teología la vemos reflejada en el prefacio I de adviento:

amos gracias a Dios por iniciar un nuevo ciclo Litúrgico del Misterio de Cristo, con un tiempo que celebra su espera y su manifestación, haciendo memoria del Dios que vino, viene y vendrá a habitar, a ser el Emmanuel, el Dios con nosotros. El ciclo de navidad comprende un tiempo de preparación (adviento), celebración (navidadepifanía) y la prolongación de la Navidad hasta el Bautismo del Señor. Las normas universales sobre el año litúrgico y el calendario en el número 39 nos presenta los dos aspectos propios del adviento: “es el tiempo de preparación para la Navidad, solemnidad que conmemora el primer advenimiento o venida del Hijo de Dios entre los hombres, y es al mismo tiempo aquel que, debido a esta misma conmemoración o recuerdo, hace que los fieles dirijan su atención a esperar el segundo advenimiento de Cristo como un tiempo de expectación piadosa y alegre”.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. El cual, al venir por vez primera en la humildad de nuestra carne, realizó el plan de redención trazado desde antiguo y nos abrió el camino de la salvación, para que cuando venga de nuevo, en la majestad de su gloria, revelando así la plenitud de su obra, podamos recibir los bienes prometidos que ahora, en vigilante espera, confiamos alcanzar.

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EL TIEMPO DE ADVIENTO

La Palabra de Dios nos lleva de la mano para vivir este tiempo de profunda preparación, por ello considero importante retomar la estructura propia de este tiempo que describe la ordenación de las lecturas de la Misa n. 93 – 94 para vivir día a día este tiempo: a)LOS DOMINGOS Las lecturas del Evangelio tienen una característica propia: se refieren a la venida del Señor al final de los tiempos (primer domingo), a

Juan Bautista (segundo y tercer domingos), a los acontecimientos que prepararon de cerca el nacimiento del Señor (cuarto domingo). Las lecturas del Antiguo Testamento son profecías sobre el Mesías y el tiempo mesiánico, tomadas principalmente del libro de Isaías. Las lecturas del Apóstol contienen exhortaciones y amonestaciones conformes a las diversas características de este tiempo. b)FERIAS Hay dos series de lecturas, una desde el principio hasta el día 16 de diciembre, y la otra desde el día 17 al 24. En la primera parte del Adviento, se lee el libro de Isaías, siguiendo el mismo orden del libro, sin excluir aquellos fragmentos más importantes que se leen también en los domingos. Los Evangelios de estos días están relacionados con la primera lectura. Desde el jueves de la segunda semana, comienzan las lecturas del Evangelio sobre Juan Bautista; la primera lectura es o bien una continuación del libro de Isaías, o bien un texto relacionado con el Evangelio.

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En la última semana antes de Navidad, se leen los acontecimientos que prepararon de inmediato el nacimiento del Señor, tomados del Evangelio de san Mateo 1 y de san Lucas 1. En la primera lectura se han seleccionado algunos textos de diversos libros del Antiguo Testamento, teniendo en cuenta el Evangelio del día, entre los que se encuentran algunas profecías mesiánicas de gran importancia. Así tenemos que la liturgia del adviento se abre con una gran visión apocalíptica de los últimos tiempos y sumerge al cristiano en un clima de esperanza escatológica. El grito del Bautista: “Preparen los caminos del Señor”, adquiere una perspectiva más amplia y existencial, que se traduce en una constante invitación a la vigilancia, porque el Señor vendrá cuando menos lo pensemos. Como las vírgenes previsoras, es necesario alimentar constantemente las lámparas y estar en vela, porque el esposo se presentará de improviso. La vigilancia se realiza en un clima de fidelidad, de amor, de espera ansiosa, de sacrificio. El Adviento vive la historia pasada orientada hacia el Cristo profetizado en el Antiguo Testamento y sugiere la lectura de nuestra historia como una presencia y una espera de Cristo que viene. Así tenemos en el presente de la celebración: el pasado anunciado y el futuro que vendrá.

EL TIEMPO DE ADVIENTO

Recordamos una característica muy antigua de la preparación inmediata a la Navidad (17 al 24): las Antífonas de la “O”, que se llaman así porque todas empiezan en latín con la exclamación “O”, en castellano “Oh”. También se llaman antífonas mayores, que oramos en la antífona del Magnifica en la celebración de vísperas y en la aclamación antes del Evangelio. Fueron compuestas hacia los siglos VII-VIII, y se puede decir que son un magnífico compendio de la cristología más antigua de la Iglesia, y a la vez, un resumen expresivo de los deseos de salvación de toda la humanidad, tanto del Israel del AT como de la Iglesia del NT. Así tenemos: O Sapientia – Sabiduría del Altísimo; O Adonai - Señor poderoso; O Radix - Raíz, renuevo de Jesé; O Clavis David - llave de David; O Oriens - Oriente, Sol, Luz; O Rex gentium - Rey de las naciones; O Emmanuel Dios-con-nosotros. Son breves oraciones dirigidas a Cristo Jesús, que condensan el espíritu del Adviento y la Navidad. En ellas podemos descubrir la admiración de la Iglesia ante el misterio de un Dios hecho hombre y la comprensión cada vez más profunda de su misterio. Y la

súplica urgente: “Ven”, ven a enseñarnos, a redimirnos, a liberarnos, a sacarnos de las tinieblas, a iluminarnos, a salvarnos. Los invito a retomarlas en un momento del día y meditar en ellas para descubrir la riqueza de su contenido, transcribo la primera: O Sabiduría del Altísimo, que dispones todas las cosas con fortaleza y con suavidad, ven a enseñarnos el camino de la vida. Lo que nos comunica: Como el joven Salomón al iniciar su reinado pidió tener un corazón lleno de sabiduría, así lo deseamos, queremos ser sabios. Tener sabiduría es ver la historia desde los ojos de Dios. La Sabiduría verdadera es Cristo Jesús, el Verbo eterno, la Palabra viviente de Dios, por el que fueron creadas todas las cosas, como nos enseña el prólogo del evangelio de san Juan. Al que Pablo llama “Sabiduría de Dios” (1Cor 1,24; 2,7). Cristo es quien nos ilumina y nos comunica su verdad, el Maestro auténtico al que pedimos que venga a enseñarnos el camino de la salvación. Tiempo Adviento Navidad /2016

EL TIEMPO DE ADVIENTO

Y como mexicanos unidos a la Virgen Santísima María de Guadalupe intensificamos la preparación al nacimiento de nuestro Salvador. Con ella reavivemos nuestra esperanza para contribuir a la construcción de un mundo más justo, más pacífico, en el que los hombres vivan como hermanos y las riquezas de la tierra sean distribuidas con justicia, que nuestros pueblos tengan vida. Comprometámonos a preparar los caminos del Señor, a ser hombres y mujeres de esperanza y de gozo. La Liturgia de la Palabra también nos propone tres grandes modelos de esperanza, quienes nos enseñan cómo hemos de esperar al Dios con nosotros: El primero es el profeta Isaías, nadie mejor que él ha encarnado tan vivo el deseo del mesianismo veterotestamentario a la espera del Rey mesías. San Juan Bautista, el precursor, cuyas palabras de invitación a la penitencia, a preparar sus caminos, dirigidas hoy a nosotros, cobran una vigorosa actualidad para ser creyentes seguros de su venida. Y en María, la Madre del Señor, en ella culmina y adquiere una dimensión maravillosa toda la esperanza del pueblo de Israel. El sí al Arcángel Gabriel se convierte en el sí de la nueva alianza. La Iglesia se identifica con María en el Adviento porque ella lo supo esperar con inefable amor de Madre (pref. II de Adviento).

Hna. María Adriana de Jesús Romero García Congregación: Pías Discípulas del Divino Maestro Licenciada en Liturgia, Instituto San Anselmo, Roma, Italia. Secretaria de Sociedad Mexicana de Liturgistas

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PASTORAL LITÚRGICA

as Comisiones Diocesanas para la Pastoral Litúrgica que incluyen las dimensiones de música y arte sacro, son los consejos oficiales de los Obispos que deberán promover, coordinar y vigilar la vida litúrgica de nuestras Iglesias particulares. La primera instrucción general Inter Oecumenici (1964) para la aplicación de la Constitución Conciliar detallaba las tareas de las comisiones que conservan aún hoy todo su valor, en resumen son: Conocer el estado de la acción pastoral litúrgica en la Diócesis. Poner en práctica la Reforma Litúrgica. Sugerir a los Sacerdotes iniciativas prácticas para fomentar la Liturgia. Hacer una planeación progresiva de la acción pastoral litúrgica y recurrir a la asesoría de personas competentes. Hacer que la Pastoral Litúrgica avance en colaboración con quienes trabajan en el campo de la Biblia, la Catequesis, la Pastoral, la Música y el Arte Sagrado en todas las asociaciones laicales.

El principio fundamental de la Liturgia es la actualización del Misterio Pascual de Cristo en la Liturgia de la Iglesia, porque “del costado de Cristo dormido en la cruz nació el sacramento admirable de la Iglesia entera: Toda la vida litúrgica gira en torno al Sacrificio Eucarístico y a los demás Sacramentos, por los que llegamos a la fuente misma de la salvación. Ya que la muerte de Cristo en la cruz y su resurrección constituyen el centro de la vida diaria de la Iglesia y la prenda de su Pascua eterna. La Liturgia tiene como primera función conducirnos constantemente a través del camino pascual inaugurado por Cristo, en el cual se acepta morir para entrar en la vida” (Juan Pablo II: Vicesimus quintus annus, n. 6).

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PASTORAL LITÚRGICA

Para comprender un poco más lo que es la Pastoral Litúrgica es necesario tener presente los tres aspectos de la actividad mesiánica y salvadora de Cristo: la Pastoral Profética, la Pastoral Litúrgica y la Pastoral Social forman una sola realidad en el misterio de Cristo presente y actuante en la Santa Iglesia. El Papa Benedicto XVI en la Encíclica Deus Caritas est 25 puntualiza la unidad de la Pastoral: “La naturaleza íntima de la Iglesia se expresa en una triple tarea: anuncio de la Palabra de Dios (Kerygma. martyria), celebración de los Sacramentos (Leiturgia) y servicio de la caridad (Diakonia) son tareas que se implican mutuamente y no pueden separarse una de otra”.

La Liturgia es el lugar privilegiado de la Palabra de Dios.

Es necesario entender y vivir el valor esencial de la acción litúrgica para comprender la Palabra de Dios. En cierto sentido, la hermenéutica de la fe respecto a la Sagrada Escritura debe tener siempre como punto de referencia la Liturgia, en la que se celebra la Palabra de Dios como palabra actual y viva. En la Liturgia sigue fielmente el mismo sistema que usó Cristo con la lectura e interpretación de las Sagradas Escrituras partiendo del hoy de su acontecimiento personal (Cf. OLM 3).

Los pasos de la dinámica de la Palabra de Dios en la Liturgia son: 1) La Palabra se proclama 2) Se escucha (se guarda en el corazón) 3) Se explica (se mistagogiza) 4) Se responde 5) Se hace Sacramento, (se sacramentaliza) 6) Se comulga, (alimento) 7) Se testimonia (se vivifica) y 8) Se comunica (se da a conocer)

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Función santificadora de la Liturgia: La Iglesia cumple la función de santificar de modo peculiar a través de la Sagrada Liturgia, que con razón se considera como el ejercicio de la función sacerdotal de Cristo, en la cual se significa la santificación de los hombres por signos sensibles y se realizan según la manera propia de cada uno de ellos, al par que se ejerce el culto público e íntegro a Dios por parte del Cuerpo místico de Jesucristo, es decir, la Cabeza y los miembros. Las acciones litúrgicas no son acciones privadas, sino celebraciones de la misma Iglesia, que es sacramento de unidad, es decir, pueblo santo reunido y ordenado bajo la guía de los Obispos, por tanto, pertenecen a todo el cuerpo de la Iglesia, lo manifiestan y lo realizan; pero afectan a cada uno de sus miembros de manera distinta, según la diversidad de órdenes, funciones y participación actual.

PASTORAL LITÚRGICA

Liturgia y Piedad Popular

También por otros medios realiza la Iglesia la función de santificar, a saber: con oraciones, por las que ruega a Dios que los fieles se santifiquen en la verdad, y con obras de penitencia y de caridad que contribuyen en gran medida a que el Reino de Cristo se fortalezca en las almas, y cooperan también a la salvación del mundo. La participación en la vida litúrgica no agota toda la vida espiritual. En efecto, la Liturgia y la piedad personal se sostienen y completan recíprocamente; la íntima familiaridad de la oración con Cristo conduce a una más plena, consciente y piadosa participación en la Liturgia (Cf. SC 11-14).

Liturgia y Música

La acción litúrgica adquiere una forma más noble cuando se realiza con cantos, cada uno de los ministros desempeña su función propia, y el pueblo participa en ella. De esta manera, la oración adopta una expresión más penetrante: el misterio de la Sagrada Liturgia y su carácter jerárquico y comunitario se manifiesta más claramente; mediante la unión de voces se llega a una más profunda unión de corazones; desde la belleza de los sagrado, el espíritu se eleva más fácilmente a lo invisible, en fin, toda la celebración prefigura con más claridad la Liturgia santa de la nueva Jerusalén (Cf. Musicam Sacram 5).

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PASTORAL LITÚRGICA

Liturgia y Arte Sacro y Cuidado de Bienes La Iglesia procuró con especial interés que los objetos sagrados sirvieran al esplendor del culto con dignidad y belleza, aceptando los cambios de materia, forma y ornato que el progreso de la técnica introdujo con el correr del tiempo. Al edificar los lugares sagrados, procúrese con diligencia que sean aptos para la celebración de las acciones litúrgicas y para conseguir la participación activa de los fieles (Cf. SC 122 y 124). Las obras antiguas de arte sacro consérvense siempre y en todas partes, para que contribuyan a una mayor dignidad del culto divino y ayuden al pueblo de Dios a participar activamente en la Sagrada Liturgia. Debe atenderse el Cuidado de los Bienes Culturales de la Iglesia promocionando una comunión y acompañamiento de intereses con el Arte Litúrgico.

Liturgia y Santuarios En los Santuarios se debe proporcionar abundantemente a los fieles los medios de salvación, predicando con diligencia la Palabra de Dios y fomentando con esmero la vida litúrgica, principalmente mediante la celebración de la Eucaristía y de la Penitencia y practicando también otras formas aprobadas de piedad popular.

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Liturgia y devoción a la Santísima Eucaristía Se recomienda con empeño la devoción privada y pública de la Santísima Eucaristía, aún fuera de la Misa, de acuerdo a las normas establecidas por la autoridad competente, pues el Sacrificio Eucarístico es la fuente y el punto culminante de toda la vida cristiana. En la organización de tan piadosos y santos ejercicios, téngase en cuenta los tiempos litúrgicos, de modo que vayan de acuerdo con la sagrada Liturgia, en cierto modo deriven de ella y a ella conduzcan al pueblo (Cf. EM 79).

PASTORAL LITÚRGICA

Conclusión: La Pastoral Litúrgica está al servicio de la función sacerdotal de todo el pueblo de Dios, permitiendo a los cristianos el ejercicio de su sacerdocio, como bautizados y confirmados que ofrecen sus vidas como culto agradable a Dios en el Espíritu Santo. Esta acción tiene como objetivo la participación consciente y activa. Por tanto, pastoral litúrgica es el arte de conducir a los fieles a una vivencia más profunda del misterio de la salvación. La Liturgia es la cumbre hacia la cual tiende toda la actividad pastoral de la Iglesia y al mismo tiempo la fuente de donde mana toda su fuerza. (Cf. SC 10 y 11).

Hna. María Guadalupe Puente Cuevas Congregación: Misioneras de Jesús Hostia Licenciada en Liturgia, Instituto San Anselmo, Roma, Italia. Secretaria de Sociedad Mexicana de Liturgistas

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AGENDA DE PASTORAL LITÚRGICA 2017 Enero:

Febrero:

II Congreso de Musica Liturgica.

I Encuentro de grupos de piedad popular y devociones.

Responsable: DIMUSLI. Destinatarios: coros parroquiales. Lugar: Colegio Lux. Fecha: 28 de enero de 8:00 am a 8:00 pm

Curso de formación de agentes de pastoral liturgica. Responsable: SOMELIT. Destinatarios: laicos, presbíteros y religiosos. Lugar: San Juan de los Lagos. Fecha: Del 9 al 13 de enero.

Marzo:

Responsable: Dimensión de santuarios, devociones y piedad popular. Destinatarios: grupos, movimientos y asociaciones que promueven devociones marianas, eucarísticas y de los santos. Lugar: casa diocesana. Fecha: 08 de febrero.

Curso de preparación para celebrar el Triduo Pascual.

Responsable: Comisión Diocesana. Destinatarios: los equipos de animación litúrgica parroquial. Lugar: Parroquia de santa Eduviges. Fecha: Del 21 al 25 de febrero.

01 DE MIÉRCOLES DE CENIZA 05 PRIMER DOMINGO DE CUARESMA

Retiro de Cuaresma para MESC. Responsable: DMESCyCE.

Retiro-curso de formación para Triduo Pascual Responsable: DIMUSLI. Destinatarios: coros parroquiales. Lugar: Casa diocesana Fecha: 11 de marzo

Curso práctico para dirigir la celebración del Triduo Pascual. Responsable: DCL. Destinatarios: Encargados parroquiales de celebraciones litúrgicas. Lugar: Parroquia Santa Eduviges. Fecha: 22 de marzo 09 DOMINGO DE RAMOS 13 JUEVES SANTO 22

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16 DOMINGO DE RESURRECCIÓN Junio:

Curso de Verano. Temática:

Responsable: DAyFL. Destinatarios: miembros de los equipos de animación liturgica parroquial. Lugar: Salón san Juan Diego, Santa Elena Fecha: Del 20 al 24 de junio Julio:

Peregrinación a la Basílica.

Responsable: DSyPP. Destinatarios: parroquias, comunidades y movimientos diocesanos. Lugar: Cd de México. Fecha: 15 de Julio. Noviembre:

Reunión de animación pastoral, para entrega de agenda litúrgica, manual del proclamador de la Palabra, revista liturgia parroquial. Responsable: DAyFL, DCL. Destinatarios: Sacristanes, lectores, MESC, coros. Lugar: Casa diocesana. Fecha: 08 de noviembre

Curso-taller de formación para celebración de Adviento-Navidad. Responsable: DAyFL, DCL, DIMUSLI. Destinatarios: miembros de los equipos de animación liturgica parroquial. Lugar: Parroquia de san Antonio. Fecha: Del 13 al 17 de noviembre.

Pbro. Isaac Urías Ibarra, Coordinador Diocesano Pbro. Luis Armando González Torres, coordinador de piedad popular y santuarios Pbro. Marco Antonio Islas Félix, coordinador de música litúrgica Pbro. Gerardo Ochoa Atondo, coordinador de arte sacro. Pbro. Erik Urías Ibarra, coordinador de MESC Pbro. Pedro Moreno Valenzuela, maestro de ceremonias

Tiempo Adviento Navidad /2016

El equipo de la dimensión de animación y formación litúrgica agradece a Dios por los frutos del año que concluye.

CURSOS Y TALLERES COMPARTIDOS En noviembre del 2015 formación para proclamadores de la Palabra en decanto II, para 70 agentes con asistencia de 9 de las 10 parroquias En abril de 2016 capacitación técnica para proclamadores de la Palabra, en la parroquia de San Carlos Borromeo con asistencia de 9 parroquias de los decanatos 1, 3 y 4, con un total de 60 agentes.

Tiempo Adviento Navidad /2016 24 Tiempo Ordinario /2016

JUBILEO DE LOS EQUIPOS DE ANIMACIÓN LITÚRGICA PARROQUIAL Obedientes a la invitación del papa Francisco en junio de 2016 celebramos el jubileo de la misericordia 300 agentes de pastoral litúrgica de nuestra arquidiócesis.

MATERIALES Para mejorar el servicio del ministerio del lector, se entregó en el 95% de las parroquias el manual del proclamador, un instrumento muy útil para su formación bíblica y técnica, así como fomentar el trabajo en equipo.

Se distribuyó en el 90% de las parroquias un subsidio con esquemas litúrgicos y pastorales para la primera participación Eucarística de los niños. Se elaboró y distribuyó la revista para los tiempos de Navidad, Pascua y Ordinario. Tiempo Adviento Navidad /2016

Tiempo Adviento Navidad /2016

CORONA DE ADVIENTO

Al iniciar el adviento preparamos nuestra corona: de rama verde, con sus cuatro velas, con luces y adornos que simbolizan la vida, la espera… Presentamos a ustedes un esquema para su bendición y el encendido de las velas cada domingo, en esta ocasión proponemos la participación de los diferentes apostolados en la parroquia, aquí sugerimos algunos apostolados cada comunidad podrá adecuarla a su realidad, pero siempre conscientes de la necesidad de presentar al Señor lo que somos. Monición para la presentación y Bendición de la Corona: Hermanos: El Señor nos llama, nos invita a recuperar la alegría de la fe. Viene a nuestro

encuentro, en cada circunstancia, para llenarnos de valor y de entereza, de audacia y de esperanza. ¿Seremos capaces de transformar las actividades de nuestra existencia dejándonos guiar y llevar por Él? ¡Vino, viene y vendrá el Señor! Para infundirnos ánimo y sacarnos de tantos conflictos en los que nos hemos metido. ¡Necesitamos a Jesucristo! ¡Bienvenido sea el adviento, tiempo de esperanza y estos días que nos adentran en los caminos de Dios! Vamos a bendecir la Corona de Adviento. Su color verde nos habla de la esperanza, de la vida que hemos de tener todos los creyentes que anhelamos la llegada del Salvador. Las velas que en cada domingo iremos encendiendo, simbolizan la luz de Cristo que viene a nuestro encuentro y que se imponen sobre la oscuridad del mundo. Tiempo Adviento Navidad /2016

Bendición (sacerdote): Démosle gracias a Dios por esta corona, pero especialmente porque nos permite estar reunidos, como comunidad, para darle gracias y bendecirlo. Cristo, en su Evangelio, nos invita a “Velar y a estar preparados, porque no sabemos cuándo llegará el momento”. Ahora que comenzamos el tiempo de preparación para la venida de tu hijo, te pedimos bendigas esta corona y que conforme aumente el esplendor con cada vela encendida, aumente en nosotros el deseo de servirte y de vivir cada día acorde a tus designios, por Jesucristo Nuestro Señor. Amén. PRIMER DOMINGO *Catequistas *Presacramentales

de Israel. Nosotros, como un símbolo, encendemos estas dos velas. El viejo tronco está rebrotando, florece el desierto... La humanidad entera se estremece porque Dios se ha sembrado en nuestra carne. Que cada uno de nosotros, Señor, te abra su vida para que brotes, para que florezcas, para que nazcas, y mantengas en nuestro corazón encendida la esperanza. Hoy como miembro del (Equipo o Grupo) de: ____________ Estamos aquí reafirmando nuestro compromiso contigo, te rogamos nos concedas siempre tener la oportunidad de prepararnos, de buscar siempre formación, que las ganas de conocerte más profundamente aumenten cada día, te entregamos nuestra fuerza y el deseo de servirte Amén. TERCER DOMINGO *Coros

Encendemos, Señor, esta luz, como aquel que enciende su lámpara para salir, en la noche, al encuentro del amigo que ya viene. Nosotros señor queremos ofrecerte nuestro apostolado, queremos vivir de acuerdo a lo que predicamos, que frecuentemos los sacramentos cabalmente, que no nos pese el tiempo que ocupamos en enseñar tu palabra, antes bien que lo aprovechemos al máximo y nos permita tener siempre presente a nuestra familia y amigos. En esta primera semana del Adviento queremos levantarnos para esperarte preparados, para recibirte con alegría. Muchas sombras nos envuelven. Muchos halagos nos adormecen. Queremos estar despiertos y vigilantes, porque tú nos traes la luz más clara, la paz más profunda, y la alegría más verdadera. Amén.

En las tinieblas se ha encendido una luz, en el desierto clamó una voz. Se anuncia la buena noticia: ¡El Señor va a llegar! preparen sus caminos, porque ya se acerca. Adornen su alma como una novia se engalana el día de su boda. Cuando encendemos estas tres velas cada uno de nosotros quiere ser antorcha tuya para que brilles, nosotros que pertenecemos a uno de los coros de esta parroquia, queremos ofrecerte nuestra alegría, queremos dedicarte nuestros dones, que en cada celebración dejemos a un lado nuestros pendientes escolares, familiares, etc. para dedicarnos cabalmente a cumplir nuestro compromiso contigo.

SEGUNDO DOMINGO *Pastoral Juvenil *Acólitos *Lectores

Al encender estas cuatro velas, en el último domingo, pensamos en ella, la Virgen, tu madre y nuestra madre. Nadie te esperó con más ansia, con más ternura, con más amor. Nadie te recibió con más alegría. Te sembraste en ella, como el grano de trigo se siembra en

Los profetas mantenían encendida la esperanza 28

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CUARTO DOMINGO *Ministros

el surco, y en sus brazos encontraste la cuna más hermosa. También nosotros queremos prepararnos así: en la fe, en el amor, y en el trabajo de cada día. Nosotros somos ministros extraordinarios, concédenos que con el mismo cuidado con el que tu madre te llevó en su seno por nueve meses, así nosotros traslademos tu cuerpo a nuestros hermanos enfermos, que

con ese mismo amor nos dirijamos a ellos y a sus familiares, también que como María cuidemos siempre de dar un testimonio digno del nombramiento que tenemos. Amén.

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PRIMERA HORA SANTA DE ADVIENTO

EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO ESTACIONES EUCARISTICAS Jesús Sacramentado pasa por nuestra ciudad, por nuestra vida. Todos los días se nos presenta una nueva oportunidad para descubrir a Jesús, vivo y presente en el mundo. Camina en medio nuestro y sale a nuestro encuentro. Padrenuestro, Ave María y Gloria Todos de alguna u otra forma buscamos ver a Jesús, saber quién es este hombre que transformó la historia humana en historia de salvación. Nos preguntamos ¿quién es Jesús?, ¿qué quiere de mí? Padrenuestro, Ave María y Gloria Tenemos que poner los medios para poder ver a Jesús, para estar con él. No dejar pasar la oportunidad que se nos brinda día a día para encontrarnos con él. En la oración, por medio de su palabra, en los más necesitados, en un gesto de amor, Jesús nos habla. Padrenuestro, Ave María y Gloria CANTO GUIA: Ante un mundo fragmentado, y la experiencia dolorosa de nuestra propia fragilidad, se hace necesario, urgente, 30

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imprescindible, ahondar en la oración y la adoración. Ella nos ayudará a unificar nuestro corazón y nos dará “entrañas de misericordia” para ser hombres y mujeres de encuentro y comunión, que asumen como vocación propia el hacerse cargo de la herida del hermano/a, respetando su identidad y fomentado a que cada uno se encuentre a sí mismo. SILENCIO Mateo 24,37-44 En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: «Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé. Antes del diluvio, la gente comía y bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre: Dos hombres estarán en el campo: a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo: a una se la llevarán y a otra la dejarán. Por lo tanto, estén en vela, porque no saben qué día vendrá su Señor. Comprendan que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa. Por eso, estén también ustedes preparados, porque a la hora que menos piensen viene el Hijo del hombre.»

SILENCIO MEDITATIVO PARA REFLEXIONAR El número 5 de la Exhortación apostólica CHRISTIFIDELES LAICI nos ayuda a reflexionar sobre cómo debemos estar vigilantes todos cuidando la dignidad humana, respetando su identidad propia en lugar querer cambiarlas: 5. Pensamos, además, en las múltiples violaciones a las que hoy está sometida la persona humana. Cuando no es reconocido y amado en su dignidad de imagen viviente de Dios (cf. Gn 1, 26), el ser humano queda expuesto a las formas más humillantes y aberrantes de «instrumentalización», que lo convierten miserablemente en esclavo del más fuerte. Y «el más fuerte» puede asumir diversos nombres: ideología, poder económico, sistemas políticos inhumanos, tecnocracia científica, avasallamiento por parte de los mass-media. De nuevo nos encontramos frente a una multitud de personas, hermanos y hermanas nuestras, cuyos derechos fundamentales son violados, también como consecuencia de la excesiva tolerancia y hasta de la patente injusticia de ciertas leyes civiles: el derecho a la vida y a la integridad física, el derecho a la casa y al trabajo, el derecho a la familia y a la procreación responsable, el derecho a la participación en la vida pública y política, el derecho a la libertad de conciencia y de profesión de fe religiosa. ¿Quién puede contar los niños que no han nacido porque han sido matados en el seno de sus madres, los niños abandonados y maltratados por sus mismos padres, los niños que crecen sin afecto ni educación? En algunos países, poblaciones enteras se encuentran desprovistas de casa y de trabajo; les faltan los medios más indispensables para llevar una vida digna del ser humano; y algunas carecen hasta de lo necesario para su propia subsistencia. Tremendos recintos de pobreza y de miseria, física y moral a la vez, se han vuelto ya anodinos y como normales en

la periferia de las grandes ciudades, mientras afligen mortalmente a enteros grupos humanos. Pero la sacralidad de la persona no puede ser aniquilada, por más que sea despreciada y violada tan a menudo. Al tener su indestructible fundamento en Dios Creador y Padre, la sacralidad de la persona vuelve a imponerse, de nuevo y siempre. De aquí el extenderse cada vez más y el afirmarse siempre con mayor fuerza del sentido de la dignidad personal de cada ser humano. Una beneficiosa corriente atraviesa y penetra ya todos los pueblos de la tierra, cada vez más conscientes de la dignidad del hombre: éste no es una «cosa» o un «objeto» del cual servirse; sino que es siempre y sólo un «sujeto», dotado de conciencia y de libertad, llamado a vivir responsablemente en la sociedad y en la historia, ordenado a valores espirituales y religiosos. SILENCIO MEDITATIVO GUIA: Jesús, antes de entregarse a la pasión, imploró ardientemente al Padre que todos seamos uno para que el mundo crea (Jn 17, 21) La comunión de la Trinidad nos interpela y nos convoca a estrechar vínculos, respetando a cada uno en su propia identidad humana y de hijos de Dios. Pidamos junto a Jesús sacramentado por este Don tan hermoso de la Comunión, vivida en el respeto, que Él mismo nos regala, diciendo: R: Que seamos constructores de comunión y respeto. Para que cada uno de nosotros tome conciencia respecto de sí misma y que eso convierte en alguien distinto a los demás, y al descubrirnos diferentes y únicos trabajemos en comunión para la construcción del Reino. R/ Desde una auténtica conversión hacia cada hermano y hermana, que nos lleve a pensar más en sus necesidades que en las propias egoístamente. R/ Tiempo Adviento Navidad /2016

Viviendo en fraternidad, orando juntos, dialogando con un corazón abierto a lo distinto del otro, y creando maneras creativas en la vida pastoral. R/ En una espiritualidad de comunión que nos permita valorarnos unos a otros de corazón y apreciar la riqueza de la unidad en la diversidad de vocaciones, carismas y ministerios con las que Dios enriquece a la Iglesia. R/ OREMOS: GUIA: Oremos juntos con el salmo 121, como constructores de comunión, respeto que caminamos juntos a la casa del Señor. R/. Vamos alegres a la casa del Señor Qué alegría cuando me dijeron: «Vamos a la casa del Señor»! Ya están pisando nuestros pies tus umbrales, Jerusalén. R/. Allá suben las tribus, las tribus del Señor según la costumbre de Israel, a celebrar el nombre Señor; en ella están los tribunales de justicia, en el palacio de David. R/. Desead la paz a Jerusalén: «Vivan seguros los que te aman, haya paz dentro de tus muros, seguridad en tus palacios». R/. Por mis hermanos y compañeros, voy a decir: «La paz contigo». Por la casa del Señor, nuestro Dios, te deseo todo bien. R/. CANTO PADRE NUESTRO 32

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BENDICIÓN V/. Les diste el Pan del Cielo. R/. Que contiene en sí todo deleite. Oremos. Oh Dios, que en este Sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu Pasión. Concédenos venerar de tal modo los misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos continuamente en nosotros los frutos de tu redención. Que vives y reinas por los siglos de los siglos. -Amén. Bendito sea Dios. Bendito sea su santo Nombre. Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre. Bendito sea el Nombre de Jesús. Bendito sea su Sacratísimo Corazón. Bendita sea su preciosísima Sangre. Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar. Bendito sea el Espíritu Santo Consolador. Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima. Bendita sea su santa e Inmaculada Concepción. Bendita sea su gloriosa Asunción. Bendito sea el Nombre de María, Virgen y Madre. Bendito sea San José, su castísimo Esposo. Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos

SEGUNDA HORA SANTA DE ADVIENTO

EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO ESTACIONES EUCARISTICAS El estar con Jesús no nos deja igual, nos convierte en hombres nuevos capaces de dejarlo todo para seguirlo. Nos da la fuerza y la valentía para dejar aquellas cosas que nos atan, que no nos dejan responder libremente a su llamado. Nos abre a los demás, y nos impulsa a compartir y a dar con generosidad. Padrenuestro, Ave María y Gloria Buscamos el sentido de nuestra vida, nuestra identidad más profunda pero muchas veces nos encontramos imposibilitados. Se nos ofrecen infinidad de cosas como si la felicidad pasara por tener y acumular. Todo esto no llena nuestro corazón sino que lo deja vacío, y aumenta nuestro deseo de una verdad que abarque toda nuestra vida. Padrenuestro, Ave María y Gloria Te pedimos, Señor, un gran amor a la Eucaristía. Que sea la fuente y el culmen de nuestra vida. Que viviendo de la Eucaristía avancemos en el amor

al prójimo, y contribuyamos en la construcción de la Iglesia comunión. Que encontrándote en tu Palabra, en los sacramentos y, de un modo especial, en la Eucaristía, podamos redescubrir nuestra identidad de bautizados y ayudar a otros a redescubrirla.. Padrenuestro, Ave María y Gloria CANTO GUIA: Somos frágiles, la situación social nos golpea, los medios de comunicación nos “asaltan” el pensamiento y entran en nuestros hogares sin pedir permiso y con mensajes que, en numerosas ocasiones resultan nocivos para la formación. Resignificar la vida, formar comunidad, son tareas que quizás nos sobrepasa y hasta por momentos nos abruma… También nosotros/ as, ante esta nueva invasión pseudocultural que nos presenta los nuevos rostros paganos, experimentamos la desproporción de las fuerzas y la pequeñez del enviado/a. Pero es justamente desde la experiencia de la fragilidad propia en donde se evidencia la fuerza de lo alto, la Tiempo Adviento Navidad /2016

presencia de Aquél que es nuestro garante y nuestra paz. SILENCIO Mateo 3,1-12 Por aquel tiempo, Juan Bautista se presentó en el desierto de Judea, predicando: «Conviértanse, porque está cerca el reino de los cielos.» Éste es el que anunció el profeta Isaías, diciendo: «Una voz grita en el desierto: “Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos.”» Juan llevaba un vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Y acudía a él toda la gente de Jerusalén, de Judea y del valle del Jordán; confesaban sus pecados; y él los bautizaba en el Jordán. Al ver que muchos fariseos y saduceos venían a que los bautizará, les dijo: «¡Camada de víboras!, ¿quién les ha enseñado a escapar del castigo inminente? Den el fruto que pide la conversión. Y no se hagan ilusiones, pensando: “Abrahán es nuestro padre”, pues les digo que Dios es capaz de sacar hijos de Abrahán de estas piedras. Ya toca el hacha la base de los árboles, y el árbol que no da buen fruto será talado y echado al fuego. Yo les bautizo con agua para que se conviertan; pero el que viene detrás de mí puede más que yo, y no merezco ni llevarle las sandalias. Él los bautizará con Espíritu Santo y fuego. Él tiene el bieldo en la mano: aventará su parva, reunirá su trigo en el granero y quemará la paja en una hoguera que no se apaga.» SILENCIO MEDITATIVO PARA REFLEXIONAR En el documento de Aparecida, de la V conferencia general del episcopado latinoamericano, encontramos como elementos 34

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para reflexionar de como nuestro mundo actual puede dificultar el camino para definir nuestra propia identidad humana y de hijos de Dios, y aprendamos, como Juan a discernir y definir nuestro ser y servicio. 44. Vivimos un cambio de época, cuyo nivel más profundo es el cultural. Se desvanece la concepción integral del ser humano, su relación con el mundo y con Dios. Surge hoy, con gran fuerza, una sobrevaloración de la subjetividad individual. Independientemente de su forma, la libertad y la dignidad de la persona son reconocidas. El individualismo debilita los vínculos comunitarios y propone una radical transformación del tiempo y del espacio, dando un papel primordial a la imaginación. Los fenómenos sociales, económicos y tecnológicos están en la base de la profunda vivencia del tiempo, al que se le concibe fijado en el propio presente, trayendo concepciones de inconsistencia e inestabilidad. Se deja de lado la preocupación por el bien común para dar paso a la realización inmediata de los deseos de los individuos, a la creación de nuevos y, muchas veces, arbitrarios derechos individuales, a los problemas de la sexualidad, la familia, las enfermedades y la muerte. 45. La ciencia y la técnica, cuando son puestas exclusivamente al servicio del mercado, con los únicos criterios de la eficacia, la rentabilidad y lo funcional, crean una nueva visión de la realidad. Así se han ido introduciendo, por la utilización de los medios de comunicación de masas, un sentido estético, una visión acerca de la felicidad, una percepción de la realidad y hasta un lenguaje, que se quiere imponer como una auténtica cultura. De este modo, se termina por destruir lo que de verdaderamente humano hay en los procesos de construcción cultural, que nacen del intercambio personal y colectivo. 46. Se verifica, a nivel masivo, una especie de nueva colonización cultural por la imposición

de culturas artificiales, despreciando las culturas locales y tendiendo a imponer una cultura homogeneizada en todos los sectores. Esta cultura se caracteriza por la autorreferencia del individuo, que conduce a la indiferencia por el otro, a quien no necesita ni del que tampoco se siente responsable. Se prefiere vivir día a día, sin programas a largo plazo ni apegos personales, familiares y comunitarios. Las relaciones humanas se consideran objetos de consumo, llevando a relaciones afectivas sin compromiso responsable y definitivo. SILENCIO MEDITATIVO GUIA: En un mundo donde reina la competencia despiadada, que a veces nos contagia, despojándonos de nuestro propio ser, los cristianos sentimos el llamado de Dios a hacer juntos el camino, a buscar las coincidencias y superar los desencuentros para convivir como hermanos y así ser signo para nuestros hermanos de unión.

Señor Jesús, también necesitamos de tu perdón, con mucha humildad, sabiendo que tu Amor nos mueve a confiarnos en ti y que así podremos corregir nuestros errores con tu Gracia. OREMOS Con el salmo 71 alabemos juntos al Señor R/. Que en sus días florezca la justicia, y la paz abunde eternamente Dios mío, confía tu juicio al rey, tu justicia al hijo de reyes, para que rija a tu pueblo con justicia, a tus humildes con rectitud. R/. Que en sus días florezca la justicia y la paz hasta que falte la luna; que domine de mar a mar, del Gran Río al confín de la tierra. R/.

(Acompañamos cada oración con un momento de silencio)

Él librará al pobre que clamaba, al afligido que no tenía protector; él se apiadará del pobre y del indigente, y salvará la vida de los pobres. R/.

Señor Jesús gracias por elegirme para estar aquí, para servirte desde mi humildad y en el camino que tú, sólo tú me has trazado, todo lo que soy lo pongo a tu servicio, ayúdame a hacer lo mejor por mis hermanos.

Que su nombre sea eterno, y su fama dure como el sol: que él sea la bendición de todos los pueblos, y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra. R/.

Señor Jesús ayúdame a evaluar repetida y asiduamente mi vida a la luz de la Palabra, a alimentarme de ella y encontrar en ella quien soy y cuál es mi misión.

CANTO

Señor Jesús, si Com-prometer significa “prometer mutuamente”, es decir, obligarse con alguien a cumplir algo determinado, hacerse responsable de algo con alguien, ayúdame a comprometerme con mis hermanos y, desde una vida que sea ejemplo, respetar y promover su vida y misión.

PADRE NUESTRO BENDICIÓN V/. Les diste el Pan del Cielo. R/. Que contiene en sí todo deleite. Oremos. Ilumínanos, Dios nuestro, con la luz de la fe y enciende nuestros corazones con el fuego de tu amor, para que aceptemos que Cristo, nuestro Dios y Señor, está realmente Tiempo Adviento Navidad /2016

presente en este sacramento y lo adoremos verdaderamente, con amor y con fe. Por Jesucristo nuestro Señor. Cristo, Maestro y Salvador nuestro. Cristo, Mesías enviado. Cristo, Fuente de la divina sabiduría. Cristo, Buena Noticia. Cristo, Médico de los enfermos. Cristo, Palabra de verdad. Cristo, Luz de los pueblos. Cristo, Pan bajado del cielo. Cristo, Muerto y Resucitado por nosotros. Cristo, Presencia permanente entre nosotros. A ti, todo honor y toda gloria, por los siglos de los siglos. Amén.

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TERCERA HORA SANTA DE ADVIENTO

EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO ESTACIONES EUCARISTICAS Jesús conoce nuestro corazón más que nosotros mismos. Sabe que lo necesitamos por eso se hace cercano y entra a nuestra casa, a nuestra vida para transformarla. Padrenuestro, Ave María y Gloria Jesús nos regala la salvación. No quiere que nos perdamos, sino que quiere mostrarnos el camino, la verdad y la vida que es Él mismo. Quiere regalarnos su propia vida de resucitado. La vida junto a Dios, que es participar de la comunión de la Trinidad. Padrenuestro, Ave María y Gloria Jesús conoce nuestro corazón más que nosotros mismos. Sabe que lo necesitamos por eso se hace cercano y entra a nuestra casa, a nuestra vida para transformarla y que abarque toda nuestra vida. Padrenuestro, Ave María y Gloria GUIA: Jesús nos llama a cada uno personalmente a seguirlo, a estar con Él y anunciarlo con todo el corazón, pero a la vez el llamado es también en comunidad, en Iglesia. Por eso hoy rezamos en especial para que el Espíritu nos mueva continuamente a ser una Iglesia cada vez más signo de Comunión entre nosotros y para el mundo.

CANTO GUIA: La identidad es la conciencia que una persona tiene respecto de sí misma y que la convierte en alguien distinto a los demás, es una realidad interior que puede quedar oculta tras actitudes o comportamientos. La identidad en el ser humano es la huella que da lugar a la identificación de sí mismo o, en palabras más concisas, de saber que cada persona tiene una personalidad única con la que actúa, es, piensa, siente y vive la vida. Juan tenía su propia identidad, la vivió anunciando al Mesías. SILENCIO Mateo 11,2-11 En aquel tiempo, Juan, que había oído en la cárcel las obras del Mesías, le mandó a preguntar por medio de sus discípulos: «¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?» Jesús les respondió: «Ir a anunciar a Juan lo que están viendo y oyendo: los ciegos ven, y los inválidos andan; los leprosos quedan limpios, y los sordos oyen; los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia el Evangelio. ¡Y dichoso el que no se escandalice de mí!» Al irse ellos, Jesús se puso a hablar a la gente sobre Juan: «¿Qué salieron a contemplar en Tiempo Adviento Navidad /2016

el desierto, una caña sacudida por el viento? ¿O qué fueron a ver, un hombre vestido con lujo? Los que visten con lujo habitan en los palacios. Entonces, ¿a qué salieron?, ¿a ver a un profeta? Sí, les digo, y más que profeta; él es de quien está escrito: “Yo envío mi mensajero delante de ti, para que prepare el camino ante ti.” Les aseguro que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan, el Bautista; aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él.» SILENCIO MEDITATIVO PARA REFLEXIONAR Con el número 28 de la Exhortación apostólica CHRISTIFIDELES LAICI podemos meditar sobre la necesidad de identificar quiénes somos y desde ahí servir. 28. El ser miembros de la Iglesia no suprime el hecho de que cada cristiano sea un ser «único e irrepetible», sino que garantiza y promueve el sentido más profundo de su unicidad e irrepetibilidad, en cuanto fuente de variedad y de riqueza para toda la Iglesia. En tal sentido, Dios llama a cada uno en Cristo por su nombre propio e inconfundible. El llamamiento del Señor: «Id también vosotros a mi viña», se dirige a cada uno personalmente; y entonces resuena de este modo en la conciencia: «¡Ven también tú a mi viña!». De esta manera cada uno, en su unicidad e irrepetibilidad, con su ser y con su obrar, se pone al servicio del crecimiento de la comunión eclesial; así como, por otra parte, recibe personalmente y hace suya la riqueza común de toda la Iglesia. Ésta es la «Comunión de los Santos» que profesamos en el Credo; el bien de todos se convierte en el bien de cada uno, y el bien de cada uno se convierte en el bien de todos. «En la Santa Iglesia —escribe San Gregorio Magno— cada uno sostiene a los 38

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demás y los demás le sostienen a él». Formas personales de participación Es absolutamente necesario que cada fiel laico tenga siempre una viva conciencia de ser un «miembro de la Iglesia», a quien se le ha confiado una tarea original, insustituible e indelegable, que debe llevar a cabo para el bien de todos. En esta perspectiva asume todo su significado la afirmación del Concilio sobre la absoluta necesidad del apostolado de cada persona singular: «El apostolado que cada uno debe realizar, y que fluye con abundancia de la fuente de una vida auténticamente cristiana (cf. Jn 4, 14), es la forma primordial y la condición de todo el apostolado de los laicos, incluso del asociado, y nada puede sustituirlo. A este apostolado, siempre y en todas partes provechoso, y en ciertas circunstancias el único apto y posible, están llamados y obligados todos los laicos, cualquiera que sea su condición, aunque no tengan ocasión o posibilidad de colaborar en las asociaciones». En el apostolado personal existen grandes riquezas que reclaman ser descubiertas, en vista de una intensificación del dinamismo misionero de cada uno de los fieles laicos. A través de esta forma de apostolado, la irradiación del Evangelio puede hacerse extremadamente capilar, llegando a tantos lugares y ambientes como son aquéllos ligados a la vida cotidiana y concreta de los laicos. Se trata, además, de una irradiación constante, pues es inseparable de la continua coherencia de la vida personal con la fe; y se configura también como una forma de apostolado particularmente incisiva, ya que al compartir plenamente las condiciones de vida y de trabajo, las dificultades y esperanzas de sus hermanos, los fieles laicos pueden llegar al corazón de sus vecinos, amigos o colegas, abriéndolo al horizonte total, al sentido pleno de la existencia humana: la comunión con Dios y entre los hombres. SILENCIO MEDITATIVO

PRECES Llenos de alegría y gozo por sentirnos amados, aceptados y enviados a construir dirijamos al Padre nuestra oración confiada. R/. Te rogamos, óyenos. Señor, ayúdanos a no caer en el individualismo, en crisis de identidad que sólo nos llevarían a vivir nuestras tareas como un mero apéndice de la vida, como si no fueran parte de la propia identidad. R/. Señor, ayúdanos a fortalecernos para vencer los embates de la cultura mediática que sólo nos llevan a querer ser como todos y por tener lo que los demás tienen para no ahogar la alegría misionera. R/. Señor, ayúdanos a vencer el temor de que alguien nos invite a realizar alguna tarea apostólica, somos tus hijos, tus elegidos y amados, nos das carismas especiales a cada uno, que sean para servirte. R/. Se pueden añadir otras preces acordes a la realidad parroquial que se vive OREMOS: Continuemos en oración con el salmo 145, admirando la grandeza del Señor a quien hemos recurrido en nuestras suplicas. R/. Ven, Señor, a salvarnos El Señor mantiene su fidelidad perpetuamente, hace justicia a los oprimidos, da pan a los hambrientos. El Señor liberta a los cautivos. R/. El Señor abre los ojos al ciego, el Señor endereza a los que ya se doblan, el Señor ama a los justos,

el Señor guarda a los peregrinos. R/. Sustenta al huérfano y a la viuda y trastorna el camino de los malvados. El Señor reina eternamente, tu Dios, Sión, de edad en edad. R/. CANTO PADRE NUESTRO BENDICIÓN V/. Les diste el Pan del Cielo. R/. Que contiene en sí todo deleite. Oremos. Oh Dios, que en este Sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu Pasión. Concédenos venerar de tal modo los misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos continuamente en nosotros los frutos de tu redención. Que vives y reinas por los siglos de los siglos. -Amén. Bendito sea Dios. Bendito sea su santo Nombre. Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre. Bendito sea el Nombre de Jesús. Bendito sea su Sacratísimo Corazón. Bendita sea su preciosísima Sangre. Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar. Bendito sea el Espíritu Santo Consolador. Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima. Bendita sea su santa e Inmaculada Concepción. Bendita sea su gloriosa Asunción. Bendito sea el Nombre de María, Virgen y Madre. Bendito sea San José, su castísimo Esposo. Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos

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CUARTA HORA SANTA DE ADVIENTO

EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO ESTACIONES EUCARISTICAS Creo en la Eucaristía, sacramento del amor libremente ofrecido, fuente de toda vida que es siempre un regalo del Padre, alimento de un pueblo que aprende a amar, amando, fuerza de los testigos del amor que se dan, como el Maestro, sin esperar recompensa. Padrenuestro, Ave María y Gloria Creo en la Eucaristía sacramento del futuro de la humanidad, fuente de la madurez plena para todas las personas, alimento del pueblo redimido, artífice del mundo nuevo, fuerza de los testigos de la resurrección, forjadores de una convivencia, más solidaria y fraterna. Padrenuestro, Ave María y Gloria Creo en la Eucaristía sacramento de la unidad, fuente de la fraternidad universal, alimento de un pueblo unido en la diversidad, fuerza de los testigos de una Iglesia fraterna, que proclama su mensaje viviéndolo. Padrenuestro, Ave María y Gloria CANTO GUIA: Al descubrir la cercanía del Señor en 40

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la Historia, reconozcamos nuestra fragilidad tesoro escondido, que confunde a los soberbios y derriba a los poderosos. Hoy el Señor nos invita a abrazar nuestra fragilidad como fuente de un gran tesoro evangelizador. Reconocernos barro, vasija y camino, es también darle culto al verdadero Dios. Porque sólo quien se reconoce vulnerable es capaz de una acción solidaria. Pues conmoverse (“moverse-con”), compadecerse (“padecer-con”) de quien está caído al borde del camino, son actitudes de quien sabe reconocer en el otro/a su propia imagen, como lo ha hecho Él al habitar entre nosotros, reconociendo nuestra dignidad e identidad humana. SILENCIO Mateo 1,18-24 El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: «José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura

que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados.» Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que habla dicho el Señor por el Profeta: «Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa “Dios-con-nosotros”.» Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer. SILENCIO MEDITATIVO PARA REFLEXIONAR En el documento de Aparecida, de la V conferencia general del episcopado latinoamericano, en los números 104 y 106 podemos ahondar en la grandeza de ese pequeño nacido en Belén, que viene para que descubramos nuestro propio valor. 104. Bendecimos a Dios por la dignidad de la persona humana, creada a su imagen y semejanza. Nos ha creado libres y nos ha hecho sujetos de derechos y deberes en medio de la creación. Le agradecemos por asociarnos al perfeccionamiento del mundo, dándonos inteligencia y capacidad para amar; por la dignidad, que recibimos también como tarea que debemos proteger, cultivar y promover. Lo bendecimos por el don de la fe que nos permite vivir en alianza con Él hasta compartir la vida eterna. Lo bendecimos por hacernos hijas e hijos suyos en Cristo, por habernos redimido con el precio de su sangre y por la relación permanente que establece con nosotros, que es fuente de nuestra dignidad absoluta, innegociable e inviolable. Si el pecado ha deteriorado la imagen de Dios en el hombre y ha herido su condición, la buena nueva, que es Cristo, lo ha redimido y restablecido en la gracia (Cf. Rm 5, 12-21).

3.2 LA BUENA NUEVA DE LA VIDA 106. Alabamos a Dios por el don maravilloso de la vida y por quienes la honran y la dignifican al ponerla al servicio de los demás; por el espíritu alegre de nuestros pueblos que aman la música, la danza, la poesía, el arte, el deporte y cultivan una firme esperanza en medio de problemas y luchas. Alabamos a Dios porque, siendo nosotros pecadores, nos mostró su amor reconciliándonos consigo por la muerte de su Hijo en la cruz. Lo alabamos porque ahora continúa derramando su amor en nosotros por el Espíritu Santo y alimentándonos con la Eucaristía, pan de vida (Cf. Jn 6, 35). La Encíclica “Evangelio de la Vida”, de Juan Pablo II, ilumina el gran valor de la vida humana, la cual debemos cuidar y por la cual continuamente alabamos a Dios. SILENCIO MEDITATIVO PRECES Bendecimos al Padre por el don de su Hijo Jesucristo, “rostro humano de Dios y rostro divino del hombre”. R/. Bendito seas por siempre Señor Bendecimos al Padre porque todo hombre abierto sinceramente a la verdad y al bien, aun entre dificultades e incertidumbres, puede llegar a descubrir, en la ley natural escrita en su corazón, el valor sagrado de la vida humana, desde su inicio hasta su término natural, y afirmar el derecho de cada ser humano a ver respetado totalmente este bien primario suyo. En el reconocimiento de este derecho, se fundamenta “la convivencia humana y la misma comunidad política”. R/. Ante una vida sin sentido, Jesús nos revela la vida íntima de Dios en su misterio más elevado, la comunión trinitaria. Es tal el amor de Dios, que hace del hombre, peregrino en este mundo, su morada. Ante la desesperanza de un mundo Tiempo Adviento Navidad /2016

sin Dios, que sólo ve en la muerte el término definitivo de la existencia, Jesús nos ofrece la resurrección y la vida eterna en la que Dios será todo en todos. Ante la idolatría de los bienes terrenales, Jesús presenta la vida en Dios como valor supremo: “¿De qué le sirve a uno ganar el mundo, si pierde su vida?”. R/. Ante el subjetivismo hedonista, Jesús propone entregar la vida para ganarla, porque “quien aprecie su vida terrena, la perderá”. Es propio del discípulo de Cristo gastar su vida como sal de la tierra y luz del mundo. Ante el individualismo, Jesús convoca a vivir y caminar juntos. La vida cristiana sólo se profundiza y se desarrolla en la comunión fraterna. Ante la despersonalización, Jesús ayuda a construir identidades integradas. R/. Ante la exclusión, Jesús defiende los derechos de los débiles y la vida digna de todo ser humano. De su Maestro, el discípulo ha aprendido a luchar contra toda forma de desprecio de la vida y de explotación de la persona humana. Sólo el Señor es autor y dueño de la vida. El ser humano, su imagen viviente, es siempre sagrado, desde su concepción hasta su muerte natural; en todas las circunstancias y condiciones de su vida. R/. Ante las estructuras de muerte, Jesús hace presente la vida plena. Por ello, sana a los enfermos, expulsa los demonios y compromete a los discípulos en la promoción de la dignidad humana y de relaciones sociales fundadas en la justicia. R/. OREMOS Oh Señora Santa María!, aclamamos con júbilo las grandezas que el Altísimo ha realizado en Ti. Con alborozo elevamos nuestra gratitud por los dones extraordinarios 42

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con que te ha adornado el Señor. Y con honda piedad filial te reconocemos como verdadera Madre nuestra, cumpliendo así el testamento que nos dio el Señor Jesús desde el Árbol de la Cruz: «He ahí a tu Madre». CANTO PADRE NUESTRO BENDICIÓN V/. Les diste el Pan del Cielo. R/. Que contiene en sí todo deleite. Oremos. Ilumínanos, Dios nuestro, con la luz de la fe y enciende nuestros corazones con el fuego de tu amor, para que aceptemos que Cristo, nuestro Dios y Señor, está realmente presente en este sacramento y lo adoremos verdaderamente, con amor y con fe. Por Jesucristo nuestro Señor. Cristo, Maestro y Salvador nuestro. Cristo, Mesías enviado. Cristo, Fuente de la divina sabiduría. Cristo, Buena Noticia. Cristo, Médico de los enfermos. Cristo, Palabra de verdad. Cristo, Luz de los pueblos. Cristo, Pan bajado del cielo. Cristo, Muerto y Resucitado por nosotros. Cristo, Presencia permanente entre nosotros. A ti, todo honor y toda gloria, por los siglos de los siglos. Amén.

NOVENA DE NAVIDAD Próximos a renovar el misterio de la navidad, nos acercamos al “portal” conmovidos para encontrar, junto a María, al Esperado de los pueblos, al Redentor del hombre. Para ello preparamos esta novena para recibir a Jesús, que es Dios, reconocerlo junto a nosotros, que nos ayude a reconocernos y a guiar nuestros pasos por el camino de la paz y del servicio a los hermanos. Este breve esquema es para hacerlos en casa con la familia, a la hora de la comida o cena, con nuestros vecinos o amigos, con los compañeros del grupo pastoral o en la parroquia, antes o después de misa, su intención es identificar los rasgos de Jesús que nos comparte e identificarnos a nosotros mismos, redescubrir nuestra identidad desde Jesús mismo. 1.Oración para todos los días Aquí estamos, Señor, reunidos en torno a ti, no deseamos nada más sino encontrarte en nuestras vidas; así como te reconocieron Ana y Simeón queremos reconocerte en el niño que nace en Belén. Prepara tú nuestros corazones para que recibamos con alegría y compromiso el Reino de Dios que se hace presente entre nosotros, proclamando con todos los ángeles y a través de nuestra vida “Gloria a Dios en el Cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor”. 2.Reflexión para el primer día. Jesús es REY: Pues junto con el Padre es Creador de todas las cosas y todas le pertenecen; conquistó a todos los hombres con su sangre, y somos suyos; Jesús es rey, es el ungido “Tú lo has dicho, soy rey”, le dice Jesús a Poncio Pilatos (Mt 27,11).

Cristo es Rey y Señor del Universo, porque por haber sido obediente hasta la muerte y haberse hecho servidor de todos, fue exaltado por el Padre que le sometió todas las cosas. Jesús es un rey que ha venido a servir y reconocemos su dignidad real cuando le decimos SEÑOR a Jesús. Por medio del bautismo también nosotros somos reyes para, al igual que Jesús, servir, para desgastar nuestra vida por los hermanos, obedecer en todo y para todo al Padre. ¿Identificamos en nosotros al rey que sirve a Dios en los hermanos? 3.Saludo de Paz para todos los días. Primero guardamos un momento de silencio para reflexionar, enseguida invitamos a los presentes intercambiar un saludo de paz.

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4.Conclusión para todos los días. Dios Padre, tu que en la noche de Belén nos entregaste a tu hijo nacido de María, concédenos descubrirlo vivo y presente en cada uno de nosotros. Virgen María, madre de Dios y madre nuestra, intercede por nosotros ante tu hijo. Ave María 5.Bendición para todos los días. El Dios de la Vida, que nos ha regalado al niño Jesús para nuestra redención, nos bendiga en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 6.Canto (villancico) Reflexión para Segundo día: Jesús es PROFETA: Profeta es el que habla en nombre de Dios. Y Jesucristo ha venido al mundo para hablar la palabra de Dios, tiene la palabra definitiva en el mundo. Es profeta pues es la mismísima Palabra de Dios encarnada a los hombres; y Él es consciente de su profetismo cuando dice de Él mismo que nadie es profeta en su propia tierra (Mc 6, 1-6) Por nuestro bautismo adquirimos la vocación de profeta, de anunciar la Palabra de Dios, con nuestros actos, con nuestra vida en familia y comunidad, pero también con la forma como desarrollamos nuestro servicio pastoral. ¿Somos capaces de ver en nuestra vida la vocación de profeta? Tercer día: Jesús es SACERDOTE: ya que es el puente que une el Cielo con la Tierra. Es el Mediador entre Dios y los hombres. Es el que trae del Cielo a la Tierra todos los bienes de la salvación, y es el que lleva de la Tierra al Cielo todos los anhelos de los hombres sus hermanos para presentarlos a Dios su Padre. 44

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En la medida en que vivimos nuestra identidad de bautizados también ejercemos el sacerdocio al santificarnos en todo lo que hacemos y al ayudar a nuestros hermanos a ser santos. Cada vez que nos dirigimos a Dios y le presentamos nuestras preocupaciones, ilusiones, inquietudes, dificultades, alegrías, necesidades y las del mundo entero; cuando nuestra oración es universal y no nos centran en sí mismos. ¿Somos capaces de ver a Jesús en cada hermano y orar por él, buscar su santificación? Cuarto día: Jesús es MESIAS: Es el ungido (el Mesías). Jesús tenía clara conciencia de ser el Hijo unigénito del Padre, el Mesías esperado, el Salvador del mundo. Mesías es el enviado de Dios para traer la paz y restaurar el Reino de Dios. En nosotros también habita el Espíritu de Dios, también somos enviados a construir el Reino de Dios aquí y ahora. ¿Nos identificamos cómo mesías, constructores de paz? ¿Nuestro trabajo pastoral es guiado por el Espíritu? Quinto día: Jesús es VERDADERO DIOS Y VERDADERO HOMBRE: Por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María la Virgen y se hizo hombre. El Verbo se encarnó para que nosotros conociésemos así el amor de Dios: “En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único para que vivamos por medio de él. El Verbo se encarnó para ser nuestro modelo de santidad, pues nos dice “ámense los unos a los otros como yo los he amado”. ¿Con cuánto amor desarrollamos nuestro trabajo pastoral? ¿Manifestamos el amor de

Dios a todos nuestros hermanos por igual? Sexto día: Jesús es LUZ: “Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida” Jn 8, 12 “Aunque yo dé testimonio de mí mismo, mi testimonio vale, porque sé de dónde he venido y a dónde voy” Jn, 8, 14. Nosotros, como bautizados, estamos llamados a ser luz del mundo. Predicando el Evangelio del amor, con el ejemplo del trabajo pastoral que realizamos y dando testimonio de su Palabra con nuestras vidas. ¿Somos luz del mundo en nuestro trabajo pastoral, en nuestra vida diaria? Séptimo día: Jesús es ALIMENTO: En la Eucaristía recibimos a Jesucristo como alimento de nuestras almas, de manera que, al comulgar, entra en nosotros el mismo Jesucristo vivo, verdadero Dios y verdadero hombre, con su cuerpo, sangre, alma y divinidad. Jesús se quedó por amor excesivo a nosotros, diríamos por locura de amor. No quiso dejarnos solos, por eso se hizo nuestro compañero de camino. Nosotros también somos compañeros de Jesús y compañeros de sus hermanos, nuestros hermanos. ¿Somos alimento de paz, amor, armonía para nuestra familia y en nuestro servicio pastoral?

También nosotros somos hijos de Dios, pues Él desde un principio nos creó por amor, para vivir en el amor de hijos muy amados. Y somos hijos de una mujer. ¿Cómo es nuestra relación con nuestro Padre Dios y con nuestra madre? Noveno día: Jesús es HERMANO: “Cualquiera que cumpla la voluntad de mi Padre de los Cielos, y ése es para mí un hermano”, Mt 12,50. Jesús al nacer en un humilde pesebre, mostrándonos al Padre amoroso en la fragilidad del cuerpo de un pequeño niño, se hace nuestro hermano en el camino. Somos hermanos de sangre, de adopción, de crianza, somos hermanos en la fe, somos hermanos al ser todos hijos de Dios. ¿Qué rasgos caracterizan nuestra relación con los demás? El “otro”, ¿Es realmente nuestro hermano? ¿Lo valoramos, lo respetamos, lo tratamos como hermano?

Octavo día: Jesús es HIJO: “Tú eres mi Hijo amado, mi predilecto” (Mc 1,10) Tu eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo” (Mt 16, 16) porque Jesús le responde con solemnidad “no te ha revelado esto ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos” (Mt 16, 17) Jesús también asume el lugar que le corresponde entre los hombres como hombre verdadero, como hijo de una mujer, María de Nazaret. Mediante esta mujer, su Madre, Él, el “Hijo de Dios”. Tiempo Adviento Navidad /2016

ESQUEMA PARA POSADA INICIO: En el nombre del Padre y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén Hermanos, estamos aquí reunidos esta noche para recordar el camino de María y José a Belén. Así como Dios preparó al pueblo de Israel para recibir al Salvador, hoy nosotros en esta posada nos vamos a preparar para celebrar la fiesta de Navidad, que es la fiesta de la venida de Dios entre nosotros.

ORACIÓN UNIVERSAL

CANTO

(Permitir un espacio de tiempo para que de forma espontánea los asistentes realicen suplicas de perdón, acción de gracias, intercesión por alguna necesidad en particular, etc.)…

Se hace un canto de Adviento o Villancico

PROCESIÓN

RITO PENITENCIAL

(Durante la procesión se reza un misterio del Santo Rosario y después se cantan las letanías). (No hace falta cantar las Letanías enteras. Se cantan lo que dure la procesión. Al llegar a la puerta del lugar que dará posada a los peregrinos se dice la antífona final del Rosario).

Hermanos, pidámosle perdón a Dios por nuestros pecados. Especialmente, cuando hemos sido egoístas y no atendemos con caridad las necesidades de los demás, cuando hacemos nuestro servicio, trabajo o ministerio de manera rutinaria, cuando no reconocemos o aceptamos a nuestros hermanos con sus características propias, cuando negamos nuestra esencia de hijos de Dios, ……… Se da un breve silencio para que cada uno reflexione LITURGIA DE LA PALABRA PRIMERA POSADA: Lucas 1, 26-33 SEGUNDA POSADA: Lucas 1, 34-38 46

TERCERA POSADA: Mateo 1, 18-21 CUARTA POSADA: Lucas 1, 39-45 QUINTA POSADA: Mateo 1, 22-25 SEXTA POSADA: Lucas 2, 1-7 SEPTIMA POSADA: Lucas 2, 8-20 OCTAVA POSADA: Mateo 2, 1-12 NOVENA POSADA: Juan 1, 1-12

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ANTÍFONA Bajo tu amparo nos acogemos Santa Madre de Dios. No deseches las súplicas que te dirigimos en Nuestras necesidades, antes bien líbranos de todos los peligros, oh Virgen gloriosa y bendita. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios. Para que merezcamos alcanzar las gracias prometidas por Jesucristo.

ORACIÓN FINAL: Oremos. Infunde tu gracia en nuestros corazones, para que habiendo conocido por el anuncio del ángel la encarnación de tu Hijo, seamos llevados, por su Pasión y su muerte, a la gloria de la resurrección. Por Cristo Nuestro Señor. Amén. PETICIÓN DE POSADA Afuera

Adentro

1. En el nombre del cielo, os pido posada, pues no puede andar mi esposa amada.

1. Aquí no es mesón sigan adelante yo no puedo abrir no sea algún tunante.

2. Venimos rendidos desde Nazaret; yo soy carpintero de nombre José.

2. No me importa el nombre déjenme dormir pues ya les he dicho que no voy a abrir.

3. Posada te pide, amado casero, por solo una noche, la Reina del Cielo.

3. Pues si es una reina quien lo solicita ¿cómo es que de noche anda tan solita?

4. Mi esposa es María, es Reina del Cielo y Madre va a ser del Divino Verbo.

4. ¿Eres tú, José? ¿Tu esposa es María? Entren peregrinos, no los conocía.

5. Dios pague Señores, su gran caridad y los colme el cielo de felicidad.

5. Dichosa la casa que alberga este día a la Virgen Pura la hermosa María.

Todos (mientras se abren las puertas) Entren Santos Peregrinos, reciban este rincón, aunque es pobre la morada, la morada, os la doy de corazón Tiempo Adviento Navidad /2016

VELACIÓN A LA VIRGEN DE GUADALUPE La velación es una costumbre muy arraigada en nuestro pueblo, pero también puede ser una oportunidad para reflexionar sobre nuestra identidad, por ello ofrecemos este esquema compuesto de dos propuestas para reflexionar los misterios del Rosario. Sugerencias: 1.Cada Avemaría de los misterios sea rezada por un asistente a la velación, si se realiza en casa o bien, cada misterio por uno o dos grupos parroquiales si se realiza en parroquia, de modo que todos participen, incluyendo a los niños. 2.En lugar de las letanías proponemos que se hagan, de manera espontánea, preces por situaciones muy particulares que se estén viviendo en la familia o comunidad donde se lleve a cabo la velación. 3.Ambientar el lugar con las características de la virgen, que la definen y que también nos pueden ayudar en el momento de las preces. (Obediente, humilde, valiente, etc.) 4.Si la velación se hace en parroquia, antes de cada misterio, el o los grupos parroquiales enunciarán una característica especial de la virgen de Guadalupe, misma que desean para su grupo o equipo. Ejemplo: humildad, serenidad, ternura, obediencia, etc. 5.Cuidar que las velaciones en casa no terminen deformándose por cuestiones paganas como el alcohol.

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PRIMER ESQUEMA: Introducción: En este rosario, nuestra Morenita, nos guía a su amadísimo Hijo, Jesucristo, nuestro Señor. Ella es quien, en una perfecta inculturación del Evangelio, nos interioriza en cada uno de los más importantes puntos doctrinales de la Iglesia como son los Sacramentos. Sacramentos en donde se celebra nuestra dignidad de ser hijos de Dios, hijos de la Iglesia; aquí reflexionaremos sobre el Bautismo, Confirmación, Comunión, Unción de los Enfermos, y un quinto misterio para la Resurrección de Jesucristo, que es la Iglesia, pues la Iglesia es de modo especial “Sacramento de Salvación”.

Primer misterio

El Bautismo.

“Juanito, Juan Diegotzin” es lo primero que pronuncia Santa María de Guadalupe, el nombre cristiano del indígena, y lo pronuncia en diminutivo, expresión de ternura, de amor y de dignidad; de esta manera Santa María de Guadalupe ha pronunciado el nombre de bautizo del humilde laico y le confirma en su dignidad. La luz de Dios, por medio de Santa María de Guadalupe, ilumina nuestro camino, poco a poco la flama del amor de Dios nos quema y nos invade purificándonos. Un bautismo con agua y Espíritu Santo, un bautismo que es el fuego del amor divino. Un bautismo que nos hace verdaderos hijos de Dios. Oremos: Santa María de Guadalupe, que nos llamas por nuestro nombre que se nos dio en el bautismo, ayúdanos a tener un corazón humilde para abrir las puertas de nuestra existencia y dejar entrar en ella a quien nos da la vida y la verdadera libertad, desde nuestro bautismo, Jesucristo nuestro Señor. En lugar del canto que algunos de los asistentes se presente por su nombre. Segundo Misterio

La Eucaristía.

Santa María de Guadalupe es la Mujer Eucarística. Ella es el Sagrario Inmaculado donde se encuentra el verdadero Dios por quien se vive, Ella es el Arca Viviente de la Alianza, Ella nos trae a Jesucristo Eucaristía. En el primer diálogo que Santa María de Guadalupe tiene con Juan Diego, laico indígena. Ella se presenta diciéndole: “Yo tengo el honor

y la dicha de ser la Madre del “arraigadísimo Dios”, “del Dador de vida, por quien se vive”, “el Creador de las personas”, “el Dueño de la cercanía y de la inmediación”, “el Dueño del cielo y de la tierra”. Y este Dios es un Dios tan cercano que por ello viene a encontrarse con nosotros, por medio de su Madre. Oremos: Santa María de Guadalupe que eres encuentro y comunión con Dios y con el hermano, ayúdanos a construir desde nuestro corazón un espacio para que en él habite hoy y siempre Jesucristo nuestro Señor. Mientras está el canto algunos de los asistentes pueden cambiar de lugar para saludar a alguien más de los asistentes, creando cercanía. Tercer Misterio

La Unción de los enfermos. “Y al día siguiente, lunes, cuando Juan Diego debía llevar alguna señal para ser creído, ya no volvió. Porque cuando fue a llegar a su casa, a un tío suyo de nombre Juan Bernardino, se le había asentado la enfermedad, estaba muy grave. […] Y cuando anocheció, le rogó su tío que cuando aún fuere de madrugada, aún a oscuras, saliera hacia acá, viniera a llamar a Tlatelolco, a alguno de los sacerdotes para que fuera a confesarlo, para que fuera a prepararlo, porque eso ya estaba en su corazón, que en verdad ya era tiempo, que ya entonces moriría, porque ya no se levantaría, ya no se sanaría.” (Nican Mopohua, vv. 94-98) Santa María de Guadalupe preparó al tío anciano no para bien morir, sino para bien vivir, es una verdadera unción que da la salud y, además, Ella, al entregar su nombre completo al anciano: “Santa María de Guadalupe”, y con este signo, Ella se entrega a sí misma y, en Ella, a su Hijo muy Amado; es decir, por medio de Ella, Jesucristo es la salud del anciano, Tiempo Adviento Navidad /2016

Jesucristo el Mesías, el Ungido, es quien con su presencia unge al anciano, y con ello a la raíz, al fundamento de la verdad; es Jesucristo quien lo libera de la muerte por medio de su Madre, Santa María de Guadalupe. Oremos: Santa María de Guadalupe que nos conduces a Aquel que es nuestra salud y nuestra salvación, ayúdanos a dar verdadero testimonio de que Él es el Mesías esperado por quien los ciegos ven, los sordos oyen, los mudos proclaman que nuestro Salvador está en medio de nosotros, el vencedor de la muerte. María enséñanos a ver, a escuchar, a proclamar y a seguir a tu Hijo, Jesucristo, nuestro Señor. En lugar del canto algunos de los asistentes se acercan a otros, los bendicen y le desean salud. Cuarto Misterio

La Confirmación. Es el “sí” de Juan Diego. Juan Diego había buscado alguien que pudiera ayudar a su tío, alguien que pudiera darle la salud o mitigar su dolor. El sufrimiento del tío repercute en Juan Diego, quien de igual forma sufre, se siente impotente ante una adversidad que lo sobrepasa. Es Jesucristo por medio de Santa María de Guadalupe, quien desciende para encontrarse exactamente aquí con Juan Diego; es Dios, por medio de su Madre, quien viene al encuentro del angustiado laico. Y le asegura que su tío ya está bien, ya sanó, y Juan Diego lo cree, Juan Diego tiene fe en las palabras que salen de la boca de María y lleno de esperanza le pide le conceda la gracia de enviarlo al obispo con la señal prometida, Juan Diego le confirma su fe; de esta manera, su misión es una verdadera gracia y favor divino. Este es el “sí” de Juan Diego, es la Confirmación de poner toda su vida en las manos de Dios por medio de María. 50

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Oremos: Santa María de Guadalupe ayúdanos a confirmar nuestra fe en tu Hijo Amado, danos la fuerza y la inteligencia para proclamar con la voz, con el corazón y con las buenas obras, ante el verdadero Dios, nuestro “sí” de cada día y confirmar nuestra fe, colaborar en todo momento para que, aquí y ahora, se pueda vivir la confirmación de nuestra libertad en el amor y el perdón. En lugar del canto invitamos a algunos asistentes a orar parte del credo. Ejemplo: Yo creo en el padre,… Yo creo en la Iglesia,… Quinto Misterio

La Iglesia Sacramento de Salvación. Santa María de Guadalupe pide una casita sagrada, un templo, que es Iglesia Católica, sacramento de Salvación para el mundo entero. Ella nos sigue conduciendo a Jesucristo, que es la piedra angular de esta Iglesia. La Doncella de Nazaret, la Morenita del Tepeyac, es la Madre de Dios y Madre nuestra y desde que tomó nuestra sangre y nuestro color, tomó nuestra identidad y nuestra persona, nuestra historia y nuestra alma, dándonos a su Hijo, Jesucristo, Señor de la vida y de la verdadera libertad. Ella es la primera discípula y misionera del Amor de Dios, y quien supo poner en todo corazón a su amado Hijo. Santa María de Guadalupe, Madre y Modelo de la Iglesia, de esta Iglesia católica nuestra que es Sacramento de Salvación. Oremos: Santa María de Guadalupe gracias por ser portadora del Dios que da la verdadera libertad en el amor; gracias por el don maravilloso de la Iglesia, sacramento de salvación para el mundo entero, permítenos ser piedras vivas de esta amada iglesia, permítenos ser esa “casita sagrada” que desde nuestro corazón vayamos

construyendo como hermanos con la fuerza de Jesucristo, nuestro Señor. Canto La Guadalupana

SEGUNDO ESQUEMA Primer misterio Lucas 1, 26-38 Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Y entrando, le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.» Ella se perturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. El será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin.» María respondió al ángel: «¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?» El ángel le respondió: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios. Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril,- porque ninguna cosa es imposible para Dios.»

la bendijo más que a toda criatura, pero también nos bendice a cada uno de nosotros en nuestra propia realidad Dios quiso contar con la aceptación de María. Por eso, envía el ángel a anunciarle su propósito. También quiere contar nuestra aceptación, con nuestro dinamismo, con nuestra alegría de servirle. Segundo misterio Lucas 1, 39-47 Dichosa tú, que has creído En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!» Y dijo María: «Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador. Reflexión

Reflexión

Las palabras de Isabel, ‘Feliz la que ha creído’, no se aplican únicamente a aquel momento concreto de la anunciación. Ciertamente la anunciación representa el momento culminante de la fe de María a la espera de Cristo, pero es además el punto de partida, de donde inicia todo su ‘camino hacia Dios’, todo su camino de fe, y el nuestro, camino que aún andamos.

María y cada uno de nosotros hemos estado siempre en la mente de Dios para el cumplimiento de su plan de salvación. Por eso,

El sufrimiento y la oscuridad acompañan a la Virgen en su camino: el nacimiento en Belén, la huida a Egipto, la vida oscura de Nazareth, las Tiempo Adviento Navidad /2016

incomprensiones de las gentes en la vida pública de Cristo... todo habla de la “peregrinación de la fe” de “la que ha creído” y que, en medio de las pruebas y contrariedades, “mantuvo fielmente la unión con su Hijo”. Y nosotros ¿mantenemos fielmente esa unión? ¿ Nuestra fe es firme o con algunas contrariedades desfallece? Tercer misterio Lucas 2, 15-19 Conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón Y sucedió que cuando los ángeles, dejándoles, se fueron al cielo, los pastores se decían unos a otros: «Vayamos, pues, hasta Belén y veamos lo que ha sucedido y el Señor nos ha manifestado.» Y fueron a toda prisa, y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, dieron a conocer lo que les habían dicho acerca de aquel niño; y todos los que lo oyeron se maravillaban de lo que los pastores les decían. María, por su parte, guardaba todas estas cosas, y las meditaba en su corazón. Reflexión María no fue instrumento pasivo en el plan de Dios, sino una colaboradora activa. Las palabras de María: “He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra”, son el consentimiento que ella hace, aceptando, libremente, ser madre del Dios vivo como fruto del amor a Dios. Hoy hay lugares donde se ha producido una desertificación espiritual: sociedades que quieren construirse sin Dios o que destruyen sus raíces cristianas, países donde hay una resistencia violenta al cristianismo, a veces la propia familia o el lugar del trabajo… pero es precisamente ahí donde estamos llamados a ser “personas que digamos “He aquí la esclava del Señor” y aprendamos a hacer su voluntad. 52

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Cuarto misterio Mateo 2, 13-15. 19-23 Dichosa tú, Virgen María, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá. Después que ellos se retiraron, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto; y estate allí hasta que yo te diga. Porque Herodes va a buscar al niño para matarle.» Él se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se retiró a Egipto; y estuvo allí hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliera el oráculo del Señor por medio del profeta: “De Egipto llamé a mi hijo”. Muerto Herodes, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José en Egipto y le dijo: «Levántate, toma contigo al niño y a su madre, y ponte en camino de la tierra de Israel; pues ya han muerto los que buscaban la vida del niño.» Él se levantó, tomó consigo al niño y a su madre, y entró en tierra de Israel. Pero al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allí; y avisado en sueños, se retiró a la región de Galilea, y fue a vivir en una ciudad llamada Nazaret; para que se cumpliese el oráculo de los profetas: “Será llamado Nazareno”. Reflexión Cristo es la segunda persona de la Trinidad, el Hijo de Dios, Dios como el Padre y como el Espíritu Santo. En Jesucristo hay una sola persona, y en esa persona dos naturalezas: humana y divina. Ambas son inseparables y constituyen la única persona que es Jesucristo. Es así como podemos identificar a Jesús, y nosotros ¿cómo nos identificamos?, ¿cuál es nuestra identidad?, ¿quiénes somos para Dios y para nuestros hermanos?

Quinto misterio Lucas 2, 41-52 Tu padre y yo te buscábamos angustiados Sus padres iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua. Cuando tuvo doce años, subieron ellos como de costumbre a la fiesta y, al volverse, pasados los días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo sus padres. Pero creyendo que estaría en la caravana, hicieron un día de camino, y le buscaban entre los parientes y conocidos; pero al no encontrarle, se volvieron a Jerusalén en su busca. Y sucedió que, al cabo de tres días, le encontraron en el Templo sentado en medio de los maestros, escuchándoles y preguntándoles; todos los que le oían, estaban estupefactos por su inteligencia y sus respuestas. Cuando le vieron, quedaron sorprendidos, y su madre le dijo: «Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira, tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando.» El les dijo: «Y ¿por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?» Pero ellos no comprendieron la respuesta que les dio. Bajó con ellos y vino a Nazaret, y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón. Jesús progresaba en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres.

buscamos definir lo que somos? O ¿es en el diario desgaste al servir a Dios en nuestros hermanos? Oración final Dios y Padre nuestro, que, por el anuncio del ángel, quisiste que tu Verbo se encarnara en el seno purísimo de la Virgen María, concede a tu pueblo que, al venerarla bajo la advocación de Guadalupe, espere con su misma ternura, la venida de tu Hijo. Él que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén V. Nuestra Señora de Guadalupe R. Ruega por nosotros

Reflexión María es honrada con muchos títulos que reflejan facetas distintas de su perfección (madre de la Iglesia, modelo del cristiano, ejemplo de virtud, consoladora, inmaculada...) El título más importante de María es madre de Dios. Porque en su seno Dios se hizo hombre. Nosotros tenemos una fascinación por mostrar conquistas sociales y políticas. Vanagloria y un afán de mostrarnos con una densa vida social llena de salidas, reuniones, cenas. Soñamos con grandes planes, ¿es en ese ambiente donde Tiempo Adviento Navidad /2016

RECEMOS Y COMAMOS LA ROSCA DE REYES El 6 de enero se celebra la Epifanía en el mundo cristiano. En esta fecha conmemoramos la adoración al Niño Dios por parte de tres reyes sabios que llegaron a Belén desde el Oriente para ofrecerle al Niño tres obsequios simbólicos: incienso, mirra y oro. ¿QUÉ ES LA EPIFANÍA? Epifanía significa “manifestación”. Es la fiesta en la que Jesús toma una presencia humana en la tierra, y por tanto, es posterior a la Navidad. Tanto la Navidad como la Epifanía celebran, desde diferentes perspectivas, el misterio de la encarnación, la venida y manifestación de Cristo al mundo. Es un día de alegría, en el que salimos al encuentro con Jesús y le rendimos nuestra adoración como lo hicieron los Reyes Magos. Este esquema que presentamos es para celebrar la Epifanía del Señor de una manera muy particular en nuestros grupos de pastoral o servicio parroquial, con un sentido de convivencia y familia, 54

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en la hermandad de los hijos de Dios, reconociendo también nuestra propia identidad de seres humanos, (la identidad es el conjunto de los rasgos propios de un individuo o de una comunidad. Estos rasgos caracterizan al sujeto o a la colectividad frente a los demás. La identidad también es la conciencia que una persona tiene respecto de sí misma y que la convierte en alguien distinto a los demás. Aunque muchos de los rasgos que forman la identidad son hereditarios o innatos, el entorno ejerce una gran influencia en la conformación de la especificidad de cada sujeto). No es una celebración litúrgica, pero si procuremos llevarla a cabo en algún lugar especial, un salón parroquial, una aula, el atrio del templo. Aunque puede hacerse sólo con los miembros de un mismo grupo parroquial, sugerimos se realice con participación de todos los grupos, pues es una manera de compartir y conocerse entre todos. Es una manera diferente de compartir la tradicional rosca de reyes.

Escucharemos una lectura bíblica que ilumine nuestro entendimiento y corazón, enseguida agradeceremos al Señor y haremos ofrecimientos y compromisos relacionados con nuestro apostolado al momento de partir la rosca y así podremos compartir y sobre todo empeñarnos en mejorar como servidores en nuestros diferentes trabajos parroquiales. ESQUEMA 1.Monición: Celebramos hoy la Epifanía del Señor. Como los magos de Oriente, hemos venido para reconocer como a nuestro Dios en este Niño recostado en un pesebre, preparémonos a ofrecerle nuestros dones y todo lo que somos a quien vino a salvarnos, haciéndose uno de nosotros. 2.Canto de invocación del Espíritu. 3.Evangelio: Mateo 2, 1-12 “Jesús nació en Belén de Judá en tiempos del rey Herodes. Entonces, unos Magos de Oriente se presentaron en Jerusalén preguntando: ‘¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo’. Al enterarse el rey Herodes, se sobresaltó, y todo Jerusalén con él; convocó a los sumos pontífices y a los letrados del país, y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: ‘En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres ni mucho menos la última de las ciudades de Judá; pues de ti saldrá un jefe que será el pastor de mi pueblo Israel’. Entonces Herodes llamó en secreto a los Magos, para que le precisaran el tiempo en que había aparecido la estrella, y los mandó a Belén, diciéndoles: ‘Id y averiguad cuidadosamente qué hay del niño, y, cuando lo encontréis, avisadme, para ir yo también a adorarlo’. Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto salir comenzó a guiarlos hasta que vino a pararse encima de donde estaba el niño. Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron; después, abriendo sus cofres,

le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Y habiendo recibido en sueños un oráculo para que no volvieran a Herodes, se marcharon a su tierra por otro camino”. Los Magos buscaban a Dios en las estrellas o en el palacio, pero lo encontraron en un humilde pesebre con María, su Madre. Le llevaron regalos: Oro por su realeza, incienso por su divinidad y mirra por su humanidad. Sin embargo, fueron ellos los que salieron premiados porque vieron al Salvador del mundo. 4.LAS ENSEÑANZAS DE LOS REYES MAGOS Podemos aprovechar esta fiesta de la Iglesia para reflexionar y vivir las enseñanzas que nos da este pasaje evangélico: - Los magos representan a todos aquellos que buscan, sin cansarse, la luz de Dios, siguen sus señales y, cuando encuentran a Jesucristo, luz de los hombres, le ofrecen con alegría todo lo que son y tienen. - La estrella anunció la venida de Jesús a todos los pueblos. Hoy en día, el Evangelio es lo que anuncia a todos los pueblos el mensaje de Jesús. - Los Reyes Magos no eran judíos como José y María. Venían de otras tierras lejanas (de Oriente: Persia y Babilonia), siguiendo a la estrella que les llevaría a encontrar al Salvador del Mundo. Representan a todos los pueblos de la tierra que desde el paganismo han llegado al conocimiento del Evangelio. - Los Reyes Magos dejaron su patria, casa, comodidades, familia, para adorar al Niño Dios. Perseveraron a pesar de las dificultades que se les presentaron. Era un camino largo, difícil, incómodo, cansado. El seguir a Dios implica sacrificio, pero cuando se trata de Dios cualquier esfuerzo y trabajo vale la pena. - Los Reyes Magos tuvieron fe en Dios. Creyeron aunque no veían, aunque no entendían. Quizá ellos pensaban encontrar al Mesías en un palacio, lleno de riquezas y no fue así, sino que lo encontraron Tiempo Adviento Navidad /2016

en un pesebre y así lo adoraron y le entregaron sus regalos. Nos enseñan la importancia de estar siempre pendientes de los signos de Dios para reconocerlos. 5.SILENCIO Aprovecharemos este momento de silencio para reflexionar personalmente sobre “¿Quién soy yo?” (Empezar con la ayuda de Dios a redescubrir nuestra propia identidad)

Concluimos con: Padrenuestro. Avemaría. Bendición de unos para con otros. (Yo N. te bendigo a ti N. en el nombre del Padre……)

6.ACCION DE GRACIAS Y COMPROMISO Dinámica: Cada servidor ira pasando a tomar su trozo de rosca y hará su acción de gracias y compromiso. Ejemplo: Señor yo N. que soy …. (enumerar algunas características personales propias que nos definen) y que soy catequista, lector, ministro, miembro de legión de María, vela perpetua, etc. te agradezco que me permitas servirte, a pesar de…..( mencionar algo en lo que tenemos que trabajar personalmente para ser mejores servidores y seres humanos) Me comprometo Señor a hacerlo mejor, …….(buscando una formación espiritual y bíblica, buscando la comunión entre nosotros, trabajando mis errores, etc.) para así poder cumplir con mi apostolado. ………… 7.Oración Señor Jesús: que a imitación de los Magos de Oriente vayamos también nosotros frecuentemente a adorarte en tu casa que es el templo y no vayamos jamás con las manos vacías. Que te llevemos el oro de nuestras ofrendas, el incienso de nuestra oración fervorosa, y la mirra de los sacrificios que hacemos para permanecer fieles a ti, y que te encontremos siempre junto a tu madre santísima María, a quien queremos honrar y venerar siempre como madre tuya y madre nuestra. Amén. 56

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MÚSICA LITÚRGICA

UN MINISTERIO

DE AMOR Música litúrgica, un ministerio de amor

os documentos de la Iglesia insisten en la participación de la asamblea por medio del canto. La música no es un adorno para una fiesta determinada. La música en la liturgia es de un carácter más profundo: es la expresión viva de una asamblea que canta a una voz y con un mismo corazón.

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Con ello se pone en práctica la breve frase, llena de sabiduría, de San Agustín “el cantar es propio de quien ama” misma, que aparece en el número 39 de la Institución General del Misal Romano (OGMR) como una de las razones por la que tenemos música litúrgica. Por otra parte, debemos considerar que los seres humanos estamos hechos para la música, y cuando nos ponemos en la dimensión de iglesia como cuerpo de Cristo, nuestra música eleva los pensamientos al trono del cielo. Aunque

estemos confinados a la tierra, participamos de la vida divina. Ya Dios está entre nosotros, y vivimos en la esperanza de la manera perfecta al final de los tiempos.

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La Carta a los Colosenses, lo dice muy elocuentemente: Que la palabra de Cristo habite y se sienta a gusto en ustedes. Tengan sabiduría para que puedan enseñar y aconsejar unos a otros; canten a Dios de todo

corazón y con gratitud salmos, himnos y alabanzas. Y todo lo que puedan decir o hacer, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de Él. (Col 3,16-17)

El canto, pues, no es cosa opcional en nuestra liturgia. Es por ello que La Institución General del Misal Romano No. 40 nos lo indica: Téngase por consiguiente, en gran estima el uso del canto en las celebraciones, siempre según el carácter de cada pueblo y las posibilidades de cada asamblea litúrgica. Tiempo Adviento Navidad /2016

¿Quién es el ministro de la música litúrgica? A partir de lo anterior cabe la pregunta:

¿Cuál es la identidad de quienes prestan este servicio?

Es alguien que forma parte de la Iglesia, que se reúne para cantar a una voz y con un mismo corazón. Por lo que, jamás se debe sentir como alguien ajeno a la asamblea, distrayéndose con platicas inoportunas, celulares y otras distracciones, que se pueden dar mientras no se canta en la misa.

Es alguien enamorado de Dios, que contagia a la asamblea de ese amor, para que todos puedan expresarlo mediante la música y canto. Por esta razón, cuesta trabajo entender que un enamorado, exija un pago determinado por ese amor.

Aunque todos los humanos llevamos la música por dentro, los ministros de música litúrgica, igual que otras vocaciones en la Iglesia, son alentados y sostenidos por Dios mediante dones y carisma que hay que desarrollar. De esta manera, resulta difícil entender que alguien sin habilidades, sin destrezas, sin formación o sin instrucción técnico-doctrinal, se aferre a prestar un ministerio litúrgico de este tipo, en medios de las comunidades.

La música y el canto litúrgico no son un elemento accesorio, ni de adorno, por ello quienes son convocados a este ministerio, asumen permanentemente, con una actitud humilde, una presencia protagónica sobria en medio de la asamblea, evitando siempre el excesivo protagonismo y el lucimiento innecesario. Pbro. Marco Antonio Islas Félix

Coordinador de la Dimensión de Música Litúrgica

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IDENTIDAD DEL MINISTRO EXTRAORDINARIO DE LA

SAGRADA COMUNIÓN

n los últimos tiempos de diferentes modos se ha profundizado en sentido de la identidad en individuos, grupos, empresas, naciones, etc. Tan necesaria es, que no se puede concebir un organismo colectivo sin plantearse la pregunta ¿quiénes somos? ¿Hacia dónde dirigimos nuestros trabajos? (estas preguntas aplican también para las personas que sumidos en un activismo se olvidan de ellas). Quien ya ha definido su Identidad, es alguien que ha llegado a un grado de madurez y autonomía, mismo que le hace capaz de precisar responsablemente los porqués de su comportamiento en su vida personal y social, se trata de una necesidad básica.

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Desde el plano de la fe también es necesario replantar cual es la identidad del Ministro Extraordinario de la Sagrada Comunión, en orden a una plena realización de su ser y quehacer en la Iglesia. Hagamos un pequeño recorrido histórico de este encargo pastoral.

Hacia el siglo octavo hay testimonios que laicos recibían con frecuencia la misión de llevar la Eucaristía a los ausentes, enfermos o presos, más tarde este encargo se fue reservando poco a poco a los clérigos. Para el año 1969 a través de un documento llamado “Fidei Custos” se establecían normas para que los laicos, en determinadas circunstancias pudieran distribuir la comunión. La Diócesis de Barcelona, siendo obispo Mons. Marcelo González en 1970, regula este ministerio realizado por laicos, en caso de necesidad pastoral.

62 TiempoTiempo Adviento Navidad /2016 /2016 Ordinario

En 1972 el papa Pablo VI establece que los “acólitos instituidos”, que pueden ser laicos, fueran ministros extraordinarios, pero permanentes de este ministerio de la comunión (Ministeria Quaedam). Finalmente, en 1973 la Congregación de los Sacramentos publica la instrucción Inmensae Caritatis, donde se establecían los motivos y modalidades de la distribución de la eucaristía por laicos, la repetición de la comunión el mismo día, el ayuno, la comunión recibida en la mano.

¿Quienes son los MESC? Son laicos, hombres y mujeres idóneos, elegidos individualmente por el Ordinario del lugar o por el sacerdote, según sea el caso, como ministros extraordinario, en el casos concretos o también por un período de tiempo determinado, o en caso de necesidad, de modo permanente, que se administre a sí mismo el pan eucarístico, lo distribuyan a los demás fieles y lo lleven a los enfermos a sus casas. (cfr. Inmensae Caritatis 1,I). A su vez el Código de Derecho Canónico dice que es Ministro Extraordinario de la Sagrada Comunión el acólito instituido, u otro fiel designado según el canon 230,3 (c.910,2)

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Las funciones del Ministro extraordinario son:

Dentro de la misa, ayudar al sacerdote a repartir la comunión cuando es grande el número de comulgantes o faltan ministros ordenados, o bien cuando se quiera dar bajo las dos especies. Fuera de la misa: cuando en ausencia del sacerdote haya fieles que deseen comulgar, poder darse a sí mismos la comunión y repartir a los demás la Eucaristía.

Llevar la Comunión a los enfermos, celebraciones dominicales en ausencia del presbítero

Facultad para purificar los vasos sagrados después de la celebración fuera del altar (en la credencia) y preferentemente una vez terminada la celebración y despedido el pueblo (IGMR 204.238), exposición del Santísimo en ausencia del sacerdote.

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La instrucción Redemptionis Sacramentum, de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos del año 2004 en su número 149, utiliza el término “asistentes pastorales”. Insiste en no llamarles “Ministros de la Eucaristía”, ya que sólo el sacerdote debidamente ordenado es el ministro que confiere la Eucaristía, in persona Cristi. Como tampoco, en el caso de los ministros extraordinarios, ocasionales o temporales se les debe nombrar “ministro especial de la sagrada comunión”, ni “ministro extraordinario de la Eucaristía” Respecto a las homilías dentro de la misa la instrucción Redemtionies sacramentum (6466 y 161) afirma categóricamente que ésta se reserva al ministro ordenado, sacerdote o diácono, incluso por el derecho ni el obispo diocesano puede dispensar éste canon; sin embargo, el Ministro extraordinario si puede hacer una reflexión fuera de la misa.

Nos dice la Exhortación apostólica Sacramentum caritatis: Es significativo que los Padres sinodales hayan afirmado que « los fieles cristianos necesitan comprender más profundamente las relaciones entre la Eucaristía y la vida cotidiana. La espiritualidad eucarística no es solamente participación en la Misa y devoción al Santísimo Sacramento. Abarca la vida entera. (n. 77). » Estos puntos que hemos enumerado y que se contienen en los diferentes documentos eclesiales tiene como objetivo propiciar una mayor entendimiento del encargo pastoral que el ministro extraordinario recibe, habría que pensar en su idoneidad como por ejemplo: estilo de vida que corresponda a un fiel cristiano que cumple con lo prescrito por la Iglesia. Asiduo a la oración y a la meditación de la Palabra, vida de piedad en la adoración al santísimo sacramento y una sensibilidad ante el hermano sufriente. Así como es importante su vida interior, lo es también su exterioridad su vestimenta decorosa (sin caer en un clericalismo) y que lo distinga de tan bello encargo, no solo llevar a su Señor a los hermanos sino atraerlos a la Eucaristía.

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Los MESC que ya tienen clara su identidad, ayudan bastante para que todos los miembros de la iglesia re-descubran su propia identidad, cuando:

Con su comportamiento dentro y fuera de las celebraciones brindan un testimonio de respeto y amor por Jesús Eucaristía, pero también por cada uno de sus prójimos. Con su vida de oración y adoración eucarística fomentan la espiritualidad de la población y reparación ante Dios en los sagrarios. Con su trato delicado, paciente y amoroso en medio de los enfermos, alientan a los que viven en esa casa, para aprovechar las gracias sacramentales contenidas en nuestra fe. Con sus reuniones parroquiales, decanales o diocesanas para estudiar y convivir, comunican que sí es posible la vida de comunión en la Iglesia. Con su presencia humilde, sin ser protagonistas, colaboran en las reuniones de pastoral en comunión con otros grupos de la parroquia, igualmente comunican que sí es posible la vivencia de la fraternidad en la participación de todos los fieles, sin acaparamiento de servicios o tareas parroquiales.

Pbro. Erik Urías Ibarra

Coordinador de Dimensión de ministros extraordinarios de la sagrada Comunión 66

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EL ARTE SACRO Y SUS

EXPRESIONES EN LA IGLESIA

uando hablamos de arte sacro, debemos diferenciarlo del arte religioso, propiamente dicho, que son las obras realizadas por el hombre y que se subordinan a la fe, al amor que se siente por Dios, y dicho arte fue una fuente de inspiración para muchos artistas de todos los tiempos hasta la época de la Revolución Francesa, a finales del s. XVIII, cuando la temática del arte ya no es preponderantemente la referencia a Dios, sino más bien, a lo humano.

El arte sacro es el arte religioso que tiene, además, un destino litúrgico, es decir, que tiene que servir para el culto divino, y aquí “la Iglesia se consideró siempre, con razón, como árbitro de las mismas, discerniendo entre las obras de los artistas aquellas que estaban de acuerdo con la fe, la piedad y las leyes religiosas tradicionales y que eran consideradas aptas para el uso sagrado” (Sacr. Conc. 122); así que, el arte religioso se debe adecuar a los principios expresados por la Iglesia y la Tradición cristiana. Tiempo Adviento Navidad /2016

Con esto, la Iglesia busca que dicho arte se adapte a las normas religiosas que rigen lo sagrado, aceptando “con especial interés que los objetos sagrados sirvieran al esplendor del culto con dignidad y belleza, aceptando los cambios de materia, forma y ornato que el progreso de la técnica introdujo con el correr del tiempo” (S.C. 122). “La Iglesia nunca consideró como propio estilo artístico alguno, sino que, acomodándose al carácter y las condiciones de los pueblos y sus necesidades de los diversos ritos, aceptó las formas de cada tiempo, creando en el curso de los siglos un tesoro artístico digno de ser conservado cuidadosamente” (S.C. 123). Lo que pretende la Iglesia mostrar a través del arte es que, las esculturas, pinturas, mosaicos, edificios, etc. muestren la perfección de lo divino. Los lugares tradicionales de las Iglesias donde se ha expresado dicho arte con representaciones pictóricas y escultóricas, son el altar mayor, las capillas laterales, el púlpito y la pila bautismal. También, atendiendo a diferentes períodos de la historia eclesiástica, las paredes de las iglesias se cubrieron con frescos, lienzos o retablos, que siempre tuvieron una finalidad preponderantemente catequética, pues la doctrina entraba por los sentidos.

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Los temas más comunes en el arte sacro son la Santísima Virgen, las imágenes de la Sagrada Escritura, la muerte de Jesús, Jesús resucitado, el Bautismo de Jesús, los ángeles y los santos. La obra de arte sacro, por tanto, constituye un instrumento de catequesis, de meditación, de oración, siendo destinada al culto católico, a la edificación, a la piedad y a la instrucción religiosa de los fieles; los artistas han edificado y decorado sus templos, celebrado sus dogmas, enriquecido su liturgia y deben seguir haciéndolo. Así también hoy nosotros somos llamados a realizar en nuestro tiempo obras y trabajos dirigidos a edificar al hombre y a dar Gloria a Dios, como recita la Sacrosanctum Concilium: “También el arte de nuestro tiempo, y el de todos los pueblos y regiones, ha de ejercerse

libremente en la Iglesia, con tal que sirva a los edificios y ritos sagrados con el debido honor y reverencia; para que pueda juntar su voz a aquel admirable concierto que los grandes hombres entonaron a la fe católica en los siglos pasados”.” (n. 123). En nuestras comunidades cristianas difícilmente hemos llegado a percibir el sentido pastoral del arte. Más bien ha sido considerado como un elemento perteneciente a un momento de la historia de la Iglesia en que esta se rodeaba de mecenas y aristócratas. No en vano muchas de nuestras iglesias sufrían el saqueo de imágenes y retablos, que significaban para algunos un signo de poder. Seguramente que por este motivo la pastoral de las Diócesis no ha contado con un organismo destinado al Patrimonio.

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Nuestras Iglesias comunican algo Frecuentemente asistimos a nuestras iglesias a diferentes celebraciones, pero ese lugar, ese espacio ¿qué dice de nosotros, la Iglesia de piedras vivas edificada por Cristo?, ¿refleja la identidad de la comunidad que ahí celebra su fe? ¿Catequizan a todos o nos habla de los gustos caprichosos de unos cuantos? ¿Qué le dirán a los fieles que vendrán dentro algunos siglos? Las construcciones o remodelaciones de nuestros templos debe ser compromiso nuestro, cuidar que cada elemento tenga su identidad, una identidad que hable de Dios y de la comunidad ahí celebrante, que exprese el caminar en la fe y la realidad del entorno, con elementos (materiales y/o artísticos) que expresen lo sagrado y lo humano y nos inviten a compartir y trabajar por el Reino. En las obras de arte no solo se halla escrita y descrita la vida de las comunidades, está también el reto que tiene hoy nuestro patrimonio para divulgar la fe entre los visitantes y curiosos, entre los niños que descubren a Dios por medio de la imágen y entre los adultos que siguen necesitando de símbolos para acercarse a la divinidad.

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Redescubriendo nuestra identidad Con todo lo anterior, nos preguntamos: ¿Quién o quiénes están detrás de Arte Sacro en nuestra Iglesia? Estamos ante la pregunta de la identidad de quienes hacen posible esta experiencia de Dios y esta catequesis que llega por los sentidos. Veamos: • Los fieles o ministros que, habiendo recibido de Dios el carisma y sensibilidad de la expresión artística (arquitectura, pintura, etc.), se disponen a estudiar-profundizar junto a los consejos de las parroquias y demás organismos diocesanos, para contribuir así extraordinariamente al embellecimiento de los espacios sagrados, mismos que hacen posible una experiencia más plena de encuentro entre Dios y su Pueblo, tanto en la liturgia como fuera de ella.

• Los fieles o ministros que, aún sin tener los carísimas y sensibilidad artística, experimentan un profundo celo por sus iglesias, que encausan su tiempo, energía y creatividad para cuidarconservar aquellas valiosas expresiones artísticas, que surgen a lo largo de los años en las comunidades. Ellos colaboran de manera especial en la obra que Dios realiza, al mover los corazones de sus fieles hacia Él. • Los fieles o ministros que, con creatividad promueven y difunden el conocimiento de los patrimonios artísticos de las diócesis en la sociedad, colaboran significativamente con la Iglesia, que evangeliza mediante estos signos a lo largo de los siglos a la humanidad entera.

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Si al leer este artículo, descubres que participas o vas a participar en la construcción o embellecimiento de nuestras iglesias, capillas católicas la invitación básica es a hacerlo en comunión con los consejos parroquiales, organismos diocesanos de Iglesia y otras instituciones seculares especializadas que brindan apoyo para llevar a cabo, de una mejor manera esta dimensión de la pastoral litúrgica.

Pbro. Gerardo Ochoa Atondo

Coordinador de Dimensión de Arte Sacro y Cuidado de Bienes Culturales

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PAUTAS PARA REFLEXIÓN-HOMILIA Hna. Nuria Calduch-Benages Doctora en Sagradas Escrituras

Primer Domingo de Adviento Primera lectura: Isaías 2,1-5 El Señor reúne a todos los pueblos en la paz eterna del Reino de Dios. Profeta clásico del tiempo de Adviento, Isaías describe en este texto una visión espléndida y esperanzadora sobre Judá y Jerusalén (cf. Mi 4,1-3 donde aparece el mismo texto con algunas variantes). En contraste con los oráculos de juicio del capítulo anterior, nuestro texto rezume paz, seguridad y concordia universal. La visión no se refiere al pasado sino que anuncia un acontecimiento futuro. Al final de los tiempos el monte Sión será el centro hacia donde peregrinarán todos los pueblos. La casa de Jacob, entiéndase todo el pueblo de Dios, tiene la misión de ser el primer testimonio de esta peregrinación masiva. La visión, ciertamente de carácter escatológico, proyecta un movimiento hacia el centro y hacia lo alto. Eso significa que la historia no es un proceso de degeneración y disgregación continua sino todo lo contrario. Gracias a la Palabra y a la Ley de Dios, que infunden en ella una fuerza unificadora y trascendente, los impulsos de muerte se transforman en energía de vida y de paz. Estos cuatro versículos son, sin lugar a dudas, un canto a la paz universal. Segunda lectura: Romanos 13,11-14 Nuestra salvación está cerca. Después de unos versículos dedicados a la caridad como cumplimiento de la Ley, Pablo invita a los cristianos de Roma a una vida santa. El tono de sus palabras, apremiante y radical, deja entrever el momento histórico que vivían las primeras comunidades. Ahora bien, más que de un momento cronológico se trata de un momento teológico y existencial. Por medio de imágenes contrastantes (día-noche, luz-tinieblas, despertar-sueño), Pablo exhorta a los cristianos a vivir el «ahora» de la salvación. Para ello, tienen que abandonar las tinieblas de la noche y abrirse a la luz del nuevo día. En otras palabras, tienen que renunciar a las costumbres paganas, a la degradación moral... y configurarse plenamente con Cristo. Este fragmento de la carta a los Romanos es precisamente el que

transformó el corazón de san Agustín cuando lo leyó en el jardín de su residencia cerca de Milán. Evangelio: Mateo 24,37-44 Esten en vela para estar preparados. El fragmento forma parte del quinto y último discurso del evangelio de Mateo, conocido como el «Sermón escatológico», donde Jesús expone su doctrina sobre la escatología o acontecimientos últimos (cap. 24 y 25). En estos capítulos el evangelista quiere dar una respuesta a la compleja situación que vivía su comunidad mientras esperaba el retorno de Jesucristo y la llegada del Reino. En los primeros momentos la esperanza de sus miembros era viva y constante (como lo testimonia la primera carta a los Tesalonicenses, 4,13-18; 5,1-11), pero a medida que pasaba el tiempo se fue transformando en desasosiego y desilusión porque ni Jesucristo regresaba ni el Reino llegaba. ¿Cómo afrontar entonces esta situación? Después de hablar largo y tendido sobre la venida gloriosa (o Parusía) del Hijo del Hombre (es decir, del Señor) y de las tribulaciones y persecuciones que padecerán los cristianos antes de ese momento, Jesús ilustra la actitud que deberán adoptar los que lo esperan con tres reflexiones. La primera (vv. 37-39), centrada en el ejemplo bíblico del diluvio, aconseja imitar a Noé que, a diferencia de sus contemporáneos, escuchó la voz del Señor y actuó en consecuencia tomando las medidas oportunas. Hay que preparar la salvación; esta no se improvisa en el último momento. La segunda (vv. 40-41) advierte del riesgo del fracaso: dos personas que se encuentran en una idéntica situación pueden tener un desenlace diverso (acogida en el Reino o expulsión) según sea la opción que hayan tomado ante el Señor. Es decir, en la vida de cada persona y en la historia de la humanidad se enfrentan continuamente luz y tinieblas, bien y mal, justicia y egoísmo. Ante este dilema no vale la indiferencia. El Señor urge a cada uno a tomar posición, a pronunciarse por él o en contra de él. La tercera y última reflexión (vv. 42-44) exhorta a la vigilancia permanente y lo hace mediante la parábola del ladrón que llega de imprevisto y desvalija la casa desatendida. El momento final es incierto: «No saben el día en que vendrá su Señor». Por eso hay que velar, hay que estar despiertos cuando otros duermen, hay que estar siempre a punto. El Señor llega sin previo aviso.

Segundo Domingo de Adviento Primera lectura: Isaías 11,1-10 Con equidad dará sentencia al pobre. Tiempo Adviento Navidad /2016

Los capítulos 1-12 del libro de Isaías, sección que refleja con gran probabilidad la predicación del profeta del siglo VIII aC, consta de dos partes principales: la primera está formada por los cap. 1-5 (oráculos anteriores a la guerra siro-efraimita) y la segunda por los cap. 6-12, conocidos como el «Libro del Emmanuel». Con el nombre de Emmanuel («Dios-con-nosotros»), referido a Judá, Isaías quiere expresar la presencia de Dios en medio de su pueblo. En este contexto se sitúa Isaías 11,1-10 (cf. por contraste 10,27-34). Dos partes simétricas dominadas por dos series de metáforas componen este estilo mesiánico. La primera parte (vv. 1-5) coloca al centro de la escena un tronco cortado y seco (símbolo de los pecados y la infidelidad de la dinastía davídica) del que empieza a brotar un renuevo (el Mesías enviado por Dios). Inspirado por el Espíritu, el Mesías recibe el don más alto: la construcción en el mundo de un reino de justicia y paz. La segunda parte (vv 6-12), en la misma línea de la anterior, describe un paraíso en la tierra, donde parejas antitéticas de animales (salvajes y domésticos) conviven pacífica y armoniosamente. Esta profusión de imágenes esconde un mensaje lleno de esperanza: el mundo se renueva, reina la paz mesiánica y toda la humanidad está invitada a participar en ella. Segunda lectura: Romanos 15,4-9 Cristo salvó a todos los hombres. Este fragmento de la carta a los Romanos empieza con una reflexión sobre las Escrituras. Fuente de instrucción para los creyentes, las Escrituras no sólo son indispensables para comprender el misterio de la vida y de lo muerte de Cristo sino que además son fuente de luz y consolación para la propia vida. A continuación, Pablo pone como ejemplo de caridad fraterna a Jesucristo quien, sin hacer nunca ninguna discriminación, dio la Vida por todos; por los judíos, llevando a cumplimiento las promesas hechas a los padres y también por los paganos, extendiendo su misericordia a todos los pueblos. Evangelio: Mateo 3,1-12 Hagan penitencia porque se acerca el Reino de los cielos. La figura de Juan el Bautista predicando en el desierto, típica de Adviento, ocupa el centro del evangelio. Detrás de ella se perfila la presencia y la predicación de Jesús. De hecho, la frase «Convertíos, porque está cerca el Reino de los cielos» (v. 2), síntesis de su anuncio, aparecerá más adelante (4,17) en boca de Jesús. Mateo identifica a Juan con «la voz que clama 74

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en el desierto» mencionada por el Deutero-Isaías en el prólogo del Libro de la Consolación (cap. 40-55). De este modo, el evangelio afirma que la predicación de Juan el Bautista forma parte de la historia de salvación porque corresponde a un texto de la Escritura. Además, el evangelio identifica al «Señor» del que habla el profeta con Jesús a punto de iniciar su predicación. Y, por consiguiente, «los caminos del Señor» son ahora los caminos de Jesús. La misión de Juan el Bautista es precisamente preparar esos caminos; en otras palabras, ser el precursor del Mesías que anuncia al que viene detrás de él con mayor dignidad y poder. Como los profetas del desierto, Juan Bautista es descrito con rasgos de austeridad y su vestido recuerda el del profeta Elías (2Re 1,8). Después de mencionar brevemente su actividad (predicar y bautizar) y las muchas personas que acudían a él (v. 5), Mateo nos presenta un ejemplo de predicación (vv. 7-12) no exento de dureza. Juan el Bautista arremete contra los hipócritas que piden ser bautizados, contra los que se creen amparados y protegidos por la Ley, contra los que ostentan el título de «hijos de Abrahán» y lo utilizan como escudo protector (vv. 7-9). La conversión no es una cuestión teórica sino vital, pues nace en el corazón. Convertirse es dar fruto. La escena más fuerte y radical de la predicación del Bautista presenta al Mesías como un juez exigente (vv. 11-12) y describe su acción con un lenguaje simbólico y de claro matiz escatológico. Así como, una vez terminada la cosecha, se criba el grano para almacenarlo en el granero sin la paja; así como se cortan y queman los árboles que no dan fruto, el Mesías esperado desenmascarará definitivamente el mal que se esconde en las muchas hipocresías humanas y llevará a cabo una purificación total de las conciencias. El Mesías no bautizará con agua sino con «Espíritu Santo y fuego». Así pues, toda la miseria y la fragilidad humana serán vivificadas por un espíritu creador y transformador; todos los pecados y las injusticias de la humanidad se consumirán en este crisol purificador.

Tercer Domingo de Adviento Primera lectura: Isaías 35,1-6a. Dios vendrá y nos salvará. Los capítulos 34 y 35 del libro de Isaías, conocidos como «el pequeño apocalipsis», son una colección de textos escatológicos pertenecientes a la época exílica y postexílica estrechamente relacionada con el Deutero-Isaias (Is 40-55). Se caracterizan por el contraste entre la destrucción de Edom (34,1-17),

símbolo del mal, y la felicidad y bendición que Dios concede a Israel (35,1-10). Nuestro texto describe una escena toda ella rebosante de alegría y júbilo qua contrasta fuertemente con el caos y la desolación del oráculo anterior Basta fijarse en los verbos (regocijarse, alegrarse, florecer, cantar, resarcir, salvar...) y en los sustantivos (gozo, alegría, gloria, belleza, cánticos...). Este cambio radical afecta a la naturaleza muerta (vv. 1-2) y a las personas más débiles (vv. 3-6a). Por ejemplo, el desierto se convierte en una «vida santa» que recorren jubilosos los exiliados de Babilonia en su regreso a la patria (v. 10). Ahora bien, no hay que olvidar que las imágenes utilizadas esconden una dimensión escatológica, es decir, detrás de una discreta restauración nacional que se prevé inminente, el profeta anuncia la gloria definitiva del reino de Dios que aún está por llegar. Segunda lectura: Santiago 5,7-10 Manteneos firmes, porque la venida del Señor está cerca. La carta de Santiago es la primera de las cartas conocidas con el nombre de católicas. Se dirige a los judeo-cristianos que viven fuera de la tierra de Israel, diseminados en el mundo greco-romano, o sea en la diáspora. Casi al final de la carta, después de una acusación contra los ricos que confían exclusivamente en las riquezas y privan a los trabajadores de su salario (5,1-6), Santiago se dirige a todos los miembros de la comunidad, la mayoría pertenecientes a la clase mediabaja de la sociedad. Les exhorta a esperar con paciencia y constancia la venida del Señor (la parusía) y a prevenir su juicio inminente («el juez está ya a la puerta»). Les pone por ejemplo la paciencia del agricultor cuando espera la cosecha y al sufrimiento de los profetas en cuanto anunciadores de la Palabra del Señor. Evangelio: Mateo 11,2-11 ¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro? Juan el Bautista es el protagonista de la escena. No se encuentra en el desierto de Judá sino en la cárcel de Maqueronte por haber acusado a Herodes Antipas de inmoralidad pública. Durante su encierro piensa en algo que le preocupa y no acaba de entender, algo que le produce una cierta desilusión. Se trata de la predicación y el comportamiento de Jesús que se presenta como salvador y sanador. Ni lo uno ni lo otro encajan con la imagen más bien judicial que él tenía del Mesías. Por eso, queriendo salir de dudas, le interpela por medio de sus discípulos. Se establece así un diálogo entre el

precursor y el Mesías (vv. 2-6). En lugar de responder directamente a la incisiva pregunta de Juan, Jesús apela a su misión entre el pueblo, es decir, a sus obras y palabras y, como en otras ocasiones, utiliza algunos textos de los profetas para fundamentar sus afirmaciones. En este caso recurre a una serie de oráculos del profeta Isaías en torno al tema de las curaciones (por orden, Is 35,4-6; 26,19; 29,17-19 y 61,1). Es de notar que los leprosos son los únicos que no aparecen en los citados textos (cf. 2Re 5,1-27, la curación del general sirio Naamán). Las obras que Jesús realiza son, en definitiva, obras de salvación. Por lo que respecta a sus palabras, éstas no son sino el evangelio de los pobres de Yahvé que Mateo resume en el «Sermón de la montaña» (cap. 5, 6 y 7). Un evangelio difícil de entender porque se opone a los parámetros triunfalistas del mundo. Por eso, el diálogo termina con una bendición dirigida a aquellos que lo aceptarán sin escandalizarse (v. 6). Recordemos que muchos esperaban otro tipo de Mesías, un héroe violento y triunfante que iba a solucionarles de manera rápida y eficaz todos los problemas temporales. En la segunda parte del texto (vv. 7-11) la iniciativa la toma Jesús, quien dirigiéndose a la multitud, hace un magnífico elogio de Juan Bautista a base de una serie de preguntas que se suceden sin pausa una tras otra. Le rinde homenaje públicamente declarándolo hombre firme, austero y con carisma de precursor. Profeta auténtico que da testimonio con la propia vida, profeta valiente que no se doblega ante los poderosos. En conclusión, el más grande entre los mortales («los nacidos de mujer»), el más grande de los que han preparado el Reino de los cielos (v. 11).

Cuarto Domingo de Adviento Primera lectura: Isaías 7,10-14 La virgen concebirá. Situado en el así llamado «Libro del Enmanuel» (cap. 7-12), nuestro texto contiene el primer «oráculo del Enmanuel», un texto de difícil interpretación que el evangelista Mateo utilizó en la versión griega para mostrar la filiación davídica y divina de Jesús. El marco histórico del oráculo es la guerra siro-efraimita (siglo VIII aC). Acaz, rey de Judá, no quiere aliarse con Israel y Siria para oponerse al invasor asirio, prefiriendo venderle su independencia. El profeta Isaías Intenta disuadirle, exhortándole a confiar solo en Dios. Es más, le invita pedir a Dios un signo de protección, pero el rey rehúsa la petición por aparentes motivos religiosos Tiempo Adviento Navidad /2016

(vv. 11-12). Frente a esta negativa, Dios mismo toma la iniciativa y le da un signo inesperado y sorprendente: el nacimiento de un niño. El oráculo menciona a la madre (en hebreo, una joven; en griego, una virgen), el nombre del niño, los alimentos que tomará y una referencia a su futuro en relación con el futuro del pueblo y de la dinastía davídica. Con él se perpetuará la dinastía de David que Acaz tan indignamente representa. El nombre-augurio del niño, Emmanuel (en hebreo, «Dios-con-nosotros») es un anuncio de salvación. Por medio de él Dios manifestará a su pueblo su presencia protectora. Segunda lectura: Romanos 1,1-7 Jesucristo, de la estirpe de David, Hijo de Dios. Este texto, que podría titularse «saludos y profesión de fe», pertenece a la sección introductoria de la Carta a los Romanos, la carta paulina más famosa y más importante debido a los temas tratados y a su repercusión en la teología cristiana. El tema fundamental toca la base de la existencia humana: ¿cuál es la posición justa que el ser humano debe adoptar ante Dios? Según Pablo, es la fe mediante la cual el ser humano cree, se entrega a Dios y confía en su Palabra. El apóstol se presenta a la comunidad cristiana de Roma con tres títulos: como siervo, como apóstol y como escogido. En otras palabras, se siente propiedad del Señor y enviado por Él. Pablo no anuncia Cristo por propia iniciativa; se siente elegido (literalmente: «puesto a parte», «separado»), reservado para la difusión del Evangelio, la buena noticia de Dios a la humanidad, es decir, Jesucristo, en quien se cumplen los anuncios y las promesas del Antiguo Testamento. Evangelio: Mateo 1,18-24 Jesús nacerá de María, desposada con José, Hijo de David. A diferencia de Lucas, el Evangelio de la Infancia de Mateo (cap. 1-2) concede un gran protagonismo a José, personaje central en todo el relato. De origen judío, no pone en duda ninguna de las insinuaciones divinas que recibe por medio de sueños y del ángel enviado por Dios. Fiel observante de la Ley, acoge al niño y a su madre, protegiéndolos en todo momento. José se convierte así en prototipo del judío fiel que ha sabido acoger a Jesús. Evangelio: Mateo 1,18-24 Jesús nacerá de María, desposada con José, Hijo de David. La introducción del Evangelio de la Infancia (1,1-17) presenta la genealogía de Jesús, es decir, su origen 76

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humano como descendiente de Abrahán e hijo de David, insinuando que su nacimiento tuvo lugar por una intervención divina: «Y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Mesías» (v. 16). La siguiente escena (1,18-24) explica cómo Jesús, nacido misteriosamente de María («había concebido del Espíritu Santo»), entra a formar parte de la dinastía davídica por medio de José que lo adopta como hijo. Con la imposición del nombre al recién nacido y al recibir a María en su casa, José reconoce legalmente a Jesús. De ahí que Mateo pueda afirmar que Jesús es descendiente de David, pues José pertenecía a la estirpe de David. El relato termina con una cita de «cumplimiento», es decir, una cita de la Escritura, en este caso Is 7,10, introducida por una fórmula que indica que las profecías del Antiguo Testamento se cumplen en los acontecimientos relativos a Jesús. Mateo se inspira en ella y la utiliza, adaptándola a su contexto y a su intención teológica. Para él, dicha profecía era una especie de prueba escriturística sobre la identidad de Jesús. Resulta evidente que el hijo de María y José no se llama Enmanuel (como el hijo de la joven), sino Jesús. Pero lo que a Mateo interesa no es tanto el nombre en sí cuanto su significado simbólico. Enmanuel significa «Dios-con-nosotros» y es precisamente este significado lo que le ayuda a recalcar la filiación divina y davídica de Jesús. Jesús, descendiente de la casa de David, será el Dios con nosotros. Además, el nombre de Enmanuel, mejor dicho, su significado, enlaza con la última palabra que Jesús Resucitado dirige a los apóstoles al final del evangelio: «Mirad que yo estoy con vosotros cada día hasta el fin del mundo» (28,20).

Navidad (misa de medianoche) Primera lectura: Isaías 9,1-3.5-6 Un hijo se nos ha dado. A los oscuros versos de Is 8,21-23, donde se describen los días oscuros que se cernirán sobre las tribus y las regiones del Norte (Zabulón, Nefatlí y Galilea) provocados por la invasión asiria, sigue un oráculo donde se anuncia la salvación (9,1-6) bajo las imágenes de luz, victoria y gozo exultante. Dicha salvación vendrá a través del nacimiento (o bien la entronización) de un rey liberador descendiente de la casa de David. «El día de Madián» en 9,3 evoca la victoria que obtuvo Gedeón gracias a la intervención prodigiosa del Señor que sembró el pánico y la confusión entre los madianitas quienes, matándose los unos a otros en la oscuridad, al final huyeron despavoridos (Jue 7,19-25). El mensaje central del episodio es evidente: la victoria

es completamente obra del Señor. El niño que ha de venir (el mismo Emmanuel de Is 7,14) recibe cuatro nombras simbólicos que ponen de manifiesto la acción de Dios en su persona («Maravilla de consejero», «Dios guerrero», «Padre perpetuo», «Príncipe de la paz») a la vez que aluden a la restauración en Israel de la dinastía davídica, una restauración que tendrá su centro en la fuerza de la paz. La última frase del oráculo («el celo del Señor lo realizará»), hace referencia al amor apasionado del Señor por su pueblo y al cambio de destino qua traerá consigo el nacimiento (o bien la entronización) del nuevo rey. Su objetivo es confirmar una vez más que la salvación viene del Señor y no de la casa real. Segunda lectura: Tito 2,11-14 Ha aparecido la gracia de Dios para todos los hombres. Este fragmento constituye el corazón de la carta que Pablo dirige a Tito, su discípulo y compañero de misión que tanto le ayudó a reconciliarse con la comunidad de Corinto durante su tercer viaje misionero, cuando se encontraba en la ciudad de Éfeso. Tito fue la persona clave para resolver el conflicto. En esos cuatro versículos, Pablo presenta la encarnación de Jesucristo como fundamento de la vida cristiana. Su ejemplo enseña a superar los deseos mundanos para vivir según el evangelio, es decir con sobriedad, honradez y religiosidad. Evangelio: Lucas 2,1-14 Hoy os ha nacido un Salvador. El relato lucano es una contemplación del nacimiento de Jesús que ilustra la sensibilidad histórica, el arte narrativo y la profunda cristología del evangelista. Dividido en tres partes bien delimitadas: el nacimiento de Jesús (vv. 1-7), la anunciación del ángel a los pastores (vv. 8-14) y la visita de los pastores a Belén y su regreso (vv. 15-20), termina con un versículo de carácter redaccional (v. 21). Sorprende que una parte considerable del texto esté dedicada a los pastores, sobre todo si lo comparamos con el evangelio de la infancia de Mateo donde no hay pastores sino unos magos de oriente. Nuestro fragmento recoge solamente las dos primeras partes del relato. La primera, o sea el nacimiento de Jesús, presenta un horizonte amplísimo. Hace referencia a un decreto de César Augusto que ordena hacer el censo de todo el imperio romano. Del imperio se llega a Siria, donde gobernaba Quirino (cf. en Hch 5,37 la reacción zelota contra su

administración), después se pasa a Galilea, luego a Judá y, por último, la atención se concentra en la ciudad de David llamada Belén (en hebreo, «la ciudad del pan»). Allí encontramos a María, esposa de José, encinta que, llegado el momento del parto, dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre. Algo del todo natural y a la vez extraordinario. La concentración ha alcanzado su clímax. Al augusto emperador con sus ambiciones de poder universal, se contrapone la máxima pobreza del nacimiento de Jesús que Lucas ha inmortalizado con el «pesebre». A partir del v. 8, empieza la segunda parte del relato y el horizonte se ensancha de nuevo por medio de la intervención de un ángel del Señor que anuncia a los pastores una gran alegría para todo el mundo. Justamente los pastores de Judá, la categoría social más humillada, tienen el privilegio de ser los primeros en recibir el anuncio gozoso: «Os ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor» (v. 11). De las tres afirmaciones sobre el niño que acaba de nacer, Lucas privilegia la primera: Salvador (en griego, soter), que es trasposición helenista del nombre «Jesús» (cf. Mt 1,21: «y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados»). El pensamiento lucano gira alrededor de esta afirmación: Jesús es el único Salvador. El cántico de los ángeles (vv. 13-14) proclama que la salvación de Jesús encierra dos valores inseparables: la paz de los hombres y la gloria de Dios. Cielo y tierra se funden en un armonioso abrazo. Dios y la humanidad unidos para siempre.

Navidad (misa del día) Primera lectura: Isaías 52,7-10 Los confines de la tierra verán la victoria de nuestro Dios. La primera lectura está sacada del «Libro de la Consolación» (Is 40-55), obra del Deutero o Segundo Isaías, profeta anónimo del exilio. Nuestro fragmento es un himno o una invitación al canto que funciona como conclusión de Is 51,9-52,12, una unidad poética compuesta de tres oráculos de salvación: 51,916 («¡Despierta, Señor!»), 51,17-23 («¡Despierta, Jerusalén!») y 52,1-6 («¡Despierta, Sión!»). El contenido es una síntesis del mensaje del profeta que culmina en el siguiente anuncio de salvación: la salida inminente de los exiliados de Babilonia. Is 52,7-10 es un canto de júbilo porque el Señor reina, regresa a Sión y rescata a Jerusalén, sumida en la miseria, devastada por los desastres de la guerra. Esta es la gran Tiempo Adviento Navidad /2016

buena nueva (evangelio) que anuncia el mensajero de la paz. El texto, de una gran belleza poética y literaria, transmite y contagia alegría exultante. Todos corren, se mueven, se agitan, alzan sus voces porque viene el Señor a liberar a su pueblo. El mensajero veloz anuncia la paz y los centinelas junto con las ruinas de Jerusalén cantan a coro una misma melodía. La consolación del Señor llega y la vida renace para todos. La victoria de «nuestro Dios» se hace manifiesta y la contemplan todas las naciones (v. 10). El canto termina con los vv. 11-12 (el leccionario los omite) donde resuena el motivo del nuevo éxodo. Si en el pasado los israelitas salieron de Egipto y atravesaron el desierto para llegar a la tierra prometida, ahora los exiliados salen de Babilonia e inician un largo viaje de regreso a la patria. La historia se repite. Segunda lectura: Hebreos 1,1-6 l Dios nos ha hablado por su Hijo. La carta a los Hebreos desconcierta porque no se presenta como una carta. Le faltan las fórmulas iniciales habituales como el remitente, los destinatarios, los saludos. Parece más bien una larga homilía o un discurso exhortativo con una conclusión litúrgica. De hecho, el fragmento que hoy leemos, el prólogo (Heb 1,1-6), confirma lo dicho. Amplio y solemne, el prólogo atestigua que este escrito no pertenece al género epistolar sino al parenético o exhortativo. Se podría definir como una «palabra de exhortación» (Heb 13,22) probablemente dirigida a los cristianos provenientes del judaísmo afligidos por una grave crisis comunitaria. Después de mencionar la revelación del Antiguo Testamento, el autor presenta al único protagonista del Nuevo Testamento, el Hijo de Dios. Él es la palabra del Padre que está al origen de todo cuanto existe e interviene de forma privilegiada en la salvación del mundo a través de una mediación de carácter sacerdotal. Evangelio: Juan 1,1-18 La Palabra se hizo carne, y acampó entre nosotros. El cuarto evangelio comienza con un himno sobre el Verbo/la Palabra (en griego, logos) al que nos solemos referir como «el prólogo» (Jn 1,1-18). El Prólogo es un himno cristológico independiente que fue incorporado al evangelio. Esto resulta evidente si prestamos atención a su vocabulario. Palabras clave de este himno, como logos (palabra), kharis (gracia) y pleros (plenitud), no 78

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vuelven a aparecer en ningún otro pasaje del evangelio. Lo mismo vale para la idea del v. 14: la Palabra que establece su tienda en medio de nosotros. Con todo, el Prólogo es la clave de lectura que ilumina el resto del evangelio y nos permite captar su significado más profundo. Este himno es un caso singular, y esto por dos motivos: primero, porque su autor utiliza el concepto de logos para identificar a Jesús con Dios; segundo, porque este logos presenta muchas afinidades con la sophia de algunos textos del Antiguo Testamento, en especial Proverbios 8 y Eclesiástico 24. En síntesis, el Prólogo es un poema doctrinal sobre la venida al mundo de Jesucristo, Hijo de Dios y revelación del Padre. Puede dividirse en cuatro partes. En la primera (Jn 1,1-3) destaca el aspecto cosmológico: siendo Hijo y Palabra de Dios, Cristo es para la humanidad resplandor visible y comunicación de la Verdad que se identifica con Dios. Utilizando una alegoría bíblica, Cristo es la Luz de la humanidad. La segunda parte (Jn 1,6-8) es en realidad un paréntesis en la composición, pues está dedicada a la figura de Juan el Bautista presentado como «testigo de la Luz». En la tercera parte (Jn 1,9-13) el autor narra la venida de la Luz al mundo y la acogida o rechazo que recibe por parte de los humanos. La cuarta y última parte (Jn 1,14-18) versa sobre la economía de la salvación. El v. 14 constituye el clímax de la entera composición: «Y la Palabra se hizo carne, y acampó entre nosotros...». Significa que la Palabra no solamente entra en el mundo sino que entra a formar parte de la raza humana. En otras palabras, la encarnación del Verbo.

Santa María, Madre de Dios Primera lectura: Números 6,22-27 Invocarán mi nombre sobre los israelitas y yo los bendeciré. Después del cap. 6 dedicado a la institución del nazireato, el autor del libro de los Números nos ofrece un texto poético de gran calidad artística que recoge una antigua fórmula de bendición. Centrada en la invocación del nombre del Señor, los sacerdotes la pronunciaban sobre la asamblea litúrgica de Israel (todavía hoy esta bendición es llamada «sacerdotal» en la liturgia sinagogal). Entre los muchos bienes que la bendición comunica destaca el don de la paz (shalom, en hebreo), entendida no como un bien pasajero o parcial sino como un bien global y posiblemente definitivo. La paz incluye el bienestar, la tranquilidad, la armonía en todas sus dimensiones y relaciones vitales. En otras palabras, la paz como síntesis de la felicidad.

Segunda lectura: Gálatas 4,4-7 Dios envió a su hijo, nacido de una mujer. La carta a los Gálatas (cristianos de la región de Galicia situada al centro de Asia Menor) es la respuesta de Pablo a las doctrinas difundidas por algunos predicadores judeo-cristianos (los llamados «judaizantes») que, aunque deseaban seguir a Cristo, estaban convencidos de la necesidad de vivir según la ley de Moisés para alcanzar la salvación: según ellos, la fe en Cristo no era suficiente para salvarse. En este fragmento Pablo trata el misterio fundamental del cristianismo, es decir la encarnación del Hijo de Dios. Es el primer texto del Nuevo testamento y el único entre los escritos paulinos que alude a la madre de Cristo. Nacer de una mujer significa nacer en la misma condición de todos los seres humanos. María es la prueba concreta de que Jesús se ha hecho igual a todos nosotros. De este modo, el Hijo de Dios se ha incorporado auténticamente a la familia humana para liberar a los que eran esclavos de la Ley y convertirlos en hijos suyos. También es el primer texto del Nuevo Testamento (cf. Rom 8,15 y Mc 14,36), donde el Padre es llamado cariñosamente Abba, es decir papá, una expresión familiar que los judíos no utilizaban para dirigirse a Dios, pero que Jesús adoptó libremente para relacionarse con su Padre. Evangelio: Lucas 2,16-21 María meditaba todas estas cosas en su corazón. Al cumplirse los ocho días, le pusieron por nombre Jesús. Esta página evangélica se compone de dos escenas: la visita de los pastores (vv. 16-20) y la imposición del nombre a «Jesús» (v. 21). En la primera, Lucas destaca la personalidad de María que «conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón» (v. 19). La misma frase la repetirá con una pequeña variante al final del episodio narrado en 2,41-52 (Jesús entre los doctores del templo). En ambos casos, Lucas utiliza el verbo griego symballó en sentido técnico (interpretar, hacer exégesis, dar la interpretación adecuada) para ilustrar la actividad interpretativa de María. En nuestro texto María es intérprete de los acontecimientos relacionados con el nacimiento de Jesús porque ha sido testigo privilegiado de las circunstancias entorno al misterio de la encarnación. Conservando todas estas experiencias en su corazón, María continúa la tradición de los sabios de Israel que acudían a la

historia pasada para interpretar el momento presente. Es precisamente de esta confrontación entre pasado y presente que emerge el auténtico significado de los acontecimientos. Sin haberlas estudiado, María recuerda y profundiza en las Escrituras, las interpreta y actualiza constantemente intentando descubrir, no sin sufrimiento, el enigma permanente de su hijo Jesús. El evangelio de Lucas nos presenta a María como una mujer que ha experimentado y vivido intensamente su proceso interior de crecimiento, dejándose involucrar totalmente en el proyecto de Dios y experimentando la prueba hasta el final. Su experiencia es religiosa y también lo es su sabiduría profundamente enraizada en la tradición sapiencial de Israel, el pueblo de la memoria. En la segunda escena, el evangelista recuerda brevemente el rito de la imposición del nombre a Jesús, un rito que junto con la circuncisión se celebraba en todas las familias judías a los ocho días del nacimiento del niño. Así, el recién nacido entra a formar parte de la alianza y se convierte en un hijo de Abrahán. El nombre «Jesús» (en hebreo, «Dios salva») define la vocación, destino y misión del Hijo de Dios. Su nombre, signo de esperanza y bendición, entra a formar parte de nuestra historia, expresión viva de la presencia de Dios en el mundo.

Epifanía del Señor Primera lectura: Isaías 60,1-6 La Gloria del Señor amanece sobre ti. Nuestro texto pertenece a la tercera parte del libro de Isaías (cap. 56-66), obra de un profeta anónimo, al que se le designa con el nombre de Tritohielas, que desempeñó su ministerio durante el post-exilio, posiblemente bajo el dominio persa. El ambiente histórico que estos textos presuponen no es el de la deportación de Babilonia sino el de una comunidad en Judá que intenta, con grandes dificultades, reconstruir su historia bajo la guía religiosa de su Dios. Los cap. 60-62, situados en el centro de la colección, comprenden tres oráculos de salvación (60,1-22; 61,411; 62,1-12) con la auto-presentación de un mensajero del Señor enviado a anunciar la salvación para Sión (01,1-3). En todos estos oráculos reina una atmósfera de luz y alegría que recuerda varios textos del DeuteroIsaías. En 60,1-6 el oráculo celebra, bajo el símbolo de la luz, el triunfo de la nueva Jerusalén que aguarda su restauración completa. Hacia ella caminan en Tiempo Adviento Navidad /2016

peregrinación todos los pueblos trayendo sus riquezas (cf. Is 2,1-5). El profeta ve una caravana que avanza hacia la ciudad santa en dos grupos: uno formado por los israelitas que regresan del exilio (v. 4) y otro formado por las naciones extranjeras atraídas por la luz y la gloria de1 Dios que iluminan el monte Sión. Una visión, pues, de universalismo y de unidad en torno a Jerusalén que abre las puertas a la esperanza. Segunda lectura: Efesios 3,2-3a.5-6 Ahora ha sido revelado que también los gentiles son coherederos. Pablo proclama la unidad universal en Cristo. Todos los pueblos son llamados a compartir la misma herencia en igualdad de condiciones, sin distinciones ni discriminaciones, pues todos, siendo hijos de Dios, son hermanos. Todos están llamados a formar parte del cuerpo de Cristo, que es la Iglesia, y todos participan de la promesa hecha por Dios a Abrahán. Insistencia del apóstol en la fraternidad universal manifiesta la importancia de esta verdad fundamental para el cristianismo. Evangelio: Mateo 2,1-12 Venimos de Oriente para adorar al Rey. En la visita de los magos, la tercera escena del Evangelio de la Infancia (2,1-12), Mateo completa la información expuesta en las dos escenas anteriores: la genealogía de Jesús (1,1-17) y el relato de su nacimiento (1,18-25). En el primer versículo sitúa el nacimiento de Jesús en el tiempo y en el espacio (nótese la concentración de nombres propios). Herodes el Grande, de origen idumeo, reinó en Palestina del 37 al 4 aC. A él se deben la nueva construcción del templo y la organización de casi todas las ciudades del reino. Arquetipo del perseguidor, tirano sin control, Herodes escucha aterrorizado el anuncio de un Mesías que viene a limitarle el poder. Cuenta con el apoyo de los dirigentes religiosos e intelectuales del judaísmo y de «toda Jerusalén», quienes comparten sus mismos sentimientos de turbación (vv. 3-4). Los magos eran una casta de sabios que se dedicaba a la interpretación de sueños, a la magia y astrología. La tradición cristiana los ha identificado con tres soberanos orientales, como tres fueron sus dones al niño Jesús. En la óptica de Mateo, los magos representan a todos los pueblos de la tierra que, a la luz de la estrella, encuentran a Cristo y abrazan su Evangelio. Inspirándose en Is 60,6.11, Mateo describe sus dones: el oro es símbolo de la realeza de Cristo, el incienso de su divinidad y la mirra de sus sufrimientos. Dos detalles son dignos de mención: en primer lugar, Mateo cita la profecía de Miqueas sin la fórmula introductoria típica de las citas 80

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de reflexión o cumplimiento («Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el profeta») y en segundo lugar, la cita no es un comentario del evangelista sino que aparece en boca de los sumos sacerdotes y escribas de la ley. Quizás ésta es la razón que le ha llevado a eliminar la fórmula de introducción: los sumos sacerdotes y escribas conocen las escrituras pero no quieren creer. En consecuencia, no habría sido adecuado que ellos pronunciaran una fórmula de cumplimiento. Mateo cita el texto de Miqueas con gran libertad. Aparte de dos omisiones (Efratá e Israel) y de la adición del último estico, tomado de 2Sam 5,2 y 1Cr 11,2, el hecho más destacable es que Mateo niega categóricamente por medio del adverbio oudamós («de ninguna manera», «ni mucho menos»), la insignificancia de Belén. Es probable que el evangelista quiera compensar la pequeñez geográfica de Belén con la grandeza teológica de su destino como cuna del Mesías. De este modo, insiste de nuevo en el origen davídico de Jesús: el jefe que ha de venir, el pastor de Israel (cf. 9,36 y Jn 10,1-18) será de Belén.

EL MAESTRO DE CEREMONIAS

(MAESTRO DE CELEBRACIONES LITÚRGICAS)

e conoce por ese nombre a la persona (ministro ordenado o laico) que ejerce la función de organizar el desarrollo de las celebraciones litúrgicas. La labor del Maestro de Ceremonias ha sido siempre de gran importancia en las celebraciones especiales, sobre todo aquellas que requieren más preparación porque son celebraciones que no se realizan de ordinario, como es el caso por ejemplo del sacramento del Orden, la Dedicación de una iglesia, toma de posesión de un nuevo obispo, la inauguración del ministerio de un nuevo párroco, entre otras. En la liturgia celebrada por el obispo su ministerio está regulado en el Ceremonial de los Obispos. Así se dice expresamente: “para que la celebración, especialmente la que preside el Obispo, resplandezca por su decoro, simplicidad y orden, es necesario un maestro de ceremonias que la prepare y dirija en estrecha cooperación con el Obispo y los demás que tienen el oficio de organizar sus partes, sobre todo bajo el aspecto pastoral”. Tiempo Adviento Navidad /2016

El maestro de ceremonias debe ser verdaderamente perito en sagrada liturgia, su historia y su índole, sus leyes y preceptos. Pero, además, debe ser versado en pastoral, para que sepa cómo se han de ordenar las sagradas celebraciones, a fin de fomentar tanto la participación activa del pueblo, como para promover su belleza. El maestro de ceremonias debe procurar que se observen las leyes de las sagradas celebraciones, según su espíritu verdadero y las legítimas tradiciones de la Iglesia particular, que sean de utilidad pastoral. (CE n. 34) El maestro de ceremonias debe coordinar oportunamente a los cantores, acólitos, lectores, ministros y celebrantes en aquellas cosas que deben hacer y decir y en qué momento deben hacerlo.

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La Institución General del Misal Romano dice lo siguiente: “Conviene que, al

menos en las Iglesias catedrales y otras de gran importancia, haya algún ministro competente o maestro de las celebraciones litúrgicas designado para la preparación adecuada de las acciones sagradas, y para que los ministros sagrados y los fieles laicos las ejecuten con decoro, orden y devoción”. 106

Es interesante señalar como la tercera edición del Misal Romano, ya no llama Ceremoniero o maestro de ceremonias a esta persona encargada de organizar el desarrollo de las celebraciones litúrgicas, sino que lo llama maestro de CELEBRACIONES LITÚRGICAS, ya que su función no se centra solamente en los aspectos externos de la liturgia. Porque toda liturgia cristiana es manifestación y expresión del misterio de Cristo y de su Iglesia. El maestro de celebraciones litúrgicas facilita mediante su coordinación para que la celebración litúrgica sea una verdadera celebración del MISTERIO DE CRISTO. Pues ninguna regla, rubrica o ley puede estar por encima de este Misterio. Lo que le da sentido a la celebración y para que esta no resulte meramente ritualista y vacía, es que no se pierda de vista que lo que se está celebrando es el ACONTECIMIENTO DE CRISTO. Es por ello que el maestro de celebraciones litúrgicas, en el momento de preparar cualquier acción litúrgica, tiene que recordar a todos los participantes, desde ministros ordenados hasta laicos, que lo que se va a celebrar es la presencia viva de Cristo en medio de los suyos.

Este número (INGMR 106) también señala la necesidad de este servicio, sobre todo en la iglesia catedral y otros lugares importantes como pudieran ser nuestros templos parroquiales. Por ello es deseo de nuestro Arzobispo que nuestras parroquias exista un maestro de celebraciones litúrgicas Importante en un maestro de celebraciones litúrgicas es la máxima discreción; no ocupa el lugar de los diáconos ni de los asistentes al lado del celebrante. Debe actuar con piedad, con paciencia y con diligencia. Un buen maestro de celebraciones litúrgicas asegura el buen desarrollo de la acción litúrgica sin sobresaltos y da seguridad a todos los ministros que están en el presbiterio al saber que serán avisados en el momento preciso para realizar su función. En el ejercicio de sus funciones, el maestro de celebraciones se reviste con alba, o sotana y sobrepelliz. Si es diácono, dentro de la celebración puede revestir la dalmática y las demás vestiduras de su orden.

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¿Cuándo entra funciones un maestro de celebraciones litúrgicas?:

En primer lugar hay que recordar que no todas las celebraciones tienen el mismo grado de importancia. Por ello la misma Iglesia nos recuerda en las Normas Universales sobre el Año Litúrgico y sobre el Calendario, la importancia de algunas celebraciones, por ejemplo:

Para un mejor desempeño de su función el maestro de celebraciones litúrgicas tendrá que tener siempre en cuenta lo establecido en el CEREMONIAL DE LOS OBISPOS, LA INSTITUCIÓN GENERAL DEL MISAL ROMANO, y las indicaciones dadas por cada uno de los Rituales de los Sacramentos.

El Triduo Pascual (18-21); El tiempo Pascual (22.26); y el Tiempo de Navidad (32-38) celebraciones que requieren mayor preparación. Así como también la del titular de la Iglesia y otras celebraciones de tipo diocesanas y parroquiales, las cuales requieren un mejor cuidado en su preparación y desarrollo y la presencia de una persona que este al cuidado de ello.

A solicitud del Sr. Obispo Ruy Rendón en fechas próximas se dará formación formal para que en cada parroquia exista un laico maestro de celebraciones litúrgicas, esperen la convocatoria.

Pbro. Pedro Moreno Valenzuela

Maestro de Celebraciones Litúrgicas Diocesanas. 84

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LA VIVENCIA DE LA PIEDAD POPULAR Y LAS DEVOCIONES EN LA COMUNIDAD

l mensaje de la iglesia no está reservado para un pequeño grupo de elegidos, sino que está destinado a todo bautizado, así como para todo hombre y mujer de buena voluntad. En las Diócesis de nuestro México contamos con diversas devociones y prácticas de piedad popular, todas ellas son riqueza para la Iglesia. Sin embargo, es necesario distinguir y conocer la diferencia. Por tanto, este texto pretende de una manera sencilla resaltar la riqueza y valor que debe tener para nuestros agentes de pastoral, los cuales puedan aprovechar estas dos riquezas de la liturgia. Piedad Popular La Piedad Popular ha tenido presencia desde el inicio de la vida de la Iglesia, el DPPL comenta “la primitiva generación cristiana se pueden ya individuar los signos de una piedad personal, proveniente en primer lugar de la tradición judaica, como el seguir las recomendaciones y el ejemplo de Jesús y de San Pablo sobre la oración incesante (cf. Lc 18, 1; Rm 12, 12; 1 Tes 5, 17), recibiendo o iniciando cada cosa con una acción de gracias (cf. 1 Cor 10, 31; 1 Tes 2, 13; Col 3, 17). Los Evangelios y los otros escritos del Nuevo Testamento contienen invocaciones dirigidas a Jesús, repetidas por los fieles casi como jaculatorias, fuera del contexto litúrgico y como signo de devoción cristológica”.

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De esta manera, el Directorio designa a la PP como “las diversas manifestaciones cultuales, de carácter privado o comunitario, que en el ámbito de la fe cristiana se expresan principalmente, no con los modos de la sagrada Liturgia, sino con las formas peculiares derivadas del genio de un pueblo o de una etnia y de su cultura”. La piedad popular, considerada justamente como un “verdadero tesoro del pueblo de Dios”, “manifiesta una sed de Dios que sólo los sencillos y los pobres pueden conocer; vuelve capaces de generosidad y de sacrificio hasta el heroísmo, cuando se trata de manifestar la fe; comporta un sentimiento vivo de los atributos profundos de Dios: la paternidad, la providencia, la presencia amorosa y constante; genera actitudes interiores, raramente observadas en otros lugares, en el mismo grado: paciencia, sentido de la cruz en la vida cotidiana, desprendimiento, apretura a los demás, y devoción” (9). En nuestros pueblos Latinoamericanos es la forma sencilla y respetuosa de cómo el pueblo de Dios manifiesta la vivencia de su fe. La PP marca la identidad de nuestras comunidades y simboliza muchos de los misterios de la fe contenidos más abstractamente en los directorios, exhortaciones y documentos del Magisterio de la Iglesia. La Piedad, quiere mostrar el Evangelio encarnado en la cultura de cada etnia, pueblo o nación. Sin embargo, está presente en todos los sectores de la vida religiosa de la Iglesia. Esta sabiduría popular, busca comunicar su unión con la divinidad de su Creador, inculturizando la Buena 86

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Estoy convencido que es la PP que logra acortar la brecha social entre ricos y pobres, un ejemplo palpable es Nuestra Señora de Guadalupe. Se convierte pues, en el clamor del todo aquel que desee acercarse a Dios de una manera sencilla, desde el indígena al empresario, del sacerdote al Obispo. Su punto de referencia es el misterio de Cristo Salvador; su objetivo es la gloria de Dios y la salvación de los hombres; su ocasión histórica es el “feliz encuentro entre la obra de evangelización y la cultura” (DPPL 61). Por tanto, la PP no se entiende fuera del ambiente de comunión eclesial, no es individualista o elitista, es parte fundamental de una fe vivida en comunidad. De esta manera se evitará caer en algunas excentricidades o fanatismos que nada ayudan a la Iglesia. El Directorio es claro al expresar que “El lenguaje verbal y gestual de la piedad popular, aunque conserve la simplicidad y la espontaneidad de expresión, debe siempre ser cuidado, de modo que permita manifestar, en todo caso, junto a la verdad de la fe, la grandeza de los misterios cristianos” (DPPL 14).

Es pues responsabilidad de los pastores custodiar, acompañar y acrecentar en sus comunidades este valor. Muchos de los excesos que ocurren es por la falta de conocimiento de la Liturgia, la cual nos invita a que sea una participación consiente, activa y fructuosa. En el Documento de Aparecida (258-265), dedica un apartado a la Piedad Popular. El Papa emérito Benedicto XVI destaca “la rica y profunda religiosidad popular, en la cual aparece el alma de los pueblos latinoamericanos”, y la presentó como “el precioso tesoro de la Iglesia católica en América latina”. La define como una tarea especial de los pastores, pues en ella se manifiesta la Iglesia peregrina de nuestro continente. “La religión del pueblo latinoamericano es expresión de la fe católica. Es un catolicismo popular, profundamente inculturado, que contiene la dimensión más valiosa de

la cultura latinoamericana. Seguidamente, el documento enumera algunas de estas expresiones, a saber, fiestas patronales, las novenas, los rosarios y vía crucis, las procesiones, las danzas y los cánticos del folclore religioso, el cariño a los santos y a los ángeles, las promesas, las oraciones en familia. Destacando las peregrinaciones, donde se puede reconocer al Pueblo de Dios en camino. Concluyendo, la PP es el gran tesoro del pueblo de Dios, pues manifiesta la sed de Dios, la fe, la sensibilidad sobre lo divino y una expresión de vivir la religiosidad de una comunidad. Esta debe ser acompañada, formada y fomentada por los pastores de la Iglesia, dando el justo valor a lo regional, pero sin perder lo doctrinal.

textos de oración y de canto; observancias de tiempos y visitas a lugares particulares, insignias, medallas, hábitos y costumbres), que, animados de una actitud interior de fe, manifiestan un aspecto particular de la relación del fiel con las Divinas Personas, o con la Virgen María en sus privilegios de gracia y en los títulos que lo expresan, o con los Santos, considerados en su configuración con Cristo o en su misión desarrollada en la vida de la Iglesia”(DPP8).

Las Devociones Se define a las devociones como “las diversas prácticas exteriores (por ejemplo: Tiempo Adviento Navidad /2016

En la actualidad la Iglesia cuenta con diversas devociones que ayudan a acrecentar la fe del pueblo de Dios, especialmente centradas en la Santísima Virgen María y algunos Santos. Estas manifestaciones deben estar profundamente unidas a la vida de Iglesia-comunidad, ya que están vulnerables a caer en superstición o fanatismo. Al igual que la Piedad Popular, es importante mantener los vínculos de unidad con el caminar de la Iglesia. Cada diócesis cuenta con un plan de pastoral que ayuda en la organización de las diferentes comisiones y dimensiones que animan la vida de la Iglesia. Por ende, las devociones deben estar respondiendo a las necesidades de su realidad; no deberían estar al margen de las iniciativas, proyectos y retos que plantea la Iglesia particular.

impone un proveimiento subsidiario”(21). Tanto la Piedad Popular como las Devociones se ayudan mutuamente para enriquecerse la vida de fe en la Iglesia, utilizando las formas nuevas que hoy se requieren para ambos campos. En la Liturgia encontraran el culmen de su ser, en la vida de comunidad su quehacer.

Por su parte, el Documento de Aparecida señala: “Cuando afirmamos que hay que evangelizarla o purificarla, no queremos decir que esté privada de riqueza evangélica. Simplemente, deseamos que todos los miembros del pueblo fiel, reconociendo el testimonio de María y también de los santos, traten de imitarles cada día más. Así procuraran un contacto más directo con la Biblia y una mayor participación en los sacramentos, llegarán a disfrutar de la celebración dominical de la Eucaristía, y vivirán mejor todavía el servicio del amor solidario. Por este camino, se podrá aprovechar todavía más el rico potencial de santidad y de justicia social que encierra la mística popular” (262). Por lo tanto, cada fiel - clérigos y laicos - así como grupos particulares evitarán proponer públicamente textos de oraciones, fórmulas e iniciativas subjetivamente válidas, sin el consentimiento del Ordinario. Según las normas de la Constitución Pastor Bonus, n. 70, es tarea de esta Congregación ayudar a los Obispos en materia de oración y prácticas de piedad del pueblo cristiano, así como dar disposiciones al respecto, en los casos que van más allá de los confines de una Iglesia particular y cuando se 88

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Pbro. Luis Armando González Torres Dimensión de piedad popular y santuarios

SERVICIOS DE LA COMISIÓN

La Comisión Diocesana para la Pastoral Litúrgica integrada por sus 6 dimensiones, apoya a decanatos y parroquias, así como a los organismos diocesanos que se lo solicitan. Este servicio se brinda mediante:

FORMACIÓN: Cursos para los diferentes ministerios litúrgicos, tales como proclamadores, ministros de la sagrada Comunión, equipos de acogida, acólitos, maestro de celebraciones litúrgicas, sacristanes, coros, salmistas. ANIMACIÓN: Motiva la integración y comunión de equipos de liturgia parroquiales, que deben comprender los diferentes ministerios. Tiempo Adviento Navidad /2016

ORIENTACIONES: En materia de devociones y piedad popular para evitar desviaciones y fomentar la sana vivencia de la fe. Asesoría en remodelaciones de iglesias, celebraciones específicas, para el trabajo en conjunto entre parroquias del decanato referente a la formación de sus agentes.

MATERIALES: Manuales para proclamadores, manuales para ministros de la Comunión, subsidios litúrgicos y devocionales para celebraciones específicas, revista para tiempos litúrgicos.

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Nuestros

Coro Parroquiales

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