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Diabetes y osteoporosis, una combinación indeseable
DR. ODED STEMPA
NO SORPRENDE LEER O ESCUCHAR que la diabetes mellitus es una enfermedad crónica, muy frecuente, y que se relaciona estrechamente a complicaciones que reducen la expectativa de vida de quien la padece; como padecimientos del corazón, daño renal, complicaciones oculares (con o sin ceguera), y amputaciones de extremidades. Hoy, los pacientes con diabetes deben emprender un camino de cuidados, de la mano de sus médicos y otros especialistas, para procurar mantenerla en buen control y retrasar lo más que se pueda la aparición de complicaciones.
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Por otra parte, la osteoporosis es otro padecimiento crónico que resulta ser mucho más frecuente de lo que se cree. En ocasiones, ni siquiera es considerada una enfermedad sino una condición “normal para la edad”. Esto es un error. La osteoporosis es un padecimiento que compromete la fortaleza del hueso, aumentando
de forma importante el riesgo de padecer fracturas, conocidas como fracturas por fragilidad. Cuando un paciente presenta una fractura por fragilidad, inicia un proceso muy complicado en lo que respecta a su recuperación física, emocional y hasta económica. Lo que resulta, o debería resultar, en un interés muy puntual por parte de médicos de diversas especialidades, es el conjunto de vínculos que existen entre estas dos enfermedades. En términos muy concisos, la diabetes incrementa el riesgo de osteoporosis y, por lo tanto, de fracturas por fragilidad más allá de lo que la osteoporosis sola confiere; particularmente en individuos mayores de 65 años de edad. La prevalencia de osteoporosis se incrementa tanto en paciente con diabetes tipo 2 (la más común, especialmente en adultos) como con diabetes tipo 1 (dependientes de insulina, de inicio en la niñez o adolescencia).
Son varios los mecanismos que han sido descritos para esta correlación entre enfermedades. Uno de ellos tiene que ver con la naturaleza “inflamatoria” en todos los órganos y sistemas que tiene la diabetes. Así, el hueso es un órgano que sufre las consecuencias de esa inflamación, alterando su ciclo de remodelado y resultando en la pérdida de su fortaleza. Las herramientas que comúnmente se utilizan para acompañar el diagnóstico y seguimiento de los pacientes con osteoporosis, como la densitometría ósea y la escala de riesgo de FRAX, han demostrado subestimar el verdadero riesgo de fractura en pacientes con diabetes. En otras palabras, un individuo con diabetes mellitus (especialmente tipo 2) podría tener una densidad mineral ósea normal o incluso discretamente elevada, poniendo de manifiesto una realidad en la micro-arquitectura del hueso, que da al paciente un riesgo real de fractura mucho mayor al que los estudios hacen referencia. Valdría decir que en casos como estos, los estudios arrojan resultados “falsamente” buenos.
Adicional a los mecanismos vinculantes, inherentes a ambas enfermedades, hay que agregar que existen pacientes con diabetes que presentan diferentes condiciones, como alteraciones en la visión y en la sensibilidad de los pies, riesgo de hipoglucemia (baja excesiva de la glucosa en sangre) por algunos tratamientos, y disfunciones motoras, acompañadas de baja masa muscular (condición conocida como sarcopenia), que incrementan sensiblemente el riesgo de caídas y, con ello, el riesgo de fracturas. Los médicos a cargo de pacientes con diabetes, deben tomar siempre en consideración que estas personas tienen un riesgo mayor de padecer osteoporosis y fracturas por fragilidad, comparado con quienes no tienen diabetes. Esto les deberá permitir estimar los riesgos de fractura de manera más oportuna, y tomar las acciones correspondientes a cada persona de forma individual para mitigar los efectos de dichos riesgos.
Cabe mencionar que no se han reportado diferencias en los efectos benéficos de los diferentes fármacos para el tratamiento de la osteoporosis en pacientes con diabetes, comparándolos con personas sin diabetes. Es decir, han mostrado ser igualmente eficaces. En síntesis, la diabetes es una enfermedad que incrementa el riesgo de padecer osteoporosis y fracturas por fragilidad. La coexistencia de ambos padecimientos impacta negativamente la calidad de vida, en los ámbitos físico, emocional y económico. Las herramientas auxiliares de diagnóstico, como la densitometría ósea, en pacientes con diabetes, subestiman claramente el riesgo de fractura. El alto índice de sospecha y las acciones preventivas puntuales, serán de crucial importancia para que, a los pacientes con ambas condiciones, les vaya mejor.
El autor es Jefe de la División de Endocrinología del Centro Médico ABC.