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NUESTRO CAMINO RECORRIDO
En estos últimos 10 años, gracias al buen hacer del Padre Pepe Moratalla, se ha venido instaurando e institucionalizando un sistema educativo caracterizado por el desarrollo del humanismo, tan necesario en una sociedad actual tan tecnificada y deshumanizada. Nuestro mundo, lleno de tecnología que despersonaliza y deshumaniza las relaciones sociales, viene necesitando con urgencia una revisión de la forma de educar y formar a nuestro profesorado, alumnos y alumnas; puesto que solamente así se podrá formar personas que se desempeñen profesionalmente sin perder humanidad e idiosincrasia salvadoreña. Este mundo soñado por el Padre Pepe y el equipo que compone la Fundación EDYTRA, el ITOE y el Polígono Industrial Don Bosco, ha podido ir viendo la luz gracias a la buena voluntad de distintas agencias internacionales acreditadas en nuestro país, tales como el Banco Mundial a través del Gobierno de Japón, la Unión Europea (UE), la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) a través del MINED, Cooperación Española… Los primeros pasos se dieron durante el año 2010. Tímidos inicios con sencillas actividades de descubrimiento musical con instrumentos como la guitarra clásica, el piano y el clarinete. Los alumnos y alumnas del ITOE recibían, aquellos que lo solicitaban, clases de estos instrumentos, pero una vez que finalizaba su horario escolar; lo que implicaba mucho esfuerzo y buena voluntad por su parte. Estos breves momentos de contacto musical, durante los que también se les iba acercando al canto y al Lenguaje Musical, sirvieron para crear mayores vínculos entre cada uno de ellos. Así, la actividad artística musical se convertía en espacio y momento de diversión compartida, de estrechamiento de lazos afectivos y, sumado a todo ello, el ambiente y el tiempo de aprendizaje creativo, tan necesario para completar la formación académica empresarial.
Las flautas de pico en Grado, las primeras lecciones musicales en Kínder y Preparatoria, así como el descubrimiento de la música a través del canto, la historia y la creación en Bachilleratos, inundaron el ITOE de espíritu musical. Este llegaría a manifestarse, incluso, en las presentaciones de algunos productos de los alumnos y las alumnas para la Expotecnia.
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Fue este germen el que llevaría hacia la implementación artística institucionalizada durante el año 2012, gracias a los proyectos concedidos por las citadas instituciones. Se inicia oficialmente la actividad del Coro y la Orquesta Sinfónica Juvenil del Polígono Industrial Don Bosco, que ha atendido a más de 4.500 estudiantes procedentes de diferentes centros escolares de los sectores públicos y privados del Área Metropolitana de San Salvador. Continuándose esta línea de desarrollo humano artístico, fundamental para la formación como personas de bien, en el año 2013, se inicia el “Proyecto Educación para la Niñez y Juventud”, con una proyección de seis años. Durante su primer año, se crearon la Unidad Técnica y la Oficina Central, estructurándose con los recursos y el personal idóneo; así como se concretaría la planificación y el enfoque formativo y asistencial técnico por parte de la UE, implementándose gracias a ello las áreas de Danza, Artes Plásticas y Teatro. Todo esto siempre asociados, coordinados y validados por el MINED. Fruto de esta intensa labor fueron las actividades con las primeras 165 escuelas del Proyecto; además, de la formación presencial y no presencial en diferentes niveles y poblaciones apoyada por profesorado Catedrático de diferentes Conservatorios Superiores de Música de España, que visitaron las instalaciones a lo largo de esos años iniciales. Esta formación llegó a más de 600 docentes, 165 directores y, aproximadamente, a 7.000 estudiantes y familias, lo que supuso el desarrollo de capacidades decisivas para mejorar la calidad educativa y del ambiente seguro para los alumnos y las alumnas. A todo esto, vendría a sumarse el “Proyecto Educación para la Niñez y Juventud” del MINED, en la implementación del Plan Social Educativo 2009-2014 “Vamos a la Escuela”, que permitió la expansión del Coro y la Orquesta Sinfónica Juvenil del Polígono Industrial Don Bosco. Llegados al 2016, se inicia la preparación sistemática de los currículos para los Bachilleratos Técnicos Vocacionales en cuatro áreas: Música, Danza, Artes Plásticas y Arte Teatral. Comienza a desarrollarse el proyecto de prevención de violencia a través de la formación en dichas cuatro áreas en el marco de la “Escuela Abierta para la Convivencia” y “El Plan El Salvador Seguro”, dentro de la agenda de capacitaciones a profesorado implementado por el MINED con la Escuela Inclusiva de Tiempo Pleno, en el cual fue facilitadora la Fundación EDYTRA.
Siempre avalados por el MINEDUCYT, se creó y aprobó el Plan de Estudios de los Bachilleratos Técnicos Vocacionales en Música, Danza y Artes Plásticas. Este pasaría a formar parte de la oferta académica del Instituto Técnico Obrero Empresarial Don Bosco (ITOE); a la que vendría a sumarse, en 2019, el área de Teatro, afectada por la pandemia del COVID-19, pero finalmente completada. Instaurar la formación artística para garantizar una formación humanista, al tiempo que intelectual y espiritual, de los alumnos y las alumnas del ITOE, supone una audaz iniciativa que permite revivir los Bachilleratos en Artes después de treinta años de inexistencia de estudios artísticos certificados en el país. De manera que, vendrían a llenar múltiples vacíos en la educación salvadoreña: por una parte, terminar con la ausencia formativa en áreas artísticas en la educación media; y, por otra parte, completar la formación personal, humanista, que le permitirá ser mejor ciudadano y persona en nuestra sociedad salvadoreña, tan necesitada del valor humano.
Coro y Orquesta Sinfonica Juvenil Poligono Don Bosco
Un equipo de monitores, así como alumnos y alumnas egresados formado en nuestro ambiente, se encarga de cada una de las especialidades instrumentales de la
Orquesta y del Coro: 13 de los 16 instructores actuales son estudiantes egresados.
Esto supone un aporte de entusiasmo y motivación para nuestros actuales alumnos y alumnas; ya que comprenden perfectamente las necesidades afectivas y sociales que caracterizan a sus estudiantes y, por tanto, pueden ofrecerles un acompañamiento más acorde con ellas.