DIRECTORIO M. en D. Margarito Ortega Ballesteros Rector y Director General
Lic. Nicodemus Flores Vilchis Secretario de Docencia
Ing. María de las Mercedes Vieyra Elizarraraz Secretaria Administrativa
M. en D.A.E.S. Gustavo Mondragón Espinosa
Secretario de la Rectoría, Director de las Maestrías en Psicología de la Salud, Educación y Administración Escolar y del Doctorado en Educación
DEPARTAMENTO editorial Dr. en E. César Gabriel Figueroa Serrano Jefe del Departamento Editorial
Araceli Camacho Ramos Corrección de Estilo
Anel Yazmin Contreras Flores Diseño Gráfico
UNA MIRADA AL
ADULTOMAYOR
M. en D.A.E.S María de Lourdes Godoy Benítez1
“Así como te veo me vi, Así como me ves te verás” Hablar de los adultos mayores es un privilegio, sobre todo en este mundo tan acelerado donde rara vez nos detenemos a pensar en ellos. Reflexionando, recuerdo que cuando se es niño se piensa que llegar a los 70 años es maravilloso por querer ser como los abuelos. La razón: ellos saben mucho y platican historias formidables. Cuando se es adolescente, se piensa que esa edad está muy lejana y ellos están pasados de moda; cuando se es adulto, se sienten los reyes de la creación, fuertes, autosuficientes, con experiencia necesaria para ser un triunfador y no se necesita de los consejos de los viejos. Sin embargo, ¿qué pasa cuando comenzamos a perder a esos seres queridos y nos sentimos cercanos a la vejez? A esto se suma que los miembros de nuestro cuerpo no responden como hace algunos años, ¿qué se juega en lo físico, lo psicológico, lo social, y lo familiar?
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Secretaria de Rectoría
Este texto tiene como objetivo hacer un recorrido en el maravilloso mundo de la senectud, con la finalidad de colocarse en los zapatos del adulto mayor para mirar desde su visión y realidad personal, de pareja, familiar y laboral, su vivir y padecer ¡antes de que sea demasiado tarde!
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Para comprender qué es la adultez mayor, primero vamos a revisar los tipos de edades que se manejan en el ser humano: Edad biológica:“Se puede entender la posición presente y expectativas respecto a su duración potencial en años de vida... debe ser acompañada de elementos que midan la capacidad funcional de los sistemas vitales cuya situación limita o prolonga el ciclo vital2”. Este tipo de edad es la que comúnmente le llamamos edad, con la única diferencia de que en la etapa del adulto mayor no es cuántos años llevas, sino cuantos años te quedan, en términos de vida biológica. Edad psicológica: “...se relaciona con la capacidad de adaptabilidad que un sujeto manifiesta ante los distintos eventos que la vida puede depararle”3. Es algo similar a lo que se llama “madurez” en el lenguaje cotidiano, y de hecho esta capacidad se logra a través de los años con la experiencia que se va acumulando. Asimismo ésta “se relaciona con la capacidad que el sujeto manifiesta para adaptarse a los distintos cambios estructurales, los históricos por ejemplo, que una sociedad puede plantear al sujeto”4. Edad social: “Se refiere a los roles y hábitos sociales que el sujeto es capaz de asumir en relación con el término medio de su contexto con los que desempeñan otros miembros del grupo social y los que pudiera asumir de éstos en un momento dado5”. Es definida por el rol que un sujeto ocupa en la sociedad, dentro del cual se involucra en las actividades del sujeto y su poder correspondiente. Por lo cual se puede argumentar que la vejez, como la adolescencia, se presenta en el sujeto en diferentes años, según sus condiciones y de acuerdo al tipo de edad al que se refiera. La edad biológica no es exactamente un indicador de vejez. Si bien ésta última es uno de los indicadores más utilizados para considerar a alguien viejo o no, ésta por sí misma no nos dice mucho de la situación en la que se encuentra Sáez Narro. N, Puyuelo M. Et Al. (1988): “Acercamiento a la realidad social de la tercera edad” En Revista del inserso. En, Sesenta Años y Más.Pág.11 3 Ibídem: 12. 2
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una persona, de sus sentimientos, deseos, necesidades, relaciones. Bajo este parámetro, la ONU establece la edad de 60 años para considerar que una persona es adulta mayor, aunque en los países desarrollados se considera que la vejez empieza a los 65 años6. Mientras tanto, la OMS considera a las personas de 60 a 74 años como de edad avanzada; de 75 a 90 años, viejas o ancianas; y los que sobrepasan los 90 se les denomina grandes viejos o grandes longevos. A todo individuo mayor de 60 años se le llamará de forma indistinta persona de la tercera edad7. Otras “Definiciones formuladas por la biología y las ciencias de la salud tienen por común denominador el progresivo deterioro del organismo ocasionado por el proceso de envejecimiento, tanto estructural como funcional8”, es fácil percatarse de que estas ciencias se basan en la edad biológica y en su afán de encontrar la objetividad pierden de vista el lado humano, porque a pesar de trabajar con personas limitan al anciano exclusivamente a sus funciones y estructuras orgánicas; por supuesto que éstas se van deteriorando, pero no por esto se vuelven inválidos o dejan de ser personas. Para Motte y Muñoz el envejecimiento “es el conjunto de procesos que sigue un organismo después de su fase de desarrollo. Estos procesos dinámicos implican un cambio, es decir, transformaciones biológicas, psicológicas y/o sociales del organismo en función del tiempo”9. La adultez mayor, es considerada por la mayoría de los autores como la etapa del desarrollo humano donde se presenta la necesidad de buscar la atención de especialistas, ya que comienzan los cambios en las funciones físicas inherentes al proceso de envejecimiento. Por lo que el concepto de salud para las personas adultas mayores está dado por la posibilidad de valerse por sí mismo. Es decir, está supeditado a su autonomía, por el grado en que se pueden valer Ibídem.13 Ibídem.14 6 Consultado en: www.iaam.df.gob.mx/documentos/quienes.htm 4 5
por sí mismos, por su funcionamiento no sólo orgánico sino también social y laboralmente, independientemente de que padezca o no de alguna enfermedad crónica. Durante el envejecimiento, se producen modificaciones de tipo degenerativas en las funciones del organismo, posturales y en las psico-afectivas. Estas últimas, en cierta forma, relacionadas con la pérdida de roles en la vida familiar (ahora la función del “jefe de familia” pasa a otro miembro de la familia que toma el liderazgo para tomar decisiones y medidas de protección o de suministro económico o laboral), donde se jubilan o los despiden por no desempeñarse como lo hacían anteriormente (cuando es inesperado el retiro laboral, es un golpe muy difícil para el adulto mayor, porque se les reafirma que ya no “sirve para el trabajo”). Por lo que es necesario señalar que la pérdida o cambio de roles que impone la vejez, especialmente después de la jubilación deseada o no, surte un determinado efecto. Muchas veces se da de manera negativa, al exigirle desprendimiento de funciones que han significado mucho, que se acompañaban de un status y reconocimiento social, ya haya sido éste en el desempeño de su actividad laboral o en el rol protagónico familiar. Lo anterior es explicado con la economía política del envejecimiento, en la cual el factor determinante de la condición de los/as viejos/ as es la situación del trabajo adulto en el momento de la jubilación. Edad a partir de la cual suelen aparecer señales de dependencia, en mayor o menor medida, al permanecer en casa más tiempo y con la intención de ayudar o hacer algo productivo. Vienen choques primero con la pareja por lo económico, después por la invasión a espacios que eran en su caso exclusivos para la señora de la casa como la cocina, reafirmándole que es un estorbo, y qué decir si sale en busca de un nuevo empleo donde te reafirman que después de los 60 años ya no hay ninguna oportunidad por las Consultado en: www.epidemiologia.salud.gob.mx/.../P_EPI_DEL_ADULTO_MAYOR_... 8 Jacques Leclercq. La Alegría de Envejecer. Sexta Edición. Ediciones Sígueme. Salamanca. 2005. 7
Motte, C. y Muñoz, J. (2006). “Envejecimiento social”.En: MUÑOZ, J. (2006). Psicología del Envejecimiento. Madrid:Pirámide. Pág.20 10 http://www.cepal.org/celade/noticias/paginas/7/13237/PP2.pdf
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condiciones de trabajo o de tu misma salud, o en casa, si quiere darle un consejo u opinión a los hijos, ellos le recriminan que “no es su problema”. Esto que vive puede propiciar fuertes tendencias a la depresión o al aislamiento. Por lo tanto, la “persona mayor” necesita comprensión, apoyo de los miembros de su familia para que en el proceso de esta nueva etapa le sea más fácil asumir los cambios propios de la edad y su aceptación. Además, precisa sentir la consideración y el respeto que les permitan participar en la vida familiar, donde se les incluya en el desarrollo de actividades y responsabilidades acordes a sus nuevas capacidades y en la sociedad que encuentren la forma de asumir nuevos roles en actividades de recreación, inclusión, atención y motivación. También hay que tomar en cuenta que son personas frágiles, que si son ignoradas sus necesidades pudieran generarse o aparecer situaciones complejas y delicadas que, aun sin la presencia de enfermedades invalidantes, le lleven al deterioro de su calidad de vida; a veces argumentando no decir sus malestares para no causar problemas o como todos están en sus múltiples ocupaciones nadie les presta atención hasta que se agravan o presentan signos de alarma. Pero a su vez requieren tener espacios propios para su intimidad y crecimiento espiritual, donde puedan desarrollar actividades que postergaron en otra etapa de su vida, ya sea por los roles que asumían en ese momento como jefes de familia es limitada y no tenían el tiempo o dinero para hacerlo por la manutención de la familia, los estudios y gastos de los hijos. Lo anterior se ha derivado en gran parte de la dinámica actual ya que anteriormente en la sociedad los conocimientos del adulto mayor resultaban útiles para hijos y nietos, éstos se transmitían de una generación a otra. Después, al implantarse otros estilos de vida, los miembros de la familia, aun viviendo en la misma casa, no coinciden en horarios de comida, ni de
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actividades que solían realizar juntos, ya que los integrantes de la familia pasan muchas horas fuera. Además, con variadas experiencias de estudio, trabajo y en cuanto a la transformación de los roles donde ambos padres salen a trabajar, con los hijos en la escuela, los adultos mayores se suelen quedar solos en muchas ocasiones. No siempre cuentan con el apoyo, cuidado o vigilancia de alguien que pueda auxiliarle si algo se les ofrece. En otros casos, las personas mayores son las guarderías de la época actual y se les delegan responsabilidades de estar al pendiente y cuidado de los nietos mientras los padres no están. Aquí el valor de los ancianos en la crianza y educación de los niños se basa en la complementariedad respecto al lugar de madre y padre. Este vínculo de amor, ya sea por la necesidad de la familia o por elección, facilita la expresión de los sentimientos entre abuelos y nietos, contribuyendo a la formación de la identidad familiar y social. Lo anterior presenta pros y contras, pues por un lado los adultos mayores se sienten incluidos en la crianza de los nietos y es una forma de apoyo a la dinámica familiar. No obstante, a su vez les representa una responsabilidad que en ocasiones rebasa sus fuerzas, energías y una autoridad no validada por los padres ausentes. Otra de las situaciones a la que puede enfrentarse el adulto mayor se da cuando éste requiere de asistencia y cuidados especiales, donde los hijos por “X” circunstancia ninguno de ellos puede responsabilizarse de los cuidados y atención del o de los padres viejos y mucho menos si están enfermos. A veces determinan llevar a los adultos mayores a casas de asistencia, en muchas ocasiones sin siquiera consultarles, ¡pero ellos qué pueden decir! Para los adultos mayores, es un proceso difícil y doloroso, porque aparte de sentirse mal por las funciones de su cuerpo que no responden, ahora se une el sentimiento de ser un estorbo o carga para sus hijos ¡que aman tanto! Aunado a ello, es esperar que la familia haga una buena
elección de la institución a la cual los ingresarán, el costo de la asistencia, las condiciones de la casa, del personal que estará a cargo, los servicios con los que cuenta, entre otras cosas; generando también en el adulto mayor la incertidumbre de cuestionamientos como ¿serán visitados por la familia, irán por ellos en fines de semana o serán olvidados poco a poco?, siendo ésta última cada vez la más recurrente. En lo social también inciden los cambios de costumbres, aunado a la proyección de esperanza de vida que a continuación se presenta:
Donde se visualiza cómo se va comportando el aumento de la esperanza de vida a través de los años. Uno de los factores que ha contribuido a lo anterior es que las personas ya se encuentran atendiendo enfermedades crónicas a temprana edad, llevándolas a una mayor calidad de vida. En consecuencia, viven más años en mejores condiciones de realizar actividades de manera independiente. Esto ha provocado que el resto de la población se acostumbre a ver a su alrededor a muchas personas mayores, dejando de lado el respeto a sus condiciones y/o brindarles una valoración especial. Se vuelve cotidiano no ayudarles a cruzar una calle o cargar bultos pesados, a no cederles un asiento en el transporte público o en las salas de espera en los servicios de salud, entre otros.
ciencia y aceptación de lo que significa envejecer, desde la modificación de hábitos tanto de salud como alimentarios, visitas rutinarias a revisiones médicas, odontológicas, toma de medicamentos de manera precisa y en lo posible la incorporación a grupos de auto ayuda con personas de la edad adulta. Ya que en estos grupos encuentran compañeros de su edad que viven situaciones muy similares, que comparten experiencias agradables o desagradables, sentimientos, emociones y es ahí donde se sienten comprendidos e identificados, se ejercitan con algunas actividades físicas acordes a su etapa, ocupacionales y de recreación. Se sienten aceptados, comprendidos, activos, cuidados y lo mejor de todo donde se divierten, y se atreven a realizar actividades que dejaron de hacer hace tiempo. En lo tocante a las funciones cognoscitivas en particular, es preciso decir que se reconocen los cambios de la memoria. Cambios que aceptando las diferencias personales, se expresan en el predominio de la evocación o memoria remota, al tiempo que se reduce la fijación para los hechos recientes.
En lo relativo al área biológica, al envejecer se vuelve el cuerpo más frágil, la piel se adelgaza, los huesos se rompen con facilidad, se adquieren enfermedades con mayor facilidad. Aunque en elementos subjetivos aparece la fortaleza psicológica que en gran medida lo compensa. Actualmente se considera que el comportamiento aprendido y por aprender constituye el elemento central para alcanzar un desarrollo y envejecimiento saludables, a partir de la con-
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A pesar de los prejuicios existentes acerca del aprendizaje en las personas mayores, está demostrado que la adquisición y asimilación de nuevos conocimientos y comportamientos se puede dar a cualquier edad. Los años pueden modificar la memoria y la velocidad de asimilación, pero estos cambios suelen compensarse eligiendo estilos de aprendizaje activos y participativos en los que se perciba la utilidad de lo aprendido. Los estudios de Cattell (1971) – Horn (1980), señalan que si bien la inteligencia fluida para la adquisición rápida de lo recibido se reduce, el adulto mayor preserva la inteligencia cristalizada: la que le permite mantenerse en el denominado aprendizaje para toda la vida. Esto cambia el mito de que los viejos son incapaces de aprender algo nuevo, comprobado está que se aprende hasta el día que dejamos de respirar. Se puede corroborar cuando vemos a un abuelo mandándoles un WhatsApp a sus hijos o nietos, o comunicándose por video llamadas con los hijos que se encuentran al otro lado del mundo. Estos cambios en el conocimiento y en la tecnología han dado lugar al fenómeno denominado de transmisión inversa de los conocimientos de hijos a padres y de nietos a abuelos. Fenómeno que les permite a los abuelos amortiguar los impactos que dichos cambios van produciendo en su vida diaria, permitiendo con ello que se sientan incluidos e integrados a la modernidad. En conclusión: el proceso de envejecimiento depende del desarrollo personal de cada cual, sin duda alguna, los pilares fundamentales de ayuda a los mayores están dados por el respeto, afecto, cuidados y comprensión que se les brinde. Así como, acompañarles en la búsqueda de aquellos nuevos roles sociales, que les permitan disfrutar una vida digna y sentirse parte activa de la familia, la comunidad y la sociedad. Es decir una vida de calidad, en donde el aspecto psicológico juega un papel fundamental, sobre todo si partimos de que se envejece conforme se vive, principalmente en lo referente a la personalidad, cuyos patrones son muy va-
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riables de un individuo a otro. Sin embargo, las constantes de personalidad suelen mantenerse en la forma de actuar por encima de las circunstancias vividas. Los adultos mayores necesitan “saber cuáles son sus posibilidades de realización en cada momento, a fin de poder asumirlas y desarrollarlas a plenitud. Por lo que vejez y alegría de vivir pueden ir a la par”11. Pues a veces convivimos con jóvenes de edad cronológica y viejos en su interior, y porque no tener viejos con piel arrugada pero con un corazón joven que disfruta de la compañía de los suyos y se siente pleno en todo lo que hace día a día para y con los demás. Los invito a pensar qué tanto me dieron de su vida mis abuelos o padres cuando eran jóvenes y fuertes, ¿por qué no, retribuirles un poquito de lo mucho que nos dieron?, recordemos la frase del inicio del texto: “Así como te veo me vi, así como me ves te verás”, y recordemos que como tratemos a nuestros adultos mayores estamos dando ejemplo a nuestros hijos de cómo nos deben de tratar cuando llegue ese momento.
FUENTES DE CONSULTA Anon., Junio / 2009. Palabra Nueva Revista de la Arquidiócesis de La Habana,Cuba. [En línea] Disponible en: www.palabranueva.[Último acceso: 25 Agosto 2014]. Anon., s.f. [En línea] Available at: Consultado en: www.iaam.df.gob.mx/documentos/quienes.htm Anon., s.f. CONAPO Proyecciones de Población 2010-2050. [En línea] Available at: http://www. conapo.gob.mx/es/CONAPO/Proyecciones [Último acceso: 18 08 2014]. Anon., s.f. OMS. [En línea] Available at: www.epidemiologia.salud.gob.mx/.../P_EPI_DEL_ADULTO_MAYOR_... [Último acceso: 20 08 2014]. Berguer Katheleen Stassen, K. S. B., 2009. Psicología del desarrollo: Adultez y Vejez. Madrid España: Editorial Medica Panamericana, S.A.. E., P. D., 2010. Desarrollo Humano. 11 ed. España S.L.: McGraw-Hill Interamericana. José A. Yuni, C. A. U., 2005. Educación de Adultos Mayores, Teoría Investigación e Intervenciones. Argentina: Cordoba Brujas. Leclercq., J., 2005. La Alegría. De Envejecer.. Sexta Edición. ed. Salamanca.: Ediciones Sígueme. . Motte, C. y. M. J., 2006. “Envejecimiento social”. En: MUÑOZ, J. Psicología del Envejecimiento.. Madrid: Pirámide. ONU, s.f. [En línea] Available at: www.iaam.df. gob.mx/documentos/quienes.htm [Último acceso: 20 08 2014]. Sáez Narro. N, P. M., 1988. “Acercamiento a la realidad social de la tercera edad”. En Revista del inserso. En, Sesenta Años y Más.. Stuart-Hamilton, I., 2002. Psicología del envejecimiento. 4 ed. España: Ediciones MORATA, S.L..
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Palabra Nueva Revista de la Arquidiócesis de La Habana, Cuba. Junio / 2009 No.186.Consultada en:www.palabranueva.
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ESTUDIO DESCRIPTIVO DE ENTREVISTA COLECTIVA.
PADECIMIENTOS CRÓNICOS EN EL ADULTO MAYOR Eréndira Moreno Zaldívar12
Palabras clave: mujeres, adulto mayor, afrontamiento, soledad, muerte, conducta en salud
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La inteligencia, la capacidad de aprendizaje, la experiencia, la personalidad y los sentimientos son funciones que el hombre no pierde con la edad (Cuenca, 2008). En el presente ensayo se pretenden exponer las principales características cualitativas de la entrevista realizada a mujeres adultas mayores cuya característica principal es padecer una enfermedad crónica degenerativa. Asimismo, describir las emociones como soledad, función de la mujer en el matrimonio y la familia; así como el afrontamiento a la muerte que ha acompañado su vida y el curso del padecimiento. Se utilizaron además sus relatos para abordarlos desde el punto de vista del modelo de Prochaska y DiClemente (1992) en torno al desarrollo por etapas de la conducta humana. Sin duda cada una de las mujeres ha relatado de manera breve, sencilla y explicita las emociones y vivencias que han acompañado su enfermedad. El resultado ha sido enriquecedor para este intento de investigación social y en efecto, la convivencia es el complemento indispensable de una vida buena y feliz.
Estudiante de la Maestría en Psicología de la Salud.
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Cuando se realiza investigación social basada en entrevistas, al margen de otros objetivos de investigación, se plantea la cuestión sobre cómo ocurrieron las cosas “en realidad”. Se buscan datos que no dependan de las subjetividades del investigador y del entrevistado, y en ocasiones se llega a asumir la existencia de verdades universales (Ballester, 2003). Habitualmente el discurso oral ha sido menos abordado que el escrito, tal vez por la dificultad metodológica que implica su estudio. También por el supuesto implícito de que los procesos de base de la comunicación verbal pueden ser similares a los utilizados en la comprensión de textos escritos. Las dificultades para aterrizar lo verdaderamente esencial en una conversación se presentan antes y después de la entrevista. Implica una serie de habilidades cognitivas y opciones críticas que debe poseer el investigador. Habilidades, conocimientos y opciones que se deben formar para poder considerarse investigadores, pero que serán potenciados, al menos parcialmente. El trabajo de los/as investigadores cualitativos debe ser entendido como una profesión que también tiene aspectos creativos y propios de un oficio (Meo & Navarro, 2009). Para clasificar la entrevista, entendamos que la hay semiestructurada y la no estructurada; ambas son realizadas con base en guías de pregunta abierta e indagan sobre aspectos más generales y cualitativos, donde el relato del sujeto cobra especial importancia y se retoma para el
INTRODUCCIÓN
análisis. Uno de los propósitos de la entrevista es establecer una empatía con el consultante o usuario.
La Organización Mundial de la Salud (citado por Cuenca, 2008) emplea el término “envejecimiento activo” como el proceso por el cual se optimizan las oportunidades de bienestar físico, social, y mental durante toda la vida con el objetivo de ampliar la esperanza de vida saludable, la productividad y la calidad de vida. Lo anterior justifica la intención de realizar una entrevista colectiva a población que ha llegado a la etapa de la vejez y con las características antes mencionadas. La oportunidad de escuchar más allá de los síntomas y quejas que como paciente convencional suelen replicar. El dolor y el sufrimiento, si bien van anejos al vivir humano, nadie desea en su sano juicio. No se busca el sufrir por sufrir, sino que el ansia de vivir lleva parejo el deseo de superar la enfermedad y volver al equilibrio, es decir, a la salud (Cuenca,
OBJETIVOS
General: Realizar una entrevista colectiva a mujeres en la edad de la vejez con padecimientos crónicos. Específicos: Describir cualitativamente las principales características de la entrevista realizada; analizar los resultados cualitativos de la entrevista desde el punto de vista personal.
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La entrevista comunitaria que se analiza en el presente ensayo, se realizó el día viernes 24 de enero de 2014 aproximadamente a las 12:00 horas; el lugar destinado fue un consultorio de medicina general del Centro Especializado de Atención Primaria a la Salud (CEAPS) de San Lorenzo Tlacotepec, ubicado en el municipio de Atlacomulco en el Estado de México, dependencia del ISEM. La duración de la entrevista fluctuó entre los 80 y 90 minutos; mismos que fueron videograbados. Las condiciones del lugar fueron óptimas en cuanto a ventilación, iluminación y espacio. Se organizó la sesión con anticipación para evitar interrupciones, ruidos abruptos o cualquier otra condición que estropeara la entrevista. Se utilizaron auxiliares como: cámara de video, computadora, hojas y papel únicamente. Se realizaron preguntas abiertas orientadas a recibir respuestas amplias, destinadas a conocer circunstancias generales, estados de ánimo, sensaciones y opiniones. La población entrevistada consistió en 6 mujeres de entre 50 y 80 años, que cursan con alguno o varios padecimientos crónicos no degenerativos como Diabetes Mellitus Tipo 2, Hipertensión Arterial Sistémica, Dislipidemia y Obesidad. Estos diagnósticos realizados desde varios años y con evolución controlada a través de tratamiento médico, nutricional y en algunos casos tratamiento psicológico. Las mujeres entrevistadas comparten además ciertas características, a saber: recursos bajos, analfabetismo, casadas y con hijos adultos; así como ser vecinas de la misma comunidad. La moderación de la entrevista estuvo a cargo de Eréndira Moreno Zaldivar, quien reporta en este escrito lo acontecido y analiza los resultados cualitativos generales. Se contó con el apoyo de una compañera de maestría, Liliana Cruz Lovera cuyas funciones fueron: observar, hacer anotaciones y participar en la conversación de ser necesario. La secuencia de la entrevista se explica a continuación.
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METODOLOGÍA
Se inició con el saludo y la bienvenida a las participantes, reiterando desde el principio la valiosa colaboración y los beneficios de integrarse a la sesión para apoyar el trabajo investigativo. Se les asignó un lugar cómodo en sillas individuales con espacio suficiente entre ellas y la moderadora; de igual forma, se retiraron objetos innecesarios. Se continuó con la presentación de la entrevistadora y la persona auxiliar; así como la aclaración de que se tomaría video de los sucesos como apoyo para el reporte; dejando claro que lo vertido en las opiniones no serían difundidas ni mal utilizadas.
La dislipidemia es un trastorno del metabolismo de las lipoproteínas, incluyendo la sobreproducción o deficiencia de lipoproteínas. La dislipidemia puede manifestarse por elevación del colesterol total, el “malo” lipoproteína de baja densidad (LDL) y las concentraciones de triglicéridos, y una disminución en la “buena” lipoproteína de alta densidad (HDL) la concentración de colesterol en la sangre. 13
La dislipidemia está bajo consideración en muchas situaciones incluyendo la diabetes, una causa común de la lipidemia. Para los adultos con diabetes, se ha recomendado que los niveles de LDL, HDL, y de colesterol total y los triglicéridos se midieron cada año. Óptimos niveles de colesterol LDL en adultos con diabetes son menos de 100 mg / dl (2,60 mmol / L), los niveles óptimos de colesterol HDL son e4qual o superior a 40 mg / dl (1,02 mmol / L), y los niveles deseables de triglicéridos son menos 150 mg / dl (1,7 mmol / L). (Disponible en: http://dislipidemia.org)
DESCRIPCIÓN CUALITATIVA
Desde las primeras indicaciones, las participantes se mostraron receptivas y cooperaron de manera activa. Se procedió a preguntar a cada una su nombre y padecimiento que cursa; en seguida las intervenciones iniciales:
Sra. Consuelo: “Vivo aquí en San Lorenzo, vivo con mi esposo… pa´ donde quiera ando sola, y lo que sienta sola… a veces me siento muy sola. Cuando me siento sola se me sube el azúcar”. Sra. Epifania: “Vivo con un nieto y una nieta… de vez en cuando va mi muchacha a la casa… a mí me duele mucho la cabeza, me siento desesperada… A veces salgo a la calle con una vecina, nomás con ella, con otra no”. Sra. Elvira: “Vivo con mis nietecitos, tengo hijos… me da mucho gusto que vivo con mis nietos… no me hallo sola… vivo con el hijo más chico… es una alegría tener en la casa a los chamaquitos. Me dolía mucho mi cabeza… me dolía desde hace años… Gracias a Dios que estoy acompañada”. Sra. Adelina: “Yo siempre he vivido con mi hija, pero ella ya se mudó… yo le cuido a sus 2 niños… voy y vengo…Mi esposo es de Michoacán, va a ver a sus papás…me dice que me vaya para allá, pero no quiero dejar a mi hija con sus niños. Yo soy diabética y de la presión. Vine un tiempo con la Psicóloga porque yo me sentía sola, sentía una desesperación, pensé que era la insulina…me daban ganas de llorar, me daba coraje o me daba tristeza”. Sra. Paula: “Vivo en la entrada, yo vivo solita, solita, solita vivo, nomás un hijo que me viene a dejar lo que necesito… viene y se va… tengo 86 años, tengo más familia, pero nadie me hace caso”. Sra. Priscilda: “Vivo con un hijo y sus 3 niños, me da gusto que estén conmigo… mi hijo me dice que no quiere que yo esté enferma. A mí me duele la cabeza, tomo medicina”.
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Se observa que en estas primeras intervenciones las participantes comenzaban a extender sus comentarios en relación a sentimientos, condiciones y sucesos relacionados con sus padecimientos. El lenguaje corporal inicial fue la permanencia pasiva en sus respectivos asientos. Conforme se fue desarrollando la plática, este lenguaje se relajó. Introvertidas en su mayoría, las participantes mostraron un poco de reserva en sus primeros comentarios; a medida que los discursos se asemejaban entre sí, las siguientes en intervenir comentaban situaciones similares en su vida y la forma de enfrentar su enfermedad. Posterior a la presentación, se les hizo la pregunta: ¿Hace cuánto tiempo se enteró de su enfermedad y cuáles fueron sus emociones? Se sugirió recordar si hubo: miedo, enojo, duda, tristeza, negación, depresión, etc. Cabe destacar que, utilizando un enfoque conductual, esta entrevista se puede explicar con base en los estudios sobre la conducta humana, cuyas características se apegan y adaptan de manera amplia al tipo de población entrevistada. Según el estudio de las etapas de la conducta propuestas por Prochaska y DiClemente(1992) (citado por Barriguete et.al, 2007) en la Pre contemplación, no se acepta que tengan un problema o que tengan que cambiar su conducta; se observa por ejemplo en el siguiente comentario: “…En día de muertos, hice dulce de calabaza y me gustaba mucho la coca… yo sentía un dolor insoportable, me dolían mucho los ojos. Me molestaba hasta que me hablaran… duré 2 días ahí sin querer ir al doctor…” o en esta otra intervención: “…me daba mucha sed. Yo seguía haciendo mis cosas…una vecina me decía que yo ya tenía la Diabetes y yo no sabía qué era eso…” En esta etapa se identifican las defensas emocionales comunes que dificultan el cambio. En la etapa de Contemplación: el paciente sabe que tiene un problema pero aún no han decidido cambiarlo. En este momento la experiencia
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terapéutica sugiere analizar en conjunto razones para cambiar, y las que lo dificultan, o las que brindan poco beneficio. Enfatizar que no existe el momento mágico del cambio, ni depender del exterior. En algunos discursos de las participantes de la entrevista, puede percibirse la tercera etapa: Decisión. En ella el sujeto tiene en mente la posibilidad de cambiar en un futuro sus conductas pero aún no han iniciado los cambios; “…Yo no tomaba muy en serio la diabetes y la presión, no me quise tomar las medicinas como me decían, yo no le tomé interés… después ya me enseñaron todo, sí no quiere terminar así (me enseñaron fotografías)… Yo conocí personas con la presión y se quedaban así en coma, ¡entonces me asusté!” Siguiendo con la lógica de las etapas: en la de Acción es donde están la mayoría de las personas entrevistadas. En ésta los sujetos comienzan a modificar sus hábitos: “… Yo lo único que tengo es la Diabetes, me hago estudios y salgo bien de todo, mi presión está excelente… Yo le digo a mi esposo que esa enfermedad es mi amiga, hay que llevar la fiesta en paz”. La misma persona completa su opinión argumentando: “…me decían que sí en 2 meses no se me bajaba me iban a dar insulina. Mi hija de 16 años me cuidaba lo que comía…”. En la etapa de Acción es importante ayudar al paciente a que busque actividades que pueda sustituir en los momentos en los que le es difícil llevar el plan de tratamiento: actividad física, relajación, yoga; y sobre todo que aprenda de la enfermedad. Los expertos recomiendan enseñar al paciente a valorar cada uno de los cambios que presenten a través de nombrarlos dentro de la consulta. Motivar al paciente a buscar alguna persona que realice la acción junto con ellos, por ejemplo la pareja o miembros de la familia como hijos para sobrellevar momentos difíciles en cuanto al tratamiento. Comenta una de ellas, “pues yo me tomo mis medicinas y vengo a los ejercicios cada jueves, además de que los hago todas las mañanas con mi nieta…y como a mis horas...ya llevo así desde hace más
de un año”. La idea razonada y guiada de cambiar conductas en salud, se ha convertido en la toma de medidas al alcance para ejercer cierto control del padecimiento. En la fase del Mantenimiento se consiguen y mantienen los cambios y las intervenciones se orientan fundamentalmente a mantenerlos: “…yo voy a rezar de noche, tomar mis medicamentos y comer a mis horas…”, “… pa´mi lo mejor es salir, a donde me inviten yo me voy… y comer a mis horas… no estar tanto tiempo ahí en la casa… me gusta salir y despejarme”; ambos ejemplos de que el mantenimiento se consolida si existe acompañamiento, alguna razón biológica de supervivencia o incluso la fe como motor de apoyo. La etapa posible y reversible es la de Recaída donde se advierte una alerta hasta que se consiga la fase de mantenimiento estable; se propone un nuevo plan de acción que incluya aquellas estrategias que sí funcionaron. Recordar que ningún cambio es lineal; es dinámico. Menciona una de ellas: “Mi hijo dice que no quiere que me enferme y me ponga mal, se pone triste y yo no quiero eso pues…”. En este momento el tipo
de afrontamiento que el adulto mayor utiliza para enfrentar situaciones adversas, van a depender en mucho de sus creencias. La religión juega un papel importante en el afrontamiento a las enfermedades, la cultura de la divinidad o fe que actúa como curadora, controladora de los “males”. En la parte final de la entrevista se guió a las participantes en un momento de relajación por unos minutos por medio de una técnica de respiración pausada y profunda, con los ojos cerrados y apoyado de música de fondo. Expresaron finalmente que lo experimentado durante la exposición a sus emociones ha dejado en ellas la certeza de que la estabilidad en la salud, el hogar y la compañía de los seres queridos son fundamentales para una vejez feliz. “Yo quisiera vivir muchos años más, para estar con mis nietos, mis hijos, yo sé que un día voy a faltarles, pero que no sea pronto (ríe)”; “Mi esposo se adelantó y me dejó con la casa, los niños chiquitos, yo estaba viuda y fue difícil sacarlos adelante”.
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ANÁLISIS
Se puede notar cierta tendencia a afirmar que el acompañamiento en el hogar de estas mujeres evita la soledad y por ende la probabilidad de depresión; las que refirieron vivir solas, se limitan a mencionarlo más que aclararlo. Otra relación usual con estas mujeres con padecimientos crónicos es que, en la medida que dependen de otros para su manutención o con sus recursos económicos limitados, son más susceptibles a depresión. Los estudios de Cardona (2013) arrojaron que las personas adultas que viven solas tienen mayor sentimiento de soledad, además de que la pobreza está ligada con esta última. La soledad produce disminución en la calidad de vida y aumento en los problemas de salud, tales como enfermedades crónicas, cardiacas y una relación significativa con la depresión. La soledad es un acontecimiento amargo que nuestra cultura no ha asimilado. Será tal vez porque nos absorben las cosas triviales y el estilo de vida consumista en el que se aparta de la vida productiva a las personas de la tercera edad. Está también la idea arraigada del matrimonio como única posibilidad de acompañamiento. Ya lo planteaba Marx Horkheimer (1998), el matrimonio se había convertido en sinónimo de familia, que las mujeres dependen más directamente de esta situación que los hombres… las mujeres se encuentran más en una posición desventajosa, subordinada. Mujeres de edad avanzada que pudieran estar viviendo situaciones de separación, divorcio -éste último convertido ya en una institución (Horkheimer 1998)-, en la que los individuos son ya tan intercambiables en el matrimonio como en las relaciones comerciales. Retomando la interpretación hacia las emociones expresadas de tipo religioso, de fe y de afrontamiento a la muerte, Rivera Ledesma y Cols(citado por Cardona et.al.,2013) mencionan tres tipos de afrontamiento religioso: 1) El afrontamiento positivo contiene la evaluación, que es benévola y colaborativa para la
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DE
RESULTADOS
exploración de un sostén anímico, la unión mística, la purificación religiosa y, con ello, el perdón. 2) El afrontamiento negativo circunscribe técnicas como la valoración fiel penitenciaria, la calificación religiosa diabólica, la reapreciación del poder de Dios y el descontento espiritual. 3) El afrontamiento religioso autodirigido y la insatisfacción religiosa interpersonal.
Estas mujeres utilizan el afrontamiento religioso positivo, donde ponen en manos de un poder su salud: “Yo rezo todas las noches para que Dios me alivie, me cure, me quite mi dolor de cabeza, o creo que él es misericordioso y si me ayuda…”. Los resultados de Carmona (2013) planteaban precisamente eso: hay un confort, un control personal, la salud espiritual lo puede fortalecer por la capacidad de perdonar y sentir el apoyo de Dios independiente de la religión. Estas reflexiones sacan a flote un último tema: la muerte. Las concepciones culturales acerca de la muerte son básicamente el paso a mejor vida, descansar por fin, el adelanto inesperado, en fin tantos que se suelen escuchar. Viguera (citado por Uribe y Valderrama, 2007) sustentaba que la construcción del concepto de muerte en el adulto mayor está mediada por diversos factores, entre ellos está el presenciar muertes cercanas, las enfermedades, el distanciamiento de los hijos, las separaciones, la jubilación, las pérdidas vividas y la elaboración de duelos correspondientes. La muerte tiene un carácter desconocido, genera temores, miedos a distintas situaciones que el adulto mayor puede o no saber cómo afrontar. Las redes de apoyo familiar, religiosas, sociales e incluso las ofrecidas por instituciones de salud pueden contribuir a afrontar las pérdidas en esta etapa de la vida. Los estudios realizados
por Uribe y Valderrama (2007), establecieron criterios de afrontamiento a la muerte en adultos mayores; el miedo a la muerte, la evitación ante la muerte, la aceptación neutral, la aceptación de acercamiento y la aceptación de escape.
CONCLUSIONES Y SUGERENCIAS
Las mujeres entrevistadas reflejan en sus discursos ciertas emociones propiciadas por sus vivencias, circunstancias de vida, afrontamientos a la soledad y a la muerte. Tales emociones van en transición desde la tristeza hasta la alegría, dependiendo de los relatos. Ellas concluyen que estando acompañadas logran sobrellevar mejor su padecimiento y las situaciones familiares. La convivencia es el complemento indispensable de una vida buena y feliz. La experiencia de realizar una entrevista colectiva ha sido reveladora y satisfactoria para mi formación como investigadora social. Se requiere mejor organización y comprensión de la estructura de la entrevista, los tiempos requeridos y para el análisis de la información. Sin embargo me queda claro que el trabajo cualitativo es todo un reto.
FUENTES DE CONSULTA Ballester Lluis, Orte Carmen, Oliver Joseph Lluis (2003) Análisis Cualitativo de Entrevistas Nómadas Núm. 18, pp. 140-149, Universidad Central Colombia. Barriguete M.A. et.al. (2007) Diplomado “prevención clínica de las enfermedades crónicas no trasmisibles: un enfoque multidisciplinario” Instituto Nacional de Salud Pública de México. Cardona Jiménez, J. et al (2013) El sentimiento de soledad en adultos. Medicina UPB, vol. 32, núm. 1, pp. 9-19 Universidad Pontificia Bolivariana Medellín, Colombia. Cuenca Molina, Ángel (2008) Calidad de vida en la tercera edad Cuadernos de Bioética, vol. XIX, núm. 2, pp. 271-291 Asociación Española de Bioética y Ética Médica Murcia, España. Meo Ana & Navarro Alejandra (2009) Enseñando a hacer entrevistas en investigación cualitativa: entre el oficio, la profesión y el arte. EMPIRIA. Revista de Metodología de las Ciencias Sociales, núm. 17, pp. 123-140 Facultad de Ciencias Políticas y Sociología Madrid, España. Uribe Rodríguez Ana F., Valderrama Orbegozo L. & López Santiago (2007) Actitud y miedo ante la muerte en adultos mayores Pensamiento Psicológico, vol. 3, núm. 8, pp. 109-120, Pontificia Universidad Javeriana Colombia
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LA VEJEZ:
ESTIGMA O FUTURO DE LAS SOCIEDADES MODERNAS
Araceli Camacho Ramos14
CUANDO LOS DATOS HABLAN Las cifras actuales marcan una tendencia al incremento en la pirámide poblacional de las personas que se encuentran entre los 65 años o más, de tal forma que en “2012 de acuerdo con el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés), 11.5% de la población mundial tiene una edad de 60 años y más, mientras que en las regiones más desarrolladas llega a ser de 22.6%. Proyecciones realizadas por el UNFPA, indican que en 2050, uno de cada cinco habitantes en el planeta (21.2%) tendrá 60 años y más; en las regiones menos desarrolladas será de 19.5%, es decir, casi el nivel que actualmente se observa en las regiones más desarrolladas, en éstas, una de cada tres personas (32%) será un adulto mayor en 2050”15.
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En México, los datos son similares y evidencian un proceso de envejecimiento a partir de la última década del siglo pasado, de tal forma que en “2012 la proporción de niños y jóvenes es menor, mientras que la participación relativa de adultos mayores pasa de 6.2% a 9.3% y se espera que en 2050 sea de 21.5 por ciento”16. Lo cual implica una importante transformación en la distribución de los recursos presupuestales de la nación, sobre todo porque según
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http://www.inegi.org.mx/inegi/contenidos/espanol/prensa/Contenidos/estadisticas/2013/adultos0.pdf http://www.inegi.org.mx/inegi/contenidos/espanol/prensa/Contenidos/estadisticas/2013/adultos0.pdf
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el estudio Envejecer en México: condiciones de vida y salud (2011) la población mexicana está envejeciendo y la incidencia de enfermedades crónicas está aumentando. Lo anterior en gran parte derivado de que las condiciones actuales tales como los adelantos tecnológicos y una relativa estabilidad, han permitido un incremento en la esperanza de vida17 de las personas lo que ha traído como consecuencia un incremento en el número de personas adultas. Las cuales plantean una dinámica poblacional diferente a la acaecida en años pasados y que se vislumbra como un reto para los gobiernos ante la necesidad de empezar a prever políticas públicas en torno a esta población. Más todavía porque en la actualidad se ha trabajado en función de otro sector: la población joven, quien actualmente detenta el mayor porcentaje en la pirámide poblacional; lo cual obliga a prever que en algunos años este sector habrá crecido y se convertirá en adultos mayores, adultos que entre sus necesidades resultará prioritario el campo de la salud. Es así que la asistencia geriátrica será un punto nodal en los años venideros. Ésta es definida como el “conjunto de niveles asistenciales hospitalarios y extra hospitalarios, sanitarios y sociales destinados a prestar atención interdisciplinaria, integrada, integral y especializada a las personas mayores que habitan en un determinado sector asistencial” (Polonio citado en: Canto y Castro, 2004: 259). Pero ¿cuándo se es viejo?, biológicamente: La vejez es un período vital que comienza a los 65 años (Papalia y Wendkos, 2001). Los gerontólogos dividen a los adultos mayores en esta etapa en dos bloques: los viejos-jóvenes (entre 65 y 74 años) y los viejos-viejos (a partir de los 75). Los ancianos también pueden clasificarse en ancianos sanos y “aquellos con una enfermedad que interfiere en el funcionamiento y precisa atención médica o psiquiátrica” (Kaplan y Sadock, 1998: 61 en Canto y Castro, 2004: 258).
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Sin embargo, hay que recordar que la edad biológica es sólo un parámetro. También está la social y la psicológica, en las cuales se quiere hacer énfasis. Sobre todo porque estos últimos en ocasiones llegan a marcar y condicionar el desarrollo de las personas, independientemente de lo que la persona sienta o piense. Es decir, una persona de 65 años físicamente sana es catalogada, según los parámetros institucionales (OMS, ONU), como vieja mas ella puede no considerarse como tal. Sin embargo, en ocasiones la presión social y psicológica que hace la sociedad e incluso la propia familia la puede orillar a encasillarse en este rango. En el caso de México la esperanza de vida ha aumentado considerablemente; por ejemplo en 1930 el promedio de vida era de 34 años y en la actualidad -2014- es de 75 años; es decir, casi cuarenta años de diferencia. Dicha evolución se puede observar en la siguiente gráfica:
Fuente: INEGI (2014) Disponible en: http://cuentame.inegi.org.mx/poblacion/ esperanza.aspx?tema=P
Asimismo, las cifras permiten describir los cambios por grupo de edad, “mientras que en 1970 el grupo {65-69} era el doble que los de {80+}, en 2050 los de {80+} sobrepasarán en número a los de {65-69}. Esta mayor presencia de la población más envejecida dentro del grupo de la vejez podemos calificarla como un “envejecimiento de la vejez” (CONAPO, 2011: 14 – 15). Además, la Conapo (2011) enfatiza que según los datos una característica del proceso de envejecimiento demográfico es la mayor proporción de mujeres a lo cual denomina como una “feminización de la vejez”.
Número de años que en promedio se espera que viva una persona después de nacer. Una esperanza de vida alta indica un mejor desarrollo económico y social de la población. 17
Estos datos, llevan a replantear una serie de necesidades en las cuales han de ponerse a trabajar los encargados de las políticas públicas en México. Uno de los ejes será la salud que ha de convertirse en prioritario dadas las características de nuestro sistema actual, el cual no sólo no logra cubrir la asistencia hospitalaria, sino también la especialización en este rubro es casi nula. Lo anterior derivado de la poca atención que se ha prestado a este sector coadyuvado con la representación social que se tiene del adulto mayor, que suele ser visto en muchas ocasiones como un estorbo, un lastre. Esta situación no necesita ser evidenciada en cifras, basta con voltear a las calles y darse cuenta de las personas adultas mayores que son abandonadas por sus familiares, después de ser despojadas de sus pocas pertenencias. Aspecto que años atrás era escaso observar, sobre todo porque hace algunas décadas se puede afirmar que existía un respeto hacia las personas viejas; incluso gozaban de un prestigio social devenido de la sabiduría que habían logrado acumular durante sus años de vida.
Además es importante recalcar que “los economistas de la salud informan que en los países postindustrializados, alrededor del 18% del gasto médico promedio total en el transcurso de la vida de una persona corresponde al último año de su vida” (OPS: 148). Enfermedades entre las que se encuentran las cardiovasculares, la diabetes, las neumonías, las dos primeras en muchas ocasiones originadas por el sedentarismo, que deviene en la obesidad y eso posibilita la aparición de estos padecimientos.
CUANDO LA VEJEZ LLEGA
“En nuestro país, la emigración y urbanización han venido fragmentando las estructuras familiares tradicionales. Con eso se agrava la situación de los adultos mayores, quienes con frecuencia son marginados, tanto por la familia como por los distintos sectores sociales, con el argumento de que no aportan ningún beneficio y que, al contrario, representan una carga para quienes los rodean” (Quintanar, 2010: 8-9). Al respecto una constante que aparece en estos casos es la depresión, la cual es visibilizada siempre que aparezca un fallo en el tono neuropsíquico, ya sea pasajero o perdurable.
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Se trata de un estado sintomático y no de una situación inherente. La depresión puede variar desde un ligero abatimiento hasta el estupor; en su forma más ligera, el anciano infeliz tiene un sentimiento de incapacidad, desaliento, inutilidad y pérdida de interés por las actividades habituales. En la depresión un poco más profunda hay una constante tensión desagradable; cada experiencia se acompaña de pena, y el enfermo puede estar temeroso, preocupado, angustiado, agitado o perplejo y padecer un sufrimiento físico o emocional (Martínez citado en: Canto y Castro, 2004: 259).
quedan a cada persona” (OPS: 147), aspecto que ha de tomarse en cuenta y que según la OMS (2013):
De lo anterior deriva el papel fundamental que tiene la disciplina de la psicología en el campo de la gerontología, la cual en años venideros será una fuente de empleo y además exigirá la especialización de diversos profesionistas de la salud en el área.
Ante lo cual el psicólogo de la salud tiene un gran reto, pues tendrá que combatir o prevenir esos trastornos neuropsiquiátricos. Entre ellos sobresale la depresión, que es “la expresión facial característica es de decepción, desesperanza y temor; las comisuras bucales se inclinan hacia abajo y la mirada permanece fija. Los grupos de músculos antagonistas muestran cierto desequilibrio, con contracción ligera de flexores y abductores, de tal manera que aparece la llamada ‘actitud de flexión’ de la depresión” (Canto y Castro, 2004: 259 – 260).
En la actualidad la gerontología es vista y está dirigida a la atención sobre todo de personas adultas mayores que tienen o sufren alguna enfermedad que limita su movilidad ya sea física o psicológica, lo cual reduce esta intervención a un papel paliativo. No obstante, este enfoque tendrá que cambiar dado que al incrementar la esperanza de vida también se incrementará la cantidad de viejos/jóvenes -aquellos que según la edad biológica son ya viejos-. Mas debido al incremento de la esperanza de vida, físicamente estaremos hablando de gente “sana” y con mucho potencial. Con ello se abrirá una gran cantidad de mercados de productos y servicios para este nuevo segmento, el cual podría tener entre sus características estar jubilado, con tiempo de sobra que podrá ser utilizado de manera positiva o negativa. Lo anterior puede ser reforzado con que en la actualidad “el objetivo de los programas de la promoción de la salud van enfocados no a prolongar la vida indefinidamente, sino, ante todo, en dar la mejor vida posible a los años que le
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•La proporción de personas mayores está aumentando rápidamente en todo el mundo. Se prevé que en el año 2100 la cantidad de personas de 60 años de edad o mayores aumente más de tres veces. •La salud mental y el bienestar emocional tienen la misma importancia en la edad mayor que en cualquier otro periodo de la vida. •Los trastornos neuropsiquiátricos representan el 6,6% de la discapacidad total (AVAD18) en este grupo etario.
Es importante puntualizar que la salud mental influye en la salud del cuerpo, y a la inversa. Por ejemplo, los adultos mayores con enfermedades como las cardiopatías presentan tasas más elevadas de depresión que quienes no padecen problemas médicos. Por el contrario, la coexistencia de depresión no tratada y cardiopatía en una persona mayor puede empeorar esta última. Además hay que considerar que los ancianos son vulnerables al descuido físico y al maltrato. El maltrato de las personas mayores no se limita a lesiones físicas sino también graves problemas psíquicos, como la depresión y la ansiedad, producto en ocasiones de la pérdida de independencia, la soledad o incluso el abandono del que son objeto sobre todo por la familia.
Los AVAC (años de vida ajustados por calidad) y AVAD (años de vida ajustados por discapacidad) son términos de uso común en este contexto. Los AVAC miden los años de vida con una salud óptima, mientras que los AVAD representan una medida de los años de vida en relación con la pérdida de salud. Son los indicadores más utilizados para la evaluación de riesgos y beneficios. http://www.eufic.org/article/es/artid/medicion-carga-enfermedad-conceptos-AVAC-AVAD/ 18
“Las tareas más importantes de los profesionales de salud que atienden a las personas que se encuentran en los últimos años de la vida consisten en aliviar el dolor físico y emocional, prevenir o mejorar la pérdida de la función y volver a conectar a esas personas con algún tipo de ‘familia’, para que no tengan que hacer esta parte del viaje de la vida completamente solos” (OPS: 157). Por tal motivo, algunas de las acciones y orientación de las políticas es mantener activa a las personas y ampliar para poder cuidarse sin depender de otras, entonces se reduce el tiempo de dependencia. Desde la psicología, se combate la desesperación y la depresión, mas es necesario tomar en cuenta también la activación física para ayudar a prevenir enfermedades cardiovasculares, la obesidad y la diabetes, originadas por el sedentarismo, todo vinculado a desmitificar ideas tales como: “ya no lo puede hacer”, “es usted un inútil”, “sólo es un estorbo”; las cuales sólo promueven un desencanto de las personas de la tercera edad por la vida y los orilla a desperdiciar oportunidades. Ahora en un futuro de todos aquellos adultos/jóvenes que estarán ávidos de dar; ¿la sociedad estará preparada para este reto? o bien seguirá siendo el estigma de las sociedades modernas.
REIMAGINANDO LA VEJEZ
Actualmente el estigma de la sociedad ha contribuido a tener una imaginario de la vejez contrario a lo que es, sobre todo porque cuando se habla de un adulto mayor en el contexto actual es todavía un ser que ha entrado en el proceso económico y la prueba es que al presente se le han concedido labores como la crianza de los nietos. En una dinámica donde los padres salen a trabajar y a proporcionar el sustento para el hogar y tienen la necesidad de dejar a los hijos en una guardería o en su defecto con los abuelos; además, en caso de no tener algún ingreso darse a la tarea de buscar una solución para su manutención. Al respecto cabe destacar que hay casos en los cuales este sector dadas las condiciones de rezago económico sobreviven con lo poco que les proporciona el gobierno a través de programas sociales como 70 y más; con los cuales también se les suministra atención médica y algunas pláticas sobre nutrición y otras temáticas a las que asisten de manera obligatoria por ser requisito para contar con los beneficios del programa social. Sin embargo, no toda la población goza de este beneficio, el cual
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si bien es cierto es una ayuda económica, hay casos en las que las necesidades sobrepasan dicha ayuda; sobre todo si hablamos ya no de una cuestión meramente material sino de carácter psicosocial, en donde la sociedad ha creado ese imaginario de la vejez como aquello residual, orillándolos a ser dependientes de otros, cuando en la realidad son independientes y con un gran potencial. Según la Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores (2012) -en su Título Tercero de los deberes del Estado, la sociedad y la familiaafirma: Artículo 9o. La familia de la persona adulta mayor deberá cumplir su función social; por tanto, de manera constante y permanente deberá velar por cada una de las personas adultas mayores que formen parte de ella, siendo responsable de proporcionar los satisfactores necesarios para su atención y desarrollo integral y tendrá las siguientes obligaciones para con ellos: I. Otorgar alimentos de conformidad con lo establecido en el Código Civil; II. Fomentar la convivencia familiar cotidiana, donde la persona adulta mayor participe activamente, y promover al mismo tiempo los valores que incidan en sus necesidades afectivas, de protección y de apoyo, y III. Evitar que alguno de sus integrantes cometa cualquier acto de discriminación, abuso, explotación, aislamiento, violencia y actos jurídicos que pongan en riesgo su persona, bienes y derechos. Tarea que no basta con estar plasmada en un papel, sino que se necesita hacerla visible en la vida diaria y sobre que se reconozca el potencial de este sector. En esta labor, el psicólogo de la salud tendrá un papel predominante, ya que contribuirá también en generar ese cambio mental y desvirtuar el imaginario de que este sector es sólo un mueble más, y ante todo revalorar lo que significa ser viejo, Esta tarea
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implica mantener los cerebros ocupados y con ello disminuir su condición de vulnerabilidad para incidir en la calidad de vida, pues si bien es cierto nuestra esperanza de vida aumenta, habría que preguntarse si a la par la calidad de vida también.
FUENTES DE CONSULTA Canto, H. y K. Castro (2004) “Depresión, autoestima y ansiedad en la tercera edad: un estudio comparativo Enseñanza e Investigación” en: Psicología, vol. 9, núm. 2, julio-diciembre, 2004, México: Consejo Nacional para la Enseñanza en Investigación en Psicología. Disponible en: http://www.redalyc. org/articulo.oa?id=29290204 CONAPO (2011) Diagnóstico socio-demográfico del envejecimiento en México. México: CONAPO-UNFPA. Disponible en: http://www.unfpa.org. mx/publicaciones/Envejecimiento_F_14oct11.pdf Ley de los derechos de las personas adultas mayores (2012) Publicada en el Diario de la Federación. Disponible en: http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/245.pdf OPS (s/f) La tercera edad: de los 65 a los 100 años. Disponible en: http://publications.paho.org/spanish/PC_590_Tercera_edad.pdf OMS (2013). Aproximadamente un 15% de los adultos de 60 años o mayores sufren algún trastorno mental. La salud mental y los adultos mayores. Nota descriptiva N°381. Disponible en: http:// www.who.int/mediacentre/factsheets/fs381/es/
VIVIENDO LA EDAD ADULTA:
CUANDO LA VEJEZ
ESTÁ EN LA MENTE Eryck Colín Morosquieta19
Se dice que la vejez de un ser humano, es la etapa final de la vida de hombres y mujeres. Sobre todo porque biológicamente se presentan cambios que son degenerativos para el cuerpo y la mente de las personas en general. Esta situación genera en algunas personas temor, ya que el tema es relacionado con la muerte. Sin embargo, no todas piensan lo mismo. Pero, ¿qué es la vejez? La respuesta podría ser atendida por una serie de definiciones de los prestigiados organismos internacionales de la salud. Más allá de que manifiesta parámetros demográficos y clasificatorios, habría que subrayar los debates sobre temas como el maltrato, la discriminación, las enfermedades que padecen y que de alguna forma les impide realizar sus actividades de manera cotidiana.
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Alumno de 9º semestre de la Licenciatura en Comunicación.
Ante lo cual se plantea dar voz a los sujetos y ver la vejez desde alguien que la está viviendo. Para ello se entrevistaron a algunas personas de la tercera edad. Una de las primeras preguntas fue ¿qué es para ellos la vejez? Para el señor Miguel Ángel Moreno, de 62 años de edad, tiene que ver con lo siguiente:
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“La vejez para mí es una etapa de la vida en la cual se disfruta aún más la propia vida, porque uno valora más cada día que Dios nos da la oportunidad de seguir en este mundo para compartir nuestras experiencias con los más jóvenes…”. Como se puede observar, para muchas personas de la tercera edad como el señor Moreno la vejez es una etapa de la vida que se debe disfrutar como la juventud y que inclusive puede ser muy satisfactoria. Otra de las preguntas realizadas fue ¿desde cuándo se sintieron personas adultas mayores? Una de las respuestas más interesantes fue de la Señora Guadalupe Avilés de 58 años de edad que nos comentó lo siguiente: “Uno nunca espera sentirse viejo, pero el cuerpo nos dice lo contrario cuando empiezan los achaques y sólo nos queda disfrutar de la poca o mucha vida que nos quede por delante, pero yo no me siento vieja porque la vejez está en la mente y en mi mente soy una jovencita”. Aquí cabría evaluar la importancia de la salud psicológica de las personas de la edad adulta, pues independientemente de los achaques como suelen denominarlos, ellos se sienten con las ganas de seguir adelante y dar lo mejor de sí. Para ellos la vejez puede ser física, mas por dentro la juventud sigue viviendo. Para las personas, la vejez es más una clasificación social, pues ésta en muchas ocasiones es la que se encarga de hacer esa clasificación, como manifiesta el señor Ceferino Díaz de 73 años de edad: “Por supuesto que los viejos somos discriminados y lo peor es que esa discriminación viene de nuestras propias familias donde se nos ve como estorbos y que ya no les somos de utilidad, aunque los tontos son los que nos hacen a un lado porque no aprovechan la experiencia que uno tiene porque ha vivido más que ellos”. La respuesta que nos proporcionó el señor Díaz así como la mayoría de los entrevistados coinci-
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den en que no son un estorbo para la sociedad, aunque ésta los tilde como tal, sino que son personas que aún pueden ser de utilidad ya que ellos tienen más experiencia de vida y esa experiencia es desperdiciada por los jóvenes que no tienen claro como realmente fue, es y será el mundo. Aunque para la sociedad los adultos mayores no tiene ventajas sino que es una etapa de la vida que tiene múltiples desventajas. La señora Alma Rosa Benítez de 64 años de edad afirma que aunque: “Para la mayoría de las personas el ser viejo es la desventaja más grande que puede existir en la vida, para mí la vejez tiene la ventaja más grande de todas porque los viejitos como yo, aunque para los demás no lo parezca, somos sabios, porque durante nuestras vidas tuvimos errores que nos volvieron más fuertes para afrontar la vida y gracias a eso podemos ser consejeros de los más jóvenes para que sean mejores personas, lo que nos hace indispensables para que la sociedad sea mejor”. Como bien menciona la señora Benítez, la ventaja más grande que un ser humano puede tener ante la vida es la propia experiencia de la vida misma lo que me permite mencionar que como se considera que los niños son el futuro de la humanidad, las personas mayores son ese pasado que es necesario para forjar un mejor futuro para la humanidad. Ya para concluir, cabe mencionar que la adultez no debe ser la etapa de vida a la que nadie quiere llegar, ya que es de reconocer que la vejez es la etapa que conjuga toda la experiencia acumulada a través de los años. Es ella la que realmente nos definirá como seres humanos totalmente realizados dentro de la sociedad, sobre todo porque la vejez es una parámetro social que sólo define un estado biológico; para quien lo vive, la vejez es expresada en la juventud del alma y la mente, lo que se evidencia en cómo se perciben y reflejan a los demás.
¡RECUERDA!
Nada nos hace envejecer con más rapidez que el pensar incesantemente en que nos hacemos viejos. Georg ChristophLichtenberg (1742-1799) Profesor de física y científico alemán
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CIUDADANO LIBRE DE TODA SOSPECHA: LA IMPUNIDAD Y LA PSICOLOGÍA DEL PODER
César Figueroa Serrano20 Un inspector policiaco asesina a su amante… Deja intencionadamente evidencias regadas en la escena del crimen: huellas digitales, cabello, la marca de su calzado, un hilo de su corbata en la uña de la mujer. No sólo eso: al salir se regodea para ser visto por posibles testigos. Tiene una tesis: por su investidura, por su poder, es un ciudadano libre de toda sospecha. Entre la impunidad cotidiana de políticos u otros agentes que ostentan un poder público, entre ese cinismo habitual con sus dobles discursos y la búsqueda de sus intereses particulares, lo anterior pareciera una noticia leída entre líneas en algún medio informativo. No obstante, se trata de Investigación sobre un ciudadano libre de toda sospecha, película de Elio Petri aparecida en 1970. En ella se presenta una interesante reflexión sobre el poder público y su relación con la psicología los sujetos que lo ostentan. Muchos autores, desde diversos ángulos, han abordado de manera directa o indirecta el tema. Entre ellos están Ryszard Kapuscinski, quien disecciona el proceso en el que un hombre es devorado por el poder en El Emperador, vida de Haile Selassie y su dictadura en Etiopía; Mario Vargas Llosa y su Fiesta del Chivo; Tirano Banderas de Valle-Inclán; en el cine, Chaplin caricaturiza a Hitler en El Gran Dictador, también se tienen diversos retratos de Stalin o algunos de los documentales de Michael Moore; en México tenemos La Ley de Herodes o La dictadura perfecta. Investigación sobre un ciudadano libre de toda sospecha ganó el Gran Premio del Jurado del Festival de Cannes y el Óscar a la mejor película 20
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extranjera. Es protagonizada por Gian Maria Volonté y musicalizada por Ennio Morricone. Esta película forma parte de la trilogía del poder que Petri –cineasta italiano cuyos films tienen una conexión importante para suscitar una reflexión en torno a lo político- desarrolló en la década de los setenta. Junto con La clase obrera va al paraíso y El amargo deseo de la propiedad, Petri presenta un cine crítico desde una perspectiva de izquierda. En Investigación sobre un ciudadano libre de toda sospecha se reflexiona sobre la impunidad. Previo al asesinato, la perspectiva lúdica del Inspector se alimenta de recrear, junto con su amante, las escenas de los crímenes más sonados con la actuación de la mujer. Una de las secuencias más significativas es cuando ella le pide que la interrogue, que la haga sentir como una mujer de los interrogatorios habituales de la policía. Ahí se plantea uno de los resortes psicológicos del personaje: el Inspector dice que hay que intimidar al interrogado, que sienta que el interrogador es un ser todo poderoso que conoce hasta sus secretos y culpas más íntimas. Justo eso: hay que activar el sentimiento de culpa en el interrogado. Que se conciba como un niño desprotegido ante todo el poder de las instituciones del Estado. Ser todo poderoso entonces, ha de poner a prueba su propia impunidad. Comente el crimen y esparce las huellas que lo delatan. A la par, tiene como función perseguir a “jóvenes subversivos” del contexto político italiano de la época, con grupos de protesta y la persecución de guerrillas urbanas –incluso, durante la película, éstas lograrán colocar una bomba en una estación policíaca-. Entre sus funciones y su búsqueda de impunidad, paulatinamente necesita más riesgos, necesita satisfacer esa creciente sensación de impunidad que se le hace cada vez más grande. En esta historia, es cuando el personaje entra en crisis: esa necesidad creciente se ve confrontada con sus propios miedos y complejidades: se sabe de su impotencia sexual en su relación con su amante, sabe que a uno de los jóvenes sub-
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versivos no logra meterle miedo. No tiene ese control total fantaseado. Se confronta contra sus propios fantasmas. Tiene entonces que confesar su crimen ante sus jefes, no dejar a dudas que él fue el responsable. Requiere un castigo. Paradójicamente, es una confesión innecesaria: las autoridades, pese a la confesión no están dispuestos a castigarlo. ¿Cómo aceptar, por una crisis emocional de uno de los suyos, que esas cosas pasan dentro de las instituciones del Estado? Relación psicológica del hombre con el poder, crítica a esa ausencia de límites que la propia estructura social genera. Reflexión punzante sobre nuestras estructuras políticas, sociales y culturales. Esta película involucra un posible espejo con la vida cotidiana. Asimismo, un elemento medular: no es la perspectiva de un sujeto aislado con sus propias conflictivas generadas en un determinado rol; sino cómo la misma estructura hace emerger esos lados oscuros de nuestra individualidad y a la vez los tolera y requiere. Ante ello, una consigna: impunidad y psicología del poder rondan a nuestras instituciones. Nadie se atreverá a acusarlo por su cargo.
PUBLICACIONES Métodos de investigación y análisis de datos
en ciencias sociales
y de la salud (Psicología)21
Autores: Sixto Cubo Delgado, Beatriz Martín Marín, José L. Ramos Sánchez Editorial: Pirámide Año: 2011
En esta obra se presenta una perspectiva extensa e integradora de las técnicas y de los procedimientos que se desarrollan en la investigación científica aplicada al ámbito educativo, social y de la salud. Desde el punto de vista didáctico y pedagógico desarrolla una metodología muy innovadora. Así, cuando se presentan y desarrollan algunos de los diseños más importantes, se explica no sólo el procedimiento metodológico, sino también el modelo estadístico necesario para resolverlos. Dichos modelos se describen considerando la validez de conclusión estadística y desarrollan los procedimientos y técnicas necesarias para determinar si procede aplicar pruebas paramétricas o no paramétricas. A lo largo del contenido del libro, el lector encontrará respuestas a cuestiones como las siguientes: & #8722; Cuáles son las características del método hipotético-deductivo. & #8722; Cómo debo formular una hipótesis de trabajo. & #8722; Cómo debo hacer un contrabalanceo para compensar el error progresivo de una investigación. & #8722; Cómo resolver un diseño factorial y aplicar una ANOVA con SPSS. & #8722; Cómo aplicar con SPSS las pruebas necesarias para determinar si en un diseño de dos grupos aleatorios con pretest y postest debo aplicar pruebas paramétricas o no paramétricas. & #8722; Cómo desarrollar con SPSS un análisis factorial para hallar la validez de constructo de una prueba. & #8722; Cómo hacer un análisis de contenido de un grupo de debate. & #8722; Cuáles son las etapas para el desarrollo de una investigación histórico-educativa.
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La reseña es tomada de la editorial.
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LINKS En esta ocasión te compartimos los enlaces a dos convocatorias que esperamos sean de tu interés y sobre todo te animes a participar en las mismas.
http://www.congresopsicologiazaragoza.com/ Y también al 4º Congreso Global de Investigación Cualitativa en Salud “Diálogos y puentes por la salud intercultural” Mérida, Yucatán Marzo, 18 – 20 http://www.4global-qhr.uady.mx/ 32
Lineamientos Editoriales
REVISTA
PSICOSALUD
DN Psicosalud es una revista electrónica de divulgación de temas relacionados a la salud. Es editada por la Universidad de Ixtlahuaca CUI. Los trabajos puestos a consideración para que se publiquen deben cumplir con los siguientes requisitos: Deben versar sobre temáticas de interés para la psicología y salud. Se consideran enfoques teóricos, revisiones de libros, la práctica y la experiencia clínica. Deben ser textos inéditos y entregados en forma exclusiva para DN Psicosalud. Al ser una revista de divulgación, el lenguaje debe ser comprensible para todo público. Los textos deberán enviarse por correo electrónico a la dirección: diversus_nexus@ yahoo.com.mx, en Word para Windows de cualquier versión. Debe tener un manejo claro de las citas que se consulten. Para esta publicación se considera el sistema de citado Harvard –en cita textual (autor, año : pp), para paráfrasis (autor, año)-. Para bibliografía: autor, año, título del libro o del artículo, nombre de la revista (si es el caso), editorial, ciudad. En el caso de los artículos o ensayos deberán tener una extensión entre 6,500 y 15,000 caracteres. Por ensayo se entiende un texto articulado a partir de una tesis y sustentado con argumentación; por artículo, el texto que muestra avances de alguna investigación en curso. Al ser una publicación de divulgación, ambos textos deben moverse en la sistematización de estas áreas de conocimiento o expresión. En el caso de las reseñas o columnas deberán tener una extensión entre 2,000 y 2,500 caracteres. Las reseñas podrán ser acerca de algún libro, película, pieza musical o cualquier otra expresión que se vincule con el área de la salud. Se debe anexar una breve ficha curricular del autor que incluya al menos nombre, especialidad de sus estudios, ocupación actual, teléfono(s), domicilio y correo electrónico. El tipo de letra en que se entregará el texto es Times New Roman con tamaño de 12 puntos. El interlineado debe ser a doble espacio. El autor que envíe algún material acepta que todo texto se somete a evaluación del comité editorial. De ser aceptado, el autor admite también que todo texto puede sufrir alguna modificación editorial (corrección de estilo, diseño) si el comité de DN Psicosalud así lo considera. Los trabajos que no cumplan los requisitos no serán publicados y no se devolverán los materiales.