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La piedad popular según Francisco
manantial de su propia experiencia pastoral, en cercanía íntima con el santo Pueblo fiel de Dios.1 pueblos latinoamericanos.
«Y la esperanza no quedará defraudada, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado» Rm 5,5
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Cecilia J. Cofrancesco Profesora y Bachiller de Teología
Describir la Piedad Popular según el pensamiento del Papa Francisco es una oportunidad para contemplar con profunda admiración nuestra fe latinoamericana, rica en gestos y devociones. De hecho, todas las reflexiones sobre este argumento en su carta magna, la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, constituyen una síntesis muy personal que brota cual
Para comenzar, Francisco define a los pueblos como agentes de evangelización, incluidos los de América Latina. Esto acontece cuando la Buena Noticia se hace carne en las muchas y variadas culturas de la tierra. Es entonces cuando la Piedad Popular se nos manifiesta con especial fulgor, porque es «verdadera expresión de la acción misionera espontánea del Pueblo de Dios … una realidad en permanente desarrollo, donde el Espíritu Santo es el agente principal» EG 122.
Sin negar los tiempos durante los cuales fue mirada con desconfianza, Francisco la define citando la enseñanza de Pablo VI, y también la de Benedicto XVI. Con Pablo VI, 2 afirma que la Piedad Popular refleja una sed de Dios que solamente los humildes pueden conocer. Con Benedicto XVI,3 la presenta como un precioso tesoro de la Iglesia, en el cual aparece el alma de los
Vale pues caracterizarla, desde el Documento de Aparecida.4 Con este texto como faro, Francisco reconoce la Piedad Popular como mística, es decir, como verdadera espiritualidad, cuyo sujeto son los más sencillos. Ahora bien, una aclaración: no está vacía de contenidos, sino que los expresa de manera simbólica acentuando más el credere in Deum (la fe en sentido fiducial, creer en Dios) que el credere Deum (la fe en sentido intelectual, creer a Dios). Así las cosas, es una manera legítima de vivir la fe cristiana, que se sabe Iglesia misionera, comunitaria y peregrina por naturaleza. No es casual entonces que Francisco exclame: «¡No coartemos ni pretendamos controlar esa fuerza misionera!» EG 124.
Ya finalizando, nos topamos con un consejo: aproximarnos hacia la Piedad Popular con una mirada particular, la del Buen Pastor, quien no busca juzgar sino amar. Desde este emblemático ícono iluminador, el amor se erige como criterio de interpretación, por ser el único capaz de apreciar genuinamente la vida teologal allí presente: «Pienso en la fe firme de esas madres al pie del lecho del hijo enfermo que se aferran a un rosario aunque no sepan hilvanar las proposiciones del Credo, o en tanta carga de esperanza derramada en una vela que se enciende en un humilde hogar para pedir ayuda a María, o en esas miradas de amor entrañable al Cristo crucificado» EG 125. En efecto, para una mirada amante, los rosarios susurrados, las velas ofrecidas y los crucifijos venerados no constituyen búsquedas naturales de lo divino. Al contrario, «son la manifestación de una vida teologal animada por la acción del Espíritu Santo que ha sido derramado en nuestros corazones (Cf. Rm 5,5)» EG 125. De esta manera, con un lenguaje muy directo, sencillo y proporcionalmente efectivo, Francisco empodera la Piedad Popular en estos, nuestros tiempos. Más aún, nos impide menospreciarla, porque hacerlo implicaría desconocer la obra del Espíritu. Por consiguiente, nos convoca a alentarla y fortalecerla, porque su riqueza es siempre inacabada, como el mismo Amor que la engendra. Es más, para quien sabe leerlas, todas y cada una de sus manifestaciones expresan un lugar teológico, desde el cual Dios mismo se nos muestra y habla. Para verlo y escucharlo, el único requisito es prestar atención, con un corazón enamorado del Señor, el Viviente entre nosotros, su Pueblo.
Argentina. En el 2005 me nombraron comisionado de la pastoral católica en Buenos Aires de Scouts Argentina, y comencé a reunirme con Bergolgio cada tanto y de él fui sacando cosas maravillosas como la frase que siempre dice “queremos una iglesia pobre para los pobres”. De la misma manera que dialoga con todos él siempre me pidió que los Scouts Católicos estén en diálogo y dentro del Movimiento de Scouts de Argentina, y no separados en un círculo cerrado.
Daniel Genna Scouts de Argentina
Conocí a Bergoglio como obispo personalmente a partir de los años 2000 cuando Scouts de Argentina, en 1996 se reunió y formó un movimiento con distintas confesiones, y con Scouts católicos nos unimos a Scouts de
Ya en los años ‘70 veíamos que el camino era buscar a los chicos y chicas de los barrios más humildes y que entraran al Movimiento Scout que era algo maravilloso para ellos. Y empezamos a trabajar en las villas, incluso con el padre Mugica hasta que lo asesinaron. En el 2005 empecé en la villa 21- 24 y Jorge Bergoglio cada tanto venía a visitarnos, y en el 2009 cuando nuestra capilla pasó a ser parte de la Parroquia Caacupé, fue él quien nos bendijo.
Soy agrónomo y trabajé muchos años con el padre Pepe, en la escuela secundaria de adultos que se armó en la villa, y hoy ya jubilado sigo en contacto con muchos de los que pasaron por la escuela y siguieron estudiando.
Cuando lo nombraron Papa fue una alegría enorme. Francisco hoy sigue siendo una luz y siempre sus mensajes nos iluminan a todos, como lo fue en el barrio cuando venía y compartía con nosotros y nos acompañaba.
Padre Toto de Vedia
Parroquia Virgen de los Milagros de Caacupé
El día de su elección, nuestra querida villa 21 estalló de asombro y alegría. Naturalmente, los vecinos se congregaron en la Parroquia Caacupé como si fuera el obelisco en el festejo de un mundial de fútbol. Y decían llenos de emoción: “el Papa de la villa; uno de los nuestros llegó ahí”. Los villeros se sentían identificados y tenidos en cuenta.
A este primer Papa latinoamericano, que de entrada nos llenó de orgullo a los argentinos, algunos compatriotas de otros sectores sociales dejaron de quererlo cuando escucharon su prédica y el rumbo que empezó a darle a la Iglesia.
Este Papa del fin del mundo supo encarnar y hacer trascender esa “iglesia pobre para los pobres” que veníamos viviendo y soñando en las villas, en los santuarios, en las peregrinaciones juveniles a Luján y en tantas experiencias comunitarias de nuestra querida Patria Grande.
Quienes lo conocíamos de su andar por los pasillos de nuestro humilde barrio, no nos sorprendimos tanto al ver su humildad como Papa, sus grandes gestos de cercanía y apertura. Se asombraron los que no lo conocían...
Agradecemos a Dios por el re- galo que Francisco significa para la Iglesia y para el mundo.
Renovamos nuestro compromiso cristiano en este modo de ser Iglesia abierta, misionera, cercana, servidora y siempre peregrina, privilegiando a los más pobres y compartiendo la vida y la misión con ellos, como lo hizo Jesús.
Gracias, Francisco por tu entrega, por tus enseñanzas y por ayudarnos a soñar, a luchar y a cinos y amigas/os es la sorpresa de que el Papa sea “alguien de los nuestros”. no bajar los brazos nunca. Rezamos por vos.
Los escucho decir: “caminó nuestras calles, se metió en nuestros pasillos” “bendijo a mis hijos” “a mí me confirmó y tenemos la foto de ese día con él, en el comedor de mi casa”.
Más que impactar, Francisco sorprende. Sorprende y asombra su sencillez, su cercanía, su relación de persona a persona.
María Felicitas Nesi - Religiosa del Sagrado Corazón. Parroquia Virgen Inmaculada Soldati.
El impacto de Francisco en nuestros barrios es en primer lugar el que nuestra gente guarda en su memoria afectiva desde años atrás, cuando Francisco, siendo todavía el Cardenal Bergoglio, nos venía a visitar. Es un impacto emocional.
Lo que recojo de nuestros ve-
Sus gestos y actitudes que nunca se desmienten.
Esperar su llegada en un auto lujoso y ver que se volvía a pie, en el premetro. Encontrarlo en el subte, viajando como uno de tantos...
Y escucharlo hablar en un lenguaje cotidiano, familiar, que todos entendemos. Sin retos, sin sermones... En ese lenguaje que consuela porque ¡”Dios tiene entrañas de misericordia”!
¡Francisco sorprende y llega a todos!
En el 2015, Francisco viajó a Paraguay y nuestra parroquia organizó un viaje que rebalsaba de paraguayos. Bajo dos días de intensa lluvia, siguieron a Francisco peregrinando con la Vir- gencita de Caacupé. Allí todo fue camino de fe, de encuentro y cercanía. A Dios se lo palpaba en los gestos, en el rezo del rosario, en la peregrinación. Y Francisco los acogía y les hablaba desde ese lenguaje que todos y todas entendían. Como en Pentecostés.
“Tenemos un Papa que es un líder planetario, es de nuestra tierra y que tuvo que ver con el origen de nuestra decisión de querer trabajar con los más pobres. O sea, estos mensajes de Francisco tienen que ver con ese Bergoglio que nosotros conocimos en las villas”. Padre Pepe Di Paola
¡Francisco vivió y compartió junto a ellos esa religiosidad popular que nuestra gente lleva en sus entrañas! Y los jóvenes escucharon que los animaba con ese mismo hablar de ellos, casi atrevido: “¡Hagan lío!”
¡El impacto de Francisco es convocante. Y convoca desde la fe de nuestros pueblos!
Otro momento fuerte en nuestra Parroquia fue el viaje del padre Adrián con los tres muchachos del Hogar de Cristo a Roma, invitados desde la Fundación Casa del Espíritu y del Arte donde, los pibes que fueron, participan en el proyecto del ‘Laboratorio de hostias’.
Allí Francisco los recibió en el Vaticano, en un largo y cálido encuentro que duró mucho más tiempo que el asignado para sus entrevistas oficiales. Mate de por medio, como buen argentino...
“Cómo podía imaginar que viniendo de estar en situación de calle, hoy yo podía estar con el Papa, en Roma” comentaban al volver…
Francisco impacta porque su acogida dignifica. Hay algo de la dignidad personal que se restaura al sentirse recibido por Francisco.
Pepe Vallejos, el gaucho del barrio 21-24
Soy de Misiones y vivo en el barrio 21-24, en Barracas, desde 1987. Recuerdo que el día del nombramiento de Francisco en ese momento no caía, si estaba con nosotros hacía poco, pensé. Incluso tengo una foto con él, justo antes de que se vaya, porque siempre venía de visita a la parroquia, entonces le digo a mi señora, dale vamos a sacarnos una foto antes de que sea Papa.
Como Cardenal solía venir al barrio y compartir mucho con nosotros. Cuando le decían “Monseñor” él respondía “a mí decime Jorge”.
Bautizó a muchos niños, llegaba hasta esta parte del barrio y tocaba la imagen de la Virgen Milagrosa que estaba en la pared de mi casa, ahora que ya me mudaron les dije llévense todo menos esta pared, incluso pedí ese pedazo de pared y lo tengo conmigo.
Recuerdo un día en un pasillo que estaba feo para caminar por el barro, una mujer le puso unas tablas de madera para que no se embarre los pies y él directamente pisó el barro “Aquel que no se ensucia los zapatos es un vago”, dijo en esa ocasión.
Además siempre nos enseñó a rezar por el otro, no estar pidiendo por uno mismo, uno tiene que rezar por el otro y el otro por otro y así la cadena, por eso entendimos cuando él pidió recen por mí.