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“¿Hasta cuándo las víctimas vamos a seguir c
Trabajo desarrollado por alumnos de la Facultad de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad Sergio Arboleda, quienes se entrevistaron con las víctimas a través de la Fundación Victímas Visibles , a ellos agradecemos su esfuerzo y dedicación .
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contando la historia entre nosotros mismos?” Con estas palabras de Delis Palacios, Víctima de la masacre de Bojayá, recordamos la necesidad de las víctimas de ser escuchadas; de ser dignificadas y reparadas.
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Muerte a la bestia humana Alejandro Obreg贸n, 1983
Obra pintada a ra铆z del asesinato de Gloria Lara. Una reacci贸n inmediata, llena de dolor y asco lograda con matices rojos y p煤rpuras qu rechaza la violencia.
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La
Bestia
La violencia siempre ha sido fatal y aterradora. Por años alimentó un mar de sangre que fue tinta escarlata de la pluma con que se escribió la historia y siempre terminó en muerte
Como un ladrón en la noche llegó la bestia humana a la capital de la montaña. De esta impresionante y agreste formación rocosa descendió la maldición hecha hombre y a su paso una pincelada de sangre marcó la geografía. Uno por uno cayeron los hombres que encontraron en el arado su bastón y en la tierra su futuro. Orgías de muerte se celebraban continuamente en la capital de la montaña. Por años la guerra se desató sin tregua. Cadáveres se apilaban en las memorias y esa imagen diabólica se apoderó de la voluntad y el aprecio de los habitantes por su tierra. El miedo se hizo viento y la lágrimas cicatrices. Uno por uno los restos de hombres se arrastraron sobre el suelo que un día araron hasWD GHVDSDUHFHU +R\ HQ VXV KRJDUHV HVFDODQ ODV UDPDV GHO ROYLGR \ ÁRrecen pétalos en soledad. Son fortalezas impenetrables vigiladas a la redonda por centinelas que siempre esperan el más ligero de los pasos para germinar entre fragmentos de proyectiles, pólvora negra, tuer-
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Hasta mayo de 2011 el Gobierno de Colombia registró más de 3,7 millones de desplazados. ONG como la Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento (CODHES) consideran que la cifra real de desplazados por el conflicto armado desde mediados de los años 80 supera los 5 millones de personas.
cas, tornillos y vidrio triturado; un acto suicida que le arrebata a su invasor las extremidades para llenar con ellas una tumba de restos humanos. Estos hombres cambiaron la vida rural por la necesidad de sobrevivir con su familia. Pero siempre fueron inciertos forasteros en tierras nuevas, condenados a ser perseguidos por la bestia humana. Tras su visita llegaban maldiciones, bombas que cobraban cientos de vidas y dejaban esquirlas de temor en la piel. Fueron recibidos como victimarios tras haber sido víctimas, extraños en una ciudad que los recibió como culpables y los condenó como actores. Las fiestas de bienvenida las protagonizaron índices que señalaban entre susurros, cuestionando su presencia y obligándolos a cerrar las puertas; a vivir sin hacer parte de la sociedad, aunque dentro de ella. Las voces de sus iguales ahogaron las suyas y contra su voluntad los enlistaron en un bando o el contrario, cuando no pertenecían a ninguno. Pero no podían volver a su tierra. Ni el silencio, ni la soledad los acompañan.
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Ni la incertidumbre, ni la duda los entienden. Solo ven cuerpos de espaldas, ciegos por la venda que llevan en sus ojos, ignorantes de la realidad, de su realidad, de la realidad que viven día a día. Así no se puede sobrevivir. Todos los intentos llevan a lo mismo, al rechazo y la incomprensión, a ser invasores en una ciudad que no quiere recibirlos porque llevan la cruz de víctimas tatuada en el rostro. Los persigue la bestia humana, los convierte en una maldición que lleva sequía bajo sus pies y los encierra en muros invisibles imposibles de penetrar, prisioneros de un reino que busca exiliarlos pero no tienen potestad para hacerlo. Miles de hombres, mujeres y niños caen desesperadamente hacia el abismo de la indiferencia cada día. Hace más de 50 años las tinieblas lo dominaron todo y en la actualidad continúa su lucha por recuperar el terreno perdido. En memoria de todas las vidas que se apagaron, almas sobrevivientes luchan constan temente por ser recordadas y que sea restablecida su dignidad. La bestia humana es una amenaza permanente, sostenida; un fantasma dominante, egoísta, que se impone. Se filtra como niebla incontenible que lleva el infierno a donde menos lo esperan, que se abre paso con ráfagas de fuego y encadena almas que pierden la fe tan pronto como la llevan al punto más alto. En un calabozo apocalíptico viven la peor de todas las pesadillas. El encierro los rodea con sus brazos, la incertidumbre carcome sus entrañas y el olvido oxida su esperanza.
El asesinato de Ana Rosa Calderòn Fernando Botero, 1969 Testimonio de las barbaries irracionales del país. Historia de violencia cotidiana extraída de las páginas de suceso de los periódicos.
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el ACNUR respondi贸 favorablemente a la solicitud del Gobierno de Colombia. En junio de 1998 abri贸 una oficina en Bogot谩 con el prop贸sito de contribuir al fortalecimiento de la capacidad nacional de respuesta al problema del desplazamiento.
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Los que quedan también libran su propia lucha. Se convierten en hijos de la injusticia y testigos de cómo cada palabra dicha evoca a la bestia humana, incluso aquellas que se dicen en silencio, que sólo uno puede escuchar mientras siente los latidos del corazón subir por la garganta. La soledad llama a las culpas y los remordimientos infectan la mente, entonces comienzan las preguntas.
"Cuando comencé en la Asociación yo no sabía nada de nada, escasamente trabajar el arado que es lo que siempre he hecho siendo campesina. Hablar me daba vergüenza hasta que me dijo una persona: -me hace el favor y se para ahí y pone su frente en alto porque usted es un ser humano que tiene derechos y dígale a la gente qué es lo que le gustaría que le dieran, para que ellos se sientan identificados con usted”
Violencia Alejandro Obregón, 1962
Obra contundente, rigurosa y clara que muestra el cadáver de una mujer que se funde en el lienzo. Parte de un conjunto de pinturas que protestan conta la incivilidad.
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Créditos 2012, CRÓNICAS SOBRE VÍCTIMAS EN COLOMBIA Dirección Editorial JUAN CARLOS RAMOS HENDEZ Diseño, ilustración, texto y maquetación: PAULA DANIELA DELGADO GOMEZ Corrección de estilo: CAMILA GIL
Con el apoyo de: FUNDACIÓN VÍCTIMAS VISIBLES COMUNIDAD DE MADRID UNIVERSIDAD SERGIO ARBOLEDA Printed in Colombia / Impreso en Colombia
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... ESPERE LA PRÓXIMA SEMANA OTRA CRÓNICA SOBRE LAS VÍCTIMAS EN COLOMBIA!
NO MAS LÉELAS, SUS HISTORIAS HACEN PARTE DE NUESTRA HISTORIA.
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