mayo 2021 nº 56
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BIRMANIA/MYANMAR: Golpe militar y frustración democrática
Tino Brugos El pasado mes de febrero nos sorprendió la noticia de un golpe de estado militar en Birmania, país ahora conocido como Myanmar. Hubo una época en la que los golpes de estado abundaban en los países dependientes y eran protagonizados por sectores militares opuestos a cualquier transformación política, por moderada que fuera. En el actual desorden mundial, se han consolidado dos criterios políticos, Derechos Humanos y democracia, para garantizar la inserción de cualquier estado en los organismos transnacionales por más que, en muchos casos, esos paradigmas se encuentran vacíos de contenido. Birmania es uno de estos casos. Independizada en 1947, apenas ha conocido periodos de normalidad democrática, alterada siempre por la intervención de un Ejército (el Tatmadaw) que trata su propio país como si fuera un negocio particular. Tampoco faltan la guerra y las violaciones masivas de los DDHH que aparecen como secuela de los conflictos. Invadida por los japoneses durante la II Guerra Mundial, Birmania recuperó su independencia poco después del final de la contienda. Las reivindicaciones na-
Secretariado de la Confederación Intersindical. SUATEA cionalistas, fuertes antes de la guerra, se convirtieron en un torrente que obligó al colonialismo británico a reconocer la independencia casi al mismo tiempo que la India y Pakistán. Las fronteras del nuevo estado fueron fijadas por la potencia colonial que unificó dos áreas que, durante la época colonial, tuvieron modelos administrativos diferentes. El centro del país, donde vive la mayoría de la población étnica birmana tuvo un dominio directo de la metrópoli mediante gobernantes nombrados desde Londres, mientras que en las áreas montañosas fronterizas, donde viven diversas minorías étnicas, existió un dominio indirecto que respetó las instituciones tradicionales a cambio de