Don Javico, El Curandero

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DON JAVICO, EL CURANDERO por Niwen Bea


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DON JAVICO, EL CURANDERO por Niwen Bea

Desde el pasado viviendo y creando hoy 2013 Lima - PerĂş


Copyright© 2013 por Tomás Rouzer. Todos los derechos reservados. Partes de este libro pueden ser usadas o reproducidas como citas con la debida mención explícita de los derechos de autor. El uso de los dibujos requiere permiso escrito del autor o editora. Desde el pasado viviendo y creando hoy Publicado por Consciencia Creativa ≈ conscienciacreativa.com Perú - Lima PRIMERA EDICIÓN 2013

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Editado por: Lidia Elías Diagramación: María Luisa Mori Dibujos de tapa e interiores: Niwen Bea ≈ Tomás Rouzer© y Ronon Mano© Rouzer, Tomás Don Javico, El Curandero / por Niwen Bea ≈ Tomás Rouzer 1. Jardín Botánico. 2. Consciencia. 3. Ayahuasca. 4. Plantas Medicina. 5. Shamanismo. 6. Merayas. 7. Cambios Culturales. 8. Invasiones. 9. Comunidad Shipibo. 10. Naturaleza. 11. Consciencia Creativa. 12. Espiritualidad.


Índice Don Javico, la Ayahuasca y el Turismo Shamánico en la Selva Amazónica La Canoa La Cushma Las Lluvias La Casa Lecciones Inesperadas La Noche Reflexionando Cocinando Ayahuasca Esculpiendo Diseños Ser Meraya Los Animales del Meraya Tratamientos Invasiones Jardín Botánico Las Plantas

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Don Javico, la Ayahuasca y el Turismo Shamánico en la Selva Amazónica

o conocí a don Javico cuando tenía mediana edad. Había viajado por el mundo. Estudió filosofía y psicología en Europa. Creo que se cansó de tanta actividad mental y que extrañaba a su selva. Lo más curioso es que regresó, abandonó todo ese mundo intelectual y se fue desvistiendo hasta tocar sus raíces de nuevo y volver al llamado de la ayahuasca. Sabe mucho y no sale de su comunidad. Es un enamorado de su cultura y sus historias ancestrales. Habla con franqueza y abierta honestidad cada vez que le escucho. Es defensor sólido de su patrimonio y me fascina cuando explica cosas. Generalmente usa imágenes de su entorno para ilustrar sus puntos. Esta historia es lo que me contó de una reunión de visitas, personas que venían de la ciudad y otros países a su comunidad para aprender de la ayahuasca. Él les reunió a todos juntos en la maloca y dijo que hablaría en la noche sobre las tradiciones y la toma de ayahuasca según los ancestros y los abuelos. Y de yapa hablaría de las dietas, el dinero y el sexo entre otros temas interesantes. También les avisó que no iba a contestar preguntas ni dar información más allá de lo hablado porque ellos deben quedarse con sus propias preguntas y desde su experiencia de vida, contestarlas dentro de sí. No importa cuánto tiempo toma-quizás años. “Su experiencia directa y consciente es el camino,” les advirtió. Imaginemos la escena. La maloca es un edificio hexagonal con techo de hojas secas en forma de cono. El piso y las paredes están hechas de madera y las ventanas van desde la cintura hacia arriba, todo alrededor. Es un edificio central de la comunidad, lugar de reunión y curación. Es el edificio corazón de la comunidad que está situada al costado del río que mueve con rapidez y agitación por las lluvias. La maloca está en un claro encima de una pequeña colina, rodeada de vegetación y los sonidos de la noche. Hay 23 personas sentadas en círculo, en el piso,

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con sus mochilas y botellas de agua. Algunos hablan entre sí y otros esperan entre quietos y ansiosos para la reunión con el maestro curandero. La indicación es sentarse en la noche sin nada de iluminación hasta llegar el maestro. El día se hace noche y la oscuridad es densa y cerrada. Las estrellas abundan. Don Javico, bajo de estatura, parco de expresión, vestido de cushma y corona fuma su pipa con cachimbo y entra en la maloca cuando ya se ha caído la noche. “Buenas noches,” exclama al círculo de personas que han venido a verlo. Hay turistas extranjeros de varios países, algunos parientes con diferentes malestares y unos pacientes suyos que está tratando. Su entrada produce silencio y expectativa. En la oscuridad prende una vela que ilumina su cara arrugada de abuelo sabio. Es conocedor de las tradiciones de su cultura y consciente de los cambios que van ocurriendo con la modernización y su imposición cultural. Ha venido a hablar con los invitados sobre la ayahuasca, las dietas y el turismo shamánico.

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Sisea y toca su tambor suavemente para abrir la ceremonia. Poco después comienza a soplar el viento con cada vez más fuerza, trayendo las palabras que van a fluir a través de él. Los yarina tocan sus castañuelos, anunciando la llegada de Niwe y sus dietas. Hay temor y alarma entre los concurrentes mientras don Javico fuma su pipa con calma y sisea suavemente, apaciguando los ánimos y abriendo un espacio de receptividad y reflexión. En el silencio el viento se va calmando de a pocos hasta convertirse en una brisa agradable que acaricia la piel en una noche calurosa. Hoy les voy a hablar al dejar que el viento Niwe me atraviese. Tiene un espíritu fuerte y habla desde las alturas y las raíces. Abre tu mente a la perspectiva de todas las perspectivas …. Abre tu corazón a ese lugar de paz interior y a la sensación de que todo está bien …. Suaviza tu abdomen y respira profundamente, dejando que el aire entre en las profundidades de tu cuerpo, limpiándolo de toxinas y de negatividad …. Busca a tu ser sabio en tu interior y escucha al viento como recibiendo nutrición para tu banco interior …. Siente tu conexión con la energía de la tierra al inspirar y llenarte con su energía, y al


espirar, mándala de regreso …. Siente tu conexión con la energía del universo a través del sol, y al inspirar, llénate con esta energía por tu corona abierta, y al espirar mándala de regreso … En el silencio que siguió a esta invocación se sentía una nube de paz y bienestar descender sobre todos y entre todos. Don Javico sopla el humo de su pipa sobre sí mismo como si estuviera creando una nube de protección y entrada a los mundos invisibles. Su voz se pone más grave y lenta, como midiendo sus palabras. Estamos reunidos acá para aprender y reflexionar cada uno en su propio corazón. Esta maloca es un gran corazón que nutre a nuestros corazones que nutren al Gran Corazón que nos está uniendo esta noche. Les voy a pedir abrir sus mentes, sus corazones y sus espíritus. El Gran Espíritu de Niwe les habla a través de mi boca. Escuchen bien y recuerden lo básico de lo que les expreso. La cultura shipiba es milenaria. Los curanderos que usamos ayahuasca hemos sido llamados a usarla para aprender y curar y no lucrar con ella. Hay muchos tipos de curanderos y curanderas que usan otras plantas para las dietas sin estar metidos en la ayahuasca hasta que les llame. La decisión de entrar es un llamado para toda la vida. Es un compromiso completo. En este país la ayahuasca es ya considerada patrimonio cultural de la nación por ser una planta sagrada. Quiero hablarles con franqueza esta noche acerca de esta nueva cosa que se llama turismo shamánico. Les voy a explicar acerca de la forma que usamos para tomar ayahuasca como curanderos que seguimos las tradiciones antiguas. En la larga pausa se escucha la música de los sapos y los grillos, las aves nocturnas y el ladrido de uno que otro perro guardián como si estuvieran acompañando al viento que sale con las palabras expresadas por el maestro. Ustedes quieren tomar ayahuasca, curarse de algo. Por qué? Ayahuasca está considerada la madre de todas las plantas y su espíritu es tan fuerte que la consideramos médica

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curandera por excelencia. Su ingestión deja huella en el cuerpo, la mente, el corazón, y el espíritu por lo menos unos tres a seis meses pero en realidad sus efectos quedan por un año. Una toma, entonces, es de suma profundidad, y se requiere de una preparación previa que no es de los libros y una baraja de información de otros. Es una experiencia vital y directa.

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Primero, uno debe darse bastante tiempo (semanas, meses, un año o más) para definir para sí el por qué quiere tomar ayahuasca, qué espera de su experiencia, qué trae a la ceremonia, y con qué actitud entra. Si quieres tomar ayahuasca para curar, resolver o dar una solución mágica a una problemática personal, es probable que no ocurra en la primera toma. Si tomas ayahuasca para tener bonitas visiones, es probable que las tengas y que la ayahuasca te cierra desde allí. Si quieres aprender de la ayahuasca y su universo, es un proceso largo, retador y transformacional en tu vida. Pero eso significa quedarte sin piso, con incertidumbre, y necesitar bastante fuerza y auto-disciplina interior. No viene de golpe, es de un rigor invisible que endereza y fortalece, sólo si halla la humildad y apertura para recibir sus enseñanzas. Invita a soltar el control y dejarte llevar y atravesar mundos absolutamente no humanos. Nos devuelve a nuestras raíces y nuestra esencia. El proceso es conflictivo y multidimensional hasta aprender a hacer puente entre estos mundos de forma consciente. El aprendizaje es de toda la vida. No lees ni entiendes su poder como lo entendemos los curanderos shipibos que somos cuidadores y aprendices de los árboles y las plantas que tienen sus espíritus fuertes que ayudan a curar. Suspiró, se calló y dejó que el viento llevara sus palabras con su mensaje. Esperó hasta sentirse llamado a hablar de nuevo. Tú vienes buscando a alguien, conocedor del mundo de ayahuasca que podría ser tu maestro. Cuidado. Acá es donde muchos de ustedes, especialmente los extranjeros, se equivocan con su apuro. Es un paso gigantesco en tu vida tomar ayahuasca y relacionarte con un maestro ayahuasquero. Antiguamente tomamos nuestro tiempo para ir conociendo a quien


elegiríamos como nuestro curandero acompañante en nuestras vidas. Hoy nos apuramos y nos equivocamos con nuestra vehemencia. Esto produce resultados complicados. Después de prepararnos, como les dije, es importante escoger a un buen curandero o curandera que tiene experiencia con las plantas y ayahuasca. Hoy en día no es tan fácil porque el turismo shamánico ha distorsionado los valores y las enseñanzas antiguas con el afán de ganar dinero y darles a los turistas lo que quieran para asegurar los ingresos. La búsqueda de un maestro no es cosa de un solo día. Los más conocidos no son necesariamente los mejores iniciadores. Tienes que buscar o dejar aparecer un maestro con los ojos bien abiertos. Si vienes de otro país o una ciudad de este país, llegas a otra cultura con otra cosmovisión. Es importante tener suficiente humildad para aprender de alguien de otra cultura y dejarle llevarte por este camino. El error de los que vienen de afuera es comparar y juzgar la experiencia con su sobrecultura de origen. Parte del proceso de meterte en el mundo de ayahuasca es hacer limpieza y dietar una planta antes de la toma. Una dieta puede durar poco tiempo pero lo más recomendable es una semana o 15 días antes de la toma. Un curandero no es sólo aquél que prepara ayahuasca y tiene ceremonias todas las noches. Quien tiene una relación con la ayahuasca como planta sagrada y las otras plantas como medicinas para vivir puede ser músico, artista, comunicador social. Su vida y su buena fortuna están en la ayahuasca. Si la ayahuasca te lleva a cierto curandero por el simple hecho de estar pensando en tomarla, es recomendable quedarte con ese maestro, tener una primera toma y si vuelves a tomar después de seis meses a un año, que sea con él o ella y no otros nuevos. La planta te llevó hacia ese maestro por razones todavía no evidentes. Los turistas que vienen se van con adornos, una imagen de su experiencia pero en realidad ni han tocado la superficie de nuestra cultura que canta y vive con las plantas medicinales. No saber, no imponer, aceptar lo ofrecido y abrirnos a otra forma de entender y vivir nos enriquece emocional y espiritualmente. Volvemos a conectarnos con nuestra unicidad y

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nuestra particularidad de cada uno a la vez. Los curanderos viejos hablamos entre nosotros y nos decimos que si no nos cuidamos, pronto vamos a sentirnos como monos en un parque zoológico poniendo a nuestros hijos en venta. O nos dicen por nuestra forma de vivir con los ancestros, “Ustedes nos van a salvar.” No lo creo. Nos salvaremos a nosotros mismos cuando volvamos a vivir en armonía con la naturaleza y nuestro medio ambiente como comunidades responsables, conscientes y creativas. Nuestra edad promedio de mortandad es de 40 años por causa de las enfermedades modernas de sida, cáncer y diabetes. Los viejos que vivimos y que han vivido muchos años en nuestra etnia nos hemos llenado de la energía de las plantas y las dietas. No nos enfermamos. Pausa y deja entrar el mensaje mientras prende su pipa y escucha a la noche. Resume.

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Ya has decidido tomar ayahuasca y has encontrado a un maestro o a una maestra. Te va a pedir una dieta. Le hablarás de tu cuerpo y tu salud, tu vida y sus lecciones y problemas por resolver, hablarás de cómo va tu vida y lo que buscas. Ésta será LA conversación porque una vez acabada, el maestro buscará la planta más adecuada para dietar y preparará la medicina que tomarás bajo su tutela. Empezarás la dieta, quizás, con una ceremonia para ver a tu cuerpo adentro y cómo comienzas la dieta. La ayahuasca ayuda al curandero ver más allá de lo aparente y a niveles sorpresivos. Una dieta no es para bajar o subir de peso. Es un ritual de limpieza que te prepara para la ceremonia con la madre de las plantas. La dieta básica y usada por cientos de años es el pescado boquichico o pollo asado, plátano y chapo, un refresco dulce por el azúcar natural en el plátano maduro y sabio que está listo para dar su energía. En la dieta no comerás sal ni azúcar, ni cebolla, aceite, ajo, condimentos fuertes. No comerás nada helado, nada de licor ni chancho que está considerado carne no sana. No hay nada de sexo en la dieta. Así todos los vicios corporales surgen a la consciencia y tendrás la oportunidad de practicar tu fuerza y autoconocimiento. Otra cosa importante. Estás conectado espiritualmente con ese maestro y no debes ir buscando a otros una vez que eliges a un maestro para la toma. No buscarás a otros sin haber experimentado la ayahuasca con el maestro elegido que guiará tu proceso por los escalones para conocer a la madre planta.


Una dieta significa que estarás a solas por 8 a 15 días sin aparatos electrónicos, celular, computadora y otros objetos que usamos como música, libros y cosas que distraen. Es un tiempo para sentir y mirar hacia adentro. Comerás una o dos veces por día. La persona encargada de la dieta te cuida con las comidas, los baños con plantas y una que otra medicina pero no se sienta a tu lado para charlar, informar o explicar. Irás al baño y te refugiarás en tu ramada o casita. No sólo limpiarás a tu cuerpo sino también tu mente y tus emociones. Sentirás muchas cosas y muchas de ellas proyectarás en quien te atienda, con rabia, intentos de control, tristeza, comparaciones culturales, reacciones automáticas frente a la incertidumbre, la inseguridad y el gran reservorio de miedo que hay adentro. Toda esta limpieza es fuerte, removedora y absolutamente esencial para una buena toma de ayahuasca. Según el curandero o la curandera que oficie, tomarás ayahuasca a comienzos y a finales de la dieta para ver cómo llegas y cómo ha entrado en ti la dieta. Lo recomendable después es procesar la experiencia personal con el curandero y después de salir de su mundo, estar atento a tus reflexiones, reacciones, visiones, sueños, y sensaciones. No hay que tener miedo porque la planta todavía actúa en tu sistema. Aquellos que inmediatamente buscan a otro curandero para tener una nueva experiencia están apurándose y van quitando el poder de la toma. Es recomendable no hacer otra ceremonia por 6 meses a un año y observar en ese lapso de tiempo los cambios que van ocurriendo y los caminos que se van abriendo. Se escucha a la distancia el trueno de una tempestad que está por venir. El viento sopla más fuerte y la temperatura baja produciendo una ola de frío. Don Javico alza la voz para hacerse escuchar con el canto del viento.

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Voy a hablar de un tema complejo y delicado- el sexo. Los curanderos que estamos llamados por la ayahuasca practicamos con consciencia juntarnos dentro de la etnia para mantener el linaje ancestral abierto. Es algo que tiene que ver con la sangre. Si el maestro o la maestra sale fuera de los parámetros del llamado de ayahuasca, la planta tarde o temprano dará su respuesta. Si un curandero deja a su mujer e hijos por una extranjera, perderá no sólo su conexión con su cultura sino también el apoyo de la planta que es seductora, celosa y demandante. Las mujeres extranjeras que forman pareja con su maestro joven y les embrujan con su belleza, dinero y promesas deben pensar con mucho cuidado. Pocas se someten a la vida comunitaria bajo las reglas de juego de la cultura de la tierra. Llevan una necesidad de amor, una pareja exótica, estar en una posición de poder al querer “ayudar”, “mejorar” o “modernizar” al curandero joven. Pero a SU manera. Y actualmente hay un nuevo fenómeno de los extranjeros mayores que buscan a mujeres shipibas más jóvenes y mejor si son curanderas. Todo esto hace que el curandero con pareja extranjera deje atrás un camino auténtico de raíces y la situación se convierte en otra forma de colonialismo a pesar de la red informática que nos une electrónicamente. Demasiados jóvenes shipibos distorsionan a sus orígenes al querer convertirse en curanderos para atraer a una gringa o a un gringo como puerta de oportunidad en el proceso de modernización que va invadiendo la selva étnica. Si estás para tomar la planta y no sigues estas indicaciones, el maestro sabrá que has roto la dieta porque le afectará a él y su familia por sangre. Las responsabilidades acá son mayores y de los dos. Y como ya he dicho, estarás a solas contigo y con la indicación de no hablar con nadie, ni los chicos ni la persona que te atiende en el sentido de sentarse a charlar, investigar, sacar información. Saludarás y si hay algo que necesitas tener atendido, lo dirás. Aceptarás lo que se te ofrece. Aunque vegetariano, lo dejarás, sí que sí, para la dieta. Boquichico es un pez de boca chica para ayudarte a cerrar la boca y dejar que su espíritu te lleve por el río para conocer a la madre. El plátano y el pollo te conectan con la tierra y la resina curativa de la planta. El chapo es igual y te conecta con un ritual de los curanderos ancestrales de preparar chapo y tomarlo como medicina rica que te llenará. Es recomendable

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tener cuaderno y lapicero y colores si quieres pero nada de celular, computadora, radio, libros ni filmadora. Una cámara sí pero se sugiere no usarla con la comunidad sin pedir permiso. Hay quienes sienten que les robas su alma cuando les sacas fotos. Pasarás tus días y tus noches a solas, estarás en medio de tu vida, y pronto te darás cuenta si estás presente o no, y si estás en tu cuerpo o tu mente, tu corazón y su mundo emocional o tu espíritu. Reduces tus actividades a lo esencial- pararte, sentarte, echarte, comer, ir al baño y descansar. Suena bonito. Será bastante difícil para ti si estás con muchos miedos, turbulencias internas y no estás acostumbrado a no hacer nada excepto estar a solas contigo y reflexionar sobre tu vida. Esta es la esencia de una dieta. Y aunque hayas tomado ayahuasca cien veces, cada dieta y cada ceremonia es comenzar de nuevo con mente de principiante sin saber o anticipar lo que ocurrirá. La dieta generalmente es de comer una vez al día o máximo dos veces con las cantidades ofrecidas. A veces parecerá mucho y otras veces muy poco. Perderás peso quizás y algo de fuerza, te sentirás débil y mareado a veces, pero la dieta va limpiando todos tus sistemas, dándote fuerza interior, fuerza espiritual de claridad, agradecimiento, apertura y conexión directa con tu vida. Esta es la dieta ancestral que ofrecemos con autenticidad. Cualquier otra cosa es lo que los curanderos del turismo shamánico han creado para satisfacer las exigencias y diferencias de los turistas, adaptándose a ellos en vez de que los turistas se abran y se metan en las costumbres de la comunidad étnica. Aquellos que buscan a un maestro tras otro no saben con qué espíritus y energías se encontrarán, quién preparó la ayahuasca y cómo, y cómo son los maestros. Los resultados que surgen después de tomar con varios maestros diferentes pueden llevar a muchas confusiones y cruces de plantas. Se calla, prende otra vela y espera. Se siente cierta agitación e incomodidad entre los invitados, como que las palabras de don Javico, llevadas por el viento Niwe, estuvieran entrando y haciéndoles cosquillas. Los brujos trabajan con lo oscuro, la negatividad y el miedo, el poder de hacer daño, y hasta matar, resumió don Javico. Inmediatamente tuvo la atención de todos de nuevo.


Hay curanderos metidos en el camino de la brujería y la magia negra. Tienen poderes fuertes y oscuros. Es preferible encontrar a un curandero o una curandera que no es brujo para poder tener una experiencia luminosa con la planta y en sus resultados. La brujería lleva al mundo denso de envidias, daños y manipulación. El curanderismo conectado con las plantas y las curaciones personales puede elevar e iluminar la vida a niveles más altos de consciencia y a lo divino en uno mismo. Practican la magia negra los brujos y muchas veces la practican a escondidas para que no les descubran otros brujos. Es un mundo denso, lleno de conflictos, peleas, peligro y drama. Trabajan con las fuerzas oscuras de la psique y no es recomendable una primera toma con ellos. Uno que entra en el mundo de ayahuasca tiene que escoger entre el lado oscuro o el lado luminoso sabiendo que son diferentes y que van por diferentes caminos. Su voz se apaga y reina el silencio de nuevo. No hay hora, el tiempo es fluido como el río y todos están sumergidos en sus propias reflexiones y creencias aprendidas. Después de una larga pausa, don Javico comienza a hablar de nuevo. Los curanderos tienen otra manera de trabajar con el dinero y es importante pagarles lo que piden. Si está fuera de tu presupuesto, considera que puedes encontrar a aquellos que aceptarían tu oferta o que quizás no sea el momento para ti todavía. Es recomendable no confrontar y sí, escuchar, sentir y tomar decisiones desde la intuición y el corazón y no desde una actitud de investigar, sugerir o cuestionar lo que ocurre. Nadie te dará toda la información que requieres para tener control de tu experiencia. Tendrás que aprender de tu preparación, la toma y después y conocerte mejor. Nosotros no nos hemos educado en el sistema educativo intelectual solamente sino también de la experiencia y el linaje ancestral de varios miles de años. Nosotros vivimos en comunidad y ancestralmente, antes de llegar el dinero, compartimos e hicimos trueque con nuestras destrezas. El dinero ha causado muchos estragos en nuestra

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cultura. Ha llevado a la separación, el divisionismo, la envidia, la avaricia y nos ha alejado de la comunidad de igualdad. Somos y hemos sido ricos en la selva pero el dinero nos ha hecho creer que somos pobres. Antes creábamos lo que usábamos y necesitábamos. Hoy lo compramos. Nuestra artesanía es una obra de arte y contiene la compra de materiales, las horas robadas para hacer nuestro arte en medio de un trajín cotidiano fuerte, y toda la vida nuestra que ponemos en cada pieza. Los curanderos viejos consideramos que lo que vendemos es representación del alma de nuestra etnia. En el turismo la gente regatea para bajar precios ya demasiado bajos porque si ponemos un precio que representa el verdadero valor de nuestra artesanía, tememos que los turistas no nos comprarán. El dinero que recibimos asegura para nosotros y nuestras familias que comeremos ese día. Si compras una bolsa, tela, pulsera o collar, la dieta de la persona que los ha hecho está en el objeto. Si tú dietas y usas la bolsa, es tu dieta y la dieta de quien la hizo que te acompaña en tus transacciones cotidianas. Lo que tú creas lleva tu energía y la energía de La Creatividad.

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La artesanía no sólo es artículo de venta. Hay personas que crean objetos en serie para la venta y su interés primordial es el dinero que pueden ganar. Hay personas que cantan, hablan y expresan su vida a través de cada pieza creada como un pedazo de sus vidas y allí podemos ver la calidad curativa y la energía de lo ofrecido para la venta. Los curanderos auténticos ofrecemos un pedazo de curación en una manifestación creativa, bella y llena de vitalidad. Hay personas que visitan, no participan en ninguna ceremonia y quieren comprar coronas, cushmas y adornos como si fuera comprar en una tienda de ropa. La ayahuasca se encarga de hacer llegar estas vestimentas en su debido momento. Uno tiene que ganarlas y cuando alguien regala estas vestimentas a un niño o niña y no es de la cultura ni está dentro de las medicinas, está violentando la costumbre de ser el padre que


regala su primera cushma a sus hijos y la madre las vestimentas de chitonti y blusa a las hijas. Hay fuerzas y energías en las cosas compradas. Las maestras curanderas ofrecen sus artesanías para curar y adornar el aprendizaje en el espíritu y el alma y no en el cuerpo todavía. Si tu maestro te regala algo pequeño, es más que suficiente. Es una conexión. Otro punto importante que muchas veces no se toma en cuenta es que las personas que son pacientes o que toman con un grupo o que buscan una respuesta con su dieta y presencia, dejan una huella. Muchas veces dejan su carga emocional y su ansiedad corporal en la maloca, la tierra y en la gente que les atiende. Es importante darse cuenta que una carga demasiado negativa puede enfermar al curandero y sus allegados, los edificios y la tierra. Todo tiene que ver con tu intento y tu sensibilidad. Qué has recibido? Qué has dado? Qué pasó después? La noche avanzaba y la luz de la luna llena ya creaba diseños en los presentes y en el piso de la maloca, dando una iluminación surrealista a la escena de este círculo y la vela. Don Javico habló ya con voz fatigada y en un susurro casi hipnótico. La ayahuasca no es una droga. Es medicina fuerte con plantas que tienen espíritus fuertes. No abusar y no apurar el proceso son lemas útiles. Si tomas ayahuasca para aprender de ella prepárate para que pase algo, que no pase nada, y todas las matices entre estos dos polos. Si tienes la fuerza, la libertad, y fe en el proceso y te abres a la experiencia, tu vida cambiará y serás recompensado por tu cuidado y auto-consciencia. Estos requerimientos básicos son la antítesis de lo que hacen los curanderos turísticos. Tendrás que decidir cómo vas a acercarte a la planta cuando te llama a ti. Ya el viento ha hablado. Ya la ayahuasca ha cantado. Ya te hemos pintado las formas antiguas de tomar la madre planta. Ya te hemos tocado los hilos de tu vida para que reflexiones profundamente antes de tomar

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decisiones con la ayahuasca. Ya tienes la información. Qué harás con ella responsablemente para tu bien y el bien de todos los involucrados? Que vayas con tu corazón abierto, tu mente lúcida, tu cuerpo agradecido y tu espíritu nutrido. No me busquen como maestro. Ya les he dado su ceremonia conmigo. Y con eso, dio la vuelta a la maloca soplando encima de todos y luego, saliendo de la maloca fumando su pipa, parco de expresión y con paso firme, va entrando en la noche hasta desaparecer, rumbo a su casa al lado de una cocha.

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… Don Javico sale de la ceremonia, cruza por el pueblo a la orilla de una cocha donde agarra su canoa de catava y rema al otro lado, seguido por los bufeos rosados. En la primera cocha aparecen todas las aves y los animales y jugando con el golpeo del remo y voces se comunican con los animales de allí. Al otro lado de la cocha hay una quebrada que va a otra cocha grande. Los bufeos le siguen como perros guardianes del agua. Cruza la cocha y al otro lado hay una quebrada que va directo a su casa donde ata la canoa. Los bufeos se quedan en la segunda cocha jugando y guardando. …


La Canoa

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on Javico recuerda el día que seleccionó el catava para hacer su canoa. Llamó a los amigos de la comunidad, sus compañeros de faena. Les dijo que quería hacer una canoa y que había escogido el catava. Aceptaron acompañarlo para verlo. Él había pasado semanas caminando en el monte por las quebradas buscando y sintiendo a los árboles y la energía de los sitios donde crecían. Eliminó todos excepto dos y pasó un día en cada lugar hasta escoger a su catava. Los varones de la comunidad le acompañan con su chapo, su tabaco y sus machetes. Caminan un par de horas desde la comunidad y en un bosque de catavas y cedros, les muestra el árbol con orgullo. Lo miran, miden, calculan su altura y grosor. Sacan su tabaco y soplan al árbol y el sitio. Estudian por donde cortarlo para controlar por donde va a caer sin dañar a los otros todavía vivos y de pie. Toman su chapo en círculo, rememorando las canoas hechas y manejadas. Hay buena risa de camaradería. Se ponen de acuerdo para cortarlo en dos días y ayudarle a Don Javico cargarlo hacia su casa. Él piensa que va a llamarlo “Niwe Noi”, el viento del amor. Y la va a tallar adentro y afuera, no importa cuánto tiempo le tome. Talló las columnas de su casa adentro y afuera y le tomó dos años. Le encanta correr sus manos sobre las texturas de los diseños que le acompañan. Fortalecen y cuidan.

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Llega el día. Va temprano a solas y le habla al catava, le sopla y echa perfume. Le agradece por sacrificarse para hacer su canoa adornada para viajar y hacer su labor por la selva como curandero. Le promete usar sus ramas para hacer cucharas y otros utensilios útiles, sus hojas, su corteza y sus raíces como medicina. Y promete venir y plantar unos plantones de catava en su lugar. Canta un íkaro de agradecimiento y vuelve a la comunidad para encontrarse con la brigada de trabajo. Todos vienen con sus pipas y tabaco, su chapo y su hacha o sierra y machete. Se paran en círculo alrededor del catava y Don Javico habla.

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“Hermanos míos, estamos aquí para cortar este catava para hacer mi canoa. Le agradezco haberme elegido y yo haberlo elegido. A su espíritu le he prometido usarlo como medicina y canoa. Cortamos las ramas y todos llevamos unas. Sacamos las hojas y todos llevamos algunas para medicina. Cortamos las raíces para medicina también.”


Estuvieron de acuerdo y mismas hormigas se pusieron a trabajar como si cada uno tuviera una parte elegida para poner su esfuerzo. Durante toda la mañana cortaron ramas y separaron hojas y raíces en montículos para los trabajadores. A mediodía tomaron su chapo, fumaron sus pipas y descansaron, cada uno buscando un lugar de sombra porque el calor es intenso en la selva soleada. Descansaron un rato y en la tarde, midiendo con cuidado, ponen las sogas en la parte alta sin ramas, y dos comienzan a cortar con sus hachas. Se turnan para que el trabajo sea continuo. Lentamente avanzan hasta llegar al punto de caer el tronco y mientras unos lo empujan y otros jalan, cae con un tremendo golpe y salto entre los otros árboles. La puntería ha sido perfecta. No hay mayor daño a ningún árbol cercano. Entre todos logran levantar el tronco pesado y caminar lentamente. Al caminar comienzan a cantar un íkaro de trabajo que les ayuda a agarrar un ritmo y un vaivén para cargar el tronco por el bosque. El jefe de la comunidad abre trocha y busca el camino más fácil. Cuando se cansan, bajan el árbol y descansan largo rato. El último tronco que habían sacado les demoró dos días. Este quizás será igual. Les tomó dos días y medio llevar el catava a la orilla de la casa de Don Javico donde él había preparado un lugar cerca del agua en tierra firme donde podría hacer su tallado a solas o con la ayuda de quien ofrezca. Su señora y sus hijos sonreían con su felicidad. Ella les invitó carachama y plátano a todos con refresco de limón. Celebraron la llevada y todos bautizaron el catava con un soplo de humo después. Se quedaron conversando hasta llegar la noche cuando todos se fueron a sus casas y Don Javico quedó con su catava, su señora y sus hijos, preparándose para el tallado. Al día siguiente y temprano regresó a donde había sacado el tronco y plantó cinco plantones de catava alrededor del lugar. Sopló y agradeció una vez más pidiendo a los espíritus cuidar y ayudar a crecer a estos nuevos hermanitos. Y ahora a trabajar! …

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La Cushma

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ué es una cushma? Es más que túnica. Si es auténtica, está hecha a la medida de la persona que la va a usar. El hilo está tejido a mano de algodón puro. Está cosida como túnica amplia que permite movimiento libre, abriga en las noches frescas, y es ceremonial. Está pintada a mano con diseños significativos para el curandero que la va a usar. Está teñida con caoba u otras plantas. El color tiene algo que ver con cierto rango y un color oscuro como caoba significa madurez y destreza. Para las personas que usan cushma como vestimenta diaria, tienen lo cotidiano y tienen una para las ceremonias a veces bordada y no pintada. La cushma contiene las dietas de quien la hace y de quien la lleva, contiene el poder de las plantas y sus tintes contienen el poder de la tierra y la conexión cultural con ella.


Hay curanderos que sacrifican su cushma por dinero por necesidades nobles y otros que piensan sólo en negocios. Quién valoriza su cushma como parte de él y su vida busca con cuidado a quién se le va a ofrecer porque esa persona será cuidadora de esa conexión y esa cushma y ese linaje cultural. Mi cushma me llegó de un maestro que me había acompañado acá en una dieta de 8 raíces. Necesitaba pagar los estudios de su hijo y me la ofreció. Nos ayudamos mutuamente y la cuido y uso como algo apreciado y valioso a nivel simbólico y real-un puente entre mundos. Además, es muy cómoda. Ahora bien, entramos en un dilema lleno de contradicciones. Los shipibos como cultura somos artistas naturales y vendemos nuestra artesanía, cerámicas, pipas y telas para poder pagar la olla. Es una forma de sostenernos. Los curanderos antiguos no cobrábamos para una ceremonia de ayahuasca. Sólo pedíamos nuestro tabaco y una gallina o dos. Vivíamos de la pesca, artículos tallados de madera y otros oficios, vendíamos lo que usaban cotidianamente los miembros de la comunidad. Antes usábamos el trueque y nos regalábamos más que vendíamos. Y curiosamente vivíamos bien. La presión de crear para poder vender cambia el intento y la energía puesta en el artículo que es una parte de nuestra vida y nuestro corazón y a la vez es artículo de consumo. Después de coser 10 telas y 10 más y así por años, no perderá su esencia, su originalidad? No lo sé. El turismo aumenta y será aún más grande. Mi gente ve a los visitantes como los momentáneos rescatadores de su supuesta pobreza porque tienen dinero y quieren comprar. Alguien apreciará en especial algo que la curandera o el curandero ha hecho, hará preguntas sensibles y quizás se crea una transacción y una incipiente amistad. Venderles algo satisface esa necesidad. Pero me pregunto si no debemos repensar nuestra manera de acercarnos al turismo y educarlos acerca de nuestras costumbres. Por lo menos un papelito que explica el significado y el valor de lo comprado ayudaría. Segundo, explicar que hay cosas de una cultura que canta y vive por el río y que tiene una relación íntima con la selva y sus medicinas que no se puede ni se debe vender. Y si se siente obligado alguien que quiere vender algo apreciado por una razón noble, que lo haga, seleccionando a quien le ofrece ese vínculo. Vamos buscando y guardando, para preservarlas, antigüedades de la cultura, que van desapareciendo y que sin embargo son útiles, hermosas y hechas a mano.

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Las Lluvias

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on Javico se cobijó en su casa mientras llovía torrencialmente y vio subir el nivel de agua por la cocha donde ancló su canoa. Sacó su pipa y tabaco y comenzó a fumar. Le recuerda la lluvia de las veces que subió con su familia al tambo que había construido en las ramas altas del gran toé cerca de su casa con escalera para subir y bajar. Allí estaban protegidos de las inundaciones y usaban la canoa para transportarse por todos lados. El agua de la quebrada era casi un río en sí. Y los peces abundaban. Allí con el techo de paja, el piso de quinilla y caña brava y las paredes de hojas secas, se protegían contra el viento y la lluvia y la inundación. Comían fruta y plátano y lo que habían cocido antes. Allí había subido un bidón de agua y unas colchonetas. Se contaron historias, chistes y recordaban hazañas familiares que les hacían reír. Dormían mucho y los más ágiles de sus hijos salían para jugar por las ramas y para chequear el nivel del agua abajo y la casa. Como habían colocado sus pertenencias más valiosas en bolsas en el segundo piso de la casa, colgadas de las vigas más altas del techo, las colgaron en el aire por si acaso el agua llegara al segundo piso (sólo una vez hace muchos años ocurrió.) Se habían preparado con papa, yuca, plátano y otras cosas cocidas y tenían pescado salado cocido que podrían comer frío. Esta vez Don Javico pronosticó que la lluvia iba a pasar y el agua no subiría hasta su casa. Recordó con tristeza como uno de sus perritos favoritos murió en una gran inundación cuando llegó tarde después de haber subido la familia arriba y cómo trataba de subir la escalera, se cansó y cayó al agua y antes de poder bajar y rescatarlo, se había rendido de cansancio y se ahogó más allá de su alcance. Suspiró y pensó sobre lo que estaba ocurriendo actualmente. El poderío económico y político había llegado a la selva y después de siglos de abandono y desinterés que garantizaba su libertad a las etnias, ahora la selva es el abastecedor de muchos recursos naturales que explotan los mineros, los petroleros, los madereros y los narcotraficantes. Esta explotación va destruyendo no sólo grandes partes de la selva amazónica, pulmones del


mundo, sino también va diezmando a poblaciones enteras con aguas contaminadas, tierra enferma, plantas contaminadas, animales envenenados por las toxinas en las plantas y el agua, y las personas que comen los animales y las plantas se van enfermando y muriendo. Es una cadena. Y parecería por la línea oficial que es más importante para aquellos que gobiernan y explotan la selva ganar grandes cantidades de dinero e importarles poco si las etnias sobreviven o no. Sobrevivirán pero algo desastroso va a tener que ocurrir para que se den cuenta de las vidas de las etnias, como en Bagua. Es un escándalo y por mientras, sigue la violación de la Madre Naturaleza acá.

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Suspira, fuma su pipa y piensa que si las generaciones más jóvenes no toman en cuenta sus raíces y lo que significan con orgullo, van a olvidarse de quiénes son y de dónde vienen. Espera que sus charlas, ceremonias y comentarios en público ayuden a despertar la consciencia que la selva pertenece a toda la humanidad y que si seguimos permitiendo su destrucción con nuestro silencio, somos cómplices en acabar con lo que nos da vida. Se da cuenta de su molestia que surge de la impotencia frente a ese poderío. Confía, sin embargo, que alguien se hartará de la situación y buscará respuestas que no sean sólo de guerra y confrontación sino de soluciones viables y prácticas donde todos saldrán como ganadores, quizás no de grandes sumas de dinero, sino de una mayor consciencia que la Madre Naturaleza, harta de tanto atropello, va a comenzar a contestar como ahora con las inundaciones de comunidades dos veces al año y no sólo una. Y las empresas han tenido que mandar a sus trabajadores a casa por la inundación de sus instalaciones. Estas empresas con todos sus lujos y arreglos electrónicos dan trabajo y uniforme a los jóvenes étnicos que buscan trabajo y que están seducidos por la modernidad sin darse cuenta que están ayudando a destruir sus propias raíces. Lamentable situación, musita.

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“Pero no me voy a bajar a esta densidad oscura. Mi labor es otra pero estos depredadores nos afectan a todos, cerca y lejos. Felizmente no han llegado acá a nuestra comunidad todavía. Lo hemos comentado un poco. Tendré que mencionarlo en nuestra próxima reunión de la directiva de la comunidad. Debemos tener un plan A y B y hasta C si se nos acercan con sus caramelos, gorros, globos, mamelucos y sonrisas porque “vienen a ayudarnos a desarrollarnos.” Pamplinas. Vienen para llenar sus bolsillos primero. Dicen que nos dan la regalía de la empresa pero demasiadas veces nos llega muy poco o nos llega un montón de dinero y nuestros dirigentes se enloquecen y no saben en qué gastarlo. Bueno, voy a cerrar este cano porque podría estar una semana sin dormir si sigo con esta línea. A ver, cómo está el agua.” La lluvia va bajando de intensidad, se levanta y entra en su casa para saciarse con un tazón de chapo que le calma, llena y reconforta. Y se queda dormitando en su hamaca mientras la lluvia se detiene, los pájaros comienzan a cantar de nuevo y el sol hace unos esfuerzos de brillar. …


La Casa

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n nuestra cultura tener una casa para la mujer y los hijos es muy importante, pensaba Don Javico, mientras cultivaba los caminos y la plaza alrededor de su casa. Recordaba con satisfacción como él con sus primos y hermanos habían construido esta casa en sus comienzos. Ha cambiado mucho desde ese entonces pero él ve y siente la casa original en su cuerpo. Se habían juntado con Remedios, su señora, y vivían en un cuarto chico en la casa de los padres de ella. Decidieron construirse una casa fuera del pueblo y a la vez suficientemente cerca para llegar con facilidad para abastecerse de víveres y otras cosas.

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Primero, cuando salía a cazar o pescar, exploraba el territorio alrededor de las cochas y quebradas. Después de encontrar este sitio trajo a Remedios y los dos se quedaron una semana sintiendo el lugar, el agua y soñando en cómo sería la casa. Dibujó un retrato de cómo quería verla cuando estuviese terminada. Llamó a su primo, Paucar, para acompañarlo y buscar árboles para ser horcones y caña brava y hojas de shebon en sus chacras más cercanas al río. Compró clavos y alambre. Buscó en la zona la soga que podría usar para amarrar los listones a los horcones y las hojas también. Tuvo una minga de trabajo con sus primos y sus hermanos por dos semanas mientras todos clavaban, amarraban y construían la casa encima de la tierra, con un piso para vivir y un segundo piso para guardar cosas. Remedios se encargaba de darles chapo a todos y servir un sencillo y nutritivo almuerzo todos los días de pescado, plátano, arroz y refresco. Don Javico se encargaba de atar los horcones y las hojas con la soga silvestre, un arte que aprendió de su propio papá que construía casas cuando era joven. A las dos semanas pusieron la última ventana y la última puerta y la casa estuvo completa. Tenía la forma de un barco largo con un pórtico en la entrada con dos hamacas y una banca para las visitas y una mesa para colocar el agua y el refresco del día. Tenía tres cuartos, dos pequeños y uno más amplio al fondo hacia en monte. Había una ventana en cada cuarto y dos en el pasadizo. Había dos escaleras, una en la entrada y otra al costado del último cuarto en el pasadizo. Todo tenía solidez, simetría y belleza en la sencillez de sus materiales. Los pisos estaban hechos de madera, las paredes de caña brava y madera y el techo de shebon. “Estaremos cómodos y protegidos acá,” pensó. Invitó masato hecho por Remedios a los acompañantes, sacaron sus quenas, bombos, zampoñas y guitarras. En círculo debajo del mango tocaban, cantaban y tomaban hasta tarde. Cuando estaban bien relajados y mareados, Don Javico que había tomado menos que los demás se paró y habló: “Hermanos, primos, les hablo de corazón. Nos han acompañado y ayudado a Remedios y a mí. No tengo palabras suficientes de agradecimiento. Parte de ustedes estará en este lugar y esta casa. Hemos creado juntos y hecho realidad un sueño nuestro, tener una casa para nuestra familia y yo practicar mi curanderismo, pesca, caza y mantenernos acá sanos y salvos. Mi casa es literalmente su casa. Vengan a visitar cuando quieran. Yo voy a ir a


la comunidad dos veces por semana para las reuniones y las compras. El resto del tiempo estaré acá y por el río. Y para inaugurar oficialmente esta casa que vamos a tallar y adornar como un corazón compartido, les voy a cantar un íkaro.” Cantó y de repente se creó un clima de ceremonia, algo especial. El aire y la casa vibraban con los sonidos de su íkaro y algo se enderezó y se abrió en cada uno y en la casa misma. El silencio después resaltaba los sonidos naturales que les rodeaban hasta roncar fuertemente uno de los primos. Todos se pusieron a reír, comenzaron a contar chistes y seguían con las festividades hasta quedarse dormida la última persona. Era yo, Paucar!

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Lecciones Inesperadas

e esclarezco. Aprendí una lección importante en el pueblo hoy. Quería arreglar el reloj y el celular que me habían regalado mis hijas desde la ciudad. No los uso mucho y se han parado y creo que están malogrados. No quiero ir a la ciudad para repararlos pero voy a ver si hay alguien en la comunidad que sepa de estas cosas. Fui temprano en la mañana a las bodegas para preguntar. Me dieron información enredada y no me ayudó con mi inquietud. Me resigné a esperar y cuando fui a la bodega cerca del puerto entablé conversación con la señora en el mostrador y le expliqué mi dilema. Me dijo que ella tiene a su sobrino que vive acá y le está visitando un primo de la ciudad que sabe de cosas tecnológicas. Y ofrece llevarme donde él. Acepto y caminamos por unos callejones hasta llegar a una casa más allá del pueblo y llama a su sobrino, explica la situación y yo también le hablo. Llamó a su primo que sonrió, escuchó mi información, pidió ver el celular y el reloj, y dijo que sí los podía arreglar. Fue a buscar sus herramientas, me hizo una serie de preguntas y contesté dentro de mis limitados conocimientos de estos aparatos electrónicos. Sacó una tarjeta del teléfono y la colocó otra vez y solucionó el problema. Abrió el reloj chequeó la batería que es nueva, la sacó y recolocó y también solucionó el problema! Le pedí volver conmigo a mi canoa y ayudarme a cargar las cosas que había dejado donde la señora de la bodega. Le agradecí y como pago le di plátano y pescado fresco que llevaba conmigo a casa y como pagos en el camino. Y le dije que me parecía un milagro que él apareciera en mi camino justo cuando tenía una urgencia por resolver. Los dos estrechamos la mano con un trato bien hecho. Dice que se llama Manolo y que está interesado en el curanderismo. “Quizás nuestros caminos se crucen en otro momento,” le dije. “Ojalá” respondió. Me metí en mi canoa, alejándome de la orilla rumbo a casa. Qué aprendí una vez más? Si estoy claro en lo que he oído la vida me dará la respuesta inmediatamente si estoy consciente y puedo confiar en mi intuición. Hay que pedir en voz alta, la vibración está más fuerte. Y la respuesta que nos llega siempre es un regalo y una lección disfrazada.


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La Noche

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a caído la noche y Don Javico ha prendido su vela en la mesa donde come plátano con unas verduras que ha sacado de su jardín donde ha plantado verduras y flores además de piñón colorado y rosacisa. Ha recogido agua de la cocha y la ha puesto sobre la fogata para que hierva largo rato para preparar su té de hierba luisa. Es época de luna llena y no hay ni una nube en el cielo. Todo brilla suave y misteriosamente con su reflejo. Todo alrededor se convierte en algo nuevo lleno de luces, sombras y diseños. Es una buena noche para caminar. Sus ojos ya no son como eran cuando joven pero todavía puede ver en la oscuridad y mejor si hay alumbramiento de la luna. Su casa al final de la quebrada en lo alto de una loma está rodeada a tres lados por el monte y hay árboles altos y antiguos en su zona. La comunidad le dio este pedazo de terreno al saber que era curandero. Pensaron que necesitaba estar a solas, separado físicamente del pueblo y con acceso a las plantas y el río. Ha abierto caminos a lo largo de los años y ha creado conexiones entre ellos. Ha encontrado varios lugares que él llama sitios de poder donde hay un aire enrarecido, un silencio profundo y una energía fuerte que se siente como electricidad en el aire y en la piel. Ha creado una suerte de gruta con troncos, piedras, un lugar para la hamaca y una fogata. Y a veces un tambo abierto. Le ha gustado caminar a solas en las noches y acompañado por otros en el día. La noche es su tiempo especial. El aire está más fresco, los sonidos y los olores más nítidos. Todos los días cuando no llueve sale a cultivar un camino u otro porque la vegetación crece muy rápidamente. Le gusta descansar en sus “grutas”, echarse en la hamaca o el piso y simplemente sentir y escucharse a sí mismo. Hay tanta bulla en la comunidad con su altoparlante y sus tiendas con música que no puede escucharse pensar. Peor en la ciudad. Y hoy tiene ganas de ir al punto alto de la quebrada y sentarse un rato para reflexionar sobre las invasiones. Hay un petrolero chino que se ha acercado a los líderes de la comunidad. Además de esto han llegado nuevas personas al pueblo y quieren invadir un gran jardín de plantas medicinales


a cargo del curandero que vive al costado. Mañana en la noche es el debate y no está seguro de lo que quiere decir. Sale descalzo y entra en el camino detrás de su casa. Había echado tabaco en el camino y esto avisa a los animales que hay un ser humano que camina por allí y no lo cruzan. Durante 15 minutos camina cuesta arriba hasta llegar a su tambo encima de una meseta rodeada de grandes árboles altos que dan sombra y brisa. Puede ver su casa y la cocha alumbradas por la luna. Se pierde en las texturas, las tonalidades y los diseños de este cuadro natural con sus sonidos de la noche. Como conoce el canto de los animales en el monte que le rodea, sabe si están contentos o no y si hay peligro o no. Hoy todo está tranquilo y musical. Se echa en el piso para ver las estrellas y recibir un baño de luna mientras piensa.

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Los chinos quieren explorar para petróleo en la comunidad. Quieren erradicar los campos de camu camu y papaya para instalar sus centros de operación. Ofrecen alquilar el espacio por 28,000 soles. Es casi una suerte de insulto su oferta. Destruirán lo que nos ha dado vida como comunidad y nos dejarán 28,000 soles. Para qué? Allí comienzan las peleas y las diferencias de prioridad. Algunos quieren poner luz y otros quieren poner agua potable. Y así, sucesivamente. Además su presencia cambiará mucho la esencia de nuestro pueblo. La introducción de la modernidad así nos robaría de nuestra identidad étnica y la fuerza de la Naturaleza. Hay quienes quieren gastar 15,000 soles para traer a una buena orquesta para una fiesta de celebración. No piensan? Todavía somos tan niños? Yo cuido mi hogar y mi terreno y mi monte como un tesoro, un patrimonio para mis bisnietos y sus nietos. Hay cosas en la faz de la tierra que no deben desaparecer, y es nuestra obligación y responsabilidad ayudar que sea así. Dinero necesitamos pero no prostituyendo nuestra dignidad.

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El tío Shamuco ha cuidado plantas toda su vida. Tiene lo que llamamos el “toque verde”. Las plantas crecen y florecen más para él. Desde hace años tiene su jardín grande de plantas medicinales, muchas de las cuales ha traído o le han regalado de otros lugares por el río. Ha sido hermano curandero porque hemos crecido juntos, no nos hemos peleado excepto por desacuerdos, y siempre hemos compartido generosamente nuestros conocimientos. Quiénes son estas personas que quieren vivir acá e invadir su jardín para construir sus casas? No tenemos otros terrenos como comunidad más alejados del río? Incluso con el creciente del río que nos ha inundado en los últimos dos años, no serán valiosos esos terrenos más alejados del río? Cómo puedo hacerles entender a estos jóvenes que nos lideran que el dinero y la destrucción de nuestra forma de vivir no son el único camino de nuestra evolución como etnia? Respetar e investigar lo nuestro desde lo ancestral hasta ahora y hacernos respetar nos fortalecería. Nuestra forma de vivir en y con la Naturaleza de una manera armónica es uno de los dones que hemos heredado como aprendices y cuidadores de sus medicinas en nuestras comunidades. Van desapareciendo estas plantas y los conocedores de ellas. No sería más aceptable ofrecer ayuda al tío Shamuco y aprender con él para recolectar y no destruir ese tesoro? Ya soy viejo. El mundo moderno nos invade. A mí me invade con el celular, el reloj, los grupos de turistas. La electricidad trae luz, es verdad, y raras veces se ve a alguien en la comunidad cocinar en la tierra con leña recogida del monte. Y fogatas en la noche para conversar y contar historias


son un recuerdo para muchos ya y no su realidad. Hay algo especial acerca de la luz, el calor, y el círculo alrededor de una fogata en una noche estrellada y afuera. Hoy quieren tener su celular, su computadora, sus videojuegos, y su MP3. Ya lo he observado en los últimos años. Muchos usan su celular como linterna cuando caminan en la noche. Y constantemente chequean para ver si hay mensajes o si alguien ha intentado comunicarse con ellos. Hay una pérdida de camino y no hay alma en estas distracciones. Nos conectan electrónicamente. No estoy tan seguro que nos conectan emocional y espiritualmente. Bueno, basta. Estoy un poco más claro. Les escucharé. Les hablaré si me lo piden. Tengo mi propio mundo acá y mi propia relación con todo esto. Esto es lo que cuido y ofrezco. Pero como uno de los abuelos de la comunidad siento la urgencia de recordar a los líderes acá recordar quiénes somos y lo que tenemos como fuerzas y dones para compartir en nuestros términos y no de aquellos que pretenden invadirnos.

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Suspiró, sacó su pipa que llenó con tabaco y se sopló a sí mismo debajo de la camisa, a los brazos, al cuerpo tres veces y luego sopló al tambo y la gruta. Es tarde ya pero decide ir a pescar bache por el cetico del agua. Les encanta su fruta y son fáciles de agarrar si usa la fruta como empate del anzuelo. Regresa lentamente con paso firme cuesta abajo. Pasa un arroyo que corre rápido entre los grillos, sapos y animales de la noche-un concierto de sus acompañantes que le cuidan y le enseñan. Llega a casa, recoge su palo de chirizanango, el hilo y anzuelo y el codo de plátano que usa para sacar la espina del bagre. Agarra la canoa para ir a la cocha Barbacocha y pescar allí. La noche se ha vuelto aterciopelada y las estrellas brillan como diamantes. La luna ya se metió. Es perfecta la hora y la madrugada para ir de pesca. …

Reflexionando 38

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on Javico aprovechó el día nublado y fue con su canoa a Barbacocha donde soltó el remo y le dejó flotar libre, movido por el sutil oleaje y las brisas de la mañana. Ayer había ido a visitar a su amigo y hermano curandero, Tío Shamuco. Quería saber su versión de las presiones de la comunidad de convertir su jardín en lotes para nuevas personas llegadas al pueblo. Quería enterarse directamente. Lo que le dijo Tío Shamuco lo dejó sacudido por la ira y la tristeza que sintió. Ahora quería recordar lo que escuchó. El Tío Shamuco había sido uno de los primeros pobladores de la comunidad. Eligió vivir al lado del río y reclamó una área de más o menos 5 hectáreas para hacer su casa, su chacra y su jardín de plantas medicinales. A lo largo de los años había agregado nuevas plantas a tal punto que su jardín y su chacra progresaron por su paciente y amoroso cuidado. Ha visto crecer la población y ha observado como el mundo del pueblo ha ido pasando de los viejos sabios a las manos de los jóvenes ambiciosos y no tan sabios. Las costumbres tradicionales han ido


transformándose con la modernidad. La única cosa que ha hecho para proteger su jardín y chacra es poner un cerco de postes y alambre de púa. Y caminos cultivados adentro. Un día hace una par de meses salió y vio a un grupo dentro de su chacra en un rincón quemando el monte. Fue corriendo y los sacó. Se rieron, no se disculparon y se retiraron al otro lado de su terreno y comenzaron a cultivar. Habían invadido este espacio para construir sus casas, dijeron. Hace una semana un grupo religioso con la bendición de los dirigentes del pueblo que les cedió un terreno casi frente a su casa, entraron, cortaron plantas y árboles y comenzaron a construir su iglesia y sus casitas. Fue donde los dirigentes para protestar y le dijeron que hablarían del asunto en la próxima reunión comunitaria. Querían dejar que la gente entrara en su jardín para construir casas porque la comunidad crecía y ya no había espacios por el río. Tío Shamuco se indignó y se calló. No saben estos líderes que su jardín es un tesoro, una farmacia natural, un hospital, una universidad, un santuario? Esta no es su tierra, no la quieren como yo, pensó, y sólo piensan en negociar por dinero. Tío Shamuco le informó a Don Javico que logró ubicar a su bisnieto que le dijo que hay nuevas leyes que protegen al medio ambiente, jardines botánicos y reservas naturales y que la ayahuasca ya es considerada planta sagrada, patrimonio cultural nacional. Le alivió y sabía que tenía apoyo entre algunos de la comunidad pero que la gran mayoría no miraba atrás a sus orígenes y raíces ya, no respetaban las tradiciones que habían cuajado a los shipibos como cultura y esencia. Y aquellos en posiciones de autoridad demasiadas veces abusaban de la misma población que les eligió.

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“Y cómo te estás sintiendo, viejo?” le pregunta Don Javico. “Estoy cansado, muy vigilante, duermo poco, y me siento triste porque las personas que quieren entrar en mi jardín sólo ven tierra para vender o vivir. No ven el tesoro que está en ella. Dónde perdieron el camino, cuándo salieron de sus rieles? Nuestra conexión con la tierra, las plantas, el río y los peces es fundamental en nuestra etnia. Compartimos, nos ayudamos, hacemos música y artesanía, nos curamos con plantas. Sabemos vivir de forma sencilla y natural. Quizás seamos pobres en términos de dinero pero somos millonarios con nuestros bosques, jardines, ríos y creatividad. Cómo hablar con estos dirigentes jóvenes que están inflados con su poder? No lo sé, no lo sé,” y se quedó callado en un murmullo. Don Javico se queda callado y contrariado. Pobre viejo, piensa. Pasa su vida sirviendo a la comunidad con su medicina y ahora quieren arrebatársela sin considerar las consecuencias de sus acciones para la comunidad y para ellos mismos. Shamuco tiene razón. Cómo hablar de esta brutalidad sin ofender ni provocar? Cómo hacerles entrar en razón y no ser tan egoístas? Se quedó la mañana con Shamuco explorando los palos y las plantas que recién había sembrado, examinando los frutales llenos de fruta fresca. Miró los cambios ocasionados por los nuevos vecinos que prácticamente le tienen acorralado a los tres lados, el río siendo su puerta abierta. No es ellos y nosotros, no es los viejos y los jóvenes, no es la antigüedad y la modernidad como opositores. Es toda la cultura, toda la etnia, todos los cambios y cómo trabajar juntos, escuchándonos, enseñándonos, tratándonos bien, cuidando a nuestro medio ambiente y comunidad. “Tengo que reflexionar sobre esto más,” pensó Don Javico al despedirse. Pasa de la casa del Tío Shamuco al río que lleva a la quebrada que va a Piticocha, la quebrada que le lleva a Barbacocha y aquí está, pensando y sintiendo mientras flota libre.

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“La gente necesita informarse sobre el valor del jardín de Tío Shamuco. Tiene que haber una consulta previa antes de confiscar algo personal y comunal sólo por intereses económicos. Hay que crear un círculo de sabios entre viejos y jóvenes en la comunidad para pensar juntos sobre decisiones que afectarán a toda la comunidad. Será una oportunidad de aprender a escucharnos mejor. Necesitamos una visión más clara de lo que queremos como comunidad de acá a 30 años, digamos, y tenemos que fomentar la cooperación más que la competencia. Necesitamos cuidar a nuestro bosque y plantas y apoyar a aquellos como Tío Shamuco que lo hacen a tiempo completo y para todos. Tenemos que ir más allá del dinero y su poder al espíritu detrás de nuestras acciones y decisiones. Y nuestros líderes jóvenes tienen que aprender a no lucirse sólo con formas de lucrarse. Su manera de ser, su trato con la gente, su capacidad de escuchar y aceptar ideas de otros para crear juntos algo nuevo, su capacidad de sentir y conectarse con el río y la tierra de esta comunidad son habilidades que hay que dejar evolucionar y crecer. Y creo que tenemos que aprender a estar todos en una sola conversación y dejarle en paz al viejo y apoyarle en su trabajo. El resto se resolverá.” Agarró su remo, lo golpeó en triunfo contra el costado de la canoa y comenzó a remar a casa, más claro en la intención de su participación en la reunión comunal hoy en la noche. Le permitirán hablar? Sólo si él insiste. Y va rumbo a su casa. …

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Cocinando Ayahuasca

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n la madrugada se levantó Don Javico y cargando su machete y unos sacos vacíos de yute se metió en el monte. Antes de ayer había visto una ayahuasca silvestre con sogas muy gruesas, lo cual significa que tiene muchos años y mucha sabiduría. Fue al monte cercano y encontró un lugar que limpió con su machete y preparó la leña e hizo el hueco para armar el fuego. Ahora llega al bosque, saca su pipa y fuma mientras pide a la tierra y a la ayahuasca cederle una parte de su soga para preparar y practicar su medicina. Apenas termina cuando aparecen 3 mariposas hermosas de diferentes colores y diseños. Se alinean una al lado de la otra, justo encima de la parte que quiere cortar. Buena señal. Durante la mañana troza la soga gruesa y llena dos sacos con la medicina. Sale por la quebrada y en su tierra arenosa a los costados encuentra chacruna que saca y pone a secar en el sol. De nuevo ha pedido a la chacruna ayudarle con sus visiones y su medicina en sus curaciones. Al sacarla con cuidado, voló en círculo sobre él y el sitio un pequeño águila selvático. Regresó satisfecho. Comenzó la dieta de la preparación de la madre planta. Trae una olla grande, la chacruna y la ayahuasca. Buscó un lugar nivelado y comenzó a golpear los trozos de ayahuasca hasta convertir la liana seca que contiene 5 lianas enroscadas en una masa fibrosa. Pone un nivel de chacruna en el fondo de la olla y un nivel de ayahuasca encima, nivelando así hasta casi llenar la olla terminando con la chacruna. Tiene dos palos de caña brava para presionar hacia abajo y mantener las plantas intercaladas en la olla mientras hierva. Agrega agua al tope y lo deja todo para macerar hasta mañana. Va a estar acá todo el día cuidando. No va a ver a nadie, estará a solas con la planta y el fuego.


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Al día siguiente regresa a su lugar temprano en la mañana y prende el fuego con leña debajo de la olla que preparó el día anterior. Prende su pipa y comienza a sisear al lugar, la planta, el fuego y el agua. Llama a todas sus dietas y fuerzas, el cielo, la tierra, el agua y el viento. Llama a los ancestros ayahuasqueros, las plantas y los palos de Mai Joshín a estar presentes en esta ceremonia de cocinar la ayahuasca para las curaciones. Canta tres íkaros, despertando a la mareación para que entre en el brebaje. Limpia la zona, cuida al fuego y no deja que se rebalse la olla. De vez en cuando lava las manos y la cara con el vapor de la olla. Ha puesto su pipa en medio de la olla antes de hervir para recibir la energía y la fuerza de la mezcla. Descansa y recuerda algunas de las curaciones que le marcaron como curandero, la fuerza de la ayahuasca y cómo va variando según quién la prepara, de dónde se origina, y cómo se cocina. En este caso él hace todo a solas en el monte y con dieta para mostrarle respeto y lealtad a la madre y la tierra por la fuerza de su medicina. Horas más tarde cuando la olla se ha reducido a una cuarta parte, vacía el agua en otro recipiente y pone nueva agua en la olla para una segunda cocinada. Después junta las dos aguas, habiendo sacado las hojas, y cocina todo hasta refinarse como una sustancia espesa y pegajosa como melaza. Una olla bien cocida puede rendir una botella de ayahuasca. Sabe que está lista cuando sus dedos se pegan juntos con su espesor. Lo deja enfriar y mezclarse, casarse diría. Luego la cierne sobre una olla grande de barro, con una tela de organza. En la tarde del tercer día cierne otra vez y lo que queda en la olla vacía en una botella con un embudo. Y la deja enfriar mientras canta un íkaro de agradecimiento por la medicina recibida y cómo la usará para sus curaciones. Ya se acerca la noche. Deja todo ordenado en el espacio. Regresa a casa en la oscuridad con su machete, martillo, costales y la botella. Vendrá para tomar en este lugar para agradecer y chequear la comunidad con la nueva purga. Intuye por las señales recibidas en su preparación que la ayahuasca va a ser especialmente buena. Al llegar a casa prende fuego y prepara su cena. Será su celebración por los tres días con la madre planta y el monte. …


Esculpiendo Diseños

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on Javico descansó en la hamaca afuera, al costado de su casa con una vista hacia la casa, la quebrada y su cocha de entrada. Era la hora de ponerse el sol y se perdió en una mareación de tonalidades de verde y oro, las texturas entre lo iluminado y lo oscuro. Los espacios abiertos entre las hojas y las ramas de los palos a su alrededor revelaban caras, animales, y presencias. La brisa era fresca y los zancudos habían bajado de intensidad. Observó con detenimiento los diseños esculpidos en su casa, iluminados por la puesta de sol. Recordaba cuando la casa con sus horcones, piso y paredes de madera y techo de hojas de shebon estuvo completa en su construcción. Después de la celebración y salida de los ayudantes, se quedó allí solo para sentirla, soñarla, y decidir dónde comenzar con el tallado. Vio el terreno y cómo lo iba a esculpir para su mayor comodidad y, como no, belleza. Vio muchos jardines y parques esculpidos cuando estudió en Europa hace muchos años pero la imagen de orden y belleza le quedó grabada como algo para su casa en medio de la belleza natural y desordenada que es el monte.

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El segundo día escogió el horcón con el cual iba a comenzar al lado de la puerta, dentro de la casa. Escoge trazar un diseño que invita a pasar por la puerta de salud y curación. Saca su martillo y cinceles y comienza a esculpir. Todos los días trabaja un poco hasta completar el tallado. Luego piensa en el otro lado de la puerta y escoge un diseño que despierta a la creatividad y la curiosidad. Entre instalarse con su familia, atender al terreno y la familia, le tomó un mes y medio más para terminar. Su vida se complicaba con todo el movimiento a su alrededor pero en ese primer año de residencia talló todos los horcones hacia adentro y su casa ya tenía personalidad, arte y energías fuertes. Había fumado su pipa, soplado a la columna y sus herramientas y había pedido ayuda en revelar el diseño que estaba escondido dentro del horcón. Le tomó el segundo año para completar los horcones hacia afuera con diseños de protección, curación, paz y amor y serenidad. La casa ya tenía su aura energética para poder realizar su labor de curandero allí. Recuerda que muchas veces cuando ha estado recostado en el piso con su familia, han mirado a los tallados y crearon historias o fantasías de lo que veían y sentían. Ha sido uno de los grandes placeres de su vida poder tallar su casa, los utensilios de la cocina, y algunos muebles de la madera que encontró en el monte o la comunidad. La belleza era limpia y sencilla y armónica. Les hacía sentirse bien estar en casa. Y la decoraron con su artesanía y cuadros que él y sus hijos pintaban. …

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Ser Meraya

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n mi comunidad saben que yo, como meraya, estoy metido en el mundo de las plantas y la ayahuasca. Las dieto, las uso en mis curaciones. Necesito estar a solas y cerca de las plantas. Cuando ya siento que se me han bajado las fuerzas, me retiro al monte y allí vivo solo con las plantas y los palos, como pescado y plátano y poco más por unos días. La energía y fuerza interior suben. Cuando ya siento que estoy listo y fuerte para volver a casa y ser curandero, regreso lentamente por los pimeros días hasta instalarme de nuevo, y me quedo cerca de casa. Cuando hay eventos y grandes fiestas en mi pueblo, no asisto. La bulla, la borrachera, la violencia que surjan me hacen daño a la dieta. A veces me buscan y me acompañan para que hable a la comunidad y les cure. Lo hago cuando siento que el pedido es genuino y respetuoso. Les hablo de las plantas y su cuidado, les hablo de actitudes de cooperación y límites, les hablo de sus cuerpos y sus espíritus. Si tengo las fuerzas conmigo, curo a los que me buscan con medicinas de plantas, dietas, cantos y ahora les hago moverse y les toco. Muevo su punto de ensamblaje. Les abro otro cano y óptica de su mal. Mucho tiene que ver con hábitos inconscientes o caminos de menor esfuerzo. Mi intención es despertarles a su capacidad de curarse en sus vidas y vivir más plenamente. Cómo? Básicamente devolviéndoles a sentirse y atenderse relajada y conscientemente con cualquier herramienta que emplee.

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Como meraya sigo mi propio camino y obedezco los mandatos de la madre ayahuasca, las plantas y mi propio corazón. Por tener estudios superiores en Europa, me piden participar en las reuniones de la directiva de la comunidad y allí puedo escuchar y dar ideas si es pertinente. Como meraya una de mis tareas es no dejar desaparecer la esencia de mi cultura shipiba y recordar a los shipibos de sus orígenes y logros. Las vestimentas, los artículos de uso cotidiano, las ceremonias y las medicinas, las casas y las canoas, todos tienen nombres y significados trascendentales. Nos llaman primitivos y no saben lo que dicen. Mi cultura es muy profunda y llena de música, arte, y plantas además del río, el monte y las cochas. Nosotros pedimos ayuda para la curación desde las plantas mismas, la tierra, el agua, el viento, y nos responden. Vivimos en un mundo de muchos mundos, algunos visibles y algunos invisibles. Mis sueños son muy importantes y las mareaciones con la madre me ayudan a ver más allá de mis propios ojos. Las horas que paso a solas pescando, cultivando, trabajando alrededor de mi terreno y en el monte las uso para pensar, sentir, intuir, construir y esto me sirve como fuerza en las ceremonias. Aparezco y desaparezco en la comunidad. No me quedo mucho tiempo. Me tratan con respeto y deferencia y cuando alguien trata de meterse a aprender conmigo, tiene que pasar una serie de pruebas primero, porque el proceso de aprendizaje es arduo, constante y exigente. Pocos se quedan y se meten. Cuando lo hacen, crecen y cambian y así aprenden. …

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Los Animales del Meraya

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n el mundo del curanderismo el meraya tiene un perro especial como guardián físico y espiritual. Si el curandero y el perro se escogen mutuamente el encuentro es poderoso. Poco a poco aprenden a leerse y cuidarse. Los animales tienen mucho que enseñarnos a los seres humanos acerca de nuestra propia animalidad. El perro u otro animal escogido protege al curandero en muchos niveles. Absorbe como escudo las vibraciones negativas en el medio ambiente y responde con su ladrido que expulsa el miedo y la negatividad. Responde y se sana con amor y atención. Necesita ser tocado y hablado y no golpeado. Necesita de cierta rutina que le da seguridad. El perro con su visión nocturna, su oído y olfato puede sentir si el camino está seguro o si hay peligro. Es inteligente y si el curandero le manda quedarse y cuidar a alguien o la casa o el campamento, si está bien conectado con el curandero lo hace y nos sorprende con su comprensión. Antiguamente los perros comían pescado y plátano o algo de carne del monte con nosotros. Mi perro Machete y yo vamos en mi canoa Niwe Noi Rao y él está tranquilo mientras pesco. A veces le gusta tirarse a la cocha, nadar y refrescarse y a mí cuando se sacude el agua para secarse. Lo baño con frecuencia con champú y le echo petróleo para las pulgas cuando es necesario. Duerme en la puerta de mi casa o adentro y ladra a cualquier persona o animal extraño, avisándome. Es toda una relación profunda con otro ser, otro espíritu, a veces los llamo ángeles disfrazados que llegan para llenarnos la vida con su presencia. Es como tener a otro hijo en casa y cuando estoy solo, más aún. Juro a veces que podemos hablarnos, entendiéndonos más allá de las palabras. Mi perro Machete ha tomado la resina de catava y le hace fuerte y muy buen ayudante cuando vamos al monte a buscar plantas para las medicinas. Mientras yo busco plantas él busca motelo. Si es grande, lo amarro para llevar a casa y si es chico no lo llevamos. Aprende así a cazar motelos grandes y cuando eventualmente encuentra uno más chico le dejo llevarlo a casa si ha encontrado uno más grande también. Se marea conmigo sin tomar la ayahuasca que yo he bebido. Está conmigo en mis sueños y visiones y hay una conexión que casi le humaniza.


Siempre lo traté con amor y cariño sin golpes. Apenas lo tuve unos días cuando era joven de dos meses. Me seguía, respondía a mi silbido que uso para el Paucar Niwe y venía. Pronto mostró su personalidad de ser dócil y curioso, inteligente y “bebito”. Se quedó en casa el primer día, expandió al territorio alrededor de la casa al segundo día y luego comenzó a seguir a los chicos cuando iban a la cocina y no respondió a mis llamadas. Lo dejé y siempre regresaba. Poco a poco nos enseñamos cómo estar conectados aún a la distancia. En las noches ladraba a todos los sonidos y olía cuando pasaba una persona. Por razones que no comprendo le encantaba romper cajas de cartón. La primera caja era muy chica y la rompía para estirarse. Se le hizo una casa de cartón más gruesa y más grande y desde adentro rompía el cartón con sus dientes como abriendo más espacio para sí. Puedo dormir tranquilo cuando está a mi lado. Ahora, más grande, se va y regresa, a veces un par de días, y vuelve. Está cazando, correteando, aprendiendo por allí. Es un fiel y leal compañero de camino. Y nos hablamos, cada uno en su idioma. Su ladrido es su forma de expulsar de sí los miedos y las negatividades que absorbe y así mantenerse sano. Creo que me enseñó a soplar de otra forma cuando las víboras de emociones fuertes rondan por acá adentro. He estado alrededor de perros toda mi vida pero ya viejo me llega ese cachorro para entrenar y acompañar y es una gran oportunidad. El resultado de nuestra alianza me fortalece y me acompaña-es un primo del mundo de Mai Joshin.

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Don Javico yace cansado en su hamaca al lado de su casa debajo del mango. Ya se ha oscurecido y es noche de luna llena. Hoy ha peleado con unas enredaderas que han bloqueado algunos de sus caminos y al cortarlas soltó sus propios enredos interiores. Su cabeza se da vueltas con todos los temas que están moviendo por la comunidad como olas del río agitado. Los petroleros, los mineros, la electricidad o el agua potable, las invasiones, el agua contaminada del río, las mafias que manejan productos como uña de gato o chuchuwasi y otros tragos medicinales selváticos. Y todo viene acompañado con conflictos por el dinero. Estamos hipnotizados por el dinero. En qué terminará es difícil decir. Está cansado de todo ese alboroto en el nombre del progreso que va invadiendo su mundo e imponiendo cosas de poca importancia. …

Tratamientos

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on Javico tuvo un día de actividades curativas con niños, jóvenes, amistades y adultos. Su presencia en la comunidad antes creaba golpes de estado y ahora es una relación cálida y de confianza con las personas que va tratando. El simple hecho de estar con ellos en un lugar al borde de la comunidad en el perímetro del jardín botánico de Tío Shamuco creaba un aura natural de paz y tranquilidad, plantas medicinales y olorosas y un lugar de privacidad para las personas que atendía. Les escuchaba, les hablaba, les cantaba, les tocaba, les hacía preguntas y mientras todo esto ocurría a nivel palpable, también trabajaba a nivel espiritual y emocional en conexión con las plantas y la naturaleza. Cuando le buscaban en su casa, les propiciaba mezclas de plantas para aquellos que querían ir por esa ruta. Había otros que iban con frecuencia a los médicos de la posta con sus pastillas e inyecciones costosas. Él más bien enseñaba a sus pacientes cómo preparar algunas plantas básicas como medicina preventiva y con un soplo les mandaba a probarla por un mes o más y luego regresar y contarle los resultados. Pero hoy, a pesar de sentirse satisfecho con las curaciones, sabía que se había drenado de energía y que le tocaba ir pronto al monte a dietar un par de semanas. Tendría que prepararse para esa aventura. Llegó a casa, se preparó una hierba luisa, se metió en la hamaca y surgió la pregunta, Por qué la gente seguía buscándolo y qué era la curación para él?

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Él siempre decía a la gente, ”Tu enfermedad o molestia es una lección disfrazada como algo que quieres eliminar y me buscas a mí para hacerlo. No lo voy a hacer. Es tu maestro interior en este momento y te llama a revisar tu vida espiritual y emocional y entender cómo afecta a tu cuerpo físico y mental. Yo te acompañaré en el proceso pero tendrás que hacer dieta de limpieza y luego fortalecimiento y luego protección. Tendrás que seguir mis indicaciones cuando las hago como mapa que te guie en tu propia investigación. Somos seres energéticos en constante cambio y hay algo atascado en ti que no se mueve, que no sueltas o que la energía de otro ha atrapado. Es momento de dejar de ser víctima pasiva y esperar que alguien como yo arregle tu vida. Es una oportunidad de estar contigo y conocerte más y a tu propio poder creativo de cambiar tu intención de erradicar algo que la vida te ha dado para conocerte más, a abrirte con curiosidad y consciencia para descubrir lo que tu malestar y enfermedad quieren enseñarte. Podemos tratar el síntoma y lo hacemos con plantas y ceremonias pero el trabajo más grueso es tuyo de ir a las raíces, explorarlas y las decisiones tomadas y los caminos asumidos. Es un proceso profundo y arduo para quienes se atreven a meterse. Si no, te trataré el síntoma y te dejaré ir pero no estarás curado en tu esencia y volverán a aparecer los síntomas hasta atenderlos.” Hoy día no ha habido nada grave o desconcertante y atendía relajadamente, siguiendo el proceso de cada uno en su historia, desenredándola. Para los niños muchas veces el eje era la madre, el padre o la familia con sus conflictos y relaciones. Generalmente el problema de fondo no era el problema con el cual se presentaba. Siempre les dejaba pequeños retos y si los lograban superar, volvían para más y crecían. Si no, no regresaban porque no querían hacer el trabajo personal para cambiar su situación. Suspiró y a la vez, se rió hacia adentro. “Qué flojos somos a veces para asumir nuestra grandeza y nuestro poder de crear la vida que queremos vivir con la materia prima a la mano-nuestro corazón y su intuición. Me ha tomado demasiados años para aprender esta lección pero ya la aprendí y es lo que enseño.” Ya terminó su hierba luisa, chequea alrededor de su casa. Todo está en orden. Mañana comienza a prepararse para ir al monte. Se mete en su mosquitero y duerme con sus sueños y sus perros afuera, guardando y dormitando. …

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Invasiones

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e visitaba su nieto ingenioso y talentoso. La casa estaba llena de la alegría de los bisnietos y su mamá. Venían de las afueras de la ciudad grande, de la zona donde vivían en una chacra dedicada a preservar y cuidar las plantas medicinales. Por lo que le han contado, la tarea es laboriosa y retadora, especialmente con las olas de los traficantes de tierras. Lo siente más fuerte y claro ya, templado por la experiencia de haber logrado mantenerse intactos cuando los invasores atacaron todo alrededor. Han venido de visita con la familia a la comunidad de Mai Joshín a su casa, usando unos días como una dieta de monte.


“Hemos tenido tiempo para trabajar juntos, pescar y en la noche conversar profundamente. Me preguntas lo que pienso sobre el estado del mundo actual como maestro y curandero. Qué pregunta! Me marea y me sacude. Los seres humanos siempre hemos mostrado nuestra inteligencia y grandeza cuando nuestra estupidez y chatez ya son intolerables. Los sistemas creados para ayudar y facilitar la vida se han transformado en máquinas devoradoras y controladoras. Hay grandes grietas en todos los sistemas que comienzan a fallar con su avaricia, su obsesión con el control y el dinero, su visión ya arcaica del mundo comparado con lo que ya sabemos con la física cuántica y cómo realmente funciona la nueva visión. La guerra, la competencia, y la destrucción del medio ambiente para alimentar a la Gran Serpiente del dinero y su mal uso ya van llegando a un punto de auto-destrucción que afecta a toda la humanidad. Hemos salido de los rieles y ofrezco aceite para que el viaje sea engrasado, luz para ver por dónde vamos, y mucho amor para acompañarnos en nuestro despertar. Para mí, soy y somos atrapados por los sistemas de pequeños hábitos de menor esfuerzo y seguimos las reglas para entrar y salir de ese mundo funcionalmente. A aquellos que ya se desesperan por terminar el mundo para entrar en el Paraíso, les diría: Tengan fe. Tengan esperanza. Hay millones de pequeños grupos alrededor del planeta que buscan comunidad y cooperación para crear alternativas funcionales en reemplazo de sistemas disfuncionales. Están ocurriendo al mismo tiempo en mundos paralelos y cuando el equilibrio necesitado para un gran salto cuántico ocurra, habrá un cambio instantáneo para todos. Creo que es época de dejar de ser víctimas indefensas, despertar a nuestra grandeza de poder crear y vivir de otra forma más amable y cooperante con otros y el medio ambiente. Algunos dicen que necesitamos de la visita de un extraterrestre para sentirnos uno como terrícolas. Quizás sí. Me hace reír. En realidad si creamos nuestra realidad a través de nuestras creencias, acciones y reacciones, despertarnos y usar nuestro poder para crear nuevas formas de vivir en armonía con nuestra naturaleza es no sólo un reto sino un estado de infinitas posibilidades que podríamos manifestar. Comienza con nosotros en nuestro universo interior, la familia, las amistades, los colegas y la comunidad de apoyo. El dinero, obviamente, es un invento del ser humano. Y es probable que no desaparezca.

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Lo que sí podemos cambiar es nuestra actitud frente a él, nuestro uso cuidadoso de él. Es energía que circula. Cuando pagamos podemos estar agradecidos por tenerlo para poder pagar, podemos bendecirlo en que sea usado de buena manera y que se multiplique para crear y no destruir. Y cuando damos algo así se nos regresa multiplicado y de muchas formas. Pienso que si hacemos lo que amamos hacer, el dinero seguirá después y sin tener que vender nuestro espíritu para conseguirlo. A lo largo de los años al escuchar a la gente pobre lamentar su suerte y presentarse como víctimas, siempre me sorprende su riqueza de formas inventadas para salir del impasse. De una forma u otra siempre parecen tener lo que necesitan y todo lo que quieren. Quienes viven felices aceptan lo que tienen como tesoro, trabajan y lo administran bien. Quienes siempre se quejan y no lo administran bien son buitres del dinero y no están felices.

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Estamos viviendo una profunda transición que nos llama a todos a ser curanderos buenos de nosotros mismos y aquellos cercanos en nuestro entorno. En vez de proyectar miedo, resentimiento, envidia, y conflicto hacia afuera a otros con nuestros escenarios catastróficos, qué pasaría si proyectáramos afuera amabilidad, seguridad, serenidad, cooperación y el diálogo entre primos hermanos como nuestras imágenes básicas? La reacción del otro es su reacción. Nuestro reto y nuestro constante trabajo es mantenernos erguidos y centrados desde nuestro corazón y lucidez espiritual en medio de los constantes cambios a nuestro alrededor. Y otra cosa, hijo, es mantener nuestro sentido de humor y juego en todo este proceso porque en realidad no sabemos qué hacemos y no sabemos adónde llegaremos. Por qué no gozar del viaje con los sentidos abiertos. Es como con los aviones. El ascenso por el espiral es turbulento e inquietante hasta atravesar esa zona y mover fluidamente de nuevo. La tierra comienza a responder a los atropellos de los seres humanos. La gente comienza a preguntarse cómo hemos llegado a este nivel de peligro de auto-destrucción y es una pregunta que despierta emociones fuertes que mueven a las personas a buscar soluciones y respuestas. Y estamos en medio de ese río turbulento y crecido hoy que trae más energía y más velocidad a los cambios ocurriendo en este momento mientras charlamos. Yo vivo acá, mi vida es sencilla y compleja. Leo, escucho, estudio y todo lo que te digo lo vivo en esta parcela de tierra con las cochas, quebradas y monte. Lo veo todos los días en las plantas, los palos y los animales. Es un gran reto mantenerme fiel a mis propios principios y vivir como elijo vivir. Sigo aprendiendo.”


Jardín Botánico

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on Javico se echó en la tierra de uno de sus lugares favoritos en el monte, un círculo natural de cuatro enormes shiwawacos con musgo y shacapa por en medio. Quería repasar lo que su nieto y el Tío Shamuco le habían hablado acerca de sus jardines botánicos de plantas medicinales. Él les había preguntado qué es para ti un jardín botánico, cómo se diferencia de un parque, qué es un refugio natural y cómo es que el mantenimiento de un lugar así sea una constante práctica de reconocimiento con las plantas. La conversación era profunda y reflejaba muchas de las cosas que él intuía pero nunca había expresado en palabras. Qué habían dicho? Era como un diálogo.

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“Es un lugar donde hay que entrar con buenos pensamientos y buenos sentimientos para recibir el buen espíritu de las plantas. Si entras con malos pensamientos, no te recibirán con su energía curativa. Es un lugar de corazón, el corazón de la tierra. Necesita tener un espacio grande para crecer por las conexiones de raíces y vida en el subsuelo. Hay plantas que están casadas, que crecen juntas y la cultura shipiba sabe bastante de estos secretos. Estas plantas medicinales nos ayudan a mantenernos sanos. Tienen un aura, un espíritu, una emanación muy fuerte que hay que “sentir” para poder palparla. Para hacer esto hay que acallar la verborrea interior y simplemente escuchar y sentir. Un jardín botánico es casi un lugar sagrado porque está preservando y manteniendo vivas a plantas que van desapareciendo en la selva por la avaricia de más dinero y pérdida de reconocimiento por parte de la generación más joven. Como corazón de la tierra nos va despertando para sentir a la tierra, algo que va desapareciendo con la aparición de la ciudad. El jardín botánico va creando y preservando un espacio, un área verde curativa, un espacio mágico de salud. Los edificios también tienen su energía y necesitan poder respirar, dar y recibir la energía de las plantas que crecen alrededor de ellos. Si todo está cuidado con mucho amor y respeto por la tierra y las plantas y las construcciones, el jardín va a florecer y prosperar más.

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Hay personas que van a la ciudad, viven allí, no cuidan mucho a sus jardines que están lejos de sus viviendas y buscan y buscan pero no encuentran las respuestas a sus inquietudes. En un jardín bien cuidado, el aura es como un templo a la naturaleza, porque el corazón de la tierra está rescatado y protegido. De este corazón salen raíces hacia afuera a las comunidades que lo rodean. El espíritu de la tierra sale hacia afuera por las plantas como lo hacía en los tiempos de los Incas y los antepasados. En las épocas de los Incas el corazón de su Imperio se comunicaba a través de los Andes y sus templos y sus jardines botánicos. Había muchos pequeños corazones que se conectaban con el Gran Corazón de la tierra. El jardín botánico no es sólo una reserva natural para las plantas, los animales y los aves que llegan a refugiarse allí, sino también para las personas que viven allí y lo cuidan y mantienen y protegen.


En la cultura shipiba, Dios es primero, las plantas son segundo y los animales y los seres humanos vienen después. Las plantas nos enseñan acerca de su sabiduría, su genio y su espíritu al tomarlas como medicina, al bañarnos con ellas, al ingerirlas como alimento. Cuando cuidamos un jardín botánico con amor, cada palo y las plantas poco a poco se convierten en acompañantes familiares y observamos su proceso de vida natural-nos cuidamos mutuamente. Cuando alguien que no conoce el lugar y sólo ve a la tierra para lucrar con ella y quiere invadirnos, es como si estuviera agrediendo a nuestra familia de una forma violenta, hiriendo a un corazón que cuida a la región. No hay una sensibilidad ni relación con el lugar y al invadir, quemar y cortar, lo hacen a su propio corazón y espíritu y destruyen lo que les da vida. Tener un jardín botánico en medio de la selva con el violento crecimiento de la modernización es una lucha constante de educar, sensibilizar y defender la salud y el amor en medio del consumismo de querer tener más y más a costo de la explotación de la Naturaleza. Es una dieta de reflexión, de creatividad, curación profunda, alma de la comunidad. Hay una diferencia entre un jardín botánico turístico para las medicinas usadas en dietas para turistas y un jardín botánico para la humanidad que las personas pueden ver desde afuera y no desde adentro para darles tiempo y espacio a los árboles y las plantas a crecer en paz. Por qué? Las visitas del público afectan a las plantas y los árboles con sus energías y sus auras, su ruido y su afán de quitar hojas y flores para llevar a casa.” ….

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Las Plantas

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l grupo estuvo reunido en la maloca. Escuchaban todos en silencio esta noche. Hubo una solitaria vela en el centro y el grupo se sentó en el piso con las paredes de la maloca hexagonal como respaldar. Don Javico les había informado en su breve presentación de la tarde que iba a hablar esta noche acerca de las plantas. La noche está oscura y nublada, el aire está fresco y sólo se escucha el sonido de agua cercana, los sapos y los grillos y ocasionales animales y aves de la noche. Don Javico llega fumando su pipa y saluda a todos en silencio y se sienta frente a la mesa shamánica en el piso. El silencio y la expectativa son palpables en el ambiente. Sigue el silencio largo tiempo hasta bajar la carga emocional y percibir una suave apertura de fluidez.

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“Jacón Yame. Soy Javico, curandero meraya con esta comunidad de Mai Joshín. Los curanderos shipibos usamos plantas como nuestra medicina, en especial la madre de todas las plantas, ayahuasca. Las plantas estuvieron en la tierra antes de nosotros y su dueña es la tierra misma. Tienen un espíritu. Ese espíritu entra en relación con nuestro espíritu y nos abre para recibir la medicina ofrecida. Cada planta tiene su genio que es la acumulación de toda su sabiduría en esta tierra en relación a otras especies ocupando el mismo territorio. Los seres humanos todavía no aprendemos esto de las plantas: Cómo vivir en armonía en medio de la diversidad. Una enredadera como ayahuasca tiene un espíritu diferente de sueldo con sueldo que es parasitario y mata a las plantas. Un cedro tiene un espíritu diferente de un bimpish. Y sin embargo, ambos son medicina. “Cuando dietamos y tomamos la resina de un palo que sale de su corteza, su raíz, su hoja o su flor, estamos tomando dentro de nosotros a su dueño que es la tierra, su espíritu de médico curandero y su genio. Cuando ya hemos dietado esta planta por 8 a 15 días o hasta un año, la llevamos dentro de nosotros y es nuestra aliada y ayudante en determinados


momento de la vida cuando necesitamos su genio para una curación de nosotros mismos y otros. “Hay que observar de cerca a las plantas. Su forma de crecer, su textura y diseño, su ubicación con otras plantas y cómo responde, sus épocas de mayor florecimiento, su color, olor y sabor son indicadores de sus medicinas poderosas. Cuando logramos machucar a las partes usadas para la medicina mezclamos todo con aguardiente con algo de polen de abejas para que se vaya macerando. Después de varios días el sabor es de un trago de fuerte sabor que quema la garganta, hace lagrimear los ojos, da calor y te abre a recibir la mezcla medicinal. “Tenemos todo un procedimiento que usamos con las plantas medicinales. Averiguamos los síntomas y los tratamos a nivel corporal con las plantas más convenientes según los conocimientos y la experiencia del curandero. La persona tratada toma la planta todos los días en ayunas hasta terminar en uno o dos meses una botella preparada de dos litros. El proceso de las plantas es más lento que las pastillas modernas y son menos invasoras y menos dañinas que las pastillas. Si uno rompe su dieta y no sigue las instrucciones del curandero, es el mismo curandero que puede enfermarse por la fuerte conexión espiritual que ocurre en las dietas. “Las plantas emiten una aura energética y si están bien cuidadas y no maltratadas y hay una sensación de relación con ellas emocionalmente, pueden elevarte a niveles de profundo relajamiento y apertura con resultados positivos. Si te acercas con miedo o desinterés, si maltratas a la Naturaleza, pueden bajarte a la densidad de proyectar tus miedos y fantasías en ellas y te las devuelven con más de tu propio temor. Las plantas son nuestros guardianes y protectores y nos cuidan con sus genios. “Reservamos el lugar de honor a la madre de las plantas. Su universo es infinito y según unos investigadores, abre nuestro ADN. Es tan poderosa su medicina que tomamos poco de ella. Antiguamente nos preparábamos para la toma con baños con plantas, ayunos,

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meditación y cánticos. A veces dietamos varios días antes y después de la toma para entrar limpios y abiertos a las ceremonias donde ella abre el mariri de las cuerdas vocales y canta a través de las voces y los íkaros de los curanderos. Todas las plantas tienen su canto de curación y en la dieta con ella, te lo enseña si sabes escucharla, a veces en tus sueños. “Cuando cortamos el tronco de un árbol, sacamos hojas, flores o raíces, pedimos a la planta que nos mande a su médico para ayudar a curar a determinada persona con determinado malestar y le dejamos una ofrenda, generalmente tabaco. Si uno observa con cuidado, puede ver que las plantas responden a este trato. Muchas veces cuando preparamos una medicina o ayahuasca, cantamos íkaros para mandarle a los genios de otras plantas para que su fuerza sea aún mayor.

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“Lo mismo hacemos con las plantas que usamos para preparar baños. Trituramos las hojas en el agua para soltar su resina. Agregamos a veces perfume, alcanfor, naftalina, gotas de lejía, flores, kión, y con esa mezcla cantamos, siseamos y soplamos para que su medicina penetre en la piel y haga su trabajo de limpieza y curación. No sólo se siente muy refrescante un baño con plantas, uno sale con un olor natural y fresco. Dios es primero para nosotros como el creador del universo. Las plantas son segundo, los animales tercero y luego los seres humanos. El universo de las plantas es muy complejo, variado, multidimensional y generoso con su abundancia cuando la tierra está cuidada, protegida y amada. “Las plantas y los árboles nos dan oxígeno, nos dan vida. Cada vez que cortamos un árbol antes de su tiempo como en las grandes deforestaciones que ocurren en el mundo hoy en día, nos estamos quitando a nosotros mismos lo que nos permite vivir. Respiramos menos oxígeno hoy que hace 5 años y se va disminuyendo más. Hay un desequilibrio actual entre La Naturaleza y los seres humanos que afecta a todas las formas de vida en este planeta. Los curanderos que vivimos con y usamos las plantas con profundo amor y respeto y conocimientos nos unimos para implorar a la humanidad en general a


despertarse y darse cuenta que no podemos dejar desaparecer de la faz de la tierra más de la Naturaleza. “La interrelación de las plantas, la tierra, los seres vivos en la selva hace que sea un mundo casi mágico e irreal para muchos en el mundo moderno. Su sistema ecológico es denso, integral y muy frágil porque todo está interconectado con todo. Lo que hacemos a la selva hacemos a nosotros mismos. Es hora de que todos encuentren a su curandero interno y hagan un esfuerzo de preservar y no dejar destruir tan irracionalmente lo que nos da vida. Requiere de tres cosas básicas- corazón, coraje y constancia. Las plantas tienen mucho que ofrecernos si sabemos usarlas bien. Y es gratuito para todos. Siembra, Cuida, Cosecha es mejor lema que Destruye y Abre Paso para el Desarrollo. “Ahora para terminar, cierra los ojos e magina que eres una planta o árbol medicinal. Qué forma y tamaño tienes? Cuáles son tus características? Tu color, sabor, olor y cuáles partes tuyas como planta son medicinales? Dónde creces y cómo? Quién te cuida o atiende? Siente la tierra donde creces como tu dueño. Qué espíritu de curación existe en ti? Imagina que puedes sentir el poder y la sabiduría de tu genio que trasmites como medicina cuando estás bien empleado. Pon esta planta con su medicina en tu corazón y déjala florecer allí. “Buenas noches, y que las plantas te acompañen, protejan, cuiden y curen. Irake.” Salió con paso firme después de soplar perfume de plantas sobre cada visita. Afuera, prende su pipa y da una vuelta a la maloca, soplándola y luego, cruzando la comunidad, llega al puerto, desata su canoa y rema rumbo a casa a descansar. Mañana tiene que preparar varias medicinas. … He dicho a mí mismo, BASTA. No tolero más todo el abuso, el maltrato y la mentira como elementos básicos en el mundo denso y conflictivo del manejo y uso del dinero. Dónde hay lugar para las cosas como el silencio, la contemplación de la belleza y la abundancia frente a nuestros ojos, el agradecimiento para toda esta vida? Estoy cansado de sentir las

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infelicidades y los conflictos de otros que están en sus mentes y creencias como víctimas indefensos. Y estoy HARTO del robo de la selva por los mineros, los madereros, los petroleros, los narcotraficantes y aquellos que diezman su propia riqueza cultural, patrimonio de la humanidad en realidad, por dinero y una sensación de poder y éxito pasajeros a costo de su propia alma. Quiero decir BASTA con lo que veo ocurriendo a mi comunidad y mi etnia con la modernización usada como explotación y dominación. Necesito irme al monte unos días y beber el néctar de la selva sin seres humanos. Necesito sentirme conectado de nuevo con los palos, las plantas, la tierra, el agua de la cocha, los peces, el sol, y las estrellas, los animales y mi alma. No estoy en paz en estos días. Hay demasiadas cosas enredadas agarrando mi atención. Necesito alejarme de todo esto, no ser disponible. Sólo avisaré a Shamuco y si no vuelvo en dos semanas que me busque por la cocha que usamos juntos para nuestros retiros. Mañana le avisaré y en la tarde me voy. Como ya tengo un tambo allí que puedo usar o reparar, llego en dos horas y todavía habrá luz para instalarme para la primera noche.

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Lleva su machete, su equipo de pesca, dos ollas de barro, su linterna, algo de soga, una taza, un cambio de ropa y una liviana bolsa de dormir. Le gusta escribir y dibujar, así que lleva sus cuadernos y plumones de colores. Mete todo en un saco de yute, chequea su canoa y remos. La noche está oscura y llena de estrellas. Ve a constelaciones familiares, corazones que brillan como diamantes, y siempre le fascina la idea de que lo que está viendo ya pasó hace mucho tiempo. Todo es ilusión. La estrella que vemos brillar hoy ya puede estar muerta en el espacio pero por la distancia y las distorsiones misteriosas del tiempo vemos a la estrella todavía con su brillo. Siente que está en un momento decisivo en su vida. Frente a él se abren varios caminos y quiere sentir de corazón cuál le atrae más, cuál le asusta más, cuál le reta más, cuál le mete más profundamente en la vida? Unos días en el monte le ayudarán a sensibilizarse. Tiene que limpiar afuera toda esa ola de negatividad que ha descendido sobre esta zona en las últimas semanas. Ha tenido que hacer mucho trabajo para contrarrestar a los brujos que siempre tratan de atacarlo por todos lados por lo que hace y por cómo lo hace. Hoy ya le alcanzó el cansancio y llegó a sus límites. Va a ir donde se siente seguro. …


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Relación de Ilustraciones Dibujos por Niwen Bea ≈ Tomás Rouzer© y Ronon Mano© Su uso requiere permiso escrito del autor o de la editora

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El Curandero Viento Canoa medicinal Kushma visión Remando la vida selvática Retrato Aprendiendo Reflejos Detrás del Velo Esperando El Gran Yo Mundo de Ayahuasca Terminando la dieta Los Merayas Voladores El Teatro de los Merayas El señor de las medicinas Integración de universos Betania Música Siseo Ioni Rao

Carátula 14 22 24 27 29 33 35 37 40 42 45 47 50 54 56 58 61 70 71


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