Revista Unidad alvaro Ulcue version 4

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Unidad Alvaro Alcué

El crimen que rompió la armonía en el norte de Cauca

“Ante una propuesta de paz, el trato es de guerra” Los rescates de las mujeres Nasa

Pintando memorias

de lucha desde el territorio

La Tulpa

Octubre 2019

los Derechos ancestrales

LA GUARDIA INDIGENA lucha una batalla ajena

En lo que va del año, los grupos armados han asesinado a 36 indígenas del Norte del Cauca y han hecho de la Guardia Indígena un objetivo militar.


Unidad Alvaro Ulcué

Revista Unidad Álvaro Ulcué Edición 4 - 2019 Aporte solidario: $3.000 Una publicación del Consejo Regional Indígena del Cauca - CRIC Calle 1 No. 4-50 Popayán - Cauca - Colombia www.cric-colombia.org comunicaciones@cric-colombia.org Teléfonos 0057-8242594 - 8242153 Editor Rubiel Lis Velasco Equipo Editorial Lucy Fernández Mestizo Eva Tanco Autores Henry Caballero Fula Jhoe Nilson Sauca Lucy Fernández Mestizo Samuel Escobar Natalia Zuluaga Castillo Ana Isabel Cerón Yuli Guanga Martín Vidal Tróchez

Diseño editorial - Diagramación Mari Polo Design Impresión Samava

Álvaro Ulcué “La palabra sin la acción es vacía, la acción sin la palabra es ciega, la acción y la palabra por fuera del espíritu de la comunidad es la muerte”.



MINGA, COMUNIDADES INDÍGENAS DEL CRIC Y SECTORES SOCIALES.

LAS MINGAS INDÍGENAS Y POPULARES EN LA PRIMERA DECADA DEL SIGLO XXI La Minga es el trabajo colectivo aplicado en las comunidades indígenas y campesinas del Abya Yala para sacar adelante un propósito común y/o de solidaridad y cambio de mano con una familia, pero siempre con participación de una gran parte de la comunidad. Conlleva el trabajo conjunto, pero también la comida y el compartir ella incluso llevando para la casa de cada uno(a) de los participantes. Minga ha sido el nombre adoptado a partir de 2004 para las movilizaciones populares en el Cauca para sacar adelante el propósito común de hacer vigente la constitución del 91, por lo cual algunas han sido más políticas y otras han sido más reivindicativas (exigir el cumplimiento de la norma pero llevando algo en la jigra). Anteriores a estas mingas se habían realizado las grandes movilizaciones de la Salvajina, Novirao, La María, el Suroccidente colombiano, obteniendo reivindicaciones para cada sector, con actas luego incumplidas en su mayoría, que para el movimiento indígena del Cauca se concretaron en el reconocimiento del CRIC como autoridad indígena tradicional y en la expedición del decreto 982 de 1999.


En el año 2001 se realizó una movilización popular masiva, encabezada por la gobernación del Bloque Social Organizativo, hasta la ciudad de Cali como repudio y denuncia de la masacre del Naya.


LA GUARDIA INDIGENA

lucha una batalla ajena En lo que va del año, los grupos armados han asesinado a 36 indígenas del Norte del Cauca y han hecho de la Guardia Indígena un objetivo militar.

Nuestros Guardias Indígenas son los cuidadores del territorio, son los que protegen a la comunidad ante cualquier riesgo, protegen a la madre naturaleza y son los primeros asistentes en temas humanitarios para las comunidades. Su misión crea una cultura de fortalecimiento de los procesos de identidad y los principios de la comunidad indígena del Consejo Regional Indígena del Cauca: Unidad, Tierra, Cultura y Autonomía. Hoy, sin embargo, esa lucha por el territorio ha puesto a nuestra Guardia en peligro, somos víctimas de amenazas de grupos armados, disidencias y otros grupos de crimen organizado que quieren controlar el tráfico, la explotación y la venta de cultivos ilícitos en nuestro territorio.

Solo en las dos primeras semanas de agosto hemos perdido a cuatro miembros de nuestra comunidad, primero fueron Gersaín Yatacué, “¡Guardias, guardias! ¡Fuerza, fuerza!” coordinador de la Guardia Indígena asesinado el 1 de agosto, y el médico Enrique Güejia asesinado Con este grito comienza el himno de la Guardia el 4 del mismo mes ambos murieron bajo el fuego Indígena de los pueblos del Cauca, el himno de sicarios. nació en 2008, cuando el conflicto armado se agudizaba, la guerrilla quería pasar por encima Una semana más tarde, otro grupo de la Guardia de nosotros, y la Fuerza Pública y el Gobierno nos Indígena que viajaba en bus escalera hacía tenían arrinconados. Nace como un símbolo de Toribío a asistir a las Ferias del Café del municipio resistencia, una manera de decir ‘aquí estamos de Toribío fue baleado en el sector conocido como los pueblos indígenas, no con las armas, sino con Venadillo del municipio de Caloto dejando como nuestros bastones, con nuestros chalecos, con saldo dos guardias fallecidos, Kevin Mestizo Coicué nuestra cultura y nuestras insignias’. Aquí nos y Eugenio Tenorio, pertenecientes al resguardo de quedamos y no estamos dispuestos a dejarnos San Francisco. matar. Aquí estamos dispuestos a luchar y a seguir trabajando por las comunidades, para mostrarle al país que la paz y la armonía no se construyen con las armas.


El objetivo para estos grupos delincuenciales parece claro: van por los de bastón. Son a los Guardias a los que quieren amedrentar y matar. “La Guardia Indígena tuvo que fortalecerse para hacer resistencia a los grupos armados que quieren dominar la producción de cultivos ilícitos y someter a las comunidades”.


¡Guardias, guardias! ¡Fuerza, fuerza!


Sufrimos las consecuencias de un Gobierno que no ha implementado lo acordado en los Acuerdos de Paz en temas de sustitución de cultivos.

Cuando las Farc dejaron los territorios en los cuales tenían influencia, a esos lugares no llegó el Gobierno ni la institucionalidad (tampoco los organismos que socialmente deberían proteger a la población vulnerable).

La Guardia Indígena tuvo que fortalecerse para hacer resistencia tanto ante las fuerzas del Estado como ante los grupos armados que quieren dominar la producción de cultivos ilícitos y someter a las comunidades en temas rigurosos de ordenanzas, controles y manipulación. Se presentaron muertes selectivas y la Guardia, de nuevo, tuvo que asumir el rol de la autoridad dentro de los territorios. Eso la ha puesto en riesgo.

LA GUARDIA INDIGENA Los actores armados, además, han venido amenazando a los dirigentes indígenas (hombres y mujeres) que se atrevan a decirle a la comunidad que hay que hacer un tránsito de los cultivos de uso ilícito a la productividad de la tierra. Nosotros trabajamos en concientizar a la gente, en recordarles toda la violencia que nos han traído los cultivos de uso ilícito en nuestros territorios. Sabemos que la decisión de erradicación es autónoma, que no debe ser forzada, pero esa erradicación puede contribuir a mermar la violencia. Necesitamos, sin embargo, que el Gobierno se comprometa con las familias, para que puedan cambiar esos cultivos por comida. Pero que no sean solo proyectos para mitigar el hambre, como se dice comúnmente, sino con rutas para la comercialización y transformación de esos productos, para la sostenibilidad de esas familias. Si seguimos buscando proyectos productivos que duren seis meses o un año, la condición económica y social de esas familias va a seguir igual. Lo que pedimos es sostenibilidad.


LA GUARDIA INDIGENA

Lo fundamental es que el Gobierno entienda que nosotros no somos el subdesarrollo de este país, no somos la piedra, el tropiezo, para avanzar hacia la construcción de una paz. Todo lo contrario. Con nuestras propuestas y nuestras estrategias estamos aportando a la construcción de paz, de equidad y de propuestas colectivas que ayudan a fortalecer a las familias indígenas.

gracias a que hemos capacitado a la Guardia Indígena. Por ejemplo, recuperamos 200 motocicletas robadas en el norte del Cauca en articulación con la Fiscalía y las devolvimos. Además, hemos incautado y destruido armas y fusiles, y hemos incautado y destruido cargamentos de coca y marihuana en todo el departamento. Hoy, además, hay 30 disidentes de esos grupos armados El Gobierno no puede salir a decir a boca llena, capturados y judicializados por la justicia indígena. como lo ha hecho en este último año, que los indígenas impedimos el paso de las Fuerzas Esos resultados marcan la diferencia. Son Militares cuando hacen campañas en contra de resultados que ni el Gobierno ni la Fuerza Pública estos grupos delictivos en el norte del Cauca. Eso que están en el territorio hoy han podido mostrar. es una mentira. Eso es un discurso que ellos han manejado para colocarnos en tela de juicio. Nosotros hemos demostrado efectividad, eso lo sabe la Fiscalía, la misma Policía y la Fuerza Pública. Saben cómo hemos avanzado mucho más nosotros que ellos en el control del territorio


LA GUARDIA INDIGENA Nosotros caminamos bajo la lógica de los mandatos de las comunidades indígenas y esa lógica se refiere a que tengamos la garantía para fortalecer la justicia indígena, para fortalecer la Guardia, para fortalecer las autoridades y desde nuestra concepción, poder ejercer y aplicar la justicia, cuando se deba hacer, a quienes desarmonizan el territorio. Sean de adentro o de afuera. Somos pueblos indígenas con unos derechos y facultades jurisdiccionales para movernos libremente por el territorio. Lo hemos estado ejerciendo. Pero hoy nos enfrentamos En cambio, nos quedan muchas dudas. En unas prácticamente a una declaratoria de guerra de los de las reuniones con los agentes del Estado les actores armados en contra de la Guardia Indígena y en contra de nuestras autoridades. planteamos: ¿por qué existen determinados controles en las vías que conducen a Caloto y a Toribío, por ejemplo, y en medio de esos controles están sucediendo los asesinatos y las situaciones de violencia? El Ejército no reacciona, nosotros no entendemos. “Lo fundamental es que el Gobierno comprenda que nosotros no somos el subdesarrollo de este país, no somos la piedra, el tropiezo, para avanzar hacia la construcción de una paz. Todo lo contrario.”

Uno creería que en un estado social de derecho, esta es una guerra que no le compete ni a los pueblos ni a la población colombiana pero, en determinados casos, como la coyuntura que atraviesa el proceso de paz, tiene que haber decisiones que se tomen desde los pueblos para poder empezar a cambiar las dinámicas. Nosotros no vamos a renunciar a nuestra jurisdicción indígena aunque algunos poderes intenten limitarla. Queremos coordinarnos y relacionarnos con las fuerzas del Estado pero en los términos del respeto de cada una de las jurisdicciones y que las decisiones que se tomen de lado y lado sean respetadas. Ese es el sentido de poder trabajar de manera conjunta.

Hemos hecho un llamado para que haya medidas efectivas y garantías para la operación de la Guardia Indígena. No vamos a renunciar por más que nos amenacen. Avanzar con el control territorial es nuestra decisión autónoma, respaldada por las comunidades y desde los derechos humanos y el derecho propio que nos cobija. La gente está decidida. A partir de hoy vamos a avanzar con una minga interna, con el apoyo desde los otros pueblos indígenas, para mirar cómo seguimos en el camino para restituir la armonía en nuestros territorios indígenas.


Sabemos que los grupos armados nos quieren poner en desventaja, por eso han actuado de forma violenta en contra de nuestra Guardia. Pero hemos dicho que la unidad tiene que marcar la diferencia, eso significa que el control se debe hacer desde todos los espacios de los pueblos indígenas y si nos tenemos que sumar dos mil, tres mil indígenas, lo vamos a hacer porque no estamos dispuestos a renunciar a la autonomía y armonía dentro de nuestros territorios.


Un puñado de personas armadas no puede ponernos en jaque, así nos toque ofrecer hasta lo último, como dice nuestro himno:

“Todos nos vamos a morir y otros miles van a nacer”.


El crimen que rompió la armonía en el norte de Cauca


Un reportaje detallado sobre desaparición forzada en el norte del departamento del Cauca y sus efectos en el pueblo Nasa. Por Lucy Fernández Mestizo En diciembre de 1985, a Inés Campo de Cruz, indígena Nasa de la vereda Loma Larga, en el municipio y resguardo de Jambaló, la guerrilla de las Farc le desapareció a Tomás, el mayor de sus siete hijos. Han pasado casi 34 años de su desaparición y a sus 89 años de edad, aún espera noticias. Las múltiples preguntas sobre la desaparición de Tomás le ocuparon los días y las noches; la preocupación invadió su hogar, y se convirtió en la causa de sus enfermedades, y en la responsable del infarto que le quitó la vida a su esposo, quien murió esperando el retorno de su primer hijo. Como hermano mayor, Tomás se dedicaba a faenas agrícolas y velaba por el bienestar de sus padres y hermanos. “Era atento y de buen carácter”, recuerda Guillermo, uno de sus hermanos. “Cuando éramos pequeños, jugaba conmigo; en la comida lo hacíamos todos en familia, en el trabajo también. Sentía que era como mi papá”. En su memoria aún está la imagen de aquel martes de diciembre de 1985 cuando Tomás salió de su casa a las dos de la mañana a esperar el bus que lo llevaría al casco urbano de Jambaló. Y no regresó. Pasados los días, iniciaron la búsqueda: “Preguntamos en la comunidad, a los vecinos, a la Junta de Acción Comunal, fuimos a la Policía; incluso, le preguntamos a los grupos armados, pero nadie nos dio razón”, rememora Guillermo y menciona que su mamá dejó de buscar a su hermano porque no sabía leer ni escribir, y tampoco entendía el idioma español.

EL CRIMEN


EL CRIMEN

En su memoria aún está la imagen de aquel martes de diciembre de 1985 cuando Tomás salió de su casa a las dos de la mañana a esperar el bus que lo llevaría al casco urbano de Jambaló. Y no regresó. Pasados los días, iniciaron la búsqueda: “Preguntamos en la comunidad, a los vecinos, a la Junta de Acción Comunal, fuimos a la Policía; incluso, le preguntamos a los grupos armados, pero nadie nos dio razón”, rememora Guillermo y menciona que su mamá dejó de buscar a su hermano porque no sabía leer ni escribir, y tampoco entendía el idioma español. Sobre lo sucedido, recuerda que, en esa época, “los grupos armados estaban cerca de nuestra casa, como todo era monte, se mantenían por la vereda. Ellos se estaban organizando y buscaban a mi hermano Tomás para que se uniera al grupo, pero él se negó y por eso lo amenazaron”.

que la Fiscalía General de la Nación les dé alguna razón sobre su caso, aunque la respuesta que le han dado hasta ahora es la misma: “El proceso es lento”. “Quiero encontrar a mi hermano para que mi mamá no siga sufriendo y pueda descansar”, insiste, a la vez que se queja de que la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas no los incluyó en sus registros debido a la falta de pruebas sobre la desaparición de Tomás.

El personero de Jambaló, Héctor Fabio Idrobo Cerón, cuestiona a la entidad estatal: “Es contradictorio que la Unidad exija pruebas en casos de desaparición forzada cuando la Corte Constitucional y algunas sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos han definido que para esos casos no se exigen estas pruebas porque la persona simplemente la desaparecen y Guillermo acompaña a su madre. Sus cinco la familia no tiene cómo demostrarlo”. hermanos trabajan fuera del resguardo. Pese a que han pasado más de tres décadas, aún espera


Se rompe la armonía En la cosmogonía de los Nasa, la desaparición forzada es un hecho que destruye la armonía de las familias indígenas porque el paso a la vida espiritual de quien muere, tan importante para este pueblo nativo, se ve interrumpido y pierde todo arraigo con la tierra. Esa conexión tan vital se da desde el mismo momento del alumbramiento del bebé, cuando su madre abre un hueco entre la ceniza de la tulpa (fogón de leña) y allí entierra la placenta y el ombligo que corta la partera.

En la cosmogonía Nasa, la tulpa es fundamental para sus vidas porque significa también padre, madre, hija.

“La siembra se hace con el fin de enraizar a esta persona con la madre tierra. Al enraizarlo, quiere decir que lo están uniendo, para que permanezca en el territorio porque la familia en el pueblo Nasa es muy unida”, explica Joel Antonio Guetio, sabedor ancestral (Médico Tradicional) del resguardo La Concepción, del municipio de Santander de Quilichao. De ahí que con la desaparición forzada de un Nasa hay una doble pérdida: física y espiritual, que afecta a su familia y rompe su armonía, pues el espíritu de la víctima queda gravitando y se hace sentir a través del sueño de sus parientes. “Las personas sueñan a su familiar y sienten que llega, debido a que el espíritu se mantiene allí donde fue sembrado su cordón umbilical”, detalla Guetio. “Existe todo un apego tanto físico como espiritual que es percibido por la familia Nasa. Hay personas que tienen el don de la visión y pueden ver a su familiar”.

EL CRIMEN la familia y a su comunidad, pero “en el caso de la desaparición forzada el cuerpo. no ha llegado a la madurez plena o ser sabio, y eso significa no dejar que tenga su cambio natural, sino que se acelera y genera un sucio que causa crisis o desarmonía en la familia”, comenta Marcos Yule, exgobernador del municipio de Toribio (20122013). En ese sentido, “la limpieza del sucio”, o desarmonía como lo denomina la comunidad Nasa, se hace a través de la medicina tradicional. “Se abre el camino para que el espíritu de la persona que fue desaparecida forzadamente nos diga para dónde quiere ir porque para nosotros no existe un cielo ni infierno, existen las montañas, las lagunas, los nevados, el volcán”, precisa Guetio. Cuando se hace este ritual, el espíritu de la persona se aposenta en alguno de esos lugares y de esa manera descansa la familia y las comunidades elaboran su duelo. Si bien la desaparición forzada afectó a los Nasa de manera dramática, hasta el momento no se tienen cifras concretas de cuántos indígenas siguen sin aparecer.

Acción recurrente Testimonios como el de Inés Campo y su hijo dan cuenta de lo ocurrido en Jambaló, donde la desaparición forzada fue una práctica sistemática de los grupos armados ilegales que operaron en la región. Se sabe que muchas de las víctimas fueron arrojadas a las aguas del río Cauca y enterradas en fosas comunes en lugares montañosos que aún no han sido identificados.

Al igual que Tomás, otro de los espíritus que gravita sin destino alguno es el de Marco Tulio Medina Para los Nasa morir significa pasar a otro espacio Rivera, desaparecido el 20 de julio de 1991. Su espiritual donde estará acompañando y guiando a hijo, José Gildardo Medina, integrante de la Mesa


EL CRIMEN familia le reclamó a los funcionarios documentos de Víctimas de Jambaló, evoca lo ocurrido a su que confirmaran esa versión, no se los entregaron. padre: “Él salió para la ciudad de Santander de Por falta de recursos los Medina no lograron Quilichao a comprar insumos para la casa y no exhumar el supuesto cadáver de su padre y, por la misma razón, tampoco pudieron continuar con regresó”. su búsqueda. Pasados los días, sus familiares lo buscaron en los alrededores del municipio, en su sitio de destino “Mis abuelos, como no conocían de normas, no y en poblaciones vecinas, pero no lo hallaron. En pudieron hacer nada”, esas afugias se encontraron con un vecino, quien les comentó que había visto a una persona con se lamenta José Gildardo, pero no pierde la las características de su padre cerca del río Cauca, esperanza y desde su representación de la Mesa de Víctimas de Jambaló realiza acercamientos pero no dieron con él. que le permiten conocer las rutas para encontrar La búsqueda los condujo a la sede de la Fiscalía los restos de su padre, al igual que ayudar con la en Santander de Quilichao. Allí les informaron que búsqueda de las demás víctimas que hay en el el cuerpo había sido enterrado en el cementerio resguardo. del barrio Siloé, en la ciudad de Cali. Aunque la


EL CRIMEN “En mi condición de representante de la Mesa de Víctimas solo hago incidencia, y a mí han venido otras personas a preguntarme para que los ayude. Por ello hemos realizado acercamientos con la Unidad de Búsqueda de Persona Dadas por Desaparecidas para poder empezar este trabajo de buscar a los desaparecidos”, explica José Gildardo.

Con la agudización de la confrontación armada, la desaparición forzada se tornó cada vez más recurrente en los municipios del norte de Cauca, más allá del resguardo de Jambaló. Uno de los casos que afectó a la comunidad del resguardo de Tacueyó, en el municipio de Toribío, fue el de Israel Vitonás Noscué, secuestrado por desconocidos en la tarde del 30 de octubre de 1999 en una vía Esa Unidad fue creada en abril de 2017 y es uno de de la vereda El Pajarito, del municipio de Caloto, los componentes del Sistema Integral de Verdad, mientras conducía un camión. Justicia, Reparación y No Repetición pactado con la extinta guerrilla de las Farc que se plasmó en Un informe de Amnistía Internacional, fechado el el Acuerdo de Paz firmado en Bogotá el 24 de 19 de noviembre de ese año, registró que “según noviembre de 2016. Bajo su responsabilidad está varios testigos, cuatro hombres armados que se la búsqueda de por lo menos 82 mil personas identificaron como miembros del Departamento desaparecidas en razón del conflicto armado de Administrativo de Seguridad (DAS), un órgano las últimas décadas en el país. oficial de seguridad del Estado, obligaron a Israel Vitonás Noscué a salir de su carro y a entrar en “Desde que ingresaron los grupos armados otro vehículo; a continuación, se lo llevaron al territorio indígena de Jambaló, estos en dirección a la comunidad vecina de Palo”. generaron confrontaciones armadas, las (Descargar informe AI) cuales obligaron a la comunidad a refugiarse en sitios de asamblea permanente o a desplazarse de su territorio”: Autoridades indígenas.


EL CRIMEN Esa versión concuerda con la de sus familiares. “A mi hermano lo subieron a una camioneta y lo sacaron de la vía Pajarito al Palo”, recuerda Arquímedes Vitonás, un connotado líder de la resistencia Nasa, exalcalde de Toribío (2004-2007) y considerado Maestro en Sabiduría por la Unesco. Luego del plagio, lo buscó durante tres meses por ríos, montañas y guaduales. En su afán de encontrarlo, contactó al comandante del Frente 6 de las Farc y su respuesta fue: “Búsquelo en los cañaduzales o por el río Cauca”. No obstante, desistió de la búsqueda, entre otras razones por su calidad de líder y porque pesaban amenazas en su contra. “Como Nasa uno asume el

hecho como una cuestión propia, porque uno sabe que está trabajando en la construcción de alternativas y esas son las consecuencias del conflicto”. Esa pérdida fortaleció a Arquímedes y organizó a la comunidad frente a los padecimientos que les generaba el conflicto armado en aquella época. Sin embargo, Yanile Vitonás, su hermana, espera encontrar los restos de Israel: “Siempre me pregunto la razón de su desaparición, porque mi hermano no era malo. Hasta ahora no me he olvidado de él y mi anhelo es encontrarlo y enterrarlo”.


Los Nasas toman el control

EL CRIMEN

Además, fue un mecanismo de control interno para establecer una convivencia armónica en sus territorios, en los que prevalecían los valores de solidaridad, unidad, dominio y autonomía, con el fin de proteger los derechos esenciales de todos sus habitantes y de quienes debían laborar allí. A pesar de esas medidas, el siglo XXI despuntó de Ante la compleja situación que venían padeciendo las manera trágica para las comunidades indígenas comunidades en el norte de Cauca, las autoridades caucanas. tradicionales de Jambaló, en aplicación de la Legislación de Autonomía Territorial, expidieron el 10 de febrero de 2000 una resolución mediante la cual reglamentaron las faltas cometidas por los indígenas y, de paso, ratificaron el control de su territorio de manera concertada con autoridades nativas vecinas. (Descargar resolución) “Es función del cabildo como autoridad defender y controlar el territorio en donde resalte, la solidaridad, unidad, dominio y autonomía, protegido (sic) los derechos esenciales de todos los comuneros que viven en el resguardo y personas que laboren o establezcan permanentemente en el territorio”: Legislación Autónoma.

Arrecian las desapariciones

Esta resolución dejó clara su posición frente a los grupos armados: “Las comunidades no permiten el ingreso de menores de edad a ningún grupo armado y además el control de los territorios indígenas será exclusivamente de nuestras autoridades de acuerdo a las leyes de la naturaleza y normas constitucionales y la comunidad. Ningún grupo La reconstrucción realizada por la Fiscalía de armado tiene el derecho de solucionar problemas Justicia y Paz estableció que en mayo de 2000 se dentro de la comunidad”. asentó en el norte del Cauca un nutrido grupo de paramilitares del Bloque Calima de las Autodefensas Esas medidas y su puesta en práctica ayudaron Unidas de Colombia (Auc) que supuestamente a posicionar políticamente a las autoridades pretendía combatir a la insurgencia de las Farc y indígenas frente a los grupos armados y fue la el Eln con el apoyo de sectores agroindustriales, base para que los demás resguardos asumieran narcotraficantes de Valle del Cauca y de la Fuerza decisiones similares. “Esa resolución fue un Pública. instrumento importante porque era asumir el control territorial frente a los actores armados En un extenso informe del Centro Nacional de y también en el narcotráfico, que era una de Memoria Histórica (CNMH), titulado Bloque Calima las ramas del conflicto en la zona”, recuerda de las AUC: depredación paramilitar y narcotráfico Arquímedes Vitonás. en el suroccidente colombiano y publicado en junio


EL CRIMEN de 2018, se detalló que esta estructura armada de las Auc instaló un centro de operaciones “en la zona rural del municipio de Buenos Aires, en especial en la vereda San Miguel, donde existió una base permanente, un centro de mando y un perímetro para entrenamiento”. “Quienes también llevaron la peor parte fueron los civiles del centro y suroriente del Valle del Cauca; el centro y sur del Cauca; y la región Pacífica de ambos departamentos”: CNMH Desde esa zona, irradió sus mecanismos de terror a otros municipios de la región y se apoyaron en otra base asentada en la vereda Lomitas, a cuatro kilómetros del casco urbano de Santander de Quilichao, desde donde controlaban la vida cotidiana de sus pobladores. Parte de las acciones criminales del Bloque Calima se enfocó en los comerciantes indígenas que bajaban a este municipio a comprar víveres y mercancías. Las retenciones ocurrían en los alrededores de una estación de gasolina cerca de la terminal de transporte, donde los paramilitares se camuflaban para identificar a los nativos poseedores de pequeñas tiendas, a quienes acusaban de apoyar a la guerrilla. Una de sus víctimas fue Saulo Mosquera Fiscué. El 2 de marzo de 2001 salió de la vereda La Fonda, del resguardo de Tacueyó, municipio de Toribío, hacía Santander de Quilichao a comprar la remesa para surtir su pequeña tienda con la que sostenía a la familia. Estando en la estación de gasolina fue interceptado por varios hombres del Bloque Calima quienes le quitaron el dinero y lo subieron a una camioneta. Jamás se volvió a saber de él.

a la autoridad del cabildo, en ese tiempo estaba Uriel Solarte, y el alcalde Gabriel Paví nos facilitó una camioneta para buscarlo”, recuerda. La familia también buscó ayuda de la medicina tradicional, según sus costumbres. “Un mayor espiritual realizó varios trabajos y nos dijo: parece que él no está aquí en este mundo, ha pasado a otro espacio, pero su espíritu anda buscando cómo llegar al territorio para que lo entierren en la tierra”, evoca Osvaldo. Pese a ello, guardaban la esperanza de encontrarlo con vida y continuaron la búsqueda. En ese proceso, Julio Mosquera, padre de Saulo, enfermó de depresión y sufrió un preinfarto. “Él siempre me decía, ‘yerno espero que usted me traiga el hijo’”, rememora Osvaldo y agrega que amplió la búsqueda a los municipios de Buenos Aires, en Cauca, y a Jamundí, Valle del Cauca, pero dejaron de hacerlo debido a amenazas. La desaparición del comerciante fue denunciada ante la Fiscalía de Santander de Quilichao, pero según sus familiares el proceso no avanzaba. Posteriormente el expediente fue enviado a la Fiscalía 7 Especializada de Popayán que adelantó la investigación por los delitos de homicidio y desaparición forzada. Aclarar parte de lo sucedido tomó poco más de siete años, en 2009, por declaraciones de postulados del Bloque Calima ante fiscales y jueces de Justicia y Paz, un mecanismo transicional reglado por la Ley 975 de 2005 mediante el cual se juzgó a cientos de hombres y mujeres desmovilizados de las Auc, se determinó que a Saulo lo había matado un hombre conocido con el alias ‘Repollo’, llamado Pablo Antonio Peinado Padilla, por órdenes de Hebert Veloza, alias ‘HH’, comandante de ese grupo paramilitar tras señalarlo de ser un supuesto comandante del Frente 6 de las Farc. Su cuerpo fue arrojado al río Cauca.

“Al notar que Saulo no llegó a la hora acostumbrada, sus familiares iniciaron su búsqueda. Con el paso de los días se tornaba cada vez más difícil, por lo que le pidieron a Carlos Osvaldo Cuchillo, su cuñado, Con el paso de los días, la tragedia fue embargando que continuara esa tarea. “Nosotros recurrimos a la familia de Saulo. “Su papá falleció debido


a un infarto. A nosotros nos dolió mucho. Eso es muy duro porque hasta lo último, Julio estuvo esperando a su hijo”, comenta Osvaldo, quien no pierde la esperanza de encontrar el cuerpo de su pariente. “Yo le digo a los familiares que debemos encontrar ese cuerpo de Saulo y llevarlo donde está enterrado el mayor que lo estuvo esperando durante mucho tiempo y dejarlos en ese lugar para que ambos puedan descansar”.

EL CRIMEN manos y, posteriormente, fueron llevados a la vereda Lomitas, a orillas del río Cauca, donde fueron baleados y sus cuerpos arrojados al afluente.

A estos dramas también se sumaron otros más, como el de la familia Zúñiga Zamora. El 16 de diciembre Marta Inés salió de su casa del barrio Santa Inés de Santander de Quilichao a comprar el almuerzo para ella y su sobrina. Por versiones de vecinos, se estableció que la mujer fue bajada de un bus urbano por desconocidos, quienes se la Mientras los Mosquera Fiscué vivían su drama, llevaron en una camioneta con rumbo desconocido otras familias comenzaban a engrosar la lista de y jamás apareció. afectadas por la desaparición forzada. El 31 de mayo de 2001, Libardo Méndez Passu y su sobrino Años después, por declaraciones de exintegrantes Fabian Alexis Méndez Dagua salieron de Jambaló del Bloque Calima ante tribunales de Justicia y Paz hacia el municipio de Santander, una vez llegaron se estableció que un hombre conocido con el alias al terminal de transportes fueron interceptados de ‘Fabian’, llamado Omar de Jesús Ojeda, asesinó por paramilitares del Bloque Calima quienes les a esta mujer por órdenes de su jefe, alias ‘HH’, y pidieron los documentos de identidad, luego los arrojó su cuerpo al río Cauca desde la vereda subieron a una camioneta, los amarraron de las Lomitas.


EL CRIMEN

Un sobreviviente Florentino Guzmán*, comerciante del resguardo de Jambaló, aún recuerda cómo sobrevivió a las atrocidades del Bloque Calima. Para 2001, tenía un negocio pequeño, donde compraba y vendía café. No tenía problemas con las personas, era un hombre tranquilo y próspero. El 2 de mayo de aquel año bajó en su camión con su conductor y su ayudante a Santander de Quilichao, como era su costumbre, a vender 300 arrobas de café. Con el dinero recibido, pagó algunas facturas, compró lo necesario para surtir su granero y, a su regreso, pasó por la estación de gasolina cerca de la terminal de transportes a surtirse de combustible. “Eran las seis de la tarde. La plata que nos sobró la metí en los empaques de café. Estábamos tanqueando cuando llegaron dos indigentes y me dijeron que si les daba trabajo y yo les dije que no tenía trabajo para darles”, relata Florentino. Cuando terminaron de tanquear y se disponían a viajar al resguardo, los dos indigentes sacaron sus armas y apuntaron a la cabeza del indígena. “Nos dijeron: ‘no hagan nada gran hijueputas, porque que si no le volamos la cabeza’”. Florentino iba con su ayudante y su conductor. Fueron obligados a conducir su camión hacia la parte baja de la terminal, saliendo por la vía que conduce a la ciudad de Cali.

“Más abajo nos obligaron a detener el camión, esperamos un rato y llegó un carro de color rojo, marca Mazda, de allí se bajaron dos hombres que se presentaron como las Autodefensas Unidas de Colombia, nos hicieron subir en ese carro y nos llevaron por la vía que conduce a Timba”, recuerda Florentino. Minutos después llegaron a una zona rural del corregimiento de La Balsa, del municipio de Buenos Aires, donde habían establecido una especie de centro de terror. Así lo describió el periodista Alfredo Molano, actualmente miembro en la Comisión de Esclarecimiento de la Verdad, en una de sus crónicas: “Los paramilitares establecieron un retén permanente en el puente La Balsa, sobre el río Cauca. La construcción tiene un saliente hecho en cemento que da sobre un profundo remolino. Fue el sitio escogido por el Bloque Calima para sembrar el terror. Allí se llevaba a la víctima amarrada, se paraba sobre el saliente y se le fusilaba a la luz pública; el cuerpo caía destrozado a las aguas y nunca más se volvía a saber del cadáver”. “El puente del corregimiento La Balsa, que atraviesa el río Cauca, fue uno de los lugares asociados al terror y la violencia por parte de la población civil, al ser utilizado por el Bloque Calima para la ejecución de homicidios selectivos”: CNMH En ese lugar bajaron a Florentino y a sus dos trabajadores. “Nos hicieron parar a la orilla del río, era un alto, abajo se podía escuchar el río. El lugar era un peladero y había rastro de más personas”, rememora el comerciante, quien conocía las historias que giraban en torno al río Cauca y sabía que los paramilitares usaban la modalidad de desaparecer a las personas tirándolas al caudaloso afluente. Mientras los tenían amarrados, unos de los paramilitares los insultaba y con gritos les decía que hablaran. “Nosotros le dijimos que de qué


EL CRIMEN

vamos a hablar, si no sabemos qué es lo que quieren ustedes”, reclamaba Florentino. En ese momento, “No sabía dónde estaba, todo era oscuro y sentía le notificaron que debía pagar una ‘vacuna’ de 2 que los pescados me mordían el pantalón”. millones de pesos mensuales: “Yo les respondí que podía con 500 mil mensuales, que más no podía; Cuando cogió valor, salió del agua y empezó a entonces se fueron a preguntarle al jefe”. caminar entre el monte. Pasó algunos cercos de alambre, tropezó y cayó en una laguna, continuó El hombre paramilitar dijo que sólo necesitaba su recorrido sin saber para dónde iba, pues todo a dos personas e, inmediatamente, le pidió al era oscuro, de tanto caminar llegó a un sector ayudante que se sentara y sin mediar palabra le denominado San Jerónimo y salió a la carretera. propinaron dos tiros en la cabeza. Florentino no pudo hacer nada, sólo observó en silencio cómo el “Empecé a caminar hasta llegar a Santander de cuerpo de su trabajador caía al río Cauca. Quilichao y a eso de la una de la mañana llegué a la misma bomba de gasolina donde me habían secuestrado. Allí llamé a un conocido que me Cuando a uno lo van a matar siente ayudó a conseguir un carro y me dejó en la casa”. la muerte, porque yo me tocaba la piel

y la sentía tiesa, la sangre como que se esponja y lo mismo el cuerpo

Florentino le contó a su mujer lo que había sucedido y luego a la comunidad. Los indígenas se organizaron para ir a buscar al chofer y al ayudante, y fueron acompañados por miembros de la Guardia Indígena de Jambaló, Toribío y recuerda y agrega que los hombres, para infundir Caloto. En esa ocasión, no encontraron a nadie. terror, jugaban con las armas cerca de ellos. A los pocos días se supo que el conductor había sobrevivido y ya estaba en la casa, pero el cuerpo Al ver tanta crueldad, Florentino y el conductor del ayudante no lo hallaron y dejaron la búsqueda del camión decidieron lanzarse al río. “Aquí nos debido a las amenazas de los paramilitares. van a matar, comentó mi chofer, y entonces le digo volémonos. En un descuido de los hombres Después de lo sucedido, Florentino no volvió a armados, nosotros alzamos el vuelvo y nos salir de su casa, no podía dormir y cualquier ruido tiramos”. Al caer en el agua, el comerciante nadó lo alteraba. a lo más profundo y nadó unos metros, pero se le acabó el oxígeno, entonces sacó la cabeza para “Yo me quedé quieto, ya no volví a trabajar tomar aire y escuchó que le disparaban de la parte con el camión, porque todo lo que habíamos alta. trabajado, lo habíamos perdido en un rato”. Además, le daba miedo continuar por temor “Continué nadando y las balas pasaban por un a otro secuestro. lado, incluso una me alcanzó a rozar en la parte derecha del estómago. Me orillé un poco y me El otrora próspero comerciante se refugió en fui quedando quieto, enterré la cabeza y me hice su casa, salía a trabajar cerca de allí en labores el muerto, fue allí donde dejaron de disparar”. agrícolas y regresaba solo a dormir. “Todo lo que Florentino recuerda que los armados gritaron me pasó fue infame, me acusaban de comprar ‘¡misión cumplida! ¡Ya lo matamos!’. víveres para la guerrilla y eso no era así, porque yo simplemente surtía para mi negocio”. Para Del conductor no supo nada, pues con los disparos aquella época, el granero de Florentino era muy que tenía que esquivar apenas tuvo fuerza para reconocido por el servicio que prestaba a los


pobladores de Jambaló, pues les evitaba la ida hasta Santander de Quilichao.

“Fue tan duro quedarme quieto, no pude seguir con mi negocio por temor a estos hombres y con el tiempo me fui resignando, pero los recuerdos los llevo intactos y creo que uno no borra esos episodios sino hasta el día de la muerte”, reflexiona Florentino, quien aún después de 19 años de ocurridos esos hechos, evita pasar cerca de la estación de gasolina de Santander de Quilichao para no revivir el fantasma del paramilitarismo, que le quitó su tranquilidad y a uno de sus trabajadores, quien aún no aparece.


Recuperar el equilibrio La desaparición forzada, particularmente sobre hechos perpetrados por la antigua guerrilla de las Farc y agentes de la Fuerza Pública, está incluida en la priorización que hizo la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) al abrir el caso N. 005 a través del Auto 078 de 2018. En este escenario de justicia transicional, pactada en el Acuerdo de Paz, se analiza la grave situación humanitaria que padecieron los habitantes de los municipios de Santander de Quilichao, Suárez, Buenos Aires, Morales, Caloto, Corinto, Toribío y Caldono entre enero de 1993 y el primero de diciembre de 2016 como consecuencia de la confrontación armada. En el norte del Cauca esperan que esa labor, que también deberá incluir a la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidos, se adelante bajo un enfoque diferencial, lo que implicará realizar un protocolo que permita evidenciar los impactos de este crimen sobre las comunidades indígenas desde su dimensión cosmogónica. Si bien el Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), que representa a 126 cabildos y 11 asociaciones de cabildos de los pueblos Nasa, Misak, Yanacona, Kokonuko, Eperara– Siapidara, Totoroes, Kisgo, Inga, Ambaló y Polindara, preparó un informe general sobre los hechos victimizantes que afectaron a las comunidades que ya fue enviado a la JEP, continúa recopilando información para alimentar una base de datos sobre las víctimas de desaparición forzada y otros hechos victimizantes. “En el 2018 logramos sacar un informe general de las afectaciones a la vida de los diez pueblos indígena del Cauca y allí se establecieron varios temas, como asesinatos, desapariciones forzadas,

EL CRIMEN reclutamiento a menores y delitos sexuales en el conflicto armado”, detalla Jhoe Nilson Sauca, coordinador de derechos humanos del CRIC, quien dice que también han tenido acercamientos con la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas para abordar los casos con indígenas y la existencia de posibles fosas comunes. Cifras recientes de esta Unidad indican que en el departamento del Cauca habrían sido desaparecidas por lo menos 1.522 personas, de ellas 137 se registraron en Santander de Quilichao; 108 en Buenos Aires y 91 en Corinto, que corresponden al norte del departamento. Cada caso registrado refleja la atrocidad de un delito cometido durante la confrontación armada y es un hecho que por sus efectos permanece en la memoria de las familias afectadas, tal como lo evidencian los testimonios de Inés Campo de Cruz; José Gildardo Medina; Carlos Osvaldo Cuchillo; Arquímedes y Yanile Vitonás; y el revelador suceso de Florentino Guzmán.

¿Por qué lo desaparecieron?, ¿cómo sucedió?, ¿pidieron ayuda?, ¿cuáles fueron sus últimas palabras?, ¿estarán vivos?, ¿dónde están sus cuerpos? Son algunas de las preguntas que se hacen las familias que no se resignan a olvidar a sus seres queridos, retenidos contra su voluntad y desaparecidos. Resolver esas profundas inquietudes y recuperar la armonía entre las familias Nasa víctimas de este execrable delito son dos de las tareas fundamentales del Sistema Integral de Verdad Justicia, Reparación y No Repetición, que además de la JEP y la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas, incluye a la Comisión de Esclarecimiento de la Verdad. De esa manera quedarían satisfechos los derechos de las víctimas indígenas en esta sacudida región del norte del Cauca y los espíritus retornarían a sus hogares. (*) Nombre cambiado por petición de la fuente. Y se omitieron algunos nombres por razones de seguridad.


Ante una propuesta de paz, el trato es de guerra


El bastón de autoridad y la palabra, por encima al casco urbano de Toribío y que atraviesa el del fusil y el terror de los actores armados en el territorio ancestral del resguardo indígena de pueblo Nasa del norte del Cauca. Huellas, municipio de Caloto, hombres armados terminarían con la vida del Kiwe Thegna (cuidador Por Samuel Escobar del territorio),Gersaín Yatacué Escué, quien al Coordinador PaxHolanda Cauca momento de los hechos se desempeñaba como coordinador de la guardia indígena en la vereda “Nos piden no portar el bastón de mando (chonta), San Julián del municipio de Toribío. Ante este cruel por recomendación del médico tradicional – hecho, El Ne’j wesx de Tacueyó decide abandonar The Wala- o Kiwe The”, fue lo que expresó una “el diálogo jurisdiccional” y desplazarse al indígena Nasa designada por la comunidad del territorio, donde con las demás autoridades del resguardo de Tacueyó, municipio de Toribío, Proyecto Nasa, convocan al gobierno nacional para ocupar el cargo de autoridad bajo la nueva y organizaciones nacionales e internacionales, estructura de gobierno propio Ne´j wesx para el a la realización de una audiencia pública, pues periodo 2019-2021. ¡Su palabra! fue la respuesta “nos están matando”, señala el comunicado en la al cuestionamiento directo que realizó otro mayor página oficial de la Cxhab Wala Kiwe - Asociación al no verla portar su chonta, símbolo de autoridad de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca. ancestral y comunitaria. Ella, al igual que un grupo de autoridades tradicionales del departamento del El 4 de agosto de este año, la comunidad se Cauca, fueron convocados, el 1 y 2 de agosto 2019, concentró en el municipio de Toribío para la al encuentro de coordinación de jurisdicciones realización de la audiencia pública. Ese mismo día, en las instalaciones de la “Cxhab Wala Kiwe,” los violentos frenarían la participación del Kiwe The (territorio del gran pueblo) - Asociación de (sabedor ancestral), Enrique Guejía, quien además Cabildos Indígenas del Norte del Cauca ACIN-. Este se desempeñaba como Cambuwesx (Autoridad espacio de diálogo surge a raíz del capítulo étnico Cabildo) del cabildo indígena de Tacueyó. En este del Acuerdo Final para la terminación del conflicto espacio público las autoridades indígenas del y la construcción de una paz estable y duradera Proyecto Nasa, ACIN y CRIC invocando la presencia (2016). espiritual del Kiwe The, asesinado, denunciaron ante la opinión pública nacional e internacional El objetivo del encuentro era continuar fortaleciendo que los cultivos ilegales son esencialmente un los lazos de entendimiento entre la jurisdicción problema del Estado y este debe resolverlo en Especial Indígena JEI y la Jurisdicción Especial para concertación con las comunidades. la Paz JEP. Específicamente y para la fecha, diez autoridades desde sus resguardos, delegados del Consejo Regional Indígena del Cauca –CRIC-y de la ACIN, magistrados y funcionarios de la Comisión Étnica de la JEP buscaron conocer, dialogar y resolver la situación jurídica de 26 excombatientes indígenas que se reconocen como integrantes de las Farc. Algunos de ellos, condenados por la JEI y que buscan que sus asuntos sean avocados por la JEP. Mientras el diálogo entre jurisdicciones avanzaba, a pocos kilómetros del sitio del evento, en la vía que de Santander de Quilichao conduce


PAZ- GUERRA

“Este problema del narcotráfico y los cultivos ilegales se pudieron haber resuelto hace mucho tiempo si el Estado estuviera interesado en que este problema se acabara de raíz, pero se han empeñado faltando a los compromisos realizados con las familias cultivadoras, creando total escepticismo sobre la sustitución de cultivos y el paso a economías sustentables. Es así que el gobierno promete, pero luego incumple sin vergüenza y promueve la erradicación forzada y el glifosato, meten a algunas familias a la cárcel… y al final el problema queda sin resolverse de raíz”, menciona el comunicado emitido por las autoridades indígenas. Para el primer trimestre del 2018, la Unidad de Derechos Humanos de la Fiscalía General de la Nación seccional Cauca, registró la presencia de ocho estructuras armadas ilegales impulsadas por sostener el negocio de las economías ilegales. “En un grupo de 600 disidentes de las Farc agrupados en cuatro estructuras armadas, (1) El Sexto Frente de las Farc, (2) las terceras disidencias de las Farc, (3) Las disidencias de alias Pija y (4) las de Alias el Marrano. Para el mes de agosto del año 2019, el analista y politólogo, Ariel Ávila las clasificó las estructuras armadas ilegales así: Nuevo Sexto o Frente Sexto, Frente 30, y las columnas móviles Miller Perdomo, Jaime Martínez, Dagoberto Ramos y Jacobo Arenas”.

Semanalmente circulan panfletos a nombre de las Águilas Negras, los Rastrojos, las Autodefensas Gaitanistas de Colombia y el cartel de Sinaloa, que incluyen amenazas de muerte contra líderes indígenas, afrodescendientes, campesinos. La Policía Nacional señala sin embargo que en Cauca no existe presencia de grupos armados y que los panfletos son documentos apócrifos. Llama la atención que uno de los panfletos a nombre del cartel de Sinaloa en los últimos días del mes de julio cumple su palabra al pie de la letra:


“este comunicado es para advertirle a toda esa gente que se hace llamar GUARDIA INDIGENA, les llegó su hora como no quisieron por las buenas entonces toco por las malas, desde hoy en adelante vamos a pagar por sus cabezas daremos una muy buena recompensa por cada uno de ustedes, de hoy empezamos con ustedes, así hagan esos tal CONTROL TERRITORIAL A Nosotros si nos tienen que respetar de ahora en adelante TODO ELQUE ANDE CON LOGOS DEL CRIC Y ESAS BANDERAS DEL CABILDO VAMOS A ACABAR CON USTEDES SE LES ADVIRTIO POR LAS BUENAS PERO NO QUISIERON…”


PAZ- GUERRA

El 10 de agosto atacaron con ráfagas de fusil un bus escalera (chiva) y una camioneta en la que se trasportaba un líder indígena en la vía qué desde el municipio de Caloto, conduce al casco urbano de Toribío. El atentado dejó como saldo trágico dos Kiwe Thegnas fallecidos, Kevin Mestizo Coicué y Eugenio Tenorio pertenecientes al resguardo de

San Francisco y 5 personas heridas; Leonel Coicué, Sandra Milena Pilcué, Aurelino Ñuscue Julicue, Julio Taquinas y Edinson Edgardo Rivera, de 7 años de edad. Unos días antes en el mismo trayecto cuatro Kiwe Thegnas resultaron heridos mediante ataque con granadas.

Historias que se repiten en el territorio nasa ¿Por qué se repite la historia de atacar y señalar como objetivo de guerra a todo indígena que porte un símbolo de autoridad? Con la Firma del acuerdo de paz, se esperaba que todo tipo de agresiones quedaran en el pasado. No debemos olvidar que, durante el conflicto armado, varios Kiwe The fueron asesinados a manos de integrantes de las Farc, o durante el accionar del Bloque Calima de las AUC (1999-2004), período en el que algunas autoridades dejaron de portar su chonta o bastón, también buscando protegerse.

Durante los procesos históricos de movilización mingas del movimiento indígena-, la guardia ha tenido que afrontar y soportar también la violencia de algunos sectores del Estado. Un triste ejemplo de la chonta contra el fusil, se registró el 13 de octubre del año 2008, donde más de 10 mil indígenas del Cauca se concentraron en el Resguardo Indígena de la María Piendamó para exigir del Gobierno Nacional el cumplimiento de sus reclamaciones. Al día siguiente, más de mil efectivos del Escuadrón Móvil Antidisturbios ESMAD - Ejército Nacional, desalojaron por la fuerza a quienes ocupaban la vía, incluyendo disparos por parte de la Policía. Dos indígenas resultaron muertos y más de un centenar lesionados, incluyendo miembros de la Guardia quienes sólo portaban la chonta y la palabra.

Desde el año 2001 las autoridades tradicionales decidieron retomar la práctica milenaria de salvaguardar el territorio con la creación de la guardia indígena. Sus prácticas de cuidado se basan en la defensa de la vida y la protección del territorio integrado. Sus acciones son neutrales, pacíficas y humanitarias, y con ellas debemos No es gratis, entonces, el reclamo que actualmente recordar que, durante los momentos más cruentos hacen desde el territorio Nasa: de la guerra, lograron frenar tomas guerrilleras, y “nos han declarado objetivo militar y nos consiguieron hitos como la liberación del alcalde están tratando como tal...” “nos están dando indígena del municipio de Toribío, Arquímedes trato de guerra”. Somos un pueblo de paz que Vitónas (2003), y un año después, la liberación del solo porta la chonta y la palabra, frente al misionero extranjero Florián Arnol. Estas acciones fusil y el terror de los actores armados, que le merecieron a la Guardia Indígena el Premio nos señalan como funcionales al Gobierno Nacional de Paz en el 2004. Nacional.


PAZ- GUERRA Las autoridades ancestrales, las guardias milenarias y las comunidades indígenas somos el fruto de un largo proceso de lucha y pervivencia de los pueblos originarios, que ancestralmente hemos habitado estos territorios, en consciencia profunda del ordenamiento natural, revelado desde el mundo espiritual por la vivencia de la ley de origen.

Las autoridades ancestrales, las guardias milenarias y las comunidades indígenas somos el fruto de un largo proceso de lucha y pervivencia de los pueblos originarios, que ancestralmente hemos habitado estos territorios, en consciencia profunda del ordenamiento natural, revelado desde el mundo espiritual por la vivencia de la ley de origen. Nosotros llevamos 527 años luchando contra la invasión y la conquista del territorio por parte de, la corona española, terratenientes y multinacionales… Nunca coordinaremos acciones con la fuerza pública, pues estos obedecen a los intereses de las elites de turno y no aceptamos ni aceptaremos ningún actor armado en nuestro territorio, sea legal e ilegal. En cumplimiento de los mandatos seguiremos desarrollando las acciones de control territorial, desde la fuerza de la palabra, la razón y la chonta, amparados en la ley de origen y el derecho mayor que orientan nuestro gobierno propio.

Nosotros llevamos 527 años luchando contra la invasión y la conquista del territorio por parte de, la corona española, terratenientes y multinacionales…Nunca coordinaremos acciones con la fuerza pública, pues estos obedecen a los intereses de las elites de turno y no aceptamos ni aceptaremos ningún actor armado en nuestro territorio, sea legal e ilegal. En cumplimiento de los mandatos seguiremos desarrollando las acciones de control territorial, desde la fuerza de la palabra, la razón y la chonta, amparados en la ley de origen y el derecho mayor que orientan nuestro gobierno propio.


Por Natalia Zuluaga Castillo y Ana Isabel Cerón Un proyecto de Armando Memorias


Los recates de la

mujeres

Nasa

En el norte del Cauca la lideresa Rosalba Güetio, mujer Nasa, lleva 27 años luchando por rescatar a los menores de edad reclutados por grupos armados. Las mujeres del pueblo indígena Nasa están dispuestas a volver a pelear por sus hijos, como lo hicieron en los peores años del conflicto armado, bajo la certeza de que ellas representan la vida y son quienes deben defenderla. Así lo asegura Rosalba Güetio, quien ha luchado contra el reclutamiento de niños, niñas y adolescentes desde hace 27 años, en su condición de líder social del resguardo Pueblo Nuevo, de Caldono.

El informe Trayectorias y dinámicas territoriales de las disidencias de las Farc, que la Fundación Ideas para la Paz publicó en abril de 2018, indica que disidentes del Frente Sexto se han asentado en el norte del departamento, en los municipios de Miranda, Corinto, Toribío, Caloto, Buenos Aires, Suárez, Morales y Caldono. En el documento se lee que “los habitantes y las autoridades han denunciado el tránsito recurrente de individuos armados y la circulación de panfletos Hace la advertencia porque el miedo se ha amenazantes”. apoderado de los habitantes de este municipio del nororiente de Cauca, tras el fuerte rumor de que A pesar de la situación, Rosalba quiere entregar las disidencias de la extinta guerrilla de las Farc su testimonio. Recuerda que durante los años están reclutando menores de edad. más duros del conflicto armado en los resguardos “poco se hablaba de los derechos de los niños”, El temor se siente en las calles cuando, al abordar mientras los dirigentes del Consejo Regional de a la gente con alguna pregunta sobre ese hecho Indígenas del Cauca (Cric) les decían a las madres victimizante, se asustan y prefieren no dar ningún que tenían que ser ‘valientes para la guerra’. testimonio. También se percibe en las oficinas de entidades públicas, donde, al escuchar el tema Y valientes han sido, pues generación tras de la entrevista, los funcionarios advierten, en un generación los habitantes de Pueblo Nuevo han susurro, ‘ustedes cuídense, es muy peligroso andar visto llegar a su territorio, en distintas épocas, preguntando por ese asunto’. diferentes grupos armados al margen de la ley, entre ellos el Quintín Lame, el M19, el Frente Sexto Tanto en la Comisaría de Familia, la Personería y de las Farc y el Bloque Calima de las Autodefensas la Inspección de Policía del municipio confirman el Unidas de Colombia (Auc). temor de que las disidencias de las Farc reabran un capítulo que se pensaba cerrado con la firma Esta líder de la comunidad Nasa tiene 64 años, del Acuerdo de Paz. “Acá no se puede hablar de piel morena, ojos pequeños y cabello largo negro. reclutamiento y menos de manera tan pública. Guarda en sus aproximadamente 1.50 metros A mí ya me amenazaron por lo mismo”, relata de estatura más coraje y valentía que cualquier una funcionaria, quien pidió que no se citara su hombre de su resguardo. Prueba de ello es que nombre. organizaron tres rescates de menores reclutados en distintos momentos de la década del noventa y los primeros años del nuevo siglo.


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Sentada en una silla plástica, en el patio de una casa rústica de bahareque atiborrada de flores rosadas, empieza a contar su historia. Habla lento, piensa las palabras que va a pronunciar y la suelta con convicción. Le gusta evocar el rescate que lideró en 1992, cuando ella y siete mujeres más caminaron hasta un campamento guerrillero para exigir el regreso de un grupo de niños que habían sido reclutados por las Farc. Entonces, .

ningún fusil fue tan hostil, sólo existían ellas y su reclamo, que era capaz de llevarlas a enfrentar a toda una tropa


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La primera

hazaña

El Cric informa que entre 1978 y julio de 2018 fueron reclutados 52 menores de sus comunidades, por otra parte, la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) reportó 540 casos de reclutamiento de menores indígenas en todo el territorio nacional, en el primer informe que le entregó a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) en 2018.

En una tarde calurosa, Rosalba escuchó el llanto de una mujer que se hacía más audible en la medida en que se aproximaba a la puerta de su casa. Abrió apresurada y encontró en su portal a una vecina del pueblo, quien entre sollozos le narró que su hijo y seis menores más habían sido reclutados por la guerrilla. Tres de ellos estaban en bachillerato y cuatro terminaban quinto de primaria.

Las autoridades indígenas del CRIC coinciden con el personero municipal Danny Anacona, en señalar que los datos no reflejan la magnitud del fenómeno, porque muchas de las familias no denunciaron la desaparición de sus hijos debido a que algunos de los excombatientes de las Farc, que participaban en los reclutamientos, no se acogieron al proceso de desmovilización y hoy hacen parte de las disidencias.

Rosalba mira a su alrededor para percatarse de que nadie más la escucha, como si olvidara que en la casa sólo están ella y dos periodistas, pero lo hace porque todos en el resguardo hablan de -Pues vámonos, hay que correr – que los disidentes de la guerrilla están ahí como dijo Rosalba tomando su bastón de mando con un fantasma al que nadie logra verle el rostro, cintas moradas, rojas y verdes que representan cuando se siente segura, retoma la historia.

–¿Hace cuánto se los llevaron? –Hace una hora, deben estar caminando.

autoridad, autonomía y resistencia.

Las mujeres saben que el tiempo es vital para dar con la ubicación de un menor, según la Personería de Caldono, cuando reclutan niños o niñas, generalmente los trasladan a algún campamento de otro municipio con el objetivo de separarlos de sus familias y borrar cualquier rastro de su paradero, acto seguido, les asignan un alias para despojarlos de su identidad, esto hace que encontrarlos, incluso dentro del mismo municipio, sea muy difícil.

“Lo primero que hicimos fue organizar a todas las madres involucradas en el problema. Las siete mujeres estuvieron dispuestas a partir conmigo al campamento de la guerrilla que se encontraba en La Laguna, ninguna de ellas se negó, no importaba cuánto miedo tuvieran, estuvieron listas en pocos segundos. Partimos de Pueblo Nuevo a las cuatro de la tarde, armadas únicamente de mi bastón de cabildante, botellas de agua, sombreros, Caldono, conformado por 86 veredas y 4 algunas cobijas y la firme convicción de que la corregimientos, tiene 6 resguardos indígenas de los guerra no podía apoderarse de los niños”. pueblos Nasa y Misak: Pueblo Nuevo, San Lorenzo de Caldono, Pioyá, San Antonio, La Aguada, La Laguna, Siberia y Las Mercedes, todos golpeados por el conflicto armado.


MUJERES NASA Esa tarde el grupo de mujeres caminó aproximadamente dos horas y cuarenta y cinco minutos bajo el sol y sobre el polvo de la carretera que se levantaba con cada uno de sus pasos. A pesar del miedo nunca se detuvieron. Rosalba recuerda que cuando se acercaban al campamento les dijo a sus compañeras: “Ellos (la guerrilla) también son seres humanos, son buenas personas como nosotras o nuestros esposos. Si les explicamos de la manera adecuada, si les hablamos bien, van entender. Lo que no podemos hacer es regañarlos, ni reclamar a los niños a los gritos”.

Farid Julicué, uno de los líderes más reconocidos de Caldono, asegura que en el municipio las mujeres son mucho más valientes que los hombres. Las líderes caminan en medio de los desastres, atraviesan todas las puertas cerradas, porque nadie más quiere salir ni saber qué está pasando. Han tomado la iniciativa varias veces y los hombres se han sumado más tarde a su causa. Para Rosalba es cuestión de estrategia: “A veces nuestros esposos nos advierten que puede ser peligroso. Pero nosotras tenemos que seguir luchando, porque ellos no pueden hacerlo, son más visibles para los ojos del enemigo y se convierten en blancos fáciles. Cuando un hombre se encuentra con otro hombre no hay respeto, el aire se llena de peligro y de repente es la violencia la dueña de la situación. Si un hombre se atrevía a reclamar a un niño, quién sabe cómo terminaría esa historia”. Las mujeres llegaron al campamento guerrillero de noche. Rosalba tomó la vocería y le explicó a un hombre que estaba de guardia que ellas iban en busca de un grupo de menores que habían reclutado esa tarde. El guerrillero las condujo hasta otro de mayor rango. “El hombre aseguró que no había manera de recuperar a los niños. Nos dijo: ‘Ellos ya están completamente integrados’. El llanto estalló en ese momento, y antes de que todo empeorara pedí hablar con los comandantes ‘Caliche’ y ‘Boris’. Yo los conocía y entendía perfectamente que era con quienes debía entrevistarme”.

Los habitantes de Caldono han prendido las alertas sobre una posible reactivación del reclutamiento de menores.

Tras un rato de espera, cuyo tiempo exacto Rosalba no recuerda, un nuevo hombre apareció en la escena, y aunque parecía ostentar algún rango de autoridad mayor a los anteriores, no era un comandante. “Seguía sin ser la llave de salida que necesitábamos para abrir los candados y escapar de ese lugar con los niños de la mano”, cuenta la líder, mientras respira hondo para entonar de manera adecuada lo que entonces le dijo al guerrillero: “Si ustedes no nos dejan hablar con el comandante, entonces nosotras nos vamos a sentar aquí, y de aquí no nos vamos a ir hasta el amanecer”.


MUJERES NASA Sonríe con orgullo y continúa su relato: “Seguí hablándole al hombre, llena del valor de mis últimas palabras. Yo era en ese momento cabildante, así que tenía un grado de autoridad y aproveché aquello para exigir la entrega de los niños. El guerrillero nos hizo seguir a una habitación muy pequeña, fea y oscura. Allí se encontraba el comandante. Nos acomodamos en aquel lugar de paredes de bahareque y techo de paja. El comandante empezó a escribir con parsimonia la información que le dictábamos: el nombre del niño, el nombre de la madre y el aspecto. Aquellas eran las únicas palabras que podíamos pronunciar”. Las mujeres salieron de ese cuarto improvisado, atravesaron el campamento y emprendieron el camino de regreso a Pueblo Nuevo solas, angustiadas por los hijos que no habían visto, preocupadas por el tiempo que tardarían en volver a abrazarlos. Sabían de familias de la región que llevaban meses y hasta años esperando el regreso de sus hijos tras ser reclutados por grupos armados ilegales.

Luego del viaje de dos semanas de las mujeres, el resguardo se conmocionó con la llegada de tres de los siete menores reclutados, los más pequeños. Regresaron tranquilos, como si no hubiesen ido parte de una tropa guerrillera. Sin embargo, faltaban cuatro. Rosalba guardaba la esperanza de que aparecerían de la misma forma, como salidos de la nada y sin ningún rastro del paso por la guerra. Eso era lo que le ayudaba a calmar la ansiedad de las madres mientras corrían los días sin ninguna noticia. Un par de meses después, la expectativa se cumplió. Los cuatro jóvenes empezaron a retornar, día a día. “Volvieron escondidos, temerosos de todo lo que habían vivido. Todos, sin excepción, nos agradecieron haber ido por ellos. ‘Gracias tía Rosalba, abuela Rosalba muchas gracias’, repetían uno tras otro. Algunos incluso se compadecían de nosotras, ‘pobrecitas ustedes ir hasta allá’, decían. Yo tenía la satisfacción de haberlos salvado. Al final el comandante había cumplido su promesa”.

El reclutamiento de menores de pueblos indígenas y otras comunidades vulnerables es de especial gravedad en la historia del conflicto armado nacional. Así lo indica La Sala de Reconocimiento de Verdad, de Responsabilidad y de Determinación de los Hechos y Conductas de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) responsable del caso 007 denominado Reclutamiento y utilización de niñas y niños en el conflicto armado. La Sala también reconoce a Cauca como uno de los ochos departamentos más afectados por este acto violento. Las otras regiones son: Antioquia, Caquetá, Meta, Guaviare, Tolima, Putumayo y Cundinamarca. Esto coincide con un informe del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, que indica que solo entre el año 2000 y agosto de 2018 se desvincularon 444 menores de grupos armados ilegales en el departamento del Cauca. Los habitantes de Caldono han prendido las alertas sobre una posible reactivación del reclutamiento de menores.


Búsqueda de

la verdad Farid Julicué líder de la cabecera municipal de Caldono


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Rosalba reconoce que no siempre los rescates que lideró terminaron en victorias. Recuerda que en uno de ellos hicieron todo lo que pudieron para que la guerrilla devolviera a un menor de la comunidad, pero no lo consiguieron. De ese niño no se volvió a saber nada, como de otros a quienes sus familias aún siguen buscando. Tras la firma del Acuerdo de Paz, y contra el miedo que produce hablar sobre el reclutamiento en Caldono, las familias víctimas han tratado de acercarse a quienes fueron jefes guerrilleros, buscando noticias sobre los menores. “La información recogida por los padres en algunos Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (ETCR) hace suponer que sus hijos cayeron durante algún enfrentamiento o bombardeo”, explica el personero Anacona, y agrega que otro problema que tienen es que muchos de esos excombatientes no son del municipio y, por lo tanto, no pueden aportar información útil sobre el paradero de los menores.


Las autoridades municipales argumentan que las investigaciones de los casos se complejizan porque en los resguardos las familias no conservan fotos de sus hijos y tampoco tienen un documento de identidad, debido a que los jóvenes de 15 y 16 años que fueron reclutados sólo contaban con el registro civil y algunos ni siquiera se encontraban reportados en el censo del cabildo. Por lo tanto, para la Personería, la Comisaría de Familia, los líderes entrevistados y algunos habitantes que dieron su testimonio, con la condición de no ser mencionados, la esperanza que les queda para resolver los enigmas del pasado y el miedo del presente está en el trabajo que hagan la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas y la JEP.

Vista desde la carretera Caldono – Pueblo Nuevo


Mural sobre Manuel Marulanda, antiguo jefe guerrillero cofundador de las FARC, en Caldono existen dos ETCR actualmente, uno de ellos en Pueblo Nuevo.

Justamente en marzo de 2019 la JEP reconoció los niveles de impunidad de este delito en el país al divulgar a través de su portal web que: “De acuerdo con la Fiscalía General de la Nación, esta entidad ha abierto 4.219 investigaciones sobre estos hechos. De estas, 1.291 se encuentran activas, 1.001 inactivas y 1.927 no registran estado. La totalidad de estos casos corresponden a conductas cometidas presuntamente por miembros de las Farc, y arrojan un total de 5.252 víctimas y 5.043 procesados. Este fenómeno cuenta con un elevado nivel de impunidad en el país, con apenas diez sentencias condenatorias en la justicia ordinaria”.

Ver reportaje completo en: https://verdadabierta.com/especiales-v/2018/ddhhposconflicto-colombiano/rescates-mujeres-nasa.html


Por Colectivos de comunicación zona norte


Pintando memorias de lucha desde el territorio

Memoria de colores: Desde el territorio de Jambaló un grupo de muralistas trazan de colores las diversas simbologías del pueblo Nasa. En los espacios del territorio, encontramos diversas maneras de luchar, todas son aceptables, siempre y cuando representen el bien para la colectividad. Desde la tulpa, la música, la danza, el arte y la simbología se resiste; tal vez estas formas se han descuidado en algunos momentos, pero hacen parte de nuestras formas de vida y de nuestro sentir. El territorio de Jambaló nos convocó a continuar el camino de la resistencia desde el color, nos invitó a hacer minga, a compartir y hacer memoria. No podíamos decir que no a tan emotiva experiencia. Así que como es costumbre, armamos maleta, camping y salimos hacia el resguardo de Jambaló zona norte del departamento del Cauca. La chiva que nos llevaría a este lugar nos esperaba en Santander de Quilichao, allí nos encontramos con los demás aventureros como nos decimos de cariño. Aventureros porque nos gusta conocer los territorios, sus historias y aportar a sus procesos. A este lugar llegaron artista de Nariño, Bogotá, Tolima, Cali, Popayán y hasta de Argentina. Había algunos de extensa barba con gafas y ropas con pinceladas de colores, otros de cabellos rubios y alguno que otro Nasa. Después de cuatro horas de viaje llegamos al casco urbano de Jambaló, eran las cinco de la tarde, el hambre empezaba a manifestarse; afortunadamente en la comunidad Nasa se come rico y sobre todo bastante. Después de la cena, el coordinador del grupo de jóvenes Jhojan Pazú, nos indicó que pasáramos al salón de reuniones

para socializarnos como estaba organizada la minga de pinceles, allí nos estaban esperando la Coordinadora del Núcleo de Educación María Lourdes Trochez, quien nos dio la bienvenida al territorio y desde su experiencia habló sobre la historia del pueblo Nasa de Jambaló. Lourdes nos contó, que el territorio de Jambaló hace parte de los cinco pueblos con títulos coloniales, por los que había luchado el Cacique Juan Tama. La lucha por los títulos inició con Juan Tama y fue retomada por Manuel Quintín Lame, que junto a otros compañeros empezaron a recuperar los territorios y fortalecer los resguardos. Habló sobre la conformación del Consejo Regional Indígena del Cauca CRIC, los principios organizativos y como a partir de ello, el territorio de Jambaló empezó a trabajar en busca de la autonomía. En 1985 los mayores de Jambaló, junto a la comunidad se reunieron y conformaron el plan de vida Proyecto Global, donde se empezó a revitalizar la educación propia, la salud y la justicia, en el marco de la interculturalidad y haciendo práctico los usos y costumbres como pueblo Nasa.


PINTANDO MEMORIAS

Mientras escuchábamos a la mayora Lourdes, los aventureros del pincel tomaban atenta nota, e iban imaginando lo que se podría representar atreves de la pintura, teniendo en cuenta las luchas, la economía y la cosmovisión del pueblo Nasa de Jambaló.

la Institución Educativa Wilder Fabián Hurtado, llamada así en homenaje a un compañero de tan solo diez años, quien fue asesinado por el Ejército Nacional el 16 de septiembre del 2006, en uno de los combates que se presentaban con frecuencia en esa época. Nos recibieron con música, danzas y comida, las autoridades saludaron y nos dieron Cada territorio cuenta las luchas de su pueblo, las la bienvenida, para qué durante los cuatro días de montañas, la gente y su mirada es el reflejo de la minga de muralismo, nos sintiéramos como en tiempos duros y momentos de fuerza constante, en nuestra casa. la mirada de los mayores, mayoras, compañeros y compañeras que hacen parte de la memoria de Después de la apertura de la minga, llego la hora resistencia. En el territorio de Jambaló encontramos de ir a los lugares que habíamos escogido para muchos paisajes en las miradas y en las sonrisas ir a pintar. Así que dirigirnos nos hacia la vereda de su gente, eso pensaba y observaba mientras la Mina, ubicada en la zona media del resguardo amanecía y nos dirigíamos hacia la vereda de de Jambaló. Este lugar fue escogido porque tiene Zumbico. Que al igual que otras comunidades del un gran atractivo, el río, pero también porque nos norte del Cauca, han vivido las consecuencias del daba buena señal, sentíamos que nos íbamos a conflicto armado y de una guerra que se vuelve encontrar con muy buenas historias. a despertar en el departamento del Cauca y en Colombia. Así empezamos el lunes 16 de septiembre de 2019, el primer día de la minga muralista. Llegamos a Llegamos a Zumbico, la comunidad nos recibió en eso de las cuatro de la tarde a la vereda la Mina.


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En este lugar nos recibió la compañera Flor; una Nasa acuerpada de sonrisa contagiosa, amable y bastante recochera. Flor nos guio por la escuela y sigue aportándole al proceso desde la escuela de el salón donde debíamos armar los campings. la Mina, una responsabilidad más, esta vez con los Mis compañeros de pintura, Pintando Luchas, niños, “justo hoy cumplo 65 años” decía mientras José de Tulpas y Trazos Indígenas, nos sentamos se sonreía y nos terminaba de hablar. en el corredor de la escuela de la Mina con algunos comuneros, Kiwe Thegnas o guardias indígenas, allí sentados escuchamos a la mayora Adoración Jhanet Córdoba, una Mayora de 65 años, descendiente de familia indígena y afrodescendiente, qué con carácter firme, pero sonriente, nos contó un poco sobre su historia y lo que le había contado su padre. Comentó que su papá había llegado en el año 1935 al territorio y que en esa época solo había tres familias: la familia Pasos, Pechene y Calámbas, que vivían en casas hechas de bareque y de techo de paja. Nos contó una historia que le habían contado a su padre y él se la compartió. Dijo que los primeros invasores que habían llegado al territorio, fue el General Julio Arboleda, que tenía a su mando esclavos negros e indígenas. “El general había llegado en busca de Quina, pero encontró algo mejor, oro”, entonces se quedó explotando el río”. Mencionó que en ese tiempo había grandes murallas a la orilla del río, las cuales habían sido hechas por los esclavos que traía el general. “Con el paso del tiempo el territorio ha ido cambiando mucho, ahora tenemos carretera, energía eléctrica, tenemos la escuela, el colegio, el centro de salud, un médico que viene cada ocho días y una enfermera que ahí está permanente, así ha ido cambiando las condiciones de vida en el territorio de la vereda la Mina y con ello han cambiado las formas de lucha”, comentó Adoración Jhanet Cordoba. Adoración o Dora como le dicen en su comunidad, también nos contó que ella había caminado el proceso del padre Álvaro Ulcúe Chocue. Que participó junto con dos compañeros de la vereda en la construcción del Proyecto Global y que ahora


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Durante toda la mañana las niñas y niños nos dibujaron su territorio tal como ellos lo veían y lo vivían. Hicieron el río, las montañas, sus casas; algunos pintaron sus animales y a sus amigos. La actividad pedagógica de esa mañana nos dio más referentes para poder pintar. Ya sabíamos que el río y las montañas son un elemento principal de la vereda la Mina, que la mayora Adoración reflejaba una parte de la historia y de luchas con la que la comunidad se sentía representada, teníamos lo territorial y lo histórico, pero faltaba algo muy importante; conocer los lugares sagrados que como en todo territorio del pueblo Nasa encontramos. Recordamos que la noche anterior, la comunidad nos había mencionado dos lugares importantes que existían en la vereda, uno era la Piedra del Amor o de la fertilidad y el otro era la Piedra del

Mojano, así que decidimos ir a visitar estos dos lugares. Esta vez el Kiwe Thegna Rene Velasco, un hombre acuerpado con barba poblada y de carácter serio, fue nuestro compañero de camino. Los dos lugares no quedaban muy lejos del caserío, así que llegamos rápido, primero visitamos la piedra de la fertilidad, una piedra bastante grande, tenía más o menos unos 15 metros de altura. Algunos comuneros nos decían que desde que ellos tenían memoria esa piedra siempre había estado allí y que, según los mayores, llevaba el nombre de la piedra de la fertilidad porque “cuando una mujer no podía tener hijos o un hombre no podía hacerlos, los Kiwe The los llevaban allá y le hacían remedios para que así pudieran procrear”. Después seguimos el recorrido hacia la piedra del Mojano, mientras íbamos por la carretera,


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pensábamos en cómo sería esa piedra, pues estoy seguro que a la mayoría de los Nasas del Cauca, en algún momento de sus vidas nuestros abuelos nos contaron alguna historia sobre ese lugar; a mí sí me contaron. Cuando llegamos a la piedra, esta no era como me la imaginaba, pero seguía siendo un lugar místico y muy nombrado por las Nasas de Jambaló.

La piedra era bastante grande, de hecho, parecía más bien como un peñasco, en el medio caía una cascada. Como es costumbre en los Nasas, antes de ingresar, sacamos el Yu beka y pedimos permiso a los espíritus del lugar; la piedra estaba rodeada de monte y de árboles, había troncos podridos que estaban por donde pasaba el agua. Subimos el primer barranco, dimos unos cuantos pasos y nos encontramos de frente con un muro de roca lleno de musgo por donde caí un poquito de agua. Habíamos llegado a la Piedra del Mojano y para nuestra fortuna nos encontramos con el mayor Mariano Bolaños, comunero de la vereda Loma Gorda, que justo se encontraba con sus dos hijos arreglando el camino.

El mayor nos narró un poco de lo que su padre le había contado sobre la piedra, decía que: “ese era el sitio donde se encontraba la piedra para volverse mojano o perro grande como se dice, eso decían los mayores, que en ese tiempo cuando alguna persona pasaba por este lugar y si veían flotar en el aire tres piedritas ahí donde caía la cascada, esas piedras lo elegían y que luego esa persona se convertía en mojano”. También nos describió como los mayores le contaron que era un mojano. “De día es una persona normal, pero que en la noche se convierte como en especie de un perro grande y feo”. Eso mencionaba el mayor Mariano, mientras


PINTANDO MEMORIAS observamos atentos el lujar donde según los relatos, flotaban aquellas piedritas. “Pero eso era antes, ahora ya no se ve nada por aquí, no más miren, solo hay palos podridos y barro, ya los jóvenes poco creen en esto, ya poco creen en los mayores ancestrales y en nuestra cultura, ya no creen”, finalizó el mayor. Me quede pensando, que tal vez eso nos esté pasando a muchos, estamos ignorando y dejando de creer en la esencia de los saberes tradicionales, en las luchas que dieron nuestros mayores, tal vez lo económico nos esté confundiendo el buen vivir. Las palabras de los mayores con los que compartimos en la Minga Muralista de Jambaló, nos movió el corazón y la conciencia. Nos revivió la

esperanza, porque aún estamos haciendo minga, aun se pinta, se canta, se toca un instrumento, se danza, se teje y se siembra en el territorio. Las luchas y las vivencias que nos compartieron los mayores y mayoras, nos animaron y motivaron a seguir caminado y justo eso teníamos que hacer; caminar de regreso hacia el caserío de la Mina. Allí nos estaba esperando un muro de 12 metros de largo por 4 metros de alto, para que pintáramos lo poco que habíamos conocido y sentido durante la experiencia en el territorio de la Mina. Tal vez, si los jóvenes habláramos con más frecuencia con nuestros abuelos y abuelas entenderíamos el verdadero sentido del buen vivir de los pueblos indígenas.


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Pintamos el mural, allí plasmamos lo que pudimos conocer, sentir y compartir con la comunidad. Llenamos el corazón, quedaron impregnados allí, los espacios del territorio y las vivencias de sus pobladores. De esta experiencia agradecemos al territorio de Jambaló que nos acogió, a los muralistas aventureros, a doña Flor, a la mayora Adoración, al mayor Mariano, al Kiwe Thegna Rene, al coordinador de jóvenes quien nos convocó a hacer parte de esta bonita experiencia. Buscaremos encontrarnos en otra minga, no solo de pintura, ojalá en un espacio donde se evidencien las diversas expresiones de arte, vivas y presentes en nuestras comunidades; y así desde el compartir, desde el sentir, desde los talentos y saberes sigamos pintando memorias de lucha desde los territorios.


La Tulpa

y los Derechos Ancestrales

Por Rodrigo Corpus


LA TULPA Desde tiempos inmemoriales los pueblos indígenas han caminado siempre en los senderos de la sabiduría, resistencia y la unidad desde el corazón y los espíritus de la naturaleza que han permitido pervivir, existir y resistir milenariamente en el tiempo y espacio. La tierra, el agua, el viento y el fuego han sido parte de la existencia de los pueblos ancestrales, y, en armonía con la ley de origen, derecho mayor, los usos y costumbres; han nacido y formado en el seno de la madre tierra hombres y mujeres llenos de valor y sabiduría para continuar los caminos ancestrales para el fortalecimiento del equilibrio entre la relación hombre-naturaleza y territorio.

hombre occidental, y a la vez, por la imposición de nuevas culturas, filosofías, otras formas de vida y gobierno, y de esa manera inscribir en la “historia universal” a partir del genocidio indígena.

Como punto de referencia, los procesos de invención, conquista, colonización, destrucción y saqueo de las culturas, creencias, conocimientos y costumbres a finales del siglo XIV, fue un primer escenario de imposición y destrucción que obligó a los mayores y mayoras a caminar con la voz y la fuerza de unidad para defender la vida, la tierra, la cultura, como una forma de resistencia y existencia en los territorios. Los Nasas, Misak, Yanaconas, Kokonukos, kishu, Ampiules, Polindaras, fueron despojados de sus tierras, espacios de vida, hasta llegar a la desaparición física y cultural de pueblos ancestrales en varias regiones por la ambición del

hombres y mujeres como la Cacica Gaitana, Juan Tama, Quintín Lame, que empuñaron sus manos por la libertad, la tierra, el derecho a vivir en un territorio, a defender las costumbres y tradiciones a partir de la unidad de la palabra, las mingas y las tulpas, para recuperar y defender el territorio ancestral, ampliar los resguardos, el no pague de terrajes, conocer las leyes sobre indígenas, formas profesores indígenas y defender la historia y las costumbres.

Reflexionado un poco los últimos cien años del caminar de los pueblos indígenas, y por supuesto, décadas que fueron marcadas por la violencia, discriminación, humillación, explotación, rechazo, el hambre y la necesidad, forjó la semilla de la unidad en el corazón y espíritu de los pueblos para defender la tierra, la vida, la cultura, la autonomía, la historia, las costumbres, los dialectos y formas de vida propios. Es así, como en la tierra de la resistencia nacieron y crecieron

Por esto, la tulpa como parte integral de pervivencia ha tenido un significado y connotación trasversal


LA TULPA

y vital para los pueblos, como un espacio de pensamiento y acción desde lo familiar, comunitario, cultural, político; hasta en la reivindicación de los derechos ancestrales. Particularmente, la tulpa como significado de la unidad familiar y la hermandad de los pueblos, está compuesta por las piedras que sabiamente han sido colocadas y escogidas por la naturaleza, donde se establecen y fortalecen los diferentes procesos, dinámicas, pilares y tejidos alimentados por el fuego, la fuerza, el viento, la sabiduría y el equilibrio.


Los mayores y mayoras alrededor de la tulpa conversaron e interpretaron los sueños, el viento, la lluvia y los espíritus; compartieron experiencias, reflexiones y consejos para trazar y fortalecer los caminos de la resistencia y reivindicación de los derechos. De esa manera, la tulpa es el espacio donde se refleja, y seguirá reflejando y construyendo permanente la educación, la pedagogía, el respeto, la unidad, la hermandad, la salud, la sabiduría, la relación hombre-naturaleza. La conversa, el mambeo y la espiritualidad trascendidas en un nivel comunitario fueron fundamentales para revisar el despojo y saqueo territorial, así como la desaparición de la cultura, los espacios de vida y la lengua, permitiendo así legitimar a los pueblos a caminar a la luz de los senderos de la unidad, tierra, cultura y autonomía. Así como en el fortalecimiento de la unidad para avanzar en la reivindicación de los derechos.

LA TULPA resistencia y reivindicación de los derechos, hoy contamos con unos principios y plataforma de lucha. Y que, a partir de la sabiduría ancestral nos orientan e invitan a seguir consolidando el trabajo y el camino emprendido por los mayores.

Así mismo, los procesos de recuperación de tierras y la defensa de las costumbres, dialectos propios y formas de vida, fueron parte fundamental alrededor de la tulpa y del caminar de la palabra. En esta misma época las comunidades indígenas fueron señaladas como subversivos en los procesos de resistencia alrededor de la tierra, y en la vigencia del Estado de Sitio se interpusieron limitaciones a nivel nacional donde resurgían aquellas voces de exigencia y legitimización. Limitaciones dirigidas contra la libertad, la libre circulación, a pensar y ser diferentes, a las reuniones o mingas, y hasta para el acceso a la educación, donde el hombre Generalmente, la voz de la opresión, muerte y occidental y colonial gritaba siempre con voz de destrucción mantuvo el eco fuertemente arraigado rechazo: durante las épocas del Estado de Sitio mediante amenazas, persecuciones y masacres, que se tradujo en la violación sistemáticamente de los “el indio no necesita educación, para esto derechos humanos, colectivos y las libertades de tienen la tierra para trabajar, la educación los pueblos indígenas por parte de algunos agentes sólo es para rezar”. del Estado. Por eso, la mayoría de los mayores y comunidades realizaban encuentros alrededor de Lo anterior, la dominación emergía también en la tulpa en las noches, inclusive en algunos casos, el papel de los curas y sacerdotes en la idea de sin que nadie se diera cuenta sobre aquellos transformar el salvajismo a la vida civilizada, y espacios de reflexión, análisis y proyección. de esa manera, instruir o guiarlos a la salvación eterna. Por eso, los mayores caminaron en diferentes direcciones y territorios para llegar a las tulpas, caminatas que duraban entre diez horas hasta días o semanas, ya sea a pie o caballo, con el único fin o propósito de hablar de unidad, y la necesidad de recuperar las tierras, de defender los recursos naturales, los espacios de vida, de defender y fortalecer la cultura, los resguardos, las costumbres, la historia, la ley de origen, derecho mayor y derecho propio. Como fruto de las tulpas de los que caminaron y emprendiendo con el mensaje de unidad,


LA TULPA

Aun así, la rebeldía del indio fundado en las raíces de los espíritus de nuestros ancestros fue más fuerte para luchar alrededor de la tulpa, la unidad, las costumbres y la libertad, donde crecieron y lucharon hombres y mujeres para dirigir, orientar, enseñar, caminar y apoyar las más justas luchas para el buen vivir de los pueblos. Las diversas reivindicaciones de los pueblos en los territorios tuvieron que enfrentar a los gobiernos nacionales de turno, autoridades, terratenientes, encomenderos y al mismo juez; donde el baluarte de la voz exclamada de los pueblos se encontraba compuesta por los mayores, jóvenes, mujeres y niños.


LA TULPA

Hoy, esa voz de unidad y fuerza colectiva debe seguir incólume en las tupas y espiritualidades de cada uno de los pueblos indígenas, para seguir fortaleciendo y consolidando los caminos trazados por todos los mayores y comunidades, de esa manera, avanzar en la defensa de los territorios ancestrales, nuestra propia historia, la familia, los espacios de vida y el equilibrio de madre tierra. Por lo tanto, estas voces alrededor de la tulpa han sido el espacio de la familia de los pueblos indígenas con el fin de seguir dinamizando los ejercicios de lucha y trabajo desde y para los territorios.


En esta edición Editorial La guardia indígena una batalla ajena El crimen que rompió con la armonía en el norte del Cauca Ante una propuesta de paz el trato es de guerra Los rescates de las mujeres Nasa Pintando memorias La tulpa y los derechos ancestrales



Mayor información: www.cric-colombia.org comunicaciones@cric-colombia.org Teléfonos: (+57) 8242594-8242153 Popayán Cauca Colombia


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