MARI MASÍSÉ BUESETH - REVIVIR LOS SABERES

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Programa Nuevos Territorios de Paz

Consorcio por el Desarrollo Integral Sostenible y la Paz de Guaviare –DEISPAZ Ana Isabel Gavilán, Directora Ejecutiva Heriberto Tarazona, Jefe Operativo Gabriel Enrique Díaz, Coordinador Resultado 3 : Fortalecimiento de capacidades locales. Zunil Lozano Medrano, Profesional Especialista Indígena

Fundación Erigaie Equipo de investigación Álvaro Andrés Santoyo (Coordinador) Gabriel Montenegro Perini Carolina Barbero Cárdenas Luz Yaleina Rodríguez Rojas Jose Luis Cote Coordinador de Proyectos Martín Andrade Coordinadora Administrativa Mónica Esquinas

TEXTOS Equipo de investigación del Resguardo el Refugio. Equipo de investigación resguardo Centro Miraflores. Equipo de investigación resguardo Puerto Monforth. Equipo de investigación resguardo La fuga.

ILUSTRACIÓN Y DIBUJOS Resguardo El Refugio Aracely de Jesús Jaramillo Uribe Resguardo Centro Miraflores. María Acenet Barra Builes Berenice Builes Zuluaga Juan José Calderón Caicedo María Adelina Medellín Vieira Resguardo Puerto Monforth Oscar Fernando Gómez Mosquera Resguardo La Fuga Leonel Aníbal Méndez Simón German Castillo Gonzales Katerine Murillo Arenas Luz Yorelly Estela Meneses Fundación Erigaie Jose Luis Cote. FOTOGRAFIA Resguardo Centro Miraflores. Juan José Calderón Caicedo Stiven Meneses Nayiber Barra Builes Equipo de investigación resguardo Puerto Monforth. DIAGRAMACIÓN Jose Luis Cote. RECORTE Y EDICIÓN DE IMAGENES Jose Luis Cote Laura Miani EDICIÓN Y CORRECCIÓN DE ESTILO Alvaro Andrés Santoyo Gabriel Montenegro Perini TIPOGRAFIA Arial Rounded MT Bold. 14 pt. Prestige Elite Std. realizada a mano alzada.


CLAUSULA DE EXENCIÓN DE RESPONSABILIDAD ESTE DOCUMENTO ES RESULTADO DE LA ETAPA DE COMPLEMENTACIÓN DE LA SUBVENCIÓN DIRECTA 225 DE 2012 DEL PROGRAMA NUEVOS TERRITORIOS DE PAZ –NTP- EN EL GUAVIARE. EL CONTENIDO DE ESTE DOCUMENTO ES RESPONSABILIDAD DE LA PERSONA CONTRATADA POR EL CONSORCIO POR EL DESARROLLO INTEGRAL SOSTENIBLE Y LA PAZ DEL GUAVIARE – DEISPAZ Y NO REFLEJA LAS POSICIONES DE PROSPERIDAD SOCIAL – NI DE LA UNIÓN EUROPEA- UE.

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MARI MASÍSÉ BUESETH REVIVIR LOS SABERES

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TABLA DE CONTENIDO

Presentación …………………………………………………. Introducción ………………………………………………….. Ley de origen: Resguardo El Refugio ……………..... Baile del Pescado: Resguardo Centro Miraflores …..... Plantas Medicinales: Resguardo Puerto Monforth....... Lengua materna. Diccionario de recursos ambientales: Resguardo La Fuga.........................….......

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PRESENTACIÓN

Esta publicación hace parte de la estrategia de divulgación de las actividades del Consorcio por el Desarrollo Integral Sostenible y la Paz del Guaviare DEISPAZ, en el marco de las acciones del Programa Nuevos Territorios de Paz (NTP). El Programa NTP condensa los aprendizajes de los llamados Laboratorios de Paz, que fueron una fórmula de cooperación al desarrollo regional implementado por la Unión Europea y el gobierno nacional desde hace veinte años en diferentes zonas del país. El Programa NTP es el ejercicio más reciente y opera en las regiones del Canal del Dique, Bajo Magdalena y en los departamentos de Caquetá y Guaviare. La iniciativa de NTP en el Departamento de Guaviare busca ser un motor para transformar las realidades de las ciudadanías locales y para mejorar sus formas de interacción. Con sus acciones, plantea mitigar los efectos de las violencias estructurales que se han ido instalando y legitimando en el territorio. El objetivo del programa es “contribuir a la construcción de paz y desarrollo en Colombia a través de la promoción de condiciones territoriales que favorezcan una cultura de paz, democracia y Estado de Derecho, y que fomenten condiciones de vida digna y oportunidades de desarrollo para todos los ciudadanos”. En ese contexto se crea el Consorcio DEISPAZ, para liderar las iniciativas departamentales de paz. Lo conforman tres organizaciones de incidencia regional: Movimiento Juventud por el Guaviare, Pastoral Social y CINDAP. A partir del 2012 la Unión Europea y el Gobierno colombiano a través de Prosperidad Social, le delegan a DEISPAZ la responsabilidad de convertirse en el Socio Estratégico Territorial para dirigir el Programa en el departamento. Como el Guaviare es habitado por comunidades indígenas, el Programa incluyó una línea de trabajo con enfoque étnico y desde esa perspectiva, se previó optimizar las condiciones de las comunidades indígenas sobre tres resultados. El primero fue la inclusión socioeconómica que contempla el establecimiento veinte chagras para la seguridad alimentaria Jiw, dos áreas de producción de material vegetal para elaborar artesanía en resguardos de grupos Tucano Oriental y entrega de elementos que permitan mejorar las condiciones de inocuidad del pueblo Nukak.

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El segundo fue el trabajo sobre tierras y territorio, en donde se alinderaron y amojonaron los resguardos de Barrancón y La Asunción en los municipios de San José de Guaviare y El Retorno respectivamente. Finalmente se diseñó una estrategia para fortalecer las capacidades locales de grupos Tucano Oriental a partir de un proceso de formación sobre herramientas de investigación cualitativa, para promover el diálogo intergeneracional y recuperar los saberes tradicionales de estos grupos étnicos. En la estrategia mencionada participaron veinte jóvenes y veinte adultos mayores de los resguardos La Fuga, El Refugio, Centro Miraflores y Puerto Monforth, quienes de manera autónoma y guiados por un equipo asesor, diseñaron su propuesta de trabajo y construyeron el conocimiento que se recoge en este producto. Los saberes que escogieron recuperar fueron: La ley de origen, El baile del pescado, Las plantas medicinales y el diccionario de recursos ambientales en lengua materna. Recuperar los saberes tradicionales de grupos étnicos de filiación Tucano Oriental en el Guaviare, es imprescindible para identificar los aportes de los pueblos indígenas a la riqueza cultural del departamento. Esta acción se plantea como un ejercicio que ayuda a los ciudadanos a hacer conciencia sobre la necesidad de dignificar la memoria ancestral de quienes habitan en el territorio y para eso es importante que los grupos étnicos también reconozcan y valoren el conocimiento propio, el cual puede ser asimilado y asumido por los jóvenes indígenas para afrontar el proyecto cultural común que deben impulsar a futuro.

Zunil Lozano Medrano Profesional Responsable del Componente Indígena Consorcio por el Desarrollo Integral Sostenible y la Paz del Guaviare DEISPAZ

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INTRODUCCIÓN

Ley de origen, baile del pescado, baile de la maraca, plantas medicinales y diccionario de recursos ambientes en lengua materna/paterna son los saberes que se presentan en esta cartilla, que constituye uno de los resultados del ejercicio de investigación colaborativa destinado a la recuperación y fortalecimiento de saberes adelantado por las comunidades Tucano oriental de los resguardos de El Refugio, La Fuga, Centro Miraflores y Puerto Monfort, todas ellas ubicadas en el Departamento de Guaviare. Los cuatro saberes aquí presentados expresan procesos de construcción y re-construcción de las relaciones sociales y por lo tanto del tejido social. Son ejemplos del devenir como condición de la experiencia, pero un devenir anclado en 1.) la historia y la mitología como en el caso de la Ley de origen, las plantas medicinales y los recursos ambientales; 2.) en los rituales como espacios de intercambio y rememoración que permiten los bailes; o bien en 3.) las lenguas como diacríticos de la identidad familiar y clánica. Estos saberes se refieren, en síntesis, a las prácticas de negociación de la diferencia y la identidad necesarias para construir terrenos de entendimiento al interior de algunas comunidades, a la posibilidad de convertirse en elementos que permitan mantener espacios de intercambio entre ellas y, finalmente, a las relaciones prácticas y conceptuales con la naturaleza. El primer capítulo presenta el trabajo de la comunidad de El Refugio sobre la Ley de origen, termino con el que los grupos Tucano oriental designan la historia de la creación de la humanidad. Es decir, el proceso a través del cual todos los grupos humanos, incluidos los blancos, se fueron transformando y adquiriendo los rasgos que harían de todos nosotros propiamente humanos. Este proceso es ante todo un acto de pensamiento, un acto chamánico, que comienza cuando la “Abuela del Universo” dispone los elementos necesarios para que los Pamuri-mahsã –gente de transformación – inicien el viaje que los llevará a transformarse en humanos en primer lugar, a diferenciarse en grupos étnicos en segundo lugar, y, finalmente, a ubicarse en el que sería considerado el territorio ancestral de cada uno de esos grupos. Los bailes del pescado y de la maraca son el objeto del segundo capítulo y el resultado del trabajo de la comunidad de Centro Miraflores. Estos bailes suelen tener lugar en el marco de celebraciones en las que una comunidad

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se abre a otra, o bien cuando un grupo social busca establecer alianzas con otro grupo de una misma comunidad. La cadencia de estos dos bailes está dada por instrumentos idiófonos, el bastón de ritmo en el baile del pescado y las maracas en el segundo, y ambos están relacionados con un tipo de canto muy puntual, aquel que da nombre al baile, y que hace parte del conjunto de cantos denominados, en lengua tucano, Kapiwayâ o cantos colectivos de los hombres. Los diferentes bailes que conforman el repertorio musical Tukano oriental, aunados a los cantos y demás parafernalia que los acompaña, tienen su origen en un tiempo mítico y fueron dados a la gente por el demiurgo creador. El tercer capítulo, que presenta la investigación sobre plantas medicinales realizada por la comunidad del resguardo de Puerto Monfort, es una ventana a las prácticas terapéuticas heredadas de los antepasados y a las formas propias de concebir la enfermedad. Las plantas medicinales identificadas en el marco de este proyecto sirven para tratar dolencias causadas por animales, espíritus y en general agentes externos a la humanidad, tal y como se puede deducir de la historia de cada una de estas plantas. Historias que relatan cómo los humanos aprendieron el uso de ciertas plantas, ya sea gracias a las enseñanzas recibidas de ciertos animales, o bien al ver cómo un animal o un espíritu curaba a su semejante. El tipo de enfermedades tratadas aquí contrasta con aquellas causadas por la agencia de otro ser humano y que constituyen la segunda categoría en que los pueblos Tucano oriental clasifican las enfermedades. El cuarto y último capítulo lo constituye el diccionario de recursos ambientales en lengua materna/paterna elaborado por la comunidad del resguardo de La Fuga. Este trabajo surgió del interés de la comunidad en aprovechar el espacio abierto por el proyecto para trabajar en el fortalecimiento del uso de las lenguas propias. Dada la diversidad étnico-lingüística existente en el resguardo, donde se hablan más de cuatro lenguas pertenecientes a la familia lingüística Tucano oriental, el diccionario introduce cada vocablo en español y su equivalencia en las lenguas tucano, desano, uauano, cubeo y siriano. El diccionario se centra en tres ámbitos puntuales del vasto universo de los recursos ambientales del resguardo (la chagra, la cacería y las palmas) y constituye un paso adelante en la producción de materiales que permitan el fortalecimiento del uso de la lengua propia en las comunidades Tucano oriental del departamento.

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Para finalizar es importante reconocer que los conocimientos aquí presentados son el resultado del ejercicio adelantado por los equipos de investigadores locales conformados en cada comunidad para este proceso. Ellos contaron con la asesoría del equipo de investigación de la Fundación Erigaie en temas relacionados con la planeación, ejecución y presentación de resultados de la investigación, pero fueron los miembros de estos equipos quienes desarrollaron la investigación de forma autónoma y definieron la forma en que se debían presentar.

Álvaro Andrés Santoyo Fundación Erigaie

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Alfonso Nariño Palma

William Sierra Torres

Aracely de Jesús Jaramillo Uribe

Gilma Suarez Villa

Leonardo Vélez

Luis Antonio Bolívar

Carmen Mónica Jaramillo Ortiz

Danny Vélez Vasca

Huber Albeiro Bernal

Martin Prada Ramírez 8


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Narrador: Alfonso Nariño Palma Piratapuyo Nuestros historiadores comentan que en el principio había tres hermanos. Cuando ellos querían bañarse bajaban a Ojpeko ditará (Lago de leche), llevando con ellos una cuya de agua. Por esto el viejo les dijo que los llevaría a otra tierra. En ese lago donde se bañaban estaba la canoa de Pamuri-mahsã Yepa Coaki, quien fue el que nos trajo. Desde el mar subieron por el río Amazonas hasta llegar a Manaos. Como esta tierra no era apta para ellos, continuaron el viaje y subieron a Tapurucuara, donde los Díroa mataron una boa grande que había antes que nosotros. Los gusanos comieron este güío. Hoy en día ese lugar se llama Santa Isabel. Siguieron subiendo y llegaron al Río Negro, entraron por el río Vaupés y llegaron a un sitio llamado Cocuy. Allí quedaron los Curripaco, los Puinaves y otros por los lados de los ríos Isana el Inírida. De ahí regresaron por el Isana, por el Río Negro y entraron al Vaupés. Subieron hasta llegar a San Gabriel. Allá matamos otro güio grande. Luego llegaron al río Tiquié y subieron a Pari-cachivera y luego hasta Taracuá. De aquí empezaron a regresar y continuaron subiendo por el río Vaupés hasta Ipanoré, que en piratapuyo se dice Öpenipeó. Ahí quedó la canoa en que veníamos. La abuela Ojori Pacó le dijo entonces al viejo que enterrara el bastón de mando para atravesar al otro lado: Urubucuara Pamurí mahsã bihari copé. Venían niños, mujeres y nuestros primeros sabedores.

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Ahí se subieron en una canoa más pequeña, Diá Pinó. Ahí se embarcaron y continuaron subiendo hasta llegar a Día-wi, donde el abuelo entregó el armamento. Primero nos entregó la escopeta (pekü), pero como no pudimos manejar se la dio al blanco. Luego entregó arco y flechas, cerbatana, coca, tabaco y los rezos (buseyé) para curar, para sanar. También entregó el bastón de mando, todo el poder del indígena. El barco siguió subiendo y atracó en muchas partes. Así iban quedando ubicados muchos de nuestros paisanos, hasta que llegaron a Yavareté (Wino-wi) donde quedaron los tariano (Paana). Por eso se llama raudal del tigre Yai-pikana. Allá también mataron un güio grande los diroa e hicieron piracema los pescados. Después entraron por el río Papurí. Seguimos hacia Katá-niqueo, un lado es Brasil, el otro es Colombia. Allá llegaron a Ibacaba e hicieron un gran dabucurí. El Díos se fue ahí. Siguieron subiendo hasta Yútica, Raudal de Danta, a donde llegó Wequí Peó quien dejó una trampa para matarnos a nosotros los Pamuri-mahsã, quienes estuvieron con las hijas de él y luego lo mataron. A partir de ese lugar siguieron subiendo hasta llegar al raudal de Carurí (Muú Peó). Luego siguieron al raudal de Piña (Será Peó) y continuaron hasta la cachivera de Villa Fátima (Wou Peó), donde viven los Viroá, más arriba de la desembocadura de Caño Abiyú. Luego pasaron por Tucunare (Veriá-cusã) y Santa Cruz (Waracapurí) donde aún se ven las huellas del atraco de la canoa. Siguieron por Tayasó, Wacuraba, Tatú (Pamú Peó), Trueno (Upú Peó). Después Macaquiño, Aequé Peó, Urania (Maté, Oápeó), Santa Marta, Mitú (Nopi Peó), Raudal Pajuil, Ya-

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ca-yaca, Caño Cubiyú, Cabecera Virubazú, Mandí, Circasia, Yuruparí (Watí Peó). Como hacía arriba del raudal de Yuruparí ya estaba habitado, sólo llegaron hasta allí y la canoa empezó a devolverse. Finalmente, se hundió en el raudal de Tucunare. Después viajamos a Teresita de Piramiri (raudal de Sardina) (Seã Peó) y ahí quedamos ubicados nosotros los piratapuyo. De Teresita hacia adentro hay un sitio sagrado de nuestros abuelos: los piratapuyo (Busana Poné) mayores (quené). El abuelo estaba con Ojorí Pakó y le dio hijos que se llamaron Soaría, Vejetará, Soaría, Vejetará-bauego (bua-mahsã). El resto eran servidores (Pueroá, Nikia-Poné, Ñapa, Kainino y otros Mahu-poarí (tejedores de coronas)). El sitio sagrado se llama Ejerí-Quiniví. En ese sitio se transformaron en humanos y luego se trasladaron a otros sitios, Imini-Niaví y Ocó-suãriba, ubicados a la orilla de Caño Makú (Posoayá). De ahí cruzaron al otro lado del río, donde se quedaron los Vejetará. Aquí hicieron dabucurí pero pelearon y se apartaron. El propio clan de todos, el mayor, era el grupo Vejetará. Ese clan tenía yagé, yopo, mambe. Donde se despidió el hijo de Pamuri-mahsã se hizo un cementerio para los piratapuyo. Él se enterró sin morir y ahí vivieron una buena temporada. Dieron la vuelta a Caño Makú llegando a Teresita. En uno de los sitios, Ñake-perikiní, se escuchaban ruidos de personas invisibles. De ahí llegaron al cerro Pataya-Kííní, después cruzaron a Vikaron (Oã Peó) o raudal de Chucha. Allí llegaron los curas y evangelizaron. Antes de eso los desanos y los piratapuyo ya habían visto la Virgen en caño Wasaí. La virgen se le apareció a una abuela desana y allá hay una gran cruz. Pero después ella dijo que ya no se dejaba ver más porque llegaban los curas. Nuestro abuelo fue hasta San Gabriel y allí le dieron una carabina de un solo tiro y lo nombraron capitán. Después nos vinimos a Miraflores, y luego a San José. Ahora vivo con mi familia en El Refugio.

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Narrador: Leonardo Vélez y Gilma Suárez Siriano Según los abuelos, los indígenas eran peces procedentes del mar. Allí existía un dios pez – Vaimasü–. Con él, pensaron en transformarse en hombres Tukano oriental. Ellos vienen de un sitio llamado Dia-puró, que significa desembocadura al mar Apikuditaru o Lago de leche. Allí también existía un güio o anaconda llamado Pamuri-comá. De este lugar partieron los peces en el interior de Pamuri-comá. Este los trajo desde el río Amazonas subiendo luego por el Río Negro. Iban buscando un rumbo para tomar forma de personas. Llegando a un sitio llamado Tapurucuara –Cachivera de Gusano – el jefe del grupo tomó el bastón de mando, llamado Yegú, y midió buscando el centro del mundo. Al ver que no ese no era el sitio exacto siguieron subiendo por el río. Durante el trayecto algunos peces ya se iban transformando en personas y se iban quedando en algunos lugares. Subieron y entraron al río Vaupés, pasaron por un lugar llamado Taracuara hasta llegar al raudal de Panuré, que significa lugar de transformación total del hombre Tukano oriental. Este en un lugar de reposo y los peces tomaron forma de personas.

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En el raudal de Panuré el jefe salió con su bastón de mando y lo enterró nuevamente buscando el centro del mundo y así ver si ese era el sitio exacto para vivir. En este lugar sagrado los grupos étnicos Tukano oriental ya se hicieron grupos, se dividieron, cada uno con sus respectivos clanes jefe y servidores. Se formaron los tucano, siriano, piratapuyo, etc. En Panuré descansaron e hicieron Miraporá, ritual de Yuruparí. Danzaron, tomaron chicha, ofrecieron mambe y tabaco, tomaron yagé. Este Miraporá lo escuchó Dijirimasü, hombre del cielo, el jefe que tenía su respectivo maku o servidor. El maku vino con su arco, flecha y cerbatana. Y las mujeres quedaron con el balay y el canasto. Posteriormente el jefe escogió su clan siriano y desano y le ofrecieron a la gente de abajo, a los Pamuri-mahsã, mambe –Ápí–, tabaco –Muru– y yagé –capí–. Con esto hicieron Yuruparí y cada jefe de clan cogió una embarcación más pequeña – Pamuri-comá– y continúo subiendo por el río Vaupés. Cada uno fue buscando su sitio sagrado para poder vivir, cada clan iba buscando su respectivo sitio para vivir. El siriano subió hasta llegar a Raudal de Yuruparí, donde el jefe siriano enterró el bastón de mando – Yegú– buscando la mitad del mundo, pero ahí no era. Al no ser el sitio, y como la embarcación Pamuri-comá no pudo cruzar el raudal, se devolvió y cogió río abajo hasta llegar a bocas de Caño Abiyú –Careña–. Este fue entonces su caño y entró hasta la cabecera donde hizo una chagra y dejó algunos rastrojos, etc. Después, pensando que allí era el sitio exacto, el jefe siriano tomó su Yegú y midió el lugar buscando el centro del mundo. Luego siguieron bajando hasta el río Vaupés y llegaron a un sitio llamado Caño Vegeyá. Entraron por el caño hasta la cabecera y volvió a medir el lugar con su Yegú. Finalmente, encontró el centro del mundo donde se instaló con su gente y celebraron un Miriaporá. Estaban celebrando su sitio de instalación, su territorio de sirianos.

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Narrador: William Sierra con la colaboración de Ismael Sierra Tucano La historia de nosotros, Uremiri sararó, del núcleo familiar tucano dice: Los primeros tucanos aparecieron en Dia Ojpekowi o maloca del mundo espiritual. En este sitio sagrado aparece el primer tucano con su tribu. Nuestros ancestros, los que llegaron a este mundo, fueron como emigrantes. Ellos llegaron a esta maloca proveniente venían de otros sitios. Según la historia de nuestros antepasados esa maloca queda en Brasil. La historia de mi padre dice: en este mundo espiritual aparecieron cuatro tribus, poderosas y grandes, entre esas tribus estamos nosotros los tucano, que somos descendientes de Yepa Bajuarí Masã (tribu tucano). Hay otra tribu que se llama Miriapora Bajuari Masã (Carapano), otra Ñukua Dijiari Masã (barasano). Siguen Miripora Dijiari Masã (Manivas). El último es Emeko Bajuari Masã (Cubeo). El primer tucano que llegó a esta maloca espiritual ya era escogido por Yepa Wuake, nuestro dios. Cuando los tucano llegaron, salieron de esta maloca por primera vez, Yepa Wauke los estaba esperando en el portón principal de Dia Ojpekowi. Esta tribu estaba encabezada por un clan mayor llamado Yupuri Bauro, quien era Itamasjsu (inmortales). Esta tribu fue saliendo encabezada por su clan mayor. Pero una de las familias tucano, celosa de tener el trono del clan mayor agilizó los pasos para llegar primero a la fila, delante de Yepa Waku, pero él estaba viendo todo. Cuando él iba a salir, Yepa Waku le pegó una patada y lo empujó con el bastón de 15


mando haciéndolo caer de rodillas. Por esta razón, esta familia actualmente se llama Nujiro. Después de esto aparece Yupuri Bauro, quien fue recibido de una vez por Yepa Waku, aquí empiezan a salir en fila familia por familia. Después de Yupuri Bauro salió su hermano Yepara Wakapea, luego el hermano menor Yepara Oye. Estas tres familias son los clanes principales. Después de ellos siguen: Yepara Sui, Ajusiro Sobaro, Yupuri Pamu, Yepara Meru, Mimisipe, Ajkito Bosé, Akito Patiro, de él sigue Kemaro Kuku. Después de estas familias, seguimos nosotros, Uremiri Sararó, y después vienen otras familias menores. Uremiri Sararo era el encargado de guardar todo lo que correspondía al territorio tucano. Estaba encargado de guardar los espíritus de yuruparí, llamados Mirapura Jeripora, así como de cuidar el armamento de guerra y la túnica de colores sagrada que se utilizaba en las grandes fiestas de los tucano. Luego de eso Yepa Waku ordena a las tribus ir a la orilla de Diapeco Ditara y les ordena bañarse en esta laguna. Dentro de esa laguna se encontraba güios, animales carnívoros, y se veía cómo echaba humo el pozo. Yepa Waku llamó primero a nuestro clan y le dijo: “tírese a bañarse”. Pero a nuestro antepasado le dio miedo y no se pudo bañar. Como se dio cuenta del miedo, ordenó al primer blanco que se bañara, quien se lanzó sin temor a la laguna y cruzó al otro lado, dónde había una escopeta. Salió, cogió la escopeta, disparó. Cuando hizo todo esto nos quitó el poder y cambió de color. Luego todos los de su tribu se tiraron al agua sin temor. Antes de esto los blancos eran de nuestro (mismo) color. Al ver que estos se bañaban sin miedo, nuestros antepasados se mojaron las palmas de las manos, (se) empezaron a limpiar la cara. Hicieron lo mismo con las plantas de los pies. Por eso es que nosotros tenemos estas partes del cuerpo de 16


color blanco. Yepa Waku se dio cuenta de que perdimos el poder ante otra tribu. Dijo a Yupuri Bauro: “ustedes van a tener riquezas en este mundo: flechas, cerbatanas, bastón de mando, plumas para danzar, chaquiras, vestimenta como guayuco, carayurú, yagé, tabaco, coca, carrizo, pinturas para danza, rezos, kumu, payés y otras armas. Aprenderán todas las cosas de memoria, eso será la riqueza de ustedes”. Luego miró al blanco y le dijo: “ustedes si tendrán muchas riquezas: fabricaran cosas día tras día, serán dueños absolutos de esta tierra y dominarán a toda estas tribus”. Luego Yepa Waku dijo a los tucano: “con el tiempo vendrá gente más poderosa que ustedes, con ellos su descendencia aprenderá muchas cosas. A medida que vaya pasando el tiempo, su historia y su maloca se acabarán. Yo hice este mundo para ustedes, para la humanidad. Después de mucho tiempo esta tierra se llenara de gente, será tanta la gente que la tierra quedará como las arenas del río. Luego empezarán a pelear entre tribus. También en esa época lloverá mucho, y algunas partes del mundo se quemarán y oscurecerán, dijo Yepa Waku a Yupuri Bauro”. “Mientras esta gente esté peleando entre sí, ustedes los tucano no pelearán, pues ya se abran acabado antes de la guerra y del fin del mundo.” Siguió hablando y dijo: “ustedes solamente van a tener una mujer y ella sólo tendrá un hijo suyo. La mujer de su hermano no tendrá hijos. Así es como se acabarán los tucano. Además les prohíbo conseguir mujer que sea de su propia tribu, pero si pueden convivir con las mujeres de otras tribus como Yurutí, Tariano, Desano, que serán las tribus donde pueden conseguir mujeres. Con ellos no pelearán, simplemente intercambiaran. Si quieren conseguir mujeres fuera de esta tribu lo harán peleando. Esas tribus serán Tuyuca, Wanano, Siriano. Estos seis tribus serán como 17


hermanos para ustedes. Después de esto Yepa Waku dijo: “De pie todos”. El mundo se oscureció y Yepa Waku desapareció. Se fue. Él ya había hablado con otro Dios, que tiene su reino en ese mundo espiritual: Way Dyu, quien era el dueño del barco en que vinimos nosotros los tucano. Yupuri Bauro habló entonces con Way Dyu para que le entregara el barco. Way Dyu le dijo: “vaya al puerto y escoja uno” y él escogió una canoa mediana. Yepa Waku lo llamó y le dijo: “¿usted cree que en ese barco caben todos? ¡Traiga una canoa grande!”. Así hizo nuestro jefe, y en ese barco entramos todos los Pamuri masã. Nosotros subimos en el mundo espiritual. Todo lo que estoy contando sucedió en Dia wi. Los tucano bordeamos el mar, llegamos a la desembocadura del río Amazonas y subimos por este. Llegamos a la desembocadura del río Negro y seguimos subiendo. Llegamos a una maloca llamada Dia Tunina wi, arrimamos allí, visitamos y pasamos de largo. Seguimos subiendo hasta la desembocadura del rio Vaupés (Dia pajsã) y aquí, nuestro clan y todos los que venían, se dieron cuenta que el río estaba cerrado. El güio empezó a golpear y fue abriendo paso hasta que atravesó el río. Por eso en la desembocadura del río hay tantas islas. Subimos y llegamos a la desembocadura del Tiquié (Pasá), entramos por este hasta un sitio sagrado llamado Siripipá Wi (Pari-cachiveira) (Siripi : Golondrina // pá : patio : piso de piedra) y pasamos de largo. Subimos hasta llegar a otra maloca espiritual llamada Carururu (Moo). De aquí regresamos y bajamos hasta la desembocadura y subimos de nuevo por el río Vaupés. Cada maloca del mundo espiritual tenía riquezas, aunque algunas no tenían. De esas malocas nuestros antepasados sacaron muchas cosas: ollas, chaquiras, totumas y muchas cosas más. Los que venían en ese barco venían midiendo dónde quedaba la mitad del mundo, y en ese camino así fueron quedando muchas de las tribus que habitan este mundo. Nosotros los tucano, en cambio, seguimos y llegamos a Ipanoré. Aquí descendimos a la tierra y salimos en forma de persona a visitar y a descansar. Por eso muchos de los historiadores tucano dicen que nosotros empezamos a salir como humanos. Luego seguimos de nuevo y llegamos a otro sitio sagrado que llamamos Umukori bojta (Yavareté) que significa “la mitad del mundo”. De nuevo nuestro clan mayor bajó y miró el terreno para coger su tierra, pero aun no hizo esto y de nuevo se embarcó y siguió subiendo hasta la Cahivera de Carurú, también Moo. En esta maloca dejó el barco grande y se embarcó en uno pequeño, en el que subieron hasta Yuruparí. Hasta aquí es territorio de los Pamuri-masã. Aquí salieron, visitaron la maloca y de nuevo regresaron hasta llegar de nuevo 18


a Yavareté. Aquí, (el barco pequeño) entró de nuevo por el río Papurí. Subió por este río, pasó por Paba, otra maloca espiritual, pero no bajó, pasando de largo hasta Santa Lucía, donde sí salieron todos y se quedaron. Al otro día (se) hizo una maloca. A las 4 de la tarde la maloca ya estaba terminada. Esto lo hizo nuestro clan mayor, porque era Ijtamasu. Al día siguiente mandó a hacer chicha e invitó a todos los que venían en el barco a festejar y danzar. Bailaron toda la noche hasta amanecer. Ese día como a las 10 de la mañana murió el primer clan que venía del mundo espiritual. Así fueron muriendo todos los sabios que venían en ese tiempo. Sólo quedaba un hijo de él, que se llamaba igual que su padre, Yupuri Bauro. Al cumplir doce años lo consagraron como jefe de la tribu tucano, y como era hijo de un sabio, no era como nosotros. Su cabeza era como un coco, muy fina, por eso los grandes sabios tucano a quienes ponen plumas en la cabeza dijeron que no lo debían amarrar duro, pero los otros no hicieron caso, y cuando el muchacho bailó, dio tres vueltas, empezó a tambalear y su cabeza explotó. Así fueron muriendo todos los que vinieron. Tras ellos aparecen los que son como nosotros. Su descendencia está en Brasil y esta es la historia de los tucano. En ese tiempo los mayores de Santa Lucía vivieron en sus malocas, aparte de los solteros. De aquí se trasladan para Pari-Cachivera nuestros hermanos Paresí (bati turó), Yupuri buberá, etc., etc. Actualmente son los que dominan en ese territorio de Brasil.

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Narrador: Aracely Rodríguez Yurutí Laguna de leche, ahí nacimos nosotros. Duramos tres días antes de subir. Mi finado papá me contaba que volteamos otra vez para salir, pero un güio nos quería comer. Nosotros brincábamos otra vez, intentando salir. De ahí salimos nosotros. Hay un paso largo que el güio tapó con su gran cola. Él nos iba a comer, pero nosotros teníamos miedo y volvimos otra vez, bajamos otra vez a esta Laguna de leche. Está vez duramos quince días antes de subir de nuevo. Uno de los señores, junto a otros, que eran como policías, dio orden y dijo: “Vayan (y) maten a ese condenado, porque cuando subamos él nos va a comer a todos. Entonces, ¿Dónde vamos a nacer? ¿Dónde vamos a crecer nosotros? Mire que ese güio nos va a comer a todos”. No teníamos nada de tiempo para subir. Subía uno y se lo comía, subía y se lo comía. Ese era otro güio, y era nuestro enemigo. Finalmente, ellos lo mataron y el güio se corrió un poquito. Tenía todo tapado con esa cola grandota que él tiene. La cola no nos dejaba avanzar, cerraba (el paso) como una puerta. Hasta que se logró correr un poquitico. Así nosotros aprovechamos un huequito y subimos. Subimos a otra laguna, llegamos a otra laguna. Nuestro abuelo subió y dijo: “salimos de acá y nos vamos a convertir en gente.” En ese tiempo todavía éramos pescado. Cuando salimos ya cada grupo estaba empatado. Derecha somos yurití, izquierda (somos) siriano. Subimos ya con primos, y una mujer yurutí tuvo marido con siriano, y la mujer siriana tuvo marido Yurutí. Así nosotros ya venimos con cuñado y cuñada. Después viajamos lejos hasta llegar a otra laguna, y todos nos convertimos en gente. Además, ya nos estábamos separando. Así decía nuestro abuelo: “vaya

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usted por ese lado, vaya usted por el otro.” Mi papá decía que esa canoa que llaman “canoa de leche”, no es güio ni nada, es pura canoa. Uno la veía como guió, pero era (una) canoa grande. No era (una) canoa de palo ni nada, sino de pura piedra. No es güio. Esa canoa en que veníamos era de piedra y era grande como una lancha. Así veníamos nosotros en esa canoa hasta que llegamos a un lugar llamado Viviro peta, porque había un pajarito pequeñito, blanco, que, en mi lengua, se llama Viviro. Llegamos ahí, y el abuelo empezó a repartir (indicaciones sobre) cómo iríamos a trabajar desde ese tiempo. Ese abuelo repartió. Repartió palo de coca y tabaco a los hombres, también les dio asiento e instrumentos para pescar. A nosotras las mujeres nos dio palo de yuca, palo de ají, cuya, olla de barro. Todo para preparar comida, todo. A nuestra abuela le dio, a nosotras las mujeres nos dio instrumento para rayar yuca y balay, todo para exprimir. Todo lo dio el abuelo de nosotros. El también dijo: “Ustedes mujeres, desde ese tiempo van a tener marido, ustedes van a trabajar. A los hombres también: si ustedes tienen mujer, ustedes van a trabajar con eso”. Ahora sí, subimos y los trajo otra vez, y llegamos a este puerto que se llama Panuré, donde duramos un tiempo, alrededor de un mes. En la canoa venían yurutí, cubeo, piratapuyo, otro siriano diferente al primero. Todas las familias veníamos en una sola canoa grande. Todas, diferentes familias. En esta parte venían siriano, otro desano también diferente y barasano. Así veníamos. De Panuré seguimos subiendo y llegamos hasta Santa Cruz, Villa Fátima. Y subimos de nuevo por el río y ahí sí empataron de nuevo todos en una sola fami21


lia. Todas las familias en un solo grupo otra vez. Subimos todos hasta Yuruparí, hasta ahí llegamos, subiendo por el río. En el camino nuestro abuelo iba repartiendo a las familias. Por cada camino que se metía las iba ubicando. Decía: “usted vaya por acá, otro grupo por allí.” Nuestro abuelo ya venía bajando, dejando todas las familias. Después de Yuruparí dejó otra tribu. Primero a los cubeo mismos, luego dejó piratapuyo, lo que sea Wanano, y otro cubeo, y otro barasano. Volvimos así a bajar otra vez por el Vaupés para llegar al Papurí y subir otra vez. A nosotros el abuelo nos dejó en un caño abajito de Villa Fátima, Caño Abiyú. Él nos dijo: “ustedes yurutí tienen que permanecer acá (Abajo de Villa Fátima), usted yurutí tiene que quedarse acá.” Hasta ahí llegó una gente a hacer (la) guerra. Ellos querían tener mujeres y mi abuelo los mató. Entonces nos fuimos detrás de nuestro abuelo y bajamos otra vez hasta el río Papurí. Ahí empezaron a quedar los tucano y los piratapuyo. Los cubeo quedaron en Vaupés, mientras que nosotros subimos otra vez por el Papurí. El último de nosotros, que era siriano, quedó en San Gerardo que queda en caño Paca. Nosotros los yurutí quedamos abajito de ellos, en un lugar llamado San Luis Gonzaga. Nosotros somos de allá. En San Luis nuestro abuelo hizo una casa grande, una maloca, y llamó de nuevo a los primos de ellos, a los siriano, y bailaron. Ellos decían que esa gente sacaba a vivir (a) la mujer. Entonces yuruti y siriano empezaron a intercambiar mujer, ellos llevaban mujer yurutí y yurutí traían siriana. Así, en ese tiempo éramos una familia grande: abajo de nosotros quedó otra gente, un señor tucano. Esa canoa ya estaba llena de gente. Se decía que a ellos, los tucano, los dejó a este lado. El abuelo iba llamando esa gente por tribu hasta que terminó eso. Hasta que llegó esa gente a matarnos, los curripaco, y tuvimos que meternos en la mitad del monte. Ahí nuestro abuelito los acabó de matar. Volvió a pelear con ellos, peleó con ellos que eran como guerrilleros, como ejercito, hace mucho tiempo. Por eso nosotros los acabamos a ellos. Después, al poco tiempo llegaron los blancos. Nuestros abuelos yurutí, siriano, piratapuyo y tucano cantaban. Imagínese, ellos ya tenían experiencia de dónde íbamos a quedar. Ellos cantaban, sin saber nada, ellos cantaban. Nuestro abuelo cantaba: “María Santupe, perdona, María Santupe, perdona”

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Iba levantando al blanco y sonaba como avión. Ellos seguían cantando: “Maria santupé, perdona Maria santupe, perdona María Santupé, perdona a nosotros también” Y de ahí un señor, uno de nuestros abuelos, se volvió como santo. En ese tiempo ya estábamos nosotros. Nuestro abuelo ya tenía hijos, ya tenía familia: cuñados y primos. Ellos ya vivían tranquilos por San Luis, por San Gerardo. Ese siriano es nuestro primo. Nosotros ya estábamos acá cuando los blancos empezaron a llegar, cuando los abuelos cantaron. Cuando ellos cantaban empezaron a llegar blancos. Llegaron monjas, llegaron curas, y empezaron a pelear con nosotros. No dejaban tomar chicha, no dejaban mambear coca. Ellos, los blancos, nos botaban todas las cosas que teníamos. Ellos no querían ver nada de lo de nosotros. Hacía tiempo ya que los indígenas tomábamos chica. Los hombres también tomaban coca. Nosotras preparábamos chicha, casabe y fariña. Preparábamos todo, nosotras, las mujeres. Y los hombres traían pescado. Hacíamos fiesta y bailábamos el baile de los indígenas. Así terminaban ellos. Nosotros vivíamos así en ese tiempo y así seguimos haciendo hoy en día.

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Miguel Oliveira Estela

Nayiber Barra Builes

María Acenet Barra Builes

Berenice Builes Zuluaga

María Anai Gil Lozano

Norberto Castaño Martínez

Juan José Carlos Barbosa Calderón Caicedo Rodríguez 24

Stiven Meneses

Camilo Figueroa Garrafa

Luis Francisco Suarez

María Adelina Medellín Vieira


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Las distintas etnias provenimos de la laguna de leche, llegamos juntas a este mundo en un güio-canoa. El curso de este güio iba formando el río, y nosotros nos dividimos así por el territorio. La historia de la danza comenzó con un sabedor que salió de un túnel en Taracúa. Este abuelo, recorrió los distintos lugares, llegando a cada etnia, y empezó a repartir poderes y saberes. Así, se fueron conformando diferentes danzas, culturas y lenguas. Los instrumentos se distribuyeron. Cada grupo recibió los propios, y surgieron danzas como yupurutu, carrizo, morroco, mabaco y maracas. Las personas las aprendían y las enseñaban. Cuando el abuelo terminó de recorrer todas las ramas de las etnias, regresó a su lugar, consiguió mujer y tuvo hijos. Desde entonces, las etnias intercambiamos conocimientos, nos reunimos para compartir espacios, alimentos, saberes y (para) bailar en parejas. Para el baile es muy importante la interpretación de los instrumentos, la vestimenta, los accesorios y la pintura corporal. Cada etnia tiene su dios, su líder indígena y su manera de cantar. Anteriormente, estos líderes seleccionaban a los payés , los sabedores y los danzadores. Escogían a los niños y niñas desde muy pequeños para prepararlos, para que así sintieran amor y compromiso por su labor. Así, todas la etnias tienen payé y personas especializadas en distintas artes. El payé era quien creaba la música, experimentaba cantando e inventando los pasos de la danza. En todo grupo había uno. Él profundizaba el canto y sus aprendices lo seguían. La danza siempre se relaciona con un dabucurí

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Los barasanos eran la tribu de los dioses. Sus abuelos eran garzas. También había una tribu de tigres. Los tigres y las garzas eran personas. Un día las garzas fueron a una fiesta en donde los tigres a robarles una mujer. Los tigres los recibieron y les dieron quiñapira, casabe y fariña como es costumbre en los pueblos indígenas. Las garzas vieron a los tigres con sus grandes colmillos y les ofrecieron pescado. Juntos comieron y bebieron chicha. Al rato los niños curiosos vieron que los tigres trajeron muchos más pescados para hacer el dabucurí. Los tigres escogieron dos niños para bailar y cantar: vaiyaa vaya, vaya, cavaya pimari-vaya. Los tigres se admiraron de lo bello del canto. Así fue que llego el canto y la danza.

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El baile de maraca nació de un payé. Un día un hombre llegó con un niño moribundo y le rogó al payé que lo salvara, este le dijo: “ya no hay nada que hacer, está muerto, no existe más en este mundo…”. De repente apareció un tigre bien pintado y al rato pasó un chaqueto. El payé le dijo al hombre: “¡vaya! coja el chaqueto”. El hombre respondió: “yo no puedo ir, el tigre me come”. El payé insistió: “¡vaya!”. Y el hombre nuevamente se negó. El padre volvió a pedir al payé que salvara a su hijo, pero este respondió: “el niño ya no está en este mundo, está muerto, se alejó de nosotros”. El payé le dijo: “¡atrape el chaqueto! o ¿qué va a comer usted?” Cogió una maraca y comenzó a sacudirla y a cantar bara bara (que limpie este mundo). Al cantar esto se formó una nube que iba creciendo y creciendo con el sonido de la maraca, y entonces aparecieron quienes le hicieron daño al niño. El payé siguió cantando bara bara. El hombre debía atrapar el chaqueto para salvar al niño. Y así fue que el niño murió, porque su alma se convirtió en chaqueto…

Tradicionalmente el baile se realiza con 15 hombres y 15 mujeres. Al estar bailando, las mujeres son las tonadoras, es decir que llevan el ritmo. Una de las mujeres canta. Esta debe haber sido rezada, ya que el tono debe perdurar hasta que se acabe la danza, la cual puede tener entre 30 minutos y una hora de duración.

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El instrumento principal del baile del pescado es el palo de yarumo –yapurutu-. Este instrumento lo emplean los hombres durante el baile, llevando el ritmo de los pasos. El palo de yarumo no se encuentra tan fácilmente en el resguardo, pero se puede reemplazar por el palo de balso que es de fácil acceso, pues se encuentra en rastrojos y se reproduce rápidamente.

Se selecciona un palo mediano de un diámetro de 10 a 12 centímetros. Este debe ser lo más recto posible.

Se corta un palo de 1 metro 20 centímetros de longitud. 29


Se elaboran las figuras decorativas, estas deben ser 4 distribuidas simĂŠtricamente. Las figuras representan la fiesta y el origen. Las figuras decorativas son pulidas y diseĂąadas con un modelo determinado, y se quitan algunas cĂĄscaras segĂşn este modelo.

Se hace una ranura a 20 o 30 centĂ­metros de la punta, y a partir de esta se elabora un mango en forma de cola de pescado, para que el bailador pueda tomar el instrumento con la mano.

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Se quita la cáscara, y queda el palo blanco con las figuras negras.

Ya teniendo las figuras, el palo se pone en candela hasta que la cáscara se queme y se seque.

El palo tiene un centro blando que debe ser extraído hasta que quede hueco. El interior se quema, luego se tapan las extremidades con corcho, el centro queda hueco con el fin de que el instrumento suene bien. Se lava con jabón Está listo el instrumento y se pone a secar para comenzar a danzar.

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Las maracas son una pieza importante para danzar el baile que lleva su nombre. Las figuras de las maracas se pintan con palo de guacamayo y representan aspectos del baile. La materia prima para la elaboración de este instrumento es un bejuco cultivado. Tradicionalmente las maracas eran rezadas y guardadas en un baúl con las coronas de plumas y las correas de colmillos de tigre que se utilizaban para la danza.

Se extrae la totuma cuando este seca. Se pone a secar al sol hasta que toma una tonalidad amarilla. De un palo llamado corazón de balso se obtiene el mango. El palo se pule y se lija a la medida de los orificios y debe tener una longitud de 30 centímetros

Se pela y se lija

Se ensambla el palo con el totumo y se sella con cariaño

Se le abren dos orificios en las extremidades, y con un palo se le retira lo que tiene adentro.

Se agregan piedras al totumo

Se pinta y se decora con una pluma de garza blanca

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El canto trata de los nietos del payé que viajaron río abajo para hacer un dabucuri y vengarse por la muerte de su abuelo. La canción literalmente dice: “Vamos a bañarnos en sangre y bajamos por el río del pescado”

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El ritmo se lleva con yapurutu o las maracas. Dos golpes adelante, dos atrás con la misma nota. Con los pies los bailadores llevan este ritmo y la mujer lo acompaña con el tono de canto.

El hombre y la mujer inician juntos. Los hombres comienzan a pegar el yapurutu contra el suelo, como una señal de que están contentos. Al inició todos llevan el tono y luego sigue la mujer escogida.

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El movimiento de los pies es: dos pasos hacia delante y dos pasos hacia atrรกs y se lleva el ritmo con el palo de guarumo. Las mujeres se deben acoplar al paso de los hombres, y a su vez los hombres deben estar

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atentos a los cambios que haga la mujer que lleva el canto.

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El traje del hombre es de tajataja. Como su nombre lo indica, se obtiene del palo de tajataja que se puede encontrar en rastrojos, montañas y a la orilla de los caños. Existe tajataja rojo y blanco. Este último es de mayor calidad y es el que se emplea para los trajes de baile. Los motivos del tajataja tradicionalmente coinciden con los de las maracas. Para el caso del baile del pescado estos deben tener un dibujo de un pez. Se tumba el palo

Se extraen las capas del palo hasta llegar a la parte blanca.

Se troza – medida 80 centímetros

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Con un mazo pequeテアo se golpea el trozo blanco de tajataja durante una hora para que estire y adquiera la textura adecuada 窶田omo algodテウn-

Se lava hata que quede blanco y se deja al sol

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Se elabora el traje a la medida y se decora

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Antiguamente el traje también se elaboraba de tajataja. Actualmente, para danzar, las mujeres emplean trajes elaborados con fibra de cumare. Está elaboración parte de la extracción de la materia prima hasta el tejido de la prenda, como se describe a continuación: El cogollo se extrae con una vara larga con un gancho en la punta

Se retiran todas las espinas La fibra que se obtiene se remoja en agua por 2 o 3 horas. Luego se dejan secando al sol por 1 o 2 horas según el tiempo.

Cuando ya se tiene lo que se conoce como la hoja larga, se le hace una muesca de un largo de 10 centímetros y se empiezan a sacar tiras del cogollo.

Se pinta la fibra y se pone al sol nuevamente. Se tejen los trajes con la fibra. Las figuras del traje simbolizan la anaconda

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Corona Mujer

Aretes para mujer.

Collar mariposa para mujer

Traje mujer

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Corona mujer: la corona va en la cabeza de la abuela de nuestros ancestros. Se elabora en cumare. La figura es una serpiente perdicera. La corona de la tonadora lleva una pluma de loro en el centro

Corona hombre: Antiguamente la llevaba el lĂ­der del grupo y los danzadores. Es hecha en tejido de yarumo y su dibujo simboliza una boa. Se decora con plumas de guacamaya

Collar y brazalete de colmillo de tigre: lo emplea el principal de la danza 42


Brazalete: El primer danzador tiene un accesorio con una pepa de corombolo decorada con figuras, plumas de garza blanca y escobillas de fibra de cumare

Otros accesorios

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Cuando vamos a danzar, nos pintamos con bejuco de carayuru en diferentes partes del cuerpo. Nuestros ancestros solían oler ají para que la cara se les pusiera grasosa y el carayuru se fijara mejor en la piel y durara más tiempo. El carayuru se siembra y crece en abundancia.

Preparación Se toman las hojas y se dejan secando hasta que tomen color rojo. Se cocinan las hojas de carayuru durante un día. Se mezcla hasta que la hoja quede como una masa. En una totuma se le vierte ceniza por de bajo y tela de tajataja por encima. Se mezcla y después se retira la telita de tajataja. Esta listo para usar en cualquier parte del cuerpo.

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Para prepararlo debemos hacer una dieta, en la cual no se comen alimentos duros. Si no se cumple esta dieta el carayuru queda grumoso o duro y no sirve, si se sigue queda delgado o bien preparado. Las abuelas son las que lo preparan y después de preparado los abuelos lo deben rezar. Nuestros ancestros lo cargaban siempre en una bolsita y lo sacaban cuando fuera necesario Para nosotros los indígenas, las figuras en el cuerpo sirven para diferenciarnos entre tribus y a la vez para unirnos como comunidad, es una muestra de orgullo. También sirve como protección cuando nace un bebe, y para la madre, todos deben ser rezados. Hay diferentes figuras de pintura facial y cada una tiene su significado (figuras de los cuadernos) Hoy en día se emplea el carayuru, pero como es muy difícil de conseguir también se emplea el achiote para la pintura corporal. El achiote tiene varias pepitas por dentro que son las que dan color rojizo o naranja oscuro. Esta pepa no requiere ninguna preparación.

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PIÑA DE REBALSE Sirve para curar la mordedura de la culebra sapa o lora. Se prepara machacando la penca de la parte inferior de la piña, (parte blanda), con el musgo del palo y un poquito de agua. Se bebe el zumo y posteriormente se unta en la parte afectada y luego se bota caño o río abajo. El tratamiento no tiene ningún tipo de dieta, únicamente hay que evitar las relaciones sexuales. La planta se consigue en los rebalses. HISTORIA: El mico maicero estaba un día comiendo cogollos de las piñas de rebalse, cuando de pronto lo mordió una culebra sapa, entonces él cogió una penca con el musgo y la machacó con las palmas de las manos, luego se tomó el zumo que salía y se untó donde la culebra lo había mordido. De rabia, el maicero mató a la culebra y la lanzó río abajo. En el rebalse había un humano pescando cerca, mirando lo que hacía el maicero, y así aprendió el remedio. PALO DE LULO (Contra Chundú) Sirve para curar a las personas que sufren de locura. Se prepara raspando el palo hacia abajo, agregando un poquito de agua. Luego se hace un embudo con una hoja y se aplican dos gotas en cada ojo. Dos veces al día. No requiere dieta. La planta se encuentra en la montaña. HISTORIA: En el cerro Kerari-bucon vivía la madre monte, quien deambulaba por todo lados. Un día vió a un humano sufriendo mucho porque le habían hecho un maleficio, entonces ella se compadeció y le preparó el remedio al humano y así lo curó. 48


BEJUCO NUTRIA Sirve para el dolor de estómago. Para prepararlo se raspa el bejuco en cualquier dirección, la cáscara que sale se cocina en un pocillo de agua. La dosificación para adulto es un pocillo tintero y para niños pequeños media cucharada del zumo. Tiene una dieta especial mientras se hace el tratamiento: no se puede comer con ají, ni ingerir bebidas embriagantes. El bejuco solamente se consigue en la montaña virgen, pero actualmente es difícil de encontrar.

HiISTORIA: Este remedio era utilizado por los animales. Los hijos del perro de agua sufrían mucho de dolor de barriga, entonces la nutria les hizo una curación. Sin embargo, la nutria no quiso decir cómo los había curado ni enseñar el bejuco con que había hecho el remedio. Sin embargo, uno de los hijos de perro de agua se dió cuenta del bejuco y se lo robó. Lo sembraron en el patio donde los perros de agua tenían su comida y así fue como enseñaron este bejuco en todos los lugares, para curar el dolor de barriga o estomago soplado.

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BEJUCO –TBC- PARA LA TOS Es utilizado para curar la tuberculosis. Se prepara raspando el bejuco hacia abajo, al bagazo que sale se le agrega un pocillo de agua revolviendo para que se disuelva. Luego, con un colador o en un trapo se cola y se saca el zumo. Se debe sacar un pocillo de zumo para hacer tres tomas al día. No debe consumir en su dieta carne de mico. El bejuco se consigue en las montañas y rastrojos. HISTORIA: Hace mucho tiempo, en la casa de los animales existían solamente los micos (waicoco, maicero, titi, negrito, churuco, araguato, mico nocturno, colimocho, etc.). Un día los animales estaban haciendo un Dabucuri y el jefe de la maloca, el waicoco, le hizo daño al churuco, que era un humano, causándole la enfermedad de la tuberculosis. Al ver que el humano sufría mucho, el waicoco le dijo: “venga le hago el remedio y aprende de una vez a prepararlo.” Todos los micos producen la tuberculosis, pero el churuco es el que más sufre porque cualquier gripa acaba con toda la familia.

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HOJA SANTA Sirve para curar varias dolencias como dolor de oído, chucharos, hinchaduras y enfermedades de los ojos. Según la enfermedad, varía su preparación: •Para el oído: se recolecta una o dos hojas, se calientan en el fogón, y haciendo un embudo con la hoja se oprime agregando una gota al oído afectado. •Para los chucharos: Se calientan varias hojas al fogón y luego se las pone encima del chucharo. Esto se debe realizar tres veces al día.

•Para las hinchadura: Cocinar muy bien 10 hojas y en un litro de agua, cuando este tibia la mezcla se unta en la parte afectada hasta disminuir la inflamación. •Para las enfermedades de los ojos: Se coge una hoja, luego se calienta y en forma de embudo la oprime aplicando una gota en cada ojo, tres veces al día. HISTORIA: En Brasil había una familia nómada que hoy en día es la tribu Baré. Ellos sufrían de diferentes clases de enfermedades, entonces el abuelo le dijo a los nietos: “Estas enfermedades son fáciles de curar. Yo tengo una planta que se llama Piraruku y cura todo tipo de enfermedad.” Así los curó, y les enseñó la forma de preparla según la enfermedad.

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RABO DE MONO

Es utilizado para curar amibiasis o diarreas. Se prepara sacando unos 6 centímetros de musgo para obtener un pocillo de remedio. Se lava, se raya y se echa en el pocillo. Posteriormente se cuela. Se toma una dosis (un pocillo) en la mañana y otra en la tarde. También se puede dejar el remedio al sereno para tomar en ayunas. Debe tener una dieta especial, no consumir bebidas alcohólicas, ni comer ají. El musgo se consigue en el monte bravo, en rastrojos y se puede tener en las casas.

HISTORIA: Hace mucho tiempo atrás los indígenas morían de diarrea. En esa época no sabían cómo curar esta enfermedad. Un día llego un colono a una maloca y vio que un paisano estaba muy enfermo de diarrea, entonces le dijo a los demás paisanos: “vengan conmigo, les voy a enseñar una planta medicinal, se llama rabo de mono.” Fueron hasta donde se encontraba el árbol de guamo y sacaron el musgo, y el colono preparó el remedio y les enseñó cómo utilizar el musgo. Así quedó ese conocimiento hasta el tiempo de hoy.

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PALO DE REBENTILLO Y PALO DE UVA Estas dos plantas son utilizadas para sanar las mordeduras de culebra. El remedio se obtiene raspando los dos palos hacia abajo y de la mezcla se obtiene un pocillo tintero. El bagazo que sobra se unta en la zona afectada. El remedio tiene algunas restricciones. Las personas tratadas no pueden acercarse a las mujeres embarazadas, recién paridas o que tengan la menstruación. Tampoco se puede tener relaciones sexuales. La familia del enfermo no puede comer ají crudo, ni utilizar escopeta. Se procura tener a la víctima en un cuarto vacío donde no haya artesanías, ni anzuelos. La persona debe ser cuidada durante 15 días por una señora responsable o una abuela. HISTORIA: Hace mucho tiempo en una maloca vivían un papá y su hija. La muchacha, por falta de prevención, durante su primera menstruación se encontró con una culebra en forma de humano y tuvieron relaciones sexuales. La muchacha quedó embarazada. El papá, al darse cuenta, creó la mata del patabá (pusui) para matar a los hijos del señor culebra, pero no los pudo matar a todos. Una de las culebras se escapó, y ahora es el principal enemigo de los indígenas. Un día un humano estaba mariscando con flecha y cerbatana, cuando de pronto lo mordió la culebra. El humano cayó muy cerca de la casa de la culebra quedando inconsciente del dolor. Cuando despertó escuchó a la culebra decirle a su mujer: “ya maté a ese humano. Cúrelo con el palo de rebentillo y de uva.” Después, la culebra fue a visitarlo y se dió cuenta que el remedio sí funcionaba.

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PALO DE GUSANO POLLA Es utilizada para aliviar el dolor de la enfermedad del gusano polla. Se prepara arrancando la planta y lavando la raíz, luego se raspa la raíz y el tallo hacia abajo, ese bagazo se machaca con un poquito de agua, posteriormente se unta en la parte afectada una sola vez al día. No tiene ninguna dieta el tratamiento. La planta se consigue en los rastrojos, montañas vírgenes. HISTORIA: Antiguamente la abuela de los gusanos polla tenía unos nietos que le hacían muchas picardías a los humanos, los picaban, al ver la abuela como sufría el humano con ese dolor le dijo: vaya a ese palo, lo raspa y se unta, así enseñó la abuela el remedio.

IVAPICHUNA Sirve para provocar el vómito en aquellas personas que han consumido venenos. Se prepara raspando hacia abajo el tallo sacando bastante bagazo, se le agrega agua para que se disuelva y posteriormente se cuela en un colador. Es necesario consumir gran cantidad de zumo para que haga efecto. Mientras dura el tratamiento la persona no puede comer alimentos preparados con ají, ni tomar bebidas embriagantes. Esta planta se consigue en el monte virgen, ahora es muy escaso y no se encuentra fácil. HISTORIA: Los Cubeos de hace años atrás tenían un animal, el perezoso, este animal era el conocedor de la planta y fue el quien le enseño a su hijo la preparación para que la no se les olvidara por si el perezoso moría.

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PALO DE WANSOCO

(remedio de la planta biche y remedio del árbol)

Es utilizado para curar la mordedura de la culebra rieca. Preparación: Se raspa hacia abajo la mata de wansoco biche, sacando el bagazo. Se mezcla luego con un poquito de agua para obtener un pocillo del zumo y este se bebe todo. Para el remedio del árbol de montaña (wansoco), se raya el árbol con una tijerita, sacando un pocillo tintero de leche de wansoco y se toma dos veces al día. Durante el tratamiento no se puede comer alimentos con sal, ni ají. La familia debe realizar la misma dieta. La persona enferma no puede tener contacto con mujeres embarazadas, recién paridas o que tengan la menstruación. No se puede tener relaciones sexuales. Procurar tener al enfermo en un cuarto vacío donde no haya artesanías, ni anzuelos. La planta se encuentra en la selva virgen o en la montaña.

HISTORIA: La rieca es el animal más venenoso. Vive por mucho tiempo en huecos o en los corotos de los árboles. Un día salió un humano a mariscar y se encontró con otro humano que era un mariscador más bravo –era la misma rieca –. Entonces la rieca, convertida en humano, estaba esperando en una senda a un animal, cuando de pronto apareció el humano y la rieca lo puyó en las piernas y costillas. Al ver eso, la rieca se fue a la casa y le dijo a su mujer: “cacé un animal muy grande.” La mujer le respondió: “eso no es un animal, es un humano.” Y empezó a decir el remedio para curarlo.

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PALO DE VENADO

Sirve para curar la enfermedad de epilepsia o ataques. El remedio se prepara sacando las raíces de la planta, se raspan y se saca el bagazo. Con una hoja de carrizo se hace un embudo, rellenándolo del bagazo de palo de venado, y se le va agregando gotas de agua. Se aplica una gota en cada ojo, dos veces al día, durante una semana y en luna llena. La dieta se limita a no comer pescados grandes, de cuero y que tengan cachos. Consumir solamente sardina o mojarras. La planta se consigue en la montaña virgen. HISTORIA: Hace mucho tiempo existían dos clases de venado, uno colorado y uno negro. Cierto día el venado colorado vió un humano y le hizo un maleficio que le causaba ataques. El venado negro, que era el abuelo del venado colorado, se dio cuenta de lo que había hecho su nieto y viendo sufrir al humano decidió curarlo con el remedio. Desde entonces el humano aprendió a prepararlo.

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PLANTA RAYA

Es utilizada para curar el dolor de muela. Se prepara raspando las raíces y el tallo de la planta añadiendo un poquito de agua, luego se hace un embudo con una hoja de cubarro y se inhala el líquido por la nariz. No tiene dieta. La planta se consigue en la selva o montaña virgen y en algunos rebalses. HISTORIA: Había siete hermanos que se reunían a compartir sus alimentos. Cierto día cazaron una gallineta, la prepararon con ají y empezaron a comérsela, pero no se dieron cuenta que faltaba el hermano menor, quien se quedó sin cena. El hermano menor dijo: “no se preocupen por mí.” Pero otro dijo: “yo tengo aquí un pedacito que me quedó entre los dientes.” Se lo sacó entregándoselo al hermano menor quien se lo comió. Al salir de la maloca el hermano menor quiso desquitarse de sus hermanos convirtiéndose en un gusano que aparecía cada vez que quedaba comida entre los dientes de sus hermanos, pero así mismo, el gusano creó el remedio para quitar el dolor enseñando la preparación del remedio a las nuevas generaciones.

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PALO TIGRE DE AGUA

Sirve para curar a los niños y niñas que no crecen o que se encuentran “yelados” o desnutridos. El remedio se prepara con las hojas de la planta. Se rayan o maceran, posteriormente se aplica en la piernas de los niños, haciendo masajes de arriba hacia abajo. Otra forma de hacer le remedio es arrancado una rama de la planta para dar golpes suaves en las piernas de arriba abajo. El tratamiento se realiza una sola vez durante un día. No se requiere de alguna dieta específica. La planta se consigue en la montaña o en la selva.

HISTORIA: La planta fue descubierta por un paisano que fue a mariscar. El paisano iba subiendo por el río arriba y se dio cuenta que el caño se estaba volviendo turbulento y sucio. Entonces pensó que eso pasaba porque unos cajuches estaban pasando por el caño. Decidió orillarse y seguir el rastro de los cajuches. Por el camino vio la palma de Uví, que se utiliza para hacer techos de maloca. En una de las hojas de la palma, que tenía forma de hamaca, se encontraba un niño: el hijo de la madre monte, que estaba durmiendo. El humano, al pasar por su lado, le chuzó los dedos de los pies con el curare que llevaba para mariscar. Inmediatamente el niño se puso a llorar del dolor. El humano, lleno de miedo, se subió a un árbol muy grueso, pues venía la madre monte. Al llegar, ella le preguntó al niño qué había pasado. Él dijo que lo había picado una yanabe o una araña. Sin embargo, la madre monte le contestó que esos no eran enemigos de ellos. El niño seguía llorando desesperadamente. Entonces, la madre monte trajo el palo de tigre de agua y, preparando el remedio, curó al niño. Nuevamente la madre monte le preguntó qué había sucedido, y el pequeño señaló al humano que estaba en el árbol. Como el árbol era tan grande, la madre monte empezó a amontonar palos al rededor del árbol para alcanzar al humano, pero, al recogerlos, se tardaba cada vez más en ir y regresar. En una de esas demoras, el humano bajó del árbol y salió corriendo, logrando escapar de la madre monte. Así fue que el humano aprendió el remedio para hacer crecer a los niños yelados. 58


PLANTA CARIBE Es utilizada para curar la gripa, la diarrea y el vómito. Para preparar el remedio se utiliza la semilla o pepita, macerándola para sacar el zumo y con un poquito de agua se entibia y se toma un sorbo tres veces al día. Es un remedio que no requiere dieta. La planta se puede sembrar de forma casera. HISTORIA:

Antiguamente la gripa o peste era gente, y se decía que venía a atacar a los seres humanos. Cierto día, una persona se encontraba pescando en el río y escuchó que la familia gripa estaba cerca, y que venía a matar a los seres humanos. La persona también escuchó que la solución a la gripa era la almendra de la planta caribe; escuchó que había que sacarla, machacarla y tomarla para no dejarse morir por la familia gripa. MATA DE DIABLO Esta planta es utilizada para las situaciones en que las personas tienen enemigos y rabia. Se prepara machacando las almendras y ese producto macerado se aplica con las manos en la piel. Adicionalmente se coge una almendra, se envuelve en un papel y se carga todos los días en un bolsillo.

HISTORIA: Hace mucho tiempo había dos diablos, uno malo y otro bueno. El diablo bueno quería acabar con el diablo malo retándolo a muerte. Un día el diablo bueno decidió acabar con el diablo malo. Este último lo estaba esperando con la “mata de diablo”. Cuando el bueno llegó, en un instante, olvido a qué había ido, perdiendo el conocimiento de lo que había dicho. Ya no estaba molesto con el diablo malo. 59


PALO ARAREN DE HOJA PEQUEÑA Utilizado para curar el paludismo. La preparación para obtener un pocillo de remedio se hace raspando hacia abajo las raíces y tallos de la planta, sin utilizar hojas, luego se disuelve en agua el bagazo y se cuela. Se toma de tres veces al día. Durante el tratamiento no se pueden consumir alimentos preparados con ají, ni bebidas embriagantes. La planta se consigue en la montaña o rastrojos.

HISTORIA: Esta historia viene del cerro Guacamaya, del Apaporis. Había dos grupos de animales tigres de agua y tigres de tierra, un día el tigre de agua venia subiendo por el cerro donde se encontró al tigre de tierra quien era el dueño de la casa. En ese mismo lugar por el río habían dos payes pescando, un paye se dio cuenta de lo que estaba pasando con los tigres, como los payes pueden ver de manera espiritual, miro que uno de los tigres estaba enfermo y el otro lo estaba curando con el palo de Aralen, pero el paye pensaba, con esa planta se hace es el veneno para cazar, se hace curare. Al ver que el tigre se curó con ese remedio, el paye decidió tratar la enfermedad de paludismo con ese remedio. 60


BEJUCO o PALO DE SANGRE Sirve para picadura de pito, Chagas. Se prepara raspando el palo para obtener el bagazo, y se escogen unas hojas. Tanto bagazo como hojas se ponen a tostar. Luego se muelen y se mezclan para obtener un polvo. Este polvo se debe aplicar en la zona afectada dos veces al día. La persona tratada debe cumplir con una dieta: no consumir yuca, plátano, carnes irritantes como marrano y ají. La planta se puede conseguir en la montaña y en rastrojos verdes.

HISTORIA: El morroco era el animal que tenía el conocimiento del palo de sangre. Hace muchos años, el morroco se encontró con un humano y se dio cuenta que estaba sufriendo mucho y le preguntó: “¿qué le pasa?” el humano contestó: “un pito me ha picado”. Entonces el morroco fue a buscar el palo y las hojas. Secándolas al sol hizo el remedio para el humano, curándole la enfermedad. Ahí aprendió el humano a preparar el remedio.

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PLANTA PARA LA CAIDA DEL CABELLO Esta planta es utilizada para evitar la caída del cabello en hombres y mujeres. Se coge una buena cantidad de hojas de la planta y se ponen a tibiar en agua. Luego, se maceran con las manos, obteniendo un zumo espeso. Este zumo se aplica en la cabeza desde la raíces del cabello hasta las puntas, haciendo masaje de arriba a abajo. Se debe aplicar tres veces al día. No requiere ningún tipo de dieta este tratamiento. La planta se consigue en la selva o rastrojos.

HISTORIA: Iban dos señoras caminando, una era la mamá y, la otra, la hija que estaba en embarazo. La mamá iba contando cómo se preparaba el remedio para la caída del cabello. Se lo contaba a su hija, pues el papá era calvo. Como la señora era sabia entendía que el bebé en el vientre escuchaba lo que ella decía. El niño nació. Al cumplir siete años de edad dijo: “voy a ensayar el remedio que escuché, se lo voy a hacer a mi abuelo”. Buscó las hojas, preparó la medicina y se la untó a su abuelo, que era calvo. Así, se dio cuenta que la planta sí servía para curar a los calvos.

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PARA TINTURAR EL CABELLO Sirve para darle color a los cabellos que son monos o quemados. Se prepara recolectando varias hojas de la planta, macerándolas. A esto debe agregársele un poco de agua hasta que quede espeso. Este remedio se aplica en la cabeza dos veces al día. No requiere dieta y la planta se encuentra en la montaña o selva. HISTORIA: Hace mucho tiempo iba un oso blanco por un camino. De repente, se encontró con un oso negro y le preguntó sorprendido: “¿qué hiciste para tener el pelo negro?”. El oso blanco quería que su pelaje se viera negro y por esta razón se puso triste. El oso negro, al ver la angustia del oso blanco, fue al monte y trajo estas hojas. Le preparó el remedio y se lo untó. Con el tiempo el pelaje del oso blanco quedó completamente negro. CRECIMIENTO DE CABELLO Esta planta es utilizada para hacer crecer rápido el cabello. Para preparar el remedio se debe recoger tres tipos de plantas: la barba de pintadillo, la raíz de wasai y el bejuco de hormiga. Las tres se maceran o machacan en una vasija. A esto se le va a agregando poquita agua hasta que se forme un zumo. Luego se aplica en el cabello tres veces al día, por el tiempo que sea necesario. No requiere dieta y la planta se encuentra en los rebalses y montañas. HISTORIA: Había una pareja de recién casados. Un día empezaron a discutir. El muchacho cansado de la discusión decidió que iba a abandonar a su mujer. Ella, al ver esto, le preparó a su esposo un maleficio hecho con la hoja de chulo. Se lo dio de beber. Todo el cabello del muchacho se cayó. El rey chulo, que era un humano, se dio cuenta de lo que había pasado, y le dijo al muchacho: “yo tengo un remedio para eso”. Le enseñó la preparación del remedio, se lo aplicó, y nuevamente le creció pelo. 63


Alfonso Meneses Valencia

Elvira Estrada

Aníbal Méndez Rodríguez

Cecilia Holguín Bernal

German Castillo Gonzales

Katerine Murillo Arenas

José Peña Cruz

Leonel Aníbal Méndez

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Tucano: Tc Cubeo: Cb Siriano: Sr Guanano: Gn Desano: Ds

Luz Yorelly Estela Meneses William Ballesteros Reinaldo Ă lvaro Ballesteros

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Ají Biá (Tc); Biâjk (Cb); Biâgüũ (Sr); Biātô (Gn); Biá sôrô (Ds)

Pipire Ũré (Tc); Ũri (Ds) Tabena Ñamũ (Tc)

Carayuru Môjsaâ (Tc); Môhamũj (Cb); Gũirâdâj (Sr); Mâsisũandâj (Gn)

Yagé Caapi (Tc); Mũjũũ mü (Cb); Gaapi dâj (Sr); Caapi dâj (Gn)

Coca Pâtũ

Yuca Dujkũ (Tc); Heta kibabũ (Cb); Ujupũ dujkũ (Sr); Joj dujkũ (Gn); Kŭrũ (Ds)

Piña Ijibô (Cb); Sibiri sêrâj (Sr); Sâneê (Gn); Sērá (Ds)

Chuapo Wâstañoô (Tc); Ñôponũ (Cb); Besüñõ (Sr); Goôsañô (Gn); wâstañoô (Ds) Moriche Neé (Tc); Neé ñũ (Cb); Neé ñô (Sr); Naâ (Gn) Pataba Nümũ ñoõ (Tc); Côjanũ (Cb); Ñimi ñoo (Gn); Ñumũ pâgañoô (Sr) Pipire Ũré (Tc); Ũri (Ds) Pusui Bũu ñumũ (Tc); Bũjicôjâñi (Cb); Bũi nũmũ (Sr); Buũ nimi (Gn) 66


Ardilla Wisoâ (Tc); Jijôrũ (Cb); Wãsarô (Sr); Dũjtũ (Gn) Ardilla pequeña Dijtũ (Tc); Kijikũ (Cb); Wãsarô mêgũigâ (Sr); Wisôa (Gn) Araguato Emó (Tc); Urâ (Ds) Cajuche Yesé sistî (Tc); Yesé Istirirô (Gn); Yesé sirigũ (Sr); Yesé sũrira (Ds)

Mono Ãjkê (Tc) Mono baicoco Wau (Tc) (Ds)

Chaqueto Buũ (Tc); Buî (Sr); Bũ (Gn); buy (Dn)

Mono colimocho Pijkôturo (Tc); Pore turu (Ds)

Churuco Seêi (Tc); Kŭrũ (Ds)

Mono maicero Gajki (Tc)

Danta Vejkũ (Tc); Vecũ (Cb); Wâjchũ (Gn);Vejkú (Ds)

Mono nocturno Ukũawu (Tc); Ujkuamu (Ds)

Guache Míjpî (Tc) Gurre Pamô (Tc); Pamú (Sr); Pamʉ (Ds)

Mono tanque Ãjkê majsã (Tc) Oso gran bestia Bugũ megūida (Sr); Mijsíí (Gn)

Lapa Semé (Tc); Seme (Sr); Samâ (Gn) 67


Yee nigũ (Sr) Tigre negro Yei ñigũ (Tc) Tigrillo Yai dejero (Tc); Yee caspidû (Sr) Misítũkũrô (Gn) Tití blanco Mereci bujti (Tc); Mere siaro boregu (Ds) Oso hormiguero Omo cari bijii (Tc); Misoca mujordibu (Sr)

Tití negro Meē ñigũ (Tc); Mere siaro ñigũ (Ds)

Oso palmero Wiscô (Tc); Bugũ (Sr)

Venado Ñama (Tc)

Perezoso Wũrũ (Tc); Huũ (Cb); Kêrâ (Sr); Wũrũ (Gn)

Venado grande Ñama caboro (Tc); Ñama cabojoro (Sr); Ñama cabojuro (Gn)

Tigre Yai (Tc); Yee (Sr); Yairo (Gn); Yeé (Ds)

Venado pequeño Ñama soagũ (Tc); Ñama diagũ (Sr); Ñama soariro (Gn)

Tigre cenizo Jopury yairô (Gn) Tigre colorado Yee diagû (Sr); Ñama yairo (Gn)

Zaíno Yesestíguí (Gn)

Tigre espejo Tôrô yaiba (Sr); Ñono yaírôa (Gn)

Zaíno grande Yesestíguí (Tc); Siriguí (Sr)

Tigre mariposa Yei dorugũ (Tc); Yairo dororirô (Gn); Yee dorugô (Sr)

Zaíno pequeño Yese buró (Tc); Yese burú (Sr)

Tigre pantera Yai soagũ (Tc); Yairo nirírô (Gn); 68


Águila Ga (Sr); Kâ (Ds) Águila grande A paskũ (Tc); Borê pungâ (Sr); Viaguî (Ds); Ka píriro (Gn) Águila pequeña A caguiajâ (Tc); Ga doroguî (Sr); Wagiguî (Ds); Besekâ (Gn) Azulejo Ireê suî (Tc); Íríí mírí (Sr); Íreê mírî (Gn) Azulejo de corona Íremírí (Tc); Ñaspu mírí (Sr); Iree mírí yasaríro (Gn) Azulejo verdoso Íresuí bustíbíjíguí (Tc); Íríí miri yasagũ (Sr); Ireee mírí vaspovígírírô (Gn) Búho Vispy pasko (Tc); Wispî pogabũ (Sr); Wispî (Gn) Búho grande Wispî pako paígũi (Tc); Wispî pogabũ wagüí (Sr); Wispî pipíro (Gn) Búho mediano Wispî pako paíkureguí (Tc) Búho pequeño Wispî pako kaguíaja (Tc); Wispî pogabũ meguiga (Sr); Wispî mamirô (Gn) 69


Loro Churica pequeña Kesquerua o Majaraca (Tc)

Carpintero Amarillo Ñasa corê (Tc) (Gn) (Sr) Carpintero café Yuskũ corê (Tc); Yũskîguî corê (Sr); Yusky corê (Gn)

Loro Guajibo Nee puyia (Tc); Naa puti (Gn)

Carpintero con cresta Corê paigũ (Tc)

Loro palmero Wejko caguiaja (Tc); Wejko Yasâguí (Sr)

Carpintero grande Corê paîguî (Tc); Corê wâgũî (Sr); Corê pirirô (Gn) Carpintero hormiguero Ñasa core (Sr); Ñasa core (Gn) Carpintero pequeño Serero (Tc); Sorô nestenô (Sr); Senenô (Gn) Garrapatero Besea (Tc)

Loro Kina – Kina Kêskerô Doe (Tc); Kâsapîo waschô (Gn)

Gavilán pollero Beseâ (Tc); Gâ (sr), Gaa (Ds)

Martín pescador Korê (Tc)

Guacamaya Majaa (Tc); Majjâ (Gn); Majjâ (Sr)

Paujil Warôpi (Tc); Ñũjpi ñigũ (Ds)

Loro real Weco (Tc); Wejko meguî (Sr); Waschô (Gn)

Periquito Bostu kinia (Tc); Buru kaí (Sr); Bustukaiña (Gn)

Loro Colilargo Yeskerô (Sr)

Tirana Tasyis (Tc); Kuosyirô (Gn)

Loro Churica grande Kesquero paigũ (Tc)

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Agujón Umũ waí (Tc); Umũ waí (Sr); Ñupí (Gn) Bagre Borugũ (Tc); Waipũ (Sr); Surupí (Gn); Guaipũ (Ds) Bagre sapo Dipo dispoâ (Tc); Dipo dispoa (Sr); Putukaania (Gn); Dipo dispoâ (Ds) Bocón Muja (Tc); Mujâ (Sr); Muja chabê (Gn); Muja (Ds) Cachirre Usô bustíguí (Tc); Díaqueâ (Sr); Sô (Gn); Diaqué (Ds) Caloche Buskasero (Tc); Pagasigamũ (Sr); Soô (Gn); Buskasero (Ds)

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Cangrejo Ajpo (Tc); Gamí (Sr); Pukâ (Gn); Gamí (Ds) Caribe Biũ (Tc); Nuñũ (Sr); Bîî (Gn); Muñũ (Ds) Chubano Ugũ (Tc); Uñũ (Sr); Ugũ (Gn); Uñũ (Ds) Clancleto Waísîporô (Tc); Waisiparô (Sr); Soberô (Gn); Waîsiparũ (Ds) Corruncho Viskâviî (Tc); Mîgasîgamũ (Sr); Biskakasibî (Gn); Mîasîgamî (Ds) Curbinata Îstabojâ (Tc); Mistâ yurî waî (Sr); Baamorâ (Gn); Îstabobũ (Ds) Descarnador Capituro (Tc); Doe siporô (Sr); Cupiturũ (Gn); Doê sîporojâ (Ds) Dormilón Doe (Tc); Doê (Sr); Dasapio (Gn); Doê (Ds)

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Guaracú Boteâ (Tc); Boreka (Sr); Borekâ (Ds); Boté (Gn) Güio Pirô (Tc) Medio pescado Warî (Tc); Wary (Sr); Purî warî (Gn); Warí (Ds) Misingo Píroserô (Tc); Purîgasũro (Sr); Conô (Gn); Pirasiro (Ds) Mojarra Wary (Tc); Wari (Sr); wuarî (Gn); Warî (Ds) Morroco Ujuri (Tc); Majka Neburû (Sr); Gũrũ (Gn); kũbõ (Cb); Nũgũmũ (Ds) Nicuro Ískîave (Tc); Ískía mâraj (Sr); Kîj (Gn); Íjkíá (Ds) Palomenta Bupî (Tc); Ujũ (Sr); Dijsíî (Gn); Ujũ (Ds) Platanote Bupî (Tc); Ujũpu boreka (Sr); Nîmurî (Gn); Bupî (Ds)

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Diablo W창jti Madre monte B천rar천

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Trampa de aves Yuríka (Tc); Aga yurikâ (Sr); Ka yurika (Gn)

Trampa de gurres o lapas Pamu yuricá (Tc); Semé yudíguî (Sr); Sama ñaarô (Gn)

Trampa de pescado Doe yuricá (Tc); DoW yũdíguí (Sr); Dasaj pio yury majsó (Gn)

Existen unas recomendaciones especiales para cuando se construyen trampas, hay que cumplir con una dieta especial, los perros no deben comer huesos de animales cazados, las mujeres también pueden elaborar las trampas siempre y cuando no tengan la menstruación. 75


Cacury y Matapí Cacury Tc: wairô Sr: wairũ Gn: wairô Matapi Sr: Tũrîkâ Gn: Kâsâkâ El cacury se construye con pachuas, bejuco y suficientes palos. Las personas que van a sacar las pachuas deben hacer una dieta especial, comer pescado moqueado sin ají, no tener relaciones sexuales porque el cacury se pone baboso. El cacury se debe tener en un lugar donde no haya nadie evitando el ladrido de los perros. El cacury se debe poner hacia abajo en el caño para que puedan entrar el pez y quedar atrapado. Para elaborar el matapí se necesita bejuco de yaré, pachua de palma inayá. El matapí se debe construir lejos de la casa, el hombre que lo elabora no debe tener relaciones sexuales con su esposa. El matapí se debe colocar contra la corriente para tener mejor efecto la pesca.

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del pipire Durante sus jornadas de pesca, un hombre vio tres bellas jóvenes que merodeaban, nadaban y comían pepa. Estas jóvenes eran invisibles wai-masã. El hombre tenía mucha curiosidad, así que decidió seguirlas y espiarlas a escondidas. Al día siguiente regresó a pescar y las encontró nuevamente allí. Al darse cuenta de que las jóvenes regresaban todos los días al mismo lugar, decidió hacer una trampa con bejuco y ubicarla estratégicamente. Se escondió y esperó un rato hasta que de pronto una de ellas quedó atrapada por el cabello. El hombre se la llevó a su casa. Al poco tiempo la convirtió en su mujer. Después de haber vivido juntos por un tiempo, decidieron que era momento de visitar a la familia de la chica. Emprendieron el viaje y llevaron comida para compartir. Antes de partir, ella le indicó al hombre que cerrara los ojos, y le dijo que lo llevaría a través del agua. Cuando llegaron, él abrió los ojos y ella le pidió que conservara la calma, pues sus parientes aparecerían en forma de güio. El hombre alistó una gallineta para cada uno, pues de lo contrario se lo comerían. Después de esto, los familiares de la joven se quitaron la ropa de güio y se vistieron como personas, le dieron al hombre la bienvenida y pasaron varios días allí. Un día la joven se fue con su familia a la chagra, se despidió del hombre y le advirtió que no debía entrar a la habitación de sus padres mientras no estuvieran. El hombre no aguantó la curiosidad y echó un vistazo: cuando asomó la cabeza vio un güio que venía hacía él e inmediatamente se convirtió en güio. Cuando la joven llegó y se dio cuenta de lo sucedido, le dio al hombre tres golpes, le reprochó su acción y lo bañó para quitarle la piel de güio. Mientras tanto el suegro estaba tomando chicha y yagé, y todos empezaban a preparase para la fiesta. La muchacha le dijo al hombre: “mis padres vendrán a saludarlo a media noche”. Cuando los vio llegar, el hombre sintió mucho miedo y decidió emprender la huida. Así salió corriendo al monte y se resguardó en un árbol. Al día siguiente el hombre encontró pipire, comió un poco y pensó en llevarse unas semillas para sembrar en sus tierras. El suegro lo encontró y le pidió sembrar tabaco, pero el hombre ya estaba cansado en ese momento. Así que le dijo a su mujer que era tiempo de volver. La mujer accedió. Él cargó unas semillas de pipire y las sembró, así fue que llegó el pipire a sus tierras. Esta pareja tuvo muchos hijos, ella era barasano y él yuruti. 77


del pusuy y el pataba Había una vez un líder que tenía un hijo y una hija, a cada uno de los cuales le asignó un deber: la mujer debía encargarse de la chagra, y el hombre del monte. El hombre era tan perezoso que ni siquiera le gustaba salir de la casa. La mujer, en cambio, era curiosa, y un día decidió salir a explorar el monte. Allí se encontró una gallineta, y le preguntó: “¿qué se come aquí?”, y la gallineta le respondió: “pusuy y pataba”. La gallineta se robó a la mujer y la llevó por el monte a comer estos dos frutos. La mujer estaba encantada. En el camino de regreso observaron toda clase de pepas para comer. La mujer cantaba alegremente mientras la gallineta bailaba… Cuando la joven regresó, fue adonde su padre y le propuso hacer una fiesta grande, un Dabucuri. El padre emocionado pensó que su hijo varón le había preparado una sorpresa. Cuando se dispuso a recibir a los invitados, se dio cuenta de que estaba rodeado por muchas gallinetas y que en medio de ellas estaba su hija. El padre decepcionado decidió echar a su hijo de la casa por perezoso. Así, la mujer y la gallineta formaron pareja y vivieron con el padre. Ellos fueron los primeros en traer el pusuy y el pataba para el alimento.

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del wansoco Había un hombre enamorado de las hijas del urama. Un día, el urama encontró en el monte un árbol de wansoco e invitó a sus hijas a comer de él. El hombre aprovechó la ocasión para acompañarlos y estar cerca de las muchachas. Encontraron un lugar con varios árboles y el urama trepó el wansoco para bajar las pepas y brindárselas a sus hijas. En ese instante, el hombre aprovechó para seducir a una de las jóvenes. Tuvo relaciones sexuales con ella. El urama sintió un olor extraño y se dio cuenta de que algo estaba pasando abajo, entonces exigió al muchacho que subiera con él. Como el joven no sabía trepar, el urama le dio una palma de wuasay que le ayudaría a subir. Así, el joven trepó el wansoco. Arriba había muchas pepas y el joven empezó a comer. Mientras el joven estaba distraído comiendo, el urama se bajó con la palma y abandonó al joven, quien era incapaz de bajarse del árbol sin ayuda. Así, el muchacho quedo atrapado por un largo tiempo. Con el pasar de los días, arribaron unas garzas a descansar en el wansoco. Al ver al joven en el árbol, sintieron curiosidad, y empezaron a hacerle preguntas. Él les contó la historia de cómo el urama lo había abandonado, por haber intentado algo con una de sus hijas. Les pidió ayuda para que lo bajaran de allí, pero ellas se negaron y le dijeron que quizás otros grupos que venían atrás podrían ayudarlo. Al día siguiente, llegaron los patos agujo. Curiosos también por la presencia del muchacho, le hicieron preguntas y él les narró lo sucedido. Les pidió que lo ayudaran a bajar del árbol, pero ellos se negaron y le aseguraron que otros grupos que venían atrás lo ayudarían. Pasaron dos días más, y entonces aparecieron unos gabanes. Vieron al joven y le preguntaron por qué estaba allí. El joven nuevamente relató lo ocurrido y les pidió que lo ayudaran a bajar, pero ellos se negaron, pues se dirigían a una fiesta en donde su abuela, y a ella no le gustaban los extraños. El joven les rogó, hasta que finalmente cedieron. Durante un rato debatieron sobre cómo llevarlo, hasta que a uno de ellos se le ocurrió una idea: se quitó dos plumas y se las prestó para que volara. El joven intentó volar, pero no lo logró, pues se le cayeron las plumas. 79


El joven y los gabanes tuvieron que hacer un nuevo intento, pero esta vez untaron las alas con leche de wansoco. El muchacho logró volar. Los gabanes iban debajo de él, para protegerlo en caso de que cayera. Antes de llegar adonde la abuela, los gabanes le advirtieron al joven que no debía partir el casabe, pues ellos mismos se lo darían. Llegaron a la laguna de espejo donde vivía la abuela. Ella contenta sirvió quiñapira y dijo: “vengan nietos a comer”. Mientras los gabanes comían, le daban bocados al joven. El seguía con hambre. Así, impaciente, él mismo decidió arrancar un trozo, pero en ese instante todo desapareció, excepto la porción que había tomado. La abuela preguntó: “¿quién viene con ustedes?”. Los nietos dijeron que estaban los mismos de siempre. Al otro día iniciaron la fiesta. Bailaron, cantaron, tomaron, pero los gabanes no amanecieron allí. En la mañana, mientras la abuela arreglaba el desorden y barría, vio al muchacho acostado, y le dijo: “¿este makusito qué hace aquí?” Él le dijo que quería estar con ella, y ella respondió que para que eso ocurriera, él tenía que peinarla primero. El no obedeció, y entonces lo picaron los alacranes, las yanabe, masiñas, culebras y toda clase de animales. El muchacho se enfermó. Desesperado bajó al caño, y vio que había unos peces atrapados en una trampa. Una mojarra que estaba atrapada le preguntó: “¿qué te pasó?” Él le contó lo que la abuela le había hecho. La mojarra le dijo que si los liberaba ella lo sanaría. El soltó la trampa y liberó a todos los peces. La mojarra se convirtió en una persona y en una canoa se dirigió hasta llegar a él. En ese momento, ella lo sentó en la parte de atrás y lo curó con una piedra. Después le dijo que lo dejaría en su casa. Así, el joven pudo regresar.

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del diablo Abajuku Había una trampa para atrapar animales elaborada por el diablo. Un día, un joven estaba cazando pavas y se encontró con la trampa. El muchacho curioso, al estar viendo paujiles, pavas, gallinetas, dantas, chorolas, venados y toda clase de animales, terminó cayendo en la trampa. Cuando el diablo volvió para revisar la trampa, empezó a matar uno a uno a los animales, hasta que vio al joven, a quien no mató. Se lo llevó a su casa en donde había cuatro muchachas. Esa noche el joven se quedó allí. Al día siguiente le ofrecieron jugo de piña. Él lo recibió pero decidió escapar, aunque eso le costara la muerte. Así, corrió y corrió, huyendo, hasta que llegó a una loma y se encontró con la madre monte. Se hizo amigo de un chaqueto, quien le ayudó a escapar.

El pájaro carpintero y el martín pescador eran grandes amigos y pasaban mucho tiempo juntos. Un buen día, el pájaro carpintero le hizo una apuesta al martín pescador. Le dijo que comerían mojojoy y lo retó a ser él quien rajara la palma para obtenerlos. El martín pescador acepto el reto. Trató y trató sin ningún resultado. El carpintero, en cambio, con un solo intento obtuvo los mojojoy. Alegre y triunfal alardeó de haber ganado la apuesta. A los pocos días, el martín pescador decidió desquitarse del pájaro carpintero y lo convidó a pescar. Al llegar a la laguna, el martín le dijo: “comamos pescado, pero usted mismo pésquelo”. El carpintero hizo varios intentos pero fracasó. El martín pescador, en un solo zarpazo, cogió un pez. El carpintero comprendió que cada uno tenía habilidades diferentes, por eso eran amigos. Así volvieron a estar en paz. 81


del güio Hace un tiempo había una comunidad en la que habitaban personas que estaban sumidas en un profundo aburrimiento, pues no tenían trabajo y por ello tampoco conseguían alimento. De modo que después de mucho pensarlo, los miembros de la comunidad decidieron convertirse en animales. Pensaron inicialmente transformarse en gallinetas pero se dieron cuenta de que la misma gente podría matarlos. Entonces decidieron convertirse en güios. Para esto necesitaban un bejuco especial. El paye fue al monte a buscarlo. Allí encontró tres especies de bejuco. No sabía cuál de los tres era el que necesitaba, así que optó por probar cada uno. El primero que probó no le hizo efecto. El segundo tampoco. Pero al untarse en la mano el tercero, inmediatamente empezaron a brotar las escamas de güio. Entonces, se reunieron todos los miembros de la comunidad e hicieron un dabucuri para despedir a las mujeres. Para comprobar la efectividad del bejuco untaron a un perro que inmediatamente se convirtió en güio. Al día siguiente, el payé empezó a darles a todos el bebedizo como si fuera yagé: primero a los niños, luego a las mujeres y los hombres. Por último, lo tomó él mismo, mientras ubicaba el bastón de mando en la Laguna Espejo. Ese bastón se transformó en una piedra grande y así se fueron todos para el caño. Todos se convirtieron en güio, excepto uno. El que quedó fue quien transmitió esta historia.

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de los monos tanque Majsa Ãjkê Había una vez una familia de la etnia barasano. Esta familia se dedicaba a tejer chinchorros con fibra de moriche. Solían ir a pescar mientras buscaban los cogollos de esta palma. Habían escuchado algunos rumores sobre un espíritu que se movía por el lugar y dejaba a las personas sin ojos. Mientras todos descansaban, el mayor de la familia se fue a mariscar. Por el camino vio a un espíritu de espaldas tejiendo canastos. Al regresar, le contó a su familia lo que había visto, y les recomendó a todos andar con cuidado y guindar las hamacas en partes altas, pues el espíritu era bajito, y de esa manera no podría alcanzarlos. El mayor fue el único que guindó en lo alto, pues los demás no quisieron acatar la recomendación. A media noche pasó el espíritu cantando ure ure. Los ojos de las personas caían en el canasto. El mayor logró reaccionar rápidamente y sostuvo sus propios ojos antes de que cayeran. A la mañana siguiente, bajó de su hamaca en lo alto y notó que todos los demás habían perdido los ojos. Se enojó mucho con su familia, y les reprochó no haber seguido su recomendación. Después de esto se dirigió a buscar al espíritu. Lo encontró preparando el fuego para freír los ojos. A medida que los ponía en el fuego, los ojos se reventaban, y el diablo decía a carcajadas: “los ojos de los humanos son recocheros”. En un momento el diablo se quitó sus ojos y los puso al lado. El muchacho se acercó, los tomó y los lanzó a la candela. El diablo empezó a buscar sus ojos, y, en ese momento, el muchacho le disparó con su cerbatana. El diablo murió por el veneno. El hombre regresó en busca de su familia. Les pidió prenderse de la cerbatana y los llevó hasta un punto. Como estaba cansado, los dejo ahí. Cuando regresó, los miembros de su familia estaban convertidos en monos tanque. Es por esto que a estos monos no se les notan los ojos.

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de la yuca Había un joven que la gente criticaba por ser perezoso y holgazán. El padre de este joven era un dios invisible. Un buen día, el dios le pidió al joven tumbar un fragmento de montaña para sembrar la chagra. El joven animado obedeció. Su padre, el dios, le ordenó regresar al lugar después de 15 días. Cuando el joven regresó, la chagra estaba lista: había yuca, plátano, piña, ñame, entre otras cosas. El dios le advirtió que si su mujer quería ingresar a la chagra, tenía primero que orinar, para evitar de ese modo que el cultivo se colmara de rastrojo. El joven le contó esto a su mujer, quien curiosa fue de inmediato a conocer la chagra. La mujer estaba tan maravillada por la belleza del lugar, que sin tener en cuenta las palabras de su marido, decidió entrar y orinar después de salir. Recorriendo la chagra, la mujer tropezó con una rama, y al caer se orinó. Volvió a su casa y no le mencionó a su marido nada de lo ocurrido. Al día siguiente, el joven fue a la chagra y la encontró totalmente enrastrojada. El dios le dijo al joven que su mujer debía arrancar la yuca y rallarla para hacer almidón. Le advirtió que cuando ella regresara de esta labor, no debía comer quiñapira. Como se lo indicó el joven, ella ralló la yuca, pero nuevamente desobedeció, pues sintió mucha hambre y decidió comer quiñapira. Cuando se dio cuenta, estaba rodeada de gusanos, y una cucha estaba alistando la yuca. De castigo, ella quedó con labios de cucha y sin nalgas. El dios decepcionado por la desobediencia de la mujer, no quería brindarles más ayuda, mas sin embargo decidió darle una nueva oportunidad a su hijo. Así, alrededor de las tres de la tarde, cuando lloviera e hiciera viento, los visitaría y les dejaría una piedra para que la llenaran de almidón. Lo único que tenían que tener presente era que si un pájaro cantaba en el momento en que el muchacho fuera a coger la yuca, no debían voltear a mirar. Entonces, el joven fue a coger la yuca, y en ese momento cantó un pájaro. La mujer no pudo evitar la tentación y miró. El hombre se quebró la cadera. El dios enfureció, se llevó todas las clases de yuca y las escondió en el monte. Le mostró la semilla a la mujer y le dijo: “Por tu desobediencia tendrás que sufrir, si quieres la yuca debes encontrar la semilla, debes tumbar, sembrar y cosechar en la chagra”.

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del paujil conuco – ñama cuaro Había una señora viuda que tenía cuatro hijos: tres varones y una niña. Un día estaba en la chagra, cuando de pronto apareció un señor y le dijo: “me quiero llevar a su hija”. La señora no aceptó, pues la niña tan solo tenía cuatro años de edad. Pero el señor insistió por un tiempo hasta que la viuda accedió. El hombre siempre llegaba a la casa en la noche, cuando los niños estaban dormidos. Traía güios, gallinetas y pavas. Una noche el hijo mayor decidió mantenerse despierto, pues quería mirar qué era lo que traía el señor. Y como siempre, llegaba con güios para los niños y gallinetas para él. Cuando la mamá se fue a cargar leña, los niños se tomaron la manicuera. El joven preparó barbasco machucando la raíz y vaciándolo en la cuya, y lo dejo ahí quieto. En otra ocasión, en la noche, el señor llegó con la marisca. La señora le empezó a preparar la comida diciendo: “casiri, casiri esta crudo, sari, sari esta cocinado”. Por la mañana la mamá mandó a los niños a bañarse al río y empezó a llamar al señor para que se levantara, pero él estaba muerto. Ella lo cogió y echándolo en un canasto se lo llevó para el monte. Allá lo dejo tirado. Los niños después fueron a mirar dónde había quedado el muerto pero ya se había convertido en comején

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del Burucutú Había una vez una pareja que vivía con su hijo muy lejos del pueblo. Un día el esposo le dijo a su mujer: “me voy hasta el pueblo a traer algunas cosas que nos faltan”. El hombre tomó camino. Pasaban los días y él no regresaba. Sin embargo un día apareció de repente. Pero no era él sino el mismo diablo transformado en el esposo de la mujer. Al llegar le dijo: “me voy a acostar en la hamaca, vengo con mucho frío, tráigame al niño”. Pasó un rato y la mujer se acercó para mirar a su esposo. Se percató de que ya no tenía cabeza y que botaba sangre por el cuello. Ella asustada tomó al niño y lo intercambió por un tronco, para de esa manera evitar que su esposo se despertara. Pero en ese momento se levantó el esposo-diablo y le dijo: “usted se dio cuenta de quién era yo, pues me la hubiera comido si así no hubiera sido”. La mujer asustada subió con su hijo a un zarzo para esconderse del diablo. El diablo pensó: “ahora en qué me voy a convertir, ya me han descubierto”. Así, se transformó en Burucutú diciendo: “siempre viviré en las casas abandonadas”. Pasó un rato, y la mujer, al ver que ya no había peligro, salió y corrió hacia el pueblo. Allá se enteró de que su esposo había muerto y confirmó que el diablo fue quien había estado en su casa.

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de la Danta Había una vez una ñejkô (abuela) que vivía con un morroquito huérfano. Cierto día la ñejkô dijo: “yo quiero comer hígado de wekʉ (danta)”. La danta que estaba cerca escuchando le contestó: “voy a darle mi hígado para que se lo coma, pero usted tiene que meter la mano por el cipe para cogerlo, así que alístese”. La ñejkô introdujo la mano por la cipe de la danta, y la wekʉ le preguntó: “¿ya alcanzó el hígado?”. “No, todavía no”, contestó la ñejkô. La wekʉ le dijo: “meta la mano hasta el fondo”. Cuando la ñejkô lo hizo, su mano quedó atrapada. Entonces la wekʉ salió corriendo con la ñejkû atrapada, arrastrándola por todos lados. Cuando pasaron por una chagra, la ñejkô cogió ají y se lo untó a la wekʉ en la cipe. Al rato lograron soltarse, pero la ñejkô ya estaba muerta. Por esta razón, la danta decidió irse a vivir lejos. Cuando el morroquito creció pensó vengar la muerte de su ñejkô, y se fue en busca de la danta. Entonces, visitó varios lugares. Pero cada vez que llegó a ellos, la danta ya se había ido. En el camino se hizo amigo de una Peyo (Tereca), quien le dijo: “voy a ayudarle a buscar la Wekʉ”. Caminando se encontraron una serâbesê. En una choza abandonada estaba la Wekʉ, que cuando los miró dijo: “ya vengo, voy a orinar”. El morroco con rabia fue a morder el pene a la Wekʉ, pero no lo logró. La Peyo dijo: “yo alcanzo a morderla”. De repente, la Wekʉ salió corriendo y se tiró al agua donde había una empalizada y quedó enredada, ahogándose. El morroco regresó feliz a su casa.

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