Benemérita Escuela Normal Manuel Ávila Camacho
Consuelo Isabel Ramírez Gama Segundo Semestre Licenciatura en Educación Preescolar Prácticas Sociales del Lenguaje
El Rescate Mágico de Alex En una aldea pequeñita, vivía Alex, era un niño que todo el tiempo parecía estar enojado, molestaba a todos en la aldea, no quería ayudar a nadie y no le importaba hacer sentir mal a las personas, a excepción de Lucy, una niña muy linda, dulce, obediente y amable; era su hermanita pequeña, con tiernos ojos y lindo cabello rizado, a quien tanto quería, cuidaba y valoraba. Un día Alex salió a jugar con Lucy cerca del bosque encantado, nadie sabía cuál era la magia de aquel lugar, ya que una vez que entraban, jamás volvían a salir. Por lo que sus padres les tenían prohibido entrar o por lo menos acercarse a aquel bosque, pero era tanta la insistencia de Lucy por conocerlo que le pidió a su hermano que la llevara, pero como él la quería tanto, no quiso ponerla en peligro por lo que sólo cedió a llevarla a verlo de cerca, porque seguía estando estrictamente prohibido entrar a aquel misterioso lugar, que tanto misterio causaba a todos los habitantes de la aldea. Por fin habían llegado a los al rededores del bosque encantado, era tanto el interés de Lucy por conocerlo, que esperó el momento en que su hermano se distrajera un poco para poder correr hacia la entrada. El motivo de la distracción de Alex, como era costumbre, era un pequeño disgusto con una de las personas
de la aldea, y comenzó con una pelea, sin darse cuenta que Lucy había soltado su mano para poder entrar al bosque. Cuando por fin terminó la pelea, fue entonces cuando vio que Lucy ya no estaba a su lado. Al principio dudó que ella pudiera haber entrado al Bosque Encantado, pues Lucy era una pequeña muy obediente, pero al no encontrarla por ningún lado, y tomando en cuenta la insistencia de Lucy por conocer aquel lugar, decidió entrar al bosque encantado en busca de su hermana. Alex estaba muy asustado por entrar en aquel lugar, pero nada iba a impedirle encontrar a Lucy. Cuando entró, se preguntó si en aquel bosque encantado aún había personas, o en donde estaban todos aquellos que en algún momento entraron y jamás volvieron a salir. Se dió cuenta que era una aldea muy parecida a donde él vivía, parecía un lugar inofensivo, pero Alex, no podía dejar de pensar en todas aquellas personas desaparecidas. Estaba en busca de su hermana, y la primera persona que encontró fue aquel vecino gruñón, con el cual siempre peleaba, por tener un carácter tan parecido. Pero ahora no se veía para nada enfadado, en cambio, se veía muy tranquilo y feliz; Alex no le dio demasiada importancia, ya que él iba en busca de Lucy. Siguió caminando por aquel bosque y lo único que lograba ver era paz y tranquilidad, a personas que vivían realmente felices y en armonía; y se preguntaba, porque aquel bosque que todos creían que era tan aterrador, se veía tan confortable, y más era su preocupación, pues creía que aquella situación era resultado de un embrujo, para que así la gente se quedara en aquella aldea atrapada para toda la vida. De pronto se encontró con otro de sus antiguos vecinos, con el cual no llevaba una buena relación, como era costumbre gracias a su carácter, pero fue aún mas sorprendente cuando Don Carlos lo saludó con tanta amabilidad –Qué tal Alex, me da gusto verte, ¿cómo te ha ido?- Alex, le respondió molesto -¿Usted que quiere?
¿Qué hace aquí?- El señor, sin molestia –Alex, aquí he cambiado mucho, como lo hace toda la gente al entrar aquí. –Alex no le dio importancia, pues el solo buscaba una respuesta –Bueno, hoy no voy a pelear, al contrario…quisiera que me hiciera un favor, he perdido a mi hermana Lucy, ¿usted la ha visto?-. Don Carlos le respondió que sí, que sabía en donde estaba. Se encontraba con el encargado de la aldea, pues el amablemente se ofreció a cuidarla hasta que alguien fuera a buscarla, y le dijo que él podía llevarlo hasta el paradero de su hermana. Alex llegó a conocer al encargado de la aldea, un señor muy bueno, alegre y amable, quien lo invito a pasar a casa, para encontrarse con Lucy. Cuando la vio se sintió realmente tranquilo, pues sabía que su hermana estaba a salvo. El par de señores, les explicaron a Lucy y a Alex, que esa aldea era tranquila, solidaria y que todos los aldeanos vivían en armonía. Y los invitó a ser parte de sus habitantes. Lucy rápidamente le dijo que había estado muy cómoda durante su estancia, pero que no podría estar sin su familia y amigos, a lo que el aldeano le respondió: puedes invitar a todas las personas que quieras Lucy, aquí serán bienvenidos, y estoy seguro que fácilmente se adaptarán al modo de vida. Pero Lucy tuvo una mejor idea…¿Por qué dos pequeñas aldeas? ¿Acaso no era mejor una sola aldea? Y explicó a aquellas personas su idea, a quienes les pareció encantadora. Inmediatamente se dieron a la tarea de abrir paso entre las dos aldeas, invitando a los otros habitantes a formar parte de aquella población. Finalmente eran una gran aldea, una sola población, viviendo en total amor, paz y armonía. Pero el mejor detalle era que Alex había cambiado, y cambiado realmente, ahora ya no era aquel chico enojón y testarudo, pues gracias a la pequeña travesura de su hermana se había dado cuenta que debía cambiar, y que eso no le costaba absolutamente nada, y que por el contrario, le traería infinidad de ventajas tanto a él como a las personas que lo rodean…y así fue, como
concluyó aquella linda historia, que más que el rescate de Lucy, fue el rescate mágico de Alex. Colorín colorado…..