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Alipio Ponce Vasquez

Capitán Guardia Civil Alipio Ponce Vásquez

Alipio Ponce Vásquez , nació en el Distrito de San Lorenzo, provincia de Jauja, del departamento de JunínPerú, el 15 de agosto de 1906, y murió en acción de armas en Porotillo, Ecuador, el 11 de septiembre de 1941. Fue un policía peruano, capitán de la Guardia Civil del Perú, que murió en el Conflicto Perú-Ecuador de 1941

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Sus padres fueron Emilio Ponce y Tomasa Vásquez, una pareja de agricultores del valle del Mantaro. Su abuelo paterno, Andrés Avelino Ponce Palacios, combatió a órdenes de Andrés Avelino Cáceres en la Campaña de la Breña dirigiendo el Batallón Cazadores de Apata Nº 8.

Cursó la instrucción primaria en Apata en el Colegio 508 hoy Manuel Heraclio García para proseguir la secundaria en el Colegio Santa Isabel en la ciudad de Huancayo

A los 18 años viajó a Lima e ingresó en 1924 como Guardia-Alumno, a la Sección de Tropa y de Aspirantes a Clases de los Cuerpos de Guardia Civil y Seguridad de la “Escuela de la Guardia Civil y Policía”, egresando con el grado policial de Guardia del Cuerpo de Seguridad de la República el 15 de marzo de 1925, asciende a Cabo CS el 21 de julio de 1927, a Sargento 2º CS el 10 de marzo de 1930 y a Sargento 1º CS el 10 de octubre de 1932

En 1931 fue nombrado instructor en la Sección de Tropa y de Aspirantes a Clases de los Cuerpos de Guardia Civil y Seguridad de la “Escuela de la Guardia Civil y Policía”. Después de su ascenso a Sargento Primero es destinado a la 1ra Comandancia de la Guardia Civil y luego a la Primera Compañía del Batallón de Seguridad del Norte, en donde presta servicios hasta comienzos de 1935.

El 3 de abril de 1935 ingresó como Sub Oficial Alumno a la Sección Superior o de Oficiales, para los Cuerpos de Guardia Civil, Seguridad y Vigilancia de la “Escuela de la Guardia Civil y Policía”, y el 7 de enero de 1937 egresa como Alférez del arma de caballería GC, pasando a prestar servicios en distintas Unidades hasta 1940.

Por promoción asciende al grado de Teniente GC el 1ro de marzo de 1941.

El conflicto armado con Ecuador En 1941, ocurre el conflicto armado entre Ecuador y el Perú, al reclamar Ecuador las provincias peruanas de Tumbes, Jaén y Maynas como territorios ecuatorianos.

El gobierno peruano, al mando del Presidente Manuél Prado Ugarteche ordena la movilización de las Fuerzas Armadas y Policiales del Perú a la frontera norte.

Iniciado el conflicto el Teniente Alipio Ponce Vásquez fue destinado luego de haber prestado servicios en la Provincia de Huanta, Departamento de Ayacucho el 25 de marzo al Destacamento de la Guardia Civil establecido en la Frontera Norte, como oficial de la Primera Compañía que comandaba el entonces Capitán GC Conrado Ruiz Oliva.

Las acciones de Carcabón y Huabillos En la mañana del 23 de julio, en la localidad de Quebrada Seca, el Teniente FAP José Abelardo Quiñones Gonzáles, luego de ametrallar los puestos militares enemigos, es derribado en su avión, enfilándolo sobre la artillería antiaérea ecuatoriana, convirtiéndose luego, en símbolo de la Fuerza Aérea del Perú.

Ese mismo día el puesto de Quebrada Seca, ubicado en la margen izquierda del río Zarumilla y donde el Teniente Alipio Ponce tenía su Puesto de Comando, es atacado por fuerzas adversarias, las cuales fueron rechazadas.

Las acciones en Quebrada Seca, precisaban la captura del puesto ecuatoriano de Carcabón, que era considerado de valor estratégico por las tropas peruanas. Para tal efecto se organizó un destacamento al mando del Teniente GC Alipio Ponce Vásquez, cuyo puesto de comando se ubicaba en Matapalo

Orden del General EP. Miñano El Comandante de la Primera Sección de la Guardia Civil, Teniente Alipio Ponce Vásquez, al mando de 30 hombres (entre Guardias Civiles y Soldados del Ejército), reducida pero valerosa fuerza, recibió la misión de atacar y tomar el Puesto ecuatoriano de Carcabón, en cooperación con tropas del Puesto del Lechugal (límite Este del Sector Norte). Firmado: Teniente Coronel EP Carlos A. Miñano Mendocilla, Primer Jefe del Batallón de Infantería «Zarumilla» Nº 5, a cargo del Comando del Sector Norte de las tropas peruanas

+ CONTACTO EMPRESARIAL - Revista de colección Las acciones se realizaban en terreno desconocido para los peruanos. Eran ya las 18 horas del 25 de Julio, el Teniente no había alcanzando su objetivo, y juzgando el Comando Militar que atacar una población en terreno boscoso y durante la noche era operación muy arriesgada, decidió hacer replegar al Teniente Ponce Vásquez con su tropa para reiniciar la operación al día siguiente; pero la tardanza en trasmitirle la orden, hizo que la recibiera cuando ya había tomado todas sus disposiciones para aproximarse y atacar el objetivo. Una disyuntiva: Abandonar todo o intentar cumplir la misión recibida... Optó por lo segundo, atacó y sorprendió al enemigo, y a las 22 horas, tras 20 minutos de reñida y sangrienta lucha, daba cuenta al Comando que había alcanzado su objetivo, que necesitaba refuerzos y una bandera para izarla en el mismo mástil donde horas antes estuvo flameando la bandera ecuatoriana. Informe de Guerra del Teniente Coronel EP Carlos A. Miñano Mendocilla, Primer Jefe del Batallón de Infantería «Zarumilla» Nº 5, a cargo del Comando del Sector Norte de las tropas peruanas.

Por esta acción fue felicitado por el comando militar peruano y se le llamó el “Titán de Carcabón”. El enlace de la línea alcanzada por las fuerzas peruanas desde isla Matapalo hasta Cochas del Caucho precisaba la captura de Huabillos. Al día siguiente, 26 de julio, el Teniente GC Alipio Ponce Vásquez y su tropa, compuesta de Guardias Civiles reforzados con Zapadores y 4 morteros del Batallón de Infantería Nro 5 del Ejército del Perú, reciben la orden de atacar y tomar el Puesto de Huabillos, a 5 kilómetros de Carcabón, consiguiendo su ocupación a las 17.35 horas del 26 de julio, habiendo abandonado el adversario una de sus banderas de guerra, que se convirtió en trofeo de guerra de los combatientes peruanos.

El 31 de julio de 1941 Perú y Ecuador acordaron un cese de fuego que establecía el fin de las hostilidades.

Ante la amenaza de incursiones armadas por parte del enemigo, se organizaron reconocimientos, uno de ellos al mando del Capitán de Caballería EP Alfredo Novoa Cava. El Teniente GC Alipio Ponce Vásquez solicitó al segundo jefe del Regimiento de Caballería “Lanceros de Torata” N° 5 Mayor EP Tomás Gervasi Flores, que se le permitiera participar en la operación, lo que fue aceptado (ya el Teniente GC Alipio Ponce Vásquez, con su Sección de Guardias había sido afectado al Regimiento de Caballería “Lanceros de Torata” N° 5 que comandaba el Teniente Coronel EP Hernán López Cárdenas, con su Puesto de Comando en Pasaje

La emboscada de la Quebrada de Porotillo Tuvo lugar el 11 de septiembre, a las 11 de la mañana, durante la ejecución de un reconocimiento a largo radio de acción (40 kilómetros). El grupo era de 3 oficiales (Capitán EP Alfredo Novoa Cava, Alférez EP Luis Reynafarge Hurtado y Teniente GC Alipio Ponce Vásquez) y 23 miembros del personal de tropa, entre quienes se contaban el Sargento 2º GC Emiliano Tapia Díaz y el Guardia GC Luis Zumarán Carpió. El objetivo de la misión era constatar la presencia de tropas ecuatorianas en la parte alta del río Jubones, entre Girón y Santa Isabel. El grupo peruano fue emboscado en la región de la meseta de Porotillo, por tropas del ejército del Ecuador, en número correspondiente al efectivo de un batallón a órdenes del Comandante Maldonado, Capitán Antonio Mogrovejo y otros oficiales, que dispararon sus armas, tomándolo de sorpresa y diezmándolo en pocos minutos; se salvaron únicamente los Sargentos Segundos: Jorge Octavio Novoa Gonzáles, del Regimiento de Caballería “Lanceros de Torata” N° 5, y Emiliano Tapia Díaz, de la Guardia Civil, quien luchó utilizando la pistola ametralladora Solothurn que tenía al caer el teniente Ponce Vásquez, hasta ser dominado y hecho prisionero. El teniente Ponce muere en la acción por las ráfagas de las ametralladoras.

Junto al teniente Ponce mueren el capitán Alfredo Novoa Cava, el teniente Luis Reynafarje Hurtado, el sargento primero Lorenzo Rockovich Minaya, el sargento segundo Salvador Briceño Rojas, los cabos Eleuterio Vélez Paraisaman, Sixto Marín Rabanal y Melquiades Quevedo Bardales, los soldados Rosario Morales Cubas, Victoriano Huaccha Regalado, Felipe Vásquez Mendoza, Benigno Sánchez Solórzano, Carlos Limo Vásquez, Andrés Rojas Mejía, Enrique Asián Arbildo, Guadalupe Licera Montenegro, Próspero Becerra Apéstegui, Andrés Colorado Camacho, Adán Abanto Medina, Juan Escalante Cachay, Octavio Uchillán Mendoza, Juan Vásquez Jiménez, Antonio Flores Samamé y el guardia Luis Edgardo Zumarán Carpio, siendo 24 los miembros del pelotón peruano que murieron como consecuencia del sorpresivo ataque.

En cuanto al prisionero sargento segundo Emiliano Tapia Díaz, fue conducido a Guayaquil y Quito donde permaneció recluido hasta el 2 de diciembre, fecha en que fue liberado junto con otros dos soldados peruanos que los ecuatorianos habían tomado en el ataque a Panupali, cerca de Piedras.

La emboscada de Porotillo, motivó la reanudación de las operaciones militares peruanas en el Norte realizando el Cuerpo Aeronáutico del Perú misiones de reconocimiento, bombardeo y ametrallamiento en las

localidades de Tendales, Pagua y lugares aledaños de la provincia de El Oro, recibiendo respuesta de la artillería antiaérea enemiga, sin mayores consecuencias.

La muerte del teniente Alipio Ponce se produjo cuando ya se había decretado el cese de fuego y las tropas peruanas habían detenido su avance en territorio enemigo. Fue sepultado en el cementerio de Tumbes en febrero de 1942

Homenajes en el Perú Doce días después de su muerte mediante Decreto Supremo del 23 de septiembre de 1941, el gobierno peruano le concedió el ascenso póstumo al grado de capitán de la Guardia Civily recordado como el Titán de Carcabón

GUARDIAS CIVILES EN ACCIÓN

La Mística de los Guardias Civiles del ayer

El Honor consiste en hacer hermoso aquello que uno está obligado a realizar

Si se busca documentación sobre principios o valores que inspiraban la labor profesional del Guardia civil del ayer, nos encontramos con un gran número de códigos de conducta emanados de organismos tanto nacionales como internacionales, así como normas originadas desde la propia Institución

Desde la misma fundación de la Institución, la “Cartilla del Guardia Civil” contemplaba tanto reglas morales como de urbanidad y protocolo, y pretendía dotar a los Guardias de una sobria formación moral y humana, dignidad y sentido del honor.

El lema del Guardia Civil: “El Honor es mi Divisa” Este es el valor principal que asumía un Guardia Civil. El honor es un conjunto de obligaciones que, de no cumplirse, hacen que se pierda. El honor tiene un código: una serie de cualidades basadas en ideales de lo que constituye un comportamiento honorable. Un Guardia Civil era disciplinado, su honor y espíritu de sacrificio, su abnegación, integridad, profesionalidad, lealtad y compañerismo. Pero también era un ciudadano, con algunos de sus derechos fundamentales limitados, un funcionario cualificado de la Administración del Estado; un policía que velaba por la seguridad de todos

El principio del cumplimiento del deber de un Guardia Civil limita la propia voluntad, no coercitivamente, sino como una necesidad moral; moral que debe ser interiorizada como propia. Ya en la época fundacional fueron definidos unos principios que NO son una lista de palabras huecas sino algo que el Guardia Civil asumía y los hacía propios:

Sacrificio Peligro o trabajo grave a que se somete una persona, acto de abnegación inspirado en el sentido del deber. Se traduce en subordinar la vida o el bienestar propios por la de los demás

Lealtad Cumplimiento de lo que exige la fidelidad y el honor

Austeridad Moderación de los sentidos y pasiones ante metas más elevadas como el cumplimiento del deber

Disciplina Doctrina, instrucción de una persona. El significado implica la observancia de unos principios de obediencia que sólo conoce el límite moral del honor y el material de la Ley

Abnegación Sacrificio que alguien hace de su voluntad, de sus afectos o de sus intereses, generalmente por motivos profesionales o por altruismo

Espíritu Benemérito Benefactor, que hace bien a los demás. Consideraban las necesidades del prójimo por encima de las del mismo. Podían entenderse que estos valores eran naturales es decir, que existían como ideas universales, como conceptos superiores e independientes, al margen de las ideologías o las tendencias políticas y que tenían una clara permanencia en el tiempo.

A pesar de la lejanía en el tiempo, desde su creación de la Guardia Civil, la esencia de estos valores no dejaron de ser compartida y apreciada por la sociedad peruana a la que servían

La estima a la Institución por parte de la sociedad tenía su fundamento en esta percepción común de estos valores como ideales. Su permanencia no suponía una Guardia Civil anclada en el pasado sino una Institución que evolucionaba y se adapta a la realidad social del momento y a su complejidad y que hacía frente a las nuevas amenazas.

Pregón de los Guardias Civiles (GC) del ayer * Muchos no lo entienden, pero nos educaban para amar * Ser Guardia Civil, no era producto de la casualidad Es genético y vocacional, debía gustarte el orden y la disciplina * Ser GC, no era sinónimo de riqueza: Era sinónimo de vivir una vida con lo necesario, aún cuando eso incluya a su familia * Ser GC no era sinónimo de lujos * Tenían muchas limitaciones, sacrificios e incomodidades en el desarrollo de su vida profesional, levantarse todos los días antes que todos, dejar la comodidad de su cama para saludar el amanecer y la bandera * Para haber sido GC, debería comprender que nada vendría fácil ni gratis * Antes de marchar, debería aprender a caminar bien * Antes de mandar, debería aprender a obedecer

Y, cuando te haces viejo y tu desempeño se va apartando de las largas patrullas y del mando de hombres más jóvenes, te encuentras cono que tu tiempo personal desaparece poco a poco y que tu responsabilidad se duplica, triplica y quintuplica, todo para colaborar en el planeamiento que permitiría un mejor empleo de los recursos que el Estado asigna

El Guardia Civil era fácil de reconocer: * Era el que caminaba recto, aun viejo, intentando que su pecho sobresalga de su vientre * Era el que cedía su asiento donde esté * Era el que abría la puerta a todas las personas * Era el que llegaba temprano a las citas * Era el que llega bien vestido con ropa que pasó de moda (acostumbrado a su uniforme, su vestimenta civil pasaba a segundo plano). * Era el que en días de descanso andaba haciendo deporte * Era el que se dormía al último y se levantaba primero, sabiendo que no tiene nada pendiente para arrancar el nuevo día * Era el que se detiene ante un cortejo fúnebre * Era el que se paraba firme cuando saluda la bandera o se canta el himno. * El GC no era necesariamente un hombre en uniforme, con el equipo de patrulla y empuñando un arma * El GC era todo aquel que, habiéndose puesto un uniforme verde, algún día, quedó enamorado del rigor y la disciplina y, aún en otra rama profesional, se emociona al ver compañeros actuar y vuelve a sentirse joven * El Guardia Civil, era el “Tombo de la esquina” y su vehículo patrullero era el “Patuto”

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