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El Valor de ser Policía

POR: OODD

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Optar en la vida por la Profesión de Policía, no es una profesión como cualquier otra, muchos de nosotros antes de ser policías estuvimos en la aulas universitarias, siguiendo una carrera liberal, pero por el amor al prójimo, tuvimos que dejar de estudiar lo que habíamos iniciado para tomar otro rumbo en nuestras vidas. Algunos todavía estudiantes universitarios, otros con una carrera profesional concluida, pero reitero que “El Amor al Prójimo” y la “Vocación de Servicio” in

clinamos la balanza del tiempo y nos decidimos “Ser Policías”

Ser Policía

La vocación de ser policía es que se trata de una profesión donde se exige estar siempre al servicio de los demás , un gran compromiso con la sociedad y dempeñar el trabajo con gran dedicación

Hablando del perfil para ser policía se requiere tener una serie de rasgos psicológicos, una buena formación familiar y una serie de valores y actitudes positivas, se debe tener el gran sentido del auto-control

frente a situaciones difíciles, ser tolerante y tener empatía y mostrar interés por los demás y tener muy claro que vas a adquirir un compromiso firme con la sociedad y soportar situaciones que tiene un alto grado de tolerancia y sacrificio, hasta ofrendar la vida defendiendo los valores de la sociedad, luchando por el respeto y la convivencia pacífica de los ciudadanos

Ahora es también un tiempo difícil para los policías por ser el primer frente contra esta letal pandemia. Si es cierto, nos inmolamos en cumplimiento del deber y “El Honor de ser Policías” , ayudamos a los desvalidos, ancianos, niños, enfermos a los que ninguna persona se les quiere acercar por ad-versión, repulsión, miedo o temor, pero somos nosotros los que siempre estamos en la punta del iceberg de esta situación en que nos ha tocado vivir, para que muchos de nosotros terminen en cenizas entregadas a los familiares en la puerta de sus casas con bien o mal llamada “Ceremonia Protocolar”

Asi tenemos el caso del Policía José Luis Calixtro Girón que prestaba servicio en el Escuadrón de Emergencias de Lima Este. Su esposa, quien queda ahora viuda, y sus dos hijos pequeños recibieron la urna frente a su casa. Este valeroso policía se infectó cuando realizaba labores de patrullaje y control en medio del estado de emergencia dispuesto por el Supremo Gobierno para frenar el avance del COVID-19.

Los Policías garantizan el orden interno, el libre ejercicio de los derechos fundamentales de las personas y el normal desarrollo de las actividades ciudadanas. Es un profesional que representan la ley, el orden y la seguridad en toda la Patria .

La Entrega Del Pabellón Nacional y la Gorra a los deudos de Policías fallecidos en cumplimiento de su deber COVID 19

Solamente una Ceremonia Protocolar

Cuando los policías caen en cumplimiento de su deber y mientras se lleva a cabo la “Ceremonia Protocolar” nos expresamos que estamos reunidos en ese lugar para honrar a los hermanos que fallecieron en cumplimento de su deber y también acompañar en su dolor a los familiares, amigos y compañeros del servicio

Se dice y se reitera que el trabajo que realizan los policías lo hacen por vocación y por mandato de la ley, manifiestando además que están convencidos de que honrando sus policías muertos, magnifican también su profesión y se respetan unos a nosotros En el lugar ceremonial se expresa con afecto y respeto la perdida de un hermano, un padre, un hijo o un compañero muy cercano de trabajo a los que vimos morir por el fatídico COVIS 19. Es un dolor que ninguna palabra o acción puede compensar, es una pérdida que no se puede reparar

La reflexión sobre esos ejemplos nos lleva a apreciar el trabajo que día a día y todos los días, hacen los policías que arriesgan su vida en defensa de los derechos de los ciudadanos. La sociedad siempre le han asignado a algunos de sus servidores una carga de riesgo exclusivo, una responsabilidad y un compromiso extremo

Es el hecho que ese compromiso que se haya contraído voluntariamente y puesto de manifiesto al expresar con el juramento de egreso, defender la Constitución y la ley, la vida y los intereses de la comuni

dad, aún con el sacrificio de su propia vida, es asumido en todas sus consecuencias como en los casos de los policías que hoy recordamos, porque señala la dignidad de esa conducta y obliga a nuestro reconocimiento.

En muchas circunstancias cuando homenajeamos a nuestros muertos, lo hacemos en términos de exaltación, con un enfoque ajeno, épico, distante, pero la realidad nos indica y por lo tanto lo destaco, las similitud entre el valor y honor de aquellos que estamos recordando con el que expresan hoy, los policías que día a día arriesgan su vida con el propósito de asegurar la vida y convivencia pacífica de la sociedad

El convencimiento del acatamiento a la ley, son los valores que demostraron los policías fallecidos en cumplimiento del deber

¡Nuestro Señor los tenga en su Gloria!

“La Quinta Heeren”

La Quinta Heeren Representa la opulencia y elegancia de las familias que habitaron los Barrios Altos de Lima desde finales del Siglo XIX hasta la primeras décadas del Siglo XX

POR: PUNTO SEGUIDO - UPC

La joya arquitectónica de los Barrios Altos reunió la historia de Lima y su música en un solo evento que conquistó a los asistentes. En una de las zonas más concurridas del centro de la ciudad, se ubica un barrio aristocrático que fue de gran popularidad en Lima durante el siglo XIX, la Quinta Heeren. Posee un conjunto de emblemáticas casonas de estilo europeo que en 1880 fueron construidas por el ingeniero alemán Óscar Augusto Heeren.

Ha llegado a ser sede de las embajadas de Japón, Bélgica, Alemania, Francia y Estados Unidos y fue, también, lugar del primer zoológico del país y la primera cancha de tenis en Lima. En un área de 36 mil metros cuadrados la Quinta Heeren ha sido escenario de jaranas que duraban hasta tres días, pero también de episodios terribles como el suicidio del empresario japonés Seiguma Kitsutani. Sus pasillos estrechos, jardines adornados con jarrones y esculturas, y anécdotas la convierten en un referente histórico de la Lima de antaño y en un espacio lleno de vida y cultura.

Música y baile en La Quinta Heeren

Todos los años, durante el feriado de San Pedro y San Pablo, el enigmático lugar abre sus puertas al público para dar un paseo histórico por sus mansiones, villas y plazuelas con la ayuda de guías turísticos para disfrutar de la ciudad del siglo pasado reflejada en un solo espacio

Al atardecer y despues de disfrutar de ese ícono de la historia popular limeña se ofrece al publico concurrente un de espectáculo música criolla

Resistencia histórica

La residencia que alguna vez, fue el lugar preferido de muchos artistas como Victor Humareda, hoy se resiste a desaparecer. Está deshabitada y necesita una restauración completa. La familia Pardo Escandón, propietarios y descendientes del ex presidente peruano José Pardo y Barreda, la han puesto en venta con la condición de preservar al menos el 70% de la propiedad

Referencia Histórica

La Quinta Heeren es uno de los primeros condominios de residencias particulares construidos en Lima alrededor de la década de 1880. Originalmente llamada Quinta del Carmen por su proximidad a la

Iglesia de la Virgen del Carmen en Barrios Altos, e inspirada en el parque Monceau de París, fue promovida por el comerciante alemán Óscar Antonio Federico Augusto Heeren Massa Finalizada su construcción fue ocupada por Óscar Heeren, familiares, y allegados, entre ellos su yerno, el político peruano José Pardo y Barreda. Es por medio de este último que la sucesión de propietarios hasta la fecha permanece en esta familia. Desde inicios del siglo XX, el lugar fue sede de las embajadas de Japón, Bélgica, Alemania, Francia y Estados Unidos. A partir de la década de 1920 se da en el lugar una importante presencia de japoneses acaudalados, entre ellos Seiguma Kitsutani, huésped del chalet N°3, quien comercializaba gran cantidad de productos importados, y que se suicidó debido a problemas económicos en 1928 en el Palacete de este lugar mediante un ritual de honor, llamado sepukku

Primavera o Venus,

Diosa de la Belleza

Foto: David Pino Quinta Heeren

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