MI REALIDAD
Ana Gloria Lima Vรกsquez
Soy autor.
Todos tenemos una historia diferente de contar y a veces los momentos o recuerdos de lo que has vivido son difíciles de compartir. Son experiencias que solo tú sabes. Pero a pesar de todo lo que has vivido, solo tú sabes como lo enfrentas. Esto nos hace más fuertes y maduros. Cuando era pequeña, recuerdo algunos momentos de mi niñez. Unos alegres, otros tristes. Tenía todo una familia con hermanos, mi padre y mi madre. No me hacía falta nada.
Mi abuela me adoraba y mis tías me quería demasiado. Bueno, eso me cuenta mi padre. Esa felicidad me iba a durar poco. Estaba muy pequeña, tenía 5 años o más, cuando mis padres ya no se llevaban bien. Peleaban mucho y mi padre se cansó de eso y se fue de la casa. Por ser muy pequeña no me daba cuenta de la realidad que estaba pasando. Solo podía sentir la ausencia de mi padre, no lo miraba en la casa y desde ahí hubo cambios muy difíciles para mi familia.
Mi madre tenía que salir a trabajar, aunque mi padre nos quería ayudar, ella no lo permitía. Eramos cuatro hermanos y era difícil para nosotros soportar la ausencia de mi padre. Yo soy la mayor de mis hermanos y me tocaba cuidarlos porque mi madre no pasaba en casa. Pasó el tiempo y a los siete años empecé a estudiar primer grado. Recuerdo que estaba asustada porque no conocía a nadie. En ese tiempo mi madre quería viajar a Guatemala para ir a trabajar. Tomó la decisión de irse y me llevó con ella. A mis hermanos los dejó con mi abuela, estaban pequeños cuando llegamos a Guatemala, nos fuimos a quedar donde mi tía que vivía ahí desde pequeña.
Mi madre empezó a buscar trabajo pero no encontró. Entonces con mi tía decidieron poner un bar y lo hicieron. Todo marchaba bien pero la cosa era que yo no debía estar en ese lugar. Estaba al centro de la ciudad, era un local muy grande de dos plantas y el espacio era necesario para poner las cosas en su lugar. Yo no estaba tan feliz ya que no estaba ni estudiando, realmente perdía el tiempo en hacer nada. El primer día de abrir el bar fue un éxito pero a mi no me gustó la idea de estar rodeada de borrachos y fumadores. En la segunda planta habían cuatro habitaciones y mi tía con mi madre decidieron vivir allí. Pasaron dos años cuando empezaron los problemas. Hubo desordenes, peleas de los bolos, y problemas con los policias.
Todo se fue complicando mas. Mi situaci贸n no era la mejor y vivir en ese lugar no era nada c贸modo.
Los problemas a los que mi tía y madre se enfrentaron fueron difíciles. Yo tenía 9 años y me tocó vivirlo. El hecho de que mi madre a tal abismo de los problemas se refugió en el alcohol. Lo que más la empujó a desahogarse de esa manera fue que en todo ese tiempo no ayudó a mis hermanos económicamente ya que también se olvidó de ellos. Pasó casi un año y mi madre nunca se dejaba ayudar para solucionar los problemas, en todo ese tiempo yo fui testigo de como menospreciaba su vida. No afrontaba la realidad. Entre esos problemas ella también estuvo presa por vinculaciones con drogas lo que era ilegal. Yo sabia que era inocente y mi tía quiso ayudar pero no pudo hacer nada.
Mi madre estuvo presa seis meses. Yo en todo ese tiempo me había quedado a vivir con unas amigas de mi madre que me cuidaron y trataron bien. En ese tiempo mi madre había dejado el alcohol. To d o e s e t i e m p o e s t u v e s o l i t a realmente. No me sentía protegida porque no estaba con personas de confianza. Tenían sus problemas y yo me sentía como un estorbo. Era tan pequeña que no podía hacer nada ni tenía quien me ayudara. Mi familia no estaba allí para hacer nada. Los meses pasaban hasta que mi abuelo se enteró de mi situación. Él decidió viajar a Guatemala porque supo todo lo que había pasado a mi madre y yo. Se regresó a El Salvador para contactar a mi padre. Él no se quedó de brazos cruzados y decidió demandar a mi madre pidiendo mi custodia.
El proceso de esa demanda no tardó mucho y mi madre recientemente había salido de la cárcel. Un día menos esperado tocaron la puerta y era la policía la cual le pidió de buena manera que fuera a la delegación y que me llevara a mí. Yo estaba asustada en ese momento pensé que había hecho algo malo pero cuando llegamos nos enteramos porque estábamos en ese lugar. Estaban presentes unas personas de El Salvador para llevarme. Hablaron con mi madre y después conmigo. Me hicieron muchas preguntas hasta me pasaron con una psicóloga. Después de todo eso me dijeron que iba a regresar con la familia de mi padre, firmaron papeles, mi madre en ese instante se puso a llorar. El mismo día ya estaba de viaje a El Salvador y no me traje nada solo la ropa que traía puesta en ese momento. El camino iba ser largo y realmente no sabia que me esperaba cuando llegara.
Ese momento fue uno de los mas difíciles porque ya nunca volvería a ver a mi madre. Me sentí tan sola, triste y confundida porque a mi alrededor había gente extraña que no conocía. Llegué a El Salvador y me quedé casi una semana en el ISNA que era una institución que rescata a los niños abandonados por sus padres en su mayoría menores de edad, pequeños y hasta bebes de solo meses. Casi llegué a pensar que estaba en la misma situación, lo era, pero mi situación era muy diferente a la de ellos. Era jueves y una trabajadora social me dijo que ya habían contactado a mi padre. Al día siguiente me fueron a dejar con la familia de él. Realmente no sabia que sentir en ese importante encuentro que se daría después de tres años sin saber de ellos.
Cuando volví a ver a mi familia, fueron tantas emociones que no podía ni hablar de la fuerte impresión. Todos estaban ahí; mis primos, tías, tíos y mi abuela. Yo no hallaba que hacer ni decir. Todo era una confusión ese día, fue inolvidable. Fui a vivir con mi padre y lo mas difícil para mi era saber que mi padre ya había hecho de nuevo su vida, hasta tenía un hijo. Me tenía que adaptar. Desde entonces vivo en San Salvador. Al principio no me llevaba bien con mi madrastra. Además que le caía mal pero me di la oportunidad de conocerla porque me costó tratarla. Ahora me encontraba en una situación muy diferente y el cambio fue fuerte porque no confiaba en nadie.
Después de dos años al fin logré adaptarme. Ya estaba estudiando y sentía que poco a poco todo iba mejorando como la relación con mi padre. Pero con mi madrastra no había ningún cambio en la manera de relacionarnos. Me iba bien en los estudios, sacaba buenas notas, me llevaba bien con mis hermanos y lo único que deseaba era sentirme bien estando con mi familia. Solo quería que mejorara la relación con mi madrastra. Quería que lo que hacía floreciera de una manera mejor, que el color de las cosas cambiaran a un color alegre. Sabía que todo esto cambios que deseaba llevaría tiempo para mejorarlas.
A pesar de todo lo que he vivido no me di por vencida porque todos pasamos por una situación difícil, que a veces nos quita las ganas de vivir y no seguir adelante. Todos buscan una solución. A veces de una manera equivocada buscamos la salida en cosas que no nos ayudan, como refugiarnos en el alcohol, drogas, malas compañías y a veces nos lleva a pensar en quitarnos la vida pero no es la solución a los problemas. Yo pude haber escogido una de esas pero a pesar que era pequeña no lo hice y fue lo correcto. El final de mi realidad tiene una fuerte lucha de superación y optimismo.
Estoy estudiando mi último año de básica y me va bien. Hasta ahora he logrado muchas cosas y una de esas es que me estoy superando y ademas de eso tengo la beca de Supérate que ha sido una gran oportunidad para superarme y ser una mejor persona. Todo lo que me ha tocado vivir no ha sido fácil, pero como bien dicen, lo que no mata te hace mas fuerte. Es la verdad aunque estés en medio de la tormenta, no hay que perder las esperanzas de que todo cambiara. Pero para lograrlo debemos de enfrentar los problemas y nuestros miedos. El cambio depende de uno y así es como se solucionan.
En todo ese tiempo que ha pasado no volví a saber nada de mi madre hasta hoy. Es mi madre, no le guardo ningún odio porque a pesar de todo sigo siendo su hija.
Ahora mi proyección al futuro me hace estar segura de lo que quiero lograr. Todos tenemos sueños y el mío es graduarme de la universidad. Se que lo voy a lograr, porque no estoy sola en este camino que debo recorrer. Hay obstáculos, lo se, pero todo está en mi interior, la fuerza de superarme que me dice que no me deje vencer. Todo esto depende de mi, de las ganas de aprender, seguir y no detenerme gracias a la oportunidad de Supérate lo haré.
"Para alcanzar lo que te propones no se deben creer en los obstáculos sino en la fuerza de voluntad para lograrlos."
Fin.
Ellos son mis profesores de SupĂŠrate los cuales me ayudan en mi aprendizaje para ser una alumna integral, me imparten las materias de inglĂŠs, computaciĂłn y valores.
Mis profesores de primer aĂąo y la Directora Lya del Centro SupĂŠrate.
Mis compañeros de primer año de Supérate.
Mi nombre es Ana,tengo 18 años,estudio en el C.E.Barrio Belén. Vivo en San Salvador. Me gusta aprender cosas nuevas, soy curiosa y un poco reservada. Me encanta el fútbol y la natación. Mi materia favorita es sociales. Mi libro trata sobre lo que me tocó vivir en mi infancia, de los problemas que he pasado y como esa situación fue un motivo de superación y lucha para no dejarme vencer. Espero que les guste y puedan identificarse con mi experiencia.