El programa Soy Autor: Escritura Creativa Para La Paz es una experiencia de lecto escritura que nos invita a explorar nuestra identidad y descubrir el poder de nuestra historia. El proceso de escritura permite abrir espacios de diálogo y colaboración para crear una comunidad de autores que dicen y escriben lo que piensan y sienten con valentía, vulnerabilidad y autenticidad. La presente obra busca crear puentes entre lectores de todas partes del mundo.
En colaboración con:
Mi mejor regalo Guillermo Vรกsquez C.
“Prueba de embarazo: Positivo”.
Y mamá: Lo que Dios nos regale.
Su cara sonrojada como un ocaso que se observa en el horizonte.
Rápidamente, la alegría de papá se dejó notar, a mamá se le l lenaron de agua sus ojos. Yo estaba muy alegre, pero a la vez con todos mis sentidos paralizados.
Se llegaron los nueve meses, era el momento de su llegada a este mundo.
Papá trabajando y mamá ocupada en sus quehaceres, me acostumbré a vivir sin compañía alguna de otro niño, pero las cosas estaban a punto de cambiar.
Yo estaba ansioso y muy nervioso, como cuando la tierra estรก seca y รกspera con ansias de que la lluvia la moje con sus gotas y la refresque.
La tomé en mis brazos. Cuando le hablé fue algo mágico, dejó de llorar. ¡Reconoció mi voz! Como una oveja reconoce la voz de su pastor.
Me miró fijamente a los ojos, reconociendo quién era el que le hablaba. Sus ojitos, dos hermosos luceros que iluminan una noche despejada.
Me reflejaba en ellos como el siervo se refleja en las aguas cuando bebe.
AllĂ comprendĂ lo bello que es la vida.
Yo le decía que dijera “memo”, que es el seudónimo de mi nombre, y era más fácil para que ella lo pronunciase, aunque todos pensábamos que su primera palabra iba a se “mamá” ó “papá” o algo por el estilo.
Fue entonces cuando ella dijo: “Ale”, y todos nos quedamos viéndola y Ale dijo: — ¡Hey! Pronunció mi nombre, qué chivo.
Todos esperábamos que su palabra fuera otra, pero así fue como pronunció su primera palabra.
Desde su llegada me encargué que su cuna estuviera lo mejor posible, adornada y muy suave, la luz de su cuarto tenía que ser tenue para que no molestara sus bellos ojitos.
Cuando llegó a casa fue algo único. Me había tocado ceder mi trono de hijo único a mi adorada hermanita, pero no importaba. Ella es la bendición de Dios en mi casa. La recibimos con mucho amor y delicadeza.
Desde que me convertĂ en hermano, vi en ti a una luchadora que supera cualquier cosa, una linda doctora que vino a mi vida a curar todos mis males, yo fui, soy y serĂŠ tu protector.
Con su llegada, mi mundo se llenĂł de amor, paz y felicidad, y la soledad se marchĂł para siempre. AsĂ llegĂł a nuestra casa mi amada y hermosa Betsaida.
Yo soy el olor a pan recién horneado por las tardes. Yo vengo de donde la mañana se recibe con una taza de buen café. Yo soy el despertar de mi familia. Yo vengo de donde las aves despiertan con sus hermosos cantos. Yo soy el primogénito de mi madre y de mi padre. Yo vengo de donde los frijolitos no pueden faltar. Yo soy el segundo al mando en mi hogar. Yo vengo del amor que no tiene límites. Yo soy el olor a tierra mojada cuando llueve. Yo vengo de donde la soledad es un acompañante. Yo soy aquel niño que se divierte jugando trompo y chibolas. Yo vengo de donde un hermoso regalo cambió mi vida.