Mi papá canguro
Raúl Alexander Figueroa Lemus
El programa Soy Autor: Escritura Creativa Para La Paz es una experiencia de lecto escritura que nos invita a explorar nuestra identidad y descubrir el poder de nuestra historia. El proceso de escritura permite abrir espacios de diálogo y colaboración para crear una comunidad de autores que dicen y escriben lo que piensan y sienten con valentía, vulnerabilidad y autenticidad. La presente obra busca crear puentes entre lectores de todas partes del mundo.
En colaboración con:
Mi papá canguro Raúl Alexander Figueroa Lemus
Aproximándome a aquel cuarto, con la puerta entreabierta, dirigí mis ojos hacia la pequeña cama, la cual estaba cubierta con una pequeña sábana blanca, la misma que contrastaba con una mancha roja muy intensa.
De inmediato, un estremecimiento me sacudió de los pies a la cabeza, y una presión creciente dificultaba mi respiración. Con tanta inquietud asfixiándome, detuve al médico que atendía a Elizabeth en busca de respuestas.
Mientras tanto, una camilla transportaba la agónica figura de mi compañera a otro lugar.
Aquel diagnóstico ahondaba mi preocupación. Aquella joven, “mi cosita”, redundaba en mi mente. Sufría Preeclampsia, lo que dio paso a que ella fuera trasladada a aquel centro asistencial de Santa Ana.
ImaginĂŠ lo peor que un padre se puede imaginar. Se aceleraban los latidos de mi corazĂłn y se nublaban mis pensamientos.
Aún más inquieto, subí a la pequeña sala donde se albergaba a los pequeños. ¿Por qué ha tenido que ser de esta manera?, me preguntaba. De pronto, la vi, la criatura más indefensa, vulnerable y tierna que jamás había visto. Era mi pequeña razón de ser.
Mi hija me causaba tal sentimiento que mis lágrimas fueron incontenibles y me culpaba a mi mismo por su condición.
Esos momentos, los mejores de mi vida, donde el tiempo detenĂa su marcha, al sentirla, al mirarla y al aspirar su aroma a jazmĂn, me hacĂan sentir vivo.
Luego de 56 dĂas, volvimos a casa, con el mĂĄs grande de los regalos que Dios nos concede a los hombres.
Hoy, con pesar me encuentro privado de libertad, donde la carga es
agobiante y se consume la vida, tras las malas decisiones, continĂşo
sin dejar de lamentar el haberme separado de mi princesa.
Ahora tengo un respiro, ella es la florecita que le da el nĂŠctar a mi vida, es mi fuente de agua fresca en mi desierto. Ella es mi nube,
quien refresca mi espĂritu del calcinante sol, todo para lograr esta
travesĂa por las sombras.
La intensa noche es atravesada por los primeros rayos de sol, el día
empieza. Sé que este día es diferente a los demás, será como un
paraíso de diversiones y ternura.
Clap… trap… La puerta se abre y mi cangurita salta sobre mí, cayendo dentro de mi bolsa, cubriéndola como flor en capullo. Con mis manos la tomo y la alzo al cielo, y, por unos segundos, todo se detiene, el tiempo se para.
Un dĂa todo volverĂĄ a ser como antes, estaremos juntos y, lo que me reste de vida, serĂĄ felicidad.