Aprendizaje de un ni単o Samuel cold
El aprendizaje de un ni単o
Esta es la historia de un niño en El Salvador en la capital y de una lección para la vida. Todo comenzó un día de septiembre nublado, con muestras de que había llovido. El niño alegre jugaba afuera de su casa con su triciclo, no le importaba que algunos le criticasen pero ese día llego un tío observó al niño, y se puso a reír de él y dijo: -hahaha ha el niño sigue con su triciclo para niñitas hahaha.
En ese momento, El NiĂąo dijo: - No me importa, a mi me gusta mi triciclo. El tĂo le dijo: - No vas a llegar a ser un verdadero hombre, si sigues manejando un triciclo. Pero como tu eres una niĂąita, miedosa nunca vas a poder manejar una bicicleta.
El Niño le contestó: Yo puedo manejarla, no puede ser tan difícil. Y el tío se puso a reír otra vez y dijo: - ¿Tu crees?. Tienes 7 años y sigues siendo una niñita y me dices que puedes manejar una de esta bicicleta. El Niño contestó: ¡Deberás! qué yo puedo. -El tío menciono: ¿Qué tal sí hacemos una apuestas?, si tu puedes manejarla en 3 días yo aceptare que eres un hombre y te regalare la bicicleta, y te daré 5 dólares.
En ese momento, El Niño emocionado contesto: -¡Yo lo voy a hacer y va hacer tan fácil! El tío le dijo: - Yo te prestare la bicicleta para que la sepas manejar y dentro de 3 días me vas a demostrar si eres capaz aunque lo dudo. El Niño muy confiado dijo: - Claro una bicicleta y 5 dólares ya son míos Hahahaha.
Así empezó, el niño el primer día se dirijo al parque muy confiado sonriendo sintiendo el sol que salía de entré las nubes así ya en el parque, subió a la bicicleta pero no alcanzaba el asiento así que tubo que hacerlo parado, se impulsó en la vereda en ese momento perdió el equilibrio.
El Niño preocupado su corazón acelerado por que no sabía que hacer, empezó a caer. El Niño golpeo el suelo fuertemente, rodó y la bicicleta cayó sobre el, en el momento. El Niño empezó a llorar, asustado y adolorido por el golpe se quedo ahí llorando quejándose después de ese mal momento sin volver a intentarlo, más tarde volvió a casa.
Al segundo día, El Niño no quería volver a intentarlo, toda su confianza había desaparecido. Aún adolorido y decepcionado de sí mismo por no seguir intentando y se pensó "si no logró manejar esa bicicleta seré un perdedor y mi tío seguirá molestándome". Mientras lloraba enojado por no hacerlo. El Niño se puso de pie y dijo, yo lo voy a hacer.
El Niño fue a la casa de un amigo, para pedirle ayuda. Fue y toco la puerta el amigo salió y dijo: - Hola , que pasa. El Niño le dijo: -Necesito tu ayuda, necesito que me sostengas para manejar una bicicleta. El amigo le dijo: - Claro es eso o aburrirme en la casa. Fueron al parque. El amigo dispuesto a ayudarlo, fueron a un lugar menos inclinado del parque El Niño se montó en la bicicleta, puso su píe en el pedal y con la ayuda de su amigo empezó a practica, cada que se caía, aprendía que hacer la siguiente vez que lo intentase.
Al tercer día El Niño volvió al parque para poder mejorar. Ya había aprendido a mantenerse sin caerse, pero con un poco de miedo. Así El Niño continuó la gran parte del día pero esta vez lo estaba haciendo sólo. El sol comenzó a caer. El Niño cansado, pero con la alegría de que ya lo había logrado. Antes de irse intentó bajar la pendiente donde anteriormente se había caído. El Niño se subió a la Bicicleta, puso su pie en el pedal, y se impulsó bajo a toda velocidad, logrando así bajarla sin ningún problema.
Al siguiente día era el momento de demostrar sí el podía. Fueron al parque y el tío dijo. - muy bien! Ya es hora de quiero ver como te caes. El Niño sonriente dijo. - si claro ya verás. El Niño sin dudar se subió a la bicicleta, puso su pie en el pedal empezó a andar. El tío viendo con una cara de asombro, El Niño dando vuelta por todo el parque. El tío algo molesto pensando que niño no lo iba a lograr, dijo, - muy bien aquí están los cinco dólares y la bicicleta ya es tuya, la cuidas. El Niño le dijo. - gracias.
Al final, El Ni帽o aprendi贸, que con un poco de esfuerzo y ayuda, puedes lograr lo que te propones y no dejar que alguien se sienta mejor o intente hacerte menos.
Mi nombre es Samuel López. Tengo 17 años de edad. Estudio en el centro escolar Juan Ramón Jiménez. Mi meta es ser un actor del doblaje. Mi historia se basa en un momento de mi infancia que me enseño mucho.