Una aventura en el techo
JONATHAN CANALES.
Este libro está dedicado para mi familia agradeciendo todos eso buenos momentos vividos juntos. Jonathan Canales.
Gracias a Supérate Fundación Raíces y ConTextos.
Una aventura en el techo. Todo comienza en una tarde aburrida. Después de almorzar y comer bien me puse a ver televisión, sólo pasaba los canales sin nada que ver, traté de dormir un rato pero no pude, me fui a la ventana principal y observé la vista de la ciudad.
Miraba los edificios y trataba de ver a las personas a quienes no se podía ver, observé los pájaros que volaban libremente, el cielo azul y las nubes blancas que habían en esa tarde cuando decidí subir al techo y es aquí donde empieza mi aventura.
Al subir sentí la brisa golpear mi cuerpo, parado observando a mi alrededor dando una vuelta de 360º, mirando al cielo muy emocionado viendo ese viejo poste de luz que peligra mi vida, sus cables muy elevados, algunas veces me impedía elevar esa pequeña piscucha que no quería volar.
Tristemente se escondĂa y no habĂa esperanza para que volara.
El viento no era el mejor amigo, tuve que esperar un momento y observar las demĂĄs.
Después de esperar y observar las demás piscuchas decidí probar haber si esa cometa al fin volaría.
Agarre la tómbola empecé a soltar hilo en el techo, procurado de que no se enredara entre si manteniéndolo separado para evitar el enredo, levanté la vista al los árboles que tenia a la par.
Los árboles eran mi punto de referencia con ellos miraba que tan fuerte estaba el viento o si no había. Al ver que se movían lancé la piscuchas lo más alto que pude.
Agarre mi tómbola lo mas rápido posible y empecé a darle hilo libremente. Cuando miraba de que esa comenta caía al suelo, enrollaba el hilo de regreso a la tómbola hasta que al fin se elevaba.
Yo me sentĂa muy feliz de que al fin esa piscucha despuĂŠs de estar guardada en mi cuarto estuviese volando libremente en el cielo azul.
Yo le seguí dando hilo, de tanta felicidad que sentía que me olvidé que habían otras piscuchas atrás las cuales querían dejar ir mi cometa.
Mi cometa era muy ยกchiva! Era mejor conocida como una Banderilla, llevaba 3 colores: negro, amarillo y negro. Era muy llamativa.
Yo me asustaba cada vez que miraba que otra cometa se acercara, empezaba a enrollar el hilo de regreso, el viento estaba muy fuerte, mi cometa sonaba como agarrar una bolsa de supermercado y moverla bruscamente.
Se sentĂa muy ÂĄchivo!
La fuerza que ejercía era impresionante, cuando no tenia ninguna cometa cerca le daba todo el hilo posible hasta verla chiquita. A medida de que le daba hilo para verla más pequeña el hilo tomaba una forma muy rara, del fuerte viento, el hilo se convertía en una cuerda floja. Desde donde yo estaba el hilo tomaba una forma curva y pesada pero al enrollarla de regreso a mi tómbola regresaba al hilo recto con el que la había elevado.
Lo que más me gustaba cuando el viento era demasiado fuerte es de que podía hacer una serie de acrobacias aérea las cuales consistían en realizar una serie de círculos de forma rápida mientras enrollas el hilo a tu tómbola, eso para mí era emocionante y genial.
Así me mantenía cuando de pronto otro niño, casas atrás elevó su comenta. La elevó más rápido que yo.Yo quedé boca abierta cuando lo vi que subió a su techo y de pronto ya la tenía en el cielo, sabía que algo mal pasaría así que empecé a enrollar mi cometa de regreso, no la quería perder ya que era la única que tenía.
En eso mi papá subió a ver que estaba haciendo caminó hacia mi y se sentó a ver un rato, me preguntó -¿Por qué la esta bajando ya? Yo mientras bajaba la cometa le dije –Por que hay otra cometa atrás y no la quiero perder. Mientras bajaba la piscucha oía a ese niño decir las famosas palabras: "Dale hilo, Dale hilo." Mi padre lo oyó y me dijo: -Jaja, dale hilo. -No la quiero perder tan rápido, contesté agitado. -Después te compraré otra si la pierdes, me contestó con seguridad en su rostro.Yo le hice caso y empecé a darle hilo.
Mientras que el otro niño también le daba hilo hasta que teníamos bien cerca las cometas y el trataba de enredarse en mi hilo hasta que al fin lo logró, mi cometa empezó a dar vueltas y enredarse en el hilo de él.Yo estaba muy nervioso ya que era la única que tenía y era mi primera vez haciendo eso, sentía la fuerza que generaba el hilo mío con el hilo de él, seguía dandole cuando de pronto, hice un jalón muy fuerte y sentí que algo se había cortado yo muy asustado observé mi piscucha.
Por un momento pensé que había sido mi cometa.Y no fue así la cometa que se había cortado fue la del niño y solo observé como se iba alejando poco a poco. Sentí una gran alegría saber de que había dejado ir mi primera cometa la cometa contraria con la que estaba enredado.
Ya eran las 5 de la tarde. HabĂan ya pocas cometas, a la distancia se miraba una que otra. Cerca de mi solo estaba mi cometa, ya habĂa pasado el fuerte viento y mi cometa estaba muy calmada, el cielo se miraba muy bonito desde donde yo estaba, la apariencia era muy agradable un cielo anaranjado, al fondo habĂa un volcĂĄn en donde el sol se iba a esconder lentamente.
Al observar hacia el sur miraba una nube muy furiosa con rayos que asustaban por momentos, al ver eso decidí bajar mi pequeña piscucha siempre haciendo giros en círculos y rápido, ya que miraba que venía muy rápido la tormenta, ya habiendo bajado la piscucha observé rápido todo lo que tenía a mi alrededor con una vuelta de 360º,despidiéndome de esa hermosa tarde.
No es una gran historia que digamos pero para mi se convirti贸 en una gran experiencia y en una gran motivaci贸n, a que no tengamos miedo de intentar algo nuevo ya que si no lo intentamos no nos podremos superar y salir adelante. Fin.
JONATHAN CANALES (Mejicanos, 1998) Es el primer libro creado por este joven de 15 años de América Central el cual vive con sus 2 padres y tiene 2 hermanas, sus pasatiempos son jugar fútbol, basketball y escuchar música variada, su frase favorita es : "Vivir cada día como si fuese el ultimo día".