Suplemento

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Ricardo Martínez, Niños, 1955, óleo sobre tela. Cortesía de Fundación Ricardo Martínez.

Número 11, 14 de diciembre de 2018

UN ARTISTA

AL DESCUBIERTO EL PINTOR RICARDO MARTÍNEZ HABRÍA CUMPLIDO CIEN AÑOS EL PASADO MES DE OCTUBRE. LA FECHA HA SIDO PROPICIA PARA REVALORAR SU OBRA, COMO LO DEMUESTRA LA EXPOSICIÓN QUE EL MUSEO DEL PALACIO DE BELLAS ARTES TIENE EN SUS SALAS. PAGS. 16-18.

VIERNES CULTURAL ›LAS MIGRACIONES DE UNA VOZ. Una de las

poetas más apreciadas por las generaciones jóvenes, Gloria Gervitz ha llegado a los 75 años con una nueva edición de su obra. PÁGS. 22-24.

›HORAS DE OCIO. Revisa nuestras sugerencias para

disfrutar de tu tiempo libre este fin de semana, con libros, exposiciones, obras de teatro y mucho más… PÁGS. 23-25.


VIERNES CULTURAL

LOS MATERIALES

DE RICARDO MARTÍNEZ

16. ContraRéplica. Viernes 14 de diciembre de 2018

Ricardo Martínez, Paisaje del Pedregal, 1945, óleo sobre tela. Cortesía de Fundación Ricardo Martínez.

DABI XAVIER

“Hay que saber oír en el tiempo las voces antiguas. Hay que distinguir las voces de los ecos”, dejó dicho Ricardo Martínez, el notable pintor mexicano de cuyo nacimiento se cumplió el centenario el pasado mes de octubre y de quien el Museo del Palacio de Bellas Artes tiene actualmente la exposición Desde el interior, como explica la estudiosa Dabi Xavier.

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icardo Martínez fue un hombre culto, amable y reservado. Estableció largas amistades con poetas, escritores, editores y artistas; nunca estuvo involucrado en escándalos ni chismes. Durante toda su vida se dedicó a pintar y muy pocas veces concedió entrevistas; la última registrada es la del poeta Marco Antonio Campos, titulada “Conversación única con Ricardo Martínez”, publicada en la revista Proceso (número 1664, 21 de septiembre de 2008, pp. 74-76). Para saber de Ricardo Martínez hay que conocer su obra: mirarla y descubrir lo que nos quiere decir. A la edad de 24 años participó por primera vez en dos exposiciones colectivas: Arte mexicano contemporáneo en la Galería de Arte María Asúnsolo en Guadalajara, Jalisco, así como en la exhibición Arte mexicano contemporáneo en University Club of Mexico, Ciudad de

México; y a los 26 tuvo su primera exposición individual en la Galería de Arte Mexicano. A partir de entonces la crítica escribió sobre él y a la fecha Ricardo Martínez ha sido tema de reflexión y estudio. El artista no se encasilló en ninguna de las corrientes pictóricas que se originaron en el arte mexicano del siglo XX, sino que creó su propio estilo. Para él era fundamental tener conocimientos de las culturas antiguas y comprender el presente. Estudió a profundidad las culturas mesoamericanas y las plasmó a su manera en su obra. Asimismo, tenía conocimientos del arte y los artistas de distintas épocas y de todo el mundo, así como de literatura y poesía. En 2009, al fallecer Ricardo Martínez, sus hijos crearon la Fundación que lleva su nombre, con el propósito de resguardar, proteger, difundir y promover la obra y el acervo del artista. En el marco del centenario de Ricardo Martínez, este 2018 la Fundación

publicó el libro Ricardo Martínez, a 100 años de su nacimiento, con prólogo de Arturo López Rodríguez y textos de Zarina Martínez, Miriam Kaiser, Aurora Yaratzeth Avilés García, María Fernanda Matos Moctezuma, María José Ramos de Hoyos y Dabi Xavier. Los textos, en español e inglés, están acompañados de 300 imágenes de obras en su mayoría inéditas, fotografías, viñetas, las portadas de los libros ilustradas por él, cartas e invitaciones. La coordinación editorial es de Alberto Tovalín y el concepto y diseño editorial de Teresa Peyret. Con Fomento Cultural Banamex se realizó la exposición Ricardo Martínez y la figura humana que se presentará en tres casas señoriales: Casa Montejo de Mérida (actualmente expuesta, hasta enero de 2019), Casa del Mayorazgo de la Canal en San Miguel de Allende (enero-abril, 2019) y El Palacio del Conde del Valle de Súchil en Durango (mayo-agosto 2019). Asimismo, se lleva a cabo la exposición Ricardo Martínez. Desde el interior en las Salas Paul Westheim y Justino Fernández, ubicadas en la planta baja del Museo del Palacio de Bellas Artes, que estará abierta al público hasta el 24 de febrero de 2019. El 28 de octubre de 2018 se transmitió por Canal 22 el documental titulado Recordando a Ricardo Martínez. Por último, el catálogo de obra será incluido en la base de datos del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM.


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TRAVESÍA VITAL DEL ARTISTA

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n 1938 ingresó a la Escuela Nacional Preparatoria y un año después fundó el grupo denominado “Amigos de la Conservación de los Frescos de José Clemente Orozco” para proteger los murales del artista jalisciense del vandalismo de los estudiantes. En 1940 ingresó a la Facultad de Derecho de la UNAM, pero muy pronto decidió dedicarse de lleno a la pintura. Asistió a la Academia de San Carlos, pero permaneció sólo poco tiempo. Fue un artista autodidacta, y se formó a partir de la observación y el estudio de libros sobre arte, uno de ellos fue el volumen The Materials of the Artists de Max Doerner. A principios de los cuarenta conoció a Zarina Lacy, quien fue su compañera de vida, y durante la década conoció a poetas, escritores, editores y artistas, con quienes mantendría una larga amistad, entre ellos Rubén Bonifaz Nuño, Alí Chumacero, Joaquín Díez-Canedo, Francisco Giner de los Ríos, Jorge González Durán, José Luis Martínez, Juan Rulfo, Juan José Arreola, Henrique González Casanova, Federico Cantú, Carlos Mérida, Luis García Guerrero y Juan Soriano. Más adelante se relacionó con los artistas Ángela Gurría, José Luis Cuevas, Rojo, Fernando Ramos Prida, Fernando González Gortázar, e intelectuales como Luis Cardoza y Aragón, Carlos Monsiváis, Gabriel García Márquez y Fernando Benítez. En 1944 Federico Cantú llevó a Martínez a la Galería de Arte Mexicano manejada por Inés Amor y desde entonces y hasta 1964, el artista expuso una vez al año. A finales de los años cuarenta fue invitado a dar clases de pintura en la Fine Arts Center School, de Colorado Springs y posteriormente en San Diego, California. Ahí estableció amistad con

Ricardo Martínez, La Llorona, 1954, óleo sobre tela. Cortesía de Fundación Ricardo Martínez.

Ricardo Martínez de Hoyos nació en la Ciudad de México el 28 de octubre de 1918. Sus padres fueron Néstor P. Martínez y Elena de Hoyos. Fue el número 13 de 16 hermanos. A la edad de 10 años viajó a San Antonio, Texas con su madre y algunos de sus hermanos; después de cuatro años, regresaron a la Ciudad de México, y Ricardo concluyó los estudios de primaria y posteriormente entró a la escuela secundaria Orientación. el director del Centro, el artista francés Jean Charlot. Durante su estancia diseñó la escenografía y el vestuario de la obra Xochipilli de la coreógrafa Hanya Holm. Ricardo Martínez expuso tanto en México como en el extranjero. En 1959 exhibió de manera individual en la galería The Contemporaries de Nueva York, y a partir de ahí su obra se dio a conocer en distintos museos y galerías de Estados Unidos. En México, se llevaron a cabo las muestras Pintura de Ricardo Martínez (1969) y Expansión rítmica de los volúmenes (1974), ambas en el Museo de Arte Moderno; las exposiciones Ricardo Martínez. Obra reciente, 1975-1984 (1984) y Ricardo Martínez. Exposición antológica. Homenaje nacional (1994) estuvieron en el Museo del Palacio de Bellas Artes. En 2011 se expuso la muestra retrospectiva Ricardo Martínez en el Museo de la Ciudad de México. Hasta la fecha la Fundación Ricardo Martínez tiene registro de más de 40 ilustraciones para libros de poesía, narrativa y ensayo. El primero de ellos se titula Epigramas americanos de Enrique Díez-Canedo, publicado en 1945. Ricardo Martínez ilustró las plaquettes como Parentalia de Alfonso Reyes (1954), Relatos mexicanos de

Ángel Bassols Batalla (1954), Los días enmascarados de Fuentes (1954), entre otras, de la colección Los Presentes que dirigió Arreola; también realizó viñetas para las portadas de los libros pertenecientes a la colección Tezontle del FCE: Libertad bajo palabra de Octavio Paz (1949), Los demonios y los días de Rubén Bonifaz Nuño (1956), Sin tregua de Jaime Torres Bodet (1957); de la colección Letras Mexicanas, destacan las viñetas en la portada e interiores de la primera edición de Pedro Páramo de Juan Rulfo (1955), la portada de Palabras en reposo de Chumacero (1956) y Una luz en la otra orilla de María Lombardo de Caso (1959). Una de las últimas viñetas publicadas está en la portada de La piedra en el pozo de Luis Roberto Vera (Ediciones de la Quinta Estación, México, 1978). Óleos de Martínez han sido reproducidos en títulos como La cabeza de la hidra de Carlos Fuentes (1978), Otro recuento de Sabines de poemas (1993), Retrato crítico de Alí Chumacero (1995), La herencia de Jorge G. Castañeda (1999). En noviembre de 2008, con motivo de sus noventa años, Ricardo Martínez recibió la Medalla de Oro de Bellas Artes, la Medalla y Diploma del Distrito Federal y fue nombrado Ciudadano Distinguido.


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18. ContraRéplica. Viernes 14 de diciembre de 2018

DESDE EL INTERIOR

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n la Fundación Ricardo Martínez se tienen registrados más de 500 dibujos en hojas tamaño carta, blocs, cuadernos de distintos tamaños, sobres y hojas sueltas, así como numerosas pruebas de color, que dieron pie para realizar la exposición Ricardo Martínez. Desde el interior. En esta primera fase se seleccionó una serie de dibujos que muestran los recursos del artista como las escalas, las retículas y el estudio de las figuras. El objetivo de la exposición es dar a conocer al artista a través de un enfoque más personal de su manera de trabajar, del manejo de las técnicas y de la relación con su entorno social y cultural. La exposición se divide en cuatro núcleos: el primero, titulado “El proceso creativo”, consiste en mostrar “la primera intención de lo que será la pintura definitiva” (“Hacia el interior” de Miriam Kaiser, en Ricardo Martínez. Desde el interior, Museo del Palacio de Bellas Artes, México, 2018, p. 17). De acuerdo con Aurora Yaratzeth Avilés García en la realización del guion curatorial: “estos elementos permiten comprender las particulares concepciones del artista sobre el espacio, la proporción y el color, al tiempo que evidencian su sólido conocimiento y dominio de los fundamentos de la pintura”. En algunos casos se exhiben el dibujo, el boceto y la pintura. El núcleo dos, “Nuevas visiones: obra inédita y formas de trabajo”, es una selección de obras registradas recientemente por la Fundación, en las cuales se identifican las distintas características de la técnica que manejó Ricardo Martínez y que, en palabras de Avilés García, “trazan un recorrido plástico-cronológico que permite conocer la producción del artista de una manera más amplia, enriqueciendo el conocimiento que en la actualidad se tiene sobre su trabajo”. En este núcleo se incluyen dibujos, óleos sobre papel, sanguinas sobre papel y óleos sobre tela. En el núcleo tres, titulado “Viñetas y trabajo editorial”, se muestra por primera vez la faceta de Ricardo Martínez como ilustrador mediante una selección de viñetas originales y ejemplares de los libros en los cuales se publicaron; éstos son Junta de sombras de Alfonso Reyes, Epigramas americanos de Enrique Díez-Canedo y Pedro Páramo de Juan Rulfo. Es importante señalar la relación entre el escritor, el editor y el artista durante la década de los cuarenta y cincuenta.

VIÑETAS Y TRABAJO EDITORIAL

ALGUNOS EJEMPLOS de las aportaciones de Ricardo Martínez

Pedro Páramo, de Juan Rulfo.

Relatos mexicanos, de Bassols Batalla.

Ricardo Martínez, Sin título, 1960, óleo sobre tela. Cortesía de Fundación Ricardo Martínez. El núcleo cuatro: “Ricardo Martínez: una mirada al circuito artístico y al círculo afectivo”, se constituyó a partir de una selección de fotografías e invitaciones a exposiciones individuales y colectivas, así como catálogos, documentos y correspondencia personal, y publicaciones impresas que forman parte del acervo de la Fundación. Para conocer a Ricardo Martínez hay que ver su obra y reflexionar sobre ella. La página de la Fundación (www.fundacionricardomartinez.net)

es una buena forma de introducirse al conocimiento de la obra de Ricardo Martínez. Como él mismo dijera en una ocasión: “ahí está mi pintura, es la que expresa lo que siento” (Patricia Rosales Z. “Tengo cuarenta años de pintar y no sé expresar nada acerca de mi obra; ésta dice lo que siento: Ricardo Martínez”, Excélsior, México, 12 de agosto de 1984, p. 1).

Epigrama americanos, de Enrique Díez-Canedo.


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HORAS DE OCIO ALFONSO NAVARRETE

VIAJE POR EL ARTE SONORO El arte ha encontrado en el campo acústico una de sus más representativas formas desde hace tres décadas, con exponentes que llevan la experiencia de oír a niveles inimaginables.

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esto apela Modos de oír, exposición que rescata lo más sobresaliente del arte sonoro en México, género que ha estado por mucho tiempo relegado y que con esta muestra recobra un nuevo brío, pues se trata del resultado de un proyecto de investigación sobre prácticas de arte y sonido en México, y que forma parte de un proyecto más amplio y ambicioso donde también se busca conformar un archivo sobre estas prácticas y en el que participan especialistas que se han dedicado a su estudio, desarrollo y circulación. El museo Ex Teresa Arte Actual es propiciadora de este proyecto y sede de la exposición, con la que reabre sus puertas de manera excepcional después de una remodelación que abarcó todas sus salas, la cúpula, fachada, portones, los murales de la capilla de Santa Teresa y diversas instalaciones más. La muestra también podrá apreciarse en el Laboratorio Arte Alameda de manera simultánea, con lo cual se unen dos instituciones que son pioneras en abrir sus puertas a la experimentación y en generar reflexión sobre las prácticas artísticas en torno al sonido en México. Los trabajos de artistas como Ana Paula Santana, Arcángel Constantini, Carlos Amorales, Edgardo Aragón, Enrique Jezik, Félix Blume, Fernando Ortega, Fernando Vigueras, Gabriel Macotela, Roberto de la Torre, Guillermo Santamarina, Israel Martínez, Lorena Mal, Luz María Sánchez, Manuel Rocha, Marcela Armas, Rogelio Sosa, Tania Candiani y Ulises Carrión, entre muchos otros que produjeron obra desde los años setenta hasta la actualidad, son parte de esta exposición, con lo cual se logró tener un panorama representativo de la evolución del arte sonoro en México y de las posibilidades creativas de este género. Lo que fue alguna vez fue el Conven-

to de San José y el Templo de Santa Teresa la Antigua, con su imponente fisonomía barroca y su cúpula altísima, recibe al público interesado en visitar esta exposición con un pabellón fonográfico diseñado por Mauricio Rocha que ocupa la nave central del ahora museo, el cual se puede recorrer de manera ascendente, a lo largo de tres pisos, y donde se encuentran arqueologías fonográficas, como por ejemplo cantos huicholes o una ceremonia mazateca en honor a los hongos, hecha por la conocida María Sabina.

▶ La forma de este pabellón

evoca la forma coclear del oído, por lo que en su camino los asistentes recorrerán un trayecto con 17 estaciones de escucha dirigida, de forma circular.

En el recorrido se encuentran obras poco conocidas en la historia de la experimentación sonora del país, como la participación de Juan José Gurrola, Víctor Fosado y compañía con el fragmento In Search of Silence, de 1970. Las improvisaciones musicales de distintas épocas y autores no faltan tampoco en este recorrido, así como obras que surgen de las preguntas por el lenguaje y otras piezas electroacústicas de músicos que colaboran con poetas, como en la que aparece Rogelio Sosa y el escritor Gerardo Deniz con la emotiva pieza titulada La primavera en el fondo del Colon. El trabajo del artista Tito Rivas destaca con una reconstrucción fonográfica a partir de videos de teléfono celular con los que se apoyó para hacer una imagen sonora del ataque a los autobuses de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, lo cual también constituye en sí mismo un

Exposición Modos de oír. Foto Cortesía INBA

QUÉ DEBES SABER

¿Cómo se llama? Modos de oír ¿Dónde? Ex Teresa Arte Actual y Laboratorio Arte Alameda ¿Hasta cuándo? 31 de marzo de 2019

contenido social histórico. Las piezas seleccionadas pertenecen a distintos campos de las artes y en muchas de ellas se nota el apoyo de otras organizaciones con las que se trabajó en esta exposición, como Fundación Telefónica, la Fundación Jumex, el Instituto de Investigaciones en Materiales de la UNAM, el Centro Mexicano para la Música y las Artes Sonoras, la Fonoteca Nacional, la Galería Kurimanzutto y el Conservatorio Nacional de Música. Instalaciones, performance, audio, video y una sección de archivo documental conforman esta exposición que posee más de 130 piezas de arte sonoro y que estuvo curada por los y las especialistas Susana González Aktories, Cynthia García-Leyva,

Escuchar también es leer la realidad. Rossana Lara, Bárbara Perea, Manuel Rocha Iturbide, Carlos Prieto Acevedo, Tito Rivas y Tania Aedo. Con Modos de oír se entenderá más ampliamente lo que hasta ahora se conoce dentro de la producción artística vinculada al sonido en México, por medio del reconocimiento del trabajo de artistas sonoros de distintas generaciones y momentos históricos, provenientes de diferentes aproximaciones, formaciones y búsquedas.


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20. ContraRéplica. Viernes 14 de diciembre de 2018.

LA INMERSIÓN EN LAS AGUAS

TANIA FAVELA BUSTILLO

“La Aguja reconoce el Norte que el Marinero no ve”, escribió Emily Dickinson. A partir de este epígrafe, Tania Favela Bustillo traza un itinerario para adentrarnos en la lectura de una de las poetas más apasionantes de las letras mexicanas: Gloria Gervitz, quien este 2018 viajó de San Diego, donde reside, para recibir en el Palacio de Bellas Artes un homenaje por sus 75 años.

E

n 1817, en una carta dirigida a Mr. Bailey, John Keats escribe sobre las cualidades del poema largo: “¿Por qué esforzarse tras un largo poema? Acaso no les gusta a los amantes de la poesía tener un pequeño país donde errar, donde resulte posible escoger y cortar, donde las imágenes sean tan numerosas que muchas quedarían olvidadas y por eso surgirán nuevas en una segunda lectura —algo que sirva de alimento para el paseo de una semana entera en el verano? Además, un poema extenso es una prueba de invención, que me parece la estrella polar de la poesía” (Lord Houghton, Vida y Cartas de John Keats, Pre-Textos, 2003. p. 66). Esa “estrella polar” ha guiado por más de cuarenta años a la poeta mexicana Gloria Gervitz, quien comenzó a escribir su largo poema Migraciones a mediados de los años setenta. En 1979 publicó Shajarit, una plaquette de 19 páginas editada por la Imprenta Madero, y esa plaquette sería, sin que la poeta lo supiera, el inicio de Migraciones, poema que, en un largo monólogo ininterrumpido, fluye a lo largo de 266 páginas (la última edición de Migraciones se publicó en la editorial Mangos de Hacha en coedición con la Secretaría de Cultura en el 2017; todos los versos que se citan pertenecen a esta edición). Gervitz, en unas notas tituladas “Algo sobre el poema Migraciones” (publicado en la revista El Poeta y su Trabajo 34, pp. 23-33), reflexiona sobre la génesis del poema: “ahora me doy cuenta que nunca tuve un plan con el poema, nació de sí mismo, se dio en la libertad de darse, he ido descubriendo el poema y me ha

sorprendido, ha sido un descubrimiento de mí a través de él, el poema me impuso su tiempo y su estructura”. Migraciones es ese “pequeño país”, y allí el lector, como quería Keats, puede internarse y encontrar: una imagen, un gesto, un lamento, un fulgor, la punta de un sueño, una visión, la oscilación de una emoción o el arrebato del placer. Cada lectura llevará al lector por una senda nueva y apuntará, por lo mismo, a un sentido distinto. Si hacemos un trazado rápido e incompleto de los posibles caminos a seguir dentro de ese territorio de palabras que es el poema, podríamos señalar algunas lecturas: la autobiográfica, que se desprende de las fotografías desgastadas que hablan de la migración del padre y de las abuelas que llegaron desde Rusia al Puerto de Veracruz; la elegiaca, que gira en torno a la muerte de la madre; la oracular, dentro de la tradición precristiana, en la que La Pythia señala el camino que el poema debe seguir; o la erótica, en la que el cuerpo, el placer y la masturbación se ponen en el centro. Hay otros caminos que se pueden recorrer: el de la plegaria y el de la ofrenda, el de la memoria y el del olvido, el del éxtasis y el de la caída. Y también están, entreveradas en los versos del poema, la belleza y la intensidad de la vida: el lector puede zambullirse, por ejemplo, en los olores, las imágenes, los sabores y los sonidos de un mercado, y en medio de esa voluptuosidad, disfrutar de la capacidad que tienen las palabras de nombrar y de celebrar el mundo: “y en el zócalo comienza el bullicio del mercado / hay jugos de naranja y de toronja / y agua de horchata y de jamaica y de tamarindo / y atole de fresa y champurrado / y tamales de dulce y tamales oaxaque-

ños / y papayas y ciruelos y mangos de manila / y plátanos morados y plátanos machos / pencas de dominicos y tabascos / sandías más rojas que la sangre / guanábanas expuestas como sexos / capulines rojísimos / granadas escurriéndose / zapotes negros desbordándose / mameyes abiertos como vulvas / piñas gordas y jugosas”. Ante todo, y más allá de cualquier camino a recorrer, Migraciones es un poema lírico, entendiendo el lirismo no como la expresión del “yo”, tampoco como la más alta expresión de la subjetividad, sino como el género que plantea la cuestión del deseo (las ideas sobre el lirismo las tomé del libro El amor al nombre de Martine Broda). Y si se habla del deseo, se tiene que hablar también de la carencia, ya que éste supone la ausencia de algo o de alguien y la necesidad de fundirse con aquello; de ahí que el lirismo esté cerca tanto de la experiencia erótica como de la experiencia mística. Por esto, según Martine Broda: “la epifanía es la propia cuestión del alto lirismo. Es ese canto del amor fati [amor por el


VIERNES CULTURAL Viernes 14 de diciembre de 2018. ContraRéplica. 21

LAS MIGRACIONES DE UN POEMA

EL MAGNO poema de Gloria Gervitz ha tenido una serie de distintas ediciones a como el poema ha crecido a lo largo de los años:

EL POEMA (FRAGMENTO)

MIGRACIONES GLORIA GERVITZ

es en esta luz que se consume en su transparencia donde más te busco es en la resequedad de esta mañana imperceptible derramada agua en los labios del sediento madre soy yo la buscada te he llevado sobre mí sintiendo tu peso y el olvido me duele como una herida la luz se aquieta y te oía dentro de mí te oía en la desembocadura naciéndote y las palabras se hundieron y el llanto se embebió en la arena y yo me quedé en la orilla y había algo entrañable en los días y en el recuerdo de los días y me tomó el tiempo de vivir para despertar pero lo más importante no lo dijimos La poeta Gloria Gervitz. Foto de Rogelio Cuéllar. destino], que celebra, en su puro aparecerse, lo efímero, lo perecedero”. ¿Qué es la vida y qué es la muerte?, se pregunta Gervitz, y quizás esboza una respuesta en este bello e inquietante verso que se repite tres veces a lo largo del poema: “sueña que es hermoso el sueño de la vida muchacha”, y ese verso nos habla al oído.

▶ Vida, muerte y destino:

ese canto del amor fati, que es también un canto a la condición humana, resuena en el poema desde las múltiples y distintas preguntas que se abren sin encontrar respuesta: “¿me dejarás algún día a solas conmigo? / ¿me dejarás algún día llegar a ser la que soy? / ¿me dejarás?”

Y ahí la voz, esa voz tan personal y al mismo tiempo tan impersonal —la voz

de Gervitz o la de cualquiera— reclama, ¿a quién?, quizás a sí misma o a algún Dios, o a la palabra o a la madre, no lo sabemos; pero sí sabemos que esa voz se estrella contra el vacío, por eso resuena el eco: ¿me dejarás?, ¿me dejarás?... El sujeto lírico, entonces, es un sujeto abstracto, no se identifica con ningún “yo” y está, por lo tanto, siempre desasido de sí mismo. Platón en el Ion señala: “El poeta es un ser alado, ligero y sagrado, incapaz de producir mientras el entusiasmo no le arrasa y le hace salir de sí mismo”. La descripción que hace Platón del trance o la “manía divina” no está lejos de la experiencia de Gervitz; cito otros fragmentos de sus notas: “la poesía tiene mucho de revelación, de premonitorio, de oráculo, te dice, te va diciendo y a uno le pueden tomar años darse cuenta de lo que le fue dicho”; “y la buena poesía es más sabia que su autor”; “la poesía ha sido el puente que he tendido de mí a mí misma, de este yo a la otra yo que sabe lo que no sé y me dice y se dice y me sorprende y me acoge en ese su regazo de mí y me va diciendo y yo voy

era cerca del corazón oscuro de los sauces donde aún te nombro y me postro ante ti como antes como siempre

Gloria Gervitz, Migraciones. Poema 19762016, México, Editorial Mangos de Hacha/Secretaría de Cultura, 2017, p. 81.


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¿QUIÉN ES GLORIA GERVITZ?

•Nació en la Ciudad de México el 29 de marzo de 1943. • Estudió historia del arte. •Es poeta y traductora. • Su obra maestra se titula Migraciones, poema largo que se ha venido publicando en sucesivas y ampliadas ediciones: Shajarit, 1979 Fragmento de ventana, 1986 Yiskor, 1987 Migraciones, 1991, 1993, 1996, 2000, 2003 y 2017

Gloria Gervitz, con su perro Hugo, 2017. Foto cortesía de la autora.

reconociéndome en lo que dice”. ¿Quién dice “yo” en el poema?: “ábreme con tu saliva / empújate hasta mi hondura hasta el desamparo / recíbeme como si fuese un puñado de tierra / tránsito yo misma”. Ese “yo” en tránsito es cuerpo y palabra, dos elementos fundamentales en Migraciones: la voz se encarna en la palabra escrita y la palabra registra la intimidad del cuerpo: su respiración, sus latidos, sus segregaciones, su miedo y su deseo. Todo pasa por el cuerpo, de ahí la necesidad de percibir la escritura desde el cuerpo y al cuerpo desde la escritura: “cálido y apasionado cuerpo / no me dejes”, escribe la poeta, y más adelante: “y si digo / es el alma / ¿digo algo?”.

En Migraciones nos enfrentamos a una sensibilidad audio-táctil; el oído y la piel están siempre en juego en el poema: lo que se escucha y lo que se toca, o ser escuchada y ser tocada. Se trata del cuerpo y sus instintos, del cuerpo y su necesidad, del cuerpo y sus afectos, quizás por esto la presencia de lo animal se impone en muchos momentos del poema: “espero las noches como un animal amarrado que patea / patea”, “loba ¿estás ahí?”, “te lameré las manos como un animal”, “si tan sólo te quedaras // como una perra ciega / amamantando”, “estoy ahí ofrendada / lamiéndote como una perra”. Y la palabra también es animal: “las palabras / brevísimas húmedas // rozan la super-

ficie / como una serpiente // y la voz sabe que no sabe”. La palabra encarna a la voz, así como el cuerpo encarna al alma. La palabra está preñada. Lo uterino toma desde ésta su lugar en el poema: “Dijo: / yo soy la palabra / yo soy la que nace naciéndose de sí misma / ábrete para que te llene de mí / ábreme tu sexo ábremelo / y siente cómo te penetro y te fecundo / ábrete al placer de estar preñada de lo que no puede decirse / y ahora sabes […] date a luz a ti misma / empújate hacia afuera / y nómbrame”. Nombrar es dar a luz, pero aquí la que nombra el mundo es La Pythia, no Adán. Por eso, nombrar supone para Gervitz un acto femenino: el acto de la creación. La poesía ha sido siempre femenina y es por lo mismo, quizás, que el agua es el elemento de Migraciones. No sólo porque este largo poema es un poema-río, sino porque al parecer las paredes del poema, como las paredes de la matriz, están húmedas; la imagen que Gervitz nos da sobre esto es muy sugerente: “como Jonás en el vientre de la ballena / como la sibila dentro de las paredes húmedas/ sin saber qué decir sin nada para decir”. Y casi al principio leemos: “el chorro del agua cae / el agua me penetra / se abren las palabras del Zohar / quedan las preguntas de siempre / y yo me hundo más y más”. Leer Migraciones es sumergirse en las palabras, como la novia judía se sumerge en las aguas de la Mikveh antes de la boda, para salir transformados. Recorrer Migraciones implica emprender un viaje y dejarse guiar por las palabras que resuenan; ¿hacia dónde vamos?, quizás hacia el centro de nosotros mismos, de nosotras mismas: ciegos y deslumbradas por la luz, avanzamos o nos detenemos, escuchamos o recordamos, sentimos dolor y placer. La poesía es una forma de conocimiento, es aventurarse en lo desconocido: ese fue y sigue siendo también el viaje de la poeta: así como la Aguja reconoce el Norte que el Marinero no ve, la Poesía reconoce el Norte que la Poeta no puede ver. Escribir, para Gervitz, ha supuesto siempre adentrarse en un proceso oscuro y ahí, inmersa, estar atenta ante el posible resurgimiento de la voz.


VIERNES CULTURAL Viernes 14 de diciembre de 2018. ContraRéplica. 23

Alma Mancilla. Foto de Yunus Üstünol.

UN MARTILLO REAL PARA BRUJAS IMAGINARIAS DIEGO ALAN VILCHIS ROCHA

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la narradora mexiquense, que ya había sido galardonada con el Premio Gilberto Owen 2011, no le resultan desconocidos los temas de la Inquisición y la brujería, que ya había abordado en su primera novela, Hogueras (2014), y desde la cual comenzó a elaborar la idea sobre una biografía inexistente del clérigo germano. El jurado del Premio Bellas Artes de Novela José Rubén Romero, al que se hizo acreedora la novela, destacó que “la obra recrea un narrador coral, polifónico, que inquiere al inquisidor en una suerte de propuesta metaliteraria y dramática, capaz de conformar una atmósfera oscura que hace eco a la vida del propio personaje.” Así, pues, la historia es una biografía ficticia del inquisidor Heinrich Kramer, de quien no existen muchas referencias acerca de su vida, siendo una de ellas la autoría del ‘Martillo de las Brujas’, manual del medioevo que la Inquisición propuso para la identificación de las brujas y que tomó como instrumento para los juicios y los castigos ejercidos en su contra. Con base en el ejercicio de investigación, que se explica en un apartado de la novela, la historia se sitúa en el Sacro Imperio Romano Germánico durante la Edad Media. Sin embargo, más allá de instruir al lector sobre la época, la autora se preocupó por darle sentido a una vida en concreto, por lo que se inspiró en la posibilidad de fabular un hecho histórico y hacer una reflexión sobre el bien y el mal. De esta forma, la obra recrea los posibles pasajes que Henricus atravesó a lo largo de su vida. Si bien el personaje central es el inquisidor germano, no es el narrador principal. De las sombras está contada por múltiples voces, todas ellas descono-

Postrado en los últimos momentos de su existencia, Henricus Institoris, uno de los autores atribuidos al Malleus Maleficarum, comienza a escuchar voces que lo orillan a recapitular su vida y los motivos ensombrecidos por los cuales escribió uno de los libros más significativos y atroces del pensamiento religioso medieval. De las sombras (INBA/Lectorum, 2018), de Alma Mancilla (Estado de México, 1974), es el resultado de una nutrida investigación sobre un tema cuya trascendencia reside no sólo por el imaginario alrededor suyo sino por el contexto social que implica: la persecución y los juicios por brujería. cidas, que se presentan durante el lecho de muerte de Institoris, estableciendo la historia desde un punto de vista en segunda persona. Se trata de un gran diálogo que cuenta la vida del personaje, pero también se vuelve un juicio de sus acciones, con un estilo que recuerda por momentos a los coros teatrales: aquellos personajes invisibles parecen una corte, acaso un aquelarre espectral. Este aspecto remite a un tema secundario por la naturaleza del tema, y aunque tal vez no sea uno de los propósitos de la escritora, hace eco a través de la lectura por su relevancia: la violencia hacia las mujeres. Esta es una reflexión inherente desprendida de nuestro contexto social. Ese personaje polifónico asume una multitud de voces que también han sido suprimidas, por lo que cobran forma y hablan a la par del narrador. “Creo que los libros deben hablar por sí mismos y este es un libro muy oscuro que trata sobre un inquisidor del siglo XV”, dijo Alma Mancilla, cuya narrativa durante la novela es por momentos poética, ya que a lo largo de los capítulos se hace constante reflexión sobre las acciones y juicios de Henricus Institoris, lo que va construyendo una atmósfera sombría, apoyada en gran parte por la naturaleza del narrador y acotada por los aspectos que ofrece acerca del in-

quisidor, por lo que la historia en ciertas ocasiones no tiene un orden lineal, aunque dista mucho de afectar en su comprensión. “Creo que mientras las palabras sigan teniendo la capacidad de dejar en nosotros una huella profunda, de hacernos temblar de emoción… el esfuerzo bien vale la pena”, dice la autora de De las sombras, pues a través de su novela no sólo nos invita a indagar en las diversas fuentes sobre la Inquisición y la brujería, que es tal vez uno de los propósitos del proceso entre la investigación y la creación literaria. Nos confronta a pensar sobre los pasajes morales de la bondad y la maldad, así como de sus orígenes y circunstancias. Es un trabajo de confabular con los elementos de lo históricamente real. De arrojar una luz, a través de la ficción, a la penumbra que cobija los mecanismos del pensamiento medieval, y de reflexionar sobre las figuras y las voces que a lo largo de los siglos han transitado al umbral del olvido, silenciadas por un martillo tan longevo como profundo, para que, tal vez como un acto de justicia poética, cobren habla y se manifiesten en un coro atemporal que perdure en la memoria.


VIERNES CULTURAL

24. ContraRéplica. Viernes 14 de Diciembre de 2018

UN MODELO PARA ARMAR

VERÓNICA BUJEIRO

El oficio teatral es una profesión de alto riesgo, pues conlleva la alquimia de sostener por medio de un vértigo interno el drama que sucede en el escenario.

E

sto puede ir desde la lucha entre los egos de los creativos a los caprichos de los actores, su falta de memoria con el texto, pasando por las insuficiencias financieras, sabotajes de los técnicos del teatro, fallas en la escenografía, cortes de la luz eléctrica, no sin contar con la indisposición del público a estar en un teatro y ver su celular durante toda la función. Para quienes hacemos teatro sabemos que nada se compara a la adrenalina que produce el drama de recrear un mundo ficticio en tiempo real. La obra que sale mal, escrita por Henry Lewis, Jonathan Sayer y Henry Shields, refiere justamente a ese acontecer tras bastidores y nos inserta en un juego de una obra dentro de otra simulando la noche de estreno de El asesinato en la mansión Haversham, presentado por la compañía de teatro del Instituto Técnico de Tlalpan, histriones aficionados que, según nos cuenta su director a modo de respetuoso preámbulo, han atravesado las penurias mencionadas, pero prometen asumir como cualquier profesional el compromiso de representar su pieza, pese a que antes de la tercera llamada los problemas de la escenografía ya parecen tramar en su contra. Ante este panorama, la anécdota rutinaria de un asesinato (basada en La ratonera de Agatha Christie), donde los sospechosos son puestos bajo interrogatorio por el investigador de siempre, resulta un telón de fondo, pues la obra real es la que muestra los avatares de la representación en la lucha contra los desperfectos de la escenografía y la manera en la que los actores asumen la “verdad” de la interpretación teatral con su recitación impostada, enfatizando cada diálogo con movimientos innecesarios, a la vez que olvidan sus textos, fallan en interpretar sus papeles, sufren desmayos, seducen al público para el aplauso fácil. Elementos que en conjunto producen una afortunada tensión entre el diálogo y la acción de los intérpretes, que aunado al morbo del espectador por el desastre y a la máxima que reza “el espectáculo tiene que continuar”, conciben una mezcla explosiva que provoca la risa histérica de la mayor parte de la audiencia, propi-

nando un ambiente que se sostiene por la constante sorpresa en la partitura de acciones que conducen a un apoteósico final, citado de uno de los momentos de Buster Keaton. El montaje dirigido por Mark Bell funciona como una especie de franquicia, ya que el diseño espacial, el vestuario, hasta la coreografía precisa que ejercen los actores para que todo salga perfectamente mal, jamás sale del control de sus creativos originales. Esto la convierte en un sorprendente modelo para armar cuya maquinaria basa su funcionamiento en la comedia anglosajona de Charles Chaplin, Keaton y Monty Python y el manual satírico para el actor amateur The Art of Coarse Acting de Michael Green, que sin lugar a dudas debe su éxito al sumo cuidado en los detalles que van desde la ejecución formal hasta la inserción de un segundo programa de mano, cuya lectura fuera del teatro se convierte en un hilarante déjà vu de la obra. Sin embargo, el montaje que se presenta de jueves a domingo, producido en México por Camilla Brett y Jerónimo Best de Próspero Teatro, cuenta con la representatividad de un elenco nacional muy atinado, pues como el mismo Green indica en su libro, “hacer de un mal actor requiere a un gran intérprete”. El ensamble encabezado por Artús Chávez, como el ansioso y diligente director de la compañía del Instituto Técnico de Tlalpan, incluye a Daniel Haddad, Ari Albarrán, Adrián Vázquez, Juan Carlos Medellín, Iván Carvajal, Claudia Álvarez y José Luis “Guana” Rodríguez, como un equipo cuyas destrezas suman al todo un afortunado suceso teatral que se recomienda de “risa a risa”. La obra debe su éxito a este fenóme-

LA OBRA QUE SALE MAL De: Henry Lewis, Jonathan Sayer y Henry Shields Traducción: Jerónimo Best Dirección: Mark Bell Dónde: Teatro Helénico, Ciudad de México Cuándo: Del 13 de octubre al 30 de diciembre de 2018

Escena de La obra que sale mal. Foto cortesía de la producción.

El Helénico presenta La obra que sale mal. Foto cortesía de la producción. no, ya que fue la recomendación de su público lo que la hizo evolucionar de ser un montaje en un teatro de poca monta en Londres a los escenarios comerciales del West End y posteriormente a Broadway, gracias al apoyo financiero del productor y director de cine J. J. Abrams, quien se manifestó fanático de la obra. La desbordada hilaridad que provoca La obra que sale mal hace manifiesta la función de la risa para el ser humano como una energía vital y significativa, ya sea por su función catártica o por la oscura satisfacción que provoca el mal ajeno, que en este caso remite a la comedia trágica que invariablemente implica un montaje teatral, el verdadero drama detrás de todo escenario.


VIERNES CULTURAL Viernes 14 de diciembre de 2018. ContraRéplica. 25

HORAS DE OCIO G. SMOTT Y K. DAVIDSON

ARRUGAS EN EL TIEMPO México, Grano de Sal, 2018. • Traducido por Néstor Míguez y J. A. Gonzáles Cofreces, este libro hace un recuento de los hitos que a lo largo del siglo XX transformaron nuestro modo de entender el cosmos. Un tomo imprescindible para los interesados en el Big Bang y la cosmología contemporánea. También disponible en ebook.

PARA EL LIBRERO

JON LEE ANDERSON

GUERRILLAS Culiacán/México, Universidad Autónoma de Sinaloa/Sexto Piso, 2018.

¿Qué lleva a una persona a lanzarse a una guerra contra un enemigo poderoso? Traducido por María Tabuyo y Agustín López Tobajas, este libro clásico de Anderson viaja a Afganistán, El Salvador, Birmania, Gaza y el Sahara Occidental para indagar en las historias de guerrilleros que cambiaron la historia del planeta en la segunda mitad del siglo XX.

BEATRIZ ESPEJO

EL VUELO DEL COLIBRÍ México, Editorial Ink/ Atrament, 2018. • Esta antología de la prosa breve mexicana preparada por la ganadora del Premio Bellas Artes de Literatura Inés Arredondo 2018 ofrece un recorrido por una forma literaria muy prestigiada y de gran dificultad para sus practicantes: las brevedades en prosa que colindan con el poema.

AL OÍDO

QUÉ MIRAR

PROGRAMA NAVIDEÑO DE LA OSN

ROMA EN MÉXICO/ MÉXICO EN ROMA

• La Orquesta Sinfónica Nacional presenta un programa muy de la temporada con obras de J. S. Bach, Pérez Ávila y Leroy Anderson. Anne-Marie McDermott estará al piano y participan el Coro de Madrigalistas y Solistas Ensamble. • Palacio de Bellas Artes • Viernes 14 de diciembre, 20 h; domingo 16, 12:15 h.

MEMORIAS DEL SISMO

• Esta exposición fotográfica de José Cruz Díaz recupera imágenes de las pérdidas y tragedias ocasionadas por el sismo del 19 de septiembre de 2018 • Biblioteca León-Portilla, UAM-Cuajimalpa • Hasta el 21 de diciembre

IN NATALI DOMINI • “Del canto gregoriano a la posada mexicana” es el subtítulo de este espectáculo de música de cámara en que participarán la soprano Lourdes Ambriz, la mezzosoprano Nurani Huet, el actor y tenor Mario Iván Martínez, el barítono Martín Luna y Antonio Corona, laúd y guitarras. • Sala Ponce, Palacio de Bellas Artes • Sábado 15 de diciembre, 18 h

• Integrada por 93 obras, la exposición da cuenta del intercambio académico y artístico entre Roma y México durante el siglo XIX, a través de la Academia de San Luca y la de San Carlos. • Museo Nacional de San Carlos • Hasta el 28 de abril de 2019

BAJO AQUELLA ESTRELLA • Pieza teatral dirigida por José Luis González y recomendada para niños y niñas de a partir de 3 años, esta aventura navideña se apoya en cantos y travesuras para ofrecer a los asistentes, chicos y grandes, un momento de esparcimiento teatral y musical. • Teatro Isabela Corona, Ciudad de México • Sábado 15 y domingo 16 de diciembre, 13 hr


VIERNES CULTURAL

26. ContraRéplica. Viernes 14 de diciembre de 2018

Relámpagos

UNA LUZ ENTRE EL FOLLAJE Alfred Corn.

L

e pregunté cómo veía el presente. Me contestó: “como un incendio forestal”. Le pregunté si, como escribió Seamus Heaney, en tiempos de incertidumbre había que consultar al lenguaje. Me respondió: “el lenguaje no basta. Yo mejor consultaría a Dios”. Le pregunté: ¿una obra de arte, un poema, una pintura, si lo son a plenitud son siempre ominosos? Me replicó: "Hay obras de arte celebratorias”. Le pregunté: si le hubieran dado a escoger entre el amor o la poesía, ¿qué hubiera elegido? Admitió: “el amor. Aunque es raro, porque yo no tengo un amor, yo tengo a la poesía”. Le compartí un sueño en el que yo y otras personas aparecíamos como imágenes flotantes por encima de una carretera infinita. Su respuesta fue: “Uno se despierta al mundo de los sueños. El sueño es el reino donde encontramos nuestro ser más profundo. Hay un río subterráneo que conecta a México y Rhode Island. Podemos beber de esa agua cuando queramos “. Es Alfred Corn, de quien Harold Bloom escribió respecto de A Call in the Midst of the Crowd (Un grito en medio de la multitud, 1978): “Es una extraordinaria e indispensable continuación en la tradición de poemas fundamentales y visionarios, que abarcan desde ‘La ciudad en el mar’, de Poe; ‘Cruzando en el ferry de Brooklyn’, de Whitman, hasta ‘El Puente’ de Hart Crane y ‘Autorretrato en espejo convexo’ de John Ashbery. Corn alcanza una destreza y una resonancia totalmente dignas de sus predecesores”. A ese segundo libro que suscitó el comentario de Bloom, se le han sumado 18. Entre ellos The Various Light, Notes from a Child of Paradise, Present, Contradictions, Tables, Miranda’s Book y San Antonio en el desierto (una selección de sus poemas traducidos al español). Anota Wikipedia que a su obra se le relaciona con la de los poetas agrupados bajo el nombre de Nuevos Formalistas. Yo le pregunté en dónde se ubicaría él, me respondió: “si tuviera que situarme literariamente diría que me siento cerca de algún tipo de Neorromaticismo”. Y a esta pregunta, siguieron otras: —También se ha escrito de su poesía en relación a la de Whitman o Crane. ¿Qué tan consciente es este vínculo? —No es una pregunta que pueda responder de modo irrevocable; en cambio, sí como parte de un proyecto al que el lector y los críticos podrían dar continuidad. Es acertado decir que admiro la habilidad

GUILLERMO ARREOLA

DIRECTORIO Viernes Cultural, suplemento de Contra Réplica

•Director general:

Rubén Cortés •Editor: Geney Beltrán Félix

poética y el contenido parafrasístico en Whitman y Crane. Y que me dio aplomo el saber que ambos habían escrito acerca del amor entre hombres. —Encuentro más familiaridad de su poesía, por su insistencia y disposición a la memoria de lo cotidiano, con poetas como Thom Gunn. Veo puntos de confluencia: la apelación constante del tiempo sobre motivos que parecieran no ser relevantes en la percepción de una forma de realidad histórica. —La tradición poética angloamericana difiere de la latinoamericana respecto a que presta mayor atención a la vida diaria. Se trata de una tendencia que empieza con Pope y continúa con Wordsworth y Whitman. Es también una práctica muy evidente en poetas como Elizabeth Bishop, Philip Larkin y Thom Gunn. Si fuésemos marxistas convencidos reconoceríamos que cada hecho cotidiano se conecta con la historia y la lucha de clases: desde el café con que acompañamos el desayuno, hasta la arquitectura de la casa que habitamos. —Al traducir sus poemas, he recordado la poesía de Bishop. ¿Qué peso tiene en su obra la de esta poeta? —Fue una influencia importante. ¿Qué admiro de su obra? La facilidad conversacional en poemas que se rehúsan a la rigidez y a la arrogancia retórica de gran parte de la poesía tradicional. Sus poemas suenan a que han sido “dichos” por alguien generoso e inteligente. Bishop era

extraordinaria trasladando sus impresiones visuales a lo verbal, utilizando metáforas que imprimen en la mente del lector el objeto observado. Sus temas acusan una amplia gama de considerandos: el nivel de los sueños, de la naturaleza, los viajes, la historia, el amor, la pérdida, el dolor y la identidad. Su orientación sexual no era del todo aceptable en su época, lo cual añadía dificultades a la dificultad misma de ser artista mujer. Admiro su actitud heroica frente a esas dificultades. —Los temas de su poesía, Alfred, son muy abarcadores, como si todo: seres y objetos, lo mundano y lo espiritual, lo material y lo abstracto, emociones e intelecto, fluctuaran a la par de un solo centro energético. —Desde mi juventud tuve claro que quería evitar ser un poeta ceñido a un objeto y a una forma de aproximación. Whitman dijo: “contengo multitudes”. Yo quise dar expresión a todas las facetas de mi ser. Fernando Pessoa recurrió a los heterónimos a fin de dar cuenta de sus distintas identidades. Yo he firmado mis poemas con un solo nombre. —Una última pregunta: ¿podríamos ser héroes en esta época así fuera por un día, una hora, un instante? —La jaula se abrirá en cualquier momento y el pájaro volará y encontrará su infinito —me respondió.

•Consejo editorial: Francisco González Crussí, Enrique Florescano, Elsa Cross, Silvia Molina, Eduardo Langagne, Carmen Boullosa, Tedi López Mills.


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