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Arte y superviviencia

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El decimoquinto

El decimoquinto

Arte y supervivencia

Andrea Ojeda y Leopoldo Bello

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Años como el 2020 arrinconan a la humanidad a hacerse preguntas importantes: ¿Será tiempo de cuestionar la función de la policía en nuestra sociedad, será tiempo de desmontarla? ¿Por qué nadie nos había hablado del concepto de Renta Básica Universal? ¿Serán importantes los espacios sociales, si ya casi todos tenemos internet? ¿Existe el socialismo en EEUU, pero sólo para los ricos? Y la que nos toca más profundamente aquí en contratiempo, ¿seguirá teniendo importancia el arte en esta nueva realidad de mínimo contacto interpersonal? ¿Será la precariedad que la sociedad le ofrece al artista un síntoma de la caducidad del arte en nuestros tiempos?

Nos toca llamar a la reflexión una vez más, y como no parecía mejor momento para hacerlo, ahora que celebramos el número 150 de la revista, invitamos a plumas de alta sensibilidad para que nos regalaran sus puntos de vista acerca del tema. Gracias a este llamado, tenemos a Itzel Rodríguez Morterallo hablando de las estructuras jerárquicas en el arte. La mente y la materia vuelven a hacerse preguntas una a la otra en el texto de Gustavo Thomas. El valor del pensamiento suspendido en el tiempo en el texto de Maria Antonia Valero. Georgina Valverde propone sacudir el pedestal del arte. Efren Candelaria nos cuenta lo que es estar a solas frente al espejo del silencio y David Chávez nos acerca a la esperanza y nos propone ciudades que curan.

Queda aquí entonces, de nosotros hacia ustedes, el número 150 de Contratiempo. Un llamado a la esperanza (hermanado a la casualidad del nuevo cambio de administración en este país) y las fuerzas que nos unen en lo más esencial de nuestra condición humana.

Andrea Ojeda y Leopoldo Bello, miembros del consejo editorial de contratiempo.

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