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por Nieves pulido

Poeta a la carta # Midaregami de Akiko Yosano

Estrellas enredadas en el pelo

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Apuntes sobre Midaregami de Akiko Yosano

por: Nieves Pulido

Akiko Yosano (1878-1942) aún no había cumplido veintitrés años cuando en 1901 publicó su primer poemario, Midaregami [Pelo enredado], una colección de casi cuatrocientos tankas que conmocionó el panorama literario japonés de la era Meiji (1868-1921). El libro cosechó un enorme éxito: entusiasmaba a la gente joven y se editó cuatro veces en solo cinco años. Los críticos calificaron la obra de “revolucionaria” ya que sentaba las bases de un estilo nuevo, fresco y apasionado, al tiempo que renovaba la forma tradicional del tanka.

mientras me baño en el fondo del agua igual que un lirio en flor… ¡qué hermosos, oh qué hermosos, mis veinte veranos!

En Midaregami se escucha la voz de una joven enamorada que expresa abiertamente su deseo y todas las emociones que éste despierta en ella —celos, locura, pasión, alegría, tristeza, soledad, inquietud…— desafiando las convenciones sociales del momento. Recordemos que, a pesar de que durante la era Meiji Japón se modernizó y comenzó a recibir la influencia de la cultura occidental, en muchos sentidos —sobre todo en lo referente al lugar que ocupaban las mujeres en la sociedad— seguía anclado en las maneras del antiguo sistema feudal.

Poeta a la carta # Midaregami de Akiko Yosano por: Nieves Pulido

“la primavera es corta, ¿quieres sentir su eternidad?”, le dije, y, tomando sus manos, las hundí entre mis pechos rebosantes de vida…

Los poemas de Midaregami, sensuales y atrevidos, se apartan de las preocupaciones típicas de la poesía tradicional japonesa: el paso del tiempo, la cercanía de la vejez, la decepción amorosa, y se asientan, en cambio, en un presente inmediato y vibrante, que ofrece una concepción transformadora de la sexualidad y del cuerpo femenino.

sosteniendo mis pechos

entre las manos, silenciosamente,

descorro el velo del misterio:

¡aquí hay flores de un intenso color escarlata!

Radicalmente distintas de las lánguidas damas de la corte Heian—esas mujeres que escribían tankas en papel de mora

Poeta a la carta # Midaregami de Akiko Yosano por: Nieves Pulido

llenos de reproches a sus amantes y que se lamentaban sin descanso por la pérdida de la juventud—, las mujeres que Akiko presenta son vitales, libres y asertivas. Parte activa en el romance, salen al encuentro del amor, no esperan pasivas a que el hombre las encuentre.

no sé por qué pero presiento que me esperas, y salgo al campo florecido… ¡ah, la luna, esta noche!

Es, sin embargo, paradójico que para criticar lo caduco de estos patrones Akiko emplee el tanka, es decir, la forma clásica de expresión amorosa en Japón, original y largamente utilizada por las damas de la corte Heian, ya que, al hacerlo, se sitúa dentro de, y da continuidad a, esa misma tradición poética que aparentemente rechaza. Esto se debe en parte, creo, al hecho de que la forma del tanka, sugestiva y ambivalente, le permite a Akiko expresar plenamente la complejidad de su pensamiento. Pero en parte, no menos importante, responde a la influencia de sus primeras lecturas.

En uno de sus ensayos declaró:

“Crecí envolviendo yokan en corteza de bambú. Crecí esperando cada noche acabar y hacia medianoche, cuando se apagaban las luces, alumbrada por una pequeña lámpara y a escondidas de mis padres, leía furtivamente, durante una hora y media cada noche… Mis padres querían que me convirtiera en una mujer corriente.”

Poeta a la carta # Midaregami de Akiko Yosano por: Nieves Pulido

Akiko Yosano (Hou Shiyou) nació en Sakai, Osaka, en 1878 y estudió en la Escuela de niñas de Sakai. Tras graduarse en 1892, comenzó a trabajar en el negocio familiar, la famosa pastelería Surugaya. Sin embargo, esta vida tan poco estimulante intelectualmente hablando, pronto provocó en Akiko enorme frustración y aburrimiento. La biblioteca de su padre le sirvió para acercarse a los clásicos japoneses y conocer la literatura occidental. Disfrutó especialmente de La novela de Genji, (que más tarde tradujo al japonés moderno) El libro de la almohada y el Utsubo Monogatari, lecturas con las que se impregnó del mundo del amor romántico. A los dieciséis años, Akiko leyó el Manyôshû, una colección de poesía japonesa del siglo VIII. Estos poemas influyeron tan profundamente en la poeta que comenzó a escribir tanka.

sin sombrero de paja emprendo un viaje de doscientos ris, ansiosa por dejar sobre tu muro blanco un poema de amor

El tanka es un poema tradicional japonés formado por 31 sílabas, que se reparten en cinco versos y que suelen adoptar la estructura 5-7-5/7-7. Como el haiku, el tanka emplea imágenes concretas pero, a diferencia de éste, parte de la expresión directa de emociones. Este rasgo convierte al tanka en un poema íntimo y de gran carga lírica, que permite una implicación y un poder de expresión mayores que los que ofrece el haiku. Además, la estética del tanka es amplia y universal: puede tratar sobre cualquier tema y referir todo tipo de pensamientos y emociones.

vestidas de oro, como pequeños pájaros

Poeta a la carta # Midaregami de Akiko Yosano

que bailan en el cielo, veo flotar las hojas de los ginkos bajo el último sol

por: Nieves Pulido

El tanka suele dividirse en dos partes: una parte presenta un hecho objetivo, y la otra un estado mental o experiencia subjetivos. Ambas partes, sin embargo, confluyen en la línea central del poema que funciona a modo de bisagra. Este versoeje hace referencia a los versos anteriores y a los posteriores simultáneamente y así, genera dos lecturas que son, por un lado, independientes, y por el otro, interdependientes. De este modo, los elementos objetivos y subjetivos del tanka se corresponden, resonando y multiplicando los posibles sentidos.

Mideragami abre con este tanka:

murmullos amorosos tras la cortina de la noche constelada de estrellas; lejos del mundo y de la gente, me arreglo el pelo desordenado

Si leemos solo las tres primeras líneas (murmullos amorosos / tras la cortina de la noche / constelada de estrellas) vemos que, excepto por la licencia poética de la cortina, los versos presentan la descripción objetiva de una escena amorosa.

Poeta a la carta # Midaregami de Akiko Yosano por: Nieves Pulido

La lectura de las tres finales (constelada de estrellas; / lejos del mundo y de la gente, / me arreglo el pelo desordenado) arroja, en cambio, una visión bien distinta, cargada de subjetividad y con enorme potencia lírica, ya que ahora es la voz poética, y no la cortina de la noche, quien está constelada de estrellas. Esta lectura tiene implicaciones mucho mayores en el original japonés donde la imagen invita a pensar que las estrellas están enredadas en el cabello de la poeta. De modo que esos dos mundos —el del cielo y el de la tierra, lo sobrenatural y lo real, lo trascendente y lo inmanente— se abrazan y enredan dando una profundidad y resonancia al conjunto que de permanecer separados jamás habrían alcanzado.

cruzando por Gion hacia el templo de Kyomizu, bajo cerezos en plenilunio, ¡qué hermosa me parece la gente que encuentro esta noche!

Esta dinámica de separar-para-luego-unir atraviesa todo el poemario y provoca un aparente desorden en los poemas y entre los poemas. De este modo, forma y fondo se corresponden: el pelo está enredado, pero los poemas también.

pelo negro, mil mechones de pelo, este pelo enredado, como mis pensamientos enredados, como mis sentimientos enredados…

Poeta a la carta # Midaregami de Akiko Yosano por: Nieves Pulido

Pero Akiko no solo domina la ambigüedad que genera la yuxtaposición de los planos objetivo/subjetivo sino que, además, es capaz de combinar materiales muy dispares en modos siempre sorprendentes, sin que los poemas pierdan inmediatez ni movimiento,

después del baño me visto ante el espejo, y, al observar mi cuerpo, siento que aún queda algo de ayer: una cierta sonrisa…

Recupera, en muchos casos, elementos de la tradición poética: el koto (un instrumento de cuerda muy popular en Japón), las mangas del kimono o alusiones a la leyenda de Tanabata (la historia de amor imposible entre las estrellas Altair y Vega), entre otros, pero los emplea de manera que desbordan ese mismo marco.

entre las notas de mi koto, resuena otro sonido, un misterioso sonido que parece escapar de mi pecho

Poeta a la carta # Midaregami de Akiko Yosano por: Nieves Pulido

El tópico más evidente son las continuas referencias al pelo, un símbolo de feminidad recurrente en las escenas románticas de la literatura japonesa. Sin duda Akiko tuvo muy presente este conocido tanka de La dama Horikawa, una poeta del siglo XII, mientras escribía Midaregami:

¿Me querrá para siempre? No puedo leer su corazón. Esta mañana mis pensamientos están tan desordenados como mi negra cabellera.

En la antigua poesía cortesana, el pelo de las mujeres se empleaba para expresar emociones tales como el enfado, la ira, la frustración, la confusión o los celos que las mujeres sufrían en sus relaciones románticas con los hombres, y es innegable que en Midaregami se emplea con idénticas intenciones. Pero Akiko evita toda alusión al otro. La poeta se mira a sí misma, se canta a sí misma y así, el pelo, deja de ser un símbolo de resignación y pasividad para convertirse en un modo de afirmar la propia identidad. Este rechazo a ser mirada, a auto-percibirse como objeto, le sirve, de nuevo, para desligarse de la tradición, pero al emplear el símbolo del pelo para ello, paradójicamente, se inserta en ella.

en los tres meses de primavera, nada, ni un sonido en el koto…

Poeta a la carta # Midaregami de Akiko Yosano

esta noche, mi pelo revuelto roza las cuerdas distraídamente…

por: Nieves Pulido

Otra constante en el poemario es el uso de términos relativos a la religión o a fuerzas sobrenaturales. Las referencias a templos, monjes, espíritus, dioses, y budas, y elementos como el pecado, la tentación, el castigo o la culpa, recorren toda la obra.

tú, que nunca sentiste el ardor de la sangre bajo una piel suave, ¿no te sientes vacío predicando la vía?

La ironía que Akiko emplea en los poemas con imaginería religiosa hace aflorar un espíritu seductor y transgresor que invita a igualar la moral y la estética, el amor y el deseo.

La campana del templo suena leve, esta tarde…

Poeta a la carta # Midaregami de Akiko Yosano

¡ven ahora y entona los sutras para estas flores de melocotonero que se abren en mi pelo!

por: Nieves Pulido

La combinación de todos estos elementos: la ambivalencia entre la tradición y el rechazo a la tradición, la inconsistencia de lo religioso frente al empuje del deseo sexual, y la afirmación de una identidad que abraza, sin embargo, la del otro, son claves fundamentales para leer Midaregami, un poemario que, empleando la forma tradicional del tanka, ofrece una perspectiva radicalmente nueva del amor: como una fuerza que es de naturaleza divina a la vez que terrenal, expresiva a la vez que transgresora.

NOTA. Todos los poemas que aparecen en el texto han sido traducidos por José María Bermejo y Teresa Hierro y están incluidos en Poeta de la pasión, una antología poética de Akiko Yosano editada y publicada por Hiperión.

Poeta a la carta # Midaregami de Akiko Yosano por: Nieves Pulido

Bibliografía

Albertson, Nicholas. “Tangled ‘Kami’: Yosano Akiko’s Supernatural Symbolism.” U.S.-Japan Women’s Journal, no. 47, [Josai University Educational Corporation, University of Hawai’i Press], 2014, pp. 28–44, http://www.jstor.org/stable/26401942.

Hiromi Tsuchiya Dollase: “Awakening Female Sexuality in Yosano Akiko’s Midaregami (Tangled Hair)” from: http:// poesiefarouche.blogspot.com.es/2014/08/awakening-female-sexuality-in-yosano.html

Strong, Sarah M. “Passion and Patience: Aspects of Feminine Poetic Heritage in Yosano Akiko’s Midaregami and Tawara Machi’s Sarada Kinenbi.” The Journal of the Association of Teachers of Japanese, vol. 25, no. 2, American Association of Teachers of Japanese, 1991, pp. 177–94, https://doi.org/10.2307/489259.

Yosano, Akiko: Poeta de la pasión. Madrid: Hiperión, 2011. El vuelo del ave Fénix. Asturias: Satori, 2021.

Fondo de armario

Un poema de cada conVerso: Alicia Naya, Antonia Díaz, Carmen Crespo, Carmen Díaz-Maroto, Claudio Carrillo, Esther Lucio Marino, Eva Yárnoz, Fran García, José Pérez Carranque, Juan Hospital, Manuela Sola Castro, Marga Mayordomo, Miguel Cuerdo, Nieves Pulido, Paloma Espartero, Pepe Alcamí y Tirsa Caja.

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