SantĂsima Trinidad Actividades propuestas
Solemnidad de la Santísima Trinidad Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo REFLEXION Jesús, después de mostrarnos quién era el Padre, durante toda su vida entre nosotros, vuelve a reunirse con Dios Padre y nos envía desde ahí el Espíritu Santo para que no estemos solos. En su última charla con los apóstoles, les revela la misión que ellos tendrán: anunciar a los demás el Amor de Dios y para eso les da una pista: bautizar con el nuevo bautismo, no como de Juan Bautista, sino con un nuevo bautismo en el Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Este nuevo bautismo, ayudará a los que creen en Jesús, a tener las fuerzas necesarias para cumplir esa misión. Nosotros, los bautizados, estamos llamados a no callarnos y anunciar todo lo que nuestro Gran Jefe hizo en nuestro corazón.
IDEA CENTRAL Nuestro Gran Jefe Jesús, nos envía a misionar, es decir, a contarles a todos quién era Él.
Anuncio de la Buena Noticia de nuestro Gran Jefe contada por su amigo Mateo. “Los once discípulos fueron a Galilea, a la montaña donde Jesús los había citado. Al verlo, se postraron delante de el; sin embargo, algunos todavía dudaron. Acercándose, Jesús les dijo: «Yo he recibido todo poder en el cielo y en la tierra. Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado. Y yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo». Palabra del Señor
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Aprovechemos esta buena noticia y hagamos nuestro propio diario donde la noticia principal sea la del Evangelio. ¡Después cada uno escriba una noticia que le gustaría que ocurriera… por ejemplo que Argentina Gane el mundial!!!! ¡Nuestro trabajo como periodistas será armar la portada del diario y muchas noticias mas sobre lo que a cada uno de nosotros nos gusta!!!
Actividad: Jesús nos trae una buena noticia, nos anuncia lo que se viene, el Espíritu Santo que vendrá y nos traerá la verdad.
Para Pensar CONFIEMOS SIEMPRE EN NUESTRO GRAN JEFE QUE EL NOS ENVIARÁ AL ESPÍRITU PARA QUE NOS ACOMPAÑE
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siendo empujada con el pie por el piso). REFLEXIÓN: Ser mensajeros de la Palabra de Jesús y sus discípulos no es tarea fácil, pero los Scouts unidos, podemos lograrlo. Terminar el encuentro con una Oración Comunitaria: ¿Qué quiero decirle a Jesús después de meditar su palabra?
Materiales - Botellas de plástico vacías (cantidad necesaria para entregar una por Equipo formado) - Tarjetitas con mensaje recortado palabra por palabra (VAYAN Y HAGAN QUE TODOS LOS PUEBLOS SEAN MIS DISCÍPULOS).
Oración final SEÑOR, QUEREMOS SER SIGNOS DE TU PRESENCIA EN MEDIO DE NUESTRA REALIDAD. Amén.
Desarrollo Leer la Palabra de Dios y reconstruirla a partir de las preguntas: - ¿Qué palabras les dice Jesús a sus discípulos? ¿A qué los envía? ¿En nombre de quién? - ¿Qué promete el Señor? - Reflexionar: ¿Es fácil para el cristiano iniciar caminos para ser discípulos? Luego se dividirá la Comunidad en Equipos. Cada Equipo se coloca detrás de una línea de largada y deberá llevar su botella hasta una línea de llegada marcada en el extremo opuesto. Antes de salir deberán colocar dentro de la botella un fragmento del mensaje que se irá completando en forma de postas de un lado y del otro de la cancha marcada. El juego será ganado por aquel Equipo que en el menor tiempo logre llevar todos los fragmentos del mensaje de un lugar al otro, lo saque de la botella y lo arme para poder leerlo en voz alta (es importante marcarles que la botella será llevada de un lugar al otro
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Oración final SEÑOR JESÚS, AYUDANOS A SER TUS VERDADEROS MENSAJEROS FRENTE A NUESTROS HERMANOS. ENSEÑANOS A VIVIR COMO UNA VERDADERA COMUNIDAD EN EL AMOR Y LA ESPERANZA. Amén.
Desarrollo Lectura y reflexión grupal de la Palabra de Dios. - ¿Qué nos dice el texto hoy? - ¿Qué significa anunciar a todos los pueblos el Evangelio? - ¿Cómo ayudar a iniciar camino de discipulado y seguimiento de Jesús? - ¿Cómo ser signos de la presencia de Jesús en medio de nuestra realidad? Luego de hablar sobre el mensaje, se llevará al grupo a recordar y compartir mandatos que los padres, abuelos, dirigentes, maestros les hayan enseñado y transmitido. ¿Qué cosas importantes les dejaron como guía para su vida? Se puede hacer un listado de los conceptos enumerados por cada uno y ver cuál o cuáles se repiten o les parecen más importantes. Después de hacer esta reflexión, la Comunidad podrá elegir uno de esos mandatos que quieran compartir con el resto de los integrantes del Grupo Scout para que así los Rovers puedan ser discípulos de Jesús y BP y logren llevar su mensaje a la Manada o la Unidad. Pensar una acción concreta para realizar con esas ramas, por ejemplo, compartir un juego o una merienda.
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PARA NIÑOS
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PARA JÓVENES Para situar el Evangelio en la fiesta de la Santísima Trinidad
- Primera lectura: Éx 34, 4b-6. 8-9 “Señor, Señor, Dios compasivo y misericordioso”. - Salmo: Dn 3, 52-56 “A ti gloria y alabanza por los siglos”. - Segunda lectura: 2Co 13, 11-13 “La gracia de Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo”. - Evangelio: Jn 3, 16-18 “Dios mandó su Hijo, para que el mundo se salve por él”.
La fiesta de hoy es un eco de todo el tiempo pascual. En él hemos contemplado el misterio del amor del Padre en su Hijo y realizado por el Espíritu Santo. Esta fiesta pretende realzar la alabanza a Dios: que es Padre y Hijo y Espíritu Santo. Es una comunión de amor que mira al mundo. La alabanza a este Dios crea comunión entre nosotros y nos envía a recrearla con otros, empezando por los más necesitados de amor en el mundo. Dice L. Boff: “Creer en la Trinidad implica aceptar que todo se relaciona con el todo, formando un gran todo; que la unidad resulta de mil convergencias y no de un factor solamente. Nosotros nunca vivimos, convivimos”.
Porque tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios.
Para fijarnos en el Evangelio Este texto esta en el contexto de un encuentro de Jesús y Nicodemo (Jn 3,1-21). Nicodemo es fariseo y forma parte del Sanedrín (tribunal colegiado judío, presidido por el sumo sacerdote y compuesto por 70 personas: un 1/3 de sacerdotes, otro de ancianos y otros de doctores de la Ley). Más adelante, cuando algunos fariseos se colocan contra Jesús, Nicodemo sale en su defensa: “¿acaso nuestra ley permite juzgar a nadie sin escuchar primero y averiguar lo que ha hecho?” (Jn7,50). Y, muerto Jesús, lleva cien libras de una mixtura de mirra y áloe (Jn19, 39) para, con José de Arimatea, ofrecer un encierro digno al cuerpo de Jesús. Las palabras que hoy entran en la liturgia, están dirigidas a Nicodemo y, en él, a los judíos y a nosotros.
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En estas palabras que Juan pone en boca de Jesús el amor de Dios al mundo (son expresión de la fe de la comunidad), Jesús como expresión del amor de Dios. Jesús aparece como el “Hijo único” que Dios ha “dado”“enviado” al mundo para que tengamos vida-salvación. “Mundo”, sale en el evangelio de Juan 78 veces, y puede significar: el cosmos, el mundo hostil a Jesús, y los hombres. Dios ama la creación entera; “ama a todos los seres y no aborreces nada de lo que has hecho” (Sap 11,24). Pero ahora se refiere al mundo de los hombres, a quien Dios ama y en un grado tan elevado que, para que no se pierda ninguno de ellos, sino que todos se salven o alcancen la vida eterna, nos ha entregado su Hijo único. Juan destaca, así que el amor de Dios es fuente de esta vida-salvación. Es Dios quien tiene la iniciativa en la salvación del mundo... porque lo estima con un amor inmenso. Es una iniciativa gratuita: en ningún momento Jesús no dice que Dios espere la reciprocidad por parte del mundo. Juan evangelista, más adelante, sugiere lo contrario (Jn15,18-19). El amor siempre va por delante, siempre es origen de vida y siempre es gratuito.
Los escritos de Juan no sólo remarcan que Dios actúa por amor sino que lo describen a Él mismo como “Amor” (1Jn 4,8.16). Y este amor se concreta con la venida del Hijo al mundo (Jn 1,14) dispuesto a vivir todo lo que vivimos, incluida la muerte, dispuesto a dar la vida día a día hasta el final. Es posible que el texto de Jn 3,16 tenga como trasfondo el pasaje del Génesis, en que se narra el sacrificio de Isaac (Gn 22,2.16). La revelación del amor infinito y eterno de Dios al hombre es medular en el cristianismo; al hombre se le pide que crea en él. El Evangelio, pues, presenta Jesús como don de Dios. Un don que tiene una finalidad: la vida “eterna” de los creyentes. Dios ama el mundo; su voluntad es la salvación universal. Tanto ama que “entrega a su Hijo único”. Hace alusión a la cruz, que expresa el amor inmenso de Dios en la fidelidad de Jesús, como Abrahán con Isaac. Dios es el que justifica, que ni siquiera se reservó a su propio Hijo, sino que lo entregó por nosotros (Rom 8,3233). Y Cristo, ahora, resucitado y a la derecha del Padre, se ha convertido en nuestro defensor (Rom 8,34). Una nota sobre la figura de Jesús juez: Jesús es juez, y esa potestad para juzgar se la ha confiado el Padre, y el juicio de Jesús es justo (Jn 5,22.27.29). En el ambiente judío, se esperaba que el Mesías ejerciera de juez (el Bautista lo anunciaba en Mt 3,7.10.11.12): a Jesús se le presentaba con las imágenes del fuego abrasador, el hacha cortante puesta a la raíz del árbol, y el bieldo que se introduce en la parva para separar el trigo de la paja. Así, Jesús es decisivo de cara a la salvación del mundo y de cada uno de nosotros. Por esto, cada cual decide ante Él -acogerlo (Jn 1,12) o rechazarlo (Jn 1,10-11)- y esto también
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será decisivo. Esto es el que quiere decir, en este texto, “creer” o “no creer” en Él. Ante Jesús -con todo lo que representa, que no se trata de un nombre vacío, ni de una ideología, ni de una doctrina... sino de quien ha muerto y ha resucitado mostrando el camino del Reino de Dios. Cada cual se ha de posicionar. Posicionarse porque el proyecto de Dios sólo se realiza en la persona concreta, en la persona creyente, en la persona que ha dicho SÍ (Jn 1,12; 3,18). No es un proyecto que se imponga a ultranza a nadie en concreto ni al mundo en general. Sólo puede echar adelante en aquella persona que libremente le acoge. Esto es “creer”. “No-creer” será el rechazo, el cierre, hecho también como opción consciente y libre. Así, la libertad siempre lleva el riesgo de la posibilidad de condenación, a pesar de la voluntad salvadora de Dios, en el rechazo o cerramiento del hombre al amor inmenso de Dios. No tenemos que confundir el uso de estos términos, “creer” y “no-creer”, que se hace en el evangelio de Juan con el uso que se hace popularmente. Hay mucha gente que cuando dice que “no cree” no está expresando que rechace Jesús, a quien probablemente ni siquiera conoce; en muchos casos, probablemente, el “no creo” es equivalente a la pregunta por Dios. Una pregunta que espera respuesta, que espera el testigo sencillo y vital de quien dice que sí, que cree, en el Padre mostrado por Jesucristo. El testigo, el militante cristiano. Recordemos que en Juan “creer y amar” son sinónimos. Sólo cree quien ama.
+ Ruego por pedir el don de comprender el Evangelio y poder conocer y estimar a Jesucristo y, así, poder seguirlo mejor. + Apunto algunos hechos vividos esta semana que ha acabado. + Leo el texto. Después contemplo y subrayo. + Ahora apunto aquello que descubro de JESÚS y de los otros personajes, la BUENA NOTICIA que escucho... ¿cómo me posiciono ante el mundo que tanto ama Dios? + Y vuelvo a mirar la vida, los HECHOS vividos, las PERSONAS de mi entorno... desde el evangelio… Y apunto nombres de personas que, con su vida, me han mostrado el amor de Dios (gratuito, creador de vida...) + Llamadas que me hace -nos hace- el Padre hoy a través de este Evangelio y compromiso. + Plegaria. Diálogo con Jesús dando gracias, pidiendo...
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EL JUEGO DE LA TRINIDAD “¡Padre!” dije con un sollozo. Y sentí una conmoción total. Fue... un instante sin tiempo, una ráfaga de viento que pasa antes de llegar y te derriba antes de que te enteres de su llegada. Me tuve que poner en pie y grité: “¡Padre! ¡Padre! ¡Padre!” El Espíritu me daba saltos dentro. Jesús estaba a mi lado diciendo: “¡Padre!” Me dije: La oración es el juego de la Trinidad dentro de mí. Todas mis ideas son de ellos, todos mis sentimientos. Y vi a Jesús acompañado. Una multitud infinita le seguía, como una cadena montañosa que se pierde en el horizonte. Cojos, ciegos y sordos, todos los tullidos del planeta, y las prostitutas, y los publicanos, todos los condenados de la tierra, los pobres del mundo formando una comunidad de explotados, sin pan, sin cultura, sin alma... Y los ricos que repartían sus riquezas. Y repetí: La oración es el juego de la Trinidad en el mundo desde mí hacia la libertad. Y me sentí fuera de mí lanzado al corazón del conflicto... Y te grité otra vez: “¡Padre!” Y conmigo gritó Jesús y toda la procesión de miserables que le seguían... Y el grito era una bomba lanzada por el Espíritu...
Ver ● Juzgar ● Actuar “No hay nada más lindo que la Familia unida...”
VER Hace bastantes años, los Payasos de la Tele (Gabi, Fofó, Miliki, Fofito...) cantaban una canción cuya letra decía: “No hay nada más lindo que la familia unida, atados por los lazos del amor. Sentir palpitar la misma sangre, sentir que es uno solo el corazón...”. Cuando una familia está unida, esa comparación no se ve descabellada. Y además, solemos hablar de “la familia García” o “la familia Pérez”, en singular, pero sabiendo que ese nombre singular abarca una pluralidad de personas. Y cuando conocemos a esa familia, conocemos cuántas personas la integran.
JUZGAR Hoy, celebrando la solemnidad de la Santísima Trinidad, podemos decir que estamos celebrando la fiesta de una familia, de una Familia muy unida, también “atados por los lazos del amor”, como decía la canción: es la
Patxi Loidi, Mar adentro
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fiesta de la Familia divina, a quien llamamos en singular “Dios”. Y al igual que ocurre con las familias humanas, la Familia Dios está integrada por diferentes miembros, por diferentes Personas. Y esto lo sabemos porque la propia familia Dios nos lo ha dado a conocer. Así se dice en el Itinerario de Formación Cristiana para Adultos “Ser cristianos en el corazón del mundo” (tema 5): “El misterio de Dios-Amor, de DiosComunión, es el misterio de la Santísima Trinidad... que sólo Dios puede dárnoslo a conocer al revelarse como Padre, Hijo y Espíritu Santo”. Una revelación progresiva en la que Dios ha ido dándose a conocer poco a poco, adaptándose a la capacidad de comprensión del ser humano. Así, en la 1ª lectura, el Señor se muestra a Moisés como «Dios compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia y lealtad». Una revelación de Dios que alcanza su punto culminante en Jesús. Una de las personas de la Familia Dios viene a nosotros y con su vida, palabra y obras, nos muestra que “es ‘Dios con nosotros’. Es el Hijo eterno de Dios, que sin dejar de ser Dios se hizo hombre por nosotros en el seno de María, por obra del Espíritu Santo... y nos ha manifestado el rostro de Dios”. En Jesús, la Familia Dios se da a conocer plenamente y abre sus puertas porque “Él ha venido para hacernos hijos de Dios, con el don del Espíritu Santo... para que vivamos en comunión de amor y de vida con Él y con el Padre en el Espíritu Santo...”. En Jesús la Familia Dios nos abre sus puertas por amor, porque Dios es Amor, un amor inabarcable, infinito. Así lo ha dicho Él en el Evangelio: «Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único, para que no
perezca ninguno de los que creen en Él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él». Tanto nos ama Dios, así es Dios. Y en las palabras de Jesús se nos revela que la familia Dios está integrada por varias Personas: el Padre, con quien Jesús manifiesta una relación de intimidad ya que es el modo normal con que Él designa a Dios; el Hijo que es el nombre que Jesús se da a sí mismo; y el Espíritu Santo, que procede del Padre y del Hijo y que nos lo enseñará y recordará todo. “Nuestro conocimiento de Dios va unido al don de sí mismo que Dios nos hace”, y así lo entendieron las primeras comunidades cristianas, que como hemos escuchado en la 2ª lectura, hablaban con normalidad y naturalidad refiriéndose a Dios indistintamente tanto en singular («el Dios del amor y de la paz estará con vosotros») como nombrando a las diferentes Personas que integran la Familia divina («La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo esté siempre con vosotros»).
ACTUAR “Dios se nos ha revelado en su Hijo como un Padre que nos ama. Ama a su Hijo unigénito Jesucristo y nos ama a nosotros, por cuya salvación no dudó en enviar al mundo a su Hijo querido, entregándolo a la muerte”, como hemos escuchado en el Evangelio. Recordemos la estrofa de la canción: “No hay nada más lindo que la familia unida, atados por los lazos del amor”. Hoy celebramos que no hay nada más lindo que la Santísima Trinidad, “que no sólo tiene amor sino que es Amor... un
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amor misericordioso que todo lo da y que se comunica a sí mismo”. Por eso hoy también celebramos que estamos invitados a formar parte de la familia Dios de un modo íntimo, pleno, a “sentir palpitar la misma sangre, sentir que es uno solo el corazón”, porque la Santísima Trinidad “es amor que se desborda: el Padre nos incluye en el amor con que ama a su Hijo Jesucristo en el Espíritu Santo. Y el Espíritu Santo es el Amor infinito que abraza eternamente al Padre y al Hijo, y a nosotros en el Hijo y el Padre”.
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La Comisión Pastoral Scout Católica es una Asociación Privada de Fieles, que nuclea a los scouts católicos que integran Scouts de Argentina, con Personalidad Jurídica Canónica otorgada por la Conferencia Episcopal Argentina. Es miembro de la CICE Conferencia Internacional Católica de Escultismo