Todos los scouts llevamos nuestro pañuelo. Eso nos identifica, nos da un sentido de pertenencia y nos emociona cuando lo vemos en una ceremonia o evento. Algunos dicen que nunca hay que lavarlo, otros lo tienen inmaculado, pero seguramente nadie va a una actividad sin colocárselo alrededor del cuello de la forma que sea. Aunque no sepamos a que grupo pertenecen los colores, nos es imposible no sonreír cuando lo vemos por la calle, el trabajo, en nuestro viaje. Porque nos sentimos hermanos aún sin conocernos… y ese sentimiento no tiene explicación. O sí.
Con estas propuestas de actividades, descubriremos que este sentimiento tiene explicación y es en las manos de nuestra Madre de los Scouts.