Los fenómenos que explica la física podrían parecer a los ojos de un ingenuo o del más supersticioso, actos durante los cuales la realidad se enrarece, se acerca quizá a la magia. Lo cierto es que la lógica puede explicar el misterio detrás de algunas cosas, pero no destruye el asombro inicial, la sorpresa. Esta guía para trabajar con jóvenes invita, pues, a no perder esa capacidad, pero también a descubrir colectivamente la verdad detrás de la duda.