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JOYA VERDE

JOYA VERDE

Tres siglos y un bosque histórico son el telón de fondo de Villa Gaeta, una casa en La Toscana, restaurada cuidadosamente por su propietario, el diseñador Bruno Boretti para sacar a la luz todos sus tesoros. Arte, historia y naturaleza en un mix irresistible.

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Rodeada de un parque histórico, Villa Gaeta luce una fachada blanca, coronada por jarrones de terracota florentinos. Enfrente, una escultura en mármol blanco de Carrara del artista Marco Mariano que se instaló con motivo de la exposición Pinetum 01.

BRUNO BORETTI EN BUSCA DE LA BELLEZA Apasionado del arte, el propietario de Villa Gaeta nació en la localidad de Campi Bisenzio y se formó en Florencia. Siempre en La Toscana, fundó allí su estudio de diseño de interiores y arquitectura, desde donde re a l iza p roye c tos e n I ta l i a , Lo n d res , To k i o , Hong Kong y otras ciudades, todos con su sello personal, que busca la belleza y da cabida al arte.

l pasado está muy presente en esta villa en La Toscana. Y comparte protagonismo con el bosque de pinos de tres hectáreas que la rodea, el parque Pinetum, una zona protegida por su relevancia botánica e histórica, a más de 500 m sobre el nivel del mar. Su actual propietario, el diseñador Bruno Boretti buscaba vivienda en esta zona, y después de descartar casi 200 (“eran todas bonitas, pero no me emonta), decidió echar un vistazo, como una humorada, a Villa Gaeta, un casa señorial del siglo XVII, en abandono durante 60 años y situada en los montes Chianti. Al verla, sintió dos emociones intensas, la primera, nostalgia: “Cuando vi esos árboles de 40 m de altura, tuve un fuerte flashback de mi infancia y recordé cuando jugaba con mi amiga María Luisa, nieta de una marquesa, en su villa histórica en medio de un gran parque. Sentí el mismo aroma, las mismas sensaciones…”. Y la segunda emoción fue un poderoso deseo de devolver la vida a la villa. “Las obras duraron ocho años y siento que aún no he terminado, que es un proyecto para toda mi vida”, señala. La reforma buscó realzar los elementos originales de la casa. Así, por ejemplo, se restauraron los suelos de madera y de cemento, y también los preciosos frescos de finales del siglo XVIII que aparecieron en algunas paredes después de que se quitaran papeles pintados puestos hace un siglo. A los elementos antiguos, el propietario quiso añadir obras de arte y mobiliario contemporáneos con el fin de dar continuidad con el presente de un modo fluido. Y encontró lugar para sus objetos más preciados, como la colección de cristales italianos de Empoli, de los años 60, y más piezas diseñadas por él mismo. Boretti vive aquí solo, pero la villa está siempre abierta a sus familiares, amigos y a cualquier persona que quiera visitarla, puesto que es también una casa de huéspedes. A mediados del siglo XIX, su antiguo dueño, el abogado florentino Giuseppe Gaeta convirtió el parque en un laboratorio botánico, haciendo traer por barco decenas de coníferas de distintas latitudes, entre ellas, el pino Douglas , procedente de Oregon, el primero de su especie en ser plantado en Italia. Ahora Boretti ha cogido el testigo de la vocación experimental de la villa, pero de un modo diferente, desde los campos del arte y el diseño industrial, realizando exhibiciones e invitando a jóvenes artistas. “Decidí dar continuidad al proyecto de Gaeta de destinar este lugar a la experimentación. Restaurar el parque es una tarea de largo alcance pero estoy en ese camino. Y quiero que mis exposiciones, cuyo nombre es PINETUM, contribuyan a revitalizar el parque”. •

Gazebo y escultura a la vez, esta estructura de hierro pintado de blanco fue diseñada por Donato Bibbi. Es un monumental mirador sobre las antiguas glicinias que se integra en el exuberante jardín con esculturas.

El comedor exhibe un chandelier de Murano años 40 y una escultura de Giovanni Decembri en la pared. Sobre la mesa de madera lacada, diseño de Bruno Boretti, porcelana de Arzberg. En primer plano, sillas 412 Cab, de Mario Bellini para Cassina. En el aparador, a la izquierda, piezas de cristal de Empoli. Justo detrás, obra de Anna Capolupo para la exposición PINETUM 00.

“MI COLECCIÓN DE CRISTALES DE EMPOLI FORMA UN BELLO CONTRASTE CON ELEMENTOS DEL PASADO“

En el estudio, la estantería exhibe una colección de piezas de cristal verde de Empoli de los años 60. Las sillas son lasBertoia, de Harry Bertoia, un clásico del siglo XX, editadas por Knoll. Conectado con el estudio, el comedor incluye piezas de mobiliariomid-century , como los aparadores de madera, diseñados por el arquitecto Bruno Sacchi en 1962. Sobre éste, piezas cerámicas años 30 y, en la pared, una pintura de los años 50 del ar tista italiano Trifoglio. El suelo combina el original de la casa, realizado en madera de castaño, con otro de mármol de Carrara, dis eñado por Bruno Boretti.

En el gran salón, fresco original del s. XVIII en la pared, junto a la chimenea de mármol de Carrara del s. XIX. Sobre la puerta, una pintura de Giovanni Decembri. Sobre la mesita de mármol rosa portugués,diseñada por Boretti, piezas de cristal naranja de Empoli. Mix de épocas, el suelo de cemento del s. XIX convive con los frescos del s. XVIII, en la página izquierda. En la pared, una pequeña obra de Walter Puppo y el retrato berlinés de una dama de comienzos de XX. La lámpara de pie es diseño de Boretti.

Del artista Roberto Dragoni es la obra apoyada en el suelo y también la serie de esculturas sobre taburetes, que se exhibieron en la exposición PINETUM 00. Entre ambas ventanas, antigua consola china de madera lacada en color rojo.

FRESCOS ORIGINALES DEL S. XVIII DIALOGAN CON OBRAS DE ARTE CONTEMPORÁNEO

Un busto clásico, de los años 30, decora el dormitorio del propietario, quien ha diseñado la cama empleando el material industrial Orsogril. En el suelo, baldosas de cemento octogonales originales del s. XIX. A modo de galería, en el salón principal se exhiben en la pared, de izquierda a derecha, una obra del artista Walter Puppo, otra en papel de Luciano Bartolini, una escultura de Odo Camillo Turrini, y una pintura circular, de Pietro Bellani. El sofá en “L” es de la firma Arketipo, y los taburetes son los Bertoia, de Harry Bertoia para Knoll. Los frescos originales de la pared representan al invierno.

Restaurado con cuidado por el detalle, el cuarto de baño principal luce en las paredes pinturas de alrededor de 1780, que fueron descubiertas bajo otras capas posteriores. Bajo las ventanas, los frescos oscuros datan de 1650. Diseñado por Bruno Boretti, este cuarto se ha revestido de mármol gris Palisandro de los Alpes italianos. En la pág. derecha, el lavabo es un diseño de Philippe Starck para Duravit. El espejo redondo de 1930 es de Fontana Arte.

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